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El sistema óseo y el sistema muscular

Ángel se acordó de cuando se torció el tobillo el año pasado al caerse de su patineta, El doctor dijo
que se estiró los tendones y ligamentos. No estaba seguro de lo que esto significaba. Lo único que
supo es que su tobillo estaba hinchado y que no pudo caminar ¡toda una semana! Como sabía que
su tobillo es una articulación de huesos, se preguntaba por qué le dolía tanto cuando no se había
roto ningún hueso.

Los huesos nos dan soporte, pero los músculos son los que nos hacen mover. Los huesos y los
músculos trabajan juntos, pero son partes de diferentes sistemas—óseo y muscular. Cada sistema
del cuerpo tiene niveles de organización. Por ejemplo, el sistema óseo está formado de huesos
que hacen funciones específicas. Los huesos son considerados órganos porque son una colección
de tejido óseo que tiene una función particular. El tejido óseo es un grupo de células óseas que
trabajan juntas, y las células son las unidades más pequeñas de vida.

Función de los huesos


Los huesos en tu brazo, así como los del ala de pollo, sirven para soportar y mover tu brazo. Todos
los huesos en tu cuerpo forman tu esqueleto. ¡Imagínate cómo se vería tu cuerpo sin huesos!
Además de soportar y mover tu cuerpo, los huesos protegen tus órganos interiores. Por ejemplo,
tu cráneo protege tu cerebro, las vértebras protegen tu médula espinal, y tus costillas protegen tu
corazón y pulmones. Los huesos tienen además otras funciones que ya la hemos estudiado y
debes de repasar.

Éstas incluyen la producción de células de la sangre y el mantener el balance de calcio en tu


cuerpo entre otras.

Estructura ósea
El hueso es un tejido vivo hecho de células óseas que se cubren de minerales que contienen calcio
y fosfato. Las paredes de los huesos son duras y muy fuertes. Pequeños canales que conducen a
los vasos sanguíneos y a los nervios están presentes en los huesos. Una parte más esponjosa y
ligera forma el interior de los huesos. Los espacios entre este hueso esponjoso están llenos de
médula ósea.

La médula ósea dentro de los huesos largos y planos del cuerpo tiene una función especial. Los
glóbulos rojos y los blancos y las plaquetas se forman ahí. Los glóbulos rojos acarrean oxígeno a
todas partes del cuerpo, los glóbulos blancos combaten infecciones y las plaquetas ayudan en la
coagulación cuando un tejido se ha dañado. Aun cuando los huesos de pollo tienen médula, no
todos los huesos de ave tienen médula. Algunos huesos, en especial en pájaros que vuelan, están
huecos. Esta adaptación les permite a los huesos a ser ligeros y fuertes a la vez.

Una adaptación es una característica que aumenta la probabilidad de que el organismo sobreviva
y se reproduzca dentro de un medio ambiente. Los huesos huecos tienen estructuras, en el

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interior del hueso, que les permite reforzar y fortalecer el hueso, mientras que las paredes del
hueso son fuertes y densas.

Crecimiento del hueso


Naciste con más de 300 huesos. Al nacer, tus huesos eran principalmente cartílago, que es un
tejido blando. La punta de tu nariz todavía está hecha de cartílago. Si la mueves hacia delante y
atrás notarás qué tan blanda y flexible es. La parte de tu nariz que está hecha de cartílago está
unida a los huesos de tu cara. Poco después de nacer, la mayor parte del cartílago en tu cuerpo se
convirtió en tejido óseo, y algunos de los huesos se unieron al tu ir creciendo. Por ejemplo, cuando
eras un bebé tu cráneo estaba hecho de varios huesos pequeños y cuando creciste se unieron para
formar un solo hueso. Para cuando llegues a ser adulto tendrás únicamente 206 huesos, y como la
mitad de éstos estarán en tus manos y pies. Cuando creces, el cartílago que forma la parte central
o alargada de los huesos se endurece del centro hacia fuera. La mayor parte de tus huesos
continúan creciendo hasta que tengas aproximadamente 20 años.

Importancia del calcio


Aun cuando los huesos dejan de crecer cuando llegues a ser adulto, los huesos son tejido vivo que
es capaz de repararse a sí mismo en caso de que se rompan. El calcio es el mineral que hace duros
a los huesos. Pero, además, el calcio se necesita en todo tu cuerpo. Si no tienes suficiente calcio en
tu dieta para satisfacer las necesidades de tu cuerpo, éste toma el calcio de los huesos. Esto
reduce la densidad de los huesos y contribuye a una condición que se llama osteoporosis, en
donde los huesos se hacen más débiles y tienen tendencia a romperse.

Aun cuando esto es más común en personas mayores, la condición frecuentemente se inicia en
los adolescentes o los adultos jóvenes. La gente joven, en particular las muchachas entre 9 y 18
años corren el riesgo de no obtener suficiente calcio, La mejor forma de prevenir la osteoporosis
es comiendo o bebiendo alimentos ricos en calcio, como la leche y otros productos lácteos cuando
eres aun joven. Los científicos indican que los adolescentes deben consumir 4 o 5 porciones diarias
de alimentos ricos en calcio. Los adultos deben continuar tomando alimentos ricos en calcio
durante toda su vida.

Músculos
Cuando levantas tu mochila, mueves tu lengua para hablar, o respiras, los músculos en tu cuerpo
son los que te permiten hacer todo esto. El tejido muscular está formado de células musculares,
que se especializan en movimiento. El tejido muscular está organizado en órganos específicos
llamados músculos, que se organizan para formar el sistema muscular. Cuando un músculo es
estimulado por el sistema nervioso, se contrae. Cuando el músculo se contrae, se hace más corto o
se reduce. El movimiento de los huesos, tales como los del ala de pollo o de tu brazo, está
controlado por una pareja de músculos—uno de ellos se contrae, mientras que el otro se relaja.

Los músculos no están directamente unidos al hueso. En vez, un tendón une el músculo con el
hueso. Los ligamentos unen huesos con otros huesos en una articulación para lograr estabilidad,
mientras que los tendones unen músculos a huesos para que éstos puedan moverse.

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El ser humano tiene más de 600 músculos que actúan en coordinación con el sistema nervioso
cuando respiramos, comemos, sonreímos, hablamos, escuchamos, observamos, tocamos O
caminamos. La miología es la parte de la anatomía que estudia los músculos, formaciones
anatómicas que gozan de la propiedad de contraerse, es decir, de disminuir su longitud bajo el
influjo de la excitación. El sistema muscular, junto a los huesos y las articulaciones es responsable
de la locomoción; también contribuye en el transporte sanguíneo a través de la contracción de los
músculos esquelético s y del movimiento peristáltico de las vísceras, moviliza los nutrientes a las
diferentes partes del cuerpo; así mismo, facilita la evacuación de los desechos a través de los
músculos de los esfínteres anal y vesical.

Se usan menos músculos para sonreír que para fruncir el ceño. • Cada día tus músculos hacen un
trabajo equivalente a levantar 24,000 libras a un estante a 4 pies de altura.

Los músculos se clasifican, por su localización y función, en lisos, estriados y cardíacos tenemos
tres tipos de músculos, como se enlistan abajo:

Los músculos estriados o esqueléticos.


son músculos que sirven para el movimiento y mantenimiento de la postura se unen a tu
esqueleto y mueven tus huesos. También mueven otras partes del cuerpo, como tus ojos. Los
músculos estriados son voluntarios, que quiere decir que en general tienes que pensar en
moverlos.

• El músculo cardiaco, son músculos presentes en el corazón. Según su forma de activación se


clasifican en voluntarios e involuntarios. Los voluntarios son aquellos en los que su activación
depende de la voluntad y los comandos son enviados desde el sistema nervioso central. A estos
pertenece el músculo esquelético. Los involuntarios son aquellos que son activados por el sistema
nervioso autónomo; a este pertenece el músculo liso y el cardíaco. Es el tejido muscular que forma
tu corazón. Las células del músculo cardiaco tienen la habilidad de pulsar o batir por sí mismos.
Cuando las células del músculo cardiaco tocan otras células iguales, baten conjuntamente.

• Los músculos lisos, El músculo liso no presenta una organización visible; forma parte de
órganos huecos como intestinos, vasos sanguíneos, vejiga, vías respiratorias y útero. Sus células
son fusiformes de menor tamaño con un único núcleo central; Este tipo de músculo también
posee fibras de miosina y actina. Los músculos lisos son los que controlan a los órganos internos.
Por ejemplo, la contracción de músculos lisos son los que mueven el alimento a través de tu
sistema digestivo. Estos músculos son involuntarios, que quiere decir que trabajan sin que tú
tengas que pensar en ellos.

Articulaciones
Una articulación es un lugar donde dos huesos se unen. Las fibras largas llamadas ligamentos
conectan un hueso con el otro en una articulación. Los ligamentos hacen que la unión sea estable,

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pero permitiéndole que se mueva. Estas articulaciones le permiten a tu cuerpo a moverse en
formas distintas.

Tipos de articulaciones

1) Bisagra. Su movimiento es hacia delante y hacia atrás, se encuentran en las rodillas, codos
y dedos.
2) Pivote. Cuando un hueso gira alrededor de otro. ejemplo. Cabeza sobre la espina dorsal.
3) Esférica. El tipo de movimiento es cuando gira libremente en círculo. Ejemplo, cadera y
hombro.
4) Deslizante. Se dobla o se flexiona. En la muñeca y tobillo.
5) De encaje recíproco. Hacia delante y hacia atrás y de lado a lado. Ejemplo. Base del pulgar.
6) Parcialmente movible. Movimientos muy ligeros. Ejemplo. Las vértebras en espina dorsal.
7) Inmóvil. No se mueve. Ejemplos. Huesos del cráneo.

Los músculos, las articulaciones y los huesos trabajando


juntos
Tus músculos, huesos y articulaciones trabajan conjuntamente para permitir que tu
cuerpo se mueva. Para entender cómo este movimiento se realiza, vale la pena pensar en
una palanca. Un ejemplo de una palanca es una barra con un punto de pivote que se usa
para mover un objeto, que se llama su carga. Mover una carga con una palanca requiere
de un esfuerzo. Probablemente no podrías levantar a tu amigo por ti mismo, pero si usas
una palanca, el trabajo se vuelve más fácil. En este ejemplo, la palanca tiene un pivote, tu
amigo es la carga y tu realizas el esfuerzo. Con este tipo de palanca hay una ventaja
mecánica porque un esfuerzo pequeño puede mover una gran carga.
La mayoría de las articulaciones en tu cuerpo actúan como la palanca. Cuando levantas un
libro de tu escritorio, los huesos de tu brazo actúan como una palanca. El libro es la carga,
el punto de pivote está cerca de tu articulación, y tus músculos (tu bíceps) hacen el
esfuerzo.
Para el tipo de palanca que forma tu brazo, no hay ventaja mecánica ya que el esfuerzo
que se necesita es mayor para una carga más pequeña. Pero hay una ventaja en que tu
brazo actúe como este tipo de palanca. Cuando levantas un peso grande con tus manos, tu
bíceps se tiene que contraer únicamente una distancia pequeña para que el objeto en tu
mano se mueva una gran distancia.

Manteniendo sanos a los músculos

Hay más de 600 músculos en tu cuerpo que te ayudan a caminar, correr, hacer deporte y
hacer todas las cosas que quieres hacer diariamente. Tus músculos necesitan de mucha
energía para hacer todo esto. Todas las células y los tejidos obtienen su energía del
alimento que comes. El alimento se descompone en substancias menores que las células
usan para generar energía. (recordemos aquí, las clases de la asignatura de física).

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La energía química almacenada en el alimento se convierte en energía mecánica y en
calor.
Mientras más trabajen tus músculos, más energía necesitan. ¿Te has sentido acalorado
después de hacer ejercicio? Si es así, lo que has sentido es algo de la energía química del
alimento transformada en energía térmica en tus músculos. Para mantener tus músculos
sanos tienes que hacer ejercicio, descansar lo suficiente y tener una dieta balanceada.
Algunos músculos o tendones se estiran más de lo normal debido a un accidento o por
sobre uso. Esto puede ser muy doloroso y lleva mucho tiempo recuperarse. Un
tratamiento para esto es reducir el uso del músculo o tendón dañado o dejar de usarlo del
todo. Ponerle hielo al área afectada, varias veces al día, reduce la hinchazón y el dolor.

Propiedades del tejido muscular


Para cumplir sus funciones, el sistema muscular tiene las siguientes propiedades:
 Contractibilidad: capacidad del tejido muscular de contraerse enérgicamente tras ser
estimulado por un potencial de acción para generar tensión en el músculo.
 Excitabilidad: capacidad del músculo de responder a diferentes tipos de estímulos.
 Elasticidad: capacidad de volver a su longitud y forma original una vez se ha contraído o
estirado.
 Tonicidad: estado de contracción permanente que permite al músculo responder de
manera automática ante un estímulo para mantener una posición o producir un
movimiento
 Extensibilidad: capacidad que tiene el músculo de estirarse

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