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Clase Nº 4: “Origen y desarrollo histórico del mundo clásico griego. Estructura
económica y configuración social. Concepciones políticas, derecho y marcos
institucionales”
La evolución de las ciudades-estado arcaicas y sus diferentes trayectorias en cuanto al
procesamiento del fenómeno de las tiranías y la aplicación de las reformas políticas y sociales, sufrió
una interrupción abrupta a principios del siglo V a.C. a raíz de su enfrentamiento con el Imperio Persa
en las denominadas Guerras Médicas. En efecto, tras derrotar una revuelta de las ciudades griegas de
la costa de Asia Menor, el rey persa Darío I decidió invadir Grecia continental en represalia por el
apoyo que algunas polis habían brindado a los rebeldes jonios. Pese a la deficiente estructura logística
y a las dificultades que le privaron de un adecuado apoyo marítimo, los ejércitos persas tenían una
magnitud tal que la resistencia de las ciudades griegas parecía destinada al fracaso. Sin embargo –y
contra todo pronóstico- las fuerzas hoplíticas griegas (mayoritariamente atenienses) rechazaron la
invasión: la victoria de Maratón en 490 a.C. definió esta primera etapa de la guerra y marcó el inicio de
la hegemonía de Atenas.
Diez años más tarde, el nuevo rey persa Jerjes I inició la segunda guerra médica, invadiendo
Grecia con un ejército mucho mayor que el anterior, apoyado esta vez por una poderosa fuerza naval y
una planificada organización estratégica y logística. En esas condiciones, las tropas de Jerjes derrotaron
a un pequeño destacamento en el desfiladero de las Termópilas, marchando luego sobre Atenas,
ciudad a la que incendió al encontrarla abandonada por su población. Sin embargo, la contundente
victoria naval ateniense en Salamina frenó el avance persa, dando a las polis griegas la oportunidad de
pasar a la ofensiva. De esta forma, un ejército coaligado griego consiguió vencer a los persas en la
devastadora batalla de Platea (que por la magnitud de las pérdidas humanas y materiales es
considerada una de las batallas más sangrientas de la antigüedad), en tanto que la flota helena
destruyó los restos de la fuerza marítima persa en Micala. Si bien estos hechos tradicionalmente
marcan el final de la segunda guerra médica, el conflicto greco-persa estaba aún lejos de terminar. Los
posteriores monarcas persas dejaron de lado la intervención militar directa, para recurrir a las intrigas
políticas, promoviendo la desunión y los conflictos entre las polis. Tal situación se prolongó hasta la
definitiva paz de Calías (449/8 a.C.).
Situación de las
alianzas en la Guerra
del Peloponeso. Atenas
y sus aliados formaban
la Liga Ático-Délica; en
tanto que Esparta y sus
aliados organizaron la
Liga del Peloponeso
Durante la primera mitad del siglo IV a.C., los estados griegos sufrieron una profunda
recesión económica, caracterizada por la caída en la productividad de las tierras, la crisis de las redes
comerciales y los sistemas monetarios, y el aumento de la piratería. Asimismo, se radicalizaron las
diferencias sociales y se originaron nuevas formas de trabajo dependiente. Aumentaron los
movimientos migratorios de poblaciones empobrecidas, y -ante la crisis de generalizada- se
desarrollaron los ejércitos de mercenarios, ya que los campesinos perdieron su capacidad de armarse
como soldados.
Pese a su triunfo en la Guerra del Peloponeso, Esparta quedó casi tan debilitada como sus
vencidos, situación que abrió paso al breve período de hegemonía de la ciudad beocia de Tebas, que se
había mantenido relativamente al margen del conflicto. Las nuevas tácticas militares tebanas
rompieron con la supuesta invencibilidad de los espartanos en batallas a campo abierto, propinándoles
dos derrotas decisivas: Leuctra y Mantinea. Sin embargo, Tebas carecía de los recursos económicos e
incluso demográficos como para sostener su predominio. El nuevo poder dominante llegaría desde el
norte…
El reino de Macedonia, paradójicamente liberado de la dominación persa por las tropas
griegas, era considerado por éstos como un estado casi bárbaro. Macedonia se había mantenido al
margen del desarrollo histórico helénico y sus conflictos, lo cual le permitió escapar al clima de
generalizada decadencia arriba descripto. Con la llegada al trono de Filipo II, Macedonia inició un ciclo
expansionista que la llevó a anexar los territorios de Tracia e Iliria, para –finalmente- alcanzar el control
de la Liga Panhelénica, con la firma del Tratado de Corinto en el 338 a.C. Tras la misteriosa muerte de
Filipo, su hijo Alejandro ratificó la supremacía macedonia sobre la mayoría de las polis (con excepción
de Esparta y sus dependencias directas) e inició los preparativos para la conquista del imperio Persa. La
Grecia Clásica llegaba a su fin…