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MANUALES DE INVESTIGACIÓN SOBRE

POLÍTICAS PÚBLICAS Editor de la serie: Frank Fischer,

manual oia ritica', olicy
Universidad de Rutgers, Nueva Jersey, EE. UU.
Estudios
El objetivo de esta serie es publicar Manuales que ofrezcan una visión general
completa de las investigaciones más recientes dentro de las áreas clave en el
campo de las políticas públicas. Bajo la dirección del editor de la serie, Frank
Fischer, el objetivo es producir obras prestigiosas de alta calidad de importancia
duradera. Cada Manual consistirá en contribuciones originales revisadas por pares
de autoridades líderes, seleccionadas por un editor que es un líder reconocido en el
campo. el énfasis es
sobre los conceptos e investigaciones más importantes, así como ampliar el debate
e indicar la probable agenda de investigación para el futuro. Los Manuales tendrán
como objetivo brindar una descripción general completa de los debates y las Editado por
posiciones de investigación en cada área clave de enfoque.
Los títulos de la serie incluyen: franco fischer
Manual internacional sobre envejecimiento y políticas
públicas Editado por Sarah Harper y Kate Hamblin Universidad de Rutgers, Nueva Jersey, EE. UU.
Manual sobre Complejidad y Políticas
Públicas Editado por Robert Geyer y Paul douglastorgerson Univ
Cairney
ersidad de Trent, Canadá
manual de estudios críticos de política
Editado por Frank Fischer, Douglas Torgerson, Anna Durnová y Michael Orsini
anaDurnová
Universidad de Viena, Austria

miguel orsini
Universidad de Ottawa, Canadá

MANUALES DE INVESTIGACIÓN EN POLÍTICAS PÚBLICAS

EE.UU.EchvardElgar
PUBLICACIÓN

Cheltenham, Reino Unido Northampton, MA, EE. UU.


5 Foucault y los estudios políticos críticos
Eva Lóvbrand y Johannes Stripple
INTRODUCCIÓN
El giro pospositivista en los estudios de políticas ha sido bien
documentado durante los últimos años (cf. Fischer y Gottweis 2012;
Fischer 2003; Hajer y Wagenaar 2003) y a menudo se considera que denota
un alejamiento de los modos de política racionalistas, empiristas y
cuantitativos. análisis a fines de indagación más interpretativos y
cualitativos. Lo que hoy se conoce como estudios de política
interpretativos, deliberativos o críticos (Yanow 1999; Hajer y Wagenaar
2003; Fischer et al., Capítulo 1, este volumen) es una literatura que ha
tomado en serio las dimensiones lingüística, ideacional y normativa de la
política pública. , y por este medio ha llamado la atención sobre los
sistemas de significado y marcos de referencia que sustentan las prácticas
políticas institucionalizadas. Si bien se han realizado importantes esfuerzos
para destilar las diferentes tradiciones teóricas incluidas en esta
"contranarrativa pospositivista" (Hajer y Wagenaar 2003), hasta la fecha se
ha prestado menos atención a las diversas formas de crítica que representa y
proyecta. Dados los muchos fundamentos, técnicas y objetivos posibles de
la crítica social, sostenemos que los estudios críticos de políticas no pueden
abordarse en singular, sino que es probable que representen trayectorias
analíticas divergentes y posiblemente contradictorias.
Horkeimer ([1937] 1976) y Marcuse (1937) ya formularon la pregunta
básica de qué significa ser crítico en la teoría social y, junto con otros
miembros de la Escuela de Frankfurt, han sido una importante fuente de
inspiración para los académicos. que han tratado de desarrollar el análisis
de políticas en direcciones críticas (Torgerson 1986). En este capítulo
exploramos cómo los estudios de políticas inspirados en Foucault pueden
contribuir a este ejercicio analítico. Si bien Michel Foucault casi nunca
citó la Escuela de Frankfurt temprana, reconoció en varias entrevistas la
similitud entre su trabajo y el de los primeros eruditos de Frankfurt. De
hecho, deseaba haberlos “poseído y estudiado mucho antes de lo que era
el caso” (Foucault 1991a). Pero, de nuevo, Foucault fue un pensador en
perpetuo movimiento. `Como un caleidoscopio, los elementos y
conceptos se reorganizan o aparecen de nuevo a medida que pasa de un
proyecto a otro, con el resultado de que vemos las cosas de manera
diferente cada vez” (Walters 2012, p. 8). Con este 'ethos móvil' en mente,
este capítulo no aspira a proporcionar una descripción completa de la obra
Foucault y los estudios políticos críticos93
académica de Foucault, ni a resumir el rico cuerpo de trabajo que ha
inspirado. De manera más modesta, exploramos en cambio qué tipos de
estudios críticos de política pueden surgir de los análisis del poder y el
gobierno de Foucault y, más específicamente, qué formas de crítica
representan tales estudios. ni para resumir el rico cuerpo de trabajo que ha
inspirado. De forma más modesta, en cambio, exploramos qué tipos de
estudios políticos críticos pueden surgir de los análisis del poder y el
gobierno de Foucault y, más específicamente, qué formas de crítica
representan dichos estudios. ni para resumir el rico cuerpo de trabajo que
ha inspirado. De forma más modesta, en cambio, exploramos qué tipos de
estudios políticos críticos pueden surgir de los análisis del poder y el
gobierno de Foucault y, más específicamente, qué formas de crítica
representan dichos estudios.
En una revisión reciente de la 'genealogía del Estado' de Foucault,
Lemke (2012) nos recuerda que Foucault nunca respondió a la
pregunta '¿Qué es la crítica?'. Aunque sus famosas
problematizaciones de los locos, los criminales y los sexualmente
desviados (Foucault 1991b, 1998) se llevaron a cabo en un momento
en que los fundamentos teóricos y los recursos para la crítica social
ofrecidos por el marxismo clásico eran cada vez más cuestionados,
Foucault no ofreció ninguna nueva universalidad. base para la
teorización social crítica. En lugar de buscar la esencia de la crítica,
su trabajo plantea preguntas como: '¿Cómo funciona la crítica?
¿Cómo se realiza? ¿Cómo se define la práctica de la crítica? (Lemke
2012, p. 58). Este cambio del 'qué' al 'cómo' de la crítica representa
un importante logro intelectual que capta gran parte de la novedad y
la potencia del enfoque de Foucault sobre la política y el gobierno.
Desde la cosmovisión nominalista que Foucault cultivó a lo largo de
su vida académica, no existen universales o fuerzas previas que se
aparten de la historia y del fluir de todas las cosas. La pregunta clave
que debe hacerse sobre 'el estado', la 'política' o el 'poder' no es qué
es, sino cómo, mediante qué técnicas se ejerce y con qué efectos
(Triantafillou 2012, p. 7). El objetivo de este enfoque nominalista no
es discutir que hay objetos a los que se refieren conceptos como 'el
Estado'. El truco es más bien, como explica Walters (2012, p.18),
A continuación exploramos con mayor detalle lo que implica el
'historicismo efectivo' de Foucault y cómo reformula la teoría política
tradicional. Con ese fin, el capítulo comienza con una introducción a la
analítica del gobierno de Foucault. Aquí recopilamos textos clave del
floreciente campo de los estudios de gubernamentalidad para esbozar cómo
Foucault y sus seguidores han abordado y reelaborado conceptos políticos
centrales como el poder, el gobierno y el estado. La segunda sección del
capítulo está dedicada a los efectos críticos del trabajo en este campo. Aquí
presentamos la problematización y la experimentación como dos prácticas
críticas que los estudiosos de las políticas públicas pueden emplear para
transgredir los límites del pensamiento político convencional y, por lo tanto,
liberarnos de algunas de sus limitaciones. Concluimos que existe una
'actitud crítica' particular que emana de la perspectiva nominalista de
Foucault sobre el poder político que nos invita a llamar la atención sobre las
prácticas, racionalidades e identidades históricamente situadas mediante las
cuales cuestiones políticas particulares se establecen como dominios de la
política y el gobierno. Los estudios de políticas inspirados en Foucault
pueden ayudarnos a abrir estos espacios políticos al escrutinio crítico al
cuestionar cómo surgieron, cómo
 94 Manual de estudios críticos de política
el poder opera a través de ellos y, en última instancia, cómo podrían ser
diferentes. La posición del analista en este empeño no es trascendente,
sino inmanente;2 emerge desde dentro de la experiencia cotidiana de
gobernar y ser gobernado. Como señaló Foucault en una entrevista, “la
crítica no consiste en decir que las cosas no están bien como están. Se
trata de señalar sobre qué tipo de suposiciones, qué tipo de modos de
pensamiento familiares, no cuestionados, no considerados descansan las
prácticas que aceptamos” (Foucault 1988, p. 154).
FOLTCAULTS ANALYTICS 017 GOBIERNO
Supongamos que los universales no existen. Y luego hago la pregunta a la
historia ya los historiadores: ¿Cómo se puede escribir historia si no se
acepta a priori la existencia de cosas como el Estado, la sociedad, el
soberano y los súbditos? (Foucault 2008, p. 3)
Michel Foucault fue un erudito que dedicó la mayor parte de su vida
académica a problematizar la naturaleza históricamente contingente de
lo que la filosofía tradicionalmente ha visto como absoluto y universal.
De hecho, para Foucault las ideas mismas de conocimiento absoluto y
universal y valores morales son en sí mismos fenómenos históricos
(Taylor 2011, p. 2). Para avanzar en esta afirmación nominalista,
Foucault desarrolló una forma de análisis histórico que buscaba
identificar las condiciones a partir de las cuales los modos
predominantes de pensamiento y existencia han llegado a verse como
dados y necesarios. Sin embargo, en lugar de buscar orígenes en el
sentido de comienzos esenciales, el proyecto histórico de Foucault
dirige su atención a los accidentes, la disparidad y el conflicto para
demostrar la contingencia de las formas contemporáneas de
conocimiento, racionalidad y verdad (Brown 1998). Foucault' La
'historia efectiva', más comúnmente conocida como genealogía, difiere
de la historia tradicional en que no tiene constante. Es un modo de
análisis que desnaturaliza el presente al examinar, en detalle empírico,
cómo nuestro tiempo llegó a existir de manera contingente y cuán no
inevitable es su existencia (Foucault 1984). Como explican Barry et al.
(1996) nuestro presente `no se presume que sea el portador o la
culminación de algún gran proceso histórico, no tiene inevitabilidad, ni
espíritu, ni esencia o causa subyacente. El "presente", en la obra de
Foucault, es menos una época que una serie cómo nuestro tiempo llegó
a existir de manera contingente y cuán no inevitable es su existencia
(Foucault 1984). Como explican Barry et al. (1996) nuestro presente
`no se presume que sea el portador o la culminación de algún gran
proceso histórico, no tiene inevitabilidad, ni espíritu, ni esencia o causa
Foucault y los estudios políticos críticos95
subyacente. El "presente", en la obra de Foucault, es menos una época
que una serie cómo nuestro tiempo llegó a existir de manera
contingente y cuán no inevitable es su existencia (Foucault 1984).
Como explican Barry et al. (1996) nuestro presente `no se presume que
sea el portador o la culminación de algún gran proceso histórico, no
tiene inevitabilidad, ni espíritu, ni esencia o causa subyacente. El
"presente", en la obra de Foucault, es menos una época que una serie
de preguntas... sobre las cuales actuará la investigación histórica' (Barry
et al. 1996, p. 5, cursiva en el original).
Michel Foucault es quizás más conocido por sus investigaciones
históricas sobre la constitución del sujeto moderno. En volúmenes
famosos como Discipline and Punish: The Birth of the Prison ([1977]
1991 b) y The History of Sexuality ([1978] 1998) investiga las numerosas
tecnologías de categorización, normalización y control 'mediante las
cuales, en nuestro cultura, los seres humanos se hacen sujetos' (Foucault
1982, p.208). Por lo tanto, en lugar de abordar al sujeto racional y
autónomo como un dato inmutable e inerte, la obra de Foucault rompe con
la mayor parte de la filosofía moderna al ilustrar cómo la subjetividad en sí
misma es un fenómeno sociohistórico que se "compone" en relación con
un conjunto contingente de normas, estándares. y técnicas que dan forma a
nuestros pensamientos y acciones (Taylor 2011, p. 8). Esta forma de
pensar la subjetivación está estrechamente relacionada con la "microfísica
del poder" de Foucault (Foucault 1991b). Para Foucault 'el poder no es una
institución, ni una estructura; tampoco es una cierta fuerza de la que
estamos dotados; es el nombre que se atribuye a una situación estratégica
compleja en una sociedad particular' (Foucault 1998, p. 93). En lugar de
ser algo que una persona, un estado o una institución pueda poseer, el
análisis micropolítico del poder de Foucault llama la atención sobre sus
efectos múltiples, relacionales y omnipresentes. A través de análisis
históricos situados de las "disposiciones, maniobras, tácticas, técnicas,
funcionamientos" específicos (Foucault 1991 b, p. 26) a través de los
cuales el poder opera en instituciones singulares como la prisión o el
hospital, Foucault
Mientras que el replanteamiento del poder de Foucault en términos
no subjetivos, relacionales y productivos representa una ruptura
significativa con las teorías tradicionales del poder, pasaría algún
tiempo antes de que su trabajo tuviera relación con la filosofía política
y la teorización (Alíen 1998). Como observó Brown (1998), la mayoría
de las primeras entrevistas y escritos de Foucault tienen un tono
apolítico. c[L]as cuestiones que lo ocupan acerca de la verdad, el
poder, el cuerpo, el alma, la racionalidad, el sujeto o la ética, si bien
tienen una relevancia obvia para la política, a menudo se plantean de
una manera sorprendentemente apolítica” (Brown 1998, pp. 33-34) .
Sólo más tarde en su vida académica, cuando Foucault vinculó la
microfísica del poder con las cuestiones macropolíticas del estado
moderno, se reconoció plenamente el significado político de sus
análisis genealógicos. El concepto de gubernamentalidad,
En el curso titulado Seguridad, Territorio, Población, realizado durante la
primavera de 1978, Foucault esboza un programa de investigación para
rastrear la historia de las formas modernas de gobierno y estado (Foucault
2008). El concepto de gubernamentalidad surge varias veces durante este
curso, pero su significado no es sencillo. Como sugiere Walters (2012, p.
11), podemos identificar tres énfasis distintos en el uso que hace Foucault
del concepto de gubernamentalidad a lo largo de la serie de conferencias.
Primero, en su sentido más amplio, el concepto denota el ejercicio del poder
como la 'conducta de conducta'
96 Manual de estudios críticos de política
(Foucault 2008, p. 186). Tal como lo elabora Dean (2004, p. 10), esta
definición juega con varios sentidos de la palabra 'conducir'. Como verbo,
'conducir' significa conducir, dirigir y guiar. Como sustantivo, conducta
se refiere a nuestros comportamientos, nuestras acciones o
comportamiento. Analizar la gobernabilidad como 'la conducta de la
conducta' implica, por lo tanto, un estudio del gobierno en plural. La
palabra gobierno no se restringe aquí a una estructura política
convencional como el Estado, pues la actividad que nombra, observa
Alíen (1998, p. 117): `contrasta nada menos que todo el espectro de
formas en que la conducta, individual o colectiva, puede ser dirigido'.
Analizar el gobierno, en este sentido amplio, implica por lo tanto una
investigación de cualquier 'campo de actividad que apunte a moldear,
guiar o afectar la conducta de alguna persona o personas' (Gordon 1991,
p.2).
El segundo uso del concepto de gubernamentalidad está más ligado al
estado moderno. En sus conferencias de 1978, Foucault examinó en
profundidad las racionalidades políticas y las formas de poder que se han
aplicado y se ha encontrado que son constitutivas del conjunto de
instituciones que hoy reconocemos como el estado moderno (Foucault
2008; Walters 2012, p. . 20). Cuando Foucault se dirige al Estado bajo la
bandera de la gubernamentalidad, no lo hace, sin embargo, desde la
perspectiva de una teoría del Estado. En su serie de conferencias, Foucault
cuestionó la fascinación académica por la génesis del estado, su historia,
su avance, sus poderes y abusos. El estado de Trille, no más
probablemente hoy que en cualquier otro momento de la historia, no tiene
esta unidad, esta individualidad, esta funcionalidad rigurosa, no, para
hablar francamente, esta importancia, tal vez, después de todo, el estado no
es más que una realidad compuesta y una abstracción mitificada, cuya
importancia es mucho más limitada de lo que muchos pensamos”
(Foucault 1991c, p. 103). Siguiendo el modo de investigación nominalista
cultivado durante su vida académica, Foucault allanó el camino para una
genealogía del estado al nivel de prácticas y técnicas definidas, artes y
métodos, programas y estrategias que producen el estado moderno como
su efecto (Walters 2012 ). Más que abordar el Estado como una constante
histórica, con un origen único y una identidad fija, aquí se invoca el
concepto de gubernamentalidad tanto para desmontar como para historizar
el Estado moderno al reflexionar sobre sus condiciones de existencia y
reglas de transformación. Como sugiere Lemke (2012, p. 26), este
esfuerzo por situar históricamente el estado moderno da lugar a un
conjunto de preguntas sobre cómo: '¿Cómo llega a actuar el estado, si es
que lo hace, como una fuerza política coherente? ¿Cómo se produce la
Foucault y los estudios políticos críticos97
unidad imaginaria del Estado en los tercos prácticos? ¿Cómo se convierte
una pluralidad de instituciones y procesos en "el estado"?
Durante sus conferencias sobre gubernamentalidad, Foucault
respondió a estas preguntas al explorar cómo la idea de gobierno se
transforma de las nociones griegas y romanas antiguas de poder político y
las concepciones religiosas cristianas de poder pastoral, a las primeras
"razones de estado" modernas y a las más recientes liberales y neo. -
racionalidades liberales de gobierno (Foucault 2008; Bróckling et al.
2011, p. 3). Esta investigación histórica sobre las 'artes de gobernar' que
han producido el estado moderno como su efecto contingente ofrece una
tercera interpretación del concepto de gubernamentalidad. Como señala
Walters (2012, p.13), Foucault en ocasiones utiliza el concepto de
gubernamentalidad para denotar un arte liberal de gobernar que surgió en
el siglo XVIII y se refería a la administración de la vida, particularmente
en lo que aparece a nivel de las poblaciones ( Foucault 1998). En lugar de
abordar el liberalismo como una teoría, una ideología o una filosofía
judicial de la libertad individual, Foucault aquí considera al liberalismo
(en sus formas anteriores y posteriores) como una mentalidad particular
de gobierno que se basa en técnicas de libertad y autocorrección para
fomentar la racionalidad, individuos responsables y calculadores
(Burchell 1996; Foucault 2008). El concepto de gubernamentalidad
introduce aquí una nueva dimensión al análisis del poder de Foucault que
le permite estudiar la coevolución de la estatalidad moderna y la
subjetividad moderna; técnicas macropolíticas de gobierno y tecnologías
microfísicas del yo (Br5ckling et al. 2011, p. 2). Foucault aquí considera
al liberalismo (en sus formas anteriores y posteriores) como una
mentalidad particular de gobierno que se basa en técnicas de libertad y
autocorrección para fomentar individuos racionales, responsables y
calculadores (Burchell 1996; Foucault 2008). El concepto de
gubernamentalidad introduce aquí una nueva dimensión al análisis del
poder de Foucault que le permite estudiar la coevolución de la estatalidad
moderna y la subjetividad moderna; técnicas macropolíticas de gobierno
y tecnologías microfísicas del yo (Br5ckling et al. 2011, p. 2). Foucault
aquí considera al liberalismo (en sus formas anteriores y posteriores)
como una mentalidad particular de gobierno que se basa en técnicas de
libertad y autocorrección para fomentar individuos racionales,
responsables y calculadores (Burchell 1996; Foucault 2008). El concepto
de gubernamentalidad introduce aquí una nueva dimensión al análisis del
poder de Foucault que le permite estudiar la coevolución de la estatalidad
moderna y la subjetividad moderna; técnicas macropolíticas de gobierno
y tecnologías microfísicas del yo (Br5ckling et al. 2011, p. 2). s análisis
del poder que le permite estudiar la coevolución del estado moderno y la
subjetividad moderna; técnicas macropolíticas de gobierno y tecnologías
microfísicas del yo (Br5ckling et al. 2011, p. 2). s análisis del poder que
le permite estudiar la coevolución del estado moderno y la subjetividad
moderna; técnicas macropolíticas de gobierno y tecnologías microfísicas
del yo (Br5ckling et al. 2011, p. 2).
Muchos observadores han notado la naturaleza provisional e
incompleta de la "genealogía del estado" de Foucault. Las conferencias de
1978-9 en el Collége de France no estaban pensadas para su publicación y
solo se tradujeron al inglés partes limitadas antes de la muerte de Foucault
en 1984. No obstante, las conferencias sobre gubernamentalidad de
Foucault inspiraron el trabajo académico en las ciencias sociales y han
dado lugar a un campo disperso y heterogéneo. que hoy podemos
denominar estudios de gubernamentalidad. Los académicos activos en este
campo a menudo dudan en hablar de los estudios de gubernamentalidad
como una tradición analítica coherente. Como sugiere Walters (2012, p.
2), el análisis del gobierno inspirado en Foucault debe abordarse como una
caja de herramientas analítica o un grupo de conceptos que se pueden usar
para mejorar la "capacidad de pensar" y la "capacidad de criticar". de las
formas de gobierno pasadas y presentes. Si bien el campo contiene
interpretaciones divergentes de la noción de gubernamentalidad de
Foucault (cf. Denzelot y Gordon 2008), converge en torno a un interés
empírico por el gobierno como una actividad práctica que puede ser
estudiada, historizada y especificada a nivel de racionalidades, técnicas y
subjetividades que sustentarlo y darle forma y efecto (Walters 2012, p. 2).
La negativa de principio a equiparar el gobierno con el estado, entendido
como un lugar de gobierno centralizado, significa que los estudiosos de la
gubernamentalidad rara vez comienzan su análisis del gobierno en el
aparato estatal formal. La atención se centra más a menudo en las formas
heterogéneas y dispersas en las que se aplican las prácticas de gobierno en
microentornos, incluso a nivel del sujeto individual (Jessop 2011, p. 58).
98 Manual de estudios críticos de política
FOUCAULT Y LOS ESTUDIOS DE POLÍTICA
CRÍTICA
En los últimos años, hemos visto una amplia aceptación de los análisis
del gobierno de Foucault en varios "áreas" de políticas, como el
desarrollo económico.
(MacKinnon 2000), vivienda (Cheshire et al. 2009; Murdoch 2000),
política social (Mckee 2009), educación (Triantafillou 2012), planificación
urbana
(Rato e Imrie 2000; Osborne y Rose 1999), residuos (Bulkeley et al.
2007), recursos naturales (Lockwood y Davidson 2010), biodiversidad
(Bryant 2002), suministro de agua (Kooy y Bakker 2008) y desarrollo
(Li 2007), así como en relación con prácticas políticas específicas típicas
de nuestro tiempo, como la participación pública (Roy 2009), la auditoría
(Kipnis 2008) y
privatización (Lipschutz y Rove 2005). Si bien muchos de estos
estudios comparten un interés en los procesos de subjetivación
resultantes de prácticas políticas más o menos formalizadas, siguen
siendo diversos y no se suman a ninguna teoría coherente de política
pública. Tampoco ofrecen críticas en el sentido tradicional del término.
Inspirado por el nominalismo histórico de Foucault, el trabajo en este
campo típicamente rechaza cualquier base universal para la teoría
crítica.
ing y, en cambio, ejerce una crítica situada desde dentro de situaciones
históricas particulares. En la siguiente sección discutimos los efectos
críticos generados
por esta literatura foucaultiana, y preguntarse cómo amplía el registro de
críticas estudios de política cal. Lo hacemos centrándonos en dos
prácticas analíticas que
capturar rasgos centrales de la actitud crítica de Foucault: problematización
y experimentación.
La problematización como práctica crítica
La noción común a todo el trabajo que he hecho desde Histoire de la folie es la
de problematización, aunque hay que decir que nunca aislé suficientemente
esta noción. Pero siempre se encuentra lo esencial después del acontecimiento;
las más generales, las cosas son las que aparecen en último lugar. (Foucault
1988, pág. 257)
La problematización del terco ocurre con frecuencia en el trabajo de
Foucault, pero como muchos de los conceptos en su conjunto analítico, no
se entiende directamente. Bacchi (2012, p.1) hace una distinción entre dos
usos del término. En primer lugar, la problematización describe el modo
de indagación de Foucault que él llama "pensar problemáticamente". En
segundo lugar, el término tiene un significado empírico.
significado cal y denota los procesos históricos por los cuales las cosas
(comportamiento humano, fenómenos) se convierten en problemas de
gobierno (Bacchi 2012,
pags. 1). Este doble significado de problematización es central para
muchos estudios sobre la gubernamentalidad. Para entender cómo se
practica el gobierno moderno, Rose y Miller sugieren que debemos
abordarlo como una actividad problematizadora que está íntimamente
ligada a "los problemas en torno a los cuales circula, las fallas que
busca rectificar, los males que busca curar". ' (Rosa
Foucault y los estudios políticos críticos99
y Miller 1992, pág. 182). En lugar de ver los problemas de gobierno como
algo predeterminado o evidente, sugieren que los estudiosos de la
gubernamentalidad deben fomentar una forma de indagación
problematizadora que preste atención a los procesos frágiles y contingentes
mediante los cuales las cosas y las personas se hacen visibles como
problemas bajo etiquetas. como la locura y la criminalidad (Miller y Rose
2008, p. 16). A través de análisis situados de aquellos momentos y prácticas
en los que se cuestiona nuestra propia conducta y la de los demás, el
análisis foucaultiano del gobierno normalmente se esfuerza por abrir tales
etiquetas a formas críticas de escrutinio (Dean 2004, p. 27). Esta práctica
crítica no se deriva de principios o teorías generales sobre, digamos, los
movimientos sociales, la clase obrera o el estado burocrático.
Los estudiantes de políticas inspirados en Foucault, por lo tanto, suelen
comenzar sus análisis con descripciones de problemas políticos
particulares. Estos podrían ser, por ejemplo, el aumento de la edad de
jubilación, un nuevo modelo de infraestructura para trenes de alta
velocidad, informes públicos sobre el uso desigual de la licencia parental,
la evaluación de un programa de intercambio de agujas para usuarios de
drogas por vía intravenosa o la movilización contra la muerte por
suicidio. ' en barrios dominados por 'inmigraras'. En cada uno de estos
sitios, podemos esperar una circulación de conocimientos (p. ej., informes
de los medios, investigaciones de encuestados, investigaciones
académicas), expertos que se ponen a trabajar, recomendaciones que se
sugieren y políticas particulares tal vez modificadas o implementadas
nuevas. Walters (2012, p. 58) sugiere que este material —los documentos
e informes, las propuestas de prácticas revisadas y la política, los
programas y estrategias que se basan en estos o los cuestionan deben
analizarse con preguntas específicas en mente: '¿Qué tipo de temas
políticos se describen o asumen en estos documentos?'; '¿Dentro de qué
tipos de marcos morales y epistémicos se imaginan los problemas del
gobierno?' Estas preguntas conducen a explorar la especificidad de la
gobernanza. En lugar de ofrecer una descripción general de un área de
política, un análisis del gobierno inspirado en Foucault llama la atención
sobre las racionalidades y prácticas particulares que gobiernan la vida
cotidiana en momentos particulares, cada una con una historia particular.
¿Dentro de qué tipos de marcos morales y epistémicos se imaginan los
problemas del gobierno?' Estas preguntas conducen a explorar la
especificidad de la gobernanza. En lugar de ofrecer una descripción
general de un área de política, un análisis del gobierno inspirado en
Foucault llama la atención sobre las racionalidades y prácticas
particulares que gobiernan la vida cotidiana en momentos particulares,
cada una con una historia particular. ¿Dentro de qué tipos de marcos
morales y epistémicos se imaginan los problemas del gobierno?' Estas
preguntas conducen a explorar la especificidad de la gobernanza. En
lugar de ofrecer una descripción general de un área de política, un análisis
del gobierno inspirado en Foucault llama la atención sobre las
racionalidades y prácticas particulares que gobiernan la vida cotidiana en
momentos particulares, cada una con una historia particular.
Por ejemplo, cuando Miller y Rose estudian la 'política de bienestar'
como racionalidad política, sus análisis comienzan con problematizaciones
específicas: 'la tasa de natalidad decreciente; delincuencia y
comportamiento antisocial; la familia problema; las consecuencias sociales
de la mala salud y las ventajas que confiere una población sana; y la
integración de los ciudadanos a la comunidad' (Miller y Rase 2008, p. 73).
Con el fin de estudiar cómo estos temas y preocupaciones se convierten en
problemas de gobierno, Miller y Rose siguen el nacimiento y las
actividades de muchos de estos pequeños ingenieros del alma humana, y
sus conocimientos, técnicas y procedimientos mundanos, psicólogos,
 100manual de estudios políticos críticos foucault y estudios políticos críticos101
psiquiatras, médicos, contadores, trabajadores sociales, gerentes de fábrica,
urbanistas y otros' (Miller y Rose 2008, p. 5). Llaman la atención sobre el tipo
de concepciones del ser humano que se tienen en un momento determinado
(como ciudadano, escolar, cliente, trabajador, gerente) y particularmente
cómo se problematizan tales concepciones y cómo se diseñan intervenciones
en sitios diversos como el la escuela, el honre, el lugar de trabajo, la sala del
tribunal (Miller y Rose 2008, p. 7). En lugar de dar por sentadas las
problematizaciones que condicionan nuestras vidas, el trabajo de Miller y
Rose ilustra efectivamente cómo ciertas formas de conducta se vuelven
problemáticas de diferentes maneras, en diferentes sitios e involucrando a
diferentes agentes.
Otro ejemplo se puede encontrar en el campo de la política climática.
En esta área política emergente, el ciudadano-consumidor individual se
ha convertido en los últimos años en el objetivo de numerosas campañas
dirigidas a reducir la "huella de carbono" de ese inolividual a través de
cambios en las preferencias dietéticas, patrones de viaje y gastos
domésticos (por ejemplo, planes de campeones en el lugar de trabajo,
compras colectivas, sin carne-campañas de los lunes). Un análisis
foucaultiano del gobierno climático generalmente abordaría estas
iniciativas como actividades problematizadoras dentro de las cuales se
cuestiona la 'conducta de carbono' individual y se diseña una intervención
(Paterson y Stripple 2010). Lo que cuenta como "política climática" se
abre para abarcar no solo políticas y medidas formales, sino una amplia
gama de "iniciativas". que gobiernan el comportamiento individual o
colectivo al reunir 'un matrimonio suficiente de poder y legitimidad para
establecer, operacionalizar, aplicar, hacer cumplir, interpretar o viciar'
(Conca 2005, p. 190) racionalidades y prácticas destinadas a responder al
cambio climático. Miller y Rose han acuñado los terco 'programas de
gobierno' para capturar las múltiples y diversas actividades 'que buscan
configurar lugares y relaciones específicas en formas que se consideran
deseables' (Miller y Rose 2008, p. 63). Estudiar la política climática en
tercos programáticos implica un examen detallado de las muchas
iniciativas diseñadas para 'conducir conductas de carbono' a través de
jurisdicciones, sistemas y arenas definidos territorialmente. Estas
iniciativas pueden regir mediante el avance de nuevos marcos y
argumentos, pero también a través de la práctica]. y técnicas mundanas,
como el rediseño de la refrigeración en los supermercados, los rneters de
energía inteligente en el hogar o lecciones sobre conducción de
automóviles eficientes en combustible. Concebidos de esta manera, los
estudios críticos de políticas climáticas se convierten en una indagación
no solo sobre el diseño de leyes y reglamentos, sino en un compromiso
cercano con la forma en que estos se asumen, elaboran y reconfiguran en
la práctica y la cultura cotidianas. .
Cuando se aborda desde el horizonte del análisis foucaultiano del
gobierno, la política es una actividad práctica que puede ser “historizada y
especificada al nivel de las racionalidades, programas, técnicas y
subjetividades que la sustentan y le dan forma y efecto” (Walters 2012, pág.
3). A
El "analista crítico de políticas" foucaultiano debería abstenerse de
intentar establecer algo así como "políticas climáticas" como una
categoría abstracta y general que gobierna de manera homogénea. En
cambio, promover la problematización como un modo de investigación
implica un examen detallado de articulaciones particulares (por ejemplo,
'campañas climáticas'), racionalidades (por ejemplo, estilos de vida bajos
en carbono) y programas (por ejemplo, esquemas de contabilidad de
carbono) mediante los cuales las subjetividades son moldeadas y
movilizadas en ciertos momentos. en Historia. Como enfoque dentro de
los estudios críticos de políticas, la gubernamentalidad es altamente
capaz de registrar incluso cambios sutiles en estos programas y técnicas.
Como destaca Walters, es esta sensibilidad a las complejidades de la
gobernabilidad contemporánea y los matices del cambio político” (2012,
p.
La crítica como modo de experimentado)]
No preguntes quién soy y no me pidas que siga siendo el mismo: deja que
nuestros burócratas y nuestros encuestados se encarguen de que nuestros
papeles estén en orden. Al menos ahórranos su moralidad cuando escribimos.
(Foucault 1972, p.17)
Esta cita famosa, pero intrigante, de La arqueología del saber, se vincula con
la cuestión de la crítica en la obra de Foucault. Un enfoque foucaultiano de la
política es ciertamente crítico, pero no produce crítica en el sentido familiar
del terco. Gran parte de la teoría social asume un terreno particular desde el
cual se puede aprovechar la crítica. Este supuesto terreno podría ser un sujeto
particular de la historia (p. ej., clases, civilizaciones), una ética (p. ej., ética del
discurso habermasiana, velo de ignorancia rawlsiano) o una condición
ontológica (p. ej., racionalidad utilitaria, anarquía eterna). Como es bien
sabido, 'la condición posmoderna' y su declarado 'fin de las meta-narrativas'
implica que este fundamento no se encuentra en ninguna parte. Así, la crítica
de Foucault denota ' la exposición y contestación de supuestos en lugar de
expresar una postura general de oposición al carácter supuestamente
patológico de una totalidad social o cultural' (Dean 1994, p. 119). Esta es una
circunstancia que ha provocado críticas y frustración por parte de los
progresistas y de la izquierda en general.
Gran parte de esta frustración se dirige hacia el método genealógico
de Foucault, influenciado por Friedrich Nietzsche. En 'Nietzsche,
genealogía, historia', Foucault describe la genealogía como un método
crítico y una herramienta de diagnóstico que difiere de la historia
convencional al desafiar la creencia en la pureza de los orígenes y la
noción de desarrollo teleológico lineal. La genealogía no busca 'capturar
la esencia exacta de las cosas, sus posibilidades más puras y sus
identidades cuidadosamente protegidas' (Foucault 1984, p. 78). Más
bien, para Foucault, el potencial crítico de la genealogía es
102 manual de estudios críticos de política
precisamente que `perturba lo que antes se consideraba inmóvil;
fragmenta lo que se pensaba unificado; muestra la heterogeneidad de lo
imaginado consistente consigo mismo (Foucault 1984, p. 82). En manos de
Foucault, la genealogía revela que el presente es la consecuencia de una
historia plagada de accidentes, conflictos y acontecimientos inconexos. Es,
por tanto, un modo de indagación que busca ilustrar cómo 'las
autocomprensiones que se toman como universales, eternas y necesarias
tienen una historia, un comienzo y, por lo tanto, posiblemente, un final'
(Hoy 1998, p. 31). Este nominalismo histórico produce una crítica
particular. actitud.
Dean describe el análisis foucaultiano del gobierno como una
"práctica crítica" que busca "obtener claridad sobre las condiciones
bajo las cuales pensamos y actuamos en el presente" (Dean 2004, p.
36). Al problematizar lo que se nos da como necesario para pensar y
hacer, esta tradición analítica se propone abrir nuevos campos de
experiencia que nos permitan hacer las cosas de manera diferente. El
papel del analista se convierte en el de desestabilizar las formas
habituales de pensar y despejar un espacio para pensar y ser de otra
manera (Burchell 1996, p. 33). Cuestionar los términos prevalecientes
y estrechamente definidos de lo que es posible y aceptable hacer es una
dimensión importante de la noción de libertad de Foucault. Como
explica May (2011), Foucault no defiende ninguna forma de libertad
metafísica sino que aborda la libertad como un concepto histórico y
político. Su proyecto crítico radica en exponer las limitaciones
específicas que forman parte de nuestro legado histórico. Solo
preguntándonos qué son, cómo llegaron a ser así y cuáles son sus
efectos, podemos empezar a liberarnos de ellos (mayo de 2011, p. 74).
Sin embargo, para Foucault, la libertad no se opone a las relaciones de
poder. La libertad no es un estado que ocupamos, sino una práctica que
emprendemos. Al experimentar con otras posiciones de sujeto distintas
a las que nuestro contexto sociohistórico pone a nuestra disposición,
Foucault sugiere que es posible navegar las relaciones de poder de
manera que constituyan y promuevan prácticas de libertad (Taylor
2011, p.7). podemos empezar a liberarnos de ellos (mayo de 2011, p.
74). Sin embargo, para Foucault, la libertad no se opone a las
relaciones de poder. La libertad no es un estado que ocupamos, sino
una práctica que emprendemos. Al experimentar con otras posiciones
de sujeto distintas a las que nuestro contexto sociohistórico pone a
nuestra disposición, Foucault sugiere que es posible navegar las
relaciones de poder de manera que constituyan y promuevan prácticas
de libertad (Taylor 2011, p.7). podemos empezar a liberarnos de ellos
(mayo de 2011, p. 74). Sin embargo, para Foucault, la libertad no se
opone a las relaciones de poder. La libertad no es un estado que
Foucault y los estudios políticos críticos103
ocupamos, sino una práctica que emprendemos. Al experimentar con
otras posiciones de sujeto distintas a las que nuestro contexto
sociohistórico pone a nuestra disposición, Foucault sugiere que es
posible navegar las relaciones de poder de manera que constituyan y
promuevan prácticas de libertad (Taylor 2011, p.7).
Sin embargo, Foucault no nos dice por qué luchar o contra qué
luchar. El enfoque en experiencias singulares y regímenes de
gobierno específicos significa que los analistas políticos
foucaultianos deben abstenerse de cualquier pretensión de
universalidad o necesidad. Como explican Rose et al. (2006), los
estudios de gubernamentalidad ofrecen formas de hacer preguntas
que no pretenden la totalidad, no buscan explicar por qué sucedieron
las cosas, sino cómo sucedieron y en qué se diferencian de lo que ha
estado sucediendo antes. Este 'ethos de investigación', según Walters,
ha llevado a muchos académicos a ser 'comentaristas escépticos' en
lugar de tratar de desempeñar un papel más comprometido en los
debates políticos (Walters 2012, p. 148). Este papel distante entre el
mundo de la crítica académica y el de la vida política cotidiana difiere
significativamente de cómo el propio Foucault veía y practicaba la
crítica. En el curso El valor de la verdad: el gobierno de uno mismo y
de los demás, realizado en el Collége de France en 1984, Foucault se
pregunta cómo se ha practicado la libertad de expresión y el decir la
verdad a lo largo de los años y cómo las personas se constituyen a sí
mismas como alguien que dice la verdad. . Al relacionar el concepto
griego epimeleia heatou (cuidado de sí mismo) con el enfoque
socrático del concepto deparresia(libertad de expresión, el coraje de
decir la verdad), Foucault aborda aquí la crítica como una 'tecnología del
yo' particular, un proceso a través del cual nos formamos a nosotros
mismos (Foucault 2011). Para Foucault, el proyecto de crítica implica
exponerse como sujeto desde dentro de una situación histórica particular.
Como aclara Lemke (2012, p. 73), la crítica es parte integral de la
autoformación ética que busca visibilizar los límites de 'lo que somos'
para transgredirlos. La crítica social, por tanto, no puede reducirse a una
preocupación teórica oa un ejercicio epistemológico. Para Foucault, la
crítica es, según el relato de Lemke, 'una actitud, un ethos, una vida
filosófica' impulsada por la pasión y el afecto político (Lemke 2012,
p.73).
Lo que ha inquietado a muchos de los críticos de Foucault es la posición
incierta en la que nos deja. La invitación de Foucault a pensar y actuar
diferente no sugiere una dirección definida para la resistencia y el cambio,
ni garantiza que nos lleve a una situación mejor. Como señaló May (2011,
p. 80):
 abrir un 'espacio para la libertad concreta' no es averiguar quiénes podemos
ser y luego ir allí; es probar diferentes posibilidades para nuestra vida;
diferentes 'posibles transformaciones' para ver adónde podrían conducir.
Vivir libremente es experimentar con uno mismo, no siempre sabiendo si
uno se está liberando de las fuerzas que lo han moldeado, sin estar seguro
de los efectos de la propia experimentación.
Por lo tanto, la indagación crítica que podríamos aprender de Foucault no
debe abordarse como una teoría social con un inventario metodológico
estricto a su disposición (Bróckling et al. 2011, p. 15). En cambio, muchos
observadores destacan la dimensión experimental del análisis de la
govenimeta de Foucault. Para Rabinow y Rose, representa “un
movimiento de pensamiento que inventa, utiliza y modifica herramientas
conceptuales a medida que se relacionan con prácticas y problemas
específicos. Cuando hayamos hecho este trabajo, con pesar, se pueden
reciclar o incluso desechar' (Rabinow y Rose 2003, p. xv). Walters (2012,
p. 5) también ve la crítica genealógica de Foucault como una caja de
herramientas analítica que necesita ser reimaginada como un espacio
transaccional dinámico. Si lo aplicamos como una perspectiva
completamente formada, corremos el riesgo de convertirlo en una teoría
autosuficiente y, por lo tanto, disminuir su potencial diagnóstico a través de
la repetición. Cuando la crítica misma, en lugar de lo que se critica, se
convierte en sentido común, sugiere Bróckling et al. (2011, p. 16), 'el gesto
de desvelamiento crítico se vuelve obsoleto'.
104 manual de estudios críticos de política
CONCLUSIONES
En este capítulo hemos sugerido que el compromiso nominalista de
Michel Foucault con conceptos políticos tradicionales como poder,
gobierno
y el Estado ha allanado el camino para una forma descentrada de
análisis de políticas que se pregunta cómo gobernamos en
microentornos, incluso a nivel de los individuos.
sujeto individual. El enfoque en el 'cómo gobernar' surge del rechazo de
cualquier comprensión a priori de la distribución del poder o la ubicación
de
gobierno, y surge, en cambio, de un interés y conciencia de las prácticas,
racionalidades e identidades históricamente situadas por las cuales el
gobierno
erning opera. Vistos de esta manera, los estudios de política inspirados en
Foucault no nos ofrecen una teoría sustantiva sobre las fuerzas que dan
forma a la política pública.
política, ni nos dicen lo que constituye la política pública (por ejemplo,
actores, ests, estructuras). Más bien, problematizar el gobierno en un
estilo foucaultiano
implica un examen detallado de los "regímenes de la verdad, las
prácticas y estrategias que ontologizan la voluntad en primer lugar"
(Walters 2012,
pags. 57).
Hemos argumentado que el análisis nominalista del gobierno de
Foucault produce una actitud crítica distinta que puede ayudar a los
estudiantes de política pública a interrogar nuestras restricciones
históricas particulares y experimentar con posibles espacios de
transformación. Sin embargo, es una forma de crítica que requiere un
juego analítico y experimentación. Los académicos familiarizados con el
trabajo de Michel Foucault sabrán que es una tarea difícil y, como se
argumenta en este capítulo, lejos de ser deseable, deducir una teoría
teórica estricta.
o marco metodológico de sus muchos y heterogéneos escritos, conferencias
y entrevistas. Como observaron Rabinow y Rose (2003, p. vii):
Foucault y los estudios políticos críticos105
Indudablemente, Foucault habría sido irónicamente escéptico sobre el
crecimiento de los "estudios de Foucault" y el intento relacionado de disciplinar
su pensamiento y convertirlo en ortodoxia. Sus textos no invitaban a ese tipo de
tratamiento. se propusieron abrir las cosas, no cerrarlas; complicar, no
simplificar; no para delimitar los límites de una obra sino para multiplicar los
tiempos de investigación y las posibilidades de pensamiento. No son aspectos de
un solo proyecto, sino fragmentarios: experimentos, intervenciones,
provocaciones y reflexiones.
Rabinow y Rose (2003) describen cómo Foucault en sus últimos años
volvió
a preguntas básicas sobre lo que significa ser una persona pensante.
Se indagó sobre la posibilidad de un pensamiento crítico que no
"ludge", que
no es 'un tribunal cuasijudicial que emite veredictos de payaso de gua o
inocencia sobre personas o eventos' (Rabinow y Rose 2003, p. xxiv).
Foucault no
déjanos alguna respuesta firme a estas preguntas. Sin embargo, nos instó a
todos a emplear el pensamiento crítico para revisar los supuestos, nociones
y formas
de pensamiento sobre el que se aceptan y autorizan prácticas de ser crítico
se basan. En una entrevista de 1984 (dada el mismo año en que murió a la
edad de 57 años), Foucault indica a dónde puede conducir esta actitud
crítica a los estudiantes de política pública (Foucault 1988, p. 265):
El trabajo de un intelectual no es moldear la voluntad política de otros; es, a
través de los análisis que realiza en su propio campo, cuestionar una y otra
vez lo que se postula como evidente, perturbar los hábitos mentales de las
personas, la forma en que hacen y piensan las cosas, disipar lo familiar y
aceptado , reexaminar reglas e instituciones y a partir de esta re-
problematización (en la que realiza su tarea específica como intelectual)
participar en la formación de una voluntad política (en la que tiene un papel
que desempeñar como ciudadano).
En lugar de decirnos 'qué es la crítica', Foucault es un académico que
nos invita a preguntarnos cómo nos constituimos como académicos de
'estudios políticos críticos' y a desplegar estas ideas para crear nuevas
opciones de pensamiento y nuevas posibilidades de acción. La crítica no
se erige aquí como opuesta al poder, no pretende 'superar' al poder para
descubrirnos a nosotros mismos. Dado que las relaciones de poder son
ubicuas y constitutivas de la sociedad y de nosotros mismos, la crítica
implica reflexionar sobre estas relaciones "con la menor dominación
posible" (Foucault 1997, p. 298). Esta invitación a probar diferentes
posibilidades para nuestra vida, a experimentar con diferentes
transformaciones posibles, sigue siendo igualmente actual. Para nosotros,

NOTAS
1. Para un tratamiento más completo de los vínculos entre la obra de Foucault y la teoría
crítica, véase Dean (1994). La discusión de Dean recorre los temas centrales de la obra
de Foucault: verdad, conocimiento y racionalidad; poder, dominación y gobierno; y el
yo y la práctica ética—y muestra boda similitudes y diferencias con los primeros
eruditos de Frankfurt y el trabajo de Habermas.
2. La 'crítica inmanente' a la que nos referimos también es prominente en la Escuela de
Frankfurt temprana, cuyas figuras clave fueron circunspectas sobre la afirmación teórica
de una posición normativa. Con Habermas se produjo un movimiento en la teoría crítica
hacia una crítica trascendente, que está en desacuerdo con la orientación de Foucault y
también marca una discontinuidad dentro de la Escuela de Frankfurt.

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