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La situación de nieve actual

Por ejemplo, en el centro de esquí de Las Leñas (Mendoza), la temporada no pudo iniciarse por
la falta de nieve en las pistas, mientras que en La Hoya (Esquel, Chubut) determinaron la
suspensión de actividades por la misma razón. Un panorama similar se ve en el Cerro Catedral
(San Carlos de Bariloche, Río Negro) y en Neuquén con los cerros: Chapelco (San Martín de
Los Andes) y Cerro Bayo en (Villa la Angostura), donde el turismo se ve en parte afectado
porque las pistas de esquí no están habilitadas en su totalidad.

Según el último informe del Servicio Meteorológico Nacional, en la cordillera de Cuyo y el


norte patagónico se presenta la superficie cubierta por nieve más baja desde el 2000, además en
Cuyo este 2021 es el cuarto año consecutivo por debajo de los valores normales. Varias
ciudades patagónicas y cuyanas presentaron una baja frecuencia de días con nieve entre marzo y
julio, destacándose Bariloche y Esquel con 10 a 11 días menos respecto a los valores normales
(marzo-julio 1981-2010).
Durante el último trimestre (mayo-junio-julio), se intensificó el déficit de precipitaciones en
todo el sur y oeste de la Patagonia, y se amplió a la cordillera de Cuyo. Los acumulados de
precipitación estuvieron 200 mm por debajo del promedio climatológico (1981-2010).

Consecuencias de esta sequía


Para paliar este primer problema de las montañas con superficie esquiable muy restringida,
están fabricando nieve artificialmente a través de la tecnología de los cañones innivadores,
además, transportan manualmente y con maquinarias la poca nieve caída o fabricada hacia la
zona de las pistas.
Por supuesto que los efectos sobre el turismo invernal no son la única consecuencia negativa,
dado que el momento del año en el que se deberían dar los mayores acumulados de
precipitación en esta región es en el invierno, se ve seriamente comprometido el abastecimiento
de agua para la primavera-verano próximo, sabiendo además que en el trimestre agosto-
septiembre-octubre 2021, el pronóstico de lluvias no es alentador.
El uso del agua para riego y generación de energía hidroeléctrica se podrían ver muy afectados,
dado que es muy difícil poder recuperar en el mes de agosto todo lo que ya no cayó en el
bimestre anterior. La situación se ve complicada sobre todo hacia el norte del Río Colorado en
Mendoza, donde el agua para riego podría ser sumamente escasa, incluso hasta podría faltar el
suministro de agua para consumo doméstico en la región. Será momento de replantearse muchas
de las actividades económicas y sociales, porque posiblemente se necesite un cambio de actitud
importante, para lograr una mejor adaptación a lo que parece ser una marcada tendencia.
La situación por la sequía en la región de Cuyo y norte de la Patagonia es realmente
preocupante, la falta de lluvias y también de nevadas en las zonas cordilleranas se ha ido
intensificando durante la última década o más. Específicamente en este invierno 2021 la
situación de déficit puede ser corroborada a simple vista, por la falta del clásico manto
blanco que recubre los paisajes y cerros emblemáticos, en el que suelen desarrollarse
normalmente actividades y deportes invernales.

Esto ocurre porque las anomalías de altas presiones tienden a desplazarse hacia el sur, el
fortalecimiento del Anticiclón Semipermanente sobre las aguas del Pacífico desplazado más
hacia el sur favorece temperaturas más cálidas, y bloquea el avance de los sistemas de bajas
presiones generadores de lluvias sobre el norte de la Patagonia y Cuyo, pero permitiendo que
pasen por el sur patagónico (por esa razón se nota la diferencia con el Cerro Castor en
Tierra del Fuego, que sí está presentando una temporada de nieve provechosa).

Entonces, esta alteración en la circulación atmosférica local disminuye la frecuencia de


avances de frentes fríos (y/o provoca que se desplacen más rápido en determinadas latitudes),
haciendo que las lluvias acumuladas resulten por debajo de los valores promedio.

La Patagonia argentina en llamas: resurgir de las cenizas

Cuando las pérdidas materiales se estiman en millones; los daños ambientales proyectan
consecuencias alarmantes; y el golpe para quienes estuvieron directamente afectados se traduce
en un vacío emocional difícil de contener solo quedan dos opciones: rendirse o seguir adelante.

El 9 de marzo pasado, alrededor de las 4PM (horario de Argentina), siete localidades de la


Comarca Andina comenzaron a arder. Las Golondrinas, El Hoyo, Epuyén, El Maitén, Cholila,
Cerro Radal y Lago Puelo fueron escenario de diferentes focos de incendio que, en unas horas,
arrasaron con más de 250 casas y unas 15.000 hectáreas de bosques, según estimaciones
oficiales realizadas en base a imágenes satelitales. Tal como confirmaron las autoridades hasta
el momento, tres personas perdieron la vida.

Ya sea por negligencia o por incendios que tienen como finalidad deforestar el terreno, el
Servicio Nacional del Manejo del Fuego estipula que “el 95% de los incendios son causados por
la actividad humana”. Según científicos y expertos, el aumento de las temperaturas por el
cambio climático y otros eventos meteorológicos, como las corrientes de viento, pueden
exacerbar las consecuencias generando un efecto devastador.

“Lamentablemente, los registros y la información que tenemos de los especialistas en la zona


indican que el fuego se prendió intencionalmente y el que lo hizo sabía perfectamente cómo
hacerlo para perjudicar”, sentenció el ministro de Ambiente y Desarrollo Sostenible Juan
Cabandié en conferencia de prensa el día después que se desataron los focos. Luego, presentó
una denuncia penal e instó a la Justicia a investigar y confirmar las causas certeras de lo
sucedido.
-¿Por qué se han producido los incendios en Patagonia?

Hubo un mes y medio de sequía con temperaturas altas desde finales de enero. Eso hizo que la
vegetación se vaya secando paulatinamente. En la noche, durante el último mes, no hubo
descensos marcados de la temperatura como para compensar la sequía. Esto hizo también que
los arbustos y pastos se secaran más que lo habitual. Esas condiciones condujeron a que los
combustibles vegetales secos, estén más propensos al fuego en caso de ocurrencia de alguna
ignición y una vez encendido se propague rápidamente.

- ¿Ese fue el único factor de los incendios?

No. Hubo un frente frío, que es una entrada de aire del Océano Pacífico. El área técnica del
Servicio de Manejo de Fuego había advertido con alertas que existía peligrosidad por la entrada
de ese frente. Es casi “de manual” que cuando se acerca un frente de este tipo, y la región ha
tenido altas temperaturas durante mucho tiempo se produzcan grandes incendios si aparece una
fuente de ignición. Es decir, si hay una situación final que puede ser un rayo o alguien que deja
un fuego mal apagado, ya había condiciones que facilitaban que todo se convirtiera rápidamente
en un incendio de comportamiento extremo.

-¿Hay que echarle solo la culpa a los que provocan los incendios?

Es verdad solo en algunos casos. Porque son muchos los factores que ayudan al inicio de un
incendio, como las líneas eléctricas cuando son tocadas por una rama, rayos, descuidos, entre
otras razones. En realidad, hay que tener más cuenta cuáles son los factores que contribuyen a
aumentar el riesgo de que una simple ignición se transforme en un gran incendio de vegetación.
En el caso actual de Chubut y Río Negro, estaban las condiciones meteorológicas y de
vegetación ideales para que, una vez iniciado un fuego, se propagara más rápido.

- ¿Qué más podría incidir?

Otro factor a tener en cuenta es que en los días de mucho calor los transformadores de energía
se sobrecargan, pueden estallar y provocar inicios de incendios. O cuando a las condiciones de
alta temperatura se le agregan ráfagas de viento muy altas, las ramas de los árboles pueden
tocar. Son diferentes factores que llevan a los grandes incendios en los que hay una rápida
propagación que puede incluir torbellinos de fuego. Pueden generar su propia circulación del
viento y producir “pavesas”, que son como cañitas voladoras que llegan hasta más de dos
kilómetros del lugar desde que salieron expulsadas. Así se producen focos secundarios del
fuego, que pueden aparecer bien lejos del frente de fuego principal.

-Viento, temperaturas altas, cables. ¿Y dónde está el factor humano?


Ya se sabe que la Patagonia es una región de riesgos de incendios. Hay gente que se va a vivir a
la Patagonia como una perspectiva idílica: vivir dentro del bosque. Pero debe tener en cuenta
que implica riesgo de sufrir incendios.

-¿Por qué?

Diferentes estudios muestran que a nivel global los incendios forestales han disminuido. Pero se
han concentrado fundamentalmente en las áreas que están entre las ciudades y los bosques.
Técnicamente, las llamamos “interfaz urbano-rural”. Son las áreas donde las viviendas y las
actividades humanas se entremezclan o limitan con áreas con vegetación natural. Esta definición
le cabe perfectamente entonces al área donde ocurrieron estos incendios en la zona de Epuyén,
El Hoyo, Lago Puelo y Cholila en los alrededores de El Bolsón. Por ese motivo, estas áreas son
a las que tenemos que prestar mayor atención porque la mayoría de los incendios de vegetación
se producen allí.

Como prevenirlo
El fuego no es el enemigo. Está desde antes que los seres humanos aparecieran en la Tierra.
Tenemos que aprender a convivir con el fuego, mitigar sus efectos adversos y trabajar en su
prevención con todas las herramientas científicas y tecnológicas que tengamos. El tema es que
se expanden las urbanizaciones hacia zonas rurales, y se aumenta el riesgo de incendio. La
vegetación crece y crece año a año. Tenemos que ser capaces de disminuir la acumulación de
esa biomasa a límites que sean compatibles para que, cuando haya un incendio, lo podamos
apagar rápidamente. Si queremos vivir en ese tipo de lugares, tenemos que saber primero los
riesgos que implican habitarlos, y en segundo lugar, conocer todas las maneras de poder
prevenir, minimizar, y mitigar los efectos del fuego cuando por distintas circunstancias pueda
ocurrir.
-¿Por qué no se hacen acciones de prevención ?

La prevención es una tarea que involucra a toda la sociedad y no sólo al Estado, ya sea a nivel
nacional, provincial o municipal. A veces somos extremadamente solidarios cuando ocurre un
incendio. Pero la misma solidaridad se necesitaría durante las estaciones en las que no hay
incendios, en la forma de colaborar para que cada casa, terreno o barrio llegue a la época de
verano con la tarea hecha de haber reducido la biomasa vegetal alrededor de las casas y veredas.
De esta manera, cuando llegue la temporada de verano con más riesgo de incendios, el lugar
estará lo más protegido posible. De nada vale que yo haga esas tareas si mi vecino no las hace, y
es aquí donde deberíamos demostrar nuestra solidaridad como sociedad.

- ¿Qué otras tareas se pueden hacer?

Se construye en lugares extremadamente peligrosos que no solo representa un riesgo para su


propietario, sino que también pone en riesgo la integridad de las casas de los vecinos. A veces
esas construcciones hacen que los bomberos deban arriesgarse más por un capricho. Otro
aspecto que hay que considerar es la readecuación de los códigos urbanos de planeamiento para
esas áreas de interfaz.

Incendio en la Patagonia argentina arrasa 8.500 hectáreas de bosque


nativo
Argentina está en alerta máxima debido a los incendios de la temporada veraniega en la
Patagonia. La última deflagración afecta la turística localidad de El Bolsón y ha destruido 8.500
hectáreas de bosque nativo. Las llamas siguen avanzando gracias a la complicada orografía de la
zona y el Gobierno de Buenos Aires se ha visto obligado a incrementar los medios para
extinguirlas.

Por ahora, los daños materiales ascienden a "dos viviendas", y los bomberos y brigadistas
lograron "salvaguardar una gran cantidad de viviendas en riesgo por el avance de las llamas",
aunque el incendio sigue activo.

En total, cerca de 100 personas de los diferentes organismos estatales y provinciales se


encuentran realizando las tareas de extinción de las llamas. El incendio forestal ha herido al
menos a una persona y provocado el desalojo de varias más, según pudo constatar la agencia de
noticias AP.

Todo apunta a que el incendio comenzó de forma accidental


Aunque todavía las causas de la conflagración no han sido determinadas, la gobernadora local
de Río Negro, Arabela Carreras, aseguró que tras sobrevolar en helicóptero la zona, los
investigadores apuntaron que el incendio “pudo haberse iniciado en una de las viviendas de la
zona, donde se estaba celebrando un evento social”.

Los investigadores señalan que desde el aire se puede observar “con claridad” el punto donde se
inició el desastre, por lo que se cree que este incendio pudo haberse provocado de forma
accidental.
Las autoridades decretaron "por razones preventivas" el cierre de la carretera que une la
localidad de El Bolsón con la turística San Carlos de Bariloche.
Las proyecciones meteorológicas señalan que las temperaturas serán más bajas de lo habitual
durante las próximas horas y que el viento remitirá, algo que da esperanza para que las labores
de extinción puedan avanzar más rápido para terminar con el fuego.
El 2020 fue un año especialmente seco para toda Argentina. Varias provincias ya sufrieron las
consecuencias de los incendios estivales. Córdoba, en el centro del país, fue la más afectada con
unas 331.000 hectáreas quemadas, en un año en el que se destruyeron más de un millón de
hectáreas. La falta de lluvia hizo de 2020 el año más seco desde 1995.

Incendios forestales: una investigadora del CONICET reflexiona sobre


los focos de incendio
Según el Servicio Nacional del Manejo del Fuego (SNMF) la superficie afectada por los
incendios forestales en la primera parte del año alcanza los 74781 M2. Entre sus posibles
consecuencias, según informes de la institución, sobresalen la merma de biomasa y de estructura
vegetal, la fragmentación de los hábitats y la pérdida de especies endémicas de cada región
afectada. En este contexto, Estela Raffaele, investigadora principal del CONICET en el Instituto
de Investigaciones en Biodiversidad y Medioambiente (INIBIOMA, CONICET-UNCOMA)
reflexiona sobre los últimos fuegos que ocurrieron en la Comarca Andina.
“Existen condiciones climáticas que aumentan la posibilidad de incendios, pero en muchos
casos estos ocurren por negligencia humana, porque se han apagado mal los fuegos y porque
hay mayor densidad de personas visitando o viviendo en la región”, señala Raffaele. Y agrega:
“Eso también cambia el paisaje e influye en este tipo de problemas”. Para la investigadora,
trabajar en la prevención con los habitantes de estas zonas es clave: “Se necesita mucha más
planificación e información para que la población sepa qué significa vivir rodeados de pinos”.

Dado que el manejo del combustible es central en la aparición e intensidad de los incendios,
existe mucha información sobre las especies leñosas que, según la científica, podría agregar
valor a la hora de prevenir el fuego. Así, Raffaele, en conjunto con Melisa Blackhall y Jorgelina
Franzese, investigadoras adjuntas del CONICET en el INIBIOMA, proponen la confección de
un ranking de inflamabilidad que describa las especies que podrían incendiarse más
rápidamente. Este tipo de trabajo tiene sus antecedentes en otras partes del mundo, por ejemplo,
en Estados Unidos. “Conocer este tipo de información es muy interesante ya que si se pudiera
llegar a los sectores de gestión se podría prever qué especies no es recomendable plantar, sobre
todo en los jardines con cercos vivos comunes en la Patagonia”, puntualiza la investigadora.

Los pinos y su relación con los incendios forestales

Un informe elaborado por integrantes del Observatorio Nacional de la Degradación de Tierras y


Desertificación (ONDTyD), del cual Raffaele forma parte, señala que existen especies de pino,
en este caso pino radiata, que por sus características morfológicas, presentan una rápida
adaptación a un ecosistema afectado por incendios. “Las especies exóticas con adaptaciones al
fuego, como la serótina, presentan una clara ventaja en relación con el resto de la comunidad
nativa en condiciones de fuegos frecuentes”, sostiene el reporte del observatorio. Y continua:
“En los ecosistemas propensos al fuego puede ser posible un proceso de selección por el fuego,
en el cual, en sucesivas generaciones post-fuego, aumentará la frecuencia de individuos
altamente adaptados a esta perturbación; contribuyendo a retroalimentar positivamente el ciclo
de invasión-fuego”. Dicha retroalimentación resulta en un nuevo tipo de disturbio que
determinaría una degradación del hábitat y provocaría, además, consecuencias negativas sobre
los medios de subsistencia de los pobladores.

Las plantaciones de pinos sin manutención constituyen otro aspecto de importancia en relación
con este tipo de desastres naturales. Su influencia se debe a que algunas especies portan grandes
cantidades de combustible seco, “es decir, que permanecen dentro de la planta ramas secas que
al acumularse la convierten en una plantación altamente inflamable”, declara Raffaele. Informar
a la población respecto de la necesidad del manejo de las plantaciones y aumentar el control de
los organismos estatales pertinentes es fundamental para asegurar la limpieza de las mismas,
que impactarán tarde o temprano en el alcance del fuego.

Ante este escenario, focalizar los esfuerzos en la prevención de incendios resulta una cuestión
imperiosa. En resumen, reflexiona la investigadora, será necesario comenzar a pensar en crear
paisajes menos inflamables en las zonas periurbanas.

Greenpeace denuncia un 'ecocidio'


La organización ecologista pide que se cataloguen como delito penal tanto a los desmontes
como a los incendios forestales y que se obligue a los responsables a restaurar los bosques
nativos destruidos. Greenpeace llama a los gobiernos provinciales y nacional a reforzar el
sistema de manejo de incendios e investigar las causas de tantos focos simultáneos.
Los focos se desataron simultáneamente el pasado domingo 7 de marzo y durante las primeras
doce horas el fuego se extendió vertiginosamente por estas localidades patagónicas insertas en
medio del bosque nativo. Los vecinos hablan de 550 viviendas afectadas hasta el momento. Al
menos, la mitad fueron consumidas por las llamas. Unas quince personas se encuentran
desaparecidas y una murió. 200 brigadistas intentan desde el jueves combatir el fuego.
El hecho de que varios incendios se hayan desatado al mismo tiempo en diferentes puntos de las
provincias del sur del país hace pensar al gobierno argentino que se trata de fuego intencional.
En entrevista con Radio Francia Internacional, Hernán Giardini, coordinador de bosques de
Greenpeace (Argentina), no descarta la mano malintencionada que puede existir detrás de los
incendios simultáneos, pero subraya que aún no existen elementos suficientes para poder
afirmar de manera contundente que ese fue el origen del fuego.
El medioambientalista agrega una serie de factores de orden climático que han colaborado para
este desastre como las inusuales altas temperaturas que en los últimos meses vienen
presentándose en la Patagonia, la sequía y la gran cantidad de plantaciones de pino, especie
exótica altamente inflamable.

Por otra parte, el coordinador de la campaña de bosques de Greenpeace en Argentina insiste en


que "es necesario ampliar significativamente los fondos, la infraestructura y el personal
destinados a la prevención y lucha contra el fuego. "Nuestro sistema de manejo del fuego ha
demostrado que no está capacitado para responder a tantos focos al mismo tiempo. La
responsabilidad es de los gobiernos provinciales y nacional" afirma.

Giardini resalta un punto clave en este "ecocidio": el hecho de que en Argentina los delitos
relacionados con destrucción de bosques nativos no son considerados como delitos penales. En
el país se multiplican cada año las quemas de bosques provocadas por fenómenos naturales y la
actividad humana, ya sea por negligencia o de manera intencional.

Desde hace años, la organización ecologista viene reclamando que se cataloguen como delito
penal tanto a los desmontes como a los incendios forestales y que se obligue a los responsables
a la restauración de los bosques nativos destruidos. “Las multas no son suficientes para
desalentar incendios y desmontes" sostiene Giardini

¿A quién beneficia la quema de un bosque en Argentina?


Giardini explica que en los incendios provocados intencionalmente están relacionados, en
primer lugar, con la expansión de la ganadería sobre algunos ecosistemas que fue el caso de la
quema el año pasado de cerca de un millón de hectáreas en el país entre pastizales, bosques y
humedales, precisa. "Los productores quemaban pasto para su rebrote y el fuego se extendía
debido a la sequía".
El otro factor por el que se producen incendios intencionales tiene que ver con la construcción
inmobiliaria sobre bosques protegidos donde no está permitida su tala.
Si el fuego que actualmente devora a la Patagonia hubiese sido provocado intencionalmente
para fines económicos, "seguramente tendría que ver con el tema urbanístico, es decir con la
idea de habilitar zonas para la generación de viviendas en regiones donde no está autorizado
deforestar el bosque", afirma el coordinador de la campaña de bosques de Greenpeace en
Argentina.
No se puede pasar por alto los "accidentes" o malos hábitos que también hacen parte de las
causas de los incendios forestales (Y no solo en Argentina). Gran parte de la quema de bosques
nativos tiene su origen en un asado mal apagado, una colilla de cigarrillo olvidada o basura
quemada en zonas de pastos secos, recuerda el ecologista.

Marco Legal

La República Argentina carece de una ley que aborde específicamente la temática de gestión del
riesgo de desastres. Actualmente, el marco normativo nacional que se vincula de algún modo a
la gestión del riesgo está conformado por leyes y decretos que regulan la estructura ministerial,
sus organismos, misiones y funciones. Por otra parte, la legislación generada está más vinculada
a situaciones particulares de desastres y emergencias, tras la ocurrencia de eventos concretos.
En este sentido, la normativa es de carácter más reactivo que prospectivo. Esta fragmentación
normativa se traduce en la falta de un enfoque integral y compartido por todos los actores del
gobierno respecto de la gestión del riesgo del desastre. De este modo, el actual marco
regulatorio argentino requiere de incentivos que faciliten el surgimiento de un sistema
articulado en sus objetivos y resultados, como así también amplíen y mejoren los niveles de
coordinación entre los niveles de gobierno.

La ausencia normativa, sin embargo, es también una oportunidad para crear legislación que dé
cuenta de los acuerdos internacionales que ha suscripto la República Argentina. En tal sentido,
se destaca que en la primera prioridad acordada en el Marco de Acción de Hyogo: “velar por
que la reducción de los riesgos de desastre constituya una prioridad nacional y local dotada de
una sólida base institucional de aplicación” se propugna “adoptar, o modificar cuando sea
necesario, legislación para favorecer la reducción de los riesgos de desastre, introduciendo
reglamentación y mecanismos que estimulen el cumplimiento y promuevan incentivos para las
actividades de reducción de los riesgos y mitigación”. La gestión integral de riesgo al ser un
enfoque de desarrollo permite que la incorporación de una normativa integral en esta materia
allane los caminos para el fortalecimiento y la sostenibilidad de las políticas públicas. La
elaboración de un marco normativo que permita al país avanzar hacia una estrategia nacional
que atienda a la gestión del riesgo del desastre resulta complejo por la confluencia de una
multiplicidad de instituciones con capacidades diversas y por la transversalidad de un enfoque
que impacta sobre distintas disciplinas técnicas. Este entramado institucional se torna aún más
complejo si se tiene en cuenta el federalismo argentino. Así, los alcances y limitaciones de los
marcos jurídicos e institucionales de cada una de las provincias, supone un desafío aún mayor
en términos de la gestión de riesgos de desastres. El reto se vuelve especialmente crítico en
temas cuya incidencia y manejo razonable no coinciden con la división política, como las
cuencas hídricas o el uso del suelo, pero es igualmente crucial para el abordaje de una parte
significativa de la reducción de riesgos. En términos de gestión, implica mecanismos de
coordinación y articulación no sólo entre distintos sectores, sino entre niveles de gobierno y
jurisdicciones, de acuerdo al alcance de cada problemática

Las leyes de protección ambiental


El concepto de presupuesto mínimo no existía en el vocabulario jurídico de nuestro sistema de
derecho. Fue introducido por los constituyentes en la reforma de la Constitución Nacional de
1994, con todas las connotaciones que ello trae y particularmente las innumerables
interpretaciones que se pueden hacer del mismo. La categoría presupuestos mínimos aparece en
la Carta Magna, en el artículo 41, consagrado a los derechos ambientales. Por ello, este tipo de
norma queda limitada a los temas ambientales. Esta herramienta jurídica aparece ligada al
derecho a un ambiente sano y al desarrollo sostenible; por lo que se entiende que debe
contribuir al alcance de estos derechos de todos los habitantes de la Argentina. Las Leyes
nacionales que responden a este tipo de norma son conocidas como “leyes de presupuestos
mínimos de protección ambiental” y se orientan a asegurar un mínimo de protección ambiental,
en todo el territorio nacional, sobre cada cuestión legislada. Establecer una interpretación lleva a
distintos autores a ensayar significados considerando qué es un umbral, un piso, un límite
mínimo. Algunos autores se preguntan si las leyes de presupuestos mínimos de protección
ambiental son constitucionales, como antes se preguntaron si el art. 41 respondía al mandato
otorgado a los convencionales para la reforma de 1994. La polémica más importante aparece
ante la interpretación del tercer párrafo del art. 41 cuando se distribuyen las competencias en
materia ambiental, indicando qué le corresponde dictar a la Nación y qué a las provincias y esto
ha generado distintas posiciones doctrinarias. Existen por lo menos tres posiciones claramente
diferenciadas sobre el alcance del concepto de presupuesto mínimo incorporado en la
Constitución. 1. Una posición restrictiva: el alcance está limitado a un piso o umbral fijado por
valores o límites equiparables a estándares y no puede regularse nada más bajo el concepto de
presupuesto mínimo. Por ejemplo, sólo podría limitarse a establecer estándares de calidad de
aire, cantidad de concentración admitida por compuesto y no podría fijar una herramienta de
gestión ambiental, como los estudios de impacto ambiental. 2. Una posición intermedia: si bien
es coincidente en la necesidad de fijar límites y valores, entiende que el concepto puede albergar
algunos principios y la formulación de instrumentos de gestión uniforme y, en algún caso, la
guía de objetivos políticos mínimos. 3. Una posición amplia: comprende que es una verdadera
delegación de la temática ambiental y por lo tanto, bajo el rubro de presupuestos mínimos
podría incluirse, menos la legislación común que está delegada a la Nación, todos los aspectos.
Las dos primeras posiciones han sido las más dominantes y controversiales; tal vez esta
discusión explique que recién 8 años después de haber sido consagrada en la Constitución
Nacional, aparezcan las primeras leyes de protección ambiental. Es preciso recordar que la
problemática jurisdiccional y la distribución de competencias entre la Nación y las provincias
surgen de nuestra Constitución Nacional, independientemente de la materia de que se trate. Las
leyes de presupuestos mínimos de protección ambiental, dictadas hasta el año 2010 son: 

1. Ley 25.612. Gestión integral de residuos industriales y de actividades de servicios


(2002),
2. Ley N°25.670 Presupuestos mínimos para la gestión y eliminación de PCBs (2002) 
3. Ley N° 25.675 Ley General del Ambiente (2002) 
4. Ley N° 25.688. Régimen de gestión ambiental de aguas (2003) 
5. Ley 25.831. Régimen de libre acceso a la Información Ambiental (2003) 
6. Ley 25.916. Gestión integral de residuos domiciliarios (2004) 
7. Ley 26.331 Presupuestos mínimos de protección ambiental del bosque nativo
(2007) 
8. Ley 26.562 Ley de Presupuestos Mínimos de Protección Ambiental para Control
de Actividades de Quema (2009) 
9. Ley de presupuestos mínimos para la protección de los glaciares y del ambiente
periglacial (2010)
A continuación, se realiza una breve descripción de la ley general del ambiente en tanto puede
servir para pensar esquemas de normativos que se adapten al carácter federal de la República
Argentina.
Ley N° 25.675 General del Ambiente La ley General del Ambiente establece en su artículo 1
“los presupuestos mínimos para el logro de una gestión sustentable y adecuada del ambiente, la
preservación y protección de la diversidad biológica y la implementación del desarrollo
sustentable” que constituye el objeto de regulación. La importancia de esta ley se manifiesta al
otorgar a sus disposiciones el carácter de orden público (art. 3°) y que se utilizarán para la
interpretación y aplicación de la legislación específica. Como se muestra en la tabla 6.3, la
norma establece en el artículo 4, una serie de principios a los cuales quedan sujetas todas las
normas que regulan la política ambiental, incluso las provinciales. Sobre estos se ha discutido y
escrito en la doctrina especializada, pero es necesaria su difusión generalizada ya que muchos
de ellos modifican las interpretaciones jurídicas tradicionales a la que los operadores del
derecho están acostumbrados

ARTÍCULO4º- La interpretación y aplicación de la presente ley, y de toda otra norma a través


de la cual se ejecute la política Ambiental, estarán sujetas al cumplimiento de los siguientes
principios: Principio de congruencia: La legislación provincial y municipal referida a lo
ambiental deberá ser adecuada a los principios y normas fijadas en la presente ley; en caso de
que así no fuere, éste prevalecerá sobre toda otra norma que se le oponga. Principio de
prevención: Las causas y las fuentes de los problemas ambientales se atenderán en forma
prioritaria e integrada, tratando de prevenir los efectos negativos que sobre el ambiente se
pueden producir. Principio precautorio: Cuando haya peligro de daño grave o irreversible la
ausencia de información o certeza científica no deberá utilizarse como razón para postergar la
adopción de medidas eficaces, en función de los costos, para impedir la degradación del medio
ambiente. . Principio de equidad intergeneracional: Los responsables de la protección ambiental
deberán velar por el uso y goce apropiado del ambiente por parte de las generaciones presentes
y futuras. Principio De Progresividad: Los Objetivos ambientales deberán ser logrados en forma
gradual, a través de metas interinas y finales, proyectadas en un cronograma temporal que
facilite la adecuación correspondiente a las actividades relacionadas con los objetivos. Principio
De responsabilidad: El generador de efectos degradantes del ambiente, actuales o futuros, es
responsable de los costos de las acciones preventivas y correctivas de recomposición, sin
perjuicio de la vigencia de los sistemas de responsabilidad ambiental que correspondan.
Principio de subsidiariedad: El Estado nacional, a través de las distintas instancias de la
administración pública, tiene la obligación de colaborar y, de ser necesario, participar en forma
complementaria en el accionar de los particulares en la preservación y protección ambientales.
Principio de sustentabilidad: El desarrollo económico y social y el aprovechamiento de los
recursos naturales deberán realizarse a través de una gestión apropiada del ambiente, de manera
tal, que no comprometa las posibilidades de las generaciones presentes y futuras. Principio de
solidaridad: La Nación y los Estados provinciales serán responsables de la prevención y
mitigación de los efectos ambientales transfronterizos adversos de su propio accionar, así como
de la minimización de los riesgos ambientales sobre los sistemas ecológicos compartidos.
Principio de cooperación: Los Recursos naturales y los sistemas ecológicos compartidos serán
utilizados en forma equitativa y racional, El tratamiento y mitigación de las emergencias
ambientales de efectos transfronterizos serán desarrollados en forma conjunta

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