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Embarazo

Primer trimestre

Desarrollo del feto en las semanas 1 y 2: El cuerpo listo para anidar el


embrión

El organismo de la mujer se prepara cada mes para engendrar un bebé. Y ese


proceso comienza dos semanas antes de la concepción, cuando empieza el ciclo menstrual,
a partir del primer día de regla. 
Ese sangrado ocurre cuando no hay embarazo y se debe a que del útero se
desprende la última capa del endometrio, ricamente irrigada, que se había engrosado para
alojar a un embrión en el caso de que hubiese habido un embarazo. Ese fluido menstrual,
que en parte es sangre y en parte tejido de esa capa más externa del endometrio, dura entre
3 y 7 días. 
En esa primera semana del ciclo los niveles de estrógenos y progesterona son muy
bajos y así continúan hasta unos días antes de la ovulación. Una vez que el endometrio se
ha "limpiado" del todo, los niveles de estrógeno -en realidad, de estradiol, un tipo de
estrógeno- aumentan ligeramente y el útero se empieza a preparar de nuevo para un posible
embarazo.

Cómo se prepara el organismo para el embarazo


Tras la menstruación, al existir poca cantidad de estas hormonas, el organismo de
la mujer produce otras: las hormonas folicuestimulante y luteinizante.  Ambas provocan
en esta segunda semana del ciclo menstrual que uno de los folículos que se encuentra en el
ovario empiece a crecer y que madure el óvulo que guarda dentro. 
Mientras tanto, el endometrio, gracias a los estrógenos que libera ese folículo,
continúa aumentando su grosor para que si se da un embarazo, el embrión se encuentre con
un ambiente propicio para empezar a crecer y desarrollarse.  Este periodo no tiene una
duración determinada: depende de cada mujer e incluso en una misma mujer, hay meses
que dura más o menos. 

Pero, más o menos, al finalizar la segunda semana el óvulo ha alcanzado ya un


tamaño considerable y se libera del folículo y viaja hacia las trompas de Falopio. La
hipófisis segrega entonces grandes cantidades de hormona luteizante durante un par de días,
que es cuando se produce la ovulación.  En las trompas, ese óvulo, preparado para ser
engrendado, esperará un par de días a que llegue un espermatozoide que sea capaz de
atravesar su dura membrana externa. 

Qué nota la madre en las semanas 1 y 2 de embarazo

Seguramente la mujer ha decidido abandonar los métodos


anticonceptivos para quedarse embarazada. Es posible que en la segunda semana al
producirse la ovulación, note algunas molestias en al área abdominal, como una especie de
escozor por la sangre que al liberarse el óvulo toca la zona peritoneal. Pero no todas las
mujeres experimentan síntomas. En cambio, sí que son comunes algunos cambios en el
organismo de la mujer:   
 El flujo vaginal se vuelve más claro y abundante para facilitar el paso de los
espermatozoides masculinos hacia las trompas de Falopio
 La temperatura corporal puede aumenta unas décimas grado. Si la futura
madre se toma todos los días la temperatura con un termómetro basal -a la misma hora y
desde el primer día de regla- observará que hacia el día 14 o 15 (según la duración de su
ciclo menstrual) asciende alrededor de medio grado. Es una de las consecuencias del
aumento de progesterona.

Semana 3 de embarazo

Apenas unas pocas horas después de que un espermatozoide fecunde el óvulo, se


forma una nueva célula llamada cigoto que contiene 23 pares de cromosomas.
A partir de ese momento empieza toda una aventura para él. Tiene que
multiplicarse y al mismo viajar hasta el lugar donde vivirá durante unas 40 semanas de
gestación hasta convertirse en un bebé.  Treinta horas después de la fecundación,
el cigoto ya son dos células; a las 40 -no han pasado ni dos días- ,cuatro células y a las 72
horas ya se ha dividido entre 12 y 16 células.
Pero este proceso, llamado segmentación, no ha hecho más que empezar, porque
de esa única célula que era el cigoto surgirá una mórula, con unas 30 células; y con tiempo,
un feto con muchísimos billones, todas con la misma carga genética, pero diferenciadas
porque cada una tendrá una función: habrá células sanguíneas, neuronas cerebrales, células
que conformarán el hueso, la piel, cada uno de los órganos… 

El viaje del cigoto por las trompas de Falopio

Al mismo tiempo que se produce esa segmentación, el cigoto empieza a viajar


muy despacio por las trompas de Falopio en dirección a la cavidad uterina. Este viaje lo
realiza gracias a los movimientos que efectúan los músculos de las tropas de Falopio y a los
millones de cilios o pequeñísimos pelillos que hay en su interior y que se mueven todos en
la misma dirección: hacia el útero.
El ovocito fecundado llega al útero en unos tres o cuatro días. Pero este viaje no es
tan fácil como parece, ya que el cigoto puede quedar adherido en algún pliegue de la
mucosa y provocar que el embarazo no prospere. Además entre la parte ancha y estrecha de
la trompa hay un esfínter muscular, infranqueable. Pero gracias a la progesterona que desde
la fecundación el organismo de la futura madre empieza a producir en grandes cantidades,
ese esfínter se relaja, permitiendo el paso del cigoto hacia el útero. Para entonces el cigoto
es una mórula con 30 células que ya ha llegado al útero. La multiplicación celular continúa
y la mórula se convierte en un blastocisto con unas 300 células.

Qué nota la madre tras la fecundación

En esa primera semana, la mujer no suele notar nada. Ni tan siquiera la ausencia
de la menstruación, ya que normalmente la fecundación se produce hacia el día 14 después
de la última regla. Sin embargo es importante que la mujer que está buscando el embarazo
se cuide desde que abandona el método anticonceptivo como si ya estuviese en estado.
En esa primera semana, como hemos dicho anteriormente, se ha producido la
multiplicación celular y cualquier incidente puede malograr el embarazo.  Es importante
que tome un suplemento diario de ácido fólico, ya que se sabe que unos niveles bajos de
esta vitamina al comienzo de la gestación puede provocar que el tubo neural del bebé no se
cierre correctamente, provocando espina bífida.
También es importante que su organismo cuenta con unas buenas reservas de
nutrientes (vitaminas y minerales), ya que cuanto más sana se encuentre la futura madre,
más sano crecerá el hijo que ha engendrado. 
Si fuma debe abandonar ese hábito y abstenerse de tomar alcohol. Si debe hacerse
una radiografía, conviene que advierta al radiólogo que está planificando quedarse
embarazada para que le facilite un delantal de plomo que proteja el área genital.

Desarrollo del feto en la semana 4: El embrión logra implantarse en el útero. El


organismo materno alimenta y protege al nuevo ser

En la semana 4 de embarazo prosigue el viaje del embrión a través del organismo


materno. El blastocisto, formado para centenares de células, ha llegado al útero procedente
de las trompas de Falopio. En él se pueden distinguir dos tipos de células: el trofoblasto, de
donde surgirán la placenta y el cordón umbilical, y la masa celular interna del que se
desarrollarán todos los órganos y tejidos que será el bebé. Pero de momento, el blastocito
debe desprenderse de su pared exterior para poder desarrollarse e implantarse en la pared
uterina, el endometrio, que ya se había preparado para recibir a su huésped, engrosándose y
llenándose de vasos capilares.

Multiplicación celular del embrión


Implantación: el milagro de la "conexión embrión-útero"
Normalmente el blastocisto se suele implantar en lo que es el techo del útero, pero
puede hacerlo en cualquier área. Cuando el ya embrión consigue esta proeza, queda
totalmente conectado con los vasos sanguíneos de la madre, y surgirá una dura membrana
llamada corion que en unas pocos días se convertirá en la placenta. Un nuevo reto se ha
conseguido. El conjunto de células que de momento es el bebé -un delicado embrión- ya
está preparado para poder recibir su primer alimento: los nutrientes que los vasos
sanguíneos de la madre le traspasan. 
Al mismo tiempo, una vez que ha tenido lugar este proceso se ponen en marcha
una serie de mecanismos para que en el embarazo todo vaya sobre ruedas: se forma en la
cérvix o cuello uterino un tapón mucoso que impedirá que nada penetre en el útero y
moleste al nuevo y frágil ser que se está formando; los músculos del útero se vuelven
blandos y elásticos y los vasos sanguíneos que se encontraban por debajo del endometrio
emergen para el intercambio de nutrientes. Entre tanto, en el interior compacto del
blastocito se hace líquido, para preparar el saco amniótico.

Embrión y sus primeras capas celulares

Ahora que ya ha recibido su primer al alimento al conectarse al sistema sanguíneo


materno, el protagonista de esta emocionante historia, el embrión, crece vertiginosamente.
Apenas dos semanas después de la concepción, lo que era una bola hueca de células
(blastocito) empieza a tener forma de disco plano (disco embrionario). Es entonces cuando
aparecen tres capas diferenciadas, ectodermo, mesodermo y endodermo, a partir de las
cuales se formarán los órganos del futuro bebé.   

 A partir de las células del ectodermo surge el sistema nervioso central, el


cerebro, la piel, el pelo, así como los ojos, orejas, nariz y el esmalte de los dientes.
 Las células del mesodermo darán origen al esqueleto, el sistema sanguíneo y
linfático, los ovarios, los testículos y la masa muscular.
 Las células del endodermo crearán el sistema gastrointestinal, los riñones, el
páncreas, el hígado, los pulmones y la tiroides.

Qué nota la madre en la semana 4 de embarazo

La madre aún ignora que está embarazada, ya que aún no se ha producido la


ausencia de la menstruación, sin embargo, en su cuerpo se está preparando. El organismo
materno está programado para luchar contra cualquier ser extraño que penetre en su
interior, ya sea un germen, una bacteria, o incluso el embrión que está creciendo en su
interior. 
Aunque es cierto que el nuevo ser comparte con la madre la mitad de su carga
genética, la otra no y por esta razón para el organismo de la mujer, el feto no deja de ser un
cuerpo extraño. Por eso, desde que se produce la concepción en el cuerpo de la mujer se
activa una serie de mecanismos para que tu sistema inmunitario no trate de expulsarlo. 

Uno de ellos es la creación de la hormona gonadotropina coriónica humana


(HGC), que debilita el sistema inmunitario y además detiene el ciclo menstrual. Es posible
que note tensión en las mamas, que quizá atribuya al síndrome premenstrual. 

Desarrollo del feto en la semana 5: El disco embrionario se hace cilíndrico. El


primer órgano que se desarrolla es el corazón

A lo largo de la semana 5 de embarazo, el disco embrionario se va a plegar para


formar un cilindro. Cuenta con células de diferentes tipos: unas formarán el esqueleto, otras
el estómago, el sistema respiratorio, el neurológico…  

Ecografía 4D de un embarazo de 5 semanas


Cada grupo de células tiene una misión y sabe a dónde se tienen que dirigir para
cumplirlo. Entre los días 17 y 19 de gestación, un grupo de células se agrupan en uno de los
extremos y pocas jornadas después serán el origen de un primitivo cerebro.
A lo largo del embrión se ahueca un surco que se convertirá en la médula espinal.
Esas primitivas células que aún no son ni tan siquiera unas neuronas, serán las que van a
dar las órdenes necesarias para que el resto de las células se especialicen y estén
perfectamente coordinadas entre sí, como si fuesen los instrumentos de una inmensa
orquesta, para la formación de los diferentes órganos. 
A ambos lados del conducto neural sobresalen unas protuberancias: son las
somitas, que con el tiempo se convertirán en el esqueleto y los músculos del bebé. 

Al final de esta quinta semana se produce un nuevo hito en la vida del pequeño
que se está empezando a formar: se desarrolla un primitivo corazón, el órgano que antes se
va a formar. Este hecho no es ningún capricho de la naturaleza.Para "construir" un embrión
que aumentará en tamaño y complejidad es indispensable la disponibilidad de un sistema
que permita el bombeo de sangre y nutrientes a los demás órganos (pulmones, riñones,
hígado, piel…), que comienzan su desarrollo, aunque aún no son visibles. Pero de momento
ese esbozo de corazón son dos tubos que cuentan con un latido rítmico, que proyecta unas
células sanguíneas (no son glóbulos rojos) por los primeros vasos sanguíneos. 

Ahora el embrión ya es demasiado "grande" (mide unos 1,5 milímetros) para ser
alimentado por las lagunas que se formaron en el trofoblasto. Necesita más "comida" y por
eso de las células del trofoblasto se forman unas protuberancias finas y ramificadas
llamadas vellosidades, con pequeñas cámaras entre ellas, que se llenan de sangre materna,
que le va a proporcionar el oxígeno y los nutrientes. Ahora el bebé en desarrollo no tiene
ninguna apariencia humana y nadie diría que en tan solo nueve meses esta estructura que
asemeja a un cilindro irregular se convertirá en un rollizo bebé.

Ecografía Doppler feto de 5 semanas

Qué nota la madre en la semana 5 de embarazo


Cuando empieza esta semana la futura madre empieza a sospechar que quizás esté
embarazada, porque su  menstruación no llega. Nota tensión mamaria y a veces espera unos
días a hacerse el test porque confunde este síntoma del embarazo con las molestias
premenstruales. Sin embargo a los pocos días es probable que sus sospechas aumenten ante
el malestar y las náuseas matutinas. 
Se cree que estas están provocadas por el aumento de las hormonas que ayudan a
mantener el embarazo, segregadas por el trofoblasto del embrión. Una de ellas es
la gonadotropina coriónica humana , conocida como la hormona del embarazo y que es la
que detecta los tests que confirman la gestación. De todas formas, no se puede generalizar:
hay mujeres que no experimentan ninguna molestia, náusea… tan solo observan que la
regla no les ha bajado. 
En esta semana se empiezan a formar los primeros órganos internos del feto, por
eso ahora cualquier acción materna puede tener una repercusión negativa sobre el feto y
afectar a su correcto desarrollo. 

Es muy importante tomar suplementos de ácido fólico para que ese tubo neural


que se ha empezado a formar se cierre correctamente. También es importante que solo tome
los medicamentos prescritos por el médico, ya que algunos pueden ser teratogénicos, es
decir, causar defectos congénitos. Por eso, las mujeres con enfermedades crónicas y que
necesitan tomar medicamentos, antes de dejar los anticonceptivos deben consultar con su
ginecólogo.

Desarrollo del feto en la semana 6: Empiezan a crearse los órganos del bebé. El
tubo neural del niño comienza a cerrarse

En la semana 6 de embarazo el bebé tiene la forma de una pequeña habichuela. En


esta semana su crecimiento es vertiginoso y empieza una etapa crucial de su desarrollo:
la organogénesis, es decir, el comienzo de los principales órganos: riñones, pulmones,
sistema digestivo… Aunque la mayoría de ellos no termina su completo desarrollo hasta
tiempo después del nacimiento. Y aunque no lo parezca, también comienzan las primeras
transformaciones en la fisonomía y en el aspecto exterior del nuevo ser.

Semana 6 de embarazo: qué sucede


Ecografía 3D de un embarazo de 6 semanas

Al final de la semana 6 de gestación se aprecian unas yemas en los laterales, que


se convertirán en brazos (los brotes que en breve serán sus piernas aparecen un poco más
tarde). Por supuesto el embrión carece de facciones pero comienzan a desarrollarse la
mandíbula y el cuello.

Su primitivo y pequeño corazón -aunque resulta bastante grande con respecto al


tamaño del feto- tiene una sola cámara y la sangre comienza a circular por sus pequeños
vasos sanguíneos. El sistema nervioso central continúa desarrollándose. En el extremo del
primitivo tubo neural aparecen tres bulbos. De ellos surgirá el cerebro, pero aún falta un
tiempo para eso. 

De momento lo que se ha terminado de formar es el tubo neural que recorre de


arriba abajo esa pequeña habichuela embrionaria, y que se ha empezado a cerrar. Este es un
momento crucial en el desarrollo del feto porque si no consigue cerrarse correctamente el
bebé puede nacer con malformaciones del tubo neural. Junto a esos bulbos hay esbozos de
órganos sensoriales: el oído interno y el ojo. Al final de esta semana el feto presenta una
clara forma de C con su cabeza y su cola, perfectamente diferenciados entre sí… y en
medio se empiezan a formar el sistema digestivo.

La cavidad amniótica también evoluciona y se llena de líquido amniótico, de tal


forma que al final de esta sexta semana de gestación el embrión se encuentra flotando en
medio de la cavidad y fijado a la pared por medio del cordón umbilical que se encuentra en
formación. En esta fase, la placenta, que más adelante proporcionará nutrientes y oxígeno,
aún no ha terminado de formarse. Por eso el saco amniótico desempeña un importantísimo
papel, pues permite el paso de nutrientes esenciales a través de la membrana hasta el
embrión.

Qué nota la madre en la semana 6 de embarazo

Ya no hay sospechas ni intuiciones: con dos semanas de retraso de


la menstruación, la futura madre ya sabe que está embarazada. Y además algunos síntomas
no pueden ser más claros: 

Los pechos han aumentado considerablemente de tamaño y bajo la piel se ven las


redes venosas. La areola es más grande y oscura y los "granitos" que se ven en ella, los
tubérculos de Montgomery, aparecen en relieve.

Las náuseas son más frecuentes y pueden acabar en vómito.

Algunas mujeres experimentan en estas primeras semanas de embarazo un


tremendo sueño… o, por el contrario, insomnio.

Desarrollo del feto semana 7: Brazos y piernas ya se esbozan . La cabeza es


enorme, irregular y tiene una especie de cola

En la semana 7 de embarazo el embrión mide de 5 a 7 milímetros, desde el final de


la cabeza (se llama vértex) hasta el final de la "cola", que será en un futuro su coxis; en la
ecografía al feto se le mide desde la parte superior de su cabeza hasta la rabadilla. La
cabeza aún está muy curvada sobre el pecho y crecerá mucho, ya que el cerebro se
desarrolla con rapidez.

No es muy guapo, es cierto. Todos los mamíferos son bastantes parecidos durante
las primeras semanas de su existencia, que recuerdan a animales prehistóricos: con una
enorme cabeza irregular, con pliegues y "bultos", y una especie de cola. Pero por dentro sus
órganos se van diferenciando y "humanizando".  Ahora se pueden ver unos abultamientos
en el extremo final y por debajo de la cabeza. Son los esbozos de sus piernas y brazos,
como si fueran unas paletas, que en breve se convertirán en manos y pies.
Muchos órganos se esbozan en la semana 7 de embarazo

Los rasgos de su cara siguen sin definirse, aunque aparecen unos diminutos ojos.
Al final de esta semana, en la cara surgen unos brotes: una pequeña fosa que será la boca,
los brotes de los maxilares inferior y superior y unas diminutas aberturas que señalan dónde
se situará la nariz. También aparecen los esbozos de las orejas.   

El cerebro se ha dividido en varios segmentos y los hemisferios craneales crecen


con celeridad. Se empiezan a formar los primeros bronquios y el corazón es tan grande que
"no le cabe en pecho" y se encuentra en una bolsa, y se van formado las cuatro cámaras
(dos aurículas y dos ventrículos). Late muy deprisa, a unos 150 latidos por segundo, el
doble de pulsaciones que un adulto.  El sistema digestivo continúa su desarrollo y lo que
será su futuro estómago sigue agrandándose, así como el hígado y el páncreas. También se
desarrollan las fibras de los músculos y dentro de poco estos se empezarán a mover, aunque
la madre no notará los primeras "pataditas" del bebé hasta pasado el primer trimestre, sobre
todo si es primeriza. La circulación placentaria, que dentro de poco tiempo le proporcionará
el oxígeno y los nutrientes, aún no está totalmente establecida, pero falta muy poco. 

Qué nota la madre en la semana 7 de embarazo

Las molestias persisten: las náuseas, el cansancio… En estos primeros meses de


gestación, algunas mujeres se encuentran muy desanimadas: su embarazo aún no es visible
-el útero todavía es muy pequeño y la tripa no ha crecido-, pero los "inconvenientes" de la
gestación sí que se dejan notar.  Es posible que note un exceso de salivación. No es un
problema importante, pero bastante incómodo, en ocasiones motivado por las náuseas. De
momento, no tendría que haber engordado nada, dado que el feto apenas ocupa un grano de
arroz y el útero apenas ha crecido

Desarrollo del feto en la semana 8: La vértebras crecen y rodean la médula.


Empiezan a formarse los genitales internos del bebé

El bebé ha crecido de forma espectacular dentro del útero materno en lasemana 8


de embarazo.  Mide entre 10 y 14 milímetros. A partir de esta semana, para los médicos ha
dejado de ser un embrión y ha "ascendido" de categoría de feto.  Su cabeza es muy grande
en proporción al resto del cuerpo y siempre está inclinada sobre el cuerpo. Los rasgos
faciales que se habían empezado a esbozar, van perfilándose.  Los ojos que se habían
situado a los lados -como un pez-, se van acercando entre sí, aunque aún se encuentra a
bastante distancia, alrededor de 160º.
Cómo se desarrolla en embrión en la semana 8 de embarazo
 En la boca se aprecia una pequeña lengua y una lámina que dará lugar a los
brotes de los futuros dientes. También tiene una rudimentaria nariz con ventanas y se está
formando el oído interno. Sus brazos y piernas se han alargado y las palas, que se
convertirán en manos y pies, se van separando del resto del cuerpo y aparecen en ellas
unas hendiduras que dejan entrever lo que serán sus dedos.
 Las vértebras en formación se han colocado alrededor de la médula espinal
para constituir la columna vertebral. Ya se aprecia un esbozo de lo que serán los
pulmones y se han empezado a formar los riñones y el resto del aparato urinario. Los
intestinos empiezan a ser demasiado largos para el diminuto cuerpo que tiene el bebé, así
que siguen su desarrollo fuera del abdomen dentro de un saco adyacente al cordón
umbilical. Este es muy grueso con respecto a las dimensiones del feto, y es que si hasta
ahora se alimentaba del saco vitelino, a partir de esta semana el bebé recibe los nutrientes
y el oxígeno de la placenta. Es un órgano vital en el embarazo, que nace y muere con la
gestación. Sin ella el embarazo no es posible que siga adelante y cualquier alteración lo
pone en un grave peligro.
 Aún no se han empezado a formar los genitales externos, aunque sí los
internos. De todas formas, su sexo está determinado desde el mismo momento de la
concepción, cuando los 23 cromosomas del óvulo se unieron a los 23 cromosomas del
espermatozoide. Si el cromosoma sexual de este era X, será una niña. Si es Y será un
varón. En unos meses, normalmente con la ecografía de alta definición que se realiza en
la semana 20 de gestación, se puede ver con claridad los genitales externos del bebé, y así
saber si es un chico o una chica. Saberlo antes no siempre es posible, ya que los genitales
externos al principio de la gestación son muy similares en ambos sexos.
 

Qué siente la mujer en la semana 8 de embarazo


Es posible que la mujer sienta un cierto agotamiento y cansancio.  Debe intentar
no "forzar" su organismo. Estas primeras semanas de embarazo son muy delicadas y el
riesgo de aborto elevado. Los esfuerzos físicos pueden provocar contracciones en el útero y
el bebé aún es demasiado y frágil. También es posible que se encuentre muy "sensible" y
que el más insignificante incidente le provoque el llanto… o que se encuentre eufórica. La
culpa de estos bruscos cambios emocionales la tiene las hormonas que ayudan a mantener
la gestación, como la progesterona y los estrógenos. Pero no hay que preocuparse porque en
unos días, estas se habrán estabilizado y todo volverá a la normalidad.  Como ya
habrá acudido a su ginecólogo, es posible que le haya prescrito análisis de sangre y de
orina; pero antes en la consulta le habrá realizado una serie de preguntas sobre hábitos de
vida, enfermedades que existen en la familia… Es muy importante contestar con total
sinceridad, ya que la realización o no de algunas pruebas depende de las respuestas y
además ayudan a prevenir eventuales problemas. 

Desarrollo del feto en la semana 9: El bebé adquiere una forma más humana

Con labios, párpados, dientes, cuello incipiente, ya sin cola


¡En una semana el bebé casi ha duplicado su talla! Ahora, en la semana 9 de
embarazo, mide entre 17 y 22 milímetros. Y físicamente también ha cambiado mucho: la
cola ha desaparecido y la cabeza se ha separado un poco del cuerpo gracias a un incipiente
cuello que humaniza su silueta. 
 Los ojos se acercan entre sí, mientras que los párpados empiezan a formarse
y casi cubren los ojos. Ya ha aparecido el labio y eso, unido a que las fosas nasales están
en su lugar, le da una imagen más humana.
 Dentro de las mandíbulas se empiezan a formar lo que serán sus dientes.
Los intestinos que permanecían alojados en una bolsa aneja, poco a poco se acomodan en
la cavidad abdominal, que ya es lo suficientemente grande como para tenerlos en su seno.

Ecografía del embrión: semana 9 de embarazo


 Los brazos y piernas se han alargado, y aunque manos y pies aún están
palmeados, como si se tratara de un abanico, los dedos empiezan a reconocerse. Como ya
habíamos comentado, en su desarrollo, los brazos van unos días por delante que las
piernas. ¿Eso quizás quiere anticipar lo que ocurrirá en unos meses: que el bebé sujeta
objetos, incluso antes de nacer, como veremos semanas más adelante, mientras que tarda
meses en dar sus primeros pasos caminando?
 El corazón empieza a dividirse: crece el tejido que separará las aurículas
derecha e izquierda. Sin embargo y a diferencia de tu corazón, en el órgano de tu bebé se
forma una abertura entre ambas llamada comunicación intrauricular oval o foramen oval.
Tiene dos misiones: por un lado, permitir que al cerebro llegue sangre oxigenada y por
otro, evitar que la sangre pase inútilmente por el pulmón del bebé, que ahora se encuentra
lleno de líquido amniótico.
Conviene recordar que en su periodo fetal, el bebé no obtiene el oxígeno a través
del aire que respira y que pasa por sus pulmones, sino que lo consigue gracias a la placenta.
Y precisamente esta pequeña abertura permite que la sangre pase de una aurícula a otra
saltándose el paso de los pulmones.

Qué nota la madre en la semana 9 de embarazo

En esta semana es cuando la hormona gonadotropina coriónica humana


(HCG) alcanza su nivel máximo. Por eso ahora es cuando peor son las náuseas y los
vómitos. No obstante, hay mujeres muy afortunadas que no experimentan ninguna molestia
al comienzo del embarazo. Eso no quiere decir que no sufran los mismos cambios
hormonales. Simplemente que su organismo los tolera mejor.

Semana 10 de embarazo: qué sucede


Ecografía 2 d y 3D de un embarazo de 10 semanas

Los párpados se han fusionado sobre los globos oculares y no volverán a abrirse
hasta dentro de unas cuantas semanas, hacia la semana 24 de embarazo.

Dentro de las encías se están empezando a formar los 20 dientes (10 en la


mandíbula superior y otros tantos en la inferior), aunque cuando nazca no habrán brotado
aún. Hay niños que nacen con alguna pieza dental fuera, lo que para determinadas culturas
como los inuit (esquimales) es un signo de buena suerte.

Todos los órganos ya están en su sitio, aunque continúan su desarrollo; de hecho,


algunos de ellos lo terminan meses o años después del nacimiento.

El corazón y el aparato circulatorio ya han completado su formación.

En los pulmones, los conductos que llevarán el oxígeno a la sangre se están


formando.

El intestino delgado prácticamente se encuentra dentro de la cavidad abdominal.

Los riñones están casi "terminados" y en breve empezarán a producir orina.

El hígado ocupa un gran espacio. En realidad es tremendamente grande con


respecto a su tamaño en una persona adulta. Este órgano sirve para convertir las proteínas y
las grasas digeridas en sustancias imprescindibles para la supervivencia del ser humano,
pero en el feto… no hay nada que digerir, así que se encarga por ahora de producir los
glóbulos rojos, hasta que la médula sea capaz de asumir esta función, casi al final del
embarazo.

El bebé ya cuenta con todas las articulaciones: codos, rodillas, muñecas y tobillo, y


los dedos de manos y pies se han separado. Además puede moverse, gracias a que su
sistema nervioso empieza a mandar las primeras señales. La madre aún no puede sentirlo
porque es demasiado pequeño como para que sus movimientos puedan ser percibidos por
ella, pero lo cierto es que flexiona sus bracitos y sus pequeñas piernas.

Qué nota la madre en la semana 10 de embarazo

Si es una madre primeriza es posible que a partir de ahora compruebe (¡al fin!) que
su tripa está algo abultada y que ha perdido su cintura…  Es probable que las faldas y
pantalones no le abrochen. Si es así, conviene cambiar de vestuario porque llevar prendas
muy apretadas de cintura hacia abajo puede favorecer la aparición de las antiestéticas
varices. 

Las mujeres que ya han tenido hijos notan crecer su tripa enseguida. No es que
hayan engordado más que en sus otros embarazos. La cintura se ensancha antes porque los
músculos abdominales ya se encuentran distendidos por las gestaciones anteriores.

Desarrollo del feto en la semana 11: El bebé puede tragar, bostezar y


succionar. El tronco se divide en dos partes separadas por el diafragma.

En la semana 11 de embarazo el bebé ya mide unos 4 centímetros desde la cabeza


al coxis y está a punto de superar su primer trimestre de vida… Todo un hito. 

Sus órganos, cerebro, pulmones, hígado, riñones e intestinos están formados y


aumentan de volumen. Se ha formado el diafragma dividiendo el tronco del bebé en dos
partes diferenciadas: la superior con el corazón y los pulmones en desarrollo y la inferior
que comprende todo el aparato digestivo.

No obstante, el intestino aún sigue siendo demasiado grande y todavía se aloja en


parte en una especie de hernia que penetra en el cordón umbilical. 

 
Ecografía 3D de un embarazo de 11 semanas

Cómo se desarrolla el embrión en la semana 11 de embarazo

Su aspecto exterior ha cambiado mucho. La cabeza aun representa la mitad de su


longitud total, pero se ha enderezado bastante.

Los rasgos faciales ya le hacen parecer una "personilla" y no el embrión de algún


otro mamífero. Los ojos se han ido centrando y el iris ha comenzado a formarse.

Cuando acabe esta semana el oído interno se habrá desarrollado por completo,


aunque eso no quiere decir que pueda oír, y las orejas se han acercado a la que será su
situación definitiva. También se empiezan a perfilar los labios y cuenta con sus primeras
papilas gustativas.

Es posible que ya empiece a dar sus primeros traguitos de líquido amniótico.


También han empezado a formarse las cuerdas vocales de la laringe, aunque para que
actúen aún queda algún tiempo: será cuando tome su primera bocanada de aire al nacer y
esas cuerdas vibren y produzca sus primeros sonidos.

El cerebro está formado, pero eso no quiere decir que funcione como el de un


adulto porque aún no ha terminado un importante proceso: las conexiones neuronales que
es lo que permite que el cerebro sea capaz de entender los mensajes que le llegan. Pero,
poco a poco, va despertando.

Qué nota la madre en la semana 11 de embarazo


El útero ha alcanzado, más o menos, el tamaño de un pomelo. El corazón de la
embarazada late algo más deprisa porque ha aumentado el volumen de sangre que recorre el
aparato circulatorio. Como consecuencia de este incremento, los riñones también tienen que
trabajar más. Pero el organismo de la mujer se encuentra perfectamente preparado para
asumir estos cambios y muchos otros que aun están por llegar.

Desarrollo del feto en la semana 12: Los órganos sexuales externos, formados.
La ecografía mide el llamado pliegue nucal del feto

¡Felicidades, mamá! Esta es la última semana del primer trimestre, la semana 12


de embarazo. Las posibilidades de aborto son a partir de ahora mucho menores. Todos los
órganos están formados y a partir de ahora solo tienen que evolucionar para  permitir al
bebé sobrevivir fuera del útero materno, aunque algunos de ellos, como el cerebro, no
terminan su completo desarrollo hasta años después del nacimiento.

En esta semana además tiene lugar un hecho muy importante e inolvidable en la


vida de la embarazada: es probable que le hagan su primera "foto", la ecografía de la
semana 12.

Ecografía 3D de un embarazo de 12 semanas: Pliegue nucal

Es una prueba fundamental. En primer lugar, le dicen si lo que espera es uno o dos
bebés, si su crecimiento es el correcto y además le medirán la translucencia nucal (TN) o
pliegue nucal: un acúmulo temporal de líquido en la región de la nuca del feto, como
consecuencia del normal desarrollo linfático

El incremento en el grosor de la TN se ha relacionado con una amplia variedad de


anomalías cromosómicas, como el síndrome de Down, el de Patau, el de Edwards, y el de
Turner, y defectos anatómicos, como las cardiopatías. Aunque los datos varían en los
distintos estudios se considera que una translucencia nucal por encima de los 2,5 mm o  3
mm no es un buen dato, y de hecho en un 77 por ciento de los casos se confirma que hay
algún problema, aunque también hay un 4,7 por ciento de falsos positivos. Es decir, niños
que presentan una translucencia nucal aumentada, pero eran sanos.

O al revés: fetos que tenían una translucencia normal nacieron con problemas. Por
eso no se puede utilizar para diagnosticar problemas cromosómicos. También observarán
otros signos que puedan hacer sospechar al médico que algo no va bien como la ausencia de
hueso nasal en examen ecográfico.

Semana 12 de embarazo: el bebé se mueve a sus anchas en el útero

El bebé gracias a sus músculos ya es capaz de hacer muchos movimientos: gira la


cabeza, encoje y estira brazos y piernas, cierra los puños… Es cierto que la futura madre
aún no es capaz de percibirlo, pero en la ecografía si el bebé no está dormido (suele ocurrir)
quizás se puedan ver.

Los órganos sexuales externos ya se han formado, pero no siempre en la ecografía


se pueden distinguir con claridad, por eso en esta primera ecografía el especialista no
siempre anuncia a los futuros padres si el bebé que esperan es niño o niña.

Es capaz de tragar líquido amniótico y su sistema digestivo lo digiere y lo evacúa,


gracias a que sus riñones ya funcionan. Sin embargo, el hecho de que el feto sea capaz de
tragar (e incluso saborear, puesto que sus papilas gustativas poco a poco empiezan a
funcionar) no implica que su nutrición sea por este mecanismo, ya que todos los nutrientes
que recibe tu bebé le llegan directamente por la placenta, a través del cordón umbilical.
Esos nutrientes pasan directamente a la circulación fetal, que los distribuye por todo el
organismo del feto.

En esta semana se empiezan a formar los bulbos pilosos de donde surgirán sus
pelos y cabellos. Ahora sí que los dedos de las manos y de los pies se ha separado por
completo. Los ojos se han ido acercando a ambos lados de la nariz y se ha desarrollado un
puente. Ya se ha formado el iris, es decir la parte más visible del ojo y la que aporta el color
característico.

Los iris de cualquier color tienen sólo un tipo de pigmento, la melanina. Los


diferentes colores de los ojos no dependen pues de distintos pigmentos, sino de la cantidad
y posición de esta melanina: los iris de mayor cantidad de melanina y localización más
anterior de ésta aparecen más oscuros; los de menos cantidad y posición más profunda se
ven más azulados. Y lo que influye para que tengan más o menos melanina no es otra cosa
que la herencia que sus progenitores le han trasmitido a través de los genes.

Qué siente la madre en la semana 12 de embarazo

El útero es demasiado grande para quedar contenido en la cavidad pélvica y


asciende por la cavidad abdominal. Es decir, tu embarazo ya se empieza a notar.
Las náuseas si no han desaparecido ya, lo harán en breve. Por regla general la mujer a partir
de ahora se encuentran muy bien físicamente y con buen ánimo.
Desarrollo del feto en la semana 13: El cartílago se va trasformando en hueso.
Los riñones empiezan a funcionar formando la primera orina

Semana 13 de embarazo: Al bebé que está creciendo dentro del útero materno aún
le queda mucho por crecer. En apenas siete semanas -ni dos meses- ha pasado de los 2
milímetros a los 8,5 centímetros que mide ahora desde la cabeza a los talones.

Por eso aún no tiene huesos tal y como los entendemos nosotros. Y en realidad no


los tendrá hasta la adolescencia, cuando pare su crecimiento. 

El cartílago empieza a osificarse

De momento lo que tiene es un tejido cartilaginoso, que a partir de esta semana


empiezan a osificarse. Este proceso de osificación comienza en el centro de esa primitiva
estructura y gradualmente se extiende hacia los extremos del mismo. La porción central de
hueso osificado se denomina diáfisis, mientras que el extremo del hueso que todavía está
formado por cartílago se llama epífisis, parte que se "alarga" a medida que el bebé (y luego
niño) crece. 

Ese cartílagos se ha empezado a formar en el centro de las dos fosas nasales (se
convertirá en el hueso nasal, en las costillas y en las piernas.

Hasta hace unos pocos días, parte de su intestino delgado sobresalía por el cordón
umbilical porque, como ya explicábamos, era demasiado grande para ese cuerpo tan
pequeño.

Ecografía 4D de un embarazo de 13 semanas: bebé moviéndose


Pero en la semana 13  de embarazo ya no debe existir ninguna hernia umbilical y
los intestinos deben alojarse en la cavidad abdominal. Ahora también sus riñones funcionan
y empiezan a formar orina. Evidentemente se trata todavía de un "pipí" muy diluido,
compuesto por agua y unos cuantos iones.

Sus primeros "pelillos" surgen de la finísima piel del feto de 13 semanas de


gestación, en las regiones de las cejas y el bigotillo. Es una pelusa muy fina
llamada lanugo que en unas pocas semanas llegará a cubrir su cuerpo por completo y que se
suele caer antes del nacimiento. Su función se desconoce. Las células nerviosas se
multiplican con rapidez y el cerebro se ha dividido en dos hemisferios.

Qué nota la madre en la semana 13 de embarazo

A partir de ahora, el embarazo suele dar una tregua a la madre. Normalmente en


los siguientes tres meses la mujer se encuentra muy bien físicamente y llena de energía.
Además las hormonas de la gestación ayudan a embellecerse: la piel y el cabello de la
embarazada brillan con especial intensidad.

Segundo trimestre

Desarrollo del feto en la semana 14: La cara del bebé ya parece humana. Aurículas y
ventrículos del corazón ya se pueden diferenciar.

En la semana 14 de embarazo, las orejas del feto se encuentran implantadas a


ambos lados de la cabeza y también los ojos se han acercado; es decir, el bebé tiene ya una
carita casi perfecta, tanto que ya se distingue el puente de la nariz. Incluso se puede ver que
hace algunos pequeños gestos. Además, el cuello se ha alargado y el mentón ya no
descansa sobre el pecho. Ya no parece que esté enroscado.
De todas formas su cabeza sigue siendo mucho más grande en proporción con su
cuerpo y así será incluso años después de su nacimiento. Sus brazos han crecido y están
más proporcionados con respecto al resto del cuerpo y han empezado a crecerle las uñas en
sus deditos.

Si a la madre le hicieran una ecografía en la semana 14 de embarazo, el médico


podría diferenciar  las aurículas de los ventrículos. Su hígado es aún muy grande, porque
tiene que fabricar células sanguíneas, aunque desde esta semana aproximadamente en esta
tarea cuenta con la colaboración de la médula, que tendrá que asumir este papel cuando el
bebé nazca. Pero de momento, solo practica.

Su piel sigue siendo tan sumamente fina que a través de ella se pueden ver algunos
de los órganos internos y los vasos sanguíneos. Pero es una situación que cambiará dentro
de poco.

La madre sigue aún sin notar los movimientos y pataditas del bebé que crece
dentro de ella, pero ya se mueve bastante, abre los brazos, los agita. Como es muy chiquitín
(desde la cabeza a los talones su altura llega a los 10 centímetros y solo pesa unos 45
gramos) tiene mucho espacio para moverse en libertad dentro del útero materno.  

Qué siente la madre en la semana 14 de embarazo

Es probable que al aumentar la temperatura basal de su cuerpo la mujer note calor


y que aumenta su transpiración. Para la higiene materna, conviene usar jabones de pH 
neutro y muy importante: aplicar siempre una crema hidratante y aceites (de almendras, por
ejemplo), para disminuir el riesgo de aparición de estrías durante la gestación.

Desarrollo del feto en la semana 15: Los movimientos del bebé se notan. Ya le
funcionan el aparato respiratorio y los riñones
 El tamaño del bebé es comparable a una naranja en la semana 15 de embarazo.
Los movimientos del feto son muy evidentes: la criatura mueve ya con facilidad las
articulaciones de los codos y las muñecas, abre y cierra los puños de sus manitas.

Ecografía 3D de un embarazo de 15 semanas

En cualquier ecografía de la semana 15 se observa la gran vitalidad de los bebés


que tienen edad gestacional: sus estructuras básicas están ya formadas y aún campan a sus
anchas dentro  del útero materno.

Si no se trata del primer embarazo de la madre puede que note los movimientos


fetales, como un ligero aleteo, pero si no nota nada aún no debe preocuparse. Las mujeres
que son primerizas aún tardarán unas semanas. Tiene todo un catálogo de "gestitos": abre y
cierra la boca, puede bostezar y hace movimientos de succión, y se empiezan a desarrollar
las papilas gustativas. En diferentes estudios realizados, se sospecha que el sabor del
líquido amniótico se modifica en función de la dieta materna.

Las orejas se encuentran implantadas a ambos lados de la cabeza, pero no estarán


completamente formadas hasta dentro de unas semanas. Aún mantiene los párpados
cerrados, pero dentro se forma el cristalino y la córnea.

Su sistema circulatorio y urinario ya funcionan. Aunque sus pulmones no se


llenarán de aire hasta que nazca, rendimiento y respira y aspira líquido amniótico
haciéndolos trabajar y evitando que los incipientes bronquios se colapsen.

Amniocentesis a partir de la semana 15 de gestación


A partir de esta semana es cuando se puede hacer la amniocentesis, es decir, la
extracción, con la ayuda de un ecógrafo, de una pequeña cantidad de líquido amniótico
pinchando en el abdomen de la madre, que sirve para detectar problemas cromosómicos,
como el síndrome de Down. Antes no es posible realizarla porque la cantidad de líquido
amniótico que hay hasta entonces es pequeña y existe un gran riesgo para el embarazo. No
es una prueba dolorosa.

La mayoría de las mujeres se refiere a ella como molesta, pero nada más. Después,
la futura madre tendrá que estar un par de días de reposo relativo e intentar no coger peso ni
realizar importantes esfuerzos. Los 10 o 15 cm3 de líquido que se extrae se reponen en las
siguientes horas.

Qué siente la madre en la semana 15 de embarazo

No saber dónde se dejó el teléfono móvil o incluso salir a la calle con las zapatillas
de casa, son "despistes" con una explicación: al parecer los cambios hormonales que se
producen en el embarazo reducen algo el tamaño de las neuronas y modifican la
interconexión que existe entre ellas y los neurotransmisores. Pero también es posible otra
explicación: los pensamientos de la madre se encuentran centrados al cien por ciento en
el bebé que crece dentro del útero.

Desarrollo del feto en la semana 16: Movimiento de brazos, piernas y manos. Empieza
a tener reflejo de prensión y coge su propio cordón umbilical

Si hasta ahora lo importante era que los órganos se formaran correctamente, a


partir de la semana 16 de embarazo el bebé tiene una misión importantísima: crecer y
crecer. Ahora el niño mide alrededor de 11 centímetros desde la coronilla hasta el coxis y
pesa entre 80 y 100 gramos.  Y no para de moverse dentro del aún espacioso útero materno.
Cómo se desarrolla el bebé en la semana 16 de embarazo

El feto es ahora mucho más activo: mueve sin trabas piernas y brazos, lo que
quiere decir que su sistema muscular está más evolucionado. De todas formas, siguen
siendo movimientos involuntarios, aunque el sistema nervioso empieza a funcionar y el
cerebro controla algunos movimientos.

Prueba de ello es que empieza a tener el reflejo de prensión. Si su manita se topa


con el cordón umbilical quizás lo agarre y lo apriete. Pero eso no tiene porque preocupar a
la madre: no tiene fuerza suficiente como para comprometer el sistema circulatorio del
cordón.

Además, las dos arterias y la vena que forman el cordón umbilical están rodeadas
por una gelatina, gelatina de Wharton, que impide que este se doble y se obstruya la
circulación sanguínea (como ocurriría con una manguera de agua), que por cierto es "al
revés" que la del resto del sistema circulatorio: las arterias llevan la sangre con toxinas,
mientras que por la vena discurre la sangre oxigenada y llena de nutrientes.

Su cabeza ya está bastante erguida. Aunque los párpados siguen cerrados el globo
ocular se mueve y en la ecografía es posible distinguir el cristalino. Su piel sigue siendo
muy fina y empiezan a formarse el sentido del tacto. Este es el más madrugador, aparte de
ser el más extenso, dado que abarca todo su cuerpo.

En las yemas de los dedos de la mano aparecen el boceto de espirales y arrugas


que se convertirán en las huellas digitales. Y en los pies empiezan a crecerle las uñas de los
dedos.

 
Qué siente la madre en la semana 16 de embarazo

En el embarazo, los elevados niveles de estrógenos y progesterona estimulan la


producción de melanina, la sustancia que se encarga de oscurecer la piel, normalmente para
protegerla de los rayos ultravioletas del sol. Pero también son los responsables de la
llamada línea alba, y que suele aparecer a partir de esta semana, una línea oscura que va del
ombligo al pubis y que divide la tripa en dos. No hay que hacer nada y mucho menos
aplicar cremas despigmentantes: desaparece sin más tras el parto.

Desarrollo del feto en la semana 17: El bebé empieza a sentirse a sí mismo.


Empieza a desarrollar el sentido del oído y a sentir la voz de su madre

En las próximas tres semanas el feto va a crecer tanto que duplicará su peso y
altura. En torno a la semana 17 de embarazo el cerebro desarrolla las vías neuronales que
capacitarán al bebé para empezar a sentir las demás partes de su cuerpo, lo que se conoce
como propiocepción.

Cómo se desarrolla el bebé en la semana 17 de embarazo

Esta percepción inconsciente del espacio del propio cuerpo –la propiocepción–


depende de todas las informaciones que llegan al cerebro a través de los oídos, los ojos, la
nariz y las extremidades. Se trata de un sentido dinámico, que permite que el ser humano
se  adapte a un entorno cambiante. Aunque la propiocepción no madura por completo hasta
que el bebé no ha nacido, ahora aparecen los primeros indicios: por ejemplo el bebé
empieza a juntar las manos,  y si bien en un primer momento en cuanto se aproximan se
separan, finalmente consigue unir sus dedos. Quizás los ha reconocido como propios.

El bebé empieza a desarrollar el sentido del oído. Eso no quiere decir que sea
capaz de oír tal y como lo entiende un adulto. Pero sí que empieza a percibir algunos de los
ruidos o mejor detecta algunas de las ondas sonoras que provocan los latidos del corazón
materno, la circulación sanguínea de la madre, el rumor de su estómago y, por supuesto, su
voz.

Ecografías durante el embarazo

Físicamente el bebé se va poniendo guapo: ya tiene algo de pelillo en la cabeza, así


como cejas y pestañas. En los dedos de manos y pies tiene uñas. De todas formas está muy
flacucho porque todavía no ha generado grasa subcutánea. Además no para de moverse.

Qué siente la madre en la semana 17 de embarazo

A partir de esta semana, la placenta empieza a producir el lactógeno humano


placentario, que estimula el desarrollo de los alvéolos del pecho, donde se fabrica la leche
materna. A partir de entonces las mamas empiezan a producir calostro, un líquido
amarillento que puede salir ocasionalmente por los pezones en los últimos meses del
embarazo.

Desarrollo del feto en la semana 18: Ya se identifican los genitales externos.


Están empezando a formarse los alvéolos pulmonares

En la semana 18 de embarazo podemos decir que el bebé cada día está más guapo:
los ojos y las orejas se encuentran en el lugar correcto.  En los pulmones se están formando
los alvéolos, unos pequeños sacos que se encuentran al final de los bronquios y que cuando
nazca se llenarán de aire. Aunque de momento no los utilice es importante, que se
empiecen a formar en este segundo trimestre de gestación, ya que en el supuesto de que el
bebé naciera de forma prematura -antes de la semana 36 - tendría posibilidades de
sobrevivir. Si no los tuviera, la vida extrauterina sería imposible. 

Cómo se desarrolla el bebé en la semana 18 de embarazo

Tanto en los niños como en las niñas se empiezan a desarrollar unos pezones
rosáceos sobre las glándulas mamarias. Ahora ya sí que se distinguen perfectamente los
genitales externos de niños y niñas. Éstas ya cuentan en sus ovarios con todos
los óvulos que tendrán al nacer, además de otros órganos como vagina, útero y trompas de
Falopio.

El feto ahora ya traga grandes cantidades de líquido amniótico que elimina a través


de la orina. De hecho, a partir de ahora el líquido amniótico está producido en un 90 por
ciento por su riñón. Pero además empieza a acumular algunos deshechos en sus intestinos
(restos epiteliales, células muertas…). Así es cómo se forma el meconio, una sustancia
verde oscura y muy pegajosa, las primeras heces que expulsará el bebé a las pocas horas de
nacer.

Ecografía 4D de un feto de 18 semanas

Qué nota la madre en la semana 18 de gestación

Algunas mujeres notan un aumento del deseo sexual. Dos factores influyen en este
hecho: por un lado el aumento de los estrógenos y por otra, una mayor vascularización de
los genitales externos. Otras en cambio, perciben que su libido se encuentra muy baja.
Ambas situaciones son completamente normales.

Desarrollo del feto en la semana 19: Maduran las células nerviosas


sensoriales. El corazón del bebé se oye a través de un estetoscopio fetal

La piel del bebé se empieza a engrosar en la semana 19 de embarazo. Esto


significa que acumula grasa sobre la dermis, y que a medida que aumente, dará al bebé el
aspecto rollizo al nacer. Su pequeño corazón late con fuerza, de tal forma que ya es posible
escucharlo a través de un estetoscopio fetal, que es una especie de "trompetilla" que se
coloca sobre el vientre materno. Transporta ya más de 20 litros de sangre.

Cómo se desarrolla el bebé en la semana 19 de embarazo

A esta edad gestacional también se ha desarrollado la cóclea del bebé. Se trata de


una cavidad en forma de cono del oído interno donde se aloja el órgano de Corti,
responsable de transmitir el sonido por el cerebro. Por eso escucha perfectamente la voz de
la madre, de tal forma que cuando nazca diferenciará su voz frente a otras. El resto de los
sonidos exteriores es muy difícil que le llegue -a no ser que sea muy elevado- ya que el
líquido amniótico los amortigua.  Hacia la semana 19 de embarazo se produce un hecho
crucial en su cerebro: las células nerviosas que permiten cada uno de los sentidos se
desarrollan en sus áreas particulares dentro del cerebro. Sus piernas y brazos ya tienen el
tamaño apropiado en relación con el resto de su cuerpo. El cartílago de sus huesos va
endureciéndose.

Qué nota la madre en la semana 19 de gestación

Es muy posible que la futura madre ya haya notado las primeras pataditas de su


bebé en el vientre. Es un momento muy emocionante y que probablemente nunca olvidará.

Se perciben como un pequeño aleteo, sobre todo cuando la madre se encuentra


descansando o relajada.
Aún quedan algunas semanas para que esos movimientos puedan ser percibidos
por el papá de la criatura, al colocar su mano sobre el vientre materno, pero todo llegará…

Desarrollo del feto en la semana 20: Ya están formados los órganos vitales. La
ecografía morfológica trata de descartar malformaciones

En esta semana, la embarazada tiene una cita ineludible con el médico: le harán
una ecografía de alta resolución o ecografía morfológica. Se trata de una exploración muy
minuciosa de la morfología del feto para descartar malformaciones. Este estudio tiene como
objetivo el diagnóstico de anomalías estructurales. El bebé ya es lo suficientemente grande
como para poder observar sus órganos con claridad.   

Por ejemplo, se estudia que el corazón tenga las cuatro cavidades (dos aurículas y
dos ventrículos), que los riñones, el hígado, el estómago y otros órganos se están formando
correctamente.

Se cuentan las vértebras de la columna vertebral y los dedos de manos y pies (en
ocasiones, cuando falta alguno es síntoma de otros problemas más graves).

Se observa que no hay fisuras del paladar, que el bebé tiene cristalino en sus ojos
(aunque parezca mentira, es posible contemplar esta fina membrana que hace de lente), los
huesos largos de brazos y piernas.

Se calcula la circunferencia del abdomen y la circunferencia cefálica, y estos datos


permite saber si el crecimiento fetal es armónico.

Ecografía 4D de un feto de 20 semanas


También, con estas mediciones se puede concretar la fecha probable de parto y
saber si efectivamente el feto se encuentra en la vigésima semana de gestación (a menudo
se producen errores en la datación del embarazo porque la mujer no recuerda o no sabe bien
la fecha de su última regla).

Además se observa la localización de la placenta, la cantidad de líquido amniótico


y, si el bebé se deja…, podrán decir ya casi con total seguridad cuál es su sexo porque los
órganos sexuales, tanto de los niños como de las niñas, son perfectamente visibles. Si la
futura mamá todavía no ha notado las pataditas de su bebé (en las primerizas es normal)
podrá ver con sus propios ojos que su bebé se mueve… y mucho.

Cómo se desarrolla el bebé en la semana 20 de embarazo

La piel es de un color rojizo porque todavía no ha acumulado suficiente grasa


debajo de ella, aunque se empieza a engrosar y ya cuenta con sus respectivas capas.

Se empieza a formar el paladar y las papilas gustativas se encuentran en toda la


boca y no solo en la lengua, sino alrededor de ella, en el área de los labios e incluso en las
mejillas. Cuando nazca, éstas le servirán para descubrir el mundo que le rodea: al "llevarse
todo a la boca" y chupar todo lo que caiga en sus manos descubre si ese objeto es suave,
áspero, rugoso, liso… Meses después de su nacimiento, esas papilas que han crecido en las
mejillas desaparecerán para siempre.

El bebé ahora chupa el pulgar, juega con el cordón umbilical y se entrena con sus
puños como un boxeador. Estos movimientos tienen un objetivo: ejercitar la musculatura en
desarrollo e ir entrenándose para que una vez que haya nacido sea capaz de llegar al pecho
de su mamá y tomar su primer alimento.

Sus párpados aún permanecen cerrados, pero aparecen las cejas y las pestañas. El


iris, es decir, la parte coloreada todavía carece de pigmento.

Nunca tendrá tantas neuronas como ahora: cada minuto produce 100.000 neuronas


nuevas, aunque de momento están vacías: tienen que llenarse de contenido e irse
conectando entre sí, proceso imprescindible para empezar a formar sus primeros
pensamientos.
Qué nota la madre en la 20 semana de gestación

Las hormonas hacen que los ligamentos y tejidos se vuelvan más flexibles,
imprescindible para el parto, pero también causan la inflamación de las encías. La gingivitis
gravídica es un problema frecuente, que hay que vigilar. Entre otros problemas, puede
provocar caries: al lavarse los dientes, la mujer siente cierta molestias con lo que descuida
un poco esa higiene causando un aumento de sarro y la formación de bacterias. Para
evitarlo, hay que acudir al dentista. Lo ideal es que la mujer embarazada acuda a la consulta
una vez cada tres meses. El odontólogo observará si es precisa una limpieza de dientes para
retirar la placa acumulada y aliviar a las encías de esa presión.

Desarrollo del feto en la semana 21: Los órganos internos, casi terminados.
Puedes notar un latido en la tripa: es el hipo del bebé, no su corazón

El bebé está hecho todo un gimnasta en la semana 21 de embarazo: da volteretas,


estira brazos, usa las piernas para darse impulso, pedalea…, sobre todo cuando la madre
está descansando. Todos estos movimientos le ayudan a la formación y desarrollo de
su sistema muscular. 
Bebé de 21 semanas tapándose con los brazos

 Además al hacerlo en un medio líquido le resulta mucho más fácil porque todos
somos más ágiles en el agua. Pero al mismo tiempo duerme mucho con 21 semanas de
embarazo: unas 18 horas diarias. 

El hipo del bebé le prepara para respirar fuera del útero

El estómago del feto posee ácido clorhídrico y otras enzimas digestivas, aunque en


escasa cantidad. Ahora, en la semana 21 de embarazo, traga una buena cantidad de líquido
amniótico y absorbe pequeñas cantidades de azúcar que contiene. ¿Has notado unos latidos
acompasados y rítmicos en tu tripa? No, no es el corazón de tu bebé, aunque lo parezca.
Esos cadenciosos movimientos se deben a que tu pequeño tiene hipo. Es una forma más
de fortalecer su sistema respiratorio y preparase para la respiración.

El calibre de los bronquios y bronquiolos pulmonares aumenta lentamente.


Además, se produce la vascularización del tejido pulmonar. Cada bronquiolo terminal
origina dos o más bronquiolos respiratorios que forman de tres a seis conductos alveolares.
Por el momento se encuentran henchidos de líquido amniótico, pero en cuanto nazca el
bebé se llenarán de oxígeno.
De todas formas y a pesar de que sus órganos internos están ya en una fase de
desarrollo muy avanzada, el bebé no está aún preparado para vivir fuera del útero materno
de forma independiente.

La médula ósea empieza a producir glóbulos rojos. Hasta ahora esta función la


cumplía el hígado y el bazo. De todas formas, el primero deja de producir glóbulos rojos
unas semanas antes del parto y el bazo, en la semana 30 de embarazo.

21 semanas de embarazo: Qué siente la madre

La tripa ha crecido y todo el mundo se da cuenta de que esperas un bebé. Pero aún
no es demasiado voluminosa, así que puedes seguir haciendo una vida normal aunque sin
excesos. Los niveles hormonales también se han estabilizado y notas cómo se mueve tu
bebé y para ti esas "pataditas" en la barriga son una bendición… En fin, te encuentras en el
mejor momento del embarazo. Quizás notes algunas pequeñas molestias,
como calambres o ardor de estómago, pero por el momento son pasajeros.

Desarrollo del feto en la semana 22: Se forman los dientes definitivos. Las
funciones cerebrales del bebé le permiten sentir dentro del útero

Los dientes de leche del bebé se empezaron a formar muy pronto, en las primeras


semanas de gestación, aunque normalmente brotan cuando el bebé ya ha cumplido seis
meses de edad. Pero lo más sorprendente es que los dientes definitivos, que no asoman
hasta que el niño cumpla cinco o seis años, se comienzan a formar ahora, en la semana 22
de embarazo.

Desarrollo cognitivo del bebé: tacto, memoria, aprendizaje

Día a día el feto se va poniendo más hermoso. Su cara se va acercando poco a


poco a la de un bebé a término: Ya cuenta con cejas y pestañas, aunque sus párpados aún
permanecen cerrados.
Empiezan a funcionar los receptores del tacto del bebé, que están extendidos por
todo su cuerpo porque ya tiene listas las conexiones con la corteza cerebral. Por eso cuando
el feto toca el cordón umbilical tiende a alejarse de él.

El sistema límbico de cerebro, compuesto por un conjunto de estructuras


relacionadas con las respuestas emocionales, la memoria y el aprendizaje, se encuentra en
pleno desarrollo. Algunas teorías afirman que el bebé después de nacer es capaz de recordar
algunas emociones vividas en el útero materno y que el feto es muy sensible a los estados
de ánimo de la madre. No hay nada demostrado científicamente, pero todos los expertos
están de acuerdo en que es fundamental que la madre se encuentre en el mejor estado
posible.

Diagnóstico de los quistes de plexo coroidal

Tras la ecografía morfológica de la semana 20 de embarazo, esta prueba no se


suele repetir hasta el tercer trimestre, pero hay excepciones. Por ejemplo, si en la ecografía
el médico observó algunas anomalías, se repite a cada poco. Así si te indicó que en el
cerebro de tu bebé se aprecian quistes de plexo coroidal, no te alarmes. Se encuentran en el
dos por ciento de los fetos entre las semanas 16 y la 24 de gestación. Pueden ser bilaterales
y el número y tamaño es variable. Disminuyen rápidamente de tamaño y se resuelven
espontáneamente en la semana 28 de embarazo. Lo normal y más generalizado es que no
tengan ninguna consecuencia, pero pueden asociarse con algunas cromosomopatías. Por eso
es importante un control ecográfico, para descartar otras anomalías asociadas.
Ecografías de la semana 20 de embarazo

Qué siente la madre en la semana 22 de embarazo

Ahora los movimientos intrauterinos del bebé son fuertes y vigorosos. Tanto, que


es fácil que note que en su tripa aparece un "bulto" que se va desplazando. Es la cabeza, la
mano o el pie que sobresale.  Si lo acaricias, comenzarás una primera comunicación con tu
bebé. Como ya te hemos comentado, el sentido del tacto lo tiene bastante desarrollado y
sentirá las cálidas caricias de su madre como un gesto de amor. 

Desarrollo del feto en la semana 23: La piel ya no es traslúcida. El bebé


aprende a succionar y a orinar

El bebé pesa casi medio kilo y mide unos 25 centímetros de longitud en la semana
23 de embarazo.  Cuando nazca, es necesario que sepa succionar para poder mamar y
alimentarse.  Por eso, antes de abandonar el útero materno, necesita practicar… ¡con su
dedo pulgar, por ejemplo!

Desarrollo cerebral y del esqueleto

En ecografías de la semana 23 se ha visto a los fetos con su dedito en la boca. Esto
quiere decir que con 23 semanas de embarazo, el desarrollo cerebral del bebé es el
adecuado ya que para realizar estos movimientos. Para ello es necesario que se hayan
creado ya algunas conexiones neuronales.

La formación de los huesos sigue su desarrollo. El cartílago poco a poco se va


osificando, proceso que comienza desde el centro del hueso y progresa hacia los extremos
del mismo.

La piel ya no es traslúcida en la semana 23 de embarazo, sino rojiza y arrugada y


comienza a cubrirse de vérnix caseoso, una capa de grasa producida por las glándulas
sebáceas fetales. Esa capa le protegerá durante toda la gestación y suele nacer con ella… a
no ser que el niño nazca con retraso, con más de 42 semanas de embarazo. Además, como
es muy untuosa le facilita la salida por el canal del parto y desplazarse sin dificultad.

El bebé ya genera orina a las 23 semanas de gestación

El bebé genera unos 12 ml. de orina a la hora; la cantidad aumenta


progresivamente hasta alcanzar los 30 ml. a la hora al final del embarazo. Esa orina procede
el líquido amniótico que traga y que su sistema digestivo digiere. Así que, cuando nazca tu
bebé, no te extrañe por tanto que sea capaz de "gastar" tantos pañales

Qué siente la madre en la semana 23 de embarazo

Riesgo de preeclampsia

En el embarazo hay que controlar muy bien la tensión arterial, sobre todo a partir
de esta semana de gestación. La hipertensión, es decir, tener valores por encima 14 en la
sistólica (la alta) y de 9 en la diastólica (la baja), es el principal síntoma de preeclampsia,
una enfermedad del embarazo que si no se controla puede ser grave para la madre y el feto.

Cualquier proceso de hipertensión constriñe los vasos sanguíneos de la placenta


que suministran oxígeno y nutrientes al bebé, lo que influye negativamente en su
crecimiento en el útero materno. Hay también riesgo de parto prematuro y
de desprendimiento de placenta con fuertes hemorragias vaginales peligrosas para la salud
de la madre y el bebé.

Otro síntoma de esta enfermedad es la presencia de proteínas en la orina, que se


descubren con un análisis de la misma. También se acompaña de:

Hinchazón en el rostro y manos

Aumento de peso

Fuertes dolores de cabeza


Mareos

Dolores intestinales

Vista borrosa

La preeclampsia puede evolucionar rápidamente y convertirse en una enfermedad


poco frecuente y potencialmente peligrosa llamada eclampsia, que provoca convulsiones y
estado de coma.

Desarrollo del feto en la semana 24: El bebé puede oír a partir de ahora. Se
realiza el análisis para detectar la diabetes gestacional

En la semana 24 de embarazo, los huesos del oído interno se están endureciendo,


la cóclea y las terminaciones sensoriales han alcanzado su completo desarrollo. Esto que
quiere decir que el oído del feto se encuentra preparado para oír. La cóclea es la parte del
oído que se encarga de decodificar los sonidos y trasmitirlos al cerebro por el nervio
auditivo, y dentro de ella se encuentra el órgano de Corti, que produce un componente
químico que permite trasformar los movimientos en impulsos eléctricos.

Test de O'Sullivan: descartar la diabetes gestacional

Es muy probable que en la semana 24 de embarazo, o en las siguientes, te hagan


unos análisis de sangre y que te practiquen una prueba llamada test de O'Sullivan para
comprobar tus niveles de glucosa en sangre y descartar o no que padeces diabetes
gestacional. Se trata de una patología bastante frecuente en el embarazo que puede hacer
que tu bebé nazca más grande de lo normal (lo que siempre dificulta el parto) y que pueda
padecer hipoglucemias al nacer.  Aparece ahora porque la placenta produce una serie de
hormonas que tienen la única función de aportar al bebé todas aquellas necesidades que
requiere para crecer, con prioridad absoluta sobre el organismo materno. Una de esas
necesidades aumentadas en la madre es la insulina.

¿Cómo se hace el test de O'Sullivan?

Si aumentan los requerimientos de insulina de la madre en un cien por ciento y el


páncreas materno solo produce un 50 por ciento, se pone de manifiesto la diabetes
gestacional, es decir glucemias elevadas en la madre que antes no tenía. Por eso,
coincidiendo con los análisis del segundo trimestre, te harán esta prueba: tomarán una
muestra de sangre y a continuación, te darán a beber un líquido muy dulce que contiene 50
gramos de glucosa; y una hora después, te volverán a realizar una extracción sanguínea
para medir la glucosa en sangre. Se considera positivo el test cuando se encuentra en
valores mayores o iguales a 140 mg/dl. ".

La curva larga o test de sobrecarga de glucosa

Si la prueba resulta positiva, deberás acudir otro día para hacerte otra, llamada test
de sobrecarga de glucosa (o curva larga). En esta ocasión, le darán a beber un líquido con
100 gramos de glucosa y se estudia cómo lo ha asimilado su organismo, con extracciones
de sangre a los 60, 120 y 180 minutos. Esta prueba puede resultar bastante pesada porque
durante ese tiempo deberás permanecer en el centro donde te va a realizar el análisis, sin
caminar, ni comer.  Si los niveles de azúcar superan los niveles normales en cada tramo
horario, entonces se diagnostica diabetes gestacional. A la futura madre se le da una serie
de recomendaciones dietéticas para tratar de evitar los picos de glucemia, es decir, subidas
y bajadas bruscas de glucosa en la sangre. Solo si éstas no funcionan se prescribe insulina
inyectada.

Qué siente la madre en la 24 semana de gestación

Las famosas contracciones no solo aparecen en el parto, sino que el útero practica


a lo largo de todo el embarazo con las llamadas contracciones de Braxton-Hicks. Son
pequeñas contracciones del útero de baja intensidad que se suelen sentir ahora, o antes si la
mujer tiene más hijos. No son dolorosas, aunque algunas mujeres pueden notar molestias, y
lo que la mujer percibe es un endurecimiento del útero, que suele durar unos 30 segundos, y
desaparecen cuando cambia de postura.

Desarrollo del feto en la semana 25: Las neuronas se interconectan. El feto


puede captar olores

La semana 25 de embarazo es la última semana del segundo trimestre de


gestación.  El bebé mide alrededor de 20 centímetros y pesa unos 600 gramos.  Además de
ser un periodo de rápido desarrollo, el feto no para de moverse dentro del útero materno.

Muchos movimientos fetales

Tu bebé tiene mucha “marcha”: realiza entre 20 y 60 movimientos cada media


hora a partir de la semana 25 de embarazo. De día… y también de noche. En ocasiones
estos movimientos se deben a estímulos externos. Por ejemplo, se ha comprobado que los
bebés se mueven más cuando su madre toma algo dulce. Sin embargo, su actividad es
mucho mayor de la que tú aprecias: tu hijo se dobla, estira, da patadas, salta.

Cerebro: 100.000 nuevas neuronas por minuto

Nunca tendrá tantas neuronas como ahora: cada minuto produce 100.000 neuronas
nuevas. Pero además se encuentran en el lugar que les corresponde, es decir en cada parte
del cerebro que les toca y se empiezan a conectarse entre sí.
Este acontecimiento es básico, ya que la excepcional potencial del cerebro humano
no tiene su origen en la masa cerebral sino en la capacidad de conexión. Así, cada neurona
se conectará con otras miles. Y así se establecen los circuitos neuronales indispensables
para conducir los mensajes que quiere lanzar el cerebro.

Qué sentidos funcionan a las 25 semanas

Tacto a flor de piel

Y precisamente porque algunas conexiones neuronales ya están listas, pueden


funcionar ya los receptores del tacto. Por eso, si estás tumbada y acaricias tu tripa y con un
dedo presionas levemente a tu bebé reacciona y se pone en movimiento.

Ojos que se abren

Al final de este trimestre, los párpados se comienzan a separar, y los ojos se


abrirán de vez en cuando por períodos cortos.

Olfato

Aunque no lo creas tu bebé capta olores en el líquido amniótico gracias a un


órgano “vomeronasal”, que desaparecerá tras el nacimiento. Por su naricilla, a pesar estar
formada y tener sus correspondientes aletas nasales, no puede ya que dentro de tu útero no
existe el aire. A partir del quinto mes de embarazo puede oler y crea ya asociaciones en su
memoria. Por eso los recién nacidos reconocen por el olfato a su madre.

¿Qué siente la madre en la semana 25 de embarazo?

¿Has notado que tu pelo luce como nunca? Más abundante, fuerte, con brillo…
Hay que agradecérselo a las hormonas… las mismas que provocan otras incomodidades
como el ardor de estómago o las varices. 

También es posible que notes que no necesitas depilarte tan a menudo como de
costumbre y que disminuye el vello corporal.  Aunque a algunas mujeres les ocurre lo
contrario y notan que les crece vello en zonas en las que nunca habían tenido. No hay que
preocuparse, es algo pasajero; tras el parto todo volverá a la normalidad.

Desarrollo del feto en la semana 26: Empieza a engordar. El bebé parpadea y


los testículos bajan al escroto

En la semana 26 de embarazo empieza el tercer trimestre y con él la fase de


crecimiento del bebé. A partir de ahora el bebé se dedicará sobre todo a engordar. De
hecho, su peso desde este momento hasta su nacimiento se triplicará, gracias a la grasa que
irá acumulando debajo de su piel y que cuando asome al mundo exterior le ayudará a
soportar el frío exterior. Ten en cuenta que el bebé se encuentra dentro del útero a 36ºC. 

Ya abre y cierra los ojos

A partir de la semana 26 de embarazo, el bebé puede abrir sus ojos a ratitos, y


hasta ahora sellados por los párpados. Ya se han formado las últimas capas de la retina y las
pestañas han alcanzado su longitud definitiva. El hecho de practicar el abrir y  cerrar los
párpados le ayuda a perfeccionar el reflejo de parpadeo.

Cuando nazca, este reflejo (que no desaparece con la edad adulta y que todos
tenemos) protegerá sus ojos de los objetos que se aproximen, e impedirá que una luz
perjudicial pueda dañar sus delicadas córneas y mantendrá sus ojos húmedos. Solo que en
los recién nacidos ese reflejo está más acentuado y bastará una suave corriente de aire o una
luz un foco fuerte para que cierre sus ojitos.

Si te preguntas si tu bebé es capaz de ver ahora, ten en cuenta que su mundo ahora
es oscuro y líquido. Como mucho, si te acercas un foco de luz a la tripa podrá vislumbrar
un tono rojizo, pero nada más.
Ecografía 2D genitales de un niño

Los testículos bajan hasta el escroto

En los chicos se produce un importante acontecimiento. Hasta esta semana,


los testículos de los niños -así como los ovarios de las niñas- se encuentran alojados en la
cavidad abdominal, pero ahora descienden por el retroperitoneo y a través de los trayectos
inguinales hasta situarse dentro de las bolsas escrotales. 

Este proceso es muy importante ya que la temperatura del escroto es inferior en 2


grados centígrados a la del resto del organismo (34-35ºC). Una temperatura superior puede
afectar en un futuro a la producción espermática o incluso aumentar el riesgo de
determinados tumores, ya que los testículos son muy sensibles a los aumentos de
temperatura.

Qué siente la madre en la semana 26 de embarazo

El útero, la placenta el bebé… Tu e spalda carga con todo este peso extra que a
menudo “protesta” provocando fuertes dolores. Los más frecuentes son la lumbalgia, un
dolor localizado en la parte inferior de la espalda, y la ciática es un dolor que se irradia o
extiende por toda la pierna. El origen se debe a que la musculatura de la espalda se
sobrecarga y se contractura. Es decir el músculo se contrae de forma involuntaria causando
dolor.
Desarrollo del feto en la semana 27: Si nace ahora, puede sobrevivir. Su
cerebro ya dibuja pliegues y circunvalaciones

Si naciera en esta semana, en la semana 27 de embarazo, podría llegar a


sobrevivir, aunque con muchos cuidados médicos. Para que el pequeño sea capaz de
respirar fuera del útero materno necesita que sus pulmones hayan madurado.  El desarrollo
cerebral del feto alcanza un momento cumbre esta semana, gracias a las conexiones
neuronales que se están generando.

Pulmones aún inmaduros en la semana 27

En este proceso de maduración pulmonar interviene una proteína esencial:


el surfactante, que provoca que los alvéolos estén abiertos y puedan intercambiar oxigeno.
La producción de surfactante empieza hacia la semana 10 de embarazo, pero es un proceso
muy lento y no alcanza unos buenos niveles hasta la semana 34 o la semana 36 de
embarazo. Por este motivo, los prematuros suelen necesitar ayuda para respirar, dado que el
surfactante es muy escaso.

Tratamiento con corticoides

Si los médicos prevén con antelación que el bebé nacerá antes de tiempo, en
la semana 27 de embarazo, se puede administrar un tratamiento a la madre a base
de corticoides que pasa al feto y estimula la secreción de surfactante. O incluso es posible
inyectarlo directamente en sus pulmones, una vez que ha nacido. Con estas medidas se trata
de evitar que el bebé padezca síndrome de insuficiencia respiratoria o enfermedad de la
membrana hialina.

Desarrollo cerebral, en auge

También a partir de ahora se produce un hecho crucial en su desarrollo cerebral: en


la superficie lisa del cerebro se empiezan a formar los pliegues y circunvalaciones
características de la corteza cerebral, incrementándose la cantidad de tejido. Esas
hendiduras son el resultado de las conexiones que se producen entre las células nerviosas y
que permiten que pueda percibir imágenes, sonidos, olores, sabores y sensaciones táctiles.

Ecografía 3D cara y mano fetales

Tercer trimestre

Desarrollo del feto en la semana 28: Empieza a perder el lanugo. Vacuna para
las embarazadas con tipo sangüíneo Rh-

Ya estamos en la semana 28 de embarazo. La superficie de la piel está


completamente cubierta de vérnix y acumula más grasa en su interior: esto que le dará el
aspecto rollizo al nacer y de paso, le ayudará a soportar las frías temperaturas del mundo
exterior. Recuerda que dentro de tu útero se encuentra a 36º C. A partir de ahora es posible
que vaya perdiendo el lanugo, el vello que cubre ahora todo su cuerpo, aunque hay niños
que nacen con restos en la espalda y en los hombros.

 
Cómo es el desarrollo del bebé en la semana 28

El feto puede oír

En la semana 28 de embarazo, el oído del bebé ya puede detectar sonidos, pero ten
en cuenta que la bolsa amniótica actúa como un amortiguador de las ondas sonoras. No
obstante, la voz de la madre es el sonido que percibe con mayor intensidad en la cavidad
uterina. Hecho fácilmente explicable por la proximidad de la fuente de emisión y la
transmisión directa de las vibraciones a través de los tejidos maternos.

Mueve manos y pies

En ecografías de la semana 28 de gestación se pueden apreciar movimientos de


flexión y extensión de los dedos de las manos que pueden interpretarse como la existencia
del reflejo de asir. Cuando nazca, este será uno de los reflejos que observará el pediatra al
nacer. Se llama reflejo de prensión palmar y plantar: al estimular la palma de la mano o del
pie, el bebé flexiona inmediatamente los dedos. Incluso si agarra con dos sus manitas
nuestros dedos lo hace con tal fuerza que será suficiente para levantar su propio peso.

 
Qué siente la madre en la semana 28 de embarazo

La sangre no es igual en todos los seres humanos y está determinada por su


genética. Todos tenemos un grupo sanguíneo (A, B, 0) y algunas personas poseen el
llamado antígeno D, es decir, son Rh+; y otras no lo tienen, son los Rh-.  En el embarazo, el
problema surge si la madre es Rh- , por tanto, no tiene el antígeno D pero el padre sí, y el
feto hereda el Rh + paterno: entonces se produce la llamada incompatibilidad materno-fetal.
¿En qué consiste?     

Si el feto tiene el antígeno D (es Rh+)  y la madre no, su organismo puede fabricar
anticuerpos contra esos hematíes del feto para destruirlos, ya que los considera extraños.
Esto puede ocasionar anemia en el bebé que está en desarrollo, que puede ser que puede ser
leve, moderada o muy grave

Para saber si la madre está sensibilizada frente al antígeno D, es decir si  ha creado
esos anticuerpos que pueden atacar a los hematíes de su bebé, a todas las mujeres
embarazadas se les hace un análisis de sangre que se llama test de Coombs. Si el resultado
es negativo, a las madres con Rh- se les pone en esta semana una vacuna, la inmoglobulina
Anti-D que impide que la madre fabrique anticuerpos contra los hematíes Rh positivos del
hijo que espera o de futuros bebés.

Por el contrario, si el feto recibe el Rh de su madre, Rh-, no se produce dicha


incompatibilidad materno-fetal.

En ocasiones las pataditas del bebé que tanto te emocionaron al comienzo,


empiezan a ser un poco molestas, sobre todo cuando su pierna o su brazo se topan con
alguna costilla. Además la barriga ya tiene un volumen importante y la piel de la
embarazada se encuentra muy tirante. Por eso es posible que notes algunos picores en ella.
Aplícate una buena capa de crema hidratante.

Desarrollo del feto en la semana 29: El bebé se va colocando para el parto. Se


detectan pequeños periodos de sueño
El estómago, el intestino y los riñones funcionan correctamente en la semana 29 de
embarazo. ¿Sabías que el bebé traga grandes cantidades de líquido amniótico que luego
expulsa con la orina? Además, poco a poco tu hijo va acumulando grasa en su tejido
adiposo, lo que le dará aspecto de bebé rechoncho cuando nazca.

Sentido del gusto, desde el útero

Según un estudio elaborado por el “Monell Chemical Senses Center” de Filadelfia


(EEUU), los sabores de las comidas que ingiere la madre pueden ser trasmitidos al líquido
amniótico que traga el bebé. Ello explica que los niños asiáticos tengan cierta preferencia
por alimentos muy especiados. Y demuestra también que en la etapa fetal el sentido del
gusto se va conformando.

El bebé se coloca para nacer

Si se trata del primer embarazo, entre las semanas 29 y la 32 de gestación, el bebé


se coloca boca abajo, preparándose para nacer. Es el momento óptimo, ya que hay
suficiente espacio en el útero y líquido amniótico para que el bebé se mueva con soltura,
porque en unas pocas semanas el feto empezará a engordar y el útero se convierte en un
espacio cada vez más reducido para hacer piruetas.  En esas semanas el bebé gana los dos
tercios de su peso, lo que dificulta la voltereta espontánea. 

El feto se da la vuelta al final del embarazo no por un capricho de la naturaleza,


sino debido al cambio en la forma del útero y para facilitar el parto. Al colocarse con la
cabeza hacia abajo acomoda sus nalgas y piernas flexionadas que son el polo más grande a
la parte más ancha del útero, que es el fondo.
Respecto al parto, es preferible que la cabeza sea lo primero que salga, ya que el
culete es más pequeño y más blando y no ensancha lo suficiente el canal del parto, dejando
poco espacio para la cabeza, que es mucho más grande.

Se crean más conexiones cerebrales

El cerebro se vuelve más irregular con acanaladuras y hendiduras, resultado de las


conexiones que las células nerviosas llevan a cabo. Esas conexiones le permiten realizar
nuevas actividades cerebrales, como dormir. Aunque no lo creas, hasta esa semana los
científicos no han podido demostrar que el bebé tuviese momentos de vigilia y de sueño.
Pero a partir de ahora ya puede detectase pequeños de periodos de sueño.

Qué siente la madre en la semana 29 de embarazo

Tus pechos han aumentado de tamaño y se encuentran listos para la lactancia, de


forma que aunque tu hijo naciera de forma prematura, podrías alimentarle. Por eso algunas
mujeres descubren manchas de calostro en sus blusas o vestidos.

Este preciado líquido, el calostro, es la primera leche que tomará el bebé y su


función será muy importante. Proporcionará defensas al recién nacido, como si se tratara de
una primera vacuna. No todas las mujeres tienen fugas de calostro en el embarazo, pero no
es raro. Si te ocurre, lo mejor es colocar unos discos absorbentes entre el sujetador y el
pezón.

Desarrollo del feto en la semana 30: El bebé ya está boca abajo. La piel de la
madre necesita una hidratación extra
En la semana 30 de embarazo, el bebé pesa ya alrededor de kilo y medio y mide
unos 43 centímetros. A partir de esta semana el lanugo, el fino vello que cubre su cuerpo,
empieza a caerse muy lentamente. De hecho algunos niños nacen con restos en la zona de
los hombros y de la espalda, sobre todo si nacen con unas semanas con antelación, vello
que desaparecerá en pocas semanas.

Los huesos del cráneo, separados

Lo más probable es que el bebé ya se encuentre boca abajo. Los huesos del cráneo
tienen una característica: están separados entre sí por surcos de tejido conectivo, las suturas.
Donde se encuentran más de dos huesos, las suturas son más anchas y se
denominan fontanelas.

Desarrollo del cráneo y cerebro

Esa peculiar estructura no es ningún capricho de la naturaleza y tiene una función


muy específica, tanto en el momento del parto como en los primeros años de vida del niño.
Las suturas y las fontanelas permiten que los huesos del cráneo se superpongan entre sí
durante el parto (proceso denominado modelado) y que tras el nacimiento, los huesos
vuelvan a su posición primitiva.   

Pero además, las suturas abiertas permiten el desarrollo del cerebro que se produce
en un 80 por ciento el primer año de vida y el 20 por ciento restante hasta el cuarto año de
vida.

Qué siente la madre en la semana 30 de embarazo


En ocasiones las pataditas del bebé que tanto te emocionaron al comienzo,
empiezan a ser un poco molestas, sobre todo cuando su pierna o su brazo se topan con
alguna costilla. Además la barriga ya tiene un volumen importante y la piel de la
embarazada se encuentra muy tirante. Por eso es posible que notes algunos picores en ella.
Aplícate una buena capa de crema hidratante.

¡Pero, atención! En el caso de que  ese picor se vuelve insoportable y no se


restringe únicamente al área de la tripa y se extiende a las palmas de las manos y de los
pies, conviene acudir al médico para comentárselo, ya que puede ser síntoma de una
enfermedad del hígado en el embarazo llamada colestasis, que tratada a tiempo, no tiene
porque ser peligrosa.

Desarrollo del feto en la semana 31: Le empieza a faltar espacio. El bebé


traga líquido amniótico y lo expulsa orinando

Tu bebé ya pesa casi un kilo y medio y mide más de 40 centímetros en la semana


31 de embarazo. Al ser cada vez más grande, el útero empieza a quedarse estrecho. Por eso
los movimientos de tu pequeño no son tan numerosos en esta semana de gestación.

Los ojos se ejercitan

Sus párpados permanecen abiertos durante largos periodos de tiempo y el iris se


puede contraer o dilatar. Aunque como dentro del útero está oscuro, de momento está
función no la ejercita demasiado. Sólo si te acercas una linterna o un foco a la tripa
percibiría algo de luz.
 

El meconio y sus problemas

El bebé traga grandes cantidades de líquido amniótico y expulsa… ¡medio litro de


orina al día! Esos tragos también generan otro tipo de deshecho: el meconio. Se trata de una
sustancia oscura, muy pegajosa formada por células epiteliales, restos de lanugo,
secreciones del estómago y del hígado.

Lo normal es que expulse dicho meconio a las pocas horas de nacer; pero en
ocasiones, si el bebé ha sufrido una situación de estrés, lo deshecha mientras aún está en el
útero materno, lo que puede comprometer su salud. Por el momento, no te preocupes: el
meconio se está acumulando en  su pequeño intestino.

Succión y deglución, un arte

Aunque desde el segundo trimestre el bebé ya era capaz de practicar la succión,


ahora es un arte que practica con gran facilidad. Si el bebé naciera en esta semana aún no
podría mamar de tu pecho ya que no coordina bien este reflejo con el de la deglución,
imprescindible para que pueda alimentarse por sí mismo. Pero le queda muy poco para
adquirir esta destreza.

Qué siente la madre en la semana 31 de embarazo

El parto se va acercado y el organismo materno se prepara para él. Por eso,


las contracciones de Braxton Hicks son cada vez más frecuentes. Se caracterizan porque
una zona de la tripa se pone dura y suelen remitir al cambiar de postura y ser indoloras. Si
la madre nota que son muy dolorosas y tiene otros síntomas, como dolor parecido al de la
menstruación, es mejor acudir al ginecólogo. Le examinarán y harán una monitorización
para saber si se encuentra de parto o no.

Desarrollo del feto semana 32: El bebé pesa unos 2 kilos. Se realizan los
análisis del tercer trimestre

Ahora el bebé engorda a razón de 200 a 300 gramos a la semana, por lo que su
aspecto exterior cambia considerablemente: cada vez es está más rellenito. En esta semana
32 de embarazo su peso es casi de 2 kilos.

Cómo es un bebé de 32 semanas

Su cabeza está proporcionada con respecto al resto del cuerpo, aunque hay que
tener en cuenta que los niños tienen la cabeza más voluminosa que los adultos.

Las uñas han completado su desarrollo y si es un chico sus testículos ya se


encuentran dentro de la bolsa escrotal.

En cambio sus órganos internos ahora apenas cambian en la semana 32 de


embarazo: perfeccionan su funcionamiento, pero nada más.

Cómo ayudar al bebé a darse la vuelta

Lo normal es que el bebé ya se haya dado la vuelta. Si no es así, puedes probar


algunos métodos alternativos que facilitan que el bebé se coloque boca abajo (y de esta
forma evitar el parto de nalgas y, por lo tanto, una probable cesárea). Algunos ginecólogos
realizan la versión externa del feto, una antigua práctica obstétrica. Hace décadas que se
dejó de practicar por los peligros que acarreaba, pero hoy se realiza con unos medios
técnicos (como la ecografía o el monitor fetal) de los que se carecía antes, que minimiza
mucho el riesgo. No se puede realizar en todos los partos, solo en aquellos que no son de
riesgo y reúnen unas características, como que la placenta se encuentra ubicada en la zona
alta del útero.

Otro sistema es la moxibustión, una técnica  de la medicina china que consiste en


aplicar una especie de puros de artemisa con la punta caliente en el dedo meñique del pie.
La revista médica “Jama” publicó un estudio realizado por un médico italiano que
demostraba la eficacia de esta técnica. 

Qué siente la madre en la semana 32 de embarazo

Es probable que en esta semana te realicen el análisis de sangre y orina del último


trimestre. En otros parámetros se comprueba la correcta coagulación sanguínea, para saber
la capacidad que tiene la sangre materna, y en concreto las plaquetas, para cicatrizar una
herida. Ten en cuenta que cuando se desprende la placenta de la pared uterina se produce
una herida que debe cerrarse pronto para que la madre no pierda mucha sangre. También es
necesario conocer este dato por si en el parto algo no va bien y es necesario realizar
una cesárea.

Desarrollo del feto en la semana 33: Sus cinco sentidos están listos. Puedes
notar un dolor agudo en el pubis

En la semana 33 de embarazo, el bebé mide alrededor de 42 centímetros y pesa


unos 2 kilos, aunque estas cifras son muy variables: hay niños que genéticamente son más
pequeños o grandes pero que están igualmente sanos.

Cómo es un bebé de 33 semanas

Cabeza y desarrollo fetal


En el tercer trimestre de embarazo el cerebro del bebé se desarrolla de forma
vertiginosa… Por eso, durante estos últimos días su circunferencia craneal ha crecido más
de un centímetro. De todas formas, su cabecita ya no está tan desproporcionada como al
comienzo de la gestación. Sigue siendo, en relación con el resto del cuerpo, más grande, y
así seguirá durante toda la infancia.

Sentidos que ya sienten

Los cinco sentidos del feto están listos, aunque su desarrollo no se ha completado.


De momento, el bebé no ve perfectamente, por ejemplo. En cambio es capaz de saborear el
líquido amniótico que ahora traga en grandes cantidades. También escucha tu corazón y tu
voz y si alguien se acerca a tu tripa puede oír su voz, aunque muy débil porque el líquido
amniótico, como ocurre cuando se bucea, el sonido llega atenuado.

Quizá sueñe en el útero

En algunos estudios se ha comprobado que hace movimientos oculares rápidos,


característicos de la fase REM del sueño, y se especula sobre la posibilidad de que el feto
sueñe en esta etapa del embarazo.

Pulmones aún inmaduros

Su nivel de surfactante, la proteína esencial para el desarrollo del pulmón, aún es


bajo en la semana 33 de embarazo; si por algún motivo el bebé tuviese que nacer ahora, se
administraría a la madre un tratamiento a la madre a base de corticoides que pasa al feto y
estimula la secreción de surfactante.

Qué siente la madre en la semana 33 de embarazo


Molestias y dolor agudo en el pubis

Al final del embarazo, la placenta empieza a segregar la hormona relaxina,


precisamente para dar movilidad a la pelvis y que el bebé pueda salir a través del estrecho
canal del parto. Pero aproximadamente en una de cada 35 mujeres, esta hormona empieza a
segregarse demasiado pronto, lo que provoca demasiada movilidad en el pubis. Es lo que se
llama síndrome de sínfisis púbica y suele aparecer a final de segundo trimestre y a lo largo
del tercero.

Como la sínfisis no se mueve en condiciones normales, al hacerlo se pueden


originar molestias o incluso un importante dolor o pinchazos en la pelvis, más
concretamente detrás del vello púbico. Este dolor además se suele acompañar de
inestabilidad en la articulación: a la mujer le resulta complicado llegar a caminar, sobre
todo si es rápido o cuesta arriba o si la embarazada lleva mucho tiempo sentada o tumbada.
Si notas que tienes este problema, lo primero que debes hacer es acudir a tu ginecólogo
para descartar algún otro problema. Una vez diagnosticado conviene acudir a un
fisioterapeuta especializado en obstetricia y suelo pélvico.

Desarrollo del feto en la semana 34: El sistema inmune del bebé toma cuerpo.
Se mueve mucho menos por falta de espacio

Aunque en las últimas semanas tu bebé ha acumulado mucha grasa, todavía está
un poco “delgado”. Realmente en estas últimas semanas, su longitud no se modifica mucho,
pero sí que gana mucho peso. 

Además, a partir de la semana 34 de embarazo empieza a aumentar la producción


de surfactante y por lo tanto, la maduración pulmonar del bebé. Este es un proceso
fundamental para su nacimiento, porque en cuanto salga del útero materno va a necesitar
que sus pulmones se encuentren bien formados para empezar a respirar oxígeno. Recuerda
que mientras tu bebé se encuentra dentro de ti, el oxígeno, junto con el resto de nutrientes,
le llega a través del cordón umbilical directamente de la placenta.

Cómo es un bebé de 34 semanas


Desarrolla el sistema inmune.

Tu bebé ahora a través de la placenta no solo recibe nutrientes, sino también


defensas para hacer frente a gérmenes y virus. En estas últimas semanas de embarazo, se
empieza a desarrollar su sistema inmunológico de forma que pueda hacer frente al nacer a
pequeñas infecciones.

Más tejido cerebral.

Sus neuronas estás formadas y se crean múltiples conexiones entre ellas


constantemente. También aumenta considerablemente la cantidad de tejido cerebral y este
proceso no acaba con el parto: continúa durante dos años más.

Cubierto de grasa.

El vello que cubría su cuerpo está desapareciendo pero su cuerpo sigue cubierto de
una sustancia grasa llamada vérnix caseosa, que se hace más densa, en parte para facilitar
atravesar el estrecho canal del parto.

Cara de bebé.

Su carita ahora ya está mucho más redondeada y lisa y se mueve mucho menos
porque le queda poco espacio, aunque sus movimientos tienen mucha fuerza y vigor.

Uñas en crecimiento.

Las uñas de sus manos han crecido hasta alcanzar la yema de los dedos. Algunos
niños nacen con ellas tan largas que es necesario cortarlas al nacer para evitar que se arañe.

 
Ecografía 4D de la cara de un bebé en el tercer trimestre de embarazo. Qué siente
la madre en la semana 34 de embarazo

La ecografía del tercer trimestre suele realizarse sobre la semana 34. El ginecólogo


comprueba varias cosas:

Si el bebé se ha dado la vuelta. Si el niño está de nalgas existen muchas


posibilidades de que el bebé se quede así; a medida que el embarazo avanza le queda menos
sitio le queda para voltearse.

Se mide al bebé y las medidas se comparan con las de la ecografía anterior. Así se
puede saber si ha crecido correctamente. Se examina la placenta para observar si tiene
calcificaciones que podrían hacer sospechar que ha envejecido y no cumple su función.

Tanto si se sospecha que hay un retraso de crecimiento fetal o si la placenta no


cumple su función, es probable que el médico te aconseje otra prueba: una ecografía
Doppler. Es una ecografía normal, pero permite ver cómo es la circulación sanguínea del
bebé, en el cordón umbilical y en la placenta. El objetivo es averiguar si al bebé le llegan
los nutrientes que necesita para crecer.

Desarrollo del feto en la semana 35: Sistema nervioso completándose

El bebé está casi encajado

A  partir de la semana 35 de embarazo, tu organismo empieza a transferir al bebé a


través de la placenta una inmunidad temporal frente a enfermedades infantiles como el
sarampión o las paperas. Por ese motivo, las primeras vacunas contra esta enfermedad no se
administran hasta que el pequeño cumple 15 meses.

Si además toma lactancia materna estará doblemente protegido, ya que tu leche le


proporciona inmunoglobulinas (o defensas). Por eso los bebés que maman enferman menos
de enfermedades gastrointestinales, de vías respiratorias altas como la otitis media, las de
vías respiratorias bajas, como la neumonía o la bronquitis. 

Cómo es un bebé de 35 semanas

El bebé en estas últimas semanas de gestación se centra sobre todo en ganar peso,
acumulando grasa corporal para poder regular mejor la temperatura cuando nazca.

Ahora traga grandes cantidades de líquido amniótico y, por lo tanto, orina también


mucho, alrededor de 25-30 centímetros cúbicos por hora.

Su sistema nervioso en la semana 35 de embarazo está casi maduro y todos sus


sentidos funcionan…, aunque en realidad el sistema nervioso no terminará de madurar
hasta unos años después del nacimiento.

Si a la madre se le acerca una fuerte fuente luminosa a la tripa, las pupilas del feto


se contraen como respuesta a la luz.

Encajamiento del bebé

Es difícil que a partir de ahora el bebé cambie de postura, sobre todo si se trata de
una madre primeriza; al pequeño le queda muy poco espacio para moverse, pero puede
ocurrir que se el feto se dé la vuelta.  La mayoría de los bebés están colocados boca abajo; a
partir de esta semana se produce lo que los médicos conocen como encajamiento. Es decir,
la cabeza se sitúa en la parte inferior de la pelvis, en la zona más ancha del útero matero, el
cuello del útero.  Es un cambio que la madre y todos cuanto la rodean pueden notarlo: la
tripa está más baja y ella sentirá que respira con menos dificultad.

Qué nota la madre en la semana 35 de gestación

En esta semana es probable que te realicen una prueba llamada exudado o cultivo


vaginal para detectar la presencia del Estreptococo Agalactiae en la madre. Para ello y con
la ayuda de un largo bastoncillo de algodón, se toma una muestra vaginal. Si diera positivo,
en el momento del parto se le administraría penicilina, en dos dosis, con un intervalo de
tiempo de cuatro horas entre ellas para evitar que esa bacteria se la trasmita al bebé por el
canal del parto y causarle una grave infección neonatal. Esta profilaxis también conviene
realizarla aunque el parto sea por cesárea programada.

Desarrollo del feto en la semana 36: Ya pesa dos kilos y medio. Cuidado con el
"síndrome del nido"

En la semana 36 de embarazo, el bebé pesa alrededor de dos kilos y medio y mide


cerca de 50 centímetros. Esta es la última semana en la que se considera parto prematuro,
aunque si naciera ahora las complicaciones serían mínimas. Ahora gana alrededor de 200
gramos de peso por semana.

Cómo es un bebé de 36 semanas

Su rostro es liso y a medida que ha ido guardando grasa, la mayoría de las arrugas
ha desparecido en la semana 36 de embarazo.
Los pulmones son los únicos órganos que aún siguen madurando.

Sus huesos se han endurecido, excepto los de la cabeza que son más blandos y
flexibles para poder atravesar el canal del parto.

El vérnix, la capa de grasa que cubre su cuerpo, es cada vez menos gruesa y se
deja entrever la piel sonrosada.

Sus movimientos ahora son menos vigorosos porque dispone de un espacio


bastante mas reducido que hace unas semanas. Si tocas tu tripa, y el bebé está bien
colocado estarás acariciando su espalda. De todas formas sus movimientos son fuertes y
vigorosos y es fácil adivinar un pie o el codo en forma de protuberancias, y si los presionas
ligeramente comprobarás que  se revuelve. Será su primer juego contigo.

Qué nota la madre en la semana 36 de gestación

Muchas mujeres en esta fase del embarazo experimentan una dosis extra de
energía que emplean en limpiar la casa, ordenar cajones… Es el llamado síndrome del nido:
la madre prepara el hogar para la inminente llegada de su hijo.  No es preocupante, pero
conviene no agotarse y guardar energías para el parto y el cuidado del recién
nacido. Además, conviene tener preparada la maleta que vas a llevar a la maternidad con
tus objetos de aseo, ropa y las prendas de primera puesta para el bebé.

Desarrollo del feto en la semana 37: La placenta empieza a envejecer. Con la


monitorización sabrán si tienes contracciones de parto
Ahora, en la semana 37 de embarazo, tu bebé lleva cerca de nueve meses viviendo
dentro de ti gracias a un órgano creado exclusivamente en el embarazo, la placenta.  El
nivel de flujo sanguíneo materno hacia el útero es de unos 500 a 700 ml. por minuto: un 80
por ciento de este flujo irriga la placenta y sale por el cordón umbilical.

Placenta con depósitos de calcio

Gracias a esa sangre placentaria, suministras a tu bebé oxígeno, nutrientes y


hormonas. En esta semana, la placenta suele medir de 1,5 a 3 centímetros de grosor y de 15
a 20 cm. de diámetro y pesa alrededor de 450 o 550 gramos, sin tener en cuenta el cordón
umbilical. La vida de este órgano, el único de la naturaleza con fecha de caducidad,
empieza a extinguirse lentamente.

A las 37 semanas de gestación, aproximadamente, se forman unos depósitos de


calcio en los vasos sanguíneos de la placenta, lo que impide el flujo de nutrientes y el
desecho de los productos. Es decir, cada vez es menos eficaz en su trabajo, motivo por el
que el bebé abandonará tu útero.

Resulta muy difícil prever la fecha exacta en que nacerá el pequeño. Influyen
muchos factores: uno de ellos, los cambios hormonales y endocrinos que surgen de una
parte del sistema nervioso central del feto y de la madre, denominada hipotálamo.
Precisamente una de las teorías afirma que el feto, una vez llegado cierto grado de madurez,
enviaría una señal al cerebro de la madre, que a su vez iniciaría el proceso de parto.

Dar la vuelta al bebé: versión externa


Si no se ha dado la vuelta y el bebé sigue de nalgas, ahora es posible realizar una
técnica llamada versión externa. Consiste el mover al bebé a través de la pared abdominal
para conseguir que se dé la vuelta. Quizás sea una de las prácticas obstétricas más antiguas,
ya que se realiza desde tiempos de Hipócrates, que vivió en el siglo V antes de Cristo. 
Durante algún tiempo dejó de practicarse por el riesgo que puede acarrear, pero hoy se
realiza con unos medios técnicos -como la ecografía o el monitor fetal- de los que se
carecía antes, que minimiza mucho el riesgo.

Hay que tener presente que no se hace en todos los casos en los que el bebé se
encuentra de nalgas, sino sólo en los que se reúnen ciertos requisitos:   

Cuando la placenta se encuentra bien situada en el útero, es decir, en un lateral


alejado del cuello uterino.

Cuando la mujer no ha tenido cesáreas previas u otras circunstancias que puedan


provocar una rotura uterina.

Esta técnica, se realiza con todos los medios para que sea completamente segura:
se cita a la mujer en el hospital y se realiza en un quirófano, por si surge cualquier
complicación, con la ayuda de un ecógrafo y de un monitor fetal que controla los latidos del
corazón del feto y el bienestar fetal.

Qué siente la madre en la semana 37 de embarazo

Monitorización del bebé. A partir de ahora y hasta la semana 40 de


embarazo deberás acudir a la consulta del ginecólogo cada una o dos semanas. Además es
probable que te hagan una monitorización externa: sobre el abdomen de la madre se coloca
un cinturón con dos sensores conectados a un ordenador, que registran los latidos del
corazón del bebé y las contracciones uterinas en un rollo de papel continuo.
Este dato es fundamental para saber cómo se encuentra el bebé al final del
embarazo y en el parto, y evitar que sufra falta de oxígeno. Con esta prueba también se
detectan los movimientos del bebé. Por supuesto, para hacerla es necesario que el bebé esté
despierto. Si se durmiera, un buen truco para espabilarle es que la madre tome un bombón:
como el bebé es un goloso empedernido, el subidón de glucosa que se produce le hace salir
de su siesta.

Desarrollo del feto en la semana 38: Pulmones listos para funcionar. El


lanugo casi ha desaparecido

Aunque se encuentra preparado para nacer en la semana 38 de gestación, no quiere


decir que el desarrollo del bebé se haya completado. El pequeño aún tiene tiempo para
seguir gestándose hasta la semana 42 de embarazo.

En la semana 38 de embarazo, su cerebro sigue creciendo (de hecho continuará


haciéndolo incluso meses después de nacer)  y bajo su dermis prosigue acumulando grasa
que le va a proteger de las "bajas temperaturas" del mundo exterior tras el nacimiento.
Ocupa prácticamente todo el útero. Por eso apenas se mueve, pero cuando lo hace, tiene
mucha "fuerza". El parto se aproxima.

Cómo es un bebé de 38 semanas


El lanugo que cubría su cuerpo prácticamente ha desaparecido, así como la vérnix
casesosa, la grasilla que también cubría su cuerpo. Aunque esté listo para nacer, no pasa
nada porque se quede dentro de ti dos semanas más.

Sus pulmones se encontrarán más preparados para recibir la primera bocanada de


oxígeno. Recuerda que esos órganos han sido los últimos en desarrollar. De hecho los
alvéolos continúan su desarrollo hasta los dos años de vida.

Tampoco sus huesos han completado su formación…¡aún le queda mucho por


crecer! Tiene 215 huesos, nueve más que un adulto. Y es que algunos se fusionarán a lo
largo de la infancia. Por ejemplo, el sacro, que ahora consta de cuatro vertebras
completamente independientes entre sí.

Y aquellas vigorosas patadas… son un recuerdo imborrable para cualquier mamá.


Apenas le queda espacio para moverse con la libertad de hace un mes.

Qué siente la madre en la semana 38 de embarazo

En esta semana quizás te hagan el último análisis de sangre que incluyen pruebas


de coagulación. Ten en cuenta que en el parto tras el desprendimiento de la placenta, en el
útero se produce una gran herida, que se va cerrando a medida que el útero se vuelve a
contraer; pero, mientras tanto, es necesario que la coagulación de la sangre materna sea
buena, porque si no, se produciría una gran hemorragia.

Si, por el contrario, la tasa de coagulación es muy alta, existe riesgo de trombosis,


que se puede prevenir con una profilaxis a base de heparina. Además, si te ponen
la anestesia epidural y tu coagulación no es adecuada, se puede formar en la zona de la
punción un hematoma que presione la médula espinal y tener graves consecuencias.

Desarrollo del feto en la semana 39: Puede nacer en cualquier momento. La


oxitocina genera las contracciones uterinas

 
Hormonas que desencadenan el parto

Se desconoce qué circunstancias provoca que en un determinado momento el bebé


decida nacer, pero si se sabe que él interviene en el proceso. Aunque sea imperceptible es
posible que el hipotálamo de tu hijo, que forma parte de su  sistema nervioso central, esté
segregando algunas hormonas o unas señales al cerebro de la madre, para que comience el
proceso de parto. También cuando sus pulmones se encuentran maduros segregan una
proteína al líquido amniótico que altera la producción de las hormonas: la placenta reduce
lentamente la producción de progesterona y aumenta la oxitocina, que es la que produce las
contracciones del útero.

Qué siente la madre en la semana 39 de embarazo

Cuidado con el síndrome del nido

Es un comportamiento muy característico de la mujer embarazada cuando


el parto está cerca y se llama síndrome del nido: experimenta la necesidad de tener
preparada la casa, limpiar y recoger o preparar el ajuar del bebé con cierta ansiedad... Es
una manifestación psicológica. No es peligroso siempre y cuando la mujer no abuse de sus
fuerzas.

Ahora en el útero han aumentado los receptores sensibles la oxitocina, la hormona


que va a provocar las contracciones uterinas y la dilatación del cuello del útero, aunque tú,
por supuesto, no notas nada.
Desarrollo del feto en la semana 40: El vérnix ya ha desaparecido.Muy atenta
al color del líquido amniótico

Si tu hijo no ha nacido aún en la semana 40 de embarazo, probablemente esté a


punto de hacerlo… aunque algunos bebés muy remolones no lo hacen hasta la semana 41 o
42.

Ahora el bebé pesa alrededor de 3 o 3,5 kilos y su longitud oscila entre los 49 y los
53 centímetros. Tiene unas uñas muy largas. De hecho, a casi todos los niños es necesario
cortárselas en los primeros días de vida para que no se arañen.

Cómo es un bebé en la semana 40

Por ecografía se aprecia cómo en las últimas semanas de embarazo el interior del


tubo digestivo del bebé se rellena de meconio: una pasta verdosa, formada por pigmentos
biliares, productos de la secreción y descamación del tubo digestivo y restos deglutidos del
líquido amniótico.

Esta acumulación es progresiva pero sólo se evidencia en las etapas finales del
embarazo. Normalmente, el bebé expulsa  el meconio después de nacer, pero a veces defeca
antes, dentro del útero, con lo que el meconio pasaría a teñirse de color verdoso (ese es su
color habitual por los pigmentos biliares que contiene) el líquido amniótico. Esta
circunstancia,  en el 98 por ciento de los casos no se asocia a ninguna patología, pero en el
2 por ciento se debe a un problema de falta de oxigenación fetal (hipoxia).

Por este motivo, cuando se detecta líquido meconial (de color verde oscuro) se
induce el parto para evitar posibles problemas, a pesar de que la probabilidad de que exista
un problema es muy baja.

Aunque se mueve poco, lo sigue haciendo y de hecho si no le notas durante varias


horas, intenta estimularle tomando un zumo dulce (el azúcar le da energía)  o tocándote la
tripa. Si no percibes ningún movimiento fetal en la semana 40 de embarazo, conviene que
vayas a urgencias.

La vérnix caseosa habrá desaparecido, y sólo quedan unos restos de esta grasa en
los pliegues del bebé.

Qué siente la madre en la semana 40 de embarazo

Te encuentras cansada, pesada y con muchas molestias, problemas de sueño,


dolores en la zona del pubis… Estás deseando que nazca el bebé. Algunas mujeres antes de
que comience el trabajo de parto puede presentar una pequeña cantidad de exudado vaginal
rosáceo. Se debe a la expulsión del tapón mucoso que cerraba el cuello del útero.

También se producen los llamados pródromos del parto, que pueden durar varios
días: con pequeñas contracciones la cérvix, que tiene forma de cuello de botella y es muy
dura, se empieza a ablandar  y, al mismo tiempo, se acorta hasta llegar a desaparecer. Es lo
que se llama borramiento del cuello uterino. Muchas mujeres no son conscientes de este
proceso, y sólo notan en esos días previos de vez en cuando algunas pequeñas molestias,
como pinchazos en la zona.
Desarrollo del feto en las semanas 41 y 42: ¡Ya es un bebé!. Conoce cuándo
debes ir a urgencias

Tu bebé aún puede llegar a la semana 41 de embarazo, e incluso a la semana 42.

El ginecólogo puede confirmar el bienestar fetal mediante ecografía Doppler,  que


verifica el estado del líquido amniótico, y también monitorizando a la madre. Esta última
prueba recoge las contracciones uterinas y el latido del bebé.

 
El parto

El cráneo del bebé en el parto

Los huesos del cráneo del bebé tienen una característica: están separados entre sí
por surcos de tejido conectivo, las suturas. Donde se encuentran más de dos huesos, las
suturas son más anchas y se denominan fontanelas.

Esa peculiar estructura tiene una función muy específica, tanto en el momento del
parto como en los primeros años de vida del niño: permiten que los huesos del cráneo se
superpongan entre sí mientras atraviesa el estrecho canal del parto (proceso denominado
modelado).

Después del nacimiento los huesos vuelven a su posición primitiva. También


favorecen el desarrollo del cerebro que se produce en un 80 por ciento el primer año de
vida y el 20 por ciento restante hasta el cuarto año de vida.

Los beneficios del parto vaginal

Por otra parte, a tu pequeño pasar al nacer por ese angosto canal le beneficia,
aunque no lo creas: las paredes ayudan a comprimir el tórax y a expulsar el líquido
amniótico que se encuentra en sus pulmones. Se produce entonces la primera inspiración y
el aire entra por primera vez en sus pulmones. Esto genera un movimiento brusco que
arranca el llano del bebé. Este a su vez provoca que el bebé inspire más aire, rellenando sus
pulmones y  que el líquido que quedaba en sus alveolos o en los bronquiolos se reabsorba.

Lo normal es que el bebé nazca ahora, pero si no lo hace el ginecólogo te hará una
ecografía para comprobar que su crecimiento no está estancado, que la cantidad de líquido
amniótico es  correcto y que el estado de la placenta es el adecuado. En algunos casos,
puede que recomienden una ecografía Doppler para verificar que el flujo sanguíneo entre el
feto y la placenta es el apropiado. También someterán a la madre a una monitorización
fetal para medir las contracciones uterinas y los latidos del bebé.

Si se resiste a nacer en la semana 42


Si en la semana 42 de embarazo el bebé sigue sin querer abandonar el útero
materno, lo más probable es que provoquen el parto, ya que la placenta, que es un órgano
que se creo solo para el embarazo y con “fecha de caducidad”, a partir de entonces puede
dejar de funcionar correctamente.

Para ello, primero aplican un gel de prostaglandinas en el fondo de la vagina


materna para ablandar el cuello uterino y al tiempo administran oxitocina sintética por un
gotero, la hormona que de forma natural se encarga de provocar las contracciones uterinas.

Con las contracciones del útero empieza la primera parte del parto que es
la dilatación. El cuello uterino tiene que abrirse para que el bebé pueda nacer. Es probable
que al comienzo, la madre solo note unas molestias, que se van incrementando a medida
que el cuello se dilata, y que rompa aguas, es decir, que se rompa la bolsa amniótica

Si la futura mamá es primeriza, debe ir a urgencias cuando tenga durante una hora


y media contracciones más o menos cada cinco minutos. Si se trata de su segundo hijo debe
acudir cuando durante hora y media contracciones cada diez minutos: la dilatación en estos
casos suele ir más rápida

Desarrollo del parto: las cuatro fases del parto

Al igual que el embarazo es algo muy personal, la duración del parto también varía
mucho: las primerizas tardan una media de 13 horas, mientras que el segundo hijo suele
nacer más rápido. El desarrollo del parto se divide en cuatro fases: fase de dilatación, fase
de transición, fase de expulsión y secundinas.
La fase de dilatación

La fase de dilatación anuncia su llegada con las contracciones de dilatación, que


primero aparecen a intervalos regulares de entre 20 y 30 minutos.

En este periodo, muchas embarazadas aún está muy relajadas y se preparan


lentamente para el traslado al hospital. Esta fase es la más larga del parto y puede durar
entre ocho y 14 horas en las primerizas. Habitualmente se reduce con cada parto ulterior.

En la fase de dilatación suele romperse el saco amniótico, si no ha sucedido ya


antes de empezar el parto. Si el parto no avanza, las comadronas ayudan con una ruptura
artificial del saco amniótico.

Esta consiste en abrirlo con un instrumento pequeño. Al final de la fase de


dilatación, las contracciones aparecen más o menos cada dos minutos y se vuelven más
intensas y más largas.

La fase de transición

La segunda fase del parto es la de transición. Se caracteriza por ser breve y muy
intensa. En este momento, las mujeres tienen contracciones muy agudas y dolorosas. Al
final de esta fase, el cuello uterino está del todo abierto, entre ocho y diez centímetros.

Aunque la breve fase de transición es muy dolorosa, el nacimiento del bebé ya no


suele tardar mucho.

La fase de expulsión
La fase de transición va seguida de la agotadora fase de expulsión, al final de la
cual nace el bebé. En esta fase, la cabeza del bebé ya se ha deslizado mucho hasta la
entrada de la pelvis y, desde ahí, presiona el recto con fuerza. Esto provoca a la parturienta
una enorme necesidad de empujar.

Esta fase se caracteriza por la aparición de contracciones de presión muy intensas


que se producen a intervalos de un minuto y que pueden llegar a durar 90 segundos. Las
contracciones están alternadas con pausas cortas en las que la parturienta se puede relajar
brevemente y respirar hondo.

Con cada contracción, la cabeza del bebé se desliza un poco más por la pelvis. En
este momento, las mujeres sienten un deseo intenso de empujar.

Para ayudar activamente en la fase de expulsión, las parturientas pueden


aprovechar la gravedad y elegir una posición adecuada para el parto:

De pie, a cuatro patas o en un taburete, el bebé puede deslizarse más fácilmente


por la pelvis. Tras varias contracciones de presión, la cabeza del niño ya se puede ver desde
fuera, momento en que la comadrona empieza a dar instrucciones precisas. Si la cabeza del
bebé sale por la vagina demasiado rápido, se puede rasgar el perineo.

Con cada contracción de presión, el cuerpo del bebé se desliza por el canal del
parto para salir completamente al final de la fase de expulsión.

Las secundinas

¡Conseguido! Una vez liberado el bebé de la mucosidad y cortado el cordón


umbilical, los jóvenes padres ya pueden concentrar toda su atención en el pequeñín. No
obstante, el final real del parto no llega hasta la cuarta y última fase: las secundinas.

Las llamadas secundinas están compuestas por la placenta y las membranas que
rodeaban al bebé.

Con unas cuantas contracciones posteriores, que favorecen la contracción del


útero, la placenta se separa lentamente de la pared uterina. Estas contracciones posteriores
se parecen al dolor menstrual y suelen ser más dolorosas con cada parto.
Ahora la comadrona se encarga de controlar que se hayan expulsado las
secundinas por completo y que no hayan quedado restos en el útero.

Si quedan restos en el útero, estos podrían causar hemorragias o infecciones


después, como la fiebre puerperal. Si, después de unos diez minutos, aún no se han
desprendido las secundinas de la pared uterina, a veces ayuda darle el pecho al bebé, ya que
la succión estimula las contracciones posteriores y, con ello, se contrae el útero.

CONCLUSIÓN

El parto se divide en cuatro fases.

La fase de dilatación es la más larga y puede durar 12 horas o más.

La fase de transición es muy breve y dolorosa.

Al final de la fase de expulsión nace el bebé.

El parto termina con la expulsión de la placenta en las secundinas.

Las fases del parto se solapan unas con otras y no siempre se pueden distinguir
claramente.
Puerperio (posparto)

Se denomina puerperio o cuarentena al periodo que va desde el momento


inmediatamente posterior al parto hasta los 35-40 días y que es el tiempo que necesita el
organismo de la madre para recuperar progresivamente las características que tenía antes de
iniciarse el embarazo.
El puerperio comprende diferentes etapas:  
Puerperio inmediato: abarca las primeras 24 horas después de parto.
Puerperio mediato: se extiende desde el segundo al décimo día.
Puerperio alejado: concluye en torno a los 40-45 de postparto.
Puerperio tardío: puede alcanzar hasta los 6 meses si la madre opta por alimentar al
bebé mediante una lactancia activa y prolongada.
  
Cuarentena
Si no hay complicaciones, el puerperio será estrictamente fisiológico, lo que supone
que el cuerpo de la madre sufre una serie de cambios físicos encaminados a devolver la
normalidad a todo su organismo:   
 Eliminación del agua: aumenta la eliminación (aproximadamente dos litros) del
agua  acumulada en los tejidos durante el embarazo, a través del sudor y la orina.
  
 Pérdida de peso: el parto, la eliminación del exceso de agua, la involución del aparto
reproductor y la lactancia hacen por sí solos que la madre llegue a perder hasta un
12,5% del peso que tenía antes del parto.
  
Cambios en el aparato circulatorio: se recupera una frecuencia cardiaca normal y las
paredes venosas recuperan su tono habitual, haciéndose más resistentes. Tras la primera
semana también se normalizarán los nódulos hemorroidales.
  
Cambios hormonales: al cabo de una semana de producirse el parto, los estrógenos,
la progesterona y la gonadotropina coriónica humana recuperan los niveles normales. Sin
embargo, aumenta significativamente la secreción de prolactina en tanto se mantiene la
lactancia materna. El resto de las glándulas endocrinas  también recuperan su función
habitual.

Reducción del volumen abdominal: con ello se elimina la presión sobre el


diafragma, el estómago, el intestino, la vejiga y los pulmones. Como consecuencia, en poco
tiempo se mejora la función respiratoria, la capacidad de la vejiga y se recupera el apetito y
la actividad intestinal normal.
  
Alteraciones de la piel: desaparece la pigmentación de la piel adquirida durante la
gestación en la cara, la línea alba y la pulpa. Sin embargo, la piel del abdomen queda
flácida en la medida en que el útero recupera su volumen normal y los músculos su
elasticidad.
  
Descenso de la actividad inmunitaria: durante el puerperio se reduce la capacidad de
respuesta del sistema inmunitario ante la actividad de los gérmenes, por lo que si la madre
sufre algún tipo de infección antes del parto, ésta se puede agudizar.
  
Cambios en el aparato genital: el tamaño del útero llega a aumentar entre 30-40
veces durante la gestación. En el puerperio se reduce nuevamente, pero de forma
progresiva, mediante un mecanismo al que se denomina involución uterina. Los últimos
restos del parto (loquios) se eliminan durante los dos o tres primeros días. En lo que
respecta al cuello del útero, éste recupera sus dimensiones normales un mes después del
parto. La vagina lo hace a los diez días.
  
Reanudación de la menstruación: el tiempo que tarda en restablecerse la regla depende de si
la madre amamanta a su hijo o no. Si no es así, lo habitual es que reaparezca al cabo de
aproximadamente 40 días. De lo contrario, en el 25% de los casos se producirá un retraso
que puede extenderse a todo el periodo de lactancia y en ocasiones incluso más.
Conclusión

El período post-parto es una etapa fundamental en la vida reproductiva de una


mujer, su hijo o hija y su pareja. La calidad de vida de los recién nacidos y su pronóstico a
largo plazo dependen de lo que sucede en esta etapa. Este período afecta la vida de las
mujeres y sus parejas por las razones biológicas, físicas y emocionales por los cambios que
experimentan su vida, en la relación y sus actividades cotidianas, por aspectos psicológicos
y sociales como la adquisición de nuevos roles y responsabilidades y por el conflicto que
pueden experimentar en relación a otros intereses y roles en la sociedad.

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