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Trabajo Práctico

“Las Consecuencias del Cambio Climático en Argentina “


Profesorado de Geografia- Isfd 54
Ambiental ​II
Profesor: Nestor Rodriguez
Alumna: Noelia Rojas

1-Desarrolle las condiciones climáticas de la Argentina teniendo en cuenta los principales


condicionamientos.
2. A) Siguiendo una tendencia mundial las temperaturas en el territorio argentino han
experimentado subas. Sin embargo al igual que en el planeta estos cambios no son
homogéneos. Desarrolle.
B) ¿Cuáles son las principales consecuencias de estos cambios?
3. A) Explique someramente las modificaciones en los caudales de las
principales cuencas de nuestro territorio.
B) Las modificaciones de los caudales están ligadas generalmente a
las inundaciones. Explique detalladamente las inundaciones en la
Cuenca del Plata. Causas,consecuencias y posibles soluciones.
4. En estas últimas décadas la mayor influencia del anticiclón subtropical
del Atlántico Sur trajo como resultado un aumento de las temperaturas y un
mayor aporte de humedad . En términos generales estos cambios han
han sido beneficiosos para el sector agropecuario. Sin embargo hubieron
consecuencias negativas para el ambiente y conflictos sociales que se
evidenciaron más en áreas extra pampeanas.
Desarrollar.
5. Debido a la modificación climática ¿Qué impactos ambientales se
esperan para los próximos años en cada una de las regiones?

1) Condicionamientos:
- Geográficos
- Circulación atmosférica
- temperatura
- precipitación
La Argentina continental se extiende entre el 20° y 60° S, esta ubicada dentro de la región
de climas subtropicales y de latitudes medias, sumado a los vientos predominantes que
transportan masas de aire desde los océanos hace que excepto en el norte del país, las
amplitudes térmicas tanta diarias como anuales no sean muy grandes.
Otro condicionante geográfico del clima, es la Cordillera de Los Andes que al norte, bloquea
el intercambio del aire entre ambos lados. Este bloqueo imposibilita el paso de humedad
desde el Océano Pacifico hacia la Argentina.
El Noroeste y en el Chaco esta restricción en la circulación y el alejamiento del Atlántico,
provoca un clima seco, con grandes amplitudes térmicas, diarias y anuales.
Esta mayor temperatura, junto con el efecto de los Andes, sobre los vientos favorece la
formación de un sistema de baja presión. Este sistema provoca vientos cálidos y húmedos
desde el norte y noroeste sobre el este y el centro de la Argentina.
En la Patagonia, la cordillera se va haciendo más baja, que permite el paso del aire desde el
Pacifico con los vientos del oeste.
Con estos vientos el aire asciende sobre la cordillera, se enfría y condensa su humedad,lo
que da lugar a abundante nubosidad y precipitaciones.
La circulación atmosférica es otro condicionamiento, se pueden distinguir dos tipos de
circulación sobre el territorio argentino: sobre la Patagonia predominan los vientos del oeste
y al norte de esta los vientos del norte, asociados al anticiclón del Atlántico Sur.
En la región que está bajo la circulación predominante del Atlántico Sur será llamado
subtropical.
El tercer condicionamiento, la temperatura que cambia a lo largo del año por la variación de
la altura del sol, de la insolación.
En Julio, la temperatura media es de 18°c en Formosa y menos de 2°c en parte de Santa
Cruz y Tierra del Fuego.
La zona de transición entre la Patagonia y la región subtropical tiene una temperatura media
alrededor 7°. La acción de la corriente de Malvinas, tiende a reducir los gradientes de
temperatura, bajo su influencia en la Patagonia hay poca variación de la temperatura media,
la que solo desciende hacia hacia el oeste por la mayor altura sobre el nivel del mar.
En cambio en la región subtropical, la temperatura disminuye hacia el sudoeste.
Durante el verano, el mayor gradiente meridional está en la Patagonia donde por efecto de
la altura sobre el nivel del mar, disminuye la temperatura hacia el oeste en forma más
acentuada.
La mayor variabilidad interanual de la temperatura se observa en esa nubosidad y
precipitación no alcanzan a compensar las variaciones de la temperatura debido a los
vientos.
Una fuente de variabilidad interanual de la temperatura, son los episodios Niño y Niña. La
diferencia entre la temperatura promedio de los episodios Niño y Niña es positiva en la
región subtropical de América del Sur durante el invierno en que se inicia en el evento, pero
esta diferencia se debilita durante la primavera, desaparece en el Verano y reaparece en el
otoño. Esto es consecuencia de una tendencia a temperaturas por encima de lo normal
durante el Niño y por debajo de lo normal en la Niña .Sin embargo, este efecto no ocurre
siempre en cada episodio Niño o Niña, y solo en el noroeste y centro de la Argentina en el
invierno, las temperaturas medias son estadísticamente mayores a lo normal durante el
Niño e inferiores durante la Niña.
El cuarto condicionamiento son las precipitaciones, en la Patagonia se produce nubes
llamadas nimbostratos, las lluvias de estas nubes son continuas y tienen poca variabilidad
espacial.
En la región subtropical, la mayor parte de la lluvia se origina en nubes de tipo convectivo,
estas nubes llamadas cumulonimbus , producen precipitaciones intensas en forma de
chaparrones pueden estar acompañadas por escasa precipitaciones y hasta por cielos
claros.
Gran parte de la precipitación en la Argentina subtropical está relacionada con el avance de
frentes fríos hacia el norte o con el desarrollo de ciclones extratropicales.
Los sistemas en los que se agrupan los cumulonimbos al norte de los frentes son son
dimensiones horizontales menores a la de los ciclones extratropicales y de los frentes y por
ello, se los denomina de mesoescalas.
En la Argentina subtropical, la alternancia de condiciones de El Niño, La Niña y neutras es
la mayor frente conocida de variabilidad interanual en la precipitación.
Uno de los dos periodos del año con mayor influencia de El Niño sobre las precipitaciones
de la región subtropical de América del Sur es la primavera del año, en el Niño con valores
por encima de lo normal en noroeste de la Argentina.
En el caso de la Niña, en el este y centro de la Argentina las precipitaciones por debajo de
lo normal se registran regularmente en la primavera​.

2 A- En las ciudades, la geometría de la superficie, los materiales de las construcciones, la


contaminación y la liberación de calor por el transporte, la industria y la
calefacción/refrigeración hacen que se forme la llamada isla urbana de calor, con
temperaturas que exceden al ambiente rural circundante en hasta 2 o 3°C en el promedio
anual. La isla urbana de calor es más intensa cuanto mayor es la ciudad y, como
prácticamente todas las ciudades argentinas han estado en crecimiento y expansión
durante más de un siglo, las temperaturas han estado aumentando en ellas por ese motivo.
Por lo tanto, para analizar las tendencias del clima regional, los registros de las ciudades y
de los ambientes muy próximos a ellas deben excluirse.
En la región subtropical de la Argentina, la temperatura media anual en superficie tuvo solo
un aumento de temperatura promedio de medio grado entre 1960 y 2010, con
calentamientos mayores en solo algunas zonas e incluso con enfriamientos en un eje
central desde el noreste de la Patagonia hasta Santiago del Estero. Este aumento fue
menor que el del promedio global sobre las regiones continentales del planeta.
Esto es debido a las condiciones predominantes oceánicas del Hemisferio Sur, pero
también pudo tener otras causas ya que en el centro del país, área alejada de los océanos,
se registró el menor aumento de temperatura e incluso alguna disminución en ciertas zonas.
La temperatura mínima diaria tuvo mayor aumento que la máxima, la que incluso tuvo
disminuciones en buena parte del centro del país. El aumento de las temperaturas mínimas
consiste en el aumento en las concentraciones de los GEI, que inhiben el enfriamiento
nocturno, y ha sido observado en casi todo el planeta durante el periodo de calentamiento
global iniciado en la década de 1960. y que ha sido atribuido al aumento de los GEI.
En la Patagonia, el aumento de temperatura fue en general mayor que en el resto del país,
superior a 0,5°C y en algunas zonas de hasta de más de 1°C. El calentamiento fue
especialmente pronunciado en el verano, lo cual fue determinante para las pérdidas en las
masas glaciares de la región. A diferencia de lo que ha sido típico del calentamiento global y
también de la región subtropical, el aumento, ha sido similar en las temperaturas máximas y
en las mínimas.
También se han producido algunos cambios térmicos en las estaciones del año. Los
inviernos se han hecho menos rigurosos, con una muy marcada tendencia a la ocurrencia
de períodos prolongados sin condiciones muy frías. Incluso, en los últimos años se han
estado registrando olas de calor, casi propias del periodo estival. Por ejemplo, a principios
de agosto de 2006, en el Chaco y Formosa, se registraron varios días con temperaturas
máximas superiores a 35°C. Dentro de la variabilidad interanual propia del clima, el invierno
del 2007 fue muy frío y tuvo mucho impacto en la producción agropecuaria de diversas
regiones.
Otro efecto que se ha estado observando en toda la región, incluso en sur y sudeste de
Brasil, es la prolongación de las condiciones térmicas del verano en el otoño temprano.
Probablemente ello se deba a que, en esa estación, la circulación de los vientos en las
capas bajas de la atmósfera se ha estado pareciendo cada vez más a la que es típica del
verano, con vientos más frecuentes del norte y del este, y cada vez menos al invierno, en
que hay más fríos desde el sudoeste.

Extremos térmicos: ​En el este y norte de la Argentina, los cambios en los índices
relacionados con las temperaturas extremas se manifestaron más clara y consistentemente
con el calentamiento global que en los de la temperatura media. El número anual medio de
días con heladas se redujo en todo el país, y con mayor intensidad en el Noroeste, Cuyo, y
norte y centro de la Patagonia, donde fue de entre 10 y 25 días. En el Noroeste y Cuyo, ello
significó una reducción a la mitad en los días con heladas. Por su parte, las olas de calor
aumentaron considerablemente en el norte y este del país;por ejemplo, en las regiones
próximas a la ciudad de Buenos Aires, entre 1960 y 2010 se duplicaron los días del año con
olas de calor.
Como resultado de las diferentes tendencias estacionales, las diferencias térmicas entre
invierno y verano se han ido reduciendo no solo en los valores medios sino también muy
especialmente en sus valores extremos.
La altura de la isoterma de 0°C: La altura de la isoterma 0°C representa en general el nivel
por encima del cual la temperatura se encuentra debajo de ese valor, y puede ser un
indicador del límite aproximado de la altura por debajo de la cual no hay agua sólida en la
superficie y, en consecuencia, del límite inferior de los glaciares. En realidad, la temperatura
de congelación depende de la presión y esta cambia con la altura, pero, en una
aproximación, la altura de la isoterma de 0°C durante el verano puede ser usada como
indicador del nivel por encima del cual puede mantenerse el hielo perenne. No obstante,
hay que tener en cuenta que las grandes masas involucradas pueden hacer que los
procesos de retroceso o crecimiento de los glaciares tienen una inercia tal que sus
tendencias se manifiestan sólo varios años después de los cambios térmicos.
En la región andina, el nivel medio anual de la isoterma de 0°C varía con la latitud desde
alrededor de 4400 m en 23°S hasta 1500 m en 50°S. Estos niveles son obviamente
menores en el invierno y mayores en el verano. Entre 1950 y 2010, la altura de la isoterma
de 0°C en la cordillera de los Andes,desde de Jujuy y Salta hasta el sur de Mendoza, tuvo
aumentos significativos desde el punto de vista estadístico en todas las provincias. El mayor
ascenso de la isoterma de 0°C estuvo en las provincias de San Juan, Mendoza y Neuquén,
donde fue de 250 m. Este aumento fue menor hacia el norte llegando solo hasta 100 m en
Salta y Jujuy.
En la Patagonia, entre 1974 y 1996,el ascenso de la isoterma de 0°C fue máximo en
Neuquén y menor hacia el sur. En esta región,el ascenso de esta isoterma se detuvo
después de 1990 y hasta se revirtió levemente, precisamente en una década en que el
calentamiento global se acelera. Este es un indicador más de que el calentamiento de la
región patagónica no se ha debido exclusivamente al aumento de las concentraciones de
GEI

2B Consecuencias de los cambios de temperatura:


-Retroceso de los glaciares
-Aumento de la temperatura de los océanos que rodean la Antártica
-Cambios en las precipitaciones(precipitaciones intensas- inundaciones,sequías)
-Variabilidad interdecadal
-tendencia en la frecuencia de granizo
La Argentina posee un gran número de glaciares en la cordillera de los Andes, desde Salta
hasta Tierra del Fuego, que son importantes por múltiples razones; en algunos casos, son
reguladores de los caudales de los ríos que nacen en los Andes, y pueden amortiguar los
periodos de escasas precipitaciones; en otros, ofrecen una significativa belleza paisajista
que genera actividad turística,y en todos casos son elementos fundamentales de los
ecosistemas andinos. Sin embargo, solo recientemente se ha iniciado un inventario
completo de las masas de hielo de la Argentina como resultado de las preocupaciones
sobre la actividad minera.
El balance de la masa glaciar es el resultado de la acumulacion y la ablación del hielo. La
precipitacion nival es el proceso fundamental de acumulacion, y la abalcion resulta de la
fusión de hielo superficial y/o desprendimiento de témpanos cuando los glaciares terminan
en superficies líquidas. El balance de masa modifica las dimensiones del glaciar, y define su
avance o retroceso. En los sectores más elevados o protegidos de la radiación solar, la
nieve puede resistir durante el periodo estival y transformarse en hielo,mientras que en la
base del glaciar, cuando las temperaturas están por encima del punto de fusión, se licua. En
general, y especialmente en los glaciares de la Patagonia y Cuyo, donde predominan
precipitaciones invernales, el proceso de acumulacion domina en invierno y el de ablación
en verano.Por otra parte, las variaciones interanuales de la precipitación nival y de la
temperatura hacen que los glaciares puedan aumentar su masa en los años de nevadas
invernales abundantes,mientras que sus volúmenes se reducen en los años secos y cálidos.
Los glaciares cuyanos sufren un marcado retroceso desde principios del siglo pasado y aun
posiblemente desde mediados del siglo XIX. Según un estudio sobre un glaciar
representativo de la región, el llamado “glaciar Piloto”, en la cuenca del Río Mendoza, en el
que se han realizado mediciones desde el año 1979, este tendría un balance de masa
acumulado altamente negativo.
Los glaciares patagónicos tienen muy altas tasas de acumulacion y ablación, lo que puede
ser un factor de inestabilidad en un contexto de cambio climático. Casi todos los glaciares
de los Andes patagonicos han estado en recesión durante las últimas décadas del siglo
pasado debido en parte a la menor precipitación, pero fundamentalmente por el aumento de
la temperatura.En cuanto a su aporte a los principales ríos, el retroceso de los glaciares no
ha contribuido significativamente al caudal de los ríos del norte de la Patagonia y Cuyo que
responden a las precipitaciones anuales, pero si lo ha hecho en un valor estimado del 10%
al caudal del río Santa Cruz. A largo plazo, cuando estos glaciares agotan buena parte de
su masa, o aun antes, esto puede revertirse, lo que redundaría en una reducción de los
caudales. Esta posibilidad adquiere especial relevancia en vista de que se proyecta la
construcción de grandes represas sobre este río.
Aumento de la temperatura de los océanos que rodean la Antártica: Los océanos que
rodean la Antártida se han calentado más rápido que el océano global. En la segunda mitad
del siglo pasado, al oeste de la Península Antártica, el aumento fue de más de 1°C. El
aumento de la temperatura en la corriente Circumpolar Antártica implica un formidable
almacenamiento de calor.
La superficie de hielo marítimo que se extiende alrededor de la Antártida ha sido
monitoreada con bastante exactitud solo desde la década de 1970, con el advenimiento de
la tecnología satelital. A pesar del calentamiento del océano, y a diferencia del Ártico, donde
se ha registrado una disminución significativa de la superficie de hielo marino,ha habido un
aumento en la extensión general de hielo del mar, aunque con variaciones geográficas; ha
disminuido en forma importante al oeste y este de la Península Antártica y aumentando en
el resto del mar Antártico.
La mayoría de registros climáticos en el continente antártico sólo datan del Año Geofísico
Internacional 1957-1958. Desde esa fecha, la temperatura en superficie del grueso de la
masa continental parece haber estado estable o con un ligero enfriamiento en el interior del
continente.Por el contrario, hay tendencias al calentamiento significativas y comprobadas en
la Península Antártica.
El cambio reciente del clima ha conducido a cambios en el ambiente biológico de la
Península Antártica. Por ejemplo, los pingüinos de Adelaida, una especie adaptada a
condiciones de hielo de mar, han disminuido en número y fueron reemplazados por otras
especies de pingüinos más adaptadas al mar abierto.
Cambios en las precipitaciones: Desde 1960, los mayores aumentos se registraron en el
norte de la provincia de Buenos Aires, Entre Ríos y Misiones, con más 200 mm en 54 años.
En esta zona, y algo más al norte y al sur, en las últimas décadas se han registrado cada
vez más frecuentes inundaciones e incluso, muchos campos han quedado bajo lagunas
permanentes por muchos años, lo que ofrece un paisaje singular con alambrado dentro de
las aguas. En el norte de La Pampa y en San Luis, el aumento porcentual fue muy alto y, en
algunas localidades, superó el 20% de su valor inicial.
El humedal conformado por esteros y lagunas del sistema Iberá en Corrientes también ha
expandido su superficie desde 1960 como resultado de las mayores precipitaciones; la
expansión de su área inundada indujo a que algunas personas adjudican erróneamente
este aumento a un trasvasamiento de aguas desde la represa de Yacyretá. Además de
otras evidencias en contrario, esta hipótesis quedó totalmente desvirtuada cuando en años
recientes las sequías redujeron considerablemente la superficie del humedal.
En la Argentina subtropical, las isoyetas de las precipitaciones medias anuales siguen una
dirección norte/ sur con menores valores hacia el oeste, el aumento de estas isoyetas
durante el periodo 1960/2000 implicó un corrimiento de estas isoyetas hacia el oeste de 100
a 200 km. Así, por ejemplo, la isoyeta de 600 mm, que en sur de la Pampa húmeda
argentina es aproximadamente el límite para la agricultura de secano, se desplazó más de
100 km y lo mismo ocurrió con la 800mm, que en el norte es el límite de esa agricultura. En
la región norte,al oriente de las sierras de Oran y Tucuman, los máximos de precipitación
espacial condicionados por estas sierras se expandieron hacia el este.
Variabilidad interdecadal: El ciclo de El Niño presenta variabilidad en la escala de las
décadas con periodos en que los eventos de El Niño son más intensos y otros en que son
moderados o débiles. A finales de la década de 1970, se inició una fase de Niños intensos
que fue seguida de otra con Niños débiles entre 1998 y 2014. La respuesta a las fases
intensas y débiles de El Niño genera una importante variabilidad interdecadal en la
precipitación en gran parte del norte argentino, sur del Brasil, este del Paraguay y parte de
Uruguay.A fines de la década de 1970, en esa región hubo un aumento de las
precipitaciones que, por lo abrupto, puede caracterizarse como un salto más que como una
tendencia. Igualmente, cuando en este siglo se inició la fase de Niños débiles, la
precipitación en gran parte del norte argentino se redujo rápidamente.
El aumento de las precipitaciones anuales no fue simultáneo sobre la región subtropical, al
este de los Andes. En una gran parte del sur de esta región, en las provincias de Buenos
Aires y La Pampa, la mayor tendencia positiva de precipitaciones anuales se inició durante
la década de 1960.
Los cambios en las variables climáticas generalmente modifican su distribución de
probabilidad.
En la mayor parte de la Argentina subtropical, las tendencias positivas de la precipitación
anual fueron parte de un cambio que modificó también las características estadísticas de la
precipitación. Desde la década de 1960, hubo una tendencia hacia precipitaciones extremas
más intensas y frecuentes y una reducción de las más débiles.
Tendencias en las frecuencia de granizo: la mayor frecuencia de granizo y de sus daños en
la Argentina tiene lugar en la provincia de Mendoza. En esa provincia, al igual que en el sur
del Litoral y norte de Buenos Aires, aunque con variaciones interanuales, no se han
producido mayores cambios en la frecuencia de este fenómeno entre 1980 y 2008,mientras
que en el noroeste y noreste del país las frecuencias anuales de granizo aumentaron un
50% y 80% respectivamente en ese mismo periodo, con lo que superaron el promedio de un
caso por año en los últimos 10 años. Por el contrario, y a pesar de la mayor frecuencia de
precipitaciones intensas que suelen acompañar la caída de granizo, en Córdoba, la Pampa
y centro de Buenos Aires, la ocurrencia de granizo tuvo una tendencia negativa con una
reducción promedio del 60% en la frecuencia anual, quedando alrededor de 1 y 1,5
episodios por año respectivamente.Estos datos parecen contradecir la experiencia colectiva
de los últimos años que, en el centro y Litoral así como en Buenos AIres, advierte una
mayor frecuencia de episodios de granizo destructivos.

3A- Los principales ríos de la Cuenca del Plata aumentaron sus caudales medios desde
fines de la década de 1970 y principios de la 1980 y lo mismo ocurrió con otros ríos de
menor caudal y afluentes de los anteriores, como el Bermejo, el Salado del Norte y el
Iguazú. El aumento fue de un 15% a 20% cuando se comparan dos períodos que terminan y
comienzan en esta época. Los caudales se redujeron en la primera década de este siglo por
una variación interdecadal de la precipitación; en el caso del Paraná, esta variación no fue
tan pronunciada como para revertir los caudales medios anteriores a 1980.
Con el aumento de las precipitaciones y los caudales, en la cuenca del Plata se registró un
cambio importante en el uso del suelo con una extensa deforestación en el este de
Paraguay y en gran parte de la cuenca brasileña del Paraná, que favorece el escurrimiento
y, por consiguiente, el aumento de los caudales,que se sumaron a los originados en el
aumento no muy pronunciado de precipitación.
En la cuenca del Paraná, entre 22 y 26°, es el cambio en el uso del suelo fue el factor
dominante en el aumento del escurrimiento hacia el río. En este caso, la tendencia positiva
de la precipitación contribuyó, aunque en menor medida que en otras latitudes. La alta
incidencia del cambio en el uso de suelo se debió a la sustitución del café por la soja en
Brasil y la deforestación en el este del Paraguay.
En la región del Pantanal- que corresponde a la cuenca superior del río Paraguay, hubo una
rápida transformación del suelo, que pasó a sostener una enorme actividad ganadera. La
información climática e hidrológica era escasa, pero parece que el factor dominante en el
aumento del caudal fue el cambio del uso del suelo, aunque quizás con alguna contribución
de las variables climáticas. En la cuenca media del río Paraguay, entre el Pantanal y
Asunción, también el factor dominante en el aumento del escurrimiento fue el cambio del
uso del suelo, con alrededor del 70%. Como en el caso de la parte media de la cuenca
superior del Paraná, el resto del incremento del escurrimiento fue causado por las mayores
precipitaciones.
En la cuenca del Iguazú, el aumento del caudal se debió mayormente al cambio en la lluvia,
y sólo secundariamente a cambios en la utilización del suelo. En el tramo intermedio entre
Itaipú y Corrientes ya en la cuenca del Paraná, el cambio del escurrimiento se debió casi
exclusivamente a las mayores precipitaciones.
En la cuenca de Iguazú, el aumento del caudal se debió mayormente al cambio en la lluvia,
y sólo secundariamente a cambios en la utilización del suelo. En lo que respecta al río
Uruguay,mostraron mediante un modelo hidrológico distribuido, que el cambio en los
caudales medios en las últimas cuatro décadas fue casi exclusivamente debido al aumento
de las precipitaciones sin casi influencia del cambio en el uso del suelo. Por otra parte, el
aumento de los caudales en las últimas cuatro décadas del siglo pasado, originado en las
mayores precipitaciones, se revirtió a partir del año 2000.
3b- En cuanto al futuro según Saurral, el impacto del cambio en el uso del suelo sobre los
caudales, ya sea por deforestación o reforestación, puede compensar y hasta superar los
impactos sobre los caudales originados en los cambios climáticos que razonablemente
puedan ocurrir.
El aporte relativo del cambio en el uso de suelo y en la precipitación al aumento de los
caudales de los ríos de la cuenca del Plata en las últimas cuatro décadas del siglo XX
presenta un gradiente norte-sur. En su parte norte, los aumentos se han debido,
fundamentalmente, a cambios en la utilización del suelo, y en el sur, al cambio en las
precipitaciones, con situaciones intermedias entre 22 y 26% S. Como es muy poco probable
que la cubierta forestal cambié mucho más, y como no se proyectan cambios sustanciales
en las precipitaciones, los caudales solo cambiarían por la evaporación producto del
incremento de la temperatura, el cual va a depender, en gran medida, del escenario de
emisiones de GEI.

4-Consecuencias negativas para el ambiente y conflictos sociales


-Inundaciones( Impactos socioeconómicos)
-Olas de calor
-Expansión de la frontera agropecuaria
-impactos ambientales
-aspectos sociales
-Agudización de las sequías invernales
-Cambios en la producción hidroeléctrica

Un aspecto negativo de las crecientes precipitaciones de las últimas décadas son las más
frecuentes inundaciones, que constituyen las catástrofes de origen natural que mayores
daños económicos y sociales causaron en la Argentina en los últimos tiempos.
El 90% de la población argentina está concentrada en alrededor de 800 centros urbanos,
muchos de esos centros, y la mayoría de los más grandes, se localizan cerca o alrededor
de los ríos. Aunque la ubicación inicial de los centros urbanos se hizo generalmente en
zonas altas, en muchos casos parte de la expansión más reciente se realizó ocupando
zonas bajas e inundables.Esto configura una situación de exposición a las inundaciones
causadas por los desbordes de los ríos.
Esto se suma a las pérdidas en el sector agropecuario, de forma que en algunos años, los
daños directos de las inundaciones han disminuido la producción, reduciendo las
importaciones y afectando las economías de las regiones inundadas. Probablemente,los
daños inmediatos, han sido muchos más importantes debido a la quiebra de empresas, las
pérdidas de empleo y las consecuencias de largo plazo sobre la salud pública.
El ascenso de las napas de agua subterránea: el aumento de las precipitaciones, no
acompañadas por incrementos de la temperatura que pudiera compensarla con más
evaporación, ha generado excesos hídricos que, en algunas zonas, produjeron mayores
escurrimientos hacia los ríos, pero también otros efectos en las regiones con muy pocas
pendientes.Cuando el declive del terreno es muy pequeño, el balance hídrico es
esencialmente local, con muy poco o ningún escurrimiento y se da por lo tanto, la
evaporación y la infiltración en el suelo. Si el balance entre las dos primeras resulta en un
exceso de superficie, se intensifica la infiltración en suelos permeables, lo que provoca el
ascenso de la napa freática. Este ascenso también puede estar potenciado, en las zonas
más bajas. Cuando el mapa alcanza la superficie, se producen las inundaciones,como ha
ocurrido en Santa Fe, oeste y centro de Buenos Aires, parte este de la Pampa y Corrientes..

Olas de calor: Las olas de calor han ido aumentando en la Argentina. La ola de calor con
mayo impacto fue la que comenzó el 13 de diciembre de 2013 y perduró con pocas
interrupciones hasta la segunda semana de enero. Se extendió por todo el centro de
Argentina, desde Buenos Aires hasta Mendoza.
El sistema de energía colapsó en muchos sectores de la ciudad de Buenos Aires, del Gran
Buenos Aires y de otras ciudades, debido al récord de consumo por el intenso uso de los
equipos de aire acondicionado y por las dificultades de los transformadores. No existe aún
una evaluación sobre el total de muertes por encima de lo normal para toda la región
afectada.
La expansión de la frontera agropecuaria​: La demanda global de alimentos, en particular la
de granos, han estado presionando la producción agrícola. La actitud innovadora, favoreció
la rápida incorporación de nuevas tecnologías y a un más eficiente manejo empresarial.
El proceso de expansión del área agrícola se produjo por el reemplazo de actividades
ganaderas o directamente sobre bosques y pastizales naturales; a su vez la ganadería
desplazada fue ocupando nuevas tierras a expensas de los sistemas naturales, por lo que
corresponde describir a este proceso de expansión de la frontera agropecuaria. El avance
agropecuario se realizó y se realiza aceleradamente sobre la selva misionera, las zonas de
yungas en el piedemonte de las sierras de Oran y Tucuman y el pastizal y monte pampeano
semiárido, pero principalmente en la región chaqueña.
A la expansión de la frontera agropecuaria se la puede considerar como un proceso de
adaptación a las nuevas condiciones climáticas.
La expansión de la frontera agropecuaria como respuesta de adaptación autónoma al nuevo
clima trajo enormes beneficios económicos de corto plazo y una gran renta adicional para la
región y el país, pero también ocasionó perjuicios al ambiente por el avance sobre los
ecosistemas naturales.Puede también entrañar riesgos sobre los suelos frágiles, e incluso
riesgos económicos para los productores, si las nuevas condiciones climáticas se revirtieron
por periodos prolongados.
Los impactos ambientales: La deforestación del bosque nativo es el aspecto de la
expansión agropecuaria con mayores impactos ambientales, y la región chaqueña,el lugar
donde este proceso es más intenso.
Pero el avance agropecuario alcanzó también a otras ecorregiones, En el Espiral, que
abarca el sur de la provincia de Corrientes, norte de Entre Ríos , el centro de Santa Fe y
Córdoba, centro y sur de San Luis, mitad este de La Pampa y sur de Buenos Aires. Otro
ecosistema afectado por el uso del suelo facilitado por el cambio climático fue la selva de
Yungas. Las regiones forestales más afectadas por la deforestación fueron el Parque
Chaqueño, la Selva Misionera y la Selva Tucumano-boliviana.
Estos cambios masivos actuales de uso del suelo están perturbando los ciclos
biogeoquímicos, alterando el almacenamiento de carbono y nitrógeno y en algún caso,
puede conducir a la salinización del suelo.
Finalmente, aun desde el punto de vista económico, la expansión de la agricultura de
secano en el norte argentino entraña ciertos riesgos ya que esta región en general tenía y
ha visto aumentada la variabilidad interanual de la precipitación con alta probabilidad de
sequías, a pesar del aumento en las precipitaciones medias.
​ spectos sociales: La expansión del cultivo de la soja ha tenido un impacto en el mercado
A
de trabajo. Por un lado, la tecnología de este cultivo emplea poca mano de obra en su
producción y en los casos en que se sustituyó al algodón, eso trajo reducciones notorias de
empleo directo en el campo. Pero con la cadena productiva de la
soja,insumos,maquinaria,transporte,y elaboración artesanal no se limitaba a la producción
del campo, el nuevo empleo asociado a esta cadena podría haber compensado las pérdidas
de empleo directo.
En el Chaco, la soja se extiende sobre áreas de bosque nativo dedicadas a ganadería o
sobre el cultivo del algodón. En este último caso, la mecanización de la cosecha ya había
reducido en parte la demanda de braceros locales o migrantes desde otras zonas y, aunque
la soja no parece haber producido mayor desocupación, tampoco ha generado nuevo
empleo.
En Santiago del Estero, la valorización de las tierras como resultado de las mejores
condiciones climáticas y del avance tecnológico dio lugar a conflictos sociales. El origen de
estos conflictos reside en que los campesinos están ocupando tierras desde hace muchas
generaciones sin poseer un dominio legal. Se generaron enfrentamientos entre los
campesinos y los dueños, que tratan de ocupar esas tierras para deforestar y cultivar soja.
En varias ocasiones se produjeron enfrentamientos armados con víctimas fatales, lo mismo
sucede en Salta, en los departamentos sojeros.

Agudización de las sequías invernales: En el Norte y Oeste semiárido, la ganadería se basa


principalmente en pastizales naturales, cuya productividad está condicionada por las
precipitaciones y por lo tanto, es marcadamente estacional. Desde la primavera al otoño, se
produce la mayor parte de los forrajes, más del 90% en algunas zonas. Ante cualquier
variación negativa en las lluvias de otoño precedente o de la primavera siguiente o de calor
durante el periodo seco, la escasez de forraje es grave y causa cuantiosas pérdidas y
mortandad del ganado.
Las condiciones más secas en los inviernos en algunas localidades por menor precipitación
y en casi todas por mayor temperatura han incrementado los riesgos de ocurrencia de
incendios forestales y de pastizales
Cambios en la producción hidroeléctrica: ​En las últimas décadas del siglo pasado, más
precisamente desde 1970 en el Litoral y desde 1980 en el Comahue, hubo cambios
importantes y de signo opuesto en los caudales de los ríos de esas dos regiones. El
aumento en los caudales de la cuenca del Paraná también benefició al Brasil en sus
numerosos aprovechamientos y, en caso de Itaipú, también al Paraguay que comparte la
propiedad de represa.

5-En las regiones continentales se puede apreciar un menor calentamiento, por el contrario
en norte del país, sobre todo el noroeste el calentamiento es mayor, se explica por que esta
región está rodeada por los Andes, el altiplano boliviano y las sierras desde Salta hasta San
Luis, de modo que solo llega el aire frío desde el sur y, con el Cambio Climático, los
pasajes de frentes fríos en esas latitudes serán cada vez más frecuentes.
En general,excepto en la región central del país entre La Pampa hasta Santiago del Estero,
en todos los escenarios y periodos temporales, la proyección del aumento en la temperatura
mínima es mayor que la temperatura máxima.
extremos térmicos: Los resultados de estudios indican que los cambios de los índices de
extremos térmicos son consistentes en casi todo el país con los escenarios y horizontes
temporales con mayor temperatura media.
En general, los cambios en los índices relacionados con las temperaturas mínimas, como el
número de días con heladas, son más consistentes con los calentamientos proyectados que
los relacionados con las temperaturas máximas. Los días con heladas se reducirán
considerablemente en el sur y centro del país y en el norte se tornarán muy infrecuentes.
Por otra parte, los días promedio por año con olas de calor aumentarán en toda la región
subtropical en 2 días en el sur de Buenos Aires hasta más de 60 en el extremo noroeste en
el futuro cercano.
Precipitaciones medias,extremas e inundacione​s: Las proyecciones para el futuro cercano
indican precipitaciones ligeramente mayores en el centro y este del país, y menores en la
Patagonia y en la mayoría de las provincias andinas. En estas regiones, una reducción de
hasta 90 mm puede significar cambios porcentuales y también ecológicos muy grandes.
Como resultado del Cambio Climático, habría una tendencia general en todo el país hacia
mayores precipitaciones en episodios de precipitación intensa.
En la provincia de Buenos Aires y sur de Santa Fe, las inundaciones de llanura prolongadas
por meses y extendidas por miles de kilómetros cuadrados responden a precipitaciones muy
abundantes que persisten por el orden de un mes o más. Para el futuro cercano, estas
lluvias tenderán a aumentar bastante más que las precipitaciones medias. Por lo tanto, y sin
cambios críticos en otras condiciones, como el uso del suelo o de obras de drenaje, el
riesgo de inundaciones de llanura seguirá aumentando.
En la región semiárida del centro del país y en las provincias andinas, donde hay un periodo
prácticamente sin lluvia en el invierno, este periodo seco tendería a aumentar a lo largo del
siglo en todos los escenarios; esto, combinado con mayores temperaturas,generará un
mayor estrés hídrico en esa estación y a comienzo de la primavera con impactos negativos
sobre la vegetación y la ganadería.

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