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GERARDO CAETANO - ANA RIBEIRO COORDINADORES LAS INSTRUCCIONES DELANO XIII 200 aftos después PS eee TORU CT eRe uC Mao Pee en Ore cr COM Se Ue cay Pree e ite etm coon largo camino que aun hoy reclama revisiones y nuevas visitas. enero er metre cr ere ener Oem oC n i Pe netece ets Canton tay meee SM ee OMS MO a Pee ee OR Co Ce McLee TR te Chee c ce Ronn Come anS dicen hoy sus veinte clausulas? La “libertad civil y religiosa en Pete eri nn Oi ter once Mand renee teem tte kee ie enol POR Scon Cnr cntn Mm Rei mrs rate “Republica”, gera solo una forma de gobierno alternativa a la Pens eee Cnn Caruana) Peete erwin tata moo CUkS Seite renee cnet Omni men Pere nner Creu ON AR ICTS UNSC) presidentes del pais durante 1a democracia (1985-2013) ofrecen su punto de vista frente a estas y otras preguntas que PR ct cut ORC mec Ot Instrucciones de 1813. Un libro fermental y abierto, riguroso y Pe CMe CMEC CnC CUR Mera PON OeUR Ara os PADS < si tas GERARDO CAETANO - ANA RIBEIRO LAS INSTRUCCIONES DELANO XIII 200 atios después 20 sts en Planeta Cruuay (© 2013, Gerardo Cactano - Ana Ribeiro Derechos exclusivas de edici6n para todo el mundo: © 2013, Editorial Planeta S.A, Cuateim 1687, Montevideo - Uruguay 2*edicién: junio de 2014 ISBN: 978.9974.700-53.6 Impreso y encuadernado en Mastergraf General Pagola 1823 - Tel. 203 4760 E-mail: mastergra{@mastergraf.com Montevideo - Uruguay Deposito Legal N” 364.569 aicion amparaaen el dacreto 218996 (Comision éel papel) De acuerdo com el aniclo 15 del Ley N° 17.616: "EL gue edit, vend, ‘Rprodurceo hcirereproducir por cuslguer medio o Instrumento “Taal parcalmentesdistribuyaalmacene con mirss a la distribuciin al pablico, ‘ponga.adisposicon del mismo en calqsier forma o medi, con énimo SiZluco ode cousr un perjuleoinsifeado, una obra india o publicada, tina interpretacon, un fonograma oemision, sn la sutorizacin esrita licsus reapoctivostularesocousahablentes cualquier utulo,o sla arbuyere parasto1 persona distinta del reapectiv titular contraviniendo en cuslquer Forma lo aigpuesto en la presente le ser cantigao con pena de tres meses Ade prsion a tres anos de penitenclara, oro que el editor se reser el derecho ‘de Uomunciat ant la juste Penal competent toda forma dereproduccin ica tiempo, Buenos tnacional en la en FERNAN- Gonzalo (eds.), ¢n historia con- | de Cantabria, icional, tomo I, e Artigas, Mon- ina, Buenos Ai- Las INstRUCCIONES DEL ASO XIII ~ 200 affos después {NDICE INTRODUCCION GENERAL Contextos y conceptos en torno a las Instrucciones del Afio XIII GERARDO CAETANO - ANA RIBEIRO.., I LECTURAS E INTERPRETACIONES SOBRE UN “TEXTO FUNDACIONAL” Momento, cultura y lenguaje Consideraciones histéricas sobre un texto clave JAVIER FERNANDEZ SEBASTIAN éSon las Instrucciones el documento politico fundamental de Uruguay? Lincoun R. Marzteaut Casas. Ut6pico y uerénico GUILLERMO VAZQUEZ FRANCO ... Las “Instrucciones del Afio XIII” y la democracia Inés Cuapro Cawen. it AUTORIAS Y REPRESENTACIONES. Los Artigas de las Instrucciones Cartos Demast la Reptiblica (1896-1958) ARIADNA Istas.. Ul LAS INSTRUCCIONES EN EL MARCO. DE LAS REVOLUCIONES ATLANTICAS Las causas hist6ricas de los procesos revolucionarios (independencias) en Iberoamérica Manet Cutust - Ivana FRasQuer.. Las independencias y su proyeccién en los Estados nacionales de América andina Enrique Ayata Mora En el principio todo fue Provincia Oriental Jost M. Poxruto.. Iv LAS PERSPECTIVAS DEL CONTEXTO REGIONAL, éConfederacién o Estado federal? EI Rio de la Plata en la primera mitad del siglo XIX José Cantos CrtaramonTe: 245 Lecturas de La Independencia de la Costa Firme en el Rio de la Plata, Desde las Instrucciones del Ato XIII hasta la cafda del poder central Noemi GoLpMan .... 265 Las “Instrucciones del Afio XIII”: una lectura desde un punto de vista lusoamericano JoRO PAvLo PIMENTA .. 1279 éOtro Federalismo? Paraguay, 1811-1813 y las Instrucciones del Afio 1813 Jerry Cooney... 285, | sleet v DEPINICION Y DE SA DEI ERRITORIO Heterogeneidad y diversidad en la generaci6n militar de las Independencias JUAN MARCHENA FERNANDEZ sso 303 Aspectos militares de las Instrucciones del Afio XIII Juan Cantos Luzurisca.. La cléusula dieciochesca: Artigas y la cuestién del poder militar Cartes Espalte. 357 Instruceiones del Afto XIII: soberanfa y territorios en el espacio platense ANA Freca Novates 373 VI LA DIMENSION INSTITUCIONAL Concepcién de la representacién politica en las Instrucciones del Afio XII Oscar SARLO 595 Las relaciones internacionales en las Instrucciones del Aito XII 421 Romo Perez. ANTON El otro texto constitucional de la Banda Oriental: la Constitucién de Cadiz Junio SAncuez. Gomez. (GrkaKoo Caetano - ANA Rineino VII CATOLICISMO Y LIBERTAD RELIGIOSA Presbiteros y ciudadanos. Los clérigos electos para representar a los pueblos orientales en la Asamblea Constituyente Witson Gonzatez DEMURO 1... La Provincia Oriental y la defensa de la soberanfa eclesidstica ALEJANDRO SANCHEZ... 491 El problema religioso en “el sistema” artiguista Grovannt Levi... Vu LA MIRADA DESDE LA POLITICA Y LOS PARTIDOS Las Instrucciones, ayer y hoy Junto Mania Sancuinerti.. Un moj6n de la Independencia ‘Luis ALBERTO Lacatte HERRERA... Esclavos, pero de la Ley JoRGE Bari... Las Instrucciones del Afio 1813: un legado que impulsa ‘TaBarE VAzQUEZ.. Patria Federal y republicanismo auténtico José Mujica... APENDICE DOCUMENTAL...... FUENTES Y BIBLIOGRAFIA CITADAS 603 II AUTORIAS Y REPRESENTACIONES Jacio Legis pres Viale Las IvstmuccioNes DEL ARO XIII ~ 200 afios después Ilustrar la Republica (1896-1958) Ariadna Islas (Universidad de la Replica, Uruguay) La conmemoracién del bicentenario de la revoluci6n en Ibero- américa invita a una reflexion en torno a las formas de recordarla y @ una revisi6n del centenario en el espejo de las ceremonias, de los monumentos, de las representaciones. Este estudio se ubica en ese marco. Preguntarse sobre la representaci6n plastica del “Congreso de Abril” y de las “Instrucciones del Aflo XIII” supone enfocarse en un relato visual a partir de una construccién historiogratica y con- ceptual muy posterior a unos procesos hist6ricos que no generaron imagenes de sf mismos en el momento de producirse. Estos aconteci- mientos de 1813, que devinieron luego en “memorables”, no tuvieron un reportero grafico ni propaganda politica visual que conozcamos, més allé de los emblemas que acompafiaron los impresos, ensefias, escudos y banderas. La comunicacién de las ideas y el conocimiento de los hechos han sido reconstruidos sobre fuentes textuales, a través de los discursos, convocatorias, comunicaciones més o menos abier- tas y memorias personales EI relato visual de los hechos que es objeto de estas notas no es entonces un vestigio de propaganda revolucionaria de 1813, sino una historiografia a ser aprehendida en forma sensible y directa por el espectador. Se trata, en primera instancia, de la redacci6n de un relato visual que ha intentado reconstruir los hechos en forma vero- simil, para fijar su imagen entre fines del siglo xix y el primer cen- tenario. En un segundo periodo, las representaciones procuraron interpretar politica e hist6ricamente el “mensaje” de los documen- tos. La representacin de las “Instrucciones..” se transform6 en una alegorfa republicana vigente: una pedagogia ciudadana que escogié 153 a femenina o la fvica” del héroe al instalarse en el agen conjunto de la estatuaria en el espacio publico, ya sobre mediados del siglo xx. Este trabajo, en su condicion de investigaci6n incipiente', parte del concepto de que la representaci6n plastica de los hechos hist6- ricos es un interesante tema para el andlisis de las representaciones del pasado, en cuanto revela las ideas que la época quiso transmitir a través de ese lenguaje”. Esas imagenes expresan modelos de iden- tidad nacional y procuran formar opinion ptblica por su presencia simbélica. Desempefian pues una funcién pedagégica enfocada a la formacién ciudadana a través de la ilustracién de la historia de la nacidn en el aula; pero también devienen una forma de legitimacion del sistema politico en vigor, por la apropiacién de una tradicin historica que se pretende vigente y continua en la gran composicién y la estatuaria urbana, realizadas por encargos institucionales. Las imagenes del Congreso de Abril y las alegorfas de las Ins- trucciones que nos ocupan fueron producidas entre las décadas fi- nales del siglo x1x y dos momentos del “Centenario”: en el entorno de 1911 hacia 1920 y luego, con motivo de los homenajes dedica- dos a José Artigas a cien afios de su muerte, hacia mediados del siglo xx. La observacién interpretativa que estos apuntes aventuran es que las representaciones del “Congreso” y de las “Instrucciones” se realizaron en el marco de los “usos” posibles de una historia de Jos hechos, como propaganda politica en un presente determinad. el del Uruguay de fines del siglo xix y, en el siglo xx, el Uruguay de los afios veinte y el Uruguay de 1950. No se trata del andlisis de las supervivencias y las transformaciones del significado de una imagen generada en el momento de la revolucién, en el marco de un rela- to hist6rico del origen de la representacion del credo republicano, como en el caso de los estudios sobre la imagen femenina tocada de gorro frigio, Marianne, sfmbolo de la repiblica francesa’, sino en el 1 Debo agradecer al arquitecto Jorge Sierra, a los licenciados Emesto Beretta, y Andrés Azpiroz.y a la profesora Fernanda Gonzélez por su asistencia durante la realizacién de este estudio, asf como a los bibliotecdlogos Liliana Lagomarsino, Analaura Collazo y Gaston Begueric, a la archivologa Lucia Irigoyen y a la Sra, Rosa Méndez por su apoyo al realizar la compulsa bibliogréfica y documenta, 2 Para este punto, cfr. Erwin Panofsky, 1959, 1955; Ernst Gombrich, 1999 y Peter Burke, 2001 5 Agulhon, 1978 y siguientes. anes uso, abuso ¢ invencidn de las representaciones visuales de una his: toria que tendi6 a contribuir a la legitimacion de la Repabl sistema politico vigente en los tres momentos antedichos. La representacion de la épica de las naciones se ha expres do privilegiadamente en la pintura de ceremonias reales, del fragor heroico de las batallas, de la recreacién apotedsica, més 0 menos cruenta o piadosa, de las rendiciones de los ejércitos enemigos. Sin embargo, podrfamos aventurar que esta no es la caracteristica de la pintura histérica del Uruguay. Un siglo x1x generoso pero temeroso de guerras civiles y un siglo xx orgulloso de sus instituciones repu- blicanas eludi6 las violencias, con muy contadas excepciones, que se corresponden quiz solamente con las grandes batallas de la guerra del Paraguay recreadas por Didgenes Héquet. Los combates de la revolucién por la independencia no fueron un motivo de destaque, sino por su mensaje efvico y politico. El fra- gor del enfrentamiento de los ejércitos fue relegado por la recreacién del valor civico del “despertar” de la campafia, si seguimos los dife- rentes Gritos de Asencio, ya en las versiones de Carlos Maria Herre~ ra, Pedro Figari, Juan Ferrari o Jorge Calasso. O bien, del momento clemente de la victoria del ejército patriota en Las Piedras, con la Rendici6n de Posadas de Juan Luis Blanes. EI mensaje se enfoca en los efectos politicos de una guerra ad- mirable, pero terminada, superada y “olvidada” por la formacién de la naci6n, De alli que la representaci6n del Congreso de Abril se haya plan- teado como uno de los “finales” de la revoluci6n: el momento de la cristalizacién del “ideario” artiguista. El relato visual de la historia que estas pinturas hacen adquiere a su manera el cardcter de una historiograffa, al basarse en una pesquisa bibliografica y documental que tiende a recuperar una “verdad” hist6rica Iustrar en el aula La composicin de Didgenes Héquet sobre el Congreso de los representantes de los pueblos orientales reunidos en abril de 1813 fue uno de los cuadros hist6ricos que se publicaron con destino a de la Historia Nacional Fucron pensados complementariamente a Ia ilustrar la ensefian n la escuela primari Lecciones de Historia publicadas por Enrique Antuiia en un periodo de cinco afios sobre fines del siglo xix. El objetivo de la obra era la ensefianza de la historia nacional con una didé Destinados a su edicién masiva y econ6mica, los cuadros fueron realizados al dleo en tonos de gris y sepia, para su impresion a dos tintas, en fototipi Heéquet ubic6 el Congreso en un escenario despojado, una habi- tacin amplia, con un muy reducido mobiliario, en la que, alrededor de una mesa, se disponen los delegados de los pueblos orientales. La composicién responde a la descripcién que proporciona Enrique Antufia en la “Reduccién del cuadro N.° 8 de los «Episodios de la Independencia». Bocetos pintados por Didgenes Héquet’, inserta en sus Lecciones de Historia. Escribe Antufia: “En el Congreso del Afio XIII -como nosotros lo hemos denominado- figuraron las personalidades mas descollantes de la Provincia Oriental, y entre ellas habfa hombres que ocupan un lugar prominente en la Historia por sus virtudes, por su ilus- traci6n y por sus eminentes servicios a la patria” Y en nota al pie, agrega: “Entre los miembros de ese Congreso merecen citarse, ade- més de Artigas, el Doctor Daémaso Larrafiaga, Joaquin Suérez, el padre Monterroso, Miguel Barreiro, Ramén de Caceres, el Doctor Francisco Bruno de Rivarola, el Doctor Bruno Méndez, Juan José Duran y otros de inteligencia muy bien preparada, si bien algunos de ellos obscurecieron después su nombre some- tiéndose incondicionalmente a la dominacién lusitana, segdn veremos mas adelante”, Y en la pagina siguiente, también en nota al pie, reafirma el uso de la imagen como recreacién para la ilustracin y fijacién concep- tual del relato: “Ver el cuadro N.° 8 de la serie de «Episodios de la independencia»”, 4 Antuha, 1901, pp. 64-65. wudada lenti vestiment Los diputados pueden icarse por s ya nas o de entonaci6n campestre, por el uso de botas 0 zapatos y medias Hlos que portan sotana, pero a excepeién de Artigas, ninguno porta uniforme o distintivos militares: se reconstru- ye el episodio como una asamblea de ciudadanos notables. o, adecuado a la ilustracion, y ensayé6 un cierto parecido en aquellos personajes cuyos retratos tuvo oportunidad de ver en el Museo Nacional o en colecciones parti- culares. Parece haber sido el caso de figuras como Miguel Barreiro, Démaso Larrafiaga 0 José Monterroso, a quien incluye entre los pro- tagonistas del Congreso, o Joaquin Suérez, posiblemente de pie, de frente al espectador. Otros personajes debieron resolverse por fiso- nomfas “verosfmiles” en el estilo de la pintura de género, al recurrir a la representaci6n de “tipos sociales”, ya de perfil o casi de espaldas al espectador. Este conjunto de “notables” puede identificarse por la inclusi6n de una distinguida coleta, pantalones cortos a la rodilla, medias de seda y zapatos con hebilla o botas de montar, junto con levitas, cuellos duros y corbatas de diferentes modelos. Es de desta- car que ninguno de los representantes lleva poncho o vestimenta que pudiera caracterizarse como “gauchesca”. Solo uno, quizd evocando a Ramén de Caceres, porta espuelas y uniforme. En el folleto publicitario destinado a promover la calidad y au- tenticidad de las fototipias de los Episodios..., Sierra y Antufia des- tacaron el esfuerzo de Héquet para reconstruir la fisonomia de Ar- tigas. Explicaban que habfa realizado una serie de estudios de las posibles facciones de Artigas de perfil y medio perfil, que después jn de los Episodios reproducirfa en las distintas escenas de la col hist6ricos: “Como no existe més retrato auténtico que el que disefié el sabio Bompland [sic] en el Paraguay, cuando ya era casi no- nagenario, y del cual se han hecho infinidad de reproducciones mis 0 menos exactas, hemos tenido que reconstruir sobre esa base la fisonomfa del héroe, pues el vencedor de Las Piedras, el politico del Congreso del Afio XIII, en la plenitud de la vida y de la actividad, no podia tener la misma fisonomia que el no- nagenario retratado por Bompland [sic]. Este era una reliquia venerable del perpetuo luchador, gastado por la edad, por las fatigas y por los sinsabores de su trabajada exi Pintamos, pues, 4 Artigas tal y cual era en la 6poca hist6rica que representamos gréficamente. No ha sido esto dificil para el pintor, pues sus profundos conocimientos de anatomia artistica le han facilitado inmensamente la tarea, habiliténdolo para Ile- varla a feliz término, con toda clase de garantias de fidelidad”®. enc La publicacién de las léminas ten‘a un objetivo didéctico, en momentos en que la historia nacional 0 “patria” se incorporaba a la escuela primaria como un componente esencial de la educacién ciu- dadana. Los contenidos de los textos y su orientacién fueron objeto de polémicas en las décadas anteriores a esta publicaci6n, hasta la zzaci6n de concursos para establecer textos oficiales’. Los editores de las Lecciones... y los Episodios... se proponian un fin altamente educativo, no solo en las escuelas, sino también en el hogar, en el local del trabajo, en las oficinas publica, en todas partes donde [palpitara] un corazén patriota” al hacer una “historia gréfica de la Independencia en un ntimero limitado de cuadros”. Ademés del “Congreso del Afio XIII”, la obra proyectada inclufa las siguientes composiciones: Grito de Asencio, Artigas proclamado Primer Jefe de los Orientales, Combate de San José, Batalla de Las cdras, Primer Sitio de Montevideo, Expulsién de los franciscanos de Montevideo, Exodo del pueblo Oriental, Segundo sitio de Mon- tevideo, Combate del Cerrito, Entrada de los Orientales en Montevi deo en 1815, Combate del Catalan, Dominaci6n luso brasilera, Los ‘Treinta y Tres, El gobierno provisorio de la Florida, Proclamacién de la Independencia, Rinc6n, Sarandi, Ituzaing6, Misiones, Jura de la Constitucién, en directa correspondencia con las Lecciones..., y con aquella interpretacién que daba por terminada la “historia heroica” con la formacién de un Estado para una naci6n, La necesidad de construir un relato homogéneo, sin huecos, que cumpliera con este fin, hizo posiblemente que en esta publicacién tuviera origen el equivoco de la localizacién del Congreso en Pefia- 5 Sierra y Antuia, Lic, Ernesto Beretta, 6 Islas, 1995 y Verdnica Leone, 2000, 7 Sierra y Antuiia (eds}), 1896, pp. 7-8. 1896, pp. 28-29. Debo el conocimiento de este folleto al een una tradicion. rol, con la salvedad hecha por Antufia de ba: ntemente poco confiable, aun para él “Todos los pueblos y jurisdicciones de la Provincia Oriental nombraron sus diputados al Congreso convocado por el Jefe de los Orientales, que se instald en el alojamiento de este, ubicado, segtin la tradici6n, en la casa solariega de los Artigas, situada en el distrito de Pefiarol. [...] Era este un edificio de regulares dimensiones, con paredes de ladrillo revocado, techo de teja, tirantes de palma al descubierto por la parte interior, ventanas pequefias guamecidas con rejas de hierro y piso de ladrillo. El mobiliario estaba en relaci6n con lo modesto de la sala; sillas de asiento de totora y alto respaldar de madera ordinaria, una mesa cuadrada con su carpeta, tintero de plomo, papeles de marqi y plumas de ganso cuidadosamente cortadas”. Y en nota al pie abunda en la presunci6n, que pretendia agregar verosimilitud a la descripcién: “Hasta hace muy poco tiempo existia en el Pefiarol una construccién de la época colonial, que segtin la tradici6n, era la casa solariega de los Rivera: enfrente, arroyo por medio, estaba ubicada la de los Artigas, que, siempre segtin la tradi- cién, era muy semejante”’, La representacién recrea el momento de la apertura del Congre- $0, centrada en la “Oracién Inaugural”. Segtin los editores, Artigas aparece en ella “pronunciando un patridtico y elocuente discurso, en el que, al dar cuenta del objeto de la reunién, hacia importantes declaraciones sobre sus opiniones republicans”. Antufia resefiaba luego los aspectos resolutivos, a saber: la redacci6n de las condi nes para el reconocimiento de la Asamblea Constituyente reunida en Buenos Aires, la eleccién de los diputados y el dictado de las Instruc- ciones que les fueron proporcionadas. Al presentar la serie de los Episodios.. en 1896, los editores habjan sefialado este punto como una inflexién en la Revolucién de Mayo, producida por la originalidad y el genio de los orientales: 8 Antuila, 1901, p. 64. 9 Antuita, 1901, p. 64 “[..J cuando los directores, los préceres de la Revolucién en el Rio de la Plata abrigaban y preconizaban ideas de cen- tralismo, de absolutismo oligérquico en el gobierno y hasta de monarquismo, los Orientales proclamaban a la faz del mundo principios de verdadera democracia, de autonomia provincial, de libertad politica, civil, comercial y hasta religiosa —detengan su atenci6n los pensadores en ese fasto sublime: era el afio XII, en los primeros tiempos del siglo xix, cuando la ignorancia atin tenfa abatido el espiritu del vulgo, y era en la patria chica!””. En el marco de la reconstruccién de la figura de Artigas como un estadista y de los aspectos politicos en la formacién del Estado, Antu- fia contraponia este momento de “orden” y proyeccién, al “desorden” generado por el rechazo de los delegados orientales en Buenos Aires: “Desgraciadamente, los hombres que en esa época se hallaban al fren- te del gobierno de las Provincias Unidas, cegados por sus ideas centra- listas y monérquicas, no comprendieron el alcance de las instruccio- nes de que fueron munidos los diputados orientales, y su obstinacién en rechazarlas fue causa de largas y sangrientas guerras civiles”" La celebracién del Congreso y la formulacién de un proyecto constitucional para las provincias se percibié en las Lecciones..., tal como en los textos explicativos de las laminas, como un momento de inflexi6n en la Revolucién de Mayo: “Desde la celebraci6n del Congreso del Afjo XIII, la Revo- lucién que en Mayo de 1810 habfa nacido sin rumbo fijo tuvo una amplia bandera para cobijar 4 sus defensores. Ya no pelea- rian realistas é independientes 4 nombre de Fernando VII, por- que los americanos sabrian que luchaban por la independencia y la libertad; el ideal democratico y republicano igualaria a to- dos los que luchaban bajo las banderas de la patria, y, por el sis- tema federal que se proclamaba, todas las provincias del antiguo Virreinato serfan aut6nomas y al mismo tiempo, permanecerfan unidas por el lazo de un gobierno general”. 10 Sierra y Antufla, 1896, p. 8 11 Antufa, 1901, pp. 65-66. 12 Ihidem, p. 67, Los editores habfan optado por Didgenes Héquet para la reali- zaci6n de las ilustraciones tras conocer la publicacién de la Litogra~ fia Oriental en homenaje a Fructuoso Rivera (1894). Para esa obra, H¢quet habfa realizado un retrato de Rivera como primer presidente constitucional de la Reptiblica y un dibujo representando sus dilti- mos momentos en un rancho al regresar al pafs como triunviro. Los editores expresaron los fundamentos de su decisién al valorar estas ilustraciones por su verosimilitud: “Hay verdad, hay realismo, hay conocimiento del medio, de las costumbres, de la indumentaria de Ja época; y hay, sobre todo, fidelidad en la concepcién del momento pictrico y en la representacién del hecho, unido todo 4 excepcional habilidad artistica”™. La formacién de Didgenes Héquet como pintor se enfocs en la pintura histérica. Habfa viajado a Francia a instancias de su padr empresario de litograffa, para que se perfeccionara en el arte con el grabador Louis Tauzin, con una perspectiva de desarrollo del nego- cio familiar. Entre 1884 y 1886 habfa realizado estudios en la Acade- mia de Bellas Artes en Paris, enfocdndose como “pintor de batallas’, quizé como expresi6n de una valoracién bien aguda del papel de los artistas en el proceso de formaci6n de la nacionalidad en Uruguay. Ernesto Laroche caracteriz6 ese perfodo de su vida como el desper- tar de una vocaci6n: “En estos momentos su vocacién se definfa. Se empujaba. Los episodios guerreros le atrafan, y, deseoso de aplicarse ent estudio, abandon6 la academia para pagar tributo a una escuela ya en decadencia, abordando el género militar, siguiendo la tenden- cia aquella en la que por més de medio siglo influenciara -malgrado las divergencias de temperamentos- la fama de Ernesto Meissonier, ‘Alfonso de Neuville o Eduardo Detaille”". Para Laroche, los Episodios Nacionales, “pintados en claro-obs- curo, fueron su primer paso hacia la revelacién. Impresos en fototi- pia, el éxito de esta edicién fue rapido y considerable, y en virtud de ello, popularizado su nombre. El ilustrador de historia quedaba aqui consagrado”"’, Presentada la serie en 1896, su edici6n se coneret6 hacia 1898, con el auspicio de la Direccién de Instruccién Primaria. 13 Sierra y Antufia, 1896, p. 11. 14 Ernesto Laroche, 1958, p. 44, 15 Ibidem, p. 45. ent lidad de “verosi nilitud”, la imagen del Congreso pinta: da por Héquet marcé una ret rencia para composiciones siguientes, que variaron sobre esta imagen como sobre un mismo tema, En 1963, al conmemorarse el sesquicentenario del Congreso de Abril, el cuadro y el pintor atin fueron objeto de comentarios. El eri- tico Walter Laroche sentenci6: “Fal vez el cuadro no sea un alarde de técnica acabada y demostraci6n de las relevantes condiciones del pintor y dibujante, abonadas por otras mas acertadas realizaciones, pero el tema responde a la finalidad propuesta por sus hondos sen- timientos patridticos, que alguien tradujo con indiscutible jus «Amé6 la Patria y se inspir6 en sus glorias»”. Una imagen institucional Otra dimensi6n politica reviste el cuadro monumental de Pedro Blanes Viale Artigas en el Congreso de Abril 0 Artigas dictando las Instrucciones, més allé de su envergadura como composicin pict6- rica y del prestigio de su firma, La pintura fue encargada con motivo de la celebracién del centenario de las Instrucciones, con el objeto de engalanar los salones del Palacio Legislativo, entonces en cons- trucci6n: no estaba destinada pues al gran piiblico, sino a contribuir a la monumentalidad del “Palacio de las Leyes”, para consagracién de la imagen de solidez del sistema politico, de la decisién del Uru- guay por la Reptiblica, La iniciativa habia sido presentada en la Camara de Represen- tantes por peticion del “Comité de la Juventud” del Ateneo de Mon- tevideo, que promovia los festejos para la conmemoracion del Cen- tenario del Congreso de Abril y de las Instrucciones del Afio XIII. Entre otras propuestas, el Comité sugeria encargar “4 algin artista consagrado, la ejecucién de un gran cuadro al dleo, representativo del Congreso de Abril del afio XIII, que podré ser colocado en el salon de sesiones de la Asamblea General, en el vasto y monumental edificio que actualmente se construye”’. 16 Walter Laroche, 1963. 17 Diario de Sesiones de la Honorable Camara de Representantes, 225, pp. 29-50, Sesién del 20 de febrero de 1915. Promovian que la propuesta se incluyera como un articulo en el proyecto de ley que establecfa las conmemoraciones, incluyendo el presupuesto a asignar a la realizacion de la obra. Los firmantes eran Héctor Miranda, Presidente; Eduardo Jiménez de Aréchaga, Vic« presidente; José P, Segundo, Vicepresidente; Abelardo Véscovi, Se cretario; Héctor Ortiz Garz6n, Tesorero; Juan A. Buero, Secretario y A. Pacheco, Secretario, Sugerian asimismo que la suma que insumi- ria la realizacién de los festejos se harfa con cargo a rentas generales y solicitaban les fuera entregada para asumir la responsabilidad de su organizaci6n. Los diputados Emilio Frugoni y Melidn Lafinur coinei manifestar su desacuerdo con el proyecto de ley incluido el artfeulo sugerido, mocionando el primero para que el presupuesto se solven- tara por suscripci6n ptblica voluntaria, sin costo para el erario, El putado Zorrilla propuso la creacién de una Comisién Parlamenta- ia que se encargara de estudiar las propuestas y redactar las modi- ficaciones al proyecto de ley. Finalmente, se propuso instalar por ley una Comisién Parlamentaria, erigir un obelisco en la plaza publica de Pefiarol con los nombres de los diputados y establecer como dia feriado el 14 de abril, con motivo de ser domingo el 15, en que se conmemoraba el centenario de las Instrucciones. En el curso de la discusi6n, el diputado Martinez Thedy intro- dujo una interpretacién directamente politica para la celebracién, al procurar que el organismo legislativo previsto entonces por la Constitucién de 1830 encontrara su legitimacién en el proceso de la independencia, y su fundaci6n en una iniciativa del artiguismo, aserto en el que se cometian multiplicidad de anacronismos. Mar- tinez Thedy indie que celebrar el centenario de las Instrucciones cra una conmemoraci6n “eminentemente parlamentaria”, Manifest6 que “los que fueron con la representacién de la Provincia al Con- greso de Buenos Aires [eran] los primeros colegas que en el orden histérico {habfan] tenido”. Al emitir esta interpretaci6n'’, el diputa- lieron en 18 Bl cardcter constitucional del Congreso y de las Instrucciones haba sido ampliamente analizado en la obra de Héctor Miranda, Las Instrucciones del ato XIll, Montevideo, Barreiro y Ramos, 1910, de oportuna aparicidn en el momento de celebrarse el centenario de la Revolucién de Mayo. Héctor Miranda lo habia presentado como “un ensayo, [que tiende) 4 dar una idea sintética de un momento de la evolucién consiitucional rioplatense y contribuir honradamente & dejar & cada cual en su sitio": Sin embargo, usa los términos “delegacion parlamentaria” do Martinez, Thedy daba inicio a la invencién de una tradicién de prestigio para el cuerpo legislativo, de facil adhesién emocional para sus miembros, sobre la base de un error historico conceptual: el Con- greso de representantes de los pueblos orientales habia sido electoral ~para designar a los diputados a la Asamblea Constituyente reunida en Buenos Aires- y eventualmente constituyente, porque aprobé y propuso un disefio institucional para el Estado a formarse, formulé un pacto para la constitucidn de la Provincia Oriental ¢ instituy6 un gobierno municipal que entendiese en la administracién de la just cia y demas negocios de la economfa interior del pais. De acuerdo con la interpretaci6n de oportunidad ensayada por el diputado Martinez Thedy, la idea de conmemorar los aconteci mientos de 1813 correspondfa, pucs, a los diputados de la Reptiblica. Y abundaba: “Yo no niego que cualquier Comité popular, ya sea de j6venes, ya sea de hombres maduros, tenga derecho patridtico de es- timular el sentimiento piiblico en el sentido de conmemorarlos; pero Jo que yo pienso, y conmigo los distinguidos colegas que subscriben el proyecto, es que estas iniciativas debe tomarlas 4 su cargo el Par- lamento para darles el verdadero cardcter que deben tener”. Proponia asimismo que se pospusiera en el tiempo la realizacion de los proyectos que comprometian “cuestiones de cardcter artistico més complicadas” que “levantar, en un lugar determinado, un obe- sco en el que [figurara] el nombre de aquellos legisladores, obelisco sencillo y solemne a la vez, el que [podfa] hacerse en el plazo de un mes y medio”. La Comisién Parlamentaria podfa tomar todas las iniciativas con mas tiempo, por medio de un gran Comité Nacional representativo en el que estarfan representados todos los matices de la opinién publica-, encargado de “solemnizar brillantemente la efeméride”®. El diputado Ferrer Olais entendié que se proponta el encargo de un cuadro para el nuevo edificio de! Parlamento, mien- tras que faltaba mucho tiempo para que se concretara el proyecto, y que siempre habrfa tiempo para proponer la realizaci6n de ese cua- para calificar a los diputados a incorporarse a la Asamblea Constituyente, Pero al referirse a las “Instrucciones..” las indica como un documento de la “literatura constitucional’: En esta imprecisién pudo basar sus apreciaciones el diputado Martinez Thedy. 19 Diario de Sesiones de la Honorable Cémara de Representantes, 225, p. 33- 34, Sesi6n del 20 de febrero de 1913. dro, Los diputados Martinez Thedy y Ferrer Olais se centraron en ta preeminencia que debia tener la Comisién Parlamentaria, mientras que el diputado Zorrilla se inclinaba por ceder la organizacién al Comité de la Juventud. En la sesién siguiente se dio sancién al pro- yecto presentado”, El Senado aprobo el proyecto sin modificaciones en la sesiGn del 21 de febrero de 1913". Es posible que el encargo de la obra haya sido formulado ini cialmente al pintor Carlos Marfa Herrera. En efecto, en un carbon de su autoria, boceto para una obra mayor al dleo, Herrera aborda la temética del Congreso de Abril. Actualmente forma parte de la pinacoteca del Palacio Legislativo. La muerte del pintor, en 1914, dejo trunco un proyecto que quiz le estaba destinado, luego de la consagracién de Artigas en la meseta, de 1911. El boceto de Herrera, esquemstico y despojado de detalles, pa- rece poner el interés en la gesti6n colectiva de la asamblea de los re- presentantes. El espectador esta deliberadamente fuera de la escena, que se resuelve en una elipse cerrada por la figura de Artigas. Artigas esté de pie, de perfil. Los diputados discuten animada- mente, de espaldas al espectador. La obra parece enfocarse no en el dictado de las instrucciones, que los diputados deberfan atender ilenciosamente, sino mejor en el asunto de la asuncién directa de la soberanfa y la creacién colectiva del pacto constitucional. También puede decirse que la obra proyectada rend{fa cierto tri buto al comitente, recreando un ambiente, por asf decirlo, de gesti6n parlamentaria: aparecen diferentes grupos de discusi6n, en aparte y plenaria, en una composici6n que se resuelve en varios centros de in- terés. Carlos Marfa Herrera hizo en este boceto una representacion verosimil de una forma posible de participacién politica: el papel de los electores, la redacci6n de las Instrucciones para los diputados ante la Asamblea Constituyente, una representacién plistica de los acuerdos y pactos politicos entre los diputados de los pueblos. De esta composicién de Herrera se desprende una forma de concebir la participacién politica, en la que prima la racionalidad de los letrados en un momento institucional de la revoluci6n. Es bien diferente de la efusién de sentimiento libertario que expresa Herrera 20 Ibidem, p. 50, 21 Diario de Sesiones de la Camara de Senadores, CII, p. 260. al evocar la cabalgata de La mariana de Asencio, compuesta de una serie de figuras populares, un cr del comienzo de la lucha. La posibilidad del encargo de una obra alusiva al Congreso de Abril seguramente lleg6 en forma extraoficial a Blanes Viale, tal vez luego de la muerte de Herrera. En carta al historiador Pablo Blanco Acevedo, Blanes Viale le manifestaba su inquietud por la demora en cl encargo de parte de los organizadores de los festejos. Desde Palma de Mallorca escribfa el 13 de octubre de 1914, comunicandole tam- bién su incertidumbre por la situaci6n de Europa, conmovida por los comienzos de la Gran Guerra: ‘ol de razas que conforma la imagen “Mi buen amigo P Blanco Acevedo: Mi bonhomia en estos momentos dificiles para todos ha llegado hacerme pensar que quizas las Camaras podrian adelantarme una cantidad para po- der trabajar en mi cuadro de Artigas; pero como es un trabajo que no se me ha encargado (prueba de que dudan de mis fuer- zas) dudo yo también y hasta lo considero absurdo esta preten- cion mia”. Atin el 19 de junio de 1915, Blanes Viale no podfa emprender viaje de regreso por no haber recibido dinero alguno por los encargos 0 por la venta de sus cuadros al Musco de Bellas Artes. En medio de la con- flagraci6n, manifestaba a Pablo Blanco Acevedo temer por su taller en Paris. De igual manera se lamentaba de su situaci6n al no poder volver a Montevideo: habia perdido a su hermano, nada lo retenfa en Europa y 1a quizés estarfa en esa trabajando en mi proyectado cuadro de Artigas [...”. En diciembre, le relataba que habia escrito directamente al presidente Batlle y Ord6iiez, que estaba seguro podia interceder en su favor para poder emprender el viaje de regreso™. Blanes Viale comenz6 pues a trabajar en sus cuadros “sobre Artigas” en el entorno de 1914. Culminado entre 1919 y 1920, se ex- hibi6 en ese afto Artigas en el Hervidero, y meses més tarde, Artigas y el Congreso de Abril 0 Las Instrucciones del Afio XIII, en la casa 22 Montevideo, Museo Hist6rico Nacional, Archivo Pablo Blanco Acevedo, Correspondencia recibida, Tomo I, 1898-1928. Se conserv6 la ortografia del original 23 [dem. Maveroff, Se trata de una obra monumental (4,70 x 2,54 m), firma da abajo a la derecha: “P. Blanes Viale, 1920". La tela fue adquirida ado por Ley de la Nacién a iniciativa del presidente Viera FI 23 de febrero de 1921, el Consejo Nacional de Administracién adopt6 la resoluci6n por la que cedfa la obra a la Camara de Repre: sentantes, aunque otras fuentes la consignan formando parte de la coleccién del Senado de la Repiblica. Desde 1925 integra la pinaco: teca del Palacio Legislativo. El Siglo hacfa el reporte de la primera exhibici6n al piiblico: “La misma ansiedad y deseo de conocer el famoso cuadro de Blanes Viale, expuesto hace algunos meses en el salén Ma veroff y que actualmente se encuentra en el salén del Consejo Nacional, demuestra el piblico estos dias, con motivo de la ex. hibicin de la nueva tela «Artigas y el Congreso de Abril» Luego de jicar los logros de Blanes Viale en las composi ciones histéricas, mas alld de su consagracién como “paisajista’, el articulista sefialaba: “Blanes Viale definitivamente se ha impuesto como gran pintor de asuntos hist6ricos, y las dudas de que su talento como paisajista no llegara a igualarlo en la figura parecen desmentidas con el éxito del notable cuadro que actualmente atrae sin cesar una multitud de continuo renovada Como trabajo de composici6n, de dibujo, de detalle, la tela es magnifica y aunque fuera por el esfuerzo que representa en nues tro medio el desarrollo de una escuela, que al decir de algunos ha caido en desuso, Blanes Viale mereceria los placemes y elogios \controver- por la tendencia que marca y la cual es una prueba tible [de] que en clla caben los mejores éxitos cuando se juntan como en el caso presente el talento y la vasta preparacién’” Y luego describfa la obra: “Mas de treinta figuras de proporciones naturales Henan el cuadro. Artigas de pie, delante de una mesa orlada de u tapiz encarnado, inaugura el célebre Congreso de los diputados de los pueblos orientales de 1813. Son sus palabras las mismas: que sirven de lema a la obra del artista; Mi autoridad emana de vosotros y ella cesa ante [sic, deberfa decir “por”] vuestra pre- sencia soberanal ‘A.un lado y otro de la figura principal, rodeando al jefe de los orientales, se hallan los representantes en aquella pri- mera Asamblea Nacional. Sus nombres son conocidos y apare- cen suscribiendo las actas del memorable Congreso: Larrafiaga, Garefa de Zaiftiga, Juan José Duran, Miguel Barreiro, Ramon de Caceres, José A. Ramirez, Manuel Haedo, Leon Pérez, Felipe Pérez, Francisco Sierra, Antonio Diaz, Francisco Roo, Bruno Méndez, José Revuelta, Pedro Vidal, Antolin Reina, Francisco Bustamante, ete. Blanes Viale ha reconstituido la escena admirablemente y merced a un trabajo documental que revela su deseo de la més absoluta honestidad, ha llegado hasta dar parecidos y semejan- zas a algunas de las figuras, reconociéndose fécilmente a deter- minados personajes” Esta obra es el resultado de un estudio en varios bocetos, que fueron exhibidos en la exposici6n retrospectiva, de la que fue comisa- rio el Dr. Rodolfo Mezzera. El primero, firmado abajo, a la izquierda, tenia la dedicatoria: “Primera idea. A mi buen amigo Dr. Rodolfo Mezzera. P. Blanes Viale’, en formato pequefio (0,40 x 0,32 m). Luego se sucedieron dos més: Las Instrucciones del Afio XIII, Segundo bo- ceto (0,98 x 0,50 m), no esté firmado sino autenticado por Domingo Bazzurro, del Circulo de Bellas Artes, al hacerse el inventario de su taller luego de la muerte del pintor, y en tercer lugar, un estudio del natural al pastel, 1,20 x 0,76 m, para la composicién definitiva’. Edmundo Prati caracteriz6 esta vertiente en las obras de Blanes Viale como “grandes composiciones hist6ricas realizadas con nota- ble sentido logico, fidelidad etnografica y naturalidad de expresién, ejecutadas con una técnica robusta y vibrante”. Entiende que Blanes 24 El Siglo, Montevideo, miércoles 10 de noviembre de 1920. 25 Mezzera, 1938, Para la localizacidn de los bocetos agradezco al Dr. Rodolfo Mezzera, nieto del comisario de la exposici6n retrospectiva de Pedro Blanes Viale, por su amabilidad al atender mis reiteradas consultas. Viale “consiguié solemnidad y unidad de efectos en las escenas re presentadas y un fuerte sentido vital personalizado en cada figura’ Agrega que se trata de “obras notables en su género, y a pesar de alguna inexperiencia, tal vez superiores a las de algunos maestros de fama mundial en ese género”. Y destaca: “Notables entre ellas son: «Las Instrucciones del Afio XII» y «Artigas en el Hervidero»”, Y mas adelante sostiene: “Muy interesantes dos bocetos de una de esas composiciones, [...] titulado «Primer boceto de las Instrueciones del Ajjo XIII», pequefio, simple y esquematico, pero de una gran solem~ nidad y luminosidad ambiental, muy superior al otro expuesto [.-] y titulado «Segundo boceto de las Instrucciones del Afio XII» mas, amplificado y decorativo, pero menos intenso”. Y completa el resti- men, al entender que estos bocetos y el Artigas en el Hervidero, tam- bién llamado Artigas dictando a su secretario son “superiores al gran panel que se encuentra en el Palacio Legislativo, que siempre nos ha parecido un poco dilatado y artificioso en sus primeros planos”. La visién del critico sobre el cuadro definitivo no fue coinciden- te con la opinién vertida en la prensa sobre la eficacia de su mensaje: El articulista de El Siglo continuaba su elogio apelando a la verosi- miilitud y a la sensibilidad “patri6tica” del cuadro, que recuperaba el paisaje como un elemento de identidad: “La concepcién del cuadro entero es sobresaliente y las cua- lidades tan ponderadas del famoso artista se hallan de relieve, destacadas principalmente en la luz, en el color arménico del conjunto, en la perspectiva y el aire pleno que lena el cuadro, y hasta en el amor y la sinceridad de su realizacién, advertidos aun en el detalle accesorio de la ventana colonial, por donde al través de sus rejas bordadas se divisa la plenitud del campo. Es un triunfo pleno de Blanes y lo es también para el pais”. Juan E. Pivel Devoto dio cuenta del proceso de documentacién que Blanes Viale siguié para recrear el acontecimiento™. Sosti 26 Prati, 1958, pp. 225-257. 27 El Siglo, Montevideo, 10 de noviembre de 1920, “Artigas y el Congreso de Abril. EI nuevo cuadro de Blanes Viale’. 28 Citado en Pivel Devoto, 1974, p. CXX. 160 que el pintor hizo llegar al historiador Pablo Blanco Acevedo un cuestionario en que preguntaba donde era el campamento, qué er el campamento, cudl era el cuartel general y dénde estaban las lineas orientales. Pablo Blanco Acevedo contest por medio de un informe de 25 de julio de 1920, con el titulo: “Artigas en el Congreso de 1813. El cuadro de Blanes Viale. Consulta hist6rica, Donde se realiz6 la célebre Asamblea”». Es significative que la tradicién recogida por Antuiia y retomada por Zorrilla de San Martin no fuera reproducida en la bibliograffa al uso en el momento de la conmemoracion del centenario de las Instruceiones, como lo fueron la obra de Héctor Miranda, ya citada, entre otras. El informe atribuido a Pablo Blanco Acevedo documenta en 1920 la realizaci6n del Congreso en la anti- ‘gua quinta de Cavia, en los terrenos de propios de Montevideo, en la zona de las Tres Cruces” Al realizar una exhaustiva exégesis documental, llega a la con- clusién de que “la izquierda de la Ifnea, tomando como centro el Cerrito, donde estaba el Cuartel de Rondeau, no podfa ser sino la prolongaci6n hacia el sud, de manera que las divisiones artiguistas lenarian el espacio comprendido desde veinte o treinta cuadras, al Norte de la actual intersecci6n del Bulevar Artigas y de la calle 18 de julio y circunvecinas en su extensi6n hasta la playa”, Pero una de las fuentes mas precisas que cita es el libelo de Pedro F. Cavia, en el que el autor ubica el alojamiento de Artigas durante el segundo sitio en las Tres Cruces, al igual que la alocucin de Juan Francisco Martinez en el Congreso de la Capilla de Maciel, en diciembre de 1813, en la que sostiene haber estado reunido con Artigas “en su casa” junto con muchos de los electores, 1o que des- cartarfa la tienda de campafta como alojamiento del cuartel general 29 Datado en julio, el informe fue publicado en Et Siglo, sin firma, el 25 de Agosto de 1920. Pablo Blanco Acevedo era corresponsal del diatio, Agradezco al Lic. Andrés Azpiror por su cordialidad al apoyar el relevamiento documental para este estudio. '30 Para un seguimiento de los antecedentes de la casa de Cavia, eft. EI Dia, Suplemento Dominical, Montevideo, 9 de febrero de 1958, Ariosto Fernandez, “Un solar hist6rico: el del Congreso de Abril de 1815 531 [éPablo Blanco Acevedo?), 1920, Artigas y el Congreso. 32 Cit. Pablo Blanco, 1920; Museo Mitre, Il, 1913, p. 333; Pivel Devoto, 1949; Ardao y Capillas, 1952, (ed. 1991) Los datos proporcionados en el informe se reflejan ampliamente en la recreacin de Blanes Viale. La sala espaciosa reine a nume- rosos clectores, sentados y de pie, dispuestos en dos hemiciclos, dos Iineas de sillas y una fila de pie. Ar ie, de medio perfil, pre- side la asamblea en actitud de iniciar la reunién; los delegados, en atenta escucha, parecen corresponder ya al concepto de “Artigas dic- tando las Instrucciones” o bien al momento de la Oraci6n inaugural. La actitud es resolutiva, convincente, y modific6 sensiblemente la composicién inicial. En el primer boceto, Artigas mira por sobre el horizonte, de frente al espectador, en actitud declamatoria. Esta representacién de un Artigas magistrado, hombre de go- bierno, fue percibida por los contemporéneos como interpretacién conceptual de la composicién pictérica. Al referirse a la obra de Bla- nes Viale Artigas dictando a su secretario, inmediatamente anterior a Artigas en el Congreso... el autor del articulo publicado en Tierra de Artigas (Ricardo Garz6n?) registré un cambio en la concepeién tradicional de la figura del héroe, que perfectamente puede aplicarse ala obra que nos ocupa y a sus estudios previos: “Decimos que es su cuadro la cristalizaci6n de una idea, porque después de valorar su vida fecunda entregada a las ta- reas fmprobas de una reconstrucci6n que reclamaba energfas de cfclope, vio Blanes al gran Patriarca digno y rejuvenecido en el noble trabajo y lo hizo como lo sintid, De ahf esa «actitud ejecu- tiva» del capitén que dicta 6rdenes en apostura de «cabeza», no tenga hoy en los «Artigas» creados similar que se le aproxime. Su gallardia, que acusa voluntad y cardcter, resalta més toda con el contraste de todo el conjunto que obedece |...]"*. El primer boceto de Las Instrucciones... estaba entonado de amarillo a azul pasando por una gama de verdes frios, sobre los que se destacan los rojos, en una gama de colores inducidos que produce la luminosidad del cuadro. La luz parece entrar a rauda- les por las ventanas y reflejarse sobre las paredes claras de la sala, El efecto acentiia la composicién “manchista” en siluetas, entre 35 Uruguay, Tierra de Artigas, Literatura, Artes, Cultura, Riqueza Nacional, Ricardo Garzén (dir), Affo I, N 1, Montevideo, julio de 1920, rt las que se des la figura de Artigas de pie: los electores estén sentados y con el gesto undnime de atenta escucha, con la mirada clevada hacia el précer. Blanes cambio esta paleta frfa al abordar la obra definitiva, en la que una luminosidad rosa, otoital, tifie el conjunto del cuadro. El piso de ladrillos, la pared lisa que obra como teldn de fondo en donde solo se ve un reloj, el tapiz que cubre la mesa se entona del azul a los rojos y de allf a los ocres y amarillos, Por la tinica ventana, se asoma el paisaje dorado propio del otofio. Pueden identificarse los personajes cuyos retratos ya formaban parte de una galeria na- cional de personajes historicos, Miguel Barreiro, Larrafiaga, Joaquin Suarez, retratados por Gallino, Gras, Valenzani y Carbajal, mientras otros tantos, cuyos rostros se desconocfan, se esbozan apenas en la sombra de la habitaci6n, u ocultan parcialmente sus rostros, ya que su postura cierra los hemiciclos que componen la reunién. Como Héquet, Blanes Viale dio al conjunto una impronta re- publicana en el sentido mas clisico, la de una reunion de ciudada- nos iguales: aquellos varones patricios ilustres, por su nacimiento y ascendencia, reunidos en asamblea, depositarios inmediatos de la soberanfa, eligiendo su propio destino, con la responsabilidad de conducir a los pueblos a su constitucién como una Provincia-Estado nueva. La indumentaria evoca a la revolucién como la conjuncién feliz. de las tradiciones urbana y rural: combina medias de algodon y seda, zapatos con hebillas, botas de montar, levitas oscuras y claras, sotanas, corbatas y lazos y algunos uniformes de blandengues, entre ellos el del propio Artigas. La gravedad de los gestos que denotan la atenci6n al escuchar sefiala la cualidad de los estadistas, a la que se suma el empaque de la figura central que representa a José Artigas, cuyo rostro remeda en la versi6n al dleo una de las carbonillas de Juan Manuel Blanes, de medio perfil El cuadro muestra un momento de proyeccién al futuro, el ins- tante de la formulaci6n ideal de un orden nuevo. No se trata de la re- presentacién de un momento épico en que los pueblos hayan estado llamados a participar mancomunadamente, sino que es el instante politico en que la participacién en los asuntos ptiblicos se condens6 en aquellos letrados y notables que asumieron la representacion del conjunto de la sociedad. Esta imagen conceptual de la Republica no le quit6 sus heroicos. Artigas de pie, en posicion de abrir el Congreso o bi dictar las “Instrucciones..", se vuelve el primer ciudadano, magistr do de la Republica clisica, Este concepto permanecié en el lenguaje politico, siendo retomado en 1963, al celebrarse el sesquicentenario del Congreso de Abril, En una lectura liberal del personaje, el sena dor César Batlle Pacheco resumfa este concepto en el marco de un relato del origen de los derechos del ciudadano, en las instituciones de Atenas y en el derecho romano: “[..] Poco a poco se ha ido afirmando la verdad y hoy po- demos decir que Artigas, por su concepto de libertad, por su resistencia a todo lo que podfa significar esclavitud del hombre, resiste perfectamente el parang6n con Washington. ..] Es nece- sario que se sepa que la obra que nosotros reconocemos en su amor por la libertad, en su sentido de respeto por la voluntad del hombre. [..] Debiéramos, cuanto antes, hacer un esfuerzo y realizar una obra [un monumento simbélico] que tuviera el cardcter de los de Europa, del Mediterraneo, alli donde las liber- tades nacieron [...]”™. Como se veri mas adelante, las alegorfas de las Instrucciones, que habfan sido ya erigidas en 1958, revestian este cardicter. La determinaci6n precisa del lugar del Congreso y la estela de Prati La conmemoracién del centenario de la muerte de José Artigas abri6 otro espacio para confrontar la memoria hist6rica del Congre- so de Abril. La controversia se centré en la determinacién precisa del lugar de la reunién, cuya realizaci6n en Pefiarol estaba descar- tada desde hacia largos afios, pero permanecfa instalada en el co- nocimiento comin por perpetuarse el uso de las Lecciones... 0 bien por omisiGn de otros textos, que no se pronunciaban al respecto, siguiendo a Héctor Miranda o a Francisco Bauzé. 34 Diario de sesiones de la Camara de Senadores, 1963, pp. 433-434, sesion del 15 de marzo, Alocucién del senador César Batlle Pacheco. nforme definitive sobre el lugar donde colocar sado por la Intendencia Municipal al director del Museo Historico Nacional, Juan Pivel Devoto sefialé el origen del equivoco y reprodujo el repertorio documental para probar la rea- lizacién del Congreso en la quinta de Cavia en ‘Tres Cruces. De acuerdo con el informe presentado por Pivel, entre los documentos que sefialan el lugar en donde se realiz6 el Congreso y se redacta- ron las Instrucciones, quiz4 uno de los mas significativos fuera la observaci6n contenida en las Apuntaciones Historicas sobre la Re- volucién Oriental de Carlos Anaya, en donde luego de hacer la des- cripcién de la incorporacién de Artigas al sitio sefial6 que “un lucido Cortejo” lo acompaiié hasta su alojamiento y Cuartel General, en la quinta de Manuel Cavia®, La determinacién del lugar preciso, a través de los planos com- pulsados por el Agr. Carlos Mac Coll y un registro fotogriifico de las construcciones aparentemente remanentes de la antigua quinta, de- terminaron que se formara una comision de ciudadanos que se aper- soné al Sr. Intendente Municipal Agr. German Barbato, pidiéndole se procediera a la expropiacidn del bien que comprendia la parte existente de la antigua casa, para ser reconstruido en lo posible, de- claréndolo monumento nacional, y colocar en el principal ambiente una gran placa de marmol, en la que con letras de bronce se reprodu- jeran las Instrucciones. La comisién proponfa también que se alha- jaran los salones con muebles de la época, que se pusiera un retrato de Artigas y el conjunto de planos que sirvieron para identificar la ubicaci6n del Congreso”. En julio de 1950, la comisi6n habia pedido audiencia al sefior ministro de Instruccién Péblica Dr. Eduardo Blanco Acevedo, que entendié el interés de la propuesta, mientras que el intendente Agr. German Barbato dispuso la expropiacién del bien y solicité un in- forme técnico a una comisi6n integrada por el Dr. Horacio Arredon- do y el Arg. Eugenio Baroffio. Al emitir su dictamen, Arredondo y 35 Pivel, 1949, cit. 36 Citados Pivel, 1949; Ardao-Capillas, 1952-1995, en Pivel, 1974, pp. CXXVIII-CXXIX. 37 Instituto de Historia de la Arquitectura, Carpeta 40/5, Carlos Mac Coll, 1951 (Agradezco al arquitecto Jorge Sierra, del Instituto de Historia de la Arquitectura, por su generosidad al proporcionarme este conjunto de datos sobre la localizacién del sitio del Congreso), Baroffio consideraron que el tinico resto que podfa haber pertene. cido a las instalaciones del alojamiento de Artigas era posiblemente el llamado palomar, quizé la torre de un antiguo molino de viento Planteaban dudas sobre la autentici stigio, que posterior a 1813, Por lo tanto, desaconsejaban una reconstruccién que tendfa a “un error de exactitud”, una falsificacién del sitio, pero coincidian con el director del Museo Hist6rico Nacional en que la colocaci6n de una estela sefialando el sitio seria homenaje suficiente a los acontecimientos que se conmemoraban®. A continuacién recurrian a una cuestién de prestigio para la interpretacién de las ruinas en clave de acontecimiento memorable en la tradici6n de la nacién: “[..] los restos que quedan no son de lo principal, sino de habitaciones secundarias, depésitos y corroborando este extre~ mo el estar junto a ella una construccién circular, que evidente- mente sirvi6 de palomar a fines del siglo xix, que bien pudo ser la utilizaci6n de la torre de un antiguo molino de viento inte- grante de la explotacién de la chacra en época anterior”: “Colocar la estela junto a lo que supervive importarfa, ante la visién simplista del hombre de la calle de nuestros dias, un descenso de jerarquia en la evocacién material que ella puede sugerir, pues es indudable que las sesiones del Congreso debie- ron realizarse en el principal local, en el de mayor capacidad y rango arquitect6nico, donde se congreg6 un considerable ntime- ro de personas, como lo prueba el referenciado poder en el cual se van estampadas cuarenta firmas” Y agregan: “Lo que importa es llevar a conocimiento de las multitudes del presente y del porvenir que en el paraje conocido antigua- mente por Tres Cruces, tuvo lugar el hecho histérico que marca uno de los puntos mas brillantes de la vida de Artigas: la reivin- 38 Instituto de Historia de la Arquitectura, Archivo, Carpeta 451/pp. 20 a 25, 59 Instituto de Historia de la Arquitectura, Archivo, Carpeta 451/pp. 20 a 25, Arredondo y Baroffio, 1950, ct. dicaci n de la autoridad maxima pi cién del federal el pueblo y la proclama mo como ideal sistema de gobierno para las Provincias Unidas del Rio de la Plata”, Y conclufan en la preferencia por la abstraccién de la repre- sentacién monumental, en contraste con la falta de certeza que se acentuaba con la modestia de los vestigios: “Por lo expuesto, concretando su parecer, los suscritos en- tienden que la estela artistica con que se trata de perpetuar el recuerdo de aquel singular hecho histérico deberfa colocarse en el cantero central de la actual avenida Italia, proximo a la calle Avelino Miranda, convenientemente emplazada como para su evidencia, Ubicada en ese punto, se tendré la seguridad de que ella sefiala, sin dudas, el lugar de las Tres Cruces proximo al cual re- sonaron las palabras de Artigas al resignar en los congresales la autoridad que ejercfa como conductor del pueblo Oriental”, El 21 de abril de 1951, la Comisin de Homenaje a Artigas inaugur6 una estela conmemorativa del Congreso de Tres Cruces en el lugar en que este se realiz6, en el cantero central de la avenida Italia. La placa de bronce recreaba el acontecimiento con el titulo “Congreso de Tres Cruces - 1815”, Debajo, una inscripcién explica: “B15 y 20 de abril se reunié en este lugar el Congreso en el cual Arti- gas proclam6 el principio de la soberanfa de los pueblos consagrado en las Instrucciones del Afio XIII’. La explicaci6n eludia la controversia por la fecha de la indepen- dencia en la historia del Uruguay, zanjada tiempo atras al elegirse el 25 de Agosto de 1825 como la fecha destinada a celebrarla. Tampoco se detenia en el tema de la confederaci6n, de dificil explicacién en una lectura unfvoca de la Constituci6n de la nacion, Recogia aquel elemento que las Instrucciones... podfan tener en comiin con ambas tradiciones y, por lo tanto, contribuir al relato lineal de su origen. El relieve de Edmundo Prati representa a Artigas de pie en el centro, y los diputados de los pueblos, también de pie, lo rodean ra, La expectantes, conformando un grupo que confluye hacia su fi entonacidn ciudadana puede verse en la indumentaria de los con- currentes, a los que portan levitas se agregan otros con uniformes, botas de montar y sotanas. Edmundo Prati se enfocd en la reconstrucci6n “realista” de las figuras, concentrandose en la evocacién de un momento americano, pero con un lenguaje cldsico y universal, reduciendo a un minimo toda tipicidad etnogréfica. Su reconstruccién del momento de la llegada de los representantes de los pueblos al Congreso refleja st. concepto del arte “uruguayo”, apegado al concepto de una identidad “cosmopolita” “Bn algunas naciones de Sud América, existen pueblos in- dios que poseen una fuerte sensibilidad artistica y un verdadero buen gusto, pero nosotros no podemos imitarlos, porque con la misma raz6n podrfamos imitar a los japoneses y los chinos. Con ponernos una vincha y unas cuantas plumas, no po- drfamos fundar un arte nuestro y tinicamente, y por si acaso, Hegarfamos a formar una comparsa. El camino para independizarnos artisticamente no es el de los descubrimientos y adaptaci6n de nuevas f6rmulas, o el de la arqueologia precolombiana; sino el de estudiar profunda, seria y respetuosamente lo que de mejor ha producido la humanidad en tal sentido, y la naturaleza”™! ‘Al mismo tiempo que se colocaba la estela, la Intendencia opté por dejar en testimonio, como ruina del sitio, la antigua torre del posible molino, conocida como “El palomar de Cavia”. Sin embargo, en 1957 la autenticidad de estas ruinas serfa cues- tionada una vez més. El propio Arredondo, al continuar sus inves- tigaciones, entendi6 que la autenticidad de esta edificacién como vestigio del lugar del Congreso era ficticia, aunque valiera conservar- la por motivos de acreditar datos sobre los habitos sociales, en una acepcidn de la historia de la civilizaci6n que le era muy cara, Decfa Arredondo: 41 Prati, 1942, pp. 420-421. Genanno Caetano - ANA RInEIRO “Un nuevo reconocimiento no hizo més que confirmar la casi certidumbre que tenfamos con el arquitecto Baroffio (de] que ese edificio no integré el niicleo original de las casas de Ca- via, las casas de 1813 [...], solo abogué por la conservacién de la construccién circular que habia servido de criadero de palomas en las postrimerfas del xix, no por creer que hubiera pertene do al nticleo de edificio de 1813, sino por cuanto era quizé el tinico testigo de una industria rioplatense provocada por una modalidad de los cultores de la buena mesa, cuyos gustos ha- bian puesto en boga construir esos edificios, circulares, en su manifestacin més tipica [..” Arredondo descartaba también la interpretacién del edificio como la torre de un molino y aconsejaba su demolici En 1963, al conmemorarse el sesquicentenario del Congreso, se propuso sugerir al Concejo Departamental la restauraci6n del Palo- mar de la Quinta de Cavia‘. Mas alld de las precisiones arqueolégi- cas, arquitect6nicas e interpretativas, la tradicién de su percepcin como vestigio de los acontecimientos memorables de 1813 quedaba consolidada. El 14 de mayo de 1963, el Dr. Luis Bonavita fue nom- brado conservador honorario del Palomar de Cavia, tiltimo resto de las construcciones existentes en la famosa quinta de Las Tres Cruces, donde el 5 de abril de 1813 se reunié el Congreso Oriental convoca- do por Artigas y del cual salieron las memorables Instrucciones". 42 Instituto de Historia de la Arquitectura, Archivo, Carpeta 451/pp. 20 a 25, Arredondo, 1957. 45 Sesisn de la Cémara de Senadores, p. 428, Decreto del Poder Ejecutivo de 19 de febrero de 1965. 44 Museo Hist6rico Nacional, Archivo, Carpeta 3541, Archivo Ottorino Coppetti Burla, Recortes de prensa. El contenido de la carpeta indica la persistencia de la duda, para Ottorino Coppetti, sobre la naturaleza de la construcci6n. El recorte fechado a mano en que se daba la noticia del nombramiento de Bonavita se encuentra adherido a un recorte de La Prensa, Buenos Aires, 2 de diciembre de 1945, titulado “Antiguos molinos de viento en la Repiiblica Oriental del Uruguay. Fotograifas de Carlos Sabat Ercasty”” Se registran molinos en la localidad de Las Piedras, el Viejo Molino Bosch, cerca de Las Piedras, los Molinos de Raffo, en el camino de Raffo y Avda. Millan, y uno en el camino Cuchilla Grande y la carretera a Maldonado, detrés de la capilla Santa Gemma. Todos son construcciones circulares, en ladrillo o piedra, algunos conservan restos de techos c6nicos y aspas 18 Las InstmuccioN#s DEL ARO XII = 200 afios después Artigas y su ideario en dos alegorfas ‘A partir de esta determinaci6n del lugar preciso del Congreso, y de su conmemoraci6n por medio de la ereccién de la estela, en medio del conjunto de las celebraciones en homenaje a Artigas en al centenario de su muerte, asistimos a una transformacién en la representacién del tema que nos ocupa La interpretaci6n historiogréfica centrada en el héroe hizo de Artigas el tnico creador de las Instrucciones. Segiin esta interpreta- cin, Artigas dict6 las Instrueciones a los miembros del Congreso, las diferentes caligrafias no expresaron sino la actividad adminis- trativa de los secretarios. La genialidad del héroe borré la conside- racién del movimiento politico: los “orientales” se transformaron indefectiblemente en “artiguistas’. Pablo Blanco Acevedo sefiala: “E] nombre de su redactor [de las Instrucciones] ha permanecido hasta ahora en la sombra. Barreiro, Larrafiaga, el tltimo quiz4, por su vasta preparacién, debi6 ser quien diera forma al pensamien- to ya elaborado. Este no tendrfa sino un inspirador: Artigas, cuya vigorosa personalidad esta visible en todos los documentos de la Epoca, no obstante la variedad de caligrafias y la intensidad de los acontecimientos”* ‘A su vez, en esta linea interpretativa, las Instrucciones devinie- ron el documento constitucional de la Provincia, antecedente en es- pititu, no en su contenido ideolégico ni formal, de la Constitucion del Estado. En el monumento a José Artigas de José Luis Zorrilla de San Martin erigido frente a la fachada principal del Banco de la Repiiblica, Artigas lleva en su mano un libro, posiblemente las Ins- trucciones, pero se ha separado del Congreso. BI héroe fundador de la Reptblica no era ya una figura ecuestre sino constitucional. La figura del héroe civil, del gran hombre pablico, se abria camino en la estatuaria‘* de madera. Dentro del plegado: recorte de prensa, 6rgano desconocido, fechado a mano, 30-5-63, “Distincion al Dr. Luis Bonavita’. '45 Pablo Blanco Acevedo, 1938, p. 371. La figura del héroe se imponfa a la época, puede pensarse por ejemplo en el “Archivo Artigas’, en el que todo e} Conjunto documental adopta su nombre, independientemente de su productor, 0 Chel titulo del estudio de Petit Mufioz, Artigas y sw ideario a través de seis series documentales, que se parairasca en este apartado. 46 Agulhon, 1998. 179 Luego de los estudios de rejuvenecimiento, José Luis Zorrilla de San Mart wyaba una renovaci6n en la estatuaria de Artigas: el Artigas civico. Con el libro de las Instrucciones en la mano y la vestimenta civil de “repiblico”, se yergue, exento, de pie, ante la es- calinata de la sede central del Banco Reptiblica. Las Instruc abandonaron el aspecto original que habfan adoptado en las compo- siciones pict6ricas, de una serie de papeles en folio, escritos a pluma en varias copias a ser portadas facilmente por los diputados, y se convirtieron en Ja escultura en un libro de buen porte, que Artigas lleva en su mano derecha. Eduardo Vernazza destacé desde la critica de arte esta interpre- taci6n del “Artigas civil’, 0 mejor, “estadista’, a través de distintas composiciones de Zorrilla. En 1958, opinaba en torno a una nueva estatua en preparaci6n: en: nes “Pocos artistas han estudiado con tanto afin la persona- lidad plastica de nuestro héroe maximo como Io ha hecho y sigue haciéndolo el escultor compatriota José Luis Zorrilla de San Martin. De un documento -el dibujo de Demersay- al que creyé fiel, bas6 todo su itinerario, para presentar la fisonomia de Artigas en una serie de dibujos, pinturas y esculturas, en los que abarea, no solo la faz del militar, sino, y mas particularmente, la del civil, en su gran ejecutoria de reptblico. ...] Esta recreacién del personaje Artigas, en la que Zorrilla lleva ya realizados ingentes esfuerzos ‘con admirables resultados, es la que le hace dominar de tal forma su estructura fisica y espiritual, que en cada obra de aliento que realiza intenta una nueva faz de su magnifica personalidad. Al cuadro para la Camara de Comercio, donde Zorrilla presenta por vez primera un Artigas vestido de civil con esclavina, y recibiendo para el tratado de comercio a los marinos ingleses, sucede una estatua inspirada en esta misma figura, que es la que hoy luce al frente del Banco de la Republica. El mismo Artigas con igual in- dumentaria aparece en el segundo cuadro historico, «La Aduana de Purificacién», encomendada por el Banco de San José. Dentro de Ja misma interpretacién, Zorrilla se halla en es- tos momentos terminando un nuevo monumento para la ciudad {como en el del Banco no aparece arma de el Héroe esté de Tacuaremb6. A\ ninguna especie, en esta nueva personificac apoyado en su sable de ordenanza. Y esboza con la mano dere 's también una de las primeras veces cha un gesto tribunicio. que Artigas aparece en estatua con el gesto del hombre capaz de arengar a su pueblo. La cabeza plena de cardcter y nobleza, surcada la frente y comisuras por lineas que armonizan en ondulado lenguaje rit- ‘mico con la frondosa cabellera, la boca entreabierta, pronta ya a la palabra, mantiene contacto directo con la armonfa del brazo curvado en gesto sereno, donde la mano parece descifrar las palabras de uno de aquellos maravillosos conceptos de las Ins- trucciones [..]”. Elafio 1958 mare6 un cambio en los homenajes al ideario ar guista. La abstracci6n de un conjunto de ideas fundacionales “olvi do” el contexto hist6rico y “perdi6” al Congreso. La composicion de Zorrilla culmina con la representacidn de la personalidad civica del héroe, la que cedié paso a la de su “ideario", acentuando su cardcter universal “clésico” y el compromiso del Estado en la conformacion de una identidad cosmopolita, representada en el arte ciudadano a través de multiples ejemplos, pero en particular en este caso. Con motivo del aniversario de la muerte de Artigas, y para com- pletar la fachada, el Banco de la Reptblica llam6 a concurso entre escultores para realizar dos relieves bajo la forma de alegorfas, uno dedicado al “Exodo” y otro a las “Instrucciones”, consignados como dos momentos decisivos en la formacién de la Republica y de la Nacién'®. En el caso de las Instrucciones, el proyecto ganador fue una alegoria de Serapio Pérez de Le6n, presentada bajo el seudénimo Libertad. Walter Laroche lo describe sin mayor andlisis: 47 Vernazza, 1958 (1), 48 Clr. Susana Antola y Cecilia Ponte, 2000. Alli realizan un estudio de los personajes heroicos pero andnimos que fueron homenajeados en monumentos en, el entorno del Centenario. i i ; {49 Agradezco al presidente del Banco Republica, Ec. Fernando Calloia, y al St, Miguel Vilar por su amabilidad y solicitud al atender mis multiples consultas de documentacién institucional. woe “Se recuerda con este grupo escultérico el aspeeto civilista de de José Artigas, consagrado en las Instruce XIII. Cinco figuras simbélicas, todas femeninas, dos sedentes y tres de pie, trabajadas en granito gris, es obra de Serapio Pérez de Leon y fue inaugurado en cl afio 1958. Esta adosado a la fachada del edificio del Banco Repiiblica sobre la calle Cerrito” la ol nes del Afio Serapio Pérez de Le6n se form6 en el taller de Edmundo Pr: y desarrollé la docencia en la Universidad del Trabajo, en la Escuela de Artes y Artesanfas Dr. Pedro Figari, De alguna forma, esta alego- rfa compuesta para el concurso del Banco Reptblica obedece a la concepcién artistica de su maestro, referida més arriba, en la que un tema americano se resuelve con un lenguaje plastico de corte clisico, que elude lo tipico, Estas cinco figuras femeninas, estéticas, componen volimenes s6lidos, presentan rasgos clisicos y exhiben las tablas y ensefias de las Instrucciones. No hay un tinico criterio de representacién, Tres figuras vestidas con tinicas, la central portando una bandera, parecen representar la Republica, la Independencia y la Constitucién, llevan los pliegos en los que aparecen escritos los principios politicos de las Instrucciones, y por la solidez de la hechura, dan posiblemente la ima- gen de la “matrona”, de la patria, Mientras tanto, dos j6venes, sedentes, de torso desnudo, virginales, miran hacia lo alto, probablemente las ensefias de la libertad que las figuras de pie osten- tan: estas virgenes posiblemente aludan a las j6venes Provincias/Est dos nacientes bajo los principios politicos que formaron la base de su organizaci6n y de sus luchas, puesto que llevan en la mano ramas de olivo y laurel, que sefialan simbélicamente el tributo a los vencedores yala paz. luego de la victoria. En la figura central, un seno desnudo y la bandera en alto quizé evoquen la “Libertad guiando al pueblo”, pero en una versién depurada de toda connotacién popular y revoluciona- ria”, En este caso el dinamismo de la diagonal del referente se torna en la consolidacién estatica -y hierdtica~ de la vertical. 50 Laroche, 1980, I, p. 229. 51 Para un estudio de los distintos usos de Ia alegoria femenina en el lenguaje visual de lo politico, eft. Agulhon, 1975, 1976, 1979, 1989, 2001 52 Agulhon, 1973, 1976; Hobsbawm 1978, ed. 1987 y Agulhon, en respuesta a Hobsbawm, 1979, El texto que luce bajo la alegoria fue encargado a Ratil Montero Bustamante y expresa Las Instrucciones del Afio XIII proclaman el credo civico de Artigas y de su pueblo reunido en Asamblea Soberana Inde- pendencia Repiblica Constitucisn’: EI monumento fue inaugurado el 10 de setiembre de 1958, y fue descrito como un “homenaje al valor cfvico de Artigas, plasmado en las veinte «Instrucciones» dadas por el «Congreso de Tres Cru ces», el 13 de abril de 1813, a los diputados orientales ante la Asam- blea Constituyente de las Provincias Unidas’. Y se agregaba: “Estas constituyen una de las més importantes expresiones del pensamiento politico del précer, y una formidable sintesis del sistema federal de gobierno”®, Esta alegoria evoca en alguna medida el monumento a los constituyentes, en una version que elude la pasion que el lenguaje barvaco de José Luis Zorrilla otorgé a sus figuras. Impuesto quizd en parte por las propiedades del material, el relieve de Pérez de Leén remite a las figuras de las antiguas korés, a la estatuaria cldsica mas joven, hierdtica, con los caracteristicos ojos rasgados y sin pupilas, os peinados elaborados en trenzas. Esta abstraccién de los conceptos politicos vertidos en las Ins- trucciones, que se separan de toda recreacién histrica para pasar a la alegorfa, se vuelve més notoria en el monumento de Severino Pose, donado por la Repiiblica del Libano a la Repiblica Oriental del Uruguay en homenaje a su héroe, José Artigas. El contexto del mensaje es doblemente interesante, como ejemplo del triunfo del modelo de la identidad cosmopolita en la Repiblica batllista. El compromiso con los valores republicanos y la aceptaci6n del pacto ciudadano se constituian en motivos principales de una identidad inclusiva y razén de homenaje para una comunidad inmigrante, en una tierra de paz. i Erigido en el parque Rod6, en la interseccién de bulevar Artigas y Tomas Giribaldi, el monumento de Severino Pose combina el len- jguaje del mural con una alegoria escult6rica. Resuelto en dos arcos 55 Estatuas y monumentos... 1976, p. 90. 1a en color, el mural convexo resume en grafismos los nombres de las principales batallas libradas por los orientales, y el c6n avo en figu- ras delineadas en perspectiva distorsionada de inspiracién oriental, ilustradas con frases atribuidas a José Artigas que prescriben la ob- servancia de la ley. Ambos arcos rodean una joven alegoria femenina que, empu- fiando un pliego enrollado, avanza de frente, destacandose del fon- do mural que la encuadra. En esta figura de la joven Repiblica la evocacién de la simbologia de la libertad es evidente, y el pliego de la ley sustituye a Ja antorcha o la bandera. La lectura general de la composicién lleva de las batallas a la ley, de la ley fundamental que empufia la Reptblica andante a la paz y al respeto de la ley como la base de la Republica. La simbologfa femenina de la Libertad y la Republica intercambian asf sus insignias para sefialar el momento de la rebelién, o el momento del orden™. Desde las paginas de El Dia, Eduardo Vernazza describfa esta “diosa de la reptiblica” de Severino Pose, premiada en el Sal6n Na- cional de Bellas Artes: «1813», el Gran Premio otorgado a Severino Pose, es la faz simblica y monumental que interpreta el homenaje a Artigas en las Instrucciones, exaltando al estadista antes que al militar, y que seré en su fundicion al bronce parte princi- pal del monumento que el Lfbano obsequiard a nuestro pais, y que el mismo escultor esta terminando. Es una mujer en marcha, que lleva en su mano extendida un pergamino. El simbolo surge de la figura cuyos pliegues en la vestimenta dan idea del avance, y destacan el modelado de las formas, que se mantienen sin exageracién de volimenes rotundos, pero a tono con el cometido dado por el artista en su valor de representacién”>*, Y en su portada, el mismo drgano de prensa anunciaba la inau- guraci6n y adelantaba la interpretaci6n correcta de la obra: 54 Cir. Peter Burke, 2001 55 Vernazza, 1957. “Coincidente con la fecha nacional de la Repablica del Li- bano, el proximo dia 22 se inaugurara el monumento con que Ja colonia libanesa residente en el Uruguay testimonia su fervor al maximo précer de nuestra historia. La moderna concepeidn plastica del escultor Severino Pose alegoriza la més alta expre sin del pensamiento de Artigas: las Instrucciones. Y simbolizard en forma perdurable la buena amistad entre los dos paises”. Y Dora Isella Russell completaba la interpretacién ideolégica del conjunto alegérico: “En un calibrado juego de voltimenes y espacios curvos, dos. simbolos importantes: el muro delantero, més bajo, que ostenta nombres de algunas batallas, simboliza al Artigas guerrero; es el mosaico gris, con letras rojas, el muro posterior de mosaico rojo donde se destacan figuras negras fileteadas de blanco; es de mayor altura y simboliza al Artigas estadista; entre cada fi- gura, como un resumen del pensamiento del héroe, tres frases famosas, en las que se ha inspirado el escultor: «No basta dictar leyes: hay que cumplirlas», «La causa de la Humanidad es la nuestra» y «Con libertad no ofendo ni temo». A esas sentencias célebres corresponden las citadas figuras: en el centro, la Ley; ‘a.un lado acaténdola, la Obediencia; al otro, erguida y en mar- cha, la Reptiblica triunfante, No puede ser més aleccionante el contenido civico de esa pared de mosaico: el respeto de la Ley, ala que se debe fidelidad, asegura el triunfo de la Democracia. Entre ambos muros de movimiento circular, remata, ascenden- te, como conjugandolos, la vertical donde se empina la alegorfa que concreta lo més trascendente del ideario artiguista. Victo- riosa, con el pliego de las Instrucciones en alto, la joven -éno podria, por joven, encarnar a la Republica misma?- desafia al ‘Tiempo. Detrds se levanta, amparador y fuerte, un cedro del Li- bano, y dos arrayanes afiaden su gracia vegetal. Una escalinata amplia la perspectiva y ensancha la base circular del conjunto, cuyo espiritu lo incorpora a esos otros de los que se desprende 56 El Dia, Suplemento Dominical, Montevideo, noviembre 1.° de 1958 Portada: *Monumento de los libaneses al Uruguay”: una leccién pacifica a que aludimos caracter civico de nue: cierta vez subrayando el ros monumentos’ Los monumentos cumplian asi su deber en la pedagogia ciuda- dana, La depredacién de la que son objeto quiz manifiesta, en el contraste entre las imagenes fundacionales y las actuales, la crisis que ha suttido el paradigma de la identidad republicana en el Uru- guay entre dos siglos. ‘A manera de conclusion Las representaciones republicanas del Congreso de Abril, de la eleccién de los delegados y de las Instrueciones que les fueron otor- gadas para su desempeiio permiten observar un deslizamiento en su sentido En las recreaciones verosfmiles del Congreso, la Reptblica se materializa en una suerte de representacién nacional como una asamblea de ciudadanos iguales, varones y notables. Puede evocarse el concepto clasico de la demoeracia y de la reptiblica, como demo- cracia directa de entonacién ateniense o como en la repablica roma- na, en cuanto los diputados se retnen en el cuartel general, como senado y pueblo armado. También puede interpretarse esta represen- tacién del Congreso como una concepcién foral, en cuanto asam- blea de los apoderados de los pueblos o aun en el concepto moderno de la democracia representativa. Este mensaje directo que se expres6 en la obra monumental de Blanes Viale, en la que el Congreso se re- presenta como tal y en la que la figura de Artigas no puede obviarse, es quizé la base del éxito en la receptividad de estas imagenes, que se recrean y reproducen en publicaciones de todo carécter, destinadas al ptiblico escolar sobre todo, o enfocadas en la conmemoraci6n, en los folletos publicitarios o en las producciones audiovisuales sobre variados soportes téenicos. Las alegorias de las Instrueciones no parecen haber tenido la misma representatividad y aceptaciGn publica que las representacio- hes veristas del Congreso que proporcioné la pintura de Historia. 57 Dora Isella Russell, 1958. Bey Inmersas en el tejido urbano, su localizacién y su destaque como 7 simbolos de la Repiiblica se vieron opacados por la contunden¢ plastica, la relacién directa con su significado y la ubieaci6n privile- giada del Obelisco a los Constituyentes de 1830. Estos epigonos j6- venes, aunque lo evocan por su lenguaje simbélico como sus antece- dentes en una interpretacién lineal del proceso de la independencia y de la constituci6n de la Repiiblica Oriental del Uruguay, no pudie- ron transmitir con eficacia y claridad la especificidad de su mensaje, cuya interpretacién es compleja, empezando por el contexto en que fueron producidos y los espacios en que fueron ubicados. ARIADNA ISLAS BUSCASSO es licenciada en Historia, con especialidad en Historia Americana y magister en Ciencias Humanas, en la opcién Estudios La tinoamericanos, por la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educacién de la Universidad de la Repiiblica. Ha participado en distintos proyectos y grupos de investigaciGn, entre ellos “Iberconceptos: historia de los conceptos politicos en Ibe~ roamérica’, coordinado por el Dr. Javier Fernandez Sebastién, de la Universidad de Bilbao. Ha publicado libros, capitulos y articulos en su especialidad, entre los que pueden citarse La Liga Patridtica de Ensefianza, Una historia sobre ciudadania, ‘orden social y educacién en el Uruguay (1888-1898) (Montevideo, Ediciones de la Banda Oriental, 2009), “Limites para un Estado”, en la obra coordinada por Ana Frega Historia regional e independencia det Uruguay (Montevideo, Ediciones de ka Banda Oriental, 2009, 2. ed. Montevideo 2011, en la coleccién “Bicentenario’, de la Biblioteca Nacional), y ha colaborado con dos capitulos en la obra coordinada por Gerardo Caetano, Historia conceptual. Voces y conceptos de la politica oriental (1750-1870) (Banda Oriental, 2015). Actualmente es directora del Museo Hist6rico Nacional, Ministerio de Educaci6n y Cultura, Uruguay. 187

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