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Heridas que Dañan una relación de pareja

Algunas heridas de tu infancia pueden influir en cómo te


relacionas con tu pareja, por eso quédate y descúbrelas
para evitar que afecten tu relación.
A veces quieres amar y confiar más, pero se te dificulta,
¿por qué será? Sin saber que es tu corazón herido por los
años, tu interior bañado en el descontento y los pecados del
alma, la única razón. tu pareja —simplemente por el hecho
de compartir contigo el tiempo y el espacio— termina
pagando una cuenta que no debe.
Por eso, para decir con el alma que te amo, hay que sanar
por dentro.
La Palabra de Dios nos invita a acercarnos a Dios y
entregarle a Él las heridas de la infancia, las experiencias
pasadas, la amargura adquirida con los años; y pedirle que
nos permita tener un corazón nuevo para estrenarlo y más
tú con la persona a quien has prometido amar todos tus
días. Dios es amor y es a través de su Palabra aprendemos a
amar.
Te menciono estas 5 heridas que influyen en una relación
de pareja.
1.La herida del rechazo: Esta herida nace del rechazo de
tus padres hacia ti, o te sentiste desprotegido
Creces creando mascaras para protegerte de este
sentimiento. Y, tu primera reacción es huir, creando un
mundo imaginario.
Desencadenando consecuencias a largo plazo como:
pasividad, apatía, retraimiento social, sentimientos
depresivos, conductas autodestructivas, alteraciones
nerviosas. impulsividad, hiperactividad, desobediencia,
conducta destructiva, falta de autocontrol y
comportamiento violento.
2.Abandono: el abandono se experimenta en etapas
posteriores a la infancia, cuando te das cuenta de que
tus padres no se relacionan contigo, aunque estén
presentes físicamente.
Esto lleva a sentirte en tu relación con tu pareja, estar alerta
y vigilante a otra posibilidad de abandono, necesidad de
aceptación, te presentas como independiente a manera de
defensa, Buscas atención, apoyo y sobre todo protección,
tristeza y llanto fácil y existe una angustia a la soledad
3.Injusticia.
pasa cuando tus papás autoritarios, exigentes, duros y fríos.
¿Recuerdas haber dicho en alguna ocasión estas palabras?
Es una injusticia y lo sabes. Estás siendo muy injusta, mamá.
Es injusto papá ¿Con qué emociones te conecta ese
recuerdo? Frustración, rabia, enfado, ira, miedo… ¿tristeza?
Como adulto te comportas con Autoexigencia, Orden
extremo, Sentirte importante, Opiniones como verdades
absolutas, Detestan la autoridad.
4.Traición: esto es porque no tuviste adultos o padres que
te transmitieron confianza y estabilidad.
Y como adulto, sueles ser muy competitivo, de carácter
fuerte, Haces lo que sea necesario para conseguir lo que
quieres, sientes inseguridad y necesidad de control, evitas
los conflictos o situaciones que no podrás controlar,
siempre dices tengo razón, Aborreces las promesas
incumplidas y tienes Dificultad para confiar en otras
personas
5.Humillación: es cuando te sientes e interpretas que
uno de tus padres (o ambos) se avergüenzan de ti, por
tu aspecto físico, por algo que hayas hecho, algo que
hayas roto… te desaprobaban y criticaban,
expresándolo con palabras o gestos, avergonzándote
sobretodo públicamente. Mensajes donde te
comparaban con otros, que hacían sentir que hacías las
cosas mal, o que ibas sucio, o que eras lento.

Y como adulto se manifiesta en: te castigas a ti mismo,


te niegas a lo que deseas por culpa, humillas a los
demás, no te cuidas, no eres tu mismo y deseas tener
libertad, pero a la vez te da miedo.

Dios es misericordioso y conoce tus heridas y el dolor


que estas viviendo, y a la vez quiere sanarte, pero
también espera que te abras a esta sanación y trabajes
en ellas.
Primero: Acepta las heridas emocionales como parte de
ti, porque nos ayuda a comprender que somos
humanos y no somos peores y mejores… solo que
necesitamos de Dios para crecer por las experiencias de
la vida.
Segundo: perdona, Intenta perdonarte y perdonar a los
demás, pues es la única manera de que consigas abrir
tu corazón y a amar de verdad.
Tercero: Sacarla al exterior, hablarla con tu director
espiritual o alguien de fe que te oriente y a la vez
confesarte de tus actos malos cometidos.
Cuarto: viene tu cambio, un propósito de conversión
profundo, ya que todas nuestras experiencias nos
enseñan algo y que algo se debe cambiar. Y es Poner la
mirada en Cristo
Quinto: quitar esa mascara que has tenido durante
tiempo y mostrarte como eres.
Sexto: Orar, Orar y Orar todos los días para que el Señor
al entregarle todas tus heridas te vaya llenando esos
vacíos que tienes para amar de verdad.
Toma mis heridas, Señor, son tuyas; y déjame que
las tuyas sean mías. Escóndeme en las mías y yo
me esconderé en las tuyas. Mira tú mi vida,
redímela y sánala; mire yo la tuya y acójala con
amor y esperanza.
Que mi soledad y dolor sean ahora sanados por
tu protección y amor. Amigo fiel que nunca fallas,
Doctor de mi alma, Médico de mis llagas y de mis
heridas.
Me dan miedo y me avergüenzan mis heridas.
Pero tus heridas fueron tu gloria y el triunfo que
presentaste a tu Padre. Por mis heridas seré
victorioso si te las presento a ti para que las cures
y las conviertas en señal de amor y victoria. Con
esta señal llegaré al cielo y me presentaré con
confianza ante tu Padre, que es también mi
Padre»

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