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Actividad C4-Resumen, síntesis y paráfrasis: lenguaje inclusivo

Miguel Angel Barrios Trejo 190391

Resumen

Las ideas que comunicamos y la forma de comunicarlas expresan, además, las características

que forman parte de nuestra cultura como individuos y como sociedad. Es una forma más de

ver nuestros valores y nuestras distintas realidades.

Cuando buscamos libros o referencias del papel de las mujeres en la Historia, con seguridad

encontramos muy poco. La nula presencia de las mujeres en el conocimiento y la ciencia

volvía innecesaria la mención hacia ellas en la antigüedad. Por este motivo, se volvió

necesario solo pensar y escribir en masculino.

En la representación lingüística y del pensamiento, la mujer es prácticamente invisible. Es de

necios pensar que por incluir un los/las al momento de enunciar se está eliminando el

pensamiento-lenguaje sexista. Intentar implementar un lenguaje incluyente se trata de

transformar los pensamientos para generar cambios en la realidad que ese lenguaje desigual

ha construido pues, aunque pareciera que el lenguaje tiende a ser algo intangible, nuestros

actos y nuestro mundo se construye en torno a éste; por ende, pasa a ser algo concreto.

Utilizar un lenguaje incluyente es uno de los muchos intentos por generar igualdad de alguna

manera, claramente no es la única opción ni resolvería el problema por completo o de raíz.

Desde la construcción del lenguaje podemos nombrar lo invisible para crear

transformaciones sin perder el sentido de la comunicación asertiva y su eficiencia para

construir realidades. (Andrea SL, 2016)


Síntesis textual

En su artículo “Guía básica para utilizar el lenguaje inclusivo y dejar de ser absurdos”,

Andrea SL nos expone el problema del “monopolio masculino de la palabra” (una sentencia

de Eduardo Galeano).

En el artículo se expresa la magnitud del problema al que nos estamos enfrentando, siendo la

invisibilización de la mujer en el habla y la redacción el eje central de la problemática. Se

propone que, ya que antiguamente el papel de la mujer en la sociedad quedaba reducido a “la

triste condición de respaldo de silla” (otra frase de Eduardo Galeano), no era necesario que

fuesen mencionadas tanto como los hombres. Esta idea se habría arrastrado hasta la

contemporaneidad, tiempos en los que, aunque la desigualdad sigue latente, cada vez es más

la gente que se hace escuchar.

Andrea propone, además, dejar de lado las prácticas que instan a deformar casi cualquier

palabra para cambiar su género (véase cuerpo/cuerpa, por ejemplo), que ella considera

absurdas. Y, como alternativa, propone utilizar términos neutrales o, en otra instancia, alargar

un poco los enunciados para poder agregar los pronombres masculinos y femeninos por igual.

Paráfrasis

“Seguir utilizando la universalidad masculina, es seguir reproduciendo un pensamiento

arcaico excluyente que ya no se adapta al mundo actual.” (Andrea SL, 2016)


Como sociedad, solemos aferrarnos a lo que nos es cómodo, a lo que estamos acostumbrados.

Es por esto que hemos arrastrado con nosotros la imagen irreal de la mujer situada a la sombra

del hombre que, aunque cada vez menos vemos representada de otras maneras, pasa

desapercibida cuando se trata de lenguaje. Sin embargo, está ahí, en forma de invisibilizarían

y exclusión latente, una idea añeja que hemos arrastrado por comodidad.

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