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NIGERIA
DISTR.: CO/PO/SC
Desde que el actual gobierno militar subió al poder en Nigeria en noviembre de 1993, Amnistía Internacional
ha documentado el grave deterioro de la situación de los derechos humanos en varios ámbitos: detenciones
arbitrarias de defensores de los derechos humanos y activistas en pro de la democracia; juicios que no reúnen
las debidas garantías ante tribunales especiales, y que, en muchos casos, condujeron a la ejecución de los
condenados; detenidos que son objeto de tortura y malos tratos; y ejecuciones extrajudiciales de civiles
indefensos a manos de soldados. La trayectoria de derechos humanos del gobierno parece demostrar que su
compromiso explícito con el pluralismo político debe ser contemplado con gran escepticismo.
Si no se restaura el respeto por los derechos humanos en Nigeria, las perspectivas de paz y estabilidad en la
región de África occidental seguirán siendo escasas. Es necesario que, con urgencia, la comunidad
internacional tome medidas decisivas para impedir que la situación de los derechos humanos en Nigeria se
deteriore aún más. Amnistía Internacional considera que el nombramiento de un relator especial para
Nigeria, que trabaje en estrecha colaboración con los mecanismos temáticos, durante el 52º periodo de
sesiones de la Comisión de Derechos Humanos constituye un paso esencial para la rectificación de la
trayectoria de derechos humanos de Nigeria en años anteriores.
PALABRAS CLAVE: DETENCIÓN SIN JUICIO / TORTURA/MALOS TRATOS / DETENCIÓN EN RÉGIMEN DE INCOMUNICACIÓN /
JUICIOS / EJECUCIÓN / MUERTE BAJO CUSTODIA / EJECUCIÓN EXTRAJUDICIAL / LEGISLACIÓN / ACTIVISTAS DE DERECHOS
HUMANOS / DIRECTORES / POLÍTICOS / ESCRITORES / GRUPOS ÉTNICOS / NIÑOS / ONU / OUA /
Este informe resume un documento titulado: Nigeria: Resumen de las preocupaciones de derechos humanos
(Índice AI: AFR 44/03/96/s) emitido por Amnistía Internacional en febrero de 1996. Para más información y
antes de emprender acciones al respecto, consulten el documento completo.
NIGERIA
Marzo 1996
Índice AI: AFR 44/03/96/s
Distr: CO/PO/SC
ÍNDICE
Introducción 1
Detención Arbitraria 1
Tortura 4
Recomendaciones 7
APÉNDICE II: Ratificación de Nigeria de los principales pactos internacinales de derechos humanos 10
NIGERIA
Introducción
Este documento ha sido preparado para que la Comisión de Derechos Humanos lo tome en consideración
cuando estudie la situación de Nigeria en su 52º periodo de sesiones. Los recientes juicios sin garantías de
Ken Saro-Wiwa y otros 14 detenidos de etnia ogoni, así como la posterior ejecución de nueve de ellos, a
pesar de las peticiones de clemencia de la Organización de la Unidad Africana (OUA), la Comisión Africana
de Derechos Humanos y de los Pueblos, la ONU y otros organismos, son una muestra de las violaciones
generalizadas y sistemáticas de derechos humanos en Nigeria. Durante los últimos años, y en particular
desde 1993, Amnistía Internacional ha documentado contínuas violaciones de derechos humanos en Nigeria:
detenciones arbitrarias de defensores de los derechos humanos y activistas en pro de la democracia; juicios
políticos sin las debidas garantías ante tribunales especiales, dos de los cuáles condujeron a la ejecución de
los condenados; detenidos que son objeto de tortura y malos tratos; ejecuciones públicas en masa de
criminales convictos juzgados por tribunales especiales que no cumplen las normas internacionales sobre
garantías procesales; y la ejecución extrajudicial de civiles indefensos a manos de soldados.
Nigeria es el Estado más poblado de África. Se trata de un país de gran diversidad étnica, religiosa y
linguística. Si no se restaura el respeto por los derechos humanos en Nigeria, se mantendrán las perspectivas
de una mayor inestabilidad y más violaciones de derechos humanos en la región de África occidental. Es
necesario que, con urgencia, la comunidad internacional tome medidas decisivas para impedir que la
situación de los derechos humanos en Nigeria se deteriore aún más.
Detención Arbitraria
Desde 1993 han sido detenidos varios cientos de activistas en pro de la democracia, defensores de los
derechos humanos, periodistas, políticos de la oposición y miembros del grupo étnico ogoni. Algunos han
sido objeto de detención administrativa, matenidos en régimen de incomunicación y sin cargos ni juicio
durante meses o incluso años. Otros han estado detenidos durante menos tiempo, a menudo en repetidas
ocasiones, antes de que se les imputaran cargos por motivos políticos y de que quedaran en libertad bajo
fianza. Al parecer, los detenidos administrativos son retenidos en virtud del Decreto 2 de 1984 sobre
Seguridad del Estado (Detención de Personas), que prevé la detención indefinida e incomunicada sin
cargos ni juicio de toda persona que sea considerada una amenaza para la economía o la seguridad del
Estado. En octubre de 1994, el gobierno promulgó una enmienda al decreto de 1984 por la que se prohibía
explícitamente a los tribunales dictar órdenes para que las autoridades presentaran a los detenidos ante los
órganos judiciales, ni siquiera en procedimientos de hábeas corpus.
El decreto original y la enmienda violan la prohibición de la detención arbitraria y el derecho de toda persona
privada de libertad a emprender acciones ante un tribunal con el fin de que ese tribunal pueda decidir sobre la
legalidad de su detención y ordenar su liberación si la detención fuera ilegal. Estos derechos están
consagrados en los artículos 9.1 y 9.4 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos (PIDCP).
Entre los que en marzo de 1996 continuaban detenidos sin cargos ni juicio figuran dirigentes de
organizaciones de derechos humanos que fueron detenidos en 1995, como Chima Ubani de la Alternativa
Democrática, el doctor Tunji Abayomi de Derechos Humanos en África y Abdul Oroh de la Organización de
Libertades Civiles. También se encuentra detenido sin cargos ni juicio Nosa Igiebor, director del importante
Amnistía Internacional, marzo de 1996Índice AI: AFR 44/03/96/s
Nigeria: Resumen de las preocupaciones de derechos humanos
semanario Tell, que fue detenido en diciembre de 1995. El jefe Gani Fawehinmi y Femi Falana, prestigiosos
abogados y activistas en pro de los derechos humanos, fueron detenidos en enero y febrero de 1996
respectivamente.
Miembros del grupo étnico ogoni también han sido seleccionados como objetivo en el contexto de la
campaña que desde hace tiempo realizan activistas ogonis sobre sus preocupaciones medioambientales en el
estado de Rivers. Cientos de ellos fueron detenidos sin cargos después del asesinato de cuatro dirigentes de
la comunidad en mayo de 1994 y más de cuarenta fueron detenidos en condiciones similares a comienzos de
1995.
El jefe Moshood Abiola, ganador, según la opinión general, de las elecciones presidenciales anuladas de
junio de 1993, fue arrestado en junio de 1994 y hoy sigue detenido en la capital Abuja. Fue acusado de
traición en julio de 1994, después de declararse jefe de Estado. Todavía no ha sido juzgado.
Estas graves violaciones de derechos humanos han tenido lugar en un contexto de amplias restricciones
impuestas por el gobierno a los derechos a la libertad de expresión, asociación y reunión. De esta forma, el
gobierno deja clara su determinación de no tolerar ni siquiera los desafíos pacíficos a su legitimidad por parte
de la sociedad civil. Varios aspectos de las salvaguardias de los derechos a la libertad de expresión,
asociación y reunión de la Constitución nigeriana han quedado completamente anulados por la práctica
habitual del gobierno militar de emitir decretos. La actividad política independiente estuvo totalmente
prohibida por decreto entre noviembre de 1993 y junio de 1995. Las revistas y periódicos independientes
también han sufrido las órdenes de prohibición por decreto. Por ejemplo, en 1994 tres grupos de periódicos,
Guardian, Punch y Concord, fueron prohibidos por decreto, aunque la prohibición se levantó durante 1995.
El gobierno militar ha imputado constantemente cargos tales como sedición y reunión ilegal para hostigar y
detener brevemente a oponentes y críticos políticos. Por ejemplo, en diciembre de 1995, cuatro activistas en
pro de la democracia fueron detenidos y acusados de sedición y reunión ilegal después de tratar de organizar
una manifestación en Abeokuta para llamar la atención sobre el encarcelamiento de críticos del gobierno,
entre ellos, el jefe Moshood Abiola, el antiguo jefe de Estado Olusegun Obasanjo y el doctor Beko Ransome-
Kuti. En enero de 1996, al menos 22 (y posiblemente unas cincuenta) personas fueron detenidas en
Ogonilandia, en el estado de Rivers, después de intentar celebrar una manifestación para conmemorar el Día
Ogoni el 4 de enero. Según informes, al final 22 personas fueron acusadas de reunión ilegal y puestas en
libertad bajo fianza.
Por último, las autoridades nigerianas han actuado en repetidas ocasiones fuera de la ley. En diciembre de
1995, las autoridades nigerianas realizaron al menos dos redadas en las rotativas de la revista Tell y
confiscaron miles de ejemplares. Varios vendedores callejeros que distribuían esta revista fueron detenidos
brevemente. La revista Tell no fue objeto de una orden de prohibición y las autoridades afirman que estas
incursiones y detenciones se llevaron a cabo por ser una publicación «antipatriótica», delito que no tiene base
legal en el derecho nigeriano. También se sospechó que agentes del gobierno fueron responsables de ataques
incendiarios contra las oficinas de los periódicos independientes Guardian y News ese mismo mes.
Un ejemplo de las graves injusticias cometidas son las condenas por traición y otros delitos conexos que en
julio y agosto de 1995 impuso un Tribunal Militar Especial a 43 presos civiles y militares ─incluidos
Olusejun Obasanjo y su ex vicepresidente, general de división retirado Shehu Musa Yar'Adua─ por una
presunta tentativa de derrocar al gobierno en marzo de 1995. Aunque fueron condenados a cadena perpetua y
pena de muerte respectivamente, más tarde se conmutaron las condenas a 15 y 25 años de cárcel. Amigos y
familiares de los acusados, así como periodistas y defensores de los derechos humanos que pusieron de
manifiesto lo injusto de estas detenciones y juicios, fueron también detenidos, y el mismo tribunal los
condenó en secreto a largas penas de prisión por cargos de encubrimiento o complicidad en actos de traición.
El Tribunal Militar Especial fue constituido al amparo del Decreto 1 de 1986 sobre Traición y Otros
Delitos (Tribunal Militar Especial). El jefe del Estado nombra al Tribunal Militar Especial, que está
formado por oficiales de las fuerzas armadas. El Tribunal está facultado para juzgar a toda persona, militar o
civil, acusada de traición o de haber cometido cualquier otro delito que implique rebelión contra el gobierno.
Puede imponer cualquier pena prescrita de acuerdo con el derecho común o militar, pero no está obligado a
seguir los procedimientos de los tribunales civiles o militares. Sus sentencias y penas tienen que ser
confirmadas por el gobierno militar. Los acusados no tienen derecho a recurrir a un tribunal superior o
independiente.
A los acusados se les han negado derechos de defensa esenciales, entre ellos el derecho a que se garantice
que no serán objeto de tortura, malos tratos o coacción indebida; a ser informados de la naturaleza de las
acusaciones que se les imputan; a ser defendidos por un abogado de su elección y a poder preparar la defensa
apropiadamente; a ser juzgados en público por un tribunal independente e imparcial; y a recurrir contra las
decisiones del tribunal ante otro tribunal superior e independiente.
En noviembre de 1995, nueve presos de etnia ogoni, entre ellos Ken Saro-Wiwa, escritor de renombre
internacional, fueron ejecutados después de haber sido declarados culpables del asesinato de cuatro
dirigentes de la comunidad ogoni en mayo de 1994 por un Tribunal Especial de Disturbios Civiles federal. A
pesar de que el mundo entero condenó estas ejecuciones, otras 19 personas de etnia ogoni van a ser juzgadas
en 1996 ante el mismo tribunal especial por la misma acusación de asesinato. El Tribunal Superior federal
dispuso en diciembre de 1995 que se debía suspender el juicio hasta su pronunciamiento sobre la
constitucionalidad del tribunal especial. El 1 de marzo el Tribunal Superior federal todavía no se ha
pronunciado sobre el particular. El Tribunal Especial de Disturbios Civiles federal que procesó a Ken Saro-
Wiwa y a otros fue constituido de acuerdo con el Decreto 2 de 1987 sobre Disturbios Civiles (Tribunal
Especial), que faculta al jefe de Estado para constituir un tribunal especial, fuera del sistema judicial normal,
para juzgar casos relativos a sublevaciones y disturbios civiles. El tribunal debe estar presidido por un juez y
debe contar con un oficial en servicio de las fuerzas armadas. El gobierno militar confirma o anula las
condenas de este tribunal y no existe el derecho a recurrir judicialmente a una jurisdicción superior o
independiente.
El gobierno de Nigeria también ha restablecido las ejecuciones de presos culpables de robo armado por
Tribunales especiales de Robo y Tenencia Ilícita de Armas de Fuego. Al menos doscientas personas han sido
ejecutadas desde noviembre de 1993 tras ser juzgadas por estos tribunales, aunque puede que hayan sido
más. Las decisiones de los Tribunales de Robo y Tenencia Ilícita de Armas de Fuego no pueden ser objeto de
apelación, en contra de lo establecido por las normas internacionales. Están constituidos de acuerdo con el
Decreto 5 de 1984 sobre Robo y Tenencia Ilícita de Armas de Fuego (Disposiciones Especiales).
La Comisión Africana de Derechos Humanos y de los Pueblos resolvió en dos demandas 1 que el Tribunal de
Robo y Tenencia Ilícita de Armas de fuego y el Tribunal Especial de Disturbios Civiles violan el artículo 7.1
de la Carta Africana de Derechos Humanos y de los Pueblos.
El Comité de Derechos Humanos en su Comentario General 13(21).4, sobre el Artículo 14 del PIDCP,
1Proyecto de Derechos Constitucionales contra Nigeria (en relación con Wahab Akamu, G. Adega y otros), Demanda 60/91, y el
Proyecto de Derechos Constitucionales contra Nigeria (en relación con Zamani Lekwot y otros seis), Demanda 87/93.
Amnistía Internacional, marzo de 1996Índice AI: AFR 44/03/96/s
Nigeria: Resumen de las preocupaciones de derechos humanos
afirmó:
Si bien el Pacto no prohíbe estas categorías de tribunales [militares o especiales], las condiciones que
estipula indican claramente que el procesamiento de civiles por tales tribunales debe ser muy excepcional y
ocurrir en circunstancias que permitan verdaderamente la plena aplicación de las garantías previstas en el
artículo 14. [...] En algunos países, esos tribunales militares y especiales no proporcionan las garantías
estrictas para la adecuada administración de la justicia, de conformidad con las exigencias del artículo 14,
que son fundamentales para la eficaz protección de los derechos humanos.
Por último, la forma arbitraria de gobierno por medio de decretos se ha consolidado aún más tras la
aprobación de otro decreto en septiembre de 1994, el Decreto 12 de 1994 sobre el Gobierno Militar
Federal (Supremacía y Ejecución de Poderes), que eliminó la jurisdicción de los tribunales para actuar
contra la autoridad y las acciones del gobierno, contraviniendo el artículo 2.3 del PIDCP y los principios
establecidos en los Principios Básicos sobre Independencia de la Judicatura de la ONU.
Tortura
Los detenidos han sido objeto de tortura y malos tratos por parte de los funcionarios encargados de aplicar la
ley de manera generalizada bajo el gobierno militar actual. Esto va en contra de los principios de la propia
Constitución de Nigeria y de las obligaciones contraídas por este país en virtud de la Carta Africana de
Derechos Humanos y de los Pueblos y el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, ambos
ratificados por Nigeria.2 En realidad, los presos políticos de Nigeria carecen de salvaguardias jurídicas que
les protejan de la tortura, los malos tratos o cualquier otro tipo de coacción, ya que pueden ser detenidos
indefinidamente y en régimen de incomunicación de acuerdo con el Decreto 2 de 1984 sobre Seguridad del
Estado (Reclusión de Personas) sin posibilidad de impugnar la legalidad de la detención. En este decreto no
existen disposiciones que prevean que los detenidos sean examinados por un médico independiente, que se
pongan en contacto con cualquier persona independiente o que un organismo judicial o independiente
confirme periódicamente la legalidad de la detención.
Según informes, a algunos presos políticos detenidos desde 1994 se les han propinado palizas. En junio de
1994, al menos sesenta niños y jóvenes de etnia ogoni fueron recluidos en dos celdas pequeñas, desprovistas
de muebles y sin servicios en el campamento militar de Bori. Clement Tusima, miembro de la comunidad
ogoni recluido sin cargos desde mayo de 1994 murió en agosto de 1995 tras pasar meses enfermo sin la
debida atención médica en detención preventiva. Por último, Baribor Bera, acusado al mismo tiempo que
Ken Saro-Wiwa, mostró al tribunal especial cicatrices producidas por las palizas que había recibido mientras
estuvo detenido. Declaró que le habían desnudado, amarrado a una columna, azotado con un látigo y
obligado a tragar los dientes que le habían arrancado a golpes. Todos los presos políticos son recluidos en
régimen de incomunicación en condiciones duras, sin recibir comida suficiente, en celdas antihigiénicas
atestadas de presos, que carecen de las mínimas instalaciones para el aseo y sin poder hacer ejercicio o pasar
tiempo al aire libre. Según informes, algunos militares acusados de participar en la presunta conspiración
golpista de 1995 han sido objeto de negligencia médica equivalente a malos tratos. Por ejemplo, George
Mbah, quien necesita un tratamiento regular para una enfermedad neurológica, estuvo inconsciente durante
cierto tiempo como consecuencia de los malos tratos que sufrió en las semanas posteriores a su detención.
Kunle Ajibade sufrió un colapso a raíz de un problema renal por el que estaba recibiendo tratamiento antes
de ser detenido. Se teme por la salud del Coronel R.S.B. Bello-Fadile, que necesita tomar medicación y
someterse a una serie de pruebas periódicamente para tratar una dolencia cardíaca grave y problemas de
hipertensión.
2Nigeria ha firmado pero no ha ratificado la Convención contra la Tortura y Otros Tratos o Penas Crueles, Inhumanos o Degradantes
en 1988, lo que le obliga a abstenerse de cometer todo acto que pueda anular el objeto y propósito de este tratado.
Índice AI: AFR 44/03/96/sAmnistía Internacional, Marzo de 1996
Ejecuciones públicas en masa de delincuentes
Las ejecuciones públicas en masa aumentaron enormemente después del golpe de Estado militar de 1993 y la
sustitución de los gobernadores civiles electos en los 30 estados de Nigeria por administradores militares. Al
menos doscientos presos comunes han sido ejecutados desde esa fecha tras haber sido juzgados por
Tribunales especiales de Robo y Tenencia Ilícita de Armas de Fuego. Por ejemplo, en julio de 1995, 43
presos fueron ejecutados por un escuadrón de fusilamiento delante de un millar de espectadores en Lagos.
Según informes, uno de los presos, Moshood Lawal, recibió 10 disparos antes de morir. Durante 1995 se
llevaron a cabo otras ejecuciones públicas en los estados de Adamawa, Delta y Akwa Ibom.
La Comisión Africana se reunió en sesión extraordinaria los días 18 y 19 de diciembre de 1995 en Kampala
para examinar la situación de los derechos humanos en Nigeria. La Comisión Africana pidió al secretario
general de la OUA que manifestara a las autoridades nigerianas que «no se causaran perjuicios irreparables a
los 19 detenidos de etnia ogoni cuyo juicio está pendiente». Se solicitó que una delegación formada por el
presidente, el vicepresidente y el relator especial sobre ejecuciones sumarias y arbitrarias de la Comisión
Africana visitara Nigeria en febrero de 1996. La Comisión Africana presentará un informe a la Comisión de
Derechos Humanos de la ONU en su 52º periodo de sesiones sobre la evolución de la situación de los
derechos humanos en Nigeria a la luz del resultado de la sesión extraordinaria y de la misión propuesta. Por
último, la Comisión Africana invitó al gobierno de Nigeria a que presentara su informe periódico de
conformidad con el artículo 62 de la Carta Africana.
Recomendaciones
Amnistía Internacional exhorta a la Comisión a que apruebe una resolución por la que se nombre a un relator
especial para Nigeria y dé instrucciones a éste para que trabaje en estrecha colaboración con los mecanismos
temáticos de la Comisión. Amnistía Internacional también exhorta a la Comisión a que inste al gobierno de
Nigeria a tomar las siguientes medidas:
∙todos los presos encarcelados por expresar opiniones políticas sin recurrir a la violencia deben ser puestos en
libertad inmediatamente y sin condiciones;
∙los Tribunales Militares Especiales deben ser reformados para que cumplan las normas internacionales sobre
juicios con las debidas garantías; de no ser así, se deben abolir los Tribunales Militares Especiales y el
decreto que los creó;
∙se debe reformar inmediatamente el tribunal creado para juzgar a 19 ogonis para que cumpla las normas
internacionales sobre juicios con las debidas garantías; de no ser así, éste debería ser abolido
definitivamente;
∙se debe excarcelar a todos los detenidos políticos que siguen recluidos sin cargos ni juicio, a menos que se
les imputen cargos y sean juzgados con prontitud e imparcialidad, con plenos derechos de defensa y sin que
se les imponga la pena de muerte;
∙un organismo judicial superior e independiente debe revisar las sentencias y condenas de los presos políticos
condenados por tribunales especiales;
∙se debe emprender una investigación judicial independiente e imparcial, conforme a las normas
internacionales, para investigar las circunstancias de la muerte de Clement Tusima cuando se encontraba
detenido con el propósito de determinar la causa del fallecimiento y de llevar ante los tribunales a toda
persona responsable de la presunta negligencia médica durante la detención; los resultados de la
investigación deben hacerse públicos;
∙se deben instaurar salvaguardias que protejan a los detenidos de todo tipo de malos tratos, incluída la
negligencia médica;
∙se debe permitir que todos los detenidos tengan contacto sin restricciones e inmediatamente con sus
familiares, y deben ser recluidos en condiciones que se ajusten a las Normas Mínimas para el Tratamiento de
los Reclusos;
∙se deben interrumpir las ejecuciones y poner fin a la aplicación de la pena de muerte;
∙se debe hacer pública la transcripción completa de los juicios secretos por traición ante el Tribunal Militar
Especial en relación con la presunta conspiración de golpe de Estado de marzo de 1995;
∙Se debe revocar el Decreto 2 de 1984 sobre Seguridad del Estado (Reclusión de Personas) y las enmiendas
posteriores, que permiten la detención arbitraria y eliminan el poder de los tribunales de salvaguardar a los
detenidos de la tortura y los malos tratos;
∙se debe iniciar una investigación judicial independiente para esclarecer los informes sobre ejecuciones
extrajudiciales a manos de fuerzas gubernamentales, matanzas interétnicas ocurridas en Ogonilandia en 1993
y 1994, detenciones ilegales en régimen de incomunicación, tortura, malos tratos y negligencia médica de
que son objeto los detenidos de etnia ogoni, con el propósito de llevar a los responsables ante los tribunales;
∙Nigeria debe ratificar la Convención contra la Tortura y Otros Tratos o Penas Crueles, Inhumanos o
Degradantes que el gobierno firmó en 1988.
APÉNDICE I: Principales informes de Amnistía Internacional sobre Nigeria
The Ogoni trials and detentions
(AFR 44/20/95, septiembre de 1995)
NIGERIA
Resumen de las preocupaciones de Derechos Humanos
ACCIONES RECOMENDADAS
Asegurense de que todas las personas pertinentes de su sección han recibido copias para su información y
que el documento se archiva para ser consultado en el futuro. Emprendan tantas acciones recomendadas
como les sea posible. PUEDEN ENCONTRAR MÁS INFORMACIÓN SOBRE LAS ACCIONES
RECOMENDADAS DE AMNISTÍA INTERNACIONAL RELATIVAS AL 52º PERIODO DE
SESIONES DE LA COMISIÓN DE DERECHOS HUMANOS DE LA ONU EN EL DOCUMENTO
IOR 41/01/96.
.Se recomienda insistentemente a todas las Secciones que participen en esta acción enviando este documento
EXTERNO, junto con una carta de presentación, al ministro de Asuntos Exteriores de su país a la mayor
brevedad posible.
.Se anima a todas las Secciones a que soliciten una reunión con los representantes del ministerio de Asuntos
Exteriores de su país para tratar de las preocupaciones planteadas por AI y recibir la respuesta del gobierno.
Informen de las respuestas obtenidas durante todas las reuniones celebradas a Christine Bloch y a Jo Collins
del equipo de asesoría sobre relaciones con organizaciones internacionales.
.Elaboren una lista de los documentos de AI sobre los que pueden llamar la atención del ministro de Asuntos
Exteriores de su país y envíenle copias de todos los que juzguen pertinentes.