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Raúl Dylan Gama Román

Módulo: Cine, Narrativa y hermenéutica

BIRDMAN O LA INESPERADA VIRTUD DE LA HERMENÉUTICA

En el presente trabajo se busca hacer un análisis de la película Birdman: o la inesperada virtud de la

ignorancia de Alejandro Gonzáles Iñárritu, con la finalidad de revisar el filme como estructura

narrativa, partiendo del cuestionamiento de cómo puede concebirse una obra cinematográfica como

relato y discurso. De la misma manera, se buscará observar cómo es que a través de la película se

puede concebir un proceso de lectura, concretado desde ciertas indeterminaciones que propician una

interpretación al espectador, de acuerdo a las precisiones que hace el autor (o director) para propiciar

una crítica determinada.

Lo anterior se llevará a cabo tomando en cuenta el primer capítulo de El relato cinematográfico

de André Gaudreaul, y “El proceso de Lectura” del teórico alemán Golfgang Iser, así como otros textos

complementarios que servirán para concretar el análisis de la película, en función de su concepción

como texto de recepción.

No es descabellado pensar que una obra cinematográfica posee elementos concretos en sí

mismos, que la ayuden a definirse como una obra narrativa; la evolución del cine a lo largo de los años

ha permitido definir mejor esta idea: el filme es un producto que cuenta una historia y que por sí mismo

puede articular infinidad de discursos en función de un autor y un receptor; esto, a través de la imagen

que funge como narrador y es quien guía al espectador a través de una sucesión de acciones, que se

encuentran dispuestas ahí por la mano de alguien.

Ciertos teóricos han establecido múltiples estudios sobre cómo el cine puede concebirse desde

la narratología y estudiarse a partir de elementos que ayudan a contar una historia, debido a que los

tratados sobre narrativa habían estado presentes en la literatura y no propiamente en el cine ya que, en

un principio, no había forma de conceptualizarlo como tal. Por ello, la idea de que el filme aluda a un
discurso específico obedece a una serie de patrones, que permiten entender la imagen en movimiento

como una sucesión de acciones que manifiestan un relato.

Dado lo anterior, el cuestionamiento sobre cómo narra el cine (quién lo hace, cómo lo hace) ha

sido motivo para desglosar diversas formas cinematográficas para concretar una explicación. Primero,

habría que definir al relato fílmico como un algo que comunica, tal como el ser humano interactúa con

un interlocutor en medio de un canal en donde se trasmite cierta información. Gaudreaul manifiesta que

esta dicotomía entre inmediatez (presencia) e intermediario (ausencia) puede verse depositada en la

literatura y el cine, debido a que hay un intermediario en la comunicación; el mensaje no accede de

manera inmediata, sino que lo hace a través un soporte específico: el libro y el proyector.

A diferencia de la narración del relato escrito, la representación del narrador oral es

inmediata en el sentido de que interviene “enseguida” “en el instante mismo” pero

también en el sentido de que es “sin intermediarios” (in-mediata). […] el relato escrito

llega al lector en diferido, puesto que no se remite en el mismo momento de su

“emisión”. […] el lector toma conocimiento de ello gracias al intermediario de un libro

de un periódico, que es el resultado de un acto de escritura previa: es un media

(Gaudreaul, 19).

Así pues, la evidencia de que una narración esté atravesada por la escritura y la imagen

responde a una idea de ausencia, debido a las nulas posibilidades de interactuar directamente con el

autor del texto, lo que propicia no sólo un cuestionamiento sobre cómo varían estas formas de la

expresión, sino que además se introduce una idea de una recepción concretada, únicamente a través de

la interpretación de un lector o espectador.

Para hablar de las formas en las que se pueden enunciar un relato puede depender de los

soportes en los que éste lleva a cabo su exposición; las formas de la expresión se concretan de acuerdo

al soporte en el que se narre. Chatman definía lo narrativo como una estructura compuesta por dos
elementos indispensables: historia y discurso, en donde el primero es aquello que se cuenta, mientras

que el segundo es cómo se cuenta:

La teoría estructuralista sostiene que cada narración tiene dos partes: una historia

(histoire), el contenido o cadena de sucesos (acciones, acontecimientos), más lo que

podríamos llamar “los existentes” (personajes, detalles del escenario); y un discurso

(discours), es decir, la expresión, los medios a través de los cuales se comunica el

contenido. (Chatman, 25).

Una narración puede establecerse como un relato independiente poseedor de contenidos y

ciertos hilos de acciones, en donde participan una serie de personajes en función de un espacio y

tiempo determinado; el discurso se manifiesta como el medio de expresión, es decir, aquellos

procedimientos en los cuáles se puede llevar a cabo el contenido. El texto cinematográfico describe una

sucesión de acciones a través de la imagen, el medio en donde se reproducen esas imágenes en

movimiento aluden a un discurso que se da a través de un soporte especifico, que entabla una diferencia

entre la literatura y la intervención oral.

Así pues, ambos medios (Literatura y cine) pueden considerarse representaciones del mundo;

dichas representaciones manifiestan una forma de significar a través de medios y recursos específicos.

En pocas palabras, se dice que la imagen en sí (y la imagen en movimiento) construye un significado a

través del acto de mostrar. “Todo plano contiene virtualmente una pluralidad de enunciados narrativos

que se superponen hasta recubrirse cuando el contexto nos ayuda” (Gaudreau, 30). La escritura lo hace

a través de enunciados, mientras que el cine relata a través de ciertos elementos que nos especifican una

sensación y significación determinada, todo eso a través de la disposición de los espacios, la

iluminación, la posición en la que los actantes se desenvuelven. Y es la misma cámara la que escenifica

la intervención de los personajes en escena. También es un hecho que la sonoridad ayuda a construir

una narración que se empata con el montaje de imágenes, haciendo que se reduzca cierta ambigüedad

de los textos fílmicos y proporcionar una estética más completa (36).


Entonces, el cine es una estructura sólida que enuncia un inicio y un fin de un relato

consolidado por una serie de elementos técnicos, visuales y sistemáticos que permiten apreciarlo como

un soporte independiente que alude a un discurso. La imagen y todos los elementos que se muestran en

ella, ayudan a construir una narrativa y, no sólo eso, sino que, además, a través del montaje de dichas

representaciones el filme puede articular un discurso: puede comunicar una idea y provocar diversas

emociones al espectador; esto de la mano de un autor, quien es el que construye el arco de la narración

visual para comunicar información. Es por ello que es posible que una cinta pueda ser un recurso

comunicativo.

Como se mencionó anteriormente, la narrativa en la imagen que propicia una interpretación a su

espectador, se construye a través de un discurso que está mediado por una idea de ausencia (así como

en la escritura) ya que la comunicación que se efectúa a través de la película se hace a partir de un

soporte, el cual funge como intermediario entre emisor y receptor, logrando que el espectador se quede

sólo con su interpretación, y no pueda hacer cuestionamientos al autor. Paul Ricoeur, lo explica de la

siguiente forma:

El diálogo es un intercambio de preguntas y respuestas, no hay intercambio de este tipo

entre el escritor y el lector; el escritor no responde al lector; el libro separa más bien en

dos vertientes el acto de escribir y el acto de leer que no comunican; el lector está

ausente en la escritura y el escritor está ausente en la lectura. El texto produce así un

doble ocultamiento: del lector y del escritor, y de esta manera sustituye la relación de

diálogo que une inmediatamente la voz de uno con el oído del otro (Ricoeur, 129).

Es así que es posible asegurar que el texto fílmico es una especie de habla fijada, tal como la

escritura. El discurso ha quedado fijo en la sucesión de imágenes que se muestran en una narración

cinematográfica, y por eso mismo el espectador interactúa directamente con esa construcción de

discurso y no con el autor como tal; esto propicia que la interpretación del texto fílmico quede sujeta
únicamente a la experiencia que tenga el lector y a las disposiciones en el texto que ha colocado el

autor para formular una historia.

Ahora bien, en Birdman: o la inesperada virtud de la ignorancia puede verse depositada estas

delimitaciones, debido a que el filme está construido a partir de una serie de imágenes que, en su

conjunto forman un relato. La imagen, y los componentes en ella han permitido el desglose de la

información para formar una interpretación en el espectador.

Primero, se asume que hay un ordenamiento del mundo real en la película, a modo de

representación o imitación; los personajes fungen como entes de un universo que resulta exactamente

semejante a la realidad. La constitución de las imágenes permite adentrarse en esas imitaciones de lo

real para acceder a la historia de un actor de los noventa que ha perdido credibilidad como director y se

encuentra fuera de la esfera de la fama. La cámara permite adentrarse a él desde una perspectiva

especifica: la suya, a través de un plano secuencia que sigue al protagonista en el interior de Broadway.

A la audiencia se le explica que este individuo fue un exitoso personaje de una saga de

películas de superhéroes, la cual lo llevaron a la fama y recibir reconocimiento. En la línea actual de la

narración, se nos presenta a este actor como director, protagonista y escritor de una obra en Broadway

tratando de buscar el reconocimiento y la fama que ha perdido.

De lo anterior se pueden mencionar que como representación del mundo, la historia de este

sujeto se encuentra diseñada de tal forma que no sea necesario mostrarle al espectador (a través de

analepsis u otro recurso) su vida durante la época de la trilogía de Birdman, debido a que a través de las

interacciones de los personajes se puede obtener acceso a esa información, ya que se manifiesta en el

relato únicamente lo que es necesario para articular el mensaje; esta idea aristotélica remite a lo

siguiente: el relato es un elemento material ordenado de tal forma que pueda entenderse la falta de

mostración, ya que la narración no puede ser sólo un fragmento en bruto de la realidad (Gaudreau, 26).

El relato es una unidad completa, en donde se enuncia un discurso; entonces, dicho discurso se

amolda de acuerdo a una serie de paradigmas establecidos por los contenidos en la imagen. En el filme
hay una conjugación específica que permite construir la narración de Riggan en función de sus deseos y

sus aspiraciones; todo eso se logra a partir de el montaje de las imágenes en las cuales se puede

apreciar una transposición de objetos y elementos que sirven para obtener una cercanía de los

momentos narrados.

La forma en la que puede obtener una información determinada a través de las imágenes se

logra a partir de que es posible establecer un montaje que permita acceder a los espacios donde se

desenvuelven los personajes, así como un tiempo narrativo en el que se lleva a cabo una acción. No hay

un plano fijo captando un solo momento del espacio y el tiempo, sino que se hace uso un recurso poco

utilizado en el cine (a menos de forma alargada) que es el plano secuencia.

El plano secuencia en el filme va construye los disposiciones espaciales y temporales del relato;

su actuar está determinado por la posición de los personajes en escena, lo cual permite entender las

motivaciones de cada uno de manera específica. Dicho recurso habría de ser necesario para mostrar una

perspectiva diferente al cine tradicional, haciendo uso incluso, de una metatextualidad que va ligada

tanto a las acciones de los personajes en la película, como en sus mismas actuaciones dentro de la obra

de teatro de Riggan.

Por ello, la sonoridad juega un papel importante dentro del esquema narrativo, debido a que, a

diferencia de otras películas, las percusiones son un constante en todo lo que se está contando. Los

sonidos de los tambores, las tarolas y los platillos se funden con los acontecimientos mostrados,

enfatizan las emociones de ciertos personajes y agudizan algunos momentos que sirven para esclarecer

una sensación que bien puede ser concretada por un sonido instrumental, el cual es omitido.

Sin dejar de lado, además, que la misma sonoridad puede considerarse dentro del hablar de los

personajes, el cual funge como un recurso narrativo que sirve para comunicar una idea que no podría

ser mostrada en un plano determinado. Por ello, la película está en una constante discusión con sus

personajes; incluso, la aparición de Birdman (alterego de Riggan), casi al final, permite el señalamiento

sobre la crítica que la misma película se ha planteado; todo esto, a través de la articulación de un
discurso de dicho personaje, que es necesario para comprender el mensaje que el autor quiere

transmitir: “Generalmente, todo está hecho para que el diálogo, o la voz general, reduzca las

ambigüedades de los enunciados visuales, de manera que no percibamos esta dualidad de la película

sonora” (36).

Ahora bien, como se ha mencionado previamente. El texto fílmico es un producto que se ha

elaborado a partir de una rigurosa configuración audiovisual, que permite una concreción narrativa;

esto logrado a partir de las disposiciones que el mismo autor ha construido para lograr que el receptor

entienda e interprete la obra. Sin embargo, Wolfgang Iser señala que es imposible valorar un texto por

sí solo y que habría de ser necesaria su concepción desde la interpretación del receptor; por ello, se

menciona que un texto puede entenderse desde lo artístico (realización del autor) y lo estético

(realización del espectador) y así obtener una apreciación determinada desde una postura hermenéutica.

De tal polaridad se sigue que la obra literaria no puede identificarse exclusivamente ni

con el texto ni con su corrección. Puesto que la obra es más que el texto, ya que sólo

adquiere vida en su concreción, y ésta no es independiente de las disposiciones

aportadas por el lector, aun cuando tales disposiciones son actividadas por los

condicionamientos del texto. (Iser, 149).

Así pues, se asume una crítica en Birdman hacia la industria cinematográfica y todo lo que está

detrás de ella, vista como en un circo mediático carente de arte verdadero, en donde la figura del super

héroe reina sin algún cuestionamiento estético o filosófico. Esta configuración está planteada por

Iñárritu (autor) a lo largo del texto, lo cual puede verse reflejada tanto en las interacciones de los

personajes, así como en ciertos símbolos que son determinantes para entender el discurso de la película.

Uno de los recursos más sobresalientes para acompañar el cuestionamiento que se plantea sobre

la crítica hollywoodense es la oscilación que existe entre lo real y lo mágico; lo anterior, se manifiesta

en los supuestos poderes que Riggan tiene para levitar, volar y mover las cosas solamente con señalar

con el dedo. Esta situación es un elemento que se va planteando poco a poco y hace divagar al
espectador sobre la veracidad de las acciones del protagonista, debido a que no se explica con claridad,

en un principio, cómo y por qué el personaje posee dichas facultades, además de si es parte de la

realidad de la ficción o únicamente un recurso para recalcar la inestabilidad mental del protagonista.

Si bien estas disposiciones son expuestas por el autor para mostrar una crítica y acompañar la

narratividad de la cinta, existen ciertas imprecisiones que, en un primer momento, no terminan por ser

explicadas en su totalidad. Esto, obedece a la dinámica del proceso de lectura: un texto siempre poseerá

indeterminaciones, las cuales servirán para que el propio espectador construya su propia interpretación

de acuerdo a su experiencia con el mundo, y a lo que la cinta le proporcione de forma paulatina.

Los vacíos introducen a los receptores a una participación con la obra, ya que el autor no es el

único con las facultades de concretar el discurso por completo, debe de existir un pacto directo con el

espectador que ayude a construir la totalidad de una cinta. Es así, que los poderes que Riggan posee

funcionan como un elemento discursivo para propiciar un nivel interpretativo en los lectores, el cual

queda todavía más claro al final de la cinta: cuando, en el hospital, la hija de Riggan por fin puede ver a

su padre volar.

Lo anterior no explica absueltamente nada como tal, pero el filme ha guiado al espectador de tal

forma que puedan observarse múltiples lecturas; una de ellas es que al fin, uno de los personajes puede

ver todo lo que Riggan había deseado: la fama, el amor y el reconocimiento por parte del público, ya

que la manifestación de sus poderes respondían a una frustración en la que sólo él mismo podía

divisarse.

El texto cinematográfico es un artefacto muy complejo a la hora de articular un discursos a

través del relato; a diferencia del habla o la escritura, el cine tiene que hacer de ciertos recursos para

reconstruir un circuito comunicativo, esto a través de elementos concretos que pueden verse

depositados en la imagen, ya que a través de ella se puede acceder a cierta información que es

indispensable para la narrativa: los espacios, los tiempos y las acciones que se desglosan a través de la
cámara en movimiento que es complementada por una sucesión de sonidos y melodías que enfatizan la

forma de contar.

De la misma manera, dicho texto fílmico no puede ser valorado únicamente con la concreción

del autor, sino que, además, la recepción es un fenómeno indispensable para pensar un obra en toda su

totalidad. En el caso de Birdman, queda latente la forma de introducir acciones a través de ciertos

recursos audiovisuales e indeterminaciones que ayudan a construir la identidad de los personajes, así

como la discusión que la misma película se plantea sobre la inesperada virtud de la ignorancia.

BIBLIOGRAFÍA

Chatman, Seymour. “Historia y discurso”. La estructura narrativa en la novela y en el cine.

RBA. 2007.

Gaudreaul, André & Jost, Francois. “Cine y relato” El relato cinematográfico. Ciencia y

Narratología. Paidós. Barcelona. 1995. Pp. (25-43).

Gonzales Iñárritu, Alejandro. Birdman or (The Unexpected Virtue of Ignorance). Fox

Searchlight Pictures. 2014.

Iser, Wolfgang. “El proceso de lectura”. Textos de teorías y críticas literarias. España. 2010.

Ricoeur, Paul. “¿Qué es un texto?” Del texto a la acción: ensayos de hermenéutica II. Fondo de

cultura económica. 2002. Pp. (127-147).

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