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En la historia antigua de Europa existen muchos eventos que la han conducido hacia nuestros

días y nuestras culturas. El origen de la civilización se dice que es Próximo Oriente, cosa de la
cual no deniego, pero encuentro verdaderamente la esencia de la cultura occidental en Grecia, en
el Egeo. Grecia, tal como la conocemos hoy en día no deja de ser un sentimiento que se
desarrolló durante los años de esplendor imperial romano, cuando todo lo que conocemos como
nación griega estaba bajo dominio romano, un dominio que acabará eclosionando en un imperio
nuevo, llamado Bizantino. En cuanto a cultura, tanto griegos como romanos se acabaron
complementando y construyeron las bases de los sistemas políticos, usos sociales o costumbres
tradicionales que aún siguen en pie a día de hoy.
El origen de la población de las tierras de la Hélade, el territorio que conforman Macedonia,
Tesalia, Anatolia, la propia Grecia actual, las islas del Egeo, las Cícladas y el Épiro (o la actual
Albania), además de las posteriores colonias de ultramar, como serán Masilia (actual Marsella),
Siracusa (en Sicilia), Taras (actual Taranto), Empórion (actual Ampúrias) y Cirene (de la
Cirenaica, actual Libia) es algo discutible y muy distorsionado; pero algo evidente es la tradición
y cultura que adoptaron las primeras tribus y poblaciones, como los micénicos y los minoicos y,
más tarde, los dorios que conformaron un pueblo llamado de muchas maneras, pero al que
podríamos referirnos como a helenos (helénicos).
Mientras en Oriente se pasaban la hegemonía entre civilizaciones diferentes, en la Hélade se
combatían, pero siempre predominaron tanto por prestigio como por hechos las ciudades que han
quedado en el imaginario común, como lo son Esparta y Atenas. Y fue cuando ya se habían
establecido como potencias de su alrededor, que el Imperio Persa de Darío tramó una invasión a
gran escala de toda la Hélade.
Aunque siempre divisas y enfrentadas, la mayoría de las polis griegas de las regiones de Beocia,
Ática, Mesenia, Lacedemonia y el Peloponeso se unieron en una alianza, en aquel momento
llamada liga, que acabaría con los deseos de tres monarcas aqueménidas. Estos hechos han sido
clasificados por los historiadores como Guerras Médicas, que duraron de 490 a.C al 449 a.C, y
acabaron siendo el declive del hasta entonces del más extenso imperio. Pero las Guerras
Médicas tan sólo fueron uno de los factores que devolvieron la normalidad a la región de la
Hélade, los enfrentamientos volvieron y, del botín conseguido en esa guerra, varias facciones
vieron posibles nuevas colonizaciones. Grecia había tomado el rumbo del progreso: Atenas se
coronaba como la hegemonía del mar, mientras Esparta reafirmaba su poderío terrestre. Y
aunque cada una de las polis se había llevado una parte del botín de guerra, se hizo un
recopilatorio de tesoros inmensos que, por la religiosidad de los griegos y para mantenerse
firmes en la fe, se guardó en Delfos, donde se encontraba el sacrosanto Oráculo que se había
construido gracias al mismísimo Zeus.
Atenas era liderada por Pericles, un estadista importante en el desarrollo de la ciudad y aunque
su sombra cubra otros célebres personajes de cara al conocimiento común, perfeccionó el sistema
democrático. Pericles fue un estadista ávido y ágil y, como era de esperar, también algo
codicioso: a finales del 459 a.C fue trasladando de manera paulatina y con cautela el tesoro del
Oráculo de Delfos a la propia ciudad de Atenas. Cuando este hecho fue descubierto (ya en
460a.C), no valieron las justificaciones ni pretextos de las embajadas atenienses para calmar las
ansias de venganza de Esparta (ya que no había sido reconocida como una de las mayores
contribuyentes de las guerras contra el invasor persa) y la guerra fue declarada.
Esparta, por su parte, era regida por un consejo de ancianos u oligarquía que establecían a dos
reyes, ya que a falta de uno: dos. Era una sociedad marcial, rasgo que los alejaba por completo
de la mente ateniense y de la filosofía de su contrincante. En aquel inicio, los reyes de Esparta
eran Arquidamo II, de la dinastía Euripóntida, y Plistarco, de los Agíadas; en el papel de la
guerra, será sobretodo el primero el más importante (ya que, según dice la tradición, un rey debía
permanecer en Esparta mientras el otro llevaba a cabo las acciones de la polis en el exterior).
Atenas tenía de su lado la Liga de Delos, conformada por ésta misma como líder, las ciudades-
estado helénicas de Jonia, Tracia y Ática (a saber: Anfípolis, Mitilene, el reino de Rodas,
Pérgamo, Mileto, Halicarnaso...); en esta liga, las diferentes polis debían pagar en tributo,
hombres y víveres a la ciudad de Atenas.
Esparta tuvo su Liga del Peloponeso, formada por las ciudades-estado de la península del
Peloponeso como Corinto, Olimpia, Elis o Tegea, las cuales debían proporcionar mano de obra
humana a Esparta para engrosar las filas de sus ejércitos.
La guerra comenzó el 460 a.C y se extendió durante toda la segunda mitad del siglo V a.C; una
guerra que sometió a la Hélade a una profunda crisis económica y social, situación que más tarde
aprovecharía en primer lugar Tebas y, más tarde, Filipo II de Macedonia para construir sus
imperios. Esta guerra se ha llamado Guerra del Peloponeso y se trata de una guerra entre dos
superpotencias que se abocan a su declive.
La Guerra del Peloponeso se divide en dos etapas, la primera de 460 a.C al 446 a.C, en la que no
hubieron grandes movimientos, los beligerantes eran Corinto contra Atenas y, tras una batalla
con victoria ateniense, se firmó la paz de los treinta años; y la segunda, que se lleva a cabo entre
los años 431 a.C y 404 a.C, en la que encontramos tres fases:
· 1ª Fase; Arquidámica (431-421 a.C) : Es la primera de todas las fases y donde se
desarrolla la invasión y saqueo de la región del Ática por parte de Arquidamo II, y la
defensa y control marítimo de Pericles, como también su muerte en una inesperada plaga
de Atenas, en las que murieron alrededor del 20% de la pobación, haciendo que se
firmase una paz, lograda por Niceas, general y estadista sucesor de Pericles.
· 2ª Fase; Siciliana (415-413 a.C): En esta fase, Atenas intentó expandir su imperio
enviando una expedición a Sicilia para conquistar la ciudad de Siracusa. Sin embargo, la
expedición fracasó y las fuerzas atenienses sufrieron una derrota aplastante.
· 3ª Fase; Guerra de Decelia (413-404 a.C.): Durante esta fase, Esparta construyó una
fortaleza en Decelia, cerca de Atenas, lo que obstaculizó la economía ateniense y redujo
sus recursos. Finalmente, Esparta logró derrotar a Atenas, lo que llevó a la caída de la
ciudad estado y la imposición del dominio espartano sobre Grecia.
Batallas (por fases) de la Guerra del Peloponeso:
- Guerra Arquidámica (431-421 a.C.):
· Batalla de Potidea (432 a.C.): Esparta sitió la ciudad de Potidea, que estaba bajo el
control de Atenas. Esto llevó a una guerra entre Atenas y Esparta.
· Batalla de Delio (424 a.C.): Atenas intentó desestabilizar la economía espartana mediante
incursiones en la región de Megáride, lo que provocó una respuesta militar espartana que
terminó en la derrota ateniense.
· Batalla de Anfípolis (422 a.C.): Esparta logró una victoria decisiva en esta batalla en la
que se enfrentó a las fuerzas atenienses en el norte de Grecia. Esta victoria permitió a
Esparta controlar la mayor parte de la región.
- Guerra Siciliana (415-413 a.C.):
· Asedio de Siracusa (415-413 a.C.): Atenas intentó conquistar la ciudad siciliana de
Siracusa, pero fue derrotada en una serie de batallas terrestres y marítimas, lo que llevó al
fracaso de la expedición siciliana.
· Batalla de Esfacteria (425 a.C.): Atenas logró una importante victoria sobre Esparta en la
isla de Esfacteria, lo que obligó a Esparta a aceptar la Paz de Nicias.
· Batalla de Siracusa (413 a.C.): Después de un prolongado asedio, las fuerzas atenienses
fueron derrotadas por los siracusanos, lo que llevó a la retirada de Atenas de Sicilia.
- Guerra de Decelia (413-404 a.C.):
· Batalla de Arginusas (406 a.C.): Atenas logró una importante victoria naval sobre
Esparta, pero el resultado de la batalla fue empañado por la ejecución de varios generales
atenienses después de la batalla.
· Batalla de Egospótamos (405 a.C.): Esparta logró una victoria decisiva sobre Atenas en
esta batalla naval, lo que llevó a la rendición de Atenas.
· Asedio de Atenas (404 a.C.): Después de la victoria en Egospótamos, Esparta sitiò y
tomó la ciudad de Atenas, lo que puso fin a la Segunda Guerra del Peloponeso.
En resumidas cuentas, Las Guerras del Peloponeso se libraron entre Atenas y sus aliados,
conocidos como la Liga de Delos, y Esparta y sus aliados, conocidos como la Liga del
Peloponeso.
La Primera Guerra del Peloponeso se libró entre 460-445 a.C., mientras que la Segunda Guerra
del Peloponeso se libró entre 431-404 a.C.
En la Primera Guerra del Peloponeso, los principales beligerantes fueron Atenas y Esparta,
mientras que en la Segunda Guerra del Peloponeso, Atenas y Esparta lideraron coaliciones más
amplias de ciudades-estado griegas.
En cuanto a las fuerzas militares, Atenas contaba con una poderosa flota naval, mientras que
Esparta se apoyaba en su ejército terrestre y en sus aliados.
Durante la Guerra del Peloponeso, se libraron numerosas batallas y asedios importantes,
incluyendo la Batalla de Esfacteria, la Batalla de Potidea, la Batalla de Delio, el Asedio de
Siracusa, la Batalla de Arginusas, la Batalla de Egospótamos, y el Asedio de Atenas, entre otros.
En cuanto a las pérdidas humanas, se estima que decenas de miles de personas murieron en
ambas guerras, aunque no hay una cifra exacta. En la Segunda Guerra del Peloponeso, se cree
que murieron más de 20,000 atenienses y más de 10,000 espartanos.
Algunos de los generales más destacados de la Guerra del Peloponeso incluyen a Pericles, líder
de Atenas en la primera parte de la guerra; Brasidas, un destacado general espartano; Alcibíades,
un político y general ateniense; y Lisandro, un comandante espartano que lideró la victoria final
sobre Atenas.

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