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PODA FORESTAL

La poda forestal consiste en la eliminación mecánica y sistemática de ramas ubicadas sobre el


fuste principal de los individuos seleccionados para la cosecha. Su único objetivo es mejorar la
calidad de la madera.

Cuando acontece la formación de tejidos que generará una rama sobre el cambium, en la
periferia del tronco de un árbol, las fibras de la rama se orientan de manera perpendicular u
oblicua al eje del árbol. La poda forestal consiste en la eliminación mecánica y sistemática de
ramas ubicadas sobre el fuste principal de los individuos seleccionados para la cosecha; su único
objetivo es mejorar la calidad de la madera (en este aspecto, diverge de otros tipos de poda
aplicados a plantas ornamentales y frutales); es por eso que, a modo de cumplir con su
cometido, debe realizarse sin que la rama tenga cierto desarrollo.

Cuando se elimina la rama mediante la poda forestal a destiempo o no se la aplica (rama


muerta), los restos anatómicos de las mismas generan polos de tejidos denominados nudos que,
de acuerdo al crecimiento del árbol, van siendo embutidos en la madera progresivamente. Para
lograr el objetivo de la poda forestal, esta debe realizarse exactamente sobre el origen de este
tejido.

NUDOS MUERTOS Y VIVOS

Existen dos tipos de nudos en la madera, que se describen a continuación:

Nudos muertos: son aquellos restos de tejidos o ramas enteras componentes del cilindro de un
gajo que no ha sido eliminado mediante la poda forestal. Está constituido por tejido muerto
incrustado en la madera. En una pieza de madera aserrada, el tejido correspondiente a la rama
tiende a desprenderse con facilidad.

Nudos vivos: son aquellos restos anatómicos de ramas eliminadas, sobre las cuales se registró
un proceso de cicatrización. Los tejidos componentes de estos nudos se encuentran incrustados
en la madera y, generalmente, son identificados por poseer una coloración más fuerte. No
ofrecen facilidad de separarse de la madera, pero suelen agrietarse o colapsar con facilidad.

La presencia de nudos en la madera disminuye su trabajabilidad. En estos defectos, las fibras se


encuentran en direcciones contrarias a las de la madera, dispuestas de manera irregular, con
una mayor densidad y dureza que permiten el aumento de la resistencia al corte o una mayor
resistencia al moldearla. El resultado de este proceso casi nunca es satisfactorio debido a que no
se obtienen piezas con planos suaves, producto del cepillado y lijado.

Los nudos reducen notablemente las propiedades estéticas, debido a que marginan el color, el
grano y el diseño. En cuanto al color, se ha mencionado que los nudos presentan una gama
distinta al resto del tejido, más oscura, por lo general. Al tratarse de nudos muertos no sujetos a
la cicatrización de la rama, en árboles en pie, estos constituyen lugares de entrada de agentes
que cambian el color natural de la madera, tales como la humedad y los agentes
descomponedores. Lo anterior se hace más notable en maderas blancas o claras, como el pino o
eucaliptus.
PODA MAL HECHA

La falta de aplicación, la mala práctica y la inoportunidad de la poda forestal influyen en los


siguientes aspectos que sustentan la calidad de la madera:

Ramas y nudos muertos: no aplicar poda forestal produce ramas y nudos muertos. Si el árbol
logró eliminar la rama muerta mediante la poda natural, existe la posibilidad de que en la
madera se encuentren sacos de resinas, denominadas bolsas de quino, que durante la
industrialización (aserrado o secado) pueden separarse de la madera dejando al descubierto
agujeros y manchas.

Manejo inadecuado: cuando se emplean procedimientos y herramientas inadecuadas de poda,


tales como no eliminar parte de la rama, dejando un muñón o desgarrar el tejido al podar, se
producen nudos, corteza incluida en la madera y bolsas de quino.

Aplicación a destiempo: al tratar de eliminar ramas muertas, estas pueden tener cierto grado de
inclusión en la madera produciendo nudos y en el caso de ramas muy gruesas permitir largos
períodos de cicatrización de la herida de poda o favorecer el desgarro de la madera y corteza al
eliminar la rama. El grano y el diseño son afectados por la presencia de los nudos debido a que
produce una desviación de las fibras de la madera cuando estas van creciendo e incluyendo a
este defecto. El patrón de distribución de nudos en tablas aserradas y láminas de madera son
consideradas de acuerdo a su concentración y distribución como de muy baja calidad y cuantía
por desmejoramiento del diseño natural de la madera de cierta especie. Lo anterior puede ser
relativo, debido a que existe un mercado que acepta la madera con nudos en aplicaciones
decorativas, alegando que la madera denota caracteres naturales.

En cuanto a la resistencia mecánica de la madera, los nudos disminuyen la capacidad de


soportar esfuerzos al aplicar peso sobre ellos, porque se produce una discontinuidad en las
fibras por la dirección contraria que poseen en los nudos y gracias a la desviación de las fibras
adyacentes al mismo que, por lo general, se cortan durante el maquinado perdiendo paralelismo
y capacidad de resistencia. Además, en el caso de los nudos muertos, se puede producir una
separación de los tejidos, por lo que, de acuerdo a su ubicación en la pieza de madera, esta
puede presentar agujeros, aristas y lados incompletos.

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