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TEMA 4: EL SEGURO DE VIDA

4.1 INTRODUCCIÓN: ANTECEDENTES HISTÓRICOS Y SITUACIÓN ACTUAL DEL SEGURO DE


VIDA
El antecedente histórico más inmediato del seguro de vida lo constituyen las conocidas como operaciones
tontinas, que no eran otra cosa que fondos colectivos de ahorro en los que aquéllos de entre los inversores iniciales
que quedaban vivos a una fecha predeterminada eran los que percibían los rendimientos del fondo constituido con
las aportaciones de todos.

La primera ley general de seguros de España (aprobada el 14 de mayo de 1908) ya reguló el seguro de vida como
uno de los ramos de seguro.

En la última década, el seguro de vida había seguido una clara trayectoria de crecimiento en España, tanto en
número de asegurados como en volumen de primas y de provisiones matemáticas

4.2 REGULACIÓN DEL SEGURO DE VIDA


El marco normativo del seguro de vida está conformado básicamente por la LCS, así como por el LOSSEAR y el
ROSSEAR.

4.3 FINALIDAD DEL SEGURO DE VIDA


El seguro de vida tiene como finalidad amortiguar los efectos negativos que se produzcan como consecuencia de
sucesos ligados a la vida humana, es decir, a la muerte o la supervivencia de una o varias personas. En caso de que
el asegurador fallezca la finalidad sería atender la situación de pérdida de ingresos que se produce en la unidad
familiar como consecuencia de la muerte de aquél; y la de seguro de vida que garantice un capital o una renta para
el caso de que el asegurado alcance con vida una cierta edad (seguro para caso de supervivencia) sería atender a la
situación de reducción de los ingresos que sufre dicha persona a partir de dicha fecha.

El encaje del seguro de vida dentro de la naturaleza indemnizatoria que tiene el seguro plantea verdaderos
problemas. La suma asegurada no tiene porqué guardar relación alguna con las pérdidas que se han indicado en el
párrafo anterior, de manera que se podría fijar una prestación que fuese muy superior al valor de los ingresos que
se pierden o se reducen como consecuencia del acaecimiento del riesgo de muerte o de supervivencia; y, por otra
parte, en un seguro de vida para caso de muerte se puede designar como beneficiario de la prestación a cualquier
persona, aunque no dependa económicamente del asegurado.

4.4 CONCEPTO LEGAL, ELEMENTOS FUNDAMENTALES Y CARACTERÍSTICAS BÁSICAS SEL


SEGURO DE VIDA
Por el seguro de vida el asegurador se obliga a satisfacer al beneficiario un capital, una renta u otras prestaciones
convenidas, en el caso de muerte o bien de supervivencia del asegurado, o de ambos eventos. El seguro sobre la
vida puede estipularse sobre la vida propia o la de un tercero, tanto para caso de muerte como para caso de
supervivencia o ambos conjuntamente.

El asegurado puede ser tanto el propio tomador del seguro (cuando lo contrate sobre su propia vida) como otra
persona, en cuyo caso hay que tener en cuenta que se establece que en los seguros para caso de muerte, si son
distintas las personas del tomador del seguro y del asegurado, será preciso el consentimiento de éste, dado por
escrito, salvo que pueda presumirse de otra forma su interés por la existencia del seguro.

Por otra parte, puede haber uno único o varios asegurados, existiendo en este último caso distintas combinaciones
posibles para definir el suceso cuyo acaecimiento da lugar al pago de la prestación: que todos los asegurados
fallezcan o hayan fallecido; que uno muera y el resto siga con vida; que todos estén vivos a una cierta fecha; que
al menos uno lo esté; etc.

En cuanto a la edad del asegurado, no se podrá contratar un seguro para caso de muerte sobre la cabeza de
menores de catorce años de edad o incapacitados, si el asegurado es menor de edad, será necesaria, además, la
autorización por escrito de sus representantes legales.
Por último, en cuanto a la delimitación del riesgo asegurado, en los seguros para caso de muerte debe tenerse en
cuenta que salvo pacto en contrario, el riesgo de suicidio del asegurado quedará cubierto a partir del transcurso de
un año del momento de la conclusión del contrato.

En lo que se refiere a la prestación, hay que señalar que:

- No tiene sentido la prestación en forma de servicio, sino que ha de ser monetaria.


- La cuantía de la prestación la fija el tomador al contratar el seguro y por medio de la aplicación de la tarifa de
primas diseñada y calculada con criterios y métodos actuariales, se obtiene la prima a satisface a la entidad
aseguradora.
En esta clase de seguros también es posible realizar el proceso inverso, es decir, que el tomador indique la prima
que puede o quiere satisfacer y, si se sitúa dentro de los límites prestablecidos por la entidad aseguradora al efecto,
se determina el importe de la prestación asegurada, se determina el importe de la prestación asegurada.
Otra característica de los elementos personales del seguro de vida es que el sujeto que percibirá la prestación
puede ser distinto del tomador del seguro y, en los seguros para caso de supervivencia, del propio asegurado.
Es el tomador del seguro quien designa al beneficiario de la prestación garantizada, debiendo tener en cuenta que
podrá designar beneficiario o modificar la designación anteriormente realizada, sin necesidad de consentimiento
del asegurador. La designación del beneficiario podrá hacerse en la póliza, en una posterior declaración escrita
comunicada al asegurador o en testamento. Si en el momento del fallecimiento del asegurado no hubiere
beneficiario concretamente designado, ni reglas para su determinación, el capital formará parte del patrimonio del
tomador. Si la designación se hace en favor de varios beneficiarios, la prestación convenida se distribuirá, salvo
estipulación en contrario, por partes iguales. Cuando se haga en favor de los herederos, la distribución tendrá lugar
en proporción a la cuota hereditaria, salvo pacto en contrario. La parte no adquirida por un beneficiario acrecerá a
los demás.
En caso de designación genérica de los hijos de una persona como beneficiarios, se entenderán como hijos todos
sus descendientes con derecho a herencia. Si la designación se hace en favor de los herederos del tomador, del
asegurado o de otra persona, se considerarán como tales los que tengan dicha condición en el momento del
fallecimiento del asegurado. Si la designación se hace en favor de los herederos sin mayor especificación, se
considerarán como tales los del tomador del seguro que tengan dicha condición en el momento del fallecimiento
del asegurado. La designación del cónyuge como beneficiario atribuirá tal condición igualmente al que lo sea en el
momento del fallecimiento del asegurado. Los beneficiarios que sean herederos conservarán dicha condición
aunque renuncien a la herencia.
La posibilidad de que se designe como beneficiario de un seguro de vida para caso de muerte a una o varias
personas que sean herederos legales del asegurado obliga a tener en cuenta que la prestación del asegurador
deberá ser entregada al beneficiario, en cumplimiento del contrato, aun contra las reclamaciones de los herederos
legítimos y acreedores de cualquier clase del tomador del seguro. Podrán exigir al beneficiario el reembolso del
importe de las primas abonadas por el contratante en fraude de sus derechos.
La inclusión de esta tercera persona en el seguro con un interés muy claro en el objeto del mismo hace que deba
preverse que la muerte del asegurado, causada dolosamente por el beneficiario, privará a éste del derecho a la
prestación establecida en el contrato, quedando ésta integrada en el patrimonio del tomador.
Finalmente, en relación con la figura del beneficiario, hay que tener en cuenta que el tomador del seguro puede
revocar la designación del beneficiario en cualquier momento, mientras no haya renunciado expresamente y por
escrito a tal facultad. La revocación deberá hacerse en la misma forma establecida para la designación.
En lo que se refiere a la otra parte del contrato de seguro de vida, la entidad aseguradora para operar en el ramo de
vida es preciso cumplir los siguientes requisitos:
- El objeto social debe limitarse a los seguros de vida.
- El capital social debe ser, como mínimo, de 9.015.181,57€, y debe estar totalmente suscrito y desembolsado al
menos en un 50%.
4.5 PRINCIPALES MODALIDADES DE SEGURO DE VIDA Y GARANTÍAS COMPLEMENTARIAS
4.5.1 Principales modalidades de seguro de vida
 Seguros para caso de muerte
En estos seguros se garantiza el pago al beneficiario designado en la póliza de la prestación cuando fallezca el
asegurado, si su muerte se produce dentro del periodo de cobertura de la póliza.

Se trata de un tipo de seguros de vida en los que de forma claro se proporciona cobertura a un riesgo que afecta a
la existencia del asegurado, y que, además, puede acaecer en cualquier momento. Es frecuente que por esta razón
se denomine también seguros de vida-riesgo.

La prestación puede ser tanto un capital como una renta, si bien lo más habitual es lo primero. Además, la cuantía
del capital garantizado puede permanecer constante a lo largo de la duración de la póliza o variar conforme a una
ley que se establezca en la misma.

En cuanto a la prima, en los seguros para caso de muerte puede ser tanto única como periódica.

En función de la duración de la póliza, se distingue entre seguros vitalicios o “vida entera” y seguros
temporales, en los cuales el periodo de cobertura del riesgo de muerte está limitado a un número determinado de
años.

En los seguros vida entera, la entidad aseguradora tiene la certeza de que deberá satisfacer la prestación
garantizada, de manera que lo único que es incierto o aleatorio es el momento en que tendrá que hacerlo.

En cambio, en los seguros temporales, al no existir certeza de que el fallecimiento del asegurado vaya a producirse
dentro del periodo de cobertura de la póliza, no se sabe si la entidad aseguradora tendrá que satisfacer el capital
asegurado, y, en el caso de que deba satisfacerlo, también es aleatorio el momento en que tendrá que hacerlo.
La duración de los seguros temporales puede ser cualquiera distinta de la vitalicia, pero en determinadas
modalidades habituales de estos seguros viene determinada por sus propias características.

Una modalidad clásica y muy habitual es el seguro temporal anual renovable, en el cual la duración del seguro
es anual. En esta modalidad de seguro, la prima que paga el asegurado es siempre anual.

Otra modalidad es el seguro de amortización de préstamos, por el cual se garantiza que en caso de que el
asegurado fallezca antes de haber amortizado por completo dicho préstamo, la entidad aseguradora asumirá el
pago al banco prestamista del capital pendiente de amortizar en el momento de la muerte. Se trata de un seguro
temporal en el que el periodo de cobertura coincide con la duración del préstamo al que se asocia y en el que la
prestación garantizada es de cuantía decreciente en el tiempo.

Todas las modalidades mencionadas pueden ser tanto de tipo individual como colectivo. No obstante, es frecuente
que se contraten seguros temporales anuales renovables de tipo colectivo.

 Seguros para caso de supervivência


En estos seguros se garantiza el pago al beneficiario designado en la póliza (que suele ser el propio asegurado) de
la prestación si éste alcanza con vida la fecha establecida, la cual suele coincidir con la de su jubilación.
Dado que el riesgo que se cubre en la póliza tiene fecha cierta de acaecimiento, la entidad aseguradora tiene la
certeza de que, a lo largo de toda la duración de la póliza, no tendrá que satisfacer prestación alguna, por lo que se
trata de un tipo de seguros de vida en los que la componente de cobertura de riesgo es menor, pero tienen un
elevado componente de inversión, ya que el fin de la/s prima/s pura/s abonada/s es la constitución de un capital
que es el que permitirá a la entidad aseguradora abonar la prestación al vencimiento de la póliza.
Es frecuente que se denominen también seguros de vida-ahorro o de vida-ahorro-jubilación, y en ellos juega un
papel relevante la rentabilidad que la entidad aseguradora garantiza al tomador, dado que cuanto mayor sea ésta,
menor será la prima que tendrá que pagar para obtener una misma prestación, o mayor será la prestación que se le
garantizará para una misma prima satisfecha.
La prima de estos seguros puede ser tanto única como periódica.
La prestación puede ser tanto un capital como una renta, ya sea vitalicia o temporal. En este último caso, la póliza
no se extingue a la fecha a la que comienza a pagarse la renta, sino que continúa en vigor mientras siga
abonándose ésta. En el caso de que se garantice un capital, suele denominarse seguro de capital diferido;
mientras que, si se garantiza una renta, además de diferida podría ser inmediata, en cuyo caso la prima debería ser
única.
Éstos son los seguros clásicos para caso de supervivencia, pero existe una modalidad de producto financiero-
asegurador en el que el riesgo de la inversión de la/s prima/s lo asume el tomador. Se trata de los seguros
vinculados a unidades de cuenta o “Unit-Linked”, en los cuales la/s primas satisfechas se invierten en un fondo
de inversión o una cesta de fondos de inversión mobiliaria, de manera que la prestación a que tendrá derecho el
beneficiario al vencimiento de la póliza será el valor que en ese momento tengan las participaciones de los fondos
que se adquirieron con las primas que el tomador haya ido satisfaciendo desde la contratación del producto. Por
tanto, no existe garantía alguna a favor del tomador.
Situándose entre los seguros clásicos para caso de supervivencia y estos productos más puramente financieros que
de seguro de vida, las entidades aseguradoras autorizadas para operar en el ramo de vida suelen ofrecer seguros de
capital diferido o de renta diferida en los que garantizan una rentabilidad determinada, la cual no es muy elevada,
dado el largo plazo al que se contratan dichas operaciones y los riesgos a los que está expuesta dicha inversión,
pero, asimismo, se comprometen a hacer al tomador partícipe de los rendimientos que, en su caso, obtenga la
entidad aseguradora por encima de la rentabilidad mínima garantizada, traduciéndose ello, lógicamente, en una
mayor prestación final. Se trata de los conocidos habitualmente como seguros con participación en beneficios.
Otro aspecto relevante en los seguros de vida para el caso de supervivencia es la existencia de los conocidos como
valores garantizados.
El rescate, en primer lugar, implica la cancelación de la póliza por el tomador antes de su vencimiento, debiendo
la entidad aseguradora abonarle una cantidad que se establece en relación con el capital que tenga acumulado a su
favor la entidad.
En ocasiones, el tomador no quiere o no puede seguir pagando primas. Para tales casos suele preverse en las
pólizas el derecho de reducción, que consiste en transformar la póliza en otro seguro del mismo tipo, tomando el
valor de rescate que corresponda en ese momento como prima única del mismo y siendo la prestación garantizada
de cuantía inferior, la cual suele denominarse prestación reducida.
El tomador puede solicitar la reducción una vez transcurrido el plazo previsto en la póliza, que no puede ser
superior a dos años desde la entrada en vigor de la misma, y puede ejercitar el derecho de rescate una vez pagadas
al menos dos primas periódicas. Así mismo, el asegurador, una vez pagadas esas dos primeras primas periódicas,
debe conceder al tomador anticipos sobre la prestación asegurada.
Los seguros para caso de supervivencia pueden ser tanto de tipo individual como colectivo

 Seguros mixtos
Los seguros mixtos o combinados proporcionan cobertura, en una única póliza, tanto para caso de fallecimiento
como para caso de supervivencia del asegurado.
En estos seguros, la prestación garantizada para caso de muerte suele consistir en un capital, mientras que la
garantizada para caso de supervivencia puede ser también un capital o una renta.
La modalidad clásica por antonomasia de seguro mixto es el que se conoce como seguro mixto simple, el cual
combina un seguro temporal y otro de capital diferido, ambos de la misma duración, de forma que, si el asegurado
fallece dentro de dicho periodo, la entidad aseguradora pagaría al beneficiario el capital garantizado para caso de
muerte, y si el asegurado sobrevive al vencimiento de la póliza, percibiría la prestación garantizada para caso de
supervivencia.
Otra modalidad clásica de seguro mixto es el conocido como seguro mixto a capital doblado, el cual combina un
seguro vida entera y otro de capital diferido, por lo que si el asegurado fallece después de la fecha en que vence la
prestación garantizada para caso de supervivencia, la entidad aseguradora tendría que pagar, además, el capital
garantizado para caso de muerte.
Por último, hay otra modalidad clásica de seguro mixto. Se trata de los que suelen denominarse seguros para
caso de muerte-supervivencia, los cuales consisten en seguros temporales que garantizan una prestación para el
caso de que el asegurado fallezca dentro de la duración de la póliza y, además, el beneficiario o los beneficiarios
designados se encuentren con vida. Suelen denominarse también seguros de orfandad, viudedad o de familiares a
cargo.
4.6 ASPECTOS TÉCNICOS (ACTUARIALES) BÁSICOS DEL SEGURO DE VIDA
Los factores de riesgo básicos en los seguros de vida son la edad y el sexo del asegurado, estimándose en función
de ellos la probabilidad de acaecimiento del riesgo cubierto.
En los seguros para caso de muerte suelen tenerse en cuenta, además, otros factores de riesgo como si el
asegurado es fumador o no, si bebe alcohol o no, y si ha padecido ciertas enfermedades, cuyo efecto suele
incorporarse al precio del seguro simplemente por medio de recargos sobre la prima pura básica calculada
teniendo en cuenta los dos factores de riesgos básicos.
En los seguros de vida, al ser la duración un periodo plurianual, el principio de equivalencia actuarial se aplica
para periodos de largo plazo, por lo que tanto la siniestralidad como las primas se valoran en términos de valor
actual de los correspondientes capitales o rentas actuariales.
Dicha equivalencia actuarial, establecida para el horizonte temporal que abarca la duración de las coberturas
contratadas, permite distribuir el importe del precio del seguro a lo largo de la duración total del mismo mediante
primas puras periódicas que se denominan promediadas o niveladas, las cuales pueden ser constantes o
variables, no teniendo, caso de que se trate de un seguro para caso de muerte, porqué coincidir el importe de la que
vence en un período determinado con la que correspondería estrictamente al riesgo cubierto en el mismo.
Como consecuencia de ello, en los seguros de vida la prima pura tiene dos componentes:

 La prima de riesgo, que sólo existe en los seguros para caso de fallecimiento y es la parte de la prima
pura que se consume en la cobertura del riesgo de muerte del asegurado en el periodo de vencimiento,
por lo que, aumenta con su edad, llegando a ser superior a la prima pura.

En los seguros en los que la equivalencia actuarial se establece para un periodo de amplitud no
superior al año, como es el caso de los temporales anuales renovables, toda la prima pura es de riesgo,
y se denomina habitualmente prima natural

 La prima de ahorro, que existe:

- En los seguros para caso de muerte de duración plurianual en los que el tomador pague una prima
pura periódica promediada en lugar de la prima de riesgo correspondiente a cada periodo de
vencimiento. Su evolución con la edad del asegurado será la contraria de la de la prima de riesgo,
llegando a ser negativa.
- En los seguros para caso de supervivencia, en los que toda la prima puta es de ahorro.
Así, en los seguros para caso de muerte distintos de los temporales anuales renovables, la entidad aseguradora
debe reservar las primas de ahorro positivas para constituir, junto con los rendimientos que se obtengan por la
inversión de las mismas, un capital que, en los períodos en los que el riesgo de fallecimiento del asegurado no sea
cubierto por la prima pura que éste paga, permita ir absorbiendo dichos déficits, llegando, de esa manera, a quedar
totalmente consumido al vencimiento de la póliza. Por tanto, también en los seguros de vida-riesgo tiene lugar un
proceso de ahorro, aunque sea de mucho menor relevancia que en los seguros de vida-ahorro-jubilación.
Efectivamente, en los seguros para caso de supervivencia, la entidad aseguradora no cubre ningún riesgo período a
período y conoce con certeza el momento concreto en el que, en su caso, deberá satisfacer la prestación
garantizada, por lo que la única finalidad de las primas puras es constituir, junto con los rendimientos que se
obtengan por la inversión de las mismas, el capital necesario para el caso de que el asegurado alcance con vida el
vencimiento de la póliza (de manera que, en dicho momento, deberá ser igual al capital garantizado o al valor de
la renta garantizada).
Ese capital que la entidad aseguradora debe constituir con las primas de ahorro, tanto en los seguros de vida-
ahorro-jubilación como en las modalidades de seguros de vida-riesgo distintas de los temporales anuales
renovables, es la denominada provisión matemática correspondiente a la póliza, la cual constituye una deuda de
la entidad aseguradora con el tomador y, en el caso de que existan, sirve de referencia para la determinación de los
valores garantizados.
Por otra parte, la equivalencia actuarial para el cálculo de la prima puta puede establecerse:

- Individualmente para cada asegurado en función de aquellas características, denominadas factores de riesgo,
que permiten diferenciar a los asegurados entre sí (“capitalización individual”).
- Colectivamente para un grupo de asegurados, siendo la prima pura individual por unidad monetaria de capital
garantizado la misma para todos (“capitalización colectiva”).

Por consiguiente, salvo que haya un alto grado de homogeneidad entre los asegurados en cuanto a los factores
de riesgo existirá solidaridad entre ellos.
En cuanto al recargo de seguridad, cuya finalidad es absorber las posibles desviaciones desfavorables de las
prestaciones satisfechas respecto de su valor medio esperado, en los seguros de vida existe de forma implícita en
los siguientes caso:
- En los seguros para caso de muerte, cuando las probabilidades de fallecimiento estimadas con la tabla de
mortalidad empleada son mayores que las reales correspondientes al grupo humano considerado.
- En los seguros para caso de supervivencia, cuando las probabilidades de supervivencia estimadas con la tabla
de mortalidad son superiores a las reales.
Los elementos fundamentales de las bases técnicas en los seguros de vida son los siguientes:
- La tabla de mortalidad que se utiliza para la estimación de las probabilidades de muerte o de supervivencia que
resulten necesarias (la cual suele ser distinta para hombres y para mujeres);
- y el tipo de interés técnico –o rentabilidad garantizada al asegurado- que se utiliza para la valoración financiera
de las prestaciones (en el momento de la firma de la póliza).

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