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NOCIONES FUNDAMENTALES DE 1 A TEORÍA DEL DELITO


CAPÍTULO V

EL DELITO ATRIBUIBLE A CULPA


(El cuasidelito) cia en estos comportamientos de finalidad referida al tipo -esto
es, de d o l o - hace que su tratamiento penal sea m e n o s riguroso
q u e el del delito d o l o s o .
3 6 7

El c o n t e n i d o del injusto en el delito c u l p o so está en la discon-


formidad del cuidado esperado p o r el ordenamiento j u r í d i c o en
relación a la ejecución de una actividad peligrosa y el realmente
e m p l e a d o al llevarlo a cabo. La substancia del h e c h o c u l p o so es
no emplear el c u i d a do d e b i d o en el cumplimiento del deber o en
la realización de una acción creadora de riesgos; lo que se desvalo-
ra es la acción u omisión: el desvalor del resultado tiene una
c o n n o t a c i ó n esencialmente delimitadora, p o r q u e permite distin-
guir aquellos comportamientos que interesan al d e r e c h o penal de
aquellos que son irrelevantes. 368
C o n d u c i r a exceso de velocidad,
34. C O N C E P T O S GENERALES
si n o se concreta en una lesión o muerte de un ser humano, en la
legislación nacional es un comportamient o atípico, y p o r ello que-
C o m o n o c i ó n general, p u e d e decirse que incurre en culpa aquel
da al margen de la ley penal; n o así si provoca alguno de los
que ejecuta un acto típico al infringir el deber d e ciudadano que
resultados preindicados.
le es e x i g i ó l e . En los capítulos anteriores se ha h e c h o referencia
366

a la tipicidad y antijuridicidad del delito doloso ; en el presente se Es importante resaltar que la culpa, c o m o el d o l o , n o es - c o m o
tratará el delito culposo, d e cuya consideración en forma particu- frecuentemente se sostiene- una forma de culpabilidad; al contra-
lar el C P . se o c u p a en los arts. 2 , 4 y 10 N° 13, q u e consagran
o o
rio, integra un tipo penal especial que corresponde a una conducta
c o m o regla general su impunibilidad, salvo q u e d e m o d o excep- punible de una estructura peculiar tanto en lo que dice relación
cional la ley los sancione. Los tipos que penaliza el legislador con el injusto c o m o c o n la culpabilidad. El injusto plantea la
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normalmente son dolosos; sólo en contados casos i m p o n e pena a cuestión de cuál es el cuidado objetivamente esperado del sujeto en
tipos culposos. la situación de peligro que enfrentó, y la culpabilidad, si ese cuida-
En los delitos imprudentes o culposos el c o n c e p t o de acción y d o le era exigible atendidas las circunstancias concretas en que
de omisión es el mismo que c o r r e s p o n de al delito d o l o s o . La dife- actuó. 370

rencia que se observa en los tipos culposos es que en ellos la


finalidad de la acción, su objetivo resulta irrelevante. Si el c o n d u c -
tor de un automóvil pretende dirigirse a un cine, al aeropuerto o 35. ASPECTOS RELEVANTES DE LA E V O L U C I Ó N HISTÓRICA
simplemente deambula para distraerse, su objetivo n o interesa; sin DEL DELITO C U L P O S O
embargo, sí importa la forma c o m o se lleva a c a b o esa acción de
c o n d u c c i ó n y, a veces, la consecuencia o resultado en que se con- Se podría decir que el delito culpos o es un acontecimiento de
creta. Si el c o n d u c t o r l o hace a exceso d e velocidad y p o r ello nuestro siglo, consecuencia d e la irrupción en la actividad huma-
atropella a un peatón que tenía d e r e c h o a cruzar la calzada, ese
m o d o de c o n d u c i r y ese resultado q u e n o estaba c o m p r e n d i d o en
Maurach, Tratado, II, p. 217.
3 6 7

la finalidad del sujeto, le otorgan trascendencia penal. La ausen-


Welzel, El Nuevo Sistema, p. 69.
3 6 8

Cfr. Welzel, D.R, pp. 182 y ss.; Maurach, Tratado, II, pp. 226 y ss.; Jescheck,
3 6 9

Tratado, II, p. 777; Roxin, Problemas Básicos, pp. 149 y ss.


8 6 6
Cobo-Vives, D.R, III, p. 174. Jescheck, Tratado, II, p. 777.
3 7 0

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EL DELITO ATRIBUIBLE A CULPA NOCIONES FUNDAMENTALES DE LA TEORÍA DEL DELITO

na d e la mecanización c o m o cuestión cotidiana e imprescindible. trotrae la voluntariedad de la culpa a un m o m e n t o anterior a


La universalización y manifestación del e m p l e o de recursos técni- aquel en que se ejecutó el acto, p o r q u e en ese m o m e n t o existió
co-científicos q u e caracterizan a nuestra é p o c a - a saber, la electri- una actividad c o n s c i e n t e . Así, al c o n d u c t o r que atropella a un
373

ficación, la electrónica, el transporte terrestre y aéreo, el e m p l e o tercero p o r n o contar su vehículo c o n un b u e n sistema de frenos,
de energía atómica, p o r citar algunos-, j u n t o c o n facilitar y am- se le reprocha el atropello p o r su conducta anterior voluntaria,
pliar el c a m p o de posibilidades del h o m b r e , ha aumentado en esto es, c u a n d o en c o n o c i m i e n t o de esa falla mecánica, conscien-
extremo los riesgos de las actividades que a diario d e b e enfrentar temente se abstuvo de repararla.
en su hogar, en los deportes, en la actividad laboral, la atención En definitiva, el problema de f o n d o radica en precisar cuál es
de su salud y prácticamente en todos los aspectos d e su vida. Este en substancia el contenido de la culpa; p o r razones de su posición
f e n ó m e n o del presente siglo obliga al ordenamient o j u r í d i c o a psicológica sobre la culpabilidad, los causalistas tenían necesaria-
exigir un c u i d a do m í n i m o al h o m b r e en la realización de activida- mente que vincular la culpa c o n la voluntad, p e r o c o m o esto es casi
des creadoras d e riesgos para proteger bienes jurídicos que, primi- imposible, surgieron serias críticas en contra de su c o n c e p c i ó n .
tivamente, lo n o r m a l era q u e resultaran lesionados sólo p o r Entre esos críticos están Exner y Engisch, quienes desde perspecti-
comportamientos dolosos. La falta del d e b i d o cuidado pasó a cons- vas distintas sostienen que la culpa n o es otra cosa que la falta de
tituir una de las mayores fuentes creadoras de delito, c o n caracte- cuidado en la realización d e una actividad dada, el contenid o de la
rísticas, en cuanto a su estructura, distintas al delito d o l o s o , lo que culpa es ése y n o un asunto de voluntariedad. Así toma cuerpo la
m a r c ó la escisión del c o n c e p t o unitario del injusto penal. n o c i ó n de que culpa es n o emplear el cuidado objetivamente ade-
El d e r e c h o natural, c o m o señala Welzel, consideraba al delito cuado a las circunstancias en que se obra. Para Exner esta negligen-
culpable c o m o una situación excepcional; Hegel n o se p r e o c u p ó cia tiene su raíz en el sentimiento del sujeto hacia determinados
de él, sólo lo hizo del d o l o s o . 371
bienes jurídicos: cuando los siente c o m o valiosos, pondrá cuidado y
La doctrina causal naturalista consideró, siempre, que el tipo y preocupación en n o lesionarlos; en caso contrario, su desinterés
la antijuridicidad tenían iguales características en el delito d o l o s o podrá llevarlo a tratarlos c o n descuido. Engisch estima que el suje-
y en el culposo. La diferencia entre u n o y otro se producía en la to, de m o d o consciente o inconsciente, tiene una inquietud en
culpabilidad, cuya naturaleza era psicológica, q u e consistía en la relación a los peligros que importan las relaciones sociales, que
vinculación subjetiva entre el acto y su autor, que p o d í a ser a título exigen que mantenga un cuidado objetivo: la culpa consistiría en la
de d o l o o de culpa. C o m o esa vinculación era propia de la volun- ausencia de ese interés, que arrastraría al sujeto a n o p o n e r la
tariedad, llevó a algunos causalistas, c o m o Kohlrausch, a equipa- diligencia debida en el m o m e n t o y circunstancias concretas. Este
rar la culpa consciente y el d o l o , p o r q u e en ambos había, p o r lo autor, en su tesis del a ñ o 1930, destacó que entre la causalidad
menos, representación del resultado injusto y, a la vez, a sostener natural y la culpabilidad, que eran los elementos del delito culposo
que la culpa inconsciente, d o n d e n o hay ninguna relación de que se consideraban p o r los causalistas, había un tercer m o m e n t o ,
voluntariedad p o r q u e en ella n o ha existido representación del el de la ausencia del cuidado objetivo (cuidado e x t e r n o ) , que
374

resultado, debía quedar excluida del d e r e c h o p e n a l . 372


integraba la antijuridicidad. Según Engisch, n o puede ser antijurídi-
El causalismo valorativo pretendió encontrar en la culpa un ca una conducta ajustada a la norma de c u i d a d o . 375

sustrato voluntarista al c o n c e b i r la culpabilidad c o m o un j u i c i o de El causalismo valorativo - c o m o se señaló p r e c e d e n t e m e n t e -


r e p r o c h e , sin abandonar su esencia volitiva; p o r ello, Mezger re- n o modificó la naturaleza que los causalistas naturalistas le reco-

3 7 3
Mezger, Tratado II, p. 192.
3 7 1
Welzel, D.R, p. 182. 3 7 4
Welzel, D.P., p. 183.
3 7 2
Bustos, Manual, pp. 229-230. 3 7 5
Mir Puig, D.P., p. 229.

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EL DELITO ATRIBUIBLE A CULPA NOCIONES FUNDAMENTALES DE LA TEORÍA DEL DELITO

nocían a la culpa, de n e x o psicológico entre el h e c h o y su autor. 36. EL T I P O EN EL D E L I T O C U L P O S O


Lo que logra el causalismo valorativo es reemplazar el c o n c e p t o
de "culpabilidad", que sigue estando integrado p o r el d o l o o la Es útil diferenciar claramente el tipo d o l o s o del tipo culposo. En
culpa, p e r o que deja de ser un vínculo de orden volitivo entre el el párrafo anterior se hizo notar que en el delito d o l o s o la acción
acto y quien lo ejecuta, para transformarse en un j u i c i o de repro- del sujeto está dirigida p o r el autor a la o b t e n c i ó n del resultado
che de ese acto a su realizador (doctrina normativa compleja de la en que se concreta, en el culposo el autor realiza una acción que
culpabilidad). En el h e c h o atribuible a culpa, la culpabilidad con- n o está dirigida al resultado en que se concreta, de manera que
siste en el reproch e que se hace al sujeto, p o r q u e estuvo en la falta la coincidencia de lo subjetivo c o n lo objetivo, coincidencia
posibilidad de haber evitado su ocurrencia si hubiese sido cuida- que en el h e c h o d o l o s o d e b e darse. La esencia de la conduct a
doso, si hubiese e m p l e a d o la diligencia necesaria. Esta n o c i ó n culposa es la falta del cuidado jurídicamente esperado en el comporta-
facilitó el camino para que el finalismo superara las críticas que se miento, consiste en la infracción de la norma de cuidado, que en
hacían al c o n c e p t o voluntarista de la culpa, considerándola ahora el C ó d i g o Penal se d e n o m i n a c o m o imprudencia (arts. 490 y 492) o
c o m o la falta del cuidado que objetivamente debía haberse obser- negligencia (arts. 491 y 4 9 2 ) . El cuidado exigido es aquel que el
vado en la realización del h e c h o . ordenamiento social requiere para la realización de acciones pro-
Es el finalismo el que corta el n u d o gordiano d e la culpabili- vocadoras de peligro; es de naturaleza objetiva el cuidado que en
dad y traslada definitivamente el d o l o y la culpa - q u e integraban general d e b e tenerse al llevar a c a b o comportamientos que impor-
la culpabilidad c o m o fundamento del j u i c i o de r e p r o c h e - al tipo ten riesgos para terceros o para los bienes jurídicos; n o es aquel
penal c o m o su fase subjetiva, y para mantener la n o c i ó n unita-
376 cuidado individual que podría p o n e r un sujeto en particular, pues
ria del delito, afirman que la acción, tanto en el h e c h o d o l o s o esto dice c o n la culpabilidad.
c o m o en el culposo, es la misma: la acción final, si bien observada El tipo delito culposo tiene, c o m o sucede c o n el tipo d o l o s o ,
desde distintos puntos de vista. Mientras los delitos dolosos c o m - dos planos o fases: el subjetivo y el objetivo. Para algunos autores,
prenden la acción final en la medida que su voluntad está dirigida la fase subjetiva n o tendría relevancia, p o r q u e n o interesa la finali-
a la realización de resultados típicos, en los tipos culposos la ac- dad de la acción, que, c o m o se ha señalado, queda al margen del
ción final n o interesa en cuanto al objetivo que se perseguía c o n tipo al n o abarcar el resultado logrado en la materialidad p o r el
su realización, sino en cuanto al m o d o de su ejecución - o sea p o r comportamiento. N o obstante, también es necesario el tipo subje-
la falta de cuidado c o n que se ejecutó-, que se tradujo en conse- tivo si se quiere mantener un c o n c e p t o unitario de la acción en la
cuencias lesivas para bienes jurídicos protegidos p o r el d e r e c h o . 377
teoría del delito.
De m o d o que el finalismo r e c o g e e incorpora así la n o c i ó n de
falta de cuidado objetivo en la ejecución de la acción c o m o elemento
del tipo del delito culposo, y n o de la culpabilidad. Tal posición 37. T I P O SUBJETIVO EN EL D E L I T O C U L P O S O
permite a la doctrina finalista diferenciar en el cuasidelito la tipici-
dad, la antijuridicidad y la culpabilidad. La culpabilidad en el C o m o en t o d o tipo de acción, se requiere d e un elemento positivo,
delito culposo consiste en la posibilidad que tuvo individualmente que es la voluntad de realizar la acción, al margen de su significa-
el sujeto en el m o m e n t o correcto , d e emplear el cuidado d e b i d o ción típica (el que examina un arma d e fuego quiere sólo c o n o -
inherente a la ejecución de la acción peligrosa. cerla e imponerse de su estructura o mecanismo, e ignora q u e se
le escapará un tiro); además, requiere de un elemento negativo:
n o querer concretar el h e c h o típico (en la hipótesis del revólver,
3 7 6
Supra, párrafo 2c).
n o matar o herir a alguien, o dañar un bien j u r í d i c o ajeno).
3 7 7
Welzel, D.R, pp. 184-185.

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EL DELITO ATRIBUIBLE A CULPA NOCIONES FUNDAMENTALES DE I A TEORÍA DEL DELITO

38. EL T I P O OBJETIVO EN EL D E L I T O DE A C C I Ó N C U L P O S O que considere las circunstancias particulares del sujeto que inter-
vino en el h e c h o . La tendencia doctrinaria mayoritaria se inclina
El elemento fundamental del tipo objetivo es la falta del cuidado por una valoración objetiva, e m p l e a n d o c o m o medida la diligen-
debido, sin perjuicio de que deban cumplirse los demás elementos cia que hubiera tenido un h o m b r e normal, consciente y prudente
que el tipo p u e d e requerir c o m o necesarios, así los especiales de en tales circunstancias, al margen de las c o n d i c i o n e s de destre-
378

la autoría, pues determinados delitos culposos sólo p u e d e n c o m e - za individuales del realizador de la acción. La medida del cuidado
terlos algunos sujetos calificados, c o m o la malversación culposa, esperado p o r el ordenamiento será la del h o m b r e m e d i o , p e r o
d o n d e se exige en el autor la calidad de funcionario público también se considerarán al efecto los posibles conocimientos espe-
(art. 2 3 4 ) , o en la prevaricación culposa, la de ser funcionario ciales - n o la destreza- que tal sujeto haya p o s e í d o . En una coli-
judicial (arts. 224 N° I y 2 2 5 ) . También sucede que el tipo requie-
o
sión de tránsito, se apreciarían los comportamientos de los con-
re a veces de la p r o d u c c i ó n d e un resultado. En este último caso, ductores, considerando el que tendría un c o n d u c t o r m e d i o en
el resultado necesariamente deberá ser atribuible objetivamente a esas mismas circunstancias, aunque u n o de los que hayan interve-
la falta de cuidado (imputación objetiva), c o m o ocurre c o n los nido sea un as del volante; su destreza individual n o influirá en el
cuasidelitos reglados en el art. 490, en especial el h o m i c i d i o cul- nivel de exigencias que el ordenamient o esperaba de un c o n d u c -
p o s o o las lesiones culposas. tor en el tráfico vehicular. Distinta es la situación del q u í m i c o
C o m o el elemento fundamental del delito culposo es la n o investigador que manipula una substancia altamente peligrosa, en
observancia del cuidado d e b i d o , a continuación se analizarán los relación a la forma en que lo haría una persona sin los c o n o c i -
aspectos relevantes de este elemento. mientos especiales de aquél; la exigencia d e cuidado del primero
es mayor que la del segundo , n o p o r q u e sea más diestro, sino
Es útil referirse a tres situaciones relacionadas c o n el debe r de
p o r q u e tiene un mayor conocimiento d e los h e c h o s y sus circunstan-
cuidado: a) la naturaleza de la norma que i m p o n e el deber y la
cias (cfr. Jescheck, Kaufmann, M u ñ o z C o n d e , Cury).
ubicación sistemática de su infracción considerada c o m o elemen-
to del delito; b) el riesgo permitido p o r el ordenamiento j u r í d i c o , Hay autores que se inclinan p o r vincular el cuidado requerido
y c) en qué consiste la infracción al deber de cuidado. con el sujeto individual, c o n su capacidad o destreza personal; n o
podría exigirse, según ellos, el mismo deber de diligencia al con-
ductor corriente que al c a m p e ó n de carrera automovilística, al
38.1. NATURALEZA DE LA NORMA DE CUIDADO cirujano m e d i o que al cirujano excepcional . Se piensa que d e b e
equipararse la situación del que tiene c o n o c i m i e n t o s especiales
Excepcionalmente la ley penal determina, para casos específicos, con el que posee destreza; si este último n o la emplea, incurrirá
el cuidado q u e d e b e tenerse, particularmente en el tráfico vehicu- en un comportamiento t í p i c o . 379

lar, en q u e entre otras exigencias señala límites de velocidad, pis- En síntesis, la norma de cuidado d e b e determinarse c o n crite-
tas de circulación, formas de enfrentar los cruces de calles o rio objetivo, apreciando las circunstancias de h e c h o concretas y
caminos, etc. Normalmente, n o obstante, n o precisa la n o r m a de los c o n o c i m i e n t o s especiales del sujeto, n o así su destreza.
cuidado, la q u e d e b e deducirse del ordenamiento j u r í d i c o y, sobre La ubicación sistemática de la infracción de la n o r m a de cui-
t o d o , d e la situación concreta que se analiza. En cada suceso, d a d o es el tipo penal, n o la antijuridicidad ni, m e n o s aún, la
atendidas sus circunstancias, corresponderá determinar cuál era
el d e b e r d e c u i d a d o a mantener, delicada labor que le correspon-
Jescheck, Tratado, II, pp. 777-778; ello sin perjuicio de que en la culpabili-
3 7 8

de al tribunal.
dad se aprecien las condiciones y circunstancias individuales.
Suscita controversia el principio que deberá tenerse en cuenta 3 7 9
Cfr. Bacigalupo, Manual, p. 215; Mir Puig, D.P., p. 233; Cobo-Vives, D.P., III,
al efecto, si se funda en una norma general o en una individual, p. 183.

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EL DELITO ATRIBUIBLE A CULPA NOCIONES FUNDAMENTALES DE LA TEORÍA DEL DELITO

culpabilidad. D e m o d o q u e la imprudencia y la negligencia a que tro de ciertos límites y siempre que se emplee en su ejecución el
se refiere el C P . son un elemento del tipo objetivo del delito cuidado d e b i d o . Si a consecuencia de ellas se lesiona algún bien
culposo y n o constituyen una forma de culpabilidad. El sujeto que j u r í d i c o , esa lesión es atípica, p o r q u e queda c o m p r e n d i d a dentro
no ha infringido la norma de cuidado, que ha mantenido la dili- del riesgo permitido p o r la sociedad. L o demuestra el c o n o c i d o
gencia exigida, aunque pueda lesionar un bien j u r í d i c o , n o realiza paradigma de Engisch del c o n d u c t o r de un vehículo que respeta
un acto típico. Sectores doctrinarios estiman que la observancia su vía de circulación, la velocidad y demás reglas de tránsito, p e r o
del c u i d a do exigido es una causal de justificación, lo que presupo- que al tomar una curva adecuadamente c h o c a c o n otro vehículo
ne que el c o m p o r t a m i e n t o realizado respetando d i c h o d e b er sería que venía en sentido contrario a exceso de velocidad y le invade
típico, posición ésta que resulta difícil d e comprender. N o se ve la su pista de circulación. El c o n d u c t o r cuidadoso sabe que hay auto-
razón - p o r e j e m p l o - para calificar c o m o típica y antinormativa la movilistas imprudentes, que en una curva p u e d e ocurrir la situa-
conducta del automovilista que atraviesa el cruce a velocidad pru- c i ó n descrita, p e r o se trata de un riesgo permitido para el q u e
dente y c o n luz de paso a su favor, si es embestido p o r otro vehícu- c o n d u c e c o n prudencia, y n o podría sostenerse que ha incurrido
lo que continúa su marcha sin respetar su d e r e c h o d e vía; su en un c o m p o r t a m i e n to típico, aunque desde una visión causal
actuar -según tal criterio- sólo estaría justificado p o r concurrir la naturalista "causó" la colisión y c r e ó el riesgo, pues de n o haber
causal de haber respetado el d e b e r de cuidado, c u a n d o en reali- estado en ese lugar el h e c h o n o se habría p r o d u c i d o . 380

dad n o ha infringido ninguna n o r m a penal. La n o c i ó n d e riesgo permitido p r e s u p o n e el principio de con-


fianza, q u e precisamente consiste e n que los demás respeten, a
su vez, la n o r m a d e c u i d a d o . "El q u e obra sin tener en cuenta
38.2. EL RIESGO PERMITIDO q u e otros p u e d e n hacerlo en forma descuidada n o infringe el
d e b e r de c u i d a d o " ; d e otra manera n o podría un peatón tran-
381

N o toda lesión o peligro de lesión de un bien j u r í d i c o es constitu- sitar tranquilamente p o r la vereda, pues debería estar atento
tivo d e un tipo culposo. La estructura normativa c o r r e s p o n d e a para evitar ser atropellado p o r un vehículo que p o r mala manio-
una realidad social, y si ésta autoriza múltiples actividades creado- bra se sale de la calzada, o q u e su cabeza sea g o l p e a d a p o r el
ras de riesgo, n o p u e d e aquélla prohibirlas. Y dichas actividades macetero d e un balcón q u e descuidadamente riega su d u e ñ o
son autorizadas p o r q u e al compararlas c o n los beneficios que re- (cfr. Welzel, D. P p . 183; Jescheck, Tratado, II, p . 8 0 2 ) .
portan, los riesgos resultan secundarios; ello ha permitido el auge
del tránsito y tráfico marítimo, aéreo y terrestre p o r m e d i o de
vehículos, el e m p l e o de energía eléctrica y nuclear, el aprovecha- 38.3. EN QUÉ CONSISTE LA INFRACCIÓN DEL DEBER DE CUIDADO
miento de elementos que se encuentran en la profundidad de la
corteza terrestre y una infinidad de actividades altamente peligro- Para que exista infracción del cuidado d e b i d o es fundamental que
sas. Se sabe - p o r e j e m p l o - , el índice de mortalidad que se produ- el riesgo que d e b e precaverse sea susceptible de previsión y evita-
ce a consecuencia del tratamiento quirúrgico, del tránsito vehicular ción. N o interesa al efecto que el sujeto se lo haya o n o repre-
3 8 2

y, n o obstante, esas actividades n o se p r o h i b e n. L o que espera la sentado, lo que importa es la posibilidad de su representación y
sociedad es evitar al m á x i m o la c o n c r e c i ó n de esos riesgos; para evitación. Si el peligro era imprevisible o siendo previsible era
ello es necesario que se cumpla c o n determinados cuidados. Cum- inevitable, se estará ante un caso fortuito. De m o d o que la impru-
plidos esos presupuestos, permite que se creen, y aun se concre-
ten, ciertos peligros; suficiente es recordar los pilotos d e prueba,
380 p 229.
de vuelos espaciales, o los experimentos atómicos. De m o d o que M i r P u i g > D p

3 8 1
Bacigalupo, Manual, p. 215.
el sistema acepta la realización d e acciones en sí peligrosas, den- 3 8 2
Cerezo Mir, Curso, p. 387.

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dencia o falta de cuidado n o es una cuestión psicológica, sino que 3) Existe el deber de informarse adecuadamente en forma
es de índole normativa; n o incide sólo en la posibilidad de previ- previa. Un c o n d u c t o r que usa un vehículo que n o ha manejado
sión del riesgo, sino en la infracción del d e b e r d e representárselo con anterioridad, deberá informarse c o n antelación d e sus carac-
y de evitar su c o n c r e c i ó n . 383
terísticas, de otro m o d o aumentará el riesgo sobre el límite autori-
Si bien para que exista infracción de cuidado el riesgo debe ser zado. El m é d i c o , p o r ejemplo, antes de operar, deberá realizar los
previsible, evitable p o r el sujeto, esto es insuficiente para que - a su exámenes d e laboratorio pertinentes para informarse de las con-
vez- exista culpa. Para que la haya tiene que encontrarse en una diciones del paciente.
doble situación: En definitiva, la infracción del cumplimiento de las obligacio-
nes antes señaladas, es lo que en esencia constituye la infracción
a) Ha de tener la obligación de prever el riesgo (deber inter-
del deber d e cuidado.
no o subjetivo de c u i d a d o ) . Es obligación de quien realiza una
actividad peligrosa advertir los riesgos que su ejecución involucra;
si n o se da esa previsión, resulta más grave el descuido del realiza-
39. LA IMPUTACIÓN OBJETIVA DEL RESULTADO
dor, pues n o tuvo la diligencia de representarse las posibles conse-
cuencias de su actuar (infracción del deber de cuidad o interno).
Se señaló c o m o tercer elemento en el delito culposo p o r acción,
El cumplimiento de esta obligación es lo que da origen a la d e n o -
que si el tipo requiere de un resultado, éste ha de encontrarse
minada culpa inconsciente, en contraposición a la que se da c u a n d o
normativamente vinculado a la falta de cuidado, de manera que
hay representación del riesgo, d e n o m i n a d a culpa consciente, caso en
objetivamente pueda atribuirse a la infracción de tal deber.
el que debe haber confiado en que el peligro no se concretará.
Esta vinculación se cumplirá si p o r lo m e n o s concurren dos
b) La segunda obligación del ejecutor de una actividad riesgo- condiciones: a) el resultado y la inobservancia del cuidad o d e b e n
sa es la de adoptar un comportamient o c o n f o r m e al cuidado re- estar relacionados causalmente, lo que p u e d e determinarse aplican-
q u e r i d o p o r la norma ( d e b e r objetivo d e c u i d a d o ) ,
3 8 4
que se d o los principios de la teoría de la equivalencia de todas las condi-
manifiesta en la siguiente forma: ciones (conditio sine qua non), y b ) que ese resultado corresponda
precisamente al riesgo que la acción c r e ó al infringir la norma
1) Se d e b e abstener de realizar acciones peligrosas que sobre-
que i m p o n e la obligación de cuidado (vinculación de riesgo).
pasan el riesgo permitido. El ordenamiento permite la c o n d u c -
Este segundo requisito permite descartar los resultados que n o
ción de vehículos motorizados en la ciudad, p e r o sólo a aquellos
tienen c o n e x i ó n c o n la observancia del debe r de cuidado, c o m o
que tengan la habilidad requerida; el que n o la tiene, n o d e b e
sucede si c o n d u c i e n d o un automóvil a exceso de velocidad se
conducir;
atropella a un suicida que se lanza sorpresivamente delante del
2) C o m o tal acción constituye un riesgo permitido, el sujeto vehículo; c o m o señala Mir Puig, "la prohibición de la velocidad
autorizado p u e d e ejecutarla c o n la obligación de emplear la pru- excesiva n o se dirigía a evitar el atropello del suicida". 386
Queda
dencia necesaria. De suerte que la atipicidad de su comportamien- asimismo descartada la posibilidad de imputar objetivamente el
to n o se pierde aun en el caso d e q u e su vehículo c h o q u e c o n otro resultado a la acción imprudente, c u a n d o el mismo resultado se
que viniendo en sentido contrario se cargue a la izquierda y resul- hubiera concretad o también c o n una conducta n o negligente, lo
ten lesionados; sólo la conducta de este último es típica, y 385
que queda en evidencia en el c o n o c i d o ejemplo del anestesista
que en lugar de aplicar novocaína, que era el medicamento pres-

Cobo-Vives, D.R, III, p. 189.


3 8 5
Cobo-Vives, D.R, III, p. 180. Mir Puig, D.P., p. 238.

219 220
r --
E L DELITO ATRIBUIBLE A CULPA NOCIONES FUNDAMENTALES DE LA TEORÍA DEL DELITO

crito para el paciente, le suministra p o r descuido cocaína, provo- 40. LA ANTIJURIDICIDAD Y LA CULPABILIDAD
cando su muerte, deceso que también habría sobrevenido si inyec- EN EL D E L I T O C U L P O S O
ta novocaína, p o r sus particulares características. En esta hipótesis,
aunque se hubiera observado el cuidado d e b i d o (comportamiento La antijuridicidad en el h e c h o culposo es diferenciable de su tipici-
alternativo), el resultado igualmente se habría c a u s a d o . 387

dad, al igual que sucede en el tipo doloso. En la praxis consiste en


Se discute si en la atribución objetiva del resultado es necesa- la n o concurrencia de una causal de justificación y, de consiguiente,
rio tener la seguridad de que al observarse el cuidado exigido aquél de concurrir una justificante el tipo culposo n o es antijurídico. N o
no habría s o b r e v e n i d o , o es suficiente la posibilidad de que así
388

corresponde hacer distingos entre las causales; según las circunstan-


hubiera ocurrido. Nunca podrá existir la certeza categórica de la cias, cualquiera de ellas puede concurrir. Así, quien repeliendo una
primera alternativa, de m o d o que la segunda c u m p l e las condicio- agresión ilegítima dispara su arma de fuego y lo hace imprudente-
nes propias del sistema normativo, que parte d e hipótesis proba- mente hiriendo a un tercero ajeno a la situación, si bien incurre en
bles. L o anotad o lleva a sostener a algunos autores que si la cuasidelito de lesiones, tal acción puede quedar justificada si dispa-
imprudencia aumenta considerablemente el peligro, el resultado rar en tales circunstancias era el m e d i o racionalmente necesario.
es atribuible a esa i m p r u d e n c i a .
389

La culpabilidad en el delito culposo incide principalmente en


Sectores de la doctrina piensan que el resultado en el delito la determinación d e si era o n o posible obligar al sujeto que, en
culposo es una c o n d i c i ó n objetiva d e punibilidad, y n o un elemen- las circunstancias concretas que enfrentó, respetara las exigencias
to del tipo objetivo, p o r q u e lo desvalorado es la acción impruden- del d e b e r de c u i d a d o . 392

te y n o el resultado, al extremo de que su p r o d u c c i ó n n o tiene


consecuencia en la gravedad del h e c h o , la pena siempre es la
misma. Este criterio tiene un discutible y d u d o s o respaldo dogmá- 41. EL D E L I T O C U L P O S O EN EL C Ó D I G O PENAL
tico, p o r el tratamiento que el h e c h o culposo tiene en la legisla-
ción nacional, en particular en el Título X del Libro II del CP. En En el sistema nacional n o existe una figura genérica o abierta de
efecto, allí se sancionan los comportamientos imprudentes única- delito c u l p o s o (numerus apertus). N o hay un tipo penal que sancio-
mente c u a n d o causan un resultado lesivo; de otro lado, aumenta ne cualquier c o m p o r t a m i e n to atribuible a culpa; al contrario, se
el desvalor d e la acción c u a n d o el daño es más grave. sigue el sistema de describir figuras concretas d e delitos culposos.
Pero c o m o bien señala Bacigalupo, el punto n o ofrece mayor El principio general en la legislación nacional es que el h e c h o
trascendencia práctica, lo que no impide que la tendencia de la
390
atribuible a culpa n o es punible (arts. 4 y 10 N° 1 3 ) , salvo que
o

doctrina reciente considere que el cuasidelito n o sólo es desvalor de esté expresamente sancionado (numerus clausus). Sin perjuicio d e
la acción sino que también es lesión al bien jurídico protegido. 391
ello, el legislador considera algunas figuras que constituyen tipos
abiertos; son descripciones más o m e n o s genéricas de impruden-
cia que afectan determinados bienes jurídicos. Eso sucede en los
arts. 490 y 492, d o n d e p u e d e n coexistir en un solo acto impruden-
te una o varias muertes c o n o sin una o varias lesiones, y viceversa.
3 8 7
Cfr. Bacigalupo, Manual, p. 216; Mir Puig, D.R, p. 238; Muñoz Conde,
La doctrina nacional mayoritariamente considera c o m o un crimen
Teoría, p. 74; Bustos, Manual, p. 239. culpae (un solo delito de culpa aunque c o n resultado múltiple) , 3 9 3

3 8 8
Roxin, Problemas, pp. 174-175. a diferencia de opiniones minoritarias que piensan que hay tantos
3 8 9
Mir Puig, D.R, p. 239.
3 9 0
Bacigalupo, Manual, p. 217.
3 9 1
En tal sentido, aunque con fundamentación diversa, Bustos, Manual, 3 9 2
Cfr. Cury, D.R, I, p. 290.
p. 238; Mir Puig, D.R, p. 235. 3 9 3
Etcheberry, D.R, I, 224; Cury, D.R, I, pp. 296-297; Cousiño, D.R, I, p. 840.

221 222
EL DELITO ATRIBUIBLE A CULPA NOCIONES FUNDAMENTALES DE LA TEORÍA DEL DELITO

cuasidelitos c o m o muertes o lesiones se provocan (cada u n o cons- ción del reglamento. Estas d e n o m i n a c i o n e s c o r r e s p o n d e n a los
tituye crimina culposa), que d e b e n sancionarse c o m o un c o n c u r s o términos empleados p o r los arts. 490, 491 y 492, respectivamente.
ideal, c o n f o r m e al art. 7 5 . El problema d e p e n d e rá de la c o n c e p -
3 9 4

ción que se tenga del delito c u l p o s o ; si lo que se desvalora es la


395

acción o el resultado. Pero si bien la esencia del cuasidelito es la a) Imprudencia temeraria (art. 490)
inobservancia del deber de cuidado, ello n o significa que el resul-
tado n o sea cofundante de la sanción; la falta de cuidado alcanza Es el grado de mayor intensidad de culpa susceptible de sanción.
relieve penal si el resultado lesión se da, p e r o siempre habrá un Es la omisión de aquel cuidado que p u e d e exigirse a las personas
solo delito culposo, al margen de si esa inobservancia se concreta menos diligentes al realizar una actividad creadora de riesgos;
en u n o o varios efectos lesivos. La entidad del perjuicio p r o v o c a d o consiste en la inobservancia de la diligencia más e l e m e n t a l y se 396

podrá considerarse para los efectos señalados en el art. 69, o sea la equipararía al c o n c e p t o civil de culpa lata, n o observar lo que en
regulación de la pena en el caso c o n c r e t o , a mayor d a ñ o mayor el caso c o n c r e t o hubiese resultado evidente a cualquiera. 397

pena, en los límites de su extensión.


Excepcionalmente y de m o d o independiente a los cuasidelitos
reglados de manera general, en el Libro II, Título X (arts. 490 y b) Mera imprudencia o negligencia (art. 491)
ss.), se describen algunos tipos culposos que n o cuentan c o n su
correlato d o l o s o ; entre otros se p u e d e n citar los contenidos en los Es la culpa que sigue en grado, en escala descendente de intensi-
arts. 224 N° I , 228 inc. 2 , 229, 234, 243 inc. 2 , 302, 329, 333 y
o o o dad, a la temeraria. Se identifica c o n la falta de cuidado que el
337 inc. 2 . o h o m b r e m e d i o emplea en la actividad que desarrolla, es más que
una falta de diligencia elemental. Corresponde a actividades crea-
doras de riesgos que exigen de quien las realiza mayor acuciosi-
d a d y se equipararía a la culpa leve civil. Se ha d i c h o q u e
42. ESPECIES DE CULPA CONSIDERADAS P O R EL C Ó D I G O
"conceptualmente representa una fórmula residual que c o m p r e n -
PENAL
de todas las hipótesis de imprudencia..., en que n o concurra te-
meridad", 398
c o n c e p t o que resulta discutible.
En los arts. 490 y siguientes se establece la punibilidad del h e c h o
ejecutado c o n imprudencia temeraria en el evento de q u e "si me-
diara malicia, constituiría un crimen o un simple delito contra las
c) Mera imprudencia o negligencia c o n infracción de reglamento
personas". Los precitados artículos se ocupa n de describir otras
(art. 492)
formas culposas. Del conjunto de disposiciones se desprende q u e
el C P . considera distintos grados de intensidad d e la infracción
No es una forma especial de falta de cuidado; es una culpa de la
del deber de cuidado; a saber: a) imprudencia temeraria; b ) negli-
misma intensidad antes señalada, en la cual concurre, además, la
gencia culpable, y c) mera imprudencia o negligencia c o n infrac-
infracción de una norm a reglamentaria.
La regla general del art. 490 es que se castigan sólo los hecho s
que, si mediara d o l o , constituirían crímenes o simples delitos contra
394 > { podría llegar a tal conclusión porque estima que lo castigado es la
o v o a

infracción del deber de cuidado en relación a cada bien jurídico lesionado; a su


juicio, no se sanciona la inobservancia del deber de cuidado en sí, sino en cuanto
' Cfr. Mir Puig, D.P., p. 226; Muñoz Conde, Teoría, p. 176.
afecta a un bien jurídico específico (Curso, I, p. 529).
Muñoz Conde, Teoría, p. 176.
Una síntesis de las diversas concepciones en la literatura nacional, en
3 9 5

Jescheck, Tratado, II, p. 783.


Código Penal, Concordancias (M. Verdugo), I, pp. 28-29.

224
223
EL DELITO ATRIBUIBLE A CULPA NOCIONES FUNDAMENTALES DE LA TEORÍA DEL DELITO

las personas, c u a n d o en ellos se incurre en una falta grosera del 43. IMPRUDENCIA Y NEGLIGENCIA N O S O N C O N C E P T O S
cuidado d e b i d o , pues requieren de imprudencia temeraria. Esta DIFERENTES
norma ha sido interpretada p o r la doctrina nacional y la jurispru-
dencia en el sentido que c o m p r e n d e , exclusivamente, los tipos Se piensa que imprudencia consistiría en afrontar un riesgo, situa-
penales descritos en el Título VIII del Libro II del C P . bajo el ción que normalmente se da en las acciones y n o en las omisiones;
epígrafe "Crímenes y simples delitos contra las personas", y tam- por negligencia se entiende falta de actividad, lo que podría su-
p o c o todos los allí reglados. En definitiva, haría referencia sólo a plirse c o n mayor actuación. Pero la doctrina mayoritariamente
los homicidios y a las lesiones. D e consiguiente, quedan descarta- concluye que n o es posible establecer una categórica diferencia
das figuras c o m o la calumnia, la injuria y el duelo. Los h e c h o s que entre ambas nociones; son expresiones distintas para aludir a si-
constituyen meras faltas también están excluidos, p o r q u e el art. 490 tuaciones análogas. 400

limita su alcance a los crímenes y simples delitos.


La mera negligencia o imprudencia es castigada en el art. 491
en el caso d e los profesionales del área d e la salud, c o m o los 44. CULPA CONSCIENTE Y CULPA INCONSCIENTE
m é d i c o s , cirujanos, dentistas (flebotomianos ) o matronas, p o r
ser sus actividades altamente riesgosas. Se les exige a los q u e las La doctrina clasifica la culpa en consciente e inconsciente. Esta clasifi-
ejercen un mayor c u i d a d o , siempre q u e se trate d e actividades cación n o ofrece mayor interés en el d e r e c h o positivo, salvo en
propias d e sus respectivos oficios. Este g r a do de culpa se d e n o - cuanto permite establecer una mejor delimitación entre el d o l o y
mina p o r sectores de la doctrina c o m o i m p e r i c i a . El inc. 2 del
399 o
la culpa.
art. 491 extiende esta culpa al d u e ñ o d e animales feroces q u e En la culpa consciente el sujeto se representa el mal o riesgo
por d e s c u i d o de su parte causan d a ñ o a las personas. La mera que enfrenta al realizar la acción, p e r o confía en que n o se c o n c r e -
negligencia c o n infracción de reglamento se castiga en el art. 492, tará el peligro. Esta posición psicológica de confianza es precisa-
siempre q u e se ejecute un h e c h o o se incurra en una omisió n mente lo que diferencia la culpa consciente del d o l o eventual,
que, a mediar malicia, constituiría un crimen o un simple delito d o n d e el sujeto ante la posibilidad del riesgo, que también se
contra las personas. En otros términos, a diferencia del tipo del representa, adopta una posición de indiferencia: su estado psico-
art. 490, q u e exige imprudencia temeraria, c u a n d o hay infrac- lógico es de que pase lo que pase, igualmente actuará.
c i ó n d e reglamento es suficiente que, aparte de la infracción, se Culpa y d o l o son c o n c e p t o s diversos: la culpa supone siempre
haya incurrido además en mera imprudencia o negligencia. Al la n o existencia de d o l o , la presencia de éste excluye la c u l p a . 401

hacer referencia a la infracción de reglamento implícitamente se Hay culpa inconsciente cuando una persona n o prevé el riesgo,
c o m p r e n d e la de ley o d e la Constitución. Las infracciones d e ley siendo previsible, lo que podría revestir más gravedad, pues si el
o d e reglamento p u e d e n ser dolosas o culposas, y d e b e n estar sujeto ni siquiera se representa el peligro, n o está en condiciones de
causalmente conectadas c o n el resultado p r o h i b i d o . El art. 492 adoptar las medidas de seguridad adecuadas al llevar a cabo la activi-
sanciona especialmente la c o n d u c c i ó n culpable d e vehículos d e dad creadora del riesgo. Pero sistemáticamente la gravedad de la
tracción mecánica o animal y consagra algunas presuncione s d e culpa n o está subordinada a la representación del peligro c r e a d o . 402

responsabilidad, que n o c o r r e s p o n d e analizar en esta parte sino


al estudiar los delitos en especial.

4 0 0
Autores nacionales como Labatut (D.R, I, p. 120), Etcheberry (D.R, I, p. 222),
Novoa (Curso, I, p. 544), estiman que son distintas modalidades de culpa.
4 0 1
Cobo-Vives, D.R, III, p. 174.
3 9 9
Etcheberry. D.R, I, p. 222; Novoa, Cursol, p. 545. 4 0 2
Bacigalupo, Manual, p. 219.

225 226
r
E L DELITO ATRIBUIBLE A CULPA NOCIONES FUNDAMENTALES DE LA TEORÍA DEL DELITO

45. LAS LIMITACIONES SISTEMÁTICAS DE LA siones en la determinación de la sanción en el caso de que una
INTERPRETACIÓN DE L OS TIPOS ABIERTOS DESCRITOS EN infracción al deber de cuidado concrete diversos resultados. Esto
LOS ARTS. 490 Y 492 sucede frecuentemente en los accidentes de tránsito, en que pue-
den fallecer varias personas y otros tantos resultar lesionados. En
No obstante la fórmula empleada p o r los arts. 490 y 492, que esta alternativa corresponde aplicar la pena p o r un solo cuasidelito,
sancionan, en general, al que p o r descuido ejecutare un h e c h o , o y n o por tantos c o m o lesiones o muertes se causaron; adoptar esta
incurriere en una omisión que, si mediara malicia, constituiría un última posición importaría un concurso ideal de cuasidelitos que
crimen o simple delito contra las personas, c o m o autor de un haría procedente aplicar el art. 75. Compartimos plenamente lo
cuasidelito, la doctrina nacional p o r vía interpretativa ha limitado afirmado p o r Bacigalupo: "Si tipo penal es la descripción de la
su aplicación exclusivamente a las figuras penales dolosas descritas conducta prohibida por la norma, entonces prohibido sólo puede
en el Título VIII del Libro II c o m o "Crímenes y simples delitos ser comportarse sin cuidado, p e r o n o causar un resultado", y si es 405

contra las personas", y n o a todas ellas, sino al h o m i c i d i o y a las así, n o pueden constituir varios cuasidelitos la causación d e resulta-
lesiones. Para restringir el sentido de las normas en referencia se dos múltiples. N o obstante, en la doctrina española hay amplios
han tenido en cuenta los siguientes p r i n c i p i o s : 403 sectores que sostienen que en estas hipótesis hay varios tipos culpo-
a) En aquellos tipos dolosos que requieren d e elementos sub- sos, porque n o existiría - e n España- un crimen culpae, sino que la
jetivos del injusto, n o p u e d e darse la forma culposa, precisamente culpa sería crimina culposa, o sea habría tantos delitos cuantas lesio-
p o r q u e en los cuasidelitos falta toda subjetividad dirigida al injus- nes provoca la infracción del deber de c u i d a d o . 406

to. Ello permite excluir los delitos de calumnia e injuria (arts. 412
y 416) en su alternativa culposa, pues tradicionalmente en ellos la
jurisprudencia entiende que d e b e concurrir el ánimo de ofender. 47. CULPA E "ITER CRIMINIS". CULPA Y PARTICIPACIÓN
b) T a m p o c o es c o n c e b i b l e la culpa en los tipos que requieren
el llamado d o l o reduplicado; en el parricidio, p o r ejemplo, el Situaciones c o m o las señaladas en el subtítulo corresponde tratarlas
autor n o sólo d e b e querer matar a una persona viva, además d e b e al hacer referencia a las etapas de ejecución del delito y al analizar
querer matarla p o r q u e es su pariente o cónyuge. La intencionali- las formas de intervención de sus realizadores. Pero es conveniente,
dad que exigen margina la alternativa de culpa. para redondear conceptos en relación al delito culposo, destacar
c) El tipo penal, al describir la conducta, emplea a veces los térmi- que la doctrina mayoritariamente estima que en la praxis n o es
nos "de propósito" o "maliciosamente"; tal exigencia implícitamente posible que se dé la tentativa en un cuasidelito. En el delito doloso
descarta la hipótesis de culpa, pues la figura exige una determinada intentado es elemento fundamental y determinante la subjetividad
dirección subjetiva imposible de concebir en el hecho culposo; es el del comportamiento, la existencia de un d o l o dirigido a concretar
caso de los delitos de castración y de mutilación de los arts. 395 y 396. el tipo, lo que n o sucede en el cuasidelito. Si existe voluntad dirigi-
da a alcanzar el evento injusto, hay delito doloso, nunca culposo.
El h e c h o culposo debe estar consumado para constituir delito,
46. CUASIDELITO C O N RESULTADO MÚLTIPLE sin consumación n o hay acto típico. T a m p o c o hay participación ni
coautoría en esta clase de hechos, y ello porque el deber de cuida-
En párrafo anterior se aludió a la situación que se plantea según
404

se considere el desvalor de la acción o del resultado y sus repercu-


Bacigalupo, Lineamientos, p. 139.
4 0 5

Gimbernat, Introducción, p. 121; Cobo-Vives, D.P., III, p. 187; Carlos M .


4 0 6

4 0 3
Gimbernat, Introducción, p. 122. Romeo Casabona, Los Delitos Culposos en la Refirma Penal (Revista de Ciencias
4 0 4
Supra, párrafo 39. Penales, 1987-1989, t. X X X I X , N° 2 ) , p. 32.

227 228
EL DELITO ATRIBUIBLE A CULPA NOCIONES FUNDAMENTALES DE LA TEORÍA DEL DELITO

d o - c o m o t o d o d e b e r - es d e carácter personal. Sólo se puede in- ello, c o m o bien señala Cousiño, n o hay delito preterintencional en
fringir el deber propio; si en un mismo h e c h o varios sujetos incu- el que lanza una piedra para destruir una vitrina, pero en lugar d e
rren en tal inobservancia, cada u n o responde d e su particular hacerlo, hiere a un transeúnte. Aquí habría un concurso entre ten-
infracción, d e manera que n o p r o c e d e la coautoría, que presupone tativa d e delito de daños doloso y consumado d e lesiones culpo-
concierto previo, ni la complicidad, que requiere colaboración para so. Tanto la doctrina nacional c o m o los tribunales han optado
4 0 9

alcanzar el resultado prohibido. T a m p o c o puede haber inducción. por considerar a la preterintención c o m o un concurso ideal d e
delitos, cuya sanción debe determinarse, conforme lo indica el art. 75,
con la pena mayor asignada al delito más grave. De m o d o que al
48. EL D E L I TO PRETERINTENCIONAL delincuente que c o n la intención de lesionar hiere a la víctima,
lesiones que e n definitiva le causan la muerte, se le impondrá una
Hay situaciones d o n d e la actividad delictiva dirigida al l o g ro d e un pena única correspondiente al h e c h o más grave, esto es la mayor
resultado se concreta en otro n o perseguido p o r el ejecutor, a aplicable a la lesión dolosa o al homicidio culposo. Se considera
veces d e más gravedad y q u e p u e d e ser previsto. Etcheberry men- delito más grave aquel al que la ley i m p o n e pena más alta.
ciona las lesiones dolosas d e m e n o r gravedad q u e se concretan en Se cita c o m o caso d e preterintencionalidad el aborto violento
lesiones d e mayor gravedad o en un aborto, o en la muerte d e la descrito p o r el art. 343, p e r o en verdad se trata d e un tipo especial
víctima, y también el aborto d o l o s o seguido d e m u e r t e . En esta
407
que sobrepasa el c o n c e p t o d e preterintencionalidad, p o r cuanto
hipótesis el acto ú n i c o del delincuente es ejecutado c o n d o l o , no sólo castiga el cuasidelito, sino también el aborto violento pro-
p e r o provoca un resultado q u e puede atribuirse a su culpa, p o r vocado c o n d o l o eventual.
cuanto siendo previsible, el sujeto n o se l o representó o habiéndo- La doctrina ha discutido la solución que se debe dar a los casos
lo previsto confió en q u e n o sobrevendría. Tales situaciones n o de preterintencionalidad o ultraintencionalidad, c o m o también se
están regladas p o r el C P . y plantean dudas sobre la forma de denomina; se piensa que debía sancionarse c o n la pena correspon-
apreciarlas; en ellas concurren coetáneamente d o l o y culpa; d o l o diente al resultado más grave, y c o m o la acción realizada es d e
respecto d e las lesiones o del aborto perseguido, y culpa en cuan- naturaleza dolosa, se atribuiría a d o l o ese resultado, lo que importa-
to al resultado más grave alcanzado. El legislador en algunas oca- ría reconocer el principio del versan in re illicita, repudiado umver-
siones consideró expresamente la posibilidad d e un efecto más salmente. Otro sector se inclina p o r aplicar la pena que corresponde
grave atribuible a culpa; así en los arts. 474 inc. I , 475 N° I y
o o

al h e c h o culposo, porque en la materialidad es el que se dio, pero


479, d o n d e se precisa la pena pertinente. significaría ignorar que la acción se realizó c o n d o l o p o r el delin-
Se p u e d e decir q u e "obra preterintencionalmente quien, c o n cuente en cuanto al propósito d e m e n o r gravedad perseguido. La
ocasión d e ejecutar dolosamente una acción típica, causa culposa- doble valoración del hecho, que distingue entre lo perseguido p o r
mente un resultado típico más grave". Esta definición evidencia
408
el delincuente, atribuible a d o l o , y el resultado más grave n o previs-
que en el h e c h o se dan d o s figuras penales distintas, una d e natu- to, imputable a culpa, es objeto d e crítica porque, siendo una sola
raleza dolosa y otra d e índole culposa. El resultado d e mayor la posición psicológica del sujeto, se califica coetáneamente c o m o
gravedad d e b e recaer sobre un bien jurídico único para ambas figuras d o l o y culpa. En realidad, esta última observación es relativa; se
o e n otro d e naturaleza análoga. El segundo efecto o resultado trata d e la valoración de dos situaciones distintas: doloso es lo pre-
d e b e emerger c o m o consecuencia d e una misma cadena causal; p o r tendido p o r el realizador d e la acción, y la culpa incide en la falta
de cuidado que puso al ejecutar esa acción que se materializó en un

4 0 7
Etcheberry, D.R, I, p. 226.
4 0
* Cury, D.R, I, p. 300. Cousiño, D.R, I, pp. 554 y 555.

229 230
r

EL DELITO ATRIBUIBLE A CULPA


NOCIONES FUNDAMENTALES DE LA TEORÍA DEL DELITO

resultado más grave. De manera que n o se aprecia doblemente una aplicación d e t o r m e n t o c o n resultado d e muerte o lesiones
misma situación, sino dos distintas, n o habiendo p o r ello violación (art. 150); el delito de i n c e n d io c o n explosiones, c u a n d o éstas
del principio non bis in idem. 4í0

provocan la muerte de terceros (art. 4 7 4 ) ; situaciones todas en


que el efecto más grave bien p u d o ser totalmente imprevisible y,
n o obstante, se carga al autor de la acción.
49. DELITOS CALIFICADOS P O R EL RESULTADO Para que la pena más grave se aplique en estos casos, el resul-
tado lesivo p r o v o c a d o d e b e estar en situación de ser imputado
Es aspiración del derecho penal m o d e r n o que la responsabilidad objetivamente al autor. Deberá estar c o n e c t a d o causalmente c o n
tenga siempre fundamento en el d o l o o en la culpa, c o m o límite el c o m p o r t a m i e n to de aquél y quedar c o m p r e n d i d o en la esfera
inferior de aquélla, lo que constituye el principio de la culpabili- de p r o t e c c i ó n de la norma, pues si hubiera sobrevenido en t o d o
dad. N o debe sancionarse a nadie p o r un h e c h o que n o se puede caso, n o podría atribuirse al sujeto. Por ejemplo, Cury sostiene
atribuir a su d o l o o a su culpa. N o obstante, subsisten algunas que d e b e sancionarse sólo c o m o manejo en estado de ebriedad al
figuras que escapan a tal principio, y establecen una responsabili- c o n d u c t o r ebrio que arrolla al transeúnte que se lanza sobre su
dad p o r el resultado, siempre que exista un n e x o causal entre ese vehículo, p o r cuanto su ebriedad n o estaría en relación d e causali-
resultado y la acción. L o que se denomina responsabilidad objetiva, dad c o n la muerte (art. 121 Ley de A l c o h o l e s ) , toda vez que ésta
d o n d e al margen de que exista d o l o o culpa, el h e c h o se atribuye al se habría p r o d u c i d o aun sin la e b r i e d a d .
416

sujeto p o r la mera circunstancia de estar conectado causalmente


con su actuar. Se trata de tipos penales descritos p o r el legislador,
411

d o n d e el d o l o es necesario, p e r o en que se provoca un resultado


50. EL PRINCIPIO DEL "VERSARIIN RE ILLICITA"
más grave que el c o m p r e n d i d o p o r ese d o l o , resultado que puede
no haber sido previsto y también haber sido imprevisible. Si ese
Aunque sistemáticamente n o es el lugar adecuado, se acostumbra
efecto más grave sobreviene, se aumenta la pena c o n que se repri-
vincular el principio del versan in re illicita, c o n el delito preterinten-
me el delito; importa r e c o n o c e r el principio del versan. 412

cional y los calificados por el resultado. El principio en cuestión


La doctrina nacional discute si los delitos calificados p o r el re- significa que el sujeto que realiza una actividad injusta - n o requiere
sultado subsisten en nuestra legislación; autores c o m o N o v o a y 413

ser típica, es suficiente que sea contraria a d e r e c h o - responde a título


Cousiño tratan de explicar su inexistencia porque estiman que
414

de d o l o de todos los efectos o consecuencias típicas que provoque.


en las figuras que se mencionan c o m o tales debe exigirse - p o r lo Así, el conductor que guía su vehículo contra el tránsito y atropella a
m e n o s - que haya existido la posibilidad de representación del una persona, respondería de esa muerte c o m o dolosa, o sea c o m o
resultado más lesivo. Pero otro sector afirma que quedan resabios autor de homicidio, aunque manejar contra el tránsito n o sea un
de esos tipos en el C ó d i g o , entre los cuales se citan el secuestro
4 1 5

h e c h o delictivo e importe la contravención de una norma de tránsi-


con resultado de grave d a ñ o descrito en el art. 141 inc. 3 ; la o

to, de índole infraccional. C o n mayor razón, si comete un delito, se


le imputaría c o m o doloso todo lo que sea consecuencia de su actuar,
aun de lo accidental. Es obvio que un derecho penal garantista que
4 1 0
Cfr. Novoa, Curso, I, p. 557; Etcheberry, D.R, I, p. 226; Cury, D.R, I, p. 301. respete los derechos fundamentales del ser humano n o puede asen-
4 1 1
Cfr. Etcheberry, D.R, I, p. 228; Cury, D.R, I, p. 297. tarse en principio semejante. Ha sido una lucha permanente de la
4 , 2
Cobo-Vives, D.R, III, p. 203. doctrina por eliminar todo tipo penal que subsista en las legislaciones
4 1 3
Novoa, Curso, I, p. 557.
y que de alguna manera consagre tal principio, aunque sea indirecta-
4 , 4
Cousiño, D.R, I, p. 559. En el mismo sentido, Vivían Bullemore (apuntes
de clases).
4 1 5
Cfr. Etcheberry, D.R, I, p. 227; Cury, D.R, I, p. 298. 4 1 6
Cury, D.R, I, p. 298.

231 232
EL DELITO ATRIBUIBLE A CULPA

mente. Ello explica la posición de penalistas nacionales c o m o Novoa


y Cousiño, que se niegan a reconocer la posible existencia de delitos
calificados por el resultado en el derecho penal positivo del país. 417

No obstante, se ha pretendido encontrar respaldo dogmático en


el Código Penal al principio del versan en el art. 10 N° 8 , que exime o

de responsabilidad penal a aquel que "con ocasión de ejecutar un


acto lícito c o n la debida diligencia, causa un mal por mero accidente".
Esta disposición se vincula c o n el art. 71, que expresa que de n o
concurrir "todos los requisitos que se exigen en el caso del número
8 del artículo 10 para eximir de responsabilidad, se observará lo
o

dispuesto en el artículo 490". Autores c o m o Raimundo del R í o y G. 4 1 8

Labatut sostenían que la exención de responsabilidad p o r la acción


419

ejecutada c o n la debida diligencia, se restringía a los actos lícitos; si se


cometía uno ilícito, aun con el mayor cuidado, según el primer autor
debía castigarse c o m o un cuasidelito si afectaba a las personas, Laba-
tut pensaba que a título de dolo. La tesis en cuestión n o cuenta c o n
el respaldo de la doctrina, porque adherir a tal conclusión importa
aceptar en el h e c h o el principio del versari. Se estima que si el resulta-
do más grave se hubiese causado con dolo, n o sería aplicable el
art. 490, sino el tipo doloso pertinente: si n o hay culpa, n o puede
aplicarse el art. 490, c o m o lo expresa el referido art. 71, porque el
hecho n o es típico. De m o d o que la referencia del art. 71 al art. 490
sólo es valedera en cuanto el que ejecuta el acto lícito incurre en
culpa e, indudablemente, cuando la lesión recae sobre las perso-
nas. L o señalado se ve avalado por el h e c h o de que el art, 492
420

sanciona c o m o cuasidelito la mera imprudencia o negligencia con


infracción de reglamento, y c o m o bien señala Cury, n o obstante que
la violación de una norma reglamentaria le da carácter de ilicitud a la
conducta, según el referido art. 492 subsiste la culpa. 421

D e b e , p o r consiguiente, descartarse absolutamente el princi-


pio del versari en nuestra legislación penal. Son respetables, p o r
ende, los esfuerzos de los profesores Novoa y Cousiño, que preten-
d e n descartar toda posibilidad de delitos calificados p o r el resulta-
d o en el o r d e n a m i e n to penal del país.

4 1 7
Supra, párrafo 49.
4 1 8
R. del Río, Elementos, p. 201.
4 1 9
Labatut, D.P., I, p. 125.
4 2 0
Novoa, Curso, I, p. 551; Etcheberry, D.P., I, p. 229; Cury, D.P, I, pp. 292-293.
4 2 1
Cury, D.P, I. p. 293.

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