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(Ef. 2:6-10)
COMENTARIOS.
5-6 Tres «nos» que encontramos en los vv. 5-6 señalan nuestra unión con Cristo: 1) en su resurrección; 2) en su
ascensión; y 3) en su papel actual a la diestra de Dios. Desde este lugar de compañerismo, él nos concede que
participemos en las obras del poder de su reino (Col. 1:13).
6 Lugares celestiales: esto es, en esa nueva vida del cristiano, que vive para Dios. Esta expresión aparece solo en
esta epístola y destaca los beneficios obtenidos por la victoria de Cristo. nos sentó en los lugares celestiales.
Aunque la herencia del creyente aún no se ha completado (1:14), por fe él disfruta en el presente de su futura
glorificación (Col. 3:1–4) y de la presencia de Cristo. MacArthur: Es el campo espiritual donde están las bendiciones
espirituales de los creyentes (1:3) y su herencia (1P 1:4), donde deberían estar enfocados sus afectos (Col. 3:3), y
donde disfrutan de comunión con el Señor. Es el campo del cual procede toda la revelación divina y a donde llegan
todas las peticiones y las expresiones de alabanza.
7 En los siglos venideros: No importa la gloria que podamos experimentar y gozar en el tiempo presente por el
poder y la autoridad de Cristo, es claro que aun hay mucho que no se ha realizado, lo que se hará efectivo en la
consumación de esta era y con la inauguración del inimaginable futuro que Dios tiene reservado para los suyos.
8 por gracia…por medio de la fe. La gracia es la base sobre la cual Dios salva al pecador, y la fe es el medio por el
cual los creyentes reciben la salvación. La gracia manifiesta el amor de Dios en la obra redentora de Cristo (Ro.
5:8), por medio de la cual Dios justifica al que cree en Cristo Jesús (Ro. 5:26). La justificación, por la cual se obtiene
la salvación, sólo es por gracia, no por obras, y se recibe sólo por fe (Ro. 5:28; 11:6). Gracia habla de la inmerecida
bondad por la cual nos es dada la salvación, pero también es la poderosa palabra que describe las formas de operar
del Espíritu Santo. Gracia es una fuerza tanto como favor; un verbo, pero también un sustantivo.
9 no por obras. La salvación no se obtiene por lo que se hace; si fuera por obras, excluiría la gracia divina (Ro 11:6)
10 hechura suya. El creyente es una nueva creación (2 Co. 5:17), creado por Dios y para su gloria. buenas obras.
La salvación no es por obras (v. 9), pero se hace evidente por las buenas obras que son fruto de la salvación (Stg.
2:18). Estas buenas obras son la consecuencia eficiente de la salvación mencionada en 2:8. Creados... para que
anduviésemos en ellas: Lo maravilloso de la obra de nueva creación de Dios en cada creyente es que él renueva la
naturaleza de sus hijos redimidos para realizar buenas obras.
EFESIOS 2:5-10
6. juntamente nos resucitó—con Cristo. La “resurrección” presupone la previa vivificación de Jesús en la tumba, y
de nosotros en el sepulcro de nuestros pecados. y asimismo nos hizo sentar en los cielos—con Cristo, en su a
ascensión. Los creyentes tienen derecho a estar en el cielo corporalmente. Virtualmente lo están en espíritu, y cada
uno tiene su lugar propio designado, del cual, en tiempo debido, tomará posesión (Fil. 3:20-21). No dice “a la
diestra de Dios”; prerrogativa reservada particularmente para Cristo; aunque ellos participarán con él en su trono
(Ap. 3:21). con Cristo Jesús—Nuestra unión con él es la base de nuestra actual resurrección y ascensión espirituales
como también de la futura resurrección y ascensión corporales. “Cristo Jesús”, es el nombre generalmente usado en
esta Epístola, porque en ella el oficio de Cristo como profeta, sacerdote y rey ungido, es el pensamiento
prominente; cuando la Persona de Jesús es la idea prominente, se usa el nombre “Jesucristo”.
7. Para mostrar en los siglos venideros… etc.—Griego, “Para que mostrase (la voz media reflexiva, indicando
acción para su propio interés, para su propia gloria, cap. 1:6, 12, 14) en las edades que están viniendo”, es decir,
las edades benditas del evangelio, las cuales reemplazarán “la edad de este mundo” (v. 2) y las “edades” pasadas
de las cuales estaba escondido el misterio (Col. 1:26-27). Estas edades del evangelio, aunque empezaron con la
primera predicación del mismo, y desde entonces siguen una a otra continuamente, no son consumadas mientras
no venga otra vez el Señor (comp. cap. 1:21; He. 6:5). La palabra “venideros” no excluye el tiempo presente en
aquel entonces, sino simplemente da a entender las edades que seguirían a aquel tiempo cuando Cristo
“juntamente los resucitó” en espíritu. (v. 6), en su bondad—“benignidad”. en Cristo—Esta misma expresión es
repetida frecuentemente, para hacer notar que todas nuestras bendiciones se concentran “en él”.
8. Porque por gracia sois salvos—Ilustrando “las abundantes riquezas de su gracia en su bondad”. Tradúzcase
como en el v. 5, “Estáis salvados”, tiempo perfecto, voz pasiva, “Habéis sido salvados, y quedáis salvados.” por la
fe—El efecto del poder de la resurrección de Cristo (1:19, 20; Fil. 3:10), por el cual somos “resucitados juntamente”
con él (v. 6; Col. 2:12). Algunos de los manuscritos más antiguos leen, “por vuestra (lit., “la”) fe”. La fe es el
instrumento o el medio de parte de la persona salvada. Cristo sólo es el agente meritorio. y esto no de vosotros—Es
decir, el acto de creer, o “la fe”, no proviene de vosotros. “De vosotros” está en oposición con “es don de Dios” (Fil.
1:29). “El que yo haya dicho, “por fe”, no quiero que se entienda como si yo exceptuara la fe misma de la gracia”.
[Estio]. “Dios justifica al hombre creyente, no por el mérito de su creencia, sino por el mérito de Aquel en quien
cree”. [Hooker]. La iniciación, así como también el crecimiento de la fe, es de parte del Espíritu de Dios, no por la
propuesta externa de la palabra, sino por la iluminación interna en el alma. [Pearson]. Sin embargo, “la fe” viene
por los medios de los cuales el hombre tiene que valerse: “la fe es por el oír; y el oír por la palabra de Dios” (Ro.
10:17) y la oración (Lc. 11:13), aunque la bendición es completamente de parte de Dios (1Co. 3:6-7).
9. No por obras—Esta cláusula está en contraste con la frase “por gracia”, como se confirma por Ro. 4:4-5; Ro.
11:6. para que nadie se gloríe—(Ro. 3:27; 4:2).
10. somos hechura suya—lit., “cosa de su hacer”. Aquí se refiere a la creación espiritual, no a la física (vv. 8, 9).
criados—habiendo sido criados (4:24; Sal. 102:18; Is. 43:21; 2C. 5:5, 17). para buenas obras—“Las buenas obras”
no pueden ser hechas, mientras no seamos “criados de nuevo para” ellas. Pablo nunca llama “buenas obras” a las
obras de la ley. No somos salvos por, sino criados para, buenas obras. las cuales Dios preparó—Griego, “preparó de
antemano” (comp. Jn. 5:36). Dios en sus propósitos señala de antemano las buenas obras especiales para cada
uno, y el tiempo y las maneras que él cree más convenientes. Por su providencia prepara las oportunidades para las
obras, y nos prepara a nosotros para la ejecución de las mismas (Jn. 15:16; 2Ti. 2:21). para que anduviésemos en
ellas—No para que fuésemos salvos por ellas. Las obras no justifican, pero el justificado obra (Ga. 5:22-25).
NTV
Ef. 2:6-10
6 Pues nos levantó de los muertos junto con Cristo y nos sentó con él en los lugares celestiales, porque estamos
unidos a Cristo Jesús
7 De modo que, en los tiempos futuros, Dios puede ponernos como ejemplos de la increíble riqueza de la gracia y la
bondad que nos tuvo, como se ve en todo lo que ha hecho por nosotros, que estamos unidos a Cristo Jesús.
8 Dios les salvó por su gracia cuando creyeron. Ustedes no tienen ningún mérito en eso; es un regalo de Dios.
9 La salvación no es un premio por las cosas buenas que hayamos hecho, así que ninguno de nosotros puede
jactarse de ser salvo.
10 Pues somos las obras maestras de Dios. Él nos creó de nuevo en Cristo Jesús, a fin de que hagamos las cosas
buenas que preparó para nosotros tiempo atrás.
hechura, poiema. Del verbo poleo, «hacer». (Compare «poema» y «poesía».) La palabra
designa un producto manufacturado, un diseño producido por un artesano. Poiema hace
énfasis en Dios como Diseñador Maestro, en el universo como su creación (Ro. 1:20), y en
el creyente redimido, como su nueva creación (Ef. 2:10).