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Estos derechos, reconocidos en el del artículo 18.1 delimitan un ámbito propio y reservado
frente a la acción y conocimiento de los demás, necesario para mantener una calidad
mínima de la vida humana. Además aparecen recogidos en el artículo 20.4 de la constitución
como límites de las libertades de expresión e información.
Son titulares de esos derechos todas las personas físicas sin excepción. En cuanto a si son
titulares de estos derechos las personas jurídicas se discute si es posible su extensión en el
caso del honor pero se niega en el caso del derecho a la intimidad. Los sujetos obligados son
tanto los poderes públicos como los particulares, normalmente el agresor será un
particular.
Una característica común de estos derechos es que su ámbito de protección es variable
en función del propio sujeto que es el que marca los límites de su vida privada ya que hay
gente vende su privacidad.
Los derechos de la personalidad son, en principio, irrenunciables pero que es posible su
renuncia temporal, a cambio de dinero por ejemplo. No hay que olvidar que debido al
carácter personalísimo de estos derechos es el titular de los mismos el que decide
reaccionar o no ante una eventual intromisión, presentando la correspondiente demanda de
protección ante los tribunales o renunciando a esa protección judicial.
Un supuesto en el que la restricción del ámbito protegido por estos derechos es evidente
es el de las personalidades públicas porque su actividad es objeto de interés en la opinión
pública. Esto no significa que estas personas se vean privadas por completo de la
protección de los derechos consagrados en el artículo 18.1 de la constitución.
Hay dos cauces para la protección de estos derechos:
1. En el orden civil, la tutela se regula en la LO 1/82 de protección civil de los derechos
al honor, a la intimidad personal y familiar y a la propia imagen. Mediante este
procedimiento se persigue el cese de la intromisión ilegítima, y la obtención de una
indemnización económica por los daños y perjuicios causados por dicha
intromisión La indemnización económica no es el mejor instrumento, el más
adecuado, para reparar los daños ocasionados (suele ser tardía), pero es una forma
de compensar a los individuos afectados y un medio eficaz de disuasión.
Pero como dice en su artículo 2 la LO 1/82 la protección dependerá de los usos sociales
dependiendo de lo que se considere en cada momento como honor o intimidad. No se
considera ilegitima una intromisión autorizada por ley o por el titular del derecho.
En el artículo 7 de la LO 1/82 se enumeran algunos supuestos (no todos) los supuestos
protegidos por estos derechos. El orden civil trata de poner fin a la intromisiones
ilegitimas restableciendo los derechos del perjudicado y previniendo futuras
intromisiones mediante multa cuya cuantía dependerá de la gravedad de cada caso.
2. La tutela penal, más enérgica, se reserva para los atentados más graves al honor y
las intromisiones más graves en la vida privada de las personas. Pero es más difícil de
probar que hay dolo, por lo que es más difícil tener éxito
La importancia que en la vida social tienen los rasgos físicos que permiten la
identificación de una persona, ha llevado al reconocimiento del derecho a la propia
imagen, que se manifiesta en la facultad de impedir la obtención, reproducción o
publicación sea cual sea la finalidad –informativa.
Se trata de un derecho constitucional autónomo que dispone de un ámbito específico de
protección frente a reproducciones gráficas de la imagen que, afectando a la esfera
personal de su titular, no lesionan su buen nombre ni dan a conocer su vida íntima,
pretendiendo la salvaguardia de un ámbito propio y reservado, aunque no íntimo, frente a la
acción y conocimiento de los demás.
La facultad de exclusión no tiene carácter absoluto. El artículo 8.2 de la LO 1/1982 autoriza
la captación y publicación de la imagen de alguien “cuando se trate de personas que ejerzan
un cargo público o una profesión de notoriedad o proyección pública y la imagen se capte
durante un acto público o en lugares abiertos al público. El derecho a la propia imagen
no comprende el derecho incondicionado y sin reservas a permanecer en el anonimato.
Lo determinante es la relevancia o interés público de la imagen captada (aun tratándose de
imágenes captadas en un lugar público (una playa) y referidas a personas de notoriedad
pública, cabe apreciar una vulneración de este derecho si no concurre un interés público
en la divulgación de las fotografías)
El artículo 18.4 de la constitución dice que “la ley limitará el uso de la informática para
garantizar el honor y la intimidad personal y familiar de los ciudadanos y el pleno ejercicio de
sus derechos”. En este precepto hay un mandato al legislador que el TC ha desplegado en un
derecho fundamental: el derecho a la protección de los datos de carácter personal.
En la actualidad, la regulación legal está contenida en la Ley Orgánica 15/1999 de Protección
de Datos de Carácter Personal (LOPD), que se desarrolla en el Reglamento de 21 de diciembre
de 2007. Es un derecho que en la Constitución española goza de autonomía propia, porque no
está conectado necesariamente con el derecho a la intimidad ya que no necesariamente
tienen que ser íntimos porque pueden ser datos personales no íntimos.
El titular puede controlar la obtención y la utilización de sus datos personales. Se integra
dentro de ese contenido el derecho a ser informado con toda claridad de quién posee sus
datos personales y con qué concreta finalidad, así como el derecho a oponerse a esa posesión
y uso, exigiendo a quien corresponda que ponga fin a la posesión y empleo de tales datos.
Los responsables de los ficheros deben velar por la calidad, exactitud y veracidad de esos
datos, depurando los inexactos y actualizándolos.
Merece destacarse el relevante papel que juega la Agencia Española de Protección de Datos,
cuya principal función es velar por el cumplimiento y correcta aplicación de la normativa
existente de protección de datos. Sus resoluciones e instrucciones son una referencia obligada
en esta materia.
Otra problemática es el derecho al olvido ante reclamaciones de personas que cuando
buscabas su nombre en google aparecía su nombre en noticias que afectaban negativamente a
su reputación pretendía que se borrasen de la red esas noticias pasadas.