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§$S\?hXk.Q~, <$&- ^ Q r\ÜyQXÔ<2 I

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CATECISMO
DEL SANTO CONCILIO DE TRENTO

P A R A LOS PÁRROCOS.
DEL SANTO CONCILIO DE TRENTO
P A R A LOS PÁ R R O CO S,
ORDENADO
PO R D ISP O SIC IO N D E S A N PIO V.
T R A D U C ID O E N L E N G U A C A S T E L L A N A

P O R E L P . F x . A G U S T I N Z O R I T A .,
R E L IG IO S O D O M IN ICO ?
SEGUN LA IM P R E S IO N QUE DE ORDEN DEL PAPA C L E M E N T E X III ,

SE HIZO EN BO M A AÑO D E 176 1,

TERCERA IMPRESION.

P U B L IC A D O DE ÓRDEN DEL REY.

C O N L IC E N C IA E N M A D R ID .
EN LA IM P R E N T A REAL
M D C C L X X :C Y I,

S e h a lla r á en la L ib r e r ía de D e n B ern a rd o A lv e r a .
SEÑ O R

m . -
ífeiJÉ1 i ■ ?:§ }'&.
Traducción del Cateéis-
■"'í.
..-•* .■r>jf.Ai'-;
‘■‘-í ® ío Romano á nuestra Jen-

f «? * encargó el Santo Concilio de


Tren-
Trento , y que han deseado con ansia to­
dos los buenos por mas de dos sig lo s ; si
ahora ve la luz pública , debe esta fo rtu ­
na al brazo igualmente pió , que poderoso
de V . M . que ha cortado con su sobera­
na autoridad todos los estorbos que la ha-
bian detenido muchos años. E s te R ea l Con­
vento de San Pedro M á rtir de Toledo,
que tuvo la dicha de emplear en tan san­
ta Obra los talentos y aplicación de uno
de sus h ijos , la consigue ahora m ayor, p re ­
sentándola a l mas benigno y Católico de los
R e y e s , al Protector de aquel Santo Conci­
lio , que la mandé executar , a l zeloso de­
fensor de la doctrina -antigua de la Iglesia,
a l P adre mas amante de sus vasallos : y

es-
espera que el Augusto nombre de V . M .
colocado á su fren te , recordará á todos es­
tos verdaderos y apreciables atribu tos , que
añadiendo á la Obra recomendación , sir­
van de honroso testimonio del constante de­
seo del Convento , y de todo el Orden de
Predicadores , de emplearse siempre , en
quanto alcance su pequ en ez , en la enseñan­
za de la doctrina pura de la Ig le sia , y co­
mún edificación de los F ie le s , baxo la apre­
ciable sombra de vuestra soberana protección
y patrocinio , y de su humilde reconocimien­
to . al que con este motivo se ha dignado dis­
pensarle vu estra R e a l clemencia.
E l Señor conserve á la Santa Iglesia ,
á la Monarquía , y al Orden de Predica­
do-*
d o res, la preciosa salud de, V . M . ¡os dila­
tados años que este Convento le pide en sus
sacrificios y oraciones. Toledo 23 de Octubre
de ifBi.

T“"*
5

A L . R JL P R D E V . JiL

Y LA
DI l io 22 S an P e dr o M a l t is .
V

C L E M E N T E P A P A XIII.
Á LOS VENERABLES HERMANOS

PATRIARCAS, PRIMADOS, ARZOBISPOS Y OBISPOS.

Venerables hermanos: Salud y bendición Apostólica,

el campo del S eñ or, á cuyo cultivo presidimos por


disposición de la divina Providencia , cosa ninguna requie­
re tan diligente Cuidado y continuada industria , como la
guarda de la buena semilla que se sembró : que es la doc­
trina Católica dada por Jesu-Christo y sus Apóstoles , y á
Nosotros encomendada : no sea que si se abandona por
un perezoso descuido , y una floxedad vergonzosa , dur­
miéndose los obreros,el enemigo del línage humano sobre­
siembre zizaña ; de donde nazca que al recoger los frutos,
en vez de grano para las troxes, no se halle sino broza pa­
ra el fuego, A la verdad para conservar la f e , una vez en­
comendada á los Santos (c], vivamente nos despierta el bea­
tísimo Pablo escribiendo á Timoteo : Que guárde el buen de-
pedio (&), por quanto amenazaban tiempos peligrosos (z), por
haber en la Iglesia de Dios hombres perversos (d) y enga­
ñadores, de quienes valiéndose el tentador maligno , pone
todo su esfuerzo por pervertir las almas incautas con erro­
res contrarios á la verdad Evangélica. Mas si, como acaece
muchas veces , se levantan en la Iglesia de Dios algunas
sentencias depravadas , que aunque opuestas entre sí, to­
das sin embargo conspiran á m anchar, según pueden , la
pureza de la fe Católica ; en tal caso es muy dificultoso
balancear nuestra doctrina con tal peso entre uno y otro
enemigo ; que sin dar á entender que volvemos á ninguno
la -espalda, igualmente hagamos h uir, y rechacemos á en-
** tram.“
<a) Jadac 3, <S> 2 . T h n * i. 00 Xb:ásm3 3. (á) Ibidem,
VI
trambos, adversarios de Christo. Y a veces también es tal
el disimulo , que socolor de verdad fácilmente se encubre
la falsedad diabólica con mentiras paliadas , corrompién­
dose la fuerza de las sentencias con alguna adición, ó mu­
tación brevísima : y por esa sutil novedad la confesión
que obraba la salud , viene á parar en la muerte.
Por estas razones se ha de apartar á los fieles, mayor­
mente á los de ingenio simple y rudo de estas veredas res­
baladizas. y angostas , donde apenas se puede hacer pie, ó
andar sin deslizarse ; ni deben ser guiadas las ovejas á los
pastos por parages extraviados , ni proponérseles tampoco
ciertas opiniones singulares , aunque sean de Doctores
Católicos :, sino, darles aquella señal certísima de la verdad
Católica : que es la universalidad , la antigüedad , y la confor­
midad de la doctrina. Demás de esto no podiendo el vulgo
subir al monte {a) á donde baxa la gloria del S eñ o r, y que
si traspasa los límites , para registrar , ha de perecer ; por
esto deben los Doctores señalar en contorno, estos térmi­
nos al Pueblo: para que no. se. extravien sus pláticas fuera
de aquellas cosas , que son necesarias, ó en gran manera
útiles para la salvación : y que obedezcan los fieles al di­
cho del A p ó sto l; Xa saber mas de aquello que conviene i sino
que haya en. esto medida , y templanza (¿h
Habiendo pues meditado con madurez estas cosas. los
Romanos Pontifices nuestros Predecesores, aplicaron todo
su desvelo , no solo á cortar con la espada de la excomu­
nión los venenosos renuevos de los errores, que iban bro­
tando , sino también á. arrancar ciertas opiniones , que se
introducían., y que por la viciosidad impedirían en el pue­
blo Chm tiano el mas copioso fruto de la fe, ó que por pró­
ximas á error , podrían inficionar las almas, de los fieles.
Luego pues que el Santo Concilio de T ie n to condenó, las
heregias que por'aquellos, tiempos, intentaban ofuscar la
luz de. la Iglesia, y auyentadas las. tinieblas, de los errores,
puso mas en claro las verdades Católicas, ccnslderándo los
mis-
ÍC ic e O R om . 12,
VII
mismos Predecesores nuestros que aquella Sagrada Con­
gregación de toda la Iglesia había procedido con tan pru­
dente acuerdo y tal moderación , que se abstuvo de repro­
bar las opiniones que estaban apoyadas con autoridades de
Doctores Eclesiásticos; determinaron , según la mente del
mismo Santo Concilio , que se compusiese otra obra que
abrazase toda aquella doctrina en que ios fieles deben ser
instruidos, y que estuviese muy limpia de todo error.-Por
esto dieron á luz este libro impreso con el título de 'Cate­
cismo Romano, haciéndose en ello dignos de alabanza por
dos partes : ya porque encerraron en él aquella doctrina
que es común en la Iglesia , y que está muy lejos de todo
peligro de error : y yá porque la expusieron con palabras
muy claras , para que públicamente se predicase al pueblo.
De este modo guardaron el precepto de Christo Señor
nuestro , quien mandó á sus Apóstoles predicar á las cla­
ras , lo que Ies había dicho en tinieblas, y pregonar en pú­
blico, lo que hablan oido en secreto (a). Y asi también ob­
sequiaron á su Esposa la Iglesia cuyas son aquellas voces:
Muéstrame , donde reposas al medio úia (b). Porque donde no
fuere medio día y tan descubierta la luz que se conozca
clara la verdad , fácilmente por ella se admite la mentira
por la semejanza que con ella tiene : pues en tinieblas
con dificultad se distingue una de otra. Sabían muy bien
que hubo ántes, y que habría después, quienes convidásetl
á los que pacían, y que les prometiesen pastos mas abun­
dosos de sabiduría y ciencia ; á los quales seguirían mu­
chos , por ser mas dulces las aguas bebidas k h urto, y mas
sabroso el pan escondido (c). Pues para que la Iglesia no
anduviese engañada , gagueando tras los rebaños de sus
compañeros, yendo ellos perdidos, como no afianzados en
certidumbre alguna de verdad , siempre aprendiendo , y
nunca llegando á la ciencia de la verdad (d), por esto pro-
pusiéron en él Catecismo Romano solo aquellas cosas, que
son necesarias y muy útiles para la enseñanza del pueblo
** 2 Chris-
(■¿) MattE no, (¿} Cant i . (ó Proy , p, (dj 2. Tira. 5»
yin
Chvistíano explicadas con toda claridad y distinción.
Pero este libro , compuesto con no pequeño trabajo y
estudio , aprobado por consentimiento de todos , y reci­
bido con sumas alabanzas , ya en estos tiempos casi le ar­
rebató de mano de los Pastores el amor de la novedad,
aplaudiendo ya unos, ya otros Catecismos, que en mane­
ja ninguna se deben comparar con el Romano. De aquí
nacieron dos males. U n o , haberse como desterrado la uni­
formidad en un mismo método de doctrinar : y con esto se
dió á los pequeñuelos algún género de escándalo: por pa­
rece ríes que no vivianya en tierra de una lengua y de unos
mismos sermones' (a). O tro , que de estos varios y diversos
modos de proponer las verdades católicas , naciéron con­
tiendas , y por la emulación de decirse uno seguidor de
Apoto, otro de Cefas , y otro de Pablo , divisiones de áni­
mos , y discordias grandes : y no alcanzamos pueda haber
cosa mas perjudicial, que la amargura de estas disensiones,
para menoscabar la gloria de Dios , ni .mas calamitosa pa­
ra destruir los frutos , que los fieles deben percibir de la
doctrina Christiana. Por tanto para cortar alguna vez es­
tos dos males áe la Iglesia , juzgamos que debíamos volver
¿ lo mismo. de donde unos por consejo poco prudente, y
algunos aun llevados de altivez , por presumir de mas sa­
bios en la Iglesia, tenían de mucho tiempo acá apartado al
pueblo fie l: y resolvimos poner de nuevo en manos de los
Guras de almas el mismo Catecismo Romano : para que del
mismo modo con que antiguamente fué confirmada la fe
Católica, y fortalecidas las almas de los fieles en la doctrina
de Ja Iglesia , que es la coiuna de la verdad \b), sean tam­
bién ahora por la misma vía apartadas , quan lejos se pu­
diere de las opiniones nuevas , á las quales ni favorece el
unánime sentir,, ni la antigüedad.. Y para.que este libro se
pudiese lograr mas fácilm ente, y saliese mas corregido de
los yerros que habla contraído por descuido de las prensas,
hemos procurado , que aplicada toda diligencia. se imprí-
xnie-
ÚO Genes. 11 » (¿) i , Ttm, 3.
IX
míese de nuevo en esta Santa Ciudad según el exemplar,
que por Decreto del Concilio Tridentino publicó nuestro
Predecesor S. Pío V. el qual traducido en lengua vulgar, y
dado á luz de orden del mismo S. Pió V. saldrá luego al
público, impreso asimismo por nuestro mandamiento.
Esto pues. Venerables hermanos , que en tiempos.tan
calamitosos de la República Christiana os ofrece nuestro
desvelo y diligencia , como remedio muy saludable para
desenredar los engaños de las opiniones perversas, y dila­
tar y establecer la doctrina verdadera y sana , es vuestra
obligación , hacer que se reciba por los fieles. Y por tanto
este libro , que los Romanos Pontífices quisiéron se pro­
pusiese á los Párrocos , como norma de la fe Católica , y
de la doctrina Christiana , para que constase el consenti­
miento de todos en el modo de enseñarla , os le encomen­
damos ahora , Venerables hermanos , muy en particular,
y con igual encarecimiento os exhortamos en el Señor, que
mandéis á todos los Curas de almas que se gobiernen por
él para instruir los pueblos en la verdad Católica : y que
de ese modo se guarde, -así \¿. uniformidad en la enseñan­
za , como la caridad , y concordia de las alm as: pues car­
go vuestro es solicitar la tranquí iidad de todos : que es en
fin la obligación del Obispo : el qual por razón de su ofi­
cio debe poner la mayor vigilancia , en que ninguno lle­
vado de soberbia por sus honores , sea causa de cisma,
rompiendo los lazos de la unidad.
Con todo eso ninguna ó muy corta será la utilidad de
estos libros , si los que deben proponer y explicar su doc­
trina á los fieles, fueren ménos hábiles para enseñarla. Im­
porta pues muchísimo que para el cargo de instruir al pue­
blo en la doctrina Christiana , escojáis hombres , no- solo
adornados con la ciencia de las cosas sagradas : sino mu­
cho mas enardecidos en humildad y en zelo y amor de san­
tificar las almas. Porque toda la disciplina Christiana con­
siste , no en abundancia de palabras, no en astucia de dis­
putas ni en apetito de alabanza y gloria : sino en humil­
dad verdadera y voluntaria. Porque es así que hay hombres
que
X
que sobresalen en la ciencia , pero ésta los divide de la
compañía de los demás : y quanto mas saben , tanto mas
se desvian de la virtud de la concordia. Estos son avisados
por la Sabiduría misma, que es el V erb o, diciéndóles : Te­
ned en vosotros sal, y tened paz unos \con otros (a). Porque de
tal manera se ha de tener la sal de la Sabiduría , que se
conserve con ella el amor del próximo , y se curen sus de­
fectos. Por lo qual si del estudio de la Sabiduría, y del cui­
dado del próximo se pasan alas discordias , tienen sal sin
paz : que no es don de virtud , sino argumento de conde­
nación ; y quanto mas saben , mas gravemente pecan : á
los quales sin duda condena la sentencia del Apóstol San­
tiago por estas palabras: Si teneis envidias y hay ¡contiendas en
mestros corazones , no queráis gloriaros y ser mentirosos contra la
verdad: porque no es esa la sabiduría que baxa de lo alto ; sino
terrena , animal y diabólica : pues donde hay emulaciones , y por­
fías , allí hay inconstancia , y toda obra perversa. Mas la sabiduría
que viene del Cielo , primeramente es casia , demás de esto es pací-
pica, modesta, tratable, condescendiente en las r^sas buenas , llena
de misericordia y de buenosfrute* , que pl jUzga ni es envidiosa {b).
Entretanto pues que rogando á Dios en humildad de
corazón y aflicción de espíritu , derráme sobre los esfuer­
zos de nuestra diligencia é industria la largueza de su be­
nignidad y misericordia, para que la disensión no pertur­
be al pueblo f ie l, y que en lazo de paz y caridad de espí­
ritu tengamos todos unos mismos sentim ientos, alabemos
y glorifiquemos á un solo Dios nuestro Señorjesu-Christo,
os saludamos, Venerables hermanos * en ósculo santo , y
á todos vosotros , como también á todos los fieles de vues­
tras Iglesias damos amaní istmamen te la Apostólica ben­
dición*
Dado en Castel-Gandolfo dia 24 de Junio de 1761* en
el ano g de nuestro Pontificado.

(rO Msre, 9* (¿) Jacob. 5»

PRO-
XI

PRÓLOGO DEL TRADUCTOR,

j H i l Catecismo Romano s que presento al Publico , tra­


ducido del Latín á nuestra lengua 3 no necesita que yo
le acompañe con elogios 3 ni aun pudiera dárselos, sin te­
mor de deprimir su grande autoridad é incomparable
excelencia. Ordenado por el Santa Concilio General de
T rento 3 extendido y compuesto conforme á la doctri­
na que reconoció y aprobó el mismo Concilio por los
hombres mas sabios de aquella edad, escogidos en éls
publicado por San Pió V . aclamado después aun mas que
admitido por gran numero de Concilios Provinciales y
Diocesanos. 3 y recientemente renovada su recomendación
á toda la Iglesia por el Papa. Clemente. XIII. de santa me­
moria a ocioso sería, y aun temerario 3 el empeño de aña­
dirle recomendaciones y alabanzas.
Estas mismas razones me escusan demostrar que con­
venía traducirle A mayormente constando que el Sagrado
Concilio que le ordenó a. dexó dispuesto se traduxese í
las lenguas, vulgares a para contraponer al gran daño que.
causaba la variedad de Catecismos esparcidos, por auto­
res de no sana doctrina > el remedio de una autorizada,
soma de Religión , que. sirviese de segura, regla para. la
instrucción Chrisriana de los. Fieles.: como, lo exccutáron
aquellos zelosos. varones a que reden salido á luz. este. Cate­
cismo 3le tradujeron y publicaron en las, lenguas de aque-
| lias países, donde era mas urgente la necesidad*.
L o que juzgo sí indispensable y es. disculpar m i atre­
vimiento: de. babel emprendido esta, traducción. La. obe-*
dien-

§S'
X!I PRÓLOGO
dicncia que por mi estado debo á los que venero en
ear de Dios", es la que me hizo tomar esta empresa. El
estímulo de los Domésticos exemplos , ( habiendo cabido
por divina providencia á ía Familia Religiosa , de que
me glorio ser miembro 5 el aleo honor de que indivi­
duos suyos tuviesen gran parte en la composición de es­
ta obra , diesen el primer exemplo de traducirla á las len­
guas vulgares, y hayan empleado laudables tareas (a) en
defender su autoridad y promover su lectura) movió
sin duda el zelo de mis Prelados para mandarme apli­
car mis débiles hombros á este trabajo. Conocía yo bien
quan desproveído estaba del caudal necesario para desem­
peñarle , pero era pequeño mal el riesgo de mi crédito,
si no acercase, respecto del grave que cometería con mi
inobediencia. Dios , cuya infinita sabiduría suele servirse
de instrumentos débiles para sus mayores obras, se ha
dignado concederme 3 no solo el gusto de ver mi tra­
ducción concluida , sino ademas ei no esperado honor
de verla preferida á otras que también se habían pre­
sentado a la respetable censura del supremo Tribunal de
la Nación , honor que no puedo atribuir fundadamen-
ce sino promesa hecha en las Santas Escrituras
a ios cu C?LewUieceii
wL con humildad y sencillez de cora-
cu ? y a ía docilidad con que he deferido á los varones
doctos j que habiendo visto- mi traducción , se sirvieron
comunicarme sus reparos , y quanto su instrucción y
pru-
(O Fr. Antonio ReginaUo , Dominicano , que escribió i¿ singular obra
CP: cp. i orno en reno : De r~r;:,v iO-vcnti 'i'í'íiiomaí cirro £rn:cpi , osi cii
c. err.rcc como en u oüra trae vivios pssages sobre el erigen * iorma-
c:or. y -luzc-iiczc. ec; Catecismo cc* Concilio . y después compuso la historia
separaua cm mismo Catecismo . que se imprimió últimamente en Nápcks
ano n» ¿p'jp. en un T'opno octavo mayor.
DEL TRADUCTOR. - XIII
prudencia les sugirió capaz de corregirla y mejorarla.
También parece jasco dar cuenca del, método que he
observado en esta traducción. Ante todas cosas he. aten­
dido con el cuidado mas religioso á que mi versión sea
exacta y fiel. En el Catecismo Romano lo altísimo y
divino de la materia que trata ¿ ofrece ya muy exaude
dificultad para acertar á declararla en qualquiera leñosa
Pero fuera de esto hay dos cosas que hacen difícil se
traducción : una los muchos pasages -y.lugares .de la Sa­
grada Escritura j> Santos Padres y Escritores antiguos de
que está entreregido : otra la hermosura ? propiedad y
elocuencia de su lenguage y estilo. En quanto á lo pri­
mero he procurado trasladar a nuestra lengua no solo el
sentido ^ sino las mismas expresiones y el avre de ellas.
Y deseoso de no desfigurar las frases propias de can ve­
nerables Maestros y singularmente las de la Santa Escri­
tura quando las he encontrado traducidas ya en Castella­
no por respetables Escritores de nuestra Nación * mayor­
mente por eí Venerable Fray Luis de Granada he hecho
gíona de imitarlos o mas bien de copiar sus palabras.
En quanto a lo segundo > que toca al estilo , lie pro­
curado usar los modos de hablar y las voces propias
de nuestra lengua sin desdeñar algunas que usaban nues­
tros mejores Escritores del tiempo en que se escribió con
mayor perfección v, pues aunque hallándose fuera de uso
y casi olvidadas para no pocos genios amigos de ía no­
vedad, reprobaran acaso estos nru conducta, es de mu­
cho mayor peso en mi estimación la. aprobación que es-
pero le datan los sabios > q¡ como fustes conocedores
de ja verdadera grana y propiedad de la lengua imán
aun aquel olor de antigüedad que á ios otros fastidia.
### Con
XIV prólogo del t r a d u c t o r .

Con este método y diligencia he procurado ya que no


„odia aspirar á la imitación de la singular elegancia del
texto Latino, que á lo ménos no desóncese ei «asado
de la dignidad del original. En todo caso me quedará
el consuelo de no haber omitido la menor diligencia
para desempeñar la obligación en que me constituyeron
mis Superiores, y contribuir por mi parre a que la m-
teligencia y uso cíe este Catecismo se haga taa general
como quiso y deseó el Sanco Concilio Tridenrino.
XV

ÍNDICE GENERAL DE LAS PARTES . CAPITULOS*


y números de esta Obra.
P R IM E R A P A R T E .

j P R Ó L O G O : En. el qual se trata de quan necesarios son los Pastores en


la Iglesia , de su autoridad y oficio y de las partes principales de la
doctrina Christiana : partido en 15 números. .................................. Pag. e
C A P ÍT U L O L D e la F e , y «del Credo; partido en 4 números . . . . y
C A P . II. Del primer artículo dei Credo : Creo en Dios Padre 'Podo-Po­
deroso , Criador dei Cielo y de la Tierra: partido en 2.5 números. . . . 8
C A P . III. Del segundo artículo dei Credo : T en Jesv.-Gh.rulQ su único
Hijo nuestro Señor ; partido en 12 números.................. ............................. 18
C A P . IV . D el tercer articolo del Credo : Que fu e concebido por el Espíri­
tu Santo y nació de Santa Maria Virgen : partido en n números. . . . 24
C A P . V . Del quarto artículo del Credo : Padeció debajo del poder de Pon­
do Pílalo , fue crucificado, muerto y sepultado : partido en 16 números. . . 2y
C A P . V I. Del quinto artículo del Credo : Descendió ¿ los Infiernos : ai ter­
cero día resucité de entre los muertos ; partido en is números..................
Cap. V II. D el sexto artículo del Credo : Subió á tos Cielos yy está sentado
á la diestra de Dios Padre Todo-Poderoso ; partido en 9 números. . . . 4>
C A P . V i l i . D el séptimo artículo del Credo : De alii ha de venir d juzgar
á los vivos y y ¿ los -muertos : partido en 11 números. . . . . . . . . 4¡f
C A P . IX* Del octavo artículo del Credo : Creo en el Espíritu Santo-,
partido en S números............... .................................................................
C A P . X . D el nono artículo del Credo : Creo la Santa Iglesia Católica.
y la Comunión de los Sanios ; partido en 2 j números....................... . 16
C A P . X I. D el décimo artículo del Credo : JEi perdón de los pecados:
partido en 12 números. .............................. .... úá
C A P , X II. Del undécimo artículo del Credo ; La Resurrección de la Car­
ne ; partido en. 14 números. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 70
C A P . XXIL D el duodécimo artículo del Credo ; T ía vida perdurable :
partido en 15 números.................... ... .................................................... 77

P A R T E SEGU N D A.
C 5 -
A P ÍT Ü L O 'I. De los Sacramentos en común;partmo en 5 2 números. 82
C A P . II, Del Sacramento del Eacrismo : partido en 76 números . . . . . 94
C A p . H I. D el Sacramento de ía ■ Confirmación ; partido en 81 números.. 1 16
C A P . IV . Del Sacramento de ia Eucaristia : partido en zS números, . . 124
C A P . V . D d Sacramento de la Penitencia : partido en 79. números. . , 15 1
C A P . V I. Del Sacramento de X Extrema-Unción : partido ea 16 números, 17S
C A P . V i!. Del Sacramento de! Orden : partido co 1,4 números- . . . 184
C A P . V IH . D el Sacíame oto dei Matrimonio : partido en 54 números. 196

PAR-
XVI
PARTE TERCERA".

PÏTÜLOÏ.Deîos diez Mandamientos dei Decalogo : partido èn io


números.......................* ■ ■ * ; * * * * ‘ * 6 ! .* ° ' * ' * * * ' * 2o^
C A P . IL D el primer Mandamiento dei D ecálogo: partido en 3» números. 2 11
CAP.* III. Del segundo Mandamiento del Decálogo: partido en 30 números. 221'
C A P. IV . Del tercer- Mandamiento del Decálogo: partido en 28.números. 229
C A P . V . Del quarto Mandamiento del D ecálogo: partido en 22 números. 236
C A P. V I. Del q u in to Mandamiento del D ecálogo: partido en.2 5 números. 243
C AP. V II. Del .sexto Mandamiento del Decálogos partido en 13. números. 250
C A P . V IH . Del séotimo Mandamiento del Decálogo : partido en 24.
- números................................. »..»• ..................... 255
octavo Mandamiento del D ecálogo: partido en 2 3 números. 263
C A P .I X . D e l
C A P . X. Del nono y décimo Mandamiento del Decálogo : partido en
23 números. 270

PARTE QUARTA.

^ ✓ A P Í T U L O I . B e la O ración, y primeramente de su necesidad: par-


, tido en 4 números. ........................................................ 276
C A P . II, De la utilidad de Ia Oración-: partido en x i números, . . . 278
C A P . III. D e las partes y grados de la Oración:partido en 7 números. . 280
C A P . IV .D e las cosas que deben pedirse en la Oración-: partido en 5 num. 282
C A P. V . Por quienes se ha de orar. : partido en 7 números................283
C A P . V I. A quien se dehe hacer Oración.: partido en 4 números. . » 287
C A P . V II. De Iz preparación para Orar : partido en 6 números. . . . . 28Ú
C A P . V III. D el modo que se requiere en la O ració n : partido en. 9
números. . . . . . . . . . . t . . . . . . . ^ 285?
C A P . IX , Del Proemio de la Oración del Padre nuestro : Padre nuestro
. 'que estás m los Ciclos : partido en 20 números. . . . . . . . . . . . 2 9 1
C A P . X . De la- primera petición : Santificado sea el iu nombre : partido'
„ en 9 números................................................................... ........................... 299
C A P . X I. D e la segunda petición : Venga á nos el iu Rey-no : partido
en j 9 números. . 302
C A P . X£L De la tercer petición: Hadase tu, voluntad: partido en 24 h u i d . 308
C A P. XIII. De i a. quarta petición E l pan nuestro de cada dia , dánosle
of. : partido en. 25 números ......................................................... .... 315
C A P . X IV , De la quinta petición.: Perdónanos, nuestras deudas , así como
nosotras perdonamos á nuestros deudores ; partido en 23 números . . . . 322
C A P . X V . D e la sexta p e t i c i ó n T no nos dexes caer en la tentación:
partido en —o números. . . . . ..33c
C A P . X V I. De la séptima pendón : Jlas líbranos de m al: partido en
12 numeres. . . . . . . . . . . . , . . . . . . .. . , . ..337
C A A X V II. De la ukíma palabra del Padre nuestro que es Amen :
patudo en 6 números. . . . . . . . . . . . . . . 341

CA-
CATECISMO
PARA LOS: PÁRROCOS'
COMPUESTO
POR DECRETO DEL SANTO CONCILIO TRIDENTINO,
Ï PUBLICADO

P O R S A N P I O Vi
PRÒLOGO.
E N E L OU A L SE T R A T A , D E O U Á N N E C E S A R I O S
SON LOS PASTO RES £N L A IG L E S IA , DE SU A U T O R ID A D ^ Y O F IC IQ j
Y DE LA S PAR TES P R IN C IP A L E S DE L A D O C T R IN A C H R IST IA N A *

smsrwf.

K q puede
e l hombre
$ tal la. condición de b capacidad, c inteligencia del
por sedas
kombre , que aun habiendo rastreado , y descubierto sus fuerzas
por sí á fuerza, de grande aplicación, y estudio muchas alcanzar la
de las verdades , que pertenecen al conocimiento de las v e rd a d e ra
cosas divinas ? con todo eso nunca pudo por sola la Sabiduría 5
ni los me­
lumbre de su razón conocer, é alcanzar k mayor parte de aquellas, por las dios necesa­
cuales se consigue la. cierna salud : que es el £a último ? para que fue criado, rios para su
Cüo a. imagen f y semejanza de Dios. Es cú 5que las cosas invisibles de salvación.
Dios.
S CATECISMO ROMANO
Dios s como ensena el Aposto! , se conocen s por las que vemos obradas por ü en
este mundo : por las quales se conoce también su eterno poder , y ui cutera de su
Divinidad (a). Pero aquel misterio escondido desde los siglos , y generacio­
nes , de tal manera sobrepuja la inteligencia humana ; que si no hubiera sido
manifestado á ios Santos , á quienes quiso Dios hacer notorias por el don de
la fe las riquezas de la gloria de este gran Sacramento en las gentes , que es
Christo (¿) , ningún estudio humano podría aspirar,,á tan alta Sabiduría.
Mas como la fe se concibe por el oido (t), es manifiesto^ quán necesaria
Por <pué
medios se
haya sido siempre, para conseguir la eterna salud , la industria , y ministerio
alcanza eì fiel de maestro legítimo. Porque escrito está : 7Cómo oirán , sino se les predi-
don mara­ ca ? ini como predicarán 5 sino son enviados (d) ? Por eso el clementísimo } y
villoso de ■ benignísimo Dios nunca desde el principio de! mundo desamparó i los su­
ìa fe,
yos ; antes bieh muchas veces , y de varios modos habló á los Padres por ios
Profetas (e) , y según la condición de los tiempos les mostró el camino seguro^
y derecho para la eterna felicidad, . -,
Pero como tenia prometido , que había'de enviar al Doctor de la Justi­
ChristO v i­
no al mun­
cia para luz de las gentes ( / ), y que fuese su-salud hasta |o$,fines de ¿a tierra (g)s
do á ense­ ultimamente' nos 'habló por j-medio c e 1- su" Hijo (A) mañdáádó por-voz y veni­
ñar la f e : da dd Cielo desde el Trono de su gloria (2) que todos le oyesen , y obedecie­
qne des­ sen á sus mandamientos (¿). Cu ego- el- divino Hijo á unos hizo Apóstoles , á
pués diia-
láron los
otros Profetas, á otros Pastores , y Doctores (J) , que .anunciasen la .palabra de
Apestóles vida 3 para que no seamos , como niños vacilantes , ni nos ¿exentos llevar de
y ss s suce­ todo viento de doctrina ; sino que apoyados sobre el cimiento firme de la fes
sores. ruésemos juntamente edificados para" morada de Dios en el Espíritu Santo (ni),
4* Y para que ninguno tomase-de les -Ministros de ja iglesia la doctrinare-
C om o de­
ben recibir­ velada por Dios ; corno doctrina de hombres ; sino como de Christo : pues
se las pala­ verdaderamente lo es ; determinó este mismo Salvador nuestro , se diese tanta
bras de los 2mondad í su magisterio , que cíxo :"-El que os oye . me oye , y el que os desprecio¡}
pastores de me aaprecia (fifi Y esto sin duda quiso se entendiese , no solo de aquellos , con
la Iglesia,
quienes nablaba-entonces-y:smo también de, todos los que después,p or sucesión
íeginma habían de exercer el cargo de enseñar : a todos los quejes prometió,
que estaña siempre con ellos hasta el fin del mundo Y)„
5- Nunca pues debe dexarse en la Iglesia esta predicación de la palabra divi­
Áanya isa- na. ^Pero en* estos tiempos se debe ciertamente trabajar con el m ayor desvelo.
sé testada ¿a
verdad . es V pieaaa , sobre que ios nei.es sean sustentados . y fortalecidos con. la doc-
.N e ce sa ria ü malsana , e incorrupta ? como alimento de la vida : porque han salido al
la predica— mermo , para pervertir las almas Chastiaras con doctrinas varias , y peregrinas
c:ur.. ymas aquellos Profetas- taf sos , ae quienes cuco el Señor ; IY no los enviaba >pero cites
en e s t o s
í lempos. corrmh. jW iti amísha yo , nías eum. predicaban (ó), Armada aquí su malicia con.
todas ¿as artes de Satanes ? se -chistó tan exten di da me ote que parece , no hay co­
mo .enema a raya. De manera que si no estuviéramos afianzados con aquella pro-
Tiics<i esclarecida de nuestro Salvador , quien afirmo : Que había puesto en su
. Igle-
fih Som. u fl} Colas, j. (c) Sons. 10. {£} Matth. 1% (fi Eohes. 4. (m) IUd, a.
?{ ^ HeDr* *' l/ i 2. .:«} L n c, 10. (y M ilt b , ‘ f i , ÍP) je-
yq tíao 49. Hcer. 1. A ¿>e:r, ^
P R U c. O G Os
Iglesia en fundamento tan firme , que i amás podrían las puertas deí infierno-
prevalecer contra ella (a) : era muy de temer , que se arruinase ahora: vién­
dose cercada por todas partes de tantos enemigos , tentada y combatida
con tantas máquinas. Porque dexando aparte Provincias nobilísimas , que ea-
ios tiempos antiguos retenían piadosa , y santamente la Religión verdadera , y
Católica , que habían recibido de sus antepasados , y que ahora extraviados
del camino derecho , andan tan perdidos , que blasonan de que profesan la
verdadera piedad, por el mismo hecho de haberse apartado tan léxos de la doc­
trina de sus Padres; no puede haber región tan remota, ó lugar tan seguro,
ni se hallará rincón en toda la República Christlana , donde esta peste no haya
intentado introducirse á escondidas. 5..
Porque aquellos que se propusieron inficionar las almas de los fieles, cono­ Seña] acá­
ciendo, que en manera ninguna podían hablar en público con todos , é infun­ meme coa
Catecism os
dir en sus oídos las venenosas- voces ; se valieron de otro ardid , por el qual procuraron
derramaron los errores de la impiedad mucho mas fácil, y dilatadamente; por- ios hereges !S
que además de muchos abultados libros, con que procuraron trastornar la fe engañar á
Católica (de los quales fue fácil precaverse, por contener heregias manifiestas) los C a tó ­
licos.
escribieron también innumerables librillos , al parecer piadosos , con los quales
es, increíble, quán fácilmente-engañaron las ánimas incautas de los simples. 7-
Por esta razón deseando en gran manera los Padres del Santo Concilio ge­ D e termi­
neral de T re m o , aplicar á este mal tan grande, y tan pernicioso alguna saludable na el Sam o
medicina, juzgaron, que no bastaba difinir contra las heregias de nuestros tiem­ Conciiio
de T rem o
pos los puntos mas graves de la doctrina C atólica, sino que además de esto Jes poner re—
pareció preciso hacer un formulario , y método de instruir al.pueblo Chris- medioáes-
tiano en les rudimentos de la f e : por el qual se debiesen arreglar todos los que tas voces,
exercen en las Iglesias el cargo de legítimo Pastor, y Maestro. 3^ escritos
Es cierto que muchos con gran loor de piedad - y de doctrina se dedicaron P^111^050^
á este género de escritura ; pero con todo eso pareció á los Padres, sería muy p üé nece_
conveniente , que por autoridad del Santo Concilio se compusiese un lib ro , de sario , que
donde los Párrocos, ó todos los otros , que tienen el oficio de ensenar, pue- P°y clU£Í:i~
dan buscar, v tomar reglas ciertas cara edificación de los fieles : v para que do Sy1-
asi como es uno ei Señor, y moa la fe (y) , asi cambien sea una, y común a todos ¿ v
ia norma , y modo de instruir a! Pueblo C hn sueno en los rudimentos de la torídad del
ío , y en los demás oficios de virtud y de piedad. Sarao P-n-
Síendo pues muchas las coses pertenecientes ¿ este propósito , no se ha de í l “ ce. se
pensar, que fue el intento ce! Sentó C o n cib o , el que todos los dogmas de la ¿VECace-
te Christlana, encerrados en un libro se explicasen con delicadeza como suelen cismo,
hacerlo los que de asiento se ponen á tratar de la institución, y doctrina de to- p.
da 12. Rdbgíon; porque esto , claro e s, que sería obra de cas; infirmo trabajo, y ^ s¿ esp
nada conveniente á nuestro asu n to sin o que como el Santo Cenca:o tomo por f 'Laa a'j"*
su cuenta instruir á los Párrocos , y Sacerdotes 7 Curas ce canias , en. ei cono-
cimiento de acuellas cosas , que sen mas propias de su ministerio , y mas acó no smu ios
modadas í ia capacidad de ¿os fieles: solo quiso se propusieran, b.s que en esta pteeis^s.
parte pudiesen, coacvubar al. piadoso estudio de aquellos Pastores , que están
a a rué-
ts) 2<lzzth, i 5. (£•) Epiieu. y.
4 CATECISMO ROMANO
menos versados en las controversias dificultosas de la Teología, Siendo pues
esto así 3 ames que lleguemos á tratar en particular de lo que se contiene en
esta Suma, pide el orden de nuestro instituto , que se expliquen algunas cosas,
que ante todo deben considerar , y tener muy presentes los Pastores , para
que sepan á dónde deben enderezar, como á fin , todos sus designios , trabajos,
y desvelos; y en qué manera podrán mas fácil mente conseguir, y acabar lo que
pretenden.
YO* L o primero pues que los Pastores de almas han de traer presente de comí-
D o s cosas
nuo , es que toda la ciencia del Chrístiano se encierra en este Capítulo, ó por
ra n fe n te mejor decirlo con nuestro Salvador: Esta es la vida eterna, que te conozcan á ti
deben con- solo verdadero D io s, y á Jesu-Ckristo, á quien tú enviaste [a). Por esto debe ser
siderar los e} principal cuidado del Maestro espiritual, el que los fieles deseen de veras sa-
Pastores. ^er £ Jesu-Christo, y á este crucificado (¿) , y que de cierto estén persuadidos,
y crean con afecto muy cordial , y piadoso , que no hay otro nombre debaxo
del Cielo dado á los hombres, en el que podamos ser salvos (c) , porque este
Señor es la propiciación por nuestros pecados (d). Y porque en tanto sabemos,
que le habernos conocido , en cuanto guardamos sus mandamientos (e) , sí­
guese luego , y es muy anexo i lo que habernos dicho , que al mismo tiempo
Ies decláre , que no han de vivir ociosa, y descuidadamente ; Sino que debemos
andar como andubo el Señor ( / ) , y seguir con todo cuidado las obras de justi­
cia , de piedad .d e fe , de caridad, y mansedumbre: Pues se entregó á sí mis­
mo por nosotros, para redimirnos de toda maldad , y limpiar para sí un pueblo
agradable3seguidor de buenas obras (g). Y esto es lo que manda el A póstol, que
exhorten , y prediquen los Pastores,
Mas habiendo nuestro Salvador , y Señor , no solo dicho , sino también
mostrado por su exemplo , que la lev y Profetas penden de la Caridad (f),
y asimismo habiendo confirmado el A póstol, que la Candad es el fin del pre­
cepto , y cumplimiento de la lev (i), nadie puede dudar, que el principal em­
peño del Pastor cebe ser procurar con. toda diligencia, que el pueblo fiel se ex­
cite á amar la inmensa bondad áe Dios para con nosotros, y que como abrasa­
do con un divino ardor , se arrebate ¿ ese sumo , y perte erísimo bien : pues
en unirse con el esta la verdadera, v sólida felicidad: como claramente lo co­
nocerá , el que pueda decir con el Profeta: ? Ojeé tengo ye en el Cielo i j c fuera
¿¿ /i. ¿’¿.ver, q:¿¿ quise sobre ¿a tierra ía)< Este es aquel camino mas excelente,
que señaló el mismo A póstol, enderezando toda la suma ce su doctrina, e ins­
trucción a ¿a C an e ad , que nunca cae (t\ Porque va se proponga , lo que se
cebe creer, ya lo que debe esperarse.. va cualquier cosa que deba hacerse; de tal
manera debe siempre encomendarse la Caridad de nuestro Señor , que cual­
quiera écne ce ver . que tocas las obras de la perfecta. virtud Christkna, ni
nacen se otro principio , que de la C aridad, ni deben ordenarse d otro fin,
que a la Cariare.
a 1. iras como en áa enseñanza da cualquier facultad importa mucho obser­
ansia ó var meic-so , manca mas oten se debe guardar éste, que en la instrucción del
.vi Paita—
pus-
í^.' Joan-, : j . y - ¿. Con a. (r) A c u a . (g) Tin c, {£■'■ ñlatth. zz. z. T ia u i,
Ai Lzl¿, ."y1 Tara. a. A) Psaú 72. d) r. CcrlniL 22. y ¿3.
PRÓLOGO. 5
pueblo Christiana. Porque debe observarse k edad, ingenio, costumbres, y con- res mirar
dicion de los oyentes; para que el que exercita el oficio de enseñar, se ha^a e^suense—
todo para todos , á fin de ganar á todos para C hristo, y poderse mostrar á^sí fían2a-áes-
mismo como fiel M inistro, y dispensador, y hacerse digno, como siervo bue- tüs
n o , y f ie l, de ser colocado ^por d Señor sobre todos sus bienes (a). Y no Amblen
piense tampoco, que solo está encomendado a su fidelidad un línage de hom - comodarse
bres , y que entablado un modo y forma de enseñar podrá así instruir mual- 5 capace­
mente á todos en la piedad Christiana ; porque siendo los fieles , unos como dad f e ios
recíennacidos, otros que ya empiezan á crecer en Christo , y algunos ya ro- oycníes*
bustos en la virtud ; es menester mirar con discreción , quiénes necesitan de le­
che , quiénes de comida mas sólida , y dar á cada uno aquellos alimentos de doc­
trina , que acrecienten su espíritu : Masía que iodos , como varones perfectos á la
medida de la grandeza de Chruío , le salgamos al encuentro en unidad de fe y
conocimiento del Hijo de Dios (o). Esto enseñó el Apóstol en sí mismo , para
que todos lo observasen , quando dixo : Que él era deudor á G riegos, v B ar­
baros , sabios , é ignorantes (c) , para que así entendiesen los que son lla­
mados á este ministerio , que en proponer los misterios de la f e , y declarar
las reglas de bien vivir, de tal manera deben acomodar la doctrina al genio,
y capacidad de los oyentes ; que quando dan en abundancia el pasto esci ri­
tual á ios aprovechados , no dexen perecer de hambre á los pequeñuelos : los
que pidiendo pan , no hallan , quien se lo parta (¿). Y ninguno debe re­
tardar su cuidado en la enseñanza, porque á veces será necesario instruir al
oyente en los preceptos de aquellas cosas, que parecen humildes, y baxas , y
que no sin molestia las suelen tratar, especialmente aquellos que están habitua­
dos , y tienen sus delicias en la contemplación de cosas mas sublimes ; por­
que sí la misma Sabiduría del Eterno Padre baxó á la tierra , para darnos en
la humildad de nuestra carne los documentos de la vida celestial; ¿á quién
no estrechará ia caridad de Christo , á hacerse pequeñueio en medio de sus
hermanos, y que como una nutriz que abriga á sus hijuelos , desee con tal an­
sia la salud de sus próxim os,que como de sí mismo lo afirma el A p óstol, quie­
ra entregarles, no solo el Evangelio de D io s , sino aun dar la vida por ellos?
Tod a la Suma pues de k doctrina , que se debe proponer á los fieles, i»
se contiene en k palabra de Dios , k qual se divide "en Escritura , y T ra - Meditará*
didones. Y así emplearán Ies Pastores días , y noches en la meditadon de ios Pasto’
estas cosas, acordándose de aquel aviso c ú A p ó s to l, que aunque le escri- r£S dia> y
bió í Tim oteo , toóos ios Curas de almas le miraran , como endereza- p S S a de
do á ellos mismos. Dice pites de este modo : Atiende d la lección ¿ la Dios , la
txhlasàon. , y à la ¿odrina. Parque toda Escrituro: inspirada -por Dios es se i l ~
u:il 5 para enseñar , para argüir , para reprehender , y para instruir en vláeeQ(lua*
& f s ik i a : porque sea p a je e f d hombre de D k j , y esté apercibido para ^ patMS*
ivas céra huera (¿y Pero siendo muchas las cosas que Dios ha revelado y
i-m varks , que &Ì es fácil aprenderlas , ni después de aprendidas es posible
tenerlas tan tic memoria , que siempre que se onezca k "ocasión de enseñar,
esté
(Y 25. (si E dHss . q , (c) K ü- (?) 1 , T im ar. 4 . at T im , 3,
mure 1. XErera q.
g CATECISMO ROMANO
esté prevenida , y pronta su explicación ; para esto con acuerdo grande dis­
tribuyeron nuestros Mayores todo este globo , y Suma de doctrina Claris—
tiana en quatro partes , que son el Credo , o Símbolo de los Apóstoles y los
Sacramentos , el Decálogo , y la Oración, del Padre nuestro. porque todas las
cosas que se deben saber en la doctrina de la fe Christiana , ya sean per­
tenecientes al conocimiento de Dios , ya á la creación , y gobierno del
m undo, ya á la Redención del linage hum ano, ó ya á los premios de los
buenos , y penas de los malos , todas se encierran en k doctrina del Credo*
Las que son señales , y como instrumentos, para conseguir la divina gra­
cia , están en la doctrina de los siete Sacramentos. Las que tocan á las le­
y e s, cuyo fin es la Caridad, se contienen en el Decálogo. Y últimamen­
te todo quanto los hombres pueden desear , esperar , y pedir provecho­
samente , se encierra en el Padre nuestro. Y de aquí se sigu e', que decla­
rados estos quatro , como lugares comunes de la Escritura sagrada, casi
nada resta que desear para la inteligencia de las cosas que debe saber el
Christiano.
^13* Por esto ha parecido advertir á los Párrocos , que siempre que se ofrez-
Cómo en— ca i2 OCasion ¿ e explicar el Evangelio , ó qualquier otro lugar de la di­
ñármeos ia v*na Escritura , tengan entendido , que la sentencia de ese lugar , sea el
explicación que fuere , pertenece á alguna de aquellas quatro partes que díximos , á don­
de! Evan- de acudirán , como á fuente de la doctrina , que se deba explicar. Por
geno coala €xemplo : Si se ha de explicar el Evangelio del Domingo primero de A d -
^snr* a:e*~ v*ent0 : ^ runí signa in Solé , ti L im a , Pe. lo que conduce á este asunto,
está declarado en aquel articulo del Credo : Ha de venir á juzgar d los vivosv
y a los muertos: Y tomándolo de allí , ¿ un tiempo y con un trabajo en­
señará el Pastor al pueblo fiel el Credo , y el Evangelio. Por esta razón
tendrá de costumbre en todas sus Doctrinas , y Sermones dirigir sus discur­
sos á aquellos quatro puntos principales , donde dixímos , que se encerraba
toda la virtud , y doctrina de la sagrada Escritura. Pero acerca del órdeu
de enseñar , observará aquel que pareciere mas acomodado, así al audito­
rio , como al tiempo. Nosotros ahora siguiendo la autoridad, de los Padres,
que al dedicar los hombres á Christo , é instruirlos en su ley , empezaron
por la doctrina de la fe , juzgamos necesario explicar primeramente las co­
sas que pertenecen, á la fe.

PRI-
7
PRIMERA PARTE

DEL CATECISMO ROMANO.


CAPÍTULO L

DE LA FE, Y DEL CREDO.

M a s porque en las divinas escrituras se toma de varios modos la signifí- Qué sea Ja
cacion de esta voz Fe , aquí hablamos de ella , según que significa una vir- F e , de que
tud j con laqual asentimos firmemente á las cosas que Dios ha revelado. Y £eJraía
nadie puede con razón dudar, que esta Fe es necesaria para conseguirla sal- s^necesí-
vacion:mayorrnente estando escrito: Sin Je es imposible agradar á Dios (a). Por- dad,
que como el fin que se propone al hombre para su felicidad , esmucho- mas
alto, que lo que puede alcanzar su inteligencia ; era necesario recibiese de
Dios este conocimiento ; pues este conocimiento no es otra cosa que la Fe:
cuya virtud nos hace tener per infalible , lo que la autoridad de la Santa Ma­
dre Iglesia propone , como dicho por Dios : pues duda ninguna puede acae­
cer á los fieles en las cosas que Dios dice , siendo la misma verdad. Y por
aquí entendemos la diferencia que hay entre la f e , que damos á Dios , y la
que damos dios Escritores de las histerias humanas. Pero aunque la te se extien­
da m ucho, y sea diferente así en la grandeza , como en la dignidad ( pues
en las Sagradas letras leemos : ¿Hombre de paraJ¿ , por qué dudaste (b) % Y :
Grande es tu j e (c). También -* Auméntanos le fe (d). Item : La fe sin obras
está muerta (<?). Mas : La fe que c-bra por la caridad ( f ). Sin embargo ella es
una misma en el género , y á diversos grados de fe conviene tina misma esen­
cia , y difinidon. D e quán fructuosa es , y que utilidades percibimos de ella,
se tratara en k explicación de los Artículos.
L o primero pues que debe creer , y tener el Christiano , son aque­ Quárido , y
llas cosas que los Santos Apóstoles , CaudilIos5 y Doctores de la fe , inspi­ porquécau­
sa propu­
rados por el Espíritu Santo , pusieron con distinción, en los doce Artículos sieron los
¿el Credo. Porque habiéndoles mandado el Señcr , que como Legados suyos Apóstoles
fuesen por todo el mundo , y predicasen el Evangelio á toda criatura (g) , juz­ los doce A r ­
garon necesario componer runa fórmula de la fe Chrístiana , para que todos tículos de
la F e,
sintiesen, y ¿mesen una misma cosa , y no hubiera cisma , ni división alguna
entre ios que llamaban a k unidad de k le : sino que todos fuesen perfec-
ics íq ru E rrmmo sentar , y en una misma creencia. ^
A esta proicsiotí de la l e , y esperanza Chnstiana que compusieron los Por qué se
Audi ¿¿fes , k ¿amaron Sím bolo, ó porque ficé compuesta de varias senteo- Sím-
c k s 3 que cada uno de ellos puso en e! Común , ó porque se vahan de elk, a es^a
como ¿c usa señal 5 o divise ? por la cual pudieran distinguir fácilmente a
los
'A Hebr. n . (&} Marti. xq,. (A Pac- !■ *?. :y; Jacob, z, tf'} G íla t. g.
A A L , 15. (g). S ic tiix 2 Ï,
g CATECISM O ROM ANO
ios desertores , á los intrusos y falsos Chrístianos, que adulteraban d Evan­
gelio , de aquellos que fielmente se alistaban en la milicia de Christo.
^ Siendo muchas las cosas, que en la Religión Christiana se proponen á
Quáaaece- los fieles , de las quales deben tener fe cierta , y firme , ó en particular , ó
sarío sea es- en común i lo que primera , y necesariamente deben todos creer , es , lo que
«Símbolo como ^ n¿ amento ? y suma (je ja verdad nos enseñó el mismo Dios acerca de
en qué pai> unidad de la divina Esencia, de la distinción de las tres Personas, y de las
tes se divi- acciones , que se atribuyen á cada una de ellas por alguna razón particular,
da. Ensenará pues el Párroco, que la doctrina de tan alto misterio está brevemente
comprehendída en el Símbolo de los Apóstoles. Porque según observaron nues­
tros Mayores , que con toda piedad , y diligencia trataron este punto , de tal
manera se ve distribuido en tres partes el Credo ; que en la primera se des­
cribe la primera Persona de la naturaleza divina , y la obra maravillosa de la
Creación : En la segunda la segunda Persona , y el misterio Inefable de la
Redención humana : Y en la tercera la tercera Persona , erigen , y fuente de
nuestra santidad, con sentencias diversas , y muy acomodadas. A estas senten­
cias llamamos Artículos por cierta semejanza , de la que nuestros Padres usaron.
Con frecuencia. Porque así como íos miembros del cuerpo se distinguen por los
Artículos; así también en esta confesión de la fe con toda rectitud, y propie­
dad llamamos Artículo todo lo que debemos creer con claridad, y separación*

C A PÍT U L O ir .
DEL PR.IM.EE. A R T ÍC U L O DEL CREDO.

Creo en Dios Padre Todo-Poderoso 5 Criador del Cielo,,


y de la Tierra*
Se explica db-ástas palabras hacen este sentido : Creo ciertamente y sin duda ningU-
bre-ecaeuíe na confieso í Dios Padre ; es ¿ saber á la primera Persona de la T rln i-
el ^prliaer dad , la cual con su virtud omnipotente crió de la nada el Cíelo , y la
atácala. T ierra, y todas las cosas , que Cielo , y Tierra abrazan en su ámbito : y
que despees de criadas las mantiene y gobierna. Y no solamente le creo
con el corazón, y le confiese con la boca , mas también anhelo á él con
sumo alecto , y piedad ? como á sumo y pcrfecrísínto bien. Esta es una
■ Breve explicación de este primer artículo. Mas por estar encerrados gran­
des místenos en casi cada una de sus, palabras , debe examinarlas con di­
ligencia el Párroco , para que en cuanto el Señor lo concediere 3 llegue el
pueblo fiel con temor , y temblor á contemplar la gloria de su Magestad.
^ Esta palabra creer no significa aquí lo mismo , qoe pensar , sentir , u
acz úTincr ' riño que como 'enseñan las letras sagradas , tiene fuerza de un asen-
¿a&racreo. 50 certísimo , con ci qual el entendimiento juzga firm e, y constantemente,
ser verdad la falible lo que dice el Señor, que le descubre sus misterios. Y
por tanto aquel cree ( según que pertenece á la declaración de este lugar)
que sin duda alguna tiene una cota por cierta , y verdadera, Y o o debe
na-
PARTE I. CAPÍTULO 11 9
nadie pensar que es menos cierta la noticia de la fe , por no verse ías co­
sas que nos propone , para que las creamos. Porque la luz divina con que
las percibimos , aunque no dé por sí claridad á las cosas ; no por eso nos
dexa dudar de ellas : pues el Señor que hizo salir la luz de las tinie­
blas (a)'él mismo iluminó nuestros corazones , para que su Evangelio no
esté encubierto á nosotros , como lo esta para los que se pierden (b).
De 3o dicho se sigue que aquel que esta adornado con este conocimien­ N o se han
to celestial de la f e , queda libre de la curiosidad de inquirir. Porque Dios de escudri­
quando nos manda creer , no nos propone sus divinos juicios para escu­ ñar los ar­
driñarlos , ó que averigüemos la razón , ó causa de .ellos ; sino que deman­ tículos de
da una fe Inmutable , la qual hace, que se aquiete el alma en la noticia la fe con
curiosidad
de la verdad eterna. Y por cierto afirmando el Aposto! : Que Dios es ve­ sino afir­
raz , y todo hombre mentiroso (e) , si sena arrogancia , y aun desvergüenza, marlos con
no dar crédito á un'hom bre g ra ve , y d o cto , que afirmaba una cosa, si­ sencillez.
no estrecharle también a probar con razones , y testigos lo que decía; \ qué
arrojo, y qué locura no será , oír las voces de Dios , y pedirle razones
de su - celestial , y saludable doctrina \ Se ha de tener pues la fe no solo
desechando toda duda , sino también todo deseo de que se pruebe, lo
que se nos dice.
4-
Pero a mas de esto debe enseñar el Párroco, que el que dice creo , aun­ N o basta
que en esto declare el asenso íntimo de su entendimiento ( que es el acto para sal­
varse , cre­
interior de la fe ) debe manifestar con pública profesión de la fe , lo mis­
er 5 es tam­
mo que tiene encerrado en su alma , confesarlo í las claras , y predicar­ bién nece­
lo con suma prontitud. Porque deben los fieles tener aquel espíritu, con sario con­
el qual decía confiado el Profeta: Creí , ;; por esto he hablado (di). D e­ fesar la fe
ben imitar á los Apóstoles, los que respondieron á los Príncipes del pue­ pública—
mente.
blo : jY o podemos dexar de predicar , lo que vimos , y oímos (e). Deben alen­
tarse con aquella esclarecida voz del A p ó sto l: JVd me avergüenzo del Evan­
gelio , porque es virtud de Dios para salud de tedas los creyentes (/ ) , y lo
que dice también , que en gran manera confirma la verdad de esta sen­
tencia : Con el corazón se eres para ¿a justicia , ma: con la boca se hace la con-
fes ion para la salvación (g).
En Dios.
^ o r aquí se va y a descubriendo la dignidad y excelencia de la sabidu­ D e la ex­
ría Chrísiiana , y lo mucho que por ella debemos á la bondad de Dios,' celencia de
quien nos ha concedido subir con prontitud pee éstas como gradas de la. la fe C h rís—
íe al conocimiento de la cosa mas sublim e, y digna de ser con ansia de­ tlana.
seada.
6.
En esto se diferencian muchísimo entre sí la Filosofa Chrisdana y Quán gran­
h Sabiduría de este siglo. Porque esta procediendo poco í poco con sola' de sea ia di­
-a guia de la luz natural por los erectos , y por aquellas cosas que perci­ fe rene saque
ben los sentidos, aceñas llega por u ltim o , y no sin grandes trabaos, á con- hay entre
la
b _ . ** tcm-
■ íy Colimé:, £, ir’ le} A o n 4 , ( f j Román, r.
y.; Sjjas.. 3. dC Pia'm. igj Ihiüi. 10.
10 CATECISMO ROM ANO
ja sabídu- templar las cosas invisibles ce Dios , y á conocer , y entender á la prime­
i ía Chrís- ra cansa , y Criador de todo. Pero ia Filosofía Christiana de tai modo adel­
tiatia y lagaza la virtud del entendimiento humano , que sin trabajo ninguno puede
de lo sF iló -
penetrar los Cielos , y /esclarecido con la divina luz , nv.rsr , y contemplar
«ofbs acer­
primeramente la misma eterna fuente de las luces , y después las cosas que
ca deDivs.
hay debaxo de ella. De manera que como dice el Príncipe de los Apósto­
les, experimentemos con sumo gozo del alma , que somos llamados de las
tinieblas á su admirable luz s y creyendo, nos regocijemos con una alegría
inexplicable (a). Con mucha razón pues confiesan ante todo los fieles, que
creen en Dios , cuya Magestad decimos con Geremias , que es incompre­
hensible (b) , porque como dice el A p ó sto l: habita en una luz inaccesi­
ble j á quien ningún hombre vió , ni puede ver (c) , pues como él dixo ha­
blando á Moysés : JVb me verá el hombre , y vivirá (d). Porque nuestra al­
ma , para llegar á Dios ( que no hay cosa mas alta ) es necesario que ente­
ramente se aparte de los sentidos, lo qual no podemos naturalmente hacer
en esta vida. Pero aunque esto es así , no dexó el Señor , como dice el
Apóstol , de dar testimonio de sí mismo , haciendo beneficios desde el Cie­
lo , dando lluvias, y tiempos abundosos, y llenando de sustento , y alegría
los corazones de los hombres (f), Esta fue la razón , que movió á los Filó­
sofos , á no pensar cosa bsxa de D io s, y á apartar muy lejos de él todo lo
que es corporeo , compuesto , y mezclado : como también á atribuirle perfec­
ta virtud , y abundancia de todos los bienes : de suerte que dimanen de él,
como de una perpetua , é inagotable fuente de bondad , y benignidad to­
dos los bienes perfectos sobre todas las cosas criadas. Llamáronle también
Sabio, A u to r , y amador de h verdad , 3usto ? überalísimo , y otros tales
nombres , por los quaks se da á entender su suma , y absoluta perfección: de
cuya inmensa , é Infinita virtud , dixéron , que llenaba todo lugar , y que
se extendía por todas las cosas. Pero mucho mas" aíra , y esclarecidamente
enseñan esto las divinas letras: como en aquel lugar: Dios es espíritu ( f ) . Y
en otro : Sed vosotros perfectos , comm lo es vuestro Padre celestial fg ). Item :
'Todas ¡as tosas están desmidas , y desaéiertas ante sus ojos (/V). M as: ¡O alte.-'
an de las riquezas de la sabiduría, y ciencia de Dios ( i ) ! Mas : Dios es ve­
raz Mas : Yo soy camino s verdad yy vida ( t). Mas z Tu diestra está llena
de justicia (es). M a s: Abres ht í-a mamo 5 y llenas de bendición á iodo animal (?:}.
Finalmente : >Donde me esconderé de £u espíritu y y ¿ ¿ánde huiré de lu presen­
cia < Sz subiere a1 Cielo . si¡¿ estás la y y si haxa re al ínfimo , te hallas ciU
presente, Y st ¿enmáre mis alas p&r la mahana 5 y fuere á parar al cabo dd
muir ? érc, (o) Y ¿Por ventura no Mam w ios Cielos3 y la Tierra 5 dice el Se-
nor (y) ? Grandes pues y excelentes son las cosas , que los Filósofos alcan­
zaron de la naturaleza de Dios ^ conformes ¿ la autoridad de los Sagrados
libros j. y consiguientes a la a véngaselo d. de sus obras. Pero aun en esto
mismo se eefea de ver la necesidad de la. doctrina del Cíelo , si adverti­
mos,
(v> Terem, 32. (£} Hebr, 4, (í) Rcro. 11. (£} Rom, 3.
prj 1* Xísa»-íS. Sxoc-. 33. (e) Ac— {/) Juana. 14. (m) Psaim. 43, (j) Ps. 144*
tsmr, 14. í / j Juana. .4. (g) Marra. (o) Psal. 13S, Jcrean 23.
PARTE I. CAPÍTULO l i .
mos , que ía fe no solo sirve , como se dixo arriba , para que los hombres
rudos , y sin letras conozcan luego fácil , y prontamente, lo que los Sabios
solos llegaron á conseguir después de un largo , y porfiado estudio; sino que
aprovecha también , para que la noticia de las cosas , que se alcanza por la
doctrina de la fe , se imprima en nuestras almas mucho mas cierta , y mas
Hmpia de todo error , que si entendiésemos esas mismas cosas por las razo­
nes de la ciencia humana. ¿Pero quánto mas alto debe juzgarse aquel cono­
cimiento de Dios , para el que nos abre la puerta , no la contemplación de las
criaturas , que es común á todos; sino la lumbre de la fe , que es propia de
los creyentes ? Pues ésta es la que se contiene en los Artículos del Credo , los
quales nos descubren la unidad de la divina esencia , la distinción de las tres
Personas , y que el mismo Dios es el ultimo fin del hombre , de quien ha de
esperar la posesión de la celestial , y eterna bienaventuranza : pues sabemos
de San Pablo, que Dios es Remunerado!* de los que le buscan (d). Quán gran­
des sean estas cosas , y sí son, ó no de aquella calidad de bienes ? á que pue­
da aspirar el conocimiento humano , mucho antes que el mismo Apóstol lo
mostró el Profeta Isaías por estas palabras : Jamás se oyó tal cosa , ni lo per­
cibieron oidos ningunos. Ño vieron , Señor . los (jos sin ¿i , lo que tienes pre­
parado para ios que esperan en ti (b).
Por lo que habernos dicho se debe confesar también , que hay un solo Q uekáyCIi
D io s, y no muchos Dioses ; porque como atribuimos á Dios suma perfec- solo Dios,
cíon , y bondad , es imposible que se halle en muchos , lo que es sumamente no muchos
cabal ? y perfecto : porque si falta á uno alguna cosa para lo sumo , ya por eso ^ Iüses*
mismo es imperfecto , y no puede convenirle la naturaleza de Dios. Y esto
se comprueba con muchos lugares de la Sagrada Escritura ; porque escrito está:
Oye Israel , Dios nuestro Señor es uno solo (y)- A mas de esto es mandamien­
to deí Señor : Ño tendrás Dioses ágenos delante de nú (d). También por el
Proreta previene muchas veces: Ya soy el primero . y el último , y fuera de mí no
hay Dios {Y}. Asimismo el Apóstol afirma claramente : Un Señor , -una fe , un
Bautismo ( f).
s.
1' no nos haga dificultad , que algunas veces las sagradas letras dan á Jas Alguna vez
criaturas el nombre de Dios porque el haber llamado Dioses á los Pro­ se da. á las
fetas y Jueces (g) 5 no fue en el sentido de los gentiles , que necia, y mal­ criaturas e l
vadamente se fingieron muchos D ioses; sino que en el común modo de ha­ nombre de
D io s , pero
blar , quisieron dar á entender alguna señalada virtud , ó ministerio- , que Ies es impro­
fue concedido por gracia de Dios. Cree pues, y confiesa la fe Christiana £ Dios, piamente.
uno en ía naturaleza , en la sustancia , y en ía esencia : como se díxo , para
confirmar la verdad en el Símbolo del Concilio Kieeno. Pero subiendo toda­
vía mas alto , de ta! manera le entiende uno , que venera la unidad en la
Trinidad, y la Trinidad ea la unidad. Del quai misterio vamos ahora á tra­
tar : porque en eí Credo se sigue

S 2 Pa-
ÍA Hebr.. 1 r.: (1‘) Í í s L T. C o r. %. {e\ Tsar. 44. tt 4S. Apoc. T- et :
Dset, 6. ( C Exeo» eo, tf) jSphes, 4. (g) S xo d , 2.2-
12 CATECISMO ROMANO

Padre.
9- C o m o este nombre de Padre no le conviene á Dios por una razcn sola,
D ies se
primeramente debe declararse qué significación sea la mas propia de este
llama Pa­
dre de re­ lunar. Aun algunos que no fueron ilustrados con la luz de la fe , llegaron á
des por ra­ entender , que" Dios era una sustancia eterna , de la qual hablan procedido to­
zón gene­ das las cosas., y cuya providencia les regia , y conservaba en su orden , y
ral , mas
estado. Por esta razón valiéndose del símil de las cosas humanas , así co­
per parti­
cular de los mo llamaban Padre á aquel de quien desciende una familia , y la gobierna
C h r i s t i a-con su dirección , é imperio j así también por esta misma causa quisieron
nos. que Dios fuese llamado Padre , a quien reconocían por Criador , y Go­
bernador de todas las cosas. D e este mismo nombre se sirvieron también
las Escrituras sagradas , quando hablando de Dios dan á entender , que de­
be atribuírsele la creación , el poderío , y la maravillosa previdencia de todo
el Universo. Porque leemos , \Acaso no es éste iu Padre , quien te poseyó , te
hizo , y te crió (a) ? Y en otra parte : ¿Por ventura no es uno el Padre de lo­
dos nosotros ? \No nos crió un mismo Dios (A) ? Pero con mucha mas fre-
qüencia , y por términos mas particulares mayormente en los libros del Tes­
tamento nuevo se dice Dios , Padre de los Christíanos : los quales no recí-
biéron el espíritu de temor como siervos, sino el espíritu de adopción de hi­
jos de Dios , con el qual claman , Padre, Padre (y). Porque tal caridad nos
dio este Padre , que nos llamemos hijos de Dios , y que lo seamos (d), Y
si somos hijos, somos herederos también. Sí por cierto , herederos de Dios,
y coherederos de C hristo, que es el Primogénito entre muchos hermanos (é)
sin avergonzarse de llamarnos hermanos ( / ) . Sea pues por la razón común de
la creación , y providencia , ó sea por la particular de la espiritual adopción,
jnstísimamente confiesan los fieles que creen en Dios Padre.
IO.
*De lo que
Pero ademas de las significaciones que hemos explicado, ensenará el Pár­
encierra ea roco , que al oír la voz Padre se ha de levantar el alma á misterios mas al­
s i esta pa­ tos. Porque lo que hay mas secreto, y escondido en aquella luz inaccesible
laara Pa­ donde mora Dios , y que la razón , é inteligencia humana ni puede conse­
dre , y de
Iz disila— guirlo , ni aun imaginarlo : esto nos empiezan á descubrir los Oráculos di­
■ cían de l2s vinos por el nombre de Padre, Difiéraos pues este nombre , que en una so­
P e r s o n a s la esencia de la Divinidad se debe creer , no una Persona sola , sino distinción
dioicas. de Personas. Porque tres son las Personas en Dios , la del Padre , que de nin­
guno procede, la del Hijo , que ante todos los siglos es engendrado- por el Pa­
dre,,}' la del Espinan Santo , que asimismo procede ah ademo del Padre , y
d d Hijo. Es pues el Padre en una misma esencia de la Divinidad k prime*
ra Persona , qitnem con su Unigénito Hijo , y el Espíritu Santo es un D io s, y
u s Señor , no en la singularidad, de una Persona , sino en la Trinidad de una
;o5í£nccs, Pero estas tres definas Personas' ( siendo maldad horrenda pensar
en eíbs cosa desemejante , d desigual} solo se enrienden: distintas por sus
propiedades; porque el Padre es uo engendrado, el H ijo engendrado por el
Pa-
fi} D«it.3S. Síalas». a. (d) j. J o a n s . ( A Rom. 2.
vfi f e a 6. (/} Hebr. a. ~
PARTE I. CAPÍLULO II. 13
Padre , y el Espíritu Santo procede de uno , y de otro. Y así de tal mane­
ra confesamos una misma esencia , y una misma sustancia de todas tres Per­
sonas , que en la confesión de la verdadera y eterna Deidad creemos debe
ser adorada piadosa, y santamente la propiedad en las Personas ■ ,Ja unidad
en la esencia , y Ja igualdad en la Trinidad. Porque quando Mecimos , que
el Padre es la primera Persona , no se ha de entender esto de tal suerte , que
pensemos haber en la Trinidad cosa alguna primera , ó postrera , mayor , ó
menor. ¡N o permita Dios tal impiedad en las almas de sus heles ! quando
predica la Religión Chrlsriana una misma eternidad , y una misma Magos­
tad de gloria en .todas tres.. Personas. Sino que en tanto afirmamos verda­
dera , é indubitablemente, -qué e l Padre es la primera Persona , en quan-
to es principio sin principio. La qual Persona así como es distinta. por la
propiedad de Padre , así á sola ella determinadamente conviene haber engen­
drado ab acterno al Hijo. Y siempre que en esta confesión pronunciamos
juntos los nombres de Padre , y Dios , se debe entender que siempre fijé jun­
tamente D ios , y Padre. Mas porque no podemos andar con mas peligro , 6
errar más gravemente en la declaración , ó explicación de otra cosa ningu­
na fuera de ésta , que es la mas encumbrada , y difícil de todas 5 enséñe el
Párroco que deben retenerse con gran veneración los nombres propios de
Esencia , y Persona , con los quales se significa este misterio : y tengan en­
tendido los fieles , que hay unidad en la esencia , pero distinción en las Per­
sonas. Mas estas.cosas no se han de examinar con sutileza , acordándonos, de
aquel d ic h a : E l escudriñador d€ la Magestad será oprimido de ¡a gloria (a)B
Porque debe parecemos bastante , lo que tenemos de cierto , y averiguado
por la fe : que de esa manera somos enseñados de Dios : y que es la últi­
ma locura , y miseria no creer sus divinas palabras. Enseñad, dice . ¿ todas
las gentes , 'bauti-andolas en el nombre del Padre y y del H ijo, y del Espíritu
Santo ip) Y en otra parte : TV« sen los que den testimonio en d Cido , d Pa­
dre , d Verbo . j d Espíritu Sanio : y estos tres son una misma . cosa (c). Sin
embargo aquel que por beneficio de Daos cree estos misterios , pida sin ce­
sar , y suplique á Dic-s , y ai Padre , que crió de la nada todas las cosas , y las
gobierna con suavidad , y que también nos dio poder , para que fuésemos
hechos hijos de Dios , y descubrió á los hombres el misterio de la Trinidad,
pida 5 repito , sin intermisión ,, que siendo recibido alguna vez en las mora­
das eternas , sea cieno de ver , cuán grande- es la fecundidad de Dios Padre:
pues viéndose , y contemplándose á sí mismo , engendra al Hijo , Igual, y
semejante a é l : y en qué manera ó de qué modo un mismo en todo , é igual
amor de caridad de los dos , que es ei Espíritu Santo , quien procede del Pa­
dre . y del Hijo , une , y junta entre sí con un eterno , é Indisoluble lazo al
que engendra , y al que es engendrado : y que así' sea 'una la esencia de la T ri­
nidad , y perfecta la distinción de las tres Personas.

To­
jo Prov, h.
(&) Man ¿B. ¡y) i,.- Joanc.
. C A T E C IS M O - R O M A N O
?4
Todo-Poderoso.
ii.
Q ué signi­ __e varios modos suelen explicar las Escrituras sagradas el sumo poder,
fica aqui la y ja Magestad inmensa de Dios , para hacernos- entender^ con quanto rendi­
palabraTo- miento , y veneración debe ser adorada1su: Deidad santísima. Pero en pri­
do-PoderO-
mer Iu-o-ar ha de ensenar el Párroco , que se le atribuye con mucha freqlierj-
SO.
cia la virtud de Todo - Poderoso , porque el mismo Señor dice de s í : Yo soy
d Señor Todo-Poderoso (a). Y Jacob enviando sus hijos á Joseph, hizo oración
por ellos de este modo : M i Dios Todo-Poderoso os le haga aplacado [b). Y en
el Apocalipsis se e scrib e : E l Señor gDios que. -es , y que era , y. que ha de venir
Todo-Poderoso (c), Y en otra parte se llama r L id ia grande de Dios Todo-Pode­
roso ('d). Suele también significarse lo mismo con muchas palabras; como quan­
do dice : Lío habrá cosa imposible para Dios (e), Y en otra parte; ‘¿ Por ven­
tura está enflaquecida la mano dd Señor ( f ) ? Y en- otra : Todo lo puedes} quan-
do es tu voluntad (g) con otras expresiones semejantes. Y de estas varias for­
mas de decir , percibimos , io que es claro , que se abrevia por la única voz
de Todo-Poderoso. Entendemos pues por este nombre , que ni hay ni se pue­
de pensar cosa ninguna , que Dios no pueda hacer. Porque no solo tiene po­
der para aquellas cosas, que aunque m uy grandes, todavía se ofrecen en
alguna manera al pensamiento , como aniquilarlo todo , y criar de repente
muchos mundos; sino que también se contienen en su virtud- otras mucho
m ayores, que ni imaginarlas puede el entendimiento humano.
XI, Pero aunque puede Dios todas las cosas , no se sigue de ahí ? que pueda
Por ser mentir ó ser engañado , pecar , fenecer o ignorar o alguna
o cosa:
D ios T o - porque estos defectos únicamente se pueden hallar en aquella naturaleza , cuyas
d o — Pode—
acciones son imperfectas. Pero Dios cuya acción es siempre perféctísisna. , en
TOSO ÜO
puede pe­ tanto se dice *que no puede estas cosas , en quanto tal poder nace de en­
c a r , enga­ fermedad , ó de flaqueza ; no de suma , é infinita virtud de todo , qual es
sarse , ni la que tiene Dios. Y así de tal manera creemos que Dios es Todo-Poderoso,
mentir. que juntamente entendemos estar m uy ¿esos de su Magostad todas aquellas
cosas que no sean muy conformes, y correspondientes a la perfección de
su esencia.
Enseñe también el Párroco , que con grande acuerdo , y sabiduría se dis­
- 3- .
Porcias üe— puso , el que omitidos, otros nombres que se apropian á Dios , solo se pro­
CicTCS pusiese en eí Credo- el de Todo-Poderoso ; porque una vez que confesamos
nombres,se
í Dios T o d o -P o d e ro so -e s necesario confesar también que tiene ciencia de
propsne el
d e Toe®— todas las cosas , y que todas chas- están sujetas í su señorío é imperio. Y no
P®ásreso,y dudando- que lo puede todo legítimamente se sigue tener por m uy ciertas
ís s u tilid a­ todas las demás perfecciones , que sí. le faltaran , en manera ninguna podría­
d es q a e re—
mos entender- cómo sería Todo-Poderoso. Demás de esto cosa ninguna es tan
SKitan de
esra creen­ eficaz para confirmar nuestra fe , y esperanza , como el estar m uy fixos en que
cia. no hay cosa alguna que Dios no pueda hacer : porque todo lo demás que
cespites -deba creerse , por grande y maravilloso que sea , y aunque sebre-
Dtl-
(A O sees, .ry, (S); O s s e i. 43, L-ac. r. ( f ) Nbm. i i .
(cj Apac. 1, f.íf; Ibíít. x6. (§1 Sap, 12..
PARTE I, CA PÍTU LO Jf. 1?
puje el órden, y modo de las cosas , luego lo cree sin Ja menor duda eí que
sabe que Dios es Todo-Pcderoso. Antes bien quanto mayores son las cosas,
que enseñan las divinas Escrituras, tanto de mejor gana ju zga, que se le s iu
de dar fe. Y si tiene también,que esperar alguna cosa buena, no desfallece
el ánimo por la grandeza de lo que pretende ; antes- se alienta y se conforta
i sí mismo , pensando muchas veces que nada hay imposible para un Dios,
que es Todo-Poderoso. Por esto conviene mucho estar muy fortalecidos con
esta fe señaladamente , ó quando nos vemos en la precisión de hacer algunas
obras extraordinarias para bien y utilidad de los próximos , ó quando de^
seamos alcanzar alguna cosa de Dios con nuestras, oraciones ; porque lo pri­
mero lo enseñó el mismo Christo , quando reprehendiendo k incredulidad
de sus Apóstoles, les dixo ; S i Luvieredas fe , como un grano de mostaza , d i-
Ttis á este monte: pásate de aquí acullá , y pasarse há : y nada imposible habrá
para vosotros (a), Y sobre lo segundo dixo así el Apóstol Santiago : Pida ton
fe sin duda alguna, porque el que duda es semejante á la ola del mar y que es
movida , y lironda por el viento de una parte á otra. uYo piense pues tal hombre re­
cibir del Señor cosa ninguna (b). Otras muchas utilidades, y provechos nos acar­
rea esta fe. Primeramente nos dispone para toda modestia , y humildad de
ánim o: pues dice así el Príncipe de los Apóstoles: Hwnilláos dcbaxo de la ma­
no poderosa de Dios (c). Enséñanos también, que no debe temerse donde no
hay por qué , y que solamente se ha de temer á Dios , en cuya potestad
estamos puestos con todas nuestras cosas: porque dice nuestro Salvador: Yo
os mostraré ¿ quien habéis de temer. Temed ¿ aquel, .que, después de muerto el
cuerpo^ tiene poder para echar el alma en el nüKrno (¿). Asimismo nos valemos
de esta fe para reconocer y celebrar los inmensos beneficios de' Dios ha­
cia nosotros ; porque el que contempla a D ios Todo-Poderoso , no puede
ser de corazón tan in g rato , que dexe de exclamar muchas veces { Cosas
grandes hizo az nú , el que es Poderoso (f) 1
Pero de que en, este artículo llamemos s i Padre Todo-P oderoso, nadie *4-
debe caer en el error de pensar , que de tal manera se le atribuya este nom- ^ un^ue se
bre , que no sea también común al H ijo , y al Espíritu Santo : porque así padrease?
como decimos Dios P ad re, Dios Hijo , y Dios Espíritu Santo , y sin em- Todo-Po­
d arlo no decimos haber tres Dioses , sino un D io s ; así también confesa- deroso, i—
mes igualmente Todo-Poderoso al Padre, al Hijo , y aí Espíritu Santo; mas
no decimos que hay tres Todo-Poderosos , sino solo uno. Llamamos empe-
ro Todo-Poderoso al Padre por la razón particular de que es la fuente de E s p lr it«
todo origen : así como al Hijo , que es la palabra eterna del Padre , atribuí- Santo.
1305 la sabiduría , y ¿a bondad al Espíritu Santo , que es el amor del Pa­
dre , y del H ijo : aunque .estos-, y otros semejantes nombres se dígan co-
urqsznence de todas tres Personas según la regla de ía fe Católica.

Cria-
{T Maeth. 17. {5} Jacob, r,
CU 2. Petr. 5.
i6 CATECISMO ROMANO

Criador del Cielo 5 y de la Tierra,


XaO muy necesario que ■ ha-, sido instruir á ios fieles de antemano en el _co-
De quemo- nocimíento. de Dios Todo-Poderoso se puede ver por las-cosas , que -ahora
do / y por se ¿ e5en explicar acerca de la creación- del Universo ; porque el milagro
<luf CDios una ° k ra ran S^nde fácilmente ;se cree ,q u a n d o no hay duda alguna
S c 'e l o f y del inmenso poder del Criador. Porque no fabricó Dios el mundo de ma­
la Tierra, teria -alguna , sino que le crío de la nada ; ni hizo esto forzado de alguna
-violencia .ó necesidad y sino- de su- Ubre y mera voluntad. N o-h u bo otra
causa que le induxese á esta obra de la creación , que el- comunicar su bon­
dad í las cosas que hiciese. Porque la naturaleza de Dios siendo por sí mis­
ma infinitamente bienaventurada , de nada necesita , como dice 'David : DU
xe al Señor : tú eres mi D ios, porque no necesitas de mis bienes («). Y al modo
cue movido de su bondad hizo quanto quiso ; así también al criar todas las
cosas-, no se guie por algún exemplar, ó modelo que estuviese puesto fuera de
sí mismo ; sino que por contenerse en su inteligencia divina el exemplar dé
.todas ellas, viéndole en sí mismo el supremo A rtífice, y como imitándole,
crió en el principio toda esta máquina del Universo con aquélla suma sa­
biduría , é infinita virtud , que le es propia. Porque él dixo , y las cosas fueron
hechas : éi mandó , y luego fueron criadas (ó).
Mas por el nombre de Cielo , y Tierra se ha de entender, quanto Cie-

?0'
lo> , y ia no de la Luna 3 y de los demás astros. Y para que sirviesen de señales , y
T ís-ra. distinguiesen los uem pos, los dias ,- y los arios, concertó los orbes de los
Cielos con un curso tan cierto, y permanente , que ni pueda verse cosa
mas movible; que su perpetua revolución ? ni otra mas cierta que su mo­
vimiento.
. De más de esto crío Dios de k nada la naturaleza espiritual, y Angeles
B e ls Crea* innumerables, que le sirviesen y asistiesen, á los cuales luego enriqueció y
cien de los adornó con el don maravilloso de su gracia , y poderío ; porque diciendo
Ia Sagrada. Escritura : que el diablo no estuvo firme en la verdad (d) , es
‘p lSm m an ifiestoqu e é l , y todos los demás Angeles desertores fueron adornados
con k gracia desde, el principio de su creación. Acerca de lo quai dice así
San Agustín.: Crié Dios los Angeles cc-iz, buena voluntad , esto es , con el amar
casl& , cor que se nnm con él 3 fcrmemds en dios la natía ateza , y al mismo tiempo
.düudoksfía-grada (e),. Y así se lia de creer, que los Angeles buenos nunca
.estuvieron ■ sin rutena voluntad ó' sin amor de Dios. Por lo que mira á la
ciencia hay aquel', testimonio- de las' Letras Sagradas : T i l, Señor , mi Rey,
era sáhú a?t J-tceic sabtauna sen Argel de -Dios: de- modo que entiendes ¿¡?-
d $ ms cesas sbvtc í& Turra (/), 1: en. Su por lo que hace ai poder se le atri­
buye ti divino David por aquellas palabras : Peáirú-s&s ai virtud y que hacen
íá-j metnanmeMíes «g}, b por -esta razón, se llaman muchas veces en las Sagra­
das
P'.salín,
-53 ry (5) Tsadn* 33;. ef Í4S. (e) Lib, i ; , -áe C iv il. "Del cap. 5 .
Psalsì» S, id) Je xas, 3, -■ { / ) e. Reg. 14. (g) - Psalou ras.
PARTE I. CA PÍTU LO II. i7
¿as Letras Virtudes y Exércitos del Señor. Pero aunque todos ellos fueron
dotados de celestiales dones , sin embargo muchísimos que desertaron de
Dios su Padre , y Criador , fueron derribados de aquellas altísimas sillas , y
encerrados en una caverna obscurísima de la tierra , donde pagan las penas
eternas de su sobervia: de los quales escribe de este modo el Príncipe de los
Apóstoles : JVo perdonó Dios ¿ los Angeles que pecáron ? mas anees amarrados
con las cadenas dd infierno , los entregó á sus tormentos , reservándolos para el
Juicio (a).
A la tierra también fundada sobre su firmeza mandó Dios por su pa-
labra , que se mantuviese firme en la parte que está en medio del mundo , é Déla crea-
hizo que se empinasen los montes , y se baxasen los campos al lugar que les cf a ás
señaló (o) , y para que no la anegase la fuerza de las aguas, las puso coto , que Tierra*
no traspasarán , ni se encresparán , para cubrir la tierra* Después no solamen­
te la vistió y hermoseó con toda variedad de árboles , yerbas, y ñores; sino
que la pobló también de innumerables especies de animales al modo que an­
tes había ya poblado las aguas , y el ayre.
Ultimamente formó Dios al hombre del lodo de la tierra , dispuesto y xp.
concertado en quanto al cuerpo de tal modo , que fuese inmortal , é impa- *?e ia crea"'
sible , no por virtud de su naturaleza , sino por beneficio divino. Por lo que ?10I\ dei
fi T r , / ✓ - ✓ x ii i • ^ hombre,
toca al alma le rormo a su imagen y semejanza, y le dio libre albeano, y con
t il harmonía templó en el todos los movimientos , y apetitos del ánima , que
nunca desasen de obedecer al imperio de la razón. Sobre esto le añadió el
don marabiíloso de la Justicia origlna.fi y quiso también que presidiese á los de­
más anímales. Mas esto lacilmente podrán saber ios Párrocos para instruc­
ción de los fieles por la sagrada historia d d Génesis.
Estas son las cosas que sobre la creación del Universo se han de entender Iqs
por las palabras dd Cielo , y de la Tierra. Y todo esto lo compendió el Profeta nombres de
brevemente en estos términos : Tuyos so?z hs Cides , y tuya es la Tierra , la C ielo , y
redondez de ella con todas las ¿osas de que esté poblada , tú la fundaste (c). Pero fierra se
aun mucho mas breve lo significaron los Padres áé. Concilio Eoceno en aque-
lia; dos palabras, cae añadieron al Símbolo : Vís¿&cs , é invisibles; porque to- cosas v{sg
das las cosas que hay en el universo , y que cañéis irnos haber sido criadas por b le s , é in -
Dios , ó pueden percibirles ios sentidos , y estas son las Visibles: ó solo las po- visibles,
demos serdbír con el entendimiento , que son las que se llaman fot nubles.
Mas no se ha de creer que Dios es Criador , y Hacedor de todo en tal * co^as
manera que juzguemos, que después de acabada . y cumplida la obra ? pue- q„e
dan lis cosas que h izo , mantenerse en adelante sin su Infinita virtu d ; porque crió no puc­
os! como hizo el sumo poder , sabiduría 3 y bondad del Criador , que tuvíé- óen subsis—
ran ser , así luego al punto se reducirían á la nada , si su previdencia. per- :ír Slf f ' 1
peina no estuviera presente , conservándolas: con la misma virtud con que bj
Es crió al principio. Así !o declara la Sagrada. Escritura, quando d ice: \Co~
roo. podría nada permanecer , si ú no quineras , ó s¿ conservaría b que tú na
ílSTCvtSCS. -rdg
Y no solamente conserva d Señor y administra con su providencia todas
c las
A) 2, Ferr. a. ~(p) Pazííis. 133..
103. T Fraíai. SS. (a) Szp. xi.
iS CATECISMO ROM ANO
las cosas que hay . sino que también á las que se mueven , y hacen algo , las
A.
Dios pro­ i írmele con íntima virtud, al movimiento , y acción de tal modo , que aunque
mueve las no* impida , previene sin embargo la eficiencia de las causas segundas ; por­
c r i a t u r a s que su ocultísima virtud se extiende á cada una de las cosas en particular , y
-sin impedir como afirma el Sabio : Toca fuertemente de fin á fin , y dispone suavemente tu­
su activi­
dad. das las cosas (a), Por esto el Apóstol anunciando á los Atenienses aquel Dios,
que adoraban ignorándole , dixo T ro está lejos de cada uno de nosotros; por­
que en él vivimos , nos movemos , y somos (b).
23- Baste lo dicho para la explicación de este primer artículo. Pero adverti­
JLa obra de
mos 3 que la obra de la creación es común í todas las personas de k Santísima
3a creación
s 5 común á é individua Trinidad; porque en este lugar, según ía doctrina de los Apóstoles,
3as tres di­ confesamos al Padre, Criador del Cielo , y de la Tierra. En las Escrituras
vinas Per­ Sagradas leemos del Hijo : Todas las cosas fueron hechas por él (c). Y del Espí­
sonas» ritu Santo: El Espíritu del Señor andaba sobre las aguas (<af), Y en otra parte."
Por la palabra dtl Señor fueron establecidos los Cielos , y por el Espíritu de su
boca faé hecha toda la virtud de ellos (ef

C A P I T U L O

D EL SEGUNDO A R T Í C U L O DEL CREDO.

Y en Jesu-Chrísto su único Hijo nuestro Señor.


¥
R io muy maravillosa y muy copiosa que es la utilidad que redundo en be­
D e lo muy neficio del 1inage humano por la £&, y confesión de este artículo lo muestra
ú til qee es aquel testimonio de San Juan : Qualqmera que confesare 5 que ftsu-Ckristo es
la confe­
sión de es­ H ijo de D ios, Dios está en él y y el en Dios ( f ) . Y lo declara también el elo­
te articulo. gio de bienaventurado , que dio Chrísio Señor nuestro al Príncipe de los Após­
toles : Bienaventurado eres, Sim&n hijo de fo n a : porque no te -reveló eso la car-
, ni la sangre y sino mi padre que está en los Cielos (V). Porque éste es el
fundamento firmísimo de nuestra salud , y redención.
2.
Por conde Mas porque tí fruto de esta maravillosa utilidad se conoce mucho mejor
se conoce­ por la ruina ce aquel estado {felicísimo , en que Dios habla colocado a los pri­
rá ntejar la meros hombres , pondrán los Párrocos particular cuidado sobre que conoz­
granéesede can ios fieles la causa de las comunes miserias , v calamidades : porque habién­
■ este ner en­
dose apartado Adán de la obediencia ¿e Dios , y quebrantado aquel .man­
cía,
camiento : De íúdo árbol que fesy ít¿ el Paraíso comerás , mas del árbol de la
bun j del ?nai nt» comas : púrque en q¡¿alquier dttt que comieres ae
& . jñcnras (á). C ayo en aquella suma crjamldad de perder la santidad , y
jsstáaa coa que fiama sino criado- ; v die quedar sujeto 2 los demás males, que
copiosamente decraro el Samo Concilio -de Trente- (?■ }.. Y advertirán también
2 les aeres que asi el pecado ,, como- su pena no se quedó en solo A dan., sino
que
íp ¡b-tx ii£:p Aei . i y fe i: Joan., 1, if) 1. Joan-, 4. (g) h'Iatrh. 16.
\o-i Gene*,. i* PsaJiic, 22, G enes, s . {¿} bes, $. cap. 1. et s*
PARTE I. CAPÍTULO III. í9
que de él , como de semilla , y causa se derivó justamente a roda su poste­
ridad.
3*
Habiendo pues caído nuestro linage del altísimo grado de su dignidad, no N inguno,
podía levantarse de allí , ní ser restituido en manera ninguna a su lugar anti­ sino C h ris-
guo por fuerzas de hombres , c de Angeles. Por tanto solo restaba _para re­ to pudo re­
medio de la ruina , y de los males , que la infinita Virtud del Hijo de Dios, parar ai 1¡—
nage hu­
tomando la flaqueza de nuestra carne , quitase la gravedad infinita del peca­ mano.
d o , y nos reconciliase con Dios por medio de su sangre.
La fe , y la confesión de esta redención es necesaria a los hombres pa­ 4*
ra conseguir la salud , y siempre lo fue : y D íg s la manifestó desde- el prin­ Ninguno
cipio del mundo ; porque en aquella condenación del lin2ge humano , que pudo sal­
va rse, sino
inmediatamente se siguió á la culpa , mostró también el Señor la esperanza por ia fe de
de la redención por aquellas palabras con que intimó al demonio el daño, C h r i s c o .
que le había de venir por el rescate de los hombres. Yo pondré , dixo Dios, P o r eso fué
enemistades entre t i , y la nniger , y entre tu simiente , y la suya. Eíta te quebrará profetizado
muchas ve­
la cabria , y tú andarás siempre acechando á sus calcañares (a). Y después con­
ces desde
firmó muchas veces esta misma promesa , v dio mayores muestras de su con­ el principio
sejo divino, mayormente á aquellos con quienes quiso usar de singular be­ del mundo.
nevolencia. Y entre otros habiendo insinuado muchas veces este misterio al
Patriarca Abrahán , entonces se la declaró mas al descubierto , quando obe­
deciendo el al mandamiento de D io s , quiso sacrificarle su único hijo Isaac:
pee; le dixo : Por quavJo hiciste tal acción , y no perdonaste á tu único hijo
por amor de mi , te bendeciré , y multiplicaré tu descendencia como las estrellas
del Cedo , y como ia arena que está á la ribera dd mar , y tus hijos poseerán
las puertas de tus enemigos, y seián benditas en U¿ linage todas las gentes de la
tierra : porque fuiste obediente á mi voc (a). D e las qnales palabras fácilmente
podía colegirse , que habla de ser descendiente de Abrahán , el que traxese
la salud al mundo , libertándole de la cruelísima tiranía de Satanás. V éste
na podía ser , sino el Hijo de Dios nacido de Abra nan según la carne. Po­
co después para que se conservase la memoria de la misma promesa , esta­
bleció el Señor el mismo pacto con Jacob nieto de Abrahán. Porque vien­
en él en sueños una escalera , que llegaba de la tierra al C ie lo , y á los Ange­
les de Dios que subían , y barraban por ella , corma afirma la Escritura, o yó
también al Señor , que reclinado en la Escala , k decía: Yo soy el Señor Dios
de Abrahán , tu Padre , y Dios de Isaac : La tierra en que duermes 5 ¿arla he
d -tí , y á tus hijos , y tu descendencia será como d poim de la tierra. Serás di­
latada por el Oriente 3 y Occidente , Septentrión yy Mediodía , y serán benditos en
ti 3 y m íu linage irnos los trillas de la ¿ierra (r). N i después desistió su Magos­
tad de renovar esta memoria ¿e su promesa , y de avivar la esperanza del Sal­
vador , asi es los descendientes de Abrahán como en otros muchos. Porque
establecida la República , y religión ¿e los judíos empezó á hacerse mas no­
toria á su pueblo : núes aun las cosas muidas la dieron á entender , y los hom­
bres profetizaron , wc.id.cs , y qmn. grandes bienes nos Labia de traer aquel Sal­
vador , y Redentor nuestro jesu-Cnristo. Y ciertamente ios Profetas , cayo-
C2 CH­
IA "Sre2?. 2* A) Qrsnss. az, (A Genes, %$,
20 CATECISMO ROMANO
entendimiento faé ilustrado con lumbre del Cielo , anunciaron al pueblo el
nacimiento del Hijo de D ios, las obras mar abiliosas que hizo nacido hom­
bre , su doctrina , costumbres , trato, muerte , resurrección , y los demas
misterios de é l , enseñando todas estas cosas tan á las claras , como si entonces
sucedieran : de suerte que quitada la direrenda entre el tiempo pasado, y ve­
nidero , no vemos que intervenga otra alguna entre los vaticinios de los Pro­
fetas , y la predicación de los Apóstoles , ni entre la fe de los Patriarcas anti­
guos 5 y la nuestra. Mas ya parece que se debe tratar de cada una de las partes
de este articulo.
- g, JESUS que quiere decir Salvador , es nombre propio cíe aquel , que es
De quán Dios y hombre, y se le impuso no casualmente , o por dictamen , y voluntad
propio do de hombres , sino por consejo y mandato de Dios : pues el Angel anunció
« ■ X , e* así á María Santísima ; fíe aquí concebirás en tu vientre , y parirás un Hijo , ai
nombre de TJSÍ llamarás Jesús (a). Y después a Joseph , esposo de la Virgen , no solo
Jesas. mandó que llamase al Niño con este nombre ; sino también le declaró, por­
qué había de ser llamado a s í: pues le ¿ixo : 'Joseph , hijo de David , no ternas
la compañía de María tu Esposa , porque lo que ha nacido en sus entrañas , es dd
Espíritu Santo : y parirá un Hijo , y bonerle has por nombre Jesús: porque ¿l fiara
salvo á su pueblo de sus pecados (¿).
<5. Cierto es que otros muchos tuvieron este nombre según las letras divinas»
Aon que Porque le tuvo el hijo de Nave sucesor de Moysés -quien introduxo en la tier-
S n í e s r e ra ProrEsion al pueblo , que Moysés sacó de la esclavitud de Egipto , lo
uemore, á Tac csre había sido negado. Y con el mismo nombre fue llamado el hijo
n irig u n o dei Sacerdote Joscaec. ¿Pero coa quánta mas verdad entenderemos , que
convien e nuestro Salvador debe ser Hamaco con este nombre? pues él traxo la luz,
C O III o
la libertad , y la salud eterna no i un solo pueblo , sino á todos los hombres
Christo.
de todos les siglos, y no oprimidos del hambre , ó esclavitud de Egipto ó
Babilonia, sino asentados en tinieblas , y sombra ce muerte , y amarrados
con las cadenas durísimas del pecado, y cel dem onio; y adquiriéndoles c-1
derecho , y la herencia del Keyno celestial , los reconcilió con Dios Pa­
dre. En aquellos vemos figurad;© i Consto Señor nuestro , por quien fue
enriquecido el dínage humano- con todos los bienes que habernos dicho. Y á
mas ce esto todos los nombres que seqcn estaba profetizado , se habían ce
rmponcr por disposición divina al hijo- de Dios , se reducen á solo este rom-
ore ce JESUS» Porque tocando- los otros soto en parte la salud , que había
de comunicarnos, éste abrazó era A rodo el concierto , orcen , y economía
de la salud de ios hombres.
7» A í nombre de JESUS se aña-dio el cíe Christo , que quiere decir Eri­
jlN lo cae
gido ,, es nombre- de honor , y de oficio , y no es propio de uno solo , sino
sígitLíS-ra si
üCínbre ¿g común í múdeos. Porque aquellos nuestros Padres antiguos llamaban Cnns-
Chrisio-, y ros á los Sacerdotes y R e v e s , los cuales tenia mandado- Dios , que fuesen,
yot »ircSir- ungidos por la dignidad -de sai careo- : pues los Sacerdotes son los que enco-
^ hiendan el pueblo á Dios con. oraciones continúes , los ene o Recen, saetí-
ZE J J r”r * rnaos, y ruegen por el bien, de k República, Y a las Reyes esta cometida

Jjsz, i » J ) Matíh, i,.


PARTE I. CAPÍTULO TIL 21

la gobernación ce los pueblos , y í ellos pertenece muy en particular man­


tener la autoridad de las leyes , defender la- vida de los inocentes , y repri­
mir la osadía de los malhechores, Y como cada uno de estos empleos repre­
senta en la tierra la Magestad de D io s ; por eso los que eran escogidos para
exercer el oficio R eal, 6 Sacerdotal , eran ungidos con oleo. También fue
costumbre ungir á los Profetas , los cuales como Intérpretes, y Embaxado-
res de Dios nos descubrieron los Secretos celestiales , y con saludables pre­
ceptos , v anuncios de las cosas venideras exhortaron á los pueblos á enmen­
dar ia; costumbres. Pero viniendo al mundo nuestro Salvador Jesu-Christo to­
mó sobre sí los empleos , y oficios de todas tres personas , de Profeta , de
Sacerdote , y de R ey ; y por estas causas rué llamado Q uisto , y fue Un­
gido , para cumplirlos , no por obra de algún hombre mortal ; sino por vir­
tud del Padre celestial , ni con ungüento terreno , sino con oleo espiritual:
como que se derramó sobre su alma santísima la plenitud del Espíritu San­
to , la gracia y la copia de todos los dones en abundancia mucho mayor , que
lo que pudiera, recibir qarhqukr otra naturaleza criada. Así lo mostró clara­
mente el Profeta quineto dixo , hablando al mismo Redentor ; Amasle la ja s-
lid a , y aborreciste la maldad : por tanto te ungió Dios tu Dios con oleo de gozo
mas que á quanios participaren de d (a). L o mismo también , y mucho mas
abiertamente demostró Isaías por estas palabras. Li Espíritu del Señor está en
m i: porque él me ungió con su gracia , y rae envió á predicar á los mansos (£).
Y así fue Jesu-Christo sumo Profeta , y Maestro que nos ensenó la volun­
tad de Dios , v por cuya doctrina recibió el mundo el conocí miento del
Padre celestial : v le conviene este nombre tanto mas esclarecida, y exce­
lentemente , quemo todos los otros que fueron ennoblecidos con el nombre
de Profeta , fueron discípulos suyos , y determinadamente enviados , para que
anunciasen á este Profeta que Pabia de venir a salvar á todos. También fue
Q uisto Sacerdote , no de aquel orden del que lo fueron en la ley antigua
los Sacerdotes del Tribu de Leví ; sino del que cantó el Profeta David : Tíi
eres Sacerdote para siemp, e según el orden de Sktqtei¿¿dcc (c) , argumento que cui­
dadosamente pros;gurú el Apóstol escribiendo i los Hebreos ( R . Asimismo re­
conocemos á Christo per R ev no solo en quinto Dios , sino aun en quan-
ro hom bre, y en cuanto es participante cíe nuestra naturaleza. Acerca de
lo quai di xa el A n g e l: Reyrearé en la casa de j faocé para siempre , y su reyno
?w íeudrd jm '£j. Y este rey no de Consto , que es espiritual , y eterno,
se empieza tn la tierra , y se períccciona en el Cielo. Y en efecto cum­
ple en su Iglesia con provióemna marcbdiosa los oficios de Rey. Porque el
mismo la gobierna , ¿1 ¿a dehende ce los ímpetus y asechanzas ee ios ene­
migos , ¿i ¡a establece leyes , y él la d i no solamente santidad y justicia; si­
no •'mb::r¡ virtud 5 y í\terzas para perseverar. Y aunque en los límites de
e n reyno se contienen así buenos , como males , y por lo mismo todos
los nombres pertenecen de justicia a e l con todo eso los que experimen­
ten seriadam ente b bondad , y largueza de nuestro R ey , son los que ha­
cen oda Inocente y limpia según sus mandamientos. Y no recayó en fieste
R cy-
;y P-súel 44. 0 } I¿sL Ci, fe) Peaba, J09. (J) Hsbr. <. (A I.uc, r*.
1Z CATECISM O ROM ANO
R syno por derecho hereditario, d humano , aunque descendía de Reyes no­
bilísimos ; sino que fuá R ey , porque Dios atesoró en aquel hombre todo
el poder , grandeza y dignidad que puede caber en naturaleza humana. Dió-
le pues el rey no de todo ei mundo , y en el dia del juicio se le suje­
tarán cumplida v cabalmente todas las cosas, como y a ha empezado a po­
nerse por obra.
Su único Hijo.
8. ] P or estas palabras se proponen á los fieles los misterios mas altos que de-
Snqaéma- ^en creer y contemplar ea Jesu-Christo. Conviene á saber , que es Hijo de
nera debe- p)jos ^ y jy¡os verdadero : como lo es el Padre que le engendró desde h
sar^Tesu— eternidad. Demás de esto le confesamos también segunda Persona d e la T r i-
Chrisro^Hi- nidad divina , igual en todo í ias otras dos : pues nada desigual , ó deseme­
jo único dejante puede haber , ó fingirse en las Personas divinas: quando reconocemos
'Dios‘ una sola esencia , una voluntad , y un poder en todas : como es patente en
muchos lugares de la Sagrada Escritura , y cíarísimamente lo demuestra aquel
testimonio de San Juan : En el principio era el Verbo , y el Verbo estaba m Dios,
y Dios era el Verbo (a). Pero quando oímos que Jesu-Christo es Hijo de Dios,
no habernos de pensar de su nacimiento cosa alguna terrena , ó mortal , si­
no aquel nacimiento con que el Padre desde toda la eternidad engendró al
Hijo , el qual de nlngim modo podemos percibir por la razón , ni entender­
le perfectamente , pero debemos creerle con toda firmeza , y adorarle con
suma devoción del alm a, y como atónitos, admirados del misterio , excla­
mar con el Profèta : i Quién declarará con palabras su generación (b) ? Háse
pues de creer , que el Hijo es de la misma naturaleza , del mismo poder,
y sabiduría que el Padre : como Io conresamos claramente en el Símbolo Ni-
ceno diciendo : ¥ en Jesu-Chnsio , Hyo Unigénito de Dios , y nacido del Pa­
dre anís todos los siglos, Dios de Déos lumbre, de lumbre , Dios verdadero ¿e
Dios verdadero , engendrado , no. kecks , consubstancial al Padre , por quien fui-
ron hechas todas las cosas.
Pero entre todos los símiles que suelen traerse , para dar á entender el
Beciárase, m o d o , y manera de esta eterna generación , el que mas de cerca parece
coa en. si- se arrima í este propósito, es el que se toma del modo de pensar de rmes-
mdlagene- tro entendimiento : por lo qual San Juan llama Verbo al H ijo de Dios C'>.
3aadeC"ris- E°ríÍEe ss^ como nuestro encendimiento, conociéndose de algún modo á sí
r e , sss des mísmo , ferula una imagen su y a , que los Teólogos llaman Verbo , así Dios
nacisaien- (según que las cosas humanas se pueden comparar con las divinas ) entendién-
eos y se dose a si mismo , engendra ai Eterno Verbo. Aunque lo mejor es contení-
piar lo-que. propone la té , creer sencillamente que es verdadero D io s , y
■ verdadero hombre , y confesarle engendrado verdaderamente , como Dios por
ti Padre ante toctos ¿os siglos- , y como hombre nacido- en tiempo de su
Madre Santa Maria V irgen. Mas aunque reconocemos dos nacimientos suyos,
sin embargo creemos que es un solo Hijo ; por ser una la Persona en la
qual se juntan ¿as ¿os naturalezas divina y humana»
' ' T
C® Jo * » . £• {5} Usai. 53. (d Joaaa. 1.
PARTE I. CAPÍTULO III. 25
Y por lo que mira a la divina generation , ni tiene hermanos ni cohe- IO_
rederos ningunos: porque es hijo único del Padre , y nosotros los hombres Cómo se
hechura y obra de sus divinas manos. Pero si contemplarnos el nacimiento entiende }
humano; no solamente llama él i muchos con el nombre de hermanos; sí-
no que efectivamente los tiene en lugar de tales , para que junto con él con- nian0Sí> r"
sigan la gloria de la herencia paterna. Estos son los que han recibido por la
fe á Christo Señor nuestro , y acreditan por las obras y oficios de caridad la
fe que., profesan en el nombre. Y por esto k llama el Apóstol primogéni­
to entre muchos hermanos (<a).
Nuestro Señor.
j^jfmchas son las cosas que se dicen de nuestro Salvador en las Escrituras 2T>
Sagradas 3 de las quales es claro que unas le convienen en quanto Dios , y Christoaun
otras en quanto hombre : porque de naturalezas diversas tomó sus diversas en quanto
propiedades. Y así decimos con verdad 5 que Christo es Todo-Poderoso, hombre ^es
eterno , inmenso : lo qual le viene por la naturaleza divina. Asimismo afirma-
mos , que padeció , murió , resucitó. Y esto nadie duda que conviene á la
humana. Pero demás de estas cosas hay otras algunas que convienen a una
y ¿ otra naturaleza : como quando en este lugar le llamamos Señor nuestro:
pues á qualquiera de las dos naturalezas que se aplique este nombre , debe­
mos justamente llamarle Señor nuestro. Porque así como es eterno D io s , co­
mo el Padre, así es igualmente como él ? Señor de todo. Y asi como él
y d Padre no son distintos Dioses sino un Dios mismo : del mismo modo
él y el Padre no son diversos Señores sino solo uno. Pero aun en quanto
hombre se llama rectamente Señor nuestro por muchas razones. Y prime­
ramente por haber sido nuestro Redentor y y libertádonos de la esclavitud
del pecado 5 de justicia tomó el poder de ser y de decirse verdaderamente
nuestro Señor. A si lo enseña el Aposto! : Se kusidts á si mismo hecho obe­
diente iiasts la muerte s y muerte de Cruz. Por le &uní Oíos le ensalzó ? y le dio
rn nombre que es sobre lodo nombre : para que ¿n ¿l nombre de Jesús se <sr—
roáUk toda Criatura en Cielo, Cerra , é infierne* : y teda lengua confiese , que
nuestro Señor Jisn-Chrisío está cu la gloria de Dios Padre (/O* Y el mismo Se­
ñor desunes de la Resurrección dixo de sí : IDado rae es todo el poder en hs
Ciélos , y en la ¿ierra (s). D ícese también nuestro Señor 3 por estar unidas en
una nersona las dos naturalezas divina y humana - porque por esta marabi—
llosa unton mereció ? que aunque no hubiera muerto- por nosotros, toda- 12.
vía fuese constituido Señor en general de todas las 'Criaturas , y en pardea- Los C h ris -
lar de les fieles que 1c obedeces , y sirven con sumo- afecto de su alma. e^-
Resta pues ahora que el Párroco amoneste al pueblo , y le haga saber n-egar ente­
que es cosa nruy fusta que nosotros 5 los que entre todos los hombres 5 trae- -emente a
mos el nombre de Christo y nos llamamos ChñsdaBOs y que s o podemos Jesa-Chris-
tgnorar quán grandes beneficios nos ha hecho , y señaladamente el que por
su gracia entendemos por la fe rodos estos místenos; es muy justo (vuel- moriio y aj
ve- a decir) auz nosotros mismos nos orrezcarncs r.o menos que como es- mundo.
cía-
id) Rom. S. (¿} PMI-p. 1. (y) Mzzzb, aS.
CATECISM O ROM ANO
'e'TT
clavos s y nos consagremos para siempre á nuestro Redentor y Señor. Y í \ t
verdad quando fuimos bautizados, así lo prometimos ante las puertas de h
Iglesia : pues declaramos que renunciábamos á Satanás y al mundo , y qUe
del todo nos entregábamos á Jesu-Chrísto. Pues sí entonces para sentar pla­
za en la milicia de Christo nos ofrecimos á su Magestad con una profesión
tan santa y tan solemne i de qué castigos no seremos dignos , si después de
haber entrado en la Iglesia , después de haber conocido la voluntad y le­
ves de Dios * después que recibimos la gracia de los Santos Sacramento;,
vivimos según las máximas-y reglas del mundo 3 y del demonio en la mis­
ma manera que si al ser bautizados hubiéramos prometido servir , no a Chris­
to Redentor y Señor nuestro 5 sino al mundo y al diablo ? ¿ Pero qué. al­
ma habrá , que no la encienda en el fuego de su amor la voluntad de un
Señor tan grande , tan benigno , y tan inclinado hacía nosotros? ¿pues te­
niéndonos baso de su poder y señorío como á siervos redimidos con su san­
gre , sin embargo nos abraza con tal amor , que nos llama no siervos s sino
am igos, y hermanos ? Esta ciertamente es causa justísima ( y acaso la ma­
yor de todas) por la qual debemos reconocerle , servirle ? y adorarle per­
petuamente 3 como á nuestro dueño y Señor»

C A P Í T UL O IV.
DEL' T E R C E R A R T Í C U L O DEL CREDO?

Que fué concebido por el Espíritu S a n to , y nació de Santa


María Virgen.
' gíi gran facilidad pueden conocer los fieles por lo que queda dicho en
£5 iO el ar
que en este ¿ 1
arrie o io se
nos manda d o . Pero si pusiéremos los ojos de la consideración en el consejo y modo
creer. con que señaladamente quiso hacer esta obra , hallaremos sin duda que nc
cabe cosa mas ilustre ni grandiosa 5 que esta largueza y bondad de Dios pi­
ra con nosotros, Empezará pues el Párroco por la explicación de este tercer
articulo a mostrar la grandeza de este misterio ? que a cada paso nos le pro­
ponen las Escnturas Sagradas 3 para que le consideremos como principal hm-
damento de nuestra salud , y enseñará que su sentido es éste: Q ue creemos
Y conresamos que el mismo tesis-Christo , único Señor nuestro, H ijo de Dios,
quando tomo por nosotros carne humana en el vientre de la Virgen , tre
cooceoido sobre toco orden de naturaleza ; no ñor obra de varón , como k

pal
consta claramente por la confesión del Sagrado Concilio de Constantino??-?
que dice : Qgst ?:&s$£r&$ hs túsneres. y j/sr nuestra salud baxó de fo$ Cíeles .]
¡nrtnd asi E^mniu ■iThr
de Santa Maris. Virgen y y se hizo hemer..
PARTE 1. CAPÍTULO IV. 25
V esto explicó también S. Juan Evangelista , como quien habla bebido del pe­
cho del mismo Salvador el conocimiento de este altísimo misterio. Porque ha­
biendo declarado la naturaleza deí Verbo divino por aquellas palabras : En d
principio era el Verbo , y el Verba estaba m Dios , y Dios era el Verbo ; al cabo
c o n c l u y ó : Y el Verbo se hizo carne , y habitó entre nosotros (a).
Porque el divino Verbo que es Persona de la naturaleza divina,de tal mo- £ n u g H-
do tomó la naturaleza humana , que fuese una sola y una misma ia Hípóstasís y carnación
Persona de ambas naturalezas. Y de aquí provino que esta marabiüosa unión con- no h u 00
servase las acciones , y propiedades de ambas naturalezas : y que como dice c011^ 310^
el man Pontífice San León : N i la Noria de la divina consumiese á la humana„ ° Il3£u‘ia
ni la baxez.a de la humana disminuyese a la divina (o). lesas divi-
Mas como no debe omitirse la explicación de las palabras , ensenará el na y bu—
Párroco que quando decimos que el Elijo de Dios fue concebido por virtud mana*
dei Esoírim Santo.no entendemos que sola esta Persona de la Trinidad di- ^
vina fue la que ooró el misterio de la Encarnación. Porque aunque solo el Hi- d i v i n a s
jo se vistiese de la naturaleza humana ; sin embargo todas las Personas de P e r s o n a s
la Trinidad Santísima Padre , Hijo y Espíritu Santo fueron obradoras de este obraron el
misterio. Porque siempre se debe retener aquella regla de la fe Chrísriana: Qr¿e
todo quanto hace Dios fuera de sí en las cosas criadas , es común á todas tres Per- y
sonas : y que ni obra mas una que otra , ni una sin otra hace cosa alguna (c). L o por qué se
que no puede ser común á rodas , es el proceder una persona de otra. Por- atribuye al
que el Hijo es engendrado por el Padre solamente : Y el Espíritu Santo pro- g ^ 0ir itii
cede del Padre, y del Hijo. Mas todas tres Personas sin diferencia alguna hacen aai‘
todas las obras que salen de ellas fuera de sí mismas. Y en esta clase se ha
de contar la Encarnación del Hijo de Dios. Pero aunque esto es a sí, suelen
con todo eso las Sagradas Letras atribuir á determinadas Personas alguna co­
sa de aquellas que son comunes á todas : como apropian al Padre la Omni­
potencia , al Hijo la Sabiduría , y al Espíritu Santo el amor. Y como el miste­
rio de la Encarnación divina declara la singular é inmensa benignidad de Dios
hacía nosotros , por eso especialmente se atribuye esta obra ai Espíritu Santo.
En este misterio echamos de ver unas cosas obradas sobre ei orden de 4-
E n la En­
naturaleza , y otras por virtud de la naturaleza misma. Porque quando cree­ carnación
mos que el cuerpo de Chrlsto finé formado de la sangre purísima de la V ir- 5e obraron,
gen Aladre , en esto reconocemos la naturaleza humana ; pues es común enas cosas
á ios cuerpos de todos los hombres ser reamados de la sangre de la Ma- D a ru r2 l‘
dre. Mas ¡o oue sobrepuja todo el orden de naturaleza y toda intelinen- zren~e * f
eis .rumana e s , que luego que ia oenarrs Virgen dio su consentimiento a r a í m e n t e
k s palabras del Anyel , v divo : He aquí d? Esclava del Sonar s hágase otras.
a¿ sa? tu palabra (d) , a! punto He formado el Santísimo cuerpo
de Chrisío , y unida 2. el el alma racional : y de este modo en aquel mis­
mo instante fue perfecto D ios, y per Acto hombre. Y no puede dudarse que
esto fue obra nueva y admirable del Espíritu Samo. Porque según el orden
natural cuerpo ninguno puede ser informado por el sima racional , sino cíes-
o pues
Joan. 1. (c) Ser.au 1. ce Y a- (E 13. Aqg. Pb. 1, de Trlrdtat. cap. 4»
vi) Lee. 1.
a6 CATECISMO ROM ANO
pues de determinado espacio de tiempo. A esto se junta lo que es digno de
toda admiración ; que luego que el alma se unió con el cuerpo , se juntó tam­
bién la misma Divinidad con el alm a, y con el cuerpo. Y así todo fue í una,
formarse el cuerpo , animarse con el alma , y unirse con cuerpo y alma la Di­
vinidad. De donde se siguió que en un mismo punto de tiempo fuese per­
fecto Dios y perfecto hombre : y que la Santísima Virgen se ^dixese verdadera
y propiamente Madre de Dios y hombre : por haber concebido en ese mis-
ano instante a Dios y al hombre. Esto fué lo que la dio á entender el An­
gel , quando la dixo He aquí concebirás en tu vientre 3y parirás un H ijo, al
qual llamarás Jesús. Éste será grande , y llamarse ha Hijo del Altísimo {a). Y
con esto se cumplió lo que profetizó Isaías , diciendo : He aquí concebirá una
Virgen , y parirará un Hijo (b). Y lo mismo declaró Santa Isabel , quando lle­
na del Espíritu Santo entendió la concepción del Hijo de D io s : g Be dónde
(d ix o ) á mi tan grande bien , que. la Madre de mi Señor venga á mi (c) ? Pero
así como el cuerpo de Christo rué formado de la sangre purísima de la cas­
tísima Virgen sin obra alguna de varón , y por sola virtud del Espíritu San­
to , como ya aiximos ; así también en el punto en que fué concebido reci­
bió su alma abundantísima copia dei Espíritu de Dios , y todo el lleno de
sus dones: porque como afirma San Juan : JVo le da Dios con medida el Espí­
ritu ;d) como í los demás hombres que son adornados de santidad y gra­
c ia ; sino que derramó sobre aquella alma toda gracia tan abundantemente,
que todos recibiésemos de su plenitud (Y).
5-
Üc- pue— Mas no por eso se puede llamar Christo Hijo adoptivo de Dios , aunque
e s decirse tuviese aquel Espíritu, por el qual consiguen los hombres justos la adopción de
Chnsro HI- hijos de D io s : porque siendo Hijo de Dios por naturaleza , en manera ningu­
îo aiïopti— na se ha de juzgar que le conviene iz gracia, o el nombre de adopción.
i'o de Lii-js.
6. Estas son Jas cosas que ha parecido , debían explicarse acerca del admi­
Q sé es :o rable misterio d eis Encarnación. Y para que de ellas saquemos salud i bies hu­
eue erps- tas ? deben los ¿Mes traer primeramente á la memoria y pensar muchas veces
■ eldroesie dentro ¿e sí mismos , que es Dios el que tomó carne humana , y que de tal
s t i;cïe me­
cí rar s:bre manera se hizo nombre , quezal el entendimiento lo puede alcanzar .mucho
îa p:;Eas~2 menos explicarlo la lengua. Últimamente que por este no quiso hacerse hom­
pa-'ie es­ bre . para que nosotros los hambres renaciésemos hijos de Dios. Habiendo
se aid ceia . atentamente considerado esto, crean también y adoren con corazón humilde v
Ate rodos los mntenos que se encierran en este artícu lo,y'n o quieran averiguar*
Jos , ó escudriñarlos con curiosidad : porque esto es cosa que apenas puede ha­
cerse sin peligro.
Y nació ae Santa María Virgen.
Y7
■ Cojaoreea- hL-yta he segttrsaa parte de este artículo en cuya explicación pondrán íes
úídóc na— barrocos particular ciudad© : porque deben los fíeles creer no solamente que
b-" a.í.Oey jesu-Caruco Pee concebido por virtud del Espíritu Santo : sino también a u ¿
G ca m ie necio, y sai;
SlU'.- —ó ¿ií,;—
:x:o a mz ue Santa otarra Virgen. Con acanta alegría y regocijo
Vez. VH¿un, cd. eima se ■l - be ccutempmr la te de este miste! :o , eEcláralo la voz del Are

V ; Yac. ry Xtcn *p Ir :i- 2- (Y Joan. 3. (?) Joan. i.


PARTE I. CAPÍTULO IV.
gel que fue el primero que traxo al mundo esta felicísima nueva : porque
üixo: Mirad que os anuncio unas nuevas de grande alegría que será para iodo el
pueblo (a). Y cambien se dexa entender fácilmente por aquel Cántico de la
celestial milicia que entonaron los Angeles : Gloria sea á Dios en las alturas yy
paz en la tierra á los hombres de buena voluntad (b). Desde entonces también
se empezó á cumplir aquella tan magnifica promesa de Dios á Abrahán á
quien fue dicho que llegaría tiempo, en que en su descendencia fuesen bendiras
todas las gentes (c)* Porque Maria Santísima, á quien celebramos y adoramos
como á Madre verdadera de D io s , por haber parido una Persona que es junta­
mente Dios y hombre , trae su origen del R ey David.
Pero así como la Concepción de Chrísto excede todo el orden de natura- chrlstons*
leza , así en el nacimiento no hay que contemplar cosa que no sea divina. D e- cIo sobre­
mas ce esto (que no cabe decirse ni entenderse cosa mas admirable) nace de natural y
Madre sin menoscabo alguno de su virginal pureza. Y al modo que des- nadagrosa-
pues salió del sepulcro cerrado y sellado , y entró á sus discípulos cerradas m£n£e’
las puertas , ó ( no desviándonos de lo que cada día vemos acaecer natural­
mente) al modo que los rayos del Sol penetran el cuerpo sólido del vidrio.,
sin quebrarle ni hacerle daño alguno; a s í, vuelvo i decir, y por modo mas
alto con infinitas ventajas, salió á luz Jesu-Chrísto del materno alvergue sin de­
trimento alguno de la integridad de su Madre : pues celebramos con alaban­
zas muy verdaderas su incorrupta y perpetua virginidad. Esto á la verdad se
obró por virtud del Espíritu Santo , quien de tal modo asistió á la Madre
en 1?. Concepción y parto dei Kíjo . que la diese fecundidad, y la conservase
perpetua virginidad.
Suele de cuando en qusndo. el Apóstol llamar a Tesu-Chnsto segundo Adan, c,
v compararle con el primero. Porque así como murieron todos en el primero, Chnsco es
as: cobraron vida en el segundo:y así como Adan rué Padre de todos los hom- ^ nd y
ores,por lo que teca á la naturaleza, así Chrísto es Autor de la gracia y de la jyj2r'ja ga¡^
gloria. Pues á este modo podemos comparar también á la Aladre Virgen con dsima se*
E v a : de suerte que ¿ la primera Eva corresponda la segunda , que es María; ganda. Eva.
según hemos mostrado que al primer Adan corresponde el segundo. Porque
si R yz creyendo í la serpiente introácxo en eí linage humano la maldición y
la muerte ; creyendo al Angel Alaria , vino- sobre ios hombres por la bondad
de Dios la bendición y la vida. Per Eva nacemos hijos de írtq, y por Alana
recibimos s Chrísto , por quien renacemos hijos de la gracia. A Eva se dixo,
Con dohr parirás ím hijos (d). .María fue esecta ¿e esta ley : porque (com o ya
se dixo) salva la integridad de su virginal pureza, sin dolor alguno parto á Jesús
E:yo ce Dios.
Siendo Dees tan grandes v tantos les misterios de esta marenulosa Concep- T0'
- - . v ~ . e D e las- p r o -
cien y naoiiuento , rué muy comerme a ía providencia divina anunciarlos por ^
momas figuras y vaticinios. Per esto entendieron los Santos Doctores que per* güras de ía
ten-acia n aquí aiscm s cosas que leemos en varios lugares de la Sagrada Escn- C o n c e p -
tura y señaladamente aquella puerta del Santuario que vio cerrada Eze- c:on y sacy
qtdei (f); mas la piedra cortada del monte sin menos , como se refiere en D a- e
z>2 niel
(A Lec. í . (&} Ibidem, A) Genes. 11. A) Genes. 3- (e) Eaeca. 4.4.
*s CATECISM O ROMANO
niel (a) , ia qtial vino ¿ hacerse un monte tan grande que llenó teda la tierra.
También ía Vara de Aarón } la qual sola broto entre las de los Prínclnes de
Israel (O; y asimismo h zarza que vio Mcyses arder, sin quemarse (b. Muv
i Ia larga describió el Santo Evangelista la historia del nacimiento de Chrisro:
teniendo esa lectura tan a mano les Párrocos , no hay por que detenernos
mas en este punto*
TT. Pero debe el Párroco poner gran diligencia , sobre que estos misterios
jDs k'. me- que están escritos para nuestra enseñanza m) se claven rucamente en las almas
cèl CI£ ÍE
cebe :nmù v corazones de los heles. L o primero para que acordándose ce tan gran be-
car 'a. n;c- neñeio , den a-punas gracias a Dios su bienhechor* \ después para ponerles
ci:a;;or. ce delante de les oles un tan asombroso v singular exemplo de humildad otra
este n;iste­ que le imiten. Porque >que cosa pueue na Per mas un. v mas conveniente
rie . y ios
oara reprimir la sobervta v altanería ce nuestros corazones * cue pensar mu­
¿ r j è £i
provechos chas veces cue de tal manera se humilla Dios a si mismo , que comunica z
Cue proco— los hombres su gloria. y toma la rlaqueza y enfermedad de los nombres 1 jQue
se Haga Hombre un Dios , v cue sirva sj nombre aqueba suprema e inmuta.
AíagC''tad , i cuca seña se estremecen v tiemblan las edemas ¿el Cíelo 1 co­
mo dice la Escritura y| ;A que nazca en la tierra aquel a quien adoran en el
Cielo los AngelesI ¿Que pues Haciendo esto por nosotros un D ios, que ( v_b-
vo ¿ preguntar 1 deberemos nosotros hace: por semen e ~ ¿Con cuanto gozo v
prontitud, del alma deberemos amar , abrazar y todos los chelos
Humildad í :Vran los deles con quan saiuc.abi: uoctnna nos instruye Chris-
to naciendo , v antes que empiece í pronunciar coz alguna: Nace pobre , na-
ce corno peregrine en una oosaua , nace en un robore humilde. urce en me­
c :o de un mvienec : pues escribe asi tan Lucas : A m pío m m E: b u . y ;:.u-
d :. uvr .e.' C e de ; va?'a- . r H t.
ebbre * r ¿í vea: ni: c% 2¿% btti-'oy . Or uorm ' -
¿Ludo non ventura el Ev úngeoste encerrar en palabras mas Puntilo nu~ es toca la
Hi'gestad * y glorie db Cdem v d:-■ ■ *■ \ pr H'.-'i .v“ ” *e n;
no ha ota lugar
en la posada * ero que no le :f Hu:
huno rara scuei cue orne : Afro o la - r : •:•>
ure or -£ ut' aa óco c •' lo cual también mT r i:o otro Evangeliza
cèdendo : A t ’OW 7 ■ . d ... b so . y - dees quanto lee
bdes nubiere uraco o estas cosas, p: m también que se qui-
so Dios sujrzat a c u rea a ■ uta ce nuestra carne , pora cue
baciano mese eolocaco en un noe amurro ce g n u : : porque este scio
i n u m i de. nrnrnm* la orni le ree con ce­
¿ida por b diede benctibo de derse neenc nombre m mismo cue es ver es­
cero v perbete Eros ; di c i p ci ^a noni mos £.r:. . de cui r> ~ms—s
carne v ni: otre sangre Ci iòne ui D:os : io Guai no se concede a scucilo; ice*-
tuc no' i-crrdrus ; norque m u n r, corno d A eoo:-, i-rr . E urna mbuu by­
te a t -u bursunn. Score rodo erte es di temer no screda cor gvr • me
ciano ncesTm .. cue est corno no Pero rum b nega" conce nadeie en E Do­
sivi a ce oc.e ■ r m: tcmoocc le cu.uc rumar en mestrui corozones * nero racer

a :g :b" A koc. a. --r ■"é - '■ m ; . s-, g . c_ut tb


eUme set;, a
PARTE I. CAPÍTU LO IV.
en espíritu , quando ya no nace en carne. Esto es lo que desea vivamente
como amaneíslmo de nuestra salud. Porque así como el se hizo hombre por vir­
tud del Espíritu Santo, y nació sobre todo el orden de naturaleza, y fue Santo3
v en tal manera Santo , que es la misma Sunticad ; así debemos nosotros na­
cer no de ia sangre ni de la voluntad de la carne , sino de Dios (a), y lue­
go como nuevas criaturas andar en novedad de espíritu , v guardar aquella
santidad y entereza de alma , que en gran manera corresponde á hombres
reengendrados por el Espíritu de Dios : pues de ese modo expresarémos en
nosotros mismos alguna imagen de esa santa Concepción y nacimiento del H i­
to de Dios . que creemos con ánimo nel , y creyéndolo, veneramos y adora­
mos la sabiduría de Dios que está escondida en el misterio ( Q

C A P Í T U L O Y.

DEL Qü ARTO ARTICULO.

Padeció debazo del poder de Pondo Pilato 3fue crncírL


cado ; muerto , y sepultado.
::: . . , , .
AL£o s u r necesario que es entender este am one . y con cuanto desvelo de­
ba remar ei Párroco que renueven los heles rrecuantístmamente la memoria de Pe ne­
cesidad de
la Pasten del deñor
, _ ; 10. declara
. el Aposto!,
r cuando ahrma : cue; ei no sabia
, conocer es­
otra cosa , que a ¿esu-Chnsto , y a este cructñcaoo A;, Y per tanto no se na :ea-:icaiy
dé perdonar a estudio ni trabajo ninguno sobre este argumento : ¿ hn de que y de la in­
te aclare cuanto futre cesible . y que movidos ios heles con la memoria de tan — igernña
grande
■ beneficio se ¿edicuen
: del todo á venerar el amor
. , v bcncac de
. Dios mera vane,
para con nosotros. Pues lo que ia re nos propone que se cebe creer en la pri­
mera parte ¿el artículo (que de ia segunda se nabiará desunes) es. que Quis­
to Señor nuestro fue crucificado , cuando Peñero Pilato administraba la Pro­
vine:* ce judea cor mandado de Tioerio Cesar. Porcue rué prese , escar­
necido , y maltratado con varios linages ce injurias y tormentos. y ti tintamen­
te clavado en la Cruz.
Y nadie debe dudar que ei alma santísima ce su Magestad . por lo ene to- y -'C _ „
ca a la parte inferior . no estuvo libre ce estos tormentes. Porque habiendo deThrUo
temado verdaderamente la naturaleza humana . es necesario confesar que sin- simio ios
t:o también en su alma gravísimo color. Por esto divo : T tváí ala ini alma *orviearos?
f-diü ia ttíhsTíí (¿A porcue aunoue estaba :a naturaleza humana unida í la c’~'g'~“ £I p°
-r, - C . ' T " . - -- , --* - - , S S I C V i g—
rersena amina , sin embargo ce esa unión no sintió mmos u acermctC c : Es ^ £
peras , que si tal unión no hubiese sino hccna : por haberse con serrad o en ia la Dívial-
únita Persona de Jesu-Chrbto las propiedades ce ambas naturaleza? divina ¿a¿»
}' rumana. Y así ío que era mortal v pasible , pasibie y mortal permaneció- Y
acmismo lo que era ínmormí é Impasible (como entendemos que lo es la natu-
rhéza divina) retuvo su propiedad,
Acer«
¿cao , s. 0 ) z, Cor, « El IA¿. :Sj Mamó, * 5.
CATECISM O RO M ÀNO
Acerca de Io que en este lugar vemos notado tan cuidadosamente , esto es
que Tesa-C h n sto padeció en aquel tiempo que gobernaba Poncio Pilato la
P o r q-üé se
Provìncia de ludes * enseñará el Párroco que se hizo esto , para que el co­
exoresa en
el Credo el nocimiento de una cosa tan Importante y necesaria pudiera ser a todos mas
Precìdeste averiguado , quando se señalaba el tiempo nxo en que sucedió : como lee­
de Jsdsa. mos que lo Hizo el Aposto] Pablo 0*>- hr también porque en esas palabras
se declara que se cumplió por la obra aquella profecía del Salvador* Entren
rado kan é les geniiUs , para ser ¿scsrnsádo , azoícdo , * crucificado (o).
Mes por qué causa determinadamente quiso el Señor morir en el árbol
4-
Chrisco de la Cruz , esto sin duda debe atribuirse á disposición de D ios : á saber,
asari© e a oara que de donde nadó la muerte , de adì saliese la vida. Porque la ser-
Cr_" por siente que habla venado en un árbol £ los primeros Padres, íl:é vencida por
sàto conte­
le de Bros. Christo en d árbol de la Cruz. Muertas razones de esto podríamos alegar
aquí , k s curies íes Santos Padres explicaron con difusión (c) para mostrar
que fuá convenienrkimo, que nuestro Redentor padeciese principalmente muer­
te de C ruz. Pero advierta d Parroco que baste £ ios beles creer , que es­
cogió nuestro Salvador aquel Hnrgc da muerte , que parecía- mas propio y
mas acomodado para la redención de ios hombres : como en hecho de ver­
dad no pudo haber otro ni mas afrentoso , ni mas abatido. Porque no so­
lamente ífbe siempre tenido entre ios gentiles el sepílelo de k C ruz por abo­
minable v muv baño de rid p etrik y deshonra ; sino que aun en la lev ¿e
Mbvsds es Humado maldito d hombre , fvc cent pefiksde es d MR
_s~ ^ Tampoco pasará en sbendo d Parroco la historia de este articulo re:e-
Idi áAídrA rzeb tan purturimente por los Evangcmras , ¿ ha de que los Heles tengan
de Sa Pie- bien entendidos £ i© menos los pmcv principales de este misterio , eme pare­
séìks ¿ere
predìcscre cen mas necesarr©?. para oonrirmut la ver dad de nuestra fe : pues este articu­
eaa enreda lo es como eE cimiento , en que estaca la fe y Religión Christboa : y zan-
freaaescA lado este todos kss demas arencan muy bien. Penque s: alguna cosa hace
dldcckrd a k razcm y enteró;: manen numano , no hay duda que el misterio,
de lia Cruz se debe contar poc el mas arduo de todos : pues ancuas podemos
percibir „ que nuestra ó Ivacien este pendiente de h Cruz , y de aquel que
por nosotros iúc clavado cu erica Mas cu esto es mnv de admirar h suma
providencia de Dies 5 como ensena el Aposto! : B¿<r¡tsse m kdfi¿Jú d
cteerdíb ce Iks afics de k srikAno dn me é ¿ ) f i per vee be SAriRmc „ fifia
é rv dñrgf'ríad edder é As egeverter per h ¡ucearás Je le preñen,Mn (ri, Y poj- reni­
ti© n© es de mauibniilar que asn gas Profetas antes de k venida de Cb-ristc,
tem e los Apestoks después, de su muerte v Resurrección trabajasen tanto,
per persuadir a íes hombres que éste era d Redentor del mundo , y por
smetanos & Su poteste;! y ©iCedhcncEQ del Cruafecado. Por esto mismo el
Señor f c c o o no cabe cose mas. remota de le nucen humana que el miste­
rio de la C ru z! mmematamenta después dd pecado; cusca cesé de dar i
ensendar h mearte de m t i f i , ya por rigores 7 ya por creado? de los Pra-
¿ems. Y tocando algo de les Hguces , primeramente Abel , cue ábe muerto
per
pb ?. Tiisa A [ fi Y e n in. co. f i Desta i t . st C^sAu 3.
rió 2?. TLasau 3- aae?. ^sesc. «gs5„ e x *4* (A a. Canuté«, r.
PARTE I. CAPÍTULO V. $t
Dor envidia de su hermano O) , luego el Sacrificio de Isaac (b) , después el
Cordero que sacrificaron los ludios , quando salieron de la tierra de'E gip ­
to (r) : También la serpiente de metal que levantó Moysés en el desierto (q)5
todas estas cosas figuraban de antemano la Pasión y muerte de Christo. Y por
lo que hace á Profetas , es mucho mas notoria la muchedumbre de los que la -
anunciaron , que lo que aquí se puede declarar. Pero sobre todos ( dexandt? á
David , quien encerró en sus Salmos todos los misterios principales de nuestra
redención } los Oráculos de Isaías son tan manifiestos y claros, que se puede
decir con verdad , que mas bien parece escribió historia de cosa pasada , que
profecía de venidera (e).
Muerto, y sepultado.
jP or estas palabras explicará el Párroco que se debe creer que Jesu-Christo 6.
Que Jes«—
después de crucificado , verdaderamente murió , y fue sepultado. Y que no C h r i s t o
sin causa se propone á los heles el que crean esto separadamente. Porque no lEuriójapar*
faltó quien negase , que había muerto el Señor en la Cruz. Y as: con mu- tañaostá d
cha razón juzgaron ios Santos Apóstoles , que debía oponerse á tal error esta hma ds sa
doctrina de la fe. Nosotros de ningún modo podemos dudar de la verdad cuerpo : pe­
ro quedan­
de este artículo : pues rodos los Evangelistas concuerdan en que Jesu-Christo do unido
espiró. Y á mas de esto siendo Jesu-Christo verdadero y perfecto hombre, cuerpo y al­
verdaderamente podía morir : y el hombre muere , apartándose el alma de ma a la
su cuerpo. Y así quando afirmamos que Christo murió , lo que decimos es, y iniciad,
que su alma se dividió de su cuerpo. Mas no por eso concedemos que la
Divinidad se apartase del cuerpo ; antes bien creemos y confesamos con to­
da firmeza , que aunque el alma se apartó del cuerpo ; siempre estuvo uni­
da la Divinidad , así al cuerpo que estaba en el Sepulcro , como, al alma que
hsxó á los Infiernos. Y con ven ia mucho que muriera el Hijo de Dios , para
que con su muerte destruyera al que tenía eí imperio de la muerte , que
era el demonio , y libertara á ios que por temor de la muerte estaban toda
la vida sujetos á servidumbre (/).
Pero lo singular en Christo Señor nuestro está , en que murió quando y*
quiso morir , y que no padeció muerte violenta sino voluntaria. Y no solo Christo
escogió la muerte sino también el lugar y el tiempo en que habla de mo­ murió , no
por fuer-isa,
rir. Así escribió Isaías : Ofrecióse, poi que él quiso (g), Y el mismo Señor sino de vo­
antes de su Pasión díxo de s í : To deso mt vida , para volver á tomarla. luntad.
Ninguno mt la quita , sino que yo la dexo de mi voluntad. T poder tengo pa­
ra dexarla ? y poder también , para volvejla á tomar (Ji). Por lo que toca al
tiempo y ai lugar , quando ponia Heredes asechanzas á su vida , díxo el
mismo Señor: Decid d esa raposa: He aquí lanzo demomos 5y perfiaono sa-
ttidudes hoy y mañana , y pasado mañana seré consumado : Empero conviene , que
yo ande hoy y mañana y el dia siguiente : porque no cabe que muera el Pro*
jeta fuera de Gerusalen ( i). Nada pues hizo el Señor violentado ó por fuer­
za»
(n) Genes. 4. (h) Genes, aa. (e) Isal. 53. (f) Hebraeor. 2,
tY Exod. 1-2. (d) is-uin. a i . et (g) Isai. =3. (¿>) Joan, 20.
«uan- 3- (Y ) Lue. 13 .
„, CATECISMO ROMANO
3*
23. É l por sí mismo se ofreció voluntariamente. Y saliendo al encuentro i
sus enemigos les d ix o : Ib soy (a) , y de su voluntad padeció todas aquellas
penas con que le atormentaron injusta y cruelmente. Cosa ninguna por cier­
to hay mas poderosa para despertar los sentimientos de nuestra alm a, que
contemplar con atención todas sus penas y tormentos. Porque si padeciera
uno por nuestra causa todo género de dolores , no que e llo s abrazase de
su voluntad ; sino que no podía escaparse de ellos ; esto ciertamente no lo
tendríamos por beneficio grande. Pero si solo por nuestro bien se sujetara
gustoso á la muerte , de la que se podía libertar ; esto á la verdad es un li-
rmgc de beneficio tan raro , que aun al mas agradecido quita toda facultad,
noMoiarnenre para recompensar el favor ; sino también para agradecerle y
gpreciaríe. De donde se dexa entender claramente la suma y excesiva cari­
dad de Jesu-Christo , y su divino ¿ inmenso mérito para con nosotros.
s. ^ Mas ei que confesemos que Chrísto fue sepultado , no se pone como
P o r qué se parte dei artículo , porque añada nueva dificultad á lo que queda dicho de
dice tam­ la muerte. Porque si creemos que Chrísto murió , fácilmente podemos per­
bién , que suadirnos á que fue sepultado. Alas esto se añadió , lo primero para que
Christo fuá
sepultado. se pueda dudar menos de la muerte : porque es argumento muy grande de
que uno murió , el probar que fué sepultado su cuerpo. Y ademas de es­
to para que se declare y resplandezca mas el milagro de la Resurrección.
Pero no solamente creemos aquí que el cuerpo de Chrísto fue sepultado;
sino que por estas palabras lo que principalmente se nos propone creer , es
que Dios fue sepultado : como segur, la regla de la fe católica decimos tam­
bién con toda verdad , que Dios murió y que nació de Santa María Vir­
gen, Porque como la Divinidad jamás se apartó dei cuerpo que se deoositó
en el Sepulcro ; justamente confesamos que Dios fué sepultado.
9- Por lo que toca al genero y lugar de la sepultura bástale al Párroco lo
D e i :•.s co­
que dixeron los Evangelistas. Pero acerca de esto deben notarse señalada­
sas que se
¿eren ¡io­
mente dos cosas. Una : que d cuerpo del Señor en el sepulcro por parte
ta : sobre :a ninquna padeció corrupción : como ya lo habla profetizado David : jVh per­
muerte . y mitirás que n¿ Sardo vea la corrupción V), Otra ( y que pertenece í todas las
sepultura partes de este artículo ) que así la sepultura , como la Pasión y muerte con­
de Christo.
vienen a Jesu-Christo ,no en quanto Dios ; sino en quanto hombre. Por­
que el padecer y morir solo pueden tener cabida en h naturaleza humana.
Aunque también se atribu ven á Dios todas estas cosas : porque es claro que
con toda verdad pueden decirse de aquella Persona que juntamente es per-
recto Dios y perrccto hombre.
ÍO. Entendidas estas cosas , explicará el Párroco ¿cerca de k Pasión v muer­
Corno ce­ te de C'nnsto aquellas por las que puedan los heles , si no comprehender , í
bo contem­
lo menos contemplar la inmensidad de tan inefable misterio. Y primeramente
plarse la
Pasión del se íia ne eonunerar , quien es e¿ que paccce todo esto. A er Gabera mente ni
Señor, podemos explicar su dignidad con palabras , ni comprehenderlu con el enten­
dimiento. Sm Juan dire : ( V ' as d Verbo que es a en. Dios (r), £5 Acos­
tó! con palabras inaqmhcas le describe de este modo ; aquel . ¿ cuica d
ib -
(a) Team i$. Piales, j£, Joan, i ,
PARTE I. CAPÍTULO V.
Padre constituyo heredero de todas las cosas , por quien hizo los siglos , el que es
resplandor de su glaria y figura de su sustancia , y el que con la virtud de su
hixlahra sustenta todas las cosas. Este pues habiendo hecho lá expiación de nuestros
becados , está sentado d la diestra de la Magesiad en las alturas (a). Y para
decirlo todo en una palabra , padece Jcsu-Christo Dios y hombre , padece
el Criador por sus criaturas , padece el Señor por sus siervos , padece aquel
por quien fueron criados los Angeles , los hombres , ios Cielos , y elemen­
tos : aquel digo , en quien , por quien , y de quien tienen ser todas las co­
sas, Por tanto no es de marabillar , sí combatido el Criador con tanta bate­
ría de tormentos , se estremeciese toda la maquina del mundo : porque co­
mo dice la Escritura , la tierra tembló , las piedras se partieron , toda la
tierra se cubrió de tinieblas , y el Sol se obscureció (b). ¡ Pues si lloraron la
Pasión de Christo hasta las criaturas mudas é insensibles , piensen los fieles
pues son piedras vivas de este edificio , con qué lagrimas deberán ellos de­
clarar su dolor!
Pero también se deben explicar las causas de la Pasión , para que de ese 11.
modo se descubra mas la grandeza y virtud de la Caridad de Dios hacia Que Chrís-
nosotros. Si alguno pues desea saber la causa por qué el Kíjo de Dios qui­ to padeció
por el pexa-
so sufrir una Pasión tan amarga , hallará que la principal ( además del peca­ do original
do original ) fueron los vicios y pecados que cometieron los hombres desde y por los
el principio del mundo hasta el dia de hoy , y que cometerán hasta el fin actuales, y
de los siglos. Esto rué á lo que miró el Hijo de Dios Salvador nuestro en que ios que
le ofenden,
su Pasión y muerte, á redimir y á borrar los pecados de todas las edades, le crucifi­
y a satisfacer por ellos á su eterno Padre abundante y colmadamente, ju n ­ can de nue­
tase á esto para realzar la dignidad de la obra , que no solamente padeció vo.
Christo por los pecadores; sino que fueron ellos los autores y ministros de
todas las penas que sufrió. Sobre lo qual nos amonesta así el Apóstol escri­
biendo á los Hebreos : Reducid muchas veces á vuestro pensamiento á aquel
que sufrió tal contradicción de los pecadores contra si mismo : para que no os Ja-
tiguéis desfalleciendo en vuestros ánimos (íj. Y en esta culpa se han de juzgar
comprehendidos todos aquellos que caen con frecuencia en el pecado. Por­
que habiendo sido nuestras culpas las que impelieron al Señor á padecer
muerte de Cruz ; ciertamente los que se revuelcan en torpezas y malda­
des , vuelven en quanto es de su parte , á crucificar en sí mismos al Hijo de
Dios , exponiéndole á vituperio (d). Y esta maldad aun mucho mas grave
puede parecer en nosotros que en los judíos : porque estos , como afirma
el A póstol: S i le hubieran conocido , nunca habrían crucificado al Señor de la
gloria (e). Pero nosotros por una parte confesamos que le cono remos , mas
negándole por otra con los hechos , parece que de algún modo ponemos en
el Señor manos violentas. Christo fu
Testifican también las Escrituras Sagradas que Christo Señor nuestro fue entregado
la Pasión
entregado á la muerte por el Padre y por sí mismo : pues dice por Isaías: por ei Pa­
Per los pecados de mi pueblo lo herí (/)» Y poco antes el mismo Profeta lie- dre y por $%
e no mismo.
(a) Hebraeor. r. (h) M atth. 27. (d) H x r a e c r . 6. (e) 1. C o rista , a.
Cae. 23, (c) Htbr. 12, (/'} ásai. 53.
CATECISM O ROM ANO
3T"
no del Espíritu de Dios contemplando al Señor cubierto de llagas y He­
ridas, dixo : X*ados nosotros anduvimos descarriados como ovejas perdidas ycada
uno se desvió por su camino ; mas el Señor puso sobre él las ;maldades de lodos
nosotros {a). Y del Hijo esta escrito : S i pusiere su vida por los pecados , verá
sus hijos y simiente que durará por largos tiempos (//)„ Y esto mismo lo declaró
el Apóstol con palabras todavía mas graves , quando por otra parte quería
mostrar io mucho que podemos prometernos de la inmensa bondad y mi­
sericordia de Dios : porque dice : El que no perdonó á su propio Hijo y sino
que por lodos nosotros lo entrego á la muerte , ¿como no nos habrá dado tam­
bién con él todas las cosas (c) l
}Z> Síguese ahora que decláre el Párroco quán grande fue la acerbidad de
S T f o T Í I la Pasion- A ™ q ue si tenemos presente aquel sudor de sangre que hilo á hilo
Pasión de corria hasta la tierra , quando con sola el alma percibía el Señor las penas
Christo así y tormentos que de allí á poco había de padecer , fácilmente cada uno en­
ea eí cner— tenderá por aquí , que del todo llegó aquel dolor á lo sumo : porque si
po , como S0}0 £i pCnsar |0g males que amenazaban , causó tanta amargura , como lo
en et a.día. ci su¿or ¿ e sangre ¿qué juicio se habrá de hacer del padecerlos efec­
tivamente i Pero sín duda es constante que los tormentos que padeció el Se­
ñor así en el cuerpo como en el alma , fueron los mayores que puede ha­
ber. Porque primeramente no hubo parte alguna en su cuerpo que no sin­
tiese gravísimas penas. Los pies y manos fueron taladrados con clavos en la
Cruz , la cabeza coronada de esc iñas v herida con una caña , el rostro afea-
do con salidas , y herido con bofetadas , y todo el cuerpo atormentado con
azotes. Demas de esto no hubo linsge m condición de gentes , que no se con­
jurase contra el Señor y contra su Christo (d). Porque los Judíos y gentiles
fueron consejeros , executores , y verdugos de la Pasion , Judas le vendió,
Pedro le negó , y los demás Apóstoles le desampararon (e). Y ya en la mis­
ma Cruz , i qué lloraremos mas < ¿la atrocidad , la afrenta , ó todo junto \
Ciertamente no pudo excogitarse iíoage de muerte ol de mayor deshonra,
íú de mayor tormento : pues no se solía ajusticiar con él sino á los hombres
mas facinerosos y malvados , y es el que la tardanza de la muerte hada mas
vehemente el sentimiento del sumo dolor y pena. Acrecentaba también Ic
grande de los tormentos la misma complexión y temperamento del cuerpo
de Jese-Chnsto : el qual habiendo sido formado por virtud del Espíritu San­
to , iné mucho mas perfecto y delicado , que lo que pueden ser los cuer­
pos de los demás hombres , y por lo mismo tuvo mas viva la fuerza del sen­
tir , y le causaron los tormentos mucho m ayor dolor.
Por lo que pertenece al dolor interno del alm a, nadie puede dudar trae
fuese sumo en Christo. Porque á los demás Santos en qusiesquier martirios
y penas que padecían , nunca falcó algún consuelo de Dios , y recreados
con el podan tolerar con igualdad de ánimo la fuerza de los tormentos.
Y aun muchos de ellos en medio de las penas se sentían llenos de interior
alegría. A si dice el Aposto! : Gvzeme ai ¿o que padezco por vosotros , y cura-
dio
j
,
pq £3, {r>) Ibiásay (¿y Re— (*} Afatth, Marc. Lsc. 23,
juca. C Psaijur» a, Joan,
PARTE I. CAPÍTULO V.
pío en mí carne la que falta de las aflicciones de Christo por su cuerpo, que es le.
ífesia (a). Y en otra parte : Muy lleno estoy de consolación s y rebosando goto
en todas mis tribulaciones (b). Pero Christo Señor nuestro no templo con sua­
vidad ninguna el Cáliz que bebió de su Pasión amarguísima : porque permitió
a ia naturaleza humana que había tomado . que padeciese todos los tormentos,
como si no fuera Dios sino hombre puro.
Resta ahora que el Párroco esplique también cuidadosamente los prove- ^ losbie
chos y bienes que percibimos de la Pasión de Christo. Y primeramente la ces °ae
Pasión del Señor nos liberto del pecado : como dice San Juan : yVos amó pasión de
y nos lavó de nuestros pecados en su sangre (c). Y el Apóstol escribe : Os hizo Christo nos
vivir consigo perdonándoos todos vuestros delitos, borrando la Escritura dd deas- acarre<h
ío que estaba contra nosotros yy la quitó de enmedio , clavándola en la Cruz (d). D e­
más de esto nos sacó de la tiranía del demonio: porque dixo el mismo Se­
ñor : Ahora se llega el juicio dd mundo. Ahora el Principe de este mundo
será echado juera : y si yo fuere levantado de la tierra , todas las cosas trae­
ré á mi (e). Asimismo pagó la pena debida á nuestros pecados. También
como no pudo ofrecerse í Dios sacrificio mas agradable y acepto , nos re­
concilió con su eterno Padre , y nos le volvió aplacado y propicio. Ultima­
mente como quitó los pecados , nos abrió la puerta de los Cielos , que es­
taba cerrada por la culpa común de todo el ilnage humano. Y esto es lo
que significó el Apóstol por aquellas palabras : Tenemos conjiama en la entra­
da de los Santos por la sangre de Christo ( f ) . N o dexó dé haber en la ley an­
tigua alguna imagen y figura de este misterio. Porque aquellos á quien es­
taba prohibido volver ¿ su patria antes de la muerte del sumo Sacerdote
(g) significaban , que á ninguno por justo y santo que fuese , estaba abierta
ia puerta de ía Patria celestial, hasta después de la muerte del Sumo y eter­
no Sacerdote Jesu-Christo. Mas luego que murió se franquearon las puer­
tas celestiales í ios que limpios por los Sacramentos, y adornados de Fe,
Esperanza y C aridad, se hacen participantes de su Pasión,
Enseñará pues el Párroco que la Pasión de Christo nos acarreó todos ,
estoi otenes tan grandes y divinos. L o prim ero: por ser satisfacción entera nos rraxo
y cumplidamente perfecta , k que por un modo marabilloso dio Jesu-Christo la Pasión
por nuestros pecados á su Eterno Padre: pues el precio que por nosotros pagó, de_Christo
íue no solo igual y equivalente í nuestras deudas, sino que las sobrepujó ,tocos cS:o£
con indecibles ventajas. Demás de esto sité aquel sacrificio muy agradable á
D ios; el cual como se íe ofreció su divino Hijo en. el ara de la Cruz 5 mi­
ngó enteramente k Ira y sana del Padre. Y de este mismo nombre se va­
ho el A p óstol, cuando dixo : Christo nos amé , y se entregó á si mismo por
nosotros v ofrenda y sacrificio para Dios en ohr de sumadad (&). Esta también
es aquella redención de h que dixo el Príncipe de los Apóstoles: Mo juis-
zetí rescatados de aquella vuestra vana conversación. que rcf-d-isicis de vuestros Pa­
dres con a/sas corruptibles , como el oro ó la plata ; smo con la sangre preciosa de
Cr-msió y corno ¿e un Cordero imcméey purísimo fi> Y eí Apóstol enseña; Chm -
e 2 te
Celos, r. (h) 2. Corkrh. y. (<?) Joan, is, ( f ) Hebr. ío. (g) Num.3^.
(f) Áyüczlyp. 1. (Jj¡ QqIqs a. RAies. 5. (i) 1. Petr. X,
3g CATECISM O ROM ANO
ío nos redimió de la maldición de la ley, puesto por nosotros m el madero , lugar
16. y pena de malditos (a). ^
Sn i a Pa- p £ro sobre todos estos inmensos beneficios conseguimos también aquel se­
sión teñe- g aja¿{sjmo ¿ e qUe en sola esta Pasión tenemos los exemplos mas encumbra­
d o s gran— dos de todas las virtudes. Porque de tal manera sobresalen aquí la paciencia,
des de to— Ja iuirmidad } la candad excesiva 5 ia mansedumbre ? la obediencia 5 y la. su­
das Jas-vir- m3 constancia de animo no solamente en sufrir dolores por la justicia , sino
^ des‘ también en padecer la muerte ; que con toda verdad puede decirse , que en
solo el día de su Pasión expresó en sí mismo nuestro Salvador todas las re­
glas de bien vivir , que nos había dado de palabra en todo el tiempo de su
predicación. Y estas son las cosas que brevemente se han dicho sobre la pro­
vechosísima Pasión y muerte de Christo. Plegue á su Magestad traigamos de
continuo estos misterios grabados en nuestros corazones , y que aprendamos
á padecer , morir , y ser sepultados junto con el Señor : para que después
limpios de toda mancha de pecad© 5 y resucitando con él á nueva vida,
seamos por fin algún día dignos por su gracia y misericordia de ser parti­
cioneros del Re y no y gloria celestial.

C A P Í T U L O VI.

DEL QUINTO ARTICULO.

Descendió á los Infiernos, al tercero dia resucitó de entre


los muertos.

Be 19*1311- -^dE_uy importante es para los fieles conocer la gloria de la sepultura de


ehoqaeim- nuestro Señor j esa-Christo, de que acabamos de hablar; pero mas les con­
porta ea- viene entender los gloriosos triunfos que lo g r ó , venciendo al demonio, y
s^ c-Iq 516 ^ ^ ean d o ^ñS s^ as ^el infierno 5 de los quales habernos de decir ahora , y
sa W d o Ñatamente de la Resurrección. Porque aunque este lugar pueda m u y bien
tratarse separadamente; sin embargo siguiendo la autoridad de los Santos Pa­
dres nos pareció convenía juntarlo con la basada del Señor á los infiernos.
Propon ese pues creer en la primera parte de este artículo , que muerto ya
Christo descendió su alma a los infiernos , y se mantuvo allí todo el tiem­
po que el santo cuerpo estuvo en el sepulcro. Mas por estas -oslabras con­
fesamos también que la misma Persona de Christo estuvo ese tiempo en los
infiéraos ? y que yació en el sepulcro. Y no debe causar admiración el que
digamos e sto : porque como y a enseñamos muchas veces , aunque el alma
se aparto del cuerpo y nunca se separó u Divinidad ni del alma ni del
áéhs. r
«sieadeEse Mas como puede el Párroco dar mucha hiz á la explicación de -este ar-
sqaí por el tículo 7 enseñando primero qué es lo que se entiende en este lagar por el
sombre ós jjosabre -de I&kenzos; conviene advertir que no se toman aerní los infiernos
jisaesiíGSt -l
po,
(&) Calan 3.
PARTE I, CA PÍTULO VI. 57
por lo mismo que el sepulcro : como pensaron algunos no menos impía,
que neciamente. Porque en el artículo inmediato nos ensenaron los Apósto­
les , que Christo Señor nuestro fue. sepultado. Y quando estaban proponien­
do la fe ,-no había causa alguna para repetir una misma-cosa y con modo
de hablar en realidad mas obscuro. Y así el nombre de Infiernos significa
unos senos ocultos, donde están detenidas las almas que no han conseguido
t o d a v í a la bienaventuranza celestial. En este sentido tomaron muchas veces
esta voz las Escrituras Sagradas. Porque en el Apóstol leemos : A l nombrg de
Jesús se arrodille toda criatura en e l, Cielo , m ía tierra , y en el infierno (a), Y
en los Hechos, de los Apóstoles afirma San, Pedro r Que Christo Señor nues­
tro fue resucitado , desatados los dolores del infierno (¿).
Alas estos lugares no son todos de una calidad. Porque uno es un cala­
bozo horrible y muy obscuro , donde con fuego perpetuo y que nunca se X)e varios
in fiéra o s
apagará 3 son atormentadas; las almas de los condenados junto con los de­ que hay.
monios : el qual lugar se llama, también valle de tristeza, abismo , y propia-1
mente infierno. H ay además de éste el fuego del Purgatorio, con el qual
son atormentadas las ánimas de los Justos por tiempo determinado , y en el
se purifican para que se les pueda franquear la entrada en la Patria celestial,
donde no entra cosa manchada (e). Y con tanto mayor cuidado y frecuen­
cia ha de tratar el Párroco de la verdad de esta doctrina, la qual está con­
firmada con ios testimonios de las Escrituras y la tradición. Apostólica, según
lo declaran los Santos Concilios; quanto habernos caído en tiempo en que
los hombres no sufren la doctrina sana. Por ultimo el tercero de estos se­
nos es s donde se depositaban las almas de los Justos antes de la venida de
Christo Señor nuestro : y allí sin algún dolor sensible se mantenían con la
esperanza dichosa de la Redención gozando de aquella morada pacífica. Pues
estas almas benditas que esperaban al Salvador en el seno de Abrahán , fue­
ron las que libró Christo cuando: haxó á los Infiernos. 4.
Y so se ha de pensar que en tal manera basó el Señor á los infiernos, S i alma ag
que solo llegase allá su poder y virtud ; mas no su alma. Porque absoluta­ Christo ba­
só á ios in­
mente se ha de creer que la misma alma en realidad y presencia descen­
fiéraos no
dió á los infiernos : como Jo prueba aquel firmísimo testimonio de David: .solo por su
A h áíxarás mi alma en el infierno [d). virtud , si­
Pero aunque Christo descendió á los Infiernos, nada se menoscabó de su no también
Poderío, ni fue amancillado con mancha alguna el resplandor de su Santi­ por su pre­
sencia real.
dad. Antes bien esta accioa probó ciarísimamcnte que eran m uy verdaderas
todas las cosas orne se habían celebrado de su Santidad, y que era Hijo de E l haber
Dios: como antes lo había declarado con tantos Prodigios. Y fácilmente en­ Christo fea*
tenderemos esto , si cotejamos entre sí las causas , por qué Christo y los xado á los
infiernos
demás hombres descendieron á tales lugares. Porque todos los otros habían nada dis­
baxado cautivos ; mas el Señor haxó como libre entre los muertos (e) f y minuyo sa
como Vencedor para auventar los demomos que tenían aquellas almas encer­ dignidad!
radas y presas por la culpa. Demás de esto: Borre los otros hombres que
bastaron , unos eran atormentados con penas gravísimas , y otros aunque no
pa-
yp PníHpp. u, (5) Actor, s. (e) Ápoeaiyp. c i, (¿} Psaü», 15. (e) Psalm.Sy,
,% CATECISM O ROM ANO
padeciesen pena alguna de sentido ; sin embargo penaban por estar privados
de la vista de D io s , y suspensos con la esperanza de la gloria divina que
aguardaban. Pero Christo Señor nuestro descendió , no para padecer cosa nin­
guna , sino- para libertar las almas santas y justas de la miserable molestia de
aquella cárcel, y comunicarlas el fruto de su Pasión. Y asi por haber Chris­
to baxado á los infiernos, de ningún modo se disminuyó su suma santidad
y poderío. ^ y
6. Explicadas estas cosas se ha de ensenar^ -que Christo baxó á los Infier-
P o r qué
causas ¿a- üos j Para <lu^ los despojos de los dem onios, y libertando de aquella pri-
S T h n s to sion aquellos Santos Padres y demás almas justas , llevarlas consigo al Cie-
á los infier- lo : como lo executó mar ¿biliosamente y con suma gloria. Porque al instan­
sos, te dio á aquellos cautivos. la clarísima luz de su divino rostro , llenó sus al­
mas. de inmensa alegría y gozo * y les concedió también la bienaventuranza
tan deseada , la quaí consiste en ver á Dios en sí mismo. Con esto se cum­
plió lo que había prometido -al ladrón por aquellas palabras : Hoy serás con­
migo eni d Paraíso '(ay.. Mucho <antes había profetizado Oseas esta libertad de
los Tustos diciendo : j Ó muerte , yo seré te muerte: seré te mordedura , ó infier­
no Ch) / Esto mismo significó también d Profeta Zacarías,, quando á ix o : Tú
también en la sangre de tu testamenta sacaste tus prisioneros dd lago donde no había
agua (r), Y esto final meo te expreso el Apóstol por -aquellas palabras: Despe­
jando ios Principados-, y las Potestades los sacó á la vergüenza y llevándolos m
público en .señal de triunfo por medís de su Cruz (d). Mas para entender mejor
Ja virtud de este misterio debemos recordar muchas veces , que por el be­
neficio de esta Pasión consiguieron, la salud eterna no solamente ios Justos
que nacieron después de la vereda del Señor ; sino también todos los que le
antecedieron desde Adan 5 y acantos hubiere hasta el fin del mundo-, Y por
tanto antes que el Señor muriese y resucitase, jamás se abrieron á ninguno
m las puertas del Cielo ; sino que las almas de los Justos, quando morían eran
■ mi llevadas ¿1 seno- de' Abrahán , ó (com o ahora sucede también con las que
Y ly C r i tienen que purgar ó que satisfacer alguna cosa) se purificaban con el fuego
A T A y del Purgatorio. H ay sobre esto otra, causa para haber baxado Christo nues-
--áyST'Cuo Señor á ios infiernos , que me para mostrar allí también su poder y vir-
, como lo habla hecho en Cielos y tierra , y en suma para que á su noia*
- - y - 'j vhre---se dóblase toda rodilla de Cielos ,, tierra , é infiernos (¿)- Y en esta consT
- T f y deradon >quíéa no se admira y se pasma de la suma benignidad de Dios
"--CT-para con los hombres? Pues no- solamente quiso padecer por nosotros una
.y /muerte acerbísima; sino también penetrar hasta los senos mas profundos de
-Y ;; V Y para sacar de allí sus m uy queridas almas y y subirlas consigo- £

SmaSgehr- ri/^Sigílese.,ahora Ja segunda-paite d d artículo en coya explicación lo mu-


¡<y¡K.de.laiseÍT:-chq’que .debe, trabajar el Párroco-, lo declara d Aposto! por aquellas prin­
gada- , que nuestro Séikír Jes®-Christo resuaíá de entre los muertos (/).
¡De OSvCSIS:
aa^-tsese-'-diídia que lo saísmo que manda ¿ T im o te o , se lo- man-
aarieste-í
óv^ -h-Y d¿
fa} v l e c *3.. . 0 >) Oseas 13* Colas. e. (d PhiHpp. t.
óSáéh-e, U t 3. Ti® . 2.
PARTS- I. CAPÍTULO 'V i. 39
da también í todos los demas Curas de almas. E l sentido pues de este artí­
culo es éste : Después que Christo Señor nuestro murió en la Cruz el Vier­
nes á las tres de la tarde, y en esa misma tarde fue sepultado por sus discí­
pulos , los quales con el permiso del Presidente Pilaros baxáron de la Cruz el
Cuerpo del Señor, y le enterraron en un sepulcro- nuevo de un huerto que
habla allí cerca , al tercer día de su muerte , que fue.Domingo muy de ma­
d rugada , su alma santísima se tornó í juntar con el cuerpo ; y de este mo­
do el que había estado muerto por tres dias , volvió á k vida que dexó mu­
riendo , y resucito.
Mas por el nombre de Resurrección no solo se ha de entender que
Christo fue resucitado de entre los muertos ( 1© que acaeció á otros mu­ Cfc risco re*
suelto por
chos ) sino que resucitó por su propia virtud y poder : do qual fue pri­ su propia
vativo y singular en Christo. Porque ni lo permite la naturaleza 5 ni a hom­ virtud.
bre nínguno^iue jamas concedido poder por su virtud restituirse á sí mis­
mo de Ja muerte a la vida. Esto está reservado únicamente al sumo poder
de D ios: como lo entendemos por acuellas palabras del Apóstol : Aunque
fue crucificado por la j¡aqueta humana , vive empero por la virtud de Dios (a), Y
como ésta nunca se apartó deí cuerpo en el sepulcro s ni del alma que baxó
á ios infernos; habla virtud así en el cuerpo,para tornarse í juntar con el alma,
como eo el alma , para volverse al cuerpo. Y así pudo muy bien revivir por su
propia virtud, y resucitar de entre los muertos. E sto profetizó David lleno
ele Espíritu de Dios por estas palabras ; Su diestra & salvó y su santo bra­
vo (¿). Y' el mismo Señor lo confirmó también con; el testimonio ce su di­
vina boca diciendo: 'To dexo m vida , para volver ii tomarla , y poder tengo
para ¿eraría 5 y poder también para volverla ¿ temar ( í ). Y í los Judíos di-
>:o también, para confirmar la verdad de su doctrina : Deshaced este templa^
j ai tres días lo levantaré (d). pues aunque ellos lo entendiesen de aquel tem­
ple tan suntuosamente fabricado de piedra ; el Señor lo- decía por el tem­
plo de su cuerpo: como allí Husmo lo declara ei irvangelío. Y aunque lea­
mos tal qual vez en las Sagradas Letras que Christo Señor nuestro fbé re­
sucitado por el Padre „ esto se ha de entender de el en cuanto hombre : asi
como los Textos en que se significa que resucitó por su propia virtu d, se
Ban de entender de Chnsto en cuanto Dios..
También íué singular ers Clbrisio Señor nuestro- isaber sido el primero í
cmien iaé concedido el beneficio divino de la Resurrección : porpoe en las Chrcsco es
di primero
Escrituras se llama el Primogénito de los muertos (e) . ó d Primogénito de de ios que
cutre Sos muertos (/ ). Y com o dice el Apóstol : Ckrzsío resucité de entre r e s u c i t a ­
los Tenerías , psintums de ios fae tmsercn. ; parque st por un homOre entré la ros*
muerte s par zm hombre adré ás tam recám ée ím fsmeri&s; y asi cmmo todos
jísarrzK m Adan , mí todos sarán vrvfteams m Chrssto, Mas cada tim at su
i-idm: las primicias Ckrist®, después aquellos ¿pe de Christo ( g }. Es—
i k ipakbras deben entenderse de la perfecta resurrección con la que somos
Amados £ la vida, inm ortal, excluida. absolutam.eute toda necesidad de mo­
rir,
a, Ckricsh. ¿3. p ) P ív icv $/j„ ¡¡y }ApcsssísfgL 1. (/ ) Coks. 1,
J'Saa. so, yd)¡ J c a a , a . (g¡¡ OvÚZSM* t j,
■CATECISMO ROM ANO
rir. Y en esta linea tiene Cnristo Señor nuestro el primer lugar. Porque
si hablamos de la resurrección , según que es volver á aquella vida que to­
davía queda sujeta £ la muerte ; así antes de Christo fueron resucitados
otros muchos ; mas todos revivieron con la condición , de que habían de
morir otra vez. Pero Christo Señor nuestro de tal manera resucitó sojuz­
gada y oprimida la m u e r t e q u e no pudiese volver á morir. Y esto se con­
firma con aquel testimonio clarísimo: Christo resucitando de los muertos 3 ya
no muere, ni la muerte se enseñoreará mas de el (a).
E0. Pero acerca de aquello que se añade en el artículo : A l tercero día ha de
Cómo y decir el Párroco á los fieles , que no piensen que estuvo el Señor en el Se-
poqqné^di- pUjcro t0Cí0$ aquellos tres días : porque por haber estado en él un día na-
£ r s a Be- tural enrero > parte deí antecedente , y parte del siguiente , se dícercon re­
surrección da verdad que yació en el Sepulcro por tres dias , y que al tercero resu-
hastaeiter- citó de entre los muertos. Para hacer manifiesto que era verdadero Dios,
eer día. s o quiso dilatar la Resurrección hasta el fin del mundo : y asimismo pa­
ra que creyésemos que era verdadero hombre , y que había muerto verda­
deramente ; no resucitó al instante despees que murió , sino al tercero día:
porque ese espacio de tiempG parecía bastante para probar la verdadera
muerte.
ar. Los Padres del primer Concilio de Constantinopla añadieron a. este pa»
P o r qué el sage : Según las Escrituras : que tomándolo del Apóstol lo trasladaron al
Concillo de Símbolo de la f e : oor ser en gran manera necesario el misterio de la Re­
Coraran i*—
copla aña­ surrección : como ío enseña el mismo Apóstol, querido dice : S i Christo
d ió : Ssgitft no resucitó , luego es vana nuestra. predicación , y también- es vana vuestra fe.
las B seri— Y si Christo no resucitó , es vana vuestra fe : pues os estáis todavía en vues­
f&TÚS* tros pecados. (£) Por esto marabilkdo San Agustín de k fe de este artícu­
lo escribió de este modo : Ms es mss grande creer que Christo murió : pues
esto ¿0 creen paganos , 'Judia . y lod&s los malvados. Todos creen esto : que
muzriE Pero ía fe de los Christiscms es la Resurrección de Christo. Esto tenemos
por grande , crear 3 qut resuaiá (r). Esta hié la causa por qué el Señor ha­
bló frecueDtlrimamente de se Resurrección , y casi nunca trató de la Pa­
sión eoo sus discípulos , sin hablar Entibien de la Resurrección. Y así ha­
biéndoles dicho : El Hijo dd ímm&rs será entregado á los gentiles, y sera es-
carneado 5 azotado „ } escupido 9 y despees que le hubiereis azotado , h quitarán
ía vida; al fia anadió. I al tercer día resucitará (d). Y oliendo le pidieron
los judíos qne comprobase se doctrina con alguna señal ó milagro , res­
pondió , que bo se les daría otra señal que h del Profeta Jonás : P&rquc
así azzm jfmsds cstnsvo tres dios y tres mehes en el vientre de ía haílam : así
afirm ó„ qve sstwrm d Ui¡® del Jhmmre tres días y tres noches en el- coraien &t
la tierra (q). Mas para entender aaejor el alma y ci sentido de este artí­
culo %hemos de examinar y conocer tres cosas. Üna : por qué íaé necesario-
que Christo resucitase. O t r a : quál fisé el fin y el blanco de la Resurrec­
ción. Y h te rc a s : qué ud& kdes y provechos nos dimanaron de ella..

ifl 5. ($} i. CaríatL, rg, fás)- Ltie, rS, fej Tac. ir*
(f) la Bsaüsu. Mana, X'2.
PARTE I. CAPÍTULO VI. 41
22.
Por ío que toca í lo primero , fue necesario que Christo resucítase, pa­
Por qué
ra que se manifestara L Justicia de Dios : por la qual era muy debido que fue nece­
fuese ensalzado , el que por obedecerle , había sido abatido y ultrajado con sario que
tanta ignominia. Esta razón alegó el Apóstol quando ciixo : Se humilló á sí Christo re­
■ mismo hecho obediente hasta la muerte, y muerte de Cruz ; por lo qual Dios le sucitase. j
ensalzó (a). Demás de esto para que se confirmase nuestra fe 5 sin la qual
no puede ser justo el hombre : porque la mayor prueba de ser jesu-Chiisto
Kíjo de Dios , es haber resucitado por su propia virtud. Asimismo para
que se alentase y mantuviese nuestra esperanza. Porque habiendo resuci­
tado Christo tenemos esperanza cierta } de que también resucitaremos no­
sotros : pues es necesario que sigan los miembros la condición de su cabe­
za, Y así parece que concluye sn discurso el Apóstol quando escribe á los
Corintios y Tesalonicenses (é). Y ei Príncipe de los Apóstoles San Pedro di-
xo : Bendito sea Dios , y el Padre de nuestro Señor Jesu- Christo , quien j o
gnn su grande misericordia nos reengendro por la Resurrección de jesu-Christo
de entre los muertos d esperanza viva. , y perpetua herencia en ios Ciclos (c).
Ultimamente se ha de enseñar que fue necesaria la Resurrección , para que
se concluyera perfectamente el misterio de nuestra salud y redención. Por­
que Christo nos libró con su muerte de ios pecados; pero resucitando nos
restituyó los bienes principales que por el pecado habíamos perdido. Por
esto dixo el Apóstol ; Christo murió por nuestros delitos 5 y resucitó por
nuestra justificación (d). Y por tanto para que nada faltase a la salud del
linage humano , así como convino que muriese , así cambíen convino que
resucitase.
Ya por las causas que hasta aquí quedan dichas podemos conocer quin­ * 3* .
Utilidades
tas utilidades acarreó á los fieles la -Resurrección de Christo Señor nuestro. de la Resur­
Porque primeramente en la Resurrección le reconocemos como á Dios in­ rección de
mortal , lleno de gloria , y vencedor de la muerte y del infierno : y esto Christo.
debe creerse y confesarse de Tesu-Christo sin duda alguna. A mas de esto
la Resurrección de Christo nos produxo la resurrección de nuestros cuer­
pos : ya porque fue causa enciente de este misterio , y ya porque todos
debemos resucitar á exemplo del Señor. Porque en orden á la resurrección
¿d cuerpo dice así el A p ó sto l: Por un hombre miró la 'muerte ; y por otro
la resurrección de los muertes (¿). Porque para todas las cosas que Dios obró
en el misterio de nuestra salud , se valió -de la humanidad de Christo co­
mo de instrumento eficiente. Y* por tanto fue su Resurrección cierto ins­
trumento para obrar h nuestra. Y exempíar se puede decir s por haber Si­
do la Resurrección de Christo perfectísima sobre todas. Por donde asi co­
mo el Cuerpo de Christo Señor nuestro se innovó resucitando para gloria
inmortal; así también nuestros cuerpos , que antes habían sido ñacos y mor­
tales ? serán restituidos á ht vida , dotados de gloria e inmortalidad. Por­
que corno enseña el Apóstol : Esperarnos á nuestro Salvador y Señar jesu-
Chnsío , quien reformará d cuerpo de nuestra kamsídad haciéndale semejante al
f Caer-
(A Pbiílpp. a, {cjs 1. Corisea. 15. 2. 1. (d) Roa. 4.
2, TÍE«ai, C (?) 1. Cermdts. 15.
CATECISM O ROMANO
4Z
Cuerpo de su claridad (a). Esto también se puede aplicar al alma muerta por
el pecado : y en qué manera se le ha de proponer por exemplar la Resur­
rección de Christo , lo mostró el mismo Apóstol por estas palabras : Asi
como Christo resucitó de mire los muertos por la gloria del Padre ; asi an­
demos nosotros en novedad de vida. Porque si junto con él somos^ plantados á la
semejanza de su muerte , también lo seremos á la de su Resurrección (b). Y pOCo
después dice : Sabemos que resucitando Christo de entre los muertos , ya no muc­
re n¡ ¡a muerte se enseñoreará mas de él. Porque el haber muerto por el pe­
cado murió de una vez ; mas ya que vive , vive para Dios. Pues asi voso­
tros juzgados ya muertos jo r el pecado , mas vivos para Dios en Jesu-Cbisio.
14. Dos exemplos pues debemos sacar de la Resurrección de Christo. Uno
Dos exeas—es , oue después que hubiéremos ravsQo íss manchas ce la culpa 3 entable-
píos que de- m os uo nuevo género de vida , en la qual resplandezcan la entereza de cos-
be^ G^et0~ Eumbres , la innocencia , santidad, modestia , justicia , largueza y humildad.
Sesurrec-- ^1 otro es , que de tal modo nos mantengamos en este arreglo de vida,
clon. que con la ayuda de Dios nunca nos desviemos del camino de la virtud,
que una vez emprendimos. Pero no solamente significan las palabras del
Apóstol que k Resurrección de Christo se d o s propone por exemplar de
la nuestra sino que también declaran que nos concede virtud para resuci­
tar , y que nos da fuerzas y espíritu , para que perseveremos en la santi­
dad y justicia , y guardemos los mandamientos de Dios. Porque así como
de su muerte no solo tomamos ezempío para morir á los pecados , sino
también virtud con la qual muramos á ellos 5 así su Resurrección nos co­
munica tuerzas , para conseguir la gracia , y para que sirviendo en adelan­
te á Dios piadosa y santa meóte , .andemos en la novedad de vida para k
qual hemos resucitado. Porque esto principalmente hizo el Señor por su
Resurrección , que los que antes estábamos junto con él muertos í los pe­
cados y a este mundo ; resucitásemos también con él á nuevo concierto r
observancia de vida.
2^ Y qué señales particularmente hayan de observarse sobre esta resarrec-
Por epé se- don , nos lo previene el Apóstol : porque diciendo : Si ya resudtésicis
se
Saüís er eo-
^ con Ckrisio „ hiscad las _ cosas aJlras, tsíbs en lo alio ?
. donde Chrislo está sarda-
^ ® d¡<tslrsz de Dios (c)ila n a m e n te demuestra que los que desean tener
resEotado ^ vida > 3as honras , el descanso y riquezas allí señaladamente , donde Chris-
caa Chri*- to está , 'estos de cierto han resudrscb con Christo. Y quando añade : Sa-
mreá&s az las msas de lo sito ,, y m ai ios de la tierra : puso también és­
ta como señal segunda, para conocer si verdaderamente hemos resucitado
con Christo. Porque así c o s ij o el gusto es indicante de la afección , y dis­
posición. del cuerpo ; así si saben bien á uno todas las cosas que son ver­
daderas , limpias 3 virtuosas y santas (d) 3 y con d paladar del alma perci­
be la suavidad de las cosas del Oíslo-5 esto- puede ser una prueba m uy grande
de que el que se halla en tal disposición 5 ha resucitado juntamente con Cinis­
mo á vida nueva y espmOjaL

CA'
<») PH%p. B. l a s . & 0) IbhñtEu (c) Coks. 3. (d)- Philipp.
PARTE I. CAPÍTULO VII. 43

C A P I T U L O VIL

DEL SEXTO ARTICULO DEL CREDO.

Subió á los Cielos , y está sentado á la diestra de Dios


Padre Todo-Poderoso.
c, 'ontemplando el Profeta David lleno del Espíritu de Dios la bienaven­
turada y gloriosa Ascensión del Señor 3 convida á todos á celebrar este triun­
r.
Excelencia
de este ar­
fo con suma alegría y gozo , diciendo : Gentes tedas , dad palmadas de re­ tículo , y
gocijo . y cantad loores á Dios con voces de alegría : Sabe Dios á lo alta con sentido de
jubilación (a). De aquí entenderá el Párroco que se ha de explicar este mis­ si: primera
parte.
terio con cuidado especialísimo , y que con diligencia debe procurar , no
solo que los fieles le perciban con la fe y con el alma ; sino también que
hagan con el favor de Dios quanto fuere posible , por expresarle en sus
acciones y en su vida. Y por lo que hace á la declaración de este artícu­
lo, en el qual se trata de este misterio divino señaladamente, se empezará
por su primera parte , manifestando quál sea su virtud y su sentido. D e­
ben pues creer firmemente los deles , que nuestro Señor Jesu-Christo ha­
biendo ya cumplido y perncionado la obra de nuestra Redención , su­
bid al Cíelo en cuerpo y alma en quanto hombre : porque en quanto Dios
nunca se ausentó de el : como quien llena todos los lugares con su D ivi­
nidad.
2.
Y se ha de enseñar que subió por su propia virtud : no levantado Christo su­
por virtud agen a , como Elias , que fue llevado al Cielo en un carro de bió á ios
fuego V) , ó el Profeta Habacuc (c) , ó San Felipe Diácono (d) que levan­ Cielos , no
tados en el ay re por virtud divina anduvieron largos espacios de tierra. Ni solo por vir­
tud de la
solamente subió á los Cielos por la poderosa virtud de su Divinidad , sino D ivinidad;
timhícn en quanto hombre. Porque aunque esto no pueda hacerse por vir­ sino tam­
tud natural, sin embargo aquella virtud que tenia el alma gloriosa de Chris- bién de la
' , pudo mover al cuerpo según quiso. Y el cuerpo que ya estaba dota­ humanidad
do de gloría , obedecía con Lenidad al imperio del alma que le movía. Y
por esta razón creemos que Chnsto subió á los Cielos por su propia vir­
tud , corno Dios , y como hombre.
En la segunda parte del artículo se dice : Está sentado d la diestra de
Cóm o se
Dim Padre. Y sqoí debe notarse la figura ó traslación de la voz , ío que entiende
es frecuente en las divinas Letras , atribuyendo á Dios afectos y miembros que C h ris-
Humanos , á fin de acomodarse í nuestro baxo modo de entender. Porque to está sen­
tado á la
siendo Dios Espirito , no se puede pensar cosa, corpórea en él. Y como en
diestra ¿e¿
¿as cosas humanas juzgamos que se da la mayor honra al que está senta­ Padre.
do á la mano derecha , trasladando esto mismo á las divinas ; confesamos
que Christo está sentado á la diestra dei Padre „ para explicar la gloría que
F2 con-
(A PssJks. 4& (í) 4. Reg. c* {c} Dao. 14. td) Actor. A
CATECISMO ROMANO
44
consïamó como hombre sobre
------ todos los
7 demás.
7 Pero el estar sentado no
,:„r; A oquí situación ó figura corpora., smo aeckra aquel,a firme y csta.
WeYsdon de k regia y suma potestad y gloria , que reciom del Padre.
A 1 ¿ lo qu A dice el Apóstol : Kcsuciiandole de míre ios muertos, y colocan-
d le T s - diestra en los Cielos sobre todos los Principados , y Potestades , Virtudes, y
Dominaciones , y sobre lodo lo que se nom bra ra, solo en este sig lo . sino laño-
l ie n en el ven idero (a). Y en otra parte : T o d a s las cosas sujeto a sus pies (b).
Po- las quales palabras se ve que esta gloria es tan propia y singular de
Ch'isto que í ninguna otra criatura puede convenir. Y por esto aiirma en
erm lijar-r' \ Á audl de los Angeles dixo jamas: asiéntale à mi diestra (0 ?
4. U Pero*ei* Párroco explicará con difusión el sentido del artículo siguiendo
Jorqué de- Ja ¿ o d a de la Ascension , que concorden mar abilioso escribió San Lucas
ba explicar- £ví¿ e¿ sta en los Hechos de ios Apóstoles (d). Y lo primero que conviene
observar en su explicación, es que todos los demás misterios se ordenan á
iVsLría k Ascension como á fin : y que en este se contiene la perfección y cumpli-
historia. miento de todos. Porque así como toaos los místenos de nuestra Religión
emoiezan por el de la Encarnación del Señor ; así en la Ascensión se con­
clave su peregrinación. Demás de esto: otros Artículos del Credo que per­
tenecen á Christo Señor nuestro , declaran su humildad y sumo abadmien-
to : pues no puede pensarse cosa mes abatida , y despreciada , que haber el
HijoMe Dios tomado por nosotros A naturaleza y flaqueza humana , y que­
rido padecer v morir. Pero confesando en el artículo antecedente que re­
sucitó de entre los muertos ? y en ti presente que subió á los Cielos y es­
tá sentado á la diestra de D o s Padre ; nada puede decirse ni mas grandioso
ni mas admirable , para declarar su suma gjotia y Magostad divina^
ExDucstas ya estas cosas se ha de enseñar con cuidado por qué causa
por subió Christo Señor nuestro i los Cielos. Primeramente subió porque í su
l a s qhe cuerpo santísimo , que estaba ya hermoseado en k Resurrección, con lo gio-
Cnrísto se- _-a ja hi mortalidad , 00 era decente el domicilio de esta terrena y iófcre-
bió z
Cielos.
Iu> ^ habitación . sino el altísimo y clarísimo del Cielo. Y subió no sola­
mente para tomar posesión del Solio de aquella gloria y R e y n o , que habla
merecido con su sangre ; sino tamiomn para procurar las cosas que pertenecían
á nuestra salud, Asimismo subió para comprobar por k obra , que su Rey-
no no era de este mundo O - Porque ¿os Re y nos del mundo son terrenos
~ caducos , y están alanzados en k s grandes riquezas y poderío de k car­
ne. Pero d Reyno de Christo es no terreno j como le esperaban los Judíos,,
sino espiritual y eterno. Y as! colocando su silla en los Cielos él mismo
Híosíró que sirs riquezas y bienes eran espirituales- Y en este Reyno aque­
llos kan de ser reputados por «tas ricos y abastados con k abundancia ce
todos los bienes y que buscan lias cosas de Dios con mayor diligencia. Per­
qué Santiago anrrna : Qjíf Os&s ■ ■ ísmgsú « tos po&res m este mando , ricos es l&
f e ^ j k v r e d e n s d d . R n n / j m ie p ro m e d é à t s q u o le em em (/ ). Pero también quiso
el Señor sobiendo á los Cielos hacer que le siguiéramos nosotros con el es-
tes-
í<) Epíxies. r. (■ $) i. Coriaík, rg„ id) Actor, x. (í ) Joann. 1 ? .
K e k a e o r . x. ( f) jecob. 2.
PARTE J. CAPÍTULO V il. 45
tendlmiento y Voluntad. Perqué al modo que con su muerte y Resurrec­
ción nos había dado exemplos de morir y de resucitar en espíritu; así con
su Ascensión nos enseña é instruye que estando en la tierra subamos con el
alma á los Cíelos , confesando que somos peregrinos y huéspedes en el mun­
do , y que buscando la Patria (&) somos ciudadanos de los Santos y domésti­
cos de Dios (o) , porque nuestro trato y conversación es en ¿os Cielos (c) como
dice el Apóstol* <S.
Quan grande sea la abundancia de Inexplicables bienes que derramó so­ Q ué bene­
bre nosotros la benignidad de D io s , mucho antes lo había cantado el divi­ ficios nos
no David , según lo interpreta el Apóstol por aquellas palabras : Subiendo traxo i aAs­
á lo alto llevó cautivo nuestro cautiverio 3y repartió sus dones á los hombres (d f censión deí
Señor.
Porque de ahí á diez dias les envió su divino Espíritu , de cuya virtud y
abundancia llenó aquella muchedumbre de heles que se hallaban presentes y
cumplió cabalmente aquellas tan magníficas promesas : Ccnvuneos , que yo
me vaya : porque si no me fuere 5 no vendrá sobre vosotros el Espíritu Santo; mas
si me ficre 5 os U enviaré {¿). Sube también i ios Ciclos , según cllce el Após­
tol (f) para presentarse ahora por nosotros en el acatamiento de Dios , y
hacer delante de su Eterno Padre el oh ció de Abogado nuestro : Hijuelos
mios, dice San Juan : escríbaos esto . porque no peanas : mas si alguno peca­
re , Abogado tenemos arde el Padre , que es Jesu-Ckrisio justo , y éi es la apla-
cadon per nuestros pecados (y). No hay cosa & la verdad de donde puedan
recibir los heles mayor alegría y gozo de su alma , que de estar constitui­
do JesU'Christo Patrono de su causa y Ale di aneto de nuestra salud , cuya
gracia y autoridad es suma ante su Eterno Padre. Diurnamente nos prepa­
ro el lugar , como antes había prometido que lo había de hacer (ñ), y en
nombre de todos nosotros el mismo jesu-Chrísco como nuestra Cabeza to­
mó la posesión del R ey no de la gloria. Porque subiendo al Cielo nos abrió
sus pueitas que habían estado cerradas por el pecado de Adán , y nos alla­
nó el camino 7 por donde llegásemos a la bienaventuranza celestial : como
él mismo en la cena había prevenido á sus discípulos ; que sería así. Y oara
comprobarlo claramente por las obras, se llevó consigo í la mansión de la
felicidad eterna las almas de ios Justos que había libertado del infierno.
A esta marabííiosa riqueza de celestiales dones se siguió la saludable se­
D e los pro­
rie de utilidades. Porque primeramente ¡se anadió un gran realce al mereci­ vechos que
miento de nuestra fe : pues esta rin u c es de aquellas cosas que no se ven, nos traxc
y estío muy kxc-s ele k razón é inteligencia de los hombres. A’ por esto la Aseen—
si no se hubiera el Señor ausentado de nosotros , íbera menor el mérito de í i o !i d e
nu-.strs fe : pues el mismo Señor llamó hiena ven* erados á los que no vieron Chrísta.
y creyeron (/ ). A mas de esto la subida á d Señor al Cielo es muy impor­
tarte para confirmar la esperanza en nuestras corazones. Porque creyendo
nosotros que Christo hombre subió ai Cielo , y que colocó nuestra natura­
leza á la diestra de Dios Padre s concebimos de ahí esperanza grande , de
que
(ps Hebrsssr. t i . (F) Evites. c. {A Joan s. i A í/ > Hebraeor. 9.
__ A ÜPMIiipp. 3. yf) SsaHíEji. ¡Sj, í.ci 1. JáSSJE®. 2. (U J o sa s.
-¡¿=SS- 4- d ; .JííSIEUS. 2 0 *
AS
CATECISMO ROMANO
que también nosotros como miembros suyos subiremos a llá ,
con nuestra Cabeza : como ei mismo benor j o aseguro diciendo; Padre a *
re que los 'que me diste, «¿e» conmigo , ¿¿mA yo urtoy (a). Y sobre esto"
seguimos también aquel imponderable beneficio de haber arrebatado ai Cíe*
lo nuestro amor , é infiamádole con su divino Espíritu : pues se dixo
mucha verdad : Que donde está nuestro tesoro , allí esta también nuestro cor **
ion (b). S~
j\o8. nos Por<l ne a ía verdad si Christo Señor nuestro estuviese en la tierra nue^
No n os
c onvenia tros pensamientos todos se ñxarian en el aspecto y trato de su humanidad"
_ue Jesu— y únicamente le miraríamos como á un hombre que nos hacía benefio *
cue
Chnsto se grandes, y le amaríamos con cierta benevolencia terrena. Pero subiéndosela’
?4 tierra.en ^ eio » espiritualizó nuestro amor , é hizo que al que ahora con temóla raos
ausente, veneremos y amemos como ¿D io s. Esto en parte se dexa emer­
ger portel esempio de los A póstoles, los quales mientras tuvieron presen­
te al Señor, parece que sentían de él 5 como de solo hombre : y en part-
se confirma con el testimonio del mismo Señor , quando dixo : Conviérteos
W i'0 me va)'a 00 - Porque aquel amor imperfecto con que amaba á Jé
C hristo presente , se había de perfidocar por el amor divino , y esto er
venida dei Espíritu Santo. Y por eso anadió inmediatamente : Porque sino
fuere. no vendrá & vosotros ei Espíritu Sanio.

anera la ao e de los Apóstoles San Pedro. A mas de esto í unos hizo Apóstoles , a
Íesia, re- c :ros profetas', i otros Evangelistas , á otros Pastores y Doctores (d) Y de
psmo üo—
A este modo sentado á la diestra del Padre está continuamente distribuyendo
vinmdesna- varios dones ya á unos ya á otros : pues afirma el Apóstol : que á cada uno de
ra subir al nosotros se da la crecí seque Í-*« *■L --------
3 medida----
de la donación
M-s/lKlviWlt de Christo (V),
(e). VI-
C íelo. ¿mámente es menester que entiendan los fieles que se ha de discurrir acer­
ca de la Ascensión del mismo modo-, que enseñamos arriba debia medicar­
se el misterio de la muerte y Resurrección. Porque aunque debamos nues­
tra salud y redención ¿ la Pasión de C onsto 5 quien por sus méritos abrió
para los Justos la puerta ¿el Cielo ; con todo eso se nos propone su Ascen­
sión s oo solamente como exemplsr® por el qual aprendamos á mirar í lo
alto 5 y á subir al Cielo con el Espíritu ; sino que eos dio también fuer­
zas divinas coa las quales podkmms hacer -esto.

C¿-
(á) Issami. 17. (&) Martiri A íá¡ Hphes. 4»
fc) .IS33!.a. 16. (*?) Ibioeui.
PARTE I. CAPÍTULO VITE 47

C A P Í T U L O V III.

DEL A R TÍCU LO SÉPTIMO DEL CREDO.

De allí ha de venir á juzgar á los vivos y á los muertos*

JR a £S son los oficios y cargos principales fie nuestro Señor Jesu-Christo, í#


para hermosear y esclarecer su Iglesia , el fie Redentor , el de Patrono , y el D e tres
de Juez. Constando ya por los artículos antecedentes que rué el liuage hu- oficios de
mano redimido oor su Pasión y muerte , v también que subiendo a los Chr!At0 s y
, / 1 , J J 1 . . , sentido del
Cielos tomo para siempre a su cargo nuestra causa y patrocinio ; síguese aríí C!ii0.
declarar su juicio en el artículo presente, cuya suma y substancia es ésta: Que
Christo Señor nuestro ha de juzgar en el ultimo día ¿ todo el linage hu­
mano.
Dos venidas del Hijo de Dios nos testifican las Sagradas Letras. Una, -■
quando por causa de nuestra salud tomó carne , y se hizo hombre en el víen- P e dos
tre de la Virgen. Otra , quando al fin del mundo vendrá á juzgar a to- christo al
fies los hombres. Esta venida se llama en las Escrituras Sagradas : Dia- dd mundo.
Señor. Sobre lo anal dice el A p ó sto l: El día dd S-mar, como ladren de no­
che asi vendrá (a). Y el mismo Salvador dice : Jüe aquel dia y de aquella ho­
ra -radie sabe (¿). Mas acerca de este último luido bástenos aquella autori­
dad fiel Apóstol : ’Tedas nosotras conviene que seamos presentados ante d T ri­
bunal de Ckrislo _ para que dé cada uno ¿venía ¿ d bien é dd mal que hizo en
esU cuerpo (c) porque esta llena la Sagrada Escritura de testimonios que á ca­
da paso ocurrirán á los Párrocos , no solo para comprobar este punto , sino
también para ponerle claro a los oios de los heles: para que así como desde
ei principio del mundo filé m uy deseado de todos el dia en que el Señor se
vistió fie carne humana , por tener librada en ese misterio la esperanza de
su Redención : así después de la. muerte y subida al Cielo dd Hijo de D ios
seseemos con afecto vivísimo el segundo dia de! Señor: Jgua rdando la es-
píranzis humnieni'irada y la venida gloriosa dd gram Daos (d).
Alas para explicar este punto han de observar los Párrocos dos tiempos,
en ios qaaks es forzoso á cada uno presentarse delante del Señor y darle dos Ríelos
cuenta de todos los pensamientos y acciones s y en fin, de todas las palabras, panicelar,
y sujetarse por último á la sentencia del Juez. O primero es , quando cada y , uaiver-
vno de nosotros sale de esta vida : porque al instante es presentado a! T r i-
nunal de D ios , y a!K se hace averiguación rectísima de tedas las cosas, que
itaya hecho , dicho ó pensado en cualquier tiempo, Y csec se fiama juicio
■ par.iknfhr, E l segundo tiempo es , quando en un dia y en un lugar compa­
recerán juntas todas las gentes ante el Tribunal dril J u ez; para que viéndo-
ío y oyéndolo todos los hombres fie todos los siglos 5 conozca cada uno,
que
■ CA a. Tdssai, g. 0 } SHtdE ae. Maro, 13. (A a. GadksíL 5. (d) T í . s.
‘CATECISMO ROMANO
43
qtse es lo que filé juzgado y decretado de dios. Gran parte de sus per¿3
y tormentos será para los impíos y malos k Intimación de esta sentencia!
Pero los Justos y buenos percibirán de ahí grandes premios y frutos: por­
que se verá claro quien fue cada uno en esta vida. Y éste se llama juicio W
v e r s a l.
4. Mas acerca de esto es necesario mostrar , por qué razón además del juí-
Par qué cjQ particuíar de cada uno, ha de haber otro juicio universal de todos. £f
d ^ h a '- r motivo es porque í veces aun después de muertos los hombres , quedan vi-
S d o uni- vos los hijos imitadores de sus Padres , quedan también sus libros 5 sus dis­
versal. cíptilos , y Otros que son amadores y defensores de sus «ampios , doctri­
nas , y acciones : con lo qual es preciso que se aumenten los premios *q
las nenas de los muertos. Y como esta utilidad ó calamidad , que pertene­
ce a muchos , no ha de tener fm 5 hasta que llegue el ultimo día del mun­
d o ; era muy justo que se hiciese perfecta averiguación de toda esta serie
de hechos ó dichos buenos ó malos : lo qual no puede hacerse sin el juldo
universal de todos los hombres» juntase á esto que como muchas veces se
amancilla la ísrna oc los Dueños 3 y son aplaueudos ios malos con loor de
innocentes , pide la equidad de k justicia divina , que recobren los Justos
|f
en un congreso y juicio universal de todas las gentes la estimación 3 que con
lujuria se les quitó entre los hombres.
Demás de esto: como todo lo que obraron en vida así los buenos co­
mo los malos , no io biaéron sin sus cuerpos , legítimamente se sigue qsg
también pertenecen á los cuerpos las obras buenas ó malas 3 pues íuéres
Instrumento de las mismas obras. Y así era m uy conveniente se diese ¿' los
cuerpos junto eco las almas , ó los debidos premios de k gloria eterna, 9
los castigos, Y esto no se podía hacer sin las resurrección de todos los ños*
bres , y sin d ¡úselo uar/ersaL
Finalmente para probar qae_ad. en ks cosas prósperas 5 como en las ad­
versas (que i veces suceden sm dsk-rceck alguna entre bísenos y malos) má
se hace ni se gobierna sino coa ¿aftaita sabiduría y Justicia de D io s; filé ser
debido no solo establecer premios para los buenos a y castigos para los u *
los en d siglo venidero-; ^sdo decretarlo también eo un juicio publico y
csíversa! : para, que se hiciese á todos m is notorio é Ilustre ,, y se trikrf-
se por todos a. Bic> ¿a daüs&ss. de su justicia: y providencia 1 y asimismo $£
seriskdess s aquella queja Injusta y con k qual V ia los varones Santos solb
como hombres lamentarse á veces y viendo á los malos poderosos con ses ri­
quezas , y engreídos cosí sus honras: pues David d ed a : Por poco m se néd>
tm m s pies Z i pique e s tm ée mearse mis pasos : parque observé sére i&s né-
tn8&&s s viméa fe pez ae s®$ pK&ames. Y poco después: fíe oqtá ios atsfaffi
pecadores y «faa&mfr* ea d msmd& akm n m » riquezas: f dixe: ¿mro en vabkk
jest^ ka i» 2*2 arm e* * y Imoéo ms » sí mire k s uatocenUs y f ke sido
S o io d d m 9 y mitigad» por h s sxdrsgzdzs (*). Y esta ihc queja freasss&k
sssüschos, JLttCgo era necesíamo s que se calentase el juicio universal- , no <fe"
san acaso k s hombres 5 que B les se andaba por los umbrales d d CHo $

*&) Fsals» 7a» (£} Jefe sa.


PARTE Î. CAPITULO V ili. 49
íin cuidar de ías cosas de la tierra.. Y así juntamente se puso esta fórmula
de la verdad por uno de los doce artículos de la fe Christiana : para que
sí vacilaban algunos acerca de la justicia y providencia de Dios , se fortale­
ciesen con esta doctrina. Convenía sobre esto alentar á los buenos , y aterrar
á los malos , proponiéndoles el juicio : para que conocida la justicia de Diosp
no desfalleciesen [aquellos , y se apartasen éstos de sus vicios con el miedo y
la amenaza del castigo eterno. Por tanto nuestro Señor y Salvador hablando
del último día , declaró que habría en algún tiempo juicio universal ( a ) , y
describió ías señales de ir llegando ese tiempo ; para que entendamos al ver-
las a que se acerca el fin del mundo. Y á mas de esto subiendo al CieIo?
envío sus Angeles á los Apóstoles que quedaban tristes por su ausencia, pa­
ra consolarlos con estas palabras : Este Señor que veis subir de vosotros al Cic­
lo , vendrá del modo que le visteis subir (b).
Este juicio , según lo declaran las Sagradas L etras, fue dado á Christo La potes-
Señor nuestro , no solo como Dios , sino también como hombre. Porque tad de juz-
aunque la potestad de juzgar sea común á todas las Personas de la Trinidad gayconvie-
Sanbsífflá ; sin embargo se la atribuimos señaladamente al Hijo : porque de- ^
cimos que á él conviene también la Sabiduría. Y que en cuanto hombre ha q u a n t ^
de juzgar al mundo , se confirma por el testimonio del Señor que dixo: hombre.
Asi como el Padre tiene vida en si mismo , asi dio al Hijo tener vida en sí mis­
mo , y le dio poder de juzgar 3 por ser hijo del hombre
Y era muy conforme el que este juicio fuese celebrado determinadamen- p oj_ ¿ _
te por Christo Señor nuestro: porque debiéndose decretar las causas de los zone^cori-
horobres , pudiesen ellos ver con sus ojos corporales al Juez , oír por sus v i e n e á
oídos la sentencia que se pronunciaba , y percibir enteramente por sus sen- Christo ba­
tidos aquel juicio. Y a mas de esto era cosa muy fusta que aquel hombre e er. est&
que fue condenado por tan iniquas sentencias de ios hombres, fuese visto ^UiC~ *
por todos después de estar sentado como Juez de todos. Por esto habiendo
c-i Príncipe de los Apóstoles explicado en casa de Cornelia los principales pun­
tos de la Religión Christiana , v enseñado que Christo había sido crucifica-
do y muerto por los Judíos, y que al tercero- «Isa hso-ia resucitado : anadio:
7 nos TsiGTidé predicar al puebla ? testificar , que él vmmo es d qmen puso Dius
por "jaez de vives y muertos (dy. ^
T ris señales principalmente han de preceder al juicio, según lo declaran T res seña­
las Santas Escrituras : que san & predicación, éd Evangelio por iodo d inundo, iesq-jep-»
la Apesiasia ? y el Antickrísle. Porque dice el Señor : Predicarse, ¡uí este Evan- cepera «J
gtho é d Reyno as iodo ei orbe por ¿estimóme para ¿odas ¿as gentes 7y entonees ven-
áta el jm Y el Aoóstcl nos previene i que no nss anexemos engañar de na-
Pe , como si ya estuviera cerca d dia del Señ&r : Porque mientras m viniere
cnHs ¡a apmimia 5 y se descubriere d hombre dd pecado , no se hará d juz-
S.
v qua.1 bara va ce ser ia reema orden cel j u i c i o fácil será conocerlo j>e ¡ . for_
los Psorocas por las profecías de Daniel (g) por la doctrina de los S an -ma dei jd -
tcs
(,?r. i>zaîiœ. i. Acte—. i. fe) Thssai. 2.
=4 - u > -■ -
s- A, :;A 1 DzvTi. T. er p.
5o
CATECISMO ROMANO
ero y sen- tos Evangelios , V del Apóstol («). Demás de esto debe examinarse cuidado-
tencía de sámente en este paso la sentencia que ha de pronunciar el Juez, Porque nu­
los esc gi- rando Christo Salvador nuestro con ojos agradables a los Justos s que esta-
dos* rán á su diestra , pronunciará sobre ellos la sentencia con suma benignidad
de este modo : Venid, benditos de mi Padre , y tomad posesión del Reyno , qm
es está preparado desde el principio del mundo (bj, N o se puede pensar co­
sa mas dulce que oir tales palabras , como lo entenderán los que las cote­
jaren con la condenación de los malos , considerando atentamente que por
ellas son llamados los piadosos y justos^denlas fatigas al descanso , dd valle
de lágrimas al sumo gozo , y de las miserias a la perpetua bienaventuranza qv¡e
merecieron con los exercicios ae la caridad, ^ ^
Pero luego volviéndose á los malos , que estarán á la mano siniestra,
De ía sea- derramará sobre ellos su justicia por estas voces : Apartaos de mí 5 malditos,
reneia de al juego cierno que está aparejado para el diablo y para sus angeles (c), p0i-
los rénro- a0iüei]as primeras palabras : Apartaos de mí , se significa la suma pena con
k°s‘ que serán castigados los reprobos , quando fueren arrojados remotísimamen-
te de k vista de Dios : ni podrá consolarlos esperanza alguna , de que llegue
tiempo , en que hayan de gozar de tanto bien. Y esta es la que los Teó­
logos llaman pena de daño : Esto es 5 que por toda la eternidad han de ca­
recer los malos en el infierno de la vista de D ios, E l añadirse malditos, real­
za en sumo grado su miseria y desventura. Porque si al ser lanzados de la
presencia divina . se hallaran dignos siquiera de algún viso de bendición;
esto ciertamente les podría ser de gran consuelo. Mas como no tienen qee
esperar cesa alguna que alivíe en algún modo su calamidad ; justísima mente
ai ser arrojados los perseguirá la divina venganza con todo género de mal'
diclon.
jo. Síguese ahora : Al juego tFísrno : y éste es el otro genero de pena , que
D éla pesa Ies Teólogos llaman de muido : por percibirse con los sentidos del cuerpo:
de tesryo corno son ?os «zotes 5 heridas, ó qualquier otro género de castigos mas gta-
¿e 'os co"- ves. Eutre estos no se puede dudar que los tormentes del fuego causan as
■ Cenados, dolor sumamente sensible: y juntándose á esto el haber de durar eternah
m ente; muéstrase de aquí que la pena de les nidos será colmada de todos
los castigos. Y esto se declara mas por aquellas palabras que se ponen es
k última parte de la sentencia : está aparejado para el diablo y y sus ex-
gdcs.. Porque siendo natural } el sentir todos menos las molestias , Guando
tenemos algún compañero ó participante en nuestra desventura 5 cuya pru­
dencia , y humanidad pueda ayudarnos por alguna parte; ¿ cuál será en nn
k miseria de los condenados , quando entre tantas desdichas jamás -podría
apartarse de la compañía de los perdidísimos demonios ? Y á k verdad jss-
tisimamente fulminará esta sentencie nuestro Señor y Salvador contra los nu­
los : pues ellos menospreciaron todos los oficios de la verdadera piedad, f
m dieron de comer al hambriento ; ni de beber al sediento , m hospedáh»
al peregrino , ni vistieron al desnudo ? ni visitaron ai encarcelado ni al ¿rr
ferino.
B-
¿A ñéattb, eq. s , ih e ra i. 4 . (¿7 M atth . i í . (c) Ibidem.
PARTE I. CAPÍTULO VHT. 51
Estas son las cosas que muchísimas veces deben los Pastores repetir á JrílíC^ ' d
los heles: porque bien entendida por la fe la verdad de este artículo , tíe- b ^ iin ^ u
ne fuerza grandísima par-a refrenar los apetitos depravados del alma , yap a r- car ios Par­
rar á los hombres de sus pecados. Por esto dixo el Eclesiástico : En todas roeos lame-
tus obras acuérdate de tus postrimerías , y nunca pecarás (a). Y ciertamente moria átl
apenas habrá hombre que se dexe llevar á las maldades tan precipitado , que íuiao'1
no le reduzca al amor de la virtud , el acordarse de que ha de llegar día,
en aue debe dar cuenta ante el rectísimo Juez , no solo de todas sus obras
v palabras , sino aun de los pensamientos mas ocultos , y pagar la pena de­
bida í sus méritos. Pero el Justo por el contrario es preciso que se alíente
mas v mas á exercitarse en obras de virtu d , y que se alboroce con suma
a l e g r í a , aunque pase la vida entre miserias , infamias y tormentos ; si se
acuerda del día en que después de los combates de esta vida infeliz ha de
ser declarado por vencedor í vísta de todos los hombres : y ensalzado con
aquellos divinos y verdaderamente eremos honores será recibido en la Patria
celestial. Y por tanto lo que resta es exhortar á los fieles, í que emprendan
un modo de vivir santo y justo , y que se exercíren en todos los oficios de
virtud: para que con toda seguridad de su alma puedan esperar aquel gran
¿h del Señor que se va acercando , y aun desearle con ansias vivas como
corresponde á hijos suyos.

C A P I T U L O IX.

DEL OCTAVO ARTÍCULO-

Creo en el Espíritu Saato.

¿Li^ssta aquí se han decorado h s cosas que pertenecen a ía primera, y se- Q^ángran-»
gunda Persona de la Trinidad Santísima , eo quarsto parece lo pedia núes- de sea \z.
tro asunto. Síguese ahora que expliquemos cambien las que se ensenan en el necesidad y
Credo pertenecientes á Ía tercera oersona , aue es el Esoíritu Santo. Y eo *a
declarar este punto aplicarán los Párrocos £odb el estadio y cuidado posi- arEjceiü
ble ; pues e o debe el C ar istia no ignorar este ardculo , ó sentir de él con
menos rectitud , que la que queda dicha de los antecedentes. Por eso 00 per­
mitió el Aposto! que ciertos hombres de Sieso ignorasen ia Persona del .Es­
píritu Santo. Porque preguntándoles si habían recibido el Espíritu Santo 3 y
respondiendo ellos que ni habían oido que hubiese ral Espíritu ; al pumo
les replico : ¿ Pues m nmdbrc- &z qidai tst&is, keMlhm&s (b) X Por las' quak> pa-
Abras -dio á entender , que es eo gran manera necesaria I los heles la noticia
expresa de -este artículo , de la quaí perciben ei fruto- especial de que quan-
fio piensan con atención „ que todo lo que tienen lo han conseguido por
gracia y beneficio del Espíritu Santo 5 empiezan á sentir de sí mismos con
mas modestia *y humildad *. ¿y á E ooner
l toda su essersnza
¡L. en el auxilio de
g z Dios:
($-ii EceíL {k} Actsr. 19-
CATECISMO ROMANO
52
p ío s que es para el Christiano el primer escalón para subir a la Suma sa­
biduría y felicidad.
a. Será pues conveniente empezar la explicación de este artículo por la vlr-
Ta ¡Tíbien tud y significación de esta voz ¿spírilu Santo, Porque -como ella conviene con
al Pad: adre y j^ a l propiedad v verdad así ai Padre como al Hijo ; (pues uno y otro es
alHíjo con- Espj/riru y es Santo : porque confesamos que Dios es Espíritu ) y asimismo
la b *iw
r a - de se _* significan
c p también
c f i con vestal r \voz
c Alos
níTf=1p<: . v lac
Angeles , y oimí« Irse Justos,
las aimas de los
Esníritu
Espíritu se debe procurar no cavga el pueblo fiel en algún error por lo equívoco
S a n to . del nombre. Y así se ha de enseñar en este articulo que por esta voz Es­
píritu Sa?ilo se enriende la tercera Persona de la Santísima Trinidad 5 según
se toma algunas veces en las Sagradas Escrituras del Testamento viejo y mu­
chas en las del nuevo. Porque Da vio. pide asi al Señor ; Y no apartes ¿le red
tu Espíritu Santo (a), Y en el Libro de ía Sabiduría leemos : j Quién podrá
conocer tus juicios, si tú no le dieres Sabiduría , y le enviares tu Espíritu San­
to desde las alturas (ji) ? Y en otra parte : É l mismo la crió en el Espíritu San­
to (r). Mas en el Testamento nuevo se nos manda ser bautizados en el nom­
bre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo (d). También leemos que la
Virgen Santísima concibió por el Espíritu Santo (e), Y San Juan nos re­
mite a Christo , que es quien bautiza en el Espíritu Santo ( f ) t y en otros
muchos lugares ocurre esta voz a los lectores.
Mas no debe causar admiración, que no se baya dado nombre propio
3-
Por qaé Is. i la tercera Persona
rerceraPer- son a en tanto tií
soi3ia.Eop.e- nacimiento del Padre se llama propiamente Generación : como se ha expá-
cano en los artículos antecedentes. Con que así como ese nacimiento se lía-
EiVel Pa— tus propiamente generación ; así propiamente llamamos H ijo i k persona oye
d-e y e l nace 5 y Padre á aquella de quien nace. Mas com o no se ha impuesto nom­
ÍÉ3£!0, bre propio para significar k producción de h tercera Persona,. sino que s
llama Espir&dem y Procesim ; sígnese que tampoco renga nombre propie- b
Persona producida. N o tiene pues, nombre propio esta emanación: y esto coa*
riste en que los nombres que atribuimos á Dios y es preciso mendigarlo? &
ís s cosas criadas : y como en e ü f a s no conocemos otro modo de comunicar­
se h naturaleza y la esencia s que por k virtud generativa ; de ahí es qs
aquel modo con que Dios se comunica todo a sí mismo en fuerza dd ateca
eg se puede expresar con nombre propio. Y por esto es llamada la tereb­
ra persona con el nombre comsm. de Espíritu Ssmta : el qual en tasto en­
tendemos que le conviene con, toda propiedad s en qtianto nos infunde k
vida espirites!: y sin el sien to de este divino Espíritu nada podemos fecs
digno de ía vida eterna.
Explicada y a fe significados de h v o z , primeramente se ha de ensdk
d pueblo que el Espirita. Sínico es Igual mente D io s , com o eí Padre y el Br
je 3 Igual 2 eiles e Igualmente poderoso 5 etereo 3 y de perfección.
"VCT
sumes bien 5 saplentkkno s y de fe rntsma naturaleza que el Paure ? y
Jfií
tai? Písate. ec. 0) Sasweaf. «p. ( d) m zitk. 2$. (e■} Lee. r,
íf} EeciiL a. if) $®ZXÜZ. £,
PARTS I, CAPÍTULO IX. 53
Bastantemente manifiesta esto la propiedad de la partícula En , quando decí- ¿aciero c0_
mos Creo en d Espíritu Santo ; h qual se aplica á todas las Personas de la mo el Pa-
Trinldad para expresar la fuerza de nuestra, fe. Confirmanió también testi- ¿re y el
mondos patentes de las Sagradas Escrituras. Porque habiendo dicho San Pe- HlÍ°*
dro en los Hechos de los Apóstoles: Anemias , ipor qué tentó Scmtanás tu co­
razón , para que mintieses al Espíritu Sanio ? Luego anadió : JVb mentislcs á
los hombres sino á Dios (a) llamando luego Dios al mismo que acababa de
llamar Espíritu Santo. El Apóstol también declara á los de Corínto , que era
el Espíritu Santo aquel á quien había llamado D ios: Diversas 5 dice, sen las
operaciones; pero un mismo Dios es el que obra en todos todas las cosas (h). Y
después añade : Mas todas estas cosas obra uno , y el mismo Espíritu repartien­
do á cada uno como quiere (A. Demás de esto , en los Hechos de los Após­
toles apropia al Espíritu Santo lo que í solo Dios atribuyen los Profetas.
Porque Isaías había dicho : Oi la voz del Señor y que decía , \ á quién envia­
ré Y me dixo : Ve 5 y dirás a tu pueblo : Ciega el corazón de este pueblo
y tapa sus oidos , y ciérrale sus ojos : para que no vea por sus ojos ? ni oiga
por sus oídos (d). Y habiendo el Apóstol citado estas palabras dixo : Bien
habló d Espíritu Sanio por tí Profeta Isaías (e). Mas : juntando la Sagrada
Escritura la Persona d d Espíritu Santo con las del Padre y del Hijo : como
quando manda que se de el Bautismo en ú nombre dd Padre y d d H i­
jo y del Espíritu Santo ; no nos queda lugar de duda sobre la verdad de
este misterio. Porque si el Padre es Dios , y el Hijo es Dios , precisamen­
te debemos confesar que también es Dios el Espíritu Santo : pues se junta
con ellos en igual grado de honor. Y á esto se añade que el que es bau­
tizado en nombre de alguna criatura no puede conseguir de ahí fruto nin-
£UBO. > Par ventura 7 dice el Apóstol , estáis bautizados en el nombre de Pa­
blo ( / ) ? para mostrar que de nada pedia servirles ral Bautismo para conse­
guir la salud. Luego si somos bautizados en el nombre del Espíritu Santo,
forzoso es confesarle verdadero Dios-., Y este mismo orden de la tres divi­
nas Personas por el que! se comprueba ia Divinidad del Espritu Santo, se
echa de ver así en la Epístola de San Juan que ¿ ic e : Eres sen, fas que dan
íaiiwjstet® en d Cides . d padre y d Veréú y d Espíritu Santo : y estos tres son.
-mes misstta ¿s^-a (g) , como en aquel esclarecido elogio de la Trinidad Santí­
sima con ei que se acaban los Srirn-s : Qfariés M Padre y al y al Es-
prdiu S E tó. Optima mente (y esto importa mucho para confirmar esta verdad)
redas aquellas cosas que creemos ser propias de Dios , afirman las Escritu­
ras Sagradas que convienen al Espíritu Satsto. Y así le atribuyen' el honor
de les templos : como quamdh dsce el Apóstol: ¿A*.® sabéis que vmstres miau-
bsss sm ímspds dd Espduim Sesm¿ú (jé) K También la santificación ( i ) y la
vivificación <y) escudriñar Es cosas profundas de Dios ( ó ) , hablar por los
Prdhtss Os) y estar es redo Pegar 0 0 ^ codas las quales cosas son propias
¿ r sd b Dios.
So—
ipi Aze&r. g. (é) Corinïik. re, ( 2. TlhesaL 2. et i- Peír.. r-
f ' llbídeíE. í-J}. ïsù. é. {ei 2 S, (x'y joac®. aS. (/) 1. CeriseA 2.
if* s. C eA vsh, i„ ^g-j ¿„ JcaaSx g. ((mti Pe*~- r.
' 2. O rrH lL -íé se) Sïtüeatv 1.
54 CATECISMO ROMANO
Sobre todo esto se ha de declarar á los beles que el Espíritu S í río de
Si E^piri— manera es Dios , que debemos contesarle en la naturaleza divina por ter-*
tu Santo es cera Persona distinta del Padre y del Hijo j y producida por la voluntad,
la tercera porque dexando otros Textos de las Escrituras , la forma del Bautismo que
Persona de ^ nuestro Salvador manifiesta clarísi mamen te , que es el Espíritu Santo
dad divina" tercera Persona, que subsiste por sí en la naturaleza divina , y que es
quien Vin£ distinta de las otras dos.^Y lo mismo_ declaran aquellas palabras del Apóstol;
vida í las La gracia de nuestro Señor Jesu- Ckristo y la caridad de Dios y la comunica-
almas. c¡Gn Espíritu Sanio sea con todos vosotros. Amen (a), Pero mucho mas cla­
ro demuestran esto mismo las pala oras que añadieron en este lugar los Padres
del Concilio primero de Constan ti nopia , a fin de confutar la impía locura
de Macedonio, pues dicen : T en d Espíritu Santo nuestro Señor, y que vi­
vifica , que procede del Padre y ád Hijo , y que juntamente con el Padre y d
Hijo es adorado y glorificado , y d que habló por los Profetas, Porque con­
fesando Señor ai Espíritu Santo , declaran en eso qusnto sobrepuja á los
Anudes , los quaíes aunque son Espíritus nobilísimos, con rodo eso han si­
do criados por Dios : y de todos ellos afirma el Apóstol : Que son Espíritus
servidores enviados para d mm?s£eri& á causa áe los que. consiguen la herencia
de la salud (b). Y le llaman Vivificador: porque el alma que está unida con
Dios s vive mas bien que el cuerpo 5 que se mantiene y sustenta con la
unión del sima- Y como es d Espíritu Santo á quien atribuyen, las Sagra­
das Letras esta unión del alma con D io s ; es claro que rectísimamente se
llama d Espíritu Santo Pivficadsr,
Mas acerca de lo que se sigue : A fe procede del Padre y del U fo , se
El asedar a ios fieles que el Espíritu Santo procede por procesión éter*
ie J -SaaE® tta del Padre y col Hijo 5 como de un principio: porque esto nos propo-
p.-oeeáeee! ae que se debe creer la Regla de la Iglesia , de la qual no puede ap-ar-
Padrsyást ESFS£ e| ChFriiL.no : y se confirma coa la autoridad de las Divinas Letras y
í ^ d e C¡3a Co-ísciEo:«. Porque hsbisndh Cürisío Señor nuestro del Espíritu San-
■ ródpk*. *© : dixo : S ^ glorjicara : pttrqtse recibirá de mi ser (c). Colígese esto
mismo de que en h s Escoraras Sagradas se llama el Espíritu Santo anas
veces Espíritu de Christo „ ornas .'Espíritu del Padre. Y a se dice que es en­
riado por el Padre (d) , y a por el H ijo -j) para dar a entender con clari­
dad s que igualmente procede del Padre y del H ijo. 'El que na tiene d Es-
fñriiu- de Ck-rism „ dice el Apóstol B ese no es de Corista ( f j , Y también escri­
biendo £ los de Gal acia le llama Espíritu de Christo-; diciendo : Erróte B m
enz rajasírios mrm&/ases el EspirUn de snz Hijo , el ípml ®s hace ctamsT y Mr-
vitarle Padre , Padre fe). E s San Mateo se íhm a Espíritu del P ad re: M
sess vosotras f e qm imMmsy szm d Espíritu de vmstre Padre (k), Y eo. la ce­
na düsso el Sedar: E¿ Cm$@hé¡&F §m yo m enviare y Espíritu de Éa verdad,
d f m l prmtfk d d Padre ^ él daré iesikmmis de ( i ) , Y en otra parte afir;
íis que el Espíritu. Santo, ria de ser enviado por el Padre , diciendo - T
quien
Iris ■ *. GcráiadL 13. (!»} r. (jf) EocnaH. S. i g} Gafar. &.
íA J-vasnn s«, Ibfeís , 14. {*)' SíaKfi.
¿A í j ) Jazsa. x$.
PARTE I. CAPÍTULO IX.
quien el Padre enviará en mi nombre (a), Y como entendemos por estas ex­
presiones ia procesión del Espíritu Santo , es manifiesto que procede del Pa­
dre y deí Hijo. Y estas son las cosas que se han de enseñar acerca de la Per­
sona del Espíritu Santo.
Además de esto convendrá enseñar que hay algunos efectos marabíllo- 7-
sos y dones amplísimos del Espíritu Santo , que nacen y m-anan de él co­ Por qué
siendo co­
mo de una perene fuente de bondad. Porque aunque las obras de la T r i­ munes t o -
nidad Santísima , que salen fuera de ella , son comunes á todas tres Personas, d a s l a s
con todo eso muchas de ellas se atribuyen como propias al Espíritu San­ obras de "la
to : para que entendamos que nacen de la inmensa caridad de Dios para Santísima
Trinidad ,
con nosotros. Porque procediendo el Espíritu Santo de la voluntad divina se atribu­
como inflamada de amor , bien se dexa entender que estos efectos , que se yen algu­
apropian al Espíritu Santo , provienen del sumo amor de Dios hacia noso­ nas seña­
tros. Por esto se sigue de aquí que el Espíritu Santo se llama Don : por­ ladamente
ai E sp íritu
que por el nombre de Den se significa aquello que se da benigna y gra­
S an to ..
ciosamente , y si o esperanza de remuneración. Y así qualesquier gracias y
beneficios que Dios nos hace ( Mas \qu¿ Uñemos 5 como el Apóstol dice (b)y
que no lo hayamos recibido de D i o s ) debemos reconocer con ánimo pia­
doso y agradecido, que se nos dieron por concesión y dádiva del Espíritu
Santo.
Muchos sgd los efectos y dones de este diviso Espíritu. Porque dexa-
<ia aparte la creación del mundo y la conservación y gobierno de las cosas
QuáSes
criadas (de lo qúal se trato en el primer articulo) la vivificación se atribuye y quántos
con toda propiedad al Espíritu Santo, como peco há se demostró , y se sean ios do­
confirma por ei testimonio de Ezeqmel , que dice ; Daros hé Espirite , y vi- nes del Es­
7-iréis (e). pero los efectos principales y señaladamente propios del Espíritu píritu San­
to , y cómo
Sarco , son los que cuenta ci Profeta - á saber : Jbl Espir-iu de sabiduría, y se debe dis­
se iñícrcdv&iaitú s el Espirite de consejo , y de f&rtalcca , el Espíritu de ciencia, y cernir en­
ái piedad , y d Espirite de íaam- ds Dim (á). Estos se llameo domes del Es­ tre ellos.
píritu Santo 5 y alguna vez también se les da el nombre de Espíritu San-
£¡P Por esto previene sabia metí te San Agustín (/) que se vaya con cautela,
qmrrib en Es Letras Sagradas se _hace menooo de esta voz Espirite Sarao,
para que podamos discernir si acaso significa !s tercera Persona de la T r i­
nidad , ó sus eícenos y eperariones : porque estas dos cosas se han de dis­
tinguir con la misma distancia 9 que creemos babor entre el Criador y las
criaturas. Y todas estas cosas se han de explicar con grande diligencia : por­
que de estos dones del Espíritu Santo sacamos les preceptos de la vida Chris-
tiana , y podemos barruntar si está ó1 ao en nosotros d Espíritu: Santo. Pe­
ro entre todos sus amplísimas dones se debe engrandecer aquella grada que
nos hace Justos „ y nos marca con el Espíritu Santo de promisión , .que es
E prenda de nuestra herencia (/ ). Porque ella es la que junta nuestra alma
con Dios ce un estrechísimo lazo de amor. D e donde nace que encendi­
das con tus alecto sumo de piedad s emprendamos nueva vida , y hechos
par-
■ pz: Jcann. i- CfOrHsh, ¿g (d L a . zy. de Trinit. cap. ry.
yU EavcM 3“. d ì Isri. 22. (/']! Epács. 2.
55 CATECISMO ROMANO
particioneros efe la naturaleza divina , seamos llamados hijos de Dios , y que
verdaderamente lo seamos (A).

CAPÍTULO X.
DEL NONO ARTÍCULO DEL CREDO.

Creo la Santa Iglesia Católica y la Comunión


de los Santos.
;a grande diligencia que deben poner los Párrocos en la explicación de
P o r qué de*este artículo nono fácilmente se puede conocer ; si se consideran señalada­
fea expli­
carse con
mente dos cosas. La primera: que según San Agustín (b) mas clara y abier­
gran cuida­ tamente hablaron los Profetas de ía iglesia , que de Chrísto : previendo
do este ar­ que podrían muchos mas engañarse en esto que en el misterio de la En­
ríenlo. carnación. Porque había de haber hombres perversos . (que imitando á la
mona que se finge hombre) se lacrarían . de que soles ellos eran los Ca­
tólicos , y afirmarían, no menos malvada que orgu llosa mente > que solo en­
tre ellos estaba la Iglesia Católica. Y la segunda : que si tiene uno impre­
sa firmemente esta verdad en su alma 5 se librará fácilmente dd peligro hor­
rendo de la heregía. Porque no luego que uno ha pecado en la fe , se ha
de decir herege: sino quando menospreciada la autoridad de la Iglesia de­
fiende con ánimo pertinaz las opiniones perversas. Siendo pues imposible in­
ficionarse uno con la peste de la heregía , mientras da crédito á las cosas
que se proponen creer en este artículo; cuiden -ios Pastores con todo des­
velo , que fortalecidos los fieles contra las astucias del enemigo con el cono­
cimiento de este misterio ^ perseveren termes en ia verdad de la fe. Mas de­
pende este artículo del antecedente. Porque allí se declaró que el Espíritu
Santo es la fuente y el dador de toda santidad , y aquí confesamos que per
él mismo es santificada la Iglesia.
i*
Q u é es lo Esta voz Iglesia es tomada de 'os Griegos t v después de promulgado
qce se en­ el Evangelio se trasladó por los L atin es. para significar las cosas sagradas.
tiende por Por esto se ha de m i ni restar qué significado tiene. Significa pues la Igle­
l2-~ m lgíe~
sia de a lugar, Pero ¿espues la tomaron, los Escrito­
ño,
res por lo mismo que Concibo y ayuntamiento. Y" no varía el caso el que
el pueblo- congregado adore al falso ó a! verdadero Dios. Porque en los H e­
chos ^apostólicos se xefierc del pueblo Efesino , que habiendo su Escribano
sosegado un. tumiíko ; Ies a ix o : T si demandáis cisura oirá cose , lo ib Igtc-
5?¡r se pue¿ie desposto¿ir (e). Llame Iglesia legítima al pueblo de E le-
so que adoraba a la Diosa Diana. Yr no solo de los Gentiles que no cono­
cen a Dios , mas también las lentas de les-impíos v malos se nombran á ve-
ccs iglesia. A c e r e n , cace David . fr fiera de les fzah&nss , y me senaeré
cm. las moh’odes Pero despees seseen la costumbre de las Santas Esen-
tu-
ij*¿ i. Jo*u3s, 3, fi} la Jbaim. 30. Xract. :* ->/ Aerar. rp. (d\ Psaim.
PARTE L CAPÍTULO X.
turas se aplicó esta voz Iglesia , para significar determín adámente la Repú­
blica Christiana,' y las Congregaciones de ios fieles : esto es de les que son
llamados por la fie á la Jos de la verdad y al conocimiento de Dios : pa­
ra que airyentadas las tinieblas de la ignorancia y errores , adoren piadosa
v santamente al Dios vivo y verdadero , y le sirvan de todo corazón. Y
por decirlo todo en una palabra con San Agustín : La Iglesia es el pueblo
fiel esparcido por todo - el orbe (a).
Grandes son los misterios que en.-esta voz están encerrados. Porque en De los mis
el llamamiento que significa la Iglesia , luego se ve brillar la benignidad y ier.ios 'que
resplandor de la divina gracia , y entendemos io mucho en que la Iglesia encierra la
se diferencia de las demás Repúblicas. Porque éstas estrivan sobre la razón v?z Jf i s~
y prudencia humana: pero aquella está fundada en la sabiduría y consejo de S*a'
Dios. Porque este Señor nos llamó interiormente por impulso de su divino
Espíritu , - qué es el- que abre-’ los corazones - de los hombres : y exterior-
mente por medio del trabajo y ministerio de los Pastores y Predicadores.
Demás de esto ': el "fin- que se nos propone por esta vocación , es el cono­
cimiento y posesión de las cosas eternas : como claramente lo echará de ver
el que advirtiere . por qué el pueblo f ie l, sujeto á la ley antigua , era llamado
Sinagoga, que quiere- decir Congregación. Este nombre se le impuso, dice
San Agustín (fi) , porque á manera dé reses, de las que es propio ser con­
gregadas ‘esperaba solo- bienes - terrenos y caducos. Por esto con gran razón
se llama el pueblo Christiano , no Sinagoga , sino Iglesia : porque menospre­
ciadas las cosas terrenas y temporales , únicamente aspira á las celestiales y
eternas.
Otros muchos nombres y llenos de misterios se han aplicado para s:g- ■
murar esta República-Chrisñana. Porque el Apóstol ia llama casa y edificio nom bres
de Dios. P or>si tardare, dice á Tim oteo , para que sepas como debes con- que dan las
versar m la casa de Diosa, que cs:i a Iglesia da Días-vivo , colima , y firmeza Escrituras
de la verdad (c). Y llámase casa' lá Iglesia : porque es como una familia alaI£iesia-
gobernada ñor un Padre, y en la que hay comunicación de tocos los bie­
nes espirituales. Llámase también el rebaño de las ovejas de Chrlsro, de
ks guales é! mismo es la puerta v el Pastor (ts). También se dice Esposa
éz Christo. Oí he desposado cm -im- varan . para presentaros como-una virgen
cuta é Christo (e) dice el-Apóstol á los de C onoto : y él mismo á los de
Liosa : H e b r a s . amad á vuestras -mageres , como Cansío amó á la Iglesia {f ).
Y del matrimonio escribe. Este Sacramento grande es; mas yo digo en C histo
t en la. iglesia (g ). Dicese en fin la Iglesia el cuerpo de Chrísto : como pue­
de verse en el mismo' Aposto! i los Erbios IJi) y Goloseases ( 0 - Y cada
una de estas significaciones, vale muchísimo , para despertar i- los fieles, á
que se h?g:.?rs dignos de la inmensa clemencia y bondad de D ios que los
escogió para que mésen puebla sev-o. ^
Explicadas -estas cosas será preciso distinguir cada una de las partes de Be las par­
la iglesia y señalar sus diferencias , para que perciba mejor el pueblo fiel la p."ied­
il a-
íb în Psaíeí- 149. (B) le Tsalsn. yy. (ei c. Crrinde 1:. (f) Epbes. <.
— D- -y) 1. T i¡2:. u- ‘f ií Jeans. 10. ¡g) ibideca. íbj Ibi¿. i. ( i ) Calos, r.
CATECISMO ROMANO
58
„ oue naturaleza , propiedades , dones, y gracias de esta Iglesia tan amada de
íele sia Dios , y qne por esta causa nunca cese de alabar su santísimo nombre. Dos
&&diside. señaladamente son las partes de la Iglesia : de Jas qu ales una se llama Triun­
fante , y otra Militante. La Triunfante es aquel lucidísimo y felicísimo C o ­
ro de Espíritus bienaventurados , y de aquellos que triunfaron del mundo,
de la carne, y del perversísimo demonio , y que libres ya y seguros de las
molestias de esta vida , gozan de la eterna bienaventuranza. La Iglesia Militan­
te es el Esquadron de todos los deles que aun viven en la tierra: la qual por
esto se llama Militante : parque está en guerra continua con los cruelísimos
enemigos , mundo , carne , y satanás.
6. Pero no se ha de juzgar que son dos Iglesias diversas , sino dos partes
£,a Iglesia de uní misma , como ya diximos : de las quales la una fue delante , y ya
T riun fan te £st¿ to a n d o de la Patria celestial. Y la otra va por dias siguiendo sus jor-
y M d .t a n - ¿A' ^asta que llegando por;fin á juntarse con nuestro Salvador , descanse
re sen una ? r >* ' - t j °
misma. en eterna teiiciaacl. . <■ ; .
^ En la Iglesia Militante hay dos clases de-hombres que son .los buenos
jSnia Igie— y ]os malos. Estos á la verdad participan los mismos Sacramentos que los
slaMuitan- bU£nos ? y profesan la misma f e ; pero en vida y costumbres son muy dife-
re curran
¿senos y rentes. Los buenos en la Iglesia se dicena q u e llo s q u e . e.stán unidos y enla­
malo-, zados entre s í, no solo por la profesión de la fe y participación de; los Sa­
cramentos ; sino también con.:el Espíritu de la gracia y lazo de la caridad:
de i o s quales se dice : El Señor consaó los que son sujos (a). Porque aunque
puedan rastrear los hombres por algunas conjeturas , quiénes sean los que
pertenecen á esta clase de buenos de cierto en manera ninguna lo pueden
saber. Y por esto no $e debe pensar que habló de esta parte' de la Iglesia
Christo Salvador nuestro , quando nos remitió á ía Iglesia , y /mandó que
la obedeciésemos (¿) , porque como no es conocida; ¿quién podría saber de
Sxo ,. á qué juicio .se habla de recurrir , 'y, á qual, autoridad -se. debia obe­
decer ? Abraza pues la Iglesia buenos y malos : como lo-afirman las D ivi­
nas Letras y los Escritos de los Santos Padres: y á esto alude lo que dixo
el Apóstol: U tz cuerpo y un Esfiníte (c).
S. Esta Iglesia manifiesta es , y se compara á - una Ciudad puesta sobre un'
La Iglesia ntoute, y que se registra por todas partes. Porque debiendo' obedecerla to­
es viai&ie, ¿ os er£ pr£QS0 que fuese conocida. Y no solo comoreherxie á los bue-
T «acierra r ,, . - E
¿a sb seno nos Sír‘° cambien a los maros ; según io ensena el Evangelio por jriucnas
íraeias y parábolas : como quando- dice , que el Rey no de los Cielos , esto es la
aaaios. Iglesia Militante es semejante á la red echada en el mar (d) ó al campo, don­
de sembraron zizaña sobre el trigo (¿) ó á la hera donde está revuelto el
trigo con la paja ( f ) ó á diez vírgenes , cinco prudentes y cinco locas fig).
Y mucho mas ¿rites se dexa ver también la figura y semejanza de la Igle­
sia en el Arca de N oe , donde se encerraron anímales no solo limpios si­
no también mmundos (jtf Pero aunque la fe Católica afirma verdadera y
constantemente > que pertenecen á la Iglesia , así buenos como m alos; con
tO"
c. T íg s . e. i®} Mattb. iS. (i?) Ibidem. //*} L ee . 13.
jajaes. jí, {d) ¿fiatili, ig. (g) M aítñ . 25. {b} G enes. 6.
PARTE I. CAPÍTULO X. 5g
todo eso según las reglas de la misma Fe se ha de explicar á los fieles, que
es muy diversa la condición de unos y otros. Porque así como en la llera
está ía p da revueles con el grano , ó á veces los miembros baldados unidos
con ei cuerpo ; así están los malos en ía Iglesia.
D e: aquí se sigue que solas tres condiciones de hombres están fuera del . 9*
gremio de la Iglesia. Primero los infieles 5 luego los hereges y cismáticos s y ^ ^ ^ uera
últimamente los excomulgados. Los irfules se excluyen : porque nunca estu- del gremio
vieron en la Iglesia , ni la conocieron jamás , ni participaron de Sacramen- de la Igie-
to alguno en compañía del pueblo Christiano. Los hereges y cismáticos : por- sia>
que se rebelaron contra ella ; y solo pertenecen á la Iglesia , como ios de­
sertores al esércíto de donde se escaparon. Mas no se ha de negar que es­
tén baxo la potestad de la Iglesia : pues los llama í juicio , los apremia, y
fulmina censuras contra ellos. Finalmente los excomulgados cambien : porque-
como están excluidos por juicio de la misma Iglesia , no pertenecen á su
comunión , mientras no se enmendaren. Pero todos los demás por perdi­
dos y malvados que sean , no se debe dudar que perseveren todavía en la
Iglesia. Y esto se ha de ensenar de continuo á los fieles , para que estén
muy ciertos , de que aunque fuera estragada la vida de los Prelados de la
Iglesia , sin embargo están en ella s y que por eso nada se les quita de su
potestad.
También suele significarse con el nombre de Iglesia cada una de sus va_
partes : como quando nombra el Apóstol la Iglesia que está en Corín- r;as signlfi-
to (a) en Galacia (¿) en Laodícéa (¿) 6 en Tesalónica (d). Y aun llama Igle- caclones de
sías á las familias particulares de ios fieles : porque manda que se salude á f voz Igl£'
k Iglesia doméstica de Prista y de Aquüa ( 0 . Y en otro lugar dice : Sala- sia'
¿en os mucho en el Señor Aquila y Priscila con le Iglesia , que está en su ca­
sa ( f ). Asimismo escribiendo á Fílem on, usó ¿el mismo nombre (g). Y ¿ ve­
ces también se significan por el nombre de Iglesia sus Prelados y Pastores:
S i no te oyere 3 dice eí Señor , denunciáis ¿ la Iglesia (li) 5 por cuyo nombre
se designan los Prelados Eclesiásticos. También se ilama Iglesia el lugar don­
de se junta el pueblo , para oír la palabra de Dios , y celebrar los oficios
divinos. Pero en este artículo lo que se significa principalmente por el nom­
bre de Iglesia 3 es la muchedumbre de iodos ios fieles buenos y malos , y
no solo los Prelados , sino también los que deben obedecerlos.
También se han de manifestar á Ies fieles las propiedades de esta Igle- IT-
sia: oties por ellas se puede conocer , qusn granae beneficio nayan reci- _ , . .
teco de Dios los que t&n. tenido la dieaa os nacer y caucarse ea ella. Pues verdadera
la primer propiedad señalada en ei Símbolo de los Padres es , que sea tuna, iglesia y
Porque una , dice , es ha paloma, mia , tam la hermosa mia (i), Y llámase p r im e r o
una tanta muchedumbre de fieles, aunque derramada tan larg^ y extendí-
¿ámente 3 por las razones que escribió’ el Apóstol ¿ les de Eícso } predi­
cando : que es uno el Señor , una la r e , y uno solo el Bautismo (¿). Uno
hz es
C,fi)
E. Connth. i. th) GsSa:. r. (jO i . Carinen, 1 6. (g) r ü ú & n . r,
Coios. 4. (d) i . T á e ssi. r. (¿) M itcb . 28. f ) C aatic. 6.
(?) Rom. (¿I Eplses. 4.
,6o .'CATECISM O ROMANO
■ es también eî Rector y Gobernador. El invisible en verdad es Christ-o , í
quien su Eterno Padre constituyó Cabeza sobre toda la Iglesia que es su
Cuerpo («)• Pero el visible es , el que posee la Cátedra de Roma , Sucesor
legítimo deÍ Príncipe de los Apóstoles.
^ Acerca'de esto fue- concorde ra2on y sentencia de todos los Padres , que
3 -tA -deí era nccesar^ :- esta Cabeza visible , para establecer y conservar la. unidad de la
-Ro"n?¡no Iglesia : como clarísimamente lo vio y lo escribió San Gerónimo.contra Jó-
-PonúíEe , viniano por estas palabras : Uno se elige para que constituida la Cabeza , se
Czctzz vi- quii* ¡a ocasión de cisma (o). Y á Dámaso escribe : Vaga fuera la envidia , apar-
^ ¡¿se la ambición de la cumbre Romana. Hablo con el Sucesor del Pescador y el dis-
Chdvo- e Y pulo de la .Cruz. Yo que á ninguno sigo por primero , sino A Christo , me ju n ­
io en comunión con vuestra ¿écalilua, ; oslo es, con la Cátedra cíe Pedro-. Sobre esa
piedra sé que esta edificada la Iglesia. Qusiquiera que comiere el Cordero fuera
de esta casa , es profano : y el que na estuviere en el arca de JVoe , perecerá
reynando el diluvio (c). Mucho antes había probado lo mismo San Ireneo , y
San Cipriano: quien tratando de la unidad de la Iglesia dice : Habla el Se­
ñor à 1Pedro : Yo , Pedro , te digo , que. ¿ú eres Pedro , y sobre esta piedra
edificaré mi Iglesia. Sobre una edifica la Iglesia , y aunque después de su Resur-
rtcckn dé á iodos los Apósteles igual potestad y diga ; Asi como el Padre ms
envió : asi envió yo á vosotros : redhd d Espíritu Santo : con todo eso para
manifestar ia unidad , dispuse con su autoridad el origen de la misma unidad, que
comenzase desde uno (d). San Opiato Míievkano dixo : JVo se te puede atribuir
á ignorancia , sabiendo tú que en la Csudad de Roma fu é conferida á Pedro pr¡-
mmrmmíe ia Cátedra Episcopal, donde ¿l se sentó como Cabeza de ¿odos los
Apóstoles, m Quien solo se gn&ráárk.por iodos la unidad, de la Cátedra: por­
que ?m dfmdiera cada una de hs demás Apóstoles la suya para sí : de suerte
que fícese cismático y prevaricador , d que colocase otra emitida la Cátedra sin­
gular de Pedro (c). Después San Basilio dexó escrito así : Pedro fu é colocado
ai d fundamento : parque dixa : Tb eres Christo Hijo de Dios vive. Y ai re-
tm~m oyó : que tí era piedra* per® cranyx fuese piedra , con iodo na ¿m piedra
mm& Christo : porque Christo veré&íiemwiimíe era piedra inmóvil ; pero -Pedro lo
cm por ia piedra. Porque Dios das ¿ oíros sus dignidades. Es Sacerdote y y
haœ SsmAoies : a piedra , y hmz piedra , y concede ¿ sus Siervos ¿as cosas-
que sm suyas (f). LUnmanaeocc düco Sains Ambrosio : * Grandes san h s -deves
ds Dios , ¿péril wo salo .nos raimaré ias cosas que hadmn sido nvestrss . sino
también nos crnseedlé ím que son propias sagas. Y poco después prosigue : i Gran
iihrmiidad -es ¡a ek Christo : pues k&mrá é ms disapuim casi cm .todos sus-Mu-
b s ¡ Y o 7 dice 5 sow haz del mnisdo. ï ffistá este nombre em que él se -gloria ? cm-
&séié é sus disdpul&s diciendo z í'osoírm sois iuz dd ramudo (g)r ib soy pan. vi-

{&} Spiaes, i. 0 ) lib. i. adBledL -(o) LíR 2. ctmtr. Parraen, ad prlncE.


(¡r'i S péseRL gy. id} Ojeíísee. B e - (f) HorAR 29, de Poenh,
■ des. 22Ü 0rsE;eÍ£>. {g j MarrA 5.

JEs-íOt «jas esta erarre lias das * * no se íes ep Be primer edicíoc .. rJ en


eírafe íinancrjas. Pene se haîla eu aiigtmas . y hace A líe2 : porque de orra - m z s . z : z
tis s c s d e c i c«'33îeæ u> 7 ¡por A l t a r la s © ata b ra s d e i S aaro D o ero r,
PARTE I. CAPÍTULO X. Sí
vj ó¿) , y un ímn 0017105 70d°s -nosotros (¿). JÓ jov vid verdadera (dj y d- i i ie dice:
■ Y0 i¿ -piarle 3 ov;;e vid abundante 3 teda, verdadera, (ó). Es Chrisio piedra : pues
bóian \íe la piedra espiritual, que los iba siguiendo y era esta piedra Ckrisío (e).
■ Y no negó tampoco á su discípulo la gracia de este nombre : pues le concedió que él
mismo fuese Pedro (/) y que por piedra tuviese la solidéz de la constancia , y ■ ia
firmeza de la fe * (g).
Y si opusiere alguno , que está contenta la Iglesia con una Cabeza y un
L a Iglesia
E sdoso Jesu-Christo, y que por esto no ha menester otro. Pronta está la necesita de
respuesta : Que así como tenemos á Chrísto Señor nuestro no solo por A u­ cabeza v i­
tor*, sino también por dador íntimo de todos ios Sacramentos: porque él es sible.
quien bautiza y quien absuelve , y sin embargo instituyó á los hombres M i­
nistros exteriores de los Sacramentos ; así también aunque ¿1 mismo gobier­
na la Iglesia con su interior Espíritu ; con todo eso la puso un hombre por
Vicario y Ministro de su potestad: porque como la Iglesia visible necesita
de Cabeza visible , de tal manera constituyó nuestro Salvador á San Pedro
por Cabeza y Pastor de toda clase de fieles , qusndo con palabras amplísi­
mas le encargó apacentase sus ovejas ; que quiso que el que le sucediera, tu­
viera en todo la misma potestad de regir y gobernar toda la Iglesia.
Demás de esto : Uno mismo dice el Apóstol á los de C onoto , es el 14.
Espíritu que da la gracia á los heles , al modo que el alma da vida á los miem­ O tras razo­
bros de! cuerpo (A), y exhortando á los de Eíeso á guardar esta unidad les nes por qué
dice : Solicites de guardar unidad de Espíritu en lazo de paz. Un cuerpo y un Es la Iglesia se
llam a Una.
piriiu (i). Porque asi como el cuerpo humano consta de muchos miembros, y
estos son mantenidos por un alma , la qual provee de vista á los ojos , de oído
í las orejas , y i los demás sentidos de sus respectivas facultades ; así el cuer­
po místico de Chrísto , que es la Iglesia, está compuesto de muchos fieles.
Una también es la esperanza , á la que somos llamados : como dice el Após­
tol en el mismo lugar , pues todos esperamos una misma cosa , que es la
vida eterna y bienaventurada. Y en fin una es la re que todos debemos te­
ner y condesar. 3 b haja entre vosotros asmas (é) dice el Apóstol. Y uno es el
Bautismo que es verdaderamente Sacra me oto de la re Chrístiana.
La segunda propiedad de la Iglesia es , que sea Santa. A sí lo recibimos
*$-
c d Principe de los Apóstoles , donde dixo ; Vús&tms sois d i inage escogido > la Segunda
genio Santa (i). Y llámese Santa por estar consagrada y dedicada á D ios: pues propiedad
así suden llamarse todas las cesas de esta calidad , aunque sean corporales, de la Igle­
sia , que es
si están destinadas y aplicadas al cuito divin o , como ce la ley antigua los va­ ser Santa-
sas s ornamentos y altares : y en ella también eran llamados Santos los pri-
megírdtccs que se olrecian ai Señor fi®). Y á nadie debe parecer estrado el que
h is,,cdz se díga Sama , aunque hay ce. ella muchos pecadores: porque los
hde-, se llama o Santos , por haber sido hechos pueblo- de Dios , y haberse
cm sagodo ¿ Chrísto por la fe y el Bautismo „ aunque oíendan en muchas
Ciaos - y no cumplas lis que Itabísn prometido : así c o e o retienen el nombre
de
jqaaisia. 6. ¿jE i. Coriaria. ícc ig)¡ lih. 6 . ja Lúe. cap. p. Y) T- Cc-
J tüCámn. 15. lid1} Teres, zl. rÜKis. 12. (ií Sffibss. 4. tki 1. C a ri-ih . 1.
1. CcvEix s-Oi. fy) Macuñ. aíb dt 2. F ar. 2. (?«) Ernoá, 13, e t EuCi C.
CATECISMO ROMANO
de artífice los que profesan algún arte # aunque quebranten sus regias. Por
tanto llama d Apóstol í los de Corinto Santificadas y Santos - siendo clare
oue entre ellos había í quienes reprende agriamente como á carnales , y aun
con palabras todavía mas pesadas («). También se llama Santa , porque se jun­
ta -como cuerpo con su santa Cabeza , que es Christo Señor nuestro , fuente
de toda santidad , de quien recibe los dones del Espíritu Santo y las rique­
zas de la bondad divina. Y así S ’O Agustín , interpretando aquellas pala­
bras del Profeta : Guarda , Señor , mi alma . porque Santo soy (¿), dice esclare­
cidamente : Atrévase el cuerpo de Christo , atrévase laminen el hombre solo 5 que
clama desde los fines de la tierra , á decir con su Cabeza y baxo su. Cabeza:
Santo soy , pues recibió la gracia de la Santidad , la gracia del Bautismo , y d
perdón de sus pecados, Y poco después. S i los Christianos todos , y los fieles bau­
tizados en Christo , se vistieron de Christo ; como dice el Apóstol, todos los que
habéis sido bautizados en Christo, estáis vestidos de Christo (c); si kan sido hechos
miembros de su cuerpo , y dicen que no f son Santos, hacen injuria d la cabeza mis­
ma , cuyos miembros son Santos (d). A esto se añade : que sola esta Iglesia tie­
ne el culto legítimo del sacrificio , y saludable uso de los Sacramentos, por
los quales, como por eficaces instrumentos de la divina gracia causa Dios la
verdadera santidad : de suerte que ios que son verdaderamente Santos, no
pueden estar fuera de esta Iglesia. Y así es manifiesto, que fa Iglesia es San­
ta , y Santa de verdad; pues es el Cuerpo de Christo , por el qual es san­
tificada y lavada con su sangre.
Por ^u*é la tercera propiedad de la Iglesia es llamada Católica, esto es, universal:
Iglesi^6 se Y con toc^a ver¿ad se le aplica este nombre : porque como afirma San Agus-
üama Ca- tin : Desde Oriente á Poniente se difunde con el resplandor de una fe (e). Por-
tóiica: que que no está ceñida á los límites de un Rey no s ó á un linage de hombres,
CS corno *as ^publicas humanas , ó Ies Convertículos de los hereges ; sino
^ * que abraza á todos en el seno de su Caridad , sean bárbaros, ó Escitas, sier­
vos , o libres , hombres , ó mugeres. Y por esto está escrito : Redimístems pa­
ra Dios en tu sangre de todo tribu y lengua de todo pueblo , y nación , y nos hi­
ciste reyno para nuestro Dios ( f ). D e la. Iglesia dice D a vid : Pídeme, y darte he las
gentes por heredad tuya, y por tu posesión los fines de la tierra (g), Y en otra
parte -• Yo haré memoria de Raab y de Babilonia , que saben de mi (A). Y lue­
go : El hombre nació en ella, Á mas de esto todos los fieles que ha habido
desde Adan. hasta h o y , y que habrá hasta el fin del mundo , que profesan
..... ^a verdadera f e , pertenecen á esta Iglesia, la qual está fundada sobre el ci­
miento de los Apóstoles y Profetas y todos estos están fundados y asenta­
dos sobre la piedra angular Christo (i) quien hizo de ios dos uno .. y anun­
cio la paz asi á los que estaban cerca , como á ios que estaban lejos. Y se
llama también Universal por la razón de que todos los que desean, conse­
guir la salud eterna, deben acogerse á e iía , y abrazaría del mismo modo que
los que se refugiaron ai arca para no perecer en el diluvio. Y así esta señal
se
(*) r- Corinth, g. (8 )Psalm. 8$. (/) Ápocalyps. 5. (g ) Psaím.
(cj Gaiat, 3. In Psalm. 85. (b) Ibidem 85.
(fi) Ser®. 13 1. de Tem p. (i) E p h es. 2.
PARTE I. CAPÍTULO X, 63
se ha -de tener por regla certísima para discernir la Iglesia verdadera de la
falsa.
Conocemos también la verdad de la Iglesia por su origen , que le trae „For qué 37-
ía
desde los Apóstoles, después de manifestada la gracia. Porque su doctrina Iglesia se
es la verdad ; no reciente ni nacida de ayer acá : sino enseñada allá en lo llatnu ram—
antiguo por los Apostóles; y esparcida por todo el orbe. Y de aquí se sigue bien jrtfpoí-«
t ilic a .
que nadie puede dudar > que las voces Impías de los hereges van muy apar­
tadas de ia fe de la Iglesia verdadera : pues son muy contrarias á la doctri­
na , que se ha predicado en la Iglesia desde los Apóstoles hasta el presente
día. Y así para que todos entendiesen qual era la Iglesia C atólica, añadieron,
al Símbolo los Padres por divino impulso la palabra Apostólica. Porque el
Espíritu Santo , que preside en la Iglesia, no la gobierna por otro género
de Ministros , que por el Apostólico. Y este divino Espíritu primeramente
fué dado á los Apóstoles: mas después por suma benignidad de Dios siem­
pre ha permanecido en la iglesia.
sff.
Y así como esta única Iglesia no puede errar en proponer la doctrina L a Iglesia
de la fe y costumbres ; como que es gobernada por el Espíritu de D ios, no puede
así es necesario que todas las demás que se arrogan el nombre de Iglesia , errar en ios
cavgan en errores muy perniciosos de doctrina y costumbres : pues son guia­ dogmas de
das por el Espíritu del día oí o. f e j ó cos­
tumbres.
Y perqué las figuras del Testamento viejo son muy poderosas para ex- 19.
ctar las almas de los fieles, y renovar la memoria de cosas hermosísimas: D e las fígu-
rúes por esta razón señaladamente se valían de ellas los Santos Apóstoles; no ras especia*
d-varán los Párrocos en silencio esta parte de doctrina que trae consigo gran­ Ies de la
Iglesia en
des utilidades. Entre ellas tiene una ilustre significación el arca de Noe fa­ el Testa­
bricada por mandamiento de Dios únicamente para que no quedase duda, mento vie -
de que significaba la Iglesia edificada por Dios en tal form a, que quantos io.
entrasen en T ;. p- .-r el Bautismo , pudiesen estar libres de todo peligro de
muerte eterna ; pero los que se quedasen fuera de ella , pereciesen sumer­
gidos en sus maldades: como acaeció á los que no fueron recibidos en el
arca. Otra figura es aquella gran Ciudad de Cerusalen , por cuyo nombre
significan muchas veces las Escrituras la Sama Iglesia-. Es así que solo en
Gsrusalen era lícito oírccer sacrificios á Dios. Porque solo en la Iglesia de
Dios , y fuera de ella en ninguna otra parte se halla el verdadero culto , y
el verdadero sacrificio , que pueda en algún modo ser agradable a su Ma-
ítestad.
Ultimamente se ha de ensenar acerca de la Iglesia , por qué razón per- por ^ ja
tenece á los artículos de la fe que creamos nosotros la Iglesia. Porque aun- de este
que cualquiera,conoce y ve por sus ojos que hay Iglesia en la tierra , esto artículo se
es una Congregación
o o
de hombres
^
dedicados Jy consagrados
o
á Chrísto Señor losdeiCre-
f ° nf eíltre
nuestro , y que para entender esto r¡o parece necesaria la fe , pues no lo du- ^
dan ni judíos, ni Turcos ; con todo eso aquellos misterios que en parte
se ha declarado y a , que están encerrados en la Santa Iglesia de D io s , y en
parte se explicará en el Sacramento del Orden ; no puede alcanzarlos el en­
tendimiento convencido por razones ningunas ; sino solo ilustrado por la fe.
i así sobrepujando este, artículo no menos que los otros la facultad y fuerzas
64 CATECISMO' ROMANO
Q-C nuestra inteligencia j justamente confesamos qim percibirnos y-vemos c|
origen , careos y dignidad de la Iglesia ; no por razón humana sino con los
ojos de la fe. . . ' .
ex. No fueron pues los hombres Autores de esta Iglesia sino el mismo Dios
Qnales y
quim as co­
inmortal, quien la edificó sobre una piedra firmísima : como dice David;
sas se nos El mismo Altísimo la fundó (a). Y por esto se llama ya heredad (b) , y a pueblo
12anda cre­ de Dios (r). Ni tampoco es humana la potestad que recibió y sino dada por
er que hay gracia divina, Y por tanto así como no se puede alcanzar por fuerzas natu­
en la Igle­
rales i así solo por la fe entendemos , que hay en la Iglesia llaves del Rey no
sia.
de los Cielos , y que le fue dada potestad de perdonar pecados , de exco­
mulgar , y de consagrar el verdadero cuerpo de Christo ; como también que
los Ciudadanos que en ella moran , no tienen aquí ciudad permanente, sino
que buscan la venidera (d). Debe pues creerse necesariamente que hay Igle­
sia U?ia , Santa , v Católica.
22- Porque en las tres Personas de la Trinidad Padre , Hijo , y Espíritu San­
Q ué cree- to de tal modo creemos , que colocamos en ellas nuestra fe. Pero ahora va­
si o s en
D ios y no
riando la forma de decir , profesamos que creemos la Santa , mas no En la
en la Igle­ Santo Iglesia : para que aun. por este diverso modo de hablar se distinga
sia sino ia Dios Criador de todo de sus criaturas , y confesemos como recibidos de su
Iglesia. bondad divina todos aquellos esclarecidos dones que se ha dignado conce­
der a su Iglesia.
La Comunión de los Sanios,
-2- describiendo el Evangelista San Juan á los fieles sobre los misterios divinos
De ía ul­
tima narre alegó esta razón del por qué les instruía en ellos : Para que también vosotros
de este ar­ os acompañéis con nosotros, y que titmira compañía sea con el Padre y con rs
tículo c ce H ip jesu-Cknsío if). Esta compañía se funda en la Comunión de los San­
es la C o —
tos , de la cual se 'trata en este artículo. Y pluguiese á Dios que en explicar­
!2ü22¡ioE de
Santos. le Imitasen los Presidentes de las Iglesias la diligencia de San Pablo y de los
demis Apóstoles :' porque no satamente es declaración del artículo inmedia­
to 5 y unz doctrina de abundantísimos frutos ; sino que también declara , có­
mo se deba usar de Jos-misterios contenidos en el Credo; porque todos ellos de­
ben escudriñarse y percibirse , á fita de que seamos admitidos en esta tan'ilustre
y dichosa compañía de los Santos ,, y que una vez recibidos perseveremos
constantísima ¡mente, cando to e mucho gozo gracias ¿D ios Padre, quien nos hi­
zo dignos de ser participantes de la herencia de los Santos en la luz (J).
24- Primeramente pues se ha de enseñar á los fieles que este artículo es co­
Xa Coran— mo cierta explicación del que se puso ¿otes , que es- el-de una Santa Igle­
s io s de los sia Católica. Porque Iz unidad del Espíritu que la gobierna , hace sea co­
Santos- es
esplicacion mún , quanto se le fia concedido, Y así i todos los fieles pertenece d fruto
és 5Lartico— de todos los Sacramente«,, coa los asíales estén unidos v enlazados en C h ip ­
1© de J a io como con unas sagradas ligaduras y señalada meóte con el Bautismo , que
Iglesia, y es como la puerta , por donde entrarnos en h Iglesia. Y' que por esta Co­
pra-
(s) Psalm. S-5. f ) IfoídL 2, et raC f¡¿) Hefcraecr. 13. (e) 1. Toasn. r,
íf¡ IPsalra, ay. et 94. ( f) Coios. 1.
PARTE I, CAPITULÓ X; 65
zntimón de los Santos debe entenderse la Comunión de ios Sacramentos, lo eonsiste e&
significan los Padres en el Símbolo por aquellas -palabras : -Confieso un Bou- ia Comti-
iismo. Porque al Bamísmo primeramente se-sigue ia Eucaristía, y después mon de ios
los demás Sacramentos. Porque aunque este nombre conviene á todos: pues Sacramea~
todos ellos nos juntan con Dios , y nos hacen participantes:de aquel cuya
gracia recibimos ; sin embargo es mas propio de la Eucaristía , que es la
que hace esta Comunión. _
Otra Comunión también se ha de reconocer en la Iglesia. Porque to- E níalgle-
das las obras virtuosas y santas que hace cada uno , 'pertenecen í todos , y sla hay par-

rey farñapante
decimos , que cada miembro es participante de todo el cuerpo ; así lo es el que es­
ta incorporado con loaos los que temen, á Dios. T por esto nos enseñó Chrisio
este modo de orar : que dixésemos el pan nuestro , no ei mió ; y ¿o mismo en todo
lo demás , atendiendo no á sotos nosotros 5 sino a la salud y utilidad dé io­
dos Ce). Esta comunicación de bienes se demuestra muchas veces en las Sa­
gradas Letras con el símil muy propio del cuerpo humano. Porque en el
cuerno humano hay muchos miembros. Mas aunque sean muchos , solo
comoosen un cuerpo , en ei qual tiene cada uoo su oficio propio , no to­
dos uno mismo. Tam poco nenes todos una misma dignidad , ni. exercen
acciones Igualmente útiles y honrosas : pero ninguno mira -2 su provecho y
utilidad; sino ¿ la de todo el cuerpo. Demás de esto todos están tan uni­
dos v trabados entre sí que si padece uno algún dolor , lo sienten todos por
el enlace v parentesco natural: como al contrano si está sano y bueno , to­
dos á uua se alegran con él. Paes esto mismo se ha de contemplar en la
Í£Íi
do:

erque así com o en ella unes están constituidos Apósteles , y


< ei cargo
** J 5 J y— ~ - ¿3 - , ' . rtfZ
Pern los ose gozan de tantos y tan grandes dones íyj bienes , como i-os
T ' ,
‘ ^ * . . : ais ios
Dios por su gracia a a conceetioo, son. ios que nacen vida Cnrisnana en er í- tgíe-
Candad , y que son justos y amados de Dios. Pero los miembros muer- sia no ga­
tos , esto es, los hombres enredados en maldades y enagenados de h gracia zaa rie -sTZ
de Dios , aunque no estén tan áel todo privados de este bien , que deven Saata Co“
ét ser miembros de este cuerpo ; pero como estas muertos , 00 perciben -
el hoto espiritual gees se comunica & los virtuosos y justos. Aunque toda­
vía como ¡están en la' Iglesia son favorecidos por ios que viven espiñmal-

àû todo cortados de h. igfcsis»


y
v3) i-Chñauh, 13- (B) F ssÜ
jel u S . (c¡ fa ííüsm Pssím. Seme S.
66 CATECISMO ROMANO
Y no solamente son comunes aquellos bienes que hacen i los hom-
Lasfgr'ac'ias bres justos y amados de D io s; sino también las gracias gratis dates a entre
gratis da- [as quales se cuentan la Ciencia > la Profecía , e l Don de lenguas 5 y de mí-
i&s y ]os i¿gr0s } y otras de esta clase. Y estos dones se conceden también á los
ntTdeDkis malos , aunque no por su. provecho particular; sino por el .bien común y
7 coma- edificación de la Iglesia, Porque la gracia dt curaciones no se da al que la
nes á roda tiene , para alivio suyo , sino del enfermo. Pero últimamente el hombre que
la Iglesia. ¿ Q veras es Christiano , nada debe entender que posee, que no sea común
con todos los demás. Y así todos deben .estar prontos y apercibidos , para
aliviar las miserias de ■ los necesitados. Porque el que goza de semejantes bie­
nes , v viendo a su próximo en necesidad , no le socorre , convéncese en­
teramente , que no está en él la Caridad de Dios (a). Siendo pues esto así,
consta bastantemente que los que están en esta Santa Comunión , gozan de
cierta felicidad , y que de veras pueden decir con- David : / Oh quán ama­
dos son tus tabernáculos-, Señor , Dios de las. virtudes ! Codicia y defallece
mi alma , deseando las moradas del Señor, T Bienaventurados s Señor , los
que moran en tu casa (b)!

■ CAPÍTULO. XI'
del a r t íc u l o d é c im o del credo .

E l perdón de los pecados,


i .
3£s necesa­ inguno habrá que ál ver contarse entre los artículos de la fe éste del
rio creer ,
ca e fea y en perdón de los pecados , pueda dudar que - no solamente encierra en sí al-
la iglesia

pecados. daña sin fe -cierta de aquellas cosas que se proponen en. el Credo. Mas si ca­
reciere que aiüB debe confirmarse con algún testimonio- lo que debe por sí
ser manifiesto á todos ; bastante sera lo que sobre este caso dixo nuestro
Salvador poco antes oe su subida al Cielo , cuando abrió á sus discípulos
el entendimiento para que entendiesen las Escrituras: Convenía que Ckristo
padeciese, y que ai tercer dio. T&.'ucsmse de los nmcrím , y que se -brcdicáse en
m immbre fad&atiiem y perdón de pcasé&$ m todas tas genies , cc-mmzsndo desde
Gerusalm (¡r). Palabras que si los Párrocos las consideran bien , entenderán lue­
go que si deben esssdhrse á los fieles todas las cosas que -pertenecen á la Re­
ligión 5 es esta Ies está, impuesta por el Señor m uy ■ en particular 7 grande
necesidad de explicar este articulo con todo.cuidado.
Sera pues cargo oel Párroco peer -Ies- que toca á este punto , enseñar que
no solo se halla en la Iglesia Católica aquella remisión de pecados , de la
éfisía Ig le­
qtsal fiabis prcdetízsdo Isaías : ¡Ll ps¡tM& que mora & día „ será ahsudto de
sia feay ~sr-
jp©- su umihítsd (d); siso que hay en d h también potestad de perdonar pecados:
íssjsk S de
¿si s. IcasE, 3, 0 } .■ BssIex S: ’£) Isa:. 33.
PARTE I. CAPÍTULO XI. 67
v que si usaren de ella los 'Sacerdotes legítimamente , y segas las reglas se- perdonar
ñahdas oor Christo Señor nuestro , se ha de creer que verdaderamente se pecados,
remiten y -se perdonan los pecados.
Este perdón - quando primeramente somos- lavados por el Santo Bautís- 3.
mo profesándola- f e , se rnos da tan'cumplido que nada queda ni que per- qué
donar de fe. culpa, -ya sea original , ó ' v a por cosa omitida-, ó- cometida ^^dona-iT
por propia voluntad ; ni que pagar de la pena.Mas con todo eso ninguno jos peca_
se libra por fe gracia del Bautismo de todas las enfermedades de la natura- dos en
leza. Antes bien teniendo que -pelear cada uno contra los movimientos de iglesia,
la concupiscencia , que sin cesar nos incita á los pecados1; apenas habrá
quien resista con tal v a lo r, ó defienda su salud con tal desvelo , que pueda
evitar todas- fes heridas^ :
Siendo pues necesario , que hubiese en Ja Xgles-a potestad de perdonar 4.
pecados por otro medio á. mas del Sacramento del Bautismo , le fueron ^emás
entregadas- las llaves del Reyno de los Cielos 5con fes quales se puedan ,®aüDsrno
perdonar los pecados á todo penitente , aunque haya pecado hasta el ulti- ^
mo dia de su vida. D e esto tenemos testimonios clarísimos en las Escrítu- potestad
ras Sagradas. Porque en- San Mateo diceasí el Señor á San Pedro : Té da- cié las lía-
ré las ilaves del Reyno de los Cielos : y lodo lo que atares sobre la tierra3rse*
será también atado en los Cielos , y todo lo que desatares sobre la tierra , se­
rá desatado también en el Cielo (a), Y en otra parte : Todo cnanto ata redes
sobre la. tierra , será Miado en el Cielo , y qusnto 'desata-redes sobre la tierra,
será asimismo desatado en el Cielo (¿). De mas de esto testifica San Juan que
habiendo el Señor soplado sobre sus Apóstoles, íes dixo : Recibid' el Espíri­
tu Sanio 5 cuyos pecados perdonáredes 5 serán perdonados : y ■ los que retuviere-
des y ser¿n retenidos (r).
Y no se lia de juzgar que esta potestad este ceñida á determinados ge- ¿p
ñeros de pecados. Porque no puede cometerse rfi pensarse maldad tan encr- ^sta ?ores-
me , que no tenga la Iglesia poder para perdonarla , como tam poco! ha}" ^ende áu>-
hombre tan perdido y malvado , que ■ si verdaderamente le pesa de sus d0. pecado
yerros , no halle esperanza cierta del perdón, Y i está tampoco esta misma y á todo
potestad limitada v ceñida a tiempo alguno determinado. Porque en qual- tiempo,
qoíer hora que el pecador quisiere volver á la salud , será bien recibido : co­
mo 10 enseño nuestro -Salvador querido preguntándole' eí Príncipe de los
Apóstoles , que hasta quintas veces se-había de perdonar á los pecadores,
$' acaso hasta siete r respondió : JCo siete sma kmía. sesenta veces siete (dt).
P e r o si a te n d e m o s 2 lo s M in is tr o s d e esta p o te sta d d iv in a , se b a ila rá q u e ^
está m e n o s a m p lia d a . P o r q u e n o c o n c e d ió e l S e ñ o r 2 to d o s fe p o testa d d e íos
tan sa n to m in iste rio , s in o á s o lo s lo s O b is p o s y S a cerd o tes. Y l o m ism o danos está
se lia d e d e c ir p o r l o q u e t o c a a l m o d o d e u sar d e ella.. P o r q u e s o lo se p u e - concedida
c e n p e r d o n a r lo s p e ca d o s p o r Sos S a c ra m e n te s , si se g u a rd a su form a. D e ia petcsisd
o tra m in e r a 00 faé d a d o ¿ h. Ig le s ia d e r e c h o n in g u n o , para a b s o lv e r d e pe- ’~
ca ñ o s. Y d e a q u í se s ig u e q u e c s í lo s S a c e rd o te s s c o m o ios Sacra m ere os
v m n e s á ser en o r d e n á p e r d b s a r p e ca d o s 5 co m o u n o s in stru m e n to s p o r los
12 qua-
S'iááit:!!. eA q?i¡ aiSíassiíE iSL iV| íigaan, zQ¡. íA ?*feíth. iS .
68 CATECISMO ROMANO'
quales Chrísto Señor nuestro que es el Autor mismo y el dador de la sa­
lud , obra en nosotros el perdón de los pecados y la justicia.
7. Mas para que los deles miren con mas veneración este don celestial con-
Quán gran- cedido á la Iglesia por singular misericordia de Dios .para con nosotros , y
ds es esta peg Uen con alectos de devoción mas ardiente á recibirle y tratarle , se es­
coda forzará el Párroco á demostrar la dignidad y excelencia de esta gracia. Ésta
Iglesia. señaladamente se conocerá , si se expiicáre con diligencia quien tiene virtud,
para perdonar pecados y convertir los hombres de injustos en justos. Es
constante , que se hace esto por la infinita é inmensa virtud de D io s , y la
misma que creemos ser necesaria para resucitar muertos y criar el mundo. Y
si todavía (com o se confirma por sentencia de San Agustín) se ha de juz­
gar mayor obra hacer á uno de Impío justo , que criar de la nada Cielos
y tierra ifi) , no podiendo haber creación sino por una infinita virtu d; sí­
guese 3 que mucho mas se ha de atribuir á potestad infinita el perdonar
pecados.
« Por esto entendemos ser m uy verdaderas las voces de los antiguos Pa-
Kínguso dres por las quales confiesan 5 que solo Dios perdona los pecados de los
siso Dios hombres : y que una obra tan marabillcsa no se ha de atribuir á otro A u-
pyeüe ^por tor q U& £ su £um3í bondad y poder. Te soy (dice el mismo Señor por el
perdonar ^rc&ía ) misms> ■> várrü íus maldades por mi (?), Porque la ra-
pecados. zon de perdonar pecados parece ser ía misma , que la que debe guardar­
se en el dinero eme se debe. Y ñor esto así como ninguno sino el aeree-
ebr puede perdonar la deuda (estando á solo Dios obligados por las cul­
pas : pues cada día pedímos : Pcráémzws nuestras deudas) así también es
manifiesto -> que por ninguno fuera de 'él se nos pueden perdonar los pe­
cados.
9-
Antes ¿s Este don verdaderamente marabiSoso y divino á ninguna criatura se con-
Cíansto á cedió 3 antes de hacerse D ios hombre. Chrísto Salvador nuestro loé el pri-
y i 3 g a q mero 3 que siendo el mismo verdadero Dios 3 recibió en cuanto hombre
"hüKsbja
iiosaxe £uérué CS[£. ^Qn q£ S!II celestial. Pñmyst sepáis. biso „ que d Hijo- ¿ d hombn
concedida.
timo p&ícsísd aa Ib tierra, de ésrémmssr pecados s dice al pareixiieo ; I¿zeáttíi£t£v
¿mis iu cama y rtíz ¿ íu casa (d). Habiéndose pues hecho hombre para per­
donar los pecados de los hombres s antes- de subirse al Cielo á sentarse allí
á la diestra de Dios para siempre 5 coracedió esta potestad a los Obispos
y Presbíteros en la Iglesia. Bien que como enseñamos antes 3. Chrísto per­
dona ios pecados por sa autoddad., ios demás com a Ministros su vos. Por
este motivo, si debemos admirar y venerar las cosas hechas por virtud mfi-
m ts ; bastantciBcrate se dexa entender lo muy precies© que es. este don con­
10, cedido á la Iglesia. por la benignidad de CÜiristo Señor nuestro.
Bw qré í^cro también. eS medio por donde D ios clementísimo Padre determino
visreé sasa­
$'j »3 - cerrar los pecados de los hombres „ excitará poderosa mente los ¿rumos de
iS fo -W e l ^ cs * d contemplrr la grandeva de este beneficio : pues quiso ¿beses
¿e -íi^das nuestras culpas con la sangre preciosa de su Unigénito KÍ;o 1 de ms-
ses oc~l- ñera que pagase ¿I voluntariamente ía pena . que nosotros merecimos por
«&G5. ÍOS
í*} T raci, v x isa Jeans. Issi. 43, (c) Matti:, p. Mare, x
PARTE I. CAPÍTULO XL €9
los pecados , fuese condenado el justo por los injustos s y que padeciese el
innocente la muerte mas cruel por los culpados. Y así al considerar que
fuimos rescatados , no con cosas corruptibles como el oro y la plata , sino
con la sangre preciosa de Christo como Cordero innocentísimo y purísi­
mo (o.) luego confesaremos : que no pudo sobrevenirnos cosa mas saluda­
ble , que esta potestad de perdonar pecados , la qual descubre la inexplica­
ble providencia de Dios , y la suma Caridad con que nos ama. Y de esta
consideración es necesario que perciban todos grandísimo fruto.
Porque el que ofende á Dios icon algún pecado m ortal, al punto pier­ ir,
D e qué aló-
de los merecimientos que consiguió por la muerte y por la Cruz de Chris­ do señala­
t o , y absolutamente se le prohíbe la puerta del Paraíso , que estando antes damente se
cerrada , la abrió para todos nuestro Salvador por su Pasión. A l acordar­ conoce lo
nos de esto es preciso nos ponga en gran cuidado la consideración de la grande de
este benefi­
miseria humana. Pero si luego volvemos los ojos á esta marabillosa potestad
cio.
que divinamente rué dada a la Iglesia , y confortados con la fe de este ar­
tículo creemos la facultad que se ofrece á cada uno , de que pueda ayuda­
do con la divina gracia , ser restituido al estado de su dignidad antigua , no
podemos menos entonces de regocijarnos con sumo gozo y alegría , y de
dar í Dios inmortales gradas. Y por cierto si suelen parecer agradables y
gustosas Jas medianas que compone el arte é industria de los Médicos, quan­
go adolecemos de alguna grave enfermedad; Squánto mas gustosos debe­
rán ser los remedios confeccionados por la Sabiduría de Dios para curar las
almas , y por lo mismo para reparar la vida. ? Mayormente cuando estas
medicinas dan á los que de veras desean quedar sanos , no una esperanza
dudosa de salud, como las que se aplican a los cuerpos ; sino tina salud muy
«erra.
Han de ser pues exhortados los fieles 9 después que hayan, conocido la te.
dignidad de im don tan grande y excelente 3 a que también procuren va­ B eb en ios
lerse y aprovecharse de él con toda devoción. Porque apenas se puede pen­ C b risriaaos
valerse con
sar que no menosprecie una cosa etiî y necesaria y aquel que no quiere va­ frecuencia
lerse de ella : mayormente habiendo dexado ei Señor en su Iglesia esta po­ de esta gra­
testad de perdonar pecados 5 para que todos se aprovechen de una tan $s- cia y no di-
íudaMe medicina. Porque así como ninguno puede ser purificado sin el Bau­ ïacar lz pe­
nitencia.
tismo ; así todo el que quiera recobrar la grada del Bautismo perdida por
pecados mortales 5 es necesario se acoja á orno género de purificados , que
■ es el Sacramento de la Penkeráda. Pero en este lugar se ha de amonestar á
¿es fidss j, que al ver se les ©frece una tan amplia facultad de perdón ( que
como se ha declarado, no está ceñida £ tiempo determinado alguno) no se
nagan , ó mas prontos para pecar , ó mas tardos para arrepentirse : porque
como es lo uno sea convencidos mamfiestsmence de que son miar iosos y
depredadores de esta potestad, divina , se hacen indignos de que Dios les
conosds su misericordia. Y en lo otro es m uy de temer , que sorprendi­
das de la muerte hayan confesado cb vano e! perdón de ios pecados , que
oarfodroa justamente 001 la tardanza y dilación ce diz en dia.
CA~
(3) i, Peer. 3.
CATECISMO ROMANO

C A P I T U L O XII.
DBL A R T Í C U L O UNDECIMO D E L CREDO.

La Resurrección de la Carne»
I* uan -grande sea la fuerza de este artículo para establecer ía verdad de
B & lo me­ nuestra fe , señaladamente lo muestra, el que en las Letras Sagradas no
cho qne im­ solo se propone para que le crean los fieles, sino que también se prueba
porta la no­con muchas* razones. Y como esto apenas se ve en otros artículos del Cre­
ticia clara
de este ar­ do , déxase discurrir que la esperanza de nuestra salud estriva en é l , como
tícelo. en un fundamento muy firme. Porque como arguye el A p ó sto l: Si no hay
Resurrección de muertos ; luego ni tampoco Ckristo resucitó. X si Chrisio no resucitó;
luego es vana nuestra predicación, , y también es vana nuestra fe (a). Pondrá pues
el Párroco en explicarle no menos trabajo y estudio ; que lo que la impiedad
de muchos se fatigó por destruirle ; pues luego se demostrará que de este
conocimiento redundan grandes y excelentes utilidades para aprovechamien­
to de los fieles.
a. Pero ante todo conviene advertir que ía Resurrección de los hombres se
Por ceé fiama en este artículo Resurrección de ia Carne. Esto á la verdad no se hl-
los Aposto* -zo sin causa. Porque quisieron enseñar los Apóstoles lo que precisamente se
les llama­
debe decir: que el alma es inmortal. Y porque no pensase alguno que aca­
ro s Resur­
rección de so perecía junto con el cuerpo, y que uno y otro era resucitado (constan­
l& C2TT.C £ do claramente por muchos lugares de las Sagradas Letras que el alma es in­
la es los mortal) por esta razón solo se hace mención en el artículo de la Resurrec­
Nombras. ción de la Carne, Y aunque varias veces en las Escrituras Sagradas signifi­
que h. carne todo el hombre : como ea Isaías: Toda carne es heno (b'j; y ea
f e s Joan : Y d Verbo se hzo carne Sm embargo en este lugar la voz car­
ne señala al cuerpo: para que entendamos que de las dos partes que com­
pones al hom bre, que son cuerpo y alma 5 la una solamente que es el' cuer­
po s se corrompe y se vuelve al. polvo de la tierra de que .fue formado í pe­
ro que e! alma permanece Incorrupta. Y como ninguno puede resucitar si
no ña muerto 5 no se dice con propiedad que resucite el alma. También se
hace mención de la carne . á fea de confutar la heregía, que aun viviendo
el Apóstol s fue de Himeneo y Hiero (d) los que afirmaban : que quando
en las Sagradas Escrituras se trata de la Resurrección, se había de enten­
der no de la corporal sino de la espiritual , con la qual resucita el alma
de la muerte d d pecado á la vida de U gracia. Y así es claro que par
esas palabras se quita ese error y se confirma ¿a verdadera resurrección ¿el
cuerpo.
Sera pues cargo del Farree© ilustrar esta verdad con exemplos sacados
¿ d Testamento viejo y nuevo . y de toda la historia Eclesiástica» Porque en
¿c las £¿- Ci
s. CereusL r$. f ], í¿ai. ¿¡¡x ;y| Toasa. i . (A* a . T E . a.
PAUTE I. CAPÍTULO XII. 7¡
el Testamento viejo fueron resucitados algunos por Elias (a) y Elíseo (b), Y
enteras se
i mas de aquellos que sacó de la muerte Christo Señor nuestro , volvieron ■establecerá
otros í la vida por los Santos Apóstoles y per otros muchísimos. Y esta la doctrítia
Resurrección de muchos confirma la doctrina de este artículo. Porque como ■ cíe la resur­
creemos que resucitaron muchos , se ha de creer que resucitarán todos. Y rección.
aun el fruto especial que debemos coger de tales milagros , es el que demos
suma re á este artículo. Muchos son los testimonios que fácilmente se ofre­
cerán i los Párrocos medianamente versados en las Sagradas Letras. Pero los
lugares realmente mas ilustres en el Testamento viejo son los que se leen en
Tcb , quando dice : Qiie -él mismo en su carne ha de ver d su Dios (c), Y
en Daniel el que dice de aquellos que duermen en el polvo de la tierra, que
unos despertarán para la vida eterna , y otros para el oprobrio sempiterno (d).
Mas en el Testamento nuevo hay las cosas que San Mateo refiere sobre h
disputa que tuvo el Señor con los Saduceos (e), Demás de esto lo que dicen
los Evangelistas acerca del juicio final (/). Y también se han de ordenar aquí
las cosas que con marabilloso discurso trató el Apóstol escribiendo á los de
Ccrinto y Tesalónica (y).
Pero aunque esto sea muy cierto por la fe , todavía aprovechará mucho 4-
Se estable­
mostrar ó con exempios ó con razones , que no disuena de la naturaleza ó ce con s í-
de k inteligencia de la razón humana , lo que la fe propone creer. Y así al m i l e s Ja
que preguntase , que cómo resucitarían los muertos , responde el A póstol'misma ver­
de este modo : Líeeio , lo que tu siembras no reame , si no muere primero. Y dad.
lo que siembras no es el cuervo que ha de ser , sino el grano puro , ya sea de tri­
go , ya de oira semilla. pero Dios le da, el cuerpo , como quiere, (Ji). Y poco des­
pués: Siémbrase en corrupción ; y levantarse ha en incorrupción ( i ) . A esta se-'
mtjanza ixmesíra San Gregorio que se nueden añadir otras muchas * La luz9
dice el Santo : cada día se aparia de nosotros 3 amo si muriera 7 y luego vuelve
como si resucitara. Los árboles pierden su verdor , y de nuevo se reparan y como'
rau cuándo : y les samUas mueren pudriéndose , y brotando después resucitan (k).
Demás de esto las razones que alegan los Escritores Eclesiásticos pue­
Razones e s
den parecer bastante acomodadas , para probar este punto. Y primeramen­ prueba de
te siendo en realidad inmortales las almas , y teniendo como parte del hom­ esta misma
bre inclinación natural á sus cuerpos , se ha de juzgar fuera de su natura­ verdad.
leza , permanecer para siempre apartadas de ellos. Y como lo que se opone
¿ la naturaleza y es violento- , no puede ser durable ; parece ser conforme'
i razón que se junten de nuevo con sus cuerpos : De donde también
se sigue que haya de haber resurrección de cuerpos, Y de este modo de'
srgüír usó á k verdad ei mismo Salvador nuestro , quando al disputar con-'
trz los Saduceos , concluyó la resurrección de los cuerpos de ia iamorí ali­
ñad de las almas. Fuera de esto- : Estando destinadas por el justísimo Dios
penas para los malos a y premios para los buenos ? y saliendo de esta vida
muchísimos de ellos 3 unos sin pagar las penas merecidas 5 y otros por la
rúa-'
M 3- S-eg. 13. (¿} 4- Reg- 4- if¡ Job 19. íg) i- Conníh. ig. er 1. Thesaí. 4.
id"- Baaakl is. {e) MattE er- iß) r. Coriníb. 15. (z*) Ibidem.
'.Jj Ibíd, 25. Marc. 13. ¿022. (Ä) Lib. 24. Mor. cap. 28. 2p. er 30.
CATECISMO ROMANO
mavor parte sin ser remunerada su virtud con algún galardón ; es necesario
tornarse á juntar las almas con los cuerpos : para que los cuerpos, de que
usan los hombres como de compañeros del pecado , sean junto con el alma,
ó castigados por las malas obras , ó premiados por las buenas. Argumento,
que trató díligenusimámente San Crisóstomo en una Homilía al pueblo An-
tioqueno («)- Por donde el Apóstol disputando de la Resurrección , dice:
S í solo en esta vida esperásemos en Christo 5 somos los mas desgraciados de le­
dos los hombres (b). Las quales palabras ninguno juzgará que se dirigen á U
miseria del alma : porque siendo inm ortal, aunque los cuerpos no resuci­
taran j pudiera sin embargo gozar de la bienaventuranza en la vida veni­
dera. Pero se han de entender de todo el hombre. Porque si no se pagan
al cuerpo los premios debidos á sus trabajos ; es preciso que sean los mas
miserables de todos , los que asi como los Apóstoles , padeciéron en vida
tantos trabajos y calamidades. L o mismo enseña y aun con mas claridad á los
Tesaionicenses por estas palabras: Idos gloriamos en Las Iglesias de Dios por vues­
tra paciencia fe en todas vuestras persecuciones y tribulaciones, las que sufrís en
testimonio del justo juicio de Dios : para que seáis habidos por dignos en el Reyno
de Dios ; por el qual asimismo padecéis ; pues es justo delante de Dios que ni estos
que os atribulan « queden sin castigo , ni vosotros , que sois atribulados, singular-
don-; guando se manifieste desde el Cido nuestro Señor Jesús con los Angeles de su
virtud , castigando con llamas defuego s aquellos que no conocen a D io s, ni obedecen
al Evangelio de nuestro Señor Jcsu-Chnsto (c). Añádase también : que mien­
tras el alma está apartada del cuerpo , no pueden conseguir los hombres la
felicidad cumplida y colmada de todos los bienes. Porque siendo imper­
fecta toda parte dividida del todo . lo es también el alma que no está
unida al cuerpo. De donde se sigue ser necesaria la Resurrección de los
cuerpos , para que nada falte i la suma felicidad del alma. Y con estas
y otras semejantes razones podrá instruir el Párroco á los fíeles en este ar­
tículo.
& Después convendrá explicar eos cuidado según la doctrina del Apóstol,
Qss iodos quienes hayan dé ser restituidos á la vida. Porque escribiendo á los de Co-
¡hyE de sao- rínto , dice : Asi como m Ad<m ¿®d@s mueren., así en Ckristo iodos serán vivi-
/¡cadas (d). Todos pues han de resucitar sin diferencia alguna entre bue-

(ss; Hcíküí.4$-. ergo. (&) i. Certosa, rg» (é) Tosen. 5. ( f) EpistoL


íc) TibesaíL r. x. Cortada, xe. ig) L:b. se. 4e Cívitar. Del, cap. no.
PAR T E X. C A P ÍT U L O X IL 73
lados en las nubes , para salir al encuentro á Chrisío en d arre {a), porque
explicándolas San Am brosio, dice: En el mismo rapto los p revendí a la mver-
íc como por un sumo : de manera que d alma salida de i cua po al instante se
vuelva á él. Porque al ser levantados morirán , para que quando lleguen á vista
dd Señor , reaban con su presencia las almas : porque con d Señor no pueden
estar los muertos (¿}. Y esta, misma sentencia se comprueba con la autoridad
de San Agustín en el libro de la Ciudad de Dios (c).
Mas porque importa mucho persuadirnos de cierto , á que este mismo
cuerpo , este mismo que fué propio de cada uno , aunque se haya podrido T odos resu­
y hecho tierra , sin embargo de eso ha de ser restituido á la vida ; se ha­ citarán con
los mismos
rán cargo los Párrocos de explicar también esto cuidadosamente. Ésta es cuerpos que
la sentencia del Apóstol quando dice : Conviene que esto corruptible se vista ahora tie -
de incorrupción (d ). demostrando á las claras con esa voz Esto al propio cuer­
no. Y el Santo Job profetizó lo mismo clarísimamente , diciendo : Y en- mi
carne veré á Diu$ , mi Salvador 5 á quien veré yo mismo y y mis ojos te han de
ver y no otro (e). Esto mismo se colige de la dinnicloc de la misma resur-
recion : porque resurrección ( según el Damasceno) es restitución á aquel es­
tibo de donde caíste f f ) . Ultimamente si consideramos Ja causa , por la
que se demostró poco antes , que había resurrección , nadie podrá tener ra­
zón , para dudar en este caso.
Porque en tanto ensenamos que los cuerpos habían de resucitar , para que S.
de cada uno cuenta del bien ó del mal que hizo en este cuerpo (g), Lue­ Por qué es­
tos sism os
go conviene que resucite el hombre en el mismo cuerpo, por cuyas obras cuerpos se­
sirvió , o á Dios , ó ai demonio : para que eos el mismo cuerpo consiga rán resuci­
lis coronas 3 y premios de sus triunfos , ó pague las infelicísimas penas y tados.
castigos.
Pero no solamente resucitará el cuerpo 5 sino que también se le ha de 9.
restituir todo lo que requiere la Integridad de su naturaleza , y la hermo­ N o resuci­
tarán los
sura y ornamento d d hombre. Sobre esto icemos un testimonio ilustre de cuerpos con
Sin Agustín : fefescíi , dice el Santo , nada dfferAei© se bollara o: h i aier- íes detec­
;)■■■■£„ Sí alzvttes ku fa gr ícenos f ahí!indos de mas , » fesnesmn toda eqxdiei cor- tas cae te—
y dama. - s:m que: se reputaré mperfíno , fe ym cmeé¡ere ib pm bordan ¿dida. vieren an­
; oí camíran® : qx&sí® /-? asfermednd & ea zeyez ccmsvmiércn a: d acarpo , se tes.
a'ymncnrá p®r ia verted d ívim 1 ée ChristG : teams s i eégymm por ib irnicsiasím f:i¿~
?:■ ■ ■ ' ssaj éd g a ém . puxrqm s® ssilasmenie Tcforsszssré d S ed er d aarp& ; asm lodo
A qve ss 'fines kma qmitviá® f&r ía miseria de esCm veda (Ji). Y en otro logan
d o vdlrsa-'é. é tersar d- k st& re !®dm íes m bríios ysor sw® ? mw ios q®£ ernsven-
t 1- : segzm ¿zqmík; z Cm taém eshÍB t&dús im mÜdies de vmstra « d r a r (i) h s
paria; seréne, npmrúms segsm h. SciMávirm de Dt&s (jp). Pero en primer lu­
gar : como todos los miembros pertenecen 2 Is integridad de la nutrirá lezs,
todos rentos serán restituidos. Y así" los que ifkcroni ciegos de su ocamico:-
-v , o perdieron le vista por tdgsjtc desgracia . Iss cosos 5 y del todo man­
ir eos
s-'s asesah 4. í ¥ ¡ Sspsr f c s e Isessj. cap. e s . (gr. s . CoriiVD c. í'fe. üb. as.
ittij liSjRr, es®. 3®. Id’i 2, Cefebsíh. 15. áe C2a!. Den can. ¿5- ( £ } iSattA to.
j-A sy. (/ j ce Fice OrsoCL fe]¡ le. flecütiijtA cap.. l?yt.
74
CATECISMO ROMANO
eos y lisiados en qualquier otro miembro , resucitarán con cuerpo entero"
v perfecto : porque de otra manera no se cumpliría ei deseo del alma s qUe
está tan indinada á la unión con su cuerpo, y cuyo apetito creemos sin du­
da que se ie ha de cumplir en la resurrección. Demás de esto ; Consta bas­
tantemente que la resurrección , lo mismo que la creación , se cuenta entre
las obras principales de Dios. Luego así como al principio de la creación
hizo Dios todas las cosas perfectas , así también conviene afirmar que ente­
ramente será lo mismo en la resurrección.
JO. Y no se ha de confesar esto solamente de los Santos M ártires, de los
L os M arti—
Lr quales dice así San Agustín : M< estarán sin aquellos miembros 7 que les qvitá-
laíán her- ron m el martirio: porque esa falta no podría dexar de ser vicio del cuerpo. De
r o s e a d o s otra suerte los que fuéron degollados 3 debnan resucitar sin cabeza. Pero queda-
cor, sus el- r¿n en i05 artículos de sus miembros las señales del cuchillo resplandecientes so-
carnces. iQ¿0 e¿ QrG y p¡€¿ras preciosas , como las cicatrices de las llagas de Chis­
to (a).
rr. Esto también se afirma de ios malos con mucha verdad , y aun quan-
Por Sü cu¥ ñ -es hubieren sido cortados los miembros : porque quantos
Te iQ$&mz- mas tuvieren 5 tanto serán atormentados con dolores mas fuertes. Y así esa
los resiicl— restitución de miembros no ha de redundar en beneficio de ellos 5 sino en
tarán eme- calamidad y desventura: pues los méritos no se atribuyen á los miembros
rcs* sino á la persona con cuyo cuerpo están unidos. Y así á los que hicieron
penitencia , se les restituirán para su g lo ría ; mas á ios que la menosprecia­
ren , para su tormento. Si consideran los Párrocos atentamente estas cosas,
nunca Ies faltará copia de especies y sentencias . para excitar é ir.ñamar los
ánimos de los fieles en el amor de la virtud : á fia de que contemplando
Jas miserias y penalidades de esta vida , esperen ansiosos aquella gloria de
la resurrección , que está guardada para los Justos y Santos.
T2- Adora se sigue el que enriendan los fieles * que si miramos á las cosas
Todos les
■ c sr e r p e s
que constituyen la sustancia del cuerpo 5 aunque debe resucitar aquel mls-
emedarás mo £F e ántes habla muerto; todavía será su condición muy diversa. Per-
sEssorenes. qtne desando aparre otras diírindbnes s en lo que señaladamente se dIteren-
darán de sí mismos todos los cuerpos de los resucitados es , en que estan­
do antes sujetos á las leyes de la muerte , despees de reducidos á Ja vida.
íoggs quedarán inmortales , sita hacer en esto d rieren cía entre buenos y ma­
los.,. Esta restituidos soarabifiosa de la naturaleza nos b mereció k insigne vic­
toria que Chosso Señor nuestro consiguió de la muerte : como nos lo pre­
vienen los tesárnoslos de Es Sancas Escrituras. Porque escrito está : /Ví-
hpñaré d Scmr ia muerte pwm siempre ¡b). Y en otra parte : ¡Ó muerte
n ím w&?.sert£. (g) ! que explscsKdOiO el Apóstol s d ic e : Él postrer enemigo
ífrs é.s.sirMté<S) 3 es te muerte (d)„ Y css Sen Juco leemos : Ta no habrá sn.
■ zmertíe ¿y). Era pues muy conveniente al mérito de Cbristo Señor nuestro, peí
quien me desenridb el imperio* de la muerte que quedase vencido d pe-
cada de Ardan eos superiores veEtsjss. Esto mismo también fué muy cerr
fir-
U bi ssp r. cap. a©„ (d| IssI. .23. T. C«:-riño.A 1 g.
ó í Oseas 53. íri Apeealyp. 21.
PARTE I. CAPÍTULO XII. 7*
•^
forme á h justicia de Dios , que gozasen ios buenos perpetuamente de la vida
bienaventurada, y que ios malos pagando penas eternas , buscasen la muer­
te y no la encontrasen , deseasen morir , y huyera de ellos la muerte (a). Y
esta inmortalidad será sin duda común á buenos y á malos.
Tendrán además de esto ios cuerpos resucitados de los Santos ciertas in­
D e ios do­
signias y adornos ilustres , con los quales estarán esclarecidos mucho mas, tes de los
de lo que fueron antes. Los principales son quatro que se llaman Dotes , co­ cuerpos glo­
mo lo observaron ios Padres por la doctrina dei Apóstol. El primero es la riosos.
Impasibilidad ; esto es , una gracia y un dote , el qual hará que no puedan
padecer molestia , ni sentir dolor ni quebranto ninguno. Y así ni podrá da­
ñarlos el rigor del frió , ni el ardor del ruego, ni el furor de las aguas.
Siémbrase en corrupción , dice el A p ó sto l, levantarse ha en incorrupción (ó). Y
el haber llamado los Escolásticos á este dote mas bien Impasibilidad que in­
corrupción y fbé por dar á entender lo que es propio del cuerpo glorioso;
porque no tienen común la impasibilidad con los condenados , cuyos cuer­
pos , aunque sean incorruptibles , coi) todo eso pueden ser abrasados , ateridos,
y atormentados de varios modos. A este $e sigue la Claridad , con la qual
brillarán como na Sol los cuerpos de Jos Santos : pues así Jo testifica nues­
tro Salvador , diciendo por San Alateo : Resplandecerán los Justos como un
Sol en d Res-no de su Podre (e). Y para que ninguno pusiese duda en esto,
lo declaró con el exemplo de su transfiguración (d), A este dote llama el
Apóstol unas veces Gloria , y otras Claridad. Reformará , dice , el cuerpo de
nuestra humildad , asemejándole al cuerpo de su claridad (c) Y en otra parte:
Siémbrase en abatimiento , levantarse h¿ ai gloria ( j ). Aim el pueblo de Israel
vio en el desierto alguna imagen de esta gloria : guando el rostro de M oy-
ses por el coloquio y presencia de Dios resplandecía de modo , que no po­
días ios hijos de Israel mirarle á la cara (,g). Es esta claridad cierto res­
plandor que rebosa al cuerpo de la felicidad del alma : de suerte que es co­
mo una comanícacion de aquella felicidad de que el alma goza : así como
zl alma se hace bienaventurada , por derivarse en ella parte de la felicidad
ce Dios. Pero no se ha de creer , que toaos estén igualmente adornados con
este dee como con el primero- Porque todos los cuerpos de los Santos se­
rlo Igualmente impasibles ; mas no todos tendrán el mismo resplandor. Por­
que como dice el Apóstol - Cruz es la claridad deí S d , otra ¿a ¿te ia Luuay
) otra. í& de las estrellas : pises ¡asas estrella se dzfcromase de otra en la claridady
■¡ mi seré, la resurrección de fas mueri&s (k).
Con este dote está conjunto ,, el que ISamm Ag$ísd&dy por la qual se li­
brará el cuerpo áe la carga que le oprime aboca , j se podrá mover con
tanta ligereza á do quisiere el alma „ que no se pueda dar cosa mas veloz que
ese movimiento : como lo ertsefiáron! manifiestamente San Agustín en el libro
ce b Ciudad de Dios ( i) , y San Gerónim o sdbne Isaías (¿}. Por esto á i-
- c tii A p ó sto l: Siárémse cr¿ jl&qwzet, kvsxZafse &é ai virtud ( i ). A estos
ez se
^pocsüjrp. 9. s. CffiriarA -í. (g¡, e. Coráath. 5- (&} 1- CoviisEUa. 15.
T ySaira. sj. (d) IsídesB 57. C ) L& -13. ¿eCívk. Des esa. rS, e: ec.
■ b FifliiAj:. 3. { f ) s. Cariada. re. (í) S sej- cap. 4a. {/} 1. CodaiEs. i<..
75 CATECISMO ROM ANO
se añade el que se llama Sutileza : por la qual estará el cuerpo sujeto en
todo al imperio del alma , y la servirá y estará pronto á su arbitrio. Así
lo demuestran aquellas palabras del Apóstol : Siémbrase cuerpo animal „ resu­
citará cuerpo espiritual (a). Y estos vienen á ser ios principales puntos que se
habrán de tratar en la explicación de este artículo.
*4- Y para que sepan los heles los frutos que ptie.den coger del conocimien­
D élos fru-
to de tantos y tan grandes misterios > primeramente convendrá declarar que
sacan~de la debemos dar humildísimas gracias á Dios , quien les escondió á los sabios
doctrina de y prudentes del mundo , y los descubrió á los pequeáueios (¿). Porque {¡quán-
«ste artí- tos varones, ó sobresalientes con el loor de la prudencia s ó graduados de
cüj0‘ singular doctrina, estuvieron enteramente ciegos en esta verdad tan cierta?
Y así el haberlos manifestado á nosotros , que ni aspirar podíamos á tal In­
teligencia , nos obliga mucho á celebrar con perpetuas alabanzas la suma be­
nignidad y clemencia de Dios. Consíguese á mas de esto de lá meditación
de este artículo aquel gran fruto , de que fácilmente consolaremos así á los
otros como á nosotros mismos en la muerte de. aquellos que son nuestros
allegados ó por parentesco ó por amistad. Y de este genero de consolación
consta que usó el Apóstol , escribiendo á los de Tesalóníca acerca de los
que mueren (r). Pero aun en iodos los demás trabajos y calamidades será de
sumo alivio nara nuestro dolor la memoria de la resurrección venidera : co­
mo nos lo enseñó el Santo Job con su exemplo , esforzando; su triste y
afligido ánimo con la esperanza 5 de que vendría tiempo en que viese á su
Dios y Señor en la resurrección (d).
Asimismo valdrá esto muy mucho para persuadir á los fieles , que pro­
curen con toda diligencia hacer usa vida recta , justa y enteramente limpia
de toda mancha de pecado : porque si consideran que están depositadas pa­
ra ellos las inmensas riquezas , que se siguen á la resurrección , fácilmente
serán atraídos á los exercicios de la virtud y piedad. Y al contrario : cosa
ninguna tendrá mayor fuerza para rdrenar los apetitos del alma , y apartar
á los hombres de sus maldades 3 que el ser amonestados muchas veces de
los males y tormentos con que serán castigados los reprobos , que en aquel
ultimo día resucitarán para ei inicio de .su eterna condenación Sy).

CA-
Va) C o r ia s li. 1 3 . (p) M atch , n . id) Job. 19..
(-5 í* TfossaL a . í") Joaaa. g.
PARTE I. CAPÍTULO X III.
77

C A P Í T U L O X X IX ,

D EL A R T ÍC U L O D O CE DEL. CRED O .

Y la vida perdurable.

l£áo$ Samos Apóstoles Caudillos nuestros quisieron que el Credo donde T.


^or a i¡é es­
* A 0rdene la suma de nuestra fe , se concluyese y finalizase con el artícu­
te artículo
lo de'la" vida eterna. L o uno : porque despu.es de la resurrección de la car- se pone el
no resta á los fieles que esperar ; sino el premio de la vida perdurable- dirimo ; y
Y lo otro: porque siempre travesemos delante de los ojos^aquella^felicidad k mucho
ooc Impor­
o-rActa v'colm ada de todos los bienes, y nos acostumbrásemos ¿ fixar en
ta explicár­
eMaToáa'nuestra atención y pensamientos. Y así los Párrocos instruyendo sele al pue­
A 0s fieles nunca dotarán de encender sus ánimos , proponiendo los premios blo con fre­
VVa eterna ; para que quantas cosas les enseñen que deben padecer cuencia.
4 nombre Christiano , por muy arduas que sean , se les hagan fáci-
ks1. v por lo mismo gustosas, y así sirvan á Dios con mayor alegría y
Drontitud. i i i
' V porque cebaxo de las palabras que se ponen en este lugar para declarar i.
Q ué se en­
n-^stra bienaventuranza , están escondidos muchísimos misterios : estos se de- tienda aquí
y i d-smbnr de modo EdC se haSan manihestos ’ seSun lo Perminere k por el nom­
m L -d a d de cada uno. Se ha de enseñar pues ¿ los fieles que estas palabras bre de 'sida
"JdebeTáuT&bU no tanto significan la perpetuidad de k vida , á la qual tam­ eterna.
bién W n destinados los condenados y demomos , quanto la bienaventuran-
2 ' ene en esa perpetuidad hinche los desees de los bienaventurados. Así lo
e L - d k aquel Doctor de la ley , quien, como mee d Evangelio , preguntó ¿
A A o Señor y Salvador, 5 qué debia hacer par abosar la mda tierna
Como si d'vera : ? Qué es lo que he de hacer, para llegar a donde pue-
R -ozar de una felicidad perfecta ? En este sentido toman estas palabras las
Saetadas Letras : como se dexa ver en muchos lugares 0 ).
" Es Mamada especialmente con este nomore aqueda suma bienaventuran­ 3*
za para cue nadie tóense que consiste en cosas corporales y caducas , que Por qué Ja
- A A - d - i A e r eternas- Y afin esta vo z de bjaisveniuranxa tampoco podía ex- suma bien­
aventuran­
rf 5c¿r~ bastantemente lo que se preguntaba : mayormente qmndo no han fal­ za se ¡lama
cado hombres , eme lachados con la opmion de aorta vana saoidena , pu- m id a p er—

sumo bien en estas cosas que perciben los sentidos: porque^ estas durable.
«. ^ ve-ecen v se acaban ; pero k bienaventuranza no se puede estrechar á
u A m A ie m t A Antes bien‘ tan íexos estáo estas cosas terrenas d é la verda-
E^ddad , oac aquel está mas apartado de e ik , que esta mas poseído del
amor v deseos munda nos : porque escrito esta: A o queráis amar d mundo
ni h s ¡esas qui hev en ¿i. S í alguno ama ai mundo , no ata m d ia canaad
¿d Padr¿ ( t í Y poco- después : Pásase d mundo y ia concupiscencia-. Cosas son
CS-
Lue, io. 0} >îatt3 . zÿ. et 25, Joans. 17 . ss Kom. r, ic } i. Jbasn. a,
CATECISM O ROMANO
7S
estas que deben procurar mucho los Párrocos se ñu priman en- las almas de los
heles , para que se persuadan á menospreciar las perecederas , ya que es im­
posible haber felicidad en esta vida , donde somos no ciudadanos > sino fo­
rasteros O). Aunque aquí también seremos llamados dichosos en esperanza
si renunciando la impiedad y los deseos del siglo * viviéremos templada , jus­
ta y piadosamente en este mundo , esperando la bienaventuranza y la venida
«donosa del gran Dios y Salvador nuestro Jesu-Christo (b). Por no haber en­
tendido estas cosas muchísimos , que presumían de sabios , y pensaban que la
felicidad se había de buscar en esta vida , se hicieron necios , y cayeron en
grandísimas calamidades. Pero además de lo dicho percibimos también por este
nombre vida perdurable : que la felicidad una vez conseguida nunca puede

deseos del hombre , necesariamente consiste en vida eterna : porque no pue­


de el bienaventurado dexar de querer en gran manera que le sea concedido
gozar perpetuamente de aquellos bienes que llegó á conseguir. Y por tanto
si no fuera estable y cierta esa posesión , era forzoso que el temor de per­
derla le tuviese en grandísima congoxa.
Pero quan grande sea la felicidad de los bienaventurados que viven en la
Jjl bien- purria celestial, y que solo ellos 5 no otro alguno , puede comprehenderla. bas-
aventüraa- tantemente lo demuestran estas mismas voces , quando decimos vida bienavm-
^ turada. Porque si habiendo de significar una cosa , nos valemos de un com­
plicar coa bre que es común á otras muchas s luego entendemos que falta voz pro-
palabras m pía con h qual se pueda expresar dignamente. Y así declarándose la felici-
perc;b:rla dad con unas veces que no menos convienen í los bienaventurados , que í
CÍ?T~TaáÍ- to^os Tae v'N-en para siempre; esto puede ser prueba de que es una cosa
jsMsro. Esa alta y eminente , que no podemos significar con nombre propio perfec­
tamente su esencia. Y aunque en las Sagradas Letras se atribuyen otros mu­
chísimos nombres á esta celestial bienaventuranza, quales son Remo de Dics (c),
Rcpzs de Ckrzsm (d) ? Rcym de im Cidús(c\ Paraíso ( f ) „ Ciudad SantaQg^nseus.
Gerusaíai (&) 3 Casa del Padre {$ ),. con todo esc es claro que ninguno de ellos
es bastante para explicar su grandeza. Y por esto los Párrocos no dexarán
perder la ocasión que aquí se les ofrece , de atraer á los fieles á la piedad,
justada , y demás exerdezos de la Religión C iidstkoa con premios tan gran­
des 5. como les que se declaran por el nombre de vida perdurable.
Porque es constante que la vida se suele contar entre los mayores bie­
nes que por naturaleza se apetecen- A" así por este bien señaladamente se
difina la bienaventuranza , quasdo la llamamos vida perdurable, pues si cosa
Bmgnoa se ama mas ? ni la. puede haber mas querida y gustosa que esta vicia
oreve, calamitosa y sujeta á tantas y tan varias miserias , que mas bien se pue­
de Mamar tañerte ; ¿ con qué soficítad ,, con qué tesón deberemos buscar aquella,
vida eterna 9 qtie desterrados todos los males encierra en sí ei coojunto perfecto
Y cssBpEdb de todos los bienes ? Por-
í» -- Bar?. ®. 0) T k . a. (p}- Eaeeà- a A (g) Issi. £2*
(A Masas. ila) jfeaan. z$„ Apocaíy®«. 3.
ííí Msieó. g. ( í } Josas. 24-
PA R T S I. CAPÍTULO XIII, 1g
Porque como enseñaron los Santos Padres 5 la felicidad de la vida eterna Y
se debe dinnlr por la esencion de todo mal y logro de todo bien. Acerca L a bien­
aventuran­
de los males son clarísimos los testimonios de las Sagradas Letras. Porque en za esrá en
el Apocalipsis está escrito; JVo padecerán mes hambre ni sed , ni caerá sobre carecer de
dios d S o l, ni otro calor ninguno (a). Y en otra parte Limpiará Dios ioda todo mal y
lágrima de sus ojos , y ya no habrá mas muerte , ni llanto , ni clamor , ni dolor conseguir
ninguno : porque ya se pasáron las cosas primeras (*). Inmensa pues será la glo­ todo bien.
ria de los bienaventurados é innumerables las diferencias de sólida alesna y
de deleyte : que no podiendo caber en nuestras almas la grandeza de esta glo­
ría , ó entrar en ellas de modo alguno; es necesario que nosotros entremos
en ella , esto es , en el gozo del Señor (c) , para que engolfados en él saciemos
colmadamente los deseos d d alma.
Y aunque según escribe Sao Agustín (d) parezca mucho mas fácil contar los
males de que hemos de carecer , que los bienes y delicias de que hemos de Qoaies
gozar ; sin embargo se ha de poner cuidado en explicar á los heles breve y sean ios bíe.
nes 3 ae que
claramente aquellas cosas que podrán i uña mar sus corazones en el deseo de gozan jQs
conseguir aquella suma felicidad. Y en primer lugar será conveniente valer­ bienaventu­
nos de aquella distinción que hemos tornado de Escritores gravísimos de las rados.
cosas divinas. D os géneros de bienes se establecen que h a y : de los qusles el uno
pertenece á la esencia de la bienaventuranza, y d otro se sigue á la misma
felicidad. Y por esto para mayor claridad hambrón. esenciales á los primeros,
y aiddm-taks á los segundos.
Pues la legítima bienaventuranza que comunmente se llama esencial, con­
siste en ver ¿ Dios , y en gozar de la hermosura de aquel que es la fuente y So. cué
principio de toda bondad y perfección. £sfá es ¿a vida eterna , dice Christo consista. la
Señor nuestro, fase smozesrz ¿ ía mía verdadera Dios s y & jcsu-Christo . á quien íMenavectn-
ranza esen­
s arviasíe (e) ^ la qeal sentencia parece que interpreta San Juan cuando dice: cial y pri­
Cmisñaias , ¿skür&r seises hrjes de Dias y y iúdmia m se ha manijesiach lo que se­ maria.
remos ; psarqne $ck¿7ssüs que yassrbb se desastres. „ seriemos semejantes é é l : pues le
terémzs tema es es si ( / ) ; Porque da á entender que la bienaventuranza está en
Citas dos cosas : Una , en que veremos á Dios , cual es en su naturaleza y sus-
tanda. 'Otra , en que seremos hechos como Dioses : porque los que gozan
¿e él , arinque retengan su propia naturaleza. sin embargo se vistee de cría
tan marabiilosa y casi divina forma , que mas parecen Dioses que hombres.
La razón ciara de hacerse esto así , es porque cada cosa se conoce ó por fi.
m esencia , ó por sus semepraz y especie. Y como no hay cosa semejante á Los bien­
aventura­
Dkss por la que ayudados de su semejanza pedamos arribar al conocí mico í o dos se vis­
pettecto de e l ; es necesario que ¡ninguno pueda ver ss nsturaieza ó esencia, tee en cier­
es que esta misma esencia divina se yante con nosotros. A esto significan: to modo de
aqueñbs palabras de! Apóstol r Áüwre voms pmr rtspeps as emgsnü : calmees cara la nata raic­
a ,usr«i (g)„ Porque decir en e~¿igp¿s , lo explica Saz Agustín (&) en semejanza ea de Uics-
acciSDcdada para conocer a D ios. Y esto mismo declara expresamente San
D io -
■ ;íA Asítrssyiffis. y ¡A; Ibtd. st. Í¡A Josas. xy. {f} i . Joan s. 3.
■ ir:} am^zx 25. :¡J) £íi-i \ ¿k, dz lg¿ x. Cecistís. 13.- (&) Lib. 13.
Aerüii. iDciaín:. de Trisib. cap. p.
8o CATECISM O ROM ANO
Dionisio , quando dice : que por semejanza ninguna de cosas inferiores se
pueden percibir ias superiores (n); pues por la semejanza de una cosa corpó­
rea no puede conocerse la sustancia y esencia de la que es incorpórea: ma­
yormente siendo preciso que las semejanzas de las cosas tengan menos de ma­
terialidad , y sean mas espirituales que las cosas mismas á quienes representan,
como fácilmente lo experimentamos en el conocimiento de todas las cosas.
Y como no es posible haber semejanza de cosa alguna criada que sea igual­
mente pura y espiritual 3 como es el mismo Dios ; de aquí es que ;pcr nin­
guna semejanza podemos conocer perfectamente la divina esencia. A esto se
junta que todas las cosas criadas están ceñidas á ciertos límites de perfec­
ción : mas Dios es infinito , y es imposible caber su inmensidad en semejan­
za alguna de cosa criada. Y así el único medio que ha y para conocer la
esencia divina , es que ella misma se junte con nosotros , y por un modo ine­
fable eleve altamente nuestro entendimiento, y así nos haga hábiles para con­
templar su naturaleza.
Esto se consigue por el lumbre de gloría , quando ilustrados con este
Por el íüin- resplandor veremos con su lumbre á Dios luz verdadera (o). Porque los bien-
hredegio- aventurados siempre están viendo presente á D io s , y con ese don que es
ría. ven á c¡ y aventajado sobre todos ; hechos participantes de la naturaleza di-
vina gozan de la verdadera y legítima bienaventuranza : la que debemos creer
tarados, y de manera, que la hemos de esperar de la benignidad .de Dios con una es-
todos de- peranza cierta : como se dífinió enel Símbolo de los Padres : pues ¿íce:
hemosespe- £¿pam ü en la. resurrección de los musrlás , y la vida deí siglo advenidero.
rar :o mis—
Estas cosas son verdaderamente divinas , y ni hay voces para explicar­
jes?.
io. las s ni entendimiento para eomprehendsrlas. Pero todavía se dexa ver aigu-
Expiicsse na imagen de esta bienaventuranza aun en aquellas cosas que los sentidos
con un. si- perciben. Porque así como el hierro echado en el fuego se hace ascua , y
^ T j f 0 aunque no se mude su naturaleza 3 con todo eso se para de manera que pa-
srentsra- rece otJ£ t£a distinta , qual es el mismo fuego'; de! mismo modo los que
dos se hn- son admitidos en aquella gloria celestial, infamados con el amor de Dios,
t a s c o a de tal suerte se mudan, aunque no áexan de ser lo que son , que con ra­
lífes. zón puede decirse que distan mes de los que viven en el mundo , que el
hierro hecho ascua . del que está del todo f i o . Y por decirlo todo de una
vez aquella suma y cumplida bienaventuranza . que llamamos esencial, se ha
de constituir en la posesión, de Dios. Porque i que puede misar para una re™
licüdiad perfecta , al que posee al s e s o y perrccsisiruo bien t
_. Pero auss todavía se allegan ciertos ernantentos comunes á todos ios bien-
Be fe gis— aveorurades s íes quales por estar menos remoto;, de la razón humana , sut-
ría aerfiea- fen mover y despertar nuestros animes con uwvor velicmencia. D e este cie-
5S Pzrecc £cr de que dice el Apóstol í ios Romanos r C iará , Y e-
? enlucí vhtrai ha* y ) , Porque ciertamente los He álcen­
le;.;. Sanes«. p : “¿CÍ gozaran de fe gloria . y so solo ele aquella que declaramos ser fe
cTcnuventuranza etenaal , ó m uy rbcgida á su naturaleza; sino también d-
acuate que ecacste en la noticia clan y mamhesta , que tendrá cada uno «fe

CAc. m Je Bív. tices. v■ r- jrssLsi. 35“ H Kcsnarr. c.


PAUTE I. CAPÍTULO X III. 3i
ja grande y sobresaliente dignidad de los otros. ¿ Y quál entenderemos que
será aquella honra que les hara el Señor , quando sean llamados , no ya sier­
vos , sino amigos , hermanos, e hijos de Dios pues nuestro Salvador llama­
rá á sus escogidos con estas amorosísimas y honrosísimas palabras : Venids
hendites de mi Padre , y poseed el Rejuo que os está preparado (a). D e suerte
que con razón podamos exclamar : ¡En gran manera y Señor , son honradas
tus amigos (b) ! Y también serán celebrados con alabanzas por Christo Señor
nuestro delante del Padre celestial y de sus Angeles. Demás de esto : si á to­
dos los hombres imprimió la naturaleza un deseo común de ser honrados
por varones insignes en sabiduría , por entender que serán los testigos mas
calificados de su virtud ; ¿ quinto pensamos que se acrecentará la gloria de
los bienaventurados por el sumo honor que sobarán unos á otros?
12.
Obra sería de nunca acabar hacer relación de tedas las delicias, con que D e oíros
estará colmada la gloria de los bienaventurados , y ni imaginarias podemos mochos hie­
siquiera. Pero deben los fieles estar persuadidos , á que todas las cosas de res de que
gozarán los
placer , que podemos tener ó desear en esta vida , sean pertenecientes al bienaven­
adorno del alma , o la perfecta disposición del cuerpo , sobreabundan en aque­ turados.
lla vida bienaventurada con la afluencia de todos los bienes celestiales; y esto
en tan alto modo , que ni ojos vieron , ni oídos oyeren , ni pudo caber en cora­
zón de hombre : como afirma el Apóstol (c). Porque el cuerpo que antes era
tosco y grosero , quando desterrada la mortalidad se haga sutil y espiri­
tual en el Cielo , no necesitará de alimento ninguno. Alas el alma estará lle­
na de sumo deieyte con el eterno manjar de gloría , que pasando ministra­
rá á todos el Autor de aquel gran convite. ¿Quien echará allí menos las ro­
pas preciosas , ó los reales atavíos del cuerpo . donde nada de eso puede ser­
vir? pues todos estarán vestidos de inmortalidad y resplandor , y adorna­
dos con corona de eterna gloria. Y si pertenece también á la humana felici­
dad tener una casa espaciosa , y magnífica , \ cuál puede discurrirse mas an­
cha , y suntuosa que el mismo Cielo iluminado por todas partes con ia cla­
ridad de Dios ? Por esto el Profeta contemplando k hermosura de aquella
habitación S/y ardiendo en deseos de llegar á aquellas sillas bienaventuradas,
exclama : ¡O quán anuidas son ¿ms moradas s Señor de las virtudes j Codicia , y
desfallece mi alma, por los áirios dd Señor 5 t&í corazas , y mi carne se alegraron
en Dms vivo (d), Que este sea el afecto , esta la vo s común de todos los
hdes , así como los Párrocos lo deben desear con vehemencia, así también
Jo deben procurar cgb el mayor desvelo.
Y como en la casa de mi Padre, dice el Señor , hay muchas moradas (e) - 3*
E n la glo­
en hs quales se darán los premios mayores , ó menores „ conforme cada uno ría son los
lo hubiere merecido: Porque d que siembra iüii escasa , escasamente cogerá: premios se­
ti qme sembrare ai baidkierus T será en hcu¿u:&m su. cosecha ( f ) - por es­ gún jos mé­
to no .solamente excitarán á los fieles para esta bienaventuranza : sino que ritos.
isrnbsyn les amonestarán coo ircouerscta ,, que el memo seguro efe conseguir­
te es = que armados de re y caridad. 5 y perseverando es la oración, y saiu-
l da-
Mattsj. 2 ;. (¿y P ssb m 13S. (¡J'i Pssüssi:. % . fe) Joann. i.p
iv; x. Carims. s™ { j) CeriatE 9.
g2 CATECISM O ROMANO
dable uso de los Sacramentos, se ejerciten en todos los oficios de misericor­
dia para con sus próximos. Y así se hará por la bondad de D io s , quien
preparó esta gloria bienaventurada para sus amadores , que se cumpla algUn
diablo q u e dixo el Profeta : Asentarse ha mí pueblo en la hermosura de la
faz j y en ios tabernáculos de ¿a confianza , y en un descanso opulento (a ).

SEGU N D A PARTE

DEL C A T E C I S M O ROMANO.
CAPÍTULO I.

DE LOS SACRAMENTOS EN COMUN.


t. T o d a s las partes de la doctrina Christiana requieren ciencia y desvelo , mas
Cuidado
grande de­
la doctrina de los Sacramentos que por mandado de Dios es necesaria , y
be poner el por su utilidad muy fructuosa, pide en el Párroco singular talento é indus­
Párroco en tria : para que percibiendo su explicación los rieles con cuidado y frecuen­
enseñar es­ cia , salgan tales que se les puedan administrar digna y saludablemente co­
ta doctrina.
sas tan excelentes, y santas : y guarden los Sacerdotes aquella regla divina:
J\ro deis las cosas santas á los perros 3 ni arrojéis vuestras margaritas ánti los
animales inmundos (¿),
Y porque primeramente se ha de tratar de todos los Sacramentos en
2.
B e lo que común j conviene desde luego declarar la fuerza y virtud de esta voz Sa­
significa es­ cramento ? y explicar su dudosa significación : para que se entienda con mas
ta voz Sa­ facilidad qusl sea en este lugar el sentido propio de esta voz, Se ha de en­
cramento.
senar pues á ios fieles que el nombre de Sacramento (según que pertenece
á este propósito)de un modo le tomaron los profanos, y de otro los sagra­
dos Escritores. Porque aquellos Autores se valieron de esta voz , para signih-
car la obligación que contraemos 5 quando nos sujetamos con e! lazo del ju­
ramento á ía servidumbre de alguno, Y por esto el juramento coa que se
obligan los Soldados á servir coa fidelidad á la República , fue llamado Ss-
crámenlo mililar. Y esta parece haber sido entre ellos la significación mas fre­
cuente de este vocablo, Pero entre ios Padres latinos que escribieron sobre
materias teológicas , significa este nombre alguna cosa sagrada . que está en­
cubierta y oculta.: así como ios Griegos se valieron de la voz Misterio. pan
significar eso mismo, Y en este sentido entendemos que se ha de tomar ls
voz Suc-remsimt® : quando se escribe á los de Sieso : Pares que nos hiciese manijics-
i& el Sacrammia de su vülwdaé (c). Y también á T im oteo : Es grande Sacra*
de pmíad id). Asimismo ce tí libro de la Sabiduría se lee : Ah ¿t-
noctéron im Sacramentos ac Dws (s), En los óptales lugares y en otros cin­
chos
Ov ísai. 32. ($?} Msttíi, 7, (d) T.'iÜEE. 3.
(r) Epiesc 1, (?) Sapieau e.
PARTE. II. CAPÍTULO î,
chos se dexa ver , que el Sacramento nada mas significa que una cosa sa-
eradada s escondida y oculta.
Por esta razón juzgaron los Doctores latinos que podían con toda pro­
Es ir. uy an­
piedad llamarse Sacramentos ciertas señales sensibles que causan la gracia , y tiguo el uso
ál mismo tiempo la declaran, y como que ,1a ponen delante de los ojos. de la voz
Aunque según quiere San Gregorio (a) se pueden decir Sacramentos, por Sacramen­
quanro la virtud divina ocultamente obra la salud haxo los velos de cosas to para sig­
nificar las
corporales. Y no piense ninguno que esta voz es nuevamente introducida en señales de
ia Iglesia : porque el que leyere á los Santos Gerónimo (b) y Agustino (c), las cosas sa*
luego verá claro , que los Doctores antiguos de nuestra Religión usaron gradas.
muchísimas veces del nombre de Sacramento , para demostrar esto mismo
de que hablamos : aunque á veces también se valían de la voz Símbolo , ó
mística señal , ó señal sagrada. Y esto baste acerca de la voz Sacramento:
b qual conviene también á los Sacramentos de la ley antigua : pero de
estos no tienen que tratar los Pastores : pues fueron abrogados por la ley y
gracia del Evangelio.
Pero además de la significación de la voz que se ha declarado hasta aho­
De la difi—
ra , se ha de averiguar también con cuidado la virtud y naturaleza de la co­ nicion dei
sa significada , explicando á los fieles : qué cosa es Sacramento. No se pue­ Sacramen­
de dudar que los Sacramentos son de aquel linage de cosas por las quales to.
se consigue la salud y la justicia. Muchos son los modos propios y acomo­
dados para explicar su esencia. Pero ninguno la demuestra tan llana y cla­
ramente , como la difinicion que dio San Agustín , la que después han re­
cibido todos los Doctores Eclesiásticos. Es Sacramento , dice el Santo . una
señal de cosa sagrada (d) , ó (com o se dixo por otros términos , aunque
en sustancia lo mismo) es Sacramento una señal visible de la gracia invisible,
instituido para nuestra justificación.
Y para que mejor se entienda esta difinicion , expondrán los Pastores
División
cada una de sus partes. Y primeramente convendrá enseñar que hay dos de las cosas
géneros de cosas sensibles. Unas , que se inventaron para que signifiquen sensibles, y
otra cosa distinta. Y otras , que fueron hechas no para que signifiquen , si­ qué se en­
no para que existan ellas mismas. Y en esta linea se pueden colocar casi to­ tienda por
la voz re­
das las cosas naturales. Pero en el primer género se deben poner las voces de íróf/.
las cosas, ios escritos, van deras , imágenes , clarines , y otras muchísimas
como éstas. Porque si quitares á las voces la fuerza de significar , quitas la
causa por qué fueron instituidas. Y así éstas propiamente se llaman señales,
Poique señal, dice San Agustín , es lo que además de la especie que ofrece á
los sentidos , hace que por día vengamos en conocimiento de otra cosa (e). Co­
mo por la huella que vemos impresa en la tierra , luego conocemos que pa­
so alguno cuya huella aparece.
Siendo esto así , es evidente que el Sacramento se debe reducir á aque­ 6,.
lla clase de cosas que fueron instituidas , para significar otra diversa : pues Los Sacra­
l z con mentos ea
yd) In cap. 16. Lib. i. Reg. (d) Lib. to. de Civit. cap.
' A In Threa. (c) Lib. ig . eontr. (=’} Lib. a. de Dactdn. Christus,
st. can. 11. cap. i.
CATECISMO ROMANO
84
cocui" se cierta especie y semejanza, nos manifiesta lo qae ODia Dios en nugjjr^j
deber, con- por su virtud divina , la qual no pueden percibir los sentidos. Así
1¡S s e i s s u c e d e 'en el Bautismo (por hacer mas claro con el exempio lo que se va
ensenando ) 7 pues cjusnuo con cicr^s y" soxciisncs p2,l¿or3o somos pGr íucr^
lavados con el agua , se significa , que por virtud del Espíritu Santo se la­
van por de dentro todas ras msnenas y fealdades del pecado , y qug sqq
nuestras almas enriquecidas y adornadas con ^aquel don esclarecido de ja
divina °Tacia : y al mismo tiempo este lavatorio del cuerpo obra en el al­
ma lo mismo que significa : conloase expucará en su lugar.
R Y aun de las Escrituras se colige claramente 3 que se debe contar elSa
era mentó entre las señales. Porque hablando el Apóstol de la Circuncisión,
por las Ps- que era Sacramento de la ley vieja , y que fue ciado a Abrahan Padre de
ciíz Lirai* loscreyentes , escribe asi a ios Romanos : T recibió la señal dela Circunci­
sión , sello de la justicia ae la j& yO* T en otra parte , quandoaseguraque
icios TíOSOlrOS (plt CSiüVlQS b(llitigadoi OI gpCzU- Cr.l is/.Q , CSiClTilOS oautixados £71
muerte (b) , da á entender que tiene el Bautismo esta significación , á saber,
como el mismo Apóstol dice- : Que nosotros estarnos sepultados jumamente con
Ckrisio por d Bautismo para la muerte (c). Y no aprovechará poco que en­
tienda el pueblo n e l, que los Ssci amemos pertenecen a las señales i porque
de esa manera se persuadirá mas Raímeme , á que son samas y augustas
las cosas que se significan , y que se encierran y se obran por ellos; y co­
nocida esta santidad , se despertara a adorar mas, y venerar la largueza de
Dios para con nosotros.
8. Síguese ahora explicar aquellas palabras : de cosa sagrada , que es la se­
Quin­ gunda parte de la diimlclon. Y para hacer esto con mayor claridad se han
tos géneros qde tornar
tomar mas de raíz las cosas „ que aguda y delicadamente ventiló
:Hay6G£ se~ ce
üaios.
San Agustín sobre las diferencias de señales. Porque hay unas que se llaman
naturales : y san aquellas qics iídan&ás ds sí mismas producen, m nosotros la no­
ticia de otra cosa distinta, {&) (lo que es común en todas ellas , según ya se
mostró); como el humo , por el qual al instante entendemos que hay fue­
go. Y llámase natural esta señal , porque el humo no significa al ruego por
voluntad alguna; sino que la experiencia de las cosas hace que en viendo
uno el humo , aunque no vea mas 5 luego percibe con el entendimiento h
naturaleza y la fuerza del fuego que hay allí , aunque no se descubra. Otras
señales hay , que no lo son por su naturaleza ; sino impuestas é Inventadas
por los hombres ,, para poder hablar unos con otros , explicar sus concep­
tos „ y recíprocamente conocer sus pareceres y consejos. Estas señales son
tantas y tan diversas , como- se aerea ver de que unas pertenecen al sentida
de la vísta, otras al ¿el oido , y otras á ios demás. Porque quando per se­
ñas decimos algo á uno : como por exempio si emrhoiando la randera , le
damos ¿ entender alguna cosa ; es claro que esta señal solo pertenece á les
ojos ; así como d sonido de trompetas , clarines y cítaras, que no se hace
por .sola diversión , sino mochas veces para significar 5 pertenece al oído. V
por este sentido señaladamente se perciben también las palabras a las quAs
tie-
p) Reta. 4. l&j Roza. 6. (e) IbHeia, Id) Life. 2. de Boctr, Christ, cap, u
PARTE II. CAPITULO í. g*
u3
tienen fuerza muy poderosa para manifestar ios pensamientos íntimos del
sima. v
pero además de las señales que hemos dicho haber establecidas por con­ 9-
sentimiento y voluntad de los hombres , hay otras dadas por voluntad de D e las se­
Dios , las quales también son de varios géneros , como todos condesan. dales i asu­
Porque unas solamente ííiéron encomendadas por Tíos á los hombres, para midas por
D ios.
$i<mincar , ó para advertirles alguna cosa : y de este modo fueron las purifi­
caciones de la ley , el pan cenceño , y otras muellísimas pertenecientes á las
ceremonias del culto Mosáyco. Pero otras instituyó el Señor que tuviesen
virtud , no solamente de significar , sino también de obrar. Y en este ulti­
mo género de señales es manifiesto oue se deben poner los Sacramentos de
la ley de gracia : pues son señales instituidas por Dios , no inventadas por
los hombres : y que de ellas creemos ciertamente , que contienen en sí vir­
tud de obrar aquella cosa sagrada que significan.
Mas así como habernos mostrado que son las señales de muchas mane­ 10.
ras , así también decimos que ia cosa sagrada no es de una misma. Pero Cóm o se
por lo que toca á la dinnicion del Sacramento que se propuso , demuestran haya de en­
tender esta
los Escritores de las cosas divinas por el nombre de cosa sagrada k gracia cosa sagra­
de D ios, que nos hace Santos , y que nos adorna con los hábitos de todas da.
las virtudes divinas : porque juzgaron con mucha razón , que ' í esta gracia
se debe atribuir , como propio el nombre de cosa sagrada : pues por medio
de ella se consagra y se junta nuestra alma con Dios.
Por esto para que conste con mas claridad qué cosa es Sacramento , se si.
ha de enseñar , que es una cosa sensible , que por institución de Dios tiene Se da
otra expli­
virtud así de significar , como de obrar ia santidad y justicia. Y de aquí se cación mas
sigue que fácilmente puede entender cada uno , que las imágenes de los difusa de
Santos , las Cruces , y otras cosas semejantes , aunque sean señales de cosas lo que es
sagradas , no por eso se han de decir Sacramentos. Y será fácil probar la Sacramen­
to j y en
verdad de esta doctrina con el exemplo de todos los Sacramentos, si qui­
Qué se di­
siere alguno practicar en ellos , lo que hicimos arriba con el del Bautismo: ferencia de
cuando decíamos que aquella solemne ablución del cuerpo , era señal, y que otras seña­
juntamente tenia virtud de causar la cosa sagrada , que interiormente se ha­ les sagra­
das.
cia por virtud del Espíritu Santo.
Conviene también principalmente a estas señales místicas instituidas por 12.
Dios 7 significar en fuerza de su disposición divina , no una cosa sola , sino Dos Sacra­
muchas juntas. Esto se dexa ver en todos los Sacramentos : los quales no mentos no
solo significan nuestra santidad y justicia; sino á mas de esto otras dos co­ s íg n iñ ean
sas muy juntas con la misma santidad , que son la Pasión de Christo Re­ tina cosa
sola , sino
dentor nuestro , que es la causa de la santidad , y la vida tierna y bien­ muchas.
aventuranza celestial , á la qual debe nuestra santidad encaminarse como á
fin. Y como esto es cosa que claramente se puede ver en todos los Sacra­
mentos , con razón enseñaron los sagrados Doctores , que cada Sacramento
significa tres cosas , porque nos recuerda alguna cosa pasada , nos señala y
demuestra otra presente , y nos anuncia otra venidera. Y no se ha de pen­
sar que enseñen este de manera , que no se pruebe con el testimonio de las
—¿enturas, Porque diciendo el Aposto! : Qhautos estamos bautizados cu jz s u -
Ckris-
86 CATECISM O ROM ANO
Quisto , estamos bautizados en su muerte (a ), claramente demCesíra que por
tanto el Bautismo se ha de decir señal , porque nos recuerda la Pasión y ¿
muerte del Señor. Y diciendo después : Que estamos sepultados juntamente cuñ
él por el Bautismo para la musí te 5 y aue como Chrtsto resucito de les ??zuertos
por la gloria del Padre , asi también andemos nosotros en novedad de vida Q¡),
es manifiesto por estas palabras, que el Bautismo es señal por la qual se
declara la gracia de Dios , que en éí se nos infunde , y por cuya virtud se
nos concede 5 que entablando nueva vida 5 exercitemos fácil y alegremente
todos los oficios de la verdadera piedad. Y últimamente quando añade: One
si so?nos plantados juntamente con él á ¿a semejanza de su muerte , lo seremos
también á la de su resurrección (c) , manifiesta que el Bautismo es señal clara
de la vida eterna que por él hemos de conseguir.
Pero además de todos este* géneros , y varios modos de significar que
A u n 13 mu- habernos referido , acaece también muchas veces que demuestre y señale el
chas eo- S a cra m e n to n o una sola cosa presente 5 sino muctias. Esto es fácil de cu­
sas presen- tender é los que pongan los ojos en ei Sacramento Santísimo de la Euca-
T e f ^ l - r*stía ’ ? or se seiaala la presenda del verdadero cuerpo y sangre del
crainenio. Señor, y asimismo la gracia que ye d z z los que dignamente le reciben. De
lo dicho hasta aquí no pueden tallar á ios Pastores argumentos , con que
manifestar cuán grande poder de Dios , y quántos milagros secretos estén
encerrados en los Sacramentos de la ley de gracia : para persuadir á todos
que deben adorarse y recibirse coa soma reverencia y devoción.
Mas para enseñar el debido uso de los Sacramentos , no hay meter me-
Par *qaé que explicar con cuidado las causas 3 por las cuales convino fuesen ins-
faé nece- tímidos. Muchas suelen contarse. La primera es la flaqueza del entendimiento
sario íbsíí- hum ano, tan grosero por naturaleza s que en manera ninguna puede arribar
a¡ conocimiento de las cosas espirituales, sino mediante las que se perciben
craiuearos. ^ ^ SCi>i:do. Y así para ene pudiésemos entender con mas facilidad las
cosas que se obran por vi rrúes, oculta ae Dios , ei mismo Supremo Artífice
de todo por su benignidad hacia nosotros , ordeno con suma sabiduría de­
clarar esta misma virtud por algunas señales de cosas que perciben los sen­
tidos. Porque como dixo esclarecidamente San Crisostom c: „ S i hubiera sido
enaao ei hombre sin cue.po , le úiuoierao sicio otrecudc-s estos mismos bie-
nes daros , y sin embozo alguno ; pero como está el alma unida al cuer-
„ po , fue absolutamente necesario para que llegase á entenderlos , usar á
„ medio de valerse de cosas sensibles (d).
La segunda e s , que no fácilmente se mueve nuestra alma a creer Es ce­
sas que se oes prometen. Por esto D ios desde el principio d d mundo esdió
írecueotísimarneute ¡canil estar de palabra k s cosas qoe había determinado-
obrar. Y i veces también queriendo hacer alguna obra „ cuya grandeza pu­
diese hacer flaquear k fe de lo prometido s añadía á las palabras otras se­
ñales que venian i tener especie de milagro. Y así quasdo enrió á Moyses
á libertar d pueblo Israelítico , com o temiese éste , aun esforzado*««! el
» co rro de Dios qoe k ponía d precepto , ó que se le impusiese carga msr
3 £-
(<s¡ Rasa. 6. {&) IHausr (d)¡ lUáem* {J} Hasa. Sz. la Mszzh.
PARTE II. CAPÍTULO I. g7
oesada de ía que podía llevar , ó que el pueblo no diese crédito á los oráculos
v palabras divinas ; confirmó el Señor su promesa con grande variedad de se­
ñales («)* Pues así como en el viejo Testamento so lia L>Íos atestiguar con seña­
les la firmeza de alguna gran promesa : así ahora en el nuevo , habiéndonos
prometido Christo Salvador nuestro el perdón de los pecados , la gracia celes­
tial , y la comunicación del Espíritu Santo , instituyó ciertas señales sujetas á
los ojos y sentidos , que fuesen como prendas con que le tuviésemos obliga­
do , y así nunca pudiésemos dudar de que sería fiel en lo prometido.
La tercera causa fué el que tuviésemos á mano aquellos remedios , y
como escribe San Ambrosio (¿0 , aquellos medicamentos del Samaritano
Evangélico , para recobrar y conservar la salud de las almas. Porque era ne­
cesario que la virtud que mana de la Pasión de Christo , esto es , la gracia
que nos mereció en el ara de la Cruz , se derivase á nosotros por los Sa­
cramentos , como por ciertos conductos : pues á no ser así , á ninguno po­
dría quedar esperanza alguna de salud. Y por esto el clementísimo Señor se
dignó dexar en la Iglesia los Sacramentos afianzados en su palabra y prome­
sa , por ios quales creyésemos sin duda , que se nos comunica efectivamente
el fruto de su Pasión : con tal que cada uno de nosotros se aplique á sí mis­
mo devota y religiosamente esta medicina.
La quarta causa por la qual puede parecer necesaria la institución de los
Sacramentos , es , para que fuesen señales y divisas , por donde los fieles se
conociesen entre sí : mayormente no pudiendo haber congregación de hom­
bres , como lo ensenó San Agustín , sea de verdadera ó falsa Religión , que
se haga un cuerpo , si no se junta con algún lazo de señales visibles (r). Uno
y otro hacen ios Sacramentos de la ley de gracia. Porque distinguen de los
inheles á los profesores de la fe Christiana , y unen entre sí á los mismos fieles
con un lazo verdaderamente santo,
A mas de esto se puede mostrar que hubo otra causa justísima para Ins­
tituir los Sacramentos, por aquellas palabras del A p óstol: Con el corazón se
ace para la justicia , mas con la boca se hace la confesión para la salud (d).
Porque por medio de los Sacramentos se ve , que profesamos nuestra f e , y
ía nacemos notoria á vísta de los hombres. Y así quando nos llegamos al
Bautismo protestamos públicamente , que creemos que por virtud del agua
son que somos lavados en el Sacramento , se causa la limpieza espiritual del
alma. Tienen asimismo los Sacramentos fuerza grande , no solo para desper­
tar y exercitar en nuestras almas la fe , sino también para inñamar la cari­
dad j con la que mutuamente nes debemos amar , acordándonos de que por
ía comunión de los divinos misterios estamos atados con un lazo estrechísi­
mo , y hechos miembros de un mismo cuerpo. Ultimamente ( y esto debe
apreciarse mucho en la profesión de la vida C ar istia na ) doman y abaten el
orgullo del corazón , y nos habilitan para exercltamos en la humildad, vien-
eenos precisados á sujetarnos á unos elementos sensibles , por obedecer a
Líos , de quien pérfidamente habíamos antes desertado , por servir á los ele­
mentos del mundo. Estas son las cosas que parece deben proponerse a jos
he-
W Aüod. 3. ei (í>;L- 5 .de Saeram, c. 4. (e) L. ip. corar. Faast. e. n . (¿¿Rom. 10,
83 CATECISMO ROM ANO

res de que cosas consta caua uiiv ^ ^ ? 'i«*“ « -Uii 5ys partes,
V qué ceremonias y ritos se le ¡tunan.
Primeramente pues se ha de explicar que la cosa sensible que se puso ar­
Cada riba en la difinieícn del Sacramento , no es una sola : aunque debe creerse
Sacramen­ que solo constituye una señal Dos cosas son de ías que se compone cada
to consta.
Sacramento de las quales la una tiene razón de materia , y se llama de-
de materia
V forma'” mentó ; y la otra de forma , que comunmente se llama palabra : como fo
que son sus recibimos de los Padres. Y acerca de esto « muy celebrado y sabido por
partes. todos aouel dicho de San Agustín : juntase La palavia al elemento , y se hace
el Sacramento (a). Mas por el nombre de cosa sensible , no solo se entiende
la materia 5 ó elemento , como ^el agua en^ ei bautismo , el crisma en ia
Confirmación , y en la Extrema-Unción el oleo : que toaas son cosas que
estin* á la vista ; sino también las palabras que tienen ra2cn de forma , y <Jue
pertenecen al oído- Una y otra señaló claramente el Apóstol , quando díxo:
Chrislo amó á la Iglesia ,y se entregó á si mismo por ella , para santificarla,
limpiándola con d lavatorio dd agua por la palabra de la vida (b), pues aquí se
expresa la materia y la forma del Sacramento. ^ ^
16. Y fue necesario añadir las palabras i la materia : porque fuese mas des-
Por qué á cubierta y clara la significación de lo que se hacía. Porque es evidente que
la materia entre ías señales son las palabras las mas expresivas : y si ellas faltaran, sería
se anadié- ;ffiUV entender lo que significaba y demostraba la materia de los Sacra'
S*rasSFa~ memos. Porque (com o se puede ver en el Bautismo ) teniendo el agua vir-
DraS‘ tud , no menos para refrescar que para lavar , y pudiendo igualmente seña­
lar ambas cosas , si no se le añadieran las palabras , acaso alguno por conje­
tura podría discurrir á qual significase de los dos : mas ninguno osaría afir­
marlo de cierto. Pero añadiendo las palabras, al punto entendemos que tiene
fuerza y significación de lavar.
En esto sobrcpulan muchísimo nuestros Sacramentos á los de la ley sn-
M'.atde tígua : que en administrar aquellos no se guardaba forma determinada alguna.
Josníbera- que baya llegado á nuestra noticia : de donde se seguía que eran en gran
meatos de manera inciertos y obscuros. Pero los nuestros tienen la forma de palabras
la ley nne- ran £xa s que s¡ casualmente se traspasa , no puede subsistir la razón de Sa­
ya a ios de cranienro - Y por este motivo son tan claras . que no dexan lugar á duda
la &ntij2U3.+ ^ * t / < t - ' T
alguna. Y estas son las panes que pertenecen a la naturaleza y a la sustan­
cia de los Sacramentos , y de las que cada uno de ellos se constituye nece­
sariamente.
A estas partes se juntan las ceremonias, las quales aunque no se pueden
Oml8' sea desar sin pecado , si no obliga á otra cosa la necesidad , con todo eso si ?P
iínanirale- gima vez se om iten, come no pertenecen á la esencia , se ha de creer que
vz. y virtud nada se disminuye del verdadero ser de Sacramento. Y a la verdad con mu­
de las cere- Cjqa ra2on Se observó siempre desde los primeros tiempos de la Iglesia , que
moaia^r. gc administrasen los Sacramentos con ciertas ceremonias solemnes. Porque en
pri-
Cfi) Trate. So. 1:2 Joan. (&} Ephes. e.
PARTE II. CAPÍTULO I. %
primer lugar era muy conducente tributar este culto de Religión á ios sa­
grados misterios : para hacer manifiesto que tratamos santamente ías cosas
santas. Demás de esto las mismas ceremonias declaran mas , y como que po­
nen delante de los ojos las cosas que 'se hacen en el Sacramento , y dexan
mas arraygada en los corazones de los fieles la santidad de esas cosas. Asi­
mismo levantan la consideración de los que las miran , y que con atención
las observan , á la contemplación de las cosas divinas . y avivan en ellos la
fe y caridad. Y así se ha de cuidar con la mayor diligencia que tengan los
fieles bien sabida y averiguada la virtud de las ceremonias con que se admi­
nistra' cada uno de los Sacramentos. 59.
Síguese que se explique también el número de los Sacramentos; pues esta Quintos
noticia trae ia utilidad, de que con tanto mayor afecto emplearán los fieles son los Sa­
todas las fuerzas -de su alma en alabar y engrandecer la largueza singular de cramentos
Dios hacía nosotros , quanto mas socorros entendieren que están preparados de la Igle­
sia.
por su bondad divina para nuestra salud y vida eterna. Siete pues son los Sa­
cramentos de la Iglesia Católica : como se prueba por las Escrituras , llegó
hasta nosotros por tradición de los Padres s y lo testifica la autoridad de los
Concilios. ao.
Y porque los Sacramentos no son m as, ni menos, se puede declarar por Por qué
una razón de congruencia tomada de las cosas que se trasladan por seme­ los Sacra­
janza de la vida natural á la espiritual. Porque siete- cosas parece ser nece­ mentos soa
siete , y no
sarias al hombre para vivir y conservar su vida , y emplearla con utilidad mas , ni
suya y de la República. Estas son nacer , crecer , mantenerse ; sí enferma . cu* menos.
rarse , y convalecer. Después por lo que toca á la República , que nunca
falten Magistrados con cuya autoridad , é imperio se gobierne , y en fin ,que
se conserve á sí mismo y al línage humano por legítima propagación de los
hijos. Siendo claro que todas estas cosas corresponden á aquella vida con la
que el alma vive .para Dios ; fácilmente se colige de aquí el número de los
Sacramentos.
41.
Porque el primero , y como -puerta de los demás es el Bautismo, por" el Pruébase
qual renacemos -para Christo. Luego la Confirmación , por cuya virtud cre­ por las Es­
cemos , y somos fortalecidos con la divina gracia : pues como afirma San crituras ei
Agustín (a) í los Apóstoles ya bautizados dixo el Señor; Asentaos en la Ciudad numero de
hasta que seáis vestidos con virtud de lo alto (h). Después la Eucaristía5 con la qual los Sacra­
mentos.
se sustenta y mantiene nuestro espíritu como con un manjar verdaderamente del
Cíelo : p u s de ella dixo nuestro Salvador : Mz carne es verdaderamente comidas
y mi sangre verdaderamente bebida (c). En quarto lugar se sigue ía Penitencia,
por cuyo beneficio se recobra la salud que perdimos recibiendo las heridas del
pecado. Luego la Extrema-Unción 5que quita las reliquias del pecado, y fortale­
ce las virtudes del alma : porque hablando Santiago de este Sacramento , dice
así: Y si tuviere pecados , se le perdonarán (4 ), Síguese el Orden , por el qual se
confiere la potestad de excrcer perpetuamente los ministerios públicos de los
Sacramentos , y de celebrar todas las funciones sagradas-. Por último se aña­
de el Matrimonio : para que por medio dei legítimo y santo enlace del hom-
m hre
(a) Epist. 10S. (h) Lnc. 2.4. (c) Joan. 6. (d) Jacob, s*
CATECISMO ROMANO
9° ...
. ¿á mti2cr se procreen y sean educados religiosamente los hijos para el
cuito de Dios y conservación del linage humano.
p “ se ha de advertir con gran cuidado , que aunqiie encierran en sí to
No“ g-i dos io's Sacramentos virtud divina y ^biliosa , con todo eso _no uenen to­
ja uecesi- , -crüai necesidad, ó dignidad 5 o una misma virtud de significar. Tres
da?,f ¿1f Z enrre°todos son los mas necesarios , aunque por razón diversa. Qye es elBau-
ru d a d en to CÍKiC “ i todos, lo declaro nuestro Salvador por es-

£ £ £ " « * '/ " E* irÜK Santo» " «-


,raA rf 8™w áí D i o s («). La Pemtenaa solo es necesaria para los que pe-
ca.on mortalmente despees del Bautismo - pues estos no se pueoen «capar
de la perdición eterna , si no les pesa legítimamente del pecado cometido. Y
el ó J t a también, aunque no es neceano a cada lino de los fieles , ¡o es en­
teramente í toda la Iglesia. Pero sí en los Sacramentos se atiende a la dig­
nidad con grandes ventajas sobresale entre todos la Euonstsa as. en sann-
daá como cu muchedumbre y grandeza de místenos. Todo lo qoal se en­
tenderá mejor , «pando en sn lugar se expliquen las cosas que pertenecen a
cada Sacramento.
Ahora resta ver de quien hemos recibido estos sagrados y divinos mis­
*3- terios. Porque b g hay duda , que realza mucho lo grande de una dádiva
De quién
recibíalos. espedalísima la dignidad y alteza de aquel que la dio. Mas esta duda pres­
y es el A «— to se desata. Porque siendo Dios quien hace a ios hombres justos 5 y sien­
ro¡r de es­ do' los Sacramentos medios marabillosos para conseguir la justicia , es mani­
tos divinos
fiesto que ¿ solo el mismo Dios esa Christo se ha de reconocer por Autor
misterios.
de la jusnficacÍGQ y de los Sacramentos. Demás de esto los Sacramentos tie­
nen tal virtud y eficacia , que penetran hasta lo í n ú m o del alm a: y siendo
propio de! poder de solo Dios introducirse en los corazones y eotendimíes-
igs de los hombres; dsrasaeiate se desa ver que d. mismo D ios por Quis­
to finé quisa iesfitsyó los Sacrasaestcts ; al mismo ¡modo que se debe ten-sr
t>or le cierta y constante a que él ¡mismo los dispensa interiormente: pues
afirma San Juan a que él recibid este testimonio del mismo» Señor, enarco:
dice: S í Tez: cr¿zsw d h&szSí&SF s&m. agus. a ese Ju i tí ípss me dixo : A^ad $$-
kre quien. mares deseender ti Espirite By desemMr sükre é l e s e es el m t hmíkt
m ei Espiné® &én%í& (®),
*4- Poto aunque sea Dios el Autor y Dispensador de ¡os Sacramentos „ sk
lofeígasSE-
3ÍS£rSíS se embargo quiso que se adj^tfistruses es-, sa Iglesia s s o por Angeles s sino por
voíe B íos hombres. Y por constaste y perpetua tradición de los Santos Padres está
j®rs. düs— confirmado , que no. es. méacs necesario para hacer los Sacrameatos , el q&-
¡passasr Ies
ó o de los Ministres 5 que la Esatma y fbrma.
JifflS. Y como estos Ministros es estas sagradas, resdbnes eso representan s
aS- persona , sise la. de Caristo * de aqm es que ya seca buenos ó sean males,,
30o psede ■ como ¡asea de aquella materna y forma que siempre observo la iglesia Ca­
3a jrutllí'dia
drS Mk¡ás- tólica por iasrissrioss de Chdst©3 y propongas hacer lo qae hace h Igíesk
£-© ea su admicistsudcín; verdaderasieste haces y cceferea- los Sacramentos. r ás
din üa VÜf- ssattcia que cosa sfingusa pueda impedir el fruto de la gracia ; sino es
S¡a¡a Jsli 3j¡— aqaa-
feí Ases. 3~ ¡ííj Jaca. r.
PA RTE XI. CAPÍTULO X. ,;í
¿cuellos que los reciben , se quieran privar de tanto bien á sí mismos , y po~
íut óbice al Espíritu Santo. Esta fue siempre la semencia cierta y averio^a-
ca en la Iglesia : como San Agustín lo declaró dansiosamente en las dispu­
tas que escribió contra los Donatistss «>. Y sí buscamos también testimonios
de las Escrituras , oigamos ai Apóstol que habla así : Y o p ía m e , A p e lo regóy
7TiSh D i o s d ió d crecim ien to . A s i qu e n i d qu e p la n ta es cosa 5 r .i d que r ie g a ,
sino D i o s qu e da e l crecim iento (b ). Borde se da á entender bastantemente,
aue así corso no daña a los árboles la maldad de aquellos que los planta­
ron , así tampoco pueden contraer nírgun vicio por culpa agena , los que
fueron ingertos en Christo por ministerio de hombres males. Por esto co­
mo dei Evangelio de San Juan ensenaren nuestros Santos Padres (c). Tam­
bién bautizó á muchos Judas Iscariote, y de ninguno de ellos leemos que
Riese después rebautizado : de suerte que San Agustín dexase escrito esclare­
cidamente : Dió Judas el Bautismo y y no se volvió á dar después de Judas.
Diole Juan y y se reitero después de Juan. Porque si fue dado per Judas , era
d Bautismo de Christo : mas d dado f e r Juan era el de Juan. Con mucha ja­
ron pues anteponemos , no Judas á Juan 9 sim el Bautismo de Christo, aun dado
por mano de Judas s al Bautismo de Juan 5 aun dado por mano de Juan (d).
Mas quando los Pastores ú otros Ministros de ios Sacramentos oyeren *6.
estas cosas , no piensen que han cumplido con su obligación , si solo miran Dpureza
e ía gran
con
á administrarlos legítimamente , y hacen poco caso de la entereza de cos­ que los Sa­
tumbres , y limpieza de conciencia. Porque aunque eso se haya de procurar cramentos-
con gran cuidado , no consiste en eso todo io que requiere esta sagrada fun­ deben ad­
ministrar­
ción. Y por tanto deben tener muy presente que á la verdad no pierden los se.
Sacramentos la virtud divina que encierran en sí; pero acarrean la perdición
y muerte eterna í quien los administra indignamente. Porque las .cosas san­
tas (como ya se ha dicho una y otra vez , y muchas mas conviene repetirlo)
deben tratarse santa y religiosamente. Al pecador s como afirma el Profeta,
dixo Dios: i Por qué tú enseñas mis justicias , y tomas mi testamento en tu bo­
ca , quando aborreces la'enseñanza (é) ? Pues si 4 un hombre manchado con pe­
cados no es lícito tratar de las cosas divinas, ¿qué tan enorme no habrá de
concebirse la maldad de aquel, que sintiéndose reo de muchos delitos , to­
davía se atreve á celebrar con boca impura los sagrados misterios, tomarlos
en sus manos sacrilegas , manosearlos , alargarlos, y administrarlos á otros ?
Mayormente diciendo San Dionisio : Que á los malos ni es permitido tocar
siquiera ¡os Símbolos (/), que asi llama á los Sacramentos. Busquen pues ante
todo los Ministros de las cosas sagradas U santidad : lleguen con limpieza í
administrar los Sacramentos; y de tal manera se exerciten en ía piedad, que
del frecuente manejo y uso de ellos , consigan cada día con la ayuda de Dios
mas abundante gracia.
Expuestas ya estas cosas, se h¿ de enseñar qual sea eí efecto de los Sa­ D e dos
cramentos : porque esta doctrina dará mucha luz í la díhniaon del Sacra­ principales
mento que arriba se puso. Dos entre otros son los principales. Pero el pri- efectos de
m 2 mer lbs Sacra­
mentos.
. fs) L.4. contra Donat. cap.4. (b) 1. C o- Joann. (?) Ps. 49. (f) De Eccles. Hie-
r*lnt- 3* (c) Joann. 4. {d) Tractat. $. ia rarch. cap. 1.
CATECISMO ROM ANO
^ c„ ie Heva aquella gracia , que llamamos ju s tific a n te , S£-
mer íugar con entre los Sagrados Doctores. A sí d os lo ensenó ck-
gun el noínbf * é$to! qiiando dixo : Q u e C h r isto amó á s u Ig lesia > y qt*
rispamente d A ? ¿ r HeUa faro, s a n tific a r la , lim p iá n d o la con e l lavatorio
se entrego & s ««** ( . ?ero ¿e qu¿ panera se obra por el Sacramen-
Í d °S “ aJ Z b L P¿ n grid l, que (se^n aquella celebrada sentencia de San

*° U" ■ „? d « i * ‘ 1 ™erÍ ° » 7 " r" ° * (J? ’ eSt° «o


Agustín) ' 0<l u _ y _¿ ;T1f|!.i;<irí*nrta humana. Poroue se debp Aar

asentado , que vw<> — ----- _


netrar hasta el aima. Mas por lumbre de fe conocemos , que está £n les
Sacramentos la virtud de Dios Omnipotente, y que por ella obran, lo que
•las mismas cosas naturales no podrían hacer por su propia virtud.
¥ para que nunca quedase en las almas de los fieles duda ninguna acer­
•dB. ca de este efecto „ luego que se empezó á administrar los Sacramentos, plu­
A l prin­
cipio de la
go al Clementísimo Dios declarar con señales milagrosas lo que ellos obra­
iglesia ma* ban interiormente, para que creyésemos con toda firmeza , que siempre obran
n i f e sta b a en las almas los mismos efectos. aunque estén muy remotos de nuestros sen­
Dios con tidos, Y así omitiendo ahora que al ser bautizado nuestro Salvador en el Jor­
m ilagros
estos efec­
dán , se abrieron los Cielos, y apareció el Espíritu Santo en figura de pa­
tos. loma (c) , para que entendiésemos , que se infunde su gracia en nuestras al­
mas quando somos lavados con el agua saludable; omitiendo pues esto (por­
que mas pertenece á la santificación del Bautismo , que a la administración
del Sacramento), ¿por ventura no leemos que qtiando los Apóstoles día de
Pentecostés recibieron ei Espíritu Santo , con el qual quedaron en adelante
mas prontos y fuertes para predicar la verdad de la f e , y exponerse á los
riesgos por la gloria de Christo , hecho de repente entonces un estruendo
del C íelo, como de un viento fuerte que venía con ímpetu , se íes aparecie­
ron lenguas esparcidas como de luego (d) %Pues de aquí entendemos que por
el Sacramento de la Confirmación- se nos da el mismo espíritu , y que se
nos añaden tales fuerzas , que con ellas podamos pelear y resistir fuertemen­
te í la carne, al mundo y al demonio , perpetuos enemigos, nuestros. Y es­
tos milagros se vieron muchas veces eo la primitiva Iglesia , siempre que los
Apóstoles administraban los Sacramentos , hasta que ya establecida , y array-
gada la fe , se dexaron de obrar.
<29. De lo que queda demostrado sobre el primer efecto de los Sacramen­
Qeán— tos , que es. la gracia justificante , consta también llanamente, que la virtud que
to. aventa­ encierran en sí los Sacramentos de la ley nueva es mucho mas excelente y
jan los Sa­ poderosa , que la que tuvieron los de la ley antigua; los quales como eran
cramentos
de la ley
elementes ñacos y menesterosos (¿), santificaban & los manchados en guan­
nueva á los te á la limpieza de la carne (/>, no en quinto a la del alma. Y así fue­
de ia anti­ ron instituidos como meras señales de las cosas que serian obradas por
gua. nuestros misterios. Pero los Sacramentos de la nueva ley , como mana­
ron del costado de Corista, el qual por" el Espíritu Santo se ofreció a

(¿) Epoes. (h) Trací. 8o. 3n Joano, torum s. (e) GaJat. 4. { f) Hebraeü-
{c) Matth. 3. t í Luc. 3, (d) A c- rara 9.
PARTE II. CAPÍTULO I. Q*
si mismo sin mancilla Dios , limpian nuestra conciencia de las obras
muertas } para servir á Dios vivo (a) , y por esto en virtud ce la Sangre de
Christo causan la gracia que significan. Y así cotejados estos con los Sacra­
mentos antiguos , se hallara , que además de tener mas eficacia 5 son mucho
m2S fecundos en la utilidad , y mas majestuosos en la santidad.
Otro efecto de los Sacramentos , no común á todos , sino propio de so-
íes tres, que son Bautismo , Confirmación> y Orden sagrado, es el Carácter que De otro
imprimen en el aima. Porque diciendo el A póstol: El Señor nos ungió y y nos efecto, que
selló , y nos dió prenda dd Espíritu en nuestros corazones (b) - por aquella palabra 65 el c¿iráp~
selló, describió claramente el Carácter del qual es propio sellar y marcar. Es amentos'
núes el carácter como cierta señal impresa en el alma que jamás puede bor- le impe­
rarse , y que está perpetuamente estampada en ella. Acerca de esto dice San man, y qué
Agustín : z Serán acaso menos poderosos los Sacramentos de Christo y que la di- sea'
■ visa corporal con que se señala al Soldado ? Pues esta no se imprime de nuevo
al Soldado que vuelve á la milicia de donde deserté } sino que por la antigua
reconocido y aprobado (r).
Este Carácter sirve ya de habilitarnos para recibir ó para hacer alguna 3?.
cosa sagrada , y ya de distinguirnos unos de otros. Y todo lo logramos por Qu& sea eí
el carácter del Bautismo : porque nos hace hábiles para recibir los Sacramen-
to s, y por él se distingue ti pueblo fiel de las naciones infieles. Lo mismo q.ueios ba­
se dice del Carácter de la Confirmación y del sagrado Orden. Porque el uno crameritos
nos arma y nos adiestra como á Soldados de Chasto- 5 para confesar y de- <Jup íe i(u-
fender su nombre i cara descubierta contra nuestro enemigo interno, y con- Priraeíl, na
ira los espíritus malignos,. y potestades dei ayre (d) 5 y al mismo tiempo nos ray eSo
distingue de los que por recien bautizados están todavía como niños reden-
nacidos (e),. Y el otro por una parte trae consigo potestad de hacer y de
administrar Sacramentos, y por otra señala la distinción que hay entre los
que están adornados con esta potestad , y el resto de los demás fieles. Debe
tenerse pues la regla de la Iglesia Católica y la qual nos enseña que estos
tres Sacramentos, imprimen carácter , y que jamás, se pueden reiterar. Y es­
tas son las cosas que se han de explicar acerca de ios Sacramentos en común.
Dos cosas señaladamente procurarán los Pastores hacer con todo esfuer- 32*
zo en la explicación de este punto. La primera e s , que entiendan los fieles
de quanto honor , culto y veneración son dignos estos divinos y celestiales l0~
dones. Y la segunda , que pues están prevenidos y dispuestos por el Ciernen- p a sto re s
tísimo Dios para la salud universal de todos , usen de ellos santa y religio- que el puo­
samente , y que de tal manera se enardezcan en deseos vivos de la perfec- bl° vení:Ie
clon Chrístiana, que si carecieren por algún tiempo del uso provechosísimo, g j^ ^ n te
especialmente de la Penitencia y Eucaristía , piensen que han padecido una ¿e j.os Sa­
gran pérdida. Fácilmente podrán los Pastores conseguir esto si inculcan mu- cramentos.
chas veces á los fieles las cosas, que se han dicho acerca de la Divinidad
y frutos de los Sacramentos. L o primero que han sido instituidos por nues­
tro Salvador y Señor , de quien no puede provenir cosa , que no sea per-
fectísima. Demás de esto , que quaudo se administran ,, esta allí pronta- la
D ci-
(nl Hefcr.p. {h) 1. Covínth. r. (r) Traer. (í. ín Joan. (4 E d'k s A (e) i J e t r A .
g.t CATECISM O ROMANO
Deidad eficacísima del Espíritu Santo , que penetra lo íntimo de nuestros co­
razones. También que están dotados de una virtud m arabillo sa y cierta pa­
ra curar las almas , y que asimismo se nos comunican por ellos las inmensas
riquezas de la Pasión de Christo. Últimamente les declararán , que es así que
todo el edificio Christiano estriva sobre el cimiento firmísimo de la piedra
angular ; pero que con todo eso , sí no se afianza por todos lados con la pre­
dicación de la palabra de Dios , y frecuencia de Sacramentos , es muy de
temer que desmoronado en gran parte , se venga todo á tierra. Porque así
como habernos recibido la vida por los Sacramentos; así con este manjar so­
mos alimentados , conservados y acrecentados.

CAPÍTULO II.
D E L S A C R A M E N T O DEL B A U T I S M O .

La doctrí- *** or ^as cosa$ qU£ S£ ban dicho hasta aquí de los Sacramentos en común,
na defBa.ii- se puede conocer quan necesario sea , ya para percibir la doctrina de la Re-
rismo de- figion Chrístíana , y ya para ejercitar la virtud , entender las cosas que so­
be repsnrse p,re ca¿ a uno en particular propone creer la Iglesia Católica. Mas el que ie-
C0A
CUwwC-la ' ¿-yere con cuidado al A üóstol,
f é asentará
^ sin duda que
*- es sobremanera necesa-
los fieles, tío a los fieles el conocimiento perfecto del Bautismo, Tanto renueva, no so­
lo con frecuencia , sino con palabras graves y llenas del Espíritu de D ios, la
memoria de este misterio , engrandece su divinidad , y nos pone en él de­
lante de los ojos la muerte , sepultura y resurrección de nuestro Redentor,
ya para contemplarlas, ya para Imitarlas. Por tanto nunca piensen los Pasto­
res que será demás el trabajo y desvelo que pusieren sobre su explicación.
4, Además pues de aquellos dias en que según costumbre de los mayores
En qué ti- debían explicarse señaladamente los divinos misterios del Bautismo , quales
empos sena- son el Sábado grande de la Pascua , v el de Pentecostés ; pues en tales dias
tratarán ios acostumbro la Iglesia celebrar este Sacramento con suma Religión y ceremo-
E árro eo s nías muy solemnes ; en otros días también se valdrán de la ocasión para tratar
del Bautis- de este asunto. Y aquel tiempo con especialidad será mas oportuno para el
Ino* caso, en que echaren de v e r , que ha concurrido muchedumbre del pueblo,
por deberse administrar el Bautismo á alguno. Porque entonces será mas fa­
cí! , dado que no se pudiere recorrer por todos los capítulos pertenecien­
tes á este Sacramento , ensenar siquiera uno , u otro ; quanáo al mismo tiem­
po que oyen los fieles la doctrina de estas cosas , y la contemplan con pie­
dad y atención ; la ven expresada en las sagradas ceremonias del Bautismo.
Y de aquí también resultará , que advertido cada uno por las cosas que ve
hacerse en o tr o , se acuerde de la promesa con que él se obligó á Dios qusn-
do fué bautizado : y piense al mismo tiempo , si se muestra tal en vida y
costumbres , cual promete la misma profesión del nombre Christiano. Pues
para explicar claramente las cosas que se deben enseñar , se ha de descubrir
qual sea la naturaleza y sustancia del Bautismo; pero declarando antes la sig­
nificación. de este nombre.
Ma-
PARTE II. CAPÍTULO II. g5
Nadie ignora que esta voz Bautismo es nombre griego. Y aunque en las
Q ué sig­
Sagradas Lemas no solo significa aquella ablución que está junta con el Sa­ n if ic a e l
cramento , sino qualquíer género de lavatorio , que alguna vez también se nombre de
trasladó í significar la Pasión ; sin embargo no declara entre los Doctores de Bautismo.
teW esia qualquíer ablución corporal , sino la que se junta con el Sacramen­
to °y que no se administra sin la debida iorma de palabras. Y de esta sig­
nificación usaron frecuentísima mente los Apóstoles según la institución de
Christo Señor nuestro.
De otros nombres también se valieron los Santos Padres para significar t-. *
D e otros
este Sacramento. Llamáronle Sacramento de la fe , como lo afirma San Agus- varios nom­
£;n (a) 5 por quanto profesan toda la fe de la Religión Christiana aquellos que bres con
le reciben. Otros le llamaron iluminación , por iluminarse nuestros corazones 9ue Hamá—
con la fe que profesamos en el Bautismo : pues aun el Apóstol dice así: Traed ron ios San­
a la memoria los dias antiguos , en los que iluminados, sostuvisteis un recio com­ ios Padres
al Bautis­
batí de persecuciones (b) : señalando al tiempo en que fueron bautizados. D e­ mo.
más de esto San Crisóstomo en una Homilía á los Catecúmenos (0 le llama
y a Expargación , porque por el Bautismo somos limpiados de la levadura vieja,
para que seamos nueva masa (dj) 5 ya le dice seyutiura , ya plantación 3 y ya
Cruz de Christo. Y la causa de rodos estos nombres se puede colegir de k
Epístola del Apóstol á los Romanos (f). San Dionisio le llamó principio de
los mandamientos santísimos ( / ) . Y la razón clara es : porque este Sacramen­
to es como la puerta por donde entramos en la compañía de la vida Chris-
fisna, y por él empezamos á obedecer á los divinos preceptos. Y esto se ex­
plicará con brevedad acerca del_ nombre.
Por lo que mira á la difinicion del Bautismo, aunque de los Escritores D e la difi-
sagrados se pueden traer muchas , parece mas propia y mas ajustada la que nícion d d
se dexa entender de las palabras del Señor en 'San Tuan, y del Apóstol á los Bautismo.
Ug Rfsso. Porque diciendo el Salvador - E l que rut ¡ ¿naciere del agua 5 y del
Espíritu Santo , no puede entrar en d Repto de Dios (g). Y el Apóstol ha­
blando de la iH esia: Limpiándola con el lavatorio del agua por la palabra (A),
síguese, que ajustada y propiamente se difine el Bautismo diciendo que es:
Sacramento de regeneración por el agua en la palabra. Porque por naturaleza
nacemos de Adan hijos de ira ( i ) , mas por el Bautismo nacemos en Chris­
to hijos de misericordia: pues dio potestad á los hombres de ser hechos hi­
jos de Dios , á los que creen en su nombre , los quales son nacidos , no de
sangre , ni de voluntad de carne , ni de voluntad de varón , sino de Dios (A).
*Pero expliqúese en fin la naturaleza del Bautismo con las palabras que se 6.
quiera , se ha de enseñar al pueblo que' este Sacramento se hace por ablu­ D e qué mo­
do se hace
ción , á la qnal por Institución de nuestro Señor y Salvador se añaden ne­ este »Sacra­
cesariamente ciertas y solemnes palabras : como siempre lo enseñaron los Pa­ mento.
dres , y se demuestra por aquel testimonio clarísimo de San Agustín : Junta­
se la palabra al demento, y se hace d Sacramento (/ }. Y esto debe advertirse
con
'Vi pplsr. 03. (P Hebr. 10. (c) Honr. Hierarcó. 'g Joann. 3. ^
¿(j .1, f/A t E*j\r'¡nTfi * (¿} ibtriení 2, k) feur-u. i. T ract.
g5 CATECISMO ROMANO
con todo cuidado: porque no den los fieles en el error de pensar lo que vul­
garmente se suele decir : que el Sacramento es el agua que se guarda en la
sagrada pila para hacer el Bautismo. Porque solo entonces se debe decir Sa­
cramento del Bautismo , quando efectivamente usamos del agua para Í2v¿r
á alguno diciendo las palabras que Christo instituyó. Y porque ya diximos
al principio tratando de los Sacramentos en común , que cada uno de ellos
constaba de materia y forma ; por esto declararán los Pastores qual sea- una
y otra en el Bautismo.
^ La materia pues , ó elemento de este Sacramento es rodo género de agua
Quái¿’ sea natural, sea de mar , de rio , de laguna , de p o zo , ó de fuente , que sin ans­
ia materia dídura se suele decir agua. Pues nuestro Salvador ensenó : El que no rena-
propia del aere ¿d agua , y dd Espíritu Sanio , no puede mirar en d Rey-no de Dios (a).
Bautismo, y ej Apóstol dice : Que fu i limpiada la. Iglesia con d lavatorio dd agua (h),
Y en ía Epístola ¿e San Juan leemos: Tres son los que dan testimonio en la
. tierra , d Espíritu , d agua y la sangre (c). Y se prueba esto también con otros
testimonios de las Sagradas Letras.
s* Mas aquel diche de San Juan Bautista , que habla de venir d Señor, quien
un
Exp'icasí
l;'g’ r de
ia u ¡ h c
— '-atia en Espíritu Santo y juego
jn lugir oc * ( f ) , esto^ ciertamente en manera^ninguna
t _
San Mareo se ba de entender de la materia dei Bautismo j sino que debe referirse. 6
s o b r e e l al efecto interior del Espíritu Santo, ó de cierto al milagro que apareció
Bautismo ¿ e Pentecostés, quando basó dd Cielo el Espíritu Santo sobre los A pos­
as i segó. to|es en figm-a ¿ £ fuego : acerca de lo qual díxo antes en otro lugar Christo
Señor nuestro : Juan d ¿a verdad bautizó en agua s mas vosotros serds bauti­
zados zn Espíritu Santo después dt estos no muchos dias (e),
. 9‘ Esto mismo también significó el Señor ya por figuras, ya por oráculos
^ ^ ^os Btofietas: como lo echamos de ver por las Escrituras divinas. Porque
fecías ?aae eí diluvio con que fué lavado el mundo , por ser mucha sobre la tierra la
mostraron malicia de los hombres s y estar atentos al mal iodos los intentos de su cora-
.la virtud de zon (/) , fué figura y semejanza de esta agua ; como lo muestra el Apóstol
díd sufrís5 ^an ^e<^ro 611 su primera Epístola (g). Y' San Pablo escribiendo á los de Corin-
m0t ‘ to declara , que el tránsito del mar bermejo tuvo k misma significación. Y
omitimos por ahora ya el baño de Naamáh Siró (h) , ya la virtud marabi-
Ilosa de ja probarles piscina (/) . ya otras muchas cosas de esta calidad, don­
de aparece clara la significación de este misterio.
En orden á profecías nadie puede dudar que pertenecían á señalar y ex­
presar las saludables aguas del Bautismo aquellas aguas , á las que tan libe­
ralmente convida el Profeta Isaías á tocos los sedientos (¿) , ó las que vió en
espíritu el Proreta Ezeauiel, que sallan del Tem plo ( l) , y también aquella
fuente que profetizó Zacarías á la casa de David y á los moradores de Geru-
salen , prevenida para lavar pecadores y muge res Inmundas (mi),
I0* Y lo muy conforme que filé á la naturaleza y virtud del Bautismo ins-
. y He- rí'CUI'f cl aSm Por su arteria propia , lo muestra San Gerónimo con muchas

(&} Joznn. 3. (ó) Ephes. y y r, ( T 4. Reg. 5. (£ Joan a. 3. (T I y :-


joafii-. y. -y} ALrrn. 3* (yj Acto­ ss- uzee! i-í ¿ I , ,r. ) ZaCIic-'
res1 i j ) Genes. 6, (g) j. Petr. 3, x 3-
PARTE II. CAPÍTULO II. ' 97

razones escribiendo a Occcano (a ). Mas por lo que mira í este asunto po- Christo el
dran ios Pastores enseñar primeramente , que como este Sacramento es ne­ agua por
cesario á todos sin excepción alguna , para conseguir la vida eterna ; por es- maceria dsí
ro fue materia muy í propósito el agua que siempre esta á mano , y to­ Bautismo.
dos h pueden prevenir fací i mente. Demás de esto el agua significa con mu­
cha propiedad ios efectos del Bautismo : porque así como el agua lava las
m an ch as, así deciara grandemente la virtud y eficacia del Bautismo , por el.
quai se lavan las inmundicias de los pecados. Y á esto se junta , que así co­
mo e! agua es muy provechosa para refrescar ios cuerpos , así por el Bau­
tismo se templan en gran parte los ardores de los apetitos. IT.
Pero debe advertirse que aunque el agua pura , sin otra alguna mezcla, Por qué ss
sea materia válida para hacer este Sacramento, siempre que hubiere necesi­ añade el
dad de administrarle ; sin embargo en todo tíernon se observó en la Iglesia Crisma ai
agua natu­
Católica por tradición de los Apóstoles , que quando se hace el Bautismo ral.
con ceremonias solemnes , se añada el sagrado Crism a: por ser manifiesto que
así se declara mas el electo dei Bautismo. Y también se debe enseñar al pue­
blo , que aunque alguna vez puede ser incierto , si ésta ó aquella agua es ver­
dadera , V qual la requiere el valor del Sacramento; con todo eso siempre se
ha de tener por cosa cierta , que nunca se puede por razón ninguna hacer el
Bautismo , sino con el licor de agua natural.
12.
Explicada ya con todo cuidado una de las dos partes de que se com­ Debe ex­
pone el Bautismo , que es la materia , procurarán los Pastores enseñar con plicarse á
la misma diligencia la forma , que es la otra parte de él , y muy necesaria. corfos cla­
Y se harán cargo de que en la explicación de este Sacramento se debe tra­ ramente la
forma cel
bajar con el mayor cuidado y desvelo ; no solamente porque la noticia de Bautismo.
tan santo misterio puede por sí misma delevrar con vehemencia á los fieles
(lo que es cosa común siempre que se entienden las cosas divinas ) , sino tam­
bién porque es muy importante para casos que ocurren casi cada día. Por­
que se ofrecen con frecuencia lances (com o se dirá mas claro en su lugar),
en que es preciso administrarse este Sacramento , ya por seglares , y ya mu­
chísimas veces aun por mugerzuelas: y así todos los fieles de ambos sexos
sin diferencia alguna , deben tener sabidas y bien averiguadas las cosas que
pertenecen á la sustancia de este Sacramento.
Enseñarán pues los Pastores con palabras, expresas y ciaras , y que fácil­ Quáir3seaía *
mente puedan percibirlas todos , que la forma cabal v perfecta de Bautismo forma ca­
es esta : Y O T E B A U T IZ O E N EL N O M BRE D E L P A D R E Y D EL bal y per­
HIJO Y D E L E SPÍR ITU S A N T O . Porque asilo enseñó nuestro Señor y fecta de es­
te Sacra­
Salvador , quando según San Mateo mandó á los Apóstoles: Id , y ensenad, á mento.
íeda-i (as y en?es, „ bauiixándoias en d nombre de! Pedro y del Hijo y dei E: friri-
iu Simio (o). p^es por aquella palabra Bmuhándoles entendió muy bien la
igltsu Católica , divinamente instruida , que en ia forma de este Sacramento
se debía expresar la acción del Ministro ; lo qual se hace quando se dice:
R ic ••m u ?. Y porque además del Ministro se debía declarar también así
ia pujona que es bautizada , como la cau^a principal que hace el Bautismo;
s por
{st Bpist, 8¿. ?U£í:h. a-5.

-.WWW* m v r r,*
o8 CATECISMO ROMANO
Por esto se añade aquel pronombre Te , y los nombres distintos de las Per­
sonas divinas: de manera que la forma cumplida dd Bautismo se encierre
en esas palabras poco ha referidas : Yo le bautizo en el nombre del Padre y dd
Hijo y dd Espíritu Santo. Porque no solamente la Persona del Hijo , de quien*
escribió Ssn Juan : Este es el que bautiza (Vi) , sino todas las Personas de U
Santísima Trinidad , juntamente concurren á obrar el Sacramento del Bautis­
mo. Y decir en el nombre , y no en los nombres , declara expresamente ser
una sola la naturaleza y Divinidad de la Trinidad. Porque la voz nombre en
este lugar no apela sobre las Personas , sino que significa la sustancia , virtud
y potestad divina , que es una misma en tedas tres Personas.
J Pero sobre esta forma , que como se ha mostrado es cabal y cumplida, se
Seníafor- ha de observar, que algunas cosas son tan necesarias , que si se dexan , no se
maUelBan- pUec[e hacer Sacramento. Pero otras no son tan precisas: y así aunque faltaran.
5ismo sJn podría subsistir el Sacramento : como la palabra Yo: cuya virtud se contiene en
í ' J*esarUs verbo Bautizo, Y aun en las Iglesias de los Griegos fue costumbre omitirla
tedas las variando el modo de decir : porque juzgaron que no era menester hacer raen-
palabras. clon alguna dd Ministro. Por donde comunmente usan en su Bautismo de esta
forma : Sea bautizado el Siervo de Chnslo en el nombre del Padre y del Hijo y del
Espintu Sanio. Y perfectamente se administra por ellos el Bambino : corno
consta de la sentencia y dinnicicn del Concilio Florentino : pues por esas pala­
bras se explica bastantemente lo que pertenece á la verdad del Bautismo , que es
la ablución , la qusi entonces realmente se hace.
. Y si se hubiere de decir también que por algún tiempo bautizaron los Após-
Por^qué toles en solo c-1 nombre de nuestro Señor Jesu-Christo (¿). Esto sin razón de
los Aposto- dudar debemos tener por cierto que lo hicieron movidos del Espíritu Santo:
les ba.ut:- p ara q,o c CD ]os principios de ia Iglesia se hiciese mas ilustre la predicación en d
ri° mDr£ de Jesu-Christo, y fuese mas celebrada su divina , c inmensa potestad;
Ciu-isto. mora de que si escudriñarnos bien el punto , entenderemos fácilmente que no
Dita a esa forma ninguna de las partes instituidas por nuestro Salvador mismo.
Porque el que dice jcsn-Ckrtsm ^significa también ai mismo tiempo la Persona
del Padre que le ungió , y k del Espíritu Santo , con el qual rué ungido.
Aunque se puede dudar que bautizasen alguno ios Apóstoles con esa forma,
ir - ^ queremos seguir k autoridad de Ambrosio íy), y de Basilio (¿) , santísimos y
qas'*'ns:ñca gravísimos Padres : los q na íes interpretaren el Bautismo en nombre de Tesu-
faaíhiáron Cbrisco de modo que díxéron: que por esas palabras se significaba el Bautismo,
tas a có m o - n c £] qneíué dado por San Juan, sino ci que fue instituido por Cnristo Señor
^ b ’g f " nuestro: y así que no se apartaron los Apóstoles d ele forma común y usada,
b TT
C-!ii »'.ííjííH
que contiene distintos, los nombres
í y f . de
f hs tres Personas. Y de este modo ce ha-
e;. ;i, í ; ar bl.tr parece que también uso el Apóstol, cuando dixo en la Epístola í los Gá-
latas: Todos ios estáis bamlhfí>dü'S en Cknsío , vs vestísteis de Chrislo (e): parí
¿vs Fersc— ú5r ¿ entender que estaban bautizados en k fe de Christo ; mas no con otra
3iar3’ rocina que b que el mismo Salvador y Señor nuestro hahia mandado se obser­
vase. Y baste instruir á los fieles en lo que se bu dicho hasta aquí sobre k mate­
ria
{A Jc-arm, z. (A Actor. a. et io. et 19, íp XJb. de Spiri:, Sane:, cap. s «
A ) L:b. u de Spiri i. ik u cr. cap.. 3. (y) G ala :. 3.
PARTE II. CAPITULO II. 59
na y forma , que señaladamente pertenecen á la sustancia del Bautismo.
\ porque también conviene quando se hace este Sacramento , guardar el Í7.
D e qué
modo de la ablución legitima , por eso enseñarán también los Pastores lo que modo deba
toca á esta parte, explicando brevemente que según el estilo y costumbre re­ hacerse la
cibida comunmente en la iglesia , de uno de estos tres modos puede adminis­ ablución ea
trarse el Bautismo. Porque los que deben ser bautizados, ó son metidos en el este Sacra­
mento.
3gua, ó se echa el agua sobre ellos, ó son rociados con ella. De estos tres ritos
quaíquiera que se observe , se ha de creer que se hace verdadero Bautismo,
porque ci agua se aplica en el Bautismo para significar la limpieza que causa en
el alma. Por eso llamó el Apóstol lavatorio al Bautismo. Y el lavatorio igual­
mente se hace metiendo á uno en el agua (lo que por mucho tiempo se obser­
vo en la Iglesia desde sus primeros siglos), ó echándole el agua : que es lo que
ahora comunmente se usa, ó rociándole con ella : como se cree que lo hizo
San Pedro , quando en un día bautizó á tres mil hombres que habia reducido
á la verdad de la fe (¿0.
Que sea una , ó tres las abluciones , no se debe tener por cosa de sus­ r8.
tancia. Porque de una carta que San Gregorio Magno escribió á San Lean­ Si se re­
dro 00 , consta bastantemente que de uno y otro modo se hizo antes ver­ quiere una,
ó tres ablu­
daderamente el Bautismo en la Iglesia, y que también se puede hacer ahora. ciones.
Sin embargo , guárdese por los fieles aquel rito que cada uno advirtiere que
se observa en su Iglesia.
Lo que especialmente conviene advertir es , que se ha de lavar , no quaí- ip .
quier parte del cuerpo , sino principalmente la cabeza , donde residen todos Por qué se­
ñaladamen­
los sentidos internos y externos : y que el que bautiza ha de pronunciar las te se ha de
palabras , que contienen la forma del Sacramento , no antes , ó después de la lavar la ca­
ablución , sino ai mismo tiempo que echa el agua. bera.
Después de haber declarado estas cosas , convendrá enseñar y recordar í 20.
Quando
los heles , que el Bautismo (como también los demás Sacramentos) tué ins­
i n s: i tuya
tituido por Christo Señor nuestro. Esto enseñarán los Pastores muchas ve­ Christo el
ces ; y explicarán, que tocante al Bautismo se han de notar dos tiempos di­ Bautismo.
versos. Uno , quando el Salvador le instituyó; y o tro , quando se estableció
h ley de recibirle. Por lo que pertenece á lo primero , entonces se dexa ver
que fue instituido este Sacramento por el Señor , quando bautizado el mismo
por San Juan , dio á las aguas virtud de santificar. Porque afirman los San­
tos Gregorio Kacianceno, y Agustino , que entonces fue dada al agua virtud
de engendrar para la vida espiritual (c). Y en otra parte dexó así escrito San
Agio un : Desde que Christo se entró en d agutz , ande estonces lava el agua
toóus ios pecados id). Y en otra : Es haatizado d Señor , no porque tuviese ne­
cesidad de limpiarse : sino por limpiar las aguas con d conLaclo de su purísi­
ma come } para qm tuvieser virtud de laven' (c). Y de esto puede ser gran
prueba : cue entonces declaró que estaba su Dhnmdaa presente la Trinidad
Samisima , en cuyo nombre se hace el Bautismo. Porque se ovo is voz del
Padre, estaba, allí la Persona del Hijo , y Laxó el Espirita Santo en ligara
n2 de
la Actor. -2. (&) Idh. Ecsisc. 41. Serm. ap. 3S. e: 37. de Temp. ÚL laiaem.
v) Grsg. Orar, de Naóv.9s.Ivst.Aüg!:sr. le) Setas. 37.
300 CATECISM O ROMANO
de paloma (a) , y ademas de esto se abrieron los Cíelos , i donde ya pode­
mos subir por el Bautismo. Y si deseare alguno saber por qué razón dio el
Señor i las aguas tan grande y tan divina virtud , esto £ la verdad sobre­
puja la inteligencia humana : y lo que tal qual podemos percibir e s , que bau­
tizado el Señor , quedó consagrada el agua para el saludable uso del Bautis­
mo con el contacto de su santísimo y purísimo cuerpo : pero de mane­
ra , que aunque fue instituido este Sacramento antes de la Pasión ; con to­
do eso se ha de creer que traxo su virtud y su eficacia de la Pasión mis­
ma : que era como el fin de todas las acciones de Christo.
Pero por lo que mira á lo segundo , esto es , de en qué tiempo fué in-
puesta la ley de recibir el Bautismo , no queda razon^de dudar : porque con-
eiínvzó °á vienen los Escritores sagrados en que resucitado ya el Señor , quruido man-
cbiigar la dó í los Apóstoles : Id , y enseñad á todas las gentes , bautizándolas m el mn*
ley del Ba- bre del Padre y del Hijo y dei Espíritu Santo (/;) : desde ese tiempo empe-
crismo. záron á ser obligados á la ley del Bautismo todos los hombres, que habían
de conseguir la vida eterna. Así se infiere de la autoridad del Príncipe de
los Apóstoles , que dice : Nos reengendró para esperanza viva por la Resur­
rección de Jesu-Christo de entre los muertos (c). Y también se dexa conocer ío
mismo por aquel lugar de San Pablo donde d ice, hablando de ía Iglesia : Se
entregó á si mismo por ella , para santificaría , limpiándola con el lavatorio dd
agua por la palabra (d). Porque uno y otro parece reduxeron la obligación
del Bautismo al tiempo seguido £ la muerte del Señor : de manera que no
debe dudarse , que también aquellas na labras del Salvador ; El que no renacie­
re del agua , y dd Espíritu Sanio } no puede entrar en d Rey-no de Dios (f),
han de enderezarse ai tiempo posterior á ía Pasión.
aa. Por tocias estas cosas sí exactamente las trataran los Pastores , no se pire-
En cuán- ¿c dudar que reconocerían los fieles en este Sacramento una dignidad aInsi­
ta venera— m3 ^ y que }c adorarían con suma veneración , mayormente si considerasen,
se^~ que aquellos encumbrados y excelentísimos dones > que al ser bautizado Chris-
este Sacra- to Señor nuestro, fueron declarados con tantas muestras de milagros, se dan
meato. y se comunican á cada uno Guando es bautizado , por íntima virtud dd Es­
píritu Santo. Porque así como sí se d o s abriesen los ojos al modo que acae­
ció al siervo de Elíseo ( / ) , de manera que pudiéramos ver las cosas celes­
tiales , ninguno ha de ser tenido por tan insensato , que no le pusieran en
grande admiración los divinos misterios del Bautismo: ¿por qué no juzga­
remos que sucederá lo mismo , si explican ios Pastores de tal modo ks ri­
quezas de este Sacramento , que los fieles las puedan contemplar; si no con
los ojos d d cuerpo , con la vísta del alma esclarecida con el resplandor
de la re?
Y a parece no solamente ntíl , sino también necesario ensenar por qué Mi­
s3-
Qalesss nistros se hace este Sacramento : así para que aquellos á quienes en especui
ser* fes que está cometido este cargo -> hagan por cumplirle santa y religiosamente; ce-
■ pi2ssícn sé- mo p0rqoe ifingono. traspasando sus límites se mera ó atropelle internpem-
Bssdsisa soberbiamen-e la posesión ageoa ; porque en todo se debe guardar e:-
~ den:
íf) Maceó a. Mattb.aS. (c) xj?etr.r. (i) Ephesm. (A Ioan.3. (/) 4-Keg.?>*
PARTE II. CAPÍTULO II. 2oI
¿en : como el Aposto! dice (a). Se ha de enseñar pues á los Seles que hay
tres órdenes de Ministros. En el primero se han de colocar los Obispos y
Sacerdotes , á ios quaies es dado exercer este oficio por derecho propio 3 no
por potestad alguna extraordinaria. Porque í ellos en los Apóstoles mandó
el Señor; Id , y bautizad ; aunque por no verse precisados los Obispos á aban­
donar el cuidado mas importante de enseñar al pueblo , solían dexar para
los Sacerdotes el ministerio deí Bautismo. Y el que tengan los Sacerdotes fa­
cultad ordinaria para exercer este oficio , de manera que aun en presencia del
Obispo puedan administrar el Bautismo , consta de la doctrina de los Pa­
dres y uso de la Iglesia. Porque una vez que están ordenados para consa­
grar la Eucaristía , que es Sacramento de unidad y de paz , era muy debi­
do que Ies fuese dada potestad de administrar todas aquellas cosas r por las
quaies necesariamente pudiese cualquiera hacerse participante de esta paz y
unidad. Y así si alguna vez dixéron los Padres que no era permitido í los
Sacerdotes el derecho de bautizar sin licencia del O bispo; esto parece que se
cebe entender de aquel Bautismo 3 que con ceremonias solemnes solía admi­
nistrarse en ciertos dias del ano.
El segundo lugar entre los Ministros tienen los Diáconos , a los gua­
les no es lícito administrar este Sacramento sin permiso del Obispo , ó
tící Sacerdote : como lo testifican muchísimos decretos de los Santos
Padres.
El ultimo orden es el de aquellos que pueden bautizar en caso de nece­ *4*
Qmenes
sidad sin ceremonias solemnes. En esta clase entran todos , hasta los del pue­ puedanbai>t
blo, así hombres, como muyeres, de qualquier secta que sean. Y así obligan­ tizar en ca-
do la necesidad , pueden administrarle Judíos, infieles, y hereges; con tal que so de nece­
sidad.
tengan intención de hacer lo que hace la Iglesia Católica en la administra­
ción de este Sacramento. Esta verdad , además ce estar confirmada por mu­
chos decretos de los antiguos Padres y Concilios , ruiminó excomunión el
Sagrado Concilio de Trcnto contra los que se atrevan á decir , que no es
verdadero ei Bautismo que es dado por hereges en el nombre del Padre y
díd Hijo y del Espíritu Santo con intención de hacer lo que hace la Iglesia.
Donde ciertamente es muy de admirar la suma bondad y sabiduría de nuestro
Señor : porque debiendo todos necesariamente recibir este Sacramento , así
como instituyó por su materia el agua ; que no hay cosa mas común ; así
también dispuso que nadie fuese excluido ce su administración : aunque co­
mo se ha dicho , no se permite á todos celebrarle con ceremonias solemnes:
mas esto no es porque los ritos ó ceremonias sean mas venerables que el Sa­
cramento , sino porque son menos necesarias.
Mas no piensen los ndes que está este oficio tan indiscretamente permi­ *5-
D el or­
tido á todos que no sea muy decente asentar algún orden de Ministros. den cae de­
Porque oí la mugar , si hav hombre , ei d seglar delante deí C lérigo, ni eí be guar­
darse entre
Clérigo en presencia del Sacerdote se ddhea arrogar la administración. Aun­
ios Minis­
que las parteras que están acostumbradas ¿ bautizar , no han de ser repre- tros ce ne­
Besdáaas , si alquna vez re dan en presencia, de hombre que esta menos ins- cesidad. ^
“ "* Crui-
(¿J> 2. COjióte. 14.
CATECISMO ROMANO
-truido en hacer este Sacramento : sin embargo de que parezca oficio mas pro­
pio del hombre que de la muger.
sA Demás de estos Ministros que hacen el Bautismo , como se ha declarado
?orTfx“é_en y slí 3qU¿ ^ hay otra especie de Ministros , que por costumbre antiquísima de
mofe ■ 'ña- *a íghMa > se sucien añadir para celebrar la saludable y sagrada ablución. Es-
d>.ia padri- tes ahora se llaman Padrinos. Pero antiguamente por voz común de los Sa­
nos, erados Escritores eran llamados Recibidores ; Prometedores , b Fiadores : de cu­
yo cargo tratarán con cuidado los Pastores : pues pertenece á casi todos los
seglares: para que todos entiendan las cosas que señaladamente son necesa­
rias para cumplirle con rectitud. Y primeramente conviene explicar qué cau­
sa hubo para añadir Padrinos y Fiadores á mas de los Ministros del Sacra­
mento. Pero rodos concederán que esto se dispuso justísi mámente, si ir ae­
ren sito sobre que el Bautismo es una regeneración espiritual, por la quai na­
cemos hijos de Dios. De ella habla de este modo San Pedro: Como niños rt-
ciennacidm , racionales, y sin malicia , apeteced la leche (a). Así pues como lue­
go que nace uno , necesita de ama de leche, y de A y o , con cuyo favor é
industria sea educado é instruido en doctrina y buenas artes ; así también es
necesario que los que empiezan desde la fuente del Bautismo á vivir espiri­
tual mente , sean encomendados á la fidelidad y prudencia de alguno , Je
quien puedan aprender los preceptos de la Religión Chrisnana, y ser bien
ensenados en todos los exercicios de virtud , y que de esa manera vayan po­
co á poco creciendo en Chrísto , hasta que al fin con la ayuda de Dios sal­
gan varones perfectos. Mayormente quando los Pastores á quienes está encar­
gado el cuidado publico de las Parroquias , están tan ocupados, que no les
queda tiempo para emplearse en el cuidado particular de imponer á los ni­
ños en los rudimentos de la fe. De esta costumbre antiquísima tenemos un
testimonio muy ilustre de San Dionisio , que dice : Acordaron nuestros divi­
nos Caudillos ( que así llama á los Apóstoles), y tuvieron por conveniente recibir
los niños según este santo modo : que los Padres naturales del niño le entrega-
sai á un hombre docto en las cosas divinas J como d director 5 Padre espiritual
y fiador de su salud eterna , baño cuya disciplina pasase e.l niño el resto di
su vida (b). Y este mismo sentimiento se confirma con la autoridad de
San Biginio (e).
zy. Por esta razón con grande acuerdo determinó la Santa Iglesia , que con-
Qüiénesen. traxese parentesco espiritual. no solo el que bautiza con el bautizado , sino
ei Sa^.is- £3ny0jen el Padrino , así con el niño que saca de olla . como con sus Padres
E20 ccn^ , /‘ , -!
t-zer, va— r c g iu m o s : o e m a n e r a q u e n o p u e G a n c o n tr a e r m a t r im o n io l e g it im o entre si,
renteseoes- y q u e lo s c o n t r a íd o s S£ d ir im a n .
p i^ r y a.!, Fuera de esto conviene enseñar á los fieles quaies sean ios cargos de ei
Padrino : porque d la verdad con tal descuido se mira hoy este oficio en la
g F 11' 11 Iglesia s que parece no ha quedado sino el nombre de el : mas la santidad
«S, que encierra en s í . ni siquiera parece que les pasa por la imaginación. Ten-
Qzéks son gan pues entendido todos los fiadores , que son obligados muy en partía:-
¿os ^osaos jar p0r esta lev á tener perpetuo cuidado de sus hijos espirituales , y i pro-

(a; i.P err.e. {&) D e B odes. HA: csp .is. te) D e Consecr. dìsr, 4. ca?. la Cathecisaio.
PARTE II. CAPÍTULO II. 1C3
curar con diligencia que en ias cosas que pertenecen a la institución ce la ¿dnes , y
v:Ja Christiana , se muestren tales por toda la vida , cuales prometieron cue qvé ¿¡Mí:
’c serían en aquella solemne ceremonia. Oigamos lo que acerca de esto es­ hace:.
cribe San Dionisio explicando las palabras áel Padrino : Tú prometo que he de
vijuár d ate niño con mis continuas exhortaciones y quariáo llegue d peder ai-
iaaier las cosas sagradas ^ á que profese y cumpla las cosas divinas que prcme-
tf ^ v a nue enteramente renuncie las contrarias (-7). Y San Agustín dice así:
/{ vosotros , asi hombres , como mugeres , que sacas¡as niños át pila 7 amonesto an-
u todo , que convocáis que salisteis fiadores delante de Dios por iodos aquellos
ma recibisteis de la sagrada fuente (b), Y ciertamente es muv puesto en ra­
zón . oue el que tiene á su cargo algún empleo , no se canse jamás de ha­
cer qu.into pudiere por desempeñarle : y que el que se obligó a ser ayo y
guarda de otro , en manera ninguna permita que esté desamparado el que
va recibió baxo su fidelidad y tutela , mientras le viere necesitado de su Pa­
vor v socorro. Qué cosas sean ias que los Padres espirituales han de ense­
ñar á sus lujos , en breves palabras lo divo San Agustín tratando de su ofi­
cio : Deben , dice , amonestarlos que guarden Castidad , amen la Juvicia. cerner-
\ la Caridad, y ante tedas cesas ensenarles d Credo , el Padre nuestro , ios man­
damientos también les fin lamentas principales de la Reugion Chrutíana (c\
29.
Siendo esto así , fácilmente se entiende a que suerte de hombres no se No se ha
nava ce nar la administración de eda santa tutela. Estos son , o los que no dé dar sin
quieran cumplirla con fidelidad , ó no puedan Paceño con el cuidado y di­ considera­
ligencia debida. Por tanto fuera de los Padres naturales , á quienes no es lí­ ción e ic a r ­
go de pa­
cito tomar este cargo : porque mejor se vea por aquí; quemo dista esta edu­ drinos.
cación espiritual de la carnal ; ame todo están enteramente excluidos de este
olido los hereges , judíos , e infieles : como gente que ni piensa , ni cuida de
otra cosa , que de obscurecer con mentiras la verdad de la fe , y de trastor­
nar toda la Religión Christísna.
Asimismo se estableció por el Santo Concilio de Tremo (¿) , que no sean 3o-
muonos los que saquen de pila al bautizado ; sino uno solo , sea hombre o Q aai deba
ser ei nu­
nveger , ó á lo mas uno y una : así porque la muchedumbre de Maestros mero de
podría perturbar el orden de la institución y enseñanza ; como porque con­ padrinos,
viene precaver que no se aumenten las afinidades : pues impedirían que se ex­
tendiese con mas amplitud la sociedad entre ios nombres por el lazo de le­
guario matrimonio.
Mis aunque sea muy útil a los fieles la noticia de las cosas que quedan B¡ Bastís— 3T*
ívpucadas hasta aquí , todavía parece que nada fray mas preciso que enseñar­ inoes nece­
as , que la k y del Bautismo está impuesta por Dios á todos ios hombres: sario á io­
manera que sí no renacieren para Dios por la gracia del bautismo , los dos para su
engendran sus padres 5 sean fieles . ó infieles , para la desventura y muerte eter- salvación.
v u V así los Pastores exoararán muchas veces lo que se Ice en el Evange-
ñl que ?¡o renaciere dd agua ^y dd Espirita Santo , no puede entrar en
uno de Dios Y).
Y
Ahí s:::nra, (r; Ssrm, i Q . de [T Se "io n . 24. de Reforrnaúone cap. a,
y ; ioicem. •Y joau m $-
CATECISMO ROMANO
io 4
Y esra ley debe entenderse no solo de los adultos, sino también de los
J jGs niños niños infantes: pues asi lo ha recibido k iglesia por tradición Apostólica:
deben, ser como lo confirma el común sentir y autoridad de los Padres. Demás de es­
bautizados»
to se ha de creer , que no quiso Christo Señor nuestro negar el Sacramen­
to del Bautismo , ni su grada á los niños, de quienes decía : Dexad los ni­
ños t y no ios impidáis venir á mí : que de los tales es el Reyno de los Cielos A)
y ios abrazaba , y ponía sobre ellos sus manos , y les daba su bendición (h),
pemás de esto , quando leemos que bautizó S. Pablo á toda una familia bas­
tantemente se dexa ver, que también Fueron bautizados ios niños que en ella ha­
bla (c). Fuera de esto : la circuncisión , que fue figura del Bautismo, da eran-
de autoridad á esta costumbre. Porque nadie ignora que era costumbre cir­
cuncidar los niños al día octavo (d). Y claro es que sí entonces aprovecha­
ba í los niños la circuncisión hecha de mano , despojando de la carne , mas
bien aprovechará ahora el Bautismo , que es circuncisión espiritual de Chris­
to (e)t Últimamente: S i , como ensena el A p óstol, por d delito de uno rey-
fié la muerte por uno , mucho mus los que reciben la abundancia de la grada
y de la donación , y de la justicia , reynarán en la vida por un Jesu-Chrislo (/).
Habiendo pues contraído ios niños por el pecado de Adan la culpa origi­
nal , mucho mejor pueden conseguir por Christo la grada y k justicia , pa­
ra reynar en la vida : y esto sin el Bautismo en manera ninguna puede ser.
Y asi enseñarán los Párrocos 7 que los niños absolutamente deben ser bauti­
zados , y luego poco á poco Ir imponiendo aquella cierna edad en los -pre­
ceptos de la Religión Chrisriana para la piedad verdadera : porque como es­
clarecidamente dixo el Sabio ; El caratmo que siguiere el joven en su mocedad , no
le dexetra 7 aun quando llegue á la vejez (g),
Y no se puede dudar , que reciban los niños , quando son bautizados,
33* ^
L os mños los Sacramentos de Ja fe : no porque ellos crean con asenso de su enten­
reciben ía dimiento ; sino porque son fortalecidos con k fe de sus Padres , si son fieles:
gracia en y quando no , con k fe de toda la congregación de los fieles 3 hablando con
eí Bautis­
palabras de San Agustín (h) , pues con toda verdad decimos, que son
mo.
ofrecidos por todos aquellos que quieren ofrecerlos , y por cuya caridad sus
aunados á k comunión del Espíritu Santo.
Se ha de exhortar pues encarecidamente á ios fieles, que cuiden de lle­
34*
H o se ha' var sus hijos í ía Iglesia,para que sean bautizados solemnemente luego al punto
ce dilatar que puedan sin peligro. Porque como los niños si no son bautizados, no tienen
el Bautis­ otro medio para conseguir la salvación, es fácil conocer con qnan grave cul­
mo á ios ni­
pa se cargan aquellos que los áexan carecer de h gracia del Sacramento por
ños.
mas tiempo del que pide h necesidad, mayormente quando por lo tierno de
la edad están expuestos á innumerables riesgos de la vida.
Con los adobos y que ya tienen perfecto uso de razón , que son los que
3Í* nacen de p?.tí res míreles se ha de observar c-tra conducta diversa : como lo
C óm o se
fax de ins­ declara k costumbre de h primitiva Iglesia. Porque se les ha de proponer
t i üir á ÍOS k fe Chrisriana , y han de ser exhortados 5 atraídos y convidados á que k
s.díí¿íOS. re-
(ü) Marth. i o- (h) Marc, io . J t) 5. (e) Coios, 2. ( f ) Rom. g. fg) F~ov. ü*
C oria*tí. i . íg) C a a e s, i 7. e í L v e . í. (¿0 H Encüyr, cap. aa.
PARTE II. CAPÍTULO II. 105-
-eciban con todo afecto. Y sí se convirtieren á Dios , entonces conviene amo­
nestarlos que no dilaten el Sacramento del Bautismo fuera del tiempo seña­
l-do por !a Iglesia. Porque estando escrito : JVo tardes en convertirte al Sc-
j¡or y no lo dilates de día en día (a) 5 se les ha de enseñar que la con­
versión perfecta consiste en el nacimiento nuevo por medio del Bautismo.
También , que quanto mas tarde vinieren al Bautismo , tanto mas se pri­
van del uso y de la gracia de los demás Sacramentos , con los quales se
observa la Religión Ciiristiana ; pues sm el Bautismo está cerrada la puer­
ta para todos. Además , que se privan también del grandísimo fruto , que
percibimos del Bautismo : porque no solo lava y quita del todo el agua del
Bautismo las manchas , é inmundicias de todas las maldades sino que nos
adorna con la divina gracia } con cuya virtud y auxilio podemos en lo por
venir evitar los pecados , y conservar la justicia , é innocencia : en lo qual
consiste la suma de la vida Christiana , como todos saben. ^
Pero aunque esto sea así , nunca estiló la Iglesia dar inmediatamente el Beciárase
Sacramento del Bautismo i esta clase de hombres : antes bien ordenó que que el Bau-
se dilatase ñor algún tiempo. Porque esta dilación no trae consigo el ríes-cismo sede­
ro s que antes diximos , amenazaba en los niños : pues los que ya tienen
uso de razón , el proposito y deseo de recibir el Bautismo , y con el ver­
dadero dolor de la mala vida pasada tienen bastante , para conseguir la gracia
v la justicia , si algún caso repentino les impidiera recibir el Bautismo. Y por
e¡ contrarío parece que esta dilación acarrea algunas utilidades. Porque pri­
meramente como la Iglesia , debe proveer con diligencia , que no llegue nin-
„ uno ai Sacramento con ánimo fingido y solapado , así se explora y se co­
noce mejor la velen'ad de los que piden el Bautismo. Y por esta razón de­
cretaron los Concilios antiguos , que los que vienen del Judaismo á la fe
Católica se detuvieran entre los Catecúmenos por algunos meses , antes dé
administrarles el Bautismo. Demás de esto se les insmive mejor en la doc­
trina de la fe que deben profesar , y en las reglas y costumbres de la vida
Chrístkna. Y en fin se tributa al Sacramento mayor culto de Religión 7 quan-
do reciben el Bautismo con las solemnes ceremonias solo en los días señala­
dos de Pascua y Pentecostés. _ _ , (.-
37
Sin embargo a veces no se ha de diferir el bautismo > habiendo causa No No qjem-
siem—
necesaria y justa : como si amenaza, peligro de muerte : mayormente guan­ pre se ha
do ios que han de ser bautizados , están ya bien instruidos en ios misterios de Bdilatar
ulitis—
el
de k fe. Así consta que lo hicieron San Felipe (&) y el Príncipe de los Após­ mi) á los
toles (f'j bautizando luego el uno al Eunuco de la Rey na Candace , y el adultos.
otro £ Cornelio sin dilación ninguna , sino luego al punto que protestaron
que abrazaban la fe. ^ 3§-
Debe también ensenarse y explicarse &l pueblo , con qué disposición han Como ce-
de venir los que han de ser bautizados. En primer tugar es necesario que díspuestos
cubran y deseen recibir el Bautismo : porque como en el muere el hombre ¡as qUS han
al pecado, y entabla nuevo orden y concierto de vida ; es justo que no se de ser bau-
é f e ! Bautismo á ninguno forzado ó renitente , sino í solo ios que ic rcci- toados.
o ban
fa) E cd L <- (o) A ctor. 3, (A Ib id e a 10.
io6 CATECISM O ROMAN O
ban de su espontánea y libre voluntad. Y así echamos de ver que siempre
se observó por santa tradición , que á ninguno se administra el Bautismo
sin preguntarle primero 3 si quiere ser bautizado. Y no debe pensarse que
falte en los niños infantes esta voluntad : pues es manifiesta la voluntad de
la Iglesia que sale fiadora por ellos*
Acerca de los locos y furiosos se ha de decir , que si tuvieron antes uso de
Cuando tazón, y después cayeron en la demencia>no han de ser bautizados sino es que
puedan ser amenacé peligro de vida : pues en tal tiempo no tienen voluntad de recibir d
ó no bau- Bautismo. Pero si están en peligro de vida serán bautizados: si antes que empezá­
r te o s los ran ' p0nerse furiosos , diéron muestras de querer recibir el Bautismo. De otra
locos. manera no se les ha de dar. Y el mismo juicio se debe hacer de los que duermen.
Pero si nunca fueron dueños de sí mismos s de suerte que jamás tuvieron uso
de razón; en .tal caso serán bautizados en la fe de la Iglesia de la misma manera
que los niños : según lo declara la autoridad y costumbre de la Iglesia.
Además d.el deseo de recibir el Bautismo , es muy necesaria la f e , para
D tos de conseguir gracia del Sacramento por la misma razón que queda dicha de
más reqiñ— Ia voluntad. Así lo enseña nuestro Salvador y Señor , diciendo : E l que cre-
sitos , para y ere , y fuere bautizado , será salvo (a). También es necesario , que le pese de
recib ir ei jos pecados cometidos , y de la mala vida pasada 3 y que tenga proposito
Bautismo* g rme g e no volver á pecar en adelante. De otro modo el que pidiera el
Bautismo 3 sin querer enmendarse de la costumbre de pecar , debía ser del
todo rechazado. Porque cosa ninguna es tan contraria á la gracia y virtud
del Bautismo , como el ánimo y disposición de aquellos que nunca deter­
minan poner fin al pecado. Debiendo pues desearse el Bautismo , por ves­
tirnos de Christo , é incorporarnos con él (ó) , claramente consta que con
mucha razón debe ser excluido de la sagrada pila , el que tiene intención de
proseguir en sus vicios y pecados : mayormente quando cosa ninguna de
las que pertenecen á Christo , y á la Iglesia se ha de recibir en vano. Y
si atendemos á la gracia de la justicia , y de la salud , entendemos bastan­
temente 3 que será vano el Bautismo en aquel que piensa vivir según la car­
ne (e) no según el espíritu ; aunque por lo que mira al Sacramento, sin
duda le recibe enteramente , sí al ser bautizado en la debida forma , tiene in­
tención de recibir, lo que se Ic administra por la Santa Iglesia. Por eso el Prín­
cipe de los Apóstoles, quando aquella gran muchedumbre de hombres com­
pungidos de corazón , como dice la Escritura , preguntaron á el y a los demás
Apóstoles , ¿ que qué habrían de hacer ? respondió : Haced penitencia, y sea.
bautizado cada uno de vosotros (d). Y en otra parte dixo : Arrepentios y conver­
tios , para que sean borrados vuestros pecados (e), Y el Apóstol San Pablo escri­
biendo á los Romanos muestra con claridad : Que el que es bautizado , ha de
morir del iodo para los pecadas (J ) , por lo qual amonesta : JVh hagamos de
nuestros miembros armas de la maldad para el pecado ; sino que nos presentemos ¿
4*. Dios como resucitados de los muertos (g).
IDe lo iya- Si meditan los fieles con frecuencia estas cosas } primeramente se versa
choque im- pre-
xd' IVI2re. id . (b) G ala:. 3, (s) Ibitíem 3. (f) Rom, 6 .
{cj Boas. g. {d) A ctor. 2. (g) Ibídem.
PARTE lì. CAPÍTULO îî. 107
precisados á admirarse en gran manera de la suma bondad de D io s , quien porta me­
movido de sola su misericordia hizo un tan singular y divino beneficio á los ditar estas
que nada tal merecían. Si luego consideran , quán limpia de todo pecado
debe ser la vida de aquellos , que se ven enriquecidos con un don tan pre­
cioso ; al punto entenderán , que lo primero que se requiere en un Claris-
tiano es , que procure vivir cada día tan santa y religiosamente , como sí
en él acabara de recibir el Sacramento y la gracia del Bautismo. Aunque pa­
ra inflamar las almas en el amor de la verdadera piedad , nada será tan pro­
vechoso , como explicar los Pastores con especial cuidado quáles son los elec­
tos del Bautismo.
Por quanto muchas veces se ha de tratar de estos efectos, á fin de que 44.
Quál sea
los fieles perciban mejor el grado altísimo de dignidad en que están colo­ el principal
cados , y que jamás permitan ser derribados de él por las asechanzas ó ímpe­ efecto del
tus del enemigo ; primeramente se ha de enseñar que por la virtud mara- Bautismo.
bilíosa de este Sacramento se remite y se perdona todo pecado , ya sea ori­
ginal y contraído de los primeros Padres , ó ya cometido por nosotros mis­
mos- , aunque sea tan enorme que parezca que ni cabe pensarse cosa mas
horrible. Mucho antes había proletizado esto Ezequiel , por quien habla así
el Señor : Derramaré sobre vosotros un agua limpia , con la qual os limpiaré
de todas vuestras inmundicias {a). Y el Apóstol escribiendo á los de Coriato*
después de una larga lista de pecados añadió : T en verdad que fuisteis es-
to; mas ya estáis lavados * ya estáis santificados (b). Y ésta fue la doctrina,
dada pespétuamente por la Santa Iglesia: como es manifiesto. Porque San
Agustín en el libro que escribió acerca del Bautismo de los niños , dice así:
Por la generación de la carne solo se contrae el pecado original; mas por la re­
generación del Espíritu se hace la remisión , no solo del pecado original , sino
también de los personales (t). A San Gerónimo escribe á Occeáno : Todos los
pecados se perdonan en el Bautismo (di). Y para que á ninguno en adelante
sea permitido dudar sobre este punto , declaró lo mismo el Santo Concilio
de Trem o después de la dirmícion de otros Concilios , pronunciando ana­
tema contra los que se atrevan á sentir lo contrario , ó no duden afirmar*
que aunque por el Bautismo se perdonen los pecados * sin embargo no se
quitan del todo , ó se arrancan de raiz ; sino que en cierto modo se raen*
de manera que queden todavía agarradas al alma las raíces de los pecados (e).
Porque explicándonos con las palabras dei mismo Santo Concilio: En los re­
nacidos , dice , nada aborrece Dios : porque nada hay de condenación para aquellos
que verdaderamente están sepultados junto con Christo por el Bautismo para la
muerte : los quaíes viven * no según la carne 5 sim que desnudándose del viejo
Adán y vistiéndose dd nuevo 5 que es criado según Dios , fueron hechos innocen­
tes , inmaculados , limpios , libres de culpa y amados de Dios (/).
Pero es preciso confesar (com o en ese lugar se decreto por autoridad q eTl
del mismo Concilio) que queda en los bautizados la concupiscencia ó fómt- 2yS\ autiza.
te del pecado. Mas ésta no es verdaderamente pecado. Porque como dice ¿os ia con-
oz San cupisceads
{d) Ezech. g6, (h) 1. Carinen, 6. (o) Lib. (e) Sess. e. de pece. orig. cap. g.
2. cz Peccai, nier, cap. 1 5. A) Epist. $3, ( f ) Ubi proli me.
íoS CATECISMO ROMANO
aunque no San A.mistm - En /iW- runos bautizados se quita ti Testo (Le la conc^ip - r?^.
como cui­ mas tifa queda para nuestro exerctcio (a). Y en otra parte afirma : Jsl reato
ca, de la concupiscencia se quita en el Bautismo ; mas queda la flaqueza (b). por_
que la concupiscencia que nace del pecado d o es otra cosa , Que una
apetencia del ánima , que por su naturaleza repugna a la razón. Mas este
movimiento si no trae consigo consentimiento o descuido de la voluntad
está muy lexos de ser verdaderamente _pecado. Y quando dice el Apóstol:
JSfo sabia yo lo que era concupiscencia , si no dixera la ley : no codiciarás {c) no
quiso se entendiese por estas palabras la fuerza de apetecer , ó la concupis­
cencia en sí misma ; sino el vicio ó desorden de la voluntad. La misma doc­
trina enseña San Gregorio , escribiendo así : Si hay quien diga que los pecados
se perdonan en el Bautismo solo en la superficiey -¿qué cosa mas infiel que tal pro­
posición ? Quando por el Sacramento de la fe queda el alma radicalmente ahsuel­
ta de sus culpas y unida á sdo Dios (di). Y para demostrar esta verdad , se
vale del testimonio de nuestro Salvador , que dice por San Juan : El que es­
tá lavado , no tiene necesidad de que le laven mas que los p ies: pues todo él es­
tá limpio (e),
44- Y sí alguno quisiere ver una figura y una imagen expresa de esta obra,
Declárase pongase á considerar la historia de Naamán Siró el leproso : el qual ha­
mas , que
biéndose lavado siete veces con el agua del Jordán , como dice la Escritu­
por ei Bau-
t i s m o s e ra , quedó tan limpio de la lepra , que parecía su carne como carne de un
quitan to­ niño (/ ). Y así es efecto propio del Bautismo el perdón de todos los peca­
dos los pe­ dos 3 ya sea el original , ya los cometidos por nuestra culpa. Por esta cau­
cados. sa le instituyó nuestro Salvador y Señor , como dexados otros testimonios
lo explicó con palabras clarísimas el Príncipe de los A póstoles, quando dí-
so : Haced penitencia, y sea bautizado cada uno de vosotros en nombre de Jesu-
Christo para el perdón de los pecados (g)r
Pero no solo nos perdona Dios por su benignidad en el Bautismo todos los
45-
A culpa y pecados , sino también todas las penas debidas por ellos. Porque aunque es
á pena se común en todos los Sacramentos , el que por ellos se nos comunique la vir­
perdona to­ tud de la Pasión de Christo Señor nuestro; con todo eso de solo el Bau­
do en el
tismo díxo el A p ó sto l: Que morimos y somos por él sepultados juntamente can
Bautismo.
Cknsto (fij. Por donde siempre entendió la Santa Iglesia, que no se puede
practicar sin injuria gravísima del Sacramento s imponer al que ha de ser bau­
tizado , aquellas penitencias ? que los Santos Padres llamaron comunmente
obras satisfactorias. Y no se opone -á lo que aquí decimos , la costumbre
de la Iglesia antigua , que mandaba á los Judíos , quando eran bautizados,
que ayunasen cuarenta dias continuos. Porque aquella pena no se imponía
■ como satisfacción. Solo se enderezaba á amonestarles , que se empleasen sin
intermisión por algún tiempo en ayunos y oraciones 3 venerando k dignidad
del Sacramento.
Alas aunque debe tenerse por cierto que se perdonan por el Bautismo
Hk> se libra
aso gor el todas las penas debidas por los pecados; sin embargo ninguno queda libre
por
(d) Ubi snp. cap. cp, (5 ) 12b. i.d eN n p™ de B egisrr. Epíst.gp. (e) Joann. 13. [fi 4-
SHsq 'Esp, 23. et ag. le) Hom. % id) L:b. g. B eg. 5. (g) A ctor, 3. f ) Rcm. 6*
PARTE II. CAPÍTULO XL iog
r e'j de aquel Unage de penas que deben pagarse por algún delito grave E a u tis m o
se^un las leves civiles : de manera que el que es reo de muerte quede" por de las pe­
gigantismo exento de la pena establecida por las leyes. Aunque sería muy nas civiles.
de alabanza la religión y piedad de aquellos Principes, que remitiesen
y condonasen también este castigo á los delinquientes : para que brillase mas
la gloria de Dios en sus Sacramentos.
Hace sobre todo esto el Bautismo , que quedemos libres de todas las T, 47'
Perdonan—
penas seguidas ai pecado original después de la carrera de esta vida. Perqué se &n t !
DOr el mérito de la muerte del Señor nos vino el que pudiésemos conse­ B a liris m o
guir estas gracias. Y en el Bautismo , como se dixo ya , morimos junta­ rodas las
mente con él : pues como dice el Apóstol Si somos juntamente plantados d penas de ía
la semejanza de su muerte , lo seremos también á la de su Resurrección (a), otra vida.
48.
Y si preguntare alguno que por qué al instante después del Bautismo Por qué
no quedamos también libres de las penalidades de esta vida mortal , y no después del
somos restituidos en virtud de la ablución sagrada á aquel perfecto grado de B a u: i s ni o
vida , en que rué colocado antes de la culpa Adan primer Padre del ünage que datii o s
sujetos á las
humano. A esto se responde ; que señaladamente se dispuso así por dos cau­ miserias de
sas. La primera es : que como por el Bautismo nos juntamos con Chrisro, y esta vida.
somos hechos miembros de su cuerpo, no debemos ser ae mejor condición,
ni concedérsenos mayor dignidad , que aquella que se dio á nuestra Cabe­
za. Luego así como Christo Señor nuestro , aunque desde el instante de su
Concepción tuvo plenitud de grada y de verdad , con todo eso no dexó
la fiaqueza humana que tomó , hasta haber padecido los tormentos de la Pa­
sión y muerte , y luego haber resucitado para la gloria de la vida inmortal;
¿que hay que marabillar de que los heles, aunque hayan conseguido por eí
Bautismo la gracia de la justicia celestial, estén todavía vestidos de este cuer­
po frágil y caduco , ;para que después de haber padecido muchos trabajos
por Christo, y pasada la muerte , sean de nuevo restituidos a la vida; y al
fin sean dignos de reynar con Christo por toda ia eternidad?
La segunda causa de quedar en nosotros después del Bautismo la fla­
queza dd cuerpo , enfermedades , dolores , y movimientos de la concupiscen­
cia es , para que tuviésemos , como un campo y materia , donde cultivar y
excitar la virtud , y así cogiésemos de ahí tratos mas abundantes , y premios
mas subidos de gloria. Porque cuando llevamos con paciencia las Incomo­
didades de esta vida , y sujetamos con el favor divino al imperio de la razón
las desordenadas aficiones de nuestra alma , debemos tener esperanza cierta,
de que si á imitación del Apóstol peleáremos legítima mente , consumáremos
k carrera , y guardáremos la fe , b o s dará también el Señor , como justo Juez
en aquel día la corona de justicia que tiene reservada (&), De este modo pa­
rece que se hubo el Señor con los hijos de Israel. Porque aunque los libró de
la servidumbre de los E gipcios, sumergiendo á faraón y á su ex ¿reíro en el
mar, con todo eso no Ies míroduxo luego en ¿a. tierra feliz de pro mis Ion;
sino que antes los cxercitó en muchos y varios encuentros, y quando ákí-
iramcntc ios puso en posesión de la tierra prometida, cierto es que derro-

pq Kon. í. (5) 2. Tim. 4 ,


I IO CATECISM O ROMANO
có de sus propios lugares á sus habitadores , pero también dexó residuos de
algunas naciones , con ías que no pudieron acabar , para que nunca Faltase
al pueblo de Dios ocasión de excrcitar el valor y tuerzas militares {a).
A esto se llega que sí además de los dones celestiales con que se ador­
na el alma , se nos dieran también por el Bautismo los bienes del cuereo:
con razón se podría dudar de muchos que vinieran al Bautismo , si era nu$
por las conveniencias de la vida presente , que por la gloria que esperamos
en la venidera. Siendo así que la mira del Christiano siempre $e debe poner,
no en estos bienes engañosos é inciertos que se ven ; sino en los verdade­
ros y eternos que no se ven (b).
4p- Pero aunque la condición de esta vida este llena de miserias , todavía
Los vf.rda- no tener sus consolaciones y regalos. Porque para nosotros que ya
r ín o f auíí P°r ^ Bautismo estamos unidos con Christo como sarmientos con la yid (c)
entre las ¿qué cosa puede haber mas dulce y regalada , que tomando la Cruz sobre
miserias de nuestros hombros seguir á nuestro Caudillo , y sin fatigarnos con ningunos
esta vida tr.,'bajos detenernos en ningún peligro , caminar con el mayor esfuerzo al
tienen rega- prem-Q soberano llamamiento de Dios (d) para recibir de su Magestad
S ’ unos la auréola de la virginidad , otros la orla de la doctrina s 3' predica­
ción , otros la palma del m artirio, y otros otros timbres de virtudes? Pues
en verdad que estas esclarecidas insignias de alabanza a nadie se darían , si
primero no nos exercitásemos á nosotros mismos en la palestra de esta vida
penosa , y saliésemos victoriosos de la lucha,
go. Pero volviendo á tratar de los electos del Bautismo, se há de exponer
De otros q Ue p0r virtud de este Sacramento no solamente nos libramos de males que
bienes que ^ k oca llena se deben decir sumos , sino también que somos enriquecidos
los111dichos con bienes y dones excelentísimos. Porque nuestra alma es henchida de la
nos acar- gracia divina , con la qual hechos justos é hijos de D io s , somos también ins-
rea el San- titulóos herederos de la gloria eterna : porque escrito está : El que creyere, j
íismo. fuere bautizado , será salvo (e). Y el Apóstol afirm a: que la Iglesia fue puri­
ficada con el lavatorio del agua por la palabra de la vida (/). Es la grácil
(según el Concilio Tridentino (g) manda á todos creer so pena de exco­
munión ) no solo por la qual se hace el perdón de los pecados; sino una
divina qualidad infundída'en el alma , y un como resplandor y luz que lim­
pia todas las manchas de nuestras alm as, y las para hermosísimas y muy bri­
llantes. Así se infiere con claridad de las Sagradas Escrituras , quando ¿icen,
que ¡a gracia se derrama , y la llaman prenda del Espíritu Santo (k).
A esto se añade la comitiva nobilísima de todas las virtudes, que infun­
51*
Con la de Dios en el alma con la gracia.
_ Por esto quando el Apóstol dice á Tito:
gracia sea j\r JVbs
os hizo salvos por el lavatorio de la regeneración „. yy renovación del Espire
Espirios
m r u n d e n S&nlo , aice derramó sobre nosotros m abundancia por 7 esu Christo Salvador mus-
Yir-ades ¿ro ^ e:íP^Icanco San Agustín esas palabras : derramó en abundancia , aics
Es d saber . para perdonarnos los pecados , y colmarnos de virtudes Qp¡.
Par
(ai isxod. 14. et Judie. 3. (0) 2. Cannth. {g ) Sess. <5
. cap. 7. (¿) Kom. q 2-
4. (c) Joacn. 15. id) Philipp. 3. (e) Mar. rinth. 5. (¿) Tic. 3. (A) Líber J. ci
lé , í f ) Bgaes, s. Peccato mer. capite a<5.
PARTE II. CAPÍTULO II.
por el Bautismo también somos incorporados y unidos con Christo ,co -
m0 miembros con su cabeza. Así pues como mana de la cabeza el vigor con purtiB aí!.
ouc se mueve cada una de las partes del cuerpo á exercitar debidamente sus -¡síbü io ­
propios oficios ; así también de la plenitud de Chrísto Señor nuestro se d i ­ nios incor­
porados con
f u n d e sobre todos los que son justificados virtud y gracia divina s la quai
Ch risto.
los hace hábiles para todos los oficios de la piedad Christiana.
Y á ninguno debe parecer estrado que estando guarnecidos y adornados
con tanta riqueza de virtudes , sintamos todavía grande dificultad y trabajo Por qué es-
en empezar, ó á lo menos en acabar las obras virtuosas y buenas. Porque lando
esto no dependej deque no se nos hayan concedido por beneficio de Dios d o rn a d o s
con tantas
las virtudes de las qnales nacen esas mismas obras ; sino de que queda des- virtudes «-
pues del Bautismo la fortísima guerra de los apetitos de la carne contra el tamos tan
Espíritu («). Mas en estas refriegas no debe desmayar ni acobardarse el Chrís- tarc!os para
fimo . sino fiar en la bondad de Dios con esperanza muy firme de que con !as obras
, ' . . .1- j • * i J ■i ^ buenas,
el exercicio cotidiano de vivir rectamente , se nos hagan tacúes , y gustosas
todas las cosas , que son honestas s todas las que son justas , y todas las
que son santas (/;). Consideremos pues de buena gana estas cosas , y prác-
tiquémosias con prontitud , y alegría : para que sea con nosotros el Dios de
la paz (c). . , ¿4-
Sobre todo esto somos por el Bautismo marcados con el carácter , que BneiEae-
nunca puede borrarse del alma : acerca de lo quai nada tenemos que añadir _ USErY se
aquí : pues ya se dixo lo bastante tratando de los Sacramentos en común: v I!f prials<ja"
m .,,r J j / , / . . J racrennde-
de al ii se puede traer a este lugar quanto perteneciere a este proposito. iebíe.
Mas porque en virtud de la qualidad y naturaleza del carácter está di-
finido por la Iglesia , que en caso ninguno puede reiterarse el Sacramento caso
del Bautismo , cuidarán los Pastores de instruir á los fieles con frecuencia v n in § un0
1 - 1 i . , , , J pueae re l-
aesveio sobre este punto : para que no caygan en a¡gunos errores. Asi lo de- tenrse el
claro el Apóstol , diciendo : Un Señor 5 ■una je , un Bautismo (d). Exhortando Bautismo.
también á los Romanos sobre que anduviesen con cautela , como ya muer­
tos en Christo por el Bautismo , para no perder la vida que habían recibido
de su Magestad , y diciendo : Que habiendo muer¿o Christo por el pecado , mu­
rió una vez (e) 7 dá á entender claramente , que así como Christo no puede
volver a morir ; así no podemos nosotros morir de nuevo por el Bautismo.
Por esto la Santa Iglesia confiesa abiertamente que cree un Bautismo. Y esto
es muy conforme á su naturaleza y á la razón : como se dexa ver de que d
Bautismo es cierta regeneración espiritual. Y por tanto así como sola una vez
somos engendrados y dados á luz por virtud natural 7 y como dice San Agus­
tín : JVo puede tornarse uno al vientre de su madre (/) , así también es uní- ^
ca ia generación espiritual , y nunca jamás puede repetirse el Bautismo. No son re-
Y no se ha de pensar que la Iglesia repite el Bautismo , quando echa bautizados
el a»ua í uno de cuíen es incierto , si está bautizado , diciendo las pa- ios ^ ,ea
sabras de esta forma ; Si estas Bautizado , no te bautizo otra vez - pero si no lo ¿ason bca,_
estas 5 yo te bautizo en el nombre dd Padre y del Hzjo y dd Espirilu Santo. Por- tizados otra
que vez baxo de
condición.
PO Gaiat. g. fb) Phiiípp. 4. (e) Rom. 6. (f) Trac t, s i . In Jban-
m; 2. Corínth. 13- Ut) Ephes. 4 - nem.
112 CATECISMO ROMANO
que con esa condición debe decirse , no que se reitera con él sacrilego e]
Bautismo , sino que se administra con veneración,
£7- . pero aun en este punto deben los Pastores tomar providencia solícita acerca
El Bastís- ^ ajan as cosas , en las quedes se peca cas: caca dia con injuria grav3slma
del Sacramento. Porque hay algunos que piensan^, que no se puede cometer
puede*' ha- maldad ninguna , aunque bauticen sin reparo á qualquiera , si se añade- h
cerse sin condición. Y así quando les llevan algún niño , al punto le bautizan , sin
c.iu5a gra- }^acer pregunta ni información alguna , sobre si ya le echaron agua 6 no.
' e* Antes bien aunque sepan de cierto , que ya se le administró el Sacramen­
to en casa , con todo eso no dudan echarle agua otra vez en ia Iglesia ha-
xo esa condición , quando hacen las ceremonias solemnes. Esto ciertamente
no lo pueden hacer sin sacrilegio , é incurren en la mancha que los Teólogos
llaman Irregularidad. Porque según la autoridad de Alexandro Papa solo es
permitida esa forma de Bautismo en aquellos , de quienes se duda después
de una diligente averiguación s si están bien bautizados (¿0 - D e otra manera
nunca es licito dar segunda vez el Bautismo , aunque sea con esa condi­
ción,
gS, Pero entre tantos bienes como conseguimos por el Bautismo , el que vie-
El último ne á ser el último, y á quien se ordenan todos los demás es , que nos abre
efectoto dei
dei ja plJ£rta <jej Cielo que estaba cerrada por el primer pecado. Y estas cosas
Bautismo
es abrir- <duc se °kran en nosotros por virtud del Bautismo , pueden entenderse con
n o s lo s claridad por las que acontecieron en el Bautismo de nuestro Salvador : según
Cíeles. lo confirma ía autoridad Evangélica. Porque se abrieron los Cielos , y apare­
ció eí Espíritu Santo , baxando en figura de paloma sobre Christo Señor
nuestro (¿). Por donde se da á entender , que á los que son bautizados se
dan los dones de este divino Espíritu , y se franquea la puerta de los Cie­
los. No para que luego que son bautizados entren en aquella gloria ; sino
en otro tiempo mas oportuno : que es quando ya libres de todas las mise­
rias , que no las puede haber en aquella vida bienaventurada , por k condi­
ción mortal conseguirán la inmortalidad. Estos á la verdad sen los frutos
del Bautismo , los anales atendida la virtud del Sacramento pertenecen sin
duda con igualdad á todos. Pero si se mira á la disposición con que cada
uno le llega á recibir , es preciso confesar que reciben unos mas , ó menos
de gracia celestial y de sus frutos, que otros,
%9’ Resta ahora el que se explique clara y brevemente , lo que debe ense-
1 ? virtud^ ^arse so^re ks oraciones , ritos , y ceremonias de este Sacramento, Porque
utilidad de 1° que previno eí Apóstol acerca del don de lenguas , diciendo que es in-
las cere- ucíi , si no entienden los fieles lo que se habla (e) , lo mismo casi se puede
momas dei decir de los ritos y ceremonias. Porque ellas ponen á ía vista la imagen y
Bautismo, significación de las cosas que se obran en el Sacramento. Y por tanto si no
sabe el pueblo fiel lo que significan esas señales , no parece que puede ser
muy grande k utilidad de las ceremonias. Deben pues procurar los Pastores
que las entiendan los fieles, y que tengan por cierto que aunque no son ne*
ce-
<«} Lib, Becrer. de Baptism. Cap. De (h) Matrh. 3. Marc. 1. Luc. 3. (c) 1‘
gutous. Corinth. 14,
PARTS lí. CAPÍTULO II. n 3

ceíarias son muv ¿preciables, y conviene tenerlas en gran veneración. Bes-


nntemente nos enseña esto asi la autoridad de ios que instituyeron las cere­
monias que sin disputa fueron los Sanros Apóstoles , como el fin por qué
las ordenaron. Porque es claro que de ese modo se administra el Sacramen­
to con mayor religión y santidad , y como que se ponen delante de los
ojos aquellos altísimos y preciosos dones que se encierran en ¿1 , y hacen
se impriman mas en los corazones de los heles los inmensos beneficios de
Dios.
Las ceremonias pues y deprecaciones de que usa la Iglesia en la adminis­ 6o.
tración deí Bautismo , se han de reducir todas á tres clases : así para que pue­ QbáutOS
sean ios ri­
dan les Pastores observar orden cierto en explicarlas , como para que guar­ tos del Baq.
den los oyentes con mas facilidad en la memoria las cosas que íes digan. La cismo.
primera es de aquellas que se hacen , antes de llegar í la pila del Bautis­
mo. La segunda de las que se hacen , en llegando á ella. Y la tercera de las
que se suelen añadir acabado el Bautismo. 6 r.
Pues Drimerameme debe piepararse el agua de que se debe usar para el Quando se
Bautismo, Porque se consagra la pila bautismal con el oleo del Crisma. Y debe con­
esto no debe hacerse en todo tiempo , sino según costumbre de los M ayo­ sagrar eí
agua para
res se aguarda a ciertos dias , que con mucha razón sean tenidos por los mas el Bautis­
celebres y santos de todos , en cuyas vigilias se prepara el agua del Sagrado mo.
Bautismo : y solo en esos dias se administraba conforme al uso antiguo de
la Iglesia , si no obligaba la necesidad í otra cosa. Pero aunque al presen­
te no juzgue la Iglesia que debe retenerse esa disciplina por ios muchos pe­
ligros de la v id a ; sin embargo observó hasta hoy con suma veneración los
oías solemnes de Pascua y Pentecostés ; en los quaies se debe consagrar el
agua del Bautismo.
6 *.
Después de la consagración del agua deben explicarse las cosas que an­
Por qué los
teceden al Bautismo. Porque los que han de ser bautizados , son traídos ó bautizados
guiados á las puertas de la Iglesia. Pero enteramente se les niega la entiada, no son des­
como á indignos de entrar en la casa de D io s , hasta que hayan sacudido de luego ad­
de sí el yugo de la servidumbre vilísima , y del todo se entreguen á Chnsto mitidos en
la Iglesia.
nuestro Señor y i su justísimo imperio.
Luego les pregunta el Sacerdote que es lo que piden á la Idesia, Y en­ tf3* ,
tendido esto primeramente ios instruye en la doctrina de la fe Christiana Por qué se
les pregun­
que deben profesar en el Bautismo : y esto se hace catequizándolos. Nadie ta qué pi­
puede dudar que la costumbre de esta institución dimanó del precepto de den , y lue­
nuestro Salvador y Señor, quando él mismo mandó á los Apóstoles: Id por go se les
iodo el mundo , y enseñad á íoáas las gentes, bautizándolas en el nombre dd Pa­ instruye.
dre y dd Hijo y dd Espíritu Santo , enseñándolas á guardar iodo lo que es man­
dé (a). Por donde puede conocerse que no debe administrarse el Bautismo^
sin explicar primero í lo menos los puntos principales de la doctrina de nues­
tra Religión.
6y.
Mas como el Catecismo tiene muchas preguntas 3 si el que es catequi­ Quién de­
zado j es de edad crecida , él responde por sí á io que se pregunta. Pero be respon­
? si der á las
(a) Matth. s 3,
CATECISM O ROM ANO
si es párvulo , bien responde por él el Padrino , y hace asimismo la prome-
preguntas
del Cate­
cismo. “ “ í™ése'el Exórcismo, el qual se compone de palabras y oraciones Si-
Prad¡‘°Y religiosas, para expeler al diablo, y queorantar y enflaquecer sus
D e l Exor­ fuerzas ^ P»r esta causa sopla el Sacerdote tres veces a rostro del que ha
cismo y de de ser bautizado, para que sacuda de sua potestad de la serpiente antigua,
su uso.
_ c o m m el aliento de la vida que perdio.

66.
^ Tún?-nse al Exorcismo otras ceremonias : que cada una de ellas con»
P o r qué le muy misteriosa , tiene su propia y elevada significación. Porque ponerle sal
ponen sal T ía boca claramente significa , que por la doctrina de la fe y e don de
en la boca. k -rada ha de conseguir el bautizando verse Ubre de la podre de los peca-
dos”rpetcibit el sabor de las buenas obras , y deleytarse con el manjar de
6j. !* ^ Í T a c e n la señal de la Cruz en la frente ojos, pecho, hom­
Q ué signi­ bros v oidos. Y esto declara que por el Sacramento del Bautismo se abren,
fica la se—
Sal de la
y se fortalecen los sentidos del bautizado , para que pueda recibir á Dios, y
C ruz que entender y guardar sus mandamientos* .
se le hace Lue-o le untan con saliva las nances y orejas, y al mstante es devado
en varias á k sagrada fuente del Bautismo: para que así como aque* ciego a quien
narres-
~ 68.
untó ef Señor los ojos con lodo, y mando se ¡avase con el agua de Sdoe,
P o r qué se recobró la vista (a) , así entendamos que nene tal virtud el agua del Bau-
u n ta n con cae infonde luz al alma para que vea las verdades divinas.
sah va *“ H gCj10 es'o vienen á ia oiia del Bautismo y se hacen otras ceremonias
Jas
narices y ríros por las quales se conoce la suma perfección de la Religión Chris-
o r e ja s .
4 es por tres veces presunta el Sacerdote con palabras muy ciaras
69.
Q ué signi­ ‘" 'e de ser bautizado: ¿ Rmmctas de Satanás, y de todas sus obrass
fica la re­ T de todas sus gambas ? Y él ó d Padrino en su nombre á cada una de ellas
nuncia de remonde: fttnuncio\ Porque el que se ha de alistar en la milicia de 'Cirino,
satanás que
hace eíBau-
Aeíyz ante todo oro me ter santa y religiosamente, que se aparta del demono
íicando. mundo . V que jamás vendrá tiempo en que no mire a uno y ¿ otro,
como á muy horribles enemigos. Después ungen al que ha de ser bautiza­
do en el pecho y entre las espaldas con el oleo de los Catecúmenos. En ti
pecho" para que por ei don del Espíritu Santo deseche el error y la igJ
no^anna y abrace la verdadera te : Pues el Justo vive por ¿a fe (y), >-
entre ì a s ’ espaldas para que por la gracia del Espíritu Santo sacuda de si ¡¿
pereza y entorpecimiento , y se exercite en obras de virtud : Pe? que & J'
sin obras está muerta (r).
yo»
C ó rso hs.
éc hzcsT ¡2.
t ? r o f e s lo a
de Ja re. (fi) Juana, 9, G ala t. a» (c) Jacob.

bío-rA. E sc» que está entre !as dos * * no se haba en la Edición de Roma 5 pe-"3 ;í
hzllz en la de padna : y conviene añadirlo : como advierte Ja de Madrid peeiíS
yg. explicando en particular cada ima de las ceremonias,
PARTE II. CAPÍTULO II. 11.
¿o , hace la solemne profesión de la fe : y en estas dos promesas es claro,
que se encierra todo el vigor y doctrina de la ley Christians.
Quando ya llegó el tiempo de administrar el Bautismo , pregunta el Sa­ Por qué se
c e r d o t e al que v a á bautizar, si quiere ser bautizado , y respondiendo él por pregunta sí
sí s ó el Padrino por él , siendo ruño .q u e S i ; al punto le lava con el agua quiere ser
saludable en eí nombre dd Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Porque así bautizado.
c o m o el hombre fue justamente condenado por haber obedecido de su libre
v o l u n t a d á la serpiente ; así quiere el Señor que ninguno sea escrito en el
n ú m e r o de los suyos , sino como Soldado voluntario : para que obedeciendo
l i b r e m e n t e á sus mandamientos divinos consiga la salud eterna.
72'
Ya después de administrado el Bautismo unge el Sacerdote al bautizado Por qué se
con el Crisma en la coronilla de la cabeza : para que sepa que desde ese unge des­
pués con el
día está incorporado con Christo como miembro con su cabeza é ingerto Crisma Ja
en su cuerpo , y que por eso se llama Chruiiano de Christo , como Christo cabeza del
del Crisma. Y qué signifique ei Crisma , bastantemente se entiende por las bautizado.
oraciones que entonces dice el Sacerdote : como afirma San Ambrosio (a).
Después el Sacerdote viste al bautizado con un vestido blanco , diefen- ,73-
Qué signi­
clcie : Recibe este vestido blanco , para que U lleves sin mancha al tribunal de fica el lien­
nuestro Señor jrtsu-Chrisio , y consigas la vida eterna, A los niños que están zo blanco,
desnuditos , se pone con las mismas palabras un pañizuelo blanco. Y esta ce­ que se po­
remonia significa, como los Santos Padres enseñan , ya la gloria de la Resur­ ne al bau­
tizado.
rección 3 para la qual nacemos por el Bautismo , ya el candor y hermosu­
ra j con que son adornadas las almas , quitadas las manchas del pecado , ya
también la innocencia y pureza que debe el bautizado guardar por toda la
vida.
Luego se le pone en la mano una candela encendida ; lo qual manifies­ ,74-
Q ué signi­
ta , que debe conservar y acrecentar con exercicios de buenas obras la fe fica la can­
inñamada por la Caridad , que recibió en el Bautismo. dela encen­
Ultimamente se pone nombre al bautizado , y éste se ha de tomar de al­ dida.
guno 3 que por su heroica virtud y religión esté colocado en el Catálogo 75*
D el nom­
de los Santos ; porque de esa manera se facilita , que por la semejanza del bre que se
nombre se excite á la imitación de su santidad y virtud ; y además de esto debe poner
que se encomiende á quien procura imitar , y que espere tenerle por A bo­ al bautiza­
gado y defensor de su salud espiritual y corporal. Por tanto son muy dig­ do.
nos de reprehensión aquellos que andan buscando,y ponen á los niños nom­
bres de gentiles y señaladamente de aquellos que fueron ios mas viciosos.
Así dan í entender el poco aprecio que hacen de la profesión de la piedad
Christiana , quando parece fienen sus delicias en la memoria de hombres
malvados : pues quieren que resuenen por todas partes estos nombres pro­
fanos en oidos Calóricos.
yS.
Si explicaran ios Pastores las cosas que se han dicho acerca del Sacra­ Epílogo de
mento del Bautismo , nada casi quedaría por decir 5 de lo que requiere su lo dicho so­
cabal conocimiento. Porque va se demostró lo que significa el nombre de bre ios mis­
Bautismo , qual sea su naturaleza y sustancia , y de que partes consta. Se ha terios del
de- Bautismo.
f2
(a) L ib . z. de Sacram, cap. 7.
6 CATECISM O RO M ANO
11 . lp ;nstituvó , quiénes son los Ministros necesarios para ha-
declarado qmc * - p;nes 105 padrinos que se deben buscar , para soste-
cel
ncr la
i piíubadci bautizado. Se ha enseñado tatúen í qosenes se ha de dar,
v disposición se debe recibir , y q ia n grande sea su vir-
y con q ye t r V 1 ha explicado con claridad cascante , para io qüe
a:d y encaua‘ ^ ‘ con qué ritos y ceremonias se debe celebrar. Cui-
pme nuestío p P ■ J £ ios deles todas estas cosas : y principal-
den pues *os P^ J v d c ^QVe anden de continuo considerando y (haciendo por
^ l V POcon fidelidad la¡ promesas tan santas y religiosas que hicieron en d
B,udsmo ° y que arreglen su vida de manera que corresponda a la saim*-
m T profesión del nombre Chastiano.

C A P ÍT U L O IIL

DEL SACRAM EN TO DE LA C O N F IR M A C IO N .

i. itUí algún tiempo requiere en los Pastores vigilancia grande sobre explicar
per qué en
estos Tiem­ eí Sacramento de la Continuación 1 ninguno á la verdad mas que el presen­
p o s d e b e te pide que se ilustre con toda claridad : quando en la iglesia de Dios mu­
explicarse chos abandonan del todo este Sacramento , y hay poquísimos que procuren
con gran
sacar de él d fruto de la divina grada que debieran. Por esto es menester
ciñiiado es­
te Sacra­ instruir í los fieles sobre la naturaleza , virtud , y dignidad de este Sacra­
mento. mento así ei dia de Pentecostés, en el qual señaladamente se suele adminis­
tra r, como en otros que los Pastores juzguen oportunos para el efecto: de
manera que entiendan los fieles no solo que no deben descuidarse ; sino que
deben recibirle con suma devoción y reverencia : no sea que por su culpa y
con gravísimo daño de sus almas parezca que en vano se les concedió este
beneficio divino.
2.
Empezando pues por el nombre se ha de enseñar , que llama la Igle­
P o r qué la sia í este Sacramento Confirmación : porque el que ya está bautizado quinao
Igíesia lla­ es ungido por el Obispo con el Sagrado Crisma , diciendo aquellas solem­
m a Conf.r- nes Dalzuras: S i lióte con ¿a señal de la Cruz , y te confirmo con el Crisma d¿
mscioíiá es­
te Sacra­
la salud en d nombre cid Padre y ád Hijo y ¿el Espíritu Santo : si no hay
mento. cosa que impida la eficacia á d Sacramento , con el esfuerzo de la nueva vir­
tud empieza á ser mas fuerte , y por esto Soldado perfecto de Christo.
Siempre reconoció la Iglesia á la Confirmación por verdadero y propio
3ua C o n d ì— Sacramento : como expresamente lo declaró el Papa Melquíades, y otros
m ación es muchos Santísimos y antiquísimos Pontífices (a). Pero San Clemente no pu­
verdadero
Sacramen­
do comprobar la doctrina de esta verdad con testimonio mas grave : por­
to de la le y que dice : “Todos se han de dar prisa sin detención alguna , por renacer pon
nueva. jjíos a y ¿espires ser sellados por el Obispo : esto es por recibir la gracia dé io>
síete Dones dd Espíritu Sanio : porque si no , en manera ninguna ínude ar
perfecto Chrisdano ? el que ?m obligado de necesidad sino por malicia y voUnuui
A*
(a) Be Consecrar, Blst. 5. Cap. Spiriius.
PARTE II. CAPÍTULO III. n 7
dexa de recibir este Sacramento. Asi lo oímos de San Pedro , y lo enserióron tos
demás Aposteles , por haberlo mandado asi d Señor (a). Y esta misma fe con-
firmaron con su doctrina , los que llenos del mismo Espíritu derramaron
su sangre por Chnsto : que son Urbano (b) ? Fabiano (e) y Ensebio (d) R o­
manos Pontífices : como dexa verse en sus Decretales.
A esto se junta la autoridad concorde de los Santos Padres : Entre les c 4'
Santos Pa­
quales San Dionisio Areopagita Obispo de Atenas , tratando del modo de dr es que
confeccionar este sagrado ungüento , y de cómo debe usarse de él , dice Me iéro n
asi : Los Sacerdotes visten al bautizado con un vestido decente y limpio } para Lle­ mención de
varle al Pontífice. Y este signándote con el sagrado y del lodo divino ungüento este S :c ;a -
mentó.
k hace participante de la Sacratísima Comunión (>■ ). Eusebio Cesariense atribuye
a este Sacramento tal virtud , que no dudó decir: que el herege Novato no
pudo merecer el Espíritu Santo : porque estando bautizado . no fue ungido
con el sagrado Crisma en una grave enfermedad (/}. Sobre esto tenemos
testimonios clarísimos , así de San Ambrosio en el libro que intituló : De
his qui inmantur (g) 3coiTiO de San Agustín en los libros que escribió contra
las Cartas de Petilíano Dcnatista (ó). Y uno y otro de tal modo juzgaron
que no podía dudarse de la verdad de este Sacramento , que la ensenan y
confirman con lugares de la Sagrada Escritura. Y así afirma el uno : que se
enderezan á este Sacramento aquedas palabras del Apóstol : Aso queráis eri~
uisicecr al Espíritu Sanio de Dios , con el anal estáis sellados (i), Y el otro
1c aplica lo que se lee en los Saínaos : Como d ungüento en la cabeza que
á. ¿cunde á la barba , la barba de Aaron (f). Y" también aquello del mismo
Apóstol La Caridad, de Dios es derramada en nuestros corazones por el Es-
fu iiii Santo , que nos es dado (/).
El Papa Melquíades divo que el Bautismo estaba muy conjunto con la D iferencia
Confirmación. Mas no por eso se ha de entender que es el mismo Sacra­ en tre el
mento ; sino muy diferente. Perqué es constante que la diversidad de la gra­ .Bautismo y
Confirm a­
cia que causa cada Sacramento , y la materia y forma que significan; esa mis­
ción,.
ma gracia , hace ser distintos los Sacramentes. Siendo pues reengendrados los
hombres í nueva vida por la gracia del Bautismo , y haciendo el Sacramen­
to de la Confirmación , que desafias las cosas de nlnos , salgan varones per­
fectos los que ya estaban engendrados ; esto bastantemente da í entender,
que la distancia que hay en la vida natural entre el nacer y el crecer , hay
entre el Bautismo que tiene virtud de reengendrar, y la Confirmación que
la tiene ce crecer é infundir robustez en las almas.
Demas de esto : debiendo ponerse Sacramento nuevo y distinto , donde
encuentra el alma nueva dificultad , claramente se ve que así como necesi­
tarnos de la erada fiel B.turismo , para informar al entendimiento con la fe:
as: es muy conducente que sean confirmadas las almas de los fieles con otra
gracia, para que ni las aterre , ni retrayga de la verdadera confesión de la
te
(a) S a i sí. 4. ad Julián. (¿) Splsr. ad 6 . Hlst. Eceles, cap. 43. (g) Ibi. cap. y.
cm -i. C rm i-r. ;V) E p :s :. a . zd osnem (*■■} fo n L¡h. a . cap. 104. ( i } iep h es. 4»
Cr.tnt. ,2 ) Spis:. 3. zá ii'pisz. T uíci-ic. (A Pacunas 132.
\e. I>= Aceles. HIer, cap. 2. \ f ) Lib. {lj Eomaaorcm 5,
i iS CATECISM O ROMANO
fe peligro , ó miedo alguno de penas , de tormentos, ó de muerte. Y co­
mo esto se hace por el sagrado Crisma de la Confirmación , síguese de aquí
claro que la naturaleza de este Sacramento es diferente de la del Bautismo.
Por eso el Papa Melquíades señala lá diferencia entre uno y otro por este
amido discurso : En d Bautismo es alistado el hombre para la milicia , en ¿a
Confirmación es pertrechado para la pelea. En la fuente áel Bautismo le da d Es­
pirita Santo la plenitud para la innocencia ; mas en la Confirmación le da ¡a per­
fección para la gracia. En el Bautismo somos reengendrados para la vida : des­
pués" del Bautismo somos conjirmados para la lucha. En el Bautismo somos lava­
dos : después del Bautismo fortalecidos. La regeneración salva por si en paz á los
que reciben el Bauiismo : la Confirmación los arma y apronta para las refrie­
gas (a). Pero estas cosas ya no solo están enseñadas por otros Concilios, si­
no dinnidas en particular por el Sagrado de Trento : de suerte que no solo
no se puede sentir lo contrario , mas ni dudarlo en manera ninguna (b).
Y por quanto arriba se demostró ya quán necesario era enseñar de todos
Oa’én'ias- los Sacramentos en com ún, por quien fuéron instituidos, es conveniente en-
tinivó el señar lo mismo d d de la Confirmación : á fin de que los fieles veneren mas
SacrWen— ]a santidad de este Sacramento. Deben pues explicar los Pastores , que no so­
to ue la jG su aíítor Christo Señor nuestro, sino que por testimonio de San Fa-
ConSrma- pontífice Romano (c) el mismo Señor mandó el rito dd Crisma y las
palabras de que usa la Iglesia Católica en su administración. Esto fácilmen­
te lo aprobarán todos los que confiesan que la Confirmación es Sacramen­
to : pues todos los sagrados misterios sobrepujan las fuerzas humanas , y solo
Dios los puede instituir. Mas y a debe decirse de qué partes consta , y prime­
ramente de su materia.
7* i £ Sra se llama Crisma. Y aunque de este nombre tomado de los Griegos
Qsái seaia ^ va|en ;os Escritores profanos , para significar qualquier género de ungüen­
t e Sacra- to , con todo eso los que tratan de las cosas divinas , le apropiaron en el mo­
mento. do común de hablar á solo aquel ungüento que se compone de aceyte y
balsamo con la solemne Consagración del Obispo. Y’ así estas dos cosas cor­
porales mezcladas dan la materia tíe la Confirmación. Y esta composición de
cosas diversas , así como declara la diversidad de gracias del Espíritu Santo
que se da á los Confirm ados, así cambien muestra bastantemente la excelen­
cia del mismo Sacramento. Y' que ésta es la materia de este Sacramento , lo
enseñaron perpetuamente así la Santa Iglesia , y los Concilios , como S. Dio­
nisio , y otros muchísimos y gravísimos Padres : y señaladamente el Papa San
Fahían: quien afirmó que los Apóstoles aprendieron de Christo Señor nues­
tro el modo de hacer el Crisma , y nos le dexáron á nosotros (b).
g, y no parece que podía haber otra materia mas propia que el Cris-
Qüé s'.gni- n ía , para declarar lo que se obra por este Sacramento. Porque el acey-
£ca eíscey- t£ ^ qhe es g r2i0 s y que naturalmente cunde , y se deslíe , expresa ja
i; P plenitud de la gracia", que de la Cabeza que es Christo se derrama y ¿i-
C o S n a a - funde sobre nosotros por el Espíritu Santo , así como el ungüento que ües-
-„ * ■ cíen
Epísr. e¿ ispisc. Hísp. cap-1. (c) Epis:. z. ad omnes Orieat.
(p) Ssss. 7. de Cor-f. Can. i> í : (a) Ubi proxime.
PARTE n. CAPÍTULO III. 1Ig
cíende á la barba de Aaron hasta la orilla de su vestido O). Porque le un-
-dó el Señor con oleo de alegría sobre todos sus compañeros (¿)5 y todos
nosotros recibimos de su plenitud (c).
Y el balsamo cuyo olor es suavísimo ¿qué otra cosa significa , sino que 9*
quando son perhcionados los fieles con el Sacramento de la Confirmación, Q aé signi­
arrojan de sí tal fragrancia de virtudes , que puedan decir con el Apóstol: fica el bal­
samo mez­
Somos buen olor de Christo para Dios (d) ? Tiene también el bálsamo tal vir­ clado con el
tud , que preserva de corrupción las cosas que se frotan con él. Y esto vie­ aceyte.
ne muy ajustado para declarar la virtud de este Sacramento : pues es ma­
nifiesto que preparadas las almas de los fieles con la divina gracia que se les
da en este Sacramento , se pueden fácilmente preservar de la putrefacción de
ios pecados.
Conságrase el Crisma por el Obispo con solemnes ceremonias. Porque 10,
así lo enseñó nuestro Salvador en la última cena á los Apóstoles , quando Por qué
les dixo el modo de componer el Crisma : como lo escribió Pablan Pontí­ es necesa­
rio sea con­
fice esclarecido por la santidad y gloria del martirio (r). Y también se puede sagrado el
declarar por razón , por qué debió esto hacerse de ese modo. Porque en mu­ Crisma pur
chos de los demás Sacramentos de tal forma instituyó Christo la materia, que el Obispo.
también la santificó. Y así no solo quiso que el elemento del agua fuése ma­
teria tíei Bautismo , quando dixo : El que no renaciere del agua y áá Espíritu
Santo , no puede entrar en el Reyno de Dios ( / ) , sino cue quando él mismo
fue bautizado , hizo que desde entonces tuviese el agua virtud de santificar.
Por esto dixo San Crisóstomo : jY o podría el agua lavar los pecados de ¿os
creyentes , sino estuviera saniijicada por el contacto del cuerpo del Señor (g ).
Mas como su Magestad no consagró con algún uso y tratamiento propio
esta materia de la Confirmación ; es preciso que sea consagrada con santas
v/ religiosas
u deprecaciones.
i- Y esta consagración
4 o no puede
i ipertenecer sino al
Obispo , que es el Ministro ordinario del mismo Sacramento-
II.
Ta moten debe explicarse la otra parte de la que se compone este Sacra­ Quál sea
mento , que es la forma ó las palabras con que se hace esta sagrada unción. la forma de
Y se ha de prevenir á los fieles que quando recíban este Sacramento , exci­ este Sacra­
ten sus almas á la piedad , fe y devoción , y en especial quando advirtieren mento.
que se pronuncian esas palabras : para que no halle estorvo m tropiezo la
divina gracia. Pues en estas palabras se encierra la rorma de h Confirma­
ción : S É L L O T E C O N L A SE Ñ A L D E L A C R U Z , Y T E C O N FIR M O
CO N E L C R IS M A D E L A ,S A L U D E N E L N O M BRE D E L P A D R E
Y D E L H ITO Y D E L E S P ÍR IT U S A N T O . Y sí queremos probar esta
verdad por razón , presto se puede hacer. Porque la forma del Sacramento
debe contener en sí todas aquellas cosas que explican la naturaleza y sustancia
del mismo Sacramento.
Ï2.
Es así que estas tres cosas señaladamente deben observarse en la Confir­ Pruébase
mación : que son el poder de Dios , que obra en el Sacramento como cau­ ser perfec­
sa principal: la fortaleza de ánimo y Espíritu que se da á los fieles en la sa­ ta esta for­
grá­ ma.
i s Psalai. 132. (5) Zbic. 44. (c) Toann. (f) Joans, 3* f g ) Homil. 4. 1a
** td) a. Coria! h* 3, (<?; Ubi sepra. Maná.
120 CATECISM O ROM ANO
grada unción para que consigan la salud eterna , y h divisa con que es dis­
tinguido el que ha de baxar al campo de la guerra Chrisriana. Pues ía pri­
mera de estas cosas bastantemente se declara por aquellas palabras : En el
nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo : que están puestas en tru­
mó lugar. La segunda , por las que están en medio : Te confirmo con d Cris­
ma de la salud. Y la tercera , por las primeras : Sellóte con la señal de la Cruz.
Pero aunque no hubiera razón ninguna con que probar ser esta la forma ver­
dadera y cumplida de este Sacramento ; nos quita toda duda en este punto
la autoridad de la Iglesia Católica , por cuyo Magisterio fuimos siempre en­
senados de ese modo.
I3> Deben también enseñar los Pastores á quiénes señaladamente esté como
Quién sea tída la administración de este Sacramento. Porque habiendo muchos , se^un
M i n i s t r o eJ Profeta; Oye corren y sin que los envíen (a) y es necesario declarar quienes
esre? ¡Sacra6 Son sus ver°-ac^ros 7 legítimos Ministros , para que el pueblo bel pueda con-
Seato?Cra” seSUI"r el Sacramento y la gracia de la Confirmación. Solo el Obispo tiene
potestad ordinaria de administrar este Sacramento. Así lo muestran las San­
tas Escrituras, Porque en los Hechos de los Apóstoles leem os: (hte ha­
biendo recibido los de Samaría la palabra de Dios , fueron allá enviados Pedro
y Juan : los quales venidos hicieron oracwn por ellos , para que recibiesen el Es­
píritu Santo : porque aún no había descendido en alguno de dios ; mas solamen­
te estaban bautizados {b). Donde se dex:a ver que el que los bautizó, cor ser
solo Diácono , no tuvo facultad de confirmar : y que este oficio era reserva­
do i Ministros mas perfectos , quales eran los Apóstoles. Y esto mismo se
puede observar dó quiera que las Escrituras Sagradas hacen mención de es­
te Sacramento.
Tampoco faltan para demostrar esto testimonios clarísimos de Santos Pa-
Muétrase ^res 7 Pontífices, quales son Urbano (c) , Ensebio (di), Dámaso (¿), Inno-
lo mismo cencío (/ ) y León (g ) , como se ve patente en sus Decretales. También
por aurori- San Agustín (A) se queja vivamente de la corruptela de Jos Egipcios y Aie-
ápá de los xanárinos, cü vo s Sacerdotes se atrevían a administrar el Sacramento de ía Con-
ares y Pon- formación, i que con muctia razón se dispuso que fuese esta 3ccion priva-
tiSces. tiva de los Obispos. Con este símil pueden darlo á entender los Pastores. Por­
que así como en ía fábrica de los edificios , aunque los oficiales , que son mi­
nistros inferiores , prevengan y compongan las piedras , c a ! , madera, y demás
materiales; pero el remate de la obra solo toca al Maestro de ella : así tam­
bién siendo este Sacramento como ia perfección del edificio espiritual , era
necesario que no le administrase sino el Sumo Sacerdote.
También aquí se busca Padrino en la misma forma que se declaró tra­
tando del Sacramento del Bautismo. Porque si los luchadores necesitan de
Por que
también en alguno y que con arte y destreza, les ensene en que manera podran herir y
este Sacra- matar al contrario , salvándose á sí mismos; ¿quánco mayor necesidad de
mentó se Maestro y Director tendrán los fieles , quando escudados y fortalecidos
asadea Pa- con
(a ) Jereia. 23. (b) A ctor. S. (c) l a fie:. ( f ) Epist. r. ad Veren. («-) Episr. S5.
Epíst, aá o íca ss C h rist. Ui) Eplsr, 3. ad ad Ger. et G s!. E p i se. {b) In Quaest, S oy.
Episc. Tese. {$) Epist. 4. ad Proso. &c. Test, quaesí. 43.
PARTE II. CAPÍTULO II!. ì 2 5

con el Sacramento de la Confirmación , como con unas armas muy seguras, driao s ; y
baxan a5! combate espiritual , cuya corona es la vida eterna X Con mucha ra­ dei paren ­
zón pues se han de llamar Padrinos para la administración de este Sacramen­ tesco que
to: con los quales se contrae el mismo parentesco espiritual , y que impide se co a tra e.
también los conciertos legítimos de matrimonio : como se dixo arriba tratan­
do de los Padrinos del Bautismo.
Y porque muchas veces acaece andar los fieles ó muy apresurados , ó x5.
A unque ab*>
muy descuidados y perezosos acerca de recibir este Sacramento ( dexando so lu tam e n -
por perdidos aquellos que han llegado á tal extremo de impiedad, que osan t e no es ne­
menospreciarle , ó mofarse de éi ) , deben también declarar los Pastores cesario e s­
quiénes , de qué edad , y con qué disposición deben venir los que han de t e Sacra­
m e n to , no
ser confirmados. Primeramente se ha de ensenar que este Sacramento no es h a de sec
tan necesario , que no puedan sin él salvarse las almas. Pero aunque no es om itid o .
preciso , ninguno debe dexarle, Y aun es muy de temer no se cometan al­
gunos descuidos en una cosa tan llena de santidad s y que con tanta lar­
gueza se nos dan por ella los divinos dones. Porque todos deben desear
con sumo afecto 1g que umversalmente propuso Dios á todos para la san­
tificación.
Y á la verdad quando refiere San Lucas aquella efiision marabiilosa del Q ue *7* á to­
Espíritu Santo , dice así: Y de repente se hizo un estruendo del Cielo , como dos ios fíe­
de un viento fuerte , que venia con ímpetu , y llenó teda ¡a casa. Y poco des-r les toca re­
pues : T lodos fueron henchidos dei Espíritu Santo (a). De cuyas palabras se cibir este
Sacramen­
dexa entender (pues esa casa expresaba la figu ra, é imagen de la Santa to.
Iglesia ) , que á todos los fieles pertenece el Sacramento de la Confirma­
ción , el qual se principió en ese día. Y esto también se colige fácilmente
de la naturaleza del mismo Sacramento. Porque aquellos deben ser confir­
mados con el sagrado Crisma , que necesitan de aumento espiritual, y que
han de ser conducidos al estado perfecto de k Religión Chrisriana. Esto
en gran manera conviene á todos. Porque así como mira la naturaleza á
que aquellos que nacen , vayan creciendo , y lleguen basta perfecta edad,
aunque alguna vez no logre sus intentos ; así ia Iglesia Católica , Madre uni­
versal de todos , desea con vehemencia que los que reengendró por el Bau­
tismo , llenen la estatura de Christianos perfectos. Y como esto se hace por
el Sacramento de ía mística unción , es manifiesto que sin excepción alguna
pertenece á todos los fieles.
También se ha de observar 3 que después del Bautismo puede adminis­ iS.
E n qué
trarse á todos el Sacramento de la Confirmación ; pero que no es lo mas ed ad se h a
conveniente darlo a los niños antes que tengan uso de razón. Y así si no d e recibir
pareciere que deba dilatarse basta los doce años , por lo menos hasta los e s te Sacra­
siete, es cierto que conviene muchísimo diferir este Sacramento. Porque la m ento.
Confirmación oo fue Instituida por ser necesaria para la salud ; sino porque
a os hallemos con su grada bien armados y apercibidos , quando se hubiere
de pelear por ía fe de Chrísro. Y para este linage de pelea es cierto que nin­
guno juzgará que sean i propósito ios niños que aun carecen de uso de razón.
<£ sí-
'd¡ Actor, a.
122 CATECISM O ROMANO
19. Síguese pues de aquí que los de edad crecida , que han de ser confir­
C óm o se mados 3 si desean de veras conseguir la grada y dones de este Sacrafnemo,
deben dis­ deben venir no solamente con fe y devoción , sino también con dolor ver­
poner los
dadero de los pecados graves que hubieren cometido. Y por tanto deben
adultos pa­
ra recibir procurar los Pastores que se confiesen antes , y exhortarlos, é incitarlos á
este txucra.~ que se exerciten en ayunos , y otras obras de piedad 1 y amonestarlos í
mérito. que se renueve aquella loable costumbre de la primitiva Iglesia , de no reci­
birle sino en ayunas; lo qual á la verdad se ha de tener por fácil persua­
dirlo á los fieles , sí llegaren á entender los dones y efectos marabillosos de
este Sacramento.
-ao. Enseñarán pues los Pastores, que la Confirmación tiene común con los
Quáles demás Sacramentos causar nueva gracia , si no se pone algún impedimento
sean los de parte de aquel que le recibe. Porque ya se demostró que estas sagradas
efectos de y místicas señales causan la gracia que significan. D e donde se sigue que
la Confir­
mación. perdone también y remita los pecados. Porque juntarse con el pecado la
gracia , ni aun fingirlo podemos. Pero ademas de estos efectos , que son co­
munes de -todos , el primero que propiamente se atribuye á la Confirma­
ción , es que perficíona la gracia del Bautismo. Porque los que son hechos
Christiancs por el Bautismo , tienen todavía , como niños recien nacidos Y),
cierta terneza y blandura ; mas por el Sacramento de la Confirmación se ha­
cen robustos y fuertes contra todas las embestidas de la carne, del mundo
y dei demonio ; y del todo se confirma su ánimo en la fe , para confesar y
glorificar el nombre de nuestro Señor Jesu-Christo. Y de aquí le viene ei
nombre ; como ninguno lo dudará.
. N o se deriva pues el nombre de Confirmación ( como algunos fingieron,
ai- no menos crasa que malvadamente ) de que en lo antiguo los que habían
X>e d ó n d e
se d e riv a
sido bautizados de niños , -eran presentados al Obispo en siendo ya grandes,
e l n o m b re para confirmar la fe que habían recibido en el Bautismo, De suerte que pa­
d e Confir­ rezca que la Confirmación en nada se distinga del Catecismo ; y de cuya cos­
m ación. tumbre no se puede alegar testimonio calificado, impúsose este nombre á
este Sacramento , porque por su virtud confirma Dios en nosotros la obra
que comenzó en el Bautismo 3 y nos conduce á la perfección de la firmeza
Cbristiana. Y no solo la confirma , sino que también la acrecienta. Acerca
de lo qual dice el Papa San Melquíades : El Espirita Santo , que descendió
á hacer saludables las aguas dd Bautismo : en la fuente de la plenitud pina la
innocencia , en la Confirmación dá aumento para ¡a gracia (¿). Y no solo la au­
menta 3 sino tíe un modo marabilloso : como con gran propiedad lo signi­
ficó y expresó la Escritura con eí símil d d vestido: pues hablando de este
Sacramento nuestro Salvador dixo : Asentaos en la Ciudad hasta que secas ves­
tidos con virtud á¿ lo alto (c).
Pero si los Pastores quieren descubrir la virtud divina de este Sacramen­
•02.
^Declárase to (pues es indubitable que esto tendrá gran tuerza para conmover ios áni­
la v irtu d mos de los fieles ) bastará explicarles lo que acaeció en los mismos Apos­
dé este Sa­ tóles. Estos antes de ía Pasión 5 y á la misma hora de ella estaban tan tími­
c r a m e n to dos
(d) r. P etr. 2. (5) S e Consecr. dist. g. cap. Spirites, (c) Luc. 24.
PARTE II. CAPÍTULO III. 123
¿os y acobardados , que qcando hié preso su divino Maestro , todos echa­ por lo que
ron a huir («)• ^ Sin Pedro , que ya estaba señalado por piedra y fonda- acaeció 3
m e n t ó de la Iglesia (h) , y que había mostrado una suma constancia y va­ ios Após­
lentía de ánimo (c) , aterrado á ia voz d e una mozuela , no una, ni dos ve­ toles.
ces , sino hasta tres negó ser discípulo de Jesu-Christo (d). Y aun después
de la Resurrección todos se estuvieron encerrados en casa por miedo de
bs Judíos (c). Pero en el día de Pentecostés todos fueron llenos de tanta
v i r t u d del Espíritu Santo , que predicando osada y libremente el Evange­
lio que les fue encomendado , no solo en ia región de los Judíos , sino por
todo el orbe ; nada entendían podía acaecerles mas feliz , que ser hallados
dignos de padecer afrentas , cárceles , tormentos y cruces por el nombre
de Christo (/).
Tiene también la Confirmación esta virtud, que imprime carácter. Y así 23-
en caso ninguno puede reiterarse , como arriba se aíxo del Bautismo , y J j S. Confir­
mación im­
del Sacramento del Orden se dirá mas claro en su lugar. Si con frecuencia prime ca­
y cuidado explicaran los Pastores estas cosas , parece como imposible que rácter, y no
conocida por los fieles la dignidad y utilidad de este Sacramento , no pro­ s e p u e d e
curasen con suma diligencia recibirle santa y religiosamente. Resta ahora reiterar.
que digamos algunas cosas , aunque con brevedad , acerca de los ritos y ce­
remonias con que la Iglesia Católica administra este Sacramento : pues esta
explicación será tan útil , como lo entenderán los Pastores, si quieren repa­
sar lo que arriba se díxo tratando de este punto.
24.
Pues los que se confirman , son ungidos en la frente con el sagrado Cris­ Por qué £
ma : porque por este Sacramento se infunde el Espíritu Santo á sí mismo los confir­
en las almas de los fieles , y acrecienta en ellos el brío y fortaleza , para mados se
que en los combates espirituales peleen con esfuerzo , y puedan resistir á u n g e l a
frente con
sus muy malignos enemigos. Y por esto se declara , que por ningún miedo, la señal da
ni empacho (de cuyos afectos suelen por lo común aparecer las señales en la Cruz.
la frente) se han de retraer de confesar con libertad el nombre Christiano.
Demás de esto esa insignia y divisa , por la qual se distingue el Chris­
tiano de los demás ( como el Soldado por las suyas) , se debía imprimir
en la parte mas noble del cuerpo.
4$. ^
Observóse también con religión solemne en la Iglesia de Dios admi­ En que
nistrar este Sacramento especialmente día de Pentecostés : por haber sido en tiempo de­
él fortalecidos y confirmados muy en particular los Apóstoles con la virtud ba admi­
del Espíritu Santo (g), Y con el recuerdo de un hecho tan divino , se pre­ nistrarse
este Sacra­
viene á los fieles quáles y quán grandes sean los misterios que se deben mento.
contemplar en la sagrada unción.
Luego hiere el Obispo con blandura en el rostro al que ya está un­ 26.
Por qué et
gido y confirmado , para que se acuerde de que debe estar pronto como Obispo da
íuerte guerrero , para sufrir con ánimo invicto qualesquier adversidades por una bofeta­
el nombre de Christo. Últimamente se le da paz, para que entienda que ha da y ó-culo
conseguido la plenitud de la gracia de D ios, y aquella paz que sobrepuja de pas al
confirma—
Q.2 tü‘ do.
b ) M atth. ■ 2(5. (b) Ibidem 16, {c) Ibi- (e) Joann, 20. ( f ) Actor. (g) Ib i-
«em 2¡5. (d) Ibidem. dem 2,
124 CATECISM O ROM ANO
iodo sentido (a). Esto viene á ser en suma lo que pueden explicar los Pas­
tores sobre el Sacramento de ía Confirmación. Pero no con palabras v dis­
cursos secos , sino con afectos inflamados y llenos de piedad: para que que­
dan enxerirse en lo íntimo de los entendimientos y voluntades de los fieles.

C A P I T U L O IV.

DEE S A C R A M E N T O DE L A EUCARISTÍA.

t. A s í co mo entre todos los sagrados misterios , que como instrumentos


P o r qué certísimos de la divina gracia nos encomendó nuestro Salvador y Señor,
lo s m iste ­ ninguno hay que se pueda comparar con el Santísimo Sacramento de la Eu­
rio s d e ía
E u c a r is tía
caristía ; así tampoco hay que temer de Dios castigo mas severo de alguna
d e b e n ser otra maldad , como de que no se trate por los fieles santa y religiosamente
tra ta d o s y una cosa llena de toda santidad } ó mas bien que contiene en sí al mismo
re c ib id o s Autor y fuente de la santidad. Con gran perspicacia advirtió esto el Após­
co n sum a tol , y nos lo previene con igual claridad. Porque habiendo declarado de
re v e re n c ia .
quan grave maldad se hacían reos los que no discernían el cuerpo ¿el Se­
ñor , añade al punto : Por eso entre vosotros hay tantos enfermos , tantos des­
caecidos , y muchos muertos (b), Pues para que el pueblo fiel , habiendo en­
tendido los honores divinos que deben tributarse á este Sacramento , coja
frutos abundantes de gracia , y no incurra en la ira justísima de Dios , ex­
pondrán los Pastores con suma diligencia todas aquellas cosas que pareciere
pueden ilustrar mas la Magestad de este Sacramento.
Pues en este punto , á fia de seguir el orden que guardó el Apóstol di­
2.
P o r qué
ciendo á los de Corínto , que les había enseñado lo que él había aprendido
y quando del Señor (c), será necesario explicar primeramente á los fieles la institución
í u é i n s ti­ de este Sacramento : la qual„ según que claramente se colige del Evangelista,
tu id o e ste se obró de esta manera : Como hubiese el Señor amado ¿ los suyos , hasta d
S a c ra m e n ­
t o de ía E u ­
fin los amó (d). Y para dexarnos alguna prenda divina y admirable de este
c a ris tía . amor , sabiendo que era llegada la hora de pasar de este mundo al Padre,
á fin de no ausentarse jamás de los suyos , acabó por un modo inexplicable
lo que sobrepuja todo el orden y condición de la naturaleza. Porque ha­
biendo celebrado con sus discípulos la Cena del Cordero pascual (para que
la figura se rindiese á la verdad , y-la sombra al cuerpo) : Tornó el pan , y
dando gracias ¿ Dios , lo bendixo y partió , y alargó d sus discípulos diciendo:
Tomad y comed : Esto es mi cuerpo 5 que por vosotros será entregado, Haced
esto en memoria de mi. Asimismo tomó d Cáliz , después que cenó, diciendo : Esti
Cáliz es d nuevo Testamento en mi sangre. Haced esto , todas las veces que be­
beréis en memoria de mí (e).
Teniendo pues por imposible los Escritores sagrados explicar con sola
3- una voz ía dignidad y excelencia de este admirable Sacramento , procuraron
P o r que
e ste S b r a ­ declararla con muchas. Unas veces le llaman Eucaristía ; voz que en nuestra
len-
(a) Philip. 4. {b} i, Corinth. 11. (c) Ibid. (d) Joan.13. {e) Matth.26. et 2. Cor. m
PARTE II. CAPÍTULO IV. 1L

lengua significa lo mismo que buena gracia , ó acción de gracias. Y con mu­ mento se
cha razón se déos decir buena gracia; ya porque de antemano significa la llama Eu­
vida eterna : de la qual dice el Apóstol: La gracia de Dios es la vida eter­ caristía.
na (a). Y ya porque encierra en sí a Christo Señor nuestro 5 que es la Gra­
cia verdadera ? y rúente de tona gracia. Y con igual propiedad la interpre-
tamos acción de gracias. Porque quando sacrificamos esta purísima hostia ca­
da aia rendimos í Dios inmensas gracias por todos los beneficios que se ha
dignado hacernos , y sobre todos por el bien tan excelente , como es la ora­
ría que nos da en este Sacramento. Y aun este mismo nombre viene tam­
bién adequado con las cosas que obró su Magestad al instituir este miste­
rio. Porque tomando el pan , lo partió , y dio gracias. Asimismo David
contemplando la grandeza de este misterio 9 antes de pronunciar aquel ver­
so : Hizo memorial de sus marabillas el Señor misericordioso y piadoso :dt¿ man-
jar á los que le temen : juzgó que primero debía dar gracias : y así dixo:
Acción de gracias y magnificencia es la obra de Dios (b).
Machas veces también se llama Sacrificio : de cuyo misterio se tratará
después con mas difusión. Llámase después de esto Comunión : lo qUa] es Por qué se
llama Co­
claro que se tomó de aquel lugar donde dice el A p ó sto l El cáliz de ben­ munión y
dición que nosotros bendecimos \no es comunicación de la sangre de Chrisio ? Y Sacramen­
el pan que partimos \ né es participación del cuerpo del Señor (¿) ? porque co­ to de Paz
mo explicó el Damasceno : Este Sacramento nos jimia con Chrisio , y nos hace y de Cari~
participantes de su carne y divinidad 3y d nosotros mismos nos une en el mismo dad.
Chrisio , y nos enlaza , y hace como un cuerpo (d). Y de aquí proviene decirse
también Sacramento de Paz y de Caridad. Para que entendamos quan in­
dignos son del nombre de Christianos los que tienen enemistades a y que
dd todo se deben desterrar los odios , divisiones y discordias , como pestes
horrendas de los fieles : mayormente quando cosa ninguna protestamos cryar­
dar con mas desvelo , mediante el sacrificio cotidiano de nuestra Relio-ion
que la Paz y la Caridad. & 9
También se fiama, con frecuencia por los Sagrados Escritores Viático ; ya Por qu?
porque es alimento espiritual, con el qual nos sustentamos en la peregrina­ este Sacra­
ción de esta vida. Y ya porque nos despeja el camino para la eterna * loria mento se
y felicidad. Y así vemos observarse por estatuto antiguo de la íaiesia Cató­ llama Viá­
lica , que ninguno de los ^fíeles saiga de esta vida sin este Sacramento. Y Pa­ tico yCena.
dres muy antiguos, siguiendo la autoridad del Apóstol (e), llamaron también
¿ la sagrada Eucaristía con el nombre de Cena 3-por haberla instituido Chris-
to Señor nuestro en el saludable misterio de la ultima Cena.
Mas no por eso es lícito hacer , ó recibir la Eucaristía después de ha- 6,.
serjomado alguna cosa de comida ó bebida. Porque la santa costumbre in­ N o se pue­
troducida por los Apóstoles (según lo afirman Escritores antiguos ) 5 y per­ de hacer, ni
recibir la
petuamente retenida y observada en la Iglesia 3. es 3que solo se reciba por Eucaristía
los que están en ayunas. sico en ayu­
Explicada ya la naturaleza y propiedad del nombre 3 se ha de enseñar no natural.
que
id) Bom. 6. {!>) Psalm . jics . {c) 3 .C 0 (ti) Ufe. 4. de Fide Ortodoa. cay. 14.
tferh. 10. <?; 1. Corinti:. 11»
i 26 CATECISM O ROMANO
^ que la Eucaristía es verdadero Sacramento , y uno de los siete que sietnp-«
Que la Eu- ha adorado y venerado religiosamente la Santa Iglesia. Porque quando* '<£
caristía es hace la consagración dei Cáliz , se llama misterio de la Je. Demss de est0
verdadero ( omÍtiendo casi infinitos testimonios de Escritores Sagrados , que en todos
^cramea tjempOS fueron de sentir , que debía contarse la Eucaristía por uno de ios
•siete Sacramentos) la misma razón y naturaleza del Sacramento convence
esta verdad. Porque en él hay señales exteriores y sensibles. Tiene también
el significar la gracia y virtud para causarla. De que Chrlsto la instituvó
no nos dexan razón de dudar ni los Evangelistas (a) , ni el Apóstol (/>).
Concurriendo pues todas estas cosas , para confirmar la verdad de Sacramento
es claro que no son necesarias otras pruebas.
S. Pero deben observar con cuidado los Pastores , que hay muchas cosas en
Quehayen egte míS£erío, á las quaies los Escritores Sagrados dieron alguna vez el nom-
tía^muchas hre -de Sacramento. Porque unas veces llamaron Sacramento á la consagra-
cosas, á las cion y percepción , y otras muchas también al mismo cuerpo y sangre del
quaies con- Señor contenidos en la Eucaristía. A sí dice San Agustín : Este Sacramento
viene el consta de dos cosas : que son ¿a especie visible de los elementos , y la carne y
Saerameif- sanS re invisible del mismo Señor nuestro Jesu-Christo (c), al modo que de~
t©. cimos también que ha de ser adorado este Sacramento 3 entendiendo el cuer­
po y sangre del Señor. Pero es claro que todas estas cosas impropiamente se
llaman Sacramento. Las mismas especies del pan y del vino son las que se
llaman así , y las que son verdadera y cabalmente Sacramento.
p L o m uy diferente que es este Sacramento de los dem ás, fácilmente se
Cómosedi- puede conocer. Porque los demás Sacramentos se hacen quando usamos de
ferencia la la materia ; esto e s , quando los administramos á alguno : como el Sacra-
Eucanstía mento ¿ el Bautismo entonces tiene el ser de Sacramento, quando efecaw-
inás Sacra- mente se ec^a a alguno el agua. Mas para hacer enteramente el Sacramento
mentó?' de la Eucaristía , basta la consagración : pues las especies de pan y vino,
aunque estén reservadas en el Sagrario , no dexan de ser verdadero Sacra­
mento. Demás de esto : quando se hacen los otros Sacramentos, no se mu­
da ía materia ó elemento en otra sustancia : porque el agua en el Bautismo
ó el Crisma en la Confirmación , agua y Crisma se quedan quando esos Sa­
cramentos se administran. Pero en la Eucaristía lo que era pan y vino an­
tes de la Consagración , después de consagrado es verdaderamente sustancia
del cuerpo y sangre de Christo.
xo. Peto aunque sean dos los elementos de los que se compone enteramente
Aas dos el Sacramento de la Eucaristía , que son el pan y el vino ; con todo eso no
materias de son ¿ os Sacramentos , sino uno s o lo : como lo confesamos instruidos por ía
ria^no^ha"" autoridad de la Iglesia. D e otra manera no pueden subsistir el numero de
cea dos 5a- los siete Sacramentos , que está áifioido por la perpetua tradición ; y por ios
crementos. Concilios Lateranense , Florentino y Tridentíno. Porque como se Hace na
cuerpo místico por la gracia de este Sacramento , para que el mismo Sacra­
mento sea correspondiente á lo mismo que obra , conviene que sea u no: y
uno á la verdad, no porque lo sea indivisiblemente ; sino porque significa
una
'(&) Match. Luc. aa. Marc.14* (fi) s, Cor, si. (c) De CatecH. Kod. cap. 16.
PARTE TI. CAPÍTULO IV. 127
una sola cosa. Porque así como la comida y bebida , aunque son cosas di­
versas , solo se toman para una , que es reparar las ruerzas del Cuerpo, así
también fue muy conforme que las ¿os diversas especies del Sacramento,
las quales#sígniñcan el alimento espiritual , con el que se mantienen y recrean
las almas , correspondiesen a las otras dos de la comida y bebida , que susten­
tan el cuerpo. Por esto dixo el Señor : Mi carne ■ verdaderamente es comida, y
mi sangre verdaderamente bebida (a). Pero debe explicarse con cuidado qué
es Jo que significa el Sacramento de la Eucaristía : para que al mismo
tiempo que ven los fieles con los oios del cuerpo los sagrados miste­
rios , alimenten su alma contemplando las cosas divinas que encierran
en sí. IT.
Tres son las cesas que se significan por este Sacramento, La primera , la Qué cosa®
Pasión de Christo Señor nuestro ya pasada : pues el mismo Señor dixo : Ha­ se signifi­
ced esto en memoria de mi (¿). Y el Apóstol contestó diciendo : Quanias ve­ can por es­
as comí¿redes este pan ? y bebiéredes este Cáliz , anunciaréis la muerte del Señor te Sacra—
niento.
hasta que venga (c). La segunda es la gracia divina que se da de presente en
este Sacramento , para mantener y sustentar el alma. Porque así como por
el Bautismo somos reengendrados á nueva vida , y fortalecidos por la Confir­
mación , para poder resistir ai demonio , y confesar a cara descubierta el nom­
bre de C hristo; así somos manteníaos y alimentados por el Sacramento de
h Eucaristía. La tercera es , lo que promete en lo por venir , que es ei fruto
de ia felicidad y gloria eterna, que en virtud de la promesa ae Dios coge­
remos en la Patria Celestial. Pues estas tres cosas , que como es manifiesto,
se distinguen por la variedad del tiempo pasado , presente y venidero , de tal
manera se significan por los sagrados místenos , que todo ei Sacramento,
aunque consta de diversas especies, se ordena á declarar cada una de ellas,
como si hiera á significar una sola.
12.
Pero lo primero que deben conocer los Pastores es ? cual sea la materia de Q uál sea la
este Sacramento : así para que ellos puedan consagrarla legítimamente , como materia he
para que enseñen á los fieles lo que significa , y se enardezcan en amor y es re Sacra­
deseo de la cosa significada. De dos maneras es la materia de este Sacramen­ mento , y
qué pan el
to. Una el pan hecho de trigo : y de esta se tratará primero : que de que puede
ia otra se hablará después. Porque como enseñan los Evangelistas San Ma­ consagrar­
teo , San Marcos y San Lucas , Christo Señor nuestro tomó el pan en sus se.
manes, lo bendixo y partió , diciendo : Esto es mi cuerpo (d). En San Juan
también el mismo Señor se llamó pan ¿ sí mismo , diciendo : Yo soy pan vi­
vo que baxé del Cielo Ce), Mas como hay muchos géneros de pan , ó por di­
ferenciarse en la materia : porque uno es de trigo , otro de cebada , y otros
de otras semillas , ó por ser de distintas calidades porque í uno echan ie-
vtüüra , y otro hacen sin ella ; por lo que pertenece a lo primero , muestran
fo palabras del Salvador , que el pan debe ser hecho' de trigo, Porque en ei
modo común de hablar , quando absolutamente se dice pan , es claro que se
entiende pan de triso. Y esto también se declara por la figura del Testa­
mento vE-jo : porque estaba mandado por el Señor , que los panes de la pro-
pc-
Í-) Joan, 6. (¿) Match, zd, Ce) i, Cer. i¿, (d) Matth. 26. Joan. ■ £-
ìaS CATECISM O ROMANO
posición 5 que significaban este Sacramento , se hiciesen de la fiar de ta
harina (a)."
*3- Así pues como ningún pan sino el de trigo debe tenerse por materia vá-
J_ CA í'K /im áni'rt f n a c n n í* ACi í ^ ii A T»*— t

ser ázimo el Señor , que debe ser cenano. Porque él hizo é instituyó este Sacramento
ó cenceño, en el primer dia de los ázimos (p) en el qual no era lícito á los judíos
tener en casa pan con levadura. Y si opusiere alguno la autoridad de San Juan
Evangelista, quien dice que todas estas cosas fueron hechas antes del día
solemne de h Pascua (c) , fácilmente se puede deshacer este reparo. Porque
ai dia que los demás Evangelistas llamaron el primero de los ázimos , por
quanto las solemnidades de los ázimos empezaban jueves ai anochecer, en
el qual tiempo celebró la Pascua nuestro Salvador ; á ese mismo día llamó
San Juan día antes de la Pascua : por haber juzgado , que debía señalarse
principalmente ese día por su espacio natural, que empezó al salir del Sol
Y por esto San Crisostomo entiende también por el primer día de los ázi­
mos aquel en cuya tarde debían los ázimos comerse id). Y á mas de esto
quan conveniente sea la consagración del pan sin levadura á la integridad
y limpieza de alma , con que deben los fieles llegar á este Sacramento, el
Apóstol lo enseña quando dice : Limpiaos bien de la levadura vieja , para que
seáis mueva masa, como sois sin levadura : pues nuestra Pascua Ckristo ha sido
sacrificado por nosotros. Por tanto celebremos esta Pascua , no con levadura vie­
ja , ni con la de la malicia y perversidad ; sino con los ázimos de sencillez y
verdad (e).
Más no sé na de juzgar tan necesaria esta condición , que sin ella no
S i pan pueda hacerse Sacramento ; porque uno y otro pan , así el cenceño , como el
con leva- fermentado , es , y se llama pan verdadero y legítimo. Pero á ninguno es lí-
dnraesma- alberar por su autoridad propia, ó mas bien temeridad , el loable rito
te^a, aun-
rtjrg DO GS
iglesia.
o
Y mucho menos es permitido
i.
esto á los Sacerdotes de la Igle-
o
Hclta en la sia Latina : pues les está mandado por los Sumos Pontífices , que no celebren
Iglesia L a- sino en pan cenceño. Y esto baste para la explicación de la primer materia
tíuz* de este Sacramento , aunque todavía hay que advertir, que no está difinido
^ quanta haya de ser ía cantidad de pan , que debe tomarse para hacer el Sa­
cramento - porque no se puede señalar de cierto el número de personas, que
pueden , ó que deben comulgar.
xg. Resta ahora tratar de la otra materia y. elemento de la Eucaristía. Esta
Qaalseala £S yídg exprimido del fruto ¿e la v i d , el qual se mezcla con un poquì-
to a&í3a* Porque siempre enseñó ía Iglesia Católica , que nuestro Señor y
be tomarse Salvador usó del vino en la insátEcíon.de este Sacramento pues él mismo
para consa- ¿íxo : Xa no beberé mas de este fruto de Ía vid hasta aquel dia ( f) . Sobre lo quai
grar lasan- ¿ice San Crisòstomo : L)el fruto de la' vid , la qual no produce agua , sino vi-
gre ¿el Se- m para conste quan de antemano arrancaba la heregía de los qas
dixércn, que sola el agua se había de tomar para los divinos misterios.
Pe-
Levir. *4. 0) Matth. aS, Mare. 14- (e) i. Cor. <• ((/") Matth, a<$. Marc. 14*
(f) Joan. £3. (d) H qeqÍL, S3. in Marcii» (g ) Honúi. $3. ia Match.
PARTE II. CAPÍTULO IV. 129
Pero siempre mezcló la Iglesia de Dios el vino con agua. Lo prime­ 16.
ro , porque así lo hizo nuestro Salvador , como lo prueba la autoridad de los El vino
ene] Sacra­
Concilios , y el testimonio de San Cipriano («■ ). Con esa mezcla también me ntóse ha
se renueva la memoria de la sangre y agua que salieron del costado de Chrís- de mezcla?"
ro. Asimismo por las aguas se signiheun los pueblos : como lo leemos en el con agua.
Apocalipsis (¿0 ; y así el agua mezclada con el vino significa la unión del pue­
blo fiel con su Cabeza Christo. Y esto observó siempre la Santa Iglesia por
tradición Apostólica.
Mas aunque son muy graves las razones que hay para hacer esta mez- Sí-
cla , y que sin pecado mortal no se puede omitir ; con todo eso aunque Para ef
valor deí
se dexe , se hace Sacramento. Pero deben también advertir los Sacerdotes, Sacramen —
que así como deben echar agua en el vino para los sagrados misterios , así to no es
esta agua ha de ser muy poca. Porque según el sentir y juicio de los Escri­ precisa el
tores Eclesiásticos , esa agua se convierte en vino. Por lo qual escribiendo agua, y de­
be ser m uy
sobre esto el Papa Honorio , dixo así: Ha prevalecida en esos tus países el per­ poca,
nicioso abuso de echar para el Sacrificio mayor cantidad de agua que de vino :
siendo así que según la costumbre razonable de la Iglesia Católica debe echar­
se mucho mas de vino , que de agua (c). Solas pues estas dos deben ser las ma­
terias ó elementos de la Eucaristía. Y con mucha razón se estableció por
varios decretos , que no se pudiese ofrecer otra cosa , que pan y vino , por
atreverse algunos á hacer lo contrarío. Pero veamos ya quan propias y ajus­
tadas son estas dos especies de pan y vino , para declarar aquellas cosas 3 de
las quales creemos y confesamos , que son Sacramentos.
Primeramente estas especies no significan á Christo , sesun que es ver­ 18.
D e varias
dadera vida de los hombres : porque el mismo Señor dice : Mi carne verda­ significa­
deramente es comida , y mi sangre verdaderamente bebida (d). Dando pues el ciones que
cuerpo de Christo Señor nuestro alimento de eterna vida á los que con eí pan y vi­
pureza y santidad reciben su Sacramento s es muy puesto en razón que es­ no tienen
te se haga de aquellas cosas con las quales señaladamente se mantiene esta en el Sacra,'
mentó.
vida : para que el pueblo fiel entienda con facilidad 5 que se sacia el alma con
la comunión del precioso cuerpo y sangre de Christo. Algo aprovechan
también estos mismos elementos . para que conozcan mejor los hombres , que
el cuerpo y sangre del Señor está en este Sacramento real y verdaderamen­
te. Porque experimentando cada día que por virtud natural se mudan el pan
y el vino en carne y sangre humana; es mas fácil reducirnos á creer con es­
te símil, que en virtud de la consagración se convierte la sustancia de pan
y vino en verdadera carne ? y verdadera sangre de Christo.
Ayuda asimismo esta marabiilosa conversión de los elementos , para 'sig­
nificar lo que obra en las almas. Porque así como aunque no se descubra
por demera novedad alguna eo el pan y vino , sin embargo verdaderamente
se convierte su sustancia en carne y sangre de Christo ; así también aun­
que nada se vea exterior mes te mudado en nosotros: con todo esc somos in­
teriormente renovados para la vida 7 guando recibimos la vida verdadera en
el Sacramento de la Eucaristía.
s A
:A E p h :. Í3 . (¿} A p o c.y p . (c) D e C e leb r.M is. lio. 3. :L . ¿ 1. cap. Perniciosas, (d) Jcau. 0.
*3 ° CATECISM O ROM ANO
Á esto se junta que estando compuesto el cuerpo de k Iglesia de mu­
daos miembros 5 en cosa ninguna sobresale mas esta divina unión ; que en h s
elementos de pan y vino. Porque el pan se compone de muchos granos de
trigo , y el vino de muchos de uba. Pues así manifiestan , que sunaue no­
sotros seamos muchos 3 nos jumamos estrechísi mamen te , y venimos á ser co­
mo un cuerpo mediante el lazo de este divino misterio.
19. Ahora se sigue tratar de la forma con que debe hacerse la consagración
Quál sea la del pan : no porque estos misterios se expongan á los fieles , sino obíkke
fhrma de la necesidad ( pues no es menester instruir en estas cosas á los que no "han
la consa­
gración del recibido órdenes sagrados ) , sino porque no lo yerren ignominiosamente los
gas­ Sacerdotes s por ignorar la forma de la consagración. Enseñadnos pues los
Evangelistas San Mateo y San Lucas (a) s y también el Apóstol (¿), que la
forma es esta : HOC E S T CORPUS MEEM. Porque escrito está : Cenan­
do ellos : tomé Jesús en sus manos el pan , y lo bendixo y partió 3y lo diú a sus
discípulos ; y dixo : Tomad y comed: Esto es mi cuerpo (c). Y como esta for­
ma de la consagración fue la observada por Chrísto Señor nuestro . siempre
usó de ella la Iglesia Católica, Omítense aquí los testimonios de los Santos
Padres : porque sería el referirlos obra de nunca acabar : como también el
decreto del Concilio Florentino } que á todos es notorio f y está á mano:
mayormente pudíendo conocerse lo mismo por aquellas palabras del Salvador:
Haced esto en memoria de mi. Porque lo que mandó el Señor que se había de ha­
cer 3 no solamente se debe dirigir alo que habla hecho; sino también á las co­
sas que había dicho : y señaladamente se ha de entender de las palabras: pues
las pronunció el Señor 3 no menos para obrar por ellas, que para significar lo
que obraba. Y aun por razón se puede persuadir esto fácilmente. Porque la for­
ma es aquella, que significa lo que se hace en este Sacramento. Significando
pues} y declarando estas palabras aquello que se hace , que es la conversión del
pan en el verdadero cuerpo de nuestro Señor ; síguese que la forma ha de con­
sistir en esas mismas palabras. Y en este sentido se ha de tomar lo que dixo el
Evangelista : Bendixo : porque parece se ha de entender por ío mismo que sí
hubiera dicho: Tomando el pan , lo bendixo , diciendo: Esto es mi cuerpo.
Y aunque el Evangelista puso antes aquellas palabras : Tomad , y comedí
so.
iLas pala­ es claro que por ellas no se significa la consagración de la materia, sino so­
bras que lo el uso deí Sacramento, Y así aunque es cierto que el Sacerdote las de­
preceden á be pronunciar ; con todo eso no son necesarias para hacer el Sacramento } si­
la fhrma , no del mismo modo que se pronuncia la partícula Enim en la consagración
aunque de­
be □ pro- del cuerpo y de la sangre. A no ser así , nunca convendría , y aun no se po­
3niínc-Í2r,3e , dría hacer el Sacramento , si no hubiera á quien administrarle : no pudién­
so son ne­ dose dudar , que pronunciando el Sacerdote las palabras de Chrísto , según el
cesarias. uso é instituto de la Santa Iglesia , verdaderamente consagra la materia le-
gítima del pan : unque luego no hubiera de administrarse a ninguno a
Sagrada Eucaristía.
ai. Por lo que pertenece á la consagración del vino , que es la otra mare­
Quál sea ria de este Sacramento , es necesario ( por la misma razón que antes áci­
la forma de mos)
|e) Matti, c.6. Lue, 22. {b) 1. Corinth. si. (r) Ma uh. 22, s ì Lue, 22.
PARTE II. CAPÍTULO IV.

TiS E FFÜ N D ^ TU R 1N REM ÍSSIONEM P E C C A T O R U M . De estas


palabras muchas se coligen de 1 .s Sagradas Escrituras , y algunas se conser­
van en la Iglesia por tradición Apostólica. Porque aquellas : Hic est Calixz
las escriben San Lucas (a) y el Apóstol (¿). De las siguientes: Sanguinas m ñ,vcl
Sauguñ meas novi Testamente , qui pro vobis , ei pro multes effundclur in re-
nuisuuem peccalorum : parte dixo San Lucas (c), y parte San Mateo (d). Pera
aquellas Aderni 5 y Mysíerium Fidel , nos las ha ensenado la santa tradición,
que es la Intérprete y tesorera de la verdad Católica.
Nadie podrá dudar que sea esta la verdadera forma , si observa aquí lo **•
que se díxo arriba acerca de la forma de la consagración que se aplica á la ^rtí® fa3Se
materia del pan. Porque es claro que la forma de esta materia está en aque- ^erdider*
lias palabras , que significan ; que la sustancia del vino se convierte en ia san- forma, de
gre del Señor. Y como esas palabras abiertamente declaran esto; es manifies- ia consa­
to que no se debe señalar otra forma. Pero á mas de esto descubren esas Srac^ÜIJ*
palabras ciertos marabillosos frutos de la sangre derramada en la Pasión del
Señor , y que muy en particular pertenecen á este Sacramento. Uno es la
acción á la heredad eterna , la qual nos viene por el derecho de este nuevo
y eterno Testamento (e). Otro es la entrada á la grada ó á la justicia por
el misterio de la fe. Porque propuso Dios á Jesús por reconciliador mediante
la je en su sangre , para que él sea el Justo , y el que justifica al que es de la
fe de fesu-Christo (/). El tercero es el perdón de los pecados.
Pero estando estas palabras de la consagración llenas de misterios , y no *3.
pudiendo venir mas ajustadas al caso , conviene examinarlas con mucha dili- Exp ícase
gencia. El decirse pues Hic est Cahx Sangumis mei , se ha de entender así: j“1 ^omia
Esta es mi sangre , que está en este Calve. Y con mucha razón y muy al caso oricioTdel
se hace mención deí Cáliz , quando se consagra esta sangre , según que es Calis,
bebida de los fieles. Porque no significaría bien la sangre esta bebida , sino
estuviera en algún vaso. Síguese luego : jYovi Testamente., Y esto á la verdad
se añadió para que entendiésemos , que la sangre de Christo Señor nuestro
se da ya á los hombres , no en figura, como sucedía en el Testamento vie­
jo ( pues acerca de esto leemos en el Apóstol á los Hebreos ( g ) , que no hubo
Testamento consagrado sin sangre), sino en realidad y verdad : lo qual per­
tenece al Testamento nuevo. Así dice el Apóstol : Por tanto Ckristo es me­
diador del nuevo Testamento : para que interviniendo, su muerte , reciban los que
son llamados , la promesa de la herencia eterna (A), Aquella palabra Aeterm se
ha de entender de la heredad eterna que de derecho nos vino por la muer­
te del Testador eterno Christo Señor nuestro. L o que después se añade;
Misterium F id ei, no excluye la verdad y realidad , sino que significa que se
debe creer con fe muy firme , lo que está encubierto y muy apartado de los
sen-
id) Luc. %i. {i) 1, Cor. 11. (c) Luc. as. (e) Hebr. p. (/} Rom. 3. (g) Hebr. p.
id) Matth. a£>. {b) Ibidem,
CATECISM O ROM ANO
sentidos. Pero es diverso el sentido que hacen aquí estas palabras , de aquel
que tienen quando se aplican al Bautismo. Porque en este lugar se ¡lanía
misterio de la fe , por quanto por la fe vemos la sangre de Christo , que es­
tá escondida baso las especies de vino. Pero el Bautismo se llama justa­
mente por nosotros Sacramento de la fe , y por los Griegos misterio de la fe
por abrazar en sí toda la profesión de la fe Christiana, Aunque por otra
razón también llamamos misterio de la fe á la sangre del Señor : es i saber,
por la gravísima dificultad y resistencia que experimenta la razón humana,
quando la fe nos propone creer , que Christo Señor nuestro , Hijo verdade­
ro de D io s , y juntamente Dios y hombre , padeció muerte por nosotros: ía
qual muerte se significa por el Sacramento de la sangre.
24. Por esta causa se hace en este lugar memoria de ia Pasión del Señor por
Por qué se esas palabras : Qui effundeiur in remissicnem peccatorum , mas á propósito que
hace men- en ]a consagración del cuerpo. Porque la sangre consagrada á parre tiene
cion^ ae u may 0r v jveza y eficacia para poner delante de los ojos de todos , así la Pa­
la 'consa- sion Y muerte del Señor , como todo lo que padeció en ella. Mas aquellas
graden de palabras que se añaden : Pro vobis , el pro mullís ; las que se tomaron una de
la sangre, y gan Mateo , y otra de San Lucas (a) , las juntó la Iglesia instruida por el Es­
lío en la del p^rj£u Santo : y son muy conducentes para declarar la utilidad y fruto de
cuerpo.
la Pasión. Porque sí miramos á su virtud , debemos confesar que derramó
el Salvador su sangre por la salud de todos. Pero si atendemos al Luto que
de esa sangre perciben los hombres , luego entenderemos que no llega i to­
dos esa utilidad ; sino sol© á muchos. Quando dixo el Señor Pro vobis , se­
ñaló ó á los que se hallaban presentes , ó á los escogidos del pueblo de los
judíos , quales eran los discípulos con quienes hablaba , excepto Judas. Y
quando dixo Pro multu 5 quiso se entendiesen todos los demás escogidos, así
de Judíos , como de gentiles. Y fue m uy bien hecho no decir por todos, por­
que aquí se trataba solamente de los frutos de h r Pasión : la qual á solos
los escogidos acarreó el fruto de la salud eterna. A esto aluden aquellas pa­
labras del Apóstol : Christo se ofreció sola una vez , para apurar los pecados de
muchos (]>), y lo que el Señor dixo por San Juan : To por estos ruego , no rutgj
por ei mundo, sino por eslos que me diste : porque son luyes (c). Otros muchos
misterios hay escondidos en estas palabras de la consagración: mas con la ayu­
da de Dios , y la continuada meditación y estudio de las cosas divinas, fá­
cilmente podrán los Pastores alcanzarlos por sí mismos.
Alas ya es tiempo que volvamos á la declaración de aquellas cosas que
H©s cc
convie- manera ninguna se debe permitir que las ignoren los fieles. Y pues pr.
s e gober
Barren es- v*ene e* Apóstol (d), que es gravísima la maldad que cometen aquellos qu
m Sacra- no disciernen el cuerpo del Señor , ante todo ensenen los Pastores con tocio
mentó por cuidado - que deben apartar el juicio y la razón de aquello que perciben
Ip'qae p e r- ]os sentidos. Porque si llegan á persuadirse los fieles, á que no hay otra cc-
secEldos "°S sa £E este 5acramerjto i que squedo que perciben los sentidos > es preciso
' s e despeñen en una soma impiedad. Porque no encontrando allí los ojos,
el tacto „ el olfato , y el gusto otra cosa , que las especies del pan y

(e ) M a t t a , a d . jlu c . 24. (q ) Hebe. y . {c) Joann. ze. [d) 1. Comí id . 11.


PARTS II. CAPÍTULO IV. í 33
del vino 5 juzgarían que solo pan y vino habla en el Sacramento. Se ha de
procurar pues que los entendimientos de los heles se aparten quanto puedan
de lo que los sentidos perciben , y que se exciten á contemplar la inmensa
virtud y poder de Dios.
Tres cosas sumamente admirables, y dignísimas de toda veneración, cree 0.6.
y condesa la fe Católica sin la menor duda , que se obran en este Sacra­ D e las ma-
rabíilas que
mento por las palabras de la consagración. La primera es : Que esid ai él se obran en
el verdadero cuerpo de Christo Señor nuestro , aquel mismo que nació de la virtud de
Virgen , y que esta sentado en los Cielos á la diestra del Padre. La segun­ la consa­
da , Q¿lc n0 queda allí sustancia alguna de pan y vino : aunque parece que no gración.
es dable cosa mas agena , ni mas remeta de los sentidos. Y la tercera (que
luego se infiere de las otras dos , y aun las palabras de la consagración cla­
ramente la expresan) es : Que les accidentes que se ven por los ojos , ó que se per-
áben por otros se didos J quedan y se mantienen ira sumeto alguno por un mo­
do admirable é indecible. Adlí se dexan ver todos los accidentes de pan y
vino : pero subsisten por s í , sin estar sostenidos de sustancia alguna. Porque
toda la sustancia del pan y del vino de tal modo se convierte en cuerpo
y sanare de Christo , que del todo dexa de ser sustancia de pan y de vino.
Pues para haber de tratar primeramente de la primera de esas tres cosas,
Cierto es
hagan incapié los Pastores sobre explicar quan claras, quan expresas son las estar en la
palabras de nuestro Salvador , que demuestran la verdad de su cuerpo en E u ca ristía
este Sacramento. Porque quan do dice : disto es ira cuerpo : Esta es mi sangre: el mismo
ningún hombre de juicio puede ignorar que es lo que debemos entender: cuerpo de
mayormente tratándose de la naturaleza humana : de la qual á ninguno per­ Christoque nació de
mite la fe Católica dudar que verdaderamente la hubo en Christo. Y por Santa Ma­
esto aquel Santísimo y doctísimo varón Hilario dixo esclarecidamente: De ría Virgen .
la verdad de la carne y sangre de Christo ya no ka quedado razón de duda:
pues por testimonio del mismo Señor , y por nuestra fe su carne es verdaderamen­
te comida (a).
Otro lugar también se ha de declarar por los Pastores , donde abierta­ »8.
mente se dexa conocer , que está en la Eucaristía el verdadero cuerpo y san­ Pruébase
lo mismo
gre del Señor. Porque después de haber referido el Apóstol que consagró con otros
el Señor el D a n v tí vino , y que dio ¿ sus Apóstoles los sagrados mis­ testos de la
terios , añadió : Examine-e pues cada uno á si mismo , antes que llegue á comer Escritura.
de ese par. , y beber de ese Cáliz ; perqué á que come y bebe indignamente , come
y bese juicio para si , no discerniendo á cuerpo ¿el Señor (ó). Si como los he-
reges vocean , no hubiera que adorar en el Sacramento otra cosa que una
memoria y sena! de la Pasión de Christo, ¿qué necesidad había de exhor­
tar a los rieles con palabras tan encarecidas , á que se examinasen á sí mís-
mas ; Porque con aquella voz tan formidable de juicio declaro el Aposto!,
q ;e cometía alguna execrable maldad el que recibiendo impuramente el
cuerpo del Señor , que está encubierto en la Eucaristía , no le diferenciaba
de los demás manjares. Y en la misma Epístola explicó antes lo mismo mas
copiosamente por estes palabras : E l cáliz de bmdiasu que nosotros bendecimos
'cno
(A Líb. de T rín it. {A i . C otin ih . i r .
CATECISM O ROM ANO
*34
t n¿ es comunicación de la sangre de. Christo ? \ Y el pan ave parimos y nó «
participación del cuerpo del Señor (a) ' Las guales palabras demuestran derrá­
mente la verdadera sustancia del cueipo y ^vmgte ue Consto Señor nuestro.
Explicarán pues los Pastores estos lugares de la Escritura , y sobre todo en­
señarán que nada dudoso , nada incierto hay en estas cosas : mayormente ha­
biéndolas interpretado la autoridad sacrosanta de la Iglesia de Dios.
por dos vías y medios podemos averiguar que es lo que la Iglesia sien-
D “ dos te sobre este punto. El primero es consultar á los Padres que florecieron
medios que ¿es¿e los principios de la Iglesia 5y que sucesivamente en todas las edades
tay para testigos mas autorizados de la doctuna de la Iglesia, Estos tocos
■ «“ «“ Vi sumamente unánimes y conformes enseñaron con toda claridad la verdad de
sentid de este do-ma. Y porque fuera obra de trabajo inmenso referir por menor sus
la Iglesia A m o n io s , bastará notar , ó mas bien insinuar unos pocos : por los quales
acerca de la , ^ iü2(Tar ¿ e los demás. Sea pues el primero que declare su fe San
verdad del > g£te en e| ijbro que escribió : De his qui initianlur mxsteriis , tes-
cuerpo del 1 'u m €stc Sacramento se recibe el verdadero cuerpo de Christo , asi co-
eUOr* mo Ú v e r d a d e r a m e n t e formado de la Virgen , y que esto se ha d e creer con j e
certísima (b\ Y en otra parte enseña: Que antes de U consagración está allí d
Pan - mas después de la consagración la carne de Christo (c). Sea el segundo tes«
’ c .n Trisóstomo , no inferior en la fe ni en la autoridad. Este en mu-
chos lugares protesta y ensena esta misma verdad : pero especialmente en la
Homilía^ do contra los que comulgan indignamente. Y también en la Ho­
milía 44 Y 41 sobre San Juan : porque dice : Obedezcamos a Dios , y no le re­
pliquemos aunque parezca que dice lo contrario de lo que pensamos y vemos. Por­
que la palabra de Dios es infalible, y nuestros sentidos fácilmente se enganan (¿).
En todo y por todo concuerda con estos lo que siempre enseñó San Agus­
tín defensor acérrimo de la fe Católica. Y principalmente exponiendo el tí­
tulo <H Salmo 3 $ donde dice : Licuarse á si misino en sus manos es imposi­
ble á hombre , y solo puede convenir ¿ Christo. Llevábase en sus manos , qmn-

cerse >uj palabras. .. — ---------


dres, 0 d l es añadir í los Santos Dionisio ( / ) , Hilario ( g ) , Gerónimo (/i), Da-
■ masceno (¿)> y otros innumerables , cuyas sentencias gravísimas vemos á cada
paso recogidas ea uno por ia industria y trabajo ¿e doctos y piadosos vs-
roñes.
B e fas* ve- Resta el segundo medio para reconocer el juicio de la Iglesia en cosas
ces qas. la pertenecientes á la fe. Este es k condenación de la doctrina y opinión contra-
iglesia en Ha. Es constante que estuvo siempre tan divulgada y extendida por toda la
S53s Casgl- Xglesla la verdad del cuerpo de Ciirbxc en ei santo Sacramento de la Euca-
ris-

(a) i. Corintia, to . (ñ) Cap. 9. (o) lAb. { f ) Be E ccles. Hle-r. cap. 3. (g) L ib A
4 . de Sacrans. cap.1.4. {d) Hoia.60. a ¿ Pop. de T rin it,
*- Fide r\.¡
Episr. ad Dam as,
,,
_i...r cap. 14.
(i) Eb.
A ciiü ch . (e) Ibi,
4. de Orthodox.
PARTE II. CAPÍTULO IV. 19»
ristía v tan abrazada con voluntad concorde por todos los fieles , que ha­
líos conde­
biéndose atrevido Bcrengarío i negarlo ahora hace quinientos años , afirman­ no io con­
do que solo había allí una señal; si punto en el Concilio de Verceüs , con­ trario.
vocado por autoridad de León I X , fac condenado por sentencia de todos:
y allí mismo abjuró su heregía. Y habiendo después vuelto á reincidir en
h misma demencia de impiedad , fue condenado por otros tres Concilios , el
Turonense, y dos Romanos , convocados el uno por Nicolao I I , y el otro por
Gregorio V i l , Pontífices Máximos. Esta misma sentencia fue confirmada des­
pués por Innocencío III en el Concilio grande Lateranense : y sucesivamen­
te fué declarada con mas expresión , y establecida la fe de esta verdad en los
Concilios Florentino y Trídcntino. Si expusieren los Pastores con cuidado
estas cosas ( dexando á los que ciegos en sus errores nada mas aborrecen que
la luz de la verdad) , podrán confirmar á los ñacos , y llenar de cierta suma
alegría y delicia las almas de los virtuosos.
No tienen pues por qué dudar los fieles: y mas quando ía fe de esta _ 3 *-
Como esta
verdad está comprehendida entre los demás artículos del Credo. Porque cre­ verdad se
yendo y confesando que Dios es Todo-Poderoso , es necesario confesar tam­ c o n t i e n e
bién , que no le faltó poder para hacer una obra tan grande , como la que entre ios ar­
admiramos y adoramos en el Sacramento de la Eucaristía. Y á mas de este tici;] os del
quando creen la Santa Iglesia Católica , necesariamente se sigue creer al Credo.
mismo tiempo , que la verdad de este Sacramento es la que hemos ex­
plicado.
Mas nada ciertamente se puede añadir para regalo y fruto de las almas 32*
devotas , cuando contemplan la dignidad de este altísimo Sacramento. Por­ Muéstrase
quáuta sea
que primeramente conocen quanta es la perfección de la ley Evangélica : pues la dignidad
le fué concedido tener en realidad y verdad , lo que solamente en figuras de la ig le ­
y sombras fué bosquejado en tiempo de la ley Mosáyca. Por esto dixo di­ sia mili­
vinamente San’ Dionisio , que nuestra Iglesia viene á estar en medio de la Si­ tante por
la mages—
nagoga , y de la celestial Gerusalen : y que por esto es participante de una tad de este
y de otra (a). Y é la verdad nunca podrán los fieles admirar ( como es jus­ misterio.
to ) la perfección de la Santa Iglesia , y la alteza de su gloria : quando pare­
ce intervenir solo un grado entre ella y la Patria Celestial. Porque conve­
nimos con los bienaventurados en que unos y otros tenemos í Chn'sro Dios
y hombre presente. Pero nos distinguimos en el grado de que ellos le go­
zan presente por clara visión ; mas nosotros, aunque con fe constante y fir­
me, le veneramos presente ; todavía Je tenemos muy apartado de nuestra vis­
ta . y encubierto con el velo marabilloso de los sagrados misterios. Experi­
mentan asimismo los fieles en este Sacramento la caridad perfectísima de
Chrlsto Salvador nuestro. Porque era muy correspondiente á su bondad , que
nunca retirase de nosotros la naturaleza , que de nosotros habia tomado ; si­
no que se dignase en el modo posible de estar y conversar entre nosotros:
para que en todo tiempo se cumpliese con toda verdad y propiedad aquel
dicho: Mis delicias son estar con los lujos de los fiambres (¿).
También aquí deben explicar los Pastores, que se contiene en este Sa-
cra-
(íi) De Reales. Hierarcb. cao. 7. (b) Prov. 8.
SS6 catecism o romano

era mentó no solo el verdadero cuerpo ce Christo 5 y todo lo que perter.-c'’


En este a la cabal integridad del cuerpo , como huesos y nervios ; sino también qu-
Sacramen— todo Christo está en este Sacramento- Pero se debe ensenar que Consto es
to están las nornbre de Dios y hombre ? esto es , de una Persona misma , en la qUai es-
dos natura- ¿ unidas las dos naturalezas divina y humana. Y así abraza á ambas n--
na y hu- turalezas , y las cosas que son consiguientes a una y a otra naturaleza , co­
mana. n o la Divinidad , y toda la naturaleza humana , compuesta de alma , v de
todas las partes del cuerpo , y de la sangre también. Y todas estas cosas es
necesario creer que están en el Sacramento. Porque como está unida en el
Cielo toda la humanidad á la Divinidad en una Persona , ó hipóstasís, es
cosa horrenda presumir que el cuerpo de Christo 3 que está en el Sacramen­
to 5 esté apartado de la Divinidad,
Pero acerca de esto es preciso que adviertan los Pastores , que no todas
U nas cosas estas cosas están en el Sacramento de un mismo modo „ ó por una misma
están en la virtud. Porque unas hay que están allí en fuerza y en virtud de las pala-
E u ca n stía k ras ¿ Q j a consagración. Porque como esas palabras hacen todo lo que sm-
de las^pa- nifican , eso mismo que las palabras expresan , es lo que afirman los Escrito-
labras , y res Sagrados , que está allí en virtud de las palabras. D e tal manera, que si
otras por acaeciese haber alguna cosa totalmente apartada de aquello que las palabras
c o n c o m í - sígnífican ; fie esa tal cosa enseñan , que no estaría en el Sacramento , y que
tana a. solamente habría en él lo que las palabras expresan. Pero hay muchas cosas
en el Sacramento que están allí por razón de estar juntas con aquellas que
expresa la forma. Porque como la forma que se aplica para consagrar el pans
significa el cuerpo de Christo , pues d ic e : Esto es mi cuerpo , en virtud de es­
ta forma está en la Eucaristía el cuerpo del Señor. Pero como con ese cuer­
po está unida la sangre , el alma y la Divinidad ; todas estas cosas están tam­
bién en el Sacramento , aunque no en virtud de la consagración ; sino por­
que están juntas con el cuerpo. Y de estas se dice , que están en el Sacra­
mento por concomitancia. Y por esta razón es claro , que todo Christo está
en el Sacramento. Porque si hay dos cosas entre sí m uy unidas , donde es­
tuviere la una . es forzoso que este la otra. Y así se sigue que de tal modo
este todo Christo , así en la especie del pan , como en la del vino , que así
como está verdaderamente baxo la especie de pan , no solo el cuerpo , sino
también la sanare 5 y todo Christo ; así baxo Ja especie de vino está también
real y verdaderamente, no solo la sangre , sino el cuerpo también , y todo
Christo.
Pero aunque todos los fieles deban estar ciertos y muy persuadidos á
jPor^oué E110 csío es 5 sin embargo se dispuso por altísima razón , que se hiciesen
En la E a - separadas dos consagraciones. L o primero , para que se expresase mas al vivo
caristxa.se ja Pasión del Señor ? en la qual la sangre se apartó del cuerpo. Y por eso
kacen dos en 'í3_consagración hacemos mención de haberse derramado la sangre. Y tam-
a~ bien corone fue muy conveniente que habiendo de usar nosotros del Sa-
C
ív Ul s « ^ i* / * * * i / i t * ■* *
era mentó , para sustentar eí aúna , ícese instituido a moao de comida y be-
bada: pues es claro , que de esas dos cosas se compone el cabal alimento
d d cuerpo.
Tampoco debe pasarse en silencio ? que se encierra todo Christo , no so­
lo
PARTE II. CAPÍTULO IV. Oi
lo en ambas especies, sino en cada partícula de ellas. A sí escribió San A.gus-
tin : Todos reciben á Ckristo , que todo esta en cada parte. JYo se disminuye por 3^*
"cao
cada uno, sino que todo entero se da á todos (o). Y con facilidad se puede ín- Chrísio es-
Lrír esto de los Evangelistas. Porque no es creíble que consagrase el Señor -quai—
cada parte del pan con propia y diversa forma ; sino que de una vez con- ^ uía pa¡j~
sagró todo el pan necesario para los sagrados misterios, y para repar- ambas es-
tirio í los Apóstoles , como es claro lo hizo con el Cáliz : pues él mis- pedes.
id o díxo : Tomad , y repartidle entre vosotros (¿), Y todas estas cosas que
quedan explicadas se encaminan á que declaren los Pastores , que es­
tá en el Sacramento de la Eucaristía el 'verdadero cuerno y sanare de
Christo. D ^
Ahora explicarán lo segundo que arriba se propuso : esto es, que después Q-je^obiy
de ia consagración no queda en el Sacramento sustancia alguna de pan } ni de vi- en el Sacra­
no. Esto aunque puede causar , y con razón , admiración muy grande , sin mento qus_
embargo se sigue necesariamente de lo primero que se ha demostrado. Por- ^ a d e ^ -
que si después de la consagración está el verdadero cuerpo de Christo baxo
las especies de pan y vino ; como ames no estaba a llí, era deí todo nece­
sario que esto se hiciese , ó porque vino á ese lugar , ó porque fué de nue­
vo criado a llí, ó por haberse convertido alguna otra cosa en él. Es cons­
tante que el cuerpo de Christo no puede estar en el Sacramento , por ha­
ber venido de un lugar á otro. Porque en tal caso sería preciso , que $e au­
sentase del Solio de los Cielos , pues nada se mueve , sí no se aparta del si­
tio donde estaba. Criarse el cuerpo de Christo es mas creíble , y ni aun pue­
de caber en aprehensión. Resta pues que esté en el Sacramento el cuerpo del
Señor , por haberse convertido el pan en él. Por tanto es necesario que nin­
guna sustancia de pan quede en el Sacramento. ^
Convencidos pues nuestros Padres y Mayores por esta razón , confirma- Xa tran-
ron con decretos expresos la verdad de este artículo en los Concilios Late- sustancla-
ranense el grande, y Florentino. Pero con mas claridad la difinió el Triden- c;on aPr0“
tino por estas nalabras : Si alguno dixere , que en el Sacrosanto Sacramento de por
j r-r 1 , , ^ JL , , , Jos Conci­
te Eucaristía queaa la sustancia de pan y vino junto con el cuerpo y sangre de j¡os est¿
nuestro Señor jesu-Christo , sea anatematizado (c). Y no fue dificil colegir es- fundada en
tas cosas de los testimonios de las Escrituras. Primeramente : porque en la ias Escri-
instíradon de este Sacramento dixo el mismo Señor : Esto es mi cuerpo (d\ turas*
núes es tal la energía de la vo2 Esto , que demuestra toda la sustancia de la
cosa presente. Y si hubiera allí sustancia de pan , parece que de ningún mo­
do se podría decir con verdad : Esto es mi cuerpo» Demás de esto Christo
Señor nuestro dice por Sao Juan : El pan que yo daré , es mi carne por la vi­
da ád mundo (e) ? llamando pan á su carne. Y poco después añade : Si no co­
rnilredes la carne del Hijo ád hombre , y no bebiéredes su sangre , no tendrás
vida -n vosotros : Mas : M í carne verdaderamente es comida 5y mi sangre verda­
deramente bebida. Llamando pues con palabras tan expresas y claras á su car­
ne pan. y verdaderamente comida ; y asimismo á su sangre bebida verdade-
ra,
id) Tíe Consecr.dist. a. cap. Singuli. (d) Mares. 24. Marc. 14. et 1. Connch, 1 1*
p) Lúe. 12. {p} Stss. 13. can. 2. íe) Tosn:-. 6 .
138 CATECISM O ROM ANO
r a , parece dio á entender bastantemente ¿ que sustancia ninguna de pan y
vino quedaba en el Sacramento.
3p< Esta fue perpetuamente ia concorde doctrina de los Santos Padres: como
Que ios luego lo echará de ver el que los leyere. Porque San Ambrosio escribe asi.
Sarros P a - J'ú acaso dices , m i pan es el usual : mas este pan es pan antes de las palabras
eres ense- ¿a consagrac¡on. En ¡legando la cons'tgy acim , &rt pan se hace carne de Chris-
ndsmo.eSt° Y Para Pro^ar esto con m3S facilidad trae varios exemplos y compa­
raciones. Y en otra parte explicando aquellas palabras : Todo qnauio quiso hno
el Señor en el Cielo y en la tierra (/;) : dice : Aunque se vea la figura del pan
y vino-y ninguna otra cosa se ha de creer que hay allí después de la consagra­
ción j que la carne y sangre de Christo (c). Y exponiendo San Hilario la misma
sentencia casi con las mismas palabras , enseñó : Que aunque exteriomame
aparezca pan y vino 3 con ¿odo eso es verdaderamente cuerpo y sangre del
Señar (d)t
Pero adviertan aquí los Pastores , que no debe extrañarse que 3a Euca­
40.
Por qué
ristía se llame pan , aun después de la consagración. Porque ha sido cosí mu­
ía Eucaris- bre llamarla así , ya porque conserva la figura de pan , y ya porque todavía
tía se llama retiene natural virtud de alimentar y mantener ei cuerno : ía qual es propia
f tm , aun p an> y es costumbre de las Escrituras Sagradas llamar las cosas según b
después de Que pai.ecen . coir¡o bastantemente lo d e m u e s tra lo que se díxo en el Céne­
la consa— - 1, /
graeion. sis , que aparecieron a Abrahan tres varones Kfi) , siendo asi que eran tres An­
geles. Y aquellos dos que al subir el Señor á los Cielos ? aparecieron á los
Apóstoles , se llaman varones (/) - siendo también Angeles.
4 1. Sumamente dificultosa es la explicación de este misterio. Sin embargo
Córiio se harán los Pastores los esfuerzos posibles por aquellos que están mas aprove-
I r gga
a ^ran chados en el conocimiento de las cosas divinas (pues de los que están ner-
sa^onver- 5105 todavía,
ira i..o- es muy
ío^avia 5 eS muy de recelar
rece^ar que
ELíe sean
sean oprimidos
O prim ida de
^ la &
grandeza del mis-
siun ¿c sus- £en"° ) j harán , repito 5 los esfuerzos posibles por declararles el modo de esta
zuacas. marabiilosa conversión: la qual se hace de manera , que toda la sustancia dd
pan se convierte por divina virtud en toda la sustancia del cuerpo de Chris­
to , y toda la sustancia del vino en toda la sustancia de su preciosa sangre,
sin que haya en nuestro Señor la menor mutación. Porque ni Christo es
de nuevo engendrado , ni alterado , ni aumentado , sino que todo persevera
en su sustancia él mismo. Y así declarando San Ambrosio este misterio dice:
¿ Ves qvan obradora es la palabra de Chnsio ? S i es pues tan poderosa la pala­
bra de nuestro Señor Jesús , que por ella empezasen á ser las cesas que no o en,
es A saber y el mundo , ¿ quánio mejor hará que sean las que eran ^y que se con­
viertan en otra distinta (g) í A l mismo intento dexáren también escrito su sen­
tir otros antiquísimos y gravísimos Padres. San Agustín se explica de este
modo : íit bren te confesamos, que Antis de la consagración hay d pan y vino qve
pr oduro la nalm aleza ; pero después la carne y sangre de Ch lisio , que am.-a-
gró la bendición (/¿). Y el Damasceno : E l cuerpo , según verdad , está mido a
la

(a) L ib . 4 . de Sicram ent. cap. 4. (?) Genes. iS . {(/") A ctor, t. (g)


(¿) p j z i i n. 134. (c) Lib. 4. de Sacram. supra. (/;) D e Consecrar, ais:. 2. cap. A;£Ií
ssp. 4 ¿d) D e Coasecr. disr. 2. cap. Corpus* autem.
PARTE II. CAPITULO IV. 3.39
/> Divinidad , el cuerpo , d/go , nacido de la Sania Virgen 720 porque el mismo
cuerpo que subió , baxe del Cielo , sino por convertirse el mismo pan y vino en
cuerpo y sangre de Christo (a).
Por este la Santa Iglesia Católica llamó muy propia y ajustadamente á 42.
esta conversión marabiíiosa transustanciacion : como lo ensenó el Sagrado Con­ M uy ai
propio se
cilio de Trcnto Q>). Porque así como la generación natural se llama muv ai impuso á
propio transformación , por quanto en ella se muda la forma ; así también esta con­
porque en el Sacramento de ia Eucaristía pasa toda la sustancia de una co­ versión eí
sa í ser toda la sustancia de o tra; con grande rectitud y sabiduría inven­ nombre tíe
taron nuestros mayores , para explicar esto s el nombre de transustancia­ tremsustan-
ciacion.
cion.
Pero aquí es menester prevenir á los fieles , lo que tanto encargan los 43*
Santos Padres: esto es , que no anden inquiriendo con curiosidad, de qué mo­ Este ¡Sacra­
do se haga esta conversión. Porque ni lo podemos alcanzar , ni en las muta­ mento ha
de ser creí­
ciones naturales , ni tampoco en la misma creación hallaremos exemplo se­ do con pie­
mejante. Qué sea esto, se ha de saber por fe : cómo se haga , no hay que dad , y no
escudriñarlo con curiosidad. Y con igual cautela deben proceder los Pasto­ escudriña­
res sobre explicar también en este misterio , como pueda ser que todo el do con cu­
riosidad.
cuerpo de Christo se encierre aun en la mas mínima partícula del pan: por­
que muy rara vez podrá convenir mover tales dudas. Mas si lo pide al­
guna la caridad christiana , procuren ante todo fortalecer las almas de los
heles con aquella sentencia ; Nada hay imposible para Dios (j).
Después enseñarán que Christo Señor nuestro no está en el Sacramen­ 44.
to , como en lugar. Porque el lugar se ajusta con las cosas , según que Que Chris­
son grandes ó pequeñas. Y no decimos que Christo Señor nuestro está en el to Señor
nuestro es­
Sacramento, como grande ó pequeño , que es lo que pertenece á la quan- tá en la Eu­
ddad ; sino según que es sustancia. Porque la sustancia del pan se convier­ caristía por
te , no en la quantidad chica ó grande de Christo , sino en su sustancia. Y modo de
sustancia y
nadie duda que la sustancia igualmente se halla en un espacio chico, que en
no ocupa
un grande. Como la sustancia del ayre 5 y toda su naturaleza tan entera lugar.
está en una parte pequeña , como en otra mayor : como también toda la
sustancia del agua no menos se salva en una ampollita, que en un río. Con­
virtiéndose pues, la sustancia del pan en cuerpo de Christo Señor nuestro, es
preciso decir que enteramente está en el Sacramento en aquel mismo modo
cue estaba la sustancia de pan antes de la consagración : y que esto sea en
grande ó en chica quantidad es fuera del propósito.
Resta ahora declarar lo tercero que en este Sacramento parece no me­ Que45* en el
nos grande, que marabilloso (que explicados ya los otros dos milagros, fá­ Sacrainen —
cilmente podrán tratarlo los Pastores) esto e s , que las especies de pan y vino t o e s t á n
están en este Sacramento sin sugeío alguno. Porque habiéndose demostrado ya Jos a c c í-
dentes sin
que el cuerpo y sangre del Señor están verdaderamente en el Sacramento, de sustancia.
tal modo que no queda allí mas sustancia de pan ni de vino ; como estos
accidentes no pueden estar sostenidos del cuerpo y sangre de Christo , sígue­
se que sobre todo orden de naturaleza subsistan por sí mismos, sin estar así—
ss 2
-> dos
Lib. a. D e Fid. Orthod. cao. 14. i b ; Sess. t ?. eso. 4. ec can, 2. ame. r.
CATECISM O ROMANO
i 4°
dos á otra cosa ninguna. Esta fus la perpetua y constante doctrina ¿e ía
Iglesia Católica , la que fácilmente se puede confirmar con la autoridad de
aquedos testimonios con los quaies arriba se manifestó , que no quedaba en
la Eucaristía sustancia alguna de pan y vino.
4-6* , pero lo que mas importa á la devoción de los fieles es , que dexándo-
í ° r erase- se qüestiones sutiles , adoren y veneren la Magestad de este admirable Sa-
ñorS<darnos cramento , y luego respeten en él la suma providencia de D io s , por haber
sa cuerpo dispuesto darnos estos sacrosantos misterios baxo las especies de pan y vi-
y sangre n0i porqUe siendo tan grande el natural horror que tienen los hombres á
baxo _ las carne humana . ó á beber de su sangre ; con suma sabiduría ordend
p¿n y vi- que su santísimo cuerpo y sangre se nos diesen baxo las especies de pan y
no. vino , que con tanto gusto nos sirven cada día de, camim alimento. Mas
á esto se juntan otras dos utilidades. Una es , libertarnos de la calumnia de
los infieles , la que fuera difícil evitar , si nos vieran comer al Señor en su
misma especie. La otra * que recibiendo el cuerpo y sangre del Señor de
tal modo que no pueden percibir los sentidos lo que verdaderamente se
hace ; esto vale muchísimo para aumentar la fe en nuestras almas. Porque
según aquella celebrada sentencia de San Gregorio ' La fe no tiene mérito ai
lo que experimenta la razón humana (a). Pero todas las cosas expuestas hasta
aquí , no se han de predicar sino con gran precaución Conforme í la capa­
cidad de los oyentes y necesidad de los tiempos.
N o hay ünage de fieles á quien no pertenezca y no sea muy necesa-
De Sos ín- rio conocer las cosas que se pueden decir de la marabiliosa virtud y frutos
mensos f n ¿ c este Sacramento. Parque todo lo que se trata de él con tanta difusión,
lid ades Ut"de señaladamente se debe enderezar , í que entiendan los fieles las utilidades de
este gran la Eucaristía. Pero siendo imposible explicar con palabras sus inmensas u-nlb
Saeramen- aades y frutos , tocarán los Pastores uno u otro punto : para que se de-
la* muestre quanta abundancia y riqueza de todo género de bienes está encer­
rada en estos sacrosantos misterios* En alguna manera conseguirán esto, si
habiendo manifestado la virtud y naturaleza de todos los Sacramentos, com­
paran la Eucaristía á la fuente , y los otros á los arrayuelos. Porque verda­
dera y necesariamente se debe llamar fuente de toda grada : quando encier­
ra en sí por tina manera marabiliosa á la misma mente de las gracias y de-
mes celestiales , y al Autor de todos los Sacramentos Christo Señor nuestro,
de quien como de fuente se deriva á los demás Sacramentos toda la bondad
y perfección que tienen* Y así de este principio podrán colegirse con facili­
dad los amplísimos dones de la gracia divina a que se nos dan por este Sa­
cramento,
También se podrá hacer cómodamente , si se considera con atención la
A c a rre a aí naturaleza del pan, y del vino- „ que son las señales de este S a c ra m e n to . Por-
slms, la En- eme todos aquellos provecíaos que acarrean al cuerpo el pan v el vino , toéos
^oíecho?5 y por modo mejor y mas perfecto acarrea á las almas para su salud y re-
qae «i pan S?--° Sacramento de k Eucaristía. ' N o se muda este Sacramento en nuts-
y -íao a* tía sustancia como el pan y eí vino : pero nosotros en cierto modo nos coa
cuerpo. ver-
(£t) Hem. 26, ía Bvang.
PARTE II. CAPÍTULO IV. l4 l.
vertimos y mudamos en su naturaleza : de suerte que con razón se pueda
aquí decir , lo que su Ivíagestad ciíxo a San Agustín ; Comida soy de gran­
des , crece y me comerás. JVo me mudarás tú en ti 9 como ¿ manjar ele tu car­
ne ; sino que tú te mudarás en mí (a).
Y si fué hecha por Jcsu-Ghristo la gracia y la verdad (b) es necesario que 49-
la cause en el alma ? que recibe pura y santamente al que dixo de sí mis­ Cómo se
mo : El que come mi carne , y bebe mi sangre , está en m i, y yo en él (c). Por­ da la gra­
cia por es­
que de los que llegan á este Sacramento con afectos de piedad y devoción, te Sacra­
nadie debe dudar que reciben en sí al Hijo de Dios de tai manera , que se mento.
insieren en é l , como miembros vivos en su cuerpo : porque escrito está: El
que me come , vivirá por mí (d). Mas : El pan que yo daré 3 es mi carne por
la vida del Mundo (e) : pues explicando este lugar San Cirilo , dice : El Ver­
bo de Dios uniéndose á si mismo con su carne , la hizo vivificadora. Convenio,
pues que por un modo marabtlloso se uniese á ¿os cuerpos por medio de su sa­
grada carne , y preciosa sangre , las que recibimos en el pan y vino mediante su
consagración (j j .
Mas sobre lo que se dice , de que da la gracia la Eucaristía , convie­ 5o. .
ne que prevengan los Pastores , que no se ha de entender, como si no fue­ No da vida
ra necesario que haya primero conseguido la gracia , el que ha de recibir este Sacra­
mento ai
provechosamente este Sacramento. Porque es constante que así como á los que ie recU
muertos de nada sirve el alimento corporal, así í las almas muertas por el be indigna­
pecado nada aprovechan los sagrados misterios. Por esto tienen las aparien­ mente.
cias de pan y vino , para dar á entender que no fueron instruidos para sa­
car las almas de la muerte á la v id a , sino para conservarlas en esa vida. Y
así el haber dicho que da vida es, porque aun ia primera gracia ( con la quai
deben ir adornados , antes de tomar en su boca la sagrada Eucaristía, so
pena de comerse ig) y beberse el juicio de la condenación) á ninguno se
concede , sino recibe este mismo Sacramento con el deseo y el voto. Por­
que es el hn de todos los Sacramentos , y la insignia de la congregación
y unidad de la Iglesia , fuera de la qual ninguno puede conseguir la gracia.
Demás de esto : porque así como eí cuerpo no solo se mantiene con M r*
el sustento natural , sino que también se aumenta 5 y cada día percibe en el Cóm o se
el gusto nueva suavidad y regalo : así el manjar de la sagrada Eucaristía no conforta, y
crece tí al­
solo sustenta al alm a: sino que la añade ruerzss , y hace que eí Espíritu se ma con es­
delevte mas v mas con el regalo ¿e las cosas de Dios. Y esta es k causa de te divino
decirse con toda verdad y razón , que se üa ¿a gracia por este Sacramento: manjar.
y que se puede comparar mov bien con el maná . del qual se percibía la.
suavidad de todos los sabores (A)*
Tampoco se debe dudar que se perdonen por la sagrada Eucaristía los $*•
pecados leves, que se suden decir veníales - de suerte que todo aquello que Por ia Eu­
perdió el alma por eí ardor de la concupiscencia . cuando se deslizó en al­ caristía se
p erd o n a n
guna cosa leve ? lo restituye k Eucaristía lavándola de estas manchas lige­ los pecados
ras: veniales.
fn; T.:b. y. Cottf. csp. ro. {/) Lib. 4. ía Joannem cap. re,
(¿b Joan s, i. (c) Ibidem A íg } 1- Coriaríi. 11»
Ibidem. Ibidem. Sipknt, r<5.
142 CATECISM O ROM ANO
r a s : á la manera que (por no apartarnos d d sím il, que se puso) todo lo cue
se menoscaba y se pierde cada día por la fuerza del calor natural, seniinQ
que se cobra y se va reparando poco a poco por el natural alimento. Y así
con mucha razón dixo San Ambrosio ele este celestial Sacramento : Este pan
de cada dia se toma para remedio de las enfermedades cotidianas (a). pero esto
debe entenderse de aquellos pecados de cuya complacencia no se dexa arras­
trar el corazón.
ÍZ‘ Tienen á mas de esto los sagrados misterios virtud de conservarnos pu-i
Preserva ros y limpios de pecado , libramos del ímpetu de las tentaciones, y de pre­
este Sacra­
parar' el alma como con una celestial medicina , para que no pueda ser fá­
mento de
culpas ve­ cilmente dañada y corrompida con el veneno de alguna culpa mortal. Por
nideras. esta causa fué costumbre, antigua-de la Iglesia, como San Cipriano afir­
ma (b) quando en los tiempos de las persecuciones eran arrebatados á cada
paso los fieles por los tíranos á los tormentos y a la muerte por la confe­
sión del nombre de Christo , que se les administrasen por los Obispos los
Sacramentos del cuerpo y sangre del Señor : para que no desfallecieran en
el combate espiritual , vencidos acaso de la terribilidad de los dolores. Con­
tiene también y reprime la Eucaristía la lozanía de la carne. Porque al paso
que enciende las almas en el fuego de la Caridad , es preciso que mitigue
los ardores de la concupiscencia.
Ultimamente para comprehender en una palabra todas las utilidades y
$4*
E ste beneficios de este Sacramento, se ha de decir que es suma la virtud déla
S a c ram en ­ Eucaristía - para alcanzarnos la eterna gloria: porque escrito está: El que co­
to nos a b re me mi carne , y bebe mi sangre , tien e la vida eterna 5 y yo le resucitaré en d
3a p u e rta de
último dia (c). Esto es , que por la gracia de este Sacramento gozan ios
la e te rn a
g lo ria . fieles , mientras viven en esta vida , de una suma paz y serenidad de con­
ciencia : y sobre esto esforzados con su virtud , al modo que Elias, quien
con la fortaleza de aquel pan subcinericio anduvo hasta el monte de Dios
Horeb {d) en llegando el -tiempo de salir de esta vida , suben á la eterna
gloria y bienaventuranza. M uy por extenso explicarán los Pastores todas
estas cosas , si toman por asunto el capítulo 6 de San Juan , en el qual
se descubren los muchos varios efectos de este Sacramento: ó si discurrien­
do por todos los hechos ntárabiílosos de Christo Señor nuestro , mostraren
que si con gran razón tenemos por muy dichosos á los que le hospedaron
en su casa , ó recobraron la salud , tocando su vestido ó la orla de .él es­
tando en carne mortal ; mucho mas: dichosos.y felices somos nosotros: pues
no se desdeña venir a nuestras almas \ después de vestido de gloria inmor­
tal , para curar todas nuestras llagas, y estrecharnos consigo, enriqueciéndo­
SS* nos con inestimables y preciosísimos dones,
■D e tr e s ■ Pero debe también enseñarse quienes son los que pueden percibir los in­
m o d o s que
mensos frutos de la Eucaristía , que ahora "habernos mencionado; y asimis­
h a y de co­
m u lg a r. mo que no es uno solo d modo de comulgar : para que el pueblo fiel
aprenda a codiciar ios mejores dones. Distinguieron pues nuestros Mayores
cou
(a) Lifa. 4. de S acram enti« cap. 6, (c) Jo.ann. 6.
(£) S p ls to l. 54 . a d C o rn ei, (d) 3. R eg.,19 .
PARTE II. CAPÍTULO IV.
con sararí razón y acuerdo , según leemos en el Come!lio Tndentíno Ca)
ruedos de recibir este Sacramento. Porque unos reciben el Sacramento so­
lamente : como los que están en pecado mortal : que no se confunden ce
tomar en su boca y corazón sacnJego los sagrados misterios- De estos dice
ti Apóstol : Que comen y beben indignamente d cuerpo dd Señor (i). Y de dios
escribe así San Agustín : EL que no está en Ckruio , ni Christo en ü y muy cierto
es que no come espitiLuabnmit su carne : aunque material} visiblemente parta con
los dientes los Sacramentos dd cuerpo y sangre del Señor (c). Y así los cue re­
ciben los sagrados misterios con afectos tan depravados , no solo no* perci­
ben ningún fruto , mas según el mismo Apóstol se comen y se beben su
condenación. Otros hay que reciben la Eucaristía solo esc irimal ni ente. Es­
tos son los que con ei deseo y voluntad comen ese pan del Cielo encendi­
dos en viva fe que obra por la Caridad (d). Y con esto consiguen derrá­
meme grandísimas utilidades - ya que no perciban todos sus provechos. Otros
hay por fin que reciben I2 sagrada Eucaristía sacramental y espíritu al men­
te. Estos son les que examinándose primero a sí mismos conforme la doctrina
del Apóstol (?) y llegando á esta divina mesa aderezados con vestido de
bodas, cogen de la Eucaristía ios frutos copiosísimos que dirimes antes. Y
así es manifiesto que se privan de grandísimos bienes celes tíajes , los que se
comentan con sola la comunión espiritual, pudendo estar dispuestos para re­
cibir también el Sacramento del cuerpo del Señor.
Mas ya es razón t nsenar en qué manera deben prepararse las almas de ^
leí beles antes que vengan í recibir el Sacramento de la Eucaristía. Y prí- c^ben^dA—
nucamente para que se vea que esta disposición es muy necesaria . se ha de poner las
proponer el exentólo de nuestro Salvador. Porque ¿mes ce dar í los .Apos- ^rr.as para
teles los Sacramentos de su precioso cuerpo y sangre , aunque ya estaban reCiD" lz
limpios, los lavo les pies ( j ) á nn de declarar que ha de ponerse toca di-
iigmcis , en que nada nos falte para la suma integridad e innocencia c d slr
m , cuando hemGS de percibir los sagrados misterios. Pero enriendan los
h-ies a mas de esto , que así como el que recibe la sagrada Eucaristía bien
c! puesto y preparado , es enriquecido con altísimos dones de la divina gra­
vo ; así por el contrario el cue llega desapercibido , no soio no saca pro­
mano ninguno , sino que recibe gravísimas pérdidas y danos. Porque es prp-
P'o de las cosas muy ■ preciosas y muy saludables , que tomadas í tiempo
aprovechan muchísimo ■; pero si las tomamos intempestivamente , nos acarrean
mina y perdición. Por esto no es de marabillar que aun los dones mas en­
cumbrados y esclarecidos de Dios nos ayuden muchísimo . para conseguir la
g de eterna , cuando les recibimos con buena dhposicío-n : pero que nos
cciíionen la eterna muerte , cuando nos hacemos indignos de -ellos. .Esto- se
e-vu prueba con el exemplo ¿el arca del Señor. No timo á la verdad el pue-
e.e c.e Erael cosa mas. venerable que esta arca del Testamento-. por la cual
u curia hecho el Señor crecidísimos é innumerables beneficios. Pero siendo
apresada por las Filisteos , les acarreó una gravísima peste y calamidad . jun­
ta.
/ • ’ Sise 13. csp. 3. ip) r. Ce— Gaiat. 5. (?) 1. CodctE nv
y j Tramad. La Jmeasen (/I yeaid ¿=-
M4 CATECISM O ROM ÀNO
ta con una ignominia eterna (a). A sí también las viandas qüe tomamos cj
bailan bien dispuesto el estómago , mantienen y sustentan los cuerpos ,pero
si le hallan lleno de humores viciosos 5 causan graves enfermedades.
Sea pues la primer preparación que han de llevar los fieles , distinmir
P e varios entre mesa y mesa , esta sagrada de las profanas , este pan dei Cielo def de
modos de la tierra. Esto se hace creyendo de cierto que esta alh presente el verdade-
p re para- ro cuerpo y sangre de aquel Señor , á quien adoran los Angeles en la <q0-
cien para ^ ^ / CUy a presencia tiemblan las columnas del Cíelo , y se estremecen^ la
coma gar. menor m,jestra de sa indignación (¿) , y de cuya gloria están llenos Cielos
y tierra (c). Esto es á la verdad discernir el cuerpo del Señor : como amo­
nesta el Apóstol (á). Pero lo que conviene es, venerar la grandeza de este
misterio 5 no escudrinar su verdad con sutilezas.
Otra preparación y sobre manera necesaria es, que cada uno se pregun­
te á sí mismo : si tiene paz con los otros, y sí acaso ama de veras y de
corazón á sus próximos. S i ofreces pues tu ofrenda en el aliar , y allí te acor­
dares , que tu próximo ha recibido algún agravio de ti s dexa allí tu ofrenda d
pie del altar , y ve primero , y reconcilíate con é l , y hecho esto vuelve á ofre­
cer íú don (e).
A mas de esto debemos examinar con gran cuidado nuestra conciencia,
no estemos acaso manchados con algún pecado mortal , del que sea necesa­
rio hacer penitencia : para lavarle primero con la medicina de la Contrición y
Confesión : pues está difinido por el Santo Concilio de Trento (/) que á
ninguno á quien remuerda la conciencia de pecado m ortal, es lícito recibir
la sagrada Eucaristía „ sin limpiarse antes por la Confesión sacramental, ha­
biendo ' copla de Sacerdote , aunque le parezca estar contrito. Consideremos
también en el retiro de nuestros pechos , quán indignos somos de que nos
haga el Señor este beneficio : y para esto diremos con todas verás aquello
del Centurión , de quien el mismo Salvador afirmó , que no halló fe tan
grande en Israel : Señor , yo no soy digno de que entres en mi casa (g). Ave­
rigüemos también de nosotros si podremos decir con San Pedro : Señor , ¿ú
sabes que te amo (/;•)- Pues debemos acordarnos de que aquel que se entró en
el convite del Señor sin vestido de bodas s fue arrojado á un calabozo obs­
curo , y condenado á penas eternas (*’)•
gg Pero no solamente es necesaria la preparación del alma sino también la
Be la pre- del cuerpo. Porque debemos llegar á la sagrada mesa ayunos : de tal suerte
paracíon de que desde la medía noche del día antes por lo menos hasta aquel pumo en
parte del q Ue recibimos ía Eucaristía , nada de ningún modo hayamos comido ó be-
cuerpo. í5íc50# p l¿e también la dignidad de tan alto Sacramento que se abstengan las
casados por algunos días del uso del matrimonio , trayendo á la memoria u
exemplo de David (¡Q , el qual habiendo de recibir del Sacerdote los panes
de la proposición , protestó que había ya tres dias , que él y los suyos es­
taban limpios del uso conyugal. Estas vienen á ser las cosas que señalada-
mea-

(A t. H eg. g. (P) J o b es6. (g) M a íth . B. (¿) Jo a n n . a r .


(4 IsaL 6. (d) i . C o rin th . 11. (0 M a tth .
(?) M a tth , (/) S íss . 13-. cap. 7 . (*) 1 . H eg. a i .
PARTE II. CAPÍTULO IV. 145
mente conviene observar los Seles ,á f in de prepararse para recibir con uti­
lidad los sagrados misterios: porque las demás que parece se deben proveer
para este fin , fácilmente se pueden reducir i estos mismos puntos.
Y £ fin de que algunos no se hagan acaso mas perezosos para recibir.T ,
«te Sacramento, por juzgar muy pesada y dificultosa tanta preparación , se c L ti“
ha de amonestar muchas veces á los fieles, que todos son obligados í re- gar á lo
cibtr la sagrada Eucaristía. Y á mas de esto que está establecido por la Igle- menos una
sía , que el que no comulgare una vez por lo menos cada ano en la Pas- vez ai aSo-
caa , sea echado fuera de ella.
Mas con todo eso no se satisfagan los fieles con recibir eí cuerpo del Qu¿nUs
Señor solo una vez al ano obedeciendo á este decreto : antes bien entien- veces y en
dan que se ha de repetir muchas veces la Comunión sagrada. Y aunque no qué tiem-
puede darse regla fixa para todos, sobre si es mas conveniente comulgar ca- ?os se hz'
da mes , cada semana , ó cada dia ; á lo menos es muy cierta aquella ñor- {de CQ~
ma de San Agustín: Vive de manera que cada día puedas comulgar (a). Por S
esto será de la inspección del Párroco exhortar muchas veces á los fieles,
í que así como juzgan necesario dar cada dia su alimento al cuerpo, así
también no pierdan el cuidado de alimentar y mantener cada dia su alma con
este Sacramento. Porque es manifiesto que no está menos necesitada el alma
del alimento espiritual 5 que del natural el cuerpo. Y para este fin será muy
conveniente repetir en este lugar aquellos tan grandes y divinos beneficios,
que conseguimos por la comunión sacramental de la Eucaristía , como arriba
divinaos. También podrá añadirse la figura de aquel maná (b) , con eí qual
se debían reparar cada día las fuerzas corporales : y asimismo las autorida­
des de los Santos Padres , que en gran manera nos encomiendan el frecuen­
te uso de este Sacramentó* Porque no filé de solo el Padre San Agustín
aquella sentencia : Cada dia pecas y comulga cada día (c) , antes el que lo mi­
re con cuidado , fácilmente hallará que éste rilé el sentimiento de todos los
Padres que escribieron sobre este punto. ^
Y que en la primitiva Iglesia comulgabas ios fieles cada dia , nos lo di- j?n ¡0‘an-
cen los Hechos Apostólicos (d). Porque entonces todos los que profesaban tiguu fuá
ía fe de Jesu-Christo ardían en verdadera y sincera caridad : de suerte que muy fre -
emofeados de continuo en oración y en otros exercidos de virtud , se halla- c^enre .
ban cada dia preparados para recibir la sagrada Comunión, Esta costumbre eri°^ jgie-
que parecía iba decayendo , se renovó en parte por Anacíeto Papa y Mártir
santísimo (e) 5 pues mandó comulgasen los ministros que asistían al Sacrifi­
cio de la Misa, afirmando que así lo habían ordenado los Apóstoles. Tam­
bién se conservó por- mucho tiempo en la Iglesia la costumbre , de que el
Sacerdote , hecho el Sacrificio, y habiendo consumido é l , vuelto al pueblo
qcs estaba presente , convidaba á los fieles í la sagrada mesa por estas pala­
bras : Venid , Hermanos, á ¿a comunión. Y entonces los que se hallaban dis­
puestos y recibían con suma devoción la sagrada Eucaristía. Mas habiéndose
resfriado después el fervor de la caridad y piedad en tanto grado, que muy ra-
t ra
í*y HomíL 42. e s go. {.?) S a o d . z6. (d) Actor. 2. (e) D e Cossecr. Dist. 2.
M Seria. 28. de Y srb . ¿ 0 0 . Cap. Peracss.
146 CATECISMO ROM ANO
ra vez se llegaban los fíeles á la comunión , se estableció por San Fabiano
Papa (a) que recibiesen todos la Eucaristía tres veces al año, dia del Nacimien­
to del Señor , y el de Resurrección , y Pentecostés : lo quai confirmaron
después muchos Concilios y en especial el primero Agatense. Últimamente
habiendo llegado el negocio á tal extremo , que no solo no se guardaba
aquella Constitución , mas se dilataba por muchos años la comunión de la sa­
grada Eucaristía; se decretó en el Concilio Laceranense (b) , que todos los fie­
les recibiesen el sagrado Cuerpo del Señor por lo menos una vez cada año por
Pascua,y que los que no cuidasen de cumplirlo, fuesen arrojados de la Priesia.
ga< Pero aunque esta ley establecida por autoridad de Dios y de la ígle-
A los ni- sia pertenezca á todos los fieles , sin embargo se ha de enseñar que están es­
tíos sin uso ceptuados los niños , que no tienen todavía uso de razón. Porque estos ni
se rha°n de sabcn discernir la sagrada Eucaristía del pan profano y usual, ni la pueden
dar la E ü- ^egar á recibir con reverencia y devoción. Y hacer lo contrario , parece muy
eansiía. ageno de la institución de Christo Señor nuestro : porque dixo : Tomad , y
comed (c). Y es claro , que los niños no tienen para esto la capacidad sufi­
ciente. Cierto es que en algunas partes hubo antiguamente la costumbre de
dar también á los niños la sagrada Eucaristía; con todo eso , así por las ra­
zones que se acaban de decir , como por otras muchas muy conformes á
la piedad chvistíana ha mucho tiempo ya , que por decreto de la misma
Iglesia se dexó de hacer esto.
gg. Acerca de en qué edad pueda darse & los niños la Comunión sagrada,
En qué nadie mejor puede determinarlo que su Padre y el Sacerdote con quién se
©dad se da- confiesan. Porque á estos toca explorar , é inquirir de ellos , si tienen algún
níon “ "tos ^ ¿ m i e n t o y güsto de este admirable Sacramento.
niños. Tampoco conviene en manera ninguna dar los Sacramentos á los locos,
64. que están privados de todo afecto de devoción. Aunque si antes de perder
Á ios fal- e| juicio dieron muestras de piadosa y religiosa voluntad , será lícito darles la
tos de jui- c 0£nunjon samada al fin de la vida , según el decreto del Concilio Cartagi-
sso se pae- , & . > 0 , / . / j •
de dar al- nense («) 5 con tal que no se tema peligro de vomito , o de otra irreverencia,
gima vez. ó inconveniente.
65. En quanto al rito de comulgar enseñarán los Párrocos , que está prohi-
A los le- bid0 por ]a ]ey de la Iglesia , que ninguno comulgue en ambas especies sin
dejarse en concesiori d£ la Iglesia misma , excepto los Sacerdotes, quando consagran el
ambas es- cuerpo del Señor en el Sacrificio de la Misa. Porque como declaró el Santo
pedes la Concillo de Trento (e) , aunque Christo Señor nuestro instituyó en k última
Eucaristía. este altísimo Sacramento , y le dio á sus Apóstoles en las especies de pan
y vino; no se sigue de ahí que su Magestad estableciese ley , de que se die­
ra á todos en ambas especies. Y aun el mismo Señor nuestro , hablando de
este Sacramento , muchas veces solo hacen mención de ur$ especie : como
quando dice : El que comiere de este pan , vivirá para siempre. Y : El pan que
yo daré, es mi carne por la vida del mundo. Mas : E l que come este pan , vi­
virá eternalmeníe (/).
Es
(a) Ubi proa. Cap. Etsz. {o) P e Poe- (d) 16. quaest. 6. Cap, A , qui. (é) Sesí.
miz. et rem. Cap. Omnir. (c) Match, a.6. ax, cap. 2. ( jO Joann. 6.
PARTE II. CAPITULO IV. H 7
Es manifiesto que fiiéron muchas y de gran peso las razones , que mo­ 66.
vieron á la Iglesia , no solo para aprobar, sino también para confirmar por la Kazan es
autoridad de su decreto la costumbre de comulgar determinadamente baxo por qué ia.
una especie sola. Primeramente: porque debía poner cuidado sumo , sobre Iglesia de­
oue la sanare del Señor no se vertiese en el suelo : lo que no parecía fácil cretó esto.
de evitar , quando hubiera que administrarla á una grande muchedumbre del
pueblo. Demás de esto , debiendo la sagrada Eucaristía llevarse prontamente
á los enfermos , estaba muy expuesta á acedarse ,■ .si ^por mucho tiempo se
guardaban las especies del vino. H ay también muchísimos , que en manera
ninguna pueden arrostrar , no solo el sabor s mas ni el olor del vino. Pues
porque no ofendiese á la salud del cuerpo , lo que se daba para la del al­
ma con »van cordura estableció la Iglesia , que no recibiesen ios fieles si­
no Ja especie de pan. juntase á estas razones que en muchas Provincias se
padece gran carestía de vino , sin que se pueda portear á ellas , sino á cos­
ta de gastos excesivos, y por caminos muy largos y dificultosos. Y sobre
todo (que es lo que mas importa para nuestro intento) se debía arrancar
de raíz la herejía de aquellos que negaban , que estaba Christo todo baxo,
ambas especies * diciendo que solo el cuerpo sin sangre estaba en la especie
de pan, y la sangre sin cuerpo en la especie ^de vino. Pues para que la ver­
dad de la fe Católica se expusiese mas clara á los ojos de todos, fue muy
sabía la. determinación de mandar,, que solo en especie de pan se diese la
sagrada Comunión. Hay también otras muchas razones , acopiadas por mu­
chos que han tratado de este argumento , las que si pareciere necesario , se
podrán alegar por los 'Pastores. Ahora se ha de tratar del Ministro , aun­
que apenas ninguno puede ignorar esto : para que no quede cosa por de­
cir , de lo que pertenece a la doctrina de este Sacramento.
Debe ensenarse pues que á solos los Sacerdotes es dada la potestad de
E l Sacerdo­
consagrar la sagrada Eucaristía , y de distribuiría a los fieles. Y siempre se te es Mi­
observó esta costumbre en la Iglesia , que percibiesen los-fieles los Sacramen­ nistro pro­
tos de mano de los Sacerdotes , y que estos, quando celebraban , se comul­ pio de es­
gasen á sí mismos - como lo explico el Santo Concilio de Trento (¿0 , decla­ te Sacra­
rando que esta costumbre debía conservarse con gran veneración , como na­ mento.
cida de la tradición Apostólica : mayormente habiéndonos dexado Christo
Señor nuestro exemplo ilustre de e sto , consagrando su cuerpo Santísimo, y
alargándole por sus manos á ios Apostóles (h). h atendiendo en el modo
posible á la dignidad de tan augusto Sacramento , no solamente fue dada a
solos los Sacerdotes la potestad" de administrarle; sino que también se pro­
hibió por lev de la Iglesia , que ninguno sin estar consagrado ,^se atreviese
á manejar ó tocar los vasos sagrados , lienzos , y demas utensilios necesa­
rios para el Sacrificio, si no ocurría grave necesidad.
Por lo que queda dicho pueden entender asi ios Sacerdotes como los de— <$$.
Puede i®
mis fieles , con quinta religión y santidad deben ír adornados , los que se Eucaristía
llegan á la Eucaristía , ó para consagrarla , ó para administrarla , ó para reel- hacerse y
o: uue lo que arriba se elixo de los demas Sacramentos , a saber qu? darse por
t z no malos Sa­
{<3} Sess. 13. cap. 8. 0 ) Match. z<5. Marc. 14. cerdotes,
MS CATECISMO ROMANO
no menos se administran por malos M inistros, si legítimamente se obser­
van las cosas que pertenecen al perfecto valor del Sacramento ; lo mism^ s'-
dice del de la Eucaristía. Porque debemos creer , que todas estas cosas no
dependen del mérito de los Ministros , sino de Chrísto Señor nuestro, con
cuya virtud y potestad se obran. Y esto es lo que se ha de explicar de U
Eucaristía , según que es Sacramento. Resta ahora decir lo que acerca de
■ella se debe declarar , en ■ quanto ■ es Sacrificio : para que entiendan los Pár­
rocos las cosas que principalmente deben enseñar al pueblo fiel sobre «te
misterio en los Domingos y días de fiesta: como lo decretó el Santo Con­
cilio de Trente (a).
69* . Es verdaderamente este Sacramento no solo un tesoro de celestiales rí-
sa- í3ue2as 5 clue s* usamos bien de é l , nos concillamos la gracia y el amor de
crificio pe- Dios ; sino que también tenemos aquí un modo y medio muy particular,
cellar del conque podamos darle algunas gracias por los inmensos beneficios que nos
nuevo T es- hecho. Quán agradable y quán acepta sea á Dios esta víctima , si se le
lamento,y,sacr-gca £n £j m0¿ o legítimo que se debe hacer , podemos colegirlo, de que
S— l° s Sacrificios de la ley antigua eran tales , que de ellos está escrito : No qui-
' siste tú , Señor , los holocaustos , ni los sacrificios (¿). Y otra vez : Si tú, Se­
ñor , quisieses el Sacrificio , ofrecértele ía ; mas no te agradan los holocam-
'tos (c). Sin embargo de eso de tal manera agradaron al Señor , que dice
3a Escritura : ¥ percibió Dios de ellos olor de suavidad ([d); esto es , que le
fueron agradables y aceptos. ¿ Qué pues no podremos esperar nosotros de
este sacrificio donde es sacrificado 5 y ofrecido aquel mismo , por quien se
o yó dos veces esta vo z del Cielo ; Éste es mi Hijo amado 5 en quien jo me
agradé (e) ? Expondrán pues los Párrocos cuidadosamente este misterio , para
que aprendan los fieles á meditarlo con atención y reverencia, quando asis­
tieren al Santo Sacrificio de la Misa.
70. ^ Primeramente pues enseñarán que Chrísto Señor nuestro instituyó la Eli*
Por que c^r|stia por dos causas. Una , para que fuese sustento celestial de nuestras
rkuyó ^ e í a^mas > con U qual pudiésemos conservar y mantener la vida espiritual. Otra,
S e ñ o r la para que tuviese la Iglesia un perpetuo Sacrificio , por el qual se perdona-
Eucaristía, sen nuestros pecados , y el Eterno Padre gravemente ofendido repetidas ve­
ces por nuestras maldades , quedase aplacado , y trocase la ira en misericor­
dia , y la justa severidad en clemencia. En el Cordero pasqual tenemos fi­
gura y semejanza de esto : pues solían los hijos de Israel ofrecerle y comer­
le , como Sacrificio y como Sacramento. Y á la verdad no pudo nuestro
Salvador , estando para ofrecerse é sí mismo á Dios Padre en el ara de 11
■ Cruz , dexarnos otra prenda mas rica de su inmensa Caridad , y amor ha­
cia nosotros , que este Sacrificio visible , por el qual se renovase aquei sa-
críficio sangriento , que de allí á poco había de ofrecerse una vez en la Cruz-
qué y hasta el fin del mundo se celebrase su memoria cada di a con suma uña­
se djfsren- dad por la Iglesia esparcida por toda la redondez de la tierra,
cían ei Sa- Mucho se diferencian entre sí estas dos razenes- Porque el Sacramento
el^^Sacrbi— se P£r^cioDa por la consagración ; mas como Sacrificio toda su fuerza
ció.
{a) Sess. s í. la peine, (&) P s. 39. le) Ps. ¿o. id ) Genes. S. (e) ÜVÍatth, 3- e:
PARTE II. CA PÍTU LO IV. ug
en que sea ofrecido. Por esto la Sagrada Eucaristía, quando está en el Co­
pen ó se lleva á los enfermos , tiene razón de Sacramento ; mas no de Sa­
crificio. Demás de esto en quanto es Sacramento causa mérito , y comuni­
ca á ios que reciben la divina Hostia 5 todos los bienes que arriba mencio­
namos. Mas como Sacrificio , no solo tiene virtud de merecer, sino también
de satisfacer. Porque asi como Christo Señor nuestro mereció en su Pasión
por nosotros , y juntamente satisfizo ; así los que ofrecen este Sacrificio , en
el quai comunican con nosotros , merecen los frutos de la Pasión del Se­
ñor , y al mismo tiempo satisfacen.
Acerca de la institución de este Sacrificio ya nos quitó toda razón de V2*
duda el Santo Concìlio de Trento : declarando que le instituyó Christo Se­ Qnándo
ñor nuestro en la,ultima cena (a) , y al mismo tiempo fulminando anate­ se institu­
y ó este Sa-
ma contra los que afirman , que no se ofrece en él á Dios Sacrificio ver­ orifìcio.
dadero y propio , ó que el ofrecerle no es otra cosa >que dársenos Chris­
to para ser comido.
Tampoco dexó el Santo Concilio de explicar con cuidado , que á solo 73*
Dios se ofrece Sacrificio (¿). Porque aunque la Iglesia suele celebrar Misas Que el Sa­
crificio no
en memoria y honor de los Santos ; con todo eso nunca enseñó que se ofre­ puede ofre­
cía á ellos el Sacrificio , sino á solo Dios , quien coronó á los Santos de cerse sino 3
gloria inmortal. Por tanto nunca dice el Sacerdote ; A tí , Pedro , ó Pablo} solo D io s.
ofrezco este Sacrificio : sino que ofreciéndole á solo Dios , le da gracias por
la victoria insigne de sus gloriosos Mártires. Y de este modo imploramos su
patrocinio : para que se dignen de interceder por nosotros en los Cielos aque­
llos cuya memoria celebramos en la tierra.
Estas cosas que enseña ía Iglesia Católica sobre la verdad de este Sacri­ ^ 74;
ficio ; las tomó de las palabras del Señor, quien encomendando a los Apósto­ D e don­
de se romo
les en aquella noche ultima estos mismos sagrados misterios , dixo : Haced la doctrina
esto en memoria de mi (c). Entonces los instituyó Sacerdotes, como lo difi­ del Sacri­
nió el Santo Concilio de Trento ( d ) y mandó que ellos y todos los que ficio y Sa­
Ies sucediesen en el ministerio Sacerdotal , sacrificasen 3 y ofreciesen su cuer­ cerdocio de
po. Y bastantemente muestran también esto mismo las palabras del Apóstol, la va.
ley nue*

diciendo á los Corintios : JVw podéis beber el Cáliz del Señor , y el Cáliz de
los demonios ; no pedéis ser participantes de la viesa del Señor , y de la mesa de
los demonios (c). Porque así como por la mesa de los demonios se ha de en­
tender el altar , donde se les sacrificaba, así también ( para que se conclu­
ya por un discurso probable, lo que propone el Apóstol ) no puede signi­
ficar otra cosa la mesa del Señor , que el altar 3 en que se ofrece á su Ma­
gostad Sacrificio.
Y si buscamos en el Testamento viejo figuras y profecías de este Sa­ - 75- ^
D e las fi­
crificio j hallaremos primeramente , que Malaquías le profetizó con tanta cla­ guras y pro­
ridad ; como consta de estas palabras : Desde donde sale el Sol hasta donde se fecías anti­
pene , es grande mi nombre entre las gentes , y en lodo lugar se sacrifica , y se guas de Ja
cjnc-t á mi nombre ofrenda limpia : porque es grande mi nombre entre las gen­ Eucaristia.
tes:
(i0 Sess. 22. cap. i . (P> Ibic. cap. 3. i d '- Ibic, cap. i , e* Can. a. (c) 1. Co-
(c) Une. 22. et 1. C cri:::a. 12.
lío CA T E C ISM O ROM ANO
tes : dice el Señor de los exércilos (a). Demás de esto : así antes como dr
pues de promulgada la ley , fue anunciada esta hostia con diferencias varir
de Sacrificios. Porque esta víctima , como perfección y cumplimiento de ío!
das abrazó en sí todos los bienes , que eran significados por eses Sacrificios
Pero en ninguna otra cosa se dexa ver su imagen mas expresa , que en el sa­
crificio de Melquisedec (b) , pues que declarándose el mismo Salvador cons­
tituido Sacerdote para siempre según el orden de Melquisedec (c) s ofreció
á Dios Padre en la ultima cena su cuerpo y sangre baxo las especies de
pan y vino.
7<5. Confesamos pues , y así debe creerse , que es uno y ei mismo Sacrifi­
E l Sacrifi­ cio s el que se ofrece en la Misa , y el que se ofreció en la Cruz : así co,
cio de ia mo es una , y la misma la ofrenda: es á saber , Christo Señor nuestro: el
M isa es el
qual solo una vez vertiendo su sangre se ofreció á sí mismo en ei ara de
mismo que
el de la la Cruz. Porque la hostia cruenta é incruenta no son dos, sino una mis­
Croa, ma , cuyo sacrificio se renueva cada día en la Eucaristía , después que man­
dó así el Señor : Haced esto m memoria de mi (d)e
Y uno solo también y uno mismo es el Sacerdote : que es Christo Se­
77*. ñor nuestro. Porque los Ministros que hacen el Sacrificio , no obran en su
Tam bién
es uno mis­ nombre , sino en el de Christo , quando consagran el cuerpo y sangre del
mo e l Sa­ Señor. Y esto se muestra por las mismas palabras de la consagración. Porque
cerdote. no dice el Sacerdote : Esto es el cuerpo de Christo ; sino esto es mi cuerpo. Que
es decir .* que representando la persona de Christo Señor nuestro, convierte
la sustancia del pan y vino en la verdadera sustancia de su cuerpo y sangre.
78. Siendo esto así, se ha de enseñar sin duda alguna , lo que también ex­
L a M isa plicó el Santo Concilio (e) , que el sacrosanto Sacrificio de la Misa es, no
es Sacrifi­ solo Sacrificio de alabanza, y de acción de gracias, ó mera conmemoración
cio de ala­
banza , y
del Sacrificio que se hizo en la C ru z; sino que también es verdaderamen­
de propi­ te sacrificio propiciatorio , por el qual se vuelve Dios aplacado y propicio í
ciación. nosotros. Y por tanto sí ofrecemos y sacrificamos esta santísima hostia con
puro corazón , ardiente fe * y dolor íntimo de nuestros pecados , no se ha
de dudar que conseguiremos ia misericordia y la gracia con socorro opor­
tuno (/). Porque con el olor de esta víctima se deieyta el Señor en tal ma­
nera , que dándonos el don de la gracia y la penitencia , nos perdona los
pecados. Por esto hace Ja Iglesia aquella solemne oración: Quantas veces se ce­
lebra la conmemoración de esta hostia , otras tantas se exercita la obra de nues­
tra Redención : Esto es , aquellos copiosísimos frutos de la hostia ofrecida
en la Cruz se derivan á nosotros por la hostia y Sacrificio de la Misa.
Enseñarán demás de esto los Párrocos que es tal ia virtud de este Sacri­
75*
L a M isa a - ficio , que no solo aprovecha al que le consagra y consume; sino á todos
provecba á los fieles también , así vivos como difuntos en el Señor , cuyos pecados no
viv o s 7 di­ están todavía cabalmente purgados. Porque por tradición certísima de los
funtos.
Apóstoles no se ofrece por estos con ménos utilidad , que por los pecados,
penas, satisfacciones, y quaíesquier otras calamidades, y angustias de los vivos.
Por
(a) M aíach. 1 . (h) Hebraeor. 7. (d) Conci!. T riS e a t. Sess. 11. cap. 2.
(c) Psalis. 20£, (e) U bi proxim. ( f ) Hebraeor. 9.
PA R TE II. CA PÍTU LO IV, j Sl
Por aquí se ve claro fácilmente , que todas las Misas se ceben tener por 50.
comunes 5 como pertenecientes á la utilidad y salud común de todos Ies Todas i as
Misas sea
fieles. Cuínenes á
Tiene también este Sacrificio muchas y muy insignes y solemnes cere­ todos.
monias. Ninguna de ellas se ha de juzgar ociosa ó vana. Porque todas se 51.
encaminan , á que resplandezca mas la Magestad de tan alto Sacrificio, y á D e Ja uti­
lidad délas
que los fieles que asisten á la Misa , se exerciten á la contemplación de los sa­ ceremonias
ludables misterios que están cubiertos en este Sacrificio. Pero no hay por de Ja-Misa.
qué detenernos en tratar este punto : ya porque pide explicación mas larga
de la que pertenece á nuestro intento : y ya porque los Sacerdotes tienen á
mano casi innumerables librítos y conmentaríos , que sobre esta materia han
escrito piadiosos y doctísimos varones. Baste pues el haber explicado hasta
aquí con el favor de Dios los principeles puntos , que pertenecen á la Euca­
ristía , así en quanto Sacramento , como en quanto Sacrificio.

C A P Í T U L O V.

DEL SACRAMENTO DE LA PENITENCIA.

*/~Ilsí como es a todos manifiesta la fragilidad y miseria de la naturaleza r.


Con cui­
humana , y cada uno luego lo reconoce en sí por experiencia propia ; así dado y fre­
ninguno puede ignorar lo muy necesario que es el Sacramento de la Pe­ cuencia se
nitencia. Y por esto sí se debe medir el cuidado que han de poner los Pár­ debe pro­
poner esta
rocos en cada argumento por la gravedad y peso del asunto que tratan;
doctrina.
llanamente debemos confesar , que por muy diligentes que sean en la expli­
cación de este Sacramento , nunca les ha de parecer que basta. Y con mas
cuidado todavía se ha de tratar de este Sacramento, que de el del Bautismo.
Porque el Bautismo solo se da una vez sin poder repetirse ; pero la Peniten­
cia tantas tiene cabida , y tantas está impuesta la necesidad de reiterarse, quán-
tas acaeciere pecar después del Bautismo. Porque como dixo el Concilio de
Tremo , tan necesaria es para la salud la Penitencia á los que cayeron des­
pués del Bautismo , como el Bautismo para los que todavía no están reen­
gendrados (a), Y aquella común sentencia de San Gerónimo : Que la Peni­
tencia es segunda tabla después cid Bautismo (ó) está muy recibida por todos
les que trataron después de las cosas divinas (c) : Porque así como en un
naufragio no queda otro refugio para salvar la vida , que asirse, si se pue­
de , de una tabla; así después de perdida la innocencia del Bautismo , se ha
de desesperar sin duda de la salud de aquel que no se acogiere á la tabla de la
Penitencia. Y sírva esto no solo para excitar á los Pastores , sino también á los
demás fieles: para que no se hagan descuidados y reprehensibles en cosa tan
necesaria. Porque primeramente considerando lo frágiles que son , deben so­
licitar con todas veras y que con el socorro de la divina gracia puedan ír
adelante en el camino de Dios , sin padecer caída ni desliz ninguno. Pero
si
(aJ Sess. 14. cap. 1. (¿) In cap. 3. Isai. (c) V . D . Thom. 3. p. q. $4. art. 6.
J5 2 CATECISM O, ROM ANO
si alguna vez llegan á tropezar , entonces levantando los ojos á la suma be­
nignidad de Christo , quien como buen Pastor suele ligar y curar las lknras
desús ovejas (a) , entenderán, que sin dar dilaciones deben aprovechársele
esta tan saludable medicina de la Penitencia.
2. _ Pero entrando en el asunto primeramente deben explicarse las varias sk-
nificadones nificacÍ°nes de este nombre , para que nadie cayga en algún error por !o
de esta voz dudoso de él. Porque algunos toman la Penitencia por lo mismo que 5a-
Penitencía. tisfacción. Otros extraviándose muy lejos de la doctrina de la fe Católica
y pensando que la Penitencia no tiene cuenta alguna con la vida pasada , la
dífinen diciendo , que no es otra cosa , que enlabiar nueva vida. Se ha de en­
senar pues que son muchas las significaciones de este nombre. Porque prime­
ramente se dice que tienen penitencia aquellos á quienes desagrada alguna co­
sa , que antes les agradaba , sin detenerse en sí era bueno ó malo. Así ha­
cen penitencia iodos aquellos cuya tristeza es según el siglo , no según Dios (¿),
Pero esta penitencia no obra la salud , sino la muerte. La segunda Peniten­
cia es , quando habiendo uno cometido algún pecado , que antes le conten­
taba , concibe dolor de él ; mas no por respeto á Dios , sino por el de sí
mismo. La tercera e s , quando no solo nos dolemos con íntimo sentimien­
to del alma por causa del pecado cometido , ó damos de este dolor alguna
señal externa , sino que estamos pesarosos , y arrepentidos únicamente por
Dios. Á todos estos géneros de arrepentimiento conviene propiamente la voz
de Penitencia. Porque quando leemos en las Sagradas Letras , que á Dios le fe-
so (c)s claro es que esto se dice figuradamente. Porque de este modo de
hablar , que es acomodado al ienguage de los hombres „ usan las Escrituras,
quando declaran que Dios determinó mudar alguna cosa , por parecer que
obra al modo de los hombres: que si Ies pesa de algo , lo procuran mu­
dar con toda diligencia. Y en este sentido está escrito : Que le pesó de ha­
ber criado al hombre (d). Y en otro lugar : De haber hecho Rey á Saúl (<?).
3. Pero debe observarse que hay diferencia grande entre estas signihcacio-
Be la. dífe-nes de la Penitencia. Porque la primera es viciosa. La segunda es una pa-
reaciá que s¿on ¿ e animo conmovido y perturbado. Mas de la tercera decimos, que es
Stas siguí- v^rLu^ Y que es también Sacramento. Y esta es la significación propia de este lu-
Scadones. gar. Y primeramente se ha de tratar de ella, según que es virtud : no solamen­
te porque el pueblo fiel debe ser doctrinado por los Pastores en todo ge­
nero de virtudes ; sino también porque los actos de esta virtud sirven como
de materia , en la qual consiste el Sacramento de la Penitencia. Por tanto si
primero no se entiende bien , quál sea la virtud de la Penitencia , es necesario
que también se ignore la esencia del Sacramento.
4. Pues en primer lugar se ha de amonestar y exhortar á los fieles , a que
Que cesa trabajen con todo conato y esfuerzo , por conseguir la Penitencia interior
sea
nítancla in­ del alma , que ñamamos virtud, porque sin ella poquísimo les ha de apro­
terior. vechar k Penitencia exterior. L a Penitencia interior es aquella por h qu­
itos convertimos á Dios de todo corazón , detestando y aborreciendo ras cm
033

(a) Ezecb. 34. et Joana. 10, (c) Psalm. 105. Jerem. -2,6.
{h} 2. Coriath, (d) Gen. 6. (e) 1. Reg.
PARTE l í . CAPÍTULO V. ‘C O

pas cometidas , y juntamente proponiendo y deliberando enmendar la mala


vina pasada, y^las depravadas costumbres con esperanza de alcanzar perdón
de la misericordia de Dios. A esta Penitencia se sigue el dolor y la tristeza*
que es^ perturbación y afección, y á la que muchos llaman pasión, como
compañera indivisible del aborrecimiento de los pecados : pues por esta ra­
zón muchos de los Santos Padres dinnen la Penitencia por este dolor 6 tor­
mento del alma.
. 5-
Pero es necesario en el que se arrepiente que preceda la fe á la Penften- La fe p-e-
da.^ Porque ninguno que carezca de f e , puede convertirse í Dios. Y ¿ e ctde, no es
aquí se sigue que en manera ninguna puede decirse con verdad de la fe nJe p“rre i:e. Ja
es parte de la Penitencia. 3 ^ Penitencia.
Esta Penitencia interior , como dixímos antes , pertenece á la virtud. Así La í>esi-
lo muestran con claridad los muchos preceptos que se han impuesto acerca tencia ínte-
de la Penitencia. Porque la ley no manda sino actos (i obras de virtud. De- rior es ver~
daaera vir­
más de esto nadie puede negar que es acto de virtud dolerse quando * có- tud. " "
n o , y en quinto conviene. Y el que esto se haga bien, nace de la virtud
de la Penitencia. Porque sucede í veces concebir los hombres menos dolor
del que debieran por los pecados que hicieron. Y aun dixo Salomón , que
hay algunos que se alegran quando han obrado mal (,a). Otros Dor el contra­
rio se entregan tanto a la tristeza y adicción , que llegan hasta desesperar en­
teramente de su salud : como parece que lo hizo Caín : pues dixo: Tan o-ran­
de es tni maldad , que no merece perdón (b\ Y ral fué ciertamente la de Ju­
das , el que movido de penitencia perdió en la horca la vida y el alma (Y).
Pues para que podamos tener modo y medio en el dolor, sirve y nos ava­
da la virtud de la Penitencia. '
Lo mismo se puede colegir también de aquellas cosas que se propone
Qué afeq-
como fin , el que está verdaderamente arrepentido de sus pecados. Porque o sd l, .
lo primero que se propone , es borrar el pecado , y limpiar toda culpa y ner eí w !
mancha de su alma. Lo segundo, satisfacer í Dios por los pecados come- ¿adero peí
ndos. Y esto claro es que pertenece á la justicia* Porque aunque entre Dios ícente,
y los hombres no puede intervenir razón de rigurosa justicia , por lo mucho
que distan entre s í ; sin embargo es constante que hay alguna , qual es , la
que hay entre el Padre y los hijos , y el Señor y los "siervos. Lo tercero es
volver el hombre á la gracia de Dios , en cuya desgracia y aborrecimiento
había incurrido por la fealdad del pecado. Y todo esto declara bastantemen­
te que la Penitencia es virtud.
Pero también se ha de enseñar por qué gradas se puede subir í esta vir­ 8.
tud divina. Primeramente entra la misericordia de Dios , previniendo y con­ Por qqé
viniendo hacia sí nuestros corazones. Y esto pedia el Profeta , quando de- gra¿íS se
cía : Conviértenos, Señor, á t i , y convertirnos kanes (a). Después ilustrados con s?be á e'a
esta luz , enderezamos ei corazón á Dios por medio de ía fe. Porque d qut
se llega á Dios , ¿ice el A póstol, ha de creer que le hay , y que es remunera- da.
d-ir de los que le buscan fe';. Luego se sigue el movimiento de temor v scor-
dindose el alma de la terribilidad de los castigos , se aparta de los pecados.

Pro y. e. (c) Genes, s. (c) 3rla cth. q*r. Tiren. : (e) Hebraeor. n .
*54 CATECISM O ROM ANO
Y á esto parece aluden aquellas palabras de Isaías : Com o la que concibió ; nt¡sn-
do se llega el p a rto g im e , y d a g r ito s con sus dolores , así nos acaece , Señor /,
la n te de tí (a ) . A esto se llega después la esperanza de alcanzar de Dios" mi­
sericordia , y alentados con ella resolvemos enmendar la vida y costumbres
Ultimamente se encienden nuestros corazones con la Caridad , de la qual n ¡ce
el temor filial, que es propio de los buenos y generosos hijos : y así temien­
do ya únicamente ofender en alguna cosa a ia Magestad de Dios , abando­
namos enteramente la costumbre de pecar. Y por éstas como gradas se su­
be á esta excelentísima virtud de la Penitencia.
Como del todo celestial y divina se ha de tener esta virtud : pues á
.Quál sea e]
fruto prin­ ella prometen las Sagradas Letras el Rey no de los Cíelos. Porque escrito
cipal de la está en San Mateo i Haced penitencia , que se ha acercado el Reyna de los Cic­
Penitencia. los (i). Y en Ezequíel : S i el malo hiciere penitencia de lodos los pecados que
cometió , y guardare todos mis mandamientos 5 é hiciere juicio y justicia, vivirá
con vida (Y), Y en otro lugar : JSÍo quiero la muerte del pecador , sino que x
convierta de su camino , y que viva (d). Y es claro que esto se debe entender
de la vida eterna y bienaventurada.
30* Acerca de la Penitencia exterior se ha de ensenar que ella e s , en la que
Qué debe consiste la esencia del Sacramento : y que tiene ciertas señales externas y sen­
«Lci-se de
3a Peniten­ sibles , por las quales se descubre , lo que interiormente se obra en el al­
cia exte­ ma. Y primeramente se ha de explicar á los fieles , por qué Christo Señor
rio r, y por nuestro quiso poner ía Penitencia en el numero de los Sacramentos. La cau­
qué ¡a pu­ sa de esto fue , el que no nos quedase ningún rastro de duda acerca dd
so Ciuisto
perdón de -los pecados s que Dios prometió, quando dixo : S i el malo hicie­
en el nume­
ro de Jos re p en iten cia , b e , Porque sería necesario estar las almas en gran manera sus­
Saor amen­ pensas acerca de la Penitencia interior : pues justamente debe temer cada uno
tos. en las cosas que hace por su propio juicio. Y así para ocurrir eí Señor i
esta nuestra solicitud ,. instituyó el Sacramento de la Penitencia, por el qual
estuviésemos confiados , de que mediante la absolución del Sacerdote, se nos
perdonaban los pecados , y se aquietasen mas nuestras conciencias por la fe,
que con tanta razón se debe dar á la virtud de los Sacramentos. Porque
las palabras del Sacerdote , que legítimamente nos absuelve de los pecado;,
las hemos de tomar del mismo modo que las de Christo Señor nuestro,
.quando dixo al paralítico : C o n fia 5 h i j o , tus pecados te son perdonados (c). Pe­
ro demás de esto como ninguno puede salvarse sino por Christo y por el
beneficio de su Pasión , fué muy conveniente y muy útil para nosotros, que
se instituyese este Sacramento, por cuya virtud y eficacia corriese hasta no­
sotros la sangre de Christo , y eos lavase los pecados que cometimos des­
pués del Bautismo : y de esa manera nos reconociésemos obligados a soio
11. nuestro Salvador por el beneficio de la reconciliación.
Como la
Y que la Penitencia es Sacramento fácilmente lo mostrarán de este mo­
Penitencia
es verdade­ do los Pastores. Porque así como d Bautismo es Sacramento , porque bor­
ro Sacri— ra todos los pecados , y señaladamente el original ; por ía misma razer. se
mento de la ha de decir verdadera y propiamente Sacramento la Penitencia , que quid
le y nueva.
{&} I&aL 2$. (h) Mauh. 4. (c) Ezech. x8. (d) Ifcidem 33. (?) Maub. 6.
PARTE H. CAPÍTULO V. i 55
rodos los pecados que cometimos después del Bautismo por nuestra volun­
t a ó acción, A mas de esto ( y es la razón principal ) como tedas aqodias
cosas que se hacen en lo exterior , así por el penitente , como por el Sacer­
dote , declaran las que interiormente se obran en el alma , >quién negara te­
ner la Penitencia el verdadero y propio ser de Sacramento ? Porque el Sa­
cramento es señal de cosa sagrada, lil pecador que está arrepentido , clara­
mente manifiesta por sus acciones y palabras, que apartó su corazón de la
fealdad del pecado. Y asimismo por las cosas que hace v dice- el Sacerdote,
luego venimos en conocimiento de h misericordia de Dios , quien perdona
esos pecados ^mismos : aunque abiertamente declaran esto aquellas palabras del
Salvador : A li daré las llave., del Reyno de las Ciclos , y quanto dcsatárts sobre
la tierra , será Laminen desatado en los Ciclos (a)t Porque la absolución mani­
festada por las palabras del Sacerdote , señala el perdón de los pecados, que
causa en el alma.
Pero no solamente se ha de enseñar á los fieles , que la Penitencia se s^cra-
debe colocar en el número de los Sacramentos , sino también en el de aque- mentodela
líos que se pueden reiterar. Porque preguntando San Pedro al Señor , sí se Penitencia
perdonaría al pecador hasta siete veces , le respondió su Majestad : No di~
go siete , sino hasta setenta veces siete (Jj). Y por tanto si se hubiere de tratar
con aquella condición de hombres , que parece desconfían de la suma bon-
dan y clemencia de Dios , procurarán los Pastores confortarlos , y alentar
sus ánimos á la esperanza de la gracia divina. Y fácilmente conseguirán es­
to , ya discurriendo sobre este paso , y otros muchos que hallarán en las
Sagradas Letras , ó ya con las razones y argumentos que pueden tomar de
los libros de los Santos Crisóstomo de Lapsis 5 y Ambrosio de Poenitentia. 13.
Y porque cosa ninguna deben tener mas bien sabida los fieles , que la Q l!a: fea ia
materia de este Sacramento , debe enseñarse que en esto se diferencia mu-
chísimo éste de los demás. Porque la materia de los otros Sacramentos es men£:0t
alguna cosa natural , ó artificial; pero del Sacramento de la Penitencia son,
como materia los actos del Penitente , conviene á saber , Contrición , Confesión.
y Satisfacción , según se declaró por el Concilio Tridentino (0 . Y estos ac­
tos en tanto se dicen parte de la Penitencia , en quanto por institución de
Dios se requieren en el penitente para la integridad del Sacramento , y pa­
ra el cabal y perfecto perdón de los pecados. Y llama el Concilio á estos
actos , como materia , no porque no sean materia verdadera , sino porque no
son de aquella calidad de materias que se aplican por defuera : como el agua
en el Bautismo , y el Crisma en la Confirmación. Y acerca de lo que di­
jeron algunos, que los pecados mismos eran la materia de este Sacramen­
to s si bien se mira, se verá que no se dice cosa diversa- Porque así como
decimos, que la leña es materia del fuego , por consumirse con su fuerza;
así los pecados, como se deshacen por la Penitencia , muy bien se pueden lla­
mar materia de este Sacramento.
Tampoco deben omitir los Pastores la explicación de la forma. Porque Quiísea'a
este conocimiento excitará los ánimos de los fieles á recibir con suma de- forma dei
v2 vo-
{a) Match. 16. (b) Ibldem 18. (c) Sess. 14. cap. 13.
í ¿6 CATECISM O ROM ANO
Sacramen­ vocion la gracia de este Sacramento. La forma es esta : Yo ít absuelvo • ¡a
to de la P e­ qual no solo se puede colegir de aquellas palabras : Quanto desalárteles so ­
nitencia, bre la tierra f será desatado en el Cielo (a) ; sino que la habernos re cib id o de
la misma doctrina de Christo Señor nuestro ensenada por los Apóstoles. Y
como los Sacramentos significan aquello que obran , y estas palabras : Yo te
absuelvo: muestran que se hace el perdón de los pecados en la administra­
ción de este Sacramento ; es claro que esta es la forma perfecta de la Peni­
tencia : pues los pecados son como unas cadenas , con que las almas están
aprisionadas , y de las que se libran por el Sacramento de la Penitencia. Y
con igual verdad pronuncia también esto el Sacerdote sobre aquel hombre
que en fuerza de una contrición ardentísima , pero con deseo de confesarse,
hubiera antes conseguido de Dios el perdón de sus pecados.
Añádense i la forma algunas oraciones, no porque á la verdad sean ne­
Por qué se cesarias para la forma ; sino para quitar en el penitente todos los embarazos
añaden á la que por culpa suya podrían impedir la virtud y eficacia del Sacramento,
form a otras Por esto deben los pecadores dar muchísimas gracias al Señor , qtñen
oraciones,
1A. dio á los Sacerdotes en su Iglesia tan amplia potestad. Porque no es nhort
-Quánto lo que era antiguamente en la ley vieja : que los Sacerdotes solo declaraban
se diferen­ por su testimonio , que estaba alguno libre de la lepra (£>). Pero ahora en h
cie la po­ Iglesia se ha dado á los Sacerdotes potestad , no solo de declarar , que está
testad de
los Sacer­ el penitente libre de sus pecados; sino que absuelven de ellos verdaderamen­
dotes de la te , como Ministros de D io s : que es lo mismo que hace su Magostad, Au­
le y nueva tor y Padre de la grada y de la justicia.
en discer­ Pero también los fieles guardarán con cuidado los ritos que se hacen pa­
n ir la iepra
ra este Sacramento. Porque de esa manera se les quedará mas impreso en
del pecado.,
de ia qiae el alma , lo que han conseguido por él. Es á saber , que ellos coiug siervos
ten ían ios se han reconciliado con su clementísimo Señor , ó .mas bien como hijos con
de la le y su amantísimo Padre. Y al mismo tiempo entenderán mejor , qué es io que
antigua,
deben hacer los que quieran (q u e todos deben quererlo) mostrarse agrade*-
_ I7* cídos , y reconocidos -a tan gran beneficio. Pues el que se viene á confesar
D e los ri­
tos que de­ arrepentido de sus pecados , se arrodilla con ánimo humilde y rendido á los
ben obser­ pies del Sacerdote : para que portándose con esa sumisión , pueda conocer
v a r los pe­ fácilmente que deben arrancarse las raíces de la soberbia , de donde han pro­
nitentes.
cedido y dimanado todas las maldades que llora (r). En el Sacerdote que es­
tá sentado como su legítimo juez , venera la Persona y potestad de Chnsto
Señor nuestro. Porque el Sacerdote así como hace las veces de Christo en h
administración de los demás Sacramentos , así las hace también en el de la Pe­
nitencia. Después el penitente declara en tal manera sus pecados , que se con­
fiesa reo de muy grande y muy severo castigo . y pide humillado el peraon
de sus delitos. Todas estas cosas tienen testimonios certísimos de su antigüe­
dad desde San Dionisio (d).
iS . Pero cosa ninguna será tan provechosa para los fieles , m les Kara abra­
JDe los prin­ zar con m ayor prontitud la Penitencia , como explicar los Párrocos nuxhas
cipales fru­
tos de este veces los grandes frutos que de ella se cogen; pues entenderán que con to-
Sacram en­
to. M atth . 28. ib) L e v k , *3. et 14. (c) R e d i. 10. \d) Epistol, ad Demoph.
PA R TE IL CA PÍTU LO V.
verdad puede decirse de ella , que sus raíces sí son amargas , mas sus fru­
tos suavísimos. Consiste ^pues 3a virtud principal d é la Penitencia , en resti­
tuirnos á la gracia de Dios , y en estrecharnos con él por una suma amis­
tad. Á esta reconciliación suele á las veces seguirse en las almas virtuosas,
y que reciben este Sacramento con pureza y devoción , una grandísima paz
y serenidad de conciencia con una suma alegría de espíritu : porque no hay-
maldad tan grave y tan enorme, que no se borre por el Sacramento de la
Penitencia , y no una vez sola , sino otras y muchas. Acerca de esto dice
así el Señor por el Profeta : Si el mala hiciere Penitencia de todas los becados
que cometió , y guardare mis mandamientos , ¿ hiciere juicio y justicia , vivirá
con vida, y no morirá. J\ro me acordaré mas de todas ¿as maldades que hizo (a).
Y San Juan : S i confesamos nuestros pecados, fiel y justa es para perdonar nues­
tros pecadas : Y poco después : Si alguno pecare , dice ( sin exceptuar género
de pecado ninguno) Abogada tenemos ante el Padre, qm es Jesu-Chrisio ju s t o ,
ti qual es aplacador de su ira , y el que satisface por todos nuestros becados , y
y no solo por los nuestros ; sino también por los de iodo d mundo (¿).
Y acerca de lo que leemos en las Escrituras : que algunos no consi- Osuno se di-
ítuiéron la misericordia de Dios , aunque la imploraron con grande ahinco; ce Sue aI~
esto en tanto entendemos que fue a sí, en quanio no les pesaba de veras , y §ünos
_ .* -i * -»7- / t i ■ / • * gos no puO'—
de todo corazón de sus pecados, i asi qliando en las Escrituras , o en los den perdo-
Santos Padres , ocurren sentencias, que al parecer afirman que algunos pe- narse.
cados no pueden perdonarse ; se deben explicar de modo que entendamos,
que es muy dificultoso alcanzar el perdón. Porque así como una enferme­
dad se dice incurable , si está el enfermo en tal disposición que no quiere
tomar la medicina que le había de dar la salud ; así también hay cierto li-
nage de pecados , que ni se remite , ni se perdona : porque se desecha la
gracia de Dios , que es el remedio' único de la salud, A este propósito dí-
xo San Agustín : Es tan grande la malicia de aquel pecado, quando después de
conocer á Dios por la gracia de Chrnto , hace uno guerra á la Caridad fr a ­
ternal , y contra la misma gracia se abrasa con las llamas de la envidia, que
no pueda humillarse á pedir perdón , aunque la mala conciencia h obligue á co­
nocer , y á confesar su pecado (c). ío .
Pero volviendo á la Penitencia , es tan propia y privativa de ella la vir­ Ninguno
puede con—
tud de perdonar los pecados , que sin Penitencia ninguno puede no solo al­ seguir per­
canzar , mas ni esperar ci perdón de ellos. Porque escrito está : Si nc hiciere- dón sino
des penitencia , todos igualmente pereceréis (d). Esto sin duda lo dixo el Señor por ía Pe­
por los pecados mortales. Pero también los leves , que se llaman veníales, nitencia.
requieren algún género de Penitencia : porque dice San Agustín : Habiendo
atría Par:leuda , aue se hace en la Iglesia cada ¿ta por ¿os pecados veniales,
esta á la verdad seria ociosa, si los pecados veniales se pudieran perdonar sin
Penitencia (c), Quáíes
Pero como no basta hablar en común de las cosas que en alguna ma­ seanias par­
nera debemos hacer , cuidarán los Párrocos de enseñar á los heles en parti­ tes inte­
cular aquellas , por las que puedan conocer qual sea la Penitencia verdadera grales tie la
Peniíescia.
vj1
A Sisen. iS. (¿) j.Jcin. a. (£) L-i.deSerm, Dom.Iamonr. c. 22. {j) Luc.13. (e) Hoau ¿o.
í58 catecism o romano

y provechosa. Propio es de este Sacramento tener además de la materia y


forma , que son comunes á todos , aquellas partes también que , como antes
dixiraos , son las que componen la perfecta y entera Penitencia : que son:
Contrición , Confesión } y Satisfacción ; de las quales dice así San Crisostomo*
Obliga al pecador la Penitencia , ¿ sufrir gustoso todas las cosas : En su cora­
zón la Contrición , la Confesión en la boca , y en las obras toda humildad ¿
provechosa Satisfacción (a). Y estas partes son de la linea de aquellas que son
necesarias para componer un rodo. Porque así como el cuerpo del hombre
consta de muchos miembros , manos , pies, ojos , y otros'semejantes, y quah
quiera' que'■ falte , ya se llama con razón imperfecto , pero será perfecto si los
tiene todos ; así la penitencia de tal modo se compone de estas tres par-
tes , que aunque por lo que toca á su naturaleza , bastan la -Contrición v Con­
fesión , por las quales se hace el hombre justo ; con todo eso sino se ie jun­
ta la tercera parte , que es la Satisfacción , es necesario que le falte algo pa~
ra su cabal perfección. Y así estas partes están tan enlazadas entre s í, que
la Contrición encierra en sí deseo y propósito de confesar y de satisfacer.
Esta misma Contrición , y el propósito de satisfacer , preceden á la Confe­
sión : y en fin la Contrición y Confesión preceden á la Satisfacción.
De estas tres partes podemos dar la razón , de que los pecados se co-
*e°?azan meten contra Dios por pensamiento , por palabra y por obra. Y por esto
entre si es- era muy conforme , que sujetándonos á nosotros mismos á las llaves de la
ras tres par- Iglesia , procurásemos aplacar ia ira de Dios , y alcanzar el perdón de los
tes de la pecados, por los mismos instrumentos y medios con que habíamos oféndi-
Penitencia. ^ $u ¿[v]na Ma gestad. Y por otra vía se puede también convencer esto
mismo. Es en la realidad la Penitencia , como cierta recompensa de los pe­
cados , que nace de la voluntad de aquel que pecó , y que se señala al ar­
bitrio de Dios , que es el ofendido por el pecado. Requiérese pues volun­
tad de recompensar , en lo qual principalmente se emplea la Contrición : y
asimismo es necesario que se sujete el penitente al juicio del Sacerdote , que
es el que hace las veces de D io s , para que pueda tasarle la pena conforme
á la grandeza de las culpas : y por aquí se ve manifiesta la razón y la necesi­
dad así de la Confesión , como de ía Satisfacción.
23* Siendo pues preciso declarar á ios fieles la virtud y naturaleza de estas
CQ * tres partes , se ha de empezar por la contrición , y ha de explicarse con to-
eiTesrel a - cuidado: porque ni por un instante debe el alma estar sin contrición, quan-
gsr. do vuelven á la memoria los pecados cometidos , ó quando cae en otros.
Los Padres del Concilio Tridentino la difinen así : Es la contrición doler ¿d
alma, y detestación del pecado cometido con propósito de no pecar en adelante (b),
Y poco después tratando del movimiento de la contrición , añaden : tisi fi­
ssaIntente prepara para el perdón de los pecados , si viene acompañado de la es­
peranza en la divina misericordia 5 y del propósito de cumplir las demás cosas
que se requieren para recibir ? como se debe 5 este Sacramento, Pues por esta dih-
nicíon entenderán los fieles , que la Contrición no consiste solo en que uno
dexe de pecar , ó en que proponga entablar nuevo orden de vida , 0 en que
de
{«) Hom. 9. de Psenít. et habeatur. De Peenít. disi. 3. cap. Perfecta, (b) Sess. 14. cap- $
PARTE IL CAPÍTULO V. *59
de hecho le haya entablado ya ; sino que principalmente se ha de empren­
der el aborrecimiento y purificación de la mala vida pasada. Confirman es­
to en gran manera aquellos clamores de los Santos Padres , que con mucha
frecuencia y abundancia^ leemos derramados en las Sagradas Letras : Trabajé
cu mi gemido 5 dice David 5 lavare cada mío. de los noches thi envío, con vizs lá—
primos ^a')* Y : Cido hez el Señor lo voz de mi liante (Jk)* Y otro dice tam­
bién : Recorreré , Señor , delante de ti iodos los anos de mi vida con amargura
de mi alma (c). Las quales voces , y otras semejantes , son ciertamente naci­
das de un aborrecimiento vehemente de la mala vida pasada, y de una gran
detestación de los pecados.
Mas en orden á haberse difinido la contrición por el dolor 7 Se ha de ad­ «4.
vertir í los fieles , que no piensen acaso que este dolor es de los que se perci­ Por qué
los Padres
ben por alguno de los sentidos del cuerpo. Porque la contrición es acción de del Cond^
la voluntad. Y San Agustín afirma , que el dolor es compañero de la Peniten- lio llama­
da , no la Penitencia misma id). Pero explicaron los Padres por el nombre de ron dolor á
ador la detestación y aborrecimiento del pecado ; ya porque así lo usaron las la Contri-
Sagradas Letras : pues dice David : \Pcr quánío tiempo pondré consejos en mi C1°n*
almo , y dolor cada día en mi corazón (e) ? Y ya porque el dolor nace de la
contrición en la parte inferior del alma , que se llama concupiscible ; y como
la contrición es causa del d o lo r, pudo muy bien difinirse por él. Y para
declararle acostumbraron también los penitentes mudar el vestido: acerca de lo
qual dice el Señor por San Mateo : ¡ Ay de t i , Corozain j jay de ti , Bcthsaida !
que si en Tiro y en Sidon hubieran sido hechas las marabillas que se kan hecho
en vosotras , mucho ha que habrían hecho penitencia en cilicio y ceniza ( f ).
Y con mucha propiedad se impuso el nombre de Contrición i esta detesta- Por^Jé se
don del pecado de la que vamos hablando, á fin de declarar la fuerza de este llama Con­
dolor por el símil de las cosas corporales que se quebrantan y se muelen con rricion ^
una piedra , u otra cosa mas cura ; porque así se declara con esa misma voz, ^ EesEaclori
que nuestros corazones endurecidos por la soberbia , se quebrantan y se des- 6 *>ecatio
menuzan en virtud de la Penitencia. Y así ningún otro dolor, ya sea motiva­
do de la muerte de padres ó hijos , ya de quaiqnier otra calamidad , se llama
con este nombre ; sino que es nombre propio de aquel dolor que sentimos
por haber perdido la gracia de Dios y la innocencia.
Con otros nombres también se sude declarar esta misma detestación. Por- 2Í*
que se llama contrición del coiazcn : por tomar muchas veces las Sagradas Le-
tras el nombre de caazon por lo mismo que voluntad. Porque así como el con qutí se
corazón es el principio de todos los movimientos del cuerpo , así la voluntad sude Ha-
gobierna y rige todas las potencias del alma. También la llamaron los San- mariaCon-
tos Padres compunción del corazón : y asi intitularon Dt compunctione coráis UICiün*
los libros que escribieron sobre la contrición. Porque así como las llagas
trinchadas , se abren con la lanceta , para que arrojen la podre que encierran
tu s í , así los corazones se sajan con la contrición , como con una lanceta,
para que puedan expeler todo el veneno mortal del pecado. Por esto d Pro-
teta Jo el ¡2 llama sajadura dd corazón , diciendo : Convertios á mi con todo

i d Psaim.tf. ib) Ibíd. (c) Isaí.38. (à) Hom .go.e.i. {?) PsaJm.12. [ f ] M a n h .n
!0O CATECISMO ROMANO
vuestro cor&zm , con ayunos, y lloros y llantos , y sajad vuestros corazones (a).
Este dolor que debe concebirse de los pecados cometidos , ha de ser d
Porqué es- sumo , y tan grande sobre todos , que no se pueda excogitar mayor : como
te dolor de* es fácil mostrarlo por estas razones. Porque como la Contrición perfecta es
be ser so- acto ¿c Caridad, que nace de aquel temor que es propio de los hijos; es
bre todos. cjaro ^ue se ¿ e-De mcdir la Contrición por la misma vara que la Caridad.
Y como la Caridad con que amamos á Dios , es amor perfectísímo ; síguese
que la Contrición ha de traer consigo un vehementísimo dolor del alma.
Porque así como Dios debe ser amado sobre todo , debe ser sobre todo
aborrecido lo que nos aparta de Dios. Sobre lo qual también es digno de
observarse, que con un mismo modo de hablar se significa en las Sagradas
tetras la grandeza de la Caridad y la de la Contrición. De la Caridad se
dice : Amarás á tu Dios y Señor de todo tu corazón (b) ; y por lo que toca &
la Contrición , clama el Señor por el Profeta: Convertios á mí con todo vues­
tro corazón (c). Demás de esto : Si como Dios es el sumo bien entre todas
las cosas que deben ser amadas, es también el pecado el sumo mal entre
todas las que deben ser aborrecidas ; síguese que por la misma razón que
confesamos que debemos amar á Dios con sumo amor , es necesario decir
que debemos mirar al pecado con sumo aborrecimiento : y que el amor de
Dios se ha de anteponer í todo de manera , que ni por conservar la vida es
lícito pecar. Claramente nos lo ensenan aquellas palabras del Señor : El que
ama padre ó madre mas que á mi , no es digno de mi (d) . Y : E l que quisiere
salvar su vida 7 perderla ha (t). Y es también de advertir con San Bernardo,
que así como no se señala término , ni modo á la Caridad : porque la tasa en
amar á Dios. , dice el Santo , « amarle sin ¿asa (/); así tampoco se pone li­
míte ninguno al aborrecimiento del pecado.
Sea pues la Contrición no solo muy grande , sino vehementísima, y tan
perfecta , que sacuda de sí toda ñoxedad y pereza. Porque en el Deuterono-
mio está escrito : Dallarás á tu Dios y Señor quando le buscáres ; si le busca­
res con todo tu corazón y y todo quebrantamiento de tu alma (g). Y por G ere-
mías : Buscarme heis , y me hallareis ; quando me buscaredes con todo vuestro co­
razón , y seré hallado de vosotros , dice el Señor (/i).
■ 2$. Pero aunque no podamos conseguir que sea perfecta la contrición , to-
Jaa. contri- ¿avía puede ser verdadera y eficaz. Porque muchas veces acaece que nos
ser^ verda- mu£V2n mas cosas sensibles, que las espirituales. Y así mayor dolor sen-
d‘e ra,ann- conciben i veces algunos de la muerte de los hijos, que de la fealdad
qcesldolsr cel pecado. Y el mismo juicio se ha de hacer , aunque á la amargura del
sensible no dolor no correspondan las lágrimas : pero estas en la Penitencia son muy
sea perfee- apetecibles , y muy recomendables; pues acerca de esto está aquella celebér­
rima sentencia de San Agustín : JCo hay entrañas en ti de Caridad Chrnlianay
si lloras ai cuerpo que perdió el alma, y no Horas al alma que perdió ¿ Dios (z).
A a esto aluden también aquellas palabras del- Salvador citadas arriba : jAy
de tí , Corozatn \ ¡ay de t i , Bcíhsaida, f que si en TPiro y en Sidon hubieran sido
he-
(d) Jcei.e, {&} Match.«, ic) JoA 2. (/) De D-Iigendo Deo, c. 1. (g) Deu-
Matíís. 10. (if) Marc. 8. ter, (¿} Jer. 29. (¿} Serm .41. de Sancr.
PARTE II. CAPÍTULO V. 161
hedías las m a r abillas
que se han hecho ai vosotras , rancho ka que hubieran hecho
■ penitencia ai aiicio y en ceniza (a). Aunque para comprobar esto ? bastante
tkbcn ser los ejemplos clarísimos de los Nmiviras , de David , de ia Peca-
dora 3 y del Principe de los Apóstoles : los quejes todos implorando la mi­
sericordia de Dios con muchísimas lágrimas , alcanzaron ei perdón de sus
pecados.
Pero en gran manera han de ser exhortados y amonestados los fieles á 2£-
que á cada uno de los pecados mortales procuren aplicar propio dolor de ^ m u rta -
contrición : porque así describe ía contrición Ezequías: Revolveré 3 Señor , en t.,s jiari <ie
mi memoria delante de tí todos los años de mi vida con amargura de mi al- ser d¿t esta­
ba (¿). Porque recorrer todos los años , es escudriñar todos los pecados uno fios en par~
por uno , para dolemos de ellos ¿e todo corazón, Y en Ezequiel también
leemos asi: Si el malo hiciere Penitencia de iodos sus pecados, vivirá con v id a (t).
Y á este propósito dice San Agustín : Considere el pecador la calidad de su
delito en ei lugar , en el tiempo , en la variedad, y en la persona (d).
Pero sobre este caso no desconfien los fieles Je la suma bondad y ele- 30.
mencía de Dios. Porque siendo amantísimo de nuestra salud, no anda dan- Sasta3 ve~
do largas para concedernos el perdón; antes abraza ai pecador con caridad cescieíesE3^
paternal luego al punto que el vuelve sobre sí , y detestando en general sus ios pecados,
pecados , se convierte al Señor con ánimo de traerlos á la memoria , y de­
testarlos en particular en mejor ocasión , sí pudiere. Porque así nos manda
esperar por el Profeta , auando dice :■ La maldad dd impío no le dañará , siem-'
iré y (pitando se convirtiere de su impiedad (e).
Ya de estas cosas se pueden colegir aquellas que señaladamente son ne­ 3T*
D é las cosas
cesarias para la verdadera Contrición : sobre las quaies convendrá instruir qi¡e prl.,cí__
con cuidado al pueblo fie l: para que entienda cada uno de qué manera la pálmente se
podrá alcanzar , y tenga regla con que discernir quan lejos está de la per- requieren
feccion de esta virtud. Porque primeramente es necesario aborrecer , y do-
lentos de todos los pecados que hemos cometido : no sea que si nos dele- tqc;0n.
inos solo de algunos , hagamos una Penitencia , no saludable , sino fingida y
engañosa. Porque como dice el Apóstol Santiago : Quaiqmera que gnus daré
toda la ley , si ofendiere en uno , se hace culpado de iodos (/). L o segundo es,
que travga consigo la misma Contrición voluntad de confesar y de satisfa­
cer : de las quaies cosas se tratará en su lugar. L o tercero, que tenga el pe­
nitente propósito firme y constante de enmendar la vida : pues así nos lo
enseña el Profeta abiertamente per estas palabras : Si el impío hiedure Pmiten-
cía de lodos los pecados que cometió , y guardare iodos mis mand&mknics , é hi­
ciere juicio y justicia , vivirá con vida 5 y -no morirá : no volveré á acordarme
de iodos las maldades que hizo (g). Y poco después : Quan do se apartare el im­
plo ¿e la maldad que cometió , é hiciere juicio y justicia } él mismo vivificará su
atme, Y mas abaxc añade : Convertios , y haced penitencia de tedas vuestras
maldades , y no os será para ruma la maldad. Arrojad de vosotros tedas las
prevaricaciones en que habéis prevaricado , y haceos un corazón nuevo i y un cs-
x pi~
(r) Matrb, ri. 0} Isz;.c$. (c) jEzreckiS. (/ ) J^vob, a.
id) B is o ce P een ii. cap. Ccnñderet, (g) fiaseis, 1
i 62 CATECISMO ROMANO
pirita nuevo. L o mismo ordenó también Christo Señor nuestro a la rnuger
cocida en adulterio : Vele en paz , la dixo , y no vuelvas á pecar («). y iQ
mismo al paralítico que había curado junto á la probática piscina : Mira^
dixo , que ya estás sano , no quieras ya petar (¿).
32- Mas aun la misma naturaleza y la razón muestran claramente , que son
N=ccsirio nec£sarjas oara la Contrición esas dos cosas , á saber : Dolor de los pecados
es en la cor- , 1 y caución de no caer en Lo venidero. Porque el que se quie-
tncien do- i ■>/ r 1 s . , . ,. . -- - it i , - 1 ,
lor de Ías re reconciliar con un amigo a quien hizo alguna injuria , debe dolerse de
culpas pasa- haber sido injurioso y contumelioso contra él , y proveer con cuidado para
das,y.pro- jQ suces:vo de no hacer cosa que pueda ser ofensiva de la amistad. Estas
^ dos cosas es necesario que vengan acompañadas de la obediencia. Porque
venideras?5 debe el hombre obedecer a la ley , á quien, está sujeto , sea natural y divi­
na , ó sea humana. Y por tanto sí quitó el penitente alguna cosa á otro por
fuerza, ó por engaño , debe restituirla : como también que satisfaga con la
recompensa de algún provecho , ó servicio á aquel, cuya dignidad ó vida
ofendió por palabra , ó por obra : pues es. proverbio común el que leemos
en San A misan : JVu se perdona el pecado , si no se restituye lo quitado (c).
33* Pero entre las cosas pertenecientes í la contrición , una que debe pro-
Que debe- curarse CC!) gr3n cuidado , y que es muy necesaria , es que remitas y per­
donar Pei"sí dones todas Tas injurias que hubieres recibido de otro : porque lo avisa y de­
bemos de nuncia así nuestro Salvador y Señor : Si perdonáredes á los hombres sus pc-
ser perde- cados , os perdonará también vuestro Padre celestial vuestros delitos : mas si no
nados. perdonáredes a los hombres, ni vuestro Padre os perdonará vuestros pecados (d).
Estas son las cosas que observarán los fieles acerca de la Contrición, Las de­
más que acerca de esto pueden con facilidad recoger los Pastores , harán de
verdad que sea la Contrición mas perfecta y consumada en su linea ; mas
no son tan necesarias, que sin ellas no pueda subsistir ia naturaleza de Pe­
nitencia verdadera y provechosa.
34. Mas como los Pastores no deben contentarse con enseñar las cosas per-
Qitáiyea^ tenecientes á la salud de los fieles, sí no aplican también todo el cuidado é
y1 "lindad R u stría posible , sobre que ajusten sus vidas y sus acciones conforme á las
prepía de rcgías que les son señaladas ; aprovechará en gran manera proponerles mu­
ía contri- chis veces lis grandes virtudes y utilidades de la Contrición. Porque siendo
«íos. tal vez desechadas por Dios ouas muchas obras de piedad , como hacer bien
a pobres , ayunar , tener oración , y otros tales exercicios santos y hones­
tos , por viciarlos los hombres que los executan : mas la contrición nunca
puede dexar de serle agradable y acepta. Porque el Profeta dice : JVb des­
preciarás , Señor , el coravm contrito y humillado (Y). Antes luego, al punto
que la concebímos en nuestras almas , se nos concede por Dios el perdón
de los pecados : como lo declaran en otro lugar estas palabras del mismo
Profeta : Dixe , confesa) é contra mi mi injusticia al Señor, y tú perdonaste la
impiedad de mi pecado (J ). Asi echamos de ver una figura de esto en aque­
llos diez leprosos, que remitidos por nuestro Salvador á los Sacerdotes, aun
dníes que llegasen a ellos , quedaron limpios de la lepra, De donde se pue­
de
(d) Joan. 8. (ir) Ibidsm g. (e) Epist. 54. (d) M atth. 6 . (e) Psalm , 40, ( f ) Ibidero 31
FART Xí. CAPÍTULO V, 263
tic conocer que es tan poderosa Ja virtud de ía verdadera Con: rielen arriba
decía rae.a , c¡ue por e\u.a al instante alcanzamos del Señor perdón ¿e todos ios
pecados.
Aprovechará muchísimo también para excitar las almas de ios fie Íes , que 3ri
los Pastores Íes den alguna regla, con la que puedan irse habituando á ha-
cer actos de Contrición. Conviene pues advertirles que examinen con fre- í a
cuencia sus conciencias , y que vean si han guardado todos ios manda míen- com-'lcií>n.
tos de la ley de Dios y de la Iglesia : que sí alguno se conociere culpado en
alguna maldad , al punto se acuse á sí mismo 5 pidiendo con humildad per-
don á D ios, y suplicándole le conceda tiempo para confesarse y satisfacerla:
V sobre todo que ruegue á su Magestad le ayude con el socorro de su di­
vina gracia, para que no cayga otra vez en aquellas culpas s que tan viva­
mente le pesa ahora haber cometido. Demás de esto procurarán los Pasto­
res , que cobren los heles un sumo aborrecimiento contra ios pecados , va
porque es suma su fealdad y torpeza , y ya por los gravísimos daños y ca­
lamidades que nos acarrean. Porque nos privan de h gracia y amor de Dioss
de quien hemos recibido beneficios muy grandes 5 y podíamos esperarlos y
conseguirlos mucho mayores, y nos condenan á una eterna muerte , y á ser
atormentados para siempre sin fin con las horribles penas del infierno. Esto
baste acerca de la Contrición. Pasemos ya á la Confesión , que es la segunda
parte de la Penitencia.
El gran cuidado y deligencia que ios Pastores deben poner en explicar la3^-
confesíon, fácilmente se entenderá de que todos los hombres timoratos es-
tan persuadidos á que toda la santidad , piedad y religión f que por la infi- cesidad *y
nita bondad de Dios se conserva al presente en la Iglesia , debe en gran utilidadde
parte atribuirse á las confesiones. Por esto no es de extrañar , que maqisi- ^ confe-
nando el-enemigo del linage humano derribar desde sus cimientos la fe C a- sioa*
tóiica , haya procurado con todas sus fuerzas combatir por medio de Minis­
tros y adalides de su impiedad este baluarte de la virtud Christíana. Prime­
ramente pues se ha de enseñar , que el instituir la confesión fué para noso­
tros sobre manera Util , y aun necesario. Porque aunque concedamos que
por la Contrición se borran los pecados , ¿quién ignora que esta debe ser
tan penetrante , fuerte y encendida , que se pueda igualar y compararse lá.
amargura del dolor con la grandeza de las maldades \ Y como serian muy
pocos los que arribasen á este grado ; de aquí es que también fueran p a ­
quísimos los que por este medio habrían de esperar el perdón de sus peca­
dos, Por esto fué necesario que el clementísimo Señor proveyese á la co­
mún salud por otra vía mas fácil : como á la verdad lo hizo con marabilloso
consejo quando entregó á la Iglesia las llaves del Rey no de los Cielos,
Porque todos deben creer y afirmar constantemente en fuerza de la doc- La
trina de la fe Católica , que si estuviere uno dispuesto de manera , que se duele sjon Cperfi-
de los pecados com eudos,y juntamente propone no pecar en adelante , aunque dona á la
no tenga tal dolor , que pueda ser bastante para alcanzar el perdón ; sin em- contrición,
bargo en confesando bien sus pecados al Sacerdote , se le remiten y se le
perdonan todos en virtud de las llaves : de suerte que con mucha razon.se
tiene por cosa asentada entre santísimos varones Padres nuestros 3 que con las
xz lia-
j CATECISMO ROMANO
Ib ves de la Iglesia se abre la puerta del Ciclo. Acerca de lo q tíal nadie pue­
de formar duda : pues leemos decretado por el Concilio Florentino , que es
efecto de la Penitencia la absolución de los pecados (a). Pero fuera de esto
pueden conocerse las utilidades de la confesión , por lo que experimentamos
en aquellos cuya vida es estragada : que nada les aprovecha tanto para en­
mendar sus costumbres , como descubrir de quando en quando los pensa­
mientos ocultos de su ánimo , y todos sus hechos y dichos á un amigo pru­
dente v fiel > que los pueda ayudar con su discreción y consejo. Pues á este
modo hemos de tener por muy provechoso para los que se ven acosados
de ios remordimientos de sus culpas , descuonr las eniermedadcs y hagas
de su alma al Sacerdote , como á Vicario de Christo Señor nuestro , á quien
está impuesta una ley severísima de perpetuo silencio : porque al punto ha­
llarán dispuestas medicinas con virtud celestial , no solo para curar su alma
de las lia gas presentes ; sino también para preservarla de modo , que no le
sea fácil recaer en semejante enfermedad y vicio.
Tampoco debe pasarse en silencio aquella utilidad de la Confesión , esto
es ? que conviene muchísimo para la sociedad y unión entre los hombres.
Porque no tiene duda que si se quitara de la disciplina Christiana la Confe­
sión Sacramental , luego se llenarla todo el mundo de ocultas y abominables
maldades: y corrompidos los hombres con la costumbre de pecar , no se
avergonzarían después de cometer en publico las mismas , y aun otras mu­
cho mayores. Porque la vergüenza de confesar pone freno al ímpetu y li­
cencia de pecar , y reprime la malicia. Mas explicada ya la utilidad de la
Confesión , se ha de enseñar por los Pastores s qual sea su naturaleza y
virtud.
gg. Dífinen pues la Confesión diciendo . que es Acusación de los pecados per-
Explícase laúdenle á la sustancia del Sacramento 5 y que se hace a fin de conseguir el per-
ya esencia ¿ún en viríuá de las ¿laves de la Iglesia. Y con razón se llama acusación : por-
T'ia" Slue ^os pecados no se han de referir como haciendo gala de nuestras mal-
crimen tai. hades , y como lo hacen los que se alegran quando kan obrado mal (ó). Ni tam­
poco se han de decir , como quando se cuenta algún lance á oyentes ocio­
sos por entretenerlos ; sino que se han de manifestar con un corazón que
Jos acusa , y desear tomar venganza de ciio-s en sí mismo. Confesamos pues
los pecados , á hn de alcanzar ci perdón. Porque este juicio es muy diver­
so de los del fuero en causas criminales : donde í la Confesión está seña­
lada ia pena y el castigo : no iba libertad de la culpa , y el perdón del deli­
to. Casi en el mismo sentido, aunque con diferentes palabras , di finieron la
Conies;on los Santos Padres , como San Agustín , quando dice : La Confesioti
es pnr la que se descubre la enfermedad oculta con eferanta del perdón (c)t Y
San Gregorio : La Confesión es detestación de los pecados (d). Una y otra se
connene en b difiaicion que arriba se puso , por lo que fácilmente pueden
reducirse á día.
Pero lo que enseñarán los Párrocos como punto de la mayor impor-
tan-
(íi) In jDeerei. Eügen. IV. (c) S - 'r m . fí. de YerK TJürrdn.
(d) Proverb, a. (■ ') i-Tüid. qc. la Avarg.
PARTE II. CAPÍTULO V. 165
tancia , y que sin menor duda propondrán á los fíeles , es ? que este Sa­
cram ento fue instituido por la suma bondad y misericordia de Christo Se' Pur , 39-
qué
ñor nuestro , quien hizo bien todas las cosas , y por causa de nuestra salud" V quando
Porque estando congregados en un lugar los Apóstoles después de la R e- ^ s u :üy ¿
surrección : Soplo, y dixolcs : Recibid el Espíritu Sanio : cujas pecados verdona- Christ0 la
redes
?C UCJ , serán
, J t / ( X / i perdonados
y / !,/ pj/ -los
5 v- que
- j" “ rellané-re
------------------ des-- 5, —serán
--------- ■ retenidos (a)
ytj, LíahUndo Cüai'e^oa‘
pues ei Señor dado á los Sacerdotes potestad de retener y de pen rdonar peca-
dos , es manifiesto que fueron ellos mismos constituidos jueces juec¡ en esta
causa.
Esto mismo parece significó el Señor , quando encomendó í Jos Após- 40.
prueba
toles que desatasen í Lázaro resucitado de los muertos las ligaduras con que io mismo
estaba atado. Porque San Agustín explica así este lugar : Mas pueden ya Gpro- per otros
vahar los Sacerdotes , mas perdonar á los que se confiesan , cujas culpas remi- |u^ res.
Un : porque Dios perdona á los que perdonan dios : pues el Señor entregó a les A Escritu­
ra,
discípulos á Lázaro resucitado ya del monumento , mostrando en esto estar conce­
dida á los Sacerdotes potestad de desatar (/;). Y a esto pertenece también haber
mandado á los que Rieron en el camino curados de la lepra , que se presen­
tasen á los Sacerdotes, y que se sujetasen a su juicio (c).
Habiendo pues el Señor dado á ios Sacerdotes potestad de retener , y de 4*.
perdonar pecados , es claro que fueron constituidos Jueces en esta parte. ”
Porque no siendo posible , como sabiamente advirtió el Santo Concilio de las palabras
Trento (d) , formar cabal juicio en una cosa s ni guardar el medio que pide dei Señor
la justicia , en imponer las penas a las culpas 5 sino se na conocido y averi- ’a Cün-
guada enteramente la causa ; síguese que ios penitentes deben manifestar con ^ SííJ^ de~
distinción todos sus pecados á los Sacerdotes en la Confesión. Enseñarán ájcsSacer-
pues los Pastores estas cosas , que están decretadas por el Santo Concilio dotes que
de Trento , y perpetuamente enseñadas en h Iglesia Católica. Porque si lee- «m suceso-
rnos con atención á los Santos Padres , á cada paso ocurrirán testimonios 7 * d f j os
clarísimos con los que se confirme , que este Sacramento fue instituido por ^03t,° 1'5*
Christo Señor nuestro , y que se ha de abrazar como Evangélica la ley de
la Confesión Sacramental 3 que ellos llaman en griego Exomciogcsis, ó Exige*
7 c u s í s , Y si deseamos también figuras del Testamento viejo , parece pertene­
cer í la Confesión de los pecados aquellos varios géneros de sacrificios que
se hadan por los Sacerdotes para limpiar pecados de diversas especies.
Pero así como debe enseñarse á los fieles que fijé la Confesión institui­ 42.
da por Christo Señor nuestro 3 así también conviene amonestarlos , que se X>e las
ceremonias
uan añadido por autoridad cíe la Iglesia algunos ritos y ceremonias soiexn- Con que se
nes , que aunque no pertenezcan a la sustancia del Sacramento , sin embar- debe ñaeer
go representan mas al vivo su dignidad 5 y preparan los corazones de los pe- confe-
r sientes encendidos ya en h piedad , para conseguir mas fácilmente la gracia Sion*
c'e Dios. Peroné cuando confesamos los pecaoos arrooiiíados a los pies deí
Sacerdote , descubierta la cabeza . indinado el rostro á la tierra 3 las manos
puestas y enderezadas al Cielo . y dando otras señales semejantes de humildad
Chriitíana 5 aunque do son necesarias para el Sacramento , por ellas enten­
dé­
is) Joas.20 (A Líb,de Yer. et & 2s, Poeaic. cap. 10. te) Lee. 17. (d) Szss. 14. cap- ^
í G6 CATECISMO ROMANO
demos claramente que debemos reconocer en el Sacramento virtud celes­
tial . y que hemos de buscar é implorar con suma diligencia la misericor­
dia divina. , ,
Y ninguno piense que aunque íue la Confesión instituida por Christo
43*
Los. que pe­ no lo fue de suerte que obligase á usar de día. Porque tengan los fieles por
caron mor- muy cieno , que d que se halla oprimido de algún pecado mortal ? si ha de
t a i menee volver á la vida de la gracia , ha de ser por medio deí Sacramento de la Con­
son obliga­
dos á con­
fesión. Abiertamente nos dio á entender esto el Señor con la metáfora her­
fesarse. mosísima de llamar llave dei Cielo á la potestad de administrar este Sacra­
mento. Porque así como ninguno puede entrar en una casa 3 si no ie abre la
puerta ei que tiene la llave; así entendemos que ninguno es admitido en el
Cielo , si no le abren U puerta ios Sacerdotes , á cuya fidelidad encomendó
Jas llaves el Señor, Porque de otra manera parece que seria enteramente ocio­
so el uso de las llaves de la Iglesia : y aquel á quien fue dada la potestad*de
las llaves, en vano prohibiría a alguno ia puerta deí Cielo , si se pudiera en­
trar por otra parte. Con grande claridad entendía esto San A gustín, cuando
divo : Ninguno diga para si : yo d mis salas hago pentienda delante ¿id*Señor
Dios que me perdone, sabe lo que yo hago en tí r¿tiro de mi coraion. Luego
sin causa se dixo : Quanto desais redes sume la tierra y será desatado en el Cie­
lo (a). Luego en vane fueron dadas las llaves a la Iglesia (ó). L o mismo es­
cribió San Ambrosio en el libro de renuencia , destruyendo la herejía de ios
Novacianos , ios que afirmaban ser reservada á solo Dios la potestades per­
donar pecados : pues dice : \ ifnén venera mas á Dios , el que obedece <¿ sus man­
damientos , ó el que los resiste i Dios mando obedecer á sus Ministros : y obede­
ciéndolos , á solo Dios damos el honor (c),
44- „ No Pediendo pues dudarse en manera ninguna que está impuesta y es-
En que
edad y riem­ taoiecida por cu Señor la ley de la Conicsion ; síguese que veamos por quié­
po dei a&o nes , de qué edad , y ea qué tiempo del año se debe guardar.-Primeramen­
obligue la te pues por el Cánon del Concilio Lateranense , que empieza Qnmzs utrms-
Confesión.
que sexus , consta que ninguno es obligado í ia iey de ia Confesión an­
tes de llegar al uso de la razón. No estando determinada esta edad á nu­
mero cierto de anos , lo que parece que umversalmente se debe asentar ~es
que obliga la confesión al niño desde aquel tiempo en que ouede discernir
entre bueno y malo , y es capaz de pecar. Porque en llegando uno á aque-
lia edad , en que debe deliberar de la salud eterna , luego quanto ánres de­
be confesar sus pecados al Sacerdote. Porque de otra manera ninguno puede
esperar ia salud , si se siente en conciencia de pecado mortal. Y sobre en
que tiempo sana«ademente se haya de hacer la Confesión , ya en ese mis­
mo Cánon lo decretó la Iglesia: pues manda que todos los fieles confiesen sus
45- pecanas una vez por lo menos cada año.
^cáccas Pero si consideramos lo que requiere el negocio de nuestra salud . cier­
veces se ce ­
ban con­ tamente siempre que amenaza peligro de muerte , ó emprendemos alguna
fesar los cosa que no debe ser tratada por hombre manchado con culpas (como qusn-
C h r i s t i a - do administramos 2 o recibimos Sacramentos ) , en todos esos casos no se
ms*
ha
( a) hlattk t$. (b ) Homi!. 49, et 50. (c) Lib, 1, de Foenit. cap. 2,
PARTE II. CAPÍTULO V. í 67
fca de omitir la Confesión. Y lo mismo en todo conviene observar quan-
do rememos se nos olvide alguna culpa que cometimos. Porque ni podemos -
confesar los pecados > de que no nos acordamos , ni alcanzamos de Dios el
perdón de ellos , sino es que por medio de la Confesión los borre el Sa­
cramento de la Penitencia.
Y porque en la Confesión se deben observar muchas cosas. de las qua- 45.
]es unas pertenecen a ia esencia del Sacramento , y otras no son tan necesa- Todos
rías, de estas se ha de tratar cuidadosamente : que no faltan libriros y con- 3os P®^0*-
mentaríos, de los qtiales es fácil sacar ia explicación de todo esto. Mas en ^
primer lugar ensenarán los Párrocos , que se ha de cuidar de que la Confe- ni3!1;fJstar-
síon sea cabal y entera. Porque es necesario descubrir al Saca dote todos los se en ia
pecados morrales: pues los veniales , que no nos privan de Ja grada de Dios, Confesión,
y en los que caemos con frecuencia , aunque es bueno y muy útil confesar­
los , como lo acredita la práctica de las personas virtuosas, sin embargo se
pueden dexar sin culpa s y perdonarse por otros muchos medros : mas los
mortales , como ya hemos dicho 3 todos y cada uno se han de confesar , aun­
que estén muy ocultos , y sean del género de aquellos * que solo se prohí­
ben por los dos últimos mandamientos del Decálogo : porque muchas ve­
ces acaece que hieran más gravemente al alma , que los que á las claras y al
descubierto se suelen cometer. Así está difinido por el Sanio Concilio de
Trente (a) , y se ha ensenado siempre por la Iglesia ; como lo declaran los
testimonios de los Santos Padres. Porque San Ambrosio dice : Ah puede uno
ser justificado del pecado, st no le confesare (hj. San Gerónimo también sobre el
Edesiastes abiertamente confirma lo mismo : porque dice : Si mordiere á es­
condidas d alguno la serpiente diabólica 5 y sin saberlo nadie , le inficionare con
el veneno del pecado ; si catión , y no hiciere penitencia 5 m quisiere confesar su
llaga á su hermano , ó Maestro y el Maestro que tiene lengua para curar , no po­
dra aprovecharle (cj. Asimismo San Cipriano en el libro de Lapsis enseña es­
to clarísimamente por estas palabras: Aunque no estén culpados con maldad al­
guna de sacrificio de idolatría , ó de libeló de eso, todavía porque consintieron en
ello , confiésenlo con dolor ante los Sacerdotes de Dios {d f Ultimamente esta es
la V02 y sentir de todos los Doctores de 3a Iglesia.
Pero debe ponerse en la Contesten aquel sumo cuidado y diligencia 5 que 4*?.
solemos en los negocios de la mayor importancia : y en tal manera se ha ^ e*Der: -on"
de enderezar allí todo el desvelo , que sanemos las llagas del alma , y ar- f?sarse_ jaS
ranquemos las raíces de los pecados. Y no solo se deben explicar con dis- cias ¡je ios
tinción todos los pecados graves ; sino también las cosas que acompañan a pecados,
cada uno de ellos , y que aumentan ó disminuyen en gran manera su ma­
licia, Porque hay unas circunstancias tan graves , que de ellas solas se cons­
tituye pecado mortal. Y por tanto todas estas siempre deben confesarse. C o­
mo sí uno mató un hombre , debe distinguir sí era Clérigo , ó seglar. Tam­
bién si tuvo trato deshonesto con alguna mugen , es preciso explicar sí era
soltera , ó casada . o pa nenia , ó consagrada á Dios por algún voto. Porque
estas circunstancias constituyen diversos géneros ce pecados : pues al primero
lia—
S2) Sess.14. cap.£. (h) Lib, as Parad. cap.4. (r) Ssppí. cap. 10 {d) Ibi prop. snem,
s53 CATECISMO ROMANO
llaman los Teólogos simple fornicación , al segundo adulterio , al tercero fe-
¿eií'i? , y al qusrío sacrilegio. El herró tambícn se dehe cootar entre los pe­
cados. Pero si uno hurta un doblen , mucho menos peca que el que hurta
ciento , ó doscientos , ó una muy grande cantidad de oro : y especialmente
el oue quitó dinero sagrado. Esta misma razón corre también acerca dei
luitar y dei tiempo : y escusa naos traer exempios de esto , porque son ob­
vios en muchos libros. Estas , como divínaos , sea las circunstancias que
deben explicarse : mas las que no aumentan rnuciio la malicia , se pueden
omitir sin pecado.
4S, Mas es tan necesario para la Confesión , como divinaos antes, que sea en­
Se debe re­
tera v cabal , que si de vira ano de y repodro alguna cosa ce aquellas que real­
petir la con-
íe iio s en mente se deben explicar , y solo confiesa otras , este no solo no saca prove­
Gíie se caiia cho ninguno de tai confesión . sino que comete otra nueva maldad. Ni es­
con sdver— ta relación de uceados se ha de llamar Contestoii que sea Sacramento ; an­
tesela al­ tes es necesario que vuelva el psokeote á repetirla , y que también se acu­
guna cosa
grave. se del pecado que cometió . por profanar la santidad dei Sacramento con una
co; icroco tan úngula.
49- Pero si la confesión ¿exó de ser entera por otra causa , como por ol­
No deba vidarse al penitente algunos pecados 3 e por no haber escudrinado tan cui­
reperir ¿a
c o a íe s ío a dadosamente ios senos de su conciencia , siendo empero su animo confesar
el ¿f-C por enteramente rcdbs sus pecados; no es necesario entóneos repetir la Confe­
Olvido 6 sión , v será suficiente con Asar otra vez 2¡ Sacerdote ios pecados de oue se
desciddo le­ olvidó 5 si se acordare de elios. Pero aqu: es de advertir r,.o sea que h ira­
ve oadíió
mos escudriñado nuestra conciencia com demasiado descuido y fíoxedad , y
£líg2E2 CO—
S3, procurado traer á la memoria los pecados con tal negligencia , que parecie­
se que ni aun quena oíos acordamos de ellos* Porque si esto fue así . sera
del todo necesario repetir la comasfeu.
jCjSE* Además de esto se ha de ctódar que sea la Cordl-s-ion desn^dm , ierfe-
Sebe ser Ife j <chm s ®s> compuesta aró besase mente , corao ¡fetén algunos . que mas
fe Coüfs- parece exponer: la relación de sao vida 5 que la coíffoioa de sus pecados. La
$feí£ cíeSJESE-
«fe 5 sssei- Coniesieo deibe hacerse de modo que nos descubra ti Sacerdote tales cueles
ife j cara* iros oi~fM3cemos a nosotros esssesss s ¡merendó lo cierto como cierta . y lo
dudes© coma dudoso. Pera se ea se cooibesan los pecados , ó te mezclan áis-
orrsos agoraos dei asunto que se 'Erais.es claro que fe c&B¿esion carece de
gr. esta vlnriíd.
3ffib= ser M».ay dígitos de alabanza. sen tasabiert los que en explicar las cosas mues­
fe Cbrasc- tran: pnidenoa y vergüenza. Porque m© se na de usar de demasiadas pife—
.sfen. pila— bras , siEd decir con una oraesas: breve „ que vaya acompañada de m c-
¿¡¡esesy ver-
gaassísisa.. der-ssa 3 Ies cosas que pertenecen. £ la íMcuraleza y especie de cada pe­
cada.
gx Etíh'Ss £3®lb"i£33 poner grao cmdiado así el Confesor como el perutertte^
US® se pse- score que sus pfeEo en la C ©feudos sao. con mucho: secreto. Y asi £ uadte
és. Saanr fe es Isdro de okesors mndb ccEldane por tercera peneca . ni par cartas : por*
Cssafa^siía
pee cadas, que de ese modo dada se puede ¡feter con sigilo.
saá g©x aear Pero de jarig.sítíis. otra cosa de avia cuidar ta nto fes Eelks . co n o de lim­
¡saganas, piar su ahsas c a s fe areesesce ccídisaosii ¿te su.s décadas. EorCfue quando eso
se
PARTE II. CAPITULO Y. 269
se siente estrechado de alguna culpa mortal, nada le puede ser mas prove­
$3*
choso , que confesarse luego por los muchos peligros que amenazan á la vida. Es utiíisi-
rao frecuen­
tar ia Con­
fesión.
vestido, no pongamos siquiera el mismo cuidado , en que no se amancille el
esplendor del alma con las horrendas manchas del pecado.
54*
Mas ya es tiempo de tratar del Ministro de este Sacramento. Este es el D el Minis­
Sacerdote que tenga jurisdicción ordinaria d delegada para absolver co­ tro idóneo
mo consta de los decretos de la Iglesia. Porque el que ha de exercitar es­ y legítim o
de este Sa­
te cargo , debe tener la potestad no solo de orden , sino también de juris­
cramento.
dicción. De esto tenemos un testimonio ilustre en aquellas palabras del Se-*
ñor por San Juan : Cuyes pecado? perdonarcaos , serán, perdonados , y hs que re-
iuviéredes , serán retenidos (a). Porque es constante que estas palabras no se
dixeron sino á solos los Apóstoles , á quienes suceden en este cargo los Sa­
cerdotes. Y esto también es muy conforme á razón. Porque como qualquier
genero de grada que se concede por este Sacramento , se deriva á los míem-
Drc
ÍÜÍSÍI'
consagrar el verdadero cuerpo , mayormente quenco por este mismo Sacra­
mento de la Penitencia se preparan y disponen los fieles para recibir' la Sa­
grada Eucaristía. Y el gran respeto coa que se guardaba en la primitiva
Iglesia el derecho del Sacerdote ordinario , desase entender por los decre­
tos de los Padres antiguos , por los qorics se mandó , que ningún Obispo
ó Sacerdote se atreviese i exercer runden ninguna en Parroquia agena sia
licencia del que la gobernaba , si la necesidad no obligaba a otra cosa. Y así
lo estableció el Apóstol, guando mandó a T ito que constituyese Sacerdotes
por todas las Ciudades (s) y que Instruyesen ¥ alimentasen í los fieles con el
manjar celestial de la doctrina y Sacramentos.
55*
Aunque si amenaza peligro de muerte , y so hay recurso al propio Sa­ E a caso de
cerdote, enseña el Concilio de Trasto (s) , que porque ninguno* perezca con necesidad
esta ocasión , se observó siempre en la Iglesia de Dios , que todo* Sacerdote todo- Sacer­
dote peed«
pueda absolver no solo de todo género de pecados reservados £ qualquier absoíyer.
potestad , sino también de toda Excomunión. 5«.
Ademas de la potestad de orden y de fmdsdícrioa ,. que son del todo ne­ Qaé M i­
cesarias , se requiere ante todas cosas „ que el Ministro* de este Sacramento nistro deba
esté adornado de rienda y erudición y prudencia : porque hace £ un mismo eEeglr por
Gaeresoc el
tuempo los oficios de Juez y de Médico. Y es quanto á lo primero muy qae desea
irisE se dexa. ver que es necesaria una rienda no vulgar , con que pueda ave­ salvarse.
riguar los pecados , y discernir entre los varios géneros de celpis ,, cuáles
sos graves , y quáles lev.es . según el escudo y esndkioe de cada persona. Ne­
cesita también* cono Médico de suma prudencia. Porque es necesario* pro­
veer con cuidado , se apliquen a! enfermo aquellos remedios que parezcan
tzas driles para. sanar su rima , y fortalecerla para en adelante contra la ¿ber­
za de ib enfirmedad. De donde puedan encender los fieles , que ha de pro-
t ca-
(e) ¿cuse, na. (ó) T¡a. 1. Ce) Shss. 14. cap.
iyo CATECISMO ROMANO
curar cada uno con espedalísimo desvelo escoger para sí aquel Sacerdote que
sea recomendable por la integridad de su vida 3 por la doctrina , y pruden­
te juicio : que tenga bien entendida la gravedad é importancia del oficio que.
exerce , ry asimismo qué pena corresponde ¿ cada culpa , y quiénes deban ser
absueltos , y quiénes quedar ligados.
^ Y porque no hay ninguno que no desee en gran manera que queden se-
Dei pro- pultaáas sus maldades y torpezas , han de ser avisados los fieles , que no de­
finido sigi- lien por temer que jamás se descubra por el Sacerdote lo que le ma-
n^ estan eB Confesión , ni que pueda por ella ocasionárseles en ningún tiem-
Coafesor.e po el menor rastro de peligro. Porque los Sagrados Cánones mandan sean
castigados severísimamente les Sacerdotes que no tengan cerrados en perpe­
tuo y profundo silencio todos los pecados oídos en Confesión (a'). Por lo
qual en el gran Concilio Lateranense leemos así : Guárdese totalmente d Sa~
úrdate de m descubrir m manera ninguna d pecador por palabra i por seria
ni de otro ningún moda (/»).
5$. Pero ya requiere eí órdeo de las cosas que habiéndose tratado del Mi-
b«10 -«GC DEStro a se expliquen algunos puntos principales , que son muy conducentes
JáT para el uso y práctica de la Confesión. Porque gran parte de los fieles , á
dpumente quien por lo común nada suele ser mas sensible , que el que se lleguen pres-
e- Ssceido- to aquellos días , que por ley de la Iglesia están señalados para la Con íes km,
rte q«c ove a¡¡ ]e:os está de la perfección Qnristtana , que en vez de cuidar de las co­
sus , que es maoinesto .tienen gran virtud para alcanzar la gracia , apenas se
acuerdan , ni aun de hacer examen de los pecados que deben confesar. Pero
■ debiendo mirarse por su salud con todo cuidado , io primero que ate má­
mente observarán los Sacerdotes er¿ t! penitente e s , si trae verdadera con­
trición de sus pecados, con propósito firme y determinado de no volver á
pecar. Y si echaren de ver que viene con esta disposición, amonesten y exhór­
tenle con la mayor eficacia ¿ que ¿c inmensas gracias ¿ Dios por un tan
grande y rae singular beneficio, y que jamás cese de pedirle el socorro de
su divina grada , pues fortalecido y armado con él , podrá resistir y repugnar
íad!mente á sus desmandados apetites.
También le ensenarán que no parirán se 1c pase día sin meditar alquna
cosa, de Ies misterios de la Pasión d d Señar , y que se excite y se iuname á
sí mismo á Imitarle y amarle cois suma candad : cerque con esta medita­
ción alcanzará bailarse cada día mas luirte contra tedas las tentaciones del
escsBSgo : porque na es otra la erosa de que siendo tentados aun ligera y
levemente , luego desmayamos , y quedamos vencidas ; sino ti descuido gran­
de en procurar concebir por ha meditación ce bs cesas divinas el íhego
de! amor de Dios , que es el que recrea v fortalece al alma. Alas si ihíta á
eoteoder el Sacerdote que d. que quiere con fosarse no trae tal dolor de sus
pecados que pueda, decirse verdederameme contrito „ haga lo posible por mo­
verlo a deseo grande ce 'Ccsfoctcifí , para que enardecido en el deseo ele un
Óos tas euccmbrado , se resuelva £ pedirle . hasta alcanzarle de te misericordia
de Ufes...
Pe-
{“ / b íu f. a . ác P s í t i t , cap. S&.UT&íkt. í|ñ) P o s a li, e t re tá is, c ap . Orarás utriusqstz.
PARTE IL CAPÍTULO V. i n \

Pero en primer lugar se ha de reprimir la soberbia de algunos , que con 59-


v a n las
escusas procuran defender 6 disminuir sus pecados. Porque por exem- ^„°mü
as
pío', confesándose uno de que se arrebató demasiadamente de la ira , luego eíCcaisor
echa á otro la culpa oe esta irritación , quejándose de que Ríe primero inju.- con ios que
ríüdo por él. Debe ser pues amonestado este , de que esa disculpa es señal acusan sus
de un ánimo altivo , y de un hombre que , ó desprecia , ó ignora entera- pecadüS*
mente la gravedad de su pecado , y que mas sirven semejantes escusas para
acrecentarle , que para disminuirle. Porque quien así se empeña en defender
su hecho , viene en suma á decir, que será sufrido guando no le agravien,
que í k verdad no hay cosa mas indigna de un hombre Christiano. Poraue
debiendo sentir en gran manera la suerte de aquel que le hizo la injuria,
con todo nada se altera por la malignidad de aquel pecado , y echa toda la
ira costra su próximo : y habiéndosele venido á la mano una ocasión bellí­
sima , para poder servir á Dios con paciencia , y corregir á su próximo con
su mansedumbre , comuerte en su propio daño , lo que era materia de su
salvación.
Pero aun mas perniciosa se ha de juzgar la culpa de aquellos, que sor­ do.
prendidos de una vergüenza tima no se atreven a confesar los pecados. CÓ juo se
portará con
Conviene pues animar ¿ estos , preponiendo , y enseñármeles , que no hay jos cu¿ se
motivo para avergonzarse de descubrir sus vicios ; pues nadie se espanta avergüen­
ce que los hombres pequen : porque esta es una enfermedad común á to- ¡san de con­
dos , y muy propia de la fragilidad humana. O íros hay que ó porque fesarSgs Pe'
s o pusieron cuidado ni diligencia alguna en examinar su conciencia , ni
aciertan á escusarse ni aun siquiera por dónde empezarán á hacer la Confe- apercibí*
sica. Estos sin duda deben ser reprehendidos con mayor severidad 5 y cuse- ¿os.
darlos anee redo , que antes de venir ai Sacerdote , deben despertarse á sí
mismos con diligencia grande á formar dolor de sus pecados ; y que esto
ce sesera ninguna quede ser , si d o se procara reconocer cada uno en par­
ticular haciendo memoria de ellos. Y as: si conooere el Sacerdote que se­
mejantes nombres estío del todo indispuestos , los despedirá con e! mayor
agrado . y los exhortará á que tomen mas tiempo para reconocer sus pe­
cados , y que vuelvan después. Y' si acaso afirmáren que ya pusieron en eso-
d. cuidad© y diligenda posible ( como el Sacerdote ddbe temerse mucho que
una vez despedidos no han de volver) los oirá : mayormente si mostraren
algún deseo de enmendar la vida . y puedan ser reducidos á acusarse de su
descuido , y dieron palabra da saplir esa falta en otro dcmpo con tm. exa­
men mas cuidadoso y diligente, Pero en esto debe procederse con gran
precaución. Porque si habiendo oido la coníresies hace juicio , de que no
hubo del todo falta de diligencia en d penitente s asá para con&sar sus pe­
cado; , como para aborrecerlos y dolerse de ellos s le podrá absolver, Mas
ú echare de ver que le hika uno y otro . k propondrá , y k aconsejará,
qve exáminc mejor su condesda , como ya se d ito , y tratándole coo. la 6. i.
mayor blandura que pudiere e k despedirá. Cézi® ?e
Y porque á veces acontece que las megeres 5, habiéndoseles oivk®db al-
gUíri pecado grave en k Confesión que acihjm de hacer , no se a tra en W1C%0. i

v-tlrcr al Confesor s porque tesseu ó haceise «csípechosas con las gente? de ásgalas.
% 2 al-
CATECISMO ROMANO
na
«rancie maldad , 6 de que buscan el aplauso de singular virtud , se
v ? de ensañar muchas veces así en público como en privado, que ningu­
no tiene tan feliz memoria , que se pueda acordar de todos sus pensamien­
tos , palabras y obras. Y así que por ningún motivo se detengan en volver
al Sacerdote /siempre que se acordaren de algún pecado . que se ,es olvi­
dó Estas cosas pues y otras muchas como estas ooservaran ios Sacerdotes
en'la Confesión. Y con esto pasaremos a la tercera parte de la Penitencia,
eme $e llama. Satisfacción. . c .
Primeramente se ha de explicar d nomore y la naturaleza de la Sata-
Qué d e te ferien. Porque los enemigos de la Iglesia Católica han tomado de aquí « a -
decir don «„nde de disensiones y discordias con perjuicio gravísimo dei pueb,o
t i f acción c k m tia p o . E s la Satisfacción paga entera de la deuda. P orque ñaua h ita a
asi es CO- j aü£ £S su£ ¿ ente. y ¿sí quando hablam os de reconciliarse uno con otro,
T i S m l 't a á f o a r quiere decir, dar tanto al o tro , y an to puede bastar á un ánimo
tc-ia'de la airado , para quedar vengado de la miaña. Y asi SaUsfacam no os oira cota,
Cosíssíos. c¡uc recompense ds la injuria hecha é oiré. Pero por lo que teca z este lugar,
tos Doctores de las cosas divinas se valieron del nombre San facción s para
dedarar aquella recompensa ó paga , que hace d hombre á Dios por los pe­
cados cometidos. Y como en esto puede haber muchos grados , de aquí es
que *a Satisfacción se toma de varios modos.
^ ‘ Pues en hecho de verdad la Satisfacción primera y eminente es aquella,
por I£ qu2] se hizo colmadamente á Dios pago de todo quanto se k debía
s e 2a ios 5ectlo ¡a gj-avedad de nuestros pecados , aunque quisiera tratarnos con to-
do el rigor de su Justicia, Estafes la que hace á Dios propicio y aplacado
S ffio S - hacia esotros. Pero este solo la debemos á Christo Señor iraescro quien
cfcye'aigo- psssndo el precio por nuestros preades, satisfizo en la ^Cruz cumplidísima-
ua'racom- á Dios. Porque cosa ninguna criada podía ser de tanto valor , que
nGS Hb-ase de tan crecida deuda. Y como testi Sea San Juan : Este es d epts-
2°csa®' eetei&r de la i r a éd Padre yy d saisface por fados maestros pecados: 7
ssí& psr ks imesirm , sñ:« ¿¿rafea p r k s de codo d rsumssáes (r), Esta es pues
Ja siúsB cáon llena, cumplida, y que no solo iguala , mas sobrepuja mu-
ch0 £ h gravedad de todas h s maldades , que se hzn cometido eo d mon­
do : v sor cssvs virtud son ¿e mucho valor nuestras acciones en e! acata­
miento divino pero sin ella sosu é d todo indignas de alguna estimación. A
esto parece se enderezan aqueles palabras de David s quien contemplando
esto y y pregiintíudaíe á si* mismo : MÍiiffí w d. S á k r por todo ios
msusfuii’S l spe. « r ha íkeiha l nsda -pudo encentrar digno de tantos y tan gran­
des besK&jos > sise© esta Sasisfecbsi s b que expresó con d nombre de Cth-
!h ; y 3SÍ añadió : Tüsmesre d smlrz de !m .w hd , ¿ hmmaré d S íu f e d d S e-
dktr (&), H ay otro género de Sañsiicciocs que se llama Sa&éssca. Esta está de-
teTsriuada y se cumple es cierto esfsdb de tiempo. Y así está recibido por
uso muy atstigao de b iglesia , qoc quando son Im penitentes absudtos de
525. pirados * se h s impone aigotra. pena , cuyo csüEESpÜEnicnto ha sido ecs-
tse sb te Siscsfmáomi. Y e o s d. m ism o nom bre j a s a m o s tam bién í
PARTE II. CAPÍTULO V. j73
qudesquíer penitencias que hacemos por los pecados , no impuestas por d
Confesor , sino tomadas por nuestra voluntad.
Esta Penitencia tomada por nosotros en manera ninguna pertenece a la 0
penitencia , como Sacramento. Solamente debe ser tenida por parte del Sa- ia
cremento , la que diximos , que se paga i Dios , por los pecados , seña- cion perte-
lada por el Confesor, con tal que tengamos propósito firme y resuelto de neciente á
evitar los pecados en adelante con toda diligencia. Porque algunos la difinié- esTe Sacra“
ron de este m o d o : Satisfacer es dar á Dios tí honor debido (a). Y bien cía- meílt0*
ro es que ninguno puede dar á Dios el honor debido 3 sino el que resuel­
ve evitar enteramente los pecados. Asimismo : Satisfacer es cortar las camas
d¿ ¿es pecados, y no dar mirada ¿ sus sugestiones (b). Y conforme a esto
eíxéron otros : que ia Satisfacción era una purificación por la quai se lava
toda la inmundicia, que quedó en el alma per la mancha del pecado , y por
cuvo medio somos absueltos de las penas temporales que debíamos pa^ar.
Siendo esto as! , fácil será persuadir á Ies fieles . quán necesario es , el ó¿.
que Ies penitentes se excreten en estas obras de Satisfacción. Ha de enseñar- Qaando se
seles pues que dos cosas se siguen al pecado, que son la mancha. y h pena: Pef j oaa -a
y que aunque siempre que se perdona la culpa 3 se perdone también el cas- s^nípre
figo de muerte eterna , que debía pagarse en e! infierno , con todo eso no perdona ia
siempre sucede , como lo declaró el Concilio de Trento (c) que perdone el :em-
Scñor Iss reliquias de los pecados y la pena temporal que se debe por ellos. ? E”a_
De esto tenemos exe rapios claros en ¿as Escritoras Sagradas : como en el
Cspsmlo 3 del Génesis , en el i z y - o de Ies Humeros y en otros muchí- teiT¡3-
simes lugares. Pero entre todos es muy señalado é ilustre el de David : á
quien aunque habla dicho K aran : T a n m o c e l S e m a íe ha quitado ¿u pecado^
vb rmrirás (d) ; el sin embargo se tomó por sul maeo gravísimas pasas 3 im­
plorando días y noches la misericordia de Dios por estas palabras: L áva m e,
&ek@r , mas y mas de mi m&ldm, , y limpsame do mi pecado : porqssc ys am al­
3 y s í pecado siem pre está m d r a m i (e). Lo- que en esto pedís,
es m i deiiío
os que el Señor , oo solo le perdónese- el pecado , sino también la pena
debida por él s y que limpiándole de las reiqmhs de la -atipa, le restituye­
se al estado antiguo de su hermosura y purera. Y" aun pidiendo esto con
andas fervorosas , todavía le castigó el Señor ya osn la muerte del hijo ha­
bido del adulterio 9ya con la rebelión y muerte de AhsaJon , á quien ama­
ba bernamente s y ya ecn¡ otras penas y calassaidsdes 5 con que antes le ha­
bla amenazado. Iba el Exodo se lee tarnmen que aunque e! Señor aplacado
per las oraciones de Moys£s „ había ya perdonado al pueblo ei pecado de la
S&píbaría, con iodo eso smrpssó , que había de castigar con graves penas
Eas enorme deliro. Y aun el mismo Meyses afirmó , que le había de ven-,
gar su Magostad severísimamente hasta la tercera y qusrta generación (/}. Y
t&ut ks sido la deenríua espesada siempre en la Iglesia Católica por los; San­
tos Fadres; ccsn© se yrudba dbHdmsmeste ñor sos auioddadcs.
Y
lEt Asueínc ÜeL s. Cbcr Ursa feg. £¡r¡: Ses$. *4. cap. S.
3 í. Ue Fs3£irEí_ J>Ss5£. 3. Cap. ^dj'¡ 2. Eqg. sa. <Q?) Psafe. ¿o.
S&s-ssfhss&a. S bsíL 32.
CATECISMO ROMANO
m
66. Y qual sea la causa de que por el Sacramento de la Penitencia no se
Por qué
perdone toda la pena , como por el del Bautismo , esclarecidamente 3o ex­
no nos^per­
dona D ios
plicó el Santo Concilio de Trente por estas palabras : El orden. de la Justi­
jjó r la Peni­cia divina parece que requiere , que de una manera sean recibidos á la gracia,
tencia ente­ los que pecársn por ignorancia antes del Bautismo , y de otra los que una
ramente co­ vez ya rescatados de la servidumbre del pecado y del demonio , y recibido d don
mo por el
dd Espíritu Santo , no temblaron profanar á sabiendas el Templo de Dios yy en­
Bautismo.
tristecer al Espíritu Santo. Y á la divina Clemencia corresponde también , que
?io se nos perdonen con facilidad los pecados .sin alguna satisfacción : porque
no tomemos de ahí ocasión de juzgarlos por cosa leve ; y con injuria y ofensa
dd Espíritu Santo cay-gamos en otros mayores , atesorando ira contra nosotros
mismos para el dia -dd justo juicio de Dios (a).
Estas penas satisfactorias también sin duda alguna apartan sobremanera
del pecado á los penitentes , y los detienen como con un freno , y los ha­
cen Andar mas cautos y despiertos en lo por venir. Juntase & esto que estas
penitencias vienen a ser , como unos testimonios del dolor que tenemos por
los pecados que hicimos : y de este modo damos Satisfacción á la Iglesia,
croe está gravemente ofendida de nuestras maldades. Porque como dice San
Agustín : Efo desprecia d Señor el corazón contrito y humillado mas como
muchas veces el dolor dd corazón de um es oculto á los oíros , y no llega- d
mesticia de ■ellos ni por palabras ni por oirás señales ; ¿asi mucha razón señala-
rmt im Prelados de la iglesia tiempos de penitencia y para que se dé Satisfacción
a tez iglesia misma . m La qi¿at se pc& d-o.. m esos mismos pecados C^-
Sobre rodo lo dicho los escarnios de nuestra penitencia enseñan á otros
, <*7-
Obeoaprc- el modo con que deben ellos ordenar su v id a , y seguir la virtud* Porque
ireeioae á viendo las penas que nos ¿nerón impuestas por los pecados , advierten que
cct'úG maes­
tras pCEÍ- se debe vivir con gran cuidado y enmendar las malas costumbres. Por esto
leadzs. coa sumo acuerdo se observó en la Iglesia , que si tino cometía publica­
mente alguna maldad, se le impusiese penitencia pública : para que ame-
¿rentados los demás, evitasen los pecados con mas vigilancia* Y aun por pe­
cados c o ito s 5 que eran mas enormes 3 solía hacerse á veces* Pero en los pú­
blicos „ como di vimos ya , era cosa reatada que tales pecadores no fuesen ab-
sudltcs „ hasta haber cumplido la penitencia pública. Entretanto los Pastores
hadam oración á Dios por su salud , y no cesaban de exhortar a los peni­
tentes , á que mderao io mismo. E a este punto fue muy particular el cui­
dado y solicitud ¿e San Am brosio: de quien se refere , que á irmcMsrmos
que llegaban con ánimo eoduredéb á confesarse con ¿i , los ablandaba con
seis lágrimas de modo que concdbbes doler de Coetríde-a verdadera. Pero
despees se siles© tentó en la severidad de la disciplina antigua , v se resfrió
fs Caridad de manera , que ya muchos ee los Eeks piensen > une para al­
canzar d perdón de los pecados s s o es menester ¿olor ninguno interior dd
nSR. alma nn gfímdo dd. corazón „ y que ¿enea bastante eos sola la apariencia
F * J* ¿e penksritcs.
IFciAeisca. C brsegdíacs tcmPÍce por este suirsmicnto ¿e penas , hacernos semejan­
tes
¡fifi) Sccc.cc. sag-S. ií¡y¡ le. Esdfeír. cap.i%. babees" de PoeEit. ©ísE-m Cap. ln oetims.
PAUTE IJ. CAPÍTULO V. 175
tes conformes í nuestra Cabeza Jesu-Chrísto, en quanto él padeció y fue nos 2Sea,e.
ten tado (a). Porque como dixo S an Bernardo ; No cabe verse cosa mas áis- ja m o s s
forme , que un miembro delicada acharo de una cabeza coronada de espinas (//). Christo.
Y según el Apóstol : Somosjuntamente herederos con Christo , pero si padecernos
juntamente con él (c). Y lo que dixo en otra parte : S i morimos can é l , vivi­
remos con é l . y si sufrimos con él 3 también reinaremos (dj. ^
Dos cosas afirma también San Bernardo que se hallan en el pecado : la Cómo se
mancha, y la llaga (é) y que es cierto que por la misericordia de Dios se juntas aquí
lava en eí alma la mancha y fealdad de la culpa : mas que para sanar las aysericor-
liagas de los pecados es muy necesaria !a curación , que s: aplica por el re- y lusti_
medio de la Penitencia. Porque asi como curada una herida restan las ci­
catrices 3 que también deben curarse: ; así perdonada la culpa quedan por pu­
rificar en el alma las reliquias de los pecados. Claramente confirma esto la
sentencia de San Crisóstomo , guando dice : JVb basta sacar la saeta del cuer­
po : que también es necesario sanar la herida que abrió* Asi también en el alma
después de conseguido el perdón ¿el becado, debe curarse fo r la Penitencia ia lla­
ga que quedé (/). Porque muchas veces nos enseña San Agustín (g) que en ia
Penitencia se han de considerar dos cosas , ia misericordia de Dios , y la
justicia. La misericordia, con que perdona los pecados y las penas eternas
que merecían 5 y la justicia 5 castigando al hombre con penas temporales.
Últimamente la pena satisfactoria que se nos impone y admitimos , de- p^*ía
tiene los castigos de Dios , y las penas que nos nene aparejadas. A sí lo en- Penitencia
sena el A p ó sto l. cuando d ice: Si nos juzgásemos á nosotros misinos ? •cierto nos -ibra-
m seriamos juzgadas* Mes qmudo somos juzgados 3 sernos castigados por el Se- mosf & ]os
ñor ; para que e®seamos condenados con este nmndú* (i¿). Si estas' cosas se éxpli-
can á los fieles 3 no puede menos de excitarlos m uy mucho a abrazar las obras
penitenciales. >T1
Pero cuan grande sea la virtud y eficacia de esta Satisfacción, se co- p0r dónde
Jige de que teda depende del mérito de la Pasión de Christo- Señor' ones- son nues­
tro : de quien también conseguimos por estos axercicies virtuosos estes dos tr£S, obras
sesgadísimos bienes : XJito . que merezcamos los premios de la gloria eter-
m ; de modo que un vaso de agua fría que demos en su nombre 3 no
carezca de su galardón (?) : y otro , que satisfagamos por nuestros pecados.
Usía nuestra Satisfacción ea manera ninguna obscurece la períectísirua y 73.
coímsdírims Satisfacción de Christo Señor nuestro : antes acaece todo lo con- „ ka Sails-
trarib , que la hace mas esclarecida y mas ilustre. Porque tanto mas copio- ^
sa se descubre ser Es. grada, de Christo , quanto no solamente se nos como- se^desdora.
sue.srs las cosas que él solo mereció . sino también aquellas que ganó y pagó ?oríacees-
como C-sbeza para sus miembros , que son sos Santos y Justos. Y esta es á tr*.
fa verdad la causa y de que tengan tanto valor y dignidad las sedosaes jus­
tas 3" vnrtuosas de los buenc®. Perqac Christo Señor nuestro condauadassen-
iz eud difundiendo su grada en aquellos, ose están sóidos con él' por Ca-
r i-

■ { HebTasc-rsEEc g. de í f j HffiauiL So. ad PopsL


€A.-„ s~i. y-i S-OTv'j-. %. N -- Tim. a. í[g} Is palias go. (£'} Cor, 11.
is’í ¿asati. is Cwess D ueüs. Msttüs 2(3.
276 CATECISMO ROMANO
rielad s coaso Cabeza en sus miembros, y como vid en sus sarmientos. Y
esta gracia en realidad siempre antecede , acompaña y se sigue á nuestras
buenas obras ; y sin ella en manera ninguna podemos merecer , ni satisfa­
cer í Dios. Y de aquí es que nada parece falta á los Justos : pues con las
obras que hacen con ía virtud de Dios pueden satisfacer á la ley divina se­
gún la miserable condición humana } y merecer la vida eterna : la que con­
seguirán , si salieren de esta vida adornados con la gracia de Dios. Porque
sabida es aquella voz del Salvador: Quien bebiere del agua que y o le daré , nun­
ca jamás padecerá sed: mas d agua que yo le daré ? se hará en él una fuente
de agua que salle hasta la vida eterna fs}»
73* Dos cosas principalmente se requieren en la Satisfacción ; la primera : que
Qué COS3S el que satisface 5 sea justo y amigo ¿e Dios : porque las obras hechas sin fe
se req-sie- y s-n (qar]a2¿ de ningún modo pueden ser de su divino agrade. La segun-
tk : que se tomen aquellas obras , que de su naturaleza causen molestia y
¿-i S e - dolor. Porque siendo recompensaciones de las culpas pasadas , y como las
eloa. llama San Cypriano (é) Rcdealoras de los pecados 7 es del todo necesario que
tengan alguna aspereza. Aunque no siempre se sigue que los que exerciran
esas acciones penosas , padezcan sentimiento y dolor. Porque muchas veces
ó k costumbre de padecer , ó una Caridad abrasada hacia D ios, hace que
las cosas durísimas de llevarse , ni se sientan siquiera. Mas no por eso se
sigue de ahí que esas mismas obras sean menos eficaces para satisfacer: por­
que es propio de los hijos de Dios zoñaisarse en su amor y piedad de manera
que aun siendo atormentados con trabajos amarguísimos ? ó no sienten moles­
tia , ó lo sufren todo con la mayor alegría.
^ Alas enseñaran también los Pastores que todos los géneros de Sstisfac-
Qcíies clon se reducen principalmente á estos tres : Oración 5, r.yzzzz , y ümmm : per­
seas taso- q3e estos corresponden á tres géneros de bienes- que todos hemos recibido
^ ^ de Dios : ¿ saber h$ Uazcs dd •alma ,, b s ¿ d cuerpo , y las que Ha-
esan de fartam., Y a la verdad eo puede haber cosa ni mas acomaásda. ni
mas conveniente para arrancar las raíces de todos los pecados -*Porque siendo
iodo í® que iwy el mundo asdéems de is carne s cediese de ios ojos t y sober­
bia de la, mdc (r), es manifieste* que £ estas tres raíces de nuestros males de­
rechamente se oponen estas uros medhrioas , que $0® £ la primera el ayuno,
£ la segunda la bsnosoa , y la oracio® £ la tercera. Y £ mas de esto: Sí
mirarnos tambre® á los que son ofendióos por nuestros pecados , es Sed de
entender por qué se reduce roda Sztísraccion a estas tres cosas coa especia­
lidad. Porque estes son Dios 3, el prójimo y nosotros mismos. Pues á Dios
aplacamos coa la oracaoa 5 coa la Hracsma satisfacemos al próximo . y con
el ayuno nos castigamos £ nosotros mismos.
TS- Y porque son muchas y -varias las miserias , trabajos y cakmsdades , que
TsEíibás nos ©prime® sn esta victa. y se ha ce poner rsey especial cuidado- en cuse—
sassi Saris-
f^ctoizios dar £ los dides T que tienen ahí una asina muy rica para satisfacer por sus
ks trshz- pyCad-GS , y gpsm mucha glorra, llevando con paciencia todos los inform-
asas tdos y trabajos que Dios les ezrrib. Pero que los que llevan estas pendida-
V*2** 06 * des
lisera. ¥l JcaB a.4. ££) Eplstcú (r) r. Joaan. *,
FARTÉ II; CAPITULO V. 577
des con violencia y repugnancia 5 se privan de todo fruto de Satisfacción, y
no sacan otro , que llevar ios azotes y castigos con que Dios por sus jus­
tos juicios toma venganza de los pecados.
Pero.en lo que debemos engrandecer eos sumas alabanzas y acciones de ï«*
gracias la inmensa bondad y clemencia de Dios , es en haber concedido á Faede uno
la fragilidad humana, que pueda uno satisfacer por otro. Esto únicamente SEtisracec
orro;
conviene á esta tercera parte de la Penitencia : porque tocante í la Contri- pero nodo-^
clon , y Confesión , ninguno puede dolerse , ni confesarse por otro ; pero Jerse 7 ó
todos los que están en gracia de Dios pueden pagar unos , lo que otros de- confesarse,
ben a su Magestad: y así en cierto modo vienen á llevar, unos los cargos de
los otros (<£). Y acerca de esto ninguno de los fieles debe poner duda : pues
confesamos en el Credo la Coomniún de los Sardos» Porque renaciendo to­
dos para Christo lavados con un mismo Bautismo , siendo participantes de
unos mismos Sacramentos , y sobre todo alimentados con la comida y be­
bida de un rakmr» cuerpo y sangre de Christo Sedar nuestro , esto demues­
tra clarísimsinente que todos somos miembros de un mismo cuerpo. A sí pues
como el ole no se mueve por sola su autoridad , sino también por la de los
ojos , ni ©tos tampoco ven f mirando á solo su provecho propio , sino al
bien común de todos los miembros ; así deben tenerse por comunes entre
nosotros todas las obras de Satisxaccioo.
Pero aunque esto sea a s í, todavía tiene su limitación s atendidos todos 77*
No son co—■
los provechos que la Satisfeodoá produce» Porque las obras satisfretonas son5 manes co­
como d e m s medicinas y curaciones , que se aplican al penitente „ para sa- dos ios fre­
nar les afectos viciados de su alma. Y es marufaesto que los que no saiisía- tos is
ces por sí mismos 5 enteramente se privan de ©te fruto. Y estas cosas per- C an sía©
temeíeotes a las tres partes de la Penitencia 3 Cúxirzri&a T Confesw.n y y Salzs-
pstdsm se explicarla por los Pastores con la extensión y claridad posible. ^
Pero ante todas cosas lo que debe observarse por los Sacerdotes © que ^
oida la Confesión y intes que absuelvan ai penitente de sus pecados y mi- ssr absuel—
rea coa diligencia , si acaso hizo algún daño a su próximo en hacienda , ó to cí que
¡es honra , ¡de suerte que por elfo deba ser jcstaoicete condenado „ que lo ho qsiere
recompense con una muy cabal Satísfrccion- Porque ninguno debe ser ab- restituir.
saeit© , sin qae prometa dos© restituir lo que frare de cada uso. Mas por­
que hay muchos que aunque prometan con toda franqueza que pegarán lo
que deben 5 con todo eso se ve por sus obras que nunca lo cumplen ; es­
tes precisamente han de ser obligados £ restituir : y se I© ha de recargar
muchas vas© con aquello del Apóstol - £i §®r koir&dra 5 m hurte ya „ antes
tsrdksjje eAremd® por $®$ •s&mam y i® que © fase» 3, psr® que tenga em fv&e se>mr-
rer * ®i ¡omc psi&te neeesiéaé- £í).
Acerca de imooner las penitencias tengan cn tesd d o los Sacerdotes , que ^ f 5~
S3tí
nada se ha de establecer por se arbitrio ; sin® que todo debe ir gobernado de-
per la justicia , Is pradssdb y la piedad. Y para que se vea que miden los be imt?®-
pscsdbs por esta regia a y conozcan mejor les penitentes la gravedad de sus ^yseaspe-
mséñzsks 9 fraporthed m sidasm o dodrl© algunas vcc© * qué peoisesacias son Qti=CL4*
a las
{©} ¡5. 0j Sebes, a.
I 7S CATECISMO ROMANO
las que están señaladas á ciertos delitos por los- snrjgos Cánones , que m -
man" jjmkenciaks: pues de esa manera lá; calidad de -la culpa será la regla,
con que se midan rodas las satisfacciones. Pero' entre tedas ellas será m u y
conveniente mandar á los penitentes, que en ciertos y determinados dias se
empleen en oración y que rueguen^á Dios p e r io d o s , y en particular por
las benditas ánimas del purgatorio, lambien será muy importante exhortar­
les , á que abracen con gusto y repitan muchas veces las penitencias que les
Impuso el Sacerdote, y que ajusten de modo sus -costumbres que cumpli­
das cabalmente todas las cosas que pertenecen ai Sacramento'de la Peniten­
cia con todo eso nunca dexen de continuar con los exercicios de ella co­
mo virtud.
Y si en alguna ocasión se hubiere de imponer por algún pecado públi­
co penitencia publica , aunque el penitente la rehúse , y pida se la quiten,
no ha de ser oido con facilidad ; antes se le debe persuadir , que reciba con
ánimo pronto y alegre tales penitencias 5 pues nan de ser saludables -así para
¿1 , como para' los otros. Estas son las cosas que del Sacramento de la Peni­
tencia , y de cada una de sus partes ensenarán de modo , que no solo las
entiendan con perfección los Seles , sino que mediante la gracia de Dios ,$e
resuelvan á ponerlas por obra, santa y religiosamente.

CAPÍTULO VI.
DEL SACRAMENTO DE L A EXTREMA-UNCION.
T-
T’ar qaé los oráculos de las Escomías divinas nos dan este documento : Es
los PaSiG- & £ d a s t u s ú h r m a c u é r d a t e d e í m p e t í n n ñ c n a s , j n u n c a j & m á s p e c a r á s (o). Tá­
jsss deibeii citamente se amotesta á los Párrocos 3 que en tiempo ninguno se ha de be­
erass¡r- eos sar de exhortar al pueblo ñ d á cae ande en meditación continua de la
—nC'-Z
d* este Sa- muerte. Y como d Sacramento de la Extrema-Unción- no puede menos de
traer consigo b¡ memoria de ese último día ; racil es de entender , que se
Ba ce tratar de el con frecuencia : asi' porque conviene en gran manera des­
cubrir y explicar íes místenos de las cosas conducentes para la sal'vadeo:
como también porque considerando los beles la necesidad de morir en que
todos nos vemos ? refrenarán sus depravados apetitos. Y de aquí sacaran que
en ves de asustarles la memoria de la muerte , den gracias inmortales a
Dios 9 qtiien así como nos abrid la puerta para la verdadera vida por el Sa­
cramento d d Bautismo , así también ínsdtuvó el Sacramento de la Extrema-
Ondea „ pana que al pardr ¿le esta d e a mortal tuviésemos mas despejado eí
JPar qsé camino para d C ld b .
ese* Saeta- Pijes a hn de exponer aquí las cosas que son mas necesarias para esta,
aresteTí ¡se explicados ost con d mismo orden que se ha guardado en los demás Sa-
jjihsaaaiVx—
etscnieFsKss : pmmeramente se isa ce entesar qne este Sacramento fue.franmbo-
Z L r ü L x c 5 parque de tedas las sagradas unciones , que nuestro Selvas
tior
bb iucdL i.
PARTE ih CAPÍTULO VI. '-m
dor y Señor encomendó á su Iglesia , ésta, es da última que debe adminis­
trarse- Y por esto la llamaron también nuestros mayores Sacramento de unción
de enfermos 5y Sacramento de moribundos: por cuyas voces fácilmente podrán
los fíeles acordarse de aquel ultimo trance.
Y en primer lugar ha de explicarse que la Extrema-Unción es verdade- £a Eiure-
ra , y propio Sacramento. Esto se hará claro si atendemos á las palabras con ma-Unción
que el Apóstol Santiago promulgó la ley de este Sacramentó. ¿ Enferma} es verdade-
dice, alguno míre vosotros i ¿lame á ¿os Presbíteros de la Iglesia , y hagan ora- ro
ro
meato.
don por él , ungiéndole con oleo en nombre del Señor yy la oración de la fe sa­
nará al enfermó , y lo aliviará d Señor, y si está en pecados , se le perdo­
narán (a). porque afírmando el Apóstol que se perdonan los pecados , en
eso mismo declara la virtud y naturaleza del Sacramento. Esta fue la doc­
trina perpetua de la iglesia Católica sobre la Extrema-Unción : como lo afir­
man muchos Concilios , y ae tal manera lo declaró d de Trem o , que ana­
tematizó á los que se atreviesen á ensenar ó á sentir otra cosa (£). Y tam­
bién Innocencio I. encomienda muy mucho este Sacramento á les fieles (c).
Enseñarán pues constantemente los Pastores , que la Extrema-Unción 4-
es verdadero Sacramento , y no muchos smo taso , aunque se administre por Aim otie
muchas unciones , á cada una de las anales se han de aplicar propias ora- las íiacio-
clones y forma especial. Pero es uno , no en ia eonrmuacion de partes que no c’n2S €¡ s a-
puedaa dividirse , smo en la perfección : como lo son todos los demás com- c ra a e a to
puestos que constan de muchas partes.. Ponqué así como una casa com- 65 r e ­
puesta de muchos y diversos materiales solo- *se perficiona. por una forma;
asá este Sacramento aunque se compone tíe varias cosas y palabras. con to­
do eso es una sola señal , y tiene la eficacia de h. fínica cosa que significa,
Y asimismo enseñarán los Párrocos, guales sean las partes de este Sacra­
mento 5 esto es 5 su materia , y form a: pues no se le pasaron aí Apóstol San­
tiago , y en cada una de ellas hay sus misterios que ootar.
E l demento pues ó la materia de este Sacramento , como lo decretaron
Jos Concilios , y señaladamente el Tridenrino (4 ) es ei oleo- consagrado- por el
Obispo, Esto es el Isqoor exprimido , no de quriqtñer materia pingüe y era- ¡a Enra­
sa ; sino fínicamente del fruto de las olivas. Y m uy al propio significa esta c u - ü a -
materia, lo que interiormente se obra en el alma por virtud de -este Sacra- rioa.
mento. Porque así como d aeeytc es muy provechoso- para mitigar los do-
leves ¿sel cuerpo , asi la virtud de este Sacramento disminuye k tristeza y
ddhsnes del alma. ES aceyte también resdtuye h. salud , causa alegras. a es ce­
bo de Is fez y y además de esto es muy á propósito para reparar las fuer­
zas del cuerpo irrigado» Y" todas estas coses declaran lo que hace en el eo ter­
mo la virtud cEvfíu .por smedib de este Sacramento. Y esto baste sobre la
materia.
La forma d d Sacramento son las palabras.. y sctidla orados solemne, Q^á/sea
que risco d Sacerdote £ cada usía de las unciones „ quanab rice. P&r esta £¿1-5*22de
s*i8s&a mctmsi U ferdmz Uñas ñ&sí® h ¡qsn jpems&c pw vki® da ios ®j¡®$ , éc las este Sacra-

*—* SuS-SnD¿5„
_ íí?) J&c®k e. {&} Sisa. 24. de Ex&es&a- (g-v ü riste L r. cap. S. tice sapra,
L;edss. cap. s. esa. 2.
iSo .CATECISMO ROMANO
narices. é del tacto 3 éc, Y que ésta sea la verdadera y propia forma de este
Sacramento , lo significa el Apóstol Santiago , quando dice : Y hagan ora­
ción por él: y la oración de la fe sanará al enfermo. Por donde se puede co­
nocer , que esta forma se debe pronunciar por modo de oración. Y aunque
no expresó el Apóstol las palabras iixas que debían decirse ; pero esto liego
hasta nosotros por fiel tradición de los Padres : de manera que todas las Igle­
sias retienen esta forma de que usa la Santa Iglesia de Roma , Madre y
Maestra de todas. Porque aunque algunos mudan algunas palabras , como
en lugar de Indulgeat y decir Remitíat , vel Parcal , y tal vez Sanet 5 quidquid
commissisti, con todo eso como en la sustancia no hay variación ninguna 3 es
manifiesto que se guarda por todos religiosamente una misma forma.
Y no debe extrañarse que se estableciese , que la forma de otros Sacra­
7*
Por qué mentos , ó absolutamente signifique lo que hace : como quando decimos: Yo
se hace esta te bautizo , ó te sello con la señal de la Cruz ; ó se pronuncie por modo im­
forma por perativo : como quando se dice , administrando el Sacramento del Órdcn:
modo de­ Recibe la potestad : y sola esta forma de la Extrema-Unción se hace por mo­
precatorio.
do deprecativo : pues esto se ordenó muy justamente. Porque como este Sa­
cramento se da , para que además de la gracia espiritual que comunica , res­
tituya también la salud á los enfermos , y no siempre se sigue que-mejoren;
por esto se hace la forma á modo de oración : á fin de que alcancemos de
la benignidad de Dios , lo que no suele obrar con orden constante y per­
petuo la virtud del Sacramento. Anadeóse también algunos ritos propios en
ia admistracion de este Sacramento : pero la mayor parte consiste en ora­
ciones que el Sacerdote hace, para alcanzar la salud del enfermo 5 pues no
hay otro Sacramento que se administre con mas oraciones : y ciertamente
con mucha razón: porque en ese tiempo especialmente deben ser ayudados
Jos fieles con piadosas súplicas. Y asi todos los que se hallen presentes y en
especial los Párrocos, deben orar á Dios con todas veras 3 y encomendar con
gran fervor á su misericordia k salud y la vida del doliente.
8. ' Habiéndose pues demostrado ya , que con toda verdad y propiedad debe
Q u ién ins­ contarse la Extrema-Uncíon en el numero de los Sacramentos, síguese tam­
titu y ó este
S a c ram en ­ bién que su institución dimanó de Christo Señor nuestro : la quaí después
to . fue propuesta y promulgada í los fieles por el Apóstol Santiago. Aunque
el mismo. Salvador parece dio alguna muestra de esta unción , quando en­
vío sus discípulos de dos en dos delante de sí : porque de ellos escribe el
Evangelista de este modo : Y saliendo predicaban que hiciesen penitencia * r echa­
ban fuera muchos^ demonios 5 y ungían am oleo muchos enfermos , y sanaban (e),
-pues esta unción sin duda se ha de creer , no que fue Inventada por los

para.sanar los cuerpos. Así 3o afirman los Santos Doctores Dionisio- , Ambro-
;jsio; :Chdsosromo 3, y Gregorio el Grande : de suerte 3 que en manera ninguna
■ se. na de dudar 5 que debe recibirse este Sacramento con suma veneración,.
vCpmo e s o de ios siete de la Iglesia Católica.
^ Ver
Mare. ¡?.
PARTE II. CAPÍTULO VI. i$i
Pero se ha de enseñar á los fieles , que aunque este Sacramento pertene­
ce á todos, se exceptúan algunas suertes de hombres , á quienes no - se "pue­ Á quiénes
de administrar. Primeramente se exceptúan los que están sanos y buenos, se haya de
porque á estos no se ha de dar la Extrema-Unción : como lo enseña el Após­ dar'la E x —
tol , quando dice : Está enferma alguno entre vosotros* Y la razón lo muestra: trema-U li­
ción.
porque fue instituido, no solo para remedio del alma , sino también del cuer­
po , y como solo los que padecen enfermedad necesitan de curación : por
esto no se debe administrar este Sacramento 3 sino á los que parece estar
postrados tan de peligro , que es de temer les inste el último dia. Pero en
esto pecan gravísimamente , los que para ungir al enfermo suelen aguardar
á aquel tiempo , en que perdida ya toda esperanza de salud , empieza á pri­
varse de vida y de sentidos. Porque es constante que para que recíba mas co­
piosamente la gracia del Sacramento , importa muchísimo ungir al enfermo
con el sagrado oleo , quando esta todavía en su entera razón y juicio , y
pueda recibirle con fe y voluntad mas devota. Y por tanto han de adver­
tir los Párrocos , que en aquel tiempo señaladamente han de aplicar esta ce­
lestial medicina ( la qual á la verdad siempre es muy saludable por sí mis­
ma ) quando entendieren será mas provechosa , acompañada de la piedad y
devoción de aquellos que han de ser curados.
A ninguno pues que no padezca grave enfermedad es lícito dar este Sa­
cramento 5 aunque se halle en peligro de la vida , ó porque emprende una
navegación arriesgada , ó porque entra en una batalla , donde le amenaza una
muerte cierta , o también porque sentenciado á pena capital . es ya arreba­
tado al suplicio. Asimismo todos los que carecen de uso de razón , no son
hábiles para recibir este Sacramento ? como ni ios niños que no cometieron
pecado , cuyas reliquias sea menester sanar con el remedio de este Sacramen­
to. Los locos y furiosos tampoco , sino es que alguna ve2 tuviesen uso de
razón, y mostrasen entonces piadosa voluntad, y pidiesen ser ungidos ccn
el sagrado oleo : porque el que nunca desde su nacimiento tuvo razón ni
juicio, no ha de ser oleado. Pero si se dará la santa Unción al enfermo que
la pidió en su sano juicio , y después cayó en algún delirio ó frenesí.
Mas no ha de ser ungido todo el cuerpo ¿ n o solo aquellas partes , que la xo*
Q ué parres
natura!cza dio ai hombre como instrumentos de los sentidos : qaales son los dei cuerpo
ejes por el ver , las orejas por el oir , las narices por el oler , la boca por deben ser
el gustar y el hablar , y las manos por el tocar : porque aunque el tacto ungidas.
■ está repartido por todo el cuerpo ; está en las manos mas vigoroso'. Este es
el rito de ungir que retiene la Iglesia universal. Y es muy correspondiente
á la naturaleza de este Sacramento : porque es- á modo de medicina. Y como
es las enfermedades de! cuerpo- * aunque todo él este mal humorado , con
todo eso solo se aplica la curación á aquella parte , de donde nace la 'enfer­
medad 3 como de fuente y eriges : así tampoco- se unge todo el cuerpo,
sk o solo aquellas partes 5 dbsde reside principalmente la fuerza del sentir.
Y por -sto se ungen también los riñones , que son como eí asiento del de-
k y te sensual : y asimismo ios pies que son d princìpio de andar y de mo­
vernos de iin lugar á otro.
Feto acerca de esto es menester observar , que en una misma enfer­
me-.
i8a CATECISMO ROMANO
La Extre- .medad , y estando el doliente en el mismo peligro de muerte , solo una vez
ma-Undoft ha de ser oleado. Pero si después de recibida esta unción convalece, quar.-
puede reí- ^35 veces cayere en el mismo peligro , otras tantas se le puede aplicar el so—
tetarse. corro' del mismo Sacramento. De donde consta que debe contarse por uno
de aquellos Sacramentos , que se pueden reiterar.
22* y porque debe cuidarse con la mayor diligencia , que cosa ninguna in>
■De.I^on pida la gracia del Sacramento , no.habiendo cosa que le repugne tanto, co­
co ay ue de- rao la conciencia de algún pecado m ortal; se ha de observar ia costum-
'be recibir- bre perpetua de la Iglesia Católica , de que antes de la Extrema-Unción
se es:e Sa- se administren los Sacramentos de la Penitencia , y Eucaristía. Y luego pro-
cramento. curar¿n ¡oS párrocos persuadir al enfermo, se ponga en manos dei Sacerdo­
te , para ser ungido con aquella fe , con que antiguamente se ofrecían á los -
Apóstoles , los que habían de ser sanados por ellos. Primeramente se ha de
pedir la salud del alma , luego la del cuerpo con la condición de que haya
de servir para su salvación. Y no duden los fieles , que serán oidas por el
Señor aquellas santas y solemnes oraciones , que dice el Sacerdote no en su
nombre , sino en el de toda la Iglesia y en el de nuestro Señor Jesu-Christo,
Y con esta consideración han de ser exhortados muy en particular , í que
cuiden se les administre santa y devotamente el Sacramento de este tan saluda­
ble oleo , quando advirtieren , que se van entrando en lo mas recio de la
lucha , y q ue les van faltando las fuerzas, así del alma , como del cuerpo.
*3* Ahora: quien sea el Ministro de la Extrema-Unción , del mismo Após­
Quién es tol , que promulgó la ley del Señor lo habernos aprendido: porque dice:
e! Ministro
•isie Ss- Lláme á los Presbíteros : pues por este nombre no señala á los mas abanta­
a aie neo. dos en edad , como sabiamente lo expuso el Concilio -de Trento (fi) , ni á
los principales de la República ; sino 4 los Sacerdotes legítimamente orde­
nados por los Obispos mediante k imposición de las manos. El Sacerdote
pues es el Ministro de este Sacramento. Mas por decreto de la Santa Iglesia
no es lícito ¿ qualauier Sacerdote administrarle, sino al propio Pastor, que
tiene la jurisdicción , ó á quien él concediere facultad para hacer sus veces.
Pero debe advertirse muy en particular que en esta administración ( como
en la de los demas Sacramentos ) no representa el Sacerdote su persona , sino
la de Chrisío Señor nuestro - y la áe h Santa Iglesia , su Esposa.
14. También se han de explicar c o e singular cuidado las utilidades que per-

condición , que casi todo lo medimos por nuestro provecho. Ensenarán pues
los Pastores que en este Sacramento se da la gracia que perdona los peca­
dos , y en especial los leves que se llaman veniales ■ porque los mortales se
quitan por el Sacramento de k Penitencia. Ni este Sacramento fue prime­
ramente insumido para perdonar pecados mortales. Solo ei del Bautismo , y
el de la Penitencia hacen esto por su propia virtud.
Otra utilidad de k sagrada Ucdon es librar al alma del caimiento y debili­
dad que oosxraxo uc los pecados y de todas las demás reliquias de ellos ? y no ca­
be
•A) Sess. 14. ¿e Extreu?. cap, 3.
PARTE II, CAPÍTULO VI,
be tiempo mas oportuno para esta curación , que quando nos yernos afligi­
dos de grave enfermedad, y amenaza peligro de la-vida. Porque es natural
en ei hombre no temer en las cosas humanas otra ninguna tanto como la
muerte. Acrecienta sobre manera este temor la memoria de las culpas pa­
sadas : mayormente quando nos aprieta la gravísima acusación de nuestra
conciencia : porque escrito está : Vendrán tímidos al pensamiento de sus pe­
cados ,y testificarán contra ellos sus maldades (a) . .
Además de esto los'congoxa con' vehemencia ‘ el cuidado y consideración
de que de allí í poco deben presentarse ante el Tribunal de Dios , quien ha de
pronunciar de nosotros sentencia justísima , según lo hubiéremos- merecido.
Y muchas veces acaece , que atemorizados los heles con este terror , se sien­
ten acosados de muy raros modos. Pero nada es tan provechoso para, la
serenidad de la muerte , como desechar la tristeza:, esperar con ánimo ale­
gre la venida del Señor, y estar apercibidos para volverle con toda volun- .
taá nuestro depósito , siempre y quando se sirviere pedirle. Pues el Sacra­
mento de la Extrema-Unción es , el que hace que se libren las almas de
los heles de esas inquietudes , y que su corazón sea henchido de una alegría
santa y piadosa.
Sobre todo lo dicho conseguimos también por este Sacramento otro.- be- /.<-
neíicio . que con mucha razón puede estimarse como d mayor de todos. y ‘c ""fb
? ” . , , , í . . J ehai-E^s qsí
Nunca el enemigo del hnage humano cesa de maquinar nuestra muerte y ¿eU;Criioen
rom a, mientras vivimos en este mundo. Pero en tiempo ninguno echa todo aqueha ho-
su esfuerzo con mas furia por perdernos del todo , y arrancarnos , si le fue- ra*
ra posible , la esperanza en la misericordia de Dios , que quando vé acercarse
el ultimo día de ia vida. Y por tanto se provee á los fieles-de armas y fuer­
zas por este Sacramento , con las quaies puedan quebrantar la batería y el
ímpetu dei enemigo , y hacerle vigorosa resistencia. Porque con esa gracia
se conforta y se alienta el alma del enfermo con k esperanza en la bondad
de Dios , y esforzado con e lla , lleva con menos trabajo todas las molestias
de la enfermedad , y burla mas fácilmente k s artes y astucias del demonio,
que le acecha al calcañal (¿).
Ultimamente causa este Sacramento , si conviene-, ía salud del cuerno. Y

del alm a, deben tener- ios heles esperanza-,firme de que ía con se?
rirtud de este .sagrado o le o , y d eq u e si -llegan á morir.,''.per­
ci­
bís) Sapíean 4. ■ {&) Genes. 3, (c) Macth. 13.
284 CATECISMO ROMANO
cibirán el fruto de aquella voz divina : Bienaventurados los muertos que mueren
en el Señor (a). Estas cosas se lian dicho brevemente sobre el Sacramento
de la Extrema-Unción. Pero si declarasen los Párrocos estos mismos puntos
con mas extensión , y con la diligencia que conviene, no se ha de dudar
que de esta doctrina percibirán los heles frutos muy abundantes de piedad.

C A P Í T U L O VIL
DEL SACRAMENTO DEL ORDEN.

I. se pusiere alguno á considerar con cuidado la naturaleza y condición


P o r qué de­
de los demás Sacramentos , Juego echará de ver , que en tanto grado de­
ben ios Pár­
rocos ex­ penden todos ellos del Sacramento del Orden , que sin él en parte de nin­
plicar coa gún modo pueden hacerse ni administrarse , y en parte se verán carecer de
cuidado ia lo solemne de las ceremonias , y de Jo religioso de su rito y culto. Por es­
doctrina de to es necesario que los Pastores , siguiendo la doctrina comenzada de los Sa­
este Sacra­
cramentos , juzguen muy de su cargo tratar también con diligencia grande
mento.
del Sacramento del Órden. Porque esta explicación será muy provechosa pri­
meramente para ellos mismos , después para todos los que han abrazado el
estado Eclesiástico , y últimamente para rodo el pueblo. Para ellos , porque
quanto mas trataren de estos puntos 5. mas se conmoverán á despertar en sí
la gracia que consiguieron por este Sacramento. Para los que son llamados
aí estado Clerical será provechoso , ya para que se exciten con los mismos
afectos de piedad , y ya para que se instruyan mejor en el conocimiento
de aquellas cosas, que les faciliten di camino para ascender á ios demás gra­
dos. Y en fin á todos los fieles : lo prim ero, porque entiendan de quanto
honor son dignos los Ministros de la Iglesia : y además de esto porque ma­
chas veces acontece estar presentes muchos que ya por la esperanza destina­
ron sus hijos, aun todavía pequeños . al ministerio de la Iglesia , u otros que
¿e su buena volastad quieren seguir ese género de vida : y no es razón
que ignoren -ee masera ninguna Es cosas principales que este estado requiere.
Primeramente pues se ha de enseñar á los fieles . qoan alta sea la digni­
Hosay dig- dad y excelencia de este instituto v si miramos á su grado supremo , cue es
sidad es la el Sacerdocio. Porque siendo los Obispos y Sacerdotes como- Intérpretes y
sierra mas Embaxadores de D io s , que enseñara en su nombre la divina ley , v las re­
exceleste glas de bies vivir , y que hacen las veces del mismo Dios en ía tierra , es
qae el Sa—
ceráod©. manifiesto que es tan encumbrado su oficio , que no se puede excogitar mas
alto. Por esto justa mente soa llamados no solo Angeles (&} , sino cam­
bien Dioses (f) y pues tienen entre los hombres la virtud y poder de Dios
inmortal. Y si bise era todo tiempo bao obtenido la dignidad suprema, to­
davía los Sacerdotes del nuevo Testamento aventajan mucho en- honor á
todos los demás. Porque la potestad qas les es conferida , así de consagrar
y ofrecer d cuerpo y sangre fie nuestro Señor , com o de perdonar pecados,
no
ApocaL 14- (ñ) 3£=ladu 7. (c> Easd. zz.
PARTE II. CAPÍTULO VII. 185
so solo no tiene Igual. ni semejante en la tierra 3 sino que sobrepuja toda ra­
zón é inteligencia humana.
Peinas de esto asi como nuestro Salvador fue enviado por el Padre («),
y los Apóstoles y discípulos fueron enviados por Christo Señor nuestro a Quiénes
todo el mundo (}) , así cada día son enviados los Sacerdotes dotados de la soa los lla~
misma potestad que ellos, para la consumación de ios Santos en la obra del S&cerdtn
ministerio para la edificación deí cuerpo de Christo (c). A ninguno pues de- cioyminis-
be imponerse temerariamente la carga de tan alto oficio , sino solo á aque- teños Ede»
líos que puedan sostenerla con la santidad de la vida , con la doctrina 9fe y Clásticos,
prudencia* Porque ninguno se tome d honor para s i , sino eí que es llamado
Por D ios, como Aaron (d), Y son llamados por Dios , los que son llamados
por los Ministros legítimos de la Iglesia. Porque de los que se íoxieren 3 y
se introducen con arrogancia á sí mismos en este ministerio , se ha de enten­
der aquel dicho del Señor : N o enviaba yo d los Profetas s pero ellos corrían (¿)s
que no cabe raía de hombres ni mas infeliz , ni mas miserable , ni mas per­
niciosa para la Iglesia de Dio. . _ ,. .
Y porque al emprender qualquie:.' acción importa muchísimo mirar qual q 0-T ^
es el fin que se propone cada uno ( porque asentado un buen fin , todo lo trsbien
demás sale muy ajustado) ? esto es lo primero que se debe advertir á los que quiénmal
y
aspiran á los Sagrados órdenes : que no se propongan cosa indigna de tan ai- en f . Sa~
to emnleo. Y con tanto mayor diligencia debe tratarse este punto 3 quanto csrQQCí0*
mas gravemente suelen en esto'’1 tiempos pecar en él los fieles. Porque unos
se inclinan í este tenor de vida 5 para tener k comida, y 'vestido necesario:
de suerte que ninguna otra cosa, parece miran en eí Sacerdocio 5 sino la ga­
nancia , como se mira en el mundo qualquicr ohcio mecánico. Y aunque*
SCcMvn sentencia ce! Apóstol * mande la naturalesa y ley divina : £h¿ d que
sirve al aliar , viva del altar (/} : sin embargo sacrilegio gravísimo llegar­
se si altar oor intereses y logros. A otros lleva al orden Sacerdotal la am­
bición y apetito de honras. Otros quieren ordenarse per abundar en rique­
zas : de lo anal es prueba clara, que si no se Ies confiere algún beneficio
pínriíe de la" Iglesia . ni se acuerdan siquiera de los Sagrados órdenes. Es­
tos son los que llama nuestro Salvador mercensnes (g) , de quienes decía Eze-
ouid s fs* se apaocstiaban a si mismos y no dios üvgas (k) , cuya vileza y per ver-
s i ^ 30 solo obscurece el orden dei Sacerdocio: „ tanto que vienen a ser el
oprobrío y desecho en el pueblo Cfiristisno , sino que hace también que n c
saepes dios mismos del Sacerdocio, riso lo que Jucas de la dignidad del
Apostolado , que rué su eterna perdición. Solo pues de aquellos se dice con
verdad , que entran en la Iglesia por ia puerta 3 que son Mamados legítima­
mente por Dios , y reciben le s esfid o s Eclesiásticos por la única causa de ser­
vir al honor de su Magostad- i i ^ g.
Mas no se ha de entender por lo dicho , que no esté impuesta í todos Qüáíi:e
igualmente usa «*^<*3*» ley* Porque todos los hombres únicamente fueron
criados m ra servir i D io s : J espedsthseuBe los Seles que han conseguido la ¿ r i t e s
aa gra- ere los de—

&
J e e a . 3. (5) IH L s s . (c) Ejfess. %
He&c.s* <& J « a ^ ■&
(f)
(e) Jtszza. £3. t.
34 *
Cariara. p, masádes.
x 86 CATECISMO ROMANO
gracia del .Bautismo , lo deben cumplir de todo corazón , eon toda el alma,
y todas sus,fuerzas. Pero los que quieren consagrarse á Dios por el Sacra­
mento fiel Orden , es menester que se propongan , no soio buscar en todas las
cosas la gloria de Dios ( lo qual es constante , que es común á todos y muy
! ' particular" á los fieles) , sino también que como destinados á algún ministerio
: ' cierto de la Iglesia, le sirvan en justicia j santidad. Porque así como en
i*;....- Un Exército todos los Soldados están obedientes á las leyes del Emperador;
?■ '■ ■ ■ pero entre ellos uno es Capitán, otro Coronel , y otros- exercen otros ofi-
; ' d o s ; así aunque todos los fieles deban seguir con todo desvelo las obras de
piedad y de innocencia , con las quales principalmente se sirve á D io s; con
todo eso los'que han recibido el Sacramento del Orden , deben cumplir
en la' Iglesia algunos especiales cargos y oficios. Porque ellos hacen sacrifi­
cios por sí , y por todo el pueblo. Ellos ensenan las obligaciones de la ley
de Dios , exhortando y moviendo á los fieles á cumplirla con alegre y de­
vota voluntad , y administran los Sacramentos de Chrisro Señor nuestro , por
los quales se da y se acrecienta toda gracia. Y en una‘palabra , ellos son los
que separados del resto del pueblo , se emplean en un ministerio el mayor,
y mas alto de todas. Y explicadas estas cosas , pasarán los Párrocos á ense­
nar aquellas que son propias de este Sacramento : para que entiendan los que
quieren seguir el estado Eclesiástico , ¿ qué suerte de ofició -son llamados,
y qué potestad es la que se ha dado por Dios á la Iglesia , y á sus Mi­
nistres.
6. Esta potestad es de dos manera : una de orden s y otra de jurisák-
Be cuán- don, La potestad de orden se endereza al verdadero cuerpo de Chrisro Señor
ras maneras aK£s-ro en la Sacrosanta Eucaristía. Mas la potestad de jurisdicción toda se
IS.pOt.CS* _ . * / i ¿ni *■ / x
rad Ésle- eEi?3c3 en el cuerpo místico de C ansío : porque s ella, pertenece gobernar
ézsziea. y dirigir al pueblo Christisno , y encaminarle a la celestial y eterna bien­
aventuranza,
y. Esta potestad de orden no- solo- contiene virtud y facultad de consagrar
A qaé ¡a Eucaristía , sino que dispone y proporciona las almas para recibirla , y abra­
se eadaadt 22 todas hs demás cosos que de qualquier modo puedan ordenarse á 'la Eu-
cen&des C2P'S^£- Machos testimonios de esto se pueden alegar de las Sagradas Le­
tras: pero son señalados y muy .graves1 los que se leen en San Juan , y en
Sao Mateo. Porosas jí dice el Señor: Asi conzs
- el Padre me -envié'*-asi
7 os envío
y® * Recibid el Hispirán S&&1& r cejos pec&dos perdonar«des „ les son perdorcoáo.j
y -fer qme rc&msienées. son rtñemé&s (&}.. "Y ; En verdad os digo : üuanios cosas
Usredss sobre & tierra , serán ¿nimias m el Cielo , y tymmiGs- desataredes sacre
la. ¿ierra , serésn. también denotadas m. d Cielo (¿). Estos lugares declarados por
los Pastores , según la doctrina y autoridad de los Santos Padres . podran ekr-
^ tásente esclarecer en gran manera esta verdad.
HtSsesní©- Esta potestad se aventaje, muchísimo á la que en la ley natural se 'dio a
sita ¿s üa. ciertos nonmrss , los que cuidabas de las cosas sagradas- Poroue también
ley jEwas— sqneJis cnad que antecedió a la ley escruta, era necesario que tuviese Sacar-
gdHkffi 5©- dodo 3 y su. potestad espiritual : pues consta que tuvo ley. Y estas ¿os cosas
' afir­
es) Jasan. se-, (¿j Slatth, 18,
PARTE II. CAPÍTULO YÍI. 187
afirma el Apóstol que están tan enlazadas, que trasladada la uña, es necesa­ brepuja sun­
rio se traslade la otra O). Conociendo pues los hombres por natural instinto cho aJ de £a
que Dios debe de ser adorado era consiguiente que en cada Repúbiiea se ley .natuaal
destinasen algunos al cuidado de las cosas sagradas , y al culto divino y cu va y Mcséyca.
potestad en algún modo se dixese Espiritual. \ .■ ,
Tuvo también esta misma^ potestad el pueblo de Israel , y- fue-superior
en dignidad ¿ la que tenían los Sacerdotes de ia ley natural. Pero, con to­
do eso se1ha de tener por muy inferior á Ja potestad espiritual- dé la Jey
Evangélica. Porque esta es celestial, y aun sobrepuja toda la virtud-dé los An­
geles. Y no trae su origen del Sacerdocio M osáyco; sino de-Cbristo Señor
nuestro , que filé Sacerdote, no según Aaron , sino según el orden de Meb
chisedec (¿>). Pues este Señor , quien- tenia- la suma potestad de- dar la gracia,
y de ¡perdonar pecados, dexó-esta potestad á -su Iglesia,- aunque-limitada en
virtud, y ceñida á los Sacramentos. Y así para cxercerla , han sido institui­
dos y consagrados con religión-solemne determinados Ministros: y esta-con­
sagración se llama Sacramento del Orden , ó sagrada ordenación.
Y. valiéronse los Santos Padres de esta voz Orden , que tiene una signi­
Q ué cosa es
ficación latísima , para dar á entender la dignidad y excelencia de los Minis­ el Orden,
tros- d e . Dios. Porque O r d e n atendida su propia y rigurosa significación , es y por qué
•una disposición de cosas superiores é inferiores colocadas entre■ s í . d e manera se llam aasl
que la. una dice relación á-la oira. Y como en este ministerio hay muchos este Sacra­
mento.
grados y varios oficios , y todos-están- distribuidos y colocados con gran-con­
cierto y harmonía ; por eso el nombre de Orden viene muy apropiado y ajusta­
do para significar este Sacramento. - - -
Esta sagrada ordenación debe contarse entre los Sacramentos de la Igle- 10.
sia, como lo comprobo el Santo Concilio de Trem o (c) con la razón que Que el Or­
den es ver­
tantas veces se ha repetido. Porque siendo ei Sacramento señal de cosa, sa­
dadero Sa­
grada , y significando lo que exte nórmente se hace en esta consagración, la cramento.
gracia y potestad que se dá al que es ordenado ; claramente se sigue , que
debe el Orden decirse coa toda verdad y propiedad Sacramento. Y así en­
tregando el Obispo ai que es ordenado de Sacerdote el Cáliz con vino y
agua , y la patena con pan , le dice : Recibe ¡a potestad de ofrecer el Sacrifi­
cio isc, por las quales palabras siempre enseñó la Iglesia , que quando se ha­
ce la entrega de la materia , se da la potestad de consagrar la Eucaristía , y
se imprime en el alma el carácter , al qual está zdjünzz gracia para excrcer
ese oficio santa y legítimamente , como lo declara el Ápósroí por estas pa­
labras: Amonéstete que despiertes la gracia de Dios , que está en ti por la im­
posición de mis manos. Porque no nos ha dado Dios espíritu de temor , sino de
fortaleza , de amor y de templanza (d). * ,
A h o ra : para ■ explicarnos con las palabras de! Santo C on cilio: como es rr.
Por qué
cosa divisa la administración de tan alto Sacerdocio , á fin de que pudiera hay en la
exorcizarse con mayor gravedad y veneración , fue muy conveniente que hu­ Iglesia va­
biera muchos y diversos órdenes de Ministros en la concertadísima disposi­ rios ó-de—
ción de la Iglesia , los que de oficio sirvieran al Sacerdocio , y. estes dfsnv nes de Mi­
aa 2 btli- nistros.
Ca) Hafar.y. (£} Ihidem (c) Sess. 13 . cap. es Can. 3. (d) 2. Tim-1.
iS8 CATECISMO ROMANO
buidos con tal orden , que los que hubiesen ya recibido la Tonsura Cleri­
cal fuesen ascendiendo por los órdenes menores á los mayores.
Ha de ensenarse pues que todos estos órdenes se encierran en el núme­
22 .
ro de siete , y que siempre lo enseñó así la Iglesia Católica : cuyos nombres
Q uintos
sean los ór­ son estos: Ostiario, Lector , Exnrasta , Acólito 7 Subdiácono ^ Diácono y Sacerdo­
denes de te. Y que este orden de Ministros esté de este modo rectamente señalado, se
Ministres , puede probar por aquellos ministerios, que parecen necesarios para el sacrosan­
y cómo es­ to Sacrificio de la Misa: y para hacer ó administrar la Eucaristía, por cuya causa
tén repar­
tidos. principalmente fueron instituidos. De estos unos son mayores, que se llaman
también sagrados , y otros menores. Los mayores -ó sagrados son el orden
Sacerdotal , Diaconado y Subdiaconado : y los menores el de Acólito , Exórcisía^
Lector y Ostiario. De cada uno de ellos se dirá alguna cosa , para que ten­
gan los Párrocos con que instruir , especialmente á los que hubieren de re­
cibir alguno.
Se ha de. empezar pues por la primera Tonsura} y de ella se ha de- de­
.T3*
Q ué signi­ cir , que es una preparación para recibir los órdenes. Porque así como suelen
fica la Ton­ disponerse los hombres para el Bautismo con los exorcismos, y para el ma­
sura Cleri­
cal j y el trimonio con los Esponsales ;a$í se les abre la puerta para el .Sacramento del
sombre de Orden cortándoles el cabello , y dedicándolos i Dios : pues de ese modo se
Clérigo. declara Guales deban ser ios que han de ser adornados con los Sagrados Or­
denes. Porque el nombre de Clérigo , que entonces se le impone de nuevo,
se deriva de que empieza á tener al Señor por su suerte y heredad: como
aquellos que en el pueblo Hebreo estaban destinados al cuito divino : á quie­
nes prohibió el Señor se asignase parte alguna de tierra en la de promisión,
diciendo : Yo soy tu porción y tu heredad (a). Y aunque esto es común á to­
dos ios heles , sin embargo es preciso que convenga por una manera parti­
cular á los que se consagraron al ministerio de Dios.
14. Córranse pues los cabellos en figura de corona , la que perpetuamente
?Or qué se debe conservar : y según va ascendiendo cada uno & grado superior , se
ss señala á
debe ir agrandando su redondez. Y esto enseña la Iglesia que viene por
losClérlgos
ccn corona tradición de los Apóstoles. Porque de este m odo' de censurar hacen mención
redonda. los Santos Dionisio Areopagica , Angustí no y Gerónimo , antiquísimos y gra­
vísimos Padres. Y se dice que el Príncipe de los Apóstoles filé el primero
que introduxo esta costumbre en reverencia de ia corona de espinas que pu­
sieron sobre la Cabeza de nuestro Salvador : á fin de traer los Apóstoles por
honor y gloria lo que inventaron los impíos para ignominia y tormento de
Caristo : y al mismo tiempo dar á entender que los Ministros de la Iglesia han
ce hacer por llevar en todas las cosas la imagen y figura de Christo Señor
nuestro.
Aunque algunos afirman que por esa señal se declara la disrúdaá regia,
que parece convenir á los que señaladamente son llamados á la suerte del
Señor. Porque lo que atribuye el Apóstol San Pedro á todo el pueblo : E -
sotros sois d imege escogido , d Sacerdocio real, la gente sania (¡S : claro es
que por razón particular y mas propia pertenece a los Ministros Eclesiásti­
cos
fa) Niiaz, i§ . (¡A j , petr.
PARTE II. CAPÍTULO V II. 189
COS* Bien que no falta quien juzgue , que por la figura circular , que
es la mas perfecta de todas s se significa ó la profesión de vida mas
perfecta que lian abrazado los Clérigos , ó que por cortarse el ca­
bello , que es en el cuerpo una cosa superñua , se declara el menospre­
cio de las cosas terrenas s y el apartamiento de todos ios cuidados hu­
manos. _ ^
Después de la primera Tonsura el primer grado á que se acostumbra. £,el
subir es el orden del Ostiario, Su oficio es guardar las llaves y la puerta del del O stia -
Templo 3 y no dexar entrar en él aquellos a quienes estuviese prohibido, rio.
Asistia también al Santo Sacrificio de la Misa con el fin de cuidar de que
ninguno se acercase al altar mas de lo que debía 5 y estorbase al Sacerdote
que ía celebraba. Otros ministerios también le eran encomendados , como
se puede ver por los ritos con que se hace su consagración. Porque el Obis­
po tomando del altar las llaves , y entregándolas al que quiere ordenar de
Ostiario, le dice : Obra como quien ha de dar cuenta á Dios de las cosas que
están encerradas debaxo de estas llaves. L o muy grande que fue antiguamen­
te en la Iglesia la dignidad de este orden , se conoce por lo que en ella
echamos de ver aun en estos tiempos. Porque el oficio de Tesorero , que jun­
tamente era guarda de la Sacristía y pertenecía á los Ostiarios 5 todavía e.s
tenido por uno de los mas honrados de la Iglesia. r
£1 segundo grado del Orden es el oficio del Lector. Á este pertenece Bel orden
leer en la Iglesia con voz clara y distinta los libros del viejo y nuevo Tes- y oficio del
lamento , y especialmente aquellos que se suelen leer en los Nocturnos de Tactor»
Maytínes. Era también de su cargo enseñar á los fieles los primeros rudi­
mentos de ia Religión Christiana. Y así el Obispo entregándole en su orde­
nación. á vísta del pueblo el libro donde están, escritas las cosas pertenecien­
tes á este nusnisterio , le dice : Toma , y se Relator de la palabra de Dios; pa­
ra. que si fiel y útilmente cumplieres tu oficio s tengas parte con aquellos que ad­
ministraron bien la palabra de Dios desde el principia.
El tercer orden es eí de los Exc-rastas ? á los quales se da la potestad de Del* o'rdea
invocar el nombre del Señor sobre los que están poseídos de espíritus in- y oficio de
mundos. Por esto al ordenarlos el Obispo ^ les da el libro donde están los loP Dxór—
Exorcismos, diciendo estas palabras : Toma , y encomiéndalo á la memoria , y ctstss*
tai potestad de imponer las manas sobre los energúmenos 7 sean bautizados 5 ó sean
Catecúmenos,
E l cuarto y último grado de todos los que se dicen menores y no sa- ■DeI f ráen
grades , es el de los Acólitos. Su oficio es acompañar y ser vir en el mi- y cargos de
nisterío del altar á los Ministros mayores , Diácono y Subdiácono. Á mas los Acóli-
ce esto llevan y guardan k s luces quando se celebra el Sacrificio de la M í- tos'
sa , y especialmente qliando se canta ei Evangelio : y por esto se llaman por
otro nombre Cae-fe; arios, Y así quando sen ordenados por el Obisoo 3 se
acostumbró guardar estos ritos. L o prior ero : despees de advertirles con cui­
dado su oficio 5 da á cada imo su vela : diriendo así : Recibe el Candelera con
la vela ? y sábete que eres destinado para encender las luces de la Iglesia en el
nombre ¿d Señor. Luego 1c entrega k s vínageras vacías , con las que se sirve
ú vino y agua para ti Sacrificio ? diciendo : Recibe tas Vinagtras 3 para lle­
var
390 CATECISMO ROMANO
yar yifio y agua para A Eucut istia de la sov-g' c cic Chrzsto en el roncee
dd Señor, - •
De los menores y no sagrados ordenes de que se ha tratado hasta aquí5
D e'ó rd easé pasa y se asciende legítimamente á ios mayores y, sagrados.^ El primer
y oficios deí grado- de estos es- el de ’ SuMiácono , cuyo oficio es , como el'-mismo nona-
Subdiáco- ^re ¡0 declara , servir al Diácono en el altar. Porque debe prevenir las co-
■ « t. ' sas necesarias para el 'Sacrificio, como son corporales, cáliz , pan y vino. Tam­
bién-da;: el agua ah Obispo y al Sacerdote quando se lavan ias manos en el
- Sacrificio de la Misa. Canta también la Epístola, la que antiguamente se de­
cía1 etí la-Misa por el Diácono , y asiste como testigo al Sacrificio, cuidan­
do de que ninguno perturbe al Sacerdote en la celebración. Pero, estas co­
sas que pertenecen ai ministerio del Subdíácono , se pueden conocer por las
solemnes ceremonias que se hacen en su consagración. Porque primeramen­
te advierte el Obispo , que está anexa á este orden la ley de perpetua casti­
dad , é intima , que ninguno será admitido al orden de los Subdiáconos , si­
no estuviere resuelto de su libré voluntad á guardar esta ley. Luego después
de acabada la solemne Oración dé las letanías , refiere y explica quales sean
los cargos y fondones de este ofido. Hecho esto cada uno de los. que se
ordenan , recibe déí Obispo el Cáliz y la sagrada Patena : y del Arcediano
(para que se entienda , que el Subdiácono sirve al Diácono en su oficio)
c ■ ■ ■ recibe las -vinageras llenas' de vino y agua , junto con una palancana y una
toalla , con que se: limpian las manos , diciendo el Obispo : Mirad qué minis-
teriose’os entrega : por tanto os amonesto , que os portéis de manera 5 que po­
dáis agradar á Dios. Y sobre esto se anaden otras oradones. Por ultimo ha­
biendo el Obispo puesto i l Subdiácono ias vestiduras sagradas , aplicando á
cada- tina de folias sus propias palabras'y ceremonias , le entrega el libro de
las Epístolas , y dice: Recibe el febro de las Epístolas y y ten potestad de leerlas
tu Id'Sarda iglesia de Dios , asi por h s vivos , como por ¿os difuntos.
_ . E l segundo grado de los sagrados órdenes le tiene, el D iá c o n o , cuyo
3Deí orden - - s r - ^ - r / ., ^ J
yofidosáei ^uisterio- es^de mas ampíitm , y siempre me te me o- por mas. santo. Porque
Diácono. & él pertenece'seguir perpetuamente si Obispo , guardarle quando está pre­
dicando , y asistirle: como también al Sacerdote quando celebra ó adminis­
tra otros Sacramentos , y cantar el Evangelio en el Sacrificio de la Misa.
Antiguamente excitaba muchas veces á los fieles para que estuviesen atentos
al Sacrificio de la Misa. Administraba también la sangre del Señor en aque­
llas Iglesias donde era costumbre comulgar en ambas especies los fieles. Esta­
ba. demás de esto ’cometida si Diácono la distribución de los bienes Ecle­
siásticos : para que proveyese á cada uno lo necesario para su sustento.
Asimismo pertenece ál Diácono ( que es como- los ojos del Obispo ) ras­
trear- quienes vivan en la Ciudad piadosa y christianamente , y cuiénes ai
contrario : quiénes asistan , y quiénes falten en los tiempos debidos á la Mi­
sa y -Sermón y para que dando- -cuesta de todo al Obispo , pueda éste exhor­
tar y amonestar á cada uno en. secreto , ó corregirle y reprehenderle en pu­
blico s según. entendiere ser mas provechoso. Debe también recontar los nom­
bres de los Catéenmenos , y presentar al Obispo los que han de ser ordena­
dos. Puede cambien explicar el Evangelio- en ausencia ■ del Obispo y del Sa-
cer-
PARTE II. CAPITULO VIL lg l
cerdote; mas no desdé el pulpito : porque se entienda que esta no es acción
propia de su oficio.
Y el gran cuidado que se debe poner sobre que, ninguno s indigno de ix.
tal cargo ascienda á este grado.de O r d e n l o mostró el Apóstol s expomen- Quáles de­
do í Timoteo las costumbres virtud é integridad del Diácono (a). Bastan- baa ser l0s
teniente lo declaran también los ritos y solemnes, ceremonias con que le con- ^ b S co-
sagra ‘el Obispó. ■ Porque .'usar de más oraciones y .mas santas que en la or- nos,
denacion del Subdiácono , y añade otros ornamentos de vestiduras sagradas.
También le impone las manos : como leemos lo hicieron, los Apóstoles (<?)
curando instituyeron á los primeros Diáconos ;; finalmente le- entrega el li­
bro de los Evangelios , y le dice : Recibe la potestad de cantar el Evangelio
¿n la Iglesia de Dios 3 asi por los vivos , como por les difuntos , en el nombre
dd Señor. . ■ , .
El tercero y supremo de todos los sagrados órdenes :es ,el Sacerdocio. m.
Con dos nombres suelen llamar los antiguos Padres á los que han ascendí- Q13^1 . 3ea
dó í él. Porque unas veces los llaman "Presbíteros a que en griego significa y amplitud
lo mismo que ancianos ; no solo por la madurez de la edad s que es muy ne- del Sacer-
cesaría para este orden; sino mucho mas por la gravedad de costumbres , .y docto.
por la doctrina y prudencia : porque como esta escrito : La ancianidad ve­
nerable no es la de larga vida, ni la que se cuenta por número de años : mas
las canas del hombre son su prudencia , y la edad de ia yegez la vida sin man­
cha, (c). Otras veces los llaman Sacerdotes , ya porque están consagrados í
Dios 3 y ya por pertenecer a ellos administrar ios Sacramentos y tratar -las
cosas sagradas y divinas.
Dos Sacerdocios se describen en las Escrituras Sagradas , uno interno , y "3*
otro externo. U so v otro se debe distinguir, para que puedan explicar 1osPas- B e ^ ánías
teres Ge qxial se habla en esrn lugar. Pues por so que mira al Sacerdocio e¡ Sacerdo-
inreruo , todos los fieles después de bautizados se dicen Sacerdotes 5 y en cío s así de
especial los justos 5 que tienen el Espíritu de Dios , y que por el beneficio la-íey uve—
de su divina gracia sen hechos miembros vivos d d Sumo Sacerdote Jesu- va 5 cofi:o
Chrísto. Porque estos „ mediante la fé inñamada por la caridad , ofrecen á de ia aati~
Dios hostias espirituales en e! altar de su corazón. Y de este género de sa-
enlacio son todas las obras buenas y virtuosas enderezadas á gloría de Dios.
Por esto leemos en el Apocalipsis : Chruto ?m lavé ¿c nuestros pecados en su
sangre , y nos hizo rapio y Sacerdotes para Sjms y su Padre (d). Confórme
£ lo qm l díxo el Príncipe de los Apóstoles; !bsern?,s tomo piedras vivas sais
edificadas, casa Espiritual, y Sacerdocio Santa para ofrecer sacrificios espiritua­
les y agradables é Dios p&r Jesm- Ckrzsto (r). T el Apóstol nos -exhorta : Que
presentemos vuestros cuerpos hostia vwa , sssta y agradable á Dios i de modo
e¡ue sea razmmíe nuestro eéseqcm ( f ) , Y su c h o antes había dicho David : 5 a -
crijidss es para Dios si Espirita, quebrantada : el csrmjsn contrito y ítumiiíado no
k despreciarás, Señor (g% T o d o esto-es claro que pertenece al Sacerdocio
interno.
El
■ {s\ 3. A:22. ríj Actor, 6» td) ApocsA i. (e) i. ?e:r, c_
(£■ ; Sapícac. 4. { j } Kossan. as. -{g} P sría y
CATECISMO ROMANO
¡92
E l Sacerdocio externo no conviene á todos ios fíeles , sino i determina.
Muéstrase dos hombres ? los quales instituidos y conságrateos a^Dios por la imposición
haber Sa— legitima de Jas manos y y las sofera ucs ceremonias de la Santa Iglesia 5 son
cerdocloex- «afinados í algún- particular y sagrado ministerio. Esta diferencia de Sacer-
tern ha se vió3
mas ignorar los
tern
muchos preceptos que ara ei ^ Moyses y Aaron. Demás de esto se­
ñaló todo el Tribu de Le vi psra_ ministerio del Templo s y prohibió por
ley que ninguno de otro Tribu fuese osado a entrometerse en sus fimeio-
nes {& (a).
)• Y1 por
Por haber
li*±LfCL usurpado el K ey
*" ~'~j Ozias
------—el------
oficio Sacerdotal , fue cas-
7 .—
tigado de Dios con lepra , y pagó con penas gravísimas arrogancia
rh\ Fumen
sacrilegio (á)* Pndiendo-do traes angélica la misma distin­
pues jver clara en la ley Evangelio
ción de Sacerdocios, se ‘enseñará á los fieles que aquí se trata del Sacerdo-
c'o externo , el qual está conferido í determinados hombres , porque solo
este pertenece ai Sacramento del Orden,
eg- El oficio pues del Sacerdote es ofrecer sacrificios á Dios , y administrar
Qiiáíes ¡0$ Sacramentos de la Iglesia: como se ve claro por los ritos de su consa-
sesniosofi-.¡X^c;on. Porque ei Obispo quanáo instituye Sacerdote á uno , primeramente
^ «deiSr- £ impone las manos junto con los demas Sacerdotes que se hallan presen-
« X o S. " tes- Desunes echándole la Estola al cuello, se la ajusta delante del pecho ea
forma de Cruz : en io qual se declara que el Sacerdote es vestido con vir­
tud de lo a lto , para que pueda llevar k Cruz de Christo Señor nuestro , y
d yogo suave de su divina ley > y enseñarla no solo con palabras , sino con
el ‘exemeío de una vida empleada santísimamente. Luego le unge las manos
con e: Sagrado Crisma , y después le entrega el Cáliz con vino , y la pate­
na con hostia , diciendole : Rcdbz ¿e potestad de ofrecer sacrificio á Dios , y ¿i
celebrar Jíisas . as: dar vivos , ama per difiéreos. Con estas ceremonias y pala­
bras es constituido Interprete y Medianero entre Dios y ios hombres. Y es­
te se ha de tener cor el cargo principal ¿el Sacerdote. Por último impo­
niéndole segunda vez las manos sobre la cabeza , dice : Reabe d Espirite San­
to , caeos becados éerdo---cr¿s serán perdaiados . y le-s cae retuvieres serán re­
tenidos (r). Y le da aquel celestial poder de retener y perdonar pecados .cue
dio d Señor i sus discípulos» Y estos son los oficios principales y propios
d d Orden Sacerdotal.
■=S. Mas este O rden, aunque es uno solo , tiene sin embargo varios grados
ei ¿e dignidad y Detestad. El primero- es el de aquellos que absolutamente se
Tppy fia. nan Sacerdotes . cuyos oficios son les declarados hasta ahora,
es T fT rif- E l segundo es el de los Obispes ; que son Ies que presiden en cada uno
«=¿;¥iré5s- de tos Obispados para gobernar no solo a los demás Ministros de ia Igle-
p-záes ¿& d- ^ s;no a| pueblo £d y mirar por su salud con sumo desvelo v cuidado.
- :Yqp^c 7 por esto las Sagradas Escrituras les llaman muchas veces Pastora de arriar:
r a z o r o cante y once* declaro San Pablo en aquel Sermón que hizo ¿ los de
Efaso , como leemos en los fice dos de ios Aposteles id). Y asi mismo San Pe­
dro rrmc.ac uc tos venesteres cío- una regia caví na ceá manisterro iaoisco—
‘ pri:
X a ™ 3- 4 VP a ra b a . zS. (e) Joxz, se» (¿} A c to r, sa .
PARTE II. CAPÍTULO VIL 193
pal : que si conforme i ella procuran los Obispos anivelar sus obras , sin
duda ninguna serán buenos Pastores , y tenidos por tales (a). Estos mismos
Obispos se llaman también Pontífices : cuyo nombre se tomó de los genti­
les , los que acostumbraron llamar Pontífices á los Príncipes de los Sacer­
dotes.
£1 tercer grado es el de los Arzobispos , que presiden a muchos Obis­
pos , y se ilaman también Metropolitanos 5 por ser Prelados de aquellas Ciu­
dades que se tienen por Matrices de aquella Provincia, Por esto tienen lu­
gar superior , y potestad mas amplia que los Obispos , aunque tocante á la
ordenación en nada se diferencian de ellos.
En el quarto grado se colocan los Patriarcas 5 esto es , los primeros y
supremos Padres.
Antiguamente no había en toda la Iglesia sino quatro Patriarcas fuera 17.
del Sumo Pontífice Romano : y no todos iguales en dignidad. Porque el de ~9 e ias áa-
Constantinopla s aunque fué el último á quien se concedió este honor , sin i¡^paCrf¿*
embargo alcanzó el lugar mas alto por la magestad del Imperio. E l segundo cales,
es el de Alexandria , cuya Iglesia fundó el Evangelista San Marcos por man­
dado del Príncipe de ios Apóstoles. E l tercero es el de Antioquía , donde
colocó San Pedro primeramente su Silla. El último grado tiene el de G eni-
salen , cuya Iglesia gobernó Santiago hermano del Señor,

trnce
¿riño ; Arzobispo, Padre , y Patriarca de toda la redondez de la tierra. Porque ce por de­
estando sentado en la Cátedra de San Pedro Príncipe de ios Apóstoles , y rechodlvi-
cb la que consta que lo estuvo hasta el fin de su vida ; reconoce en él la n.° ed suPe"
Iglesia el sumo grado de dignidad , y la amplitud de jurisdicción dada , no
por Sinodales algunas , ó por otras Constituciones humanas , sino por Dios, pos*.
Por tanto es Padre y Prelado de todos los fieles * de los Obispos y de to­
dos los demas Prelados , de qsalquír dignidad y potestad que fueren. Y así
preside á la Iglesia universal , como Sucesor de San Pedro } y Vicario ver­
dadero y legítimo de Chrísto Señor nuestro. Y por estas cosas enseñaran
los Pastores qtiáles sean los principales cargos y oficios de los órdenes y
grados Eclesiásticos , y quien sea también d Ministro- de este Sacramento.
Es constante que esta administración pertenece al Obispo. Fácil es pro- .fic­
har esto con la autoridad de las Divinas Letras , la certísima tradición „ ei
testimonio tic tesaos los Padres , los Decretos de ios Concilios } y con el uso le g ísim o
y cosiazdbre de la Santa Iglesia. Porque aunque alguna vez se ha permitido ¿eí S zcez-
z algunos Abades administrar los órdenes menores» y no sagrados ; con to- ■mento
do eso ninguno duda que es este propio oficio del Obispo : el qual so lo , y ®r£^sn‘
nadie íbera de ál 5 puede confirir los demás órdenes que se dicen mayares y
sagrados. Porque de Subdiáconos „ Diáconos y Sacerdotes solo ordena el
Obispo. Y los Obispes por tradición de los Apóstoles , que perpetuamente se
ha guardado en la Iglesia y son consagrados por tres Obispos.
Síguese ahora explicar quienes seso hábiles para recibir este Sacramento,
zz y
(a) 1. Fetr,
194 CATECISMO ROMANO
y sobre todo e! orden Sacerdotal, y que partidas son las principales que
3°*
Quiénes de- en ellos se requieren. Porque de aquí se podrá señalar fácilmente lo que de­
úan ser ad­ be observarse en dar los otros órdenes según el oficio y dignidad de cada
mitidos al uno. Que debe procederse con cautela muy grande en este Sacramento , se
Sacerdocio. colige de que los demás dan gracia para santificación y utilidad de los que
los reciben; pero los que reciben los Sagrados órdenes , se hacen partici­
pantes de la gracia divina , para que se provea por su ministerio á la Iglesia^
v por lo mismo á la salud de todos los hombres. Esta entendemos haber
sido la causa de no celebrarse los Sagrados órdenes sino en dias señalados,
en los quales también se mandan ayunos solemnes por costumbre antiquísi­
ma de la Iglesia Católica ; es á saber , para que el pueblo fiel alcance de Dios
con piadosas y santas oraciones que aquellos Ministros de las cosas sagradas,
sean los mas hábiles para desempeñar con rectitud y utilidad de ia Iglesia la
potestad de tan alto ministerio.
3T* Primeramente pues es menester que el que ha de ser promovido al Sa­
D e ia pure­ cerdocio , sea muy recomendable por k integridad de su vida y costumbres,
za de vida no solo porque si procura , ó permite ser ordenado con conciencia de peca­
y costum­
bres que se do m ortal, comete otro nuevo gravísimo delito ; sino también porque debe
requiere en ir iluminando á todos con el exemplo de la virtud é innocencia. Acerca de
el Orde­ esto se ha de declarar por los Pastores lo que manda el Apóstol á Tito (u)
nando, v a Timoteo (¿) ; y enseñar juntamente que aquellos defectos corporales,
que por mancamiento de Dios excluían á alguno en la ley antigua del mi­
nisterio del altar , en la ley Evangélica se deben aplicar principalmente á Ios-
vicios del alma. Y por esto vemos que se guarda en la Iglesia la santa cos­
tumbre , de que aquellos que han de ser ordenados , procuren primero
con gran cuidado limpiar su alma por medio del Sacramento de la Peni­
tencia.
Requiérese demás de esto en el Sacerdote , que sepa no solo aquellas
3--
D e ¡a cien­ que pertenecen ai u s o y trato de los Sacramentos ; sino también que
cia que c e ­ esté tan instruido en ia ciencia de las Escrituras Sagradas, que pueda ense­
b e ters-T el ñar al pueblo los misterios de k re Christiana , y les preceptos de la lev
Sacerdote.
divina , estimular á los fieles á ia virtud y piedad , v apartarlos de los vi­
cios. Porque dos sen ios cargos del Sacerdote. Uno , hacer y administrar
bien los Sacramentos. O tro , instruir al pueblo que tiene á su cargo en aque­
llos documentos y regías que son necesarias para la salvación. Así dice el
Profeta Maisquias : L a s h b : o s ¿ t í S a c e r d o t e g u a r d a r á n l a c i e n c i a , v ¿ c s u b o c a
se h a ¿ ¿ s a b e r la le y ; p o r q u e es d A n g e l d e i S e ñ o r d e lo s E jé r c it o s (c). Y da­
do caso que en la una de estas dos cosas pueda cumplir su deber con una
mediana ciencia : la otra requiere de cierto una doctrina no volear , sino
exquisita. Aunque no se pide igualmente en todos los Sacerdotes una suma
ciencia de cesas profundas , sino la que pueda bastar i cada uno para hs
funciones dd oficio y ministerio que tiene á su cargo.
Quiénes áe- M s no debe darse este Sacramento a los niños y furiosos , ó dement­
fcen ser ea- aos ; pues carecen ce uso de razón. Aunque si se les administrase , se ha cg

Tir. i. i. Tin:. 3. y) MaíacE a.


PARTE IT. CAPÍTULO V il. *g5
tener por cierto que se imprime en su alma el carácrer del Sacramento. Y cluïdos de
este Sacra.-
i qué ano de edad deba esperarse para cada uno de los órdenes, es fácil meneo.
conocerlo por los decretos del Concilio Tridentino («),
También sen excluidos de este Sacramento los esclavos ; porque no debe
ser dedicado al culto divino quien no es dueño de sí , y está sujeto á po­
testad agena.
Tampoco deben ser admitidos los hombres derramadores de sangre , y
homicidas : porque están excluidos s y son irregulases por ley de ía Iglesia.
Asimismo los espurios , y todos aquellos que no son nacidos de legítimo
matrimonio; porque es conveniente que ios consagrados á Dios nada ten-
can en s í , que con razón los haga despreciables.
Ultimamente deben ser desechados los disformes y defectuosos por algún
vicio notable del cuerpo , porque esa fealdad y esa falta , además de ofen­
der , es preciso que impida la administración de los Sacramentos.
Expuestas ya estas cosas , resta que enseñen los Pastores quáles son los 34*
S e los t -
efectos de este Sacramento : pues es constante que el Sacramento del Orden, fectos prin­
aunque principalmente se dirija á utilidad y hermosura de la Iglesia , como cipales de
se díxo ya ; sin embargo también causa en el alma del que le recibe la gra­ este Sacra­
cia de la santificación , con la qual se hace idóneo y hábil para cumplir mento.
rectamente su oficio , y administrar bien los Sacramentos: así como por la
gracia del Bautismo se proporcionan todos para recibir los demás Sacra­
mentos.
Es claro también que se da otra grada por este Sacramento , que es
aquella potestad especial que se ordena ai Sacramento Santísimo de la Eu­
caristía. En el Sacerdote es cabal y perfecta, como que solo él puede con­
sagrar el cuerpo y sangre de nuestro Señor ; pero en los Ministros de infe­
riores órdenes es mayor ó menor , según que cada uno por su grado se
acerca mas ó menos á los Sacramentos del altar. Esta se llama también ca­
rácter espiritual y por quanto ios que están adornados con los sagrados ór­
denes 3 se distinguen de los demás fieles por cierta señal interior impresa en
el alm a, y están destinados al culto divino. A esto parece que aludió el
Aoóstol , quando dixo á Timoteo : Ah quieras tener adosa la gracia que hay-
en t í , la qual se te dió por inspiración divina con ¡a imposición de las manos-
dd presbiterado (p) Y en otra parte : Ya íc amonesto que despiertes la gracia
de Dios que hay en £ir por la imposición de mis manos (r). Y esto baste acerca
de! Sacramento del Orden. Porque solo hemos mirado á insinuar á los Pas­
tores los principales puntos , para subministrarles argumentos con que pue­
dan enseñar é imponer al pueblo fiel en la Christiana piedad.

?s) Sess. 23. cap. 12. ib) 1. Tim. ^ (cy 2. Tim. 1.

SB Z CÀ-
196 CATECISMO ROMANO

C A P I T U L O VIII.
DEL S A C R A M E N T O D E L M A T R I M O N I O .

f ¿bicncio $or oí principal cuidñcío do ¿os Pastores ^ cjug ls viGa. cl^l pus-"
S i í f blo Christiano sea santa y perfecta , habían de querer en gran manera lo
reres expü- que escribía el Aposto! a ios ae Conmo , que deseaba ei por estas palabras;
car con fre- Quiero que todos vosotros estéis como jo mismo (a). Esto es , que todos signie-
cuer.cja la sen virtud de la continencia. Porque en esta vida no pedia acaecer cosa
docírma^de yeqz ' ]os £e]es ; que el que desasido el corazón de todos los cuidados
mentó * dd mundo , serenado y reprimido todo el bullicio de la carne, descansasen
en solos los exercicios de virtud , y en la meditación de las cosas divinas.
Mas como según afirma d mismo Apóstol: Cada uno time su propio don de
D ios , unos de una manera , y oíros de otra (d) : y asimismo está dotado d
matrimonio de grandes y divinos dones , de suerte que se cuenta verdadera
y propiamente entre los Sacramentos de la Iglesia Católica , y nuestro Sal­
¥ vador honró con su presencia la celebridad de las bodas : bastantemente se
'-'MM
echa de ver que debe predicarse esta doctrina : mayormente podiendo ad­
J&*'.1 vertir , que así San Pablo como d príncipe de los Apóstoles dexáren escri­
tas cuidadosamente en muchos logares las cosas que pertenecen no solo á la
dignidad , sino también á los oficios c d -Matrimonio. Porque inspirados por
el Espíritu de Dios . entendían muy bien quantas y cuan grandes utilidades
podrían provenir á la República Chnsa-sna , si tuvieran los heles bien cono­
cida la santidad dd Matrimonio , y ía guardasen sin mancilla alguna : como
al contrario , si esta santidad se ignora . o desestima , las muchas y erandes
calamidades v desventuras que se acarrean a la Iglesia. Por tanto primera­
mente se explicará ¡a naturaleza y concúcion dd matrimonio : porque cu­
briéndose muchas veces los víaos eco capa de virtud , es menester cuidar
¿te sea que ensañados los deles coa una taba idea de Matrimonio , manchen
sus almas con torpezas y libíandaces abominables. Y para declararlo se ha
ce empezar por la signíncacion ácl nombre.
El Matrimonio se dama así T porque :a muger principalmente se dehe
Acrece esa casar para ser madre , o porque es cáelo de la madre concebir , parir v criar
a^ " . qq"" -CP üinjs. Emmase también tim.a ce ¿nuearsc; por quanto la leentima mimes
jnqrnr_:;M* y d varen cuidan enlazados como con un v;;go. Dátese demás de esto Ve-
San Ambrcuio ir./ ks concedas a causi dd em-
y - uv pacho se cubrían con un vele. do. Y est.
esto tambie n parece declaraba , que debían
ÍKS'- los marido;.
_5- enera comen ce los Tcoícgos se dinne así : Es
IXñ-Idon a dfaPvrrjcarrc lo : mr.ej Tua'ud,:duilf det hor-he 1 íC Zi£C?" c"\-.*’ v Z'm £Vi £■Ti:T$
£t: : rr. -i . uve :c U de 1 vnu Para que se entiendan con
r . "v
í- aay.iiCi— mas cEridad las partes ET Y-íclT ^ CM.D
Ci
d" ¿-e v in ta -7. de A e - a h a a . , ca p . p.
PARTE n. CAPÍTULO VIII. 391
ei matrimonio perfecto haya todas vestas cosas s conviene saber , consenti­
miento interno , pacto externo expresado con palabras s la obligación y vín­
culo que nacen de ese pacto , y la unión de los casados ; por la qual se
consuma el matrimonio ; sin embargo nada de esto tiene propiamente vir­
tud y naturaleza de matrimonio 5 sino aquella obligación y lazo que se sig­
nificó por el nombre de Jimia, Añádese inundable. : porque los demás gé­
neros de pactos , con que se obligan hombres y mugeres á hacer alguna
cosa unos por otros, ó por dinero 3 ó por otros motivos , están muy lejos
de la esencia de matrimonio. Síguese luego entre personas legitimas : porque
los que por las leyes están del todo excluidos de la unión conyugal , no
pueden contraer matrimonio , ni aunque le contraygan es válido : como por
exemplo los parientes dentro del quarto grado , el joven antes de los cator­
ce años , y la doncella antes de los doce , que es la edad establecida por
las leyes , no pueden ser hábiles para contraer matrimonio legítimo. Y lo
que en último lugar se dice : Que retiene compañía inseparable de vida 3 de­
clara la naturaleza del lazo indisoluble , con que quedan atados el hombre y
la muger.
Por aquí se ve claro que la naturaleza, y esencia del matrimonio con- En4*qué
•siste en este lazo. Porque aunque otras difiníciones de Doctores muy clási­ consiste la
cos parece que atribuyen esto al consentimiento : como quando dicen , que esencia del
el matrimonio es comen11mtenis del hombre y la mugar 5 esto debe entenderse m atrisio -
nio.
de manera , que el consentimiento sea la causa eficiente del matrimonio : co­
mo lo enseñaron los Padres del Concilio Florentino : porque la obligación y
enlace no puede nacer sino del consentimiento y del pacto.
Mas lo que sobre todo es necesario es que el consentimiento se expre­ >
se con palabras , que señalen el tiempo presente. Porque el matrimonio no Q ué can­
es una simple donación , sino un pacto recíproco. Y así el consentimiento sen tib ien —
to se re­
de uno solo no puede ser suficiente para constituir matrimonio ; sino que es quiere , y
necesario que sea mutuo de los dos entre sí. Y para declarar este recípro­ cómo debe
co consentimiento de la voluntad ¿ es evidente que son menester palabras. declararse.
Porque si pudiera haber matrimonio por solo el consentimiento interno sin
ia .mirestaríe exterior meo te 5 parece se seguía que si estuvieran des en lugares
mv.y distantes y diversos , y consintieran en casarse, quedasen ya unidos con
la ley de matrimonio verdadero y estable , antes que el uno declarase al otro
su voluntad por cartas ó por personas: lo cual sin duda es ageno de razón,
y de la costumbre y decretos de la Santa iglesia.
6.
Dícesc pues muy bieo que el consentimiento se debe expresar ten pa­ X>ebe el
labras que señalen d tiempo presente : porque las que señalan el futuro , pro­ c o n s e n ti­
meten matrimonio ; pero no le hacen. Es también manifiesto que las cosas miento ex­
venideras 00 ses todavía : y de 1© que no es * no se ha de hacer juicio que p r e s a r s e
con pala­
tenga firmeza ó estabilidad, Y asi rengueo tiene derecho conyugal en aque­ cras de pre­
lla mugar , á quien prometió que ccrcrséna matrimonio- con ella „ y no se sente.
cietreó luego lo prometido ; pero queda obligado á cum plirlo;y sí no lo ha­
ce , se convence reo de infidelidad. Pero el que ya una vez llegó a juntarse,
medíante d concierto del matrimonio , aunque después le pese , coa todo eso
puede mudar 3 anular , ni deshacer lo hecho., Siendo pues la obligación del
1Q;S CATECISMO ROMANO
matrimonio, no una mera promesa . sino tal en aginados , que el hombre
por d mismo hecho dz í la muger , y -en justa correspondencia da la mu-
ser al hombre el dominio de su cuerpo : por esto es necesario que se con-
trtys t eí matrimonio con pala oras que ssnaien e¿ tiempo preseime , cuya tzcr-
za permanece aun después de pronunciadas , y tienen ligado á uno y í otro
„ con un lazo indisoluble.
Ea Í'j?zt En lugar de palabras pueden ser suficientes para el matrimonio- las seáa-
ce palabras ]gs v je oes tras que abiertamente manifiesten el consentimiento interno : y aun
puedp s s - gx A ;siao si|endo también *. como sí k doncella no responde por empacho,
V f *ílo£e- p£ro responden por ella sus padres.
* 2. por lo dicho ensenarán los Párrocos á ios fieles , que la naturaleza y fiier-
íara el ver- 22, ¿el matrimonio consiste en el vínculo y obligación. : y que para que se
daáero &Ia- ¿¿ matrimonio legitimo , además de¡ consentimiento expresado del modo que
rnmomo no , ¿;cy0 BO es necesario trato carnal. Porcue claramente consta , ave los
acceso.

DO:
trira-onio en el uso } sino en el coosenúmien to : y lo leemos repetido por
San Ambrosio en el libro que escribid de las Vírgenes (a),
p. Explicadas ya estas cosas se ha de enseñar . que eí matrimonio debe con-
Del Matrí- sí ¿erarse de dos modos. Porque ha de mirarse o como conjunción natural
momo co- (pues el matrimonio no fue inventado por los hombres , sino por la natu­
iso conira­
to y como raleza ) }<5 como Sacramento , cuya condición sobrepuja la de las cosas natura­
Sacramen­ les. Y como h gracia es la que perfecíona la naturaleza ( pues no es primera
to. io que e s espiritual , sino lo que es animal (b) 3 y después lo que es espiritual )s
pide el orden de las cosas , que se trate primero del matrimonio , según que le
establece ia naturaleza , y es oficio suyo y que después se expliquen k s co­
sas que le con vienen 5 según que es Sacramento.
Primeramente pues se lia de enseñar a los fieles, que el matrimonio fue
Mauri- .
- _ instituido por Dios. Porque es el Geossís está escrito : Varón y hembra los crió
reo can in a- Dm s, y c d k b s su bendición. s y ézxo z Creced , y muitiplicém ( e ). Y : jV b es bien
¿o s feé que el hambre este sJa , hagámoste zea ay®áas&r semejante á éli Y” poco después: üícr
iEsninydo pcrc ¿dan no se hallada ayudador sanefsnie á él. Envió pues si Señor un sueño ¿
pDr Xkas. Adsm ^y habiéndole dormido , sacóle noza costilla , en lugar ¿e la cual k puso carne,
y de aqudia cosida femó la nzuger Sráxaiz á Adán 7¿ la cual él dixü : Este es
hisso de cm hueios , r carne de rea same. Esta, se llamará Farena , parque fu i for­
máis dd varen : y por esto dexara el .fectubcr su padre r madre } y ¿legarse h¿ ¿
sn mugar 7 y seres, dos az una. same (¡i}. Tod o esto muestra que el matrimonio
íué insumido por Dios 9 como el mismo Señor lo declaro por San Alateo (-}.
.. XT Pero no solamente sustituyó Dios el matrimonio T sino cus . como cccU-
.JBM arrí- ta el Santo Condfio de Trem o ( j % l c echó también perpetuo é Indisoluble
■ :S0K3^f;’-isyai nudo;., pues buco e! Salvador : Es Dios junté , no io sedare el komúre (fp
.«pE&eeesei porque aunque coqyenga .al mamimonio ? en cuanto es oficio de la natura-
k-
(s) Ibi CZp. V {£> I-Cswiadi.es. i> ) M atta, rp. { f \ Sess. a¿. c e a . 7.
fe Ceses, r. (¿J. Bièca. i. (g5 Matas. 19.
PARTE II. CAPÍTULO VIII. rgg
íeza j no poder ser disueko 5 todavía se estrecha mucho mas en quanto es Sa- ¡a catu_
cramento: pues por esto consigue una suma perfección , aun en aquellas co- ralezaesiá*
sas que le son propias por ley natural. Sin embargo el ser su vínculo diso- disoluble,
hible es cosa que repugna así al cuidado de educar los hijos , como á todos
1 os demás bienes del matrimonio.
Pero lo que dixo el Señor: C reced m u ltip lica os , se ordena á declarar I2-.
la causa de haber instituido el matrimonio ; no á imponer necesidad á cada
uno de los hombres. Porque ahora multiplicado ya el linage humano , no leydeUna-
soío no hay ley alguna que obligue á casarse , sino que antes bien se en- trimonio.
comienda muy mucho la virginidad , y se aconseja á todos en las Escritu­
ras Sagradas, como mas excelente que el estado del matrimonio , y que con­
tiene en sí mayor perfección y santidad. Porque así nos enseñó nuestro Sal­
vador y Señor : E l que pueda g u a r d a r la , g u á rd ela (a ). Y el Apóstol dice:
,
A cerca de la s Vírgenes no tengo m andam iento d e l S e ñ o r ; p ero doy con sejo como
que he conseguido d e l S e ñ o r m isericord ia p a r a ser f i e l (tí).
También han de declararse las causas por las que deben juntarse el T3*
hombre y la rauger. La primera es la misma compañía de ambos sexos, ?or
apetecida por instinto de la naturaleza , y concillada por la esperanza del au- debe con-
xílio recíproco , de que ayudado el uno per el favor del otro , puedan lie- traer el ma-
var mas fácilmente los trabajos de la vida 3 y soportar la flaqueza de la ve- trimonio.
gez. La segunda es d apetito de la procreación; oo tanto por dexar here­
deros de sus bienes y riquezas , quanto- por educar seguidores de la verda­
dera fe y Religión. Este era el fin que señaladamente se proponían aque­
llos Santos Patriarcas quando se casaban : como se dexa ver en las Sagra­
das Letras. Y así avisando el Angel á Tobías en qué manera podría recha­
zar la fuerza del demonio , le dsxo ; T o íe mostraré quienes son acniellcs , con­
tra los qu&les puede prevalecer d demonio. Aquellos que loman el matrimonio
de suerte que excluyan de si y de su alma á Dios , y se entregan á ¡a livian­
dad como el caballo y el mulo que no timen mtmáhmmlo ; sobre estos tiene po­
testad el demonio. Y luego añadió : Recibirés ¡a doncella con temor de Dios
por amor de ios hjss , mas que llevado de Irjtmidad : para que m el linage de
Ábrs&an. consigas la bendición en ¿os hijos (r), Y esta fue también la causa
porque D ígs instituyó en el principio del mondo el matrimonio. Por tan­
to es gravísima la maldad de aquellos casados 5 que ó impiden con medici­
nas la concepción 5 ó procuran aborto. Porque esto se debe tener por una
-cruel conspiración de homicidas.
L a tercera causa se añadió á las otras después de la caica del prim er P o r g u é
Padre , gu an d o por haberse perdido la justicia original 3 en que filé criado se msñni-
ú hom bre , co m en zó el apetito a rebelarse contra la recta razón . Y es que yóeim atrí-
d q u e reconociendo se flaqueza , n o quiera sofríe la lucha de la rem e ? se 12101110f eSf~
valga d e l rem edio d e l m atrim on io , para evitar ios pecados d e lexu ria. P
A cerca -de lo quri. escrib e así el A p ó sto l : Eter evitar la [ernim den cada
img& su muger 3 y cada mugar su mmiá@ (d)„- Y poco- después habiendo
enseña-do 3 que algunas veces se han de abstener los -casados del uso con-
yu-
MartL sp. (5) i.Cerinth. 7. (q Tab.il {d) 1. Cariara. 7.
200 CATECISMO ROMANO
yugal 5 por darse á la oración , anadió : T luego volved á juntaros en uno ; por-
que no os tiente Satanás á causa de vuestra incontinencia (a). Estas pues sos
las causas de las que debe proponerse alguna todo d que ^quiera contraer
matrimonio honesta y virtuosamente : como corresponde á hijos de San--
tos. Y si i estas causas se añadieren otras que mueven á los hombres á to­
mar este estado, y en la'elección de muger anteponer uha á otra , como
son el deseo de dexar heredero , las riquezas, la hermosura, la nobleza, y
la semejanza de costumbres : estas , y otras razones como ellas, ciertamente
no se han de reprobar : pues no se oponen á la santidad dél matrimonio:
ni en las Sagradas Letras es reprehendido el Patriarca Jacob f por haber queri­
da mas á Raquel que á Lía aficionado de su hermosura (¿). Y esto se en­
señará del matrimonio 5 según que es conjunción natural.,
Tj. Del matrimonio , en quanto es Sacramento , es menester explicar que es
Periquee- su naturaleza mucho mas excelente , y que se ordena á un fin del todo mas
^2 alto. Porque así como el matrimonio en quanto es conjunción natural , fue
monio á la instituido desde el principio , para que se propagase el íinage humano j así se
díguidad'de le dio después la dignidad de Sacramento, á fin de que se multiplicase, y
S&eramen- educase el pueblo para el culto y Religión del verdadero Dios y Salvador
to, nuestro Jesu-Chrlsto. Porque queriendo su Magestad darnos alguna señal
cierta de la estrechísima unión que hay entre él y la Iglesia , y de su in­
menso amor para con nosotros 5 declaró la dignidad de tan alto misterio se­
ñaladamente por este santo enlace del hombre y la muger, Y quan propia
sea esta significación se puede conocer , de que entre todas las conexiones
humanas , ninguna estrecha mas los hombres entre sí , que el lazo del matri­
monio : y el marido y la muger están atados entre sí con una muy grande
caridad y benevolencia. Y de aquí proviene que á cada paso nos propongan
las Sagradas Escrituras delante de los ojos esta divina unión de Christo y de
la Iglesia con la semejanza de las bodas.
id. A_h o ra: que el matrimonio sea Sacramento , siempre lo tuvo la Iglesia
zti&Cri* . ^
ionio es P°r c^erto y averiguado , confirmada con la autoridad del Apóstol. Porque
veredero escribe así á los de Éfeso: Acr maridos deben amar á sus mugeres como á sus mis-
aborreció
su Igle­
sia : porque miembros somos de su cuerpo y de su carne y de sus huesos* Por esto de­
jará ti hombre padre?madre ,y llegarse ké á su muger yy serán dos m una carne.
Este Sacramento grande es : mas yo digo en Christo y en la Iglesia (c). Porqué
enten-
. cq y ° Au­
tor es Dios 5 es Sacramento - esto es ,, una sagrada señal de aquel lazo santísi­
mo con que C snsto Señor nuestro se junta con su Iglesia.
use es el propio y verdadero sentido de esas palabras : como lo mués-

i. Cc-risth Senes, zy, (c) Ephes. g. (p) la príacip. Sess. 24.


PARTE II. CAPITULO VIIÍ. Zol
de h muger, como Christo lo es de su Iglesia : y que por esta razón debe Col íjue
el marido amar á ía muger , y ella á correspodencía amar y respetar á su ei marnino-
nio es Sa­
marido : porque Chnsto amo á la Iglesia , y se entregó á sí mismo por ella: cramento.
y también la Iglesia está sujeta á Christo, como enseña el mismo Apóstol (a).
Y que asimismo por este Sacramento se signifique , y se dé la gracia : que
es en lo que señaladamente consiste la razón de Sacramento , lo declara el
Concilio por estas palabras • Y esta gracia , la {¡nal p erji cionase aijuel amor na­
tural , confirmase la unión indisoluble , y santificase á los casados y nos la mereció
con su Pasión el mismo Christo y Áulor y consumador de los venerables Sacra­
mentos f ) . Por esto se ha de enseñar que la gracia de este Sacramento ha­
ce , que unidos el marido y la muger con lazo de recíproca caridad } des­
canse el uno en la benevolencia del otro , y que no busquen amores agenos
ni accesos ilícitos , sino que en todo sea venerable el matrimonio, y no aman­
cillado su ¿echo (cj. i*.
Mas lo mucho que ahora sobrepuja el Sacramento del Matrimonio á les Quanta
casamientos , que solían contraerse antes ó después de la ley , se puede co­ se diferen­
cia el ma­
nocer de que aunque los gentiles llegaron á entender , que había en el ma­ trimonio de
trimonio 2Íguna cosa divina , y que por esta razón eran agenos de ía ley Ja ley E -
natural los accesos vagos , y asimismo juzgaron , que debían ser castigados v a n g é ii c$
los estrupos , adulterios , y otros géneros de iascibia , con todo eso en ma­ del de la
natural y
nera ninguna
Q tuvieron sus matrimonios „ virtud de Sacramento. Mosáyca,
Con mucho mas respeto eran miradas entre ¡os Judíos las leyes de las
bodas: y no puede dudarse que sus matrimonios estuvieron dotados ac ma­
yor santidad. Porque habiendo recibido la promesa , de que llegaría tiem­
po en que todas las gentes fuesen benditas en uno de los descendientes de
Abrahan (d) , con mucha razón parecía ser entre ellos oficio de piedad gran­
de procrear hijos ■>y propagar la descendencia d d pueblo escogido , dei quai
había de nacer en cuanto hombre Chnsto Salvador nuestro. Pero tampoco
aquellos matrimonios fueron verdaderos Sacramentos.
Juntase d lo dicho . el que ya miremos á la ley natural después del pe­ Tÿ.
cado, ya á la de Moysés , luego advertiremos que decayó el matrimonio de Ni en ¡a ley
la hermosura y honestidad de su primer origen. Porque mientras estaba en natural ru
en ía escri­
su vigor la ley natural ■> hallamos que hubo muchos de los antiguos Padres, ta , so;o en
que tuvieron a un tiempo muchas mugeres. Y después en la ley de Moysés la de gra­
era permitido hacer divorcio con la muger , y darla libelo de repudio , sí cia tuvo ss
había causa para ello (y). Pero uno y otro fue quitado por la ley Evangéli­ perfección
ca , y restituido el matrimonio á su honor primitivo. Porque que el tener el matri­
monio.
mutuas mujeres sea sgeno de la naturaleza de! mam momo (aunque no de­
ben ser acusados algunos de los antiguos Padres ; pues no las tuvieron sin li­
cencia de Dios ) lo mostró- Christo Señor nuestro por aquellas palabras: Por
esto deseará ti hombre padre y madre , y allegarse ká á su muger, y serán dos
er. urja carne (/ ). Y luego añadió ; T asi ya no sm des . sirio una carne. Por
estas palabras declaró , que rilé el matrimonio instituido por Dios de tal socr­
ee te,
(K Ephes. 5. ib), u b i prosisi. Genes, 14, fe) Match. : y .
\s) Hebrae&r. 13. ( f ¡ Ibidem,
2D 2 CATECISMO ROMANO
te , que está reducido precisamente í la unión de dos solos , no de m u chos.
Y lo mismo ensenó con toda claridad en otra parte , porque dice : (hwl-
quiera que dexáre su muger , y se casare con otra , cómele adulterio contra'ella.
Y si la 1muger dexáre al marido , y se casare con otro , adultera (a). Porque sí
fuera lícito al hombre tener muchas mugeres , parece que no había mas ra­
zón para acusarle de adúltero , por contraer con una teniendo la primera
en casa , que por casarse con segunda repudiando la primera. Por esto ve­
mos que si un infiel que por uso y costumbre de su nación tenia muchas
mugeres , se convierte a la Renglón verdadera ? le manda la Iglesia dexar
todas las demás , y tener i sola la primera por su justa y legítima con-
20. sorte.
No se dí- Con el mismo testimonio de Christo Señor nuestro se prueba también
-suelve el f¿cj]mente j qUe p0r divorcio ninguno se puede desatar el lazo del matrimo-
1 nio. Porque si después del libelo de repudio quedase la muger libre de la
divorcio. ley del marido , pudiera lícitamente casarse con otro sin delito de adulterio.
Mas el Señor claramente denuncia : Todo aquel que dexa su muger , y se casa
con otra ; comete adulterio (¿). £s pues manifiesto que cosa ninguna , sino la
muerte puede desatar el lazo del matrimonio. Y el Aposto! también confir­
ma esto , quando dice ; La muger está atada á la ley , mientras vive su ma­
ridoe Mas si su marido muere , queda libre de la ley. Cásese con quien musie­
re solamente en el Señor (c). Y antes : A los que están unidos en el matrimo­
nio y mando no yo , sino el Serior : que la muger no se aparte de su mando;
y si se apartare , estése sm casar . ó reconciliarse con ¿i (d). Esta es la libertad
que dio el Apóstol í la muger , que por justa causa dexáre su marido : ó
estarse sin casar , ó reconciliarse con él : pues no permite li Santa Iglesia 3 ni
a la muger ni al mando , que sin causas muy graves se aparten uno de
otro.
41.
Por coé
Y para que £ ninguno parezca demasiadamente dura la ley del matrimo­
conviene nio . porque en caso ninguno puede cüsoNerse jamás , se ha de ensenar quin­
qve el tas utilidades trae esta ley consigo. Porque en primer lugar por aquí enten­
t r i m o n i o derán los hombres , que en concertar los matrimonios , mas han de aten­
5£2 Indiso­
luble. der í la virtud v semejanza de costumbres , que á las riquezas y hermosu­
ra : y esto no puede dudarse que es muy conveniente para la sociedad y
bien común. Demás de esto si se deshiciera el matrimonio por divorcio , ra­
ra vez hitarían a ios hombres causas ¿e discordias , que cada día les pon­
dría delante el enemigo antiguo de la paz y de la honestidad. Pero ahora
haciéndose cargo los heles 3 de que aunque carezcan de la comunicación y
trato del matrimonio s quedan todavía arados con su lazo , y que les está
cortada toda esperanza de casarse con otra , de aquí proviene que se van ha­
ciendo i ser mas detenidos para h ira y disturbios. Y si alguna vez llegan í
divorciarse , y no pueden sumir U ausencia del consorte . presto se reconci­
42.
lian por medio de amigos , y vuelven a su antigua cohabitación.
I.es divor­
cios pse— Mas no deben los Pastores pasar en silencio en este lugar aquella salu­
«sen recon­ dable amonestación de San -Agustín. Para mostrar el Samo á los rieles cue
ciliarse o tra no
£«} BSsk . rp. ib) 2bidea, (cj i, Corinth. 7. (Y Ibidem.
PARTE II. CAPÍTU LO V III, 2o3
no deben tener dificultad en volver á su gracia á las mugeres que des­
echaron por adulteras , si están arrepentidas dd delito , les dice : ¿Per qué
d hombre Ckrisíiano no recibirá la muger , á quien recibe la Iglesia ? ¿Q por
qué la muger no perdonará al mando adúltero , pero penitente á quien ha per­
donado Jesu-Cknslo (a) ? Porque sí la Escritura llama necio al que tiene la
adúltera (b) lo dice por aquella que habiendo pecado , ni quiere arrepen­
tirse , ni dexar la torpeza comenzada. Y así por estas cosas es manifiesto, que
los matrimonios de los fieles llevan ventajas grandes en la perfección y en la
nobleza , tanto a los de los gentiles, como á los de los judíos.
También se ha de enseñar á los fieles que son tres los bienes del ma­ *3-
D e los bie­
trimonio ; La Sucesión , ¿a F e, y d Sacramento : con cuya recompensa se nes que de
hacen llevaderos aquellos trabajos, que insinúa ei Apóstol , quando dice -.Tri­ este Sacra­
bulación de carne tendrán los casados (c). Y se consigue que sean acompaña­ mento re­
dos de honestidad aquellos comercios corporales , que fuera del matrimonio ciben ios
casados.
serían justamente condenados. Es pues el primer bien la sucesión , esto es, los
hijos habidos en la justa y legítima muger. Porque en tanto estimó esto el
Aposto!, que dixo : Salvarse ká la muger por la generación de los hijos (d). Lo
qual no se ha de entender de la procreación solamente; sino también de la edu­
cación y enseñanza con que los instruyen para la virtud. Por esto añade
luego el mismo : Si permanecieren en la je-, pues amonesta la Escritura : f Tu­
nes hijos ? enséñalos , y dómalos desde la niñez (Y). Lo mismo también enseña
el Apóstol, Y de esta crianza nos dan bellísimos exemplos Tobías , Job , y
otros Santísimos Padres en las Escrituras Sagradas. Sobre qocies son los ofi­
cios de los padres y ¿e los hijos en el quarto precepto se tratara con exten­
sión.
Síguese la Fe que es el segundo bien del matrimonio. No es esta fe aque­
lla virtud que Dios nos infunde quando recibimos e! Bautismo ; sino una Q.¡ál , 24*
sea la
fidelidad por la qual mutuamente se obliga ei marido á la muger , y la mu­ fe del m i-
ger al marido, de modo que entregue el uno al otro el dominio de su cuer­ trim jnio y
po , y prometa no quebrantar jamás aquel santo concierto de su matrimonio. cómo deba
guardarse.
Esto se colige fácilmente de aquellas palabras que pronunció Adán cuando
recibió a Eva por esposa , y que después las comprobó Christo Señor nues­
tro en el Evangelio : Por esto dexará el hombre padre y madre , y llegarse ká
& su muger, y serán dos ai una carne (/). Yr también aquel lugar del Apóstol:
Fío time la muger dominio de su cuerpo sino el marido, T asimismo no lime el
mando dominio de su cuerpo sim la muger (gj. Por esto justísima mente estaban
establecidas por el Señor en la ley antigua gravísimas penas centra los adúl­
teros , por quebrantar esta fe maridable.
Pide también la fe del matrimonio s que si marido- y la muger estén
enlazados con un singular amor santo y poro s y que se amen entre sí no
como los adúlteros , sino como Christo amó a la Iglesia : pues -esta es la
regla que señaló e! Apóstol, quando dixo : Hombres , amad á nuestras mu-
geres , ama Christo amé i ¿a Iglesia (A). Ciertamente la amó con caridad m-
cc z men-
fa) ¡Líb. i . de A d ate.C o a. cap. ó. ee p. y ) E ecS . y . í / } Genes, a. et Match. 19.
(A) Prov.zS. (e) 1, Cünndh.7. {di I.T Í 23. 2. '{gj. u Cortar L. 7. {b} Ephes.
204
CATECISMO ROMANO
mensa } y no por su provecho , sino mirando solamente a la nulidad de la
esposa.
ftá. £i tercer bien se llama Sacramento , esto es, aquel lazo del matrimonio
Qué sea el oue nunca se puede desatar. Porque como dice el Apóstol ; Mandó el $e~
Socramen- ¿ [a imigí r , que no se aparle de su mando , y que si se apartare , se esté
10 que se ^ casar , ó que se reconcilie con el : y que ni el marido dexe á su muger (a),
ue losbie- *Porque si el matrimonio como Sacramento significa la unión de Christo con
nesdeíma- ]a Iglesia, es necesario que así como Christo nunca se aparta de la Iglesia,
uimonio. as¿ en ¿rqen a} vínculo del matrimonio, nunca pueda el marido apartarse de
la muger. Alas para que esta santa unión se conserve sin queja , con mas fa­
cilidad se enseñarán los oficios del marido y de la muger , que describe San
Pablo , y el Príncipe de los Apóstoles.
16.
Es cargo del marido tratar con agrado y honor á su muger , para lo
D e ios cual debe acordarse que Eva fue llamada compañera por Adán : pues di so:
principales ]\a mVg £? que me diste por compañera (Jf). Y por esta razón enseñaron algu-
cel nos de los Padres , que fué formada no de los pies , sino del costado del
w" marido: como también rué deesa no de la cabeza : para que entendiese que
no era señora , sino subdita de su marido. Conviene también que el marido
esté siempre empleado en el oficio de algún trabajo honesto , así para que
asista á su familia con las cosas necesarias para su sustento , como para que
no se inutilice con una vergonzosa ociosidad, que es madre de casi tedosios
vicios. Debe asimismo concertar bien su famalia , corregir las costumbres de
todos 3 y hacer que cada uno cumpla su obligación,
-rcr. Per otra parte los cargos cíe la muger son los que cuenta el Principe
Be kss os- de los Apóstoles , quando ¿Íce : A •"-•i mugeres esíé?i sujetas á sus maridos : ps-
tíos ct la ra gh,e s; ¿¡¡gz^Qs ?¡o creen ¿ ia palabra . sean szn ella ganados per el traen por-
¡ssger. le de ¡as muyeres : considerando en ítssior vuestra casta conversación : Cuya cem-
postura saz , nú exterior can cnerdas rezadas , aderezas de oro , o de vestidos ri­
cos . sino en. el adamo interior dei alma cen la pureza de un espíritu pacifico y
medestú , que es d p>reaoso en ti acsi“amiento de Dios : pues de este mvác se ade­
rezaban ene¡guamente las sanias Tvngrres , que esperaban en Dios sujetos á rus
meredes : ccmo Sara oñdccea a .tos anan , llamándote Señor (je). Sea también su
principal cuidaio ornear los hijos en el culto de ía Religión, y cuidar con
diligencia las cosas de la casa. Estense con mucho gusto recogidas en casa,
sin salir de ella , sí no las obñga h. necesidad , v nunca se atrevan a salir
sin licencia de su marido. A mas de esto tengan siempre presente , que des­
pués de Dios á nadie deben amar m estimar mas que i su marido : pues en
esto señaladamente esta Ronzada la urden matrimonial : y asimismo condes­
cender eos d y obedecerle con muchísimo gusto en todas hs cosas , que
no sos contrarias ¿ la piedad Cknstiana.
De?pues de explicadas estas cosa» se sigue , que los Pastores enseñen tars-
—i£ tóS r:- bies los ritos ene se ceban observar en contraer el matrimonio. Peso acerca
res ctr* ÜE2- , - 4 , , , . . ,
ce esto no nay que car aqm regías, porque íss principales , que se ceden
guardar , están establecidas con chunco y cuidado por el Santo Concilio de
Tren-
td) z. Codmé, yb Genes. 3. (c) 1. Peer. 3,
PARTE II. CAPÍTULO VIII. 205
Trento 0 ) cuyo decreto no pueden ignorar los Pastores. Baste prevenirles,
que procuren saber por la doctrina del Santo Concilio Jas cosas que pertene­
cen á este propósito , y que las expongan con diligencia í los fieles,
Y ante todas cosas á fin de que los jóvenes y doncellas , cuya edad pa­ 29.
dece una falta muy grande de consejo , engañados con el falso nombre de Losn’a.trt'
matrimonio , no concierten incautamente tratos de amores torpes, ensenaran c¡ándese­
los Pastores con mucha frecuencia , que no deben tenerse por verdaderos nos son nu-
ni por validos aquellos matrimonios , que no se contraen á presencia del los*
Párroco , ó de otro Sacerdote con licencia del mismo Párroco*, ó del Or­
dinario , y con cierto número de testigos.
También se deben explicar las cosas que impiden el matrimonio. Pero 3o-
de esta materia han tratado con tanta diligencia muchos , graves y doctísi-
mos varones , que escribieron de vicios y virtudes , que será fácil á todos carse los im­
traer á este lugar las cosas que ellos aexáron escritas : mayormente tenien- pedimentos
do necesidad los Pastores de no dexar de la mano casi nunca esos libros. del matri-
Por tanto leerán con atención esas instrucciones , y procurarán enseñar á los momo'
fieles asi esas doctrinas , como aquellas cosas que decretó el Santo Concilio
acerca del impedimento , que nace ya del parentesco espiritual , ya de la jus^-
ticia de pública honestidad , y ya de la fornicación.
Por estas cosas se puede entender bien el espíritu con que deben estar 3r-
animados los fieles , quando contraen matrimonio, porque no deben pensar De la dis­
pos i c ío íi
que emprenden alguna cosa humana sino divina , y que se debe recibir con para reci-
singular devoción y pureza de alma : como lo muestran bien los exemplos bir este Sa-
de los Padres de la ley antigua , cuyos matrimonios . aunque no estaban ador- cramento,
nados con la dignidad de Sacramento , sin embargo siempre juzgaron , que
debían ser celebrados con gran veneración y santidad.
Pero entre otras cosas se ha de amonestar muy encarecidamente á los 32-
hijos de familias , eme honren i sus Padres , y aquellos baxo cuyo cargo y 5^ue 58 de~
1 , / * 1 - - t J 3 y be prccu-
potestsd están , no contrayendo matrimonio , sin caries noticia , y mucho rar ej con_
menos contra su voluntad. Porque en el Testamento viejo se puede echar de sentiínien-
ver 5 que siempre fueron los hijos colocados en matrimonio por sus Padres: ío
y acerca de esto lian de condescender muy mucho con su voluntad : como Padres-
lo d i a entender el Apóstol , quando.dice : E ¿ a u c c e s a d s u v i r g e n k a c e h i- n z
■ sias A q m %o l a c a s a h a i e v x ¡út (&>)„
Resta ahora aquella parte última que habla de las cosas pertenecientes al 33*
uso del matrimonio : ce lo cual se ha de tratar con gran tiento por los Pas- lQ <P'e
lores : porque no se les escape de la boca palabra alguna , que ó parezca in- ^ e^ cer-
cigTiS de los oídos fieles - b que pueda ofender las almas piadosas,ó que mueva ca áet uso
s risa. Porque así como las palabras del Señor son palabras castas (e), así también del matri­
ces vlene en grao manera,que d Maestrocd pueblo Christiano use de tal estilo, SQiUO*
que manifieste una singular gravedad y entereza tíe juicio. Por esto ensecarán
dos cosas á los fieles. Una : que r*o se ha de usar del matrimonio por deieyte ó
liviandad; sino dentro de los términos que fueron señalados por el Señor:
como arriba declaramos. Porque conviene acordarse de lo que exhorta el
A p o s­
ta) Seas. 24, cap, iS- fp) 1. Corísth. ?, {r} Psaici, r i.
2q6
CATECISMO ROMANO
Apóstol: Eos que llenen muyeres , ténganlas , como si no las tuvieran (a). y
también de lo que dice San Gerónimo ; El -varón sabio debe amar á la mu-
ger con juicio , no con apego : contendrá los ímpetus del deleyte . y no se llevará
precipitado al acto carnal: pues no hay cosa mas fea , que amar á la muger co­
mo á una adúltera (b).
34- Y porque todos los bienes se han de alcanzar de Dios con santas ora-
Quando cl*ones ^ ]0 secundo que deben enseñar á los fieles es , que se abstengan al-
dehen abs- ^ums vec£S ¿e| uso matrimonial, para darse á la oración : y señaiadamen-
woddVa- Te sepan que esto se ha de observar tres dias antes por lo menos de recibir
trimuoio. ]3 Sagrada Eucaristía: y muchas veces quando se celebran los ayunos solem­
nes de Quaresma : como recta y santamente lo mandaron nuestros Padres. De
esta manera experimentarán , que los bienes del matrimonio se les aumen­
ten cada día con mayor colmo de la divina gracia , y siguiendo las obras
de piedad , no soio pasarán esta vida quieta y apaciblemente , sino vivirán
con esperanza verdadera y firme , que no confunde (0 de conseguir por la
benignidad de Dios la eterna gloria.

TERCERA PARTE

D E L CATECISMO ROMANO.
CAPÍTULO I.

DE LOS DIEZ MANDAMIENTOS DEL DECÁLOGO.


T. C5
E l Decá­ urna y compendio de tocas las leyes , dice San Agustín , que es el Decá-
logo e$ la logo (b). Porque aunque son muenss las cosas que Dios habló , con todo
sum í de ro-
d o s i o s eso solo se dieron í Moysés dos tablas de piedra , las que se llaman las ti­
M a n á a- bias del testimonio } que había de estar en el arca : pues todo lo demás que
züi€3 tos cíe Dios mandó , esta pendiente de aquellos diez preceptos escritos en las dos
Dios. tamas: como io cenara de ver el que lo examine con cuidado para entender­
lo con rectitud : asi como estos diez mandamientos se encierran en aquellos
dos , £ saber del amor ae Dios y cei próximo , de los cuales den ende toda la
ley y Profetas (e).
Siendo pues esta ía suma de toda la ley , es menester que los Pastores
Deben los empleen días y noches en su contemplación , no solo para que ajústen su
P a s t o r e s vica ^según esta regla ; sino también para que enseñen la ley' del Señor al
e?:piícar el
Decálogo pueblo que les es encomendado : Porque ios labios del Sacerdote guardarán
con mecha C f ' n€f 5 A su mca s£ ‘:¿¿ sa^€T i® ley : porque es ti Angel del Señor de
«ariane. .os nx^ttíos ( j j . Lo qual pertenece muy en particular á los Pastores de la
ley nueva: que como mas allegados á Dios deben ser tranformados de claridad en
da-'
^ lA< i- Conni.-, y. (¿} Lib, i . ceñirá. (d) Qnzest. 140. L ib. 1. sup. Exod*
Jóvír.. prop. «a, sy) Heñían. 5. (?) Malta, z z t (f) Maiacb. a.
PARTE III. CAPÍTULO I, 207
claridad , obrándolo asi en ellos el Espíritu del Señor (a). Y pues Christo Se-
áor nuestro los llamó con el nombre de luz (b) es obligación suya , ser luz de
aquellos que están en tinieblas. Doctores de ignorantes, Maestros de peque-
iáuelos , y si fuere alguno sobrecogido en algún delito , instruirle clics , que
son espirituales (0- Ln el confesonario también hacen el oficio de jueces, y
sentencian según la calidad y gravedad de los pecados. Por tanto si no quie­
ren enganarse por su ignorancia á sí mismos y á los demás, es necesario que
estén muy vigilantes en esto, y muy exer citados en la explicación de ios man­
damientos divmos : para que puedan juzgar de qualquier acción y omisión
según esta divina regla , y ensenar, como dice el Apóstol , la doctrina sa­
na (d j, esto es , la que no contenga ningún error, y cure las enfermeda­
des de las almas , que son los pecados : para que sea el pueblo agradable á
D ios, y seguidor de buenas obras. Por tanto en este género de explicación
proponga el Pastor á sí mismo y á otros aquellas razones, que persuadan, que
deben todos obedecer á la ley.
Entre las muchas cosas que pueden impeler los ánimos de los hombres 3-
á guardar los mandamientos de esta ley , es eficacísima la consideración de elQuién es
Autor
que el mismo Dios es el Autor de ella. Porque aunque se diga que fue del Decálo­
dada por los Ángeles (¿) , con todo eso no se puede dudar que la puso el mis­ go y de la
mo Dios : de lo qusl dan claro testimonio , no solo las palabras del mis­ ley natu­
mo Legislador (que se explicarán poco después), sino también casi infini­ ral.
tos lugares de las Escrituras , que fácilmente se ofrecerán á los Pastores. Por­
que ninguno hay que no experimente tener impresa por Dios en su alma
una ley , por la qnal pueda discernir lo bueno de io malo , lo honesto de
lo torpe , y lo injusto de lo justo. Y como la tuerza y condición de esta
leí- no es diversa de ia que está escrita , ¿ quien se atreverá á negar que es
Dios el Autor de la k v escrita, así como lo es de la interior?
Pues de esta luz divina ya cas; obscurecida por las costumbres deprava­
das y por la envejecida perversidad de los hombres, se ha de ensenar que
Dios mas bien vino á esclarecerla, que á traer erra nueva, quando ció la
ley á Moysés. No piense acaso d pueblo, oyendo que fue abrogada la ley
de Moysés , que no esta obligado £ estas leyes. Porque muy cierto es que
no se lia de obedecer a estos mandamientos , por haber sido dados por me­
dio de Moysés , sino por haber nacido con nosotros mismos , y haber sido
explicados y confirmados por Christo Señor nuestro.
Muchísimo valdrá , y será de gran peso para persuadir la observancia, de , 4-
ia ley esa consideración , de ser el que la impuso el mismo D i o s d e cuya Cóm o se
excitará á
sabiduría y equidad no podemos dudar , como 01 tampoco huir de su infi­ guardar la
nita virtud y poder. Por eso quando su Magestad mandaba por los Profeta:; le y , por ser
que se guardase ia ley ? decía: Q¿‘ £ ¿i d Suene? Xbw. Y en eí mismo prin­ D ios el Au­
cipio del Decálogo dice: T® s&y D :~s y (/)_ Y en ¡otra parte: Si tor.
yu sm d Séi&r ^ \d¿ué€ esté ssí íanm />}?
lilas no solo despertará los ánimos de los fieles s para guardar los rsan-
da-
(«1 2. Ccriatb. 3. ip) <* (&} 2. T im . 4. (ef C alan 3.
<c} Galar, ú , íj1"" aa. fg] Malaca, r.
20g CATECISMO ROMANO
> damientos de Dios , sino para' rendirle humildes gracias , el habernos mard-
Qüán gran­
de benefi­
su voluntad , en la qual se contiene nuestra salud. Por esto decla­
cio de Dios rando la Sagrada Escritura en varios lugares este gran beneficio , previene
fue darnos al pueblo que reconozca su dignidad y la liberalidad del Señor , como qti2n-
su ley. do dice en el Deuteronomio : Esta es vuestra sabiduría y vuestra inteligencia
a vista de los pueblos : que oyendo ellos iodos estos preceptos , digan : ; he aquí
un pueblo sabio y entendido , gente grande es esta (a)! Y también en un Sal­
mo : No lo ha hecho así con otra nación ninguna , ni les manifestó sus jui­
cios (f),
6’ , Y sí además de esto declarase el Párroco según, la autoridad de la Es­
Por qué se
critura el modo y circunstancias , con que se dio la ley , fácilmente enten­
dio la ley
á ios Is­ derán los fieles , con quanta devoción y rendimiento se debe venerar esta
raelitas con ley recibida de Dios. Porque tres días antes que se promulgara , se mandó
tanta ma- á todos de parte de Dios , que lavasen sus vestidos , y se abstuviesen del
gestad.
uso conyugal (c) , á fin de que estuvieran mas santos y dispuestos , para re­
cibir la lev , v que acudieran al tercer día. Siendo después conducidos al
monte , desde donde el Señor les había de dar la ley por medio de Moysés,
í solo este se diso , que subiese al monte: porque vino Dios con Mages­
tad muy grande , y cercó aquel lugar de truenos , relámpagos , fuego , y
nieblas espesas , y empezó á hablar con Moysés, y le dio las leyes. Y no
por otra causa quiso hacer esto la sabiduría divina , que para amonestarnos,
con quán puro y humilde corazón debe ser recibida la ley del Señor, y
que si despreciamos sus preceptos , nos amenaza la divina Justicia con. las
penas que tiene decretadas.
Pero añadiendo mas , muestre también el Párroco que los mandamien­
7-
La ley tos de la ley no tienen dificultad : que aun con sola esta razón de San Agus­
promulga­ tín podrá enseñarlo : dice así: j Cerro s pregunto , se dice , que es imposible al
da con tan­ hombre amar ? >amar, vuelvo a decir ; d su Criador , hberalisimo y amaniisimo
to terror se
cumple por Padre , y Inego también amar su misma carne en ms hernia.nos \ Pues el que ama,
amor, cumplió la ley (d). Por esto afirma claramente el Apóstol San Juan : que
los preceptos ¿e Dios no son pesados (e). Y según San Bernardo cosa nin­
guna pudo pedirse al hombre , oí mas justa , ni mas digna , ni mas prove­
chosa para él (/). Por esta razón marabillado San Agustín de la suma be­
nignidad de D ios, habla con su Magostad de este modo: ?Qy¿ es el kombrei
Señor , para que id desees ser amada por él , y si no io hace , le amenazas con
graxisvnas paias 1 \ No es .harta pena el que no ic ame yo (g) \ Y si aleono
se escusa con que la corrupción de !a naturaleza le Impide amar á Dios , se
íia de enseñar que Dios que demanda el amor , le mrunde en nuestros co­
razones por su divino Espíritu : y que el Padre celestial da este su Espíri­
tu bueno á los que se le piden (A) , de manera que con razón oraba así San
Agustín : Da , Señor , la que magmas , y manda lo que quieras (i). Y como es­
te auxilio ce Dios ie recemos pronto mayormente después de la muerte de
Cans­
ía) Sevte- m ( f Psalsj. 147. y) Exod. princ. (g) Lib. 1. de Confiéis, cap. q
sp. (rfj &T£B.ír. de iemp. et47. deSancr. (ir) Lee."ir. (£) Lib. to. de ConíAf»
•ftt t. Jes.un. s. íy } De JAiig. Leo} in cap.
PARTE III. CAPÍTULO I. 209
Christo Señor nuestro , por la qual el Príncipe de este mundo fné‘ echado
fuera (a) , ninguno tiene por qué acobardarse aterrado de k dificultad: por­
que todo es fácil para el que ama.
Sobre todo lo dicho aprovechará muchísimo para persuadir el mismo in­ 8.
tento , explicar que es indispensable obedecer á ia ley s- y mucho mas no Todos son
obligados á
faltando en nuestros tiempos hombres .que impíamente-y con gran daño su- guardar la
yo -no se avergonzaron decir , que ya fuese fácil, ya difícil la ley , en ma­ ley.
nera ninguna era necesaria para la salud. Cuya malvada y pérfida sentencia
confutará el Párroco con testimonios de la Sagrada Escritura, y señaladamen­
te del Apóstol, con cuya autoridad pretenden ellos defender su error. ¿ Q¿ié
dice pues el Apóstol ? Que el prepucio nada es , y la circuncisión nuda es , si­
no ¿a observancia de los: mandamientos de Dios (¿). Y quando en otra parte
repite la misma sentencia , y dice : Qj*e en Christo solo vale la nueva criatu­
ra (c) y llanamente entendemos , que llama nueva criatura en Christo al que
guarda los mandamientos de Dios. Parque aquel ama á Dios , que tiene s y
guarda sus mandamientos (d). Y el mismo Señor dice por San Juan. Si al­
guno me ama , guardará mi ley (e). Porque aunque puede el hombre ser jus­
tificado , y hecho de malo bueno , antes de cumplir con acciones externas
cada uno de los mandamientos de la ley ; sin embargo es imposible justi­
ficarse el que tiene ya uso de razón , si no tuviere preparado el ánimo pa­
ra guardar todos los mandamientos de Dios.
Ultimamente para que nada se le quede al Párroco á fin de atraer á los 9-
Qué fru­
fieles á observar la ley 5 hará ver quán copiosos y quán suaves son sus fru tos co asi­
tos: lo que fácilmente podrá probar con las cosas que están escritas en-el g n e n l os
Salmo 18. Porque allí se celebran las alabanzas de la ley de D ios, entre las que guar­
quales ésta es la mayor , y la que declara mucho mas la Magestad , y glo­ dan la ley
ria del Señor , que los mismos cuerpos celestiales con toda su hermosura y de Dios.
concierto. Porque aunque estos de tal modo pusieron en admiración aun
á las naciones bárbaras , que las obligaron á conocer la gloria, sabiduría , y
poder del Artífice y Criador de todo ; pero la ley del Señor convierte á Dios
las almas. Porque conociendo por medio de la ley los caminos de Dios y su
voluntad santísima , enderezamos nuestros pasos por las sendas del Señor. Y
como solo son verdaderamente sabios tos que temen á Dios, luego le atri­
buye , que ¿a sabiduría á fas pequenadas. Y por esto los que guardan la ley
de Dios , soo colmados de verdaderos gozos y del conocimiento de los mis­
terios divines , y demás de esto de regalos y premios muy grandes así en
«sta vida como en la otra.
TO.
Aias no habernos de guardar esta ley tanto por causa de nuestra utili­ Haciendo
dad . qnanto por amor de Dios , quien se dignó descubrir por ella su vo t o d a s l as
hincad á los hombres. Porque si la cumplen las demás criaturas; mucho mas cosas ia vo­
justo es que la cumplamos nosotros. luntad de
Mí tampoco debe pasarse por alto , que en esto mostró Dios señalada* Dios t muy
justo es que
mente su clemencia hacia nosotros y las riquezas de su suma bondad : pues U haga el
podiendo obligarnos á guardar su -ley , y Que sirviésemos para gloria suya hambre.
no sin
(p). Joaaa, rs. (ñ) 1. Corinth. y. (c) Gafar. <5. (d) Jo2.nn. 14. {é) Ibidem.
ftl.0 CATECISM O ROMANO
sir, premio ninguno ; quiso sin embargo juntar su gloria con nuestra utili­
dad : de iDanersugiie-"ío mismo que era glorioso para su Magestad , fuese
provechoso para nosotros. Y como este provecho es en sumo grado aven-
tajado y crecido , enseñará el Párroco lo que díxo por último el Profeta;
Q ú e en g u a r d a r estas leyes es mucho e l g a la r d ó n . Porque no solamente, nos es-
tan prometidas aquellas bendiciones que parece se ordenaban mas á la felici­
dad terrena , como ser benditos en la ciudad y benditos- en el campo (a)5
sino también aquel jo r n a l copioso , y aq u ella m edida buena , hen chid a , atestada,
colm ada y rebosando p o r todas p a r t e s , que está p rop uesta en los C ielos (¿)., y que }a
merecemos con obras virtuosas y justas, ayudados de la misericordia de Dios.

C A P Í T U L O II

DEL PRIMER MANDAMIENTO DEL DECALOGO.

Yo soy tu Dios y Señor, que te saqué de la tierra de Egipto,


de la casa de la servidumbre.
y- J^sLunque esta iey fue dada por 'tí Señor á los Judíos en el monte, es-
2aCosío ^
ley ce sjn embargo mucho antes impresa Jy sellada -por ía mism,a naturaleza
M ovsés o- £Í1 ias simas de todos ; y por esta razón quiso Dios que perpetuamente la
Miga 3 fo- obedeciesen todos los hombres. Por tanto será muy provechoso-explicar con
dos^ los cuidado las palabras con que £eé promulgada á los Hebreos siendo Moysés
Lomares, y ^ j¿70jSIro ¿ Intérprete : como también la historia de! pueble de Israel, que
por qoe o- j- ... , . £. - J*
caslos faá «ena de místenos.
ó z á s . é los Primeramente referirá el Párroco , que de todas las naciones que había
Israelitas, dehaxo del Cielo , escogió Dios una que descendía de Abrahan , quien qui­
so que anduviese peregrinando por la tierra de Cansan: y le prometió que. le
pondría en posesión de ella: mas con todo-eso él y sus descendientes'an­
duvieron vagos por mas de qoo años, antes de habitar en la tierra prome­
tida. Es verdad que en esa peregrinación nunca los desamparó su Mages­
tad. Pasaban de gente á gente . y de reyno á reyno (c), mas nunca permi­
tió se les hiciese injuria; antes castigó á los Reyes que se les oponían. Y
pnmero que basasen a Dgipto , envió delante un Varón , por cuya pruden­
cia: así dios como los Egipcios se librasen del hambre ,(d). En ,Egipto los
miró con tal benignidad , que persiguiéndolos Faraón , y empeñado en aca­
bar con ellos, se aumentaban marabdlosamente (e ). Y quando -llegaren í
verse en gran manera afligidos y tratados con-toda crueldad como esclavos,
íes puso por caudillo a Moysés. que ios sacase de allí con mano poderor
sa. Y ¿c esta libertad señaricamente hace mención e! Señor al principio de
la ley por estas palabras : lo- sm su D im y S eñ o r , que íe se rué ¿e la-¿ierra ¿s
JSgspío y de la cm a de la servidem Brc (y).
Entre estas cosas lo que pnocipaimente ha de advertir el Párroco ss,
que
{a} Dicrsr. sS s. <c) 2^ . Ceses; 45. (¿) Esod. 1. ( f ) Ib ié . so.
PARTE III. CAPÍTULO II. 21 í
que de todas las naciones fue una sola la escogida de Píos s -para "llamarla e.
oueblo suyo , y hacerse conocer y adorar por ella : no porque .aventajase Por qué
i k$ demás en santidad ó en grandeva; sino porque así plugo á su Magos­ fueron ios
tad , como el mismo Señor se lo previno á los Hebreos .(«) queriendo enri­ Judíos es­
cogidos por
quecer y acrecentar aquella pobre y pequeña gente: para que su poder y D ios para
bondad se hiciese mas notoria é ilustre entre todos. Siendo pues /esta la con­ pueblo su-
dición de aquellos -hombres s coo estos se estrecho, y á estos amó en tan­ yo .
to grado , que siendo Señor de Cielos y tierra, ,no se desdeñaba ser llama­
do Dios de ellos ., provocando á envidia í todas ;las demás naciones : pare
que al ver la prosperidad de los Israelitas , todas se reduxesen al culto del
verdadero Dios : al modo que también afirma San Pablo , que proponien­
do el la felicidad de los gentiles y el conocimiento verdadero de Dios j en
que los había instruido , provocaba á los de su nación Hebrea , para quedos
imitasen-(^)- 3*
A mas de esto ensenará á los afieles-, que permitió Dios que los Padres Por qué
.Hebreos anduviesen ^peregrinando por mucho tiempo , y que sus descendien­ fueron ÍOS
tes fuesen oprimidos y molestados con tan dura esclavitud , para advertir­ Hebreos a -
tribuiados
nos que no se hacen amigos de Dios sino los enemigos del mundo y extraños tanto , y
de Ja tierra , y que entonces seremos mas fácilmente admitidos á la -fami­ por tan lar­
liaridad con Dios , quando nada común tengamos con el mundo. Y también go tiempo,
para que estando trasladados al cuito de Dios , entendiésemos quanto mas ántes que
dichosos son , los que sirven á Dios , que los que sirven al mundo,: como larecibiesen
le y .
nos -lo amonesta la Escritura, diciendo : Empero le servirán , para que sepan
la distancia de mi servidumbre ¿ la del Reyno de ¿a tierra, (c).
Demás de esto explicara , que después de mas de 400 anos cumplió
Dios su promesa : para que aquel pueblo se mantuviese con lá Ee y la Es­
peranza, Porque quiere Dios que, los suyos estes siempre pendientes de él,
y que coloquen toda su esperanza en su bondad divina : como se dirá en la
explicación del primer mandamiento.
Por ultimo notará el lugar y el tiempo co que el pueblo de Israel reci­ 4*
Por qué
bió esta ley de D ios, conviene á saber, despees que sacado de Egipto vino fa é dada ía
al desierto : 'para que atraído por una: parte con la memoria del beneficio, le y en tal
que acababa de recibir , y amedrentado por otra con la aspereza del lugar l u g a r y
¿onde andaba , estuviese mas pronto para abrazar la ley..Porque se dexan tiempo.
los hombres obligar en gran manera de aquellos que les hacen beneficios , y
entonces se refugian al socorro de Dios , quando se ven destituidos de toda
esperanza humana. De donde se dexa entender , que tanto mas apercibidos
«taran los-fieles , para recibir la. doctrina del C ido , quanto mas apartados
estuvieres de los embelesos del mundo y gustos- de la carne : como lo es­
cribió el Profeta : \ A mié®, enseñará la deuda y & quién hará aiienacr su Q ue s ig -
doctrina Z A. fas destetados áe la leche , y apartados de fas pechos (d). n i íi c a ei
Haga pues-el Párroco, los esfiierzcs posibles sobre que-el pueblo-fiel ten­ Exordio y
ga siempre en su alma fizas -estas palabras z To ssy tu Dios y Señor, Porque qué miste­
rios encier­
de pellas entenderán que tienen por Legislador ¿ su mismo Criador, por quien ra.
no z fue-
C®} Dentar. 9. (S) Bomas, 11. fe) e, Psralíp. i r . id) Isa!. s8 .
212 CATECISMO ROMANO
fueron formados y por quien son mantenidos : y con razón dirán : E s te m

rao es n u e s tro D io s y S e ñ o r 7 y n o s o tro s e l p u e b lo q u e a p a c ie n t a y la s o v ó o s de

{ a ) . Porque la viva y continuada repetición de estas palabras ™-ü,y


r.
m a n a d a
t 1 t t t r x? d. m
encaz , para hacerlos mas prontos a venerar la ley 9 y retraerlos de los pe
cados. Lo que se sigue : Q u e t e s a q u é d e l a t i e r r a d e E g i p t o , d e l a l a s a
de la s e r v i d u m b r e : aunque parece que solo conviene á los Judíos ^ que fhé

ron rescatados de la dominación de los Egipcios ,■ sin-embargo ■ »■ miramos a!


misterio , que ahí está escondido de la redención universal ; mucho mas n=r~
tenece á los Christíanos : pues son redimidos , no de la servidumbre ch
Egipto , sino de la región del pecado , y sacados por Dios del poder de
las Tinieblas, son trasladados al Keyno del Hijo de su amor (¿). C olu m ­
piando Geremías la grandeza de este beneficio , la anunció , didendoT iye
a q u í v ie n e n d ia s , d ic e e l S e ñ o r . y n o se d ir á m a s ; V iv e e l S e ñ o r , q u e sacó ¿

lo s h ijo s d e Is r a e l d e la t ie r r a d e E g ip t o ; s in o v iv e e l S e ñ o r . q u e sacó lo s h i­

jo s d e Is r a e l d e la t ie r r a d e l A q u iló n , y d e to d a s la s t ie r r a s ? a d o n d e lo s h a ­

b ía a r r o ja d o ,y v o lv e r lo s h é á s u t ie r r a , la q u e d i á s u s P a d r e s . H e a q n iy o en­

v ió , d i c e , e l S e ñ o r y y p e s c a r l o s h a n 7 b e . ( c ) Porque el benig­
m u c h o s p e s c a d o re s

nísimo Padre por medio de su i ó v y o n m í ó e n u n o l o s h i j o s d e D i o s s q u e . a n d a ­


b a n d e s c a r r ia d o s ( d ) , para que ya 5 no como siervos del pecado , sino de
la justicia, k s i r v a m o s e n s a n t i d a d , y j u s t i c i a d e l a n t e d e é l t o d o s l o s d i a s d e
n u e s tra v id a (e j.

6. Por esto en toda tentación opondrán los fieles como un escuda aquello
"

Thi ÍOS de! Apóstol : ¿ L o s q u e y a e s t a m o s m u e r t a s p a r a e l p e c a d o c ó m o t o d a v í a \ > m i -


afectos tjee r h m s m é l l T a n o s o m o s n u e s t r o s 3 s i m d e a q u e l q u e m u r i ó y r e s u c i t ó p o r n o ­
deben sa—
s o t r o s (/ ). Este es nuestro Dios y Señor , que nos compró para sí *á costa
car los fíe­
les os este ~ ^rmi-rs n:;oCt..n F jA c „
B .:o:d i o
c&\ Decá­ COO aquella iiocieau eyu que d w - u iu 5 tiaa uu-iisu im u u iueíu» cu
logo» gado nuestros miembros , para servir á la maldad ; así ahora ios entreguemos
para servir á la justicia en santificados, (&).

Ho tendrás Dioses ágenos delante de mí.

í- -Enseñará el Párroco , que en el Decálogo tienen el primer lugar las cosas


Q s é es lo que pertenecen á Dios , y el segundo las que tocan ai próximo*. Porque
orne manda.
J io Dios es la causa de lo que hacemos por el próximo, Y entonces amamos
qE!S veda al próximo según el mandamiento de Dios , .qtiando le amamos por Dios.
este primer Y así estos tres preceptos qae pertenecen á Dios 3 están escritos en la pri­
a ¡a 4 a— mera tabla. Luego declarará que eo las palabras susodichas hay dos maneta-
astísnE©. miseros , u n o de los cuales es afirmativo ? y otro negativo. Porque el decir:
J¥ h te n d rá s D ie s e s á g e n o s d d & m ie é e s i : hace este sentido : A m i m e a d o r a ­
r á s 3e sm o á v e r d a d e r o D im 7 y » a d o r a r á s D io s e s á g e n o s .
En el primero se encierran los preceptos de F e 5 E s p e r a n z a ; v C a r i d a d .
Por-
(¿f) Psalm. 94. {$} Coles. 1. ie; jueíc, 1. (/ 3 Román. 6.
i¡c) Jcrasa., 16. íj} |oana,. 12. (g) Hebraeof» 3, (b) Román, d»
PARTE III. CAPÍTULO II. 2Í ‘

Porque sí le llamamos - D i o s -le .confesamos inm oble, inalterable , que eter- 8.


nalm.ente permanece., el mismo , fiel , y recto sin. defecto alguno- De don­ A quí se
de se sigue necesariamente-, .que creyendo--sus.palabras s le demos entera fe, condenen
y autoridad. Y -el que. está confesando su omnipotencia ,, .clemencia.., facili­ ¡os precep­
tos de F e ,
dad , é inclinación , para hacer bien, ¿podrá.menos- de colocar en él todas E sp e ra n —
sus esperanzas ? Y si contempla las riquezas de.su bondad y amor derrama­ xa , y C a­
das sobre nosotros podrá dejarle de amar 2 Por eso quando su Magestad ridad,
ordena y manda alguna cosa .en las Escrituras , ya sea ai principio , ya sea
-al fin , usa de estas palabras : Y o s o y d S e ñ o r ^
La segunda parte del mandamiento es : N o . t e n d r á s D i o s e s a g e n o s d e l a n t e 9-
d e r n í . De este modo de hablar se valió el Legislador , no porque no estu­ Euplícsse
este pre­
viese bastantemente explicado esto en el precepto afirmativo , que dice: A m i cepto co­
a d o r a r á s , co m o á s o lo D io s r Porque sí es D io s , es uno solo ; sino por la mo negati­
■ ceguedad de muchísimos que antiguamente confesando que adoraban al ver­ vo.
dadero D ios , al mismo-tiempo veneraban muchos D ioses.-Y de. estos hu­
bo muy muchos entre los Hebreos-: los quales:, como E lias:les- echaba en
cara, cojeaban de ambos píes («) , y también lo .hicieron dos Samarítanos : que
adoraban al Dios de Israel, y juntamente á los Dioses de los gentiles.
Explicadas estas cosas se ha de añadir , que este mandamiento es el pri­ ro.
mero y. el- m ayor-de todos , no solo en -el ó-rden , sino; tam.bíen. en. la na­ Este pre­
ce p to ^ hs
turaleza , dignidad , y excelencia. Porque por ¡analtas razones debemos amar d‘e t e n e r
.y respetar á Dios mas- que; á todos los Señores y Reyes-. Porque su Ala- por el ma­
gc-stad nos crió , nos gobierna , nos mantuvo eti el vientre de nuestra Ma­ y o r de to­
dre , y de allí nos sacó á esta luz , nos áá la vida ,-y nos provee de todo lo dos.
necesario para sustentarla.
Pecan contra este mandamiento los que. no tienen fe , esperanza , y ca­ ir.
Quiénes pe­
ridad : cuyo pecado se extiende mucho. Porque están comprehendidos en él can contra
los que caen en heregía , los que no creen las.cosas que la Santa Madre Iglesia este 'man­
propone que deben creerse.: les que dan crédito á sueños , agüeros, y demás damiento.
cosas vanas Ies que desesperan de su salvación,- y no confian en la divina bon­
dad, los que ponen su esperanza solo en sus riquezas , salud , y fuerzas cor­
porales: de lo qual tratan largamente, los que han escrito de vicios, y pecados. 12.
También se -ha de enseñar.con; todo cuidado en la explicación de este D el culto
precepto, que no.se opone á esta ley la veneración é invocación de los San-' de los San­
tos Angeles , y de las- almas bienaventuradas que están gozando de Dios , ni tos : que
no se opo­
el culto que á sus cuerpos y cenizas aló siempre la Iglesia Católica. Por­ ne á este
que >quién será tan loco , que mandando el R ey que ninguno se porte co­ precepto.
mo tal , ni permita ser tratado con aparato y honores regios , juzgue al pun­
to que ei Rey no quiere que se tenga respeto á sus Magistrados.? Es cierto
que ios Chríszianos imitando á los Santos del Testamento viejo , adoran á los
Angeles , mas no por eso les dan la veneración , que tributan, á Dios. Y si
alguna vez leemos , haber rebosado les Angeles , que los adorasen los hom­
bres ( b ) se ha de entender , que lo hicieron , porque do querían se les diese
aquel honor, que á solo Dios es debido.
Por-
(o) 3. Keg. 18. (¿>) Asocaivps. 29. et ea. *
2i 4 CATECISMO ROMANO
Porque el Espíritu Santo que dice : A s o l o D i o s s e a e l h o n o r y g l o r i a ( a ) $
M uéstrase mismo nos manda=ho orar: ,a los Padres y ■a ncía nos. O em as de esto : aque-
por las Es- i¡GS Santos varones , que solamente-ador aban i un Dios,, adoraban, también
enturasque ¿ jos |^ey e s : como consta de las Divinas Letras.#) , esto e s , los veneraban
es lícito “a- Con rendimiento, Pues si son tratados con tanto 'honor los R ey es, por quie­
doraf á los
Angeles. nes Dios gobierna el m undo, í aquellos Angélicos Espíritus , los que qui­
so Dios que fuesen sus Ministros , y de cuyo medio se vale , no soio para
el gobierno de su Iglesia , sino 'también de todas las demás cosas „ y por
cuyo favor somos cada dia librados de peligros muy grandes-,así de cuer­
po , como de alma , aunque no se dexen ver de nosotros^, a por qué no les
daremos honra tanto' mayor , quanto aquellas bienaventuradas‘-inteligencias
aventajan en dignidad i los Reyes mismos i Júntase á esto la paridad con
que nos aman , y que movidos de ella , ruegan á Dios por aquellas Pro-
vincias que están á su cargo : como fácilmente se entiende por la Escritu­
ra (0 , nt debemos dudar que hacen lo mismo por aquellos - que guardan:
pues presentan á Dios nuestras oraciones y lágrimas (d). Así enseñó el -Salva­
dor en el Evangelio , quem o se escandalizase á los pequeñuelos , porque
sus Angeles en los Cielos ¿están siempre viendo la cara del Padre celes­
tial (0-
14. Han de ser pues invocados -los Santos Angeles , así porque', están perpe­
Pruébase tuamente gozando de Dios -, como por lo muy gustosos que abrazan ei pa-
qcehan ^ trodmo de nuestra-salvación , de que están encargados. De -esta invocación
dos iosSan- nos da testimonios k Divina. Escritura. Porque Jacob .pidió al A ngel,con
tos Auge- quien había luchado , que le bendixera : y aun le precisó , protestándole que
íes. no le dexarla mientras no le echase su bendición (/ ). Y no solo quiso que
se la diese aquel con quien estaba;sino también otro á quien de ningún mo­
do veía: quando dixo en otra ocasión : E L . á n g e l q u e m e l i b r ó d e t o d o s l o s
H- m a le s b e n d ig a á e sto s n iñ o s ( g ) . „
Por invo­ D e aquí también se sigue -que está tan lejos de menoscabarse la gloria
car
^ lo* de Dios , por honrar é Invocar á los Santos que murieron en' el Señor , y
San to s, y
venerar sus por venerar sus reliquias y cenizas que antes por eso mismo se aumenta tan-
reliquias en to m as , quanto mas despierta y confirma la esperanza de los hombres y los
nsdasem e* exborta á su Imitación. Y así comprueban esta práctica los Concilios Niceoo se*
nescaba eì g 0ncìo 3 Gangrer.se y Tridentino, y-Ia autoridad de los Santos Padres.
honor
Dios.
Y
ió. contradicen
Con qué aliando „ y ai Damasceno. A cuyas razones se junta Io. principal , que es la
l i í a ! . T COSUíiri^re de los Apóstoles , .y perpetuamente retenida y conservada
tejaba de c n 'a %Iesia de Dios. ¿ Y qué otra-prueba se puede desear mas.firme ó mes
establecer rilara que el testimonio de k Escritora Divina , la quai .celebra ms rabil le­
ía invoca— sámente las alabanzas de los Santos % Porque hay elogios divinos, de algunos
don de ios Santos , cuyos loores siendo aplaudidos por ias Sagradas Letras, 5 por qué los
-autos. hombres no deberán tratarlos coa singular honor % Aunque también deben
ser
(c) 1. TIm. z, {£} Exod. io , Levic, ip„ (¿) Tob. ra. (é) Match. i 3. ( / ) Ge­
Dealer. (e) Daniel. 10. nes. 30. (g) Ibidem 48,
PARTE III* CAPÍTULO l ì . 21 $
ser venerados é invocados , porque están de continuo rogando á Dios por
la salud de los hombres, y por sus méritos y valimiento nos hace su Magestad
muchos beneficios. Porque si hay gozo en el Cielo quando un pecador hace pe­
nitencia (a ) ¿no ayudarán á los penitentes aquellos Ciudadanos celestiales? ¿ Y
sí los invocamos nosotros, no nos alcanzarán el perdón de los pecados , y
nos concillarán la gracia de Dios ?
Y si se dixere, como algunos dicen , que el patrocinio de los Santos es 17.
supérñuo , porque Dios sin intérprete alguno acude á nuestras súplicas: fácil­ Essa i avo­
cado» de
mente convence estas voces de los impíos aquel dicho de San Agustín : J V o los Santos
con ced e. D io s m u c h a s 'c o s a s s in d f a v o r y o f ic io d e a lg ú n m e d ia n e r o y ro g a d o r
no arguye
Confirman esto-.los ejemplos ilustres de Abimelec (c), y de los amigos de f a l s a de
Job ( d ) , cuyos pecados no fueron perdonados sino por los ruegos de Abra- c o n f ì a n z a
en eì auxì—
han , y de Job. Y si se alega , que es falta y poquedad de fe echar á los fio de Dìos.
Santos por valedores y Patronos; ¿ qué responderán al hecho del Centurión ?
quien aun elogiado de fe singular por Chrlsto Señor nuestro , todavía en­
vió á su Magestad los ancianos de los Judíos , á fin de que alcanzasen la sa­
lud-para su siervo..enfermo (r). ,
Por esto aunque debemos confesar , que se pos ha propuesto por me- i S,
I*a unica
mediación
de Christo
redencion (j)~3 y una vez entrado en el santuario, nunca cesa de interponer­ no impide
se por nosotros (g} y sin embargo -de eso. en. manera ...ninguna-se .sigue de. ahí, essa invo­
que so podamos acogernos í la- gracia de los Santos. Porque si la razón de cación.
eo poder:valemos-de los socorros de los Sántos es , que tenemos .por úni­
co Patrón á Jesu-Christo, nunca el Apóstol hubiera hecho una cosa como
solidtar con tanto ahinco ser ayudado para con Dios por las oraciones de
los hermanos que aún estaban vivos (/O» Porque no menos disminuirian' la
gloria y dignidad del medianero Chrlsto ks oraciones de los vivos , que la
intercesión de aquellos Santos que ya están en los .Cielos.
¿Pero á .quién no convencen , así sobre el honor que .se debe á los San­ 19.
tos 2 como sobre el patrocinio con que nos defienden 9 las grandes macabí!!as Por dónde
obradas en sus sepulcro^, ya en ciegos-,' mancos y:roiiídos y baldados de to­ se pruebala
virtud de
dos sus miembros . que fueron -restituidos á su antigua' salud, ya .en muer­ l a s r e l i ­
tos resucitados , y ya en demonios lanzados de ios cuerpos humanes ? Pues quias.
unos testigos tan- autorizad® , como. los. Santos Ambrosio (/) y Auguszsno (¿)
-nos' dejaron, escritos -estos prodigios , y no porque los oyeron , como mu­
chos 3 ni porque los -leyeron , como otros muchísimos y -gravísimos varo­
nes; sino porque los vieron por sus ojos mismos. ¿Qué mas?' Sí los vestí-
dos los pañuelos (m) , sí hasta la-sombra de los Santos («) antes que
mnrlesen , aayeptsba las embrmsdades , y restituía las tuerzas, ¿quién osa­
rá negar que haga d Señor los mis-sos milagros por las sagradas cenizas,
hue-
{&} Ase. 35. {&) QíiaesO 3:49. ibpr, '{2) Spist. 54. «£55. eí'Serm.ee Ss. Gerv.
Bx©d. jr} G en. 20. (d) Jefa 42. (£•} Marsh, es ¿"rosas. ££) Líb. 30. de C iA u cap. S.
S* Alie. y. (/) Bdbr. 9. . Ibjdem y ■ 0 4. Seg. s. (m) Aerar. 19. (s) Ibi-
íél Asmas. 2
2 i S" 'CATECISMO- ROMANO
huesos v demás reliquias de los Santos í Esto declaró aquel cadáver que echa­
do por "casualidad en el sepulcro de Elíseo , súbitamente revivió al. contacto
de su cuerpo, (a).
io. Aquello que se sigue : Jfo harás para tí cosa esculpida alguna imagen,
L-as pala- ^ cs¿¿ m t \ Cielo, ó m la ¿ierra , ni de lo que hay en las aguas 3 de-
s^-a^no haxo de la tierra. Do adorarás esas cosas, ni las honrarás : pensando algunos
constiíü' que era mandamiento distinto, quisieron que ios dos uñimos mesen uno so­
yen masás.- |0> p£ro -¿an Agustín (Á dividiendo aquellos últimos , quiso que estas paia-
míeruo ai- -bras p£r~enecjesea al primer mandamiento : cuya sentencia seguimos gustosos
%ersC' como” tan célebre en la Iglesia. Aunque también está proota aquella muy
verdadera razón 'de que fue conveniente que el premio y la .pena de cada
mandamiento se pusiese en el primero.
Mas no se ha de pensar que por este precepto se prohíbe del todo eí
ex. arte de pintar , retratar ó esculpir. Porque leemos en las Escrituras simula­
ÍÍO £S cros é imágenes fabricadas por mandado de Dios como los Querubines (c)>
coarra esre
píezeptoel Y sóndeme de metal (d). Y así debe entenderse que solo están vedadas Es
¿so ¿e ios imágenes , porque no se quitase cosa alguna al cuito del verdadera Dios,
sagradas adorando xos sñnelácros como si fueran Dioses.
imágenes. r%£ ¿os modo? señaladamente . en quanto pertenece á este mandamien-
Cómos* to * es claro que se "ofende gravísiss mente ■ á la Magestad de Dios. Uno, si
puede orea- se adoran los ídolos o imágenes como a Dios 5 ó se cree haber en ellas al­
as- á X)los Divinidad ó virtud., por la osa i sean dignas de ser veneradas , ó que
pa- medio jes debe pedir alguna c o a , ó poner-en ellas la confianzas como antigua-
mente lo hadan los gentiles poniendo su esperanza en los ídolos : cosa que
& acada pasó reprehenden:las Sagradas Letras.'
Otro , si procura alguno copiar la forma de la Divinidad con algún sr-
dudo . como si pudiera verse con ojos corporales 5 ó expresarse con colores ó
Squrss. Porque como dice eTDa.masceno: iQuiéu puede retratar á Dios . que
es izrisitie. que es incorpórea ^ que m puede-ceñirse‘á- limites algunos y ni ser de-
¿meado' par zigana- jggx’ru'fc)' -Esto se explica copiosamente es 'el. serrando
. Cóndilo Ni ceso. Y asídixo el Apóstol esclarecidameote : Que trecár&i la
gloria Dior imtrrupéisk m sañticrza de hombre^corruptible 7 de aves. ¿¿
animales de auatro pies y de serpientes (/). Porque dios veneraban' como Dio*
ses rocas eses cosas elevaneo sus Imágenes para darlas cuito. Y por esto los
israelitas que clamaban delante dé la Imagen dei becerro r Estos g .Israel-3sen
tus. Dimes t tes ¡p a T
ie s a c a r e n ce h tierra de Egipto (g) fueron llamados Idó­
latras : Darave ír&ccrtm su gloria- ¿u ¡a imagen, de un Becemi?o: ¿pie comía
hmc ihX ‘ ' ' '
.g| rlaotendó pues prohibía© ei Señor t í ‘culto- de los Dieses ágenos, a hs
d-e ^ desterrar enteramente la iColstna, mando que c-o se fundiese ni de me*
s t ie ú Á j

!a secada tai , ni ce o tra ,materia signas , imagen dé la Divinidad : q ue d e c l s r i r d o b


raros ác es- ismas , d’Ce: \ti míen miasteis- lesegeeite é DSss . ó crti imagen te pondréis h) ?
■y reste es e¿ senticc de este muíiuamiento , como además ce los Sames.Padre?,
que
A pps.eg fjp, Qaxeru*!. SHpr, m ea Fii.Drt0d.c2p. i>5- (_r) Hcís. i . (g) Hxcd.
C* 3* £Ag.ó. y-E tke} Eax4.de 31. {3} Pseísx 204. (i) Ira:. á-sx
PARTE m . CAPÍTU LO K.
que Je? interpretan asi , según se expuso en el séptimo Sínodo 5 lo óedáran
bastantemente aquellas palabras del Oeuteronomio , donde queriendo Moysé;
apartar ai pueblo de la Idolatría , les díso : No vistas, imagen ninguna en el dio,
en que os habló el Señor en Horeb de en medio del fuego (a). Y di so esto el
Sapientísimo Legislador, para que no fingiesen imagen de la Divinidad lie-
vados de algún error , y diesen á alguna cosa criada el honor debido í
Dios.
Sin embargo de lo dicho nadie piense que se comete aigun pecado con­ 24.
No es cos­
tra la religión y ley de Dios , quaodo se pinta alguna de las personas de la tra este pre­
Trinidad Santísima Con algunas señales que aparecieron en el Testamento cepto pin­
viejo ó nuevo. Porque ninguno es tan necio que llegue á creer , que por esas tar las Per­
señales se exprese la Divinidad : pero enseñe el Pastor que por ellas se decla­ sonas de la
Trinidad
ran algunas propiedades 6 acciones que se atribuyen á Dios. Como otiando Santísima.
por ía visión de Daniel se pinta un anciano sentado en un trono , ante cu­
ya presencia se abrieron unos libros (b) , se significa la eternidad de Dios y su
infinita Sabiduría , con la qual ve todos los pensamientos y acciones de los
hombres para juzgarlas.
Los Angeles también se pintan con figura de Jóvenes y con alas : para Pueden «S-
que entiendan los fieles lo muy inclinados que están hacia los hombres , y t ambi én
lo muy prontos para cumplir los ministerios de Dios. Porque todos son espí­ plorarse los
ritus servidores para, aquellos que consiguen la herencia &c la salud (c). Angeles-.
La figura de paloma y lenguas como de fuego qué propiedades signifi-, S e la2(5ñgtrra .
queti del Espíritu Santo en el Evangelio (d) y Hechos de los Apóstoles (e)3 de paloma,
es cosa tan sabida que no necesita de explicación* y lenguas
Por lo que mira a Christo Señor nuestro , á su santísima y purísima Ma­ de fuego.
dre , y á todos los demás Santos , como fueron hombres verdaderos, y tu­ 27.
L as imá­
vieren forma humana 3 no solo no está prohibido por este mandamiento pin­ genes de
tar sus imágenes y venerarlas ; sino que siempre se tuvo por cosa santa , v Christo y
por prueba cerrisBma de ánimo agradecido : como lo confirman las memorias de los San­
de los tiempos de los Apóstoles , los Concilios generales , y ios escritos de tos di ben
pintarse y
tantos santísimos y doctísimos Padres entre sí unánimes y concordes. adorarse.
Ensenará pues el Párroco que no solo es licito tener imágenes en la Iglesia, aS.
y darles honor y culto: pues todo el honor que se hace í ellas , se ordena á sus Qnáí sea el
originales; siso que declarará también que asi se practicó hasta ahora con apro­ uso Eegíi
vechamiento muy grande de ios fieles: como consta del Da mascano en el libro nw de las
í m á g en es
que escribió de las Imágenes , y del Conciba séptimo _que es d segunda Hice- en ía Igle­
no. Alas como no hay instituto , por muy santo que sea. que no procure cor­ sia.
romper con sus resudes y astucias el enemigo de! übage humano; si sea? o
padeciere d pueblo algún error acerca de este punto- „ procorará el Párroco
enmendark quanto fuere posible „ según el. decreto de! Concilio T ría enti­
no (/) ; y si lo pide el caso , explicará el mismo decreto 3 y enseñará í los ru­
dos y | ¡os que ignoran la razón de haberse instituido las imágenes , que
fueron inventadas pata conocer h. historia de uno y otro Testamento, re­
re no-
Bssísf. ju 0} Sanies- *r„ ír> He- (¡r) Actor. 3. QO eess, 2c. fis prisa*
braas?. 3, jtí) Matth. 3. Síarc. 2. Lsx. 3. cap. ¿e bzzoc. Ssinet.
Sl8 CATECISM O ROMANO
novar muchas veces su memoria , y que excitados con el recuerdo de las co-
53$ divinas , nos inñamemos con mas vehemencia á adorar y amar al mis­
mo Dios. Y asimismo demostrará que las imágenes de los Santos están pUfcs,
tas en los Templos para que sean adoradas 5 y para que nosotros , avisados
por su exemplo , conformemos nuestra vida y costumbres con las suyas.

Y o soy tu Dios y Señor.« fu e r te z e ío s o , que visito la maldad'


de los Padres sobre los hijos hasta la tercera y quarta
generación de los que me aborrecen, y uso de misericordia
en millares con los que me aman y guardan mis
mandamientos (a)»
las cosas que deben explicarse con cuidado en la ultima parte
os son í2
iamiento.
S c íp e S - de este mandamien La primera es , que aunque muy al propósito se se­
ndos nñala pena en este lugar por la maldad enorme de quebrantar este priimcr
nece¿todos
ida- mandamiento, y la inclinación de los hombres á cometerla , sin embargo
Jos manda- embargi es
siento?. apéndice común á todos los preceptos. Porque toda ley induce á los hom­
bres á guardar lo que manda con penas y premios. De aquí nacen aquellas
tan frecuentes y repetidas promesas de Dios en las Sagradas Letras. Porque
desando casi innumerables lugares del Testamento viejo , en el Evangelio
está escrito : S i quieres entrar m la vida , guarda ¿os mandamientos (è). Y en
otra parte : El que hace la voluntad de mi Padre , que está en los Cielos , esc
mirará en el Keyno de los Cielos (c). Y en ©tra : ‘Todo árbol que no diere buen,
fruto , será cortado y echado en et juego (d). Mas : T'odo aquel que se aíra can­
ija su hermane , será reo d e juicio (e). En fin : S i no fterdonáredes á los hom­
bres , ni vuestra Padre os perdonaré vuestros pecados (/).
La segunda cosa es , que de modo muy diverso han de ser enseñados
Beciíeres- sceres de este apéndice los pecientos , que los carnales. Porque los perfectos,
re modo se como son guiados por el Espíritu de D ios, y le obedecen con ánimo proa-
?TO~ to y alegre , le oyen y reciben como unas nuevas ¿e sumo g o z o , y como
jpnT á^os üns 5rsn ?r0£^í2L grande amor con que el Señor los mira. Porque re­
basaos cae conocen el cuidado de su sonantísimo Dios , quien ya con penas, ya con
álescostes. premios .'como que hace fuerza a los hombres . para que le adoren y vene­
ren. Reconocen su inmensa benevolencia para con ellos en dignarse mandar­
los s y valerse de su servido para gloria de su divino nombre. Y’ no solo re­
conocen esto ; sino que conciben esperanza grande de que así como manas
lo que quiere y así también les dará fuerzas para guardar su ley. Pero los
camaless que todavía son esclavos del Espíritu de servidumbre, y que si de-
xzn de pecar , mas es por temor de la pena , que por amor á la virtud . to*
man este apenaice como una cosa muy molesta y amarga. Por tanto deben
ser ^sobrellevados con piadosas exhortaciones, y guiados como por la mana
donde mira la ley. Y siempre que se ofrezca la ocasión de explicar al­
gún
Naxé. so* (Fj «Satín, íp, le) ibi- tJ) Ibidem 5. (e) Ibidem e. (f) I"1"
SÍS3' 7- áem R
PARTE ÍXL CAPÍTULO I I
aun mandamiento , tendrá por hecha el Párroco esta misma advertencia. s\-r
Pero así á ios carnales , como í ios espirituales , se han de aplicar seña­ Qué, se ha
ladamente dos como espuelas puestas en este apéndice , y que avivan muchí­ de meditar
simo í los hombres para guardar la ley. Porque el decirse Dios fuerte , en sobre aque­
tanto debe explicarse con mayor diligencia y en quanto la carne, que se asus­ llas pala­
bras; lo soy
ta poco con los terrores de las amenazas ddvinas y se finge í sí misma mu­ Titos fuer—
chas veces varias razones por donde poder escaparse de la ira de Dios , y li
brarse de las penas que propone. Mas el que está de cierto persuadí Jo á que
Dios es fuerte , luego exclama con David : ¿Dónde me esconderé de tu Espí­
ritu , y á donde huiré que no me vea tu cara (a) l Usía misma carne también,
desconfiando á veces de las promesas divinas , cree ser tan grandes las fuer­
zas de los enemigos , que en manera ninguna se juzga capaz de sostenerlos»
Pero ia fe constante y animosa , que nada titubea , como apoyada en la fuer­
za y virtud de Dios , alienta por el contrario , y confirma á los hombres,
porque dice: El Señor es mi iluminación y mi salud y p á quién temeré (/>) ?
La otra espuela es el mismo celo de Dios. Porque á veces, piensan los Qué quíe-
hombres que Dios no cuida de las cosas humanas , y ni siquiera de si guar­ redecir lla­
damos ó quebrantamos su ley : de donde se sigue un desorden de vida muy marse .Dios
grande. Pero creyendo que Dios es zeloso , luego nos contiene esta consi­
deración en nuestras obligaciones.
Este zelo que se atribuye á Dios , no significa perturbación alguna de Qué suerte
ánimo, sino aquel divino amor y candad 5 por la qual no permitirá que al­ de 'zeio de­
ma ninguna que se atreva s ofenderle , se le vaya sin pagarla : porque pierde be atribuir­
á iodos los que quebrantan sus leyes (c). £s pues el zelo de Dios aquella sose­ se á D ios.
gadísima y sencillísima justicia , por la que! el alma corrompida con opinio­
nes falsas y apetitos desordenados , es repudiada y desechada como adúltera
del matrimonio y compañía de Dios. Pero experimentamos suavísimo y dul­
císimo este mismo zelo , quenco se manifiesta por él mismo su suma é in­
creíble voluntad hacía nosotros. Porque como no se da entre los hombres
amor mas ardiente , ó unión mayor y mas estrecha que la de los unidos en
el matrimonio , por eso quenco comparándose el Señor tan repetidas veces
con el esposo d mando , se llama zeloso , manifiesta lo mucho que nos ama.
Por tanto enseñe el Párroco sobre este lugar , que deben andar los hom­
bres tan codiciosos del coito- y de la honra de Dios , que mas bien puedan
decirse con razón celosos 3 que amantes , í imitación de aquel que decía de
sí 1 telado he con zeta por d Señor Dios de los sxérdios (d) ; ó mejor que imi­
ten al mismo Christo , ¿e quien es aquel dicho: Ti celo de tu casa me co­
mió (t).
34*
Se hi de explicar pues que ei sentido de esta amenaza es ? que Dios no Qué sea es­
fia de permitir que Ies pecadores se vayas sin pagarla : y así que ó los ha ta sentea-
de castigar aquí como Padre s o atormentar después agria y severamente ciacíecotnt-
nacion coa
como Juez, Esto es lo que en otra parte significó Moysés diciendo : T sa­ que aquí se
bias ia íDíeH y Señor él rahtm ts fuerte y fiel , que guarda el pacta y la amenaza.
ES -Í J?fi—
13$. p) Bsafip- aé. (é) 3. Reg. 19. (e) Psaím. 63. e:
yo PSnSiid . —u. Jos
£20 CATECISMO ROMANO - ,
t r i c o LrVdf &i iau con los que le aman sy oguardan
; ' sm mandamientos
................ 'tw jíc í 7727^ g vhasta
^ mi
raciona ■ es >y que dá al instante su merecido á ¿os que le aborrecen (a), y i
también : fío podréis servir al Señor , porque es Dios Santo , fuerte í !-£
t X° r t itrdonará vuestra* m diaics y pecados. Si daárcdu al S A r / , w .
% l L i loe Diese* ageeos , « volverá d Señor centra vosotros , y os afligí,i

,, 7 d m b Z T Z c ñ l 's e ai pueblo-, que esta pena con que Dios ame-


3á*-„: A, t u tercer* v cuarta generación de los impíos y Demoro-
£ £ ¡» “ “ ’p f l o r q S paguen siempre los descendientes las penas de las culpas de
pecados de >QS ’ no . i ^ aulique ellos ó sus hijos no sean castigados, coa
ios pad. es sus raayoies, s,uw p ■ q posteridad de ia ira y azote de Dios. Así
en tos hijos todo eso no se escap la i aunque Dios le perdonó por su piedad sin-
hasta lacer- <-„rfAtó con el KeV 5OSiaS . que aunque r z i
ceravaua,. su.ceaxo coi ^ &ese enterrado en paz en et sepulcro de sus mayo-
ra
cien.«aera- SUíar ’ y “ ' -„ ma!es que en los tiempos siguientes hablan de
l" it GcrSieñ por L nraUlades de Manaséssu abuelo , «od*.
ÍÍL ^ d o m u e ío él , descargó la venganza sobre sus descendrentes, «
m„ ier, que ni se perdonó í los rnjos del mismo josias V ,. ,
3 ff‘ " v 'cnLé manera no sean contrarias estas paiabias de la ley a aqce-
L ió m o S£
lia sentencia jurel; E l cima quepecare , esa morirá (d) : lo mns-
x cn 4 clel*Proteta EzequieL
■ concilia es-
rm duramente San Gregorio concordando con todos los demás Padres anti-
ta amer.a*a ^ D ;ce . p odo d que india la maldad de su perverso padre , es
íe”da * d ¡ r^cr<rado con d delito de él : mas d que no sigue la maldad del padre, dt m~
ibzequiel. Vl¿n l lodo será agravado por su delito. De aquí es que d mal hijó dd mal pa-
% , nt>,.\o fia&ue los pecados que él anadió , sino también los de su padre: quan-
do ctmcirnd^em está todavía airado el Señor por los víaos de su padre, cok
isdis e\o no tiembla añadir su malzaa* i es justo que el que á vista de un Juez
riguroso no teme seguir los pasos de su malvado padre 3 sea obligado aun en «-
¡a vida á pagar las culpas *dd padre perverso (e). Luego recordará el Párro­
co cuánto sobrepuja la bondad y misericordia de Dios á la justicia , pues
airándose hasta la tercera y cuarta generación , extiende hasta miliares la
misericordia.

di
vi
CÓsHO aborrece.
se entiende
Cw£ si Sw-- J Lo» que se dice en ultimo lugar
w : T con los que me aman , ensena el rao-
fu; ”sj ¿e ° l ** *azou de guardar la ley. Porque es necesario que los que guarda
- j- U-. _________ 1_^ f l l- . . ? ?_ .O
tísifírícor— la
cha cue íos Co
cc^iesssii., uno de los maodamienros.
CA-
(rt) Beeier. y. \p) Josué (e)e. Pa- (i) Ezech. 1$. (e) 3hib. 15. Mor. cap. 31*
Tzfizozi. cap. 34. er 35. (f) Joa.na. 14.
PARTE III, CAPÍTULO III, 22Ï

C A P IT U L O III

DEL SEGUNDO MANDAMIENTO DEL DECALOGO,

N o tomarás en vano el nombre de tu Dios y Señor,

muque en el primer mandamiento de la divina ley s donde se nos manda i.


Por qué
adorar a Oíos piadosa y santamente , es necesario que se encierre el que se puso el Se­
sigue en segundo lugar ( porque todo el que quiere que se le dé honor ? pi­ ñor esta ley
de igualmente que s e le honre mucho de palabra , y veda lo contrario : co­ de honrar
mo lo indican con claridad aquellas palabras del Señor por Maiaquías (#) : E l su divino
h ijo h o n r a á s u p a d r e , y e l s i e r v o á s u S e ñ o r : p u e s s i y o s o y P a d r e y ¿ d ó n d e nombre.
e s tá m i h o n r a % ) , sin embargo por la gravedad de la materia quiso el Señor

poner separadamente esta ley de honrar su santísimo y divinísimo nombre.,


y prescribirnos esto con palabras 'distintas y claras.
Esto ciertamente debe ser para el Párroco la mayor prueba de que no 2*
D el gran
es súbeteme habiar en común sobre este asunto ; sino que es necesario recal­ cuidado con
carse mucho en este lugar 3 y explicar á los heles con grande claridad , dis­ qoe deben
tinción y cuidado , todas las cosas que pertenecen a este mandamiento. Y no ios Párro­
debe tenerse por nimia esta diligencia. Porque hay hombres tan ciegos en cos expli­
las tinieblas de los errores , que so se horrorizan de maldecir í aquei á quien car estaley.
glorincan los Angeles, ixi ios aterra esta divina ley para refrenar el atrevi­
miento de vilipendiar la Magostad de Dios cada día , e por mejor decir , á
todas horas y momentos con el mayor descaro, i Quién no oye tras cada
palabra un juramento í ¿y que todo esta lleno de maldiciones y execración
o e s con tal exceso , que apenas se vende m se compra cosa , ni se trata ne­
gocio , donde no se interponga la religión del juramento >y que millares de
veces es tomado en boca temer ana mente el nombre Santísimo de Dios per
cosas ligensimas v de ninguna monta i Por esto debe el P abroeo aplicar el ma­
yor cuidado y diligencia en amonestar muchas veces é les heles , quan enorme
y quan abominable sea esta maldad.
Pues en la explicación de este mandamiento se ha de asentar primera­
mente , que con las cosas que la ley prohíbe , están juntas también las que Q ué es lo
cvese man­
manda que deben hacer los hombres* Uno y otro se ha de enseñar coa se­ c a , ó se ve­
paración : y para que se expongan con mas el andad las cosas que deben en­ da por es­
señarse , se dirá primero , qué es lo que la ley manda , y luego qué es lo que te manda­
veda. Manda pues que sea honrado el nombre de Dios , y que se jure san­ miento.
tamente por él. Y lo que prohíbe es , que ninguno menosprecie el divino
nombre , que ninguno le tome en vano ,, si jure por él falsa 5 vana ó teme-
ri2 mente. , 4'
Q ué se en­
Por lo que mira s esta parte 5 en la cual se sos manda honrar el -divi­ tiende 2-qtá
so sombre > dirá el Párroco á Ies heles , que n o se ha de atender solo al c o r ei nom­
ncm- bre íUDivs
(a) Malacb. r.
CATECISMO ROMANO
nombre de Oíos , esto es , ¿ sus tetras o silabas , o la misma palabra des^
da por sí i sino que debe levantarse el pensamiento í lo que esa palabra si?.
Hinca, que es la omnipotente y eterna Magestad de Dios trino y uno. Y Je
aquí se colige fácilmente , quan ridicula era la superstición de algunos fr-
dios, que no se atrevían á pronunciar el nombre de Dios que escribían : c o
mo sí estuviera la virtud en aquellas quatio lenas , y no en el ser divino sig­
nificado por ellas. Pero aunque se dice en numero singular : JVo ior&arátd
nombre de Dios, no se ha de entender esto de solo^algún nombre , sino de
todos los que se suelen atribuir a Dios. Porque toaos son nombres que es­
tán impuestos á su Magestad , como el de Señor , de Todo-Pedero&o y qe ¿A
ñor de los Exénitos , de Rey de Reyes , de fuerte , y otros semejantes que se
leen en las Escrituras , y que á todos se debe igual , y la misma venera­
ción» Después se ha de enseiiar como se ciará ai nombre envino el debido
honor. Porque no es licito al p-ueoio Chnstiano , en cuya boca han de ser
celebradas de continuo las divinas alabanzas , ignorar una cosa la mas útil y
la mas necesaria para la salvación.
Y' aunque son muchos los' modos de alabar el divino nombre, sin em­
s-
I>e q-J£ 1T:C~ barco el valor y peso de todos parece está en ios que vamos á decir.
dos so h i tie "primeramente pues alabamos á Dios , quando á vista de todos le confe­
ver.erso y samos a cara descubierta por nuestro Dios y Señor . y así como reconoce­
honrar el
¿ i v i n o mos á Christo por Autor de nuestra salud >así lo predicamos.
nombre. También cuando con devoción y diligencia hacemos por entender la pa­
labra de Dios , donde se nos descubre su voluntad , nos empleamos de con­
tinuo en su meditación , y la aprendedlos con todo cuidado , t> leyendo 3u
c-vendo; sesmo, conviene ai estaco v enero de cada uno»
Asimismo veneramos y reverenciamos el nombre de Dios , quando por
razón de obelo v de religión celebramos las alabanzas divinas , y le damos
singulares gracias por todas las cosas , así prósperas . como adversas. Porque
dice el Profeta ; Bendice , emms , al Señor , y no eches en olvido iodos tus
heneju-os (e). Hav muchísimos Salmos cié David , en los quales canta suaví-
símamente las alabanzas divinas con singular devoción para con Dios. Hav
el asombroso espejo de paciencia Job ». el cual en medio de tantas y tan hor­
ribles calamidades como llovieren, sobre ¿1 , nunca cesó de alabar al Señor
con ¿simo excelso e invicto. Pues así nosotros cuando nos viéremos oprimi­
dos de dolores de cuerpo o de alma - o atormentados de miserias y desgra­
cias j apliquemos al panto todo el conato y esfuerzos ce nuestra alma í ala­
bar a su Miueezid 5 diciendo con el Santo Job ; Sea. ceuáiiQ el nombre del
Señor (ú}„
5. b no meuo-s konramos et noutbre de Dios , quando nedimos conbada-
Dacirea mente su secorro »para que ó nos libre de los trabap? f é nos de ccsstas-
"""DD- '*j—- w ** v:iiicr para
~~ m stttnrios
<v -f ■ *con icctaieza»
„ Porque
■ ssi quiete
— fc ei Senor eroe
* '-O
re marca- ^ a m o s : pues dice : L b s m f en eS dea de A ¿.rdbetker'cn : librarie he . y eco-
sierose rznrjc cus fr;. De està invecacion se halho. csemplo-s ilustres en muchos le­
gare* , perq iedzladamen’ e en los Salmos 16 , 4 ; v 11S.

rsl Psi-.ii. m e. S ì Job 1 . g> 45-.


PARTE III. CAPÍTULO III. 2 2<
Demas áe esto honramos el nombre de Dios , cuando le ponemos por
testigo para asegurar alguna cosa. Este modo se diferencia muchísimo de los
antecedentes. Porque todos los referidos son por sí tan buenos y ^preciables,-
que nada mas feliz , nada mas amable puede haber para el hombre, que gas­
tar dias y noches en exerckarlos cuidadosamente. Bendeciré al Señor en iodo
tiempo , dice David , y nunca se rae caerá su alabanza de la boca (a). Pero el
juramento , aunque sea bueno , con todo eso en manera ninguna es loable su
frecuente uso.
La razón de diferencia esta en que -el juramento únicamente fue insti­ Por7-qué
tuido para que sea como una medicina de ia flaqueza humana, y un instru­ no es loable
mento necesario para probar lo que decimos. Así pues como no es pro­ osar con fre­
vechoso aplicar medicinas al cuerpo , sino las necesita , y la frecuencia de ellas cuencia dei
es del todo pernjeiosa ; así también sí no hay grave y justa causa, no es sa­ juramento.
ludable usar del juramento : y repetirle mucho , tan lejos está de aprovechar,
que acarrea gravísimos danos. Por esto ensenó esclarecidamente San Crisós-
tomo : j Y o al nacer el re,mido smo creado ja , cuando los males extendidos lar­
ga y dilatadamente se habían apoderado de toda ia redondez de la tierra , sin
haber rosa alguna en su lugar y orden , sino que turbadas y revueltas todas,
eran ¿Uvadas con grande confusión de arriba ataño ; y lo peor de todo haberse
abandonado á sí mismos casi iodos los hombres á ¿a vtl servidumbre de los Ído­
los; al rabo pues de ¿auto tiempo empezó á introducirse entre les hombres la eos-
turnare del juramento : porque corno en lanía perfidia y maldad de los hombres^
ninguno se reducía u creer fácilmente ¿ otro , pea:san a Dios por testigo (á).
Alas como eo esta primera parte del mandamiento debe llevarse la prin­ S.
cipal atención enseñar á los heles cómo podran usar del juramento piadosa Qné cosí
y saniamente , ce primer lu^ar se ha de decir , que jurar no es otra cosa que sea jersr. y
ce cuántos
poner ¿ Dios por itsdgü , y sea de la manera d forma de palabras que se modos es eí
fuese- Porque decir : Dios ms es testigo , y jrir JDiss y lo mismo es uno que juramento,
Giro. 1 amblen es juramento , cuando para que nos crean , juramos por algu­
nas Q-amras : como por ¡os sagrados Evangelios 9 por la Cruz 3l por las re­
liquias y nombre de los Santos , y otros i este modo. No porque estas co­
sas den por sí autoridad ó fuerza alguna ai juramento- ; pero se la da el mis­
mo Dios: pues brilla eo esas cesas el resplandor de su Magestad divina. De
donde se sigue que los que juran pe-r el Evangelio* , juran por el mismo Dios,
cuya verdad se contiene y se declara en ei Evangelio* ; y lo mismo- los que
juran por los Santos , que lucro® templos de Dios 3 que creyeron la verdad
dd Evangelio- ? la revoco ciaron con toda veneración , y la esparcieron muy
extendida mente entre las gentes y naciones.
La misma razón milita en el juramemo que se profiere por erceraemn:
9;
qmi es. aquel de San Pablo : T& Hamo é D¡m prr testigo contra mi aima co- D el j tira­
E'o'-que de esta mar.-era se sujeta oso al juicio de Dios , como vengador de nt cero ex-é-
la mentira. Y r;© negamos per esto , que algunas de estas fórmulas se pue­ ersterio.
dan tomar de moco 5 que casa no tengan fueras de juramento. Mis con to­
do csu <cs ául guardar también en dias las cosas eme se han dicho acerca
del
{q} Piíím. 33. E) BcmE. r6. &á Pop. Assüoca- (e) s. Corista, i.
2 2/¿ CATECISMO ROMANO
;, _ .Wrlas en todo á h misma norma y regia,
del jitramemo f y , h de jurar. El primero se llama asertorio, Y
10. ■ ■ Oos son los g^n- 4 fírmamos con él alguna cosa presente o pasada;
Ííequáíi- es quando religiosa ¿ ios ¿e G alacia : He aquí delante de Dias,
“rasSc S
seaT S coma £1 L a n d o se dice promisorio : ai qual se reduce también
jaramente'.
qu e-n o q t*iernpo venidero, quando prometemos y confir-
d ím m m f j n - ^ S ^ in » cosa ; como fcé «,ud de Dayid , qlK
jnamos de 1 Dios y Señor á su esposa Bersabe , que su hija
promedo , ,ura«d° “ j£VVJno , y que sucederá en su lugar (4).
Salomen sena e d ;Ui-am^ato poner á Dios por testigo , con to-
Pero
Quérequi- do £ aunque
So para que sea «-rPe c t o y s3 a m o , ^ requierenc_muchas cosas A
que .deben
sitos ti",rír*
— -- r- ^ i-,*
... * p e r i i r o s n o lo afirma San Gerónim o ( c ) , las en-
él “Irdén- q P lica« e esras' breves’ palabras : J u r a r á s , v i v e e l S e ñ o r , e n verdad,
to
330.
»7 4 / todos los
nr-hendió requisitos necesarios para la perfección del juramento,
aue son v e r d a d , j u i c i o y j u s t i c i a . '
S3-- * xiene oues- la v e r d a d el primer lugar en el juramento. Esta consiste en
Cómo í se­ aue aquello que se afirma sea verdadero, y en que el que jura juzgue que
d:á v e r d a d ¿ ^ nQ temefariamente , ó movido de leves conjeturas , sino por pruebas
el mramenr ^ c’¿ r as, Y del mismo m o d o requiere en todo y por todo la verdad el
to
ot-o venero de jurar , que es quando prometemos alguna cosa. Porque el que
la *promete debe tener intención y voluntad determinada, de que efectiva­
mente cumplirá á su tiempo lo prometido. Porque ningún hombre de juicio
se'"obligará* ja más á hacer cosa que entienda ser contraria i la voluntad y
santísimas leyes de Dios : y nunca dexará de cumplir Lo que una vez pudo
promete1- v jurar : sino es que se trocaran Las cosas de manera, y empezara
á ser tal ío prometido , que si quisiera cumplir k palabra , y estar á lo pro-
• rnrr;pr!j Pn
metido , incurriera en odioodio yV ofensaofensa de
de Dios.
Dios. Y
Y que
nnp sea
«en la
U v^rvUrí necesaria
verdad
en el juramento , lo indica también David por aquellas palabras: E l q u e j u r a ,
á su p r ó x im o n o le e n g a n a ( s ).

^ ,TÍ . . £n segundo lagar se sigue el j u i c i o . Porque no debe jurarse temeraria


Jje¡ inicio"
■ d~f 'iara- ®inconsideradamente , sino con grande acuerdo y madurez. Y a-sí el que ha
¡rento : y de jurar, primeramente ha de considerar, sí le precisa la necesidad ó do : y

qncy» debe examine con cuidado todo el negocio > si es acaso de tal calidad , que pa-

pasión.
sola' k fuerza y necesidad áel caso. Porque si no va delante esta conslckra-

íumbre. Asi vemos hacerlo cada día y z cada paso los que venden y com­
pran '. que unos por vender mas caro , y otros por comprar mas barato, no
se detienen en alabar - 6 envilecer coa juramento las cosas vendibles. Siendo
pues
íd ) Q akr. i . (&) s .R e g .i. £e> Sap. cap. 4. Jerem. id ) Jerem. 4. (<?) Psalm.
PARTE n i. CAPÍTULO III. 32$
pues necesario el juicio y la prudencia en el juramento , y no pudíen­
do los niños por razón de la edad penetrar y discernir tan agudamen­
te como se requiere ; por esto ordenó San Ccrnelio Papa (a) y que no se
les tomase juramento antes de la pubertad, esto es , antes de los catorce
anos.
Resta la justicia; la qual señaladamente se requiere en las promesas. Y así ■ , r4-
si promete uno alguna cosa injusta ó indecente , peca jurando , y añade mal-
dad á maldad cumpliendo lo prometido. De esto tenemos en "el Evange- eMúrameos
lio (b) el exemplo del Rey Herodes s quien obligado de un juramento te- to,
merario , dio á la moza danzarina en premio de su hay le la cabeza de
San Juan Bautista. Y tal fue también eL juramento de aquellos Judíos, que„
como consta de los Hechos Apostólicos (c), se comprometieron en i&> gustar
cosa , hasta haber quitado la vida al Apóstol Pablo.
Explicadas así estas cosas, no queda duda alguna de que seguramente sea rí*
lícito jurar al que las guarde todas , y afianzare su juramento con estas con- „ tazones
caciones como con unas fortalezas. Esto es raen cíe prooar con muchos ar-: t,an que e$
gumentos. Porque la ley del Señor, que es inmaculada y santa ( d ) , lo man--juramento
da así , pues dice : T e m e r á s á t u D i o s y S e ñ o r , y á é l s o l o s e r v i r á s , y j u r a - es lícito.
r á s p o r s u n o m b r e (¿). Y David escribió : S e r á n a l a b a d o s i o d o s l o s q u e j u r a n
e n e i S e ñ o r ( j }.
A mas de esto dan á entender las Santas Escrituras, que las mismas lum­
breras de la Iglesia los Santísimos Apóstoles usaron tal qual vez del juramento:
como consta de las Epístolas de San Pablo.
Añádese que aun los mismos Angeles, juran algunas veces: pues escribe
San Juan en el Apocalipsis (g) , que un Angel juró por el que vive en los si­
glos de los siglos.
Y sobre todo aun el mismo Dios Señor de los Ángeles jura: y en mu­
chos lugares del Testamento viejo confirma Dios sus promesas con jura­
mento (ó) , como á Ahrahan y á David , quien para perpetua memoria de-
xó así escrito sobre el juramento de Dios : Juró el Señor ,7 no se arrepen­
tirá : ¿á eres Sacerdote eterno según el orden de Mdquised.ee (i).
Y es clara la razón con que se explica; porque el juramento es digno
de alabanza , si se considera con atención todo el negocio , y se mira al orí- Pruébase
r- %. _ , . ^ f 1 ss ioa—
gen y un del juramento. Porque el juramento trae su origen de la fe , con ble el jica­
que creen los hombres que Dios es Autor de teda verdad , que ni puede, mentó he-
jamás ser engañado, ni engañar á otros, que todas las cosas están desnudas:cho como
y descubiertas anee sus ojos; y en fin , que gobierna todas las cosas huma- se ¿ebe’

crédito 3 seria impía y execrable maldad.


Por lo que toca al fin , allí pone la mira el. juramento, y únicamente se
sodereza a probar la justicia é innocencia del hxoahre , y dar fin i los piey- zo es fin de
FS tos las contien­
das y p íey-
(a) V ide D iv. Thoin. 2. 2. gesest. 8p„ (e) De EterA ( j ) Psaim.^z. Apo- tos.
(g )
£• se. IVíarc. ó. (c) A ctos. 23. ca*. 10. (&} Genes. 32. Psaim. 131. Loe. 1.
(a Pszña, s S. y) P&An. loy.
22& CATECISMO ROMANO
tos y controversias : como enseña el Apóstol en la Epístola á los He­
breos (a). ,
iS, Y no se oponen í esta doctrina aquellas palabras de nuestro Salvador en
En qué sen* $an Mateo: Oísteis que se dixo á los antiguos : no perjurarás 9 mas cumphr¿s
tido prohi- a¡ geyi0r ¿as juramentos. Pero yo os digo : no juréis en manera ninguna ni por
bió ei jara- ^ ^ p0p^ue es c¡ trono de Dios ;ni por la tierra , porqué es estrado de
tro Reden- sus pies ; ni por Gerusalen , porque es la Ciudad del gran Rey ; ni por tu ca­
zos. beta tampoco jurarás , porque no puedes hacer un cabello blanco , ni negro. Sea
pues vuestra manera de hablar sí por s í, y no por no : pues lo que excede de
aquí, procede de mal ib). Porque no se ha de decir que por estas palabras
se condene el juramento general y universalmente: quando ya vimos arriba
que el crismo Señor y los Apóstoles juraron varias veces ; sino que quiso
el Señor reprobar la perversa opiaion de los judíos , que estaban persuadi­
dos á aue en el juramento no haoia de que precaverse sino de la mentira.
Y asíjuraban ellos á cada paso , y pedían í otros juramento por cosas lige-
risímas y de ninguna monta. Esta costumbre es la que reprehende y re­
prueba el Salvador , y ensena que absolutamente nos debemos abstener del
juramento, si no requiere otra cosa la necesidad.
Tp* La razón de lo dicho es , que el juramento rué instituido por causa de
Cóm o se k ñaqueza humana : y verdaderamente procede de mal5 porque ó muestra la
entiende lo
áls.& inconstancia del que jura i ó la terquedad de aquel por cuya causa juramos:
Qh?\iio,üU£ quien de otro modo no quiere reducirse í creemos. Sin embargo la nece-
procede ds sidad de jurar tiene escusa. Y a la verdad quando dice el Salvador: Sea
mal io c-j£ ve¿ira manera de hablar sí por sí , y no por no; bastantemente declara p
L este modo de decir , aue oroíube k costumbre de jurar en conversaciones
zQzden . ó caseras y ce poca importancia, cor esto ío que principarmente nos amonesta
de el Señor es , que no seamos demasiado fáciles é inclinados á jurar. Y esto
iavsrdidiy ¿abe enseñarse con cuidado 5 y repetirse mucho á los fieles. Porque son casi
jY - 'Pj kfinitos los males qae nacen de la excesiva costumbre de jurar: como se
cor-yac"*:! prueba por k autoridad de ks Letras Sagradas , y los testimonios de Ies
casidrr.Drt Santos Padres. En el Eclesiástico esta escrito: JYb acostumbres tu baca ¿ j >
ce jurar. r&r : porque hay en eso mmkas cardas (¿). Mas : El hombre que trucho jura,
será lleno de maldad , y no se aparcará de su casa el acote de Dios (a). Mu­
chas cosas acerca de esto se pueden leer en los libros de los Santos Saálio y
Augr.srino contra la mentira. Y" hasta aquí de ks cosas que se mandan , aho­
ra tratemos- de las que se vedan.
4a 'Védasenos tomar en vano el nombre de Dios. Porque es manifiesto que
Ps~ CCS se ceda sobre sí un pecado grave el que es llevado á jurar , no de cordura,
el ’«rs.^en- sino de temeridad. Yr que este es un delito gravísimo , lo -declaran también
to taUa- v
tesercrioes aquellas palabras ; JVb ¿amarás a¡ vano á nombre de tu Dios v Señor ~. como
4ycí, T5 ■* *
pecado can taren porque esta maidaa es tan enorme y sacrilega; a saber, cor-
esortsa fiuc ¿bate por eik h . Magostad de aquel í quien confesamos por nuestro
Dios y Señor. Prohíbese pues por este mandamiento , que ios hombre; ju­
ren en taiso. Porque el que no rcusa un pecado tan horrendo, como traer
fel-
fa) Ketr. 5, ;í) Mates, <. (r) Eecli, 13. (d) ibldenu
PARTE XII. CAPÍTULO III. 22?
falsamente í Dios por testigo , le hace una muy señalada injuria : pues le viene
i poner la tacha , ó de ignorante , pensando que se le oculta alguna verdad,
ó ciertamente de tal perversidad , y tan malvado afecto , que quiera confir­
mar con su testimonio la mentira.
Y jura en falso no solo el que afirma con juramento que es verdad lo c
que él sabe que es falso ; sino también el que asegura jurando lo que él juz- j ura eíp^ e
ga que es falso , aunque sea verdadero. Porque como la mentira en tanto es jura que es
mentira, en quanto se pronuncia contra la mente y juicio propio ; es claro verdad lo
que este miente de plano , y que es perjuro, ^ “ asi*
Por la misma razón perjura también el que jora una cosa que él piensa Cómo'peca
que es verdad , pero en realidad es mentira ; sino es que en quanto pudo, el que jura
aplicó su cuidado y diligencia por tener todo eí caso por cierto y averigua- fa]s° que
do. Porque aunque su dicho concuerde con su juicio , sin embargo es reo eíluzgaser
de este mandamiento. ^ r^ '
Igualmente ha de ser tenido por reo del mismo pecado el que promete Cómo'peca
con juramento hacer alguna cosa , pero ó no estaba en ánimo de cumplirlo, el qce no
ó aunque lo estuviese, no lo cumple. Y lo mismo se debe decir de los que cumPle _
no cumplen lo que ofrecieron á Dios por algún voto, que Jur.° °
Demás de esto se peca contra este mandamiento si falta ía justicia , que P ^^IO*
es una de las tres compañeras del juramento. Y asi si jura uno que ha de' Cómo peca
cometer algún pecado mortal, como que ha de matar á un hombre , que- eI I“6 3ura
branta este mandamiento, aunque hable de veras y con seriedad , y tenga haeer algún
el juramento la verdad , que en primer lugar se requiere , como ya decía- tai ¿ con_
ramos. A estos deben juntarse aquellos modos de jurar, que proceden de irados con­
cierto menosprecio : como si jura alguno que no ha de guardar los consejos sejos dei
del Evangelio , guales son los que exhortan á Is castidad y pobreza. Porque hvangeUo.
aunque ninguno sea obligado á seguirlos; sin embargo el que jura que no
quiere ajustarse a ellos , menosprecia y quebranta por ese juramento los con­
sejos divinos.
Quebranta también esta icy , y peca contra el juicio , el que jura lo que peca ^*1 ae
es verdad . y él piensa que es así; pero movido de leves conjeturas , y trai- jara movi­
das de lejos. Porque aunque tal juramento esté acompañado de verdad , es do de leves
en algún modo falso ; porque eí que jura tan descuidadamente , está en gran conjeturas,
peligro de perjurar aó.
Peca, ff-a-
Asimismo jur
cosa mas agena ¿
¿ero , á unos Dioses fingidos y engañosos 1 ios Dioses
Y por quanto dice la Escritura guando veda e! perjurio : Tío mancharás
d nombre de tu Dios (a) , prohíbese también e! menosprecio de todas aque- péC“ £.J ^..e
lias cosas que deben ser honradas y veneradas en virtud de este mandamien- deshonra ia
£0 : qnal es la palabra de Dios , cuya magostad reverencian no solo los vír- pacora. de
teosos , sino aun á veces 1os Impíos : como la historia de los Jueces lo afir- ?óe.-¡-
ma de Egion ? Rey ce los Moabkas (a). Y hace soma Injaría á la palabra de
Dios todo aquel que tuerce la Sagrada Escritura de su recto y legítimo sen -

(a) Leviu ií¡. (¿) Judie. 3.


22$ CATECISMO ROMANO
, .tj¿0 ¿ jos «erversos dogmas y heregías, Sobre esta maldad ros avisa el pr¡n.
^ T l c i p c de Jos^Apostóles, diciendo : Hay algunas cosas difíciles ¿A entender ; ¡lit
cosas ve- les indoctos é inconstantes pervierten , como también las demás Userituras , para
nss. su perdición {a'). Manchan también la Escritura Sagrada con feos y torpes
borrones aquellos hombres sacrilegos , que aplican sus palabras y sentencias,
dignas de toda veneración , á auaíesquier cosas profanas , como son chocar­
rerías . fábulas , vanidades , lisonjas , detracciones , sueltes , liosios famoso;,
y cosas semejantes : pecado que el Sagrado Concilio de Tremo manda se
castigue (b).
aSí Demás de esto , así como honran á Dios ios que imploran su favor y
Cómo* pe- auxilio en sus tribulaciones , así le niegan el honor debido los que no le pi­
can ios ene su socorro. Esto reprehende David quando dice : Pío invocaron á Dios3
Eoiíamaná a[k tanbl¿ron de espanto ' donde no había por que temer (c).
^ ^ Pero mucho mas abominable es la maldad que se echan sobre sí los que
osan blasfemar y maldecir con boca impura y sucia el sacrosanto nomore de
1.a ixzsfe- Dios , digno de ser bendito y ensalzado con sumas alabanzas por todas hs
inia contra cny ri¡ras 7 ó también el de los Santos que rey nan con su Magestad. Tan atroz
Seamos e* Y horrendo es este pecado . que á veces las Sagradas Escrituras , cuando se
peczdomss ofrece hablar de la blasfemia , se valen del nombre de bendición (d).
grsveéeto- Mas como el terror ce la pena y castigo suele reprimir con eficacia la
dos' licencia de pecar , para que el Párroco despierte mas los ánimos de los fie-
Po-°c-| ^ ’ y Los £Crav-& con 11125 ísciiidad á la observancia de este mandamiento,
se °ES¿c":é- explicará con cuidado k segunda parte , y como apéndice de él , que dice;
roa é es- Peroné no tendrá el Señor per innocente al que temare en vano el nombre de su
re miaaa- Dias y Señor (e). Y ensene lo primero que con suma razón se dispuso ana-
¿ír amenazas á este mandamiento. Porque ahí se descubre así la gravedad
ád pecado , como k benignidad ce Dios nacía nosotros : pues como no se
ddeyta en k perdición de los nombres (/ ; , para que no incurramos en su
ira v ofensa, y mas bien le encontremos propicio que airado , nos amedren­
ta con estas saludables amenazas. Recalqúese' el Pastor en este layar , é Inste
con sumo cuidado sobre que conozca el nueblo lo enorme de esta maldad,
y oue la abomine con vehemencia , y haga por desterrarla cuantas diligen­
cia; y esfuerzos pudiere. Muestre además de esto cuan grande es la inclina-
don de los hombres á cometer este pecado : pues no fue bastante poner ley,
sino que también se añadieron amenazas. Es increíble lo mucho- ene apro­
vecha esta consideración. Perene as: como cosa ninguna hace tanto daño co­
mo una incauta seguridad ; así aprovecha muchísimo el conocimiento de la
propia claque za. Declare también que tío determina ei Señor castigo alguno
en particular. S010 ove en común , cue no se ira sin pagarla cualquiera qte
cometa esta maldad. Por esto- los varios azotes con ene cada dia somos ahí*
gmes , nos ceben recordar este pecado. Porque es fácil" conjeturar de aquí,
que las grane asmas calamidades que vienen sobre los hembras , nacen de no
guarcar este maracmicnte : y s: nacen alto sobre ellas, es verosímil - cue an­
den
- "
3 =--
-a- 2. irerr - Seas. y. ;u ñu. ; j ': 7. Heg. z~. Job 1. et 2. (a; uxgc. sa.
?££: Tea. i. e: Sao. 1 ,
PARTE III. CAPÍTULO IV. 22g
den con mas cautela en adelante. Huyan pues ios fieles con todo des­
velo de este pecado, aterrados con un santo temor : porque si en el juicio
final se ha de dar cuenta de toda palabra ociosa , ¿ qué se habrá de de­
cir de maldades gravísimas , que traen consigo un menosprecio grande del
divino nombre ?

C A P Í T U L O IV.

D EL TER CER M A N D A M IE N T O D EL D ECALO G O .

Acuérdate de santificar el día del Sábado. Seis di as trabajarás,


y harás todas tos obras. Mas el séptimo día es el Sábado de tu
Dios y Señor. N o harás en él obra alguna, tu , ni tu hijo , ni
tu hija , ni tu siervo , ni tu sxerva, ni tu bestia , ni el forastero,
que está de tus puertas adentro. Porque en seis días hizo el
Señor el C íelo, la T ierra r el Mar , y todas las cosas que ea
ellos h a y : y en el día séptimo reposo. Por tanto bendixo
el Señor s í ais del Sábado , y le santificó*

^G^on orden y connetdon marahillosa. se prescribe por este mandamiento de t.


Is lev el culto'externo que debemos í Dios. Este es como cierto fruto del Qaé es lo
primer mandamiento. Porque no podemos dexar de venerar con culto ex- Trem an,
xerior , v de dar gradas á quien piadosamente adoramos con interiores afee- ttf Untó­
los , movidos de la fe y esperanza que tenemos depositada en éi. Y como miento,
estas cosas no se pueden cumplir fácilmente por los que están- metidos en
las ocupaciones de negocios humanos ; por esto se determinó cierto tiempo,
en que cómodamente puedan encentarse.
Siendo pues este precepto de tal calidad , que produce frutos y utilidades e.
rsarabíllosas , importa muchísimo que ponga el Párroco suma diligencia sobre disponer
su explicación. Y para inñzmzt su cuidado, tiene tuerza grande aquella primer e! V -™00
palabra del mandamiento: A^h-dtsit. Porque así como los fieles deben acordarse csMado so-
do tal mandamiento , así es cargo del Párroco recordársele con' frecuencia, breque ten-
va amonestando , y ya enseñando. Pero lo mucho que importa á los fieles guar- g3n íosSe­
dar este precepto , se dexa conocer de que la observancia cuidadosa de éste les !e®e"
íádlits la de los demás mandamientos de la ley. Porque como entre las co-
sas que deben hacer ios heles en las otas tesuves, tienen necesidad de acudir que acal se
•L la Iglesia oara oír la palabra de Daos : siendo trien instruidos en las leyes di- manda,
vinas, conseguirán también guardarlas todas de todo corazón. ‘Por-esto se man­
da muchísimas veces la celebridad y cuito del Sábado en las Escrituras Sagradas:
como se dexa ver ea el Éxodo (¿0 , Levírico (D y Deuterooomio (c), y en los
Pro*
{«) Esaá. ió. -no. cr 31. {&} Tevit. z&* ¿<> Sec. (e) Denter. g.
2¿0 CATECISMO ROMANO
Profetas Isaías (a) , Geremías (0 y Ezequiel (0 , pues en todos estos lugares s5
impone el precepto del culto de* Sábado.
Pero á los Príncipes y Magistrados se ha de amonestar y exhortar „ que se.
Se U de ex- Saladamente en estas cosas que pertenecen á retener y acrecentar el culto de
horrar á los 0]o5 } ayuden con su autoridad á ios Prelados de la Iglesia , y que manden si
Príncipes á paek|0) qUe obedezca á los preceptos de los Sacerdotes. Y por lo concerniente
vor'á a la declaración de este mandamiento , se ha de procurar ensenar i los fieles en
ios M a - qué cosas conviene este mandamiento con los demás , y en qué se diferen-
dos Ecie*- cía de ellos. Porque de esa manera entenderán la causa y la razón por que no
siásticos. celebramos, ni santificamos el Sábado , sino d dia de Domingo.
Pues la diferencia cierta es , que los demás preceptos del Decálogo son
E n qáé se naturales, perpetuos , y que en modo ninguno se pueden variar. De aquí
diferencia proviene , que aunque fue abrogada la ley de Moysés , todavía guarda el
este manda- pueblo Christiano todos los mandamientos que están en las dos tablas, Y es-
m k n demás co se ^ace no PorCíu£ hloysés lo mandó así, sino porque convienen á la na-
dei D ecá- turaleza , cuya tuerza impele a los hombres á guardarlos. Pero este mandamien-
logo. to dei culto del Sábado , si miramos al tiempo señalado , no es' fixo y cons­
tante , sino que se puede mudar : porque no pertenece á las costumbres, si­
no á las ceremonias : ni tampoco es natural, porque no nos enseña 3 ni nos
dicta la naturaleza que tributemos culto externo á Dios 3 mas bien ese día
que en otro qualquierá ; sino que el pueblo de Israel empezó á guardar ese
dia dei Sábado desde aquel tiempo en que fué libertado de la servidumbre
de Faraón.
^ El tiempo pu.es en que se habla, de quitar ei culto del Sábado era aquel
^ e ia p T ' mismo en que debían antiquarse los demás cultos y ceremonias Hebraicas,
sios^ abro- es ^ sa^er \ en — tnuerte de Christo. Porque siendo aquellas ceremonias
gad¿ las tinas como imágenes sombreadas de k luz y la verdad, era necesario que

doeríquan- 7 ^°s &n05' Témaos que acaso en vam trabajé entre vosotros (d). L o mismo es­
to era cere- cribe á los Ccloseoses (r). Y esto baste sobre la diferencia,
taosíal. Pero conviene este mandamiento‘con los demás,, no en el ritoyeere*
monias , sino en que. tiene alguna cosa perteneciente & las costumbres y de-
recho natural. Porque de este derecho nace el culto de Dios y la Religión
¿ manda-
se rasneta- que se expresa por este mandamiento : pues nos dicta la naturaleza , que em*
SDÍenro con oleemos algunas horas en las cosas que pertenecen al culto, de Dios. Y de
ios or. cros esto es prueba clara que en. todas, las naciones vemos señalados algunos dias
nueve.
festivos y solemnes consagrados para ks funciones sagradas y .divinas. Por­
que es natural en el hombre dedicar algún tiempo Sxo para las cosas preci­
sas , quales soa el descanso , el sueño, y otras tales. Pues de esta misma
razón oatorsí dimana ? que de la suerte que al cuerpo , se conceda también
al alma algún tiempo , en el qual se retuerce por la contemplación de Dios.
Y así debiendo haber alguna parte de tiempo , en el que sean, celebradas las
CC-
fa) Isa!. c6, (p) JerejB, (cj. Hsecíx. zq, zz. 23. st 44. (d) Galat. 4. (é) Cotos, 2,
PARTE III. CAPITULO IV. 231
sosas divinas , y tributado á Dios el debido culto : esto sin duda pertenece
i. los preceptos morales.
Por esta razón determinaron los Apóstoles consagrar al culto divino el 7.
primero de aquellos siete días, y le llamaron Domingo. Del día de Domin- ^os -Apes­
go hace mención San Juan en su Apocalipsis (a). Y el Apóstol manda, que [°^sro^ras3~
se hagan las colectas el primer día de la semana (¿). que es el Domingo: fiesta del
según lo explica San Juan Crisóstomo (c), Para que entendamos que ya en- Sábado al
ronces era tenido en la Iglesia el día de Domingo por santo. Pues para que domingo,
sepan los fíeles qué es lo que deben hacer en este día , y de qué obras se
deben abstener , será muy dei caso que les explique el Párroco diligentemente
palabra por palabra todo el mandamiento , que puede muy bien dividirse en
quatro partes.
Primeramente pues se propondrá en común , qué es lo que se manda por
las palabras : Acuérdale de santificar el dia del Sábado : pues muy al caso se Qué es lo
puso al principio del mandamiento aquella palabra Acuérdale : por quanto el <Iae se man*
culto de este dia pertenece á las ceremonias. Y de esto debía ser amonestado
el pueblo : porque aunque dicte la ley natural , que debe ser Dios adorado pa ” a*bra^
en algún tiempo con culto de Religión , con todo eso no determina en que día Acuérdate.
señaladamente se deba esto hacer.
También se ha de enseñar á los fieles , que por estas palabras se puede
entender el modo y .la reserva con que han de trabajar en toda la semana:
es á saber , de manera que siempre estemos atendiendo al día de fiesta. Por­
que como en él hemos de venir á dar alguna cuenta y razón á Dios de nues­
tras acciones y obras, es necesario que las hagamos tales , que ni sean des­
echadas pos su divino juicio, ni sean para nosotros (según está escrito) ma­
teria ,de llanto y dé remordimiento de conciencia (d).
Ultimamente se nos recuerda lo que ciertamente debemos advertir , y
e s, que no faltarán ocasiones para olvidamos de este mandamiento , ó ya
movidos del exemplo de otros , que no hacen caso de él : ó por la afición
á espectáculos y juegos, que muchísimas veces nos retraen del santo y religioso
culto de este dia. Pero pasemos ya á lo que ¡se demuestra por la significación
del Sábado.
Esta, voz Salado es nombre hebreo, que en nuestra lengua quiere decir 9.
Cesación : y así Sataiizar es lo mismo que cesar y descansar. por esta signi- signi­
ficación vino el día séptimo á llamarse Sábado : porque acabada y cumplida Ias
Toda la obra del universo , descansó el Señor de todas las que había hecho: sábado y
y con ese nombre le llama el mismo Señor en el Exodo («)- Pero después rabatizar*
no solo se llamó con este nombre el dia séptimo , sino aun toda la semana,
por la dignidad de ese dia (/). Y en ese sentido díxo aquel Fariseo que men­
ciona San Lucas: Ajino dos veces en d Sábado (g) , esto es , cada semana. Y esto
baste en quanto á la significación del Sábado,
Por la santificación del Sábado se entiende en las Sagradas Letras levantar ,10'
Siano de trabajos corporales y de negocios : como lo muestran con claridad ,
que tos
las
(s) Apoaaíyp. 1. (¿) 1. Corinth. 16. {d) xJReg.^. {e} Excd. 20. { / ) D e«-
{c} B ea il. 13. ic 3. as Corlada, ter. 5. ig ) Lee. iS,
2S ! CATECISMO ROMANO
fíeles sanó- j as palabras siguientes del mandamiento : N o t r a b a ja r á s , Pero no solo sigrfi-
fiean el Sá­ fiean esto (pues en tal caso habría bastado decir en el Deuteronomio (3).
bado,
Guarda el dia del Sábado) s sino que añadiéndose en el mismo lugar: Para
que le santifiques , por estas palabras se manifiesta que el día del Sábado es
religioso , v que está consagrado á acciones divinas y . santos exercicíos, Y'
por tanto entonces celebramos cumplida y perfectamente el dia del Sábado
quando pagamos á Dios los tributos de nuestra piedad -y Religión. Y este
puntualmente viene í ser el Sábado , que llama Isaías delicioso (6) 3 porque 103
días festivos son como las delicias deí Señor y áe los hombres virtuosos. Y
así si añadimos á este santo y religioso culto del Sábado otras obras de mi­
sericordia 9 son ciertamente muchos y muy grandes los premios que se nos
prometen en el mismo capítulo.
si. Mira pues el verdadero y propio sentido, de este mandamiento, á que des-
Quái sea el embarazado el hombre de negocios y trabajos corporales por algún tiempo de
sentido le- ternq nac[0 y fiXo 5 se emplee, únicamente con cuerpo y alma en el cuidado de
esas pala- adorar y venerar piadosamente á Dios.
oras, ~ En la segunda parte del mandamiento se muestra , que el dia séptimo
12. está dedicado por mandado de Dios á su divino cuito: pues- dice así: S e i s
Qué es lo {¡qa¡ t r a b a j a r á s , y h a r á s t o d a s t u s o b r a s : m a s e l s é p t i m o d i a e s e l S á b a d o á e
muestra en Ílí ^ 10S ? S e ñ o r , En las quales palabras se nos dice , que tengamos el dia
la segunda del Sábado por consagrado al Señor , que le tributemos en él los oficios
parte del de la Religión, y que entendamos que ese áia es señal del descanso de su
precepto. Magestad.
13. Señaló pues su Magestad. este dia á los Judíos para su divino culto:
Por qué porque no convenía dexar al arbitrio de un pueblo rudo la elección del íiem-
co.mano se- p0 } para qac no incitasen acaso las fiestas de los Egipcio^. Y así de los siete
T-Aes^ *el días escogió Dios el ultimo , para que le diesen culto: lo qual está tan He­
día séptimo no Estenos , que el mismo Señor en el Exodo (c) y en Ezequiel (¿)
pira si cal- lo llama s e ñ a l 5 diciendo : M i r a d qia g u a r d é i s m i S á b a d o : p o r q u e e s s e ñ a d e n t r e
zo tur;no. m i y e n tre v o s o tro s e n v u e s tra s g e n e r a c io n e s :p a r a q u e s e p á is q u e y o so y e l S e ñ o r

q u e os s a n tific o .

h asi ese día rué señal que indicaba , que deben los hombres .dedicarse a
Dios - y mostrarse santos en su presencia , viendo que el mismo dia está tatu­
JPs c ié cc¡—
sas fcá se- bien dedicado á su Magestad: pues el dia es santo , por deber los hombres
£ssrc~^r en señaladamente obras de santidad y Religión. Fue señal tasr*
fjjjf oten , y como memoria de la creación de esta ras rabill osa obra del universo.
Demas de esto rué señal encomendada ¿ ios Israelitas „ para recuerdo de que
por ei auxilio ce míos nabian sigo redimidos y rescatados del durísimo vu-
go de la esclavitud de Egipto : como- lo muestra el Señor por aquellas pa-
1síDíc> : Acuérdale ¡ie que tu iama¿ai j tusU siervo en Egipto yy que te saco áe cid
y S a n a r e n m a n o f u e r t e - y e n - ó r a w e x t e n d id o . P o r e s to te m a n d o y que

viras d dea da Sacado (f). Y sobre todo esto es señal ¿el Sábado, así
esp-nrusi . como celestial.
ni -tordo espiritual consiste en cierto santo y místico reposo: esto es,
quan-
(A Reaicr. 5,* r ) ;d -Gn?s, 31, 2sech, so, {e} Decrer. 5.
PARTE III. CAPITULO IV. 253
cuando sepultado el hombre viejo juntamente con Chrísto , se renueva nara ^
la vida , y se exercita cuidadosamente en aquellas acciones que convienen á el Sábado
la piedad Christiana. Porque los que en otro tiempo eran tinieblas , pero ya espiritual
son luz en el Señor 0 ) , deben andar como hijos de la luz en toda bondad, del Puebl°
justicia y verdad 5 y no tener ninguna comunicación con las obras infruc- ChriSUai;o-
tuosas de las tinieblas (¿)-
Pero el Sábado celestial, según dice San Cirilo (c) exponiendo este lugar 0 d*5'
del Apóstol : Quédase d Sabatismo para el pueblo de Dios (d) y es aquella vida sábad^ce--
en la qual viviendo con Chrísto , gozaremos de todos los bienes , arrancado lestiai.
el pecado de raíz , según aquello : Sío habrá allí león , ni subirá por allí bes-
lia fiera , sino que oslará allí la senda y d camino , y se llamará camino san­
io (e), Porque, el alma de los Santos lográ todos los bienes en la vista de
Dios. Y así exhortará el Pastor y aguijará í los heles con aquellas palabras:
Apresuremos pues á entrar en aquel reposo (f).
Además del día séptimo tenia el pueblo Judáyco otros días festivos y sa­ i 7.
grados , establecidos por divina ley , en los quaies se renovaba la memoria de A mas del
Sábado tu­
los mas señalados beneficios. vieron los
Pero la Iglesia de Dios tuvo por acertado trasladar el culto y celebridad dei Judías o-
Sábado al Domingo- Porque así como ese día iué el primero en que alumbró tros días de
la luz al mundo , así filé sacada nuestra vida de las tinieblas á la luz resucitan- £est^*s
do en ese día nuestro Redentor 3quien nos abrió la. puerta para la vida eterna. p or
Por esto los Apóstoles quisieron se llamase día dd Señor, Y i mas de esto rrasíadáron
echamos de ver en las Sagradas Letras ser solemne este día por haber empeza- los A posto­
do en él la obra de la creación del mundo , y haber sido emhiado sobre los í,es,
del Sábado
Apóstoles el Espíritu Santo. al Dom in-
Otros días festivos establecieron los Apóstoles desde el principio de la go.
Iglesia , y después en los tiempos sucesivos nuestros Santos Padres : para 19.
que celebrásemos piadosa y santamente la memoria de los beneficios de Dios. Por qué
Entre estos son tenidos por muy solemnes ios días que están consagrados á la además del
D o m in g o
Religión por ios misterios de nuestra Redención. Después los que están dedica­ se instite-
dos á la Santísima Virgen Madre:y luego á los Santos Apóstoles y í los Maní yéro e otras
res, y ¿todos los demás Santos que reynan con Chrísto : en cuya victoria se £=sws.
celebra la bondad y poder de Dios , se dan í ellos las debidas honras, y el pue­
blo fiel se Incita a su imitación.
Y par quanto para guardar este precepto tiene gran fuerza aquella parte 20.
de él , que se expresa por estas palabras : Sds días irabajarás , pero d dia Cóm o por
séptimo es el Sábado de lu Dios y S e ñ o r : debe el Párroco explicar esta parte to sonAn-
con todo cuidado. Porque de estas palabras se puede colegir, que no han ck’ djs ios
de hacer los lides vida ociosa y hanagana 3 sino que teniendo presente la fieles á huir
voz del Apóstol: Haga su mg&ao cada uno , y ir&hajt por sus manos 5 según "rd* ockj-
b lanía -mandado (g), Vianda -también el Señor por este precepto , que haga­
mos nuestras obras en los mismos seis días , de manera que ninguna de aque­
llas cosas que se deben hacer a ó despachar ea ellos , se reserve para el
gg día
(¿} Eyhss. loideso (d) Hebr. 4. (e) Tsal
(c} lab. 4. ¿3 Josas. cap. ¿s. (/) Hebr. 4. {g) s. Xhesal. 4.
£34 CATECISMO ROMANO
día- de fiesta : porque no quite ai alma el cuidado y amor de las cosas
divinas.
2I. Después se explicara la tercera parte del precepto :la qual señala en der-
Qué es lo t0 modo de qué manera debemos celebrar el día del Sábadó ; pero señala-
que señala- £jamcnte declara , qué es lo que se nos prohíbe en ese día: porque dice el
damenrees-
tá prohibí- ° enor. en ese día obra alguna iu , ni tu hijo , ni tu hija } ni tu s(er-
do en Ies vo , ni tu sierva ni tu asno , ni d Jarastero que está dentro de tus puertas. En
días de fies­ estas palabras se nos enseña lo primero , que evitemos del todo quanto pue­
ta. da impedir el culto divino. Porque fácilmente se echa de ver que se prohí­
be todo género de obras serviles , no porque sean de suyo viciosas ó malas;
sino porque distraen al alma del culto de Dios , que es d fin del precepto.
Y mucho mas deben los fieles evitar los pecados : porque no solo nos apar­
tan de la aplicación á las cosas divinas , sino que nos privan totalmente del
amor de Dios.
22 . Pero no se vedan aquellas acciones , ni aquellas obras , aunque sean ser-
lío sevedan viles , que pertenecen al culto de Dios , como componer los altares , ador-
3asobrasex- nar ]0s Templos por causa de alguna fiesta , y otras semejantes. Per tanto di-
seTordenan xo Señor , que los Sacerdotes violaban el Sábado en el Templo , y no por
al coito de eso pecaban (a).
D ios. Tampoco se ha de juzgar que estén vedadas por esta ley las obras de
23- aquellas cesas que se perderían si se desáran en el día de fiesta : como está
Tsssbien perrn{tido por los Sagrados Cánones. Otras muchas cosas declaró el Señor en
a fg a a a s Evangelio que podían hacerse en los dias festivos 1 las que fácilmente eb-
obras serví- servará el Párroco en San Mateo (J) , y en San Juan (c).
les por la Y para que nada se omitiese que pudiera estorvar este culto del Sábado,
necesidas. se jd20 mención del jumento. Porque con estos animales se embarazan los
Po-^qné hombres P2ra celebrar el dia de fiesta. Porque si en ese día quieren que el
mancad el jtinseníG haga algún trabajo , es necesario el cuidado del hombre que le guie:
Scñjr que pues el animal por sí solo no puede hacer la obra ; sino ayudar al hom-
üo trabajen bre que la intenta. Y como á ninguno es lícito trabajar en ese dia , par eso
besnzs. no se p0e¿e valer del jumento. Mira pues también la ley de este precepto
á que sí Dios no quiere que hagan los nombres trabajar á ks bestias , mu­
cho menos deben querer ser inhumanos con aquellos de cuyo trabajo é in­
dustria se sirven.
* 5- Tampoco debe el Párroco ckxsr de enseñar con cuidado en qué obras
S s <pá y acciones deben exereítarse los Cfimcianos en ios días Estivos. Estas son,
-obr-ss se de-
que acudamos al Templo , que asistamos allí con sencida y piadosa aten-
jos CEris- clon al Santo Sacrificio de k Misa , y que para curar ks llagas de nuestra
nan^s en alma, recibamos con frecuencia los divinos Sacramentos de la Iglesia , que
les 4 ¡us£:s- frieron Insóreldos para. nuestra salud.
sív©s„
Pero oada mejor , ai mas oportuno pueden hacer los fieles que confesar
muchas veces los pecados á los Sacerdotes : para lo qual podrá el Párroco
exhortar al pueblo fiel., vahándose de ks razones y doctrinas que quedan di­
chas y enseñadas en su lugar sobre el Sacramento- de la Penitencia. Y no so-
k-
(*) Mástil, ss. (r) Ibidem. (c) Jotan. 5.
PARTE III. CAPÍTULO IV. 2~-
lamente exaltará í los fieles á que frecuenten este Sacramento , sino que tam­
bién los exhortará con cuidado muchas veces á que reciban con frecuencia
el de la sacrosanta Eucaristía.
Además de esto han de oír los fieles con atención y diligencia la pala­
bra de Dios. Porque no hay cosa menos sufrible , ni á la verdad mas in­
digna , que menospreciar u oír con descuido las palabras de Chrísto. Deben-
también los fieles ejercitarse mucho en la oración y alabanzas divinas, y po­
ner particular cuidado en aprender con diligencia las cosas que pertenecen
al concierto de la vida Christiana , y emplearse de continuo en obras de mi­
sericordia , dando limosna á pobres y menesterosos , visitando enfermos , y
consolando afectuosamente tristes y afligidos , que los tiene postrados d do­
lor. Porque como dice Santiago : La religión, limpia y sin mancilla ante Dios
y d Padre es , visitar huérfanos y viudas m su tribulación [d). Y de lo dicho
hasta aquí es fácil conocer las culpas que se cometen contra la regla de es­
te mandamiento.
Debe demás de este ser cargo del Párroco tener á punto algunos de­ aS.
terminados lugares , de donde tome razones y argumentos con que persua­ Por qué
da al pueblo encarecidamente , que guarde la ley de este mandamiento con fue necesa­
rio señalar
sumo desvelo y cuidadosa diligencia. Para esto vale muchísimo que entien­ dias ciertos
dan los fieles y vean claramente , quan justo es , y quan conforme á razón, para el cotí
que tengamos algunos días señalados , que enteramente los empleemos en el to divino.
culto de D ios, y en los quales reconozcamos, adoremos y veneremos á nues­
tro Señor , de quien habernos recibido sumos e innumerables beneficios. Por­
que si nos hubiera mandado que le tributásemos todos los días culto de Re­
ligión, ¿no debíamos aplicar todos los esfuerzos posibles para obedecerle con
prontitud y alegría de animo por los beneficios que nos ha hecho , Que son
muy grandes é infinitos X Siendo pues ahora tan pocos ios dias destinados á
su culto , no puede haber razón para ser descuidados y perezosos en el cum­
plimiento de tina obligación , que no podemos traspasar sin gravísima culpa.
Demuestre á mas de esto el Párroco quan grande sea la virtud de este De Us ~1' ati-
mandamiento , quando de ios que le guardan se puede con razón decir que íidsdes que
están en presencia de Dios . y que conversan con su Magestad. Pues con­ produce la
templamos la Magestad de Dios y tenemos coloquios con él quando hace­ cabal obses>
mos oración : y quando oímos á los Predicadores que proponen piadosa y vancia oe
esta ley.
santamente las cosas divinas , recibirnos la voz de D ios, que por su ministe­
rio llega á nuestros oídos : y asistiendo al Sacrificio del altar , adoramos á
Christo Señor nuestro que está allí presente. Y’ de estos bienes aquellos go­
zan señaladamente que guardan con cuidado este mandamiento.
Pero los que del todo se descuidan en guardar esta ley , como no obe­ «S.
decen á Dios , ni á la Iglesia ,, ní guardan su mandamiento , son enemigos de Qaé debe
decirse por
Dios y de sus santas leyes. Y esto se puede echar de ver , de que este man­ el contra­
damiento es de tal calidad , que sin ningún trabajo se puede cumplir. Pues rio de los
q u a n d o el Señor no nos impone trabajos (que aun los mas duros debería que íe que—
mes abrazar por su a m o r},, smo que manda que en los días festivos nos es- braman.
gg z te-
&0 Jacob. 2.
236 CATECISMO ROMANO
temos quietos y desembarazados de cuidados terrenos , es indicio de gran te­
meridad reusar la ley de este mandamiento. De escarmiento grande nos de­
ben ser los castigos que Dios executó en los que le quebrantaron : como se
puede ver en el libro de los Números (a). Pues para que no caygamos en
esta ofensa de Dios , será muy conveniente renovar muchas veces la memo­
ria de aquella palabra ; Acuérdate: y ponernos á la vista los grandes prove­
chos y frutos que sacamos del culto de los días de fiesta ( como arriba
se declaró) s y otras muchas cosas tocantes á este asunto , las que se­
gún lo pida la ocasión , podrá tratar copiosa y largamente ei Pastor
virtuoso y vigilante.

CAPITULO V.
DEL QUAR.TO M ANDAMIENTO DEL DECALOGO.

Honra á tu Padre y á to Madre para que vivas largos años


sobre la tierra que te dará tu Dios y Señor.
t .

jDe la exce­
¿hiendo muy grande la virtud y dignidad de los mandamientos anteceden­
len cia de es­ tes , con razón se ponen inmediatos í ellos los que ahora se siguen : por­
t e aid. :cia— que son en gran manera necesarios. Aquellos miran derechamente al fin que
miento , y es Dios : estos nos instruyen es el amor del próximo : aunque últimamente
e a qué con­
también nos enderezan y' encaminan á D io s, quien es el fin , por cuya cau­
v ien e c o a
lo s an te ce ­ sa amamos al próximo. Por esto dixo Christo Señor nuestro , que estos dos
d entes. mandamientos de amar á Dios y al próxim o, eran semejantes entre sí (&).
Apenas pueden decirse las utilidades de este mandamiento , porque produce
muchos y aventajados frutos , y es como una muestra que indica la obe­
diencia y observancia del primer mandamiento. Porque ti que no ama á su
hermano ¿ quien ve , dice San Juan , ¿ carne puede amar á Dios , á quien no
ve (e)< Pues a este modo , sino respetamos y no reverenciamos á los Padres,
¿ quienes debemos amar según Dios , estando casi siempre á nuestra vísta,
¿ qué honor , ni qué culto daremos si mayor y mejor Padre Dios , á quien
en manera ninguna vemos ? Por aquí se ve clara la conformidad de estos
dos mandamientos entre sí.
-3.
Muchísimo se extiende k observancia y uso de este mandamiento. Por­
Qaáato se que además de aquellos que nos engendraron 3 hay otros muchos á quie­
extienda, ¡a nes debemos tener en logar de Padres, ó por razón de k potestad , ó de la
xharza. de d ig n id a d ó de la utilidad , ó de algún cargo y oficio honorífico. Aligera á
este tsansas.-
mas de esto esta ley ei trabajo de los Padres, y de todos los mayores. Por­
üjieasto , y
cosaco se que siendo su primer cuidado que todos los que tienen haxo su potestad,
alígera. p o r vivan anivelados y ajustados á k divina le y ; este cuidado será muy llevade­
él la carga, ro , una vez que todos hayan entendido que es Dios el que manda y amo­
de los Pa­ nesta que se trate á ios Padres con soda veneración. Mas para que podamos
dres.
cum-
ip) 2ÍK.33* i c {&} Maidj. a a. (c) i. Josas. 4.
PAUTE III, CAPÍTULO V 237
cumplir esto, es preciso conocer la diferencia que hay entre los mandamien­
tos de la primera y de la segunda tabla.
Primeramente pues ha de explicar el Párroco , y prevenir muy en parti­ „ 3-
cular , que los divinos mandamientos del Decálogo fueron grabados en dos Por qué
Jos manda—
tablas. En una de ellas , como lo aprendimos de los Santos Padres, estaban mieatos £e
los tres que ya se han explicado, y los siete restantes estaban en la otra. Y dividieron
ésta partición fue muy conveniente , para que el mismo órden de los manda- en á°5 te­
mientes nos descubriese la diferencia que entre ellos hay. Porque todo lo blas*
que manda ó veda la divina ley en las Sagradas Letras nace de uno de es­
tos dos capítulos : pues en toda acción se mira ó al amor de D io s , ó al del
próximo. Y de hecho el amor para con Dios se enseña en los tres prime­
ros mandamientos : y lo que mira í la unión y compañía con los próximos,
se contiene en ios siete restantes. Y asi no sin causa se hizo esa división , de
que unos se pusiesen en la primer tabla, y otros en la segunda.
En los tres mandamientos primeros de que habernos tratado , es como ,
la materia ó sugeto , de que se trata el mismo Dios , esto es , el Sumo Bien. Cómo
En los demás es el bien del próximo. En aquellos se propone el amor ál- Ia ^Caridad
tim o, en estos el inmediato. Aquellos miran al fin , estos í los medios que
se ordenan á él. ^ _
_ contiene en
Á mas de esto la Caridad de Dios depende deí mismo D io s : porque los tres pri-
Dios debe ser amado sobre todo por sí mism o, no por otro respeto. Pero meros Pre_
la Caridad del próximo nace de D io s , y debe enderezarse a ella como á l í6Z
regla cierta. Porque si amamos í les Padres , si obedecemos á los Señores, x¡mo en ]0S
si resoeramos á íos Superiores en dignidad; tocto esto se debe hacer por restantes:y
Dios Xque es su C riador, que quiso que presidiesen á íos otros , y que de &

bornes executar - por quanto el mismo Dios las hizo dignas de ese honor. D;
A . - * t •=______ ____ w ----u:____ i _ j ______

... Epístola
e&edeced d vuestros Señares temporales can. temor y temblor , y cea sencillez de
vuestro corazónr c a m a é C k r i s í o : y e s t o n ú s c h e n p r e s e n c i a ó c o m o a g r a d a n d o
á h s hombres s i n o c o m o s i e r v o s d e C k r i s í o 7 i m d t n d o d e v e r a s ¿ a v o l u n t a d
de Dios (¿).
A esto se junta que i Dios no se da honor , piedad ni culto alo-uno,
* S a C a rid sd
■ digno de su grandeza: j para con el puede aumentarse infinitamente la Ca­ de 2>Ios no
ridad. Por esto es necesario que nuestra Caridad hacia Dios se haga C1 di ^ía tiene ií mi—
es día ú
eo razon , co n t o n a C I E i& ü a y tuettsa u u e s u » iu u a<¿. v ^íá íiá íu u . t|u c ------------ s í»
amamos al próximo , tiene sus Hmkes : porque manda el Señor que le ainc­
isos como á nosotros mismos. Y si alguno traspasare estos términos, de ma-
izisúc en d amor á Dios y á los próximos, comete una graví-
nera que igi
s i-
¡b) Mattñ. 10. (k) Ephes, 6,
23 s CATECISMO ROMANO
síma maldad : Si alguno viene á mi , dice el Señor , y no aborrece a su Padre
madre , muger , hijos , hermanos y hermanas , y hasta su misma vida , na pue-
de ser mi discípulo (¿?). A cayo propósito, se clixo también : Dexa que los muer­
tos enlierrm sus muertos (b) queriendo uno enterrar primero á su Padre , v
después seguir á Christo. Pero laJ explicación mas clara es la que hay en
San Mateo : El que ama padre ó madre mas que á mi, no es digno de mí {c).
6.
Cómo se Sin embargo de esto no tiene duda que debemos amar y respetar en
ha de aanr gran manera á los Padres. Mas para que esto sea virtuosamente , es nece-
á los Pa- sario que el principal honor y cuito se dé á Dios , que es ei Padre y Cria-
dres y todos , y que de tal modo amemos a ios Padres naturales ■>que toda la
se^es^ue- fuer2a del amor se encamine al eterno Padre celestial. Y si en alguna oca­
de obede-sion se encontraren los mandamientos de los Padres con ios de Dios , no
cer. hay duda que deben ios hijos anteponer la voluntad de Dios á la volunta­
riedad de sus padres, acordándose de aquella divina sentencia : Mas razón
es obedecer á D k s que d los hombies (di).
Expuestas estas cosas explicará el Párroco las palabras del m anda míe n-
Q^é signi- to , y primeramente qué sea honrar. No es otra cosa que juzgar bien de
iica aquí ia uno } y apreciar en mucho todas sus cosas. Y esta voz Honra lleva con sí-
honrar b r 3 g° to^° esto s amor y respeto y obediencia v veneración, pero sabiamente se pu­
so en la ley la voz de honra, y no la de amor ó miedo : aunque los padres,
deban ser muy amados y temidos. Porque el que ama , no siempre honra
y respeta : y el que teme no siempre ama : pero el que de veras honra á
uno , le ama y le reverencia. Y en habiendo el Párroco explicado esto trata­
rá de los Padres , v de los que son entendidos por este nombre,
g. Porque aunque la ley habla principalmente de los Padres que nos en-
Quiénes gendráron , sin embarso también pertenece este nombre á otros , que así-
son enten- jnis^o parece están comprehsndidos en la ley , según se colige de varios lu-
-óidos pe*. £ ,rss ja £>i\goa_Escritura. Pues además de aquellos que nos dieron el ser,
ce Padres, hay en las Sagradas letras otros géneros ae ruares , según ya tocamos , y
á cada uno de ellos se debe su respectivo honor.. Primeramente se llaman
Padres los Prelados y Pastores de la Iglesia y los Sacerdotes; como consta
del Apóstol , quien escribiendo á los Corintios, dice : No os escribo esto por
avergonzaros , mas amonestóos como d mis muy amados hijas. Poraue aunque ten­
gáis diez mil ayos m Christo , no tenas- muchos Padres : pues yo os engendré en
JcsU'Ckrisío per medio del Evangelio (e.) Y en el Eclesiástico está escrito:
Alabemos & los varones gloriosos y d nuestras Padres en si¿ generación {/).
También se llaman Padres aquellos á quienes está encomendado el im­
perio , el Magistrado 6 la potestad de gobernar la República. Así Naaman
era llamado Padre por sus criados (g).
A mas de estos decimos Padres á aquellos, á coya protección , ndeíí-
dad , bondad y sabiduría están otros encargados : como son los Tutores^
Curadores , Ayos y Maestres: por cuya razón los hijos de los Profetas lla­
maban Padres á Elias y i Elíseo (£).
Üí-
(3) Sen íer. 6. SSatESi. 22. Lee. 14. Corinth. 4. ( f ) E celi. 44. (gb 4. Re-
(À March, 10. A c to r. 5. (c) 1. gsm. g (p) Ibidem c.
PARTE III. CAPÍTULO V. ‘39
Últimamente llamamos Pudres á los ancianos y de edad avanzada , i
quienes también debemos honrar, Pero sea el primero y principal entre los
documentos del Párroco enseñar , que todos los Padres , de qualquier con­
dición que sean , deben ser honrados s y especialmente aquellos de quienes
nacimos : pues de ellos señaladamente habla la ley divina.
Porque los Padres naturales son como ciertas imágenes de Dios inmor­ Por qué los
tal. En ellos contemplamos la semejanza de nuestro nacimiento.- Ellos nos hijos de ios
dieron la vida , y de ellos se valió su Magestad para comunicarnos el alma Christia—
y el entmdimiento. Ellos nos llevaron á los Sacramentos , nos instruyeron nos deben
en la Religión y en el trato humano y civil 5 y nos enseñaron la integridad hacer ho­
nor parti­
y santidad de costumbres. Y enseñe también el Párroco que con' mucha ra­ cular á sus
zón se expresó también en este precepto el nombre de la Madre : para que Padres na­
Consideremos sus beneficios y merecimientos, y lo mucho que la debemos: turales.
con quanto cuidado y solicitud nos llevó en su vientre 5 y con quanto tra­
bajo y dolor nos parió , y nos crió.
Han de ser pues reverenciados los Padres de manera que el honor que io.
Ies damos sea como nacido de amor y de lo íntimo del corazón. Este aca­ D e qué
modos se
tamiento les es muy debido : por mirarnos ellos con tales afectos , que nin­ honra á lo s
gún trabajo , dificultad ni peligro se les pone delante que rehúsen por Padres na­
adelantamiento de sus hijos : y no hay para ellos cosa de mayor gusto que turales.
entender son amados de sus hijos á quienes tanto aman. Hallándose Joseph
en Egipto tan entronizado , que solo le precedía el Rey en el solio del
Revno 0?) recibió honoríficamente á su Padre , guando fue allá (¿>). Y Sa­
lomen se levantó del trono por cortejar a su Madre que entró á hablarle,
y habiéndola hecho un grande acatamiento , la asentó á su diestra en solio
real (c).
H ay á mas de estos otros muchos oficios de honra que se deben á los
Padres. Porque los honramos también , quando pedimos rendidamente á Dios,
que todas las cosas les sucedan próspera y reliz mente : que estén bien quis­
tos y estimados entre los hombres, y que sean muy agradables á Dios y
dios Santos que están en el Cielo.
Honramos demás de esto á los Padres , Guando concertamos nuestros
negocios y dependencias según su arbitno y voluntad : como lo aconseja Sa­
lomón diciendo: Oye , Aya nz¡c¡ , la doctrina, d-z °u Padre , y no deseches la ley
de iu Madre : para ryie sea aumento de grade para ¿u cabeza, y collar para
tu cuello (d). A este modo también son. acuellas exhortaciones del' Após­
tol : Hijos , obedeced d zmesíros Padres en. d Samr : perqué esto es justo (e).
Y en otra parte : Hijos , obedeced en lado d vmsér&s Padres : porque csio es muy
dd agrado de Dios (/). Y se confirma con el exemplo de varones santísimos.
Porque Isaac siendo maniatado por su Padre * para ser sacrificado , le obe­
deció con modestia y sin réplica (g). Y los Recabltss' se abstuvieron perpe­
tuamente d d vino , por no discrepar jamás del consejo de su Padre (A).
Asimismo honramos á los Padres 5 cuando imitamos sus buenas acciones
y
fa) •Genes. 4 1. (&J Ib H e a . 4 A (a) ( f ) Colos. 3.
Ephes. 6-
£r) 3. Eeg. 2, {d) 1. íg) Geass.zz. (¿} Jereta. 35.
240 CATECISMO ROMANO
y costumbres: pues es prueba grande de que los estimamos , el procurar ser
muy parecidos á ellos. Y ¡os honramos también , quando no solo íes pedi­
mos su consejo; sino que íe seguimos.
£I> Honramos á mas de esto á los Padres , quando los socorremos con lo
cómose ha necesario para su sustento y vestido : como se comprueba por el testlmo-
de socorrer nio de Chrísto , quien reprehendiendo la impiedad de los Fariseos , les di-
á los Pa- x o . - X par qué vosotros traspasáis el mandamiento de Dios por vuestra ira-
do^ss^ven lición ? Porque Dios dixo : Honra á iu padre y á tu Madre, Y el que maldi-
en necesl- x~re d su Padre ó á su Madre , muera de muerte. Mas vosotros decís; Qual-
dad y m a- quiera que dicen á su Padre ó á su Madre : toda ofrenda que yo hiciere á Dios>
cao mas en aprovechará á ti también : sin honrar á su Padre ni á su Madre, Y asi hicisteis
peligro de nvj 0 mandamiento de Dios por vuestra tradición (a).
En todo tiempo debemos tributar á ios Padres estos oficios de honra0 ,
pero nunca con mayor cuidado , que quando se hallan enfermos de peligro.
Porque se ha de hacer diligencia de que no omitan cosa perteneciente á con­
fesarse , ó á los demás Sacramentos que deben recibir los Christíanos. Quan­
do se acerca la muerte , se ha de cuidar que los visiten con frecuencia per­
sonas piadosas y religiosas, que los esfuercen en su debilidad , los ayuden
con sus exhortaciones , y animándolos mucho los alienten á la esperanza de
la inmortalidad , para que apartando el pensamiento de las cosas humanas,
todo le pongan en Dios. A sí se conseguirá que fortalecidos con la felicísi­
ma comitiva de la Fe , Esperanza y Caridad, y con el escudo de la religión,
juzguen que no solo no ha de ser temida la muerte , pues es necesaria; sino
que ha de ser deseada : como que franquea la puerta para la eternidad.
T% Por último se honra á los Padres aun después de difuntos, si les hacemos
Cómo se L-a Ies funerales , sí cohonestamos sus exequias , si les damos decente sepultura, sí
de honrar cuidamos de hacer por ellos sufragios y misas de aniversario , y si cumplimos
Z
tí:
e$á¡£'n~ punEIia^mente qu£2To mandaron en su Testamento.
ta s .
Alas no solamente deben ser honrados los Padres naturales , sino también
otros que se llaman Padres y como los Obispos , los Sacerdotes , los Reyes,
Cómo de- los Príncipes y Magistrados , los Tutores , Curadores , Maestros , A yos , An-
b e n ser y otros tales. Porque todos son dignos de percibir los frutos de núes-
%&°FQbis^ 1X2 C a r i d a d obediencia, y otros bienes , aunque unos mas que otros. Acerca
pos y Sa- de los Obispos y otros Pastores escribe así el Apesto! : A ios Presbíteros que
cErdsíea. gobiernan bien, se debe doblada- kanara; rirjncrnimie á ¿os me trabajan m la pre­
dicación y áseteme (¿>), Pues ios de C alada ¿qué demostraciones de amor
no hicieron con el Apóstol ? Á los quales corresponde con un Testimonio de
3J, benevolencia tan encarecido, como decir : Aseguro de vosotros , que sz posible
Qs* * áébe fárragos habriédes sacado los hcjss 9 y me ios htdnsradcs dado (c).
psovaerseá Debe también proveerse i los Sacerdotes de lo que necesitan para su
.St decencia y mantenimiento. Por eso dice el A p ó sto l: ¿Quién peleó jamás é sus
nee^sa” Íq €x:p£mss (d) ? Y es d¡ Esclesiásñco está escrito Honra á las Sacerdotes 5y pu-
ses- ríficate am- d trabajo de tus irr&w$„ Deles la parte que te es mandada de las
íís ¡:fb. primicias y de bz ¡fratás- psr d pecado: y que asi misma se les debe obe­
de­
cí^ MeesEs, 13. {&} 1, Tiffi. 3. (¡r)Gsía.r. 4- (i) 1* Coristíi. 3. (e) Eccli, v.
FARTE III. CAPÍTULO V. 241
dècer j io ensena, el Apóstol , diciendo : Obedeced á vuestros Prelados . y su­
jetaos á dios : porque dios se desvelan , como que han de dar cumia por vuestras
alm.as (a). Y por C h risto Señor nuestro fue mandado , que obedeciésemos
á los Pastores , por malos que fuesen 5 diciendo : Sobre la Cátedra de Moy-
sés se sentaron ¿os Escribas y Fariseos. Guardad pues y y haced quanto os d i-
xeren : mas no queráis obrar , como obran ellos : porque dicen 3 y - no ha­
cen (b).
Lo mismo debe decirse de los Reyes 5 Príncipes, Magistrados , y de
todos los demás á cuya potestad estamos sujetos. Y qué género de honra 5 ye- Muéstrase
neracicn y cuito se les debe dar , lo explica el Apóstol largamente en la <iue dei>ea
Epístola a los Romanos (c) ad virtiendo también , que debe hacerse oración
por ellos (d). Y San Pedro dice : Obedeced á íoda humana criatura por amor gistrados
de Dios , ya sea al Rey , como ¿ Soberano , ya á los Gobernadores , como á políticos.
enviados por él (?) , pues todo el acatamiento que les hacemos , se endereza
á Dios : por quanto la excelencia de la dignidad debe ser venerada de los
hombres , por ser imagen de la potestad divina. En lo qual veneramos tam­
bién la providencia de Dios , quien les encomendó el cuidado del gobier­
no publico, y se vale de ellos como de Ministros de su potestad.
Y aunque los Ala gistrados sean malos , no reverenciamos la perversidad 16,
ó malicia : sino la autoridad divina Que en ellos hay. De manera que (cosa Debe
obedecerse
que acaso parecerá extraña) aunque nos miren con ánimo enemigo y lleno auaqusT'no
de Ira , aunque sean implacables , todavía no es causa suficiente 5 para no siempre á
mirarlos con el mayor respeto. Porque así miró David á Saúl, y le hizo gran- Ios Magís-
des servidos al mismo tiempo que él le perseguía de muerte : como lo in- ^ dos
smáa Bor estas palabras : Csn los que aborrecían, la paz , era yo pacifico ( f ) , Pe­
ro si acaso mandaran alguna cosa injusta, y malvadamente , como en eso no
obraban segua la autoridad divina , sino según su propia injusticia y perver­
sidad , entonces de ningún modo debían ser obedecidos. Luego que hubie­
re el Párroco explicado menudamente estas cosas s considere cuan grande y
quan correspondí eote es el premio, que está prometido ¿ los que obedeces
á este divino mandamiento.
E l fruto muy grande que se saca de aquí . es vivir largo tiempo : porque 17-
son dignos de gozar dilatadamente de aquel beneficio cuya memoria perpé- ■ ? ei ?re~
xm conservan. Pues como ios que honran a sus Padres , corresponden agradecí- íos
dos á los que les hicieron el beneficio de la loz y de la vida s es muy jus- bííos obe­
so que se alargue Ja suya basta ia mayor ancianidad. Luego se ha de 'aña- dientes á
dír una explicación clara de ia promesa divina. Porque no solo promete el SKS ^2dres*
Señor la vida eterna y bienaventurada 5 sino también el goce de esta tem­
poral : como lo declara el Apóstol , quando dice : La piedad para, todas las
tcasas aprmstdka. - parque ímoíc promesas é!e ist vida présenle y venidera ( g ) . i§„
Y no es pcqaeño ni para desechado este galardón de larga vida. aunque Qainm
varones Sanasisssos como Job (&) y D rd d (t) y Pablo (fe) , desearon ía muer-
z y íaasbie¡3 sea molesta la dilación de esta vida á ios que se ven en era- p-QmeS3
ií ¡ES £>2- vida pro­
ís) Hefer. 13. {g>} BSast. 23. (c) Hora. 13. 139- (g) r. Tira. 4. 0 Job 3, (¿} Psalm. í-onS[idtt'
rL¡¡ j. Tías. a. ()} $. PeirTa. (/> Psaisu 1 ip, bMBpo. 1,
$42 CATECISMO ROMANO
bajos y miserias grandes. Porque aquellas palabras que se añaden : Que tu
Dios y Señor te dará; no solo prometen largos años de vida, sino también
reposo ; quietud y seguridad para bien vivir : pues en el Deuteronomio no
dice solamente el Señor : Para que vivas largo tiempo ; sino que añade: Pa­
ra que lo pases bien (a) 7 lo qual fue después repetido por el Apóstol (b).
19. Y decimos que consiguen estos bienes todos aquellos cuya piedad quie­
C óm o lo­ re premiar el Señor : pues de otro modo no sería su Magestad fiel y cons­
gran estos tante en su promesa : quando es á veces mas breve la vida de aquellos que
premios los
que honran
fueron mas piadosos para con sus Padres. Pero esto sin duda acaece , ó por­
á sus P a ­ que se les hace gran beneficio en sacarlos de esta vida antes que se extra­
dres aun­ vien del camino de Ja santidad y justicia: Pues son arrebatados , para que la
que mue­ malicia no mude su entendimiento , ó la ficción engañe su alma (e). O porque
ran presto.
si amenaza algún estrago y perturbación en todas las cosas, son sacados del
mundo para que se liberten de la común calamidad de los tiempos : Porque
de delante de la malicia , dice el Profeta , es recogido el justo (d). Y esto lo
disnone así D ios: ó porque no peligre su virtud y salvación , quando cas­
tiga su Magestad las maldades de los hombres , ó porque no sientan en tiem­
pos tan tristes amarguísimos llantos , por ver las calamidades de sus parien­
tes y amigos. Y por esto hay muchísimo porque temer , quando á varones
justos sobreviene una muerte temprana.
Pero así como tiene reservado el Señor para los hijos que son agrade­
«a. cidos y obedientes á sus Padres el premio y galardón de su piedad ; así
D e las pa­
ssai de Ies tiene también aparejadas gravísimas penas para los ingratos y rebeldes. Porque
que que­ escrito está: El que maldixere é su. Padre ó & su Madre, muera de muerte (e).
brantan es­ Y ; El que aflige ¿ su Padre 5 y hms. ¿s su Madre 5 será ignominioso y mal­
ta divina aventurado ( f) , Y : El que maldice d s u Padre ó á su Madre 3 se apagará su an­
le y .
torcha m medio de las tinieblas (g). Y en otra parte : El que escarnece de su
Padre ? y menosprecia el parto de s u Madre . sáqumle los cjos los cuervos de los
arroyos 3y cómanselo los hijos ¿á ágmb (&). De aquellos que injuriaron á sus
Padres 5 leemos hubo muchos en cuya venganza se enardeció la ira de Dios.
Porque no des© sla castigo los agravios que padeció David de su hijo A b -
saloa ; sino que pagó las debidas penas muriendo atravesado con tres lan­
zas (i). Y de los que no obedeces á los Sacerdotes está escrito : El que se
ensoberbeciere, y » quisiere obedecer al ¿¡¡andamiento dd Sacerdote que en. ese
tiempo sirve d tu D zús y Señar ? psr decreto dd Juez moriré esc hombre (j^).
05- Pero así como está establecido por la divina ley , que los hijos honren,
.Ds<giáa&' obedezcan y ssrvaoi á sus Padres 3, así es obligación y cargo propio de los
da sé iaíísn
3os:'.?aáSnss Padres enseñar á los hijos doctrinas y costumbres santísimas , y darles las
.¡áigaDS- del. reglas mas ajustadas de bien vivir: para, que instruidos y formados según la
Rdígjrae , venérea a Dios santa, é inviolablemente : como- leemos lo hicieron
33$¡as:.y^i_ra37%
—. los--- Padres de Susana (£)„
Y así el Sacerdote amoneste á ios Padres 5 que se muestren á sos hijos,
como Maestros de toda virtud a equidad, con duenda , medesda y santidad:
y
(aj (i) E phzs.6. (e) Sapie^t-A . ,fg} P ? gv. jg>. (£>) Ihidem 30. i2). z. ~
ííf"ÍM . SI* Ce3 ¿Ó a¿ iS. !k) Dente?, 17. {i} Daniel l i j
PARTE III. CAPÍTULO V, 245
y que huyan principalmente de tres cosas en que de ordinario suelen tro­
pezar. La primera , que no los hablen ni los traten con demasiada aspere­
za. Así lo manda el Apóstol , diciendo en la Epístola á los Coiosenses : Pu­
dres , no provoquéis á indignación vuestros hijos : para que no se hagan de áni­
mo apocado (a). Porque si en todo temen , corre peligro de que salgan aco­
bardados y pusilánimes. Y así mándeles que huyan dei rigor excesivo , y
que quieran mas corregir, que vengarse de sus hijos.
La segunda es- que si cometen alguna culpa siendo- necesario el castigó
Qoe no de­
y la reprehensión , que no les perdonen por demasiada condescendencia,
ben los Pa­
pues muchas veces se pierden los hijos por la nimia blandura y facilidad de dres ser re­
los Padres. Y así amenácelos con el exemplo del Sumo Sacerdote -Helí, quien misos , a í
fue castigado severísimamente , por haber sido muy blando con sus -hi­ codiciosos
por dexar z
jos (£). sus hijos
La última es que en la crianza y enseñanza de los hijos no se propon­ grandes ri­
gan fines torcidos , que es cosa feísima. Porque muchos ni entienden ni atien­ quezas.
den á otra cosa, que á dexarlos dinero , riquezas y un patrimonio grande
y opulento. Y los inclinan no í la Religión , no á la virtud, no á los es­
tudios de las buenas letras : sino á la avaricia y amontonar hacienda. Ni
cuidan de la honra ni de la salvación de sus hijos, con tal que''sean ricos
y acaudalados, ¿qué se puede decir ni pensar mas vil ni mas indigno ? D e
aquí es que trasladan á los hijos , no tanto sus bienes quanto sus maldades y
abominación es , y les sirven de guia, no para el Cielo sino para ios tormen­
tos eternos dei Infierno. Enseñe pues el Sacerdote á los Padres estas santas
máximas , y excítelos á seguir el exemplo y la virtud de Tobías (c), para
que después que hubieren doctrinado perfectamente á sus hijos en servicio
de Dios y en santidad , cojan de ellos también Cutos muy abundantes de
amor , de observancia y de obediencia.

CAPÍTULO VI.
D EL Q U IN T O M A N D A M IE N T O D EL D ECÁLO G O -

N o m atarás»

aquella gran felicidad prometida a les padEcos : Pues serán, llam ados r.
ID eía g ra n ­
hijas de Dios (d) y debe estimular en gran manera ¿ los Pastores , para que de u tilid a d
enseñen con cuidado y desvelo a los fieles la doctrina de este mandamiento. y necesidad
Porque el mejor medio que se puede tomar para conciliar las voluntades d e la doc­
de los hombres es 3 que explicada bien esta divina ley , se ■ guarde por todos t r in a d e es­
t e m anda­
con la santidad que se debe : pues entonces se puede esperar que unidos m iento.
entre sí los ánimos con usa suma conibrmláad „ vivan con la mayor paz y
■ concordia.
Y quan necesario sea explicar este mandamiento , se echa de ver, de que
hh 2 des-
ís) Coios. 3. -y) z . R eg, 4. (c) T obías 4. (d) Matth.
44 CATECISMO ROMANO
-después de aquella universal inundación de toda ia tierra , esto fue lo prime­
ro que Dios vedó á los hombres : Pediré cuenta , dixo , de vuestras vidas á
las bestias y á ios hombres (a). En el Evangelio también esta fué la primera
de las leyes antiguas que el Señor explicó : sobre la qual dice así por Snn
Mateo : Dicho fue d los antiguos : no matarás (¿) f con lo demás que acerca
de esto se escribe en el mismo lugar.
Deben asimismo los fieles oir con atención y con el mayor gusto esta di­
vina ley. Porque bien mirado su espíritu , es una defensa muy poderosa de
la vida de cada uno : pues por estas palabras : No matarás , totalmente se ve­
da el homicidio. Y así todos los hombres y cada uno de ellos ia debe re­
cibir con tanto placer de su alma , como si nombrándole á él en particular;,
mandara Dios so pena de incurrir en su ira y otras penas gravísimas 3 que
ninguno le ofenda , ni le dañe. Y por tanto siendo este mandamiento tan
gustoso al oido , también lo debe ser guardarse del pecado que por él se
prohíbe.
s.
4£üé es lo Dos cosas mostró el Señor al explicar la fuerza de esta ley , que se con­
qu e se ve- nenian en ella. Una : que no matemos : y esto es lo que se veda. Otra : que
d a , y qué abracemos á los enemigos con amor y candad entrañable ; que vivamos con
lo que se rodos en paz ; y que llevemos en paciencia todos los trabajos. Y esto es lo
mauda por q Ue sg mancJat

í>r£ Por lo que mira á vedarse matar 3 se ha de enseñar primeramente , qué


3. muertes son las que se prohíben por este mandamiento : pues no está vedado
Qeseslíci- matar las bestias. Porque si está concedido por Dios á los hombres comer
to manar y de sus carnes , no puede menos de ser lícito matarlas. Acerca de esto dice
cc!üv.; as| g2n Agustín : Ovando oímos : No matarás : no entendemos ove se haya dicho
e
d e anim a— eSlú PQr ^os j rutoíes , porque son m sensibles : m por ¿os animales irracionales:
les y bes- porque en manera ninguna se acompañan con nosotros (c).
£22S* Otro íinage de muerte permitido es el que pertenece á aquellos Msgis-
Es^ £ 0 trac*os > a quienes está dada potestad de quitar la vida , en virtud de la quai
en inicio casógan 3 los malhechores según el orden y juicio de las leves . y defienden
eoisdenar á a los innocentes. Y exercíendo justamente este oficio , tan lejos están de ser
isssne» reos ae muerte , que antes bien guardan exactamente esta ley divina que man­
da no matar. Porque como el fin de este mandamiento es mirar por la vida
y salud de los hombres , á eso mismo se enderezan también los castigos de
los Magistrados , que son los vengadores legítimos de las maldades : para que
reprimida la osadía y la injuria con las penas , esté segura la vida de los hom­
bres. Por esto decía David : En la m&nana quitaba yo la vida á Lodos ios pe-
5- radares de la tierra s per acabar en- la Ciudad de Dios con codos los obradores
Tampoco -maldad (&).
jciiisrEe los ^or ^ misms- razón tampoco pecan los que movidos no de codicia ó
<¡ss -qtítart crueldad , sino de solo amor del bien publico , quitan en guerra justa la vi-
3a vida ea da a ios enemigos. De esta condición son también las muertes que se ha-
jes— cea de creen expreso de Dios. Y así no pecaron los hijos de Le v i , ma­
tando en un ara tantos millares de nombres : pues hechas esas muertes,
les
AO Genes. 9 $) M atth. {e) L ÍE 1. de C lvit. Bdi 3 cap. so. (d) P salm . 300,
PARTE I li. CAPÍTULO VX. H5
Ies dixc Moysés : Consagrasteis hoy vuestras manos al Señor (n).
Tampoco quebranta este mandamiento el que no de voluntad , ni de pen^ &
sado, sino casualmente mata á un hombre* Sobre esto se dice en el Deute- No que-
ronomio : El que hiriere á su próximo sin advertirlo que no se comprueba que brama esta
tuviese alzan
•o odio__contra él de ayer
J
. ó antes

de ayer ; sino que
* yfue con él sencilla- XQoXa a. QtrQ
mente á cortar lena at mente , y en la misma corta se lejas et hacha de la manoy casualmen-
é el hierro que salió dd hastil 5 hiriese y matase d su amigo ¿re. (¿). Estas muer- te.
tes son tales, que como no se hacen de voluntad ni de propósito , no del
todo se cuentan entre los pecados* Y esto se confirma con la sentencia de
San Agustín , que dice : jYo permita Dios se nos imputen á culpa aquellas
cosas que hacemos por jin bueno ó licito , si por ventura acaece algo malo sin
quererlo nosotros (e).
Pero en esto se puede pecar por dos causas. La primera: si haciendo uno 7*
1 * * ■ v * 1 / / C om o pue-
alguna cosa injusta >matara a oi.ro : como si diese una puñada o puntapié a se- pe-
una muger embarazada : de donde se le siguiese abortar. Esto aunque suce- ca¿0 €l k0_
diese sin voluntad del agresor , no sería sin culpa : porque de ningún mo- mieldio ca­
bo le era lícito herir á una muger embarazada. La segunda causa es , quan- saaJ,
do sin mirar bien todas las circunstancias , matase á otro incauta y descui­
dadamente.
Por la misma razón es manifiesto , que no quebranta esta ley el que 8. _
ouesta teda la cautela posible , mata a otro ñor defender su vida. Estos ho- Tambieá
* . .,, ,r - * . -, , e slic u o m a -
nucidios que hemos mencionan o , no están prohibidos por este manda míen- £ar ?or de-
to. Pero á excepción de estes , todos los demás están prohibidos , sea por lo fenderlavl-
que teca al homicida, ó al muerto , ó á ios modos con que se hace la da propia.
muerte. P*
Por lo trae mira á ios que hacen la muerte , ninguno está exceptuado, ^ Isf uno
* - - ■* , - v - • r- - ' ■> ' j 1 . Por S1 Pue-
m neos , ni poderosos , m Señores , ni Peores ; a tocos esta vedado matar sin ¿e matar ¿
■ diferencia ni distinción ninguna. otro.
Sí miramos á los que pueden ser muertos , á todos ampara esta divina ro.
ley. No hay hombre , por despreciado y abatido que sea , que no quede ^
abrigado y ¿efi nc’icío por este mandamiento- Y á ninguno es lícito tampe- ¿jv-Da íe
-co matarse á sí mismo* Porque nadie es tan dueño de su vida , que se ia
pueda quitar á su anuyo. Y por eso no se puso la ley en estos términos : JVd
mates á vira : sino que absortamente se dice: Jdg matarás,
Pero atendiendo á ios muchos modos que hay de matar , ninguno hay TI-
qae esté exceptuado. Porque á ninguno es lícito quitar la vida á otro , no n
solo por sus manos , ó con espada , piedra . palo . cordel, ó veneno; mas ni p¡ie¿e atte_
por consejo , favor , suxhío , ó cualquier orno modo. Todos enteramente es- bramar es­
tas vedados. Acerca de esto íLé soma h rudeza y estupidez de los Judies, :e precep­
túes creían guardaban este mandamiento con solo apartar sus manos de exe- i0‘
catar la maertc. Pero el hombre Christisoo , que por declaración del mismo
ChrlsiO sabe que esta ley es espiritual , esto es , que no solo manda tener
las manos limpias , síno también el corazón casto- y sencillo , en manera nin-
gaasa debe satisfacerse c c s lo que acudió® pensaban que habían cumplido
ca­
lí?) Hío A 3-* (¿) Deeíer, ip* (r) Bpiste;* 154,
CATECISMO ROMANO
cabalmente la ley : porque ni airarse es lícito á ninguno , como nos enseña
el Evangelio s donde dice el Señor : Mas yo os digo : todo aquel que se aira­
re contra su hermano , será reo de juicio. E l. que le dixere alguna palabra de
desprecio , será reo de concilio : y d que le llamare fá íu o , será reo del fuego del
infierno (a).
12r Por estas palabras se ve con claridad , que no carece de culpa el que
Cómo pae- se indigna contra su próximo , aunque retenga la ira encerrada en su pe­
de gao pe- cj10 . pSca gravemente el que de esta ira diere algunas señales : y mu-
carooope- c^o mdS 2ravemenre el que se propase í tratarle con aspereza, y hacerle in-
dose* juna. Esto es verdad 3 si no ha 7 causa ninguna de airarse. La causa de la
ira concedida por Dios y por las leyes es > quando castigamos á los que es­
tán sujetos á nuestra jurisdicción y potestad , si hubiere culpa en dios. Por­
que la ira del Christíano no debe proceder de los ímpetus de la carne , si­
no del Espíritu Santo : pues debemos ser templos de este divino Espíritu?
donde habite Jesu-Christo (P).
Oíros muchos documentos nos dio el Señor pertenecientes á la perfec­
n-
Cómo ción de esta l e y : quales son aquellos : jVo resistir al malo ; mas si alguno te
se guardará r¿Tiert m [a mexilla derecha , vuelvas también la oira ; y al que quisiere poner-
bien esta ^ pi¿y[0 ? por quitarte la túnica , déxale también la capa ; y al que te precisare
machasca * andar una milla , ve con él otras dos (¡r). por lo dicho hasta aquí se pue-
qaebran- de conocer lo muy inclinados que están los hombres á ios pecados que se
tzu- cometen contra este mandamiento ? y los muchos homicidas que hay , sino de
m ano, de corazón.
-4- Aías como las Sagradas Escrituras nos dan remedios para una enferme-
B e lo mu- Í£G peligrosa , es oficio del Párroco aplicarlos con diligencia á los fieles*
Dios dates- ^ primero y principal es , que entiendan quan horrible pecado es quitar a
ta el ho- un hombre la vida. Esto se puede ver claro por muchísimos y muy graves
micldio en testimonios de las Sagradas Letras. Porque en tanto grado abomina en ellas
¿ f Sra~ £,i Señor c'~ homicidio , que hasta en las bestias dice que ha de vengar la
muerte de los hombres (d) ; y manda sea muerta la fiera que dañare á algu­
no 00. Y no por otra causa quiso que se mirase con horror la sangre, sino
para que de todos modos se retrásese el corazón y la mano de la cruel ac­
ción del homicidio.
25. Son ciertamente los homicidas enemigos capitales del linage humano . y
Msssíírase p0r ¡0 mismo de teda la naturaleza : y en quanto es de su parte >dan por el
f°u pie á todas las obras de Dios , pues destruyen al hombre : por cuya causa
¿o enorme A_ . „ _ , ,. v
,¿SSSEa se_ anrma el mismo Señor que ías nizo todas (y). Y aun como en el Oenesis en
cade. Kioto se prohíbe la muerte del hombre „ en quanto Dios le crió- á su imagen
y semejanza (gj , sitíese que hace ■£ Dios una señalada injuria, y que viene
á poner en su M&gestad manos violentas el que destruye su imagen. Ha­
biendo contemplado esto David con altísima considerados - se queja con
amargura grande de los hombres sanguinarios por estas palabras : Veloces sen
sus pies para derramar sangre (&)„ Ho dlxo puramentejrasísrc , sino derraman
san-
te} g, (£>} 1. Cojín:™. 6, (£■) Exod. a r . Q f) G en es, r.
{el M s ítih . té) © ecas. (f) Ibidem; 9» (£) F s a la i. 13.
FARTE l î ï . CAPÍTULO VU 247
sangre : explicándose así para amplificar lo abominable de aquella maldad, y
para mostrar su crueldad atroz : y á fin de declarar mas en-particular quan
precipitados se dexan llevar de diabólico impulso á semejante arrojo , dice:
Veloces sus píes.
A h o ra : Las cosas que Christo Señor nuestro manda observar por este _ ,i<5.
precepto , á lo que miran es , a que tengamos paz con todos. Porque dice
explicando este lugar: S i ofreces pues tu ofrenda en el altar . y allí te acordó,- da. Dios ba­
res que tu próximo ha recibido algún agravio de t i , dexa allí tu ofrenda al pie cer por este
del aliar , y ve primero y reconcilíate con él ; y hecho esto , vuelve á ofrecer tu precepto-
dora : y lo demás que se sigue (a). De tal manera ha de explicar el Párroco
estas cosas , que enseñe que sin excepción alguna debemos amar con cari­
dad á todos ; y con grande encarecimiento excitará á los heles á esta vir­
tud en la explicación de este precepto : porque en él resplandece sobre ma­
nera la virtud de amar ai próximo. Porque como este mandamiento veda
expresamente el odio : pues es homicida el que aborrece d su hermano (¿) : es
claro que se manda por él la Caridad y amor.
Una vez que se dan por esta ley los preceptos de la Caridad y amor, } 7-
Q ué obras
se dan también los de todos aquellos oficios y acciones , que son seguidas á de caridad
la misma Candad. De la Caridad dice el Apóstol^ Que es paciente (e). Lue­ se mandan
g o se manda también la paciencia , en la qual nos enseña el Salvador , que por este
poseeremos nuestras almas (d). La Beneficencia también es compañera y asisten- precepto,
te de la Caridad : porque la Caridad es benigna. Esta virtud de la benigni­
dad y beneficencia tiene grande extensión 5 y su oficio consiste señaladamen­
te en socorrer á pobres con lo necesario - dando de comer al hambriento,
de beber aí sediento , de vestir al desnudo, y asistir á cada uno con tanto
mayor liberalidad , cuanto mas necesitado le veamos de nuestro socorro. g
Estos oficios de la beneficencia y bondad a que por sí son ilustres, se real- £a ¿ ,ra
muchísimo cuando se exercitan con los enemigos. Porque dice el Sai- mas perfec-
vador : Amad ¿ mus¿ros enemigos , y haced hiera á aquellos que os aborrecen (¿r). ta de ¿a
y el Apóstol lo amonesta también por estas palabras : S i padeciere hambre tu ^ £d j “
emcrsigo j ¿ale de cerner ; si sed 3 dale de beber : qm haciendo esto, amontones car- gnenijgCS
bmes de Juego sobre su cabeza. Jfo quieras ser venzzdo per el mal ; mas véncele
kcderido has (/ ). Finalmente sí atendemos a la ley de la Caridad , que es be-
id sn a , bailaremos, que por este precepto se sos manda exercítar todos los
oficies que pertenecen á la mansedumbre , apzcibdidad . y otras virtudes ce
■ esta clase.
pero la obra encumbrada sobre todas, y que está mas llena de Caridad, I 9*'
v en la oue mnv señaladamente conviene exerdearaos * es remitir v cerdo- ^
a sí con igualdad de ámmo las arijunas que nos tmbsereo necho. Para que lo saje. mas ia
bagamos con toda fisura , nos amonestan y exhortan muchas veces hs Sagra- C a r i d a d
■ das Letras , no solo llamando bienaventurados á los que asi lo hacen , sino ¿e* prósi-
afirmando también que les esta concedido por Dios el perdón de sus peca-
■ dos ; como asimismo que no le conseguirán los que no- cuidan de esto , ó
del
ip) bastís. <. (p) 1. Tesa. v. ~L¿x. ar. (?) Marti.
íVj 3 . C a ñ a r á . 13. CQ JÏOEsan:. r i.
24g CATECISMO ROMANO
del todo lo reasan. Mas como el apetito de vengarse está tan entrañado en
los corazones de ios hombres , es necesario que el Párroco ponga diligencia
suma , no solo en enseñar s sino también en persuadir enteramente á los fie­
les , oue debe el Christíano olvidar y perdonar las injurias. Y pues sobre
este cunto dixeron tanto los Escritores Sagrados, consúltelos para rechazar la
terouedid de aquellos, que con ánimo obstinado y endurecido se abrasan con
ei luego de vengarse : y tenga prontos para este fin ios argumentos que con
grande piedad le ofrecen aquellos Padres , que son de gran peso - y muy aco­
modados para el caso.
Estas tres cosas señaladamente se han de explicar. La primera , que al que
Razones se juzga agraviado , ie persuada del todo 5 que el causador principal del per-
particula— ju;£:0 b injuria , no es aquel de quien intenta vengarse. Así lo hizo aquel ma­
res para re- rag ;q o£0 j 0’D a quien ofendido gravemente por los Sabeos , Caldeos , y por el
odto^é ia- demonio , con todo eso sin acordarse de ellos , como varón justo , y hombre
decir á per- en gran manera Santo , justa y santamente se valió de estas palabras : El Sc~
donar las ñor lo dio , el Stñor lo ([vilo (a), Y así á vista de los dichos y hechos de
injurias. €sre varón pacientísimo , tengan por muy cierto los Christianos , que todas
quantas cosas padecemos en esta vida, proceden del Señor 3 que e$ el Padre
y Autor de toda justicia y misericordia.
2r> No se imagine pues que el Señor , cuya benignidad es inmensa , nos tra­
eos que ta como á enemigos 5 sino que nos corrige y castiga como á hijos. Y si lo exá-
3gs persi- minamos con cuidado, no vienen á ser los hombres en todas esas cosas si-
guen ^ son no jyjjnistros y Executores de Dios. Y aunque puede el hombre aborrecer ¿
reí uno ? 7 desearle todo mal ; nunca puede sin permiso de Dios hacerle el m e-
de ^Dios y ñor daño. De esta razón se valió Toseph pava sufrir los consejos malignos de
aunque ellos sus hermanos (¿) ; y por ella también llevó David con gran resignación las
oarea con injurias que le hizo Seme: (f). Para prueba de este punto es muy á propó­
vo¿2 tí tad
depravada. sito aquel modo de argüir , del que con gravedad y erudición igual usó
San Chrisóstomo á fin de convencer , que ninguno es dañado sino por si mis­
mo id). Porque los que se creen injuriados , si llevan las cosas por camino de­
recho , encontrarán sin duda , que rri Injuria ni daño ninguno han recibido
de otros. Porque los agravios que los otros Ies hacen . les caen por defuera;
mas ellos se dañan gravísima mente á sí mismos , manchando su alma feísi-
mamente con cctíos y ojerizas y enviabas.
La segunda cosa que se ha de explicar es ; que consiguen dos prove-
frutos chos muy grandes ios que movidos ce piadoso afecto para con Dios , per-
los donan con franqueza las injurias- E l primero es . que á los oue perdonan
^ las deudas agen as „ tiene Dios prometido perdonarles las propias (e). Por cti-
uaE
®cs tas ya promesa se ve claramente lo muy agradable que le es esta obra de pie­
jarías. dad. Y el. segundo , que conseguimos una nobleza y perfección grande. Por-*
que en esta data de perdonar Ir¿jams 5 venimos á hacernos en cierto mo­
do semejantes £ D io s , tguzsi* ksce salir su sobre hasn&s y mabs , y llueve
sobrejusi&s é ssiyuslús (J)*

{«) Job i. 0>) Geaes. «- (S) Komi!. Qgod siemo laedis. <&c.
(=í *• feSr & (ej- SXattk. ib. (y) Ibidem g.
PARTE m . CAPÍTULO VI. 249.
Últimamente se han de explicar ios males en que incurrimos quando
Quáies y
no queremos perdonar las injurias que nos han hecho, Y así el Párroco pon­ quánms da­
ga delante de los ojos de los que no pudiere reducir á que perdonen a sus ños nazcan
enemigos , que el odio no solo es pecado grave , sino que se arrayga mas dei GUÍO üe
profundamente por la continuación de pecar. Porque como aquel de cuyo ios enemi­
gos.
corazón se apoderó este afecto , está sediento de k sangre de su enemigo,
arrebatado de la esperanza de vengarse de é l , pasa dias y noches en una per­
petua y congojosa agitación de ánimo , de modo que nunca parece cesa de
maquinarle la muerte , ó alguna otra malvada fechoría. Y de aquí proviene
que nunca , ó con grandísima dificultad , pueda el tal reducirse á perdonar
del todo , ó í lo ménos en parte , las injurias. Por esto se compara muy bien
á la herida que tiene atravesada la saeta.
Hay además de estos otros muchísimos perjuicios y pecados , que eslabo­ «4.
Demués­
na consigo solo este del odio. Por esto dixo San Juan : t i que aborrece á su trase que
próximo , está en tinieblas . y en tinieblas anda , m sabe tampoco donde va : por­ dei odio na­
que las tinieblas le han cegado los ojos (a). Y así es preciso que cayga con cen muchos
mucha frecuencia. Porque ¿cómo pueden parecerie bien los dichos ó ios he­ pecados.
chos de aquel á quien aborrece ( Luego de aquí resultan juicios temerarios
y siniestros, iras , envidias , detracciones , y cosas i este m odo, con las qua-
les suelen enredarse también sus parientes y amigos: por donde muchas ve­
ces acaece , que de un pecado nacen otros muchos. Y con razón se dice que
este es pecado del diablo : Que era homicida desde el principio (b). Y por esto
el Hijo de Dios nuestro Señor Jesu-Chrísto , quando los Fariseos andaban
trazándole la muerte , dixo , que tenían por padre al Diablo (í ).
Además de estas cosas que se han dicho , de donde pueden tomarse ra­ Remedios
zones para detestar este pecado , nos dan las Sagradas Escrituras otros mu­ contra eí
chos remedios , y ciertamente muy provechosos. E l primero y el mayor de pecado _del
todos es el exemplo de nuestro Salvador , que nos debemos proponer para odio.
imitarle. Porque este divino Señor , en quien no pudo caer la mas leve sos­
pecha de pecado 5 herido con azotes, coronado de espinas , y últimamente
clavado en la Cruz , hizo esta oraron llena en grado sumo de piedad : Pa­
dre 3 perdónalos, que no saben lo que hacen (a). D e cuya sangre vertida , dice
el Aposte! : que había mejor que la de Ahd (e)„
Otro remedio , que nos le propone el Eclesiástico , es que nos acordemos
de la muerte , y de aquel día del juicio : Acuérdate , ¿ice ,de tus postrimerías,
y nunca pecarás (/). En las quales palabras nos viene á decir : piensa una y
muchas veces , que presto llegará h hora en que has de morir : y como en
ese tiempo no debe haber para tí cosa mas deseada , como no la hay mas
necesaria, que alcanzar la misericordia de Dios , forzoso es que por toda la
vida renueves la memoria de la muerte : pues ella ciertamente te apagará del
to fo ese Fuego maligno de vengarte. Porque oara implorar la misericordia
de Dios 5 no encontrarás remedio ni rass útil , ni mas encaz , que olvidar las
injurias , y amar á aquellos que hubieren ofendido de palabra ó de obra
á o , ó á los tu vos.
11 CA-
i- Joan. 2, (ó) Toas. S. (c) Ibidem, (¿f) La;c. 23- (?) Hebr. 12. {/) Eccií. 7.
250 CATECISMO ROMANO

C A P I T U L O VIL

del sexto m a n d a m ie n t o del decálogo.

N o adulterarás.

1. ./Il y
sí como la unión del marido y la muger es la mas estrecha de todas,
cada uno de ellos tiene su mayor complacencia en entender, que recípro­
Q uál sea el
£ n de esta camente le mira su consorte con especial amor ; así por el contrario no hay
l e y , y . có­ cosa mas molesta, que llegar á sentir que el debido y legítimo amor se ex­
mo deben
tratarla los
travíe á otra parte. Por esto con mucha razón y orden muy concertado des­
Párrocos. pués de la ley , que libra de la muerte la vida del hombre , se sigue esta,
que prohíbe ei adulterio : i fin de que ninguno sea osado á manchar , ó des­
hacer de algún modo con la maldad del adulterio aquella santa y respeta­
ble unión del matrimonio , donde suele Intervenir un lazo de ferviente Ca­
ridad. Mas en la explicación de este punto vaya con gran cautela , é igual
prudencia el Párroco , usando de palabras encubiertas en cosa , que mas re-
auiere moderación que abundancia de voces. Porque es de temer , que si quie­
re explicar larga y difusamente los modos con que suelen apartarse los hom­
bres de lo que manda esta divina ley , venga acaso la plática á parar en cc-
s'as , que mas sean incentivos de lascivia , que remedios para apagarla.
Mas como en este mandamiento se contienen muchas cosas , que no de­
Qaántos ben dexsrse , las explicarán por su orden los Párrocos. De dos maneras es
m a n d a — el sentido y la fuerza que hay en él. Una , en que con palabras expresas se
sueiuus se
cor. iicnen veda el adulterio. Otra se incluye en este mandamiento , y es , que guardemos
en este. casddad-de cuerpo y alma.
3- Empezando pues la explicación por lo que se prohíbe , el adulterio es
‘Qge es lo injuria del lechó legitimo, sea propio ó ageno. Porque sí un casado peca con
q a ese veda
nqcí por el soltera , mancha su propio lecho. Y si un soltero ofende á Dios con una mu­
nombre de gen casada , mancha con adulterio el lecho ageno. Por esta prohibición - del
adulterio* adulterio se vedan todas las cosas deshonestas é impuras , como lo afirman
San Ambrosio (©) y San Agustín (®). Y~ en este sentido se deben entender
esas palabras , como se dexa ver por las Escrituras, así del Testamento viejo*
como del nuevo. Porque además del adulterio se ven castigados por Moysés
otros géneros de laxaría.
4* £0 el Génesis, está k sentencia de Judas contra su nuera (c). En el
S e -arles Dcuteronomlohay aquella clarísima ley de Moysés, sobre que ninguna de las
especies de
hqas de Israel feese ramera (¿i). H ay también aquella exhortación de Tobías
libiaradao
ose se ve­ i su hijo : G uárdatehijo mió, de teda fornicación (¿}. Asimismo dice el Ecle­
nan en iss siástico : Ávergmzá&s de la vula de h Tánger deshonesta (_/)■ Y en el Evange­
Esgrimías, lio dice Chnsto Señor nuestro , que del corazón salen los adulterios y for-
m-
[dj L :A í . d e O f f e cap. go. (c) Genes. 38. id) jDeiií. 23.
{ó} Q'saest. y i,„ sanr. Exod, (é) T cb. 4. {/ } S e d i . 4 1.
PARTE III. CAPÍTULO VIL *3 I
aleaciones que manchan al hombre (a). Mas el Apóstol afea muchas veces-
este vicio con machas y gravísimas palabras. Esta es , dice 3 la voluntad de
Dios : que seáis Santos , y que os apartéis de la jornicación (b). En otra parte:
Huid de la fornicación (y). Y en otra : No comuniquéis con los fornicarios (d).
Y en otro lugar: Así la fornicación } como toda inmundicia ó avaricia, ni se nom­
bre siquiera entre vosotros (e). Y en otro : JVi los fornicarios y ni les adúlteros
ni los impúdicos , ni los sodomitas poseerán el Reyno de Dios (/).
La razón principal por la que expresamente se vedó el adulterio , es 3*,
porque ademas de la torpeza , que tiene común con las demás especies de ^°_r
incontinencia , trae consigo el pecado de injusticia, no solo contra el próxi- to^señaU-
mo j sino también contra la sociedad civil. Y también es cierto que el que dame«te sa
no se abstiene de la intemperancia de otras Hbisndades > fácilmente caerá en expresó el
la incontinencia del adulterio. Y así por esta prohibición del adulterio en- atiui!:erio*
tendemos sin dificultad , que está prohibida toda suerte de impureza e in­
mundicia , con que se mancha el cuerpo. Y que aun mas bien está vedada
por este mandamiento toda libianaad interior del alma , lo manifiesta así el
espíritu de la misma ley , que nos consta ser espiritual , como aquella doc­
trina de Christo Señor nuestro : Oísteis que se dixo á los antiguos, no adul­
terarás : mas yo es digo ; todo aquel que pusiere los ojos en muger por codiciar­
la , ya adulteró con ella en su corazón (g). Estas son las cosas que juzgamos
se deben enseñar públicamente á los fieles : pero añadiendo las que decre­
tó el Santo Concilio de Trento (A) contra los adúlteros , y contra los que
mantienen mancebas y concubinas , dexados otros muchos y varios géneros
de impureza y libiandad, en los quales podrá instruir el Párroco á cada uno
privadamente , según lo pida la condición del tiempo y las personas; sígue­
se ahora explicar las cosas que se deben hacer en virtud de lo que se man­
da por este precepto-
Debe pues enseñar á los fieles y exhortarlos con eficacia á que guarden ,
eor. todo recato, pureza y castidad , y á que se conserven limpios de toda
£ t ' í - C' t -r . 1 , $Q2 .as que
masena de carne v de espíritu, pernaasanao su sannncaaon en temor de se mandan
Dios 0 ). Pero primeramente se les ha de advertir, que aunque la virtud de por este
la castidad , donde mas resplandece , sea est aquellas personas que profesan precepto,
santa y religiosamente el hermosísimo , y cel todo divino instituto de la vir-
giaidaíl; sin embargo conviene también a los que viven castamente, ó a los
que se conservan en el matrimonio puros y limpios de toda libiandad pro-
bjímdb-
Y porque los Santos Padres dexaron escritas muchas cosas por las que
nos enseñan á tener domadas las pasiones de la carne , y á refrenar sus de­ Q aé de­
be meditar
lectes , procure el Párroco explicarlas al pueblo con cuidado, y sea muy di- principal—
ligante en tratar de estas cosas. Estas son unos remedios, que parte de ellos nients el
consiste en el pensamiento > y parte en la acción. El remedio de parte del ese desea
pensamiento señaladamente está en que entendamos quan feo y quan per- ser casro*
IIZ ni-
(¿5 Marra- rg. (5) r. Tsessalon. (_f). i. C o rista. 6. (g) Mattfe. ÿ.
s. Ceriate. 6.. (di' Ibidem g. (à) Sess. a i. de Referai. Matrim. cap.S.
Echas, g. yj s, Ocriaia. y
CATECISMO ROMANO
nicíoso es este pecado : pues conocido esto , será mucho mas Fácil su abomi­
nación. Y que es maldad perniciosa se dexa entender , de que por este pe­
cado son los hombres excluidos y derrocados del Reyno de Dios : que es el
ultimo de todos los males. Cierto es que esta calamidad es común de todas
las maldades. Pero es propio de esta , que de ios fornicarios se dice . que
pecan contra sus mismos cuerpos, según la sentencia del Apóstol 5 que es­
cribe : Huid de la, fornicación : porque qualquier otro pecado que ú hombre hi­
ciere es fuera del cuerpo : mas d jonnicano peca contra m cuerpo [a'). Esto se
dice , porque le trata injuriosamente , proknando su santidad. Acerca de lo
qual escribe así á los de Tesalónlca : Esta es la voluntad de Dios vuestra
santificación : que os abstengáis de la fornicación y y que sepa cada uno de vo­
sotros p)iter su vaso en saníijicacicn y honor , no ai pasión de deseos ) como los
gentiles que no conocen á Dios (//).
Demás de esto (lo que hace mas enorme la maldad) si un Christiano
$c entrega torpemente i una ramera , hace que sean de esa vil rnuger los
miembros que son de Christo. Asi dice el Apóstol. -¿JSro sabéis que vuestros
cuerpos son miembros de Cknsic ? Quitando pues ios miembros de Chris­
to , j los haré de una ramera í jrío ¿o permita Dios \ ¿ Ignoráis por ventura5
qu e d que se junta con la mugir perdida 7 se hace un cuerpo cruz día (c) -? Es
también el Christiano , como el mismo Aposto! anima , templo de! Espíritu
Santo (d) - y mane darle 3 no es meaos que arrojar de sí í este divino Es­
píritu.
s. Pero en la maldad c-el adulterio hay grande iniquidad. Porque como
H* roñes dice el Apóstol (e) 5 si los cae están unidos en el matrimonio y ce tal ma­
para co co­ nera esta sujeto el uno á la potestad, ¿el otro . que ninguno tiene jurisdicción
cer i-j scor-
cce rivi £¿ci- ni dominio de su cuerpo , sino que reciproca mente están aprisionados entre
zerio. s í , como con un cierto lazo de servidumbre , en tai darme } que el marido
¿che acomodarse á la voluntad da ¿a muger y y esta d correspondencia ate­
nerse a la disposición y voluntad de! mando ; ciertamente si alguno de ellos
dividiere su cuerpo 3 que es de ¿ormnlc- ageno , y le aparta de aquel á quien
está vinculado . es sobre manera injusto y traydor. A por queme e: temor
de la infamia incita ± los hambres con vehemencia ó hacer lo que se Ies man­
da , y los retrae mucho de lo- que se les veda . enseñara el Párroco . que el
adulterio marca ¿ los hombres con una. infame nota de torpeza. Porque en
las Sagradas Letras leemos a sí : El fM. es adultero . per Uz -miseria de ¿u cere­
zos pe deva sm &hx<®
; 7 arpczs e igamasscct ¿salega hura s* . r nunca ¡amas se bcr-
Tcra ss cfnén® ^f), Alas por donde se puede conocer fíenme me !o grande
de esta maldad „ es por ía severidad dd¡ castigo. Porque los adúlteros en fuer­
za de ley estableada por el bañar en el Testamento viejo 5 morían ape­
dreados Cq\
T -jcs Aun por h, libkndad de une solo ha sido alguna vez . no solo tíestrai-
y de eí qo. comeue la m ddrsCi : orno una Guidod entera . como lo leemos de
-er-- ío3 SeptiiiUitas g-J- bínenos exe ñipaares ce c-oEigos de IDic-s . que se rerieren
en
A) n. CtwsBiíE ¡5. dì i. (¿y ibidem y. { r \ rcu-.é. Í£b Ltr.zo,
CA *. Ccrinua. A ¡dj ¿v*z. i. ¿¿y *Ge..c.. m.
PARTE III, CAPÍTULO VIL 253
en las Escrituras , podrá recoger el Párroco , para retraer á los hombres de la suelen se­
abominable bhiandad : como la desolación de Socoma y demás Ciudades co­ guir á ios
deshones­
marcanas \a), el castigo de los Israelitas que fornicaron con las hijas áe Mcah tos.
en ei desierto (b) ¡ y A destrucción de los de Benjamín (e). Y aunque á veces esca­
pen de la muerte } no se libran con todo eso de intolerables dolores y tor­
mentos penosos con que muchas veces son cisdgados. Porque se hacen tan
mentecatos (que es pena gravísima) , que ni tienen cuenta con Dios , ni cui­
dan de su honra , ni de su dignidad 3 ni de los hijos, ni aun de su misma
vida. De este modo quedan tan despreciados e inútiles, que no puede fiárseles
cosa de importancia , y apenas son hábiles para algún oficio, ]>e esto nos dan
exentólos David (d) y Salomen (¿) , de los quides el uno , luego que adulte­
ró , se hizo de repente tan desemejado de sí mismo, que de muy apacible.,
apareció tan cruel , que sacrificó í la muerte á Un as, quien ic había servido
con suma lealtad. Y el otro habiéndose abandonado enteramente á la iibian-
dad , de tal modo se apartó del culto del verdadero Dios , que adoró los
Dioses aeenes. Roba este pecado 5 como Oseas dice , el coraron del hombre , y
muchas veces le ciega (J). Ahora vamos á los remedios que consisten en la
acción,
£1 primero es huir en gran manera de la ociosidad : pues embotados con 10.
ella los vecinos de Sodoma , como dice el F'roteta Lzeqtnei (g) , cayeron pre­ Ih- va­
cipitados en aquella maldad asquerosísima de la Ablandad netanda. A mas de rici reme—
dì OS :oc;ì :i-
esto se ha de evitar muchísimo la demasía en comer y beber. Los /un te y di­ tes a la ac­
ce el Profeta . y adulterare?'- (¿). Porque de la repleción y hartura del vien­ ci oa para
tre procede la lascivia. A sí lo dió á entender el Salvador por aquellas pala­ evitar este
bras i Guardaos de aue se carguen- vucsirss corazones de glotonería r embriaguez. accado.
Y d A póstol: A s queráis , dice , embriagaros con d -orno , ¿La.de está la laxa­
rla (i). Pero señal adámente los ojos suden ser grandes incentivos de la libia n-
dad del corazón. A esto mira aquella sentencia de Chrisro Señor nuestro:
S i ais uno de £m ojos le esc¿rtadatiza : sácaiác , y arrójale de li (á). Linchas acer­
ca de esto sen las voces de ios Pro tetas : como- aquella de! Santo Job : Hice
emderío con tais ajas 3 de m pensar mtrer a ■ nna avacdla (A. Finalmente hay
muchos ; y casi innumerables exempíos de males, que se originaron de la vis­
ta. Así cavó David (ni) , así pecó el R ey de biquen y¿) , y así se perdieron ios
viejos calumniadores de Sesma (cj.
El adorno excesivo que arrastra en gran manera tras sí el sentido de ios ir.
ojos . da muchas veces eezsíon no pequeña de lascivia. Por eso amonesta cí Que dehe
Eclesiástico: Ai-aren £v i estire de. la. jsi&ger peyazeda (/>). Ya que las mu per es íiidisc ei tie­
ponen tanto cuidado en este atavío , no sera de extrañar que aplique et Pár­ ni r. 5 i a d 0
atavío- de
roco atutía diligencia, para amonestadas y reprehenderlas con aqudhs gra­ las dilige­
vísimas palabras que sobre este punto pronuncio el Aposto! San Pedro : La rti s. fis-e.n-
de ías mngewes m> sea- exíerí&r esa rizas t¿d cabello , n& aderezo, de v e r s a c i o -
ere

iy ì Q e a s L 19. (A Yzireer. - z g id ) Jo- ($} JLss. er. Epher. (k ) Maíth.


«le » , (J ì s. Su-g. ti- A- 3,-Reg-11. et A . ¡T job 31. (®) z- Reg. 11.
tfì -Oseas 4. 10 Ezcctì. 16. 0 ) Je- (A 34. iIg) -Damici 13.
rem. CA Ecclu *>.
^54 CATECISMO ROMANO
nes obsce QrQ y p rec¡osos Vesiidos (a). Y el Apóstol San Pablo: Lío en cabellos tncrespa-
nas, y otros
eseicativos jestídos costosos
oro ■> perlas ni vestidos costososib).
{b) Porque muchas adornadas de oro y
delasciviá. pedrería , perdieron el adorno del cuerpo y del alma.
A este incentivo de la libiandad . que, suele provenir del demasiado aseo
en el vestido, se sigue otro que es el de las platicas torpes y obscenas.
Porque la obscenidad de las palabras es como un fuego , con el qual se en­
cienden los corazones de la juventud : pues como dice eí Apóstol : Las plá­
ticas malas 5 corrompen las costumbres buenas (t). Y como especialmente causan
este efecto las canciones amorosas y afeminadas 3 y los bayles; por esto se han
de evitar con diligencia todas esas cosas.
En esta clase entran también los libros obscenos y amatorios , los qua-.
les se deben desechar 3 como las imágenes que representan alguna especie de
deshonestidad. Porque tienen gran fuerza para inflamar los ánimos juveniles
con el fuego de cosas indecentes. Pero ponga el Párroco particular cuidado
sobre que se guarden con toda puntualidad las cosas que acerca de este
están piadosa y religiosamente decretadas por el Santo Concilio de Trento (d).
Sí se evitasen con el cuidado y diligencia debida todas las cosas que hemos
12. mencionado , se quitaban casi todos los cebos de la libiandad.
Para ser Mas para reprimir los ímpetus de la libiandad 5 es muy provechoso el fre-
; tsros valí
eísros vale ^ e n te uso de la Confesión y Eucaristía , como también la continua y de­
macho fre­
cuencia de
vota oración 5 acompañada de limosnas y ayunos. Porque la castidad es don de
Sac raícen r,_ D ios, que no le niega á los que le piden bien, ni permite que seamos ten-
tos . ora- tados sobre lo que podemos (¿).
clon ^aya- También se debe mortificar el cuerpo no solo con ayunos 5 y especia Im en-
r.a ^ ^mos~ aquellos que instituyó la Santa Iglesia y sino también con vigilias . con pe-
regrinaciones devotas , y con otros géneros de aflicciones , y refrenar los ape-
& ha de titos y antojos de los sentidos. Porque en estos y otros semejantes exercí-
castzgar el oíos, es donde mas se descubre la virtud de la templanza. Conforme a esto
cuerpo para cscrryc £Si Aoóstol i los de C o n o to : Todo aquel eme bicha en la palestra^
conservar- ^ - , . * . „ 3 1 , * r *
casto S£ todas tas cosas. I aqwmm Macen esto por recitar una corona cor­
ruptible ; pero nosotros eterna (J\. Y poco después : Castigo mi cuerpo , y le re-
órne® A setDidiissiiSTC : no sea acaso q®is predicando á otros y me haga yo repro—
hado, Y en otra parte: Lío cmdess de ¿as antojos de la carne (g).

(s) i. Peír. 3., <&} i . T íeb. a. (Ají i . (di) Szss. ag. Beerei, de SS. Inisg.
C üúszT ig. (f!: i. C o r . io . l f ) Sb:d.p. (g) R o n . r j .

CA-
PARTE III. CAPITULO V ili. ¿S&
C A P Í T U L O V IH

DEL SÉPTIMO MANDAMIENTO DEL DECALOGO.

No hurtarás.

'ue fue costumbre antigua de la Iglesia repetir muchas veces í los Se­ Recomen­ i.
les la fuerza y obligación de esta divina ley , lo muestra aquella invec­ dación de
tiva del Apóstol contra los que afeaban mucho en otros estos vicios , en que este precep­
ellos mismos se hallaban muy culpados. \ Cómo pues y decía , enseñas á otros yy to, y su co­
no te enserias á ti mismo ? Predicando que no $&debe hurtar , y hurtando tú (a). nexión con
los anterio-"
Por medio de esta doctrina no solo corregían este pecado frecuente en aque­ res.
llos tiempos , sino que sosegaban alborotos y pleytcs , y otras causas de ma­
les que suelen provenir de los hurtos. Hallándose también esta nuestra edad
miserablemente oprimida , así de estos delitos , como de los trabajos y cala­
midades que proceden de elios , instarán los Párrocos sobre este punto á imi­
tación de los Santos Padres y Maestres de la disciplina Christiana , y ex­
plicarán continua y diligentemente la fuerza y el sentido de este mandamien­
to. Y ante todo pondrán cuidado y diligencia grande en declarar el infinito
amor de Dios para con los hombres : pues no solo defiende con los dos
mandamientos : JVb matarás , y A o adulterarás y como con dos fuertes casti­
llos nuestra vida , cuerpo , fama y estimación ; sino que con este :JVo hurta­
rás , fortalece , y guarda como con un candado nuestras haciendas y bienes
de fortuna.
Porque ¿qué otro sentido y significación pueden tener estas palabras , si­
no el que hemos dicho hablando de otros Mandamientos ? Esto es , que pro­ elQuál sea
sentido,
híbe e] Señor se quíten ó derroten por otro alguno estos nuestros bienes que y significa­
están debaxo de su protección. Este beneficio de la divina ley , quanto es ción de este
mas señalado , tanto mas nos obliga á ser agradecidos al bienhechor. Y por­ precepto.
que el mejor modo de dar gracias a su Magestsa , y de corresponderle,
es oir con mucho gusto sus mandamientos , y con igual afecto guardarlos
y cumplirlos , han de ser excitados c Infiernenos los heles á la observancia de
este mandamiento. En dos partes se divide también , como los antecedentes.
La primera . que veda el harto , está clara y descubierta en él. El sentido y
fuerza ce la segunda , por la que! se nos manda , que seamos benignos y li­
berales con nuestros próximos , está encubierta y oculta en la primera. De
esta primera pues trataremos primero : A s mirlaras.
Debe advertirse aquí, que por nombre ce hurto se entiende , no solo
Qné quiso
cuando se quita una cosa á escondidas contra la voluntad de su dueño, si­ e l Señor
no también cuando se toma‘ y’ se tiene cosa agena contra Ja voluntad del dará enten­
dueño que lo sabe. Sino que pensemos, que d que prohíbe el hurto 5 no re- der aqui por
pruebe rapiñas hechas con violencia é injuria : qaando clama el Apóstol: Que el nombre
los de hurto.
R om a-, a.
2¿6 CATECISMO ROMANO
los raptor es no poseerán el Regno de Dios (a) : y escribiendo él mismo , que
se ha de huir de todo trato y comunicación con ellos (¿0°
4- Pero aunque son las rapiñas mayor pecado que el hurto , porque además
Por qué de lo que que quitan á uno . le hacen violencia , y le causan mayor ignominia,
queriendo
Dios pro- no se dehe extrañar que este mandamiento de la divina ley venga seña-
hibír toda lado con el nombre de hurto , aunque mas leve , y no con el de rapiña.
usurpación £sto se hizo con suma razón. Porque el hurto es mas común , y pertene-
Injusia, usó ce ¿ mas qUe ias rapiñas : las que solo pueden exectitar aquellos que aven-
¿* hurto y t2Rn 2 otros en Po:ier y berzas. Y ninguno dexa de ver que excluidos
á
no ' del de los pecados mas leves de un mismo género , quedan prohibidos los mas
rapiña, graves.
R , Con vanos nombres se significa esta injusta usurpación y uso de las co->
SI r;££nf ££!1 sas sgenas , por la diversidad de las mismas cosas que se quitan contra la
desdecir- voluntad , y í escusas de los dueños. Porque si í un particular se quita al­
to segon sa go á escondidas , se llama hurto» Si se quita al común , se llama peculado.
extensión, se ro}ja un hombre libre ó siervo ageno , para servirse de é i , se llama
plagio. Hurtar cosa sagrada , se llama sacrilegio. Maldad que , aunque abomi­
nable y enorme , está tan cundida , que los bienes que piadosa y sabiamente
estaban destinados , como necesarios para el culto divino , Ministros de la
Iglesia , y socorro de pobres , se ven convertidos en conveniencias privadas y
perniciosas libiandades.
Además del hurto ó la acción externa , se prohíbe también por esta ley
y ^ v e d á óe -snimo y voluntad de hurtar* Porque la ley es espiritual , y se
eU^jno.si- endereza al alma , como á fuente de los pensamientos y determinaciones;
n-:> -íiubien núes como dice el Señor por San Mateo : Del corazón salen los pensamientos
t- ^esco de ^ homicidios , adulterios, fornicaciones , hurtos y testimonios falsos (c).
Que tan grave pecado sea el h urto, bastantemente lo muestra la xnis-
Nón- tna fuerza y razón natural. Porque él es contrario á la justicia , que da á
pedré- cada uno lo que es suyo : pues las distribuciones y señalamientos de bienes,
iuci c e s t a b l e c i d o s desde el principio por derecho de las gentes , y confirmados
y h _y Erm por las leyes divinas y humanas, deben mantenerse con toda firmeza : de
x-zrlíx " n u iijn que tenga cada uno' las cosas que le tocan de derecho , sino que­
remos trastornar la sociedad humana. Porque corno dice el Apóstol : A ; ios
Direna , m hs cháncalos , in les dados al niño , ni hs maldicientes , ni ¡os
radiares posarán d Kc¡no de Días (d). Aunque lo grave y cruel de esta mal­
dad se declara por tas muchísimas consecuencias funestas que resultan del
hurto. Porque ee ahí nacen juicios temerarios , se dicen sin reparo muchas
cosas de muchos , orotan odios se traban enemistades y á veces se execu-
tan condenaciones Injustísimas de hombres innocentes.
Hs_. r :¿ y qué diremos de h obligscíon puesta por Dios & rodos , de satisfacer
gicioscrs- * se quitado alguna cosai Porque como dice San Agustín: Na
asrss- --- /■ "*".?o.€taa el peesexí T s; no se ■ m.iumyg en quitado (s). Esta restitución quan di—
íleukosa sei sí £pe está ya acostumbrado í enriquecerse de ageno , además
ss x a ta
de lo que cada uoo observa co otros , y ce lo que puede alcanzar por sí,
lo
:A £.Coróifi.& ípl íbíde® s. (c) Matth. (J) i, Corinti*. 6. {s} Epistol. 54.
PARTE III. CAPÍTULO VIH. 257
lo puede conocer de estas palabras del Profeta Hsbacuc: JAy de aquel que
multiplica las cosas no suyas ! ¿ Hasta quando carga sobre sí lodo espeso (a) ? Lla­
ma lodo espeso la posesión de cosas agenas : del qual es dificultoso poder sa­
lir y desembarazarse los hombres. Los modos de hurtar son tantos y tan di­
versos , que es obra muy ardua contarlos. Por esto bastante será tratar de
estos dos , el hurto y la rapiña ; á los anales , como á cabezas , se reducirá
lo demás que dixéremos. Y á fin de detestarlos y apartar á los fieles de mal­
dad tan perversa, pondrán los Párrocos quanto cuidado y diligencia puedan,
Pero pasemos á explicar las partes y modos diversos del hurto.
También son ladrones los que compran cosas hurtadas , ó retienen aque­ 9.
Quáies
llas que han sido halladas , tomadas , ó quitadas de algún modo- Porque sean los gé­
dice San Agustín : Si hallaste una cosa , y no la volviste , la hurlaste (£■ ). Y si neros prin­
en manera ninguna se puede hallar el dueño , se debe dar á pobres. Y el que cipales de
no puede ser reducido á hacer esa restitución, bien acredita por el mismo he­ hurtos , y
quiénes de­
cho, que si pudiera , de qualquier parte hurtaría aualqu icr cos&* ben ser te ­
Con la misma maldad se encadenan los que comprando ó vendiendo, se nidos por
valen de fraudes y palabras engañosas , cuyos enganos vengará el Señor. Pe­ ladrones.
ro los mas iniquos y malvados en este linage de hurtos , son los que venden
por sanas y buenas mercaderías falsas y corrompidas: ó los que engañan á
los compradores en el peso , medida , numero , ó vara. Porque en el Deute-
rooomío está escrito : Lío tendrás tn un saco divenos pesos (c). Y en el Le vi-
tico : JVo queráis hacer cosa injusta en- el juicio , en ía regla , en el peso , en la
medida. El pesof k l , y las balanzas iguales , la medula justa , y el sextana ca­
bal (d). Y en otra parte: Pesos diversos , es cosa abominable ante el Señor. La
balanza engañosa, no es buena (y).
También es hurto manifiesto el ce los jornaleros y artesanos , que piden
entero el jornal , sin haber puesto de su parte el trabajo debido y justo. Ni se
distinguen tampoco ¿e los ladrones ios criados desleales á sus señores , y
guardas infieles de las cosas. Y aun son estos tanto mas detestables , que los
demás ladrones que están fuera , quanto í estos se Ies cierra la puerta con las
llaves ; mas para el ladrón de casa no hay cosa cerrada , ni oculta.
Asimismo parece que cometen hurto los que sacan dinero con palabras
fingidas y astutas, ó con mendiguez engañosa : cuyo pecado es mas grave
por añadir al hurto la mentira. También se han de contar entre los ladro-*
nes los que estando asalariados oara algún oficio particular ó público , po­
nen poco , b ningún cuidado en cumplir can e l , y solo procuran llevarse el
jornal. Seguir la muchedumbre restante de hurtos Inventada por la avaricia,
que como astuta sabe codos tos modos de sacar dinero , sería obra larga , y 10.
como díximos , muy dificultosa. Qnántos
Pasemos pues á tratar de la rapiña , que es- la otra cabeza de estas mal­ sean ios gé­
dades, Para esto el Párroco prevendrá antes al pueblo , que se acuerde de neros de ra­
piñas , y
aquella sentencia del Aposto!: Los que quieras enriquecerse , caen ai ¡cnlacwn^ quiénes los
y m d lazo ¿d diablo (_/"), Y que nunca den lugar á que sobre este punto rapioeres.
as se
¿s) Habac. z. (S) Sernu 19, de Y e r. (c] S e s te r. rg . (d) L evit. ip . {e} P r o -
A par, cap. S, Vcrú. ao. 1, T iai, 6 ,
25 S CATECISMO ROMANO
se les pase este precepto. Q¿iantas cosas queréis que hagan con vosotros los hom­
bres , hacedlas vosotros con dios (a), Y qiie de continuo mediten aquel : Lo
que tú aborreces que haga otro contigo , guárdate de jamás hacerlo tú con él
Las rapiñas pues están muy extendidas. Porque son rapiñeros los que no
pagan el salario debido á sus jornaleros. A estos llama á penitencia el Após­
tol Santiago por estas palabras : La ya ahora ricos , llorad abultando por vues­
tras miserias , las que vendrán sobre vosotros : Y añade la causa de esta pe­
nitencia : He aquí el jornal de vuestros peones , que segaron vuestras mteses , y se
le habéis defraudado , dama , y el clamor de ellos llegó á los oídos del Señor de
los Exércilos (c). Este linage de rapiñas está muy reprobado en el Le vi ti­
co (d) , Deuteronomlo (e) , y en Malaquías (/) y Tobías (g). En. este pecado
de rapiña están comprehendidos los que no pagan á los Prelados de la Igle­
sia y á los Magistrados las alcabalas , tributos , diezmos , y otras cosas de es­
ta calidad que se Ies deben , ó las usurpan, y se las aplican á sí mismos.
11. Aquí también pertenecen los usureros tiranos y cruelísimos en las ra-
Xa usura
usur-a p!5as } q Ue roban y despedazan con usuras á la miserable plebe. Es usiera to-
«s ra
pecadogra- ü{l ll€^° Que s¿ Percibe á mas de la suerte y capital que se dio : sea dinero ó
?ísimo. quaiqmer otra cosa precio-estimable. Porque así está escrito en Ezequiel : .JVo
recibirás usura : ni mas de lo que disU (ñ). Y el Señor por San Lucas : Dad
prestado , no esperando de aki cosa ninguna ( i ). Gravísimo fue siempre este de­
lito y muy aborrecido aun entre gentiles. De aquí nació aquel a;cho: ¿ Qué
es dar á usuras \ \ Qué , sino matar un. hombre ? Porque los usureros ó ven­
den dos veces una cosa , ó venden lo que no es.
2«. Cometen también rapiña los jueces interesados que tienen los juicios
Los Jueces vendibles , y sobornados con dinero y regalos , trastornan las causas justas de
que vencen ]os desvalidos y menesterosos : los que defraudan á sus acreedores : los que
y r-s'que niegan 3a deuda : y los que tomado plazo para pagar , compran géneros
defraudan á crédito suyo ó de otro : y no eumpko la palabra 5 serán condenados con
á seis aeree- el mismo delito de rapiña. Y se agrava su pecado , porque los mercaderes
dores - co~ con ocasión de este desfalco y y defraudación lo venden todo mas caro con
ineics ra- g ra- perjuicio de la República r contra los qcales parece está aquella senteo-
* cía de David : Tosisra prestado d deeaévr 5 ) no pagará (£),
Ins deas >T que amemos de aquellos ricos .. que executan con grande rigor á los
cec í^uan que no pueden pegar , lo que les presté roo .. y contra la prohibición de D ios
sacan en prendas aun aquellas cosas que necesitan para cubrir su cuerpo?
S a c r e s .* 1, ^or£ioe dice el Señor : S i tomaste patuda el vestido de tu prórimo . seto
G/j. w&íverés áwtes qm .se ponga d SoL P&■repte soto eso ítem para cubrir mis carnes^
Scssrapas- m tatíze ütm c&ss m que dormir. Y ss daamáre a mi > Se oiré : porque soy miseri­
a s k^ qas esrdzesa {«}, Á una u n mhumaiu execudon justa mente Ib.atarémos robo y
Jos ^ Por npna.
-ea Del nuatí:;.s-íí Je aquellos á quienes los Santos Padres llaman arrehatado-
qe OÁÍÍ.S- res s son fes que en oempo de dita de pan esconden d ítD o t y hacen que
por su cuiipa sea mas cara y mas dincuitosa la provisión. Y lo mismo se di­
ce
Caí T-t-í 'O-Y y. T-ówie 4. 01 Iih;!e„ t -U ( f } XMr.en. u (g) Tob. c. (£)■ Zvech, : $.
Q) ja.c©a. 5- \é) U sua. íp . (el .iL.au 2.1, {¿) Lue.h- (s) P s í Iei. ¿5. g) á .u i o .
PARTE HI. CAPÍTULO V ili. 25 9
ce de todas las demás cosas necesarias para el sustento y la vida. Contra estos
se endereza aquella maldición de Salomón : El que esconde los granos será
maldito en los pueblas (a). Recargarán los Párrocos á estos- sobre sus malda­
des , se las afearán con libertad , y explicarán con extensión las penas que
les están aparejadas por tales pecados. Estas son las cosas que se vedan. Aho­
ra vengamos á las que se mandan. Entre ellas tiene el primer lugar la sa­
tisfacción ó. restitución. Porque no se perdona el pecado sino se restituye lo
quitado.
Mas porque no solamente debe restituir el que hizo el hurto, í aquel,
i quien robó * sino que también están obligados con esta lev de la restitu- Qu‘^nes
ción todos ios que fueron participantes en ei liurto; debe manifestarse, qme- dos á resci­
nes son estos , que no pueden librarse de esta necesidad de satisfacer ó res- tuir.
tituir. De muchos O géneros son. +
El primero es el de los que mandan hurtar : los quales no solo son
compañeros y autores de los hurtos , sino los mas perversos en la raza de
ladrones.
El segundo es Igual en voluntad í los primeros , aunque desigual en el
poder , sin embargo debe ponerse en la misma lista de ladrones : y es el de
aquellos , que ya que no pueden mandar , persuaden y atizan para que se ha­
ga el hurto.
E l tercero es el de fos que consienten con los ladrones.
E l querco es el de aquellos que son participantes de los hurtos, y ha­
cen ellos también de allí su logro : si tal puede llamarse lo que , sí no se
arrepienten , los condena í tormentos eternos. De estos dixo D avid : 5 : vetas
s i ladrón s corrías con él (fr).
E! quinto género de ladrones es el de aquellos , que pediendo estor­
bar el hurto , tan lejos están de oponerse y hacer resistencia, que antes les
franquean su licencia y permiso.
E l sexto es el de los que sabiendo de cierto, que se hizo el hurto, y
dónde se hizo , no solo no lo descubren , sino que disimulan que lo saben.
El ultimo género es , el que comprdhende á todos los ayudantes, guar­
das , patrocinadores , y a todos los que reciben y dan posada á los ladro­
nes : todos los quales deben satisfacer á aquellos á quienes se quito algosa
cosa. Y deben ser exhortados con toda efícacia á cumplir esta precisa obli­
gación.
Y á h verdad no están del todo libres ce esta maldad los que aprue­
ban , y alaban los hartos : como mi están ágeteos de la misma culpa los hi­
los de familias que quitan dinero- á sus padres „ y las roogeres que lo qui­
tan á sus maridos. r.6.
Mándasenos también por este precepto , que tengamos misericordia de Qué se de­
los pobres y menesterosos , y que aliviemos eco nuestros bienes y piadosos be decir de
cálelos; sus aíñíecone? y angustias. Y porque Cite asunto se debe tratar con ía limos­
la mayor frecuencia y extensión , comaián les Párrocos lo que necesiten na. , que
cambien se
para, desempeñar este cargo , de los libros de los Varones sanAsimos- Ct- p r e s c r ib e
XX 2 - peía­ 2.CQÍ.
le) Frev; is . Psaís. £g.
CATECISMO ROMANO
priano (a) , Crisóstomo Ib) y Gregorio Nacianceno (0 , y de otros que es­
cribieron esclarecidamente de la limosna. Porque deben ser inflamados los
fieles al amor y prontitud de socorrer á los que tienen que vivir de la mi­
sericordia asena. Y se les ha de enseñar también , quan necesario es hacer
limosna : esto es , que seamos liberales con nuestros haberes , y nuestro fa­
vor para con los necesitados , movidos de aquel argumento certísimo , de que
en el día del juicio ha de reprobar Dios y condenar á los fuegos eternos
á los que omitieron , ó no hicieron caso de las obras de misericordia 5 y que
ha de introducir con muchas alabanzas en la Patria celestial í los que lo
hicieron benignamente con los menesterosos. Una y otra es sentencia pronun­
ciada por boca de Christo Señor nuestro. Venid , benditos de mi Padre, y
tomad posesión del Rey-no , que os está preparado, Y : Apartaos de mi , maldi­
tos al juego eterno (dj.
,-?• Se valdrán también los Sacerdotes de aquellos lugares que son acomo-
dados para persuadir. Dad , y dárseos há (e). Propondrán la promesa dívi-
dos in fie l na , que ciertamente no se puede pensar privilegio mas amplio, ni mas gran­
jea á la li- dioso : Ninguno hay que dexe casa , ó r. que 'no reciba cien veces tanto ahora en
musirá. este tiempo . y en el siglo venidero la vida eterna (/). Añadirán lo que dixo
Christo Señor nuestro : Granjead amigos con el dinero de la maldad: para que
guando áesjallccúredesy os reciban ai las moradas eternas (g). Expondrán tam­
bién los modos de cumplir esta obligación precisa : como que los que no
puedan dar a los necesitados con que sustentar su vida , íes den prestado
siquiera según el orden de Christo Señor nuestro : Prestad 3 no esperando por
cso cosa alguna (h) , pues es obra tan buena como 1c expresó d Santo lvey
David . Guando dixo : Dichoso d hombre que se apiada y presta (i),
2$. Asimismo es muy propio de la piedad Christiana , si no hay por otra
2>eba rra- p^-te medios para hacer bien á los que necesitan sustentarse á cesta de la
misericordia agen a , y también para huir de estarse ociosos , procurar con el
írosña * Cubrió , industria y obras de sus manos las cosas, con que pueda aliviar-
no estar o- se la necesidad de los pobres. Para esto exhorta í todos con su exempio el
«¿osos. Apóstol en la Epístola á los Tesalooicenses , diciendo : Vosotros murrios sabéis
en qué manera es menester irmt&mm (a). Y á los mismos : Procurad estar guie-
tos 5 y hacer vuestros negocios , y trabajar con vuestras nanos, según os lo man­
dé (¿). Y' á los Efesios : El que hurtaba s no hurte ya ardes bien trabaje con
cus manes ; ¡o qu&í es bueno , jsara que tenga ton que. socorrer al que paáíce ne­
cesidad (?n).
^ Deben también los pobres estrecharse lo posible ? y abstenerse de los
Ss hz d« bienes agenos, para no hacerse pesados y molestos á otros. Esta templan-
TÍTírp¿rea- za sobresale muchísimo en todos los Apóstoles ; pero señaladamente se áes-
cubre en San Pablo , quien escribe así s los Tesai onice oses : Muy bien os acor-
C U dais , hermanos rusos , de nuestro trabajo y fatiga : pues trabajando de dia y de
mcr¿ por no molestar & ninguno de vosotros , predicamos entre vosotros d Evsn-
Sc~
I-ib. de Oper. et Eiesaa. A) r ic c o L p -, ( f) Mare. ro. (g) Lee. i 5. (¿) I b i-
ad Pc-pes. AetAch. (A Lib. de P aap. a m o - den: 6 . (/} P s sim . n r. («■ } i . T h e -
« - {d) M atte. 25. {y} Lee, 6. ~ sai. 3. (/} ' x. Tñesai. 4. (m) Lpbes. a .
PARTE III. CAPÍTULO V ili.
gdio de Dios_(a). Y lo mismo repite en otra parte : En trabajo y en fatPa
Qbra.7i.do de día y de noche , & fin de no agravar á ninguno de vosotros (é\ *
Y para que el pueblo fiel cobre horror á todo este lina ge de maldades so.
perversas, convendrá que los Párrocos tomen de los Profetas y demás libros
sagrados la detestación de los hurtos y rapiñas, y las horribles amenazas in- £ara abor"
timadas por Dios contra los que cometen semejantes delitos. Clama el Pro- 61
reta Amos : ÜG esto 5 ios que atropelláis al pobre , y hacéis desfallecer á los ne- amar la be-
ceskados de la tierra , diciendo : quándo pasará el mes , y venderemos las mercan- nígmdad.
das , y el Sábado , y abriréraos d granero , achicardaos la medida , subir¿mas el
precia, e los pesos engañosos (y\ Á este mismo propósito hav
muchas sentencias en Geremías (d) , en los Proverbios (e), y en d Eclesiás­
tico (/). Y no se ha de dudar } que las semillas de los males con que se ve
oprimida la edad presente , están encerradas por la mayor parte *en ectas
causas. Y para que los heles se acostumbren á exercitarse en obras de lar­
gueza y benignidad con los necesitados y mendigos ( que es lo que per­
tenece á la segunda parte de este mandamiento) propondrán los Párrocos
Ies grandísimos premios que Dios promete dar así en esta vida como en h
otra á los liberales y misericordiosos.
Y porque tampoco falta quien se escuse en los hurtos , se ha de ad- n.
vertir que no admitirá Dios escusa alguna de su pecado , y que en vez de Qué debe
aligerarle le harán por ella mucho mas desmedido. Vcanse las delicias insu- decirse á
frióles de los Nobles. Estos piensan desvanecer su culpa alegando . mv nn lüS que es”
se aprovecnan de los menas ágenos por codicia o avaricia ; sino por man- horros con
tener la grandeza de su familia y de sus antepasados , cuya estimación y vanos p re-
dignidad se arruinarla, á no fortalecerse con el arrimo de las cosas agenas. Ce£tos*
Debe sacarse a estos de error tan pernicioso, y al mismo tiempo demos­
trarles que eí medio único de conservar y acrecentar la abundancia, rique­
zas y gloría de sus Mayores , es obedecer í h voluntad de Dios , y guar­
dar sus mandamientos: y que despreciados estos, se deshacen en humo las
riquezas , por muy fundadas y amargadas que esten. Eos Reyes son derro­
cados con precipitación del solio real y del supremo grado del honor : y á
veces ocupan su lugar por disposición divina hombres de baxa suerte ” v
que eran sus mayores enemigos. £s increíble quinto se ensaña Dios contraeos
tales. Testigo de esto os Natas por quien dice el Señor : Tus Principies son
infieles , camaradas de ladrones , iodos aman las dádivas , y admiten los regalos
Por esto dke d Señor Dios de los Exérciíss 7, d juey te de Israel ; Ea que yo
ísvmré satisfacción de mh contrarioí , y me vengaré de mis enemigos , y volveré
33ú mano sobre ¿i , y limpiaré iu escoria hasta ¿o mas acrisolado (g).
Otros hay que dicen , que no hurtan por mantener el lustre y gloria Qué^e d'
de su casa, sino- por sustentarse con mas comodidad y decencia. Estos de- A á íes que
ben ser reprehendidos y enseñados , quán impíos son sus procedimientos y siegan que
discursos , cuando anteponen su comodidad s la voluntad v í h trlnrl, hurtan por
su conve­
niencia.

(n) i. Thesal. s. (5) i, Tassai. 3. (dì Terem. <. 2r. et nz. (e)
(?) P ro v e í.
IProv.21.
i f ) A teos S, (/ ) Eecii. io . (g) Isa;, i .
262 CATECISMO ROMANO
Aunque ¿qué conveniencia puede haber en el hurto _ á quien se siguen tan­
tos yv tan grandes
ros granues males
ijuai« i¡ Porque w ■- ^el ladren , dice el Eclesiástico ? está
¿obre
la confusión, d dolor y la pena (a\ Pero demos que no lo pasen- con desco­
modidad : el ladrón ultraja ei nombre de Dios , resiste i su santísima vo­
luntad , y desprecia sus divinas leyes , de cuya fuente nace todo erro r, to­
da maldad, y toda impiedad.
¿Y qué diremos de aquellos ladrones que porfían s sobre que no pecan
43-
Qué^ se en m a n e ra ninguna : porque io que quitan es de hombres ricos y acomo-
dká á ios
dirá i«3 da; ^ jos qUC p0r ese hurt o , ni padecen daño s ni lo advierten siquiera ?
que se í £~ Miserable por cierto y pestífera escusa.
cusan con Mi
que lo qui­
Piensa otro que se le debe pasar por disculpa , el que tiene costumbre
tan á los de ■’ J - ' -
ricos. si no oyere al Apóstol , que dice : EL que hurtaba a no hurte ya (/>). Quiera,
si
ó no quiera 7 tendrá también la costumbre de los tormentos eternos.
Algunos también se escusan con que quitaron algo porque se les vino
*4* d- ¿ mano la ocasión : pues ella hace al ladrón según el proverbio común. Es-
S í los que tos deben ser sacados de error tan perverso por la razón de que se debe
hurtan por re5|Srq- á los apetitos depravados. Porque si luego se ha de poner por obra
que -;víé-
tuvie­ j0 q Qe SUCr|ere el antojo , ¿qué término , ni qué fin tendrían los pecados y
ron la P f f maldades? Es pues feísima semejante detensa , ó mas bien confesión de su­
slon j o por
vengarse ma destemplanza é injusticia. Porque el que dice que no peca por no tener
ocasión > viene como i decir , que siempre que la tenga pecará.
También hay quien dice que hurta por vengarse , pues otros hicieron
con él otro tanto* A estos se responde lo primero , que á ninguno es líci­
ta la venganza: Y demás de esto que ninguno puede ser juez en causa pro­
pia , v que mucho menos se le permite castigar los delitos que cometieron
otros, contra él.
Últimamente piensan algunos que queda su hurto bastantemente defen-
q ' Y se dido y cubierto por la razón de que escando,cargados de deudas , no pue-
respoaáerá den desempeñarse ni pagar si no lo hurtan. A estos debe responderse , que
a ios qne no deuda mas pesada ni que mas abrume ai línage humano , que aque-
dicen
ieen 3“®lia. ¿e que hacemos memoria cada día en la o ración del Señor , quando de-
hl
raa T s ^ s r cimos : Perdónanos nuestras deudas. Y así que es propio de hombre entera-
sus desdas. mente desatinado s querer mas deber á Dios ? esto es, pecar mas , para pagar
lo que debe á los hombres : y que es mocho menor inconveniente ser echa­
do en una cárcel, que ser encarcelado en. los calabozos ¿el infierno : y que
es otrosí muchísimo' mas grave ser condenado en el juicio de D io s , que en
sí de ios hombres, Y por tanto que deben acogerse humildes al socorro y
piedad de Dios , de quien pueden alcanzar lo que necesitan. Otros mochos
l'mages de escusas hay i k s quales podrán ocurrir fácilmente tos Párrocos pru­
dentes y cuidadosos de su oficio t para que ai fia logrea tener un pueblo
5 e g uider de buenas obras»

CA-
f») Bccfi. g. (p) itshes. 4,
PARTE III. CAPÍTULO IX, 263

C A P Í T U L O IX.

DEL O CTA V O MANDAMIENTO DEL DECALOGO.

N o dirás contra tu próximo testimonio falso,

^ grande es asi la utilidad, como la necesidad de explicar de con- 1.


límio este mandamiento y de encomendar su observancia : como nos lo ®eía§ran-
amooesta el Apóstol Santiago por estas palabras ; S i alguno no ofende de fia- Í V ^ 1'“
íabna , tst es varón perfecto (a). Y el mismo : La lengua es ciertamente vn fie- te maoda-
quino miembro . fiero leoanta canteras granaes* He aejui un poco de Juego ¡ qu¿n miento.
grande bosque enciende 1 Y lo demás que allí se dice sobre el mismo propó­
sito. Dos cosas- se nos avisan en estas palabras. La primera , que el vicio de
la lengua esta muy cuncnao : io que también se confirma por aquella sen­
tencia del Profeta: lodo hombre es mentiroso (b) , como que viene á ser éste
un pecado en el que parece caen todos los hombres. La secunda es : que de
ahí proceden innumerables males : pues muchas veces por culpa de una ma­
la lengua se pierde ia hacienda , la honra , L vida , y el alma , ó del que
es ofendido : que no podiendo llevar en paciencia las injurias , las persfeue
con ánimo furioso : ó del mismo que ofende : que sorprendido de una ma­
la vergüenza y una falsa opinión de cierta negra honrilla , no hay como re­
ducirse á satisfacer ai agraviado. Por esta razón se ha de amonestar aquí á
los fieles , á que den 2I Señor cuantas gradas pudieren por este saludable man­
damiento de no levantar falso testimonio : pues no solamente se nos prohí­
be por él hacer injuria i otros , sino que mediante su observancia queda­
mos defendidos de las injurias agenss.
Pues en este mandamiento se ha de proceder con el mismo orden y ®-
método , que hemos guardado en los antecedentes : es á saber eme se ad sea
viertan en él dos leyes. Una , que prohíbe levantar falso testimonio. Orna sentido de
que manda sea desterrado toco aofcicz y eogsno , y que midamos nuestros ¿amiento,
dichos y hechos por una verdad sencilla = como lo enseña el Apósrol á los
d t Sieso por estas palabras ; frotando va dad ai caridad 5 acucamos en Ckristo
ai lado ) fiar todo (O-
La inteligencia pues d e ja primera parte de este precepto e s , que aun- 3.
que por el nombre de Jahú se signifique todo lo que se afirma Qu^ *$ ¿o
constantemente de ano en buena c en mate parte , va en juicio , ya fue; a T e £e Vi~
de el ; con todo eso lo anease prohíbe señaladamente , es aquel testimonio ‘te
que se d'ce ftlssmente eo juicio por te-,figo prado.. Porque éste jura por miento* "
Dios. Y como lo asegura de ese modo , e interpone d nombre efe-feo ha­
ce so dicho muchísima h y es de gr.m peso. Y así por ser tan peí fe roso
este testimonio , por eso se rr. híbe especia imente. Porque ni el 3 i*smo°Tnez
pncée rechazar á testigos feudos , si no esdn excluidos por excepciones le-

(cií Jaceb. 3. (ñ) Piáis, i rí , (c) Ephes. 4.


264 CATECISMO ROMANO
c(cimas, ó sea manifiesta su perversidad 7 malicia; mayormente estando de
por medio aquel mandamiento de la ley divina: En boca de dos ó tres testigos
terina firmeza toda palabra (a). Alas para que enciendan los fieles con ma­
yor claridad el mandamiento 3 se íes ha de enseñar qué significa este nom­
bre de Próximo , contra quien en manera ninguna puede decirse testimonio
falso.
Es el próximo , según se infiere de ía doctrina de Christo Señor nues­
4-
Qué deba tro (¿) , todo aquel que necesita de nuestro favor : sea propio ó extraño,
entenderse paysano , ó forastero , amigo , ó enemigo. Porque es maldad horrenda pen­
por ei nom­ sar que sea lícito decir por testimonio cosa falsa contra los enemigos , í
bre de pró­ quienes debemos amar por mandamiento de nuestro Dios y Señor: Y á mas
ximo.
de esto como cada uno es en cierto modo próximo de si mismo , ningu­
no 'puede pronunciar contra sí testimonio falso. Y los que lo hacen s sobre
marcarse á sí mismos con la nota de ignominia é infamia , se hacen agra­
vio á sí mismos y á la Iglesia cuyos miembros son : al modo que ofenden
á la República los que se dan á sí mismos la muerte. Porque dice así San
Agustín : A ninguno que bien entienda s puede parecer . que -por haberse dicho
en el mandamiento : Contra tu próximo , no está prohibido ser uno contra si testi­
go falso. Tpor tanto aquel que pronunciare falso testimonio contra sí mismo , no se
tenga por libre de este pecador Porque el buen amador ha de tomar de si mismo la
regla de amar al próximo (0-
5* Pero de prohibírsenos dañar al próximo con testimonio falso, ninguno
N g es líci­ píense que se pueda hacer lo contrarío : esto es , que sea lícito perjurar í
to ser testi­ fin de grangear alguna utilidad ó provecho para aquel que es nuestro alle­
go íküso ni
iaeümr por gado por sangre ó religión. Porque ninguno se debe valer de la falsedad y
hacer bien mentira , y mucho ménes del perjurio. Por esto escribiendo San Agustín
ai p róxi- á Crescendo sobre la mentira , enseña por sentencia del A p óstol: que se
debe contar la mentira entre los testimonios falsos , aunque se diga en ala­
banza falsa de uno. Y así declarando aquel lugar del Apóstol : Y somos ha­
llados también testigos falsos de Dies z pues cusimos testimonio falso contra él^de
que resucitó d Cñrisíe 7 á quien no resucité , si no resucitan, h s muertos (d); dice
el Santo : Llama d Apóstol ieslhmms falso > st finge alguno de Christo aun
io que parece ser para alabanza suya (z).
6, Muchísimas veces acaece también s que dañe í uno * el que aprovecha a
D e ios ¡ma­ otro» Y sm duda mogona se da a¡ Juez motivo de errar; pues á veces obli­
les e se se gado éste de testigos falsos > se ve precisado á juzgar y sentenciar contra
signen al justicia según la injuria. Sucede también en ocasiones . que habiendo uno ga­
testlmon te
falso » du­ nado un pieyto por testimonio falso 5 y salido dei lance sin castigo- ningu­
che en íá- no s arregostado con. la victoria injusta . se acostumbra a corromper v a va­
vordesraríf- lerse de testigos falsos , por cuyo medio' espera que podra conseguir quanto
quisiere. Y esto también es muy dañoso para el mismo testigo : así por­
que aquel s quien favoreció , y ayudó con su juramento , sabe que es un
misario y perjuro como porque él mismo ? viendo -que le ha salido- la mal-
dad
ís l D sE se ro sL M atrfu. i S . (c) L íb. 1. de C iv . D e l cap. co.
(fí Lee. re. (d) i. C o r in ti, r<j. (¡?) Ibi cap 12.
P A R T E I ïl. C A P I T U L O IX , 265
dad conforme lo pensaba , se va aficionando y acostumbrando a ser cada
dia mas desalmado y atrevido.
Así pues como por este mandamiento se prohíbe la falsedad , mentiras
y perjurios de ios testigos , así se vedan también las de los Acusadores, -> U
Prohib-n-
Reos, Defensores , Agentes, Procuradores, Abogados, y en fin de todos ss pD r es­
te niancia.-
aquellos que constituyen ios juicios. Ultimamente veda el Señor todo
,
testi- miento ios
momo que pueaa acarrear daño o perjuicio a otro , no solo en juicio , sino peeados de
también fuera de él. Porque en el Levítíco , donde se repiten estos manda- todos ios
míentos , se dice : JVo hurlareis , no meni iréis . ni engañara ninguno á su prò- ^us con’
ximo (a) 9 de suerte , que no puede dudarse que Dios condena por este man- ^srre-n . -etl
¿amiento toda mentira ; como lo afirma David con toda claridad , diciendo; y general-
Perderás á todos los que hablan mentira (¿). mente toda
Prohíbese asimismo por este mandamiento , no solo el falso testimonio, mentira*
sino también el abominable apetito y costumbre de infamar á otro : de cuya ^anff;ea
peste es increíble los muchos y graves daños y males que se originan. A cada se prohíbe
paso reprueban las Escrituras divinas este vicio de hablar á escondidas mal aquí toda
é injuriosamente de otro. Con tal hombre s ¿ice David , no comia yo (c); Y detracción.
Santiago : Hermanos míos , no hablas mal unos de otros (d). Y no solo nos
dan preceptos las Letras Sagradas . sino exempios también , por los que se
declara lo grande áe esta maldad. Porque Aman en tanto grado encendió
con delitos fingidos al R ey Asuero contra los judíos , que llegó éste á man­
dar quitar la vida á toda aquella gente (t). Llena de estos exempios está la
Sagrada H istoria, con cuyo recuerdo procurarán los Sacerdotes apartar á los
fieles de tan perverso victo.
Y para que del toco se conozca la gravedad deí pecado con que se de-
trae de otro , es de saber , que la estimación de los hombres es ofendida, deban ser
b o solo calumniando - sino también aumentando y exagerando los delitos. Y tenidos por
si comete uno alguna cosa en secreto , que si. Lega £ saberse , ha de padecer ^"mura-
grave daño en su fama , el que la descubre , donde , quando y á quiénes no ^0<-es*
sea necesario - justamente es tenido por infamador y maldiciente.
Pero entre todas las detracciones ninguna hay mas perjudicial 5 que k
de aquel ios que hablan mal de la doctrina Católica y de sus Predicadores.
Y de la rcEma maldad son reos los que ensalzan y elogian á los .Maestros
de malas doctrinas y de errores.
Tampoco están distantes del número v pecado de estos, los que dando ^
cades ¿ los que infaman y hablan mal , no les. reprehenden , antes se con- m.,if oreÍ;jos
gradan con dios. Porque según escriben ios Santos Geronimo (/) y Bemar- ^ oyen 3
de* (k ) , es-jfétíl ánccr&rf r$uál es panr , s: é¡]®mar , u oír al que dijama: los que ía—
pises ce habría detractores sí no hubiera quien los escuchase. >Y
E e la misma lista se km de contar los que con artes y mañas dividen ^ criIi:m'c~T
les hombres . ylos enredan enríe sí , ddevtandose mucho en sembrar dis­
cordias ; de sueite que deshaciendo coa embastes, compamas y amistades
iBoy estrechas s obíísas atas b los mas amigos a perpetuas esetBÍstadcs, y aun
i.L a
tysi¡ aLsvür. 29. 0 } Psalaa- g. (A ib i­ Sel Ssrber. 13. (jF) Bplsa zá K'epor.
dem (d) ja R b , 4- sg]. I d a 2- de Coasid. cap. 13.*
266 CATECISM O ROMANO
i tomar las armas. Esta peste abomina así ei Señor : No serás acusador s ni
chismoso en el pueblo (a). Tales eran muchos de los Consejeros de Saúl , los
quales procuraban desviar su voluntad de D avi d, é irritarle contra él
12, Pecan finalmente contra esta parte del precepto los iísongeros y adula­
¡La lisonja dores , qué con alhagos y alabanzas fingidas endulzan los oídos y ánimos
se prohí­ de aquellos , cuya gracia , dinero , y honores solicitan cazar: Mamando , co­
be también
p o r e s t e mo dice el Profeta , lo malo , bueno , y lo bueno , malo (c). De estos amones­
precepto. ta David , que los apartemos y arrojemos de nuestra compañía diciendo:
El justo me corregirá , y reprehenderá en misericordia : mas el aceyle del peca­
dor no me unte la cabeza (d). Porque aunque estos en manera ninguna digao
mal del próximo ; sin embargo le hacen mucho daño : porque aplaudien­
do sos pecados, son causa de que persevere en sus vicios mientras viva. Y
en esta linea aquella adulación es la peor de todas . que tira í la perdición
y ruina del próximo. Así Saúl deseando entregar a David al furor y á la
espada de los Filisteos , para que le quitaran la vida , le lisonjeaba con aque­
llas palabras: He aquí te he de dar á Merob , mi hija mayor 5 por esposa. Til
solamente sé hambre de brío, y pelea las guerras del Señor (e). A sí también h
blaron los Judíos í Christo Señor nuestro con este engañoso discurso: Maes­
tro j sabemos que eres veraz , y ov-z en verdad ensenas el camino de Dios ( j ).
TI. Pero mucho mas pernicioso es el lenguage de aquellos amigos , cerca­
¡Los peo­ nos y parientes , con el que á veces lisonjean á les que adoleciendo de pe­
res de to­
ligro , están ya en los últimos alientos , y asegurándoles , que no hay pe­
dos son ios
■ ene lison­ ligro ninguno de muerte , que se alegren , y se animen , los apartan de la
jean 2 en— confesión de sus pecados , como ¿e un pensamiento el mas melancólico , y
le rn a s de en im extravían su ánimo de todo cuidado y consideración ce los Latimos
peligra riesgos . de que están muy cercados. Debe pues rmmse ce todo linage de
mentiras : pero sobre todos de aquel , que puede hacer í alguno grave d
ño- Mas la mentira muy iieo.a ¿e malead es quando miente uno contra la
Religión ó en punto de Religión.
T1
*1*
^O También se ofende gravemente á Dios con aquellas injurias y oprobnes,
¡Pecas
que se esparcen por ios que Maman libelos famosos s y con. otras afrentas se­
contra es­
te precep­ mejantes.
to los Demás de esto es cosa indigna engañar á alguno con mentira jocosa u
tetes de li­ endosa , aunque no se haga daño , ni provecho ninguno. Porque nos enseña
b io s £s— así el A p ó sto l: D exando la srxífinc s hablad verdad (g). En eso también hay
asases . los
ene enten­
peligro grande de pasar á mentiras frecuentes y mas graves. Por las chisto­
t e n p o r sas se acostumbran los hombres á mentir. Con eso cobran fama de embus­
¡chiste , ó teros- Y por eso á fin de que los crean se ven precisados á jurar de con­
EsL í z í s , y tinuo.
ranitíien ios
Hyáunras. Ultimamente en. la primera parte de este mandamiento se reprueba ro­
da aceten., A no solo son malas y pecaminosas las cosas que se dicen fin­
gidamente ; sino también las que se hacen de ese modo. Perene ay ¡os di­
chos como los acebos son ciertos ¿ocieios y señales de lo cue hay en el in-
te -
(A Herir. 29. 0 } r. Reg. (c) IsaLg. (e) 1. Eeg. i$. {/} Hateé, as.
D; Psalau 14. rg) Eches. 4.
PARTE III. CAPÍTULO IX. 267
tcrior de cada uno. Y por esa razón arguyendo el Señor muchas veces á
los Fariseos , los ilama H i p ó c r i t a s ( a ) , Y esto baste acerca de la primera iey
de este mandamiento , que pertenece á vedar. Expliquemos ahora lo que man­
da el Señor en la segunda. 14.
Enderézase pues la fuerza y nervio de este mandamiento , á que los jui­ D e lo que
cios forenses se excrciten justamente y según las leyes ; í que los hombres se manda
no se arroguen , ni usurpen ia jurisdicción age na : P o r q u e n o e s l í c i t o j u z g a r en la se­
gunda par­
a i s ie r v o a g e n o ( p ) , como dice el Apóstol : á que no sentencien sin conoci­
te acerca
miento de la causa. Este fue el vicio en que incurrió el Consejo de ios Sa­ de los jui­
cerdotes y Escribas, que condenaron a San Estévan (c). Y en el mismo pe­ cios del fue»
cado cayó el Magistrado de los Fiiipenses , de quienes dixo el A póstol: P ú ­ ro.
b lic a m e n t e a z o ta d o s y s in h a b e r n o s o íd o , s ie n d o C iu d a d a n o s d e R o m a , n o s p u s ié -

r o n e n la c á r c e l , ¿y a h o r a n o s e c h a n Ju e r a á e s c o n d i d a s (d) ? Que no conde­


nen. á los innocentes , -o absuelvan a los culpados : que no se dexen llevar
de interés , de empeño , de odio , ó de amor. Porque así amonesta M oy-
sés á ios ancianos , que constituyó Jueces del pueblo a J u z g a d d e r e c h a m e n ­
te , y a se a n n a t u r a le s , y a f o r a s t e r o s . jY o h a b r á n in g u n a d is tin c ió n d e p e r s o n a s .
A s i o ir é is a l p e q u e ñ o co m o s i g r a n d e : n o h a b r á s re s p e to á n in g u n o ; p o r q u e es
e l ju ic io d e J ) io s C e ),

Acerca de los reos y culpados quiere D io s, que confiesen la verdad, quan- ig.
Los reos
do son preguntados jurídicamente. Porque esa confesión es un testimonio y preg unta­
una manifestación de alabanza y gloria de Dios por sentencia de Josué , quien dos legíti­
exhortando ¿ Acan a confesar ia verdad , le dixo : H i j o m í o , - d a g l o r i a a l S e ­ m a ni e n te
ñ o r D io s d e Is r a e l ( f ) .
deben de­
cir la ver­
Y por qcanto este mandamiento toca principalmente á los testigos , de dad.
estos también ha de tratar el Párroco con todo cuidado : pues es tal la fuer­ x<5.
za dei mandamiento , que no solo prohíbe el falso testimonio , sino que man­ Quá! sea
da también que se diga la verdad. Porque en las cosas humanas es muy el oficio de
los testi­
grande el uso dei testimonio verdadero : pues hay innumerables , que es pre­ gos.
ciso ignorarlas, si no las -conocemos por ia deposición de los testigos. Por es­
to nada hay tan necesario como la verdad -de los testimonios en aquellas co­
sas , que ni nosotros mismos las sabemos , ni tampoco debemos ignorarlas.
Acerca de lo qtxal está aquella sentencia de San Agustín : El que calla la.
verdad , y el que dice la mzrdira , uno y oiré e s reo: aquel porque no quiere hacer
provecho 1 y éste porque quiere hacer daño (g), Cierto -es que en siguas ocasiones
es lícito callar la verdad ; pero fuera de juicio : que dentro de él , donde es
el testigo legítimamente preguntado per el Juez , en todo se debe confesar
la verdad. Pero acerca de esto deban tener gran cuenta los testigos, no
sea que fiados demasiadamente de su memoria , afirmen por cierto- lo- que no
revieren bien averiguado. Restan ahora ios Defensores y Abogados , y luego
íss Actores y Demandadores, 17-
Eos Abogados y Procuradores no harán falta en los tiempos debidos Cóaao
con sn favor y patrocinio, y socorrerán benignamente a los pobres. Ta na­ cumplirán
cí. z po-
{3} Marti, ig, ei *3. (I) Román. 14. (e) Decter. r. ( f ) Josué 7. (g) Tifie
íc\ Actor. 7. (d) Ibláem 16, D. Thoax 1. 2. qcaesr. 70. arr, 1,
£68 CATECISMO ROMANO
poco tornaran causas Injustas para defenderlas , ni alargaran ios pleytos por
sn o fic io calumnia , ni los fomentarán por avaricia. Y por lo que toca á su salario , le
los A boga­ medirán según razón y justicia. ^
dos ? y P ro -
Los Demandadores y Acusadores deben ser amonestados , que á nadie
curadores.
18. perjudiquen con acusaciones injustas llevados de amor ? odio , ó codicia. En
Cóm o de­ fin manda el Señor por este precepto , que en las concurrencias y tratos de
ben proce­ unos con otros se hable siempre verdad , y según lo que siente el corazón:
der, los que
y que nada digan que pueda dañar a la estimación de Ci.ro 7 m de aquellos
demandan
y acusan. tampoco por quienes entienden haber sido ellos ofendidos y agraviados : por­
que deben tener presente, que media entre unos y otros tal estrechez y unión,
que son como miembros de un mismo cuerpo.
Y para que los fieles se aparten con mas gusto de este vicio de men­
19.
Cómo se tir , Ies propondrá el Párroco la suma miseria y fealdad de este pecado. Por­
hará cono­ que en las Sagradas Letras se dice el demonio padre de la mentira (a). Pues
cer la feal­ oor no haber estado firme en la verdad , es mentiroso y padre de la men­
dad que en­
tira. Añadirá para que sea desechada tan grande maldad , los daños que se
c i e r r a la
mentira. siguen de ella. Y por ser innumerables señalará las fuentes y raíces de sus
estragos y perjuicios. Primeramente lo mucho que se ofende í Dios : pues
en quatito aborrecimiento de su Magestad incurre el falsario y mentiroso, lo
declara Salomón-por estas palabras : Sets son ¿as cosas que Dios aborrece , y la
séptima la abomina su alma : los ojos altaneros , ia lengua mentirosa , las manos
que derraman la sangre innocente , el corazón que maquina pensamientos malva­
dos , los pies ligeros para correr al m al, el testigo falso que dice mentiras : con lo
demás que se sigue (Jd). ¿Quién pues podrá librar de ser castigado con penas
atrocísimas al que tan señaladamente es aborrecido de Dios?
no. Demás de esto 5qué cosa mas indigna ni mas fea , como Santiago dice,
Daños que que con ia misma lengua con que bendecimos á Dios y al Padre , maldecir
fc a c e l a
EEenrira á
á ■ los hombres hechos á imagen y semejanza de Dios * ce manera que arro­
la sociedad je una misma fuente y por un mismo cano agua ónice y amarga (c), Por­
írumasa. que aquella misma lengua que antes daba alabanza y gloria í Dios , después
en quanto es de si , le menosprecia y deshonra. mintiendo. D e aquí es que
los mentirosos son excluidos de la posesión peí R ey na de los Cielos. Por­
que haciendo David, á Dios esta pregunta : S»nor 5 ~ t qmén habitará ert tus
moradas ? L e respondió el Espíritu Santo : E l que kckiá verdad en su cora~
ztm j y no enganó am su lengua (d).
H ay también en la mentira aquel daño gravísimo de que es enfermedad
del alma casi incurable. Porque como el recado que se comete ó levantando
falso testimonio ó quitando la honra y estimación al próximo , no se per­
dona sí no satisface el calumniador las injurias que hizo al ofendido , y esto
lo hacen los hombres con gran c-mcukad . atemorizados, como va prevenimos,
con la vergüenza y vana opinión 3 de que es contra su pumo ; es preciso con­
fesar , que el que se halla en esa culpa está destinado i las penas' del infer­
no. Porque ninguno espere peder conseguir perdón de las calumnias y de­
tracciones 3 si no restituye primero á su próximo quanto le quitó de su díg-
ní-
£3 J o a n s , S. (3) P ro v , ¡1 (c) Ja c o b . 3. (d) F s &Ub. 14,
PARTE IH. CAPÍTULO IX. 269
nidad y fam a, ya fuese públicamente en juicio s ó ya en conversaciones fa­
miliares y privadas.
Sobre rodo esto se dilata muchísimo este daño , y se extiende también á
los demás. Porque con la falsedad y mentira se quitan la fe y 3a verdad.,
que son lazos estrechísimos de la sociedad humana : y rompidos estos se
sigue una tan grande confusión en la vida , que en nada parece se diferen­
cian los hombres de los demonios.
Enseñará pues el Párroco que debe .evitarse el mucho hablar. Con eso
se excusan los demás pecados , y es un gran remedio para no mentir s de
cuyo, vicio no es fácil libertarse los que hablan mucho, - aT
Últimamente sacará el Párroco á los fieles de aquel error con que mu- Deshacen—
chos se escusan , alegando que mienten en cosas de poca monta. Y defien- se las vanas
den esto con el exemplo de los prudentes 5 de quienes dicen , es propio men- -s
dr á tiempo. A esto responderá lo que es muy verdadero : Q u e la p r u d e n - rosos 1
da d e la c o r v e e s m u e r t e (a). Exhortará á los oyentes á que en sus aflic­
ciones y angustias confien'en Dios , y no se acojan al artificio de mentir.
Porque los que se valen de esa escapatoria fácilmente declaran , que mas quie­
ren fiarse en su prudencia 3 que poner su esperanza en la providencia de
Dios.
A los que echan la culpa de su mentira a otros por quienes fueron an­
tes engañados ellos , se les ha de ensenar - 9” " - ninffny^ ^ licúo vengar­
se á sí mismo > y que no deb^ *oí verse maí por m al; sino vencer el mal
con el bien (y)." Y quaodo fuera lícito dar semejante pago , í ninguno es útil
vengarse con su propio daño *• y que es muy grande el que nos hacemos
mintiendo.
Á los que alegan la flaqueza y fragilidad_htnnana , se les enseñará que
deben 1mol orar el auxuto de Dios y bo rendarse a la ■ flaqueza propia. Los
que oponen la. costumbre, serán amonestados que así como ia hicieron de
mentir - trabajen , per hacer ía contraria de tratar verdad: mayormente guan­
do los que pecan por uso y costumbre 3, pecan mas gravemente que los
demás.
Y porque no falta, quien se atora con el pretexto de otros ? de quie­
£2.
D e los
nes afirman que £ cada paso mienten 5 y perjuran \ con esta razón se Ies ha çtie m ien—
de sacar de esa Ignorancia : que los malos mo han oe ser 1matacos sino cor- ren poique
¿esñelos y reorehenílidos z y Que si mentimOiS nosotros , tiene nuestro dicho m i e n t e n
2B¿nos autoridad en la reprehensión y correccicn. de otro. Y á ios que se otros*
escusas con que muchas veces les ha venteo mar por decir la verdea ; re­
chazaras los Sacerdotes diciendo -- que eso mas es acusarse que defenderse:
porque es cbHgadcs del. Chnsriano perderlo todo antes que mentir.
Restan dos suertes de aquellos que escusas sos mentiras. Unos ? que Reprueba— - 3;
afirman que mienten per causa de recreo y diversión : y otros que lo ha­ se la men­
cen por su Interes y utilidad : perqué no harían compra ni venta de prove­ tira jocosa
cho . s¡ n¡© se valieran de la mentira. Á unos y £ otros deberán los Párro­ y oficiosa.
cos aparrar de ese error. Y ¿ ios primeros sacarán de ese vicio 3 así cnse-
ñaa-
ís } K o ra a m S . íp) I r a ie n t ia >
2JO CATECISMO ROMANO
¿andeles lo mucho que crece la costumbre de pecar en esa linea con el uso
de mentir como encareciéndoles que de toda palabra ociosa se ha de dar cuen­
ta á Dios*O). Pero í los segundos reprehenderán con toda aspereza : por
haílarse en su escusa la acusación mas grave : pues manifiestan , que no dan
fe , ní autoridad ninguna á aquellas palabras de Dios : Bi¿sead primeramente, d
Reyno de Dios y su justicia , y iodas estas cosas se os serán añadidas (b)„

C A P Í T U L O X,

DEL NONO Y DÉCLMO MANDAMIENTO DEL DECALOGO,

No codiciarás la casa de tu próximo , ni desearás su muger, ni


su siervo, ni su esclava, ni su buey 5 ni su asno ? ni otra
cosa alguna de las suyas,

d A n estos dos mandamientos que se ponen en ultimo lugar principalmente


ene ms.- se h- de saber , que aquí "'se viene á establecer el modo con que pueden
^os'pr^ep” »^"darsc los demás. Porque lo que se manda por estas palabras , se endereza
tos abrasan ¿ que sí desea alguno guardar los mandamientos antecedentes de la ley , pen-
á ios erres ga su primer cm daco'cn no codician, e] que no codicia, estará con­
ceno. tento con sus cosas, no apetecerá ¿as agen a s, se gozará de los bienes de su
próximo , dará gloría á Dios inm ortal, y le rendirá muellísimas gracias,
santificará el Sábado , esto es , vivirá en perpetua quietud , honrará á ios
mayores , y ¿ l¿¿rá dado s i por -obra , ni por palabra , ni de otro
modo alguno. Porque la raíz y simiente de todos los males es el deseo y

cion ios seles para oírlas.


b aunque ñauemos juntado estos dos mandamientos , por no ser diíe-
su. maten a , y tener una forma de ensenarse: sin embargo el Parró­
os ¿íSers-- co eo sus doctrinas y csnortaciones podrá tratar de ellos ó apartados ó jim-
ípte *==— tos , como mas conveniente le pareara. Pero si tomare por ¿u n to explicar
^ íT I°5 2aaodasa£S53os d d Decálogo , mostrará qual es la diferencia de estos dos
mandamientos entre s í , y en que una codicia se distingue de otra. Declá­
ralo San Agustín en el libro de las Cuestiones sobre el Exodo (c). Porque
una de días mira á la nulidad, Interes y provecho : otra á k s lihíanáades,
gustes y ddeym s. S q u ao apetece la heredad'ó ía casa , éste mas busca el lo­
gro y lo que es u zü , que lo que es dekytabie. Pero si codicia la muger
zr agena, arde en deseos no de cosa d ñ l , sino ds delevtable.
Sí. se i
- r. re á _ Mas por eos razones fue necesario poner con claridad estos dos manda-
bs.six.uzc~ suestes, U s a . porque se expiicdse el sentido del sexto y del séptimo. Por­
que
í 3) 12. (&) IHátm 6„ (c) Qaaest. 77.
PARTE III. CAPITULO X. 27!
-que aunque dicta la lumbre natural de la razón , que una vez prohibido el mente por 5
adulterio , está vedado el deseo de aprovecharse de la muger y
~ age~ na C
(porque
p ° r q u e „ sexI°
imo
si mera nato apetecer s lo seria tamoien el usar) con todo eso muchos de precepto lo
los Judíos ciegos en sus pecados no se podían reducir á creer 5 que estuvie- qoeseveda
se el deseo prohibido por Dios. Y esto era de modo , que aun después Por estos
de intimada y sabida esta divina ley , muchos de ellos que hacían profesión d lti-
de ser intérpretes de la ley , estaban en ese error , como se dexa ver por
aquel Sermón dei Señor en San Mateo : Oísteis 3 que se dixo a los antiguos-.
_No adulterarás. Mas yo os digo : y lo demás que se sigue ( a ) . La otra razón
de la necesidad de estos mandamientos es , que algunas cosas se vedan pqr
ellos clara y distintamente , que no se prohibían con tanta expresión por el
sexto y el séptimo. Porque por exemplo el séptimo precepto prohibió , que
ninguno apetezca injustamente las cosas agen as - ni haga por quitarías. Pero
éste veda , que en manera ninguna se codicien , aunque justa y legalmente
se puedan conseguir s si de esa consecución puede provenir algún daño al
próximo.
4*
Pero antes que pasemos á la explicación del mandamiento, primeramen­ Qpál y
te se prevendrá á los heles 5 que por esta ley se nos enseña , no solo que quid gran-
reffenemos nuestros apetitos . sino también que reconozcamos la piedad de sea eí
Dios hacia nosotros, aue es inmensa. Peroné habiéndonos guarnecido con b e n e f i c i o
■t . - ¿, *■ 0 - que nos ha
ios mandamientos antecedentes como con unes tórrale zas , para que mngu- ^ ^ ^ 0 5
no haga daño ni ¿ nosotros , ni á nuestras cosas , ahora poniendo éste , se- por estos
palada mente quiso proveer que no nos dañásemos á nosotros mismos con m a n d a —
nuestros apetites : lo cue fácilmente sucedería , si estuviera del todo en núes- n^SQ!:os'
tra meno , querer y desear todas las cosas. Establecida pues esta ley de
no ccc-.c-ar , proveyó el Señor de remedio . para que los aguijones de los
apetites que suelen espoleamos á cyalesquier malda-As , siendo como- expe­
lidos en virtud de esta ley . nos puncen menos ? y con eso quedando libres
de aquella molesta picazón de nuestros antojos. tengamos mas tiempo , para
cumplir los oficios de piedad y R elis«» 3 que debemos á Dios muchos y
m ay grandes.
Mas no solo nos enseña esta ley esas cosas . sino que también sos ma-
nifesta , que es de tal calidad la ley de Dios ,, que se debe guardar no ¿üs preGep.
con solas acciones -í x te mas , sino también con íntimos afectos d d alma : y que tos i o s i-
entre las leyes divinas y humanas hay esta diferencia : que estas se conten- nrbn la di­
tan con soles los exerciclos exteriores ; pero las otras como su Ais gestad
mira al corazón (&>, requieren una pura y sincera castidad , y entereza de es- ^ ^ VÍ3a£
pfelm. Es pues la ley de .Dios como un espejo en que vemos los vicios de y humanas,
la naturaleza. Pov esto dice el Apesto! : A'b ¿ai&m , fe axaafpfs-
££ssá,o .. á%,e> d h íia h kj> s re® £®iiámás (r). Porque tono- h cc-notplscenda,
esto es y d dei pitead® 5 y que dd pecado trae su origen . está perpé-
Eaamemv arravgsda en nosotros, de aquí sos conocemos nacidos en peca­
do , y por eso acudimos humildes á euieit solo puede lavar las manchas d d
tsccadh.
T ic-
(á) SEasat g. (B) 1. Rag. 1$. ic} Rom. 7.
s72 CATECISMO ROMANO
Tiene cada uno de estos mandamientos coman con ios demás , que en
Qué con- parte veda 5 y en parte manda alguna cosa. lócam e a ia tuerza de prohíbírs
eupiscencia porque ninguno piense 9 que en alguna manera se cuenta por vicio aque­
llo se v e - pa concupiscencia s que carece de él : como la de codiciar el espíritu con-
da aquí, y tra ja ca¿ne (a) ? ó 1a de apetecer en todo tiempo las justificaciones de
qué es con- d -qs ^ com o vivamente lo codiciaba David (¿) ; por esto enseñará el Párro-
czar ^ co , que concupiscencia es s de la que debemos huir en virtud de esta ley.
Para esto es de saber , que la Concupiscencia es una conmoción , ¿ ímpetu dd
diurno con eí •]oc animados ios hombres 3 apetecen las cosas o.c placer y de gt¿s—
to , que no tienen (c)„ Y como no siempre son malos todos los movimientos
de nuestra ánima s así este impulso de apetecer no se debe contar siempre
por vicio. Porque no es malo apetecer la comida y bebida 3 como abrigar­
nos , si padecemos frío , ó refrescar , estando calurosos. Y á la verdad este
ordenado impulso de apetecer está inxerto en nosotros por Dios , que es el
Autor de la naturaleza : mas por el pecado de nuestros primeros Padres
se inficionó de modo , que traspasando los términos de la naturaleza , se
arroja muchas veces á codiciar cosas que son repugnantes al espíritu y £ fe
razón.
Esta concupiscencia pues si es moderada y se ciñe á sus límites , tan
B e las mu­ lejos está de ser mala , que i n t e s nos acarrea muchas veces grandes utilida­
chas utili­ des. Porque primeramente nos impele ¿ que hagamos i Dios oraciones con­
dades que tinuas , pidiéndole rendidos las cosas que de veras deseamos. Porque fe ora­
nos acarrea ción es el intérprete de nuestros deseos: y sí faltara esta recta facultad da
la concupis­
cencia que apetecer. no se harían tantas oraciones en la Iglesia de Dios,
es confor­ Hace también que ¿precíenlos mucho mas los dones de Dios. Porque
me árasan. quanto con mas ardor y vehemencia deseamos una cosa 5 tanto mas la estfe
mames y queremos 3 guando fe conseguimos.
S. Demás de esto 5 ese mismo gozo que percibirnos de poseer aquello que
En qué deseábamos, nos despierta á dar gracias á Dios con mayores afectos. Sien­
sencida Ha­
mo si A -
do pues licito codiciar algunas vece*;, precito confesar que nc está prohi­
pésroi pe­ bida toda concupiscencia.
cado á ¡z Y aunque dixa el Aposto! tra -pecado la concupiscencia ( e l ) , esto debe
coccaols — entenderse en el mismo sentido , en que habló Moysés (e), cuyo testimonio
cencía.
akga 3 y lo dacferan también otras palabras del mismo Apóstol 3 quien en
9-
Que aoncc- la Epístola á los Gálatas la llama. cmcapiscencia de ¿a carne 3 diciendo : An­
piscsscla ni dad en espirites „ y no cumplirás ¿as deseos de la cante (/).
se prohíbe Esta fuerza pees de apetecer catara! y moderada s. y que no se desman­
ni es iaaíg. da íbera de sus términos , d o está prohibida s y mucho menos aquella con­
cupiscencia espiritual de 1a recta razón ? la qual nos ladra í apetecer las co­
sas que repugnan, á 1a carne: Porque í esta nos exhortan fes Sagradas Escri­
turas , diciendo: A p e t e c e d m i s p a l e a r e s C g h Y : V e n i d á m i i o d o s 5 l u s q u e m e
m iíarús (/;).
Proejó ese pues por este mandamiento no esa facultad de apetecer^
Ge
J d ) Galat. g. ($) P sa iffl. i t S. (í-) 1I l i l X 7, (e) Exod. so. ( f ) Galat. g. (g) Sa-
i - a s , 1 .2. qaaesL, 30. aru 1. et 2. fe) H uís . plem, ¡5. (¿) E c d L 04.
PARTE III. CAPÍTULO X. s73
de la que se puede usar así para ío bueno como para lo m alo; sino el
uso de esa codicia desordenada , que se llama concupiscencia de la carne , y Quáí es la
co ncupís —
fbmile del pecado : y si viene acompañada del consentimiento de k voluntad, cencía pro-
siempre se ha de contar entre los vicios , y es del todo prohibida. Y así hibidaaqu^,
solo está vedado aquel apetito de codiciar , que llama el Apóstol Concupis­
cencia de la carne (a) , esto es , aquellos movimientos antojadizos , que ní tíe-
nen modo de razón alguno 7 ni se atienen á los límites señalados por
Dios.
Esta concupiscencia está condenada , ó porque apetece lo malo , como ir.
adulterios , embriagueces , homicidios y otras semejantes maldades enormes, Por qué
causas sef
de las que dice ^así ei Aposto! : ÓYe codiciéis cosas tríalas 5 como aquellos las conoce que
codiciaron (b). O porque aunque no sean malas de su naturaleza , hay por la concu­
otra parte causa , por la qual es malo apetecerlas. De este género son to­ piscencia es
das las cosas que Dios ó la Iglesia nos vedan poseer. Porque no nos es lí­ pecado.
cito desear lo que no nos es licito poseer ; qual era en la ley antigua el oro
y la plata de que se habían fabricado Idolos , y que el Señor había manda­
do en el Deuteronomío que no se codiciase (c). También se prohíbe esta
concupiscencia viciosa , porque son agenas las cosas que se apetecen , como
la casa . el siervo , la esclava , la tierra , la muger, el buey , el asno , y
otras muchas , que siendo agenas, veda codiciarías la divina lev , y el ape­
tito de tales cosas es malvado , y se cuenta entre los pecados gravísimos,
querido se consiente en tales concupiscencias-
Esta concupiscencia natural entonces es pecado, quando después del im­ T2.
pulso de los apetitos desmandados se deleyta el ánima en las cosas malas, E n que se­
ñaladamen­
v consiente en ellas , ó no las resiste : como lo enseña Santiago , demos­ te consiste
trando el origen y progreso del pecado por estas palabras : Cada uno es ¿en­ este peca­
trado de su concupiscencia , atraído y alhagado. Luego habiendo la concupiscencia do.

palabras *3-
es 5 que reprimamos nuestros apetitos ce cosas agenas. Porque el apetito de Q aái es
cosas agenas es una sed inmensa é infinita (<*) , que nunca se harta : según ei sentido
de estos dos
esta escrito : JVb sr llenará d avariento de dinero ( / ). Sobre ío qual dice así ú l t i m o s
Isaías: ¡ Ay de fas que jurdais casa con. casa , y aikgais heredad á heredad (g) [ m a n d a »
Alas por ia explicación de cada una de las palabras se entenderá mejor lo znientos.
feo y grande de este pecado-
para esto enseñara el Párroco , que por el nombre de casa se significa Jd
no solo el lugar donde habitamos, sino también toda la hacienda : como cons­ Q ué se de­
be enten­
ta del eso y costumbre de los Escritores Sagrados. Porque en el Exodo der squS
se escribe , que edificó el Señor casas á las parteras (/i). Y esto quiere de­ por el nom­
cir , que acrecentó y aumentó sus posesiones y haciendas. Y por esta in­ bre de ca­
terpretación echamos de ver, que por esta ley se nos veda apetecer con an­ sa*
sia riquezas $ y envidiar los bienes 3, el poder ó h nobleza agena a sino que
km es-
(é) Gatee. {§} s. Corintk zo, 4. ( f ) EcdL g.
(c) JDeocer.y. (s) JacoA 1. (g} Issu. <• Esod. 2»
(4 Yid. U. Thom* 1. z, coacsE. 30.
CATECISMO ROMANO
estemos contentos con nuestra suerte , tal qual fuere plebeya ó noble. Y asi­
mismo debemos entender , que se nos prohíbe el apetito del esplendor age-
no : porque también esto pertenece á ía casa.
Qué se en— l 0 que después se sigue : N i d b u e y , n i e l a s n o : nos manifiesta que no
tiende por S0j0 no nos es permitido apetecer las cosas grandes como la casa , nobleza,
bies D0Ide y gloria > siendo agenas ; mas ni las pequeñas tampoco quales son las nona-
buey ó as - bradas , sean ó no vivientes.
n 0 . Síguese luego : N i d s i e r v o , Esto debe entenderse así de los cautivos co-
. mo de qualquier condición de siervos , los que debemos no codiciar, como
X )t que to^os dem/s bienes agenos. Tampoco debe nadie sobornar , ó solicitar
habla en es- de palabra , ó con esperanzas , promesas , premios , m de otro modo , que
te manda- los hombres libres que sirven de su voluntad , o por su soldada , ó im­
miento. peüdos de amor y respeto , dexen aquellos, á quienes libremente se obliga­
ron ; antes bien sí desamparan á sus amos antes de cumplir el tiempo , por
el que se ajustaron á servirlos 5 se les ha de exhortar en fuerza de esta ley,
á que sin falta alguna se vuelvan con ellos.
17. Y hacerse en el mandamiento mención del p r ó x i m o , esto se endereza i
Por <jue se segajar ej VI*cj0 d£ jos hombres ; pues es común en ellos codiciar las tierras.
il 1Ulil j p . . W « p
bien mee- que están a linde , las casas vecinas, y cosas semejantes , que con fanan con
cíon del ellos. Porque la vecindad , que se tiene por una de las partes de la amistad,
próximo. $e trueca de amor en aborrecimiento, por viciarla la codicia.
.j.- l8‘ pero en manera ninguna quebrantan este precepto los que quieren corrí-
braara esta Prar - o de hecho compran por su justo precio las cosas , que ios próximos
ley ei que tienen vendibles. Porque estos no solo no hacen daño al próximo , mas ie
busca las haces mucho provecho : pues le será mas útil , y le tendrá mas cuenta el di-
\°s.as ^°1Sa nero que ie dan , que las cosas que vende,
A la lev de no codiciar las cosas agenas se sigue la otra de no codiciar
xg . tampoco la m uger a g en a . Por esta ley no solo se entiende prohibida aquella
Cóiuo se líbkndad, con que apetece el adúltero la muger agena , sino también aque-
h .3 . ds en- ¡¡a con q He aficionado uno a la muger de otro desea contraer matrimonio
tsc-aer el -
13 i a n d a - con e^a- P°rque como en aquel tiempo era permitido el libelo de repudio,
mis¿ sdiq be podía fácilmente acaecer, que la repudiada por uno se casase con otro, -Mas
so condì- el Señor prohibió esto , para que r¿ los maridos fuesen solicitados para des-
c:ar ÍZ mil~ pedir ías mugeres 3'ni ellas se hiciesen tan molestas y enfadosas á los maridos,
- ¿¿ena. qU„ s£ diesen estos como precisados á repudiarlas. Ahora es pecado mas grave:
pues no puede la muger , aunque la repudie el marido , casarse con otro,
hasta que él haya muerto. Y el que codiciare la muger agena , presto cae­
rá de un apetito en. otro , porque querrá ó que se muera su marido , ó
adulterar con ella.
■ Esto mismo se dice de aquellas: mugeres, que están ya desposadas con
Os.ro * que dj. tampoco á estas es licito codiciar» Porque ios que orocurso, des­
baratar estos conciertos , quebrantan d santísimo lazo de la fidelidad.
Y de la. misma ío¿ m i que es del toco profaibido , codiciar la imi^er ca­
sada y z con otro s así también es maldad enorme apetecer aquella , aue está
ya consagrada al culto de Dios y á la Religión.
Pero s> deseara uno contraer matrímcBio con una que e$ casada , mas
PARTE III. CAPÍTULO X. 275
el juzga que es soltera , y que sí supiera que era casada , de ningún moda ~0,
Ja pretendería (com o leernos acaeció á Faraón («) y Abioieiec (¿), que de-
sta
searon casarse con Sara , pensando que era soltera y hermana de Adraban, ley e! que
no su muger) el que de cierto tuviese tai ánimo , no parece violaría la ley pretende
de este precepto, c ;sarse coa
Y para que eí Párroco descubra los remedios que son acomodados , para ^
curar este vicio de la codicia , debe explicar la segunda parte del mandamien- ít-
to. Esta consiste : E n q u e s i l a s r i q u e z a s a b u n d a n , n o p o n g a m o s e l c o r a w n e n De ias co-
e lla s ( c ) ; y que por amor de la piedad , y servicio de Dios , estemos pron- sas <íue se
tos á renunciarlas, y que de buena gana las gastemos en aliviar las miserias ®ailJanhi*
de los pobres: y en fin que si Faltaren , suframos la pobreza con igualdad Ee
y alegría de ánimo. Á la verdad si diéramos liberales en dar n u e s t r a s cosas, miento,
apagaríamos ie sed de las agenas. Acerca de las alabanzas de la pobreza y
menosprecio de las riquezas fácilmente podrá recoger el Párroco muchas doc­
trinas de las Sagradas Letras , y de los Santos Padres, para ensenar al pue­
blo fiel- También se manda por esta ley , que con afecto ardiente y ansias
vivas deseemos se haga , no precisamente lo que nosotros queremos , sino lo
que quiere D io s , según se expone en la oración del P a d r e n u e s t r o . La vo­
luntad de Dios señaladamente está , en que de una manera singular seamos
hechos Santos , y en que conservemos nuestra alma sencilla , limpia y libre
dé toda mancha , en que nos empleemos en aquellos exercicios de ánima y
de espíritu , que sean repugnantes á ios sentidos del cuerpo , en que doma­
dos los apetitos , y guiados de la luz de la razón , sigamos el camino dere­
cho de la vida; í mas de esto en que rerrenemos el ímpetu y la iuerza d e aque­
llos sentidos , que dan ocasión y materia donde se pueden cebar nuestros
antojos y ühiandades.
Mas para apagar el ardor de los apetitos será muy provechoso consi- Qué* deben
derar los daños que de ellos provienen. El primero es - quando nos dexa- ios Civis­
mos vencer de semejantes antojos , rey na en nuestras almas el pecado con d a n o s ale-
suma fuerza v poder. Por esto amonesta el A o d sto l: J V o r e p t e e l p e c a d o e n ^Ítaí" Pl,n“
T^ r , . . . , - í - 1 . cipahaente
vuestro cuerpo ¿m etal; < te ¿amo q u e cocaítem s & s u s c o n c u p i s c e n c i a s (a ). Por- para repr^
que asi como resistiendo á los sperízt», se quebrantan las fuerzas dd peca- mir eí Fu-
tío , así rindiéndonos á ellos 3 despojamos de su S , e y n o al Señor, y coloca- Peía áe la
titos si pecado en su lugar. co a cu p í s-*
cencía.
E l segundo daño es , que de esta fuerza de codiciar manan como de rúen'
te todos les pecados : como Santiago dice (í) , y San Juan enseña también;
'T o d o c n a n to h a y a s d m u n d o 3 es c o d e a n d e ¿ ¡z c a n s e , c o d ic ia d e lo s o j o s , y
s o b e r b ia d e la v id a - í/ j.
E l tercero es , que con estos antojos se obscurece el recto juicio de la
ra zo ® . Y obcecados los hombres con. estas dmcblas ce sus apetitos 5 juzgan
sanio y bueno todo lo que desean.
Sobre todo esto en fuerza de ese ímpetu de apetecer queda sufocada I z pa­
labra divisa sembrada en nuestras aireas por aquel gran Labrador Dios, Porque
2 así
Senes, ie. (i>) loldem es, (i) Rosan. 6 , (e) Jaece, 1,
i f i fs P m , 6 1 , :'/} i. Joana. s,
„ s?fi CATECISMO ROMANO
así está escrito en San Marcos : Otros hay , en quienes se siembra , como entre
espinas. Estos son los que oyen la palabra; mas las congoxas del siglo 5 d en­
gaño de las riquezas , y las codicias que van introduciéndose acerca de otras co­
sas y sofocan la palabra y y se hace infructuosa \á).
^3* Pero los estragados sobre todos en este vicio de codiciar , y á quienes
Quiénes
son los mas
debe el Párroco exhortar con mas diligencia á la observancia de este man­
enredados damiento, son los que se deíeytan en pasatiempos indecentes, los que se dan
eon los la­ al juego sin moderación , los comerciantes también que desean Falta de pro­
zos de este vision y carestía de cosas, y sienten que haya otros Fuera de ellos s que ven­
vicio. dan ó compren : para poder ellos vender mas caro ó comprar mas barato:
y pecan igualmente , los que desean , que otros se vean en necesida , por
hacer ellos sus ganancias vendiendo ó comprando.
Pecan asimismo los Soldados que desean que haya guerras , para que
les sea permitido robar. Los Medicos que quieren que haya enfermos , y
los Abogados que apetecen abundancia y copia de demandas y pleytos. A
mas de estos ios Artesanos , que ansiosos de ganancias desean penuria-de
las cosas pertenecientes al sustento y vestido, para hacer ellos de ahí mayo­
res íosxos.
D Pecan también gravemente
O en esta
t linea los sedientos de _alaban-
2a y gloria agen a , y que la apetecen , no sin algún perjuicio de la rama del
próximo : mayormente si los que la codician , son unos haraganes y hom­
bres indignos de toda estimación. Porque la fama y gloria es premio de la
virtud é industria , no de k fioxedad y pereza*

QUARTA PARTE

D E L C A T E C ISM O ROMANO.
CAPITULO L
DE L A O R A C I O N , Y P R I M E R A M E N T E
DE SU NECESIDAD.

T- W
Cbmo ss M im n ei oficio y cargo Pastoral es mety necesaria para la salud del pueblo
■ SlSfôs O'FÆT fiel la doctrina de ia oración Cfeostksa.: porque es preciso que ignoren, mu-
S Dees y, y ebes stt virtud y ei anodo de hacerla -. si no son instruidlos por la oiadosa y
©as SasPár- fiel diligencia, oel Pastor. Por esta ¡razón debe poner el Párroco particular
m csK k é c ­
he: a ■eïîse-
cuidado ^ sobre que entiendan los fieles 3 que es lo que deben pedir ¿ Dios,
y tíe que modo se debe orar. T o d o qtiaato se puede desear para este efec­
to 3 se condece^ eo. aquella divina forma; de orar que Chrísto Señor nuestro
quiso ensenar sus Apostóles , y per ellos y sus sucesores á quaotos abra­
zasen la R d ig lo s Cfiasiiana : 'Coyas palabras y sentencias de tal modo se de­
ben
PARTS III. CAPÍTULO ï. 277
ben imprimir en ei corazón y en la memoria 3 que las tengamos siempre
muy á mano. Y para que tengan los Párrocos copia de materiales con que
imponer á los fieles en el modo de orar , liemos propuesto aquí las cosas
que nos han parecido mas á propósito , sacadas de aquellos Escritores 5 cuya
doctrina y erudición es celebrada como particular en este asunto: pues lo de­
más que fuere menester, de las mismas fuentes lo podrán tomar los Pastores,
Primeramente pues se ha de enseñar , quan necesaria sea la oración s y que 2.
este precepto se nos intima no solo por modo de consejo 5 sino que tiene El exerci-
fuerza de mandamiento necesario : como lo declaró Christo Señor nuestro cio ía
en aquellas palabras : Es mtntsltr siempre orar (a). Y la Iglesia misma demues- Recesarlo
tra también esta necesidad de hacer oración en aquel como proemio de la para sal-
Oracion del Señor en la Alisa : Amonestados con preceptos saludables 5y enseña- varse,
dos por divina institución , nos atrcuemos á decir. Siendo pues necesaria la ora­
ción á los Christíanos 3 el mismo Hijo de Dios , habiéndole pedido sus discí­
pulos : Señor y enséñanos á orar (b) , les ordene la forma de orar , y les dio
esperanza de alcanzar lo que pidiesen : y ei mismo Señor fue documento de
Oración : porque no solo oraba de continuo 5 sino que pasaba orando las
noches enteras (e). No se descuidaron después los Apóstoles en dar precep­
tos y reglas sobre este exercicio á los que se convertían á la fe de Jesu- Chris­
to. Porque San Pedro ( d ) y San Juan (¿) s exhortan á ella con diligencia su­
ma á los Christíanos. Y teniendo presente esto mismo el Apóstol ( / ) , nos
encomienda en muchos legares esta saludable necesidad de hacer oración.
Demás de esto necesitamos de tant^i «osas <¡nn indispensables para la 3.
conservación , así del cuerpo , como del alma 5 que es forzoso recurrir á la ®-azoa.
oradon , como a único asilo 3, y la mejor intérprete de nuestras necesidades, y gjfs ^ aDj 0
condiiadora áe cuanto habernos menester. Porque como Dios á nadie de- muy rece­
be nada ? no queda á la verdad otro recurso que pedirle con súplicas hu- sana que es
mil des lo que necesitamos: pues estas oraciones son como el instrumento ne- ~a oración,
cesario que su Magestad nos dio para conseguir lo que deseamos.
Es manmesto que muchas cosas no pueden alcanzarse sin ei socorro de 4-
la oradon. Porque tienen las oraciones sagradas la excelente virtud de que hay
otro medio
p o r ellas señaladamente son lanzados Ies dem oniospues hay cierta casta de
cae la ora­
demarra-s , ¿pie na ts íznzcás sm& por úr&am y ¡syezm (g). Y por tanto se pri- ción croa para
van á sí mismos de grandes riquezas s de singulares dones ? los que no se va- remedio de
leu de esta santa costumbre v exercicio de orar devota y diligentemente. Por- to¿as naes”
rras misa­
que para alcanzar lo que deseas , has menester oración ? no solo cevota , si­ rlas.
no también continua pues como dice San G erónim o: Escrito esleí : d io­
do ei asee pide > se de z itiegp si é A so se dea. s, ¿s páreme rao pides z pedid3
pms , y recibirás (r).

&a loss. sS . if} îH d ers r i . (¡r) Ib i— I f } E ssa. re . Philipp. 4 . a . Tom . 2. Sic.


desa 6. Id ) 1. Petr. 3. (i?) Apocasyp. (g} M arch . 1 7 . {è) |geofe, $. (A l a
í» et S. * ■ tao. 7. March,.
2^8 CATECISMO ROMANO

CAPITULO II.
DE L A UTILIDAD DE LA ORACION.

,i . H j?ero esta necesidad trae consigo la utilidad dulcísima 5 de que produce


el primer copiosísimos frutos , cuya abundancia tomarán los Pastores de los Escritores
fruto1 que Sagrados 3 quando sea menester repartirlos á los fieles. De esa abundancia he­
la oracioa mos escogido nosotros los que han parecido mas acomodados para este tiena-
produce. p0> pq prjmer fruto que sacamos de aquí es , que quando oramos , honra­
mos á Dios. Porque la oración es prueba clara de la Religión : y en las Sa­
gradas Escrituras es comparada ai perfume mas suave : Suba s Señor , mi
oración , dice el Profeta s así como incienso delante de tí (a). Por ella protesta­
mos que estamos sujetos á Dios i que le reconocemos y predicamos como í
principio y fuente de todo nuestro bien ; que en él solo esperamos ; y que
a él solo tenemos por único amparo y refugio de nuestra segundad y sa­
lud. Este fruto nos recuerdan también aquellas palabras : Llámame en el día-
de la tribulación : librarte he y y honrarme has (h).
Síguese otro fruto amplísimo y dulcísimo de la oración ,-que es ser núes-
tras aplicas oídas de Dios. Porque en sentir de San Agustín : La oración es
l a Oración. ^av£ ^ Cielo. Sube la petición , y baxa el despacho de la misericordia de Dios.
Laxa es la tierra 5 y $ho el Cielo , ¿A embargo oye Dios la lengua del hom­
bre (c). Tan grande es la virtud , tanta la utilidad de este exercício s que por
él conseguimos las riquezas de los dones del Cíelo. Porque alcanzamos para
nosotros tener por guia y protector al Espíritu Santo , logramos la conser­
vación y firmeza de la fie 5 y la esendon de las penas , el auxilio de Dios
en las tentaciones , y la victoria contra el demonio : y hay en la oración tam­
bién un colmo muy cumplido de gozo singular : por esto decía así el Se­
ñor : Pedid . y recibiréis , para que vuestro gozo sea cumplido (d).
_3- Y no debemos tener la menor duda s de que acude con prontitud la be-
nignídad de Dios á nuestras peticiones. Comprueban esto muchos tesiimo-
gesrad 3>i- m°s de la Escritura Divina 5 que por ser obvios , solo por exemplos rocaré-
vísa.iisora- mos estos de Isaías : Entonces , dice , demarás, y el Señor te oirá 5 clamarás 5y
cienes de- c¿:r¿ . ¡ltm¿ &qm praen te (e). Y ea otra paite : Y sucederá , que antes que lia-
voisí. . los oiré : en el mismo tiempo que estuvieren hablando 5 As acudiré (J). O m i­
tirnos los exemplos de aquellos que con sus oraciones alcanzaron de Dios lo
que pedias; porque son casi infinitos , y están delante de los ojos.
4- Pero ¿ veces sucede no alcanzar lo opee pedimos á Dios. Es así . mas
Ssq-eeon- cnrdr.C£S rmra con especial amor por nuestro bien. Porque ó nos concede
o s- o:ras g ^ a a s mayores y mas excelentes, o no nos es necesario ni provecho-
esas veces so lo que pedímos : ¿ates nos sería acaso superfino v dañoso si lo concedíe-
Xo qee sí ra. Porque nlgums cosas y dice San Agustín , niega el Señar propicio , que con-
ce-
(s) FszL 140. (p) Ibidem 49. (c) Serta, (d) Joir.n. i 5. (r) Isa!. ¿S, ( f) Ib¿—
s a — ¿ s T e a ity detn 65.
PARTE IV. CAPITULO lí. 2;g
a d t a ir a d o { a ) . Machas veces también hacemos la oración con tal tibieza y
fioxedad s que ni nosotros mismos sabemos lo que decimos. Siendo la ora­
ción levantamiento del alma á Dios 3 si la atención que en día debe ende­
rezarse á su Magestad , anda vagueando de una parte i otra > y se pronun­
cian las palabras de la orad on temer adamen te 3 y sin reparo ni devoción al­
guna 5 i cómo diremos que es oración Chnsriana el sonido vano de tales pe­
ticiones ? Por esto en manera ninguna es de extrañar que Dios no condes­
cienda á nuestros ruegos , quando aun nosotros mismos damos á entender
que no queremos lo que pedimos 5 por el descuido grande y la poca aten­
ción con que oramos , ó pedimos cosas que nos han de dañar.
Por el contrario : á ios que piden atenta y devotamente , mucho mas de
Los que pi­
lo que piden, concede su Magestad. Así lo afirma ci Apóstol en la Epísto­ den bien,al-
la á los de Kíeso (¿) , y se declara con la parabola del hijo Pródigo : quien esnzan mu­
pensó que sería una gracia muy crecida admitirle su Padre entre sus jorna­ cho mas de
leros (c). Aun quando solamente pensamos bien (¿quanto mas si pedimos?) lo que pre­
tenden.
nos coima Dios de su gracia , no solo por la abundancia de dones , sino
también por la prontitud en darlos : como lo muestran las Letras Divina?,
quando se explican en esta forma : E l d e s e o d e l o s p o b r e s o y ó e l S e ñ o r ( d ) .
Porque sin aguardar á que pronuncien palabra ninguna , acude Dios á los de­
seos íntimos y ocultos de los necesitados.
6.
A estos se junta aquel fruto de que en la oración exerdtamos y acre­ Otro fruto,
centamos las virtudes , y señaladamente la fe. Porque .así como no oran bien que en la
los que no creen en Dios : ¿ C o m o p u e s invocaran , dice , d aquel m q u i e n oracíon se
n o c re y e ro n (r) ? Así los fieles quanto oran con mas fervor , tanto tienen ma­ aumentan
Jas virtu­
yor y mas cierta fe del cuidado y providencia de Dios , quien especialmen­ des.
te requiere de nosotros 3 que fiándonos deí todo en él j. le pidamos quanto
necesitemos.
Cierto es que pudiera Dios darnos en abundancia todas las cosas sin pe­
dirlo , ni aun pensarlo nosotros : así como provee á los animales que carecen Porquésa—
de r2Zcn de todo lo necesario para la conservación de su vida ; mas el be­ biendoDios
nuestras ne*
nignísimo Padre quiere ser invocado por sus hijos , quiere que pidiendo ca­ cesida d e s ,
da día bien , pidamos con mas confianza ; y quiere que alcanzadas las cosas quiere se le
que pedimos , testifiquemos y ensalcemos mas cada día su inmenso amor ha­ expo n g a n
cia nosotros. en la ora-
clon.
También se aumenta la Candad. Porque como en la oración reconoce­ S.
mos á Dios por Autor de todos nuestros bienes y utilidades , le abrazamos Cóm o en la
con la mayor caridad que podemos. Y aí modo que los que se aman } se oración se
encienden mas en el amor con el trato y comunicación ; así los justos quan­ exercita la
to con mas frecuencia ofrecen a Dios sus suplicas 5 é imploran su benigni­ caridad.
dad , como conversando con é l ; tanto llenándose de mayores gozos en ca­
da una de las oraciones ? se incitan í amarle y adorarle c o n . caridad mas
ardiente.
■ Quiere á mas de esto el Señor que frecuentemos la oración para que
enar-
Cs) Ssrm. 53. ds Y ero . S í ■ fe-) A v e ig . (d) PsalEU
(á) R jA es, 5. (y) Román, so.
a8o CATECISMO ROMANO
9* . enardecidos con el deseo de pedir io que solicitamos , aprovechemos tanto
X a oración con esta continuación y afectos , que nos hagamos dignos de que se nos co­
c o n ti n a a
nos hace
muniquen aquellos beneficios , que nuestra alma no era antes capaz de reci­
dignos de bir por su flaqueza y estrechez. Quiere asimismo el Señor 7 que entendamos
lagracia de y confesemos , lo que en verdad es así 3. que si somos desamparados del so­
D ios, y nos corro de su divina gracia , nada podemos conseguir por nuestras fuerzas: y
da humil­
por tanto , que con todo ahinco nos entreguemos á la oración. Mis para lo
dad y ar­
mas contra que en gran manera son muy poderosas las armas de la oración } es contra
el demonio. los capitales enemigos de nuestra naturaleza : pues dice San Hilario : C o n t r a e l
d ia b lo y su s a rm a s h em os d e p e le a r co n e l s o n id o d e n u e s tra s o r a c io n e s ( a ) .

i o. Sobre todo esto conseguimos por la oracíon aquel excelentísimo fruto*


Q c á l sea elde que estando nosotros tan inclinados al mal , y á varios apetitos de la car­
quarto fro­
ne por lo viciado de la naturaleza, sufre el Señor ser concebido por nues­
to de la
Oración. tros pensamientos , para que quando estamos rogándole , y porfiando por me­
recer sus dones, vengamos á recibir ia voluntad de la innocencia , y corta-*
dos todos los pecados * quedemos limpios de toda mancha.
ai. Últimamente la oracíon , según sentencia de San Gerónimo , hace resis­
D e ! dirimo tencia á la ira divina. Así habló el Señor á Moysés de este modo : D é x a - >
froto de la m e ( p ) . Porque queriendo castigar al pueblo por sus pecados 3le detenía M oy­
oraexon.
sés con su oracíon : pues no hay cosa que tanto aplaque á Dios airado , o
que ya prevenido para' descargar ei golpe sobre los malos 3 así le contenga y
mingue ss saña s como las oraciones de los buenos.

CAPÍTULO III.
DE LAS PAUTES X GRADOS DE L A ORACION»

U. ,xplícada y i la necesidad y utaudad de la oracíon Christiana , es menes­


D e c^é par­ ter que sepa el pueblo fiel de qusntas y quaies partes se compone esta ora­
res cor_>-2.
ción. Porque esto pertenece á la perfección de este exercirio : como lo afir­
la cia clo a
Christiana. ma el A p óstol, quien exhortando en la Epístola a Tim oteo á orar devota
y santamente , cuenta con diligencia las partes de ¿a oracíon: diciendo : R u é -
aue ante redé se hagan supízcsxzdncs . oraciones ? peticiones y kachráerJ.cs de
g r a c ia s p a r ¿a d a s la s k o m é r e s ( ¿ ) . Mas por ser delicada k diferencia que hay
entre estas partes , sí juzgaren. los Párrocos que convendrá explicársela ¿ los
fieles, consultarán í ios Santos Escritores , y señaladamente á San Hilario (d)
y San Agustín (e).
Da la peri- Mas por ser la petición y serien ce gracias las dos partes principales de
d o n , y ¡ba- h oracíon, -de las quaies „ como de cabezas, dimanan las dem is, juzgamos que
chsricn&jds estas en manera ninguna debías omitirse. Porque sos llegamos í D io s , para
gradas, que adorándole y reverenciándole s ó alcancemos de su Magestad alguna co-

Ari Xs.PssSs. (è ) Estri (d) lu Psalm . 140.


s« Tez, a* iy) ErissL íp. as Paule
PARTE IV. CAPÍTULO III. 2Sî
sa , ó le demos gracias por los beneficios con que continuamente somos fa­
vorecidos y acrecentados por su benignidad. Una y otra parte de la oracíon
es muy necesaria : como el mismo Señor io declaró en boca de David por
aquellas palabras ; Llámame en el dia de la tribulación , librarte he , y honrarme
has la), Q uin grande sea la necesidad que tenemos de la largueza y bon­
dad de Dios ? ? quién lo ignora si pone los ojos en la suma desdicha y mise­
ria de los hombres?
Pero lo muy inclinada que está hacia el linage humano la voluntad de 3*
D io s , y lo muy derramada su benignidad sobre nosotros , todos lo conocen. p s ía gran~
' f * J , , . , * «eberugni»
Si no están ciegos y privados de juicio. Porque a quaiquier parte que volva- dad y Tar-.
mos los ojos , do quiera que apliquemos la consideración , luego se nos des-gueza de
cubre la luz marabiiiosa de la largueza y benignidad divina. \ Qué tienen los ^ os Pa~*
hombres , que no haya dimanado de la largueza de Dios ? Y si todas las co-
sas son dones y dádivas de su bondad , ¿ cómo no emplean todos todas sus
fuerzas en celebrar con sumas alabanzas , y dar inmensas gracias á tan libe-
ralísimo Señor \ Mas cada uno de estos ejercicios , así el de pedir alguna co­
sa á Dios , como el de darle gracias , tiene muchos grados , de los cuales
uno es mas alto y mas perfecto que otro- Y así para que eí pueblo fiel no
solo naga oración , sino que la haga del mejor modo que pueda , le propon­
drán los Pastores el modo de orar mas alto y mas perfecto , y le exhorta­
rán á ejercitarle con el mayor cuidado que pudieren.
? Y quál es el mejor modo de o rar, y d último grado de la petición ? Quár¡ea g
Aquel de que se valen los virtuosos y justos , los quales apoyados sobre el n:odo mas
cimiento firme de la verdadera re,, van subiendo por ciertas gradas de una ?erf ero de
altísima consideración y oracíon hasta aquel lugar , desde donde pueden con- 0ljar.3 y el
templar el infinito poder , la inmensa benignidad y sabiduría de Dios : y ^iair a ­
condo tienen también esperanza certísima de que al presente conseguirán cion.
todo quanto pidieren , y despees aquella abundancia de inexplicables bienes,
que Dios prometió dar a los que imploren el socorro divino piadosa y cor-
díaímente. Levantada el alma al Cielo con estas dos alas , se liega á Dios
ardiendo en amor su yo, le bendice, le adora , y le da humildes gracias por
las grandes mercedes que ia ha hecho , y luego como único hijo £ su a man­
tés! mo Padre con singular piedad y veneración expone confiadamente todo
quanto ha menester. Usté modo de pedir se explica, en las Sagradas Letras
con la voz de derramar : Porque dice así el Profeta : Derramo mi oracíon en
$m acatamiento , y ¿danie de él pronnRao mi angKS’ni (í). Y esta voz significa,
que el que se pone á hacer oraocn , nada calla . nada encubre , sino que to­
do lo viene , ^arrojándose con toda confianza crt d seno de su amantísimo
Padre Dios. A esto nos exhorta i.i Sagrada Escritura por aquellas palabras:
JD-trmmad vteeíiiros corazones sa presencia (c). b : Arroja tus cmdad&s sobre
d Samar (d). Y este es el grado de oración que insinúa San Agustín , Guan­
do dice €3 el EoquiriJioo : X® yi¿e cree la JFe y pm¿n ¿a Esperanza y la Ca­
ridad (e\
Otro grado de orar es el de aquellos s que oprimidos de pecados morta-
n>: Ies,
(s) Psalm. 49. (ñ) Ibídesa 14a. (c) Ibidem 61. (é) Ibidem 54. (e) Cap. 7.
aSñ CATECISMO ROMANO
les , sin embarco con aquella fe que se llama muerta , sé esfuerzan i levan­
D e l segun­
do grado de
tarse y subir á Dios ; mas por lo perdido de las fuerzas , y ñaco de la fe,
oración. no pueden levantarse de la tierr £* Pero reconociendo sus pecados, y afligi­
dos por el remordimiento y dolor de ellos , imploran arrepentidos con hu­
mildad y sumisión desde aquel lugar , aunque tan retirado 5 el perdón de sus
maldades , y la gracia de Dios. Su cabida tiene esta oración delante de Dios,
porque son oídos sus ruegos : y aun el mismo Dios misericordioso liberalí-
simámente convida á los tales , diciéndoies : Venid d mi todos los que estáis tra­
bajados y cargados , que yo os daré refrigerio (a). Uno de estos fue aquel Pu-
blicano , que aunque no osaba levantar los ojos al Cielo , sin embargo salió
justificado dei Templo mas bien que el Fariseo (¿>).
6. H ay á mas de estos otro grado , y es el de aquellos que todavía no
D el rercer han recibido la luz de la fe ; pero encendiendo la benignidad divina la es­
grado de casa luz de la razón natural , se excitan en gran manera al deseo y amor de
oración.
la verdad, y piden con muchos ruegos ser instruidos en ella. Si estos perse­
veran en esa voluntad , no desecha sus afectos la clemencia de Dios : como
lo vemos comprobado por el exemplo de Cornelio Centurión (e). Porque
á ninguno que pide de veras s $e cierran las puertas de la benignidad di­
vina.
E l último grado es el de aquellos, que no solo están arrepentidos de
Quienes es­ sus lecherías y maldades , sino que añadiendo pecados a pecados, con todo
tán en el
infimo gra­
eso no se avergüenzan de pedir muchas veces í Dios perdón de los pecados,
do. en los quales quieren continuar ; qusndo en tal disposición ni aun í otro hom­
bre osarían pedir que los perdonase. L a oración de estos no es oída de Dios.
Porque así está escrito de Anticco : Hada este malvado oración al Señor , de
quien no había de alcanzar nmerrfordta (d)t Y así los que viven en este esta­
do tan infeliz , han de ser exhortados encarecidamente , á que desechada la
voluntad de pecar , se conviertan á Dios de veras y áe todo corazón,

C A P Í T U L O IV.
DE LAS COSAS QUE DEBEN PEDIRSE EN LA ORACION.

---- ... cada u sa de las peticiones se ha de decir á su tiempo , qué es lo


Q bü cesas qtvC je debe pedir , y qué no. Por esto basta aquí prevenir en común á los
fieles , que piaba a Dios ias cosas que son justas y buenas : no sea que pl-
EssseaseeE duendo lo que no conviene. sean rechazados con aquella respuesta : JVb sa-
íz. DEa-dos. &ds (í ). Todo lo que derechamente se puede desear 5 es lícito
pedir : como lo manifiestan aquellas Lauquísimas promesas del Señor : Todo
qmrntú cnússe¡reá£s 5 pediréis ^y se esneederá ( / ) : procos promete que conce­
derá todas las cosas.
Por
¡» Mskúu i i . (fi) L ee»s S» (d) -z. Macha». 9. (e) Matti, ao.
(c) Aerar. zc, í/) Jbaun. ;c.
FARTE IV. CAPÍTULO IV. 2§í

Por esto debemos dirigir nuestro primer deseo y voluntad según esta re' , 2*
o-]a
C1 : Que nuestra / intención y deseo vaya
' derecho á Dios '
* lque es el sumo bien. ?V‘" cos“s
pü—
Después desearemos aquellas cosas que señaladamente nos juntan con Dios, dlrse prin-
Pero las que nos apartan , ó traen consigo alguna causa de esta separación, cíps.i y ab-
se han de despedir muy lejos de todo nuestro amor y voluntad. Y por aquí soiu!lamerl~
se puede conocer , según este sumo y perfecto bien a en qué manera se pue- te*
den desear y pedirse á Dios nuestro Padre todas las demás cosas que se
dicen buenas.
Estos bienes que se llaman del cuerpo , y los bienes externos , quales son 3-
la salud , robustez , hermosura , riquezas, honores y gloria, como muchas ve- beo^edi-sé
ccs dan ocasión y materia de pecar ( de donde nace que no sea del todo ios bienes
piadosa y saludable su petición) , se han de pedir en la oración precisamen- del cuerpo
te en estos términos ¿ á saber , que esas comodidades de la vida se pidan en Y de fortu-
quanto son necesarias. De este modo se ordena tal petición á Dios. Porque ns*
lícito es pedir en nuestras oraciones lo que pidieron Jacob y Salomón. Aquel
pedia así : S i m e d i e r e e l S e ñ o r p a n q u e c o m e r , y v e s t i d o c o n q u e c u b r i r m e s
te n d ré a l S e ñ o r p o r m i D io s ( a ) . Y Salomen pedia de este modo : D a m e s o lo

lo n e c e s a rio p a r a m i m a n te n im ie n t o (¿).
Mas quando por la bondad de Dios se nos provee de sustento y vestí- ^ , 4*
d o , es justo acordarnos de aquella exhortación dei Apóstol: L o s q u e c o m p r a n ,
v iv a n co m e s i n a d a t u v ie r a n ; y l o s q u e u s a n d e e s t e m u n d o , c o m o s i n o u s a r a n - , deíasrique-
p e rq u é se p a s a la f i g u r a d e este m u n d o ( c ) . Item : S i a b u n d a n l a s r i q u e z a s , n o zas, y otros
ñ o n g á is e n e l l a s e l c o r a z ó n (d)„ Porque del mismo Dios hemos aprendido, que bienes d el
en estas cosas nuestro es el fruto y el u so ; pero de tal manera, que las co- ^ ^ ¿ ^ 0
mulliquemos a los demás. Si tenemos salud , si abundancia de los demás bie- pies,
nes de cuerpo ó de fortuna , acordémonos de que se nos han dado para
que podamos mejor servir á Dios , y jautamente favorecer al próximo con
todos los bienes de esta calidad.
También es lícito pedir á Dios los bienes y cultura del Ingenio , como cómo se
son las artes y ciencias; pero únicamente con la condición de que hayan de haa ce pe-
aprovechar para gloria de Dios y salvación nuestra. Mas io que se ha de de- d’ir ¿ píos
sear , buscar y pedir absolutamente , y sin añadidura . ni condición alguna, los .
corso va dhdmos ? es la gloría de Dios - y después todas aquellas cosas, que ^ d^ Sea-
puedan juntamos con este sumo bien : como k te , el temor y amor de cia.
D io s : segas se dirá mas £ la larga en la explicación de las- peticiones.

C A P Í T U L O V.
POB. Q U I E N E S SE H A DE OB.ASC

h a b id a s ya las cosas que se han ce pedir , se ha de ensenar á los heles Kbhaycon*


por quienes se debe orar. Mas como la ©radon contiene penden y nací- áídoa de
2SÍea¿-o de gradas , tratemos primero de h peddom Se ha de orar pues por hombres
xx z to-
{<£} Cesas. z tr ¿js} Pror. 30. {e} PssM. él* (¿) x. Corista. 7,
CATECISMO ROMANO
por quienes ío ¿os SI*n excepción alguna , ó de enemistades, ó de naciones , ó de Religión.
EO se deba p ue £ea enemigo , extraño ■> ó infiel , es próximo : í quien como debe-
°ran mos amar por mandado de Dios , síguese que debemos hacer oración por
é l ; pues esto es oficio del amor. Y á esto se endereza aquella exhortación
del Apóstol: R u e g o q u e s e h a g a n o r a c i o n e s p o r i o d o s l o s h o m b r e s ( a ) . Y en esta
oración primeramente se han de pedir las cosas que pertenecen a la salud del
alma , y luego las que conducen á la del cuerpo,
e. Pero en este exercicio debemos dar el primer lugar i los Pastores de al-
Por quié- roas s como nos }0 enseña con su exemplo el Apóstol. Porque escribiendo í
nesse hade ,Qs ^olosenses , dice > q u e h a g a n o r a c i ó n p o r éí , p a r a q u e D i o s l e a b r a l a p u e r -
pálmente?" te d e l a p r e d i c a c i ó n ( b ) . Y lo mismo encarga á los Tesalonicenses <c). Y en
los Hechos Apostólicos se escribe también: Q u e s e h a d a e n l a I g l e s i a o r a d o n
c o n t in u a por S a n P e d r o ( d ) . Esto nos aconseja San Basilio en los libros de las
Regias morales, diciendo : q u e s e h a d e p e d i r p o r a q u e l l o s q u e m a n e n c a r g a - *
d o s d e p r e d ic a r la p a la b r a d e la v e r d a d (s).
En segundo lugar se debe pedir por los Príncipes , según el mismo Após­
tol. Porque ninguno ignora lo mucho que Interesa el bien común en tener
Príncipes piadosos y justos. Y así se ha de pedir á Dios ios haga tales 3 qua->
les deben ser los que presiden á ios demás.
Hay exemplos de varones santos s en que se nos previene , que hagamos
oración por los justos y buenos. Porque aun estos están necesitados de
oraciones de los demás. Y esto lo ordenó así el Señor , para que no
se engrían por soberbia , viéndose necesitados de sufragios de los in­
feriores.
3* También mandó el Señor, que rogásemos por los que nos persiguen y
“oead- ca*UEQE*an (/)* Demás de esto es celebrado por test!momo, de San Agustín (g),
gosyíosde que viene de ios Apóstoles la costumbre de hacer oraciones y votos al Señor
la Iglesia se por los que son agenos de la Iglesia : para que. los Infieles se reduzcan á la
ha dehacer fe ; psra qUe |os Idólatras sean sacados de los errores de su impiedad: para que
»radon. }os ] u¿ío s, ahuyentada la obscuridad de sus simas 5 recíban la luz de la ver­
dad : para que los ñereges , volviendo a la salud , sean Instruidos en los pre­
ceptos de ía doctrina Católica: y para que los Cismáticos , que se apartaron de
la Comunión de la Sama Madre Iglesia se junten ccn ella otra.vez en I2Z0 de
verdadera caridad. Qusrz eficaces sean las oraciones hechas de corazón por ta­
les gentes, consta de muchísimos exemplos de toda suerte de hombres , que
sacándolos cada día del peder de las tinieblas , los traslada Dios al Rey no del
Hijo de su amor , y de vasos de Ira , ios hace vasos de misericordia : para lo
qual ninguno que sienta bien , puede dudar que aprovechan muchísimo las
oraciones de los buenos.
,4. : Xas oraciones que se hacen por los difuntos para que sean librados del fue-
y-Tsabiea go del Purgatorio , traen su origen de la doctrina de los Apóstoles. Sobre lo
qps- sé ■ díxo lo bastante tratando del Sacrificio de la Misa.
'S 'd íío a -- - ^ aqudlcs de quien se dice ^ que pecan de mueres (h) 7 apenas spreve-
tos, ;■ ■ chao
í .T i:b.2. Coios. 4. (c) 1.Th.es- ; (e) Rsg. $ 5. ( f ) Matth. (g ) Epls-
-sah 3. (c) Actor, 12» roí, 107. ad Vitah A} 1. Joatm. 5.
PARTE IV, CAPÍTULO V.
han las oraciones y votos* Sin embargo es obra de caridad Christiana rogar
por ellos } y porfiar llorando, por si puede aplacarse con ruegos y lágrimas No aprove­
cha la ora­
la ira de Dios. ción age na
Mas las execraciones de que usaron los Santos contra los impíos , consta á los que
que son. según sentencia de los Padres antiguos > ó profecías de los males que pecan de
les habían de sobrevenir , ó que se enderezaban contra el pecado : para que, muerte.
6.
salvas las personas , se destruyese la malignidad de la culpa. Cóm o se
En la segunda parte de la oración damos á Dios muchas gracias por ene i e nden
los divinos é inmortales beneficios , que siempre hizo y hace cada día al li- Jas execra­
nage humano. Y señaladamente nos valemos de esta acción de gracias á causa ciones de la
de todos los Santos , rindiendo á su Magestad singulares alabanzas per las Escritura.
7*
victorias y triunfos , que con su divina gracia consiguieron de todos sus ene­ Quái sea
migos internos y externos. el uso de la
A este hacimiento de gracias pertenece aquella primera parte de la Salu­ acción de
tación Angélica , quando la rezamos para pedir , diciendo : Dias te Salve 3Ma­ gracias.
8.
ría , llena eres de gracia 5 el Señor es contigo , bendita tú eres entre todas las muge- Quién tie­
res. Porque aquí bendecimos á Dios , dándole sumas alabanzas , y rindiéndole ne elpriraer
gracias por haber colmado á la Santísima V írgen con toda la plenitud de sus lugar en 3a
divinos dones. Y á la misma Señora damos los parabienes por su especíalísíma acción de
gracias por
felicidad. Y con mucha razón la Santa Iglesia de Dios añadió á esta acción los Santos.
de gracias ruegos, y la invocación de la Santísima Madre de Dios , con la
quai nos acogiésemos á ella piadosa y rendidamente , para que por su in­
tercesión reconciliase con Dios á nosotros pecadores , y nos alcanzase los
bienes necesarios , así para esta vida , como para la eterna. Y así nosotros
desterrados hijos de Eva , que estamos en este valle de lágrimas, debemos
invocar de continuo á la Aladre de misericordia , y Abogada del pueblo fiel,
para que ruegue por nosotros pecadores , y por medio de esta oración implo­
rar el patrocinio y amparo de esta Señora , cuyos méritos para con Dios son
subidísimos , y cuya voluntad está muy inclinada á favorecer á los hombres:
como ninguno lo puede dudar sino impía y malv adámente*.

CAPITULO VI.
A QUIEN SE DEBE H A C E R O R A C IO N .

JY'Y o solo las Sagradas Escrituras , donde oímos í Dios que nos manda: .
Llámame en el din de la ¿ida íce ¡orí (a) 5 sino aun k misma lumbre de la na-
turakza sellad .i en nuestros entendimientos 5 dicta que la oración se debe ha- re£¿r£e 4
cer á Dios , y que ha de ser invocado so cAino nombre. Mas por el nom- Dios.
bre de Dios se ochen entender las tres Personas divinas.
En segundo losar recurrimos á ios socorros de los Santos que están en m
- T . j . r. - Tambiense
si C icio , a quienes timo;en se han de hacer oraciones. Esto se tiene por ^ j,.Kr
tan cierto en h iglesia, que no pueden los lides padecer duda alguna acerca oración á
de ¡os SaatQSt
A;) Psalm. yo.
gS6 CATECISMO ROMANO
de ello. Y por haberse explicado separadamente en su lu g ar, remitimos allí
í los Párrocos, y á los demás. Pero á fin de quitar á los ignorantes toda
ocasión de errar , será bueno enseñar al pueblo fiel la diferencia que hay en­
tre una y otra invocación«
3, No imoloramos pues de un mismo modo á Dios y á los Santos. Por-
Bedíferen- ^ue ¿ p ; 0ls pedimos , ó que nos conceda bienes , ó que nos Ubre de males.
rcmoGom- pgro / ^ gantüS pQr su gran valimiento acerca de Dios , pedímos que to-
x S ^ u e á men por su cuenta nuestras causas s para que nos alcancen de Dios las cosas
los Santos, que necesitamos. Por esto nos valemos de dos formas de pedir muy diversas;
porque á Dios propiamente decimos : Ten misericordia de nosotros : óyenos ; pero
al Santo: Ruega por nosotros.
4, También podemos en alguna manera pedir á los Santos, que tengan mí-
Cómo po- sericordia de nosotros; porque son muy misericordiosos : y así podemos ro­
demos pe- gar]os ? q u£ apiadados de la miseria de nuestra condición , nos ayuden ante
Santos que Dios con su intercesión y valimiento. Mas en esto deben todos cautelarse
tengas mi- mucho de no atribuir í otro alguno lo que es propio de solo Dios. Y así
sericordia quando rezare uno delante de la imagen de algún Santo la oración del Pa*
de 2.050“ ¿ T€ ¿itiesiro j tenga entendido que lo que pide al Santo es , que ruegue junta-
£r0S° mente con él , y que pida al Señor le conceda las cosas que se contienen en esa
oración; y en fin , que sea su Abogado y Medianero para con Dios. Porque los
Santos hacen este oficio, como lo enseñó San Juan en su Apocalipsis (®).

CAPÍTULO VIL
DE L A P R E P A R A C IO N P A R A O RAR.
I. ícesenos en las Divinas L etras: Antes de la oración prepara ía alma,
C o a qaé
•sircadesse- y m quieras ser como el hombre qm ízeszia. é Dios (¿). Porque tienta á Dios el
que pidiendo bien , obra m a l; y haMaedo' con Dios , está su alma m uy ex­
te desseaKís traviada de las peticiones- Por esto importando tanto que haga cada uno
p re p ara r—
oración á Dios con la disposición debida s enseñarán los Párrocos 2 sus de­
líos para
votos
oración
BGcimiento 'tan grande de sus pecados , que por ellos entienda el que se llega
£ Dios , que oo solo es indigno de alcanzar cosa alguna de su Magestad;

c e a : Miré el S&mr ¡& oraekm de ios kmmtlies , y no menosprecie los ruegos de


ellos (¡e).. Y r jL& arschu ds& fue se kzzmdía 5 penetraré ías nubes (d). Pero á los
Pastores' eruditos se ofrecerán innumerables- textos que vengan á este casar
por lo qual sobredemos de la alegación de muchos s. por no ser necesaria»
Pero 00 omlíísréíSQs oí aun en este lugar aquellos dos exemplos , que ya te?*
cnSios sa o tr o ; porque son muy acomodados para este asunto1. Dúo es aquel
tan
(4 Apócala 8. ¡p). EcdL 18,* (c) Psalm. iGi,. {£} Eccü,
PARTE IV. CAPITULO VII. 2S7
tan sabido del Publicarlo , que estando á lo lejos, no osaba levantar los ojos
de la tierra (d). Otro el de aquella muger pecadora, que traspasada de do­
ler , regó con sus lágrimas los pies de Christo Señor nuestro (b). Uno y
otro declara el gran peso que da á la oración la humildad Christlana.
A esto se sigue cierta congoja nacida de k memoria de los pecados : ó
por lo menos algún sentimiento de dolor , por el motivo de que no nos Des­
demos doler. Porque si el penitente no pone estas dos cosas , ó i lo menos la
segunda , no puede conseguir el perdón.
Y porque hay ciertas maldades , que en gran manera impiden nos con- _ a\
ceda el Señor lo que pedimos en la oración , como son homicidios y violen-
d a s, deben abstenerse las manos de estas crueldades y arrojos. Acerca de es- íadamenre
to dice así el Señor por boca de Isaías : Quando extendiéredes vuestras manos, se deben
apartaré mis ojos de vosotros; y quando multiplicárseles la oración , no os oiré;por- §uaTtiar los
que vuestras manos están llenas de sangre (c), hacedora.6
También se debe huir de la ira y discordia, que impiden, muchísimo el c-lon £r¡JC-
que las oraciones sean bien despachadas. Sobre lo qual dice así el Apóstol: Quie- teosa.
t o que los hombres hagan oración en todo lugar 5 levantando las manos puras á Dios

sin iras y sin contiendas (a)t


Se ha de mirar á mas de esto, que no nos hagamos implacables á ninguno en
las injurias. Porque cen tales afectos nunca nuestras oraciones podrán recabar
con Dios que nos perdone. Quando os f usiércdes á orar } dice el mismo Señor,
perdonad , si tenéis que : pues si no peráorArcdcs á ios hombres, ni vuestro Padre
os perdonará vuestros pecados (e).
También se ha de cuidar , que no seamos duros é inhumanos con los me­
nesterosos. Porque contra tales hombres está escrito: El que tapa sus oidos al cte-
mor ád pobre, é¿ clamaré, y no será mdo ( f ) .
l Y qué diremos de la soberbia ? La qual ofende á Dios en tanto grado co­
mo lo testifica aquella voz : Dios resiste á los sobadnos : mas á los humildes da su
grada (g).
¿Que del menosprecio de las palabras divinas ? Contra éste dice Salomón:
E l que aparta sus oidos para no otr la ley ke úradon de él será abominable (je),
Pero no se excluye aquí pedir á Dios per las injurias que hicimos , ó por el
homicidio', por la ira , por la dureza con los pobres, por la soberbia , y me­
nosprecio de la palabra de Dios ; y en fia , por todos los demás pecados , pi­
diendo y suplicando ei perdón de ellos.
También es necesaria te je para esta preparación del alma. Porque si falta,
ni se tiene conocimiento de la omnipotencia de! Padre celestial , ni de su mí- para, con
sericordia; siendo así que de ellas nace te. confianza del que pide : como el Dios , que
mismo Christo Señor nuestro lo enseñó , quando timo : Qu&ntas cosas pidié- necesa-
r&ks ai la úradon , creyaii® , tes recibirm (j)mD e esta fe escribe así Sea Agus-
ÍÍh : S Í falla la j e s pemrié te ornezún {£). Es pues lo principal para orar bien,
como ya queda dicho . que estemos firmes y Evos en ía íc : lo que por ¿a-
gar
"Lee. iS - ij?) Foacesa 7 . (c) ísai. 1 . (g) 1. Peir. e. {&} PrQverb. 18.
(d) i.T h s. 2. ip) Mare. ir . Milite 6. Mariis. 21. (S) fieras. $<5. de Veriv
i f ) Prov. as. czp. Zj.
íSS CATECISMO ROMANO
gar contrario mostró el Apóstol, diciendo : i Cómo pues invocarán 4 aquel en
quien no creyeron (a)? Y así conviene creer para poder orar , y también para
que no nos falte la misma fe , con la qual oramos fructuosamente. Porque
la fe es la que derrama las peticiones : y estas hacen que desechada toda
duda, sea firme y constante la fe. Conforme í esto exhortaba^San Ignacio
i los que se llegan á orar á Dios , diciendo : J\ro esíeis en la oracicn con ánimo
dudoso. Dichoso el que no dudare (¿>). Y por tanto para alcanzar de Dios lo
que queremos, es importantísima la fe y la esperanza cierta de conseguirlo : co­
mo lo previene el Apóstol Santiago por estas palabras: Pida confe sin ninguna
desconfianza (e).
Muchas son las cosas por las que debemos confiar en este exercicío de
Be las co- ja or2C¡oni> Una es aquella voluntad y benignidad de Dios tan declarada para
d^n^ndn- con nosotros, que nos manda que le llamemos Padre , para.que entendamos
cimosápe- que somos hijos suyos. Otra el número casi infinito de los que por la ora-
dlr coa fe cion alcanzaron de Dios lo que pidieron. Y sobre todo aquel Sumo Roga-
Y17S* dor Christo Señor nuestro , que siempre está pronto para ayudarnos : de
quien dice así San Juan : S i alguno pecare , Abogado tenemos ante el Padre á
Jésu-Christo justo : y este es la propiciación por nuestros pecados (d). Y el Após­
tol San Pablo dice : Christo 'fesus , que es el que murió , y además el que resu­
cito , y el que está seulado á la diestra de Dios , y el que también aboga por
nosotros (e). Y á Timoteo dice también : Jjn Dios y un Medianero entre Dios
y los hombres , y hombre también fesu-Ckristo (/ ). Demás de esto escribe a los
Hebreos ; Por donde debió asemejarse oí iodo á los hermanos : para que se hi­
ciese misericordioso y fie l Pontífice para con Dios , para que le aplacase por los
pecados &d puebla (g), Y por esto aunque nosotros seamos indignos de alcan­
zar cosa alguna , sin embargo por la dignidad de un tan gran Medianero y
Rogador como Jesn-Christo , debemos esperar y confiar en gran manera,
que nos ha de conceder Dios cuasias cosas pidamos por él e n el modo
debido,
f* _ _ Ldrímamente el Autor de nuestras oraciones es el Espíritu Santo, con ctt-
^Sfcus^es <^recc*0B es -acesario que sean oidas nuestras peticiones. Porque hemos
c» Aero- recihido el espíritu de adopción de M ps de D io s , per el qual clamamos Pa­
os. ZZ2-'$Z7£S are. Padre (c). Y este mismo espíritu ayuda nuestra flaqueza é ignorancia
oisdeaes. en este exercieio de orar : Y aun ¿i uasono dice el A p ó sto l, pide por nosotros
(esto es , nos hace pedir ) con gaasé&s Porp i ¡cables (/)_
A Y sí alguna vez titubean algunos , y no se sienten bastantemente firmes
C é» * éz- £IÍ |a A 9 válganse de aquella vez de los Apóstoles : Señor , amam Ornes la
^ de la de aquel Padre : Aynáa ? Señor , mi incredulidad (t). Pero en-
zk sana zi- aduces señaladamente alcanzaremos de Dios quinto deseamos tentaleados,
■ cas-zar So así en la fee s -como en la esperanza , quando conformásemos nuestros pensa­
os* psál- ndoitos , acciones y Graciones con k lee- v voluntad de Dios : Porque dice:
222-* ót pormcmeaereács cu , y mes pDsbms permanecía en en. vosotros , iodo qusnm
qm-
S a m a r. :«?„ J f} EpIsteL ad H ieras. ( / ) i . T ías. e- íg) Hebr. (¿) R o -
íví J scsíO- i . (A? z. ¿vzn. z. y) K q— s a i; . 8. ( / j. i b i á e e s u ( h } Lee. ij.
S, {/) ¿sUrc. o.
PARTE IV. CAPITULO V ili. 2S9
quisiéredes , pediréis , y hacerse ha (a). Aunque para poder alcanzar de Dios
todas las cosas , lo que principalmente se requiere , como dixímos antes, es
olvidar las injurias , y amar y hacer bien á los próximos.

C A P Í T U L O V III.

DEL MODO QUE SE REQUIERE EN LA ORACION.

rJ£í.as importa muchísimo hacer debidamente las oraciones sagradas. Por­ Debe en—
que aunque la oración es un bien muy provechoso , con todo eso de nada señarse al
sirve si no se hace como se debe : pues muchas veces pedimos , y no recibi­ pueblo el
mos , como dice Santiago 5 porque pedimos mal(b). Y así enseñarán los Párro­ m ep r mo­
do de orar:;
cos al pueblo fiel , cual sea el mejor modo de pedir y orar 3 así privada, co­ y qué sea
mo publicamente. Y estas reglas de la oración Christiana están enseñadas per orar en es­
la doctrina de Christo Señor nuestro. píritu y
. Se ha de orar pues en espíritu y verdad. Porque tales los quiere el Pa­ verdad.
dre celestial , que h adoren en espíritu y verdad (e). Ora de esta manera el que
hace su oración con íntimo y ardiente afecto del alma. Y no excluimos á la
oración vocal de este modo espiritual de pedir. Pero con todo eso nos pa­
rece que de justicia se debe la primacía á la oración que nace de un cora­
zón fervoroso : que es la que oye Dios , £ quien están patentes ios pensa­
mientos ocultos de los hombres , aunque no se pronuncie con la boca. O y ó
les rueges íntimos de aquella Ana que rué Madre de Samuel 5 de la qual
leemos que oró llorando 5 y no moviendo sino los labios (d). De este mo­
do oró David qporque dice : A ¿i habió mi cer&zrm , mi rostro te buscó can
diligencia (e). A cada paso se hallan exerapios semejantes en las Sagradas
Letras. a.
Pero también la oración vocal es por s: misma útil y necesaria. Porque Qeál sea
enciende los deseos dd alma y y aviva la devoción del que ora : como lo es­ ei principal
cribió San Agustín a Proba por estas palabras : élgnnas veces paca acrecentar uso de ía
Izs sanies desees - riüs exczfsos&s con mayor vcktsaaicu$ á siesotros mames con pa­ oración vo­
cal.
labras , y con otras scx&cs ( f ) . Otras veces también en fuerza de algún afec­
to vivo de devoción y piedad , nos vemos obfigtdos ¿ manifestar con pa­
labras nuestros sentimientos. Porque saltando el alma de placer 5 justo es que
también salte la lengua. Y verdaderamente es muv debido ofrecer el sacri­
ficio cabal del alma y cuerpo : pues ¿e este modo de orar usaron los Após­
toles , como se echa de ver por sus Hechos (ge . y por las Epístolas de San
pablo en muchos lugares (■ &> 3-
>¿o es oece*
Mas porque hay dos maneras fie orar s *«sna frirvada,, y otra pAllca %en scria la vos
la oración privada nos valemos de la pronunoacien , pero que ayude al afec­ en- la e ra -
to interior y á la piedad. Pero en la publica s como lúe instituida para des­ cío^ p-îiva-
eo per- djSjCQîïioen.
ia púdica.
pf' Joan, re- 0 ñ Jzccb. 4. fH Joam 4. (_fj: Ecísí. reí- Cg) Actor, 4. ¿r 15.
iJ] 2- Kírg. 1. \f) Aalxa. ad. (¿y £. Ccíiath. 14. Ephes. C ojos. 3.
s 9°
CATECISMO ROMANO
■ pertar la devoción del pueblo fiel , no se puede en manera ninguna omitir el
oficio de la lengua á ciertos y señalados tiempos.
4- Esta costumbre de orar en espíritu , propia de Christia nos 5 en manera
Orar en es- rjjnguna ]a observan los infieles , de quien nos dice así Ghristo nuestro Se-
?1J UU ¿e ñor : Qrnndo oráis no queráis hablar mucho , como hacen los gentiles que pim-
C hristia- san son oidos por su mucho hablar. Ido queráis pues asemejaros á ellos : par-
nos j y no que vuestro Padre celestial sabe lo que habéis menester , antes que lo pidáis (a).
debsn reu- p ero aunqUe prohíbe el Señor el mucho hablar s con todo eso tan lejos está
teorarion* reprobar aquellas oraciones prolongadas , que nacen de un vehemente y
continuado fervor de espíritu , que antes bien nos exhorta con su exemplo
á este modo de orar i pues no solo gastaba en oración las noches enteras (¿)5
sino que por tres veces repitió una misma (t). Solo pues se ha de asentar,en
que nada se alcanza de Dios con el vano sonido de las voces.
Tampoco oran en verdad los hipócritas : de cuyo modo de orar nos
jgc adrai- aparta Christo Señor nuestro por estas palabras : (Piando hiciéredes oración , no
te Bies iss seréis como los hipócritas, que quieren orar en las sinagogas , y en los cantones de las
oraciones p¡GXG$ ^ para c¡ut ¿os vcan hombres. En verdad os digo : recibieron su galardón.
c^uls drías íú quando hubieres de orar, entra en tu retrete, y cerrada la puerta, haz oradon
á tu Padre en escondido :y tu Padre que ¿e ve en escondido, te dará el galardón (d).
Este retiro que se menciona aquí, puede entenderse del corazón del hombre, Y
no basta recogerse en él , sino que á mas de esto es menester que se cierre, para
que nada de afuera se introduzca ó intluya en el alma , que pueda minchar
la pureza de su oración. Porque entonces el Padre celestial , que $eñaiadamen~
te mira los corazones y ocultos pensamientos , nos concede lo que pedimos,
A Demás de esto requiere la oración perseverancia. Porque es tan podero-
sa ? como lo mostró el Hijo de Dios por el exemplo de aquel Juez , que
aunque ní temía i Dios , ni respetaba a los hombres , sin embargo vencido
5c de A impon una don y diligencia de una viuda , la otorgó lo que pedia (y).
éuzic. io i así se lian de nacer de continuo oraciones á Dios , y no imitar á aquellos
qac sepile. qiic en habiendo pedido una y otra vez , si no les dan lo que piden, se can­
san de la oración. Porque en este exerdeio no debe naher cansancio : como
nos lo enseña k autoridad de Christo Señor nuestro ( f ) , y del Apóstol (g).
A si alguna vez liega i desfidkcer la voluntad , pedir i Oíos con. muchos
ruegos la virtud de la perseverancia,
y. Quiere también ei Hilo de Dios , que nuestras oraciones lleguen en su
€ar¡sTn*&- nombre al Padre : pues el memo y grada de este Medianero les dan tanto
^ fhJY™ valor y virtud , que son cides por d Padre cdesdaJ. Porque el mismo Se-
ñor nos dice por San Juan : E n v e r d a d , en v e r d a d c-s d igo : S i p id i¿ r e d e s a l
bre iíida- Padre alguna cosa en mi nombre 5 os será dada. Hasta ahora, no hedisteis cosa
S33S 2 SG m mi nombre : pedid y redhirtis : par a* que vuestro gozo sea cumplido (/i). Y en.
otra parte : Tvda quanío pidióraí es aI P¿zd,. c en mi nomine hará (/).
Se fe-*, ¿e Imitemos aqost terror artdtente cor» que nacían ios Santos oración : v jun—
ísaátar el temos con ía petición el haenmento Ce gracias í exemplo de los Aposto-
íes,
( d S k t r A A (&} Loe. A (c) M atch. 2& (/ ; 3bíieat. Tires. «i. ib) Toan. 16.
(D Ib leesiá . y ) le e , iS . j ) IbiCcni £4. '
PARTE IV. CAPÍTULO VIII. ZQÍ

les , los que guardaron siempre esta costumbre : como se puede ver en San- fervor de
Pablo (a). ios Si" tos,
Pero juntemos con la oración el ayuno y limosna. El ayuno ciertamente y ju icir el
da:- gr >c:ss
esta muy hermanado con la oradon. Porque los que están cargados de co­ can Ji pe­
mida y bebida, tienen el entendimiento tan embotado ? que ni pueden mirar á tición.
Dios , ní pensar siquiera qué quiere decir oración. Síguese la limosna: que tam­ 9-
bién ésta ríene estrecha amistad con la oración. Porque \ quién osará decir, P ir a que
que hay caridad en él , si podiendo , no socorre ^benignamente á su próximo sea Ii ora­
ción fervo­
y hermano, que vive de la misericordia agena í ¿O con qué cara pedirá el so­ rosa , ha de
corro de Dios quien no tiene rastro de Candad ? Sino es que venga á pedir ir acom ­
á su Magestad perdón de sus pecados , y al mismo tiempo pida rendidamen­ pañada de
te que le de caridad. Por esto fue disposición de Dios que hubiese estos tres ayuno y li­
mosas»
Remedios para la salud de los hombres. Porque quando pecamos , como ó
agraviamos á Dios , ó injuriamos al próximo , ó nos dañamos á nosotros mis­
mos; con las sagradas oraciones aplacamos á Dios , con la limosna redimi­
mos las ofensas de los próximos , y con el ayuno lavamos las manchas de
nosotros mismos. Y aunque cada cosa de estas es provechosa contra toda
suerte de pecados; sin embargo es remedio específico contra cada uno de los
pecados que habernos dicho.

CAPITULO IX.
DEL PROEMIO DE LA ORACION DEL PADRE NUESTRO.

Padre nuestro ? que estás en los Cíelos.


r.
^ o m o esta regla de la oración Christíana dada por Jesit-Christo , está dis­ P o r qué ere
puesta de forma que antes que lleguemos á las peticiones , hemos de usar el princi­
de ciertas palabras en lugar de proemio , para que acercándonos con ellas pio de esta
piadosamente á Dios , le podamos pedir con mas confianza ; es obligación del oración pu­
Párroco explicarlas clara y distintamente : para que el pueblo fiel acuda-con so C hristo
ei nombre
mas gusto á la oración , y entienda que ha de tratar con Dios su Padre. Es­ de Pudre,y
te princioío pues mirando £ las palabras es muy breve ; pero atendiendo á Jo no e ' d¿b>*
que encierra en sí j es muy grave y muy lleno de misterios. La primer pala­ ñoriójuez.-
bra que oor mandamiento y ordenación, de Dios pronunciamos en esta ora­
ción 5 es Padre. Bien pudo nuestro Salvador empezar esta oración divina con
otra palabra que pareciese mas magestuosa ? como la de Criador y ó Señor.
Pero omitió estas que 2I mismo tiempo nos podrían causar algún temor , y
puso aquella que Infunde amor y confianza á los que oran y piden algo á
Dios. Porque } qué cosa de mayor regalo que el nombre de Padre , que es­
tá rebosando ternura y caridad?
Para enseñar pues 2! pueblo fiel por qué razones conviene á Dios el nom­ D a ia pri­
mer razón
bre de Padre, oodrá servirse el Párroco de las obras de la creación , geber- por que i la -
00 2 na-
[p) x. Coriath. 14. Ephes. j . et g. Coles. 3. &c.
CATECISMO ROMANO
, r-rfo« v Redención. Porque habiendo Dios criado al hombre á su imánen
Dios Pa~ loqu e no hizo con ios demás animales; por este don singular con que ie
are. adornó , justamente se llama en las Escrituras divinas Padre de todos ios hom­
bres ; y no solo de los fieles , sino también de los infieles.
3. Por lo que toca a la gobernación , podrá el Párroco formar su discurso,
De Sa $c- gc que mirando y acudiendo Dios a la utilidad de los hombres , nos descu-
gusíis ra- ^ ;os scnos de 'su paternal amor por un modo especial de su cuidado y
fumamos"! providencia. Y para que en la explicación de este punto se conozca mejor
Dios A - el cuidado paternal que Dios tiene de los hombres , parece conveniente de-
¿re. o> alguna cosa acerca de la guarda de los Angeles , baxc cujea tutela están
los hombres.
4. por providencia de Dios esta dado a los Ángeles el cargo de guardar
Por _prc-w- ^ ijn3£TC humano , y de estar prontos í socorrer á cada uno de los hombres,
para que no reciban algún daño grave. Porque así como los Padres quando
coaraW ¿ tienen que ir los hijos por algún camino arriesgado y peligroso , les ponen
Dí Angeles guardas para que los defiendan y ayuden en los peligros; así el Padre celes-
si cejiDc g,| £n es:c carainQ que llevamos para la Patria d d C ie lo , destinó a cada uno
de nosotros A ngeles, con cuya protección y diligencia nos libertásemos de
las emboscadas y lazos de los enemigos 5 rechazásemos las embestidas horri­
bles que hacen contra nosotros , y siguiésemos con tan buenas guías el ca­
mino derecho ; sin que trampa ninguna , armada por k ralada d d enemigo,
pudiese extraviamos d d camino que guia al Cielo,
e. Pues lo muy grande que es la utthusd. de este cuidado v providencia sirt-
r r c d t s - vedar de Dios para con los homares , cuyo cargo y administración se en-
ís ce- -ornendo a los Angeles , que son los que por su naturaleza median entre
Th'ddd 7- Dios v ios hombres; consta de los exemplos que nos arrecen en ahundan-
cri-ce cia las Divinas Letras, botas nos aseguran , que acaeció muchas veces por la
¿ ¿ A me bondad de D io s , que meterán los Angeles granees marubiiks -¿ vista de los
sca-rsa a hombres . cor las quites enten ¿tesemos otras innumerables a invisibles seme-
T = d'"7h Lupes a estas . que paca nuestro txeit y smvacion obras los Angeles de r.ues-
¿ e era uuapua. h u A n g e . San datan , aetia.ac.o- por Dios a Tobías por comea—
T> ñero v euia de su Amada k ) , ie -.evo, y m volvió sano y bueno k ; . L e favo-

í.
Ara-i
u ; -• v u
Sea A ¿ re ­
ce i; cur­

ie s 5. y ) i ai ¿etc 5, k; L - A s . ¡5. A Lid-


PARTE XV. CAPÍTULO IX. 593
guardias , y abriendo en fin las puertas de la Ciudad, le puso en salvo («).
Llena de estos exemplos está , como diximos , la Histeria de las Samas
Escrituras. Por ellos entendemos quan grandes son los beneficios que hace
Dios á los hombres por medio de los Angeles. Y no sen enviados determi­
nadamente para algún negocio , ó caso particular ; sino que desde nuestro na­
cimiento están señalados para nuestro cuidado , y diputados para el amparo
de la salud de cada uno de los hombres. De esta doctrina , explicada con
cuidado , se seguirá la utilidad , de que las almas de los oyentes se levanten
y se despierten á reconocer y venerar el paternal cuidado y providencia que
Dios tiene de ellos.
Sobre todo lo dicho encarecerá en este lugar el Párroco , y ante todo 7-
Otr3 raz c c
propondrá las riquezas de la benignidad de Dios hacia los hombres. Por­ de es? e pa-
que habiéndole ofendido nosotros con innumerables maldades y culpas des- tema! efe-
de el primer Padre de nuestro línage , y pecado hasta el día presente,sin era-
bar^o de eso nos mira con la mayor caridad , y no levanta mano de aquel ^Jl0S pa"
cuidado especial que tiene de nosotros. Y si piensa alguno que Dios se ol- hombres.05
vida de los hombres 5 es loco , y echa en cara á su Magostad una indigní­
sima injuria. Aírase el Señor contra Israel por la biasíemia de aquella gente,
que se juzgaba abandonada del socorro del Ciclo : porque se escribe en el
Exodo : Tentaron al Señor diciendo : ‘¿Por ventera, esta cí Setter con nosotros,
¿ no (jñ) ? Y en Ezcquiel se indiana el Señor contra el mismo pueblo , por­
que habla dicho : JVo nos ve el Señor , desamparado ha su tierra, (c). Pues con
estas autoridades han de ser derribados los fieles de una opimon tan abomi­
nable , como que puede caber en Dios olvido de los hombres. Acerca de es­
to se puede oir al pueblo de Israel , que per Isaías se quejaba de Dios , y
al contrario á Dios que rebatía su necia querella con una tierna compara­
ción : escríbese pues así : Thxo Sien y el Sector me ña desamparado , y se ha ol-
isuladú de :r.L A esto responde Dios : %Puede p&r ventura Olvidarse una ma­
dre de su hija chinitio , y no eorabaácccrse del hij® de sus entrañas \ Pues aun­
que ella se olvide 7 ya nunca me olvidaré de £i* Ü m mis manos íc tengo
escrito (fí)„
Alas aunque esta verdad queda confirmada manifiestamente con los pa­
Beni cás­
sages referidos , todavía para que el pueblo bel quede del todo persuadido tre se lo
£ que es imposible tiempo en que dexe Dios- de acordarse de los hombres, rnisme. con
y de mostrar con dios íes oficios de su paternal amor; comprobarán les Par- el esculpía
recus este punto con el exemplo de los primeros Padres. Querido oyes que ías-rn-i-
esees 3 después de haber despreciado el mandamiento de Dios , son acusados
■ €€mla mayar aspereza , y condenados con aquella sentencia horrible : Itíal-
áíiñM se- á la linrra ai Sis ír&ü&jo , ai sué&res comerás de día todas &í días de
Su í?:ée! , ¡repisas j aéreles & pr&ducira , y las ¡ncrias étl campo ( f) :
querido los ves arrojados dd Paraíso , y lees que para cortarles toda esperan- '
2a de ye-leer á di , fue colocado á la puerta un Querubín blandiendo una es­
pada ce feego : quenco miras que son sfugides por Dícs , vengador de su
ísjeria 5 con taclestias de eaierpo y de alma s ¿por ventura no pensarás que
-~ * ya*
A ctor, i i . tp i Ex®!, ry . (r) SzecE. $. (d ) LA. ¿y. (e; Genes, g,
294 CATECISMO ROMANO
ya absolutamente se acabó con el hombre ? \ No creerías, que rso solo que­
daba despojado del socorro divino , sino también expuesto á toda injuria ?
Pues en medio de tantas muestras de ira y de venganza divina , no dexó de
descubrirse alguna luz de la Caridad de Dios para con el : porque dice la
Escritura , que hizo d Señor á Adan y á su muger unas túnicas de pides , y los
vistió (a)„ Señal muy grande de que jamás había de desamparar Dios al
hombre.
9. Quan verdadera sea esta sentencia: á saber : Que d amor de Dios no es
Noesagota* arotabk par pecados ningunos de ios hombres , lo expresó David por estas pa-
delFo^or labras : i Encerrará acaso Dios en su ira sus misericordias Esto mismo ma-
nuestrespe- nirestó Habacuc hablando con Dios a quando dixo : Guando estuvieres ai-
cacos. ^ rado , te acordarás de la misericordia (c). Y Mtquéas lo explicó de este mo­
do : í Qué Dios semejante á ti l Que quitas la maldad , y perdonas el pecado
dd resto de lu pueblo. Ta no descargará mas su furor : jorque ama la miseri­
cordia (d). Así es ciertamente. Porque quando nos juzgamos mas perdidos y
mas desamparados del socorro de Dios entonces señaladamente es quando
nos busca y cuida de nosotros por su bondad inmensa. Porque entre sus iras
suspende el golpe de la espada de la justicia , y no cesa de derramar los teso­
ros inagotables de su misericordia»
_a Muchísimo pues pueden servir las obras de la creación y gobernación
Ici reree- para declarar la especial providencia de Dios en amar y cuidar de los ho ra­
ra fis js hres. Pero con todo eso sobresale tanto entre los dos antecedentes la. de re-
dimir al hombre y que nuestro HberaEsimo Dios y Padre hizo resplandecer
sobre nosotros la suma y el colmo de su benignidad con este tercer bene-
e^ o' parer- ndo. Por esto enseñará el Párroco a los hijos espirituales , y de continuo les
encarecerá esta singularísima Caridad de Dios con ios hombres , haciéndoles
?' entender , que por haber sido redimidos , vinieron á ser hechos hijos de Dios
p0r 22 ínefibie modo. Porque como dice San Juan : Les dio potestad de ser
hechos hijos ¿c Dm$ : Y de Dios son izaadas (e). Y asi el Bautismo , que es la
primer prenda y memoria que tenemos de la Redención 5 se llama Sacramento
de regeneración. Porque de allí nacemos hijos de Dios : pues el mismo Señor
dice : L ú que es nszcsds de espirites. ? espiré, es ( f ) . Y : Es necesario nacer de nue­
vo (g)mY el Apóstol San Pedro dixo r Remados 3 no de simiente corruptible?
sino inasrruplébie per ía palabra, de Dios vaso (¡k).
'hmdi- Pues en virtud de esta redención recibimos el Espíritu Santo , y Elimos
■ s¿oásBics enríqueados con la gracia de Dios „ j mediante este don somos adoptados
Pcr hijos suyos: corno lo escribe el Apóstol a los Romanos 9 diciendo : A h
t'edibhiés d espiritad de sensadumére edm vez en temor ? sms rmlñstds d espíritu ds
¿Ante ía. adofdisn de hijos , mn, d qml dsm&ms Padre 9 Padre (/). Y San loan declara
©era db la E virtud y eficacia de esxa adopción de este modo : ¡Mirad qua¿ Caridad nos
Ezés.Z’OiZsz. €s padre . que seranos ihvrmdus hijos de D io s , y qm b seamos (j~) í
Expuestas estes cosas se ha de amonestar al pueblo de i } quas obligado
íes ^ t í cb justa cscrespondcada á su amaotístmo Padre D ios: para que entien­
da
(a) Genes. 3. A) Fsaüra. *76. (c) Ha- ( f l Ib:d. 3. (g) Ibicesi. (¿) 1. Peto x.
satüc 3. (Jj ìmdu josa. x. j) Roajan. 8. & s. Joan,. 3.
PARTE IV. CAPÍTULO IX. 2g5
da con quanto amor y piedad , con quanta obediencia y veneración debe ser- císrist'
vir á su Criador , í su Gobernadory í su Redentor , y conquanta espe- nos hechos
ranza y confianza le deberá invocar.Mas para instruir ía ignorancia , y cor-ya hijosde
regir la perversa sentencia de aquellos que juzgan que solo las cosas lavora- ■üi0s Por
bles , y la carrera próspera de la vida son prueba de que Dios nos mira con UT °S
7J r r . , ^ cencíos de
amor : y que al contrario , quando nos exercita con trabajos y calamidades, su p3(ire
es señal de un ánimo enemigo , y de una voluntad del todo enagenada de no- celestial,
sotros ; se ha de manifestar que quando nos toca la mano dei Señor , en ma­
nera ninguna lo hace como enemigo ; sino que hiriendo sana, y que son me­
dicinas las llagas que nos vienen de su Magestad. Porque castiga á los que
pecan para que se mej'oren con la corrección , y con Jas penas temporales
librarlos de las eternas. Es a sí, que visita con la vara nuestras maldades, y
con azotes nuestros pecados ; mas no por eso aparta de nosotros su mise­
ricordia G ),
Por esto se ha de advertir á los fieles , que en tales castigos reconozcan
el amor paternal de Dios , y que tengan muy presente en la memoria y en
la boca aquello del pacientísimo Job : Eí mismo hace la llaga yy la cura y hie­
re j y con sus manos sanará (J\. Que se valgan de aquellas palabras que escri­
bió Geremia? en persona del pueblo de Israel : Casiigasitmc , Señor yy Jui en­
senado como 7icruilio par domar. Conviérteme , Señor . y convertirme he : porque
tú eres mi Dios r Señor (c). Que se propongan el exemuiO de i chías , quien
habiendo percibido que en aquella Haga de su cegucoad aunaba de por me­
dio la mano paternal de Dios que le herís , exclamo : Bendígate t Señar y Dios
de Israel : porque ¿á me castigane, y in me librane . d),
Pero en lo que deben ios fieles estar con gran cuidado quando Ies so- 13.
brevitne algún desastre , 6 se ven afligidas coa quaíquier calamidad , es en -fin­
que no Imaginen que Dios ignora eso. Porque dice él mismo : En cabello de
zneesém cañeza no perecerá (e) : antes bien que se consuelen con aquella divi- nuncE I>ìos
na sentencia que se dixo en el Apocalipsis : H es les que ama 7 represendo y se olvida de
az-ligs ( j j . Y que del todo se aquieten con aquella exhortación del Apóstol desoíros,
s íos Hebreos : Hija mio , ss deseches la disciplina del Señor , ni desm&jts quan­
do) eres castigado por él. Pdrgm d Señor assùgtz à qmen ama : y azota ¿ iodo
aqrv! spi reciT por hija. T si están Juera de ¿a dzsafízm . espurias sais ,, no hi-
p s. Tamuizn ¿zrtSmes por instigadora d nwcstrm P'<sdrt$ carnales ; y i&s rcuerm-
áÁhccims. ¿Par qm »0 oisedeux <mss muda mg>@r s í Padre de ¿os Espíritus y y
istmrèmas (V) í
Nuestro.
cando Invoca mes cada sjno de nosotros al Padre ,, y le llamamos , H uís- *4-^
, so-mos enseñados „ que necesariamente se sigue dd don y derecho
de la ¿áupelan divina, que todos los fieles san hermanos., y que deben amar- decir -mes-
sz entre si como tales, fe r fm i&éos nosotras 9 dice el Señor , sets hermanos, tro, y no
lihm es vnesirú F&dsx , qm esté ai ios Cidm (i) . Por esto también los Após- mno.
to-
£*3 P¡siSm H$. J o b s - £r) J3M 3B -31 . { é iljn z .” 1. {/), A poca!. 3. (g ) Heb r.1 2 .
¡Jj T d a. £ í. P ¡ Marca:. 23.
sgS CATECISMO ROMANO
toles llaman en sus cartas hermanos á todos los fieles. Y asimismo de aquí
se sigue forzosamente , que en virtud de la misma adopción de B io s , no so­
lo están unidos entre sí todos los fieles con este lazo de hermandad ;.sino
que por ser hombre el Unigénito Hijo de Dios 5 se llamen también hermanos
suyos , y que lo sean. Porque en la Epístola á los Hebreos escribe así el
Apóstol j hablando del Hijo de Dios : No se desdeña de llamarlos hermanos5
diciendo: predicaré íu nombre á mis hermanos (a) , como mucho antes lo ha­
bía profetizado David de Christo Señor nuestro (b). Y aun el mismo Chris-
to habló así i las mugeres, según el Evangelista : Id , y decid á mis herma­
nos que vayan á Galilea , que allí me verán (c). Y es constante que dixo el
Señor esto , quando ya rustidtado de los muertos ; había conseguido la in­
mortalidad : para que nadie píense que se rompió esta alianza fraternal con
su Resurrección y subida al Cielo. Porque tan lejos está de que deshiciese
la Resurrección de Christo esta unión y caridad , y que tiene ya dicho que
quando venga á juzgar á todos los hombres , ha de honrar desde el trono
de su Magestad y gloría con el nombre de hermanos í los pequeñuelos en-
tre los fieles (d).
¿ Y cómo pedemos dexar de ser hermanos de Christo , si somos llama­
Por qué ra- dos herederos juntamente con él (e)? Porque él es el Primogénito constitui­
sua sul; ;í i* do heredero universal (/) ; y nosotros nacidos en segundo lugar 3 y here­
liíáUOS ios
éeies fier-
deros con é l , según la medida de los dones celestiales , y conforme á la Ca­
íRH.ÍlíiS de ridad con que nos hayamos mostrado Ministros y Coadjutores del Espíritu
■ Corisro- Sanio y que es el Autor por quien somos Impelidos y enardecidos para la vir­
tud y acciones saludables : para que contiados en su gracia , entremos con
esfuerzo en el combate espiritual ; y consumado éste con destreza y constan­
cia 5 después de k carrerra de esta vida 3 recibamos del Padre celestial el jus­
to premio de la corona que tiene reservada para quantos siguieren el mismo
camino. Porque como dice el Apóstol ; N o es Dios injusta , jara que se olvide
de nuestro trabajo y amor (g).
t 6- Con quemas veras debamos pronunciar esta palabra Nuestro , se declara
Bebemcs por la sentencia de San Crisòstomo' a quien dice , que con mucho gusto eye
Dios si Christiana que ruega no solo por sí , sino también por otros. Porque
por otros,
pedir por s í , es obra de la naturaleza ; por otro , de la gracia. A orar por sía
y abarnos
coso ner- obliga la necesidad , por otro 5, lo exhorta la Caridad fraternal. Y i esto aña­
EsaaCsS. dió : Mas agrada ¿ Dios le ornami que encomienda la Caridad fraternal , que
l& que prenuncia la necesidad (£•)* E n esta materia tan importante de la salu­
dable oraclon , debe advertir y exhortar el Párroco á los fieles de toda edad,
estado y ccndicícn , á que teniendo presente este fraternal parentesco , se tra­
ten todos con. atención y hermandad y que no se prefieran los unos a los
otros con insolencia. Porque aunque hay en la Iglesia áe Dios diversos gra­
dos de oficios ; con todo eso en manera ninguna quita esa variedad de gra­
dos y empleos la unión de la estrechez fraterna! ; así como en el cuerpo hu­
mano los vanos y diversos usos y ministerios de los miembros nada ha­
cen.
(íí) Hbebr. i . Psal. a i , (e) M sttk , sS, (é) S o m . 3. ( f ) Col os. i. (g) Haebr, 6 .
(¿j Ibidem sg* Hontil. 14;, Oper, imperi'.
PARTE IV. CAPÍTULO IX. a97
een , para que esta ó- aquel-la parte de éi pierda el oficia ni el nombre de
miembro.
17.
Proponte á uno- que esté constituida en la dignidad de Rey. Si este es Perqué es­
uno de los fieles , ¿«o es hermano de todos quamos abraza en sí la comu­ tán enla­
nión. de ia fe Christiana ? Sí por cierto. ¿Y por qué? Porque no es Dios di­ zados los
verso aquel de quien han nacido los ricos y los Reyes , de aquel de quien CSirlstiancs
procedieron los pobres y vasallos , sino un Dios , un Padre y un Señor de con tunta
estrechez.
todos (Y). Una pues es la nobleza deí nacimiento espiritual de todos , únala
dignidad , uno el esplendor deí linage : porque todos habernos nacido lujos,
de Dios , y somos coherederos de una misma herencia en virtud de un mis­
mo espíritu y y de un mismo Sacramento de la fe. No tienen un Coriseo
Dios los ríeos y poderosos, y otro los pobres y desvalidos , ni están consa­
grados á Dios , y santificados con otros Sacramentos , ni esperan otra heren­
cia del Rey no celestial. Todos somos hermanos , y como dice el Apóstol, es­
cribiendo á los Efesios : Miembros somos deí cuerpo de Ckrtsto , de su carrie y
de sus huesos (¿). Y k> mismo dá á entender diciendo á los Gálatas : Todos
sois hijos de Dios por la fe en; Jcsu-Chrislg. Porque todos los que kakis sido
bautizados en Chnsto , estáis vestidos de Ckristo„ JVu hay aquí Judio ni Griegoy
tío hay siervo ni libre , no hay hombre m muger : porque todos sois uno en jje-
su-Christe (c). Pues este punto deben tratar los Pastores con especial cuida­
da , recalcándose de propósito en esta doctrina ; porque es muy útil , no .me­
nos para alentar y animar a los pobres y abatidos , que para refrenar y con­
tener el orgullo de los ríeos y poderosos : como con el fin de curar esta enfer­
medad de ios hombres , encarecía é inculcaba el Apóstol esta Caridad frater­
nal á los fieles*
Pues cuando tú , Christíano, hubieres de hacer estas oraciones á Dios, i?.
considera que llegas á su Magostad como un lujo á su Padre. Y así quando Qué debe
meduar ei
empiezas la oración , y pronuncias esta palabra : Padre nuestro y piensa á quan- Chrlsit ano
ta airara te ha ensalzado la inmensa benignidad de Dios , pues no te manda ai pronun­
que acudas como siervo forzado y temeroso á su Señor ; sino que te refu­ ciar Podre
gies voluntario y seguro como hijo á su Padre. En esta memoria y consi­ nuestro»
deración pasa luego á contemplar con qué aremos , con qué devoción te
corresponde de tu parte pedir. Gran cuidado debes poner en mostrarte tal,
cual debe ser un hijo de Dios : esto es , que tu OFacion y tus procedimien­
tos no sean indignos del ilo age divino con que te quiso ennoblecer este li-
beralísimo Señor. A este modo de obrar nos exnorta el Apóstol quando di­
ce : Sed pues bmíaikrcs de Dios , coma hijos snny amados id). De manera que
con toda verdad, se pueda decir tic nosotros ío que el mismo Apóstol escribió*
á los Tesadomeenses: Todas vosotros sois hijos ¡xe ¿a iuv , ¿ hjos deí £uz (e).

Que estás en los Cíelos.


-9.
constante entre todos los que sienten bien ce D io s, que está su Ma- porqué es-
gesíad en todo lugar y en todas las cosas. Mas no se ha de entender esto raudo Dios
cu
fa) (&} Epbes. 5. (¿r) Guiar. i} Epdes. le) r. ThessaL 5.
29S CATECISMO ROMANO
garres , se- mo^o , que como si-fuera .compuesto -de muchas partes con una ocupe y
Íaladamen- defienda un lugar, y con-otra, otro.. Benque Oíos es Espíritu., y-esJmpo$Í-
re ss dice bie-division en él. ¿Quién se .atreverá.á.ceñir á Dios á límites algunos co­
que está en nio'reducido-á .un. solo -Jugar Cquando-.el mismo .Señor dice de sí : \ Por
los Cielos. vmiura nQ jiincko y o .C i c le s y l i e r r a ( a ') Y aun esto también se hade enten­
der de manera , que ;abrace D ios.con su poder y virtud Cielos , tierra , y
quanto en ellos hay , mas no que él sea contenido-.por lugar . ninguno. Por­
que Dios está presente en. todas las cosas , ó criándolas,- ó conservándolas des-
. pues de. criadas-; pero* no estrechado . ni .ceñido -á región ó términos algunos,
de suerte' que ídexe de estar presente .en todo -lugar „por esencia -,y potencia:
■ ■ como'lo expresó. David, en aquellas palabras.: Si-subiere al Cielo.3.allí estás tu (b)„
Pero aunque Dios esté presente en todo lugar y.en. todas-las cosas , no. limitado
ni ceñido á términos., como queda dicho, sin embargo se. dice muchas veces en
las Escrituras'Sagradas , que tiene su.morada en los Cielos.:No. podemos dudar
■ que lo dispuso así el -Señor-; porque, los ..Cielos, que admiramos son : 1a par­
te mas moble deE mundo-: siempre permanecen .incorruptos , aventajan .así en
virtud como en grandeza _y hermosura-á todos dos demás cuerpos , -y es­
tán dotados-de-fixos y constantes movimientos. Y así para .despertar los áni­
mos de losdiombres *á contemplar. el. infinito poder ,y Magesiad ,de Dios , la
qual se descubre señaladamente en Ja obra de los Cielos ,- por ■ eso,afirma en
las divinas Escrituras , que tiene en ellos su habitación. Pero muchas.veces de­
clara también , como es así , que no hay parte alguna.en.-el, mundo, donde no
- esté por esencia,, presencia y_ potencia.
q .,/°*c*be Ésto sobre ■ esta . consideración no -solamente se. propondrán los ■ fieles la
meditarse imagen del 'Padre universai.de- rodos ; sino también de que es D ios,, qu&.isy-
sobre is pa-naen los C ie lo s p a r a que se acuerden o u indo, van a-orar , de -que, han de
labra -.Que.le ventar al Cielo el corazón y .e l alma-: y que si el nombre de ‘Padre Jos lie—
CAY-” ^ na ^ eraBZ3L )r confianza mmbíca. debe llenarlos- de- Chrisdana-humil-
- dad y -devociónaquélla:naturaleza soberana y Ms.gestaddivina. de- nuestro Pa~
■ dre , quc.esiá en los -Ciclos..Y estas palabras-también señalan á-los .que oran
lo que- deben*pedir.' Porque, todas nuestras peticiones pertenecientes á las ne­
cesidades'y- usos de esta ■ vida , -sino se juntan con Jos .-bienes del Cíelo , y se
enderezan :á. ese fin.., son vanas é indignas de un C hastían o, Por esto instrui­
rán los Párrocos.á-Ios piadosos oyentes eo este -modo de-pedir , y compro­
barán su instrucción. con ■ aquellas palabras., dd Apóstol : S i r e s u c i u l s í e i s c o n
C h r is í® b u s c a d la s a is m - q m e s tá n m £ & e s li ó ^ d o n d e C k r is io e s tá s e n ta d o á la . d ie s —

í m ¿ c D io s : y m k o rm o s co n la s c o s a s d d € id &, n o co n la s d e la iie r r a (y),

6®} Jerem. *3. \b) P seIíse. 23S. (c) Cotos; 3.

CA-
PARTE XV. CA PÍTU LO X. 299

C A P Í T U L O ' X .

DE L A . P R I M E R A . F E ' T T C I O N .
Santificado sea. el tu nombre.
ué es 3o que se debe pedir á Dios y con qué orden se haya de ha- _ r-
c e r , el mismomMaestro y Señor de codos J nos lo enseñóZ' y mandó.■ Por- De
. fQ
f ’que
/ * f PElipe^
que siendo la oración-mensargera e interprete ele nuestros alectos y deseos, zar nues_
entonces pedimos bien y acertadamente , quando eí orden dé' las peticiones tras p u í -
sigue al de Tas cosas que deben desearse. La verdadera Caridad: nos enseña, clones por
que encamlnemos-á-Dios todos nuestros■intentos-y deseos.,Porque como él solo. **
es en sí mismo-el- sumo bien ; de justicia debe-ser amado con-especial y sin- nQmbre de
guiar amor. Y es imposible que sea Dios amado de todo corazón y sobreDios,
todas-las cosas sino se antepone á>todas- ellas su honor-y gloria. Porque to­
dos los bienes nuestros y agenos , y en fin todas las- cosa$>que.se pueden lla­
mar con el nombre de humas, están en todo sujetas á aquel, sumo bien de
quien han procedido. Por esto , á fin de que la- oración procediese con or­
den , puso el Salvador esta petición del Sumo bien por principa!.- y cabeza de
todas las demás ensenándonos- que antes -de pedir las. cosas necesarias, ó pa­
ra nosotros,. o para nuestros'próximos , debemos pedir las que- son propias
de la gloria de Dios , representando s su Magestad nuestro amor y- deseos
acerca de esto mismo.-De esta manera guardaremos el orden: de Ja Caridad,
la qual nos enseña que amemos á Dios mas que á nosotros-, mismos, y que
pidamos primero lo que queremos para Dios 3 y después lo que .deseamos pa­
ra nosotros.
Y porque los deseos y peticiones son de aquellas cosas de que carece­ sr.
Por quépe­
mos , y á Dios , esto es , á su naturaleza riada se puede añadir , ni aumen­
dimos sea.
tarse con cosa ninguna k divina sustancia , que per un modo Indecible está santificad®
cumplida en toda- perfección , debemos entender que las cosas que pedimos- el nombre
aquí para su Magostad , están íbera del mismo Dios , y que pertenecen a su de D io s
gloria externa. Porque descasaos y pedimos , que el nombre- de Dios se ha­ siendo £a
san t i d a d
ga mas notorio- entre ks gentes , que se dilate su R ey n o , y que obedezcan naisiEií, que
muchos mas cada d k á su Magcstad. Y estas tres- cosas itombre Rejnn y obt- ni paedí; eee-
áiaicm. , no- están eo la misma íntima bondad de Dios , sino que le vienen cientLrse,
de fuera_ ni- dism l—
Mas para que-se emtlemdb meicr 3a virtud y valor de estas peticiones, anirse;
sera cargo del Párroco advertir al pueblo fie! 5 que aquellas palabras : Asi en A quellas R
h. zurra cmm as, d € k h 3 se pueden- aplicar ¿ cada una de hs tres peticio­ pai a b r a s :
nes primeras de este modo : S®rsí-¿Jkaé® scen H Zu nambre , asi en ¿h iie-nt cp- ¿S$í m &
na® m d Czdü : J-mgzs é vzm Zm- Reym ? ms ese Ir Zurra, c&mo m el Cíela ;■ Y ha- tierra,, c&~
mo en el
gmt íu udrndnd mu as. ím derruí cmm m d C id -k Y quando- pedimos que sea
Cíelo, p-;*e-
santificad© el nombre de Dios . lo que deseamos e s , que se aumente k san- deaap'ücar-
tnlzn y gloría del diviso sombre. D-cnde iba ee advertir el Párroco , y en- sc á i¿ s eres
d se-
$OG CATECISMO ROMANO
peticiones señar á los piadosos oyentes , que no dice el^ Salvador que sea santificado en
primeras, y la tierra de la misma manera que en el Cíelo : esto-es , que Iguale en gran-
ómo
como se deza la santificación de la tierra á la del Cielo ( pues esto de ningún modo
e n t ienden pUe¿ e ser ) j sino .que hagamos esta petición á Impulsos de la Caridad s y con
aquí.
afectos íntimos del alma.
Y aunque sea muy cierto , como en verdad lo es , que el nombre divi­
4-
Cóm o no -no necesita por sí de santificación , porque e s s a n i o y t e r r i b l e (a } : asi co­
el nombre mo el mismo Dios es santo por naturaleza , sin poder añadírsele santidad al­
santísimo guna , que no la haya tenido desde ia eternidad ; sin embargo como es ado­
de D ios
puede ser
rado en la tierra muchísimo menos de lo que es debido , y aun á veces
iXnScado también es ultrajado con blasfemias y voces sacrilegas ; por -esto deseamos y
por no£o- pedimos , que sea celebrado con sumas alabanzas , honor y gloria , á imita­
tro s. ción de los loores , honra y gloria que se -le tributan en el Cielo : esto es3
que travgamos su honra y su adoración en nuestro entendimiento , en nues­
tra voluntad y en nuestra boca , de tal modo que -le demos -toda veneración
interior y exterior , y que celebremos por todos los términos que fueren posi­
bles í un Señor tan grande , tan santo y tan glorioso , come lo hacen los
Ciudadanos soberanos del Cielo* Porque así como los Bienaventurados ensal­
zan y predican la gloria de ©ios con suma uniformidad y harmonía , así pe­
dimos que se haga lo mismo es -la ¿tierra: que todas las gentes conozcan a
Dios 5 le adoren y veneren , y que no se halle hombre que no abrace la Re­
ligión Christíaua , y que no se consagre todo á Dios , creyendo que es la
fuente de toda santidad , y que no hay cosa pura y santa , que no dimane
de la santidad de! divino-nombre.
5-
C-orao en— valona
rre l a s ia- sverdura -¿1 nombre dri Padre , y del Hijo y dei Espíritu Santo . en -el qual
nelss puede 0 , , *, J - -
*_er g~niro somos lavados y santincaaos y asimismo es unpesióle pnmicacion , limpieza

do- las tinieblas de la impura inhddidsd } sen? Ilustrados con los-rayos de h ,


divina luz , y conozcan de tai medb la virtud de este nombre , ■ que bus­
quen en c! Ia santidad verdadera ? y recibiendo en el nombre de la Santa é
individua Trinidad el Sacramento-dei Bautismo, alcancen =.de la mane de Dios
da santidad legitima y ■ ■ perfecta.
Y no menos aprovecha este nuestro deseo y petición í aquellos también,
-el que Babléndose manchado con maldades y culpas , perdieron la gracia -dei
sasMaaie de Bautismo y la estola de la innocencia : por lo qcaí volvió el inmundo esoi-
■Etess silla en sus dnfclitísimss almas. Pedimos mués v suplicamos a
■ czdo(=e ücs Dios , qpe sea mmbkra ee estes ssntmcado su nombre : para q ue volviendo
secsdbires. sobre sí y á su sano *¡ui.aa , recobren la santidad antigua por medio del 'Sa­
cramento é t la Penitencia y se ofrezcan i sí mismos puro y santo templo
y morada para Daas»
Pedimos finalmente que Ibizmda. Bies sa luz á todas las almas , con. la
PARTE IV . C A P ÍT U L O - X . 501
qual puedafí ver , 'que toda buena dádiva , y todo don perfecto que descien­
7*
de del Padre de las lumbres (¿0 3 baxa á nosotros de su divina mano : para Como po­
que reconozcan haber recibido la ¡templanza , la justicia , la salud , la vida , y drán todos
sa n tific a n
en suma todos los bienes de alma y de cuerpo , exteriores , virales y salu­ en si mis­
dables de aquel Señor de quien proceden todos los bienes , como lo predica mos el nomo
la Iglesia. Y que si el Sol con su luz , sí los demás astros con su movimien­ biecteDios*
to y curso aprovechas -ai iinage humano , si respiramos con el ambiente , si
sustenta la tierra la vida de todos con la abundancia de sus frutas y frutos,
sí por el buen .'gobierno de los Magistrados gozamos de quietud y tranqui­
lidad , todos estos y otros innumerables bienes semejantes nos vienen de la
inmensa benignidad de Dios. Y sobre todo esto debemos confesar , que aque­
llas causas que los Filósofos llaman segundas , son como unas manos de D ios,
hechas a posta y con .artificio marabillcso para nuestra utilidad , por las qua-
les nos «paree y derrama sus bienes con abundancia y largueza.
•Pero jo que mas importa en esta petición , es que reconozcan y veneren
Santifícase
todos á la Esposa Santísima de Tesu-Christo y Madre nuestra la Iglesia , en señal á"d a—
la qual sola .está aquella muy caudalosa y 'perene fuente , para lavar y lim­ mente el
piar todas las manchas de los pecados, de donde salen todos los Sacramen­ nombre de
tos de la salud y santificación; por los -quales 5 como por unos arcaduces del Dios reco­
nociendo y
C iclo , derrama -Dios sobre nosotros .el roclo y Kqiior de la santidad : y á la veneran d o
qual sola , y á los -que ella abriga en -su seno y regazo , pertenece .la invo­ la Iglesia
cación de aquel divino nom bre., que .es el único., que debajo .del Cielo ha Católica.
sido dado á Jos hombres , por el -qual J2ayan.de ser salvos (Ú).
Mas aquí deben los Párrocos .encarecer estrechísi-mamen-te , que es obli­ 9-,
E n quema
gación .del buen hijo , no solo rogar á Dios Padre con .palabras : sino -esfor­ ñera man­
za re ¡también con acciones y obras á hacer que resplandezca en él Ja santi­ chan hoy
ficación -.del divino nombre* Pero .¡ pluguiera á Dios que 220 hubiera hom­ los Chris—
bres , que pidiendo de continuo la santifica don del divino -nombre con -la ríanos el
boca , le afeasen y -manchasen en ouanto es de su parte con los hechos ! por nombre de
Dios!'
cuya .culpa á veces aun es blasfemado el mismo Dios. Contra estos di-
xo el Apóstol i Por .voso*ros os blasfemado el wmbre de Dios entre los genti­
les (c). Y en E-zequIel .leemos : Entraron, -.entre des gentes., á les que vinieron,
y m&ncháron mi santo nombre : pues se ¿ccm de ellos : Este .es el pueblo del Se-
omr, y de su tierra han sckdo (á). porque qual es Ja vida y -costumbres de
los que .profesa 3 una religión , suele ser ei ¡jaido que hace .el vulgo ignorao-
J de hy religión misma y de su A utor. Y así los-que viven según :1a Re—
obras á la regla
nombre del Padre
ceissoal , y oc pgcandecerle co a todo honor y gloria.-El mismo Señor nos
puso ^en la -obligación, de que excitemos & ios hombres con obras señaladas
de^vrrtua i bendecir y ensalzar su divino nombre , diciéndonos ..por el Evan­
gelista : D e tas manera oriik vuestra luz ¿tlanle 'de los hombres , -que vean
vwestrss buenas j)bm$ ,, ? ghrijiquen á -vuestro Padre , que está en Jes Cze-
ms (r). Y el Príncipe de los Apóstoles nos dice : Teniendo vuestra conver~
-sa-
^ Jacob. 1. (5-3 Actor. 4. A) Reman. a. (d) Esech, 36. (e) H stth. 5.
302 CATECISMO ROMANO
sacion hmn& entre las gentes : para que considerándoos por vuestras buenas
obras , glorifiquen á -Dios (a)„.

CAPITULO XI.
D E LA. S E G U N D A P E T I C I O N .
Venga' á nos el tu Reyno..
BTuchásve- Reyno de los Cielos que pedimos en esta' segunda petición, es tal,
cfcs en las que’ por él comienza y acaba toda la predicación del Evangelio. Porque por
E scritu ras allí empezó San Juan Bautista a exhortar á penitencia , diciendo : Haced pe-
CS silencia porque se ha acercado el Reyno de los Cielos (b). Y d Salvador del li-
Heyno de nage humano por ahí dio también principio a su predicación, i en aquel
saludable
( 'n l i i f U K U
Sermón
C f lr T T IO fi
donde
c ic v r íílo
mostró
T V to frfA
en
e n
el
e l
monte
m / S ís e o
an sus discípulos
ene . 1 í r-v r 1 1
ios'Caminos r de
ío e .O 'im it lA e lfl

la -bienaventuranza habiendo- como propuesto el asunto de su oradon , em­


pezó por' el Reyno de los Cielos , pues dice : B tenaveni urados los pobres de
cspirkug porque de dios es el Rcjno de los Cielos (c). Y aún a unos que desea­
ban. detenerle, alegó esta por causa forzosa de su partida A oirás Ciudades
también' es menester que yo anuncie el Reyno de Dios ; porque para eso he sido
enviado (d).- Después mandó a sus Apóstoles predicar este mismo Reyno (¿0.
Y í aquel que dixo que quería ir ó enterrar a su Padre respondió , Tú ve>
y amencia el Reyno de Dios ( f ) . Habiendo también resucitado de los muertos,
por aquellos quarenta días que apareció a los Apóstoles , del Reyno de-Dios
les hablaba (g). Por tanto tratarán los Párrocos con la mayor diligencia este
lugar de la segunda petición : para que entiendan los heles quanra sea la vir­
tud y necesidad que hay de lo que encierra en sí
s. Y en primer lugar para explicar este punto docta y delicadamente , les
Q -- ss ÍO abre camino- la consideración' s de que aunque esta petición esté yanta, con to-
f' f - ~2S demás,-sin embargo mandó también el Señor , que se hiciese separa­
rá "lá'ésra da ó£ £das : para que con sumo cuidado busquemos lo que en-ella pedímos:
peñ.-ioa ss- porque dice : Buscad ante todo d Reyno de Dio i j su-justicia : y tedas' estas co-
gjiadi, sus os serán armérdas- Qi). Y a la verdad es tanta la abundancia y riqueza gc
celestiales dones encerrados en esta petición , que abraza en sf todas las cosas
que son necesarias para la vida corporal y espiritual. Porque ¿ cómo llama­
remos digno' del nombre de R ey 5 i quien no cuida- de las cosas de que de­
pende la salad d d Reyno ? Pues si hay hombres solícitos de la conservación
de su Reyno , ¿con- quinto cuidado y providencia' se habrá de creer que
guarda e! Rey de Reyes la vida y la salud de los hombres %Están pues com-
preucndiüas cu esta petición dd Reyno de Dios todas las- cosas que necesi­
tamos en esta peregrinación , ó mas b¡eo destierro , y que promete el Señor
que las tiara benignas metate aporque anadió al instante : 2" todas estas cosas es
se-
íd ■ z. Petr. i . (£ó Maríh. 3. (c) M y :h . 10. (JF) L u e. 5?.
if) . Ibld. 5, v i 6, {d} B ue. j . ig) A ctor, i , (¿>) M eu h . 6.
PARTE IV. CAPÍTULO XL 303
serán d a d a s. En 3o qual manifiesta del todo 3 que él es el R e y que provee al
íinage humano con . to.da Jargueza de quaoto,necesita. Y así arrebatado Da­
vid con la consideración de esta infinita .benignidad, cantó : E l S e ñ o r , me g o ­
bierna , nada me fa lla r á (a }. _ ,**
Pero no basta pedir con vehemencia el Reyno de .Dios 5 .sino, añadimos Q ue deben
hacer Jos
á nuestra petición todos aquellos medios con que se busca y se encuentra. que desean
Porque las.cinco Vírgenes ■ locas, pidieron 5 y con mucho ahinco de. este mo­ coger el fru­
j o : S e ñ o r p S e ñ o r , . á b r e n o s (¿) ; con todo eso fueron excluidas 7 por no ir for­ to de esta
talecida su petición con los arrimos de las buenas obras, Y con mucha ra­ petición.
zón : porque es sentencia pronunciada por la boca de Dios : JVc ¿odo aquel
q u e m e d ic e : S e ñ o r , S e ñ o r 5 e n t r a r á e n e l R e y n o d e lo s C i e l o s (Y).

Por esta razón los Sacerdotes Curas de almas sacarán de las caudalosas 4*
M otivos
fuentes de las Escritures divinas aquellas cosas que aviven en .los fieles el para exci­
deseo y amor del Reyno de ios Cielos: aquellas que les pongan, delante de tar al deseo
los ojos la miserable condición de nuestro estado ; y aquellas que causen en del R eyn o
ellos tales afectos, que volviendo sobre si , y encerrándose dentro de sí mis­ de los C ie­
mos les recuerden la bienaventuranza cumplida , y los bienes inexplicables los.
que rebosa la casa de su Padre Dios, Desterrados .estamos , y-.somos mora­
dores de un lugar donde habitan los demonios y cuya ojeriza contra noso­
tros en manera ninguna se puede amansar : porque son enemigos .molestísi­
mos é -implacables del Knage. humano- ¿Qué-diremos, de las guerras domés­
ticas é. interiores =con que .continuamente pelean entre sí el,cuerpo y el al­
ma , la carne y el espíritu = y que siempre en ellas,.hemos .de estar, temien­
do la.caída. ¿Aías que digo temer i A l punto caeríamos., si la virtud, de Dios
no nos tuviese de su mano : que sintiendo el Apóstol este turbión de mi­
serias 3 .exclamaba.: ■ Desventurado de mi / ¿ quien me librará del cuerpo de esta,
muerte (d ) _ ?
Y aunque por sí se, conoce esta . míe fieldad de .nuestro .Iinage , todavía J-
Q u in ta sea
puede, entenderse mejor . cotejando nuestra naturaleza con.las demás criatu­ la miseria
ras. En estas , ya sean .irracionales , ya insensibles , rara vez advertimos que se del hombre
desvíe alguna en tal manera de las acciones, propias , y de aquellos sentimien­ en compa­
tos á movimientos .que les son naturales , que pierda, el fin que le..filé.esta-' ración de
oleoido y destinado. Esto se ve tan manifiesto en . las., bestias .del campo , v las demás
criaturas.
en los peces y aves 5 que no necesita de otra declaración. Y' si; levantares los'
ojos al Cielo 5 ¿no entenderás .al punto quao cierto es lo que díxo David:
Para siembre. 5 Señor 5 '-permanece en el Cseh. iu palabra (e) ? Porque estando
en un movimiento ■ continuo 3 y en mía. perpetua...revolución ,• jamás discrepa
un tilde de. la ley que Dios íe señaló. Si basas después los ojos á la tierra v
al resto del universo , jo~. echarás
'— -- de — ■ que es nada
ver - , ó -- en —
muy poco
se destempla. Pero el Infelicísimo llnage.de los hombres á cada paso cae.
Por asarsbüüla poce en exccsclon ios buenos pensamientos. Much-as'veces des­
echa y menosprecia las acciones buenas q u e . comenzó- E l consejo bellísimo
que ahora le agradaba 3 luego le desagrada 3 y retratado éste ,. se desliza, en
los torpes y perniciosos.
?r
i (¿5 Ifcideni 7. A ) Rom . 7 . (e) Psaisa. x iS .
304 CATECISMO ROMANO
¿Y quál es la causa de esta inconstancia y miseria ? El menosprecio cier­
Q uáisea latamente de las inspiraciones divinas. Porque tapamos los oidos á las voces
causa prin­de Dios , no queremos abrir ios ojos para ver las luces que nos pone de­
lante , ni oímos lo que el Padre celestial nos manda para nuestro- bien. Por
cip al de es­
tás mise­ esto deben insistir aquí los Párrocos , proponiendo á los fieles las miserias,
rias. man fiesta nc!o sus causas, y mostrando la virtud de los remedios : que todo
lo podrán componer fácilmente , recurriendo á los Santísimos varones Juan
Crisóstomo (a) y Augusti.no (¿) , y señaladamente á lo que díximos en la ex­
plicación del Credo. Porque bien entendidas estas cosas 5 \ quién habrá tan
perdido entre los hombres , que con el socorro de la gracia de Dios que le
previene , no procure levantarse , y animándose con el exemplo- del hijo Pró­
digo (¿) , venir á la presencia de su Rey y Padre celestial?
Explicadas estas cosas , declararán los Pastores quai sea ia petición fruc­
, 7* tuosa de los fieles , ó que es lo que por estas palabras pedimos á Dios 1 ma-
Qué se en­
tiende en
las Escri­
turas por divina Escritura , y por otra necesaria para el conocimiento del presente.
ei Reyno
Lo- primero pues que significa el Reyno de Dios , como se ve í cada pa­
de Dios.
so en las divinas Letras , es no solamente la soberanía que tiene Dios sobre
todos ios hombres , y sobre ia universidad de todas las demás criaturas; sino
también la providencia, con que á todas las rige y las gobierna. En tu ma­
no ? Señor , dice David . están lodos ¿es fines de la tierra (d) por los Guales
fines se entienden también todas las cosas que hay retiradas y ocultas en las
entrañas de la tierra y y en todas partes. Conforme á esto decía M ardo que o:
Señor, Señor , Rey ¿odo poderoso . en i a dominio están todas las cosas. y ?10 hay
quien pueda resistir ¿ la voluntad* Señor eres de lodo , ni hay quien resista á tu
Magesíad
8. También 'se significa por el Reym ¿e Dios aquel especial y singular con­
D e l Reveo cierto de la providencia , con que Dios ampara y cuida de todos los Justos
de C iin sto y Sanios, D e este particular y diligentísimo cuidado dixa David : El Señor
sobre los
me gobierna , nada mefaltaré (/),. Y también Isaías: E¿ Señor es nuestra Rey,
fcesSQS.
ei msmo nos salvará (g). Y aunque Jos Justos y Santos se hallen en esta vi­
da por un modo especial haxo la regia potestad de Dios , como diximos,
con lodo eso el mismo Christo Señor nuestro hizo saber á Pilaros , que su
Reyno no era de este mundo , esto- es , que en manera ninguna tenia su
origen de este mundo , que filé criado , y ha de perecer : porque de ese mo­
do reynan los Emperadores a los Reyes 9 las Repúblicas , los Duques 9 y to­
dos aquellos que habiendo sido- buscadlos y escogidos por ios hombres 9 pre­
siden á las Ciudades y Provincias : 6 que sa apoderaron del Señorío por in-
jbsiiaa y violencia. Pero Chrísto Señor nuestro fue constituido Rey por Dios,
como e! Proleta dice 0 } ; y su Pesyoo en sentencia cal Apóstol es justicia:
pues dice: E l Reym de Dios es jazslkia 7 paz. y goza en d Espíritu Santa (&).
R ey-
fs) HoisEi, ge. asi PapEiI. AatlocA (e'i Ssír.er. 12. £/) ? s . z z . (g) Isaí. 33.
(f) Id A 10. C o a t. cap. aS, (¡r) L ee. 15 . (£) Joaaa, rS. (?} Psai.au 2. (£} S o -
(i) P saiis. eq. iu ,
PARTE IV. CAPÍTULO EX. 30#
R eyna pues en- nosotros Christo. Señor nuestro por la? virtudes interior p,
res , F e , Esperanza , y Caridad , por las quales nos hacemos en. cierto rao- Cómo re y -
do parces de este R eyn o r y estando sujetos i D ios de una manera especial* na Chrisio
somos consagrados á su servicio y veneración: de suerte * que asi como, d i- ]es
xo el- Apóstol : Vivo yo 5 ya. no yo s. mas vive en mi Chrislo {a) „ así podamos
nosotros d e cir: Reyno yo , ya no yo : que reyna en mi Chrislo.. Y llámase este
R eyn o justicia : porque esta afianzado sobre la justicia de G la s t o Señor nues­
tro :■ del quai R eyn o dice así su Magestad por San Lucas : E l Reyno de Dios
está dentro de vosotros (¿)„ Porque aunque Jesu-Christo reyna por la fe en
todos- los que están, dentro del gremio y seno de la Santa Madre Ig le ­
sia , gobierna sin embargo por modo particular á lo s que adornados de ex­
celente Fe , Esperanza , y Caridad , se entregaron á Dios , com o puros y
vivos miembros suyos : y en estos se dice que está el ReyDO de la gracia
de Dios.
H a y cambíen otro R ey n o T que es el de la gloria de Dios : sobre el qual ro;
oímos á Christo nuestro Señor decir así por San Mateo : V e n i d , b e n d i t o s d e
m i P a d r e * y p o s e e d e l R e y n o , q u e e s tá p a r a v o s o tro s p r e p a r a d o d e sd e e l p r in - g]orja
t ip io d e l m u n d o (c ) . Este mismo- Reyno es el que el ladrón reconociendo ChrisroSe-
marabillosamente sus pecados * como escribe San Lucas, pedia al Señor con Sor nae&—
grande ahinco * diciendo v S e ñ o r * a c u é r d a t e d e m í g u a n d o e s t u v i e r e s , e n t u R e y - tro*
rso ( d ) . También hace memoria de este Reyno San Juan , quando dice : E l
q u e n o r e n a c ie r e d e l a g u a y d e l E s p ír it u S a n io , n o p u ed e e n tra r en e l R e yn o de
D io s (e). Y asimismo la ha-ce el A p ó sto l, diciendo á los Etesios: T o d o f o r -
m a r z ie , ¿ in m u n d o j ó a v a r ie n t o (q u e es s e r v i d u m b r e d e íd o lo s } n o t ie n e p a r t e e n

e l R e y n o d e C k r h t o ¿ y d e D io s (/ ). ¿Y á lo mismo pertenecen algunas parábo­


las de Christo Señor nuestro, en que habla del R eyno de los Cielos*.
Pero es indispensable poner primero e! R eyno de la gracia : porque es Tr*
imposible que revire en el de la gloria de Dios , el que no hubiere reyna- a *,a na”
o* A t j t y ntraiesa y
00 en el ce su graaa. Es la gracia como ósea eí mismo Salvador , tóente diferen cia
de agua que salta, hasta la vida eterna (g). | Y que diremos que es ia gloria, dei Rey no.
sbio una grada perfecta y consumada. í Porque mientras estamos vestidos ia gra~
de -este cuerpo rragi] y mortal * quando- vagos y descaecidos en esta ciega ^
peregnnadoo y destierro estamos ausentes d d Señor , resbalamos i cada pa- °r' '
so y caemos muchas veces * desechado el apoyo del R eyoo de la gracia*
que es el que nos sostiene- "Pero en amasadés-donos la luz deí Reyno de
la gloria „ que es el perfecto * estaremos perpetuamente constantes y firmes*
Porque emboces se acabará todo vacio- y molestia * toda nuesta flaqueza se­
ra rortaieoda. y confirmada * y ñkianamenise reysará el mismo- Dios en nues­
tra alma y cuerpo : c o s o se declaró a la larga e s el Credo *. quando- se tra­
to de la restnreccioo de la carne.
Explicadas pues estas cosas las que á e d sras lo qtte se entiende en co- e s

iQO_ di EIGS CC. tiS—■


ta petición.
iy¿% ©aaas, a. (£} £ec, rv. (f) Ere, -2-3. (e) Jc-saa. 3.
C-O1 Zfarzii, cj» i f ) Sofe-ss. g. (g) Joans.» 4»
CATECISMO ROMANO
3 o15
dilate el Eteyno de Christo , que es la Iglesia : que los infieles y Judíos se
conviertan á la fe de Christo Señor nuestro , y que reciban el conocimien­
to del verdadero Dios: que vuelvan los Cismáticos y Hereges á h sanidad,
y que se reduzcan, á la Comunión de la Iglesia de Dios de donde deser­
taron : que se cumpla y se verifique , lo que dlxo el Señor por b *ca de
Isaías : Ensancha d lugar de lu alojamiento s y extiende las pieles de tus pa­
bellones : no te quedes corto , alarga tus cordeles , y clava bien tus estacas : porque
á la diestra y á la siniestra penetrarás : pues reynará en H , d que te hno (a),
Y en otra parte : Andarán las gentes con tu luz , y los Beyes con el resplandor
de tu nacimiento. Alza tus ojos en derredor de tí y mira ; todos estos se han
juntado, y vinieron á ti. Tus hijos vendrán de lejos , y tus hijas se levantarán
de tu lado (¿A
i 3. Y por quanío hay muchos en Ja Iglesia , que confesando á Dios con las
De Ju q«e palabras y negándole con las obras , muestran una fe desfigurada , en qiue-
se pide en nes niora po r e| pecado el demonio , y manda en ellos como en su pro­
segundo m- casa . pe¿;mos también , que venga á estos ei K eyno de D io s , para que
auyentabas las tinieblas de la culpa , sean esclarecidos con los rayos de la
divina luz , y restituidos á la antigua dignidad de hijos de Dios : Y asimis­
mo pedimos , que ei Padre celestial arrancando de raíz en su Keyno las he-
regias y cismas y echando fuera todos los tropiezos y escándalos , limpie la
era de su Iglesia , y que adorándole ésta, con piadosos y santos cultos , goce
de quieta y tranquila paz.
14- Pedimos finalmente que solo Dios viva y solo reyne en nosotros: pa­
io GCe ra que en adelante no tenga lugar la muerte , sino que quede sumergida en
se pide ea ,
tercer lu- l& victoria de Christo Señor nuestro , y que su Magestad desh¿g = y destru­
gar. ya todo el principado , poder , y fuerzas de los enemigos , y sujete á su im­
perio todas las cosas.
H- Pero queda al cuidado de los Párrocos .enseñar al pueblo fiel , segura
De 3o qoe Jo requiere esta pendón las consideraciones y meditaciones con que se de-
pnEcípal— pe armar y prevenir , para poder hacer devotamente esta oración a Dios. Y
■ ^medi-ar pr^merameriI:e ’e exhortarán , á que considere el espinen y el sentido de
los Seles aquella parábola introducida por el Salvador : Semejante: es d Reyno de ¿os Cié-
pan hacer ¿os ¿ tm tesoro escondido en d campo : fue el hombre que le halla , le esconde^
como de- y ¿€i gQZ0 qU¿ neme, va y vende tizne : y compra aqudla ha edad c). Por-
ücdJ^:S que dega á conocer las riquezas de Christo Señor nuestro , desprecia-
rá por ellas todas las cosas , y tendrá por estiércol k s haciendas , riquezas y
poderíos : porque nada hay que se pueda comparar con aquel sumo precio,
6 por mejor decir , que pueda parecer a su vista. Y asi ios que tuvieren
la dicha de conocer esto , exclamaran , como el Áposod : Todas las cosas
tuve por pérdida , y las juzgo como estiércol 7 por ganar a Christo .)d). Esta es
aquella preciosa margarita del Evangelio, que d que diere por ella quen­
co dinero hiciere de ía venta ¿e todos sus bienes , gozará' de eterna bien­
aventuranza.
\O cochosos os nosotros , si nos iluminara Jesu-Christo con una luz tan
gran-
(a) Issi. 54. (b) Ibiút"; 60, (c) Maich, 13. id) PHiipp. 3.
PARTE IV. CAPÍTULO XL 307
ifj.
gra nde , que pudiéramos ver aquella margarita de la divina gracia , por h Q¡¡án -.pre­
quax reyna en ios suyos! Todas nuestras cosas , y aun á nosotros- mismos ciable es
nos venderíamos por comprarla , y poseerla. Entonces por fin diríamos sin ei R eyno
duda muv fumosos : z Q ¿ n ¿ n n o s a p a r t a r á d e l a C a r i d a d d e C h r i s i o ( a ) \ Y de Chrisro,
sí deseamos "saM r, quán grande sea la excelencia del Reyno de la gloria, aquí por
g r a c ia , y
oigamos ai Profeta y al Apóstol , que de ella pronuncian una misma voz , y a l i a p o r
sentencia bV7 o j o s v i e r o n , n i o i d o s o y é r o n , n i c o r a z ó n h u m a n o p u d o a l c a n z a r s gloria.
io q u e O ío s p r e p a r ó , p a r a lo s q u e le a m a n ( f ') ~
Mas para alcanzar lo que pedimos aprovechará en gran manera conside­ 17.
D e ía hu­
rar , que es lo que somos : esto e s , hijos de Adan , justamente arrojados del
mildad COB
Paraíso y desterrados , cuya indignidad y malicia no merece otra cosa , que que debe­
un sumo aborrecimiento de Dios y condenación eterna. Esta consideración mos hacer
no puede menos de abatirnos y humillarnos mucho. Con ella irá nuestra ésta y ias
oración llena de humildad christiana , y desconfiando del t o d o de nosotros demás pe­
ticiones.
mismos , nos acogeremos como el Publicano á la misericordia de Dios (f)*
y atribuyéndolo todo á su benignidad , le daremos inmortales gradas , por
habernos dado su espíritu , en el qual confiados nos atrevemos á clamar : P a ­
d r e , P a d re (d ).
Aplicaremos también todo nuestro cuidado y pensamientos sobre lo que
C on qnán-
debemos hacer, v lo que por el contrario debemos evitar , para que poda­ to ahinco
mos arribar al Reyno cíe los Cielos. Porque no nos ha llamado Dios pa­ d ebem os
ra estarnos ociosos - y holgazanes 5 antes dice : E l R e y n o d e l o s C í e l o s p a d e c e p r o c u r a r
fu e r z a , y l o s e s f o r z a d o s s o n l o s q u e l e a r r e b a t a n ( e ) . Y en otra parte S i q u i e ­ eonse g u i r
re s m ir a r ¿ l a v i d a , g u a r d a l o s m a n d a m í m t o s (/ ), N o basta pues pedir el el R eyn o
de ios C íe­
Reyno de Dios , sino que es menester concurrir con nuestro .desvelo y di­ los.
ligencia. Porque debemos ser coadjutores y Ministros de la gracia de Dios,
siguiendo el camino por donde se llega al Cielo. Nunca nos desampara Dios,
pues tiene prometido que perpetuamente ha de estar con nosotros (g). Y
así todo nuestro cuidado cebe ser , que no desamparemos nosotros ni á
Dios ni á nosotros mismos* A la verdad de Dios son todas las cosas que hay
en este R eyno ce la Iglesia , con las quales mantiene la vida de los hom­
bre; , y obra su salud eterna , así Es invisibles milicias Angélicas como el don
visible de los Sacramentos , que está muy lleno de Celestial virtud. En estas
cosas nos hs proveído de unos auxilios tan poderosos s que no solo pode­
mos estar seguros del poderío de nuestros cruelísimos enemigos , sino tam­
bién postrar y acocear al mismo tirano y á sos malvados ministres.
Por todo esto pidamos encarecidamente al Espíritu Santo , que nos haga ip.
E p ílogo de
obrar en todo según su voluntad , que destruya el imperio del demonio,-: esta peti­
para que no tenga poder ninguno sobre nosotros en eí ultimo día : que ción y otra
venza y triunfe jesu-Christo „ que florezcan sus leyes por toda la redondez breve ex­
de la tierra : que se guarden sus mandamientos , y que no haya tra v d o r, ni posición de
desertor ninguno; sino que todos se porten de manera , que vengan con
entera confianza a i2, presencia de su R ey Dios , y que logren la posesión
Q ít- . del
{c; Rom sn. S. (£) Isai. 64, 1. C o ­ {d } Rom. S. {é) Match, ip, ( f ~ ) ibi­
ria ih. 2, le) E ec, j S, dem sS. i g ) Match, aS.
„bg CATECISMO ROMANO
del Reyno de ‘los Cielos prevenida para ellos desde k eternidad s donde ‘bien-
.aventurados gocen con Ghristo de gloria eterna*

C A P Í T U L O X I L

DE LA T E R C E R A ' PETICION..
Hágase tu voluntad,
*. ¿L ca b ie n d o dicho 'Christo Señor nuestro*: No lode d que me dice.: S e ñ o r .,
-Por qué Señor, entrará en d \'Reyno de los Cielos; sino d que hiciere la voluntad de mi
se,puso es- p a ¿ r e ^ U € £ S t ¿ e n q o s d é l o s 5 éste entrará en el ‘Reyno de h s Cielos Q i ) ; todos
im S ia u f los que desean llegar al Kevno celestial , deben pedir á Dios que se haga su
después de voluntad. Y por esto se -paso-aquí esta petición seguida inmediatamente i h
la antece- petición del Reyno del Cielo.
dente. jyias para que entiendan los fieles lo muy necesario que *es do que -pedí-
Có^o se caos aquí , y las grandes riquezas de saludables dones que conseguimos , si
conseguirá lo alcanzamos , declararán los Párrocos , á quantas miserias y desdichas que­
ja verda- do sujeto el lina ge de ios hombres por el pecado del primer Padre,
dera míe- Desde el principio imprimió -Dios á ttodas las .criaturas apetito de su pro-'
^ ^ n"Aetu, P^° bien: para que -con *esta natural ¿inclinación buscasen y anhelasen a su
cioa. " fin. Y nunca se extravías del camino , si ¿no se Ies opone algún impedí sien-
.3. to de fuera. T u vo también el hombre-en-su principio-esta inclinación y á p e ­
melos 212- tito de anhelar a su fin que es Dios s Autor y Padre de su bienaventuran-
i^s 2a v Iaore mas noble y excelente, -quamo .él era capaz de razón v uonse-
sombres eS J°* ‘Pero hatsiendo conservado Jas -demás criaturas incapaces de razón -este
pee ¿do de amor engendrado con ellas (-porque como fueron criadas-por naturaleza bue-
Adaa. ñas , así se mantuvieron , y permanecen h oy en ei mismo ^estado v condi­
ción ) el miserable dina ge -humano no siguió su camino. Porque no solo per­
dió los bienes de la justicia original , con.los que iu ¿ dotado y enriquecido
por Dios sobre-toda virtud de -su .naturaleza ■; sino que obscureció también
aquel primer amor de -la -virtud inserto en su alma. Tvd&s , dice ■ el Profeta,
ír lordérom , todos ¿ una se he ¡erom rmdks : No hay quien obre bien no hay
damas. ®no{p}. Porque los sentidos j pasamientos del corazón del hombre están
indinadas s i mal desde su mocedad (c¿. Para que de aquí .pueda entenderse
con -facilidad „ que ninguno puede .gustar saludablemente de las cosas -hue-
■ Eas; siso-qise'todos están inclinados oí mal ,-y que son innumerables Jas sfi-
-clones y apetitos -estragados ce los hombres : pues están prontos -y cc-n ar­
diente ímpetu se dexart arrebatar de la ira del-odio.- de k soberbia.- .de
4- ^ -$2 ambición, y de casi todo género- de males.
man h adsque¿CGQtrot3amenEe .nos Jiaílamos-metidos ■ CBtre tantos’males., con
Jlínoderai- eso muchísimos --de cHos en. manera ninguna sos nacecen males : que
serias so es -la. mayor miseria que podemos tener. Esto prueba una m uy grande ea—
C5SM5CS ¡SU í-_
«staáok tázítb, 7 . iy) -Esslai, 13,. {c) Gec.es. ¿S,
PA R T E 'IV . CAPÍTULO X II. 309
lamidad en los hombres.: que obcecados con sus antojos y .apetitos, no
echan de ver .que las cosas .que .juzgan saludables., son muchas veces .pestí­
feras : antes se arrojan precipitados á esos mismos males .perniciosos , como
si fueran bienes muy apetecibles , y miran con horror y.como contrarias las
cosas que verdaderamente son .honestas , y buenas. Esta .opinión , y juicio cor­
rompido reprueba Dios por estas palabrasj \Áy de los que decís lo bueno malo.yy
lo malo bueno , poniendo las tinieblas por luz , y la luz por tinieblas , poniendo la
amargo por dulce ^ y lo dulce por amargo (a)J
Para ponemos pues las Letras divinas estas miserias delante de los ojos, ^ .
nos comparan i los que perdieron el verdadero sentido .de gustar (¿) , por
3b qual miran .con grande hastío los manjares saludables.^ y apetecen los da- gradas nos
sosos. También nos asemejan í Jos enfermos (r).Porque .así como estos , -míen- ponen £ &
zeas no mejoran , no pueden cumplir los oficios y .cargos de los que jestán sa- V1f ta .estas
nós y buenos; así no podemos £xercitar nosotros las obras-que son agradables nuseíias°
a Dios sin .el auxilio de la divina gracia.
Y -si estando así indispuestos hacemos algunas cosas buenas., son leyísí- jj ^
mas y de poco ó ningún momento para conseguir la eterna salud. Pero S a q u e a
jamás podremos si no somos fortalecidos con e! socorro de la divina-gracia que pade-
amar y adorar á Dios , como es debido. Porque esto es cosa mayor y mas cemos.para
alta^ de lo que .nosotros caídos en tierra 5 .podemos alcanzar por fuerzas him obrar.
humanas.
Aunque naca significar la miserable condición del finase humano, también ^ 7-
~ i , s - j t -- j ? Paralas-eo-
es muy propia la comparación , ae que somos como ios mnos , los que de- ías ¿iT¡nas-
xados á su .libertad se mueven á todo sin consideración. Es así que somos estamos ea
niños é imprudentes., dados á parlerías y.acciones vanas sí nos desampara el to d o com©
socorro de Dios. Porque así nos reprehende la Sabiduría : i Hasta .quando5 ios niños.
niños , amareis la infancia yy apetecerán .los necios las cosas .que les son perjudi­
ciales (d) ? Y el Apóstol exhorta de -este m o d o : Mo seáis niños en vuestros
sentimientos (e). Y aun en, mayor vanidad y error andamos, que aquella .edad
pueril. ..Porque á ésta solo Alta .la .prudencia humana , Ja que con d tiem­
po puede alcanzar por s í : pero á la prudencia divina que es necesaria para
la salvación , en manera ninguna podemos aspirar sin eí favor y ayuda de
Dios. Porque si su Mr gestad s© .nos socorre ..pronto con su gracia , desecha­
mos los verdaderos bienes, y voluntariamente «sos precipitamos en ja per­
dición.
.Pero si alguno habiendo anyentado .coa la divina luz la -obscuridad del Oré rema-
alma. , Mega 3 ver estas miserias de los hombres^ y übre de aquella lasen- dio- -.para;
sasez experimenta la I t y de Ja carne , y reconoce los apetitos sensuales que tantos mar*
repugnas al espánte., y .cosddera asimismo toda la in d in ad os de nuestra n a - les ^ 1105
tsndeza Á lo m alo; ¿.corno .podra meaos de buscar -con ardientes deseos da^ ^rie£ta
remedio oporenoo .pora una enfermedad xas grave , com o la .que nos afiige ?et2£I°
p orJo viciado de la naturaleza , y de.pedir con instancia la«regla saludable,
con ¿2 qual debe ajustarse., y-medirse Ja, vida de n s hombre Carisuaao-?
Pues este es lo que pedimos ¿¡pando rogarnos así á D io s : Hágase tu
*ÜQ~*
0 Iá íA s4 .E se ch , *8. ^ P s,A -a A e t rsA gárProv, 1. (*) j.jC o tir ó u i* .
CATECISMO ROMANO
voluntad. Porque como caímos en estas miserias por haber negado la obe­
diencia á Dios y menospreciado su voj.untau. , el remedio único que para
tantos males nos dexó su providencia divina es , que últimamente vivamos
según ía voluntad de Dios , la que habíamos despreciado pecando , y que
midamos por esta res!a todos nuestros pensamientos y acciones. Y para
que lo podamos conseguir , pedimos rendidamente a Dios : Hágase tu vg~
¿untad.
9■ , Con igual encarecimiento tienen que hacer esta petición aquellos en cu­
También yas almas *reyna ya Dios , y que ilustrados ya con ios rayos de ía divina
deben pe­ luz cumplen por beneficio de la gracia ía voluntad de Dios. Porque aun­
dí r'esto los
Jusros que que se hallen en tan buen estado , con todo eso les hacen mucha guerra las
obedecen á propias pasiones por la inclinación al mal , entrañada en los sentidos de los
Dios. hombres. Y así aunque seamos justos , tenemos en esta parte mucho por
que temer de nosotros mismos ; no sea que atraídos , y acariciados de las
concupiscencias que guerrean en nuestros miembros (a) volvamos á saiirnos del ca­
mino de la salud. De este peligro nos avisó Christo Señor nuestro por estas pa­
labras : Velad y orad ; porque no entréis en tentación. EL espíritu está pronto , mas
la carne flaca (b).
Porque no esta en mano del hombre , aunque sea en la de aquel que está
Un ios Jos- justificado por la gracia de Dios 5 tener tan domados les movimientos de ía
ios v’í'í'e la
conospi s—
carne , que jamás vuelvan á recalcitrar. Porque la gracia de Dios sana el alma de
cencía, ase los que están justificados; mas no sana la carne. Acerca de esto díxo el Apóstol:
ñ i n g a n o Sé ciertamente, que no mora en mi , esto- es , en mi carne el bien (Y). Porque una
pneds ape­ vez que perdió el primer hombre la justicia original , con la qual se regían
gar cei to­
las pasiones como con un treno 5 no pudo después la razón en manera nin­
do.
guna traerlas tan á raya , que no apetezcan aun aquellas cosas que repugnan á
la razón misma. Y así dice el Apóstol s que mora en aquella parte del hombre
el pecado , esto es , el /omite dei pecado (d), para que tengamos-entendido, que
so está aposentado es nosotros por algunos dias como un huésped ; sino que
mientras vivimos , está siempre de asiento en nuestros miembros como mo­
rador de nuestro cuerpo. Estando pues de continuo combatidos de enemigos
caseros é interiores , dicho se está s que hemos de recurrir al auxilio de Dios,
y pedirle que se baga su voluntad en nosotros. Pero ya. es razón hacer saber á
los fieles quál sea d sentido de esta petición:.
ii, Y omitiendo sobre este punto ¡muchas cosas que útil y copiosamente se
'Q y é ep disputar! por los Doctores Escolásticos acerca de ía voluntad de Dios , de-
SdeS ®mGS : EEe e:ffi csre se por aquella voluntad que suelen Mamar
par i s . vicJ : Esto “ss * por aquello que Dios nos manda . o nos aconseja que
SpEíad ae hagamos , ó que dexemes de hacer. Y" así están aquí compre hendidas por
Dias. el nombre de m H s e s s i z í á todas aquellas- cosas , eme se nos nrononeo . cara con-'
seguir ta Dicaavcntnranza ceaestiaí , sesm pertenecientes a la fe ó á las costum­
bres : en suma ■ todo aquello que Christo Señor nuestro por sí ó por su Iglesia
nos ha mandado ó prohibido hacer. D e esta, voluntad escribe así el Apóstola
JV b s m x s im p ¡n :é m ¿ e $ s u m e r d m d c á & r e s é c q im il- s e a ¿ a v & k m & a d d e D i o s ( t ) .

Quan-
Jaeoev £. a i p. ¡pjí Blata, s<5. (c) Rem. y. Jb-sdets. {/t Hjbhes. e
PARTE IV. CAPÍTULO XII. 311
Quando pedirnos pues: Hágase tu voluntad, primeramente pedimos, que Qn¿ 2s'eael
el Padre celestial nos dé fuerzas para guardar sus divinos mandamientos , y sentido de
para servirle en santidad y justicia por toda nuestra vida : que hagamos to- esta pen­
das las cosas según su ley y voluntad : que cumplamos todos aquellos ofi- C10n*
cios de que somos amonestados en las Sagradas Escrituras: que siendo nues-
rra y nuestro Autor , obremos como corresponde a los que son naci­
dos , no de la voluntad de la carne , sino de D io s , siguiendo el exemplo
de Christo Señor nuestro, quien se hizo obediente hasta la muerte y muerte de
Cruz (a) , y que estemos prontos para pasar antes por todos los tormentos, que
apartarnos un ápice de su voluntad. -
Pero ninguno hace esta petición con mas ardor , ni con: mayores veras, 23.
que aquel í quien ha sido concedido entender la suma dignidad de los que Q^éaesse-
obedecen á Dios. Porque éste es el que sabe, con quánta verdad se dice: tehaceneí
Serví?- á Dios , y obedecerle es reynar. Qualquitra, dice el Señor , que hiciere la ta peEic|0n.
voluntad de mi Padre que está en los Cíelos 3 ese es mi hermano , mi hermana,
y mi Madre (Jd). Esto es , estoy con él muy estrechado con todos los la­
zos de amor y benevolencia. Apenas habrá uno de los Santos que no .pi­
diese con grande ahinco á Dios el don particular de esta petición. Y to­
dos se valieron de esta Oración á la verdad excelente , aunque muchas ve­
ces variada. Pero entre todos vemos marabilloso y suavísimo á David , quien
pide esto con grande variedad. Porque ahora dice : j Ojalá se dirijan mis cami­
nes , para guardar tus justificaciones (c)! Ahora : Elévame por la senda de tus
'mandamientos (d). Y a : Endereza mis pasos según, tu palabra , porque no reynt
m mi maldad ninguna (e). Y á esto pertenecen también aquellas expresiones:
Dame entendimiento , para que aprenda tus manéarazailos , y enséñame tus ju i­
cios. Dame entendimiento , para que sepa tus tcsísmamos ( f ). Muchas veces tam­
bién trata y maneja la misma sentencia con otras palabras : Y estos lugares
se bao de notar con cuidado y explicarse á los deles : para que entiendan
todos , quinta abundancia y riqueza de saludables bienes hay - encerrada en
la pernera parte de esta petición.
En segundo lugar cuando pedimos : Hágase M voluntad. : abominamos Qaé'^s lo
las obras de la carne: de tas Guales escribe d A p ó sto l: Manifiestas, son las <3^ á mas
o&r-a de la carne z que sssn f&rnscacmn , mmuzádicia , impureza 5 ¿uxoria y ’b e. (g), de esta pe-
Y : Si vsvdicdts sgnn la carme , niuri/t¿s ( i) . Y pedimos que 00 -permita ^“ aosaqeí.
que ha giraos las cosas que nos persuaden nuestros sentidos, antojos y
fliqusezas , sino que en todo se gobierne nuestra ve-¡botad por la suya.-M uy
lejos esun de esta voluntad los hombres entregados í -d ekytes, que están
sismeígTsira- en ios cuidados y pensamientos de í :s cosas terrenas. Porque se
ckxan dever arrebatados de sus apetitos „ á gozar de lo que se Ies antoja , y
ponen E ÉekcídUd en logro de sos desordenados deseos: cíe manera que
aun llameo Acuosos & los que consiguen quarcto- apetecen. Mas nosotros por
e! cor.irado p¿dur.ius 3 Dios , como dice el Apóstol , que no hagamos caso de
kis miteys. s áe la cwñe ízj 5 sm-o que se baga la voluntad de Dios,
Aun-
H -- (H MattA re- (r) Fsslm. ?e) llAiem. (T í Tbidem. (g) Gala:. <.
l í -* ÜMirtm. £*) ¿tan. S. ¡i} liria, 13,
312 CATECISMO ROMANO
s¿. Aunque no nos vencemos fácilmente á pedir á Dios ; que no satisfaga
S e ,ha á nuestros apetitos. Porque este vencimiento del ánimo trae consigo la dl-
ga^líT que fícultad , de que pidiendo esto parece que ei> alguna manera, nos aborrece-
quiereBios, mos á nosotros mismos : y esto ^también lo tienen por locura^ los que es-
no lo qae d n ¿ e¡ todo pegados al cuidado de su carne. Pero nosotros pasemos de bue-
deseamos pa CTana ^ ^ nota ¿ c locos por amor de Christo , cuya es aquella sentón-
nosotros. ^ ^ a i^ u n g q U i¿ re v e m r e n p o s de- m i , n ie g ú e s e á s í m is m o ( a ) . Mayormen­

te sabiendo , que es mucho mejor desear lo que es recto y justo , que conse­
guir lo que es ageno de razón , de virtud y de las leyes de Dios. Y á la ver­
dad en peor estado se halla el que alcanzó lo que deseaba temerariamente y £
impulsos de su apetito ? que el que dexó de lograr lo aue deseaba muy
con certadamente.
^ Y no solo pedimos á Dios que no nos- conceda , lo que nosotros rais-
jtfo se'faaQ mos apetecemos por propia inclinación s quando nuestro deseo es claramen-
de pedir á re malo ; sino también que no nos dé lo que á veces pedímos- como bue-
B ío sia sco - no ¿r persuasión ó impluso del demonio disfrazado en Angel de luz (¿ ), M uy
sas que no y ¿ e piedad parecía el deseo d el Príncipe de los- Apóstoles,
bnes¿Ce guando intentaba retraer al Señor del propósito de ir á padecer muerte ( ¿ ) .
Sin embargo le reprehendió agriamente su Magestad: porque se gobernaba,
no por razón divina , sino por afectos humanos. ¿Qué cosa al parecer de ma­
yor amor hada Christo se pudo haber pedido , que lo que ios discípulos
Santi
hospedar
que consumiese aquellos dures é inhumanos ? Mas fueron reprehendidos por
Christo Señor nuestro con estas palabras: A h sabéis 1 de que espíritu sois hijos.
A h vino el Hijo ¿d hombre á perder íes almas 5 sino á salvarlas (d),
Varo no solo se ha de pedir á Dios que se haga su voluntad , cuando
lo es mafer 5 lo que deseamos, ó ¿ene apariencia de mal ; sino también quan-

ss ns
uerla. coa- ^ w „
díc3B; S i trdsmo Señor, de quien hemos recibido la salud y la doctrina de la salud,
Dio: quien siendo conmovido del temor natural de los tormentos v atrocísima
Ts‘ muerte, con todo eso en medio del horror del mayor de los dolores re-
g signó su voluntad en la de su eterno Padre , diciendo : A h se haga -mi vcéws-
M ¡ egs tad > la 00-
tassbiea el Pero está ei Ismge de los hombres tsn extrañamente corrompido v da-
socorro de fj-do s que aun después de haber hecho tuerza á sus acericos , y" sujetado su
pasessin él vo*“B:ad a & ¿ ’í3í5a? todavía oo pueden evitar los pecados sin ei auxilio de
io pode- K c s 5 co® ci qcal somos- defendidos del mal y encaminados al bien. D e -
Eses evitar hemos pues recurrir á esta petición , y suplicar á su Magostad , que perfr-
Sys peca- done k obra comenzada , que refrene los movimientos desconectados de
dos.
h concupiscencia ; que haga los apsátos obedientes í k razón 5 y en fin que
nos
(*) Mattk, 16. {£■ } a. Coriatk se. (c) Miíth. %6. (a) Luc. p. (e) Xbidem as.
PARTE IV. CAPÍTULO XH. 3x5
nos conforme en todo con su voluntad. Pedimos también , qfíe toda la re­
dondez de la tierra reciba el conocimiento de la voluntad de Dios : para
que aquel misterio escondido desde los siglos y generaciones se haga noto­
rio y manifestó á todos.

Así en la tierra, como en el Cíela


'emas de esto pedimos la forma y el modo de cumplir está, voluntad:
conviene á saber, que nos ajusfemos con aquella regla 3 que guardan en el J ^ a ^ e s -
Cíelo los Santos Angeles , y observa todo el C oro de los Bienaventura- ta c i^ u ia
d o s: para que así como ellos obedecen á la Magestad de Dios con toda que se aaa-
voluntad v sumo placer , así obedezcamos nosotros de muy buena gana á de.
la voluntad divina 5 y en aquella manera señaladamente que quiere su Ma­
jestad.
Mas aun en las obras y servicios que hacemos á Dios , requiere de no- ^ 20*
sotros un amor sumo, y una caridad singularísima : de modo , que aunque se^ ° S g
nos hayamos enteramente sujetado á servir á Dios por la esperanza de los x>ios $ no
premios del Cíelo , con todo esperemos esos premios , porque plugo á su d i - p o r in te ré s ,
vina Magestad , que tuviésemos esa esperanza. Por tanto toda nuestra es- siso Por a-
peranza ha de estar apoyada en el amor de Dios , quien quiso proponer por mor suy0'
premio í nuestro amor la eterna bienaventuranza. Porque hombres hay que
sirven á uno con lealtad y am or; pero ordenan este amor al interés por cu­
ya causa le sirven. Otros hay también que únicamente sirven movidos de
caridad y piedad , sin mirar otra cosa en aquel á quien sirven , que su bon­
dad y virtud , y considerando, y admirando esto 5 se tienen por dichosos en
poderle hacer algún servicio.
Pues este último modo de servir es el sentido de esas palabras-que se 21.
añaden : Asi m la ¿ierra s como en el Cido : Porque hemos de hacer todos Otras expo*
los esfuerzos posibles por ser obedientes á Dios al modo que según dixi- Piones
mos 5 lo son aquellos bienaventurados Espíritus , rayas alabanzas por una Ci£usa"
tan perfecta obediencia celebra David : diciendo : Bendecid al Señor , todas
sus Virtudes y sus Ministros y que hacéis su xmluníná (a). Pero st alguno si­
guiendo a San Cipriano (o) explica esas palabras de manera , que diga : En
el Cido , m les buenos y justes , y en. la tierra en ios pecadores y malos 5 apro­
bamos también su sentimiento : Com o el que se entienda por el Cielo el espí­
ritu , y por la ¿ierra k carne : para que todos y todas las cosas estén obedien­
tes á la voluntad de Dios en todo y per todo.
Contiene demás de este esta petición acción de gracias. Porque venera- es.
mos k voluntad santísima de Dios , y llenos dei mayor gozo celebramos con E_sta psEÍ~
sumas alabanzas v plácemes todas sus obras , teniendo por muy cierto ciue c-ma con~
toao lo mzo men. Porque constando que Dios es todo poderoso ,, necesa- bíea acción
•lamente se sigue que entendamos , haber sido hechas todas k s cosas por degradas,
su voluntad. Y cuando sobre esto decimos que cí mismo es el sumo bien,
como es así 3 confesamos que nada hay en sus obras que no sea bueno: pues
A &
(a) Pssiei. 102. (b) Serte, de Orat. Dom.
3*4 CATECISMO ROMANO
él mismo comunicó á toó as su bondad. Y aunque no alcanzamos en todas
las cosas los designios de Dios , sin-embargo en todas despreciando la duda,
-y -desechando toda perplexidad , protestamos con el Apóstol : que sus cami­
nos son inapeables (¡a). Mas por lo que principalmente veneramos también la
voluntad de Dios , es por haberse dignado comunicarnos su divina luz : pues
“sacándonos del poder de las tinieblas -sos trasladó al R ey no del Hijo de su
amor (¿).
Y para declarar últimamente lo -que pertenece á la meditación de esta
-Qiié'es ^ petición y se ha de volver i lo que tocamos ái principio,* q u y debe el pue-
que se de— blo riel -hacer esta petición con animo rendido y humilde-, considerando aten-
b e co n te n í- rameóte aquella tuerza de las .pasiones tan arraygada en la naturaleza 5 y tan
piaren es- repin an te á la voluntad divina : y pensando que en este punto es vencido
'4^.pc^cion. de todas las criaturas-: de las quales está escrito ■: Todas las cosas ít sirven,
Señor (:), y que .es en tal manera frágil-, que no solamente no puede aca­
bar obra alguna agradable á Dios j mas -si empezarla siquiera, si no es s o
corrido con -la avuda de Dios. Y no habiendo cosa ; como ya diximos , m
mas noble , ni mas esclarecida , que servir á Dios y guardar sus divinos
mandamientos „ ; qué puede haber tan apetecible para ei Chnstiano .como
andar en los caminos del Señor 3 nada -revolver en su ánimo nada poner por
obra , que sea contrario á la voluntad divina í Pues para que abrace este te­
nor de vida, y despees de empezad© persevere en. él con codo desvelo , -to­
me de ios ¿vinos libros les exentólos de aquellos, á quienes tocas las co-
-sas sucedieron mal 3 .por no- haber arreglado sus consejos por la voluntad de
Dios*
-4- Ultimamente se enseñará á ios Seles que descansen en la sencilla y ah-
Dei gran scq j-2 voluotaá de Dios. E l que pensare que -se halla en lugar “inferior al que
“'fU pide su dignidad, lleve su condición con igualdad de ánim o, -no invierta su
sdos Mea- órden . sino persevere en aquella -vocación para qué rué llamado (a) 5 V rin­
de assípa- da su propio juicio a la voluntad de Dios , quien -mira por nosotros aun.
rsreaer ia mejor de lo que podemos desear. Si nos oprime la nobreza, si las. enferme-
trzáz. cisr A ‘ * ** - T
v asees y persecuciones 5 si otras modestias y angustias se na ce tener por
segadd ~ cierto y por sentado . que naca de esto puede sobrevenimos sin la voluntad
de D i o s , que es la razón suprema de todas las cosas : y asi que no ñ or eso
nos hemos de alterar demasiado., sino sumirlo todo con ánimo constante,tra­
yendo siempre en la boca : Juégase h v o h r í a d á d S e ñ o r : y jo ¿ d Samo lob:
C c & ü p lt t g 3 e l S m ú r , a s i se ñ iz o . S e e b c n c iw d n o m b re ¿ s i S e ñ o r (e ).

{¿} Rana, rm Calos, i. é l ¿¿S, (Jt r.Ceriaik, y E p á ss.i. ~e) Job. a*


PARTE IV . CAPÍTU LO X IIL 3*0

C A P I T U L O XIII..
DE L A Q U A R T A PETICION

El pan nuestro de cada día dánosle boy.


X á a quarta petición y las demás que se siguen en las que pedimos á Dios ^
señalada y expresamente ios socorros de alma y de cuerpo , se reducen á que se ob_
las antecedentes. Porque tiene tal orden y concierto ía oración del Señor, serva en es-
que í la petición de las cosas divinas se sigue la de aquellas que son nece- ta orado«
sarías para el cuerpo y mantener la vida. Porque así como los hombres se S3Srada'
ordenan á Dios como á ultimo E n ; así los bienes de la vida humana se en­
derezan por la misma razón á los bienes divinos.
Estos bienes terrenos se han de desear y pedir , ó porque así lo requie- p or**qUg
re el órdon de Dios , ó porque necesitamos de estos socorros para alcanzar es iíeito pe­
los bienes espirituales r de manera , que- con estas ayudas consigamos el fin que d i r y d e se ar
se nos ha propuesto que consiste e n el R e y n o y en la gloria del Padre ce- *ns b ien e s
lestial, y en venerar y guardar aquellos preceptos 5 que no ignoramos que ^u^anal
son de la voluntad de Dios. Y así debemos ordenar i Dios y í su gloria to­
do el espíritu y nervio- de esta petición.
Tomarán pues por su cuenta los Párrocos hacer que entiendan los fie- £0n*qué
les oyentes 5 que en pedir estos bienes que pertenecen al uso y goce de las y de
cosas terrenas . han de seguir nuestros pensamientos y deseos el orden de qué moda
Dios ? sin desviamos de é l en manera singana. Porque guando mas lo erra- se de
usos en lo que dice el Aposto! - Qys ti® sahornos pedir , según conviene (a)s Pf°ir 1q^
es en las peticiones de estas cosas terrenas y caducas. Se han de pedir pues poples,
estas cosas , según conviene : no sea que pidiendo mal a lg u n a o ig a m o s
de! Señor aquella respuesta : JVb sebos i& qme peáis (o). Y será señal cierta
para discernir qué petición es buena, ó qusl es mala , la intención y pro­
pósito del que pide. Porque si uno pide cosas terrenas con tal ánimo que
las juzgue del todo buenas a j descansando en ellas como en su deseado fin,
do aspira á otra cosa ; éste sin duda no pide como debe. Porque como dice San
Agustín: M& pedímos estas msas temporales Mases miestros r tino como ne—
enserias pm~v imsoíros (c). Y el Apóstol enseña también en la Epístola á les
Corintios , que todas las cosas que pertenecen ¿ ios usos necesarios de la vida
deban ordenarse á gloria de Dios : H&rm c&mais t dice „ hora bebáis s hora ha­ 4"
gáis qnmlqukr oíra cose , kmedlo iodo á ghrm ¿c ¿tém (d ), S e lo s

Pero á fin de que vean los fieles quán necesaria sea esta, petidon 7 les S f a a d e s
ôïenes de
harán presente los Párrocos lo m uy precisas <uue son estas cosas exteriores DK „ . . .
pera mantener 5 y conservar la vida. Esto se entenderá mejor haciendo co— hambre
de las que hnbo menester para vivir d primer Padre de nuestro linage ea e£ esta-
y sucesivamente los demás hombres. Cierto es que en el fdldsím o estado dodeiaio-
E£3r acceacla.
ía} Eosl S. 0 } ¿Víiitx. n©. ije) Hia, z, de Sentí. Sosn. ín Moni. c. id. i.Cor, io.
3 l5 CATECISMO ROMANO
de la innocencia , de donde cayó Adan , y por su culpa toaa su descen­
dencia s habría necesitado tomar aumento para reparar las fuerzas : pero toda­
vía hay diferencia grande entre las necesidades de aquella vjda y la nuestra.
Porque entonces no necesitaba , ni de vestido para cubrirse , ni de casa para
■ albergarse , ni de armas para defenderse , ni de medicinas para curarse , ni de
otras muchas cosas, cuyos socorros necesitamos añora para sustentar la flaqueza
y fragilidad de la naturaleza. Hubiera le bastado entonces para la vida inmortal
el fruto que le habría producido el felicísimo árbol de la vida , sin ningún tra­
bado suyo ó de sus hijos. Mas no por eso se hubiera estado ocioso entre tantas
delicias del paraíso: pues le puso Dios en aquel jardín de placeres , para que
le cultivase. Pero ninguna obra le sería molesta , ningún trabajo desabrido.
Habría cogido perpetuamente suavísimos frutos del cultivo de aquellos delicio­
sos vergeles, sin fallarle jamas, ni la labor , ni la esperanza.
Ij. Pero su descendencia , no solo fue privada del fruto de] árbol de h vi-
Be los da , sino condenada también con aquella horrible sentencia : Maldita será
g ra n a e s ¡a í:iíra ai í]¿ frühaj 0 t con fatigas comerás de ella iodos los a¿as de tu viáaz
se” Cipinas }' abrojos te producirá , y cernerás ía hierba de la tierra* Con el sudor de
ron a? pe- tl¿ rostro comerás de íu. pan y testa que ¿t vuelvas á la tierra , de que jinslc for~
-caá O de rnscio : porque polvo eres s y en polvo It has de volver y ) . Tod o pues nos su-
^ an. cedió al revés de lo que habría acaecido á Adan y á sus hijos , si el hubie­
ra sido obediente al mandamiento de Dios. Y así se trocaron todas las ca­
sas , y se mudaron a la peor parte. Pero lo mas lastimoso es , que muchí­
simas veces despees de muy grandes gastos , y de mírenos trabajos y sudo­
res mngun fruto se logra : quando ó se vician los sembrados, ó se sofocan
con ia aipereza de las malezas que la tierra produce , ó se pierden las míe­
se? maltratadas , y destruidas de tempestades , vientes , piedra , langosta , ó
piiigon , ce manera , que todo el trabajo de un año se pierde en una cora
Por afgana desgracia del Cielo o ¿e la tierra. Y esto acaece por lo enorme de
-nuestros pecados : que indignado ñor ellos el Señor , no echa su bendición
50Dre nuestras obras : sino que permanece la sentencia horrible que prenuncio
& ai principio contra nosotros.
S í A b a tra- Pondría p es ios Pastores particular cu:tu..do en mutar esie punto pa­
one sepa el pueblo bel qua caveree: Ics hombres por su culpa en estas
;u »Aí — í I ^ "-^ e c o s - J miserias : v para cue entienda que ciertamente se e n e traoa-
pe y sudar j por adquirir lo necesario Dira la vida ; pero que si el Señor
no oendmere nuestros trabajos , sera ensañase toda esperanza v vana toda
m : ih' rqve ai il a:¿e A c d que riega . rum D io s que da c
Y : 5: el Seder oc n c u im rese zane traodaci ics qus
A-
En este supuesto ensenaran los Fírrcco; , que son. casi innumerables las
cosas que si nos tupan , ó perdemos la vida , o la pasamos con ¿-sabrimien-
tc. Porque en conociendo el pueblo Christiane esta necesidad de cantas ce­
sas y .;z ceometad ce la naturaleza,, se vera precisado a ù r è e al Paure ce*
a pm lrk rendidamente „ as: lo« bienes de la tierra , como los bel
CA­
PÍ Genes. i. Can Fsalea. zzd.
P A R T E IV . C A P Í T U L O , ;XI1L 317,
Cíelo im iará á aquel hijo P ró d igo , que habiendo empezado á padecer
necesidad en un país rem oto, sin haber quien le diese, ni aun bellotas
quando pereda de hambre , por fin volviendo sobre sí , entendió que de
parte ninguna tenía que buscar el remedio de los males que. de apremia-'
ban sino5 de su Padre (/O- Con esto también, llegará el .pueblo fiel á - la
oración mas confiadamente : si considerando la benignidad, de Dios , ^ acor­
dare de que les oídos del .Padre siempre están abiertos para los., clamores
de los hijos. Porque exhortándonos á que le pidamos pan , promete dar en
abundancia estas cosas , á los que se las pidan como deben. En el mismo
enseñarnos cómo hemos de pedir , -nos exhorta , exhortando nos impele, im -
doliendo nos promete,, y prometiendo nos da una esperan^ muy cierta de al­
canzar lo que pedimos* ; r . 7 - t ' -u S.
Despertados ya y enardecidos los ánimos del pueblo f ie ls íg u e s e de­ Qué se en­
clarar lo que se pide en esta petición: y primero qué,pan sea éste que pe­ tiende pOE
dímos. Para esto es de saber , que por el nombre de p a n se significan mu­ el nombre
de pan y
chas cosas en las Sagradas Letras, pero señaladamente dos. La primera , to­ quál-es el
do lo que tomamos de sustento y de las (demás cosas para conservar el cuer­ sentido de
po y la vida. .La segunda , todo lo que se nos ha dado pop la gracia .de Dios .esta ; peti­
para la. vida y salud*"del espíritu y .del alma. Pero aquí pedimos Jos socorros ción,'
de .esta vida que hacemos en la tierra según la autoridad de los Santos Padres
que lo sienten asi.
Por esto en manera ninguna deben ser oidos los que dicen , que no Declárase Sfe
es licito a] Chrístiano pedir í Dios bienes terrenos de esta vida. Porque que se pue­
además del - sentir concorde d e jo s Padres están contra ese. error muchísi­ den pedir 2
mos exe rapios ^ ssy dd Testamento viejo , como del nuevo.’ Porque Jacob Dios 'bie­
nes tenípo—
haciendo voto oró así : S i e l S e ñ o r m e a s i s t i e r e y m e g u a r d a r e e n e l . c a m i n o rales.
p o r d o n d e v o y , r m e d ie r e p a n q u e c e rn e r , y v e s tid o c o n q u e c u b r ir m e ^ y v o lv ie -

r e co n fe lic id a d á la c a s a d e m i P a d r e , t e n d r é a l S e ñ o r p o r m i D i e s , y e s i/ z
p ie d r a q u e le v a n té p o r s e ñ a l , se lla m a r á c a s a d e D io s : y d e ¿o d as la s co sas
q u e m e d i e r e s y Señar, t e c f s e c a s l o s d i e z m o s (¿). Salomón pedia también determi­

nadamente bienes temporales quando oraba de esta manera : JYJ m c . M s r i ­


q u e z a s 3 n i p o b r e z a , Sino l o que. b a s ta re p a r a mi m a n t e n i m i e n t o (c) ¿Que mas?
Si aun el mismo Salvador del linage humano manda pedir cosas que. ningu­
no negará que pertenecen al uso del cuerpo. O r a d , dice , q u e n o s e a v u e s ­
t r a k m d a e n in v ie r n a ¿ a i S o b a d o ( d j ¿ Qué diremos del Apóstol Santiago,
cuyas son estas palabras í ? J E s i á a l g u n o , de. vosotros i r i s l e b riaga o r a c i ó n . Es­
té . a l e g r e , c a n t e (r). ; Y que del Apóstol i quien, escribía psi 3. jos. Roma­
nos : R u é g a o s , h e r m a n o s , por n u e s t r o S e ñ o r j é s u - C h i n t o y p o r ] ¡ a caridad
dd Espíritu Santo , q u e m e a y u d é i s en v u e s t r a s o r a c i o n e s p o r m i ¿ D i o s , p a ­
r a que me haré de los injidrs 9 q u e h a y en J a d e a (/)., Y -así habiendo Dios
concedido á los fieles que pidan estos socorros temporales., y habiéndo­
nos -enseñado Oirisro Señor nuestro esta perfecta, norma de o r a r n o pue­
de quedar duda de que esta petición de .bienes temporales es una de las
siete.

(a) Lna. xg. #) Gen. aS. (r) F fot. 30. (d) Matds. s * (e} Jacob. 5. {/} Hernán. i¿ ;
3 I‘S
•CATECISMO ROMANO
IO . ■ Pediiscs a mas de esto el hm cb : esto es , lo necesario para
Por al 2on> v iv ir; eBSeadieado por ei sentóte de pan s lo que es suficiente así de vestí-
óve se P sn
sì eadeade
¿0 pára cubrirnos , coiné de alimento para sustentarnos , sea pan , carne.
xeni iodo Pescado 6 lo que fuere- Porque de esta manera ’remos que se explicó Elí­
io precìso seo ; enanco amonestó al R ey que diese pan í los Soldados de Siria (a) i
pera Jsp vi— edenes se dio oca g r a n d e abundancia de manjares. Y ■ sabemos también lo
■ tifi­ que esta escrito de Consto Señor nuestro r £sír¿ m casa de un Principe de
los Fariseos tm SámdD d comer pan w) por coya roe vemos se significa lo
pue pertenece así í la comida como á la bebida. Mas para la cabal sígni-
fcacion de esta pendón se da de advertir í mas de esto- , que por este nom­
bre dg-pm se debe entender > no una abundante y exquisita cantidad de
viandas y ropas í sino 1¿ necesaria y común : según escribió el A p ó sto l; En
iszkn&o aiómentos y am ¡jsc c&brirnos > estemos contentos (c), Y Salomón , co­
mo dlxlmos , solo pidió lo necesario para el sustento.
li.. De esta moderación y templanza somos reconvenidos también por la pa­
Por qoén o labra que mego- se sigue. Porque diciendo- ¡ F u t u r o , pedimos ese pan para
p eársas el
peo en c o ­ nuestra necesidad , no para -demasías. Y no le llamamos n u e s t r o y porque po­
n ica y sise damos nosotros adquirirle con nuestro trabajo- sin Dios y sino porque es ne­
& píCOCSS' cesario } y sos le na dado Dios Padre de todos quien con su providencia
tra mantiene á todo viviente : pues dice David : T o d a s l a s c o s a s , Señor 5 e s p e r a n d e
b 3 q u e l a d e s d e c o m e r á s u t ie m p o . D á n d o s e le t ú , le r e c ib e n , y a b r ie n d o tú ¿ u m n *
::o 9 t o d a s s e r á n henchidas d e bondad (a), Y e s otro lugar ' L o s o j o s d o t o d o s «~
p e r a n a s ti , S e ñ o r , j ¿ a le s d a s y a m c r p s r e n t ie m p o o p o r t u n o (r).
También se' llama rnestro este par : porque se ira de adquirir justamen­
£ peamos te oor nosotros , y no procurarle con injuria -engaño ó hurto, Porque las
eirsáfififies- cosas que manyómes par molos medios no son nuestras , sino asesas : y las
tro - debe-
desganar- mas veces es desastrado ó su logro ó su posesión ó á lo menos su pérdida
leeonne-es- v su Su, Pero ai contrario- en las ganancias líenos que los hombres justos
ITCS~£¿QC, meen con su trabajo ? hay según el Proteta serenidad y felicidad grande;
Por caz cernerás. , ¿ ic e . As iredejos de rus manes, serás dichosa y te estaré bim (/),
porque á les que buscan su mantenimiento por su justo trabajo , promete
Dios el ¿ruto de su benignidad querido dice ; Echará e l Señor su Bendición
sacre tus. ciñeres y sobre ledas tas seras de tus manos y sobre tí i-miden (g)t
Y no solo pedimos i Dic-s que podamos-usar de lo que ayudados de su
benignidad hemos ganado con nuestro sudor y fuerzas , pues esto es lo que
con verdad se dice n u e s t r o ; sino -que también pedimos que nos sé juicio" y
cordura, para poder usar con rectitud y prudencia de las cosas que hemos ad­
quirido'con equidad.

pò- á.Hsa. & <d) h-c, 14. {e) Ibidem 14 4 . \jF) lin d e n t i p .
y , I. T is . A (¿} ñszán. 10 3. (¿) Deerer. zT

Da
PARTE ÍV. CAPÍTULO XXII. 3 ’9

. De cada día,
ambien esta palabra vuelve á recomendarnos la moderación y tempanza p or se
que poco ha díximos. Porque no pedimos varios y exquisitos manjares ; si- anade la
no lo que baste á la necesidad de la naturaleza- Para que con eso se aver- d$
güencen , los que fastidiados de la comida y bebida regular , buscan con ca a m'
ansia comidas delicadas y vinos generosos. Y no .menos se reprueban por
esta voz de cada día aquellos á quienes intima Isaías aquellas espantosas ame­
nazas i] Ay de las que juntáis casa con casa, y allegáis heredad á heredad has­
ta el cabo del término! g Por ventura habitareis solos vosotros .en medio de la,
tierra %a) ? E s ciertamente insaciable la codicia de estos bombr.es. Por ellos
dixo Salomón-: El avariento no se llenará de dinero (b). .y £ ellos se endereza
también aquel dicho del Apóstol : Los que desean ser ricos , caen en tentación
y in el lavo del diablo (c)t Llamamos otro si este pan de cada dia , porque le
temamos para-.reparar los humores vitales que cada dia segasta-n con ,1a fuerza
del calor natural. Y en fin se dice de cada día : porque se debe pedir conti­
nuamente.: para que así nos mantengamos en esta costumbre de amar -y servir
á Dios , y que .estemos del todo persuadidos-, -como en verdad es a s í, á q u e
nuestra vida y -salud está pendiente de Dios*

■ ;> .Dánosle» ; - r--


o habrá hombre que no eche de ver qnán copiosá materia dan estás ■Qué,* quie­ 4*.
dos palabras .para exhortar á-los fieles., á q ue ■ ad oren y veneren humilde y san­ r e n d e cir
tamente el poder infinito de D i o s e n cuya mano están todas las cosas (d) e sta s d o s
y para que abominen de aquella blasfemia ostentación de Satanás : A mí kan ■ p a l a b r a s :
Dánosla
sido entregadas- todas las -cosas , y las doy & quien quiero (e). Porque todas es­
tán repartidas y se conservan y acrecientan según la voluntad de solo D ios. *$■
Siendo esto a s í, ¿qué necesidad , -dirá alguno , tienen los ricos de pedir También
el pan de cada día , quando les sobra todo ? Precisados están á pedir de .esta los ricos
manera , no para que se les den las cosas que por largueza d e .D ios tienen con deben ha­
cer esta o—
tal abundancias sino para .no perder lo que poseen. Por esto como escribe el ración.
Aposto! : Aprendan.de aquí ¡es ricos , á no "tener -altos pensamientos , ni á esperár
en h incierto de las riquezas.; sino en -Dios -vivo 5 quien nos da en abundancia to­
das las cosos , para que las disfrutemos (/ ). Y San Crisóstomo alega esta cansa
de la necesidad de esta .p e t ic ió n N o solo porque .no nos falte el sustento sino
forque nos le dé la mano del Señar la •qual cmmimcando su virtud saludable , .y
por lo mismo provechosa al pan de cada"-dia- 5 hace-que el alimento aproveche -al
cuerpo , y que el cuerpo sirva al alma (g)t
¿ Pero por -qué decimos: Dánoste en numero plu ral, y no Dámele % Por­ 16.
'P o r quéde*
que es propio de la Caridad Christiana , no .que cada -uno procure para -sí -cim os D a ­
3010 5 s^no también trabaje por el próximo 5 y.que-mirando por su ufi­ nos j j r n e
fi- Dame»
í«) Isa5 s ■ : ¡g) Sedea, g.' ( c ) z . (f) i . Tim . 6. (g) Hamíl. 1 4 .Oper,
Tíai, 6. (d) Esther. 13. {e} Lee. 4. ímperf.
320 CATECISMO ROMANO
Helad se acuerde de la agena. A esro se junta que los bienes que da el Señor
a uno , no se los concede spara que solo'-él los posea ó los gaste con demasía,
sino para que parta con sus próximos lo que sobrare á su necesidad. Porque
dicenlos Santos Basilio ( a ) y Ambrosio (¿): D e l o s h a m b r i e n t o s e s e l p a n q u e t ú
e sc o n d e s , d e lo s d e sn u d o s d v e s t id o q u e e n c ie r r a s . R e s c a te y lib e r t a d d e 'm is e r a b le s

es e l d in e r o q u e tie n e s e n te rr a d o .

Hoy.
Quási-gní- élAtsta voz nos representa al vivo la miseria de todos. Porque ¿qué hom-
íica U pa- Bre hay , que ya que desconfie poder con su trabajo proveerse para largo tiern-
labra H o y . p0 ¿|e gastos necesarios á la vida , no espere que í lo menos para un dia
podrá agenciar el sustento preciso ? Pues ni esta seguridad nos permite el
Señor, quando nos manda que le pidamos el sustento cada bdia de por sí.
Y la razón precisa de esto es , que pues todos habernos menester el pan de
cada dia , cada día también debemos hacer esta oración. Y baste esto en
quanto al pan usual , que mantiene y sustenta el cuerpo , y . que es común
á fieles é infieles , buenos y m alos, y que se reparte á todos por inefable
bondad de Dios , que hace salir su Sol sobre buenos y malos , y llueve
sobre justos é injustos ( c ) .
jg, Resta el pan espiritual que también pedimos en este lugar. For él se
Qué se en- significan todas las cosas que necesitamos en esta vida para la salud y robus-
tiende por £ez ¿ c i espíritu, y del alma. Porque así como es de muchas maneras el’ áli-'
rknaJ165 ne me3ío clue mantiene y sustenta el cuerpo t así también es de varías el man-
también se W que conserva la vida del espíritu y del alma. Porque primeramente es
pide aqvi alimento del almaTa palabra de D io s: pues dice la Sabiduría : V e n i d y c o ­
m e d m i p a n - , y b eb ed e l v in o q u e os h e m e z c la d o ( d ) , Y quando Dios quita á
los hombres- la proporción de oir esta palabra (que suele -hacerlo quando es­
tá mas ofendido de ellos ) se dice que castiga con hambre al linage huma­
no : pues dice así por el Profeta Amós : E n v i a r é s o b r e l a t i e r r a : n o h a m ­
b re d e p a n n i s e d .d e a g u a , . s in o d e o ir ia p a la b r a d e D io s (e ). Y así como es
indicio de muerte cercana , no poder e! hombre tomar alimento , ó no. abra­
zar el estómago el que tomó ; así es prueba grande de una. salvación desan­
clada , ó no buscar la palabra de Dios , ó no querer oiría quando se pro­
pone : profiriendo contra Dios aquella voz de impiedad : A p á r t a t e d e n o s o ­
tro s , q u e n o q u e re m o s s a b e r tu s m m im s ( / ) M En este furor de ánimo y ce­
guedad de alma están aquellos , que menospreciados los Obispos y Sacerdo­
tes Católicos , que son- sus Prelados legítimos, y, apartándose de la Santa Igle­
sia Romana , se estregaron á h enseñanza de los hereges 3 que corrompen
Iz palabra de Dios.
ip. ^ -Pero el verdadero pan ■ y manjar del alma es Christo ■ Señor nuestro. Por-
S él verás.— qUe é l mismo dice de sí : Y o s o y p a n v i v a , q u e d e s c e n d í d e l C i e l o (g). Es
sob resea increíble de quanto regalo y alegría llena este pan las almas de los Justos
y
(a) HcmíL ¡5_Y re. arg. (¿i Sena. Si. (e) Amos -8. (jF)- Job 21.
(0 Manía. {d} Prov. 9. (g) Joana. 6.
PARTE IV. CAPITULO XIII. 321
v señaladamente quando son afligidos de molestias y trabajos terrenos. Exem- tanda-í qns
pío de esto nos da aquel, sagrado coro de los Apóstoles , de quienes se es- es Christo
cribe litan muy gozosos de delante del Concilio (a). Llenos de estos exemplos están Ssn^rnues-
los libros de Vidas de los Santos : Y de estos gozos interiores de los buenos di- ír0‘
ce así el Señor : Al. que venciere daré un maná escondido (£)_
Pero principalmente nuestro pan es Chrlsto Señor nuestro , que sustan-
ci al mente se contiene en el Sacramento de la . Eucaristía. Esta prenda inex- se contiene
plicable de caridad nos dio , quando estaba para volverse al Padre : de la verdadera-
qual nos dixo : El que come mi carne , y bebe raí Sangre , está en mi y yo en mente en la
el (c). Tomad , y comed , esta es nú cuerpo (d). Lo demás que conduzca par Eucaristía,
ra utilidad de los beles tomarán los Párrocos dei lugar , donde se trató
separadamente de la virtud y esencia de este Sacramento. Y con toda, ver- ¿¡ente pan
dad se dice este pan nuestro : porque es únicamente de los fieles : esto ess nuestro*
de aquellos que juntando la Caridad con la fe , lavan las manchas de los
pecados por el Sacramento de la Penitencia , y teniendo presente que son
hijos de Dios , reciben el divino Sacramento , y le adoran con la mayor san-
tidad y veneración que pueden.
Llámase este divino pan de cada día por dos razones que son claras: p or Í2
Una porque cada día se ofrece á Dios en los sagrados misterios d e la Igie- E ucaristía
sia Christiana y y se da á los que le piden piadosa y santamente. Otra : por- se llam a e!
que cada dia se ha de recibir . ó á lo menos se ha de vivir de manera , que ^nues~
cada dia, en quanto sea posible apodamos recibirle dignamente.. Oigan los que ¿a día
siente» h> contrario : que no conviene al alma comer de estas viandas saluda­
bles , sino de mucho á mucho tiempo , lo que dice San Ambrosio ; S i es pan
¿c cada dia \por qué tú le recibes de año á año (e) %
Pero lo que señaladamente debe persuadirse á los fieles, en esta petición, 22.
es que en habiendo puestobuenamente su trabajo é industria , por adquí- ^ébe-
rir las cosas necesarias parala vida . desen lo demás ñor cuenta de Dios, °?os f acec
- j ordenen sus oeseos a su voluntad : que no dorara para siempre jíucluar al zanjtíS lue-
JusiQ (/ ). Porque ó concederá su M agestad las cosas que le piden , y en go ío qse
tal caso consiguen- sus intentos; ó sino ío concede , es prueba manifiesta.de pedimos,
que. ni es conveniente ni útil , lo que niega á los Justos : pues tiene mas cui­
dado de su salud que ellos mismos. Lugar que pueden ilustrar los Párrocos,
explicando las razones que doctísímamente recopiló San Agustín en la
Carta á Proba (g).
L o ultimo que se debe advertir sobre esta petición : es que se acuerden
los poderosos de que han recibido de Dios sus caudales y haciendas , y que
tengan entendido que han sido colmados de esos bienes , para que los re- en 5-
parían- con los pobres. Para este punto son m uy apropósito las doctrinas, tLioa. ?
que da el Apóstol en la primer Epístola á Tim oteo (Jé) 5 de donde podrán sa­
car los Párrocos una gran muchedumbre de documentos divinos para exornar
este logar úái y saludablemente.
ss CA-
(a? A ctor, sj, {p) A poca.Iy p. c. c e S a c ra m e n t, c ap . 4 , (/* ) jPsaEm. ¿4.
(e) Joaso. 6. (d) Matt, - 5. (■ ?} Lia. (g) EpistoL r a í. [&) ~1. Tím. 6.
.<,«
o
CATECISMO ROMANO

C A P Í T U L O X IV .

DE LA QUINTA PETICION.

Perdónanos nuestras deudas, asi como nosotros perdonamos á


nuestros deudores.

3>e la * Pa~ S ie n d o tantas las cosas que nos imanifiestan el poder infinito de Dios jun-
sion de to con igual sabiduría y bondad , que á qualquíer parte que volvamos los
Christo s3- ojos y la consideración encontramos señales -.certísimas de su omnipotencia
hó el per- liberalidad, con todo eso .nada hay que declare mas lo sumo .de su amor
dos tiiies” y *° sdmirable de su caridad con nosotros , que el misterio inefable de la
tros peca- pasión de Jesu-Christo , de donde brotó aquella perenal fuente , para lavar
dos. - las manchas .de .los pecados, y en la qoal deseamos ser lavados y purificados,
quando haciéndonos la guia , el que nos hace la gracia., nos enseña á pedir:
Perdónanos nuestras deudas.
- Contiene pues esta petición una suma .de todos los bienes con que el li-
^ f nage -humano filé enriquecido por Jesu-Christo. Esto es lo que enseñó Isaías,
C<-srs, cuando dixo : Perdonarse ha -la maldad á .la casa de jf.aeob : T este será todo
petición, el fruto : quitarse de en medio .su pecado (a). L o mismo mostró D avid , pre­
dicando por bienaventurados , á los que pudieron percibir tan saludable fruto
por estas palabras : i Dichosos amelles 5 cuyas maldades fueron perdonadas (b)\
Y por esto deben los Párrocos advertir con cuidado y explicar con diligen­
cia a los fieles el 'sentido de esta petición, que tan provechosa entendemos
que es , para .conseguir .la .bienaventuranza.
3. Mas -entramos con un nuevo modo de pedir. Porque hasta ahora ha-
Cóso pe- bemos suplicado al Señor , no solo .por ios bienes espirituales y eternos , si-
DO ‘ amblen por los temporales y pertenecientes á esta vida. Pero ahora rc-
¿Iys-so de g£mcs por el remedio de los males así del alma como del cuerpo , tanto
las m-zs de esta -.vida .como de ía eterna.
p-Dcioa-as. -Pero -como -para alcanzar lo que deseamos - se requiere pedir según se
- t/*’ debe , se ha de tratar de la disposición con que deben llegar Ies que cuie-
A C rl ^ ven pedir esto ai Señor. Amonestaran pues los Párrocos al pueblo fiel , que
¿ qss ce- -todas .cosas es necesario -que e! .que desea hacer esta petición , co­
sca nicas- ronca él mismo su pecado , luego que .le sienta y se duela de él , y en fin
ff que del .todo se -persuada , á que Dios tiene voluntad de perdonar a los
^ 5 He p£C£rco 5 di íe hallan con los afectos y preparaciones que habernos di-
eno. N o sea acaso que á la amarga memoria y reconocimiento ce ios de-
htos se siga aquella desesperación de! perdón , que en orto tiempo se apo­
dero asi animo de Caín, (c) y de judas (a) jos que muraron á Dios , solo
com o Venga cor y Juez ; no- como menso y misericordioso. Y así debemos
ha-
(s) Isas,, a*?, (o) F ss Ieí . 3 1. (c) Genes. 4 . (d) Mztih. 27.
PARTE ÍV. CAPÍTULO XIV . 3 25
hacer esta petición con tales afectos, que reconociendo con dolor nuestros
pecados recurramos á Dios no como a Jue2 sino como a Padre, y le pidamos
nos trate no según su justicia sino según su misericordia.
Fácilmente podremos reducirnos i conocer nuestros pecados , sí oyere-
mos sobre esto al mismo Dios , quien sobre esta razón nos avisa en las di-
vinas Letras: Porque en David nos dice : Todos prevaricaron ; y se hicieron ^ conocer
inútiles á una , no hay quien obre bien , no hay siquiera uno (a). Conforme a ^ ios peca-
lo mismo dice Salomón r A1o- h a y h o m b r e j u s t o e n l a t i e r r a , q u e h a g a b i e n y dos.
n o p e q u e (_ h ). A esto alude también aquel dicho : ¿ Q u i é n p o d r á d e c i r : l i m p i o
e stá m i c o ra z ó n : l i b r e e s t o y d e p e c a d o [ Q ? Lo mismo escribió San Juan para
abatir el orgullo de los hombres : S i d i j é r e m o s q u e n o t e n e m o s p e c a d o s , n o s
e n g a it a m o s , y n a h a y v e r d a d e n n o s o t r o s (d). Y Geremías escribe también: H i -

x is íe y s in p e c a d o é in n o c e n te so y y o : y p o r ta n to a p á rte s e tu f u r o r d e m í : H e
a q u í y o e n tr a r é c o n t ig o e n ju ic io : p o r q u a n t o d i x i s t e 3 n o h e p e c a d o y o (Y). E l mis­
mo Chrísto Señor nuestro que por boca de sus Profetas había pronunciado
antes rodas estas sentencias ? las confirma quando ordena esta petición , eis
la qual nos manda confesar nuestros pecados, Y entender de otro modo es­
tas palabras : está prohibido por la autoridad del Concilio Milevítano en es­
tos términos : Q u a l q u i e r a q u e d i x e r e q u e l o s S a n i o s - p r o n u n c i a n p o r h u m i l d a d ^
p e r o n o co n v e r d a d a q u e lla s p a la b r a s d e la o r a c ió n d e l S e ñ o r d o n d e d e c im o s : p e r d ó ­

n a n o s , s e a a n a t e m a t i z a d o (/)*■ Porque ¿quién sufriría al que ora­


n u e s tra s d e u d a s

se , y que al mismo tiempo mintiese, y no á los hombres sino al mismo Dios?


pues diciendo con la boca que pedia se le perdonase s en su corazón sintie­
ra , que no tenia deudas de que pedir perdón.
Pero en este preciso reconocimiento de ios pecados no basta acordarse á ^ .
, , „ 1 r . ^omo ues-
la ligera de ehos; sino que es menester que esa memoria sea tan amarga, puesdeco­
que punce al corazón , aguijonee al alma y la imprima dolor. Y así trata- nocido et
rán los Párrocos con diligencia este lugar : para que ios fieles oyentes no pecado se
solo hagan memoria de sus pecados .y maldades 3 sino que la hagan con pe- escltara aí
sa? y dolor : pera que sintiéndose interiormente acongojados recurran á su <^ or"
Padre Dios 7 pidiéndole con todo rendimiento les saque las espinas de los pe­
cados que tienen atravesabas en su alma. Y no solamente harán por poner
delante de los ojos de los beles la fealdad de los pecados , sino también la
faaxeza y villanía ¿e los hombres : que no siendo otra cosa que carne podrida
y ia suma vileza. tenemos osadía para ofender por tm modo increíble i aquella
incomprehensible Msgcstsd y Soberanía inexplicable de D io s; mayormente
siendo nuestro Criador , nuestro Rece mor , y nuestro Bienhechor ; que nos ha
colmado de innumerables y muy grandes beneficios. 7*
¿Y esto para qué í Para que enage liándonos de nuestro Padre Dios que caíto& nos
es el sismo oícn , nos subí, asemos a la indignisiEssa servidumbre del demonio entregarnos
por el vilísimo interés del pecado: Siendo así que no puede decirse coa qusiv ¿ U arana
ta crudaaa rey na en las almas que sacudido el yego suave de Dios , y rom-esciavusid
pino e¿ lazo amabilísimo gc la Caridad, que es el que estrecha nú-estro os- ClO. " °
ss z pí-
Pssîcs. 12f- Eccíé T- (dì i. Josan. r. (e) Jertm. 2.
(C) Pl£»7. 20. í f } Cas. S. jtz 9.
CATECISMO ROMANO
pmtu con nuestro Padre Dios , se pasaron al vando de su capital enemigo,
el quaí por esto es llamado en las Letras divinas p r í n c i p e y r e c l o r d e l m u n ­
d o ( a ) E p r in c ip e d e la s t in ie b la s (b ) , y re y so b re to d o s lo s h ijo s d e la so b e r­

b ia (c ). Y así á los que son oprimidos de la tiranía del demonio , viene ajus­
tada aquella voz de Isaías: S e ñ o r D i o s n u e s t r o , o t r o s S e ñ o r e s f u e r a d e t i s e h a n
a p o d e ra d o d e n o s o t r o s (d).

:8. Y ya que no nos mueva -haber rompido estos lazos de la Caridad, mué-'
De 305mu* vannos siquiera las miserias y desventuras , en que incurrimos por el pecado,
chos males por s£ pierd.e la santidad del alma , que sabemos estaba desposada
rea e^pe- con Cbn'sto. Se profana el mismo Templo del Señor, contra cuyos proíansdo-
cado á las res dice el A póstol: S i a l g u n o p r o f a n á r e e l T e m p l o d e D i o s , D i o s - le d e s t r u i -
almas. r á ( e ) . Son innumerable los males que acarrea el pecado al hombre : cuya pes­

te casi infinita explicó David por estas palabras: J S r o h a y s a n i d a d e n m i c a r n e . d


v is t a d e tu ir a , n o h a y p a z p a r a m i s h u e s o s á v i s t a d e m i s p e c a d o s ( f ) , Bien ha­
bía conocido la fuer2a de esta plaga, quando confesaba, que no tenía en sí par­
te libre 'del-pecado pestífero. Porque había penetrado hasta los huesos la pon­
zoña del pecado : esto es , habla inficionado el entendimiento y la voluntad,
que son las partes mas sólidas del alma. Y lo muy cundido de esta -peste se
declara en las divinas'Letras , quando llaman á los pecadores c o x o s ( g ) ^ ' s o r ­
d o s ( h ) , m u d o s ( j. ) , c ie g o s (k ) y b a ld a d o s d e to d o s s u s m ie m b r o s ( l ). Pero ade­
más del dolor que sentia David por la gravedad de sus pecados , le acongo­
jaba todavía más la ira de Dios , que entendía irritada contra sí por ellos:
pues hay guerra viva entre Dios y los pecadores , de cuyas maldades se -da
por ofendido increíblemente. A-sí dice el Apóstol : I r a , i n d i g n a c i ó n , t r i b u l a ­
c i ó n 5y a n g u s t i a p a r a to d a á n im a d d h o m b re q u e o b ra m a l ( m ). Porque aunque se
pasase la acción del pecado, sin embargo persevera éste todavía en ¡a mancha y
en quanto á la obligación á la pena , y le va sin cesar amenazando la ira de
Dios , siguiéndole , como la sombra al cuerpo.
^ 9- , Viéndose pues David llagado de estos aguHones , se movía á pedir el
Cóino vis- perdon de sus pecados. Y por tanto propondrán los Párrocos á los-fieles oyen-
ría del - tes aS1' exemplar del dolor de David , como k razón de su doctrina , va­
cado , d e- Riéndose dei Salmo cincuenta : para que á imitación de este Proleta queden
besaos con- -bien instruidos ya acerca deí sentí miento del dolor , esto es , de la verdadera
vsríy-nosá Penitencia , y ya acerca de la esperanza del perdón. Quintas utilidades acar-
Peníteacia. ._£e modo de enseñar , á saber , que por.los pecados mismos aprenda­
mos á dolemos de ellos , lo declaran aquellas palabras de Dios por -Gere-
mías quien exhortando á Penitencia aí pueblo de-Israel ,-le amonestaba , que
mirase bien los males que se signen &l pecado': Mire , dice, guau malo , y
quan amargo es , haber tú desamparado á i u Dios y Señor , y no hallarse te­
mor de nú en ti i ¿ice el Señor Dios.de las Extintos (L), Y de los que care­
cen de este necesario 'reconocimiento y sentimiento de-dolor , se dice en
los Proferís-.Isaías (¿?) , JEzeoiuel (v) v Zacarías (q) que-tienen corazón duro,
de
-(a) Joanc. 12. (¿v Ephes. 6. (c) Job (/} íbidem . (r¡i) 'Román, g.
ai. \d) lssi. 06. (e) i . Corinrn. 3. pz) Jerem . 2. (o) Isa i. 46.
(/ )_ -Psaira.37. ( g ) Prov. 26. I sai. (p) Ezech. 35. ¿ ) 2acar. 7.
42. {2) Ibidem £ Ó . («J Ibidem 42,
PARTE IV. CAPÍTULO XIV. 325
de piedra y de diam an tep o rq u e son como mna piedra, que con .ningún
golpe se ablandan ni dan señal de sentimiento alguno de vida 9 esto es , de
reconocimiento saludable.
Y para que el .pueblo fiel aterrado acaso con la gravedad de sus peca- M ¿ .
dos no desespere de poder alcanzar perdón , deberán los Párrocos atraerle á nes " para
la esperanza con estas razones : Que Christo Señor nuestro dio á .la Iglesia esperar el
potestad de perdonar pecados : como se declara en el artículo del sacrosan- perdón des-
to Símbolo,: y que por esta .petición enseñó, quanta sea ia bondad y lar- Pu e s ^ere-
gueza de Dros para con los nombres : .porque si no estuviera pronto y aper-
cibido para perdonar los .pecados i los penitentes , nunca .habría ordenado esta ei pecado,
regia de .pedir : Perdónanos nuestras deudas. Y así dehemos tener por muy
cierto que nos concederá su paternal m isericordiaquien nos ia mandó pedir
en estas oraciones. .
L o que esta petición viene á decirnos sin razón d.e dudar , es que de Que sí a os
tal manera está Dios inclinado hacia nosotros , que perdona ,con .muchísimo pesa de ve-
gusto á los que de veras se arrepienten. Dios es verdaderamente aquel con- r*s lueg°
tra quien pecamos , y í quien ofendemos- por palabras y .obras , negando-
le la obediencia y trastornando el concierto de su sabiduría., en quanto es
de nuestra parte. Sin embargo este mismo Señor es benignísimo .Padre, .que
como puede perdonarlo to d o ; no solo declaró que quería , sino que .tam­
bién impelió 2 los hombres á pedir el perdón , y les enseñó las palabras con
que Je habían de pedir. Y por .tanto naide puede dudar ., de que con su -fa­
vor , y -ayuda esta en nuestra mano recobrar su gracia. Y porque esta tes­
tificación de lo muy inclinada que está la voluntad de Dios á perdonarnos,
acrecienta la Fe , alienta ls .Esperanza , y enciende la- Caridad , será conve­
niente esclarecer este lugar con algunos testimonios divinos y con exemplos
de hombres , & quienes arrepentidos concedió ei .Señor el perdón de las ma­
yores maldades. Mas porque ya tratamos de esta materia , según lo permi­
tía el asunto en el proemio de esta petición , y en aquel artículo del Credo
que habla del -perdón de los pecados; tomarán .de.allí .los Párrocos .lo que
parezca convenir, para ilustrar este punto , y por lo demás acudirán á las
fuentes de las Letras divinas.
Después seguirán el mismo orden que nos pareció se debía guardar en Que-saen-
las demás peticiones , para que entiendan los beles , que es lo que significan tiende aquí
aqu: las Deudas, no sea que engañados ..con .lo dudoso de la voz pidan co- detT
sa diversa de la que se debe. Pues en primer lugar es de saber , que en
manera ninguna -pedíotes que se nos dispense la estrechísima obligación que
tesemos de amar a Dios de todo corazas. con toda el alma y todas nues­
tras Fuerzas. Porque el pagar esta deuda es necesario para ía salvación. Y aun­
que en eí nombre de desré&s se encierran también la obediencia , .el culto,
la veneración y otras obligaciones semejantes ; con todo eso 00 pedimos .á
Dios que nm descargue de ellas. L o que pedimos es , que .nos libre .Dios
de los pecados. Porque así lo explicó San Lucas (®) quien en lugar de deu-
■ das puso puaarjí : por quanto cometiéndolos nos hacemos reos á Dios , y
que
(a) Xsc. 7 .
3 j5 c a t e c is m o rom ano

quedamos sujetos á las penas démelas * las que pagamos o satisfaciendo , d


penando. De esta calidad filé la deuda de que habló Christo Señor nuestro
por boca del Profeta : Lo que yo no quitépagaba anonas (a). Por esta sen­
tencia de la palabra de Dios se dexa entender, que nosotros no solo somos deu­
dores , sino que no tenemos con que pagar. Porque el pecador en manera
ninguna puede satisfacer por s¡.
Cóm o el Por esta razón debemos acogernos a la misericordia de Dios. Mas como
pecador pa- á esta le’ corresponde igual justicia, de la quai es celosísimo su Magostad;
gará sus nos debemos valer de los ruegos y de. los merecimientos de la Pasión de
deudas S siI j esii_chris£o Señor nuestro , sin la quai ninguno alcanzó jamás perdón de
no tiene
c-on One.
sus pecados, y de donde salid como de una fuente toda la virtud y efi­
cacia de satisfacer. Porque aquel precio- que Christo Señor nuestro pagó en
la Cruz y que se nos comunica por los Sacramentos recibidos ó en reali­
dad ó en el deseo , es de tanto valor , que nos alcanza y obra lo que pe­
dimos en esta petición, que es que se nos-perdonen nuestros pecados.
*4* Y no solo pedimos aquí perdón de los pecados leves y fáciles de per-
Pedimos
-don^de donarse, sino también de los graves y mortales. Aunque por lo que toca á
todo peca- los mortales , no tendrá- eficacia esta petición , si no la toma del Sacra mea­
do así gra- to' de la Penitencia recibido realmente- ó á lo menos en el deseo , como ya
ve como ñiximos.
Jsíüestras deudas decimos ; pero en sentido muy diverso del que diximos
De diverso ántes el pan nuestro. Porque aquel pan es nuestro , por haber sido dado á
modo deci- nosotros por ía misericordia de Dios : mas los pecados son nuestros , por
mos mies- estar su culpa en nosotros : pues son cometidos por nuestra voluntad , y no
deudas ue ^aeran piados si no fueran voluntarios. Nosotros pues llevando á cuestas la
nuestro^ei carga de esa culpa y confesándola , imploramos la misericordia de Dios co­
pan. mo necesaria para limpiar los pecados. Y en esto no' alegamos escusa ni echa­
mos á otro la culpa : como lo hicieron los primeros Padres Adán y Eva (¿).
Nosotros mismos nos delatamos, valiéndonos- ( si somos cuerdos ) de aque­
lla súplica del Profeta : Lío permitas se deslice mi corazón en palabras de malicia.y
para alegar escusas sobre escusas as las pecados (c).
Parc:c*éce-- ^ no mecimos Perdóname , sino perdónanos. Porque la estrechez y caridad
cíanos Per- de hermanos que media entre rodos los hombres , pide de cada uno de no-
donaros, y sacros que cuidando de la común salud de ios próximos rogtiemos por ellos
eo Perdo- también , quando pedimos por nosotros. Esta costumbre de orar enseñada
•mzms ibis
desdas. por Christo- Señor nuestro , recibida y guardada perpetuamente por ia Igle­
sia de Dios , es ia que practicaron les mismos Apóstoles con especialidad, y
k que dispusieron que observaras todos. Y de esta caridad y afecto ardiente
en rogar por la salud de los próximos tenemos en uno y otro Testamento los
exemplos esclarecidos de los Santos Moysés y Pablo : de los cuales el uno su­
plicaba a! Señor de esta manera : Ó peeámales este pecado , ó si na lo haces , bór­
rame ¿e Ut libro {d}. y d otro : Seseaba 5 dice , yo mismo ser anatema ¿e
Christo por la stdud- de mis heriremos (0-
Así
(¿jj Pasini. <5S- (b) Genes. 3. {c} Psalaa. 140. (d) Exod, zz, (e) Román, p.
PARTE IV. CAPÍTULO XIV. 527

Así como nosotros perdonamos .á nuestros deudores.


J £ Sa palabra A si como , se puede entender d e dos maneras. Porque tiene Com M*
o se
fuerza de semejanza : y esta consiste en pedir á Dios que del mismo modo han de en­
que nosotros perdonamos .las injurias y agravios que nos lian hecho , así su Ma- tender es­
gestad nos perdone nuestros pecados. Es á mas de esto señal de condicione y tas pala­
bras.
en este sentido la interpreta Christo Señor nuestro , quando dice: Porque si
perdonáredes á ¡os hombres sus pecados , también vuestro Padre celestial os perdo­
nará vuestros delitos. Mas si no perdonáredes á los hombres , ni vuestro Padre os
perdonará vuestros pecados (a). Uno y otro sentido encierra en sí la misma ne­
cesidad de perdonar. De suerte que si queremos , que nos perdone Dios nues­
tros delitos , es necesario perdonar nosotros í los que nos han injuriado. Por­
que de tal manera requiere Dios de nosotros .el olvido de las injurias y la vo­
luntad -y amor de unos con otros, que desecha y menosprecia los dones y sa­
crificios de- los que no están reconciliados entre si.
Aun por ley natural está determinado que nos mostremos .tales á los i§.
P o r le y na­
otros , quales deseamos sean con nosotros ellos. Y así ciertamente sería un tu ra l y por
descarado , eí que pidiese 4 Dios le perdonase la pena de su .maldad , al m a n d a d o
mismo tiempo que mantenía en sí un corazón armado contra su próximo. de C h risto
Y'oo'f^tanto ios que han sido injuriados, deben estar prontos y .apercibidos . d e b e m o s
para -perdonar : ya porqué los obliga esta forma de orar : y y a porque en p e r d ó n o r
la s in jú -
San Lucas manda así él -.Señor : S i pecare ■ tu hermano] contra ¿ f , reprehénde­ _rias.
le. T si hivfere- penitenciaperdónale. T si siete veces al dia pecare contra tí , y
otras tantas volmere á t i , diciendo , pésame ? per dómale (0). Y en el Evangelio
de San Mateo se dice : Amad é vuestros .enemigos (c). Y el Apóstol , y antes
que él escribió Salomón, S i padeciere hambre tu enemigo , dale de comer, sí
sed , dale de beber (d). Y el Evangelista San Marcos ,dice : Quando os pusiére-
des & orar , perdonad si tenéis que contra algum : "para que vuestro Padre que
está en los Cielos os perdone vuestros pecados (e).
Mas como por vicio d é la naturaleza dañada nada llevan peor los hom­ 19.
Ramones
bres , que perdonar á quien los injurió , empleen los Párrocos .todas las fuer­ .para ablan­
zas de su animo é ingenio 5 en reducir 'y doblar lo s ' corazones á esta blan­ dar los áni­
dura y misericordia tan necesaria en el Cbrisdano. Recalqúense en los lu­ mos á la
gares de las Escrituras -divinas , tdonde olmos a. Dios , que manda perdo­ mansedum­
nar á los enemigos. Prediquen lo que es m úy verdadero , que es prueba gran­ bre qne de­
manda aquí
éis de ser hijos de Dios 3 perdonar fácil mente las i ojo rías v amar de cora­ e l Señor.
zón á los enemigos. Porque en; esta obra de perdonar í los enemigos res­
plandece cierta semejanza con nuestro- Padre D io s , quien reconcilió consigo
al Image humano enemiguísimo y muy encontrado con él , redimiéndole de
la perdición eterna por medio de la muerte de su Hijo. Y sea el remate
de esta exhortación y doctrina aquel mandamiento de Chrísto Señor mies—
tro , que no podemos reusar sin suma ignominia , y desgracia nuestra : Ha­
ced
íd i M vlth. 6. (j?) Lu z. 17» {d) Román. 12. Prov.
Rí Brlaitb. 5. (s) M are. 11.
32S CATECISMO ROMANO
ccd oración por los que os persiguen y calumnian ; para que seáis hijos de vuestro
Padre que está en los Cielos (a),
so. Pero aquí se requiere en ios Pastores una prudencia no vulgar para "que
Cómose ninguno-desconfié de su salvación, al ver la dificultad y necesidad d®/ este
habrá con mandamiento. Porque hay: hombres que entendiendo deben desvanecer las
los que no . :LJr‘as co n un voluntario olvido , y amar á los que los agraviaron , lo de-
rodo olvi- sean , y hacen por cumplirlo quanto es de su parte ; mas experimentan que­
dar las in- no pueden apurar del todo la memoria de las injurias. Porque les quedan
i crias. en ei ánimo algunas reliquias de la enemistad ; y por esto padecen grandes
remordimientos de conciencia , .temiendo que no cumplen el mandamiento,
de Dios y dexando las enemistades sencilla y cándidamente. A quí pues ex­
plicarán los- Pastores , que son contrarios los afectos de la carne y el espí­
ritu. Porque el de la carne es inclinado á la venganza, y el de el espíritu
al perdón. De aquí nace haber entre ellos perpetua altercación y guerra. Por
esto demostrarán que en manera ninguna se ha de desconfiar de la salvación,
aunque reclamen y contradigan á la razón los apetitos de la naturaleza corrom­
pida , con tal que el espíritu se mantenga firme en el deseo-, y voluntad de
perdonar las injurias y de amar al preximo,
a i. Y por si acaso hubiere algunos que todavía no hallen como avenirse á
X o s que _ olvidar las injurias y amar á los enemigos 5 y que por esto no usan de la
nen "deseo orac*on del Señor , atemorizados de la condición que diximos de esta petición;
devengar- les propondrán ios Pastores estas dos-razones á fin de.sacarlos de error tan per-
se pueden, nicioso- La .primera, que cada uno de los fieles hace-esta oración- en nombre de
y deben r e - t0¿s ja Iglesia ; y que en- ella es preciso que haya algunos Justos , los que
zar e°ta^ habrán perdonado á sus deudores las deudas mencionadas aquí.
Padre caes- La segunda , que pidiendo esto á D io s , pedimos también al mismo ííem-
tro. po todo lo que necesariamente se debe poner de nuestra parte para conse­
guirlo. Porque pedímos. perdón de los pecados y el don de la verdadera Pe­
nitencia , pedimos la gracia de un íntimo dolor , y pedimos que podamos
aborrecer los pecados y confesarlos verdadera y piadosamente al Sacerdote.
Y así siendo necesario que nosotros perdonemos también , á los que nos han
hecho algún mal 6 daño , quando pedimos á Dios que nos perdone , roga­
mos juntamente que nos dé fuerzas , para reconciliarnos con aquellos a quie­
nes aborrecemos. Y por tanto deben ser disuadidos de tal opinión , los que
se detienen por el temor vano y perverso , de que con esta petición provo­
carán mas contra sí la ira de Dios. Antes por el contrario se Ies ha de ex­
hortar á la frecuencia de esta oradon divina : para que pidan á Dios Padre
Ies dé tal voluntad, que perdonen á los que les o fe n d ie r o n y que amen á sus
®2, enemigos.
Qyé har2 y para que esta oración sea del todo fructuosa, lo primero que en ella
se ^ 3"euder y meditar es , que nosotros estamos humillados* á Dios y
provecho p¡d*C!KK>ie perdón, y que éste no se concede sino al que está, arrepentido:
dé esta ps— y que asi es menester estar adornados con aquella caridad y piedad que cor—
ndoa. responde á ios penitentes verdaderos , y que á estos lo que conviene señalsda-
mea-
(e) Matrh, g.
PARTE IV. CAPÍTULO XIV. 3 -^
mente es lavar con lágrimas sus maldades y culpas, contemplándolas como
si las tuvieran presentes. Gon esta consideración se ha de juntar para en ade­
lante guardarse de aquellas cosas en que hubo algún peligro de pecar , y que
pueden sernos ocasión de ofender á nuestfo Padre Dios. Con estos cuidados
andaba David ; íjirando decía : M i pecado está ’siempre contra mi («). Y en
otro lugar : Lavaré cada una de las noches mi cama , y con mis lágrimas rega­
ré mi estrado (b}. Propóngase á mas de esto'Cada ■ uno # ‘fefvor ardentísimo
de la oración de aquellos que alcanzaron de Dios á fuerza de suplicas el per­
dón de sus culpas: como el de aquel Publícano . que retirado á lo lejos y
clavados en tierra ios ojos á causa del empacho y del dolor , solamente se
hería el pecho , diciendo estas palabras-: Señor ? apiádate de mí pecador (c).
También el de aquella muger pecadora , que puesta detrás de Christo Señor
nuestro , y arrojada á sus pies, los regaba con sus lágrimas , los limpiaba con
sus cabellos- y los besaba (d). Y en ñu el del Príncipe de los Apóstoles San Pe­
dro , quien habiendo salidose fuera 7 lloró amargamente (e).
Después de esto se ha de considerar , que quanto mas frágiles son los a3*
hombres, y mas inclinados á la» enfermedades del alma , que son los pe­ r e X>e ios-
m edios
cados-,, tanto necesitan de mas medicamentos y mas repetidos. Estos son la p rin c ip a le s,
Penitencia y Eucaristía- Tome estas medicinas con mucha frecuencia el pue­ p a ra la s Ha­
blo fiel. Demás de esto la limosna , según lo enseñan las divinas Letras. es g as del a l­
una medicina muy provechosa para curar las llagas dei alma. Y así los que m a .
desean valerse piadosamente de esta petición-, hagan á los pobres todo el
bien que pudieren. Porque es muy grande su virtud para borrar las man­
chas de los pecados, como lo dixo á Tobías el Angel del Señor San Ra­
fael por estas palabras : La limosna libra de ¡a muerte , y día es la que limpia
los pecados , y hace hallar misericordia y la vida eterna (■ _/), Lo- mismo testifica
Daniel, amonestando al Rey Nabucodonosor de este modo : Redime tus peca­
dos con limosnas 3 y tus maldades con misericordias hechas á pobres (gy„
Pero la mejor largueza , y la obra mas perfecta de misericordia , es el ol­
vido de las injurias , y la buena voluntad bacía aquellos que hayan ultraja­
do tu hacienda , tu honra 6 tu persona , ó las de los tuyos. Cualquiera pues
que desee tener á Dios en gran manera misericordioso para con él 5 ponga
sus enemistades en sus divinas manos, perdone toda ofensa , y haga oración
de veras por sus enemigos , aprovechándose de toda ocasión para hacerles
bien. Mas como en este punto- se explicó, ya qeando tratamos del homici­
dio , remitimos allá á los Párrocos. Sin embargo concluyan esta petición -di­
ciendo , que si hay ni puede fingirse cosa mas injusta , que el que uno quo
es tan duro para los hombres que con ninguno se quiere ablandar , pida este
mismo á Dios que sea para con él manso y benigno.
TT CA*
(s) PsaiiBi. 30 . (r) Ib iá e ra ék (e) M a ttb . (f) T o b ís e 12.
(c) L u c . 18 . (d) Ib id e m 7 . \g) D a n ie l 4 .
5SO ' CATECISMO ROMANO

C A P Í T U L O XV.

DE L A S E X T A P E T I C I O N .

W oo dos dexes caer .ce la tentación.


X. o hay -duda -alguna que los hijos -de Dios , -después de .conseguido el
D e l gran
peligro que perdón de sus pecados , quando encendidos -en deseos graneles de dar á Dios
hay de re­ veneración y cu lto, suspiran por él Reyno celestial, y tributando a la Ma-
caer des­ gestad divina todos ios -oficios de piedad , en todo están .peodrentes de su
pués de con­ voluntad y. paternal providencia, entonces señaladamente es quando el ene­
seguido el
perdón de migo del linage .humano inventa .nuevos ardides , y arma contra ellos .toda la
lospecados. batería para hacerles tan cruda guerra , que es muy de temer que retratan­
do y dexando los buenos propósitos , tornen de muevo a caer en los vicios,
y salgan mucho peores de lo que fueron antes: pudíendo con razonadeeirse
de ellos aquello -del .Príncipe de los Apóstoles : M e j o r l e s j u e r a n o c o n o c e r e l c a ­
m in o d e la ju s t ic ia , q u e d e sp u é s d e c o n o c e r le y m o lv e r s e h a ir .á s d e .a q u e l s a n io .m a n d a ­

m ie n t o q u e \ íe s f u é d a d o (a ).„ ...
8. Por esto ordenó Christo Señor nuestro-esta petición : para que cada día
Christo Se­ mos -encomendemos a su Magestad , é imploremos su paternal cuidado y. de*
ñor nues­ densa, estando muy ciertos de que si somos; desamparados .de su protección
tro quiso -di-vina, luego caeremos en los lasos del astutísimo enemigo, Y no fue solo
fortalecer­
nos con es­ en esta regla de orar donde mandó pedir á Dios "que no nos dexe caer en
ta petición tentación i sino también en aquellas apalabras ’que cercano á su .muerte dixo
contra las álos.Apóstoles , quando después .de haberles .dichoque'.estaban limpios., les
astucias jdel record© esta-obligación avisándoles de este modo.: t ü r a d ^ p o r q u e n o c a j g a i s e n
enemigo.
t e n t a c i ó n ( h ) . .Esta amonestación hecha segunda vez por. Christo Señor nues­
tro, obliga ,á los Párrocos á .poner gran diligencia :sobre -despertar á los fie­
les al .Recuente u s o de esta petición.: para -que- entre tantosdazos :como á to­
das horas arma á los hombres su enemigo el demonio , pidan de continuo á
Dios , quien solo puede librarlos.: JVb n o s . d e x e s . c a e r e n ' t e n t a c i ó n .
3- Eo muy necesitado que está el pueblo .fiel de esta.ayuda divina, luego lo
Medios pa­ entenderá si -hiciere memoria de su flaqueza -x ignorancia , si- se acordare de
ra conocer aquella sentencia de Christo - Señor nuestro.: E l e s p i r i t a e s t á p r o n t o , y n a s l a
la gran ne­
cesidad de
c a rn e f la c a (c) ; y se le viniere al pensamiento quao:.desastradas , y cuan fu­
esta peti­ nestas son las-caídas .de .los hombres á impulsos del-demonio, sino,son sos­
ción. tenidos con .el auxilio de .la divina mano. ¿Qué. exempio mas patente pue­
de haber de la miseria humana., que el sagrado Coro de ios Apóstoles ? Que
estando poco ánt¿s con tan grande .ánimo , al primer encuentro, desampsra-

con Chnsto Señor nuestro , y habiendo dicho poco antes muy satifecho de
sí:
{¿0 2. Petr. 2. (Ò) Bfattk. 26, (c) Ibidem, (d) Ibidem,
PARTE IV. CAPÍTULO XV. 3 -r
${: Aunque sea menester m o r i r contigo , no te negare ('a) ; poca después aterrado
á la voz de una mozueh afirmó- con juramento que ni siquiera conocía al
Señor. Y es que no correspondían sus fuerzas á la valentía- de espíritu que
mostraba. Pues si cayeron desgraciadamente varones santísimos : por la fragi­
lidad de la naturaleza humana-, en la que confiaban , ¿ qué no tendrán por que
temer los que están muy lejos de esa santidad ?
Por esto1 proponga el Párroco a-i pueblo fiel las batallas y peligros en que 4*
continuamente andamos mientras vivimos en este cuerpo mortal , donde por De los
todas partes- nos asaltan la carne , el mundo y ei demonio. El poderío gran­ m achos y
g ra n d e s pe­
de que en nosotros tienen la- Ira y la codicia y ¿quién hay que- m uy á cos­ ligros á que
ta suya no se vea obligado á padecerlo ? ¿ Quién no se ve acosado de estas estam os ex­
punzadas ? ¿ Quién no siente estos aguijones ? ¿ Quién no se ve abrasado de puestos.
las ardientes llamas de sus apetitos ? Y á la' verdad tantos son los golpes ? y
tan diversas las acometidas , que es muy dificultoso no recibir alguna herida
dé muerte. Y además de estos enemigos que habitan y viven dentro de no­
sotros , hay aquellos atrocísimos , de quienes está escrita: JVo- es nuestra, lucha
contra la carne y sangre , sino contra los principes y potestades , contra los gober­
nadores del mundo de estas tinieblas, contra las espirituales malicias en tas cosas
celestiales (£).
Juncanse á las guerras interiores los exteriores ímpetus é. Impresiones de
los demonios 5 que ya nos embisten al descubierto , ya minan de secreto D e la fuer-’
te guerra
nuestras almas , de modo que apenas nos podemos defender de ellos.'Y Tos qoe el de­
llama el Apóstol Principes por la excelencia de su naturaleza r porque en ella m o n io nos
aventajan á ios hombres ? y á todas las -demás cosas sensibles. Dícelos Potes­ îraee según
tades 5 porque no solamente sobrepujan en la perfección de la naturaleza, si­ estas pa­
labras d e l
no también en el poder. Y los nombra Gobernadores del mundo- de estas ti­
Apóstol.
nieblas : porque do gobiernan al mundo ilustrado y lucido 5 esto es , á ios bue-

con el diabla 5 que es el Príncipe de las tinieblas. Llama cambien el Após­


tol a los demonios malicias espirituales : porque hay dos malicias , la de la car-

íes son ios malos deseos , y los apetitos depravados , que pertenecen á la par­
re suoeríor del alma : ios cuales son tanto peores que los otros, quantc el
entendimiento y la razón es mas alta y mas noble que la carne* Y como es­
ta malicia de Satanás tira derechamente á privamos de la herencia celestial^
por eso dixo el Apóstol : fia fes cosas celestiales, De donde se dexa entenderj
que las fuerzas de los enemigos son grandes- 3 su ánimo invencible , su ojeri­
za contra nosotros desmesurada ¿ infinita, y que nos hacen una guerra tan
continuada 5 que no es posible tener con elles paz y ni dan treguas nin­
gunas. $
Quan atrevidos sean los demonios consta de aquella voz de Satanás en Q a ars g ra n ­
e l Profeta : M Cielo subiré (c ). Acometió á !os primeros Padres en el Parai- d e se a la
T T Z so
(a) Msttá. 26, 0 } Epbes. $. (c) Isa!. 14,
33* .CATECISM O ROMANO
audacia y so (a)*'Embistió a jo s Profetas (¿). Anciuvo muy solicito por acribará los
malicia dei Apestóles como trigo » según dice el Señor per el Evangelista (y). so—
diablo pa- kre todo no respetó ni aun al rostro del mismo Jesu-Chnsto (d)„ Y así ex-
ratediar. pres¿ San Pedro su insaciable sed y diligencia-inmensa por .perdernos 9 quando
dixo ^iVuestro enemigo el diablo., como lean que brama , anda enderredor hincan­
do á quien tragarse (e). Y no tienta á los hombres un demonio solo» A
trqpas acometen á veces á cada uno. Así lo confesó aquel diablo , que pre­
guntado .por Christo Señor nuestro quál era su nombre, respondió : Mi nm-
bre es legión (/). Esto es 3 multitud de demonios , que nabían atormentado á
aquel miserable. Y de otro está escritor Toma consigo oíros siete espíritus peo­
res que él, y entrando, moran alli (g).
XjOs' únalos Muchos hay que por no sentir en sí en manera ninguna los impulsos é
no SOS tan ímpetus de ios demonios , piensan que todo esto es falso. Pero no es de ex­
per seguí- trañar que no íes haga guerra el diablo , quando ellos mismos de su volun—
dosdeldia- ta¿ se estregaron a él, N o .hay es los tales piedad , no hay caridad , ni vk-
blo como
tod digna de un Chrísdano. De aquí e s , que como están enteramente en
lo s buenos.
poder del -diablo, no necesita de tentaciones para derribarlos : pues está apo­
sentado en sus almas con mucho gusto de ellos misinos. Pero los quede! to­
do se dedican á Dios , haciendo en la tierra vida celestial , estos señaladamen­
te son el blanco de todos los tiros de Satanás , contra estos son sus rabias,
y á estos arma asechanzas á cada momento. Llena .está Ja historia de las Letras
divinas de ex espiares de -varones Santos., á quienes pervirtió , ó á fuerza ó
¿ traydon , aun estando ellos muy alerta. Adan ( ¿ ) D a v i d (*)-, Salomón CB
y otros que sería largo de co n tar, experimentaron los furiosos ímpetus de
los demonios , y su astucia sagaz , á la qual no se puede resistir por consejo
ni fuerzas humanas. ¿Quién pues Lado en sí se .tendrá por seguro? Y así de­
bemos .pedir á Dios piadosa y castamente, que no permita seamos tentados
sobre lo que podemos, sino que .junto con la „tentación .nos .dé fuerzas para
que podamos sufrirla (¿).
8. Pero aquí deben ser confortados los beles por si acaso algunos , ó por
tieo-falta de Ejerzas, ó por ignorancia del caso , se espantan del poder de ios de-
ía a ios dia-
b’ee como, momos , para que al verse combatidos de las olas de ks tentaciones.. se acó-
^
eí quando i2D ^ puerto de esta petición. Porque Satanás con todo -su poder y perti-
ysierea. nada , y odio capital contra muestro linage , ni nos puede - t e n t a r n i .mo­
lestar qaant© , ni-por el tiempo^ que quiere ; sino que todo-su peder es gober­
nado .por la voluntad y permiso ..de Dios. Muy sabido es_el exemplo de Job.
Ni habría Satanás tocado ett sus bienes-sino le hubiera -dicho el Señor : He
nki ¿edm quanim cosas tiene, estás m m mano (i®). Y al contrarío,, -si Dios no
hubiera .añadido: Empero no>extiendas ist mano contra él : al primer eoloe.dei
mamo nabna caído con-todos sus hijos y haciendas. De tal manera está atada
la fuerza de los demonios , que á no.permitirlo D io s , ai hubieran pedido tam­
poco entrar es aquellos cerdos , de quienes hacen memo-ría los .Evangelistas (re),
Mas
(ü) Chncs. 3. (5) z . F aralip . 2 1 . J o b y . (¿) G enes. 3. (2) z. Heg. n . (k'i 3. R eg.
\€) Lee. z z . {á} M stíh. 4. (e) 1. Peer. 5. u. >.1) 1. C on uro. 10. (*a) Job 1.
{ f i Me. S, (g ) Muttk is, ' (») Marta. 6. Marc. 5. Lac. 8.
PARTS IV. CAPÍTU LO XV. 333
i i - > / tí j-í^p cos@
íjuc significa acjui el xioxnbtnc ¿e tcjildcio^iy cjuc es c &c t t?i €Íl&+ 1 entar no ^ tentar^
es otra cosa que probar i aquel i quien se tienta para averiguar Ja verdad* y cóm« so­
sacando de éi aquello que deseamos. Este modo de -tentar no se puede lia- m°s tea-
llar en Dios: porque ? qué cosa ignora su Magestad ? Todas las -cosas 3 dice, °SS ;?or
están desnudas y descubiertas ante sus ojos [a). Hay otro modo de tentar , y es,
quando prosiguiendo mas adelante , se. suele preguntar' alguna cosa , ó por
bien ó .par mal. Por bien , como quando^se. prueba Ja virtud de uno , para
que siendo descubierta y conocida , él sea premiado y engrandecido r y su
virtud propuesta por modelo para que la imiten los de mas ; y en En , para
que por esto se exciten todos í alabar á Dios. Solo este modo de tentar es
el que puede hallarse en Dios. Y de esta tentación tenemos exemplo en el
De uteronomío s donde se dice : Tiéntaos vuestro Dios y S e ñ o r p a r a qm se
descubra si le amais, -ó no (¿). De esta suerte se .dice también que tienta el
Señor a sus siervos , quando los apremia con pobreza , enfermedades y otros
géneros de aflicciones : lo q u e, hace , así para acrisolar <su paciencia , domo
para que sean para otros documento y enorína de vida Christiana. Asi lee­
mos que tentó á Adraban , para que le sacrificase su hijo (c) y .por cuya ac­
ción fué hecho e-xemplar de -obediencia y paciencia rara 5 para eterna me­
moria entre los hombres. Y del mismo modo se dixo de Tobías ; Por le
mismo que eras agradable á Dios,., fué necesaria-que la tentación te probase (d).
Por mal son tentados Jos hombres quando -soa:' inducidos al pecado © Compile
perdición. Este es oficio propio del diablo,. Porque tienta“ á los fiambres & ta° ^ £t^ ^
fin. de pervertirlos y precipitarlos. Por es© -en las .Sagradas Escrituras es Jla- nio á íes
msdo el tentador (¿). jEn estas tentaciones unas veces nos .pone estímulos, iu- hombres,
teríores , valiéndose como de ministros de los mismos afectos y apetitos del
sima- Otras acosándonos .por defuera nos poae los ¿tropiezos A de las cosas
prosperas para engreírnos , o-de Jas adversas para desmayarnos- Tieñe tam­
bién sus espías y correos, que son los hombres perdidos , y sobre todos los
fiereges * que sentados en la cátedra .de pestilencia , esparcen las semillas mor­
tales de doctrinas perversas: para -derribar ¿ aquellos que no hacen- elección
ó-dííerencia entre virtud y vicio , y que siendo hombres por .sí inclinados al
mal - andan vacilando y amenazando ruina* /
Dícese que .caemos en la tentación * -quando nos damos-per vencidos de . IJ*
día. Pero esto puede -ser .de dos modos, tifio , quando removidos de núes-
tro estado caemos en aquel mal , á que alguno nos .-empujó tentándonos. En caer en
este sentido Bsngur»© es inducido a Ja tentación -por Dios : porque el- Señor *a- tenía—
no puede ser causa .del pecado ; antes aborrece á todos los que obran mal (/ }. «don.
Y Santiago dice : Ninguno , quando es laucado , diga que es tentado por Dios:
porque Días no es tentador de males (gj. Demás -de esto- se dice que -nos de­
xa -caer en tentación aquel s que aunque-.no nos dente, ni haga.cosa alguna
para que seamos tentados , -sin embargo se dice que tienta , .porque padien.-
do prtsmbsr , o que dos venga o- que nos venza la-tentación , d o -lo impide.
De
(ají Hrbr,.-e- j¿) ©esser. ag. (d) Too-, 2. (?) -Masjb. a.
(cj G roes., i i. íf) P a lm . 5. .,{g) JacohAr»
334 CATECISM O ROMANO
D e este modo'es cierto que permite Dios sean tentados los buenos y justes;
mas no los desampara-, sino .que los sostiene con* str grada. Aunque tam­
bién es cierto que. algunas veces, por justos y . ocultos' juicios de D ios, y pi,
diéndoio así nuestros pecados, caemos dexados á nuestras propias fuerzas.
12. Dícese también, que Dios nos de xa caer en tentación , quando abusamos
Los beye- pgra nuestra ruina de los beneficios que nos concedió para nuestra salud , y
fiaos di vi- Gomo, <4 plE-j0 pródiga (y) , desperdiciamos la hacienda del- Padre-viviendo per­
nea ^ ve- dida-raente , y satisfaciendo i nuestros antojos. Por lo que podemos decir lo
cesen ten- que el- Apóstol dixo de la ley i S e h a l l o q u e s i m a n d a m i i n í o , q u e j u é - d a d o p c ~
ración. va í a vida , f u e s e p a r a , l a m u e r t e ( b ) . Exempío m uy-del casa para eí pumo
nos da Ezequiel en la Ciudad de : Gerusalen , a la que Dios habla enrique­
cido con toda suerte de atavíos y adornos 5 tanto que dixo por boca de es­
te Profeta : P e r f e c t a e r a s e n m i h e r m o s u r a , l a q u e p u s e s o b r e ¿ i f e ) . C on iodo
eso esta Ciudad colmada de tantas riquezas divinas tan lejos estuvo de dar
gracias í Dios , que tanto bien la había hecho y hacía , y de aprovecharse
de ios beneficios para conseguir la bienaventuranza , por cuya causa los había
recibido ; que ingratísima á su Padre Dios , desechada la esperanza y conside­
ración de ios frutos del C íe lo , toda se cebaba viciosa y estragadamente en
la abundancia de la tierra í como muy por extenso ío declaró el Profeta en
W- el mismo capítulo! Y en Iá misma nota d e ingratos á Dios , caen aquellos
que permitiéndolo é l , hacen materia de vicios k abundancia de bienes que
."Y-tí
su Magostad les concedió para ejercicio de virtudes/'-
'M
Pero acerca de esto es menester observar con cuidado el modo de ha-
Qaaado hlar de la Escritura divina , k que í veces explica la permisión de Dios con
¡as Escrita- tales palabras-. * que sí se toman rigurosamente , dan i entender com o acción
ras «riba- positiva en su Magestad : porque en el E xodo se dice así -. E n d u r e c e r é d c o ~
'í m z i ^d°S r a z m d e F a ra ó n (d). Y en Isaías : C i e g a e l c o r a z ó n d e e s t e p u e b lo ( ¿ ) , Y el Após-
be enreu- esCr^ e a íos Romanos : 'E n t r e g ó l a s D i o s á l a s p a s i o n e s d e i g n o m i n i a , y d
derse que s e n t i d o r é p r o h o (/)« Pero en estos y otros semejantes lugares debemos enten-
3o permite, d er, no que Dios hizo esto en manera ninguna , sino que lo permitió.
_ Supuestas estas cosas , es facii entender qué es lo que pedimos en esta
2ío psdi- ora¿ oni >tc p i e j o s pues que de ningún modo seamos tentados. Porque la
m os aqua* -, , , . r , * _ , a
que no ten- m¿a délos nombres es una tentación sobre la tierra (g), Esto es cosa Util y pro-
gzmos ren- Vechoss al línage:humano. Porque en las tentaciones nos conocemos í soso-'
tadooesjsí- .tros mismos , esto es nuestras fuerzas., Así también nos humillamos baxo' la
no que no mino poderosa de Dios , y peleando varonilmente esperamos la meorruptí-
pare s a D'£ corona de k giona ( n y P o r q u e d q u e p e l e a e n l a t u c & a , n o s e r a c o r o n a d o ,
ellas eí Se- szxo p e l e a r e l e g í t i m a m e n t e -(i). Y como dice Santiago : B i e n a v e n t u r a d o a q u e l q u e
ácr. s u fre la - im ta á m t p o rq u e q u a n d o fu e r e p ro b a d o r e c ib i r á 'l a c a ro n a d e la vz ~

p k r , que tesemos por ayudador an Pontífice que puede compadecerse de


nuestras flaquezas ? como tentado también en todo (¿). ¿Pues qué es lo. que

(a) Lue. r-¿. (p) 'Som. q. (c) Ezeck i 5. (f) Som. i S(g) Job 7. (b) i.Petr. 5.
(d) E m à , 4. (e) Issi. 6. {i} i. Tiia, 2. (&) Jacob, t. (/) Hebr. 4*
PARTE -IV. CAPÍTULO .XV. S35
pedimos aquí;? Que no seamos en las tentaciones desamparados -del socorro
<le Dios no sea que ó .engañados consintamos en ellas. ,■ ó fatigados nos de­
mos por vencidos.: que .nos .acuda pronto con su „divina gracia , y que nos
recree y conforte en ios .males, quando desfallecieren-,nuestras fuerzas»
Por esto debemos .implorar generalmente el .socorro de; Dios p.ara todas
Q ue en
jas ten tacion esy asimismo, acudir i la oración ,■ quando:emparticular nos ve­ n u e s t r a s
mos molestados de cada una de ellas. Así- leemos, que-, lo ..hacía. David en ca~ t e n t a c i o ­
sí todo■genero .de;tentaciones. Porque contra, la mentira ,oraba .así .: j \ r o q u i ­ nes debe­
te s d e m i f a c a en n in g ú n . t ie m p o la p a la b r a d é l a v e rd a d , (a).. Contra Ja avari-, mos implo­
cja pedia de este modo : i n c l i n a m i c o r a z ó n d t u s . d i v i n a s b e y e s y . n o . á l a a v a ­ rar
corro
el so­
de
r ic ia Cb'). .Contra Jas vanidades de esta vida , y .alhagos de los apetitos, .hacía D io s.
esta oración: A p a r t a m is o jo s , p a r a q u e n o , v e a n j a v a n i d a d (cp, ■ Pedimos pues
que no condescendamos; con nuestros .antojos : ni nos .cansemos en- sufrir las
tentaciones^ ni pos „extraviemos del camino del .Señor .: de-modo que .nos man­
tengamos con ánimo igual y constante , así en .las cosas prósperas,5.-como. -en
las adversas : y que no dexe Dios parte: en nosotros .desamparada de su pro­
tección. Pedimos -.en fin , que postre á SatanásrAebaxo^demuesíros: .-pies... . ;;.s
Resta .ahora que el Párrocó: exhcrte,raf ^ueb^o-ifiei ¡-.sobre raquelias adosas Iy.
que señaladamente .debe ..considerar y^meditar den .estatí petfoiqn., .En .eliael me-; C óm o ^ y
Opa qué fa­
jor medio -es.,que.centempiando.qüan..gránde^es ;la •fiaquezat.de los.hombres^, vor; saldré—
desconfiemos de nuestras» j>ropías duei2asJ_,.:.y: colocando ::toq^. lá. esperañzarde ElOS .VÍCtp-
nuestra -salud en la .benignidad ,de D io s» fiados <en este auxíiio , ten gamos gran-» riosos de
de„alknto. -.aun -1en,4osym^pres^p.dígr„QS :::,^ayqEmo|^e 4 qm^rando,.ia;q-uanT¿ Jas ten ta-
cionesi
tos.fortalecidos;-; con-.esta: esperan^: ánÍffiOaSacG:!d,.Senqr:jde ias’-mismas.gar-;

mayor gloria (dj -fvj¡bfo: guardó sEyaí.-á-.-Snsas& 3;-£Ítkda:t;de d^bdlfoos ministí

k ^ n c gxempíos hay cpmpr^os^icc^dqÉqiíaliK deberá,iefpárrocqrexliortar


r h

con cuidado al pueblo fiel a esta esperanza y confianza .en el .Señor. y.


.piensen también los fieles -á quien -tienen .por rGgpípn.em k s .tentaciones *7-
---D':— - • - - ^ '■ ' ’ VCP ' ■ Christ© - es
el. Capitán
V^s¿^ e?My qite d e nuestra
m ilicia.
Sus compa­
ñeros todos-
Jos Santos:
ios que no
le siguen^
son locos.
bcs 3 y lo demás que allí se „escribe (¿)..De estas.hazañas que .leemos obradas

. ' ■ 'l. .íal 1 !v.' ' ' V •?. • C. CO ■ : , .‘ .de


- {«) PsaLE.jiS-. ; (£j- £bi- { fr - J p M * &c. (gp Luc.'Tt-i; (¿} Joan. i<5.
é em . (d) G e n es. 39.. e í 41.. yj¡?) .DiaieX 13. [i) ¿ poc. 5. (k) Ib id e m <5. (/) H a eb r. sx>
336
CATECISM O ROMANO
de este- modo , pasemos luego-a considerar los gloriosos triunfos que de las ha--
tallas interiores y-exteriores coádos demonios consiguen cada día hombre» so-'
bresalientes en Fe , Esperanza y Caridad ; Jos q-uales son tan-tos y tan insignes
que si los viéramos , juzgaríamos que cosa ninguna podía acaecer ni mas fre­
cuente * ni mas gleriosá.'De-la derrota de estos enemigos escribid- Sa-rr Juan es­
tas palabras: Estribóos y jovenes 3 parque sais-fuertes s y íapalabra de Dios perma­
nece en vosotros1',y vencisteis, al maligno (a f
í8. Pero al diablo se -vence no con la ociosidad s el sueno ni ei vino , .no con
C óm a la glotonería ó libiandad 3 sino con la oración s trabajos y vigilias , y con abs­
podren) o ítinencia , continencia y castidad. V e l a d , } ’ o r a d , nos dice , como ya reísim os,
vencer^ al p o r ^ U f, n Q e n t r t i s e n t e n t a c i ó n ( j > ) . Los que entran en esa lid con estas armas,
demomo; ^uir ¿ los enemigos. Porque' ei diablo huye de los que le resisten (c).
Pero en estas victorias que habernos referido de los Santos, ninguno se dexe
llevar de alguna vana complacencia , ni se engría insolente s de modo'1que
presuma que podra con sus fuerzas sostener las tentaciones enem igas, y los
ímpetus de los demonios. No és esto obra de nuestra naturaleza, no puede
contra ellos la' flaqueza humana.
ip.- Estas fuerzas con >que-postramos 'á los ministros de Satanás, son dadas
Todas Jas p0í. X>Íos„- Este: Senóf . es ■d que fone -nuestras brazos como arco, de acero (d), •
fuerzas p a - cup f avorfue -quebrado ¿i •arco de ios fuertes -, -y:los flacos -uñidos déforta-
nos^ban de (¿). Tste é i fie m s da d tscu4o.de la salud 9 y cuya diestra nos abrata ( / ) s
venir de el que adestfa nuestras manos para la pelea s y nuestros dedos para la batalla (g).
D ios. De; manera que a solo Dios- debemos dar gracias, y reconocernos obligados
por la victoria : porque solo podemos conseguirla con su :auxilio ■ ^defensa.-
Así lo hizo- el: A póstol: -pues dice : -D e m o s g r a c i a s á D i o s s q u i e n n o s > d Ío v i c ­
t o r i a p o r - r im s ir o S e ñ o r Jt s v ^ G k r is io (Á)y Á éste'mismo-Señor p red íca p o rA u -
to r d e ’ I r victoria aquella "voz déí Apocalipsis , que dice : H e c h a e s l a s a l u d ó ­
la v ir t u d y - e l- R e y n o d e n u e s tro D io s y f d p o d e r d e s u C k r is t o ": p o rq u e k a s i­

d o p r e c ip it a d a e l a c u s a d o r d e n u e s tro s h e rm a n o s , y e llo s le v e n c ie r o n p o r la - s a ip -

g r e d d C o r d e r o Y él mismo-libro testifica la victoria que Christb Señor

de vencer.
•20* " ;Declaradas estas cosas*, propondrán -los-Párrocos ai pueblo-Eel las coro-
«3?reEEÍGS
de5osv¿n- nas:<F c ^ os tiene •guardadas 5 y la grandeza de ios premios eternos señak-
e2 dos para ios vencedores. Para- esto -tomarán ¿os testimonies del mismo diviso'
las bata-. ApocaBpsbd venciere ydieeg:® recibirá -dam de ¡a muerte-segunda-fljy
33as:espixi- Y en otro' lugar:- Eí-jpie-vcnáero, será asi vestido -con vestiduras blancas , f no
.ijjaSesc.,^ í-.. l¡QT?Qzg,^MomMDdzh ’■ Abro ~áe-ia -vida v y -confesaré su-nombre. delante de mi -Ps-
” y :'ddan^de- «í¿hAkgdes Q u f Y fo co después el mismo Dios y Señor
. - nuesso-Eabla-fde este modo é San. Juan : A l que venciere , haré caluña en el
. ..-J Templo■ de -mi.. Diés 7y siun-ca mas saldré fuera- (n). Demás de esto dice ; Al
. ; o i r : . ... i; ..y q il C

{¡2} j s f o s m 2» fp) Matth. «5. (c) Ja­ (g) ib id e m 1 43. (p) 1. C o rin tb . i g .
co b ^ ‘{dj JPsaimcíf. - (ef c.-Eeg s. l¿) A p o c ài. l a . 1- (Sry Ib id e m - r 7 . {/) Ib i­
....... :' , dem (ut) Ib id e m 3. (») Ib id em .
PARTE IV . C A P Í T U L O X V I. ™i
óo
que. venciere daré asiento conmigo en mi trono s asi como yo vencí y me sentí con
mi Padre ai el trono suyo (a). Uiums meare habiendo manifestado la gloria de
los Santos , y aquel colmo eterno de bienes de que gozarán en el Ciclo,
añadió ; El aae venciere poseerá estas cosas (b'j.

CAPÍTULO XVI
DE LA SEPTIMA PETICIOX

Mas líbranos de mal.


?Tírs
.JL. odas las peticiones antecedentes encerró el Hijo de Dios en esta última, r.
(Juaneo se
con la qual acabó esta oración divina : y declarando su valor y peso , se va­ dice en l¿s
hó de esta forma de orar , quando al despedirse de esta vida rogó á su eter­ petic i o n e s
no Padre por la salud de los hombres de este modo : Ruégaos , que los libres de anteceden­
mal (c). Y así en esta fórmula de orar que nos dio por su precepto , y confirmó tes , se en­
cierra en
con su exemplo, comprehendió sumariamente como en un epílogo la vir- esta»

pedímos de una vez h protección de Dios contra el mal , y conseguida es­


ta , quedamos defendidos y seguros contra todos los tiros del demonio y del
mundo. Siendo pues esta petición tan importante como diximos, debe po­
ner el Párroco diligencia suma en explicarla á los fieles. Diferenciase de la
antecedente , en que en esa pedimos ser librados de -la culpa s en esta de
la pma.
No es menester ponderar mucho á los fieles lo muy abrumados que se Q ué cosas
ven de trabajos y calamidades , y lo muy necesitados que están del socorro nos obligas
de Dios. Porque además de haber tratado con toda difusión muchos Escri­ á hacer es­
tores sagrados y profanos , á quales y á quantas miserias esté sujeta la vida ta petición*
de los hombres 3 apenas habrá uno que lo ignore por experiencia propia , ó
por agen2. Y toaos están muy persuadidos á lo que dixo aquel espejo de
paciencia Job : El hombre nacido de mugen , vive poco tiempo, está limo de mu­
chas miserias , sale como j b r , y luego se marchita , y huye como sombra 3 y nunca
permanece en un mismo estado fe). No se pasa día que no venga señalado con
alguna molestia ó incomodidad : como lo testifica aquella sentencia del Salva­
dor : Bástale al ¿za su malicia (f). Bien que qual sea la condición de la vida
humaos , lo declara el aviso del mismo Salvador , por el que nos enseña, que
■ es menester tomar cada día la cruz , y seguir á su Magestad (g). Así pues
como siente cada eno quaa trabajoso-, y quan peligroso es este modo de
vivir ; así será fácil persuadir que debe pedirse-á Dios nos libre de mal: ma-
yormente quando cosa ninguna obliga mas á los hombres á pedir, cu ei ce
seo y la esperanza ¿c verse libres de los trabajos que los oprimen , o que
los
Ápseah 3, it) ihSQeüH «t, iDmir.- . (=) Job f 4* (/) Matth. A
17. id} .Serse 6 . de Oran íg) Lee., p .
CA TECISM O ROMANO
33s
los amenazan. Porque está muy impreso en las simas áe los hombres acudir
prontamente en los males al auxilio de Dios. Por esto dixo David : Llén ales t
S eñ o r la cara de ignom in ia , y buscarán tu nombre (a ).
0* Pero .aunque es en los hombres como natural invocar á Dios en los pe­
Cóm o se ligros y calamidades , con todo eso .aquellos í cuya fidelidad y prudencia es­
ha de pe­
dir á Dios lió encomendados , tienen particular obligación áe ensenarles el modo con
nos übre que deben hacerlo. Porque hay hombres que contra lo mandado por Christo
de peligros Señor nuestro trastornan el orden de la oración. El mismo Señor que nos
y calami­ mandó acogernos á él en el día de la tribulación , nos señaló el modo
dades.
con que debíamos hacerlo. Quiso pues que a"otes que le pidiésemos que nos
librase de mal, le suplicásemos que sea santificado el nombre de Dios , que
venga i nos su Reyno , y las demás peticiones , por las quaies , como por cier­
tas gradas , se sube á esta última. Pero algunos si les duele la cabeza , si el
costado , si el pie , si pierden la hacienda , si se ven acosados de enemigos,
ó amenazan peligros de hambre , guerra , peste , ó cosas tales , shi hacer caso
de los primeros grados de la oración , solo piden ser librados de aquellos
males. Este modo de pedir es contra aquel mandamiento de su Magestad:
Buscad primeramente el Reyno de Dios (b). ?Gr eso los que piden derecha­
mente , quando piden ser libres de calamidades , trabajos y males , tocio lo or­
denan á gloría de Dios. Y asi David quando suplicabaSeñor , no me argu­
yas en tu furor (c) , luego dio la razón , en que se mostró muy .ansioso de
la gloria de Dios , pues álce: Porque no hay de los muertos quien se acuerde
de t i : y en el infierno j quién ie alabará (d) { Y él mismo pidiendo í Dios
usase con él de misericordia , anadió : Enseñaré á los malos tus caminos , y
los impíos se convertirán á ti (r). A este modo saludable de orar , v á imitar
si Profeta han de ser incitados ios fieles oyentes , y al mismo tiempo se les
ha Ge enseñar la diferencia que hay entre las oraciones oe los inheles , v las de
los Christíanos.
4- Es cierto que con grande ahinco piden los infieles á Dios que los libre
D e diverso de Jas enfermedades y dolores que padecen , y que Ies conceda escapar de
moco que los males que les molestan , ó les amenazan. Pero con todo eso ponen la
ios infíeles
piden ios
principal esperanza de su salud en los remedios preparados por la naturaleza,
Chri.-risnos ó por industria de ros no mores. Y aun la medicina Que les da cualquiera,
ser i brad os aunque sea compuesta por encanto , hechizo , ó arce del demonio , sin el
de ja ales. menor reparo se la toman , si les dan esperanza de sanar. De muy diverso
modo proceden los Christiasos. Porque estos en sus enfermedades v en to­
das las .Gemas cosas 2u.versas , incoen a. Dios por sume refugio y a.moer o de
su salud. A solo sa Mr gestad reconocen y veneran por Autor de tocio bien,
y Sü libertador. Tienen por muy cierro que la virtud que hay en las
medianas 5 es .ciada por é¿ j y tanto creen que aprovecharán á los enfermos,
quanto el mismo Señor fuere servido. Porque Dios es quien dio á ios hom-
bres h medicina para .curar las enfermedades. De aquí *¿s aquella voz del
Eciicsrastico : £i A tálamo erm de ¿a ¿cerra Ls medicamentos y ¿l hombre Dú­
dente m ios despreciará </). Y ^ les q - están alistados en k milicia de Jesu-
Chris-
'£} p s* S" ^ '5 * íc) F s- - í *0 (/} A , -O. ( / ) E ccíi. ¿ 3.
PARTE IV. CAPÍTULO XVI- 339
Chrísto , no ponen la primer esperanza áe recobrar su salud en esos reme­
dios , sino en el mismo O ios, que es el Autor de la medicina , y en quien
confian señaladamente.
Por esta razón son reprehendidos en las Sagradas Letras aquellos , que S-
E n las en­
fiados en las medicinas , no solicitan el auxilio de Dios. Pero al contrario fermedades
aquellos que viven ajustados á las leyes de Dios , aborrecen todos los reme­ solo se ha
dios que consta no ser ordenados por Dios para curar.. Y aunque tuvieran de fiar en
por cierto que tomando tales- medicamentos habían de conseguir la salud, D ios, quien
sin embargo los mirarían con horror , como á cosa de encanto y artificio sacó á mu­
chos de
diabólico. Han de ser pues exhortados los fieles á confiar en Dios. Porque m uy gra­
por esa razón el Padre benignísimo mandó que le pidiésemos nos librase de ves peli­
maT , para que por lo mismo que lo mandó , tuviésemos esperanza de con­ gros.
seguirlo. Muchos exemplos de esto hay en las Sagradas Letras , para que por
esa muchedumbre de exemplos se vean precisados a confiar , los que se mue­
ven menos por razones á esperar como deben- Abrahan , (a) y Jacob (¿>)s
L oe (y) , Joseph (d) , David (í) están á la vista , como testigos muy califi­
cados de la divina benignidad. Les sagrados libros del Testamento nuevo
nos ofrecen tantos que fueron librados de peligros muy grandes en virtud
de la oracíon devota , que no es necesario referir exemplos. Baste aquella
sentencia del Profeta , que puede esforzar al mas desconfiado : Clamaron los
justos 9y ti Señor los ayo , y los sacó de todas sus tribulaciones (jO.
6.
Sígnese declarar la virtud y sentido de esta petición , para que entien­ Q ué se en­
dan los fieles 3 que no pedímos aquí al Señor que nos libre enteramente de tiende aquí
todos los males. Porque hay algunos que comunmente se juzgan males , y por nombre-
con todo eso son provechosos para los que los padecen : como aquel estí­ de mal, y
quai es el
mulo que fué dado al Apóstol (g) , para que ayudándole la gracia de Dios, sentido de
se acrisolase la virtud en h enfermedad. Estos males 5 una vez conocida su esta peti­
virtud, son para los buenos de sumo regalo , y están muy agenos de pedir ción.
al Señor los libre de ellos. Y por tanto solo pedímos á su Magestad nos li­
bre de aquellos males , que no pueden hacer ningún provecho al alma. De
los otros en manera ninguna , si se saca de allí algtm saludable fruto.
Este es pues en sorna el sentido de esta petición : que una vez liberta­
dos del pecado , lo seamos también del peligro de la tentación , y de todos D e qué íes
y quintos
los males interiores y exteriores : que estemos seguros del aígua , del fuego males pedi­
y del rayo: qse no destruya la piedra los frotes, que no padezcamos ca­ mos á D io s
restía de alimentos , ni alborotos, m guerras. Pedimos á Dios que aparte de que nos li­
nosotros enfermedades, pestes y desolaciones , que nos libre de prisiones, bre.
cárceles, destierros , alevosías , trayeioues, asechanzas , y todos los demás
desastres , con que la vida humana se suele acongojar y oprimir mucho: y
en rio , que dos libre de codas fas causas de pecados y maldades. Y no solo
pedimos que nos Jsrire de las cosas que á juicio de todos son malas sino
también de aquellas que casi todos las tienen por buenas , como son las ri­
quezas , las honras , ia salud 3 la robustez , y aun la misma vida : pedí mes,
W2 dí-
{rii Genes, re, {h} ìbidem »g. Có i-R e g . a i . ( f ) Fsalm . 33.
if} Ibidem te. {d) Ibidem 41. (g) a. Cerisih, 13.
CATECISMO ROMANO
digo , que no abusemos de ellas , ni se conviertan en daño y perdición de
nuestras" almas. Pedimos también á Dios , que no seamos sorprendidos de
muerte repentina 5 que no irritemos su divina ira centra nosotros , que no
padezcámoslas penas reservadas parales malos, ni seamos-atormentados con
el fuego del purgatorio : del qual piadosa y santamente rogamos sean libra­
dos los demis. Así explica la Iglesia esta petición en la Misa y Letanías, con­
viene á saber: que seamos libres de los males pasados , presentes y venideros.
8. Y no de solo un modo nos libra de los males la benignidad de Dios.
De vanos porqUe detiene las calamidades que amenazan : como leemos que fue líber-
™bra°SDios tado aquel gran Jacob de los enemigos , que había suscitado contra.él la ma­
je los ma- tanza de los Siquimitas; porque dice la Escritura : E l ¿errorde Dios se ap
les, y i ve- deró de todas las Ciudades del contorno , y no se atrevieron à perseguir á los
ces miia- ^U€ se retiraban (a). Y efectivamente todos los bienaventurados que rey nan
grosamen- CQn $edor nuestro en los Cielos , están ya libres por el favor de
Dios de todo mal. Pero de ningún modo quiere su Ma gestad , que los que
todavía andamos en esta peregrinación , estemos Ubres de todos los males;
mas nos libra de algunos , y viene á ser como libertar de todos aquellas
consolaciones , que da á veces á los que están oprimidos de adversidades.
Con estas se recreaba el Profeta , quand o decía : Según la muchedumbre de los
dolores de mi corazón, tus consolaciones alegraron mi alma (//). Demás de* esto li­
bra Dios de los maies á los hombres, quando reducidos á las ultimas an­
gustias , los saca sanos y salvos : como leemos que sucedió con los niños
arrojados en el horno encendido (¿) ; y con Daniel} a quien nada dañaron
los leones (d) , como ni ia ilama tocó á los niños.
^ También, según el sentir de ios Santos Basilio el Grande (c), Crhcsto-
El diablo nao (/) y Agustino (g) , es llamado aquí principalmente d malo el demonio;
se llama el por ser el autor de la culpa de ios Hombres , esto es , de la maldad y pecado;
se-autor de ía!Tibier¡ se vale Dios , como de verdugo, para exigir las penas de los
la* culpa y ^ p ^ 3 y malos. Porque Dios es quien da í los hombres todo el mal que
verdugo de padecen en pena de su pecado. Y contarme á esto dicen las Sagradas Le­
la psna. tras: \ S i habrá mal en la Ciudad , que no ie haya hecho el Señor (ji) ? Mas:
Yo soy d Señor, y no hay aíro , que formo ¡a luz , y crio las tinieblas , hago ¿a paz.
y crio el mal (i).
También se dice el mato el demonio ; porque sin hacerle nosotros mil
ninguno , con todo eso nos hace perpetua guerra , y nos persigue con odio
mortal. Y aunque estando nosotros armados con la fe , y guarnecidos con
la innocencia , no nos puede dañar ; eso no obstante . nunca cesa de ten-
io taraos con maies externos , ni ce molestarnos por quantos caminos puede. Y
Por qúéde- Por esto pedímos -í Dios nos libre de este mal.
cimas de Decimos de nial, y no ¿e males ; porque los males que nos vienen de los
Ty no próximos , se los atribuimos ai diablo , como autor y atizador. Por esto no
ós echemos airarnos contra los próximos , sino volver tocia nuestra saña y enojo
con-
^(a) Genes. 35; ib) Psalm. 93. (c) D a - ( / ) Hoiail. 20 in M atrh. (g ) D s
niei 3. \d) ibidem 14. (e) Homo. Q eoá L ccP s, Doq. cap, 37. (é) Amos,
Deus non est A a t. peceati, (J) l Sai. ¿ 5 .
PARTE IV. CAPÍTULO XVI. 34 »
contra el mismo Batanas , quien impele á los hombres í hacer las injurias. Y
así si el próximo te hace alguna ofensa , qLiando hagas oración á Dios Pa­
dre , pídele no solo que te libre ele mal , esto es , de los agravios que el
próximo te hizo ; sino también que libre í tu próximo de la mano del diablo,
por cuyo impulso son inducidos los hombres al engaño.
XI.
Ultimamente se ha de saber , que si en las oraciones y suplicas no somos li­ Que cube­
brados de ios males, debemos llevar con paciencia los que nos añigen; teniendo mos hacer
por cierto, que es del agrado de Dios que los padezcamos con resignación. Por en los ma­
esto en manera ninguna nos debemos impacientar , ni darnos por sentidos de les, aunque
que Dios no oíga nuestras oraciones; sino que es menester remitirlo todo á su cíe pronto
no nos vea­
disposición y voluntad : creyendo ogue aquello es ú til, y aquello es saludable, mos libres»
que agrada á Dios que sea así; y no lo que al contrario nos parece á nosotros.
En fin,se ha de enseñar í los piadosos oyentes , que mientras van siguiendo 12.
la carrera de esta vida , deben estar apercibidos para llevar todo género de tra­ Los gran­
des prove­
bajos y penalidades con ánimo no solo igual , sino también alegre. Porque todos chos que
ios que quieren , dice , vivir piadosamente en fe su G'insto , padecerán persecu­ nos acar­
ción (a). Item : Por muchas tribulaciones es menester que entremos en el Reyno de rean las tri­
Dios (/?). Mas : \ Por ventura no fue menester que Ckristo padeciese de ese modo buí aciones.
que entrase así en su gloría (c) ? No es justo que sea el siervo de mejor condición
que su señor : como es cosa fea, según San Bernardo , haber miembros delica­
dos dehaxo de una cabeza coronada de espinas (d). Muy esclarecido es el exem-
pío de Urías , que se nos propone para que le imitemos : que aconsejándole
David se detuviese en su casa, respondió : El arca de Dios , é Israel y. Jada
habitan en tiendas de campaña ;\y yo habia de entrar m mi casa (e) ? Si venimos á
hacer oración armados con estas razones y consideraciones , supuesto que por
todas partes nos vemos apretados y cercados de males , lograremos , ya que no
sea salir sin lesión , como los tres niños sin tocarles el fuego ; por lo menos
llevaremos las adversidades con constancia y valor como los Macabeos (/). En
las afrentas y tormentos imitaremos á-los sagrados Apóstoles , que siendo azo­
tados , se alegraban sobremanera por haber sido tenidos por dignos de pade­
cer deshonras por Jesu-Christo. Estando pues nosotros con los mismos afec­
tos, cantaremos con grande regocijo del alma : Las Principes me han persegui­
do sin causa : mas de tus palabras tuvo miedo mi corazón. ; holgarme he sobre tus
mandamientos , como aquel que encontró muchos despojos (g).

CAPITULO xvn.
D E L A U L T IM A P A L A B R A DE LA O R A C IO N DEL PA D R E N U ESTR O,

Que es Amen.
£» T*
ijbdlo de la oración ¿el Señor Hamo á esta palabra San Gerónimo en los Con-
mentarlos sobre Sao Mateo (/?); y realmente lo es, Por esto así como antes des de esta
pre- palabra.
(y; r . T:m .3. ib) Act. 14. (c) Loe. 24, (jr ) r. M achsb. 2. (g) Psalm . j j§ .
(o; ¿erm. 5. d= Güín. SS. {e) 2. Reg. ir. (¿) In cap, 0. Match.'
CATECISMO ROMANO
previnimos a los fieles sobre la preparación con que se deben disponer para
comenzar esta divina oración ; así ahora juzgamos- conveniente hacer que co­
nozcan la causa y modo del remate , y del hn de la misma oración. Pues no
importa menos empezar con diligencia , que acabar con devoción las oraciones
sagradas.. Tenga pues entendido el pueblo fiel , que son muchos y copiosos
los frutos- que percibimos del fin de la oración del Señor : pero el mas abun­
dante y mas gustoso de todos es el conseguir io que habernos pedido : acerca
de lo qual ya se dixo arriba lo bastante. Mas no solo alcanzamos por esta
última parte de la oración , que sean oídas nuestras peticiones , sino también
otras cosas tan grandes y excelentes , que no hay palabras con que poder de­
clararlo,
i. Como los hombres quanáo oran están hablando con Dios , de aquí es,
*°e !os dice San Cipriano- (aj , que por un modo inefable está mas cerca de ellos la
bienes dque Magestad divina , que de los demás, y b s enriquece con singulares dones : de
produce la suerte que los que devotamente oran á D io s , vienen á ser como los que se
oracioD. arriman al fuego , que si están fríos , se calientan , y si calurosos , se abrasan:
pues así los que se llegan á Dios por la cracíon , salen mas fervorosos ,-^egua
la medida de su devoción y fe. Porque se enardece su alma, para la gloria de
Dios , se ilustra su entendimiento por un modo admirable , y son cumplida­
mente colmados de divinos dones : pues escrito está en las Sagradas Letras :Le
previniste con bendiciones de dulzura (b). Esemplo.es para todos aquel gran
Moysés , cuyo rostro brillaba con un resplandor divino , quando salla del trato
y coloquio con Dios, en tal manera 7 que no podían ios Israelitas poner en él
los ojos (c). En suma ios que hacen oración con fervoroso afecto , gozan por
un término maracá!loso de la benignidad y Magestad de Dios, Por la mañana,
dice el Profeta , me representaré á tz , y veré que tú no eres Dios , que quiere la
maldad (d), Quanto mejor entienden estas cosas los hombres , tanto veneran á
Dios con culto y devoción mas encendida , y experimentan con mayor regalo
qmn suave es á Señor , y qmn verdaderamente son bienaventurados los que esperan
¿n él (e). Luego ilustrados con aquella clarísima luz, contemplan qusata sea su
bazeza, y quinta sea la Magestad de Dios , según aquella regía de San Agus­
tín : Conózcate, Seriar 5 a / q / conózcame á mí (/). De aquí se sigue que descon­
fiando de sus fuerzas , se entregan de todo á todo í la benignidad de Dios , no
dudando en manera ninguna , que abrazándolos coa aquella su paternal y ma-
rabíllosa caridad , les ha de proveer con toda abundancia de quanto necesiten,
así para la vida temporal , como para la eterna. De aquí se vuelven i dar á
Dios todas aquellas gradas que pueden concebir , y aciertan á explicar: como
leemos lo hizo el gran David , quien habiendo empezado- su oración de esta
forma: Hazme salvo , Señor , de iodos ¡&$ que me persiguen ; acabó de este
modoy Daré gradas al Señor conforme su justicia 3 y cantaré Salmos al nombre
¿ d Áilisma (g).
_
_ q=é Estas oraciones de los Santos son innumerables. Su principio está lleno de
&s orado- temor; pero el £q de esperanza y alegría grande. Pero merece toda admira­
ción
(fi Orst. Bomán. (5) Psaíis, sa. íe) Ibidem 33. e f) la Solil, l£b. i.caa.i.
w EsofL 34. ( d ) Ps&Ije. 5, (¿-J Psaim. 7.
PARTE IV. CAPITULO XVII. 343
clon lo que en esta materia sobresalen las oraciones del mismo David. Porque nes de los
justos em­
habiendo empezado , perturbado de miedo , á orar de este modo : Muchos se piezan co a
levantan contra mí : muchos dicen d mi alma, no hay salud para ella en su Dios (a). temor , y
De allí á poco, .cobrando alientos , y rebosando gozos , añadió.: JVo temeré acaban coa
millares del pueblo que me cerca. Y en el Salmo siguiente , habiéndose lamen­ .alegría.
tado de su miseria , i lo último, confiado en Dios , se alegra increíblemente
con la esperanza de la eterna felicidad , diciendo : En paz y m uno .dormiré y
reposaré ¿Y qué diremos de aquella: Smor , no me arguyas en tu fu ror, ni
me castigues en tu saña (c)? ¿Con quanto temblor y palidez se habrá de creer
que díxo .esto el Profeta ? Pero ai contrario ¿con quama confianza y alegría
lo que luego se sigue ? Apartaos de mí todos los obradores de maldad ; porque ha
oido el Señor la voz de mi llanto. Quando temía también la ira y furor de Sauls
¿ con qué humildad y rendimiento no imploraba el socorro de Dios \ Señor5
sálvame en tu nombre, y júzgame en tu virtud (d), Pero después confiado y ale­
gre dice en el mismo Salmo: He aquí Dios es el que me.ayuda , y el Señor quien
se encarga de mi alma. Y así el que se acose á la oración , llegue á su Padre
Dios armado de fe y esperanza , ’de suerte que en manera ninguna desconfie
poder lograr quanto necesitare.
Muchas, como semillas de las razones y consideraciones que hemos pro­ 4-
E a qué sen-
puesto, están encerradas en la última palabra de esta oración divina Amen. Esta tido se to­
voz hebrea fue muy repetida por nuestro Salvador ; y el Espíritu Santo quiso ma aquí es­
que se retuviese en la Iglesia de Dios. Ella en suma viene á decir: Den entendido ta palabra
que kan sido oídas tu oraciones. Porque es como una respuesta de D ios, que Hmen - y
por qué en
despide con agrado al que ya con sus oraciones ha conseguido lo .que preten­ la Alisa se
día. Este sentido está comprobado por la perpetua costumbre de la Iglesia de reserva pa­
Dios : ia qual ro quiso que quando se pronuncia el Paier nosler en el Sacrificio ra ei Sacer.
de la Alisa, dixesen la voz Amen los Ministros que responden Sed ¿ibera nos á dote*
malo; sino que la reservó como propia para el mismo Sacerdote : quien como
medianero entre Dios y los hombres, responde al pueblo 5 qgat ha alcanzado lo
que pedia á su Aisgestad..
No es este reo común de todas las oraciones , sino propio de la Oración 5-,
P o r qué so­
del Señor. Porqur en las demás oraciones es acción de los Ministros responder lo en iaMi-
Amen : por quanto en esas solo significa esa voz el consentimiento y deseo sa respona.
nuestro. Pero en esta es respuesta de Dios , quien se ha dignado conceder lo uSmen e
^que se pedia. ^Sacerdote.
<?.
De varios mocos han Interpretado suchos la palabra Amen. Eos setenta V arias ex-
Intérpretes entendieren Hágase. Otros lo mismo que -verdaderamente. Aquila p o sicío n e
di so oyiofulmente. Ero poco importa que se esplique de uno ó de otro modo, de la vo:
con tal que entendimos que encierra la virtud que ya di zimos , de ser respues­ ¿Amen.
ta dd Sacerdote , epe afirma haberse conseguido lo que se pedia.En este senti­
do h entiende el Apóstol, cuando dice en la Epístola i les .de Corinto: Por­
que ¿úd.is ¿as b.’ úmcííñáe Dias se han verpuado eu Ckrñtc^ T así por d mismo deci~
mus amen á Dios pfus gloria smesira (y). Es también esta vo2 acomodada para
nosotros : por ser cemo confirmación de las peticiones que acabamos de hacer

íj¿¡ Vszím. 3. (B) Ibidem 4. (c) Ibidem 6 . {<S} 53. (e) 2. C o rich i, 1.
CATECISMO ROMANO
54:4:
„ ™ J-nerar la atención <le los que oran. Porque muchas veces sucede que
k o a i S o s hombres en !a oración , se divierten c o n vanos pensamientos en
diversas ; mas con esta voz pedimos con gran fervor , que se haga todo:
esto ef que se conceda quanto hemos ped.00 s o mas b.en entendiendo que ya
esto es»-H . sintiendo presente k virtud del auxilio de Dios , aeci-
° hc?I° el p^eta: H e aquí D i o s me a y u d a , y d S e ñ o r q u ien se encarga
T w X « . y no tenemos por que dudar de que se mueva Dios,así por el
Lmbre de su divino Hijo, como por la palabra, que con tanta frecuencia rep
S doue como dice el Apóstol: S ie m p r e f u i o íd o p o r s u r e m r e n u a (b ).
q¿e’n S n o r y gl«*» » los siglos de los siglos. Amen.
'Deolm
I NDI CE
DE L O S E V A N G E L I O S '
QUE SE CANTAN E N LOS^ D O M IN G O S Y F IE S T A S
principales del año con remisiones á este Catecismo, ordenado de
modo que en tales dias puedan los Párrocos y Predicadores hallar
de pronto doctrinas con que instruir á los fieles en la Religión,
despertándolos á aborrecer el vicio y amar la virtud: como el
mismo Catecismo lo previene en su P rólogo, y lo pretende
por éí nuestra Madre la Iglesia.

El primer número y el seguido d la p. señala, la página : y el seguido á la


el marginal, y ei síg. los siguientes , quando pasan de lres;
porque si no, se señalan.

D O M IN IC A I. D E A D V IE N T O .

Idunt dgüA b$ Seis y st LunagiLc. Ene, 21. pertenecen á la Santa Humanidad y en


Aquí se trata áei juicio universal. el Capitulo 1 de la III. Parte se ha­
Se recurrirá aí Articulo 7- del Credo, llará doctrina para explicar esto. Véase
y á la Dominica 24, en el Indice Ley y Gracia,
Si según el rito de algunas Iglesias In s::r.c-.iiz:. Debemos confesar 2 cara des­
se canta el Evang. Ecce Rear m u s , cubierta la fe entre cárceles , cadenas y
se buscará en la Dominica de Ramos. muertes, 9 , n. j y 4 , p. 122, n. 22 y
-4 >p- 232 , a. f.
DOMINICA II. DE ADVIENTO. In t'hzcuUs. En las cadenas ¿e los pecados
acudir á Christo. Véase el Articulo xo
Czizn sudisset Joasenh ha -vhundís , zS'c. Mat- el Sacramento de la Penitencia , n. r,
xk. 11. Quiere nuestra Madre la Igle­ p- '.66 , s. 4S y sis*. y la Petición y.
sia prepararnos , para recibir al Señor /« -Emallz. En las tribulaciones clamar á
que viene á redimirnos de las cadenas D ios, 222 , n. 6 y toda ia última Pe­
éel pecado y ¿el demonio. Por ser tición.
Tsm necesaria la fe ¿e este articulo, Minen; dv.es. Aquí el Santo Precursor en­
desde el principio y sucesivamente bas­ seña el gran cuidado que debemos po­
ta que vino , la manifestó por varias ner en que los que están á nuestro car­
profecías y ¿guras basta San Juan su go , sean bien instruidos . remitiéndolos
Precursor , que le había de señalar con á Christo, y í sus deles Ministros. Pró­
el dedo , como e£ mismo Señor diso logo ,, n. 7 , 3 , ro , 1 r , rz y 1?.
en este paso. Por eso se propone hoy ss- y qzd -jsntzírva es > Sola esta venida
entre cadenas. Véase el Articulo 2 y y, nos pudo salvar , r ? , n . ; y s:g.
y p. 24 , n. : , p. 27 , n. re. Cees Edén: , syr. Responde el Señor por
Jk Ezr.cv.liz. San Agustín: Lsx zzd Eatar.g*- las obras que de él estaban profetizadas:
lltm z ’.T v r - i m h t i: . La ley pide el socorro porque había de cumplir todas las profe­
de la gracia: porque sin él no se pue­ cías, 19, 0. 4 y sig. p. 27,11. IO, p. ’,0,
de cumplir. cada artículo de los que í > P* 3Í 5 a. 1 4 , p . ; S , n.
X X ftrf-s
Beatas , qzii n o n fuer} t , í P r . SI escándalo en él. Esto 'deben hacer todos Jos Mi­
de la Cruz es la Sabiduría de Dios, jo, nistros, 2 ,n . y , p. ¡8¡ , o. 3 y 4.
n. 4 .7 f*
Los intrusos pervierten el dogma y las
costumbres, 2 , 0 . 7 y £, p. £j , n. ig,
DOMINICA III. B E ADVIENTO. p. 1Sy , n. 3 y 4.
l n d e s e rto . Separados del mundo deben vi­
Ttsqms es ? joann. i. Nada. Solo Dios es vir los Ministros de Dios , 188 , n. 15,
el que es. Artículo i por todo. 14 > jo y J1 a p- ao 6 , n. 2.
Ta quis es ? ¿Quién es Chrlsto ? Artícu­ l n d e s e rto . Los apartados del mundo son
lo ^ y ;. los amados de Dios , 2r r , n. j y 4.
T u qv.h es ? Eres hombre , eres Christia- Praedicans Baptismum Poenitentiae. Cómo
no , de tal estado y oficio. Obra , como los adultos $e deben disponer para reci­
tal. Véase el Indice en sus respectivos bir el Bautismo , 105 , n. j£ y 38.
lugares. Diferencia entre el Bautismo de San
Confesáis ese. Debemos decir con senci­ Juan y el de Christo , 9 0 , 0 . 2 7 .
llez la verdad , sin mezclar juramen­ Poenitentiae,. La Penitencia es segunda ta­
tos. Véase el Mandamiento z , máxime bla , 1) r , n. i.
a n. 19. Sin ella es imposible perdón , 6 9 , n. x z s
Ccnftssus e¡t. Confesó la verdad. Malicia p. 1 7 1 , n. 1 , p. 1 77 í n. 20.
y daños de la mentira, r áS , n. ¡ 9 Jn rimissionem peteatarutn. El Artículo 10,
y Petición 7 dan. materia copiosa para
y IO* este punto además del Sacramento de la
Confessus. Confesar debe- el reo la ver­
dad, que cede en gloria de Dios, 274, Penitencia,
n. i) . Parase visan Dcmini. Por la Penitencia se
Confessus. Bienes de la Confesión, i¡fj, allana el camino para recibir al Señor,
n. j í y 57* 141 , n. yo y síg. p. 16$ , n. 74.
Huid ercp bap;?Lai ? Puede tratarse de los Retías facite semitas ejus. El camino y las
Ministros del Bautismo, ioi , n, 2; sendas de Dios son su divina ley y man­
y 24. camientos. Va derecho al Cielo , el que
ergs hapti^as ? Cómo se han en la ad­ los guarda y cumple la voluntad de Dios,
ministración de los Sacramentos,Chrlsto Y se tuerce, el que toma el del Infierno,
y el Ministro , 61 , n. 1; , p. £7, n. á, por hacer ia suya y su gusto; como desea
p. 5o , a. 2 , 24 y 27. el diablo. La de Dios es la Regla su­
Cujas non sura dignus , i 5~c. ¿ Cómo sere­ prema de toda derechura. Esta se nos
mos dignos de recibirle ? 14; 3 n. 7£ descubre por sos mandamientos : como
ysig- la ¿el amo se manifiesta al criado por
Cujas non sum dignus. Pureza de los Minis­ lo que ie manda. Obrando según ella,
tros de los Sacramentos, 91 , n, 26 . es imposible errar : por ir por el cami­
no , y obrar según la Regla. La volun­
D O M IN IC A IV. DE ADVIENTO. tad nuestra es el primer principio de
todo desarreglo, y torce-dura. Y obran­
J.kko qti'msQÁieimo, é~r. Luc. 3. Señálase do según ella , es imposible acertar por
el nombre ¿e Tiberio al nacer el Se­ obrar contra regla , é ir por camino
ñor, por lo mismo que al morir , el de errado y contrario al de Dios. Esto con­
Poncio Pílate 5 : í , n. : v 2. vence, quien hace derechas y quien tor­
procurante Pernio , o"r. Señalarse tantos cidas sus sendas- Véase el Cap. : , 2
Presidentes Indica la división , y ruina y 10 de la III. Barre . y la 3 y 7 Pe­
¿el Rey no ce jadea, ghiia cmne rt^r.um tición.
in se ipsum druisum, iPc. Véase Domi­ Qmnis v a llis im olehitur. Dios resiste 3 ÍQS
nica j de Quaresma. so berbios y ¿ a su g ra c ia á los h u m il­
* nerum e.-t verbsim Dcrrdrd , éS'c. N o se m e ­ d e s , 2S2 , n. e , p. iS<£ , z , p. 2S7,
t i ó San J u a n e n e l e m p le o . D i o s le p u s o a. 2*
D IA
P E LOS EVANGELIOS. 347
p, r r 3, n, 53 y sig. p, i?4 , n, ic y u ,
P IA PEE N ACIM IEN TO p. 277, n, 17 , p» 2?8, n. 20 y 1,
peí, Señor. Pkí»* atitem crescehat. Renacemos por ei
Bautismo, para ir creciendo por la Con­
Feperlt F U iu m s u u m , ETr, Luc, z , Se e x p li­ firmación y demás Sacramentos, y, n. r r,
cará e l A r t íc u lo j , p. 5 5 , n. 52, p. 102, n. 2í , p. r 1 7,
n. y y sig.
EN EL M ISM O D IA
A LA MISA M AYO R . D IA DE L A CIRCUNCISION.

Joann, 1 . Genera­ XJt circumciderctur pusr. Luc. 2. Quant®


Tti p r in c ip io e r a t p e r b u tv i,
ción eterna de Chrísto, n , n , i o , p , z i , aventajan nuestros Sacramentos á ios an­
nJ y í>. tiguos, 88, n. 17, p. ?2 , n. 27 , p . i 5,
Omnia per ipsum. f a c ía sunt . Criador del n. 16,
Cielo y déla tierra, itf, n. i> y síg, Los niños deben ser bautizados, 104,
p. 3 2 , n. 10. n. r -, >! y 34
J P sd it e¡í p o te s ta te m , £ 5Y. Por Chrísto, que CircKtnúáintiir puer. En la niñez se han de
es el Primogénito, somos hijos de Dios, cortarlos y í c í o s , 104, n. 32.
2 5 J D* l O ) P* 3 £1- } 3 P* — ^o y Vocattím est nomen ejus JESUS. Por qué se
Slg. p, Z$>7 5 1 7- puso al Señor este dulcísimo nombre, y
Pre r h w n c a r o f a c t u m e s t, M2.r2.biliosa, unión quan ajustado le viene, 20, n. y y 6.
¿e las dos n z m r z l z z z s , ¿4, a . 1 y sig. También se puede observar, que aho­
ra también se pone nombre en el Bau­
D O M IN ICA IN FR A O C TA V A tismo , y por que, y que nombre. Esta
DEL NACIMIENTO. es una de sus ceremonias, dignísimas de
explicarse , 8 8 , n . x S , p . i i a , n . y5»,
E c c e p o s iin s e s t h ic in r ú i n a r n , cf'r. L u c . 2 . y s^g*
O Í r is t o da h vid a á lo s que le recib en
b ie n , y la m uerte 2 lo s q u e m al , 2 8 , D IA DE L A EPIFANIA.
n. 1 r / p . 7 5, a . 1 4 , p . ^ 1 , n. 7 0 y s ig .
Jn si'-m m a , ri'i c m z r a á ic e tu r . L o s m alos v u el- Vldzmzis lidiara ejus. Match, 2. Por esta es­
ven a cru cificar a C o n s t o , 5 > , n , n , trella puede muy bien entenderse la Fi­
p , 2 2 2 , n. 6 . losofe» humana, y por ía respuesta de
Cor.zraáicetv.r. L e m ucho que e l mundo con - los Sacerdotes la luz de la Be , y expli­
rradiXO a C h r ís t o , 55 a a . s í y e >- car cuanto esta aventaja á ia otra, 1,
’¿ u a m spshíj axim am , iTC. D:OS aflige mas 2. : , 2 y 5 , p. y , n. jr y ¿g p. ~¡¿ , r..
a lo s mas am ados, ros», a . a S , p . : u . p- 7? >n. 6,
a. 3 , p- 25?4 , ®* - - y r 5- Áudiasa aseara Heredes Resr. Por malos que
En tales casos recurrir á Dios ,222, sean los Reyes , deben ser crztzdas con
D .á, p,2 2 Ct, n.2 S, p . 2 £ I y p»2 ? 5>■ -*• ( . el hoaor debido á ia dignidad , 24r,
¿hcsédb&s as am pio. A c u d ir á la I g l e ­ n, i j y 16,
s ia , 2ZÍ?, O. 2 , P, 2 5 4 , ÜS, 2 7. Omgre¿.zr.s mates Principes Sacerdotum. Para
De la oración publica y privada^z y4. esto feudo el Señor la Cátedra en su
a. 1 y síg. Iglesia, so, n. 12, y sig.
Jsjzisáis e i c¡bsecrazItjúims, A y u n o y o ra ció n J&z ¡Mi aijcsrunt , tn BetbUera Jzzdae. Los Sa­
asuy herm an ados, y m uy provechosos^ cerdotes declaran las cosas pertenecien-
I y p- ^ ■ ££* res s ia Fe , 2 , n. 4 , p. 194., n. 52,
Sírviewj ffioríc , ¿se dar. La orzcíoa Sebe ser p¡» 205 , a, 2.
c o s tin a 3, 2 7 7 , s . z , y ceda la I V . P a rte . J&r&psei datman. Los que entran en la Ca­
Muere , ac d a . Tal cebe ser la vida sa de Dios, le hallac. Los que no , pe­
C h ñ s tía u a ? 4 » n- 1 0 , ^ . 2 5 , 3 . 1 2 , p.> 5 , receo, 50, n. i z , p, 5 >, n/x5, p. 304.
a* 16 , p. 106 , a. 4 1 , p. roy > o. 4S, o. í ..
EDI 2 pra-
I N D I C E
34 »
Fredientes adoraverunt. De la Oración que explicarse el Sacramento del Matrimo­
se debe á Dios y i los Santos* z i 2*des­ nio.
de el n. 7 hasta el z 9 . Vccatus est JE SU S . j Buenas bodas ! don­
También de la que se debe á la Euca­ de es llamado JESUS, para que las san­
ristía , donde está el mismo Señor que tifique 3 y se consigan sus bienes ,158*
adoraron los Magos * 124, n. i* p. 1 3 3* n. 10, 13 , 1 7 , 23 y síg. p. 31 n. ís
n, 27 , j S y p. US ,n . 13.
Apeáis thaaurís suis. Ofrenda mas agrada­ Deficiente -vino. Pueden pedirse bienes tem­
ble podemos hacer por el Sacrificio áe la porales * 282,0. 1 y sig. p. 28y , n. 7.
Misa* 148, n. 6 9 y sig. p. 321 , n. 21. D icit JAater J E SU. Por medio de María
jíurmn ¡ tlms , cí myrrham. El oro de la Ca­ Santísima alcanzaremos quanto pidamos,
ridad , el incienso de la Oración * y la 28; * n. 8.
mirra de la mortificación * 171 * n. 23* (¿i'.odcuwqus dixerit •vobis , facite. Para ha­
p. 278 , n. 1 y 2 } p. %9 x * n. 7. cer en todo la voluntad de Dios y ser­
virle 3 no para hacer la nuestra y ofen­
DOMINICA ÍNFRAQCTAVA , Y 1 . derle , hemos de implorar á María San­
D E S P U E S D E E P IF A N IA . tísima y á los Santos : pues nadie busca
empeños para ser traydor , 287 , n. 1
■ Secv.ndum consuetudinem diei fe sí i. L u c . 2, V sD .

P u ntualidad y reverencia, con que deben Por esta milagrosa


Aquam -vinurn fa & a m .
guardarse ios dias festivos. Todo el 3 conversión puede persuadirse la marabl-
Mandamiento. llosa transastañe íacion , 1 3 7 , 3 n. 37*
Jnvenerunt Hitan in temple. E n su casa se en- ad 43.
cuentra á cada uno. Véase en eldia;!»- Jisc jecit initium signorum J E SU S. Esta con­
trantes dernv-rn. versión es lo de menos. La obra gran­
Dohntes quaerebsraus te. Los contritos ha­ de es la del pecador* ¿8 * n. 7 y sig.
llan á Dios , 177 , n. 24 y sig. p. 207 * n. 7 .
In bis quise Paséis mei sunt, c. Estas deben
ser las ocupaciones del Christianc: pues BOM IN.1II.DESPUES DE EPIPÁNIA,
está vestido de Chrísto * muerto para el
pecado5 y vivo para Dios , íj , n. i , , Ecce leprasus veniens * gTc. Matth, 8. Por la
p. 84j n. 7 * p* 2 S y *2 , p. 7 S , -Q. 163 lepra entienden. los Santos Padres la he-
p. ; i 2 , d. 6 y 7- Véase en la Dominica regía. Quiénes deben ser tenidos por he-
antecedente Ssrvkns mate ac die. reges*^í ,
Je bis qt;ne rstris . ?57. A los Padres y de­ Quiénes están fuera del gremio de la
más Superiores debemos obedecer , por­ Iglesia , y7 * n. 7 .
que lo manda Dios. Y asi si mandaran Vmk-ns adorabat. En Dios se ha de buscar
¿ígo que ofendiera á Dios , no se pedia el remedio de todo. Porque no hay otra
hacer , 2 3 ^ , 2 . t y síg. hasta el 7 „ y fuente de bondad * 10 * n. í* p. 12 * n.
a - 13 y sig. 7 , p. ci , n. r * p. 283 , r¡. 1 y sig. p-
iSs' tris: subisteis SUs. Este es el mayor do- 315 *n. 3 , p. 33S * n. 4 y >.
,:";;:.cmneEto de- .la. reverencia debida á los Aderaba:. La Oración debe ser humilde»
■ ' Mayores * como se declara, en esos lu- Ofende mucho la. soberbia * 2Sí 3. a. s
7:-izares.: y 2 * p. 328 * a. 22.
;dMaier ej;u emservdbni 3 £S7r. Las obras de Estirarse 5 si v is , zs'c. Pide con fe 5 que es
■. Cünsco demandan profunda considera- muy necesaria* 14* u. 1 3 , p. 2S7 *■ n. 3
cloran j9c. 12 * p. 2:1y* m iu , n y zí-, ■ y i;;*icr
•i;1-'-'p.¡:.'J"/O y S . -fSm D t'nm e , // vis. Bienes temporales se has de
pedir condíci-Qnzkzenze * 1 8 2 * 3 . 1 : , p.
©OMM. IL DESPUES, D E BP'IPAKIA. zSz. n. i ysig.p. 3i2, n. 17, p. 3r c , d. 3»
Vede: mondare. Luego quedó limpio. Vale
Nsijfisne'jstttne Asme^, ©*& Joann. z. Puede mucho la oración , :5 , n. 1 y sig.
BE LOS EVANGELIOS. f! /ífl
O43
Vade , ostende te Sacerdotí, A lo s Sacerdotes nes para nuestro e x e rc íc ío y m ayor c o ­
se debe re v e re n cia , 1 8 4 , n. 1 , p. 240, rona , com o á lo s Soldados las lu ch as,
n. 1 3 , 14 y 10 . 10 7 , n. 43 , p . r o 9 , n. 4 8 .
Ostende te Sacerdoti. D ife re n c ia grande en­ Jfss vero dormisbat. Q uan do n o s pensam os
tre los Sacerdotes de la ley antigua y mas desamparados de D i o s , estam os mas
nueva sobre discernir entre lepra y l e ­ defen d id o s , 2 9 3 , n. 7 y s i g . ,
pra , 1 j" tf , n. 16. Domine , sal-va nos , perimus. P o r esto h ace
Ostende te Sacerdoti. L o s pecados se han de e l Señor d el d o rm id o : p orque clam em os
sujetar á las lla v e s , 1 6 4 , n. 3S y s ig . p o r la o r a c ío n , que gustan m u cho á lo s
Ojfer murtas tuum. Se ha de asistir a io s Sa­ P adres las peticiones de ios h ijo s , 2 7 6 ,
cerdotes con lo n e c e s a r io , 185 , n. 4 , y lo s 2. C a p . 1 y 2 de la I V . P a r te .
p . i 4 0 , n. 14 . Domine , salv a nos. Buena o ració n , breve y
Domine fuer meus jacet. La caridad no so­ com pendiosa , 2 9 0 , r¡. 4 .
lo procura para s í , sino para otros, 6 >, E i m ayor p e lig r o es e l de m uerte.
n. 2y , p. 25>íí 3 n. 1 í , p. 3 ? n. 1 6". P u ed e explicarse e l Sacram ento de la
p. 3 , n. 1 6. E x tre m a -U n c ió n .
Ego ajeniam, et curabo eum. A c u d e D io s iC u r tsmidi esiis , modscae fidei> L a o ra ció n
m uy p ronto á nuestros r u e g o s , 2 ,7 8 ,0 .3 req u iere gran f e , 1 4 , n. 1 ; , p . 2 S7 y
y s ig* 288 .
Domine , ko« sum dignus. P alab ras m uy d e ­ Qy.alis esi bic , qtiia v e n ti , i f c . T odas las
votas para re c ib ir a l S e ñ o r , com o para criaturas o b ed ecen á D io s . S o lo el hom ­
eso se a leg a n en la o b r a , i 4 4 í n- f 7, b re co rro m p id o es e l desobedien te, 305,
p . i S í , n. 1. s-4s 5 y á 5 P- 508 j n. ; y sig. p. 314.
D ko hu ic , -vade et 'v a iit. ¿Qué o bed ien cia n. 2 3 y 24 .
deberem os á D io s , si así se o b ed ece á
lo s h o m b re s, á quien naba debem os, si­ D Q M IN . V . D ESPU ES D E E P IF A N IA .
s o p o r D io s ? V e a se e l 4 . M andam iento,
Jbi erit petas , éS'c. D e las penas d e l infier­ sem inavit borajrn semen in agro suc .
no , 37 í a. 3 j ? . y o , a . í , p . j ? , n . i o M a tch 1 3 . E sta sim iente es la p alabra de
D io s sem brada en nuestros co ra zo n es.
C o n suma ve n eració n se d eb e r e c ib ir. Y
D Ü M I N .I V . D E S P U E S D E E P I F A N I A . d e sus M in is tr o s , co m o d e l mism o D io s ,
2 , m. 2 , 3 y 4 , p . 2 2 7 , n . 2 7 , p . 2 343
Ascendente J E S U ña na-vkzdam y CTr. M a tch . h. , p . 27^ , n. 2 2 , p . 2S7 j n . 2 .
2. P o r esta n a v e cilla se sign ifica la I g le ­ Ectstíin semen. E n p rueba de e n e to d o lo hi­
sia. P u ed e exp licarse -el A r r íe u le 9 . z o b ien , tendrá e l Señ o r e l J u ic io uni­
'Ascendente J E S v . H a s de entrar en e l m ar, v e rsa l , 4S , n . 4 .
y re m a r, com o lo s d iscíp u lo s, para im i­ Ssrsatm semen. L a siem bra ( c o m o t o d o L a ­
tar a C h risro . P o rq u e si n o le s ig u e s, no- b ra d o r) para que c re z c a y dé fr u ta . S in o
le co n sig u es: ni d ebes ser de m ejor co n ­ se p ierd e t o d o , y s o lo servirá de m a y o r
d ició n , roí? , n. 4 S y 4 ? . V éase en, la w ir g o , 7 4 j 1 —j p . 7 6 - n» 1 4 j p . í r íí.
D o m in ic a r : In b is , qisae P a tris m ti sunt. o . 1 , p . 14 ? , n. ,-s.
'¡Metas magnas factas esc. L as ten tacion es Dar/i dormirán:^ iS'c. Los descuidos acarrean
son muy útiles,y los que siguen 2 Chrís- machos pecados. Homo natas est a¿ iabo-
to , las padecen mas recias. Véase la Pe­ rasa. Trabajosa, no ociosa es la vida
tición 6. C b r is tia n a , 4 , n. : © , p . 1 0 8 , n. 4 3 , 4 8
le a u í navícula optrlretiir paetsbus. E n estos y 4.9,p.zj3 , n. 20, p. 2tro, n. iS y 1
tiem pos se v e s s s y com batid a la I g le s ia . p . 2,9 ? H. 8 , p . >05 > o . J y 4 j p ' 343^
M a s está bien tuneada , 5 , n. y j Cs e„ r g , p . 3 18 , n. 12 .
p. l á4 , n. l i 3 P. l í j 2 n. 3^ p. ^3 Fósfí iiiim icus , í5 t . N o se d e scu id a e l d ia ­
n. C2. b lo . Luego- sem bró zizaña entre A dan y
M a ate wswktiZa. P erm ite D io s la s re n ta d 0- E v a . C o n esto al prim er ch o q u e nos per-
N D I C F
O'*'"'
díó á todos , y de continuo nos hace También, según los Santos Padres, se
guerra. El descuidado queda perdido, entiende la Fe, De ella y de su necesi­
En esos mismos lugares y Petición 6 , dad, 1, n. 1 , 2 y j , p . 7 > n , i y sig,
In medio tritki.En la Iglesia están los ma- p. 9, n, 1 , 2 y 4,
los entre los buenos , 20 , n. 7 , p„ 7 8a Que no se han de escudriñar sus mis­
n. 7 y s* terios, 9 , n. 3, p. 15 , p, 139, n. 4 j.
Inimkus horno hoc fecit. Siembra el enemi­ Caris autem creverit. La Fe puede crecer y
go odios y enemistades : que son pes­ aumentarse , 7 j n>* , p. 4> #U, 7, p.288,
tes horrendas de ios fieles , i i j , m 4, n, ¡s.
p. 10: , n. 21 , p, 249 » n, 24 , p. zíy, ÍjtitYi &utem creverit, Se nos da en el Bautis­
n. i°. mo , para que crezca por la Confirma­
in im k u s . Es suma U ojeriza del diablo con- ción , uso de los Sacramentos, y ejerci­
rrn nosocros y —í*—^ -4*^ jp* í Ji j n* cio de virtudes, 81 , n, 1 3, p. 87, n. 14,
y p. So, n, 2 i, p. 9 3, n. 51, p. 102, n. : í ,
Inimkus . Es autor del pecado , y verdugo p, 11 r , n. 74-, P- t 17 >n. f, y sig.
de la justicia de Dios, 18, n, 2,5 y 4, Simiie est fermento. La levadura sazona la
p. 248, n. 20, y 2i, p.268, n,i 9 , p,34o, masa, y suaviza el pan. La Fe aligera,
n, 9 y 10.. y suaviza los trabajos que se padecen
¿Vis , imus eí collegimus ea > Nén, Sía/fe, trr, por Dios, 35 . it. 1o y r 1 , p. 36, n. 1<sy
A guí se puede tratar de lo útil de las p. 4 i j n . i i , p. 4 >s n. 7 j P* n J a.
tentaciones. Véase la Dominica antece­ p . 7í , n. 14, p. 77 , n, 1 , p. 78 , n. 4
dente, y f , p. 8r , n, x r y xz,
Fon. Sinite, De los malos en ía Iglesia saca Hatee cynnia locutv.s est JESUS, ÍVc. Usaba el
Dios muchos biencs.Esercuan y labran á Señor de parábolas y símiles caseros, pa­
los buenos. Los excitan á que clamen y ra enseñar á predicar en estilo humilde*
oidan por ellos a Dios, y hacen con esas fá cil, sencillo y provechoso, 7 , n.r 1.
sombras del pecado, que brillen mas las
luces de la virtud , 6 y . n, 26 , p. 109, DOM INICA D E SEPTUAGESIMA.
n. 47 V sig, p. 1 7 1, n, >9 , p. 1 75, n.7y,
p, 247 , n. 1S y sig, p. 35 í , n, 9, Hcrnir,} Futrífamilias, Matth, 2o. Este Padre
Sinite uir&que cresccrs. Muy al caso viene .es D ios: que en general io es de codos,
explicar aquí las cansas por qué ha de y en especial de los fieles , 12, n, 9 , y
haber juicio universal , 48 , n, 4, ro , p, 74, n , í , p . n o , n, yo, p. a 88,
G/iligite frimuin zuc-ania, Aquí las senten­ a. 5 , p, z 9 i n, r y s p. 2^4, n, xos
cias áe buenos y malos, 4? y 70, 11 y 1-2,
Ex-iit primo mane. Tan de mañana como en
B O M B A VI, DESPUES D E EPIFAN IA. el Bautismo nos puso Dios en la viña
de su Iglesia, y nos adornó con su gra­
Similí ast Ragnztm, (ye, Marta. r 5, Por esta cia y virtudes : para que exercitáncolas
' palabra Rt?no puede explicarse la Peti­ merezcamos su gloría. Nadie gana co­
ción 2 , y los diversos sentidos que de sa por tener muchas habilidades ; sino
ella se dan allí. por trabajar con . ellas : como ni va ai
Cr.imG sinapis. Por este grano , que cuanto Cielo ( ni á otra parte) eí que puede,
mas se muele , mas trasciende , entien­ sino ei que anda el camino : que es ha­
de San Pedro Crisblogo á Chrlsto : £>:d cer lo que manda Dios. Según sus méri­
carpen tari esdu.it, Y también al Christia- tos y lo que hagan por Dios, se dará ¿
no : pues es Consto, é hijo de Dios , aun - cada uno, a 3, g,. u , p . y o , ru 10 y n .
que adoptivo : y cuanto mas se exercíta p. Si , n. 13 , p. zo9 , a. 1 0 , p. 2x7,
en buenas coras , ¿espide mas fragran­ n. a.6 .
cias de virtudes, 714 , n, 72, 7; y 74, dacaperunt singztios departas. Este donarlos
?- í t s , m 9. Véase en ía Dominica t: es el jornal que da Dios á sus siervos.
In bis cuas B saris , efe , Dañarlos se deriva de áacem : que es ña­
me-
DE LOS EVANGELIOS 351
mero perfecto. Quán perfecto sea este bien. Por darle oídos se perdieron Jos
jornal , tan grande como de Dios , se primeros Padres , y se perderán quan-
declara en el artículo último. Es la vi­ tos le oyeren. Tofle quod tuum est, et
da eterna. Aquí se nos da en prendas por •vade : dice hoy el Señor. No te metas
la gracia. Allá en sí por la gloria. Am­ en lo que no te toca. A Jesu-Christo,
bas están en una línea. Diferencianse en no ai diablo te manda oir el Eterno Pa­
que una es empegada , y otra consumada. dre. Cumple tu oficio : que es guar­
En una se posee á Dios por fe y por dar ¡a solemne profesión que hiciste en el
amor , en otra por clara visión , i j j , ,Bautismo. Sigue pues á Jesu-Christo,
n. 32 , p. ;0) , n. 11. que es el Camino , la Puerta , la Verdad,
Smgulos áenarios. Si por este 'ienarw se en­ la Vida y la Gloria , y seguramente le
tiende la gracia y esto es lo que acabo de conseguirás , y eres escogida. Pero ú le
decir: que nos da Dios este caudal para dexas, por hacer tu gusto , como quiere
comerciar con el Cíelo, y que trabajando el diablo , que te guia al infierno; seras
tn s u p in a , exercitando sus virtudes, si­ reprobado y como él lo fué. <Qué pier­
gamos á Chrísto a y merezcamos el jor­ des sirviendo á Dios ? ¿Qué ganas ofen­
nal de su gloría, 4 , n. 10, p. 15, n. ¡ i , diéndole? Haz pues como el buen criado
p. 28 ,n . 1 1 , p. 107 , n. 42 y sig. lo que manda tu Señor: que abonado es
£$uodjustum fusrit, ¿Lobo nobis. Aquí se ba- para pagar tus servicios, y no te metas
ce gracia , allá justicia , ios» , n. 48, á escudriñador de sus divinos secretos,
p. 2,9 6 . n. 1?. 2,n. 5,0-4,11. i o , p - i í , p . i s 3 n. 17 , p.
Jnctpiens a noajissimh. Empezó por los úl­ iS , n. 2 y p. 78, n. 7,p. 113 , n. s i
timos , y los igualó con los primeros, ysig.p. 28 8, n.4.Toda la 3 y ; Petición.
mostrando la virtud de la Contrición
verdadera , qual rué la del buen La­ DOMINICA DE SEXAGESIMA.
drón. Con ella puedes en una hora ga­
nar tanto como los que trabaláron to­ Exiit qui seminat , fVc. Luc. S. Para este
do el día. Pero estos son milagros de Evangelio viene lo que se notó en la
la gracia. Siempre debes ganar eí pan Dominica
que comas , y esto te liará dichoso. S i, Aihtd cecidit sena via?r,. No en el camino
e. 15 , p. rj7 , n. iS y sig. p. 209, n. 8, sino junco á él arma el diablo los lazos.
9 y 10 , p. 504 y n. 12. El camino es derecho. No puede ir por
Jtívrmurabani , 55"r. Todos se indignarían, él el dragón retorcido, que siempre anda
y harían callar con ia-respuesta del Se­ dando vueltas. Si no te extravías del ca­
ñor*: Non iicet miki , ¡Se. , al que los CO- mino de Dios, no hallarás tropiezo. Pero
harcase sobre hacer una gracia á quien á poco que declines, caerás en la trampa.
quisiesen. Pero muchísima mejor puede Recibe pues el grano de la palabra de
so Magestad disponer de todo: porque Dios in corde bono et opthno : que. ahí no
el que nada debe , con nada paga. Por enrede entrar á robártele el diablo, sino
su bondad inmensa hace aquí gracias á le abres la puerta : como lo hacen los
quien le place. Y porque así lo ordenó, malos echando fuera á Dios, y entregán­
hace allá justicia, premiando ó castigan­ dose á él, 1 1 ?,n. 62 y sig. p. 199, n. 15,
do según ios méritos,7 i,n. j,p.8 i,n.i 3, p. 2 jí , n.7 y 5 ,p . ti. 22 , p. -500.,
p. 2iS»,n.3 3ysig.p. 2tf i,n.2i , p, 267, n. á a p. 525, n. 7 y 8,p. 33j> n. i y 7»
n. 14 , p. 29 6 , n. 1; , p. 304 , n. 7. Átiud cecidit supra petrara. Nací ó , pero se­
MíAñ mnt -jocati , pauci atoro síseti. En es­ cóse luego por falta de humedad. Ha­
te abismo inapeable de los juicios de biendo falta de agua , hacemos rogati­
Dios ha sumergido á muchos el demo­ vas. Aunque tengan corazón de piedra,
nio , proponiéndoles , que si son escogi­ la palabra de Dios las quebranta , y en
dos , al fin se han de salvar , por mal la Pasión se partieron. Contrición , y
que vivan : y si son reprobados , se han oración , ; 2 , n. 9 , p. 1 y 9 , n. 2; y sig.
de perder por último , aunque vivan p. 20S , n. 7 , p. 278 , n. 2.
¿liad
I C E
¿liad cccidit - ínter spinas, Estas espinas son le has de buscar con todo tu corazón, y
los apearos desordenados, que sofocan, todo quebrantamiento de tu alma, ifg,
y esterilizan la palabra de Dios. En su­ n. 2 3 y sig. máxime el 27, p, zi 8,n, 30
cios , codiciosos , embusteros , y otros y síg-
tales terruños hace gran cosecha el dia­
blo , que sopla esas brasas para abrasar­ D O M IN IC A D E QUXNQUAGESIMÁ,
nos. De esas picazones nos-libramos por
los dos últimos Mandamientos^ y la j Pe­ Tradetur gentihus. Luc. 18. Aquí se pro­
tición, 333 , n. io . p. 34i , n, tz. pone la Pasión de Christo , y se enarbo­
Altad cecidit m terram bonam, C2VÓ en bue- la el estandarte de la Cruz : para que
■ na tierra, y- dio ciento por uno. De qua- entrándola Quaresma se anímen los Fie­
■, tro partes de simiente se perdieron las les á seguir como Soldados á su. Capitán,
tres, y todo dependió deí mal terruño, 2.9 , n. 1 y síg.
de ios apetitos perversos, del mal de co~ Flagellabitar , et conspastar. Mucho padece
raz-on, peste universal. ¿Y por qué ? Por­ Christo de los malos Christianos y mas
que no quieren llamar al Médico. Nada en dias de Carnestolendas, 2 3 , n. 12,
es bueno por s i, sino Dios. Por sí tan p. iS , n. r r , p. 3 3 , n. ir .
malo es el corazón de todos los Santos, Et ipsi nibil borum intellexerunt. Nada de
como el tuyo. E l mismo Dios,el mismo esto entendieron los discípulos. Son es­
Médico y Botica tienes. Si eituyo está tos misterios muy sobre razón , 1 , n. 1
malo , por tu culpa es. Llama sin cesar y - >p- 1o , n. 4 y , p. 31 , n. 7 , p,
ai Médico- Toma sus recetas , y haz lo 76, n. 14.
que te manda como hicieron ellos. Lue­ Coceas sedebat secas •oiam. Muy al caso y á
go que le llames , te vendrá á visitar, y tiempo. Para conocer estos misterios es
pondrá bueno. Y codo muy de gracia pa­ necesaria la luz sobrenatural, 1 , n. 1,
ra tí : aunque tan á su costa para él, co­ 2 y 4 , p. 9 3 n. 6 , p. xa , n. 10, p. 30>
mo lo ves en ía Cruz. Si no te visita , y n. >-
no haces lo que te manda, sin remedio te Cateas sedebat. Significa este ciego al linage
mueres, z 2, n. y, p- r 9, n. >, P- 33, n. humano , que por el pecado de Adan es­
p-74,n. 11 y 1 z.Toda la doctrina délos taba sentado en tinieblas y sombra de
Sacramentos, Mandamientos y Qizcion es­ muerte , 508 , n. 3 y sig. p. 3i f , n. 4
pecialmente el Proemio del Padre nuestro. Y ^g. p- 5 57 >n* -*
¡■ -are dicens clamahat. Toda esta obra de oír Jes:i , fdi David , miserere mei. Pide bien.
y guardar la palabra divina, es de vo­ A sí se pide á D ios, á diferencia de á
luntad y amor. Este es el peso que nos los Santos , 28f , n. 1 y sig,
lleva do quiera que 'varaos. Ubi dilexisti, Increpabeatt eum. Muchas cosas impiden la
haesisti: dice Ssn Agustín, Si amas al oración, 287 , n. z , p. z9 %, n. 20,
Criador , estás pegado z él : si í cosa p. i r f , n. 3.
criada , á ella. De uno á otro hay dis­ vis, ut faciam tibí. Quanto pidieres,
tancia infinita. Á los que aman á Dios, se hará,si pides bien, 278, n. i,p . 282,
no es menester gritar: porque están muy e. r y sig. p, 298, n. 20, p, 302 , n, 2,
cerca, y muy prontos para hacer quanto P* 3 1- ? u . 1 f y 1 á".
mande. Pero á los engolfados en los cie­ D&miyte . ut •videam. Pueden pedirse bienes
nos del mundo , como están can lejos y temporales, 28; , n. 2 y sig. p. 317,
tan ensordecidos , es forzoso gritar , si ti, 5 .
lo han de oír. Y aunque su Magestad se Osnfesthn vidit et sequebatur illum. Para es­
acercó tanto , como basar desde el seno to se nos dan todos los bienes de natu­
■ del Padre al de la Madre, y hasta la raleza y de gracia. Para seguir a Chris­
Cruz , donde ie hallarás clavado, siem­ to , no para perseguirle y seguir al dia­
pre que le buscares3 todavía no le oirás, blo , 2? , n. 12 , p. 283 , n- í y sig. p,
si naves de él y de eiía, como el diablo 298 , o. 20 y 1 , p. 31 j , n. 3 , y toda
á quien sigues. Porque para encontrarle, la 3 y 4 Petición,
MXER -
DE LOS EVANGELIOS. 353
Accedens tcntator. Por qué se llama el diablo
M IE R C O L E S D E C E N IZ A . tentador y 305 , n. 4. p. 3j 1 , 5 52 y 5; 5,
p. 340 , n. 9 y 10.
€v.mjejunatis , &c. Matth. <f. Por ser insti­ Si filias Del es. Esta es la primera tentación
tuida la Quaresma para reparar las quie­ desconfianza en Dios, y que sí le sirves,no
bras de todo el año, se exhortará á la tendrás un pan, que todo será piedras. Y
mortificación y penitencia , 2 3 , n. 12, es la mayor locura : Dios te da quanto
p. z 8 , n . n , p . 36, n. 16 3 el Sacramen­ te dan las criaturas : porque es el dador
to de la Penitencia , y la Petición. de rodo bien. ¿Qué te da el diablo? Nada
Gradas por do se sube á esta virtud, te negará , sino lo que te pierde, el que
y su fruto principal , 17 5 , n. 8 y 9 . por tí se puso en una Cruz, 1 2, n. 9 , p.
De las obras satisfactorias se trata, 1 4 , n. 13, p. 33 , n. 11 y 12 , p. zPi.
171 , n, i r y sig. P* z 9 i , n. 9. n- I y sig. p. 300^, n. 7P p. 302 , n. 2.
Sicat hypocritae. E l Christiano so pena de p. 32S , n. 11 y sig.
perderse, debe seguir á Christo, que es Ncn ir. solo pane. Del pan espiritual del que
la verdad , y huir de toda ficción, hipo­ habla aquí el Señor se trata , 140, n. 47
cresía y mentira: porque es seguir al dia­ y sig. p. 320 , n. 1 8 y sig.
blo padre de ellas, 4 , n. 10 , p. 23 , n. Tune assumpsit eum diabolus. Difícil se hace
1 z y p* ^ ^ li» z ^ p# 2^^ y n# r 1 j p< creer , que se dexase Christo coger del
ze í yü+i py zo, diablo, y que ie llevase en volandas has­
'Memento , homo. Se puede declarar lo muy ta la picota del Templo, y de allí á un
importante de la memoria de la muerte, monte muy alto. Mas en esto te enseña
y de las grandes miserias del hombre, el Maestro divino , que nada se pierde,
278,n. i,p . 249, n. z>,p. >Y antes puede ganarse mucho , de que se
<f, p. 308,0. 3y sig. p. ,i4> n* * 3sP* apodere del cuerpo, sino entra en el al­
í 7 7j p* 33G 4-3 ?■ 3 17j ma : como se vio en su sagrada Pasión,
en los Santos Mártires, yen el Santo Job,
D O M IN IC A I. D E Q U A R E SM A . 24, n. 1 3 , p, 34 y 5 J , p . 222, n. 7,
p. 552 , d . 8 , p . 334, n. 14.
Xjt ientaretar h ¿U.zhoio. Matth. 4. El Espíritu Mine tt ¿tcrsum. Para esto te levanta el
Santo llevo á Christo al desierto, para diablo. Ve lúe so : Si cadsns.
ene fuese tentado. No quiere Dios que Miste te de-irsutti-M. o arroja el diablo á Chris­
na,Jo seamos , sino-que peleemos con to, sino dice que se arroje él. Sin permi­
brío. Porque cnanto mas victorias , mas so de Dios no te puede hacer el menor
coronas. Esto cede en gloria de su Ma­ daño, 332 , n. 8.
gostad j pues vencemos con su virtud , y Angel:1 su.ii. Eos Angeles áe nuestra guarda
en tasto mayor honra y provecho nues­ nos defienden con. grande amor y diligen-
tro, qnanto se dexa ver en los gloriosos a a , ziy , n. 23 , p. 292 , n. 4 y sig.
triunfos de los Mártires, y de todos los Osfsnéis ei CTsvaia regna mztndi. ¿Qué rey nos y
Santos. Por eso nos cero la rebelión de qué glorias serán estas , guando en un
la carne contra el espíritu, £7, n. 5,0.74, momento las dihuxa el diablo ? 2Í1 , n.
n. :©, p. S i, 31. 15, p. tov, o. 48 y sig. ai , p. 273 , n. 13 , p. 277 ,n . 22 , p_
0. e i í , u. 20 y 22 , p. aSi , n. 12 , y o. 4 , p. 30^ , n. iy.
toda la & Petición. üae,€ mmúo. tibi ¿abo. Ostentación soberbia y
Cían fifimasta. N o podía Christo necesitar falsa , como del diablo , 519 , n. 14.
de este ayuno, por estar su carne muy su­ Sicadami. Esto pretende el diablo. No tira
jeta al espíritu. Pero nos enseñaba 2 suje­ Sino a perderte , 33j , n. 10 y sig. p.
tar la nuestra , tan rebelde , que de ella 340 „ a. 9 y 10.
nacen todos les pecades, 10 9 , ¡a, 4? y Rsiiqmt eum. E l diablo- huye de quien le
sig. p. 2, 5, n. 10 , i r y 15, p. 27;, a. resiste , 53S , n. t 3 , p. 74O , n. 9 .
í o , n y i i , y 503 , n. 4, y. 528, a. Atcmerurat Angelí. Triunfos de los vencedo­
>p* 5 3° a 3 J sig. res , :o> , n. 48 y 4?. o. 3 3<? , n. 20.
YY '‘ DO-
I N D I C E
3-54
Bimitte eam , /pdáf d a m a i post nos. Sí los
D O M IN IC A II. D E QUARESM A. Apóstoles intercedían en la tierra , me­
jor intercederán en el Cielo , z%z i n,
Assumpsit JESUS : : : : in mor,tern excelsum. 12 y sig.p. 284 , n. 2 , 3 y 4.
Mac:h. 17. Los apartados del mundo es­
tán mas dispuestos para recibir ía ley, DOMINICA III. DE QUARESMA.
211 , n. 4.
Transfkiirati'-s est, E^c. La gracia nos trans­ E r a t J E S U S ejiciens àoemonmm. L ue. n . À
forma en Christo , 107 , n. 42 y sig. p, eso vino Christo.á echar fuera al demo­
140, n. 48 y sig. p. , n. 10 y 11 , p. nio , y destruir su tiránico imperio, 31,
307 , a. 5 . , n. ó y 7 , p. ,n. r4 , p. 35: , n. 1 , p.
Resfkniuit. Así brillaran ios Justos en el 37 5 n. j- y <í , p. 114, n. 6$ , 66 y 6 9 >
Reyno de su*Padre , 7; , c. 13 , P. 1 9 , p- 53C n. 16 y sig.
80 y 8i - Et illuà erat mutimi. Contra los que callan,
Eonum en ms bic esse. Si u b rasguño de glo­ pecados por vergüenza. Encarecer las uti­
ria así arrebata , i qué será toda ella ? lidades de la confesión , y la ley del si­
Puede expirarse su alteza por los dos gilo , 1S3 , n. 3Í hasta 62.
últimos artículos. Cura ejecnset àoemontum , locutus est mutus.
También puede declararse la dignidad El ciego no puede ver , ni el malo tra­
ce los que sirven 2 Dios; y para esto va­ bajar como bueno. Se morirá , sino me­
lerse de los ciemos de los Sacramentos, jora. Mejorado, trabajará bien, como ve­
de lo que se dice en el Capítulo :y z de rá el ciego, si cobra vista. Si estás abra­
la III. Parte, y en el í 1 y 1 a de la ÍV\ sado de apetitos ciegos , y poseído del
B ic est Filias mens aiketu:. Generación eter­ diablo,como este mudo, te se hará muy
na del Hijo de Dios , n , n. 1 o , p . amarga la ley de Dios. Lanzado ese de­
n. S, 9 y 10 , p- 3-5 a. 1 o. monio , teserà muy Fácil y gustoso em­
Si según el rito de algunas Iglesias ss plearte en servicio y lo ores de su Ma­
c a n ta el Evangelio de la Cananea , se gostad. Véase el Caoítulo 1 , 2 y rode
podran e:cp£;car estas doctrinas. la III. Parte.
Mksnre :nA iü David. Marsh. 1y. Aquí se Omine rsynum , ?Bc. El Reyno de Chrlsto es
da la norma de la orad on perfecta en la Iglesia, cuya unidad depende de la de
quanto á sus compañeras pr:nc:pales,qne la cabeza, 4 í , a . í , p. j í , s . í i y sig.
son Jé y Perseverancia^ 14, n. r 3, p. 21 P* r/3 5 n* aS , p. 304 , n. S y sig.
a. ; i , p. 2S i , n. j y sig, p. 33> * a. ié Cskí jonis armaius, CTc. jal demonio mas
y 17 3 p. 345 5 a. 3- persigue á los buenos que á los malos,
ivií„s msdsy Dfr. Este cuidado por la Li­ 33°9 n. 1 , p. 532. , n. 7,
ja enseña el que los padres deben tener Reutersar mdcmztm „ xS’c. Son muy malas las
■ de sus hijos , 241. y 245. recardas. ÁSsumís sepiera alies spirititi «e-
Jííale veseamr. De lo que atormenta matter qzr.sres , ei pzmt savissima ptjc-ra , i ó i 3 n.
beraos pedir ¿ Dios nos libre j e* de 3 - > P- >;0 , t* r.
aquellos males que acarrea® atackos bic- Bsatzts veaic.-1¡ DAc.
De ahí nació todo nues­
tro- bren. Justo es ensalzar á Marra San­
-■ í d&ekzsnk. S I dem om o la m olestaba - mas tísima , é Implorar su intercesión, 27, n,
acudía 2 Dios por el remedio. Es©, se 3 y D p. 2S5 , n. 3.
debe hacer , p ^pinìrmm -beati , cTc. Esto es lo que hace
A Dios traca £ los suyos como Pa­ bienaventurados , oír y guardar ía pala­
dre amoroso ; el demonio como tirano bra de D ios, que es Christo, sin discre­
■ cruelísimo , 2?t , o. 1 y sig. p. 323,0* par un apice de su. voluntad, 4 , n. 10,
7 y s 9 F- 3 31 * n- , 7 y S. p. 2; , n. 1 0 , p. 24 , n. 12 , p. 3¡í , n.
?Cík j'íjpí'suA A, Para probar su fe y perse­ *6 3v. ios" , n. 40 y 41 , p. $Oj , a. 9i
verancia tas necesaria s c$*üo poce ha 30 y i r , p. 30S, a. 1 y sig.
áide*
DO-
BE EOS EVANGELIOS.
Si veritatem díco vchls Aqi;; viene enca­
DOMINICA IV. D E QTJARESMÁ. recer, que en todo debe tratarse verdad,
y huir de la mentira, y sobre todo del
Abiit JESU S trans mare Galileas. Joann. 6 . juramento falso, 21 x , n. 2 y 3, p. n q
No pára este Sol de Justicia , n o perdo­ o. is> y s ig . y todo el 8 M andam fe..to-
na & trabajo por redimirnos , por ense­ ¿Jí: ex Deo est , verba Dei aut-.it. Propterecz.
ñarnos á trabajar en servicio de Dios, y vos, tire. Las palabras de Dios son los
por smtifícar nuestros trabajos: que por mandamientos dei Padre celestial, las
sí nada valen, todo su valor les viene de Reglas de nuestras obras , y el camino
los de Christo , 35, n, 1 r , p. 37, n. 14 para el Cielo. Los que quieren ir allá,
Y iy í p* Í7) > n- 7I í 7 1 y 11 > P- D m andan el camino , obedecen á su Padre,
n. 11 y rj. y obran según sus Reglas. Los que no,
Et sequebatur ilhtnt. A C h n sto se ha de io menosprecian todo. Porque para des­
seg u ir, no por ver sus m ilagros , y reci­ peñarse no es menester camino , ni Re­
bir beneficios tem porales; sino por los glas para destruir, n: obedecer ai Padre,
bienes eternos , 4 4 , n. 7 y sig. p. ioj?, para quedar desheredados. Por donde se
n. 4S y 45, p. -n, 10, p. 513,3,20 ve claro quienes oyen , y quienes no
y sis- quieren oir la palabra de Dios, 2, n. 4,
£um sublevasset oculos JESUS , í7>. Luego P* 4 ) I!- ?<>5 p- M , n. i2 , p, 3 n. n ,
que yíó la necesidad, trató de socorrer­ p. 4 2 , n. 14 y r f , p. y o , n. ro y 1 , e l
la. E l que no ío hace, no tiene caridad, C a p ítu lo 1 , 2 y y de la I I I P a r te , y e l
6 6 , n. 27, p. 2;s>, a. id y sig. p. 527, 12 y 14 de la I V ,
n. id , p. %2j? , n. 23. iNonns Oenedicimus nos f Efe ? ¿ Q u in to d e­
ITaA emsffliís panes. Puede explicarse la IV» searían o b ed ece r a l S e ñ o r , lo s que le
Petición, d: xeron en su cara tan exe cra b le b la sfe ­
¡loe au.íem dzcebat tgntans etan. Como nos m ia ? L a mansedumbre con que respon­
tienta Dios , 333, n. 9 , 1o y r r. d ió e l E sp ejo de hu m ildes es la le c c ió n
Accspit ergs JESUS panes. Este pan , según mas a h a para lle v a r no s o lo con p acien ­
los Doctores, apagaba también la sed. c ia , sin o con sumo g o z o las in ju ria s, y
Así la Eucaristía baxo una especie es p erdonarlas con coda franqueza , co m o
comida y bebida, 144, n. á> y 6 6 . d e h esa o s, so pena de no ser p erdonados,
Distribuís ¿hcsmbcntibií-s. Por medio de los t é 2 , e . 5 , p. 218 , a . i 9 , p. 2.5.75
Apóstoles se hizo esra distribución, n. 1 4 y s ig . p. 2S7 , a. 2 , y toda la >
Sfenmre repartió Dios por medio de sus P e d c io s .
Ministros el pan de la doctrina y Sacra­ Agr áqeímsuEuK-i non babeo. N o n eg ó e l Se­
mentos 5 2 , ii. 2 } 3 y 4 , p. í*« y 3* 24, ñ o r q a e era Samarisano 1 aunque entre
y 2j , p. aod, a, 2. Véase ¿el Ministro e llo s era gravísim a in ju ria. L o r e c ib ió
■ encada Sacramento. e s o x o buen sentido , y com o lo fu e,
Distribuís. Christo es el principal dador y a p licá n d o n o s las m edicinas de lo s Sacra­
dispensador. Véase en esos lagares. m entos , S á , n. 14 , y enseñándonos á
Jaiic esc veré F n p h eís. Debemos ser agrade­ e scu sa r, y dism inuir las ofensas que nos
cidos á los beneficios de D ios,2;, ¡ n i , hacen: lo s p ró x im o s. 1 7 a , n. y ? , p. 340,
p- 3 i 5 s . 7 , 5 . %6 , a . £j?s p- 285 , n, 7 a. se.
y S , p - 2 5 ?) , ¡S. £ 2 « Ag® cctunoaixm non baleo 3 se l honor i jico , zE’c.
P ru e b a e l Señor eficazm ente que no tie ­
DOM INICA DE PASION. ne demonio- , p orque honra á su P adre
c e l e s t i a l : pues lo prim ero que e l dem o­
ígét-U esc as-mis sirgues me de percamc loann.S, n io procura es que deshonrem os y ofen ­
Aqraí se propone la inocencia deChr'sto, dam os £ D io s por e l p ecado , 32 , n. y
y que nosotros fuimos la causa de su Ra­ y s ig . p. 340 , n. í?.
sión, que empieza hoy i representarnos la L®r inhz'.-ntsrast!s me. Deshonran £ Dios
Iglesia, Véase el Are.43 j la ¿ Petición, que abasan de sus relabras , y no
YY 2
3 S¿
I N D I C E
Tocan en sus necesidades, 227 , se de las causas de la Encarnación, y ve­
47 y 28 , y sobre todo el que blasfema nida deí Hijo de Dios, 18, n. 1 y sig. p„
su santo nombre , allí , n. z 9 . 24, n. 1 y sig. con todas las de sus mis­
Tuierv.nt erge lapides , Ldc. Aq'-U Se íTlUestla, terios : como se señalan en cada uno.
como' el Señor murió , no quanoo qui­ Venit tibí. Todo hecho aposta viene para tí:
sieron ios hombres , sino quando fue su porque vayas para él. Fue concebido,
voluntad. Véase el Artículo 4. 2í , n. í . Nació, 27, n. 7 , p. 28, n. n .
Absconi.it se et exivit de Templo. Sálese Padeció y murió, y i , n . 7 y n . Baxó í
Christo del templo: porque quieren ape­ los infiernos , 38 , n. 6. Resucitó , 41,
drearle. Templo suyo es tu alma 5 mas n. 12 y sig. Subió á los Cielos, 4 4 ,n. y
tu con tus pecados le echas fuera, 2, y sig. Está sentado á la diestra de Dios
n. 3 , p. 2fi j ü. 7 5 ?. 300. n. $3 Padre, 43, n, 3 y P , y se quedó acá sa­
p- 3*5 5 n- 7* cramentado, 124 , n. 2 , p. 140 , n. 4¿
y sig*
DOMINICA DE RAMOS. Sedenj supe? asbiam , í5“r. En el día que este
.gran Señor quiso ser recibido y aclama­
Cum aPpi'opintíziarei JESUS , tVc. Mattn. 21. do , como verdadero Mesías, Redentor
A l monte áe las Olivas se acercó el Cor­ y Maestro del mundo , entra en aquella
dero de Dios, viniendo á ser sacrificado. gran Ciudad tan pobre y humilde, como
La oliva es símbolo de la irusericordia.Y nació, vivió y murió. A esto el mundo
su fruto suaviza, luce , y mantiene mu­ llamó locara. Y esa es la mayor locura
cho, sí se aprovecha bien: que si se vier­ del mundo, y donde brilla la virtud y
te,solo sirve de manchar tanto mas quari­ sabiduría de Dios. Vino á redimirnos, y
to cae en paño mas Uno. Tanto en esta á damos exemplo. ¿Qué nos hace escla­
obra sobresale la misericordia,que la im­ vos del demonio?El amor á cosas terre­
piedad de los hombres lo tuvo por locu­ nas. ¿Y qué nos pone en la libertad de hí-
ra- Sino se aprovechan bien de este sa­ p s de Dios? E l amor á Divinas. Pues
grado oleo, tremendo juicio les amenaza, por eso es Redentor y Maestro. Por eso
2 18, n. 11, p. 33, n. r 1, p. 4^, n. ¿r, y mira con tal aprecio las cosas de Dios, y
sig. p . 74 , n. 1 2 , p .7í , n. 14 , p. Pt, con tal menosprecio las del mundo: para
n. 32 , p. 284 , n. 1. Véase el Capitulo enseñar á los hombres, que tanto mas se­
9 y 14. de la IV. Parte. rán reconocidos por hijos de Díos,quaa-
ADi* ana discípulos. Envía dos unidos. Son eo mas pisen la tierra, y aspiren al Cielo,
dos los preceptos de la Caridad: la que 26 ,n.7,y sig.p. 30 , n. 4 y sig. p._;£,
no ha lugar menos que entre dos. En to­ n. 2 y sig. p.44, n,£ y sig. y la 2 Petición.
do quiere el Señor unidad: en su Iglesia,
Ministros , fe , leyes , Sacramentos, Sec. JUEVES SANTO.
S , n, 2 y 3 , v . 5 S , ti. í , 6 y 7 , p . $ 9 y La institución del Santísimo Sacramento-
n. : 1 y sig. p. 64 , n. 24 y 2y , p. Sí,
h .¿ 4 > P* 22^ , ti, 4., p. i z 9 y n. 18, VIERNES SANTO.
p. 1 9? , u. 28. Este día se suele predicar la Pasión,
Invernáis ashtatn, ¿Mr, May á tiempo viene de ia que se trata en el Artículo 4. Tam­
tratar noy de la soltura por medio de ia bién son muy del día estos puntos» El
buena confesión, 163, n. x6 y sig. De la singular amor de Diosa los hombres por
absolución , ; ; í y t>7. De la potestad la Pasión y muerte de su divino Hijo,
de absolver, 67, n. 4 y sig. p. ie ;,n . 33 z8 , n. n , p. 30 , n. 4 y sig. p. 130
y sig. De la preparación para comulgar, n. 21 y sig. p.2^4, n. io, y sig. p- 322?
141 , n. yo y s:g. Y á los descuidados e . 1 y sig.
en traer sus hijos á los Sacramentos , se Tas sumas miserias que nos acarreó,y
les recargará con lo que se dice , 5>í,m acarrea el pecado, iS , n. 2 y 3, p. 303*
52 , p. T4Í , n. <
5 ; , p. r €6 , n. 44. n. 4 , y y <s , p. 308, n. ; y sig. p. Dí>
Acre Kex tv.us •venit ilbi. Aquí puede tratar­ B, 4. y sig. p. *37 : n* 2*
Es-
DE LOS EVANGELIOS. 357
®st2 Pasión es la fuente de donde ma­ y esperaban el Mesías que se fingían los
nó el perdón de los pecados , y todo Julios. No lo podernos extrañar : pues
nuestro bien., 51,0.147 i ; , p . 5 ?, o. n en parte le tratamos nosotros peor que
y 12 , p. Ss', n. 143 P- í*2 >n- z9>p-ioo, los verdugos, 23, n. 12 , p. 33 , n. n ,
n. 21, p. 131, n. 22 y sig. p. 172, n. 63, p. 44 ,m. 5- , p. 212 , n. 6 .
y toda la f Petición. Ostuiti et tarda corde. De necios y tar­
Esta Pasión es el Sacrificio mas agra- dos de corazón para creer lo que dixé-
¿able a D±os, 5$s n. 14^ ti y ^ P* ^ ron los Profetas , los trató su Mages-
a . í S y 70 , p. r 72 , n. ¿3, p. 521, n.21. cad. Apesgan y entorpecen mucho las
De esta Pasión tomaron su virtud to­ cosas de la tierra. Son muy pesadas. Y
dos los Sacramentos, 92 , n. 29 , p. 100, por eso tan malas para subir, como bue­
n. 21 , p. 140, n. 47, nas para baxar. Él que las mira , no
Ninguno puede salvarse sin la fe de puede ver las del Cielo. Aun los Sabios
este Articulo, 4 , n. 10 , p. 18 ,n . 1, del mundo estuvieron muy ciegos para
P- 29 , n. 1 , p. 30, n. j , p. 3<?4 3 n* 8. conocer y amar las cosas de Dios , 1 1 ,
La suma ds la Religión está en cono­ n. S , p. 7<í , n. 14 , p. 77, n. 3 , y el
cer con fe viva á Christo crucificado, 4, Capítulo x , 2 y 10 de la III. Parte.
n. io , p. 29 , n. 1 , p. 30, n. j , p. 33, Norme sic oportuit pati Christum ? Aquí se
n. n y i2 , p. 36b n. i¿b p. 114, a. 6o explicarán las causas de 1 a Resurrección.
y sis- para excitar en los fieles deseos vivos
de imitar á Christo : porque según le
BO M IN ICÁ DE RESURRECCION. acompañaren en la Pasión , le acompa­
ñarán en la gloria. Encarecer lo mucho
Surrexli , non esi bic. MarC. 16, Este día se que convino que Ckristo entrase así en
explicará el Articulo j. la gloria suya , para, que entiendan, có­
mo se habrá de entrar en la agsna. ¿Có­
LUNES D S RESURRECCION. mo entra delante de su Rey un Soldado
bien acuchillado lleno de cicatrices por
Se puede proseguir el misterio que defender su corona, y cómo un traydor?
ayer no se-podria acabar. Después de la Divinidad será la mayor
£¡}üi nmt bi sermones , ¿54. Loe. 24. Nues­ gloria ver la Humanidad sagrada llena de
tras conversaciones deben ser en los Cíe­ cicatrices, por estar hecha wna lHga de
los. Las malas corrompen las buenas cos­ pies á cabeza , como también, las de los
tumbres, 44, n. y sig. p. 2) 3 , n. 1 1, gloriosos Mártires. Nonne ríe oportíiityí3 'c„
p. 293, a. 20, p. 294, n. 9, p. s i ; , c . 3. Per todos los Profetas probó el Señor su
gyua.ec Da á entender el Señor por es­ proposición, & 6 , n. 1: Los dos últimos
ta pregunta , quan poco se le hizo lo Artículos , 109 , n. 47 y sig. p. 17,-,
mucho que padeció á vista ¿e las causas n . í í , í 9 y 7 a , p. 541 , d . i z .
eme le pusieron en la Cruz : que fueron Mane mbiscum Domine. Esta cebe ser nues­
la gloría de Dios y la salvación de las tra oración continua pedir á D ios, que
almas. Por todo pecado deshonras á no nos dexe : porque como nada somos,
D ios, v te condenas á ti mismo. Asi te si nos dexa, al punto caemos. Y esta de­
enseña el divino Maestro, que nada bía serlo también , como lo era de San
se re debe hacer quanto padecieres por Agustín ; Conocer í Dios y k nosotros. Si
esa razón , y que á imitación suya debes se conociera esta necesidad , menos se
ser obediente á Dios basta la muerte pecaría porque se pedirla mucho mas;
de Cruz, 4 , n. 10 , todo el Artículo 4, T el que pide. recibe. Mas el sobervío que
y el Capítulo 1 y 2 de la III. Parte coa no se quiere sujetar á pedir es des­
la 2 y 3 Petición. echado de Dios , mis da su gracia Á
Nío antzrn. sperahanms. Todavía no encen­ los humildes , 17 , n. 21 y 22,.p. 170,
dían estos dos discípulos la virtud y sa­ n. >S , p. 276 , n. 1 y sig. p. 27S , n.
biduría de Dgcs , escondida en la Cruz, z y sig. f . zBóy n. 1 y 2 , p» 303,
n.
35$ 1NDI C E
5 J 7 j ñ- 1 > P* J4 » > n. 2. citó , debemos resucitar nosotros de la
muerte del pecado á la vida áe la gra­
M ARTES DE RESURRECCION. cia , 4 1 , n. 13 y sig. p. 4Í, n. 9, p.72,
n. ó y sig. p. 8; , n. n , p. 10?, 0.47,
Sífí/í JESU S m medio. Luc. 24. Cerradas p. 2 11 , n. y y 6 .
las puertas entró el Señor. Pueden expli­ Una Sabbíitorvm. E s te día es el Domingo
# £> co-
carse los quatro dotes de los cuerpos mo se declara , 230,0. 7 y sig.
gloriosos, 7 j y 7<s. Propten mstum Judeorum. Ahora muy me­
Stetit m medio. Siempre se puso en medio drosos. Después mny esforzados por la
el Señor, y dando á cada cosa su lugar. gracia de la Confirmación , 9 , n. 4, p.
Kn esto está el ¿yden : que en todo de­ 17 , n. 17 y sig. p. 93 3 n. 31 , p. 3.7,
be guardarse. Era el medianero entre n . 19 ,
Dios y los hombres. En el establo . l u ­ Stetit ia medio♦ Vuelve el Señor á poner­
g ar de animales, en medio. En el Tem­ se en medio , como se d"xo el Martes, y
plo , que lo es de Doctores , en medio. se repite hoy por dos veces : para ense­
Y en medio de ladrones en la Cruz : que ñar á juzgar según los méritos , y á no
en ninguna otra parte están mejor. Esto ser aceptadores de personas , 267 , n.
es hacer justicia , y dar á cada cosa *4 Y síg.
su derecho. Todo lo trastorna el pe­ Quorum remiseritis, ufe. Potestad divina da­
cado , que vino su Magesrad á destruir, da por Christo á la Iglesia , 67 , n. 4 y
i ? 3 n. 4. y sig. p. jo , n. 4 , p. 3í 3 n. sig. p. 1 y4 , n. 10 y sig. i í ,- , n. 39 y
10y sig. p. jí , n. 14 y i> , p. , n 2. sig. p. x9i , n. 2y , y la y Petición.
y 2 , p. 100 3 n. z j , p. 187 , n. 9 , y Vidimus Dominum.Verie como es en sí es la
toda la 3 y y Petición. vida eterna , 4 , n. 10 , Artículo, 12, p.
vohis. La Paz es tranq uillU a s ordinis . 30) , n. 10 y 1 x.
A esto vino Chrlsto. El mismo es nues­ A'iri videro . . . kom credarn. ¡ Mala condi­
tra paz. Por eso deshizo en sí las ene­ ción ■ No quiere agradar á Dios,el que
mistades. Al nacer, la anunciaron los la pone. Porque sin fe es imposible.Y la
Ángeles. Á l partirse , la dexó muy en­ fe no entra por los ojos,s:no por el oido.
comendada. La vinculó en la Eucaristía. En lo que se experimenta no tiene méri­
Con ella salada hoy 2 sus Discípulos: y to'. Se ha de creer con toda firmeza sin
mandó saludasen á toda Casa. Quiere la pedir á Dios razón de sus1dichos. Eso
tengamos coa todos. Su reyno es paz. y fuera extremada locura. Los sentidos fá­
gozo en el Espíritu Santo : y con mucha cilmente se engañan. Y en cosas de fe es
rey na en las almas , z 6 , n. 7 , p. suma impiedad, gobernarse por ellos, 2,
n. i í , p . raj , n, 4 j p. 131 3 n. 22 y o. z, p. 7 , n. 1 , p. 5?, n. 2 , 3 y 4? ?•
=3 í ?* *47 j n. itf , p. 504 , B . g y sig. 132 , n. 2; , p, 133 , 2?.
p. 326 , n. 16 y síg. rafí’r digitum tuum. Y antes. Ostendit eis ma—
Emed.icari m nomine ejus , £Tr. Mucho de­ ñus et latus ¿Cómo mostraría las lla­
be inculcarse as: el Articulo 10 como el gas , sino las hubiera recibido ? Son de
Sacramento de la Penitencia, y la y Pe­ suma gloria en el Cielo. Véase lo dicho
tición. el Lunes pasado: Como es de suma con­
fusión llevar las macos llenas de la san­
DOMINICA I. DESPUES DE PASCUA. gre que cruelmente derramaron j 246,
n. 14 y 1 y , p. 287 . n. 2.
Cune seré esset ¿ie illa , cFc. Joann.20. Vuel­ Infer digitum. Diferencia entre los resu­
ve el Señor á aparecer á sus discípulos. citados y quan resplandecientes las ci­
Es muy necesaria la fe de ia Resurrec­ catrices de los Mártires, 73 , n. 9 y sig .
ción , 40 a. : i y sig. p. 70 , n. r Véase ese mismo Lunes.
y sig. ^ Seati , qui non viderzent. Con esto se decla­
La de CHrísto es exemplar áe la nues­ ra que convino la Ascensión del Señor,
tra : porque al modo que Quisto resu- 4; , n. 7 y sig.
DO-
DE LOS EVANGELIOS. 559
porque mezcla el Señor los trabajos de
DOMINO. II. DESPUES DE PASCUA. sus siervos con regalos según los dolo­
res , 34 , n. 13 , p. 141 , n. yx y 3-4,
Ego sum Pastor bonus. joann. ¡o. Tan bue­ p. i ) ¿ , n. 18 , p. 20-8 , n. 7, p. 300, n.
no como todo para bien de sus ovejas, 4 , p. 320 , u. 19, p. 33j9, n. 6 , p. 340,
pues aun todo lo que les pide , es para n. 8.
ellas también. Véase dia de Ramos: Ve­ Plorabttis , et fis-vith vos. Dice el Señor á
nís tibí. los suyos que el mundo se reirá, y ellos
'Bonus Pastor. Cómo defiende y gobierna su estarán tristes y llorosos. Esto nace de
Iglesia, t ,n. y , p. 21 y u , p. 4^n. 9, que unos siembran , otros cogen , unos
p. 6i, n. ij- y i6'3p. X3y,n. 32,p. 203, pelean , otros triunfan, unos están en su
n. 24, p. 504 , n. S y síg.^ casa , otros en la agena, unos se conten­
Bonus Pastor. No perdona Christo á trabajo tan con las glorias vanas del mundo;
por el bien de sus ovejas‘.porque así que otros anhelan á la gloria de Dios. Por
murió por ellas en la Cruz, fue á bus­ esto lloran unos , y ríen otros. Mas co­
carlas basta el infierno. Véase el Artícu­ mo á la verdad los miserables, son capa­
lo 4 y y , y la y Petición. ces de Dios , quien solo puede hartar­
Ponas Pastor. Qaáles son los Pastores bue­ los , y no aspiran á él ; quedan priva­
nos. Sus palabras se deben recibir como dos de su último nn , y en las hambres
de Dios. Por malos que sean, nada pier­ eternas del inñorno. Por oso consuela el
den de su potestad ; pues obran como Señor á sus discípulos , con que su tris­
Ministros de Chrisco, 2, n. 4 y y , p. >9, teza se convertirá en gozos , y que nin­
B. 9, p, 9 0 , n. 24, p. i)'o, n. 77 jp.i Sr, guno se los quitará. En los dos últimos
n. 12, p. i?2, n. -2.6, p. -06 , n. 2. Artículos , y en la Petición 2 y 3 , so­
Bonzts Pastor. Todos deben ser reverencia­ bras doctrinas para esto.
dos por razón de la dignidad, 237, n. 4,
y s:g. D O M IN . IV. DESPUES D E PASCU A.
Por nombre de Pastores se entienden
también los Superiores seglares : que á yare sid sum qit: misit me. Joann. r 6 . Muy
todos se les debe su respectivo honor, 'voluntario se ofreció el Señor, ; r 5
2 36 , n. 2 , p. 2 38 , n. S 3 p. 240 , n. n. 7-
1; , y sig. Vaáís sed ezsn. Si no le seguimos, no le con­
Mercenarias av.ta-t, tS'c. Quiénes sean es­ seguimos. Véase lo siguiente.
tes , ¡? 4 3?„ : y 4. VísáB ai extra. Esto declara lo que acabo de
Lsiptís rapi. Eso pretende el lobo, des­ decir. Largo como de toda la vida, y
carriar. Porque en la Comunión de la penoso como muy empinado , es el ca­
Iglesia están libres del crimen de here- mino del Cíelo. Muy cuesca arriba es
gía , ¿ 4 , 3 . 2 2 , 2 3 y 24. . preciso se haga 3 como muy cuesta aba­
Mes tanon ovéis. Una es la Iglesia, y uno su so el del Infierno.'Uno se anda con fa­
Supremo Pastor, ? ? , e . n y sig. p. £4, tiga, erro á placer. Uno haciendo la vo­
s. 23 , p. ií>; , n. 2$. luntad de Dios, otro la propia. Esto nos
enseño Adán. Por eso le cegó y nadie
D O M IN . m . DESPUES D E PA SCU A , iba por él. Porque ni siquiera "le co­
nocías. Abrióle , y despejóle" Gans­
MSidkssm ei jstm rasa vséebkss vm. joann. 16. eo 5 viniendo á hacer en todo ( co­
pisca llama el Señor al tiempo de su sto buen hijo ) la voluntad del Padre
Pasión : porque rodo es nada, á vista de que le envió. Y como esto es rV zr/ Pa­
Dios por cuyo amor padecemos . y de ire \ por eso dice : Ves? í él: como va
la gloría que esperantos. Véanse los Ar­ al Infierno el que hace su gusto. En
tículos 1 jt y ¡ : , y lo dicho Lunes de el Artículo 4 , 7 , 6 y S se enseña
Pascua jgiMí, esa doctrina. Basta leer el n. 10 ¿el
M'slkzsm. Poco es todo aun en esta, vida; Prólogo.
Ya-
360 I N D I C E
Vado ¿id ev.w. Guiándonos va el Señor. Y Aquí se propone ía materia importantí­
para que le sigamos nos da su Espíritu, sima de laOracion.Es imposible conGce?
nos manda tomar la Cruz de su divina lo muy pobres y necesitados que estamos
ley : que con él es suavísima. Todo es de Dios. Esto sobre todo debía encare­
bondad , santidad , limpieza , y al iin cerse *. lo m u y n e c e s ita d o s q u e e s ta m o s de
eterna gloria. Por el de cuesta abaxo va D io s . Harto dice el Apóstol, quando di­
guiando el demonio, atiza con su espíri­ ce .que ni un pensamiento ( ¡ cosa tan le­
tu , propone la carga al parecer ligera, ve í ) podemos tener de nosotros* Sí es­
y i la verdad tan pesada : Sicut mus gra­ to se conociera , i quánto ménos se pe­
ve. Todo es asco, inmundicias, iodo, caría ? Porque cosa ninguna nos sujeta
cieno , y por fin el infierno sin fin, n o mas á otro y trae en cuidado ■continuo
y n i . El Mandamiento 1 3 z 3 s>y io 3 y de darle gusto en todo , y no ofenderle
la 2 y 5 Petición. en nada, que saber lo mucho que le he­
Expedís -vobis. Aquí puede tratarse de lo mos menester. Y esto mismo nos move­
necesario de la fe viva , conforme á lo ría á pedir sin cesar, y por consiguiente
que acabo de decir. Para ir á la Corte, seriamos en todo socorridos de Dios:
es preciso saber el camino. Pero no basta. porque todo el que pide recibe : como
Es menester andarle.Y para andarle san niega su gracia al soberbio que no se
necesarias fuerzas, y mas si se hace cuesta quiere humillar á pedir. El Capítulo 1 y
arriba. La fe enseña el camino. Pero sin 2 de la IV, Parte , y toda ella demues­
obra está muerta. Subió Chnsto 2 ios tra esta doctrina,en especial la Petición
Cielos para enviarnos su Espíritu,tan ne­ <? y 7 , y en ésta el n, 2.
cesario, como la vida y fuerzas para an­ Usaste m o d o n o n d e s is tís , S7T. Mucho Se pi­
dar un camino. Por eso dice , que nos de , y no se recibe: porque se pide mal.
ron-viene su ida por medio de la Pasión y Los mas de -ios que piden , no quieren
demás misterios ; porque de otra mane­ hacer lo que quiere Dios, sino que haga.
ra no vendrá á nosotros el Espíritu San­ Dios lo que quieren ellos. Y como es im­
to. Pueden también declararse sus altísi­ posible pedir bien, sin arreglarse en to­
mos dones. Véanse los lugares que aca­ do á la voluntad de Dios ; es benehcio
bo de citar y el Artículo 6 y 8. grande de su Magestad negarles lo que
Arg&ss 7nusz.¿i¿m. 1Qué responderemos en piden: como el buen Médico niega aí en­
su juicio, quando se nos presente hecho fermo , lo que le es dañoso : pues quan­
una Haga de oles á cabeza, sor redimir- do le da gusto en todo , ya le dexa por
nos , y salvamos , sin haber nosotros desahuciado , 2 7 3 , 1 1 . 2 , 3 y 4 ,p. 502,
querido privarnos por su amar ni de na a. 1 y 2. Toda la 3 Petición, y el Capí­
gusto brutal ? De Cñrísto nos vestimos tulo z 6 , especialmente el n. 5.
eo el Bautismo. Sin ese uniforme se da­ & rxrnhse meo. Con esto se entenderá todo
rá la sentencia que al que entró en el mejor. Ns se pide sn nombre del Salvador
convite sm vestido de bodas, 2; , b. ! í , dice han. Agustín, le mis se pide ceñirá la
?• ?t , a. s o y 1 1 , s. , a. 4 j y, salvación. Quieren que el Médico recete
P*. --rl > >7í P* áT&y 7 ->P‘ ' * b !© ■ que tes mata: que Dios les dé bienes,
b . f y ¡9, p„ ey ¿T, n. 7. Toda, L obra sir­ de Jos que han de abusar para condenar­
ve para este punto. se. N o v i n o sí ReszeTticy á perder las almas,
Aryzm mzmdaiiz. Obra es del Espíritu Santo jkíeí ó. salvarlas. Para no errarlo , medir
mover los corazones á compunción y sus oraciones por la divina Regla que el
dolor del pecado. Puede explicarse el Señor los da en ei Padre nuestro , orde­
que se requiere en la Penitencia, r y y, nando. sus peticiones á hacer en todo la
2* 1; y sig. Y acerca de los pecados que Tozuntad de Dios, y seguramente conse­
se dicen ircmisibks véase 177, e. i 9 . guirán qcanto desean, 2S4, n. z 3p. 288,
DOMINIO-Y. DESPEES D E PASCUA, ¡n¡. í y 1 . p. z 9 o , o. 7 ,p. 293 , :u 20,.
x p» 5i 2 n,. l í , p. j 21 , íi* za<,
S¿ pez&ñth Pss$rems. STc, losan, sí* P* >>3 , u. 5.
Pe-
DE LOS EVANGELIOS. 361
Petiíí ¡ ut gaudtum vestrum^ Millones de Contrición, y4, n. <f, p. 8i,n. i35p,í2S>
mundos no pueden llenar al hombre. Go­ n. zz, p. 15-3, n. 8 y P , p. iyv, n. y
zo cumplido solo Dios puede darle. Esto z 6 r p. z$6 1 n. 6 , p. 270 , n. 1 hasta el
se ha de pedir. Y los bienes terrenos, co­ a’J-> P* i«; 3 n, 10 y 11 ,p. 320, n. u»,
mo medios para ese fin altísimo. En la p. 32S » n. u y 13.
gloria se halla. Ahí deben mirar todas O»!«// qui interfiát -vos, arbitretur, e^c. Pue­
las peticiones. Sino, son indignas de un de explicarse el y Mandamiento.
Christiano , 41 , n. 14 y 1 <¡, p. 31y , n. Omnis qui interfiát , S7V. El ciego no distin­
r , i y 3, y los que acabo de citar, gue de colores. El que aborrece á otro,
anda en tinieblas, que le tienen obceca­
D IA DE LA ASCENSION . do. Quanto haga su enemigo, aunque sea
DEL SESOS., bueno, le ha de parecer mal, y tener por
bueno lo que le sugiere su ciega pasión,
rAs:umptus est, &c. Marc. 1s. Se explicará 247,n* y sig- p* j o ; , »* 4) i y s*
este admirable misterio. p. 30S , n. 3 y sig.
Arbitretur. Todos los trabajos y calamida­
DO M IN ICA IN ER A O CTAV A des que nos sobrevengan , sea de Dios,
d s A scensión . de hombres, de bestias, y aun del diablo,
nada podemos perder, y ganamos infini­
Oum venerit Paracleiu; , íTc. Joan. i f . Aquí to , teniéndolos por beneficios tan gran­
se puede explicar, como el Espíritu San­ des , como venidos de la mano de Dios,
to procede del Padre y del Hijo, n , 11, á quien sirven todas las criaturas, y que
10, p. z z , n. 3, y todo el Artículo 8. no son en eso sino ministros y ejecutores
S piritum 'verlt&iis. Espíritu de Christo , que de su divina voluntad , 10; , n. 48 , p.
es la pura verdad , y tan necesaria para r 7 i , n . fp, p. 176-, n. 7j , p. 244,0. -2,
subir al Cíelo, como se declaró poco ha p. 24S, n. 2 r, p. z 14, n. 23 y 24, p. 3-2.7,
Dominica 4. el. 17 y sig. p, 340, n. xo, 11 y zz,
Sprii&m -vsritatis. Espíritu de verdad : que
en rodo debe tratarse, y huir de la men­ DOM IN ICA DE PENTECOSTES.
tira, que es hija del diablo, y muy perni­
ciosa. Véase el S Mandamiento, Sí qtás ¿Higít me. Joann. 14. Puede expli­
Ule ¡cszir/icrúz'.fít-i 'ádc. De lo <722 abunda el co- carse este divino misterio.
raom, hablo la toes.. E l corazón es el tro­ También el Sacramento de la Confir­
no del amor. Para el caso no hay sino mación, por haber sido hoy fortalecidos
dos , el de Dios y el propia. Chorizas , es los Apóstoles para confesar la fe.
Q’.piáisos: Uno tan bueno como de Dios, Y por darse a los fieles este divino
y otro tan malo como de nosotros. Jun­ espíritu , para que guarden la ley de
tarse es Imposible: por ser tan encontra­ Dios, se expondrán las razones que oblé*
dos, que uno nos lleva al abismo de todo gas á guardarla , : 0 7 . a ¿ y sig.
bien,y otro al de todo nial. Si el cora­
zón rebosa amores castos, da de sí agua LUNES DE PENTECOSTES.
que sala hasta la vida eterna. Sí sucios,
cieno que corre hasta la eterna muerte. Sk Detes ditexít mundum. Obras son amores!
Por eso dice el Señor á los sayos,que en Quiso dar Dios á los hombres pruebas
recibiendo su divino espíritu, darán testi­ del suyo. Grandes debían ser,como de un
monio de la verdad. Diéronle rao autén­ amor infinitamente grande- Diólas en la
tico , como se vio al punto. «Y qué ha­ Creación, Conservación, y sobre todo ea
rán los malos , sí quieren sanar > Llamar la Redención: tan asombrosa, que ellos
al Médico „ y hacer lo que les mande. mismos la juzgaros locura ,23 9n. 12,
Porque con esa InSamacion interna,es im­ p. zS , o. 1 r p. 30 , n. f y 7 , p. 2?r,
posible vivir.Es preciso oara ouedar bue­ m x , hasta el 14 , p. 327 , n. 10 y sig.
nos, sajar d colazos zm. la lanceta de la Por el recibo se forma el cargo. Muy
ZZ eran
3 S2 I NDI CE
grande se nos hará de tal recibo, 25 , n,
12, p. 28,11. xx, p. 33, m n ap. 68 , n, D IA DE L A SANTISIMA T R IN ID A D .
10 , xx y iz , p-53 j n. 32, p. 1x5, 13. 1,
p. 121 , n. itf , p- n4,.n. 1. p. 142, Se explicará este inefable misterio, n ,
n. ; ; y sig. p, x82 , n. 14 y x$r. n. 7, y sig- p. 22 , n. S , v y 10, p. íz>
Omnis qui credit in mm , non pereat. Qué sea n, 4 y sig.
creer se explica, 8 , a. 2 y síg. Creer en D¿íí¿i eir mthi omnis potistas. Como Christo
Christo siempre fué necesario para la es nuestro Señor, 23 , n. n y 12.
salvación , 4 , « . i o , p . i 8 , a . 1 y sig. Omnis potistas. Puede explicarse como rey-
p. 525 , n. 13. na en los suyos aquí por gracia , y allá
Cómo es Christo el Unigénito del Pa­ por gloria , 21 , p. 44 , n. 4 y sig. y to­
dre, y cómo tiene, ó no tiene hermanas, da la 2 Petición.
i2,n. 10 , p. 22 , n. 8 , 9 y 10 , p. 32, CteíAr potistas. De su potestad para Insti­
n. 10 y sig. p. 29$ , n. 14 y sig. tuir Sacramentos , y darles virtud para
gui credit in eum , non pereat. Creer en causar gracia, í í , n, 1 y sig. p. vo, n.
Christo es 2marle y seguirle. Es el Ca­ 2 3 y sig. p. 57 , n. 27 y sig. p. 13 3 , n.
mino , la Verdad , la Vida y la Gloria. 27 y sig. y toda la 2 Petición.
E l que le sigue no se puede perder , ni 'Data est mibi omnis potistas. Aunque Chris­
perecer; como ni ganarse el que no crea to como Dios verdadero tenia poder ab­
en él, ni le siguiere. Consta de todos los soluto de todo , con todo eso quiso por
Arde tilos. nuevo título alcanzar este pleno dominio
Jíoc est aatem judzcmtn. Este es el cargo tan por los merecimientos de su Pasión y
grande sobre todos, como un eterno Dios Muerte. Por eso dixo después de resuci­
en una Cruz por salvar pecadores. Véa­ tado : Dudóme es todo el poder en Cielos y
se lo notado hoy , y Dominica 4 gosi tierra , 2 3 , 0 . i r y 1 2 , p. 3J a n. 143
L&scha. p .4 r,n . i2 ,p .4 4 ,s. y y sig. p.4*,n.y.
Sumes ergo docete omnes gentes. ¡ Consecuen­
MARTES D E PENTECOSTES. cia rara i No puede salir sino de un prin­
cipio infinitamente bueno. Acaban las
£ ííí non inirat per osthitn. No hay otra puer­ gentes de dar al Señor la muerte mas
ta para el Cíelo, que Christo , ni otro cruel, injusta y afrentosa. Por ella mere­
redil, que su Iglesia , 4, n. 10 , p. 1 3, ció la gloria de la resurrección, la exal­
-S. r y 4, p. 20, n. 6 . Todo el Artículo' tación de su divino nombre, y que á él
y , el Sacramento del Bautismo, y la 1 y se doble toda rodilla en Cielos , tierra c ¡ri­
a Petición. f e m o s . Véase lo que acabo de citar.
Ascendí? alkínáe. Los malos Ministros en­ Sztntes ergo docete omites gentes. Por una in­
tran por la puerta falsa, 2 , n. y y í , juria , ultrage y crueldad , que no cabe
f . í>, n. $ , p . j a. xSj p. i S j j mayor , i quién dudaría que iba el Se­
b . 3 y 4* ñor á sacar esta: Luego id, discípulos muios¿
Quales son los Ministros legítimos, 2, y arrasad el mundo sin dexar hombre á vi­
- j 3 y 4 5 P* y 5 , p* xby , n. 3 da? Aun los discípulos discurrieron así,
y sig. Sobre su potestad véase el Sacra­ rogando al Señor , mandase basar fue­
mento del Orden. go del Cielo sobre los Samariranos,
Oves voce-n feos auámm. De la obediencia porque no le quisieron hospedar , 312,
debida á los Pastores. Véase lo notado n. id.
Dominica 2 posi Lascha. ¿Mas cómo discurrió el divino Maes­
'Jlisnum K5;s seqzsmiur. Los heredes procu­ tro ? Miróse á las manos: Vio que su La­
ran con varias artes pervertir ías~aíma% dre habió, puesto en ellas todas ¡as cosas*
z, s. < y 6 , p. j 6 , n. r , p. 1 ¿r3, n. ; sq Boxo del Cielo , no pora hacer su voluntad,
£o )*0 j n. iS j p* S il j 3i 1o» sino la del Ladre que le envió. Piándolas á
un hijo tan mani-roto, y muerto por los
hombres , era prueba clara ¿e ser su
DE LOS EVANGELIOS.
ó ^ o

voluntad que las derramase en beneficio gracia, virtudes y dones del Espíritu
de ellos. Por eso discurre glorioso, co­ Santo, con estas divinas alas bien se pue­
mo pasible. de volar : pues todo lo vence ese amor
Ergo docete omnes gentes. En la Pasión nos tan fuerte, como suave. Y el que se ha­
d ió lo s e x e m p lo s mas heroicos de toda lle sin ellas, pídalas: que para ese fin
virtud, y sobre todos el de perdonar in­ seguramente se le darán, 10 7, n, 42 y
jurias. Id pues por todo el mundo , / enseñad sig. Capítulo 1 y 2 de la 3 Parte , y c,
á los hombres que aprendan de m í á Vencer y 2 de la 4 , y lo que voy á decir.
enemigos, y á vengar injurias, si han de Et ecce v o b i s c u m s u m , ^ c . H e aquí una ra­
ser perdonados, 247, n. 16 hasta el z $ } zón e f i c a c í s i m a , para hacer quanto man­
y toda la f Petición. de nuestro Redentor , por penoso que
Dótete o m n e s gentes. Enseñad á todos los su­ sea. E l amor obliga mucho. Tanto nos-
periores de la Iglesia, y del siglo, cómo amó , como se ve no solo desde Be lea
deben usar de la potestad que tienen de hasta la Cruz ; sino que por t e n e r s u s d e ­
D ios: que no es para provechos y utili­ lic ia s con l o s h i j o s de l o s h o m b r e s , se que­
dades propias, sino para bien de sus súb­ dó con nosotros hasta el fin del mundo:
ditos, /, n. 11, Véase lo dicho sobre B o ­ y desde el Cíelo está lloviendo gracias
n n * Pastor , Dominica 2 post F a s c h a . sobre todos , y dándonos su espíritu.
Omnes gentes. Enseñad á -los ricos , que los Esto nos da fuerzas para guardar la ley,
bienes que Dios les ha ¿ado , es para nos mueve con su exemplo, y nos acusa
que cumplidas sus necesidades, repartan con sumo rigor , si despreciamos tanto
lo que sobra entre pobres. Véase luego b i e n por el vil interés y gusto del peca­

Date et dabitur. d o , 23, n. i r , p. 28, n* 11, p. 44*5 n. £ ^


omnes gentes. Y pues no hay hombre,
Jib e - e s e y sig- P- ? 15 n- r y sig' n-atf y 27,
por infeliz que sea , que no haya recibi­ p* - ¿4, n ' 6 9 > y siS- P*1 3>5 n* 32, p.21 r
do de Dios innumerables bienes con poder a. ) y 6 , p. n ? , a . 31 y sig. p. 32?,
p a r a usar de ellos ; enseñad á todos , que u. 6 y 7.
no se ios ha dado para que le ofendan y
malgasten 3 su gusto y antojo , que los D O M . I. DESPUES D E PEN T EC O ST.
lleva al Infierno 5 sino para que usen de
ellos según las leyes y voluntad de Dios, Estate m i ser¡cordes , ¿STc. LtiC. 6. ¿Qué di­
y que todos con todo quanto tienen sír­ rá la impiedad aí ver que un Señor de
van al Señor y al bien universal. En el Magestad inmensa nos habla con tal ter­
Artículo 4 y 6 , en el Mandamiento s y sura? ¿ Y qué nos manda? § p u . e s e a m o s
7 , y en la 5 y 4 Petición se verá expre­ misericordiosos , como lo es nuestro Padre
sa toda esta doctrina. c e l e s t i a l . L o somos perdonando á los que

Baptizantes. Necesidad del Bautismo, quin­ eos ofenden. Solo Dios puede ser el ofen­
ao fue instituido y empezó á obligar, dido. T ú no lo puedes ser , sino por lo
29 , ®. 20 y 21 , p. ro; , 3. ; r. que tienes de Dios. Pues dexa por su
In r s o m J x e P a i r e s , Í5Y. Aquí puede expli­ cuenta la venganza, y alía se las avenga
carse í z unidad de la naturaleza Divina, con el que te injurió: mas tú perdónale
y que repugnan muchos Dioses, 1 r , n. 7 de buena gracia. Sino, 00 serás perdona­
y slg. p. 12 , n. 3 y ? y p. >X, r.. z y sig. do , ryr , n. $ 9 , p. 32^ , n. 23. Véase
p. 77 , n. r ;. lo notado Dominica de Pasión , y en el
Puede añadirse que quando se pinta Evangelio Inmediato Docentes.
alguna de las divinas Personas i no se D a t e e t ¿ a b i t a r v o b i s . Otro medio para ser
expresa la esencia , sino alguna propie­ como Dios : hacer limosas. Dad , dice , y
d ad , 2.16 , n. 2 r y sig. dárseos ha. ¿Qué damos ? Un pedazo de
Docentes eos servare órnenla. Aquí pueden ex­ pan. ¿Y qué se sos da ? Un bien sin fin.
plicarse las-obligaciones en que nospone Bien podemos temer se nos niegue uno,
■ el Bautismo de guardar todo lo que man­ si negamos otro, ?o, n. ro, p .66, n.27,.
da Dios. Porque como en.él se nos da la p. 176, n.74, p-247, n .17, p . t - f P p n.i<£
Z Z z %
364 I N D I C E
y S*g* P* z $ 7y n ’ z > P* z ^n* ^ s P* 51-s>*
l y
Puede también predicarse, que por lo
n. 1 6 , p. 325», n. 23. , estragado de la naturaleza se apetece lo
Hypocrita , e/áre primum trabera. No veras ha­ que daña, y se rechaza lo que aprovecha;
cía fuera , sí miras hacía dentro tus mi­ llegando la miseria á tal extremo , que
serias y pecados, 305, n. 4 , $ y p- siendo bestiales los convites terrenos, se
307,n . 17 , P* 308 5 n. 3 y sig. p. j i j , desean con hambre; y con hastío fatal se
n. 4 ? P* 337 5 n* 2* miran los divinos. Véase lo citado en la
Dominica antecedente Hypocrita.
D IA D E L SS. CU ER PO D E CHRXSTO. Villam emi. Y a empiezan las escusas por las
que renunciaron la gloria de Dios. Com-
C a ro m e a v e re est c i b u i . Joann. á . Se expli­ pré una villa (alegó el primero) , y voy d
cará este admirable misterio. verla. Ruégate me des por escusado. Un Se­
ñor de vasallos ¿cómo había de entrar en
D O M IN IC A SEGU N D A DESPUES un convite franco para todo pobre ? Esta
DE PEN TECO STES. es la soberbia y principio de todo pecado, tan
formidable para condenar, que á la pri­
H o m o q u íd a m f e c it c o tn a m mer descarga derribó del Cíelo á lo pro­
m a g n a m . Luc. 14.

Siendo ia cena la comida última , puede fundo del infierno innumerables Angeles,
por esta gran cena entenderse la gloria, y á la segunda perdió á todos los hom­
y explicarse el último Artículo. bres , y perdidos quedáramos, sino nos
Cosnam magnam. También se llama Cena la reparara el Pormador. ¿Pero sabrá abatir
sagrada Eucaristía. Y así como la cena á los altivos el que siendo Dios de Ma­
se tosía, no con luz natural, sino artifi­ gostad inmensa, supo humillarse á sí mis­
cial ; así hemos de percibir can gran mis­ mo hasta la muerte de Cruz? ¿A qué v i­
terio con ia candela de la fe , que ¡ n a e n no sino á quebrar esas cervices ? ¿Quién
J t í g a r o b s c u r o ^ como dice S. Pedro; porque sino los pobres son sus escogidos y ama­
es suma impiedad quererse gobernar por dos? Uno es el Dios de todos, una la fe,
los sentidos, 12.8,0. 15 , p. 13 1, n. 23 una la Iglesia. Todos somos hermanos,
y 2> , p. 1345 n- P* 45* é igualmente decimos Padre nuestro ,2 8 ,
j f y í i s i t senum steum. Este anduvo bien , que n* r 1 , p. 4 4 í n. , p. j p , h. 11 , p.64,
ílié enviado , no l o s entrometidos, 2, u. 11. 2; y sig. p. z S > f y n. 14 y sig. p .;o2,
- y f , p- 9 ; n. 3, p- i S í , n. 3 y 4>P. e . 1 , p. 3 1 9 , n. 10. Véase dia de R a m o s ' .
2. P.1, s. 24. Sedens super asinssn.
J t Z i s i í servzim sv.z’.m. Muchos envió , envía y J-csga bsmm emí quinqué. Compré cinco yuntas
enviará el Señor. Pero se dice uno- por la d e bateyes , y ¡os voy ¿ probar , divo el se­
unidad d e la fe y de ia Iglesia, 2, n. 2 y gundo. ¿Cómo habla de mirar al Cie­
3, p. 3 , ¡a. S, p. 8, n. 2 y 3, p. )P, a . n lo , si con todos sus cinco sentidos esta­
y síg. p. i 86> n. 7 y stg. ba engolfado en la tierra? Para el que se
D k s r e h s v i f a t i s . Todos son llamados á este deshace por basar , es muy penoso su­
celestial convite. A nadie se cierran las bir. BI que quiere Cielo,no quiere tier­
puertas re ia Iguesia , 7 S , n. 8 , p. 52■ ra, ni el que tierra Cielo : como ni ha­
3. l & y P- Í73 2.54 p. IOOj n. 21 p. 20.4, cer la voluntad de Dios el que desea ha­
n. 37. cer la suya. Por estos boyeros se significan
Er csfpereKí íWí&ier s i m a d e x , c a s a r e . Aquí en­ los avarientos y codiciosos, 2 7 0 4 n. 7 Y
tran las escasas de las que David pedia P* —73 y ^* 1 j 3 p* 518, n» IQ y sig.
á D io s, no le ¿exase caer en ellas, 324, Tp’- í ¡ I . H*
e . ey. Nadie los excluyó. Ellos las alega­ Uxsrem áttxt, M e c a s é dixo el tercero , por
ron, por seguir sus astofos , y no respon­ e s o n o p u e d o ir. Por escos se significan los

der al llamamiento de D ios, 170, o. y g lascivos y deshonestos. Estos tres fuegos


y síg. p. 2¿ i E . 2 1 y síg. p. z S 9 , n.21, malignes y dice San Juan , abrasan e l mun-
22 y 23. E l Capítulo 3o de la III» Par­ d o y z j f , n. 22. Pero el último fué el

te 3/ U 1 y 5 Peddorw mas tosco y grosero- Y dio una razón


DE LOS EVANGELIOS 365
muy falsa. Porque el matrimonio fué san­ Christo , y muy menospreciadas las ri­
tificado por nuestro Salvador , como se quezas, 28,11. 1 r , p.44, n. j , o. 287,
declara en su lugar. Pero fué muy propia n. 2 , p. 302, n. 1 y 2.
¿e los que significa. Porque tiene sobre M o r e r e t u r m e n d t c u s , Z S ' c . Con gloría inmensa

ellos gran poder el demonio, y los em­ paga Dios á sus siervos , Artículo n y
bauca de manera, que no les dexa uso de 12 , p. 105, n. 47 y sig* p. 213 , n. 10,
razón, 1 7 Í , n. 74, p- 1 ?9,n. 153 p. 27 r, p. 220, n. 36, p. 336 , n. 20.
¡1. 7 y síg. y en especial el 9 . M c r tu u s e s t e t d i v e s , z y c . Así castiga Dios

I s t m o ■ v ir c r u m i llo r u m j-ESV. N i n g u n o d e e l l o s sus ofensas , 3 3, n. 12 , p. 3 7 , n. 3 ,p .


g u s t a r á , m i c e n a , dixo el Señor, al oir de 70, 11. 5, 10 y 1 1 , p. 74, n. 12, p. 215,
su siervo las escusas, ¿Quién en el mundo n. 3 1 y sig. p. 242 , n. 20.
no darla sentencia mucho mas rigurosa? P o r ta r e tu r ab A n g e la s . Amparan mucho á
Con la diferencia infinita de que ahí nada los hombres, 217 , n. 27 , p. 250 n. 4
se aventuraba. Aquí pierden á Dios eter~ y s*g-
cálmente, y por cosas tan viles, como la In s m u m . A b r a h a e . De varios senos ó infier­

tierra. Esto prueba la infinita gravedad nos que hay, 36 3 n 2 y sig.


del pecado: pues no puede la ofensa su­
bir mas que a herir al mismo Dios, i 9s D O M IN IC A T E R C E R A DESPUES
n. 3 y 4 , p. 52, n. 10 y n , p. >o , n. D E PEN TECO STES.
j? y 10, p.27 4, n. 13, p. 523, n- ¿ Y sig-
E r a n *
a p p r o p in q u a n t e s a d J E S U M , Z5" c . E l
Jje r .d e se c a n ta re e l E v a n g e lio d e l único consuelo y remedio de los peca­
R ic o

A v a r ie n t o , dores es acercarse á JESUS. Artículo 1 os


p* 2 71,11. 1 , p. 1 £3, n. ; 6 y 37 , p.j2 2s
"H o m o q u í d a m e r a s ¿ i v e s . Luc. 1 6 . Aquí pue­ n. 1 y 2 , p. 324, n. 8. y sig.
de afearse la vanidad de tinges y vesti­ H k p e s e a t o r e s r e c i f i t . Si el Señor que los
dos, los daños de la hartura y embria­ vino ¿ buscar , no ios recibe ; no tienen
guez , y lo muy encomendada que está otro asilo, 4 , n. 1 o, p. 15, n .; y 4 , p.
la parsimonia y moderación, 28 , n. u , 2 ° , n. f , p. 24, n. 1, p. 27, n. 5, p. 32,
p. 34, n. 13, p .2 7 ;, n. 10 y s ig .p .;18, r ¡ . 20 y sig. el Artículo 10, el Sacramen­

n. 10 y sig. p. ; 34, o. 12. to ce la Penitencia, p. 312 , n. 1 6 , y la


E r a s d i v e s . Los que quieren ser ricos, caca 3 Petición.
en tentación y lazo ¿el diablo* No po­ H k p e c - s a t o r e s r e c i p i t . Calidades del Ministro
seerán los avarientos el Reveo de Dios* de la Confesión, y agrado con que debe
a j í , n. 7 y s:g. p. 3* ^ D i ?* i 3S> tratar á los Penitentes, 7,0 . 1 1 ,
n. ro y síg. n. §6 hasta 6 2 , p. 274 , n. 6 j , p. 177,
h rd u e b a tz tr p u r p u r a e t b ysso . ¿Gran trayc:oní n* 78 y 75.
hacer que sirva á su carne , y nacer ar­ G a u é i a m e r i t i n C o d o . Uno de los desperta­
mas para ofender 2 Dios los bienes que dores mas vivos para la Penitencia es es­
le dió para que le sirviera con ellos, 66y te regocijo en los Cielos. De ahí se to­
a. 27, p. roá- n.40, p. 2: 2, n.á, p. 2 71* mará motivo para explicarla como v i r t u d
n. 3 y síg* p. 3 r 8, o* s 1 ,p, 359, n. 1 3 y y como S a c r a m e n t o .en todas sus partes*
__®g* F- 534 5 n. 12* como se declara en su lugar. D e este re­
^ r s : q u íd a m m t m - A k u s . Señaló Dios al rico gocijo se hace mención, 2 14 ,0 . r 6 : pe­
por raedlo del pobre que le puso á la ro se hará también de lo que se ¿ice en
puerta, el por qué le daba los bienes, y la % Petición, y especialmente 523, c.4
el remedio de sus pecados. Véanse esos sobre los verdaderos Penitentes.
mismos lugares, y 1254 se. 23 , y l i m u s i ­
n a en el Indice,y en la. Dominica I D a s e L a s Ig le s ia s q u e lle v e n - a t r a s a d o - u n E v a r z a

•íí g d io , le b u s c a r á n e n s u lu g a r *

2$’m s í n e L a v a r a s . Se nombra el pobre , y no­


el rico. £ s la pobreza gsuy amada d§
DO-
366 I N D I C E
sas agenas, a y í , a. d. p. 27T, n* 3* Con
D O M IN IC A Q U A R T A DESPU ES esto hacían insufrible la ley , la que es.
D E PEN TECO STES. muy pesada para el que ama tierra; pero
muy suave para el que ama á Dios. Este
Cam turbas irruerent ín JESUÁf, L uc. f . corazón vino á curar el Médico divino,
Esta hambre de oir la palabra de Dios, trocando el amor de terreno en celestial,
debe avivar mucho al Christíano. Mas como se víó en San Pablo, y en q¡.santos
para guardarla : que la fe sin obras está se convierten de veras. Por canto si tene­
muerta, y no servirá sino de mayor car­ mos s a n a d o el corazón por la gracia de
go. Es el sustento del alma , y señal de Christo, entraremos en ei Reyno de los
muerte vecina el no apetecerla. De boca Cielos; pues aventajamos á aquellos hi­
de los Ministros se ha de tomar como de pócritas quanto va de lo vivo á lo pin­
Ja del Señor, 2, n. 2 y sig. p. 4 , n. io, tado, 4. n. 10, Articulo 4 , í y 8, Ca­
p. 114 , n. 6 9 , p. í J A r s "• 10, pa x tf. pítulo r , 2 y 10 de la III. Parte:máxi­
n. 2 7 ,p. 187,0. i , p. 3O0s n. s , p .jao, me los nn. 1 , 3 , 4 , ? y 6 .
n. iS , p. 330, n. 1. S H s t a b u n d a v e r it, Sin la Penitencia v i r t u d
Los que la proponen, se deben aco­ poquísimo ha de aprovechar la exterior,
modar á la capacidad de los oyentes, y ■ i j 2 , n. 4, p* 174> n. 07 y,sig.
estos acudir á oiría en ios dias festivos, S íis i a b im d & v e r it . Poco se ve abundar esta
j , n. 11 , p. ioó" , n, 2 , p. z z 9 , n. justicia: pues muchos corazones perseve­
p. 234 , m i>. ran toda la vida con los amores tan des­
Vi seatores a u t e m d e s c e n d n r a n t , Habían ordenados como se ve en sus obras. Con­
basado los pescadores, / l a v a b a n l a s r e ­ témplense los nombres que se dan al Bau­
d e s . Mucho deben basarse los Ministros, tismo, 9 ), n.4: la profesión que se hace
como acaba de decirse, si han de imitar en él, 114, n. <s> y sig. sus efectos, 107,
como deben , al que se basó hasta la s . 4 r y síg. los de la Penitencia , if S ,
muerte de Cruz. Y con limpieza grande o. 1 S y sig, y la V . Petición, donde se
deben echar las redes de los Sacramentos ¿íbuxan los penitentes v e r d a d e r o s , y se
y doctrina ,5 * 1, n. z ¿ . p. 147, n . os, verá los muchos que hay p i n t a d o s .
p. r/4 , n . 32, p. 205-, n . z . A u d i s t i s q u i a d i c t u m e s t ::: n o n o c c i d e s . Se ex­

Ascendáis vz unam navirn , EZc. En sola Ja plicará el quinto Mandamiento.


nave de S. Pedro puso su Cátedra Chrts- S i e r g s o f f e r s ^ c . Por tres veces $e cita este

to, para establecer la unidad de su Igle­ pasage. Uno preparando para la sagrada
sia , y enseñar que solo Pedro y sus Su­ Eucaristía, 144, n. y 7 , y dos para per­
cesores son la Cabeza visible de ella, 2o, donar injurias , y deponer' odios y ene­
m 7 , p. ¿ .i, n . .y, p. >5-, a. 1; , y sig, mistades, 247, n, z á , p. 3 2 7,11.17.
p. i 9 ¡ , n. z S .
In verbo autem tus , £5Y» Extiende las redes D O M I N I C A S E X T A D E S P U E S
de la oración en nombre de Ch risco , y D E PEN TECO STES.
alcanzarás cuanto pidieres, 3 <>o, n. 7,
p* i n. 1 4 , p, % z d , n, 1 5 , p. 34?, M h s r e o r s u p e r t u r h a m . Marc. S. Además de
a. 4, lo notado Dominica quartadeQuaresma,
se puede declarar la paternal providen­
D O M IN IC A Q U IN T A DESPUES cia de Dios para con los hombres, y lo
DE PENTECOSTES, obligados que son á corresponde ríe, 23,
n. x a ,p . 3 1 , a. 7 , p. $ 6 , n. 16 , p.148,
Ar/í a k r / z J a v e r i t y S T c , Matrh.y. Justos eran n. 6 9 , p. 28)3 a. y , y el Capítulo 9 de
los Fariseos, pero pintados \ tenían muy la IV . Parte.
dañado el corazón. Enseñaban que ía le y S s d i m i s e r o e o s j e j u n o s , & c . L o muy desfa­
"vedaba el homicidio, adulterio y hurtó; llecidos que nos dexó el pecado , y lo
snasjno aborrecer ai enemigo, 247, n . n ^ muy necesitados y pendientes que esta­
e-adiciar la ssuger, zy 1 2 a,¿ 3 y fas ca­ mos de Dios. Véase io notado Domi-
ní-
DE LOS BV-r iN G E IJ O S q67
nica y post Fas e h a , y i per/ Fenfecostem: miidad pidiendo, y otros la caridad y
FI/pocrìtam , y todas las Peticiones. misericordia dando, tí y , n. 2y y ; 7 3p,
176 , n. 7 4 y 74 , p. 2yp , n. i í y sig.
D O M IN IC A SEPTIM A DESPUES p. 323 3 12» 7 3 p. 304 , n. iy , 16 y 17,
DE PEN TECO STES. p. 3i ? > n. 23.
H ic A ijfa m a t u s e s t. Contra los inhumanos
Attendile à faìsìs Propostis. Matth. 7. Aquí llegan ios clamores al C ielo, 2y 7 , n. 1 o.
se nos manda guardamos de los Hereges. £ ¡ ¿ u a s i d i s i p a s s e t b o n o , i p s i u s . TÚ con quanto

Quiénes son se declara , 7 6 , n. 1. tienes , eres de Dios. Da por disipado y


Aunque no estén en el gremio de la perdido quanto gastares , que no sea a
Iglesia,están sujetos á ella, y los puede honra y gloria de su Magestad, 4 , n. 1 o,
apremiar y castigar , i 9 , n. 9. p. z 6 i , n. 2 i, la 3 y 4 Petición p r a e c i -
De ios muchos que son , y de las va­ p u e 3iy j n. 3 j y lo que se sigue.

rias artes de que se valen para pervertir al R e d d e r a t io n e m . Todos toman cuentas á sus
pueblo Chrístiano, z , n. 2 y ; , p. i i ; 3 mayordomos s se las forman según los
n. 3<ff , p. 209 } n. 8 , p. 325- , n. 10. recibos 3 y no les abonarán lo que hayan
A falsis Frophetis. También nos hemos de gastado contra sus órdenes, con ofensa
guardar de los que no dan doctrina sa­ de sus dueños, y sonsacados por su
na 3pues sola esta puede curar las almas, enemigo. Este es el juicio de D ios, que
lA i , n q o v sig- p. zo6 , n. 2. se tiene por riguroso, no cabiendo mas jus­
G>ut 'ueniunt ad vos. Ellos se vienen y se in­ tificado. Por eso celebrará el juicio uni­
troducen , á diferencia de los enviados, versal. Véase el Artículo 7 , p. 188 3 n.
. que son los legítimos, 2 , n. 2 y ) 3 p. 14, p. 22S , n. 30 , p. 2Í7 3 n. 14.
s . ? j p. 100 , n . 2 3 , p. 120 , n. j ; , p. £¿21id, j a c t a r a ? attia F o r / i m u s m e u s , £7 4 . Te—
28; , n. 3 , 4 y 7. mieodo el alcance este infiel administra­
Jn 'vestimentis ovittm. Muchas veces se cu­ dor , entró á cuentas consigo» Buen me­
bren los vicios con capa de virtud , y se dio me : p u e s s i n o s j u a g a m o s , n o s e r e m o s
transfigura Satanás en Angel de luz, 2.96, j u a g a d o s 3 1 33 3 n. 2 8 3 p. 142, n. y 5 , p.

m i , p. 312 , n. 1 6 . *7> 3 n* I o-
Intrinsscus avstsm sani lupi rapaces. Estos Son g u i d f a c l a r a ?Para dar buenas cuentas asirse

los hipócritas muy aborrecidos de Dios, de las del Rosario , de los méritos de
como toda mentira, n. 13 y sig. p. ChristOj como David, sin I g s quales na­
2S0 , n. >. da valen todos nuestros trabajos , 5y , h.
Orarás arhor , í5 *r. Para dar frutos de vida 24 7 i f 3 p. *48 3 n. y sig. p.:i 72,n.
eterna fuiste plantad© en el paraíso de la áz y 63 , p. 177 , a. 71 Y sig. p. 288,
Iglesia. SI no los produces, serás cortado n. y , y la y Petición.
y arrojado al fuego , 2 3 , 1 ! . 1 2 , p. 41, £ ¿ v id f a a a ? n ? Penitencia : que e s ja segun­
b . 13 y 14 , p. 22 , n. P 3 20 y 11 , p. da tabla , i p 3 a. ¡ y .sig. y la y Pe­
n o , n . ^ , yo y y 1 , p* 218, n. z 9 . tición.
Jion ùrnnes qui , sS'c. sed qui facit •volsmta- ¿ > u i d f a d a t a ? Otra buena respuesta da hoy

iem , éS'c. Quanto mas hacemos la volun­ el Señor. F a c i t e v o b i s a m i c o s , £54. Hacer


tad de Dios 3mas ganamos; y quanto mas limosna. Con ella se redimen los peca­
la nuestra, mas perdemos. Véase la 2 y dos, 176 , n. 7 4 , p. iyi> y iéo ,p . 31^3
l Petición. n. iá 3 p. 329 , n. 2.3.
G r u id fa e ia m ? También es buen remedio
D O M IN IC A O C T A V A DESPUES acudir á los Santos,y sobre todos á Ma­
H E PEN TECO STES. ría Santísima, p. 213 , a. ,n y sig. p*
2 8y , n. 8 s 2 j 3 y 4»
plomo quídam erat dives , £54. Bue. 1 6. Villi-
cus es el Dispenserò. Da Dios sus bienes
•con desigualdad para que todos le sír­
van, unos ex eccitando Xa paciencia y hu-
368 I N D I C E
quiso sacó Dios de la nada todas las co­
D O M IN IC A N O N A DESPUES sas , y tan pendientes de su voluntad es­
DE PENTECOSTES. tán en conservarse , como en el ser. Es
infalible la caída de los que confian en
C u m k p p r o p in q u a r e t J E S X J M J e r u t a l e m . Luc.
sí; porque como de si nada son, es menos
ií ?. Si el Señor no se acerca á nosotros, que en elayre, i í , n . rf y 16, p. 17, n.
no nos acercaremos á su Magestad, 17, 2 i, 22.y 23.En solo Dios se ha de con­
n. 21 y 1 a , p. 2 38 , n. 8 y sig. fiar. Véase la IV Petición.
V id c n s C i v i i a t e m , fie - v it} E S“c. Llora Chrlsto Dúo homints ascenderunt in templum , í5Tc,
porque lloremos : que son las lágrimas Aquí se pueden proponer las virtudes
muy apreciables en la Penitencia, 1 £o,n. que deben acompañar ala buena oracíon.
' 28, Y llora también por dar valor á Véanse los ocho Capítulos primeros de
nuestras lágrimas : que nada valen sin ia IV Parte.
las suyas. Véanse los lugares citados po­ E h a ñ s a m s s t a m . Y e . Bien empero el Fari­
co ha. Q u id f a c í a m ? en el 2. seo , pero acabó m al: y no menos que
S i c c g n o v i s s e s . Nuestra mayor miseria está en empezar , importa acabar bien las ora­
no conocer quan miserables somos, 30S, ciones , 341 3 a. 1,
n. j y sig. H n e c apud se orabat. En él por ser sober­
E t q u id e m i n h a c d k t u a . Este es el día nues­ bio y presumido , se quedaba su ora-
tro. Sí no le empleamos bien, mal libra­ clon. No subía como la del humilde,
remos en el del Señor. Véase el Artícu­ que penetra las nubes, 27S, n. i,p .2 8 j,
lo 7 y 11 , el tercer Mandamiento, y la
B* 1 y 2* . . , ,
quinta Petición. G m tiu s a g o t ib í. Empezó dando gracias a
Y e rü e n t á k s i n t e . Esta ruina de Gerusaien Dios, Esta es una de las partes principa­
fué por su ingratitud y abuso de los be- les de la oración. Debemos darlas inmen­
nene ios de Dios. Escarmentemos en ca­ sas. Y como nada puede valer cosa nues­
beza agena , 245 , n. 22. tra , si no está de por medio el Media­
' G r a s m d a b u n t re.Aprietos grandes de todala nero, para que rindamos las que debe­
vida,y sobre todo aiñn, 182,11.14,0.505, mos, instituyó la sagrada Eucaristía, que
n. 4, p. ; 1 z , n. 10, y la sexta Petición. se llama a c c i ó n d e g r a c i a s , y el Sacrificio
I n g r e s m s i n T e m p l u m . [Reverencia debida á Eucarístíco, i2 f,n . ;,p . 148 , n, 69 , p-
los Templos y dias festivos, 2> i,n. 7 y sig. 172 , n. 6 $ , p. 27S , n. r y z , p. aS fs
D c n z u i n z e r t d a m a s a r a t k n i s e s í . Casas de Dios e- 7 y s , p. z 9 $, n. 12 , p. 315 , a. 22,
son las almas. Muy dadas deben ser á la. p. 5 54 , n. 1 $ .
oración, Capituló 1 ,2 y 15 de la cuarta M & n , s i c u t c a e t e r i . He aquí como aca­
Parte. bó mal. Dexóse llevar de la soberbia: y
" P s s a & t e w s f e r h t í s í f i a m u , Y e . Hacen cuevas de como es imposible cosa mas falta ¿e vir­
ladrones su alma todos los que hospedan tud , pues es madre de todo vicio , era
es ella á quencos le roban el amor : que forzoso dexarle caer ea el abismo- D a
iodo se debe al Sucio Bien, f,n . io,p. z 5, muy en rostro í D ios, 16 , n. 17, p. 1 S»
e . 12, p. 28 ,s . i r , el Artículo 6 , y el e . 2 , p. i j í ,n . r7 , p. 287 , n. 2 , p*
Capítulo i-y 2 de la tercera Parte. 023, o. > y s.
' . F e c k t i s i ü a m . Nosotros la hacemos 5porque Fmblk&ms autem, Ye., Este quedará bueno.
aunque tiente el diablo , no puede en­ Aplica el remedio á la raíz ¿el mal. Se
erar , sí no le abrimos la puerta. Véase hiere el pecho. Todos los pecados salen,
la sexta Petición. ¿el corazón. Este se ha de sajar, i 6"o, n-
2.4 y síg.p. xSi , n . 10 , p. 1 f í 3 n* ^3
D O M IN IC A D E C IM A DESPUES y la V. Petición.
DS PENTECOSTES. , propitius ests , Y e . Este Publican© f
esta su oracíon se pone por modelo de pe­
dL-T -• I E S E i .Q'ts&sdsssyz , e u i i?z se c e t a t— nitentes 7 oradores, i í o , n. 28, p .a ír.n .f-
d f p a m . Lúe. eS. Porque quiso y qeaadg ¡p.eSjqti. 14?. so 7 ,u . i7 ,p .5 2S,n. 22.
CE LOS EVANGELIOS. 3^9
jtescend.it h;c fus-tifieaiut, A lc a n z ó la gracia: Palabra de imperio que expresa el
E p b s fa .

que la da D io s á lo s h u m ild es, y la n ie­ poder de Jesu-Chrísto sobre todo , y el


g a á lo s soberbios. V éanse esos lugares, que dio á sus Ministros para perdonar
Omnis , qv.i se exaltas3 ETc. D espeñarnos p o ­ pecados , 25 , n. a x y 12, p. 6 j , n. 4 y
dem os por nuestra pesadez ; mas no v o ­ síg. p. i;4 , n. 10 y sig. p. 1Í4 , n.^S y
la r a l C ie lo sin las alas d el E sp íritu San­ sig. p. 184, n. 2 , p. i8 í , n. 6 y síg.
to , Se dan por los Sacram entos, y la ora­ Statim s¡pertas surtí catres ejus. Esta iué bue­
ció n , á quantos las p id e n , 20S , n. 7 , na cura. Quedó el enfermo sano del to­
p. 2 8 r , n. 4 , p . 2 8 8 , n. 4., f y 6 } y do. Son muy seguras las medicinas deí
to d a la I V . P a rte . alma. Mal las recibe el que no mejora,
74 , n. 1 1 , p. 87, n. 24 , p. h. i í .
DOMINICA UNDECIMA Véanse ios efectos y preparación para
D E SPU E S D E P E N T E C O S T E S . recibir cada Sacramento.
Loqusbatztr recte, j Milagro grande! Es muy
Adducunt ti surivtm, td3miitum. M a r c . 7 . P o r dificil refrenar la lengua, 2& 3, ti. 1 y sig*.
e l o id o entra la fe. ¿ C ó m o oirán , sino C o m o nacieron del pecado todos los
se p redica la p alabra de D io s ? 2 , n. 2 males, se pueden declarar los muchos guc
>r.sig- por él nos vinieron, según se refieren en
StirAum, £5“ m&timu D o s enferm edades del la 2 , ; y 4 Petición, y p. 357, n. 2.
alma á qual peor : p o r Im pedirla o ir la
p ala b ra de D io s , que es su su sten to, em­ D O M IN IC A D U O D E C IM A
plearse en sus alabanzas , y d escu b rir a l DESPUES DB PEN TECO STES.
M é d ic o sus lla g a s , 1 6 4 , n. .5 8 , hasta <54,
p . z ; o , n. j , p . 2.$5 , n. 2 y 5 , p. 520, Besitl eadi, 04-. Luc. í o. Dichosos los C-hris-
n. r S . nanos, á quienes Dios concedió que vie­
Dspreeabantue etim. Vale mucho la interce­ ran por la fe los grandes misterios que
sión de los Santos , y sobre todos de no podían alcanzar , y que no descubrió
María Santísima: que se ha de orar por á innumerables gentes, 1 , a. 1 , p, 14,
otros, y por quiénes , 2 17, n. 1 7 , iS a. n y i= , p. 12, p. 23, n. i2 , p. - 7 6 ,
y 19 . Capítulo , y 6 ¿e la IV . Parte, y n. 24, p. 77 , n. 3, p, 20S, a. j. ^
i ? ; , n. 14 y sxg. Magistcr 3 quid faciendo , 0 V . Preguntó qual
'léhit dígita sv.cs. L u g a r m uy op ortun o p a­ era el camino para el Cielo. Se le mostró
ra e x p lic a r la im portantísim a d o ctrin a de su Magescad, diciendo, que guardar ios
la s cerem onias d e l B a u tism o , S S , n. i S , Mandamientos : los que se encierran en
p. r r 3 , U. 6 0 SÍg. y amar á Dios y al próximo , 4 , n. 10.
T - d S s ít dígitos Por los dedos de Christo
s e ta s . 'Capiculo i , 2 y 4 de la in_ Parte.
se significan los dones del Espíritu Santo ijgvis ess prsximus msu; ? Se d e clara quien
que se nos dan en el Bautismo. Véanse es , 2.4.4,, 4*
sus efectos y el Artículo S. Ñ a » quídam áescsndebstt , £74. Por este
S u s p íd s y js In C o e k im * A h í hemos de poner
hombre se entiende el llnage humano,
rodas las miras, 42, a. 1 4 7 i j , p- 4?, desposado por el pecado de Adán de to­
12. 7, 3 y 5> p. 9 9 , n . z o , p. z ? j , n. 1 9
dos los bienes de gracia, y muy mal he­
y = 0 , p: ; i ) > n. j . rido es ios de naturaleza, 1 S, n. 2 y 3,
lagts&sdt. Muestra el Señor su amor inmen­ j e s k 2 , 3 y 4 Petición.
so 5 y lo mucho que le cosí© reparar­ Sarscarítasms ¿mum. Este Samaritano tan mi­
nos. E l Articulo 4 , j p. 254- 3 n. 10 sericordioso derramó los tesoros de l o s
y síg. Sacramentos. Véase de elles en coman,
Ixgeasaét. Ensénanos el divino Maestro á Sí , ¿4 : donde se alega este paso.
ser compasivos con los necesitados así Cvrsm iiUstí habe. A los Pastores enco­
en el alma, como en el cuerpo, 4, n. i r, mendó Christo cuidar de las almas , 2,
? - > n- y sig. p. 247 > »- 37 > p* h- - Y s%* P* f * j 7 sig. p. Sz,
-5^js xá y síg. j la 4. -Petición,. s. , p. 9o - n. 2 4 , 2c y z 6 ' Véa-
í

AAA se
370 I N D I C E
se d e í Ministro de cada Sacramento. tan encontrados como la luz y las tinie­
V a d e e t t u f a e s m U i t e r . Debemos obrar co­ blas, la vida y la muerte, la gracia y el
mo Christo : porque sino le seguimos, pecado , 3j , n. 14 , p. 77 , n. 3 , p. 10 5.
no le conseguimos, 4, n. 10, p.23, ii. 40 , p. 12 2 , n. 20 , p. 17*-* ? o. 74 ,
p. 32, n. 10 y sig. p. 1075 n- 43í P*io8> p. 2 15», n. 34, p. 255 , n. 1 7 , y la 3 y
n. 47 y sig. p. 1 1 8 5 n. 8 y 9 , p. 18 j 5 6 Petición*
n , ) , p . 211 5 n. y y 6 , p- a 33s n- 1í • Non potestis Deo serviré et mammonae. De es­
to se dice lo mismo. No pueden servir
D O M I N I C A T E R C I A D E C 1M A las riquezas, sino para socorro de las ne­
DESPUES BE PENTECOSTES* cesidades. Lodo espeso son. ¿Cómo ser­
virá á D io s, el que se abate al cieno ^
J E S U 5p r e c e p t o r , m is e r e r e n o s t r l . Luc. 17, Véanse esos lugares, y el 7 ,9 y xo Man­
A q u í se puede exp lica r e l nom bre de damiento, p. 3x 6 } n. 3 , p. 3i ? , n. 13*
J esu -C h risto . P odían m uy bien p ed irle N e s o l i c i t i s l t i s , ere. ¡ Miseria de los hom­

m isericordia. Y la pedían m uy b ien . A s í bres ! Tan hambrientos de tierra , y fas­


se pide á D i o s 3 á los Santos se p id e, tidiosos de Cielo , enseñando Christo
sean nuestros intercesores , i o 3 n. ; ; í todo lo contrario, 28, n. 11, p* y7, 0.3,
y 7 , p. 28,' , n. 1 y sig . p. ro? , n. 48 , p. 21? , n. 33 , p. 2?7,
J E S U , p ra e c e p to r. E l demonio do quiera n . 1 ? , y los Mandamientos, 7 , 9 y 1, y
arma lazos para perdernos , pues tiene la 2 , 3 y 4 Petición.
nombre de t e n t a d o r Christo de salvar­ Seis e m m Pater veste?' , ere. Porque sabien­
nos : que tiene el de Jesús y Salvador, 4, do Dios nuestras necesidades , quiere se
n. 10 , p. 20, n. y , 6 y 7, p. 37, n . 14 le expongan en la oración, 27 9 , n. 7
y i j s p - 5o 3, n. 4, p. 3 3 1 j n* P* ? 3 5a y s%-
n. 10. gguaerite primv.m , & c . Qué COsaS debemos
l i e , o si e n d i t e v o s S a c e r d o i t b u s . Véase lo no­ pedir en la oración, 283 , n . i y síga
tado Dominica ; P e s t E p i p b . m . p. 2?8 , n. 20, x y sig.
l i e . Aquí se encomienda la Confesión Sa­ §Kiaerite p r i m v . m , t s * c . Qué orden y qué mo­
cramental. De su institución , necesi­ do debe .guardarse eo e lla , 237 , n. 3 y
dad y utilidades. Véase i í ; , n. 56, 4 , p. 26?, n. 23 > p. 2 ??, n. 1 , p. 35S,
y sig. n.
Ijiíin z r e r z t, m i r a d a . '; s s s s i. Con este mismo jgpjtaerite primara. Puede explicarse también
Texto se declara la virtud de la Contri- la 2 Petición.
exon, :52 , n. 34. Mase ornala a d jicicn tu r vobis. C om o Se han
Q s ;e n d it e v m . Aun los pecados perdonados d e pedir los bienes tem porales, 283,11.1
por Contrición deben (sí hay lugar) su­ y sig. p. 2?S , a. 20 j y la 3 y 4.Pe­
jetarse á las Laves de la Iglesia, 16 r, tición.
13* >1 j p1* I £>£ j ¿3»^£.0%p* I £5 ^O- IdL*
sGí-íJííVj a g e a s . Debemos ser muy agradeci­ D O M IN IC A Q U IN T A D E C IM A
dos á los heneados de Dios. Véase Gr&~ DESPUES BE PENTECOSTES.
ñ a s a g s en la Dominica 10.

G r u l l a s a g e m . E l mejor tacado de dar gracias I k t i J E S V S rn C l-u ita te m , G d c . LílC. 7 . T ò s ti

á Dios , es guardar sus Mandamientos, . Sino viene á nosotros, no iremos


J E S U S

j , il. Z , p. 3I J , Í . 22. i él, ; z , n. i y sig. p. j y , n. 3, p. Uí.»


u. S , p. 3 , a.. 6*
D O M I M I C A Q i 'A R T A D E C H - á á IM zí- eo d is e lp m l e jv s . Los Chrlstmsos
DESPUES BE PENTECOSTES. deben seguir á Christo. Véase Dominica
12, V a d e e t t u f a e , & c .

3¿¿3iss poten dssaíass ISesszhñs servire. Líatth.». E c c e Cata ahí el difunto. Es­
d e fu n c ta s .

Por estos dos Señores p u e d e n mtrv bien pejo grande. No pecarás , si te acuer­
e n ten d erse Dios y e l osiahio . la c a rn e y das de tus Postrimerías , 4? , n. S y
«1 espmcn , el amor de Dios y d propió. síg- p* J a. X4 5 y 1 5 p* 77 ?■ a - 1
V
DE LOS EVANGELIOS.
y , p. 1S2 , c.
i , p. 249 3 n. ay. sane tu alma, a. 573 p. x 6$ , a. y í,
Ejftrebatur. El alma en pecado es lleva­ p. 20Í , n. 2.
da al sepulcro del Infierno , como pri­ Cv.m in v it a s v s fv e r is , & c . Aquí se enco­

vada de la gracia de Dios que la da la mienda la hermandad Chrísciana , y que


vida , , n. ¡ y síg. p. 100, n. yo y no se prefieran soberbios unos á otros,
sig. p- 3O)' , n. 11. í i 3 a . 14 3 p. íy j n. 2; a p. 2_?y,n. 14
Gtuam cv.m vidisset Dcminus , áEc. L u e g o y sig.
que el Señor vio lágrimas , se movió á R e tu m b e i n n o v i s s i m o l o c o . Lugar tan seguro

misericordia. Mueven mucho á los Pa­ para no caer, como peligroso el 21:0,14,
dres las de los "hijos, 3ay , n. 10 y 1 1 . n, 1; , p. 2 8 , n. 11 , p. y 1 j n. 1 , p.
Noli flsre. La fe de la resurrección es de i y í , n . 1 7 , p. i 8 í , n, 1 y 2.
consuelo grande en la muerte propia y R e tu m b e in mvissimo loco. Mucho tenemos
agena, 7 6 , a . 14. por que humillarnos , y escoger el últi­
Noli flsre. Llora al alma que perdió á mo lugar. Véanse esas mismas citas , y
Dios ; no al cuerpo que perdió al alma, nuestras miserias en la 2 , 3 y 4 Peti­
r í o ,n . z S . ción.
jídolescetis tibí d k o . Liadla el Señor con él Recumbe i n novissimo loco. Huye de la codi­
en particular. Imitarle deben el Confe­ cia y ambición , 157 3 n. ib y sig. p,
sor y Predicador , y , n. 11 , p. 1 693 27Í , n. 23,
n. j 6 y sig. p. i o í 3 n. z. O m n is q u i se e x a lt a t . ’C U c . Si nos humilla­

Et rssedit , ETC. La palabra de Dios que to­ mos 3 nos ensalza Dios. Si nos ensalza­
do lo sacó de la nada , saca de la muer­ mos 3 nos aba.e D ’os. Lo que va de uno
te de la culpa á la vida de la gracia; r ó, é otro se ve en la diferencia de los An­
n. 1 y , p. 1 S , n. 2; , p. 13 S , n. 41 , p. geles y hombres soberbias y humildes,
i) 4 3 n. 10 3 y el Artículo 10. ensalzados unos, y confundidos o.ros por
rs s s d it. Como Se dice Cñrísto P r i m o g é n i ­ su Magestad , i<s, n. ry , p. 4; , u. 6
t o de los muertos , habiendo éste resu­ y sig. p. 45>, n._S y sig. p. 7; , n. 13,
citado ante* 3 y 9 y 9* p. So , n. 1 o y sig. p. : n , n. 1 o , la 2
E t roseáis, Puede explicarse el Artícu­ Petición, y lo notado sobre esto D o­
lo n . minica 10.

D O M IN IC A S S X T A D E C IM A D O M IN IC A D E C IM A S E P T IM A
DESPUSS D S PENTECOSTES. DESPUES DE PENTECOSTES.

Csss h ' J r z r t t JE SU S y i S á c . Luc. 14. Convi­ , q z io d . e s t t n s n d s i z c v n m s g n u m m l e ­


E S z c Js te r

dado el Señor a comer en un día festi­ g o Match. 2 2. Entra con buenas pala­
'

vo 3 fu¿ allá. Qué cosas es licito hacer bras 3 pero malignas por muy Escoge-
en rales días , 2 yc , n. ó y síg. res , iá á , n. 11 y i2.
E s Spis obser-vEbíSzt eum . Aunque ál Señor PrErnásctum mz-zr.vm. E ste es el gran M an­
veía sus corazones dañados . no lo des­ damiento , que á todos los encierra , y
cubre. No puede descubrirse el pecada rodos los g . arda , el que le c. mple , 4 ,
oaiiko, 2Í5- 5 o. 9- o- 10 3 p. zoS ) n. 6 } p. 212, es. 7 y sig .
í j b i e r v s z b s z x ? . Mala observancia : y por pe- p. , n . i j sig.
caminos?, la mas eunesta al día festivo,J Dcm inuti i , ó?'r. Esta es toda la car­
D zH ges
i.
_ -54 , n, 22. ga 3 el tributo y el pecho que el Señor
e í stts bwtm y srir. Esto debes hacer , po­ nos Impone : que es imposible cosa mas
nerte delante del Señor, exponer tos suave , aligerada y dulce. Véase el Ca­
miserias, y pedir su misericordia 3 Ca­ pítulo- 1 , 2 y 1 o de la III. Parte.
pítulo 2 3 5 y 24 de la IV Parte. jgWd t5«Í‘íj vid¿tur de Cfex r? ? Como Christo
Si í k s t S s z b & x ¡ s > c s r z f s . De la sasriScacíon es en quanto hombre Hijo de David , y
de las deseas 3225*30. r y síg. como no lo es en qoaoto D ios, 12 , n.
Saxmrsiz mm. Busca ue irises Médico qae to 3 p. 2: , n. 3 3 9 y :0 , p. 2 í , ü- 7.
A AA 2
372 I N D I C E .
Q u e m a d o D a v id v o c a t eu m D o m in u m ? Es­
peraban los Judíos un Mesías hombre DOMINICA D E C IM A N O N A
puro con gran poderío y fausto Lempo- DESPUES DE PENTECOSTES.
ral, y no sabían que el Rey no de Chris-
to no era de este mundo, 44 , n , y y Qui fectt n u p c i a s filio suo. Matth. 22. Pue­
sig^ la 2. Petición y lo dicho- día- de de explicarse el Sacramento del Matri­
Ramos. monio«.
Et nemo poterat ei respondiere verbum. E ran Causas que pueden mover á elegir es­
so b erb ios , y- no alcanzaban los m is­ se estado, 1 99 3 n. 13 y 14..
terio s que se descubren á lo s h u m il­ Quáles son sus principales' bienes,
des. V é a se en Q ninquagesim a- : E-t ip si­ 20? , n. 23 , 2 4 y zy.
m b a .. Que se abstengan á tiempos los casa­
dos del uso conyugal , mayormente en.
D O M IN IC A D E C IM Á O C T A V A Quaresma y días ántes de recibir la sa­
DESPUES DE PENTECOSTES.. grada Comunión , 144 , n. y 8 , p; zo4.
11. 34-
Ascenderá J E S U S in navicutam , UTc. M a tth . M is it serve s s u o s \ Véase Dominica- 2 p o s t
5 .. T o d o - e l itin era rio de C h ris to está P e n te c o s t.

encerrado aq u í. Su E n carn a ció n , entran­ C o n s u r n e liis


a ffe tto ; o c c ìd e r u n t ; Puede expli­
do en la navecilla. Sii v id a , P asión y carse el y Mandamiento donde se trata
muerte , pasando el m ar. Y su A s c e n ­ del homicidio é- injurias, con que se ul­
sión , volviendo á su Ciudad. N o sabia- e l traja al próximo.
A p ó s to l sino á -j'esu -C h risto , y á este E te ru b a h e n s v c s te m n v . p i i a h m . Esta 56 Signifi­
crucificado , 29 , n. 1. ca por la vestidura blanca que nos po­
Offershant ei paralyticum . Véase lo- notado nen en el Bautismo , donde somos ves­
Dominica 11. tidos de Christo , y que debemos lle~
Videns J E S U S fidem Hlorum. C o m o cura e l var sin- mancha aiTribunal de Dios, 2 3 ,
Señor a l p a ra iy tico p o r la fe de o tro s, n.. 12 , p. 28 , n. 11 , p. 99 , n . 17-, p.,,
santifica á lo s niños p o r l a de sus pa­ i o 4 , n. 40 y síg. p. 11 y , n. 73.
dres , ó padrinos , y si son in fieles ,p o r V e s te m vmptialem. E a gran p u reza co n que.
la- de la Ig le s ia , 1 0 2 , n. 2 6 y s ig , se debe entrar en e l c o n v ite de la . sa­
p* I 04 y n. i Z j 5 Î V 54 - grad a E u c a ris tía , 1 2 4 , n. 1 , p . 1 4 1 .,
Cmfids , fili. C on fian za grande en D io s se »* 5° y
requiere , para alcan zar l o que pedim os, Gbmi'Juit. No puede haber réplica en el'Jui-
24 , n. 15 , p; 2 S 7 , n. 3 y s ig . p . r s p , cio de D:os¿ Artículo 7 , pi 182, n. 14 .
n. i S y 1 7. IMstìtte eum in tenebra;, 0 T . E s e m ism o
t u a * Christo firé
R e m it t u m u r tib í p e c c a ta el Artículo , p: 144 , ir. 5- 7.
primer hombre que tuvo tal potestad, lattiti ;unt vocatv, éTc». V é a se en S e p tu a ­
43 , n . 9 . gésimas.
Ea comunico á los Sacerdotes, 4 7, el.
4 , y y * , p . r> 4 , m , ü y sig. p . 1 4 4 , D O M I N I C A V IG E S IM A
k . 3$ , y sig. p .-i3 4 , n. y . - d e sp u é s - d e P entecoste s .
De lo inefable de este don de Dios á
los hombres', 48', n. 7 y-sig. p. ry 4, n. R . e g i d u s -3 U U c . Joann. 4. TótfaS
E r - a i q u id a m

i 4 ,-p . :-S>4, n, 2 , p . 1 9 2 , n. 2 7 las enfermedades nacíéron- del pecado


U k b l a s p & e m a t . A z z o z i é z á ' á e l pecado dé la que nos acarreó' innumerables miserias.
blasfemia-, 22S ,-n. 24. Véase en la. 2 ;■ y 4 P etición, y p,
D e como debe ser honrado el Santí­ j-3 7 , ni 2.
simo nombre de Dios y del juramen­ Infirmada i u r . Muchas veces envía Dios las
to. Véase el Mandamiento 2 y la 1 Pe­ enfermedades del cuerpo , para curar las
tición. del alma , 1 0 7 , n.-4‘S , p. 174 , n.- y j ,
P- l ‘R y m- 4 y sig-.-
í

€a-
DE LOS EVAN G ELIO S,
373
Capá am.zurrí. Se interpreta Campo d e grosura. p a g a r , 17 2 , n. 61 y s íg . y toda la ;
Los excesos son muy dañosos para cuer­ P e tic ió n .
pos y almas , x +3 > n. >4 , p* a j 3, n, 1 o-, Reside j quod debes. Para p agar lo que debes,
p. 1 f 4 ; a* 13 j p‘ 5 i 4 í '*■ 12» acude a l F ia d o r , que tien e infinitas ri­
e u m . A Dios has de ir con todas quezas , y todas para t í , pues para sí no
tus cuitas. Seguramente te dará lo que las ha m enester. V éa n se esos lu g ares , y
pides 3 ó' lo que debes pedir , z z z r Venh trbi D o m in ica d:e R a m o s.
n . 6 , p. 281 y si'g. p; ? j i , n. 4 y Redde , quod debes.. E s necesario restitu ir al
$ig. p ró xim o quanto le h ayas quitado de fa ­
R o a a b a t y u í descen dera t. Pidió con poca, ma , honra , ó- bienes, de fortuna , 143,.
fe. Sí no la aviva , no será o ido , 145 n. pz , p . xáz nv 7-8 , p-, x$6. , n.. 8 , p .
tí. x 3 , p. 207, n. 5 y sig. p-. 33y j n - l á . 2 4 8 5 II, 2 0 v

y 17. Redde , quod debes.. Q u ién es son- o b lig a d o s á


Domine , Aunque es rechazado,-
deseende. re stitu ir , z>9' 3 n. 1
prosigue pidiendo. Logrará lo que pide: D e lo s va-ríos, m odos de hurtar, y g r a ­
que vale mucho la perseverancia , z.90y, ved a d d e este p ecado y z>6 , n. 8- y
n. 4, s íg .
Vade, films mus vivir. La palabra de Chrís- C ó m o s e portará e l C o n feso r com e l
to es todo-poderosa. Véase I-a Dominica- qu e deb e re s titu ir, 142 , n. p , p-, 1 7 7 ,
n. 78 .
Credid.it homo sermoni. V ale mucho í-a fe en- Si non remistriris, fs'c. E l que no p erdon are,
Dios Todo-Poderoso , 14 > n. 15- no será perdonado-, 1 62 , s , 3 3 , p. 2 1-3,
K e liq m t eum febris. Explicáronse bien. Sol­ n. 30 ,0 .2 4 7,11.18 y SIg- P* l z l ' 3 n* x7j
tóle la fiebre que le tenia preso. Todas i 3 j i 9~
las criaturas son execucores y ministros
¿e D io s , 248 > y z ¡- DOMINICA V I G E S I M A S E G U N D A
Creáidít ípst , t í d.ornv.s sjus tota. Para esto DESPUES D£ PENTECOSTES..
te da el- Señor los bienes , para que le-
sirvas, y correspondas agradecido. Véa­ Rfagistcr , scirnus qu.iavsrax es. M a tth . z z .
se en Quinquagesíma : E s stquehatur j A d u la c ió n refinada! 244 , n. n y i 2.
U s u r a .. Veras.: es. S o lo D io s es vera z. T o d o hom bre
es m e n tiro s o , com o se g u id o r del d ia b lo ,
DOMINICA VIGESIM APRIMA p adre ¿ e la m entira v ic io m uy cu n d i­
DESPUES d s P entecostés . d o , y en e-acarrea innum erables dadas,
9 , n . 3 y M andam iento 8 p o r to d o é l,
S f S íid v o iu .it r a í s e ñ e ra p a r ie r e . Match, x S. Véa­ m áxim e , n. 19.
se sobre esto la Dominica S. Verase es. E sto deb e decirse de tí , que eres
V o h iir r a t i o n t r r r p e ñ e r e . . \ Ceguedad de los h ijo d e D lo s , y en to d o debes tratar ver­
hombres ? que piensan no cuida Dios d a d ,. 24 ; , n. 3 , p . 2-6 y , n . 7 , p. 2 4 4 ,
de lo que hacen. Conrados tiene todos n. 1 : f
cus cabellos , y hasta de una pala­ Redé: ce , qztae sttnt Caesaris Cassari. A lo s
bra ociosa- ce ha de pedir razón , 47, P rela d o s y Superiores d e la Ig le s ia s e
55» x y sig.. p-. 7J ? B- lSz > n* debe gran d e honra y ven eració n , pa­
1 4 , p. 21P , s. 5-1 , i z y 3I3 p- g a r diezm os y p rim icias-, y asistirlo s
15.. 2,3. co n lo n ecesario-, 238 , n* 8 , p . 24.0,
o liu ju sÍ 3t s i unza , g rc . ¡ A i primero- que- s . 1 3 3/ r-4 j p . 242 , n._ 20 , p . . í , ' 7 > n .
llegó tal alcance ‘ Con cualquier otro, to .
sucediera lo mismo. E s imposible enten­ L o mismo en to a o se dice-- dé lo s R e ­
der ío ene debemos á Dios. Todos so­ y e s ., P rín c ip e s , M a g istra d o s y Superio­
mos pecadores: y- ni el pecado mas leve res , que co m o M in istro s de D io s g o ­
podemos pagar sino á costa del Piador. biernan la R ep ú b lica., A to d o s se debe
Nade somos , y con-nada, nada se-puede. honor y reveren cia gran d e , según su
I N D I C E
BU
dignidad,y pagar ios tributos y alcabalas dir en tu.s enfermedades a 3 38, a. 3 a ^
establecidas. Veanss ¿os mismos lugares. y u
Accessit tetro. Llegó con reverencia. Coa
D O M IN ICA VXGESXMATERCXA profunda humildad debes llegar al Mé­
DESPUES DS PENTECOSTES* dico del alma en la Confesión, 1 ; 4 , n„
*7 3 P* T>7 i j P* i ». 42 , p.
Eccs Princeps ztrtz-tf accessit , T r. Matth. 9 . A 3z8 , n. 44.
Dios hemos de acudir por el remedio Accessit tetro. Con devoción y reverencia
de todos ios males. Véase la última Pe­ grande á la sagrada Comunión , 142, n,
tición. ss y s%*
Filia mea modo defuñet a est. Véase Dominica Accessit retro. Con el mayor rendimiento
áecim2quinta : Eccs defunctus. Puede ex­ presentarte á Dios en la oración, 286,0.
plicarse el Sacramento de la Extrema- 1 y sig.p. 223 , n. i y s'g.
Unción. Si tstigera fimbriam, TV. Vais ni mbo la con­
Impone maman Hiam, T c . En la mano tienes fianza. Sin ella nada se alcanzara. Véase
el remedio : si te pones en las de Dios. Dominica decimaoctáva : Confi e , SU.
Véase Dominica quinta pose P a s c b a : Si teiigero fimbriam. Virtud de las reliquias
e p t e modo , y Dominica 2.0 : A b i í i & d de los Santos, 41 y , n. 1 9 .
eum. Et cum venisset domum. Fue á socorrer á la
Impone : : : et -vives. Solo andando de por difunta. Socorramos á las benditas animas,
medio ia mano de Christo , podía esta _ tfO ,n.7^,p. i7 7 ,n .7 9 ,p . 486, n. 4.
resucitar- Lo mismo el que está muerto v i d i s s e t ::: d i c e b a r , r e c e d i t e . H ¡ye el Señor

por el pecado. No puede volver a la vi­ de cales herrerías, como de la posada de


da de la gracia sino por la virtud de la Belen , 4 8 ,0 . t r .
Penitencia. Puede explicarse este Sacra­ Cura sjecta esset turba , intravit. Encerrado
mento ? el Artículo a o , ó la 5 Peti­ en tí, y retirado de todo , te oirá el Se­
ción. ñor en tu oración , 278 , n . 4 , p. 9 $ z q

'Sttrgens JESUS , scquebafic? eum. Fué el Se­ ^ n- 4 y ? i p- 344*


ñor ¿ casa de éste , y no á la del Régu­ Tbsxit manzsm ejus , et surrexit puslla. La
lo. De varios modos libra de los males, mano de Christo es vivificadora, 141,2.
540 , 2. S. 4?.
S e q m b a m r e u m . Parece filé gran favor. Et exiit fama base, T r . Lo que hicieres por
Mayor seria haberle concedido , que él Dios, te hará glorioso, como envilecido
siguiera á su Magostad , ó negarle lo­ Jo que por tu gusto, 80, n. i r , p. z $ z 9
que pedia, como á San Pablo. Dios á los n. S y y , o. z £ z , a . u , p. 25? , n. 8,
que mas ama , da mayor cruz para su P- >33, n. í>.
mayor gloria 1 porque son los premios
según los Era-bajos , Ss } n, 1 ^ 0 . roP, D O M IN IC A VIG ESIM AQTJARTA*
E- 4S3?- s u 5 n. 5s p- 3 n>:2- Y I 5> DESPUES DE F e NTEGOSTES.
p . 5 5 3 j H. 5 5 p . 5 55 j E. 6 a p. »4 * >■ fi­
la . videritls abommationem , T r . Matth. 24.
€ sw z

SequchuTiir m Ho es la mejor señal dar el


m . Aquí se pueden declarar las señales que
■ divino Médico lo q u e pide el enfermo: precederán ai juicio , 45 n. 7.
pues algunas cosas concede Dios airad o-, Oem videritis , T r . Por ingrata fue destrui­
que niega misericordioso. Lo acercado- da Gernsalem , 534, 11. 14.
es ajustamos en todo ¿ s u divina Tolim- O r a t e u t n o n f i a t f a g a - v e s t r a . Para probar que

d d , 278, 3. 4 3 la 5 Petición , p* 54X3 pueden pedirse bienes temporales , se


ID, X Xy I 2-h ■ alegan, estas palabras , 3 x7 , a. 9 .
Es eccs midisr , qsaze , Tir. Toda su hacien­ Es éreme , -z-d Sabbato. E l invierno es lo
da gasté esta xtmger con Médicos , y n© último del año-, y el Sábado de la se­
hailó alivio , hasta que llegó á Christo. mana. No aguardes í l o último para
Dios es el primero á quien has de aes- llamar al Médico del alma, <S9 , a . i ~ *
D
DE LOS EVANGELIOS.
p. 164, ñ. ú i P* , n. 23 7 sig, F iliu m h o m i n i s . Este es el cargo de cargos,
£>;/ íkwí t r i b u l a t i o m a g n a . E l demonio que ver en su Magestad y gloria como H i j o
toda la vida nos hace cruda guerra, echa del hombre al que creyeron que en for­
el resto á lo último, 183 , n. 1; , y la ma de Siervo murió en una Cruz por re­
6 Petición. dimirlos , y enseñarlos á servir á Dios,
S e d p r o p t e r e le c t o s , Z T c . Aquí puede decla­ y que aun habiéndoles dado su Espíritu,
rarse, que aunque es tan fuerte la batería para que le siguieran , volvieron á per­
del demonio, ni en un cabello nos pue­ seguirle y crucificarle , y en algún mo­
de tocír sin permiso de Dios, 332, n.8. do peor que los verdugos, 23 , n. 12 ,
S u r g e n t p s e it d o - p r o p h e f a e , í T c . Siempre hu­ p. 33 * m 11 , p. 47 , n. 3 , p. 323,
bo engañadores. Entonces muchos mas, n. 7 .
- 2, n. j y ó, p. z 66, n. n y 12, p. 3 3 i * E t m i t t e t A n g e l a s s u o s , f T c o n g r e g a b u n t , £27?.
n. 10. A quí están los buenos entre los malos..
T u n e p a r e v it s ig n u m F ila h o m t m s . Esta in­ A llí se entresacará de la paja el grano,
signia es el Estandarte de la Cruz. Sino 20, n. 7 , p. ;8 , n. 7 y S , p. 71 , n. y,
llevas la tuya no eres Soldada de Chrísto, y síg.
4 , n. 10, p. 108 , n. 4; y síg. p. 1143 Coslum et terrst translbunt3 verba , $S'c. Del
n. <?7 , p. 1 1 9 , n. n j p,. 175 , n. í8, Sumo R ey de Reyes son las palabras de
p. 2?7 , n. 17 y 18 , p. 341 , n. 12. Dios. Aunque Cielos y tierra pasen, no
Tune -videbunt Fiíium horneáis , i T c . Por las la palabra de Dios , por la que fueron
razones que se dan en el Artículo 7. Es­ establecidos. Uno es el Dios y eí Padre
cogidos y reprobos todos verán á Chris- de todos. A cada uno dará según sus
to , aunque de tan distinto semblante, obras, 12 , n. , p. , n. 1 / , p. iS,
como se dexa ver de un n e l, ó de un n. 2 3 , p. 81 , n. 13 , p. z ? ¡ , n. 14 y
iraydor , , a. 8 y síg. p. 303, n. ¡ i

F IN D E L I N D I C E

D E LOS E V A N G E L IO S D O M IN ICA LES D E TODO E L A Ñ O ,


376

I NDI CE
DE LAS COSAS N O TA B LE S DE ESTE CATECISM O .
E l p r im e r núm ero y el segu id o á la p. señ a la la pagin a, i
y e l segu id o á la a. el m a r g in a l.

Por qué se debe dar gracias, 28? , n. 7«.


A Enciérrase en la 3 Petición, 313, n. 22.
También en la Salutación Angélica ,
J^\jBades. Algunos pueden conferir ór­ n. 8.
denes menores, i 9 ¿ , n. 29 . La 'mejor acción áe gracias es guardar los
Abogados. Han de defender graciosamen­ Mandamientos , 2 2 2 , n. $ , p. zf 7,
te á los pobres , 267 , n. 17. n. 2.
De otras obligaciones suyas. Ahí. Los Apóstoles y Santos la frecuentaban
Pecan los que desean haya pleytos, 2 7á\ mucho , 2P0 , n. 8 , p. 3 , n. 1 9 , p*
n. 23. 342 , n. 2.
Aborrecimiento. Véase O d i o . Aceyte : materia muy propia de la Confir­
Aborto. Procurarle es enonne pecado, u?.?, mación y Extrema Unción , xx 3 , n. 8,
n. 13. P; > n. ).
Aun el casual es pecado, 247 , n. 7. A có lito : Su grado y oficio , 189, n* 18.
Adraban. Su peregrinación - m , a. 2. Acusadores: Deben oo dexarse llevar de
y ;-, . amor, odio, ni de otra pasión , 248,
Su acción herovca que le mereció la ben­ n. 20.
dición de Dios 3 y ser hecho esemplar A d a n j por é l perdimos la justicia original,
¿e obediencia rara , , n. 4 , p. 333, 18, n. 2 y ; } p. 308, n. 2 y 3 , p. ; 15,
a. 9 . n* 4 y s .
Su seno donde estabas las almas de los Jas­ Otros muchos males nos acarreó su pe­
cos s 37 , E. 3. cado , 30S 3 n. 3 y sig. p. 31^ , n. 7,
Absolución ; Su forman 177 , n. 14, _ y siS;
Absolver. Potestad concedida á los Sacer­ En la innocencia necesitaba de comida,
dotes , 6 7 3 n. 4 y sig. p . i j 4 ) a. 10 y mas no de vestido , 317 , n. 4.
sig. t>. 1^4, n. 38 y s:g. Después del pecado le vistió D io s, 25*3,
A quién debe absolverse, y á quién eo, n, 8.
I 71 5 O. ¿O. Ahora son necesarias muchas mas cosas»
Por ella se oerdonan l o s pecados , y se Si) , n. 4.
abren las puertas ¿el C ielo, 1 ¿ 4 . , n» 3S, Por el fruto ¿el árbol de la vida, se libra­
y s%- ba de la muerte , 315-, n. 4.
En peligro de muerte puede cualquier Sa­ N o estaría o c i o s o en el Paraíso , mas le
cerdote absolver de todo pecado y cen­ sería suave el trabajo. A hí.
sura 5 :69 y n. Toda su posteridad fue condenada con la
Abstinencia. Véase A y u n o . mas horrible sentencia, t 8, a. 2, p.3ié,
Aceptación ¿e personas no cabe en juicio., n. 7.
267 , u. 14. Cotexo entre Adan y Christo, 27 , a. 9 -
Accidentes Euearisneos. Véase E m c ¿ m s i l & . Adorar debemos aa solo D ios, 1 1 , n. 7.
Acción que agrade á Dios no se puede ha­ p. m , n. 7.
cer sin SE gracia . 1 7; , 11. 72 . p. 305^ No se opone á esta ley adorar Ángeles y
n, j , í y 7. Santos, 2 1 3 , n, i z y sig.
Acción de gracias es una de las partes de Esta adoración no disminuye, antes sumen*
la Oración. 280, n, 2. ta h de D io s , 2 1 4 ,0 . 1 ;.
Ador-
DE ESTE CATECISMO. n >j *7
a i 1

Adorno demasiado en las mugeres es pro­ al seno de Abrahan. Ahí.


vocativo , zj-3 , n. ir . Cómo se compone : E l a l m a q u e p e c á r e , e l l a
Adulación. Véase L is caja. l o p a g a r á , si Dios castiga á los hijos pol­

Adulterio. Porque á la ley de no matar se los, pecados de los Padres , 220, n. 57


sigue la de no adulterar, 2 7o * n. i . Y 3*.
Por esa ley se veda el adulterio , y se man­ Das almas-desean unirse con sus cuerpos, y
da la castidad , 271 , n. 2. lo conseguirán en la resurrección , 71^
Qué es adulterio. Ahí , n. 3. n* ? *
Por nombre de adulterio se veda toda es­ E l alma sube á Dios con dos alas, 2 81, n. 4.
pecie de luxuría. Ahí , n. 4. Como reyna Christo en las de los iüStoss
Por qué se expresó el adulterio, 27 r , n. y. 30 4 ,1 1 .8 7 s.
Es pecado enorme , y muy malvados los En las de los malos tiraniza el demonio,
adúlteros, 272 , n. 8. i 99 ,n . i j , p. 323 , n. 7 y 8 , p. ; ; 2,
En la ley antigua morían apedreados. Ahí. n. 7.
Contra estos vicios se lia de predicar con Ambición reprobada , 27*7 , n. 23.
gran cuidado, 207 » n . 33, p. 270, n . 1. San A m b ro sio . Tuvo gracia esp ecial para
Afinidad : Quiénes la contraen en el Batí- ablan dar corazones e n d u re cid o s, 1 7 4 ,
cismo , 102 , n. 27, n, 6 7.
Quiénes en la Confirmación , n o , n. 17. Testigo muy autorizado del Dogma Etica-
Agonía. De los que están en elia deben rístico , 134 , n, 29 .
cuidar mucho los Párrocos, i8 o,n . 7. Amen. Voz muy frecuentada par Christo
Agua. Véase B a u t i s m o . Señor nuestro , 343 , n. 4 y 4.
Agüeros. Pecan los que les dan crédito, Qusl sea su significado , 34; , a. s .
22; , n. ir . Por qué en el P a t e r n o s t s r de la Misa se re­
San Agustín : Defensor acérrimo de la fe serva para el Sacerdote, 343, n. y.
Católica, 13 4, n, 29 . Qué sentido hace en la Misa , y qué en
Venera mucho la Iglesia su autoridad,21 6 , otras oraciones. Ahí.
n. 20. Amenazas de Dios contra los quebranta-
Alimento : Así el del cuerpo , como el dores de su ley , a i 8 , n. z 9 y sig.
del alma , es de muchas maneras , 320, Contra los perjuros , 22 S , n. 30.
a. 18. Contra quebrantad ores de las fiestas ,2 3 7,
Debemos contentamos con el necesario, n. 28.
; rS , n. 10 y SÍg. Contra los hijos desobedientes, 242,0.20.
Alma : I£s inmortal , 65 , n. 2. Contra homicidas , 240 , n. 14 y iy.
Para llegar 2 Dios debe apartarse de los Contra lascivos , 2 72 ,0 . 8 y 9 .
sencidos , 9 , n. & . Contra ladrones , 241 , n . 20 y 1 1 ,
Da de Christo llena de gracia y dones en C o n tra falsarios , 26-3 , n. 7.
Su primer instante , 27 , n. 4. Contra codiciosos , 273 , n . 13.
Padeció dolores acerbísimos en la Pasión, La carne n a . se asusta por ellas, z z a .
como sino estuviera unida a la D:viní-
dad, z 9 , n. 2. Amigos. Son muy falsos los que lisongeaa
En la muerte se apartó ¿el cuerpo , pero al que está de peligro , z 66 , n. 1 2.
no de la Divinidad , 31, n. •>. Amor. E l de Dios hacia nosotros se mués-*
Bsmo 3 los infiernos real y verdaderamen­ tra en tocas sus obras , i j i , a . 2. p.
te * 57 , n. 4. 322 , n. 1.
Eaxó triunfante, r.o cautiva, como Iss de­ Sobre todas en la "Redención, 294 , n. 10.
más almas , 78 , n . ü . Se declara por la protección de los Ánge­
Causas por las que bazo. Ahí. les , z S z , n. 4 y sig.
A i punto glorificó tocas aquellas almas de Se mostró en Adán y Eva después que pe­
los Justos. Ahí. caron , 2?; , n. 8.
Las almas de los justos antes de la muer­ No cabe en su Amor olvido de nosotros,
te ce Christo iban ó al Purgatorio , ó 2^; , n, 7.
BBB Ni
ÍNDICE DE LAS COSAS NOTABLES
N i es agotable por pecados ningunos, z 9¿-> n en , 2 «2 , n. 3 y é .
n. s . A n g é lic a Salu tació n . V é a se A-ye María.
Es zeloso , i i S j n. r- y 33- A n im a les. T o d o s se mantienen com o D io s
E l nuestro para con Dios debe ser sumo,4, lo s c r i ó , y le s sirven según sus destin os,
n. 10 , p. z 99 , n. 1 , p. 31 3 , n. io. z 9 % , n. 3, p . 308 , n. 3.

D el amor de Dios nace el del próximo, E s líc it o m atarlos y c o m e rlo s , 244, n. 3.


237 , n. 7 s p. z 99 , n._ 1. Apetito. De su propio bien infundió Dios
Todo es fácil para el que ama , 208,0. 7. á toda criatura , 308 , n. 3.
E l que ama al mundo, no ama á Dios, 77, A l hom bre infundió a p etito d el Sumo B ien ,
n. 3* 308 , n. 3.
Debemos amar á los enemigos, 244, n, z. T o d a s las criaturas conservan este a p e tito ,
Esta es la obra de Caridad mas excelente, excep to e l hom bre , 308, n. 3.
247 , n . 18, p. 327 3 n- * 9- Por qué todos los hombres se torciéron,
'Amor propio , principio de todo pecado, 308 , n. 3 , p. 323 , n. 3.
270 , n. 1. Véase C a rid a d . Sus apetitos desordenados son innumera­
Ancianos. Manda Dios honrarlos , 240, bles , 308 , n. 3.
n. 13 , p. 241 ,m. 17* Son los que le molestan é incitan á todo
Los venerables son los prudentesy sin man­ mal , 3 1 4 , n. 24.
cilla , 1 9 1 , n. 22. E l que refrena los apetitos , guarda toda
Angeles. Son los criados del Palacio del la ley , 270 , n. 1 .
Sumo Rey de Reyes, 14, n. 1 3 , 0 - 34, Los de la carne se deben despreciar, si re­
pugna el espíritu , 3 28 , n. 20. Véase
n :
Crió Dios innumerables , y los dotó de Avaricia , Codicia y Concupiscencia.
gracia y ciencia , i í , n. 17. Apóstoles. Fueron constituidos para edifi­
Es grande su poder, i í , n . 17,0.3 31 ,n. 3. car la Iglesia , 2 , n. 3 , p. 6 $ ,11. 17.
Por eso se llaman Virtudes y Potestades , rá, Inspirados de Dios compusiéroa el Crcdct
n. 17 , p . 33 1, n. 3. y por qué , 8 , n. 2.
Están muy obedientes á D ios, 227,1!. 23, Por qué le llamaron Símbolo , S , n. 3.
p. 313 , n. 2 r. Les fue dado poder de perdonar pecados,
Muchísimos se desgraciaron, 1 6 , n. 17. 6 y , n. 4 , p. i í j - , n. '3? , p. 206 , n.
Aman mucho los buenos á los hombres, 3 , p. 1 $6 , n. 17.
2 27, n. 27. Instituyeron las ceremonias , n : , n . $ 9.
Por ellos nos hace Dios muchos bienes, Aprendí éron de Q uisto el modo* de hacer
29z , n. 4 y sig. el Crisma , r 1 3 , 11. 7.
.Uno libró áS. Pedro de la c á r c e l . A h í n . ¿7 Todos desampararon á Chrlsto eo la Pa­
■: Otro amparó á Tobías , y l e enseñó las le­ smo, 3 4 , n. 13 , p. 122 , n, 22.
yes del matrimonio,2 5 2 , n. 3 , p. 291, Muy tímidos antes de recibir el Espíritu San­
n. 7. to, y muy esforzados después, z 22, n. 22.
La aceración que les damos , no se opone Artículos: Por qué se llamaron así, 8 - n. 2*
■ a la de Dios , 213 , n. ¿2 y 13. Cada Apóstol dfxo uno , 8 : 2, 3.
b^Esíinny distinta una y otra, 213, n. z - z . E l primero San Pedro.
Razones porque debemos adorarlos ,2 1 4 , E l segundo San Andrés.
y . mr). vr?. - " ■ E l tercero San Juan.
l;v|RoLqué:Se:píntaii como Jóvenes y con alas, E l quarto Santiago e! mayor.
y i V ¿“)V E l quinto Santo Thomás.
cmdadrj ' guardar á los hombre % E l sexto Santiago el menor.
■■ ,á*-v': : E l séptimo -San Felipe.
ptsnemaVebtiíiestro, z 9 z , s. E l oéíavo San Bartolomé.
s mnán, ofrecen á Dios nuestras ora- E l nono San Judas Tadeo. ■
iMn^ :T ;Vos';libran.. de muchos males, E l décimo San Simón.
E l undécim o San M a th e o .
fae;^e;:^ ;g u a r4 s nqs provie- E l duQdécirnp San Machias*
Los
DE ESTE CATECISMO.
Xos Artículos que mas declaran la gloria sagrada Eucaristía , 127 , n. 7 , p. i 47,
de Christo , son la Resurrección y As­ n„ 78»
censión j 44 j n. 4.
'Ascensión. Debe explicarse la de Christo,
y cómo se entiende ese Artículo, 43, n.i.
Subió por su propía virtud, aun en quanto J S A Isamo. Es materia de la Connrma-
hombre. Ahí* cion , 1 1 9 , n. ?*
Cómo se entiende estar s e n t a d o ¿ l a d i e s t r a
Significa el buen olor que los Chrístianos»
d e H i o s P a d r e , 4; , n. 3. deben dar de sí. Ahí.
Qué se debe observar en esta subida 3 44, Batallas. V éase Q u e r r á y T e n t a c i ó n *
n. 4. Bautismo. Deben tener los fieles noticia-
Por qué subió á los Cíelos , 44 , n. 7. clara de este Sacramento , 94., n, 1,
Bienes que ncs produxo , j o , n. 6 . Seóalanse los días mas propios para expli­
D e otras utilidades que nos acarreó , 4 ;, carle , 5*4 , n. 2.
n. 7. Qué significa esta voz B a u t i s m o , 9 > , n. 7,
N o nos convenía , se quedase el Señor en Otros nombres que le dan ios Santos Pa­
la rierra , .6 , n. 8.
a dres , 9) , n. 4.
Desde el Cielo llueve gracias sobre toda Qué cosa es Bautismo , 95 , n. 7.
la Iglesia , :o , n. 7 , p. 4S ¡ t. s 5 p. Por él entramos en la Iglesia , S4 , n.. 24,
Cómo se hace. Destíerrase nn error, ?7,n.(í.
Demuestra esta Ascensión su suma gloria, Su materia es el agua natural, 97 , n. 7.
Cómo se entiende el Bautismo de fuego
Es el fin de los misterios de Christo, 4s , que prometió el Señor , 9 6 , n. 8.
n. 9 . Eiguras y profecías de la virtud del agua
Avaricia, Avariento. Es insaciable , no se del Bautismo , 9 6 , n. 9 .
llenará de dinero ,2 7 3 ,0 . 15, p. 51 9, Por qué instituyó Christo el agua por su
n- 1 3* m a t e r ia , 9 6 , n . 10 .
Cae en tentación y lazo del diablo , 257, En el solemne debe añadirse el Crisma,
n. 10. 97 , n . u .
No poseerá el R eynodeD ios, 2 . ^ 6 , n. 7. Debe encarecerse mucho la inteligencia de
A - v e M a r í a , Damos en ella gracia á Dios, este Sacramento , 97 , n. 12.
y por qué, 287 , n. 8. Señalase la forma , y se da razón de ella,
Por qué añadió la Iglesia la segunda par­ 9 j , n. 13.
re. Ahí. No todas sus palabras son de igual necesi­
En ella alabamos á Dios , é Imploramos á dad „ p S , n. 14.
María Santísima. Ahí. Por qué bautiza ron ( sí acaso bautizaron J
Ayudas. Muy grandes nos puso Dios para los Apóstoles en el nombre de Chrís-
vencer al demonio en los Sacramentos, to , 9S ,n . 17.
Y cu ia custodia de los Angeles , 307, Puédese dudar que bautizasen así , 9S, .
n. 1 % . n, r é-*
Sín la de! Espíritu Santo nada podemos ha­ Se explican tres modos que hay de ablu­
cer digno de la vida eterna , 72 , n. 3, ción , 99 , n. 17.
p. 709 , n. 7 , s y 7. Guárdese en esto la costumbre de cada
Ayuno. Jaste y la limosna se lian de juntar Iglesia , 99 , n. 18.
con la oración , 291 , 9. Debe lavarse la cabeza , y al mismo tiem­
Es una de las obras satisfactorias , 1 7s , po pronunciar la forma , 9 9 , n. 19.
n. 74. Quinde le instituyó Christo Señor nues­
Es gran remedio contra lascivia, 233, tro , 99 , n. 20.
n. i o. Desde cuándo comenzó a obligar , roo,
Es arma oara nacer guerra al demonio n. 23.
3^6 , n. 1 £. R iq u ezas de D io s que por é l nos vinie­
E l natural es necesario , para recibir la ron , 100 , a. 22.
BBB > Tres
5 $o ÍNDICE DE LAS COSAS NOTABLES
Tres ordenes de sus Ministros. Se explican Beneficios de Dios quán grandes son , s>,
los dos primeros, roo , n. z 3. n. 6 , p. z 9 i , n. 2 hasta 14.
■ Explícase el reí cero 5 io i , 11.^4. Declárale el de la Creación , 1 6 , n. iy 3
Debe haberle entre los Ministres de nece­ p. 2?i , n. 1.
sidad , 10 1,11. i í . Explícase el déla Gobernación , z s % , n. 3
Es necesario el Bautismo para la salvación, 7 síg-
9 0 ) ri. 22, p. z o z y n, 26, p. 103 , n. 31. E l de ia Redención se ensalza , 32 , n. ip
Lo es .-también para los niños , 104, n. 3j . y 11 , p. 254 , n. 10 y sig.
Reciben en él los niños la fe y la gracia, E l de la justificación, se engrandece, 32, n.
104, n, 32 y 33. í? y sig. p. £8 , n. 7 y sig, p. 1 y 1, n. 1.
■ No se les debe dilatar, 104, n. 34. E l de la Glorificación se encomienda ,7 8 ,
Método que debe guardarse con los adul­ n. 4 y sig. p. 30^ s n. l o y 11 , y el A r­
tos inóeies , 104, n- 33". tículo ij y n .
Costumbre de la Iglesia en dilatársele, Benignidad:En qué consiste, 2.47 , n* 17*
io s ^ m 36 . La de Dios nos libra de los males de va­
No siempre debe diferirse, 10 ;, n. 37- rios modos , 34O , n. 8.
-Solo debe darse á los que le quieren reci­ Bienaventuranza, Se llama v i d a p e r d u r a b l e ^
bir , lo , , n. 38 , p. i i) , n. 71. y por qué , 77 , n. 2 y 3.
Quándo se puede , ó no bautizar á los lo ­ N o hay voz que alcance para explicarla,
cos , JOá , n. 39. 78 , n. 4 , p. 80 , n. 1 0 y s i g . p. 312,
De la re , y dolor que se requiere para re­ n. i£.
cibirle , ro í , n. 40. Es esencion de todo mal y posesión de to­
Bs muy dril á los deles considerar estas do bien , 7P , n . y.
cosas, io¿ , n. 41. La esencial consiste en ver á Dios , coma
D el principal efecto del Bautismo , 107, es en s i, 7:? , n. 7. y 8,
n. 42. Los Bienaventurados se transforman en
Perdona toda culpa, aunque queda la con­ D io s, 79 , n. 7.
cupiscencia , 107 , a. 43 y 44 a p. 310, Qíiál sea la causa ce esta transformación,
n. 10. 79 , n- §*
Perdona también toda pena de esta vida y Declárase esto con an sím il, So , n. 10.
OÜ z íL GCd'2r 5 106 5 *1^ y a^-vT* Por el lumbre de gloria se ve á Dios , - 9,
Mas no libra de las penas civiles , soP, a. 9 .
l i r jlTp L a bienaventuranza accidental consiste en
Quedas para exerciclo las molestias de es­ los inmensos bienes que se agregan Z
ta vida , 2os», n. 48 y 4 9. la posesión del Sumo bien , 80 , n, 11
¡Explícaose otros c ís c e o s del Bautismo, i so-,
s . f o y sig. Los premios son según los méritos, 77,
Por qué los bautizados atan se sienten tar­ n. 13 , p. S: ,n . 1 ;,
dos pana obrar bien , .1r 1 ,a . y $, p„ 31©, Bienes: Todos masan de Dios., 9 , n. £,p*
0- ¿O, 71 , a. 1 , p. : 9S , s . - i . p .p o i , n. 7.
Imprime carácter indeleble, m 5 a. 3-4, Los temporales
i se han de xnedir á Dios , T *
Por eso no puede reiterarse el Bautismo,. por oüc ^ 5 ¿ f j n, 2.
_ i 3í , n - s y . Licito es pedir tales bienes , 3 17 , n. 9 .
N o se reitera , dándose en caso de dhada- C ojeo se han de pedir , 3 1 3 ,n . 3.
condlcsosalmenre , n s , &, 34. Muchos mas son necesarios ahora , que en
Enera de.ese cas o qsseda irregular, el que la innocencia , 5i , , n . 4.
le reitera, 1 :1 , e . 37. Resignación coa que deben pedirse, ja i,
£1 dirimo efecto del Bautismo es abrirnos a. 22.
los C ielos, i t z , e . $ t . También se debe pedir el buen uso de
Ceremonias ¿el Bautismo. ¥:de C í T e m ^ i a r , ellos, 318', n. i2 .
Bendición. SI no bendice Dios nuestros era- Por qué los reparce Dios con desigualdad,,
bajos,todos son perdidos¿ yiQ rj. y y £ „ 3ra* , a# ,■ P* 3 —^ 2 u, —j*
DE E S T E C A T E C I S M O . 3S1
Blasfemia : Es atroz y execrable maldad* Quiles son sus obras , 3r 1 , n. 14.
228 , n. 29 , Sus apetitos son raiz de todo mal, 270,2a.
Buenos.Quiénes son en la Iglesia, 5-6*0.7. 1 ? ?* -15 > n. 22.
Están entre los malos , 20 * n. 7 * p. 5 8, Incluían á ía venganza , 328,0. 20.
n . 7 y S. D ebem os no cumplirlos, sino refrenarlos,

C que sen muy perniciosos , xo9 , ri. 48,


p. 174 , n. 6$ , p. 274 , n. 13 , p. 277,
/-• 5p; 511 , n. r4.
Andela : Qué significa la que 'se da al E l que viviere según la carne, morirá,r06,
bautizado , i i > , n. 74. n. 40, p. 3i x , 11. 14.
Carácter. Qué es , y qué Sacramentos le No la asustan las amenazas de Dios , 21S,
imprimen , Sj , a. 51. n. 30. Véase A j ' S l i i o y C o n c u p i s c e n c i a .
Estos no se pueden reiterar. Ahí. Casa : Qué se entiende por C a s a en el 10
Del Carácter del Bautismo * n i , a , J4 Mandamiento, 273 , n. 14.
y ? ?• Casados. Vide ¿ f r f a t r i m o n i o .
D el de la Confirmación, 123 , n. 23. Castidad. Todos deben guardarla, 2 y 1, n.6.
D el del Orden * i 9> , n. *4. Es don de Dios, que se da al que le pide,
Caridad. Es fin y plenitud de la ley , 4* 2 )4 ,11. 12.
n . 10. De lo que se debe considerar para guar­
Dos son sus preceptos , en los que toda la daría , 2 ,'i , n. 7.
ley se encierra. Ahí , p. 237 , n. ;. D e lo que debe hacerse para el mismo fin,
Se nos manda en el primer precepto , 27 3 , n . 10 y sig.
n. 8. Para ser casto castigar el cuerpo 234,
Su orden , i i o , n . 1. n. ;
Ama á Dios por s í , y al próximo por Con ella se vence al diablo, 33 6 ,0 . 1$,
Dios , e n , n. 4 , p. 29 9 , n . 1. Catecismo: Por medio de ellos han perdido
X2 de Dios no se ciñe á límites * la del á muchos los hereges , 3 , n. 6.
próximo s í , 2 r 1 , n. 3. Para su remedio hizo publicar este el San­
Tara con Dios puede aumentarse infinita­ to Concilio de Trem o, ; } n. 8.
mente 3 237 , O. J- Debe carequizarseálos que han de ser bau­
Car:dad con que debemos amar i los pa­ tizados, 103, n. ;6 ,p . 113, n. 64.
dres , 2 38 , o. 6 y 7. Causa:Dios es ia primera causa, y princi­
A .todos sin excepción debemos amar por pio ¿e rodo , 16 , n. 17 y síg. p. 259$
caridad, 24z , n. 16. n. e , p. 501 , n. 7.
~ S z encomienda por el quinto Mandainien- Tas cansas segundas son premovidas por
eo . A h í. Dios i sus acciones , i S , n. 22.
No la tiene el que ama las cosas del mun­ Debemos mirar á todas como manos ds
do 5 77 ; ». 3. Dsos, 301 , n. 7.
N i el que n o hace limosna pediendo , 66, Ceremonias : Son muy venerables y dignas
a. 27. de saberse , §S , n. 1S , p. 2 r 2 , n. 39 .
Qué nos enseña la verdadera Cari dad, 2 9?, Instituyéronlas los Santos Apóstoles. A h í.
n. i . Tas del Bautismo se divides en tres clases,
Quales son sus oficios , 24.3 , ss. 17. 133 , 3. ÓQ.
Son s t y excelentes los queso ejercitan con Bxpllcanse las de la primera , 113 , n. < ¿ z
los enemigos ,24.1 ,ss. 1S , y. 327, n. is . y.w g.
E l mayor de todos es perdonar las inju­ Explicarse las ¿e la segunda y tercera*
rias , 242 , s. 35? , p . 330 , n. 2. Véase 114., o, 6 9 y sig.
A sm a r. Decídanse las de la Confirmación s roe3.
Carne. Por qué la Resurrección de los hom­ n, 26.
bres se ¿ice ¿e la £ j s r w z s y 70 , a- Señálense las de la Penitencia, 13-6,11.17.
_jEs naca , ; ; o , m 2. propónense las .de la Extrcma-Cncion,
■ Nola sama la gracia, 310 5 s* ro- eSo - u. 7,
Las
ÍN D ICE DE LAS CO SA S-N O TA B LE S
Las de la primera tonsura , y siete orde- Toda su vida es continua guerra, 331, 13,4,1
nes , 188 , R. J4 y Sj’g* Los verdaderos Christianos viven en mu­
Crisma se compone de aceyte y bálsamo, cha paz ,183 , n. 49 , p. 34.0 , n. 8.
i 17 3 n- í ■
Chrísto es Dios y Hombre verdadero, 22,
Es materia de la Confirmación. Ahí. n. 9 , 10 y i x , p. 24 , n, 1. y sig.
Por qué la consagra el Obispo, 1 1 9, n. io. Es la segunda Persona de la Santísima Tri­
Qué significa el Crisma con que se unge nidad, i2 , n. ro , p. 22 , n. 8 , 9 y io ,
al bautizado, i i f , n. j z . p. 32 , n. 2. y sig.
Christiano. De quién le viene este nombre, Explícase su eterna generación. En esos
Z3, n. n ,p . u ; , n.72. mismos lugares.
Toda su ciencia está en saber á Christo, 4, Declárase la generación temporal, 24 , n,
1 y sig.
n. 10.
Todos son hermanos y miembros de un No es Hijo adoptivo, sino natural de Dios*
cuerpo j í i , n. 14 , p. 64,11. 23 y sig. 2á,n. j.
p. 2?j , n. 14 y sig.^ Cómo fué concebido en tiempo, 2y ,n. 4.
Por qué llaman P a d r e á Dios , 12 , n. 9, Se llama hermano nuestro ,23 , n. 10 , p.
p. 2 9 1 , n. 1 y sig. 297 , n. 14 y i j .
Dios, que es Padre en común de todos, lo Es la Cabeza invisible de la Iglesia,) 9,n.i r.
es en especial de los Christianos. Ahí. Hace en ella oficios de Rey , 21 , y la
Son hijos adoptivos de Dios , 2; , n. ic , segunda Petición. 4
p. 1 1 0 , n. ) o , p. 294 , n. x a y r s , p, Exerce en ella' tres principales oficios , 47*
z 9y ,n . x4 y síg. ^ n. x .
Muy agradecidos deben vivir a Dios por Dos son sus venidas : á redimir y á juzgar,
esta gracia , , n. ¡o, 47 , n. 2.
Llámanse hermanos de Chrísto , 23,0.10,. Cómo tiene , y cómo no tiene hermanos,
p. z 9 f , n. 14 y i}'- 23 , n. 10.
Es altísima su dignidad, 297 , n. 18. Es nuestro Señor en quanto Dios , y ea
Son miembros de Chrísto, 100, n.48 y 4?, cnanto Hombre,2 3 ,0 . i r .
p. í 74 5 u. 68 , p. 175- , n. 72 , p. 2 f i, Qué debemos meditar sobre su concepción,
n. 7 , p. , n. 16. 26 , n. 6.
Todos vienen á ser Sacerdotes, 191, n, 23. Nació de Santa María Virgen, 26, n. 7.
N o es de Christo el que no tiene el espíri­ Su nacimiento sobrepuja el orden de natu­
tu de Christo , 74 , n. á. raleza , 27 , n. 8.
Son templos de su espíritu, 2,n. p, 27 t, Nos dio en él maravillosos documentos,
. n. 7 , p. too , n. 6. zS , n. i r .
Cómo deben tratarse entre sí, 296, n. 16. Descendió de David según la carne , 26,
Deben andar solícitos , no solo de sí, sino
de sus próximos, 6 1 5 n. 14 , p. z 9í , ¡a.
7*
D e diversas naturalezas tomó diversas pro­
16 , p. 519 s.n. 16. piedades , 23 , n. r 1.
Deben acudir 2 Dios por rodos los bienes, Llámase segundo Adan, 27 , n. 9.
E 1nombre de C h r i s t o , que sxgnfica T P n g i d c »
Tambien en toda aflicción, peligro y trabajo, le conviene por muchos títulos, 21,
222, n. 6, p. 577,11.2 y síg. p. 309, n. 5 y n. 7.
sig. 0.320,0. i7 ,p .?5 7 , n. 2 y sig. Su Reynoesesp:ritul,2r,n. 7, p. 44,0. 7.
Los que no lo hacen , deshonran á Dios, Padeció y murió por redimirnos del pe­
. 222 , n. 6 , p. 278 , n. 3. cado , y librarnos de la eterna muerte,
No deben hacer vida ociosa, sino imitado­ 5 3 , n. 11.
ra d.e Cnristo , 4 , n. 1 ©, p. 233? n. 20, Su Pasión en cuerpo y alma fué acerbísi-
p. 27,- jü . 21 jp . 307 , n. 1 8. :T¡2 , ?4 ) "■
Deben darse del todo al servicio deChris- Murió apartándose su alma de su cuerpo,
. to , 23 , n. :2 , p. 19: , :i. 25 , p . z t t , mas ambos quedaron unidos á la Divi­
s. 7 y 6. nidad , ; 1 , n. 6.
Con-
DE E S T E CATECISMO. s $7
Con su muerte destruyó ai que tenia el Im­ Requiere gran preparación, 14; , n. 76,
perio de la muerte. Ahi. y sig.
Con su sangre se laváron nuestros peca­ Consideraciones , para este fin, 144,0.77.
dos' 3 74. , n. io. Disposición necesaria de parte del cuer­
Es Autor de todos los Sacramentos , 90, po , 144 , n. 78.
n. 23. Véase en cada uno de ellos* Todos deben comulgar por Pascua , 147,
De continuo influye sobre todos, 177,11.72.. n. 7 9.
Es nuestro Abogado , 47 , n, í y sig. p. Es muy provechosa su frecuencia. Ahí n.
28 8 , n. 4 , p. 290 , n. 7 , p. 526,n. 13- 60 , p. 274, n. 27 , p. 274 , n. 12 , p.
Véase también A s c e n s i ó n , M u e r t e , P a ­ 728,0.21.
s ió n ^ R e s u r r e c c ió n , y S e p u l t u r a . Variaciones de la Disciplina sobre este
Cielos : Que se entiende por este nombre punto , 147 , m 6 1.
en la Creación, 1 6 , n. 16 y 20. , De tres modos que hay de comulgar, 142,
Por que se dice : que Z)/cj e s t á e n i o s C i e ­ Ti \ n - '
l o s , 2 97 , n. 1 9. No debe darse á los niños que carecen de
Ciencia :Toda la delChristiano está en sa­ uso de razón, 146 , n. 62.
ber á Chrisco , 4, n. 1 o , p. z 9 , n. 1. En qué edad podrá dárseles, 146, n.67.
La verdadera es saber la ley de D ios,208, Quándo se podrá dar , ó no á los locos.
n. 7 , p. 209 , n. 9- A h í , r.. 64.
Ea ciencia se ha de pedirá Dios y con qué AIos legos no se puede dar en ambas espe­
ñ n , 285 , n. 7. cies , 146 , ¡1. 67.
Circunstancias. Según ellas se ha de medir Motivos que la Igle$Í2 tuvo para decretar
la doctrina, j , n. 11. esto. Ahi n. 66.
Eas de los pecados que mudan de especie Solo los Sacerdotes , quando ellos consa­
ó agravan mucho , deben confesarse, gran , pueden recibir ambas especies.
zí7 5 d* 47- Ahí n. 67.
E i que jura , debe mirar á tedas las del Gran santidad que requiere dar , ó reci­
caso , 224 , n. 15. bir este Sacramento, 147, n. 68.
Clérigo ; que significa este nombre, 188, Deben darla los Sacerdotes. Ahí n. 67.
-T3- Véase E u c a r i s t í a V S a c r i f i c i o .
Deben los Clérigos por su dignidad , per­ Comunión de los Santos : Es el.fin de los
fección, y menosprecio de cosas terre­ misterios del C r e d o , 64 , n. 2 j.
nas representar á Christo. Ahí n. 14. Es explicación del Artículo:!.^ S a n t a I g l e s i a ^
Codiciar , codicia : Es raía de todo mal, y está principalmente en la comunica­
-70 >n. i y 4 , 277 , u. 22. ción de los Sacramentos , 64 , n. 24.
Eíí qué se distingue la del 9 precepto de la Kuy también comunión en los bienes espi­
del 2 o. Ahi n. 2. rituales. Ahí n. 2 7 , p. 177 , n. 76.
En qué se distinguen éstas de las del 6 y Esta solo se halla entre los Justos , 6>5
7 precepto , 270, m 7. n. 26.
Es insaciable ,27? , n. 17 >?- 7 1 9, n. 17. Son comunes las gracias gratis-datas con
Vicia la ami-tad , 274, n. 17. todos los demás dones. Ahí 11. 27.
Atormenta mucho , 771 , n. 4. Aon los bienes temporales debe el Chrfs-
Qaa.n grave pecado es codiciar la muger ilano estar pronto á hacerlos comunes.
agena, 274, n. 19. Ahí.
Quiénes pecan mas en este vicio , 276 , n. Concupiscencia. Queda en los bautizados y
27. Véase A v a r i c i a y C s n c s s f ' u c e n c i a . por que , 67 , n. 3 4 p. 107 , n. 43 , p.
Coomlyar , Común: on ; Por csé se llama io9,i3. 48 y- 49 , p. 7 ro , n. 10.
C c n n i m k n la Eucaristía , 127 , n. 4. Por La gracia se sana el alma , no la car­
Debe comulgarse en ayunas , 1 2 7 , 0 . 7, ne , 2 10 , n. 10.
r44 , n. jS- _ Hay concupiscencia ordenada , y desorde­
Y estando en gracia , 124 , n. 1 , p. 141, nada ,272 , 0 . 6 .
n. 50 y sig. Qúé es concupiscencia y quál ía prohibi­
da.
«8* INDICE DE LAS COSAS NOTABLES
d a , 107 » ti. 43 , p- *7* 3 6 y sig. Debe guardar profundo sigilo. A h í, n . ^
Quai es la que no se prohíbe, 12a, n. 43, Método que debe guardar en oirla , i 70
p. 272 , n . í y sig. n. ;8. ’
La ordenada acarrea muchas utilidades^ Cómo se ba de portar con los que escusas
272 , n. 7. sus pecados. A hí , n. ; í?.
La desordenada es raíz de todos los pecados, Cómo con los vergonzosos y despreveni­
270, n. 1 , p. 273, n. 1 3,p.2?y, n. 22. dos , 171 , n. 6 0 ,
Esta se prohíbe , y por qué , 273 , n. 10 Cómo con los que olvidaron algún peca­
do. Ahí , n. ér.
y i1' Cómo con los que deben restituir , 177,
Quándo pasa la natural á pecado. Ahí,
n. 12. n. 78.
Daños que nacen de la desordenada 273-, Cómo ha de imponer las penitencias. Ahí,
n. 22. n. 72.
Si se refrena , produce muchos, bienes, Confianza. Grande debe tenerse en Dios,
i o í > , n. 48 y 42. 16 , n. 13, p. 33; , n. i 4, p. 3 3i? j.xu j ,
Reprimirse puede , no arrancarse del to­ p. 3 4 2- y 3•
d o , 310,11. 10. Véase A v a r i c i a y C o ­ V ale mucho para alcanzar lo que se pide,.
d ic ia , 287 , n. 3* y sig ,
Confesión es muy útil y necesaria , 163, E l que desconfié , nada c o n s e g u i r á , 14,,
n. 30 y 37* n. 1; , p. 287 , n. 3.
Declárase que es , 164 , n. 38. Confirmación ; Debe explicarse con cuida­
Por qué y quándo la instituyó Chrisco, do, y por qué , 1 1 6 , n. x.
i í ; ,E . 3? Y 4«- Es verdadero Sacramento, diverso del Bau­
Deten confesarse con distinción todos los tismo. Ahí , n. 2. y sig.
pecados mortales. Ahí, n. 41 y 4 6 , Porqué se llama C o n f i r m a c i ó n ^ 122,n.20 y h .
No es necesario, pero es muy provechoso Su Autor esClirísto, 2o, n. 2 3, p. r r 8 , n. 6 .
confesar los veniales , 167 , n. 46. Q c il es su materia , y qué significa , rrS,
Utilidad de algunas ce remenais que añadió íí. ? , 8 y 2.
la Iglesia, » n. 4-* Debe ser consagrada por el Obispo , y por
Quándo , y á qué edad obliga , 1 6 6 , n. qué. Ahí , n. 10.
44 y 4 ) * Quál es su forma , 1 12 , n. 11 y 12.
Debe ser entera , 167, n. 44. Su Ministro ordinario es el Obispo. Ahí*
Debe hacerse con sumo cuidado, y confe­ o. 13 y 14.
sarse las circunstancias, 167 , n. 47. Debe haber Padrino , eí que contrae pa­
Quándo debe reiterarse y quándo no. A hí, rentesco , 120, n. i ) .
n. 48 y 42- No es necesario este Sacramento , mas no
Debe ser desnuda , clara y sencilla , i<sS, debe ¿exarse, 1 1 7 , 0 . 4 , p. 121, 0. 1 6 .
n. >0. Todos los bautizados le han de recibir,
Debe ser prudente y vergonzosa- A hí, i - 1 » 17*
n. ,-r. En qué edad debe recibirse. A h í , n.. rS.
Debe ser muy secreta y no puede hacerse Qué preparación requiere. A h í , n. 12.
por measagercs ni por cartas. A hí, Quáles scn-siis electos , 122, n.20 y 21.
a. 5'1* Declárase su virtud. A hí ,n . 22.
E$ muy provechosa su frecuencia. Ah», n, Imprime Carácter , y no puede repetirse,,
?; ,p - 234,0. s j »P- 4 4 A - q~* 12 3 , n. 23.
Su Ministro es el Sacerdote con jurisdic­ Por qué se ung-e la frente. Ahí, n. 24.
ción. Ahí , u. ja- En qué días solia administrarse. Áhí,n.sy.
Para peligro de muerte todo Sacerdote la Por qué hiere el Obispo en la mexiila y
tiene , x e 9 , n. j j . _ da paz 2I confirmado. A hí , n. 26 ,
Prendas que deben adornarle , y cuidado Corona : Qué significa la de los Eclesiás­
que les fieles debes poner en escoger- ticos, 1 $8 , n. 14.
7o A ¿ ~ Se dice: La introdujo San Pedro. Ahí.
Co-
DE ESTE CATECISMO,
Coronas que Ha Dios á los vencedores, El que la hizo de mentir , haga la contra­
ioj >, n . 48 y 45 , p. 3M , n. jo . ria , 69 , n. 21.
z

Consejos E vangélicos: es pecado muy gra­ E l pecado de costumbre es mas grave que
ve jurar no guardarlos, 22-7 , n. 24. los otros. Ahí,
Continencia. Véase Castidad. Credo, Creer : Por qué los Apóstoles for­
Contrición : Es parte de la Penitencia, 1 f 7, maron el Credo , 8, n. 2.
13. 21. Porqué le llamaron Símbolo. Ah í, n . 3.
Por qué es parte de este Sacramento. Ahí, Quan necesario es , y en qué partes se di­
n. 22. vide. Ahí, n. 4.
Se difíne , y se explica , 1 y 8 , n. 23. Qué significa la palabra Creo , 8 , n. 2.
Por qué se llama Dolor. Ahí , d . 24. Qué debe creer el Chrlsdano. 3 , n. 2 y 4.
Por qué se llama Contrición. Ahí , n. 2,'. No ha de escudriñar sus misterios , n , a .
D e otros nombres que se le dan, i; ? ,» . 2<S, 7 s p. 13.
Debe ser dolor sumo sobre todos. A h í , n. Debe confesar la Pe á cara descubierta, 9 ,

27. n* 4/
Puede ser verdadera , aunque no sea per­ Creación , Criador , Criar : Dios por sola
fecta , l í o , n. 28. su voluntad crió de la nada todas las
Ha de formarse de cada pecado en particu­ cosas , id , n. 15.
lar. A h í , n. 29 . Creación de los Cielos y los Astros. Ahí,
En caso urgente basta en general , 1 6 1, n. n. id.
30. D e los Angeles y sus dones. Ahí , n. 17.
Por la perfecta se perdonan luego todos De la tierra , plantas y animales , 17,
los pecados* Ahí. n. r§.
Quites son sus requisitos. Ahí , n. 31. D el hombre y de sus gracias. A h í, n. 1 9 .
Requiere dolor de los pecados pasados , y Por nombre de C i e l o y Tierra se entien­
propósitode la enmienda. Ahí, n. 32. de todo lo visible é invisible, 17,
Requiere también perdonar las injurias, cu 20.
l í a , n. 33. La creación es común í todas tres Perso­
Excelencia y utilidad de"ella. Ah í, n. 34. nas Divinas. A h í , n. 23 , p. 27 , n,
Meditaciones para excitarla. Ahí, n. 37, Dios con la misma virtud que lo hizo,con­
p. 3 ? i , n. é , 7 y ? . Véase Confesión y serva. quinto crió. A h í , n. 21.
Penitencia. Sla Dios no puede subsistir cosa criada. Ahí.
Corazón : Muchas veces se toma en la Es­ Ninguna tampoco puede obrar , ni hacer
critura por lo mismo que í ' - ñ z z n : a d , 17 i?, co sa, sí Dios no la premueve. Ahí
T i. z 6 . n. 22.
Con él se cree para la Justicia , n. a,p. Criatura nueva en Cfírfsto es el que guar •
§¡S, n. r s z . da sus Mandamientos , z o 9 , n. S.
D e todo corazón debemos amar á D ios, y Crea ; Por qué Chrísto escogió muerte de
aborrecer el pecado , 17 9 s n . z 6 y 27. Orna , 3 0 , 0 . 4 .
De é l salen los pensamientos malos, homi­ Qué significan las que se hacen en el Bau­
cidios, adulterios , & e. , n. 6. tismo , r 14 , n. <17.
Se ha de desmenuzar y sajar con la lanceta Por el precio- de la Cruz se perdonan nues­
de la Contrición, 179 , a. 27 y 27. tras deudas, 37 , n. 14 y i, , p. 172,
Los que no sienten dolor de sus pecados,le s. á; , p. :2á , n, r i .
tienes de piedra y de diamante , 33 5 , n. Culto : E l externo que debemos á Dios, se
9 . manda es el 3 precepto s z z 9 , n. r.
Costumbre: En la de jurar hay muchas caí­ Quándo- se quitó el del Sábado , 230,0.7.
das 3 : : í ; S* Por qué se trasladó al Domingo , 231,
Las buenas se corrompen por las pláticas n. 7.
malas ,273 , a . : r . Por qué se Instituyó el de las fiestas,
E l que la tiene de hurtar , la tendrá de pe- , n. ó.
mar 5 sino se enmienda , z 6z , u. 2 j .
CGC D¿-.
INDICE DE LAS COSAS NOTABLES
los malos , 330 , n. 1. p. 332, n. 7.
Quan formidables son sus embestidas. Ahí,
D P* 33¿ 3 n. 18.
No puede tentar quanto , y como quiere.
; Es padre de Christo según la
carne , , n. 7. Diversos medios de que se vale , $ , n. 7,
Encerró en sus Sainaos todos los misterios, p. 333;«-
30 j n. 7. Es autor de todos los males que nos hacen
Es marabilloso en sus modos de orar, 311, los próximos , 340 , n. 10.
n. 13 > ?* 33í s n- *rí j f* 3i 8 a n- 3i p. A veces se transfigura en Ángel de lúa , y
342 , n. 3. Dinra el mal como bien , 3x2, ¡1. r <r.
Propónese por exemplar de penitentes, Por qué Se llam an Gobernadores y Príncipes d e
1 6 0 , a, j S j p. 173 3 n- ¿ í , P* 3M í las tinieblas y malicias espirituales , 37 , n.
n. 8 y 5. 1 4 3 p* 33i 5 n- í-
También de perdonar injurias , 148 , n. 21. Reynaen los malos, pues se entregan á él,
Decálogo : Es la suma de todas las leyes, 11 7 , n. 71 , p. ; o í , n. 13 , p. 2 3o , n,
2oá, n. 1. 7 >p; 33M n* 7*
En él deben meditar áia y noche los Pas­ Quan tiranamente reyna en ellos, 277 , n.
tores , 6 , n. i z , p. 20-S , n. 2. 22 , p. 304 , n, 4 , p. 323 , n. 7 , p.
Quién es su Autor , y cómo nos obliga, 340, n, 9 .
207 , n. 3. Cómo es vencido: y nadie presuma que pue­
Haberle dado Dios , mueve mucho á su de por s í , 33^, ti. 18.
observancia , 207 , r¡. 4, Dios nos da fuerzas para vencerle , 3 3<f,
Habérnosle dado , es gran beneficio suyo,. n. 19.
208 , a , 7 , p, 243 , n. 1. p. 3 c. a, Premios para los vencedores , n o , n. 49,
p. 271 , n. 4. p- 3 3¿ 5 n. 20. - ^
Magesmcso aparato eos cué se intimó, Derramar ante Dios la oración, que signi­
20” , B. 57 fica , 281 , n. 4.
Q nan f á c il es su o b serva n cia . A h í , n. 7 . Desear, D eseo: E l que desea la aiager age-
O b lig a á todo- h o m b re, z o p , n. 3, p . z t o , na, es adúltero, 2 7 s , n. 7, p. 274, n. 1$ .
n. í . Oye Dios los deseos buenos ,282 , n. 7.
T o d o se encierra en la C a rid a d , 4 , s . 1 0 , Me es lícito desear lo que no es lícito po­
2 o s , a . 1. p. 2 37 , ¡a. 3 . Y ¿ase l a y y seer , 273 , a. 1 1.
Jík ®¿úííeí>í;'íe. Dos deseos desordenados atormentan mu-
Demonio : Llámase el t & s s & d e r y por ser ese cho, 271, n, 4, p. 277 , n. 22.Véase A p e -
su oficio, 303, a. 4, pw i 31 3 3 í a y 33Sa tit o s ^ A m a r t e l a , C o n c u p is c e n c ia y C e d i d a ,

p. 340, 0. ? y so. Deshonestidad. Véase L u x u r i a ,


"Por qué se llama el m a i , A hí. Desprec:ar,Desprecio : E l que no se apro­
Procura corroisoer codo lo bueno, 217, vecha de las gracias de D io s, las viene
e . 2S , y toda la sexta Petición. a despreciar , 7 4 , 1 1 . 12,
Nos persigue coa odio Implacable , rS?, Esto cede en gran daño- de sus almas, 1 xé,
3. 17 5 p, 30 3 , e. 4 , la sexta Pedclon, n. r.
y 340 , n. ? y ice Despreciar la ley , hace abominable la ora-
Tienta de varios modos , 7 3 1 , 1 1 . 7. cien , 2S7 , o* 2.
Hace q-nanto- puede por perderlos , y x&ss B ! desprecio de las inspiraciones divinas
al fin déla vida , e$?, a. 17. es causa de todas las miserias, 304,
La guerra que nos hace es continua , 3 5 1 , 35. 6,
n. 7.. Por quan vil interés desprecian los mi"
E s muy atrevido para roncar. A h í , n¡. 5. los los bienes de Dios , 323 , n. íj
Sobre quiénes tiene potestad, 1 „ n. 13„ 7 y 8-
A vecestientan machos juntos, 331 , n. 4 . Detraccion , Detractor : Detraer es vicia
Por qué tienta anas á los buenos 5 que á abominable 3 z&p , n. 8.
Se-

A
BE ESTE CATECISMO. 3 S7
Senálanse los modos de detraer, z 6 $, n. 9. Aunque se atribuye-sí Padre, conviene ¿
Son detractores los que oyen con gusto al todas las Divinas Personas, 1; , n. I4
que detrae , aíy , a. 10. p. 27 , n. 3.
También los autores de libelos famosos, Cómo y por qué crió Cielos y tierra. Véa­
z 6 6 , n. 13. se Criador.
Quál es la detracción mas perniciosa, z á $ , Cómo conocieron á Dios los Filósofos, 9 ,
n. 9. n. 6, p. 7<í, n. 14, p. 77, n. 3,
Deudas : Qué se entiende por ellas en el Mucho mas altamenze se conoce por la luz
Padre nuestro, 32;, n. i a. de la fe. Ahí.
Estas son las mas pesadas, z 6 z , n. 2;. Cómo se entiende que á Dios le pesa , i f z ,
No podemos pagarlas por nosotros, 1 9, n. 2.
n . j , p . J3,n. n y sig. p. 172, n. y* Soío Dios puede por sí perdonar pecados,
sig. p. 32; , n. 12, 13 y 14^ , n. 8 y sig. p. 50, n. 23, p. 154,
No hay mas remedio que acudir al Fiador. r¡. 10, y sig. y la ; Petición.
Véanse esos mismos lugares. A s g Io Bros se ofrece Sacrificio, 145,
De diverso modo decimos, nuestras deudas, n. 73.
que el pan nuestro, 32 6 , n. 1 ;. Dios es Autor del Decálogo, 207 , n. 3.
.También son deudas- los pecados leves. Por qué se llama fuerte , z i 9 , n. 31.
Ahí, n. 14. Por qué se llama a d o s o , z i 9 , n . 3
Eos que niegan la deuda , cometen rapi­ Es último ñn de todo, 7, n. 10 , p. 237,
ña , 2 >8 , n. 12. n- >> 4 Y > 3 P- z 99 , n. r , p. 3r; , n. 1m,
Dia : E l del Juicio se llama Di a del Señor, el Artículo 1 2 y la 2 Petición.
47 5 n. 2. Nadz se le paede añadir, ni quitar, n ,
Debe haber días festivos, 230, n. 6 . n. 7 , p. 29 9 , n. z .
E l del Sábado se trasladó al Domingo, Por qué en la oración se llama Padre n u e s ~
233, n. 1 §. tro, z 9 t , n, 1, p. 2 9; , 11. 14 y sig.
E l día de Domingo se llama también Día Está muy pronto para perdonar, 32 ;,n .io.
del Señor y por qué , 2 31, n. 3, P. 233, Quán benigno es para los hombres. Ahí,
n. 18. Ah í, n. 14 y sig. o. : n
Además del Sábado tenían los Judíos otros No es agotadle su amor por nuestros pe­
días festivos. Ah í, n. 17. cados , 294, n. 5. y sig.
Lo mismo observa la Iglesia, 2 ; 3 , n. i9. Nos corrige como á hijos, 110 castiga co­
D e qué debemos abstenernos , y en qué mo ¿ enemigos , 24S , n. 21 , p. 29f ,
emplear esos días. Allí , a. 20 y sig. n . 15.

Véase Fiestas. Castiga á los que ama , 10? , n. 4S y 4?,


Diablo. Véase Dítramzo, tentar. p. zr 1, c. 3, p. 294, n. 2 2 7 1 3 , p. 33j,
D ilación: Es muy peligrosa en la Peni­ 3 . 9.
tencia, 74, n. : 2, p. : j 9. n. 2 ;, p. 1 69, Debemos amarle de todo corazon y sobre
? • f 3- _ _ todas las cosas , ; , n. 1 0 , p. ir 9, n.
Dios : Es uno en esencia y i riño en Per­ Y 27 , p. 237 , n. 4 , p. 299, n . 1.
sonas, 12 , n. 10, p . 2 2 , 3 . S y 9 , p. 7 2 , Debemos amarle sin tasa. En esos lugares.
n. 2 y 3. 5:n su gracia no le podemos amar , como
Repugna haber muchos Dioses, : 1, c. 7. debemos, ;2 , n. 3 , p. 30S, n. 6 .
Por qué á veces se da ese nombre á cria­ Servir a Dios es reynar, 5 1 1 , 0 . 13.
turas , 1 1 , n. 3. Hemos de procurar servirle por puro amor,
Por quintos títulos se llama P a d r e . Ahí* 31; , n_ 20 y 21.
ti. 9 y :o , p. 2?: , n. z. y s:g. Este amor nos pide , 220, n. 38 , p. 313,
En general lo es de todos , en especial de n. 20.
los Cñristianos. En esos lugares. Nunca se olvida de nosotros , 295, o. 7
Por qué dexades otros títulos se puso en
. y s l%-
el Credo el de Todo-Federóte , 14 , n. 1 z, Singula emente mostró su amor en la R e ­
12 y 1 ;. dención, 3 n. 12, p. z 9 a , ü . 10 y sig.
CCC 2 * Bor
gSS INDICE DE LAS COSAS NOTABLES
Por ella tíos hizo hijos suyos, s j , n. y, No quiere librarnos de todos. Ahí.
p. i ? 4 , n . io. y sig. p. z ? 7> n« z7' C o n su éla n o s en e llo s . Ahí.
Quán obligados le so oíos por estos benefi­ Usa del demonio , como de ministro de su
cios, 3i , n. 7 , p. Í 9$ , n. n._ justicia. A h í , n. 9 .
Sobrepuja su bondad á su justicia, 220, Nos da fuerzas para vencerle , 3 3 ? , rs. 17
n. 3<7, p. n* y 19 .
No es Autor del pecado, j j 3 , n. z 1. Divorcio : Por él no se disuelve el matri­
Bstá en todo lugar y en todas cosas, 17, monio, 202 , n. 20.
n. u y « ) p - -2?) n* l 9 - No se concede sin causas graves, 202,0.20.
Por qué se dice , que esta en los Cielos. Ahí. Los d iv o rcia d o s no deben rehusar recon-
Cómo tienta al hombre , 33 3 j fi* 9 Y 1- • „ ciiíarse. Ah í, n. 22.
Cómo le dexa caer. Ah í, n . n y n . Doctor: Los legítimos son muy necesarios
Cómo castiga en los hijos ios pecados de en la Iglesia, 2, n. z y 7.
sus Padres, 220, n. 3y y 36. A dos cosas deben mirar en la enseñanza,
Qué se enriende por el nombre de Dios en 4 , n. 1 0 y 11.
el 2 precepto, 221 , n. 4. Deben acomodarse á la capacidad de los
Debemos honrarle por palabras y obras, oyentes, A h í , 2o í , n. 2.
222 , 1 1 . 4 , 5 y « ? p* i ^ , n . 1. N in g u n o debe h u ir de este e x e r c ic lo . A h í .
Cómo se honra. Ahí. Doctrina: Toda la Chrístiana se divide en
Castiga con rigor á los que le deshonran, IV . Partes, 6 , n. 12.
228, n. 30. Hoy no sufren la doctrina sana, 37, n. 3.
Oye los deseos de los buenos, 27P, n. 7. Qaái es esta , 20-S , n. 2.
Tiene particular cuidado de ellos , 304, E l blanco y fin de toda es la Caridad, 7,
n. 8. n. 10.
Para el trabajo nos llamó , mas no nos D o lo r: E l de los pecados no requiere lá­
desampara e n é l , 4 , n. 10 , p- 305, grimas , aunque son apreciables, x ío ,
n. 13. z . 28.

Sana en los justificados el alma , no la car­ Se ha de exhortar á que se forme de cada


ne , 6 7 , n. 3 , p. 105? , n. 48 y 45?, pecado en particular. A h í , n. 29 . Véase
p. ; 10 , n. ic. C o n t r ic ió n .

Todas sus obras son buenas , 313, n. 22. Domingo. Véase D i z F e s t i v o .


Sus caminos son inapeables. Ahí. D o n : Por qué los de Dios se atribuyen al
Por c u é veneramos mucho su voluntad. Espíritu Santo , 7 7 , n. 7.
A hí. ' M i mismo Espíritu Santo se llama D o n . Ahí,

Sobre todo debemos venerar su ¡ n S n i z o po­ E. 8.


der, ¿4, n. 1 1 . 12 y 1 3 , p. 30;, n . y, Quáles son los principales. A hí.
p. 1 1 9 > n. 14. Debe discernirse con cuidado entre el di­
Quiere que le roguemos , aunque sabe lo vino Espíritu y sus dones. Ahí.
que necesitamos por lo mucho que nos E l mayor de todos es la gracia que nos
vale, 27 9 , n. 7 y sig. santifica. Ah í, p. 9 1 , n. 27.
Qué es lo primero que debemos pedir..2sv, Se dan en el Bautismo , 112, n. 78.
,c- - y Duda: No cabe ea cosas dé fe, 8,11.2, y 3*
Cómo pedimos su misma honra y gloria, Tampoco debe haberla en la Oración, 14.
t 99 , n. 2 y slg. n . 1 3 , p . 2 8 7 , n. 3 , p . 328 , n. 2 2 .
Algunas cosas niega misericordioso, que
concede airado , 278, n. 4.
Mira mejor por nosotros , que lo que po­
demos desear, 321,0. 22.
R e c u r r i r á Dios en los males , es carura! JH.Fectos marab'llosos de la Pasión de
al hombre, 300, n. 4 , p. 337, n . 2. Christo , 37 , n. 14 y 17.
De varios modos e o s libra de los males, Del Bautismo y demás Sacramentos. Véase
340, n. 8. en cada uno.
DE ES TE CATECISM O.
Elección: De Confesor vale mucho, i 69> Debemos pedir á Dios nos libre de ellas,
n. $ 6. 3t í , n. 1 3.
E n : fuerza de esta partícula en el Credo, Ninguna para hurtar valdrá ante Dios,
; 2 , n. 4 , p. n. 22. 241, 0. 2 1.
Encarnación : Siempre fue necesaria la fe Se rechazan las que se alegan . A h í , n . 21
de este misterio, 18, n. i y 4. y sig-
P e su grandeza, y como debe entenderse, R e ch á za n se otras en defensa de las m enti­
24, u. 1 y sig. ras , 2 69 , n. 21 , 22 y 23.
t i o hubo en él confusión de naturalezas, Esperar, Esperanza: Mándase esta virtud
25", n. 2. ^ ^ ^^ por el primer mandamiento , 215 , n. 8-
Es obra de toda la Trinidad Santísima, Debemos esperar de Dios el perdón de los
aunque se atribuye al Espíritu Santo. pecados , y por qué , 74 , n. 10 y u ,
A h í , n. 3. p. 323 , n. 10 y ¡ 1 .
Unas cosas se obraron en é l , según orden Hemos de servir á Dios , esperando sus
natural , y otras sobre todo ese orden, premios , por ser esa su voluntad , 3 1 3 ,
D 3 n. 20.
Enemigos: Debemos amarlos, 247, n. 1 6 . La debemos tener de alcanzar lo que pedí­
y sig. p. 264, n. 43 p. 3173 n* 27 Y ST- mos , y de vencer en las tentaciones,
Agrada mucho á Dios hacerles beneficios, 2S7 , n. 3 , 4 y 3 , p. 333 , n. 14". Véa­
247, n. 18. se Confían^,a , Trntach-fc.
Amarlos es gran señal de ser hijos áeDios, Espíritu Samo : Es muy necesaria la fe de
24X, n. 22 y 2y , p. 327, rs. 1 9. este Artículo , 31 , n. 1.
Es necesario perdonarlos , para ser perdo­ Este nombre es común á las tres divinas
nado, i í i . 1 1 . 33, p. 3i E, n. 25, p.287, Personas. Ahí , n. 2.
n. 2, p. 327, n . 17 y sig. Aplícase también á los Angeles y Santos.
Aun ¿os tercos en perdonar deben decir Ahí.
la oración del Padre nuestro , 528, En el Credo significa la tercera Persona»
n. 21. A hí.
Nuestros mayores enemigos son los demo­ Por qué esta Persona di vira no tiene nom­
nios , 303 j n. 4 , p. 331, n, 4 , p„ 34®, bre propio , 32 , n. 3.
n. S y 10. Es verdadero D ios, uno en esencia con el
Comía ellos nos hemos de airar , no con­ Padre y el Hijo , 12 , n. .10-, p. 24, n.
tra los próximos, 340 , n. 10. S , p.32 , n. 4.
Enfermedades : Valen mucho para satisfa­ Procede <sh ¿ e t e r n o ¿el Padre y del H i­
cer, 17& , n . 73 - jo , como de un principio. En esos lu­
En ellas se ha de llamar á Dios ,335, gares.
2. 7. Es la tercera Persona de la Santísima T ri­
Muchas nos convienen : por eso no nos li­ nidad. En esos lugares.
bra de ellas. Ahí , n. 9. Es el amor del Padre y del Hijo , 1 4 .
D e diferente modo piden 2 Dios los libre Por eso como al Padre el pGder , y aí
los deles, que los infieles, 33 S , n. 4, Hijo la Sabiduría , se atribuye el
7 y* amor , y las obras que de éí proceden
Muchos pidiendo 2 Christo los libre, tras­ al Espíritu Santo , 23 , n. 3 , p. 33,
tornan el orden de su oración divina,
33^ i n. 3* De sus Dones. Véase D e n .
Las áel alma son los pecados , 204 , n. 2, Es el Ancor de nuestras oraciones, 28S»
p. S. n. >.
De estas siempre debemos pedir nos libre. Esponsales : Es infiel el que los quebran­
Toda la > y ultima Petición. ta , Í 91 , n . 6.
Enojo. Véase I r a . Son disposición para el matrimonio , 1S 8,
Escusas: Las de los pecados en la confe­
sión agravan la malicia , 170, n. 35. Eucaristía : Es el mayor de los Sacramen­
tos,
390 ÍNDICE DE LAS COSAS NOTABLES
tos, el flus venerable, y el que con mas Pruébase por la Escritura. A h í , n, z % r
cuidado se debe explicar, i z 4 , n. r. Pruébase por los Sancos Padres, 134, n . z ? .
Por qué, y quándo la instituyo Christo. Pruébase por los Concilios , 134, n. 30.
A h i, n. 2. Propónese esta verdad como Artículo de
Por qué se llama E u c a r i s t í a , 124, n, j. fe. A h í , n. 31.
Por qué se llama C o m u n i ó n , S a c r a m e n t o d e Alteza de este misterio, y dignidad de la
pase y de C a r i d a d . Ahí, n. 4. Iglesia por tal gracia. Ahí, n. 32.
Por qué se llama V i á t i c o y C e n a . Ahí, n. ¡r. En este Sacramento se contiene realmente
Debe recibirse en ayunas, x2;, n .í,p .i 44? Christo todo , 13; , n. 3 3.
n. f 8. Unas cosas hay en él en virtud de las pa-1
Es verdadero Sacramento, 126', n. 7. labras, y otras por concomitancia. Ahí,
Muchas cosas hay en ella que se llaman n. 34.
S a c r a m e n t o . Ahí, n. 8. ^ Por qué se hacen dos consagraciones, 134,
Diferencia grande entre este y los demas. n. 3f ;
A h í , n. 9 y p. 140, n. 47. Todo Christo está en cada partícula. Ahí,
Es uno solo aunque tiene dos materias, B. 34.
i z á , n. 10. Señálase la segunda marabiHa. A hí,n. 37.
Significa tres cosas, la P a s i ó n de Christo Pruébase por laSscritura y Concilios, r 37,
ya pasada, la g r a c i a ■que de presen­ n. 38.
te da, y la g lo ria que promete. A hí, Pruébase por los Santos Padres. A hí, n. 35».
n. n . Por qué la Eucaristía se llama p a n aun des­
Una de sus materias es el pan de trigo, pués de la consagración, 13 8, n. 40.
127, n. 12. Cómo se hace esta conversión asombrosa*.
Este pan debe ser cenceño. A h í , n. ¿ A h í , n. 41.
No es lícito otro en la Iglesia latina, 12 3, M uy al propio se llama i r a n s u h s t a n c i a á o n ^
n. 14. 13 9 } n. 42.
La otra materia es el vino de vides. Ah:, Debe este misterio ser creído , no escudri­
n. i ) . ñado. A h í , n. 43.
Debe mezclarse con agua. A h í , n. isv Christo está allí por modo de sustancia,
Pero debe ser muy poca, porque se con­ no como en lugar. A h í , a . 4a.
vierte en vino. A h í , a. 17. Por eso está todo en toda la hostia y cá­
Son estas materias muy expresivas de lo liz , y todo en cada partícula. A hí.
que se obra por este Sacramento , 1 2 ? , Declárase la tercer marabilla. Ah í, n. 4?,
b . rS. Por qué instituyo Christo la Eucaristía es
Q sái sea la forma de la consagración del especies de pan y vino, 240, n. 4 Í.
pan. A iií, s. 1 9 . D e les inmensos frutos que logran los que
Las palabras que anteceden, deben decirse, dignamente la reciben. A h í, n, 47.
mas no son necesarias, 170 , n. 20. Acarrea ai alma los provechos que al cuer­
Forma de la consagración del vino. A hí, po el pan y vino. A h í , n. 48.
35. 4 i . La muda, y en cierto modo la transforma
Pruébase ser esa la verdadera forma , r ; r , en Christo. Ahí.
o, 22, La infunde gracia, y la Inxlere en Christo,
Explícense los misterios ene encierra. A h í, U í , t. 4 9.
e , 2.3, Debe recibirse en gracia : pues en pecad®
Por qué en la del visto, y no en la del pan acarrea muerte, A h í , a. 70.
se hace memoria de la Pasión , 1 5 2 , Conforta y recrea a! alma. A h í , a. 71.
s, 24» Perdona pecados veniales, 141. n. >2.
Aquí n o podemos regirse® por los senti­ Preserva -de mortales, A h í , n . >3.
dos. A M , o. 27. Nos conduce á la vida eterna. A h í , a. 74.
D e tres grandes marabíll.as que se ®¡braa Ve ase Cccmdgar , Misa , Sacrificio.
por esas palabras, r 33, n, 26. Execración: Cómo se entienden las de ios
Trátase de la primera. A h í, a, 27. Santos contra ios malos, 187 , a. 6.
£&e-
DE ESTE 'CATECISMO. 391
Exécracorio. Y é z $ e J u r a m e n t o . Da salud corporal , sí conviene , y por
Exemplo : Los inas encumbrados de roda que ahora la da rara vez. A ba , n." iV,
virtud nos dio Christo e® su Pasión,
36 , n. 1 6 .
D e humildad y pobreza , 28 , n. m . F
D e perdonar injurias , y amar a los enemi­
gos , z s 9 ,n . 2j. J p 1A ls o testim onio. V éase Testimonie.
D e Santos que en esto le imitaron , 248, Fe : Se recibe por el oido , 2, n. 2.
n. 2 i. Sin ella es imposible agradar a D ios, 7.,
De Penitentes, i 9o,n. 28, p. 328,0.22. n. .1.
De confianza en Dios en los mayores peli­ También lo es invocarle , 279 , n. 6 , p.
gros , 33y , m 1 6 . 287 , n. 3.
D e honrar 2 los Padres , 239 , n. 10. Hay en ella muchos grados, 7 , n. j.
De paciencia Job , 222 , n. 3. E s muy diferente la divina de la humana.
De librados de males por la oración, 33.9, A h í.
n. , p. 340 , n. 8. La divina es inmutable, 9 , n. 2 y 3.
De dementados por lascivos, y castigados La humana falible, 10 , n. 6 .
por ese vicio , 23 3 , n. 9 . y 10. La viva cree y anhela á Dios , y, n. 1. p.
D e vencidos por el demonio en fuerza de y Z , n. 4.

la naqueza humana, ; 30, n, 3, p. 332,0.7. Sin obras está muerta, 114 , ¿1. 69.
Exito: Debe dexarse á Dios el de todos Alteza de la fe Christiana , 9,n. 7 y <f.
nuestros deseos y peticiones, hecho lo Que nos manda creer , 8 , n. 2 , ; y 4.
que es de nuestra parte , 314 , n. 24-, Por qué los Apóstoles la encerraron en el
p. 321 , a. _2i , p- 34-1 , a. 11 j y toda Credo. A h í , n. 2 y 3.
la 3 y 4 ' P e z i c l o n . Debe confesarse á las claras, 9 , n, 4.
Exorcismo : Por qué se hace al que ha de E s muy necesaria y muy ú til la fe en D io s
ser bautizado , 1 1 4 . . n. í y T o d o -P o d e ro s o , 14 , n. 13.
ExÓrcísra : Su potestad , materia , y forma L a de ía R e d e n ció n siem pre fué y es ne-,
¿e su orden , iSs , n. 17. cesaría , 19 , n. 4 .
Extrema-Unción : Debe explicarse con fre­ Es Í 2 . basa de nuestra Religión, ;o , n. y.
cuencia , 178 3 n. 1. La misma que anunciaron los Profetas, pre­
Por qué se llama asi. Ahí , n. 2. dicaron los Apóstoles, 1 s>, n. 4, p. 30,0.3 -
Es verdadero Sacramento. A h í , n. 3. Precede á la Penitencia , :33 , n. 3.
Es solo uno , ajunque las unciones muchas. Se requiere para la justificación,4 1 , n. te,
p. i j ; . n. f .
Se explica su materia. Ahí , a. 7. Es i m r a f necesaria para la oración, 14 , n»
Se exótica su forma. A h í , n. s. *3 jp . 33> > n. x6 y z7.
Por qué es deprecatoria, 2 So, 21. 7. Por la o ra ció n se aumenta , 279, «. c.
Su Autor es Christo Señor nuestro , 1 So, La fe animosa no titubea , 2 1 9 , n. 31.
b . g. Qord sea la fe , que es mío de los bienes
A quiénes debe darse. Ahí , üx ?. del matrimonio , 203 , s. 24.
Qué partes del cuerpo deberá ungirse, 1 S i , Felicidad : lío es dable en esta vida , 7,
na. 1 0 . b 7eO j P * 77> 5-
Puede reiterarse y ovando , 182 , ru 11. La de los Bienaventurados es tan grande,
Con qué disposición se debe recibir. A h í, que solo ellos lo pueden entender , 7 8 ,
n. i2. s„ 4.
■ Quién es su Ministro. Ahí , ss. 13. Es necesario sea eterna. A h í , n. 3. Véase
Deben explicarse sus grandes frutos. A hí, Miena-zssfttse^jMza y Vidaperdurable.
n. 14. Fieles: Todos se llaman S a n t o s , y por qué
Da fuerzas conrea el demonio que ha­ i-;.
ce entonces la mayor guerra 3 i S ; 3 Ocales deben ser sus exerc icios, 23, n. :o,
B. 1 5 * p .33.., 22. 10 , p. t 6 5 o. 1 6 z p. 4 1 , n. 13-
14
sgs ÍN D ICE DE LAS COSAS NOTABLES
14 y 1 í >p* i07 > 4r ? P* 18> »n* í , Fornicación. Véase Adulterio 3 Concupiscen­
p, m j n. 6 3 p. 5 n* 1S s P* 2 34* cia y Lux a r ia .
n. 2 y. Véase C h r is tia m s . Fortaleza : Es uno de los dones del Espí­
F iesta s, F e s tiv id a d e s : P o r qué se in s titu y e ­ ritu Santo 5 j f , íj. 8 .
Con grande debemos confesar la fe , 9,
ron, 2 2 9 ,0 . r , p . 2 3t>j n. tf,?* 23 > , n. 2 4-
n. 4.
Im po rta m ucho g u a rd a rla s , 2 2 9 , n. 2.
Para esto deben coadyubar los Magistra­ Se nos infunde por la Confirmación. Véa­
dos seglares, 2 3o , n. 3. se todo ese Sacramento , y en especial,
Dedicar algunos dias al culto de D io s, es 122 , n. 22.
de ley natural, 229 , n. 1 , p. 230, Dala también grande la sagrada Eucaris­
n. (Se tía , 142 , n. 5"4. -
S eñ alar tales días es de le y de la Ig le s ia , En Dios se ha de buscar , y de él ha de
230 , n. 4. venir, 3 , p, 33; , n.- itf , p.
Como deben santificarse, 231 , n. ro.y sig. 336 . n. 19.
Bn ellos se ha de dar cuenca á Dios- de lo Frugalidad : Debe vivirse con ella , para
hecho en toda la semana, 231 }n. 8. no ser gravcsos , 260 , n. 19.
Ningún trabajo de entresemana se ha de Fruto : E l del árbol de la vida la conser­
dexar para esos dias , 2 33 , n, 20. vaba perpetua , 31 j- , n. 4.
Q u e obras se vedan en tales dias. A h í , n . z i . Los de la tierra son beneficios de Dios,
Q u á íe s no se p roh íben . A h í , n. 2 2 y 23. ir , p. 304, n. 7.^
Por qué se veda , que trabajen las bestias, Muchas veces los quita por nuestros peca­
234, n. 24. dos , 3 1 6 , n. y .
Bienes de que gozan los que los guardan, Los grandes que se pueden coger de cada
233 , n. 27. artículo , y cada Sacramento , se halla­
Males que se acarrea el que los quebran­ rán al fin de él.
ta. A h í, n. 28. Véase D í a F e s t i v o y Sá­ D e los que da de sí Í2 guarda de la divina
bado. le y , 209 , n. 9 y 10 , p. 270 , n. 2.
Figuras : Las de la Concepción y Naci­
miento de Christo , 27 , n. 10.
Las de su Pasión y Muerte, 30 , n. ;- G
Las de la Iglesia , í j ,0 . 19.
Las de las aguas del Bautismo, 9<f, n. 9 .
Las ¿e la sagrada Eucaristía, 145- , n. 60-
G Anancía : Las injustas son muy daño­
sas , las justas muy provechosas , 3 1 8 ,
p. 14S , n. 70. a. i2.
Las de la Confesión sacramental , 1 6 $ , n. Gemido: Con inexplicables nos hace pedir
40 y 41. el Espíritu Santo , 2 S 8 , n. y .
F o rm a : T o d o s lo s Sacram entos constan d e Sen propios de los penitentes , ry; , n. 8,
e lla , S S , n . 1 $. ^P- U 8 > a. 13 Y « g :
Bu esto aventajan mucho los-nuestros álos N o los hay en la gloría , 79 , n. j .
antiguos , 88 , n. -7. Gerusaien: Significaba la Iglesia, porque en
Por qué es necesaria. A hí , n. rA sola ella se hacían sacrificios ,¿"3,0. 19.
La del Bautismo , 97 . n. 13 y sig. Fue castigada por su ingratitud y abuso de
La de la 'Confirmación, 1 r £ , n. 2, p. 129, los bienes de D Í gs , 3 3 4 , 0 . 12.
n . 11 y 12. Por la nueva se entiende la gloria, 78, n. 4.
La de la Consagración del pan , 130 , a. Gloria : Es indecible la de los Santos , 8r,
1 9 j 20. n. 32 , p. 307 , n. i¿ .
Xa ¿el vino. A h í , a 2: f sig. Cómo en ei Padre nuestro la pedimos para
La ñe la Penitencia , if> , n. 14. D ios , 2,99 , n. 1 y 2 .
L a de i 2 E x trem a-U n ció n , 17 9 , n. d y 7 . La hemos de desear para nosotros, porque
La del Orden , 1 g 9 , n. 17 y sig. así lo quiere D io s , 313 , n. 20.
D e í orma diversa rogamos á Dios que á Qué es la gloria > 79 , n. 7 y sig. p. 30;,
los Santos , , n. 5 y 4. t: ££.
Es
Í)E ESTE CATECISMO, 393
Es gracia c a n s u m a d a . -Ahí. VéaseEntre Dios y los pecadores hay guerra vi­
B ie n a v e n -

y V id a p e r d u r a b le .
tu ra n s L - z v a , 324,2. 8.
Gracia : Es gloria e m p e z . a á ¿¡3 30; , n. n .
Qoe cosa es gracia , n o , n.-fo , p. j e ; 3
n. 11. ... H :
Es el don grande del Espíritu Santo , ;
n, 85 p. i>r , n. 27 y sig. f J ^ A b ía r : Eí que mucho había , mucho
Senos da por los Sacramentos) vr s n. 27. yerra : Debe huirse del- mucho hablar,-
Véase en cada uno. -2<íS , n. 20 , p, 5x4 , r. 4.
Es la que nos hace justos, é hijos deDioS) Hallar ; E l que halla una cosa , debe res­
110 ) n. 70. tituirla , y si no se halla el dueño, dar­
Trae consigo todas las virtudes. Ahí, n. $■r. la 2 pobres , 290 , n. 9.
Sin ella es imposible merecer, ni hacer co­ Hebreos : Muy favorecidos de D ios, 21 o2
sa que agrade á Dios , y 2, n. , , p. 17), n. r.
- n. 72. Los sacó de Egipto, y les dio la ley. Ahí.
Nos viene por Christo , 3y , n, u y i f , Por qué los escogió y ios amó tanto, 21 r,
p. n i , n. , 2 3 p. 141 , n. 49, p. 17/3 n. 2.
n. 72. Por qué los dexó peregrinar y ser atribu­
Precede, acompaña y sigue á todas las lados largos tiempos, 211 ,n , 2 y 3.
obras buenas , 17) ,n . 72. Por qué Ies dio la ley en aquel tiempo y
Tas hace meritorias y satisfactorias. Ahí. lugar , 2 i i , n. 4.
Juntarse con el pecado es tan imposible Hereges: Quiénes lo son, $6 , n. 1.
que ni fingirse se puede, 122 , n. 20. Artes de que se valen para sembrar sus
Varias veces se pierde, 151 , n. 1 ,p . jof» errores , 3 , n. 3 y 6.
. E. I I . Han perdido muchas almas. Ahí.
Se recobra por la Penitencia. Artículo 10: Se fingen Católicos , , 6 , n. 1.
este Sacramento , y la $ Petición. Son espías y ministros del diablo, 333,
Debe preceder á la gloria , 5 0 ;, n. i 1. n. 20.
A Christo se c i ó sin medida , á nosotros Hacen por arruinar todos los defensivos
con ella : para que todos recibamos de de la iglesia ,163 , n. jtf.
su plenitud , 25- , n. 4. Están muy ciegos los que los siguen , 5to,
Se da mayor ó menor por los Sacramen­ ii. iS.
tos según la d i s p o s i c i ó n del que los Hijo de Dios Eterno. Véase Christo.
recibe , n : , a 5 8* Hijos adoptivos de Dios. Véase Grada.
Las gracias g r a t i s - d a t a s son comunes a to­ Hijos deben honrar á sus Padres. Véase
da la Iglesia, 66 ^ n. 27. H s a r a r .

para subir á la virtud de la Pe­ Hijos del diablo : Lo son los hipócritas
nitencia, I) ; , S. 8. y mentirosos , 245 , a. 24 , p. 2íS,
Para subir 2 la oración , 2 8r , u. 5 y 4- a. 1 9 .
E l que por las primeras no sube á la últi­ Hipocresía : Vicio abominable, propio de
ma , trastorna el orden de Christo ,338, Fariseo* , ~66 , n. 13.
. »- 3* Oras pGr vanidad , 290, a. 7.
Xa primera para la felicidad es poner to­ De ella y de edlos debemos huir. Ahí.
da su esperanza en el auxilio de Dios, Hombre i Formóle Dios á su imagen , y
le dotó de muchas gracias, 17,0. 19.
Grados: Hay en la Iglesia diversidad de Le crió para que le sirviese en eria vida,
ellos , i ? í , s, i í . y aspirase á la eterna, 1 , a. 1 y 2,
Los del Sacramento del Orden. Véase en el. p. i § 7 , n . f .
Guerra: Es muy fuerte la de la carne Perdió por el pecado todos los d mes de
costra el espíritu , ¿7 , n. 5 , p, 1 o?, gracia, y quedó muy mal herido en ios
n. 4$ .y 4? , p. 303 , n. 4 y sig. p. 35 G de naturaleza, 19 , ií. 3 y 4 , p. 33 ,n .
E. 4. 1 1 y síg. p. 308 , d.
DDD Sen-
594
ÍN D ICE DE LAS COSAS NOTABLES
Sentencia horrible , con que fue condena­ Ha de mirar á los que le injurian 9 como
do, z 9 i , n. 8 ,■ p. 5 1 6 , n. á ministros, ¿e Dios , 248 , n. z i .

Miserias en que quedó , 303 , n. 4 y u Ha de corregirlos con su sufrimiento y pe­


p, 508 , n. j y sig. p. 337 ; n*#a*' dir á Dios, los líbre, de aquel pecado,
'Males-que gana , y buienes que pierde por r71. , n>. 5 9 3 p. 340 , n. 10 y 11.
el pecado , 308 , n. 5 7 sig. p- 3M * n* Homicida Homicidio : La ley de no ma­
tar es. muy dulce y amable para todos,
i y«s*
Se asemeja á los niños , 30? ., n. 7. 243
Se asemeja á los de gusto estragado, 508, Por ella se'veda matar y se manda matar á.
n. 4 ; í y í- los enemigos, 244 , n. 2*
Se hace e s c l a v o vil del demonio , 32 3 a n. No se prohíbe matar anímales. Ahí , n. 3.
7 j p- 33i i h- 7* N i á. los malhechores por los Jueces. Ahí*
Causa de sus miserias y yerros es apartarse - n‘ 4*
de la voluntad de Dios 2 3 p* N i en guerra justa. Ahí , n. f.,
i i f 3 s. 71 } p. 304 5 n- NI en defensa de la vida propia, 243, n. 8-
Segrn esta Regla debe hacer todas sus. No. es pecado el homicidio casual. Ahí&
obras , 27? , n. 21 »Toda la. 3 Petición^ n . ¿4

p. 31 r 5 n. 3. De dos modos, lo' puede ser.. A h í , n. 7.


Muy lejos de ella está él entregado á sus A todos obliga esta divina, ley. Ahí, n .yfl
gustos y deieytes , 270 n. 23, p. 312, Védase todo modo de- matar.. A h í , n. 11.
n. 14. Ninguna puede matarse á: sí mismo. A hí,
Todos se deben confesar pecadores3_32 3,, n. 10..
n. y. D ios aborrece mucho e l homicidio * 2473
Ninguno puede por si adorar y amar á m 14.,
Dios según debe , 17 j , n. 72 , p. 309S También está, prohibido, e i deseo. A hí,
n. j , ^ y 7. iu 11.
Es muy grande su haqueza , 330, n. 2, E s este pecado caen muchos. A h í , n. 13.
Y
Son los homicidas, crueles enemigos, del II-
Excede en corrompido á todas las criatu­ nage humano- AM , n. 1 >.
ras 3 3®3 , n. y 3 o. 308 j D. Hacen á Dios gravísima injuria , y vie­
Resisten mucho á la razón sus pasiones. nen á destruir todas sus. obras , 246,
Ahí , ru 4 , p. ; i o , 3. 10, p. 3 ; 1 , n. 4. iz- r f-
Por eso padece ¿ t continuo fuerte guerra Aun la fiera que dañase a . un hombre man­
interna y esterna , 6 7 2 35, ; , y en esos daba Dios, se matase 5 247 , n- 14.
mismos lugares. Varios grados de culpas- contra este Man­
En todo , por todo, y para todo debe acu­ damiento - A h í , a. 12.
dir á Dios por el remedio , 304 , b . 7^ Modo de observarle perfectamente. Ahí,
p . ; 56 , n . 7 * m 13.
Le es muy obligado por su admirable Pro­ Es homicida el que aborrece á su herma­
videncia, 291 , n. 1 y síg. p .3083 n. 2, no , 247 3 a. 1 ¿4 Véase Amar , C a r i d a d ?
Sobre todo por el beneficio de' la Reden­ E n e m ig o s ^

ción 3 ; i , b . 7 , p . 254 , n. 20 y i r . Honra , Honrar ; Qué es b o m r ? 2 38,


También por haberle puesto en su Iglesia,, e.7.
■ 37 3 n. 3 y 4 5- p* ¿4 j E. 2 5 , p» 20-^, La ley de honrar a los Padres aligera mu­
a. 41. cho su carga s 235 , n. 2.
Debe andar m u y adoso de la honra. divi­ E l que no los honra , no honra á Dios.
na, 2 1 5 , n. 33. AM 50 .i,
Debe pedir el par¿ áe cada d ía , porque Principaímente habla la ley de los Padres
ni p a r a nao se basta por sí , 320, naturales , 2 38 , a. S.
»■ 27. Por qué se manda honrarlos , 2 39 , n. 54
Toaos sus trabajos sos perdidos si ao los Por qué dice h o a r a r . y no <s?/z<2r , Ó
bendice D ios, 3.16 , n. y y 6 , 3 2 58 , O. 7 .
BE ESTE CATECISM O. 395
Hay varios modos de honrarlos, 2 J ?,n .r a Señálense varios géneros de ladrones. Ahí.
y r i- Aun mas que el hurto se extiende la rapi­
Cómo se Honra i los Padres enfermos, 240, ña , 2f7 , n. 10.
n, 11. Amenazas grandes de Dios contra los hur­
Cómo á los ya difuntos. A h í, n. 12. tos, z6 r , o. 20.
Por nombre de Padre se entienden otros No admite escusa , y se rechazan muchas,
muchos, 238, n. 8 , p. 240, a. 1 j. 261 , n. 21 Y sig. véase Rapiña , y Res­
Debe honrarse , obedecer y asistir á los titución,
Prelados y Sacerdotes, 240, n. 1 3 y 14
Asimismo á los Reyes , Magistrados y I
Superiores seglares, por malos que sean.
A h í , n. 1; y 1 4. J o e a : Ninguna tuvo Dios en la Creación
M a s á n inguno de todos, si m anda cosa fuera de s í , i í , n. 17.
o fen siva d e D io s , se puede o b ed ecer, Iglesia , debe explicarse con cuidado este
2 3 7 , n. 4 y 7 , p. 241 , n. it f. artículo ¡6 , n. 1.
También á los Maestros, Tutores, Ancia­ Es la Congregación de los fieles esparci­
nos, & c. 240 , n. 13. dos por todo el Orbe , 5-4 , n. 2.
Premios grandes para ios hijos que honran Qué se entiende por la voz Iglesia. Ahí.
á sus Padres, 2 41, n. 17 y 18. Y a sola se toma por la República Chris-
Aunque mueran Jovenes , los perciben de tiana. Ahí.
Dios. A h í, n. 1 9. Misterios que esa voz encierra en sí. Ahí,
Castigos severos contra los insolentes, 242, n. 5.
11. 20, Aplicansele varios nombres. A h í, n. 4.
Humildad : Exemplo grande de ella que Divídese en triunfante y mili carne, 77,
Christo nos ¿ió al nacer y morir ,2 8 , n. 7.
n. u , p. 50, n. 4. Ambas son partes de una misma Iglesia.
A ella está prometida la gracia y ensalza­ A h í , n. 6.
miento, 77 , n. 5 , p. 2S4 , n, i y z . Abraza en su seno buenos y malos ,2 0 ,
Se sxereita por los Sacramentos, S<f,n. 14. 7, íS , n. 7. ■
Es muy necesaria para alcanzar perdón, Solo por conjeturas se puede discernir en­
1704 n. 1 7 , p. i ) 7 , a. a i. tre unos y otros. Ahí.
Con grande se debe recibir la le y , 208, D e diverso modo que los malos están en
n. 6. Véase Graciaa, ella los buenos, 20, n. 7 , p. 78 , n. S,
Hurtar, Hurto: En prohibirle muestra Dios p. 5 0 7 , 3 . 9.
su amor inmenso con nosotros , 257, Es visible y descubierta. A hí,
e . i y 2. Solo tres clases de hombres están fuera de
Por esto le debemos rendir humildes gra­ ssi gremio , 7 9 , n. 9.
cias. Am . Cada una de sus partes se puede llamar
Védase el hurto y rapiña „ y se manda la Iglesia. A h í, n, 10.
limosna. Ahí* En el Credo se toma por la Congregación
Por qué no se expresa la Rapiña siendo de todos los fieles , f 5>, n. :o.
XH2.V0T pSC SrÜO j y 23* 3* Señales de la verdadera Iglesia. La prime­
También se veda la retención injusta. A hí. ra ser Vaa. A h í, n. r
Se dan a! hurto varios nombres, según las Por eso la puso Christo una Cabeza visi­
cosas hurtadas. A h í, n. 7. ble. A h í, a, t i .
Védase también el deseo de hurtar. A hí, Esta fhé San Redro y sus Sucesores , 4 r,
a. í . o. r 3,
Es pecado gravísimo. A h í, n. 7. Otras razones de su unidad, ¿ r , n. 14.
Nacen de él muchos males. Ahí, La segunda ser Santa , 61 , a. 17.
Obliga á restituir , 2y 4 , n. 8. La tercera ser Católica, 62 , n. is".
También el que halla una cosa, debe vol­ También se llama Apostólica y 63, n. 17.
verla á su Dueño. A h í. a. ?. Esta Iglesia no puede errar, como ni acer-
DDD 2 tar
ÍN D IC E DE LAS COSAS NOTABLES
39s
tar las dirigidas por el espíritu maligno, Que denotan las del Espíritu Santa. Ahí
n. z í . ' 1J
<54, n. 1 8. '
Regla certísim a ’par a d istin g u irla de e lla s, Debemos adorar ,las de Christo, de su Ma­
í i , n. i í , dre Santísima, y de los Santos, Ahún.27.
Hguras' de la Iglesia en el Testamento vie­ Es muy útil el uso de las. sagradas, imáge^
jo , 6 3 n. I?. nes , z iy , n. 2.8.
Aun mas claro que de Christo hablaron de E l de las Indecentes muy pernicioso, z.> 3,
' la Iglesia los Profetas, j í , n. i. n. 11
Cómo, pertenece, á lo.s Artículos creer que Cómo debe rezarse el Padre nuestro ante la
hay Iglesia, tf? , m ¿o. : ' imagen de un Santo, z8¿:5 n„. 4^
Creemos la Iglesia, no En la Iglesia, < 54; indignarnos, no podemos , debemos, resig­
u,. 1 1 *' narnos quando nos niega Dios lo q u e
Juera de ella no hay culto ni sacrificio que pedimos, 321, n. 22 , p.. 341 s. n. n ..
agrade á D io s, £3, n. i? , p*301, n- 8. Contra el pecado, y contra el enemigo nos
Nadie puede salvarse fuera de su gre­ hemos de indignar, no. contra el próxi­
mio , óo., n. iz a.p. tf? , K i 9 , p. 301, mo. que nos ofende, 1 7 1 n. j 5 p. 24S;,
n. 8. n. zo y zr , p. 340 , n. 10.
En sola ella está la fuente de los Sacramen­ Infantes.. Véase Bautisma, n. 3.2 , 3.3 y 34,
tos, 301, n. 8- InrsHcidad: Cómo se conocerá la del hom-
Dios la fundo , y la dio poder para perdo­ bre,, 303., n. 4 , > y 6. Véase Hombre.
nar necados , excomulgar , y consagrar Infiel convertido debe dexar las mugeres
el verdadero cuerpo de Christo , 64, que tenga, excepto la primera, 2013
n. z 1* D. 1 9 +
Su Magestad' y excelencia por tener ía sa­ Nunca entró en e l gremio, de la Iglesia*'
grada Eucaristía , 133, h. 32. 2* 9 -.'
E s el Rey na. de Christo, 20-, n. 7 , p. 4 ^ Debemos pedir á Dios los saque de las ti­
n. s. p. 31 x , n. 12. nieblas á la verdadera luz., 2 S4, n. y,
Como la defiende y gobierna. En esos lu­ p. 303 , n. > , p. soy, n. 12.
gares y 302 , n. 2. Deben ser atraídos á la fe , mas. no bauti­
La de. Roma es Madre y Maestra de todas, zados hasta ser instruidos, 1 04 , n. 3y
¡ y í , a 5 , p. i y z , n» z 8. ¿ ’ y 36.
Ceguedad de los que desertan de ella,. 320, Infierno: Baxó Christo á él sin menoscabo
n. ;S. de su‘gloría, j í , n. 2 y
Ignorancia : No puede caer en Dios , 14, Qué lugar es el Infierno.- A h í , n, s.
s. 12, p. 33.3 , n- 9. Hay varios , y.donde están, 2 y
Eo muy grande quedé el hombre por el Baxó Christo á ellos por despojarlos , y
pecado, , 0 5 , n. ; y í . triunfar de ellos. A M ,n . 4, > y 6.
No se ha de ignorar lo- que- pertenece- a!, D e modo muy diverso baxó el alma de
■ estado de cada uno , 1S4, d. i > Christo, que las de otros hombres. Ahí*
Muchos por presumir de sabios , se hi­
cieron ignorantes , y í , ¡a. 14 , pi 77, Ingratitud: Quao grande la de los- hombres
q. 5. para con D ios, 2 $, n. 1 z , p» 3.3,. n. u ,
Imagen, no está prohibido el buen uso- de p -4 34 , n. i i .
ellas, z i ¿ , n, ze . Por ingrata m¿ destruida Gerusalen, 3 34,
Cómo-se pecará en tal uso.. Ahí-, n. 22» n. "22»
En qué sentido las veda el primer Manda­ Los .que pecan » son ingratísimos á D ios,
miento , z i í n. 2;„. , —, , n . 6 y ¿.
No se vedan las de ía Santísima Trinidad. Inhumanidad : Huya de el-la el que desea
A h í , 13. 2JÍ. que le oíga Dios , 3Sá-, n. 1.
Que .dan ¿ entender esas imágenes. Ahí» Irq-aria: Toda el que peca, la hace graví­
Las de ¡os Angeles que significan^ sima á D io s, 5 3 , n. n , p» 22.0 , n. 37>.
Ü* Z^* gs 3- 5 } n- Q s%.
El
DE E S T E C A T E C I S M O .- 397
El.homicida muy señalada., 245", a. 15*, ■ 2ra; La deí Christlano debe nacer deChris-
El lascivo muy fea, 27 1, n. 7 y 8. ■ ■ t o , 2463 n. 12.
E l ladrón muy injusta , z$6, n. 7. Tiene gran poderío en eí hombre, 331
El mentiroso perversa, 2C8, n. 1? y 20. ■ n. 4. 5
El chismoso abominable, zéj , n, 10, .Corno- recargara el Confesor 3I que se ar­
E l codicioso y avariento indigna , 27; , n. rebata de ella, 171 , n. y9.
' nyij. Airarse contra el próximo es pecado mas,
Todos deben perdonar las que reciban , so ó ménos grave, 24; , n. u y 12.
pena de. no ser perdonados, 287, n. 2. Puede ser justo en-los Superiores. A h í.
Toda la quinta Petición. Isaías: Mas parece escribió historia , que
Exem plo el mas asombroso tienen e& Jesu- profecía de Christo, 30, n. s*
C h risto , 249 , n. 2>.
Es obra muy excelente, y muy de su.agra-
do, ?3¿ , n. 18 y x9 , p. 24S , n. z$ , y
la quinta Petición.
Causas que obligan á perdonar, 248, n. 20 J^Esa-Cnrísto: Quan útil confesarleHljo
7 síg* de D ios, 18 , n. r.
Utilidades que produce, 248 , r¡. 22. Cómo le fué puesto el nombre de Jesús,
Males de la terquedad y .dureza. A h í, n. 2 0 , n .j.
23 y ZA* Qué significa este divino nombre. Ahí.
Remedios para ablandar, 24?, n. 25-. Nadie puede salvarse sino en é l , 4 , n-,
N o hay limosna como este perdón , 244. 10, 9. ;o 1 , n. 8.
m i;. Aunque otros le tuvieron, á ninguno con­
Basta perdonar de corazón, aunque recla­ vino como al Señor , 20, o. 6.
me el apetito , 54S, n. 20. Encierra en sí las perfecciones de todos los.
Inspiraciones: S I menosprecio de las di vi­ nombres. Ahí.
sas es la causa de nuestra miseria , 504, A él se arrodillan Cielos , Tierra , é In-
Sennos , 2 3 , b. 11.
Instrumento : Dios se valió del de la hu­ Es su Magostad Sumo Rey , Sacerdote y
manidad para todas las. obras de la Re­ Profeta, 20, n. 7.
dención, ¿s.t , ¿3* 13. Es Hijo-de Dios , y Dios verdadero-, 22-,
Les cuerpos lo son de las almas, 4S, n. 4, a. t , 9 y ro.
p* 71 , n. 5. Vendrá el úkímo dia corso Juez de vivos y
De la divina gracia ios Sacramentos , ¿7, muertos,47 , n. i y sig. Véase Chisto y
n. 3> , p- £7, u* £ , p- 9 0 . 3. l i ­ SUS misterios.
l a ©radon para alcanzar de Dios lo que Judas sraydoi- vendió á Christo , 74, m. 13 .
■ necesitamos , 277 3 m y y 4. judíos; Establecida su República y R eli­
Debemos aplicar todos los necesarios para gión se hizo mas notoria la promesa del
la sMvzcios. y ; © ; , n_ 3. IsSesiss , 19 .
Mtsrpretadon : La de la palabra Le esperaban grande en poderío- terreno,
34-3 a 3 . (S- 4 4 .0 . {.
La de San Cipriano de A sí ess 7 7 e m 2. ccmc Quan supersticiosos acerca del nombre de
í s ¿ i Cif/io , 1 1 ; , b . í e . Dios , 221 , n. 4.
Interprete: Moysés lo fue de la divisa ley, Abusaban pancho del jarameato, 2 24, n. 1
207 , n. 3 , p- 2:0 , n. 1. Por qué les señaló D io s e l Sábado para
Los Obispos y Sacerdotes lo. son de Dios, ene le diesen cu lto , 2 3 2 , a. 13.
iS4 s»- =-* Sm matrimonios eran venerables, pero aho­
La oración de nuestros deseos, 277, 11. 3. ra lo son mucho mas, tez , 3. 18 y sig.
Invocar : Honra á Dios eí que le Invoca E l Sacerdocio y Sacramentos de la Ley
en sus tribulaciones, * 2 2 ,» . p. 27S, de Gracia aventajan, sin medida á los de
33, la Ley Escrita , 9 z , 3. p. 184, n.
El -que ao le llama le deshoara-arS, me 8, 2 , P-. £&í , 3 * 8»
Ce-
ÍNDICE DE LAS COSAS NOTABLES
Ceguedad de los Judíos en Interpretar la Explícanse varios modos que hay de jurar
fey s diciendo que prohibía las malas A h í , n. 8.
obras 3no los malos deseos , ¿4? , n. 1 1 , E l juramento execra-torio es verdadero ’m o­
p, 2) I 3H. f 3p- 2) <S, O. ^ 3 P* 2'7 ° í 3* mento. A h í, n. 9.
fueron autores de la muerte de Christo, Hay juramento asertorio y promisorio , 224,
34 , n. 13- Véase Hebreos, n. io.
Jueces : Los interesados cometen rapiña, A l promisorio se reduce el conminatorio. Ahí.
zjB , n. 1 2. Para que sea santo y recto debe xr acom­
No pueden rechazar á testigo jurado, z í j , pañado de verdad , justicia y juicio. Ahí,
n. 3. ... n. 11.
De varios modos pueden pecar en juicio, En qué consiste su verdad^ y quan necesa­
z 6j , n. 14. ria es. A hí , n. 12.
E l testigo falso los expone á errar, 2í 4, Díccse en qué está el juicio. A h í , «. 13.
i?. <7. Por eso no se debe recibir de impúberes.
Deben en juicio ajustarse á las leyes, 2S7, Ahí.
n, 14. Explícase el comité de la justicia , 22;,
Deben’ en él no distinguir de personas. n. 14.
Ahí. Con estos es lícito el juramento. Ahí,n.r y.
Juicio : E l universal por qué le ha de ha­ Pruébase por razones su bondad. A h í, n.
ber , 48 , n, 4. iy y 16.
Explícanse el particular y universal,47, Su £n es cortar pleytos, zzy , U. 17.
n. 3. En qué sentido le prohibió Christo. A hí,
Compete a Christo en quanto hombre , y n. 18.
por qué , 49 , n. y y 6. E l juramento procede de mal. A h í , n. 19.
Le precederán tres señales, 4 9 , n. 7. Su costumbre es perversa, u í , a . 19.
berma y modo de este juicio. A h í, n. 8. E l falso y temerario es pecado muy enor­
Sentencia benignísima que dará á los jus­ me. A h í , B. 20.
tes. Ahí. Cómo perjura el que jura lo que es ver­
Sentencia espantosa que pronunciará contra dad. AHÍ , B. 21.
los malos. A h í, n. 9 y 10. Cómo el que jura lo que él juzga verdad,
Debe Inculcarse mucho esta doctrina, c r, siendo mentira. A hí , t , 12,
n. s i. Cómo peca el que no cumple lo que juró,
Los juicios deben -medirse por las leyes, ó prometió. A h í , n. 23.
z6 j 3 a. 14. Como el que jura cometer un pecado gra­
Juramento: |nrar: Por qué puso Dios este ve. A h í , n. 24.
precepto aparte , pues se encierra es el Cómo peca el ene jura que no ha de guar­
primero , 2 2 1 , n, 5. dar los consejos ¿el Evangelio , 2 2 7,
Debe explicarse con gran claridad , 221, n* íl
n. z. Peca el que jura movido de leves conjetu­
Veda jurar en vaso , y manda honrar el ras. A h í, n. 2y.
santísimo nombre de Dios. A hí , n . ; . Perjura el que jura por los Dioses falsos.
Qué se entiende por el nombre de Dios. a íií , n. 26.
A h í , n. 4. Peca el que deshonra , ó adultera la pala­
De muchos modos es honrado , zzz , o. y. bra de Dios. A h í , n. 27.
Hónrase también jurando , ó poniéndole También los que no Human á Dios en sus
por testigo. Ah: , u. €. tribulaciones. A h í , n. 28.
Este modo es bueno , pero muy peligro- La blasfemia contra Dios , ó sus Santos es
SO ^ 2Z > j al# el pecado mas horrendo. A h í , □. 29.
Por qué es arriesgado jurar con frecuen­ Por qué á este Mandamiento se añadiéron
cia. A h í , n. 7. amenazas , 228 , n. 30.
Qaándo empezó á Introducirse el juramen­ Castigos de Dios por los perjurios. Ahí.
to. Ahí. jurisdicción : E í Confesor la debe tener
or-
DE E S T E ' C A TEC ISM O . 3 S9
. ordinaria ó delegada , , n. 5-4. Llevan con mucho gozo los trabajos que
Para artículo de muerte la tiene todo Sa­ Dios los envía, 34, n, 13 , p. 3} n. í .
cerdote , i69 , n. 7
Ninguno debe usurpar la. de otro. Ahí , n^
5-4 , p. z 6j 3 n. 14* L
justicia: Quánto brillará la de Dios en el
j ui cio, 4 8 , n, 4, *j~ v Adron. Véase Hurta.
Con original crio Dios á. Adán, 17, n. i?. Lagrimas : Son apreciables en la Peniten­
La perdió pecando, r 8, n. 2 , p. 3 1 j , n. 4» cia , r ío , n. 28.
Req uiérela ei j eramen: o ,ma,x¡ms él promi­ Lascivia. Véase Luxuña.
sorio j u ; , n. 14. Ley *. Toda se encierra, en el Decálogo,
Justificación: Justificar :Qcan grande obra, 2Q6 , 13. I.
de Dios es justificar un pecador , 6 8, Deben los Pastores meditar de continuo
n‘ 7* en ella , í , n. 12 , p. 205", n. 2.
Es mayor que crÍ2r Cielos y tierra.. A h í, Dios es el Autor de la natural y escrita:
n* 7 * que son una misma-, 207 , n.
Es obra propia, de su Omnipotencia, A hí, Todos, la deben guardar , 2o í , n. 1 y sig.
n. 8, p, a o ? , n. 8,
Chrísto fué el primer hombre que tuvo tal Excita mucho á guardarla haberla dado
poder, í 3 , n. Dios , 207 , u. 4 , 20? , n. 8. o. 210,
Por Chrísto se día á la Iglesias, Aiú.n. 1 r, n. 2.
p. i.í 4 , n. 10 y sig. Darnos ía ley fue beneficio grande del Se­
Ninguno puede ser justificado sin ánimo de ñor 20S , n. f . Véase al principio de
guardar toda la le y , r o í , n. 40, p. 20?. cada Mandamiento..
n. 8, La dio con. grande Magestad , y por qué.
En los justificados se sana el alm2 , no la. Ahí.n. í .
carne, 310 , n. ro. Aunque se promulgó con terror, se guarda
Queda la concupiscencia para rraesiro exér­ por amor. A h í , n. 7..
etelay mayar carona. , , O. J , p. 107, E l amor la. suaviza , y hace fácil. A hí.
n. 47 , p. 10? , 2. 4S y 45». Son grandes, los premios, del que la guarda, '
Justos,: Nadie se tenga por Justo, 325, 20? , n. 9 y 10..
n. 7, Debemos guardarla, mas: por amor de Dios,
Reynz Chrísto en ellos por modo especial, que por provecho nuestro, 20?,n. 10.
; 0 4 , 3 . S y 9. Por qué se di ó áios judíos , 2 1 1 , 0 . 2 .
Son guiados por su diviso. Espíritu , 218, P o r crzié se áHató tantos años. A h í ,n . 3.
n. 30. Por qué se ¿ió en tal lugar y tiempo, 211,
Reciben la ley , y la guardan con mucho, ■ o. 4.
amor y gozo. A h í. Es muy útil repetir su exordio. A h í, n. 7.
Necesitan de oraciones propias , 3 io, n. y. Afectos a que excita, 212 , n. 6 .
Y de agenas , tS f , s. 2. Toda ley induce á que se guarde con pre­
Oran con mucho amor y confianza , 2 S1, mios y penas , 21 8 , n. 2 9,.
12» ifj ^p* S4Z ^ s*. ^ D e despreciarla nace coda impiedad, 2i r ,
Vive en ellos la rebelión de. la carne, si.. 22..
3 ¿o j 12* eo# Por amor de Dios hemos ¿e guardar su
Padecen tentaciones , y aun mas. fuertes, ley , 220, n. 38.
330 , ni 1 , p. 53S j «-7- p Ho se ha de guardar con solas acciones
A veces caen por ocultos juicios de Dios, externas, sino, con cordiales afectos,
5,'0,n. 3, p. 5 5 > - 1• 27 £ , n.
Serán muy ensalzados en el juicio, 48, a. 4, Dios da iuerzas para, guardarla , 208,
p. c 1 , n. g. n. 7.
Algunos formaron alguna queja de la pro­ La Ley de Dios es como no espejo, donde
videncia de Dios , 48 , n. 4. vemos nuestros vicios , 208 3 n. 7.
DI-
400 ÍNDICE DE LAS COSAS NOTABLES
Diferencia entre Ies leyes divinas y huma­ Con ellas se-abren sus puertas á todo p i a ­
nas-, 208 > 11. j. dor , por malvado que sea, 67 , n. 7*
Lengua, : Su vicio esta muy cundido, 2,^5, p. 174., n. 11 y _sig.
n. 1. Loquacidad: Es vicio peligroso, i í 8, n. 20,
Es dííicii de refrenar. Ahí. Debe evitarse en la oración, 289 3 n. 3.
Qué significaron las de fuego sobre los Luxuria : Todo género de ella se prohíbe
Apóstoles , 217-, n. 26. por el 6 precepto , 270 , n. 3 y 4.
Libelo de repudio : Permitióse en la l¿ey Procede de hartura ,2^3 , n. 10.
antigua , mas se vedó en la de gracia, Remedios contra ella , 27 1 , n. 7 y $ig-„
201, n. 19. Explicar este vicio en el pulpito , pide
Libelos famosos son muy perjudiciales, gran cuidado , 207 , n. 3 3 j ?■ 270,
2s í , n. 15. n. r.
Los obscenos muy nocivos ,273 , n. n . En el Confesonario se pueden declarar sus
Con librillos , al parecer piadosos , hicie­ diferencias , 271 , n. 7.
ron los hereges increíble daño3 3, n. <f. Ciega , inutiliza y entorpece mucho, 273,
De grandes que contenían heregías ciaras, n. 9.
fue fácil precaverse. Ahí. Peca el lascivo contra su mismo cuerpo,
Libertad: La verdadera nos vino porChris- 2 f I a n. 7. _
to , 2 12 , n. 6 . Castigos de Dios contra este pecado ,273,
Libia uñad : Véase Laxarla. n,. 9. Véase Adulterio y Castidad.
Libre albedrloi Con él íué criado el hom­ Luz : La de la razón alcanza muy poco de
bre , 17 3 n. 19. las cosas divinas , 1 , n. 1 y 2 , p. io ,
Limosna: Debe hacerse , y por qué, 2>5, P- 77 > a. 14.
n. 16. La de la fe ilustra mucho- el entendimien­
E l que no pueda, preste, sí puede, 2 ío ,n .t7. to. En esos mismos lugares.
Es obra muy Chrisriana trabajar, para ha- C oa ella aventajan los rudos á los Sabios
- cerla , 177 , n. 78 , p, 260 , n. 18. del mundox A h í.
Se ha de acompañar corx la. oración , 2?t,
n. 9.
‘Es medicina grande de las almas, $2sen. 2?» M
Es una de las obras mas satisfactorias, r j í ,
n. 74 , p. ' 9 r , d- 9 .
La mejor es perdonar las injurias, 72?.
M Adre : D e Dios. Véase J¡£ttvis San~
tíslmx.
n. 29, Madre, debe ser honrada y venerada, 236',
E l que podiendo no hace limosna, no tiene h. i y sig.
caridad , ¿6 , o. 27. Por qué se expresó en el 4. precepto , 2 3 ? ,
Lina ge: Todos los Gh riso anos son de uno, n. y» Véase Padres.
é l ,n. re., p. &y , o. 27 , p. 25*7, a. 24, Magistrados : Se Ies debe honor , 2 r‘3 , s.
_ y sl»~ 22 ,p - ¿4* > n;
Sí o es reprehensible procurar mantener se Deben ser obedecidos siempre que mandan
■ esplendor , z 99 , a. 14. bien , 241 3 n. 17 y io .
E l mejor modo de mantenerle , es guar­ E l Hlipense procedió- inconsiderado con-
dar la ley de Dios , z&z a, 2?. . tra. el A p ó s t o l 267 , n. 14.
Lisonja: Prohíbese por el 8 precepto, 2¡7< 7, M a l, Males : Cómo pedímos ser librados
E. 11. de ellos 5 347 , d . 3.
Es muy perjudicial, AbL Con gran confianza lo- hemos de pedir,
La peor es adular 2 enfermos de peligro- 34S , B, I , .
A feí, o. 12. Y con igual resignación, 314, n. 24, p. 54,
Debemos huir de lisonjeros* Ahí j B . f i . n. j i , .
Llaves áel Cielo entregadas por Chasco £ D e qué males pedimos á Dios que nos A-
la Iglesia , ¿ 7 , 0 . 4 , p. e74 , o., 12 y ■ bre , 34? , n. 7.
s%. p. itf3 , a. 77 y srg. Nos libra de varios modos , 340 , n- 8-
Quan-
DE E S T E C A T E C I S M O .
Quineto no nos libra * nos conviene sufrir­ Quién peca contra é i , z s $ , n. t í.
los , $28 , n. 22 , p. 341 , n. 11. Por qué se puso el segundo separado de!
De los que aprovechan al alara , no debe­ primero : si se encierra en é l , 221, n. z.
mos pedir nos libre, 3 3V, n, 6. Véase Jurar,
De los males de culpa absolutamente pedi­ Orden con que se sigue el tercero, 22?,
mos nos libre. Esto se pide en la y , € n, 1.
y 7 Petición. Importa-mucho explicarle bien. Ahí, n. za
De los de pena segmi suvoluntad, 314,0.2 p Véase Días Festivos , Fiestas y Sábado,
y 24, p .328, n. 22, p. 941 ,n. 11 y 12. Por qué se sigue el quarto, 236, n. 1 y 3,
Des infieles piden esto mal, 338, n. 4 y 5-. Po-r qué estos Mandamientos se escribie­
Por qué decimos de mal y no de tnaless ron en dos tablas. A h í , n. 3.
340 , n. 10. En que se diferencian los de la prime­
Solo nosotros nos podemos hacer 13x1,248, ra de los de la segunda. A h í , n. 1,
n. 21. 3 , 4 y y. Véase Honrar , Madre y Pa­
Por el mal se entiende el diablo, 340, dres,
n. 9. Por qué se sigue el quinto , 24; , n. r.
Es amor de los males que nos hacen los Quan obligados somos á Dios , por haber
próximos , 340 - n. 10. puesto esta ley , 243 , n. r.
Maidícion: Con todo género de maldición, Qué manda y qué veda. A hí , e . 2 . Véase
serán los reprobos arrojados de Dios Homicidio, *9
en el Juicio , ;o , n. í» y 10. Por qué se sigue el sexto , 2yo , n. 1.
Maldición con que fue condenado por -el Qué manda y qué veda , ayo , n. z y slg„
pecado el hombre, iS , s, 2 y ;,p. 193? Véase Adulterio , Apetito , Castidad , Con—,
a. 8 , p. 3 , n* . ciipheeiscisz y Laxaría.
Esta sentencia aan se está ejecutando, 31$3 Por qué se signe el séptimo , ayy , n. r.
E* 5 3 p* 5 31 3 E* 4- Con él como con un candado guarda Dios
Snorme delito maldecir ¿ los Padres, 242, nuestras haciendas. Aid , o. r y 2. Véase
3 . 20. Hurto y Rapiña,
Malicia : La ¿el pecado es znünica 5 ip , Por el octavo defiende , y abriga nues­
n . 3. tra. honra ,265 , n. 1. Véase Jae­
Hay malicia camal y espiritual, 331, ce; , Jziiáo , Mentir , Testigo , Testimo­
nie,
Malos en la Iglesia están entre los bner Por eí aorta y décimo nos libra de noso­
nos , 20 , n. 7 , p. yS , n. 7> S -y* ^ tros mismos , 270 , n. 1 , p. 27: , n. 4,
p, áy , E- atf. y. *-p , si- zz.
Is o privados de todos los bienes con­ E s qué se diferencian estos dos Manda—
cedidos á e lla , í)' , a. 2 í. rafearos entre s i , 370, n. 2»
Hemos de aborrecer , no- £ los ¡rosfeí , si­ En qué del sexto y séprmo. A h í, a. 3.Véa­
no ásus males , 283: , n. , p. 340, se Apetite? Concupiscencia.
32. 20, Manjares : Comunes no exquisitos debe­
: Todos los de Dios se en­ mos pedir á Dios , 318,0. i o y sig.
cierran en los díes , y estos diez en E l del alma es de muchas maneras : >20.
los eos ¿e á Dios y s i próximo, n. rS.
4> 33» IO j p- ¡ ¡ O , 8. a. , p» - j í 3 n» I, E l verdadero es Chrísto , 12? , n. 18 ,p .
3 y S%- P- 25-r , n. 1. 320, o . : í , i o y i ! .
E l Sn ¿e todos es la Caridad. En esos la­ María Santísima es Madre verdadera de
gares. Dios , 2y , n. 4*
Mí primero ¿el Decálogo es el mayor en Desciende del Rey David , z<s, n. 7.
dignidad, 213 , s, 10. Es Madre , y Virgen purísima, 2 7 , n. 3.
Encierra es sí dos preceptos ,2 1 2 ,2 , 7. En la Concepción y Nacimiento del Señor
Por él se mandas los actos de Fe, Esperan­ fué divinamente asistida del Espíritu
za y Caridad, Ahí , m. S. . Sanco. A h í.
ESE Fox
40 2,
ÍNDICE DE LAS COSAS NOTABLES
Por su medio nos vino la bendición y la. Qué debe proponerse el que quiere casar­
vida , 27 , n. 9. se. Ahí , n. 1 $ y 14.
Es segunda Eva. A h í. Por qué le ensalzó Christo á la alteza de
Es Madre de Misericordia y especial Abo­ Sacram ento, 200 , n. i y .
gada nuestra, z 8y , n. 8. Es verdadero Sacramento. A h í , n. 16 y 17.
En el A v e Mana la saludamos por su felici­ Aventajan mucho los de la ley de gracia ¿
dad, é imploramos su protección. Ahí. los de la natural y escrita, 2ox, n.i 8 y 19.
Sus méritos son muy subidos, y está muy Pué restituido por Chrísto á su primitiva
inclinada hacia nosotros. Ahí. perfección , 201 , n. i? ,
Son muy lidies sus imágenes, 3 .1 7 , t i. 1 7 . No se disuelve por el divorcio. Ahí, n. 20.
Marido : Se explican sus obligaciones, Por qué conviene , sea indisoluble, 202,
204 , n. 24 . n. zr.
Amor y lealtad con que debe mirar á su Los divorciados no deben dificultar recon­
muger. A h í , n. 24. ciliarse , 202 , n, 22,
No debe dificultar reconciliarse con la Tres son sus bienes, Fe , Prole y Sacramen-
adultera arrepentida, 202 , n¡ 22. Véa­ to, 20? , n. 25.
se Padres. Deben criar los hijos para Dios. A h í, n, 23.
Materia : Consta de ella todo Sacramen­ Qnál es la Fe de los casados , 203 , n. 24.
to , 88 , n. i , . Quáí el Sacramento. A hí , n. 2 y .
9 p o r qué se le anadió la forma,.88, n. i 4- Explican se sus obligaciones. A h í , n. z&
Quál es la del Bautismo, 96 , u. 7. y
Qaái la de la Confirmación , 118 , a. 7. Deben explicarse los ritos , 204 , n. 28.
Quáles son la de la Eucaristía, n S j S . 10 Los clandestinos son nulos. A hí ,n . 2 9.
y SIo- Deben explicarse sus impedimentos , 2oyg
Quáí la de la Penitencia , z yy , n. 15. n. 50.
Explícase esta materia , 1 , 8 , 0 . 21 y síg» Pureza y reverencia con que debe reci­
Qaal la de la Extrema-Unción, 1 7 9 , 0 . , . birse. A hí , n. 31.
Quáles las de los siete Ordenes, i 89,n . 1$ Deben contraerle los hijos con acuerdo y
y sig. voluntad de sus Padres. A h í, a. 32.
Matrimonio : Debe explicarse con gran D el uso debe hablar con gran cuidado el
cuidado , 296 , n. z. Predicador. A h í , n. 3?.
Decidíanse sus nombres , i?6 , n. 2. Conviene que á tiempos se abstengan de
Se ¿ifine y se exp lica. A h í , n. 2. é l , 144, n. yS , p. 204, n. 34.
Consiste en el vínculo , no en el consenti­ Medlíciaa : Bs dada por D ios , 3 3S , n.4.
miento , r 97 , n. 4. L a del alma es muy segura , la del cuerpo
La promesa obliga,.mas no hace matrimo­ muy incierta , 59 , n. 1 r.
nio. A h í , n. 6. En Dios , no en ella se ha de confiar, 3 $8,
Este debe explicarse por palabras de pre­ n. 4 y y.
sente, A h í , n. 4 , y í . Meditaciones sobre la Encamación de
A yeces bastan las señas y aun el silen­ Chrísto Señor nuestro , 24 , n; 12.
cio. A h í , n. 7. Sobre su Nacimiento, 3: , n. i r .
No se requiere uso, ¡basta, el asenso', isfi, Sobre su Pasión , 33 , n. to y sig.
n. 8. Para comulgar , 144 , n. y 7.
Considérase como Castran? y como Sacra- Para hacer oración , 284 , n. r y sig.
■ mentó , 1 5 S , a. 9 . Para resistir las tentaciones , 170 , n. 78.
Como contrato le instituyó Dios desde el Para conocer la gravedad del pecado,' 52 j,
principio. A h í, n. 10. o. 6 y 7.
A na como Cmtrato es indisoluble. Ahí, n. r r . Para excitar á dolor de él , 328 , n. z i
Obliga al común ; no al particular , 199, y3
\ a. 12. Para esperar el perdón, 327 , n. 10 y ir<>
. ¡Puede cada uno escoger como mas perfec­ Mentir , Mentira ; Qué cosa es , 227 , c-
to. el celibato. Ahí. 21 , p. 248 , n. 1 9.
Nun-
DE ESTE C ATECISMO. „ 403
Nunca es lícito mentir , 2íj , n. 7, Prendas que deben adornarle. Ahí,n. 74.
Ni por hacer bien, 2,64 , n. E l de la Extrema-Unción el Sacerdote
JEs indigna y peligrosa la mentira jocosa y 18 2 , n. 1;. *
oficiosa, i í í , n.■ 1 s. E l de órdenes mayores solo el Obispo, 19 3„
Quál es la peor mentira. A h í , n. 12. n. z$.
Suma fealdad, y males que nacen de ella, Menores pueden dar algunos Abades.Ahí.
2í 8 i í y 2-0. Representan, no su Persona , sino la de
ilechaaanse varías escusas de los mentiro- Christo, que es el Autor, y dador prin­
SOS , 2.69 > n. 21 y sig. cipal de todos los Sacramentos , 47 ,
Merecer, Merecimiento: Es imposible sin f , p. í>o, n. 23 s 24 y 2y.
gracia de D ios, 1 7 ; , n. 71 , 72 y 73.^ Misa : Todas son comunes, 171 , n. So.
Con ella podemos merecer la gloria. Ahí. Se ofrecen por vivos y difuntos. Ahí, n.7?*
Por los méritos de Christo tienen valor ios Véase Sacrificio,
nuestros, 37 , a. 14-a P- *7 * a y 7 2s Miseria son muchas las deí hombre ,303,
p. 324, n.«i3. n- 4 > S y 4 > p. ; 08, n. 3 y sig. p . ; 1 7,
Por ellos son oidas nuestras oraciones, 22 o, n; 5 7 sig. p. 337 j n. 2.
s . 7 ; y en esos lugares. Quál es la causa de ellas, i 9 t n. 3, p.304s
Según los méritos se dan los premios , S i, H. 4 , p. 317 , n. 7.
o- 1 ?* Quál es la mayor, 308, n.4. Véase Hombre,
La Pasión de Christo nos mereció , que Morir , Muerte: La de Christo en Cruz
pudiésemos merecer, 175- , n. 71 y 72, fué alto consejo de D ios, 50,0.4. Véa­
P* 3 1)4 se Christo.
Se merece con obras buenas y lle\Tando en Todos incurrimos en la muerte por el pe­
paciencia los trabajos de esta vida, 177, cado, iS , n, 2, p. 315- , n. f.
a n, "7^3 ?£- Vale mucho su memoria para no pecar,
L a sagrada Eucaristía como Sacramento es 1 7 S , 0 . 1 , p. 44? , n . 27. ^
meritoria, y como Sacrificio es merito­ Y para perdonar injurias. Ahí.
ria 5 y satisfactoria , 14&, n. 71. Se ha de renovar esa memoria cada día,
Los méritos en la Iglesia son comunes á 27S5 a. r.
todos los Justos 5 47 ? a. i j , p. 177, A sí no será temida, sino deseada. A h í , y
n. 76. 2 4 0 , D* 1 : .
Ministro: Quáles son los de los Sacramen­ Varones santísimos la desearon ,241,0. r?.
tos , po , 13. 24. H ay por qué temer calamidades , asando
D e sus requisitos , 9a >n. 27* sobreviene» temprana á varones justos,
Deben hacerlos con gran pureza, s-i.a.atf-
N o impide su malicia que causen gracia en. E« olla echa el demonio los últimos es­
el que no pone óbice, 50, n. 27- fuerzos, 1 S 3, n. 17.
Quién es en el Bautismo solemne, xoi, Los condenados la buscan , pero huye de
ello s, 74, n. 12.
Quiénes en caso de necesidad* A hí , n. 24. Muge.*: Por qué fué formada de la costi­
Aun entre estos debe haber orden , r o í , lla del varón, y no dei pie, ó la cabe­
n* ay* za, 204,, n- 24.
E l ordinario de la Confirmación es el Obis­ Su vestido debe ser modesto. Ahí, n. 27,
po , n o , a. 13 y 1 4 - p- Jí n n. II.
E ! de la Eucaristía el Sacerdote , 1 4 7 * Sus atavíos y adornos son provocativos.
13* £?~J* Ahí.
Aequlerese en él gran santidad- A hí, n, 48. Muchas Cargadas de oro y pedrería perdie­
E l de la Penitencia el Sacerdote con juris­ ron la hermosura ¿el cuerpo y del al­
dicción ordinaria, ó delegada, ¿7, n. 4, ma. Ahí.
p. : SS> , n. 74. Quáles son las obligaciones ¿e las casadas,
En peligro de muerte todo Sacerdote la 2 0 4 ,0 . 2 7.
iiene , zS9 , n. j 1 * Salvarse itá ía muger por los hijos , si
E EE 2 ‘ los
ín d ic e d e l a s c o s a s n o t a b l e s
404
los educa bien} 2-0:51 n. 23 Véasq M a - Es santo y terrible. No-necesita de santifi­
tr¡monto* cación * 2 1 1 , n. 4.
Pedirnos que le santifiquen infieles* 300*
N n. y.
Que le santifiquen pecadores. Ahí* n. 6.
Acer- j Nacimiento : En Christo hay Debemos santificarle con palabras y obras*
d os * pero un solo Hijo., u , n. 9* 301 * n. 9.
Nació sobre todo, orden natural, 27, n. 8, De donde viene el nombre de Christo * 20*
Profecías, y figuras de su Nacimiento... A hí, n. 7* p: n y , n. 72.
n._ 10. A I dulcísimo nombre de Jesús se arrodi­
Nació en suma potreas y humildad , 28, llan Cíelos* tierra é infiernos*
n. i r . p. 36" , n. 2.
Todos, nacemos por Adán hijos de ira, por Solo por él nos podemos salvar * 4 * n. 10,
Christo de misericordia.* 3* n* 9 >p. 9 j> p.. 30.1 * n.. 8.
Qué significa este divino nombre* 20* m y.
n* s '-
Nada:- De ahí sacó el Señor todas las co­ Encierra en sí las perfecciones de todos. AhL
sas s que por sí nada son* i 6 , n . t ) . Por los malos es-blasfemado-* 301 * n. 9.
Si no las, conservara * luego, se reducían á D e dónde, viene el nombre de Clérigo.*
ella, pues por sí es imposible mantener­ 188 , n. r*-.
se 18 , ir-, 22. D e ¿onde el de Sacerdote,, r 9 1 * n. 22.
NecesidadSer de nosotros. nada, demues­ A l bautizado se debe poner el de algún-
tra la extrema necesidad que. tenemos.de Santo* para que se encomiende á él* y
oración continua* 277* n. 2.' le imite * i i y * n. 75.
También la padecemos de muchísimas, co­ Los que. se jactan de nombres de genti­
sas para la. vida temporal y espiritual* les * se avergüenzan de ser Chrisclanos.,
I.4-). ;. n. 60 * p. 3 i:£ s. n. 7 p. >20, A h í.
n. i S . Novísimos.. Véase Postrimerías*.
Por todo debemos recurrir á Dios *. 304*.
n. 7 * p. ; i í s n. 7.
También la tienen los ricos de pedir ei pan
de cada-día. 5 ¡ s , n..iy.
Niño-: No se íes puede pedir juramento;,. O b e d ie n c ia .: Se debe suma a las leyes
_ 224*. n.,i 3^ 'de Dios, toó”* 0.40 y 4 1» P» ró2* n. 52*
SI ordenaran á alguno- * ordenado queda­ p- —os? * 11. x * o. 237* n. 4 y. %5- p* 3D?
ra j-194 5 sa. 55. Véase Basat’"^- B_.. i 9 y 20 - Ü¡r:
Nombre: Debe ser honrado el de Dios* E l que quebranta una *. se.- hace reo de to­
: i í , s. das* r<íi.* n. 31.
Quán ultrajado- es ,.. 211 * b , 2 *. p... 224* £5 imposible, justificarse sin. ánima de guar­
jE. 13. darlas todas * iyS * a , 23 y s£g, p. 2054
Ultrajarle se veda * j honrarle se manda- a, $,
AM * EL,. Débese, también ¿ los Padres, y Superio­
Q¡sé debe encenderse por el- nombre de Die>s3 res: por respetos de Dios * 256 * n- r
22 I- , ES, 4. y si'g.
Do BiístEO es de codos ios que se le aírib'E- Todas las cosas sirreo. á Dios* 3 r ;*. n . n
Z y íí J
y iLr ^ ■ i jjjL*.
D e guantes modos es honrado-Ahí* E q y í . £ 1 hombre' Ingrato -le desobedece * 2.1 gt*
Superstición de los Judio® * sobre p-ronua- 3w
3. 30 v^ sD,
^
atarle * 2 ss¿. *, n. 4— - Obispo-: Llámase Pastor y Pontífice*. 19-2*
Blasfemarle es pecado- saonrisí-mo * 22S3, S Í- 2 6-
33- -2,9. Quál es su cargo. A hí.
Qwé pedimos rogando sea santifoad? *, z??y Solo él puede conferir órdenes mayores,
531* 2. y sig. rA, 3. n*. z9.
So-
DE ESTE G A T E C IS M O. 405
Solo Obispos y Sacerdotes pueden absol­ Oficio *. Documentos para cumplir el Pas-
ver de pecados , <f7 3 n . s 3 p , i 5 j 3 n ,j 7j torals 2 , n. y , p. 4 , n. 10 , 11 17 t 2-»
p. 184, n. 2. P* S i > n. i , p. 5»x, n. 26 , p. 1 y 1 , n. j,
Obras: La de la. Redención sobresale entre p. 16.9 , n.‘ j í j p.„ 2 8y , n. y , p. m ,
todas las divinas., ¿5-4, rs. 10. n. zé ., p- 1 5>4 5 n. 31 j p. ZOÍ j n. z,
La de justificar pecadores es mas que criar P* , n. 1..
Cielos y tierra, ó-8 , n. 7 y 8* C a d a uno debe saber lo que toca al suyo,
Las buenas son meritorias y satisfactorias 184, n. 1,
por la Pasión de Claristo , 177 , n, 7 s- Grar, Oración: es muy necesaria para sal­
y 72-* varse, 277 , n. 2 , ; y 4.
Dos cosas requieren para ser satisfactorias« Es la mensajera de nuestros deseos , zs>p3
A h í , n. 7 3. n. r.
Con buenas obras se gana el Cielo , 8r, Es el único asila y recurso que Dios nos
n- * i 3 *7> 5 O. 70.» ha dexado para remedio, de tanta necesi­
Las. hechas sin r e y sin Caridad no pueden dad , 277, n. 3.
agradar á Dios, 174 , n. 7;.. Sin ella no se pueden alcanzar muchas co­
Las. de misericordia, nos concillan la sen­ sas.. A h í , n. 4.
tencia de los Justos , 4? , n. 8 , p. 8o, Es. grande, su utilidad y frutos« Ahí ,n . 1
D- I I 3 p- 2 f P 5 u» I y sig.
Las contrarias nos sujetan- á la de los. re­ Es la llave del Cielo , 277 , n.. 2.
probos, >0, a, i O j p . 2 ) S , n . r í . Nos arma contra el demonio , 28-0, n, y.
Ociosidad : Es .madre de casi todos los vi­ Siempre la oye Dios. Ah í, n. 3.
cios 204 5 n» 2.0. Por qué á veces niega lo que pedírnosos.
Se debe huir mucho de e lla , a í a , .a- 18*
N o se vence, con ella, al diablo, 55<?, n. 18. Mas de lo. que desean alcanzan los que
Por ella se despeñaron los de Sodoma en el oran, 2 7?, u. y.
abismo ce la Hbiandad nefanda , 2 y 3, D e otros frutos de la oración. A h í 3 s . í
3 . XOi y sig.
Para e l trabajo ,.110 para el ocio, nos llamó Por qué quiere Dios, que le pidamos. Ahí.-
D io s , 507 , n, 18. 22U
>"a.
A das ao habría estado ocioso, en el Paraí­ Por qué por la oración se aumentan las
so : pues- le puso- Dios, en él , pasa que virtudes. A hí , n. 6 y sig.
le cultivase 7 r r , n* 4*. Nos., sujetamos á su. Magostad , 2 8 o , u. 9,
Trabajosa, no ociosa, debe ser la-vida del y 10.
Clmstíana., 4,.n* 10 , p. a 5 5 , xu no. Le c®Esoce£aos mejor, y aplacamos sus iras,
O d io: D e el del próximo, nacen. muchos A h í j E . s , 10 y n .
pecados, 2499 n. 24. D e las partes de la oración. A H , n. r y z .
Atormepta sin cesar al que le padece. A h í, H ay varios grados en ella , 281 , n. 3*.
23- ^ ^ Qttál es el sumo. A h í , n., 4*
Anda en tinieblas- que. le tienen obcecado. Explicarse estos grados. A h í , n. 4 y sig.
A M 5, e . 24. Qaé Snabeastos de pedir, 282 , n. r y sig*
Es homicida de su hermano, 247, a. t í . p . 2.99 j ] t i y 2«
Remedios para curarle, 2454 es. 25. Por quién se. ha. de rogar, 28; , n.. r
E l especiáco mirar a l CniclScaido* A h í. 7 sig.
Capital1nos le tiene el demonio , 2S 3 , n, Por Prelados y Príncipes. A h í , n. 2.
f f ? P- >4®a n. j?.. ^ Por Justos y Santos.. A h í, p. 313 , tu i r ,
Hijo de tal padre es el cpe riese ©dIo,24-5>j. Por pecadores., 2.84 n. 3 , p. 300 , n. d,
n. -4. j %£ y Z-i *
EldeDíos. espacado*enoroH-slmo, 12.0,15.47. Por judíos,, hereges, cismáticos é Infieles,
Qnancos- pecan nrortalmcnte , vienen á in­ y por los obstinados , 284,». 3 y y.
currir en é l , 35, m u , p . 210, n. 37, Por E s benditas ánimas.. A h í , n. 4.
p - 3* 3* o . <í y ? . . Por todos.los hombres, 2S3, n. t.
De
ÍN D IC E DE LAS COSAS NOTABLES
40S
D e la acción de gracias, 28? , n. 7. Esta oración debe ser cotidiana, 320, mry*
Por qué se debe hacer. Ahí. Mácese siempre en nombre de la Ig le s ia ,
A solo Dios sé ha de orar , 285*, n. 1, 327 , n, i i .
También se ha de orar 4 los'Sanoos. A hí, Con qué resignación se debe hacer, 314.
n. 24 , p. 321 , n. u ,
* y i* Con qué orden están sus peticiones dispues­
Sobre todos á María Santísima, z8y, n. 8.
Pero de modo diverso. A h í , n. 3 y 4. tas, 299, n. 1, p. 31 y, n. i. Véase Pedir,
D e la preparación para orar, z 8 ,', n. r. Orden: Debe guardarse en todo, 100, n.z j e
De varios géneros de pecados que mas Im­ Orden Sacramento: Por qué debe explicar­
piden la oración, , n. 2. se con frecuencia , 184, n. 1.
Es muy necesaria la fe y confianza , 14, Por qué se cuenta entre los Sacramentos,
n. 15 ? p. 2.87 , n. 3. r 87 , n, 10.
Motivos para confiar, zSS , n. 4 y 54 De él dependen los demás, 184, n. 1.
E l Espíritu Santo nos ayuda. A hí. Su potestad á qué se extiende , 1 8<? , n. 7.
Christo nos conforta. A hí. Su dignidad es inexplicable, 184, n. 2.
Cómo se avivará esta fe , 288 , n. 6. Por qué se llama Orden , 1 87 , n. 9.
D e qué modo se ha de orar. A h í , n, ¡, Por qué hay en la Iglesia varios, rSy,
La oración yocal es útil y necesaria 5 289, n. 11.
n. z. Por qué son siete. A h í , n, 12
Distínguense la pública y privada.Ahí,n. 3. A quiénes debe darse , i &y , n. 3.
Orar en espíritu es propio de Christiaaos, Quiénes le reciben indignamente. Ahí, 11,4»
A h í , n. 4. Explícase la primera Tonsura , 1 8 8 , 0 . 1 3 .
N o oran así los Infieles. Ahí. Por qué se abre la Corona, 18 8 , n. 14.
Cómo se ha de orar en secreto. A h í, n, 7. Por qué se corta el Cabello. A h í.
Cómo oye ó rechaza el Señor las de los Explícanse los qaatro menores, 1 89, n. 1$
pecadores, 287 > n. 7, y «g*
Requiere la oraciónPerseverancia, z 9o, E„á» Explícase el Orden y oficios del Subdiáco­
Debemos orar en nombre de Christo, 290, no , r 9o , n. 19.
- n. 4 , p. z 9e y u. 7. Bxplícanse ios del D iácono, 190, n. 20
Hemos ¿e imitar el fervor de los Santos, y 11.
z 9r , n. S. Explícase el tercero y sumo que es el Sa­
Sobre todos el de C hristo, que pasaba cerdocio, i 9 z , n. 2 4 , 2, y z€»
orando las noches enteras, 2 77, n, 2, Quién es el ministro de este Sacramento,
p. 2 90, n. 4. 2?5 5 B, 25 .
Se ha de acompañar la orarle» con limos­ Efectos que causa, z9f , n. 34.
na y ay nao, z 9 : , n. 9. Por qué se administra en las Témporas, r 94,
L a del Padre nuestro es compendio y suma. n. 30.
de todas , z j á , n. 1» Los Ordenandos se deben preparar. A h í,
SnProemio está lleno de misterios, z 9 r, m. 3r.
- a. r, En qué edad se debe recibir, 194, n. $
Por qué llamamos á Dios Padre. Véase N o debe darse á niños, bastardos ni locos.
Dk> y Padre. A h í, n. í y j , A h í.
Por cné -decimos rmestrs, ¿y, n. 27, p. z 9 >, Con qué Intentos se debe recibir, rS>' , n.
n. u , p . iz£ , n, 16. 4» Véase Clérigo , Corona y Sacerdocio»
Agrada rancho á Dios -orar por el próxi­
mo , 2 9» , n. rír, p. 3264 n, ig.
Y mucho mas por los enemigos,327, s.sp, P
p- 328 , n. 22.
Por qué se añade estás en hs CAA, $3 ^ J p A cleacía: Se manda por el 5 Precepto.
EU 19. ^247,11.17.
La oración que solo mira á la tierra, es in­ iín ella poseeremos nuestras almas. A hí.
digna del Christiano, j r j ,n . zo. Grande debe ser la del Chrístlano , ri o,
n.
DE E S T E C A T E C IS M O , 407
n. 49 , p. X7 Í >n* 5 P- 34* 5 n. 12. Cuiden mas de hacerlos herederos de vir­
Es Indigno de él decir que la tendrá guan­ tudes , quede riquezas , 243 ,n. 22.
do nadie le agravie , 171 , n. Deben los hijos no tratar de matrimonio
JSxempios asombrosos de ella la de Jesu- sin. acuerdo y voluntad de sus padres,
Christo , 2 8 , 1 1 . 1 1 s p . 5 í , n , 16 , p. 20; , n. 32. Véase Honrar.
245» , n. 2;. Padrino:Por qué le debe haber en el Bau­
También el Santo Job, 222, n. y,p. 248, n0 tismo , 102 , n. 26.
20 y 21, p- j 14, n. 24,p. 3 jy ,n. i í . Contrae parentesco , y con quién , 102,
Para acrisolársela tienta Dios á sus Sier­ n, 27.
vos , 3 33 , 11, í>. Son grandes sus obligaciones. Ahí, 3.28»
Llevar con ella los trabajos que Dios nos Hoy están muy olvidadas. Ahí.
envía , es muy meritorio , 10? , n. 483 Quiénes son excluidos de serlo, 10 3, n. z9.
p. i 7 tf , n. 7 i- Quencos deben ser. A h í , n. 30.
A sí se deben llevar , 3 1 4 , n. 24 , p. 341, También le hay en la Confirmación, 120,
n. 11. n, 1 ),
Padre - Por qué Dios se llama Padre, u , Y contrae parentesco. Ahí.
n. í í. Pagar. Véase Hurto , Restituir y Satisfacer»
L o es en general de todos, y en especial de Palabra: Es muy necesario proponer en la
los Chr'stianos. A h í, n, 9, p. $4-3 n* Iglesia la de Dios , 2 , n. a y sig.
p. , a. $ p. 5 n. 1 y sig. Hosca' debe dexar de predicarse , y ahora
Como el Eterno Padre es la primer Perso­ mucho menos. Ahí , n. ;.
na en la Trinidad Divina, 12 , n. 10 , p. En ella se contiene toda la doctrina Chris-
22, n. 8 y p , p- 72 , n* 3 7 síg. tiana, la qual se divide en Escritura
Por qué sé le atribuye ser Todo-Poderoso^ y Tradiciones , 6 , n. 12.
Cómo debe recibirse, 2 , n. 4 , p. 2.34 , n.
Por qué al principio del Padre nuestro se —> y 1 7 . #
puso la Voz Padre ¿ z 9 z , B. r y sig. Aun los impíos la reverencian ,227,11.27.
Ternura que infunde. A hí. Por ella somos santificados, 300, n. 54
Dios es nuestrro Padre por habernos criado, E s pasto del alma , 320, n. i g.
13 , n. 5 , p. 2^r ,n . 2 y sig. Cómo es profanada, 227 , n. 27.
Por conservamos y gobernamos. A hí. Menospreciarla hace abominable la ora­
Sobre todo por habernos dado á su divino ción , 2S7 , n. 2.
A veces la quita Dios por los pecados,
H ijo * 3 1, n. 12 , p. 25*4 , e . 10 y 11.
Siempre están abiertos para los hijos los 32O, B» 18.
oídos del Padre, 3.14 , n. 7. D e las ocrosos se ha de dar cuenta á Dios,.
Padres antiguos: Se escusa la poligamia 20©'a. 50 , p. z 69 , n. 2 ;.
de algunos, so r , n. 1 ?. Las torpes son incentivo de lascivia, 253,
Padres : Honra á D ios el que los honra, n» 11,
2 , n. 4 , p» 23731®” 3 ? 4 y 5’“ Las de los hombres son señales de los
E l 'Mandamiento 'de honrarlos aEgers su conceptos , 84 , n. 8.
carga , , n. 2, Para eso fueras instituidas , 83, n. y.
Cómo ¿ebea ser amados y obedecidos , Son entre las señales las mas expresivas,
£4., h. 8»
Quién son. entendidos por Padres mas de los p£B: Qué se entiende por pan en el Padre
naturales. A h í , a* S , p- 24® =»®-* $* ntaesite® , 3 1 7 j n,. S . '
D e los naturales habla principalmente la Lícito es pedirle , como lo demás necesa­
ley , 23 g s n. S. rio» A h í , a. 5*
Cómo deben cuidar de ios hijos, y obli­ A h í se pide codo lo que requiere la vida,
gación ás mantenerlos y doctrinarlos, ; i S , fi. 1 0.
Por qué decimos nuestro. A hí, a, x x y 12,
Deben huir del excesivo rigor y blandura. Qué quiere decir de cada dza^ ; tS', n, x 3*
AM ,nu zx y 02, Por qué decimos dánosle* á M 3a» 14»
Tam-
4Qg ÍNDICE BE XAS COSAS NOTABLES
También los ricos le deben pedir. 319 , n. 1 f - A h í . Véase Apetitos , Concupiscencia.
Por qué no decimos Dámele , í f , n. z$, Pastores ; Son muy necesarios en la Igle­
p. 319 s n. 16. sia-, z ,n, 7.
Qué significa la palabra n. 17. Se han de recibir sus palabras como dé
Por este pan se enriende también la palabra Dios. Ahí , n. 4.
de Dios , 320 , n. i 8. Qué deben enseñar y procurar , 4 , a. 10,
E l verdadero pan es la Sagrada Eucaristía, p. 2.04 , n. 2.
g ? , n . 2 i , p . n q , n. 1 y i, &c.p. 320, Aunque sean malos , nada pierden de su
n. 19 y 20. potestad , %9 , n. 9 , p. 90, n. 27.
Por qué este pan del Cielo se llama d e c a ­ En tal caso hacer lo que dicen, no lo que
d a día, 14 1 , n. S z y P - I 4 f j b- j P* hacen , 240 , n. 14.
$Zly n. II. Deben ser venerados y asistidos con lo ne­
Papa Véase P o n t í f i c e * cesario. Véase Honrar.
Pasión : Es muy necesaria la fe y memoria Paz : Que la tengamos con todos se manda
de la Pasión de Chrisco , z 9 , n. 1. por el quinto precepto, 247 , n. i í .
La sintió, como si no fuera Dios. Ahí,n.2. Debemos andar solícitos de guardar unidad
Por qué se nombra ¿ Pilato, 30 , n. 3. de fe en lazo de paz , Si , n. 14.
Por qué escogió el Señor muerte de Cruz. Vino Christo á hacer las paces entre Dios
A hí 5 n. 4. y los hombres, 4 , n. 10 , p. 4> , n. 4,
Este artículo es el fundamento de nuestra p. í i 3 n. 1 4 , p. i ) i j a. 12 , p. i ) í 5
fe. A h í , n. 7. S, iS 3 p. zSS , B. 4.
Hguras y profecías de la Pasión. A hí. La anunciaron los Angeles en su nacíraíen-
La causa de la Pasión faé el pecado origi­ to_, i í , n. 7.
nal y los actuales, 33 3 n. 11. La vinculó en la Sagrada Eucaristía , que
Quau acerba fue , 34, 12, 1 3. es Sacramento de paz , 125-, m 4.
pué entregado á ella por el Padre , y por Aun con ios que la aborrecen debemos ser
sí mismo. A h í , n. n . pacíficos , 24 r , n. i í .
Bienes inmensos que nos produxo , 37, Los pacíficos serán llamados hijos de Dios,
n. 14, 243 , n. 2.
Tenemos en- ella exentólos asombrosos de E i Rey no de Dios es justicia, paz y gozo
coda virtud , ? í , d. i í . en el Espirita Santo, 304, n. S.
Es la mayor muestra del amor de D ios, 3£, Sobrepuja todo sentido la paz de Dios,
n. 7 , p. , n. 1. 125 >n. z 4.
D e ella salió toda la virtud para satisfa­ Goza de ella todo el que obra bien , So,
cer nosotros 9 175 o. 7- y 7- y p. ' t í , ss, ir .
n. r V descansará eteraalmeate en la hermosura
Por qué sos acarreo tanto bien, 37 , o. de la paz, Sr , n. r 3.
D'- Pecado: E l de Adan se derivó- á codos sus
Acompañar debemos £ Claris to en la Pa­ hijos, 18 , -n. z.
sión , sí le hemos ce acompañar en la No- le hay tan -enorme que no se pueda bor­
gloria, 4 , n. ig , p. S7 , n. i z y p. i©©, rar por el Bautismo y Penitencia, ¡>7,
n. 47 , p. 174,11. £4. Véase Alrssty Cbris- e, 7 , p. -07 , n. 42 , p. r 74 , n. 9 y
t&, lAssrsr, r-o , p. ijrí , a, i g .
Pasiones: No podemos superarlas del todo Cómo algunos se llaman irrenúsihles,. Ahí,
á la razón , 3r o , a. 1©. n» 1?.
Perdióse el freo o- que las reprimía per el. Sin penitencia es imposible perdonarse,74,
pecado original , 23 , c. z , p. 308 ,n . n. r 2 , p. *-yj . r.. zo y sig.
■2
* / o O* t No hay cosa mas opuesta á la gracia,-roí,
Toda la vida nos están dando en que mere­ o. 40.
cer, 4—, n. 3 , p. 107, n. 43, 48 y 49. Ni Sngirsepuede jasco con ella, 122,n. 20.
ÍY para que nos dea en que merecer , nos Deben confesarse todos los pecados graves
dexó el Señor el /máte del pecado. por ocultos que sean , 1 6- , n. 4 4.
Es
DE' ESTE C .v T E C í S M O . 409
Es muy ucîl , aunque no es necesario con­ mal s 285 , a. 1 , p. 31; , n. 3, p, 33s,
fesar ios veniales , 167 s<n. 46. n. 3.
Para confesados es preciso examinarlos Cómo pediremos bien, 237, n. 3 v a.
bien, iSE, n. 4 ? 3 p. 171 3 n. so. p. z 9a> , n. 1 , p. 33S , n. ?.
Solo Dios los puede perdonar por s í, ¿“83 Debe pedirse, según debe desearse. Ahí,,
n. 8. p. 28 3 , n. 2.
p ro n to está, para perdonarlos s 3 2 y, n. jo Toda petición (como todo deseo) debe
y jl* enderezarse á honra y gloria de Dios, y,
Dio este poder a su Iglesia , 67 , n. 4, n. 4 , p- _3if , n. 1 , 2 7 3 .
p. ry4 , n. ío y sig. Lo contrario es indigno de Christiano,
A todos se extiende esta potestad, 6 7 , a. y, 29S , n. 2-0.
p. 1 ,-5 , n. 18, p. 16s , n. 5? y sig. N o basta pedir con solas palabras ,299,
Sin el socorro de Dios no podemos evitar­ n. 3 , p. 307 , n. 18.
los-, 312 5 n. 18. Qué es lo primero que se debe pedir, 299s
E l que peca de costumbre , peca mas gra­ a. 1.
vemente que los demás j i í 9 , n . ï i . Qué se ha de pedir absolutamente >282,
Aunque se perdone la culpa , no siempre n. i y sig.
se perdona la pena temporal, 175, n. óy Qué coa ia condición : Si conviene , 283,
y 66. a* i >4 y S )P- i I* a m i 7 >P* D I
Por qué se llaman deudas, 32y , n. 12. 3 , p. ?3S, n, í.
N o las escusamos , sí no las acusamos en Lícito es pedir bienes temporales, 3 17,0.9.
el Padre nuestra. A h í , n. 1 y , Pero solos los necesarios, 3 x8, n. r o y sig.
D e modo muy diverso decimos nuestras Con dificultad pedimos á D io s, que no se
deudas y que el pan nuestro. A h í. haga lo que queremos , 3 1 5 , 0 . i j .
Nadie se presuma libre de pecado,52 En qué sentido pedimos , nos perdone nues­
Su memoria debe ser coa dolor, 32 3, n. 6. tras deudas , 325, n. 12.
Nos acarrea inamros males , 1S3 , a. 37, Pedir por otros agrada mucho áDios, z 963
p. $13 5 ñ- &• n. 16 , p. 319 , n, 16.
Injuria gravislmamente á Dios el que pe­ Y mas si son enemigos, 327,0.17 y sig.
ca. A h í. N o debemos pedir, no ser tentados , sino
Para, conseguir perdón soa necesarias tres gracia para vencer , 334, 0. 14 7 r?,
cosas 3 32.2,1:. 4. MI ser librados de todos los males, sino de
Qué debe meditar el que le pide , 3 2S, los dañosos al a l m a 5 59, r..¿ y 7.
nu *3 Y a ? . SI ciega Dios lo que piden los buenos , es
E l fnarâîe ¿el pecado siempre mora en no- porque así conviene, 5 1 1 , 0 . 4 , p. j a r ,
SOX^'OS ^XO j ^ II- 23.
E s muy penetraste su veneno, 314, n. 8. Por qué pedimos que eos venga el sustento
Pasada la acción, queda la mancha y reato de la mano de D ios, 5 19 , 0 . rjv
de la pena. A hL Toda petición se ha de resumir , con que se
Siempre le va siguiendo la ira deDIos.AhL b«zga ssí voluntad , 3 14 , S, 2 5 724.
Por los pecados eo bendice eí Señor nucs- Orden de las Peticiones del Padre nuestro,
■ tros trabajos , $s.£ , u. >. 2 9 9 , 0 . i 5 p. 315-, n. I s a y 34p- o h
Horror y fealdad del pecado , 161 ,n . 554 n. 5. -
"p" Sa3 , n. ¿T. Por sííi'é
TI es la nrimera
\l t Santificado
J sea el tu
Vuelve el que peca , á cratíScar á Chris- rnmhre. A hí.
to , 2I , s . n , p. i £ t , a. 6. Véase Por qué ia de eí JZeyrso de Dios se ha ce ha­
Cmfssîm , Penitencia, perdm.- cer aun separada , 302, 0.
Pecólade : Qué cosa es , - 7 4 , 0 . y. Coola de bienes que encierra esta Peti­
Pedir , Pede Ion : Todo es de Dios. Nada, ción, Ahí.
puede debernos. Todo se le debe pedir, Síguese la de JPk^ase tu voluntad 1 porque
■ zj6 , eu 1 j síg. no enerará ea é l , sino el que la hiciere,
Pedimos j no recibíaos s porque pedimos 3!oS , H, x.
ib ? El
Indice de las c o sa s notables

E l orden de las peticiones es, qual debe ser Sin ella no hay perdón , 1J7 , n, 20.
el orden de nuestros deseos, z 99, n. i. Sus partes Contrición , Confesión y Satisfac­
Después de lo que mira a. gloría ue Dios» ción 3 i y 7 , n. i i y 22. Véase cada
se sigue lo que toca a provecho nues­ qual en sus lugares.
tro , 3 1í , n* 1 * Perdón , Perdonar ; Es necesaria la fe del
Por eso se ponen las q u atro restantes, z 99, perdón de los pecados , 6 6 , n. 1.
n. i , p. 3i í j n. i . , Hay en la Iglesia poder para perdonarlos,
Como explica la Iglesia la ultima ,3 3 9, 66 , n. 2.
n. 7. Véase sobre cada una en su lugar, Por el Bautismo se perdonan á toda culpa
como Nombre , Reym , Voluntad , fVc. y á toda pena. Ahí , n. 3 , p. 108 , n. 43,
San Pedro: Cabeza visible de toda la Igle­ No es así por la Penitencia, 273 , n. 6 $
sia , 41?, n. 9 3 p. j 9 , n. n , 12 y 13, y 66.
p. i P j , n. 28. Además del Bautismo era necesario este po­
Sus Sucesores tienen la misma potestad. der en la Iglesia, ¿7, n. 4, p. 1 y 1, n. 1.
Ahí. A todo pecado y á todo tiempo se extien­
Peligros : En muy grandes vivimos , 3 3 1 , de , 6 ~¡y n. j , p. 1J 4 , n. 10 y 11 j p,
n. 4 y sig. i í 3 , n. 37.
Pena : Quán acerbas las de Consto , 33a Solo le tienen Obispos y Sacerdotes, 67,
a n y síg. S. 6.
Quál sea la de daña en los reprobos , 5-0, Alteza de esta gracia. A h í , n. 7 , p. i j ó ,
n. 9. n. 1 6 .
Quál la de sentido , jo , n. 10. Perdonar pecados es obra de solo Dios.
Perdonada la culpa , queda muchas veces Ahí, D. 8 , s . 3 í j J D, I I .
la pena temporal , 1 7 3 , n. í j . Y mayor que criar Cielos y tierra,<>8 , n. 7,
Por que sucede así en la Penitencia , 1743 Chrisro fué el primer hombre , á quien se
n. 66. díó tal poder , <sS, n. 9.
Penitencia : Es muy necesario explicarla, Por Christo se dio á la Iglesia. A h í, 325-,
¡ ) I , 3 . I. E. 10.
Varias significaciones
D de esta voz Fmiten- E l modo y medio de hacernos esta gracia,
cia 5 1 5^ ^ 2. es inapreciable, 3- , a. 1 0 ,p. 3j,n. i j ,
.Quál es la saludable 5 :■ ,2 , n. 3. p. 58 , n. 10.
La hay interna y externa. A h í , n. 4. Debe encarecerse, que no se abuse de ella
La interna es verdadera virtud. Ahí,n.-t y 6. 6 9 , n. 12.
Sin la Penitencia -virtud de poquísimo sirve Por la sangre de Christo se pide, y se con­
la exterior. A sí. cede este perdón, 35-, 3 . 1 4 7 i j , p . i j <
í,
Precédela la Fe , no es parte de ella. A hí. s¡. rS , p- 172 , n. é ; , p. 322 , n. 1, p.
a* í * , n. 12 y r j.
Su efecto es borrar la culpa , satisfacer á Es gran consuelo para los pecadores , 69,
D ios, y recobrar su gracia, r j 3, n. 7. B. II , p. I f I , 15. I.
Por cinco gradas se sube á. esta virtud. Se ha de pedir con toda confianza , 3 25,
A h í , ¡3. g„ n. io y n .
Alteza de esta virtud. A h í , n. 9. Pero reconociendo la gravedad de los pe­
Christo la elevó 3 ser de Sacramento. A hí, cados , 322 , el. 4 y síg.
s . 10 y j ; . Demás de esto llorándolos de todo cora­
Puede reiterarse , 1 $1 , rt. r , p„ 2j j , n„ 12. zón , 322 , n. 6 y sig.
Quál es su materia. 2j j , n. 73. D e todo pecado grave y leve se pide per­
Quál su forma. A h í , n. 14. dón , 3z 6 , n. 14.
Por qué se añaden preces , 2%6 , n. 1 j . Lor qué se llaman deudas , y como lo son,
Es gran merced de Dios ea la ley nueva. ?i f j 3a* i f .
Ahí , n. 16. Por qué decimos: Peráimanos: 326", n. 1 6.
¿oros que se observan. A hí , n. 17. Corno se entiende; Así corno nosotros perdona­
brutos que produce. A h í , n. i3. mos , ere. 3 2 7 ,1 1 . 1 7 .
Aun
DE ESTE CATECISMO. 41 1
Aun los que no quieren perdonar, deben En Christo hay naturaleza, mis no perso­
hacer esta oración^ 287, n. 2 , p. 328. na humana , 25 , n. 2.
¡1. i t . Nacer en tiempo, padecer, morir, &c. se
No perdona Dios al que no perdona, 162, atribuye á Dios por razón de la persona,
n. í í , p* 2.47 > n* Y síg*P* 3* 73n. 17 32, n. ?.
Y S1'g* Aceptar personas no se puede en juicio,
Cómo se hará con fruto esta petición, 328, 2 6 7 , n. 14.
n. 22. Piedad : Para todo es útil, 24 r , n. r7.
Para alcanzar perdón, Oración, Limosna- y Plagio : Qué es , 2 f í , n , y.
Ayuno* A h í , n. 2 3. Plantar: N i el que planta es cosa, ai el que
Sobre todo es perdonar injurias, 325, 0.2 3. riega , sino Dios que da el crecimiento,
Perjurar , Perjuro s Perjurio ; Es pecado 3i s , n. 4.
gravísimo , u í , n. 20. Pobreza , Pobres : Son ios escogidos de
Es perjuro el que jura ser yerdad lo que Dios , 44, n. y.
tiene por falso. A h í , n. 21. De los pobres de espíritu es el Reyno de
E l que jura sin consideración. Ahí, n. 22. los Cíelos, 302, n. 1.
E l que jura prometiendo sin ánimo de cum­ E l que tapa sus oídos al clamor del pobre,
plir. Ahí ,11. 23. clamará , y no será oído, 287 , n, 2.
El que falta á la justicia del juramento. Deben estrecharse , para no ser molestos,
Ah í, n. 24. 260. n. i 9.
E l que jura movido de leves conjeturas, Exemplos asombrosos de pobreza, que nos
227, n. 2,'. dio Jesu-Christo ai nacer, 28 , n. n .
E l que jura por los Dioses falsos. Ahí, Amenazas' contra los que los atropellan,
n. 2 6. i í r , o. 20. Vease Limosna.
Con este vicio se corrompen muchos, 228, Pontífice: E l único y solo es Jesu-Christo,
n. 30. Cabeza invisible de la Iglesia, 21, p.y9,
Amenazas y castigos de Dios contra ellos. n. 1 1 , p- 288 , n. 4.
A hí. Véase Juramento. E l Romano es la Cabeza visible , Vicario
Permisiones de Dios ; Deben distinguirse de Christo , y Sucesor de S. Pedro, y9,
de sus acciones, 224, n. 13. n. r r , 12 y 13.
Permite , mas no quiere el pecado , 333, Es Padre y Gobernador Supremo de la'Igíe-
JI4 XX* sia, r93, n. 28.
Permite sean tentados los Justos, mas no Postrimerías: Su memoria es muy útil para
los desampara. A hí. no pecar, y 9 , n. 10 y 1 r , p. 76, n. 14,
A veces oor ocultos juicios los dexa caer. p. S i , n. 12 y 1 3, p. x7 8, a. r , p. 182,
A hí. n. 14 , p. 249 , n. 2 y.
Perseverancia: Es muy necesaria en la ora­ Para desterrar odios y venganzas , y per­
ción, 288, n. 4 y 6. donar injurias , 249 , u. 2 y. Véase Mo~
Persona: Propiedades por las que se dis­ rlr.
tinguen las divinas , 1 2, n .r o. Potestad: De absolver y perdonar pecados»
Por qué la primera se llama Padre , la se­ Véase Absolver , Confesión , Pecado y
gunda Hijo , y la tercera Espíritu Santo, Perdón.
y2 , o. 3. ^ La Eclesiástica , una es de Orden , y otra
A todas tres son comunes todas las accio­ de Jurisdicción, 186 , n. 6.
nes de Dios fuera áe sí , 18 , n. 23, Una ordinaria, y otra delegada „ 1 69, n. y4.
p. 25- , n. 3. A qué se extiende la de Orden, 186, n, 7
E l proceder una de otra no puede ser co­ y **
mún. A hí. Precepto. Véase Mandamiento.
La distinción entre ellas debe creerse, no Predicar Véase Palabra de Dios.
escudriñarse , 1 3 . Preparación para comulgar ; Es muy nece­
No se puede fingir entre ellas cosa desigual, saria , 143 , y£.
primera, ó postrera, 13 , p. 22, n. 8. Consideraciones para este fin, 144, n. y7.
ffP 2 Pre-
4L2 ÍNDICE DE LAS COSAS NOTABLES
Preparación departe del cuerpo, 144.511. 7 8. Los que no pagan diezmes y tributos. Ahí.
Tamoicn para la oración, 2 S í, ti. i y sig. Los "Usureros, A h í , n. 11.
Principes. Véase Reyes. ^ Los Jueces y Ministros que venden la jus­
Profetas falsos : Ya salieron al mundo Jos ticia , 2;8 , n. 12.
que predixo el Señor , 2 , n. 7. Los poderosos que oprimen á los desvali­
Estragos que hicieron ,n.f. dos. A h í , n. 13.
Profetas de Dios : Predixéron lo que pre­ Los que esconden el trigo en tiempo de
dicaron los Apóstoles, 1 9. carestía. A h í , n. 14. Véase Hurto.
SUS oficios 3 2 0 jD , 7. Razón natural: No puede alcanzar por sí
Aun mas claro que de Christo hablaron de lo necesario para la salvación , 1 , n. 1
Ja Iglesia los Profetas, y 6, n. 1. y 2-
Profecía y figuras. Véase Figuras. Ni puede imaginar lo que Dios encierra
Providencia de Dios: Está en todas las co­ en s í, 12, n. 10 , p. H j n* n .
sas, conservándolas en el ser que las dio, Debe sujetarse á la fe, y no escudriñar sus
é impeliéndolas con íntima virtud á sus misterios, 9 ¡ n. 3 j p* n , p . i8. ,n. 1.
movimientos y acciones, 17, n. u . y 22, Sobre todos en. el de la Cruz , y sagrada
p. 304, n, 7. Eucaristía , 30, n. 7 , p. 131 a n. 23,
Especial que tiene de los hombres , 29z, p* XJ¿ J Ili Z^k
o. 3 y sig. p. 302 , n. 2. Redención, Véase Christo, y Jesu-Christo.
Marabillosa con que desde el Cielo cuida Reyes: Son los ungidos del Señor, 20, n . 7.
Christo de su Iglesia, 21 , p. 46 , n. 9. Quáles son sus cargos y oficios. A h í , y
Singular con que rige y gobierna las almas p. 302 , n. 2.
de los Justos, 304, n. 8 y y,p. 53í , n. 17. Hacen en la tierra las veces de Dios , zo,
Próximo: Qué se entiende por él, 264,0.4. p, z 37 , n-4 s P- > n- D -
No se puede perjurar, ni mentir por hacer­ Deben ser mhy venerados. A hí.
le bien , 264 , n. 7. Sranlo de los Padres antiguos, 214 ,0 .1; .
Por qué se menciona en el nono precepto, Aunque fueran malos los debemos honrar
274, n. 17. y obedecer, 241 , n. 16.
Prudencia : La de la carne es muerte, 265, Son los Padres de la República, 238, n. 8,
n. 2r. Aun persiguiendo de muerte Saúl á David,
Sin gracia de Dios no podemos tener la ne­ le servia este con gran fidelidad, 241,
cesaria para salvarnos, ;o 5>, n. 7. n. 16.
Requiérese para confesar , 16?, n. y 6. Debemos hacer por ellos oración á Dios,
También para jurar , 224 3 n . 13 . 24- ; n. 1$ , p. 284, n, 2.
Para confesarse , 188, n. 71. Interesa mucho el bies común en tener
Debemos ser prudentes sobre entender qual buenos Reyes. Ahí.
sea la voluntad de Dios , 310 , n. 1 r. Rey no de Dios ; Es el principio y fin de
Purgatorio : Consta de las Escrituras y la predicación Evangélica , 302, n. 1.
Tradición que le hay, 37,0. 3. Se ha de buscar ante todo , z 69 , n. 23,
D ebe ahora encarecerse este dogma. A hí. p. 302, n. 2 , p. 3 38 , n. 3.
'Siempre basaron á él las almas que tenían Y no solo con palabras, sino con obras,
que purgar , 33 , s. 6. 303 , n. 3, p. 307 , n. p8._
Obligan á buscarle las miserias de esta vi­
da > 303 , n. 4 , 7 y 6 , p. 306 , n, iy
y 26.
Varias significaciones de este Reyno, 304,
Jjp% A íz de redoma! e-s la codicie,270,0.x. í?* 7*
Rapiña , Rapiñador : Se extiende mucho Primera, el Señorío absoluto de Dios sobre
este pecado, 257, n. 10. todo. Ahí.
Es mas grave que el hurto , 2 7 6 , 0 . 4 . Segunda, el Reyno de la Gracia. Ahí, n. S
Cométanle los que no pagan á los jornale­ y *
ros , 2 77 , £. so. Tercera , el de Í2 Gloria, 307 , n. 10. .
Por
B E E S TE C A TEC IS M O . 4 *3
Por el de la gracia se va al de la gloria* La fe de este artículo es propia d e 1-os
3 >f1' 11 * . Chrísríanos. Ahí,
Qué pedimos diciendo : Venga á nos el tu Utilidades de la Resurrección, 4 1 , n. 13.
Rejno, 30; >n. n , i ; y i | . Exeinplos que en ella se nos dan. Ahí, n. r4.
Bebe perderse todo , por ganarle. Ahí* n. Cómo barruntaríamos , si hemos resucita­
17 y ié . do con Chrísto , 42 , n. 17.
Con humildad profunda se ha de pedir* Resurrección de la carne : Es muy necesa­
307,11.17. ria la fé de este artículo , 40 , n. u ,
Este ha de ser nuestro cuidado. Ahí,n. 18. p. 70 , n. 1.
Para esto nos da Dios muchos socorros. Por qué se llamó de la Carne, 70 , n. 2.
Ahí. Rxemplcs para ilustrar esta verdad, 70, n. 3.
Pedimos aquí otras muchas cosas, 307,11.1?, Símiles para confirmarla, 71 ,n. 4.
No se puede conseguir, sino haciendo ia Razones para-probaría. Ahí , n. 7.
voluntad de Dios. A h í , 11. 1. Todos han de morir , y resucitar , 72,
Reliquias : Adorarlas cede en mayor glor n. 6 .
ría de Dios , 2 14 , n. 17. Con los mismos cuerpos resucitarán : y
Quan grande sea su virtud,217 , n. 19. por qué han de ser estos mismos , 73,
Remedios contra apetitos desordenados, 3 3, n- 7 y 8.
n. u , p. fo , n. r o y 1 1 , p. 37 , n.14^ Todos resucitarán cabales y enteros. Ahí,
p. 277 , n. 22. n. 9. ■ .
Contra lascivia. A h í, p. 271 , n. 7 y sig. Los Mártires muy hermosos, 74 , n. 10.
Contra las tentaciones. A h í , p. 170, n. 7 8. Esta entereza será para dicha de los bue­
Contra deseos de venganza. A h í , p., 24?, nos , y desdicha de los malos, 74,
n. 24 y 27. a. 11.
Contra todo pecado , 1 3 , 1 1 . 12 , p. 33, Todos resucitarán inmortales. Ahí , n, 12,
n. 11 , p. 70 , s. 9 , 10 y 11. Esta resurrección se debe á la victoria de
Los del alma Penitencia y Eucaristía, 9 3. Chrísto , 7 4 , n. 12,
n. 32, n. 234, p. 27 , p . ; 2 ? , n. 23. Quatro dotes de los cuerpos gloriosos y
Los deí cuerpo como aprovechan , 74 , n. primero Impasibilidad. A h í , n. 13.
11 , p. 338 , n. 4. N i de este , ni de otro gozarán los malos
Poco fía en ellos el Christiano. Ahí. pues resucitarán para ser tizones eter­
Abomínalos que no son de Dios, 3 3.2,0. 7. nos , 70 5 n. 9 , 10 y 11 , p. 74 , n. 11
Renuncia : Qual es la que se hace en el y s%-
Bautismo , 2 3 , 0 . 1 2 , p. * 1 4 , n. 69. E 1 segunde, Claridad ,7 7 , n. 13.
Reo:Preguntado legítimamente debe con­ Tercero y quarto Agilidad y Sutileza , 77,
fesar la verdad, 267 , n. 17. a. 13.
Cede esto en gloria de Dios. A h í, Erutos "de la fe de este artículo. Ahí, 0.14.
R estitu ciónR estituir es necesario para Ricos : N© amen las riquezas, 277 , n. 21,
salvarse , i í i , n. 3: , p . , n, 8. p. z g ; , e . 4*
Cómo se habrá el Confesor con el que de­ -Los que quieren serlo, caen en el lazo del
be restituir, 177 , n. 78. diablo, 277 , n. 10 , p. 3 i p , n. 13.
Quiénes deben restituir , 275 , n. 17 . Véa­ Deben pedir el pan de cada ¿ia , 3 i 93
se Bario 3 Satisfacer. n. 1$.
Resucitar : Cómo resucitó el Señor , 38, Les ca Dios bienes' para que socorran 3
pobres, 2 7 n. i í y 1 7 , p. 3r5>, n. i£,
s - 7-
Resucitó ñor su proma virtud. A h í , n. 8. p. >2£ , d. 23- .
rué el primero de los resucitados , 3?, Los que no lo hacen , no tienen Candad,
n. -7 s a- z 7 * ' u 1
Por qué resucitó, 4 1 , 3 . 12, Riquezas: N o se pegue a ellas el corazón,
Por qué al tercero dia3 40 , n. 10. 248j , B. 4 5 p* 5IÍ? > i3* 1 ?*
Por qué se añadió según las ¿escrituras. Ahí, Cómo deber, emplearse , 275 5 a* n > P*
a. j i , zi% , n. 12.
Qua-
IND ICE DE LAS COSAS NOTABLES
Qu2Íes son las verdaderas } } n. $ , p. Es el grado sumo de todas las órdenes,
306 , n. i / . 1 9 1 , n. 22.
Ritos. Véase Ceremonias. Sus principales oñclos son ofrecer sacrifi­
cios y absolver de pecados, ipz, n. zy.
S Sacerdotes:Los hubo en toda ley, 1 86, n. 8.
Los de la escrita excedían en dignidad í
los de la natural. Ahí.
Ó
Abado : Por qué instituyó Dios su ce­ Pero era muy inferior á la de la ley de
lebridad , , n. i y p. i j i > n‘ * 3; gracia. Ahí.
En quanto al tiempo es ley ceremonial, Solos estos pueden consagrar la Eucaris­
a 30 , n. 4. tía , 147 , n. 67 , p. 1 9z , n. 27.
Como tal se abrogó en la muerte de Q u is­ Aunque sean malos , no se disminuye su
to. Ahí, n.y. potestad , 9o , n. zf , p. 147 , n. 6 8. .
En quanto á la sustancia es moral. A hí, Obran en Persona de Chrisco. A hí.
Tí. 6. Solo los de la ley de gracia pueden absol­
Por qué la mudaron los Apóstoles ai D o­ ver de pecados , 1 y6 , n. 16.
mingo , 2.31 , a. 7 , p. £í 3 , n. r 8. Por qué se dicen Presbíteros y¡ Sacerdotes,
Qué significa : Acuérdate de santificar el dia i 9 i , n. 22.
del Sábado , 2- 31. n. 8. ,,.Son Intérpretes y Embaxadores de Dios,
Qué significa Sábado y sabatiz.ar. Ahí, n. 5 * 184, n. 2, p. i9z, n. zy,p. 206, a. 2.
Qué es santificar el Sábado, 231 , n. 10. Son Medianeros entre Dios y los hombres.
Quái es el Sábado delicioso. Ahí. Ahí.
Quál el espiritual, 1 33 3 n- * í * Se llaman Ángeles y Dioses. Ahí.
Quái el celestial. A h í , n. 16. Quando los instituyó Christo, 14 9, n. 74,,
Por qué señaló Dios este dia, 232, n. 13. Potestad, carácter y grada , que se con­
Por qué á este dia le llamó Dios señal. fiere al Sacerdote , 187 , n. 10, p. 191*
Ahí. n. 23.
D e qué cosas es señal el Sábado , 232 , n. Aunque el Sacerdocio es uno, tiene varios
14. Véase Di as Festivos y Fiestas. grados de dignidad y potestad , 192,
Sabios del mundo ciegos , 7 ó , n. 14. n. 26.
Pusieron la felicidad ea cosas caducas, 77, Hay Sacerdotes, Obispos, Arzobispos,Pa­
n. 3- triarcas y Sumo Pontífice. A h í , n. 26,
Cayéron en grandísimas miserias. Ahí. 27 y z 8.
Los verdaderos Sabios son los que temen Con grande acuerdo se debe imponer tal
á Dios , 209 , n. 9. carga, i ? 4 , n. 30.
Sacerdocio el de la ley de gracia aventaja Quanto deben sobresalir entre los demás
sin medida al de la natural y escrita, fieles , 18? , n. 7 , p. 206 , n. 2.
1 86 , n. 8. P:áe gran perfección ei estado. Ah í, n. 31.
Su alteza es Indecible , 184, n. 2. Ciencia que le debe adornar, i 9 4 , n. 32,
Como se debe admitir. A h í , ,n. 3. p. 206, n. 2.
Quién entra bien, y quién mal en él. A hí, Sas oficios celebrar Misas , rogar por eí
n. 4. pueblo y enseñarle la ley , 20 , n. 7 .
Altos fines que debe proponerse el que le p. i Sy , n. y, p. 206,n. z.Véase Orden.
abraza. Ahí. Sacramento : Ciencia y diligencia pide sa
Su potestad una es de orden , y otra de ju­ explicación , 82 , n. 1.
risdicción , 186, n. 6. Qué significa esta voz. Ahí , n. 2.
Viene de Cbrlsto. A h í , n, 7 y 8. Es una señal sagrada , sensible, 8; s a. 3.
Á qué se extiende la de orden. A h í , n. 7. Dinnese en Común. Ahí , n. 4.
Hay Sacerdocio interno y externo , i 9 i> División de las cosas sensibles , y que se
n. 23. entiende por Señal. A h í , n. y.
É l interno conviene á todos los fieles. Ahí. Todos ios Sacramentos son señales insti­
E l externo á solos los ordenados, 192 , n. 4. tuidas por Dios , 8 3 , n. í , 7 y f .
Es
DE E S T E C, i T E C I S M O . 415
Es muy úcil^Io entendían así los fieles.A h í. Fué instituido en la ultima cena , 14?,
Las imágenes y cruces son.señales, mas no n. 72.
Sacramentos , 8 ?, n» n . Encierra las perfecciones de todos los Sa­
q u¿ se entiende por cosasagrada. Ahí, n .io . crificios , 148 , n. 69 , p. 14Í) , n. 7,'.
Otra explicación del Sacramento. A h i,n .i i. Profecías y figuras de él. Ahí.
Señalan cosa presente , pasada y venidera, Es el mismo que el de la Cruz, 2 ?o, n. 74.
8; , n. i* . Y él mismo es también el Sacerdote prin­
Y a veces muchas cosas presentes. A h í, n .i 5. cipal , que es Chrísto. Ahí , n. 77,
P or qué convino Instituirlos. A h í,n . 14. Es meritorio , satisfactorio , laudatorio y
Constan de m ateria'y forma , 8 8 , n. i j . propiciatorio , 148 , n. 71 , p. i>-o,
Por qué á la materia se añadieron las pa­ n. 78.
labras, 88* , n. 16. Aprovecha á vivos y á difuntos , ijo,
Ventajas de los presentes á los antiguos, n. -¡9.
88 , n. 17 , p. 5>z , n. 29. Importancia y fin de sus ceremonias. Ahí,
U tilidades de sus ceremonias , 8 8 , n. 18. n. 81. Véase Misa.
Quántos son , y quánto importa saberlo. Sal: Qué significa la del Bautismo, 114,
A h í , n. 1 9 . n. 66.
Pruébase que son siete s 85 , n. 21. Saliva : Por qué en él se usa de ella. Ahí,
Por que no son mas ni menos. A h í , n. 2o. n. ¿8.
No todos son necesarios , ni iguales en Santos , deben ser adorados , é invocados,
dignidad. A h í , n. 22. 214, n. i f , p. 285- , n. 2. ^
Sobrepuja mucho á todos la sagrada Euca­ Esto redunda en mayor gloria de Dios,
ristía, 8í> , n. 22 , p. 140, n. 47. 214 , n. ry.
Dios es su Autor , y el que interiormente N o nace de falta de £e,zx$ , n. 17.
los dispensa , 50 , n. 2 3. N i se opone á la mediación de Chrísto.
No á los Angeles , sino á los hombres hi­ A hí , n. 18.
zo Ministros suyos. A h í , n. 24. Confirmase por los milagros que obran.
N o se Impide su virtud por la maldad del A h í , n. 19.
Ministro. A h í , n . 25. E s muy útil adorar sus imágenes , 217,
Con gran pureza deben administrarle, n, aé.
s . z6 . En ellas se adora á ellos. Ahí.
Sus principales efectos son la gracia , y el Debemos rogar y acudir á los Santos,2 Sy,
Carácter , 9 i , n, 27 , p. 9 5 , n. 30. B. 2.
justos efectos á los principios se manifes­ D e diverso modo los rogamos que á D io s.
taban con milagros , 9z , a. 2S. A h í , n. 2.
Los de la ley antigua no causaban gracia, A D ios oetíimos , se apiade de nosotros 3 á
$Z , 32. 2 9 . los Santos que intercedan y medien , z-Z6Z
Solos tres imprimen Carácter. A h í, 3. 30. e„ 3 y 4.
Estos no se pueden reiterar. A h í n. 31. Satanás. Véase Demonio..
En qué se distingue el Sacramento' del Sa­ Satisfacción : Qué e s , 17 2 , n. 6z.
crificio , 148 , n. 71. D e quintas maneras es. Ahí , n. 6 3.
Deben ser muy venerados, 9 %, n. 32. Q uál es la suma y suprema ¿e todas. A h í,
Sí con estos divinos manjares no se conser- m. 6 i.
- va la vida , muy de temer es la muer­ Qaál es la Sacramental, 173, n. 64.
te. A h í. D e cada uno véase en sus lu­ E s parte del Sacramento , y por qué,-if 7,
gares. e . 21 y 22.
Sacrificio: En qué consiste, 148 3 c. 71. Aíra perdonada la culpa , la demanda la
Por oué instituyó Chrísto el de la sagrada Justicia de Dios , 173, n. áf y ¿ó'.
Eucaristía. A h í , n. 70. También la demanda su clemencia, 174,
Es la mayor muestra de su amor. Ahí. n.
En qué se diferencia de sí como Sacramen­ A l mismo pecador vale mucho para curar
to. A h í , n. 71. ías llagas de su alma. A h í , n. 66 y sig.
ÍNDICE DE LAS COSAS NOTABLES
Alo
También para que se enmiende , y no rein­ Señales tres que precederá a¡ Juicio Uni­
cida con facilidad. Ahí, versal , 4 5>, o. 7.
Y para que dé satisfacción á la Iglesia, Señales de la verdadera Iglesia, 6 1, n. 14
174 , n. 66 y 67, y sig. _
En ellas se juntan justicia y Misericordia, Sentarse; Cómo se enAende estar Cbristt
sentado á la diestra del Padre, 44 , n. J.
17? i n* 69* Sentencia. Véase Juicio.
Por ellas nos asemejamos á Christo. A hí,
Sepulcro, Sepultar : Christo Señor nuestro
n, 6 $ rué sepultado , 3r , n. <í.
Y nos libramos de los castigos de Dios, Por qué en el Credo se propone esto, 32. n. 8.
n. 70 Cómo creemos queDíosfuésepultado.Ahí.
Deben cumplirse en gracia de D ios, y ser
mortificantes y penosas , 17 6 , n. 7 3. E l cuerpo del Señor en el sepulcro no pa­
Todo su valor dimana de la Pasión de deció cosa de corrupción , 32 , n. $>.
Christo. A llí , 11. 7 r , p. 3z 6 , n. r 3. Pasión , muerte y sepultura , convienen á
N o se desdora, antes se realza por las Christo en quanto hombre ,23 , n. 11,
nuestras , i? f 3 n. 72. p. 32 , n. 9.
Toda satisfacción se reduce í Oración, Lr- Atribuyese esto á Dios por razón de k
raosna y Ayuno, 176 , n. 74. Persona. Ahí.
Las penitencias públicas , aunque están Por el Bautismo somos sepultados cotí
muy desusadas , son muy provechosas, Christo, 84, n. 7, p, 108, n. 43 y 47.
Por eso se llama Sepultura, 9f , n. 4,
174 , n. 67.
A veces se imponían aun por pecados ocul­ Sermón. Véase Palabra de Dios.
Servir á Dios es reynar , 311 , n. 13.
tos. Ahí.
SÍ son necesarias, se debe instar,sobre que No hay cosa mas esclarecida , 314, 0. 2.3.
las reciba el penitente , 177 , n, y9. Distancia entre servir al R ey del Ciel o,ó
Son saludables para él y-para todos. A hí. al de la tierra , 211 , n. ;.
A que debe mirarse en Imponer las peni­ Siervo: no puede codiciarse el ageno,274?
tencias. Ahí. n. 16.
Todas las penalidades de la vida sufridas Ni que ios criados dexen á sus amos. A hí.
por Dios , valen mucho .para satisfacer, Siervo del demonio se hace el que pecas
176 , n. 7,-. ^ 32? , n. 7.
Puede uno satisfacer por otro.;mas no do­ Símbolo. Véase Credo.
lerse , ó confesarse. Ahí , n. 76. Soberbia : Es raíz de todos los pecadcsa
N í ser comunes todos ios frutes de la sa­ xy6 , a. 17.
tisfacción , 177 „ n. 7 7 * Véase Confesión ©íende mucho á Dios , 287 , n. 2.
y Penitencia. Se abate por los Sacramentos, 86, n. 14.
Sello : Lo es el Carácter que se imprime Y mas por la Contrición , i ¡9 , a. 2/1
en el alma , s>$ , a. 30. Debe reprimirse la de los penitentes , 1 7 1 ,
La palabra Amen es sello de la oración del n. >9,
Señor , 541 , n. 1. Sobre todos los hijos de la soberbia es R ey
Señal: Qué cosa es , $ ; , n. 7. el demonio , 323 , n. 7.
Hav diferencias varías de señales, 84.,n. S. Nada la reprime , como la humildad de
Unas Instituidas por D io s, y otras por los jesu-Chrlsto , z 8 , n. n .
hombres. A h í , a. S y p. Subdiácono: Su voto,ordenación y ofictOj
Todo Sacramento es señal de cosa sagrada, 1 9o , n. 1 9.
8; , n . 1 0 , n y 12. Subida de Christo. Véase Ascensión*
N o toda señal dé cosa sagrada es Sacra­
mento. A hí. véase Sacramento.
Señal cierta para discernir la Iglesia ver­
dadera de las falsas , 6z , n. 16.
Para distinguir entre k buena y mala Pe­ Emor : es don del Espíritu Santo, jYs
tición , 317 3 n, $. o. 8.
El
DE ESTE CATECISMO,
SI tensor servil dispone para' el filial^ i j 3, Qué es tentar. A h í , n. 9,
n. 8. Varios modos hay de tentaciones, A h í , ti,
"Este filial nace de la caridad , y es propio 9 y 10.
de los hijos legítimos. Ahí, Cómo tienta Dios , 3>3 , a. 9 , 1 r y i-z. 4
A solo Dios se ha de temer, 14, n. 15 , p. No puede tentar para mal, sino permitien­
- 2 19 , u. 5 x, p. z %f , n, 1 $. do. Ahí , n, s i y 12.
Considerar que Dios es fuerte y nelvio , le Qué es caer en tentación. A h í , a, n .
infunde grande , zx -9 , -n. ? r y sig. Cómo tienta el diablo.' Ah í, n. so.
Los -malos temen donde no hay por que, Se llama el Tentador. Ahí.
2 28, 0. 28. Por qué tienta menos á los malos, ; 32, n.y.
SÍ guardan la ley , mas es por temor de la No pedimos no- ser tentados, sino gracia
pena , que por amor de ia virtud, 228, para vencer , 334 , n. 14.
n. jo, Las tentaciones son muy útiles, roí», «. 48
Templanza ; Espíritu de ella nos ha dado y 4 ?>p- 1 n »a- 5 >?• í J4 s n* -4 5v-
Dios , 1 8 7 , 0, 10, 3J4 , H. 20.
En qué exercícios brilla mas esta virtud, En todas -y en cada una clamar 4 Dios,
2j-4 , n. 13. ;;cn . q.
Sobresale en todos los Apóstoles, y mas en E l que presuma de sí,caerá luego, 3 31,0.3-
'San Pablo , 2 4o , n, 19, E a solo Dios se ha de fiar , 33?, n.. i4.
Vale mucho para guardar castidad , 27 3, Dios da fuerzas para vencer, 334, 0. 19.'
n. ío . Chrisco en esas batallas es nuestro Cap ican,
También para la oración , z 9 i , n, y. que «os enseña y fortalece para vencer,
Se encomienda varias veces en la. qaarta 2V0 , n. 4 , p. 33í , n. 17.
Petición , 318 , n. 10 y-sig. Con qué armas debemos pelear , 2So, c. 9#
Es arma poderosa contra Satanás 334, p. 334,21. iS.
- ti, 18. De nuestra parte no hay sino finque sa,
Templo : Las almas lo son de Dios, 2 , a. 33 « z y 3.
3 , p. 244 3 n. i a , p . 2 ; 1 , g . 7 . Toda la virtud ha-de venir de Dios , 2 8o,-
Dios destruiráaíqueleprofanare, 324, n.8. a. 2 , p. 334, n. 19.
Acudir ai Templo, y estar en él con reve­ Coa ella triunfaron , y triunfan muchos,
a-encía , se debe en días festivos , 229t >>f , m i f , i 4 y 17.
n. -2 , p, 23y , ti. 2^. Premios de los que vencen , 33 4 , n. 20.
No se veda en tales dias adornarle, 234, Véase Demonio,
-n . 22. Quién tleutaá Dios en la oración, 2-84,0.r.
Tentación, Tentar-.Tienta mucho el diablo Testigo: Sn juicio- debe confesar la verdad,
i í o s que se dedicasáD ios, 330, g. r. 247 , n. i 4.
Estos son el blanca de todos sus tiros, 3 32, Ai-jurado no puede recusare! Jaez , 243,.
n. 7*
N o permite Dios seamos tentados sobre lo Ninguno debe fiar mucho de su memoria,
que podemos , 2>4., o. 12 7 p. 3; 2. , n. sino examinar bien lo que dice, 227, n.
7 y
22 , p. z á j , h. 1 4 .
Para no caer , acudir á D ios, 32o, s. 9>p. NI ¿exarse llevar'de odio , amor , á otro
330 , n. 2. afecto >sino de ia verdad , 224 , n. 1,3
Toda ia vida es tentaci-on perpetua , 331, p. 247 , u.- 14. _
n. 4 , p, ; 34 5 24 * Testimonio : Es muy necesario 'en las co­
A h í se descubre nuestra flaqueza, 3 ; i , n . 3. sas humanas. Ahí.
-Las del demonio son formidables. Ahí, n.4, E l del reo redunda en gloria de Dios,
5y 2<$7 , n. IJ.
Es muy atrevido. A h í , n. 4. Todo el que dañare al próximo , está pro­
N i á Jesu-Chrísco respetó. A hí. hibido , 24 ) , n. 7.
Solo puede lo que Dios le permite , 332, E l falso hecho en juicio es el que pnuci-
n. 8. palmente oíohibe la ley , 24 3, n, 3. —
GGG Es-
41S ÍNDICE DE LAS COSAS NOTABLES
Este dentro y fuera de juicio } y de todos Algunas de las palabras de su consagra­
modos está vedado , z 4 ; , n. i y 2. ción , 130 , n. 21.
Ni por hacer bien, 154,11. y. Que el pan sea de trigo , 1 28, n. 13»
N i contra sí mismo. Ah í, n. 4. Transustancíacion: Está confirmada por los
Ni en favor de la Aeügion. Ahí , n. $. ^ C oncilios, i J 7 , n . 38.
N i en alabanza de Christo es licito decir Con gran propiedad usa de esta voz la
testimonio falso. Ahí. Iglesia , 13S, n. 42.
Produce muchos males, z 5 ; , n. i , p . 264$ No se escudriñe con curiosidad. Ahí,n.4.3*
n. 6 , p. 268 , n. 1 í> y 20. En cosa ninguna tiene semejante. A hí.
Tierra : fué criada y puesta por Dios en Tribulación ; Ha de llevarse aun con. ale­
medio del mundo, 17 , n, iS. gría , 341 , n. 12.
La adornó y pobló luego de innumerables Trae consigo muchos provechos , 3 3 4 , n„
árboles , yerbas y dores. Ahí. 14 , p. 341 , n. 12, Véase Trabajos ¡Tm-
Pué maldita por el primer pecado , 2.93 * tacion*
n. S , p. 3 1 4 , n. y. Trinidad: Explícase este inefable misterio,
Tonsura primera qué es , 188, n. 13. iz,n. 10, p. 22, n. 8, p. >2, n. 3 y sig.
Quién la instituyó , y por qué. Ahí, n. 14« Creído debe ser , no escudriñado , 1 3 .
Trabajar, Trabajos: Aun en el Paraíso ha­ Es maldad horrenda pensar en las tres Per­
bría trabajado el hombre, 31 3 , n.4. sonas Divinas cosa desemejante s ó des­
Aquel trabajo fío le sería engañoso , ni igual , 12 , n. 9 , p. 22 , n. 8.
molesto. Ahí. E l proceder una de otra no puede, ser co­
Los nuestros son innumerables. Ah í, n„ y. mún , 25, n, 3.
Y todos perdidos , si Dios no levanta la Pero todas las cosas que salen de Dios fue­
sentencia, y les echa su bendición. Ahí, ra de sí , son comunes á todas tres Per-
Es obra muy Chrístiana trabajar por hacer ñas, iS , n. 23. , p. 2 4 , n., 5..
limosna , y no estar ociosos, 177,11.78., Toda la Trinidad se declaró presente en el
p. 240 , n. 18. Bautismo de Christo , 99 3 n. 20.
Debemos abrazar quantos Dios nos envíe,
3 n. 7 ísp* 5*4-3
22 , p. 341 , n. 12.
24 s P* 5ai , n»
V
Son una mina rica para satisfacer y merecer,
i 7<
í , n. 77, p. 30S,n..g,p. \39, n. 4 . V . Anidad : En mayor andamos que la
Los que los llevan mal, lo pierden todo, edad .pueril, 309 , n. 7.
sin mas fruto que padecer los azotes áe Pedir á Dios aparre de ella nuestros ojos,
Dios. Ahí. 3 3í 5 n. 1 y.
Los que en ellos no llaman a D io s, le nie­ E l vano sonido de las palabras de nada sir­
gan la honra,228,n.28,p.28o,n. 2. ve en la oración , 27S , n. 4.
Tradición : La palabra de Dios se divide Vasos sagrados : No los deben tocar las
en Escritora y Tradición^ 4 , c . 12. que no. están ordenados , 1 47 , n. <57.
Es Intérprete y tesorera de las verdades Venganza : Amadle es lícita 3 z69 3n.zx„
Católicas , 1 3 0 , 0 . 21. Ninguno puede1vengarse por sí, 242,11. 24.
Por ella consta la verdad de Purgatorio, Verbo dxvmo. Véase Christo , Encarnación}
^ 3 7 * 3. í* jésii-Cbrisio.
E l numero de los Sacramentos, %9yn. 19. Verdad : Lícito es callarla , mas no den­
La forma de la Extrema-Unción, 17?, n. 3. tro de juicio, 247, n. i 4 .
E l Bautismo de los niños , 104, n. 32. En él se debe confesar. Ahí, ■
La Consagra clon del Obispo por tres Obis­ En todo debemos tratarla, 24.3 5 a. i ¡ p.
pos, ríri , n. z 9.^ 244 , n. 13,
Ser el Obísp o el Ministro del Orden. Ahí». Vergüenza fatua de algunos en ía Confe­
La Corona Clerical, i SS, n. 14. sión , 171 , n. 4 o y 41.
Mezclar co n agua el vino para el Sacrifi­ V icio : Se cubr# muchas veces con capa de
cio , 1 z 9 , n, 14. virtud , 196 , n. z.
El
DE E S T E C A T E C I S M O .
Tgl de la lengua está muy cundido , y hace Iglesia. A h í, n. 2Y,
muchos dañes , z 6 $, n. i. Pedimos por su gracia, para hacer en todo
Victoria : Cómo se consigue del, diablo, su voluntad , imitar a Chnsto , y morir
3;<í, n. 18. antes que ofenderle. A h í , n. 12.
Dios da fuerzas para ella. Ahí, n. ií>y 10. Esta es la mayor dicha que podemos tener.
Vida perdurable : Con este artículo acaba ? n , n. 13.
el Credo, 77 , n, i. Por eso los mas Santos la piden Con mas
Qué sígniñcaVidaperdurable.Ahí^n. z y síg. ahinco. Ahí.
Porqué se.expresó allí con este nombre, Por esta petición abominamos, las. obras de
77 , n. 3. Véase Bienaventuranza. la carne. Ahí , n. 14.
Vida : La del hombre es continua guerra, Ratificamos ía profesión del Bautismo,* 3„
334 , n, 14. ; n.-: 12 , p . I 14 , n. 69.
Vigilias:Una de las armas con que se ven­ - Pedimos hacer , r¿o lo que queremos , sino
ce al diablo , ; 36 , n. 18. lo que quiere Dios , 3 1 2, 3. 1 j-.
Velar y orar , para no caer en tentación, Pedimos no hacer io malo que nos parece
310 , n. 9 , p, 3%6 , n. x 8. bueno , 312 , n. 16.
Virginidad 3 Aventaja mucho 2I matrimo­ Pedimos se haga en todo su voluntad , no
nio , i 9$ , n. i z , la nuestra. A h í , n. 17.
Es muy apreciable , i í s , a, 1. En todo-debemos resignarnos en ella, 341,
La de María Santísima muy celebaada, 27, n. 11.
n. 8. Pedimos proceder , como hijos de Dios,,
Une ron.Véase Confirmación y Extrema-Tinción* 2S>7 , n. 1 8 , p. 301 , n. 9.
Vocación : Persevere cada uno en la suya, Aun después de habernos sujetado entera­
314, n, 24. mente á Dios, necesitamos de continuar
Voluntad: La de Dios es la Regla de nues­ con esta petición , 312 , n. 18.
tras acciones , soy , n. S , p. ; 12 , n. Pedimos que todo el orbe conozca la vo­
igysig. luntad de Dios, para.que se-haga notorio
Debemos gobernarnos en todo por ella, ’ el misterio de lá Redención, -3i z , n. iS.
311 , n. 1; y sig. Pedimos’también; el modo de hacerla aña­
En qué está la voluntad de Dios, 307, n. 21.. diendo : Así en la tierra , Como en el Cielo.
Debe cumplirla el que se ha de salvar,308, A hí , ri. i 9.
H. .1. Pedímos servirle como los. Bienaventura­
Muy lejos está de hacerla el engolfado en dos. A h í. . ■
deleytes terrenos , 3 1 1 , 0 . 14. ■ Que quasto pedimos para nosotros, sea to­
La corrupción de la naturaleza nos impide do por amor suyo. Ahí, n. 20 y 21.
cumplirla , 308 , n. 3. Que la hagan los malos, como los buenos.
La mayor es juzgar lo malo bueno , y lo bue­ A hí , a. 21.
no mah* A hí , n. 4. Que carne y espíritu obedezcan perfecta­
Estamos para hacerla muy estragados y en­ mente á Dios. A hí.
fermos. A h í , n. j . Esta Petición contiene acción de gracias.
Somos at\o peores que niños para hacer la. Ahí n. 22.
nuestra , 30? , n. 7. Todas las cosas sirven á Dios , sino el
Sin la gracia de Dios no podemos hacer su hombre infeliz , 314 , n. 23.
voluntad como debemos , 30? , n. 6 . La voluntad de Dios es la razón suprema
E l remedio es clamar y asirnos de esta Pe­ de todo. Ahí.
tición , 3CP , n. 8. Sin ella ningún trabajo puede sobrevenir­
Aun los Justos deben pedir esto con ins­ nos, 248 , n. 20 y 21 , p- 314, n. 23.
tancia. Ahí , n. 9. Por eso debemos conformarnos en todo con
Todos padecen la guerra de la carne, 310, ella. Ahí.
a. ic . Voto : Peca el que no le cumple , como
Por hacer la voluntad de Dhs , se entiende el que perjura , 2*7 , n- 23.
cumplir lo eme manda por si , ó por su Usura : Qué es , 2 í 8 , o.. 11.
Aun
420 ÍNDICE DE LAS COSAS'-NOTABLES DE ESTE CATECISMO.
Zeloso : Considerar que D ios es
’A na los gentiles la abominaban. Ahí.
t/sureros; Rapiñadores cruelísimos. Ahí. prime mucho á los hombres. -Ahí, n. A
.Usurpar : Nadie debe usurpar la jurisdic- ■ Y 5 3 *
Por ser fuerte y celosa s no dexará sin casri-
clon agena , z<£~¡3 n.. 14.
!go las maldades , Ahí *-u. 34 .
Mas que amantes > debemos andar ¿ c ío -
Z sos del servicio de: Dios. Ahí 3 a„
3 3- ? ; ‘
Z eío : El de Dios es sú sosegadísima E l zelo de su casa nos debe comer como 3
Chrisco. A hí.
Justicia i ti. ÍS.

F I N.

C O R R E C C IO N E S *

Pag. Din. ■ Dice. Debe decir4


36, . . . - - - - Ínfimo . . . . . . . infierno.
IO, . ..............«
....................... ju zg a d o s ............ .. juzgaos.
42. . ................. sardanas............... s atanas.
$3 ................... .. 5 ...................
18................... Santa. . . . . . . . Santa.
64......................
E ucarstia. . . . . . E ucaristía.
237. 3 1* * * ...........
exerciien . . . . . . exciten.
* .................■ 7- * .............. bondan ............... . bondad.
*6$...................... 21. * ..............
i 85 ...................... M a m r .................. Maneras*
33* * * * - * * • di es t ra. . . . . . . Muestra.
■aad................... * ”4 * ■ * r * * ‘ ‘
«4p................ • - ornean . . . . . . . oración.
3 1* * ..............
Idem................. - 4 0 .................. memento? , . . . . memoria.
C aron a .............. .. corona.
334 - .................... 39....................
7. . a . - - * * txfesm. u . . . , . 4 nuestra ?.
z n - ................ *

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