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UNIVERSIDAD POLITECNICA SALESIANA

INGENIERIA ELECTRONICA
ENERGIA Y MEDIO AMBIENTE
NOMBRE: Leonardo Lugmaña
CURSO: 10 mo Grupo 1
FECHA: 12 / 10 / 2022
INFORME 1
1. FOTOSÍNTESIS.
La fotosíntesis es un proceso físico-químico por el cual plantas, algas, bacterias
fotosintéticas y algunos protistas como diatomeas utilizan la energía de la luz solar
para sintetizar compuestos orgánicos. Se trata de un proceso fundamental para la vida
sobre la tierra y tiene un profundo impacto sobre la atmósfera y el clima terrestres:
cada año los organismos con capacidad fotosintética convierten en carbohidratos más
del 10% del dióxido de carbono atmosférico. El conocimiento básico de este proceso
es esencial para entender las relaciones entre los seres vivos y la atmósfera así como
el balance de la vida sobre la tierra. [1]

En plantas, algas y en algunos tipos de bacterias fotosintéticas el proceso conlleva la


liberación de oxígeno molecular y la utilización de dióxido de carbono atmosférico para
la síntesis de compuestos orgánicos. A este proceso se le denomina fotosíntesis
oxigénica.
Sin embargo, algunos tipos de bacterias utilizan la energía de la luz para formar
compuestos orgánicos pero no producen oxígeno. En este caso se habla de
fotosíntesis anoxigénica.

[1]
CLOROPLASTOS

Es un proceso bioquímico de aprovechamiento de la luz solar para la obtención de


compuestos orgánicos, o sea, de síntesis de nutrientes a partir de elementos
inorgánicos como el agua (H2O) y el dióxido de carbono (CO2).
Puede ser realizada por diversos organismos autótrofos, siempre y cuando tengan
pigmentos fotosintéticos (el más importante es la clorofila). Es el proceso de nutrición
de las plantas (tanto terrestres como acuáticas), las algas, el fitoplancton, las bacterias
fotosintéticas. Algunos pocos animales son capaces de realizar fotosíntesis, entre ellos
la babosa marina Elysia chlorotica y la salamandra moteada Ambystoma maculatum
(esta última lo hace gracias a la simbiosis con un alga).
En las plantas y las algas, la fotosíntesis se lleva a cabo en organelas especializadas
llamadas cloroplastos, en los que se encuentra la clorofila. Las bacterias fotosintéticas
también poseen clorofila (u otros pigmentos análogos), pero no tienen cloroplastos.
Existen dos tipos de fotosíntesis, según la sustancia utilizada para fijar el carbono
proveniente del dióxido de carbono (CO2). La fotosíntesis oxigénica utiliza agua (H2O)
y produce oxígeno (O2), que es liberado al medio circundante. La fotosíntesis
anoxigénica utiliza sulfuro de hidrógeno (H2S) o hidrógeno gaseoso (H2), y no produce
oxígeno sino que libera azufre.
Desde la Antigua Grecia ya se postulaba la relación existente entre la luz solar y las
plantas. Sin embargo, los avances en el estudio y la comprensión de la fotosíntesis
comenzaron a cobrar importancia gracias a los aportes de un conjunto sucesivo de
científicos del siglo XVIII, XIX y XX. Por ejemplo, el primero en demostrar la
generación de oxígeno en los vegetales fue el clérigo inglés Joseph Priestley (1732-
1804) y el primero en formular la ecuación básica de la fotosíntesis fue el botánico
alemán Ferdinand Sachs (1832-1897). Más adelante, el bioquímico norteamericano
Melvin Calvin (1911-1997), realizó otro enorme aporte, esclareciendo el ciclo de Calvin
(una de las fases de la fotosíntesis), lo que le valió el Premio Nobel de Química en
1961.
Etapa luminosa o fotoquímica. Durante esta fase se dan las reacciones dependientes
de la luz en el interior de la planta, es decir, la planta capta la energía solar por medio
de la clorofila y la utiliza para producir ATP y NADPH. Todo empieza cuando la
molécula de clorofila entra en contacto con la radiación solar y los electrones de sus
capas exteriores son excitados, lo que genera una cadena de transporte de electrones
(semejante a la electricidad), que es aprovechada para la síntesis de ATP (adenosín
trifosfato) y NADPH (nicotín adenín dinucleótido fosfato). La ruptura de una molécula
de agua en un proceso llamado “fotólisis” permite que una molécula de clorofila
recupere el electrón que perdió al ser excitada (se requiere la excitación de varias
moléculas de clorofila para llevar a cabo la fase luminosa). Como resultado de la
fotólisis de dos moléculas de agua, se produce una molécula de oxígeno que es
liberada a la atmósfera como subproducto de esta fase de la fotosíntesis. [1]

Etapa oscura o sintética. Durante esta fase, que tiene lugar en la matriz o estroma de
los cloroplastos, la planta utiliza dióxido de carbono y aprovecha las moléculas
generadas durante la etapa previa (energía química) para sintetizar sustancias
orgánicas a través de un circuito de reacciones químicas muy complejas conocido
como el Ciclo de Calvin-Benson. Durante este ciclo, y mediante la intervención de
diferentes enzimas, el ATP y el NADPH previamente formados, se sintetiza glucosa a
partir del dióxido de carbono que la planta toma de la atmósfera. La incorporación del
dióxido de carbono en compuestos orgánicos se conoce como fijación del carbono.
Importancia de la fotosíntesis
La fotosíntesis es un proceso vital y central en la biosfera debido a múltiples razones.
La primera y más evidente es que produce oxígeno (O2), un gas indispensable para la
respiración tanto en el agua como en el aire. Sin plantas, la mayoría de los seres vivos
(incluyendo el ser humano) sencillamente no podrían sobrevivir.
Por otro lado, al absorberlo del medio circundante, las plantas fijan el dióxido de
carbono (CO2) convirtiéndolo en materia orgánica. Este gas, que exhalamos al
respirar, es potencialmente tóxico si no se mantiene dentro de ciertos límites.
Debido a que las plantas utilizan el dióxido de carbono para fabricar su propio
alimento, la disminución de la vida vegetal en el planeta incide en el aumento de este
gas en la atmósfera, donde funciona como un agente del calentamiento global. Por
ejemplo, el CO2 actúa como un gas de efecto invernadero, impidiendo que el exceso
de calor que llega a la Tierra se irradie hacia afuera de la atmósfera. Se estima que
cada año los organismos fotosintéticos fijan como sustancias orgánicas alrededor de
100.000 millones de toneladas de carbono. [1]
2. PRODUCCIÓN PRIMARIA.
En biología se conoce como producción primaria a la producción de materia orgánica
que realizan los organismos autótrofos a través de los procesos de fotosíntesis o
quimiosíntesis. La producción primaria es el punto de partida de la circulación de
energía y nutrientes a través de las cadenas tróficas.
La expresión se refiere a la producción de materia orgánica a partir de materia
inorgánica, tal como la realizan los organismos autótrofos. La biomasa generada
primariamente se utiliza por los propios productores para la obtención de energía o
para la construcción de sus estructuras. Una parte pasa a los consumidores primarios
(aproximadamente un 10%), los llamados herbívoros o mejor fitófagos, que a su vez
reelaboran las moléculas para fabricar sus propios componentes, por lo que los
llamamos productores secundarios, o las degradan (catabolismo) para obtener
energía. La energía se disipa a medida que la materia orgánica circula por los distintos
niveles de la cadena trófica, a la vez que los átomos vuelven a formar moléculas
inorgánicas como CO2 y NO3– (ion nitrato). [2]
Distribución
La producción primaria es un parámetro del ecosistema con una distribución desigual
en el tiempo y en el espacio. El principal factor es la disponibilidad de energía solar, lo
que implica mayor producción primaria cuanto más cerca del Ecuador. Los otros
factores son distintos en los océanos y en los continentes.
Terrestre
En los continentes el mayor factor limitante es la disponibilidad de humedad en el
ambiente. Durante la estación seca las plantas herbáceas mueren o pierden las partes
verdes, conservando sólo raíces y tallos a ras de suelo o subterráneos. Las leñosas
pueden también suspender su actividad si no hay agua permanentemente al alcance
de sus raíces. [2]

Marina
En los océanos el principal factor limitante son los nutrientes minerales. La elevada
disponibilidad de energía hace que los nutrientes se ciclen rápidamente,
empobreciéndose las aguas y constituyéndose en verdaderos desiertos bióticos, con
poca biomasa. La mayor productividad se da en mares fríos. También, y
especialmente, en regiones en las que se producen afloramientos, aporte de nutrientes
a la superficie por corrientes ascendentes.
3. CICLO DE LA ENERGÍA DE LA MATERIA.
El ciclo de la materia y el flujo de la energía
En los ecosistemas tienen lugar dos procesos de transferencia:
Flujo de energía, abierto. De la energía solar que llega a la Tierra, la mayor parte es
reflejada y absorbida por la atmósfera, la superficie terrestre y los mares. Únicamente
el 2 % de la energía solar que llega es absorbida por las plantas y, de aquí, pasa al
resto de los seres vivos.
Ciclo de la materia, cerrado. Los organismo productores, mediante la fotosíntesis,
fabrican su propia materia orgánica (glúcidos, lípidos, proteínas, etc.) a partir de
materia inorgánica como H2O, CO2, y sales minerales, utilizando la energía
procedente del Sol.
Cuando un consumidor primario se alimenta de un productor, o un consumidor
secundario se alimenta de un consumidor primario, se transfiere la energía que
contiene la materia orgánica (glúcidos, lípidos, proteínas, etc.) y los elementos
químicos que componen esas sustancias, de un nivel trófico a otro superior.
En esto consiste el ciclo de la materia y el flujo de energía de un ecosistema.
El ciclo de la materia
Todos los ecosistemas necesitan materia y energía para su funcionamiento. La
energía, una vez que los productores transforman la energía solar en energía química
al fabricar materia orgánica en la fotosíntesis, se transmite junto con la materia.
La materia pasa de los productores al resto de niveles tróficos, hasta los
descomponedores, que serán los que terminen con el reciclado de la materia. Las
moléculas inorgánicas (agua y sales minerales) y orgánicas (glúcidos, lípidos,
proteínas, etc.) se van transformando al pasar de unos seres a otros, pero los
elementos químicos que las constituyen (carbono, nitrógeno, fósforo, etc.) siguen
siendo los mismos.
De este modo, la materia pasa del medio a los seres vivos, y de éstos, se devuelve al
medio formando un ciclo cerrado. Podríamos pensar en una gran nave espacial
llamada "Tierra" que tiene una determinada materia, en forma de átomos, que van
pasando de unos seres a otros. Los excrementos y restos de seres vivos sirven de
alimento para los descomponedores, que transforman estas sustancias reciclándolas
para que puedan volver a ser utilizadas por los organismos productores. Se trata, por
tanto, de un ciclo cerrado. [3]
La materia, además de circular a través de los seres vivos, también lo hace por el
medio inerte (tierra, agua y aire).
El flujo de la energía
El flujo de energía, en cambio, es un ciclo unidireccional y abierto. La energía
procedente del Sol es captada por los organismos autótrofos fotosintéticos (plantas,
algas y algunas bacterias) que la utilizan para obtener materia orgánica (rica en
energía química) a partir de materia inorgánica (pobre en energía).
La energía química almacenada en los organismos productores pasa, a través de la
alimentación, a los consumidores primarios (herbívoros) y, de éstos, a los
consumidores secundarios (carnívoros), y a los sucesivos niveles tróficos. La energía
química pasa de unos niveles a otros hasta terminar siendo disipada en forma de
calor.
El flujo de energía es, por tanto, un flujo unidireccional y abierto. La energía no se
recicla como ocurre con la materia, fluye desde los autótrofos hacia los heterótrofos
hasta disiparse en el medio.
Cada vez que pasa energía (con la alimentación) de un nivel trófico a otro se pierde
energía. La regla del 10 % dice que, como consecuencia de la respiración y otros
procesos, sólo se transfiere de un nivel trófico al siguiente, un 10 % de la energía que
le llega. Esta es la razón por la que las cadenas tróficas tienen un número reducido de
eslabones. [3]
Las causas de la pérdida de energía se debe a: Los seres vivos necesitan energía
para realizar sus funciones vitales. Se disipa en forma de calor. Se producen desechos
que pasan a los descomponedores, sin que esa energía se aproveche en ese nivel
trófico.
4. REFERENCIAS.

Referencias

[1] DRA, INTRODUCCION AL ESTUDIO DE LA BIOQUIMICA, Editorial Área de Innovación y


Desarrollo,S.L, 2018.

[2] DRA, BIOQUIMICA ESENCIAL, BARCELONA, 2016.


[3] DRA, BIOQUIMICA ESENCIAL, MADRID: TONICA, 2012.

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