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8. El Romanticismo se inició en España tardíamente con respecto a otros países europeos. Concretamente, cuando
los liberales que estaban exiliados regresaron. ¿En qué año ocurrió eso?
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9. ¿Cuál fue el género literario preferido por los románticos? Explica por qué. ¿Cuál era la visión de los neoclásicos
con respecto a este género?
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hasta cuarenta jinetes e ¿El sentimiento amoroso se expresa de modo íntimo o superficial? ¿Por qué?
Porque tus ojos son bellos,
porque la luz de la aurora _____________________________________________________________________
sube al Oriente desde ellos,
y el mundo su lumbre dora. f Localiza y explica la hipérbole de los ojos.
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g ¿A qué se refiere la deixis su lumbre? ¿Qué figura literaria hay en ese verso?
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Unidad 1. De la razón a los sentimientos
aquilones: _________________________________________________________________________________________
bramar: ___________________________________________________________________________________________
por doquier: _______________________________________________________________________________________
centellas: _________________________________________________________________________________________
manando: _________________________________________________________________________________________
sin cuento: ________________________________________________________________________________________
estragos: _________________________________________________________________________________________
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Unidad 1. De la razón a los sentimientos
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Unidad 1. De la razón a los sentimientos
En el mar de la duda en que bogo f ¿A qué mar de la duda crees que se refiere?
ni aún sé lo que creo;
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sin embargo, estas ansias me dicen
que yo llevo algo
divino aquí dentro. g Localiza un encabalgamiento en la última estrofa.
j Explica el simbolismo que hay en el poema a partir de la luz del día y de la noche.
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Unidad 1. De la razón a los sentimientos
−¡Cielos! −exclamó Elvira−. ¡Bárbaros, teneos! ¡Tomad mi vida, tomadla! −precipitose Elvira hacia la prisión, y puesta
en el borde del abismo−: ¡Macías! −clamó sin podérselo nadie impedir−. ¡Hernán Pérez! ¡Cesad, bárbaros, en tan
cruel combate o este precipicio será mi tumba!
No volvió siquiera Hernán Pérez la cabeza; antes más encarnizado que nunca al oír la que causaba su implacable
rencor, redobló sus golpes. No sucedió así al doncel; volvió la cabeza rápidamente, y al ver a orillas de la zanja a Elvira,
pronta a precipitarse en ella, desasiose del hidalgo, a tiempo que caía hecha pedazos la puerta de la prisión con ho-
rrible fragor y que se entraban dentro don Enrique y los suyos.
−¡Elvira! −gritó Macías saliendo de la prisión−. ¡Elvira! −lanzose en seguida al rastrillo.
−¡Perdón! −gritó con voz desesperada Ferrus a Hernando, y al mismo tiempo, cediendo la trampa del rastrillo al peso
del caballero que la oprimía, hundiose el doncel súbitamente, y su cuerpo destrozado llegó a lo profundo de la sima,
dando de hierro en hierro y profiriendo sordamente: «Es tarde! ¡Es tarde!».
Un chillido agudo y desgarrador, lanzado del pecho de Elvira, resonó hasta el mismo corazón de los espectadores
espantados. Un momento de pausa y de terror se siguió.
[…] Elvira, en tanto, miraba la sima con ojos vidriados, en que se veía la fijación del estupor y el extravío de la demencia.
Habíase secado ya para siempre el manantial de sus lágrimas.
−¡Hele ahí! −le gritó Hernán Pérez señalando la zanja−; ¡hele ahí!
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b ¿Por qué crees que se da el combate entre Hernán Pérez y Macías? ¿Qué relación crees que hay entre Hernán
Pérez y Elvira? ¿Y entre Macías y Elvira?
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c ¿En las novelas históricas se narran sucesos reales o ficticios? Justifica la respuesta.
encarnizado
doncel
fragor
rastrillo
extravío
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Unidad 1. De la razón a los sentimientos
Duque de Rivas,
g Explica brevemente el estilo del texto.
Don Álvaro o la fuerza del sino
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[…] Pues ¿ahora? ¿Eh? Ha de saber el niño en un abrir y cerrar de ojos francés, inglés, italiano, matemáticas, historia,
geografía, baile, esgrima, equitación, dibujo... ¡Qué sé yo! Sin conocer que eso no es para nuestro carácter. Sin ir más
Editorial Casals, S.A. • Material fotocopiable
lejos, yo tengo un sobrino cuyo padre dio también en la flor de las reformas y de las ideas nuevas. Le puso al mucha-
cho tanto divino ayo, y maestro, y pedagogo, que no tenía un momento en el día para rebullirse. Y ¿qué sucedió? ¿Qué
había de suceder? Se quedó el muchacho pálido, seco como un esparto... Daba lástima verlo. ¡Y dale, que había de
estudiar, y que había de...! Pues estudio fue, que... En fin, dos meses hace no más que murió.
−¿Qué dice usted? ¡Angelito! ¿Y murió de estudiar?
−No, señor; murió de un cólico; pero voy a lo que es...
−Por supuesto. ¡Qué lástima!
Mariano José de Larra, La educación
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