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FACTORES BIÓTICOS Y ANTRÓPICOS DE LA EDAFOGÉNESIS

La Guía de descripción de suelos de FAO (2006) indica que la vegetación es un factor formador dominante en la
formación del suelo, ya que es la fuente primaria de materia orgánica, desempeña un papel importante en el re-
ciclaje de nutrientes y e n la hidrología del sitio. No se ha estandarizado ningún sistema para la descripción de la
vegetación. Puede consultarse la codificación SINEDARES, que es suficientemente detallada: http://www.iec.cat/
mapasols/Doculnteres/PDF/Llibrel 2.pdf (verificado en 2019).
La interacción entre los organismos vivos (plantas, animales y seres humanos) y el sucio resulta compleja y
puede haber cambiado en un momento determinado de la edafogénesis, por ejemplo, como resultado de una de-
forestac ión o de un cambio de especie forestal en un bosque. Las plantas superiores, la microflora (bacterias,
hongos, actinomicetos -un tipo de bacterias-, algas, líquenes), así como la mesofauna (mamíferos roedores,
artrópodos, lombrices de tierra, e ntre otros), la microfauna (protozoos) y los seres humanos provocan efectos
directos e indirectos sobre la formación del suelo.
La presencia de vegetación y el aporte de materia orgánica constituyen elementos diferenciales entre una roca
y un suelo. Una roca coherente puede ser invadida por líquenes (asociación si mbiótica de un alga y un hongo) y
en zonas frías y húmedas por briofitas (musgos), como colonizadores primarios, al estar adaptados a vivir e n
medios desfavorables con nutrientes limitados. Atacan la roca y con ello se inic ia su disgregación (meteorización)
y un proceso de formac ión de suelo.

En otras situaciones menos extremas, caso de rocas incoherentes y materiales terrígenos, la vegetación her-
bácea encuentra un medio más favorable para implantarse, aporta materia orgánica (hojas, raíces, ramas, troncos,
etc.) al material originario y, con estas incorporaciones, se inicia la diferenciación de horizontes, con un oscureci-
miento progresivo de la parte superior del material (formación de un horizonte A). La importancia del efecto di-
recto sobre e l desarrollo del suelo , e l reciclado de nutrientes desde partes profundas, y sobre las características
del suelo dependerá de:
Tipo de vegetación, según sea arbórea (caducifoli a o perenne), herbácea o se trate de una zona cultivada o
muy antropizada.
Cantidad y tipo de materia orgánica aportada al suelo, que puede caracterizarse por el valor de la relación
entre el contenido de carbono orgánico (C) y el de nitrógeno (N): relación CIN. Cuanto mayor es su valor,
más lenta será la descomposición, por falta de nitrógeno. Las coníferas y, en general, aquellas plantas que
producen restos orgánicos con altos contenidos de celulosa o de ligni na tienen relaciones C/N elevadas, mien-
tras que las leguminosas y otras plantas herbáceas dan origen a materiales orgánicos con CIN bajos, por tanto
más fácilmente mineralizables.
- Forma de incorporación de la materia or-
gánica al suelo. Puede tener lugar en la su-
perficie de l suelo, tal como ocurre cuando
procede de una masa arbórea, que apor-
ta hojas y ramas al suelo, mientras que las
raíces de los árboles perduran muchos años
sin descompo nerse. E n este caso la mate-
ria orgánica se halla sobre la superficie del
suelo mineral y estará integrada por restos
orgánicos con distinto grado de descompo-
sició n. Se forman horizontes O, cuya ma-
teria orgánica se descompone lentamente y
que, junto con las raíces del sotobosque, se
va mezclando por acción de la fauna con la
materia mineral dando lugar a la formación
de un horizonte A, cuyo espesor irá aumen-
tando con los años. Por el contrario, e n el
caso de una vegetación herbácea (p. ej . una
pradera de gramíneas), la m ateria orgáni-
ca se incorpora a partir de las raíces finas
que, al morir, se descompo nen fácilmente y
dan lugar a un horizo nte A de mayor espe-
sor que en el caso del bosque, sin que se lle-
g ue a formar un horizonte O.
Actividad biológica: los microorganismos
Los apones de materia orgánica por las raíces en una pradera oscu-
intervienen en la descomposició n, minera- recen la parte superior del suelo y dan lugar a /afon nación de un ho-
lización y evolución de la materia orgáni- rizonte A con estructura granular compuesta. Pla d 'Anyella (Pirineo).
ca del suelo. Si el medio es ácido habrá un
J. Porta
predominio de hongos frente a bacterias,
que se desarrollan m ejor e n medios bási-
cos. Por ello, la evolución de la materia orgánica variará de unos suelos a otros, según las condiciones del
medio.
- Productos resultantes de la evoluc ión de la materia orgánica en el suelo condicionen las unio nes entre la ma-
teria orgánica y la materia mineral, entre otros aspectos.
Por todo ello son de esperar grandes diferencias en el tipo y contenido de materia orgánica de unos suelos
a otros debido a la acción de los organismos vivos como factor formador del suelo. De forma orientativa se pue-
den indicar órdenes de magnitud del contenido de materia orgánica en los horizontes A de distintas clases de sue-
lo: en zonas áridas menos de un 1 % (a no ser que sea heredada de condicio nes climáticas pasadas más húmedas);
en suelos de regadío, del orden de un 3 %, mientras que en los suelos de prado puede llegar a haber un 8 %, y en
suelos orn:ánicos. más de un 24 %.

E l papel indirecto de la vegetación en los procesos formadores se debe, entre otros aspectos, a las raíces, que
crean vías de circulación preferente de agua y a que contribuyen en la formació n de agregados con la materia mi-
neral; a la protección frente al impacto directo de las gotas de lluvia sobre la superficie del sue lo y la acción
del viento, lo que evita e l desprendimiento de partículas y la erosión, al frenar la velocidad de circulación del agua
de escorrentía superficial en una ladera protege contra la erosión hídrica y también contra la erosión por efecto del
viento (erosió n eólica), al disminuir la velocidad del viento, por ello tienen un efecto importante las masas fores-
tales al disminuir la evaporación; la respiración de las raíces aumenta el contenido de C02 del suelo.
Con un enfoque mucho más detallado, se puede estudiar la influencia de una planta aislada (un árbol) so-
bre el suelo que tiene justo debajo de su copa (manchas esporádicas de vegetació n, lo que hace que haya una dis-
tribución de suelos bimodal). Hay árboles que actúan como plantas " nodriza" , lo que explica que debajo de ellos
se instalen otras plantas que resultan beneficiadas. Esto hace que se puedan observar grandes diferencias entre e l
suelo que hay bajo el árbol y el del área circundante entre árboles, que presentará un menor contenido de materia
orgánica, de nutrientes y de humedad. Este es el caso de una sabana arbolada, caracterizada por una vegetación de
gramíneas medias o altas, entre las que puede haber esparcidas leguminosas arbóreas, tales como acacias, mezqui-
te, entre otras, que fijan N2 atmosférico y cobijan bajo ellas una diversidad grande de plantas.
La estructura arquitectónica de un árbol condiciona la forma en que percolará el agua de lluvia. Así por ejem-
plo, en un haya, el agua se mueve por el tronco (flujo cortical), mientras que en un abeto, el agua percola princi-
palmente por la periferia del árbol (Gobat et al., 2004).
La fauna excavadora tritura materiales orgánicos (colémbolos, entre otros) y los mezcla con la materia mi-
neral (lombrices de tierra, entre otros), dando lugar a procesos de bioturbación. Dependiendo de las condicio-
nes ecológicas, habrá un predominio de unos organismos u otros en el suelo, así, por ejemplo, las lombrices de
tierra requieren medios neutros o básicos, no toleran la acidez, de manera que por debajo de pH 5 son muy esca-
sas, mientras que en medios básicos serán muy eficaces en la mezcla de materiales orgánicos y materia mineral.
Tras ingerirlos, los vuelven a excretar como materia fecal estructurada y enriquecida en microorganismos. Por
otro lado, crean gran cantidad de galerías (bioporos) que favorecen la aireación, el movimiento del agua y el paso
de las raíces.

Las actuaciones antrópicas sobre los suelos pueden tener efectos positivos (medidas de protección de los
suelos) y negativos (procesos de degradación por erosión, salinización, contaminación, entre otros). La introduc-
ción de la agricultura en tiempos remotos, o actualmente la agricultura itinerante practicada por comunidades
indígenas en algunos lugares del mundo, ha provocado y provoca cambios antropógenos importantes en el de-
sarrollo del suelo. Cambios que pueden resultar irreversibles en una dimensión temporal a escala humana. Igual-
mente, una inadecuada asignación de usos al territorio puede hacer perder de forma irreversible suelos de alta
calidad, como ocurre con el sellado permanente de suelos por ocupación con infraestructuras, viviendas, indus-
trias, campos con plantas solares, entre otras actuaciones. La mayor concienciación social acerca de las funcio-
nes del suelo y la necesidad de proteger los suelos frente a su degradación y los planteamientos de un desarrollo
sostenible han hecho que en la Unión Europea se haya elaborado una Estrategia Temática de Protección de Sue-
los (Accesible en: http://ec.europa.eu/environment/soil/three_en.htm (verificado en 2019). Por otro lado, el Con-
sejo de la Unión Europea desde 2007 viene intentando, sin éxito, que se apruebe una propuesta de Directiva del
Parlamento Europeo y el Consejo para establecer un marco para la protección de los suelos, que sería de obliga-
do cumplimiento por parte de los Estados miembros caso de ser aprobada.

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