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Trabajo práctico

J. Rancière, El maestro ignorante (Capítulo 1)

7) ¿En qué consiste la inversión de la lógica del sistema explicador? (0,5p)

La revelación que se apoderó de


Joseph Jacotot se concentra en que
es necesario invertir
la lógica del sistema
explicador. La explicación no
es necesaria para remediar una
incapacidad de comprensión. Esta
incapacidad es la ficción que
estructura la concepción
explicadora del mundo. El
explicador es el que necesita del
incapaz y no al revés. Explicar
alguna cosa a alguien es
primero demostrarle que no
puede comprenderla por sí
mismo. La explicación es el mito de
la pedagogía la parábola de un
mundo dividido en
espíritus sabios y espíritus
ignorantes. La trampa del
explicador consiste en este doble
gesto inaugural. Por un lado, es él
quién decreta el comienzo absoluto:
sólo ahora va a
comenzar el acto de aprender. Por
otro lado, es él quién lanza ese velo
de la ignorancia

que luego se encargará de


levantar. Hasta que él llegó,
el niño tanteo a ciegas,
adivinando, ahora es cuando va
aprender.
La revelación que se apoderó de
Joseph Jacotot se concentra en que
es necesario invertir
la lógica del sistema
explicador. La explicación no
es necesaria para remediar una
incapacidad de comprensión. Esta
incapacidad es la ficción que
estructura la concepción
explicadora del mundo. El
explicador es el que necesita del
incapaz y no al revés. Explicar
alguna cosa a alguien es
primero demostrarle que no
puede comprenderla por sí
mismo. La explicación es el mito de
la pedagogía la parábola de un
mundo dividido en
espíritus sabios y espíritus
ignorantes. La trampa del
explicador consiste en este doble
gesto inaugural. Por un lado, es él
quién decreta el comienzo absoluto:
sólo ahora va a
comenzar el acto de aprender. Por
otro lado, es él quién lanza ese velo
de la ignorancia
La revelación que se apoderó de
Joseph Jacotot se concentra en que
es necesario invertir
la lógica del sistema
explicador. La explicación no
es necesaria para remediar una
incapacidad de comprensión. Esta
incapacidad es la ficción que
estructura la concepción
explicadora del mundo. El
explicador es el que necesita del
incapaz y no al revés. Explicar
alguna cosa a alguien es
primero demostrarle que no
puede comprenderla por sí
mismo. La explicación es el mito de
la pedagogía la parábola de un
mundo dividido en
espíritus sabios y espíritus
ignorantes. La trampa del
explicador consiste en este doble
gesto inaugural. Por un lado, es él
quién decreta el comienzo absoluto:
sólo ahora va a
comenzar el acto de aprender. Por
otro lado, es él quién lanza ese velo
de la ignoranci
La revelación que se apoderó de
Joseph Jacotot se concentra en que
es necesario invertir
la lógica del sistema
explicador. La explicación no
es necesaria para remediar una
incapacidad de comprensión. Esta
incapacidad es la ficción que
estructura la concepción
explicadora del mundo. El
explicador es el que necesita del
incapaz y no al revés. Explicar
alguna cosa a alguien es
primero demostrarle que no
puede comprenderla por sí
mismo. La explicación es el mito de
la pedagogía la parábola de un
mundo dividido en
espíritus sabios y espíritus
ignorantes. La trampa del
explicador consiste en este doble
gesto inaugural. Por un lado, es él
quién decreta el comienzo absoluto:
sólo ahora va a
comenzar el acto de aprender. Por
otro lado, es él quién lanza ese velo
de la ignoranci
La revelación que se apoderó de
Joseph Jacotot se concentra en que
es necesario invertir
la lógica del sistema
explicador. La explicación no
es necesaria para remediar una
incapacidad de comprensión. Esta
incapacidad es la ficción que
estructura la concepción
explicadora del mundo. El
explicador es el que necesita del
incapaz y no al revés. Explicar
alguna cosa a alguien es
primero demostrarle que no
puede comprenderla por sí
mismo. La explicación es el mito de
la pedagogía la parábola de un
mundo dividido en
espíritus sabios y espíritus
ignorantes. La trampa del
explicador consiste en este doble
gesto inaugural. Por un lado, es él
quién decreta el comienzo absoluto:
sólo ahora va a
comenzar el acto de aprender. Por
otro lado, es él quién lanza ese velo
de la ignoranci
La revelación que se apoderó de Jacotot es la siguiente: es necesario invertir la lógica del sistema explicador.
Con ello refiere que la explicación no es necesaria para remediar una incapacidad de comprensión, todo lo
contrario, esta incapacidad es la ficción que estructura la concepción explicadora del mundo; por lo tanto El
explicador es el que necesita del incapaz y no al revés; es él el que constituye al incapaz como tal.
No hay ignorante, decía, Jacotot, que no sepa una infinidad de cosas, y toda enseñanza debe fundarse en
este saber, en esta capacidad en acto.
Instruir puede entonces significar dos cosas exactamente opuestas: confirmar una incapacidad en el acto
mismo que pretende reducirla, o a la inversa, forzar una capacidad que se ignora o se niega, a reconocerse y
a desarrollar todas las consecuencias de este reconocimiento.
La experiencia de este maestro francés que enseñó a sus alumnos sin explicarles nada y que les mostró
su capacidad de aprender por sí mismos, lo hizo, tan solo, invitándoles a usar su inteligencia, sin necesidad
de explicaciones, ni de respuestas, ni de certezas.
ue luego se encargará de levantar. Hasta que él llegó, el niño tanteo a ciegas,
La revelación que se apoderó de Joseph Jacotot se concentra en que es necesario invertir
la lógica del sistema explicador. La explicación no es necesaria para remediar una
incapacidad de comprensión. Esta incapacidad es la ficción que estructura la concepción
explicadora del mundo. El explicador es el que necesita del incapaz y no al revés. Explicar
alguna cosa a alguien es primero demostrarle que no puede comprenderla por sí
mismo. La explicación es el mito de la pedagogía la parábola de un mundo dividido en
espíritus sabios y espíritus ignorantes. La trampa del explicador consiste en este doble
gesto inaugural. Por un lado, es él quién decreta el comienzo absoluto: sólo ahora va a
comenzar el acto de aprender. Por otro lado, es él quién lanza ese velo de la ignorancia

que luego se encargará de


levantar. Hasta que él llegó,
el niño tanteo a ciegas,
adivinando, ahora es cuando va
aprender.
adivinando, ahora es cuando va
aprender.
8) ¿Cómo caracteriza el mito pedagógico y el principio de la explicación? (0,5p)

Explicar alguna cosa a alguien es, primero, demostrarle que no puede comprenderla por sí mismo. Antes de
ser el acto del pedagogo, la explicación es el mito de la pedagogía, la parábola de un mundo dividido en
espíritus sabios y espíritus ignorantes, maduros e inmaduros, capaces e incapaces, inteligentes y estúpidos.

El mito pedagógico divide al


mundo en dos, a la
inteligencia en dos. Existe una
inteligencia inferior y una
inteligencia superior. La
primera registra al azar las
percepciones, retiene, interpreta y
repite empíricamente. Esa es la
inteligencia del niño
pequeño y del hombre del pueblo.
La segunda conoce las cosas a
través de la razón,
procede por método de lo simple a
lo complejo, de la parte al todo,
permite al maestro
transmitir sus conocimientos
adaptándolos a las capacidades
intelectuales del alumno. Tal
es el principio de la
explicación. Tal será en
adelante para Jacotot el
principio del
atontamiento
El mito pedagógico divide al mundo en dos, a la inteligencia en dos. Existe una inteligencia
inferior y una inteligencia superior. La primera registra al azar las percepciones, retiene, interpreta
y repite empíricamente. Esa es la inteligencia del niño pequeño y del hombre del pueblo. La segunda conoce
las cosas a través de la razón, procede por método de lo simple a lo complejo, de la parte al todo, permite al
maestro transmitir sus conocimientos adaptándolos a las capacidades intelectuales del alumno. Tales el
principio de la explicación. Tal será en adelante para Jacotot el principio del atontamiento.

9) ¿En qué consiste el método de la voluntad y el azar que descubre y lleva a cabo? (1p)

Por azar y no pudiendo aplicar su pedagogía tradicional, Jacotot encontró que la inteligencia de los alumnos
replicaba la inteligencia del niño al aprender la lengua materna (escucha, retiene, imita; compara, corrige,
repite). Su teoría, como todas, parte de una práctica generalizada. Sacando conclusiones de esta experiencia
Jacotot plantea su tesis: hay que partir de la premisa de que todas las inteligencias son iguales.

A través de la experiencia del niño, del sabio y del revolucionario, el método del azar practicado con éxito por
los estudiantes holandeses revelaba su segundo secreto. Aquel método de la igualdad era antes que nada un
método de la voluntad. Se podía aprender, cuando así se lo quería, solo y sin maestro explicador mediante la
tensión del deseo propio o la exigencia de una situación.

Los alumnos aprendieron sin maestro explicador, pero no por ello sin maestro. Entre el maestro y el alumno
se había establecido una pura relación de voluntad a voluntad. Este dispositivo permite desenredar las
categorías mezcladas del acto pedagógico y definir exactamente el atontamiento explicativo. Existe
atontamiento allí donde una inteligencia está subordinada a otra inteligencia, el hombre, y el niño en
particular, puede necesitar un maestro cuando su voluntad no es lo bastante fuerte para ponerlo y mantenerlo
en su trayecto.

Esta nueva concepción del acto pedagógico, rompe estructuras de pensamiento propias de Jacotot hasta el
momento de atravesar su “aventura intelectual”, ya que esta experiencia novedosa para él y el propio azar, es
lo que hicieron que reconfigurara esa conciencia, y de este modo, reconsiderara su tarea pedagógica

10) ¿Cómo impactan estos desplazamientos en su posición de maestro? ¿Cómo se modifican las
relaciones de poder maestro-alumno en la pedagogía de la emancipación?(1p)

Sin un lenguaje común, no había manera de explicar, porque no había manera de hacerse comprender. Lo
que impedía de hecho toda pedagogía. Si Jacotot tenía aún una función que desempeñar como maestro ésta
no podía basarse en explicar a sus alumnos sus conocimientos.

La solución que encontró fue oportuna, recurrió a una edición bilingüe ( Telémaco de Fenelón) y pidió a sus
alumnos, por medio de un traductor, que se aprendieran el libro de memoria y escribieran un resumen con la
ayuda de la traducción, al cabo de un tiempo descubrió que sus alumnos habían aprendido a hablar y a
escribir en francés sin necesidad de sus explicaciones, es decir, aprendieron de manera autónoma.

Con el nuevo método no había habido transferencia de conocimiento pero eso no quiere decir que
aprendieran sin maestro. Jacotot, no pone en cuestión su papel. Sin alguien que les dejara a solas con el
texto, nunca hubieran aprendido francés. Su papel fue necesario, al menos para darles el impulso inicial, pero
su papel ya no tenía que ver con dar acceso al conocimiento que él poseía.

La experiencia de Jacotot había de señalar el pase de ser un maestro embrutecedor para convertirse en un
maestro emancipador.

La pedagogía de la emancipación de Jacotot se levanta sobre la relación de igualdad entre las inteligencias
del alumno y el maestro. Ambas deben estar en el mismo plano de ignorancia respecto a los contenidos.

11)¿Cuáles son los usos de la inteligencia que supone? Caracterice la posición del maestro
ignorante. ¿Por qué afirma que “se puede enseñar lo que se ignora”? (1p)

Como nos cuenta Jacotot, el no había transmitido nada ni utilizado ningún método y si habría un método que
consignar este era exclusivamente el utilizado por los alumnos, entonces la comparación no se establecía
entre métodos, sino entre dos usos de la inteligencia y dos concepciones del orden intelectual. El nos habla
de una vía de la libertad que responde a la urgencia de su peligro, pero también la de la confianza en la
capacidad intelectual de todo ser humano. Bajo la relación pedagógica de la ignorancia con la ciencia, era
necesario reconocer la relación filosófica más fundamental del embrutecimiento con la emancipación. De esta
manera, había en juego no dos, sino cuatros términos. El acto de aprender podía producirse según cuatro
determinaciones combinadas de diversa manera: mediante un maestro emancipador o uno embrutecedor;
mediante un maestro sabio o uno ignorante.

En el acto de enseñar y aprender hay dos voluntades y dos inteligencias. Se llamará atontamiento a su
coincidencia. Se llamará emancipación a la diferencia conocida y mantenida de las dos relaciones, al acto de
una inteligencia que sólo obedece a sí misma, aunque la voluntad obedezca a otra voluntad.

Un maestro ignorante no es un ignorante que decide hacerse el maestro. El maestro no tiene que ser
necesariamente alguien que sabe, sino alguien que quiere que los alumnos aprendan, que enseña sin
transmitir ningún conocimiento, capaz de disociar su propio conocimiento y el ejercicio de la docencia. Es un
maestro que demuestra que aquello que llamamos “transmisión del saber” comprende, en realidad, dos
relaciones intrincadas que conviene disociar: una relación de voluntad a voluntad y una relación de
inteligencia a inteligencia,  disociación que intenta destituir la relación de autoridad magistral para remplazarla
solo por la fuerza de una inteligencia que ilumina otra inteligencia.
Se puede enseñar lo que se ignora si se emancipa al alumno, si se le obliga a usar su propia inteligencia.
Maestro es el que encierra a una inteligencia en el círculo arbitrario de donde sólo saldrá cuando se haga
necesario para ella misma. Para emancipar a un ignorante es necesario y suficiente con estar uno mismo
emancipado, con ser consciente del verdadero poder del espíritu humano.

Jacotot se convenció de que lo que logra que el alumno active su “inteligencia” es independiente de que el
maestro sepa más sobre una materia. Que era posible que un ignorante permitiera a otro ignorante saber lo
que él mismo no sabía. Nuevamente nos señala que se puede enseñar lo que se ignora si se emancipa al
estudiante, es decir, si se le ayuda a usar, adecuadamente, su inteligencia y su voluntad.

12) Distinga el círculo de la impotencia del de la potencia. ¿Cuáles son los valores y los supuestos
de Jacotot en llevar a cabo esta pedagogía? (1p)

El círculo de la impotencia está desde siempre, es el movimiento específico del mundo social que se disimula
en la evidente diferencia entre la ignorancia y la ciencia. El círculo de la impotencia une al explicador y al
explicado mediante una ficción, que constituye al incapaz como tal. Se trata de un círculo porque mantiene la
lógica de la incapacidad en la reproducción de explicaciones. El explicado puede constituirse en explicador
después de un tiempo de explicaciones, es decir, constituir a alguien más como explicado, como incapaz.

Por su parte, el círculo de la potencia sólo puede causar efecto si se lo publicita. Pero puede aparecer como
una tautología o un absurdo, la potencia intelectual, enseña el autor francés, es común a todos los seres
humanos y cualquiera puede reconocer en sí mismo este poder, apropiárselo, y desplegar las consecuencias
de ese reconocimiento.

Para que un docente pueda emancipar a un ignorante es necesario estar él mismo emancipado, es decir,
debe ser consciente del verdadero poder de la mente humana. De ese modo el ignorante aprenderá por su
cuenta lo que el maestro ignora, si el maestro le pone en situación de que pueda aprender y le ayuda a
actualizar su capacidad de aprendizaje; estamos en el círculo de la potencia del estudiante emancipado que
es homólogo y opuesto al círculo de la impotencia que une al estudiante con el maestro explicador, utilizado
en el método de enseñanza tradicional.
13) ¿Es posible desarrollar esta perspectiva en nuestro país? Distinga posibilidades, limitaciones y
desarrolle su opinión personal al respecto. (1 p)

Naturalmente, la perspectiva de Jacotot, en una primera y superficial percepción, resulta desafiante al sistema
tradicional en el cual no hemos educado, naturalmente también uno se encuentra adepto a romper
estructuras que quizás uno considera no contemporáneas, y que no obedecen a esa emancipación de la que
habla Jacotot; estructuras atadas a lo cultural y a lo social.

En esto, queremos aventurar nuestra opinión, Porque así como Jacotot se encontró de manera azarosa en
una situación compleja, también nosotros, azarosa o no, nos encontramos en un relieve educativo muy
afectado por los indicadores mencionados, por ello, la lectura del EL Maestro Ignorante y la Educación
Universal nos sensibiliza y nos interpela en nuestro futuro rol docente.

La cultura es responsable de la corrosión del carácter, y de estar acostumbrados al maestro explicador y al


alumno ignorante.

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