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Game Over

Los 13 errores que me llevaron a cerrar mi empresa.

Error número 1:

Piense en una idea genial y ¡ya tiene su negocio!

Es rotundamente erróneo creer que la idea lo es todo para comenzar a crear una empresa desde
cero. Muchos empresarios noveles juegan con su idea como si fuese un tesoro que deben
proteger. Es por ello que no se la cuentan a nadie hasta ponerla en práctica y asegurarse que no le
roben sus planes.

Dar con una idea aparentemente innovadora no tiene demasiado valor. Porque crear algo
totalmente nuevo es casi imposible, la gran mayoría de las cosas están ya inventadas. La
sobresaturación de la oferta está apoderándose del mundo y las competencias en el mercado cada
vez son más y más, por lo que, intentar captar la atención y preferencia del consumidor resulta
imposible innovar con algo nuevo y distinto.

Es importante convencerse de que no siempre una idea va destinada a ser un éxito seguro, el valor
sólo se crea al ejecutar la idea convirtiéndola en una empresa.

Error número 2:

Contraste la idea con su familia y amigos.

Esconder la idea es lo último que se debe hacer antes de lanzarla.

El segundo paso es sacar el máximo provecho a la agenda y procurar establecer contacto con el
máximo número de especialistas en financiación, en planes de negocio y en el sector concreto en
el que se planea introducir.

Consultar especialistas, empresarios y expertos en el sector es de vital importancia para alcanzar


los objetivos que se desean obtener, sin embargo, la idea de consultarlo con amigos o familia
queda rotundamente descartado; pues, por más que nos cueste aceptarlo, ellos sólo dirán lo que
se desea escuchar.

Error número 3:

Infrafinancie su proyecto.

“No dejes para mañana lo que puedes hacer hoy.”

No considere su inversión como una vorágine puntual e indeseada de gasto que le ha de servir
para iniciar su actividad. Se debe ser capaz de ver la inversión como una necesidad permanente
que debe llevarse a cabo con planificación y control.

Inyectando lo suficiente al principio estaremos comprando tiempo y tranquilidad. Un negocio es


una planta que crece, y para hacerlo de forma natural necesita ambas cosas. Financie bien su
empresa. Realice bien los cálculos de ingresos y gastos, con criterios profesionales, no por
conjeturas.
Error número 4:

Escoja a sus socios por su capacidad para soltar el dinero.

No apresurarse abriendo la puerta de la empresa al primer inversor que llame a ella. El dinero es
importante, pero es más importante evitar que entre la discordia o la inseguridad a la empresa.

Inclinarse por socios profesionales que vayan a la par en el camino, siempre es la mejor opción,
pues aportan diferentes enfoques a los problemas y planos estratégicos en beneficio del negocio.

Es fundamental encontrar socios profesionales que sean complementarios; que aporten


experiencia, conocimientos o contactos que no se dispongan. Socios dispuestos a cuestionar las
decisiones y a proponer alternativas de acción.

Error número 5:

Láncese al mercado más grande, así tendrá más clientes.

La satisfacción de nuestros clientes, y por lo tanto el éxito empresarial, puede explicarse con la
ayuda de la siguiente ecuación:

Satisfacción = valor aportado al cliente

precio pagado + riesgo inherente a la compra

Un producto o servicio nos satisface cuando el valor que nos aporta es superior al precio que
pagamos y compensa el riesgo inherente a la compra.

Lanzarse al mercado más grande no garantizará atraer a más clientes si se debe estimular una
demanda que no existe. O si la demanda está ahí pero su voz se pierde entre el ruido reinante y
nadie llega a escucharle.

Comprender que el éxito de toda empresa es una consecuencia del valor que se puede aportar a
los clientes. El valor no es un término absoluto, sino que puede variar del concepto de
competencia en el que se está situado.

Antes de asentarse en una nueva ubicación o mercado, es necesario asegurarse de que allí donde
va puede existir una demanda real para el producto. ¿Qué posibilidades tiene de ser considerado
el mejor del mundo cuando abra sus puertas?

Error número 6:

Las ventas son el presente. La contabilidad sólo es el pasado.

No se debe permitir de ninguna manera que la obsesión por las ventas sea distractora del
necesario control de caja, se debe ser cuidadoso en la entrada y salida del efectivo, así como su
correspondiente registro.

Llevar bien sus números no significa trabajar con datos del pasado, sino conocer a fondo el estado
de su empresa para estar en condiciones de gestionar lo mejor posible el futuro.
Error número 7:

No contrate a nadie si usted puede hacer su trabajo.

Aceptar ayuda y ponerse a buscarla es el paso más importante en el desarrollo de las tareas a
realizar dentro de la empresa.

El producto o servicio será tan bueno como el equipo con el que lo elabore o lo preste.

En cualquier actividad profesional que sea ejercido, el encargado será tan bueno como el equipo
con el que cuente. No asumir demasiadas responsabilidades a costa de reducir el número de
empleados dentro de la empresa es un grave error.

Escatimar el gasto invertido en el personal y acaparar trabajo en un intento de reducir costes es un


error.

El gasto adicional de dedicación y energía no sólo no servirá para aumentar la productividad de su


negocio, sino que actuará como un lastre para su vida personal y profesional.

Error número 8:

Al comunicar su oferta, sea creativo y sofisticado.

Da lo mismo.

No se debe consumir demasiado la cabeza con una campaña de publicidad. En su lugar, resulta
mucho más beneficioso dedicar todo el esfuerzo, los recursos y el talento en conseguir que dicho
producto sea mejor que el de la competencia, o igual de bueno, pero más barato. Y cuando se
tenga esa certeza, dedicarle el tiempo justo a la publicidad, lo más importante es contarlo de un
modo simple y directo.

Al comenzar la actividad, es más importante concentrar el trabajo en el producto, no en su


comunicación. Aportar por la sencillez y prescindir de artificios innecesarios: es la mejor manera
de llegar a la mente.

Error número 9:

Concentre su esfuerzo en captar nuevos clientes en lugar de retener a los que ya tiene

Nos equivocamos en la estrategia. En lugar de invertir en el cliente nos lanzamos a invertir en


publicidad. Es decir, en lugar de orientarnos a gratificar la confianza de nuestros clientes,
concentramos la inversión en exhortar a los no clientes a comprarnos sin ofrecerle nada a cambio.

Antes de poner en marcha una campaña publicitaria, considere si aquellos consumidores que
recibirán su mensaje se van a interesar mínimamente por él.

No se debe perder de vista el demostrar a los clientes que se está dispuesto a invertir en ellos para
obtener su confianza.

Error número 10:

Un negocio y una empresa son lo mismo


Invierta en la infraestructura que le permita gestionar su empresa profesionalmente. Pero hágalo
con total control, con pausa y tranquilidad. Si no puede permitirse esta infraestructura, siga
adelante con su pequeño negocio y renuncie a mayores ganancias en el corto plazo.

Es preferible crecer un 10% anual durante cinco años, y seguir vivo transcurrido ese tiempo, a per
seguir un 50% de crecimiento desgastándose en el camino hasta comprometer su futuro.

Inyecte en su empresa el capital necesario para financiar la nueva estructura sin sobresaltos hasta
que logre consolidar sus beneficios.

Error número 11:

Sea un elefante en lugar de un pez.

La mejor estrategia para sortear con éxito una crisis es hacerse tan pequeño como sea posible.

En cuestión de decisiones empresariales le recomiendo que utilice una mente limpia y no


coaccionada por la experiencia previa.

El éxito no se puede fotocopiar. Llegar a alcanzarlo es un nuevo reto, difícil y diferente, cada vez
que expandimos nuestro negocio. Llegado el momento de tomar una decisión clave, es mejor ser
un pez que un elefante.

Error número 12:

Sea positivo e ignore el riesgo de fracasar

La idea de que el empresario jamás debe contemplar un escenario de fracaso, es una exageración
triunfalista.

Es necesario tener bien pensada la manera más airosa posible de cesar la actividad de su empresa
si llega a ver que su supervivencia no es posible.

Aunque las cosas le vayan bien, procure tener en mente qué haría llegado ese punto en el que
deba vender a un tercero la titularidad de la empresa: qué ruta tomaría y qué pasos debería dar. Si
se queda en blanco, busque asesoramiento. Pero búsquelo hoy.

Todo menos dejar que los días pasen con una bomba bajo la almohada. Si existe la mínima
posibilidad de que su negocio vaya mal y usted se ha expuesto demasiado, puede llegar a perder
todo lo que tiene.

Error número 13:

Siga adelante, aunque haya perdido la ilusión

Para encontrar satisfacción en el trabajo no existe otro camino que amar lo que hacemos.

Ningún negocio es tan importante o imprescindible como para justificar el sufrimiento personal de
modo continuado. Si realmente está sufriendo, corte por lo sano lo antes posible.

Que no le agarrote el temor y le impida tomar decisiones libremente: siempre es posible bajarse
del barco.

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