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Este documento describe cómo las heridas emocionales de la infancia, como el rechazo, el abandono, la injusticia, la traición y la humillación, pueden afectar negativamente las relaciones de pareja. Explica cinco heridas comunes y cómo se manifiestan en la edad adulta, haciendo que sea difícil amar y confiar. Recomienda sanar estas heridas entregándolas a Dios mediante la oración, el perdón y la conversión, para poder amar verdaderamente a la pareja.
Este documento describe cómo las heridas emocionales de la infancia, como el rechazo, el abandono, la injusticia, la traición y la humillación, pueden afectar negativamente las relaciones de pareja. Explica cinco heridas comunes y cómo se manifiestan en la edad adulta, haciendo que sea difícil amar y confiar. Recomienda sanar estas heridas entregándolas a Dios mediante la oración, el perdón y la conversión, para poder amar verdaderamente a la pareja.
Este documento describe cómo las heridas emocionales de la infancia, como el rechazo, el abandono, la injusticia, la traición y la humillación, pueden afectar negativamente las relaciones de pareja. Explica cinco heridas comunes y cómo se manifiestan en la edad adulta, haciendo que sea difícil amar y confiar. Recomienda sanar estas heridas entregándolas a Dios mediante la oración, el perdón y la conversión, para poder amar verdaderamente a la pareja.
Algunas heridas de tu infancia pueden influir en cómo te
relacionas con tu pareja, por eso quédate y descúbrelas para evitar que afecten tu relación. A veces quieres amar y confiar más, pero se te dificulta, ¿por qué será? Sin saber que es tu corazón herido por los años, tu interior bañado en el descontento y los pecados del alma, la única razón. tu pareja —simplemente por el hecho de compartir contigo el tiempo y el espacio— termina pagando una cuenta que no debe. Por eso, para decir con el alma que te amo, hay que sanar por dentro. La Palabra de Dios nos invita a acercarnos a Dios y entregarle a Él las heridas de la infancia, las experiencias pasadas, la amargura adquirida con los años; y pedirle que nos permita tener un corazón nuevo para estrenarlo y más tú con la persona a quien has prometido amar todos tus días. Dios es amor y es a través de su Palabra aprendemos a amar. Te menciono estas 5 heridas que influyen en una relación de pareja. 1.La herida del rechazo: Esta herida nace del rechazo de tus padres hacia ti, o te sentiste desprotegido Creces creando mascaras para protegerte de este sentimiento. Y, tu primera reacción es huir, creando un mundo imaginario. Desencadenando consecuencias a largo plazo como: pasividad, apatía, retraimiento social, sentimientos depresivos, conductas autodestructivas, alteraciones nerviosas. impulsividad, hiperactividad, desobediencia, conducta destructiva, falta de autocontrol y comportamiento violento. 2.Abandono: el abandono se experimenta en etapas posteriores a la infancia, cuando te das cuenta de que tus padres no se relacionan contigo, aunque estén presentes físicamente. Esto lleva a sentirte en tu relación con tu pareja, estar alerta y vigilante a otra posibilidad de abandono, necesidad de aceptación, te presentas como independiente a manera de defensa, Buscas atención, apoyo y sobre todo protección, tristeza y llanto fácil y existe una angustia a la soledad 3.Injusticia. pasa cuando tus papás autoritarios, exigentes, duros y fríos. ¿Recuerdas haber dicho en alguna ocasión estas palabras? Es una injusticia y lo sabes. Estás siendo muy injusta, mamá. Es injusto papá ¿Con qué emociones te conecta ese recuerdo? Frustración, rabia, enfado, ira, miedo… ¿tristeza? Como adulto te comportas con Autoexigencia, Orden extremo, Sentirte importante, Opiniones como verdades absolutas, Detestan la autoridad. 4.Traición: esto es porque no tuviste adultos o padres que te transmitieron confianza y estabilidad. Y como adulto, sueles ser muy competitivo, de carácter fuerte, Haces lo que sea necesario para conseguir lo que quieres, sientes inseguridad y necesidad de control, evitas los conflictos o situaciones que no podrás controlar, siempre dices tengo razón, Aborreces las promesas incumplidas y tienes Dificultad para confiar en otras personas 5.Humillación: es cuando te sientes e interpretas que uno de tus padres (o ambos) se avergüenzan de ti, por tu aspecto físico, por algo que hayas hecho, algo que hayas roto… te desaprobaban y criticaban, expresándolo con palabras o gestos, avergonzándote sobretodo públicamente. Mensajes donde te comparaban con otros, que hacían sentir que hacías las cosas mal, o que ibas sucio, o que eras lento.
Y como adulto se manifiesta en: te castigas a ti mismo,
te niegas a lo que deseas por culpa, humillas a los demás, no te cuidas, no eres tu mismo y deseas tener libertad, pero a la vez te da miedo.
Dios es misericordioso y conoce tus heridas y el dolor
que estas viviendo, y a la vez quiere sanarte, pero también espera que te abras a esta sanación y trabajes en ellas. Primero: Acepta las heridas emocionales como parte de ti, porque nos ayuda a comprender que somos humanos y no somos peores y mejores… solo que necesitamos de Dios para crecer por las experiencias de la vida. Segundo: perdona, Intenta perdonarte y perdonar a los demás, pues es la única manera de que consigas abrir tu corazón y a amar de verdad. Tercero: Sacarla al exterior, hablarla con tu director espiritual o alguien de fe que te oriente y a la vez confesarte de tus actos malos cometidos. Cuarto: viene tu cambio, un propósito de conversión profundo, ya que todas nuestras experiencias nos enseñan algo y que algo se debe cambiar. Y es Poner la mirada en Cristo Quinto: quitar esa mascara que has tenido durante tiempo y mostrarte como eres. Sexto: Orar, Orar y Orar todos los días para que el Señor al entregarle todas tus heridas te vaya llenando esos vacíos que tienes para amar de verdad. Toma mis heridas, Señor, son tuyas; y déjame que las tuyas sean mías. Escóndeme en las mías y yo me esconderé en las tuyas. Mira tú mi vida, redímela y sánala; mire yo la tuya y acójala con amor y esperanza. Que mi soledad y dolor sean ahora sanados por tu protección y amor. Amigo fiel que nunca fallas, Doctor de mi alma, Médico de mis llagas y de mis heridas. Me dan miedo y me avergüenzan mis heridas. Pero tus heridas fueron tu gloria y el triunfo que presentaste a tu Padre. Por mis heridas seré victorioso si te las presento a ti para que las cures y las conviertas en señal de amor y victoria. Con esta señal llegaré al cielo y me presentaré con confianza ante tu Padre, que es también mi Padre»