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JOSÉ LARA GARRIDO

ALONSO ÁLVAREZ DE SORIA, RUISEÑOR


DEL HAMPA

Vida en literatura de un barroco marginal

LITORAL / ENSAYO
INTRODUCCIÓN

"Los historiadores están, como los filósofos o los historiadores de la literatura,


habituados a una historia de las cumbres ... actualmente, a diferencia de los otros,
riceptan más facilmente remover un material no noble" [ FOUCAULT: 1978 b,
87].

El diagnóstico foucaltiano recala en una endémica carencia de la


rcholarship hispánica. Ha sido ,también, .en tanto que signo de asenti-
miento al modelo de "historia efectiva" del filósofo francés, el lema
:iue ha presidido, en contrafigura, la elaboración de mi trabajo. Con
toda su modestia, éste quisiera contribuir al expediente desenmasca-
rador de la "obediencia metafísica" impuesta por cierta historia tradi-
:ional [FOUCAULT: 1978 b, 21]. Se trata de auscultar el latido pretéri-
to que "bajo la superficie de las letras públicamente aceptadas", nos
.lega en una pequeña parcela de esa poesía "proscrita que conocemos
mperfectamente" [MC GRADY : 1984, 78-80]. Sin reversibilidades dis-
:ursivas ni provocaciones paradójicas, el rumor de la marginalidad
:"ronroneo bárbaro e inconfesable" hasta ahora [FOUCAULT: 1978 b,
21 ]) permite reconocer la historia con una riqueza y una amplitud di-
1:rentes. Perspectiva clausurada por quienes la reducen al humus de-
eznable que crece "en el intersticio de los grandes monumentos"
:FoUCAULT: 1976, 230] y ven en todo "material no noble" la emergen-
:ia de una realidad "un peu honteuse, un peu lépreuse" que en último
:xtremo hay que abordar "avec réserve, sinon avec gene" [ HEUGAS:
l973, 457] .

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Alonso Alvarez de Soria no es un desconocido. No lo es en forma
absoluta al menos. Pero la investigación que descubrió su vida y poesía
[ROURÍGUEZ MARÍN : 1901] las ha venido mediatizando con fuertes fil-
tros ideológicos (de censura y sentido), reduciéndolas en pintura "de-
liciosa" [AMEZÚA: 1958, 270] a la estampa de "una novela ejemplar,
más ejemplar sin duda que El celoso extremeño, y de no menos profundi-
dad moral, aunque todavía más amarga" [MENÉNDEZ PELAYO: 1942,
71]. De ahí el ringlero de definiciones aforismáticas que pueden espi-
garse sobre él, nómina marcada por la bivalencia contrastiva de con-
dición y oficio: "poeta tabernario y carcelario" [ldem, 70], "jácaro, pí-
caro y maldiciente poeta" [ASTRANA MARÍN: 1953, 304], "famoso va-
lentón y poeta" [DOMÍNGUEZ ORTIZ: 1971, 19], "jayán poeta"
[LÁZARO CARRETER: 1974, 82], "poeta rufián" [PIKE: 1978, 206],
"poeta-truhán" [BENNASSAR: 1983, 223].
Pero vida y poesía no pueden abordarse en el cantor del hampa
sevillana como realidades yuxtapuestas de entidad autónoma, algo así
como una lineal disyunci6n que trazase la trayectoria "del Parnaso a
la horca" [RODRÍGUEZ MARÍN: 1927] . Al igual que ocurriera en Fran-
c;ois Villon, con quien se ha parangonado tipológicamente ("on dirait
une réplique sévillane" [CIROT: 1929, 38]), ser y literatura combinan
sus signos en la muerte - real o anunciada- y resultan inteligibles
por ella (consciencia, de anihilamiento, saldo en autolectura) : verda-
dera atalaya desde la que surge "un testament ambigu" (por usar el
término aplicado por P. Demarolle al poeta del XV) . En el sevillano,
aun más que en el autor de ese extraordinario fragmento que es la Ra-
llada de merey, toda la red de significados reconstruibles parte pura y
simplemente de la escritura. Muy poco es la vida, ni siquiera leyenda,
sino desde la poesía y sólo en ésta aquella define Sl' marginalidad.
"Vida en literatura" reza consecuentemente el subtítulo.
Integrar los registros (y limitaciones en la indagación) de esa es-
critura ha sido el propósito del sintagma "ruiseñor del hampa" con
que he querido, no sin cierta ironía, presentarlo. Olvidado hasta su
reconocimiento arqueológico como algunos "ruiseñores populares del
Siglo XVI" [RODRÍGUEZ MOÑINO: 1976, 255]; "menesteroso" como
otros que tampoco vinieron a cambiar "el rumbo de la poesía españo-
la" [BLECUA: 1984, 85], Alvarez de Soria prefigura la descripción ma-
ravillosamente gráfica de Soto de Rojas: "espadachín enamorado
/ ... desvelado cantor" [1981, 113]. Vida (poesía) de bravezas y amores
de germanía (del rapto al burdel), en definitiva vida en "la literatura

8
favorita del hampa española" [ASENSIO: 1971, 92]. Sólo por aunar,
como en la ficción cervantina, literatura y vida, Alonso Álvarez hubie-
se merecido realmente 1 figurar en esa "expérience vécue" que el autor
del Quijote supo explotar, en interación con determinadas tradiciones
[CANAVAGGIO: 1977, 51], para el descubrimiento, transido de com-
promiso afectivo, del mundo de la marginalidad.
Hay dos formas de asumir la historia marginal una vez que la
exégesis, sin ninguna ilusión de reviva[ totalizador, ha redescubierto su-
objetivo. Una se aproxima bastante al "juego consolador de los reco-
nocimientos" [FOUCAULT: 1978, 20]. Consiste en encontrar "sencilla-
mente los rostros de unos hombres que, a pesar de sus cuatro siglos de
edad, se parecen a nosotros mucho más de lo que imaginábamos"
[Floresta: 1975, XXIV]. Es una actitud simpatética y comprensiva en-
comiable, pero que puede ser profundizada, desde su reverso, en la
lectio crítica que M. Foucault ha llamado "la disociación sistemática"
de la identidad en la historia, por el descubrimiento de que "el plural
la habita" [ 1978, 26]. Ese ha sido mi sentir al terminar la experiencia
de buceo al encuentro de una innoble y fascinadora figura menor de la
realidad española en su por diversas razones "edad conflictiva". Más
que la vera efigies, como pretendía la reconstrucción positivista, que-
rría haber abierto el expediente reivindicatorio de su existencia, su de-
recho a un lugar en la "historia efectiva" de la literatura áurea. Por-
que aunque proponer una indag ación lineal sobre un individuo con-
creto "puede parecer paradójico y absurdo: casi un retorno al telar
manual", también "un caso límite puede ser representativo. Tanto en
sentido negativo como en sentido positivo, al permitir circunscribir las
posibilidades latentes de algo que se advierte sólo a través de docu-
mentos fragmentarios" [GINZBURG: 1986, 21-3] .

9
NOTA

l. No como quería Rodríguez Marín, con argumentos que reducidos a la escueta expo-
sición de una carta de 1899 muestran su apriorismo y arbitrariedad [ MENÉNDEZ PELAYO:
1935, 151 ], que de Elceloso extremeño Álvarez de Soria fuese modelo vivo, "el auténtico y
real Loaysa" [AMEZÚA: 1958, 269). Sin entrar en su argumentación, sometida a rluro
escalpelo por Bonilla y San Martín [1917, 30-42] (quien ya había adelantado su juicio
de que, más que una demostración histórica, Rodríguez Marín manejaba "cierto géne-
ro de intuición teosófica" [1 904, 227 )), la teoría del "realismo primario" cervantino ("la
identificación de ambas personas y el carácter histórico de toda la novela" , como dice
Menéndez Pelayo [1935, 192] ) resulta premisa insostenible. La tesis "no logra conven-
cernos" de una relación estrecha "del personaje novelesco con otro real" [MENÉNDEZ
PELAYO: 1942, 70] y así lo mostró la crítica a la aparición del libro de Rodríguez Marín
(por ejemplo [ P[AZ]Y M(ELIA]: 1901 ] ) con la excepción de Fitzmaurice-Kelly que la en-
contraba "very plausible" [1902, 553) (Un recorrido por estos juicios en [AMEZÚA:
1958, 269-7 1], que también se pronuncia sobe las "bases muy débiles" de la conjetura).
Aunque la más sobresaliente crítica de las Novelas ejemplares (repertoriada por los conoci-
dos comentarios de J.R. Luis o J.B. Avalle Arce) ha enterrado para siempre esta "ab-
surda hipótesis" [ ASTRANA MARIN: 1953, 384), conserva validez la restricción de G.
Cirot: "Quoi qu'il en soit de cette identification, elle a tout au moins la mérite de nous
rappeler que Cervantes c'est inspire de l'ambiance" [1929, 39; en el mismo sentido GIL!
GAYA: 1953, 117] . En la génesis de la obra cervantina se sospecha que tiene "un papel
más importante todavía que el que conseguimos deslindar" la conseja oral, que llega a
convertirse "en casos privilegiados en germen de novela": "¿No se dibuj arán en filigra-
na en El celoso extremeño las hazañas de algunos virotes sevillanos?" [CHEVALIER: 1978,
117-9]. '
EL RITUAL DEL SACRIFICIO. DEL ANTAGONISMO
MARGINAL A LA MÍMESIS DE LA APROPIACIÓN.

"Tome por blanco mi muerte


el que mi vida contempla"

Alonso Álvarez de Soria fue para sus contemporáneos "popular y


trágica figura" [PIKE: 1978, 206]. Por lo general "la fama de un jaque"
quedaba limitada a un círculo cerrado por tratarse de "mercancía pe-
recedera", difié:ilmente exportable "fuera del breve ámbito de los ma-
leantes" [ASENSIO: 1971, 91] . La gloria (y la abominación) no se diso-
ciaría del "muy trágico destino" [MENÉNDEZ PELAYO : 19422, 70]
("lastimosa tragedia" según califica una relación que publico ensegui-
da): por la muerte se multiplica con toda su ambigüedad la "buena
memoria". Entre los varios rufianes que gozaban de ella, Pablos con-
templa en cierta posada sevillana cómo "los que las cogieron tristes
lloraron tiernamente al mal logrado Alonso Álvarez": "¿Quién es este
Alonso Álvarez -pregunté- que tanto se ha sentido su muerte?
-Mancebito- dijo el uno -lidiador ahigado, mozo de manos y buen
compañero" [YNDURÁIN: 1980, 280-1 ]. El testimonio de Quevedo
muestra la amplitud que en la memoria colectiva ha conducido al vate
del hampa hasta el Olimpo de la germanía, informa de una populari-
dad acentuada por el efecto "equívoco" del ritual último. La ejecución
repercutía en la gloria (efimera aunque extensa) por su virtud "de in-
vertir en el postrer momento los papeles, de hacer del supliciado un
objeto de compasión o de admiración" [FOUCAULT. 1978, 16]' , dada
"la naturaleza forzosamente híbrida de la víctima", la "convivencia
en ella de la identidad y de la alteridad" [CROS: 1986, 245-6] así como
"la tentación victimaria" y las "seducciones miméticas que la favore-
cen" [GIRARD: 1986, 153].
Si el acto patibulario en que termina la vida de Álvarez de Soria
nos ha podido aparecer como un "cuadro de siniestra luz y áspera en-
tonación que recuerda las tétricas pesadillas de Goya" [MENÉNDEZ
PELAYO: 1942, 7)] es porque nuestra sensibilidad, acostumbrada a la

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práctica de un tipo de punición que se fundamenta en la "economía
de los derechos suspendidos", apenas permite entender el ritual pú-
blico de la muerte como un arte reglado para provocar determinadas
sensaciones colectivas [FOUCAULT: 1978,18]. Desde que el castigo ha
dejado de "ser teatro", todo lo que llevaba "consigo de espectáculo"
se ha visto "afectado por un índice negativo" que ha borrado el senti-
do de su complejo ceremonial, sólo reconstruible cuando anulamos,
en un esfuerzo hermenéutico, el sentido normal para nuestro incons-
ciente cotidiano de valoraciones jurídicas implícitas [Idem, 16]. Hay
que entender que se trataba, como en otras prácticas ideológicas ma-
sivas del Antiguo Régimen, de producir una relativa "unanimidad"
en torno a "modelos obligatorios", estatuidos y reproducidos median-
te determinadas fórmulas discursivas que se acompañan con la ritual
"repetición de unos gestos" [BENNASSAR: 1983, 168- 71] .
La representación patibularia se inicia con un recorrido, desde la
cárcel al lugar del suplicio, marcado por los signos externos de infa-
mia y condolencia del reo ("cubierto de luto / de albarda sobre una
bestia") . La ciudad ha detenido sus quehaceres para asistir al espectá-
culo ("A semejantes justicias de hijos de Sevilla de ordinario se junta
muchedumbre de pueblo" [LEÓN: 1981, 4 09] )2, que describe con im- _
pagables pormenores la siguiente composición anónima:
, '

Roman;:,e a la muerte de alonso aluarez

Eleuada esta Sevilla


toda la jente suspensa
concurren a la gran Plaza
de San Fran[cis]co con prisa,
5 porque oy lunes en la tarde
dizen que se representa
de alonso aluarez el brauo
la lastimosa trajedia.
Hinchese luego aquel sitio
JO de mil <;irzes y Medeas,
añaga<;as del demonio
con cuyo zeuo nos pesca.
Acompañanlas mil rufos

12
de los de la picaresca,
15 hasta llegar a la horca
que a algunos dellos espera,
y tras ellos gran tumulto
que escuchaba esta sentenzia
que un verdugo en alta voz
20 publica desta manera,
Don Bernardino, asistente
de Sevilla y de su tierra,
por hombre fa<;inoroso
y por <;ierta desverguenza,
25 manda que este hombre muera,
que a tal uida tal muerte se le espera.
Luego, cubierto de luto
de aluarda sobre una bestia,
viene Soria a rezebir
30 el pago de su soueruia,
un cruzifijo en las manos,
a quien con palabras tiernas
y con animo increible
uiene pidiendo clemenzia.
35 Un fraile de Sant Francisco
' lle baba' a la mano izquierda
que le exorta con razones
para que no se diuierta,
mas el va tan aduertido
40 que con palabras dispiertas
dispierta los corazones
de la jente que le zerca,
diciendo miradme todos
los que traeis uida inquieta
45 y uereis en lo que para
n[uest]ra hinchazon y braueza,
es n[uest]ro zimiento el ayre,
que lo liuiano sustenta
y como pesamos mucho,
50 <lejanos venir a tierra
y ansi, es justo que muera
que a tal uida tal m [ uert] e se le espera.

13
Escarmiento podeis todos
tomar en cabeza ajena
55 tome por blanco mi muerte
el que mi uida contempla.
Con esto llego a la horca,
y para mouer la lengua
pide agua, que! pensamiento
60 ya como soga le aprieta,
dos vezes le dieron agua,
y con animo que eleua,
sin ayudarle ninguno
subio por el escalera,
65 dijo en publico sus culpas
y que le perdonen ruega
a los que tiene ofendidos
con las manos o la lengua.
Confesso que sus poesias
70 fueron de falso poeta,
pues fueron quimeras todas
de uaidos de caueza,
u eso los pies al uerd ugo,
por humillar; su soueruia,
75 y por ultima palabra
dijo con mucha terneza:
muy justo es que asi muera,
que mala uida mala m [uer] te espera.

([B], fols . 108 r-v).

Este texto, como la fama póstuma de Álvarez de Soria, constituye


una plasmación del equívoco desde su discurso genérico a su concreta
presunción de fidelidad relacional. Forma parte de un tipo de literatu-
ra compuesta por "discursos de·doble cara" (documentos relacionales

14
del rito y sus efectos) en los que no hay que ver "ni una expresión popular
en estado puro, ni tampoco una acción concertada de propaganda y
de moralización venida de arriba" 3• El condenado se encuentra con-
vertido en héroe y purificado (un santo, en cierta manera)' "por la
multiplicidad de sus fechorías ampliamente exhibidas y la afirmación
de su tardío arrepentimiento" [FOUCAULT: 1978, 71-2]. La conformi-
dad literal del mandamiento de la sentencia leída por el verdugo (vv.
25-6) con la doble recurrencia como estribillo, en el sermón del reo
(51-2) y sus últimas palabras (77-8), se matiza subrayando éste la jus-
ticia de la pena (en intensidad creciente: "es justo", "muy justo es")
que condona la "mala vida" con la muerte. El suplicio resplandece
con el asentimiento de la víctima, cuya voz constituye "una pieza
esencial en el ceremonial del castigo público. Corresponde al culpable
manifestar a la luz del día su condena y la verdad del crimen que ha
cometido .. .el acto de justicia debe llegar a ser legible por todos" [FOU-
CAULT: 1978, 48] .
Pero además de pregonero convencido de su propia condena, el
reo atestigua y proclama una verdad más general (la de la esperanza
cristiana ) mediante la compositio loci de una confesión pública en sus
dos momentos: memoria de pecados y solicitud de perdón (vv.31-4 y
65-8). El ritual consigue que "esos últimos instantes, en los que el cul-
pable ya no tiene nada que perder, se ganen para la luz meridiana de
lo verdadero" [FOUCJ\.ULT: 1978, 49] mediante una suma de conside-
raciones abstractas (un sermón moral). Si interiormente desasida de
intereses terrenos (tanquam cadaver) la voz del reo es nítida expresión
del orden querido por Dios, su cuerpo culpable y autosentenciado
desde la palabra es signo físico en el teatro patibulario de una inexora-
ble justicia. La elevación y el aviso moral producidos por el rito en sí
(v. l) y por la actitud del condenado aproximándose a la muerte (v.62 )
5
predispone en un común clímax exaltador el doble término apelativo
de su discurso en los dos públicos del acto . "Escarmiento" general (vv.
53-4) y lección particular al propio mundo del hampa (vv. 9-16), en
lenguaje que remite metafóricamente a la caída del cuerpo en la ejecu-
ción (vv. 43-5) 6 • De esta forma "mientras que para los unos no pasa
de ser una simple advertencia, es, para los demás, una amenaza explí-
cita. En los dos casos sus condiciones de funcionamiento lo transfor-
man en un acto ritual y concreto de represión social en el que la moral
cristiana se concretiza bajo la forma de la horca, asumiendo, por

15
tanto, todo el rigor de la justicia humana" [CROS: 1980, 149-50]. El
instrumento de la muerte centra así discursos y signos extraverbales y
ocupa el amplio espacio simbólico que va desde el terrible peso del pa-
sado (vv. 59-60) a la anunciada renovación con otras víctimas del rito
purificador en el futuro (vv. 15-6). Igual que centraba en la admoni-
ción moral del predicador que precedía a la muerte de un condenado
la espiral deslizante entre el recuerdo de los que fueron espectadores
("Cuántos y cuántos han estado mirando cómo se hacía justicia de
otros") y la profecía hecha realidad y renovándose en su prospección
temporal ("como lo fue el de estos pobres hombres ... habiendo visto y
oído como pagaron los otros") [LEÓN: 1981, 365]. Se deduce aquí la
"conciencia de la mala reciprocidad", en la convergencia victimaria
hacia el reo como "causa primera susceptible de una intervención
coercitiva" [GIRARD: 1986, 115].
A propósito del género "últimas palabras de un condenado",
Foucault planteaba su posible condición apócrifa: "¿Discursos rea-
les? .. . ¿Discursos ficticios que se hacían después circular a título de
ejemplo y de exhortación?" [ 1978, 70-1] . La interrogante no resulta
ociosa para la España del XVII, en la cual la mixtificación de los este-
reotipos de las clases marginales se alimenta y reproduce, según una
óptica simplificadora de la ideología dominante, por la repetición de
un cohesionado e irreal,discurso', El del romance parecería por la ex-
tremosidad de sus proposiciones demasiado apegado a la práctica dis-
cursiva oficial, demasiado plegado a su estrategia del rito, si no sostu-
viese apoyaturas de concreta veracidad en otra composición escrita
por Alonso Álvarez "cuando le llevaron a ahorcar" [XXII]. Ambas
formulaciones coinciden en asumir el sujeto del suplicio la muerte
como la restitución de un débito colectivo y por tanto resultado de una
justicia suprema e inapelable, y en.la organización de las culpas según
la estructura y tópica confesional. Los separa el desasimiento último,
muy verosímil en el curso seguido por la autoinculpación, de volcar
angustia y esperanza en el verso (cauce de expresión connaturalizado)
para finalmente borrar la identidad de su trayectoria de escritura
("sus poesias / fueron de falso poeta") .8
En la "extremada tendencia a morir reconciliado con Dios" que
ejemplifica precisamente el hampa sevillana [BENNASSAR: 1978, 230-
1] el "proceso espiritual de los ajusticiados" [HERRERA PUGA: 1974,
179-207] concluye en una confesión absoluta. En la desnudez interior,

16
el sujeto, entre lamentación y diatriba, escinde su yo, recorre compa-
rativamente desde la ausencia de Dios (pasado) a la esperanza en su
misericordia (presente) agobiado por la impuesta brevedad de su
arrepentimiento9 • Se entra eri el núcleo articulador del mismo rito sa-
crificial, cuando la mímesis del antagonismo (conciencia de margina-
lidad) se transforma en la mímesis de la apropiación (la nueva identi-
dad iluminada) [CARDAILLAC: 1983, 19]. En la convergencia de su ra-
pidísima "evolución espiritual" 'º y la consciencia de una "trayectoria
criminal cuyo trazado fue preconcebido por la Providencia", el conde-
nado proyecta un yo ideal que enjuicia "a aquel mismo que lo está so-
ñando" mediante "un exorcismo de sí mismo por el cual asume un pa-
sado como culpable y lo rechaza por ser un culpable arrepentido"
[CROS: 1980, 154-5].
El romance de Alonso Álvarez obedece a esta polaridad dialécti-
ca" desde la recalcada bifurcación de destinos del alma inmortal y el
cuerpo destinado al suplicio, como dos senderos que para completarse
en un camino de perfección exigirían de éste la multiplicidad en el rito
condonador (vv. 29-32). El deseo de la muerte ("amenaza" y "afli-
ción" exorcizados por impulsos autodestructivos) cosifica, en cierta
forma, al encarcelado y sólo le permite "un nivel de raciocinación que
tiende a justificar con agencias teológicas su condición presente y su
castigo" [CROS: 1980, 150]. Las potencias del alma (vv. 9-16) han de
defender el último réducto safvífico, condicionando todo el discurso
explicativo a un esquema que es claro y comprensible tan solo para
quien está poseído por el éxtasis "de una biografia deseable" [LAU-
RENTI: 1970, 24]. Desde la sublime atalaya de esa resurrección inte-
rior ("tres horas" quedan para la horca), Alonso Álvarez, el ruiseñor
del hampa, estaba definitivamente muerto y su vida, su marginali-
dad, anidaba para siempre en la otra palabra (en la literatura).

17
La poesía marginal: retórica dominante y sentido de la trans-
gresión.

"Un poeta de Sevilla que se llamaba Alonso Álvare¿" [GAL LARDO: 1863,
285] .
La confesión pública de Álvarez de Soria solicitaba por igual el
perdón "a los que tiene ofendidos/ con las manos o la lengua", pero
en ella se extiende más el arrepentimiento sobre el segundo término:
"Confesso que sus poesias
fueron de falso poeta
pues fueron quimeras todas
de uaidos de caueza" .

No importa la literalidad de la relación: aunque tales palabras


nunca hubiesen sido pronunciadas son síntoma de que la actividad
poética era componente definitorio para la retractación ejemplarizan-
te de quien, años después, aun era recordado en Sevilla como "mozo
de muy lucido ingenio" [GALLARDO: 1863, 285]. Para el "febeo
Álvarez" solicitaba el único juicio de "el dios Apolo" Juan de la.
Cueva, al implorar al asistente de Sevilla que no lo condenase a la
horca, con versos de los que asimismo "se deduce que el travieso
Alonso era persona tenida en algún aprecio en la ciudtd que le vio
nacer por las dotes de' su ingenio" [LASSO DE LA VEGA: 1871, 184].
Fama compleja en su génesis, igual que la de su inclusión entre las in-
mortales de la jacarandina, y más amplia que la que hubiese corres-
pondido a cualquiera de los muchos "uellacos copleadores" [XI, v.4]
como aquel "andaluz mozuelo", "trovador repentista" aludido en el
Viaje del Parnaso, en quien se ha visto un reflejo de Alonso Álvarez 12 •
En la "musaica pestilencia" que afectaba a Sevilla, según la Sátira apo-
logética en defensa del divino Dueñas de Francisco Pacheco, no eran infre-
cuentes los sujetos que se ensayaban por igual "en la arte macarena
que en la trova" [RODRÍGUEZ MARÍN: 1907, 9, 11] 13 • Alcanzar el re-
nombre de "gran poeta galambao" [Jdem , 22], archipoeta marginal,
resultaba por ello difícil en una ciudad donde, "sin los ciegos privados
de la vista corporal que cantan en las plazas ... ni los que echan de re-
pente en los bodegones y tabernas", "en todos los oficios della no fal-
taban oficiales de las Musas", tanto que podría parecer "esta copia de
poetas conducta de los soldados de las comunidades de Segovia o de
Medina del Campo" [Porras de la Cámara a Francisco Pacheco, en
GALLARDO: 1928, 162-4] .

19
Faltos de la documentación suficiente para abordar una sociolo-
gía de la escritura poética marginal en el entorno del divino Herrera 14 ,
sólo nos cabe la posibilidad de situar de forma relativa algunos de sus
constituyentes y determinar hasta qué punto estamos ante una "scrit-
tura d'eversione" [PROFETI: 1984, 23]. Se trata de establecer el rango
de las relaciones fluidas entre discursos en apariencia excluyentes, re-
laciones que siguen "un double mouvement" [CARDAILLAC: 1983, 16]
según ha quedado demostrado en un ámbito tangencial al que nos
ocupa: la constitución y empleo del lenguaje de germanía. Es.te, relati-
vamente abundante en palabras cultas ("verdaderos latinismos de
forma y de concepto que no se esperarían en el lenguaje de pícaros y
hampones") nacidas "en el grupo profesional de la administración de
la justicia" y "en el ambiente escolar" [GILI GAYA: 1953, 114-6], es a
la vez asimilado con virtuosismo en un verdadero "género literario"
que muestra "las aficiones a los hábitos picarescos y la complacencia
en la jerigonza hablada en esos medios" [CLAVERÍA: 1948, 78], en ós-
mosis comparada a la que se produce entre las descripciones del mundo
marginal de Cha ves y Cervantes [CARO BAROJA: 1986, 39] . Los "refu-
ges marginaux" de la escritura sancionada de la época (como la "pre-
sence obsédante" de la prostitución [COMBET: 1980, 485]) indica la
configuración de códigos integrales, de "una serie di forme miste"
[PROFETI: 1984, 185] generados también, según un sentido opuesto,
desde la marginalidad.
En una miscelánea "de principios del Siglo XVII" estante en el
"Archivo Catedral de Sevilla", encontró y transcribió Gallardo la si-
guiente noticia: "De este conocimiento general de Juan de Arguijo
entró en parte Lope de Vega Carpio, residente en Madrid, y le envio
un libro que él había compuesto, intitulado El Peregrino para que lo
censurase; y teniendo noticia de esto un poeta de Sevilla que se llama-
ba Alonso Álvarez hizo la copla siguiente:

Envio Lope de Ve-


al señor don Juan Argui-
el libro del Peregri-
a que diga si está bue-
y es tan noble y tan discre-
que estando, como está ma-
dice es otro Garcila-
en su traza y compostu-
mas luego entre si quien du-
no diga que esta bella-

20
Esta fue la primera copla de pie quebrado que se oyó en Sevilla,
de que fue autor el dicho Alonso Álvarez" [1863, 285] ". Tal pincelada
nos perfila al ruiseñor del hampa en estrecho contacto con la élite cul-
tural sevillana 16 • Así lo indica el que tuviese conocimiento no ya del
envío por parte de Fénix de El peregrino en su patria sino también del jui-
cio encomiástico de Arguijo, que en el soneto escrito para los prelimi-
nares de la novela alaba "la voz dulce y cortesano aviso" de Lope
("otro Garcilá-"). Pero es la décima de "pies cortados" (como la nom-
bra el autor de La Pícarajustina) lo que reclama el interés, porque tal
"forma graciosa y original" de "versificación achulada" [BATAILLON:
1964, 291 ] no era sólo la : "primera ... que se oyó en Sevilla"; constituía
una llamativa novedad de vanguardia en la lírica española. En unión
de Cervantes y López de Ubeda 17 el poeta marginal ofrenda uno de
"los primeros modelos" [/dem, 291] del procedimiento "humorístico
de suprimir las sílabas finales inacentuadas en las rimas de los versos"
[NAVARRO TOMÁS: 1972, 273]. Y se trata de un recurso que exige no-
table virtuosismo en el dominio de la versificación, una fórmula culta
con explícitos -y minoritarios- antecedentes 'ª.
Similar sentido de novedad y experimentación presenta otro
poema de Alonso Álvarez [I]. También en este caso la escritura mar-
ginal es coetánea a la poesía más culta en la renovación del instrumen-
tal poético mediante el alarde de dificultad técnica vencida. El artifi-
cio de la "lucubración" aJusiva multiple a nombres propios junto a la
tradición provenzal e italiana (Pulci) de rimas difici~s [FUCILLA:
1953, 127-30], fundamentan una serie de sonetos caracterizados por
"terminar en un nombre bíblico con el pie forzado de sílaba aguda con
consonantes extrañas en castellano" [OROZCO DÍAZ: 1973, 114]. Pre-
cisamente Lope de Vega, cuando en sus propósitos de adquirir re-
nombre como gran poeta culto reune el impresionante conjunto de
doscientos sonetos en sus Rimas ( 1602), escogió el titulado Alfa et
Omega Jehová (Dios, principio y término de todo) para concluir la co-
lección. Se trata de una muestra acabada de composición de rima bí-
blica cuyo éxito lo manifiesta el que de inmediato constituyó el modelo
para toda una serie española de sonetos [FUCILLA: 1953, 128] . Góngo-
ra entendió el proposito de síntesis cultista que su rival atribuía a este
cierre y por eso escogió para burlarse del libro en su "alarde de fecun-
didad y maestría'.' idéntico tipo de poema: un soneto ("Embutiste Lo-
pillo a Sabaoth ... ") "con los mismos consonantes, aceptando la difi-
cultad, acrecentada, de replicar, como los viejos poetas de cancionero
ceñido al pie forzado'.' [OROZCO DÍAZ: 1973, 113-5] .19 El de Álvarez de

21
-
Soria indica asimismo, con su dependencia parcial de los nombres en
rima del de Lope (Sabaot, Lamec, Lot, Acab y Joab), su capacidad de va-
riación y la ruptura intencional del sistema (haec)w un virtuosismo
aceptable. Con ello certifica cómo, mediante la vigilante atención a las
novedades poéticas del momento o en concordancia libre con la
norma cultista, el discurso poético marginal no es, en cuanto a . su
forma, sino una "scrittura d'esecuzione" [PROFETI: 1984, 23].
Si es evidente la integración de la poesía de Alonso Álvarez al có-
digo formal de la escritura sancionada, ¿puede seguirse empleando el
término marginalidad para definirla?. En un plano teórico habría que
responder afirmativamente, porque cualquiera de los constituyentes
de interdiscursividad que confluyen en un paratexto (según el alcance
particular que da al concepto [PROFETI: 1984, 242]) puede conservar
intereses expresivos y significacionales divergentes y hasta opuestos.
También resulta evidente "la double fonction de toute rhétorique do-
minante" que, si por un lado permite asegurar "le controle" desde el
"systeme discursif d'une marginalisation" acotada [VITSE: 1981, 79-
89)21, por otro ofrece al empleo desde una posición marginal las posi-
bilidades de apropiarse su efectividad y actua 1idad, a través de los
instrumentos verbales mimeti<',ados. En un plano concreto esto queda de
manifiesto cuando el soneto artificioso de rimas bíblicas se relaciona
contrastivamente a su modelo, tanto por el cambio de destinatario
como por la distinta materia,de la elocución. Donde Lope se dirigía a
Dios como principio rector del universo, y con él a la humanidad (des-
tinataria del libro) que ha de entonar el himno a su poderío omnímo-
do, Álvarez se retrata ante "una dama que preguntó quien él era"; si
en aquél el pecador manifestaba el arrepentimiento de un alma no to-
cada por la gracia concluyendo en su deseo místico hacia "el cielo de
la escala dejacob", un yo orgulloso de su genealogía infame (vv. 3-6)
cierra este soneto en la autocomplacencia de sus desmesuras eróticas .
Dos explicaciones se han ofrecido hasta ahora para la poesía de
Álvarez de Soria que, como era de esperar (y se verá en el apartado
siguiente), han configurado dos radiografias muy distintas de su pro-
pia vida. Podrían enunciarse así: actividad lúdica, en un continuado
ejercicio de burla canonizada (académica nada menos ) que se torna
mortal por la coincidencia de desgraciadas circunstancias, o virulenta
y revolucionaria requisitoria que inevitablemente había de conducir al
patíbulo. "Musa retozona y satírica", "desenfados" de "bizarros ver-
sificadores" [RODRÍGUEZ MARÍN: 1901, 105, 178], "obvio ejercicio de
contrafactura", "estilización cómica .. . con que se habían divertido en

22
Sevilla los poetas apicarados de la academia de Ochoa" 21 [MÁRQUEZ
VILLANUEVA: 1983, 430], por el anverso; obras que son "gritos de re-
vuelta contra el orden establecido" [BENNASSAR: 1983, 223] , "violen-
tas diatribas contra el orden establecido tanto en lo que respecta a
personas como a instituciones" [PIKE: 1978, 117] , desde el reverso.
Al igual que sucede en las prácticas sociales de la marginalidad
(como se ha señalado a propósito de las interferencias entre prostitu-
ción oficial y clandestina [ HE U GAS : 1973, 460-7 ] ), los discursos margi-
nales del Antiguo Régimen presentan una prospectiva de transgresión
indefinida. De ahí que el mismo lenguaje que le sirve de instrumento
particularizador pueda ser declarado ya como partícipe de una norma
de cierto decoro ("tienen un mesmo término y lenguaje cuando hablan
o escriben versos" [CHAVES : 1863, 1366] ) ya como una negación de su
material sociabilidad ("su vida es más de brutos irracionales que de
hombres ... tan bárbaros, tan torpes en el discurso y lenguaje" [LUGO
Y DÁVILA: 1906, 129-30]). En todo ello existe, desde luego, la "inter-
posición de unos filtros ideológicos" respecto a prácticas y discursos
marginales por parte de "las clases dominantes" [JOLY: 1980, 8] que
conduce a tensiones respecto a su carácter reversivo o su posible rea-
propiación, la sospecha o la tolerancia (como en un plano más general
ha mostrado respecto a la risa en el Siglo de Oro [JAMMES: 1981, 1O]).
Pero además, y por debajo, queq a implícita la necesidad que toda
transgresión tiene de organizarse "secando codici" [ PROFETI : 1984,
171], empleando los mecanismos de reagrupamiento interno de cual-
quier cultura en un determinado momento histórico que establecen un
"sistema de intercambios" donde la diferencia "disimula los elementos
de reciprocidad" [GIRARD : 1986, 23]. De hecho en la literatura de un
periodo "non solo ha luogo una gerarchizzazione di livelli testuali"
sino que esta estratificación y sus sentidos pueden ser abordados por
el texto transgresor: "Livelli conservativi possono coesistere con altri
innovativi, eversivi e nella vitale dialecttica delle componenti qualco-
sa in ogni epoca puó nascere ai margini" [CORTI: 1983, 38-9].
La poesía de Álvarez de Soria presenta un grado de contestación
que traspasa el marco (sub specie recreationis) de lo burlesco como "une
attitude de desinvestissement, une perspective seconde et comme pa-
renthétique" [VITSE: 1981, 79], para subvertir por sus connotaciones
paratextuales el significado de determinadas funciones tópicas en la
tradición burlesca. La escritura rebelde nace al margen de códigos de
escritura sancionada aunque se inscribe materialmente por sus conte-

23
nidos en una aparente continuid 4 d de los mismos. La compos1c10n
más controvertida de Álvarez [V] responde de forma genérica a la
"satiriasis frailuna", todo un género en el que "la figura del fraile se
identificaba con la actividad sexual" [FERRER CHIVITE: 1983, 248-50)
y del que son buena muestra refranes y cantares, donde sus éxitos en
ese terreno se explican por dos razones: "la primera, muy evidente, es
su riqueza ... la segunda, más dificil de verificar, pero de tradición
muy arraigada es la extraordinaria potencia viril" [Floresta: 1975,
107) 23 • Incluso el submotivo del fraile que visita el prostíbulo es de
relativa frecuencia en la poesía satírico-burlesca del XVP. Pero la
adecuación tópica burlesca de los regalos y excelencias eróticas
(vv. 73-8 y nota a vv.83-4) no se correlaciona con el consiguiente casti-
go frailesco, que como "expresión sublimada de una venganza" suele
concluir las variantes del género [FERRER CHIVITE: 1983, 248). Por
contra, el triunfo sancionado del fraile sobre la "bolsa fría" del ena-
morado, que provoca la desesperada huida de éste (vv.121-4) , explica
la organización enunciativa del texto como auténtica parodia de la
canción lamentatoria. El amante ("hombre pobre / en el trato putes-
co") invoca a las ninfas de su parejo estado (las prostitutas bubosas)
(vid . notas a vv. 7-18) para solicitarles "compasión" y "defensa"
(vv.129-30) por la "dulce historia" acabada. Denunciando la trans-
formación topológica de la mansión venusina en "vil convento", el re-
lato desvela la ilusoria plenitud del amor fisico en gozosa armonía (vv
43-66) 25 cuando acechan las reales penurias de un oficio que condicio-
na toda libertad (vv. 71-2, 95 y ss). De esta forma el poema llega a
construir el envés de los amores sentimentales y consentidores de
prostitutas y rufianes, de tanta frecuencia en la poesía germanesca,
transgrediendo en una doble dirección el código al que remite.
Que la transgresión de determinados códigos de escritura confi-
gure un discurso subversivo (e inasimilable) respecto a valores ideoló-
gicamente dominantes es ya más problemático, como se muestra en el
cruce de invectivas entre Alonso Álvarez y Cristóbal Flores ([VI] a
[XXI]). Se trataría, contra quienes piensan en el poeta rebelde, de un
reflejo invertido que, como en ciertas prácticas ritualizadas del mundo
hampesco y carcelario, recrea "un nuevo orden convencional" en "ex-
traño paralelismo" con el mundo de valores sociales que en apariencia
ataca [ASENSIO: 1971, 96). La ósmosis se produce en las condiciones
materiales de la rivalidad literaria que pese a ocurrir en la cárcel no
contiene ingredientes que la distingan de "cualquier otro intercambio
de insultos poéticos" [SCHOLBERG: 1971, 307), incluso por el libre de-
sarrollo de la contienda 26 o la existencia de un público al que se apela

24
[VI] y que llega a ser implicado en los insultos que le sirven de entre-
tenimiento ([XI] y (XII]). Como fórmula literaria, estas invectivas
correponden a una tensó (de ahí la forma verbal reflexiva, "echarse pu-
llas" (CRAWFORD: 1915, 153] ), por el intercambio de apóstrofes inju-
riosos en un mismo marco formal que instituyen sucesivamente la dis-
tancia entre agresor y agredido en un "genre de duel frustré" [JOLY:
1982, 247-69]2 7• En su conjunto las sucesivas intervenciones de los
contendientes dibujan una similar acumulación de variables instru-
mentalizando dicterios que "son limitadísimos" en número [BERG-
MANN : 1965, 121]. Álvarez acusa a su rival de cornudo (o casado con
alcahueta y puta) y cobarde, además de apuntar que desciende de ju-
dios ([VI] y [XIX]); Flores a su vez se centra en demostrar el origen
de aquél (hijo de judio y morisca) aunque secundariamente también
lo tache de cobarde ([VII]) o alcahuete de su amada ([XVIII]). En
definitiva clichés sobre el linaje y la virilidad de larga ascendencia en
la invectiva hispana (desde el Cancionero de Baena al menos
([SCHOLBERG: 1971, 305-27; 1979, 147-8] )28 • Respecto al modelo do-
minante, la poesía marginal se descubre netamente inscrita en la "vo-
lanta del ri-dire" [PROFETI: 1984-181].

25
lDesclasamiento o rebeldía?. El signo ambiguo de una vida
marginal.
"El mozo bravío y pendenciero, el hijo de vecino de Sevilla, criado a los
pechos de la ociosidad y de la locura, pródigo de su vida y de la ajena,
facineroso quizá pero no desalmado ni vil" [MENÉNDEZ PELAYO:
1942,2 70].

El conocimiento del mundo marginal (los "groupes dangereux")


de los siglos XVI y XVII sigue siendo bastante borroso y la vida de
sus miembros se reduce al desfile más o menos fantaseado y repetitivo
de "silhouettes fugitives que les archi":es n'eclairent qu'imparfaite-
ment" [GUTTON: 1974, 48]. El caso de Alvarez de Soria resulta para-
digmático de la ilusoria reconstrucción de un estereotipo con el que se
cimentan los frágiles enrejados de unas pocas referencias documenta-
rias. Sólo en la combinación de una lectura biografista a ultranza de la
obra poética y la correspondencia del mundo del hampa globalmente
imaginado (también sobre las fuentes literarias, en las que Sevilla es
"centro común donde se terminan las líneas de la rufianería" [LUGO Y
DÁVILA: 1906, 130]) con la lógica de sus posibles vitales (vidas marca-
das por un mismo ritmo, signo y final) ha podido resultar la abultada
monografia de Rodríguez Marín [ 1901] . Sólo desde similares premi-
sas puede sostenerse d "éxito completo" de su "ímproba labor de revi-
vir. .. todo, todo, linaje familiar, educación y estudios, amores juveni-
les, costumbres licenciosas, apuros de hacienda, compañías germa-
nescas y perdularias ... la vida en fin disparatada y cínica, de un man-
cebo sin ley ni freno" [AMEZÚA: 1958, 269].
En la Sevilla que ya en los albores del XVII aparece "menos si-
gura y sospechosa que Sierra Morena y tan miserable y destro~ada
como Jerusalem" [PORRAS DE LA CÁMARA: 1900, 553] se ha cumplido
en los últimos años de la centuria anterior el naufragio de una clase
autóctona de mercaderes. Aquella "bourgeoisie trahie" [CAVILLAC:
1983, 168-72] configura mediante sus avatares de especulación y ban-
carrota, enriquecimiento y miseria, la cosmovisión exorcizadora de
cualquier esperanza en un definitivo triunfo económico (y terreno)
que se evidencia en el Guzmán de Aljarache. La Fortuna mueve sin cesar
su rueda voltaria en la "gran Babilonia de España" [PELEGRÍN: 1974,
146-90] y alcanza de lleno, con el doble signo de su faz, a muchas fa-
milias comerciantes. El triste epílogo del clan al que pertenece Álvarez
de Soria lo marca la marcha con mercaduría menor de Luis Álvarez,

27
hermanastro del poeta, hacia las Indias en 1598,'9 para no volver a la
ciudad, y la suerte del sobrino del mismo nombre, que en 1610 y ejer-
ciendo el oficio de "maestre de raciones del navío nombrado Nuestra
Señora de las Mercedes que en el propio año había servido de patache
en la guarda de las Indias", resultó alcanzado en las cuentas por la
suma de 173 .890 maravedís [Doc. XXXIII, en RODRÍGUEZ MARÍN:
1901, 351 -2) . Reverso de una ascensión en riqueza y prestigio, inicia-
da en tiempos mejores, por el mismo sistema que al final no sirvió
para evitar la bancarrota familiar. Es el circuito seguido por la mayor
parte de los mercaderes conversos sevillanos del Siglo XVI para enri-
quecerse y prestigiarse socialmente. "Fueron indianos, hombres que
habían ido al Nuevo Mundo ... haciendo fortuna y volviendo a sus
casas en Sevilla, donde continuaban invirtiendo en el comercio trasa-
tlántico" [PIKE : 1978, 119), al tiempo que practicaban un doble recur-
so de afianzamiento social: la endogamia y la compra de oficios conce-
jiles y realengos de cierta prestancia30 •
Tras su vuelta de Santa Fe, en el Nuevo Reino de Granada,
adonde nació su primer hijo ilegítimo [ RODRÍGUEZ MARÍN: 1901,
344), la fortuna del mercader Luis Álvarez de Soria está consolidada.
Poco después, al contraer matrimonio con Bernardina de Salazar, en
1575, promete por vía de arras nada menos que tres mil ducados de
oro [Idem, 326) ; una elevada cantidad figura "en dote y casamiento"
de otra hija ilegítima, Leonor de Soria, en documento donde aparece
ya ( 1585) como "jurado des ta muy noble y muy leal ciudad de Sevi-
lla" [Idem, 327-8) . El cursus honorum de la familia lo completan otraju-
radería de su hermano Hernando Álvarez de Soria, el título de "escri-
bano del Rey" de su hijo Luis y el de "escribano y notario público"
adquirido para un yerno, Alonso de Valladares [Idem, 329, 341 ,
345) 31• De acuerdo con la tipología elaborada por R. Pike a base de los
testamentos e inventarios de propiedades de los mercaderes sevillanos
[ 1978, 118) , la del padre del poeta terminó siendo una fortuna cerca-
na al grupo de élite. Cuando fallece sin testar, en octubre de 1593, el
caudal relicto inventariado de Luis Álvarez de Soria lo componen "los
capitales de diecisiete tributos y de dos juros, que importan 23.679 du-
cados, los corridos de esos capitales, otros créditos a favor del finado ,
la casa mortuoria, otras casas y porción de alhajas, muebles y ropas"
[Doc. IX: 1901, 330).
Para constituirse en prototipo de esos "hijos pródigos" de la clase
comerciante sevillana [PIKE: 1978, 1170 a Alonso Álvarez de Soria pa-
rece haberle faltado reconocimiento en las bienandanzas y maneras de

28
un círculo familiar cerrado. Sus "propios deudos" no lo negarían sólo
ante el infame final [XXII, 25] sino que intentaron anularle su legíti-
ma herencia "como uno de los hijos naturales" del prolífico jurado. En
un pleito al que se refiere la escritura final de concierto y cesión "se
presentaron ciertas probarn;:as y otros autos los quales por parte de los
dichos herederos se contrade<;:ian pretendiendo que por la dicha causa
no se me deuia nada y asimismo pretendían que yo no fui hijo natural
del dicho jurado luis alvarez ni tenido por tal pretendían y alegauan
ser hijo de otra persona" [Doc. XIV: 1901, 333]. El, por contra, no
sólo asume sin reparos esa condición de ilegítimo en los documentos
legales sino que en su poesía da indicios de haber superado toda reti-
cencia ante una doble herencia genealógica [I ] que a sus coetáneos
aparece como "bajo nacimiento" de escandalosa perversión [XIV]. El
sistema de valores que dejan traslucir los escasos datos significativos
de la documentación conocida sobre Álvarez de Sorian no lo identifi-
can con el talante emprendedor y reglamentista de la clase de los mer-
caderes . Obligación de un préstamo "para comer y vestir" [Doc. XI ];
cesión por setecientos ducados "de toda la parte y porción ereditaria y
cantidad que yo como tal hijo natural del dicho jurado ... pedía e de-
mandaua e pretendía aver e cobrar de sus bienes y hazienda así de la
sesta parte della como por via de alimentos" [Doc. XIV]; redención
de un tributo para adquirir "su vestido y matalotaje", en un proyecta-
do viaje con "mercadería" a las !odias que no se llevó a efecto [Doc.
XVI-XVII ]; escritura c:le liquidación de otro [Doc. XX]. Concatena-
dos estos documentos dan la imagen de una rápida pignoración (entre
1595 y 1596) de la herencia paterna. En medio, ya el 11 de abril de
1595, aparece la primera constancia documental de una marginalidad
delictiva: Alonso Alvares presenta testigos por encontrarse "preso en
la car<;:el Re.al" [Doc. XVI: 1901, 336] .
Poco más puede asegurarse de la vida de este "mozo inquieto"
[GALLARDO: 1863, 285] que no sean presunciones hipotéticas 33 sobre
una trayectoria genérica de desclasamiento: la de aquellos hijos de la
burguesía comerciante a los qtie el P.León llama "mozuelos de la piel
del demonio" y "móiuelos sevillanillos rufianescos" [ 1981, 253,406].
Vida hampesca de amores perdularios, transhumancia de soldado
temporal y farandulero [XIV y XVI]; riesgo y ventura de desafios,
heridas y persecuciones. De las composiciones poéticas de Alonso Al-
vares cabría deducir cómo "tan grande era su extrañamiento que
buscó la amistad y compañía de los elementos más bajos de la ciudad
(rufianes y prostitutas) a quienes trataba con comprensión y simpa-
tía" [PIKE: 1978, 117]. De sus apuros con !ajusticia y el recuerdo que-

29
vediano como "lidiador ahigado, mozo de manos" [1980, 281 ] imagi-
nar toda una historia hazañosa de "bravuconería maleante", hacién-
dolo "por largo tiempo el terror de los alguaciles de Sevilla" [GILI
GAYA: 1953, 117]. Pero ni una ni otra resultan tareas justificables en
quien busca no la biografía verosímil de un alma pretérita sino el sen-
tido de determinada marginalidad.
¿Cómo admitir, por otra parte, el enjuiciamiento de actitudes de-
sarrolladas en el seno de un microcosmos social cuya axiología moral
estaba tremendamente enmarañada [DOMÍNGUEZ ORTIZ : 1974, 67-9]
hasta el punto de encontrarse juntos "los contrarios que son bondad y
maldad en extremo" [Floresta: 1915, 376] ?. Participar de cualquiera
de los contrapuestos discursos que saldan la andadura vital del ruise-
ñor de hampa es arrogarnos la facultad omnisciente de leer interiori-
dades, de recrear litigios anímicos [RODRÍGUEZ MARÍN: 1901, 195-6].
¿Revolucionario o víctima?. "No solo era un hombre disipado y licen-
cioso sino que también era un rebelde, porque había rechazado abier-
tamente los valores de su clase y de la sociedad sevillana" [PIKE : 1978,
117] . "Ni salteador ni inocente, sino desdichada víctima de su ligereza
y del emponzoñado ambiente moral a que lo condenaron faltas ajenas
y demasías propias" [RODRÍGUEZ MARÍN : 1901, 207]. Ningún indicio
de certinidad en la documentación, ninguna coherencia determinante
en los textos permite abogar por cualquiera de estas sentencias.
Fuera del campo de tales discursos delicuescentes el acto más in-
tegral para la inteligencia de la marginalidad explícita de Álvarez de
Soria estuvo precedido de una ambigüedad suma: la condena por un
aparato judicial que funcionaba "a la trac;:a de los términos conveni-
bles de la dialéctica, permitiendo que las mismas culpas sean penas y
las mismas penas sean vueltas culpas" [ PORRAS DE LA CÁMARA: 1900,
552]. En una ciudad en la que el misino día podía ajusticiarse "en la
plaza de San Francisco en la horca" a un elevado número de menores
"hijos de vezinos honrados" [Memorias: 1981, 32] y donde el descubri-
miento póstumo de infundadas inculpaciones y la salvación in extremis
al pie del patíbulo estaban a la orden del día [DOMfNGUEZ ORTIZ :
1971, 45-6, 50, etc.] , la corrupción de los tribunales ("todo un sistema
de corrupción" [CARO BAROJA: 1986, 36]) y la existencia de varias ju-
risdicciones [ PIKE: 1978, 85-6]] conforman espesas nieblas que ocul-
tan la entidad misma de los delitos. La desigualdad punitiva era con-
génita a un sistema de amenaza indefinida y ejemplarización colecti-
va, cuya puesta en marcha dependía a veces de decisiones personales
sumarísimas tomadas por "jueces que se siguen por la ley del encaje"

30
con "deseo de ser tenidos por justicieros y averiguadores de delitos
graves" [LEÓN: 1981, 370]. La horca, la decapitación o la hoguera po-
dían resultar "arbitrarias y desproporcionadas" a las "culpas" [HE-
RRERA PUGA: 1974, 64] aunque no menos efectivas para una práctica
institucional que considera a todo ser humano desde su potencialidad
culpable y el indicio o la prueba incompleta como suficientes (en par-
ticular en las causas "absque qualitate insidiarum") 34 •
Perdidas "la mayor parte de las causas criminales" del antiguo
archivo de la Real Audiencia de Sevilla [DOMÍNGUEZ ORTIZ: 1971,
41] se hace imposible contar con un proceso incoado contra Alonso
Álvarez [RODRÍGUEZ MARÍN : 1901, 191] al que se refiere la única
constancia documental de sus últimos delitos. El 4 de Febrero de
1603, "estando en la caree! de los señores alcaldes de la rreal audien-
cia desta ~iudad", presentó ante escribano público una reclamación
que "no es de mali~ia", en la que da testimonio de cómo está preso
"por apelacion del fiscal de su magestad de cierta sentencia contra mi
dada e pronun~iada en el pleito que contra mi se a tratado y seguido
sobre la muerte de gon~alo alvarez diffunto como del dicho pleito mas
largo consta e pareze". Que esta sentencia no fue la causante de la
pena capital se deduce de la argumentación que sigue en la requisito-
ria: "Yo e cumplido el tenor de la sentencia contra mi dada en el dicho
pleito la qua! fue contra mi rigurqssa rrespeto de no ser como yo no fui
culpante en la muerte de dicho gon~alo alvarez como de la ynforma-
ción deldicho pleyto y agora el dicho fiscal de su magestad desta dicha
rreál audiencia a salido otra vez a la dicha causa y me a acomulado
otras en que di~e que soy culpado en ellas y me va ha~iendo muchas
molestias y veja~iones". El último dato de interés del documento per-
mite igualmente presumir que estas tampoco fueron las definitivas
prisiones de AlonsoAlvarez "el bravo", pues recuerda "como yo fui sa-
cado de la iglesia de la magdalena desta ~iudad quando me prendie-
ron e pusieron preso en esta caree! donde al presente estoy" [Doc.
XXXI, 349-350] y su condena se produjo tras ser sacado "de la iglesia
de Santa Ana" [GALLARDO: 1863, 285] 35 .
Nada cierto se sabe de los meses que siguen hasta la muerte de
Álvarez, para la que es improbable que pesase su "amistad con delin-
cuentes e indeseables" [PIKE: 1980, 117] o una novelesca huida de la
cárcel [RODRÍGUEZ MARfN: 1901, 192] . "Por hombre facinoroso / y
por cierta desvergüenza" reza la sentencia del verdugo en la relación
anónima. La Miscelánea colombina explicita las razones: "Murió col-
gado en el aire porque un asistente de Sevilla, que era el Conde de
Castrillo, irritado de que en público burlaba dél, le anduvo a la mira y

31
por una cosa bien ligera de una cuestión que armó ... le acusó que lla-
maba éste al asistente por mal nombre Caga la Soga" [GALLARDO:
1863, 285] ¿"Leve motivo" [ FERNÁNDEZ GUERRA: 1863, 1279],
"meras travesuras" [RODRIGUEZ MARIN: 1901, 198]?. No se trataba
de un simple remoquete escatológico, pues por la implícita identidad
con el popular santero sevillano"'; dejaba entrever una manifiesta ten-
dencia a la corrupción de quien en aquel momento ocupaba el cargo
de presidente de la Contratación de Indias. Y además hay indicios de
que la "desvergüenza" fuese algo más peligroso y punible que las bur-
las públicas aludidas en la Miscelánea . Es verosímil suponer "un pan-
fleto insultante" [ BENNASSAR: 1983, 223] o "una composición salida
de su acre pluma" que contuviese " calumniosos insultos" [PIKE:
1978, 117] . El epígrafe del poema [XXI ] confirma que fue Álvarez
"quien puso por nombre caga la soga" a su ejecutor, pero la enorme
difusión y el éxito del mote 37 ) se compagina mal con una simple aun-
que afortunada agudeza verbal. Por otra parte, la solicitud de condo-
nación al ofensor hecha por Juan de la Cueva insinua, al tiempo que
denuncia ciertas interesadas presiones para la condena, la existencia
de una pena poética que requiere otro tipo de juicio:

A don Bernardino de Avellaneda, asistente de Sevilla, queriendo


ahorcar a Alonso Alvarez de' Soria
No des al febeo Alvarez la muerte,
oh gran don Bernardino, asi te veas
conseguir todo aquello que deseas
en aumento y mejora de tu suerte.
· El crüel odio en pi:edad convierte,
qu'en usar del tu calidad afeas:
cierra el oido, cierrale, no creas
al vano adulador que te divierte.
De ese que tienes preso, el dios Apolo
es su jüez, no sufragáneo tuyo:
ponlo en su libertad, dalo a su foro.
Que de hacello asi, de polo a polo
ira tu insigne nombre, y en el suyo
Hispalis te pondra una estatua de oro"

[GALLARDO 1868, 679] .

32
Nunca más volvió Álvarez de Soria a "su foro" y "su libertad". El
"crüel odio" triunfaba para imponerle un silencio definitivo . Hasta en
la horca 38 tuvo conciencia de que su vida había sido su palabra. Y por
eso renegar de la una, abrazándose a una fe iluminada en el perdón
divino, le exigió renegar de la otra. El verbo de "falso poeta" fue bo-
rrado por la palabra mimética porque la palinodia abría paso a la cer-
tidumbre en una vida eterna. Trágica ejemplaridad, autoinmolación
en la que por fortuna quedó tan sólo simbólicamente destruida su ver-
dadera vida (literatura) marginal.

33
NOTAS

l. Ambas componiendo, en la finalidad última del rito, una fig ura reversible co mo la
que transmite El Buscón. Nada certera res ulta la afirmación epilogal de Rod ríguez
Marín : "Entre los germanes de Sevilla quedó como en proverbio la braveza de Alonso
Álvarez de Soria; no la cristiana resignación con que murió: q ue hasta su serenidad en
el trance último achacóse por ellos a sobra de hígados y a genti l desprecio de la vida"
( 190 1, 203]. Sobre todo pensando el efec to de ajusticiamien tos como el dejuan de Ma-
drid "el val ien te": "M urió como buen cristiano y con muy grand e sentimiento y lágri -
mas de que quedó el pueblo muy edificado ... causó espanto su mudanza y conformidad
con la volu ntad de Dios a toda Sevilla: porque no le oían otra cosa sino llorar sus peca-
dos y mala vida pasada" (LEÓN: 198 l , 420]
2. Vid. los detalles, siguiendo otros relatos del j esuita P. León, en el apartado "Desfile
de un ajusticiado por las calles de Sevill a hasta el lugar del suplicio" (HERRERA PUGA:
1974, 207-32] . Para presenciar las ejecuciones "con frecuencia se reunían hasta 20.000
personas en la plaza de San Francisco" [ldem, 104]
3. Ambigüedad compartida con las formas del " horror patibulario": "Un modo maca-
bro de visión que empujaba la risa y el horror, la muerte y el gui ño de burla: es un
enfoque difundido en el folc lore como en la literatura, desde los velatorios fúnebres y los
romances de ciego hasta la jácara de Escarramán" [ASENS IO : 1971, 89]. Mistificación y
desmistificación que conecta por su lectura ambigua la novela picaresca y el "verso ger-
manesco" [ EGIDO: 1978, 192-4]
4. Hasta la ejemplaridad moral que ve su biógrafo al magnificar "con q ué cristiana en-
tereza y con qué edificante humildad murió" [ ROURfGUEZ MARfN: 190 1, 198] (y antes
[ LASSO DE LA VEGA: 18771, 183]) . Un contemporáneo del poeta veía en la metamorfosis
del "escándalo" en "buen ejemplo", la mano divina, que "sabe hacer de grandes peca-
dores grandes santos" ( LEÓN: 1981, 405]
5. Entre la lást ima de los asistentes {v. 8) y la "mucha terneza" del reo (v. 76) se estable-
ce el circuito de comunión sentimental que estalla en el clímax del acto, las "muchas
lágrimas y sentimiento grande por haber ofendido a Dios" que repetidamente concluían
"con admiración de toda Sevilla" [ HERRERA PUGA: 1974, 205-6]. Para las im plicaciones
de justicia y misericordia "dos conceptos tradicionalmente opuestos" en "una misma
verdad, de esencia axiomática", como fundamento del rito (CROS: 1986, 87-8].
6. Y a R. Salillas supo darse cuenta de que el código conformador de la muerte pública
se establecía en el mundo del hampa teniendo "el estfm ulo " y "el patrón" del aparato
suplicial (1 905, 25-6]. La "compostura" exigía, junto a no "mostrar punto de cobar-
día", reservas en la actitud predicadora [CHAVE.5: 1863, 1347].
7. "Pourquoi la vision des groupes exclus est simplificatrice: elle l'est non seulement
parce qu'elle trouve sa justification dans un meme discours, mais encare parce que la
persécution a ses stéréotypes" [CARDA ILLAC: 1983, 20] .
8. Motivo de fruición para el historiador ortodoxo que ve al poeta del hampa "capaz de
recobrar [?] al pie del patíbu lo la pureza de la inspiración lírica que había encenagado
por tascas y burdeles" [ ME NÉNDEZ PELAYO : 1942 (2) , 70].
9. Véase, entre otras parecidas , las palabras de D. Lope Ponce: "¡Ah que tarde te cono-
cí, Dios mío! ¡Cómo no veía yo que mi maldita vida había de terminar malamente ' ¡Qué
olvido ha sido es te tan grande, Dios mío!" [ HERRERA PUGA: 1974, 189] .
10 "Programada - aclara E. Cros- por una serie de ritos" [Jdem, 155] En efecto, los
ajusticiados respondían a un plan bien meditado de asedio, que concluía en la acepta-
ción de un monótono y multiplicado acto de contrición: "Que lo diga muy de corazón y
de en trañas y que lo diga muy muchas veces ... ¡Ah Señor mío 1 y cómo me pesa de habe-

34
ros enojado ... ¡Dichosa soga, dichosa horca o palo, que sois instrumento para que yo no
peque más!. .. Y me ha acontecido que diga esta oración cien millares de veces allí delan-
te de mí" [LEÓN: 1981, 289-90). De éste y otros arrepentimientos lo que más choca a
nuestra sensibilidad "es el exceso con que se entrega el sujeto a una especie de profana-
ción de su propia imagen" [CROS: 1986, p. 84), la "ideología sacrificial" de la colabora-
ción mimética de la víctima con la perspectiva de sus verdugos [GIRARD: 1986, 88) .
11. Rodríguez Marín enunció bien uno de sus aspectos (conciencia de una "detestable
vida" y creencia del contrito en la "infinita piedad" de Cristo) y la compleja función del
poema, escrito "por dar vado a su sentir y por edificar" [1901, 196).
12. Así lo sospechabaJ.T. Medina al comentar el poema cervantino, hipótesis que por
arbitraria desestimó justamente Rodríguez Marín [1935, 360).
13. Como encarecimiento proverbial aparece en el mismo poema: "No hay tantos aren-
ques en Malines, / ni tantas berenjenas en Toledo/ ni en Sevilla poetas malandrines"
[ldein, 17).
14. Resulta inoperante la glosa literal de lo que nos dicen unas pocas referencias satíri-
cas, concluyendo que "no se trata de casuales francotiradores del arte de versificar sino
de un gremio bien organizado" [VRANICH: 1981 a).
15. El texto continua: "Este Alonso Álvarez hizo, según común opinión, la copla de pie
quebrado que se le envió a Don Rodrigo Calderón avisándole de su mal fin, que nunca
lo creyó, y fue en el mesmo modo de poesía y dijo así:

Don Rodrigo Calderó-


saca eldinero de ca-
mira el tiempo como pa-
echa la barba en remó-

Porque habiendo precedido algunas muertes, castigos y prisiones de los privados


del rey Phipipo III, presumió o adivinó que podía ser lo mismo por Don Rodrigo,
como lo fue y hubo la muerte y castigo en ella que en Madrid se ·vido" [ GALLARDO:
1863, 286). Esta redondilla parece haberse compuesto "al tiempo (1606-7) en que
Pedro Franqueza y Alonso Ram{rez de Prado fueron reducidos a prisión, por el tráfico
que hacían de los destinos públicos" [RO DRfGUEZ MARfN : 1901 , 168; puede ser más tar-
día, pues las sátiras contra Don Rodrigo arrecian con posterioridad a la caída de "los
primeros funcionarios" elevados por Lerma al poder: HERRERO GARCfA: 1946), lo que
hace inviable la atribución a Álvarez de Soria, muerto tres años antes . Ya E. Cotarelo
indicaba que el atribuir "esa copla al desgraciado poeta Alonso Álvarez de Soria" era
"cuestión dudosa" , pues "como de Villamediana la traen varios códices de poesías".
Publica, en efecto, la siguiente versión: "Don Rodrigo Calderó- / atiende al tiempo que
pa-, / saca el dinero de ca- / y echa tu barba en remó- / Teme· al tercero Fili-, / que
aunque el castigo dila-/ muy bien asienta lama-:/ Esto te avisa un ami-" [1886, 69].
Según el repertorio deJ.M. Rozas lo copian como de Villamediana los Ms. 10.293, fol.
92r y 10.917, fol. 92v, ambos en la B.N. de Madrid [1964, 51 ]. Del comentario de la
Miscelánea se deduce que está más o menos lejana la muerte del Marqués de Siete Igle-
sias (1621) y por ende que la Miscelánea no es "de principios del XVII" como creía
Gallardo. Dato que aquilata la pervivencia del recuerdo de Alonso Álvarez y de sus
innovaciones poéticas en el ambiente sevillano, pues la segunda atribución sólo pudo
hacerla quien conociese el cabo roto contra Lope, y el ser "común opinión" la autoría de
la redondilla indica que la décima debió ser muy difundida en su momento.

35
16. El hecho extrañó a C .A. de la Barrera, que sup uso haber escrito la décima Alvarez
"siendo eco de ingenios de más alta nombradía, mal avenidos con el Fén ix" [ 1973, (2)
85].
!]. Aunque la cronología está a favor de Álvarez de Soria y su precedencia respecto a
Ubeda y Cervantes hay que afirmarla "con verosimilitud" [BATAILLON : 1964, 291] no se
le puede declarar "inventor" de los versos de cabo roto [RODRlGUEZ MARIN : 1947, I 43-4]
ni menos imaginar que "la décima, por la novedad de sus consonantes, hubo de tener
tal resonancia que bien pronto la imitaron los mejores ingenios" (RODRIGUEZ MARIN :
1901, 167]. Podría pensarse que "la coincidencia ... obedeciera a alguna relación directa
entre los autores respectivos" [NAVARRO TOMÁS : 1972, 273), hecho eviJente en la carre-
ra por salir a la luz y el conocimiento recíproco mostrado entre La Pícara Justina y el
Quijote [BATAILLON: 1964, 291-2), más improbable en el caso aislado (¿poligénesis?) del
poema de Álvarez. En cualquier caso lleva razón H.R. Lang: "nciw admitting for amo-
ment that one of the three writers named had any claim of priority in the employment
-not to say discovery- ofthis pedantic trick, it must be the autor ofthe Picarajustina
rather than Alonso Álvarez" [ 1906,92] .
18. Recurso pedante, como lo llama Lang, cuyos efectivos antecedentes están en la poe-
sía cancioneril ( Cancionero de Zaragoz;a) (! 906, 93-5; NAVARRO TOMÁS: l 972, 273]. Rodrí-
guez Marín, empeñado en hacer de su biografiado un unidimensional tributo de la jaca-
randina, le da este imaginario origen: "Otra de las jerigonzas que se usaban en Sevill a a
principios del Siglo XVII consistía sencillamente en afrancesar las palabras de dos o más
sílabas, haciéndolas agudas por supresión de la última ... De tal jerigonza echó mano
contra Lope de Vega nuestro Alonsillo" [1901, 166]. Para relativizar algo lo que a con-
tinuación afirmo en el texto sobre la relación del soneto de Álvarez con el de Lope adu-
ciré en tercer soneto de rimas bíblicas, indicativo de la ex tensión del procedimiento
hacia 1598. Se copia como anónimo en el Ms. 19387 de la B.N. de Madrid, fol. lllr,
versión que reproduzco:

Otro al rey Don Felipe en su tumulo


Si emitaste filipo al buen Lame
si a Dios obedeciste como Lot
y si bensiste el idolo beemo
siendo en la rrelixion melquisede
si no toco tu alma abimele
siendo tan justa com9 fue nabot
si edeficaste no como nonbro
y de los pobres fuiste amado ale
si castigaste al malo qua! Joat
y temiendo dar rrentas de saud
siguiste las virtudes de jacot
y el angel siendo elias contra aca
en vida te siguio como abacu
q [ue] mucho q[ue] en la muerte fuesesjot

Como Soneto de M alias de Porras a la muerte del Rey nuestro D. Philipo segundo figura en el
Ms . 11151 de la B.N ., fo l. 43r y en el Ms. 17477 de la misma B.N., fol. 96v. Nótese la
coincidencia nominal con el soneto de Álvarez: Lot, Naba l, Nembrot, Joab, Acab, Abacuc.

36
19. Sobre ambos poemas, vid además las precisiones de tipo textu al de Ciplij auskaité
(GóNGORA : 198 1, 576-8]. Lope de Vega siguió teniendo en alta consideración el soneto
de rima bíblica, según indica el dedicado a la Virgen ("¡Oh viña de Engadí, no de
Nabot. .. ") en El peregrino en su patria (1973, 448] y sobre todo que volviese a cerrar una
cen tu ria de sonetos en las Rimas sacras ( 1614) con otro titulado El alma de Dios ("Cuando
en tu alcázar de "Sión y en Beth ...") [1969, 370-1].
20. De hecho esta ruptura implica el recurso a un chiste culto. Un soneto anónimo con
rimas bíblicas A la Victoria del Sr. D.Juan de Austria (Ms. 39091 de la B.N., fol 240) lo
recoge con anterioridad: "de la unión del hic et haec et hoc" [LÓPEZ DE TORO: 1950,
173]. Otra nota secundaria de relativa novedad se encuentra en el romance [IV] con la
utilización del estribo que para J .F. Montesinos "señala el comienzo del Romancero
artístico" (1 970, 117 y vid 135]. Véase otro romance con doble estribo, muy parecido
por la elocución y el dest inatario a éste, en [Las series valencianas: 1963, 97].
21. Mediante "sa valeur d'énervation de la production satirique lorsqu 'il a la contami-
ner" ; en definitiva la puesta entre paréntesis ("conform isme fondamental") de su rebel-
día .
22. Márquez Villanueva en un trabajo "en curso de publicación" propone "llamar a
este grupo sevillano academia del soneto burlesco" [Idem]. En cualquier caso la existencia de
tal academia es más que dudosa, aunque se han llegado a estampar el nombre del fun-
dador y año de fundación ("Academia de Ochoa. 1958") como título de un apartado en
que se da el nombre de "los contertulios" y se habla de su "relativa importancia en esa
época" ( sÁNCHEZ : 1961 , 201 -3]; "academia que, si logró cierta popularidad, no podía
competir con la de Arguijo en distinción e importancia" [ENTRAMBASAGUAS: 1942, 163;
con más reservas: 1967, l 10]. Todo esto no pasa de enteco positivismo, que se remonta
a una de las fantasías recreadoras de ambientes que prodigó Rodríguez Marín: "Por los
años de 1598 y siguientes debió de habe• en Sevilla una como academia literaria, ade-
más de la del pintor Pacheco y de la del veinticuatro Arguijo, compuesta de ingenios
más maleantes que los que en entrambas asistían. Como academia dije, por no llamarla ni
academia redondamente ni corrillo poético: por la pinta, era menos que lo uno y más
que lo otro ... Entre los académicos paréceme que se contarían, amén del buen viejo
Pamones ... Juan de Ochoa, Juan López del Valle, Alonso Álvarez de Soria y Luis Vélez
de Guevara" [ l 905, 155-6). El nombre de Alonso Álvarez figura en esa nómina por in-
cluirse entre las "mordacidades" contra el Fénix salidas de una "alegre tropa de sone-
teadores" [Idem], el siguiente soneto que "en algunas copias figura con el expresivo títu-
lo A Lope de Vega cuando vino de Castilla el año de 1602" [ENTRAMBASAGUAS: 1942, 163]:

- Lope dicen que vino- No es posible.


-¡Vive Dios, que pasó por donde asisto!
-No lo puedo creer- ¡Por Jesucristo,
que no os miento! - Callad, que es imposible.
¡Por el Hijo de Dios, que sois terrible!
-Digo que es chanza- Andad, que voto a Cristo
que entró por Macarena. - ¿Quién lo ha visto?
- yo le vide. - No hay tal, que es invisible.
¿Invisible, Martín?. Eso es engaño,
porque Lope de Vega es hombre, y hombre
como yo, como vos y Diego Diaz. '
- ¿Es grande?- Sí, será de mi tamaño.
- Si no es tan grande, pues, como es su nombre,
cagome en vos, en él y en sus poesías.

37
El soneto publicado por Don Basilio Sebastián Castellanos en sus Obras de Don
Francisco de Quevedo (Madrid 1851), se atribuye al autor de los Sueños en una serie de
manuscritos de la B.N. de Madrid (4.044, fol. 58v.: 4067, fol. !v., con el título Soneto
satirizando a Lope de Vega; 1 l.0 17, fol. 3v .; y 12. 71 7, fol. l 02) [según el índice repertoriado
de BLECUA: 1969]; la misma autoría figuraba en el cartapacio Papeles curiosos que perte-
necía en 1850 al sevillano Rafael Monti [Asensio, en LA BARRERA: 19732, 68], de donde
lo publicó en 1864 Asensio y Toledo a nombre de Cervantes y considerándolo inedito
[1902 a, 273],versión que he reproducido; por último, en el Ms. 2244 de la B.N. de
Madrid fol. 12v se copia con el título lncert. Auct. Contra Lope de Vega [ ENTRAMBASAGUAS:
1967, 110]. La atribución de Quevedo está desestimada: "D. Francisco nunca estuvo en
Sevilla antes del año 1624 y la composición está escrita en esta ciudad" [ASENSIO: 1902
a, 274], "mientras Lope estaba en Sevilla, Quevedo seguía estudiando en Valladolid. A
mayor abundamiento, las relaciones de los dos por aquellos años eran tan buenas que
don Francisco le escribe el soneto que- Lope coloca en los preliminares de El peregrino"
[ BLECUA: 1969,72]. El soneto fue "infundadamente atribuido a Cervantes" [COTARELO:
1915, 39] por Asensio, que aducía su "sentir" de que lo había compuesto "improvisan-
do" para "un círculo de amigos" [ 1902 a, 274; autoría sólo aceptada por ENTRAMBASA-
GUAS. 1967, 111, que la apoya con razones bien fútiles]. Con el razonamiento de que si
"esta composición fue escrita en Sevilla, cosa que con toda evidencia se infiere de su
propio texto, sevillano hubo de ser su autor", Rodríguez Marín escogió de entre los
poetas hispalenses que "solían escribir con ese más que gentil desenfado" a Alonso
Álvarez porque abunda en sus versos el "consonar" seseante que aparece en el soneto
(vv.11 y 14) [1901 : 163-4]. En conclusión, lo único razonable será aceptar el epígrafe
del Ms. 2244 y, como muy posible, la autoría de un poeta sevillano (o estante en Sevi-
lla) que conociese bien las andanzas del Fénix. Como advertía con agudeza Cotarelo y
Mari, "la pérfida y maligna alusión al marido de Lucinda [v. 1l] pone el sello a la in-
tención satírica de este soneto en que el autor habría querido tornar ridículo el deseo
que Lope tendría de ocultarse a la fiscalización del vulgo sevillano en los primeros días
de su estancia" [1915, 40]. Para otro soneto escrito contra Lope probablemente en la
misma. ocasión [CARREIRA: 1984, 10"46].
23 . Para los refranes sobre frailes, vid además [COMBET: 1971, 352-3] . Algunos jugosos
cuentecillos al respecto se recogen en [ ARGUIJO: 1979, 162-3]. Buena documentación de
conjunto trae [AMEZÚA: 1940, 224-6].
24. De ahí las increpaciones a la prostituta que sólo "fraile sube encima" o aficionada al
"mucho fraile" [HOROZCO: 1975, 65; ESPINEL: 1985, 50; LI ÑÁN DE RIAZA: 1982, 323].
25. Frente a la conclusión burlesca más generalizada, el poema expresa algo simi lar a la
queja nada literaria de Lope en cierta carta: "Ningún hombre cuerdo compitió con frai -
le" [AMEZÚA: 1941, 296] .
26. Los presos, según Alonso Margado "andan sueltos, sin prisiones, por uso de la car-
ee! real de Sevilla" [HERRERA PUGA: 1974, 96; otros detalles en PIKE: 1978, 209] , lo que
ocasionaba frecuentes riñas y disputas [HERRERA PUGA: 1974, 142] . Pero frente a la
"pendencia redomada", con heridas y muertes, la disputa verbal (o poética) "era un
juguete y una manera de reposo" [ El hospital de los podridos: 1936, 61 ) .
27. La pulla es "par excellence l'intrumewnt d'une agression ritualisée mais en appa-
rence irrationnelle" (JOLY: 1982, 221-2], frente a la particular especialización del escarnio
como "le <legré le plus outregeant de la moquerie" [ldem, 188) .
28. En el contexto inmediato las pullas utilizaban idénticos clichés: la Sátira de Pacheco
presenta a los poetas de Sevilla llamándose "judíos hideputas" y ella misma nace como
parte en una tensó satírica de "unos contra otros" que concluyó--dice una nota prelimi-
nar- cuando el Asistente de Sevilla "prendió a todos cuantos eran conocidos por poe-
tas y de la liga de aquellos, de suerte que vino a estar la caree! pública llena d e poetas"
[1907, 5, 24).

38
29. El 31 de Agosto paga 1276 maravedís por los derechos de almoj arifazgo de las In-
dias, según registro en que se consignan las mercancías cuya máxima riqueza la consti-
tuyen "16 camisas de hombre con cuellos de holanda llanas a 22 rs" [Documento
XXXVI en RODR!GUEZ MAR!N: 1901, 344-5]. Poco después otorgó testamento [Doc.
XXXVII, en ldem, 345-6] y de él no se encuentra noticia en los protocolos sevillanos en
los diez años siguientes [/dem , 133] .
30. Un caso típico perfectamente documentado es el de la fam ilia del poeta Baltasar del
Alcázar, cuyo padre participó en el comercio con Indias y fue jurado en el cabildo sevi-
llano. Por tres generaciones los Alcázar se entrelazan con parientes conversos de simila-
res características [ PIKE: 1967, 349-65]
31. Títulos todos de marcada predilección judeoconversa. Era viejo a estas alturas el
juego lingüístico entre judería y juradería (El auctor sobre que un confesso en Toledo compro una
juraderia [en HOROZCO: 1975, 220] ). En cuanto al paralelo entre escribano y escriba vid. la
nota a [IX], vv. 12-4
32. Se desconoce hasta su fecha precisa de nacimien to, pues la partida de bautismo de 2
de Septiembre de 15 73 publicada por Rodríguez Marín puede referirse, por su indeter-
minación, a cualquier hijo natural de nombre "Alonso" [Doc. II: 1901, 325]. Álvarez
de Soria vino al mundo meses antes de esa fecha, pues en una real carta de venia y
suplimiento de edad de noviembre de 1594 se le declara "de veinte y un años" y en la
escritura de 11 de Enero de 1595 aparece como de "veinte y dos" [ldem, 332, 334].
33 . Elaboradas además a partir de las fuentes literarias: "Varios escritores del Siglo de
Oro mencionan a la llamada gente de barrio, compuesta por ociosos, derrochones, go-
mosos, hijos de los habitantes más ricos de las diversas parroquias . Eran "inú tiles, pre-
suntuosos y bien hablados" y como Feliciano en la Garduña de Sevilla y an¿uelo de las bolsas
de Castillo Solorzano, las fortunas recien hechas por sus fami lias las disipaban en vino,
mujeres y juego" [ PIKE: 1978, 117].
34. Práctica teológicamente justificada en sus descuidos y aberraciones por la suprema
reparación divina: "El día del juicio se verán muchas cosas juzgadas muy diferentemen-
te por Dios, juez rectísimo que no se puJde engañar, q ue por los hombres" [ LEÓN 1981,
543]
35. El relato quevediano parece establecer un nexo inmediato entre el apresamiento de
Álvarez y su ejecución sumarísima que apoyaría esta hipótesis . Los jaques sevillanos
juran "beber la sangre a todo acechador" y dar un escarmiento ej emplar al "corchete
que siguió al pobre tuerto" [1 980, 281]. El acechar [COVARRUB IAS s.v. ] era imprescindi-
ble para poder sorprender a los delincuentes que se acogían a sagrado [RODR!GUEZ
MARIN: 1901, 193].
36. Continua la relación que este mote lo tomó Álvarez "de un hombre pobre que anda-
ba por Sevilla y pedía limosna para San Zoilo, abogado de los riñones, y el pueblo le
llamaba el dicho mal nombre, de que el dicho se corría y daba ocasión con ello a que se
lo dijesen y tiraba piedras y por aplacarle le daban algu na limosna, y en dándola se le
quitaba el enojo y bailaba. Ponía la imagen del santo en el suelo y dabale vueltas en el
derredor y decía que él no se llamaba aquel mal nombre sino Joan Agenjos, natural de
la ciudad de Córdoba" [GALLARDO: 1863, 285-6] .
37. Diego Duque de Estrada, que en sus Comentarios aprovecha un buen conocimiento
de materiales referidos al hampa sevillana LJOLY: 1980, 24-5] , todavía lo recuerda: "A
los 2 de Marzo 1609", tuvo que escapar de Sevilla porque "el Asis tente y Corregidor
Don Bernardino de Avellaneda, que por mal nombre llamaban Cagalasoga me buscaba
con grandes ansias" [1 983, 102].
38. Se desconoce la fecha exacta en que Álvarez de Soria fue ejecutado, aunq ue hay q ue
situarla con posterioridad al 26 de Junio de 1603 en que D. Bernardino tomó posesión
como asistente de Sevilla [ RODR!GUEZ MAR!N: 1901, 192]. En el "Apéndice de ajusticia-
dos" del P. León no aparece la noticia por encontrarse el j esu ita fuera de Sevi lla hasta el
mes de Octu bre, lo que marca el término ante quem [ DOM!NGUEZ ORTIZ: 1969, 19, 62].

39
ALONSO ÁLVAREZ DE SORIA
,
POESIAS
CRITERIOS DE EDICIÓN

En otra ocasión me he referido ya al "giro copernicano" que el


volumen cuidado por Alzieu-Jammes-Lissorgues [Floresta: 1975] ha
impuesto en el estudio de la lírica áurea marginal, por "su considera-
ción ex aequo a la hora del análisis, con métodos canonizados de crítica
textual y comentario que se aplican a la vertiente permisible, rompien-
do con las inveteradas normas de acercarse a esta lírica para servirse
de ella como material de compil<\ciones bibliófilas semiclandestinas o
de editarla, bajo la coártada de fidelidad, sin ninguna consideración
de índole textual" [LARA GARRIDO: 1979, 767]. Desde este nuevo um-
bral hay que replantear en su conjunto la edición de unas composicio-
nes que como otras muchas han sufrido, de forma inmisericorde,
todas las consecuencias de una repetida, fragmentaria eirregular
transmisión bibliofilica [ROSSICH : 1985, IX-X].
Con inesperada sinceridad (que le sirve, bien es verdad, de excu-
satio a dos frentes) Rodríguez Marín transcribe, antes de su edición
mutilada de los sonetos de Álvarez de Soria, un soliloquio de razones
sobre la conveniencia de sacar a luz en forma íntegra textos con "ver-
dores de cohombrillo". Si inicialmente parece haberse movido a no
"suprimir ápíce ni cambiar palabra", dado que no los editaba "para
niños de la escuela ni para novicias de convento", finalmente los "atil-
dados melindres" de quien, por otra parte, asegura no encontrarse
entre los historiadores "nimiamente asustadizos" se impusieron. Si-
guiendo "lo que se usa", los sonetos aparecieron con supresión "de al-
gunos vocablos y hasta frases enteras" [RODRÍGUEZ MARÍN: 1901, 179] '.

43
Poco antes, la Sátira "Ninfa que en las tasqueras ...", "una de sus
composiciones más subidas de color", había sido condenada a perma-
necer -inédita [ldem, 152]. No obstante esa doble circulación de los
textos vedados, tan propia del libertinaje erudito "fin de siglo", toma-
ba cuerpo al comunicar por las mismas fechas en que quedaban borra-
das "las palabras y frases más gordas", que se haría "una tiradilla
aparte para los amigos, sin melindrosas mutilaciones, y en ella irá
también la verdísima sátira de Alonso" [Carta de Marzo de 1901, en
MENÉNDEZ PELAYO: 1935, 183] . En forma de "un pliego más", suelto
[Idem, 187] y con tirada de "cien ejemplares para regalar a algunos de
los amigos" [RqDRÍGUEZ MARÍN : 1905, 200] aparecieron oc_ho com-
posiciones de Alvarez de Soria2 • De poco •sirvió que reaccionando
contra este doblete de permisibilidad, dos de los poemas peor parados
en el libro de 1901 fuesen reproducidos enseguida por otro erudito
[BONILLA Y SAN MARTÍN : 1904, 228-34]3, porque tanto el libro de éste
como el de Rodríguez Marín tuvieron corta edición y, en particular
aquél, escasa difusión. Cuando llevaba veinte años agotado El Loaysa
de "El celoso extremeño" y se decidió a incluir la biografía del rufián
sevillano en el que sería uno de sus libros más populares, Rodríguez
Marín se limitó a reproducir el texto de 1901 sin "sus copiosas notas"
[ 1927: 9], censurando in loto la Sátira y manteniendo las supresiones en
los sonetos•.
Esta historia tañ poco ejemplar se agrava si consideramos que en
el transcurso de tres décadas Rodríguez Marín se limitó a manejar
una copia de dos manos del Ms. 3890, con evidentes transcripciones
facilior, sin preocuparse tampoco por la consulta de otros textos de los
que tuvo noticia 5 • Y además, siguiendo una concepción lata y acrítica,
ya manifestada en 1901 (vid nota 21 de la "Introducción"), en lo refe-
rente a atribuciones, prohijó algún nuevo poema espúreo al poeta del
hampa6 •
El corpus poético de Alonso Álvarez de Soria presenta, como toda
la lírica marginal del Siglo de Oro, "una caterva di problemi di trans-
missione" [PROFETI: 1984, 176, en relación a LARA GARRIDO: 1979].
Estos problemas que estamos lejos de poder resolver afectan al núme-
ro y cualidad de las fontes manuscritas y a la específica circulación de
los textos poéticos. Frente al único manuscrito utilizado por Rodrí-
guez Marín hoy contamos al menos con cinco (pues [A] transmite en
realidad un poema atribuido por SERRANO Y SANZ) para abordar la
tarea de una edición mínimamente fiable de la parca obra conocida
del jaque sevillano. Estas son sus referencias:

44
[A]: Ms. 2856 de la B.N. de Madrid. Descrito por SERRANO Y SANZ
[1900] .
[B]: Ms. 3890 de la B.N . de Madrid. En el tejuelo Poesías varias. "Pare-
ce copiado después de 161 O" [Floresta: 1975, 317]
[C ]: Ms. 4067 de la B.N . de Madrid: Obras/ manuscritas de/ Don Fran-
cisco/ de/ Quevedo y/ Villegas / cavallero del / Orden de Santiago / Tomo 3. A
la vuelta de la portada: "Los papeles contenidos en estos tomos ... los
ha juntado mi curiosidad y cuidado. Año de 1729. Juan Isidro Faxar-
do". Al fol. 200r comienza un apartado de "Poesías obscenas y Inde-
centes, que an / dan entre los curiosos con el no[m] / bre de Don Fran-
cisco de Queve / do, y aunque algunas se conoce no / son suyas, se
ponen aqui para / la noticia dellas".
[D] : Ms. 18405 de la B.N . de Madrid. Descrito por [FU CILLA: 1942]
[E]: Ms . 19387 de la B.N. de Madrid: Cartapacio de diferentes/ versos a
diuersos asuntos / por el año de 1598 y los siguientes. Coleccionado en la se-
gunda mitad del XVII . Descrito en el Catálogo de los manuscritos que per-
tenecieron a D. Pascual de Gayangos existentes hoy en la Biblioteca Nacional,
redactado por D. Pedro de Roca, Madrid 1904, pp. 243-8.
[F]: Ms. M6, 1-11 de la Biblioteca de la Caja de Ahorros de Anteque-
ra. Copiado en 1627-8 por Ignacio de Toledo y Godoy [ Cancionero ante-
querano, 1950: VIII-X] .
[G] : Ms. 3913 de la B.N. de Madrid: Parnaso Español 2. Al final hay
una nota que fecha el conjunto :'en veynte y seis de Agosto de 1693".
[H ]: Ms. 4117 de la B.N . de Madrid: Guirnalda Odorífera. Figura la
fecha de 1603, posiblemente la de comienzo de la recopilación.
El más tardío y breve es [C] , que recoge sólo el poema [V] aun-
que en versión amplificada (tres estrofas nuevas) y numerosas varian-
tes respecto a la conocida; también tardío y con la nueva versión de
[V] es [G]. El más completo y cuidado es [B], único en transmitir
hasta cuatro composiciones [III, IV, VIII, IX]. Le sigue en impor-
tancia [F] no solo por transmitir dos nuevos sonetos de la lid carcela-
ria [XVI y XVII ] y el texto más completo de [XXII] sino por la co-
rrecta copia de otros poemas con numerosas variantes respecto a [B] y
lecciones en gran número de casos coincidentes con [E]. [D], recopila-
do por un aficionado portugués (según muestran sus grafias) interesa
por ciertas lectio de [XIV] y la única copia de [I]. [H], finalmente,
añade un soneto más a la contienda [X] y versiones variantes de otros
cmco.
La cantidad de variantes, las ordenaciones y cambios (supresio-
nes o amplificaciones) que aparecen en las distintas versiones manus-
critas son indicativas además de una azaro sa transmisión de comple-

45
jos procesos de reescritua y recomposición de similar entidad a la líri-
ca no marginal de la época. Aunque he contemplado tales procesos no
me ha parecido imprescindible presentar aquí su estudio pormenori-
zado dada la todavía corta cantidad de testimonios, que condena
cualquier hipótesis de transmisión y filiación textuales a mero ejerci-
cio metodológico sin consecuencias fácticas. En cualquier caso y sin
que ello suponga considerarlo como texto último y definitivo, he esco-
gido a [B] como base de la edición. Me mueven a ello considerandos
de dos tipos: la fuerte tendencia global a lecciones singularis de este
manuscrito (vid. [XIII, XIV, XX y XXI ]) y la perfecta ordenación
del ciclo de sonetos cruzados con Flores de Alderete, que en los demás
manuscritos se copia en fragmentario desorden . Sólo en [B] la serie de
trece composiciones aparece con una explícita numeración de ordina-
les (1 a 4 [VI-IX], sin numerar, y 5 a 11 [XIII -XV y XVIII-XXI ])
que representa la secuencia lógica del debate ': inicio con una pregun-
ta-enigma [VI] y respuesta inconcreta del aludido [VII ], cierre exigi-
do por la marcha amenazante de uno de los contendientes [XX-
XXI], variación de la invectiva de las más generales acusaciones de
"cornudos y traidores" [VIII-IX] a la concreta circunstancialidad de
estirpe, infancia marital y cobardía [XIII y siguientes] . Esto podría
indicar (si se une a la presencia en [B] de otros textos y la relación de
la muerte publicada en la Introducción ) una transmisión menos azaro-
saª y una proximidad al "origin.i.l" que no cumplen los demás manus-
critos.

46
NOTAS

l. La mutilaciones afectan sobre todo a [XIII ], vv. 2, 6-7 y 9- IO, [XV], v. 14 y [XXI ],
v. 11. Fue práctica que este erudito repitió incluso con textos de cuya publicación no
podía sentirse responsable, como la Sátira a las damas de Sevilla de Vicente Espinel
[RODRIGUEZ MARIN: 1905, 41 -2]
2. El único ejemplar que he localizado de este pliego se encuentra en la B.N . de Madrid
[V. C• 12897- 12]. Es un folleto de 8 hojas con el encabezamiento "Algunas composi-
ciones péticas de Alonso Álvarez de Soria y de D. Cristóbal Flores Alderete (Biblioteca
Nacional, Ms. 3890)" . En las pags. 1-3 reproduce los sonetos [VII, XIII, XV, XVIII -
XIX y XXI ] y en las 4-8 la Sátira . Aunque en Octubre de 190 1 envía a Menéndez Pela-
yo "tres ejemplares del plieguecillo que contiene los sonetos íntegros de Alonso y su
desvergonzada sátira a las ninfas de las tasqueras" [ 1935, 195], ninguno es localizable hoy
en la Biblioteca santanderina.
3. El soneto [XIII ] (pp. 228-9) y la Sátira (pp.229-33), con la siguiente puntada contra
su predecesor: "El Sr. Rodríguez Marín conoce desde luego la sátira de Alonso
Álvarez ... pero sin duda por buenos respetos no la reproduce en su libro. Nosotros, que
somos partidarios de la verdad desnuda por impúdica q ue pueda parecer, y que no escri-
bimos para monjas ni para modernistas, vamos a insertar. .. la sátira mencionada y el
soneto de Álvarez que con mutilaciones copia el Sr. Rodríguez Marín" [BONILLA Y SAN
MARTIN: 1904, 228]. La decisión de Bonilla, sobre todo el sacar a luz de manera no
clandestina la Sátira, molestó bastante a Rodríguez Marín, que ya la había etiquetado
como "impublicable" [1903, 85] . Recordó su precedencia y forma correcta de darle di-
fusión [1905, 200] y siguió refiriéndose a ella, en curiosa perífrasis, como "una sátira
muy obscena de que hay copia en cierto Ms . de la B.N ." [1922: 278]. Amezúa senten-
ciaba con esta parcialidad el proceso apuntado: "Bonilla sacó a luz unas poesías de
Álvarez de Soria, indecentísimas y pornográficas, que con buen acuerdo Rodríguez
Marín - conocie"ndolas también- no se,atrevió a publicar por buenos respetos a todo
lector" [ 1958, 271 ]. Claro que quien esto afirmaba no tuvo reparos en suprimir ciertas
palabras del epistolario de Lope de Vega "por excesivamente desvergonzadas" [ 1941,
346].
4. En algún caso alivia la mutilación con letras iniciales (p ... , b19 ... ) pero en otros, como
[XIII ], el texto sigue siendo ininteligible [1927: 93-103].
5. La copia debida a Paz y Meliá y Serrano y Sanz [I 901: 189] con tenía, entre otros,
estos errores [que repi te en 1927]: noble por joven, querer por tomar, haré por da ré, uejuda por
bebida, pero por pues, cera por cara y pronto por breve. En junio de 1900 escribía a Menéndez
Pelayo: "Se me han venido a las manos otras poesías del desdichado Alonsillo gracias a
nuestro amigo Serrano y Sanz" [ I 935, 167] (y vid [XXIII ]) "Don Manuel Serrano y
Sanz díceme agora en afectuosa carta que también se hallan esas curiosas piezas poéti-
cas en un manuscrito que poseyó D . Pascual Gayangos y que hoy para, todavía sin
signatura, en la Biblioteca Nacional. A j uzgar por la copia q ue me ha enviado del sone-
to de Alonso que empieza: "Hijo de un vinatero, y él casado ... ", el texto del códice de
Gayangos tiene variantes de importancia" [1901: 189] (Se trata de [E]).
6. Como el siguiente soneto, anteriormente publicado por el mismo Rodríguez Marín
como anónimo [1905, 159-60]:

Después que viste Amor jubón de raso,


valón de gorgolán y terciopelo,
ha caído de arriba el dios de Delo

47
y el interés se caga en el Parnaso.
Boscán, Petrarca, Ariosto, Arcila, el Taso,
comen por artificio de Janelo,
y empeña en un bodega el ferreruelo
por dos postas de vaca Garcilaso.
Pegaso lleva haldas al molino,
y aquellas nueve hipócritas o Musas
han fundado un burdel en Lombardía.
Si no buscas, ¡oh Lope!, otro camino,
de ser mozo de golpe no te excusas
pues está des ta suerte la Poesía [ 1935, 539]

Foulché-Delbosc en 1920 lo había publicado a su vez, copiándolo del Ms. 3796 de


la B.N. de Madrid, fol. 286v, a nombre de L.L. de Argensola, aunque en ese códice "se
halla sin nombre de autor entre composiciones auténticas de Lupercio", apostillaj.M.
Blecua desestimando esa autoría [ 1950, XL V] . En el Ms. B. 2465 de la Hispanic So-
ciety, fol. 153v se atribuye al autor de las Soledades, pero una mano posterior añadió: "Es
imposible que sea de Góngora" [Sonetos: 1981 , 627-8]
7. En la encuadernación se produjo un reagrupamiento invertido de las hojas del cua-
dernillo, con lo que de acuerdo al foliado posterior los sonetos aparecen así: fols. 67v-
70v (5 a 11) , fols. 7lr-5v (composiciones ajenas) y fols 76r-8v (resto de los sonetos).
8. En [D], los sonetos [XX] y [XXI] se copian entre [XV] y [XIV]; en [E] no sólo
[VI ] y [XV] aparecen tras [XXI] sino que el interludio de [XI] y [XII] pasa después
de los sonetos "respondiendose el uno a l otro". Para [F] vid. nota a [XVI] .

48
[I] *

Soneto de Alonso Aluares de Soria que mando a huna dama que


pregunto quien el era

Yo soy un hombre que naci en Lamech


por la gracia del santo sabaoth
mi padre fue pariente de Naboth
my madre descendiente de Lamech.
5 Fuy hecho por la junta de hic et haec
muchos siglos despues de muerto Lot
menos soberbia tengo que Nembrot
y mas humilde soy que Adramalec.
No sigo la modestia de Barauc
JO ny exen;o la soberbia de Barac
ny me attribuyo el nombre de Joab .
Tanpoco se uoar como a Bacu
mas se con menos años que lsac
tener quarenta hijos como Acab.

*[D], fol. 64r. Publicado, con algunos errores en la transcripción de nombres bíblicos
(Lautrec, Baraiú) por J.G. Fucilla [1 942, 397-8; 1953, 128].

49
[IIJ*

Quando, don Juan, vuestra famosa espada


en sangre de Guzman sera teñida?
quando, rendido ofrezera la uida
que tan alegre sigue su jornada?
5 Quando vuestra destreza zelebrada
ejecutara en el una herida?
porque no e uisto yo en toda mi uida
satisfa<,:ion mas bien considerada.
Vuestro Conde L0<;ano ya esta viejo,
JO y desde el mas amigo a los estraños,
no ay para mormuraros lengua muda.
Mudad, pues sois discreto de consejo,
que si aguardais que viua dos mil años
el se lo morira sin vuestra ayuda.

*[B], fol. 75v, donde figura como anónimo. Es la versión que ya publicó R. Foulché-
Delbosc [237 sonnets: 1908, 539-40] . En el Ms. Ma A de la Biblioteca de Bartolomé
March, fol. 264 "no se indica que sea de Góngora, pero está incluido en la serie de 139
sonetos suyos" [ GóNGORA: 1981, 655-6]. Otros dos Ms. de la misma Biblioteca, el AP,
fol. 230r y el SS. , fol. 132v, "y la lista de poemas inencontrados del ms. Pérez de Ri_vas"
lo adjudican a Góngora, aunque "no ~s suyo sino de Alonso Álvarez de Soria" [CARREI-
RA : 1984, l038]". Con el título Alonso Alvam; de Soria. Soneto está recogido en las Flores de
Juan Antonio Calderón [Segunda parte: 1896, 85-6}. Variantes:/ I: señor [Flores] / 2: del
[Flores] I 3: rendida [Ma A]; huida [Flores]/ 4: segura vive en [Ma Aj; sin miedo tiene la [Flo-
res] / 5: Añaden a [Ma A] y [Flores]/ 6: veremos dar siquiera [Ma A] y [Flores] / 9: está ya
[Ma A]; suprime ya [Flores] / 12: que sois sabio [Ma A] / 14: solo [Flores].

50
[III] *

R[omanc}e

Otra vez Sierra morena


con mas contento te ui
quando dos cuerpos i un alma
pasabamos a madrid,
5 cuando mi querido dueño
con esfuerzo varonil
ronpiendo dificultades
dejo a sus padres por mi,
era entonzes a mi vista
10 esta montaña un jardín
y el mas seco robre suio
verde naranjo en abril.
En la mas inutil mata
nascia el blanco jazmín
15 para que ,se uiese en ella
la que ver no merezi.
Mas ay triste de mi
que vengo sin el alma que la di
y pues sin ella vengo
20 causas me obligan y disculpa tengo.

de Al[ons]o Alv[are]z

*(B], fol. 134v.

51
[IV]*

Otro d[el} m[ism}o

Tristes y espesos jarales


altas y encunbradas peñas
que por ser todo pir;arras
os llaman sierra morena.
5 Aguas que os uais despeñando
y abriendo camino y senda
las que pasais adelante
a las que <letras se quedan .
Otra vez os buelbo a uer
10 con menos dicha y mas pena
el alma llena de agrauios
y el corazon de sospechas.
Acuerdome bien, si acaso
penas acordar me dejan
15 porque quien con penas viue
, como e~ pusible que pueda
que era este monte a mi vista
agradable primauera
de la mas inutil mata
20 a la mas pequeña piedra.
Al uetis buelbo a partirme
que obligaciones me lleban
y pues q [ ue] parto sin alma
quede diciendo la lengua
25 nunca uiera tajo tu clara orilla
pues de uerla nar;ieron tantas desdichas.
Yo me ui querido ·
yo cuide en ausenzia

*(B] , fo!, 134v. El v. 14 figura tachado con esta primera lección: me dejan acordár penas.

52
y aora en presenzia
30 muero aborrezido.
Lloro aber venido
Tajo a tu orilla
pues de uerlas nazieron
[tantas desdichas].

53
[V]*

Satira de Alonso Alvarez de Soria

Ninfas que en las tasqueras


del conpas, resolana y S. Ber[nar]do,
sobre humildes esteras
tendeis el pobre y traqueado fardo,
5 y por virtud del hongo
es v[uest]ra ambrossia parago y mondongo.
Mientras del sol matando
estais el pazientiss [im]o piojo,
JO y en el bosque rascando
arrancais con las uñas junto al ojo
la ladilla hanbrienta
que entre granos y parches, se alimenta,
oydme hazia la noche
]5 quando en chamiza, cantos o madera,
sin ser corchete o broche
, do<;e rnienbros tomais cada ramera
y con zinquenta quartos
bolueis contentas ante los lagartos.
20 Yo soi un honbre pobre
en el trato putesco, leua y chanzas,
corriente como cobre
pues e corrido mas de quatro lanzas
en manflas y bodegos,
do se gastan por uidas y reniegos .

*(B], fo ls. 131 r-3v. En (C], fols. 230v-35r, bajo el títu lo Quexas de enamorado y ?,e/oso, figura
en el grupo de "poesías obscenas" atribuidas a Q uevedo. En [G], como Satira de Alonso
A /vare?,, fo ls. 20v-2v. Variantes:/ 2: o solana [C] y [G] / 4: tendreis [G] / 6: comeis el espargo,y
vil [C]; comereis el espargo [G] / 7: al [G] / 8: al triste [C] y [G] / 13: assi a .. . entre chasqueras
[C]; assi a [G ] / 14:y [C]; entre chasqueras [G] / 16: o mas [C] y (G] / 18: bolbais [C] y (G] / 20:
que en [C] y [G] / 21: un coche [C]; coche [G] / 22: habre (C] y [G] / 24: donde no ay, si [C] y[G]

54
25 Ynclinome mi estrella
a esto que llama el bulgo amor, y amando
quise una yngrata vella,
por quien perdiera si la uiera Orlando
el sesso, y si la hallara
30 un tea tino entiendo q [ ue] peccara.
Amome tiernamente
que en esto quiso Venus regalarme;
yo adoraba la ausente,
con extremo tan grande,que en soñarme
35 con ella entrepernado
recordaba el harapo almidonado.
Soplaba n [uestr]a llama
la madre de Cupido tan cachonda
que en uernos en la cama
40 nos andaba mirando a la rredonda,
requiebros aprendiendo
para dezirle a Adonis en viniendo.
Poniaseme enzima
tomando el vello tuetano en la mano,
45 y la una y otra lima,
,gordas cual calabazas en verano,
dejando en el postigo,
metia lo <lemas hasta el onbligo.
Despues con gozo inmenso,
50 a conpas de primores culeando
ybamos por extenso
n [uest]ro suaue bien solennizando,
y al darnos lengua en boca
paraba el ejerzizio, cosa poca.

/27 : auna [C J /28:entiendosi [C] y [G ] /29 :perdierael [C] y [G] /30:capuchino [C] /34-5:
En [B] figuraba inicialmente la misma distribución que en [C] y [G ]: "con extremo tan
grande / q ue en soñarme con ella entrepernado", pero se tachó del segundo verso y
agregó en el primero "que en soñarme" / 36: Tras es te verso, [C ] y (G] incluyen una
nueva estrofa: Gastamos tiempos largos / en el suaue trato y exercicio / de amor,y sin embargos/
tomabamos por tanda,y por o.fi;:_io / estamos fornicando / nuebos modos,y trazas inventando/ 36 : de
(C] y (G] / 41: aprehendiendo [C] / 45: suprime y [C ] y [G] / 47-52: suprimidos en (C] y (G]
53 :y (C ] y [G] / 54: en cosa (C ] y (G] / 61: unas [C} y [G} 162: a la.~atesca , canto o arrimadillas

55
55 En conclusion venia
despues de mil palabras amorosas
a estar helada y fria
la boca ante quien nada son las rosas
y con un vida toma
60 destilaba el licor de su redoma.
Otras vezes de lados,
a los cantos, gatesca, arrimadilla,
nos uio amor enlai;:ados
gastando a puros chascos las ternillas
65 · porq (ue] esto era de forma
que estaba el jenital siempre en su corma
go<;:ando desta gloria
aqui fue Troya ninfas socorredme,
borro mi dulze historia
70 un coronista que en galeras reme
pues con nombre de padre
fue a mi gusto madrastra, al suio madre.
Dio sin sauer yo nada
en inbiar billetes y regalos
75 el sollo, y la pescada
el safio, lamprea y los robalos
y del carnero eunuco
hasta el pabo que pocas vezes muco .
Hize algunos conjuros
80 y con ellos y andar alerta el ojo
vieron mis zelos puros
mis contentos aguados y en remojo,
y para mayor pena
al Deogra<;:ias dar treze por dozena.
85 Estando ansi suspenso,
mirando por lo roto de un tabique
vi al padre frai Lorenzo

lCJ y [GJ / 65:yaquestocontalsorna [C];yaquesto [G] /66 :forma [C]; horma [G] /69: tris/e
[C] y [G] /71 : que [C] y [Gl] / 72: a mi amor fue [C] ; al mio madrastra [G] /74: enviarla [CJ y
[G) / 75: del. .. a [C] y [G) / 76: del. .. a la ... con los sabalos [C]; del ... la [G] / 77: hasta el [C] y
[G) / 78 :y el ... yo m19 [C];y el ... yo [G] / 79: Hizo [C] / 80: andaua [C] y [G) / 82: con enojo [C]
y [G) / 84: dan [C] / 85 : pues atento [C] y [G] / 88 : un turco el rabo [C] / 89: mui [C] y [G) / 90:
[C ) y [G) añaden tras este verso dos nuevas estrofas: Sentid nimphas cachondas / _así a orillas
de el suzio tagarete / vuestras carnes hediondas/ a mil guiferos si ruan de bufete I lo que senti ,yo quando
/ vi estar mi dulze leche desnatando. / Turboseme el sentido / la lengua al paladar quedo pegada, I y el
miembro de afligido / viendo su alterazion tan (desmaiada [C}) (demasiada [Gl) / a recoxer
manchando / se fue azia el usillo retirando /

56
a quien el rabo un turco le salpique,
con vn feo visaje
90 mezclar su a [r]roz con el ciernas potaje.
Remataron sus quentas
y con ellas tanbien mi sufrimiento
sacando estas afrentas
del todo la pac;ienzia de su asiento
95 y a no llegar Cenara
yo la frailesca esperma derramara .
Esta era una vezina
anziana, muy honrrada y reuerenda
a quien dio Zelestina
100 virtudes, santidad, dotes, y tienda
y uiendo aqueste aprieto
me asio del brazo y dijo con secreto:
Señor zeloso, paso,
meta la espada que furioso enpuña,
105 pues de interes el mac;o
jamas dio, ni clara golpe en su cuña
que si otros an entrado
con martillo de plata se an hincado.
Pues no pecha, de larga
1JO si uiere, sufra y calle, pues es franco,
o a la pesada carga
se obliga de tener en pie el estanco
ques mucha golloria
arderse en z.elos, bolsa q[ ue] esta fria.
115 Tubieron fuerza tanta,
de la dueña las ultimas razones,
que no tube garganta

95: Guebara [C]; al llegar [G] / 96: a/fraile vil al/i le


drspema ra [C] / 98: reputada [C] / 100: discrezion, botes,y tienda [C]; botes [G] / l02: asiome el ...
y dijomeen [C] y [G] / l05: escaso [C]; laso [G] / 106: ni j amas [C] y [G] / I IO: suprime es [G]
/ 112: obligue [C] y [G] / 11 3: porque es demasiada [C] y [G] / 114: es vazja [C]; es tan [G] /

57
para hablar, y dando a los talones
su propio mouimiento
120 deje la casa echa vil conuento.
Hui qual huir suele
el que rabia del can que le ha mordido,
o el quatrero que guele
la santa vieja a quien favor le pido
125 contra aquesta capilla,
que en Peraluillo entone una letrilla.
Este discurso breue
os manifiesta mi pesado agrauio,
si a compasion os muebe,
130 ninfas, moued en mi defensa el lauio,
que yo os dare en ofrendas
a v[uest]ras llagas, hilas parches vendas.

118:
suprime para hablar [G] / 120: un vil [C] y [G] / 122: del que... de [G] / 124: hasta vieja (C) /
129: suprime a (C] y (G] / 130: boluea" [G] / 132: y los parches [G].

58
---

[VI]*

Primero de Alonso Aluare.::::,

Una enigma de todos sauer quiero,


a uer si alguno en blanco me la saca
ques cosicosa una gallina flaca
que no sale jamas de un agujero,
5 Chupa a una vieja el arrugado cuero
su~tentase con sangre que la saca
tiene, aunque chico cuernos como vaca,
pretende ser leon y es un carnero
alguno de sus padres, si fue gallo
JO sera el de la pasion, por ser testigo
como lo fueron sus antezesores.
Mas pues ninguno saue declarallo
y todos me la dan, a todos digo
que este es el preso don Christoual flores.

*[B], fol. 76r. Se copia, además, en [E), fol. 180r: respuesta de al[ons}o aluares a don Xtoval,
y sin título en [H], fols. 15r-v. Variantes: / 2: por ver [H) / 5: pica [E] / 6: le[H) / 7: son sus
cuernos mayores q[ue} de [E]; chiba [H) / 8: tiene parte de lobo y de [E); tambien parece lobo i es
cordero [H] / 9: el uno [E] y [H) / 11: alta segun lo afirman los autores [E); della como lo afirman
mil autores [H] / 12: que no sabe nadie [E}; pues ninguno se atreve a [H] / 13: aora pues me la dan
con perdon [E] / 14: suprime que [E] .

59
[VII]*

Respuesta prim[er}a de D. Chr[istoba}lflores

Enemigos judios, maldizientes,


perdigados los mas en la ley vieja,
si teneis de mi vida alguna queja,
no penseis desquitaros entre dientes.
5 Que el mal hablar no agrauia los ausentes,
ni el dicho con el fecho se empareja
que ya yo e visto aqui, tras desta reja
presas y presos v[uest]ros desc;endientes.
No fueron mis heridas criminales
JO que un confeso ladron, hijo de puta
aun hasta en sus traiciones es couarde.
Mi cara doi a vista de oficiales
buscad nueba ocasion, canalla bruta
pues llego la invenzion esta vez tarde.

*(B], fol. 76v. En [H), fol. 79r: Soneto de don Xaljlores , con las variantes: 1: cornudos / 4:
podei.< esquilaros/ 5: ofende a I 6: hecho! 7: visto Iras de aquesta! 8: putasy putos mil vuestros parientes
/ l O: traidor / 11 : en hacer traiciones / 13: otra / 14: que esta vez la intencion y a llego tarde.

60
[VIII ]*

Soneto

Cornudo cornudillo cornudete,


pues eres henbra en obra, y en palabra
llamate doña flor o doña cabra
y dejale a un doctor el alderete.
5 Si te topare alguno, don bufete,
abra el ojo que hiere y descalabra
el cuerno agudo que te adorna y labra
desde la planta infame al uil copete.
Eres de los cornudos quinta esenzia,
JO ladron gallina ynfame, y deslenguado,
ynsufrible malquisto e ynsolente.
Pues no temes a dios ni a tu conzienzia,
como a peste te saquen de poblado,
y quien lo contradize es puto y miente .

*[B], fol. 77r.

61
[IX]*

D[e} D[on} Chr[istoba}l

Pues mi nobleza niegas por escrito,


oyeme un poco estame un rato ·atento
direte de tu vajo nazimiento
cosas mas ~iertas que de Roma tito,
5 oyelas bien spiritu prezito,
que, aunque seas mas lerdo q [ue] un jumento,
te dara vergonzoso sentimiento
tu des~endencia del judaico rito.
V años de Versaue que alla en Judea,
10 sus inmundizias regalaba Urias
no te metas conmigo en estacada
que aunque tu señor padre scriua sea,
a ti, y a quien tratare cosas mías
maltratare, con pluma y con espada.

*[B], fol. 77v.

62
[X]*

Mi enemigo me dicen que te as hecho


y con testificarmelo un amigo
no lo puedo creer dios me es testigo
que eres gallina aunque de aleve pecho.
5 Mas ya don Flores tu intencion sospecho
tu no temiste agora mi castigo
entendiendo no verte mas comigo
por la fuga que hize a tu despecho .
Pensaste mal cornudo de villanos
JO agraviado blasfemo i embustero
cuya hermana a un mulato alza las faldas
hombre sin onra sin verdad sin manos
y fia que algun día ver espero
ratificado un palo en tus espaldas.

• [H], fol. 15v.

63
[XI]*

De uno metiendo pazes entre D. Chr[istoba}l


flores y Alonso aluarez

Calle el tuerto Alonsillo, y calle flores


c;ierren la uoca, infame y maldiziente
quien tal uellaqueria les consiente
a aquestos dos uellacos copleadores
5 llamanse de cornudos y traidores
y aunque en esto ninguno dellos miente
pareze mal aca, entre buena gente
y a los mas cortesanos escriptores.
Por uida de Talia y de su hermano
10 quel cornudon mil vezes se hizo mudo
y, por dar fe sufrio la aluarda y silla,
que si no ocupan ya la pluma y mano
en espulgarse y dar chascos de a escudo
que lós e de azotar a el aldabilla.

• [B], fol. 78r. Se copia en [E], fol. 181 r: Soneto de un curioso a don Xtoval flores y alonsso
a/vares, y sin título en [F], I, fol. 234v. Variantes 1: calla Alonsillo calla [F] / 5: di<ense [E] ;
lratanse [F] / 6: que aunque ninguno dellos nada [F] /7: a la noble [E] y[F] / 9: tulio [E]/ 10: qua/
homerin ... y cornudo [E]; Comeril, suprime se [F] / 11: que por doblones sufre [E];y digno de sufrir
[F] / 13: en las cosas y hechos de Vermudo [E] / 14: uh [E].

64
[XII ]*

Respuesta de D. Chr[istoba}l

Quienquiera que tu seas que te metes


en lo q [ue] te ualiera mas ser mudo
tu solo as de callar como cornudo
o te porne en la boca dos corchetes.
5 Si des<;iendes de habris o de hametes
yo soi mas caballero que vermudo,
y mostrare por orlas de mi escudo,
como tu sanuenitos, coseletes.
Y por el alcazer sagrado y tierno
JO que paze el garañon de la castalia
en el contorno unbroso de sus valles,
de matarte si hablas con un cuerno
aunque te busque en llandes o en ytalia
que yo sabre quien eres, aunque calles.

* [B], fol. 78v. En [E] , fo l. 18 1r: Soneto en repuesta des le de don Xbaljlores, con las varian tes: /
1: quien le mete/ 4: o pondrele ... yo un corchete/ 5: hali o de hamele / 7: armas/ 8: coselete/ 9:y por el
alta de / l O: que pareses / 11: y de sus onb rosos.

65
[XIII ] *

Soneto

Hijo de un vinatero, y el casado


con una mujer noble pero puta
aunque la causa de esto no se inputa
sino al cabron que la ocasion ha dado
5 dejola a quinze dias desposado
y ella con golosina de la fruta
busco con quien holgarse a pierna enjuta
aunque otros dizen que el se lo a mandado.
En lo que ella haze mal es en tomarse
JO con tantos sin querer ningun dinero,
que si esto fuera el fuera su alcaguete.
Mas saldra de la car¡;el a bengarse
y cobrara sus portes por entero
ques don Christoual flores de Alderete
15 cuio valor promete
gran ,venganza y castigo
de ziertos palos q[ue] le dio un amigo.

*[B], ·fol. 67v. Se copia asimismo en [E], fol l 79r: Soneto de al' de a/vares en respuesta; en
[F], I, fol. 23lr: Respuesta de Al' Albares y en [H], fol. 14v, sin epígrafe. Variantes: / 1: Su
padre [E); El padre [F] y[H] / 3: culpa [E] / 4: le a [E] y [H] / 6: como gustosa [E], [F] y [H] / 7:
busca quien la cabalgue [E], [F] y [H] / 8:y au[n} testifica [E];y aun imaginan que/ [F] ;y aun
certifican [H] / 9: anda mal [E], [F] y [H] / 10: con uno y otro [F]; llevar jamas [H) / 11: el
alcahuete [E); esto ubiera [F] y [H] / 12: e/ ... i sabra mui bien [E]; el es hombre que sabra [F) ;
masyofio que sepa bien [H) / 13: q{ue} aunq[ue} es gallina iefamey enbustero [E]; que anque ladran
infame y embustero [F]; que aunque gallina infame y embustero [H] / 14: es [E] , [F] y [H] / 16: i
exemplar [E].

66
[XIV]*

Soneto en R [espuest} a

Arañador en causa nezesaria,


nacio en Seuilla un mozo palabrero
de parte de su padre cauallero.
de lo mejor de Jerico o Samaria,
5 mas fortuna cruel, aunque uoltaria
ayer soldado, y oy farandulero
poeta quendo azierta, aventurero,
de mala lengua, y vida temeraria.
Vendio alcuzcuz su madre y alexixas
JO puta de muchos que, por su pac;ienzia
entre los signos les espera gloria.
Dejo otras cosas porque son prolijas:
esta es la uida y clara deszendencia
del señor Alonso aluarez de Soria.

*[B], fol. 68r. Se copia en [D], fo l. 62r: Outro contra o mesmo; en [E], fol. l 78v: Soneto de Don
Xobal flores alonso aluares, y en [F], I, fol. 230v : De Don Cristobal Flores a AJ• A/vare;::
Variantes:/ l : añadey [D] / 3: por [D];partes :.. madre [F] / 4:y [E] y [F] / 5: de ... atrevida [E]
y [F] / 6: oi .... aier [E]; oy .. . i ayer [F] / 8: vida i Lengua [E]; viday fama [F] / lO: todos [E] y [F] /
l l: siglos se Le [D]; Los siglos meresieron [E]; se le [F] / 12: mil por ser [F] / 13: antigua [F].

67
[XV]*

Soneto

Si me mataren sin saberse quien


es don Christoual flores por pasion
que tiene contra mi, sin ocasion
que no la tomara aunque se la den .
5 Dize que digo del y dize bien
que tiene entre el copete una armazon
como aquel animal de vendizion
que acompaño la mula de Velen.
Y por si me matare desde aquí
10 una y mil uezes el perdon hare
si se atreue a matarme, bien o mal.
Pluuiera a Christo que el guardara ansi
el sexto como el quinto, que yo se
que tubiera su mienbro mas cabal.
15 Aunque de uerse tal
es la causa beatriz,
oriana' gentil <leste amadis
q [ ue] aunq [ue] beuida y palida,
es alcagueta uil y puta calida.

• [B] , fo l. 68v. Igualme nte aparece en [D], fo l. 61r: Soneto de A lonso A/vare.:; de Osario a Don
Xval flores, en [E], fol. l 80v: Otro de Al' a/vare.:; a don Xtobal flores, en [F], I, fo l. 232v:
R[espues}ta de Al' a/vare.:; y en [H], fols. 14v-5r, sin epígrafe . Los versos del estrambote
sólo figuran también en (H ]. Variantes:/ 2: con [D] / 5:yo le , su prime del [E]; el dice que io e
dicho [F];yo le e dicho y [H] / 6: armacion [D] ; en [F] / 9: mas [D]; mas ... lo qisiere [E]; mas porque
lo conosco [F] y [H] / 11: para q[uan}do me mate [E]; si el supiere [F] y [H] / 12: Pluguiera [H ] /
14: el mienbro [D]; el tuviera [E]; estuviera [F] y [H] / 15: verlo (H] / 16: la culpa es de (H] /
18: vetula [H ].

68
[XVI]*

D. Cristoual

El testamento de tu padre amado


que murio confesor tuerto alo[n]sillo
no diras ques mentira ya decillo
arguira mi ynoc;:enc;:ia de pecado
5 pues por tu madre eluira, mejorado
oi estas horro siendo morisquillo
que bien pudiera hablar algun carrillo
que a de auer de mis manos pespuntado
y a fe que me ha caido mui en grac;:ia
JO que quando andauas hecho tintorero
xamas preuaricaste tu decoro
que por indignación o por desgrac;:ia
me dijo quien te bio farandulero
que nunca hic;:iste sino tuerto moro.

*[F], I, fol. 233v . Lo publican, con texto modernizado, D. Alonso-R. Ferreres [Cancione-
ro: 1950, 134]. Aunque en el manuscrito figuran este soneto y elque va a continuación
tras [XXI] creo que han de ocupar en la tensó un lugar intermedio a las parejas [XIV-
XV] y [XVIII -XIX] con cuya materia y forma de desarrollo conectan.

69
[XVII]*

R[espues}ta de Alo[nso}

De un paje te dexaste dar de palos


di Don Cristoual Flores de Alderete
boto al hijo de dios q [ ue] eso promete
ponerte tocas y pedir regalos.
5 Ponte basquiña aun ai dos interbalos
que el uno es el estorbo del copete
i el no poder andar sin ganivete
para espantar los panfilos a palos .
Diz q[ue] sobre las quínolas te dieron
JO i a la runfla de bastos flux tubiste
i de mano te entro qua! me dixeron
por Jesucristo desgraciado fuiste
con setenta de flux q[ue] honbres no bieron
q[ue] siendo mano y q[ue] con el perdiste.

*[F], I, fol. 234r. Lo publican, con texto modernizado, D. Alonso-R.Ferreres [Cancione-


ro: 1950, 134-5] .

70
[XVIII ] *

Soneto

Sy dize que su madre no fue mora


miente Alonsillo el tuerto y no lo entiende
y si su padre niega que desc;iende
del pueblo yngrato que adoro la tora.
5 Tanbien miente si piensa que se ignora
que pregona leon, y liebre uende
y tanbien miente, si encubrir pretende
que fue representante a su señora.
Y sobre todo, como puto miente,
JO afrentado, ladron, lenguaz, malquisto
si algo responde, o dize que no es c;ierto
lo ques a todo el mundo tan patente:
este es el euangelio, boto a Christo,
y si esto niega, negara que es tuerto.

*(B], fol. 69r. Se copia asimismo en [D], fo ls. 62r-v: Outro sontra o mesmo, en [E], fo l. l 79r:
Soneto en mspuesta de don Xpobal al' aluares, y en [F], I, fo l. 23 1v: De Don Cristobal al mismo.
Soneto. Varian tes: / 1: Se [D];puta [E] / 3: madre [D] / :y tambiensi imagina [F] / 6: el pregona
[E] / 7: inorar [E] / 8: la [Dl ; representanta su (F] / 1O: ... traidor, loco [F] / 11 : acierto [E]/ 13:
al [D]; que es este [Fl

71
[XIX]*

Soneto

Si eres cornudo o no, Christoual flores


a tu muger presento por testigo
si huiste una uez yendo conmigo,
Ribas lo <lira bien y esos señores,
5 si es alcagueta y bruja tus amores
digalo el sotaalcaide aunq [ue] es tu amigo
a que seas confesso no me obligo
pero Olmedo lo dize y mil autores.
Si yo te di de palos, tu lo uiste,
JO como lo saue el mundo, que te ensalzas,
cornudo, bujarron, palos y mientes .
Pues quien ignora que a Beltran huiste
y que Alonso migue! con unas calc;:as
te refrego la cara, que aun lo sientes.

*[B], fol. 69v. Se copia también en [E] , fol. 179v: respuesta de al' a/vares y en [H], fo ls.
15v-6r, sin epígrafe. Variantes:/ 2: a ti mismo[E] y [H ] / 4: saue [E]; sabe ... los [H] / 8:
Obidio lo afirma idos [E]; Obiedo lo afirma [H] / 10: y si al[ons}o migue[ con unas calsas [E];
pues si Alonso migue/ con unas calras [H] / 11 : te refrego la cara aun oi lo sientes [E] y [H] / 12: y
si esto es verdad i q[ue} a beltran huiste [E]; si esto es verdady que a Beltran huiste [H] / 13: como lo
saue el mundo q[ue} te ensalsas [E] y [H] / 14: cornudo bofeton palos i mientes [E] y [H].

72
[XX]*

Soneto

Oy destierran a Oran, un enb~stero


cuyas flores son flores de alderete
hombre que con un pelo del copete
clara seis cali;adores y un tintero.
5 Ya contemplo manchado el casto azero
en la ocasion primera que arremete,
que aunque su condizion no lo promete
todo quiere prinzipio y del lo espero.
Que no por ser blasfemo y afrentado
y sufrir bofetadas cada dia
ha de perder del todo su decoro
y mas yendo de cuernos tan cargado
que si en cada uno de ellos mete un moro
ensartara en la frente a Berueria.

* [B], fol. 70r. Se copia también en [D) , fo ls. 6 1r-v : Soneto do mesmo contra o mismo, en I E ],
fi;> l. 179v: Otro del mismo Al' A/vares a don Xto val, ve n [E] , 1, fol. 233r: Rfespues/ta de A"
Alvarez . Varia ntes:/ 2: cuiaj/or ... las [E] ; que es don Cristobal Flores [ F] / 3: de dos pelos I E]; de
los pelos [F] / 4: haran [E]; hara [FJ / 5: linpio [E] v [F) / 6: el primer encuentro I F] / 7:_v ... nos
[E] ; ia que su valor [FJ /9: infame [F] / 10: a de perder en todo su decoro [E] v [F] / 11 : ni sufrir
bofetada cada dia [E]; y sufrir bofeiadas cada dia IF] / 12: sobrado [EJ.

73
[XXI ]*

Soneto

A matar de tu padre deszendientes


a Oran parto Alonsillo mui contento,
y sera mi mui cierto aduenimiento
mas vreue del que esperan tus parientes.
5 Pide fauor al zielo y a las gentes
que de alla e de boluerme por el uiento
a solo castigar tu atreuimiento
sacandote los ojos, lengua y dientes.
Verdades hablo al uso de Castilla
JO no podras desquitarte ya conmigo,
dejate fornicar, perdonarete
y regala tu amiga Luzianilla:
que pues colgaron a Veltran tu amigo,
el mismo fin tu vida nos promete.

*(B], fol. 70v. En [D], fo ls. 61v-2r, con el encabezamien to general: Respuesta de don Chris-
toual de flores alonso aluares de osario, en [E], fol. 180r: rrepuesta de don Xtoualflores al' aluares,
y en [F], I, fol. 232v: D. Cristobal. Variantes:/ 1: aora "ºY Alonsillo muy contento [D]; matarte
tu sangre i [E] ; sangre [F] / 2: a matar de tu sangre descendientes [D]; uoi a [E]; uoi Alonsillo a
Oran i [F] / 3: y tanbien por mi siento [E]; porque .. . mi cierto [F] / 4: que el [D]; sierto q[ue} el
q[ue} [E]; mas cierto que el que aguardan [F] / 6: que ser de un pobre capitan sargento [D] y [E];
que ser de un pobre general sargento [F] / 7: no ha de poder librarte de mi intento [D]; no podra
defenderte de mi intento [E] y [F] con el cambio defenderse/ 8: y si dixeres lo contrario mientes
[D]; y si dixeres otra cosa mientes [E];y si tu dices otra cosa mientes [F] / 9: a [D] / 10: no puedes
[D] ;ya no te puedes desquitar [E]; ia no te puedes excusar [F] / 12: supri me y [DJ;y goza de [E];
y gora [F] / 13: ahorcaron a[i}er un [D];y pues ahorcaron a Seron su [E]; que si ahorcaron a Zeron
su [F].

74
[XXII ]*

De Alº Albarez q[uan} do le llevaron a ahorcar

Engañosa confianc;a
que seguridad prometes
a una vida que por puntos
va caminando a la muerte.
5 A y corac;on aflixido
que atormentado me tiene
pensar que a espacio camina
mal que por la posta viene.
Mal logrado entendimiento
10 que en este punto me tienes
ia que me cuestas la vida
no es bien que el alma me cuestes.
Avisa a la voluntad
que los sentidos apreste
15 haga alas de la memoria
no asalte el contrario el fuerte.
Esta lumbre d<;: mi vida
que muere y vive de vezes
que de contrarios la apagan
20 que de esperanc;as la encienden.

*(F], II, fols . 29r-30r. El poema figura también "en un códice en 8" esc rito hacia el año
de 1630 todo él de poesías de Góngora , salvo unas cua ntas de Quevedo, Me ndoza y J ua n
de Salinas" , que pertenecía a Sa ncho Rayón, de donde se publicó en el Ensayo de
Galla rdo [ FERNÁN DEZ GUERRA: 1863, 1279]. Act ua lm ente se encuentra el manuscrito en
la H ispanic Socie ty of America [n" CXL del Catálogo , composición 192] , y en sus fo ls.
l 77v-8v aparece con el título Romance de Al" Albarez poeta sebillano hi1o estando sentenciado
ahorcar por Don Berndo a quien puso por nomb re caga la soga [RODR!GCEI. ~10:\ 1:\"0: l 965 ,
195-203]. Varientes; 3: camina para / 6: cuan engañoso le tiene/ 8: tras es te verso añade: Tres
horas me dan de vida/ los que mi muerte pretenden/ que como el camino es largo , / que parla temprano
quieren./ ¡Ay que tiempo tan breve 1 / Poco podra pagar quien tanto debe/ 9-1 6: Faltan/ 17:
Las tres es trofas que siguen desde este verso: 1 (17-20) , 11 (21 -4) y 111 (25-8),
fig uran en el orden: II , 111 y I /. 18: vive y muere / 19: tormentos la matan.

75
Ya todos me desamparan
proprio del que pobre muere
aunque saben que me quedan
muchas desdichas que hereden.
25 Mis proprios deudos me niegan
i mis amigos me mienten
no porque ellos lo desean
sino por mi triste suerte.
Ya la muerte me amenaza
30 y ojala infinitas veces
pagara infinitas culpas
passando infinitas muertes .
Mi propria lengua me a muerto
deme la vida pues puede
35 que con un peque señor
segura la eterna tiene .
Llego el riguroso punto
en que mis culpas confiese
ya un lugar no quieren darme
40 de que despacio las quente.
Muera el cuerpo que peco
que bien la muerte merece
y vaia el alma inmortal
a vivir eternamente.
45 Ay que tiempo tan brebe
como podra pagar quien tanto debe.

22: de quine / 23: por bienes les dejo / 24: tantas/ 25: engañan / 27: que aunque ellos no / 28: asi mi
die/za lo quiere / 28: Tras este verso at'iade: ¡Ay que tiempo tan breve! / Poco JJodra pagar quien tanto
debe / 29: Las dos estrofas que siguen desde este verso: I (29-32 ) y 11 (33-6), figuran co n el
orden invertido / 30:Juesen / 32: muriendo ... veces/ 33: sangre / 37-40: Fa ltan / 42 : pena / 43:
parta / 45-6: Falt an.

76
POEMAS ATRIBUIDOS
[XXIII]*

Soneto hecho el año de [15)95 contra algunos que estauan en el Es-


corial

Canta Ch [rist]oual y pasea contreras


juegan con el almallo los marbanes
Perez y primarejo andan galanes
cansan a todo el mundo los cabreras.
5 Officiales de voca traen monteras
soldados mas valientes que soldanes
locos con socarrones ademanes
picaros por los patios y escaleras.
Mora de en piedra en piedra se encarama
JO mas que la cruz del chapitel de cuenca
andando esfuen;a su gaznate flaco.
Linares va en la arquilla de la fama
y aora andan oliendo cierta Penca
, el vaylao vargas y quecedo braco.

*(AJ, fol. 120", donde aparece anónimo . Indica la autoría, sin fundamentación explíci-
ta, Serrano y Sanz: "Acerca de Alonso Álvarez , poeta sevill ano, autor de este soneto,
publicará en breve un curioso li bro D. Francisco Rodríguez Marín (!900)"; se trata
posiblemente de una de sus comun icaciones desatendidas por éste (Vid nota 5 de "Cri-
terios de Edición").

78
[XXIV]*

No me pidas Ynes lo que no tengo


que me enfadas en ello por tu uida
pideme tu que de alguna herida
y ocupare mi brazo lambertengo.
5 De Roldan el franzes, del yndio Rengo
no seras con mas ynpetu seruida
mas visto que me pides la comida
por el agua de dios que me derriengo .
Duquesa de Borbon y de Zerdania
JO aposentarte en rica galeria
quisiera, y darte, mis deseos son buenos.
Pero en mi escritorillo de alemania
tengo el mismo dinero que en turquia
verdad es que en las indias tengo menos .

*[B], fol. 122r, con el encabezam iento De AL. Publicado por Bonilla San Martín [1904,
233-4), que lo atribuye a Álvarez de Soria (indicando "que si bien queremos recordar
haber visto atribuido alguna vez a Villamed iana o a Góngora, parécenos hijo legítimo
del ingenio matonesco de Alonso". Pero no figura en los repertorios de a tribuciones de
ambos poetas [ROZAS: 1964; C IPLIJ AUSKA IT É en GÓ NGORA: 198 1] ), y por R. Foulché-
Delbosc, sin pronunciarse sobre la autoría [237 sonnets: 1908, 552].

79
ANOTACIÓN DE LOS POEMAS
SOBRE PROBLEMAS DE ANOTACIÓN EN LA
POESÍA MARGINAL

Como se ha recalcado, recogiendo la defensa del sentido literal


hecha por indiscutibles maestros (de M . Bataillon a F. Lázaro Carre-
ter), la anotación filológica "es tanto más necesaria cuanto mayor sea
la lejanía entre los ámbitos históricos y culturales en que están inmer-
sos el lector y el texto ... Las alusiones a personas y cosas, sucesos y
costumbres, el juego con frases hechas vivas en su tiempo ... reclaman
una cuidadosa labor de interpretación de los sentidos literales y con-
notativos que permita el acceso a su complejidad, revelando las claves
perdidas o difuminadas en la distancia" [ARELLANO: 1985, 6]. Este
ambicioso programa, cuya modelación suscribo plenamente, presenta
en el caso de textos•marginales como el de Álvarez de Soria un doble
escollo, metodológico y a la vez epistemológico, que creo difi'cil de sol-
ventar de forma satisfactoria.
El primero resulta de la irresistible tendencia a ver en estos textos
poéticos "documentos autorizados de historia", deslizando la explica-
ción por la pendiente positivista hasta configurarlos como "un docu-
mento natural que se convierte en documento literario" [SALILLAS:
1905, 35] . No en vano los versos de Álvarez de Soria ya han atraído a
alguien que sustentaba como supremo valor estético el que las obras
contuviesen "algunos sucesos diestramente tomados de la realidad,
que es inventora más hábil y más fecunda que cuantos ingenios hubo,
hay y pueda haber sobre la haz de la tierra" [RODRÍGUEZ MARfN:
1901, 19]. Primando en la intelección del hecho literario "su calidad
de testimonio, su fidelidad cabal a la experiencia y la actualidad inme-
diata" se volverían a repetir, con más o menos matices, las prácticas
metodológicas de "un realismo primario" para el que no existen "la
ambigüedad y el carácter equívoco de la realidad" [E. Asensio, "Pro~

82
logo" a HERRERO GARCÍA: 1977, 8-9] . Incluso cuando creamos encon-
trar, como ha sucedido en textos más de una vez relacionables con el
que ahora nos ocupa (hasta por idénticos problemas, sin solventar, de
transmisión textual [URRUTIA: 1979, 123-5] ), una "pintura tan íntima
y realista del ambiente del hampa sevillana" que "cuadraría solamen-
te [a un] testigo" nunca deberíamos minorar cautelas: "¿Será parcial-
mente un mundo inventado?" [ASENSIO: 1971, 90, 96] . En la narra-
ción misma del jesuita P. León, de la que se había asegurado "no exis-
te pasaje alguno, por secundario que parezca, que no esté enraizado
en el ambiente que le dio vida" [HERRERA PUGA: 1974, 35-6] ha podi-
do demostrarse hasta la exhaustividad "cuán delicadamente están im-
bricadas en la representación de la delincuencia, realidad y ficción"
[JOLY: 1980, 25] .
La patina de sustancia histórica evidenciable en los ámbitos de la
marginalidad reconstruida por una historiografia dependiente de in-
vestigaciones ya anticuadas [ RODRÍGUEZ MARÍN, HAZAÑA Y LA RÚA]
es bien tenue . Aunque considerando globalmente el problema pueda
llegarse a la conclusión "de que las bajas capas sociales sevillanas han
merecido más atención por parte de los investigadores que las altas"
[DOMÍNGUEZ ORTIZ: 1976, 280] , lo que en concreto se sabe de "la
gente del hampa" es resultado de muy pocas e incompletas fuentes,
manejadas en sorprendente circuito de autocomprobación. "Los do-
cumentos judiciales son ,prácticamente inexistentes y los testamentos
notariales, fuente de tanta información sobre la vida social de Sevilla,
silencian a estos seres marginales y transeuntes cuyo estilo de vida y
escasas propiedades no requerían un registro formal. La fragmentaria
información procede sobre todo de las obras literarias" [PIKE: 1978,
201 ] . La perspectiva híbrida que lleva a extraer de textos literarios
datos históricos (algunos de tan peregrina exactitud como las fluctua-
ciones de las ganancias en la prostitución [V . vv . 17-8 y nota] ) confir-
ma sus resultados en el sentido opuesto, por lo cual la ilusoria perfec-
ción con que las nuevas coincidencias entre texto e historia elaborada
"corroboran la existencia de una misma realidad no pasa de ser una
actitud tautológica" [JOL Y: 1980, 79].
Por otra parte, si reduccionista sería considerar la poesía de
Álvarez de Soria como puro material "que contribuye meramente a
ilustrar la vida de los maleantes españoles de antaño", no resulta
menor en estos casos el peligro de un filologismo a ultranza [CLA-
VERÍA: 1948, 79] . El escepticismo que conduce a desentenderse de la
inserción histórica del texto desconoce que "entre los datos verosími-

83
les e inverosímiles hay una relación especial", que "en el contexto de
las representaciones verosímiles, la inverosimilitud de los restantes
tampoco puede depender de unafunciónfahuladora que se ejercería gra-
tuitamente" [GIRARD: 1986, 14]. Porque cuando se habla "de filtros e
intermediarios deformantes tampoco hay que exagerar. El hecho de
q4e una fuente no sea 'objetiva' no significa que sea inutilizable"
[ G1NZBURG: 1986, 18]. La asepsia metodológica que predica una iden-
tidad entre el complejo tejido significacional de los textos y la simple
aclaración de la superficie (suma de fenómenos lingüísticos) empobre-
ce "l'indagine su! referente" y con ello la real fundamentación del dis-
curso, que debemos tratar de recuperar en " una antropología del
mondo descritto" [PROFETI: 1984, 176]. Entiendo con ello que la his-
toria (en el conglomerado que va de la intertextualidad a la construc-
ción positivista desde los propios textos literarios) recupera un papel
destacado en el aislamiento e identificación de los "ritos, símbolos e
ideosemas", signos socializados que constituyen la "ideología materia-
lizada" de las composiciones que se comentan [CROS: 1980, 146].
Cosa muy diferente es el ejercicio concreto de esta notación inte-
ractiva para la que "el investigador ... a menudo carece de la malicia y
la pericia requeridas". Espero que las notas que siguen no se reduzcan
a esas minucias eruditas "que dejan escapar" el primordial y bien
obvio sentido de lo, que estuqian" [ MC GRADY: 1985, 74] , aunque soy
consciente de que en tanto que expresión de una cultura lejana ya - y
otra- existe un cierto "residuo de indescifrabilidad que resiste todo
tipo de análisis" [GINZBURG: 1986, 28]

84
NOTAS

Los poemas de Álvarez de Soria no han sido anotados en sus su-


cesivas y parciales ediciones [RODRÍGUEZ MARÍN : 1901, 1927; BONI-
LLA Y SAN MARTÍN: 1904; Cancionero l 950] más que en la primera, li-
mitada en este punto a los sonetos cruzados con Flores de Alderete y
de forma esporádica, en el cuerpo de la biografia, a otras composicio-
nes . Son notas de escasa entidad y no poco descaminadas a veces, que
incorporo para asentir o discutir, en unas cuantas ocasiones, a mi
aclaración.

[II]

Rodríguez Marín ofreció de este soneto "una interpretación tan


ingeniosa como arriesgada" [CARREIRA: 1984, 1038]: cuando en 1596
la escuadra inglesa comandada por el almirante Howard saqueó
Cádiz ante la pasividad del Duque de Medina, Don Juan Alonso de
Guzmán, se escribieron una serie de sonetos satíricos, entre ellos el de
Cervantes "Vimos enjulio otra Semana Santa .. ." y el que nos ocupa
[RODRÍGUEZ MARÍN: 1901, 121-9; documentación levemente amplia-
da por ASTRANA MARÍN : 1953, • 200-15 y repetida por VRANICH :
1981b] . "Nuestro poeta Alonso Álvarez de Soria, visto que al duque
don Alonso se le iba todo el tiempo en hacer que hacía y recordando,
lo uno, la gran destreza que ostentaba cuando no tenía enfrente ene-
migos a quien combatir, y lo otro que ésta era la segunda vez que se
las había con el almirante Carlos Howard, hombre ya de sesenta
años , mientras que el Duque aun no había cumplido los cuarenta y
seis ... trayendo a colación el sublime arranque del heroico defensor de
Tarifa, invitaba a su descendiente a que, cuando menos, lo parodiara
matándose, ya que, por las trazas, el Duque, ridículo remedo del Cid,
las llevaba de dejar con vida perpetua a Lord Howard, a su Conde
Lozano, impertérrito abofeteador del decoro de España"
[RODRÍGUEZ MARÍN: 1901, 130]. La hipótesis resultó convincente a L.
F. Vivanco, quien lo recoge en su antología entre los "sonetos anecdó-
ticos, ofrecidos a nuestra curiosidad por ciertos aspectos marginales
de la vida heroica de la época", con el título A un noble que no pidió satis-
fación por haber sido injuriado [ 1950: XXVIII, 461 ].

85
De los sonetos del supuesto ciclo, sobre los que llega a preguntar-
se Rodríguez Marín si "fueron asunto de alguna academia" [ldem ,
131], tan solo los dos ya publicados por Juan Antonio Pellicer contie-
nen marcas referenciales explícitas a la "infamia" de Cádiz y la acti-
tud del Duque de Medina. No obstante su perspectiva de elocución
tan diferenciada (acción presente inconclusa en el de Sáez de Zumeta,
recuerdo post eventum en el de Cervantes) invalida la posibilidad de una
escritura académica (vid. además la nota 21 de la "Introducción"). El
de Álvarez de Soria sólo presenta una coincidencia fortuita con los su-
cesos reseñados: la diferencia de edad entre dos contrincantes que a
mi entender son, como el seudocervantino, valentones de "espátula y
gregüesco". La variante "don Juan", que Rodríguez Marín aduce
como apoyatura ("el primer nombre del Duque erajuan y Donjuan
Alonso como a su padre se le llama en algunos documentos de la
época" [ldem, 131]), no deja de ser un escollo a su exégesis, pues por
lo general se le nombra D. Alonso o su título en la referencias recogi-
das por el propio investigador. El texto responde con coherencia a otra
hipótesis interpretativa más literal: trata de la "satisfación" aplazada
- motivo de escándalo en el hampa- por un jaque fanfarrón a la in-
juria que ha recibido de manos de otro. Con la disposición simétrica
de los vv. 1-2 y 5-6 resulta inviable la complicada lectura que hace Ro-
dríguez Marín de los iniciales (un paródico suicidio con la ejemplari-
dad histórica del ápellido al trasluz) y más si atendemos a la variante
peyorativa "del Guzmán". La herida devengada ha de teñir la espada
en la sangre del ofensor, un ficticio Guzmán como lo era el de Alfara-
che, cuya madre creía "haber sido hija de un caballero, deudo cercano
a los duques de Medinasidonia". (Sobre la preferencia de este apellido
por quienes se atribuían origen noble [CLAVERÍA: 1960, 366-7; 237
sonnets: 1908, 579]. En cuanto a su uso por los maleantes, "los Guz-
manes y gente de mala estofa" [LEÓN: 1981, 373], es frecuente en la
literatura del XVI: "Andan los valientes, los Guzmanes, por la ciu-
dad ardiendo como fuego de estopas"; "Los gatos hechos guzmanes"
[RUFO: 1972, 329] )

86
[V]

l. Ninfa "Prostituta tributaria de un rufián" [ALONSO HERNÁNDEZ:


1977, 555] Tasquera: "Taberna" [HIDALGO: 1967, 162]
2. Aunque se ha dicho que el Compás era el "nombre de la mancebía
pública de Sevilla .. . localizada en un solo sitio (y eso cuando Sevilla
era llamada Babilonia)" [HERRERO GARCÍA: 1983, 702], la realidad es
más compleja. "La mayoría de las rameras se concentraban en el
Compás aunque su campo de acción abarcaba la Resolana, San Ber-
nardo, callejón del Agua, junto al Alcázar, murallas, hoyas de Tabla-
da y Triana" [MORALES PADRÓN: 1977, 120] . La mancebía principal,
compuesta de tres casas, cada una con su padre o administrador
[DOMÍNGUEZ ORTIZ: 1969, 26-7] ocupaba "un lugar bajo en que se es-
tancaban las aguas de lluvia, de donde le provino el nombre de Lagu-
na ... Cercábala la antigua muralla de la ciudad en la que tenía un pos-
tigo a el Arenal... la parte interior de la mancebía se llamaba el Com-
pás". La prostitución más ínfima se ejercía en la parroquia de San
Bernardo, barrio extramuros atravesado por el maloliente Tagarete, y
en "la Resolana de la Caridad (entre la Torre del Oro y el antiguo Are-
nal" [HAZAÑAS Y LA RÚA: 1906, 23-35]. El Compás del Arenal o Com-
pás simplemente acaparaba la fama de "auténtico barrio criminal" en
el que la mancebía era un elemento más junto a las "ventas, tabernas
y casas de comidas que pertenecían y servían al hampa" [ PIKE: 1978,
211] . ' '
3. Alusión a la categoría de las ninfas, mediante la pobreza denotada
por la estera de enea y que recoge el refrán "El ajuar de la frontera: un
cántaro y una estera" [RODRÍGUEZ MARÍN : 1947-9, I 426]. Puede refe-
rirse asimismo a la costumbre de ofrecerse sentadas "en el umbral de
una casa acechando algún desventurado" [ARGUIJO: 1979, 113]
4. Fardo: En germanía "cuerpo" [ALONSO HERNÁNDEZ : 1977, 355],
traslación semántica de "lío grande de ropa muy ajustada y apreta-
da".
5-6. Es evidente la contaminación continuada de estos términos desde
el campo gastronómico al sexual. La semejanza formal del hongo con el
órgano femenino ("A modo de sombrero redondo, con el borde hacia
abaxo y lo de adentro hecho en forma de pliegues que tiran a roxo"
[D.A., s.v.]) explica el proverbio castellano "No se haze boda de
hongos" [COVARRUBIAS: s.v. ] Mondongo es metáfora de miembro viril
[Floresta: 1975, 218] , como en: "El mondoguil timón almidonado/ .. . a
la bagasa Venus ofreciendo/ de mondongo reciente un sacrificio" [ 136

87
sonnets: 1899, 347J o "Vuelvete a tu fregona come nueces/ maestra de
mondongo" [ LIÑÁN DE RIAZA: 1982, 114] . Párago es voz más proble-
mática por venir documentada sólo en este texto y un pasaje de Lope
de Rueda [ RODRÍGUEZ MARÍN 1922, 278]. F. González Ollé, anotan-
do la referencia de Los engañados ("esta cara de párago por remojar"),
afirma que "probablemente se trata de un descendiente de paragum, lo
mismo que el cast. pargo, pagro , pez semejante al pagel" [RUEDA: 1973,
27]. La variante del verso 6 espargo: "esparrago" [GILI GAYA: 1960,
961] no ofrece dudas en cuanto al sentido, explicitado en estos versos :
"De cierta dama que a un balcón estaba / pudo la media y \'.apatillo
estrecho / poner el lacio esparrago a provecho / de un tosco labrador
que la acechaba" [136 sonnets : 1899, 3541.
7-12. Parásitos y lacras fisicas con que se pinta a los "escuerzos
asquerosos" que pululan en los "burdeles hediondos" de Sevilla [ PA-
CHECO: 1907, 9], la "otra manera de casas públicas, o por mejor decir,
campos y calles públicas muy más perjudiciales ... tanto más dañosas
cuanto menos conocidas, cuales son las Barbacanas y Murallas, las
barracas y hoyas de Tablada y de otros campos pasajeros en los cuales
suele haber mugercillas de mal vivir, las quales demás de los ynnume-
rables pecados de que son causa .. . sonlo tambien de que muchos
hombrecillos anden llenos de bubas, y los hospitales atestados de
llagados porque las desventuradas suelen estar hechas una pura lepra
y por eso no las admiten en la casa pública" [LEÓN: 1981, 48]. En
general, "los bosques, breñas, montes y llanos aluden al pubis femeni-
no" [ MC GRADY: 1984, 87] y en las prostitutas: "Los culos se descubren
y el alheña/ del ladilloso bosque pendejero / con toda aquella espesa y
honda greña" [PACHECO: 1907, 8] . Las ladillas ("especie de piojo
parecido a la garrapata" [D.A.; sv]) invaden también el "barbadísimo
letrado" de Isadaura, daifa quevediana [ARELLANO : 1984, 490-1 ] . Los
parches o pegotes [FERNÁNDEZ GÓMEZ: 1962, 755] son síntoma co-
rriente de infecciones venéreas, así como las gomas [ESPINEL: 1985,
133], encomiándose la habilidad con que algunas damas del oficio
hacen "pasar parches por lunares/ y gomas por sarpullido" [Romancero:
1986, 42] .
14. "Salen como fieras de sus cuevas a buscar la ca\'.a; pónense por esos
cantones, por calles y portales de casas, convidando a los miserables
hombres que van descuidados" [SAN JERÓNIMO: 1903, 308]. Las
prostitutas sevillanas andarían "tras su torpísimo negociar en los
cantos o cantillos" de dos lugares "que llamaban la Chamiza y' la
Madera" [ RODRÍGUEZ MARÍN: 1974-9, IX 130]. El hecho de no
corroborar estos nombres en las más amplias nóminas de la ciudad del

88
Quinientos [ MONTOTO 27-32; MORALES PADRÓN 1977 , 23-9] y sobre
todo la estructura yuxtapositivo-adversativa de los términos me hacen
dudar de esta explicación. Podría tratarse de una gradación metafóri-
ca, relacionable con los versos que siguen, entre chamiza (que "llaman
en Sevilla y toda Andaucía a la leña menuda que sirve para los
hornos", Rosal, 1601 [GIL! GAYA: 1960, 697 ]) y madera, significando
formas diferentes de valorativa y especialidad en la tipología prostibu-
laria sevillana. Compárese la variante "chasqueras" del v. 14 con lo
que describe el siguiente soneto anónimo: "Ninfas de la chamisa
cotorreras/ que a Venus ofreceis nocturnos chascos/ y vosotras que en
hoyos y peñascos / del Betis espermais ambas riberas, / y las que del
poblado cotorreras/ pisais alfombras y vestis damascos,/ pues siempre
os celebre sin hacer ascos / del mas humilde estado de rameras" (Ms.
4117 de la B.N. de Madrid, fol. 79v).
15. Términos de explícita comparación funcional con el acto sexual:
"Dixose corchete, quasi cuvarchete, por el ganchillo corbado del
macho que prende en la hembra" [COVARRUBIAS: s.v.] (y cf. [SALAS
BARBADILLO: 1981 a, 56] ). Broche: "Un género de instrumento en
forma de alamar, que consta de dos piezas iguales, que la una en su
extremo tiene un agujero largo y angosto como ojal, a la qua! llaman
hembra, y la otra también en el un extremo un gancho capaz de
penetrar en el expresado agujero, a quien llaman macho" [DA: s.v. ].
16. Membrum aliquando¡ vulgo sig,nificat virilia seu pudenda" [COVA-
RRUBIAS: s.v. ].
17-18.Lagarto: "El taimado y pícaro y en el lenguaje de la germanía el
ladrón de campo" [ROMERA NAVARRO: 1940, III 96]; pero aquí, más
en concreto, rufián. "Entre los términos que designan a la prostituta
con connotaciones de categoría o ganancia tenemos unos cuantos que
aluden al hecho de ganar y sobre todo de depender de un rufián al que
la prostituta dependiente da lo que gana" [ALONSO HERNÁNDEZ:
1979, 61-2]. Falta un estudio específico sobre las tarifas de la prostitu-
ción en la segunda mitad del Siglo XVI; lo más que puede afirmarse
es que variaban de acuerdo a "las cualidades y el encanto de las pen-
sionistas, así corp.o según sus condiciones de trabajo" [DEFOUR-
NEAUX : 1983, 216] y que la más corriente (medio real) "no resultaba
en modo alguno prohibitiva, ya que venía a representar la cuarta
parte del salario cotidiano de un operario" [BENNASSAR: 1978, 181].
Aunque se presenta como dato fehaciente que en la Sevilla de finales
de siglo "las prostitutas jóvenes de buen ver (marcas godeñas) ingresa-
ban de 4 a 5 ducados por día, mientras que las más viejas o menos
atractivas sacaban alrededor de 60 cuartos (4 maravedís)" íPIKE:

89
1978, 215] , se trata de mesuraciones tópicas (es casi literal la depen-
dencia de [RODRÍGUEZ MARÍN: 1947-49, IX 129-30] ) extraídas de tex-
tos literarios ([ldem]). Estos nos ofrecen una imagen compleja del
asunto, desde el entremés Don Gaiferos y las busconas donde una prosti-
tuta baja el precio de su prestación de "un escudo" a "unos cuartos"
[BERGMANN : 1965, 154] al catálogo recogido en un soneto anónimo:
"Dar un real a una dama es poco precio; / dos le ciareis si es prenda
conocida, / y tres quando conforme a estado y vida / darla quatro os
parezca caso recio. / Quatro es el moderado y justo precio / mas si la
prenda fuere tan subida/ seis la dareis con tal que no os lo pida:/ si la
dierades mas, quedais por necio" [ 136 sonnets: I899, 329-30]. Por las
varias tarifas presentadas [Jdem, 353, 365; Séguedilles: 1901, 315, 326]
las ninfas de la Sátira ocupan el último peldaño.
22-4. Manfla: "Mancebía" [HIDALGO: 1967, 154]. Bodego: "Taberna
donde se sirven comidas" [ALONSO HERNÁNDEZ: 1977, 117]. Al estar
prohibida la existencia de tabernas y bodegones en la mancebía "se
llenaron de establecimientos de ambas índoles los alrededores de l;;i.
guanta, principalmente las casas que precedían al golpe o entrada de la
casa pública" [ HAZAÑAS Y LA RÚA: 1906, 35 J. Enti-e los "tantos y tan
buenos" bodegos de Sevilla, según expresión cervantina, los más re-
nombrados eran el del Corral del Olmo y el del Hospital del Rey "que
fueron el paradero de toda la gente perdida, rufianes, murcios, bravos
y avispones" [ASENSIO Y TOLEDO: 19026, 414]. Un escrito del cabildo
de los jurados a la ciudad, de 1603, califica estos lugares de "gran de-
servicio de Dios" porque en ellos "se hacen conciertos entre rufianes,
bellacos y malandrines, de que resultan muertes, robos y toda clase de
infracciones de la ley y de ofensas de las buenas costumbres"
[RODRÍGUEZ MARÍN : 1905, 105-67.
28-9. Ingratitud y belleza caracterizarían, como en Ariosto, el retrato
de esta nueva Angélica, inscrita en la órbita de desvalorización que
culminará Quevedo (aquí es ya naEia menos que una verdadera dama
de burdel). En dirección complementaria, las burlas sobre la virgini-
dad imposible de Angélica son recogidas en un epigrama de Salas
Barbadillo [ 1981 a, 34] .
30: Las dos variantes del verso son potestativas, ya que, de igual ma-
nera, en la cárcel de Sevilla se conocía a los religiosos como "tea tinos"
o "capuchinos" [HERRERA PUGA: 1974, 122]. Las comparaciones ne-
gativas se hacen, sin embargo, con exclusividad a los teatinos [E l hos-
pital: 1936, 69], por los que hay que entender en este momento no a
clérigos de la orden fundada en 1524 sino a los padres de la Companía

90
de jesús l LUNA: 1979, 1 ! ] a los que la imagen popular concedía casti-
dad y buenas costumbres ("Era verdad que los de la Compañía no
trataban con mujeres para pecar con ellas" [ LEÓN: 1981, 361 ] ) pero
también extremada avaricia, según expresa la frase "A teatino ni el
dedo menino" [CORREAS: 1967, 23] o el mismo origen atribuido al
nombre teatino [AMEZÚA: 1940, 229].
34-5 . No documento la forma verbal, aunque el sustantivo es lo sufi-
cientemente explícito [D.A : s.v. ]. En el Siglo de Oro resultan abun-
dan tes los poemas sobre "el amor satisfecho entre sueños"; el más pró-
ximo a estos versos comienza "Soñaba cierta noche que tenía / entre
mis piernas ... " [Floresta: 197 5, 243-6] .
36. Baste recordar la definición de este producto "como leche que se
quaxa ... leche exprimida" [COVARRUBIAS: s.v.] y los vv . citados al
anotar 5-6.
44-46. En la poesía erótica, un "campo que de siempre se ha prestado
bien aljuego metafórico es el de los vegetales" [ HUERTA CALVO: 1983,
41 ] . Los que figuran el órgano masculino son comunes: tanto el que lo
hace de forma directa (Cf: "Decid que es aquello tieso,/ con dos limo-
nes al cabo" [Floresta 1975, 155] ) como el de la magnificación compa-
rativa [ HOROZCO: 1975, 73]. De ahí la explicación dada a la facecia
clásica de que Praxitela prefiriese del mundo "el sol y las calabai;:as",
donde "puede ser que debaxo de este modo de hablar inusitado ence-
rrase alguna obscenidad" [COVARRUBIAS: s.v.].
53-9. Descripción casi ritual del coito en la poesía erótica, con su cor-
tejo de "vidas y motes regalados" [ 136 sonnets: 1899, 333] . Compáre-
se éste: "Perdió el sentido, faltóle la palabra/ y en el "mi bien" quedó
la lengua fría ... " [Floresta: 1975, 19-2 1].
61-2. Modos del amor ya catalogados por Ovidio y con expresivas ex-
plicaciones en la poesía erótica [Séguedilles : 1901, 312; Floresta: 197 5,
202-3] .
65-6. "La corma era un madero redondo hecho de un troncón" [CO-
VARRUBIAS . s.v.] con que se retenía a los delincuentes al actuar como
especie de grillos o "prisión del pie" [GILI GAYA: 1960, s.v.; RIQUER:
19 72, 11 219]. Dado el fetichismo sexual del pie, que en la época llega
a ser "una obsesión" [DAVID KOSSOFF: 1971, 381-2], y la creencia
"según la cual el tamaño del pie guarda relación directa con el tamaño
de las partes sexuales tanto de la mujer como del hombre"
[YNDURÁIN: 1982, 126] surge una constelación de expresiones carga-
das de connotaciones eróticas. El simbolismo sexual complementario
del zapato [ FERRER CHIVITE: 1983, 257-9] va por ello en doble direc-
ción, identificando botín o bota con el pene [ALCÁZAR: 191 O, 109, 256-

91
7; Floresta: 1975, 70-1; Poesías de antaño: 1914, 277-8; YNDURÁIN:
1982, 129-31 ] o "por otro aparece como receptáculo pasivo y de
hecho, y recordada la específica forma del zapato, es este el simbolis-
mo más claro e inmediato" [FERRER CHIVITE: 1983, 266] . Así en ex-
presiones como botines con "la flor gastada" [ALCÁZAR: 1910, 54] o
doncella "rozada como empeine de zapato / cuando de muy traído se
desuella" [ESPINEL: 1985, 112], o en los versos comentados, con la im-
plícita equivalencia de corma y calzado [LUNA: 1979, 16, 25] .
68. Frase proverbial [CORREAS: 1967, 70] significando pérdida o des-
trucción. Así en el ejemplo citado por Devoto: "Cuando al espejo te
mires / y digas ¡aquí fue troya!" o en éste: "Las cejas que un tiempo
fueron/ del amor, arco y aljava / no aviendo ya rastro della/ Aquifue
Troya señalan" [Curiosidades: 1905, 15 7]. Pero en el texto cabe la ho-
mofonía, originadora de frecuentes "cructs semánticos", con el térmi-
no "troya" por "puta" [DEVOTO: 1974, 96-111 ] .
69-70. Chiste corriente el de "echar a galeras" por escribir una histo-
ria (en los versos reescribirla) [RIQUER: 1972, III 13, con referencias;
RODRÍGUEZ MARÍN : 1947-9, IX 179-87]
71-2. Cervantes se refiere al alcaide "de la mancebía/ a quien llaman
padre hoy dia / los de nuestra profesión" [ASENSIO Y TOLEDO: 1902 b,
420]. "Ejercía la autoridad en la mancebía sevillana, como en las
demás de España, el padre o la madre, hombre o mujer que alcanzaba
de la ciudad tal noll)bramientp o por lo menos su confirmación, cuan-
do los arrendadores o dueños de las boticas los designaban como tales"
[HAZAÑAS Y LA RÚA: 1906, 27]. Es frecuente el juego de palabras entre
los términos nominales padre y madre con los denotativos de su cruel-
dad [SAN JERÓNIMO : 1903, 309-10; SALAS BARBADILLO: 1981 b, 22;
Juan de Mariana, en PIKE : 1978, 212].
78 . De muquir: "comer" [HIDALGO: 1967, 155] . No tiene sentido la
anotación de Bonilla San Martín: "Mucar es dejar en dialecto gitano"
[1904, 232].
84. Deogracias era "el saludo habitual que se dirigía a los religiosos"
[ROMERA NAVARRO: 1939, II 232] , y de ahí pasó a designar en len-
guaje de germanía todo lo que tiene que ver con la Iglesia [ALONSO
HERNÁNDEZ: 1977, 277] . Pero también "se suele usar por nota de ad-
miración o extrañeza" [DA, s.v.], como ocurre en este caso, con el sen-
tido sexual de las frases proverbiales combinadas en "Trece por doze-
na" [CORREAS: 1967, 739] y que significan "encarecer o sublimar el
mérito y precio de las cosas, aun corriendo el riesgo de que resulten
inaccesibles para todos" [SCHEVILL-BONILLA: 1918, 193-6] .

92
88. Pulla que expresa el deseo de que el fraile sea sodomizado, prácti-
ca turca ejercida cuando había ocasión sobre religiosos [HERRERO
GARCÍA: 1928, 5 72]. Compárese A una proxeneta vieja: "En el mar de So-
doma te zabulles / y al cimbro que una noche te salpica/ le haces que
en un año no se entienda" [ LIÑÁN DE RIAZA: 1982, 82].
90. Compárese con las Décimas a una dama fáci l: "Tu arroz Marica, me
enfada, / porque en él por barios modos/ llegan libremente todos/ a
meter su cucharada" [CORNEJO: 1978, 64], o el cuento de la novia de
Olías: "que como los que estuviesen/ a la mesa de la boda,/ entre la
comida toda / el arroz encareciesen, / respondio muy a deshora / con
baja y humilde voz: / Yo soy quien hizo el arroz, / aunque indina pe-
cadora" [Lope de Vega, en CHEVALIER: 1978, 691.
91-4. lC ]: Riachuelo que corría al este de Sevilla atravesando el Prado
de Santa Justa, que "por ser en parte bajo y lagunoso en los estiajes
era sucio y maloliente. La frase popular Vaya al Tagarete que registra
Correas, prueba lo vulgarizada que estaba en España la suciedad del
arroyo sevillano" [HERRERO GARCÍA: 1983, 835-6]. De su pésima cele-
bridad hay larga constancia poética ("El Tagarete y sus Musas"
[RODRÍGUEZ MARÍN: 1935, 549-58] ; y los sonetos del arroyo quejándo-
se al Gualdalquivir [Memorias: 1981, 55]). La suciedad del Tagarete
connota la de las carnicerías metafóricas de sus orillas (como en "a
sombra del hurgonero, / hasta hacer del tablero/ tabla de carnicería"
[ LIÑÁN DE RIAZA: 1982, 165] ), en relación explicable por la comuni-
dad de rufianes y jiferos ;evillanos [ RODRÍGUEZ MARÍN: 1918, 65-7;
PIKE: 1978, 195).
97-100. Tópico de la "puta vieja" y tercera, "heredera y sucesora/ de
la vieja Celestina" [HOROZCO : 1975, 46] .
105-8. Mazo es palabra "de parte deshonesta" [Floresta: 1975, 130]. En
cuanto al término contrapuesto, se aclara en estos versos: "Y una
moi;:a rastillando / su vellon que le arrastrava / en el suelo por mas
blando/ vi que la estaba enclavando/ un ciego que la rezaba; / con los
golpes del martillo / mostraba recio gemir" [ PERIÑÁN : 1979, 142].
112. "Se llama el asiento que se hace para acotar la venta de las mer-
cancías y otros géneros vendibles, poniendo tasa y precio y embara-
zando que otros puedan tratar y contratar en los géneros que uno
toma por su cuenta ... y así se dice del que hace semejante postura y
asiento que estanca o hace estanco" [D.A.: s.v.].
113. ·Golloría: En germanía "estafa" [ALONSO HERNÁNDEZ: 1977, 408].
118-9. "Talón : Andar a pie" [HIDALGO : 1967, 162].
124-6. "Veaste komo otros en Paralvillo. Pulla i maldizión" [CO-
RREAS: 1967, 741 J. La frecuencia de las injurias relacionadas con Pe-

93
ralvillo [ 136 sonnets: 1899, 361; LIÑÁN DE RIAZA: 1982, 361 ] se denota
en el sintagma "Peralvillo de maldiciones" [BERGMANN : 1965, 119].
Peralvillo tenía "connotaciones de muerte fulminante y sumarísima"
[ARELLANO: 1984, 417-8] como recoge la frase "La xustizia de Peralvi-
llo, ke ahorkado el onbre haziale peskiza del delito" lCORREAS: 1967,
186-7]. La Hermandad que, para diferenciarse de la nueva , establecida
por los Reyes Católicos en 14 76, se llamaba vieja de Toledo estaba for-
mada por caballeros y gente noble para perseguir a los ladrones y sal-
teadores, gozando desde 1417 privilegio para sentenciar y ejecutar
causas [Reproducido en RODRÍGUEZ MARÍN: 1947-9, I 439). Esto últi-
mo se realizaba con muerte de saeta en Peralbillo o Peroalbillo, cerca
de Ciudad Real, "en un cerco alto, adonde está el Arca que es un edi-
ficio en que se echan los huesos de estos asaeteados, después que se
caen de los palos" [ MEDINA: 1944, 114] (otras referencias: [ MORBY:
1968, 93; RODRÍGUEZ MARIN: 19512, 100-1 ])! "Los de la Herman-
dad no hacen sus justicias sino en el campo y con saetas" [ LEÓN: 1981,
527].
132. Como en vv. 7-12 , alusión a las enfermedades venéreas de las nin-
fas

94
[VI]

El soneto responde a la estructura del enigma: definición y pre-


gunta formularias, enumeración más o menos amplia de rasgos de
identificación y (potestativa) declaración [REDONDO: 1982, 445-58] .
Definición y pregunta coinciden en el italianismo cosicosa (o su forma
castellana "cosa y cosa" [CERVANTES: 1961, 245] ): el Ms 3884 de la
B.N. de Madrid recoge 70 acertijos bajo el título Libro de diferentes casi-
cosas [WHINNOM: 1981, 66, 109] o Pedro del Pozo -reune otros con el
rótulo Qu'és cosicosas [El cancionero: 1950, 309- 11 ] (Vid además las
preguntas de [HOROZCO: 1975, 132-3, 221, 236]). La fórmu la de
tránsito a la declaración del enigma es asimismo tópica: "¿Qué es
cosa y cosa, Costanza? / ... Pero vos, en conclusión, / ¿me la dais?
-Cosa es forzosa. / - Pues digo que cosa y cosa, / Costanza, dos
cosas son" [ALCÁZAR: 1910, 47].
3-4. "Al cobarde decimos gallina por ser medrosa" [COVARRUBIAS:
s.v. ] Desvalores frecuentemente unidos en el término son la falta de vi-
rilidad y la cobardía [Séguedilles: 1901, 312; Estebanillo: 1978, 313]
9- 10. El gallo "es símbolo animal de la virilidad por excelencia"
[ HUERTA CALVO: 1983, 54] . Se llama "gallo a el bdicoso. Del adagio
griego Martis Pullus" [ROSAL: 1976, 51 ], que tenía plena actualidad en
la cárcel de Sevilla [ URRpTIA : 1979, 130] . La malignidad de la alusión
está tanto en negar hombría a los antecesores como en motejarlos de
judíos, según la forma más corriente de referirse "a la participación de
los antepasados del converso en la muerte de Cristo" [GLASER: 1954,
46- 7]. Así en el soneto anónimo A una fiesta donde se corrieron gatos y ga-
llos, lugar de muchos confesos: "Y para dar remate a la endiablada,/ can-
tando un gallo negro en la coluna, / hic;:o que conociec;:en su pecado"
[en RHi, XL (1970), 89]

95
[VII]

2. Perdigar: es "disponerse a hacer bueno o malo" [Definición de CO-


RREAS, apoyada con otros textos por RODRÍGUEZ MAR1N: 19512, 104].
Pero en el Guzmán se habla de "un cristiano nuevo y algo perdigado" y
Melchor de Santa Cruz elabora un apotegma sobre el término [RICO:
1967, 885] donde el significado resulta mucho más concreto. Que era
infamante y alusivo a penas sufridas por judaizar se deduce del verso
de Lope "y por la ley antigua perdigado", que en otra versión dice "y
por la ley antigua chamuscado". En una carta del Fenix éste refiere que
"llevaron hasta el brasero tres mozos, azotándolos, y un niño que per-
digaron en la llama" [ENTRAMBASAGUAS: 1958, 238].
12. "Quiere decir que.no tenía por qué ocultarse, abochornado, de es-
cribanos y jueces, pues su delito no era de los que avergüenzan"
[RODRÍGUEZ MARÍN: 1901, 181].

96
[VIII]

3. Nombres femeninos infamantes, en particular el segundo, denotati-


vo de "ramera" [ROSAL : 1976, 71 ].
4-5. "Parece referirse a Bernardo y a José Alderete, hermanos, natura-
les de Málaga, el segundo de los cuales se había doctorado en Cáno-
nes en la Universidad de Osuna, a 17 de agosto de 1583. También era·
doctor Bernardo, desde mucho antes de entrar el Siglo XVII, tiempo
en el cual ambos, por sus obras, eran muy ventajosamente conocidos"
[RODRÍGUEZ MARÍN: 1901, 181 ]. Aunque posible, esta identificación
no es precisa para hacer inteligibles los versos donde simplemente se
satiriza el uso impropio de apellidos y don [SCHOLBERG : 1979, 66-7;
SANTOS : 1973, 94, 127-8] . En este caso el contraste entre el don y el
nombre muestra la "antítesis entre pretensión y desenmascaramien-
to" constituyendo un apodo jocoso que supone cierta "metáfora vi-
sual" [ARELLANO : 1984, 152, 15 7], referente a la escasa estatura del
rival.
13. En las epidemias eran expulsados los sospechosos de contagio,
como se ve en las cartas de un corregidor de Avila en 1599: "Lo puse
fuera de lo poblado ... se han sacado fuera de la ciudad sospechosos"
[BENNASSAR: 1969, 121, 124]
14. Evidente reminiscencia de un verso del soneto de Cervantes al tú-
mulo de Felipe 11: "Y quien dijere,lo contrario, miente" [RODRÍGUEZ
MARÍN: 1901, 181 ] . Pero "en un manuscrito rotulado Poesías varias anti-
guas, transcritas por don Bartoloméjosé Gallardo" se encuentra "una
lección más del consabido soneto en la cual, entre diversas variantes
de poca monta, hay una que hace pensar si originariamente no será de
ÁLVAREZ de Soria, sino de Cervantes este verso. Léese en el dicho ma-
nuscrito: "Y quien lo contradice es un puto y miente" [ RODRÍGUEZ
MARÍN : 1935, 524]

97
[IX]

5. Precito: condenado a las penas del infierno. Así en un soneto anóni-


mo del XVII: "Que el diablo, por hacer que seais precitas, / usa de
estratagemas muy gallardas" [ DELEITO Y PIÑUELA: 1963, 122] (Tam-
bién [FERNÁNDEZ GÓMEZ: 1962, 821 ])
9-10. Alusión escatQlógica fundamentada en II Sam., 11, 2-6: cuando
David yació con Betsabé, mujer de Urias, ésta acababa de purificarse,
mediante un baño ritual, de la menstruación.
12-4. "Quizás el padre que habían atribuido a Alonso ... fuese Bernabé
ÁLVAREZ de Loaysa, escribano público de Sevilla ... Si yo hubiese lo-
grado acertar con este quizás, estaría explicado, todo de una vez y sa-
tisfactoriamente, la alusión a Bersabé (parecido a Bernabe¡, hecha por
Flores" [RODRÍGUEZ MARÍN: 1901, 182]. Esta arbitraria conjetura no
se sustenta, porque los versos elaboran la conocida dilogía entre escri-
bir (a veces como actividad de escribano) y escriba ("intérprete de la ley
entre los judíos"), aludiendo a "la supuesta sangre contaminada"
[ ARELLANO: 1984, 522]

[XI]

13. "Dar un chasco, cuando uno con mucho hablar cansa a otro y cuan-
do esconden cosa que hace mucha falta: chasco salio de chas: sonido
de golpes, palos o instrumentos" [Correas, en GILI GAYA: 1960, 701].
14. A los delincuentes jóvenes se les condenaba a azotes ("Los jueces
que te escucharon / aunque con barbas te vieron/ la disculpa te admi-
tieron/ y así azotar te mandaron" [SALAS BARBADILLO: 1981 a, 61]).
A ese efecto había en las cárceles reales una aldabilla a la que se ama-
rraban los condenados, que por lo general no sobrepasaban, para
poder recibir tan leve pena, los nueve años [HERRERA PUGA: 1974,
264-5; LEÓN : 1981, 520).

98
[XII]

5. La variante [E] parece tener más sentido, porque Hamete y Alí son
nombres proverbiales de moro vulgar y noble respectivamente [ MON -
TOTO Y RAUTENSTRAUCH: 1921, 345-6]
8. Al sambenito del penitenciado por la Inquisición se opone el cosele-
te, "armadura del cuerpo que se compone de gola, peto, espaldar, es-
carcelas, brazaletes y celada" [D .A.: s.v.]. Significa nobleza antigua y
en el mundo del hampa sevillana equivale en concreto a autoestima y
honra [URRUTIA: 1979, 129]

[XIII]

1. La ascendencia parece marcar la condición del vituperado, pues a


los vinateros se les acusaba, entre otras cosas, "de emplear como me-
didoras a mozas que se prostituían" [HERRERO GARCÍA: 1977, 100-
10]. Las tabernas y bodegones "eran colaboradores asiduos de los
burdeles" [DELEITO Y PIÑUELA: 1967, 52], hecho denunciado una y
otra vez por los procuradores [C.A-VILLAC::' 1975, CL VJ En un Perqué
muy gracioso .. . en que se reéuenta las tdchas que tenía una dama se alude a "la
que todos sus dineros / atesoró en la taberna" [PERIÑÁN: 1979, 176];
mucho antes, Sebastián de Horozco tiene Otra canción contrahecha al can-
tar viejo que dice: Poned luto, taberneros,/ por el mal de aqueste dia / pues murio
Marigarcia /laque os daba sus dineros" [HOROZCO: 1975, 144]
6. Eufemismo de coito. Otros ejemplos: "Habiendo de tu fruta flanco
plato/ mas ¡lleve eldiablo quien comiese della!" [ ESPINEL: 1985, 112];
"Le dixo con melindre: "aquesto hermano, / no es mas de ver y desear
la fruta" [136 sonnets: 1899, 355].

99
lXIV ]

l. Arañador no presenta significados válidos para este contexto [GIL!


GAYA: 1960, 202, que se limita a dar equivalencias de lexicógrafos ex-
tranjeros, de Paleta Franciosini] . Pero desde un sentido traslaticio de
arañar: "agarrarse, usando de medios no lícitos ni buenos" [D.A.:
s.v .] , se podría suponer variante de ladrón, como se presume también
en la noticia de P.León acerca de cómo "refieren sus tretas los que ara-
ñan y hurtan" [HERRERA PUGA 1974, 89]
9. Alcu¿cu¿: "Es comida de moros, hecha de harina" [Tamarid, 1585,
en GIL! GAYA: 1960, 102] . A /exijas: Tortas que en Andalucía "se ven-
den publicamente por las calles" y "se hacen de la cebada quebranta-
da y medio molida después de tostada, la cual se cuece con agua y
sal... y para que estén más sabrosas le echan por encima ajonjolí"
[D.A .: s.v.]. Aunque las Constituciones del Arzobispado de Sevilla exi-
gían que los moriscos olvidasen "su lengua y costumbres"
[DOMfNGUEZ ORTIZ : 1974, 95-6], tan sólo llegaron a conformarse "ex-
teriormente a la vida sevillana" [ PIKE : 1978, 174]. A esta población
marginada se le caracteriza por sus "deleznables comidas" [HERRERO
GARCÍA: 1928, 593-5] y en particular por el alcuzcuz al que se concede
un valor ritual de adhesión al mahometanismo. Así en el proceso con-
tra Jerónima Franca y sus familiares se denuncia cómo "se pusieron
en cuclillas y echaron alcuzcuz en una batea ... con la mano haziendo
unas pellizcas como los moros lo hazian por guarda y ceremonia de la
secta de Mahoma" [CARDAILLAC: 1979, 27, 36]. Ello explica la impos-
sibilia proverbial: "De que no aya Morisco i aya alcuzcuz" [ ESPINOSA:
1923, 267 ].
10-11. La paciencia de los cornudos recompensada en el tópico catas-
terismo jocoso de los signos zodiacales. Compárese la confesión de un
cornudo: "Nazi debajo el signo de Capricornio/ el qua! me yníluye su
figura propia/ y diome el Aries al nazer un toque" [237 sonnets: 1908,
554] .

100
[XV]

12-4. Recuérdese la norma germanesca: "El rufo que yende y parte/


jamás del sexto se aparta" [Poesías: 1914, 295]. El juego lingüístico
con los numerales de los mandamientos es mostrenco: "No le juzgues
lujurioso/ aunque va en traje galán ... / pero se venga en el quinto / lo
que perdona en el sexto" [SALAS BARBADILLO: 1981 a, 70]
15-9. Comparación burlesca semejante aparece en un soneto anónimo
donde un esclavo declara su amor a una negra: "Tú mi Oúana, yo
Amadís de Gaula; / si huyes, tras de ti corro ligero, / en celo, como
gato por enero, / que a veces habla claro, a veces maula" [ Cancionero:
1950, 116]
18. Rodríguez Marín lee vejuda, forma claramente deterior que no expli-
ca [1901: 186]

[XVI]

2. Confeso: "El que confiesa y de aquí el andaluz llama confeso al con-


vertido, porque de nuevo confiesa la fe de Christo" [Rosal, 1601, en
GILI GAYA: 1960, 61 l ] . La variante confesor significa tanto origen ju-
deoconverso ("confesor descendiente de portugueses judíos, observan-
te de la ley de Moyses" [Memorias: 1981, 43] ) como actor de una confe-
sión, posiblemente alusiva al origen espúreo de Soria y, en consecuen-
cia, a su olvido en el supuesto testamento paterno
5-6. Se insiste en la genealogía infame y la pobreza de ÁLVAREZ. Mejo-
rar es "acrecentar la cosa en bien" [COVARRUBIAS : s.v. ], pero "en los
testamentos es la manda especial que el padre hace a favor de alguno
o algunos de sus hijos además de la legítima que les toca" [D.A.: s.v.].
Ha sido mejorado irónicamente por su madre en linaje, pero no en la
herencia paterna, por lo cual se encuentra morisco y "horro" . Este tér-
mino conjunta en su significado el de "liberto" ("el que aviendo sido
exclavo alcarn;:o libertad de su señor" [COVARRUBIAS: s.v.]) y el de
"esterilidad" [D.A.: s.v. ], contradictorio con su condición de linaje,
pues la opinión popular sostenía "que los moriscos se multiplicaban
más rapidamente que el resto de la población" [PIKE: 1978, 171]
10-11. Los titiriteros gozaban de la peor fama [i..UNA: 1979, 32].

101
[XVII]

1. La cobardía del rival qúeda calificada al recibir la paliza de un


paje, cuando los de este oficio tenían fama de afeminados [ HERRERO
GARCÍA: 1983, 903-6] y su valorativa era ínfima [237 sonnets: 1908,
541 ]
4. Afeminamiento expresado con atuendos y formas propios de "due-
ñas" [FERNÁNDEZ GÓMEZ: 1962, 1014]
5-7 . La basquiña ("faldellines para debaxo de las sayas" [GILI GAYA:
1960, 31 l ] ) complementaría el travestismo femenino de no existir dos
diferencias (intervalos en el sentido de "distancia que hai de una cosa a
otra" [D .A.: s.v. ]). En primer lugar, los copetes como signo externo de
homosexualidad ("en un hombre vil deleite / son y bárbara torpeza"
[SALAS BARBADILLO : 1981 a, 49] ), cuyo uso "por denotador de afemi-
namiento fue prohibido en 1617" [RODRÍGUEZ MARÍN: 19512, 34-5];
para el P.León, predicando después de una condena por pecado ne-
fando, "los copetes y rizados ... hedían a chamusquina" [LEÓN : 1981,
439] ). En segundo término, la necesidad que como cobarde tiene de
llevar para defenderse un ganivete o. cuchillo "de hoja ancha y corta"
[Cf. sobre este tipo de daga la nota de A.Castro, en RFE, IX (1922),
267-8].
9-14. Aunque el naipe "es una metáfora trivial que los poetas encuen-
tran en su camino, ,cualesquiera que . sean sus musas", estos versos
ejemplifican la afirmación de que "no se valieron del lenguaje del
juego tanto para cantar sus amores como para dar rienda suelta a sus
rencores" [ ETIENVRE: 1985, 55, 68] . El pasaje mantiene una doble re-
ferencialidad al juego de quínolas y a la paliza recibida por Alderete .
Quínolas es juego de naipes en que el lance principal consiste en hacer
quatro cartas, cada una de un palo, pero también se dice de quien
esta vestido con "varias especies o colores" [D.A.: s.v. ], o sea el juego
equivale al recorrido de los palos del v . 1 por todo el cuerpo del per-
dedor. Flux en el juego de quínolas es "el concurso de todas las cartas
de un mismo palo" [D .A. s.v.] , jugada afortunada ("más gananciosa
que un flux" [Romancero: 1967, 5 7] ) que realiza quien reune la rurifla
("serie, ristra" [ROMERA NAVARRO: 1940, III 142] ) de bastos . Pero
este último sintagma equivale a "tunda de palos", provocadora de
flux en otro sentido ("cámaras, diarrea" [D.A., s.v.]) . Esta contami-
nación escatológica del primer significado de flux es muy frecuente .
Véase la letra de Juan de Salinas A dos recetas que trocó un boticario: "Re-
cetó el doctor Ventura/ una purga para el cura/ y a un novio mal

102
apretante / un jarabe confortante./ Mas trocole cuando menos/ el bo-
ticario los frenos, / y en vez de salir purgado, / quedó el cura enquillo-
trado/ (tirte afuera) / y por ponerse en primera/ hizo flux el desposa-
do" [Más ejemplos en Floresta: 1975, 222-5] Finalmente mano ("los
modos de hablar con este término son infinitos" [COVARRUBIAS: s.v.])
alude a otra parte del castigo recibido y, en el juego, al lance entero
que se juega sin dar otra vez las cartas [D.A.: s.v.].

[XVIII]

6. "Aun lo dice nuestro vulgo, de los fanfarrones; así como de los hi-
pócritas, que pregonan conciencia y venden vinagre [RODRÍGUEZ MARÍN:
1901, 186]. Se trata de una disminución burlesca complementaria a
la de [VI] , 3-4 y 9-1 O, sobre las metáforas animales de cobardía. En
Cervantes: "Sois ovejas fanfarrones/ y gallinas mojadas y conejos"; en
el Marcos de Obregón: "Treinta pintas en favor de un medio gallina o
medio liebre" [HAZAÑAS Y LA RÚA: 1906, 101-2].

[XIX]

5. Amores por ser amado: "Es amoroso en sus vizios / y ella dize a sus
amores,/ mucho estimo los favores/ pero más quiero servizios" [COR-
NEJO : 1978, 70]
6. En la cárcel de Sevilla había "un sotaalcaide que sirve de lugarte-
niente. A cargo del cual están las visitas que se hacen" [CHAVES: 1863,
1352]. El sotaalcaide explicaba al portero las razones por las que
debía dejar entrar o salir a alguien de la cárcel [RODRÍGUEZ MARÍN:
1947, 76] , y en consecuencia podía conocer bien las andanzas de las

103
amigas de los rufianes presos [CHAVES: 1863, 1345].
13-4. Rodríguez Marín corrige cera, y comenta: "Así solía llamarse al
excremento humano, y, acudiendo a otra metáfora, al miedo: lo que el
pueblo andaluz dice todavía cerote. Lope de Vega, en su comedia Dine-
ros son calidad, hace decir a Macarrón: "Y a mí no me falta cera/ para
el entierro, aunque está/ corrompida" [1901, 187]. Aunque el uso de
las calzas anchas, moda que perdura hasta principios del reinado de
Felipe IV [ HERRERO GARCÍA: 1983, 601-2], se presta a alusiones esca-
tológicas de todo tipo, como otras prendas semejantes (gregüescos o
pedorreras [GÓNGORA: 1981, 350-3]), la injuria máxima que cierra el
soneto es de otra calidad. En el hampa sevillana tenían las calzas unas
específicas connotaciones negativas: "Son conocidos los valientes de la
cárcel en el calzón y media gualdada ... hay quien ha querido matar al
pintor diziendo que lo había afrentado porque lo pintó con calzas en-
teras, y sosegóse con que le borró la calza y le puso calzones ... Y por-
que un preso un día de fiesta envió a su casa por unas calzas que tenía,
se alborotó toda la prisión porque se las puso y fue tanta la grita que se
las quitó porque le llamaban Pedorreras y no se querían juntar con él
los valientes" [CHAVES: 1863, 1356] . Un sentido más denigrante ins-
cribe el acto de pasar las calzas por la cara dentro del ritual hampesco
de dominio sexual (compárese [XX], v. 1!). Las calzas "suplantan
metafóricamente el órgano sexual masculino" [ FERRER CHIVITE:
1983, 253-4], como en el siguiente ejemplo: "Traerás de grana de
polvo / de hoy más guarnecida saya: / guarda que no la salpiques /
con lodos de algunas calzas" [ LIÑÁN DE RIAZA: 1982, 212].

[XX]

l. Desde finales del XVI "los presidios africanos crecen ... Orán y su
anexo son un hormiguero" cuyas fortificaciones reclaman "gastado-
res" conviertiéndose en "lugares de deportación" [BRAUDEL: 1976,
272-3, 280] . En 1609, por ejemplo, "prendieron al jurado Juan de Flo-
res porque ahogo i echo al rio un niño suio natural y fue a Oran" [Me-
morias: 1981, 2 7].
2. Comunísima metáfora de juego que continua la de la partida de
quínolas ([XVI]). Las flores de naipes, en su acepción "jacarandina
defullerías tahurescas", consistían en marcas de la baraja o "habilida-

104
des de prestidigitador que se ejecutaban en el momento mismo de
jugar" [RODRÍGUEZ MAR1N: 1905, 405-9]. El delito de Flores es enga-
ñar con unos apellidos que no le .corresponden; con su denuncia
ÁLVAREZ consigue "descornar lajlor" [HAZAÑAS Y LA RÚA: 1906, 45-
7].
3-4. Los rizos y copetes son eufemismo corriente de cuern~s [HUERTA
CALVO: 1983, 65; 237 sonnets: 1908, 554]. De ahí la proverbial rique-
za de los cornudos en "madera" [HOROZCO: 1975, 50-1], material eu-
femístico (por "cuerno") del que se fabrican tinteros [MORBY: 1968,
280; SALAS BARBADILLO: 1981 a, 67] y calzadores [Floresta: 1975,
170].

[XXI]

, '
1-8. Los judíos esperan aun la venida del Mesías y Flores amenaza
con un "advenimiento" antes de que vean cumplida su promesa. Los
rasgos de sobrenaturalidad de esa vuelta implican la autoironía del
emisor, conocedor de las dificultades reales de escapar de la plaza afri-
cana. "Diego Suárez que embarca para Orán en 1575 y aquí permane-
ce casi un tercio del siglo, prueba que era más facil ganar estas prisio-
nes de África que salir de ellas" [BRAUDEL: 1976, 119] .
12-4. "Por aquí sabi::mos el nombre de la querida de Alonso ÁLVAREZ.
En cuanto a invitarlo a que la regalara, es de saber que cuando un
rufo estaba para ser ajusticiado, era de rigor cediese la manceba a un
su camarada. Así el Ldo. Chaves en la parte primera de su Relación:
"Dijo otro a un preso a quien sacaban a ahorcar. - De la señora Bel-
trana no lleve vuesa-erced cuidado; que aquí quedo yo y nadie la dará
pesadumbre- Eso le encargo yo a vuesa-erced (respondió el que
había de morir)" [RODRÍGUEZ MARÍN: 1901, 188-9].

105
[XXIV]

Troquelación afortunada en escritura marginal (hampesca) del


tópico soneto confesional a la dama sobre la desastrada situación eco-
nómica del poeta. Compárese, como contrapunto, con el anónimo
que se copia en el Ms. 21045 de la B.N. de Madrid, fol. 117 v: "No me
pida dineros, mire que/ no se los puedo dar señora y/ aunque pudiera
no lo hiziera si / pisara mil millones con el pie. / Es posible señora mia
que se/ haze tanto de mal pues para mi/ tengo por cierto que quedese
aquí/ no lo quiero decir aunque lo se. / Pida sonetos, pida coplas o/
mande que escriba mil canciones a / todo el mundo para que de su /
rostro se sepa la belleza no / pida dineros porque todos ya / si se los
diera me dixeran u."

106
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112
INDICE

Introducción . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 7

El ritual del sacrificio.


Del antagonismo marginal a la mímesis de la apropiación 11

La poesía marginal:
retórica dominante y sentido de la transgresión . . . . . . . . . . . . . . 19

¿Desclasamiento o rebeldía?
El signo ambiguo de na ".ida marginal 27

Notas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 34

Alonso Alvarez de Soria: Poesías . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 42

Poemas atribuidos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 77

Anotación de los poemas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 81

Referencias bibliográficas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 107


SE TERMINÓ DE IMPRIMIR ESTE LIBRO,
EL DIA 24 DE DICIEMBRE,
FESTIVIDAD DE SAN DELFIN,
EN LOS TALLERES DE GRAFICAS URANIA, S. A.
AVDA. JUAN XXIII , 35 Y MOSQUERA, 9.
MALAGA, 1987
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