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Introducción:
Información complementaria para el mediador.
La pintura de paisaje se practicó en México hasta el S. XIX, primero por los pintores
extranjeros que llegaron al país después de la Independencia, y más tarde en la
Academia de San Carlos. Este género pictórico fue desconocido para las culturas
prehispánicas: no contamos con este tipo de pinturas por ejemplo en los murales del
altiplano, en la zona maya o en los códices. El paisajismo pudo llevarse a cabo en
gracias a la presencia en 1855 del paisajista italiano Eugenio Landesio y Pelegrín
Clavé.
El director de la academia en ese entonces que era Pelegrín Clavé, fue consciente
tanto de la importancia y belleza que ofrecía la naturaleza del país como de la
necesidad de implantar, dentro de la academia, la enseñanza de la pintura de paisajes
como género especial; el mismo se había ocupado de ciertos conocimientos, pero
como era de esperarse no era suficiente pues él no era un especialista. Para esta
ardua labor decidió traer a México a Eugenio Landesio paisajista italiano, que lo había
conocido posteriormente en Roma.
Durante la época virreinal el paisaje dentro de las pinturas se mostró como un elemento
de relleno y enteramente convencional, no como lo conocemos hoy en día: naturalista.
La variedad de temas que ofrece el territorio nacional pasó desapercibida para los
pintores coloniales, pues cuando se veían obligados a emplear algún paisaje como
fondo de alguna escena religiosa lo inventaban o, cuando no, lo copiaban de grabados
europeos.
La naturaleza era puesta como el principio único de todo aquello que era real, era la
objetividad perfecta, por eso el paisajismo tuvo una gran importancia, no sólo era pintar
Museo Nacional de Arte. Guión de visita Territorio ideal
Gui 2022
Eugenio Landesio nace en 1810 en Italia del norte Altessano, Turín. Fue concebido en
una familia muy pobre y desde joven mostró interés por la pintura; su primer maestro
fue su hermano mayor, dándole clases de dibujo. Sin embargo, llegó a su máximo
esplendor con el paisajista Carlos Markó.
Landesio estuvo en México de 1855 a 1877 y formó a grandes pintores entre los que
destacan: Luis Coto, Salvador Murillo, y el más destacado: José María Velasco.
en tanto que el templo fue dejado para el culto protestante. De los treinta mil metros
cuadrados que ocupó, sólo quedaron pistas: el templo mayor con la capilla de
Balvanera (dieciochesca)—, hoy día abiertos al culto católico—, la arcada del claustro
principal dentro del templo metodista; los restos de las capillas de San Antonio y del
Calvario y los restos del atrio y el muro de la biblioteca.
encuentran un grupo de indígenas que descansa al caer la tarde. Hay otros dos
personajes uno de ellos es un tlachiquero. Del lado izquierdo los volcanes y del
derecho un cúmulo de nubes se deshace sobre la serranía. Al centro se encuentra la
ciudad de México, los caminos que salen de ella van a la Villa de Guadalupe y Tlalpan.
Del lado derecho se muestra el montículo de una ruina prehispánica. Para hacer la
obra, Landesio debió haber subido varias veces a la localidad y realizar bocetos a
diferentes horas del día.
Los estudios de Humboldt acerca de los volcanes llevaron al inglés William Bullock a
interesarse por el potencial minero del país. A Través de su obra Six months residence
and travel in México, with plates and maps se logra una gran difusión acerca de las
favorables condiciones de México para la inversión extranjera. Otra pluma extranjera
que describió la belleza de los volcanes fue Francés Erskine Inglis, conocida como
Madame Calderón de la Barca, quien en la correspondencia que sostuvo con su familia
describe el paisaje que los artistas llevarían al papel y a los lienzos. En 1841, Branz
Mayer, político norteamericano se mostró realmente admirado por la belleza de los
volcanes, a tal grado que varias veces intento sin éxito escalar el Popocatépetl en
compañía del señor von Gerolt, el varón de Gros y el pintor Daniel Thomas Egerton
quienes también dejaron testimonio de la belleza de los volcanes.
José María Velasco, 1877, Valle de México desde el cerro de Santa Isabel.
Museo Nacional de Arte. Guión de visita Territorio ideal
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Fuentes Consultadas:
José María Velasco, Moyssén, Xavier
Homenaje Nacional, Museo Nacional de Arte
La materia del arte, Museo Nacional de Arte