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3.1.

2 El profesionista y su ética en el ejercicio del liderazgo


En toda organización hay representantes, funcionarios, dirigentes administrativos o
gerenciales, y son ellos quienes mueven o conducen a la gente para generar los resultados
en las empresas. ¿Pero podría decirse que estas personas con esos cargos son los líderes?
¿Todos los líderes son éticos? Para responder a estas preguntas habría que analizar cada
caso por empresa, ya que el proceso de asignaciones de mando puede variar según el
organismo de que se trate, ya sea público o privado. Según Cooper (2014), el liderazgo
implica crear un ambiente en el que la gente siempre dé lo mejor de sí. Los líderes
efectivos están enfocados a resultados y deben ser objetivos. Son capaces de crear el
ambiente para que la gente sea efectiva al dirigir a las personas al desempeño alto.
Establece la diferencia entre un simple gerente que utiliza la autoridad y el líder que solo
hace uso de ésta como último recurso.
El auténtico líder dirige a su equipo de trabajo con base en el respeto ganado y la
comunicación efectiva.
No existe un modelo perfecto de liderazgo. Los líderes efectivos saben que existen varios
estilos de liderazgo que son apropiados en momentos distintos y para gente distinta. El
talento verdadero radica en saber elegir el estilo adecuado, o sea, una forma particular de
conducir al grupo hacia sus objetivos, en el momento adecuado. Cooper (2014) menciona
tres estilos básicos: el autocrático, el laissez-faire y el compartido.
Liderazgo autocrático
Consiste en tratar de tener el control, decir a los miembros del personal qué hacer y cómo
hacerlo. Cuando se usa en exceso es probable que genere falta de confianza y respeto,
impide que los miembros del personal piensen de manera creativa y tomen riesgos,
además de que crea una atmósfera de temor a través de la retroalimentación crítica y la
falta de reconocimiento. En la mayoría de las ocasiones no produce un ambiente de
motivación y lealtad por parte del personal.
Liderazgo laissez-faire
En este estilo de liderazgo el líder pasa a segundo plano. Este tipo de líderes deja que el
personal tome sus propias decisiones y le da libertad de trabajar de la forma que
considere adecuada. Cuando se utiliza en exceso puede generar falta de dirección, que no
se le dé la debida importancia, así como frustración por parte del personal al tener un
líder indeciso.
Liderazgo compartido
Este tipo de liderazgo se distribuye entre el líder y el empleado. Es una colaboración entre
ambas partes, la cual tiene como objetivo alcanzar el desempeño óptimo en un ambiente
de motivación y cooperación. Implica una comunicación abierta, respeto mutuo y mucho
diálogo. Es el estilo que más emplean los líderes efectivos. La ética en las empresas
determina la dirección que habrá de ejercerse para el logro de las metas. Es una brújula
que guía a los profesionistas en su conducta y su toma de decisiones, y arroja una luz en el
camino de lo correcto. Es compromiso y responsabilidad de los líderes la creación de un
clima permeado por la ética para conducir y motivar a los equipos de trabajo (véase figura
3.7).

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