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IMPROCEDENCIA DE LA PERENCIÓN DE LA INSTANCIA EN

ESTADO DE SENTENCIA (DEFINITIVA O INTERLOCUTORIA)


 

Mediante decisión del 2 de agosto de 2001 la Sala de Casación Civil del Tribunal Supremo
de Justicia, con ponencia del Magistrado Franklin Arrieche, declaró que no existe
perención de la instancia después de vista la causa para dictar sentencia definitiva o
también la sentencia interlocutoria de cuestiones previas y cualquier otra que sea
menester que el Juez dicte para la prosecución del juicio. 

En la referida decisión, la Sala casó de oficio una sentencia de un Tribunal Superior que
había considerado que el lapso de un año establecido en el artículo 267 del Código de
Procedimiento Civil para que se consume la perención de la instancia, corre aun cuando la
causa esté en espera de la decisión relativa a las cuestiones previas. 

A juicio de la Sala, ese “pronunciamiento es manifiestamente erróneo y contrario a


derecho, pues el artículo 267 del Código de Procedimiento Civil es tajante al indicar, que la
inactividad del Juez después de vista la causa, no producirá la perención”. Consideró la
Sala en el sentencia comentada que “el verdadero espíritu, propósito y razón de la
institución procesal de la perención, es sancionar la inactividad de las partes con la
extinción de la instancia; pero para ello es preciso que el impulso del proceso dependa de
ellas, pues si es el caso que la causa se encuentra paralizada porque el Juez no ha
cumplido con su deber de sentenciar dentro de los plazos legales, no se puede penar a las
partes por la negligencia del Juzgador”. 

En criterio de la Sala, el referido artículo debe ser interpretado “en el sentido de que la
perención procede cuando ha transcurrido más de un año sin que las partes hubiesen
realizado actos de procedimiento que tiendan a impulsar el proceso, pero siempre que esos
actos puedan ser efectivos para la prosecución del juicio, porque si es menester que el Juez
emita un pronunciamiento para que el litigio continúe, la renuencia del sentenciador en
dictar la providencia que se requiere para destrabar la causa, no puede ser atribuida a las
partes. En otras palabras, no se puede castigar a los litigantes con la perención de la
instancia si la inactividad en el juicio le es imputable al Juez”.

De esa forma se estableció que la excepción prevista en la última parte del artículo 267 del
Código de Procedimiento Civil, según la cual la inactividad del Juez después de vista la
causa no produce la perención, es aplicable tanto a la sentencia definitiva como a las
interlocutorias de cuestiones previas y a cualquiera otra que sea menester que el Juez dicte
para la prosecución del juicio.

Con esta decisión se abandonó expresamente el criterio sostenido por la Sala de Casación
Civil de la extinta Corte Suprema de Justicia en sentencia del 24 de abril de 1998 (Caso:
Elio Mario Terascio de Santis contra C.N.A. de Seguros La Previsora).

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