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ETAPA PREOPERACIONAL
El pensamiento del niño durante este estadio es pre operacional. Esto significa que el
niño aun es capaz de usar la lógica o transformar, combinar o separar ideas, al no entender la
lógica concreta, los niños aun no son capaces de manipular la información mentalmente y de
tomar el punto de vista de otras personas. El desarrollo del niño consiste básicamente en
construir experiencias acerca del mundo a través de la adaptación e ir avanzando hacia el
etapa (concreta) en la cual puede utilizar el pensamiento lógico.
Al final de esta etapa los niños pueden representar mentalmente eventos y objetos (la
función semiótica), y participar en el juego simbólico. Los niños se vuelven cada vez más
expertos en el uso de símbolos, como lo demuestra el aumento del juego y la simulación.
Por ejemplo, un niño es capaz de emplear un objeto para representar algo más, como
pretender que una escoba es un caballo. El juego de roles también es importante durante la
etapa preoperacional. Los niños suelen desempeñar los papeles de «mamá», «papá»,
«médico» y muchos otros personajes. Las principales características de la etapa
preoperacional incluyen:
CENTRACIÓN
EGOCENTRISMO
JUEGO
Al iniciar esta etapa a menudo se observa que los niños juegan en paralelo. Es decir
que a menudo juegan en la misma habitación que otros niños, pero sin interactuar, o sea,
juegan junto a otros niños más no con ellos. Cada niño está absorto en su propio mundo
privado y el habla es egocéntrica. Es decir, la función principal del habla en esta etapa es
externalizar el pensamiento del niño en lugar de comunicarse con los demás. Hasta el
momento, el niño no ha comprendido la función social del lenguaje ni de las reglas.
REPRESENTACIÓN SIMBÓLICA
Esta es la habilidad de realizar una acción – una palabra o un objeto – representar algo
distinto de sí mismo. El lenguaje es quizás la forma más obvia de simbolismo que muestran los
niños pequeños. Sin embargo, Piaget (1951) sostiene que el lenguaje no facilita el desarrollo
cognoscitivo, sino que simplemente refleja lo que el niño ya conoce y contribuye poco a la
adquisición de nuevos conocimientos. Él creía que el desarrollo cognitivo promueve el
desarrollo del lenguaje, no al contrario.
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JUEGO SIMBÓLICO
Los niños a esta edad a menudo pretenden ser personas que no son (por ejemplo,
superhéroes, un bombero), y pueden representar estos roles con apoyos que simbolizan
objetos de la vida real. Los niños también pueden inventarse un compañero de juegos
imaginario. «En el juego simbólico, los niños pequeños avanzan en sus conocimientos sobre
las personas, los objetos y las acciones y construyen así representaciones cada vez más
sofisticadas del mundo» (Bornstein, 1996, p.293).A medida que la etapa pre-operativa se
desarrolla el egocentrismo disminuye y los niños empiezan a disfrutar de la participación de
otros niños en sus juegos y «dejan de fingir» el juego se torna más importante.Para que esto
funcione, es necesario de algún modo que se regule las relaciones de cada niño con el otro y
de dicha necesidad surge los orígenes de una orientación hacia los demás en términos de
normas.
ANIMISMO
Esta es la creencia de que los objetos inanimados tales como juguetes u objetos
poseen sentimientos e intenciones humanas, en otras palabras, para el niño preoperacional de
Piaget (1929) el animismo significa que el mundo natural está vivo, consciente y tiene un
propósito.
Hasta la edad de 4 a 5 años, el niño cree que casi todo está vivo y tiene
un propósito.
Durante la segunda etapa (5-7 años) sólo aquellos objetos que se
mueven poseen un propósito.
En la siguiente etapa (7-9 años), sólo los objetos que se mueven de
forma espontáneamente se les atribuye que están vivos.
En la última etapa (9-12 años), el niño comprende que sólo las plantas
y los animales están vivos.
Objetivo: Piaget e Inhelder (1956) querían indagar a qué edad se descentran los niños
– es decir, ya no son tan egocéntricos.
Método: El niño se sienta al frente de una mesa, en la cual hay tres montañas. Cada
una de las montañas es diferente, una tiene nieve, otra tiene una choza en la cima y la ultima
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una cruz roja encima. Al niño se le permitió caminar alrededor del modelo, mirarlo y luego se
sienta a un lado. A continuación, se coloca una muñeca en varias posiciones de la mesa.
Hallazgos – Los niños de cuatro años casi siempre seleccionaron una imagen que
representaba lo que ellos mismos podían ver y no mostraban ninguna conciencia de que la
visión que tendría la muñeca. Los niños de seis años eligieron con frecuencia una imagen
diferente de su propia perspectiva, pero rara vez eligieron la imagen correcta para el punto de
vista de la muñeca. Sólo los niños de siete u ocho años siempre eligieron la imagen correcta.
Martin Hughes (1975) argumentó que el problema de las tres montañas no tenía
sentido para los niños, por lo cual se les dificultaba comprenderlo, ya que los niños tenían que
igualar su percepción, con la de la muñeca a través de una fotografía Hughes ideó una tarea
que tenía sentido para los niños .Mostró a los niños un modelo que comprendía dos paredes
que se cruzaban, un muñeco, y otro de un «policía». Luego ubicó la muñeca de policía en
varias posiciones y les pidió a los niños que seleccionaran el muñeco del policía. Esto con el fin
de asegurarse de que el niño entendía lo que se le pedía, si el niño cometía errores se les
explicaba nuevamente y lo intentaba otra vez. Curiosamente, ocurrieron muy pocos errores.
Luego del que el experimento había iniciado. Hughes introducía un segundo muñeco de policía,
ubicándolos en el extremo de dos pared es, como se muestra en la ilustración.Se le pedía al
niño que escondiera el muñeco de ambos policías, en otras palabras, tenía que tener en cuenta
dos puntos de vista diferentes.
La muestra de Hughes comprendía niños de los tres y medio a cinco años, de los
cuales el 90 por ciento fue capaz de dar respuestas correctas. Incluso cuando Hughes ideó una
situación más compleja, con más paredes y un tercer policía, el 90 por ciento de los niños de
cuatro años aún tenía éxito. Esto demostraría que los niños han perdido en gran medida su
pensamiento egocéntrico a los cuatro años, ya que son capaces de asumir la perspectiva del
otro. El experimento de Hughes les permitió refutar el experimento de Piaget al demostrar que
su problema no tenía sentido para el niño.
Piaget enfocó la mayor parte de la descripción de esta etapa sobre las limitaciones en
el pensamiento del niño, identificando una serie de tareas mentales que los niños parecen ser
incapaces de realizar. Estos incluyen la incapacidad de descentralización, conservación,
seriación (incapacidad para entender que los objetos pueden ser organizados en una serie
lógica u orden) y llevar a cabo tareas de inclusión. Los niños en la etapa preoperacional son
capaces de concentrarse en un solo aspecto o dimensión de los problemas (Centración). Por
ejemplo, suponga que el niño organiza dos filas de bloques de tal manera que una fila de 5
bloques es más larga que una fila de 7 bloques. Los niños preoperacionales generalmente
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pueden contar los bloques en cada fila y decirle el número contenido en cada uno .Sin
embargo, si usted pregunta qué fila tiene más, probablemente responderán que es aquella
cuya longitud es más larga, porque no pueden centrarse simultáneamente en la longitud y el
número. Esta incapacidad para descentralizar contribuye al egocentrismo del niño
preoperacional. La Conservación es la comprensión de que algo permanece igual en cantidad,
aunque su apariencia cambie. Para ser más técnico, la conservación es la capacidad de
entender que redistribuir el material no afecta su masa, número o volumen La capacidad de
resolver este y otros problemas de «conservación» marca la transición a la siguiente etapa.
Entonces, ¿qué nos dicen estas tareas acerca de las limitaciones del pensamiento
preoperacional en general?
Conclusión