Capítulo Vi. La Persona Jurídica.

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CAPÍTULO VI
LA PERSONA JURÍDICA
Sumario: 1. LA PERSONA JURÍDICA EN GENERAL. 1.1. Concepto y justificación. 1.2. Fundamento normativo.
1.3. Persona jurídica y personalidad jurídica. 1.3.1. Reconocimiento y efectos. 1.3.2. La doctrina del
levantamiento del velo. 1.4. Clases de las personas jurídicas. 1.4.1. En el Código civil. 1.4.2. Según su naturaleza:
pública o privada. 1.4.2.1. Personas jurídicas de Derecho público. 1.4.2.2. Personas jurídicas de Derecho
privado. 1.5. Capacidad jurídica y capacidad de obrar. 1.6. Domicilio y nacionalidad. 2. LAS ASOCIACIONES. 2.1.
El derecho de asociación. 2.1.1. Reconocimiento. 2.1.2. Justificación legislativa. 2.1.3. Perfiles de su contenido
constitucional. 2.1.4. Contenido y principios legales. 2.2. Constitución de la asociación. 2.2.1. Capacidad. 2.2.2.
Acuerdo de constitución. 2.2.3. Adquisición de la personalidad jurídica. 2.2.4. Denominación y domicilio. 2.2.5.
Contenido del acta fundacional. 2.2.6. Estatutos de la asociación. 2.3. La inscripción de la asociación y sus
efectos. 2.3.1. Deber y derecho. 2.3.2. Responsabilidades por no inscripción. 2.4. Régimen legal de los socios.
2.4.1. La condición de asociado. 2.4.2. Derechos de los asociados. 2.4.3. Deberes de los asociados. 2.5. Los
registros de asociaciones. 2.5.1. Registro Nacional de Asociaciones. 2.5.2. Registros Autonómicos de
Asociaciones. 2.5.3. Régimen jurídico y publicidad de la inscripción. 2.6. Gobierno y representación de la
asociación. 2.6.1. La Asamblea General. 2.6.2. El órgano de representación. 2.7. Régimen económico de la
asociación. 2.8. Responsabilidad de las asociaciones inscritas. 2.9. Disolución y liquidación. 2.10. Suspensión y
disolución judicial. 3. LAS FUNDACIONES. 3.1. Reconocimiento y regulación. 3.2. Concepto, fines y beneficiarios.
3.3. Constitución de la fundación. 3.3.1. Denominación. 3.3.2. Domicilio. 3.3.3. Capacidad para crear una
fundación. 3.3.4. Tipos de constitución. 3.3.5. La dotación de la fundación. 3.3.6. Inscripción y personalidad
jurídica. 3.3.7. Los Registros de Fundaciones. 3.4. El Patronato de la fundación. 3.4.1. Definición y funciones.
3.4.2. Composición. 3.4.3. Carácter gratuito. 3.5. El Protectorado de la fundación. 3.5.1. Definición y
composición. 3.5.2. Funciones. 4. ENTES SIN PERSONALIDAD JURÍDICA. Bibliografía complementaria.
1. La persona jurídica en general
1.1. Concepto y justificación. La capacidad jurídica que se reconoce a

todos los seres humanos, personas físicas, o naturales, esto es, aquella aptitud
para ser titulares de derechos y obligaciones, sinónimo de personalidad,
también la reconoce el Derecho a determinados grupos o entidades, las
personas jurídicas, o morales436, creadas por el ingenio humano para realizar
ciertas actividades y conseguir unos fines que, de manera individual, sería
imposible, o muy difícil.
Pueden definirse, también, las personas jurídicas, como aquellos grupos o
entidades constituidas para la consecución de objetivos colectivos y duraderos
a las que las leyes conceden capacidad de ser sujetos de derechos y deberes.
Si la vida en sociedad justifica, como es bien sabido, la propia existencia
del Derecho, en cuanto supone la regulación de las relaciones de unos hombres
con otros para hacer más llevadera la convivencia social, resulta que la
agrupación de personas para alcanzar determinadas metas de beneficio común
applicable copyright law.
supone un nivel más elevado en el perfeccionamiento de aquellas relaciones

sociales a las que el Derecho, naturalmente, no es ajeno en absoluto.
436
La expresión «personas morales» acogida por el Derecho francés, no cuajó en España,
que pronto adoptó la de personas jurídicas del Derecho alemán, italiano y portugués.
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AN: 753268 ; Acedo Penco, Ángel.; Introduccion al derecho privado
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154 INTRODUCCIÓN AL DERECHO PRIVADO
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1.2. Fundamento normativo. Aunque el Tribunal Constitucional se

muestra cada vez más proclive a reconocer nuevos derechos fundamentales a
las personas jurídicas, sin embargo, sólo un precepto la Constitución cita
expresamente a las «personas jurídicas», y de manera incidental437.
Ello no significa que las ignore, o que no se refiera a ellas con claridad, ya
que lo hace especialmente al reconocer a los ciudadanos una serie de derechos
cuyo ejercicio únicamente puede hacerse efectivos a través de aquéllas438.
Así, el reconocimiento del derecho de asociación, con rango de derecho
fundamental, lleva aparejado, de manera ineludible, el derecho a crear unas
personas jurídicas como son las asociaciones, elevándolas a categoría
constitucional, gozando de la máxima protección jurídica posible.
No gozan todas las personas jurídicas de tales privilegios normativos,
algunas, pese a su reconocimiento constitucional, como las fundaciones, su
nivel de protección es menor, dada su ubicación en la Constitución.
Pero será en el Código civil donde se establezca una regulación legal
básica y general que, aunque escasa, fue muy avanzada al tiempo de
publicarse, quizá por el retraso en aprobarse, pues los primeros textos de la
codificación fueron ajenos al tratamiento de las personas jurídicas, siendo
oportuno recordar que el Code francés de 1804 ni tan siquiera las menciona.
Los artículos 35 al 39 CC establecen un régimen jurídico básico, y de
carácter general, sobre las personas jurídicas, sus clases, la capacidad jurídica y
de obrar de aquéllas, así como su extinción, añadiéndose, fuera del capítulo
dedicado a ellas, el artículo 41 CC, sobre el domicilio de la persona jurídica.
Además del Derecho civil, para regular de manera específica ciertas clases
de personas jurídicas, existen multitud de normas cuyo análisis corresponde,
también, a otras disciplinas jurídicas, como el Derecho mercantil, Derecho del
trabajo, Derecho constitucional o el Derecho administrativo.
1.3. Persona jurídica y personalidad jurídica. 1.3.1. Reconocimiento y

efectos. Para el mundo del Derecho y de la Economía en general, una cualidad
destaca portentosamente sobre todas demás características que se puedan ver
en las personas jurídicas y es el reconocimiento a estas entidades o grupos de
lo que se denomina la personalidad jurídica, diferente y separada, de la de los
propios miembros que la fundan, componen y dirigen.
437
Artículo 27.6 CE.
438
Constitución española; artículos: 6 los «partidos políticos», 7 «sindicatos y asociaciones
empresariales», 16.1 «las comunidades religiosas», 20.3 los «medios de comunicación social»,
22 las «asociaciones», 27.3 los «centros docentes», 27.10 «universidades»; 34 «fundaciones»,
36 «colegios profesionales», 38 «libertad de empresa», 51.2 «asociaciones de consumidores»,
52 las «organizaciones profesionales», esencialmente.
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Ángel ACEDO PENCO 155
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Parece que fueron las «compañías» inglesas y holandesas, sobre todo para
afrontar costosas y arriesgadas empresas en tierras de ultramar, las que primero
obtuvieron el privilegio de limitar la responsabilidad a las aportaciones de sus
socios, burgueses ajenos al comercio marítimo, siendo meros inversores439.
Pero la persona jurídica precisa de un reconocimiento legal expreso, que
exige ciertos requisitos, formalidades y garantías, para que pueda ser declarada
como tal y, en su caso, para disfrutar de la ventajosa personalidad jurídica.
El reconocimiento por el Derecho de esta personalidad jurídica produce
varios e importantes efectos jurídicos sobre aquellas entidades, organizaciones
o grupos que la ostentan, debiendo destacarse entre los más significativos que:
1) el patrimonio de la persona jurídica es distinto del de las personas
físicas que forman parte de ella;
2) las obligaciones que contraiga la persona jurídica, no pueden reclamarse
a los miembros que la componen sino que los acreedores sólo podrán dirigirse
contra los bienes y derechos de aquélla;
3) la persona jurídica opera en el tráfico, en juicio y fuera de él, a través de
sus representantes cuyas operaciones vinculan a aquélla.
La importancia de reconocerla la enfatiza el Tribunal Supremo, que no se
muestra muy partidario de restringirla, afirmando que «la personalidad jurídica
de las sociedades es un instrumento crucial en el tráfico jurídico, en un sistema
que admite incluso la sociedad unipersonal, y han de ser excepcionales, y bien
fundadas, en la existencia de perjuicio o fraude, las posibilidades de
desconocerla o de prescindir de ella cuando, en principio, haya de ser tenida
como centro de imputación o sujeto de derechos y obligaciones»440.
1.3.2. La doctrina del levantamiento del velo. Pero a nadie se le oculta

que pueda surgir la tentación, algo nada infrecuente, de crear, o utilizar estas
organizaciones o grupos con la principal finalidad de eludir determinadas
obligaciones y responsabilidades, e incluso, en ocasiones, con el único objetivo
de defraudar a los acreedores.
Piénsese, por ejemplo, en un sujeto que instala una empresa cualquiera,
bajo el revestimiento de una sociedad (persona jurídica) que él mismo
administra, comprando a nombre de ella bienes que jamás paga, pero luego
vende lo adquirido, consiguiendo importantes beneficios, pues su coste es nulo,
439
Según descubrimientos recientes, parece que la primera multinacional del mundo y la
primera compañía de la historia en emitir acciones, fue la naviera «Dutch East India Company»,
de Holanda, conocida con las siglas VOC, que fundada en 1602 tuvo el monopolio del
comercio con las colonias de los Países Bajos en Asia, disolviéndose en 1800. La «acción»
física más antigua de la historia que se conserva impresa en papel, data de 1606 y es de esta
compañía, exhibiéndose en el Museo Westfries de la localidad holandesa de Hoorn.
440
STS de 12 de mayo de 2008.
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que revierte a sus cuentas bancarias personales, o adquiriendo patrimonio a su

nombre, nunca para la empresa, aprovechando que la personalidad jurídica de
ésta es diferente de la suya propia, ya que nada se le puede reclamar a él.
Este «abuso de la personalidad jurídica» pronto se puso de manifiesto,
siendo la jurisprudencia anglosajona la que primero le puso remedio creando la
doctrina consistente, de manera figurada, en «levantar el velo» (to lift the veil)
de la persona jurídica para ver quién se esconde detrás, y cuál es su patrimonio,
para poder ofrecer soluciones de justicia material ante tales abusos.
La doctrina del levantamiento del velo de la persona jurídica «es, como un
recurso para penetrar en el substratum de la persona jurídica, con el fin de
evitar que, al socaire de esa ficción o forma legal, se puedan perjudicar
intereses privados o públicos o se emprenda un camino hacia el fraude o el
abuso en daño ajeno o de los socios»441.
Bien es cierto que nuestro ordenamiento jurídico carece de apoyo donde
sustentar esta doctrina, habiéndose acudido, sobre todo, al artículo 6.4 CC que
prohíbe el fraude de ley, siendo un mecanismo de creación jurisprudencial442.
Este fundamento lo aprecia el TS al expresar que «la actuación al unísono
de las demandadas, que ha tenido como consecuencia la resolución del
contrato de agencia del recurrido, supone un fraude de ley, que ha perjudicado
al demandante y que, por aplicación de la doctrina del levantamiento del velo,
nos permite considerar a todas las demandadas como una sola empresa»443.
La Jurisprudencia afirma que el levantamiento del velo «responde a la
técnica jurídica de evitar que se utilice la personalidad jurídica de una sociedad
como medio o instrumento defraudatorio o con un fin fraudulento»444. Como
«cuando se trata de eludir responsabilidades personales»445, y, sobre todo, muy
especialmente, con el intento de evitar446 «el pago de la deudas»447.
Pero, en la práctica, no será fácil que prospere esta acción, porque se
exigen duros requisitos: a) probar los hechos en los que se basan los
441
SSTS de 15 de junio de 2010, FJ 5, de 14 septiembre de 2006 y 28 de mayo de 1984.
442
La teoría del levantamiento del velo la inició el Tribunal Supremo con Sentencia citada
de 28 de mayo de 1984, y luego fue desarrollada con mayor detalle por las SSTS de 8 de abril
de 1991, 12 de febrero de 1993, 26 de abril de 1999 y 7 de abril de 2001.
443
SSTS de 12 de junio de 2010, FJ 5º y de 14 febrero 2009, FJ 3º.
444
SSTS de 23 de octubre de 2008, 28 de mayo de 2008, y de 29 de octubre de 2007.
445
SSTS de 23 de octubre de 2008, de 29 de octubre de 2007 y 24 de mayo de 2006.
446
STS de 2 de julio de 2010, FJ 3º que reproduce la STS de 19 de septiembre de 2005.
447
STS de 2 de junio de 2010: La persona jurídica «era sólo una "máscara" o "fachada",
carente de cualquier consistencia material y tras la que se amparó quien realizó directamente el
negocio de adquisición de los piensos cuyo impago ha dado lugar a este procedimiento,
formalmente Presidente de una Sociedad agraria de transformación que, de hecho, no era ya
más que pura apariencia, pues fue él quien adquirió y recibió la mercancía suministrada por la
actora y quien por tanto viene obligado a satisfacer su precio»
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indicios; b) acreditar el perjuicio del demandante; c) nexo causal; y d)

fraude de ley448.
1.4. Clases de las personas jurídicas. 1.4.1. En el Código civil. Son

personas jurídicas, por un lado, siguiendo lo dispuesto en el artículo 35.1 CC:
a) las «corporaciones» (Administraciones públicas), b) las «asociaciones», y c)
las «fundaciones de interés público reconocidas por la ley». Y por otra parte,
según el art. 35.2 CC: «las asociaciones de interés particular, sean civiles,
mercantiles o industriales, a las que la ley conceda personalidad propia,
independiente de la de cada uno de los asociados».
A) La caracterización que hace el Código se basa en la finalidad común, o
mejor, de «interés general» que persiguen las entidades del primer bloque, lo
que significa que ninguna de esas tres modalidades puede perseguir ánimo de
lucro, ni repartirse los beneficios producto de sus actividades propias, sino que
el objetivo ha de satisfacer una serie de necesidades que afectan y benefician a
los intereses generales, de toda la población, o de una parte. Como se ha visto,
se incluye a las denominadas en el Código civil «corporaciones», es decir, a
toda Administración pública, a las «asociaciones» y las «fundaciones».
B) El segundo bloque sistematiza al otro grupo de entidades, que aunque
las denomina «asociaciones de interés particular», realmente, son conocidas en
el mundo jurídico y también en el económico, e incluso en el lenguaje
coloquial, como las sociedades, por lo que, sustituyendo la citada expresión de
tres palabras por la últimamente indicada, el precepto quedaría mucho más
claro. Se incluyen, por tanto, a las sociedades civiles y mercantiles; las
industriales pueden tener carácter civil o mercantil, sobre todo éste último.
1.4.2. Según su naturaleza: pública o privada. Otra manera de clasificar a

las personas jurídicas mencionadas en el precepto indicado, es atendiendo a su
naturaleza, de Derecho público o privado, lo que facilita su entendimiento.
1.4.2.1. Personas jurídicas de Derecho público. Son a las que se refiere el

primer sustantivo del art. 35.1 CC bajo la expresión: «corporaciones»449. En
realidad el vocablo queda estrecho: incluye a todos los entes sujetos al Derecho
administrativo, creados por la Constitución y las leyes, cuyos conflictos, en vía
judicial, se ventilan en la jurisdicción contencioso-administrativa.
Incluye, de forma meramente aproximativa, sin carácter exhaustivo:
448
SSTS 29 de junio de 2006, 10 de febrero de 2006 y 6 de abril de 2005: «que se pruebe
la existencia del resultado lesivo y que haya un nexo de causalidad entre aquéllas y éste. Es
preciso, por consiguiente, que se haya causado un daño o se produzca la burla de un derecho».
449
Artículo 35.1, primer sustantivo.
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A) Administraciones públicas territoriales la Administración General del

Estado450, de las Comunidades Autónomas y de las Entidades Locales.
B) Organismos públicos: 1) Organismos autónomos, 2) Entidades públicas
empresariales451 -estatales, autonómicas y locales- y 3) Agencias públicas;
C) Diversos órganos de carácter administrativo, como la Administración
institucional, Universidades o Administraciones independientes, y, por citar
alguno, de especial interés para el jurista, los Colegios Profesionales.
Siendo una parte del Derecho administrativo con lo expuesto es suficiente
a efectos de este tema, no siendo preciso extenderse más en estas páginas.
1.4.2.2. Personas jurídicas de Derecho privado. Son las que ya han sido
detalladas en el art. 35.1 CC, pero exceptuando a las «corporaciones». Por la
finalidad que persiguen, pueden ser divididas en dos grupos:
a) Asociaciones y fundaciones. Son las personas jurídicas que no tienen
ánimo de lucro, ya que persiguen la defensa del interés general o de un sector
concreto o una parcela específica cualquiera, pero que están sometidas al
Derecho privado, y sus conflictos se ventilan en la jurisdicción civil. La
regulación de ambas se contiene en leyes específicas, estatales y autonómicas.
b) Sociedades civiles y mercantiles. Son las que se citan en el art. 35.2 CC
como «asociaciones de interés particular», queriendo decir, tal vez, en un
lenguaje más actual, sociedades con ánimo de lucro, ya que, según parece,
para el Código el interés particular es sinónimo de finalidad de repartir los
beneficios que se puedan obtener con la actividad ejercida por estos grupos.
Las sociedades civiles se rigen por el Código sobre el contrato de sociedad (art.
36 CC) y las mercantiles por el Derecho mercantil. Como se dijo, las
industriales, pueden ser civiles o mercantiles, por lo que seguirán su régimen.
1.5. Capacidad jurídica y capacidad de obrar. La capacidad jurídica la

adquiere la persona jurídica desde que ha sido válidamente constituida según
los requisitos que la ley exige para adquirir la personalidad jurídica.
Respecto de las asociaciones y fundaciones, «Su personalidad empieza
desde el instante mismo en que, con arreglo a derecho, hubiesen quedado
válidamente constituidas»452, por lo que se remite a las leyes específicas de
cada uno de estos dos tipos de personas jurídicas.
Sobre la personalidad jurídica de las sociedades civiles o mercantiles se
estará a los que dispongan las leyes que se la reconocen.
450
Artículos 97 a 107 CE, así como la Ley 6/1997, de 14 de abril, de Organización y
Funcionamiento de la Administración General del Estado.
451
No parece correcto incluir aquí a las sociedades mercantiles de capital público.
452
Artículo 35.1 CC.
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La «capacidad civil», como la denomina el Código, se regirá en «las

asociaciones por sus estatutos; y en las fundaciones por las reglas de su
institución, debidamente aprobadas por disposición administrativa, cuando este
requisito fuere necesario»453.
En cuanto a la capacidad de obrar, aplicable a todas sin excepción, se
dispone en el Código que «las personas jurídicas pueden adquirir y poseer
bienes de todas clases, así como contraer obligaciones y ejercitar acciones
civiles o criminales, conforme a las leyes y reglas de su constitución»454.
Escasa será la aplicación legal prevista para el destino de los bienes en
caso de extinción de asociaciones y fundaciones, por cuanto sus leyes
específicas ya se ocupan de ello, no obstante, el Código civil determina que «se
aplicarán esos bienes a la realización de fines análogos, en interés de la región,
provincia o Municipio que principalmente debieran recoger los beneficios de
las instituciones extinguidas»455.
1.6. Domicilio y nacionalidad. La fijación del domicilio de las personas

jurídicas tiene especial importancia ya que al no existir físicamente, por
tratarse de una ficción jurídica, es obligado ubicarlas en algún lugar concreto a
efectos de que sus asociados, contratantes, terceros y organismos públicos
puedan dirigirse a ellas.
Cuando ni la ley que las haya creado o reconocido, ni los estatutos o las
reglas de fundación fijaren el domicilio de las personas jurídicas, se entenderá
que «lo tienen en el lugar en que se halle establecida su representación legal, o
donde ejerzan las principales funciones de su instituto»456. Realmente se trata
de una previsión subsidiaria que sólo podrá tener eficacia si el que se fija en la
ley, o en los estatutos, ha desaparecido o cambiado, recurriéndose, en tales
casos, a los domicilios que indica el precepto, el del lugar donde se ubique
físicamente su representación, o donde ejerza sus principales actividades.
Sobre la nacionalidad, se determina que «la ley personal correspondiente a
las personas jurídicas es la determinada por su nacionalidad y regirá en todo
lo relativo a capacidad, constitución, representación, funcionamiento,
transformación, disolución y extinción. En la fusión de sociedades de distinta
nacionalidad se tendrán en cuenta las respectivas leyes personales».
Corresponde, por tanto, conocer cuál es la nacionalidad concreta de toda
persona jurídica, habida cuenta de que le será de aplicación las leyes del país
que sea nacional en sus aspectos más importantes.
453
Artículo 37 CC.
454
Artículo 38 CC.
455
Artículo 39 CC.
456
Artículo 41 CC.
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Y para su fijación dispone el Código que «Las corporaciones, fundaciones

y asociaciones, reconocidas por la ley y domiciliadas en España, gozarán de la
nacionalidad española, siempre que tengan el concepto de personas jurídicas
con arreglo a las disposiciones del presente Código. Las asociaciones
domiciliadas en el extranjero tendrán en España la consideración y los
derechos que determinen los tratados o leyes especiales»457.
En cuanto a la vecindad civil de las personas jurídicas, ante el silencio del
Código civil, y dados los diferentes regímenes autonómicos que les pueden ser
aplicados, en función de donde se ubiquen u operen, parece lo más seguro que
la vecindad civil coincida con la vecindad administrativa de la Comunidad
Autónoma en la que se encuentre establecida la persona jurídica.
2. Las asociaciones
2.1. El derecho de asociación. 2.1.1. Reconocimiento. El artículo 22.1 CE

se limita a indicar, de manera escueta, que «se reconoce el derecho de
asociación». El precepto añade dos garantías y dos prohibiciones.
Las garantías: a) «deberán inscribirse en un registro a los solos efectos de
publicidad»; y b) «sólo podrán ser disueltas o suspendidas en sus actividades
en virtud de resolución judicial motivada» (apartados 3 y 4, art. 22 CE).
Respecto de las prohibiciones: a) la que «persigan fines o utilicen medios
tipificados como delito son ilegales»; y b) quedan prohibidas «las asociaciones
secretas y las de carácter paramilitar» (apartados 2 y 5, art. 22 CE).
Se trata, del de asociación, en nuestro sistema constitucional, de uno de los
derechos fundamentales del individuo, y por su ubicación estratégica dentro
del articulado de la Norma Suprema, de aquellos que gozan de la máxima
protección jurídica que concede nuestro Estado social y democrático de
derecho, por las vías más privilegiadas, tal como expresa el art. 53.2 CE.
El desarrollo legislativo del derecho de asociación ha sido muy tardío
respecto de la Constitución, pues no se ha producido hasta un cuarto de siglo
de la aprobación del texto constitucional, lo que ha obligado a aplicar la
legislación anterior458, durante todo este tiempo, de acuerdo con los derechos y
principios reconocidos en la Carta Magna.
Ha sido mediante la Ley Orgánica 1/2002, de 22 de marzo, reguladora del
Derecho de Asociación (LODA), a través de la que, además de este derecho, y
sobre todo, se regula el régimen básico de las asociaciones en España, «en
cuyo ámbito de aplicación se incluyen todas las asociaciones que no tengan fin
457
Artículo 28 CC.
458
Ley 191/1964, de 24 de diciembre, reguladora de las Asociaciones, y su Reglamento
aprobado por el Decreto 1440/1965, de 20 de mayo.
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de lucro y que no estén sometidas a un régimen asociativo específico». El

Reglamento del Registro Nacional de Asociaciones, aprobado por el Real
Decreto 1497/2003, de 28 de noviembre, la desarrolló en ciertos aspectos.
2.1.2. Justificación legislativa. Ha querido destacar el legislador la

importancia que concede al fenómeno asociativo, «como instrumento de
integración en la sociedad y de participación en los asuntos públicos, ante el
que los poderes públicos han de mantener un cuidadoso equilibrio, de un lado
en garantía de la libertad asociativa, y de otro en protección de los derechos y
libertades fundamentales» que se vean afectados en el ejercicio de aquélla.
2.1.3. Perfiles constitucionales. Las facultades, contenido y límites del

derecho de asociación, dada la parquedad del reconocimiento constitucional,
habrá que buscarlas en la doctrina del Tribunal Constitucional sobre los
perfiles de este derecho, y en lo demás, en el texto de la LODA, a cuyo examen
se dedica buena parte de este capítulo.
1º.- «Comprende tanto la libertad de asociarse como la de no asociarse»,
determina el TC como contenido esencial del derecho de asociación del art.
22.1 CE. Contiene aspectos positivo y negativo de un mismo derecho, no sólo
reconocidos por la jurisprudencia del TC, sino también, porque así lo impone
la interpretación que ha de hacerse «de las normas relativas a los derechos
fundamentales y a las libertades que la Constitución reconoce»459. En resumen:
«el derecho de asociación reconocido por el art. 22.1 CE comprende no sólo en
su forma positiva el derecho de asociarse, sino también en su faceta negativa,
el derecho de no asociarse»460, y de separarse libremente de toda asociación.
2º.- Se reconocen ciertas excepciones a dicha libertad, como la adscripción
obligatoria a los Colegios Profesionales. Las «excepciones al principio general
de libertad de asociación han de justificarse en cada caso, porque respondan a
medidas necesarias para la consecución de fines públicos, y con los límites
precisos para que ello no suponga una asunción (ni incidencia contraria a la
CE) de los derechos fundamentales de los ciudadanos»461, Y añade el TC, «tal
limitación de la libertad del individuo afectado consistente en su integración
forzosa en una agrupación de base (en términos amplios) “asociativa”, sólo
será admisible cuando venga determinada tanto por la relevancia del fin
público que se persigue, como por la imposibilidad, o al menos dificultad, de
459
STC 139/1989, de 20 de julio, FJ 1. Añade en su FJ 2: «según la Declaración Universal
de Derechos Humanos y los tratados y acuerdos internacionales sobre las mismas materias
ratificados por España» (Artículo 10.2 CE)».
460
STC 5/1981, FJ 19.
461
STC 89/1989, de 11 de mayo, FJ 3.
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obtener tal fin, sin recurrir a la adscripción forzada a un ente corporativo»462.

Esta doctrina del TC no la compartimos en absoluto, pues somos contrarios a
toda colegiación obligatoria por vulnerar, precisamente, el art. 22.1 CE463.
3º.- También comprende la libertad de crear todo tipo de asociaciones
privadas, sin más límite que el establecido en los apartados 2 y 4 del art. 22
CE, comprendiendo, naturalmente, el derecho a crear partidos políticos, así
como cualquier otra asociación no prohibida. Indica el TC: «El primer
problema que plantea el presente recurso es decidir si el derecho a crear
partidos políticos es susceptible de amparo en virtud del artículo 22 de la
Constitución, que consagra el derecho de asociación. La respuesta ha de ser
afirmativa. Un partido es una forma particular de asociación y el citado artículo
22 no excluye las asociaciones que tengan una finalidad política, ni hay base
alguna en él para deducir tal exclusión»464.
4º.- Pero no se incluye la creación de corporaciones públicas como un
derecho de los particulares dentro del derecho de asociación: «es claro que en
el caso de las Corporaciones Públicas», creadas por las leyes, «no se da la
libertad positiva de asociación, pues su creación no queda a la discreción de los
individuos». En tal sentido, ya declaró en TC que «no puede hablarse de un
derecho a constituir asociaciones para el ejercicio de funciones públicas»465.
5º.- La inscripción de las asociaciones en los registros, conlleva la
obligación de las Administraciones públicas de crearlos y la de aquéllas en
inscribirlas para tales fines. Esto permite la denegación de la inscripción
cuando no reúna los requisitos legales previstos para su constitución, aunque
no el control de sus fines o actuaciones: «el Registro existe, bien es cierto, a los
“solos efectos de publicidad” (art. 22.3 CE) y la Administración carece por
ello, al gestionarlo, de facultades que pudieran entrañar un control material (de
“legalización” o “reconocimiento”) sobre la asociación in fieri»466, estando
obligada a pronunciarse, en todo caso, sobre la solicitud de inscripción467.
462
STC (Pleno) 132/1989,
463
Postura del TC que, a nuestro juicio, viola el Artículo 20.2 de la Declaración Universal
que reconoce la vertiente negativa del derecho de asociación, además del Art. 20 del Pacto de
Derechos Civiles y Políticos, y el Art. 11 del Convenio de Roma, sobre la vertiente positiva.
464
STC 3/1981, de 2 de febrero, cuyo FJ 1 añade: «La creación de partidos políticos y el
ejercicio de su actividad son libres dentro del respeto a la Constitución y a la Ley, no se deriva
que los ciudadanos no puedan invocar el derecho general de asociación para constituirlos, y
que no puedan acudir en amparo a este Tribunal Constitucional, por violación del artículo 22, si
entienden que se les vulnera tal derecho».
465
STC 67/1985,
466
STC 85/1986, fundamento jurídico 2º.
467
STC 291/1993, de 18 de octubre, FJ 2, concede el amparo, por vulneración del derecho
de asociación por la Administración, porque: «La autoridad encargada del Registro no
«calificó» en modo alguno la asociación en cuestión; se limitó a omitir la actuación pedida -la
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6º.- Para garantizar la más amplia libertad y autonomía de las asociaciones

el TC destaca su plena independencia mediante varios mecanismos: 1) la
prohibición de toda inherencia por parte de los poderes públicos; 2) el control
judicial sobre su legalidad; y 3) la limitación de la actuación judicial a la
legalidad de sus actos, excluyendo de aquél las decisiones soberanas que
adoptan los órganos de la asociación cuando no se infrinja norma alguna. Así,
«El respeto al derecho de asociación exige que la apreciación judicial se limite
en este punto a verificar si se han dado circunstancias que puedan servir de
base a la decisión de los socios, como son declaraciones o actitudes públicas
que trasciendan del interior de la entidad y puedan lesionar su buen nombre,
dejando el juicio sobre esas circunstancias a los órganos directivos de la
asociación tal y como prescriben sus estatutos»468.
7º.- Sintetizando algunos de los perfiles de mayor relevancia, expuestos
más arriba, destaca el Tribunal Constitucional, que el derecho de asociación
«es, en esencia, un derecho de libertad frente a las posibles interferencias de
los poderes públicos»469, cuyo contenido fundamental se manifiesta en varios
aspectos complementarios: a) la libertad de crear asociaciones y de adscribirse
a las ya creadas; b) la libertad de no asociarse y dejar de pertenecer a las
mismas; c) la libertad de funcionamiento interno sin injerencias públicas; y d)
la dimensión privada de aquéllas y sus socios470.
2.1.4. Contenido y principios legales. La LODA, siguiendo la doctrina
constitucional apuntada, desarrolla una serie de principios fundamentales:
1. Todos tienen derecho a asociarse libremente para fines lícitos.
2. El derecho de asociación comprende la libertad de asociarse o crear
asociaciones, sin que se precise ninguna autorización previa.
3. Ninguna persona puede ser obligada a crear una asociación, a integrarse
en ella o a permanecer en su seno, ni a declarar si pertenece a una existente.
4. Las asociaciones están sometidas al principio de legalidad dentro del
marco de la Constitución, de la LODA y del resto del ordenamiento jurídico.
5. Su organización interna y funcionamiento deberán ser democráticos y
respetar el pluralismo. Son nulos los pactos, disposiciones estatutarias y
acuerdos que lesionen el derecho fundamental de asociación.
6. Las entidades públicas podrán ejercitar el derecho de asociación entre
sí, o con particulares en igualdad de condiciones con éstos.
inscripción registral- sin dar razón alguna para ello, sin aportar ningún fundamento».
468
STC 218/1988, de 21 de noviembre, FJ 1. Por su parte, el FJ 2 concluye: «Las
anteriores consideraciones llevan a la conclusión de que, efectivamente, la sentencia impugnada
vulnera el derecho de asociación de la entidad recurrente en amparo en cuanto invade el
derecho de autoorganización que comprende ese derecho».
469
STC 173/1998.
470
STC 56/1995.
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7. Son ilegales las que persigan fines o utilicen medios delictivos.

8. Están prohibidas las asociaciones secretas y las de carácter paramilitar.
9. El hecho de ser miembro de una asociación no puede reportar ninguna
ventaja, ni ocasionar discriminación, por parte de los poderes públicos».
2.2. Constitución de la asociación. 2.2.1. Capacidad. Podrán constituir
asociaciones, y formar parte de las mismas, las personas físicas y las personas
jurídicas, sean éstas públicas o privadas, según lo siguiente: a) las personas
físicas necesitan tener la capacidad de obrar y no estar sujetas a ninguna
condición legal para el ejercicio del derecho; b) las personas jurídicas de
naturaleza asociativa requerirán el acuerdo expreso de su órgano competente, y
las de naturaleza institucional, el acuerdo de su órgano rector471.
2.2.2. Acuerdo de constitución. Para constituir una asociación bastará el
«acuerdo de tres o más personas físicas o jurídicas legalmente constituidas, que
se comprometen a poner en común conocimientos, medios y actividades para
conseguir unas finalidades lícitas, comunes, de interés general o particular»,
dotándose de unos estatutos para regir su funcionamiento472.
Este «acuerdo de constitución» deberá incluir, en todo caso, la aprobación
de los estatutos de la asociación y se formalizará en un documento público, o
privado, que se denomina «acta fundacional».
2.2.3. Adquisición de la personalidad jurídica. Se dispone legalmente que
«con el otorgamiento del acta adquirirá la asociación su personalidad jurídica y
la plena capacidad de obrar, sin perjuicio de la necesidad de su inscripción».
Dado el mandato constitucional, la LODA no ha tenido más remedio que
conceder la personalidad jurídica a las asociaciones desde el mismo momento
en que se constituyen cumpliendo las reglas legales, se inscriban o no. Sin
embargo, pese a tal voluntariedad, establece mecanismos muy «persuasivos»
para lograr la inscripción de la práctica totalidad de las que se crean.
Es decir, se determina que la asociación queda legalmente creada desde
que los promotores firman el acta de constitución o acta fundacional, y a partir
de ese momento adquieren personalidad jurídica. Además se establece la
obligación de inscribirla en el Registro de asociaciones competente, sin
embargo, el incumplimiento de aquella obligación no conlleva la ausencia de
personalidad jurídica, sino otras consecuencias personales para los promotores.
2.2.4. Denominación y domicilio. El nombre de la asociación será elegido

libremente por los socios promotores que la constituyan, con ciertos límites.
471
Artículo 3 LODA.
472
Artículo 5 LODA.
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El domicilio de las asociaciones será el que establezcan sus estatutos473,

que podrá ser el de la sede de su órgano de representación, o bien aquel donde
desarrolle principalmente sus actividades, debiendo tenerlo en España las que
desplieguen sus actividades principalmente dentro de su territorio.
2.2.5. Contenido del acta fundacional. Es el documento primordial para la
creación de una asociación y debe contener, de manera imprescindible, al
menos: a) El nombre y apellidos de los promotores de la asociación si son
personas físicas, la denominación o razón social si son personas jurídicas, y, en
ambos casos, la nacionalidad y el domicilio. b) La voluntad de los promotores
de constituir una asociación, los pactos que, en su caso, hubiesen establecido y
la denominación de ésta. c) Los Estatutos aprobados que regirán su
funcionamiento. d) Lugar y fecha del acta, y firma de los promotores. e) La
designación de los integrantes de los órganos provisionales de gobierno.
2.2.6. Estatutos de la asociación. Los estatutos de la asociación, que no
podrá ser contrarios al ordenamiento jurídico, deberán contener los siguientes
extremos474: 1) La denominación de la asociación. 2) El domicilio y el ámbito
territorial en que haya de realizar principalmente sus actividades. 3) La
duración, cuando no se constituya por tiempo indefinido. 4) La descripción
precisa de los fines y actividades. 5) Los requisitos y modalidades de admisión
y baja, sanción y separación de los asociados y, en su caso, las clases de éstos.
Podrán incluir también las consecuencias del impago de las cuotas por parte de
los asociados475. 6) Los derechos y obligaciones de los asociados y, en su caso,
de cada una de sus distintas modalidades. 7) Los criterios que garanticen el
funcionamiento democrático de la asociación. 8) Los órganos de gobierno y
representación, composición, reglas y procedimientos de elección y sustitución
de sus miembros, sus atribuciones, duración de los cargos, causas de su cese, la
forma de deliberar, adoptar y ejecutar sus acuerdos, y las personas o cargos con
facultad para certificarlos, y requisitos para que los citados órganos queden
válidamente constituidos, así como número de socios preciso para convocar las
sesiones de los órganos de gobierno o de proponer asuntos en el orden del día.
9) El régimen de administración, contabilidad y documentación, así como la
fecha de cierre del ejercicio asociativo. 10) El patrimonio inicial y los recursos
económicos de los que se podrá hacer uso. 11) Causas de disolución y destino
del patrimonio en tal caso, que no podrá desvirtuar su carácter no lucrativo. 12)
Además, otras disposiciones que los promotores estimen conveniente, siempre

que no se opongan a las leyes ni a los principios de la asociación.
473
Artículo 9 LODA.
474
Artículo 7 LODA.
475
Generalmente serán la suspensión de ciertos derechos y/o la expulsión.
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Para la modificación de los estatutos476 que afecte al contenido esencial477

indicado se requiere un acuerdo adoptado por la Asamblea General convocada
específicamente con tal objeto, debiendo inscribirse en el plazo de un mes,
produciendo efectos la alteración, para los asociados y terceros, desde tal
inscripción en el Registro de asociaciones correspondiente.
Cualquier otra modificación no esencial producirá efectos para los
asociados desde que se adopte el acuerdo y para terceros tras su inscripción.
2.3. La inscripción de la asociación y sus efectos. 2.3.1. Deber y derecho.

Determina el art. 22.3 CE que las asociaciones «deberán inscribirse en un
registro a los solos efectos de publicidad». Reproduce la LODA el propio texto
constitucional con la única variación de introducir la expresión «en el
correspondiente Registro», evidenciando, de una parte que se trata de una
obligación, un deber legal, y de otra, que existen varios registros.
Además, «el derecho de asociación incluye el derecho a la inscripción en
el Registro de Asociaciones competente, que sólo podrá denegarse cuando no
se reúnan los requisitos establecidos» en la LODA, según su artículo 24.
Los efectos principales que otorga la Ley a la inscripción registral de la
asociación son: 1º) hace pública su creación y los estatutos; 2º) es una garantía,
para los terceros que se relacionan con ella, y para sus propios miembros; pero,
sobre todo, 3º) los promotores dejan de responder de las deudas sociales.
2.3.2. Responsabilidades por no inscripción. Al configurarse como un

deber legal, ahora se establecen importantísimas responsabilidades, de enorme
trascendencia personal para los afectados, aplicables a los supuestos en los que
la asociación no haya sido inscrita en el Registro correspondiente478:
1) Los promotores serán responsables de «las consecuencias» que se
puedan producir precisamente por dicha falta de inscripción.
2) Los promotores «de asociaciones no inscritas responderán, personal y
solidariamente, de las obligaciones contraídas con terceros» por aquéllas.
3) Los socios que hayan manifestado actuar en nombre de la asociación
responderán solidariamente por las obligaciones contraídas con terceros.
Todo lo anterior implica un fuerte castigo a los socios promotores que
crearon la asociación, si tras suscribir el acta fundacional que la constituyó
legalmente, no la presentaron en el Registro competente para inscribirla.
Teniendo en cuenta que, normalmente, en las asociaciones inscritas, los
promotores y demás socios, así como los miembros de los órganos de gobierno
476
Artículo 16 LODA.
477
Modificaciones estatutarias referidas al contenido del artículo 7 LODA.
478
Artículo 10.3 LODA.
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de la asociación, no responden por las obligaciones y deudas de aquélla, sino

que quienes contraten con ella tan sólo pueden proceder contra el patrimonio
de la entidad, sin embargo, la sanción por no inscribirla modifica tal régimen
de responsabilidad de manera radical y hace responder por todas las deudas de
la asociación tanto a los socios promotores, como a los asociados que hubieren
contratado con terceros en nombre de aquélla, cuando la entidad no haya sido
inscrita en el Registro de asociaciones competente.
2.4. Régimen legal de los socios. 2.4.1. La condición de asociado. El

derecho a asociarse, reconocido en el art. 22 CE, supone que la «integración en
una asociación constituida es libre y voluntaria, debiendo ajustarse a lo
establecido en los Estatutos». Los artículos 18-21 LODA regulan su régimen.
Por otra parte, la condición de asociado «es intransmisible, salvo que los
Estatutos dispongan otra cosa, por causa de muerte o a título gratuito».
2.4.2. Derechos de los asociados. Todo asociado ostenta los siguientes

derechos 1) participar en las actividades de la asociación y en los órganos de
gobierno y representación, a ejercer el derecho de voto, así como a asistir a la
Asamblea General, de acuerdo con los Estatutos; 2) ser informado acerca de la
composición de los órganos de gobierno y representación, del su estado de
cuentas, contabilidad, inventario de bienes y libro de actas; 3) ser oído con
carácter previo a la adopción de medidas disciplinarias contra él y a ser
informado de los hechos que den lugar a tales medidas, debiendo ser motivado
el acuerdo que, en su caso, imponga la sanción; impugnar los acuerdos de los
órganos de la asociación que estime contrarios a la ley o a los Estatutos; 5)
separarse voluntariamente de la asociación en cualquier momento.
2.4.3. Deberes de los asociados. 1) Compartir las finalidades de la

asociación y colaborar para la consecución de las mismas. 2) Pagar las cuotas,
derramas y otras aportaciones que, con arreglo a los Estatutos, puedan
corresponder a cada socio. 3) Cumplir el resto de obligaciones que resulten de
las disposiciones estatutarias. 4) Acatar y cumplir los acuerdos válidamente
adoptados por los órganos de gobierno y representación de la asociación.
2.5. Los registros de asociaciones. La inscripción de los actos de las

asociaciones deberá realizarse en unos registros específicos creados de manera
expresa y exclusiva para tal fin, denominados Registros de Asociaciones, que

se regulan en los artículos 25-29 LODA siendo diverso su ámbito territorial.
2.5.1. Registro Nacional de Asociaciones. En este Registro se inscribirán

los actos referidos a las: 1) Asociaciones, federaciones, confederaciones y
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uniones de asociaciones de ámbito estatal y todas aquéllas que no desarrollen

principalmente sus funciones en el ámbito territorial de una Comunidad
Autónoma. 2) Asociaciones extranjeras que desarrollen actividades en España,
de forma estable o duradera, que deberán establecer aquí una delegación.
2.5.2. Registros Autonómicos de Asociaciones. En cada Comunidad

Autónoma existirá un Registro Autonómico de Asociaciones, que tendrá por
objeto la inscripción de las asociaciones que desarrollen principalmente sus
funciones en su ámbito territorial, debiendo notificar al Registro Nacional.
2.5.3. Régimen jurídico y publicidad de la inscripción. El plazo de

inscripción del acto oportuno en el Registro será, en todo caso, de «tres meses
desde la recepción de la solicitud en el órgano competente». Transcurrido este
plazo sin que se haya notificado al solicitante ninguna resolución expresa, «se
podrá entender estimada la solicitud de inscripción».
La Administración «procederá a la inscripción, limitando su actividad a la
verificación del cumplimiento de los requisitos que han de reunir el acta
fundacional y los Estatutos».
Se suspenderá el plazo para la inscripción y se abrirá otro para subsanar
los defectos advertidos cuando: a) se advierten defectos formales en la solicitud
o en la documentación que la acompaña; b) la denominación coincida con otra
inscrita o genere error o confusión; c) cuando la denominación coincida con
una marca registrada notoria.
Cualquier alteración sustancial de los datos o documentación que obre en
el Registro «deberá ser objeto de actualización, previa solicitud de la
asociación correspondiente, en el plazo de un mes» desde que se produzca.
Todos los Registros de Asociaciones «son públicos». Esta publicidad se
hará efectiva mediante «certificación» del contenido de los asientos, por «nota
simple informativa» o por «copia de los asientos y de los documentos
depositados» en los Registros o por medios informáticos o telemáticos.
2.6. Gobierno y representación de la asociación. 2.6.1. La Asamblea

General. La Asamblea General es el órgano supremo de gobierno de la
asociación, integrado por los asociados, que adopta sus acuerdos por el
principio mayoritario o de democracia interna y deberá reunirse, al menos, una
vez al año. Se constituirá válidamente, previa convocatoria efectuada quince
días antes de la reunión, cuando concurran a ella, presentes o representados, un

tercio de los asociados, y su presidente y su secretario serán designados al
inicio de la reunión. Sin perjuicio de la convocatoria ordinaria anual, la
Asamblea General se convocará por el órgano de representación, con carácter
extraordinario, cuando lo solicite un número de asociados no inferior al 10%.
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Los acuerdos de la Asamblea General se adoptarán por mayoría simple de

las personas presentes o representadas, cuando los votos afirmativos superen a
los negativos. No obstante, requerirán mayoría cualificada de las personas
presentes o representadas, que resultará cuando los votos afirmativos superen
la mitad, los acuerdos sobre: a) disolución de la asociación; b) modificación de
los Estatutos; c) disposición o enajenación de bienes; y d) remuneración de los
miembros del órgano de representación.
2.6.2. El órgano de representación. También, deberá existir un órgano de

representación, –unipersonal o colegiado: Presidente, Junta Directiva, Consejo
Ejecutivo, etc.– del que sólo podrán formar parte los asociados, que gestionará
y representará los intereses de la asociación, de acuerdo con las disposiciones y
directivas de la Asamblea General. Si los miembros de los órganos de
representación recibiesen retribuciones por sus cargos, deberá existir tal
previsión en los Estatutos y, además, en las cuentas anuales aprobadas en
asamblea479. Las facultades del órgano de representación, siempre que no
requieran, conforme a los Estatutos, autorización expresa de la Asamblea
General, se extenderán, con carácter general, a todos los actos propios de las
finalidades de la asociación.
2.7. Régimen económico de la asociación. Para el cumplimiento de sus

fines, las asociaciones deberán realizar las actividades necesarias, a tal efecto.
Por lo general tales actividades serán de carácter económico, pues sin ingresos
es poco probable que lleguen a ser operativas. Podrán ejercer cualquier tipo de
actividad económica respetando la legislación específica del sector.
Los ingresos que perciben las asociaciones suelen partir de varias fuentes
diferenciadas: a) cuotas y aportaciones de los asociados; b) subvenciones y
transferencias de las Administraciones públicas; c) aportaciones de terceros; y
d) beneficios derivados de las actividades que realicen.
Los beneficios obtenidos por las asociaciones, derivados del ejercicio de
sus actividades económicas, incluidas las prestaciones de servicios, y por
cualesquiera otra fuente de ingresos, deberán destinarse, exclusivamente, al
cumplimiento de sus fines, sin que quepa, en ningún caso, su reparto entre los
asociados ni entre sus cónyuges o personas que convivan con aquéllos con
análoga relación de afectividad, ni entre sus parientes, ni su cesión gratuita a
personas físicas o jurídicas con interés lucrativo480.
479
Artículo 11 LODA, requisitos de los directivos: ser mayor de edad, estar en pleno uso
de los derechos civiles y no estar incurso en los motivos legales de incompatibilidad.
480
Artículo 13 LODA.
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Se establecen una serie de obligaciones documentales y contables. Así, se

determina que las asociaciones deberán: a) disponer de una relación
actualizada de sus asociados; b) llevar una contabilidad -conforme a las normas
específicas que les resulten de aplicación- que permita obtener la imagen fiel
del patrimonio, del resultado y de la situación financiera de la entidad, así
como las actividades realizadas; c) efectuar un inventario de sus bienes; d)
recoger en un libro las actas de las reuniones de sus órganos de gobierno y
representación; y e) las cuentas de la asociación deberán aprobarse anualmente
por la Asamblea General de socios.
2.8. Responsabilidad de las asociaciones inscritas. Las asociaciones

inscritas, siguiendo el principio general de responsabilidad patrimonial
universal del artículo 1.911 CC, responden de sus obligaciones con todos sus
bienes presentes y futuros. Sin embargo, «los asociados no responden
personalmente de las deudas de la asociación». Los miembros o titulares de los
órganos de gobierno y representación, y las demás personas que obren en
nombre y representación de la asociación, responderán ante ésta, ante los
asociados y ante terceros por los daños causados y las deudas contraídas por
actos dolosos, culposos o negligentes.
Los miembros de los órganos de gobierno y representación responderán
civil y administrativamente por los actos y omisiones realizados en el ejercicio
de sus funciones, y por los acuerdos que hubiesen votado, frente a terceros, a la
asociación y a los asociados.
Cuando la responsabilidad no pueda ser imputada a ningún miembro o
titular de los órganos de gobierno y representación, responderán todos
solidariamente por los actos y omisiones dolosos, culposos y negligentes, a
menos que puedan acreditar que no han participado en su aprobación y
ejecución o que expresamente se opusieron a ellas481.
2.9. Disolución y liquidación. Las asociaciones se disolverán por: a) las

causas previstas en los Estatutos; b) la voluntad de los asociados expresada en
Asamblea General convocada al efecto; c) haber expirado el plazo durante el
cual funcionaban legalmente; d) haber realizado el fin para el cual se
constituyeron; e) ser ya imposible aplicar a dicho fin la actividad y los medios
de que disponían482; y f) sentencia judicial firme.
En cuanto al destino del patrimonio que existiere en la Asociación al
tiempo de disolverse, se deberá seguir el siguiente orden: 1) el que fue previsto

en los Estatutos; 2) la aplicación que las leyes les hubiesen asignado; 3) a falta
481
Artículo 15 LODA.
482
El artículo 39 CC cita las causas señaladas en los apartados c), d) y e) del texto.
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de los anteriores, se aplicarán esos bienes a la realización de fines análogos, en

interés de la región, provincia o Municipio que principalmente debieran
recoger los beneficios de las instituciones extinguidas.
La disolución de la asociación «abre el período de liquidación, hasta el fin
del cual la entidad conservará su personalidad jurídica. Los miembros del
órgano de representación en el momento de la disolución se convierten en
liquidadores, salvo que los Estatutos establezcan otra cosa o bien los designe la
Asamblea General o el juez que, en su caso, acuerde la disolución»483.
2.10. Suspensión y disolución judicial. Excepto en los casos de disolución

por voluntad de sus asociados, las asociaciones sólo podrán ser suspendidas en
sus actividades, o disueltas, por resolución motivada de la autoridad judicial.
El juez competente podrá disolverlas: 1º) cuando tengan la condición de
asociación ilícita, de acuerdo con las leyes penales; y 2º) por las causas
previstas en leyes especiales o en esta ley, o cuando se declare nula o disuelta
por aplicación de la legislación civil. En estos procesos, el órgano judicial
competente, de oficio o a instancia de parte, podrá acordar la suspensión
provisional de la asociación hasta que se dicte la sentencia definitiva484.
3. Las fundaciones
3.1. Reconocimiento y regulación. El artículo 34 CE dispone que «se

reconoce el derecho de fundación para fines de interés general, con arreglo a la
ley». Además, por remisión del citado precepto al art. 22 CE, regirá también
para las fundaciones: a) las «que persigan fines o utilicen medios tipificados
como delito son ilegales»; y b) «sólo podrán ser disueltas o suspendidas en sus
actividades en virtud de resolución judicial motivada»485.
El desarrollo legislativo de este derecho constitucional de fundación se
contiene en la actualidad, a nivel estatal, en la vigente Ley 50/2002, de 26 de
diciembre, de Fundaciones (LF)486. Además se completa la regulación nacional
a través del actual Reglamento de Fundaciones estatales de 2005487.
También han dictado leyes autonómicas de fundaciones las Comunidades
Autónomas de Andalucía, Canarias, Castilla-León, Cataluña, Galicia, La Rioja,
483
Artículo 18 LODA.
484
Artículo 38 LODA.
485
Para un estudio de los antecedentes en el Derecho romano: BLANCH NOUGUÉS, J. M.,
Régimen jurídico de las fundaciones en Derecho Romano, editorial Dykinson, Madrid, 2007.
486
La anterior Ley 30/1994, de 24 de noviembre, de Fundaciones permanecerá vigente en
todo aquello no expresamente derogado y no se oponga a lo dispuesto en la nueva LF de 2002.
487
Aprobado por el Real Decreto 1337/2005, de 11 de noviembre.
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Madrid, Navarra, País Vasco y Valencia488. Aragón, Asturias y Baleares han

promulgado sendos decretos autonómicos en materia de fundaciones489.
En aquellas Comunidades Autónomas donde no se han promulgado leyes
autonómicas de fundaciones se aplicará, supletoriamente, la LF estatal.
3.2. Concepto, fines y beneficiarios. Se definen las fundaciones como

«organizaciones constituidas sin fin de lucro que, por voluntad de sus
creadores, tienen afectado de modo duradero su patrimonio a la realización de
fines de interés general», debiendo regirse «por la voluntad del fundador, por
sus Estatutos y, en todo caso, por «las normas que le sean de aplicación490.
Todas «las fundaciones deberán perseguir fines de interés general», como
pueden ser: a) los de defensa de los derechos humanos, b) de las víctimas del
terrorismo y actos violentos, c) asistencia social e inclusión social, d) cívicos,
e) educativos, f) culturales, g) científicos, h) deportivos, i) sanitarios, j)
laborales, k) de fortalecimiento institucional, l) de cooperación para el
desarrollo, m) de promoción del voluntariado, n) de promoción de la acción
social, ñ) de defensa del medio ambiente, o) de fomento de la economía social,
p) de promoción y atención a las personas en riesgo de exclusión por razones
físicas, sociales o culturales, q) de promoción de los valores constitucionales y
defensa de los principios democráticos, r) de fomento de la tolerancia, s) de
desarrollo de la sociedad de la información, y d) de investigación científica y
desarrollo tecnológico; entre otros.
Los beneficiarios de las finalidades fundacionales serán colectividades
genéricas de personas, así como grupos de trabajadores de una o varias
empresas y sus familiares. Quedan prohibidas las fundaciones con la finalidad
principal de destinar sus prestaciones para beneficiar al fundador o a los
patronos, a sus cónyuges o personas ligadas con análoga relación de
488
Ley 10/2005, de 31 de mayo, de Fundaciones de la Comunidad Autónoma de
Andalucía; Ley 2/1998, de 6 de abril, de Fundaciones canarias, Ley 13/2002, de 15 de julio, de
Fundaciones de Castilla y León; Ley 4/2008, de 24 de abril, del Libro Tercero del Código Civil
de Cataluña relativo a las Personas Jurídicas; Ley 12/2006, de 1 de diciembre, de fundaciones
de interés gallego; Ley 1/2007, de 12 de febrero, de Fundaciones de la Comunidad Autónoma
de La Rioja; Ley 1/1998, de 2 de marzo, de Fundaciones de la Comunidad de Madrid; Ley
Foral de Navarra 10/1996, de 2 de julio, reguladora del régimen tributario de las fundaciones y
de las actividades de patrocinio; Ley del Parlamento Vasco 12/1994, de 17 de junio de 1994, de
Fundaciones; y la Ley 8/1998, de 9 de diciembre, de Fundaciones de la Comunidad Valenciana.
489
Decreto 276/1995, de 19 de diciembre, de la Diputación General de Aragón, por el que
se regulan las competencias en materia de Fundaciones y se crea el Registro de Fundaciones;
Decreto 34/1998, de 18 de junio, por el que se crea y regula el Registro de Fundaciones
Docentes y Culturales de Interés General del Principado de Asturias; y el Decreto 61/2007, de
18 de mayo, de Regulación del Registro Único de Fundaciones de la Comunidad Autónoma de
las Illes Balears y de Organización del Ejercicio del Protectorado.
490
Artículo 2 LF.
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afectividad, o a sus parientes hasta el cuarto grado inclusive, así como a

personas jurídicas singularizadas que no persigan fines de interés general.
3.3. Constitución de la fundación. 3.3.1. Denominación. Junto al nombre
de la misma deberá siempre figurar expresamente la palabra «Fundación»,
estando prohibido que ninguna otra entidad, de cualquier especie, pueda incluir
dicho vocablo en su denominación, mientras no se halle inscrita en el oportuno
registro de fundaciones.
3.3.2. Domicilio. Deberán estar domiciliadas en España las fundaciones
que desarrollen principalmente su actividad dentro del territorio nacional. Sus
estatutos designarán como domicilio el lugar donde se encuentre la sede de su
Patronato, o donde desarrollen principalmente sus actividades.
3.3.3. Capacidad de constitución. Podrán constituir fundaciones las

personas físicas y las personas jurídicas, sean éstas públicas o privadas. A) Las
personas físicas requerirán de capacidad para disponer gratuitamente, inter
vivos o mortis causa, de los bienes y derechos en que consista la dotación. B)
Las personas jurídicas privadas de índole asociativa requerirán el acuerdo
expreso del órgano competente para disponer gratuitamente de sus bienes, con
arreglo a sus Estatutos o a la legislación que les resulte aplicable. C) Las de
índole institucional deberán contar con el acuerdo de su órgano rector. D) Las
personas jurídico-públicas tendrán capacidad para constituir fundaciones, salvo
que sus normas reguladoras establezcan lo contrario.
3.3.4. Tipos de constitución. La fundación podrá constituirse por actos

inter vivos o mortis causa491. La constitución de la fundación por acto inter
vivos se realizará mediante escritura pública. Por acto mortis causa se realizará
mediante testamento con los requisitos de la escritura de constitución.
La escritura de constitución de la fundación, y el testamento, en su caso,
deberán contener, al menos: a) la identidad del fundador o fundadores, b) la
voluntad de constituir una fundación, c) La dotación, su valoración y la forma
y realidad de su aportación, d) los Estatutos de la fundación, e) La designación
de quiénes integrarán el Patronato, y la aceptación, en su caso.
3.3.5. La dotación de la fundación. La dotación consiste en el conjunto de

bienes y derechos de toda índole que aporta el fundador, que deberán ser
adecuados y suficientes para el cumplimiento de los fines fundacionales. Se
presume suficiente la dotación cuyo valor económico alcanza los 30.000 euros.
491
ESPÍN CÁNOVAS, D., «El respeto a la voluntad del fundador en la Ley 50/2002, de
fundaciones», Anales de la Real Academia de Jurisprudencia, núm. 33, 2003, págs. 324 y sigs.
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Cuando la dotación sea de inferior valor, el fundador deberá justificar su

adecuación y suficiencia a los fines fundacionales. Si la aportación es
dineraria, podrá efectuarse en forma sucesiva, pero el desembolso inicial será,
al menos, del 25%, y el resto se deberá hacer efectivo en un plazo no superior a
cinco años, contados desde el otorgamiento de la escritura. Se admiten como
dotación la aportación de terceros de títulos ejecutivos. Pero, en ningún caso,
se considerará dotación el mero propósito de recaudar donativos.
También formarán parte de la dotación los bienes y derechos de contenido
patrimonial que durante la existencia de la fundación, una vez ya constituida,
se aporten en tal concepto por el fundador o por terceras personas, o que se
afecten por el Patronato, con carácter permanente, a los fines fundacionales.
3.3.6. Inscripción y personalidad jurídica. Siguiendo un régimen jurídico

bien distinto al de las asociaciones, las fundaciones adquieren personalidad
jurídica desde el momento de la inscripción de la escritura pública de su
constitución en el correspondiente Registro de Fundaciones. Esta inscripción
sólo podrá ser denegada cuando la escritura no se ajuste a las leyes.
La inscripción del acta fundacional tiene carácter constitutivo, sin ella la
fundación carece de personalidad jurídica, es más, «la fundación no inscrita, no
es que no perjudique a tercero de buena fe, es que sencillamente no existe»492.
3.3.7. Los Registros de Fundaciones. Existe un Registro de Fundaciones

de competencia estatal dependiente del Ministerio de Justicia y adscrito a la
Dirección General de los Registros y del Notariado, donde se inscriben los
actos relativos a las fundaciones que desarrollen su actividad en todo el
territorio nacional, o principalmente, en más de una Comunidad Autónoma493.
Además, en las Comunidades Autónomas, existen Registros Autonómicos
para las Fundaciones de su territorio, los que, una vez realizada la inscripción
de la constitución o extinción de la fundación autonómica, deben comunicar
estas circunstancias al Registro de Fundaciones de competencia estatal para su
constancia y publicidad general494, evitando confusiones y duplicidades.
Al igual que ocurre con los Registros de Asociaciones, todos los Registros
de Fundaciones dependen de las Administraciones Públicas, y por tanto, están
sometidos al Derecho administrativo, pero tienen efectos «jurídico-civiles»495.
492
DE PABLO CONTRERAS, Pedro, «Las personas jurídicas», en Curso de Derecho Civil
(I), Derecho Privado, Derecho de la Persona, coordinada por el mismo autor, 3ª edición,
Colex, Madrid, 2008, pág. 622.
493
Aprobado por el Real Decreto 1611/2007, de 7 de diciembre.
494
Artículo 36 LF.
495
En tal sentido, debido a este efecto civil que producen sus asientos, tienen el carácter
de «registros jurídicos», como el Registro de la Propiedad o el Registro Mercantil.
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3.4. El Patronato de la fundación. 3.4.1. Definición y funciones. El

Patronato es el órgano de gobierno y representación de la fundación, cuya
existencia es imprescindible y fundamental, debiendo adoptar sus acuerdos por
la mayoría de los miembros que lo componen.
Como órgano de gobierno y representación le corresponden, por tanto, la
práctica totalidad de las competencias y funciones para el desenvolvimiento de
la actividad cotidiana de la fundación, casi sin excepción496.
Las funciones del Patronato son: a) cumplir los fines fundacionales, y b)
administrar con diligencia los bienes y derechos que integran el patrimonio de
la fundación, manteniendo su rendimiento y utilidad.
3.4.2. Composición. El Patronato estará constituido por un mínimo de tres

miembros denominados patronos, que elegirán entre ellos un Presidente, salvo
que su designación se estableciera en la escritura o los estatutos.
El Patronato deberá nombrar un Secretario, cargo que podrá recaer en una
persona ajena a aquel, en cuyo caso tendrá voz pero no voto, y a quien
corresponderá la certificación de los acuerdos del Patronato.
3.4.3. Carácter gratuito. Los patronos ejercerán su cargo gratuitamente

sin perjuicio del derecho a ser reembolsados de los gastos debidamente
justificados que el cargo les ocasione en el ejercicio de su función.
No obstante, y salvo que el fundador hubiese dispuesto lo contrario, el
Patronato podrá fijar una retribución adecuada a aquellos patronos que presten
a la fundación servicios distintos de los que implica el desempeño de las
funciones que les corresponden como miembros del Patronato, previa
autorización del Protectorado.
3.5. El Protectorado de la fundación. 3.5.1. Definición y composición. El

Protectorado es el órgano, de carácter jurídico-público, encargado de velar por
el correcto ejercicio del derecho de fundación y por la legalidad de la
constitución y funcionamiento de las fundaciones.
El Protectorado será ejercido por la Administración General del Estado
respecto de las fundaciones de competencia estatal y por las Administraciones
de las Comunidades Autónomas, en las de competencia autonómica.
3.5.2. Funciones. El Protectorado tiene las siguientes funciones:

1) Informar, con carácter preceptivo y vinculante para el Registro de

Fundaciones, sobre la idoneidad de los fines y sobre la suficiencia dotacional.
496
Aunque con los límites legales y el control que corresponde al Protectorado.
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2) Asesorar a las fundaciones que se encuentren en proceso de

constitución, en relación con la normativa aplicable a dicho proceso.
3) Asesorar a las fundaciones ya inscritas sobre su régimen jurídico,
económico-financiero y contable, u otra cuestión y darles el apoyo necesario.
4) Dar a conocer la existencia y actividades de las fundaciones.
5) Velar por el efectivo cumplimiento de los fines fundacionales, de
acuerdo con la voluntad del fundador y el interés general.
6) Verificar si los recursos económicos de la fundación han sido aplicados
a los fines fundacionales, pudiendo solicitar la información al Patronato.
7) Ejercer provisionalmente las funciones del Patronato cuando, por
cualquier causa, faltasen todas las personas que deberían integrarlo.
8) Designar nuevos patronos de las fundaciones en período de constitución
cuando los patronos inicialmente designados no inscribieren la Fundación.
9) Cuantas otras funciones se establezcan en la legislación vigente.
10) Está legitimado para ejercitar la acción de responsabilidad contra los
patronos e instar su cese. También puede impugnar los actos y acuerdos del
Patronato que sean contrarios a las leyes o a los estatutos de la fundación.
4. Entes sin personalidad jurídica
Pueden existir entes sin personalidad jurídica, por lo general, por dos
motivos: a) porque los promotores hayan iniciado los pasos para constituir una
asociación u otra entidad similar, pero no han logrado cumplimentar los
trámites necesarios para obtener personalidad jurídica497; y b) porque un grupo
de personas, opera, de facto, en el tráfico de manera temporal para lograr una
finalidad, como si tuvieran personalidad, pero sin llegar a intentar obtenerla498.
Quizá por la frecuencia en que se utilizan estas últimas, las asociaciones
temporales sin personalidad jurídica, el legislador se ha preocupado en la
LODA de regularlas denominándolas «Cuestaciones y suscripciones públicas»
previniendo para ellas decisivas consecuencias, disponiendo que «los
promotores de cuestaciones y suscripciones públicas, actos benéficos y otras
iniciativas análogas de carácter temporal, destinadas a recaudar fondos para
cualquier finalidad lícita y determinada, responden, personal y solidariamente,
frente a las personas que hayan contribuido, de la administración y la inversión
de las cantidades recaudadas»499.
La Ley de Enjuiciamiento civil también ha previsto la posibilidad de que
puedan demandarse a los entes sin personalidad jurídica, al expresar que:
497
Así, una asociación que no cumple los requisitos legales para su constitución.
498
Por ejemplo, un grupo de estudiantes universitarios que organiza ciertas actividades,
contratando con terceros, para financiar su viaje de fin de carrera.
499
Disposición adicional cuarta de la LODA.
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«podrán ser demandadas, en todo caso, las entidades que, no habiendo

cumplido los requisitos legalmente establecidos para constituirse en personas
jurídicas, estén formadas por una pluralidad de elementos personales y
patrimoniales puestos al servicio de un fin determinado»500. La jurisprudencia
ha denominado a esta figura en algún fallo como «ente colectivo»501.
Además, podrán ser parte en juicio «las entidades sin personalidad
jurídica a las que la ley reconozca capacidad para ser parte»502.
Respecto de la «comparecencia en juicio y representación» de esta clase de
grupos de personas prevé expresamente el art. 7.7 LEC que por las «entidades
sin personalidad» señaladas en la propia Ley, a las que nos venimos refiriendo,
«comparecerán en juicio las personas que, de hecho o en virtud de pactos de la
entidad, actúen en su nombre frente a terceros».
Se trata, sin duda, de un gran avance con respecto de la situación anterior a
la nueva LEC que va mucho más allá del simple carácter adjetivo pues sus
efectos materiales son indudables al solventar numerosas situaciones en las
que, un riguroso formalismo, impedía reclamar con éxito las responsabilidades
en que incurrían muchos de estos entes o grupos sin personalidad, o también,
personas físicas que actuaban ilegítimamente a la sombra de ellos.
Lo mismo ha de predicarse respecto de las «Cuestaciones y suscripciones
públicas» que ahora regula la LODA que pone coto a la irresponsabilidad civil
de no pocas asociaciones temporales sin personalidad jurídica503.
Bibliografía complementaria
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velo" de la persona jurídica en la jurisprudencia, Civitas, Madrid, 2013; BASILE, Massimo, Le
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del velo y persona jurídica en el derecho privado español, Aranzadi, Pamplona, 1996; CASTRO
Y BRAVO, Federico de, La persona jurídica, Civitas, Madrid, 1984; DÍAZ CAPMANY, F., La
doctrina del levantamiento del velo de la persona jurídica en el proceso de creación del
derecho, Rosaljai, Barcelona, 1996; EMBID IRUJO, José Miguel y EMPARANZA SOBEJANO,
Alberto, El gobierno y la gestión de las entidades no lucrativas público-privadas, Marcial Pons,
Madrid, 2012; FERRARA, Francisco, Teoría de las personas jurídicas, Comares, Granada, 2006;
MARTÍN HUERTAS, A., El contenido esencial del Derecho de asociación, Congreso de los
Diputados, Madrid, 2009; PÉREZ ESCOLAR, Marta y VALERO MATAS, Jesús A., Entes sin ánimo
de lucro. Fundamentos sociológicos y jurídicos, Tecnos, Madrid, 2013; ROSADO IGLESIAS,
Gema, La titularidad de Derechos Fundamentales por la persona jurídica, Tirant lo Blanch,
Valencia, 2004; SANTOS MORÓN, María José, La responsabilidad de las asociaciones y sus
500
Artículo 6.2 LEC.
501
STS de 5 de abril de 1960.
502
Artículo 6.1.5º LEC.
503
Así se denominan, como también «asociaciones sin personalidad» en la obra de
LACRUZ BERDEJO, José Luis (et ál.), Elementos de Derecho civil, I, Parte general, vol. 1º,
Introducción, 3ª edición, Dykinson, cit. 2002, reimpresión 2005, págs. 302-303.
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órganos directivos, Iustel Publicaciones, Madrid, 2007; SAVINI, Alessandro y REGGIO D'Aci,
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Torino, 2011; TORRES PEREA, José Manuel, Alcance de la personalidad jurídica de la sociedad
civil externa, Tirant lo Blanch, Valencia, 2003.
2. Asociaciones: ACEDO PENCO, Ángel, Derecho de asociaciones: cuestiones jurídicas
actuales, Dykinson, Madrid, 2007; BARTHÉLEMY, Martine, Asociaciones, ¿una nueva era de
participación?, Tirant lo Blanch, Valencia, 2003; CAPILLA RONCERO, F., La persona jurídica:
funciones y disfunciones, editorial Tecnos, Madrid, 1984; DE CASTRO Y BRAVO, F., y AMORÓS
GUARDIOLA, M., La persona jurídica, editorial Civitas, Madrid, 1981; ESTEVE SEGARRA, Mª.
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2003; FERRARA PÉREZ, F., (et ál.), Teoría de las personas jurídicas, editorial Comares, Granada,
2006; GÓMEZ MONTORO, A. J., Asociación, Constitución, ley: sobre el contenido constitucional
del derecho de asociación, Centro de Estudios Políticos y Constitucionales, Madrid, 2004;
GONZÁLEZ PÉREZ, J. y FERNÁNDEZ FARRERES, G. J., Derecho de asociación: comentarios a la
Ley Orgánica 1/2002, de 22 de marzo, Civitas, Madrid, 2002; LÓPEZ-NIETO Y MALLO,
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legislación, Dykinson, Madrid, 2004; MORA ALARCÓN, J.A., Asociaciones civiles: adaptado a
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voluntary arrangements, Jordan Publishing Ltd, Bristol, Reino Unido, 2003.
3. Fundaciones: ALLI TURRILLAS, J. C., La fundación ¿una casa sin dueño? (gobierno,
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religiosas de la Iglesia católica, Asociación Española de Fundaciones, Madrid, 2007; BLANCH
NOUGUÉS, J. M., Régimen jurídico de las fundaciones en Derecho Romano, Dykinson, 2007;
CARBALLEIRA RIVERA, Mª. T., Fundaciones y administración pública, Atelier, Madrid, 2009;
CUSCÓ, M. y CURNILLERA M., Comentarios a la nueva Ley de Fundaciones, Madrid 2003; DE
PRIEGO FERNÁNDEZ, V., El negocio fundacional y la adquisición de personalidad jurídica de
las fundaciones, Dykinson, 2004; GONZÁLEZ CUETO, T., Comentarios a la Ley de fundaciones,
Aranzadi, Pamplona 2003; LÓPEZ-NIETO Y MALLO, Francisco, La ordenación legal de las
fundaciones, La Ley, Madrid, 2006; MORILLO GONZÁLEZ, F., El proceso de creación de una
fundación, 2ª edición, Aranzadi, Pamplona, 2003; MUÑOZ MACHADO, Santiago y PIÑAR
MAÑAS, José Luis, Anuario de Derecho de Fundaciones 2012, Iustel, Madrid, 2013; LORENZO,
R. de, PIÑAR, J. L. y SANJURJO, T. (dirs.), Tratado de fundaciones, Aranzadi, Pamplona, 2011;
PÉREZ ESCOLAR, M., La actividad económica de las fundaciones: tensiones legislativas e
interés general, Thomson, Cizur Menor (Navarra), 2008; POUS DE LA FLOR, M. P. (et ál.), Las
Fundaciones: Aspectos jurídicos y fiscales. Planificación de actividades y comunicación,
Colex, Madrid, 2006; POUS DE LA FLOR, Mª Paz, LEONSEGUI GUILLOT, Rosa Adela y RÍO
COBIÁN, Eduardo de, Gestión y administración de fundaciones, Colex, Madrid, 2012.
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Capítulo Vi. La Persona Jurídica.

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1. La persona jurídica en general

1.1. Concepto y justificación. La capacidad jurídica que se reconoce a

supone un nivel más elevado en el perfeccionamiento de aquellas relaciones

1.2. Fundamento normativo. Aunque el Tribunal Constitucional se

1.3. Persona jurídica y personalidad jurídica. 1.3.1. Reconocimiento y

1.3.2. La doctrina del levantamiento del velo. Pero a nadie se le oculta

que revierte a sus cuentas bancarias personales, o adquiriendo patrimonio a su

indicios; b) acreditar el perjuicio del demandante; c) nexo causal; y d)

1.4. Clases de las personas jurídicas. 1.4.1. En el Código civil. Son

1.4.2. Según su naturaleza: pública o privada. Otra manera de clasificar a

1.4.2.1. Personas jurídicas de Derecho público. Son a las que se refiere el

A) Administraciones públicas territoriales la Administración General del

1.5. Capacidad jurídica y capacidad de obrar. La capacidad jurídica la

La «capacidad civil», como la denomina el Código, se regirá en «las

1.6. Domicilio y nacionalidad. La fijación del domicilio de las personas

Y para su fijación dispone el Código que «Las corporaciones, fundaciones

2.1. El derecho de asociación. 2.1.1. Reconocimiento. El artículo 22.1 CE

de lucro y que no estén sometidas a un régimen asociativo específico». El

2.1.2. Justificación legislativa. Ha querido destacar el legislador la

2.1.3. Perfiles constitucionales. Las facultades, contenido y límites del

obtener tal fin, sin recurrir a la adscripción forzada a un ente corporativo»462.

6º.- Para garantizar la más amplia libertad y autonomía de las asociaciones

7. Son ilegales las que persigan fines o utilicen medios delictivos.

2.2.4. Denominación y domicilio. El nombre de la asociación será elegido

El domicilio de las asociaciones será el que establezcan sus estatutos473,

Además, otras disposiciones que los promotores estimen conveniente, siempre

Para la modificación de los estatutos476 que afecte al contenido esencial477

2.3. La inscripción de la asociación y sus efectos. 2.3.1. Deber y derecho.

2.3.2. Responsabilidades por no inscripción. Al configurarse como un

de la asociación, no responden por las obligaciones y deudas de aquélla, sino

2.4. Régimen legal de los socios. 2.4.1. La condición de asociado. El

2.4.2. Derechos de los asociados. Todo asociado ostenta los siguientes

2.4.3. Deberes de los asociados. 1) Compartir las finalidades de la

2.5. Los registros de asociaciones. La inscripción de los actos de las

expresa y exclusiva para tal fin, denominados Registros de Asociaciones, que

2.5.1. Registro Nacional de Asociaciones. En este Registro se inscribirán

uniones de asociaciones de ámbito estatal y todas aquéllas que no desarrollen

2.5.2. Registros Autonómicos de Asociaciones. En cada Comunidad

2.5.3. Régimen jurídico y publicidad de la inscripción. El plazo de

2.6. Gobierno y representación de la asociación. 2.6.1. La Asamblea

días antes de la reunión, cuando concurran a ella, presentes o representados, un

Los acuerdos de la Asamblea General se adoptarán por mayoría simple de

2.6.2. El órgano de representación. También, deberá existir un órgano de

2.7. Régimen económico de la asociación. Para el cumplimiento de sus

Se establecen una serie de obligaciones documentales y contables. Así, se

2.8. Responsabilidad de las asociaciones inscritas. Las asociaciones

2.9. Disolución y liquidación. Las asociaciones se disolverán por: a) las

tiempo de disolverse, se deberá seguir el siguiente orden: 1) el que fue previsto

de los anteriores, se aplicarán esos bienes a la realización de fines análogos, en

2.10. Suspensión y disolución judicial. Excepto en los casos de disolución

3.1. Reconocimiento y regulación. El artículo 34 CE dispone que «se

Madrid, Navarra, País Vasco y Valencia488. Aragón, Asturias y Baleares han

3.2. Concepto, fines y beneficiarios. Se definen las fundaciones como

afectividad, o a sus parientes hasta el cuarto grado inclusive, así como a

3.3.3. Capacidad de constitución. Podrán constituir fundaciones las

3.3.4. Tipos de constitución. La fundación podrá constituirse por actos

3.3.5. La dotación de la fundación. La dotación consiste en el conjunto de

Cuando la dotación sea de inferior valor, el fundador deberá justificar su

3.3.6. Inscripción y personalidad jurídica. Siguiendo un régimen jurídico

3.3.7. Los Registros de Fundaciones. Existe un Registro de Fundaciones

3.4. El Patronato de la fundación. 3.4.1. Definición y funciones. El

3.4.2. Composición. El Patronato estará constituido por un mínimo de tres

3.4.3. Carácter gratuito. Los patronos ejercerán su cargo gratuitamente