Está en la página 1de 5

Virtudes teologales: La Esperanza

Parroquia San Luis Gonzaga

De la Naturaleza de La Esperanza

La esperanza cristiana es una


virtud teologal, infundida por Dios
por la cual confiamos con plena
certeza alcanzar la vida eterna y
los medios necesarios para llegar a
ella apoyados en el auxilio
omnipotente de Dios.

El análisis de la definición nos dará


a conocer la naturaleza íntima de
esta importante virtud.

UNA VIRTUD TEOLOGAL, porque


tiene por objeto directo e inmediato al mismo Dios, igual que la fe y la caridad.

INFUNDIDA POR DIOS EN LA VOLUNTAD. La esperanza, como hábito, reside


en la voluntad, ya que su acto propio es cierto movimiento del apetito racional
hacia el bien, que es el objeto de la voluntad.

POR LA CUAL CONFIAMOS CON PLENA CERTEZA. La esperanza tiende con


absoluta certeza a su objeto. No porque podamos saber con certeza que
alcanzaremos de hecho la salvación eterna, sino porque podemos y debemos
tener la certeza absoluta de que, apoyados en la omnipotencia auxiliadora de
Dios (motivo formal de la esperanza), no puede salirnos al paso ningún
obstáculo insuperable para la salvación.

ALCANZAR LA VIDA ETERNA. Es el objeto material primario de la esperanza.


El objeto formal es el mismo Dios, en cuanto bienaventuranza objetiva del
hombre, connotando la bienaventuranza subjetiva o visión beatífica.

Y LOS MEDIOS NECESARIOS PARA LLEGAR A ELLA. Es el objeto material


secundario. Abarca todos los medios sobrenaturales necesarios para la
salvación (gracia, sacramentos, auxilios) y aun los mismos bienes naturales
en cuanto puedan sernos útiles para conseguirla.

APOYADOS EN EL AUXILIO OMNIPOTENTE DE DIOS. Es el objeto formal, el


motivo de la esperanza cristiana: la omnipotencia auxiliadora de Dios,
connotando la misericordia y la fidelidad de Dios a sus promesas..

Tales son la humanidad adorable de Cristo, que fué el instrumento de Dios para
nuestra redención; la Santísima Virgen María, a la que invocamos en la Salve con el
dulce nombre de esperanza nuestra, por cuanto esperamos firmemente que, en su
condición de Madre nuestra, de Corredentora de la humanidad y Mediadora
Virtudes teologales: La Esperanza

Parroquia San Luis Gonzaga

universal de todas las gracias, nos alcanzará de Dios la perseverancia final y la


felicidad eterna; los santos y bienaventurados del cielo, por su poderosa intercesión;
y hasta los propios méritos que hemos contraído y las obras buenas que hemos
practicado bajo el influjo de la divina gracia. Pero todos estos motivos secundarios
deben subordinarse enteramente al auxilio omnipotente de Dios, que es el motivo
propio y formal de la esperanza como virtud cristiana y teologal

El Catecismo nos enseña sobre la Esperanza


1
Las virtudes humanas se arraigan en las virtudes teologales que adaptan las
facultades del hombre a la participación de la naturaleza divina (cf 2 P 1, 4). Las
virtudes teologales se refieren directamente a Dios. Disponen a los cristianos a vivir
en relación con la Santísima Trinidad. Tienen como origen, motivo y objeto a Dios
Uno y Trino.

Las virtudes teologales fundan, animan y caracterizan el obrar moral del cristiano.
Informan y vivifican todas las virtudes morales. Son infundidas por Dios en el alma
de los fieles para hacerlos capaces de obrar como hijos suyos y merecer la vida
eterna. Son la garantía de la presencia y la acción del Espíritu Santo en las
facultades del ser humano. Tres son las virtudes teologales: la fe, la esperanza y la
caridad (cf 1 Co 13, 13).

La Esperanza nos lleva al Cielo.


2
La esperanza es la virtud teologal
por la que aspiramos al Reino de los
cielos y a la vida eterna como
felicidad nuestra, poniendo nuestra
confianza en las promesas de Cristo
y apoyándonos no en nuestras
fuerzas, sino en los auxilios de la
gracia del Espíritu Santo.
“Mantengamos firme la confesión de
la esperanza, pues fiel es el autor de
la promesa” (Hb 10,23). “El Espíritu
Santo que Él derramó sobre nosotros
con largueza por medio de Jesucristo nuestro Salvador para que, justificados por su
gracia, fuésemos constituidos herederos, en esperanza, de vida eterna” (Tt 3, 6-7).

La virtud de la esperanza corresponde al anhelo de felicidad puesto por Dios en el


corazón de todo hombre; asume las esperanzas que inspiran las actividades de los
hombres; las purifica para ordenarlas al Reino de los cielos; protege del desaliento;
1
Catecismo de la Iglesia Catolica # 1812 y # 1813
2
Catecismo de la Iglesia Catolica # 1817 al # 1820
Virtudes teologales: La Esperanza

Parroquia San Luis Gonzaga

sostiene en todo desfallecimiento; dilata el corazón en la espera de la


bienaventuranza eterna. El impulso de la esperanza preserva del egoísmo y
conduce a la dicha de la caridad.

La esperanza cristiana recoge y perfecciona la esperanza del pueblo elegido que


tiene su origen y su modelo en la esperanza de Abraham en las promesas de Dios;
esperanza colmada en Isaac y purificada por la prueba del sacrificio (cf Gn 17, 4-8;
22, 1-18). “Esperando contra toda esperanza, creyó y fue hecho padre de muchas
naciones” (Rm 4, 18).

La esperanza cristiana se manifiesta desde el comienzo de la predicación de Jesús


en la proclamación de las bienaventuranzas. Las
bienaventuranzas elevan nuestra esperanza hacia
el cielo como hacia la nueva tierra prometida; trazan
el camino hacia ella a través de las pruebas que
esperan a los discípulos de Jesús. Pero por los
méritos de Jesucristo y de su pasión, Dios nos
guarda en “la esperanza que no falla” (Rm 5, 5). La
esperanza es “el ancla del alma”, segura y firme,
que penetra... “a donde entró por nosotros como
precursor Jesús” (Hb 6, 19-20). Es también un arma
que nos protege en el combate de la salvación:
“Revistamos la coraza de la fe y de la caridad, con
el yelmo de la esperanza de salvación” (1 Ts 5, 8).
Nos procura el gozo en la prueba misma: “Con la alegría de la esperanza;
constantes en la tribulación” (Rm 12, 12). Se expresa y se alimenta en la oración,
particularmente en la del Padre Nuestro, resumen de todo lo que la esperanza nos
hace desear.

Podemos, por tanto, esperar la gloria del cielo prometida por Dios a los que le aman
(cf Rm 8, 28-30) y hacen su voluntad (cf Mt 7, 21). En toda circunstancia, cada uno
debe esperar, con la gracia de Dios, “perseverar hasta el fin” (cf Mt 10, 22; cf
Concilio de Trento: DS 1541) y obtener el gozo del cielo, como eterna recompensa
de Dios por las obras buenas realizadas con la gracia de Cristo. En la esperanza, la
Iglesia implora que “todos los hombres [...] se salven” (1Tm 2, 4). Espera estar en la
gloria del cielo unida a Cristo, su esposo:

«Espera, espera, que no sabes cuándo vendrá el día ni la hora. Vela con cuidado,
que todo se pasa con brevedad, aunque tu deseo hace lo cierto dudoso, y el tiempo
breve largo. Mira que mientras más peleares, más mostrarás el amor que tienes a tu
Dios y más te gozarás con tu Amado con gozo y deleite que no puede tener fin»
(Santa Teresa de Jesús, Exclamaciones del alma a Dios, 15, 3).
Virtudes teologales: La Esperanza

Parroquia San Luis Gonzaga

De las propiedades de la Esperanza

Propiedades. Las principales son tres: honestidad, sobrenaturalidad y certeza.

1.a HONESTIDAD. La negaron Calvino, Bayo, Los Jansenistas, Los kantianos, etc.,
al afirmar que cualquier acto de virtud realizado por la esperanza del premio eterno
es egoísta e inmoral.

Una cosa es desear algo para nosotros, y otra muy distinta desearla por nosotros.
Cuando deseamos una cosa inferior, la deseamos para nosotros y por
nosotros. En cambio, cuando deseamos a Dios con la esperanza cristiana, lo
deseamos como un Bien Infinito para nosotros, pero no por nosotros, sino por
El mismo. Dios no es objeto de la esperanza como un medio para el fin, sino
como lo perfecto para el perfectible; somos nosotros los que nos ordenamos
y subordinamos a Él con la esperanza cristiana; no El a nosotros.

2.a SOBRENATURALIDAD. La esperanza cristiana es una virtud estrictamente


sobrenatural, tanto por su principio (la divina infusión) como por el fin (la
bienaventuranza eterna), como por su propio objeto formal (los auxilios
sobrenaturales de Dios).

3.a CERTEZA. Si nosotros no ponemos obstáculo a la gracia, podemos estar


certísimos de que alcanzaremos la salvación eterna, ya que el auxilio de Dios
no puede fallar.

De los pecados contra la Esperanza

A) La desesperación

Se entiende por desesperación la voluntaria renuncia a la


bienaventuranza eterna por considerarla imposible de
alcanzar. Es decir, no se consideró hacer algo por querer
alcanzar la salvación.

B) La presunción

Como vicio o pecado opuesto a la


esperanza por exceso, la presunción es la temeraria
confianza de obtener la salvación del alma por medios
no ordenados por Dios. Es decir, la brujería, la magia,
las cartas, los astros, las diversas lecturas,
predicciones, el dinero, ect…
Virtudes teologales: La Esperanza

Parroquia San Luis Gonzaga

Sobre otros pecados contra la Esperanza

 Es pecado gravísimo pedir o esperar la ayuda de Dios para cometer un


pecado o hacer alguna cosa ilícita.

 Es pecado grave apoyarse en la


misericordia de Dios para pecar
tranquilamente o para aumentar el
número de pecados, pensando que lo
mismo nos perdonará diez que veinte o
cuarenta veces.

 Poseer un apego excesivo a la vida


terrena, sin querer partir a la casa del
padre.

 Desear únicamente el cielo de manera desordenada, sin tener importancia a


las cosas de este mundo, queriendo vivir en el ocio.

También podría gustarte