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Taller de obligaciones, segundo corte

Alisson Yilena Ricaurte Ceballos

Víctor Antonio Torres Narváez

Samuel Alejandro Ordóñez Tulcán

Mahia Antonella Montano Acero

Universidad Mariana
Facultad Humanidades y Ciencias sociales
Programa de Derecho
San Juan de Pasto
2022
Taller de obligaciones, segundo corte

Alisson Yilena Ricaurte Ceballos


Víctor Antonio Torres Narváez
Samuel Alejandro Ordóñez Tulcán
Mahia Antonella Montano Acero

Jaime Felipe Rodríguez Forero

Universidad Mariana
Facultad Humanidades y Ciencias sociales
Programa de Derecho
San Juan de Pasto
2022
Efectos de las obligaciones

Una vez que comentamos a los efectos de las obligaciones, hacemos referencia a las
secuelas que se derivan de la interacción jurídica forzosa. Dichas secuelas se proyectan con
interacción al digno por medio de una secuencia de dispositivos que se le otorgan con el
objetivo de que este logre obtener la satisfacción del interés que sigue por medio de la
obligación, y con interacción al deudor garantizándole la probabilidad de cumplimiento de
la prestación asumida.

Efectos principales:
Son los mecanismos que el ordenamiento jurídico brinda al acreedor a fin de que este pueda
ver satisfecho el interés lícito al que aspira mediante la obligación.

Efectos Normales: cuando la satisfacción del interés del acreedor se obtiene en especie.
Pago Voluntario: (también puede darse en el pago por subrogación)

Ejecución Forzada: el acreedor puede emplear los medios legales para que el deudor le
procure aquello a que se ha obligado. A través de la ejecución forzada, el ordenamiento
jurídico le brinda al acreedor la posibilidad de ejercer acciones judiciales tendientes a
obtener la ejecución de la obligación, mediante la obtención compulsiva del bien que
constituye el objeto de la prestación. Claro está que para que ello pueda llevarse a cabo, el
acreedor debe contar con el auxilio de la justicia y de la fuerza pública.

Anormales: Podrá el acreedor… “obtener del deudor las indemnizaciones


correspondientes…”. Cuando esto sucede, ingresamos en la etapa de la responsabilidad,
dado que se producirá la reacción del ordenamiento jurídico frente al incumplimiento del
deudor, lo cual impide que este pueda dar satisfacción al interés del acreedor a través del
pago de la prestación que había asumido en la obligación.
 En función de sus intereses, el acreedor, puede elegir entre intentar el cumplimiento
forzoso de la obligación o bien reclamar una indemnización dineraria sin que exista
un orden de prelación.

 Tanto la ejecución forzada como el id quod interest son etapas o tramos de la misma
obligación, ya que estamos siempre en presencia del mismo derecho subjetivo del
acreedor y del mismo deber del deudor.

Obligaciones de dar, de hacer y de no hacer

Obligación de dar: es aquella encaminada a transmitir la propiedad u otro derecho real o


su uso o a entregar una cosa aún sin transmitir un derecho real sobre ella, pudiendo tener
una finalidad traslativa o restitutoria (un ejemplo de este último caso sería la obligación de
devolver el depósito o dejar la finca libre al extinguirse el arrendamiento, etc.).
Siempre supone una entrega; por ello:
 El art. 1157 CC dice: «No se entenderá pagada una deuda sino cuando
completamente se hubiese entregado la cosa» (obligación de dar) «o hecho la
prestación en que la obligación consistía» (obligación de hacer).
 Y el art. 1462 CC sobre la compraventa dice que «Se entenderá  entregada la
cosa vendida, cuando se ponga en poder y posesión del comprador».

Obligación de hacer: es aquella que tiene por objeto una prestación consistente en
desarrollar cualquier actividad diferente de la de dar. Como se ha dicho, no se entenderá
cumplida la obligación de hacer hasta que se haya hecho la prestación en que la obligación
consistía.

Obligación de no hacer: es aquella que obliga al deudor a abstenerse de ejecutar lo que se


le prohíbe o tolerar que el acreedor haga algo, sin oponerse; en otras palabras, consiste en
no dar o en no hacer.
El Código Civil, sin definir técnicamente el concepto, define la obligación diciendo
precisamente en el art. 1088 CC : «Toda obligación consiste en dar, hacer o no hacer
alguna cosa». El término cosa no tiene aquí un sentido material, como algo que existe en la
naturaleza (una roca, un animal, etc.), sino en el sentido de una conducta que ha de hacer el
deudor, que al final puede desembocar en tener que dar o entregar algo al acreedor o en
hacer algo -sin tener el sentido de esclavitud que considere a dicho deudor como un cosa- o
actuar de forma que tal que se abstenga de hacer lo que, en principio podría hacer sin
problemas o de tolerar que el acreedor haga algo sin oposición del deudor.

Transmisión de las obligaciones

La sucesión a título universal se dará en el caso de fallecimiento de una persona, al


transmitirle todos los derechos y activos que componen su patrimonio a sus herederos; en
cambio, la sucesión a título particular está referida a la transmisión de un objeto o derecho
en particular.

Sucesión legal o voluntaria: La primera ocurre en virtud de la ocurrencia del supuesto


factico dispuesto en la norma, mientras que la segunda se origina en la voluntad del
individuo en cuyos derechos se sucede y que causa la transmisión.

Sucesión por pacto entre vivos o mortis causa: La primera de ellas se configurará cuando
la eficacia de la transmisión no dependa del fallecimiento de la persona de cuya voluntad
emana el acto; la sucesión mortis causa es aquella que producirá efectos desde el
fallecimiento del causante.

Limitaciones

La regla general que impera en materia de transmisión, es que todos los derechos y
obligaciones son transmisibles.
Las restricciones a la transmisión pueden darse:
Por la naturaleza del hecho y/o de la obligación: es el caso de las obligaciones y
derechos inherentes a la persona.
Por voluntad de las partes: ejemplo no subalquilar.
Por disposición legal: se trata de derechos de contenido familiar o social, derecho a
alimento futuros, asignaciones familiares, etc.

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