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dixit

ganz1912

Archipiélago
de excepciones

• Comentarios de Giorgio Agamben


y debate final

•••
dixit
ganz1912

ZYGMUNT
BAUMAN

Archipiélago de excepciones

+ Comentarios de Giorgio Agamhen


y debate final
ganz1912
Índice

Primera edición, 2008 9 Archipiélago de excepciones


© Katz Editores
Sinclair 2949, 50 B 107 Comentarios de Giorgio Agamben
1425 Buenos Aires
Fernán González, 59 Bajo A
y debate final
28009 Madrid
www.katzeditores.com

© Centro de Cultura Contemporánea de Barcelona


Montalegre, 5
08001 Barcelona
www.cccb.org

© Zygmllilt Bauman, 2005


© Traducción: Albino Santos Mosquera

ISBN Argentina: 978-987-1283-74-3


ISBN España: 978-84-96859-35-7

Diseño de colección: tholon kunst

Impreso en Espai'la por Romanya Valls S.A.


08786 Capellades
Hecho el depósito que marca la ley 11.723

cultura Libre
Archipiélago de excepciones*

Unos años atrás (antes del n-S, del Tsunami,


del Katrina y del alza terrorífica de los precios del
petróleo que siguió a todos esos fenómenos),
Jacques Attali reflexionó sobre el fenomenal éxito
comercial de la película Titanic, que batió todos
los récords de taquilla anteriores de otros filmes
de catástrofes aparentemente similares. Él lo
explicaba entonces con unas palabras que,
si ya sonaban sorprendentemente creíbles en el
momento en que las escribió1 transcurridos unos
años se antojan poco menos que proféticas:

Titanic somos nosotros, es nuestra triunfalis­


ta, autocomplaciente, ciega e hipócrita

Esta conferencia tuvo lugar en el Centro de Cultura


Contemporánea de Barcelona ( CCCB) el 11 de noviembre
de 2005, dentro del ciclo "Archipiélago de excepciones.
Soberanías de la extraterritorialidad".
10 1 Z Y G M U N T B A U M A N 11 I A R C H I P lfLAGO DE E X C EPC I O N E S

sociedad, despiadada con sus pobres; una sociedades más seguras ( sures) que jamás han
sociedad en la que todo está ya predicho salvo existido".2 Y, aun así, contra toda "evidencia
el medio mismo de predicción. [ . ] Todos . . objetiva", también somos "nosotros" -las perso­
suponemos que, oculto en algún recoveco nas más mimadas y consentidas de todos
del difuso futuro, nos aguarda un iceberg los tiempos- los que nos sentimos más amena­
contra el que colisionaremos y que hará que zados, inseguros y asustados, los más inclinados
nos hundamos al son de un espectacular a ser presa del pánico y los más apasionados
acompañamiento musical.1 por todo lo relacionado con la protección
y la seguridad, entre todos los miembros
Ha sido mayormente en Europa y en sus anti­ de cualquier sociedad de la que se haya tenido
guos dominios (sus retoños, ramificaciones y noticia. Ése es el enigma que necesita solución
sedimentaciones de allende los mares), así como para comprender los giros y las sinuosidades
en unos pocos "países desarrollados" (también de la sensibilidad popular al peligro, así como
relacionados con Europa, aunque más por los blancos cambiantes en los que dicha
Wahlverwandschaft que por Verwandschaft), sensibilidad tiende a centrarse.
donde más espectaculares avances han realizado Con la ventaja que nos dan los años,
en los últimos años la adicción al miedo y la hoy podríamos contemplar la década de 1970
obsesión por la seguridad. no sólo como el momento de una transforma­
Es algo que, por sí solo, parece un misterio. ción más, sino (parafraseando el famoso
Después de todo, como bien indica Robert concepto de Karl Polanyi) como el de la "Gran
Castel en su incisivo análisis de las ansiedades Transformación, segunda parten, un auténtico
que esa inseguridad alimenta actualmente, hito de la historia contemporánea. Ese decenio
,,
"nosotros -en los países desarrollados, separó los ((treinta años gloriosos de la recons-
al menos- vivimos sin duda en unas de las

2 Robert Castel, L'insécurité sociale. Qu'est-ce qu'étre protégé?,


1 Véase Jacques Attali, "Le Titanic, le mondial et nous", en Le París, Seuil, 2003, p. 5 [trad. esp.: La inseguridad social: ¿qué
Monde, 3 de julio de 1998. es estar protegido?, Buenos Aires, Manantial, 2004].
12 1 Z Y G M U N T B A U M A N 13 1 A R C H I PIÉLAGO D E E X C E P C I O N E S

trucción del período de posguerra, el pacto adicional de una nueva y laboriosamente tejida
social y el "optimismo desarrollista" que acom­ red conceptual. Aún no hemos llegado "al fondo
pañaron el desmantelamiento del sistema de las cosas"; pero aunque lo alcanzáramos,
colonial y la emergencia de una pléyade no seríamos capaces de determinar con certeza
de "nuevas naciones", del novísimo mundo que ya lo hemos hecho.
actual de fronteras difuminadas o debilitadas, Pese a todo, uno de los aspectos más fatídicos
de avalancha de información, de globalización de la mencionada transformación se nos reveló
desenfrenada, de festín consumista en el Norte relativamente pronto y ha sido exhaustivamente
rico y del "sentimiento cada vez más profundo documentado desde entonces: el paso de un
de desesperación y exclusión en gran parte del modelo de "Estado social" y comunidad inclusi­
resto del mundo" que surge de la contemplación va a un Estado excluyente "de justicia criminal",
de todo un "espectáculo de riqueza en un "penal" o "de control del crimen". David
extremo y de miseria en el otro".3 Garland, por ejemplo, señala que
Todavía no hemos alcanzado a comprender
en toda su profundidad esta última gran trans­ el énfasis ha virado acusadamente del bienes­
formación. Y no es que no lo hayamos intenta­ tar social a la modalidad penal. [ . . . ]
do: dada la brevedad de la distancia temporal El modelo penal, además de adquirir promi­
que nos separa de ella, todos los hallazgos y nencia, se ha vuelto más punitivo, más
conclusiones deben considerarse parciales, expresivo, más preocupado por la seguridad.
y todas las síntesis, provisionales. Con el paso [ . . . ] El modelo del bienestar social, además
del tiempo, van haciéndose visibles sucesivas de haber quedado más acallado, se ha vuelto
capas de realidades emergentes: cada una de más condicional, más centrado en las infrac­
ellas obliga a una revisión aun más radical ciones, más preocupado por los riesgos. [ . . . ]
de las creencias establecidas y a una ampliación Actualmente, los infractores [ . ] ya no tien­ . .

den a ser representados en el discurso oficial


3 Stewart Hall, "Out of a clear blue sky", en Soundings,
como ciudadanos afectados por una priva­
invierno de 2001-2002, pp. 9-15. ción de origen social y necesitados de apoyo,
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sino como individuos culpables, indignos pero sirven al mismo tiempo d e "protección
y, en cierto modo, peligrosos. 4 frente a la entrada no deseada de unidades
procedentes del otro lado" :
Loic Wacquant constata una "redefinición de
la misión del Estado": el Estado "se retrae Con el aumento de las medidas de control
del ámbito económico, asevera la necesidad de en las fronteras exteriores, pero también
reducir su función social para ampliar y reforzar (y no menos importante) con el endureci­
su intervención penal". 5 miento del régimen de expedición de visados
Ulf Hedetoft hace hincapié en otro aspecto en los países de emigración, en" el Sur", [ . . ] .

(o, tal vez, en el mismo, pero desde un ángulo [las fronteras] se han diversificado, como
diferente) de esta transformación de veinte también lo han hecho los controles fronteri­
a treinta años de antigüedad. Hedetoft observa zos, que ahora se llevan a cabo no sólo en los
que "se están trazando nuevas fronteras entre lugares convencionales, [ . . . ] sino también
Nosotros y Ellos y de manera más rígida" que en aeropuertos, en embajadas y consulados, en
nunca. Basado en Andreas y Snyder,6 Hedetoft centros de asilo y en el espacio virtual,
sugiere que, además de hacerse más selectivas, en la forma de un incremento de colabora­
de abotargarse, de asumir formas más diversas ción entre la policía y las autoridades de
y de ser más difusas, las fronteras se han conver­ inmigración de diversos países.7
tido en lo que podríamos denominar unas
"membranas asimétricas" que permiten la salida, Como si con ello quisiera dar fe inmediata de lo
acertado de la tesis de Hedetoft, el primer minis­
4 David Garland, The culture of control: Crime and social arder tro británico Tony Blair recibió a Ruud Lubbers,
in contemporary society, Chicago/Oxford, The University of
Chicago Press/Oxford University Press, 2001, p. 175 [trad. alto comisionado de las Naciones Unidas para
esp.: La cultura del control, Barcelona, Gedisa, 2006]. los refugiados, y le sugirió la instalación de "refu-
5 Lo'ic Wacquant, "Comment la 'tolérance zéro' vinta
l'Europe': en Maniere de Voir, marw-abril de 2001, pp. 38-46.
6 Véase Peter Andreas y Timothy Snyder, The wall around the 7 Ulf Hedetoft, The global turn: National encounters with the
West, Lanham, Rowman & Littlefield, 2000. world, Aalborg, Aalborg University Press, 2003, pp. 151-152.
16 I ZYGMlJNT BAlJMAN 17 1 A R C H I P I É LAGO O E E X C E P C I O N E S

gios seguros" para los solicitantes potenciales de es que ese sistema no esté adecuadamente
asilo que estuvieran situados cerca de sus hogares vigilado y acaben viniendo personas que se
de origen, o, lo que es lo mismo, a una distancia convierten en una carga para la sociedad,
prudencial de Gran Bretaña y de otros países y eso es lo que pretendemos eliminar. [ . ] . .

ricos que, hasta fecha reciente, han constituido Así, instauraremos un sistema [ . . . ] que preste
sus destinos naturales. En un ejemplo típico atención a las aptitudes, los talentos y las
de la Neolengua de la Gran Transformación habilidades de las personas que quieren venir
actual, el entonces ministro británico del Interior, a trabajar en este país, y que garantice que,
David Blunkett, describió el tema de la conversa­ cuando lleguen aquí, tendrán un empleo y
ción entre Blair y Lubbers como "los nuevos podrán contribuir a la economía del país.
retos que para los países desarrollados plantean
aquellos y aquellas que utilizaban el sistema Todos los demás solicitantes -inmigrantes
de asilo político como una ruta de entrada en potenciales sin suficientes "puntos fuertes" en
Occidente" (según esa misma Neolengua, cual­ cuanto a su educación profesional y a su expe­
quiera habría podido quejarse en su momento, riencia en los servicios en los que el país padece
por ejemplo, del reto que para la población un déficit de profesionales autóctonos- verán
costera suponían los marinos naufragados que negados sus derechos sociales y, a su debido
empleaban el sistema establecido de rescates tiempo, acabarán siendo deportados (más
en alta mar como vía de acceso a tierra firme). o menos lo mismo que se haría, si se pudiera,
La más reciente serie de frenos impuestos en con la población autóctona "superflua", a la que
Gran Bretaña dentro de las políticas de inmigra­ recientemente se ha rebautizado sintomática­
ción y de asilo ilustra muy a las claras ese giro. mente como la "infraclase" de los marginados
Según lo expresaba el nuevo ministro del sociales). El primer ministro, según se informó
Interior, Charles Clarke, en la prensa, acogió muy positivamente esos
planes porque, en su opinión, lograrían abordar
la inmigración por trabajo, la inmigración la justificable preocupación de la población por
por estudios, es buena. [ . . . ] Lo que está mal los abusos cometidos en el sistema inmigratorio
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y en e l de concesión d e asilo. Garantizarían, han sido tramados y probados dentro del propio
según Tony Blair, que "sólo obtengan permisos país: no son más que aplicaciones de los princi­
de trabajo las personas que realmente necesite­ pios que emanan de las prácticas domésticas de
mos que vengan aquí a trabajar". "exclusión interna".
Como siempre sucede en las declaraciones Ahora se supone que los derechos sociales
públicas de Tony Blair, sus palabras debieron de se han de ofrecer de forma selectiva. Deben ser
ser ensayadas anteriormente con grupos de discu­ concedidos si, y sólo si, quienes los otorgan deci­
sión, cuidadosamente seleccionados y pondera­ den que su concesión será acorde a sus propios
dos, con el objeto de elegir aquellas que mejor intereses, pero no por la fuerza de la condición
reacción podían suscitar en el ánimo de los elec­ humana de sus destinatarios. Y entre esos dos
tores. Aunque, aparentemente, tenían como desti­ conjuntos de personas -el de quienes cumplen
natarios exclusivos a los extranjeros que llamaban los requisitos de la segunda prueba (la de la con­
a las puertas de Gran Bretaña, las declaraciones dición humana) y el de quienes cumplen los de
del premier no tendrían lógica convincente alguna la primera (la de los intereses de quienes otorgan
si no sintonizaran con la manera de pensar del los derechos) no hay solapamiento alguno.
"público en general" (es decir, de una mayoría El derecho soberano a la excepción está siendo
decisiva de los votantes) a propósito de los desva­ revivido en la actualidad . . . y reafirmado a escala
lidos, o, lo que viene a ser lo mismo tras años planetaria, a diferencia de otros muchos derechos
de recortes en las prestaciones públicas, de los soberanos (¿la mayoría?) del Estado-nación . . .
"perceptores de ayudas sociales", es decir, aquellas
personas que no sólo poseen "derechos sociales",
sino que los hacen efectivos. Después de todo,
los criterios de esta "exclusión externa': por utili­ La nueva "plenitud" del planeta -en el sentido
zar la distinción formulada por Christian Joppke,8 de que ahora éste está "lleno" porque los merca­
dos financieros, de mercancías y de trabajo, así
8 Véase Christian Joppke, "Exclusion in the liberal state: The como la modernización gestionada por el capi­
case of immigration and dtizenship policy", en European
Journal of Social Theory, N° i, 2005, pp. 43-62.
tal y, por consiguiente, también el modo de vida
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moderno, alcanzan todo el orbe- tiene dos superfluos" de los países que sólo en época
consecuencias directas. reciente se han aupado al (o han caído bajo el)
La primera de ellas es el bloqueo de las válvu­ gigante de la modernidad, y que éstos producen
las de escape que anteriormente permitían que actualmente a una escala masiva. Y en las socie­
los relativamente escasos enclaves modernizados dades llamadas "premodernas", ajenas al proble­
y en vías de modernización del planeta experi­ ma de ese desecho excedente, jamás ha habido
mentaran un regular y oportuno proceso de necesidad de tales vías de salida. Como conse­
drenaje y limpieza de esa población excedente, cuencia de ese doble proceso -el del bloqueo
superflua, supernumeraria y prescindible (libe­ de las antiguas vías de escape unido a la inexis­
rándose de quienes eran marginados por el tencia de nuevos conductos de evacuación
mercado de trabajo y de quienes se convertían exterior de los "seres humanos residuales"-,
en desechos de la economía de libre empresa las sociedades modernas y las sociedades en vías
cuando superaban la capacidad de los dispositi­ de modernización vuelven la afilada hoja de la
vos de reciclaje de ésta) que el modo de vida espada de las prácticas excluyentes contra sí
moderno no ha hecho más que producir en una mismas. Y no podía esperarse otra cosa: toda esa
escala continuamente creciente. En cuanto el "diferencia" encontrada/producida en el curso
modo de vida moderno dejó de ser el privilegio de la expansión global del modo de vida moder­
de un número limitado de países selectos, desa­ no -que durante siglos fue tratada como una
parecieron los territorios "vacíos" y las "tierras molestia enojosa pero temporal y pudo ser
de nadie" (o, más concretamente, los territorios manejada de manera más o menos eficaz con
que, gracias al diferencial de poder global, podían la ayuda de las llamadas estrategias "antropofá­
ser vistos y tratados por el sector ya "moderno" gicas" o "antropoémicas" (según la terminología
del planeta como desocupados o sin amo) que de Claude Lévi-Strauss)- se deja ahora sentir
habían servido durante siglos como principal en su propio lugar de origen, un escenario
vía de salida para tantos y tantos seres humanos donde las opciones tradicionales ya no resultan
residuales. Aquellas válvulas de escape nunca realistas y donde las herramientas para llevarlas
han estado disponibles para los "seres humanos a la práctica brillan por su ausencia.
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Como ya señaló Clifford Geertz en una inci­ puede acabar teniendo un alcalde norteafri­
siva crítica a la alternativa de "aplicación cano (o eso temen muchos de los gaulois)
de la fuerza para asegurarse la conformidad an tes de que Nueva York tenga uno de origen
con los valores de quienes poseen la fuerza" hispano. [ ... ]
y a "una tolerancia vacua que, al no implicar Cada uno de los puntos locales del mundo,
nada, no cambia nada", esa opción ya no está lej os de asemejarse a un exclusivo gentlemen's
disponible (si es que alguna vez lo estuvo) ahora club inglés, está adquiriendo el aspecto
que el poder para hacer efectiva dicha confor­ de un bazar kuwaití. [ . . . ] Les milieux están
midad ha dejado de existir y la "tolerancia" cesó totalmente mixtes. Ya no conforman Umwelten
de ser un gesto majestuoso con el que los bien co mo antes. 9
situados y los poderosos podían mitigar su
propia vergüenza y la ofensa endosada a quienes Si el exceso de población (es decir, la parte que
se sentían tratados con condescendencia e insul­ no puede ser reasimilada a las pautas "norma­
tados. En nuestro tiempo, señala Geertz, les" de la vida y reprocesada para reincorporarse
a la categoría de los miembros "útiles" de la
las cuestiones morales suscitadas por la diver­ sociedad) puede ser automáticamente extraído
sidad cultural [ ... ] que antes surgían [ ... ] y trasladado más allá de los límites del recinto
principalmente entre sociedades distintas dentro del que se busca alcanzar un determi­
[ . . . ] se plantean ahora cada vez más dentro nado equilibrio económico y social, las personas
de cada una de ellas. Las fronteras sociales que eluden ese traslado y logran quedarse den­
y culturales coinciden cada vez menos. [ . . . ] tro pueden ser momentáneamente superfluas,
Los días en que la ciudad norteamericana era pero acaban siendo clasificadas como recicla-
el principal modelo de fragmentación cultu­
ral y mezcolanza étnica terminaron hace 9 Véase Clifford Geertz, "The use of diversity", en Available
tiempo; el París de nos ancétres les gaulois se light: Anthropological rejlections on philosophical tapies,
Princeton, Princeton University Press, pp. 68-88 [trad. esp.:
está volviendo tan políglota y tan polícromo
Reflexiones antropológicas sobre temas filosóficos, Barcelona,
como Manhattan, hasta el punto de que Paidós, 2002].
24 I Z Y G M U N T B A U M A N 25 1 ARC H IPl tlAGO D E E X C E P C I ONES

bles. Están "fuera", pero sólo durante un tiempo: anormalidad que se reconocía como temporal,
su "quedarse fuera" es una anormalidad que ya no bastan para tratar con el "problema
,
exige (y obtiene) remedio; necesitan a todas de los desechos , en esta nueva forma, ni tampoco
,
luces que se las ayude a "regresar , lo antes posi­ resultan especialmente adecuadas para la tarea.
ble. Son el "ejército de mano de obra de reserva" Las nuevas políticas que pronto se inventarán
y deben ser puestas y mantenidas en forma para como respuesta a este nuevo avatar del viejo
que puedan reincorporarse al servicio activo a la problema comenzarán, muy probablemente,
más mínima oportunidad. subsumiendo las políticas diseñadas en su
Todo eso cambia, sin embargo, cuando momento para abordar el problema en su anti­
se bloquean los conductos de drenaje del exce­ gua forma. Por si acaso, se preferirán las medidas
dente de seres humanos. Como la población de emergencia dirigidas al "desecho interno"
"superflua" se queda dentro y comparte y, tarde o temprano, se les dará prioridad frente
el espacio hombro con hombro con el resto a todos los demás modos de intervención en
(la población "útil" y "legítima"), las líneas que los problemas de la superfluidad como tal, tanto
separan la "normalidad" de la "anormalidad", la temporal como la que no lo es.
y la incapacitación pasajera de la catalogación Por imponentes que puedan resultar por sí
imperiosa y definitiva como desecho irrecupera­ solos, todos esos contratiempos y reveses de
ble, tienden a no ser ya tan tranquilizadoramente la fortuna tienden a magnificarse y a agudizarse
inequívocas. En lugar de un problema restrin­ aun más en aquellas partes del planeta que
gido a una parte separada de la población no se habían enfrentado hasta tiempos recientes
(como antaño solía ser percibido), la clasificación al fenómeno de la "población excedente",
como "desecho" deviene una perspectiva poten­ anteriormente desconocido en ellas, y al del
cial para todos y todas, uno de los dos polos tratamiento de dicho excedente. Por "tiempos
,, ,
entre los que oscila la posición social presente recientes se entiende aquí "tardíamente ':
y futura de todo el mundo. Las herramientas y es decir, en un momento en el que el planeta ya
,,
las estratagemas de intervención habituales, está lleno, en el que no quedan "tierras vacías
que funcionaban cuando se aplicaban a una que puedan servir de depósitos de esa población
26 I ZYGMUNT B A U M A N 27 1 ARC H I PI É LA G O DE E X C E PC I O N E S

residual y e n el que todo el peso de la asimetría ción entre negocios y hogares" -con todas
de las fronteras se vuelve enteramente contra las convulsiones sociales y el sufrimiento huma­
los recién llegados a la familia de los modernos. no consiguientes- por la que los pioneros de la
Los países circundantes no están dispuestos a modernidad pasaron cientos de años atrás, aun­
acoger los excedentes de otras poblaciones que de un modo un tanto mitigado por la dispo­
nacionales ni quieren que se los obligue, como nibilidad de soluciones globales para sus
ya se los obligó en el pasado, a aceptarlos y problemas: la abundancia de "tierras vacías" o "de
a darles cabida. A diferencia de los productores nadie" que podían ser aprovechadas con facilidad
de desecho de antaño, que buscaron y encontra­ para depositar en ellas a la población excedente
ron soluciones globales a problemas que ellos que la nueva economía, emancipada de las cons­
mismos producían localmente, estos "miembros tricciones familiares y comunales, ya no podía
tardíos del club de la modernidad" se ven forza­ absorber. Ése era un lujo que de ningún modo
dos a hallar una solución local a un problema está ya al alcance de los recién llegados.
de origen global, y con unas posibilidades Las guerras y las masacres tribales, así como
exiguas -cuando no inexistentes- de éxito. la proliferación de "ejércitos guerrilleros"
Ya fueran voluntarias o forzadas, tanto su o de bandas de forajidos y traficantes de drogas
sumisión a las presiones globales como la apertu­ disfrazados de luchadores por la libertad,
ra de sus propios territorios a la libre circulación ocupados en diezmarse mutuamente sin dejar
de capitales y mercancías volvieron inviables de absorber y, a su vez, aniquilar los nuevos
la mayor parte de aquellos negocios familiares y "excedentes de población" (formados,
comunales que otrora tuvieron la capacidad y la mayormente, por jóvenes, incapaces de encon­
voluntad de absorber, dar empleo y manutener trar empleo en sus países y sin perspectivas
a todos los nuevos seres humanos que nacían y de futuro), constituyen una de esas retorcidas
que veían así asegurada su supervivencia, al "soluciones locales a problemas globales"
menos, en la mayoría de los casos. Sólo ahora, a las que los llegados tardíamente a la moderni­
en el siglo xx1, los recién llegados a la familia de dad recurren o se ven obligados a recurrir.
los modernos han experimentado esa "separa- Cientos de miles de personas son expulsadas
28 1 Z Y G M U N T BAUMAN 29 1 ARC H I P IÉLAGO D E E X C E P C I O N E S

de sus hogares, asesinadas o forzadas a huir con esa "gestión y reciclaje de residuos",
más allá de las fronteras de sus países de origen el Occidente rico contribuye en gran medida
para salvar la vida. Es posible que la única a revitalizar la producción de ese desecho: no
industria pujante en los territorios de los miem­ sólo de manera indirecta (desmantelando uno
bros tardíos del club de la modernidad (inge­ tras otro todos los mecanismos pensados origi­
niosa y, con frecuencia, engañosamente nalmente para prevenir la generación de tales
denominados "países en vías de desarrollo") excedentes superfluos), sino también directa­
sea la producción en masa de refugiados. mente, promoviendo guerras que se globalizan
Los productos cada vez más prolíficos de esa y desestabilizando a un número cada vez mayor
industria son los que el primer ministro británi­ de sociedades. En las vísperas de la invasión de
co propuso barrer bajo la alfombra de otros Irak, se pidió a la OTAN que movilizara sus ejérci­
descargándolos "cerca de sus países de origen", tos para ayudar a Turquía a sellar su frontera
en campamentos permanentemente temporales iraquí ante la inminente ofensiva sobre ese país.
(ingeniosa y, con frecuencia, engañosamente Muchos estadistas de las naciones pertenecientes
denominados "refugios seguros") para que sus a la Alianza pusieron objeciones y plantearon
problemas locales sigan siendo locales y, de ese numerosas e imaginativas reservas ante la medi­
modo, cortar de raíz entre los "modernizadores da, pero ninguno de ellos mencionó públicamen­
tardíos" toda pretensión de seguir el ejemplo te que el peligro del que Turquía supuestamente
de los pioneros de la modernidad buscando necesitaba protegerse era la entrada prevista de
soluciones globales (las únicas realmente efica­ refugiados iraquíes recién desplazados de sus
ces) a problemas de factura local, aun a costa hogares por el conflicto bélico, y no el ataque del
de agravar los ya de por sí inmanejables proble­ maltrecho y pulverizado ejército de Bagdad.'"
mas de los "excedentes de población" de los
vecinos más próximos, que, a fin de cuentas, 10 Cuando se produjo la primera guerra del Golfo y "Sadam
también operan una industria similar. volvió sus helicópteros de artillería contra los kurdos
iraquíes, éstos trataron de huir hacia el norte para llegar
Conviene señalar asimismo que, aun cuando se hasta Turquía atravesando las montafias. Pero los turcos
niegue a participar de los esfuerzos relacionados les negaron la entrada y los aporrearon literalmente
JO 1 Z Y G M U Nl B A U M A N 31 1 ARC H I P I É L A G O DE E X C E P C I O N ES

Pero por concienzudo que sea, ningún (al menos, hasta el momento) con la ayuda
esfuerzo por controlar la marea de la "migración de los antiguos ejércitos de conquistadores,*
económica" es (ni, probablemente, se puede comerciantes y misioneros. Las plenas dimensio­
conseguir que sea) ciento por ciento exitoso. nes de esta segunda consecuencia y su repercu­
El sufrimiento prolongado lleva a millones de sión aún están por dilucidarse y comprenderse
personas a la desesperación y, en una era en todas sus múltiples ramificaciones.
de territorios fronterizos globales y de crimen Uno de los efectos más siniestros de la global i­
globalizado, nadie puede esperar que no florez­ zación es la desregulación de las guerras. La
can "negocios'' que pretendan ganar unos mayoría de las acciones bélicas actuales -y, entre
dólares (o miles de millones de ellos) aprovechán­ éstas, las más crueles y sangrientas- son empren­
dose de esa desesperación. De ahí la segunda didas por entidades no estatales que tampoco
y formidable consecuencia de la actual gran están sometidas a ninguna legislación estatal
transformación: millones de emigrantes reco­ o cuasi estatal, ni a ninguna convención interna­
rren las mismas rutas que en su día transitaron cional. Son, a un tiempo, los resultados y las
los componentes de la "población excedente" causas auxiliares, pero poderosas, de la continua
despedida por los invernaderos originales erosión de la soberanía del Estado y de la pervi­
de la modernidad, sólo que ahora lo hacen vencia en el espacio "interestatal" global de unas
en el sentido inverso y sin contar para nada condiciones propias de los territorios de frontera.
Los antagonismos entre tribus estallan abierta­
en los puestos de control fronterizos. Oí a un oficial turco mente gracias al debilitamiento de los brazos
exclamar: 'Odiamos a esta gente. Son unos cerdos del Estado; en el caso de los "nuevos estados",
de mierda'. Así que, durante semanas, los kurdos quedaron
esos brazos jamás crecieron o no tuvieron tiempo
atrapados en las montañas soportando temperaturas
de diez grados bajo cero y llevando puesta, en muchos de desarrollarse lo suficiente. Una vez abiertas,
casos, la misma ropa que vestían cuando huyeron de sus las hostilidades vuelven inaplicables las leyes
hogares. Los nin.os fueron quienes más Jo padecieron:
legisladas por el Estado (tanto las más afianzadas
disentería, tifus, malnutrición" (véase Maggie O'Kane,
"The most pitiful sights 1 have ever seen'� en The Guardian,
14 de febrero de 2003, pp. 6-11). "' En español en el original. [N. del T.]
32 I Z Y G M U N T B A U M A N 33 1 A R rnlPI É L A G O D E E X C EPC I O N E S

como las incipientes) y las anulan prácticamente producto de la globalización y, al mismo tiempo,
por completo. epítome máximo y encarnación del espíritu
El conjunto de la población se encuentra en de territorio fronterizo de ésta. Citando de nuevo
un espacio sin ley; la parte de esa población que a Agier, han sido arrojados a una situación
,,
decide huir del campo de batalla y logra escapar de "deriva liminar que no saben ni pueden
se encuentra en un tipo distinto de alegalidad: saber si es transitoria o permanente. Aunque se
la del territorio fronterizo global. Además, en mantengan estacionarios durante un tiempo,
cuanto se hallan fuera de las fronteras de su país se hallan embarcados en un viaje que nunca
nativo, los que han huido se ven privados toca a su fin porque su destino (de llegada o de
del respaldo de una autoridad estatal reconocida retorno) se muestra permanentemente confuso
que pueda acogerlos bajo su protección, que y la línea que podrían llamar "de meta" se man­
reivindique sus derechos o que interceda por tiene eternamente inaccesible. Nunca se liberan
ellos ante los poderes extranjeros. Los refugia­ de una lacerante sensación de fugacidad, ni de
dos carecen de Estado, sí, pero en un sentido la naturaleza no definitiva y provisional de todo
novedoso: su carencia de Estado queda elevada asentamiento.
a un nuevo nivel debido a la inexistencia de una La difícil situación de los refugiados palestinos,
autoridad estatal a la que referir su "estatalidad''. muchos de los cuales jamás han conocido la vida
Están, como muy bien lo ha expresado Michel fuera de los campamentos que improvisaron y
Agier en un sagaz estudio sobre los refugiados levantaron apresuradamente como pudieron
de la era de la globalización," hors du nomos hace ya más de cincuenta años, está bien docu­
("fuera de la ley"), pero no fuera de esta ley o mentada. A medida que la globalización va co­
de aquélla, ni de la de este país o la de aquel otro, brándose su peaje, nuevos campos (menos
sino fuera de la ley como tal. Son unos parias conocidos y desapercibidos, u olvidados para
y unos "fuera de la ley" de una nueva clase, la mayoría del mundo) se multiplican en torno
a los escenarios de conflagraciones y prefiguran
u Véase Michel Agier, Aux bords du monde, les réfugiés, París, el modelo que Tony Bluir deseaba que la Oficina
Flammarion, 2002, pp. 55-56. del Alto Comisionado de las Naciones Unidas
34 1 ZVGMUNT BAUMAN 35 1 A R C H IPIÉLAGO O E E X C EPC I O N E S

para los Refugiados convirtiera en obligatorio. parecer, Dios no quiera que los plenipotenciarios
Por poner un ejemplo, no parece haber indicio designados o los voluntarios de la humanidad,
alguno de que los tres campos de Dabaab, en los los que tienen encargada la tarea de mantener
que habita una población tan numerosa como a esos refugiados en el interior del campo y lejos
la del resto de la provincia keniana de Garissa de la perdición, decidan clausurarlo . . . De todos
en la que fueron ubicados en 1991-1992, vayan modos, muchas veces lo hacen: por ejemplo,
a ser clausurados en un futuro inmediato, y, sin siempre que los poderes establecidos deciden
embargo, transcurrida más de una década desde que los exiliados han dejado de ser refugiados
su puesta en marcha inicial, continúan sin apare­ porque "vuelve a ser seguro regresar" a su patria,
cer en el mapa del país, concebidos, como son, que dejó hace tiempo de ser la suya y ya no tiene
como unos elementos temporales pese a su evi­ nada que ofrecer ni nada que ellos deseen
dente carácter permanente. Lo mismo sucede o puedan desear.
con campos como el de Ilfo, puesto en marcha Hay, por ejemplo, unos 900.000 refugiados
en septiembre de 1991, el de Dagahaley, que data -resultado de las masacres intertribales
de marzo de 1992, o el de Hagadera, abierto por y de la destrucción en los campos de batalla de
primera vez en junio de 1992." las guerras "inciviles" que se vienen desarrollan­
Quien se convierte en refugiado lo es ya para do desde hace decenios en Etiopía y Eritrea­
siempre. Los caminos de regreso al hogar-paraíso repartidos por las regiones septentrionales
perdido (o, mejor dicho, ya inexistente) han de Sudán (incluida la tristemente célebre
quedado cortados casi por completo y todas Darfur), en lo que es ya de por sí un país pobre
las salidas del purgatorio que es el campamento y devastado por los conflictos bélicos y donde se
de refugiados no llevan más que al infierno . . . encuentran entremezclados con otros refugia­
Los días se suceden vacíos uno tras otro sin dos que recuerdan con horror los campos de
perspectivas de futuro dentro del perímetro del exterminio del sur de Sudán.'3 Por decisión
campo. Pero por difícil de resistir que eso pueda
13 Véase Fabienne Rose Émilie le Houerou, "Camps de la soif
12 Agier, Aux bords du monde, les réfugiés, op. cit., p. 86. au Soudan", en Le Monde diplomatique, mayo de 2003, p. 28.
36 1 ZYGM UNT BAUMAN 37 I A R C H I P IÉLAGO D E E X C EP C I O N E S

d e la agencia d e las Naciones Unidas, respaldada d e los registros y de las estadísticas de refugiados,
por las organizaciones benéficas no gubernamen­ aunque nunca hayan conseguido escapar de la
tales, todos ellos han dejado de ser refugiados tierra de nadie de su "no humanidad".
y, en consecuencia, ya no tienen derecho a reci­ Cuando entran en los campamentos, sus
bir ayuda humanitaria. No obstante, se han nuevos inquilinos se ven despojados de todos
negado a marcharse; al parecer, no creen ya que los elementos de su identidad salvo de uno:
exista "un hÓgaf" al que "regresar", puesto que el de ser refugiados sin un Estado, sin un lugar,
los hogares que recuerdan fueron destruidos o sin una función y "sin papeles". En el interior
les han sido robados. La nueva tarea de sus de las alambradas de los campos, y tras habérse­
custodios humanitarios ha pasado a ser enton­ les negado el acceso tanto a los servicios elemen­
ces la de hacer que se vayan . . . En el campo de tales de los que se extraen las identidades
Kassala, por ejemplo, la interrupción del sumi­ como a los hilos con los que éstas se tejen, pasan
nistro de agua fue seguida del traslado forzado a formar parte de una masa amalgamada sin
de los habitantes fuera de los límites exteriores rostro. Ser "un refugiado" significa perder
del campamento, que, como en su momento
sucedió con sus hogares en Etiopía, ha sido los medios sobre los que descansa la existen­
ahora arrasado y apisonado para que a nadie cia social, es decir, todo un conjunto de cosas
se le ocurriera volver. La misma suerte han y personas corrientes pero portadoras de
corrido los habitantes de los campos de Um significados: país, casa, pueblo, ciudad, pa­
Gulsam Laffa y de Newshagarab. Según el testi­ dres, posesiones, trabajos y otros puntos de
monio de quienes allí vivían, unos 8.ooo internos referencia cotidianos. Estas criaturas a la
de las instalaciones fallecieron a raíz del cierre de deriva y a la espera no tienen más que su
los hospitales del campamento, de la supresión "vida descarnada", y la continuación de ésta
de los pozos de agua y del abandono del sumi­ depende de la asistencia humanitaria.'4
nistro de alimentos. Es difícil verificar la suerte
que realmente corrieron, pero podemos estar
seguros de que cientos de miles han desaparecido 14 Agier, Aux bords du monde, les réfugiés, op. cit., p. 94.
38 I Z Y G M U N T B A U M A N 39 1 A R C H I P I É L A G O DE EXCEPCIONES

Respecto a esto último, abundan las aprensiones. conseguirlo, bastará con permitir que siga
¿No es la figura misma del ayudante humanitario su curso un proceso que se encuentra ya
-ya sea voluntario o a sueldo- un importante en plena marcha como es la biosegregación,
eslabón en la cadena de la exclusión? Existen es decir, la creación y la fijación de unas
dudas acerca de si los organismos de asistencia, identidades manchadas (por las guerras,
en su empeño por alejar a las personas del peli­ la violencia, el éxodo, las enfermedades, la
gro, no están ayudando inadvertidamente miseria y la desigualdad). Los portadores
a los promotores de la "limpieza étnica". Agier de esa clase de estigma serían así mantenidos
se pregunta si el trabajador humanitario no es a distancia en virtud de su menor humanidad,
un "agente de exclusión con un coste menor)) es decir, por su deshumanización tanto física
y, aun más importante, un dispositivo pensado como rnoral.15
para descargar y disipar la ansiedad del resto
del mundo, para absolver las culpas y calmar Los refugiados son el "residuo humano" perso­
los escrúpulos, así como para desactivar toda nificado: sin ninguna función "útil" que desem­
sensación de urgencia y todo miedo a la contin­ peñar en el país al que llegan y en el que se
gencia. Colocar a los refugiados en manos quedan temporalmente, y sin intención ni posi­
de los "trabajadores humanitarios" (y cerrar bilidad realista de ser asimilados e incorporados
los ojos para no ver a los guardias armados en al nuevo elemento social. Desde su lugar actual
el fondo de la imagen) parece ser un modo ideal -el vertedero- no hay camino hacia delante ni
de reconciliar lo irreconciliable: las ganas apre­ de retorno, a menos que sea un camino que los
miantes de deshacerse de ese nocivo residuo conduzca a lugares aun más remotos, como en
humano calmando al mismo tiempo el prurito el caso de los refugiados afganos que fueron
personal de rectitud moral: escoltados por buques de guerra australianos
hasta una isla alejada de toda ruta concurrida.
Tal vez se pueda curar la conciencia de culpa­ Que la distancia sea suficiente como para evitar
bilidad ocasionada por el sufrimiento de esa
otra parte maldita de la humanidad. Para 15 Agier, Aux bords du monde, les réfugiés, op. cit., p. n7.
40 I Z YG M U N l B A U M A N 41 I A R C H IPI ÉlAGO D E EXCEPC I O N E S

que los efluvios envenenados de la descomposi­ ni de matices sutiles, salvo que haya que clasifi­
ción social alcance los lugares habitados por los carla para su reciclaje; pero las perspectivas
nativos es el criterio principal por el que se rige que tienen los refugiados de ser reciclados para
la selección del emplazamiento de los campamen­ ser convertidos en miembros legítimos y reco­
tos permanentemente temporales de los refugia­ nocidos de la sociedad humana son, como
dos. Fuera de esa ubicación, los refugiados son mucho, poco halagüeñas e inmensamente
un obstáculo y un problema; dentro de ella, se remotas. Se han tomado toda clase de medidas
los olvida sin más. Manteniéndolos allí e impi­ para asegurar la permanencia de su exclusión.
diendo todo escape (convirtiendo la separación Se ha depositado a unas personas desposeídas
en definitiva e irreversible), "la compasión de cualidades en un territorio sin denominación
'
de unos y el odio de otros" se combinan para y se les han bloqueado para siempre todas las
producir el mismo efecto: tomar distancia vías que llevan de vuelta a lugares significativos
y mantener a distancia.16 y a emplazamientos donde pueden forjarse, y
Nada queda salvo los muros, las alambradas, donde se forjan a diario, significados socialmente
los controles en las puertas, los guardias arma­ legibles.
dos. Todos esos elementos definen de manera David Blunkett, el ministro británico del
combinada la identidad de los refugiados Interior, para no ser menos que los tabloides
o, mejor dicho, echan por tierra el derecho populares, propuso en una ocasión chantajear
de éstos a definirse a sí mismos. Todos a los países de origen de los refugiados para
los desechos, incluidos los seres humanos que admitieran nuevamente a los "solicitantes
desechados, tienden a ser apilados indiscrimi­ de asilo no aprobados" amenazándolos con
nadamente en el mismo basural. El acto mismo "recortar las ayudas económicas a aquellos
de tirar a alguien a la basura pone fin a las dife­ países que no lo hagan". Y ésa no fue su única
rencias, las individualidades, las idiosincrasias. nueva idea: Blunkett deseaba "forzar el paso
La basura no precisa de distinciones afinadas del cambio" y se quejaba de que, debido
a la falta de energía de otros dirigentes europeos,
16 Agier, Aux bords du monde, les réfugiés, op. cit., p. 120. "los avances siguen siendo demasiado lentos".
42 1 Z Y G M U N T B A U M A N 43 1 A R C H IPI ÉLA G O D E E X C EPC I O N E S

Él pretendía la creación de una "fuerza europea a punto de instalarse -si nadie los detenía­
rápida de operaciones conjuntas" y de "un grupo en campamentos levantados expresamente
de trabajo de expertos nacionales" que "elabore a escasos kilómetros de los domicilios
evaluaciones de riesgos comunes que detecten de los electores) ocupan en la actualidad el lugar
el punto débil de las [ . . ] fronteras exteriores
. que antaño correspondía a las brujas de mirada
de la UE y aborden el problema de la inmigra­ maligna, a los espíritus de los malhechores
ción ilegal por vía marítima y el tráfico de seres no arrepentidos y a otros maléficos fantasmas
,,
humanos 17 (nuevo término éste diseñado para y duendes de múltiples leyendas populares.
sustituir al otrora noble concepto de "pasaje"). Ese nuevo fulklore urbano (que va engrosándo­
Con la cooperación activa de gobiernos se con gran rapidez y sitúa a las víctimas de la
y de otras figuras públicas que encuentran marginación planetaria en el papel de protago­
en la instigación y la incitación de los prejuicios nistas malévolos) reúne y recicla los horripilantes
populares el único sustituto para no tener que relatos de terror heredados de antaño -aquello s
hacer frente a las verdaderas fuentes de incerti­ de los que había una demanda ávida y constante
dumbre existencial que acosan a su electorado, generada, entonces como hoy, por las inseguri­
los "solicitantes de asilo" (los mismos que, dades de la vida en la ciudad-. Como bien
según opinión consensuada entre los políticos y sugería Martin Bright, los tristemente famosos
los directores de tabloides, recobraban fuerzas disturbios contra los inmigrantes en la localidad
en innumerables réplicas de Sangatte* británica de Wrexham "no fueron un incidente
preparándose para una inminente invasión aislado. Los ataques contra los solicitantes
de las Islas Británicas, o los mismos que estaban de asilo se están convirtiendo en algo normal
en el Reino Unido". En Plymouth, por ejemplo,
17 Véase Alan Travis, "uK plan for asylum crackdown",
en The Guardian, 13 de junio de 2002.
esa clase de ataques llegaron a convertirse
Localidad situada en la aglomeración urbana de Calais en rutinarios:
y que es lugar habitual de partida de una proporción
importante de los inmigrantes que desean introducirse
en Gran Bretaña. Acogió, además, durante un tiempo, un
Sonam, un agricultor nepalí de 23 años de
campamento de refugiados de la Cruz Roja. [N. del T.] edad, llegó a Plymouth hace ocho meses. Su
44 1 Z Y G M U N T B A U M A N 45 1 ARC H I PltlA G O DE E X C EPC I O N E S

cauta sonrisa deja entrever que le faltan dos Consejo de Refugiados británico ha señalado
dientes que perdió, no en los violentos con­ que "impedir simplemente la entrada de perso­
flictos de su propio país, sino al volver de la nas en el Reino Unido" difícilmente puede
tienda de la esquina en Davenport.'8 anunciarse como un «éxito", sobre todo si consi­
deramos que "algunas de esas personas pueden
La hostilidad de los autóctonos, unida a la nega­ necesitar desesperadamente nuestra ayuda".19
tiva a conceder prestaciones estatales a los recién Para aquellos inmigrantes que, pese a tan
llegados que no solicitan asilo de ningún tipo ingeniosas estratagemas, no puedan ser depor­
a su llegada, y unida también al recorte de tados de modo expeditivo, el gobierno ha pro­
la "protección humanitaria" y al endurecimiento puesto su confinamiento en zonas lo más
de la política de deportaciones de refugiados remotas y aisladas posibles dentro del propio
"no deseados" (10.740 fueron deportados país (una medida que transforma la extendida
en 2002 y i.300 detenidos estaban pendientes creencia de que los inmigrantes no quieren
de deportación en junio de 2003), ha provocado -o no pueden- ser asimilados a la vida econó­
una acusada caída del número de solicitudes mica del país en una profecía que se cumple
de asilo: de 8.900 en octubre de 2002 a 3.600 por sí misma), con lo que, como señalaba Gary
en junio de 2003. Esos datos han sido interpreta­ Younge, acabarían "erigiéndose auténticos
dos en tono triunfalista por David Blunkett como bantustanes por toda la campiña británica donde
la prueba del encomiable éxito de la política los refugiados acabarían acorralados, aislados
gubernamental y como muestra definitiva y vulnerables" (los solicitantes de asilo, como
de que las medidas "duras" -entre las que se también apuntaba Younge, "tienen más probabi­
incluyó el cierre del campamento de refugiados lidades de ser víctimas de delitos que de perpe­
de la Cruz Roja en Sangatte- "estaban funcio­ trarlos"). 2º
nando". Y ciertamente "funcionan", aunque el
19 Véase Alan Travis, "Tough asylum policy 'hits genuine
refugees"', en The Guardian, 29 de agosto de 2003, p. u.
18 Martin Bright, "Refugees find no welcome in city of hate'', 20 Gary Younge, "Villagers and the damned'', en The Guardian,
en The Guardian, 29 de junio de 2003, p. 14. 24 de junio de 2002.
46 I ZYG M U N T B A U M A N 47 1 A R C H I P I É L A G O D E EXCEPC I O N ES

Según el registro d e refugiados del ACNUR, tura de la estratificación, de las divisiones fun­
el 83,2% de los registrados en Africa están insta­ cionales y de las instituciones de la sociedad
lados en campamentos, como también lo están en general, necesarias para atender el inventario
el 95,9% de los de Asia. En Europa, hasta el completo de necesidades de la vida comunitaria,
momento, sólo el 14,3% de los refugiados han los "hiperguetosn, si por algo no se caracterizan
sido recluidos en tales campos. Pero son pocas es por ser comunidades autosostenidas. Estos
las esperanzas de que esa diferencia favorable últimos constituyen unas agrupaciones trun­
al continente europeo se mantenga durante cadas, artificiales y descaradamente incompletas
mucho tiempo en vista de cómo están las cosas. de personas: son agregados, pero no comu­
nidades; son condensaciones topográficas incapa­
***
ces de sobrevivir por sí solas. En cuanto las élites
lograron escapar del gueto y dejaron de alimen­
Empleando los términos derivados de los análi­ tar la red de operaciones económicas que soste­
sis de Loic Wacquant," podríamos decir que nían, aunque fuera de un modo precario, los
los campos de refugiados combinan, mezclan medios de vida de la población de su interior,
y aglutinan elementos característicos tanto del las agencias y los organismos de la atención
"gueto comunitario" de la era de Ford y Keynes y el control gestionados por el Estado (dos fun­
como del "hipergueto" de nuestra actual época ciones que, por norma, suelen estar estrechamente
posfordista y poskeynesiana. Mientras que los interconectadas) vinieron a ocupar su lugar.
"guetos comunitarios" eran cuasi tota1idades El "hipergueto" se halla suspendido de unos hilos
relativamente autosostenidas y autorreproduci­ que tienen su origen más allá de sus fronteras y
das que se completaban con réplicas en minia- que, sin lugar a dudas, están fuera de su control.
Michel Agier" ha hallado en los campos de
21 Véase Lolc Wacquant, "The new urban color line: The state refugiados los mismos elementos de los "guetos
and fate of the ghetto in postfordist America", en Craig
J. Calhoun (ed.), Social theory and the politics of identity,
Oxford, Blackwell, 1994; también "Elias in the dark ghetto': 22 Véase Michel Agier, "Entre guerre et ville': en Etnography
en Amsterdams Sociologisch Tidjschrift, diciembre de 1997. (en prensa).
48 1 Z Y G M U N T B A U M A N 49 1 A R C H I P I É LAGO O E E XCEPC I O N E S

comunitarios", pero entrelazados dentro de una de las acciones, el rol social perpetuamente
estrecha red de dependencia mutua con los atri­ infradefinido o, por decirlo más correctamente,
butos del "hipergueto". Podríamos conjeturar la inserción �n el flujo de la vida sin el ancla
que tal combinación fortalece aun más el víncu­ de un rol social: todas estas características de
lo que liga a los internos con el campamento. la vida de la modernidad líquida, y otras
La atracción que une entre sí a los moradores relacionadas, están expuestas y documentadas
del "gueto comunitario" y la repelencia externa en los hallazgos de Agier. En la extraterritoriali­
que congrega a los marginados en un "hipergueto" dad territorialmente fijada del campamento
(fuerzas poderosas ambas) se superponen de refugiados, aquéllas se manifiestan bajo una
y se refuerzan mutuamente. Combinadas con forma mucho más extrema, sin diluir y, por
la furibunda y enconada hostilidad del entorno lo tanto, más visible que en cualquier otro sector
exterior, generan conjuntamente una fuerza de la sociedad contemporánea.
centrípeta abrumadora y a la que resulta muy Cabe preguntarse hasta qué punto los campos
difícil resistirse, lo que hace prácticamente de refugiados no son laboratorios en los que
innecesarias las técnicas de reclusión y aislamiento se pone a prueba y se ensaya (inconscientemente,
desarrolladas por los administradores quizá, pero no menos enérgicamente por ello)
y los supervisores de sitios como Auschwitz y el nuevo modelo "permanentemente efímero"
los gulags. Los campos de refugiados se aproxi­ de la vida moderna líquida.
man más que ningún otro micromundo social Los refugiados y los inmigrantes, que vienen
artificial al tipo ideal de "institución total" de "lejos" pero se proponen establecerse en
de Ervin Goffman: ofrecen, por obra u omisión, el barrio, sólo son adecuados para desempeñar
una "vida total" de la que no hay escapatoria un papel de efigie sobre la que se agita el espectro
y, al mismo tiempo, impiden eficazmente de las "fuerzas globales'', temidas y aborrecidas
el acceso a cualquier otra forma de vida. porque actúan sin consultar antes a aquellos a
La permanencia de la transitoriedad, la dura­ quienes va a afectar el resultado de su acción.
bilidad de lo efímero, la determinación objetiva A fin de cuentas, los sqlicitantes de asilo y los
no reflejada en la consecuencialidad subjetiva <'inmigrantes económicos" son remedos colecti-
50 I Z Y G M U N T B A U M A N 51 I A R C H I P ltLAGO D E E X C E P C I O N E S

vos (¡un alter ego?, ¡unos compañeros de viaje?, Permítanme añadir que, frente a esa afluencia
¿unas imágenes especulares?, ¿unas caricaturas?) de "forasteros': el residuo del triunfo de
de la nueva élite en el poder del mundo globali­ la modernidad a esca[� planetaria, pero también
zado, de la que tan generalizadamente se sospe­ el reflejo del nuevo desorden mundial en ciernes,
cha, y con razón, que se trata del auténtico "los establecidos" (por utilizar los dos memora­
"malo" de la película. Aquéllos, al igual que bles términos de Norbert Elias) tienen motivos
esta élite, no están ligados a ningún lugar de sobra para sentirse amenazados. Amén de
y son furtivos e impredecibles. Como esa élite, represent�r "lo desconocido" que siempre han
personifican el insondable "espacio de flujos" encarnado los "extraños que hay entre nosotros",
donde se hunden las raíces de la precariedad estos forasteros concretos -los refugiados- traen
actual de la condición humana. Tras buscar consigo el estruendo distante de la guerra
en vano otras válvulas de escape más adecuadas, y el hedor de los hogares saqueados y de los
los miedos y las ansiedades se desprenden pueblos arrasados que, inevitablemente, recuer­
de sus blancos más próximos para resurgir dan a los establecidos con qué facilidad
en forma de resentimiento y temor popular el refugio de la rutina segura y familiar (segura
hacia los ((extraños que viven entre nosotros". por lo familiar) en la que se amparan podría
La incertidumbre no puede desactivarse verse resquebrajado o aplastado y cuán engañosa
ni disiparse enfrentándose directamente a la debe de ser la seguridad de su "establecimiento".
otra personificación de la extraterritorialidad: El refugiado, corno señaló Bertolt Brecht en Die
la élite global que vaga más allá del control Landschaft des Exils, es "ein Bote des Unglücks"
humano. Esa élite es demasiado poderosa como ("un heraldo de malas noticias").
para ser retada y enfrentada de manera directa,
***
aun suponiendo que se conociera su ubicación
exacta (que no se conoce). Los refugiados,
por su parte, son un blanco claramente visible De momento, Europa y sus avanzadas de ultra­
y estacionario en el que descargar la angustia mar (corno los Estados Unidos o Australia)
excedente. parecen buscar respuesta a esos problemas que
52 1 Z Y G M U N T B A U M A N 53 I A R C rl l P I É L A G O DE E X C E P C I O N E S

les eran desconocidos hasta hace poco con Unidos) hacia la creación de un "bastión regio­
políticas igualmente novedosas y casi nunca nal de varios niveles":23
antes llevadas a la práctica en la historia euro­
pea, dirigidas hacia el interior y no hacia Un continente fortaleza es un bloque
el exterior, centrípetas en vez de centrífugas, de naciones que unen sus fuerzas para
implosivas en lugar de explosivas, como la obtener términos comerciales favorables
reducción de gastos, el repliegue en sí mismos, de otros países y, al mismo tiempo, patrullan
la construcción de vallas y alambradas remata­ sus fronteras externas comunes para impedir
das con una red de aparatos de rayos X la entrada a la poblac"ión de esos otros países.
y de cámaras de circuito cerrado de televisión, Pero si un continente se toma realmente
el despliegue de más agentes en las cabinas en serio lo de convertirse en una fortaleza,
de control de inmigración y de más guardias de también tiene que invitar a uno o dos países
fronteras en el exterior, el endurecimiento pobres para acogerlos dentro de los muros
de las leyes de inmigración y naturalización, de ésta, ya que alguien tendrá que hacer
la reclusión de los refugiados en campamentos los trabajos sucios y pesados.
estrechamente vigilados y aislados, y el freno
a la entrada de nuevos inquilinos potenciales El TLCAN (o NAFTA ) , el tratado por el que
de éstos antes de que tengan oportunidad de los Estados Unidos extendieron su mercado
reclamar su condición de refugiados o de solici­ interno para incorporar a Canadá y a México
tantes de asilo. En definitiva, el sellado ("tras el petróleo -escribe Naomi Klein-
de sus dominios frente a las multitudes que la mano de obra inmigrante es el combustible
llaman a su puerta, pero haciendo muy poco, que impulsa la economía del sudoeste"
por no decir nada, para aliviar esa presión de los Estados Unidos), ha sido complementado
eliminando sus causas. en julio de 2001 por el "Plan Sur': en virtud
Naomi Klein advirtió una tendencia cada vez 23 Naomi Klein, "Fortress continents': en The Guardian, i6 de
más intensa y extendida (iniciada en la Unión enero de 2003, p. 23. El artículo fue publicado originalmente
Europea, pero pronto seguida por los Estados en The Nation.
54 1 ZYGMUNT BAUMAN 5 5 I ARC H I P I É L A G O OE E X C E P C I O N E S

del cual el gobierno mexicano asume la respon­ esté dispuesta a aceptar y a hacer lo que se le
sabilidad de la ingente labor de vigilancia ofrezca; o la conjugación del libre comercio con
policial de la frontera meridional de su país para la invocación de un sentimiento antiinmigra­
poner freno a la oleada de población humana ción (un hilo al que se aferran los gobiernos
residual y pobre que acude a los Estados Unidos actuales, que presiden el hundimiento de
desde los países latinoamericanos. Desde la soberanía de los estados-nación). "¿Cómo es
entonces, centenares de miles de inmigrantes posible mantenerse abierto al negocio y cerrado
han sido detenidos, encarcelados y deportados a las personas?", se pregunta Klein. Y responde:
por la policía mexicana antes de alcanzar "Fácil. Primero, se expande el perímetro exte­
siquiera las fronteras estadounidenses. En lo que rior. Luego, se cierra éste a cal y canto". Los
respecta a la Fortaleza Europa, Naomi Klein fondos que la Unión Europea transfirió de buen
sugiere que grado y sin regatear a los países de Europa central
y del este que eran candidatos al acceso iban
Polonia, Bulgaria, Hungría y la República destinados a la fortificación de las que serían las
Checa son los siervos de la gleba posmoder­ posteriores fronteras orientales de la Unión . . .
nos, ya que proporcionan las factorías de bajo
coste donde se producen textiles, aparatos
electrónicos y coches por un 20 o 25% del
coste de fabricarlos en Europa occidental. Tal vez las dos tendencias aquí señaladas no sean
más que dos manifestaciones íntimamente
En el interior de los continentes fortaleza, se ha relacionadas del deseo de los políticos de obtener
instalado "una nueva jerarquía social" para partido de (o, incluso, de cultivar) una preocu­
tratar de cuadrar el círculo, para hallar un equi­ pación popular cada vez más obsesiva por la
librio entre postulados en franca contradicción, seguridad; quizás ambas surjan de una variación
pero igualmente vitales: la combinación de unas en el equilibrio entre tendencias indusivistas
fronteras herméticas con un fácil acceso a una y exclusivistas presentes desde siempre, o puede
mano de obra barata, poco exigente y dócil que que se trate de fenómenos no relacionados entre
56 I ZYGMUNT BAUMAN 57 1 A R C H I P I É LA G O D E E X C EPC I O N E S

sí, sujeto cada uno de ellos a s u propia lógica. del globo, y que, por consiguiente, por todas
Es posible mostrar, de todos modos, que, con partes se producen en un volumen cada vez más
independencia de cuáles sean sus causas inme­ considerable seres humanos clasificados como
diatas, ambas tendencias derivan de una misma "desecho", aunque ahora ya no existan basurales
raíz: la difusión global del modo de vida moder­ "naturales" adecuados para su almacenaje
no, que ya ha alcanzado actualmente los límites y su potencial reciclaje. El proceso que Rosa
más remotos del planeta, hasta el punto de que Luxemburgo detectó por primera vez hace ya
ha quedado superada la anterior división entre un siglo (aunque ella lo describió en términos
«centrd' y"periferia", o, más correctamente más económicos que explícitamente sociales)
dicho, entre el modo de vida "moderno" ha alcanzado su límite final.
(o "desarrollado") y el "premoderno" ("subdesa­ Rosa Luxemburgo observó que, aunque
rrollado" o "atrasado"): una división que acom­ el capitalismo "precisa de organizaciones sociales
pañó a las primeras fases de la modernidad, no capitalistas como marco para su desarrollo';
aquellas en las que las transformaciones moder­ en realidad, "no ceja hasta asimilar la única condi­
nas se habían limitado a una parte relativamente ción que puede garantizar su propia existencia":
restringida aunque en constante expansión
del globo, la cual, gracias a ello, pudo recurrir Las organizaciones no capitalistas proporcio­
al diferencial de poder resultante para usarlo nan un terreno fértil para el capitalismo:
como una válvula de escape que la protegiera el capital se alimenta de las ruinas de tales
frente a un posible sobrecalentamiento y para organizaciones y, aunque este milieu no capi­
utilizar el resto del planeta como vertedero talista es indispensable para el proceso de
del desecho tóxico generado por su continua acumulación, éste prosigue a costa incluso
modernización. Ahora, sin embargo, el planeta de ese medio, al que acaba devorando.'4
está lleno; eso significa, entre otras cosas, que
procesos típicamente modernos como la cons­ 24Rosa Luxemburgo, The accumulation of capital, traducción
al inglés de Agnes Schwarzschild, Londres, Routledge, 1961,
trucción de orden y el progreso económico
pp. 387 y 416 [trad. esp.: La acumulación de capital,
tienen hoy lugar hasta en el último rincón Barcelona, Orbis, 1985].
58 1 ZYG M U N T B A U M A N 59 1 ARC H IPI É L A G O D E E HE PC I O N E S

Una serpiente engullendo su propia cola . . . y está e n proceso d e firmar con las grandes
O también podríamos decir, refiriéndonos corporaciones empresariales próximas a la Casa
a una práctica inventada con posterioridad, Blanca "contratos precumplimentados" para
cuando la distancia entre la cola y el estómago realizar las tareas planificadas ("la reconstruc­
empezó a hacerse peligrosamente corta ción", comenta Naomi Klein, se ha "revelado
y los esfuerzos por aplazar el momento crítico corno un negocio enormemente lucrativo': pero
se volvieron verdaderamente desesperados: no para la población autóctona, a la que sólo le
una "liquidación de activos" que necesita conti­ queda esperar que nuevas oleadas de "privatiza­
nuamente nuevos activos que liquidar, pero que, ción y confiscación de tierras" sean aprobadas y,
tarde o temprano, ha de agotar sus existencias como ya lo han sido anteriormente, "blindadas
o reducirlas por debajo del nivel requerido para antes de que la población local sepa siquiera lo
su propia subsistencia. En una versión extrema que se le ha venido encima")."
aunque no muy remota de esa práctica) encon­ Rosa Luxemburgo se imaginó un capitalismo
tramos las guerras de devastación de un país que agonizaría por falta de alimento, ya que
con las que se crea una nueva "tierra virgen" se desmoronaría tras devorar hasta el último
abierta al pastoreo. El 8 de agosto de 2004 recodo de los prados de "alteridad" en los que
(cuando los entrometidos periodistas se halla­ se sustentaba. Cien años después, parece
ban a distancia segura, explorando las playas que el problema más imponente al que se
o los senderos de montaña en sus vacaciones enfrenta el capitalismo global es social, no eco­
estivales), la Casa Blanca creó la oficina del nómico. Uno de los resultados más letales (posi­
llamado "coordinador de la reconstrucción blemente el más letal de todos) del triunfo
y la estabilización posconflicto". Hasta la fecha, global de la modernidad es la acuciante crisis
dicha oficina ha elaborado planes "posconflicto" de la industria de tratamiento del desecho
de entre cinco y siete años de duración para (humano), ya que el volumen de población
veinticinco países -la mayoría de los cuales
desconocen todavía que ya han sido apuntados 25 Véase ''Allure of the blank slate': en The Guardian, 18 de
en la lista de los futuros "estados canallas"- abril de 2005.
60 I ZYGMUNT BAUMAN 61 1 A R C H I P l t L A G O D E E X C E P C I O N E S

humana residual crece a u n ritmo superior para liberar al capital y liberalizar el uso
al de la capacidad de gestión existente, por lo que de la fuerza laboral por parte de éste exigen
resulta perfectamente posible que la modernidad hoy fervientemente "aumentar el Estado"
(que hoy es planetaria) se ahogue en sus propios para contener y ocultar las consecuencias
productos de desecho, que ya no puede reasimi­ sociales nocivas de la desregulación de las
lar ni expulsar. condiciones del empleo y del deterioro
Existen numerosos síntomas del rápido de la protección social en las regiones inferio­
aumento de la toxicidad del residuo que se va res del espacio social.'6
acumulando. Las malsanas consecuencias del
desecho industrial y doméstico para el equili­ Obviamente, esto es cualquier cosa menos una
brio ecológico y la capacidad de uso del planeta paradoja. El aparente cambio de actitud com­
son, ya desde hace algún tiempo, un motivo parte la misma lógica estricta que rige la transi­
de intensa preocupación (aunque los debates no ción desde el reciclaje hasta la eliminación
hayan venido seguidos de una gran acción); sin de la población humana residual. Ese paso era
embargo, no hemos llegado aún a vislumbrar lo suficientemente radical como para necesitar
y comprender más que una pequeña parte de la ayuda enérgica del poder estatal, y el
de los efectos de largo alcance que la creciente Estado accedió a prestarla.
masa de "seres humanos de desecho" tendrá En primer lugar, desmanteló el seguro colecti­
sobre el equilibrio político y el equilibrio social vo contra las caídas individuales, supuestamente
de la convivencia humana a nivel planetario. temporales, de la rueda productiva. Aquél era
un seguro que resultaba indiscutible tanto para
***
la izquierda como para la derecha del espectro
político cuando la caída (y, por consiguiente,
Loic Wacquant apunta una paradoja: la consignación a la categoría de residuo pro-

Las mismas personas que antaño lucharon 26 Lote Wacquant, "Comment la "tolérance zéro" vint 3.
con evidente éxito por "reducir el Estado" l'Europe'', op. cit., p. 40.
62 I Z Y G M U NT B A U M A N 63 I A R C H I P I É L A G O D E E X C E P C I O N E S

ductivo) se consideraba como algo meramente residuales", que, muy probablemente, acabarán
temporal que constituía una fase preliminar siendo duraderas o permanentes, requiere polí­
y breve del posterior reciclaje (o "rehabilitación'', ticas segregacionistas más estrictas y medidas
entendida como el regreso al servicio activo de seguridad extraordinarias para no poner
en la fuerza industrial). Pero perdió rápidamente en peligro la "salud de la sociedad" ni el "funcio­
su apoyo "más allá de la división izquierda­ namiento normal" del sistema social. Las bien
derecha" en cuanto las posibilidades de reciclaje conocidas tareas parsonianas del "manejo
empezaron a considerarse remotas e inciertas, de tensiones" y del "mantenimiento de patro­
y las instalaciones de reciclaje regular parecieron nes" que todo sistema necesita realizar
cada vez más incapaces de dar cabida a todos para sobrevivir se reducen actualmente casi
los que caían, y que se sumaban a los que por completo a la separación estricta del "resi­
no habían logrado levantarse anteriormente. duo humano" del resto de la sociedad,
En segundo lugar, diseñó y construyó nuevos y a su exención del marco legal en el que las acti­
más seguros emplazamientos para la eliminación vidades del resto de esa sociedad se desarrollan
de residuos, para los que tiene garantizado y a su expulsión fuera de los límites en los que
un apoyo popular creciente a medida que dismi­ se circunscribe la ((vida normar'. Es necesario,
nuyen las esperanzas de que el reciclaje logre pues, que ese residuo se encierre dentro
funcionar realmente y en vista de que ya no está de contenedores bien sellados.
disponible el método tradicional de eliminación de
la población residual (mediante la exportación
de la mano de obra excedente), y de que se ex­
tiende y se profundiza cada vez más la sospecha Y el sistema penal proporciona esos contenedo­
de que esa "desechabilidad" es universal, ahora res. Como bien explica David Garland en su
que los horrores de los "seres humanos residua­ sucinto y preciso resumen de la transformación
les" alcanzan a todo el mundo en su propia casa. actual, las cárceles -que en la era de las prisio­
La proximidad inmediata de grandes nes destinadas al reciclaje "funcionaban como
y crecientes aglomeraciones de "seres humanos el último recurso del sector penitenciario" - están
64 I Z Y G M U N T B A U M A N 65 1 A R C H I P I É L A G O O E E X C E P C I O N E S

hoy "concebidas d e manera mucho más explíci­ agentes que vigilan su libertad condicional es
ta corno un mecanismo de exclusión y control". mantener a la comunidad a salvo de ese peligro
Hoy son los muros, y no lo que sucede en perpetuo que anda temporalmente suelto.
su interior, ((los que se consideran el elemento "Los intereses de los delincuentes convictos,
más importante y valioso de la institución".'' en el caso de que lleguen a ser considerados
La intención anterior de "rehabilitar", "refor­ de algún modo, son considerados corno funda­
, mentalmente opuestos a los de la población
mar ', "reeducar" y devolver las ovejas descarria­
das al redil es hoy objeto, a lo sumo, de alguna en general" :28
que otra mención retórica que suele ser
replicada de inmediato por un coro airado En el fondo, existe una tendencia a ver
y deseoso de sangre dirigido por los principales a los delincuentes como personas "intrínseca­
tabloides y acompañado -en labores de cantan­ mente malvadas y perversas" que "no son
tes solistas- por los políticos más destacados. corno nosotros": toda similitud es puramente
La principal y, quizás, única finalidad explícita accidental. [ . . . ]
de las prisiones es la eliminación de los seres No puede haber ninguna inteligibilidad
humanos residuales: una eliminación final mutua, ningún puente de entendimiento,
y definitiva. Una vez desechados, son ya desecha­ ninguna comunicación real entre "nosotros"
dos para siempre. Para un ex presidiario y "ellos". [ . . . ]
en libertad condicional o vigilada, regresar Tanto si el carácter del delincuente
a la sociedad es casi un imposible, pero el retor­ es el resultado de unos genes defectuosos
no a la prisión está casi garantizado. En lugar corno si es consecuencia de haber sido criado
de facilitar y guiar el camino "de vuelta en una cultura antisocial, el producto
a la comunidad" para los presos que han cum­ es el mismo: una persona inaceptable, impo­
plido su período de castigo, la función de los sible de reformar, que se sitúa a sí misma
fuera de la comunidad civil. [ . . . ]

27 David Garland, The culture of control: Crime and social arder


in contemporary society, op. cit., pp.177-178. 28 !bid. , p. 180.
66 I Z Y G M U N T B A U M A N 67 1 A R C H I P I É L A G O DE E X C E P C I O N E S

Quienes n o encajan o no pueden encajar presidiarios se reinsertaban e n la sociedad.


deben ser excomulgados y expulsados sin Al decaer esos recursos, el encarcelamiento
contemplaciones. 29 se ha convertido en un destino a más largo
plazo del que los individuos tienen pocas
En resumen: las prisiones, como tantas otras posibilidades de regresar a una libertad
instituciones sociales, han dejado atrás la fase no supervisada. [ . . . ]
del reciclaje y han pasado a la de la eliminación de La prisión es utilizada hoy en día como una
residuos. Han sido reubicadas en la primera línea especie de reserva, un área de cuarentena en
de la batalla para resolver la crisis en la que ha la que se segrega a individuos supuestamente
caído la industria de la eliminación de residuos peligrosos en nombre de la seguridad
como resultado del triunfo global de la moderni­ pública.30
dad y la nueva "plenitud" del planeta. Todo dese­
cho es potencialmente venenoso o, al menos (y Construir más prisiones, aumentar el número
por el hecho mismo de ser definido como dese­ de delitos punibles con penas de cárcel, implan­
cho o residuo), contaminante y perturbador tar una política de "tolerancia cero" y aprobar
del orden correcto de las cosas. Si el reciclaje deja sentencias más duras y prolongadas: todos estos
de ser rentable y sus probabilidades ya no son elementos forman parte de un intento de recons­
realistas (como mínimo, en el presente escena­ trucción de la fallida y tambaleante industria
rio), el modo adecuado de tratar el desecho es de la eliminación de residuos sobre la base de
acelerando su degradación y su descomposición, unos cimientos renovados que se ajusten mejor
al tiempo que aislándolo todo lo herméticamente a la nueva situación del mundo globalizado.
posible del hábitat humano usual: El Guardian (del 24 de enero de 2003) tituló
así una investigación sobre los diarios británicos
El trabajo, las ayudas sociales y el apoyo más leídos: "La prensa azuza el histerismo ante
familiar eran los medios por los que los ex la política de asilo. Los directores tildan a Gran

29 David Garland, The culture of control. . . , op. cit., pp. 184-185. 30Ibid., p. 178.
68 1 Z Y G M U N T B A U M A N 69 1 A R C H I P l ¡ l A G O D E E X C E P C I O N E S

Bretaña de paraíso para las mafias y establecen Todo u n golpe maestro, sin duda: e l novedoso
vínculos directos entre los refugiados y los miedo a los terroristas fundido y consolidado
,
terroristas, . Y, aunque bien es cierto que con el ya arraigado, aunque constantemente
el primer ministro británico aprovecha cualquier necesitado de reaprovisionamiento, odio
aparición pública para advertir a su auditorio a los "gorrones''. La cruzada contra los "parásitos
de lo inevitable e inminente de un próximo de las ayudas sociales" ha adquirido una nueva
ataque terrorista contra Gran Bretaña (aun e indomable arma.
cuando su lugar y su momento sean la encarna­ Mientras la guerra contra la incertidumbre
ción misma de la incertidumbre), y aunque económica ha sido suprimida del orden del día
no es menos verdad que su ministro del Interior por el mismo Estado que ataca, por ignominiosa,
equipara a la sociedad británica con un "resorte" la "dependencia de las ayudas sociales" y exhorta
en referencia a las tensiones que ocasionan en a los súbditos individuales a buscar y hallar
ella los bullentes y lacerantes problemas de por su cuenta remedios también individuales
los solicitantes de asilo, parece evidente a la inseguridad existencial que padecen
que los tabloides se han dado mucha prisa individualmente, esa nueva especie de miedo
en mezclar ambas advertencias en un cóctel colectivo inspirado y atizado oficialmente
de histeria asilo-terrorista. ya ha sido aprovechado para nuevas fórmulas
Si hubiera un concurso en el que se premiara políticas. La preocupación por la seguridad
la mejor formulación política de esta nueva personal ha sido consecuentemente trasladada
variante de miedo con respaldo oficial, el galar­ del fangoso terreno de la precariedad
dón iría a parar probablemente al diario The fomentada por el mercado (un terreno por
Sun, que ha llegado a ofrecer la combinación el que los gobiernos estatales no tienen la capa­
perfecta en ese sentido (una que, además de ser cidad ni la voluntad de moverse) a un área más
sumamente fácil de ingerir, no deja nada segura y mucho más "telefotogénica", donde
a la suposición o a la imaginación): "Estamos puede exhibirse, al menos durante un tiempo,
ofreciendo una invitación abierta al terrorista el poderío asombroso y la determinación
para que viva de nuestras prestaciones sociales". de acero de los gobernantes.
70 I Z Y G M lJ N T B A lJ M A N 71 1 A R C H IPl t L A G O D E E X C E P C I O N E S

Otros tabloides siguieron rápidamente la Lo cierto es que no se ha dejado un solo títere


misma línea de The Sun, empeñados en situarse con cabeza ni se han hecho excepciones. Fazil
a la cabeza de la campaña de desenmascaramiento Kawani, director de comunicaciones del
de la siniestra conexión entre los solicitantes de Consejo de Refugiados británico, resumía
asilo y la conspiración terrorista (en una del siguiente modo el mensaje general: "Estas
de sus ediciones, el Daily Express reprodujo noticias transmiten la impresión de que todos
veinte de sus antiguas portadas y colocó sobre los solicitantes de asilo son terroristas y crimi­
ellas el titular "¡Ya lo habíamos advertido!" nales''. En una extraña mezcla de tópicos extraídos
a modo de conclusión triunfal) y en componer de universos de valores mutuamente incompati­
nuevas variantes del mismo motivo coral, com­ bles, The Sun (en su editorial del 27 de enero
pitiendo por alcanzar las notas más llamativas de 2003 ) exponía lo siguiente:
y los agudos más inesperados (el Daily Mail, por
su parte, sugirió que "si Hitler hubiese venido Este mar de humanidad está contaminado
a Gran Bretaña en i944, habría tenido derecho a por el terrorismo y la enfermedad, y amenaza
obtener asilo en este país"). Según señalaba nuestro modo de vida. [ . . . ] Blair debe decir
Steven Morris (autor de la citada investigación), basta ahora, revocar la ley sobre derechos
el News of the World humanos ahora y recluir a todos los ilegales
ahora hasta que puedan ser investigados.
colocó una columna de David Blunkett,
***
en la que éste advertía de los falsos mitos
existentes acerca de los refugiados y el terro­
rismo, justo al lado de una noticia sobre En su exhaustivo estudio de la genealogía de los
los solicitantes de asilo que viven cerca miedos modernos,'' Philippe Robert descubrió
del lugar donde murió D. C. Oake [a conse­
cuencia de los disparos recibidos mientras 31 Philippe Robert y Laurent Mucchielli, Crime et insécurité:
l'état des savoirs, París, La Découverte, 2002. Véase también
la policía estaba arrestando a unos sospechosos "Une généalogie de l'insécurité contemporaine: entretien
inmigrantes ( Z. B.) ] . avec Philippe Robert': en Esprit, diciembre de 2002, pp. 35-38.
72 I Z Y G M U N T B A U M A N 73 1 A R C H IPI É L A G O OE E X C EPC I O N E \

que, a partir de los primeros años del siglo xx pública d e las causas de la violencia y el miedo
(es decir, y no por casualidad, desde los años por la seguridad; por lo demás, poco ha cambia­
en que empezó a vislumbrarse en el horizonte la do desde los inicios del Estado moderno, cuando
posibilidad del "Estado social"),3' el temor por las imágenes folklóricas elementales de diablos y
la delincuencia fue remitiendo paulatinamente demonios -que antes "absorbían por completo"
hasta mediados de la década de 1970, cuando los temores difusos en torno a la seguridad­
se desató un pánico por la "seguridad personal", fueron "transformadas en peligro y riesgos".
centrado en la delincuencia que aparentemente La demonización ha sido reemplazada por
se cocinaba en las banlieues donde se hallaba el concepto y la estrategia de la "peligrosización''.
concentrada la nueva población inmigrante. Como consecuencia, el ejercicio del poder polí­
Pero lo que estalló en ese momento no fue más tico se ha vuelto parcialmente dependiente
-según Robert- que una "bomba de efectos del Otro "desviacionista" (que se aparta de la
retardados": la preocupación por la seguridad norma) y de la movilización de los sentimientos
ya se había afianzado con firmeza gracias al "doble de seguridad. El poder político y su instauración,
impacto" de la remisión lenta pero constante así como su preservación, dependen actualmente
del seguro colectivo que el "Estado social" había de la cuidadosa selección de los temas por
ofrecido hasta entonces y de la rápida "desregu­ los que se hace campaña, y, entre ellos, la protec­
lación" de los mercados laborales. ción (y la sensación de inseguridad) es de pri­
En opinión de Hans-Jiirg Albrecht," lo único mordial importancia.
verdaderamente novedoso es el vínculo que se Los inmigrantes, conviene señalarlo, encajan
ha establecido entre la inmigración y la imagen mejor en esa finalidad que ningún otro "tema''.
Hay una especie de "afinidad electiva'' entre
los inmigrantes -ese desecho humano proce­
32 Véase Robert Castel, Métamorphoses de la question sociale:
une chronique du salariat, París, Fayard, 1995. dente de partes distantes del planeta y descargado
33 Hans-JOrg Albrecht, "Immigration, crime and safety'', en en "nuestro propio patio trasero" - y los menos
Adam Crawford (ed.), Crime and insecurity: The governance
soportables de nuestros propios temores locales.
ofsafety in Europe, Devon, Willan Publishing, 2002,
pp. 159-185. En momentos en que todos los lugares y posi-
74 1 Z Y fi M U N T B A U M A N 75 1 ARCHIPl lLAGO OE EXCEPCIONES

ciones ya n o son sólidos n i fiables, los inmigran­ cuando sus agradecidos súbditos los estén viendo
tes son un mal agüero. Exudan ese vago aroma y oyendo. Como explica Adam Crawford,
del basural que, en diversas formas y disfraces,
ronda las noches y las pesadillas de las víctimas la "seguridad comunitaria", en la medida
y las potenciales bajas de la creciente vulnerabi­ en que su inquietud se centra en cuestiones
lidad. Para sus detractores y para quienes relacionadas con la "calidad de vida", está
los odian, representan -en carne y hueso, saturada de preocupaciones por la protección
de un modo visible y tangible- el presentimiento personal y la "inseguridad ontológica". Evoca
inarticulado pero igualmente doloroso una "solución" para el crimen, los compor­
de su propio carácter desechable. Estoy incluso tamientos incívicos y el desorden, con lo que
tentado de afirmar que si no hubiera inmigran­ capacita al Estado (local) para reafirmar
tes llamando a nuestras puertas, tendríamos algún tipo de soberanía. Reafirma así simbó­
que haberlos inventado . . . De hecho, proporcio­ licamente cierto control sobre determinado
nan a los gobiernos el "Otro desviacionista" territorio, que es visible y tangible. [ . . ]
.

ideal, un blanco más que bienvenido para La actual preocupación de los gobiernos
los "cuidadosamente seleccionados" ((temas por los delitos menores, los desórdenes
de campaña': y la conducta antisocial refleja la detección
Despojados de gran parte de sus prerrogativas de una fuente de "ansiedad" sobre la que
y capacidades soberanas como consecuencia puede hacerse algo en medio de un mundo
de las fuerzas de la globalización a las que por lo demás incierto.34
no pueden oponer resistencia ni, menos aun,
controlar, los gobiernos no tienen más opción Y los gobiernos (nacionales, aunque refundidos
que "seleccionar cuidadosamente" blancos en "locales" en la era de la globalización)
u objetivos que puedan controlar (o, al menos, de nuestro tiempo están "tratando de encontrar
que les quepa alguna posibilidad de controlar)
34 Adam Crawford, "The governance of crime and insecurity
y contra los que puedan dirigir sus salvas retóri­ in an anxious age: The trans-European and the local", en
cas y hacer pública exhibición de su poderío Crime and insecurity, op. cit., p. 32.
76 I Z Y G M U N T B A U M A N 77 1 A R C H I P I É L A G O O E E X C E P C I O N E S

ámbitos de actividad e n los que puedan impo­ lecida de modo perdurable, y la idea misma
ner su soberanía"35 y demostrar convincente­ de "asilo", que alguna vez fuera una cuestión de
mente en público que así lo han hecho. orgullo cívico y civilizado, ha sido reclasificada
Las asociaciones de ideas pueden ser mortífe­ como una invención atroz de vergonzosa inge­
ras, sobre todo, si son recalcadas de manera nuidad e irresponsabilidad criminal.
machacona, monótona y ensordecedora; pero, Tampoco ayudó a la imagen de los "inmigran­
por ese mismo motivo, también pueden acabar tes económicos" -ahora retirados de los titulares
resultando evidentes por sí mismas, sin que de prensa, donde han dejado su sitio a los sinies­
necesiten ya prueba alguna para ser creídas. tros "solicitantes de asilo" (portadores de vene­
Podernos seguir insistiendo en que, corno adver­ nos y enfermedades diversas)- el hecho
tía Hume, post hoc (o, incluso, apud hoc) non de que representen, corno ha señalado [elle van
est propter hoc,36 pero el propio Hume también Buuren,37 todo aquello que el credo neoliberal
sugería que asumir lo contrario es una falacia sacraliza y sostiene corno preceptos que deberían
muy habitual y una de las más difíciles de erra­ regir la conducta de todo el mundo ("las ganas
dicar. Asociar a los terroristas con los solicitan­ de progresar y prosperar, la responsabilidad
tes de asilo y los "inmigrantes económicos" individual, la disposición a asumir riesgos,
puede ser una generalización excesiva, injustifi­ etc."). Acusados desde hace años de ser unos
cada o, incluso, descabellada, pero efectiva: "gorrones" y de aferrarse a sus poco atractivas
la figura del "solicitante de asilo", que antaño costumbres y creencias de origen, ya no pueden
despertaba la compasión humana y el impulso despojarse -por muy fuerte que traten de sacu­
a prestar ayuda, ha quedado mancillada y envi- dírsela de encima- de la acusación generalizada
de conspiración terrorista que pesa sobre
35 Leon Zedner, "The pursuit of security", en T. Hope y R.
las "personas corno ellos": los extraños que han
Sparks (eds.), Crime, risk and insecurity, Londres, venido a quedarse.
Routledge, 2000, p. 2ot.
36 Lo que, más o menos, viene a significar que si A precede en
el tiempo a B (o coincide con B), no significa que A y B 37 Jelle van Buuren, "Le droit d'asile refoulé a la frontiere': en
estén relacionados entre sí como causa y efecto. Maniere de Voir, marzo-abril de 2002, pp. 76-80.
78 I Z Y G M U N T B A U M A N 79 I A R C H I P l t l A G O OE EXCEPCIONES

***
ger a sus súbditos haciendo más seguros tanto
sus puestos de trabajo como su futuro. Ahora,
El "Estado social", coronación de una larga sin embargo, y por muchos motivos (entre
historia de democracia en Europa y, hasta fecha los que la globalización de los mercados
reciente, forma dominante de esta última, y la redistribución global del desecho generado
se halla hoy en franca retirada. El Estado social por ésta -procesos interrelacionados que
fundaba su legitimidad y basaba la lealtad los estados-nación, las únicas agencias políticas
y la obediencia que exigía a sus ciudadanos efectivas, no pueden detener ni, siquiera, condi­
en la promesa de defenderlos y asegurarlos cionar seriamente- destacan por encima de la
frente a la superfluidad, la exclusión y el rechazo mayoría), eso ya no es así. El Estado contempo­
(frente a la posibilidad de verse destinados ráneo no puede seguir cumpliendo la promesa
a la categoría del "desecho humano" por culpa del Estado social, y sus políticos ya ni siquiera
de las inadecuaciones o los infortunios individua­ la repiten. Las políticas que el Estado contempo­
les), y, por consiguiente, en la promesa de inyec­ ráneo pone en marcha presagian, por el contra­
tar certidu�bre y seguridad en unas vidas que, rio, una vida aun más precaria y cargada
de otro modo, estarían gobernadas por el caos de riesgos que hará necesarias políticas aun más
y la contingencia. Si los desventurados individuos arriesgadas e imposibilitará casi por completo
tropezaban y caían, ahí habría alguien para cualquier proyecto de vida consistente. Los
ayudarlos a levantarse de nuevo. políticos de nuestros días piden "mayor flexibili­
Las condiciones erráticas en el terreno del dad" a sus electores (lo que equivale a pedirles
empleo, sacudido por la competencia de merca­ que se preparen para las inseguridades aun
do, eran entonces, y continúan siendo, la princi­ mayores que se avecinan).
pal fuente de la incertidumbre sobre el futuro y Dadas las circunstancias, hallar una nueva
de la inseguridad en torno a la posición social "fórmula de legitimación" sobre la que puedan
y la autoestima que acucian a los ciudadanos. fundamentarse la autoafirmación de la autori­
Fue fundamentalmente en contra de esa incer­ dad estatal y la exigencia de disciplina de parte
tidumbre que el Estado social se propuso prote- del propio Estado es la más urgente e imperiosa
80 I Z Y G M U N T B A U M A N 81 1 A R C H I P I É L A G O DE E X C E P C I O N E S

necesidad d e todos los gobiernos que presiden el al asustado público e n general corno extraordi­
desmantelamiento y el declive del Estado social. nario no sea el advenimiento de la catástrofe
Que seamos "víctimas colaterales" de un progre­ augurada, sino la no materialización de las ame­
so económico ahora en manos de fuerzas nazas: todo un golpe de suerte por el que la
económicas globales que operan sin restricciones población estará en deuda con las habilidades,
no es una contrariedad que un gobierno estatal la vigilancia, la atención y la buena voluntad
pueda comprometerse creíblemente a conjurar. excepcionales de los órganos del Estado. Y tal
Sin embargo, reforzar los temores sobre una corno debe hacerse, se hace. Y con ello se obtiene
seguridad personal amenazada por conspirado­ un efecto espectacular.
res terroristas -que operan igualmente libres Casi a diario -y, como mínimo, una vez por
de tales restricciones- para luego prometer semana-, la CIA y el FBI advierten a los estadou­
más guardias de seguridad, una red más tupida nidenses sobre intentos inminentes de asalto a
de aparatos de rayos X y de circuitos cerrados de su seguridad, lo que los sitúa en un estado
televisión, controles más frecuentes y más de constante alerta de seguridad y convierte
detenciones y ofensivas preventivas para prote­ la protección individual en el foco de atención
ger esa seguridad, sí parece una alternativa de tensiones difusas. Al mismo tiempo, el presi­
muy oportuna. dente de la nación no deja de recordar a su
A diferencia de la inseguridad fabricada por electorado que "bastaría con un solo vial, un
los mercados, más que palpable y experimenta­ simple bidón o un cajón de embalaje introducidos
da a diario, que no necesita más ayuda de en este país para desatar una jornada de un
los poderes políticos para mantenerse horror que nunca antes hemos conocido". Esa
que la no intervención de éstos, la mentalidad estrategia ha sido ávidamente copiada (si bien,
de "fortaleza asediada" y de posesiones y cuerpos hasta el momento, con algo menos de ardor,
individuales amenazados debe ser cultivada aunque sólo sea por una cuestión de insuficien­
de manera activa. Las amenazas deben pintarse cia de fondos, más que de falta de voluntad) por
con el más oscuro de los colores, de modo otros gobiernos que también ejercen de ofician­
que lo que pueda presentarse posteriormente tes del entierro del Estado social. La nueva
82 1 Z Y G M U N T B A U M A N 83 1 A R C H I P l i lA G O D E E X C E P C I O N E S

demanda popular de u n poder estatal fuerte importa y s e adhiere a novedades estadouniden­


capaz de resucitar las desvanecidas esperanzas ses relacionadas con la producción de un "estado
de protección social -respaldada por ese de emergencia", tales como recluir a los "extran­
Estado- frente a la relegación al desecho, está jeros" (llamados eufemísticamente "solicitantes
cimentada sobre la base de la vulnerabilidad de asilo") en campamentos, dar prioridad abso­
y la seguridad personales, en lugar de la precarie­ luta a las "consideraciones de seguridad" sobre
dad y la protección sociales. los derechos humanos, abolir o dejar en suspen­
Como en tantos otros casos, los Estados so muchos de esos derechos que estaban
Unidos también están desempeñando un papel en vigor desde los tiempos de la Carta Magna
pionero al marcar la pauta en el desarrollo de y el Habeas Corpus, implantar una política
esa nueva fórmula de legitimación. No es de "tolerancia cero" con respecto a los supuestos
de extrañar, pues, que muchos gobiernos que "delincuentes en ciernes", y reiterar asiduamente
se enfrentan a esa misma tarea se fijen en los advertencias de que unos terroristas están
Estados Unidos con favorable predisposición preparados para atacar con casi total seguridad
y vean en las políticas allí aplicadas un ejemplo en algún lugar y en algún momento.
útil que seguir. Bajo ciertas diferencias de opinión Actualmente, todos somos candidatos poten­
ostensibles y abiertamente aireadas en cuanto a ciales a desempeñar el papel de "víctimas colate­
los modos de proceder, parece existir una autén­ rales" de una guerra que no hemos declarado
tica "unión de pensamiento" entre los gobiernos y para la que no hemos dado nuestro consen­
que no se reduce únicamente a una coincidencia timiento. Se espera así que, comparados con
momentánea de intereses efímeros y que se semejante amenaza ( sobre cuya inmediatez
trataría de un acuerdo no escrito, tácito, sobre y dramatismo se nos insiste mucho más
una política de legitimación común entre los machaconamente), los temores ortodoxos
detentadores del poder estatal. Que algo así esté de superfluidad social de toda la vida queden
sucediendo lo demuestra el celo con el que empequeñecidos y, tal vez, incluso adormecidos.
el premier británico, observado con creciente Las noticias sobre los problemas de los servicios
interés por otros primeros ministros europeos, educativos o sanitarios, o sobre el deterioro
84 I Z Y G M U N T B A U M A N 85 I A R C H I P I É L A G O D E E X C EP C I O N E S

incesante d e las infraestructuras y de las instala­


ciones de transporte, o sobre reducciones
adicionales de las prestaciones sociales y nuevos Desde el momento en que azota el mundo
aumentos del desempleo juvenil, quedan así humano, el miedo adquiere un impulso y una
relegadas a las páginas interiores de los diarios lógica de desarrollo propios, y precisa de muy
y son expulsadas de la atención pública y poca atención y de casi ninguna aportación
(durante un tiempo, al menos) del orden adicional para difundirse y crecer . . . de manera
del día político. imparable. Según David L. Altheide,
El de "daños colaterales" fue un término
inventado con el propósito de designar lo verdaderamente crucial no es el miedo
un residuo humano específico de las nuevas al peligro, sino el grado de expansión que este
condiciones de territorio fronterizo imperantes miedo puede adquirir, aquello en lo que
en el planeta y creadas por el impetuoso se puede convertir. [ . . ] La vida social cambia
.

e ilimitado impulso globalizador, que, hasta cuando las personas viven parapetadas tras
ahora, se ha resistido con éxito a todo intento unos muros, contratan vigilantes, conducen
de domesticación y regulación. En el momento vehículos blindados [ . . . ] , llevan sprays con
presente, los miedos relacionados con esa varie­ gas para defensa personal y pistolas, y acuden
dad moderna de producción de desecho parecen a cursillos de artes marciales. El problema es
eclipsar las aprensiones y las ansiedades relacio­ que todas esas actividades reafirman y contri­
nadas con la generación de residuos más buyen a producir una sensación de desorden
tradicional. Poco nos puede extrañar, pues, que que perpetuamos con nuestros actos.38
sean esos temores más recientes los más ávida­
mente empleados en la construcción (y, por Los miedos nos impulsan a emprender medidas
consiguiente, también en los intentos de defensivas, y las medidas defensivas dan un
"desconstrucción") de las nuevas jerarquías
de poder a escala planetaria. 38 David L. Altheide, "Mass media, crime, and the discourse of
fear': Hedgehog Review, vol. 5, N° 3, otoño de 2003, pp. 9-25.
86 I Z Y G M U N T B A U M A N 87 1 A R C H I P I ÉLAGO DE EXCEPCIONES

aura de inmediatez y tangibilidad al miedo. su energía de determinados estremecimientos


El temor se ha instalado ahora en nuestro inte­ existenciales.
rior y satura nuestras rutinas diarias; si apenas La presencia de tales estremecimientos no es
necesita más estímulos del exterior, es porque algo que pueda considerarse exactamente nove­
las acciones a las que da pie día tras día sumi­ doso. Los temblores existenciales han acompa­
nistran toda la motivación y toda la energía ñado a los seres humanos durante toda su
que requiere para reproducirse. Entre los meca­ historia, ya que ninguno de los escenarios socia­
nismos que compiten por aproximarse al sueño les en los que se fueron desarrollando las activi- ·

del perpetuum mobile, la autorreproducción dades propias de la vida humana ofreció nunca
del enredo circular entre el miedo y las acciones garantías de una protección infalible contra los
que éste inspira parece ocupar una posición golpes del "destino" (término acuñado para
muy destacada. separar los infortunios de esa clase de adversida­
Es como si nuestros temores hubiesen adqui­ des que los humanos sí podían evitar, y que
rido la capacidad de perpetuarse y reforzarse no se refiere tanto a la naturaleza peculiar de
a sí mismos: como si hubiesen cobrado los golpes en sí como a la admisión de la inca­
un impulso propio y pudiesen continuar cre­ pacidad humana para predecirlos -y, aun
ciendo alimentándose exclusivamente de sus menos, para prevenirlos o domesticarlos-).
propios recursos. Evidentemente, esa supuesta Por definición, el "destino" golpea sin avisar
autosuficiencia no es más que una ilusión, y es ciego a lo que las víctimas hagan o dejen
como ilusiones han sido siempre los otros de hacer para huir de sus azotes. El "destino" ha
innumerables mecanismos que han pretendido encarnado siempre la ignorancia y la impotencia
obrar el milagro de la autopropulsió n humanas, y debe su impresionante poder ate­
y la autoalimentación absolutas. Ni que decir morizador a esas debilidades concretas de sus
tiene que el ciclo formado por el miedo víctimas. Y, como escribieron los editores
y las acciones dictadas por éste no seguiría de la Hedgehog Review en la introducción de un
rodando ininterrumpidamente y adquiriendo número especial de la revista dedicado al miedo,
mayor velocidad a cada paso si no extrajera "a falta de comodidad existencial", la gente
88 1 Z Y G M U NT B A lJ M A N 89 I A R C H I P I E LA G O DE E X C E P C I O N ES

tiende a conformarse "con la seguridad protectiva expectativas y de dulces sueños, el "progreso"


(safety) o con un sucedáneo de ésta".39 evoca noches de insomnio repletas de pesadillas
El terreno sobre el que supuestamente descan­ en las que nos acosa la sensación de "quedarnos
san nuestras perspectivas vitales es poco firme, rezagados", de perder un tren o de caer por la
sin lugar a dudas, como lo son nuestros empleos ventanilla de un vehículo en marcha que no deja
y las empresas que los ofrecen, o nuestros com­ de acelerar.
pañeros y compañeras sentimentales, o nuestras Incapaces de aminorar el vertiginoso ritmo
redes de amistades, o nuestra posición en la del cambio, y menos aun de prever y controlar
sociedad y la autoestima y la confianza que su dirección, tendemos a centrarnos en aquello
derivamos de dicha posición. sobre lo que podemos, o creemos que podemos
El "progreso", en otros tiempos la manifesta­ o se nos asegura que podemos influir. Tratamos
ción más extrema de optimismo radical y pro­ de calcular y minimizar el riesgo de que nosotros
mesa de felicidad duradera universalmente (o quienes nos son más próximos y queridos
compartida, está ahora ubicado en el polo en ese momento) podamos ser personalmente
diametralmente opuesto, distó pico y fatalista víctimas de los incontables e indefinibles peli­
de las expectativas: hoy encarna la amenaza de gros que sospechamos que nos deparan este
un cambio implacable e inexorable que, lejos mundo impenetrable y su futuro incierto.
de augurar paz y alivio, no hace más que presa­ Nos sumergimos en la exploración de "los siete
giar una crisis y una tensión continuas que no signos del cáncer" o de "los cinco síntomas de
dejarán un momento para el respiro. El "progre­ la depresión", o en la exorcización de los fantas­
so" se ha transformado en una especie de inter­ mas de la hipertensión arterial y de la hiperco ­
minable e ininterrumpido juego de las sillas lesterolemia, el estrés o la obesidad. Buscamos,
musicales, en el que un solo instante de desaten­ por así decirlo, blancos sustitutivos hacia los que
ción acarrea una derrota irreversible y una dirigir nuestro excedente de temores existencia­
exclusión irrevocable. En lugar de grandes les a los que no hemos podido dar una salida
natural y, entre nuestros nuevos objetivos
39 Hedgehog Review, vol. 5, N° 3, pp. 5-7. improvisados, encontramos las precauciones
90 I Z Y G M U N T B A U M A N 91 I A R C H I P I É LA G O D E E X C E P C I O N ES

frente a la inhalación del humo de los cigarrillos de dagas, y cada revisión de la dieta en respuesta
de otras personas, frente a la ingesta de alimen­ a una nueva "alerta alimentaria", hacen que
tos ricos en grasas o en bacterias "malas" (pre­ el mundo parezca más traicionero y temible,
caución que acompañamos del consumo ávido y desencadenan aun más acciones defensivas
de líquidos que prometen proporcionarnos que añaden mayor vigor a la capacidad
las que son "buenas"), frente a la exposición de autopropagación que el miedo posee.
al sol o frente al sexo sin protección. Quienes De la inseguridad y del miedo se puede extraer
podemos permitírnoslo, nos fortificamos contra un gran capital comercial, como, de hecho,
todo peligro visible o invisible, presente o pre­ se extrae. "Los anunciantes -comenta Stephen
visto, conocido o por conocer, difuso aunque Graham- han explotado deliberadamente los
omnipresente, encerrándonos tras un muro temores generalizados al terrorismo catastrófico
de protección, inundando los accesos a nuestros para aumentar las sumamente rentables ventas
domicilios de cámaras de televisión, contratando de todoterrenos". 40 Estos auténticos monstruos
a vigilantes armados, conduciendo vehículos engullidores de gasolina, mal llamados "todote­
blindados (como los consabidos todoterrenos), rrenos", se alzan ya con el 45°/o de todas las ventas
llevando ropa igualmente "blindada" (como de coches en los Estados Unidos y se están
los "zapatos de suela gruesa") o acudiendo incorporando a la vida urbana cotidiana
a clases de artes marciales. en forma de auténticas "cápsulas defensivas".
''El problema", sin embargo, como bien sugie­ El todoterreno es un símbolo de seguridad que,
re David L. Altheide, "es que estas actividades como los vecindarios de acceso vigilado por
reafirman y contribuyen a producir una sensa­ los que a menudo circulan, aparece retratado
ción de desorden que nuestras acciones no en los anuncios como algo inmune a la arriesga­
hacen más que precipitar". Cada cerradura da e impredecible vida urbana exterior . . . Estos
adicional que colocamos en la puerta de entrada vehículos parecen disipar el miedo que la clase
como respuesta a los sucesivos rumores
de ataques de criminales de aspecto extranjero 40Stephen Graham, "Postmortem city: Towards an urban
ataviados con túnicas en las que ocultan multitud geopolitics': en City, N° 2, 2004, pp. 165-196.
92 I ZYGMUNT BAUMAN 93 1 A R C H I P I É LA G O D E E X C E P C I O N E S

media urbana siente cuando se desplaza -o se El todoterreno es sólo un ejemplo más de los
detiene en un atasco- por su ciudad "natal". usos comerciale.s que se pueden dar a los temo­
Eduardo Mendietta es aun más incisivo en su res cuando éstos son "desacoplados" de sus
análisis del mensaje evocado por este repentino fuentes, sacados a flote, presentados de manera
amor de los estadounidenses por los todoterre­ difusa, poco definida y desenfocada. Muchas
nos (o, en el caso particular que él comenta, por personas darían una pierna y un brazo por la
los "Hummer"): comodidad de saber de qué deberían tener mie­
do y por la satisfacción de haber hecho todo lo
Antes de que se popularizara el Hummer, posible sobre la base de esa información. Como
ya contábamos con la imagen de un vehículo si se tratara de efectivo listo para cualquier inver­
blindado como ninguno y perfectamente sión, el capital del miedo puede ser, y en efecto
equipado para afrontar las junglas de hormi­ lo es, transformado en muy variadas formas
gón y el caos urbano: el vehículo blindado de rentabilidad, ya sea comercial o política.
militar del campo de batalla. El Hummer [ . . . ] La seguridad personal se ha convertido en un
sólo aprovecha una necesidad que ya se había gran argumento de venta, tal vez, incluso, el
generado de antemano: la necesidad de estar mayor de todos en toda clase de estrategias de
preparados para movernos por la ciudad en marketing. La tutela de "la ley y el orden", redu­
llamas, por la ciudad que se desmorona vícti­ cida cada vez más a una mera promesa de pro­
ma de la agitación que ha convulsionado las tección personal, se ha convertido en un
urbes tras la década de 1960. [ . . . ] [El todote­ importante, tal vez el más importante argumen­
rreno] da a entender e insinúa, sin especial to de venta en los programas políticos y las
disimulo, que la ciudad es un campo de campañas electorales. Mientras tanto, la exhibi­
batalla y una jungla que hay que conquistar ción de amenazas a la seguridad personal
y, a la vez, de la que hay que escapar.4' ha pasado a ser un importante, quizás el más
importante recurso en las guerras de audiencia
41 Eduardo Mendietta, "The axle of evil: SUVing through
the slums of globalizing neoliberalism", en City, N° 2, 2005,
de los medios de comunicación, lo que ha redun­
pp. 195-204. dado aun más en el éxito de los usos comercial
94 I Z Y G M U N T B A U M A N 95 1 A R C H I P I É L A G O O C E X C E P C I O N E S

y político del miedo. Como dice Ray Surette, el círculo vicioso del miedo y de las acciones
el mundo, tal como se ve por televisión, parece inspiradas por éste si� perder un ápice de su
estar formado por unos "ciudadanos-ovejas" energía, pero también sin aproximarse a su
protegidos de los "delincuentes-lobos" por unos objetivo ostensible en lo más mínimo.
"policías-perros pastores".42
***
Lo que distingue más fundamentalmente
a los temores presentes (avatares de miedos ya
familiares en las formas anteriormente vividas Permítanme que haga explícito lo que ya se ha
de la existencia humana) es, tal vez, el desaco­ insinuado anteriormente: el círculo en cuestión
plamiento entre las acciones inspiradas por el se ha desplazado de la esfera de la seguridad
miedo y los estremecimientos existenciales que (o security) -es decir, desde el plano de la pre­
generan el miedo que las inspiró. En el fondo, sencia/ausencia de confianza/seguridad en uno
eso significa el desplazamiento de los temores, mismo- a la de la protección o seguridad
que se han trasladado ahora desde las grietas protectiva (safety) -o, lo que es lo mismo,
y las fisuras de la condición humana donde al plano del guarecerse de/exponerse a la propia
nace y se incuba el "destino", hacia ámbitos persona y sus extensiones-.
de la vida que apenas están conectados con La primera esfera, despojada progresivamente
la auténtica fuente de la ansiedad. Por mucho de los andamios institucionales proporcionados
esfuerzo que invirtamos en esas áreas, es más por el Estado, ha quedado expuesta a los capri­
que improbable que de ese modo logremos chos del mercado y ha sido convertida en
neutralizar o bloquear la fuente, y, por lo tanto, un terreno de juego de las fuerzas globales que
es más que probable que todo empeño, por serio operan más allá del alcance del control político
e ingenioso que sea, de apaciguar la ansiedad y, por lo tanto, más allá de toda capacidad de las
resulte infructuoso. De ahí que siga rodando partes afectadas para responder adecuadamente,
y menos aun para resistirse a ellas de manera
42 Ray Surette, Media, crime and criminaljustice, Pacific Grave,
efectiva. Las pólizas de seguros respaldados
Brooks/Cole, 1992, p. 43. por la comunidad frente a los infortunios indi-
96 1 Z Y G M lJ N T B A lJ M A N 97 1 A R C H I P I ÉÜGO D E E X C E P C I O N E S

viduales -cuyo conjunto vino a conformar, en Los mensajes procedentes de las sedes del
el transcurso del pasado siglo, lo que se dio poder político exhortan a una mayor flexibilidad
en llamar el Estado social o del bienestar- están como única cura para una inseguridad que ya
siendo hoy retiradas totalmente o en parte y es insoportable, y, con ello, dibujan una perspecti­
reducidas por debajo del nivel necesario para va de una mayor incertidumbre (si cabe), de una
validar y sustentar la confianza en la seguridad. mayor privatización de los problemas, de una
De las instituciones representativas de la promesa mayor soledad e impotencia en los esfuerzos
original y que aún se mantienen en pie ya no se individuales por alcanzar la seguridad. Dan nulas
espera y mucho menos se confía que sobrevivan esperanzas de establecer fundamentos colectivos
a nuevas, e inminentes, series de reducciones. para la seguridad existencial y, por ello, no ofrecen
Ahora que las defensas que proporcionaba el incentivo alguno para las acciones solidarias,
Estado contra los estremecimientos existenciales pero sí animan a sus destinatarios a centrarse en
están siendo progresivamente desmanteladas, su propia supervivencia personal en un mundo
y que las organizaciones de autodefensa comu­ fragmentado y atomizado, y, por consiguiente,
nitaria (como los sindicatos y otros instrumen­ cada vez más incierto e impredecible.
tos de negociación colectiva) están siguiendo La retirada que el Estado ha emprendido con
el mismo camino, inhabilitadas cada vez más respecto a la función en la que se fundamentaron
por las presiones de una competencia de mercado sus más persuasivas pretensiones de legitimidad
que erosiona la solidaridad de los más débiles, durante la mayor parte del siglo pasado ha
se ha dejado en manos de los individuos la vuelto a traer a primer plano la cuestión de su
búsqueda, la detección y la puesta en práctica legitimación política. Actualmente, es imposible
de soluciones individuales a problemas construir un nuevo consenso de ciudadanía
socialmente producidos, tareas éstas que (un "patriotismo constitucional", por emplear
los individuos tienen que llevar a cabo a través el término de Jürgen Habermas), como el que
de acciones individualizadas y en solitario, pese se construía hace no tanto tiempo sobre un con­
a estar equipados con herramientas y recursos a junto de garantías de protección constitucional
todas luces inadecuados para ello. frente a los caprichos del mercado, que convul-
98 I Z Y G M U N T B A U M A N 99 1 A R C H I P I É L A G O D E E X C E P C I D N C S

sionan las posiciones sociales y amenazan En octubre de 2004, l a BBC2 emitió una serie
los derechos de todo el mundo a la estima social de documentales titulada "The power of night­
y a la dignidad personal. A menos que se busque mares: The rise of the politics of fear" (El poder
una legitimación alternativa, está en peligro la de las pesadillas: el auge de la política del mie­
integridad de la comunidad política en su forma do ) .43 Adam Curtís, guionista y productor de la
actual más común, la del Estado-nación. serie, y uno de los más aclamados creadores de
programas serios de televisión en Gran Bretaña,
señalaba allí que, aunque el terrorismo global es
un peligro evidente reproducido continuamente
A la luz de lo hasta aquí comentado, no resulta dentro de la "tierra de nadie" de la jungla global,
sorprendente que actualmente se busque una mucha (por no decir la mayor parte) de la esti­
legitimación alternativa para la autoridad estatal mación oficial de su nivel de amenaza
y una fórmula distinta de ventajas y beneficios
asociados a una ciudadanía obediente en un es una fantasía que ha sido exagerada y dis­
Estado que promete proteger a sus ciudadanos torsionada por los políticos. Es un oscuro
y ciudadanas frente a los peligros que amenazan espejismo que se ha difundido entre
la seguridad personal. El espectro de la degra­ los gobiernos de todo el mundo, los servicios
dación social contra el que el Estado social de seguridad y los medios internacionales
se comprometió a asegurar a sus ciudadanos es sin ser cuestionado en lo más mínimo.
hoy reemplazado por amenazas como
la del pedófilo que vive en nuestro vecindario, Cuesta poco identificar los motivos de tan
el asesino en serie, el mendigo molesto, el atra­ rápida y espectacular progresión: "En una era
cador, el merodeador, el envenenador, el terro­ en la que las grandes ideas han perdido credibi­
rista . . . o, mejor aun, la conjunción de todas lidad, el miedo a un enemigo fantasma es
esas amenazas en la figura del inmigrante ilegal,
contra la que el Estado de la seguridad promete 43 Cf. Andy Beckett, "The making of the terror myth': en
defender a sus súbditos. The Guardian, 15 de octubre de 2004, G2, pp. 2-3.
100 I Z Y G M U N T B A U M A N 101 1 A R C H I P I É L A G O D E E X C E PC I O N E S

l o único que les queda a los políticos para man­ contra e l terror" e n s u empeño por repeler el
tener su poder". asalto electoral de su contrincante, y cuando
Mucho antes incluso del n de septiembre de el líder de la oposición en Gran Bretaña trató
2001 era ya posible detectar numerosas señales de desestabilizar el gobierno del "Nuevo
de la inminente transición de la legitimación del Laborismo" enfocando las difusas ansiedades
poder estatal hacia la esfera del "Estado de la existenciales emanadas de los mercados labora­
seguridad" (o, para ser más exactos, del Estado les desregulados sobre los grupos de gitanos
de la "seguridad personal"). Pese a ello, y por lo itinerantes y sobre los inmigrantes sin techo,
que parece, la gente tuvo aún que ver reproducido plantaron unas semillas del miedo que hallaron
en cámara lenta el impacto del derrumbamiento un terreno bien abonado en el que crecer.
de las torres de Manhattan durante meses No ha sido mera coincidencia que, según
en millones de aparatos de televisión antes Hugues Lagrange, las "alertas de seguridad" más
de reposar y absorber por completo la noticia, espectaculares y las alarmas más sonoras sobre
y antes de que los políticos retomaran las riendas el crecimiento de la criminalidad -unidas a
de las ansiedades existenciales populares para unas respuestas gubernamentales ostentosa­
reconducirlas hacia esa nueva fórmula política. mente duras, reflejadas, entre otras cosas, en un
La batalla presidencial entre Jacques Chirac y rápido aumento de la población reclusa (o, lo
Lionel Jospin adoptó la forma de una subasta que es lo mismo, en una "sustitución del Estado
pública en la que dos líderes políticos compe­ social por un Estado-prisión")- hayan ocurrido
tían por superar las sucesivas ofertas de mano desde mediados de la década de 1960 en países
dura en la guerra contra el crimen que efectua­ que contaban con los servicios sociales menos
ba su adversario, propuestas que prefiguraban desarrollados (como España, Portugal o Grecia)
una legislación más severa y unos castigos más y en aquellos donde se estaban reduciendo
imaginativos para los delincuentes (adultos drásticamente las prestaciones estatales (como
o menores) y para los "extraños que viven entre los Estados Unidos y Gran Bretaña). Ninguna
nosotros" (raros, ajenos y alienantes). Cuando investigación realizada hasta el año 2000 mos­
George W. Bush recurrió a la dureza de la "guerra traba una correlación significativa entre la
102 I Z Y G M U N T B A U M A N 103 I A R C H I P I É L A G O O E E X C E P C I O N E S

severidad d e la política penal y el volumen de por ese motivo por e l que los gobiernos esta­
delitos, pero, sin embargo, la mayoría tales, en su esfuerzo diario por capear los tem­
de estudios sí habían hallado una fuerte correla­ porales de nuestros tiempos, van dando tumbos
ción negativa entre el "impulso encarcelador'; de una campaña ad hoc de gestión de crisis
por un lado, y "la proporción de prestaciones a otra y de un conjunto de medidas de emer­
sociales independientes del mercado" y "la gencia a otro, sin soñar con otra cosa que
proporción sobre el PIB del presupuesto dedica­ mantenerse en el poder tras las siguientes
do a tales prestaciones'; por el otro. En definitiva, elecciones, pero carecen, por lo demás,
se ha demostrado más allá de toda duda razo­ de programas o ambiciones con visión de futuro
nable que la especial atención recientemente (por no hablar de proyectos de resolución
centrada en la delincuencia y en los peligros que radical de los problemas recurrentes de la
amenazan la seguridad física de los individuos nación) . "Abierto" y crecientemente indefenso
y de sus propiedades está estrechamente relacio­ por ambos flancos, el Estado-nación pierde
nada con la creciente "sensación de vulnerabili­ su fuerza, que se evapora actualmente hacia
dad", y que sigue muy de cerca el ritmo de el espacio global, así como su sagacidad
la desregulación económica y de la sustitución y su destreza políticas, que hoy se ven cada vez
(relacionada con dicha desregulación) más relegadas (¡o abandonadas?) a la esfera
de la solidaridad social por la individual. de la "política de la vida" individual, y se "subsi­
diariza" a los hombres y las mujeres individua­
***
les. Todo lo que de su poderío y su política
pretéritos queda aún en manos del Estado
La sociedad ya no está protegida por el Estado, y de sus órganos va mermando gradualmente
o, cuando menos, es improbable que confíe hasta alcanzar un volumen que cabe perfec­
en la protección que éste le ofrece; actualmente, tamente en el recinto de una comisaría
se halla expuesta a la voracidad de unas fuerzas de policía de gran tamaño. Este Estado reducido
que el Estado ya no controla ni espera ni pre­ apenas puede llegar a ser otra cosa que un
tende recuperar y subyugar. Es principalmente Estado de la seguridad.
104 1 Z Y G M U N T B A U M A N 105 I A R C H I P I É L A G O OC EXCEPCIONES

Tras haberse filtrado y escapado por las grietas d e Bagdad n o se sienten seguros e n las suyas.
de una sociedad obligada a abrirse por la pre­ Los europeos no podrán presumir durante
sión de la globalización negativa, el poder y la mucho tiempo de sus libertades si en otras
política se desvían cada vez más el uno de la partes del mundo las personas siguen pade­
otra siguiendo direcciones opuestas. El proble­ ciendo penurias y humillaciones. 44
ma (y la imponente tarea) al que el presente
siglo tendrá que hacer frente con toda seguridad Ya no es posible garantizar la democracia
como su reto principal es el de reunir de nuevo y la libertad en un solo país o, ni siquiera, en
al poder y a la política. Pero reunir a esos dos un grupo de ellos; la defensa de tales valores
compañeros hoy separados dentro del domicilio en un mundo saturado de injusticias y poblado
del Estado-nación es, tal vez, la menos prome­ por miles de millones de seres humanos a los
tedora de las posibles respuestas al mencionado que se niega dignidad como tales acabará inevi­
desafío. tablemente corrompiendo los propios princi­
En un planeta negativamente globalizado, los pios que se pretenden proteger. El futuro
problemas más fundamentales -los metaproble­ de Ja democracia y la libertad sólo puede ser
mas que condicionan el modo en que se afron­ asegurado a escala planetaria.
tan todos los demás problemas- son globales y, El miedo constituye, posiblemente, el más
como tales, no admiten soluciones locales. No siniestro de los múltiples demonios que anidan
existen (ni pueden existir) soluciones locales a en las sociedades abiertas de nuestra época. Pero
problemas originados y reforzados desde el nivel son la inseguridad del presente y la incertidum­
global. De ser posible, el único modo de conse­ bre sobre el futuro las que incuban y crían
guir la re-unión del poder y la política será a nuestros temores más imponentes e insoporta­
nivel planetario. Por decirlo con las conmovedo­ bles. La inseguridad y la incertidumbre nacen,
ras palabras empleadas por Benjamin R. Barber, a su vez> de la sensación de impotencia: parece

44 Véase Benjamin R. Barber, en conversación con Artur


ningún niño estadounidense puede sentirse Domoslawski, en Gazeta Wyborcza, 24-26 de diciembre
seguro en su cama si los niños de Karachi o de 2004, pp. 19-20.
106 1 Z Y G M U N T B A U M A N

que hemos perdido el control --como individuos, Comentarios de Giorgio Agamben


como grupos y como colectivo- y que, para y debate final'
empeorar aun más nuestra situación, carecemos
de las herramientas capaces de elevar la política
hasta el nivel en el que ya se encuentra instalado
actualmente el poder: unas herramientas que
nos permitirían reconquistar y volver a retomar
el control (un control que, en el momento
presente, se nos ha escapado -o nos ha sido
arrebatado- de las manos) sobre las fuerzas Giorgio Agamben: Creo que lo único que puedo
que condicionan nuestra condición compartida, hacer es apuntar algunas conclusiones de lo que
y, con ello, definir nuestro ámbito de opciones Zygmunt Bauman ha dicho y, mejor aun, plan­
y trazar límites a nuestra libertad de elección. tear algunas preguntas. Obviamente, me ha
El demonio del miedo no será exorcizado hasta llamado mucho la atención lo que ha dicho
que demos con (o, para ser más exactos, hasta que acerca de los refugiados, que han sido una espe­
construyamos) las mencionadas herramientas. cie de figura central en su charla de hoy. No
hace falta decir que estoy de acuerdo con mu­
chas de las cosas que usted ha dicho, y una idea
que me ha parecido especialmente interesante
es la de que los refugiados y otros fenómenos
similares constituyen hoy una especie de labora­
torio . . . laboratorio del poder, para ver, entre

Además de Giorgio Agamben, participaron del debate


"Arc�ipiélago de excepciones" Tariq Ali, Teddy Cruz,
Keller Easterling, Anselm Franke, Stephen Graham,
Thomas Keenan, Laura Kurgan, Shimon Naveh, José Luis
Pardo, Eyal Sivan, Rafael Vila San Juan y Eyal Weizman.
108 1 Z Y G M U N T B A U M A N 109 1 C O M E NT A R I O S D E G I O R G I O A G A M B E N Y DEÍATE F I N AL

otras cosas, hasta qué extremo puede llevarse no fuera el refugiado, por ejemplo, ni cómo
una situación. Esto coincide con lo que usted podemos tratar de inscribir o integrar
ha dicho al hablar del paso del Estado social a una parte mayor o menor de ellos en la socie­
al Estado de la seguridad. Cuando la seguridad dad, porque la situación es tan extrema que eso
se convierte en la categoría política central y casi otro deja de ser un problema interesante. Por
única, todo cambia, porque nunca debemos eso, me parece que, en cierto modo, una forma
olvidar que "seguridad" no significa impedir interesante de contemplar este fenómeno sería
el desorden. El paradigma de la seguridad que pudiéramos considerarlos también como
se inventó precisamente para lo contrario: para "contralaboratorios": los campos de refugiados
gestionar el desorden. Esto ya lo mostró Michel como categoría son laboratorios del poder, pero
Foucault al hablar de los fisiócratas que inventa­ ¿podemos entenderlos también como contrala­
ron el concepto de seguridad. Recuerdo que boratorios? Ayer mismo, Eyal Sivan nos brindó
una vez un funcionario de policía, en Génova, un magnífico análisis de los campos de refugia­
me dijo que el Estado, el gobierno, no quiere dos en Palestina que parecía ir un poco en esta
que los agentes del orden impidan el desorden, misma dirección: la gente que vive allí y se
sino que quiere que lo gestionen. Así que todas obstina en seguir viviendo allí para mantener
estas situaciones, cuando la seguridad se con­ la ilusión de un posible retorno. Y una de
vierte en el paradigma central, son) en cierto las posibles consecuencias de eso es la noción
sentido, los laboratorios en los que se ve cuánto del poder de destrucción implícito en todo ello.
tiempo y hasta dónde puede forzarse una situa­ Así que podríamos ver. . . y es la pregunta que
ción. Es algo así como seguir la idea de Goebbels quería hacer: ¿podríamos ver esta situación
de que la política es el arte de hacer posible lo extrema no sólo como laboratorios del poder,
imposible. Y así tratamos nosotros de analizar sino también como posibles contralaboratorios?
esos campamentos -campamentos que son Estuve en el Brasil hace muy poco y pude visitar
laboratorios- para averiguar hasta dónde pode­ las favelas de Río de Janeiro. Constituyen
mos forzar una situación extrema. Pero, enton­ un fenómeno parecido. Evidentemente, no son
ces, es como si, en cierto sentido, el problema ya campos de refugiados, pero tienen algo similar.
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Las favelas están e n la ciudad y no separadas Pero lo que quiero preguntarle es: ¿cree usted
de ella (de modo que en ese sentido son que podemos entender este fenómeno también
un fenómeno distinto), y recuerdo que suelen como contralaboratorios? Y, luego, tengo una
estar instaladas en los enclaves más hermosos segunda pregunta. Usted ha centrado su análisis
de la ciudad, en las colinas. Yo estaba allí con en las personas de desecho, en la infraclase de
una persona que me hacía de guía por la favela los rechazados, y luego ha mencionado también
y, de pronto, tuve una impresión súbita e inme­ la élite global: una es el espejo de la otra.
diata y le dije: "Mira, el problema''. Y vimos un Totalmente correcto, pero en el medio está esa
edificio horroroso de tipo moderno. En Río de enorme masa en la que se sitúa el hombre
janeiro, la arquitectura moderna es muy mala y corriente de hoy, que, en nuestra sociedad, por
está llena de rascacielos enormes y horribles. ejemplo, es el hombre de clase media, que cada
Los arquitectos ya son gente con cierta mala vez se va haciendo de clase más baja. Creo que
fama, pero éstos son aun peores, así que esto constituye, igualmente, un campo de análi­
la ciudad, arquitectónicamente hablando, es sis muy interesante y que, tal vez, podríamos
horrorosa. Y le dije: "Oye, el problema no está centrar nuestra atención también en esta enorme
aquí, sino allí". Y es que, por ejemplo, la favela masa anónima y casi sin voz. Creo que carece­
-ya me entienden, o espero que entiendan a qué mos de categorías para encuadrar a sus miem­
nivel estoy hablando- la favela es un sitio inte­ bros, que nos cuesta más pensar acerca de ellos
resante porque no hay propiedad. Allí no hay que acerca de las personas que viven en el cam­
derechos de propiedad y, obviamente, no se pamento, porque el de refugiado es un estatus
pagan alquileres. Y no hay policía. Así que es muy interesante. Cuando usted habla de este
como una ciudad, porque en alguna de las hombre excedente, también hay que pensar
favelas de Río, como Rocinha, viven 400.000 en un nuevo fenómeno excedentario que se da en
personas. Es una ciudad sin derechos de propie­ el plano del modo de vida de este estrato medio.
dad, donde no se pagan alquileres y no hay Por ejemplo, ¿qué opina usted de los turistas? Se
policía. Y ése es un modelo muy interesante de trata de un ingente fenómeno de masas de hoy,
ciudad para el futuro. Bueno, estoy bromeando. de unas masas que no son excedentarias desde
112 I Z Y G M U N T B A U M A N 113 I C O M E N T A R I O S D E G I OR G I O A G A M B E N Y D E BATE F I N A L

el punto de vista económico porque están ads­ Pero también por la noche (sobre todo, en las
critas a alguna industria económica, pero que, noches de insomnio), nos asaltan pesadillas en
en lo que a su forma de vivir se refiere, su vida las que soñamos que caemos . . . en la infraclase
queda suspendida en una especie de vida exce­ de los marginados. La tensión entre esos dos
dentaria. ¡Cuál es la vida del turista? No es una extremos es algo que se experimenta muy viva­
vida política. Podemos incluso preguntarnos: mente en la condición actual de ese grueso
¡es una vida humana? Lo dudo. Así que ahí van de la humanidad que se halla en el medio. Bueno,
esas dos preguntas, sólo para empezar. usted ha mencionado a los turistas. Una vez
traté de desarrollar un poco ese tema. Acuñé
Zygmunt Bauman: Muchas gracias, porque metafóricamente dos tipos: el de los turistas
están de verdad muy estrechamente relaciona­ y el de los vagabundos. El turista es vagabundo
das con el aspecto central de mis propias inquie­ por elección propia; el vagabundo es turista por
tudes, y le estoy muy agradecido por plantear necesidad. Pero no era el turista a quien yo tenía
esos problemas en público. Empezaré por la en mente cuando hablé de la élite global. Lo de
segunda. Sí, por supuesto que estoy de acuerdo. esta élite no es una cuestión de turismo. Pese a
He hablado de dos extremos, de dos polos lo interesante que resulta el fenómeno del turis­
de un continuo. La mayoría de nosotros, algo así mo, para nosotros es un pasatiempo carnavales­
como un 90% de la humanidad, probablemente, co, como diría el filósofo ruso Mijail Bajtin.
estamos distribuidos entre esos dos extremos Pagamos por hacer de turistas ¿dos semanas
del continuo. Por una parte, está la élite global, al año? ¿Tal vez tres? En Inglaterra, lo normal
que es móvil por elección propia, y por la otra, es que sean dos semanas al año. Quizás en otros
tenemos los que son móviles a la fuerza y se ven países sea más tiempo. Pero es un pasatiempo
obligados a ser los desechados o los marginados carnavalesco y los carnavales sirven para hacer
por la modernización. Todos nosotros estamos la vida diaria corriente (la no carnavalesca)
en el medio, probablemente empeñados durante un poco más agradable. En cierto sentido, lo que
la noche en alcanzar uno de esos extremos, el vamos acumulando durante ese período corriente
de la élite global que se mueve y fluye libremente. podemos expulsarlo luego durante el período
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carnavalesco. En la tradición del carnaval de por proyectos"). Lo que nos integra ya no son
antaño, los mendigos se transformaban en reyes las estructuras; ahora estamos integrados por
electos, interpretaban el papel de la élite, hacían el hecho de ir viviendo de un proyecto en otro.
de cima de la sociedad. Y eso, de un modo Vamos encontrándonos y apartándonos entre
u otro, los ayudaba, según Mijail Bajtin, a sopor­ un proyecto y otro. Vivimos en una transitorie­
tar luego su deprimente y espantosa vida cotidia­ dad permanente. Nada es estable, nada es dura­
na de mendigos, porque ya se iban preparando dero, toda empresa se mantiene sólo "hasta
para el siguiente carnaval, en el que volverían a nuevo aviso", etc., etc. Ahora bien, en mi opi­
hacer de reyes y príncipes. La segunda pregunta nión, los campos de refugiados convierten esa
es la de los laboratorios permanentes. Sí, es una transitoriedad en permanente. En los campos
idea muy interesante. Debo pensar sobre ella y palestinos, como bien saben, las personas nacen
yo soy un poco lento pensando. Los laboratorios y mueren en un estado de transitoriedad. Toda
negativos: eso es algo sobre lo que hay que su vida es una larga serie de sucesos transitorios.
pensar. Sólo querría aclarar lo que he querido Ahora, en los campamentos de refugiados
decir con lo de que los campos de refugiados de aquí, que no existen desde hace tanto tiempo
son también laboratorios. ¡Laboratorios de qué? (aunque algunos ya acumulan unos quince años
No del Estado de la seguridad; eso no era lo que de historia, como el del caso que he descrito),
tenía en mente. Allí no se experimenta con se está experimentando cómo pueden vivir las
medidas de seguridad. Es algo más bien relacio­ personas bajo esas condiciones. No estoy sugi­
nado con nosotros, la gente corriente a la que riendo que sea probable que mañana vayamos
todavía no han recluido en los campamentos de a vivir todos en esas condiciones, pero sí que ésa
refugiados. Luc Boltansky y Eve Chiapello, en el es una tendencia de la sociedad a la que a mí me
libro Le nouvel esprit du capitalisme,* lo descri­ gusta describir con la denominación metafórica
ben con la expresión cité par projet (la "ciudad de modernidad líquida. La modernidad líquida
es una clase de vida moderna que no puede
* Trad. esp.: El nuevo espíritu del capitalismo, Madrid, Akal,
mantener una forma definida durante mucho
2002. [N. del 1'.] tiempo, que cambia constantemente de forma.
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Anselm Franke: Muchísimas gracias por s e convierta e n l a sede real de lo político, donde
su conferencia, que ha repasado, casi a vista son sin duda aplicables, sí, estos paradigmas
de pájaro, muchas de las cosas que hemos estado de liquidez que usted describe (y donde lo único
debatiendo desde una perspectiva más de pri­ estable es la inestabilidad).
mer plano, sobre todo en lo que al nivel espacial
se refiere. Hay una cosa que me preocupa Zygmunt Bauman: Es una fuerza natural por
y es que las personas aparecen en su charla casi su forma de actuar, pero lo que pretendo señalar
como si fueran un juego de teoría de conjuntos. una y otra vez es el producto de un determinado
Me pregunto, y permítame ser polémico (pues fenómeno sociológico y social. No es un
creo que esto es algo que ha despertado gran producto de la naturaleza y sí es el resultado
virulencia en estos dos últimos días de intenso de fenómenos que se desarrollaron en la parte
debate), me pregunto, como digo, por qué moderna del mundo y en las otras partes
quienes se muestran preocupados por la suerte del mundo a la que esa primera parte se exten­
de los privados de derechos y de recursos niegan dió. Desde hace poco, hemos intensificado
a esas personas sus propias complejidades. Y es enormemente la producción de lo que llamo
que es difícil criticar o describir esa condición vida desperdiciada, seres humanos desechados,
reconociendo al mismo tiempo la complejidad personas superfluas, porque otros muchos
de su propia acción. Y creo que es algo que países se han implicado también en el proceso
puede encontrarse en una pregunta como, de modernización. Y, por otra parte, como el
quizá, " ¡quién es el sujeto?". O "¡cuál es el sujeto planeta está lleno, una industria -una industria
de su historia?". Supongo que la modernidad, moderna y complementaria de otras dos indus­
sí, pero usted la presenta casi como si fuera una trias (la construcción de orden y el progreso
fuerza natural. Y me pregunto qué respondería económico) productoras de población humana
usted, primero, y, luego, creo que nuestro modo residual-, pues, como digo, una tercera indus­
de analizar aquí las configuraciones espaciales tria complementaria de las otras dos como es
ha sido también un intento de desnaturalizar la industria de la eliminación de residuos expe­
y de hallar los espacios donde la acción humana rimenta una crisis muy profunda porque ya
118 I Z Y G M U N T B A U M AN 119 I C O M E N T A R I O S DE G I O R G I O A G A M B E N Y D E B A T E F I N A L

no queda territorio vacío, ya no quedan terre­ no podemos controlar y los fenómenos cultura­
nos de vertido. Ninguno de los inedias tradicio­ les son los que sí controlamos, los creados
nales de tratamiento de la superfluidad están por los seres humanos. Pero hay productos
ya disponibles. Nos hallamos a las puertas de de la acción humana que se comportan como
la necesidad de idear y diseñar instrumentos si fueran fuerzas naturales. Y se comportan
de acción completamente novedosos. No conta­ como fuerzas naturales, precisamente, porque
mos con ningún instrumento de actuación no hemos desarrollado medios para abordarlos.
colectiva a escala global. Creo que cuando habla­ No disponemos de una política global; no tene­
mos de una comunidad global o de una sociedad mos instituciones políticas globales, ni un poder
global estamos abusando del lenguaje, porque judicial global, ni ningún equivalente global
no hay tal cosa. No existe. A veces, si se forma de los instrumentos de control colectivo sobre
una alianza militar con una finalidad o una la unión humana como los que se desarrollaron
tarea concreta, podemos referirnos metafórica­ durante la era de los estados-nación, en la era
mente a una comunidad internacionat pero el de la primera modernidad. Así que, si quiere,
concepto de comunidad global carece de funda­ puede usted decir que es políticamente incorrecto
mento empírico alguno. El comentario que pasar por encima o dejar a un lado la actividad,
quería hacer a propósito de lo que usted acaba la iniciativa de las personas que han sido arroja­
de decir es que, de acuerdo, puede que suene das a los campos de refugiados y recluidas en
desagradable, maleducado, políticamente inco­ ellos porque también han intentado hacer algo
rrecto o como usted prefiera, que los teóricos con sus vidas y también han ideado formas
describamos estos procesos como si fueran de sobrevivir en esas circunstancias. Michel Agier,
naturales, pero de lo que no hay duda es de que a quien he citado, también señala esto mismo y
nos azotan con la fuerza de un desastre natural. él descubrió, tras haber visitado bastantes cam­
En el fondo, lo que la distinción entre fenóme­ pos de refugiados de esa clase, que esas personas
nos naturales y culturales creada al inicio se comportaban, o trataban de comportarse,
de los tiempos modernos venía a significar era como todos nosotros, que intentaban realmente
que los fenómenos naturales son aquellos que construir a partir de los retazos, los fragmentos
120 1 Z Y G M U N T B A U M A N 121 1 C O M E N TA R I O S D E G I O R G I O A G A M B E N Y D E B A T E F I N A L

y los pedazos que tenían a s u alcance. Como el mínima ocasión. Y creo además que, para hacer
bricoleur de Lévi-Strauss, trataban de crear caso de esa advertencia, necesitamos una base
ideutidades sustitutivas en condiciones en las sobre la que empezar a desarrollar (y repito esto
que se les niega de plano una identidad. Pero por cuarta vez, pero creo que vale la pena insis­
el comentario que yo quería hacer a propósito tir), a desarrollar, digo, los medios precisos para
de eso es que me parece igualmente impropio actuar a nivel global. Y, de momento, sólo esta­
tomar la posición contraria y decir ..bien, mira, mos en un estadio muy preliminar, si es que
rebosan iniciativa, están muy bien, ¿sabe?, se de verdad hemos empezado a hacerlo.
están desarrollando. Mira cómo prospera allí
la cultura, y a los niños se los ve muy bien", etc., Tariq Ali: Como siempre, Zygmunt Bauman
porque ésa también es una forma de calmar nos fascina y nos incita a reflexionar, y hay
nuestra conciencia. Ya sabe: .. Bueno, a fin mucho con lo que estar de acuerdo en lo que
de cuentas, quizá se cometiera una injusticia dice. Aun así, bajo todo ello percibo una especie
con ellos, pero son unos seres humanos dignos de hondo pesimismo en el modo en el que usted
y, de un modo u otro, sabrán cuidar de sí mismos lo dice. Es casi como si . . . esto ya está sucedien­
si no interferimos más". Pero me temo que sin do, está fuera de control, es lo que nos depara
interferencia, no podrá suceder nada realmente el futuro, éstos son los laboratorios con los que
positivo. Me gustaría citar solamente una frase está experimentando el capitalismo global. . .
de Benjamin Barber. Él ha dicho hace poco que Hay un elemento de verdad en todo esto, pero
ningún niño estadounidense puede sentirse creo que, contemplando el mundo exclusiva­
seguro en su cama si en Karachi o en Bagdad mente desde la óptica del campo de refugiados,
los niños no se sienten seguros en las suyas. Los obtenemos una imagen muy parcial de lo que
europeos no podrán presumir de libertad mucho está ocurriendo. Es uno de los aspectos de los
tiempo si la gente de otras partes del mundo procesos globales que están teniendo lugar. No
sigue pasando privaciones y sufriendo humilla­ creo que sean comparables el campo de refugia­
ciones. Y creo que ésas son palabras muy impor­ dos palestinos y los campamentos para refu­
tantes que deberíamos repetirnos a la más giados que usted ha descrito y que se han creado
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e n circunstancias diferentes, principalmente por n e que podrían convertirse en el vivero de una


el modo de funcionamiento actual de la econo­ nueva ola de resistencia y radicalismo. Ya vere­
mía global. Los campos palestinos , como hemos mos. Sin duda, creo que la parte del mundo
venido comentando, son más bien el producto -ya que hablamos hoy de laboratorios- que fue
de la política, de la expulsión, y los palestinos utilizada como un laboratorio inicial de todo s
se consideran y se sienten refugiados porque los planes globalizadores de la élite global inter­
quieren el derecho a regresar. Eso no es lo que nacional es también la parte del mundo donde
sienten otros refugiados, que, en general, quie­ la resistencia a esos planes es ciertamente consi­
ren el derecho a trabajar. Para muchos de ellos, derable hoy en día, y esa parte es América
al menos, se trata del derecho a trabajar. Y aquí Latina. Si nos fij:ljll os en casi todos los países
vemos que usted tiene razón: falta una acción latinoamericanos, en mayor o menor medida,
humana para proporcionar ese trabajo, cuando to dos tienen movimientos sociales gigantescos,
sabemos que hay tantos países subpoblados que y no sólo unas cuantas ONG, sino movimientos
podrían proporcionarlo. Australia, por ejemplo, sociales gigantescos que están oponiendo una
es un continente gigantesco pero claramente resistencia confusa, que se esfuerzan por hallar
subpoblado, y, sin embargo, cierra sus puertas alternativas y que han tenido alguno que otro
y se está volviendo cada vez más despiadado. éxito. En Bolivia, hubo una gran insurrección
En segundo lugar, creo que Giorgio Agamben del pueblo* contra la privatización del agua.
ha señalado algo muy interesante al hablar En Perú, los sectores más desfavorecidos del
de las favelas y de los suburbios de viviendas campesinado en la región de Cuzco detuvieron
irregulares, pero es un fenómeno muy distinto la privatización de la electricidad y lucharon
al de los campos de refugiados, porque en aqué­ co ntra el ejército durante dos semanas enteras.
llas viven los estratos más desfavorecidos y Y luego está el fenómeno más espectacular
marginados de la población del propio país. en América Latina, que ha tenido como osados
El nuevo libro de Mike Davis, A planet of slums, protagonistas a los habitantes de los suburbios
analiza precisamente esos asentamientos de los
suburbios de un modo muy interesante y sostie- "" En español en el original. [N. del T.]
124 1 Z Y G M U N T B A U M A N 125 1 C O M E N T A R I O S O E G I O R G I O A G A M B E N Y D E BATE f l N A l

marginales d e Caracas, que han sido politizados fueron colocados e n aquel mapa dentro del
y movilizados hasta el punto de derrotar tres futuro eje del mal. Son blancos de una futura
intentos distintos de derrocar el régimen acción militar de los Estados Unidos. Y es que
de Chávez. Allí los suburbios marginales se las fuerzas globales reales están actuando en esa
movilizaron totalmente y salieron en masa dirección, no en la que usted ha mencionado
a la calle, un millón y medio de personas, como hace un momento. Ése es el motivo de preocu­
también se han movilizado los soldados pobres pación, y allí reside la cuestión de por qué
y la población indígena de la región porque la modernidad es actualmente un problema tan
sentían que allí había un proyecto político grande para el que no tenemos solución alguna.
con el que podían identificarse. Por eso digo Porque está claro que los poderes y las potencias
que, desde ese punto de vista, el mundo es, creo, globales reales que funcionan hoy en día
un lugar muy diverso y hay en él muchos labo­ no tienen intención de resolver ese problema.
ratorios diferentes, de los cuales algunos van Ahora bien, la pregunta entonces es ¿soy
a favor de aquéllos de nosotros que estamos un pesimista? Siento muchísimo hablar de mí
intentando cambiar cosas. Y creo que vale la personalmente aquí, porque soy un tema
pena señalarlo y ése sería mi único comentario. de lo menos interesante, pero muy a menudo
Porque, si no, uno se sume en la depresión total oigo la misma crítica: ¿por qué es usted tan
y absoluta, y no parece que se pueda hacer nada. pesimista? Sólo una vez oí una serie de pregun­
Pero sí que es posible hacer cosas. tas en la que me preguntaron por qué era yo tan
optimista y fue cuando publiqué un librito
Zygmunt Bauman: He tenido el privilegio de titulado Europe: Unfinished adventure. *
escuchar la conferencia de Stephen Graham esta Allí todos me preguntaban: ¿por qué es usted
mañana. Él citaba a un observador estadouni­ tan optimista? Y, sin embargo, mi respuesta
dense, Thomas Barnett, quien dibujó un mapa en ambos casos es la misma. Mi definición
del mundo. Todos los países que usted acaba
de mencionar como faros o guías de la antiglo­ * Trad. esp.: Europa: una aventura inacabada, Madrid, Losada,
balización o de la globalización alternativa 2006. [N. del T.J
126 1 ZYGMUNT BAUMAN 127 1 C O M E N T A R I O S OE GIORGIO AGAMBEN Y DEBATE FINAL

d e la diferencia entre optimismo y pesimismo sin prestarle atención, s i la resistencia d e siem­


es que un optimista es alguien que cree, como pre se limita simplemente a intentar sobrevivir
Pangloss o Leibniz, que éste es el mejor de los en condiciones de acuciante incertidumbre,
mundos posibles, mientras que el pesimista entonces corremos verdaderamente peligro. Ése
es alguien que sospecha que el optimista puede es el único motivo por el que alerto: no para
tener razón. Según ese criterio, no soy ni opti­ difundir opiniones derrotistas, sino para, tal vez,
mista ni pesimista, porque creo sinceramente aunque sea a una escala muy reducida, contri­
que el mundo podría ser diferente. Pero para buir a una movilización de fuerzas.
que sea diferente, tenemos que estar advertidos
de ciertos problemas. Pienso, por ejemplo, en Eyal Sivan: Me gustaría preguntarle por lo que
el problema del reciente punto crítico alcanzado está sucediendo en Francia con los disturbios
por la nueva producción de seres humanos callejeros. Se trata de un verdadero acto de
residuales, una producción que había estado integración en la imagen de la "francesidad".
atenuada y, en cierto modo, disipada durante La "francesidad" consiste en tomar la calle co�o
doscientos o trescientos años por el imperialis­ lugar de revuelta social. Sencillamente, en ese
mo, por el colonialismo, por la situación privile­ ámbito están presentes también tres representa­
giada de una pequeña parte del mundo, por ciones del Estado: los bomberos, la policía y la
el gran diferencial de poder, etc. Ahora, alertar escuela. Así que la revuelta contra el Estado es
de eso es tremendamente importante, o al menos una imagen de esto. Y esto me traslada a otra
eso pienso. Jean-Pierre Dupuy publicó reciente­ pregunta. Usted hablaba del campamento,
mente un pequeño libro que recomiendo del campamento para refugiados. Me gustaría
de verdad a todo el mundo y que se titula Pour que reflexionara sobre la figura del refugiado
un catastrophisme éclairé, en el que dice que el y querría preguntarle también a Giorgio
mejor modo de hacer que la catástrofe sea inevi­ Agamben por el refugiado como aquella perso­
table es creer que lo es. Así que el problema na que tiene esperanza frente a una sociedad
radica en el intento de experimentar con los que ya no puede tenerla. Es decir, la figura
medios para evitarla. Pero si lo dejamos igual de la persona que, tratando de mejorar su vida,
128 I Z Y G M U N T B A U M A N 129 I C O M E N T A R I O S D E G I O R G I O A G A M B E N Y D E B ATE t l N A L

encarna esa especie d e "espejo" con el que solicite ayuda a Francia obtendrá su justa parte
se ve confrontada una sociedad que ya no sabe y ya está. Pensemos que el Ministerio de Cultura
si es una sociedad pesimista u optimista. fue instaurado durante el primer gobierno
del general De Gaulle, justo después de la guerra,
Zygmunt Bauman: Bueno, debo confesar que con la idea de que había una cultura francesa
no estoy preparado para darles una explicación que debía imponerse en el país. Pero actualmen­
muy completa de lo que está ocurriendo en te, se basa en la idea de que el Estado no tiene
Francia, y lo que voy a ofrecerles es una hipóte­ que interferir prácticamente en los asuntos
sis muy preliminar. Quizás en lo que usted privados de las personas. Y, sin embargo, como
acaba de decir hay otra explicación complemen­ ustedes bien saben, a las niñas se les ha prohibi­
taria. Sigo insistiendo -y lo admito, debo refle­ do ir a clase con pañuelo en la cabeza argumen­
xionar un poco más sobre ello-, pero sigo tando que las niñas francesas no llevan pañuelos
insistiendo en la formalización de la cuestión en la cabeza y que las creencias religiosas son un •

de la igualdad en Francia. Es un factor muy asunto privado que no debería mostrarse o


importante. Hace unos años, leí un libro de exhibirse en lugares públicos. Todo esto genera
Marc Fumaroli, L'état culture/,* un estudio muy un complejo de contradicciones entre la idea
interesante sobre la política (o la ausencia insinuada, la imagen insinuada, y la realidad. Y
de política) seguida por el Ministerio de Cultura muchos de los que asumen esa supuesta imagen
francés. Según Fumaroli, el Ministerio de la realidad de la sociedad francesa se ven
de Cultura de Francia se caracteriza por no luego incapaces de afrontar la amarga experien­
posicionarse con respecto a nada. Y se toma un cia de su vida, en la que tienen que enfrentarse
especial cuidado en no ser acusado de favorecer a una discriminación real y al hecho de ser
un tipo o modelo determinado de cultura. ciudadanos de segunda clase.
Todas las culturas son iguales para él, quien
Giorgio Agamben: Sólo quería decir una palabra.

* Trad. esp.: El Estado cultural, Barcelona, El Acantilado, 2007.


Quería decir que si hoy existe una condición o
[N. del T.] categoría que a mí me parece ciertamente deses-
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peranzada y desesperada, ésa es l a ciudadanía y los servicios. Así que ¡podría usted decir algo
en la llamada sociedad democrática. A partir sobre cómo encajaría todo eso en su análisis?
de ahí, claro está, la del refugiado -y pensaba
en la concepción original del término como Zygmunt Bauman: Usted describe procesos
alguien que busca y encuentra refugio- se me y yo me estaba centrando en problemas. Para
antoja una condición menos desesperada. convertirse en problema, un proceso debe ser
Lo que quiero decir es que deberíamos contrastar definido como un problema, porque, si no, no
la categoría del refugiado con la del ciudadano, lo es. La política de traer mano de obra de otros
porque, entonces, nos resultaría de utilidad. países es, como bien sabemos, muy distinta
según el país. Viene dictada, en realidad,
Stephen Graham: Yo quería plantear la cuestión por el incómodo equilibrio entre las presiones
de otro ausente en este relato, y es el ausente de de los empresarios, que precisan abastecerse de
la diáspora trabajadora, la gente que, en número una fuerza laboral adecuada, y las presiones
creciente, se desplaza de un lugar a otro del de los sentimientos populares, que ven en los
mundo para aceptar empleos de diversos tipos, refugiados (como ya he dicho anteriormente,
y que van del Norte al Sur y del Sur al Norte, parafraseando a Bertolt Brecht) un heraldo
o de un país a otro dentro del propio de malas noticias (porque ejemplifican toda
Sur o dentro del propio Norte. Y quisiera plan­ una serie de temidas amenazas). Así que hay dos
tearle, o, mejor dicho, preguntarle, dónde encaja presiones contradictorias. Y si se fijan en los
este proceso en su análisis, pero también discursos oficiales de los dirigentes políticos
quisiera plantear la cuestión de la contracción británicos, las apreciarán con toda claridad .
además de la "plenitud", porque hay partes Lo dijo David Blunkett cuando era ministro
del mundo que se están contrayendo, en especial y lo repitió el primer ministro, Tony Blair: "No
ciertas partes de Europa y Japón, y en veinte se preocupen, sólo traeremos a este país a gente
o treinta años presenciaremos realmente que sea económicamente útil". Me entienden:
un declive demográfico muy sustancial medían la humanidad de esas personas por su
y un crecimiento inmenso de las necesidades utilidad económica. Eso significa que las personas
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dotadas de las aptitudes y las habilidades que diferenciación, lo distintivo, convertirlo en upa
precisen las empresas serán admitidas, y las parte más del organismo propio y en un mismo
demás serán recluidas en los campamentos para tejido que los demás tejidos del cuerpo;
refugiados. ¿Funcionará? Bueno, su funciona­ antrapoemia significa justamente lo contrario:
miento no es tan sencillo como imaginárselo vomitarlo, es decir, destruirlo físicamente por
y ya está, o sea que aún está por verse. Pero estoy completo o expulsarlo fuera de los límites del
plenamente de acuerdo con usted: creo que país. Sin embargo, el futuro diaspórico que nos
la naturaleza diaspórica del planeta es el futuro aguarda significa que ninguna de esas dos estra­
de éste. Y es el futuro hagamos lo que hagamos tegias será ya viable y que, muy probablemente,
y por mucho que tratemos de frenarlo, por tendrán que ser sustituidas por otra cosa, lo que,
mucho que los gobiernos -actuando localmente repito, es una posibilidad que supone todo un
en sus propios dominios soberanos reducidos­ reto, porque obligará a que aprendamos nuevas
traten de contrarrestar ese proceso. Toda clase artes nunca antes practicadas: la;; artes de convi­
de fuerzas apuntan en esa misma dirección. vir permanentemente con la diferencia, de no
Entiendo que, como Clifford Geertz explicó tratar la diferencia como un elemento irritante
recientemente, la era venidera será la era del temporal que desaparecerá tras años de forma­
navegar por las diferencias. Porque el problema ción y escolarización1 por ejemplo, sino que
de la diáspora es que sus miembros ya no viajan estará aquí para siempre. Se trata de un arte
ni cambian de lugar, sino que están siendo nuevo que los europeos debemos aprender.
asimilados, engullidos por el otro organismo,
del que pasan a formar parte, pero también se Eyal Weizman: Sólo quería hacer una pregunta
quedan allí reteniendo su diferencia y su identi­ muy breve. Me ha encantado la sugerencia
dad. Ése es un fenómeno nuevo, porque, hasta o comentario de Giorgio Agamben sobre el
hace poco, las dos únicas estrategias que se contralaboratorio y le estoy muy agradecido por
aplicaban a los extraños, a las personas diferentes , ello. He tenido la sensación de que estaba rela­
etc., eran la antropafágica y la antrapaémica. cionada con la premisa inicial de la conferencia
Antropofagia significa ingerir la diferencia, la de tal modo que pudiéramos hallar acción
134 1 l Y G M U N T B A U M A N

humana en estas categorías diferentes de la


excepción. Sólo quería preguntar si no le impor­
taría especular, aunque sea de manera muy
breve, sobre cómo transferiría el conocimiento
que se recoja en ese laboratorio a la acción.

Giorgio Agamben: Tengo alguna que otra obje­


ción a la distinción entre conocimiento y acción
durante la praxis, porque lo que obtenemos
cuando estamos allí no es realmente una expe­
riencia cognitiva, no es sólo praxis, porque nos
movemos en una especie de indistinción . . O.

sea que tiendo a creer que cuando el problema


se plantea de ese modo, no obtenemos respuesta.
Y quizá no sea tampoco la verdadera forma.

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