Está en la página 1de 1

6 de mayo

ENSEÑANDO A SERVIR
Entrega al Señor todo lo que haces; confía en él, y él te ayudará. Salmo 37:5

E l trabajo de los médicos misioneros adventistas ha marcado una diferencia


en muchas partes del mundo. La siguiente historia fue contada por Sharlene
Hayton, una misionera del Hospital Adventista Malamulo, en Malawi.
“Malawi, África, ha sido el hogar de nuestra familia durante nueve años.
Nuestros hijos Benson, Hudson y Jett crecieron aquí. Cuando mi esposo, Ryan,
comenzó a trabajar en el Hospital Adventista de Malamulo, de 275 camas, era
el único cirujano del equipo. Las horas eran largas y el trabajo, interminable.
Toda la responsabilidad que cargó le pasó factura. La salud de Ryan comenzó
a deteriorarse y, al final de nuestro primer año, se fue de vacaciones agotado
y con neumonía.
“Durante nuestras vacaciones, empezamos a reflexionar sobre la situación en
la que vivíamos. ¿Cuánto tiempo podría él continuar? ¿Y después? ¿Quién ven-
dría a ocupar su lugar? Entonces, me vino a la mente un pensamiento: Puede que
trabajemos duro durante años, pero al final, puede que no haya otro cirujano que
cargue la antorcha.
“La lucha continuó un año más, hasta que nos enteramos de un programa que
nos dio esperanza. Era un proyecto apoyado parcialmente por ofrendas misione-
ras y llevado a cabo por la reconocida Facultad de Medicina de la Universidad de
Loma Linda, Estados Unidos. Nuestra universidad ofrece un programa de resi-
dencia para médicos adventistas. Profesionales experimentados viajan a África
para enseñar a médicos jóvenes.
“Recientemente, Ryan me dijo con gran alegría: ‘¡Acabo de presenciar a un
médico de Loma Linda enseñar a un residente cómo realizar una mastectomía!
¡Pronto, el doctor Taye-Garba se graduará y estará listo para realizar cirugías!
“En diciembre de 2020, el Dr. Taye-Garba fue el primer médico de nuestro
equipo en graduarse del programa de residencia en la Universidad de Loma Lin-
da. Es excepcionalmente humilde y talentoso. Cuando era niño, tenía que cruzar
tres ríos para llegar a la escuela. Uno de sus maestros de escuela primaria escribió
en su boletín de calificaciones: ‘Es imposible decir que comenzó a aprender des-
pués de nacer. Es como si hubiera estado aprendiendo mientras crecía dentro del
útero de su madre’.
“El Dr. Taye-Garba y los demás médicos residentes infunden esperanza en
el corazón de misioneros como nosotros. Algún día, nuestra familia regresará a
nuestra patria. Cuando eso suceda, nos reconfortará saber que hay cirujanos que
pueden continuar el ministerio de sanación en Malawi. Tus ofrendas misioneras
ayudan a financiar el trabajo misionero médico de la iglesia en todo el mundo.
¡Gracias por tu apoyo!”
21

También podría gustarte