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Puede señ alarse como nú cleo esencial del derecho de huelga, la facultad
huelga deberá n tener en cuenta este propó sito, de modo que si bien tal
HUELGA Y PARO-Distinció n
Magistrado Ponente:
Dr. NILSON PINILLA PINILLA
SENTENCIA
I. ANTECEDENTES
III. LA DEMANDA
IV. INTERVENCIONES
Para el Jefe del Ministerio Pú blico, como las normas acusadas consagran
una limitació n legal a la huelga, debe determinarse si la misma está o no
conforme a la Carta, para lo cual ha de considerarse la libertad relativa de
configuració n del legislador, sujeta a los pará metros impuestos por la
normatividad superior, así como el diseñ o constitucional de la figura, que
propugna por la intervenció n activa de los asociados en defensa de sus
intereses individuales y colectivos, alentados por una motivació n
esencialmente solidaria, de la cual se desprende un compromiso para el
mejoramiento de las condiciones econó mico-sociales de los trabajadores
de una empresa específica o de un determinado sector.
1. Competencia
2. Problema jurídico
Expediente D-7098 11
3.1. De tal manera, la huelga como derecho trasmuta el hecho social que
indudablemente es, en acto jurídico reconocido por el Estado.
Es, como ha señ alado esta Corte e iteran la apoderada del Ministerio de la
Protecció n Social y el Procurador General, “un medio de acció n directa,
coactivo y legítimo sobre los empleadores particulares o del Estado para
obligarlos a ceder frente a los reclamos de los trabajadores, con el fin de
asegurar la creació n de un orden econó mico y social má s justo en el
á mbito de la empresa”3.
Evó quese có mo esta corporació n ha señ alado que “el derecho de huelga,
reconocido no só lo en el orden constitucional interno sino en los tratados
internacionales, es un derecho que hace efectiva la libertad sindical, el
derecho de asociació n y muy especialmente el derecho de negociació n” 6.
12 C-432 de 1996.
C-432 de 1996.
Expediente D-7098 17
xi) Só lo puede ser ejercido por los trabajadores en el marco del conflicto
colectivo de trabajo, suponiendo un grave desequilibrio en las relaciones
con los empleadores y la necesidad de una solució n equitativa.
16 C-432 de 1996.
17 Sin embargo, el derecho de huelga puede ser objeto de tutela cuando se encuentra en conexión íntima con
los derechos al trabajo y a la libre asociación sindical, derechos que sí ostentan el carácter de fundamentales
(cfr. C-473 de 1994).
18 C-432 de 1996.
19 C-432 de 1996.
Expediente D-7098 19
Por su parte, el artículo 10° del Convenio 87 define al sindicato, para los
fines de ese instrumento, como aquél “que tenga por objeto fomentar y
defender los intereses de los trabajadores”; esta definició n tiene
importancia car dinal, no solo por cuanto establece las pautas para la
identificació n y diferenciació n de tales organizaciones en relació n con
otras asociaciones, sino también porque al precisar sus objetivos
determina los límites hasta donde son aplicables los derechos y garantías
reconocidos en el citado Convenio, que de esa manera resultan
protegidos.
Los principios expuestos cubren las huelgas de á mbito geográ fico local,
así como las huelgas generales que, por su propio cará cter, tienen
usualmente marcada connotació n política.
preceptiva superior prevé; esos medios son, entre otros, las libertades de
reunió n y manifestació n (art. 37), asociació n (art. 38), pensamiento y
prensa (art. 20), petició n (art. 23), pero no la huelga de perfil político,
conductora a un plano por fuera del marco constitucional.
34 “La libertad sindical”. Recopilación de decisiones y principios del Comité de Libertad Sindical del
Consejo de Administración de la OIT. Quinta edición (revisada), 2006, párrafo 497.
Op.cit. párrafo 498.
35 Op.cit. párrafo 499.
Expediente D-7098 25
Por las mismas razones, también pierde sentido el cargo por supuesta
violació n al artículo 2° de la Constitució n, pues es evidente que la garantía
del derecho de huelga, por cuya efectividad deben propender las
autoridades pú blicas, es aquella ejercida conforme a la finalidad trazada
por el constituyente, referente a las reivindicaciones laborales de los
trabajadores y no otra de distinta estirpe.
A la vez, el legislador debe tener en cuenta el amplio espectro con que fue
consagrado en la Constitució n este derecho, como medio de
reivindicació n y defensa de los intereses de los trabajadores. De este
modo, cabe observar que la Carta no establece ninguna limitació n sobre
los tipos de huelga, por lo cual el contenido de este derecho debe ser
interpretado en sentido amplio, como también lo reconoce la OIT, siempre
y cuando la suspensió n colectiva de labores tenga relació n con la
promoció n y defensa de los intereses de los trabajadores y no de otros de
distinta naturaleza como son los de índole política, para los cuales existen
otros canales de expresió n y que desnaturalizarían el mecanismo de
reivindicació n laboral.
C-201 de 2002.
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Sobre este particular debe recordarse que segú n la OIT, el ejercicio del
derecho de huelga es perfectamente compatible con la actividad de los
sindicatos, como organizaciones encargadas de defender los intereses
socioeconó micos y profesionales de los trabajadores, de poder recurrir a
la suspensió n colectiva y pacífica de labores para apoyar sus posiciones en
la bú squeda de soluciones a los problemas derivados de las grandes
cuestiones de política econó mica y social, que tienen consecuencias
inmediatas para sus miembros y para los trabajadores en general,
especialmente en materia de empleo, de protecció n social y de nivel de
vida; ese organismo también ha advertido que “la prohibició n general de
toda actividad política de los sindicatos no só lo sería incompatible con los
principios de la libertad sindical, sino que carecería de realismo en cuanto
a su aplicació n prá ctica”,41 pues las organizaciones sindicales pueden
querer, por ejemplo, manifestar pú blicamente su opinió n sobre la política
econó mica y social que afecta a los trabajadores.
VII. DECISIÓN