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¿Es amigo o enemigo? En una era en la que el tiempo parece viajar más
rápido y las exigencias son mayores – se está haciendo común vivir al
borde de un ataque de ansiedad. Aprende qué es lo que dispara esta extraña
emoción y cómo usarla a tu favor.
El gran filósofo francés Montaigne escribió una vez: “Mi vida ha estado
llena de
terribles desgracias, la mayoría de las cuales que ni siquiera han sucedido.”
La ansiedad
distorsiona las preocupaciones normales y las magnifica. Nos quedamos
atrapados
como moscas en una tela de araña de nuestra propia fabricación, luchando
de forma
impotente, paralizados, sin poder tomar la acción necesaria que nos
liberará.
Yo sugiero que deberíamos ver la ansiedad bajo una luz positiva. Pienso
que se manifiesta para recordarnos que no estamos ejecutando nuestro total
potencial
en este mundo, que no estamos satisfaciendo nuestro propósito. Sólo con el
estímulo
de una auto-evaluación continua, que muchas veces comienza con la
ansiedad, nos
esforzaremos por ser mejores y por tener éxito en nuestros esfuerzos. De
hecho, la
ciencia médica apoya esta perspectiva. Muchos doctores aseveran que
cierta cantidad
de ansiedad es algo bueno. En un tratado completo con relación al tema,
Ansiedad
(Oxford, 1986), Donald W. Goodwin, M.D. sugiere que el stress es una
herramienta
útil que puede “forjar la personalidad, aumentar la creatividad y animarnos
a ser
mejores.” Con la ansiedad, experimentamos una toma de conciencia de
nosotros
mismos aumentada. De acuerdo a la Asociación Médica Americana, la
ansiedad
también nos ayuda a responder ante las emergencias.
Hay un viejo dicho: “El miedo tocó la puerta. Respondió la fe. No había
nadie.”
Aquellos que estudian creen que la ansiedad ocurre cuando no tenemos
certeza.
Al negarnos a confiar en lo Divino o en la perfección del plan fundamental,
aceptamos
cargas que no se suponía que teníamos que cargar y por lo tanto, nos
sentimos
incómodos, deprimidos y asustados. Nuestros cuerpos responden
físicamente a este
desbalance espiritual, que es el motivo por el cual las personas que sufren
de ansiedad
con frecuencia experimentan dolores de cabeza, mareos, palpitaciones
cardíacas,
enorme fatiga y problemas respiratorios.
1. Lleva un diario: escribe cada día cinco cosas por las cuales estás
agradecido.