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Irrigación
El hígado recibe un doble aporte sanguíneo: cerca del 20% del flujo sanguíneo es sangre
rica en oxígeno procedente de la arteria hepática y 80% es sangre rica en nutrimentos que
proviene de la vena porta que se origina en estómago, intestino, páncreas y bazo.
Circulación hepática: Anatómicamente recibe sangre oxigenada de la arteria hepática,
pero funcionalmente recibe sangre de la vena porta. O sea, que del 20 al 30% del flujo
sanguíneo hepático recibe sangre oxigenada por medio de la arteria hepática y un 70 al 80%
de la sangre que recibe es con poca oxigenación a través de la vena porta. Esta sangre que
viene de esa vena es sangre muy rica en nutrientes porque es la que viene desde el Tracto
Gastrointestinal, y tiene que ir al hígado para ser procesada y de allí si poder ser enviada a
la circulación sistémica a través de las venas hepáticas que drenan a su vez en la vena cava
inferior.
Triada Portal: Llamado también Pedículo Glissoniano. Está conformado por 3
estructuras muy íntimamente relacionadas que entran o salen al hígado a través del hilio
hepático. Y son la vena porta, la arteria hepática y el conducto colédoco.
La arteria hepática está a la izquierda del conducto colédoco y la vena porta detrás del
colédoco.
Anastomosis del Sistema Portal
El sistema portal se encuentra anastomosado con venas de la circulación sistémica; se
comunica con venas que terminan drenando en alguna de las venas cavas. Importante en
caso de que ocurra alguna obstrucción de la vena porta, la sangre del tracto gastrointestinal
en vez de ir hacia el hígado comienza a ir hacia estas anastomosis y hace que ellas se
dilaten. (Hipertensión portal).
1. entre las venas esofágicas que drenan hacia la ácigos y la vena gástrica izquierda que
drena en la porta.
2. Entre la vena rectal superior que drena en la mesentérica inferior y la vena rectal media
que drena de manera indirecta en la cava inferior.
3. Entre la vena paraumbilical que drena en la rama izquierda de la porta y las venas
epigástricas inferiores que drenan indirectamente en la cava inferior.
4. Entre las venas cólicas que drenan en la mesentérica inferior y las venas retroperitoneales
que drenan en la cava inferior.
Drenaje venoso
La sangre que abandona el hígado es recogida por las venas hepáticas o suprahepáticas,
unidas entre sí para formar una sola vena hepática, que vierte la sangre que transporta en la
vena cava inferior
De la vena cava inferior, la sangre regresa al lado derecho del corazón, para ser bombeada
hacia los pulmones
Drenaje linfático del hígado
El drenaje linfático del hígado corre a cargo de vasos que desembocan en la vena cava
inferior o en los ganglios hepáticos que siguen el recorrido inverso de la arteria hepática
Inervación del hígado
El hígado recibe nervios del plexo solar, de los nervios neumogástrico izquierdo y derecho
y también del nervio frénico derecho, por medio del plexo diafragmático.
El aporte nervioso también le viene del plexo celíaco que inerva al hepático, mezcla de
fibras simpáticas y parasimpáticas. Estos nervios llegan al hígado junto a la arteria hepática
Fisiología Del Hígado
Gran parte de las células del hígado son hepatocitos, que constituyendos tercios de la masa
hepática. Las restantes son células de Kupffer (miembrosdel sistema reticuloendotelial),
células estrelladas (almacenadoras de grasa), células endoteliales y vasos sanguíneos,
células de losconductillos biliares y estructuras de soporte.
Los hepatocitos realizan todas las funciones clásicas del hígado (síntesis, metabolización,
etc.), mientras que las células de Kupffer tienen una función inmunológica y de defensa.
Se puede considerar al ácino como unidad fisiológica del hígado ya que ayuda a entender
los patrones morfológicos de muchas enfermedades vasculares y biliares, que no se
explican con la disposición lobulillar.
Los hepatocitos desempeñan funciones numerosas y vitales para mantener la homeostasia y
la salud. Estas funciones son
La síntesis de muchas de las proteínas séricas esenciales (albúmina, proteínas
transportadoras, factores de coagulación, muchos factores hormonales y de crecimiento).
La producción de bilis y sus transportadores (ácidos biliares, colesterol, lecitina,
fosfolípidos)
La regulación de los nutrimentos (glucosa, glucógeno, lípidos, colesterol, aminoácidos)
Almacenar vitaminas, minerales, hierro y azúcares que nuestro organismo necesita para
funcionar correctamente.
Descomponer las sustancias químicas que entran o se producen en nuestro organismo y son
perjudiciales.
Limpiar el cuerpo de toxinas (como el alcohol) y de bacterias.
El metabolismo y conjugación de los compuestos lipófilos (bilirrubina, cationes,
fármacos) para excretarlos por la bilis o la orina
HEPATOPATIA ALCOHOLICA
EPIDEMIOLOGIA
El hígado graso existe en >90% de los bebedores cotidianos y los que beben en forma
compulsiva. Un porcentaje mucho menor de los bebedores con alcoholismo intenso
progresa a hepatitis alcohólica, considerada precursora de cirrosis.
La cantidad y la duración del consumo de alcohol son los factores de riesgo más
importantes para el desarrollo de hepatopatía alcohólica. Esta menos clara la función de las
diversas bebidas; o sea, vino, cerveza o destilados, y del patrón de consumo (diario o en
episodios compulsivos).
El avance después de la etapa de hígado graso parece requerir riesgo adicional aún por
definir. Aunque existen predisposiciones genéticas para el alcoholismo, el género es un
determinante sólido para la hepatopatía alcohólica. Las mujeres son más susceptibles a la
lesión hepática por alcohol que los varones. Desarrollan enfermedad hepática avanzada con
un consumo mucho menor de etanol.
En general, el tiempo que tarda en desarrollarse la enfermedad hepática tiene relación
directa con la cantidad de alcohol consumido. Para calcular el consumo de alcohol, es útil
comprender que una cerveza, 120 mL de vino o 30 mL de destilados con 80% contienen
casi 12 g de etanol.
El umbral para desarrollar hepatopatía alcohólica es más alto en varones, en tanto las
mujeres tienen mayor riesgo de desarrollar grados similares de lesión hepática con un
consumo mucho menor. Las diferencias genéricas se deben a efectos aun no comprendidos
del estrógeno, la proporción de grasa corporal y el metabolismo gástrico del alcohol.
La obesidad, una dieta rica en grasa y el efecto protector del café se han postulado
como participantes en el desarrollo del proceso patogénico.
La infección crónica con el virus de hepatitis C (HCV, hepatitis C virus), es una
morbilidad concomitante relevante en la progresión de la hepatopatía alcohólica a la
cirrosis en los bebedores crónicos y excesivos. Incluso el consumo moderado de alcohol de
20 a 50 g al día aumenta el riesgo de cirrosis y cáncer hepatocelular en personas infectadas
con HCV.
Los pacientes con lesión hepática alcohólica e infección por HCV desarrollan hepatopatía
descompensada a una edad más joven y tienen una supervivencia general menor. Es posible
que haya aumento en las reservas hepáticas de hierro y rara vez, porfiria cutánea tardía
como consecuencia de los procesos nocivos superpuestos secundarios al abuso del alcohol
y la infección por HCV. Además, el consumo >50 g al día de etanol en pacientes infectados
con HCV reduce la eficacia del tratamiento antiviral basado en interferón.
PATOGENIA
FISIOPATOLOGIA
A pesar del intenso cambio adiposo y distorsión de los hepatocitos con la grasa
macrovesicular, el cese del consumo permite la normalización de la estructura hepática y el
contenido de grasa.
Se cree que la hepatitis alcohólica es precursora de la cirrosis. Sin embargo, como con el
hígado graso, es reversible cuando se suspende el consumo alcohólico. La cirrosis se
encuentra hasta en 50% de los pacientes con hepatitis alcohólica demostrada por biopsia y
su regresión es incierta, incluso con la abstención.
MANIFESTACIONES CLINICAS
Las manifestaciones del hígado graso alcohólico son sutiles y por lo general se detectan en
una consulta médica por alguna razón al parecer no relacionada. A menudo, el único dato
clínico es la hepatomegalia insospechada. En ocasiones, los pacientes con hígado graso
se presentan con incomodidad en el cuadrante superior derecho, nausea y raras veces,
ictericia. La diferenciación entre el hígado graso alcohólico y el no alcohólico es difícil, a
menos que se confirme un antecedente exacto del consumo de etanol.
Siempre que exista hígado graso, debe realizarse un interrogatorio minucioso y sensible
sobre el consumo de alcohol. Las preguntas validadas estándar detectan los problemas
vinculados con el alcohol.
MANIFESTACIONES DE LABORATORIO
DIAGNOSTICO
La detección de las manifestaciones clínicas de la hepatitis alcohólica. Es central
para iniciar un diagnóstico efectivo y apropiado, y una estrategia terapéutica.
Diagnóstico diferencial
Los pacientes con hepatitis alcohólica grave (función discriminadora > 32 o MELD
> 20, deben recibir 40 mg al día de prednisona, o 32mg al día de prednisolona por 4
semanas, seguidos de reducción gradual del esteroide. Los criterios de exclusión incluyen
hemorragia gastrointestinal activa, insuficiencia renal y pancreatitis.
Los pacientes con infección pueden recibir tratamiento simultáneo con antibióticos y
esteroides
La atención debe dirigirse a los estados nutricionales y psicosocial en los periodos de
valoración y tratamiento
Las mujeres con encefalopatía por hepatitis alcohólica grave son elegibles para los
glucocorticoides
Expresión de TNF-a y la actividad del receptor en la lesión hepática alcohólica ha
llevado a examinar a la pentoxifilina, un inhibidor inespecífico de TNF, ya sea por
sí mismo o en combinación con glucocorticoides para el tratamiento de la hepatitis
alcohólica grave (un estudio, la pentoxifilina mostró mejora en la supervivencia
como tratamiento de la hepatitis alcohólica grave, sobre todo por la disminución del
síndrome hepatorrenal. Estudios clínicos subsiguientes no mostraron beneficio por la
administración de pentoxifilina, ya sea sola o en combinación con prednisolona).
Ascitis
Encefalopatía hepática
Insuficiencia renal
CIRROSIS
Definición:
La cirrosis es un trastorno hepático, caracterizada por la aparición de fibrosis de un grado
tal que se produce una distorsión estructural y la formación de nódulos de regeneración. La
estimulación de la fibrosis ocurre cuando se activan las células estrelladas hepáticas, lo cual
conlleva la formación de mayores cantidades de colágeno y otros compuestos de la matriz
extracelular.
Causas:
Pacientes con hepatopatías como hepatitis B, C, y en los enfermos con hígado graso
relacionado con la obesidad, autoinmunitaria, herencia genética (hemocromatosis y
enfermedad de Wilson, deficiencia de antitripsina, fibrosis quística), cirrosis biliar primaria
(mujeres) y cirrosis cardiaca.
Epidemiologia:
Individuos de sexo masculino mayores de 50 años de edad, que tiende al consumo excesivo
y crónico de la ingesta de alcohol, durante más de 8 años. (La Organización Mundial de
la Salud establece como consumo excesivo aquel que sobrepasa los 70 g de alcohol al
día para los hombres y los 50 g/día para las mujeres. De forma aproximada y
simplificada se puede recordar que un litro de vino son 80 g de alcohol, igual que 2
litros de cerveza son 80 g de alcohol y 200 cm3 de bebidas destiladas son 80 g de
alcohol)
En Venezuela la cirrosis está dentro de las 10 primeras causas de mortalidad; los estados
con mayor porcentaje Trujillo, Vargas, Distrito federal y Táchira. Aproximadamente sólo
un 12% de los pacientes alcohólicos evolucionan hasta desarrollar cirrosis.
CIRROSIS ALCOHÓLICA:
El consumo crónico y excesivo de bebidas alcohólicas ocasiona diferentes tipos de
hepatopatía crónica, como la hepatopatía alcohólica, hepatitis alcohólica y cirrosis
alcohólica.
Asimismo, el consumo excesivo de alcohol contribuye a la lesión hepática en pacientes con
otras hepatopatías, como hepatitis C, hemocromatosis y en los enfermos con hígado graso
relacionado con la obesidad. El consumo crónico de alcohol produce fibrosis sin que ocurra
inflamación o necrosis concomitantes. La fibrosis puede ser centrolobulillar, pericelular o
periportal.
En la cirrosis alcohólica, los nódulos generalmente tienen un diámetro <3 mm; esta forma
de cirrosis se conoce como micronodular. Al suspender el consumo de alcohol se pueden
formar nódulos de mayor tamaño, lo que da origen a una cirrosis micronodular y
macronodular mixta.
Patogenia: El etanol se absorbe en su mayor parte por el intestino delgado y, en menor
grado, por el estómago. La alcohol deshidrogenasa (ADH, alcohol dehydrogenase) gástrica
inicia el metabolismo del alcohol. Tres sistemas enzimáticos se encargan del metabolismo
hepático del alcohol: ADH citosólica, el sistema microsómico oxidante de etanol (MEOS,
microsomal ethanol oxidizing system) y la catalasa peroxisómica. La mayor parte de la
oxidación del etanol ocurre por medio de la ADH para formar acetaldehído, el cual es una
molécula muy reactiva que puede tener múltiples efectos. Por último, el acetaldehído es
metabolizado a acetato por la aldehído deshidrogenasa (ALDH, aldehyde dehydrogenase).
La ingestión de etanol incrementa la acumulación intracelular de triglicéridos al aumentar
la captación de ácidos grasos y reducir la oxidación de ácidos grasos y la secreción de
lipoproteína. Se altera la síntesis de proteína, la glucosilación y la secreción. La lesión
oxidativa de las membranas del hepatocito ocurre a consecuencia de la formación de
especies de oxígeno reactivo; el acetaldehído es una molécula muy reactiva que se combina
con proteínas para formar aductos de proteína y acetaldehído, los cuales interfieren en las
actividades enzimáticas específicas, entre las que se incluyen la formación de microtúbulos
y el tránsito de proteína hepática. Después de la lesión del hepatocito mediada por
acetaldehído, determinadas especies de oxígeno reactivo desencadenan la activación de las
células de Kupffer. En consecuencia, se producen citocinas profibrinógenas que inician y
perpetúan la activación de la célula estrellada, con la producción resultante de un exceso de
colágeno y matriz extracelular. El tejido conjuntivo aparece en las zonas periportales y
pericentrales y tarde o temprano conecta las tríadas portales con las venas centrales
formando nódulos regenerativos. Se produce una lisis de hepatocitos y con el aumento en la
producción y almacenamiento de colágeno, aunado a una destrucción constante del
hepatocito, el hígado se contrae y se retrae. En general, este proceso tarda de años a
décadas y son necesarias lesiones repetidas.
Clínica: Para establecer el diagnóstico de hepatopatía alcohólica se necesita una anamnesis
exacta respecto de la cantidad y duración del consumo de alcohol.
Los pacientes con hepatopatía alcohólica presentan síntomas no específicos como
dolor vago en el cuadrante superior derecho, fiebre, náusea y vómito, diarrea,
anorexia y malestar general.
Otra posibilidad es que tengan complicaciones más específicas de la hepatopatía
crónica, como son ascitis, edema o hemorragia de la porción superior del tubo
digestivo.
Otras manifestaciones clínicas comprenden el desarrollo de ictericia o encefalopatía.
El inicio súbito de cualquiera de estas complicaciones puede ser el fenómeno que
orille al paciente a buscar atención médica.
En la exploración física, el hígado y el bazo suelen estar aumentados de tamaño y el
borde hepático es firme y nodular.
Otros datos frecuentes incluyen ictericia de la esclerótica, eritema palmar,
telangiectasias, crecimiento de la glándula parótida, hipocratismo digital,
emaciación muscular o la aparición de edema y ascitis.
Los varones pueden tener una disminución del pelo corporal y ginecomastia, lo
mismo que atrofia testicular, lo cual es consecuencia de anomalías hormonales o de
un efecto tóxico directo del alcohol sobre los testículos.
En las mujeres con cirrosis alcohólica avanzada, suelen ocurrir irregularidades
menstruales y algunas pueden presentar amenorrea. Los cambios suelen revertirse
después de suspender el consumo de alcohol.
Laboratorio: Los estudios de laboratorio son normales en pacientes con cirrosis alcohólica
compensada en fase incipiente. También, en la hepatopatía avanzada suelen presentarse
muchas anomalías. Es posible que ocurra anemia por hemorragia de tubo digestivo crónica,
deficiencias nutricionales o hiperesplenismo causado por la hipertensión portal o como un
efecto supresor directo del alcohol sobre la médula ósea. Una forma singular de anemia
hemolítica (con células en espolón y acantocitos) denominada síndrome de Zieve puede
presentarse en individuos con hepatitis alcohólica grave. Los recuentos de plaquetas suelen
estar reducidos en las primeras etapas de la enfermedad, lo que refleja la hipertensión portal
con hiperesplenismo. La bilirrubina total sérica es normal o está aumentada en caso de
enfermedad avanzada. La bilirrubina directa a menudo se encuentra un poco alta en
pacientes con bilirrubina total normal, pero es típico que la anomalía evolucione conforme
se agrava la enfermedad. Los tiempos de protrombina a menudo están prolongados y por lo
general no responden a la administración de vitamina K parenteral. Las concentraciones
séricas de sodio suelen ser normales a no ser que los pacientes tengan ascitis, en cuyo caso
están reducidas, lo cual en gran parte se debe a la ingestión de un exceso de agua libre. Lo
habitual es que se incrementen las concentraciones séricas de la alanina y la aspartato
aminotransferasas (ALT, alanine aminotransferase; AST, aspartate aminotransferase), sobre
todo en sujetos que continúan con el consumo de alcohol, y los niveles de AST son
mayores que los de ALT, por lo común en una proporción de 2:1.
Diagnóstico: Se considerará que los pacientes que tienen alguna de las manifestaciones
clínicas antes mencionadas, datos de la exploración física o estudios de laboratorio, tienen
una hepatopatía alcohólica. Sin embargo, para establecer el diagnóstico es necesario saber
con toda seguridad que el paciente continúa consumiendo alcohol en forma excesiva.
Asimismo, es necesario considerar o descartar otras formas de hepatopatía crónica (p. ej.,
hepatitis viral crónica o hepatopatías metabólicas o autoinmunitarias) o si ya existe, valorar
una relación causal con el consumo de alcohol. La biopsia hepática ayuda a confirmar un
diagnóstico, pero por lo general cuando los pacientes presentan hepatitis alcohólica y
todavía continúan su hábito alcohólico, se pospone la biopsia hepática hasta que se haya
mantenido la abstinencia por lo menos durante seis meses, a fin de determinar si hay una
enfermedad residual no reversible. En los enfermos que han tenido complicaciones de
cirrosis y que siguen bebiendo, la supervivencia a cinco años es <50%. En cambio, en los
que pueden conservar la abstinencia, el pronóstico es mucho más favorable. En los
individuos con hepatopatía avanzada, el pronóstico sigue siendo desfavorable; sin embargo,
en los que logran mantenerse abstemios, el trasplante hepático es una opción viable.
Tratamiento: La abstinencia es parte fundamental del tratamiento de pacientes con
hepatopatía alcohólica. Además, los enfermos necesitan un buen estado de nutrición y
supervisión médica a largo plazo a fin de tratar las complicaciones subyacentes que puedan
presentarse. Complicaciones como la ascitis y el edema, la hemorragia por varices o la
encefalopatía portosistémica necesitan atención y tratamiento específicos. En ocasiones,
cuando no hay infección, se administran glucocorticoides en pacientes con hepatitis
alcohólica grave. Se ha demostrado mejoría de la supervivencia en algunos estudios. El
tratamiento se restringe a los individuos con un valor de función discriminante (DF,
discriminant function) >32. La DF se calcula como la bilirrubina total sérica más la
diferencia en el tiempo de protrombina del paciente en comparación con el testigo (en
segundos) multiplicado por 4.6. En los enfermos en quienes este valor es >32 hay una
mejor supervivencia a los 28 días con el empleo de glucocorticoides. Otros tratamientos
que se han utilizado son la pentoxifilina oral, que disminuye la producción del factor de
necrosis tumoral α (TNF-α, tumor necrosis factor α) y otras citocinas proinflamatorias. A
diferencia de los glucocorticoides, que se acompañan de complicaciones, la pentoxifilina es
relativamente fácil de administrar y tiene escasos efectos secundarios. Se han intentado
diversos tratamientos nutricionales con alimentación parenteral o enteral; sin embargo, no
está claro si alguna de estas modalidades ha mejorado en grado importante la
supervivencia. En estudios recientes se han utilizado inhibidores del TNF-α administrado
por vía parenteral, como infliximab o etanercept. Los primeros resultados no han
demostrado efectos secundarios; no obstante, no se observó una mejoría en la
supervivencia. Se han utilizado esteroides anabólicos, propiltiouracilo, antioxidantes,
colchicina y penicilamina pero no muestran alguna ventaja clara y no se recomiendan.
Como se mencionó con anterioridad, la parte fundamental del tratamiento es suspender el
consumo de alcohol. Experiencias recientes con fármacos que disminuyen la avidez por el
alcohol, como el acamprosato cálcico, han sido favorables. Muchos pacientes pueden tomar
otros medicamentos necesarios aun cuando tengan cirrosis. El empleo de paracetamol no
suele ser recomendable en pacientes con hepatopatía. Sin embargo, si se consumen no más
de 2 g de este fármaco al día, en general no hay problemas.
CIRROSIS POR HEPATITIS VIRAL CRÓNICA B O C:
De los pacientes expuestos al virus de la hepatitis C (HCV, hepatitis C virus), alrededor del
80% llega a presentar hepatitis C crónica y de ellos, cerca del 20 al 30% padecerá cirrosis
en un lapso de 20 a 30 años. Muchos de estos individuos también han consumido bebidas
alcohólicas de manera que se desconoce la verdadera incidencia de la cirrosis debida sólo a
hepatitis C. No obstante, ésta representa un número importante de pacientes. Se debe
esperar que un porcentaje incluso más alto continúe hasta desarrollar cirrosis en un periodo
más largo.
En todo el mundo, casi 170 millones de individuos tienen hepatitis C y en algunas zonas del
mundo (p. ej., Egipto) llega hasta 15% la población infectada.
El virus de la hepatitis C es un virus no citopático y es posible que la lesión hepática sea
regulada por factores inmunitarios. El avance de la hepatopatía por hepatitis C crónica se
caracteriza por fibrosis de base portal con puentes de fibrosis y formación de nódulos, que
culmina tarde o temprano en la aparición de la cirrosis. En la cirrosis debida a hepatitis C
crónica, el hígado se encuentra pequeño y retraído y en la biopsia hepática se ven las
manifestaciones características de una mezcla de cirrosis micronodular y macronodular.
Además del aumento en la fibrosis que se observa en la cirrosis consecutiva a la hepatitis C
se encuentra un infiltrado inflamatorio en zonas portales con hepatitis de la interfaz y en
ocasiones lesión e inflamación hepatocelular de los lóbulos. En los individuos con genotipo
3 del HCV, a menudo se presenta esteatosis.
Se observan datos semejantes en sujetos con cirrosis por hepatitis B crónica. De los
individuos expuestos al virus de hepatitis B, cerca del 5% padecerá la forma crónica de la
enfermedad y alrededor del 20% de ese grupo de enfermos tendrá cirrosis. Las tinciones
especiales para los antígenos central de hepatitis B (HBc) y de superficie del mismo virus
(HBs) mostrarán resultados positivos, y pueden identificarse hepatocitos en “vidrio
esmerilado” que denotan la presencia del antígeno de superficie de hepatitis B (HBsAg).
En Estados Unidos hay cerca de dos millones de portadores de hepatitis B, en tanto que en
otras partes del mundo donde el virus de hepatitis B (HBV) es endémico, como Asia, el
sureste asiático y países subsaharianos, hasta 15% de la población puede estar infectada y
haber adquirido la infección por transmisión vertical al momento de nacer. Por eso, se
considera que hay más de 300 a 400 millones de personas con hepatitis B en todo el mundo.
Alrededor del 25% de estas personas a la larga tendrá cirrosis.
Manifestaciones clínicas y diagnóstico: Los pacientes con cirrosis debida a hepatitis C o
B crónica presentan los síntomas y signos habituales de la hepatopatía crónica. Son
manifestaciones frecuentes: fatiga, malestar, dolor vago en el cuadrante superior derecho y
anomalías de laboratorio. Para el diagnóstico es necesaria una valoración de laboratorio
meticulosa, que incluye pruebas de RNA del HCV cuantitativas y análisis de genotipo de
HCV, o estudios serológicos de la hepatitis B que incluyen HBsAg, anti-HBs, HBeAg
(antígeno e de la hepatitis B [hepatitis B e antigen]), anti-HBe y determinación cuantitativa
de las concentraciones de DNA del virus de hepatitis B.
TRATAMIENTO
El tratamiento de las complicaciones de la cirrosis gira en torno al tratamiento específico de
la que se presente, se trate de hemorragia por varices esofágicas, ascitis y edema o
encefalopatía. En individuos con hepatitis B crónica, múltiples estudios han demostrado
efectos beneficiosos del tratamiento antiviral, el cual es eficaz para la supresión viral, según
se manifiesta por una disminución en las concentraciones de DNA del HBV y una mejora
en las características histológicas al disminuir la inflamación y la fibrosis. Diversos
estudios clínicos y series de casos han demostrado que los pacientes con hepatopatía
descompensada pueden compensarse con el tratamiento antiviral orientado contra la
hepatitis B. Los fármacos disponibles en la actualidad son lamivudina, adefovir,
telbivudina, entecavir y tenofovir. También se puede utilizar interferón α para tratar la
hepatitis B, pero no debe administrarse en cirróticos. El tratamiento de individuos con
cirrosis causada por hepatitis C es un poco más difícil, porque no suele ser fácil tratar los
efectos secundarios del interferón pegilado y la ribavirina. Las citopenias que limitan las
dosis (de plaquetas, leucocitos y eritrocitos) o los efectos secundarios graves pueden
obligar a suspender el tratamiento. No obstante, si los pacientes pueden tolerar el
tratamiento y éste tiene éxito, el beneficio es mayor y se reduce la evolución de la
enfermedad.
CIRROSIS POR HEPATITIS AUTOINMUNITARIA E HÍGADO GRASO NO
ALCOHÓLICO
Cada vez es más frecuente que los individuos con esteatohepatitis no alcohólica
evolucionen a la cirrosis. Dada la epidemia de obesidad que continúa en los países
occidentales, se identifica a un número mayor de pacientes con hígado graso no alcohólico.
De éstos, un subgrupo importante padece esteatohepatitis no alcohólica y evolucionan a una
fibrosis y cirrosis acentuadas. A medida que avanza su cirrosis, se tornan catabólicos y
luego pierden los signos indicativos de esteatosis que se observan en la biopsia. El
tratamiento de las complicaciones de la cirrosis consecutiva a hepatitis autoinmunitaria o de
la esteatohepatitis no alcohólica es similar al de otras formas de cirrosis.
Signos y síntomas:
• Signos habituales de una hepatopatía crónica: fatiga, malestar, dolor vago en el cuadrante
superior derecho y anomalías del laboratorio
CIRROSIS BILIAR
La cirrosis biliar tiene características patológicas que son diferentes de la cirrosis alcohólica
o de la cirrosis poshepatítica. La hepatopatía colestásica es resultado de lesiones
necroinflamatorias, procesos congénitos o metabólicos o compresión externa de las vías
biliares. Por consiguiente, dos categorías reflejan los sitios anatómicos de la retención
anormal de bilis: intrahepática y extrahepática. Es importante la distinción por razones
terapéuticas evidentes.
Epidemiología: La cirrosis biliar primaria se presenta en casi 100 a 200 individuos por
millón y hay una fuerte preponderancia en las mujeres con una mediana de edad de casi 50
años al momento del diagnóstico.
Anatomía patológica: Los análisis de las biopsias hepáticas de pacientes con cirrosis biliar
primaria han resultado en la identificación de cuatro etapas distintivas de la enfermedad. La
lesión incipiente se denomina colangitis destructiva no supurante crónica y es un proceso
inflamatorio necrosante de las vías portales. Las vías biliares medianas y pequeñas son
infiltradas con linfocitos y experimentan destrucción de los conductos. Puede ocurrir
fibrosis leve y a veces estasis biliar. Conforme avanza, el infiltrado inflamatorio se vuelve
menos intenso, pero se reduce el número de vías biliares y hay proliferación de conductillos
biliares más pequeños. El aumento de la fibrosis sobreviene con la expansión de la fibrosis
periportal hacia la fibrosis conectora. Al final, sobreviene cirrosis, que puede ser
micronodular o macronodular.
Manifestaciones clínicas
En la actualidad, a la mayoría de los pacientes con cirrosis biliar primaria se les establece el
diagnostico mucho antes de las manifestaciones de la enfermedad terminal y la mayoría de
ellos en realidad no presenta síntomas. Cuando ocurren estos, los más destacados consisten
en:
Fatiga desproporcionada
Prurito, 50% de los enfermos al momento del diagnóstico y llega a ser debilitante.
Puede ser intermitente y por lo general es muy molesto por las noches
La exploración física puede mostrar ictericia y otras complicaciones de la
hepatopatía crónica como hepatomegalia, esplenomegalia, ascitis y edema.
Hiperpigmentacion (en tronco y brazos en zonas de rascado)
Xantelasma y xantoma, que guardan relación con las alteraciones en el metabolismo
del colesterol que se observan en esta enfermedad.
El dolor óseo resultante de la osteopenia o la osteoporosis a veces se presenta al
momento del diagnóstico.
Datos de laboratorio:
HIPERTENSIÓN PORTAL
La hipertensión portal se define como la elevación del gradiente de presión venosa hepática
a >5 mmHg.
1) un aumento en la resistencia intrahepática al paso del flujo sanguíneo a través del hígado
como consecuencia de cirrosis y nódulos regenerativos
FISIOPATOLOGIA
b) Componente anatómico.
Los cambios morfológicos son el factor más importante para el incremento de la
resistencia vascular en el hígado cirrótico. La fibrosis resulta de una excesiva
acumulación de matriz extracelular a expensas, principalmente, de colágenos de tipo
I, III y IV. El depósito de colágeno lleva a la formación de tabiques fibrosos
(septums), en los cuales hay vasos de neo formación que funcionan como shunts
intrahepáticos y que al reducir la perfusión sinusoidal contribuyen a la insuficiencia
funcional hepática.
Virus, toxinas, la colestasis y fenómenos inmunológicos son el estímulo más
frecuente para la fibrogénesis patológica, o sea una síntesis excesiva y depósito de
colágeno.
CLASIFICACION
CLINICA
Las tres principales complicaciones de la hipertensión portal son las várices
gastroesofágicas con hemorragia, ascitis e hiperesplenismo. Por consiguiente, los
pacientes pueden presentar hemorragia de la porción superior del tubo digestivo
causada por várices esofágicas o gástricas identificadas en el examen endoscópico,
con la aparición de ascitis y edema periférico o esplenomegalia y plaquetopenia y
leucopenias concomitantes en los estudios de laboratorio sistemáticos.
VÁRICES ESOFÁGICAS
Diagnóstico
Tratamiento
Esplenomegalia e hiperesplenismo
Ascitis
Manifestaciones clínicas
Los pacientes advierten un incremento del perímetro abdominal que a menudo se acompaña
de la aparición de edema periférico
Los pacientes por lo general tienen un mínimo de 1 a 2 L de líquido en el abdomen antes de
percatarse que está aumentando su perímetro abdominal. Si el líquido ascítico es masivo se
altera la función respiratoria y los individuos refieren disnea. También puede ocurrir
hidrotórax hepático en estas circunstancias y contribuir a los síntomas respiratorios. Los
pacientes con ascitis masiva a menudo están desnutridos y presentan emaciación muscular
y fatiga y debilidad excesivas.
Diagnostico
Se establece por medio de la exploración física (tendrán flancos prominentes y una onda
líquida o presentar matidez cambiante) y a menudo se complementa con los estudios de
imágenes abdominales.
Cuando los pacientes presentan ascitis por primera vez, se recomienda llevar a cabo una
paracentesis diagnóstica a fin de caracterizar el líquido. En los cirróticos, la concentración
de proteína del líquido ascítico es muy baja y la mayoría de los enfermos tiene una
concentración de proteína en líquido ascítico <1 g/100 ml
La creación del gradiente de albumina entre suero y ascitis ha sustituido la descripción del
líquido exudativo o trasudativo. Cuando el gradiente entre la concentración sérica de
albúmina y la concentración de albúmina en líquido ascítico es >1.1 g/100 ml, es muy
probable que la causa de la ascitis sea la hipertensión portal; esto suele ser el caso en los
cirróticos. Cuando el gradiente es <1.1 g/100 ml, se considerarán las causas infecciosas o
malignas de la ascitis.
Cuando el nivel absoluto de polimorfonucleares es >250 células/μl, habrá que pensar en la
posibilidad de que el líquido ascítico esté infectado
Tratamiento
pacientes con pequeños volúmenes de ascitis por lo general pueden tratarse con restricción
de sodio de la dieta
Cuando hay una cantidad moderada de ascitis, por lo general se necesitan diuréticos.
Lo habitual es iniciar la espironolactona en dosis de 100 a 200 mg/día en una sola toma y se
puede añadir furosemida en dosis de 40 a 80 mg/día
Si se confirma el cumplimiento de la prescripción y no se está movilizando el líquido
ascítico se aumenta la espironolactona a 400 a 600 mg/día y se incrementa la furosemida a
120 a 160 mg/día.
Si todavía persiste la ascitis con estas dosis de diuréticos en quienes cumplen con una dieta
de poco sodio, entonces se considera que se trata de una ascitis resistente y se contemplarán
otros tratamientos como paracentesis repetidas de gran volumen o un procedimiento de
TIPS
Manifestaciones clínicas
Los enfermos con ascitis presentan fiebre, alteraciones en el estado mental, incremento del
recuento leucocítico y dolor o malestar abdominal o pueden no presentar alguna de estas
manifestaciones. Por tanto, es necesario tener un alto grado de sospecha clínica y las
punciones peritoneales son importantes para establecer el diagnóstico.
Diagnostico
El diagnóstico de peritonitis bacteriana espontánea se establece cuando la muestra de
líquido tiene un recuento absoluto de neutrófi los >250 células/μl
Tratamiento
Cefalosporina de segunda generación, de manera que la cefotaxima es el antibiótico que se
utiliza con más frecuencia
Síndrome hepatorrenal
Es una forma de insuficiencia renal funcional sin patología renal que ocurre en cerca del
10% de los pacientes con cirrosis avanzada o insuficiencia hepática aguda.
Tratamiento
En la actualidad, los pacientes se tratan con midodrina, un agonista α, junto con octreótido
y albúmina intravenosa. El mejor tratamiento para el síndrome hepatorrenal es el trasplante
hepático
Encefalopatía HEPÁTICA
Tratamiento
La rifaximina en dosis de 550 mg dos veces al día ha sido muy eficaz para tratar la
encefalopatía
DESNUTRICIÓN EN LA CIRROSIS
Dado que el hígado interviene sobre todo en la regulación del metabolismo proteínico y
energético del organismo, no es de sorprender que los pacientes con hepatopatía avanzada
suelan presentar desnutrición.
Cuando los enfermos tienen cirrosis son:
más catabólicos
se metaboliza la proteína muscular.
Existen múltiples factores que contribuyen a la desnutrición en la cirrosis como:
el consumo deficiente de alimentos
las alteraciones en la absorción intestinal de nutrientes
los trastornos en el metabolismo de las proteínas.
Los complementos alimenticios en los cirróticos ayudan a evitar el catabolismo.
ANOMALÍAS EN LA COAGULACIÓN
OSTEOPATÍA EN LA CIRROSIS
La osteoporosis es frecuente en pacientes con hepatopatía colestásica crónica
debido a la absorción deficiente de vitamina D y a una disminución en la ingestión
de calcio.
La tasa de resorción ósea sobrepasa la de formación de hueso nuevo en los
cirróticos produciendo una pérdida de hueso.
La absorciometría radiográfica con doble energía (DEXA, dual x-ray
absorptiometry) es un método útil para documentar osteoporosis u osteopenia en
pacientes con hepatopatía crónica. Cuando una DEXA muestra disminución de la
masa ósea, el tratamiento consistirá en administrar bisfosfonatos que son eficaces
para la osteoporosis y para inhibir la resorción ósea.
INSUFICIENCIA HEPATICA
Se denomina insuficiencia o falla hepática a la incapacidad del hígado para llevar a cabo
sus funciones de síntesis y metabolismo. Esta puede ser Aguda y crónica
EPIDEMIOLOGIA
ETIOLOGIA
Disfunción inmune y sepsis: Son secundarias a una función alterada de los neutrófilos y
células de Kupffer, hipocomplementemia, alteraciones en la opsonización, translocación
bacteriana, alteración en la respuesta de fase aguda. Las infecciones que se presentan en
estos enfermos habitualmente son polimicrobianas y en un elevado porcentaje se asocian a
otros oportunistas
Nutricional: estado hipercatabólico intenso caracterizado por depleción de la reserva grasa
y muscular. Desde el punto de vista metabólico presentan una glicólisis acelerada,
disminución en los depósitos de glucógeno y una disminución en su capacidad de
gluconeogénesis y glucogenólisis, lo que predispone al desarrollo de hipoglucemia
CLASIFICACION
Criterios Globales:
Ausencia de enfermedad hepática crónica.
Hepatitis aguda (elevación de AST/ALT) junto con elevación de INR > 1.5.
Alteración del estado de alerta (encefalopatía).
Duración de la enfermedad < 26 semanas.
Por otra parte, se define hepatitis aguda grave cuando encontramos INR>1,5 o
prolongación de los tiempos de protrombina (TP) durante las primeras 26 semanas, sin
encefalopatía
CLINICA
Los síntomas pueden presentarse de forma variada iniciando con ictericia, astenia,
prurito, dolor en el cuadrante superior derecho, náusea o poco apetito, distensión
abdominal, progresando luego hacia el compromiso de conciencia (encefalopatía hepática)
y una falla multiorgánica progresiva
En la Insuficiencia Hepática el paciente presenta cambios en el patrón de sueño,
modificaciones de la personalidad, irritabilidad y torpeza mental. Después aparecen
confusión, desorientación, estupor y, finalmente, coma.
La Hiperexcitabilidad y manía se presentan en Insuficiencia Aguda.
DATOS DE LABORATORIO
Como parte de una falla orgánica múltiple puede observarse deterioro de la función renal,
acidosis e hipoxemia.
DIAGNOSTICO:
Clínica: Ictericia
Encefalopatía hepática dentro de las 8 semanas del inicio, en ausencia de daño hepático
previo. (El principal criterio para el diagnóstico en IHA)
Medidas generales
Ingreso del paciente a una Unidad de Cuidados Intensivo (En general indicado en
todo paciente con INR > 2 o status mental alterado)
Dieta: Tan pronto se pueda reiniciar la vía oral, se debe aumentar progresivamente las
proteínas hasta lograr de 1-1.5 g/kg/día o la dosis máxima tolerada.
Una dieta con proteínas de origen vegetal es mejor tolerada que con proteínas animales.
Debido al mayor contenido de fibra, catártico natural, y a los bajos niveles de aminoácidos
aromáticos
Recomendaciones
En caso de insuficiencia hepática grave, con ascitis grave y encefalitis en las fases III y IV ,
la esperanza de vida es de 1-3 años y la supervivencia a 1 año es inferior al 20%.
"Una de las posibles causas que estamos investigando es que esto está relacionado
con la infección por adenovirus. Sin embargo, estamos investigando a fondo otras
posibles causas", dijo el Dr. Chand.
Los adenovirus son una familia de virus que suelen causar una serie de
enfermedades leves, como resfriados, vómitos y diarrea.La hepatitis no es una
complicación común de estos virus, pero en casos raros se ha encontrado un
vínculo.
La UKHSA dice que "no hay vínculo" entre estos casos recientes de hepatitis
infantil y la vacuna Covid-19, ya que ninguno de los niños involucrados ha sido
vacunado.
España ha registrado los tres primeros casos. Los niños, de edades comprendidas
entre los dos y los siete años, han evolucionado de manera favorable, aunque uno de
ellos ha requerido un trasplante hepático.
el hígado es un órgano afectado por COVID-19. Existe información de que esta familia de
coronavirus presenta como blanco fisiopatológico al hígado, tanto sano como con
enfermedad hepática preexistente. Se ha demostrado lesión hepática (hepatitis) en pacientes
con SARS, manifestada por elevación leve y moderada de alanina aminotransferasa (ALT)
y de aspartato aminotransferasa (AST) durante la etapa temprana de la enfermedad,
además, se presenta disminución de la albúmina sérica y aumento de los niveles séricos de
bilirrubina. Hallazgos en autopsia de pacientes con SARS demuestran un gran número de
partículas del virus, no sólo en los pulmones, sino también en las células parenquimatosas y
el endotelio vascular de otros órganos, incluido el hígado.
La mayoría de las series de casos han reportado alteración en ALT y AST, elevación de
bilirrubinas totales y albúmina sérica baja. La afectación hepática se ha asociado a casos
más graves de COVID-19. Por otra parte, se reconoce que la cirrosis hepática es un estado
de disfunción inmune que comprende inmunodeficiencia e inflamación sistémica, lo cual
hace razonable que estos pacientes sean más susceptibles a la infección por SARS-CoV-2.
Los pacientes con enfermedad hepática crónica (EHC) tienen una disfunción inmune
multifactorial. Debido a que el sitio de infección tiene impacto en el pronóstico en
pacientes con EHC, las enfermedades respiratorias agudas adquieren gran trascendencia, ya
que aumentan casi 40 veces la tasa de hospitalizaciones que en población general, además
incrementan 2.95 veces la mortalidad a 30 días en el contexto comunitario y hasta 11 veces
en el contexto intrahospitalario, constituyendo la más alta entre las complicaciones
infecciosas aisladas.
Los pacientes con EHC son propensos al desarrollo de insuficiencia respiratoria por
múltiples causas; además pueden contar con modificadores de las enfermedades que
agravan su historia natural, tales como tabaquismo, enfermedad pulmonar obstructiva
crónica, desnutrición, desacondicionamiento y desgaste muscular, hipoalbuminemia,
coagulopatía, requerimientos transfusionales altos, etc. Aunado a ello, la ascitis afecta
directamente la mecánica respiratoria y pulmonar al aumentar la presión intraabdominal y
la encefalopatía hepática aumenta el riesgo de microaspiraciones y tos inefectiva
COLESTASIS:
Se encuentra ubicada en la cara visceral del hígado unido a este por tejido fibroso de la
cápsula hepática y rodeada de peritoneo.
METABOLISMO DE LA BILIRRUBINA:
Colestasis:
El término colestasis proviene de las palabras griegas chole, que significa bilis, y stasis, que
traduce quieto. Es un Síndrome generado por la alteración en la síntesis, la secreción o el
flujo de la bilis, a través del tracto biliar. Es uno de los motivos de consulta más frecuentes
en hepatología.
Comprende todas las situaciones en las cuales existe un impedimento en el flujo normal de
bilis desde el polo canalicular del hepatocito hasta el duodeno, lo que produce alteraciones
morfológicas, fisiológicas y manifestaciones clínicas
TRATAMIENTO
Colelitiasis sintomática
Quirúrgico:
COLECISTECTOMIA
1. Síntomas con la intensidad y frecuencia suficiente para interferir en las actividades
normales del paciente
2. Existencia previa de una complicación por l colelitias (colecistitis aguda,
pancreatitis, fistula biliar, etc)
3. La existencia de una o más enfermedad que pongan en riesgo alto de
complicaciones de la colelitiasis (vesícula de porcelana)
COLECISTECTOMIA PROFILACTICA
Pacientes con cálculos >3cm
COLECISTECTOMIA LAPAROSCOPICA
Penetración mínima
Bajo costo
Colelitiasis
Tto medico:
Restringido para pacientes con vesícula funcional con cálculos radiotransparentes <5mm de
diámetro
Colecistitis aguda
QUIRURGICO
Colecistectomía de urgencia
En los que existe la sospecha o certeza de que se ha producido una complicación de la
colecistitis aguda (empiema, colecistitis enfisematosa o perforación).
Colecistectomía Precoz
En la colecistitis no complicada se someten a una colecistectomía laparoscópica
programada dentro de las primeras 72h, después del diagnóstico.
Colangitis esclerosante
COMPLICACIONES
1)Colangitis:
La obstrucción del flujo biliar provoca aumento en la presión intraductal y favorece el paso
de gérmenes a la circulación portal o linfática.
Signos y síntomas:
Signos y síntomas: