Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
* — ^ £v/\ *. Ço\
m <L
yv
CATECISMO
DEL SANTO CONCILIO DE TRENTO
P A R A LOS PÁRROCOS.
DEL SANTO CONCILIO DE TRENTO
P A R A LOS PÁ R R O CO S,
ORDENADO
PO R D ISP O SIC IO N D E S A N PIO V.
T R A D U C ID O E N L E N G U A C A S T E L L A N A
P O R E L P . F x . A G U S T I N Z O R I T A .,
R E L IG IO S O D O M IN ICO ?
SEGUN LA IM P R E S IO N QUE DE ORDEN DEL PAPA C L E M E N T E X III ,
TERCERA IMPRESION.
C O N L IC E N C IA E N M A D R ID .
EN LA IM P R E N T A REAL
M D C C L X X :C Y I,
S e h a lla r á en la L ib r e r ía de D e n B ern a rd o A lv e r a .
SEÑ O R
m . -
ífeiJÉ1 i ■ ?:§ }'&.
Traducción del Cateéis-
■"'í.
..-•* .■r>jf.Ai'-;
‘■‘-í ® ío Romano á nuestra Jen-
es-
espera que el Augusto nombre de V . M .
colocado á su fren te , recordará á todos es
tos verdaderos y apreciables atribu tos , que
añadiendo á la Obra recomendación , sir
van de honroso testimonio del constante de
seo del Convento , y de todo el Orden de
Predicadores , de emplearse siempre , en
quanto alcance su pequ en ez , en la enseñan
za de la doctrina pura de la Ig le sia , y co
mún edificación de los F ie le s , baxo la apre
ciable sombra de vuestra soberana protección
y patrocinio , y de su humilde reconocimien
to . al que con este motivo se ha dignado dis
pensarle vu estra R e a l clemencia.
E l Señor conserve á la Santa Iglesia ,
á la Monarquía , y al Orden de Predica
do-*
d o res, la preciosa salud de, V . M . ¡os dila
tados años que este Convento le pide en sus
sacrificios y oraciones. Toledo 23 de Octubre
de ifBi.
T“"*
5
A L . R JL P R D E V . JiL
Y LA
DI l io 22 S an P e dr o M a l t is .
V
C L E M E N T E P A P A XIII.
Á LOS VENERABLES HERMANOS
PRO-
XI
§S'
X!I PRÓLOGO
dicncia que por mi estado debo á los que venero en
ear de Dios", es la que me hizo tomar esta empresa. El
estímulo de los Domésticos exemplos , ( habiendo cabido
por divina providencia á ía Familia Religiosa , de que
me glorio ser miembro 5 el aleo honor de que indivi
duos suyos tuviesen gran parte en la composición de es
ta obra , diesen el primer exemplo de traducirla á las len
guas vulgares, y hayan empleado laudables tareas (a) en
defender su autoridad y promover su lectura) movió
sin duda el zelo de mis Prelados para mandarme apli
car mis débiles hombros á este trabajo. Conocía yo bien
quan desproveído estaba del caudal necesario para desem
peñarle , pero era pequeño mal el riesgo de mi crédito,
si no acercase, respecto del grave que cometería con mi
inobediencia. Dios , cuya infinita sabiduría suele servirse
de instrumentos débiles para sus mayores obras, se ha
dignado concederme 3 no solo el gusto de ver mi tra
ducción concluida , sino ademas ei no esperado honor
de verla preferida á otras que también se habían pre
sentado a la respetable censura del supremo Tribunal de
la Nación , honor que no puedo atribuir fundadamen-
ce sino promesa hecha en las Santas Escrituras
a ios cu C?LewUieceii
wL con humildad y sencillez de cora-
cu ? y a ía docilidad con que he deferido á los varones
doctos j que habiendo visto- mi traducción , se sirvieron
comunicarme sus reparos , y quanto su instrucción y
pru-
(O Fr. Antonio ReginaUo , Dominicano , que escribió i¿ singular obra
CP: cp. i orno en reno : De r~r;:,v iO-vcnti 'i'í'íiiomaí cirro £rn:cpi , osi cii
c. err.rcc como en u oüra trae vivios pssages sobre el erigen * iorma-
c:or. y -luzc-iiczc. ec; Catecismo cc* Concilio . y después compuso la historia
separaua cm mismo Catecismo . que se imprimió últimamente en Nápcks
ano n» ¿p'jp. en un T'opno octavo mayor.
DEL TRADUCTOR. - XIII
prudencia les sugirió capaz de corregirla y mejorarla.
También parece jasco dar cuenca del, método que he
observado en esta traducción. Ante todas cosas he. aten
dido con el cuidado mas religioso á que mi versión sea
exacta y fiel. En el Catecismo Romano lo altísimo y
divino de la materia que trata ¿ ofrece ya muy exaude
dificultad para acertar á declararla en qualquiera leñosa
Pero fuera de esto hay dos cosas que hacen difícil se
traducción : una los muchos pasages -y.lugares .de la Sa
grada Escritura j> Santos Padres y Escritores antiguos de
que está entreregido : otra la hermosura ? propiedad y
elocuencia de su lenguage y estilo. En quanto á lo pri
mero he procurado trasladar a nuestra lengua no solo el
sentido ^ sino las mismas expresiones y el avre de ellas.
Y deseoso de no desfigurar las frases propias de can ve
nerables Maestros y singularmente las de la Santa Escri
tura quando las he encontrado traducidas ya en Castella
no por respetables Escritores de nuestra Nación * mayor
mente por eí Venerable Fray Luis de Granada he hecho
gíona de imitarlos o mas bien de copiar sus palabras.
En quanto a lo segundo > que toca al estilo , lie pro
curado usar los modos de hablar y las voces propias
de nuestra lengua sin desdeñar algunas que usaban nues
tros mejores Escritores del tiempo en que se escribió con
mayor perfección v, pues aunque hallándose fuera de uso
y casi olvidadas para no pocos genios amigos de ía no
vedad, reprobaran acaso estos nru conducta, es de mu
cho mayor peso en mi estimación la. aprobación que es-
pero le datan los sabios > q¡ como fustes conocedores
de ja verdadera grana y propiedad de la lengua imán
aun aquel olor de antigüedad que á ios otros fastidia.
### Con
XIV prólogo del t r a d u c t o r .
P A R T E SEGU N D A.
C 5 -
A P ÍT Ü L O 'I. De los Sacramentos en común;partmo en 5 2 números. 82
C A P . II, Del Sacramento del Eacrismo : partido en 76 números . . . . . 94
C A p . H I. D el Sacramento de ía ■ Confirmación ; partido en 81 números.. 1 16
C A P . IV . Del Sacramento de ia Eucaristia : partido en zS números, . . 124
C A P . V . D d Sacramento de la Penitencia : partido en 79. números. . , 15 1
C A P . V I. Del Sacramento de X Extrema-Unción : partido ea 16 números, 17S
C A P . V i!. Del Sacramento de! Orden : partido co 1,4 números- . . . 184
C A P . V IH . D el Sacíame oto dei Matrimonio : partido en 54 números. 196
PAR-
XVI
PARTE TERCERA".
PARTE QUARTA.
CA-
CATECISMO
PARA LOS: PÁRROCOS'
COMPUESTO
POR DECRETO DEL SANTO CONCILIO TRIDENTINO,
Ï PUBLICADO
P O R S A N P I O Vi
PRÒLOGO.
E N E L OU A L SE T R A T A , D E O U Á N N E C E S A R I O S
SON LOS PASTO RES £N L A IG L E S IA , DE SU A U T O R ID A D ^ Y O F IC IQ j
Y DE LA S PAR TES P R IN C IP A L E S DE L A D O C T R IN A C H R IST IA N A *
smsrwf.
K q puede
e l hombre
$ tal la. condición de b capacidad, c inteligencia del
por sedas
kombre , que aun habiendo rastreado , y descubierto sus fuerzas
por sí á fuerza, de grande aplicación, y estudio muchas alcanzar la
de las verdades , que pertenecen al conocimiento de las v e rd a d e ra
cosas divinas ? con todo eso nunca pudo por sola la Sabiduría 5
ni los me
lumbre de su razón conocer, é alcanzar k mayor parte de aquellas, por las dios necesa
cuales se consigue la. cierna salud : que es el £a último ? para que fue criado, rios para su
Cüo a. imagen f y semejanza de Dios. Es cú 5que las cosas invisibles de salvación.
Dios.
S CATECISMO ROMANO
Dios s como ensena el Aposto! , se conocen s por las que vemos obradas por ü en
este mundo : por las quales se conoce también su eterno poder , y ui cutera de su
Divinidad (a). Pero aquel misterio escondido desde los siglos , y generacio
nes , de tal manera sobrepuja la inteligencia humana ; que si no hubiera sido
manifestado á ios Santos , á quienes quiso Dios hacer notorias por el don de
la fe las riquezas de la gloria de este gran Sacramento en las gentes , que es
Christo (¿) , ningún estudio humano podría aspirar,,á tan alta Sabiduría.
Mas como la fe se concibe por el oido (t), es manifiesto^ quán necesaria
Por <pué
medios se
haya sido siempre, para conseguir la eterna salud , la industria , y ministerio
alcanza eì fiel de maestro legítimo. Porque escrito está : 7Cómo oirán , sino se les predi-
don mara ca ? ini como predicarán 5 sino son enviados (d) ? Por eso el clementísimo } y
villoso de ■ benignísimo Dios nunca desde el principio de! mundo desamparó i los su
ìa fe,
yos ; antes bieh muchas veces , y de varios modos habló á los Padres por ios
Profetas (e) , y según la condición de los tiempos les mostró el camino seguro^
y derecho para la eterna felicidad, . -,
Pero como tenia prometido , que había'de enviar al Doctor de la Justi
ChristO v i
no al mun
cia para luz de las gentes ( / ), y que fuese su-salud hasta |o$,fines de ¿a tierra (g)s
do á ense ultimamente' nos 'habló por j-medio c e 1- su" Hijo (A) mañdáádó por-voz y veni
ñar la f e : da dd Cielo desde el Trono de su gloria (2) que todos le oyesen , y obedecie
qne des sen á sus mandamientos (¿). Cu ego- el- divino Hijo á unos hizo Apóstoles , á
pués diia-
láron los
otros Profetas, á otros Pastores , y Doctores (J) , que .anunciasen la .palabra de
Apestóles vida 3 para que no seamos , como niños vacilantes , ni nos ¿exentos llevar de
y ss s suce todo viento de doctrina ; sino que apoyados sobre el cimiento firme de la fes
sores. ruésemos juntamente edificados para" morada de Dios en el Espíritu Santo (ni),
4* Y para que ninguno tomase-de les -Ministros de ja iglesia la doctrinare-
C om o de
ben recibir velada por Dios ; corno doctrina de hombres ; sino como de Christo : pues
se las pala verdaderamente lo es ; determinó este mismo Salvador nuestro , se diese tanta
bras de los 2mondad í su magisterio , que cíxo :"-El que os oye . me oye , y el que os desprecio¡}
pastores de me aaprecia (fifi Y esto sin duda quiso se entendiese , no solo de aquellos , con
la Iglesia,
quienes nablaba-entonces-y:smo también de, todos los que después,p or sucesión
íeginma habían de exercer el cargo de enseñar : a todos los quejes prometió,
que estaña siempre con ellos hasta el fin del mundo Y)„
5- Nunca pues debe dexarse en la Iglesia esta predicación de la palabra divi
Áanya isa- na. ^Pero en* estos tiempos se debe ciertamente trabajar con el m ayor desvelo.
sé testada ¿a
verdad . es V pieaaa , sobre que ios nei.es sean sustentados . y fortalecidos con. la doc-
.N e ce sa ria ü malsana , e incorrupta ? como alimento de la vida : porque han salido al
la predica— mermo , para pervertir las almas Chastiaras con doctrinas varias , y peregrinas
c:ur.. ymas aquellos Profetas- taf sos , ae quienes cuco el Señor ; IY no los enviaba >pero cites
en e s t o s
í lempos. corrmh. jW iti amísha yo , nías eum. predicaban (ó), Armada aquí su malicia con.
todas ¿as artes de Satanes ? se -chistó tan exten di da me ote que parece , no hay co
mo .enema a raya. De manera que si no estuviéramos afianzados con aquella pro-
Tiics<i esclarecida de nuestro Salvador , quien afirmo : Que había puesto en su
. Igle-
fih Som. u fl} Colas, j. (c) Sons. 10. {£} Matth. 1% (fi Eohes. 4. (m) IUd, a.
?{ ^ HeDr* *' l/ i 2. .:«} L n c, 10. (y M ilt b , ‘ f i , ÍP) je-
yq tíao 49. Hcer. 1. A ¿>e:r, ^
P R U c. O G Os
Iglesia en fundamento tan firme , que i amás podrían las puertas deí infierno-
prevalecer contra ella (a) : era muy de temer , que se arruinase ahora: vién
dose cercada por todas partes de tantos enemigos , tentada y combatida
con tantas máquinas. Porque dexando aparte Provincias nobilísimas , que ea-
ios tiempos antiguos retenían piadosa , y santamente la Religión verdadera , y
Católica , que habían recibido de sus antepasados , y que ahora extraviados
del camino derecho , andan tan perdidos , que blasonan de que profesan la
verdadera piedad, por el mismo hecho de haberse apartado tan léxos de la doc
trina de sus Padres; no puede haber región tan remota, ó lugar tan seguro,
ni se hallará rincón en toda la República Christlana , donde esta peste no haya
intentado introducirse á escondidas. 5..
Porque aquellos que se propusieron inficionar las almas de los fieles, cono Seña] acá
ciendo, que en manera ninguna podían hablar en público con todos , é infun meme coa
Catecism os
dir en sus oídos las venenosas- voces ; se valieron de otro ardid , por el qual procuraron
derramaron los errores de la impiedad mucho mas fácil, y dilatadamente; por- ios hereges !S
que además de muchos abultados libros, con que procuraron trastornar la fe engañar á
Católica (de los quales fue fácil precaverse, por contener heregias manifiestas) los C a tó
licos.
escribieron también innumerables librillos , al parecer piadosos , con los quales
es, increíble, quán fácilmente-engañaron las ánimas incautas de los simples. 7-
Por esta razón deseando en gran manera los Padres del Santo Concilio ge D e termi
neral de T re m o , aplicar á este mal tan grande, y tan pernicioso alguna saludable na el Sam o
medicina, juzgaron, que no bastaba difinir contra las heregias de nuestros tiem Conciiio
de T rem o
pos los puntos mas graves de la doctrina C atólica, sino que además de esto Jes poner re—
pareció preciso hacer un formulario , y método de instruir al.pueblo Chris- medioáes-
tiano en les rudimentos de la f e : por el qual se debiesen arreglar todos los que tas voces,
exercen en las Iglesias el cargo de legítimo Pastor, y Maestro. 3^ escritos
Es cierto que muchos con gran loor de piedad - y de doctrina se dedicaron P^111^050^
á este género de escritura ; pero con todo eso pareció á los Padres, sería muy p üé nece_
conveniente , que por autoridad del Santo Concilio se compusiese un lib ro , de sario , que
donde los Párrocos, ó todos los otros , que tienen el oficio de ensenar, pue- P°y clU£Í:i~
dan buscar, v tomar reglas ciertas cara edificación de los fieles : v para que do Sy1-
asi como es uno ei Señor, y moa la fe (y) , asi cambien sea una, y común a todos ¿ v
ia norma , y modo de instruir a! Pueblo C hn sueno en los rudimentos de la torídad del
ío , y en los demás oficios de virtud y de piedad. Sarao P-n-
Síendo pues muchas las coses pertenecientes ¿ este propósito , no se ha de í l “ ce. se
pensar, que fue el intento ce! Sentó C o n cib o , el que todos los dogmas de la ¿VECace-
te Christlana, encerrados en un libro se explicasen con delicadeza como suelen cismo,
hacerlo los que de asiento se ponen á tratar de la institución, y doctrina de to- p.
da 12. Rdbgíon; porque esto , claro e s, que sería obra de cas; infirmo trabajo, y ^ s¿ esp
nada conveniente á nuestro asu n to sin o que como el Santo Cenca:o tomo por f 'Laa a'j"*
su cuenta instruir á los Párrocos , y Sacerdotes 7 Curas ce canias , en. ei cono-
cimiento de acuellas cosas , que sen mas propias de su ministerio , y mas acó no smu ios
modadas í ia capacidad de ¿os fieles: solo quiso se propusieran, b.s que en esta pteeis^s.
parte pudiesen, coacvubar al. piadoso estudio de aquellos Pastores , que están
a a rué-
ts) 2<lzzth, i 5. (£•) Epiieu. y.
4 CATECISMO ROMANO
menos versados en las controversias dificultosas de la Teología, Siendo pues
esto así 3 ames que lleguemos á tratar en particular de lo que se contiene en
esta Suma, pide el orden de nuestro instituto , que se expliquen algunas cosas,
que ante todo deben considerar , y tener muy presentes los Pastores , para
que sepan á dónde deben enderezar, como á fin , todos sus designios , trabajos,
y desvelos; y en qué manera podrán mas fácil mente conseguir, y acabar lo que
pretenden.
YO* L o primero pues que los Pastores de almas han de traer presente de comí-
D o s cosas
nuo , es que toda la ciencia del Chrístiano se encierra en este Capítulo, ó por
ra n fe n te mejor decirlo con nuestro Salvador: Esta es la vida eterna, que te conozcan á ti
deben con- solo verdadero D io s, y á Jesu-Ckristo, á quien tú enviaste [a). Por esto debe ser
siderar los e} principal cuidado del Maestro espiritual, el que los fieles deseen de veras sa-
Pastores. ^er £ Jesu-Christo, y á este crucificado (¿) , y que de cierto estén persuadidos,
y crean con afecto muy cordial , y piadoso , que no hay otro nombre debaxo
del Cielo dado á los hombres, en el que podamos ser salvos (c) , porque este
Señor es la propiciación por nuestros pecados (d). Y porque en tanto sabemos,
que le habernos conocido , en cuanto guardamos sus mandamientos (e) , sí
guese luego , y es muy anexo i lo que habernos dicho , que al mismo tiempo
Ies decláre , que no han de vivir ociosa, y descuidadamente ; Sino que debemos
andar como andubo el Señor ( / ) , y seguir con todo cuidado las obras de justi
cia , de piedad .d e fe , de caridad, y mansedumbre: Pues se entregó á sí mis
mo por nosotros, para redimirnos de toda maldad , y limpiar para sí un pueblo
agradable3seguidor de buenas obras (g). Y esto es lo que manda el A póstol, que
exhorten , y prediquen los Pastores,
Mas habiendo nuestro Salvador , y Señor , no solo dicho , sino también
mostrado por su exemplo , que la lev y Profetas penden de la Caridad (f),
y asimismo habiendo confirmado el A póstol, que la Candad es el fin del pre
cepto , y cumplimiento de la lev (i), nadie puede dudar, que el principal em
peño del Pastor cebe ser procurar con. toda diligencia, que el pueblo fiel se ex
cite á amar la inmensa bondad áe Dios para con nosotros, y que como abrasa
do con un divino ardor , se arrebate ¿ ese sumo , y perte erísimo bien : pues
en unirse con el esta la verdadera, v sólida felicidad: como claramente lo co
nocerá , el que pueda decir con el Profeta: ? Ojeé tengo ye en el Cielo i j c fuera
¿¿ /i. ¿’¿.ver, q:¿¿ quise sobre ¿a tierra ía)< Este es aquel camino mas excelente,
que señaló el mismo A póstol, enderezando toda la suma ce su doctrina, e ins
trucción a ¿a C an e ad , que nunca cae (t\ Porque va se proponga , lo que se
cebe creer, ya lo que debe esperarse.. va cualquier cosa que deba hacerse; de tal
manera debe siempre encomendarse la Caridad de nuestro Señor , que cual
quiera écne ce ver . que tocas las obras de la perfecta. virtud Christkna, ni
nacen se otro principio , que de la C aridad, ni deben ordenarse d otro fin,
que a la Cariare.
a 1. iras como en áa enseñanza da cualquier facultad importa mucho obser
ansia ó var meic-so , manca mas oten se debe guardar éste, que en la instrucción del
.vi Paita—
pus-
í^.' Joan-, : j . y - ¿. Con a. (r) A c u a . (g) Tin c, {£■'■ ñlatth. zz. z. T ia u i,
Ai Lzl¿, ."y1 Tara. a. A) Psaú 72. d) r. CcrlniL 22. y ¿3.
PRÓLOGO. 5
pueblo Christiana. Porque debe observarse k edad, ingenio, costumbres, y con- res mirar
dicion de los oyentes; para que el que exercita el oficio de enseñar, se ha^a e^suense—
todo para todos , á fin de ganar á todos para C hristo, y poderse mostrar á^sí fían2a-áes-
mismo como fiel M inistro, y dispensador, y hacerse digno, como siervo bue- tüs
n o , y f ie l, de ser colocado ^por d Señor sobre todos sus bienes (a). Y no Amblen
piense tampoco, que solo está encomendado a su fidelidad un línage de hom - comodarse
bres , y que entablado un modo y forma de enseñar podrá así instruir mual- 5 capace
mente á todos en la piedad Christiana ; porque siendo los fieles , unos como dad f e ios
recíennacidos, otros que ya empiezan á crecer en Christo , y algunos ya ro- oycníes*
bustos en la virtud ; es menester mirar con discreción , quiénes necesitan de le
che , quiénes de comida mas sólida , y dar á cada uno aquellos alimentos de doc
trina , que acrecienten su espíritu : Masía que iodos , como varones perfectos á la
medida de la grandeza de Chruío , le salgamos al encuentro en unidad de fe y
conocimiento del Hijo de Dios (o). Esto enseñó el Apóstol en sí mismo , para
que todos lo observasen , quando dixo : Que él era deudor á G riegos, v B ar
baros , sabios , é ignorantes (c) , para que así entendiesen los que son lla
mados á este ministerio , que en proponer los misterios de la f e , y declarar
las reglas de bien vivir, de tal manera deben acomodar la doctrina al genio,
y capacidad de los oyentes ; que quando dan en abundancia el pasto esci ri
tual á ios aprovechados , no dexen perecer de hambre á los pequeñuelos : los
que pidiendo pan , no hallan , quien se lo parta (¿). Y ninguno debe re
tardar su cuidado en la enseñanza, porque á veces será necesario instruir al
oyente en los preceptos de aquellas cosas, que parecen humildes, y baxas , y
que no sin molestia las suelen tratar, especialmente aquellos que están habitua
dos , y tienen sus delicias en la contemplación de cosas mas sublimes ; por
que sí la misma Sabiduría del Eterno Padre baxó á la tierra , para darnos en
la humildad de nuestra carne los documentos de la vida celestial; ¿á quién
no estrechará ia caridad de Christo , á hacerse pequeñueio en medio de sus
hermanos, y que como una nutriz que abriga á sus hijuelos , desee con tal an
sia la salud de sus próxim os,que como de sí mismo lo afirma el A p óstol, quie
ra entregarles, no solo el Evangelio de D io s , sino aun dar la vida por ellos?
Tod a la Suma pues de k doctrina , que se debe proponer á los fieles, i»
se contiene en k palabra de Dios , k qual se divide "en Escritura , y T ra - Meditará*
didones. Y así emplearán Ies Pastores días , y noches en la meditadon de ios Pasto’
estas cosas, acordándose de aquel aviso c ú A p ó s to l, que aunque le escri- r£S dia> y
bió í Tim oteo , toóos ios Curas de almas le miraran , como endereza- p S S a de
do á ellos mismos. Dice pites de este modo : Atiende d la lección ¿ la Dios , la
txhlasàon. , y à la ¿odrina. Parque toda Escrituro: inspirada -por Dios es se i l ~
u:il 5 para enseñar , para argüir , para reprehender , y para instruir en vláeeQ(lua*
& f s ik i a : porque sea p a je e f d hombre de D k j , y esté apercibido para ^ patMS*
ivas céra huera (¿y Pero siendo muchas las cosas que Dios ha revelado y
i-m varks , que &Ì es fácil aprenderlas , ni después de aprendidas es posible
tenerlas tan tic memoria , que siempre que se onezca k "ocasión de enseñar,
esté
(Y 25. (si E dHss . q , (c) K ü- (?) 1 , T im ar. 4 . at T im , 3,
mure 1. XErera q.
g CATECISMO ROMANO
esté prevenida , y pronta su explicación ; para esto con acuerdo grande dis
tribuyeron nuestros Mayores todo este globo , y Suma de doctrina Claris—
tiana en quatro partes , que son el Credo , o Símbolo de los Apóstoles y los
Sacramentos , el Decálogo , y la Oración, del Padre nuestro. porque todas las
cosas que se deben saber en la doctrina de la fe Christiana , ya sean per
tenecientes al conocimiento de Dios , ya á la creación , y gobierno del
m undo, ya á la Redención del linage hum ano, ó ya á los premios de los
buenos , y penas de los malos , todas se encierran en k doctrina del Credo*
Las que son señales , y como instrumentos, para conseguir la divina gra
cia , están en la doctrina de los siete Sacramentos. Las que tocan á las le
y e s, cuyo fin es la Caridad, se contienen en el Decálogo. Y últimamen
te todo quanto los hombres pueden desear , esperar , y pedir provecho
samente , se encierra en el Padre nuestro. Y de aquí se sigu e', que decla
rados estos quatro , como lugares comunes de la Escritura sagrada, casi
nada resta que desear para la inteligencia de las cosas que debe saber el
Christiano.
^13* Por esto ha parecido advertir á los Párrocos , que siempre que se ofrez-
Cómo en— ca i2 OCasion ¿ e explicar el Evangelio , ó qualquier otro lugar de la di
ñármeos ia v*na Escritura , tengan entendido , que la sentencia de ese lugar , sea el
explicación que fuere , pertenece á alguna de aquellas quatro partes que díximos , á don
de! Evan- de acudirán , como á fuente de la doctrina , que se deba explicar. Por
geno coala €xemplo : Si se ha de explicar el Evangelio del Domingo primero de A d -
^snr* a:e*~ v*ent0 : ^ runí signa in Solé , ti L im a , Pe. lo que conduce á este asunto,
está declarado en aquel articulo del Credo : Ha de venir á juzgar d los vivosv
y a los muertos: Y tomándolo de allí , ¿ un tiempo y con un trabajo en
señará el Pastor al pueblo fiel el Credo , y el Evangelio. Por esta razón
tendrá de costumbre en todas sus Doctrinas , y Sermones dirigir sus discur
sos á aquellos quatro puntos principales , donde dixímos , que se encerraba
toda la virtud , y doctrina de la sagrada Escritura. Pero acerca del órdeu
de enseñar , observará aquel que pareciere mas acomodado, así al audito
rio , como al tiempo. Nosotros ahora siguiendo la autoridad, de los Padres,
que al dedicar los hombres á Christo , é instruirlos en su ley , empezaron
por la doctrina de la fe , juzgamos necesario explicar primeramente las co
sas que pertenecen, á la fe.
PRI-
7
PRIMERA PARTE
M a s porque en las divinas escrituras se toma de varios modos la signifí- Qué sea Ja
cacion de esta voz Fe , aquí hablamos de ella , según que significa una vir- F e , de que
tud j con laqual asentimos firmemente á las cosas que Dios ha revelado. Y £eJraía
nadie puede con razón dudar, que esta Fe es necesaria para conseguirla sal- s^necesí-
vacion:mayorrnente estando escrito: Sin Je es imposible agradar á Dios (a). Por- dad,
que como el fin que se propone al hombre para su felicidad , esmucho- mas
alto, que lo que puede alcanzar su inteligencia ; era necesario recibiese de
Dios este conocimiento ; pues este conocimiento no es otra cosa que la Fe:
cuya virtud nos hace tener per infalible , lo que la autoridad de la Santa Ma
dre Iglesia propone , como dicho por Dios : pues duda ninguna puede acae
cer á los fieles en las cosas que Dios dice , siendo la misma verdad. Y por
aquí entendemos la diferencia que hay entre la f e , que damos á Dios , y la
que damos dios Escritores de las histerias humanas. Pero aunque la te se extien
da m ucho, y sea diferente así en la grandeza , como en la dignidad ( pues
en las Sagradas letras leemos : ¿Hombre de paraJ¿ , por qué dudaste (b) % Y :
Grande es tu j e (c). También -* Auméntanos le fe (d). Item : La fe sin obras
está muerta (<?). Mas : La fe que c-bra por la caridad ( f ). Sin embargo ella es
una misma en el género , y á diversos grados de fe conviene tina misma esen
cia , y difinidon. D e quán fructuosa es , y que utilidades percibimos de ella,
se tratara en k explicación de los Artículos.
L o primero pues que debe creer , y tener el Christiano , son aque Quárido , y
llas cosas que los Santos Apóstoles , CaudilIos5 y Doctores de la fe , inspi porquécau
sa propu
rados por el Espíritu Santo , pusieron con distinción, en los doce Artículos sieron los
¿el Credo. Porque habiéndoles mandado el Señcr , que como Legados suyos Apóstoles
fuesen por todo el mundo , y predicasen el Evangelio á toda criatura (g) , juz los doce A r
garon necesario componer runa fórmula de la fe Chrístiana , para que todos tículos de
la F e,
sintiesen, y ¿mesen una misma cosa , y no hubiera cisma , ni división alguna
entre ios que llamaban a k unidad de k le : sino que todos fuesen perfec-
ics íq ru E rrmmo sentar , y en una misma creencia. ^
A esta proicsiotí de la l e , y esperanza Chnstiana que compusieron los Por qué se
Audi ¿¿fes , k ¿amaron Sím bolo, ó porque ficé compuesta de varias senteo- Sím-
c k s 3 que cada uno de ellos puso en e! Común , ó porque se vahan de elk, a es^a
como ¿c usa señal 5 o divise ? por la cual pudieran distinguir fácilmente a
los
'A Hebr. n . (&} Marti. xq,. (A Pac- !■ *?. :y; Jacob, z, tf'} G íla t. g.
A A L , 15. (g). S ic tiix 2 Ï,
g CATECISM O ROM ANO
ios desertores , á los intrusos y falsos Chrístianos, que adulteraban d Evan
gelio , de aquellos que fielmente se alistaban en la milicia de Christo.
^ Siendo muchas las cosas, que en la Religión Christiana se proponen á
Quáaaece- los fieles , de las quales deben tener fe cierta , y firme , ó en particular , ó
sarío sea es- en común i lo que primera , y necesariamente deben todos creer , es , lo que
«Símbolo como ^ n¿ amento ? y suma (je ja verdad nos enseñó el mismo Dios acerca de
en qué pai> unidad de la divina Esencia, de la distinción de las tres Personas, y de las
tes se divi- acciones , que se atribuyen á cada una de ellas por alguna razón particular,
da. Ensenará pues el Párroco, que la doctrina de tan alto misterio está brevemente
comprehendída en el Símbolo de los Apóstoles. Porque según observaron nues
tros Mayores , que con toda piedad , y diligencia trataron este punto , de tal
manera se ve distribuido en tres partes el Credo ; que en la primera se des
cribe la primera Persona de la naturaleza divina , y la obra maravillosa de la
Creación : En la segunda la segunda Persona , y el misterio Inefable de la
Redención humana : Y en la tercera la tercera Persona , erigen , y fuente de
nuestra santidad, con sentencias diversas , y muy acomodadas. A estas senten
cias llamamos Artículos por cierta semejanza , de la que nuestros Padres usaron.
Con frecuencia. Porque así como íos miembros del cuerpo se distinguen por los
Artículos; así también en esta confesión de la fe con toda rectitud, y propie
dad llamamos Artículo todo lo que debemos creer con claridad, y separación*
C A PÍT U L O ir .
DEL PR.IM.EE. A R T ÍC U L O DEL CREDO.
S 2 Pa-
ÍA Hebr.. 1 r.: (1‘) Í í s L T. C o r. %. {e\ Tsar. 44. tt 4S. Apoc. T- et :
Dset, 6. ( C Exeo» eo, tf) jSphes, 4. (g) S xo d , 2.2-
12 CATECISMO ROMANO
Padre.
9- C o m o este nombre de Padre no le conviene á Dios por una razcn sola,
D ies se
primeramente debe declararse qué significación sea la mas propia de este
llama Pa
dre de re lunar. Aun algunos que no fueron ilustrados con la luz de la fe , llegaron á
des por ra entender , que" Dios era una sustancia eterna , de la qual hablan procedido to
zón gene das las cosas., y cuya providencia les regia , y conservaba en su orden , y
ral , mas
estado. Por esta razón valiéndose del símil de las cosas humanas , así co
per parti
cular de los mo llamaban Padre á aquel de quien desciende una familia , y la gobierna
C h r i s t i a-con su dirección , é imperio j así también por esta misma causa quisieron
nos. que Dios fuese llamado Padre , a quien reconocían por Criador , y Go
bernador de todas las cosas. D e este mismo nombre se sirvieron también
las Escrituras sagradas , quando hablando de Dios dan á entender , que de
be atribuírsele la creación , el poderío , y la maravillosa previdencia de todo
el Universo. Porque leemos , \Acaso no es éste iu Padre , quien te poseyó , te
hizo , y te crió (a) ? Y en otra parte : ¿Por ventura no es uno el Padre de lo
dos nosotros ? \No nos crió un mismo Dios (A) ? Pero con mucha mas fre-
qüencia , y por términos mas particulares mayormente en los libros del Tes
tamento nuevo se dice Dios , Padre de los Christíanos : los quales no recí-
biéron el espíritu de temor como siervos, sino el espíritu de adopción de hi
jos de Dios , con el qual claman , Padre, Padre (y). Porque tal caridad nos
dio este Padre , que nos llamemos hijos de Dios , y que lo seamos (d), Y
si somos hijos, somos herederos también. Sí por cierto , herederos de Dios,
y coherederos de C hristo, que es el Primogénito entre muchos hermanos (é)
sin avergonzarse de llamarnos hermanos ( / ) . Sea pues por la razón común de
la creación , y providencia , ó sea por la particular de la espiritual adopción,
jnstísimamente confiesan los fieles que creen en Dios Padre.
IO.
*De lo que
Pero ademas de las significaciones que hemos explicado, ensenará el Pár
encierra ea roco , que al oír la voz Padre se ha de levantar el alma á misterios mas al
s i esta pa tos. Porque lo que hay mas secreto, y escondido en aquella luz inaccesible
laara Pa donde mora Dios , y que la razón , é inteligencia humana ni puede conse
dre , y de
Iz disila— guirlo , ni aun imaginarlo : esto nos empiezan á descubrir los Oráculos di
■ cían de l2s vinos por el nombre de Padre, Difiéraos pues este nombre , que en una so
P e r s o n a s la esencia de la Divinidad se debe creer , no una Persona sola , sino distinción
dioicas. de Personas. Porque tres son las Personas en Dios , la del Padre , que de nin
guno procede, la del Hijo , que ante todos los siglos es engendrado- por el Pa
dre,,}' la del Espinan Santo , que asimismo procede ah ademo del Padre , y
d d Hijo. Es pues el Padre en una misma esencia de la Divinidad k prime*
ra Persona , qitnem con su Unigénito Hijo , y el Espíritu Santo es un D io s, y
u s Señor , no en la singularidad, de una Persona , sino en la Trinidad de una
;o5í£nccs, Pero estas tres definas Personas' ( siendo maldad horrenda pensar
en eíbs cosa desemejante , d desigual} solo se enrienden: distintas por sus
propiedades; porque el Padre es uo engendrado, el H ijo engendrado por el
Pa-
fi} D«it.3S. Síalas». a. (d) j. J o a n s . ( A Rom. 2.
vfi f e a 6. (/} Hebr. a. ~
PARTE I. CAPÍLULO II. 13
Padre , y el Espíritu Santo procede de uno , y de otro. Y así de tal mane
ra confesamos una misma esencia , y una misma sustancia de todas tres Per
sonas , que en la confesión de la verdadera y eterna Deidad creemos debe
ser adorada piadosa, y santamente la propiedad en las Personas ■ ,Ja unidad
en la esencia , y Ja igualdad en la Trinidad. Porque quando Mecimos , que
el Padre es la primera Persona , no se ha de entender esto de tal suerte , que
pensemos haber en la Trinidad cosa alguna primera , ó postrera , mayor , ó
menor. ¡N o permita Dios tal impiedad en las almas de sus heles ! quando
predica la Religión Chrlsriana una misma eternidad , y una misma Magos
tad de gloria en .todas tres.. Personas. Sino que en tanto afirmamos verda
dera , é indubitablemente, -qué e l Padre es la primera Persona , en quan-
to es principio sin principio. La qual Persona así como es distinta. por la
propiedad de Padre , así á sola ella determinadamente conviene haber engen
drado ab acterno al Hijo. Y siempre que en esta confesión pronunciamos
juntos los nombres de Padre , y Dios , se debe entender que siempre fijé jun
tamente D ios , y Padre. Mas porque no podemos andar con mas peligro , 6
errar más gravemente en la declaración , ó explicación de otra cosa ningu
na fuera de ésta , que es la mas encumbrada , y difícil de todas 5 enséñe el
Párroco que deben retenerse con gran veneración los nombres propios de
Esencia , y Persona , con los quales se significa este misterio : y tengan en
tendido los fieles , que hay unidad en la esencia , pero distinción en las Per
sonas. Mas estas.cosas no se han de examinar con sutileza , acordándonos, de
aquel d ic h a : E l escudriñador d€ la Magestad será oprimido de ¡a gloria (a)B
Porque debe parecemos bastante , lo que tenemos de cierto , y averiguado
por la fe : que de esa manera somos enseñados de Dios : y que es la últi
ma locura , y miseria no creer sus divinas palabras. Enseñad, dice . ¿ todas
las gentes , 'bauti-andolas en el nombre del Padre y y del H ijo, y del Espíritu
Santo ip) Y en otra parte : TV« sen los que den testimonio en d Cido , d Pa
dre , d Verbo . j d Espíritu Sanio : y estos tres son una misma . cosa (c). Sin
embargo aquel que por beneficio de Daos cree estos misterios , pida sin ce
sar , y suplique á Dic-s , y ai Padre , que crió de la nada todas las cosas , y las
gobierna con suavidad , y que también nos dio poder , para que fuésemos
hechos hijos de Dios , y descubrió á los hombres el misterio de la Trinidad,
pida 5 repito , sin intermisión ,, que siendo recibido alguna vez en las mora
das eternas , sea cieno de ver , cuán grande- es la fecundidad de Dios Padre:
pues viéndose , y contemplándose á sí mismo , engendra al Hijo , Igual, y
semejante a é l : y en qué manera ó de qué modo un mismo en todo , é igual
amor de caridad de los dos , que es ei Espíritu Santo , quien procede del Pa
dre . y del Hijo , une , y junta entre sí con un eterno , é Indisoluble lazo al
que engendra , y al que es engendrado : y que así' sea 'una la esencia de la T ri
nidad , y perfecta la distinción de las tres Personas.
To
jo Prov, h.
(&) Man ¿B. ¡y) i,.- Joanc.
. C A T E C IS M O - R O M A N O
?4
Todo-Poderoso.
ii.
Q ué signi __e varios modos suelen explicar las Escrituras sagradas el sumo poder,
fica aqui la y ja Magestad inmensa de Dios , para hacernos- entender^ con quanto rendi
palabraTo- miento , y veneración debe ser adorada1su: Deidad santísima. Pero en pri
do-PoderO-
mer Iu-o-ar ha de ensenar el Párroco , que se le atribuye con mucha freqlierj-
SO.
cia la virtud de Todo - Poderoso , porque el mismo Señor dice de s í : Yo soy
d Señor Todo-Poderoso (a). Y Jacob enviando sus hijos á Joseph, hizo oración
por ellos de este modo : M i Dios Todo-Poderoso os le haga aplacado [b). Y en
el Apocalipsis se e scrib e : E l Señor gDios que. -es , y que era , y. que ha de venir
Todo-Poderoso (c), Y en otra parte se llama r L id ia grande de Dios Todo-Pode
roso ('d). Suele también significarse lo mismo con muchas palabras; como quan
do dice : Lío habrá cosa imposible para Dios (e), Y en otra parte; ‘¿ Por ven
tura está enflaquecida la mano dd Señor ( f ) ? Y en- otra : Todo lo puedes} quan-
do es tu voluntad (g) con otras expresiones semejantes. Y de estas varias for
mas de decir , percibimos , io que es claro , que se abrevia por la única voz
de Todo-Poderoso. Entendemos pues por este nombre , que ni hay ni se pue
de pensar cosa ninguna , que Dios no pueda hacer. Porque no solo tiene po
der para aquellas cosas, que aunque m uy grandes, todavía se ofrecen en
alguna manera al pensamiento , como aniquilarlo todo , y criar de repente
muchos mundos; sino que también se contienen en su virtud- otras mucho
m ayores, que ni imaginarlas puede el entendimiento humano.
XI, Pero aunque puede Dios todas las cosas , no se sigue de ahí ? que pueda
Por ser mentir ó ser engañado , pecar , fenecer o ignorar o alguna
o cosa:
D ios T o - porque estos defectos únicamente se pueden hallar en aquella naturaleza , cuyas
d o — Pode—
acciones son imperfectas. Pero Dios cuya acción es siempre perféctísisna. , en
TOSO ÜO
puede pe tanto se dice *que no puede estas cosas , en quanto tal poder nace de en
c a r , enga fermedad , ó de flaqueza ; no de suma , é infinita virtud de todo , qual es
sarse , ni la que tiene Dios. Y así de tal manera creemos que Dios es Todo-Poderoso,
mentir. que juntamente entendemos estar m uy ¿esos de su Magostad todas aquellas
cosas que no sean muy conformes, y correspondientes a la perfección de
su esencia.
Enseñe también el Párroco , que con grande acuerdo , y sabiduría se dis
- 3- .
Porcias üe— puso , el que omitidos, otros nombres que se apropian á Dios , solo se pro
CicTCS pusiese en eí Credo- el de Todo-Poderoso ; porque una vez que confesamos
nombres,se
í Dios T o d o -P o d e ro so -e s necesario confesar también que tiene ciencia de
propsne el
d e Toe®— todas las cosas , y que todas chas- están sujetas í su señorío é imperio. Y no
P®ásreso,y dudando- que lo puede todo legítimamente se sigue tener por m uy ciertas
ís s u tilid a todas las demás perfecciones , que sí. le faltaran , en manera ninguna podría
d es q a e re—
mos entender- cómo sería Todo-Poderoso. Demás de esto cosa ninguna es tan
SKitan de
esra creen eficaz para confirmar nuestra fe , y esperanza , como el estar m uy fixos en que
cia. no hay cosa alguna que Dios no pueda hacer : porque todo lo demás que
cespites -deba creerse , por grande y maravilloso que sea , y aunque sebre-
Dtl-
(A O sees, .ry, (S); O s s e i. 43, L-ac. r. ( f ) Nbm. i i .
(cj Apac. 1, f.íf; Ibíít. x6. (§1 Sap, 12..
PARTE I, CA PÍTU LO Jf. 1?
puje el órden, y modo de las cosas , luego lo cree sin Ja menor duda eí que
sabe que Dios es Todo-Pcderoso. Antes bien quanto mayores son las cosas,
que enseñan las divinas Escrituras, tanto de mejor gana ju zga, que se le s iu
de dar fe. Y si tiene también,que esperar alguna cosa buena, no desfallece
el ánimo por la grandeza de lo que pretende ; antes- se alienta y se conforta
i sí mismo , pensando muchas veces que nada hay imposible para un Dios,
que es Todo-Poderoso. Por esto conviene mucho estar muy fortalecidos con
esta fe señaladamente , ó quando nos vemos en la precisión de hacer algunas
obras extraordinarias para bien y utilidad de los próximos , ó quando de^
seamos alcanzar alguna cosa de Dios con nuestras, oraciones ; porque lo pri
mero lo enseñó el mismo Christo , quando reprehendiendo k incredulidad
de sus Apóstoles, les dixo ; S i Luvieredas fe , como un grano de mostaza , d i-
Ttis á este monte: pásate de aquí acullá , y pasarse há : y nada imposible habrá
para vosotros (a), Y sobre lo segundo dixo así el Apóstol Santiago : Pida ton
fe sin duda alguna, porque el que duda es semejante á la ola del mar y que es
movida , y lironda por el viento de una parte á otra. uYo piense pues tal hombre re
cibir del Señor cosa ninguna (b). Otras muchas utilidades, y provechos nos acar
rea esta fe. Primeramente nos dispone para toda modestia , y humildad de
ánim o: pues dice así el Príncipe de los Apóstoles: Hwnilláos dcbaxo de la ma
no poderosa de Dios (c). Enséñanos también, que no debe temerse donde no
hay por qué , y que solamente se ha de temer á Dios , en cuya potestad
estamos puestos con todas nuestras cosas: porque dice nuestro Salvador: Yo
os mostraré ¿ quien habéis de temer. Temed ¿ aquel, .que, después de muerto el
cuerpo^ tiene poder para echar el alma en el nüKrno (¿). Asimismo nos valemos
de esta fe para reconocer y celebrar los inmensos beneficios de' Dios ha
cia nosotros ; porque el que contempla a D ios Todo-Poderoso , no puede
ser de corazón tan in g rato , que dexe de exclamar muchas veces { Cosas
grandes hizo az nú , el que es Poderoso (f) 1
Pero de que en, este artículo llamemos s i Padre Todo-P oderoso, nadie *4-
debe caer en el error de pensar , que de tal manera se le atribuya este nom- ^ un^ue se
bre , que no sea también común al H ijo , y al Espíritu Santo : porque así padrease?
como decimos Dios P ad re, Dios Hijo , y Dios Espíritu Santo , y sin em- Todo-Po
d arlo no decimos haber tres Dioses , sino un D io s ; así también confesa- deroso, i—
mes igualmente Todo-Poderoso al Padre, al Hijo , y aí Espíritu Santo; mas
no decimos que hay tres Todo-Poderosos , sino solo uno. Llamamos empe-
ro Todo-Poderoso al Padre por la razón particular de que es la fuente de E s p lr it«
todo origen : así como al Hijo , que es la palabra eterna del Padre , atribuí- Santo.
1305 la sabiduría , y ¿a bondad al Espíritu Santo , que es el amor del Pa
dre , y del H ijo : aunque .estos-, y otros semejantes nombres se dígan co-
urqsznence de todas tres Personas según la regla de ía fe Católica.
Cria-
{T Maeth. 17. {5} Jacob, r,
CU 2. Petr. 5.
i6 CATECISMO ROMANO
?0'
lo> , y ia no de la Luna 3 y de los demás astros. Y para que sirviesen de señales , y
T ís-ra. distinguiesen los uem pos, los dias ,- y los arios, concertó los orbes de los
Cielos con un curso tan cierto, y permanente , que ni pueda verse cosa
mas movible; que su perpetua revolución ? ni otra mas cierta que su mo
vimiento.
. De más de esto crío Dios de k nada la naturaleza espiritual, y Angeles
B e ls Crea* innumerables, que le sirviesen y asistiesen, á los cuales luego enriqueció y
cien de los adornó con el don maravilloso de su gracia , y poderío ; porque diciendo
Ia Sagrada. Escritura : que el diablo no estuvo firme en la verdad (d) , es
‘p lSm m an ifiestoqu e é l , y todos los demás Angeles desertores fueron adornados
con k gracia desde, el principio de su creación. Acerca de lo quai dice así
San Agustín.: Crié Dios los Angeles cc-iz, buena voluntad , esto es , con el amar
casl& , cor que se nnm con él 3 fcrmemds en dios la natía ateza , y al mismo tiempo
.düudoksfía-grada (e),. Y así se lia de creer, que los Angeles buenos nunca
.estuvieron ■ sin rutena voluntad ó' sin amor de Dios. Por lo que mira á la
ciencia hay aquel', testimonio- de las' Letras Sagradas : T i l, Señor , mi Rey,
era sáhú a?t J-tceic sabtauna sen Argel de -Dios: de- modo que entiendes ¿¡?-
d $ ms cesas sbvtc í& Turra (/), 1: en. Su por lo que hace ai poder se le atri
buye ti divino David por aquellas palabras : Peáirú-s&s ai virtud y que hacen
íá-j metnanmeMíes «g}, b por -esta razón, se llaman muchas veces en las Sagra
das
P'.salín,
-53 ry (5) Tsadn* 33;. ef Í4S. (e) Lib, i ; , -áe C iv il. "Del cap. 5 .
Psalsì» S, id) Je xas, 3, -■ { / ) e. Reg. 14. (g) - Psalou ras.
PARTE I. CA PÍTU LO II. i7
¿as Letras Virtudes y Exércitos del Señor. Pero aunque todos ellos fueron
dotados de celestiales dones , sin embargo muchísimos que desertaron de
Dios su Padre , y Criador , fueron derribados de aquellas altísimas sillas , y
encerrados en una caverna obscurísima de la tierra , donde pagan las penas
eternas de su sobervia: de los quales escribe de este modo el Príncipe de los
Apóstoles : JVo perdonó Dios ¿ los Angeles que pecáron ? mas anees amarrados
con las cadenas dd infierno , los entregó á sus tormentos , reservándolos para el
Juicio (a).
A la tierra también fundada sobre su firmeza mandó Dios por su pa-
labra , que se mantuviese firme en la parte que está en medio del mundo , é Déla crea-
hizo que se empinasen los montes , y se baxasen los campos al lugar que les cf a ás
señaló (o) , y para que no la anegase la fuerza de las aguas, las puso coto , que Tierra*
no traspasarán , ni se encresparán , para cubrir la tierra* Después no solamen
te la vistió y hermoseó con toda variedad de árboles , yerbas, y ñores; sino
que la pobló también de innumerables especies de animales al modo que an
tes había ya poblado las aguas , y el ayre.
Ultimamente formó Dios al hombre del lodo de la tierra , dispuesto y xp.
concertado en quanto al cuerpo de tal modo , que fuese inmortal , é impa- *?e ia crea"'
sible , no por virtud de su naturaleza , sino por beneficio divino. Por lo que ?10I\ dei
fi T r , / ✓ - ✓ x ii i • ^ hombre,
toca al alma le rormo a su imagen y semejanza, y le dio libre albeano, y con
t il harmonía templó en el todos los movimientos , y apetitos del ánima , que
nunca desasen de obedecer al imperio de la razón. Sobre esto le añadió el
don marabiíloso de la Justicia origlna.fi y quiso también que presidiese á los de
más anímales. Mas esto lacilmente podrán saber ios Párrocos para instruc
ción de los fieles por la sagrada historia d d Génesis.
Estas son las cosas que sobre la creación del Universo se han de entender Iqs
por las palabras dd Cielo , y de la Tierra. Y todo esto lo compendió el Profeta nombres de
brevemente en estos términos : Tuyos so?z hs Cides , y tuya es la Tierra , la C ielo , y
redondez de ella con todas las ¿osas de que esté poblada , tú la fundaste (c). Pero fierra se
aun mucho mas breve lo significaron los Padres áé. Concilio Eoceno en aque-
lia; dos palabras, cae añadieron al Símbolo : Vís¿&cs , é invisibles; porque to- cosas v{sg
das las cosas que hay en el universo , y que cañéis irnos haber sido criadas por b le s , é in -
Dios , ó pueden percibirles ios sentidos , y estas son las Visibles: ó solo las po- visibles,
demos serdbír con el entendimiento , que son las que se llaman fot nubles.
Mas no se ha de creer que Dios es Criador , y Hacedor de todo en tal * co^as
manera que juzguemos, que después de acabada . y cumplida la obra ? pue- q„e
dan lis cosas que h izo , mantenerse en adelante sin su Infinita virtu d ; porque crió no puc
os! como hizo el sumo poder , sabiduría 3 y bondad del Criador , que tuvíé- óen subsis—
ran ser , así luego al punto se reducirían á la nada , si su previdencia. per- :ír Slf f ' 1
peina no estuviera presente , conservándolas: con la misma virtud con que bj
Es crió al principio. Así !o declara la Sagrada. Escritura, quando d ice: \Co~
roo. podría nada permanecer , si ú no quineras , ó s¿ conservaría b que tú na
ílSTCvtSCS. -rdg
Y no solamente conserva d Señor y administra con su providencia todas
c las
A) 2, Ferr. a. ~(p) Pazííis. 133..
103. T Fraíai. SS. (a) Szp. xi.
iS CATECISMO ROM ANO
las cosas que hay . sino que también á las que se mueven , y hacen algo , las
A.
Dios pro i írmele con íntima virtud, al movimiento , y acción de tal modo , que aunque
mueve las no* impida , previene sin embargo la eficiencia de las causas segundas ; por
c r i a t u r a s que su ocultísima virtud se extiende á cada una de las cosas en particular , y
-sin impedir como afirma el Sabio : Toca fuertemente de fin á fin , y dispone suavemente tu
su activi
dad. das las cosas (a), Por esto el Apóstol anunciando á los Atenienses aquel Dios,
que adoraban ignorándole , dixo T ro está lejos de cada uno de nosotros; por
que en él vivimos , nos movemos , y somos (b).
23- Baste lo dicho para la explicación de este primer artículo. Pero adverti
JLa obra de
mos 3 que la obra de la creación es común í todas las personas de k Santísima
3a creación
s 5 común á é individua Trinidad; porque en este lugar, según ía doctrina de los Apóstoles,
3as tres di confesamos al Padre, Criador del Cielo , y de la Tierra. En las Escrituras
vinas Per Sagradas leemos del Hijo : Todas las cosas fueron hechas por él (c). Y del Espí
sonas» ritu Santo: El Espíritu del Señor andaba sobre las aguas (<af), Y en otra parte."
Por la palabra dtl Señor fueron establecidos los Cielos , y por el Espíritu de su
boca faé hecha toda la virtud de ellos (ef
C A P I T U L O
C A P Í T UL O IV.
DEL' T E R C E R A R T Í C U L O DEL CREDO?
pal
consta claramente por la confesión del Sagrado Concilio de Constantino??-?
que dice : Qgst ?:&s$£r&$ hs túsneres. y j/sr nuestra salud baxó de fo$ Cíeles .]
¡nrtnd asi E^mniu ■iThr
de Santa Maris. Virgen y y se hizo hemer..
PARTE 1. CAPÍTULO IV. 25
V esto explicó también S. Juan Evangelista , como quien habla bebido del pe
cho del mismo Salvador el conocimiento de este altísimo misterio. Porque ha
biendo declarado la naturaleza deí Verbo divino por aquellas palabras : En d
principio era el Verbo , y el Verba estaba m Dios , y Dios era el Verbo ; al cabo
c o n c l u y ó : Y el Verbo se hizo carne , y habitó entre nosotros (a).
Porque el divino Verbo que es Persona de la naturaleza divina,de tal mo- £ n u g H-
do tomó la naturaleza humana , que fuese una sola y una misma ia Hípóstasís y carnación
Persona de ambas naturalezas. Y de aquí provino que esta marabiüosa unión con- no h u 00
servase las acciones , y propiedades de ambas naturalezas : y que como dice c011^ 310^
el man Pontífice San León : N i la Noria de la divina consumiese á la humana„ ° Il3£u‘ia
ni la baxez.a de la humana disminuyese a la divina (o). lesas divi-
Mas como no debe omitirse la explicación de las palabras , ensenará el na y bu—
Párroco que quando decimos que el Elijo de Dios fue concebido por virtud mana*
dei Esoírim Santo.no entendemos que sola esta Persona de la Trinidad di- ^
vina fue la que ooró el misterio de la Encarnación. Porque aunque solo el Hi- d i v i n a s
jo se vistiese de la naturaleza humana ; sin embargo todas las Personas de P e r s o n a s
la Trinidad Santísima Padre , Hijo y Espíritu Santo fueron obradoras de este obraron el
misterio. Porque siempre se debe retener aquella regla de la fe Chrísriana: Qr¿e
todo quanto hace Dios fuera de sí en las cosas criadas , es común á todas tres Per- y
sonas : y que ni obra mas una que otra , ni una sin otra hace cosa alguna (c). L o por qué se
que no puede ser común á rodas , es el proceder una persona de otra. Por- atribuye al
que el Hijo es engendrado por el Padre solamente : Y el Espíritu Santo pro- g ^ 0ir itii
cede del Padre, y del Hijo. Mas todas tres Personas sin diferencia alguna hacen aai‘
todas las obras que salen de ellas fuera de sí mismas. Y en esta clase se ha
de contar la Encarnación del Hijo de Dios. Pero aunque esto es a sí, suelen
con todo eso las Sagradas Letras atribuir á determinadas Personas alguna co
sa de aquellas que son comunes á todas : como apropian al Padre la Omni
potencia , al Hijo la Sabiduría , y al Espíritu Santo el amor. Y como el miste
rio de la Encarnación divina declara la singular é inmensa benignidad de Dios
hacía nosotros , por eso especialmente se atribuye esta obra ai Espíritu Santo.
En este misterio echamos de ver unas cosas obradas sobre ei orden de 4-
E n la En
naturaleza , y otras por virtud de la naturaleza misma. Porque quando cree carnación
mos que el cuerpo de Chrlsto finé formado de la sangre purísima de la V ir- 5e obraron,
gen Aladre , en esto reconocemos la naturaleza humana ; pues es común enas cosas
á ios cuerpos de todos los hombres ser reamados de la sangre de la Ma- D a ru r2 l‘
dre. Mas ¡o oue sobrepuja todo el orden de naturaleza y toda intelinen- zren~e * f
eis .rumana e s , que luego que ia oenarrs Virgen dio su consentimiento a r a í m e n t e
k s palabras del Anyel , v divo : He aquí d? Esclava del Sonar s hágase otras.
a¿ sa? tu palabra (d) , a! punto He formado el Santísimo cuerpo
de Chrisío , y unida 2. el el alma racional : y de este modo en aquel mis
mo instante fue perfecto D ios, y per Acto hombre. Y no puede dudarse que
esto fue obra nueva y admirable del Espíritu Samo. Porque según el orden
natural cuerpo ninguno puede ser informado por el sima racional , sino cíes-
o pues
Joan. 1. (c) Ser.au 1. ce Y a- (E 13. Aqg. Pb. 1, de Trlrdtat. cap. 4»
vi) Lee. 1.
a6 CATECISMO ROM ANO
pues de determinado espacio de tiempo. A esto se junta lo que es digno de
toda admiración ; que luego que el alma se unió con el cuerpo , se juntó tam
bién la misma Divinidad con el alm a, y con el cuerpo. Y así todo fue í una,
formarse el cuerpo , animarse con el alma , y unirse con cuerpo y alma la Di
vinidad. De donde se siguió que en un mismo punto de tiempo fuese per
fecto Dios y perfecto hombre : y que la Santísima Virgen se ^dixese verdadera
y propiamente Madre de Dios y hombre : por haber concebido en ese mis-
ano instante a Dios y al hombre. Esto fué lo que la dio á entender el An
gel , quando la dixo He aquí concebirás en tu vientre 3y parirás un H ijo, al
qual llamarás Jesús. Éste será grande , y llamarse ha Hijo del Altísimo {a). Y
con esto se cumplió lo que profetizó Isaías , diciendo : He aquí concebirá una
Virgen , y parirará un Hijo (b). Y lo mismo declaró Santa Isabel , quando lle
na del Espíritu Santo entendió la concepción del Hijo de D io s : g Be dónde
(d ix o ) á mi tan grande bien , que. la Madre de mi Señor venga á mi (c) ? Pero
así como el cuerpo de Christo rué formado de la sangre purísima de la cas
tísima Virgen sin obra alguna de varón , y por sola virtud del Espíritu San
to , como ya aiximos ; así también en el punto en que fué concebido reci
bió su alma abundantísima copia dei Espíritu de Dios , y todo el lleno de
sus dones: porque como afirma San Juan : JVo le da Dios con medida el Espí
ritu ;d) como í los demás hombres que son adornados de santidad y gra
c ia ; sino que derramó sobre aquella alma toda gracia tan abundantemente,
que todos recibiésemos de su plenitud (Y).
5-
Üc- pue— Mas no por eso se puede llamar Christo Hijo adoptivo de Dios , aunque
e s decirse tuviese aquel Espíritu, por el qual consiguen los hombres justos la adopción de
Chnsro HI- hijos de D io s : porque siendo Hijo de Dios por naturaleza , en manera ningu
îo aiïopti— na se ha de juzgar que le conviene iz gracia, o el nombre de adopción.
i'o de Lii-js.
6. Estas son Jas cosas que ha parecido , debían explicarse acerca del admi
Q sé es :o rable misterio d eis Encarnación. Y para que de ellas saquemos salud i bies hu
eue erps- tas ? deben los ¿Mes traer primeramente á la memoria y pensar muchas veces
■ eldroesie dentro ¿e sí mismos , que es Dios el que tomó carne humana , y que de tal
s t i;cïe me
cí rar s:bre manera se hizo nombre , quezal el entendimiento lo puede alcanzar .mucho
îa p:;Eas~2 menos explicarlo la lengua. Últimamente que por este no quiso hacerse hom
pa-'ie es bre . para que nosotros los hambres renaciésemos hijos de Dios. Habiendo
se aid ceia . atentamente considerado esto, crean también y adoren con corazón humilde v
Ate rodos los mntenos que se encierran en este artícu lo,y'n o quieran averiguar*
Jos , ó escudriñarlos con curiosidad : porque esto es cosa que apenas puede ha
cerse sin peligro.
Y nació ae Santa María Virgen.
Y7
■ Cojaoreea- hL-yta he segttrsaa parte de este artículo en cuya explicación pondrán íes
úídóc na— barrocos particular ciudad© : porque deben los fíeles creer no solamente que
b-" a.í.Oey jesu-Caruco Pee concebido por virtud del Espíritu Santo : sino también a u ¿
G ca m ie necio, y sai;
SlU'.- —ó ¿ií,;—
:x:o a mz ue Santa otarra Virgen. Con acanta alegría y regocijo
Vez. VH¿un, cd. eima se ■l - be ccutempmr la te de este miste! :o , eEcláralo la voz del Are
C A P Í T U L O Y.
C A P Í T U L O VI.
ifl 5. ($} i. CaríatL, rg, fás)- Ltie, rS, fej Tac. ir*
(f) la Bsaüsu. Mana, X'2.
PARTE I. CAPÍTULO VI. 41
22.
Por ío que toca í lo primero , fue necesario que Christo resucítase, pa
Por qué
ra que se manifestara L Justicia de Dios : por la qual era muy debido que fue nece
fuese ensalzado , el que por obedecerle , había sido abatido y ultrajado con sario que
tanta ignominia. Esta razón alegó el Apóstol quando ciixo : Se humilló á sí Christo re
■ mismo hecho obediente hasta la muerte, y muerte de Cruz ; por lo qual Dios le sucitase. j
ensalzó (a). Demás de esto para que se confirmase nuestra fe 5 sin la qual
no puede ser justo el hombre : porque la mayor prueba de ser jesu-Chiisto
Kíjo de Dios , es haber resucitado por su propia virtud. Asimismo para
que se alentase y mantuviese nuestra esperanza. Porque habiendo resuci
tado Christo tenemos esperanza cierta } de que también resucitaremos no
sotros : pues es necesario que sigan los miembros la condición de su cabe
za, Y así parece que concluye sn discurso el Apóstol quando escribe á los
Corintios y Tesalonicenses (é). Y ei Príncipe de los Apóstoles San Pedro di-
xo : Bendito sea Dios , y el Padre de nuestro Señor Jesu- Christo , quien j o
gnn su grande misericordia nos reengendro por la Resurrección de jesu-Christo
de entre los muertos d esperanza viva. , y perpetua herencia en ios Ciclos (c).
Ultimamente se ha de enseñar que fue necesaria la Resurrección , para que
se concluyera perfectamente el misterio de nuestra salud y redención. Por
que Christo nos libró con su muerte de ios pecados; pero resucitando nos
restituyó los bienes principales que por el pecado habíamos perdido. Por
esto dixo el Apóstol ; Christo murió por nuestros delitos 5 y resucitó por
nuestra justificación (d). Y por tanto para que nada faltase a la salud del
linage humano , así como convino que muriese , así cambíen convino que
resucitase.
Ya por las causas que hasta aquí quedan dichas podemos conocer quin * 3* .
Utilidades
tas utilidades acarreó á los fieles la -Resurrección de Christo Señor nuestro. de la Resur
Porque primeramente en la Resurrección le reconocemos como á Dios in rección de
mortal , lleno de gloria , y vencedor de la muerte y del infierno : y esto Christo.
debe creerse y confesarse de Tesu-Christo sin duda alguna. A mas de esto
la Resurrección de Christo nos produxo la resurrección de nuestros cuer
pos : ya porque fue causa enciente de este misterio , y ya porque todos
debemos resucitar á exemplo del Señor. Porque en orden á la resurrección
¿d cuerpo dice así el A p ó sto l: Por un hombre miró la 'muerte ; y por otro
la resurrección de los muertes (¿). Porque para todas las cosas que Dios obró
en el misterio de nuestra salud , se valió -de la humanidad de Christo co
mo de instrumento eficiente. Y* por tanto fue su Resurrección cierto ins
trumento para obrar h nuestra. Y exempíar se puede decir s por haber Si
do la Resurrección de Christo perfectísima sobre todas. Por donde asi co
mo el Cuerpo de Christo Señor nuestro se innovó resucitando para gloria
inmortal; así también nuestros cuerpos , que antes habían sido ñacos y mor
tales ? serán restituidos á ht vida , dotados de gloria e inmortalidad. Por
que corno enseña el Apóstol : Esperarnos á nuestro Salvador y Señar jesu-
Chnsío , quien reformará d cuerpo de nuestra kamsídad haciéndale semejante al
f Caer-
(A Pbiílpp. a, {cjs 1. Corisea. 15. 2. 1. (d) Roa. 4.
2, TÍE«ai, C (?) 1. Cermdts. 15.
CATECISM O ROMANO
4Z
Cuerpo de su claridad (a). Esto también se puede aplicar al alma muerta por
el pecado : y en qué manera se le ha de proponer por exemplar la Resur
rección de Christo , lo mostró el mismo Apóstol por estas palabras : Asi
como Christo resucitó de mire los muertos por la gloria del Padre ; asi an
demos nosotros en novedad de vida. Porque si junto con él somos^ plantados á la
semejanza de su muerte , también lo seremos á la de su Resurrección (b). Y pOCo
después dice : Sabemos que resucitando Christo de entre los muertos , ya no muc
re n¡ ¡a muerte se enseñoreará mas de él. Porque el haber muerto por el pe
cado murió de una vez ; mas ya que vive , vive para Dios. Pues asi voso
tros juzgados ya muertos jo r el pecado , mas vivos para Dios en Jesu-Cbisio.
14. Dos exemplos pues debemos sacar de la Resurrección de Christo. Uno
Dos exeas—es , oue después que hubiéremos ravsQo íss manchas ce la culpa 3 entable-
píos que de- m os uo nuevo género de vida , en la qual resplandezcan la entereza de cos-
be^ G^et0~ Eumbres , la innocencia , santidad, modestia , justicia , largueza y humildad.
Sesurrec-- ^1 otro es , que de tal modo nos mantengamos en este arreglo de vida,
clon. que con la ayuda de Dios nunca nos desviemos del camino de la virtud,
que una vez emprendimos. Pero no solamente significan las palabras del
Apóstol que k Resurrección de Christo se d o s propone por exemplar de
la nuestra sino que también declaran que nos concede virtud para resuci
tar , y que nos da fuerzas y espíritu , para que perseveremos en la santi
dad y justicia , y guardemos los mandamientos de Dios. Porque así como
de su muerte no solo tomamos ezempío para morir á los pecados , sino
también virtud con la qual muramos á ellos 5 así su Resurrección nos co
munica tuerzas , para conseguir la gracia , y para que sirviendo en adelan
te á Dios piadosa y santa meóte , .andemos en la novedad de vida para k
qual hemos resucitado. Porque esto principalmente hizo el Señor por su
Resurrección , que los que antes estábamos junto con él muertos í los pe
cados y a este mundo ; resucitásemos también con él á nuevo concierto r
observancia de vida.
2^ Y qué señales particularmente hayan de observarse sobre esta resarrec-
Por epé se- don , nos lo previene el Apóstol : porque diciendo : Si ya resudtésicis
se
Saüís er eo-
^ con Ckrisio „ hiscad las _ cosas aJlras, tsíbs en lo alio ?
. donde Chrislo está sarda-
^ ® d¡<tslrsz de Dios (c)ila n a m e n te demuestra que los que desean tener
resEotado ^ vida > 3as honras , el descanso y riquezas allí señaladamente , donde Chris-
caa Chri*- to está , 'estos de cierto han resudrscb con Christo. Y quando añade : Sa-
mreá&s az las msas de lo sito ,, y m ai ios de la tierra : puso también és
ta como señal segunda, para conocer si verdaderamente hemos resucitado
con Christo. Porque así c o s ij o el gusto es indicante de la afección , y dis
posición. del cuerpo ; así si saben bien á uno todas las cosas que son ver
daderas , limpias 3 virtuosas y santas (d) 3 y con d paladar del alma perci
be la suavidad de las cosas del Oíslo-5 esto- puede ser una prueba m uy grande
de que el que se halla en tal disposición 5 ha resucitado juntamente con Cinis
mo á vida nueva y espmOjaL
CA'
<») PH%p. B. l a s . & 0) IbhñtEu (c) Coks. 3. (d)- Philipp.
PARTE I. CAPÍTULO VII. 43
C A P I T U L O VIL
anera la ao e de los Apóstoles San Pedro. A mas de esto í unos hizo Apóstoles , a
Íesia, re- c :ros profetas', i otros Evangelistas , á otros Pastores y Doctores (d) Y de
psmo üo—
A este modo sentado á la diestra del Padre está continuamente distribuyendo
vinmdesna- varios dones ya á unos ya á otros : pues afirma el Apóstol : que á cada uno de
ra subir al nosotros se da la crecí seque Í-*« *■L --------
3 medida----
de la donación
M-s/lKlviWlt de Christo (V),
(e). VI-
C íelo. ¿mámente es menester que entiendan los fieles que se ha de discurrir acer
ca de la Ascensión del mismo modo-, que enseñamos arriba debia medicar
se el misterio de la muerte y Resurrección. Porque aunque debamos nues
tra salud y redención ¿ la Pasión de C onsto 5 quien por sus méritos abrió
para los Justos la puerta ¿el Cielo ; con todo eso se nos propone su Ascen
sión s oo solamente como exemplsr® por el qual aprendamos á mirar í lo
alto 5 y á subir al Cielo con el Espíritu ; sino que eos dio también fuer
zas divinas coa las quales podkmms hacer -esto.
C¿-
(á) Issami. 17. (&) Martiri A íá¡ Hphes. 4»
fc) .IS33!.a. 16. (*?) Ibioeui.
PARTE I. CAPÍTULO VITE 47
C A P Í T U L O V III.
C A P I T U L O IX.
¿Li^ssta aquí se han decorado h s cosas que pertenecen a ía primera, y se- Q^ángran-»
gunda Persona de la Trinidad Santísima , eo quarsto parece lo pedia núes- de sea \z.
tro asunto. Síguese ahora que expliquemos cambien las que se ensenan en el necesidad y
Credo pertenecientes á Ía tercera oersona , aue es el Esoíritu Santo. Y eo *a
declarar este punto aplicarán los Párrocos £odb el estadio y cuidado posi- arEjceiü
ble ; pues e o debe el C ar istia no ignorar este ardculo , ó sentir de él con
menos rectitud , que la que queda dicha de los antecedentes. Por eso 00 per
mitió el Aposto! que ciertos hombres de Sieso ignorasen ia Persona del .Es
píritu Santo. Porque preguntándoles si habían recibido el Espíritu Santo 3 y
respondiendo ellos que ni habían oido que hubiese ral Espíritu ; al pumo
les replico : ¿ Pues m nmdbrc- &z qidai tst&is, keMlhm&s (b) X Por las' quak> pa-
Abras -dio á entender , que es eo gran manera necesaria I los heles la noticia
expresa de -este artículo , de la quaí perciben ei fruto- especial de que quan-
fio piensan con atención „ que todo lo que tienen lo han conseguido por
gracia y beneficio del Espíritu Santo 5 empiezan á sentir de sí mismos con
mas modestia *y humildad *. ¿y á E ooner
l toda su essersnza
¡L. en el auxilio de
g z Dios:
($-ii EceíL {k} Actsr. 19-
CATECISMO ROMANO
52
p ío s que es para el Christiano el primer escalón para subir a la Suma sa
biduría y felicidad.
a. Será pues conveniente empezar la explicación de este artículo por la vlr-
Ta ¡Tíbien tud y significación de esta voz ¿spírilu Santo, Porque -como ella conviene con
al Pad: adre y j^ a l propiedad v verdad así ai Padre como al Hijo ; (pues uno y otro es
alHíjo con- Espj/riru y es Santo : porque confesamos que Dios es Espíritu ) y asimismo
la b *iw
r a - de se _* significan
c p también
c f i con vestal r \voz
c Alos
níTf=1p<: . v lac
Angeles , y oimí« Irse Justos,
las aimas de los
Esníritu
Espíritu se debe procurar no cavga el pueblo fiel en algún error por lo equívoco
S a n to . del nombre. Y así se ha de enseñar en este articulo que por esta voz Es
píritu Sa?ilo se enriende la tercera Persona de la Santísima Trinidad 5 según
se toma algunas veces en las Sagradas Escrituras del Testamento viejo y mu
chas en las del nuevo. Porque Da vio. pide asi al Señor ; Y no apartes ¿le red
tu Espíritu Santo (a), Y en el Libro de ía Sabiduría leemos : j Quién podrá
conocer tus juicios, si tú no le dieres Sabiduría , y le enviares tu Espíritu San
to desde las alturas (ji) ? Y en otra parte : É l mismo la crió en el Espíritu San
to (r). Mas en el Testamento nuevo se nos manda ser bautizados en el nom
bre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo (d). También leemos que la
Virgen Santísima concibió por el Espíritu Santo (e), Y San Juan nos re
mite a Christo , que es quien bautiza en el Espíritu Santo ( f ) t y en otros
muchos lugares ocurre esta voz a los lectores.
Mas no debe causar admiración, que no se baya dado nombre propio
3-
Por qaé Is. i la tercera Persona
rerceraPer- son a en tanto tií
soi3ia.Eop.e- nacimiento del Padre se llama propiamente Generación : como se ha expá-
cano en los artículos antecedentes. Con que así como ese nacimiento se lía-
EiVel Pa— tus propiamente generación ; así propiamente llamamos H ijo i k persona oye
d-e y e l nace 5 y Padre á aquella de quien nace. Mas com o no se ha impuesto nom
ÍÉ3£!0, bre propio para significar k producción de h tercera Persona,. sino que s
llama Espir&dem y Procesim ; sígnese que tampoco renga nombre propie- b
Persona producida. N o tiene pues, nombre propio esta emanación: y esto coa*
riste en que los nombres que atribuimos á Dios y es preciso mendigarlo? &
ís s cosas criadas : y como en e ü f a s no conocemos otro modo de comunicar
se h naturaleza y la esencia s que por k virtud generativa ; de ahí es qs
aquel modo con que Dios se comunica todo a sí mismo en fuerza dd ateca
eg se puede expresar con nombre propio. Y por esto es llamada la tereb
ra persona con el nombre comsm. de Espíritu Ssmta : el qual en tasto en
tendemos que le conviene con, toda propiedad s en qtianto nos infunde k
vida espirites!: y sin el sien to de este divino Espíritu nada podemos fecs
digno de ía vida eterna.
Explicada y a fe significados de h v o z , primeramente se ha de ensdk
d pueblo que el Espirita. Sínico es Igual mente D io s , com o eí Padre y el Br
je 3 Igual 2 eiles e Igualmente poderoso 5 etereo 3 y de perfección.
"VCT
sumes bien 5 saplentkkno s y de fe rntsma naturaleza que el Paure ? y
Jfií
tai? Písate. ec. 0) Sasweaf. «p. ( d) m zitk. 2$. (e■} Lee. r,
íf} EeciiL a. if) $®ZXÜZ. £,
PARTS I, CAPÍTULO IX. 53
Bastantemente manifiesta esto la propiedad de la partícula En , quando decí- ¿aciero c0_
mos Creo en d Espíritu Santo ; h qual se aplica á todas las Personas de la mo el Pa-
Trinldad para expresar la fuerza de nuestra, fe. Confirmanió también testi- ¿re y el
mondos patentes de las Sagradas Escrituras. Porque habiendo dicho San Pe- HlÍ°*
dro en los Hechos de los Apóstoles: Anemias , ipor qué tentó Scmtanás tu co
razón , para que mintieses al Espíritu Sanio ? Luego anadió : JVb mentislcs á
los hombres sino á Dios (a) llamando luego Dios al mismo que acababa de
llamar Espíritu Santo. El Apóstol también declara á los de Corínto , que era
el Espíritu Santo aquel á quien había llamado D ios: Diversas 5 dice, sen las
operaciones; pero un mismo Dios es el que obra en todos todas las cosas (h). Y
después añade : Mas todas estas cosas obra uno , y el mismo Espíritu repartien
do á cada uno como quiere (A. Demás de esto , en los Hechos de los Após
toles apropia al Espíritu Santo lo que í solo Dios atribuyen los Profetas.
Porque Isaías había dicho : Oi la voz del Señor y que decía , \ á quién envia
ré Y me dixo : Ve 5 y dirás a tu pueblo : Ciega el corazón de este pueblo
y tapa sus oidos , y ciérrale sus ojos : para que no vea por sus ojos ? ni oiga
por sus oídos (d). Y habiendo el Apóstol citado estas palabras dixo : Bien
habló d Espíritu Sanio por tí Profeta Isaías (e). Mas : juntando la Sagrada
Escritura la Persona d d Espíritu Santo con las del Padre y del Hijo : como
quando manda que se de el Bautismo en ú nombre dd Padre y d d H i
jo y del Espíritu Santo ; no nos queda lugar de duda sobre la verdad de
este misterio. Porque si el Padre es Dios , y el Hijo es Dios , precisamen
te debemos confesar que también es Dios el Espíritu Santo : pues se junta
con ellos en igual grado de honor. Y á esto se añade que el que es bau
tizado en nombre de alguna criatura no puede conseguir de ahí fruto nin-
£UBO. > Par ventura 7 dice el Apóstol , estáis bautizados en el nombre de Pa
blo ( / ) ? para mostrar que de nada pedia servirles ral Bautismo para conse
guir la salud. Luego si somos bautizados en el nombre del Espíritu Santo,
forzoso es confesarle verdadero Dios-., Y este mismo orden de la tres divi
nas Personas por el que! se comprueba ia Divinidad del Espritu Santo, se
echa de ver así en la Epístola de San Juan que ¿ ic e : Eres sen, fas que dan
íaiiwjstet® en d Cides . d padre y d Veréú y d Espíritu Santo : y estos tres son.
-mes misstta ¿s^-a (g) , como en aquel esclarecido elogio de la Trinidad Santí
sima con ei que se acaban los Srirn-s : Qfariés M Padre y al y al Es-
prdiu S E tó. Optima mente (y esto importa mucho para confirmar esta verdad)
redas aquellas cosas que creemos ser propias de Dios , afirman las Escritu
ras Sagradas que convienen al Espíritu Satsto. Y así le atribuyen' el honor
de les templos : como quamdh dsce el Apóstol: ¿A*.® sabéis que vmstres miau-
bsss sm ímspds dd Espduim Sesm¿ú (jé) K También la santificación ( i ) y la
vivificación <y) escudriñar Es cosas profundas de Dios ( ó ) , hablar por los
Prdhtss Os) y estar es redo Pegar 0 0 ^ codas las quales cosas son propias
¿ r sd b Dios.
So—
ipi Aze&r. g. (é) Corinïik. re, ( 2. TlhesaL 2. et i- Peír.. r-
f ' llbídeíE. í-J}. ïsù. é. {ei 2 S, (x'y joac®. aS. (/) 1. CeriseA 2.
if* s. C eA vsh, i„ ^g-j ¿„ JcaaSx g. ((mti Pe*~- r.
' 2. O rrH lL -íé se) Sïtüeatv 1.
54 CATECISMO ROMANO
Sobre todo esto se ha de declarar á los beles que el Espíritu S í río de
Si E^piri— manera es Dios , que debemos contesarle en la naturaleza divina por ter-*
tu Santo es cera Persona distinta del Padre y del Hijo j y producida por la voluntad,
la tercera porque dexando otros Textos de las Escrituras , la forma del Bautismo que
Persona de ^ nuestro Salvador manifiesta clarísi mamen te , que es el Espíritu Santo
dad divina" tercera Persona, que subsiste por sí en la naturaleza divina , y que es
quien Vin£ distinta de las otras dos.^Y lo mismo_ declaran aquellas palabras del Apóstol;
vida í las La gracia de nuestro Señor Jesu- Ckristo y la caridad de Dios y la comunica-
almas. c¡Gn Espíritu Sanio sea con todos vosotros. Amen (a), Pero mucho mas cla
ro demuestran esto mismo las pala oras que añadieron en este lugar los Padres
del Concilio primero de Constan ti nopia , a fin de confutar la impía locura
de Macedonio, pues dicen : T en d Espíritu Santo nuestro Señor, y que vi
vifica , que procede del Padre y ád Hijo , y que juntamente con el Padre y d
Hijo es adorado y glorificado , y d que habló por los Profetas, Porque con
fesando Señor ai Espíritu Santo , declaran en eso qusnto sobrepuja á los
Anudes , los quaíes aunque son Espíritus nobilísimos, con rodo eso han si
do criados por Dios : y de todos ellos afirma el Apóstol : Que son Espíritus
servidores enviados para d mm?s£eri& á causa áe los que. consiguen la herencia
de la salud (b). Y le llaman Vivificador: porque el alma que está unida con
Dios s vive mas bien que el cuerpo 5 que se mantiene y sustenta con la
unión del sima- Y como es d Espíritu Santo á quien atribuyen, las Sagra
das Letras esta unión del alma con D io s ; es claro que rectísimamente se
llama d Espíritu Santo Pivficadsr,
Mas acerca de lo que se sigue : A fe procede del Padre y del U fo , se
El asedar a ios fieles que el Espíritu Santo procede por procesión éter*
ie J -SaaE® tta del Padre y col Hijo 5 como de un principio: porque esto nos propo-
p.-oeeáeee! ae que se debe creer la Regla de la Iglesia , de la qual no puede ap-ar-
Padrsyást ESFS£ e| ChFriiL.no : y se confirma coa la autoridad de las Divinas Letras y
í ^ d e C¡3a Co-ísciEo:«. Porque hsbisndh Cürisío Señor nuestro del Espíritu San-
■ ródpk*. *© : dixo : S ^ glorjicara : pttrqtse recibirá de mi ser (c). Colígese esto
mismo de que en h s Escoraras Sagradas se llama el Espíritu Santo anas
veces Espíritu de Christo „ ornas .'Espíritu del Padre. Y a se dice que es en
riado por el Padre (d) , y a por el H ijo -j) para dar a entender con clari
dad s que igualmente procede del Padre y del H ijo. 'El que na tiene d Es-
fñriiu- de Ck-rism „ dice el Apóstol B ese no es de Corista ( f j , Y también escri
biendo £ los de Gal acia le llama Espíritu de Christo-; diciendo : Erróte B m
enz rajasírios mrm&/ases el EspirUn de snz Hijo , el ípml ®s hace ctamsT y Mr-
vitarle Padre , Padre fe). E s San Mateo se íhm a Espíritu del P ad re: M
sess vosotras f e qm imMmsy szm d Espíritu de vmstre Padre (k), Y eo. la ce
na düsso el Sedar: E¿ Cm$@hé¡&F §m yo m enviare y Espíritu de Éa verdad,
d f m l prmtfk d d Padre ^ él daré iesikmmis de ( i ) , Y en otra parte afir;
íis que el Espíritu. Santo, ria de ser enviado por el Padre , diciendo - T
quien
Iris ■ *. GcráiadL 13. (!»} r. (jf) EocnaH. S. i g} Gafar. &.
íA J-vasnn s«, Ibfeís , 14. {*)' SíaKfi.
¿A í j ) Jazsa. x$.
PARTE I. CAPÍTULO IX.
quien el Padre enviará en mi nombre (a), Y como entendemos por estas ex
presiones ia procesión del Espíritu Santo , es manifiesto que procede del Pa
dre y deí Hijo. Y estas son las cosas que se han de enseñar acerca de la Per
sona del Espíritu Santo.
Además de esto convendrá enseñar que hay algunos efectos marabíllo- 7-
sos y dones amplísimos del Espíritu Santo , que nacen y m-anan de él co Por qué
siendo co
mo de una perene fuente de bondad. Porque aunque las obras de la T r i munes t o -
nidad Santísima , que salen fuera de ella , son comunes á todas tres Personas, d a s l a s
con todo eso muchas de ellas se atribuyen como propias al Espíritu San obras de "la
to : para que entendamos que nacen de la inmensa caridad de Dios para Santísima
Trinidad ,
con nosotros. Porque procediendo el Espíritu Santo de la voluntad divina se atribu
como inflamada de amor , bien se dexa entender que estos efectos , que se yen algu
apropian al Espíritu Santo , provienen del sumo amor de Dios hacia noso nas seña
tros. Por esto se sigue de aquí que el Espíritu Santo se llama Don : por ladamente
ai E sp íritu
que por el nombre de Den se significa aquello que se da benigna y gra
S an to ..
ciosamente , y si o esperanza de remuneración. Y así qualesquier gracias y
beneficios que Dios nos hace ( Mas \qu¿ Uñemos 5 como el Apóstol dice (b)y
que no lo hayamos recibido de D i o s ) debemos reconocer con ánimo pia
doso y agradecido, que se nos dieron por concesión y dádiva del Espíritu
Santo.
Muchos sgd los efectos y dones de este diviso Espíritu. Porque dexa-
<ia aparte la creación del mundo y la conservación y gobierno de las cosas
QuáSes
criadas (de lo qúal se trato en el primer articulo) la vivificación se atribuye y quántos
con toda propiedad al Espíritu Santo, como peco há se demostró , y se sean ios do
confirma por ei testimonio de Ezeqmel , que dice ; Daros hé Espirite , y vi- nes del Es
7-iréis (e). pero los efectos principales y señaladamente propios del Espíritu píritu San
to , y cómo
Sarco , son los que cuenta ci Profeta - á saber : Jbl Espir-iu de sabiduría, y se debe dis
se iñícrcdv&iaitú s el Espirite de consejo , y de f&rtalcca , el Espíritu de ciencia, y cernir en
ái piedad , y d Espirite de íaam- ds Dim (á). Estos se llameo domes del Es tre ellos.
píritu Santo 5 y alguna vez también se les da el nombre de Espíritu San-
£¡P Por esto previene sabia metí te San Agustín (/) que se vaya con cautela,
qmrrib en Es Letras Sagradas se _hace menooo de esta voz Espirite Sarao,
para que podamos discernir si acaso significa !s tercera Persona de la T r i
nidad , ó sus eícenos y eperariones : porque estas dos cosas se han de dis
tinguir con la misma distancia 9 que creemos babor entre el Criador y las
criaturas. Y todas estas cosas se han de explicar con grande diligencia : por
que de estos dones del Espíritu Santo sacamos les preceptos de la vida Chris-
tiana , y podemos barruntar si está ó1 ao en nosotros d Espíritu: Santo. Pe
ro entre todos sus amplísimas dones se debe engrandecer aquella grada que
nos hace Justos „ y nos marca con el Espíritu Santo de promisión , .que es
E prenda de nuestra herencia (/ ). Porque ella es la que junta nuestra alma
con Dios ce un estrechísimo lazo de amor. D e donde nace que encendi
das con tus alecto sumo de piedad s emprendamos nueva vida , y hechos
par-
■ pz: Jcann. i- CfOrHsh, ¿g (d L a . zy. de Trinit. cap. ry.
yU EavcM 3“. d ì Isri. 22. (/']! Epács. 2.
55 CATECISMO ROMANO
particioneros efe la naturaleza divina , seamos llamados hijos de Dios , y que
verdaderamente lo seamos (A).
CAPÍTULO X.
DEL NONO ARTÍCULO DEL CREDO.
rey farñapante
decimos , que cada miembro es participante de todo el cuerpo ; así lo es el que es
ta incorporado con loaos los que temen, á Dios. T por esto nos enseñó Chrisio
este modo de orar : que dixésemos el pan nuestro , no ei mió ; y ¿o mismo en todo
lo demás , atendiendo no á sotos nosotros 5 sino a la salud y utilidad dé io
dos Ce). Esta comunicación de bienes se demuestra muchas veces en las Sa
gradas Letras con el símil muy propio del cuerpo humano. Porque en el
cuerno humano hay muchos miembros. Mas aunque sean muchos , solo
comoosen un cuerpo , en ei qual tiene cada uoo su oficio propio , no to
dos uno mismo. Tam poco nenes todos una misma dignidad , ni. exercen
acciones Igualmente útiles y honrosas : pero ninguno mira -2 su provecho y
utilidad; sino ¿ la de todo el cuerpo. Demás de esto todos están tan uni
dos v trabados entre sí que si padece uno algún dolor , lo sienten todos por
el enlace v parentesco natural: como al contrano si está sano y bueno , to
dos á uua se alegran con él. Paes esto mismo se ha de contemplar en la
Í£Íi
do:
■ CAPÍTULO. XI'
del a r t íc u l o d é c im o del credo .
pecados. daña sin fe -cierta de aquellas cosas que se proponen en. el Credo. Mas si ca
reciere que aiüB debe confirmarse con algún testimonio- lo que debe por sí
ser manifiesto á todos ; bastante sera lo que sobre este caso dixo nuestro
Salvador poco antes oe su subida al Cielo , cuando abrió á sus discípulos
el entendimiento para que entendiesen las Escrituras: Convenía que Ckristo
padeciese, y que ai tercer dio. T&.'ucsmse de los nmcrím , y que se -brcdicáse en
m immbre fad&atiiem y perdón de pcasé&$ m todas tas genies , cc-mmzsndo desde
Gerusalm (¡r). Palabras que si los Párrocos las consideran bien , entenderán lue
go que si deben esssdhrse á los fieles todas las cosas que -pertenecen á la Re
ligión 5 es esta Ies está, impuesta por el Señor m uy ■ en particular 7 grande
necesidad de explicar este articulo con todo.cuidado.
Sera pues cargo oel Párroco peer -Ies- que toca á este punto , enseñar que
no solo se halla en la Iglesia Católica aquella remisión de pecados , de la
éfisía Ig le
qtsal fiabis prcdetízsdo Isaías : ¡Ll ps¡tM& que mora & día „ será ahsudto de
sia feay ~sr-
jp©- su umihítsd (d); siso que hay en d h también potestad de perdonar pecados:
íssjsk S de
¿si s. IcasE, 3, 0 } .■ BssIex S: ’£) Isa:. 33.
PARTE I. CAPÍTULO XI. 67
v que si usaren de ella los 'Sacerdotes legítimamente , y segas las reglas se- perdonar
ñahdas oor Christo Señor nuestro , se ha de creer que verdaderamente se pecados,
remiten y -se perdonan los pecados.
Este perdón - quando primeramente somos- lavados por el Santo Bautís- 3.
mo profesándola- f e , se rnos da tan'cumplido que nada queda ni que per- qué
donar de fe. culpa, -ya sea original , ó ' v a por cosa omitida-, ó- cometida ^^dona-iT
por propia voluntad ; ni que pagar de la pena.Mas con todo eso ninguno jos peca_
se libra por fe gracia del Bautismo de todas las enfermedades de la natura- dos en
leza. Antes bien teniendo que -pelear cada uno contra los movimientos de iglesia,
la concupiscencia , que sin cesar nos incita á los pecados1; apenas habrá
quien resista con tal v a lo r, ó defienda su salud con tal desvelo , que pueda
evitar todas- fes heridas^ :
Siendo pues necesario , que hubiese en Ja Xgles-a potestad de perdonar 4.
pecados por otro medio á. mas del Sacramento del Bautismo , le fueron ^emás
entregadas- las llaves del Reyno de los Cielos 5con fes quales se puedan ,®aüDsrno
perdonar los pecados á todo penitente , aunque haya pecado hasta el ulti- ^
mo dia de su vida. D e esto tenemos testimonios clarísimos en las Escrítu- potestad
ras Sagradas. Porque en- San Mateo diceasí el Señor á San Pedro : Té da- cié las lía-
ré las ilaves del Reyno de los Cielos : y lodo lo que atares sobre la tierra3rse*
será también atado en los Cielos , y todo lo que desatares sobre la tierra , se
rá desatado también en el Cielo (a), Y en otra parte : Todo cnanto ata redes
sobre la. tierra , será Miado en el Cielo , y qusnto 'desata-redes sobre la tierra,
será asimismo desatado en el Cielo (¿). De mas de esto testifica San Juan que
habiendo el Señor soplado sobre sus Apóstoles, íes dixo : Recibid' el Espíri
tu Sanio 5 cuyos pecados perdonáredes 5 serán perdonados : y ■ los que retuviere-
des y ser¿n retenidos (r).
Y no se lia de juzgar que esta potestad este ceñida á determinados ge- ¿p
ñeros de pecados. Porque no puede cometerse rfi pensarse maldad tan encr- ^sta ?ores-
me , que no tenga la Iglesia poder para perdonarla , como tam poco! ha}" ^ende áu>-
hombre tan perdido y malvado , que ■ si verdaderamente le pesa de sus d0. pecado
yerros , no halle esperanza cierta del perdón, Y i está tampoco esta misma y á todo
potestad limitada v ceñida a tiempo alguno determinado. Porque en qual- tiempo,
qoíer hora que el pecador quisiere volver á la salud , será bien recibido : co
mo 10 enseño nuestro -Salvador querido preguntándole' eí Príncipe de los
Apóstoles , que hasta quintas veces se-había de perdonar á los pecadores,
$' acaso hasta siete r respondió : JCo siete sma kmía. sesenta veces siete (dt).
P e r o si a te n d e m o s 2 lo s M in is tr o s d e esta p o te sta d d iv in a , se b a ila rá q u e ^
está m e n o s a m p lia d a . P o r q u e n o c o n c e d ió e l S e ñ o r 2 to d o s fe p o testa d d e íos
tan sa n to m in iste rio , s in o á s o lo s lo s O b is p o s y S a cerd o tes. Y l o m ism o danos está
se lia d e d e c ir p o r l o q u e t o c a a l m o d o d e u sar d e ella.. P o r q u e s o lo se p u e - concedida
c e n p e r d o n a r lo s p e ca d o s p o r Sos S a c ra m e n te s , si se g u a rd a su form a. D e ia petcsisd
o tra m in e r a 00 faé d a d o ¿ h. Ig le s ia d e r e c h o n in g u n o , para a b s o lv e r d e pe- ’~
ca ñ o s. Y d e a q u í se s ig u e q u e c s í lo s S a c e rd o te s s c o m o ios Sacra m ere os
v m n e s á ser en o r d e n á p e r d b s a r p e ca d o s 5 co m o u n o s in stru m e n to s p o r los
12 qua-
S'iááit:!!. eA q?i¡ aiSíassiíE iSL iV| íigaan, zQ¡. íA ?*feíth. iS .
68 CATECISMO ROMANO'
quales Chrísto Señor nuestro que es el Autor mismo y el dador de la sa
lud , obra en nosotros el perdón de los pecados y la justicia.
7. Mas para que los deles miren con mas veneración este don celestial con-
Quán gran- cedido á la Iglesia por singular misericordia de Dios .para con nosotros , y
ds es esta peg Uen con alectos de devoción mas ardiente á recibirle y tratarle , se es
coda forzará el Párroco á demostrar la dignidad y excelencia de esta gracia. Ésta
Iglesia. señaladamente se conocerá , si se expiicáre con diligencia quien tiene virtud,
para perdonar pecados y convertir los hombres de injustos en justos. Es
constante , que se hace esto por la infinita é inmensa virtud de D io s , y la
misma que creemos ser necesaria para resucitar muertos y criar el mundo. Y
si todavía (com o se confirma por sentencia de San Agustín) se ha de juz
gar mayor obra hacer á uno de Impío justo , que criar de la nada Cielos
y tierra ifi) , no podiendo haber creación sino por una infinita virtu d; sí
guese 3 que mucho mas se ha de atribuir á potestad infinita el perdonar
pecados.
« Por esto entendemos ser m uy verdaderas las voces de los antiguos Pa-
Kínguso dres por las quales confiesan 5 que solo Dios perdona los pecados de los
siso Dios hombres : y que una obra tan marabillcsa no se ha de atribuir á otro A u-
pyeüe ^por tor q U& £ su £um3í bondad y poder. Te soy (dice el mismo Señor por el
perdonar ^rc&ía ) misms> ■> várrü íus maldades por mi (?), Porque la ra-
pecados. zon de perdonar pecados parece ser ía misma , que la que debe guardar
se en el dinero eme se debe. Y ñor esto así como ninguno sino el aeree-
ebr puede perdonar la deuda (estando á solo Dios obligados por las cul
pas : pues cada día pedímos : Pcráémzws nuestras deudas) así también es
manifiesto -> que por ninguno fuera de 'él se nos pueden perdonar los pe
cados.
9-
Antes ¿s Este don verdaderamente marabiSoso y divino á ninguna criatura se con-
Cíansto á cedió 3 antes de hacerse D ios hombre. Chrísto Salvador nuestro loé el pri-
y i 3 g a q mero 3 que siendo el mismo verdadero Dios 3 recibió en cuanto hombre
"hüKsbja
iiosaxe £uérué CS[£. ^Qn q£ S!II celestial. Pñmyst sepáis. biso „ que d Hijo- ¿ d hombn
concedida.
timo p&ícsísd aa Ib tierra, de ésrémmssr pecados s dice al pareixiieo ; I¿zeáttíi£t£v
¿mis iu cama y rtíz ¿ íu casa (d). Habiéndose pues hecho hombre para per
donar los pecados de los hombres s antes- de subirse al Cielo á sentarse allí
á la diestra de Dios para siempre 5 coracedió esta potestad a los Obispos
y Presbíteros en la Iglesia. Bien que como enseñamos antes 3. Chrísto per
dona ios pecados por sa autoddad., ios demás com a Ministros su vos. Por
este motivo, si debemos admirar y venerar las cosas hechas por virtud mfi-
m ts ; bastantciBcrate se dexa entender lo muy precies© que es. este don con
10, cedido á la Iglesia. por la benignidad de CÜiristo Señor nuestro.
Bw qré í^cro también. eS medio por donde D ios clementísimo Padre determino
visreé sasa
$'j »3 - cerrar los pecados de los hombres „ excitará poderosa mente los ¿rumos de
iS fo -W e l ^ cs * d contemplrr la grandeva de este beneficio : pues quiso ¿beses
¿e -íi^das nuestras culpas con la sangre preciosa de su Unigénito KÍ;o 1 de ms-
ses oc~l- ñera que pagase ¿I voluntariamente ía pena . que nosotros merecimos por
«&G5. ÍOS
í*} T raci, v x isa Jeans. Issi. 43, (c) Matti:, p. Mare, x
PARTE I. CAPÍTULO XL €9
los pecados , fuese condenado el justo por los injustos s y que padeciese el
innocente la muerte mas cruel por los culpados. Y así al considerar que
fuimos rescatados , no con cosas corruptibles como el oro y la plata , sino
con la sangre preciosa de Christo como Cordero innocentísimo y purísi
mo (o.) luego confesaremos : que no pudo sobrevenirnos cosa mas saluda
ble , que esta potestad de perdonar pecados , la qual descubre la inexplica
ble providencia de Dios , y la suma Caridad con que nos ama. Y de esta
consideración es necesario que perciban todos grandísimo fruto.
Porque el que ofende á Dios icon algún pecado m ortal, al punto pier ir,
D e qué aló-
de los merecimientos que consiguió por la muerte y por la Cruz de Chris do señala
t o , y absolutamente se le prohíbe la puerta del Paraíso , que estando antes damente se
cerrada , la abrió para todos nuestro Salvador por su Pasión. A l acordar conoce lo
nos de esto es preciso nos ponga en gran cuidado la consideración de la grande de
este benefi
miseria humana. Pero si luego volvemos los ojos á esta marabillosa potestad
cio.
que divinamente rué dada a la Iglesia , y confortados con la fe de este ar
tículo creemos la facultad que se ofrece á cada uno , de que pueda ayuda
do con la divina gracia , ser restituido al estado de su dignidad antigua , no
podemos menos entonces de regocijarnos con sumo gozo y alegría , y de
dar í Dios inmortales gradas. Y por cierto si suelen parecer agradables y
gustosas Jas medianas que compone el arte é industria de los Médicos, quan
go adolecemos de alguna grave enfermedad; Squánto mas gustosos debe
rán ser los remedios confeccionados por la Sabiduría de Dios para curar las
almas , y por lo mismo para reparar la vida. ? Mayormente cuando estas
medicinas dan á los que de veras desean quedar sanos , no una esperanza
dudosa de salud, como las que se aplican a los cuerpos ; sino tina salud muy
«erra.
Han de ser pues exhortados los fieles 9 después que hayan, conocido la te.
dignidad de im don tan grande y excelente 3 a que también procuren va B eb en ios
lerse y aprovecharse de él con toda devoción. Porque apenas se puede pen C b risriaaos
valerse con
sar que no menosprecie una cosa etiî y necesaria y aquel que no quiere va frecuencia
lerse de ella : mayormente habiendo dexado ei Señor en su Iglesia esta po de esta gra
testad de perdonar pecados 5 para que todos se aprovechen de una tan $s- cia y no di-
íudaMe medicina. Porque así como ninguno puede ser purificado sin el Bau ïacar lz pe
nitencia.
tismo ; así todo el que quiera recobrar la grada del Bautismo perdida por
pecados mortales 5 es necesario se acoja á orno género de purificados , que
■ es el Sacramento de la Penkeráda. Pero en este lugar se ha de amonestar á
¿es fidss j, que al ver se les ©frece una tan amplia facultad de perdón ( que
como se ha declarado, no está ceñida £ tiempo determinado alguno) no se
nagan , ó mas prontos para pecar , ó mas tardos para arrepentirse : porque
como es lo uno sea convencidos mamfiestsmence de que son miar iosos y
depredadores de esta potestad, divina , se hacen indignos de que Dios les
conosds su misericordia. Y en lo otro es m uy de temer , que sorprendi
das de la muerte hayan confesado cb vano e! perdón de ios pecados , que
oarfodroa justamente 001 la tardanza y dilación ce diz en dia.
CA~
(3) i, Peer. 3.
CATECISMO ROMANO
C A P I T U L O XII.
DBL A R T Í C U L O UNDECIMO D E L CREDO.
La Resurrección de la Carne»
I* uan -grande sea la fuerza de este artículo para establecer ía verdad de
B & lo me nuestra fe , señaladamente lo muestra, el que en las Letras Sagradas no
cho qne im solo se propone para que le crean los fieles, sino que también se prueba
porta la nocon muchas* razones. Y como esto apenas se ve en otros artículos del Cre
ticia clara
de este ar do , déxase discurrir que la esperanza de nuestra salud estriva en é l , como
tícelo. en un fundamento muy firme. Porque como arguye el A p ó sto l: Si no hay
Resurrección de muertos ; luego ni tampoco Ckristo resucitó. X si Chrisio no resucitó;
luego es vana nuestra predicación, , y también es vana nuestra fe (a). Pondrá pues
el Párroco en explicarle no menos trabajo y estudio ; que lo que la impiedad
de muchos se fatigó por destruirle ; pues luego se demostrará que de este
conocimiento redundan grandes y excelentes utilidades para aprovechamien
to de los fieles.
a. Pero ante todo conviene advertir que ía Resurrección de los hombres se
Por ceé fiama en este artículo Resurrección de ia Carne. Esto á la verdad no se hl-
los Aposto* -zo sin causa. Porque quisieron enseñar los Apóstoles lo que precisamente se
les llama
debe decir: que el alma es inmortal. Y porque no pensase alguno que aca
ro s Resur
rección de so perecía junto con el cuerpo, y que uno y otro era resucitado (constan
l& C2TT.C £ do claramente por muchos lugares de las Sagradas Letras que el alma es in
la es los mortal) por esta razón solo se hace mención en el artículo de la Resurrec
Nombras. ción de la Carne, Y aunque varias veces en las Escrituras Sagradas signifi
que h. carne todo el hombre : como ea Isaías: Toda carne es heno (b'j; y ea
f e s Joan : Y d Verbo se hzo carne Sm embargo en este lugar la voz car
ne señala al cuerpo: para que entendamos que de las dos partes que com
pones al hom bre, que son cuerpo y alma 5 la una solamente que es el' cuer
po s se corrompe y se vuelve al. polvo de la tierra de que .fue formado í pe
ro que e! alma permanece Incorrupta. Y como ninguno puede resucitar si
no ña muerto 5 no se dice con propiedad que resucite el alma. También se
hace mención de la carne . á fea de confutar la heregía, que aun viviendo
el Apóstol s fue de Himeneo y Hiero (d) los que afirmaban : que quando
en las Sagradas Escrituras se trata de la Resurrección, se había de enten
der no de la corporal sino de la espiritual , con la qual resucita el alma
de la muerte d d pecado á la vida de U gracia. Y así es claro que par
esas palabras se quita ese error y se confirma ¿a verdadera resurrección ¿el
cuerpo.
Sera pues cargo del Farree© ilustrar esta verdad con exemplos sacados
¿ d Testamento viejo y nuevo . y de toda la historia Eclesiástica» Porque en
¿c las £¿- Ci
s. CereusL r$. f ], í¿ai. ¿¡¡x ;y| Toasa. i . (A* a . T E . a.
PAUTE I. CAPÍTULO XII. 7¡
el Testamento viejo fueron resucitados algunos por Elias (a) y Elíseo (b), Y
enteras se
i mas de aquellos que sacó de la muerte Christo Señor nuestro , volvieron ■establecerá
otros í la vida por los Santos Apóstoles y per otros muchísimos. Y esta la doctrítia
Resurrección de muchos confirma la doctrina de este artículo. Porque como ■ cíe la resur
creemos que resucitaron muchos , se ha de creer que resucitarán todos. Y rección.
aun el fruto especial que debemos coger de tales milagros , es el que demos
suma re á este artículo. Muchos son los testimonios que fácilmente se ofre
cerán i los Párrocos medianamente versados en las Sagradas Letras. Pero los
lugares realmente mas ilustres en el Testamento viejo son los que se leen en
Tcb , quando dice : Qiie -él mismo en su carne ha de ver d su Dios (c), Y
en Daniel el que dice de aquellos que duermen en el polvo de la tierra, que
unos despertarán para la vida eterna , y otros para el oprobrio sempiterno (d).
Mas en el Testamento nuevo hay las cosas que San Mateo refiere sobre h
disputa que tuvo el Señor con los Saduceos (e), Demás de esto lo que dicen
los Evangelistas acerca del juicio final (/). Y también se han de ordenar aquí
las cosas que con marabilloso discurso trató el Apóstol escribiendo á los de
Ccrinto y Tesalónica (y).
Pero aunque esto sea muy cierto por la fe , todavía aprovechará mucho 4-
Se estable
mostrar ó con exempios ó con razones , que no disuena de la naturaleza ó ce con s í-
de k inteligencia de la razón humana , lo que la fe propone creer. Y así al m i l e s Ja
que preguntase , que cómo resucitarían los muertos , responde el A póstol'misma ver
de este modo : Líeeio , lo que tu siembras no reame , si no muere primero. Y dad.
lo que siembras no es el cuervo que ha de ser , sino el grano puro , ya sea de tri
go , ya de oira semilla. pero Dios le da, el cuerpo , como quiere, (Ji). Y poco des
pués: Siémbrase en corrupción ; y levantarse ha en incorrupción ( i ) . A esta se-'
mtjanza ixmesíra San Gregorio que se nueden añadir otras muchas * La luz9
dice el Santo : cada día se aparia de nosotros 3 amo si muriera 7 y luego vuelve
como si resucitara. Los árboles pierden su verdor , y de nuevo se reparan y como'
rau cuándo : y les samUas mueren pudriéndose , y brotando después resucitan (k).
Demás de esto las razones que alegan los Escritores Eclesiásticos pue
Razones e s
den parecer bastante acomodadas , para probar este punto. Y primeramen prueba de
te siendo en realidad inmortales las almas , y teniendo como parte del hom esta misma
bre inclinación natural á sus cuerpos , se ha de juzgar fuera de su natura verdad.
leza , permanecer para siempre apartadas de ellos. Y como lo que se opone
¿ la naturaleza y es violento- , no puede ser durable ; parece ser conforme'
i razón que se junten de nuevo con sus cuerpos : De donde también
se sigue que haya de haber resurrección de cuerpos, Y de este modo de'
srgüír usó á k verdad ei mismo Salvador nuestro , quando al disputar con-'
trz los Saduceos , concluyó la resurrección de los cuerpos de ia iamorí ali
ñad de las almas. Fuera de esto- : Estando destinadas por el justísimo Dios
penas para los malos a y premios para los buenos ? y saliendo de esta vida
muchísimos de ellos 3 unos sin pagar las penas merecidas 5 y otros por la
rúa-'
M 3- S-eg. 13. (¿} 4- Reg- 4- if¡ Job 19. íg) i- Conníh. ig. er 1. Thesaí. 4.
id"- Baaakl is. {e) MattE er- iß) r. Coriníb. 15. (z*) Ibidem.
'.Jj Ibíd, 25. Marc. 13. ¿022. (Ä) Lib. 24. Mor. cap. 28. 2p. er 30.
CATECISMO ROMANO
mavor parte sin ser remunerada su virtud con algún galardón ; es necesario
tornarse á juntar las almas con los cuerpos : para que los cuerpos, de que
usan los hombres como de compañeros del pecado , sean junto con el alma,
ó castigados por las malas obras , ó premiados por las buenas. Argumento,
que trató díligenusimámente San Crisóstomo en una Homilía al pueblo An-
tioqueno («)- Por donde el Apóstol disputando de la Resurrección , dice:
S í solo en esta vida esperásemos en Christo 5 somos los mas desgraciados de le
dos los hombres (b). Las quales palabras ninguno juzgará que se dirigen á U
miseria del alma : porque siendo inm ortal, aunque los cuerpos no resuci
taran j pudiera sin embargo gozar de la bienaventuranza en la vida veni
dera. Pero se han de entender de todo el hombre. Porque si no se pagan
al cuerpo los premios debidos á sus trabajos ; es preciso que sean los mas
miserables de todos , los que asi como los Apóstoles , padeciéron en vida
tantos trabajos y calamidades. L o mismo enseña y aun con mas claridad á los
Tesaionicenses por estas palabras: Idos gloriamos en Las Iglesias de Dios por vues
tra paciencia fe en todas vuestras persecuciones y tribulaciones, las que sufrís en
testimonio del justo juicio de Dios : para que seáis habidos por dignos en el Reyno
de Dios ; por el qual asimismo padecéis ; pues es justo delante de Dios que ni estos
que os atribulan « queden sin castigo , ni vosotros , que sois atribulados, singular-
don-; guando se manifieste desde el Cido nuestro Señor Jesús con los Angeles de su
virtud , castigando con llamas defuego s aquellos que no conocen a D io s, ni obedecen
al Evangelio de nuestro Señor Jcsu-Chnsto (c). Añádase también : que mien
tras el alma está apartada del cuerpo , no pueden conseguir los hombres la
felicidad cumplida y colmada de todos los bienes. Porque siendo imper
fecta toda parte dividida del todo . lo es también el alma que no está
unida al cuerpo. De donde se sigue ser necesaria la Resurrección de los
cuerpos , para que nada falte i la suma felicidad del alma. Y con estas
y otras semejantes razones podrá instruir el Párroco á los fíeles en este ar
tículo.
& Después convendrá explicar eos cuidado según la doctrina del Apóstol,
Qss iodos quienes hayan dé ser restituidos á la vida. Porque escribiendo á los de Co-
¡hyE de sao- rínto , dice : Asi como m Ad<m ¿®d@s mueren., así en Ckristo iodos serán vivi-
/¡cadas (d). Todos pues han de resucitar sin diferencia alguna entre bue-
CA-
Va) C o r ia s li. 1 3 . (p) M atch , n . id) Job. 19..
(-5 í* TfossaL a . í") Joaaa. g.
PARTE I. CAPÍTULO X III.
77
C A P Í T U L O X X IX ,
D EL A R T ÍC U L O D O CE DEL. CRED O .
Y la vida perdurable.
sumo bien en estas cosas que perciben los sentidos: porque^ estas durable.
«. ^ ve-ecen v se acaban ; pero k bienaventuranza no se puede estrechar á
u A m A ie m t A Antes bien‘ tan íexos estáo estas cosas terrenas d é la verda-
E^ddad , oac aquel está mas apartado de e ik , que esta mas poseído del
amor v deseos munda nos : porque escrito esta: A o queráis amar d mundo
ni h s ¡esas qui hev en ¿i. S í alguno ama ai mundo , no ata m d ia canaad
¿d Padr¿ ( t í Y poco- después : Pásase d mundo y ia concupiscencia-. Cosas son
CS-
Lue, io. 0} >îatt3 . zÿ. et 25, Joans. 17 . ss Kom. r, ic } i. Jbasn. a,
CATECISM O ROMANO
7S
estas que deben procurar mucho los Párrocos se ñu priman en- las almas de los
heles , para que se persuadan á menospreciar las perecederas , ya que es im
posible haber felicidad en esta vida , donde somos no ciudadanos > sino fo
rasteros O). Aunque aquí también seremos llamados dichosos en esperanza
si renunciando la impiedad y los deseos del siglo * viviéremos templada , jus
ta y piadosamente en este mundo , esperando la bienaventuranza y la venida
«donosa del gran Dios y Salvador nuestro Jesu-Christo (b). Por no haber en
tendido estas cosas muchísimos , que presumían de sabios , y pensaban que la
felicidad se había de buscar en esta vida , se hicieron necios , y cayeron en
grandísimas calamidades. Pero además de lo dicho percibimos también por este
nombre vida perdurable : que la felicidad una vez conseguida nunca puede
SEGU N D A PARTE
DEL C A T E C I S M O ROMANO.
CAPÍTULO I.
res de que cosas consta caua uiiv ^ ^ ? 'i«*“ « -Uii 5ys partes,
V qué ceremonias y ritos se le ¡tunan.
Primeramente pues se ha de explicar que la cosa sensible que se puso ar
Cada riba en la difinieícn del Sacramento , no es una sola : aunque debe creerse
Sacramen que solo constituye una señal Dos cosas son de ías que se compone cada
to consta.
Sacramento de las quales la una tiene razón de materia , y se llama de-
de materia
V forma'” mentó ; y la otra de forma , que comunmente se llama palabra : como fo
que son sus recibimos de los Padres. Y acerca de esto « muy celebrado y sabido por
partes. todos aouel dicho de San Agustín : juntase La palavia al elemento , y se hace
el Sacramento (a). Mas por el nombre de cosa sensible , no solo se entiende
la materia 5 ó elemento , como ^el agua en^ ei bautismo , el crisma en ia
Confirmación , y en la Extrema-Unción el oleo : que toaas son cosas que
estin* á la vista ; sino también las palabras que tienen ra2cn de forma , y <Jue
pertenecen al oído- Una y otra señaló claramente el Apóstol , quando díxo:
Chrislo amó á la Iglesia ,y se entregó á si mismo por ella , para santificarla,
limpiándola con d lavatorio dd agua por la palabra de la vida (b), pues aquí se
expresa la materia y la forma del Sacramento. ^ ^
16. Y fue necesario añadir las palabras i la materia : porque fuese mas des-
Por qué á cubierta y clara la significación de lo que se hacía. Porque es evidente que
la materia entre ías señales son las palabras las mas expresivas : y si ellas faltaran, sería
se anadié- ;ffiUV entender lo que significaba y demostraba la materia de los Sacra'
S*rasSFa~ memos. Porque (com o se puede ver en el Bautismo ) teniendo el agua vir-
DraS‘ tud , no menos para refrescar que para lavar , y pudiendo igualmente seña
lar ambas cosas , si no se le añadieran las palabras , acaso alguno por conje
tura podría discurrir á qual significase de los dos : mas ninguno osaría afir
marlo de cierto. Pero añadiendo las palabras, al punto entendemos que tiene
fuerza y significación de lavar.
En esto sobrcpulan muchísimo nuestros Sacramentos á los de la ley sn-
M'.atde tígua : que en administrar aquellos no se guardaba forma determinada alguna.
Josníbera- que baya llegado á nuestra noticia : de donde se seguía que eran en gran
meatos de manera inciertos y obscuros. Pero los nuestros tienen la forma de palabras
la ley nne- ran £xa s que s¡ casualmente se traspasa , no puede subsistir la razón de Sa
ya a ios de cranienro - Y por este motivo son tan claras . que no dexan lugar á duda
la &ntij2U3.+ ^ * t / < t - ' T
alguna. Y estas son las panes que pertenecen a la naturaleza y a la sustan
cia de los Sacramentos , y de las que cada uno de ellos se constituye nece
sariamente.
A estas partes se juntan las ceremonias, las quales aunque no se pueden
Oml8' sea desar sin pecado , si no obliga á otra cosa la necesidad , con todo eso si ?P
iínanirale- gima vez se om iten, come no pertenecen á la esencia , se ha de creer que
vz. y virtud nada se disminuye del verdadero ser de Sacramento. Y a la verdad con mu
de las cere- Cjqa ra2on Se observó siempre desde los primeros tiempos de la Iglesia , que
moaia^r. gc administrasen los Sacramentos con ciertas ceremonias solemnes. Porque en
pri-
Cfi) Trate. So. 1:2 Joan. (&} Ephes. e.
PARTE II. CAPÍTULO I. %
primer lugar era muy conducente tributar este culto de Religión á ios sa
grados misterios : para hacer manifiesto que tratamos santamente ías cosas
santas. Demás de esto las mismas ceremonias declaran mas , y como que po
nen delante de los ojos las cosas que 'se hacen en el Sacramento , y dexan
mas arraygada en los corazones de los fieles la santidad de esas cosas. Asi
mismo levantan la consideración de los que las miran , y que con atención
las observan , á la contemplación de las cosas divinas . y avivan en ellos la
fe y caridad. Y así se ha de cuidar con la mayor diligencia que tengan los
fieles bien sabida y averiguada la virtud de las ceremonias con que se admi
nistra' cada uno de los Sacramentos. 59.
Síguese que se explique también el número de los Sacramentos; pues esta Quintos
noticia trae ia utilidad, de que con tanto mayor afecto emplearán los fieles son los Sa
todas las fuerzas -de su alma en alabar y engrandecer la largueza singular de cramentos
Dios hacía nosotros , quanto mas socorros entendieren que están preparados de la Igle
sia.
por su bondad divina para nuestra salud y vida eterna. Siete pues son los Sa
cramentos de la Iglesia Católica : como se prueba por las Escrituras , llegó
hasta nosotros por tradición de los Padres s y lo testifica la autoridad de los
Concilios. ao.
Y porque los Sacramentos no son m as, ni menos, se puede declarar por Por qué
una razón de congruencia tomada de las cosas que se trasladan por seme los Sacra
janza de la vida natural á la espiritual. Porque siete- cosas parece ser nece mentos soa
siete , y no
sarias al hombre para vivir y conservar su vida , y emplearla con utilidad mas , ni
suya y de la República. Estas son nacer , crecer , mantenerse ; sí enferma . cu* menos.
rarse , y convalecer. Después por lo que toca á la República , que nunca
falten Magistrados con cuya autoridad , é imperio se gobierne , y en fin ,que
se conserve á sí mismo y al línage humano por legítima propagación de los
hijos. Siendo claro que todas estas cosas corresponden á aquella vida con la
que el alma vive .para Dios ; fácilmente se colige de aquí el número de los
Sacramentos.
41.
Porque el primero , y como -puerta de los demás es el Bautismo, por" el Pruébase
qual renacemos -para Christo. Luego la Confirmación , por cuya virtud cre por las Es
cemos , y somos fortalecidos con la divina gracia : pues como afirma San crituras ei
Agustín (a) í los Apóstoles ya bautizados dixo el Señor; Asentaos en la Ciudad numero de
hasta que seáis vestidos con virtud de lo alto (h). Después la Eucaristía5 con la qual los Sacra
mentos.
se sustenta y mantiene nuestro espíritu como con un manjar verdaderamente del
Cíelo : p u s de ella dixo nuestro Salvador : Mz carne es verdaderamente comidas
y mi sangre verdaderamente bebida (c). En quarto lugar se sigue ía Penitencia,
por cuyo beneficio se recobra la salud que perdimos recibiendo las heridas del
pecado. Luego la Extrema-Unción 5que quita las reliquias del pecado, y fortale
ce las virtudes del alma : porque hablando Santiago de este Sacramento , dice
así: Y si tuviere pecados , se le perdonarán (4 ), Síguese el Orden , por el qual se
confiere la potestad de excrcer perpetuamente los ministerios públicos de los
Sacramentos , y de celebrar todas las funciones sagradas-. Por último se aña
de el Matrimonio : para que por medio dei legítimo y santo enlace del hom-
m hre
(a) Epist. 10S. (h) Lnc. 2.4. (c) Joan. 6. (d) Jacob, s*
CATECISMO ROMANO
9° ...
. ¿á mti2cr se procreen y sean educados religiosamente los hijos para el
cuito de Dios y conservación del linage humano.
p “ se ha de advertir con gran cuidado , que aunqiie encierran en sí to
No“ g-i dos io's Sacramentos virtud divina y ^biliosa , con todo eso _no uenen to
ja uecesi- , -crüai necesidad, ó dignidad 5 o una misma virtud de significar. Tres
da?,f ¿1f Z enrre°todos son los mas necesarios , aunque por razón diversa. Qye es elBau-
ru d a d en to CÍKiC “ i todos, lo declaro nuestro Salvador por es-
(¿) Epoes. (h) Trací. 8o. 3n Joano, torum s. (e) GaJat. 4. { f) Hebraeü-
{c) Matth. 3. t í Luc. 3, (d) A c- rara 9.
PARTE II. CAPÍTULO I. Q*
si mismo sin mancilla Dios , limpian nuestra conciencia de las obras
muertas } para servir á Dios vivo (a) , y por esto en virtud ce la Sangre de
Christo causan la gracia que significan. Y así cotejados estos con los Sacra
mentos antiguos , se hallara , que además de tener mas eficacia 5 son mucho
m2S fecundos en la utilidad , y mas majestuosos en la santidad.
Otro efecto de los Sacramentos , no común á todos , sino propio de so-
íes tres, que son Bautismo , Confirmación> y Orden sagrado, es el Carácter que De otro
imprimen en el aima. Porque diciendo el A póstol: El Señor nos ungió y y nos efecto, que
selló , y nos dió prenda dd Espíritu en nuestros corazones (b) - por aquella palabra 65 el c¿iráp~
selló, describió claramente el Carácter del qual es propio sellar y marcar. Es amentos'
núes el carácter como cierta señal impresa en el alma que jamás puede bor- le impe
rarse , y que está perpetuamente estampada en ella. Acerca de esto dice San man, y qué
Agustín : z Serán acaso menos poderosos los Sacramentos de Christo y que la di- sea'
■ visa corporal con que se señala al Soldado ? Pues esta no se imprime de nuevo
al Soldado que vuelve á la milicia de donde deserté } sino que por la antigua
reconocido y aprobado (r).
Este Carácter sirve ya de habilitarnos para recibir ó para hacer alguna 3?.
cosa sagrada , y ya de distinguirnos unos de otros. Y todo lo logramos por Qu& sea eí
el carácter del Bautismo : porque nos hace hábiles para recibir los Sacramen-
to s, y por él se distingue ti pueblo fiel de las naciones infieles. Lo mismo q.ueios ba
se dice del Carácter de la Confirmación y del sagrado Orden. Porque el uno crameritos
nos arma y nos adiestra como á Soldados de Chasto- 5 para confesar y de- <Jup íe i(u-
fender su nombre i cara descubierta contra nuestro enemigo interno, y con- Priraeíl, na
ira los espíritus malignos,. y potestades dei ayre (d) 5 y al mismo tiempo nos ray eSo
distingue de los que por recien bautizados están todavía como niños reden-
nacidos (e),. Y el otro por una parte trae consigo potestad de hacer y de
administrar Sacramentos, y por otra señala la distinción que hay entre los
que están adornados con esta potestad , y el resto de los demás fieles. Debe
tenerse pues la regla de la Iglesia Católica y la qual nos enseña que estos
tres Sacramentos, imprimen carácter , y que jamás, se pueden reiterar. Y es
tas son las cosas que se han de explicar acerca de ios Sacramentos en común.
Dos cosas señaladamente procurarán los Pastores hacer con todo esfuer- 32*
zo en la explicación de este punto. La primera e s , que entiendan los fieles
de quanto honor , culto y veneración son dignos estos divinos y celestiales l0~
dones. Y la segunda , que pues están prevenidos y dispuestos por el Ciernen- p a sto re s
tísimo Dios para la salud universal de todos , usen de ellos santa y religio- que el puo
samente , y que de tal manera se enardezcan en deseos vivos de la perfec- bl° vení:Ie
clon Chrístiana, que si carecieren por algún tiempo del uso provechosísimo, g j^ ^ n te
especialmente de la Penitencia y Eucaristía , piensen que han padecido una ¿e j.os Sa
gran pérdida. Fácilmente podrán los Pastores conseguir esto si inculcan mu- cramentos.
chas veces á los fieles las cosas, que se han dicho acerca de la Divinidad
y frutos de los Sacramentos. L o primero que han sido instituidos por nues
tro Salvador y Señor , de quien no puede provenir cosa , que no sea per-
fectísima. Demás de esto , que quaudo se administran ,, esta allí pronta- la
D ci-
(nl Hefcr.p. {h) 1. Covínth. r. (r) Traer. (í. ín Joan. (4 E d'k s A (e) i J e t r A .
g.t CATECISM O ROMANO
Deidad eficacísima del Espíritu Santo , que penetra lo íntimo de nuestros co
razones. También que están dotados de una virtud m arabillo sa y cierta pa
ra curar las almas , y que asimismo se nos comunican por ellos las inmensas
riquezas de la Pasión de Christo. Últimamente les declararán , que es así que
todo el edificio Christiano estriva sobre el cimiento firmísimo de la piedra
angular ; pero que con todo eso , sí no se afianza por todos lados con la pre
dicación de la palabra de Dios , y frecuencia de Sacramentos , es muy de
temer que desmoronado en gran parte , se venga todo á tierra. Porque así
como habernos recibido la vida por los Sacramentos; así con este manjar so
mos alimentados , conservados y acrecentados.
CAPÍTULO II.
D E L S A C R A M E N T O DEL B A U T I S M O .
La doctrí- *** or ^as cosa$ qU£ S£ ban dicho hasta aquí de los Sacramentos en común,
na defBa.ii- se puede conocer quan necesario sea , ya para percibir la doctrina de la Re-
rismo de- figion Chrístíana , y ya para ejercitar la virtud , entender las cosas que so
be repsnrse p,re ca¿ a uno en particular propone creer la Iglesia Católica. Mas el que ie-
C0A
CUwwC-la ' ¿-yere con cuidado al A üóstol,
f é asentará
^ sin duda que
*- es sobremanera necesa-
los fieles, tío a los fieles el conocimiento perfecto del Bautismo, Tanto renueva, no so
lo con frecuencia , sino con palabras graves y llenas del Espíritu de D ios, la
memoria de este misterio , engrandece su divinidad , y nos pone en él de
lante de los ojos la muerte , sepultura y resurrección de nuestro Redentor,
ya para contemplarlas, ya para Imitarlas. Por tanto nunca piensen los Pasto
res que será demás el trabajo y desvelo que pusieren sobre su explicación.
4, Además pues de aquellos dias en que según costumbre de los mayores
En qué ti- debían explicarse señaladamente los divinos misterios del Bautismo , quales
empos sena- son el Sábado grande de la Pascua , v el de Pentecostés ; pues en tales dias
tratarán ios acostumbro la Iglesia celebrar este Sacramento con suma Religión y ceremo-
E árro eo s nías muy solemnes ; en otros días también se valdrán de la ocasión para tratar
del Bautis- de este asunto. Y aquel tiempo con especialidad será mas oportuno para el
Ino* caso, en que echaren de v e r , que ha concurrido muchedumbre del pueblo,
por deberse administrar el Bautismo á alguno. Porque entonces será mas fa
cí! , dado que no se pudiere recorrer por todos los capítulos pertenecien
tes á este Sacramento , ensenar siquiera uno , u otro ; quanáo al mismo tiem
po que oyen los fieles la doctrina de estas cosas , y la contemplan con pie
dad y atención ; la ven expresada en las sagradas ceremonias del Bautismo.
Y de aquí también resultará , que advertido cada uno por las cosas que ve
hacerse en o tr o , se acuerde de la promesa con que él se obligó á Dios qusn-
do fué bautizado : y piense al mismo tiempo , si se muestra tal en vida y
costumbres , cual promete la misma profesión del nombre Christiano. Pues
para explicar claramente las cosas que se deben enseñar , se ha de descubrir
qual sea la naturaleza y sustancia del Bautismo; pero declarando antes la sig
nificación. de este nombre.
Ma-
PARTE II. CAPÍTULO II. g5
Nadie ignora que esta voz Bautismo es nombre griego. Y aunque en las
Q ué sig
Sagradas Lemas no solo significa aquella ablución que está junta con el Sa n if ic a e l
cramento , sino qualquíer género de lavatorio , que alguna vez también se nombre de
trasladó í significar la Pasión ; sin embargo no declara entre los Doctores de Bautismo.
teW esia qualquíer ablución corporal , sino la que se junta con el Sacramen
to °y que no se administra sin la debida iorma de palabras. Y de esta sig
nificación usaron frecuentísima mente los Apóstoles según la institución de
Christo Señor nuestro.
De otros nombres también se valieron los Santos Padres para significar t-. *
D e otros
este Sacramento. Llamáronle Sacramento de la fe , como lo afirma San Agus- varios nom
£;n (a) 5 por quanto profesan toda la fe de la Religión Christiana aquellos que bres con
le reciben. Otros le llamaron iluminación , por iluminarse nuestros corazones 9ue Hamá—
con la fe que profesamos en el Bautismo : pues aun el Apóstol dice así: Traed ron ios San
a la memoria los dias antiguos , en los que iluminados, sostuvisteis un recio com ios Padres
al Bautis
batí de persecuciones (b) : señalando al tiempo en que fueron bautizados. D e mo.
más de esto San Crisóstomo en una Homilía á los Catecúmenos (0 le llama
y a Expargación , porque por el Bautismo somos limpiados de la levadura vieja,
para que seamos nueva masa (dj) 5 ya le dice seyutiura , ya plantación 3 y ya
Cruz de Christo. Y la causa de rodos estos nombres se puede colegir de k
Epístola del Apóstol á los Romanos (f). San Dionisio le llamó principio de
los mandamientos santísimos ( / ) . Y la razón clara es : porque este Sacramen
to es como la puerta por donde entramos en la compañía de la vida Chris-
fisna, y por él empezamos á obedecer á los divinos preceptos. Y esto se ex
plicará con brevedad acerca del_ nombre.
Por lo que mira á la difinicion del Bautismo, aunque de los Escritores D e la difi-
sagrados se pueden traer muchas , parece mas propia y mas ajustada la que nícion d d
se dexa entender de las palabras del Señor en 'San Tuan, y del Apóstol á los Bautismo.
Ug Rfsso. Porque diciendo el Salvador - E l que rut ¡ ¿naciere del agua 5 y del
Espíritu Santo , no puede entrar en d Repto de Dios (g). Y el Apóstol ha
blando de la iH esia: Limpiándola con el lavatorio del agua por la palabra (A),
síguese, que ajustada y propiamente se difine el Bautismo diciendo que es:
Sacramento de regeneración por el agua en la palabra. Porque por naturaleza
nacemos de Adan hijos de ira ( i ) , mas por el Bautismo nacemos en Chris
to hijos de misericordia: pues dio potestad á los hombres de ser hechos hi
jos de Dios , á los que creen en su nombre , los quales son nacidos , no de
sangre , ni de voluntad de carne , ni de voluntad de varón , sino de Dios (A).
*Pero expliqúese en fin la naturaleza del Bautismo con las palabras que se 6.
quiera , se ha de enseñar al pueblo que' este Sacramento se hace por ablu D e qué mo
do se hace
ción , á la qnal por Institución de nuestro Señor y Salvador se añaden ne este »Sacra
cesariamente ciertas y solemnes palabras : como siempre lo enseñaron los Pa mento.
dres , y se demuestra por aquel testimonio clarísimo de San Agustín : Junta
se la palabra al demento, y se hace d Sacramento (/ }. Y esto debe advertirse
con
'Vi pplsr. 03. (P Hebr. 10. (c) Honr. Hierarcó. 'g Joann. 3. ^
¿(j .1, f/A t E*j\r'¡nTfi * (¿} ibtriení 2, k) feur-u. i. T ract.
g5 CATECISMO ROMANO
con todo cuidado: porque no den los fieles en el error de pensar lo que vul
garmente se suele decir : que el Sacramento es el agua que se guarda en la
sagrada pila para hacer el Bautismo. Porque solo entonces se debe decir Sa
cramento del Bautismo , quando efectivamente usamos del agua para Í2v¿r
á alguno diciendo las palabras que Christo instituyó. Y porque ya diximos
al principio tratando de los Sacramentos en común , que cada uno de ellos
constaba de materia y forma ; por esto declararán los Pastores qual sea- una
y otra en el Bautismo.
^ La materia pues , ó elemento de este Sacramento es rodo género de agua
Quái¿’ sea natural, sea de mar , de rio , de laguna , de p o zo , ó de fuente , que sin ans
ia materia dídura se suele decir agua. Pues nuestro Salvador ensenó : El que no rena-
propia del aere ¿d agua , y dd Espíritu Sanio , no puede mirar en d Rey-no de Dios (a).
Bautismo, y ej Apóstol dice : Que fu i limpiada la. Iglesia con d lavatorio dd agua (h),
Y en ía Epístola ¿e San Juan leemos: Tres son los que dan testimonio en la
. tierra , d Espíritu , d agua y la sangre (c). Y se prueba esto también con otros
testimonios de las Sagradas Letras.
s* Mas aquel diche de San Juan Bautista , que habla de venir d Señor, quien
un
Exp'icasí
l;'g’ r de
ia u ¡ h c
— '-atia en Espíritu Santo y juego
jn lugir oc * ( f ) , esto^ ciertamente en manera^ninguna
t _
San Mareo se ba de entender de la materia dei Bautismo j sino que debe referirse. 6
s o b r e e l al efecto interior del Espíritu Santo, ó de cierto al milagro que apareció
Bautismo ¿ e Pentecostés, quando basó dd Cielo el Espíritu Santo sobre los A pos
as i segó. to|es en figm-a ¿ £ fuego : acerca de lo qual díxo antes en otro lugar Christo
Señor nuestro : Juan d ¿a verdad bautizó en agua s mas vosotros serds bauti
zados zn Espíritu Santo después dt estos no muchos dias (e),
. 9‘ Esto mismo también significó el Señor ya por figuras, ya por oráculos
^ ^ ^os Btofietas: como lo echamos de ver por las Escrituras divinas. Porque
fecías ?aae eí diluvio con que fué lavado el mundo , por ser mucha sobre la tierra la
mostraron malicia de los hombres s y estar atentos al mal iodos los intentos de su cora-
.la virtud de zon (/) , fué figura y semejanza de esta agua ; como lo muestra el Apóstol
díd sufrís5 ^an ^e<^ro 611 su primera Epístola (g). Y' San Pablo escribiendo á los de Corin-
m0t ‘ to declara , que el tránsito del mar bermejo tuvo k misma significación. Y
omitimos por ahora ya el baño de Naamáh Siró (h) , ya la virtud marabi-
Ilosa de ja probarles piscina (/) . ya otras muchas cosas de esta calidad, don
de aparece clara la significación de este misterio.
En orden á profecías nadie puede dudar que pertenecían á señalar y ex
presar las saludables aguas del Bautismo aquellas aguas , á las que tan libe
ralmente convida el Profeta Isaías á tocos los sedientos (¿) , ó las que vió en
espíritu el Proreta Ezeauiel, que sallan del Tem plo ( l) , y también aquella
fuente que profetizó Zacarías á la casa de David y á los moradores de Geru-
salen , prevenida para lavar pecadores y muge res Inmundas (mi),
I0* Y lo muy conforme que filé á la naturaleza y virtud del Bautismo ins-
. y He- rí'CUI'f cl aSm Por su arteria propia , lo muestra San Gerónimo con muchas
razones escribiendo a Occcano (a ). Mas por lo que mira í este asunto po- Christo el
dran ios Pastores enseñar primeramente , que como este Sacramento es ne agua por
cesario á todos sin excepción alguna , para conseguir la vida eterna ; por es- maceria dsí
ro fue materia muy í propósito el agua que siempre esta á mano , y to Bautismo.
dos h pueden prevenir fací i mente. Demás de esto el agua significa con mu
cha propiedad ios efectos del Bautismo : porque así como el agua lava las
m an ch as, así deciara grandemente la virtud y eficacia del Bautismo , por el.
quai se lavan las inmundicias de los pecados. Y á esto se junta , que así co
mo e! agua es muy provechosa para refrescar ios cuerpos , así por el Bau
tismo se templan en gran parte los ardores de los apetitos. IT.
Pero debe advertirse que aunque el agua pura , sin otra alguna mezcla, Por qué ss
sea materia válida para hacer este Sacramento, siempre que hubiere necesi añade el
dad de administrarle ; sin embargo en todo tíernon se observó en la Iglesia Crisma ai
agua natu
Católica por tradición de los Apóstoles , que quando se hace el Bautismo ral.
con ceremonias solemnes , se añada el sagrado Crism a: por ser manifiesto que
así se declara mas el electo dei Bautismo. Y también se debe enseñar al pue
blo , que aunque alguna vez puede ser incierto , si ésta ó aquella agua es ver
dadera , V qual la requiere el valor del Sacramento; con todo eso siempre se
ha de tener por cosa cierta , que nunca se puede por razón ninguna hacer el
Bautismo , sino con el licor de agua natural.
12.
Explicada ya con todo cuidado una de las dos partes de que se com Debe ex
pone el Bautismo , que es la materia , procurarán los Pastores enseñar con plicarse á
la misma diligencia la forma , que es la otra parte de él , y muy necesaria. corfos cla
Y se harán cargo de que en la explicación de este Sacramento se debe tra ramente la
forma cel
bajar con el mayor cuidado y desvelo ; no solamente porque la noticia de Bautismo.
tan santo misterio puede por sí misma delevrar con vehemencia á los fieles
(lo que es cosa común siempre que se entienden las cosas divinas ) , sino tam
bién porque es muy importante para casos que ocurren casi cada día. Por
que se ofrecen con frecuencia lances (com o se dirá mas claro en su lugar),
en que es preciso administrarse este Sacramento , ya por seglares , y ya mu
chísimas veces aun por mugerzuelas: y así todos los fieles de ambos sexos
sin diferencia alguna , deben tener sabidas y bien averiguadas las cosas que
pertenecen á la sustancia de este Sacramento.
Enseñarán pues los Pastores con palabras, expresas y ciaras , y que fácil Quáir3seaía *
mente puedan percibirlas todos , que la forma cabal v perfecta de Bautismo forma ca
es esta : Y O T E B A U T IZ O E N EL N O M BRE D E L P A D R E Y D EL bal y per
HIJO Y D E L E SPÍR ITU S A N T O . Porque asilo enseñó nuestro Señor y fecta de es
te Sacra
Salvador , quando según San Mateo mandó á los Apóstoles: Id , y ensenad, á mento.
íeda-i (as y en?es, „ bauiixándoias en d nombre de! Pedro y del Hijo y dei E: friri-
iu Simio (o). p^es por aquella palabra Bmuhándoles entendió muy bien la
igltsu Católica , divinamente instruida , que en ia forma de este Sacramento
se debía expresar la acción del Ministro ; lo qual se hace quando se dice:
R ic ••m u ?. Y porque además del Ministro se debía declarar también así
ia pujona que es bautizada , como la cau^a principal que hace el Bautismo;
s por
{st Bpist, 8¿. ?U£í:h. a-5.
-.WWW* m v r r,*
o8 CATECISMO ROMANO
Por esto se añade aquel pronombre Te , y los nombres distintos de las Per
sonas divinas: de manera que la forma cumplida dd Bautismo se encierre
en esas palabras poco ha referidas : Yo le bautizo en el nombre del Padre y dd
Hijo y dd Espíritu Santo. Porque no solamente la Persona del Hijo , de quien*
escribió Ssn Juan : Este es el que bautiza (Vi) , sino todas las Personas de U
Santísima Trinidad , juntamente concurren á obrar el Sacramento del Bautis
mo. Y decir en el nombre , y no en los nombres , declara expresamente ser
una sola la naturaleza y Divinidad de la Trinidad. Porque la voz nombre en
este lugar no apela sobre las Personas , sino que significa la sustancia , virtud
y potestad divina , que es una misma en tedas tres Personas.
J Pero sobre esta forma , que como se ha mostrado es cabal y cumplida, se
Seníafor- ha de observar, que algunas cosas son tan necesarias , que si se dexan , no se
maUelBan- pUec[e hacer Sacramento. Pero otras no son tan precisas: y así aunque faltaran.
5ismo sJn podría subsistir el Sacramento : como la palabra Yo: cuya virtud se contiene en
í ' J*esarUs verbo Bautizo, Y aun en las Iglesias de los Griegos fue costumbre omitirla
tedas las variando el modo de decir : porque juzgaron que no era menester hacer raen-
palabras. clon alguna dd Ministro. Por donde comunmente usan en su Bautismo de esta
forma : Sea bautizado el Siervo de Chnslo en el nombre del Padre y del Hijo y del
Espintu Sanio. Y perfectamente se administra por ellos el Bambino : corno
consta de la sentencia y dinnicicn del Concilio Florentino : pues por esas pala
bras se explica bastantemente lo que pertenece á la verdad del Bautismo , que es
la ablución , la qusi entonces realmente se hace.
. Y si se hubiere de decir también que por algún tiempo bautizaron los Após-
Por^qué toles en solo c-1 nombre de nuestro Señor Jesu-Christo (¿). Esto sin razón de
los Aposto- dudar debemos tener por cierto que lo hicieron movidos del Espíritu Santo:
les ba.ut:- p ara q,o c CD ]os principios de ia Iglesia se hiciese mas ilustre la predicación en d
ri° mDr£ de Jesu-Christo, y fuese mas celebrada su divina , c inmensa potestad;
Ciu-isto. mora de que si escudriñarnos bien el punto , entenderemos fácilmente que no
Dita a esa forma ninguna de las partes instituidas por nuestro Salvador mismo.
Porque el que dice jcsn-Ckrtsm ^significa también ai mismo tiempo la Persona
del Padre que le ungió , y k del Espíritu Santo , con el qual rué ungido.
Aunque se puede dudar que bautizasen alguno ios Apóstoles con esa forma,
ir - ^ queremos seguir k autoridad de Ambrosio íy), y de Basilio (¿) , santísimos y
qas'*'ns:ñca gravísimos Padres : los q na íes interpretaren el Bautismo en nombre de Tesu-
faaíhiáron Cbrisco de modo que díxéron: que por esas palabras se significaba el Bautismo,
tas a có m o - n c £] qneíué dado por San Juan, sino ci que fue instituido por Cnristo Señor
^ b ’g f " nuestro: y así que no se apartaron los Apóstoles d ele forma común y usada,
b TT
C-!ii »'.ííjííH
que contiene distintos, los nombres
í y f . de
f hs tres Personas. Y de este modo ce ha-
e;. ;i, í ; ar bl.tr parece que también uso el Apóstol, cuando dixo en la Epístola í los Gá-
latas: Todos ios estáis bamlhfí>dü'S en Cknsío , vs vestísteis de Chrislo (e): parí
¿vs Fersc— ú5r ¿ entender que estaban bautizados en k fe de Christo ; mas no con otra
3iar3’ rocina que b que el mismo Salvador y Señor nuestro hahia mandado se obser
vase. Y baste instruir á los fieles en lo que se bu dicho hasta aquí sobre k mate
ria
{A Jc-arm, z. (A Actor. a. et io. et 19, íp XJb. de Spiri:, Sane:, cap. s «
A ) L:b. u de Spiri i. ik u cr. cap.. 3. (y) G ala :. 3.
PARTE II. CAPITULO II. 59
na y forma , que señaladamente pertenecen á la sustancia del Bautismo.
\ porque también conviene quando se hace este Sacramento , guardar el Í7.
D e qué
modo de la ablución legitima , por eso enseñarán también los Pastores lo que modo deba
toca á esta parte, explicando brevemente que según el estilo y costumbre re hacerse la
cibida comunmente en la iglesia , de uno de estos tres modos puede adminis ablución ea
trarse el Bautismo. Porque los que deben ser bautizados, ó son metidos en el este Sacra
mento.
3gua, ó se echa el agua sobre ellos, ó son rociados con ella. De estos tres ritos
quaíquiera que se observe , se ha de creer que se hace verdadero Bautismo,
porque ci agua se aplica en el Bautismo para significar la limpieza que causa en
el alma. Por eso llamó el Apóstol lavatorio al Bautismo. Y el lavatorio igual
mente se hace metiendo á uno en el agua (lo que por mucho tiempo se obser
vo en la Iglesia desde sus primeros siglos), ó echándole el agua : que es lo que
ahora comunmente se usa, ó rociándole con ella : como se cree que lo hizo
San Pedro , quando en un día bautizó á tres mil hombres que habia reducido
á la verdad de la fe (¿0.
Que sea una , ó tres las abluciones , no se debe tener por cosa de sus r8.
tancia. Porque de una carta que San Gregorio Magno escribió á San Lean Si se re
dro 00 , consta bastantemente que de uno y otro modo se hizo antes ver quiere una,
ó tres ablu
daderamente el Bautismo en la Iglesia, y que también se puede hacer ahora. ciones.
Sin embargo , guárdese por los fieles aquel rito que cada uno advirtiere que
se observa en su Iglesia.
Lo que especialmente conviene advertir es , que se ha de lavar , no quaí- ip .
quier parte del cuerpo , sino principalmente la cabeza , donde residen todos Por qué se
ñaladamen
los sentidos internos y externos : y que el que bautiza ha de pronunciar las te se ha de
palabras , que contienen la forma del Sacramento , no antes , ó después de la lavar la ca
ablución , sino ai mismo tiempo que echa el agua. bera.
Después de haber declarado estas cosas , convendrá enseñar y recordar í 20.
Quando
los heles , que el Bautismo (como también los demás Sacramentos) tué ins
i n s: i tuya
tituido por Christo Señor nuestro. Esto enseñarán los Pastores muchas ve Christo el
ces ; y explicarán, que tocante al Bautismo se han de notar dos tiempos di Bautismo.
versos. Uno , quando el Salvador le instituyó; y o tro , quando se estableció
h ley de recibirle. Por lo que pertenece á lo primero , entonces se dexa ver
que fue instituido este Sacramento por el Señor , quando bautizado el mismo
por San Juan , dio á las aguas virtud de santificar. Porque afirman los San
tos Gregorio Kacianceno, y Agustino , que entonces fue dada al agua virtud
de engendrar para la vida espiritual (c). Y en otra parte dexó así escrito San
Agio un : Desde que Christo se entró en d agutz , ande estonces lava el agua
toóus ios pecados id). Y en otra : Es haatizado d Señor , no porque tuviese ne
cesidad de limpiarse : sino por limpiar las aguas con d conLaclo de su purísi
ma come } para qm tuvieser virtud de laven' (c). Y de esto puede ser gran
prueba : cue entonces declaró que estaba su Dhnmdaa presente la Trinidad
Samisima , en cuyo nombre se hace el Bautismo. Porque se ovo is voz del
Padre, estaba, allí la Persona del Hijo , y Laxó el Espirita Santo en ligara
n2 de
la Actor. -2. (&) Idh. Ecsisc. 41. Serm. ap. 3S. e: 37. de Temp. ÚL laiaem.
v) Grsg. Orar, de Naóv.9s.Ivst.Aüg!:sr. le) Setas. 37.
300 CATECISM O ROMANO
de paloma (a) , y ademas de esto se abrieron los Cíelos , i donde ya pode
mos subir por el Bautismo. Y si deseare alguno saber por qué razón dio el
Señor i las aguas tan grande y tan divina virtud , esto £ la verdad sobre
puja la inteligencia humana : y lo que tal qual podemos percibir e s , que bau
tizado el Señor , quedó consagrada el agua para el saludable uso del Bautis
mo con el contacto de su santísimo y purísimo cuerpo : pero de mane
ra , que aunque fue instituido este Sacramento antes de la Pasión ; con to
do eso se ha de creer que traxo su virtud y su eficacia de la Pasión mis
ma : que era como el fin de todas las acciones de Christo.
Pero por lo que mira á lo segundo , esto es , de en qué tiempo fué in-
puesta la ley de recibir el Bautismo , no queda razon^de dudar : porque con-
eiínvzó °á vienen los Escritores sagrados en que resucitado ya el Señor , quruido man-
cbiigar la dó í los Apóstoles : Id , y enseñad á todas las gentes , bautizándolas m el mn*
ley del Ba- bre del Padre y del Hijo y dei Espíritu Santo (/;) : desde ese tiempo empe-
crismo. záron á ser obligados á la ley del Bautismo todos los hombres, que habían
de conseguir la vida eterna. Así se infiere de la autoridad del Príncipe de
los Apóstoles , que dice : Nos reengendró para esperanza viva por la Resur
rección de Jesu-Christo de entre los muertos (c). Y también se dexa conocer ío
mismo por aquel lugar de San Pablo donde d ice, hablando de ía Iglesia : Se
entregó á si mismo por ella , para santificaría , limpiándola con el lavatorio dd
agua por la palabra (d). Porque uno y otro parece reduxeron la obligación
del Bautismo al tiempo seguido £ la muerte del Señor : de manera que no
debe dudarse , que también aquellas na labras del Salvador ; El que no renacie
re del agua , y dd Espíritu Sanio } no puede entrar en d Rey-no de Dios (f),
han de enderezarse ai tiempo posterior á ía Pasión.
aa. Por tocias estas cosas sí exactamente las trataran los Pastores , no se pire-
En cuán- ¿c dudar que reconocerían los fieles en este Sacramento una dignidad aInsi
ta venera— m3 ^ y que }c adorarían con suma veneración , mayormente si considerasen,
se^~ que aquellos encumbrados y excelentísimos dones > que al ser bautizado Chris-
este Sacra- to Señor nuestro, fueron declarados con tantas muestras de milagros, se dan
meato. y se comunican á cada uno Guando es bautizado , por íntima virtud dd Es
píritu Santo. Porque así como sí se d o s abriesen los ojos al modo que acae
ció al siervo de Elíseo ( / ) , de manera que pudiéramos ver las cosas celes
tiales , ninguno ha de ser tenido por tan insensato , que no le pusieran en
grande admiración los divinos misterios del Bautismo: ¿por qué no juzga
remos que sucederá lo mismo , si explican ios Pastores de tal modo ks ri
quezas de este Sacramento , que los fieles las puedan contemplar; si no con
los ojos d d cuerpo , con la vísta del alma esclarecida con el resplandor
de la re?
Y a parece no solamente ntíl , sino también necesario ensenar por qué Mi
s3-
Qalesss nistros se hace este Sacramento : así para que aquellos á quienes en especui
ser* fes que está cometido este cargo -> hagan por cumplirle santa y religiosamente; ce-
■ pi2ssícn sé- mo p0rqoe ifingono. traspasando sus límites se mera ó atropelle internpem-
Bssdsisa soberbiamen-e la posesión ageoa ; porque en todo se debe guardar e:-
~ den:
íf) Maceó a. Mattb.aS. (c) xj?etr.r. (i) Ephesm. (A Ioan.3. (/) 4-Keg.?>*
PARTE II. CAPÍTULO II. 2oI
¿en : como el Aposto! dice (a). Se ha de enseñar pues á los Seles que hay
tres órdenes de Ministros. En el primero se han de colocar los Obispos y
Sacerdotes , á ios quaies es dado exercer este oficio por derecho propio 3 no
por potestad alguna extraordinaria. Porque í ellos en los Apóstoles mandó
el Señor; Id , y bautizad ; aunque por no verse precisados los Obispos á aban
donar el cuidado mas importante de enseñar al pueblo , solían dexar para
los Sacerdotes el ministerio deí Bautismo. Y el que tengan los Sacerdotes fa
cultad ordinaria para exercer este oficio , de manera que aun en presencia del
Obispo puedan administrar el Bautismo , consta de la doctrina de los Pa
dres y uso de la Iglesia. Porque una vez que están ordenados para consa
grar la Eucaristía , que es Sacramento de unidad y de paz , era muy debi
do que Ies fuese dada potestad de administrar todas aquellas cosas r por las
quaies necesariamente pudiese cualquiera hacerse participante de esta paz y
unidad. Y así si alguna vez dixéron los Padres que no era permitido í los
Sacerdotes el derecho de bautizar sin licencia del O bispo; esto parece que se
cebe entender de aquel Bautismo 3 que con ceremonias solemnes solía admi
nistrarse en ciertos dias del ano.
El segundo lugar entre los Ministros tienen los Diáconos , a los gua
les no es lícito administrar este Sacramento sin permiso del Obispo , ó
tící Sacerdote : como lo testifican muchísimos decretos de los Santos
Padres.
El ultimo orden es el de aquellos que pueden bautizar en caso de nece *4*
Qmenes
sidad sin ceremonias solemnes. En esta clase entran todos , hasta los del pue puedanbai>t
blo, así hombres, como muyeres, de qualquier secta que sean. Y así obligan tizar en ca-
do la necesidad , pueden administrarle Judíos, infieles, y hereges; con tal que so de nece
sidad.
tengan intención de hacer lo que hace la Iglesia Católica en la administra
ción de este Sacramento. Esta verdad , además ce estar confirmada por mu
chos decretos de los antiguos Padres y Concilios , ruiminó excomunión el
Sagrado Concilio de Trcnto contra los que se atrevan á decir , que no es
verdadero ei Bautismo que es dado por hereges en el nombre del Padre y
díd Hijo y del Espíritu Santo con intención de hacer lo que hace la Iglesia.
Donde ciertamente es muy de admirar la suma bondad y sabiduría de nuestro
Señor : porque debiendo todos necesariamente recibir este Sacramento , así
como instituyó por su materia el agua ; que no hay cosa mas común ; así
también dispuso que nadie fuese excluido ce su administración : aunque co
mo se ha dicho , no se permite á todos celebrarle con ceremonias solemnes:
mas esto no es porque los ritos ó ceremonias sean mas venerables que el Sa
cramento , sino porque son menos necesarias.
Mas no piensen los ndes que está este oficio tan indiscretamente permi *5-
D el or
tido á todos que no sea muy decente asentar algún orden de Ministros. den cae de
Porque oí la mugar , si hav hombre , ei d seglar delante deí C lérigo, ni eí be guar
darse entre
Clérigo en presencia del Sacerdote se ddhea arrogar la administración. Aun
ios Minis
que las parteras que están acostumbradas ¿ bautizar , no han de ser repre- tros ce ne
Besdáaas , si alquna vez re dan en presencia, de hombre que esta menos ins- cesidad. ^
“ "* Crui-
(¿J> 2. COjióte. 14.
CATECISMO ROMANO
-truido en hacer este Sacramento : sin embargo de que parezca oficio mas pro
pio del hombre que de la muger.
sA Demás de estos Ministros que hacen el Bautismo , como se ha declarado
?orTfx“é_en y slí 3qU¿ ^ hay otra especie de Ministros , que por costumbre antiquísima de
mofe ■ 'ña- *a íghMa > se sucien añadir para celebrar la saludable y sagrada ablución. Es-
d>.ia padri- tes ahora se llaman Padrinos. Pero antiguamente por voz común de los Sa
nos, erados Escritores eran llamados Recibidores ; Prometedores , b Fiadores : de cu
yo cargo tratarán con cuidado los Pastores : pues pertenece á casi todos los
seglares: para que todos entiendan las cosas que señaladamente son necesa
rias para cumplirle con rectitud. Y primeramente conviene explicar qué cau
sa hubo para añadir Padrinos y Fiadores á mas de los Ministros del Sacra
mento. Pero rodos concederán que esto se dispuso justísi mámente, si ir ae
ren sito sobre que el Bautismo es una regeneración espiritual, por la quai na
cemos hijos de Dios. De ella habla de este modo San Pedro: Como niños rt-
ciennacidm , racionales, y sin malicia , apeteced la leche (a). Así pues como lue
go que nace uno , necesita de ama de leche, y de A y o , con cuyo favor é
industria sea educado é instruido en doctrina y buenas artes ; así también es
necesario que los que empiezan desde la fuente del Bautismo á vivir espiri
tual mente , sean encomendados á la fidelidad y prudencia de alguno , Je
quien puedan aprender los preceptos de la Religión Chrisnana, y ser bien
ensenados en todos los exercicios de virtud , y que de esa manera vayan po
co á poco creciendo en Chrísto , hasta que al fin con la ayuda de Dios sal
gan varones perfectos. Mayormente quando los Pastores á quienes está encar
gado el cuidado publico de las Parroquias , están tan ocupados, que no les
queda tiempo para emplearse en el cuidado particular de imponer á los ni
ños en los rudimentos de la fe. De esta costumbre antiquísima tenemos un
testimonio muy ilustre de San Dionisio , que dice : Acordaron nuestros divi
nos Caudillos ( que así llama á los Apóstoles), y tuvieron por conveniente recibir
los niños según este santo modo : que los Padres naturales del niño le entrega-
sai á un hombre docto en las cosas divinas J como d director 5 Padre espiritual
y fiador de su salud eterna , baño cuya disciplina pasase e.l niño el resto di
su vida (b). Y este mismo sentimiento se confirma con la autoridad de
San Biginio (e).
zy. Por esta razón con grande acuerdo determinó la Santa Iglesia , que con-
Qüiénesen. traxese parentesco espiritual. no solo el que bautiza con el bautizado , sino
ei Sa^.is- £3ny0jen el Padrino , así con el niño que saca de olla . como con sus Padres
E20 ccn^ , /‘ , -!
t-zer, va— r c g iu m o s : o e m a n e r a q u e n o p u e G a n c o n tr a e r m a t r im o n io l e g it im o entre si,
renteseoes- y q u e lo s c o n t r a íd o s S£ d ir im a n .
p i^ r y a.!, Fuera de esto conviene enseñar á los fieles quaies sean ios cargos de ei
Padrino : porque d la verdad con tal descuido se mira hoy este oficio en la
g F 11' 11 Iglesia s que parece no ha quedado sino el nombre de el : mas la santidad
«S, que encierra en s í . ni siquiera parece que les pasa por la imaginación. Ten-
Qzéks son gan pues entendido todos los fiadores , que son obligados muy en partía:-
¿os ^osaos jar p0r esta lev á tener perpetuo cuidado de sus hijos espirituales , y i pro-
(a; i.P err.e. {&) D e B odes. HA: csp .is. te) D e Consecr. dìsr, 4. ca?. la Cathecisaio.
PARTE II. CAPÍTULO II. 1C3
curar con diligencia que en ias cosas que pertenecen a la institución ce la ¿dnes , y
v:Ja Christiana , se muestren tales por toda la vida , cuales prometieron cue qvé ¿¡Mí:
’c serían en aquella solemne ceremonia. Oigamos lo que acerca de esto es hace:.
cribe San Dionisio explicando las palabras áel Padrino : Tú prometo que he de
vijuár d ate niño con mis continuas exhortaciones y quariáo llegue d peder ai-
iaaier las cosas sagradas ^ á que profese y cumpla las cosas divinas que prcme-
tf ^ v a nue enteramente renuncie las contrarias (-7). Y San Agustín dice así:
/{ vosotros , asi hombres , como mugeres , que sacas¡as niños át pila 7 amonesto an-
u todo , que convocáis que salisteis fiadores delante de Dios por iodos aquellos
ma recibisteis de la sagrada fuente (b), Y ciertamente es muv puesto en ra
zón . oue el que tiene á su cargo algún empleo , no se canse jamás de ha
cer qu.into pudiere por desempeñarle : y que el que se obligó a ser ayo y
guarda de otro , en manera ninguna permita que esté desamparado el que
va recibió baxo su fidelidad y tutela , mientras le viere necesitado de su Pa
vor v socorro. Qué cosas sean ias que los Padres espirituales han de ense
ñar á sus lujos , en breves palabras lo divo San Agustín tratando de su ofi
cio : Deben , dice , amonestarlos que guarden Castidad , amen la Juvicia. cerner-
\ la Caridad, y ante tedas cesas ensenarles d Credo , el Padre nuestro , ios man
damientos también les fin lamentas principales de la Reugion Chrutíana (c\
29.
Siendo esto así , fácilmente se entiende a que suerte de hombres no se No se ha
nava ce nar la administración de eda santa tutela. Estos son , o los que no dé dar sin
quieran cumplirla con fidelidad , ó no puedan Paceño con el cuidado y di considera
ligencia debida. Por tanto fuera de los Padres naturales , á quienes no es lí ción e ic a r
go de pa
cito tomar este cargo : porque mejor se vea por aquí; quemo dista esta edu drinos.
cación espiritual de la carnal ; ame todo están enteramente excluidos de este
olido los hereges , judíos , e infieles : como gente que ni piensa , ni cuida de
otra cosa , que de obscurecer con mentiras la verdad de la fe , y de trastor
nar toda la Religión Christísna.
Asimismo se estableció por el Santo Concilio de Tremo (¿) , que no sean 3o-
muonos los que saquen de pila al bautizado ; sino uno solo , sea hombre o Q aai deba
ser ei nu
nveger , ó á lo mas uno y una : así porque la muchedumbre de Maestros mero de
podría perturbar el orden de la institución y enseñanza ; como porque con padrinos,
viene precaver que no se aumenten las afinidades : pues impedirían que se ex
tendiese con mas amplitud la sociedad entre ios nombres por el lazo de le
guario matrimonio.
Mis aunque sea muy útil a los fieles la noticia de las cosas que quedan B¡ Bastís— 3T*
ívpucadas hasta aquí , todavía parece que nada fray mas preciso que enseñar inoes nece
as , que la k y del Bautismo está impuesta por Dios á todos ios hombres: sario á io
manera que sí no renacieren para Dios por la gracia del bautismo , los dos para su
engendran sus padres 5 sean fieles . ó infieles , para la desventura y muerte eter- salvación.
v u V así los Pastores exoararán muchas veces lo que se Ice en el Evange-
ñl que ?¡o renaciere dd agua ^y dd Espirita Santo , no puede entrar en
uno de Dios Y).
Y
Ahí s:::nra, (r; Ssrm, i Q . de [T Se "io n . 24. de Reforrnaúone cap. a,
y ; ioicem. •Y joau m $-
CATECISMO ROMANO
io 4
Y esra ley debe entenderse no solo de los adultos, sino también de los
J jGs niños niños infantes: pues asi lo ha recibido k iglesia por tradición Apostólica:
deben, ser como lo confirma el común sentir y autoridad de los Padres. Demás de es
bautizados»
to se ha de creer , que no quiso Christo Señor nuestro negar el Sacramen
to del Bautismo , ni su grada á los niños, de quienes decía : Dexad los ni
ños t y no ios impidáis venir á mí : que de los tales es el Reyno de los Cielos A)
y ios abrazaba , y ponía sobre ellos sus manos , y les daba su bendición (h),
pemás de esto , quando leemos que bautizó S. Pablo á toda una familia bas
tantemente se dexa ver, que también Fueron bautizados ios niños que en ella ha
bla (c). Fuera de esto : la circuncisión , que fue figura del Bautismo, da eran-
de autoridad á esta costumbre. Porque nadie ignora que era costumbre cir
cuncidar los niños al día octavo (d). Y claro es que sí entonces aprovecha
ba í los niños la circuncisión hecha de mano , despojando de la carne , mas
bien aprovechará ahora el Bautismo , que es circuncisión espiritual de Chris
to (e)t Últimamente: S i , como ensena el A p óstol, por d delito de uno rey-
fié la muerte por uno , mucho mus los que reciben la abundancia de la grada
y de la donación , y de la justicia , reynarán en la vida por un Jesu-Chrislo (/).
Habiendo pues contraído ios niños por el pecado de Adan la culpa origi
nal , mucho mejor pueden conseguir por Christo la grada y k justicia , pa
ra reynar en la vida : y esto sin el Bautismo en manera ninguna puede ser.
Y asi enseñarán los Párrocos 7 que los niños absolutamente deben ser bauti
zados , y luego poco á poco Ir imponiendo aquella cierna edad en los -pre
ceptos de la Religión Chrisriana para la piedad verdadera : porque como es
clarecidamente dixo el Sabio ; El caratmo que siguiere el joven en su mocedad , no
le dexetra 7 aun quando llegue á la vejez (g),
Y no se puede dudar , que reciban los niños , quando son bautizados,
33* ^
L os mños los Sacramentos de Ja fe : no porque ellos crean con asenso de su enten
reciben ía dimiento ; sino porque son fortalecidos con k fe de sus Padres , si son fieles:
gracia en y quando no , con k fe de toda la congregación de los fieles 3 hablando con
eí Bautis
palabras de San Agustín (h) , pues con toda verdad decimos, que son
mo.
ofrecidos por todos aquellos que quieren ofrecerlos , y por cuya caridad sus
aunados á k comunión del Espíritu Santo.
Se ha de exhortar pues encarecidamente á ios fieles, que cuiden de lle
34*
H o se ha' var sus hijos í ía Iglesia,para que sean bautizados solemnemente luego al punto
ce dilatar que puedan sin peligro. Porque como los niños si no son bautizados, no tienen
el Bautis otro medio para conseguir la salvación, es fácil conocer con qnan grave cul
mo á ios ni
pa se cargan aquellos que los áexan carecer de h gracia del Sacramento por
ños.
mas tiempo del que pide h necesidad, mayormente quando por lo tierno de
la edad están expuestos á innumerables riesgos de la vida.
Con los adobos y que ya tienen perfecto uso de razón , que son los que
3Í* nacen de p?.tí res míreles se ha de observar c-tra conducta diversa : como lo
C óm o se
fax de ins declara k costumbre de h primitiva Iglesia. Porque se les ha de proponer
t i üir á ÍOS k fe Chrisriana , y han de ser exhortados 5 atraídos y convidados á que k
s.díí¿íOS. re-
(ü) Marth. i o- (h) Marc, io . J t) 5. (e) Coios, 2. ( f ) Rom. g. fg) F~ov. ü*
C oria*tí. i . íg) C a a e s, i 7. e í L v e . í. (¿0 H Encüyr, cap. aa.
PARTE II. CAPÍTULO II. 105-
-eciban con todo afecto. Y sí se convirtieren á Dios , entonces conviene amo
nestarlos que no dilaten el Sacramento del Bautismo fuera del tiempo seña
l-do por !a Iglesia. Porque estando escrito : JVo tardes en convertirte al Sc-
j¡or y no lo dilates de día en día (a) 5 se les ha de enseñar que la con
versión perfecta consiste en el nacimiento nuevo por medio del Bautismo.
También , que quanto mas tarde vinieren al Bautismo , tanto mas se pri
van del uso y de la gracia de los demás Sacramentos , con los quales se
observa la Religión Ciiristiana ; pues sm el Bautismo está cerrada la puer
ta para todos. Además , que se privan también del grandísimo fruto , que
percibimos del Bautismo : porque no solo lava y quita del todo el agua del
Bautismo las manchas , é inmundicias de todas las maldades sino que nos
adorna con la divina gracia } con cuya virtud y auxilio podemos en lo por
venir evitar los pecados , y conservar la justicia , é innocencia : en lo qual
consiste la suma de la vida Christiana , como todos saben. ^
Pero aunque esto sea así , nunca estiló la Iglesia dar inmediatamente el Beciárase
Sacramento del Bautismo i esta clase de hombres : antes bien ordenó que que el Bau-
se dilatase ñor algún tiempo. Porque esta dilación no trae consigo el ríes-cismo sede
ro s que antes diximos , amenazaba en los niños : pues los que ya tienen
uso de razón , el proposito y deseo de recibir el Bautismo , y con el ver
dadero dolor de la mala vida pasada tienen bastante , para conseguir la gracia
v la justicia , si algún caso repentino les impidiera recibir el Bautismo. Y por
e¡ contrarío parece que esta dilación acarrea algunas utilidades. Porque pri
meramente como la Iglesia , debe proveer con diligencia , que no llegue nin-
„ uno ai Sacramento con ánimo fingido y solapado , así se explora y se co
noce mejor la velen'ad de los que piden el Bautismo. Y por esta razón de
cretaron los Concilios antiguos , que los que vienen del Judaismo á la fe
Católica se detuvieran entre los Catecúmenos por algunos meses , antes dé
administrarles el Bautismo. Demás de esto se les insmive mejor en la doc
trina de la fe que deben profesar , y en las reglas y costumbres de la vida
Chrístkna. Y en fin se tributa al Sacramento mayor culto de Religión 7 quan-
do reciben el Bautismo con las solemnes ceremonias solo en los días señala
dos de Pascua y Pentecostés. _ _ , (.-
37
Sin embargo a veces no se ha de diferir el bautismo > habiendo causa No No qjem-
siem—
necesaria y justa : como si amenaza, peligro de muerte : mayormente guan pre se ha
do ios que han de ser bautizados , están ya bien instruidos en ios misterios de Bdilatar
ulitis—
el
de k fe. Así consta que lo hicieron San Felipe (&) y el Príncipe de los Após mi) á los
toles (f'j bautizando luego el uno al Eunuco de la Rey na Candace , y el adultos.
otro £ Cornelio sin dilación ninguna , sino luego al punto que protestaron
que abrazaban la fe. ^ 3§-
Debe también ensenarse y explicarse &l pueblo , con qué disposición han Como ce-
de venir los que han de ser bautizados. En primer tugar es necesario que díspuestos
cubran y deseen recibir el Bautismo : porque como en el muere el hombre ¡as qUS han
al pecado, y entabla nuevo orden y concierto de vida ; es justo que no se de ser bau-
é f e ! Bautismo á ninguno forzado ó renitente , sino í solo ios que ic rcci- toados.
o ban
fa) E cd L <- (o) A ctor. 3, (A Ib id e a 10.
io6 CATECISM O ROMAN O
ban de su espontánea y libre voluntad. Y así echamos de ver que siempre
se observó por santa tradición , que á ninguno se administra el Bautismo
sin preguntarle primero 3 si quiere ser bautizado. Y no debe pensarse que
falte en los niños infantes esta voluntad : pues es manifiesta la voluntad de
la Iglesia que sale fiadora por ellos*
Acerca de los locos y furiosos se ha de decir , que si tuvieron antes uso de
Cuando tazón, y después cayeron en la demencia>no han de ser bautizados sino es que
puedan ser amenacé peligro de vida : pues en tal tiempo no tienen voluntad de recibir d
ó no bau- Bautismo. Pero si están en peligro de vida serán bautizados: si antes que empezá
r te o s los ran ' p0nerse furiosos , diéron muestras de querer recibir el Bautismo. De otra
locos. manera no se les ha de dar. Y el mismo juicio se debe hacer de los que duermen.
Pero si nunca fueron dueños de sí mismos s de suerte que jamás tuvieron uso
de razón; en .tal caso serán bautizados en la fe de la Iglesia de la misma manera
que los niños : según lo declara la autoridad y costumbre de la Iglesia.
Además d.el deseo de recibir el Bautismo , es muy necesaria la f e , para
D tos de conseguir gracia del Sacramento por la misma razón que queda dicha de
más reqiñ— Ia voluntad. Así lo enseña nuestro Salvador y Señor , diciendo : E l que cre-
sitos , para y ere , y fuere bautizado , será salvo (a). También es necesario , que le pese de
recib ir ei jos pecados cometidos , y de la mala vida pasada 3 y que tenga proposito
Bautismo* g rme g e no volver á pecar en adelante. De otro modo el que pidiera el
Bautismo 3 sin querer enmendarse de la costumbre de pecar , debía ser del
todo rechazado. Porque cosa ninguna es tan contraria á la gracia y virtud
del Bautismo , como el ánimo y disposición de aquellos que nunca deter
minan poner fin al pecado. Debiendo pues desearse el Bautismo , por ves
tirnos de Christo , é incorporarnos con él (ó) , claramente consta que con
mucha razón debe ser excluido de la sagrada pila , el que tiene intención de
proseguir en sus vicios y pecados : mayormente quando cosa ninguna de
las que pertenecen á Christo , y á la Iglesia se ha de recibir en vano. Y
si atendemos á la gracia de la justicia , y de la salud , entendemos bastan
temente 3 que será vano el Bautismo en aquel que piensa vivir según la car
ne (e) no según el espíritu ; aunque por lo que mira al Sacramento, sin
duda le recibe enteramente , sí al ser bautizado en la debida forma , tiene in
tención de recibir, lo que se Ic administra por la Santa Iglesia. Por eso el Prín
cipe de los Apóstoles, quando aquella gran muchedumbre de hombres com
pungidos de corazón , como dice la Escritura , preguntaron á el y a los demás
Apóstoles , ¿ que qué habrían de hacer ? respondió : Haced penitencia, y sea.
bautizado cada uno de vosotros (d). Y en otra parte dixo : Arrepentios y conver
tios , para que sean borrados vuestros pecados (e), Y el Apóstol San Pablo escri
biendo á los Romanos muestra con claridad : Que el que es bautizado , ha de
morir del iodo para los pecadas (J ) , por lo qual amonesta : JVh hagamos de
nuestros miembros armas de la maldad para el pecado ; sino que nos presentemos ¿
4*. Dios como resucitados de los muertos (g).
IDe lo iya- Si meditan los fieles con frecuencia estas cosas } primeramente se versa
choque im- pre-
xd' IVI2re. id . (b) G ala:. 3, (s) Ibitíem 3. (f) Rom, 6 .
{cj Boas. g. {d) A ctor. 2. (g) Ibídem.
PARTE lì. CAPÍTULO îî. 107
precisados á admirarse en gran manera de la suma bondad de D io s , quien porta me
movido de sola su misericordia hizo un tan singular y divino beneficio á los ditar estas
que nada tal merecían. Si luego consideran , quán limpia de todo pecado
debe ser la vida de aquellos , que se ven enriquecidos con un don tan pre
cioso ; al punto entenderán , que lo primero que se requiere en un Claris-
tiano es , que procure vivir cada día tan santa y religiosamente , como sí
en él acabara de recibir el Sacramento y la gracia del Bautismo. Aunque pa
ra inflamar las almas en el amor de la verdadera piedad , nada será tan pro
vechoso , como explicar los Pastores con especial cuidado quáles son los elec
tos del Bautismo.
Por quanto muchas veces se ha de tratar de estos efectos, á fin de que 44.
Quál sea
los fieles perciban mejor el grado altísimo de dignidad en que están colo el principal
cados , y que jamás permitan ser derribados de él por las asechanzas ó ímpe efecto del
tus del enemigo ; primeramente se ha de enseñar que por la virtud mara- Bautismo.
bilíosa de este Sacramento se remite y se perdona todo pecado , ya sea ori
ginal y contraído de los primeros Padres , ó ya cometido por nosotros mis
mos- , aunque sea tan enorme que parezca que ni cabe pensarse cosa mas
horrible. Mucho antes había proletizado esto Ezequiel , por quien habla así
el Señor : Derramaré sobre vosotros un agua limpia , con la qual os limpiaré
de todas vuestras inmundicias {a). Y el Apóstol escribiendo á los de Coriato*
después de una larga lista de pecados añadió : T en verdad que fuisteis es-
to; mas ya estáis lavados * ya estáis santificados (b). Y ésta fue la doctrina,
dada pespétuamente por la Santa Iglesia: como es manifiesto. Porque San
Agustín en el libro que escribió acerca del Bautismo de los niños , dice así:
Por la generación de la carne solo se contrae el pecado original; mas por la re
generación del Espíritu se hace la remisión , no solo del pecado original , sino
también de los personales (t). A San Gerónimo escribe á Occeáno : Todos los
pecados se perdonan en el Bautismo (di). Y para que á ninguno en adelante
sea permitido dudar sobre este punto , declaró lo mismo el Santo Concilio
de Trem o después de la dirmícion de otros Concilios , pronunciando ana
tema contra los que se atrevan á sentir lo contrario , ó no duden afirmar*
que aunque por el Bautismo se perdonen los pecados * sin embargo no se
quitan del todo , ó se arrancan de raiz ; sino que en cierto modo se raen*
de manera que queden todavía agarradas al alma las raíces de los pecados (e).
Porque explicándonos con las palabras dei mismo Santo Concilio: En los re
nacidos , dice , nada aborrece Dios : porque nada hay de condenación para aquellos
que verdaderamente están sepultados junto con Christo por el Bautismo para la
muerte : los quaíes viven * no según la carne 5 sim que desnudándose del viejo
Adán y vistiéndose dd nuevo 5 que es criado según Dios , fueron hechos innocen
tes , inmaculados , limpios , libres de culpa y amados de Dios (/).
Pero es preciso confesar (com o en ese lugar se decreto por autoridad q eTl
del mismo Concilio) que queda en los bautizados la concupiscencia ó fómt- 2yS\ autiza.
te del pecado. Mas ésta no es verdaderamente pecado. Porque como dice ¿os ia con-
oz San cupisceads
{d) Ezech. g6, (h) 1. Carinen, 6. (o) Lib. (e) Sess. e. de pece. orig. cap. g.
2. cz Peccai, nier, cap. 1 5. A) Epist. $3, ( f ) Ubi proli me.
íoS CATECISMO ROMANO
aunque no San A.mistm - En /iW- runos bautizados se quita ti Testo (Le la conc^ip - r?^.
como cui mas tifa queda para nuestro exerctcio (a). Y en otra parte afirma : Jsl reato
ca, de la concupiscencia se quita en el Bautismo ; mas queda la flaqueza (b). por_
que la concupiscencia que nace del pecado d o es otra cosa , Que una
apetencia del ánima , que por su naturaleza repugna a la razón. Mas este
movimiento si no trae consigo consentimiento o descuido de la voluntad
está muy lexos de ser verdaderamente _pecado. Y quando dice el Apóstol:
JSfo sabia yo lo que era concupiscencia , si no dixera la ley : no codiciarás {c) no
quiso se entendiese por estas palabras la fuerza de apetecer , ó la concupis
cencia en sí misma ; sino el vicio ó desorden de la voluntad. La misma doc
trina enseña San Gregorio , escribiendo así : Si hay quien diga que los pecados
se perdonan en el Bautismo solo en la superficiey -¿qué cosa mas infiel que tal pro
posición ? Quando por el Sacramento de la fe queda el alma radicalmente ahsuel
ta de sus culpas y unida á sdo Dios (di). Y para demostrar esta verdad , se
vale del testimonio de nuestro Salvador , que dice por San Juan : El que es
tá lavado , no tiene necesidad de que le laven mas que los p ies: pues todo él es
tá limpio (e),
44- Y sí alguno quisiere ver una figura y una imagen expresa de esta obra,
Declárase pongase á considerar la historia de Naamán Siró el leproso : el qual ha
mas , que
biéndose lavado siete veces con el agua del Jordán , como dice la Escritu
por ei Bau-
t i s m o s e ra , quedó tan limpio de la lepra , que parecía su carne como carne de un
quitan to niño (/ ). Y así es efecto propio del Bautismo el perdón de todos los peca
dos los pe dos 3 ya sea el original , ya los cometidos por nuestra culpa. Por esta cau
cados. sa le instituyó nuestro Salvador y Señor , como dexados otros testimonios
lo explicó con palabras clarísimas el Príncipe de los A póstoles, quando dí-
so : Haced penitencia, y sea bautizado cada uno de vosotros en nombre de Jesu-
Christo para el perdón de los pecados (g)r
Pero no solo nos perdona Dios por su benignidad en el Bautismo todos los
45-
A culpa y pecados , sino también todas las penas debidas por ellos. Porque aunque es
á pena se común en todos los Sacramentos , el que por ellos se nos comunique la vir
perdona to tud de la Pasión de Christo Señor nuestro; con todo eso de solo el Bau
do en el
tismo díxo el A p ó sto l: Que morimos y somos por él sepultados juntamente can
Bautismo.
Cknsto (fij. Por donde siempre entendió la Santa Iglesia, que no se puede
practicar sin injuria gravísima del Sacramento s imponer al que ha de ser bau
tizado , aquellas penitencias ? que los Santos Padres llamaron comunmente
obras satisfactorias. Y no se opone -á lo que aquí decimos , la costumbre
de la Iglesia antigua , que mandaba á los Judíos , quando eran bautizados,
que ayunasen cuarenta dias continuos. Porque aquella pena no se imponía
■ como satisfacción. Solo se enderezaba á amonestarles , que se empleasen sin
intermisión por algún tiempo en ayunos y oraciones 3 venerando k dignidad
del Sacramento.
Alas aunque debe tenerse por cierto que se perdonan por el Bautismo
Hk> se libra
aso gor el todas las penas debidas por los pecados; sin embargo ninguno queda libre
por
(d) Ubi snp. cap. cp, (5 ) 12b. i.d eN n p™ de B egisrr. Epíst.gp. (e) Joann. 13. [fi 4-
SHsq 'Esp, 23. et ag. le) Hom. % id) L:b. g. B eg. 5. (g) A ctor, 3. f ) Rcm. 6*
PARTE II. CAPÍTULO XL iog
r e'j de aquel Unage de penas que deben pagarse por algún delito grave E a u tis m o
se^un las leves civiles : de manera que el que es reo de muerte quede" por de las pe
gigantismo exento de la pena establecida por las leyes. Aunque sería muy nas civiles.
de alabanza la religión y piedad de aquellos Principes, que remitiesen
y condonasen también este castigo á los delinquientes : para que brillase mas
la gloria de Dios en sus Sacramentos.
Hace sobre todo esto el Bautismo , que quedemos libres de todas las T, 47'
Perdonan—
penas seguidas ai pecado original después de la carrera de esta vida. Perqué se &n t !
DOr el mérito de la muerte del Señor nos vino el que pudiésemos conse B a liris m o
guir estas gracias. Y en el Bautismo , como se dixo ya , morimos junta rodas las
mente con él : pues como dice el Apóstol Si somos juntamente plantados d penas de ía
la semejanza de su muerte , lo seremos también á la de su Resurrección (a), otra vida.
48.
Y si preguntare alguno que por qué al instante después del Bautismo Por qué
no quedamos también libres de las penalidades de esta vida mortal , y no después del
somos restituidos en virtud de la ablución sagrada á aquel perfecto grado de B a u: i s ni o
vida , en que rué colocado antes de la culpa Adan primer Padre del ünage que datii o s
sujetos á las
humano. A esto se responde ; que señaladamente se dispuso así por dos cau miserias de
sas. La primera es : que como por el Bautismo nos juntamos con Chrisro, y esta vida.
somos hechos miembros de su cuerpo, no debemos ser ae mejor condición,
ni concedérsenos mayor dignidad , que aquella que se dio á nuestra Cabe
za. Luego así como Christo Señor nuestro , aunque desde el instante de su
Concepción tuvo plenitud de grada y de verdad , con todo eso no dexó
la fiaqueza humana que tomó , hasta haber padecido los tormentos de la Pa
sión y muerte , y luego haber resucitado para la gloria de la vida inmortal;
¿que hay que marabillar de que los heles, aunque hayan conseguido por eí
Bautismo la gracia de la justicia celestial, estén todavía vestidos de este cuer
po frágil y caduco , ;para que después de haber padecido muchos trabajos
por Christo, y pasada la muerte , sean de nuevo restituidos a la vida; y al
fin sean dignos de reynar con Christo por toda ia eternidad?
La segunda causa de quedar en nosotros después del Bautismo la fla
queza dd cuerpo , enfermedades , dolores , y movimientos de la concupiscen
cia es , para que tuviésemos , como un campo y materia , donde cultivar y
excitar la virtud , y así cogiésemos de ahí tratos mas abundantes , y premios
mas subidos de gloria. Porque cuando llevamos con paciencia las Incomo
didades de esta vida , y sujetamos con el favor divino al imperio de la razón
las desordenadas aficiones de nuestra alma , debemos tener esperanza cierta,
de que si á imitación del Apóstol peleáremos legítima mente , consumáremos
k carrera , y guardáremos la fe , b o s dará también el Señor , como justo Juez
en aquel día la corona de justicia que tiene reservada (&), De este modo pa
rece que se hubo el Señor con los hijos de Israel. Porque aunque los libró de
la servidumbre de los E gipcios, sumergiendo á faraón y á su ex ¿reíro en el
mar, con todo eso no Ies míroduxo luego en ¿a. tierra feliz de pro mis Ion;
sino que antes los cxercitó en muchos y varios encuentros, y quando ákí-
iramcntc ios puso en posesión de la tierra prometida, cierto es que derro-
66.
^ Tún?-nse al Exorcismo otras ceremonias : que cada una de ellas con»
P o r qué le muy misteriosa , tiene su propia y elevada significación. Porque ponerle sal
ponen sal T ía boca claramente significa , que por la doctrina de la fe y e don de
en la boca. k -rada ha de conseguir el bautizando verse Ubre de la podre de los peca-
dos”rpetcibit el sabor de las buenas obras , y deleytarse con el manjar de
6j. !* ^ Í T a c e n la señal de la Cruz en la frente ojos, pecho, hom
Q ué signi bros v oidos. Y esto declara que por el Sacramento del Bautismo se abren,
fica la se—
Sal de la
y se fortalecen los sentidos del bautizado , para que pueda recibir á Dios, y
C ruz que entender y guardar sus mandamientos* .
se le hace Lue-o le untan con saliva las nances y orejas, y al mstante es devado
en varias á k sagrada fuente del Bautismo: para que así como aque* ciego a quien
narres-
~ 68.
untó ef Señor los ojos con lodo, y mando se ¡avase con el agua de Sdoe,
P o r qué se recobró la vista (a) , así entendamos que nene tal virtud el agua del Bau-
u n ta n con cae infonde luz al alma para que vea las verdades divinas.
sah va *“ H gCj10 es'o vienen á ia oiia del Bautismo y se hacen otras ceremonias
Jas
narices y ríros por las quales se conoce la suma perfección de la Religión Chris-
o r e ja s .
4 es por tres veces presunta el Sacerdote con palabras muy ciaras
69.
Q ué signi ‘" 'e de ser bautizado: ¿ Rmmctas de Satanás, y de todas sus obrass
fica la re T de todas sus gambas ? Y él ó d Padrino en su nombre á cada una de ellas
nuncia de remonde: fttnuncio\ Porque el que se ha de alistar en la milicia de 'Cirino,
satanás que
hace eíBau-
Aeíyz ante todo oro me ter santa y religiosamente, que se aparta del demono
íicando. mundo . V que jamás vendrá tiempo en que no mire a uno y ¿ otro,
como á muy horribles enemigos. Después ungen al que ha de ser bautiza
do en el pecho y entre las espaldas con el oleo de los Catecúmenos. En ti
pecho" para que por ei don del Espíritu Santo deseche el error y la igJ
no^anna y abrace la verdadera te : Pues el Justo vive por ¿a fe (y), >-
entre ì a s ’ espaldas para que por la gracia del Espíritu Santo sacuda de si ¡¿
pereza y entorpecimiento , y se exercite en obras de virtud : Pe? que & J'
sin obras está muerta (r).
yo»
C ó rso hs.
éc hzcsT ¡2.
t ? r o f e s lo a
de Ja re. (fi) Juana, 9, G ala t. a» (c) Jacob.
bío-rA. E sc» que está entre !as dos * * no se haba en la Edición de Roma 5 pe-"3 ;í
hzllz en la de padna : y conviene añadirlo : como advierte Ja de Madrid peeiíS
yg. explicando en particular cada ima de las ceremonias,
PARTE II. CAPÍTULO II. 11.
¿o , hace la solemne profesión de la fe : y en estas dos promesas es claro,
que se encierra todo el vigor y doctrina de la ley Christians.
Quando ya llegó el tiempo de administrar el Bautismo , pregunta el Sa Por qué se
c e r d o t e al que v a á bautizar, si quiere ser bautizado , y respondiendo él por pregunta sí
sí s ó el Padrino por él , siendo ruño .q u e S i ; al punto le lava con el agua quiere ser
saludable en eí nombre dd Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Porque así bautizado.
c o m o el hombre fue justamente condenado por haber obedecido de su libre
v o l u n t a d á la serpiente ; así quiere el Señor que ninguno sea escrito en el
n ú m e r o de los suyos , sino como Soldado voluntario : para que obedeciendo
l i b r e m e n t e á sus mandamientos divinos consiga la salud eterna.
72'
Ya después de administrado el Bautismo unge el Sacerdote al bautizado Por qué se
con el Crisma en la coronilla de la cabeza : para que sepa que desde ese unge des
pués con el
día está incorporado con Christo como miembro con su cabeza é ingerto Crisma Ja
en su cuerpo , y que por eso se llama Chruiiano de Christo , como Christo cabeza del
del Crisma. Y qué signifique ei Crisma , bastantemente se entiende por las bautizado.
oraciones que entonces dice el Sacerdote : como afirma San Ambrosio (a).
Después el Sacerdote viste al bautizado con un vestido blanco , diefen- ,73-
Qué signi
clcie : Recibe este vestido blanco , para que U lleves sin mancha al tribunal de fica el lien
nuestro Señor jrtsu-Chrisio , y consigas la vida eterna, A los niños que están zo blanco,
desnuditos , se pone con las mismas palabras un pañizuelo blanco. Y esta ce que se po
remonia significa, como los Santos Padres enseñan , ya la gloria de la Resur ne al bau
tizado.
rección 3 para la qual nacemos por el Bautismo , ya el candor y hermosu
ra j con que son adornadas las almas , quitadas las manchas del pecado , ya
también la innocencia y pureza que debe el bautizado guardar por toda la
vida.
Luego se le pone en la mano una candela encendida ; lo qual manifies ,74-
Q ué signi
ta , que debe conservar y acrecentar con exercicios de buenas obras la fe fica la can
inñamada por la Caridad , que recibió en el Bautismo. dela encen
Ultimamente se pone nombre al bautizado , y éste se ha de tomar de al dida.
guno 3 que por su heroica virtud y religión esté colocado en el Catálogo 75*
D el nom
de los Santos ; porque de esa manera se facilita , que por la semejanza del bre que se
nombre se excite á la imitación de su santidad y virtud ; y además de esto debe poner
que se encomiende á quien procura imitar , y que espere tenerle por A bo al bautiza
gado y defensor de su salud espiritual y corporal. Por tanto son muy dig do.
nos de reprehensión aquellos que andan buscando,y ponen á los niños nom
bres de gentiles y señaladamente de aquellos que fueron ios mas viciosos.
Así dan í entender el poco aprecio que hacen de la profesión de la piedad
Christiana , quando parece fienen sus delicias en la memoria de hombres
malvados : pues quieren que resuenen por todas partes estos nombres pro
fanos en oidos Calóricos.
yS.
Si explicaran ios Pastores las cosas que se han dicho acerca del Sacra Epílogo de
mento del Bautismo , nada casi quedaría por decir 5 de lo que requiere su lo dicho so
cabal conocimiento. Porque va se demostró lo que significa el nombre de bre ios mis
Bautismo , qual sea su naturaleza y sustancia , y de que partes consta. Se ha terios del
de- Bautismo.
f2
(a) L ib . z. de Sacram, cap. 7.
6 CATECISM O RO M ANO
11 . lp ;nstituvó , quiénes son los Ministros necesarios para ha-
declarado qmc * - p;nes 105 padrinos que se deben buscar , para soste-
cel
ncr la
i piíubadci bautizado. Se ha enseñado tatúen í qosenes se ha de dar,
v disposición se debe recibir , y q ia n grande sea su vir-
y con q ye t r V 1 ha explicado con claridad cascante , para io qüe
a:d y encaua‘ ^ ‘ con qué ritos y ceremonias se debe celebrar. Cui-
pme nuestío p P ■ J £ ios deles todas estas cosas : y principal-
den pues *os P^ J v d c ^QVe anden de continuo considerando y (haciendo por
^ l V POcon fidelidad la¡ promesas tan santas y religiosas que hicieron en d
B,udsmo ° y que arreglen su vida de manera que corresponda a la saim*-
m T profesión del nombre Chastiano.
C A P ÍT U L O IIL
DEL SACRAM EN TO DE LA C O N F IR M A C IO N .
i. itUí algún tiempo requiere en los Pastores vigilancia grande sobre explicar
per qué en
estos Tiem eí Sacramento de la Continuación 1 ninguno á la verdad mas que el presen
p o s d e b e te pide que se ilustre con toda claridad : quando en la iglesia de Dios mu
explicarse chos abandonan del todo este Sacramento , y hay poquísimos que procuren
con gran
sacar de él d fruto de la divina grada que debieran. Por esto es menester
ciñiiado es
te Sacra instruir í los fieles sobre la naturaleza , virtud , y dignidad de este Sacra
mento. mento así ei dia de Pentecostés, en el qual señaladamente se suele adminis
tra r, como en otros que los Pastores juzguen oportunos para el efecto: de
manera que entiendan los fieles no solo que no deben descuidarse ; sino que
deben recibirle con suma devoción y reverencia : no sea que por su culpa y
con gravísimo daño de sus almas parezca que en vano se les concedió este
beneficio divino.
2.
Empezando pues por el nombre se ha de enseñar , que llama la Igle
P o r qué la sia í este Sacramento Confirmación : porque el que ya está bautizado quinao
Igíesia lla es ungido por el Obispo con el Sagrado Crisma , diciendo aquellas solem
m a Conf.r- nes Dalzuras: S i lióte con ¿a señal de la Cruz , y te confirmo con el Crisma d¿
mscioíiá es
te Sacra
la salud en d nombre cid Padre y ád Hijo y ¿el Espíritu Santo : si no hay
mento. cosa que impida la eficacia á d Sacramento , con el esfuerzo de la nueva vir
tud empieza á ser mas fuerte , y por esto Soldado perfecto de Christo.
Siempre reconoció la Iglesia á la Confirmación por verdadero y propio
3ua C o n d ì— Sacramento : como expresamente lo declaró el Papa Melquíades, y otros
m ación es muchos Santísimos y antiquísimos Pontífices (a). Pero San Clemente no pu
verdadero
Sacramen
do comprobar la doctrina de esta verdad con testimonio mas grave : por
to de la le y que dice : “Todos se han de dar prisa sin detención alguna , por renacer pon
nueva. jjíos a y ¿espires ser sellados por el Obispo : esto es por recibir la gracia dé io>
síete Dones dd Espíritu Sanio : porque si no , en manera ninguna ínude ar
perfecto Chrisdano ? el que ?m obligado de necesidad sino por malicia y voUnuui
A*
(a) Be Consecrar, Blst. 5. Cap. Spiriius.
PARTE II. CAPÍTULO III. n 7
dexa de recibir este Sacramento. Asi lo oímos de San Pedro , y lo enserióron tos
demás Aposteles , por haberlo mandado asi d Señor (a). Y esta misma fe con-
firmaron con su doctrina , los que llenos del mismo Espíritu derramaron
su sangre por Chnsto : que son Urbano (b) ? Fabiano (e) y Ensebio (d) R o
manos Pontífices : como dexa verse en sus Decretales.
A esto se junta la autoridad concorde de los Santos Padres : Entre les c 4'
Santos Pa
quales San Dionisio Areopagita Obispo de Atenas , tratando del modo de dr es que
confeccionar este sagrado ungüento , y de cómo debe usarse de él , dice Me iéro n
asi : Los Sacerdotes visten al bautizado con un vestido decente y limpio } para Lle mención de
varle al Pontífice. Y este signándote con el sagrado y del lodo divino ungüento este S :c ;a -
mentó.
k hace participante de la Sacratísima Comunión (>■ ). Eusebio Cesariense atribuye
a este Sacramento tal virtud , que no dudó decir: que el herege Novato no
pudo merecer el Espíritu Santo : porque estando bautizado . no fue ungido
con el sagrado Crisma en una grave enfermedad (/}. Sobre esto tenemos
testimonios clarísimos , así de San Ambrosio en el libro que intituló : De
his qui inmantur (g) 3coiTiO de San Agustín en los libros que escribió contra
las Cartas de Petilíano Dcnatista (ó). Y uno y otro de tal modo juzgaron
que no podía dudarse de la verdad de este Sacramento , que la ensenan y
confirman con lugares de la Sagrada Escritura. Y así afirma el uno : que se
enderezan á este Sacramento aquedas palabras del Apóstol : Aso queráis eri~
uisicecr al Espíritu Sanio de Dios , con el anal estáis sellados (i), Y el otro
1c aplica lo que se lee en los Saínaos : Como d ungüento en la cabeza que
á. ¿cunde á la barba , la barba de Aaron (f). Y" también aquello del mismo
Apóstol La Caridad, de Dios es derramada en nuestros corazones por el Es-
fu iiii Santo , que nos es dado (/).
El Papa Melquíades divo que el Bautismo estaba muy conjunto con la D iferencia
Confirmación. Mas no por eso se ha de entender que es el mismo Sacra en tre el
mento ; sino muy diferente. Perqué es constante que la diversidad de la gra .Bautismo y
Confirm a
cia que causa cada Sacramento , y la materia y forma que significan; esa mis
ción,.
ma gracia , hace ser distintos los Sacramentes. Siendo pues reengendrados los
hombres í nueva vida por la gracia del Bautismo , y haciendo el Sacramen
to de la Confirmación , que desafias las cosas de nlnos , salgan varones per
fectos los que ya estaban engendrados ; esto bastantemente da í entender,
que la distancia que hay en la vida natural entre el nacer y el crecer , hay
entre el Bautismo que tiene virtud de reengendrar, y la Confirmación que
la tiene ce crecer é infundir robustez en las almas.
Demas de esto : debiendo ponerse Sacramento nuevo y distinto , donde
encuentra el alma nueva dificultad , claramente se ve que así como necesi
tarnos de la erada fiel B.turismo , para informar al entendimiento con la fe:
as: es muy conducente que sean confirmadas las almas de los fieles con otra
gracia, para que ni las aterre , ni retrayga de la verdadera confesión de la
te
(a) S a i sí. 4. ad Julián. (¿) Splsr. ad 6 . Hlst. Eceles, cap. 43. (g) Ibi. cap. y.
cm -i. C rm i-r. ;V) E p :s :. a . zd osnem (*■■} fo n L¡h. a . cap. 104. ( i } iep h es. 4»
Cr.tnt. ,2 ) Spis:. 3. zá ii'pisz. T uíci-ic. (A Pacunas 132.
\e. I>= Aceles. HIer, cap. 2. \ f ) Lib. {lj Eomaaorcm 5,
i iS CATECISM O ROMANO
fe peligro , ó miedo alguno de penas , de tormentos, ó de muerte. Y co
mo esto se hace por el sagrado Crisma de la Confirmación , síguese de aquí
claro que la naturaleza de este Sacramento es diferente de la del Bautismo.
Por eso el Papa Melquíades señala lá diferencia entre uno y otro por este
amido discurso : En d Bautismo es alistado el hombre para la milicia , en ¿a
Confirmación es pertrechado para la pelea. En la fuente áel Bautismo le da d Es
pirita Santo la plenitud para la innocencia ; mas en la Confirmación le da ¡a per
fección para la gracia. En el Bautismo somos reengendrados para la vida : des
pués" del Bautismo somos conjirmados para la lucha. En el Bautismo somos lava
dos : después del Bautismo fortalecidos. La regeneración salva por si en paz á los
que reciben el Bauiismo : la Confirmación los arma y apronta para las refrie
gas (a). Pero estas cosas ya no solo están enseñadas por otros Concilios, si
no dinnidas en particular por el Sagrado de Trento : de suerte que no solo
no se puede sentir lo contrario , mas ni dudarlo en manera ninguna (b).
Y por quanto arriba se demostró ya quán necesario era enseñar de todos
Oa’én'ias- los Sacramentos en com ún, por quien fuéron instituidos, es conveniente en-
tinivó el señar lo mismo d d de la Confirmación : á fin de que los fieles veneren mas
SacrWen— ]a santidad de este Sacramento. Deben pues explicar los Pastores , que no so
to ue la jG su aíítor Christo Señor nuestro, sino que por testimonio de San Fa-
ConSrma- pontífice Romano (c) el mismo Señor mandó el rito dd Crisma y las
palabras de que usa la Iglesia Católica en su administración. Esto fácilmen
te lo aprobarán todos los que confiesan que la Confirmación es Sacramen
to : pues todos los sagrados misterios sobrepujan las fuerzas humanas , y solo
Dios los puede instituir. Mas y a debe decirse de qué partes consta , y prime
ramente de su materia.
7* i £ Sra se llama Crisma. Y aunque de este nombre tomado de los Griegos
Qsái seaia ^ va|en ;os Escritores profanos , para significar qualquier género de ungüen
t e Sacra- to , con todo eso los que tratan de las cosas divinas , le apropiaron en el mo
mento. do común de hablar á solo aquel ungüento que se compone de aceyte y
balsamo con la solemne Consagración del Obispo. Y’ así estas dos cosas cor
porales mezcladas dan la materia tíe la Confirmación. Y esta composición de
cosas diversas , así como declara la diversidad de gracias del Espíritu Santo
que se da á los Confirm ados, así cambien muestra bastantemente la excelen
cia del mismo Sacramento. Y' que ésta es la materia de este Sacramento , lo
enseñaron perpetuamente así la Santa Iglesia , y los Concilios , como S. Dio
nisio , y otros muchísimos y gravísimos Padres : y señaladamente el Papa San
Fahían: quien afirmó que los Apóstoles aprendieron de Christo Señor nues
tro el modo de hacer el Crisma , y nos le dexáron á nosotros (b).
g, y no parece que podía haber otra materia mas propia que el Cris-
Qüé s'.gni- n ía , para declarar lo que se obra por este Sacramento. Porque el acey-
£ca eíscey- t£ ^ qhe es g r2i0 s y que naturalmente cunde , y se deslíe , expresa ja
i; P plenitud de la gracia", que de la Cabeza que es Christo se derrama y ¿i-
C o S n a a - funde sobre nosotros por el Espíritu Santo , así como el ungüento que ües-
-„ * ■ cíen
Epísr. e¿ ispisc. Hísp. cap-1. (c) Epis:. z. ad omnes Orieat.
(p) Ssss. 7. de Cor-f. Can. i> í : (a) Ubi proxime.
PARTE n. CAPÍTULO III. 1Ig
cíende á la barba de Aaron hasta la orilla de su vestido O). Porque le un-
-dó el Señor con oleo de alegría sobre todos sus compañeros (¿)5 y todos
nosotros recibimos de su plenitud (c).
Y el balsamo cuyo olor es suavísimo ¿qué otra cosa significa , sino que 9*
quando son perhcionados los fieles con el Sacramento de la Confirmación, Q aé signi
arrojan de sí tal fragrancia de virtudes , que puedan decir con el Apóstol: fica el bal
samo mez
Somos buen olor de Christo para Dios (d) ? Tiene también el bálsamo tal vir clado con el
tud , que preserva de corrupción las cosas que se frotan con él. Y esto vie aceyte.
ne muy ajustado para declarar la virtud de este Sacramento : pues es ma
nifiesto que preparadas las almas de los fieles con la divina gracia que se les
da en este Sacramento , se pueden fácilmente preservar de la putrefacción de
ios pecados.
Conságrase el Crisma por el Obispo con solemnes ceremonias. Porque 10,
así lo enseñó nuestro Salvador en la última cena á los Apóstoles , quando Por qué
les dixo el modo de componer el Crisma : como lo escribió Pablan Pontí es necesa
rio sea con
fice esclarecido por la santidad y gloria del martirio (r). Y también se puede sagrado el
declarar por razón , por qué debió esto hacerse de ese modo. Porque en mu Crisma pur
chos de los demás Sacramentos de tal forma instituyó Christo la materia, que el Obispo.
también la santificó. Y así no solo quiso que el elemento del agua fuése ma
teria tíei Bautismo , quando dixo : El que no renaciere del agua y áá Espíritu
Santo , no puede entrar en el Reyno de Dios ( / ) , sino cue quando él mismo
fue bautizado , hizo que desde entonces tuviese el agua virtud de santificar.
Por esto dixo San Crisóstomo : jY o podría el agua lavar los pecados de ¿os
creyentes , sino estuviera saniijicada por el contacto del cuerpo del Señor (g ).
Mas como su Magestad no consagró con algún uso y tratamiento propio
esta materia de la Confirmación ; es preciso que sea consagrada con santas
v/ religiosas
u deprecaciones.
i- Y esta consagración
4 o no puede
i ipertenecer sino al
Obispo , que es el Ministro ordinario del mismo Sacramento-
II.
Ta moten debe explicarse la otra parte de la que se compone este Sacra Quál sea
mento , que es la forma ó las palabras con que se hace esta sagrada unción. la forma de
Y se ha de prevenir á los fieles que quando recíban este Sacramento , exci este Sacra
ten sus almas á la piedad , fe y devoción , y en especial quando advirtieren mento.
que se pronuncian esas palabras : para que no halle estorvo m tropiezo la
divina gracia. Pues en estas palabras se encierra la rorma de h Confirma
ción : S É L L O T E C O N L A SE Ñ A L D E L A C R U Z , Y T E C O N FIR M O
CO N E L C R IS M A D E L A ,S A L U D E N E L N O M BRE D E L P A D R E
Y D E L H ITO Y D E L E S P ÍR IT U S A N T O . Y sí queremos probar esta
verdad por razón , presto se puede hacer. Porque la forma del Sacramento
debe contener en sí todas aquellas cosas que explican la naturaleza y sustancia
del mismo Sacramento.
Ï2.
Es así que estas tres cosas señaladamente deben observarse en la Confir Pruébase
mación : que son el poder de Dios , que obra en el Sacramento como cau ser perfec
sa principal: la fortaleza de ánimo y Espíritu que se da á los fieles en la sa ta esta for
grá ma.
i s Psalai. 132. (5) Zbic. 44. (c) Toann. (f) Joans, 3* f g ) Homil. 4. 1a
** td) a. Coria! h* 3, (<?; Ubi sepra. Maná.
120 CATECISM O ROM ANO
grada unción para que consigan la salud eterna , y h divisa con que es dis
tinguido el que ha de baxar al campo de la guerra Chrisriana. Pues ía pri
mera de estas cosas bastantemente se declara por aquellas palabras : En el
nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo : que están puestas en tru
mó lugar. La segunda , por las que están en medio : Te confirmo con d Cris
ma de la salud. Y la tercera , por las primeras : Sellóte con la señal de la Cruz.
Pero aunque no hubiera razón ninguna con que probar ser esta la forma ver
dadera y cumplida de este Sacramento ; nos quita toda duda en este punto
la autoridad de la Iglesia Católica , por cuyo Magisterio fuimos siempre en
senados de ese modo.
I3> Deben también enseñar los Pastores á quiénes señaladamente esté como
Quién sea tída la administración de este Sacramento. Porque habiendo muchos , se^un
M i n i s t r o eJ Profeta; Oye corren y sin que los envíen (a) y es necesario declarar quienes
esre? ¡Sacra6 Son sus ver°-ac^ros 7 legítimos Ministros , para que el pueblo bel pueda con-
Seato?Cra” seSUI"r el Sacramento y la gracia de la Confirmación. Solo el Obispo tiene
potestad ordinaria de administrar este Sacramento. Así lo muestran las San
tas Escrituras, Porque en los Hechos de los Apóstoles leem os: (hte ha
biendo recibido los de Samaría la palabra de Dios , fueron allá enviados Pedro
y Juan : los quales venidos hicieron oracwn por ellos , para que recibiesen el Es
píritu Santo : porque aún no había descendido en alguno de dios ; mas solamen
te estaban bautizados {b). Donde se dex:a ver que el que los bautizó, cor ser
solo Diácono , no tuvo facultad de confirmar : y que este oficio era reserva
do i Ministros mas perfectos , quales eran los Apóstoles. Y esto mismo se
puede observar dó quiera que las Escrituras Sagradas hacen mención de es
te Sacramento.
Tampoco faltan para demostrar esto testimonios clarísimos de Santos Pa-
Muétrase ^res 7 Pontífices, quales son Urbano (c) , Ensebio (di), Dámaso (¿), Inno-
lo mismo cencío (/ ) y León (g ) , como se ve patente en sus Decretales. También
por aurori- San Agustín (A) se queja vivamente de la corruptela de Jos Egipcios y Aie-
ápá de los xanárinos, cü vo s Sacerdotes se atrevían a administrar el Sacramento de ía Con-
ares y Pon- formación, i que con muctia razón se dispuso que fuese esta 3ccion priva-
tiSces. tiva de los Obispos. Con este símil pueden darlo á entender los Pastores. Por
que así como en ía fábrica de los edificios , aunque los oficiales , que son mi
nistros inferiores , prevengan y compongan las piedras , c a ! , madera, y demás
materiales; pero el remate de la obra solo toca al Maestro de ella : así tam
bién siendo este Sacramento como ia perfección del edificio espiritual , era
necesario que no le administrase sino el Sumo Sacerdote.
También aquí se busca Padrino en la misma forma que se declaró tra
tando del Sacramento del Bautismo. Porque si los luchadores necesitan de
Por que
también en alguno y que con arte y destreza, les ensene en que manera podran herir y
este Sacra- matar al contrario , salvándose á sí mismos; ¿quánco mayor necesidad de
mentó se Maestro y Director tendrán los fieles , quando escudados y fortalecidos
asadea Pa- con
(a ) Jereia. 23. (b) A ctor. S. (c) l a fie:. ( f ) Epist. r. ad Veren. («-) Episr. S5.
Epíst, aá o íca ss C h rist. Ui) Eplsr, 3. ad ad Ger. et G s!. E p i se. {b) In Quaest, S oy.
Episc. Tese. {$) Epist. 4. ad Proso. &c. Test, quaesí. 43.
PARTE II. CAPÍTULO II!. ì 2 5
con el Sacramento de la Confirmación , como con unas armas muy seguras, driao s ; y
baxan a5! combate espiritual , cuya corona es la vida eterna X Con mucha ra dei paren
zón pues se han de llamar Padrinos para la administración de este Sacramen tesco que
to: con los quales se contrae el mismo parentesco espiritual , y que impide se co a tra e.
también los conciertos legítimos de matrimonio : como se dixo arriba tratan
do de los Padrinos del Bautismo.
Y porque muchas veces acaece andar los fieles ó muy apresurados , ó x5.
A unque ab*>
muy descuidados y perezosos acerca de recibir este Sacramento ( dexando so lu tam e n -
por perdidos aquellos que han llegado á tal extremo de impiedad, que osan t e no es ne
menospreciarle , ó mofarse de éi ) , deben también declarar los Pastores cesario e s
quiénes , de qué edad , y con qué disposición deben venir los que han de t e Sacra
m e n to , no
ser confirmados. Primeramente se ha de ensenar que este Sacramento no es h a de sec
tan necesario , que no puedan sin él salvarse las almas. Pero aunque no es om itid o .
preciso , ninguno debe dexarle, Y aun es muy de temer no se cometan al
gunos descuidos en una cosa tan llena de santidad s y que con tanta lar
gueza se nos dan por ella los divinos dones. Porque todos deben desear
con sumo afecto 1g que umversalmente propuso Dios á todos para la san
tificación.
Y á la verdad quando refiere San Lucas aquella efiision marabiilosa del Q ue *7* á to
Espíritu Santo , dice así: Y de repente se hizo un estruendo del Cielo , como dos ios fíe
de un viento fuerte , que venia con ímpetu , y llenó teda ¡a casa. Y poco des-r les toca re
pues : T lodos fueron henchidos dei Espíritu Santo (a). De cuyas palabras se cibir este
Sacramen
dexa entender (pues esa casa expresaba la figu ra, é imagen de la Santa to.
Iglesia ) , que á todos los fieles pertenece el Sacramento de la Confirma
ción , el qual se principió en ese día. Y esto también se colige fácilmente
de la naturaleza del mismo Sacramento. Porque aquellos deben ser confir
mados con el sagrado Crisma , que necesitan de aumento espiritual, y que
han de ser conducidos al estado perfecto de k Religión Chrisriana. Esto
en gran manera conviene á todos. Porque así como mira la naturaleza á
que aquellos que nacen , vayan creciendo , y lleguen basta perfecta edad,
aunque alguna vez no logre sus intentos ; así ia Iglesia Católica , Madre uni
versal de todos , desea con vehemencia que los que reengendró por el Bau
tismo , llenen la estatura de Christianos perfectos. Y como esto se hace por
el Sacramento de ía mística unción , es manifiesto que sin excepción alguna
pertenece á todos los fieles.
También se ha de observar 3 que después del Bautismo puede adminis iS.
E n qué
trarse á todos el Sacramento de la Confirmación ; pero que no es lo mas ed ad se h a
conveniente darlo a los niños antes que tengan uso de razón. Y así si no d e recibir
pareciere que deba dilatarse basta los doce años , por lo menos hasta los e s te Sacra
siete, es cierto que conviene muchísimo diferir este Sacramento. Porque la m ento.
Confirmación oo fue Instituida por ser necesaria para la salud ; sino porque
a os hallemos con su grada bien armados y apercibidos , quando se hubiere
de pelear por ía fe de Chrísro. Y para este linage de pelea es cierto que nin
guno juzgará que sean i propósito ios niños que aun carecen de uso de razón.
<£ sí-
'd¡ Actor, a.
122 CATECISM O ROMANO
19. Síguese pues de aquí que los de edad crecida , que han de ser confir
C óm o se mados 3 si desean de veras conseguir la grada y dones de este Sacrafnemo,
deben dis deben venir no solamente con fe y devoción , sino también con dolor ver
poner los
dadero de los pecados graves que hubieren cometido. Y por tanto deben
adultos pa
ra recibir procurar los Pastores que se confiesen antes , y exhortarlos, é incitarlos á
este txucra.~ que se exerciten en ayunos , y otras obras de piedad 1 y amonestarlos í
mérito. que se renueve aquella loable costumbre de la primitiva Iglesia , de no reci
birle sino en ayunas; lo qual á la verdad se ha de tener por fácil persua
dirlo á los fieles , sí llegaren á entender los dones y efectos marabillosos de
este Sacramento.
-ao. Enseñarán pues los Pastores, que la Confirmación tiene común con los
Quáles demás Sacramentos causar nueva gracia , si no se pone algún impedimento
sean los de parte de aquel que le recibe. Porque ya se demostró que estas sagradas
efectos de y místicas señales causan la gracia que significan. D e donde se sigue que
la Confir
mación. perdone también y remita los pecados. Porque juntarse con el pecado la
gracia , ni aun fingirlo podemos. Pero ademas de estos efectos , que son co
munes de -todos , el primero que propiamente se atribuye á la Confirma
ción , es que perficíona la gracia del Bautismo. Porque los que son hechos
Christiancs por el Bautismo , tienen todavía , como niños recien nacidos Y),
cierta terneza y blandura ; mas por el Sacramento de la Confirmación se ha
cen robustos y fuertes contra todas las embestidas de la carne, del mundo
y dei demonio ; y del todo se confirma su ánimo en la fe , para confesar y
glorificar el nombre de nuestro Señor Jesu-Christo. Y de aquí le viene ei
nombre ; como ninguno lo dudará.
. N o se deriva pues el nombre de Confirmación ( como algunos fingieron,
ai- no menos crasa que malvadamente ) de que en lo antiguo los que habían
X>e d ó n d e
se d e riv a
sido bautizados de niños , -eran presentados al Obispo en siendo ya grandes,
e l n o m b re para confirmar la fe que habían recibido en el Bautismo, De suerte que pa
d e Confir rezca que la Confirmación en nada se distinga del Catecismo ; y de cuya cos
m ación. tumbre no se puede alegar testimonio calificado, impúsose este nombre á
este Sacramento , porque por su virtud confirma Dios en nosotros la obra
que comenzó en el Bautismo 3 y nos conduce á la perfección de la firmeza
Cbristiana. Y no solo la confirma , sino que también la acrecienta. Acerca
de lo qual dice el Papa San Melquíades : El Espirita Santo , que descendió
á hacer saludables las aguas dd Bautismo : en la fuente de la plenitud pina la
innocencia , en la Confirmación dá aumento para ¡a gracia (¿). Y no solo la au
menta 3 sino tíe un modo marabilloso : como con gran propiedad lo signi
ficó y expresó la Escritura con eí símil d d vestido: pues hablando de este
Sacramento nuestro Salvador dixo : Asentaos en la Ciudad hasta que secas ves
tidos con virtud á¿ lo alto (c).
Pero si los Pastores quieren descubrir la virtud divina de este Sacramen
•02.
^Declárase to (pues es indubitable que esto tendrá gran tuerza para conmover ios áni
la v irtu d mos de los fieles ) bastará explicarles lo que acaeció en los mismos Apos
dé este Sa tóles. Estos antes de ía Pasión 5 y á la misma hora de ella estaban tan tími
c r a m e n to dos
(d) r. P etr. 2. (5) S e Consecr. dist. g. cap. Spirites, (c) Luc. 24.
PARTE II. CAPÍTULO III. 123
¿os y acobardados , que qcando hié preso su divino Maestro , todos echa por lo que
ron a huir («)• ^ Sin Pedro , que ya estaba señalado por piedra y fonda- acaeció 3
m e n t ó de la Iglesia (h) , y que había mostrado una suma constancia y va ios Após
lentía de ánimo (c) , aterrado á ia voz d e una mozuela , no una, ni dos ve toles.
ces , sino hasta tres negó ser discípulo de Jesu-Christo (d). Y aun después
de la Resurrección todos se estuvieron encerrados en casa por miedo de
bs Judíos (c). Pero en el día de Pentecostés todos fueron llenos de tanta
v i r t u d del Espíritu Santo , que predicando osada y libremente el Evange
lio que les fue encomendado , no solo en ia región de los Judíos , sino por
todo el orbe ; nada entendían podía acaecerles mas feliz , que ser hallados
dignos de padecer afrentas , cárceles , tormentos y cruces por el nombre
de Christo (/).
Tiene también la Confirmación esta virtud, que imprime carácter. Y así 23-
en caso ninguno puede reiterarse , como arriba se aíxo del Bautismo , y J j S. Confir
mación im
del Sacramento del Orden se dirá mas claro en su lugar. Si con frecuencia prime ca
y cuidado explicaran los Pastores estas cosas , parece como imposible que rácter, y no
conocida por los fieles la dignidad y utilidad de este Sacramento , no pro s e p u e d e
curasen con suma diligencia recibirle santa y religiosamente. Resta ahora reiterar.
que digamos algunas cosas , aunque con brevedad , acerca de los ritos y ce
remonias con que la Iglesia Católica administra este Sacramento : pues esta
explicación será tan útil , como lo entenderán los Pastores, si quieren repa
sar lo que arriba se díxo tratando de este punto.
24.
Pues los que se confirman , son ungidos en la frente con el sagrado Cris Por qué £
ma : porque por este Sacramento se infunde el Espíritu Santo á sí mismo los confir
en las almas de los fieles , y acrecienta en ellos el brío y fortaleza , para mados se
que en los combates espirituales peleen con esfuerzo , y puedan resistir á u n g e l a
frente con
sus muy malignos enemigos. Y por esto se declara , que por ningún miedo, la señal da
ni empacho (de cuyos afectos suelen por lo común aparecer las señales en la Cruz.
la frente) se han de retraer de confesar con libertad el nombre Christiano.
Demás de esto esa insignia y divisa , por la qual se distingue el Chris
tiano de los demás ( como el Soldado por las suyas) , se debía imprimir
en la parte mas noble del cuerpo.
4$. ^
Observóse también con religión solemne en la Iglesia de Dios admi En que
nistrar este Sacramento especialmente día de Pentecostés : por haber sido en tiempo de
él fortalecidos y confirmados muy en particular los Apóstoles con la virtud ba admi
del Espíritu Santo (g), Y con el recuerdo de un hecho tan divino , se pre nistrarse
este Sacra
viene á los fieles quáles y quán grandes sean los misterios que se deben mento.
contemplar en la sagrada unción.
Luego hiere el Obispo con blandura en el rostro al que ya está un 26.
Por qué et
gido y confirmado , para que se acuerde de que debe estar pronto como Obispo da
íuerte guerrero , para sufrir con ánimo invicto qualesquier adversidades por una bofeta
el nombre de Christo. Últimamente se le da paz, para que entienda que ha da y ó-culo
conseguido la plenitud de la gracia de D ios, y aquella paz que sobrepuja de pas al
confirma—
Q.2 tü‘ do.
b ) M atth. ■ 2(5. (b) Ibidem 16, {c) Ibi- (e) Joann, 20. ( f ) Actor. (g) Ib i-
«em 2¡5. (d) Ibidem. dem 2,
124 CATECISM O ROM ANO
iodo sentido (a). Esto viene á ser en suma lo que pueden explicar los Pas
tores sobre el Sacramento de ía Confirmación. Pero no con palabras v dis
cursos secos , sino con afectos inflamados y llenos de piedad: para que que
dan enxerirse en lo íntimo de los entendimientos y voluntades de los fieles.
C A P I T U L O IV.
DEE S A C R A M E N T O DE L A EUCARISTÍA.
lengua significa lo mismo que buena gracia , ó acción de gracias. Y con mu mento se
cha razón se déos decir buena gracia; ya porque de antemano significa la llama Eu
vida eterna : de la qual dice el Apóstol: La gracia de Dios es la vida eter caristía.
na (a). Y ya porque encierra en sí a Christo Señor nuestro 5 que es la Gra
cia verdadera ? y rúente de tona gracia. Y con igual propiedad la interpre-
tamos acción de gracias. Porque quando sacrificamos esta purísima hostia ca
da aia rendimos í Dios inmensas gracias por todos los beneficios que se ha
dignado hacernos , y sobre todos por el bien tan excelente , como es la ora
ría que nos da en este Sacramento. Y aun este mismo nombre viene tam
bién adequado con las cosas que obró su Magestad al instituir este miste
rio. Porque tomando el pan , lo partió , y dio gracias. Asimismo David
contemplando la grandeza de este misterio 9 antes de pronunciar aquel ver
so : Hizo memorial de sus marabillas el Señor misericordioso y piadoso :dt¿ man-
jar á los que le temen : juzgó que primero debía dar gracias : y así dixo:
Acción de gracias y magnificencia es la obra de Dios (b).
Machas veces también se llama Sacrificio : de cuyo misterio se tratará
después con mas difusión. Llámase después de esto Comunión : lo qUa] es Por qué se
llama Co
claro que se tomó de aquel lugar donde dice el A p ó sto l El cáliz de ben munión y
dición que nosotros bendecimos \no es comunicación de la sangre de Chrisio ? Y Sacramen
el pan que partimos \ né es participación del cuerpo del Señor (¿) ? porque co to de Paz
mo explicó el Damasceno : Este Sacramento nos jimia con Chrisio , y nos hace y de Cari~
participantes de su carne y divinidad 3y d nosotros mismos nos une en el mismo dad.
Chrisio , y nos enlaza , y hace como un cuerpo (d). Y de aquí proviene decirse
también Sacramento de Paz y de Caridad. Para que entendamos quan in
dignos son del nombre de Christianos los que tienen enemistades a y que
dd todo se deben desterrar los odios , divisiones y discordias , como pestes
horrendas de los fieles : mayormente quando cosa ninguna protestamos cryar
dar con mas desvelo , mediante el sacrificio cotidiano de nuestra Relio-ion
que la Paz y la Caridad. & 9
También se fiama, con frecuencia por los Sagrados Escritores Viático ; ya Por qu?
porque es alimento espiritual, con el qual nos sustentamos en la peregrina este Sacra
ción de esta vida. Y ya porque nos despeja el camino para la eterna * loria mento se
y felicidad. Y así vemos observarse por estatuto antiguo de la íaiesia Cató llama Viá
lica , que ninguno de los ^fíeles saiga de esta vida sin este Sacramento. Y Pa tico yCena.
dres muy antiguos, siguiendo la autoridad del Apóstol (e), llamaron también
¿ la sagrada Eucaristía con el nombre de Cena 3-por haberla instituido Chris-
to Señor nuestro en el saludable misterio de la ultima Cena.
Mas no por eso es lícito hacer , ó recibir la Eucaristía después de ha- 6,.
serjomado alguna cosa de comida ó bebida. Porque la santa costumbre in N o se pue
troducida por los Apóstoles (según lo afirman Escritores antiguos ) 5 y per de hacer, ni
recibir la
petuamente retenida y observada en la Iglesia 3. es 3que solo se reciba por Eucaristía
los que están en ayunas. sico en ayu
Explicada ya la naturaleza y propiedad del nombre 3 se ha de enseñar no natural.
que
id) Bom. 6. {!>) Psalm . jics . {c) 3 .C 0 (ti) Ufe. 4. de Fide Ortodoa. cay. 14.
tferh. 10. <?; 1. Corinti:. 11»
i 26 CATECISM O ROMANO
^ que la Eucaristía es verdadero Sacramento , y uno de los siete que sietnp-«
Que la Eu- ha adorado y venerado religiosamente la Santa Iglesia. Porque quando* '<£
caristía es hace la consagración dei Cáliz , se llama misterio de la Je. Demss de est0
verdadero ( omÍtiendo casi infinitos testimonios de Escritores Sagrados , que en todos
^cramea tjempOS fueron de sentir , que debía contarse la Eucaristía por uno de ios
•siete Sacramentos) la misma razón y naturaleza del Sacramento convence
esta verdad. Porque en él hay señales exteriores y sensibles. Tiene también
el significar la gracia y virtud para causarla. De que Chrlsto la instituvó
no nos dexan razón de dudar ni los Evangelistas (a) , ni el Apóstol (/>).
Concurriendo pues todas estas cosas , para confirmar la verdad de Sacramento
es claro que no son necesarias otras pruebas.
S. Pero deben observar con cuidado los Pastores , que hay muchas cosas en
Quehayen egte míS£erío, á las quaies los Escritores Sagrados dieron alguna vez el nom-
tía^muchas hre -de Sacramento. Porque unas veces llamaron Sacramento á la consagra-
cosas, á las cion y percepción , y otras muchas también al mismo cuerpo y sangre del
quaies con- Señor contenidos en la Eucaristía. A sí dice San Agustín : Este Sacramento
viene el consta de dos cosas : que son ¿a especie visible de los elementos , y la carne y
Saerameif- sanS re invisible del mismo Señor nuestro Jesu-Christo (c), al modo que de~
t©. cimos también que ha de ser adorado este Sacramento 3 entendiendo el cuer
po y sangre del Señor. Pero es claro que todas estas cosas impropiamente se
llaman Sacramento. Las mismas especies del pan y del vino son las que se
llaman así , y las que son verdadera y cabalmente Sacramento.
p L o m uy diferente que es este Sacramento de los dem ás, fácilmente se
Cómosedi- puede conocer. Porque los demás Sacramentos se hacen quando usamos de
ferencia la la materia ; esto e s , quando los administramos á alguno : como el Sacra-
Eucanstía mento ¿ el Bautismo entonces tiene el ser de Sacramento, quando efecaw-
inás Sacra- mente se ec^a a alguno el agua. Mas para hacer enteramente el Sacramento
mentó?' de la Eucaristía , basta la consagración : pues las especies de pan y vino,
aunque estén reservadas en el Sagrario , no dexan de ser verdadero Sacra
mento. Demás de esto : quando se hacen los otros Sacramentos, no se mu
da ía materia ó elemento en otra sustancia : porque el agua en el Bautismo
ó el Crisma en la Confirmación , agua y Crisma se quedan quando esos Sa
cramentos se administran. Pero en la Eucaristía lo que era pan y vino an
tes de la Consagración , después de consagrado es verdaderamente sustancia
del cuerpo y sangre de Christo.
xo. Peto aunque sean dos los elementos de los que se compone enteramente
Aas dos el Sacramento de la Eucaristía , que son el pan y el vino ; con todo eso no
materias de son ¿ os Sacramentos , sino uno s o lo : como lo confesamos instruidos por ía
ria^no^ha"" autoridad de la Iglesia. D e otra manera no pueden subsistir el numero de
cea dos 5a- los siete Sacramentos , que está áifioido por la perpetua tradición ; y por ios
crementos. Concilios Lateranense , Florentino y Tridentíno. Porque como se Hace na
cuerpo místico por la gracia de este Sacramento , para que el mismo Sacra
mento sea correspondiente á lo mismo que obra , conviene que sea u no: y
uno á la verdad, no porque lo sea indivisiblemente ; sino porque significa
una
'(&) Match. Luc. aa. Marc.14* (fi) s, Cor, si. (c) De CatecH. Kod. cap. 16.
PARTE TI. CAPÍTULO IV. 127
una sola cosa. Porque así como la comida y bebida , aunque son cosas di
versas , solo se toman para una , que es reparar las ruerzas del Cuerpo, así
también fue muy conforme que las ¿os diversas especies del Sacramento,
las quales#sígniñcan el alimento espiritual , con el que se mantienen y recrean
las almas , correspondiesen a las otras dos de la comida y bebida , que susten
tan el cuerpo. Por esto dixo el Señor : Mi carne ■ verdaderamente es comida, y
mi sangre verdaderamente bebida (a). Pero debe explicarse con cuidado qué
es Jo que significa el Sacramento de la Eucaristía : para que al mismo
tiempo que ven los fieles con los oios del cuerpo los sagrados miste
rios , alimenten su alma contemplando las cosas divinas que encierran
en sí. IT.
Tres son las cesas que se significan por este Sacramento, La primera , la Qué cosa®
Pasión de Christo Señor nuestro ya pasada : pues el mismo Señor dixo : Ha se signifi
ced esto en memoria de mi (¿). Y el Apóstol contestó diciendo : Quanias ve can por es
as comí¿redes este pan ? y bebiéredes este Cáliz , anunciaréis la muerte del Señor te Sacra—
niento.
hasta que venga (c). La segunda es la gracia divina que se da de presente en
este Sacramento , para mantener y sustentar el alma. Porque así como por
el Bautismo somos reengendrados á nueva vida , y fortalecidos por la Confir
mación , para poder resistir ai demonio , y confesar a cara descubierta el nom
bre de C hristo; así somos manteníaos y alimentados por el Sacramento de
h Eucaristía. La tercera es , lo que promete en lo por venir , que es ei fruto
de ia felicidad y gloria eterna, que en virtud de la promesa ae Dios coge
remos en la Patria Celestial. Pues estas tres cosas , que como es manifiesto,
se distinguen por la variedad del tiempo pasado , presente y venidero , de tal
manera se significan por los sagrados místenos , que todo ei Sacramento,
aunque consta de diversas especies, se ordena á declarar cada una de ellas,
como si hiera á significar una sola.
12.
Pero lo primero que deben conocer los Pastores es ? cual sea la materia de Q uál sea la
este Sacramento : así para que ellos puedan consagrarla legítimamente , como materia he
para que enseñen á los fieles lo que significa , y se enardezcan en amor y es re Sacra
deseo de la cosa significada. De dos maneras es la materia de este Sacramen mento , y
qué pan el
to. Una el pan hecho de trigo : y de esta se tratará primero : que de que puede
ia otra se hablará después. Porque como enseñan los Evangelistas San Ma consagrar
teo , San Marcos y San Lucas , Christo Señor nuestro tomó el pan en sus se.
manes, lo bendixo y partió , diciendo : Esto es mi cuerpo (d). En San Juan
también el mismo Señor se llamó pan ¿ sí mismo , diciendo : Yo soy pan vi
vo que baxé del Cielo Ce), Mas como hay muchos géneros de pan , ó por di
ferenciarse en la materia : porque uno es de trigo , otro de cebada , y otros
de otras semillas , ó por ser de distintas calidades porque í uno echan ie-
vtüüra , y otro hacen sin ella ; por lo que pertenece a lo primero , muestran
fo palabras del Salvador , que el pan debe ser hecho' de trigo, Porque en ei
modo común de hablar , quando absolutamente se dice pan , es claro que se
entiende pan de triso. Y esto también se declara por la figura del Testa
mento vE-jo : porque estaba mandado por el Señor , que los panes de la pro-
pc-
Í-) Joan, 6. (¿) Match, zd, Ce) i, Cer. i¿, (d) Matth. 26. Joan. ■ £-
ìaS CATECISM O ROMANO
posición 5 que significaban este Sacramento , se hiciesen de la fiar de ta
harina (a)."
*3- Así pues como ningún pan sino el de trigo debe tenerse por materia vá-
J_ CA í'K /im áni'rt f n a c n n í* ACi í ^ ii A T»*— t
ser ázimo el Señor , que debe ser cenano. Porque él hizo é instituyó este Sacramento
ó cenceño, en el primer dia de los ázimos (p) en el qual no era lícito á los judíos
tener en casa pan con levadura. Y si opusiere alguno la autoridad de San Juan
Evangelista, quien dice que todas estas cosas fueron hechas antes del día
solemne de h Pascua (c) , fácilmente se puede deshacer este reparo. Porque
ai dia que los demás Evangelistas llamaron el primero de los ázimos , por
quanto las solemnidades de los ázimos empezaban jueves ai anochecer, en
el qual tiempo celebró la Pascua nuestro Salvador ; á ese mismo día llamó
San Juan día antes de la Pascua : por haber juzgado , que debía señalarse
principalmente ese día por su espacio natural, que empezó al salir del Sol
Y por esto San Crisostomo entiende también por el primer día de los ázi
mos aquel en cuya tarde debían los ázimos comerse id). Y á mas de esto
quan conveniente sea la consagración del pan sin levadura á la integridad
y limpieza de alma , con que deben los fieles llegar á este Sacramento, el
Apóstol lo enseña quando dice : Limpiaos bien de la levadura vieja , para que
seáis mueva masa, como sois sin levadura : pues nuestra Pascua Ckristo ha sido
sacrificado por nosotros. Por tanto celebremos esta Pascua , no con levadura vie
ja , ni con la de la malicia y perversidad ; sino con los ázimos de sencillez y
verdad (e).
Más no sé na de juzgar tan necesaria esta condición , que sin ella no
S i pan pueda hacerse Sacramento ; porque uno y otro pan , así el cenceño , como el
con leva- fermentado , es , y se llama pan verdadero y legítimo. Pero á ninguno es lí-
dnraesma- alberar por su autoridad propia, ó mas bien temeridad , el loable rito
te^a, aun-
rtjrg DO GS
iglesia.
o
Y mucho menos es permitido
i.
esto á los Sacerdotes de la Igle-
o
Hclta en la sia Latina : pues les está mandado por los Sumos Pontífices , que no celebren
Iglesia L a- sino en pan cenceño. Y esto baste para la explicación de la primer materia
tíuz* de este Sacramento , aunque todavía hay que advertir, que no está difinido
^ quanta haya de ser ía cantidad de pan , que debe tomarse para hacer el Sa
cramento - porque no se puede señalar de cierto el número de personas, que
pueden , ó que deben comulgar.
xg. Resta ahora tratar de la otra materia y. elemento de la Eucaristía. Esta
Qaalseala £S yídg exprimido del fruto ¿e la v i d , el qual se mezcla con un poquì-
to a&í3a* Porque siempre enseñó ía Iglesia Católica , que nuestro Señor y
be tomarse Salvador usó del vino en la insátEcíon.de este Sacramento pues él mismo
para consa- ¿íxo : Xa no beberé mas de este fruto de Ía vid hasta aquel dia ( f) . Sobre lo quai
grar lasan- ¿ice San Crisòstomo : L)el fruto de la' vid , la qual no produce agua , sino vi-
gre ¿el Se- m para conste quan de antemano arrancaba la heregía de los qas
dixércn, que sola el agua se había de tomar para los divinos misterios.
Pe-
Levir. *4. 0) Matth. aS, Mare. 14- (e) i. Cor. <• ((/") Matth, a<$. Marc. 14*
(f) Joan. £3. (d) H qeqÍL, S3. in Marcii» (g ) Honúi. $3. ia Match.
PARTE II. CAPÍTULO IV. 129
Pero siempre mezcló la Iglesia de Dios el vino con agua. Lo prime 16.
ro , porque así lo hizo nuestro Salvador , como lo prueba la autoridad de los El vino
ene] Sacra
Concilios , y el testimonio de San Cipriano («■ ). Con esa mezcla también me ntóse ha
se renueva la memoria de la sangre y agua que salieron del costado de Chrís- de mezcla?"
ro. Asimismo por las aguas se signiheun los pueblos : como lo leemos en el con agua.
Apocalipsis (¿0 ; y así el agua mezclada con el vino significa la unión del pue
blo fiel con su Cabeza Christo. Y esto observó siempre la Santa Iglesia por
tradición Apostólica.
Mas aunque son muy graves las razones que hay para hacer esta mez- Sí-
cla , y que sin pecado mortal no se puede omitir ; con todo eso aunque Para ef
valor deí
se dexe , se hace Sacramento. Pero deben también advertir los Sacerdotes, Sacramen —
que así como deben echar agua en el vino para los sagrados misterios , así to no es
esta agua ha de ser muy poca. Porque según el sentir y juicio de los Escri precisa el
tores Eclesiásticos , esa agua se convierte en vino. Por lo qual escribiendo agua, y de
be ser m uy
sobre esto el Papa Honorio , dixo así: Ha prevalecida en esos tus países el per poca,
nicioso abuso de echar para el Sacrificio mayor cantidad de agua que de vino :
siendo así que según la costumbre razonable de la Iglesia Católica debe echar
se mucho mas de vino , que de agua (c). Solas pues estas dos deben ser las ma
terias ó elementos de la Eucaristía. Y con mucha razón se estableció por
varios decretos , que no se pudiese ofrecer otra cosa , que pan y vino , por
atreverse algunos á hacer lo contrarío. Pero veamos ya quan propias y ajus
tadas son estas dos especies de pan y vino , para declarar aquellas cosas 3 de
las quales creemos y confesamos , que son Sacramentos.
Primeramente estas especies no significan á Christo , sesun que es ver 18.
D e varias
dadera vida de los hombres : porque el mismo Señor dice : Mi carne verda significa
deramente es comida , y mi sangre verdaderamente bebida (d). Dando pues el ciones que
cuerpo de Christo Señor nuestro alimento de eterna vida á los que con eí pan y vi
pureza y santidad reciben su Sacramento s es muy puesto en razón que es no tienen
te se haga de aquellas cosas con las quales señaladamente se mantiene esta en el Sacra,'
mentó.
vida : para que el pueblo fiel entienda con facilidad 5 que se sacia el alma con
la comunión del precioso cuerpo y sangre de Christo. Algo aprovechan
también estos mismos elementos . para que conozcan mejor los hombres , que
el cuerpo y sangre del Señor está en este Sacramento real y verdaderamen
te. Porque experimentando cada día que por virtud natural se mudan el pan
y el vino en carne y sangre humana; es mas fácil reducirnos á creer con es
te símil, que en virtud de la consagración se convierte la sustancia de pan
y vino en verdadera carne ? y verdadera sangre de Christo.
Ayuda asimismo esta marabiilosa conversión de los elementos , para 'sig
nificar lo que obra en las almas. Porque así como aunque no se descubra
por demera novedad alguna eo el pan y vino , sin embargo verdaderamente
se convierte su sustancia en carne y sangre de Christo ; así también aun
que nada se vea exterior mes te mudado en nosotros: con todo esc somos in
teriormente renovados para la vida 7 guando recibimos la vida verdadera en
el Sacramento de la Eucaristía.
s A
:A E p h :. Í3 . (¿} A p o c.y p . (c) D e C e leb r.M is. lio. 3. :L . ¿ 1. cap. Perniciosas, (d) Jcau. 0.
*3 ° CATECISM O ROM ANO
Á esto se junta que estando compuesto el cuerpo de k Iglesia de mu
daos miembros 5 en cosa ninguna sobresale mas esta divina unión ; que en h s
elementos de pan y vino. Porque el pan se compone de muchos granos de
trigo , y el vino de muchos de uba. Pues así manifiestan , que sunaue no
sotros seamos muchos 3 nos jumamos estrechísi mamen te , y venimos á ser co
mo un cuerpo mediante el lazo de este divino misterio.
19. Ahora se sigue tratar de la forma con que debe hacerse la consagración
Quál sea la del pan : no porque estos misterios se expongan á los fieles , sino obíkke
fhrma de la necesidad ( pues no es menester instruir en estas cosas á los que no "han
la consa
gración del recibido órdenes sagrados ) , sino porque no lo yerren ignominiosamente los
gas Sacerdotes s por ignorar la forma de la consagración. Enseñadnos pues los
Evangelistas San Mateo y San Lucas (a) s y también el Apóstol (¿), que la
forma es esta : HOC E S T CORPUS MEEM. Porque escrito está : Cenan
do ellos : tomé Jesús en sus manos el pan , y lo bendixo y partió 3y lo diú a sus
discípulos ; y dixo : Tomad y comed: Esto es mi cuerpo (c). Y como esta for
ma de la consagración fue la observada por Chrísto Señor nuestro . siempre
usó de ella la Iglesia Católica, Omítense aquí los testimonios de los Santos
Padres : porque sería el referirlos obra de nunca acabar : como también el
decreto del Concilio Florentino } que á todos es notorio f y está á mano:
mayormente pudíendo conocerse lo mismo por aquellas palabras del Salvador:
Haced esto en memoria de mi. Porque lo que mandó el Señor que se había de ha
cer 3 no solamente se debe dirigir alo que habla hecho; sino también á las co
sas que había dicho : y señaladamente se ha de entender de las palabras: pues
las pronunció el Señor 3 no menos para obrar por ellas, que para significar lo
que obraba. Y aun por razón se puede persuadir esto fácilmente. Porque la for
ma es aquella, que significa lo que se hace en este Sacramento. Significando
pues} y declarando estas palabras aquello que se hace , que es la conversión del
pan en el verdadero cuerpo de nuestro Señor ; síguese que la forma ha de con
sistir en esas mismas palabras. Y en este sentido se ha de tomar lo que dixo el
Evangelista : Bendixo : porque parece se ha de entender por ío mismo que sí
hubiera dicho: Tomando el pan , lo bendixo , diciendo: Esto es mi cuerpo.
Y aunque el Evangelista puso antes aquellas palabras : Tomad , y comedí
so.
iLas pala es claro que por ellas no se significa la consagración de la materia, sino so
bras que lo el uso deí Sacramento, Y así aunque es cierto que el Sacerdote las de
preceden á be pronunciar ; con todo eso no son necesarias para hacer el Sacramento } si
la fhrma , no del mismo modo que se pronuncia la partícula Enim en la consagración
aunque de
be □ pro- del cuerpo y de la sangre. A no ser así , nunca convendría , y aun no se po
3niínc-Í2r,3e , dría hacer el Sacramento , si no hubiera á quien administrarle : no pudién
so son ne dose dudar , que pronunciando el Sacerdote las palabras de Chrísto , según el
cesarias. uso é instituto de la Santa Iglesia , verdaderamente consagra la materia le-
gítima del pan : unque luego no hubiera de administrarse a ninguno a
Sagrada Eucaristía.
ai. Por lo que pertenece á la consagración del vino , que es la otra mare
Quál sea ria de este Sacramento , es necesario ( por la misma razón que antes áci
la forma de mos)
|e) Matti, c.6. Lue, 22. {b) 1. Corinth. si. (r) Ma uh. 22, s ì Lue, 22.
PARTE II. CAPÍTULO IV.
(a) i. Corintia, to . (ñ) Cap. 9. (o) lAb. { f ) Be E ccles. Hle-r. cap. 3. (g) L ib A
4 . de Sacrans. cap.1.4. {d) Hoia.60. a ¿ Pop. de T rin it,
*- Fide r\.¡
Episr. ad Dam as,
,,
_i...r cap. 14.
(i) Eb.
A ciiü ch . (e) Ibi,
4. de Orthodox.
PARTE II. CAPÍTULO IV. 19»
ristía v tan abrazada con voluntad concorde por todos los fieles , que ha
líos conde
biéndose atrevido Bcrengarío i negarlo ahora hace quinientos años , afirman no io con
do que solo había allí una señal; si punto en el Concilio de Verceüs , con trario.
vocado por autoridad de León I X , fac condenado por sentencia de todos:
y allí mismo abjuró su heregía. Y habiendo después vuelto á reincidir en
h misma demencia de impiedad , fue condenado por otros tres Concilios , el
Turonense, y dos Romanos , convocados el uno por Nicolao I I , y el otro por
Gregorio V i l , Pontífices Máximos. Esta misma sentencia fue confirmada des
pués por Innocencío III en el Concilio grande Lateranense : y sucesivamen
te fué declarada con mas expresión , y establecida la fe de esta verdad en los
Concilios Florentino y Trídcntino. Si expusieren los Pastores con cuidado
estas cosas ( dexando á los que ciegos en sus errores nada mas aborrecen que
la luz de la verdad) , podrán confirmar á los ñacos , y llenar de cierta suma
alegría y delicia las almas de los virtuosos.
No tienen pues por qué dudar los fieles: y mas quando ía fe de esta _ 3 *-
Como esta
verdad está comprehendida entre los demás artículos del Credo. Porque cre verdad se
yendo y confesando que Dios es Todo-Poderoso , es necesario confesar tam c o n t i e n e
bién , que no le faltó poder para hacer una obra tan grande , como la que entre ios ar
admiramos y adoramos en el Sacramento de la Eucaristía. Y á mas de este tici;] os del
quando creen la Santa Iglesia Católica , necesariamente se sigue creer al Credo.
mismo tiempo , que la verdad de este Sacramento es la que hemos ex
plicado.
Mas nada ciertamente se puede añadir para regalo y fruto de las almas 32*
devotas , cuando contemplan la dignidad de este altísimo Sacramento. Por Muéstrase
quáuta sea
que primeramente conocen quanta es la perfección de la ley Evangélica : pues la dignidad
le fué concedido tener en realidad y verdad , lo que solamente en figuras de la ig le
y sombras fué bosquejado en tiempo de la ley Mosáyca. Por esto dixo di sia mili
vinamente San’ Dionisio , que nuestra Iglesia viene á estar en medio de la Si tante por
la mages—
nagoga , y de la celestial Gerusalen : y que por esto es participante de una tad de este
y de otra (a). Y é la verdad nunca podrán los fieles admirar ( como es jus misterio.
to ) la perfección de la Santa Iglesia , y la alteza de su gloria : quando pare
ce intervenir solo un grado entre ella y la Patria Celestial. Porque conve
nimos con los bienaventurados en que unos y otros tenemos í Chn'sro Dios
y hombre presente. Pero nos distinguimos en el grado de que ellos le go
zan presente por clara visión ; mas nosotros, aunque con fe constante y fir
me, le veneramos presente ; todavía Je tenemos muy apartado de nuestra vis
ta . y encubierto con el velo marabilloso de los sagrados misterios. Experi
mentan asimismo los fieles en este Sacramento la caridad perfectísima de
Chrlsto Salvador nuestro. Porque era muy correspondiente á su bondad , que
nunca retirase de nosotros la naturaleza , que de nosotros habia tomado ; si
no que se dignase en el modo posible de estar y conversar entre nosotros:
para que en todo tiempo se cumpliese con toda verdad y propiedad aquel
dicho: Mis delicias son estar con los lujos de los fiambres (¿).
También aquí deben explicar los Pastores, que se contiene en este Sa-
cra-
(íi) De Reales. Hierarcb. cao. 7. (b) Prov. 8.
SS6 catecism o romano
diciendo á los Corintios : JVw podéis beber el Cáliz del Señor , y el Cáliz de
los demonios ; no pedéis ser participantes de la viesa del Señor , y de la mesa de
los demonios (c). Porque así como por la mesa de los demonios se ha de en
tender el altar , donde se les sacrificaba, así también ( para que se conclu
ya por un discurso probable, lo que propone el Apóstol ) no puede signi
ficar otra cosa la mesa del Señor , que el altar 3 en que se ofrece á su Ma
gostad Sacrificio.
Y si buscamos en el Testamento viejo figuras y profecías de este Sa - 75- ^
D e las fi
crificio j hallaremos primeramente , que Malaquías le profetizó con tanta cla guras y pro
ridad ; como consta de estas palabras : Desde donde sale el Sol hasta donde se fecías anti
pene , es grande mi nombre entre las gentes , y en lodo lugar se sacrifica , y se guas de Ja
cjnc-t á mi nombre ofrenda limpia : porque es grande mi nombre entre las gen Eucaristia.
tes:
(i0 Sess. 22. cap. i . (P> Ibic. cap. 3. i d '- Ibic, cap. i , e* Can. a. (c) 1. Co-
(c) Une. 22. et 1. C cri:::a. 12.
lío CA T E C ISM O ROM ANO
tes : dice el Señor de los exércilos (a). Demás de esto : así antes como dr
pues de promulgada la ley , fue anunciada esta hostia con diferencias varir
de Sacrificios. Porque esta víctima , como perfección y cumplimiento de ío!
das abrazó en sí todos los bienes , que eran significados por eses Sacrificios
Pero en ninguna otra cosa se dexa ver su imagen mas expresa , que en el sa
crificio de Melquisedec (b) , pues que declarándose el mismo Salvador cons
tituido Sacerdote para siempre según el orden de Melquisedec (c) s ofreció
á Dios Padre en la ultima cena su cuerpo y sangre baxo las especies de
pan y vino.
7<5. Confesamos pues , y así debe creerse , que es uno y ei mismo Sacrifi
E l Sacrifi cio s el que se ofrece en la Misa , y el que se ofreció en la Cruz : así co,
cio de ia mo es una , y la misma la ofrenda: es á saber , Christo Señor nuestro: el
M isa es el
qual solo una vez vertiendo su sangre se ofreció á sí mismo en ei ara de
mismo que
el de la la Cruz. Porque la hostia cruenta é incruenta no son dos, sino una mis
Croa, ma , cuyo sacrificio se renueva cada día en la Eucaristía , después que man
dó así el Señor : Haced esto m memoria de mi (d)e
Y uno solo también y uno mismo es el Sacerdote : que es Christo Se
77*. ñor nuestro. Porque los Ministros que hacen el Sacrificio , no obran en su
Tam bién
es uno mis nombre , sino en el de Christo , quando consagran el cuerpo y sangre del
mo e l Sa Señor. Y esto se muestra por las mismas palabras de la consagración. Porque
cerdote. no dice el Sacerdote : Esto es el cuerpo de Christo ; sino esto es mi cuerpo. Que
es decir .* que representando la persona de Christo Señor nuestro, convierte
la sustancia del pan y vino en la verdadera sustancia de su cuerpo y sangre.
78. Siendo esto así, se ha de enseñar sin duda alguna , lo que también ex
L a M isa plicó el Santo Concilio (e) , que el sacrosanto Sacrificio de la Misa es, no
es Sacrifi solo Sacrificio de alabanza, y de acción de gracias, ó mera conmemoración
cio de ala
banza , y
del Sacrificio que se hizo en la C ru z; sino que también es verdaderamen
de propi te sacrificio propiciatorio , por el qual se vuelve Dios aplacado y propicio í
ciación. nosotros. Y por tanto sí ofrecemos y sacrificamos esta santísima hostia con
puro corazón , ardiente fe * y dolor íntimo de nuestros pecados , no se ha
de dudar que conseguiremos ia misericordia y la gracia con socorro opor
tuno (/). Porque con el olor de esta víctima se deieyta el Señor en tal ma
nera , que dándonos el don de la gracia y la penitencia , nos perdona los
pecados. Por esto hace Ja Iglesia aquella solemne oración: Quantas veces se ce
lebra la conmemoración de esta hostia , otras tantas se exercita la obra de nues
tra Redención : Esto es , aquellos copiosísimos frutos de la hostia ofrecida
en la Cruz se derivan á nosotros por la hostia y Sacrificio de la Misa.
Enseñarán demás de esto los Párrocos que es tal ia virtud de este Sacri
75*
L a M isa a - ficio , que no solo aprovecha al que le consagra y consume; sino á todos
provecba á los fieles también , así vivos como difuntos en el Señor , cuyos pecados no
viv o s 7 di están todavía cabalmente purgados. Porque por tradición certísima de los
funtos.
Apóstoles no se ofrece por estos con ménos utilidad , que por los pecados,
penas, satisfacciones, y quaíesquier otras calamidades, y angustias de los vivos.
Por
(a) M aíach. 1 . (h) Hebraeor. 7. (d) Conci!. T riS e a t. Sess. 11. cap. 2.
(c) Psalis. 20£, (e) U bi proxim. ( f ) Hebraeor. 9.
PA R TE II. CA PÍTU LO IV, j Sl
Por aquí se ve claro fácilmente , que todas las Misas se ceben tener por 50.
comunes 5 como pertenecientes á la utilidad y salud común de todos Ies Todas i as
Misas sea
fieles. Cuínenes á
Tiene también este Sacrificio muchas y muy insignes y solemnes cere todos.
monias. Ninguna de ellas se ha de juzgar ociosa ó vana. Porque todas se 51.
encaminan , á que resplandezca mas la Magestad de tan alto Sacrificio, y á D e Ja uti
lidad délas
que los fieles que asisten á la Misa , se exerciten á la contemplación de los sa ceremonias
ludables misterios que están cubiertos en este Sacrificio. Pero no hay por de Ja-Misa.
qué detenernos en tratar este punto : ya porque pide explicación mas larga
de la que pertenece á nuestro intento : y ya porque los Sacerdotes tienen á
mano casi innumerables librítos y conmentaríos , que sobre esta materia han
escrito piadiosos y doctísimos varones. Baste pues el haber explicado hasta
aquí con el favor de Dios los principeles puntos , que pertenecen á la Euca
ristía , así en quanto Sacramento , como en quanto Sacrificio.
C A P Í T U L O V.
(a) Ezecb. 34. et Joana. 10, (c) Psalm. 105. Jerem. -2,6.
{h} 2. Coriath, (d) Gen. 6. (e) 1. Reg.
PARTE l í . CAPÍTULO V. ‘C O
Pro y. e. (c) Genes, s. (c) 3rla cth. q*r. Tiren. : (e) Hebraeor. n .
*54 CATECISM O ROM ANO
Y á esto parece aluden aquellas palabras de Isaías : Com o la que concibió ; nt¡sn-
do se llega el p a rto g im e , y d a g r ito s con sus dolores , así nos acaece , Señor /,
la n te de tí (a ) . A esto se llega después la esperanza de alcanzar de Dios" mi
sericordia , y alentados con ella resolvemos enmendar la vida y costumbres
Ultimamente se encienden nuestros corazones con la Caridad , de la qual n ¡ce
el temor filial, que es propio de los buenos y generosos hijos : y así temien
do ya únicamente ofender en alguna cosa a ia Magestad de Dios , abando
namos enteramente la costumbre de pecar. Y por éstas como gradas se su
be á esta excelentísima virtud de la Penitencia.
Como del todo celestial y divina se ha de tener esta virtud : pues á
.Quál sea e]
fruto prin ella prometen las Sagradas Letras el Rey no de los Cíelos. Porque escrito
cipal de la está en San Mateo i Haced penitencia , que se ha acercado el Reyna de los Cic
Penitencia. los (i). Y en Ezequíel : S i el malo hiciere penitencia de lodos los pecados que
cometió , y guardare todos mis mandamientos 5 é hiciere juicio y justicia, vivirá
con vida (Y), Y en otro lugar : JSÍo quiero la muerte del pecador , sino que x
convierta de su camino , y que viva (d). Y es claro que esto se debe entender
de la vida eterna y bienaventurada.
30* Acerca de la Penitencia exterior se ha de ensenar que ella e s , en la que
Qué debe consiste la esencia del Sacramento : y que tiene ciertas señales externas y sen
«Lci-se de
3a Peniten sibles , por las quales se descubre , lo que interiormente se obra en el al
cia exte ma. Y primeramente se ha de explicar á los fieles , por qué Christo Señor
rio r, y por nuestro quiso poner ía Penitencia en el numero de los Sacramentos. La cau
qué ¡a pu sa de esto fue , el que no nos quedase ningún rastro de duda acerca dd
so Ciuisto
perdón de -los pecados s que Dios prometió, quando dixo : S i el malo hicie
en el nume
ro de Jos re p en iten cia , b e , Porque sería necesario estar las almas en gran manera sus
Saor amen pensas acerca de la Penitencia interior : pues justamente debe temer cada uno
tos. en las cosas que hace por su propio juicio. Y así para ocurrir eí Señor i
esta nuestra solicitud ,. instituyó el Sacramento de la Penitencia, por el qual
estuviésemos confiados , de que mediante la absolución del Sacerdote, se nos
perdonaban los pecados , y se aquietasen mas nuestras conciencias por la fe,
que con tanta razón se debe dar á la virtud de los Sacramentos. Porque
las palabras del Sacerdote , que legítimamente nos absuelve de los pecado;,
las hemos de tomar del mismo modo que las de Christo Señor nuestro,
.quando dixo al paralítico : C o n fia 5 h i j o , tus pecados te son perdonados (c). Pe
ro demás de esto como ninguno puede salvarse sino por Christo y por el
beneficio de su Pasión , fué muy conveniente y muy útil para nosotros, que
se instituyese este Sacramento, por cuya virtud y eficacia corriese hasta no
sotros la sangre de Christo , y eos lavase los pecados que cometimos des
pués del Bautismo : y de esa manera nos reconociésemos obligados a soio
11. nuestro Salvador por el beneficio de la reconciliación.
Como la
Y que la Penitencia es Sacramento fácilmente lo mostrarán de este mo
Penitencia
es verdade do los Pastores. Porque así como d Bautismo es Sacramento , porque bor
ro Sacri— ra todos los pecados , y señaladamente el original ; por ía misma razer. se
mento de la ha de decir verdadera y propiamente Sacramento la Penitencia , que quid
le y nueva.
{&} I&aL 2$. (h) Mauh. 4. (c) Ezech. x8. (d) Ifcidem 33. (?) Maub. 6.
PARTE H. CAPÍTULO V. i 55
rodos los pecados que cometimos después del Bautismo por nuestra volun
t a ó acción, A mas de esto ( y es la razón principal ) como tedas aqodias
cosas que se hacen en lo exterior , así por el penitente , como por el Sacer
dote , declaran las que interiormente se obran en el alma , >quién negara te
ner la Penitencia el verdadero y propio ser de Sacramento ? Porque el Sa
cramento es señal de cosa sagrada, lil pecador que está arrepentido , clara
mente manifiesta por sus acciones y palabras, que apartó su corazón de la
fealdad del pecado. Y asimismo por las cosas que hace v dice- el Sacerdote,
luego venimos en conocimiento de h misericordia de Dios , quien perdona
esos pecados ^mismos : aunque abiertamente declaran esto aquellas palabras del
Salvador : A li daré las llave., del Reyno de las Ciclos , y quanto dcsatárts sobre
la tierra , será Laminen desatado en los Ciclos (a)t Porque la absolución mani
festada por las palabras del Sacerdote , señala el perdón de los pecados, que
causa en el alma.
Pero no solamente se ha de enseñar á los fieles , que la Penitencia se s^cra-
debe colocar en el número de los Sacramentos , sino también en el de aque- mentodela
líos que se pueden reiterar. Porque preguntando San Pedro al Señor , sí se Penitencia
perdonaría al pecador hasta siete veces , le respondió su Majestad : No di~
go siete , sino hasta setenta veces siete (Jj). Y por tanto si se hubiere de tratar
con aquella condición de hombres , que parece desconfían de la suma bon-
dan y clemencia de Dios , procurarán los Pastores confortarlos , y alentar
sus ánimos á la esperanza de la gracia divina. Y fácilmente conseguirán es
to , ya discurriendo sobre este paso , y otros muchos que hallarán en las
Sagradas Letras , ó ya con las razones y argumentos que pueden tomar de
los libros de los Santos Crisóstomo de Lapsis 5 y Ambrosio de Poenitentia. 13.
Y porque cosa ninguna deben tener mas bien sabida los fieles , que la Q l!a: fea ia
materia de este Sacramento , debe enseñarse que en esto se diferencia mu-
chísimo éste de los demás. Porque la materia de los otros Sacramentos es men£:0t
alguna cosa natural , ó artificial; pero del Sacramento de la Penitencia son,
como materia los actos del Penitente , conviene á saber , Contrición , Confesión.
y Satisfacción , según se declaró por el Concilio Tridentino (0 . Y estos ac
tos en tanto se dicen parte de la Penitencia , en quanto por institución de
Dios se requieren en el penitente para la integridad del Sacramento , y pa
ra el cabal y perfecto perdón de los pecados. Y llama el Concilio á estos
actos , como materia , no porque no sean materia verdadera , sino porque no
son de aquella calidad de materias que se aplican por defuera : como el agua
en el Bautismo , y el Crisma en la Confirmación. Y acerca de lo que di
jeron algunos, que los pecados mismos eran la materia de este Sacramen
to s si bien se mira, se verá que no se dice cosa diversa- Porque así como
decimos, que la leña es materia del fuego , por consumirse con su fuerza;
así los pecados, como se deshacen por la Penitencia , muy bien se pueden lla
mar materia de este Sacramento.
Tampoco deben omitir los Pastores la explicación de la forma. Porque Quiísea'a
este conocimiento excitará los ánimos de los fieles á recibir con suma de- forma dei
v2 vo-
{a) Match. 16. (b) Ibldem 18. (c) Sess. 14. cap. 13.
í ¿6 CATECISM O ROM ANO
Sacramen vocion la gracia de este Sacramento. La forma es esta : Yo ít absuelvo • ¡a
to de la P e qual no solo se puede colegir de aquellas palabras : Quanto desalárteles so
nitencia, bre la tierra f será desatado en el Cielo (a) ; sino que la habernos re cib id o de
la misma doctrina de Christo Señor nuestro ensenada por los Apóstoles. Y
como los Sacramentos significan aquello que obran , y estas palabras : Yo te
absuelvo: muestran que se hace el perdón de los pecados en la administra
ción de este Sacramento ; es claro que esta es la forma perfecta de la Peni
tencia : pues los pecados son como unas cadenas , con que las almas están
aprisionadas , y de las que se libran por el Sacramento de la Penitencia. Y
con igual verdad pronuncia también esto el Sacerdote sobre aquel hombre
que en fuerza de una contrición ardentísima , pero con deseo de confesarse,
hubiera antes conseguido de Dios el perdón de sus pecados.
Añádense i la forma algunas oraciones, no porque á la verdad sean ne
Por qué se cesarias para la forma ; sino para quitar en el penitente todos los embarazos
añaden á la que por culpa suya podrían impedir la virtud y eficacia del Sacramento,
form a otras Por esto deben los pecadores dar muchísimas gracias al Señor , qtñen
oraciones,
1A. dio á los Sacerdotes en su Iglesia tan amplia potestad. Porque no es nhort
-Quánto lo que era antiguamente en la ley vieja : que los Sacerdotes solo declaraban
se diferen por su testimonio , que estaba alguno libre de la lepra (£>). Pero ahora en h
cie la po Iglesia se ha dado á los Sacerdotes potestad , no solo de declarar , que está
testad de
los Sacer el penitente libre de sus pecados; sino que absuelven de ellos verdaderamen
dotes de la te , como Ministros de D io s : que es lo mismo que hace su Magostad, Au
le y nueva tor y Padre de la grada y de la justicia.
en discer Pero también los fieles guardarán con cuidado los ritos que se hacen pa
n ir la iepra
ra este Sacramento. Porque de esa manera se les quedará mas impreso en
del pecado.,
de ia qiae el alma , lo que han conseguido por él. Es á saber , que ellos coiug siervos
ten ían ios se han reconciliado con su clementísimo Señor , ó .mas bien como hijos con
de la le y su amantísimo Padre. Y al mismo tiempo entenderán mejor , qué es io que
antigua,
deben hacer los que quieran (q u e todos deben quererlo) mostrarse agrade*-
_ I7* cídos , y reconocidos -a tan gran beneficio. Pues el que se viene á confesar
D e los ri
tos que de arrepentido de sus pecados , se arrodilla con ánimo humilde y rendido á los
ben obser pies del Sacerdote : para que portándose con esa sumisión , pueda conocer
v a r los pe fácilmente que deben arrancarse las raíces de la soberbia , de donde han pro
nitentes.
cedido y dimanado todas las maldades que llora (r). En el Sacerdote que es
tá sentado como su legítimo juez , venera la Persona y potestad de Chnsto
Señor nuestro. Porque el Sacerdote así como hace las veces de Christo en h
administración de los demás Sacramentos , así las hace también en el de la Pe
nitencia. Después el penitente declara en tal manera sus pecados , que se con
fiesa reo de muy grande y muy severo castigo . y pide humillado el peraon
de sus delitos. Todas estas cosas tienen testimonios certísimos de su antigüe
dad desde San Dionisio (d).
iS . Pero cosa ninguna será tan provechosa para los fieles , m les Kara abra
JDe los prin zar con m ayor prontitud la Penitencia , como explicar los Párrocos nuxhas
cipales fru
tos de este veces los grandes frutos que de ella se cogen; pues entenderán que con to-
Sacram en
to. M atth . 28. ib) L e v k , *3. et 14. (c) R e d i. 10. \d) Epistol, ad Demoph.
PA R TE IL CA PÍTU LO V.
verdad puede decirse de ella , que sus raíces sí son amargas , mas sus fru
tos suavísimos. Consiste ^pues 3a virtud principal d é la Penitencia , en resti
tuirnos á la gracia de Dios , y en estrecharnos con él por una suma amis
tad. Á esta reconciliación suele á las veces seguirse en las almas virtuosas,
y que reciben este Sacramento con pureza y devoción , una grandísima paz
y serenidad de conciencia con una suma alegría de espíritu : porque no hay-
maldad tan grave y tan enorme, que no se borre por el Sacramento de la
Penitencia , y no una vez sola , sino otras y muchas. Acerca de esto dice
así el Señor por el Profeta : Si el mala hiciere Penitencia de todas los becados
que cometió , y guardare mis mandamientos , ¿ hiciere juicio y justicia , vivirá
con vida, y no morirá. J\ro me acordaré mas de todas ¿as maldades que hizo (a).
Y San Juan : S i confesamos nuestros pecados, fiel y justa es para perdonar nues
tros pecadas : Y poco después : Si alguno pecare , dice ( sin exceptuar género
de pecado ninguno) Abogada tenemos ante el Padre, qm es Jesu-Chrisio ju s t o ,
ti qual es aplacador de su ira , y el que satisface por todos nuestros becados , y
y no solo por los nuestros ; sino también por los de iodo d mundo (¿).
Y acerca de lo que leemos en las Escrituras : que algunos no consi- Osuno se di-
ítuiéron la misericordia de Dios , aunque la imploraron con grande ahinco; ce Sue aI~
esto en tanto entendemos que fue a sí, en quanio no les pesaba de veras , y §ünos
_ .* -i * -»7- / t i ■ / • * gos no puO'—
de todo corazón de sus pecados, i asi qliando en las Escrituras , o en los den perdo-
Santos Padres , ocurren sentencias, que al parecer afirman que algunos pe- narse.
cados no pueden perdonarse ; se deben explicar de modo que entendamos,
que es muy dificultoso alcanzar el perdón. Porque así como una enferme
dad se dice incurable , si está el enfermo en tal disposición que no quiere
tomar la medicina que le había de dar la salud ; así también hay cierto li-
nage de pecados , que ni se remite , ni se perdona : porque se desecha la
gracia de Dios , que es el remedio' único de la salud, A este propósito dí-
xo San Agustín : Es tan grande la malicia de aquel pecado, quando después de
conocer á Dios por la gracia de Chrnto , hace uno guerra á la Caridad fr a
ternal , y contra la misma gracia se abrasa con las llamas de la envidia, que
no pueda humillarse á pedir perdón , aunque la mala conciencia h obligue á co
nocer , y á confesar su pecado (c). ío .
Pero volviendo á la Penitencia , es tan propia y privativa de ella la vir Ninguno
puede con—
tud de perdonar los pecados , que sin Penitencia ninguno puede no solo al seguir per
canzar , mas ni esperar ci perdón de ellos. Porque escrito está : Si nc hiciere- dón sino
des penitencia , todos igualmente pereceréis (d). Esto sin duda lo dixo el Señor por ía Pe
por los pecados mortales. Pero también los leves , que se llaman veníales, nitencia.
requieren algún género de Penitencia : porque dice San Agustín : Habiendo
atría Par:leuda , aue se hace en la Iglesia cada ¿ta por ¿os pecados veniales,
esta á la verdad seria ociosa, si los pecados veniales se pudieran perdonar sin
Penitencia (c), Quáíes
Pero como no basta hablar en común de las cosas que en alguna ma seanias par
nera debemos hacer , cuidarán los Párrocos de enseñar á los heles en parti tes inte
cular aquellas , por las que puedan conocer qual sea la Penitencia verdadera grales tie la
Peniíescia.
vj1
A Sisen. iS. (¿) j.Jcin. a. (£) L-i.deSerm, Dom.Iamonr. c. 22. {j) Luc.13. (e) Hoau ¿o.
í58 catecism o romano
i d Psaim.tf. ib) Ibíd. (c) Isaí.38. (à) Hom .go.e.i. {?) PsaJm.12. [ f ] M a n h .n
!0O CATECISMO ROMANO
vuestro cor&zm , con ayunos, y lloros y llantos , y sajad vuestros corazones (a).
Este dolor que debe concebirse de los pecados cometidos , ha de ser d
Porqué es- sumo , y tan grande sobre todos , que no se pueda excogitar mayor : como
te dolor de* es fácil mostrarlo por estas razones. Porque como la Contrición perfecta es
be ser so- acto ¿c Caridad, que nace de aquel temor que es propio de los hijos; es
bre todos. cjaro ^ue se ¿ e-De mcdir la Contrición por la misma vara que la Caridad.
Y como la Caridad con que amamos á Dios , es amor perfectísímo ; síguese
que la Contrición ha de traer consigo un vehementísimo dolor del alma.
Porque así como Dios debe ser amado sobre todo , debe ser sobre todo
aborrecido lo que nos aparta de Dios. Sobre lo qual también es digno de
observarse, que con un mismo modo de hablar se significa en las Sagradas
tetras la grandeza de la Caridad y la de la Contrición. De la Caridad se
dice : Amarás á tu Dios y Señor de todo tu corazón (b) ; y por lo que toca &
la Contrición , clama el Señor por el Profeta: Convertios á mí con todo vues
tro corazón (c). Demás de esto : Si como Dios es el sumo bien entre todas
las cosas que deben ser amadas, es también el pecado el sumo mal entre
todas las que deben ser aborrecidas ; síguese que por la misma razón que
confesamos que debemos amar á Dios con sumo amor , es necesario decir
que debemos mirar al pecado con sumo aborrecimiento : y que el amor de
Dios se ha de anteponer í todo de manera , que ni por conservar la vida es
lícito pecar. Claramente nos lo ensenan aquellas palabras del Señor : El que
ama padre ó madre mas que á mi , no es digno de mi (d) . Y : E l que quisiere
salvar su vida 7 perderla ha (t). Y es también de advertir con San Bernardo,
que así como no se señala término , ni modo á la Caridad : porque la tasa en
amar á Dios. , dice el Santo , « amarle sin ¿asa (/); así tampoco se pone li
míte ninguno al aborrecimiento del pecado.
Sea pues la Contrición no solo muy grande , sino vehementísima, y tan
perfecta , que sacuda de sí toda ñoxedad y pereza. Porque en el Deuterono-
mio está escrito : Dallarás á tu Dios y Señor quando le buscáres ; si le busca
res con todo tu corazón y y todo quebrantamiento de tu alma (g). Y por G ere-
mías : Buscarme heis , y me hallareis ; quando me buscaredes con todo vuestro co
razón , y seré hallado de vosotros , dice el Señor (/i).
■ 2$. Pero aunque no podamos conseguir que sea perfecta la contrición , to-
Jaa. contri- ¿avía puede ser verdadera y eficaz. Porque muchas veces acaece que nos
ser^ verda- mu£V2n mas cosas sensibles, que las espirituales. Y así mayor dolor sen-
d‘e ra,ann- conciben i veces algunos de la muerte de los hijos, que de la fealdad
qcesldolsr cel pecado. Y el mismo juicio se ha de hacer , aunque á la amargura del
sensible no dolor no correspondan las lágrimas : pero estas en la Penitencia son muy
sea perfee- apetecibles , y muy recomendables; pues acerca de esto está aquella celebér
rima sentencia de San Agustín : JCo hay entrañas en ti de Caridad Chrnlianay
si lloras ai cuerpo que perdió el alma, y no Horas al alma que perdió ¿ Dios (z).
A a esto aluden también aquellas palabras del- Salvador citadas arriba : jAy
de tí , Corozatn \ ¡ay de t i , Bcíhsaida, f que si en TPiro y en Sidon hubieran sido
he-
(d) Jcei.e, {&} Match.«, ic) JoA 2. (/) De D-Iigendo Deo, c. 1. (g) Deu-
Matíís. 10. (if) Marc. 8. ter, (¿} Jer. 29. (¿} Serm .41. de Sancr.
PARTE II. CAPÍTULO V. 161
hedías las m a r abillas
que se han hecho ai vosotras , rancho ka que hubieran hecho
■ penitencia ai aiicio y en ceniza (a). Aunque para comprobar esto ? bastante
tkbcn ser los ejemplos clarísimos de los Nmiviras , de David , de ia Peca-
dora 3 y del Principe de los Apóstoles : los quejes todos implorando la mi
sericordia de Dios con muchísimas lágrimas , alcanzaron ei perdón de sus
pecados.
Pero en gran manera han de ser exhortados y amonestados los fieles á 2£-
que á cada uno de los pecados mortales procuren aplicar propio dolor de ^ m u rta -
contrición : porque así describe ía contrición Ezequías: Revolveré 3 Señor , en t.,s jiari <ie
mi memoria delante de tí todos los años de mi vida con amargura de mi al- ser d¿t esta
ba (¿). Porque recorrer todos los años , es escudriñar todos los pecados uno fios en par~
por uno , para dolemos de ellos ¿e todo corazón, Y en Ezequiel también
leemos asi: Si el malo hiciere Penitencia de iodos sus pecados, vivirá con v id a (t).
Y á este propósito dice San Agustín : Considere el pecador la calidad de su
delito en ei lugar , en el tiempo , en la variedad, y en la persona (d).
Pero sobre este caso no desconfien los fieles Je la suma bondad y ele- 30.
mencía de Dios. Porque siendo amantísimo de nuestra salud, no anda dan- Sasta3 ve~
do largas para concedernos el perdón; antes abraza ai pecador con caridad cescieíesE3^
paternal luego al punto que el vuelve sobre sí , y detestando en general sus ios pecados,
pecados , se convierte al Señor con ánimo de traerlos á la memoria , y de
testarlos en particular en mejor ocasión , sí pudiere. Porque así nos manda
esperar por el Profeta , auando dice :■ La maldad dd impío no le dañará , siem-'
iré y (pitando se convirtiere de su impiedad (e).
Ya de estas cosas se pueden colegir aquellas que señaladamente son ne 3T*
D é las cosas
cesarias para la verdadera Contrición : sobre las quaies convendrá instruir qi¡e prl.,cí__
con cuidado al pueblo fie l: para que entienda cada uno de qué manera la pálmente se
podrá alcanzar , y tenga regla con que discernir quan lejos está de la per- requieren
feccion de esta virtud. Porque primeramente es necesario aborrecer , y do-
lentos de todos los pecados que hemos cometido : no sea que si nos dele- tqc;0n.
inos solo de algunos , hagamos una Penitencia , no saludable , sino fingida y
engañosa. Porque como dice el Apóstol Santiago : Quaiqmera que gnus daré
toda la ley , si ofendiere en uno , se hace culpado de iodos (/). L o segundo es,
que travga consigo la misma Contrición voluntad de confesar y de satisfa
cer : de las quaies cosas se tratará en su lugar. L o tercero, que tenga el pe
nitente propósito firme y constante de enmendar la vida : pues así nos lo
enseña el Profeta abiertamente per estas palabras : Si el impío hiedure Pmiten-
cía de lodos los pecados que cometió , y guardare iodos mis mand&mknics , é hi
ciere juicio y justicia , vivirá con vida 5 y -no morirá : no volveré á acordarme
de iodos las maldades que hizo (g). Y poco después : Quan do se apartare el im
plo ¿e la maldad que cometió , é hiciere juicio y justicia } él mismo vivificará su
atme, Y mas abaxc añade : Convertios , y haced penitencia de tedas vuestras
maldades , y no os será para ruma la maldad. Arrojad de vosotros tedas las
prevaricaciones en que habéis prevaricado , y haceos un corazón nuevo i y un cs-
x pi~
(r) Matrb, ri. 0} Isz;.c$. (c) jEzreckiS. (/ ) J^vob, a.
id) B is o ce P een ii. cap. Ccnñderet, (g) fiaseis, 1
i 62 CATECISMO ROMANO
pirita nuevo. L o mismo ordenó también Christo Señor nuestro a la rnuger
cocida en adulterio : Vele en paz , la dixo , y no vuelvas á pecar («). y iQ
mismo al paralítico que había curado junto á la probática piscina : Mira^
dixo , que ya estás sano , no quieras ya petar (¿).
32- Mas aun la misma naturaleza y la razón muestran claramente , que son
N=ccsirio nec£sarjas oara la Contrición esas dos cosas , á saber : Dolor de los pecados
es en la cor- , 1 y caución de no caer en Lo venidero. Porque el que se quie-
tncien do- i ■>/ r 1 s . , . ,. . -- - it i , - 1 ,
lor de Ías re reconciliar con un amigo a quien hizo alguna injuria , debe dolerse de
culpas pasa- haber sido injurioso y contumelioso contra él , y proveer con cuidado para
das,y.pro- jQ suces:vo de no hacer cosa que pueda ser ofensiva de la amistad. Estas
^ dos cosas es necesario que vengan acompañadas de la obediencia. Porque
venideras?5 debe el hombre obedecer a la ley , á quien, está sujeto , sea natural y divi
na , ó sea humana. Y por tanto sí quitó el penitente alguna cosa á otro por
fuerza, ó por engaño , debe restituirla : como también que satisfaga con la
recompensa de algún provecho , ó servicio á aquel, cuya dignidad ó vida
ofendió por palabra , ó por obra : pues es. proverbio común el que leemos
en San A misan : JVu se perdona el pecado , si no se restituye lo quitado (c).
33* Pero entre las cosas pertenecientes í la contrición , una que debe pro-
Que debe- curarse CC!) gr3n cuidado , y que es muy necesaria , es que remitas y per
donar Pei"sí dones todas Tas injurias que hubieres recibido de otro : porque lo avisa y de
bemos de nuncia así nuestro Salvador y Señor : Si perdonáredes á los hombres sus pc-
ser perde- cados , os perdonará también vuestro Padre celestial vuestros delitos : mas si no
nados. perdonáredes a los hombres, ni vuestro Padre os perdonará vuestros pecados (d).
Estas son las cosas que observarán los fieles acerca de la Contrición, Las de
más que acerca de esto pueden con facilidad recoger los Pastores , harán de
verdad que sea la Contrición mas perfecta y consumada en su linea ; mas
no son tan necesarias, que sin ellas no pueda subsistir ia naturaleza de Pe
nitencia verdadera y provechosa.
34. Mas como los Pastores no deben contentarse con enseñar las cosas per-
Qitáiyea^ tenecientes á la salud de los fieles, sí no aplican también todo el cuidado é
y1 "lindad R u stría posible , sobre que ajusten sus vidas y sus acciones conforme á las
prepía de rcgías que les son señaladas ; aprovechará en gran manera proponerles mu
ía contri- chis veces lis grandes virtudes y utilidades de la Contrición. Porque siendo
«íos. tal vez desechadas por Dios ouas muchas obras de piedad , como hacer bien
a pobres , ayunar , tener oración , y otros tales exercicios santos y hones
tos , por viciarlos los hombres que los executan : mas la contrición nunca
puede dexar de serle agradable y acepta. Porque el Profeta dice : JVb des
preciarás , Señor , el coravm contrito y humillado (Y). Antes luego, al punto
que la concebímos en nuestras almas , se nos concede por Dios el perdón
de los pecados : como lo declaran en otro lugar estas palabras del mismo
Profeta : Dixe , confesa) é contra mi mi injusticia al Señor, y tú perdonaste la
impiedad de mi pecado (J ). Asi echamos de ver una figura de esto en aque
llos diez leprosos, que remitidos por nuestro Salvador á los Sacerdotes, aun
dníes que llegasen a ellos , quedaron limpios de la lepra, De donde se pue
de
(d) Joan. 8. (ir) Ibidsm g. (e) Epist. 54. (d) M atth. 6 . (e) Psalm , 40, ( f ) Ibidero 31
FART Xí. CAPÍTULO V, 263
tic conocer que es tan poderosa Ja virtud de ía verdadera Con: rielen arriba
decía rae.a , c¡ue por e\u.a al instante alcanzamos del Señor perdón ¿e todos ios
pecados.
Aprovechará muchísimo también para excitar las almas de ios fie Íes , que 3ri
los Pastores Íes den alguna regla, con la que puedan irse habituando á ha-
cer actos de Contrición. Conviene pues advertirles que examinen con fre- í a
cuencia sus conciencias , y que vean si han guardado todos ios manda míen- com-'lcií>n.
tos de la ley de Dios y de la Iglesia : que sí alguno se conociere culpado en
alguna maldad , al punto se acuse á sí mismo 5 pidiendo con humildad per-
don á D ios, y suplicándole le conceda tiempo para confesarse y satisfacerla:
V sobre todo que ruegue á su Magestad le ayude con el socorro de su di
vina gracia, para que no cayga otra vez en aquellas culpas s que tan viva
mente le pesa ahora haber cometido. Demás de esto procurarán los Pasto
res , que cobren los heles un sumo aborrecimiento contra ios pecados , va
porque es suma su fealdad y torpeza , y ya por los gravísimos daños y ca
lamidades que nos acarrean. Porque nos privan de h gracia y amor de Dioss
de quien hemos recibido beneficios muy grandes 5 y podíamos esperarlos y
conseguirlos mucho mayores, y nos condenan á una eterna muerte , y á ser
atormentados para siempre sin fin con las horribles penas del infierno. Esto
baste acerca de la Contrición. Pasemos ya á la Confesión , que es la segunda
parte de la Penitencia.
El gran cuidado y deligencia que ios Pastores deben poner en explicar la3^-
confesíon, fácilmente se entenderá de que todos los hombres timoratos es-
tan persuadidos á que toda la santidad , piedad y religión f que por la infi- cesidad *y
nita bondad de Dios se conserva al presente en la Iglesia , debe en gran utilidadde
parte atribuirse á las confesiones. Por esto no es de extrañar , que maqisi- ^ confe-
nando el-enemigo del linage humano derribar desde sus cimientos la fe C a- sioa*
tóiica , haya procurado con todas sus fuerzas combatir por medio de Minis
tros y adalides de su impiedad este baluarte de la virtud Christíana. Prime
ramente pues se ha de enseñar , que el instituir la confesión fué para noso
tros sobre manera Util , y aun necesario. Porque aunque concedamos que
por la Contrición se borran los pecados , ¿quién ignora que esta debe ser
tan penetrante , fuerte y encendida , que se pueda igualar y compararse lá.
amargura del dolor con la grandeza de las maldades \ Y como serian muy
pocos los que arribasen á este grado ; de aquí es que también fueran p a
quísimos los que por este medio habrían de esperar el perdón de sus peca
dos, Por esto fué necesario que el clementísimo Señor proveyese á la co
mún salud por otra vía mas fácil : como á la verdad lo hizo con marabilloso
consejo quando entregó á la Iglesia las llaves del Rey no de los Cielos,
Porque todos deben creer y afirmar constantemente en fuerza de la doc- La
trina de la fe Católica , que si estuviere uno dispuesto de manera , que se duele sjon Cperfi-
de los pecados com eudos,y juntamente propone no pecar en adelante , aunque dona á la
no tenga tal dolor , que pueda ser bastante para alcanzar el perdón ; sin em- contrición,
bargo en confesando bien sus pecados al Sacerdote , se le remiten y se le
perdonan todos en virtud de las llaves : de suerte que con mucha razon.se
tiene por cosa asentada entre santísimos varones Padres nuestros 3 que con las
xz lia-
j CATECISMO ROMANO
Ib ves de la Iglesia se abre la puerta del Ciclo. Acerca de lo q tíal nadie pue
de formar duda : pues leemos decretado por el Concilio Florentino , que es
efecto de la Penitencia la absolución de los pecados (a). Pero fuera de esto
pueden conocerse las utilidades de la confesión , por lo que experimentamos
en aquellos cuya vida es estragada : que nada les aprovecha tanto para en
mendar sus costumbres , como descubrir de quando en quando los pensa
mientos ocultos de su ánimo , y todos sus hechos y dichos á un amigo pru
dente v fiel > que los pueda ayudar con su discreción y consejo. Pues á este
modo hemos de tener por muy provechoso para los que se ven acosados
de ios remordimientos de sus culpas , descuonr las eniermedadcs y hagas
de su alma al Sacerdote , como á Vicario de Christo Señor nuestro , á quien
está impuesta una ley severísima de perpetuo silencio : porque al punto ha
llarán dispuestas medicinas con virtud celestial , no solo para curar su alma
de las lia gas presentes ; sino también para preservarla de modo , que no le
sea fácil recaer en semejante enfermedad y vicio.
Tampoco debe pasarse en silencio aquella utilidad de la Confesión , esto
es ? que conviene muchísimo para la sociedad y unión entre los hombres.
Porque no tiene duda que si se quitara de la disciplina Christiana la Confe
sión Sacramental , luego se llenarla todo el mundo de ocultas y abominables
maldades: y corrompidos los hombres con la costumbre de pecar , no se
avergonzarían después de cometer en publico las mismas , y aun otras mu
cho mayores. Porque la vergüenza de confesar pone freno al ímpetu y li
cencia de pecar , y reprime la malicia. Mas explicada ya la utilidad de la
Confesión , se ha de enseñar por los Pastores s qual sea su naturaleza y
virtud.
gg. Dífinen pues la Confesión diciendo . que es Acusación de los pecados per-
Explícase laúdenle á la sustancia del Sacramento 5 y que se hace a fin de conseguir el per-
ya esencia ¿ún en viríuá de las ¿laves de la Iglesia. Y con razón se llama acusación : por-
T'ia" Slue ^os pecados no se han de referir como haciendo gala de nuestras mal-
crimen tai. hades , y como lo hacen los que se alegran quando kan obrado mal (ó). Ni tam
poco se han de decir , como quando se cuenta algún lance á oyentes ocio
sos por entretenerlos ; sino que se han de manifestar con un corazón que
Jos acusa , y desear tomar venganza de ciio-s en sí mismo. Confesamos pues
los pecados , á hn de alcanzar ci perdón. Porque este juicio es muy diver
so de los del fuero en causas criminales : donde í la Confesión está seña
lada ia pena y el castigo : no iba libertad de la culpa , y el perdón del deli
to. Casi en el mismo sentido, aunque con diferentes palabras , di finieron la
Conies;on los Santos Padres , como San Agustín , quando dice : La Confesioti
es pnr la que se descubre la enfermedad oculta con eferanta del perdón (c)t Y
San Gregorio : La Confesión es detestación de los pecados (d). Una y otra se
connene en b difiaicion que arriba se puso , por lo que fácilmente pueden
reducirse á día.
Pero lo que enseñarán los Párrocos como punto de la mayor impor-
tan-
(íi) In jDeerei. Eügen. IV. (c) S - 'r m . fí. de YerK TJürrdn.
(d) Proverb, a. (■ ') i-Tüid. qc. la Avarg.
PARTE II. CAPÍTULO V. 165
tancia , y que sin menor duda propondrán á los fíeles , es ? que este Sa
cram ento fue instituido por la suma bondad y misericordia de Christo Se' Pur , 39-
qué
ñor nuestro , quien hizo bien todas las cosas , y por causa de nuestra salud" V quando
Porque estando congregados en un lugar los Apóstoles después de la R e- ^ s u :üy ¿
surrección : Soplo, y dixolcs : Recibid el Espíritu Sanio : cujas pecados verdona- Christ0 la
redes
?C UCJ , serán
, J t / ( X / i perdonados
y / !,/ pj/ -los
5 v- que
- j" “ rellané-re
------------------ des-- 5, —serán
--------- ■ retenidos (a)
ytj, LíahUndo Cüai'e^oa‘
pues ei Señor dado á los Sacerdotes potestad de retener y de pen rdonar peca-
dos , es manifiesto que fueron ellos mismos constituidos jueces juec¡ en esta
causa.
Esto mismo parece significó el Señor , quando encomendó í Jos Após- 40.
prueba
toles que desatasen í Lázaro resucitado de los muertos las ligaduras con que io mismo
estaba atado. Porque San Agustín explica así este lugar : Mas pueden ya Gpro- per otros
vahar los Sacerdotes , mas perdonar á los que se confiesan , cujas culpas remi- |u^ res.
Un : porque Dios perdona á los que perdonan dios : pues el Señor entregó a les A Escritu
ra,
discípulos á Lázaro resucitado ya del monumento , mostrando en esto estar conce
dida á los Sacerdotes potestad de desatar (/;). Y a esto pertenece también haber
mandado á los que Rieron en el camino curados de la lepra , que se presen
tasen á los Sacerdotes, y que se sujetasen a su juicio (c).
Habiendo pues el Señor dado á ios Sacerdotes potestad de retener , y de 4*.
perdonar pecados , es claro que fueron constituidos Jueces en esta parte. ”
Porque no siendo posible , como sabiamente advirtió el Santo Concilio de las palabras
Trento (d) , formar cabal juicio en una cosa s ni guardar el medio que pide dei Señor
la justicia , en imponer las penas a las culpas 5 sino se na conocido y averi- ’a Cün-
guada enteramente la causa ; síguese que ios penitentes deben manifestar con ^ SííJ^ de~
distinción todos sus pecados á los Sacerdotes en la Confesión. Enseñarán ájcsSacer-
pues los Pastores estas cosas , que están decretadas por el Santo Concilio dotes que
de Trento , y perpetuamente enseñadas en h Iglesia Católica. Porque si lee- «m suceso-
rnos con atención á los Santos Padres , á cada paso ocurrirán testimonios 7 * d f j os
clarísimos con los que se confirme , que este Sacramento fue instituido por ^03t,° 1'5*
Christo Señor nuestro , y que se ha de abrazar como Evangélica la ley de
la Confesión Sacramental 3 que ellos llaman en griego Exomciogcsis, ó Exige*
7 c u s í s , Y si deseamos también figuras del Testamento viejo , parece pertene
cer í la Confesión de los pecados aquellos varios géneros de sacrificios que
se hadan por los Sacerdotes para limpiar pecados de diversas especies.
Pero así como debe enseñarse á los fieles que fijé la Confesión institui 42.
da por Christo Señor nuestro 3 así también conviene amonestarlos , que se X>e las
ceremonias
uan añadido por autoridad cíe la Iglesia algunos ritos y ceremonias soiexn- Con que se
nes , que aunque no pertenezcan a la sustancia del Sacramento , sin embar- debe ñaeer
go representan mas al vivo su dignidad 5 y preparan los corazones de los pe- confe-
r sientes encendidos ya en h piedad , para conseguir mas fácilmente la gracia Sion*
c'e Dios. Peroné cuando confesamos los pecaoos arrooiiíados a los pies deí
Sacerdote , descubierta la cabeza . indinado el rostro á la tierra 3 las manos
puestas y enderezadas al Cielo . y dando otras señales semejantes de humildad
Chriitíana 5 aunque do son necesarias para el Sacramento , por ellas enten
dé
is) Joas.20 (A Líb,de Yer. et & 2s, Poeaic. cap. 10. te) Lee. 17. (d) Szss. 14. cap- ^
í G6 CATECISMO ROMANO
demos claramente que debemos reconocer en el Sacramento virtud celes
tial . y que hemos de buscar é implorar con suma diligencia la misericor
dia divina. , ,
Y ninguno piense que aunque íue la Confesión instituida por Christo
43*
Los. que pe no lo fue de suerte que obligase á usar de día. Porque tengan los fieles por
caron mor- muy cieno , que d que se halla oprimido de algún pecado mortal ? si ha de
t a i menee volver á la vida de la gracia , ha de ser por medio deí Sacramento de la Con
son obliga
dos á con
fesión. Abiertamente nos dio á entender esto el Señor con la metáfora her
fesarse. mosísima de llamar llave dei Cielo á la potestad de administrar este Sacra
mento. Porque así como ninguno puede entrar en una casa 3 si no ie abre la
puerta ei que tiene la llave; así entendemos que ninguno es admitido en el
Cielo , si no le abren U puerta ios Sacerdotes , á cuya fidelidad encomendó
Jas llaves el Señor, Porque de otra manera parece que seria enteramente ocio
so el uso de las llaves de la Iglesia : y aquel á quien fue dada la potestad*de
las llaves, en vano prohibiría a alguno ia puerta deí Cielo , si se pudiera en
trar por otra parte. Con grande claridad entendía esto San A gustín, cuando
divo : Ninguno diga para si : yo d mis salas hago pentienda delante ¿id*Señor
Dios que me perdone, sabe lo que yo hago en tí r¿tiro de mi coraion. Luego
sin causa se dixo : Quanto desais redes sume la tierra y será desatado en el Cie
lo (a). Luego en vane fueron dadas las llaves a la Iglesia (ó). L o mismo es
cribió San Ambrosio en el libro de renuencia , destruyendo la herejía de ios
Novacianos , ios que afirmaban ser reservada á solo Dios la potestades per
donar pecados : pues dice : \ ifnén venera mas á Dios , el que obedece <¿ sus man
damientos , ó el que los resiste i Dios mando obedecer á sus Ministros : y obede
ciéndolos , á solo Dios damos el honor (c),
44- „ No Pediendo pues dudarse en manera ninguna que está impuesta y es-
En que
edad y riem taoiecida por cu Señor la ley de la Conicsion ; síguese que veamos por quié
po dei a&o nes , de qué edad , y ea qué tiempo del año se debe guardar.-Primeramen
obligue la te pues por el Cánon del Concilio Lateranense , que empieza Qnmzs utrms-
Confesión.
que sexus , consta que ninguno es obligado í ia iey de ia Confesión an
tes de llegar al uso de la razón. No estando determinada esta edad á nu
mero cierto de anos , lo que parece que umversalmente se debe asentar ~es
que obliga la confesión al niño desde aquel tiempo en que ouede discernir
entre bueno y malo , y es capaz de pecar. Porque en llegando uno á aque-
lia edad , en que debe deliberar de la salud eterna , luego quanto ánres de
be confesar sus pecados al Sacerdote. Porque de otra manera ninguno puede
esperar ia salud , si se siente en conciencia de pecado mortal. Y sobre en
que tiempo sana«ademente se haya de hacer la Confesión , ya en ese mis
mo Cánon lo decretó la Iglesia: pues manda que todos los fieles confiesen sus
45- pecanas una vez por lo menos cada año.
^cáccas Pero si consideramos lo que requiere el negocio de nuestra salud . cier
veces se ce
ban con tamente siempre que amenaza peligro de muerte , ó emprendemos alguna
fesar los cosa que no debe ser tratada por hombre manchado con culpas (como qusn-
C h r i s t i a - do administramos 2 o recibimos Sacramentos ) , en todos esos casos no se
ms*
ha
( a) hlattk t$. (b ) Homi!. 49, et 50. (c) Lib, 1, de Foenit. cap. 2,
PARTE II. CAPÍTULO V. í 67
fca de omitir la Confesión. Y lo mismo en todo conviene observar quan-
do rememos se nos olvide alguna culpa que cometimos. Porque ni podemos -
confesar los pecados > de que no nos acordamos , ni alcanzamos de Dios el
perdón de ellos , sino es que por medio de la Confesión los borre el Sa
cramento de la Penitencia.
Y porque en la Confesión se deben observar muchas cosas. de las qua- 45.
]es unas pertenecen a ia esencia del Sacramento , y otras no son tan necesa- Todos
rías, de estas se ha de tratar cuidadosamente : que no faltan libriros y con- 3os P®^0*-
mentaríos, de los qtiales es fácil sacar ia explicación de todo esto. Mas en ^
primer lugar ensenarán los Párrocos , que se ha de cuidar de que la Confe- ni3!1;fJstar-
síon sea cabal y entera. Porque es necesario descubrir al Saca dote todos los se en ia
pecados morrales: pues los veniales , que no nos privan de Ja grada de Dios, Confesión,
y en los que caemos con frecuencia , aunque es bueno y muy útil confesar
los , como lo acredita la práctica de las personas virtuosas, sin embargo se
pueden dexar sin culpa s y perdonarse por otros muchos medros : mas los
mortales , como ya hemos dicho 3 todos y cada uno se han de confesar , aun
que estén muy ocultos , y sean del género de aquellos * que solo se prohí
ben por los dos últimos mandamientos del Decálogo : porque muchas ve
ces acaece que hieran más gravemente al alma , que los que á las claras y al
descubierto se suelen cometer. Así está difinido por el Sanio Concilio de
Trente (a) , y se ha ensenado siempre por la Iglesia ; como lo declaran los
testimonios de los Santos Padres. Porque San Ambrosio dice : Ah puede uno
ser justificado del pecado, st no le confesare (hj. San Gerónimo también sobre el
Edesiastes abiertamente confirma lo mismo : porque dice : Si mordiere á es
condidas d alguno la serpiente diabólica 5 y sin saberlo nadie , le inficionare con
el veneno del pecado ; si catión , y no hiciere penitencia 5 m quisiere confesar su
llaga á su hermano , ó Maestro y el Maestro que tiene lengua para curar , no po
dra aprovecharle (cj. Asimismo San Cipriano en el libro de Lapsis enseña es
to clarísimamente por estas palabras: Aunque no estén culpados con maldad al
guna de sacrificio de idolatría , ó de libeló de eso, todavía porque consintieron en
ello , confiésenlo con dolor ante los Sacerdotes de Dios {d f Ultimamente esta es
la V02 y sentir de todos los Doctores de 3a Iglesia.
Pero debe ponerse en la Contesten aquel sumo cuidado y diligencia 5 que 4*?.
solemos en los negocios de la mayor importancia : y en tal manera se ha ^ e*Der: -on"
de enderezar allí todo el desvelo , que sanemos las llagas del alma , y ar- f?sarse_ jaS
ranquemos las raíces de los pecados. Y no solo se deben explicar con dis- cias ¡je ios
tinción todos los pecados graves ; sino también las cosas que acompañan a pecados,
cada uno de ellos , y que aumentan ó disminuyen en gran manera su ma
licia, Porque hay unas circunstancias tan graves , que de ellas solas se cons
tituye pecado mortal. Y por tanto todas estas siempre deben confesarse. C o
mo sí uno mató un hombre , debe distinguir sí era Clérigo , ó seglar. Tam
bién si tuvo trato deshonesto con alguna mugen , es preciso explicar sí era
soltera , ó casada . o pa nenia , ó consagrada á Dios por algún voto. Porque
estas circunstancias constituyen diversos géneros ce pecados : pues al primero
lia—
S2) Sess.14. cap.£. (h) Lib, as Parad. cap.4. (r) Ssppí. cap. 10 {d) Ibi prop. snem,
s53 CATECISMO ROMANO
llaman los Teólogos simple fornicación , al segundo adulterio , al tercero fe-
¿eií'i? , y al qusrío sacrilegio. El herró tambícn se dehe cootar entre los pe
cados. Pero si uno hurta un doblen , mucho menos peca que el que hurta
ciento , ó doscientos , ó una muy grande cantidad de oro : y especialmente
el oue quitó dinero sagrado. Esta misma razón corre también acerca dei
luitar y dei tiempo : y escusa naos traer exempios de esto , porque son ob
vios en muchos libros. Estas , como divínaos , sea las circunstancias que
deben explicarse : mas las que no aumentan rnuciio la malicia , se pueden
omitir sin pecado.
4S, Mas es tan necesario para la Confesión , como divinaos antes, que sea en
Se debe re
tera v cabal , que si de vira ano de y repodro alguna cosa ce aquellas que real
petir la con-
íe iio s en mente se deben explicar , y solo confiesa otras , este no solo no saca prove
Gíie se caiia cho ninguno de tai confesión . sino que comete otra nueva maldad. Ni es
con sdver— ta relación de uceados se ha de llamar Contestoii que sea Sacramento ; an
tesela al tes es necesario que vuelva el psokeote á repetirla , y que también se acu
guna cosa
grave. se del pecado que cometió . por profanar la santidad dei Sacramento con una
co; icroco tan úngula.
49- Pero si la confesión ¿exó de ser entera por otra causa , como por ol
No deba vidarse al penitente algunos pecados 3 e por no haber escudrinado tan cui
reperir ¿a
c o a íe s ío a dadosamente ios senos de su conciencia , siendo empero su animo confesar
el ¿f-C por enteramente rcdbs sus pecados; no es necesario entóneos repetir la Confe
Olvido 6 sión , v será suficiente con Asar otra vez 2¡ Sacerdote ios pecados de oue se
desciddo le olvidó 5 si se acordare de elios. Pero aqu: es de advertir r,.o sea que h ira
ve oadíió
mos escudriñado nuestra conciencia com demasiado descuido y fíoxedad , y
£líg2E2 CO—
S3, procurado traer á la memoria los pecados con tal negligencia , que parecie
se que ni aun quena oíos acordamos de ellos* Porque si esto fue así . sera
del todo necesario repetir la comasfeu.
jCjSE* Además de esto se ha de ctódar que sea la Cordl-s-ion desn^dm , ierfe-
Sebe ser Ife j <chm s ®s> compuesta aró besase mente , corao ¡fetén algunos . que mas
fe Coüfs- parece exponer: la relación de sao vida 5 que la coíffoioa de sus pecados. La
$feí£ cíeSJESE-
«fe 5 sssei- Coniesieo deibe hacerse de modo que nos descubra ti Sacerdote tales cueles
ife j cara* iros oi~fM3cemos a nosotros esssesss s ¡merendó lo cierto como cierta . y lo
dudes© coma dudoso. Pera se ea se cooibesan los pecados , ó te mezclan áis-
orrsos agoraos dei asunto que se 'Erais.es claro que fe c&B¿esion carece de
gr. esta vlnriíd.
3ffib= ser M».ay dígitos de alabanza. sen tasabiert los que en explicar las cosas mues
fe Cbrasc- tran: pnidenoa y vergüenza. Porque m© se na de usar de demasiadas pife—
.sfen. pila— bras , siEd decir con una oraesas: breve „ que vaya acompañada de m c-
¿¡¡esesy ver-
gaassísisa.. der-ssa 3 Ies cosas que pertenecen. £ la íMcuraleza y especie de cada pe
cada.
gx Etíh'Ss £3®lb"i£33 poner grao cmdiado así el Confesor como el perutertte^
US® se pse- score que sus pfeEo en la C ©feudos sao. con mucho: secreto. Y asi £ uadte
és. Saanr fe es Isdro de okesors mndb ccEldane por tercera peneca . ni par cartas : por*
Cssafa^siía
pee cadas, que de ese modo dada se puede ¡feter con sigilo.
saá g©x aear Pero de jarig.sítíis. otra cosa de avia cuidar ta nto fes Eelks . co n o de lim
¡saganas, piar su ahsas c a s fe areesesce ccídisaosii ¿te su.s décadas. EorCfue quando eso
se
PARTE II. CAPITULO Y. 269
se siente estrechado de alguna culpa mortal, nada le puede ser mas prove
$3*
choso , que confesarse luego por los muchos peligros que amenazan á la vida. Es utiíisi-
rao frecuen
tar ia Con
fesión.
vestido, no pongamos siquiera el mismo cuidado , en que no se amancille el
esplendor del alma con las horrendas manchas del pecado.
54*
Mas ya es tiempo de tratar del Ministro de este Sacramento. Este es el D el Minis
Sacerdote que tenga jurisdicción ordinaria d delegada para absolver co tro idóneo
mo consta de los decretos de la Iglesia. Porque el que ha de exercitar es y legítim o
de este Sa
te cargo , debe tener la potestad no solo de orden , sino también de juris
cramento.
dicción. De esto tenemos un testimonio ilustre en aquellas palabras del Se-*
ñor por San Juan : Cuyes pecado? perdonarcaos , serán, perdonados , y hs que re-
iuviéredes , serán retenidos (a). Porque es constante que estas palabras no se
dixeron sino á solos los Apóstoles , á quienes suceden en este cargo los Sa
cerdotes. Y esto también es muy conforme á razón. Porque como qualquier
genero de grada que se concede por este Sacramento , se deriva á los míem-
Drc
ÍÜÍSÍI'
consagrar el verdadero cuerpo , mayormente quenco por este mismo Sacra
mento de la Penitencia se preparan y disponen los fieles para recibir' la Sa
grada Eucaristía. Y el gran respeto coa que se guardaba en la primitiva
Iglesia el derecho del Sacerdote ordinario , desase entender por los decre
tos de los Padres antiguos , por los qorics se mandó , que ningún Obispo
ó Sacerdote se atreviese i exercer runden ninguna en Parroquia agena sia
licencia del que la gobernaba , si la necesidad no obligaba a otra cosa. Y así
lo estableció el Apóstol, guando mandó a T ito que constituyese Sacerdotes
por todas las Ciudades (s) y que Instruyesen ¥ alimentasen í los fieles con el
manjar celestial de la doctrina y Sacramentos.
55*
Aunque si amenaza peligro de muerte , y so hay recurso al propio Sa E a caso de
cerdote, enseña el Concilio de Trasto (s) , que porque ninguno* perezca con necesidad
esta ocasión , se observó siempre en la Iglesia de Dios , que todo* Sacerdote todo- Sacer
dote peed«
pueda absolver no solo de todo género de pecados reservados £ qualquier absoíyer.
potestad , sino también de toda Excomunión. 5«.
Ademas de la potestad de orden y de fmdsdícrioa ,. que son del todo ne Qaé M i
cesarias , se requiere ante todas cosas „ que el Ministro* de este Sacramento nistro deba
esté adornado de rienda y erudición y prudencia : porque hace £ un mismo eEeglr por
Gaeresoc el
tuempo los oficios de Juez y de Médico. Y es quanto á lo primero muy qae desea
irisE se dexa. ver que es necesaria una rienda no vulgar , con que pueda ave salvarse.
riguar los pecados , y discernir entre los varios géneros de celpis ,, cuáles
sos graves , y quáles lev.es . según el escudo y esndkioe de cada persona. Ne
cesita también* cono Médico de suma prudencia. Porque es necesario* pro
veer con cuidado , se apliquen a! enfermo aquellos remedios que parezcan
tzas driles para. sanar su rima , y fortalecerla para en adelante contra la ¿ber
za de ib enfirmedad. De donde puedan encender los fieles , que ha de pro-
t ca-
(e) ¿cuse, na. (ó) T¡a. 1. Ce) Shss. 14. cap.
iyo CATECISMO ROMANO
curar cada uno con espedalísimo desvelo escoger para sí aquel Sacerdote que
sea recomendable por la integridad de su vida 3 por la doctrina , y pruden
te juicio : que tenga bien entendida la gravedad é importancia del oficio que.
exerce , ry asimismo qué pena corresponde ¿ cada culpa , y quiénes deban ser
absueltos , y quiénes quedar ligados.
^ Y porque no hay ninguno que no desee en gran manera que queden se-
Dei pro- pultaáas sus maldades y torpezas , han de ser avisados los fieles , que no de
finido sigi- lien por temer que jamás se descubra por el Sacerdote lo que le ma-
n^ estan eB Confesión , ni que pueda por ella ocasionárseles en ningún tiem-
Coafesor.e po el menor rastro de peligro. Porque los Sagrados Cánones mandan sean
castigados severísimamente les Sacerdotes que no tengan cerrados en perpe
tuo y profundo silencio todos los pecados oídos en Confesión (a'). Por lo
qual en el gran Concilio Lateranense leemos así : Guárdese totalmente d Sa~
úrdate de m descubrir m manera ninguna d pecador por palabra i por seria
ni de otro ningún moda (/»).
5$. Pero ya requiere eí órdeo de las cosas que habiéndose tratado del Mi-
b«10 -«GC DEStro a se expliquen algunos puntos principales , que son muy conducentes
JáT para el uso y práctica de la Confesión. Porque gran parte de los fieles , á
dpumente quien por lo común nada suele ser mas sensible , que el que se lleguen pres-
e- Ssceido- to aquellos días , que por ley de la Iglesia están señalados para la Con íes km,
rte q«c ove a¡¡ ]e:os está de la perfección Qnristtana , que en vez de cuidar de las co
sus , que es maoinesto .tienen gran virtud para alcanzar la gracia , apenas se
acuerdan , ni aun de hacer examen de los pecados que deben confesar. Pero
■ debiendo mirarse por su salud con todo cuidado , io primero que ate má
mente observarán los Sacerdotes er¿ t! penitente e s , si trae verdadera con
trición de sus pecados, con propósito firme y determinado de no volver á
pecar. Y si echaren de ver que viene con esta disposición, amonesten y exhór
tenle con la mayor eficacia ¿ que ¿c inmensas gracias ¿ Dios por un tan
grande y rae singular beneficio, y que jamás cese de pedirle el socorro de
su divina grada , pues fortalecido y armado con él , podrá resistir y repugnar
íad!mente á sus desmandados apetites.
También le ensenarán que no parirán se 1c pase día sin meditar alquna
cosa, de Ies misterios de la Pasión d d Señar , y que se excite y se iuname á
sí mismo á Imitarle y amarle cois suma candad : cerque con esta medita
ción alcanzará bailarse cada día mas luirte contra tedas las tentaciones del
escsBSgo : porque na es otra la erosa de que siendo tentados aun ligera y
levemente , luego desmayamos , y quedamos vencidas ; sino ti descuido gran
de en procurar concebir por ha meditación ce bs cesas divinas el íhego
de! amor de Dios , que es el que recrea v fortalece al alma. Alas si ihíta á
eoteoder el Sacerdote que d. que quiere con fosarse no trae tal dolor de sus
pecados que pueda, decirse verdederameme contrito „ haga lo posible por mo
verlo a deseo grande ce 'Ccsfoctcifí , para que enardecido en el deseo ele un
Óos tas euccmbrado , se resuelva £ pedirle . hasta alcanzarle de te misericordia
de Ufes...
Pe-
{“ / b íu f. a . ác P s í t i t , cap. S&.UT&íkt. í|ñ) P o s a li, e t re tá is, c ap . Orarás utriusqstz.
PARTE IL CAPÍTULO V. i n \
v-tlrcr al Confesor s porque tesseu ó haceise «csípechosas con las gente? de ásgalas.
% 2 al-
CATECISMO ROMANO
na
«rancie maldad , 6 de que buscan el aplauso de singular virtud , se
v ? de ensañar muchas veces así en público como en privado, que ningu
no tiene tan feliz memoria , que se pueda acordar de todos sus pensamien
tos , palabras y obras. Y así que por ningún motivo se detengan en volver
al Sacerdote /siempre que se acordaren de algún pecado . que se ,es olvi
dó Estas cosas pues y otras muchas como estas ooservaran ios Sacerdotes
en'la Confesión. Y con esto pasaremos a la tercera parte de la Penitencia,
eme $e llama. Satisfacción. . c .
Primeramente se ha de explicar d nomore y la naturaleza de la Sata-
Qué d e te ferien. Porque los enemigos de la Iglesia Católica han tomado de aquí « a -
decir don «„nde de disensiones y discordias con perjuicio gravísimo dei pueb,o
t i f acción c k m tia p o . E s la Satisfacción paga entera de la deuda. P orque ñaua h ita a
asi es CO- j aü£ £S su£ ¿ ente. y ¿sí quando hablam os de reconciliarse uno con otro,
T i S m l 't a á f o a r quiere decir, dar tanto al o tro , y an to puede bastar á un ánimo
tc-ia'de la airado , para quedar vengado de la miaña. Y asi SaUsfacam no os oira cota,
Cosíssíos. c¡uc recompense ds la injuria hecha é oiré. Pero por lo que teca z este lugar,
tos Doctores de las cosas divinas se valieron del nombre San facción s para
dedarar aquella recompensa ó paga , que hace d hombre á Dios por los pe
cados cometidos. Y como en esto puede haber muchos grados , de aquí es
que *a Satisfacción se toma de varios modos.
^ ‘ Pues en hecho de verdad la Satisfacción primera y eminente es aquella,
por I£ qu2] se hizo colmadamente á Dios pago de todo quanto se k debía
s e 2a ios 5ectlo ¡a gj-avedad de nuestros pecados , aunque quisiera tratarnos con to-
do el rigor de su Justicia, Estafes la que hace á Dios propicio y aplacado
S ffio S - hacia esotros. Pero este solo la debemos á Christo Señor iraescro quien
cfcye'aigo- psssndo el precio por nuestros preades, satisfizo en la ^Cruz cumplidísima-
ua'racom- á Dios. Porque cosa ninguna criada podía ser de tanto valor , que
nGS Hb-ase de tan crecida deuda. Y como testi Sea San Juan : Este es d epts-
2°csa®' eetei&r de la i r a éd Padre yy d saisface por fados maestros pecados: 7
ssí& psr ks imesirm , sñ:« ¿¿rafea p r k s de codo d rsumssáes (r), Esta es pues
Ja siúsB cáon llena, cumplida, y que no solo iguala , mas sobrepuja mu-
ch0 £ h gravedad de todas h s maldades , que se hzn cometido eo d mon
do : v sor cssvs virtud son ¿e mucho valor nuestras acciones en e! acata
miento divino pero sin ella sosu é d todo indignas de alguna estimación. A
esto parece se enderezan aqueles palabras de David s quien contemplando
esto y y pregiintíudaíe á si* mismo : MÍiiffí w d. S á k r por todo ios
msusfuii’S l spe. « r ha íkeiha l nsda -pudo encentrar digno de tantos y tan gran
des besK&jos > sise© esta Sasisfecbsi s b que expresó con d nombre de Cth-
!h ; y 3SÍ añadió : Tüsmesre d smlrz de !m .w hd , ¿ hmmaré d S íu f e d d S e-
dktr (&), H ay otro género de Sañsiicciocs que se llama Sa&éssca. Esta está de-
teTsriuada y se cumple es cierto esfsdb de tiempo. Y así está recibido por
uso muy atstigao de b iglesia , qoc quando son Im penitentes absudtos de
525. pirados * se h s impone aigotra. pena , cuyo csüEESpÜEnicnto ha sido ecs-
tse sb te Siscsfmáomi. Y e o s d. m ism o nom bre j a s a m o s tam bién í
PARTE II. CAPÍTULO V. j73
qudesquíer penitencias que hacemos por los pecados , no impuestas por d
Confesor , sino tomadas por nuestra voluntad.
Esta Penitencia tomada por nosotros en manera ninguna pertenece a la 0
penitencia , como Sacramento. Solamente debe ser tenida por parte del Sa- ia
cremento , la que diximos , que se paga i Dios , por los pecados , seña- cion perte-
lada por el Confesor, con tal que tengamos propósito firme y resuelto de neciente á
evitar los pecados en adelante con toda diligencia. Porque algunos la difinié- esTe Sacra“
ron de este m o d o : Satisfacer es dar á Dios tí honor debido (a). Y bien cía- meílt0*
ro es que ninguno puede dar á Dios el honor debido 3 sino el que resuel
ve evitar enteramente los pecados. Asimismo : Satisfacer es cortar las camas
d¿ ¿es pecados, y no dar mirada ¿ sus sugestiones (b). Y conforme a esto
eíxéron otros : que ia Satisfacción era una purificación por la quai se lava
toda la inmundicia, que quedó en el alma per la mancha del pecado , y por
cuvo medio somos absueltos de las penas temporales que debíamos pa^ar.
Siendo esto as! , fácil será persuadir á Ies fieles . quán necesario es , el ó¿.
que Ies penitentes se excreten en estas obras de Satisfacción. Ha de enseñar- Qaando se
seles pues que dos cosas se siguen al pecado, que son la mancha. y h pena: Pef j oaa -a
y que aunque siempre que se perdona la culpa 3 se perdone también el cas- s^nípre
figo de muerte eterna , que debía pagarse en e! infierno , con todo eso no perdona ia
siempre sucede , como lo declaró el Concilio de Trento (c) que perdone el :em-
Scñor Iss reliquias de los pecados y la pena temporal que se debe por ellos. ? E”a_
De esto tenemos exe rapios claros en ¿as Escritoras Sagradas : como en el
Cspsmlo 3 del Génesis , en el i z y - o de Ies Humeros y en otros muchí- teiT¡3-
simes lugares. Pero entre todos es muy señalado é ilustre el de David : á
quien aunque habla dicho K aran : T a n m o c e l S e m a íe ha quitado ¿u pecado^
vb rmrirás (d) ; el sin embargo se tomó por sul maeo gravísimas pasas 3 im
plorando días y noches la misericordia de Dios por estas palabras: L áva m e,
&ek@r , mas y mas de mi m&ldm, , y limpsame do mi pecado : porqssc ys am al
3 y s í pecado siem pre está m d r a m i (e). Lo- que en esto pedís,
es m i deiiío
os que el Señor , oo solo le perdónese- el pecado , sino también la pena
debida por él s y que limpiándole de las reiqmhs de la -atipa, le restituye
se al estado antiguo de su hermosura y purera. Y" aun pidiendo esto con
andas fervorosas , todavía le castigó el Señor ya osn la muerte del hijo ha
bido del adulterio 9ya con la rebelión y muerte de AhsaJon , á quien ama
ba bernamente s y ya ecn¡ otras penas y calassaidsdes 5 con que antes le ha
bla amenazado. Iba el Exodo se lee tarnmen que aunque e! Señor aplacado
per las oraciones de Moys£s „ había ya perdonado al pueblo ei pecado de la
S&píbaría, con iodo eso smrpssó , que había de castigar con graves penas
Eas enorme deliro. Y aun el mismo Meyses afirmó , que le había de ven-,
gar su Magostad severísimamente hasta la tercera y qusrta generación (/}. Y
t&ut ks sido la deenríua espesada siempre en la Iglesia Católica por los; San
tos Fadres; ccsn© se yrudba dbHdmsmeste ñor sos auioddadcs.
Y
lEt Asueínc ÜeL s. Cbcr Ursa feg. £¡r¡: Ses$. *4. cap. S.
3 í. Ue Fs3£irEí_ J>Ss5£. 3. Cap. ^dj'¡ 2. Eqg. sa. <Q?) Psafe. ¿o.
S&s-ssfhss&a. S bsíL 32.
CATECISMO ROMANO
m
66. Y qual sea la causa de que por el Sacramento de la Penitencia no se
Por qué
perdone toda la pena , como por el del Bautismo , esclarecidamente 3o ex
no nos^per
dona D ios
plicó el Santo Concilio de Trente por estas palabras : El orden. de la Justi
jjó r la Penicia divina parece que requiere , que de una manera sean recibidos á la gracia,
tencia ente los que pecársn por ignorancia antes del Bautismo , y de otra los que una
ramente co vez ya rescatados de la servidumbre del pecado y del demonio , y recibido d don
mo por el
dd Espíritu Santo , no temblaron profanar á sabiendas el Templo de Dios yy en
Bautismo.
tristecer al Espíritu Santo. Y á la divina Clemencia corresponde también , que
?io se nos perdonen con facilidad los pecados .sin alguna satisfacción : porque
no tomemos de ahí ocasión de juzgarlos por cosa leve ; y con injuria y ofensa
dd Espíritu Santo cay-gamos en otros mayores , atesorando ira contra nosotros
mismos para el dia -dd justo juicio de Dios (a).
Estas penas satisfactorias también sin duda alguna apartan sobremanera
del pecado á los penitentes , y los detienen como con un freno , y los ha
cen Andar mas cautos y despiertos en lo por venir. Juntase & esto que estas
penitencias vienen a ser , como unos testimonios del dolor que tenemos por
los pecados que hicimos : y de este modo damos Satisfacción á la Iglesia,
croe está gravemente ofendida de nuestras maldades. Porque como dice San
Agustín : Efo desprecia d Señor el corazón contrito y humillado mas como
muchas veces el dolor dd corazón de um es oculto á los oíros , y no llega- d
mesticia de ■ellos ni por palabras ni por oirás señales ; ¿asi mucha razón señala-
rmt im Prelados de la iglesia tiempos de penitencia y para que se dé Satisfacción
a tez iglesia misma . m La qi¿at se pc& d-o.. m esos mismos pecados C^-
Sobre rodo lo dicho los escarnios de nuestra penitencia enseñan á otros
, <*7-
Obeoaprc- el modo con que deben ellos ordenar su v id a , y seguir la virtud* Porque
ireeioae á viendo las penas que nos ¿nerón impuestas por los pecados , advierten que
cct'úG maes
tras pCEÍ- se debe vivir con gran cuidado y enmendar las malas costumbres. Por esto
leadzs. coa sumo acuerdo se observó en la Iglesia , que si tino cometía publica
mente alguna maldad, se le impusiese penitencia pública : para que ame-
¿rentados los demás, evitasen los pecados con mas vigilancia* Y aun por pe
cados c o ito s 5 que eran mas enormes 3 solía hacerse á veces* Pero en los pú
blicos „ como di vimos ya , era cosa reatada que tales pecadores no fuesen ab-
sudltcs „ hasta haber cumplido la penitencia pública. Entretanto los Pastores
hadam oración á Dios por su salud , y no cesaban de exhortar a los peni
tentes , á que mderao io mismo. E a este punto fue muy particular el cui
dado y solicitud ¿e San Am brosio: de quien se refere , que á irmcMsrmos
que llegaban con ánimo eoduredéb á confesarse con ¿i , los ablandaba con
seis lágrimas de modo que concdbbes doler de Coetríde-a verdadera. Pero
despees se siles© tentó en la severidad de la disciplina antigua , v se resfrió
fs Caridad de manera , que ya muchos ee los Eeks piensen > une para al
canzar d perdón de los pecados s s o es menester ¿olor ninguno interior dd
nSR. alma nn gfímdo dd. corazón „ y que ¿enea bastante eos sola la apariencia
F * J* ¿e penksritcs.
IFciAeisca. C brsegdíacs tcmPÍce por este suirsmicnto ¿e penas , hacernos semejan
tes
¡fifi) Sccc.cc. sag-S. ií¡y¡ le. Esdfeír. cap.i%. babees" de PoeEit. ©ísE-m Cap. ln oetims.
PAUTE IJ. CAPÍTULO V. 175
tes conformes í nuestra Cabeza Jesu-Chrísto, en quanto él padeció y fue nos 2Sea,e.
ten tado (a). Porque como dixo S an Bernardo ; No cabe verse cosa mas áis- ja m o s s
forme , que un miembro delicada acharo de una cabeza coronada de espinas (//). Christo.
Y según el Apóstol : Somosjuntamente herederos con Christo , pero si padecernos
juntamente con él (c). Y lo que dixo en otra parte : S i morimos can é l , vivi
remos con é l . y si sufrimos con él 3 también reinaremos (dj. ^
Dos cosas afirma también San Bernardo que se hallan en el pecado : la Cómo se
mancha, y la llaga (é) y que es cierto que por la misericordia de Dios se juntas aquí
lava en eí alma la mancha y fealdad de la culpa : mas que para sanar las aysericor-
liagas de los pecados es muy necesaria !a curación , que s: aplica por el re- y lusti_
medio de la Penitencia. Porque asi como curada una herida restan las ci
catrices 3 que también deben curarse: ; así perdonada la culpa quedan por pu
rificar en el alma las reliquias de los pecados. Claramente confirma esto la
sentencia de San Crisóstomo , guando dice : JVb basta sacar la saeta del cuer
po : que también es necesario sanar la herida que abrió* Asi también en el alma
después de conseguido el perdón ¿el becado, debe curarse fo r la Penitencia ia lla
ga que quedé (/). Porque muchas veces nos enseña San Agustín (g) que en ia
Penitencia se han de considerar dos cosas , ia misericordia de Dios , y la
justicia. La misericordia, con que perdona los pecados y las penas eternas
que merecían 5 y la justicia 5 castigando al hombre con penas temporales.
Últimamente la pena satisfactoria que se nos impone y admitimos , de- p^*ía
tiene los castigos de Dios , y las penas que nos nene aparejadas. A sí lo en- Penitencia
sena el A p ó sto l. cuando d ice: Si nos juzgásemos á nosotros misinos ? •cierto nos -ibra-
m seriamos juzgadas* Mes qmudo somos juzgados 3 sernos castigados por el Se- mosf & ]os
ñor ; para que e®seamos condenados con este nmndú* (i¿). Si estas' cosas se éxpli-
can á los fieles 3 no puede menos de excitarlos m uy mucho a abrazar las obras
penitenciales. >T1
Pero cuan grande sea la virtud y eficacia de esta Satisfacción, se co- p0r dónde
Jige de que teda depende del mérito de la Pasión de Christo- Señor' ones- son nues
tro : de quien también conseguimos por estos axercicies virtuosos estes dos tr£S, obras
sesgadísimos bienes : XJito . que merezcamos los premios de la gloria eter-
m ; de modo que un vaso de agua fría que demos en su nombre 3 no
carezca de su galardón (?) : y otro , que satisfagamos por nuestros pecados.
Usía nuestra Satisfacción ea manera ninguna obscurece la períectísirua y 73.
coímsdírims Satisfacción de Christo Señor nuestro : antes acaece todo lo con- „ ka Sails-
trarib , que la hace mas esclarecida y mas ilustre. Porque tanto mas copio- ^
sa se descubre ser Es. grada, de Christo , quanto no solamente se nos como- se^desdora.
sue.srs las cosas que él solo mereció . sino también aquellas que ganó y pagó ?oríacees-
como C-sbeza para sus miembros , que son sos Santos y Justos. Y esta es á tr*.
fa verdad la causa y de que tengan tanto valor y dignidad las sedosaes jus
tas 3" vnrtuosas de los buenc®. Perqac Christo Señor nuestro condauadassen-
iz eud difundiendo su grada en aquellos, ose están sóidos con él' por Ca-
r i-
CAPÍTULO VI.
DEL SACRAMENTO DE L A EXTREMA-UNCION.
T-
T’ar qaé los oráculos de las Escomías divinas nos dan este documento : Es
los PaSiG- & £ d a s t u s ú h r m a c u é r d a t e d e í m p e t í n n ñ c n a s , j n u n c a j & m á s p e c a r á s (o). Tá
jsss deibeii citamente se amotesta á los Párrocos 3 que en tiempo ninguno se ha de be
erass¡r- eos sar de exhortar al pueblo ñ d á cae ande en meditación continua de la
—nC'-Z
d* este Sa- muerte. Y como d Sacramento de la Extrema-Unción- no puede menos de
traer consigo b¡ memoria de ese último día ; racil es de entender , que se
Ba ce tratar de el con frecuencia : asi' porque conviene en gran manera des
cubrir y explicar íes místenos de las cosas conducentes para la sal'vadeo:
como también porque considerando los beles la necesidad de morir en que
todos nos vemos ? refrenarán sus depravados apetitos. Y de aquí sacaran que
en ves de asustarles la memoria de la muerte , den gracias inmortales a
Dios 9 qtiien así como nos abrid la puerta para la verdadera vida por el Sa
cramento d d Bautismo , así también ínsdtuvó el Sacramento de la Extrema-
Ondea „ pana que al pardr ¿le esta d e a mortal tuviésemos mas despejado eí
JPar qsé camino para d C ld b .
ese* Saeta- Pijes a hn de exponer aquí las cosas que son mas necesarias para esta,
aresteTí ¡se explicados ost con d mismo orden que se ha guardado en los demás Sa-
jjihsaaaiVx—
etscnieFsKss : pmmeramente se isa ce entesar qne este Sacramento fue.franmbo-
Z L r ü L x c 5 parque de tedas las sagradas unciones , que nuestro Selvas
tior
bb iucdL i.
PARTE ih CAPÍTULO VI. '-m
dor y Señor encomendó á su Iglesia , ésta, es da última que debe adminis
trarse- Y por esto la llamaron también nuestros mayores Sacramento de unción
de enfermos 5y Sacramento de moribundos: por cuyas voces fácilmente podrán
los fíeles acordarse de aquel ultimo trance.
Y en primer lugar ha de explicarse que la Extrema-Unción es verdade- £a Eiure-
ra , y propio Sacramento. Esto se hará claro si atendemos á las palabras con ma-Unción
que el Apóstol Santiago promulgó la ley de este Sacramentó. ¿ Enferma} es verdade-
dice, alguno míre vosotros i ¿lame á ¿os Presbíteros de la Iglesia , y hagan ora- ro
ro
meato.
don por él , ungiéndole con oleo en nombre del Señor yy la oración de la fe sa
nará al enfermó , y lo aliviará d Señor, y si está en pecados , se le perdo
narán (a). porque afírmando el Apóstol que se perdonan los pecados , en
eso mismo declara la virtud y naturaleza del Sacramento. Esta fue la doc
trina perpetua de la iglesia Católica sobre la Extrema-Unción : como lo afir
man muchos Concilios , y ae tal manera lo declaró d de Trem o , que ana
tematizó á los que se atreviesen á ensenar ó á sentir otra cosa (£). Y tam
bién Innocencio I. encomienda muy mucho este Sacramento á les fieles (c).
Enseñarán pues constantemente los Pastores , que la Extrema-Unción 4-
es verdadero Sacramento , y no muchos smo taso , aunque se administre por Aim otie
muchas unciones , á cada una de las anales se han de aplicar propias ora- las íiacio-
clones y forma especial. Pero es uno , no en ia eonrmuacion de partes que no c’n2S €¡ s a-
puedaa dividirse , smo en la perfección : como lo son todos los demás com- c ra a e a to
puestos que constan de muchas partes.. Ponqué así como una casa com- 65 r e
puesta de muchos y diversos materiales solo- *se perficiona. por una forma;
asá este Sacramento aunque se compone tíe varias cosas y palabras. con to
do eso es una sola señal , y tiene la eficacia de h. fínica cosa que significa,
Y asimismo enseñarán los Párrocos, guales sean las partes de este Sacra
mento 5 esto es 5 su materia , y form a: pues no se le pasaron aí Apóstol San
tiago , y en cada una de ellas hay sus misterios que ootar.
E l demento pues ó la materia de este Sacramento , como lo decretaron
Jos Concilios , y señaladamente el Tridenrino (4 ) es ei oleo- consagrado- por el
Obispo, Esto es el Isqoor exprimido , no de quriqtñer materia pingüe y era- ¡a Enra
sa ; sino fínicamente del fruto de las olivas. Y m uy al propio significa esta c u - ü a -
materia, lo que interiormente se obra en el alma por virtud de -este Sacra- rioa.
mento. Porque así como d aeeytc es muy provechoso- para mitigar los do-
leves ¿sel cuerpo , asi la virtud de este Sacramento disminuye k tristeza y
ddhsnes del alma. ES aceyte también resdtuye h. salud , causa alegras. a es ce
bo de Is fez y y además de esto es muy á propósito para reparar las fuer
zas del cuerpo irrigado» Y" todas estas coses declaran lo que hace en el eo ter
mo la virtud cEvfíu .por smedib de este Sacramento. Y esto baste sobre la
materia.
La forma d d Sacramento son las palabras.. y sctidla orados solemne, Q^á/sea
que risco d Sacerdote £ cada usía de las unciones „ quanab rice. P&r esta £¿1-5*22de
s*i8s&a mctmsi U ferdmz Uñas ñ&sí® h ¡qsn jpems&c pw vki® da ios ®j¡®$ , éc las este Sacra-
—
*—* SuS-SnD¿5„
_ íí?) J&c®k e. {&} Sisa. 24. de Ex&es&a- (g-v ü riste L r. cap. S. tice sapra,
L;edss. cap. s. esa. 2.
iSo .CATECISMO ROMANO
narices. é del tacto 3 éc, Y que ésta sea la verdadera y propia forma de este
Sacramento , lo significa el Apóstol Santiago , quando dice : Y hagan ora
ción por él: y la oración de la fe sanará al enfermo. Por donde se puede co
nocer , que esta forma se debe pronunciar por modo de oración. Y aunque
no expresó el Apóstol las palabras iixas que debían decirse ; pero esto liego
hasta nosotros por fiel tradición de los Padres : de manera que todas las Igle
sias retienen esta forma de que usa la Santa Iglesia de Roma , Madre y
Maestra de todas. Porque aunque algunos mudan algunas palabras , como
en lugar de Indulgeat y decir Remitíat , vel Parcal , y tal vez Sanet 5 quidquid
commissisti, con todo eso como en la sustancia no hay variación ninguna 3 es
manifiesto que se guarda por todos religiosamente una misma forma.
Y no debe extrañarse que se estableciese , que la forma de otros Sacra
7*
Por qué mentos , ó absolutamente signifique lo que hace : como quando decimos: Yo
se hace esta te bautizo , ó te sello con la señal de la Cruz ; ó se pronuncie por modo im
forma por perativo : como quando se dice , administrando el Sacramento del Órdcn:
modo de Recibe la potestad : y sola esta forma de la Extrema-Unción se hace por mo
precatorio.
do deprecativo : pues esto se ordenó muy justamente. Porque como este Sa
cramento se da , para que además de la gracia espiritual que comunica , res
tituya también la salud á los enfermos , y no siempre se sigue que-mejoren;
por esto se hace la forma á modo de oración : á fin de que alcancemos de
la benignidad de Dios , lo que no suele obrar con orden constante y per
petuo la virtud del Sacramento. Anadeóse también algunos ritos propios en
ia admistracion de este Sacramento : pero la mayor parte consiste en ora
ciones que el Sacerdote hace, para alcanzar la salud del enfermo 5 pues no
hay otro Sacramento que se administre con mas oraciones : y ciertamente
con mucha razón: porque en ese tiempo especialmente deben ser ayudados
Jos fieles con piadosas súplicas. Y asi todos los que se hallen presentes y en
especial los Párrocos, deben orar á Dios con todas veras 3 y encomendar con
gran fervor á su misericordia k salud y la vida del doliente.
8. ' Habiéndose pues demostrado ya , que con toda verdad y propiedad debe
Q u ién ins contarse la Extrema-Uncíon en el numero de los Sacramentos, síguese tam
titu y ó este
S a c ram en bién que su institución dimanó de Christo Señor nuestro : la quaí después
to . fue propuesta y promulgada í los fieles por el Apóstol Santiago. Aunque
el mismo. Salvador parece dio alguna muestra de esta unción , quando en
vío sus discípulos de dos en dos delante de sí : porque de ellos escribe el
Evangelista de este modo : Y saliendo predicaban que hiciesen penitencia * r echa
ban fuera muchos^ demonios 5 y ungían am oleo muchos enfermos , y sanaban (e),
-pues esta unción sin duda se ha de creer , no que fue Inventada por los
para.sanar los cuerpos. Así 3o afirman los Santos Doctores Dionisio- , Ambro-
;jsio; :Chdsosromo 3, y Gregorio el Grande : de suerte 3 que en manera ninguna
■ se. na de dudar 5 que debe recibirse este Sacramento con suma veneración,.
vCpmo e s o de ios siete de la Iglesia Católica.
^ Ver
Mare. ¡?.
PARTE II. CAPÍTULO VI. i$i
Pero se ha de enseñar á los fieles , que aunque este Sacramento pertene
ce á todos, se exceptúan algunas suertes de hombres , á quienes no - se "pue Á quiénes
de administrar. Primeramente se exceptúan los que están sanos y buenos, se haya de
porque á estos no se ha de dar la Extrema-Unción : como lo enseña el Após dar'la E x —
tol , quando dice : Está enferma alguno entre vosotros* Y la razón lo muestra: trema-U li
ción.
porque fue instituido, no solo para remedio del alma , sino también del cuer
po , y como solo los que padecen enfermedad necesitan de curación : por
esto no se debe administrar este Sacramento 3 sino á los que parece estar
postrados tan de peligro , que es de temer les inste el último dia. Pero en
esto pecan gravísimamente , los que para ungir al enfermo suelen aguardar
á aquel tiempo , en que perdida ya toda esperanza de salud , empieza á pri
varse de vida y de sentidos. Porque es constante que para que recíba mas co
piosamente la gracia del Sacramento , importa muchísimo ungir al enfermo
con el sagrado oleo , quando esta todavía en su entera razón y juicio , y
pueda recibirle con fe y voluntad mas devota. Y por tanto han de adver
tir los Párrocos , que en aquel tiempo señaladamente han de aplicar esta ce
lestial medicina ( la qual á la verdad siempre es muy saludable por sí mis
ma ) quando entendieren será mas provechosa , acompañada de la piedad y
devoción de aquellos que han de ser curados.
A ninguno pues que no padezca grave enfermedad es lícito dar este Sa
cramento 5 aunque se halle en peligro de la vida , ó porque emprende una
navegación arriesgada , ó porque entra en una batalla , donde le amenaza una
muerte cierta , o también porque sentenciado á pena capital . es ya arreba
tado al suplicio. Asimismo todos los que carecen de uso de razón , no son
hábiles para recibir este Sacramento ? como ni ios niños que no cometieron
pecado , cuyas reliquias sea menester sanar con el remedio de este Sacramen
to. Los locos y furiosos tampoco , sino es que alguna ve2 tuviesen uso de
razón, y mostrasen entonces piadosa voluntad, y pidiesen ser ungidos ccn
el sagrado oleo : porque el que nunca desde su nacimiento tuvo razón ni
juicio, no ha de ser oleado. Pero si se dará la santa Unción al enfermo que
la pidió en su sano juicio , y después cayó en algún delirio ó frenesí.
Mas no ha de ser ungido todo el cuerpo ¿ n o solo aquellas partes , que la xo*
Q ué parres
natura!cza dio ai hombre como instrumentos de los sentidos : qaales son los dei cuerpo
ejes por el ver , las orejas por el oir , las narices por el oler , la boca por deben ser
el gustar y el hablar , y las manos por el tocar : porque aunque el tacto ungidas.
■ está repartido por todo el cuerpo ; está en las manos mas vigoroso'. Este es
el rito de ungir que retiene la Iglesia universal. Y es muy correspondiente
á la naturaleza de este Sacramento : porque es- á modo de medicina. Y como
es las enfermedades de! cuerpo- * aunque todo él este mal humorado , con
todo eso solo se aplica la curación á aquella parte , de donde nace la 'enfer
medad 3 como de fuente y eriges : así tampoco- se unge todo el cuerpo,
sk o solo aquellas partes 5 dbsde reside principalmente la fuerza del sentir.
Y por -sto se ungen también los riñones , que son como eí asiento del de-
k y te sensual : y asimismo ios pies que son d princìpio de andar y de mo
vernos de iin lugar á otro.
Feto acerca de esto es menester observar , que en una misma enfer
me-.
i8a CATECISMO ROMANO
La Extre- .medad , y estando el doliente en el mismo peligro de muerte , solo una vez
ma-Undoft ha de ser oleado. Pero si después de recibida esta unción convalece, quar.-
puede reí- ^35 veces cayere en el mismo peligro , otras tantas se le puede aplicar el so—
tetarse. corro' del mismo Sacramento. De donde consta que debe contarse por uno
de aquellos Sacramentos , que se pueden reiterar.
22* y porque debe cuidarse con la mayor diligencia , que cosa ninguna in>
■De.I^on pida la gracia del Sacramento , no.habiendo cosa que le repugne tanto, co
co ay ue de- rao la conciencia de algún pecado m ortal; se ha de observar ia costum-
'be recibir- bre perpetua de la Iglesia Católica , de que antes de la Extrema-Unción
se es:e Sa- se administren los Sacramentos de la Penitencia , y Eucaristía. Y luego pro-
cramento. curar¿n ¡oS párrocos persuadir al enfermo, se ponga en manos dei Sacerdo
te , para ser ungido con aquella fe , con que antiguamente se ofrecían á los -
Apóstoles , los que habían de ser sanados por ellos. Primeramente se ha de
pedir la salud del alma , luego la del cuerpo con la condición de que haya
de servir para su salvación. Y no duden los fieles , que serán oidas por el
Señor aquellas santas y solemnes oraciones , que dice el Sacerdote no en su
nombre , sino en el de toda la Iglesia y en el de nuestro Señor Jesu-Christo,
Y con esta consideración han de ser exhortados muy en particular , í que
cuiden se les administre santa y devotamente el Sacramento de este tan saluda
ble oleo , quando advirtieren , que se van entrando en lo mas recio de la
lucha , y q ue les van faltando las fuerzas, así del alma , como del cuerpo.
*3* Ahora: quien sea el Ministro de la Extrema-Unción , del mismo Após
Quién es tol , que promulgó la ley del Señor lo habernos aprendido: porque dice:
e! Ministro
•isie Ss- Lláme á los Presbíteros : pues por este nombre no señala á los mas abanta
a aie neo. dos en edad , como sabiamente lo expuso el Concilio -de Trento (fi) , ni á
los principales de la República ; sino 4 los Sacerdotes legítimamente orde
nados por los Obispos mediante k imposición de las manos. El Sacerdote
pues es el Ministro de este Sacramento. Mas por decreto de la Santa Iglesia
no es lícito ¿ qualauier Sacerdote administrarle, sino al propio Pastor, que
tiene la jurisdicción , ó á quien él concediere facultad para hacer sus veces.
Pero debe advertirse muy en particular que en esta administración ( como
en la de los demas Sacramentos ) no representa el Sacerdote su persona , sino
la de Chrisío Señor nuestro - y la áe h Santa Iglesia , su Esposa.
14. También se han de explicar c o e singular cuidado las utilidades que per-
condición , que casi todo lo medimos por nuestro provecho. Ensenarán pues
los Pastores que en este Sacramento se da la gracia que perdona los peca
dos , y en especial los leves que se llaman veniales ■ porque los mortales se
quitan por el Sacramento de k Penitencia. Ni este Sacramento fue prime
ramente insumido para perdonar pecados mortales. Solo ei del Bautismo , y
el de la Penitencia hacen esto por su propia virtud.
Otra utilidad de k sagrada Ucdon es librar al alma del caimiento y debili
dad que oosxraxo uc los pecados y de todas las demás reliquias de ellos ? y no ca
be
•A) Sess. 14. ¿e Extreu?. cap, 3.
PARTE II, CAPÍTULO VI,
be tiempo mas oportuno para esta curación , que quando nos yernos afligi
dos de grave enfermedad, y amenaza peligro de la-vida. Porque es natural
en ei hombre no temer en las cosas humanas otra ninguna tanto como la
muerte. Acrecienta sobre manera este temor la memoria de las culpas pa
sadas : mayormente quando nos aprieta la gravísima acusación de nuestra
conciencia : porque escrito está : Vendrán tímidos al pensamiento de sus pe
cados ,y testificarán contra ellos sus maldades (a) . .
Además de esto los'congoxa con' vehemencia ‘ el cuidado y consideración
de que de allí í poco deben presentarse ante el Tribunal de Dios , quien ha de
pronunciar de nosotros sentencia justísima , según lo hubiéremos- merecido.
Y muchas veces acaece , que atemorizados los heles con este terror , se sien
ten acosados de muy raros modos. Pero nada es tan provechoso para, la
serenidad de la muerte , como desechar la tristeza:, esperar con ánimo ale
gre la venida del Señor, y estar apercibidos para volverle con toda volun- .
taá nuestro depósito , siempre y quando se sirviere pedirle. Pues el Sacra
mento de la Extrema-Unción es , el que hace que se libren las almas de
los heles de esas inquietudes , y que su corazón sea henchido de una alegría
santa y piadosa.
Sobre todo lo dicho conseguimos también por este Sacramento otro.- be- /.<-
neíicio . que con mucha razón puede estimarse como d mayor de todos. y ‘c ""fb
? ” . , , , í . . J ehai-E^s qsí
Nunca el enemigo del hnage humano cesa de maquinar nuestra muerte y ¿eU;Criioen
rom a, mientras vivimos en este mundo. Pero en tiempo ninguno echa todo aqueha ho-
su esfuerzo con mas furia por perdernos del todo , y arrancarnos , si le fue- ra*
ra posible , la esperanza en la misericordia de Dios , que quando vé acercarse
el ultimo día de ia vida. Y por tanto se provee á los fieles-de armas y fuer
zas por este Sacramento , con las quaies puedan quebrantar la batería y el
ímpetu dei enemigo , y hacerle vigorosa resistencia. Porque con esa gracia
se conforta y se alienta el alma del enfermo con k esperanza en la bondad
de Dios , y esforzado con e lla , lleva con menos trabajo todas las molestias
de la enfermedad , y burla mas fácilmente k s artes y astucias del demonio,
que le acecha al calcañal (¿).
Ultimamente causa este Sacramento , si conviene-, ía salud del cuerno. Y
del alm a, deben tener- ios heles esperanza-,firme de que ía con se?
rirtud de este .sagrado o le o , y d eq u e si -llegan á morir.,''.per
ci
bís) Sapíean 4. ■ {&) Genes. 3, (c) Macth. 13.
284 CATECISMO ROMANO
cibirán el fruto de aquella voz divina : Bienaventurados los muertos que mueren
en el Señor (a). Estas cosas se lian dicho brevemente sobre el Sacramento
de la Extrema-Unción. Pero si declarasen los Párrocos estos mismos puntos
con mas extensión , y con la diligencia que conviene, no se ha de dudar
que de esta doctrina percibirán los heles frutos muy abundantes de piedad.
C A P Í T U L O VIL
DEL SACRAMENTO DEL ORDEN.
&
J e e a . 3. (5) IH L s s . (c) Ejfess. %
He&c.s* <& J « a ^ ■&
(f)
(e) Jtszza. £3. t.
34 *
Cariara. p, masádes.
x 86 CATECISMO ROMANO
gracia del .Bautismo , lo deben cumplir de todo corazón , eon toda el alma,
y todas sus,fuerzas. Pero los que quieren consagrarse á Dios por el Sacra
mento fiel Orden , es menester que se propongan , no soio buscar en todas las
cosas la gloria de Dios ( lo qual es constante , que es común á todos y muy
! ' particular" á los fieles) , sino también que como destinados á algún ministerio
: ' cierto de la Iglesia, le sirvan en justicia j santidad. Porque así como en
i*;....- Un Exército todos los Soldados están obedientes á las leyes del Emperador;
?■ '■ ■ ■ pero entre ellos uno es Capitán, otro Coronel , y otros- exercen otros ofi-
; ' d o s ; así aunque todos los fieles deban seguir con todo desvelo las obras de
piedad y de innocencia , con las quales principalmente se sirve á D io s; con
todo eso los'que han recibido el Sacramento del Orden , deben cumplir
en la' Iglesia algunos especiales cargos y oficios. Porque ellos hacen sacrifi
cios por sí , y por todo el pueblo. Ellos ensenan las obligaciones de la ley
de Dios , exhortando y moviendo á los fieles á cumplirla con alegre y de
vota voluntad , y administran los Sacramentos de Chrisro Señor nuestro , por
los quales se da y se acrecienta toda gracia. Y en una‘palabra , ellos son los
que separados del resto del pueblo , se emplean en un ministerio el mayor,
y mas alto de todas. Y explicadas estas cosas , pasarán los Párrocos á ense
nar aquellas que son propias de este Sacramento : para que entiendan los que
quieren seguir el estado Eclesiástico , ¿ qué suerte de ofició -son llamados,
y qué potestad es la que se ha dado por Dios á la Iglesia , y á sus Mi
nistres.
6. Esta potestad es de dos manera : una de orden s y otra de jurisák-
Be cuán- don, La potestad de orden se endereza al verdadero cuerpo de Chrisro Señor
ras maneras aK£s-ro en la Sacrosanta Eucaristía. Mas la potestad de jurisdicción toda se
IS.pOt.CS* _ . * / i ¿ni *■ / x
rad Ésle- eEi?3c3 en el cuerpo místico de C ansío : porque s ella, pertenece gobernar
ézsziea. y dirigir al pueblo Christisno , y encaminarle a la celestial y eterna bien
aventuranza,
y. Esta potestad de orden no- solo- contiene virtud y facultad de consagrar
A qaé ¡a Eucaristía , sino que dispone y proporciona las almas para recibirla , y abra
se eadaadt 22 todas hs demás cosos que de qualquier modo puedan ordenarse á 'la Eu-
cen&des C2P'S^£- Machos testimonios de esto se pueden alegar de las Sagradas Le
tras: pero son señalados y muy .graves1 los que se leen en San Juan , y en
Sao Mateo. Porosas jí dice el Señor: Asi conzs
- el Padre me -envié'*-asi
7 os envío
y® * Recibid el Hispirán S&&1& r cejos pec&dos perdonar«des „ les son perdorcoáo.j
y -fer qme rc&msienées. son rtñemé&s (&}.. "Y ; En verdad os digo : üuanios cosas
Usredss sobre & tierra , serán ¿nimias m el Cielo , y tymmiGs- desataredes sacre
la. ¿ierra , serésn. también denotadas m. d Cielo (¿). Estos lugares declarados por
los Pastores , según la doctrina y autoridad de los Santos Padres . podran ekr-
^ tásente esclarecer en gran manera esta verdad.
HtSsesní©- Esta potestad se aventaje, muchísimo á la que en la ley natural se 'dio a
sita ¿s üa. ciertos nonmrss , los que cuidabas de las cosas sagradas- Poroue también
ley jEwas— sqneJis cnad que antecedió a la ley escruta, era necesario que tuviese Sacar-
gdHkffi 5©- dodo 3 y su. potestad espiritual : pues consta que tuvo ley. Y estas ¿os cosas
' afir
es) Jasan. se-, (¿j Slatth, 18,
PARTE II. CAPÍTULO YÍI. 187
afirma el Apóstol que están tan enlazadas, que trasladada la uña, es necesa brepuja sun
rio se traslade la otra O). Conociendo pues los hombres por natural instinto cho aJ de £a
que Dios debe de ser adorado era consiguiente que en cada Repúbiiea se ley .natuaal
destinasen algunos al cuidado de las cosas sagradas , y al culto divino y cu va y Mcséyca.
potestad en algún modo se dixese Espiritual. \ .■ ,
Tuvo también esta misma^ potestad el pueblo de Israel , y- fue-superior
en dignidad ¿ la que tenían los Sacerdotes de ia ley natural. Pero, con to
do eso se1ha de tener por muy inferior á Ja potestad espiritual- dé la Jey
Evangélica. Porque esta es celestial, y aun sobrepuja toda la virtud-dé los An
geles. Y no trae su origen del Sacerdocio M osáyco; sino de-Cbristo Señor
nuestro , que filé Sacerdote, no según Aaron , sino según el orden de Meb
chisedec (¿>). Pues este Señor , quien- tenia- la suma potestad de- dar la gracia,
y de ¡perdonar pecados, dexó-esta potestad á -su Iglesia,- aunque-limitada en
virtud, y ceñida á los Sacramentos. Y así para cxercerla , han sido institui
dos y consagrados con religión-solemne determinados Ministros: y esta-con
sagración se llama Sacramento del Orden , ó sagrada ordenación.
Y. valiéronse los Santos Padres de esta voz Orden , que tiene una signi
Q ué cosa es
ficación latísima , para dar á entender la dignidad y excelencia de los Minis el Orden,
tros- d e . Dios. Porque O r d e n atendida su propia y rigurosa significación , es y por qué
•una disposición de cosas superiores é inferiores colocadas entre■ s í . d e manera se llam aasl
que la. una dice relación á-la oira. Y como en este ministerio hay muchos este Sacra
mento.
grados y varios oficios , y todos-están- distribuidos y colocados con gran-con
cierto y harmonía ; por eso el nombre de Orden viene muy apropiado y ajusta
do para significar este Sacramento. - - -
Esta sagrada ordenación debe contarse entre los Sacramentos de la Igle- 10.
sia, como lo comprobo el Santo Concilio de Trem o (c) con la razón que Que el Or
den es ver
tantas veces se ha repetido. Porque siendo ei Sacramento señal de cosa, sa
dadero Sa
grada , y significando lo que exte nórmente se hace en esta consagración, la cramento.
gracia y potestad que se dá al que es ordenado ; claramente se sigue , que
debe el Orden decirse coa toda verdad y propiedad Sacramento. Y así en
tregando el Obispo ai que es ordenado de Sacerdote el Cáliz con vino y
agua , y la patena con pan , le dice : Recibe ¡a potestad de ofrecer el Sacrifi
cio isc, por las quales palabras siempre enseñó la Iglesia , que quando se ha
ce la entrega de la materia , se da la potestad de consagrar la Eucaristía , y
se imprime en el alma el carácter , al qual está zdjünzz gracia para excrcer
ese oficio santa y legítimamente , como lo declara el Ápósroí por estas pa
labras: Amonéstete que despiertes la gracia de Dios , que está en ti por la im
posición de mis manos. Porque no nos ha dado Dios espíritu de temor , sino de
fortaleza , de amor y de templanza (d). * ,
A h o ra : para ■ explicarnos con las palabras de! Santo C on cilio: como es rr.
Por qué
cosa divisa la administración de tan alto Sacerdocio , á fin de que pudiera hay en la
exorcizarse con mayor gravedad y veneración , fue muy conveniente que hu Iglesia va
biera muchos y diversos órdenes de Ministros en la concertadísima disposi rios ó-de—
ción de la Iglesia , los que de oficio sirvieran al Sacerdocio , y. estes dfsnv nes de Mi
aa 2 btli- nistros.
Ca) Hafar.y. (£} Ihidem (c) Sess. 13 . cap. es Can. 3. (d) 2. Tim-1.
iS8 CATECISMO ROMANO
buidos con tal orden , que los que hubiesen ya recibido la Tonsura Cleri
cal fuesen ascendiendo por los órdenes menores á los mayores.
Ha de ensenarse pues que todos estos órdenes se encierran en el núme
22 .
ro de siete , y que siempre lo enseñó así la Iglesia Católica : cuyos nombres
Q uintos
sean los ór son estos: Ostiario, Lector , Exnrasta , Acólito 7 Subdiácono ^ Diácono y Sacerdo
denes de te. Y que este orden de Ministros esté de este modo rectamente señalado, se
Ministres , puede probar por aquellos ministerios, que parecen necesarios para el sacrosan
y cómo es to Sacrificio de la Misa: y para hacer ó administrar la Eucaristía, por cuya causa
tén repar
tidos. principalmente fueron instituidos. De estos unos son mayores, que se llaman
también sagrados , y otros menores. Los mayores -ó sagrados son el orden
Sacerdotal , Diaconado y Subdiaconado : y los menores el de Acólito , Exórcisía^
Lector y Ostiario. De cada uno de ellos se dirá alguna cosa , para que ten
gan los Párrocos con que instruir , especialmente á los que hubieren de re
cibir alguno.
Se ha de. empezar pues por la primera Tonsura} y de ella se ha de- de
.T3*
Q ué signi cir , que es una preparación para recibir los órdenes. Porque así como suelen
fica la Ton disponerse los hombres para el Bautismo con los exorcismos, y para el ma
sura Cleri
cal j y el trimonio con los Esponsales ;a$í se les abre la puerta para el .Sacramento del
sombre de Orden cortándoles el cabello , y dedicándolos i Dios : pues de ese modo se
Clérigo. declara Guales deban ser ios que han de ser adornados con los Sagrados Or
denes. Porque el nombre de Clérigo , que entonces se le impone de nuevo,
se deriva de que empieza á tener al Señor por su suerte y heredad: como
aquellos que en el pueblo Hebreo estaban destinados al cuito divino : á quie
nes prohibió el Señor se asignase parte alguna de tierra en la de promisión,
diciendo : Yo soy tu porción y tu heredad (a). Y aunque esto es común á to
dos ios heles , sin embargo es preciso que convenga por una manera parti
cular á los que se consagraron al ministerio de Dios.
14. Córranse pues los cabellos en figura de corona , la que perpetuamente
?Or qué se debe conservar : y según va ascendiendo cada uno & grado superior , se
ss señala á
debe ir agrandando su redondez. Y esto enseña la Iglesia que viene por
losClérlgos
ccn corona tradición de los Apóstoles. Porque de este m odo' de censurar hacen mención
redonda. los Santos Dionisio Areopagica , Angustí no y Gerónimo , antiquísimos y gra
vísimos Padres. Y se dice que el Príncipe de los Apóstoles filé el primero
que introduxo esta costumbre en reverencia de ia corona de espinas que pu
sieron sobre la Cabeza de nuestro Salvador : á fin de traer los Apóstoles por
honor y gloria lo que inventaron los impíos para ignominia y tormento de
Caristo : y al mismo tiempo dar á entender que los Ministros de la Iglesia han
ce hacer por llevar en todas las cosas la imagen y figura de Christo Señor
nuestro.
Aunque algunos afirman que por esa señal se declara la disrúdaá regia,
que parece convenir á los que señaladamente son llamados á la suerte del
Señor. Porque lo que atribuye el Apóstol San Pedro á todo el pueblo : E -
sotros sois d imege escogido , d Sacerdocio real, la gente sania (¡S : claro es
que por razón particular y mas propia pertenece a los Ministros Eclesiásti
cos
fa) Niiaz, i§ . (¡A j , petr.
PARTE II. CAPÍTULO V II. 189
COS* Bien que no falta quien juzgue , que por la figura circular , que
es la mas perfecta de todas s se significa ó la profesión de vida mas
perfecta que lian abrazado los Clérigos , ó que por cortarse el ca
bello , que es en el cuerpo una cosa superñua , se declara el menospre
cio de las cosas terrenas s y el apartamiento de todos ios cuidados hu
manos. _ ^
Después de la primera Tonsura el primer grado á que se acostumbra. £,el
subir es el orden del Ostiario, Su oficio es guardar las llaves y la puerta del del O stia -
Templo 3 y no dexar entrar en él aquellos a quienes estuviese prohibido, rio.
Asistia también al Santo Sacrificio de la Misa con el fin de cuidar de que
ninguno se acercase al altar mas de lo que debía 5 y estorbase al Sacerdote
que ía celebraba. Otros ministerios también le eran encomendados , como
se puede ver por los ritos con que se hace su consagración. Porque el Obis
po tomando del altar las llaves , y entregándolas al que quiere ordenar de
Ostiario, le dice : Obra como quien ha de dar cuenta á Dios de las cosas que
están encerradas debaxo de estas llaves. L o muy grande que fue antiguamen
te en la Iglesia la dignidad de este orden , se conoce por lo que en ella
echamos de ver aun en estos tiempos. Porque el oficio de Tesorero , que jun
tamente era guarda de la Sacristía y pertenecía á los Ostiarios 5 todavía e.s
tenido por uno de los mas honrados de la Iglesia. r
£1 segundo grado del Orden es el oficio del Lector. Á este pertenece Bel orden
leer en la Iglesia con voz clara y distinta los libros del viejo y nuevo Tes- y oficio del
lamento , y especialmente aquellos que se suelen leer en los Nocturnos de Tactor»
Maytínes. Era también de su cargo enseñar á los fieles los primeros rudi
mentos de ia Religión Christiana. Y así el Obispo entregándole en su orde
nación. á vísta del pueblo el libro donde están, escritas las cosas pertenecien
tes á este nusnisterio , le dice : Toma , y se Relator de la palabra de Dios; pa
ra. que si fiel y útilmente cumplieres tu oficio s tengas parte con aquellos que ad
ministraron bien la palabra de Dios desde el principia.
El tercer orden es eí de los Exc-rastas ? á los quales se da la potestad de Del* o'rdea
invocar el nombre del Señor sobre los que están poseídos de espíritus in- y oficio de
mundos. Por esto al ordenarlos el Obispo ^ les da el libro donde están los loP Dxór—
Exorcismos, diciendo estas palabras : Toma , y encomiéndalo á la memoria , y ctstss*
tai potestad de imponer las manas sobre los energúmenos 7 sean bautizados 5 ó sean
Catecúmenos,
E l cuarto y último grado de todos los que se dicen menores y no sa- ■DeI f ráen
grades , es el de los Acólitos. Su oficio es acompañar y ser vir en el mi- y cargos de
nisterío del altar á los Ministros mayores , Diácono y Subdiácono. Á mas los Acóli-
ce esto llevan y guardan k s luces quando se celebra el Sacrificio de la M í- tos'
sa , y especialmente qliando se canta ei Evangelio : y por esto se llaman por
otro nombre Cae-fe; arios, Y así quando sen ordenados por el Obisoo 3 se
acostumbró guardar estos ritos. L o prior ero : despees de advertirles con cui
dado su oficio 5 da á cada imo su vela : diriendo así : Recibe el Candelera con
la vela ? y sábete que eres destinado para encender las luces de la Iglesia en el
nombre ¿d Señor. Luego 1c entrega k s vínageras vacías , con las que se sirve
ú vino y agua para ti Sacrificio ? diciendo : Recibe tas Vinagtras 3 para lle
var
390 CATECISMO ROMANO
yar yifio y agua para A Eucut istia de la sov-g' c cic Chrzsto en el roncee
dd Señor, - •
De los menores y no sagrados ordenes de que se ha tratado hasta aquí5
D e'ó rd easé pasa y se asciende legítimamente á ios mayores y, sagrados.^ El primer
y oficios deí grado- de estos es- el de ’ SuMiácono , cuyo oficio es , como el'-mismo nona-
Subdiáco- ^re ¡0 declara , servir al Diácono en el altar. Porque debe prevenir las co-
■ « t. ' sas necesarias para el 'Sacrificio, como son corporales, cáliz , pan y vino. Tam
bién-da;: el agua ah Obispo y al Sacerdote quando se lavan ias manos en el
- Sacrificio de la Misa. Canta también la Epístola, la que antiguamente se de
cía1 etí la-Misa por el Diácono , y asiste como testigo al Sacrificio, cuidan
do de que ninguno perturbe al Sacerdote en la celebración. Pero, estas co
sas que pertenecen ai ministerio del Subdíácono , se pueden conocer por las
solemnes ceremonias que se hacen en su consagración. Porque primeramen
te advierte el Obispo , que está anexa á este orden la ley de perpetua casti
dad , é intima , que ninguno será admitido al orden de los Subdiáconos , si
no estuviere resuelto de su libré voluntad á guardar esta ley. Luego después
de acabada la solemne Oración dé las letanías , refiere y explica quales sean
los cargos y fondones de este ofido. Hecho esto cada uno de los. que se
ordenan , recibe déí Obispo el Cáliz y la sagrada Patena : y del Arcediano
(para que se entienda , que el Subdiácono sirve al Diácono en su oficio)
c ■ ■ ■ recibe las -vinageras llenas' de vino y agua , junto con una palancana y una
toalla , con que se: limpian las manos , diciendo el Obispo : Mirad qué minis-
teriose’os entrega : por tanto os amonesto , que os portéis de manera 5 que po
dáis agradar á Dios. Y sobre esto se anaden otras oradones. Por ultimo ha
biendo el Obispo puesto i l Subdiácono ias vestiduras sagradas , aplicando á
cada- tina de folias sus propias palabras'y ceremonias , le entrega el libro de
las Epístolas , y dice: Recibe el febro de las Epístolas y y ten potestad de leerlas
tu Id'Sarda iglesia de Dios , asi por h s vivos , como por ¿os difuntos.
_ . E l segundo grado de los sagrados órdenes le tiene, el D iá c o n o , cuyo
3Deí orden - - s r - ^ - r / ., ^ J
yofidosáei ^uisterio- es^de mas ampíitm , y siempre me te me o- por mas. santo. Porque
Diácono. & él pertenece'seguir perpetuamente si Obispo , guardarle quando está pre
dicando , y asistirle: como también al Sacerdote quando celebra ó adminis
tra otros Sacramentos , y cantar el Evangelio en el Sacrificio de la Misa.
Antiguamente excitaba muchas veces á los fieles para que estuviesen atentos
al Sacrificio de la Misa. Administraba también la sangre del Señor en aque
llas Iglesias donde era costumbre comulgar en ambas especies los fieles. Esta
ba. demás de esto ’cometida si Diácono la distribución de los bienes Ecle
siásticos : para que proveyese á cada uno lo necesario para su sustento.
Asimismo pertenece ál Diácono ( que es como- los ojos del Obispo ) ras
trear- quienes vivan en la Ciudad piadosa y christianamente , y cuiénes ai
contrario : quiénes asistan , y quiénes falten en los tiempos debidos á la Mi
sa y -Sermón y para que dando- -cuesta de todo al Obispo , pueda éste exhor
tar y amonestar á cada uno en. secreto , ó corregirle y reprehenderle en pu
blico s según. entendiere ser mas provechoso. Debe también recontar los nom
bres de los Catéenmenos , y presentar al Obispo los que han de ser ordena
dos. Puede cambien explicar el Evangelio- en ausencia ■ del Obispo y del Sa-
cer-
PARTE II. CAPITULO VIL lg l
cerdote; mas no desdé el pulpito : porque se entienda que esta no es acción
propia de su oficio.
Y el gran cuidado que se debe poner sobre que, ninguno s indigno de ix.
tal cargo ascienda á este grado.de O r d e n l o mostró el Apóstol s expomen- Quáles de
do í Timoteo las costumbres virtud é integridad del Diácono (a). Bastan- baa ser l0s
teniente lo declaran también los ritos y solemnes, ceremonias con que le con- ^ b S co-
sagra ‘el Obispó. ■ Porque .'usar de más oraciones y .mas santas que en la or- nos,
denacion del Subdiácono , y añade otros ornamentos de vestiduras sagradas.
También le impone las manos : como leemos lo hicieron, los Apóstoles (<?)
curando instituyeron á los primeros Diáconos ;; finalmente le- entrega el li
bro de los Evangelios , y le dice : Recibe la potestad de cantar el Evangelio
¿n la Iglesia de Dios 3 asi por los vivos , como por les difuntos , en el nombre
dd Señor. . ■ , .
El tercero y supremo de todos los sagrados órdenes :es ,el Sacerdocio. m.
Con dos nombres suelen llamar los antiguos Padres á los que han ascendí- Q13^1 . 3ea
dó í él. Porque unas veces los llaman "Presbíteros a que en griego significa y amplitud
lo mismo que ancianos ; no solo por la madurez de la edad s que es muy ne- del Sacer-
cesaría para este orden; sino mucho mas por la gravedad de costumbres , .y docto.
por la doctrina y prudencia : porque como esta escrito : La ancianidad ve
nerable no es la de larga vida, ni la que se cuenta por número de años : mas
las canas del hombre son su prudencia , y la edad de ia yegez la vida sin man
cha, (c). Otras veces los llaman Sacerdotes , ya porque están consagrados í
Dios 3 y ya por pertenecer a ellos administrar ios Sacramentos y tratar -las
cosas sagradas y divinas.
Dos Sacerdocios se describen en las Escrituras Sagradas , uno interno , y "3*
otro externo. U so v otro se debe distinguir, para que puedan explicar 1osPas- B e ^ ánías
teres Ge qxial se habla en esrn lugar. Pues por so que mira al Sacerdocio e¡ Sacerdo-
inreruo , todos los fieles después de bautizados se dicen Sacerdotes 5 y en cío s así de
especial los justos 5 que tienen el Espíritu de Dios , y que por el beneficio la-íey uve—
de su divina gracia sen hechos miembros vivos d d Sumo Sacerdote Jesu- va 5 cofi:o
Chrísto. Porque estos „ mediante la fé inñamada por la caridad , ofrecen á de ia aati~
Dios hostias espirituales en e! altar de su corazón. Y de este género de sa-
enlacio son todas las obras buenas y virtuosas enderezadas á gloría de Dios.
Por esto leemos en el Apocalipsis : Chruto ?m lavé ¿c nuestros pecados en su
sangre , y nos hizo rapio y Sacerdotes para Sjms y su Padre (d). Confórme
£ lo qm l díxo el Príncipe de los Apóstoles; !bsern?,s tomo piedras vivas sais
edificadas, casa Espiritual, y Sacerdocio Santa para ofrecer sacrificios espiritua
les y agradables é Dios p&r Jesm- Ckrzsto (r). T el Apóstol nos -exhorta : Que
presentemos vuestros cuerpos hostia vwa , sssta y agradable á Dios i de modo
e¡ue sea razmmíe nuestro eéseqcm ( f ) , Y su c h o antes había dicho David : 5 a -
crijidss es para Dios si Espirita, quebrantada : el csrmjsn contrito y ítumiiíado no
k despreciarás, Señor (g% T o d o esto-es claro que pertenece al Sacerdocio
interno.
El
■ {s\ 3. A:22. ríj Actor, 6» td) ApocsA i. (e) i. ?e:r, c_
(£■ ; Sapícac. 4. { j } Kossan. as. -{g} P sría y
CATECISMO ROMANO
¡92
E l Sacerdocio externo no conviene á todos ios fíeles , sino i determina.
Muéstrase dos hombres ? los quales instituidos y conságrateos a^Dios por la imposición
haber Sa— legitima de Jas manos y y las sofera ucs ceremonias de la Santa Iglesia 5 son
cerdocloex- «afinados í algún- particular y sagrado ministerio. Esta diferencia de Sacer-
tern ha se vió3
mas ignorar los
tern
muchos preceptos que ara ei ^ Moyses y Aaron. Demás de esto se
ñaló todo el Tribu de Le vi psra_ ministerio del Templo s y prohibió por
ley que ninguno de otro Tribu fuese osado a entrometerse en sus fimeio-
nes {& (a).
)• Y1 por
Por haber
li*±LfCL usurpado el K ey
*" ~'~j Ozias
------—el------
oficio Sacerdotal , fue cas-
7 .—
tigado de Dios con lepra , y pagó con penas gravísimas arrogancia
rh\ Fumen
sacrilegio (á)* Pndiendo-do traes angélica la misma distin
pues jver clara en la ley Evangelio
ción de Sacerdocios, se ‘enseñará á los fieles que aquí se trata del Sacerdo-
c'o externo , el qual está conferido í determinados hombres , porque solo
este pertenece ai Sacramento del Orden,
eg- El oficio pues del Sacerdote es ofrecer sacrificios á Dios , y administrar
Qiiáíes ¡0$ Sacramentos de la Iglesia: como se ve claro por los ritos de su consa-
sesniosofi-.¡X^c;on. Porque ei Obispo quanáo instituye Sacerdote á uno , primeramente
^ «deiSr- £ impone las manos junto con los demas Sacerdotes que se hallan presen-
« X o S. " tes- Desunes echándole la Estola al cuello, se la ajusta delante del pecho ea
forma de Cruz : en io qual se declara que el Sacerdote es vestido con vir
tud de lo a lto , para que pueda llevar k Cruz de Christo Señor nuestro , y
d yogo suave de su divina ley > y enseñarla no solo con palabras , sino con
el ‘exemeío de una vida empleada santísimamente. Luego le unge las manos
con e: Sagrado Crisma , y después le entrega el Cáliz con vino , y la pate
na con hostia , diciendole : Rcdbz ¿e potestad de ofrecer sacrificio á Dios , y ¿i
celebrar Jíisas . as: dar vivos , ama per difiéreos. Con estas ceremonias y pala
bras es constituido Interprete y Medianero entre Dios y ios hombres. Y es
te se ha de tener cor el cargo principal ¿el Sacerdote. Por último impo
niéndole segunda vez las manos sobre la cabeza , dice : Reabe d Espirite San
to , caeos becados éerdo---cr¿s serán perdaiados . y le-s cae retuvieres serán re
tenidos (r). Y le da aquel celestial poder de retener y perdonar pecados .cue
dio d Señor i sus discípulos» Y estos son los oficios principales y propios
d d Orden Sacerdotal.
■=S. Mas este O rden, aunque es uno solo , tiene sin embargo varios grados
ei ¿e dignidad y Detestad. El primero- es el de aquellos que absolutamente se
Tppy fia. nan Sacerdotes . cuyos oficios son les declarados hasta ahora,
es T fT rif- E l segundo es el de los Obispes ; que son Ies que presiden en cada uno
«=¿;¥iré5s- de tos Obispados para gobernar no solo a los demás Ministros de ia Igle-
p-záes ¿& d- ^ s;no a| pueblo £d y mirar por su salud con sumo desvelo v cuidado.
- :Yqp^c 7 por esto las Sagradas Escrituras les llaman muchas veces Pastora de arriar:
r a z o r o cante y once* declaro San Pablo en aquel Sermón que hizo ¿ los de
Efaso , como leemos en los fice dos de ios Aposteles id). Y asi mismo San Pe
dro rrmc.ac uc tos venesteres cío- una regia caví na ceá manisterro iaoisco—
‘ pri:
X a ™ 3- 4 VP a ra b a . zS. (e) Joxz, se» (¿} A c to r, sa .
PARTE II. CAPÍTULO VIL 193
pal : que si conforme i ella procuran los Obispos anivelar sus obras , sin
duda ninguna serán buenos Pastores , y tenidos por tales (a). Estos mismos
Obispos se llaman también Pontífices : cuyo nombre se tomó de los genti
les , los que acostumbraron llamar Pontífices á los Príncipes de los Sacer
dotes.
£1 tercer grado es el de los Arzobispos , que presiden a muchos Obis
pos , y se ilaman también Metropolitanos 5 por ser Prelados de aquellas Ciu
dades que se tienen por Matrices de aquella Provincia, Por esto tienen lu
gar superior , y potestad mas amplia que los Obispos , aunque tocante á la
ordenación en nada se diferencian de ellos.
En el quarto grado se colocan los Patriarcas 5 esto es , los primeros y
supremos Padres.
Antiguamente no había en toda la Iglesia sino quatro Patriarcas fuera 17.
del Sumo Pontífice Romano : y no todos iguales en dignidad. Porque el de ~9 e ias áa-
Constantinopla s aunque fué el último á quien se concedió este honor , sin i¡^paCrf¿*
embargo alcanzó el lugar mas alto por la magestad del Imperio. E l segundo cales,
es el de Alexandria , cuya Iglesia fundó el Evangelista San Marcos por man
dado del Príncipe de ios Apóstoles. E l tercero es el de Antioquía , donde
colocó San Pedro primeramente su Silla. El último grado tiene el de G eni-
salen , cuya Iglesia gobernó Santiago hermano del Señor,
trnce
¿riño ; Arzobispo, Padre , y Patriarca de toda la redondez de la tierra. Porque ce por de
estando sentado en la Cátedra de San Pedro Príncipe de ios Apóstoles , y rechodlvi-
cb la que consta que lo estuvo hasta el fin de su vida ; reconoce en él la n.° ed suPe"
Iglesia el sumo grado de dignidad , y la amplitud de jurisdicción dada , no
por Sinodales algunas , ó por otras Constituciones humanas , sino por Dios, pos*.
Por tanto es Padre y Prelado de todos los fieles * de los Obispos y de to
dos los demas Prelados , de qsalquír dignidad y potestad que fueren. Y así
preside á la Iglesia universal , como Sucesor de San Pedro } y Vicario ver
dadero y legítimo de Chrísto Señor nuestro. Y por estas cosas enseñaran
los Pastores qtiáles sean los principales cargos y oficios de los órdenes y
grados Eclesiásticos , y quien sea también d Ministro- de este Sacramento.
Es constante que esta administración pertenece al Obispo. Fácil es pro- .fic
har esto con la autoridad de las Divinas Letras , la certísima tradición „ ei
testimonio tic tesaos los Padres , los Decretos de ios Concilios } y con el uso le g ísim o
y cosiazdbre de la Santa Iglesia. Porque aunque alguna vez se ha permitido ¿eí S zcez-
z algunos Abades administrar los órdenes menores» y no sagrados ; con to- ■mento
do eso ninguno duda que es este propio oficio del Obispo : el qual so lo , y ®r£^sn‘
nadie íbera de ál 5 puede confirir los demás órdenes que se dicen mayares y
sagrados. Porque de Subdiáconos „ Diáconos y Sacerdotes solo ordena el
Obispo. Y los Obispes por tradición de los Apóstoles , que perpetuamente se
ha guardado en la Iglesia y son consagrados por tres Obispos.
Síguese ahora explicar quienes seso hábiles para recibir este Sacramento,
zz y
(a) 1. Fetr,
194 CATECISMO ROMANO
y sobre todo e! orden Sacerdotal, y que partidas son las principales que
3°*
Quiénes de- en ellos se requieren. Porque de aquí se podrá señalar fácilmente lo que de
úan ser ad be observarse en dar los otros órdenes según el oficio y dignidad de cada
mitidos al uno. Que debe procederse con cautela muy grande en este Sacramento , se
Sacerdocio. colige de que los demás dan gracia para santificación y utilidad de los que
los reciben; pero los que reciben los Sagrados órdenes , se hacen partici
pantes de la gracia divina , para que se provea por su ministerio á la Iglesia^
v por lo mismo á la salud de todos los hombres. Esta entendemos haber
sido la causa de no celebrarse los Sagrados órdenes sino en dias señalados,
en los quales también se mandan ayunos solemnes por costumbre antiquísi
ma de la Iglesia Católica ; es á saber , para que el pueblo fiel alcance de Dios
con piadosas y santas oraciones que aquellos Ministros de las cosas sagradas,
sean los mas hábiles para desempeñar con rectitud y utilidad de ia Iglesia la
potestad de tan alto ministerio.
3T* Primeramente pues es menester que el que ha de ser promovido al Sa
D e ia pure cerdocio , sea muy recomendable por k integridad de su vida y costumbres,
za de vida no solo porque si procura , ó permite ser ordenado con conciencia de peca
y costum
bres que se do m ortal, comete otro nuevo gravísimo delito ; sino también porque debe
requiere en ir iluminando á todos con el exemplo de la virtud é innocencia. Acerca de
el Orde esto se ha de declarar por los Pastores lo que manda el Apóstol á Tito (u)
nando, v a Timoteo (¿) ; y enseñar juntamente que aquellos defectos corporales,
que por mancamiento de Dios excluían á alguno en la ley antigua del mi
nisterio del altar , en la ley Evangélica se deben aplicar principalmente á Ios-
vicios del alma. Y por esto vemos que se guarda en la Iglesia la santa cos
tumbre , de que aquellos que han de ser ordenados , procuren primero
con gran cuidado limpiar su alma por medio del Sacramento de la Peni
tencia.
Requiérese demás de esto en el Sacerdote , que sepa no solo aquellas
3--
D e ¡a cien que pertenecen ai u s o y trato de los Sacramentos ; sino también que
cia que c e esté tan instruido en ia ciencia de las Escrituras Sagradas, que pueda ense
b e ters-T el ñar al pueblo los misterios de k re Christiana , y les preceptos de la lev
Sacerdote.
divina , estimular á los fieles á ia virtud y piedad , v apartarlos de los vi
cios. Porque dos sen ios cargos del Sacerdote. Uno , hacer y administrar
bien los Sacramentos. O tro , instruir al pueblo que tiene á su cargo en aque
llos documentos y regías que son necesarias para la salvación. Así dice el
Profeta Maisquias : L a s h b : o s ¿ t í S a c e r d o t e g u a r d a r á n l a c i e n c i a , v ¿ c s u b o c a
se h a ¿ ¿ s a b e r la le y ; p o r q u e es d A n g e l d e i S e ñ o r d e lo s E jé r c it o s (c). Y da
do caso que en la una de estas dos cosas pueda cumplir su deber con una
mediana ciencia : la otra requiere de cierto una doctrina no volear , sino
exquisita. Aunque no se pide igualmente en todos los Sacerdotes una suma
ciencia de cesas profundas , sino la que pueda bastar i cada uno para hs
funciones dd oficio y ministerio que tiene á su cargo.
Quiénes áe- M s no debe darse este Sacramento a los niños y furiosos , ó dement
fcen ser ea- aos ; pues carecen ce uso de razón. Aunque si se les administrase , se ha cg
SB Z CÀ-
196 CATECISMO ROMANO
C A P I T U L O VIII.
DEL S A C R A M E N T O D E L M A T R I M O N I O .
f ¿bicncio $or oí principal cuidñcío do ¿os Pastores ^ cjug ls viGa. cl^l pus-"
S i í f blo Christiano sea santa y perfecta , habían de querer en gran manera lo
reres expü- que escribía el Aposto! a ios ae Conmo , que deseaba ei por estas palabras;
car con fre- Quiero que todos vosotros estéis como jo mismo (a). Esto es , que todos signie-
cuer.cja la sen virtud de la continencia. Porque en esta vida no pedia acaecer cosa
docírma^de yeqz ' ]os £e]es ; que el que desasido el corazón de todos los cuidados
mentó * dd mundo , serenado y reprimido todo el bullicio de la carne, descansasen
en solos los exercicios de virtud , y en la meditación de las cosas divinas.
Mas como según afirma d mismo Apóstol: Cada uno time su propio don de
D ios , unos de una manera , y oíros de otra (d) : y asimismo está dotado d
matrimonio de grandes y divinos dones , de suerte que se cuenta verdadera
y propiamente entre los Sacramentos de la Iglesia Católica , y nuestro Sal
¥ vador honró con su presencia la celebridad de las bodas : bastantemente se
'-'MM
echa de ver que debe predicarse esta doctrina : mayormente podiendo ad
J&*'.1 vertir , que así San Pablo como d príncipe de los Apóstoles dexáren escri
tas cuidadosamente en muchos logares las cosas que pertenecen no solo á la
dignidad , sino también á los oficios c d -Matrimonio. Porque inspirados por
el Espíritu de Dios . entendían muy bien quantas y cuan grandes utilidades
podrían provenir á la República Chnsa-sna , si tuvieran los heles bien cono
cida la santidad dd Matrimonio , y ía guardasen sin mancilla alguna : como
al contrario , si esta santidad se ignora . o desestima , las muchas y erandes
calamidades v desventuras que se acarrean a la Iglesia. Por tanto primera
mente se explicará ¡a naturaleza y concúcion dd matrimonio : porque cu
briéndose muchas veces los víaos eco capa de virtud , es menester cuidar
¿te sea que ensañados los deles coa una taba idea de Matrimonio , manchen
sus almas con torpezas y libíandaces abominables. Y para declararlo se ha
ce empezar por la signíncacion ácl nombre.
El Matrimonio se dama así T porque :a muger principalmente se dehe
Acrece esa casar para ser madre , o porque es cáelo de la madre concebir , parir v criar
a^ " . qq"" -CP üinjs. Emmase también tim.a ce ¿nuearsc; por quanto la leentima mimes
jnqrnr_:;M* y d varen cuidan enlazados como con un v;;go. Dátese demás de esto Ve-
San Ambrcuio ir./ ks concedas a causi dd em-
y - uv pacho se cubrían con un vele. do. Y est.
esto tambie n parece declaraba , que debían
ÍKS'- los marido;.
_5- enera comen ce los Tcoícgos se dinne así : Es
IXñ-Idon a dfaPvrrjcarrc lo : mr.ej Tua'ud,:duilf det hor-he 1 íC Zi£C?" c"\-.*’ v Z'm £Vi £■Ti:T$
£t: : rr. -i . uve :c U de 1 vnu Para que se entiendan con
r . "v
í- aay.iiCi— mas cEridad las partes ET Y-íclT ^ CM.D
Ci
d" ¿-e v in ta -7. de A e - a h a a . , ca p . p.
PARTE n. CAPÍTULO VIII. 391
ei matrimonio perfecto haya todas vestas cosas s conviene saber , consenti
miento interno , pacto externo expresado con palabras s la obligación y vín
culo que nacen de ese pacto , y la unión de los casados ; por la qual se
consuma el matrimonio ; sin embargo nada de esto tiene propiamente vir
tud y naturaleza de matrimonio 5 sino aquella obligación y lazo que se sig
nificó por el nombre de Jimia, Añádese inundable. : porque los demás gé
neros de pactos , con que se obligan hombres y mugeres á hacer alguna
cosa unos por otros, ó por dinero 3 ó por otros motivos , están muy lejos
de la esencia de matrimonio. Síguese luego entre personas legitimas : porque
los que por las leyes están del todo excluidos de la unión conyugal , no
pueden contraer matrimonio , ni aunque le contraygan es válido : como por
exemplo los parientes dentro del quarto grado , el joven antes de los cator
ce años , y la doncella antes de los doce , que es la edad establecida por
las leyes , no pueden ser hábiles para contraer matrimonio legítimo. Y lo
que en último lugar se dice : Que retiene compañía inseparable de vida 3 de
clara la naturaleza del lazo indisoluble , con que quedan atados el hombre y
la muger.
Por aquí se ve claro que la naturaleza, y esencia del matrimonio con- En4*qué
•siste en este lazo. Porque aunque otras difiníciones de Doctores muy clási consiste la
cos parece que atribuyen esto al consentimiento : como quando dicen , que esencia del
el matrimonio es comen11mtenis del hombre y la mugar 5 esto debe entenderse m atrisio -
nio.
de manera , que el consentimiento sea la causa eficiente del matrimonio : co
mo lo enseñaron los Padres del Concilio Florentino : porque la obligación y
enlace no puede nacer sino del consentimiento y del pacto.
Mas lo que sobre todo es necesario es que el consentimiento se expre >
se con palabras , que señalen el tiempo presente. Porque el matrimonio no Q ué can
es una simple donación , sino un pacto recíproco. Y así el consentimiento sen tib ien —
to se re
de uno solo no puede ser suficiente para constituir matrimonio ; sino que es quiere , y
necesario que sea mutuo de los dos entre sí. Y para declarar este recípro cómo debe
co consentimiento de la voluntad ¿ es evidente que son menester palabras. declararse.
Porque si pudiera haber matrimonio por solo el consentimiento interno sin
ia .mirestaríe exterior meo te 5 parece se seguía que si estuvieran des en lugares
mv.y distantes y diversos , y consintieran en casarse, quedasen ya unidos con
la ley de matrimonio verdadero y estable , antes que el uno declarase al otro
su voluntad por cartas ó por personas: lo cual sin duda es ageno de razón,
y de la costumbre y decretos de la Santa iglesia.
6.
Dícesc pues muy bieo que el consentimiento se debe expresar ten pa X>ebe el
labras que señalen d tiempo presente : porque las que señalan el futuro , pro c o n s e n ti
meten matrimonio ; pero no le hacen. Es también manifiesto que las cosas miento ex
venideras 00 ses todavía : y de 1© que no es * no se ha de hacer juicio que p r e s a r s e
con pala
tenga firmeza ó estabilidad, Y asi rengueo tiene derecho conyugal en aque cras de pre
lla mugar , á quien prometió que ccrcrséna matrimonio- con ella „ y no se sente.
cietreó luego lo prometido ; pero queda obligado á cum plirlo;y sí no lo ha
ce , se convence reo de infidelidad. Pero el que ya una vez llegó a juntarse,
medíante d concierto del matrimonio , aunque después le pese , coa todo eso
puede mudar 3 anular , ni deshacer lo hecho., Siendo pues la obligación del
1Q;S CATECISMO ROMANO
matrimonio, no una mera promesa . sino tal en aginados , que el hombre
por d mismo hecho dz í la muger , y -en justa correspondencia da la mu-
ser al hombre el dominio de su cuerpo : por esto es necesario que se con-
trtys t eí matrimonio con pala oras que ssnaien e¿ tiempo preseime , cuya tzcr-
za permanece aun después de pronunciadas , y tienen ligado á uno y í otro
„ con un lazo indisoluble.
Ea Í'j?zt En lugar de palabras pueden ser suficientes para el matrimonio- las seáa-
ce palabras ]gs v je oes tras que abiertamente manifiesten el consentimiento interno : y aun
puedp s s - gx A ;siao si|endo también *. como sí k doncella no responde por empacho,
V f *ílo£e- p£ro responden por ella sus padres.
* 2. por lo dicho ensenarán los Párrocos á ios fieles , que la naturaleza y fiier-
íara el ver- 22, ¿el matrimonio consiste en el vínculo y obligación. : y que para que se
daáero &Ia- ¿¿ matrimonio legitimo , además de¡ consentimiento expresado del modo que
rnmomo no , ¿;cy0 BO es necesario trato carnal. Porcue claramente consta , ave los
acceso.
DO:
trira-onio en el uso } sino en el coosenúmien to : y lo leemos repetido por
San Ambrosio en el libro que escribid de las Vírgenes (a),
p. Explicadas ya estas cosas se ha de enseñar . que eí matrimonio debe con-
Del Matrí- sí ¿erarse de dos modos. Porque ha de mirarse o como conjunción natural
momo co- (pues el matrimonio no fue inventado por los hombres , sino por la natu
iso conira
to y como raleza ) }<5 como Sacramento , cuya condición sobrepuja la de las cosas natura
Sacramen les. Y como h gracia es la que perfecíona la naturaleza ( pues no es primera
to. io que e s espiritual , sino lo que es animal (b) 3 y después lo que es espiritual )s
pide el orden de las cosas , que se trate primero del matrimonio , según que le
establece ia naturaleza , y es oficio suyo y que después se expliquen k s co
sas que le con vienen 5 según que es Sacramento.
Primeramente pues se lia de enseñar a los fieles, que el matrimonio fue
Mauri- .
- _ instituido por Dios. Porque es el Geossís está escrito : Varón y hembra los crió
reo can in a- Dm s, y c d k b s su bendición. s y ézxo z Creced , y muitiplicém ( e ). Y : jV b es bien
¿o s feé que el hambre este sJa , hagámoste zea ay®áas&r semejante á éli Y” poco después: üícr
iEsninydo pcrc ¿dan no se hallada ayudador sanefsnie á él. Envió pues si Señor un sueño ¿
pDr Xkas. Adsm ^y habiéndole dormido , sacóle noza costilla , en lugar ¿e la cual k puso carne,
y de aqudia cosida femó la nzuger Sráxaiz á Adán 7¿ la cual él dixü : Este es
hisso de cm hueios , r carne de rea same. Esta, se llamará Farena , parque fu i for
máis dd varen : y por esto dexara el .fectubcr su padre r madre } y ¿legarse h¿ ¿
sn mugar 7 y seres, dos az una. same (¡i}. Tod o esto muestra que el matrimonio
íué insumido por Dios 9 como el mismo Señor lo declaro por San Alateo (-}.
.. XT Pero no solamente sustituyó Dios el matrimonio T sino cus . como cccU-
.JBM arrí- ta el Santo Condfio de Trem o ( j % l c echó también perpetuo é Indisoluble
■ :S0K3^f;’-isyai nudo;., pues buco e! Salvador : Es Dios junté , no io sedare el komúre (fp
.«pE&eeesei porque aunque coqyenga .al mamimonio ? en cuanto es oficio de la natura-
k-
(s) Ibi CZp. V {£> I-Cswiadi.es. i> ) M atta, rp. { f \ Sess. a¿. c e a . 7.
fe Ceses, r. (¿J. Bièca. i. (g5 Matas. 19.
PARTE II. CAPÍTULO VIII. rgg
íeza j no poder ser disueko 5 todavía se estrecha mucho mas en quanto es Sa- ¡a catu_
cramento: pues por esto consigue una suma perfección , aun en aquellas co- ralezaesiá*
sas que le son propias por ley natural. Sin embargo el ser su vínculo diso- disoluble,
hible es cosa que repugna así al cuidado de educar los hijos , como á todos
1 os demás bienes del matrimonio.
Pero lo que dixo el Señor: C reced m u ltip lica os , se ordena á declarar I2-.
la causa de haber instituido el matrimonio ; no á imponer necesidad á cada
uno de los hombres. Porque ahora multiplicado ya el linage humano , no leydeUna-
soío no hay ley alguna que obligue á casarse , sino que antes bien se en- trimonio.
comienda muy mucho la virginidad , y se aconseja á todos en las Escritu
ras Sagradas, como mas excelente que el estado del matrimonio , y que con
tiene en sí mayor perfección y santidad. Porque así nos enseñó nuestro Sal
vador y Señor : E l que pueda g u a r d a r la , g u á rd ela (a ). Y el Apóstol dice:
,
A cerca de la s Vírgenes no tengo m andam iento d e l S e ñ o r ; p ero doy con sejo como
que he conseguido d e l S e ñ o r m isericord ia p a r a ser f i e l (tí).
También han de declararse las causas por las que deben juntarse el T3*
hombre y la rauger. La primera es la misma compañía de ambos sexos, ?or
apetecida por instinto de la naturaleza , y concillada por la esperanza del au- debe con-
xílio recíproco , de que ayudado el uno per el favor del otro , puedan lie- traer el ma-
var mas fácilmente los trabajos de la vida 3 y soportar la flaqueza de la ve- trimonio.
gez. La segunda es d apetito de la procreación; oo tanto por dexar here
deros de sus bienes y riquezas , quanto- por educar seguidores de la verda
dera fe y Religión. Este era el fin que señaladamente se proponían aque
llos Santos Patriarcas quando se casaban : como se dexa ver en las Sagra
das Letras. Y así avisando el Angel á Tobías en qué manera podría recha
zar la fuerza del demonio , le dsxo ; T o íe mostraré quienes son acniellcs , con
tra los qu&les puede prevalecer d demonio. Aquellos que loman el matrimonio
de suerte que excluyan de si y de su alma á Dios , y se entregan á ¡a livian
dad como el caballo y el mulo que no timen mtmáhmmlo ; sobre estos tiene po
testad el demonio. Y luego añadió : Recibirés ¡a doncella con temor de Dios
por amor de ios hjss , mas que llevado de Irjtmidad : para que m el linage de
Ábrs&an. consigas la bendición en ¿os hijos (r), Y esta fue también la causa
porque D ígs instituyó en el principio del mondo el matrimonio. Por tan
to es gravísima la maldad de aquellos casados 5 que ó impiden con medici
nas la concepción 5 ó procuran aborto. Porque esto se debe tener por una
-cruel conspiración de homicidas.
L a tercera causa se añadió á las otras después de la caica del prim er P o r g u é
Padre , gu an d o por haberse perdido la justicia original 3 en que filé criado se msñni-
ú hom bre , co m en zó el apetito a rebelarse contra la recta razón . Y es que yóeim atrí-
d q u e reconociendo se flaqueza , n o quiera sofríe la lucha de la rem e ? se 12101110f eSf~
valga d e l rem edio d e l m atrim on io , para evitar ios pecados d e lexu ria. P
A cerca -de lo quri. escrib e así el A p ó sto l : Eter evitar la [ernim den cada
img& su muger 3 y cada mugar su mmiá@ (d)„- Y poco- después habiendo
enseña-do 3 que algunas veces se han de abstener los -casados del uso con-
yu-
MartL sp. (5) i.Cerinth. 7. (q Tab.il {d) 1. Cariara. 7.
200 CATECISMO ROMANO
yugal 5 por darse á la oración , anadió : T luego volved á juntaros en uno ; por-
que no os tiente Satanás á causa de vuestra incontinencia (a). Estas pues sos
las causas de las que debe proponerse alguna todo d que ^quiera contraer
matrimonio honesta y virtuosamente : como corresponde á hijos de San--
tos. Y si i estas causas se añadieren otras que mueven á los hombres á to
mar este estado, y en la'elección de muger anteponer uha á otra , como
son el deseo de dexar heredero , las riquezas, la hermosura, la nobleza, y
la semejanza de costumbres : estas , y otras razones como ellas, ciertamente
no se han de reprobar : pues no se oponen á la santidad dél matrimonio:
ni en las Sagradas Letras es reprehendido el Patriarca Jacob f por haber queri
da mas á Raquel que á Lía aficionado de su hermosura (¿). Y esto se en
señará del matrimonio 5 según que es conjunción natural.,
Tj. Del matrimonio , en quanto es Sacramento , es menester explicar que es
Periquee- su naturaleza mucho mas excelente , y que se ordena á un fin del todo mas
^2 alto. Porque así como el matrimonio en quanto es conjunción natural , fue
monio á la instituido desde el principio , para que se propagase el íinage humano j así se
díguidad'de le dio después la dignidad de Sacramento, á fin de que se multiplicase, y
S&eramen- educase el pueblo para el culto y Religión del verdadero Dios y Salvador
to, nuestro Jesu-Chrlsto. Porque queriendo su Magestad darnos alguna señal
cierta de la estrechísima unión que hay entre él y la Iglesia , y de su in
menso amor para con nosotros 5 declaró la dignidad de tan alto misterio se
ñaladamente por este santo enlace del hombre y la muger, Y quan propia
sea esta significación se puede conocer , de que entre todas las conexiones
humanas , ninguna estrecha mas los hombres entre sí , que el lazo del matri
monio : y el marido y la muger están atados entre sí con una muy grande
caridad y benevolencia. Y de aquí proviene que á cada paso nos propongan
las Sagradas Escrituras delante de los ojos esta divina unión de Christo y de
la Iglesia con la semejanza de las bodas.
id. A_h o ra: que el matrimonio sea Sacramento , siempre lo tuvo la Iglesia
zti&Cri* . ^
ionio es P°r c^erto y averiguado , confirmada con la autoridad del Apóstol. Porque
veredero escribe así á los de Éfeso: Acr maridos deben amar á sus mugeres como á sus mis-
aborreció
su Igle
sia : porque miembros somos de su cuerpo y de su carne y de sus huesos* Por esto de
jará ti hombre padre?madre ,y llegarse ké á su muger yy serán dos m una carne.
Este Sacramento grande es : mas yo digo en Christo y en la Iglesia (c). Porqué
enten-
. cq y ° Au
tor es Dios 5 es Sacramento - esto es ,, una sagrada señal de aquel lazo santísi
mo con que C snsto Señor nuestro se junta con su Iglesia.
use es el propio y verdadero sentido de esas palabras : como lo mués-
TERCERA PARTE
D E L CATECISMO ROMANO.
CAPÍTULO I.
C A P Í T U L O II
lo s h ijo s d e Is r a e l d e la t ie r r a d e E g ip t o ; s in o v iv e e l S e ñ o r . q u e sacó lo s h i
jo s d e Is r a e l d e la t ie r r a d e l A q u iló n , y d e to d a s la s t ie r r a s ? a d o n d e lo s h a
b ía a r r o ja d o ,y v o lv e r lo s h é á s u t ie r r a , la q u e d i á s u s P a d r e s . H e a q n iy o en
v ió , d i c e , e l S e ñ o r y y p e s c a r l o s h a n 7 b e . ( c ) Porque el benig
m u c h o s p e s c a d o re s
6. Por esto en toda tentación opondrán los fieles como un escuda aquello
"
di
vi
CÓsHO aborrece.
se entiende
Cw£ si Sw-- J Lo» que se dice en ultimo lugar
w : T con los que me aman , ensena el rao-
fu; ”sj ¿e ° l ** *azou de guardar la ley. Porque es necesario que los que guarda
- j- U-. _________ 1_^ f l l- . . ? ?_ .O
tísifírícor— la
cha cue íos Co
cc^iesssii., uno de los maodamienros.
CA-
(rt) Beeier. y. \p) Josué (e)e. Pa- (i) Ezech. 1$. (e) 3hib. 15. Mor. cap. 31*
Tzfizozi. cap. 34. er 35. (f) Joa.na. 14.
PARTE III, CAPÍTULO III, 22Ï
C A P IT U L O III
qncy» debe examine con cuidado todo el negocio > si es acaso de tal calidad , que pa-
pasión.
sola' k fuerza y necesidad áel caso. Porque si no va delante esta conslckra-
íumbre. Asi vemos hacerlo cada día y z cada paso los que venden y com
pran '. que unos por vender mas caro , y otros por comprar mas barato, no
se detienen en alabar - 6 envilecer coa juramento las cosas vendibles. Siendo
pues
íd ) Q akr. i . (&) s .R e g .i. £e> Sap. cap. 4. Jerem. id ) Jerem. 4. (<?) Psalm.
PARTE n i. CAPÍTULO III. 32$
pues necesario el juicio y la prudencia en el juramento , y no pudíen
do los niños por razón de la edad penetrar y discernir tan agudamen
te como se requiere ; por esto ordenó San Ccrnelio Papa (a) y que no se
les tomase juramento antes de la pubertad, esto es , antes de los catorce
anos.
Resta la justicia; la qual señaladamente se requiere en las promesas. Y así ■ , r4-
si promete uno alguna cosa injusta ó indecente , peca jurando , y añade mal-
dad á maldad cumpliendo lo prometido. De esto tenemos en "el Evange- eMúrameos
lio (b) el exemplo del Rey Herodes s quien obligado de un juramento te- to,
merario , dio á la moza danzarina en premio de su hay le la cabeza de
San Juan Bautista. Y tal fue también eL juramento de aquellos Judíos, que„
como consta de los Hechos Apostólicos (c), se comprometieron en i&> gustar
cosa , hasta haber quitado la vida al Apóstol Pablo.
Explicadas así estas cosas, no queda duda alguna de que seguramente sea rí*
lícito jurar al que las guarde todas , y afianzare su juramento con estas con- „ tazones
caciones como con unas fortalezas. Esto es raen cíe prooar con muchos ar-: t,an que e$
gumentos. Porque la ley del Señor, que es inmaculada y santa ( d ) , lo man--juramento
da así , pues dice : T e m e r á s á t u D i o s y S e ñ o r , y á é l s o l o s e r v i r á s , y j u r a - es lícito.
r á s p o r s u n o m b r e (¿). Y David escribió : S e r á n a l a b a d o s i o d o s l o s q u e j u r a n
e n e i S e ñ o r ( j }.
A mas de esto dan á entender las Santas Escrituras, que las mismas lum
breras de la Iglesia los Santísimos Apóstoles usaron tal qual vez del juramento:
como consta de las Epístolas de San Pablo.
Añádese que aun los mismos Angeles, juran algunas veces: pues escribe
San Juan en el Apocalipsis (g) , que un Angel juró por el que vive en los si
glos de los siglos.
Y sobre todo aun el mismo Dios Señor de los Ángeles jura: y en mu
chos lugares del Testamento viejo confirma Dios sus promesas con jura
mento (ó) , como á Ahrahan y á David , quien para perpetua memoria de-
xó así escrito sobre el juramento de Dios : Juró el Señor ,7 no se arrepen
tirá : ¿á eres Sacerdote eterno según el orden de Mdquised.ee (i).
Y es clara la razón con que se explica; porque el juramento es digno
de alabanza , si se considera con atención todo el negocio , y se mira al orí- Pruébase
r- %. _ , . ^ f 1 ss ioa—
gen y un del juramento. Porque el juramento trae su origen de la fe , con ble el jica
que creen los hombres que Dios es Autor de teda verdad , que ni puede, mentó he-
jamás ser engañado, ni engañar á otros, que todas las cosas están desnudas:cho como
y descubiertas anee sus ojos; y en fin , que gobierna todas las cosas huma- se ¿ebe’
C A P Í T U L O IV.
doeríquan- 7 ^°s &n05' Témaos que acaso en vam trabajé entre vosotros (d). L o mismo es
to era cere- cribe á los Ccloseoses (r). Y esto baste sobre la diferencia,
taosíal. Pero conviene este mandamiento‘con los demás,, no en el ritoyeere*
monias , sino en que. tiene alguna cosa perteneciente & las costumbres y de-
recho natural. Porque de este derecho nace el culto de Dios y la Religión
¿ manda-
se rasneta- que se expresa por este mandamiento : pues nos dicta la naturaleza , que em*
SDÍenro con oleemos algunas horas en las cosas que pertenecen al culto, de Dios. Y de
ios or. cros esto es prueba clara que en. todas, las naciones vemos señalados algunos dias
nueve.
festivos y solemnes consagrados para ks funciones sagradas y .divinas. Por
que es natural en el hombre dedicar algún tiempo Sxo para las cosas preci
sas , quales soa el descanso , el sueño, y otras tales. Pues de esta misma
razón oatorsí dimana ? que de la suerte que al cuerpo , se conceda también
al alma algún tiempo , en el qual se retuerce por la contemplación de Dios.
Y así debiendo haber alguna parte de tiempo , en el que sean, celebradas las
CC-
fa) Isa!. c6, (p) JerejB, (cj. Hsecíx. zq, zz. 23. st 44. (d) Galat. 4. (é) Cotos, 2,
PARTE III. CAPITULO IV. 231
sosas divinas , y tributado á Dios el debido culto : esto sin duda pertenece
i. los preceptos morales.
Por esta razón determinaron los Apóstoles consagrar al culto divino el 7.
primero de aquellos siete días, y le llamaron Domingo. Del día de Domin- ^os -Apes
go hace mención San Juan en su Apocalipsis (a). Y el Apóstol manda, que [°^sro^ras3~
se hagan las colectas el primer día de la semana (¿). que es el Domingo: fiesta del
según lo explica San Juan Crisóstomo (c), Para que entendamos que ya en- Sábado al
ronces era tenido en la Iglesia el día de Domingo por santo. Pues para que domingo,
sepan los fíeles qué es lo que deben hacer en este día , y de qué obras se
deben abstener , será muy dei caso que les explique el Párroco diligentemente
palabra por palabra todo el mandamiento , que puede muy bien dividirse en
quatro partes.
Primeramente pues se propondrá en común , qué es lo que se manda por
las palabras : Acuérdale de santificar el dia del Sábado : pues muy al caso se Qué es lo
puso al principio del mandamiento aquella palabra Acuérdale : por quanto el <Iae se man*
culto de este dia pertenece á las ceremonias. Y de esto debía ser amonestado
el pueblo : porque aunque dicte la ley natural , que debe ser Dios adorado pa ” a*bra^
en algún tiempo con culto de Religión , con todo eso no determina en que día Acuérdate.
señaladamente se deba esto hacer.
También se ha de enseñar á los fieles , que por estas palabras se puede
entender el modo y .la reserva con que han de trabajar en toda la semana:
es á saber , de manera que siempre estemos atendiendo al día de fiesta. Por
que como en él hemos de venir á dar alguna cuenta y razón á Dios de nues
tras acciones y obras, es necesario que las hagamos tales , que ni sean des
echadas pos su divino juicio, ni sean para nosotros (según está escrito) ma
teria ,de llanto y dé remordimiento de conciencia (d).
Ultimamente se nos recuerda lo que ciertamente debemos advertir , y
e s, que no faltarán ocasiones para olvidamos de este mandamiento , ó ya
movidos del exemplo de otros , que no hacen caso de él : ó por la afición
á espectáculos y juegos, que muchísimas veces nos retraen del santo y religioso
culto de este dia. Pero pasemos ya á lo que ¡se demuestra por la significación
del Sábado.
Esta, voz Salado es nombre hebreo, que en nuestra lengua quiere decir 9.
Cesación : y así Sataiizar es lo mismo que cesar y descansar. por esta signi- signi
ficación vino el día séptimo á llamarse Sábado : porque acabada y cumplida Ias
Toda la obra del universo , descansó el Señor de todas las que había hecho: sábado y
y con ese nombre le llama el mismo Señor en el Exodo («)- Pero después rabatizar*
no solo se llamó con este nombre el dia séptimo , sino aun toda la semana,
por la dignidad de ese dia (/). Y en ese sentido díxo aquel Fariseo que men
ciona San Lucas: Ajino dos veces en d Sábado (g) , esto es , cada semana. Y esto
baste en quanto á la significación del Sábado,
Por la santificación del Sábado se entiende en las Sagradas Letras levantar ,10'
Siano de trabajos corporales y de negocios : como lo muestran con claridad ,
que tos
las
(s) Apoaaíyp. 1. (¿) 1. Corinth. 16. {d) xJReg.^. {e} Excd. 20. { / ) D e«-
{c} B ea il. 13. ic 3. as Corlada, ter. 5. ig ) Lee. iS,
2S ! CATECISMO ROMANO
fíeles sanó- j as palabras siguientes del mandamiento : N o t r a b a ja r á s , Pero no solo sigrfi-
fiean el Sá fiean esto (pues en tal caso habría bastado decir en el Deuteronomio (3).
bado,
Guarda el dia del Sábado) s sino que añadiéndose en el mismo lugar: Para
que le santifiques , por estas palabras se manifiesta que el día del Sábado es
religioso , v que está consagrado á acciones divinas y . santos exercicíos, Y'
por tanto entonces celebramos cumplida y perfectamente el dia del Sábado
quando pagamos á Dios los tributos de nuestra piedad -y Religión. Y este
puntualmente viene í ser el Sábado , que llama Isaías delicioso (6) 3 porque 103
días festivos son como las delicias deí Señor y áe los hombres virtuosos. Y
así si añadimos á este santo y religioso culto del Sábado otras obras de mi
sericordia 9 son ciertamente muchos y muy grandes los premios que se nos
prometen en el mismo capítulo.
si. Mira pues el verdadero y propio sentido, de este mandamiento, á que des-
Quái sea el embarazado el hombre de negocios y trabajos corporales por algún tiempo de
sentido le- ternq nac[0 y fiXo 5 se emplee, únicamente con cuerpo y alma en el cuidado de
esas pala- adorar y venerar piadosamente á Dios.
oras, ~ En la segunda parte del mandamiento se muestra , que el dia séptimo
12. está dedicado por mandado de Dios á su divino cuito: pues- dice así: S e i s
Qué es lo {¡qa¡ t r a b a j a r á s , y h a r á s t o d a s t u s o b r a s : m a s e l s é p t i m o d i a e s e l S á b a d o á e
muestra en Ílí ^ 10S ? S e ñ o r , En las quales palabras se nos dice , que tengamos el dia
la segunda del Sábado por consagrado al Señor , que le tributemos en él los oficios
parte del de la Religión, y que entendamos que ese áia es señal del descanso de su
precepto. Magestad.
13. Señaló pues su Magestad. este dia á los Judíos para su divino culto:
Por qué porque no convenía dexar al arbitrio de un pueblo rudo la elección del íiem-
co.mano se- p0 } para qac no incitasen acaso las fiestas de los Egipcio^. Y así de los siete
T-Aes^ *el días escogió Dios el ultimo , para que le diesen culto: lo qual está tan He
día séptimo no Estenos , que el mismo Señor en el Exodo (c) y en Ezequiel (¿)
pira si cal- lo llama s e ñ a l 5 diciendo : M i r a d qia g u a r d é i s m i S á b a d o : p o r q u e e s s e ñ a d e n t r e
zo tur;no. m i y e n tre v o s o tro s e n v u e s tra s g e n e r a c io n e s :p a r a q u e s e p á is q u e y o so y e l S e ñ o r
q u e os s a n tific o .
h asi ese día rué señal que indicaba , que deben los hombres .dedicarse a
Dios - y mostrarse santos en su presencia , viendo que el mismo dia está tatu
JPs c ié cc¡—
sas fcá se- bien dedicado á su Magestad: pues el dia es santo , por deber los hombres
£ssrc~^r en señaladamente obras de santidad y Religión. Fue señal tasr*
fjjjf oten , y como memoria de la creación de esta ras rabill osa obra del universo.
Demas de esto rué señal encomendada ¿ ios Israelitas „ para recuerdo de que
por ei auxilio ce míos nabian sigo redimidos y rescatados del durísimo vu-
go de la esclavitud de Egipto : como- lo muestra el Señor por aquellas pa-
1síDíc> : Acuérdale ¡ie que tu iama¿ai j tusU siervo en Egipto yy que te saco áe cid
y S a n a r e n m a n o f u e r t e - y e n - ó r a w e x t e n d id o . P o r e s to te m a n d o y que
viras d dea da Sacado (f). Y sobre todo esto es señal ¿el Sábado, así
esp-nrusi . como celestial.
ni -tordo espiritual consiste en cierto santo y místico reposo: esto es,
quan-
(A Reaicr. 5,* r ) ;d -Gn?s, 31, 2sech, so, {e} Decrer. 5.
PARTE III. CAPITULO IV. 253
cuando sepultado el hombre viejo juntamente con Chrísto , se renueva nara ^
la vida , y se exercita cuidadosamente en aquellas acciones que convienen á el Sábado
la piedad Christiana. Porque los que en otro tiempo eran tinieblas , pero ya espiritual
son luz en el Señor 0 ) , deben andar como hijos de la luz en toda bondad, del Puebl°
justicia y verdad 5 y no tener ninguna comunicación con las obras infruc- ChriSUai;o-
tuosas de las tinieblas (¿)-
Pero el Sábado celestial, según dice San Cirilo (c) exponiendo este lugar 0 d*5'
del Apóstol : Quédase d Sabatismo para el pueblo de Dios (d) y es aquella vida sábad^ce--
en la qual viviendo con Chrísto , gozaremos de todos los bienes , arrancado lestiai.
el pecado de raíz , según aquello : Sío habrá allí león , ni subirá por allí bes-
lia fiera , sino que oslará allí la senda y d camino , y se llamará camino san
io (e), Porque, el alma de los Santos lográ todos los bienes en la vista de
Dios. Y así exhortará el Pastor y aguijará í los heles con aquellas palabras:
Apresuremos pues á entrar en aquel reposo (f).
Además del día séptimo tenia el pueblo Judáyco otros días festivos y sa i 7.
grados , establecidos por divina ley , en los quaies se renovaba la memoria de A mas del
Sábado tu
los mas señalados beneficios. vieron los
Pero la Iglesia de Dios tuvo por acertado trasladar el culto y celebridad dei Judías o-
Sábado al Domingo- Porque así como ese día iué el primero en que alumbró tros días de
la luz al mundo , así filé sacada nuestra vida de las tinieblas á la luz resucitan- £est^*s
do en ese día nuestro Redentor 3quien nos abrió la. puerta para la vida eterna. p or
Por esto los Apóstoles quisieron se llamase día dd Señor, Y i mas de esto rrasíadáron
echamos de ver en las Sagradas Letras ser solemne este día por haber empeza- los A posto
do en él la obra de la creación del mundo , y haber sido emhiado sobre los í,es,
del Sábado
Apóstoles el Espíritu Santo. al Dom in-
Otros días festivos establecieron los Apóstoles desde el principio de la go.
Iglesia , y después en los tiempos sucesivos nuestros Santos Padres : para 19.
que celebrásemos piadosa y santamente la memoria de los beneficios de Dios. Por qué
Entre estos son tenidos por muy solemnes ios días que están consagrados á la además del
D o m in g o
Religión por ios misterios de nuestra Redención. Después los que están dedica se instite-
dos á la Santísima Virgen Madre:y luego á los Santos Apóstoles y í los Maní yéro e otras
res, y ¿todos los demás Santos que reynan con Chrísto : en cuya victoria se £=sws.
celebra la bondad y poder de Dios , se dan í ellos las debidas honras, y el pue
blo fiel se Incita a su imitación.
Y par quanto para guardar este precepto tiene gran fuerza aquella parte 20.
de él , que se expresa por estas palabras : Sds días irabajarás , pero d dia Cóm o por
séptimo es el Sábado de lu Dios y S e ñ o r : debe el Párroco explicar esta parte to sonAn-
con todo cuidado. Porque de estas palabras se puede colegir, que no han ck’ djs ios
de hacer los lides vida ociosa y hanagana 3 sino que teniendo presente la fieles á huir
voz del Apóstol: Haga su mg&ao cada uno , y ir&hajt por sus manos 5 según "rd* ockj-
b lanía -mandado (g), Vianda -también el Señor por este precepto , que haga
mos nuestras obras en los mismos seis días , de manera que ninguna de aque
llas cosas que se deben hacer a ó despachar ea ellos , se reserve para el
gg día
(¿} Eyhss. loideso (d) Hebr. 4. (e) Tsal
(c} lab. 4. ¿3 Josas. cap. ¿s. (/) Hebr. 4. {g) s. Xhesal. 4.
£34 CATECISMO ROMANO
día- de fiesta : porque no quite ai alma el cuidado y amor de las cosas
divinas.
2I. Después se explicara la tercera parte del precepto :la qual señala en der-
Qué es lo t0 modo de qué manera debemos celebrar el día del Sábadó ; pero señala-
que señala- £jamcnte declara , qué es lo que se nos prohíbe en ese día: porque dice el
damenrees-
tá prohibí- ° enor. en ese día obra alguna iu , ni tu hijo , ni tu hija } ni tu s(er-
do en Ies vo , ni tu sierva ni tu asno , ni d Jarastero que está dentro de tus puertas. En
días de fies estas palabras se nos enseña lo primero , que evitemos del todo quanto pue
ta. da impedir el culto divino. Porque fácilmente se echa de ver que se prohí
be todo género de obras serviles , no porque sean de suyo viciosas ó malas;
sino porque distraen al alma del culto de Dios , que es d fin del precepto.
Y mucho mas deben los fieles evitar los pecados : porque no solo nos apar
tan de la aplicación á las cosas divinas , sino que nos privan totalmente del
amor de Dios.
22 . Pero no se vedan aquellas acciones , ni aquellas obras , aunque sean ser-
lío sevedan viles , que pertenecen al culto de Dios , como componer los altares , ador-
3asobrasex- nar ]0s Templos por causa de alguna fiesta , y otras semejantes. Per tanto di-
seTordenan xo Señor , que los Sacerdotes violaban el Sábado en el Templo , y no por
al coito de eso pecaban (a).
D ios. Tampoco se ha de juzgar que estén vedadas por esta ley las obras de
23- aquellas cesas que se perderían si se desáran en el día de fiesta : como está
Tsssbien perrn{tido por los Sagrados Cánones. Otras muchas cosas declaró el Señor en
a fg a a a s Evangelio que podían hacerse en los dias festivos 1 las que fácilmente eb-
obras serví- servará el Párroco en San Mateo (J) , y en San Juan (c).
les por la Y para que nada se omitiese que pudiera estorvar este culto del Sábado,
necesidas. se jd20 mención del jumento. Porque con estos animales se embarazan los
Po-^qné hombres P2ra celebrar el dia de fiesta. Porque si en ese día quieren que el
mancad el jtinseníG haga algún trabajo , es necesario el cuidado del hombre que le guie:
Scñjr que pues el animal por sí solo no puede hacer la obra ; sino ayudar al hom-
üo trabajen bre que la intenta. Y como á ninguno es lícito trabajar en ese dia , par eso
besnzs. no se p0e¿e valer del jumento. Mira pues también la ley de este precepto
á que sí Dios no quiere que hagan los nombres trabajar á ks bestias , mu
cho menos deben querer ser inhumanos con aquellos de cuyo trabajo é in
dustria se sirven.
* 5- Tampoco debe el Párroco ckxsr de enseñar con cuidado en qué obras
S s <pá y acciones deben exereítarse los Cfimcianos en ios días Estivos. Estas son,
-obr-ss se de-
que acudamos al Templo , que asistamos allí con sencida y piadosa aten-
jos CEris- clon al Santo Sacrificio de k Misa , y que para curar ks llagas de nuestra
nan^s en alma, recibamos con frecuencia los divinos Sacramentos de la Iglesia , que
les 4 ¡us£:s- frieron Insóreldos para. nuestra salud.
sív©s„
Pero oada mejor , ai mas oportuno pueden hacer los fieles que confesar
muchas veces los pecados á los Sacerdotes : para lo qual podrá el Párroco
exhortar al pueblo fiel., vahándose de ks razones y doctrinas que quedan di
chas y enseñadas en su lugar sobre el Sacramento- de la Penitencia. Y no so-
k-
(*) Mástil, ss. (r) Ibidem. (c) Jotan. 5.
PARTE III. CAPÍTULO IV. 2~-
lamente exaltará í los fieles á que frecuenten este Sacramento , sino que tam
bién los exhortará con cuidado muchas veces á que reciban con frecuencia
el de la sacrosanta Eucaristía.
Además de esto han de oír los fieles con atención y diligencia la pala
bra de Dios. Porque no hay cosa menos sufrible , ni á la verdad mas in
digna , que menospreciar u oír con descuido las palabras de Chrísto. Deben-
también los fieles ejercitarse mucho en la oración y alabanzas divinas, y po
ner particular cuidado en aprender con diligencia las cosas que pertenecen
al concierto de la vida Christiana , y emplearse de continuo en obras de mi
sericordia , dando limosna á pobres y menesterosos , visitando enfermos , y
consolando afectuosamente tristes y afligidos , que los tiene postrados d do
lor. Porque como dice Santiago : La religión, limpia y sin mancilla ante Dios
y d Padre es , visitar huérfanos y viudas m su tribulación [d). Y de lo dicho
hasta aquí es fácil conocer las culpas que se cometen contra la regla de es
te mandamiento.
Debe demás de este ser cargo del Párroco tener á punto algunos de aS.
terminados lugares , de donde tome razones y argumentos con que persua Por qué
da al pueblo encarecidamente , que guarde la ley de este mandamiento con fue necesa
rio señalar
sumo desvelo y cuidadosa diligencia. Para esto vale muchísimo que entien dias ciertos
dan los fieles y vean claramente , quan justo es , y quan conforme á razón, para el cotí
que tengamos algunos días señalados , que enteramente los empleemos en el to divino.
culto de D ios, y en los quales reconozcamos, adoremos y veneremos á nues
tro Señor , de quien habernos recibido sumos e innumerables beneficios. Por
que si nos hubiera mandado que le tributásemos todos los días culto de Re
ligión, ¿no debíamos aplicar todos los esfuerzos posibles para obedecerle con
prontitud y alegría de animo por los beneficios que nos ha hecho , Que son
muy grandes é infinitos X Siendo pues ahora tan pocos ios dias destinados á
su culto , no puede haber razón para ser descuidados y perezosos en el cum
plimiento de tina obligación , que no podemos traspasar sin gravísima culpa.
Demuestre á mas de esto el Párroco quan grande sea la virtud de este De Us ~1' ati-
mandamiento , quando de ios que le guardan se puede con razón decir que íidsdes que
están en presencia de Dios . y que conversan con su Magestad. Pues con produce la
templamos la Magestad de Dios y tenemos coloquios con él quando hace cabal obses>
mos oración : y quando oímos á los Predicadores que proponen piadosa y vancia oe
esta ley.
santamente las cosas divinas , recibirnos la voz de D ios, que por su ministe
rio llega á nuestros oídos : y asistiendo al Sacrificio del altar , adoramos á
Christo Señor nuestro que está allí presente. Y’ de estos bienes aquellos go
zan señaladamente que guardan con cuidado este mandamiento.
Pero los que del todo se descuidan en guardar esta ley , como no obe «S.
decen á Dios , ni á la Iglesia ,, ní guardan su mandamiento , son enemigos de Qaé debe
decirse por
Dios y de sus santas leyes. Y esto se puede echar de ver , de que este man el contra
damiento es de tal calidad , que sin ningún trabajo se puede cumplir. Pues rio de los
q u a n d o el Señor no nos impone trabajos (que aun los mas duros debería que íe que—
mes abrazar por su a m o r},, smo que manda que en los días festivos nos es- braman.
gg z te-
&0 Jacob. 2.
236 CATECISMO ROMANO
temos quietos y desembarazados de cuidados terrenos , es indicio de gran te
meridad reusar la ley de este mandamiento. De escarmiento grande nos de
ben ser los castigos que Dios executó en los que le quebrantaron : como se
puede ver en el libro de los Números (a). Pues para que no caygamos en
esta ofensa de Dios , será muy conveniente renovar muchas veces la memo
ria de aquella palabra ; Acuérdate: y ponernos á la vista los grandes prove
chos y frutos que sacamos del culto de los días de fiesta ( como arriba
se declaró) s y otras muchas cosas tocantes á este asunto , las que se
gún lo pida la ocasión , podrá tratar copiosa y largamente ei Pastor
virtuoso y vigilante.
CAPITULO V.
DEL QUAR.TO M ANDAMIENTO DEL DECALOGO.
jDe la exce
¿hiendo muy grande la virtud y dignidad de los mandamientos anteceden
len cia de es tes , con razón se ponen inmediatos í ellos los que ahora se siguen : por
t e aid. :cia— que son en gran manera necesarios. Aquellos miran derechamente al fin que
miento , y es Dios : estos nos instruyen es el amor del próximo : aunque últimamente
e a qué con
también nos enderezan y' encaminan á D io s, quien es el fin , por cuya cau
v ien e c o a
lo s an te ce sa amamos al próximo. Por esto dixo Christo Señor nuestro , que estos dos
d entes. mandamientos de amar á Dios y al próxim o, eran semejantes entre sí (&).
Apenas pueden decirse las utilidades de este mandamiento , porque produce
muchos y aventajados frutos , y es como una muestra que indica la obe
diencia y observancia del primer mandamiento. Porque ti que no ama á su
hermano ¿ quien ve , dice San Juan , ¿ carne puede amar á Dios , á quien no
ve (e)< Pues a este modo , sino respetamos y no reverenciamos á los Padres,
¿ quienes debemos amar según Dios , estando casi siempre á nuestra vísta,
¿ qué honor , ni qué culto daremos si mayor y mejor Padre Dios , á quien
en manera ninguna vemos ? Por aquí se ve clara la conformidad de estos
dos mandamientos entre sí.
-3.
Muchísimo se extiende k observancia y uso de este mandamiento. Por
Qaáato se que además de aquellos que nos engendraron 3 hay otros muchos á quie
extienda, ¡a nes debemos tener en logar de Padres, ó por razón de k potestad , ó de la
xharza. de d ig n id a d ó de la utilidad , ó de algún cargo y oficio honorífico. Aligera á
este tsansas.-
mas de esto esta ley ei trabajo de los Padres, y de todos los mayores. Por
üjieasto , y
cosaco se que siendo su primer cuidado que todos los que tienen haxo su potestad,
alígera. p o r vivan anivelados y ajustados á k divina le y ; este cuidado será muy llevade
él la carga, ro , una vez que todos hayan entendido que es Dios el que manda y amo
de los Pa nesta que se trate á ios Padres con soda veneración. Mas para que podamos
dres.
cum-
ip) 2ÍK.33* i c {&} Maidj. a a. (c) i. Josas. 4.
PAUTE III, CAPÍTULO V 237
cumplir esto, es preciso conocer la diferencia que hay entre los mandamien
tos de la primera y de la segunda tabla.
Primeramente pues ha de explicar el Párroco , y prevenir muy en parti „ 3-
cular , que los divinos mandamientos del Decálogo fueron grabados en dos Por qué
Jos manda—
tablas. En una de ellas , como lo aprendimos de los Santos Padres, estaban mieatos £e
los tres que ya se han explicado, y los siete restantes estaban en la otra. Y dividieron
ésta partición fue muy conveniente , para que el mismo órden de los manda- en á°5 te
mientes nos descubriese la diferencia que entre ellos hay. Porque todo lo blas*
que manda ó veda la divina ley en las Sagradas Letras nace de uno de es
tos dos capítulos : pues en toda acción se mira ó al amor de D io s , ó al del
próximo. Y de hecho el amor para con Dios se enseña en los tres prime
ros mandamientos : y lo que mira í la unión y compañía con los próximos,
se contiene en ios siete restantes. Y asi no sin causa se hizo esa división , de
que unos se pusiesen en la primer tabla, y otros en la segunda.
En los tres mandamientos primeros de que habernos tratado , es como ,
la materia ó sugeto , de que se trata el mismo Dios , esto es , el Sumo Bien. Cómo
En los demás es el bien del próximo. En aquellos se propone el amor ál- Ia ^Caridad
tim o, en estos el inmediato. Aquellos miran al fin , estos í los medios que
se ordenan á él. ^ _
_ contiene en
Á mas de esto la Caridad de Dios depende deí mismo D io s : porque los tres pri-
Dios debe ser amado sobre todo por sí mism o, no por otro respeto. Pero meros Pre_
la Caridad del próximo nace de D io s , y debe enderezarse a ella como á l í6Z
regla cierta. Porque si amamos í les Padres , si obedecemos á los Señores, x¡mo en ]0S
si resoeramos á íos Superiores en dignidad; tocto esto se debe hacer por restantes:y
Dios Xque es su C riador, que quiso que presidiesen á íos otros , y que de &
bornes executar - por quanto el mismo Dios las hizo dignas de ese honor. D;
A . - * t •=______ ____ w ----u:____ i _ j ______
... Epístola
e&edeced d vuestros Señares temporales can. temor y temblor , y cea sencillez de
vuestro corazónr c a m a é C k r i s í o : y e s t o n ú s c h e n p r e s e n c i a ó c o m o a g r a d a n d o
á h s hombres s i n o c o m o s i e r v o s d e C k r i s í o 7 i m d t n d o d e v e r a s ¿ a v o l u n t a d
de Dios (¿).
A esto se junta que i Dios no se da honor , piedad ni culto alo-uno,
* S a C a rid sd
■ digno de su grandeza: j para con el puede aumentarse infinitamente la Ca de 2>Ios no
ridad. Por esto es necesario que nuestra Caridad hacia Dios se haga C1 di ^ía tiene ií mi—
es día ú
eo razon , co n t o n a C I E i& ü a y tuettsa u u e s u » iu u a<¿. v ^íá íiá íu u . t|u c ------------ s í»
amamos al próximo , tiene sus Hmkes : porque manda el Señor que le ainc
isos como á nosotros mismos. Y si alguno traspasare estos términos, de ma-
izisúc en d amor á Dios y á los próximos, comete una graví-
nera que igi
s i-
¡b) Mattñ. 10. (k) Ephes, 6,
23 s CATECISMO ROMANO
síma maldad : Si alguno viene á mi , dice el Señor , y no aborrece a su Padre
madre , muger , hijos , hermanos y hermanas , y hasta su misma vida , na pue-
de ser mi discípulo (¿?). A cayo propósito, se clixo también : Dexa que los muer
tos enlierrm sus muertos (b) queriendo uno enterrar primero á su Padre , v
después seguir á Christo. Pero laJ explicación mas clara es la que hay en
San Mateo : El que ama padre ó madre mas que á mi, no es digno de mí {c).
6.
Cómo se Sin embargo de esto no tiene duda que debemos amar y respetar en
ha de aanr gran manera á los Padres. Mas para que esto sea virtuosamente , es nece-
á los Pa- sario que el principal honor y cuito se dé á Dios , que es ei Padre y Cria-
dres y todos , y que de tal modo amemos a ios Padres naturales ■>que toda la
se^es^ue- fuer2a del amor se encamine al eterno Padre celestial. Y si en alguna oca
de obede-sion se encontraren los mandamientos de los Padres con ios de Dios , no
cer. hay duda que deben ios hijos anteponer la voluntad de Dios á la volunta
riedad de sus padres, acordándose de aquella divina sentencia : Mas razón
es obedecer á D k s que d los hombies (di).
Expuestas estas cosas explicará el Párroco las palabras del m anda míe n-
Q^é signi- to , y primeramente qué sea honrar. No es otra cosa que juzgar bien de
iica aquí ia uno } y apreciar en mucho todas sus cosas. Y esta voz Honra lleva con sí-
honrar b r 3 g° to^° esto s amor y respeto y obediencia v veneración, pero sabiamente se pu
so en la ley la voz de honra, y no la de amor ó miedo : aunque los padres,
deban ser muy amados y temidos. Porque el que ama , no siempre honra
y respeta : y el que teme no siempre ama : pero el que de veras honra á
uno , le ama y le reverencia. Y en habiendo el Párroco explicado esto trata
rá de los Padres , v de los que son entendidos por este nombre,
g. Porque aunque la ley habla principalmente de los Padres que nos en-
Quiénes gendráron , sin embarso también pertenece este nombre á otros , que así-
son enten- jnis^o parece están comprehsndidos en la ley , según se colige de varios lu-
-óidos pe*. £ ,rss ja £>i\goa_Escritura. Pues además de aquellos que nos dieron el ser,
ce Padres, hay en las Sagradas letras otros géneros ae ruares , según ya tocamos , y
á cada uno de ellos se debe su respectivo honor.. Primeramente se llaman
Padres los Prelados y Pastores de la Iglesia y los Sacerdotes; como consta
del Apóstol , quien escribiendo á los Corintios, dice : No os escribo esto por
avergonzaros , mas amonestóos como d mis muy amados hijas. Poraue aunque ten
gáis diez mil ayos m Christo , no tenas- muchos Padres : pues yo os engendré en
JcsU'Ckrisío per medio del Evangelio (e.) Y en el Eclesiástico está escrito:
Alabemos & los varones gloriosos y d nuestras Padres en si¿ generación {/).
También se llaman Padres aquellos á quienes está encomendado el im
perio , el Magistrado 6 la potestad de gobernar la República. Así Naaman
era llamado Padre por sus criados (g).
A mas de estos decimos Padres á aquellos, á coya protección , ndeíí-
dad , bondad y sabiduría están otros encargados : como son los Tutores^
Curadores , Ayos y Maestres: por cuya razón los hijos de los Profetas lla
maban Padres á Elias y i Elíseo (£).
Üí-
(3) Sen íer. 6. SSatESi. 22. Lee. 14. Corinth. 4. ( f ) E celi. 44. (gb 4. Re-
(À March, 10. A c to r. 5. (c) 1. gsm. g (p) Ibidem c.
PARTE III. CAPÍTULO V. ‘39
Últimamente llamamos Pudres á los ancianos y de edad avanzada , i
quienes también debemos honrar, Pero sea el primero y principal entre los
documentos del Párroco enseñar , que todos los Padres , de qualquier con
dición que sean , deben ser honrados s y especialmente aquellos de quienes
nacimos : pues de ellos señaladamente habla la ley divina.
Porque los Padres naturales son como ciertas imágenes de Dios inmor Por qué los
tal. En ellos contemplamos la semejanza de nuestro nacimiento.- Ellos nos hijos de ios
dieron la vida , y de ellos se valió su Magestad para comunicarnos el alma Christia—
y el entmdimiento. Ellos nos llevaron á los Sacramentos , nos instruyeron nos deben
en la Religión y en el trato humano y civil 5 y nos enseñaron la integridad hacer ho
nor parti
y santidad de costumbres. Y enseñe también el Párroco que con' mucha ra cular á sus
zón se expresó también en este precepto el nombre de la Madre : para que Padres na
Consideremos sus beneficios y merecimientos, y lo mucho que la debemos: turales.
con quanto cuidado y solicitud nos llevó en su vientre 5 y con quanto tra
bajo y dolor nos parió , y nos crió.
Han de ser pues reverenciados los Padres de manera que el honor que io.
Ies damos sea como nacido de amor y de lo íntimo del corazón. Este aca D e qué
modos se
tamiento les es muy debido : por mirarnos ellos con tales afectos , que nin honra á lo s
gún trabajo , dificultad ni peligro se les pone delante que rehúsen por Padres na
adelantamiento de sus hijos : y no hay para ellos cosa de mayor gusto que turales.
entender son amados de sus hijos á quienes tanto aman. Hallándose Joseph
en Egipto tan entronizado , que solo le precedía el Rey en el solio del
Revno 0?) recibió honoríficamente á su Padre , guando fue allá (¿>). Y Sa
lomen se levantó del trono por cortejar a su Madre que entró á hablarle,
y habiéndola hecho un grande acatamiento , la asentó á su diestra en solio
real (c).
H ay á mas de estos otros muchos oficios de honra que se deben á los
Padres. Porque los honramos también , quando pedimos rendidamente á Dios,
que todas las cosas les sucedan próspera y reliz mente : que estén bien quis
tos y estimados entre los hombres, y que sean muy agradables á Dios y
dios Santos que están en el Cielo.
Honramos demás de esto á los Padres , Guando concertamos nuestros
negocios y dependencias según su arbitno y voluntad : como lo aconseja Sa
lomón diciendo: Oye , Aya nz¡c¡ , la doctrina, d-z °u Padre , y no deseches la ley
de iu Madre : para ryie sea aumento de grade para ¿u cabeza, y collar para
tu cuello (d). A este modo también son. acuellas exhortaciones del' Após
tol : Hijos , obedeced d zmesíros Padres en. d Samr : perqué esto es justo (e).
Y en otra parte : Hijos , obedeced en lado d vmsér&s Padres : porque csio es muy
dd agrado de Dios (/). Y se confirma con el exemplo de varones santísimos.
Porque Isaac siendo maniatado por su Padre * para ser sacrificado , le obe
deció con modestia y sin réplica (g). Y los Recabltss' se abstuvieron perpe
tuamente d d vino , por no discrepar jamás del consejo de su Padre (A).
Asimismo honramos á los Padres 5 cuando imitamos sus buenas acciones
y
fa) •Genes. 4 1. (&J Ib H e a . 4 A (a) ( f ) Colos. 3.
Ephes. 6-
£r) 3. Eeg. 2, {d) 1. íg) Geass.zz. (¿} Jereta. 35.
240 CATECISMO ROMANO
y costumbres: pues es prueba grande de que los estimamos , el procurar ser
muy parecidos á ellos. Y ¡os honramos también , quando no solo íes pedi
mos su consejo; sino que íe seguimos.
£I> Honramos á mas de esto á los Padres , quando los socorremos con lo
cómose ha necesario para su sustento y vestido : como se comprueba por el testlmo-
de socorrer nio de Chrísto , quien reprehendiendo la impiedad de los Fariseos , les di-
á los Pa- x o . - X par qué vosotros traspasáis el mandamiento de Dios por vuestra ira-
do^ss^ven lición ? Porque Dios dixo : Honra á iu padre y á tu Madre, Y el que maldi-
en necesl- x~re d su Padre ó á su Madre , muera de muerte. Mas vosotros decís; Qual-
dad y m a- quiera que dicen á su Padre ó á su Madre : toda ofrenda que yo hiciere á Dios>
cao mas en aprovechará á ti también : sin honrar á su Padre ni á su Madre, Y asi hicisteis
peligro de nvj 0 mandamiento de Dios por vuestra tradición (a).
En todo tiempo debemos tributar á ios Padres estos oficios de honra0 ,
pero nunca con mayor cuidado , que quando se hallan enfermos de peligro.
Porque se ha de hacer diligencia de que no omitan cosa perteneciente á con
fesarse , ó á los demás Sacramentos que deben recibir los Christíanos. Quan
do se acerca la muerte , se ha de cuidar que los visiten con frecuencia per
sonas piadosas y religiosas, que los esfuercen en su debilidad , los ayuden
con sus exhortaciones , y animándolos mucho los alienten á la esperanza de
la inmortalidad , para que apartando el pensamiento de las cosas humanas,
todo le pongan en Dios. A sí se conseguirá que fortalecidos con la felicísi
ma comitiva de la Fe , Esperanza y Caridad, y con el escudo de la religión,
juzguen que no solo no ha de ser temida la muerte , pues es necesaria; sino
que ha de ser deseada : como que franquea la puerta para la eternidad.
T% Por último se honra á los Padres aun después de difuntos, si les hacemos
Cómo se L-a Ies funerales , sí cohonestamos sus exequias , si les damos decente sepultura, sí
de honrar cuidamos de hacer por ellos sufragios y misas de aniversario , y si cumplimos
Z
tí:
e$á¡£'n~ punEIia^mente qu£2To mandaron en su Testamento.
ta s .
Alas no solamente deben ser honrados los Padres naturales , sino también
otros que se llaman Padres y como los Obispos , los Sacerdotes , los Reyes,
Cómo de- los Príncipes y Magistrados , los Tutores , Curadores , Maestros , A yos , An-
b e n ser y otros tales. Porque todos son dignos de percibir los frutos de núes-
%&°FQbis^ 1X2 C a r i d a d obediencia, y otros bienes , aunque unos mas que otros. Acerca
pos y Sa- de los Obispos y otros Pastores escribe así el Apesto! : A ios Presbíteros que
cErdsíea. gobiernan bien, se debe doblada- kanara; rirjncrnimie á ¿os me trabajan m la pre
dicación y áseteme (¿>), Pues ios de C alada ¿qué demostraciones de amor
no hicieron con el Apóstol ? Á los quales corresponde con un Testimonio de
3J, benevolencia tan encarecido, como decir : Aseguro de vosotros , que sz posible
Qs* * áébe fárragos habriédes sacado los hcjss 9 y me ios htdnsradcs dado (c).
psovaerseá Debe también proveerse i los Sacerdotes de lo que necesitan para su
.St decencia y mantenimiento. Por eso dice el A p ó sto l: ¿Quién peleó jamás é sus
nee^sa” Íq €x:p£mss (d) ? Y es d¡ Esclesiásñco está escrito Honra á las Sacerdotes 5y pu-
ses- ríficate am- d trabajo de tus irr&w$„ Deles la parte que te es mandada de las
íís ¡:fb. primicias y de bz ¡fratás- psr d pecado: y que asi misma se les debe obe
de
cí^ MeesEs, 13. {&} 1, Tiffi. 3. (¡r)Gsía.r. 4- (i) 1* Coristíi. 3. (e) Eccli, v.
FARTE III. CAPÍTULO V. 241
dècer j io ensena, el Apóstol , diciendo : Obedeced á vuestros Prelados . y su
jetaos á dios : porque dios se desvelan , como que han de dar cumia por vuestras
alm.as (a). Y por C h risto Señor nuestro fue mandado , que obedeciésemos
á los Pastores , por malos que fuesen 5 diciendo : Sobre la Cátedra de Moy-
sés se sentaron ¿os Escribas y Fariseos. Guardad pues y y haced quanto os d i-
xeren : mas no queráis obrar , como obran ellos : porque dicen 3 y - no ha
cen (b).
Lo mismo debe decirse de los Reyes 5 Príncipes, Magistrados , y de
todos los demás á cuya potestad estamos sujetos. Y qué género de honra 5 ye- Muéstrase
neracicn y cuito se les debe dar , lo explica el Apóstol largamente en la <iue dei>ea
Epístola a los Romanos (c) ad virtiendo también , que debe hacerse oración
por ellos (d). Y San Pedro dice : Obedeced á íoda humana criatura por amor gistrados
de Dios , ya sea al Rey , como ¿ Soberano , ya á los Gobernadores , como á políticos.
enviados por él (?) , pues todo el acatamiento que les hacemos , se endereza
á Dios : por quanto la excelencia de la dignidad debe ser venerada de los
hombres , por ser imagen de la potestad divina. En lo qual veneramos tam
bién la providencia de Dios , quien les encomendó el cuidado del gobier
no publico, y se vale de ellos como de Ministros de su potestad.
Y aunque los Ala gistrados sean malos , no reverenciamos la perversidad 16,
ó malicia : sino la autoridad divina Que en ellos hay. De manera que (cosa Debe
obedecerse
que acaso parecerá extraña) aunque nos miren con ánimo enemigo y lleno auaqusT'no
de Ira , aunque sean implacables , todavía no es causa suficiente 5 para no siempre á
mirarlos con el mayor respeto. Porque así miró David á Saúl, y le hizo gran- Ios Magís-
des servidos al mismo tiempo que él le perseguía de muerte : como lo in- ^ dos
smáa Bor estas palabras : Csn los que aborrecían, la paz , era yo pacifico ( f ) , Pe
ro si acaso mandaran alguna cosa injusta, y malvadamente , como en eso no
obraban segua la autoridad divina , sino según su propia injusticia y perver
sidad , entonces de ningún modo debían ser obedecidos. Luego que hubie
re el Párroco explicado menudamente estas cosas s considere cuan grande y
quan correspondí eote es el premio, que está prometido ¿ los que obedeces
á este divino mandamiento.
E l fruto muy grande que se saca de aquí . es vivir largo tiempo : porque 17-
son dignos de gozar dilatadamente de aquel beneficio cuya memoria perpé- ■ ? ei ?re~
xm conservan. Pues como ios que honran a sus Padres , corresponden agradecí- íos
dos á los que les hicieron el beneficio de la loz y de la vida s es muy jus- bííos obe
so que se alargue Ja suya basta ia mayor ancianidad. Luego se ha de 'aña- dientes á
dír una explicación clara de ia promesa divina. Porque no solo promete el SKS ^2dres*
Señor la vida eterna y bienaventurada 5 sino también el goce de esta tem
poral : como lo declara el Apóstol , quando dice : La piedad para, todas las
tcasas aprmstdka. - parque ímoíc promesas é!e ist vida présenle y venidera ( g ) . i§„
Y no es pcqaeño ni para desechado este galardón de larga vida. aunque Qainm
varones Sanasisssos como Job (&) y D rd d (t) y Pablo (fe) , desearon ía muer-
z y íaasbie¡3 sea molesta la dilación de esta vida á ios que se ven en era- p-QmeS3
ií ¡ES £>2- vida pro
ís) Hefer. 13. {g>} BSast. 23. (c) Hora. 13. 139- (g) r. Tira. 4. 0 Job 3, (¿} Psalm. í-onS[idtt'
rL¡¡ j. Tías. a. ()} $. PeirTa. (/> Psaisu 1 ip, bMBpo. 1,
$42 CATECISMO ROMANO
bajos y miserias grandes. Porque aquellas palabras que se añaden : Que tu
Dios y Señor te dará; no solo prometen largos años de vida, sino también
reposo ; quietud y seguridad para bien vivir : pues en el Deuteronomio no
dice solamente el Señor : Para que vivas largo tiempo ; sino que añade: Pa
ra que lo pases bien (a) 7 lo qual fue después repetido por el Apóstol (b).
19. Y decimos que consiguen estos bienes todos aquellos cuya piedad quie
C óm o lo re premiar el Señor : pues de otro modo no sería su Magestad fiel y cons
gran estos tante en su promesa : quando es á veces mas breve la vida de aquellos que
premios los
que honran
fueron mas piadosos para con sus Padres. Pero esto sin duda acaece , ó por
á sus P a que se les hace gran beneficio en sacarlos de esta vida antes que se extra
dres aun vien del camino de Ja santidad y justicia: Pues son arrebatados , para que la
que mue malicia no mude su entendimiento , ó la ficción engañe su alma (e). O porque
ran presto.
si amenaza algún estrago y perturbación en todas las cosas, son sacados del
mundo para que se liberten de la común calamidad de los tiempos : Porque
de delante de la malicia , dice el Profeta , es recogido el justo (d). Y esto lo
disnone así D ios: ó porque no peligre su virtud y salvación , quando cas
tiga su Magestad las maldades de los hombres , ó porque no sientan en tiem
pos tan tristes amarguísimos llantos , por ver las calamidades de sus parien
tes y amigos. Y por esto hay muchísimo porque temer , quando á varones
justos sobreviene una muerte temprana.
Pero así como tiene reservado el Señor para los hijos que son agrade
«a. cidos y obedientes á sus Padres el premio y galardón de su piedad ; así
D e las pa
ssai de Ies tiene también aparejadas gravísimas penas para los ingratos y rebeldes. Porque
que que escrito está: El que maldixere é su. Padre ó & su Madre, muera de muerte (e).
brantan es Y ; El que aflige ¿ su Padre 5 y hms. ¿s su Madre 5 será ignominioso y mal
ta divina aventurado ( f) , Y : El que maldice d s u Padre ó á su Madre 3 se apagará su an
le y .
torcha m medio de las tinieblas (g). Y en otra parte : El que escarnece de su
Padre ? y menosprecia el parto de s u Madre . sáqumle los cjos los cuervos de los
arroyos 3y cómanselo los hijos ¿á ágmb (&). De aquellos que injuriaron á sus
Padres 5 leemos hubo muchos en cuya venganza se enardeció la ira de Dios.
Porque no des© sla castigo los agravios que padeció David de su hijo A b -
saloa ; sino que pagó las debidas penas muriendo atravesado con tres lan
zas (i). Y de los que no obedeces á los Sacerdotes está escrito : El que se
ensoberbeciere, y » quisiere obedecer al ¿¡¡andamiento dd Sacerdote que en. ese
tiempo sirve d tu D zús y Señar ? psr decreto dd Juez moriré esc hombre (j^).
05- Pero así como está establecido por la divina ley , que los hijos honren,
.Ds<giáa&' obedezcan y ssrvaoi á sus Padres 3, así es obligación y cargo propio de los
da sé iaíísn
3os:'.?aáSnss Padres enseñar á los hijos doctrinas y costumbres santísimas , y darles las
.¡áigaDS- del. reglas mas ajustadas de bien vivir: para, que instruidos y formados según la
Rdígjrae , venérea a Dios santa, é inviolablemente : como- leemos lo hicieron
33$¡as:.y^i_ra37%
—. los--- Padres de Susana (£)„
Y así el Sacerdote amoneste á ios Padres 5 que se muestren á sos hijos,
como Maestros de toda virtud a equidad, con duenda , medesda y santidad:
y
(aj (i) E phzs.6. (e) Sapie^t-A . ,fg} P ? gv. jg>. (£>) Ihidem 30. i2). z. ~
ííf"ÍM . SI* Ce3 ¿Ó a¿ iS. !k) Dente?, 17. {i} Daniel l i j
PARTE III. CAPÍTULO V, 245
y que huyan principalmente de tres cosas en que de ordinario suelen tro
pezar. La primera , que no los hablen ni los traten con demasiada aspere
za. Así lo manda el Apóstol , diciendo en la Epístola á los Coiosenses : Pu
dres , no provoquéis á indignación vuestros hijos : para que no se hagan de áni
mo apocado (a). Porque si en todo temen , corre peligro de que salgan aco
bardados y pusilánimes. Y así mándeles que huyan dei rigor excesivo , y
que quieran mas corregir, que vengarse de sus hijos.
La segunda es- que si cometen alguna culpa siendo- necesario el castigó
Qoe no de
y la reprehensión , que no les perdonen por demasiada condescendencia,
ben los Pa
pues muchas veces se pierden los hijos por la nimia blandura y facilidad de dres ser re
los Padres. Y así amenácelos con el exemplo del Sumo Sacerdote -Helí, quien misos , a í
fue castigado severísimamente , por haber sido muy blando con sus -hi codiciosos
por dexar z
jos (£). sus hijos
La última es que en la crianza y enseñanza de los hijos no se propon grandes ri
gan fines torcidos , que es cosa feísima. Porque muchos ni entienden ni atien quezas.
den á otra cosa, que á dexarlos dinero , riquezas y un patrimonio grande
y opulento. Y los inclinan no í la Religión , no á la virtud, no á los es
tudios de las buenas letras : sino á la avaricia y amontonar hacienda. Ni
cuidan de la honra ni de la salvación de sus hijos, con tal que''sean ricos
y acaudalados, ¿qué se puede decir ni pensar mas vil ni mas indigno ? D e
aquí es que trasladan á los hijos , no tanto sus bienes quanto sus maldades y
abominación es , y les sirven de guia, no para el Cielo sino para ios tormen
tos eternos dei Infierno. Enseñe pues el Sacerdote á los Padres estas santas
máximas , y excítelos á seguir el exemplo y la virtud de Tobías (c), para
que después que hubieren doctrinado perfectamente á sus hijos en servicio
de Dios y en santidad , cojan de ellos también Cutos muy abundantes de
amor , de observancia y de obediencia.
CAPÍTULO VI.
D EL Q U IN T O M A N D A M IE N T O D EL D ECÁLO G O -
N o m atarás»
aquella gran felicidad prometida a les padEcos : Pues serán, llam ados r.
ID eía g ra n
hijas de Dios (d) y debe estimular en gran manera ¿ los Pastores , para que de u tilid a d
enseñen con cuidado y desvelo a los fieles la doctrina de este mandamiento. y necesidad
Porque el mejor medio que se puede tomar para conciliar las voluntades d e la doc
de los hombres es 3 que explicada bien esta divina ley , se ■ guarde por todos t r in a d e es
t e m anda
con la santidad que se debe : pues entonces se puede esperar que unidos m iento.
entre sí los ánimos con usa suma conibrmláad „ vivan con la mayor paz y
■ concordia.
Y quan necesario sea explicar este mandamiento , se echa de ver, de que
hh 2 des-
ís) Coios. 3. -y) z . R eg, 4. (c) T obías 4. (d) Matth.
44 CATECISMO ROMANO
-después de aquella universal inundación de toda ia tierra , esto fue lo prime
ro que Dios vedó á los hombres : Pediré cuenta , dixo , de vuestras vidas á
las bestias y á ios hombres (a). En el Evangelio también esta fué la primera
de las leyes antiguas que el Señor explicó : sobre la qual dice así por Snn
Mateo : Dicho fue d los antiguos : no matarás (¿) f con lo demás que acerca
de esto se escribe en el mismo lugar.
Deben asimismo los fieles oir con atención y con el mayor gusto esta di
vina ley. Porque bien mirado su espíritu , es una defensa muy poderosa de
la vida de cada uno : pues por estas palabras : No matarás , totalmente se ve
da el homicidio. Y así todos los hombres y cada uno de ellos ia debe re
cibir con tanto placer de su alma , como si nombrándole á él en particular;,
mandara Dios so pena de incurrir en su ira y otras penas gravísimas 3 que
ninguno le ofenda , ni le dañe. Y por tanto siendo este mandamiento tan
gustoso al oido , también lo debe ser guardarse del pecado que por él se
prohíbe.
s.
4£üé es lo Dos cosas mostró el Señor al explicar la fuerza de esta ley , que se con
qu e se ve- nenian en ella. Una : que no matemos : y esto es lo que se veda. Otra : que
d a , y qué abracemos á los enemigos con amor y candad entrañable ; que vivamos con
lo que se rodos en paz ; y que llevemos en paciencia todos los trabajos. Y esto es lo
mauda por q Ue sg mancJat
{«) Job i. 0>) Geaes. «- (S) Komi!. Qgod siemo laedis. <&c.
(=í *• feSr & (ej- SXattk. ib. (y) Ibidem g.
PARTE m . CAPÍTULO VI. 249.
Últimamente se han de explicar ios males en que incurrimos quando
Quáies y
no queremos perdonar las injurias que nos han hecho, Y así el Párroco pon quánms da
ga delante de los ojos de los que no pudiere reducir á que perdonen a sus ños nazcan
enemigos , que el odio no solo es pecado grave , sino que se arrayga mas dei GUÍO üe
profundamente por la continuación de pecar. Porque como aquel de cuyo ios enemi
gos.
corazón se apoderó este afecto , está sediento de k sangre de su enemigo,
arrebatado de la esperanza de vengarse de é l , pasa dias y noches en una per
petua y congojosa agitación de ánimo , de modo que nunca parece cesa de
maquinarle la muerte , ó alguna otra malvada fechoría. Y de aquí proviene
que nunca , ó con grandísima dificultad , pueda el tal reducirse á perdonar
del todo , ó í lo ménos en parte , las injurias. Por esto se compara muy bien
á la herida que tiene atravesada la saeta.
Hay además de estos otros muchísimos perjuicios y pecados , que eslabo «4.
Demués
na consigo solo este del odio. Por esto dixo San Juan : t i que aborrece á su trase que
próximo , está en tinieblas . y en tinieblas anda , m sabe tampoco donde va : por dei odio na
que las tinieblas le han cegado los ojos (a). Y así es preciso que cayga con cen muchos
mucha frecuencia. Porque ¿cómo pueden parecerie bien los dichos ó ios he pecados.
chos de aquel á quien aborrece ( Luego de aquí resultan juicios temerarios
y siniestros, iras , envidias , detracciones , y cosas i este m odo, con las qua-
les suelen enredarse también sus parientes y amigos: por donde muchas ve
ces acaece , que de un pecado nacen otros muchos. Y con razón se dice que
este es pecado del diablo : Que era homicida desde el principio (b). Y por esto
el Hijo de Dios nuestro Señor Jesu-Chrísto , quando los Fariseos andaban
trazándole la muerte , dixo , que tenían por padre al Diablo (í ).
Además de estas cosas que se han dicho , de donde pueden tomarse ra Remedios
zones para detestar este pecado , nos dan las Sagradas Escrituras otros mu contra eí
chos remedios , y ciertamente muy provechosos. E l primero y el mayor de pecado _del
todos es el exemplo de nuestro Salvador , que nos debemos proponer para odio.
imitarle. Porque este divino Señor , en quien no pudo caer la mas leve sos
pecha de pecado 5 herido con azotes, coronado de espinas , y últimamente
clavado en la Cruz , hizo esta oraron llena en grado sumo de piedad : Pa
dre 3 perdónalos, que no saben lo que hacen (a). D e cuya sangre vertida , dice
el Aposte! : que había mejor que la de Ahd (e)„
Otro remedio , que nos le propone el Eclesiástico , es que nos acordemos
de la muerte , y de aquel día del juicio : Acuérdate , ¿ice ,de tus postrimerías,
y nunca pecarás (/). En las quales palabras nos viene á decir : piensa una y
muchas veces , que presto llegará h hora en que has de morir : y como en
ese tiempo no debe haber para tí cosa mas deseada , como no la hay mas
necesaria, que alcanzar la misericordia de Dios , forzoso es que por toda la
vida renueves la memoria de la muerte : pues ella ciertamente te apagará del
to fo ese Fuego maligno de vengarte. Porque oara implorar la misericordia
de Dios 5 no encontrarás remedio ni rass útil , ni mas encaz , que olvidar las
injurias , y amar á aquellos que hubieren ofendido de palabra ó de obra
á o , ó á los tu vos.
11 CA-
i- Joan. 2, (ó) Toas. S. (c) Ibidem, (¿f) La;c. 23- (?) Hebr. 12. {/) Eccií. 7.
250 CATECISMO ROMANO
C A P I T U L O VIL
N o adulterarás.
1. ./Il y
sí como la unión del marido y la muger es la mas estrecha de todas,
cada uno de ellos tiene su mayor complacencia en entender, que recípro
Q uál sea el
£ n de esta camente le mira su consorte con especial amor ; así por el contrario no hay
l e y , y . có cosa mas molesta, que llegar á sentir que el debido y legítimo amor se ex
mo deben
tratarla los
travíe á otra parte. Por esto con mucha razón y orden muy concertado des
Párrocos. pués de la ley , que libra de la muerte la vida del hombre , se sigue esta,
que prohíbe ei adulterio : i fin de que ninguno sea osado á manchar , ó des
hacer de algún modo con la maldad del adulterio aquella santa y respeta
ble unión del matrimonio , donde suele Intervenir un lazo de ferviente Ca
ridad. Mas en la explicación de este punto vaya con gran cautela , é igual
prudencia el Párroco , usando de palabras encubiertas en cosa , que mas re-
auiere moderación que abundancia de voces. Porque es de temer , que si quie
re explicar larga y difusamente los modos con que suelen apartarse los hom
bres de lo que manda esta divina ley , venga acaso la plática á parar en cc-
s'as , que mas sean incentivos de lascivia , que remedios para apagarla.
Mas como en este mandamiento se contienen muchas cosas , que no de
Qaántos ben dexsrse , las explicarán por su orden los Párrocos. De dos maneras es
m a n d a — el sentido y la fuerza que hay en él. Una , en que con palabras expresas se
sueiuus se
cor. iicnen veda el adulterio. Otra se incluye en este mandamiento , y es , que guardemos
en este. casddad-de cuerpo y alma.
3- Empezando pues la explicación por lo que se prohíbe , el adulterio es
‘Qge es lo injuria del lechó legitimo, sea propio ó ageno. Porque sí un casado peca con
q a ese veda
nqcí por el soltera , mancha su propio lecho. Y si un soltero ofende á Dios con una mu
nombre de gen casada , mancha con adulterio el lecho ageno. Por esta prohibición - del
adulterio* adulterio se vedan todas las cosas deshonestas é impuras , como lo afirman
San Ambrosio (©) y San Agustín (®). Y~ en este sentido se deben entender
esas palabras , como se dexa ver por las Escrituras, así del Testamento viejo*
como del nuevo. Porque además del adulterio se ven castigados por Moysés
otros géneros de laxaría.
4* £0 el Génesis, está k sentencia de Judas contra su nuera (c). En el
S e -arles Dcuteronomlohay aquella clarísima ley de Moysés, sobre que ninguna de las
especies de
hqas de Israel feese ramera (¿i). H ay también aquella exhortación de Tobías
libiaradao
ose se ve i su hijo : G uárdatehijo mió, de teda fornicación (¿}. Asimismo dice el Ecle
nan en iss siástico : Ávergmzá&s de la vula de h Tánger deshonesta (_/)■ Y en el Evange
Esgrimías, lio dice Chnsto Señor nuestro , que del corazón salen los adulterios y for-
m-
[dj L :A í . d e O f f e cap. go. (c) Genes. 38. id) jDeiií. 23.
{ó} Q'saest. y i,„ sanr. Exod, (é) T cb. 4. {/ } S e d i . 4 1.
PARTE III. CAPÍTULO VIL *3 I
aleaciones que manchan al hombre (a). Mas el Apóstol afea muchas veces-
este vicio con machas y gravísimas palabras. Esta es , dice 3 la voluntad de
Dios : que seáis Santos , y que os apartéis de la jornicación (b). En otra parte:
Huid de la fornicación (y). Y en otra : No comuniquéis con los fornicarios (d).
Y en otro lugar: Así la fornicación } como toda inmundicia ó avaricia, ni se nom
bre siquiera entre vosotros (e). Y en otro : JVi los fornicarios y ni les adúlteros
ni los impúdicos , ni los sodomitas poseerán el Reyno de Dios (/).
La razón principal por la que expresamente se vedó el adulterio , es 3*,
porque ademas de la torpeza , que tiene común con las demás especies de ^°_r
incontinencia , trae consigo el pecado de injusticia, no solo contra el próxi- to^señaU-
mo j sino también contra la sociedad civil. Y también es cierto que el que dame«te sa
no se abstiene de la intemperancia de otras Hbisndades > fácilmente caerá en expresó el
la incontinencia del adulterio. Y así por esta prohibición del adulterio en- atiui!:erio*
tendemos sin dificultad , que está prohibida toda suerte de impureza e in
mundicia , con que se mancha el cuerpo. Y que aun mas bien está vedada
por este mandamiento toda libianaad interior del alma , lo manifiesta así el
espíritu de la misma ley , que nos consta ser espiritual , como aquella doc
trina de Christo Señor nuestro : Oísteis que se dixo á los antiguos, no adul
terarás : mas yo es digo ; todo aquel que pusiere los ojos en muger por codiciar
la , ya adulteró con ella en su corazón (g). Estas son las cosas que juzgamos
se deben enseñar públicamente á los fieles : pero añadiendo las que decre
tó el Santo Concilio de Trento (A) contra los adúlteros , y contra los que
mantienen mancebas y concubinas , dexados otros muchos y varios géneros
de impureza y libiandad, en los quales podrá instruir el Párroco á cada uno
privadamente , según lo pida la condición del tiempo y las personas; sígue
se ahora explicar las cosas que se deben hacer en virtud de lo que se man
da por este precepto-
Debe pues enseñar á los fieles y exhortarlos con eficacia á que guarden ,
eor. todo recato, pureza y castidad , y á que se conserven limpios de toda
£ t ' í - C' t -r . 1 , $Q2 .as que
masena de carne v de espíritu, pernaasanao su sannncaaon en temor de se mandan
Dios 0 ). Pero primeramente se les ha de advertir, que aunque la virtud de por este
la castidad , donde mas resplandece , sea est aquellas personas que profesan precepto,
santa y religiosamente el hermosísimo , y cel todo divino instituto de la vir-
giaidaíl; sin embargo conviene también a los que viven castamente, ó a los
que se conservan en el matrimonio puros y limpios de toda libiandad pro-
bjímdb-
Y porque los Santos Padres dexaron escritas muchas cosas por las que
nos enseñan á tener domadas las pasiones de la carne , y á refrenar sus de Q aé de
be meditar
lectes , procure el Párroco explicarlas al pueblo con cuidado, y sea muy di- principal—
ligante en tratar de estas cosas. Estas son unos remedios, que parte de ellos nients el
consiste en el pensamiento > y parte en la acción. El remedio de parte del ese desea
pensamiento señaladamente está en que entendamos quan feo y quan per- ser casro*
IIZ ni-
(¿5 Marra- rg. (5) r. Tsessalon. (_f). i. C o rista. 6. (g) Mattfe. ÿ.
s. Ceriate. 6.. (di' Ibidem g. (à) Sess. a i. de Referai. Matrim. cap.S.
Echas, g. yj s, Ocriaia. y
CATECISMO ROMANO
nicíoso es este pecado : pues conocido esto , será mucho mas Fácil su abomi
nación. Y que es maldad perniciosa se dexa entender , de que por este pe
cado son los hombres excluidos y derrocados del Reyno de Dios : que es el
ultimo de todos los males. Cierto es que esta calamidad es común de todas
las maldades. Pero es propio de esta , que de ios fornicarios se dice . que
pecan contra sus mismos cuerpos, según la sentencia del Apóstol 5 que es
cribe : Huid de la, fornicación : porque qualquier otro pecado que ú hombre hi
ciere es fuera del cuerpo : mas d jonnicano peca contra m cuerpo [a'). Esto se
dice , porque le trata injuriosamente , proknando su santidad. Acerca de lo
qual escribe así á los de Tesalónlca : Esta es la voluntad de Dios vuestra
santificación : que os abstengáis de la fornicación y y que sepa cada uno de vo
sotros p)iter su vaso en saníijicacicn y honor , no ai pasión de deseos ) como los
gentiles que no conocen á Dios (//).
Demás de esto (lo que hace mas enorme la maldad) si un Christiano
$c entrega torpemente i una ramera , hace que sean de esa vil rnuger los
miembros que son de Christo. Asi dice el Apóstol. -¿JSro sabéis que vuestros
cuerpos son miembros de Cknsic ? Quitando pues ios miembros de Chris
to , j los haré de una ramera í jrío ¿o permita Dios \ ¿ Ignoráis por ventura5
qu e d que se junta con la mugir perdida 7 se hace un cuerpo cruz día (c) -? Es
también el Christiano , como el mismo Aposto! anima , templo de! Espíritu
Santo (d) - y mane darle 3 no es meaos que arrojar de sí í este divino Es
píritu.
s. Pero en la maldad c-el adulterio hay grande iniquidad. Porque como
H* roñes dice el Apóstol (e) 5 si los cae están unidos en el matrimonio y ce tal ma
para co co nera esta sujeto el uno á la potestad, ¿el otro . que ninguno tiene jurisdicción
cer i-j scor-
cce rivi £¿ci- ni dominio de su cuerpo , sino que reciproca mente están aprisionados entre
zerio. s í , como con un cierto lazo de servidumbre , en tai darme } que el marido
¿che acomodarse á la voluntad da ¿a muger y y esta d correspondencia ate
nerse a la disposición y voluntad de! mando ; ciertamente si alguno de ellos
dividiere su cuerpo 3 que es de ¿ormnlc- ageno , y le aparta de aquel á quien
está vinculado . es sobre manera injusto y traydor. A por queme e: temor
de la infamia incita ± los hambres con vehemencia ó hacer lo que se Ies man
da , y los retrae mucho de lo- que se les veda . enseñara el Párroco . que el
adulterio marca ¿ los hombres con una. infame nota de torpeza. Porque en
las Sagradas Letras leemos a sí : El fM. es adultero . per Uz -miseria de ¿u cere
zos pe deva sm &hx<®
; 7 arpczs e igamasscct ¿salega hura s* . r nunca ¡amas se bcr-
Tcra ss cfnén® ^f), Alas por donde se puede conocer fíenme me !o grande
de esta maldad „ es por ía severidad dd¡ castigo. Porque los adúlteros en fuer
za de ley estableada por el bañar en el Testamento viejo 5 morían ape
dreados Cq\
T -jcs Aun por h, libkndad de une solo ha sido alguna vez . no solo tíestrai-
y de eí qo. comeue la m ddrsCi : orno una Guidod entera . como lo leemos de
-er-- ío3 SeptiiiUitas g-J- bínenos exe ñipaares ce c-oEigos de IDic-s . que se rerieren
en
A) n. CtwsBiíE ¡5. dì i. (¿y ibidem y. { r \ rcu-.é. Í£b Ltr.zo,
CA *. Ccrinua. A ¡dj ¿v*z. i. ¿¿y *Ge..c.. m.
PARTE III, CAPÍTULO VIL 253
en las Escrituras , podrá recoger el Párroco , para retraer á los hombres de la suelen se
abominable bhiandad : como la desolación de Socoma y demás Ciudades co guir á ios
deshones
marcanas \a), el castigo de los Israelitas que fornicaron con las hijas áe Mcah tos.
en ei desierto (b) ¡ y A destrucción de los de Benjamín (e). Y aunque á veces esca
pen de la muerte } no se libran con todo eso de intolerables dolores y tor
mentos penosos con que muchas veces son cisdgados. Porque se hacen tan
mentecatos (que es pena gravísima) , que ni tienen cuenta con Dios , ni cui
dan de su honra , ni de su dignidad 3 ni de los hijos, ni aun de su misma
vida. De este modo quedan tan despreciados e inútiles, que no puede fiárseles
cosa de importancia , y apenas son hábiles para algún oficio, ]>e esto nos dan
exentólos David (d) y Salomen (¿) , de los quides el uno , luego que adulte
ró , se hizo de repente tan desemejado de sí mismo, que de muy apacible.,
apareció tan cruel , que sacrificó í la muerte á Un as, quien ic había servido
con suma lealtad. Y el otro habiéndose abandonado enteramente á la iibian-
dad , de tal modo se apartó del culto del verdadero Dios , que adoró los
Dioses aeenes. Roba este pecado 5 como Oseas dice , el coraron del hombre , y
muchas veces le ciega (J). Ahora vamos á los remedios que consisten en la
acción,
£1 primero es huir en gran manera de la ociosidad : pues embotados con 10.
ella los vecinos de Sodoma , como dice el F'roteta Lzeqtnei (g) , cayeron pre Ih- va
cipitados en aquella maldad asquerosísima de la Ablandad netanda. A mas de rici reme—
dì OS :oc;ì :i-
esto se ha de evitar muchísimo la demasía en comer y beber. Los /un te y di tes a la ac
ce el Profeta . y adulterare?'- (¿). Porque de la repleción y hartura del vien ci oa para
tre procede la lascivia. A sí lo dió á entender el Salvador por aquellas pala evitar este
bras i Guardaos de aue se carguen- vucsirss corazones de glotonería r embriaguez. accado.
Y d A póstol: A s queráis , dice , embriagaros con d -orno , ¿La.de está la laxa
rla (i). Pero señal adámente los ojos suden ser grandes incentivos de la libia n-
dad del corazón. A esto mira aquella sentencia de Chrisro Señor nuestro:
S i ais uno de £m ojos le esc¿rtadatiza : sácaiác , y arrójale de li (á). Linchas acer
ca de esto sen las voces de ios Pro tetas : como- aquella de! Santo Job : Hice
emderío con tais ajas 3 de m pensar mtrer a ■ nna avacdla (A. Finalmente hay
muchos ; y casi innumerables exempíos de males, que se originaron de la vis
ta. Así cavó David (ni) , así pecó el R ey de biquen y¿) , y así se perdieron ios
viejos calumniadores de Sesma (cj.
El adorno excesivo que arrastra en gran manera tras sí el sentido de ios ir.
ojos . da muchas veces eezsíon no pequeña de lascivia. Por eso amonesta cí Que dehe
Eclesiástico: Ai-aren £v i estire de. la. jsi&ger peyazeda (/>). Ya que las mu per es íiidisc ei tie
ponen tanto cuidado en este atavío , no sera de extrañar que aplique et Pár ni r. 5 i a d 0
atavío- de
roco atutía diligencia, para amonestadas y reprehenderlas con aqudhs gra las dilige
vísimas palabras que sobre este punto pronuncio el Aposto! San Pedro : La rti s. fis-e.n-
de ías mngewes m> sea- exíerí&r esa rizas t¿d cabello , n& aderezo, de v e r s a c i o -
ere
(s) i. Peír. 3., <&} i . T íeb. a. (Ají i . (di) Szss. ag. Beerei, de SS. Inisg.
C üúszT ig. (f!: i. C o r . io . l f ) Sb:d.p. (g) R o n . r j .
CA-
PARTE III. CAPITULO V ili. ¿S&
C A P Í T U L O V IH
No hurtarás.
'ue fue costumbre antigua de la Iglesia repetir muchas veces í los Se Recomen i.
les la fuerza y obligación de esta divina ley , lo muestra aquella invec dación de
tiva del Apóstol contra los que afeaban mucho en otros estos vicios , en que este precep
ellos mismos se hallaban muy culpados. \ Cómo pues y decía , enseñas á otros yy to, y su co
no te enserias á ti mismo ? Predicando que no $&debe hurtar , y hurtando tú (a). nexión con
los anterio-"
Por medio de esta doctrina no solo corregían este pecado frecuente en aque res.
llos tiempos , sino que sosegaban alborotos y pleytcs , y otras causas de ma
les que suelen provenir de los hurtos. Hallándose también esta nuestra edad
miserablemente oprimida , así de estos delitos , como de los trabajos y cala
midades que proceden de elios , instarán los Párrocos sobre este punto á imi
tación de los Santos Padres y Maestres de la disciplina Christiana , y ex
plicarán continua y diligentemente la fuerza y el sentido de este mandamien
to. Y ante todo pondrán cuidado y diligencia grande en declarar el infinito
amor de Dios para con los hombres : pues no solo defiende con los dos
mandamientos : JVb matarás , y A o adulterarás y como con dos fuertes casti
llos nuestra vida , cuerpo , fama y estimación ; sino que con este :JVo hurta
rás , fortalece , y guarda como con un candado nuestras haciendas y bienes
de fortuna.
Porque ¿qué otro sentido y significación pueden tener estas palabras , si
no el que hemos dicho hablando de otros Mandamientos ? Esto es , que pro elQuál sea
sentido,
híbe e] Señor se quíten ó derroten por otro alguno estos nuestros bienes que y significa
están debaxo de su protección. Este beneficio de la divina ley , quanto es ción de este
mas señalado , tanto mas nos obliga á ser agradecidos al bienhechor. Y por precepto.
que el mejor modo de dar gracias a su Magestsa , y de corresponderle,
es oir con mucho gusto sus mandamientos , y con igual afecto guardarlos
y cumplirlos , han de ser excitados c Infiernenos los heles á la observancia de
este mandamiento. En dos partes se divide también , como los antecedentes.
La primera . que veda el harto , está clara y descubierta en él. El sentido y
fuerza ce la segunda , por la que! se nos manda , que seamos benignos y li
berales con nuestros próximos , está encubierta y oculta en la primera. De
esta primera pues trataremos primero : A s mirlaras.
Debe advertirse aquí, que por nombre ce hurto se entiende , no solo
Qné quiso
cuando se quita una cosa á escondidas contra la voluntad de su dueño, si e l Señor
no también cuando se toma‘ y’ se tiene cosa agena contra Ja voluntad del dará enten
dueño que lo sabe. Sino que pensemos, que d que prohíbe el hurto 5 no re- der aqui por
pruebe rapiñas hechas con violencia é injuria : qaando clama el Apóstol: Que el nombre
los de hurto.
R om a-, a.
2¿6 CATECISMO ROMANO
los raptor es no poseerán el Regno de Dios (a) : y escribiendo él mismo , que
se ha de huir de todo trato y comunicación con ellos (¿0°
4- Pero aunque son las rapiñas mayor pecado que el hurto , porque además
Por qué de lo que que quitan á uno . le hacen violencia , y le causan mayor ignominia,
queriendo
Dios pro- no se dehe extrañar que este mandamiento de la divina ley venga seña-
hibír toda lado con el nombre de hurto , aunque mas leve , y no con el de rapiña.
usurpación £sto se hizo con suma razón. Porque el hurto es mas común , y pertene-
Injusia, usó ce ¿ mas qUe ias rapiñas : las que solo pueden exectitar aquellos que aven-
¿* hurto y t2Rn 2 otros en Po:ier y berzas. Y ninguno dexa de ver que excluidos
á
no ' del de los pecados mas leves de un mismo género , quedan prohibidos los mas
rapiña, graves.
R , Con vanos nombres se significa esta injusta usurpación y uso de las co->
SI r;££nf ££!1 sas sgenas , por la diversidad de las mismas cosas que se quitan contra la
desdecir- voluntad , y í escusas de los dueños. Porque si í un particular se quita al
to segon sa go á escondidas , se llama hurto» Si se quita al común , se llama peculado.
extensión, se ro}ja un hombre libre ó siervo ageno , para servirse de é i , se llama
plagio. Hurtar cosa sagrada , se llama sacrilegio. Maldad que , aunque abomi
nable y enorme , está tan cundida , que los bienes que piadosa y sabiamente
estaban destinados , como necesarios para el culto divino , Ministros de la
Iglesia , y socorro de pobres , se ven convertidos en conveniencias privadas y
perniciosas libiandades.
Además del hurto ó la acción externa , se prohíbe también por esta ley
y ^ v e d á óe -snimo y voluntad de hurtar* Porque la ley es espiritual , y se
eU^jno.si- endereza al alma , como á fuente de los pensamientos y determinaciones;
n-:> -íiubien núes como dice el Señor por San Mateo : Del corazón salen los pensamientos
t- ^esco de ^ homicidios , adulterios, fornicaciones , hurtos y testimonios falsos (c).
Que tan grave pecado sea el h urto, bastantemente lo muestra la xnis-
Nón- tna fuerza y razón natural. Porque él es contrario á la justicia , que da á
pedré- cada uno lo que es suyo : pues las distribuciones y señalamientos de bienes,
iuci c e s t a b l e c i d o s desde el principio por derecho de las gentes , y confirmados
y h _y Erm por las leyes divinas y humanas, deben mantenerse con toda firmeza : de
x-zrlíx " n u iijn que tenga cada uno' las cosas que le tocan de derecho , sino que
remos trastornar la sociedad humana. Porque corno dice el Apóstol : A ; ios
Direna , m hs cháncalos , in les dados al niño , ni hs maldicientes , ni ¡os
radiares posarán d Kc¡no de Días (d). Aunque lo grave y cruel de esta mal
dad se declara por tas muchísimas consecuencias funestas que resultan del
hurto. Porque ee ahí nacen juicios temerarios , se dicen sin reparo muchas
cosas de muchos , orotan odios se traban enemistades y á veces se execu-
tan condenaciones Injustísimas de hombres innocentes.
Hs_. r :¿ y qué diremos de h obligscíon puesta por Dios & rodos , de satisfacer
gicioscrs- * se quitado alguna cosai Porque como dice San Agustín: Na
asrss- --- /■ "*".?o.€taa el peesexí T s; no se ■ m.iumyg en quitado (s). Esta restitución quan di—
íleukosa sei sí £pe está ya acostumbrado í enriquecerse de ageno , además
ss x a ta
de lo que cada uoo observa co otros , y ce lo que puede alcanzar por sí,
lo
:A £.Coróifi.& ípl íbíde® s. (c) Matth. (J) i, Corinti*. 6. {s} Epistol. 54.
PARTE III. CAPÍTULO VIH. 257
lo puede conocer de estas palabras del Profeta Hsbacuc: JAy de aquel que
multiplica las cosas no suyas ! ¿ Hasta quando carga sobre sí lodo espeso (a) ? Lla
ma lodo espeso la posesión de cosas agenas : del qual es dificultoso poder sa
lir y desembarazarse los hombres. Los modos de hurtar son tantos y tan di
versos , que es obra muy ardua contarlos. Por esto bastante será tratar de
estos dos , el hurto y la rapiña ; á los anales , como á cabezas , se reducirá
lo demás que dixéremos. Y á fin de detestarlos y apartar á los fieles de mal
dad tan perversa, pondrán los Párrocos quanto cuidado y diligencia puedan,
Pero pasemos á explicar las partes y modos diversos del hurto.
También son ladrones los que compran cosas hurtadas , ó retienen aque 9.
Quáies
llas que han sido halladas , tomadas , ó quitadas de algún modo- Porque sean los gé
dice San Agustín : Si hallaste una cosa , y no la volviste , la hurlaste (£■ ). Y si neros prin
en manera ninguna se puede hallar el dueño , se debe dar á pobres. Y el que cipales de
no puede ser reducido á hacer esa restitución, bien acredita por el mismo he hurtos , y
quiénes de
cho, que si pudiera , de qualquier parte hurtaría aualqu icr cos&* ben ser te
Con la misma maldad se encadenan los que comprando ó vendiendo, se nidos por
valen de fraudes y palabras engañosas , cuyos enganos vengará el Señor. Pe ladrones.
ro los mas iniquos y malvados en este linage de hurtos , son los que venden
por sanas y buenas mercaderías falsas y corrompidas: ó los que engañan á
los compradores en el peso , medida , numero , ó vara. Porque en el Deute-
rooomío está escrito : Lío tendrás tn un saco divenos pesos (c). Y en el Le vi-
tico : JVo queráis hacer cosa injusta en- el juicio , en ía regla , en el peso , en la
medida. El pesof k l , y las balanzas iguales , la medula justa , y el sextana ca
bal (d). Y en otra parte: Pesos diversos , es cosa abominable ante el Señor. La
balanza engañosa, no es buena (y).
También es hurto manifiesto el ce los jornaleros y artesanos , que piden
entero el jornal , sin haber puesto de su parte el trabajo debido y justo. Ni se
distinguen tampoco ¿e los ladrones ios criados desleales á sus señores , y
guardas infieles de las cosas. Y aun son estos tanto mas detestables , que los
demás ladrones que están fuera , quanto í estos se Ies cierra la puerta con las
llaves ; mas para el ladrón de casa no hay cosa cerrada , ni oculta.
Asimismo parece que cometen hurto los que sacan dinero con palabras
fingidas y astutas, ó con mendiguez engañosa : cuyo pecado es mas grave
por añadir al hurto la mentira. También se han de contar entre los ladro-*
nes los que estando asalariados oara algún oficio particular ó público , po
nen poco , b ningún cuidado en cumplir can e l , y solo procuran llevarse el
jornal. Seguir la muchedumbre restante de hurtos Inventada por la avaricia,
que como astuta sabe codos tos modos de sacar dinero , sería obra larga , y 10.
como díximos , muy dificultosa. Qnántos
Pasemos pues á tratar de la rapiña , que es- la otra cabeza de estas mal sean ios gé
dades, Para esto el Párroco prevendrá antes al pueblo , que se acuerde de neros de ra
piñas , y
aquella sentencia del Aposto!: Los que quieras enriquecerse , caen ai ¡cnlacwn^ quiénes los
y m d lazo ¿d diablo (_/"), Y que nunca den lugar á que sobre este punto rapioeres.
as se
¿s) Habac. z. (S) Sernu 19, de Y e r. (c] S e s te r. rg . (d) L evit. ip . {e} P r o -
A par, cap. S, Vcrú. ao. 1, T iai, 6 ,
25 S CATECISMO ROMANO
se les pase este precepto. Q¿iantas cosas queréis que hagan con vosotros los hom
bres , hacedlas vosotros con dios (a), Y qiie de continuo mediten aquel : Lo
que tú aborreces que haga otro contigo , guárdate de jamás hacerlo tú con él
Las rapiñas pues están muy extendidas. Porque son rapiñeros los que no
pagan el salario debido á sus jornaleros. A estos llama á penitencia el Após
tol Santiago por estas palabras : La ya ahora ricos , llorad abultando por vues
tras miserias , las que vendrán sobre vosotros : Y añade la causa de esta pe
nitencia : He aquí el jornal de vuestros peones , que segaron vuestras mteses , y se
le habéis defraudado , dama , y el clamor de ellos llegó á los oídos del Señor de
los Exércilos (c). Este linage de rapiñas está muy reprobado en el Le vi ti
co (d) , Deuteronomlo (e) , y en Malaquías (/) y Tobías (g). En. este pecado
de rapiña están comprehendidos los que no pagan á los Prelados de la Igle
sia y á los Magistrados las alcabalas , tributos , diezmos , y otras cosas de es
ta calidad que se Ies deben , ó las usurpan, y se las aplican á sí mismos.
11. Aquí también pertenecen los usureros tiranos y cruelísimos en las ra-
Xa usura
usur-a p!5as } q Ue roban y despedazan con usuras á la miserable plebe. Es usiera to-
«s ra
pecadogra- ü{l ll€^° Que s¿ Percibe á mas de la suerte y capital que se dio : sea dinero ó
?ísimo. quaiqmer otra cosa precio-estimable. Porque así está escrito en Ezequiel : .JVo
recibirás usura : ni mas de lo que disU (ñ). Y el Señor por San Lucas : Dad
prestado , no esperando de aki cosa ninguna ( i ). Gravísimo fue siempre este de
lito y muy aborrecido aun entre gentiles. De aquí nació aquel a;cho: ¿ Qué
es dar á usuras \ \ Qué , sino matar un. hombre ? Porque los usureros ó ven
den dos veces una cosa , ó venden lo que no es.
2«. Cometen también rapiña los jueces interesados que tienen los juicios
Los Jueces vendibles , y sobornados con dinero y regalos , trastornan las causas justas de
que vencen ]os desvalidos y menesterosos : los que defraudan á sus acreedores : los que
y r-s'que niegan 3a deuda : y los que tomado plazo para pagar , compran géneros
defraudan á crédito suyo ó de otro : y no eumpko la palabra 5 serán condenados con
á seis aeree- el mismo delito de rapiña. Y se agrava su pecado , porque los mercaderes
dores - co~ con ocasión de este desfalco y y defraudación lo venden todo mas caro con
ineics ra- g ra- perjuicio de la República r contra los qcales parece está aquella senteo-
* cía de David : Tosisra prestado d deeaévr 5 ) no pagará (£),
Ins deas >T que amemos de aquellos ricos .. que executan con grande rigor á los
cec í^uan que no pueden pegar , lo que les presté roo .. y contra la prohibición de D ios
sacan en prendas aun aquellas cosas que necesitan para cubrir su cuerpo?
S a c r e s .* 1, ^or£ioe dice el Señor : S i tomaste patuda el vestido de tu prórimo . seto
G/j. w&íverés áwtes qm .se ponga d SoL P&■repte soto eso ítem para cubrir mis carnes^
Scssrapas- m tatíze ütm c&ss m que dormir. Y ss daamáre a mi > Se oiré : porque soy miseri
a s k^ qas esrdzesa {«}, Á una u n mhumaiu execudon justa mente Ib.atarémos robo y
Jos ^ Por npna.
-ea Del nuatí:;.s-íí Je aquellos á quienes los Santos Padres llaman arrehatado-
qe OÁÍÍ.S- res s son fes que en oempo de dita de pan esconden d ítD o t y hacen que
por su cuiipa sea mas cara y mas dincuitosa la provisión. Y lo mismo se di
ce
Caí T-t-í 'O-Y y. T-ówie 4. 01 Iih;!e„ t -U ( f } XMr.en. u (g) Tob. c. (£)■ Zvech, : $.
Q) ja.c©a. 5- \é) U sua. íp . (el .iL.au 2.1, {¿) Lue.h- (s) P s í Iei. ¿5. g) á .u i o .
PARTE HI. CAPÍTULO V ili. 25 9
ce de todas las demás cosas necesarias para el sustento y la vida. Contra estos
se endereza aquella maldición de Salomón : El que esconde los granos será
maldito en los pueblas (a). Recargarán los Párrocos á estos- sobre sus malda
des , se las afearán con libertad , y explicarán con extensión las penas que
les están aparejadas por tales pecados. Estas son las cosas que se vedan. Aho
ra vengamos á las que se mandan. Entre ellas tiene el primer lugar la sa
tisfacción ó. restitución. Porque no se perdona el pecado sino se restituye lo
quitado.
Mas porque no solamente debe restituir el que hizo el hurto, í aquel,
i quien robó * sino que también están obligados con esta lev de la restitu- Qu‘^nes
ción todos ios que fueron participantes en ei liurto; debe manifestarse, qme- dos á resci
nes son estos , que no pueden librarse de esta necesidad de satisfacer ó res- tuir.
tituir. De muchos O géneros son. +
El primero es el de los que mandan hurtar : los quales no solo son
compañeros y autores de los hurtos , sino los mas perversos en la raza de
ladrones.
El segundo es Igual en voluntad í los primeros , aunque desigual en el
poder , sin embargo debe ponerse en la misma lista de ladrones : y es el de
aquellos , que ya que no pueden mandar , persuaden y atizan para que se ha
ga el hurto.
E l tercero es el de fos que consienten con los ladrones.
E l querco es el de aquellos que son participantes de los hurtos, y ha
cen ellos también de allí su logro : si tal puede llamarse lo que , sí no se
arrepienten , los condena í tormentos eternos. De estos dixo D avid : 5 : vetas
s i ladrón s corrías con él (fr).
E! quinto género de ladrones es el de aquellos , que pediendo estor
bar el hurto , tan lejos están de oponerse y hacer resistencia, que antes les
franquean su licencia y permiso.
E l sexto es el de los que sabiendo de cierto, que se hizo el hurto, y
dónde se hizo , no solo no lo descubren , sino que disimulan que lo saben.
El ultimo género es , el que comprdhende á todos los ayudantes, guar
das , patrocinadores , y a todos los que reciben y dan posada á los ladro
nes : todos los quales deben satisfacer á aquellos á quienes se quito algosa
cosa. Y deben ser exhortados con toda efícacia á cumplir esta precisa obli
gación.
Y á h verdad no están del todo libres ce esta maldad los que aprue
ban , y alaban los hartos : como mi están ágeteos de la misma culpa los hi
los de familias que quitan dinero- á sus padres „ y las roogeres que lo qui
tan á sus maridos. r.6.
Mándasenos también por este precepto , que tengamos misericordia de Qué se de
los pobres y menesterosos , y que aliviemos eco nuestros bienes y piadosos be decir de
cálelos; sus aíñíecone? y angustias. Y porque Cite asunto se debe tratar con ía limos
la mayor frecuencia y extensión , comaián les Párrocos lo que necesiten na. , que
cambien se
para, desempeñar este cargo , de los libros de los Varones sanAsimos- Ct- p r e s c r ib e
XX 2 - peía 2.CQÍ.
le) Frev; is . Psaís. £g.
CATECISMO ROMANO
priano (a) , Crisóstomo Ib) y Gregorio Nacianceno (0 , y de otros que es
cribieron esclarecidamente de la limosna. Porque deben ser inflamados los
fieles al amor y prontitud de socorrer á los que tienen que vivir de la mi
sericordia asena. Y se les ha de enseñar también , quan necesario es hacer
limosna : esto es , que seamos liberales con nuestros haberes , y nuestro fa
vor para con los necesitados , movidos de aquel argumento certísimo , de que
en el día del juicio ha de reprobar Dios y condenar á los fuegos eternos
á los que omitieron , ó no hicieron caso de las obras de misericordia 5 y que
ha de introducir con muchas alabanzas en la Patria celestial í los que lo
hicieron benignamente con los menesterosos. Una y otra es sentencia pronun
ciada por boca de Christo Señor nuestro. Venid , benditos de mi Padre, y
tomad posesión del Rey-no , que os está preparado, Y : Apartaos de mi , maldi
tos al juego eterno (dj.
,-?• Se valdrán también los Sacerdotes de aquellos lugares que son acomo-
dados para persuadir. Dad , y dárseos há (e). Propondrán la promesa dívi-
dos in fie l na , que ciertamente no se puede pensar privilegio mas amplio, ni mas gran
jea á la li- dioso : Ninguno hay que dexe casa , ó r. que 'no reciba cien veces tanto ahora en
musirá. este tiempo . y en el siglo venidero la vida eterna (/). Añadirán lo que dixo
Christo Señor nuestro : Granjead amigos con el dinero de la maldad: para que
guando áesjallccúredesy os reciban ai las moradas eternas (g). Expondrán tam
bién los modos de cumplir esta obligación precisa : como que los que no
puedan dar a los necesitados con que sustentar su vida , íes den prestado
siquiera según el orden de Christo Señor nuestro : Prestad 3 no esperando por
cso cosa alguna (h) , pues es obra tan buena como 1c expresó d Santo lvey
David . Guando dixo : Dichoso d hombre que se apiada y presta (i),
2$. Asimismo es muy propio de la piedad Christiana , si no hay por otra
2>eba rra- p^-te medios para hacer bien á los que necesitan sustentarse á cesta de la
misericordia agen a , y también para huir de estarse ociosos , procurar con el
írosña * Cubrió , industria y obras de sus manos las cosas, con que pueda aliviar-
no estar o- se la necesidad de los pobres. Para esto exhorta í todos con su exempio el
«¿osos. Apóstol en la Epístola á los Tesalooicenses , diciendo : Vosotros murrios sabéis
en qué manera es menester irmt&mm (a). Y á los mismos : Procurad estar guie-
tos 5 y hacer vuestros negocios , y trabajar con vuestras nanos, según os lo man
dé (¿). Y' á los Efesios : El que hurtaba s no hurte ya ardes bien trabaje con
cus manes ; ¡o qu&í es bueno , jsara que tenga ton que. socorrer al que paáíce ne
cesidad (?n).
^ Deben también los pobres estrecharse lo posible ? y abstenerse de los
Ss hz d« bienes agenos, para no hacerse pesados y molestos á otros. Esta templan-
TÍTírp¿rea- za sobresale muchísimo en todos los Apóstoles ; pero señaladamente se áes-
cubre en San Pablo , quien escribe así s los Tesai onice oses : Muy bien os acor-
C U dais , hermanos rusos , de nuestro trabajo y fatiga : pues trabajando de dia y de
mcr¿ por no molestar & ninguno de vosotros , predicamos entre vosotros d Evsn-
Sc~
I-ib. de Oper. et Eiesaa. A) r ic c o L p -, ( f) Mare. ro. (g) Lee. i 5. (¿) I b i-
ad Pc-pes. AetAch. (A Lib. de P aap. a m o - den: 6 . (/} P s sim . n r. («■ } i . T h e -
« - {d) M atte. 25. {y} Lee, 6. ~ sai. 3. (/} ' x. Tñesai. 4. (m) Lpbes. a .
PARTE III. CAPÍTULO V ili.
gdio de Dios_(a). Y lo mismo repite en otra parte : En trabajo y en fatPa
Qbra.7i.do de día y de noche , & fin de no agravar á ninguno de vosotros (é\ *
Y para que el pueblo fiel cobre horror á todo este lina ge de maldades so.
perversas, convendrá que los Párrocos tomen de los Profetas y demás libros
sagrados la detestación de los hurtos y rapiñas, y las horribles amenazas in- £ara abor"
timadas por Dios contra los que cometen semejantes delitos. Clama el Pro- 61
reta Amos : ÜG esto 5 ios que atropelláis al pobre , y hacéis desfallecer á los ne- amar la be-
ceskados de la tierra , diciendo : quándo pasará el mes , y venderemos las mercan- nígmdad.
das , y el Sábado , y abriréraos d granero , achicardaos la medida , subir¿mas el
precia, e los pesos engañosos (y\ Á este mismo propósito hav
muchas sentencias en Geremías (d) , en los Proverbios (e), y en d Eclesiás
tico (/). Y no se ha de dudar } que las semillas de los males con que se ve
oprimida la edad presente , están encerradas por la mayor parte *en ectas
causas. Y para que los heles se acostumbren á exercitarse en obras de lar
gueza y benignidad con los necesitados y mendigos ( que es lo que per
tenece á la segunda parte de este mandamiento) propondrán los Párrocos
Ies grandísimos premios que Dios promete dar así en esta vida como en h
otra á los liberales y misericordiosos.
Y porque tampoco falta quien se escuse en los hurtos , se ha de ad- n.
vertir que no admitirá Dios escusa alguna de su pecado , y que en vez de Qué debe
aligerarle le harán por ella mucho mas desmedido. Vcanse las delicias insu- decirse á
frióles de los Nobles. Estos piensan desvanecer su culpa alegando . mv nn lüS que es”
se aprovecnan de los menas ágenos por codicia o avaricia ; sino por man- horros con
tener la grandeza de su familia y de sus antepasados , cuya estimación y vanos p re-
dignidad se arruinarla, á no fortalecerse con el arrimo de las cosas agenas. Ce£tos*
Debe sacarse a estos de error tan pernicioso, y al mismo tiempo demos
trarles que eí medio único de conservar y acrecentar la abundancia, rique
zas y gloría de sus Mayores , es obedecer í h voluntad de Dios , y guar
dar sus mandamientos: y que despreciados estos, se deshacen en humo las
riquezas , por muy fundadas y amargadas que esten. Eos Reyes son derro
cados con precipitación del solio real y del supremo grado del honor : y á
veces ocupan su lugar por disposición divina hombres de baxa suerte ” v
que eran sus mayores enemigos. £s increíble quinto se ensaña Dios contraeos
tales. Testigo de esto os Natas por quien dice el Señor : Tus Principies son
infieles , camaradas de ladrones , iodos aman las dádivas , y admiten los regalos
Por esto dke d Señor Dios de los Exérciíss 7, d juey te de Israel ; Ea que yo
ísvmré satisfacción de mh contrarioí , y me vengaré de mis enemigos , y volveré
33ú mano sobre ¿i , y limpiaré iu escoria hasta ¿o mas acrisolado (g).
Otros hay que dicen , que no hurtan por mantener el lustre y gloria Qué^e d'
de su casa, sino- por sustentarse con mas comodidad y decencia. Estos de- A á íes que
ben ser reprehendidos y enseñados , quán impíos son sus procedimientos y siegan que
discursos , cuando anteponen su comodidad s la voluntad v í h trlnrl, hurtan por
su conve
niencia.
(n) i. Thesal. s. (5) i, Tassai. 3. (dì Terem. <. 2r. et nz. (e)
(?) P ro v e í.
IProv.21.
i f ) A teos S, (/ ) Eecii. io . (g) Isa;, i .
262 CATECISMO ROMANO
Aunque ¿qué conveniencia puede haber en el hurto _ á quien se siguen tan
tos yv tan grandes
ros granues males
ijuai« i¡ Porque w ■- ^el ladren , dice el Eclesiástico ? está
¿obre
la confusión, d dolor y la pena (a\ Pero demos que no lo pasen- con desco
modidad : el ladrón ultraja ei nombre de Dios , resiste i su santísima vo
luntad , y desprecia sus divinas leyes , de cuya fuente nace todo erro r, to
da maldad, y toda impiedad.
¿Y qué diremos de aquellos ladrones que porfían s sobre que no pecan
43-
Qué^ se en m a n e ra ninguna : porque io que quitan es de hombres ricos y acomo-
dká á ios
dirá i«3 da; ^ jos qUC p0r ese hurt o , ni padecen daño s ni lo advierten siquiera ?
que se í £~ Miserable por cierto y pestífera escusa.
cusan con Mi
que lo qui
Piensa otro que se le debe pasar por disculpa , el que tiene costumbre
tan á los de ■’ J - ' -
ricos. si no oyere al Apóstol , que dice : EL que hurtaba a no hurte ya (/>). Quiera,
si
ó no quiera 7 tendrá también la costumbre de los tormentos eternos.
Algunos también se escusan con que quitaron algo porque se les vino
*4* d- ¿ mano la ocasión : pues ella hace al ladrón según el proverbio común. Es-
S í los que tos deben ser sacados de error tan perverso por la razón de que se debe
hurtan por re5|Srq- á los apetitos depravados. Porque si luego se ha de poner por obra
que -;víé-
tuvie j0 q Qe SUCr|ere el antojo , ¿qué término , ni qué fin tendrían los pecados y
ron la P f f maldades? Es pues feísima semejante detensa , ó mas bien confesión de su
slon j o por
vengarse ma destemplanza é injusticia. Porque el que dice que no peca por no tener
ocasión > viene como i decir , que siempre que la tenga pecará.
También hay quien dice que hurta por vengarse , pues otros hicieron
con él otro tanto* A estos se responde lo primero , que á ninguno es líci
ta la venganza: Y demás de esto que ninguno puede ser juez en causa pro
pia , v que mucho menos se le permite castigar los delitos que cometieron
otros, contra él.
Últimamente piensan algunos que queda su hurto bastantemente defen-
q ' Y se dido y cubierto por la razón de que escando,cargados de deudas , no pue-
respoaáerá den desempeñarse ni pagar si no lo hurtan. A estos debe responderse , que
a ios qne no deuda mas pesada ni que mas abrume ai línage humano , que aque-
dicen
ieen 3“®lia. ¿e que hacemos memoria cada día en la o ración del Señor , quando de-
hl
raa T s ^ s r cimos : Perdónanos nuestras deudas. Y así que es propio de hombre entera-
sus desdas. mente desatinado s querer mas deber á Dios ? esto es, pecar mas , para pagar
lo que debe á los hombres : y que es mocho menor inconveniente ser echa
do en una cárcel, que ser encarcelado en. los calabozos ¿el infierno : y que
es otrosí muchísimo' mas grave ser condenado en el juicio de D io s , que en
sí de ios hombres, Y por tanto que deben acogerse humildes al socorro y
piedad de Dios , de quien pueden alcanzar lo que necesitan. Otros mochos
l'mages de escusas hay i k s quales podrán ocurrir fácilmente tos Párrocos pru
dentes y cuidadosos de su oficio t para que ai fia logrea tener un pueblo
5 e g uider de buenas obras»
CA-
f») Bccfi. g. (p) itshes. 4,
PARTE III. CAPÍTULO IX, 263
C A P Í T U L O IX.
Acerca de los reos y culpados quiere D io s, que confiesen la verdad, quan- ig.
Los reos
do son preguntados jurídicamente. Porque esa confesión es un testimonio y preg unta
una manifestación de alabanza y gloria de Dios por sentencia de Josué , quien dos legíti
exhortando ¿ Acan a confesar ia verdad , le dixo : H i j o m í o , - d a g l o r i a a l S e m a ni e n te
ñ o r D io s d e Is r a e l ( f ) .
deben de
cir la ver
Y por qcanto este mandamiento toca principalmente á los testigos , de dad.
estos también ha de tratar el Párroco con todo cuidado : pues es tal la fuer x<5.
za dei mandamiento , que no solo prohíbe el falso testimonio , sino que man Quá! sea
da también que se diga la verdad. Porque en las cosas humanas es muy el oficio de
los testi
grande el uso dei testimonio verdadero : pues hay innumerables , que es pre gos.
ciso ignorarlas, si no las -conocemos por ia deposición de los testigos. Por es
to nada hay tan necesario como la verdad -de los testimonios en aquellas co
sas , que ni nosotros mismos las sabemos , ni tampoco debemos ignorarlas.
Acerca de lo qtxal está aquella sentencia de San Agustín : El que calla la.
verdad , y el que dice la mzrdira , uno y oiré e s reo: aquel porque no quiere hacer
provecho 1 y éste porque quiere hacer daño (g), Cierto -es que en siguas ocasiones
es lícito callar la verdad ; pero fuera de juicio : que dentro de él , donde es
el testigo legítimamente preguntado per el Juez , en todo se debe confesar
la verdad. Pero acerca de esto deban tener gran cuenta los testigos, no
sea que fiados demasiadamente de su memoria , afirmen por cierto- lo- que no
revieren bien averiguado. Restan ahora ios Defensores y Abogados , y luego
íss Actores y Demandadores, 17-
Eos Abogados y Procuradores no harán falta en los tiempos debidos Cóaao
con sn favor y patrocinio, y socorrerán benignamente a los pobres. Ta na cumplirán
cí. z po-
{3} Marti, ig, ei *3. (I) Román. 14. (e) Decter. r. ( f ) Josué 7. (g) Tifie
íc\ Actor. 7. (d) Ibláem 16, D. Thoax 1. 2. qcaesr. 70. arr, 1,
£68 CATECISMO ROMANO
poco tornaran causas Injustas para defenderlas , ni alargaran ios pleytos por
sn o fic io calumnia , ni los fomentarán por avaricia. Y por lo que toca á su salario , le
los A boga medirán según razón y justicia. ^
dos ? y P ro -
Los Demandadores y Acusadores deben ser amonestados , que á nadie
curadores.
18. perjudiquen con acusaciones injustas llevados de amor ? odio , ó codicia. En
Cóm o de fin manda el Señor por este precepto , que en las concurrencias y tratos de
ben proce unos con otros se hable siempre verdad , y según lo que siente el corazón:
der, los que
y que nada digan que pueda dañar a la estimación de Ci.ro 7 m de aquellos
demandan
y acusan. tampoco por quienes entienden haber sido ellos ofendidos y agraviados : por
que deben tener presente, que media entre unos y otros tal estrechez y unión,
que son como miembros de un mismo cuerpo.
Y para que los fieles se aparten con mas gusto de este vicio de men
19.
Cómo se tir , Ies propondrá el Párroco la suma miseria y fealdad de este pecado. Por
hará cono que en las Sagradas Letras se dice el demonio padre de la mentira (a). Pues
cer la feal oor no haber estado firme en la verdad , es mentiroso y padre de la men
dad que en
tira. Añadirá para que sea desechada tan grande maldad , los daños que se
c i e r r a la
mentira. siguen de ella. Y por ser innumerables señalará las fuentes y raíces de sus
estragos y perjuicios. Primeramente lo mucho que se ofende í Dios : pues
en quatito aborrecimiento de su Magestad incurre el falsario y mentiroso, lo
declara Salomón-por estas palabras : Sets son ¿as cosas que Dios aborrece , y la
séptima la abomina su alma : los ojos altaneros , ia lengua mentirosa , las manos
que derraman la sangre innocente , el corazón que maquina pensamientos malva
dos , los pies ligeros para correr al m al, el testigo falso que dice mentiras : con lo
demás que se sigue (Jd). ¿Quién pues podrá librar de ser castigado con penas
atrocísimas al que tan señaladamente es aborrecido de Dios?
no. Demás de esto 5qué cosa mas indigna ni mas fea , como Santiago dice,
Daños que que con ia misma lengua con que bendecimos á Dios y al Padre , maldecir
fc a c e l a
EEenrira á
á ■ los hombres hechos á imagen y semejanza de Dios * ce manera que arro
la sociedad je una misma fuente y por un mismo cano agua ónice y amarga (c), Por
írumasa. que aquella misma lengua que antes daba alabanza y gloria í Dios , después
en quanto es de si , le menosprecia y deshonra. mintiendo. D e aquí es que
los mentirosos son excluidos de la posesión peí R ey na de los Cielos. Por
que haciendo David, á Dios esta pregunta : S»nor 5 ~ t qmén habitará ert tus
moradas ? L e respondió el Espíritu Santo : E l que kckiá verdad en su cora~
ztm j y no enganó am su lengua (d).
H ay también en la mentira aquel daño gravísimo de que es enfermedad
del alma casi incurable. Porque como el recado que se comete ó levantando
falso testimonio ó quitando la honra y estimación al próximo , no se per
dona sí no satisface el calumniador las injurias que hizo al ofendido , y esto
lo hacen los hombres con gran c-mcukad . atemorizados, como va prevenimos,
con la vergüenza y vana opinión 3 de que es contra su pumo ; es preciso con
fesar , que el que se halla en esa culpa está destinado i las penas' del infer
no. Porque ninguno espere peder conseguir perdón de las calumnias y de
tracciones 3 si no restituye primero á su próximo quanto le quitó de su díg-
ní-
£3 J o a n s , S. (3) P ro v , ¡1 (c) Ja c o b . 3. (d) F s &Ub. 14,
PARTE IH. CAPÍTULO IX. 269
nidad y fam a, ya fuese públicamente en juicio s ó ya en conversaciones fa
miliares y privadas.
Sobre rodo esto se dilata muchísimo este daño , y se extiende también á
los demás. Porque con la falsedad y mentira se quitan la fe y 3a verdad.,
que son lazos estrechísimos de la sociedad humana : y rompidos estos se
sigue una tan grande confusión en la vida , que en nada parece se diferen
cian los hombres de los demonios.
Enseñará pues el Párroco que debe .evitarse el mucho hablar. Con eso
se excusan los demás pecados , y es un gran remedio para no mentir s de
cuyo, vicio no es fácil libertarse los que hablan mucho, - aT
Últimamente sacará el Párroco á los fieles de aquel error con que mu- Deshacen—
chos se escusan , alegando que mienten en cosas de poca monta. Y defien- se las vanas
den esto con el exemplo de los prudentes 5 de quienes dicen , es propio men- -s
dr á tiempo. A esto responderá lo que es muy verdadero : Q u e la p r u d e n - rosos 1
da d e la c o r v e e s m u e r t e (a). Exhortará á los oyentes á que en sus aflic
ciones y angustias confien'en Dios , y no se acojan al artificio de mentir.
Porque los que se valen de esa escapatoria fácilmente declaran , que mas quie
ren fiarse en su prudencia 3 que poner su esperanza en la providencia de
Dios.
A los que echan la culpa de su mentira a otros por quienes fueron an
tes engañados ellos , se les ha de ensenar - 9” " - ninffny^ ^ licúo vengar
se á sí mismo > y que no deb^ *oí verse maí por m al; sino vencer el mal
con el bien (y)." Y quaodo fuera lícito dar semejante pago , í ninguno es útil
vengarse con su propio daño *• y que es muy grande el que nos hacemos
mintiendo.
Á los que alegan la flaqueza y fragilidad_htnnana , se les enseñará que
deben 1mol orar el auxuto de Dios y bo rendarse a la ■ flaqueza propia. Los
que oponen la. costumbre, serán amonestados que así como ia hicieron de
mentir - trabajen , per hacer ía contraria de tratar verdad: mayormente guan
do los que pecan por uso y costumbre 3, pecan mas gravemente que los
demás.
Y porque no falta, quien se atora con el pretexto de otros ? de quie
£2.
D e los
nes afirman que £ cada paso mienten 5 y perjuran \ con esta razón se Ies ha çtie m ien—
de sacar de esa Ignorancia : que los malos mo han oe ser 1matacos sino cor- ren poique
¿esñelos y reorehenílidos z y Que si mentimOiS nosotros , tiene nuestro dicho m i e n t e n
2B¿nos autoridad en la reprehensión y correccicn. de otro. Y á ios que se otros*
escusas con que muchas veces les ha venteo mar por decir la verdea ; re
chazaras los Sacerdotes diciendo -- que eso mas es acusarse que defenderse:
porque es cbHgadcs del. Chnsriano perderlo todo antes que mentir.
Restan dos suertes de aquellos que escusas sos mentiras. Unos ? que Reprueba— - 3;
afirman que mienten per causa de recreo y diversión : y otros que lo ha se la men
cen por su Interes y utilidad : perqué no harían compra ni venta de prove tira jocosa
cho . s¡ n¡© se valieran de la mentira. Á unos y £ otros deberán los Párro y oficiosa.
cos aparrar de ese error. Y ¿ ios primeros sacarán de ese vicio 3 así cnse-
ñaa-
ís } K o ra a m S . íp) I r a ie n t ia >
2JO CATECISMO ROMANO
¿andeles lo mucho que crece la costumbre de pecar en esa linea con el uso
de mentir como encareciéndoles que de toda palabra ociosa se ha de dar cuen
ta á Dios*O). Pero í los segundos reprehenderán con toda aspereza : por
haílarse en su escusa la acusación mas grave : pues manifiestan , que no dan
fe , ní autoridad ninguna á aquellas palabras de Dios : Bi¿sead primeramente, d
Reyno de Dios y su justicia , y iodas estas cosas se os serán añadidas (b)„
C A P Í T U L O X,
palabras *3-
es 5 que reprimamos nuestros apetitos ce cosas agenas. Porque el apetito de Q aái es
cosas agenas es una sed inmensa é infinita (<*) , que nunca se harta : según ei sentido
de estos dos
esta escrito : JVb sr llenará d avariento de dinero ( / ). Sobre ío qual dice así ú l t i m o s
Isaías: ¡ Ay de fas que jurdais casa con. casa , y aikgais heredad á heredad (g) [ m a n d a »
Alas por ia explicación de cada una de las palabras se entenderá mejor lo znientos.
feo y grande de este pecado-
para esto enseñara el Párroco , que por el nombre de casa se significa Jd
no solo el lugar donde habitamos, sino también toda la hacienda : como cons Q ué se de
be enten
ta del eso y costumbre de los Escritores Sagrados. Porque en el Exodo der squS
se escribe , que edificó el Señor casas á las parteras (/i). Y esto quiere de por el nom
cir , que acrecentó y aumentó sus posesiones y haciendas. Y por esta in bre de ca
terpretación echamos de ver, que por esta ley se nos veda apetecer con an sa*
sia riquezas $ y envidiar los bienes 3, el poder ó h nobleza agena a sino que
km es-
(é) Gatee. {§} s. Corintk zo, 4. ( f ) EcdL g.
(c) JDeocer.y. (s) JacoA 1. (g} Issu. <• Esod. 2»
(4 Yid. U. Thom* 1. z, coacsE. 30.
CATECISMO ROMANO
estemos contentos con nuestra suerte , tal qual fuere plebeya ó noble. Y asi
mismo debemos entender , que se nos prohíbe el apetito del esplendor age-
no : porque también esto pertenece á ía casa.
Qué se en— l 0 que después se sigue : N i d b u e y , n i e l a s n o : nos manifiesta que no
tiende por S0j0 no nos es permitido apetecer las cosas grandes como la casa , nobleza,
bies D0Ide y gloria > siendo agenas ; mas ni las pequeñas tampoco quales son las nona-
buey ó as - bradas , sean ó no vivientes.
n 0 . Síguese luego : N i d s i e r v o , Esto debe entenderse así de los cautivos co-
. mo de qualquier condición de siervos , los que debemos no codiciar, como
X )t que to^os dem/s bienes agenos. Tampoco debe nadie sobornar , ó solicitar
habla en es- de palabra , ó con esperanzas , promesas , premios , m de otro modo , que
te manda- los hombres libres que sirven de su voluntad , o por su soldada , ó im
miento. peüdos de amor y respeto , dexen aquellos, á quienes libremente se obliga
ron ; antes bien sí desamparan á sus amos antes de cumplir el tiempo , por
el que se ajustaron á servirlos 5 se les ha de exhortar en fuerza de esta ley,
á que sin falta alguna se vuelvan con ellos.
17. Y hacerse en el mandamiento mención del p r ó x i m o , esto se endereza i
Por <jue se segajar ej VI*cj0 d£ jos hombres ; pues es común en ellos codiciar las tierras.
il 1Ulil j p . . W « p
bien mee- que están a linde , las casas vecinas, y cosas semejantes , que con fanan con
cíon del ellos. Porque la vecindad , que se tiene por una de las partes de la amistad,
próximo. $e trueca de amor en aborrecimiento, por viciarla la codicia.
.j.- l8‘ pero en manera ninguna quebrantan este precepto los que quieren corrí-
braara esta Prar - o de hecho compran por su justo precio las cosas , que ios próximos
ley ei que tienen vendibles. Porque estos no solo no hacen daño al próximo , mas ie
busca las haces mucho provecho : pues le será mas útil , y le tendrá mas cuenta el di-
\°s.as ^°1Sa nero que ie dan , que las cosas que vende,
A la lev de no codiciar las cosas agenas se sigue la otra de no codiciar
xg . tampoco la m uger a g en a . Por esta ley no solo se entiende prohibida aquella
Cóiuo se líbkndad, con que apetece el adúltero la muger agena , sino también aque-
h .3 . ds en- ¡¡a con q He aficionado uno a la muger de otro desea contraer matrimonio
tsc-aer el -
13 i a n d a - con e^a- P°rque como en aquel tiempo era permitido el libelo de repudio,
mis¿ sdiq be podía fácilmente acaecer, que la repudiada por uno se casase con otro, -Mas
so condì- el Señor prohibió esto , para que r¿ los maridos fuesen solicitados para des-
c:ar ÍZ mil~ pedir ías mugeres 3'ni ellas se hiciesen tan molestas y enfadosas á los maridos,
- ¿¿ena. qU„ s£ diesen estos como precisados á repudiarlas. Ahora es pecado mas grave:
pues no puede la muger , aunque la repudie el marido , casarse con otro,
hasta que él haya muerto. Y el que codiciare la muger agena , presto cae
rá de un apetito en. otro , porque querrá ó que se muera su marido , ó
adulterar con ella.
■ Esto mismo se dice de aquellas: mugeres, que están ya desposadas con
Os.ro * que dj. tampoco á estas es licito codiciar» Porque ios que orocurso, des
baratar estos conciertos , quebrantan d santísimo lazo de la fidelidad.
Y de la. misma ío¿ m i que es del toco profaibido , codiciar la imi^er ca
sada y z con otro s así también es maldad enorme apetecer aquella , aue está
ya consagrada al culto de Dios y á la Religión.
Pero s> deseara uno contraer matrímcBio con una que e$ casada , mas
PARTE III. CAPÍTULO X. 275
el juzga que es soltera , y que sí supiera que era casada , de ningún moda ~0,
Ja pretendería (com o leernos acaeció á Faraón («) y Abioieiec (¿), que de-
sta
searon casarse con Sara , pensando que era soltera y hermana de Adraban, ley e! que
no su muger) el que de cierto tuviese tai ánimo , no parece violaría la ley pretende
de este precepto, c ;sarse coa
Y para que eí Párroco descubra los remedios que son acomodados , para ^
curar este vicio de la codicia , debe explicar la segunda parte del mandamien- ít-
to. Esta consiste : E n q u e s i l a s r i q u e z a s a b u n d a n , n o p o n g a m o s e l c o r a w n e n De ias co-
e lla s ( c ) ; y que por amor de la piedad , y servicio de Dios , estemos pron- sas <íue se
tos á renunciarlas, y que de buena gana las gastemos en aliviar las miserias ®ailJanhi*
de los pobres: y en fin que si Faltaren , suframos la pobreza con igualdad Ee
y alegría de ánimo. Á la verdad si diéramos liberales en dar n u e s t r a s cosas, miento,
apagaríamos ie sed de las agenas. Acerca de las alabanzas de la pobreza y
menosprecio de las riquezas fácilmente podrá recoger el Párroco muchas doc
trinas de las Sagradas Letras , y de los Santos Padres, para ensenar al pue
blo fiel- También se manda por esta ley , que con afecto ardiente y ansias
vivas deseemos se haga , no precisamente lo que nosotros queremos , sino lo
que quiere D io s , según se expone en la oración del P a d r e n u e s t r o . La vo
luntad de Dios señaladamente está , en que de una manera singular seamos
hechos Santos , y en que conservemos nuestra alma sencilla , limpia y libre
dé toda mancha , en que nos empleemos en aquellos exercicios de ánima y
de espíritu , que sean repugnantes á ios sentidos del cuerpo , en que doma
dos los apetitos , y guiados de la luz de la razón , sigamos el camino dere
cho de la vida; í mas de esto en que rerrenemos el ímpetu y la iuerza d e aque
llos sentidos , que dan ocasión y materia donde se pueden cebar nuestros
antojos y ühiandades.
Mas para apagar el ardor de los apetitos será muy provechoso consi- Qué* deben
derar los daños que de ellos provienen. El primero es - quando nos dexa- ios Civis
mos vencer de semejantes antojos , rey na en nuestras almas el pecado con d a n o s ale-
suma fuerza v poder. Por esto amonesta el A o d sto l: J V o r e p t e e l p e c a d o e n ^Ítaí" Pl,n“
T^ r , . . . , - í - 1 . cipahaente
vuestro cuerpo ¿m etal; < te ¿amo q u e cocaítem s & s u s c o n c u p i s c e n c i a s (a ). Por- para repr^
que asi como resistiendo á los sperízt», se quebrantan las fuerzas dd peca- mir eí Fu-
tío , así rindiéndonos á ellos 3 despojamos de su S , e y n o al Señor, y coloca- Peía áe la
titos si pecado en su lugar. co a cu p í s-*
cencía.
E l segundo daño es , que de esta fuerza de codiciar manan como de rúen'
te todos les pecados : como Santiago dice (í) , y San Juan enseña también;
'T o d o c n a n to h a y a s d m u n d o 3 es c o d e a n d e ¿ ¡z c a n s e , c o d ic ia d e lo s o j o s , y
s o b e r b ia d e la v id a - í/ j.
E l tercero es , que con estos antojos se obscurece el recto juicio de la
ra zo ® . Y obcecados los hombres con. estas dmcblas ce sus apetitos 5 juzgan
sanio y bueno todo lo que desean.
Sobre todo esto en fuerza de ese ímpetu de apetecer queda sufocada I z pa
labra divisa sembrada en nuestras aireas por aquel gran Labrador Dios, Porque
2 así
Senes, ie. (i>) loldem es, (i) Rosan. 6 , (e) Jaece, 1,
i f i fs P m , 6 1 , :'/} i. Joana. s,
„ s?fi CATECISMO ROMANO
así está escrito en San Marcos : Otros hay , en quienes se siembra , como entre
espinas. Estos son los que oyen la palabra; mas las congoxas del siglo 5 d en
gaño de las riquezas , y las codicias que van introduciéndose acerca de otras co
sas y sofocan la palabra y y se hace infructuosa \á).
^3* Pero los estragados sobre todos en este vicio de codiciar , y á quienes
Quiénes
son los mas
debe el Párroco exhortar con mas diligencia á la observancia de este man
enredados damiento, son los que se deíeytan en pasatiempos indecentes, los que se dan
eon los la al juego sin moderación , los comerciantes también que desean Falta de pro
zos de este vision y carestía de cosas, y sienten que haya otros Fuera de ellos s que ven
vicio. dan ó compren : para poder ellos vender mas caro ó comprar mas barato:
y pecan igualmente , los que desean , que otros se vean en necesida , por
hacer ellos sus ganancias vendiendo ó comprando.
Pecan asimismo los Soldados que desean que haya guerras , para que
les sea permitido robar. Los Medicos que quieren que haya enfermos , y
los Abogados que apetecen abundancia y copia de demandas y pleytos. A
mas de estos ios Artesanos , que ansiosos de ganancias desean penuria-de
las cosas pertenecientes al sustento y vestido, para hacer ellos de ahí mayo
res íosxos.
D Pecan también gravemente
O en esta
t linea los sedientos de _alaban-
2a y gloria agen a , y que la apetecen , no sin algún perjuicio de la rama del
próximo : mayormente si los que la codician , son unos haraganes y hom
bres indignos de toda estimación. Porque la fama y gloria es premio de la
virtud é industria , no de k fioxedad y pereza*
QUARTA PARTE
D E L C A T E C ISM O ROMANO.
CAPITULO L
DE L A O R A C I O N , Y P R I M E R A M E N T E
DE SU NECESIDAD.
T- W
Cbmo ss M im n ei oficio y cargo Pastoral es mety necesaria para la salud del pueblo
■ SlSfôs O'FÆT fiel la doctrina de ia oración Cfeostksa.: porque es preciso que ignoren, mu-
S Dees y, y ebes stt virtud y ei anodo de hacerla -. si no son instruidlos por la oiadosa y
©as SasPár- fiel diligencia, oel Pastor. Por esta ¡razón debe poner el Párroco particular
m csK k é c
he: a ■eïîse-
cuidado ^ sobre que entiendan los fieles 3 que es lo que deben pedir ¿ Dios,
y tíe que modo se debe orar. T o d o qtiaato se puede desear para este efec
to 3 se condece^ eo. aquella divina forma; de orar que Chrísto Señor nuestro
quiso ensenar sus Apostóles , y per ellos y sus sucesores á quaotos abra
zasen la R d ig lo s Cfiasiiana : 'Coyas palabras y sentencias de tal modo se de
ben
PARTS III. CAPÍTULO ï. 277
ben imprimir en ei corazón y en la memoria 3 que las tengamos siempre
muy á mano. Y para que tengan los Párrocos copia de materiales con que
imponer á los fieles en el modo de orar , liemos propuesto aquí las cosas
que nos han parecido mas á propósito , sacadas de aquellos Escritores 5 cuya
doctrina y erudición es celebrada como particular en este asunto: pues lo de
más que fuere menester, de las mismas fuentes lo podrán tomar los Pastores,
Primeramente pues se ha de enseñar , quan necesaria sea la oración s y que 2.
este precepto se nos intima no solo por modo de consejo 5 sino que tiene El exerci-
fuerza de mandamiento necesario : como lo declaró Christo Señor nuestro cio ía
en aquellas palabras : Es mtntsltr siempre orar (a). Y la Iglesia misma demues- Recesarlo
tra también esta necesidad de hacer oración en aquel como proemio de la para sal-
Oracion del Señor en la Alisa : Amonestados con preceptos saludables 5y enseña- varse,
dos por divina institución , nos atrcuemos á decir. Siendo pues necesaria la ora
ción á los Christíanos 3 el mismo Hijo de Dios , habiéndole pedido sus discí
pulos : Señor y enséñanos á orar (b) , les ordene la forma de orar , y les dio
esperanza de alcanzar lo que pidiesen : y ei mismo Señor fue documento de
Oración : porque no solo oraba de continuo 5 sino que pasaba orando las
noches enteras (e). No se descuidaron después los Apóstoles en dar precep
tos y reglas sobre este exercicio á los que se convertían á la fe de Jesu- Chris
to. Porque San Pedro ( d ) y San Juan (¿) s exhortan á ella con diligencia su
ma á los Christíanos. Y teniendo presente esto mismo el Apóstol ( / ) , nos
encomienda en muchos legares esta saludable necesidad de hacer oración.
Demás de esto necesitamos de tant^i «osas <¡nn indispensables para la 3.
conservación , así del cuerpo , como del alma 5 que es forzoso recurrir á la ®-azoa.
oradon , como a único asilo 3, y la mejor intérprete de nuestras necesidades, y gjfs ^ aDj 0
condiiadora áe cuanto habernos menester. Porque como Dios á nadie de- muy rece
be nada ? no queda á la verdad otro recurso que pedirle con súplicas hu- sana que es
mil des lo que necesitamos: pues estas oraciones son como el instrumento ne- ~a oración,
cesario que su Magestad nos dio para conseguir lo que deseamos.
Es manmesto que muchas cosas no pueden alcanzarse sin ei socorro de 4-
la oradon. Porque tienen las oraciones sagradas la excelente virtud de que hay
otro medio
p o r ellas señaladamente son lanzados Ies dem oniospues hay cierta casta de
cae la ora
demarra-s , ¿pie na ts íznzcás sm& por úr&am y ¡syezm (g). Y por tanto se pri- ción croa para
van á sí mismos de grandes riquezas s de singulares dones ? los que no se va- remedio de
leu de esta santa costumbre v exercicio de orar devota y diligentemente. Por- to¿as naes”
rras misa
que para alcanzar lo que deseas , has menester oración ? no solo cevota , si rlas.
no también continua pues como dice San G erónim o: Escrito esleí : d io
do ei asee pide > se de z itiegp si é A so se dea. s, ¿s páreme rao pides z pedid3
pms , y recibirás (r).
CAPITULO II.
DE L A UTILIDAD DE LA ORACION.
CAPÍTULO III.
DE LAS PAUTES X GRADOS DE L A ORACION»
C A P Í T U L O IV.
DE LAS COSAS QUE DEBEN PEDIRSE EN LA ORACION.
Por esto debemos dirigir nuestro primer deseo y voluntad según esta re' , 2*
o-]a
C1 : Que nuestra / intención y deseo vaya
' derecho á Dios '
* lque es el sumo bien. ?V‘" cos“s
pü—
Después desearemos aquellas cosas que señaladamente nos juntan con Dios, dlrse prin-
Pero las que nos apartan , ó traen consigo alguna causa de esta separación, cíps.i y ab-
se han de despedir muy lejos de todo nuestro amor y voluntad. Y por aquí soiu!lamerl~
se puede conocer , según este sumo y perfecto bien a en qué manera se pue- te*
den desear y pedirse á Dios nuestro Padre todas las demás cosas que se
dicen buenas.
Estos bienes que se llaman del cuerpo , y los bienes externos , quales son 3-
la salud , robustez , hermosura , riquezas, honores y gloria, como muchas ve- beo^edi-sé
ccs dan ocasión y materia de pecar ( de donde nace que no sea del todo ios bienes
piadosa y saludable su petición) , se han de pedir en la oración precisamen- del cuerpo
te en estos términos ¿ á saber , que esas comodidades de la vida se pidan en Y de fortu-
quanto son necesarias. De este modo se ordena tal petición á Dios. Porque ns*
lícito es pedir en nuestras oraciones lo que pidieron Jacob y Salomón. Aquel
pedia así : S i m e d i e r e e l S e ñ o r p a n q u e c o m e r , y v e s t i d o c o n q u e c u b r i r m e s
te n d ré a l S e ñ o r p o r m i D io s ( a ) . Y Salomen pedia de este modo : D a m e s o lo
lo n e c e s a rio p a r a m i m a n te n im ie n t o (¿).
Mas quando por la bondad de Dios se nos provee de sustento y vestí- ^ , 4*
d o , es justo acordarnos de aquella exhortación dei Apóstol: L o s q u e c o m p r a n ,
v iv a n co m e s i n a d a t u v ie r a n ; y l o s q u e u s a n d e e s t e m u n d o , c o m o s i n o u s a r a n - , deíasrique-
p e rq u é se p a s a la f i g u r a d e este m u n d o ( c ) . Item : S i a b u n d a n l a s r i q u e z a s , n o zas, y otros
ñ o n g á is e n e l l a s e l c o r a z ó n (d)„ Porque del mismo Dios hemos aprendido, que bienes d el
en estas cosas nuestro es el fruto y el u so ; pero de tal manera, que las co- ^ ^ ¿ ^ 0
mulliquemos a los demás. Si tenemos salud , si abundancia de los demás bie- pies,
nes de cuerpo ó de fortuna , acordémonos de que se nos han dado para
que podamos mejor servir á Dios , y jautamente favorecer al próximo con
todos los bienes de esta calidad.
También es lícito pedir á Dios los bienes y cultura del Ingenio , como cómo se
son las artes y ciencias; pero únicamente con la condición de que hayan de haa ce pe-
aprovechar para gloria de Dios y salvación nuestra. Mas io que se ha de de- d’ir ¿ píos
sear , buscar y pedir absolutamente , y sin añadidura . ni condición alguna, los .
corso va dhdmos ? es la gloría de Dios - y después todas aquellas cosas, que ^ d^ Sea-
puedan juntamos con este sumo bien : como k te , el temor y amor de cia.
D io s : segas se dirá mas £ la larga en la explicación de las- peticiones.
C A P Í T U L O V.
POB. Q U I E N E S SE H A DE OB.ASC
CAPITULO VI.
A QUIEN SE DEBE H A C E R O R A C IO N .
JY'Y o solo las Sagradas Escrituras , donde oímos í Dios que nos manda: .
Llámame en el din de la ¿ida íce ¡orí (a) 5 sino aun k misma lumbre de la na-
turakza sellad .i en nuestros entendimientos 5 dicta que la oración se debe ha- re£¿r£e 4
cer á Dios , y que ha de ser invocado so cAino nombre. Mas por el nom- Dios.
bre de Dios se ochen entender las tres Personas divinas.
En segundo losar recurrimos á ios socorros de los Santos que están en m
- T . j . r. - Tambiense
si C icio , a quienes timo;en se han de hacer oraciones. Esto se tiene por ^ j,.Kr
tan cierto en h iglesia, que no pueden los lides padecer duda alguna acerca oración á
de ¡os SaatQSt
A;) Psalm. yo.
gS6 CATECISMO ROMANO
de ello. Y por haberse explicado separadamente en su lu g ar, remitimos allí
í los Párrocos, y á los demás. Pero á fin de quitar á los ignorantes toda
ocasión de errar , será bueno enseñar al pueblo fiel la diferencia que hay en
tre una y otra invocación«
3, No imoloramos pues de un mismo modo á Dios y á los Santos. Por-
Bedíferen- ^ue ¿ p ; 0ls pedimos , ó que nos conceda bienes , ó que nos Ubre de males.
rcmoGom- pgro / ^ gantüS pQr su gran valimiento acerca de Dios , pedímos que to-
x S ^ u e á men por su cuenta nuestras causas s para que nos alcancen de Dios las cosas
los Santos, que necesitamos. Por esto nos valemos de dos formas de pedir muy diversas;
porque á Dios propiamente decimos : Ten misericordia de nosotros : óyenos ; pero
al Santo: Ruega por nosotros.
4, También podemos en alguna manera pedir á los Santos, que tengan mí-
Cómo po- sericordia de nosotros; porque son muy misericordiosos : y así podemos ro
demos pe- gar]os ? q u£ apiadados de la miseria de nuestra condición , nos ayuden ante
Santos que Dios con su intercesión y valimiento. Mas en esto deben todos cautelarse
tengas mi- mucho de no atribuir í otro alguno lo que es propio de solo Dios. Y así
sericordia quando rezare uno delante de la imagen de algún Santo la oración del Pa*
de 2.050“ ¿ T€ ¿itiesiro j tenga entendido que lo que pide al Santo es , que ruegue junta-
£r0S° mente con él , y que pida al Señor le conceda las cosas que se contienen en esa
oración; y en fin , que sea su Abogado y Medianero para con Dios. Porque los
Santos hacen este oficio, como lo enseñó San Juan en su Apocalipsis (®).
CAPÍTULO VIL
DE L A P R E P A R A C IO N P A R A O RAR.
I. ícesenos en las Divinas L etras: Antes de la oración prepara ía alma,
C o a qaé
•sircadesse- y m quieras ser como el hombre qm ízeszia. é Dios (¿). Porque tienta á Dios el
que pidiendo bien , obra m a l; y haMaedo' con Dios , está su alma m uy ex
te desseaKís traviada de las peticiones- Por esto importando tanto que haga cada uno
p re p ara r—
oración á Dios con la disposición debida s enseñarán los Párrocos 2 sus de
líos para
votos
oración
BGcimiento 'tan grande de sus pecados , que por ellos entienda el que se llega
£ Dios , que oo solo es indigno de alcanzar cosa alguna de su Magestad;
C A P Í T U L O V III.
rJ£í.as importa muchísimo hacer debidamente las oraciones sagradas. Por Debe en—
que aunque la oración es un bien muy provechoso , con todo eso de nada señarse al
sirve si no se hace como se debe : pues muchas veces pedimos , y no recibi pueblo el
mos , como dice Santiago 5 porque pedimos mal(b). Y así enseñarán los Párro m ep r mo
do de orar:;
cos al pueblo fiel , cual sea el mejor modo de pedir y orar 3 así privada, co y qué sea
mo publicamente. Y estas reglas de la oración Christiana están enseñadas per orar en es
la doctrina de Christo Señor nuestro. píritu y
. Se ha de orar pues en espíritu y verdad. Porque tales los quiere el Pa verdad.
dre celestial , que h adoren en espíritu y verdad (e). Ora de esta manera el que
hace su oración con íntimo y ardiente afecto del alma. Y no excluimos á la
oración vocal de este modo espiritual de pedir. Pero con todo eso nos pa
rece que de justicia se debe la primacía á la oración que nace de un cora
zón fervoroso : que es la que oye Dios , £ quien están patentes ios pensa
mientos ocultos de los hombres , aunque no se pronuncie con la boca. O y ó
les rueges íntimos de aquella Ana que rué Madre de Samuel 5 de la qual
leemos que oró llorando 5 y no moviendo sino los labios (d). De este mo
do oró David qporque dice : A ¿i habió mi cer&zrm , mi rostro te buscó can
diligencia (e). A cada paso se hallan exerapios semejantes en las Sagradas
Letras. a.
Pero también la oración vocal es por s: misma útil y necesaria. Porque Qeál sea
enciende los deseos dd alma y y aviva la devoción del que ora : como lo es ei principal
cribió San Agustín a Proba por estas palabras : élgnnas veces paca acrecentar uso de ía
Izs sanies desees - riüs exczfsos&s con mayor vcktsaaicu$ á siesotros mames con pa oración vo
cal.
labras , y con otras scx&cs ( f ) . Otras veces también en fuerza de algún afec
to vivo de devoción y piedad , nos vemos obfigtdos ¿ manifestar con pa
labras nuestros sentimientos. Porque saltando el alma de placer 5 justo es que
también salte la lengua. Y verdaderamente es muv debido ofrecer el sacri
ficio cabal del alma y cuerpo : pues ¿e este modo de orar usaron los Após
toles , como se echa de ver por sus Hechos (ge . y por las Epístolas de San
pablo en muchos lugares (■ &> 3-
>¿o es oece*
Mas porque hay dos maneras fie orar s *«sna frirvada,, y otra pAllca %en scria la vos
la oración privada nos valemos de la pronunoacien , pero que ayude al afec en- la e ra -
to interior y á la piedad. Pero en la publica s como lúe instituida para des cío^ p-îiva-
eo per- djSjCQîïioen.
ia púdica.
pf' Joan, re- 0 ñ Jzccb. 4. fH Joam 4. (_fj: Ecísí. reí- Cg) Actor, 4. ¿r 15.
iJ] 2- Kírg. 1. \f) Aalxa. ad. (¿y £. Ccíiath. 14. Ephes. C ojos. 3.
s 9°
CATECISMO ROMANO
■ pertar la devoción del pueblo fiel , no se puede en manera ninguna omitir el
oficio de la lengua á ciertos y señalados tiempos.
4- Esta costumbre de orar en espíritu , propia de Christia nos 5 en manera
Orar en es- rjjnguna ]a observan los infieles , de quien nos dice así Ghristo nuestro Se-
?1J UU ¿e ñor : Qrnndo oráis no queráis hablar mucho , como hacen los gentiles que pim-
C hristia- san son oidos por su mucho hablar. Ido queráis pues asemejaros á ellos : par-
nos j y no que vuestro Padre celestial sabe lo que habéis menester , antes que lo pidáis (a).
debsn reu- p ero aunqUe prohíbe el Señor el mucho hablar s con todo eso tan lejos está
teorarion* reprobar aquellas oraciones prolongadas , que nacen de un vehemente y
continuado fervor de espíritu , que antes bien nos exhorta con su exemplo
á este modo de orar i pues no solo gastaba en oración las noches enteras (¿)5
sino que por tres veces repitió una misma (t). Solo pues se ha de asentar,en
que nada se alcanza de Dios con el vano sonido de las voces.
Tampoco oran en verdad los hipócritas : de cuyo modo de orar nos
jgc adrai- aparta Christo Señor nuestro por estas palabras : (Piando hiciéredes oración , no
te Bies iss seréis como los hipócritas, que quieren orar en las sinagogas , y en los cantones de las
oraciones p¡GXG$ ^ para c¡ut ¿os vcan hombres. En verdad os digo : recibieron su galardón.
c^uls drías íú quando hubieres de orar, entra en tu retrete, y cerrada la puerta, haz oradon
á tu Padre en escondido :y tu Padre que ¿e ve en escondido, te dará el galardón (d).
Este retiro que se menciona aquí, puede entenderse del corazón del hombre, Y
no basta recogerse en él , sino que á mas de esto es menester que se cierre, para
que nada de afuera se introduzca ó intluya en el alma , que pueda minchar
la pureza de su oración. Porque entonces el Padre celestial , que $eñaiadamen~
te mira los corazones y ocultos pensamientos , nos concede lo que pedimos,
A Demás de esto requiere la oración perseverancia. Porque es tan podero-
sa ? como lo mostró el Hijo de Dios por el exemplo de aquel Juez , que
aunque ní temía i Dios , ni respetaba a los hombres , sin embargo vencido
5c de A impon una don y diligencia de una viuda , la otorgó lo que pedia (y).
éuzic. io i así se lian de nacer de continuo oraciones á Dios , y no imitar á aquellos
qac sepile. qiic en habiendo pedido una y otra vez , si no les dan lo que piden, se can
san de la oración. Porque en este exerdeio no debe naher cansancio : como
nos lo enseña k autoridad de Christo Señor nuestro ( f ) , y del Apóstol (g).
A si alguna vez liega i desfidkcer la voluntad , pedir i Oíos con. muchos
ruegos la virtud de la perseverancia,
y. Quiere también ei Hilo de Dios , que nuestras oraciones lleguen en su
€ar¡sTn*&- nombre al Padre : pues el memo y grada de este Medianero les dan tanto
^ fhJY™ valor y virtud , que son cides por d Padre cdesdaJ. Porque el mismo Se-
ñor nos dice por San Juan : E n v e r d a d , en v e r d a d c-s d igo : S i p id i¿ r e d e s a l
bre iíida- Padre alguna cosa en mi nombre 5 os será dada. Hasta ahora, no hedisteis cosa
S33S 2 SG m mi nombre : pedid y redhirtis : par a* que vuestro gozo sea cumplido (/i). Y en.
otra parte : Tvda quanío pidióraí es aI P¿zd,. c en mi nomine hará (/).
Se fe-*, ¿e Imitemos aqost terror artdtente cor» que nacían ios Santos oración : v jun—
ísaátar el temos con ía petición el haenmento Ce gracias í exemplo de los Aposto-
íes,
( d S k t r A A (&} Loe. A (c) M atch. 2& (/ ; 3bíieat. Tires. «i. ib) Toan. 16.
(D Ib leesiá . y ) le e , iS . j ) IbiCcni £4. '
PARTE IV. CAPÍTULO VIII. ZQÍ
les , los que guardaron siempre esta costumbre : como se puede ver en San- fervor de
Pablo (a). ios Si" tos,
Pero juntemos con la oración el ayuno y limosna. El ayuno ciertamente y ju icir el
da:- gr >c:ss
esta muy hermanado con la oradon. Porque los que están cargados de co can Ji pe
mida y bebida, tienen el entendimiento tan embotado ? que ni pueden mirar á tición.
Dios , ní pensar siquiera qué quiere decir oración. Síguese la limosna: que tam 9-
bién ésta ríene estrecha amistad con la oración. Porque \ quién osará decir, P ir a que
que hay caridad en él , si podiendo , no socorre ^benignamente á su próximo sea Ii ora
ción fervo
y hermano, que vive de la misericordia agena í ¿O con qué cara pedirá el so rosa , ha de
corro de Dios quien no tiene rastro de Candad ? Sino es que venga á pedir ir acom
á su Magestad perdón de sus pecados , y al mismo tiempo pida rendidamen pañada de
te que le de caridad. Por esto fue disposición de Dios que hubiese estos tres ayuno y li
mosas»
Remedios para la salud de los hombres. Porque quando pecamos , como ó
agraviamos á Dios , ó injuriamos al próximo , ó nos dañamos á nosotros mis
mos; con las sagradas oraciones aplacamos á Dios , con la limosna redimi
mos las ofensas de los próximos , y con el ayuno lavamos las manchas de
nosotros mismos. Y aunque cada cosa de estas es provechosa contra toda
suerte de pecados; sin embargo es remedio específico contra cada uno de los
pecados que habernos dicho.
CAPITULO IX.
DEL PROEMIO DE LA ORACION DEL PADRE NUESTRO.
í.
Ara-i
u ; -• v u
Sea A ¿ re
ce i; cur
CA-
PARTE XV. CA PÍTU LO X. 299
C A P Í T U L O ' X .
DE L A . P R I M E R A . F E ' T T C I O N .
Santificado sea. el tu nombre.
ué es 3o que se debe pedir á Dios y con qué orden se haya de ha- _ r-
c e r , el mismomMaestro y Señor de codos J nos lo enseñóZ' y mandó.■ Por- De
. fQ
f ’que
/ * f PElipe^
que siendo la oración-mensargera e interprete ele nuestros alectos y deseos, zar nues_
entonces pedimos bien y acertadamente , quando eí orden dé' las peticiones tras p u í -
sigue al de Tas cosas que deben desearse. La verdadera Caridad: nos enseña, clones por
que encamlnemos-á-Dios todos nuestros■intentos-y deseos.,Porque como él solo. **
es en sí mismo-el- sumo bien ; de justicia debe-ser amado con-especial y sin- nQmbre de
guiar amor. Y es imposible que sea Dios amado de todo corazón y sobreDios,
todas-las cosas sino se antepone á>todas- ellas su honor-y gloria. Porque to
dos los bienes nuestros y agenos , y en fin todas las- cosa$>que.se pueden lla
mar con el nombre de humas, están en todo sujetas á aquel, sumo bien de
quien han procedido. Por esto , á fin de que la- oración procediese con or
den , puso el Salvador esta petición del Sumo bien por principa!.- y cabeza de
todas las demás ensenándonos- que antes -de pedir las. cosas necesarias, ó pa
ra nosotros,. o para nuestros'próximos , debemos pedir las que- son propias
de la gloria de Dios , representando s su Magestad nuestro amor y- deseos
acerca de esto mismo.-De esta manera guardaremos el orden: de Ja Caridad,
la qual nos enseña que amemos á Dios mas que á nosotros-, mismos, y que
pidamos primero lo que queremos para Dios 3 y después lo que .deseamos pa
ra nosotros.
Y porque los deseos y peticiones son de aquellas cosas de que carece sr.
Por quépe
mos , y á Dios , esto es , á su naturaleza riada se puede añadir , ni aumen
dimos sea.
tarse con cosa ninguna k divina sustancia , que per un modo Indecible está santificad®
cumplida en toda- perfección , debemos entender que las cosas que pedimos- el nombre
aquí para su Magostad , están íbera del mismo Dios , y que pertenecen a su de D io s
gloria externa. Porque descasaos y pedimos , que el nombre- de Dios se ha siendo £a
san t i d a d
ga mas notorio- entre ks gentes , que se dilate su R ey n o , y que obedezcan naisiEií, que
muchos mas cada d k á su Magcstad. Y estas tres- cosas itombre Rejnn y obt- ni paedí; eee-
áiaicm. , no- están eo la misma íntima bondad de Dios , sino que le vienen cientLrse,
de fuera_ ni- dism l—
Mas para que-se emtlemdb meicr 3a virtud y valor de estas peticiones, anirse;
sera cargo del Párroco advertir al pueblo fie! 5 que aquellas palabras : Asi en A quellas R
h. zurra cmm as, d € k h 3 se pueden- aplicar ¿ cada una de hs tres peticio pai a b r a s :
nes primeras de este modo : S®rsí-¿Jkaé® scen H Zu nambre , asi en ¿h iie-nt cp- ¿S$í m &
na® m d Czdü : J-mgzs é vzm Zm- Reym ? ms ese Ir Zurra, c&mo m el Cíela ;■ Y ha- tierra,, c&~
mo en el
gmt íu udrndnd mu as. ím derruí cmm m d C id -k Y quando- pedimos que sea
Cíelo, p-;*e-
santificad© el nombre de Dios . lo que deseamos e s , que se aumente k san- deaap'ücar-
tnlzn y gloría del diviso sombre. D-cnde iba ee advertir el Párroco , y en- sc á i¿ s eres
d se-
$OG CATECISMO ROMANO
peticiones señar á los piadosos oyentes , que no dice el^ Salvador que sea santificado en
primeras, y la tierra de la misma manera que en el Cíelo : esto-es , que Iguale en gran-
ómo
como se deza la santificación de la tierra á la del Cielo ( pues esto de ningún modo
e n t ienden pUe¿ e ser ) j sino .que hagamos esta petición á Impulsos de la Caridad s y con
aquí.
afectos íntimos del alma.
Y aunque sea muy cierto , como en verdad lo es , que el nombre divi
4-
Cóm o no -no necesita por sí de santificación , porque e s s a n i o y t e r r i b l e (a } : asi co
el nombre mo el mismo Dios es santo por naturaleza , sin poder añadírsele santidad al
santísimo guna , que no la haya tenido desde ia eternidad ; sin embargo como es ado
de D ios
puede ser
rado en la tierra muchísimo menos de lo que es debido , y aun á veces
iXnScado también es ultrajado con blasfemias y voces sacrilegas ; por -esto deseamos y
por no£o- pedimos , que sea celebrado con sumas alabanzas , honor y gloria , á imita
tro s. ción de los loores , honra y gloria que se -le tributan en el Cielo : esto es3
que travgamos su honra y su adoración en nuestro entendimiento , en nues
tra voluntad y en nuestra boca , de tal modo que -le demos -toda veneración
interior y exterior , y que celebremos por todos los términos que fueren posi
bles í un Señor tan grande , tan santo y tan glorioso , come lo hacen los
Ciudadanos soberanos del Cielo* Porque así como los Bienaventurados ensal
zan y predican la gloria de ©ios con suma uniformidad y harmonía , así pe
dimos que se haga lo mismo es -la ¿tierra: que todas las gentes conozcan a
Dios 5 le adoren y veneren , y que no se halle hombre que no abrace la Re
ligión Christíaua , y que no se consagre todo á Dios , creyendo que es la
fuente de toda santidad , y que no hay cosa pura y santa , que no dimane
de la santidad de! divino-nombre.
5-
C-orao en— valona
rre l a s ia- sverdura -¿1 nombre dri Padre , y del Hijo y dei Espíritu Santo . en -el qual
nelss puede 0 , , *, J - -
*_er g~niro somos lavados y santincaaos y asimismo es unpesióle pnmicacion , limpieza
CAPITULO XI.
D E LA. S E G U N D A P E T I C I O N .
Venga' á nos el tu Reyno..
BTuchásve- Reyno de los Cielos que pedimos en esta' segunda petición, es tal,
cfcs en las que’ por él comienza y acaba toda la predicación del Evangelio. Porque por
E scritu ras allí empezó San Juan Bautista a exhortar á penitencia , diciendo : Haced pe-
CS silencia porque se ha acercado el Reyno de los Cielos (b). Y d Salvador del li-
Heyno de nage humano por ahí dio también principio a su predicación, i en aquel
saludable
( 'n l i i f U K U
Sermón
C f lr T T IO fi
donde
c ic v r íílo
mostró
T V to frfA
en
e n
el
e l
monte
m / S ís e o
an sus discípulos
ene . 1 í r-v r 1 1
ios'Caminos r de
ío e .O 'im it lA e lfl
Por esta razón los Sacerdotes Curas de almas sacarán de las caudalosas 4*
M otivos
fuentes de las Escritures divinas aquellas cosas que aviven en .los fieles el para exci
deseo y amor del Reyno de ios Cielos: aquellas que les pongan, delante de tar al deseo
los ojos la miserable condición de nuestro estado ; y aquellas que causen en del R eyn o
ellos tales afectos, que volviendo sobre si , y encerrándose dentro de sí mis de los C ie
mos les recuerden la bienaventuranza cumplida , y los bienes inexplicables los.
que rebosa la casa de su Padre Dios, Desterrados .estamos , y-.somos mora
dores de un lugar donde habitan los demonios y cuya ojeriza contra noso
tros en manera ninguna se puede amansar : porque son enemigos .molestísi
mos é -implacables del Knage. humano- ¿Qué-diremos, de las guerras domés
ticas é. interiores =con que .continuamente pelean entre sí el,cuerpo y el al
ma , la carne y el espíritu = y que siempre en ellas,.hemos .de estar, temien
do la.caída. ¿Aías que digo temer i A l punto caeríamos., si la virtud, de Dios
no nos tuviese de su mano : que sintiendo el Apóstol este turbión de mi
serias 3 .exclamaba.: ■ Desventurado de mi / ¿ quien me librará del cuerpo de esta,
muerte (d ) _ ?
Y aunque por sí se, conoce esta . míe fieldad de .nuestro .Iinage , todavía J-
Q u in ta sea
puede, entenderse mejor . cotejando nuestra naturaleza con.las demás criatu la miseria
ras. En estas , ya sean .irracionales , ya insensibles , rara vez advertimos que se del hombre
desvíe alguna en tal manera de las acciones, propias , y de aquellos sentimien en compa
tos á movimientos .que les son naturales , que pierda, el fin que le..filé.esta-' ración de
oleoido y destinado. Esto se ve tan manifiesto en . las., bestias .del campo , v las demás
criaturas.
en los peces y aves 5 que no necesita de otra declaración. Y' si; levantares los'
ojos al Cielo 5 ¿no entenderás .al punto quao cierto es lo que díxo David:
Para siembre. 5 Señor 5 '-permanece en el Cseh. iu palabra (e) ? Porque estando
en un movimiento ■ continuo 3 y en mía. perpetua...revolución ,• jamás discrepa
un tilde de. la ley que Dios íe señaló. Si basas después los ojos á la tierra v
al resto del universo , jo~. echarás
'— -- de — ■ que es nada
ver - , ó -- en —
muy poco
se destempla. Pero el Infelicísimo llnage.de los hombres á cada paso cae.
Por asarsbüüla poce en exccsclon ios buenos pensamientos. Much-as'veces des
echa y menosprecia las acciones buenas q u e . comenzó- E l consejo bellísimo
que ahora le agradaba 3 luego le desagrada 3 y retratado éste ,. se desliza, en
los torpes y perniciosos.
?r
i (¿5 Ifcideni 7. A ) Rom . 7 . (e) Psaisa. x iS .
304 CATECISMO ROMANO
¿Y quál es la causa de esta inconstancia y miseria ? El menosprecio cier
Q uáisea latamente de las inspiraciones divinas. Porque tapamos los oidos á las voces
causa prinde Dios , no queremos abrir ios ojos para ver las luces que nos pone de
lante , ni oímos lo que el Padre celestial nos manda para nuestro- bien. Por
cip al de es
tás mise esto deben insistir aquí los Párrocos , proponiendo á los fieles las miserias,
rias. man fiesta nc!o sus causas, y mostrando la virtud de los remedios : que todo
lo podrán componer fácilmente , recurriendo á los Santísimos varones Juan
Crisóstomo (a) y Augusti.no (¿) , y señaladamente á lo que díximos en la ex
plicación del Credo. Porque bien entendidas estas cosas 5 \ quién habrá tan
perdido entre los hombres , que con el socorro de la gracia de Dios que le
previene , no procure levantarse , y animándose con el exemplo- del hijo Pró
digo (¿) , venir á la presencia de su Rey y Padre celestial?
Explicadas estas cosas , declararán los Pastores quai sea ia petición fruc
, 7* tuosa de los fieles , ó que es lo que por estas palabras pedimos á Dios 1 ma-
Qué se en
tiende en
las Escri
turas por divina Escritura , y por otra necesaria para el conocimiento del presente.
ei Reyno
Lo- primero pues que significa el Reyno de Dios , como se ve í cada pa
de Dios.
so en las divinas Letras , es no solamente la soberanía que tiene Dios sobre
todos ios hombres , y sobre ia universidad de todas las demás criaturas; sino
también la providencia, con que á todas las rige y las gobierna. En tu ma
no ? Señor , dice David . están lodos ¿es fines de la tierra (d) por los Guales
fines se entienden también todas las cosas que hay retiradas y ocultas en las
entrañas de la tierra y y en todas partes. Conforme á esto decía M ardo que o:
Señor, Señor , Rey ¿odo poderoso . en i a dominio están todas las cosas. y ?10 hay
quien pueda resistir ¿ la voluntad* Señor eres de lodo , ni hay quien resista á tu
Magesíad
8. También 'se significa por el Reym ¿e Dios aquel especial y singular con
D e l Reveo cierto de la providencia , con que Dios ampara y cuida de todos los Justos
de C iin sto y Sanios, D e este particular y diligentísimo cuidado dixa David : El Señor
sobre los
me gobierna , nada mefaltaré (/),. Y también Isaías: E¿ Señor es nuestra Rey,
fcesSQS.
ei msmo nos salvará (g). Y aunque Jos Justos y Santos se hallen en esta vi
da por un modo especial haxo la regia potestad de Dios , como diximos,
con lodo eso el mismo Christo Señor nuestro hizo saber á Pilaros , que su
Reyno no era de este mundo , esto- es , que en manera ninguna tenia su
origen de este mundo , que filé criado , y ha de perecer : porque de ese mo
do reynan los Emperadores a los Reyes 9 las Repúblicas , los Duques 9 y to
dos aquellos que habiendo sido- buscadlos y escogidos por ios hombres 9 pre
siden á las Ciudades y Provincias : 6 que sa apoderaron del Señorío por in-
jbsiiaa y violencia. Pero Chrísto Señor nuestro fue constituido Rey por Dios,
como e! Proleta dice 0 } ; y su Pesyoo en sentencia cal Apóstol es justicia:
pues dice: E l Reym de Dios es jazslkia 7 paz. y goza en d Espíritu Santa (&).
R ey-
fs) HoisEi, ge. asi PapEiI. AatlocA (e'i Ssír.er. 12. £/) ? s . z z . (g) Isaí. 33.
(f) Id A 10. C o a t. cap. aS, (¡r) L ee. 15 . (£) Joaaa, rS. (?} Psai.au 2. (£} S o -
(i) P saiis. eq. iu ,
PARTE IV. CAPÍTULO EX. 30#
R eyna pues en- nosotros Christo. Señor nuestro por la? virtudes interior p,
res , F e , Esperanza , y Caridad , por las quales nos hacemos en. cierto rao- Cómo re y -
do parces de este R eyn o r y estando sujetos i D ios de una manera especial* na Chrisio
somos consagrados á su servicio y veneración: de suerte * que asi como, d i- ]es
xo el- Apóstol : Vivo yo 5 ya. no yo s. mas vive en mi Chrislo {a) „ así podamos
nosotros d e cir: Reyno yo , ya no yo : que reyna en mi Chrislo.. Y llámase este
R eyn o justicia : porque esta afianzado sobre la justicia de G la s t o Señor nues
tro :■ del quai R eyn o dice así su Magestad por San Lucas : E l Reyno de Dios
está dentro de vosotros (¿)„ Porque aunque Jesu-Christo reyna por la fe en
todos- los que están, dentro del gremio y seno de la Santa Madre Ig le
sia , gobierna sin embargo por modo particular á lo s que adornados de ex
celente Fe , Esperanza , y Caridad , se entregaron á Dios , com o puros y
vivos miembros suyos : y en estos se dice que está el ReyDO de la gracia
de Dios.
H a y cambíen otro R ey n o T que es el de la gloria de Dios : sobre el qual ro;
oímos á Christo nuestro Señor decir así por San Mateo : V e n i d , b e n d i t o s d e
m i P a d r e * y p o s e e d e l R e y n o , q u e e s tá p a r a v o s o tro s p r e p a r a d o d e sd e e l p r in - g]orja
t ip io d e l m u n d o (c ) . Este mismo- Reyno es el que el ladrón reconociendo ChrisroSe-
marabillosamente sus pecados * como escribe San Lucas, pedia al Señor con Sor nae&—
grande ahinco * diciendo v S e ñ o r * a c u é r d a t e d e m í g u a n d o e s t u v i e r e s , e n t u R e y - tro*
rso ( d ) . También hace memoria de este Reyno San Juan , quando dice : E l
q u e n o r e n a c ie r e d e l a g u a y d e l E s p ír it u S a n io , n o p u ed e e n tra r en e l R e yn o de
D io s (e). Y asimismo la ha-ce el A p ó sto l, diciendo á los Etesios: T o d o f o r -
m a r z ie , ¿ in m u n d o j ó a v a r ie n t o (q u e es s e r v i d u m b r e d e íd o lo s } n o t ie n e p a r t e e n
C A P Í T U L O X I L
DE LA T E R C E R A ' PETICION..
Hágase tu voluntad,
*. ¿L ca b ie n d o dicho 'Christo Señor nuestro*: No lode d que me dice.: S e ñ o r .,
-Por qué Señor, entrará en d \'Reyno de los Cielos; sino d que hiciere la voluntad de mi
se,puso es- p a ¿ r e ^ U € £ S t ¿ e n q o s d é l o s 5 éste entrará en el ‘Reyno de h s Cielos Q i ) ; todos
im S ia u f los que desean llegar al Kevno celestial , deben pedir á Dios que se haga su
después de voluntad. Y por esto se -paso-aquí esta petición seguida inmediatamente i h
la antece- petición del Reyno del Cielo.
dente. jyias para que entiendan los fieles lo muy necesario que *es do que -pedí-
Có^o se caos aquí , y las grandes riquezas de saludables dones que conseguimos , si
conseguirá lo alcanzamos , declararán los Párrocos , á quantas miserias y desdichas que
ja verda- do sujeto el lina ge de ios hombres por el pecado del primer Padre,
dera míe- Desde el principio imprimió -Dios á ttodas las .criaturas apetito de su pro-'
^ ^ n"Aetu, P^° bien: para que -con *esta natural ¿inclinación buscasen y anhelasen a su
cioa. " fin. Y nunca se extravías del camino , si ¿no se Ies opone algún impedí sien-
.3. to de fuera. T u vo también el hombre-en-su principio-esta inclinación y á p e
melos 212- tito de anhelar a su fin que es Dios s Autor y Padre de su bienaventuran-
i^s 2a v Iaore mas noble y excelente, -quamo .él era capaz de razón v uonse-
sombres eS J°* ‘Pero hatsiendo conservado Jas -demás criaturas incapaces de razón -este
pee ¿do de amor engendrado con ellas (-porque como fueron criadas-por naturaleza bue-
Adaa. ñas , así se mantuvieron , y permanecen h oy en ei mismo ^estado v condi
ción ) el miserable dina ge -humano no siguió su camino. Porque no solo per
dió los bienes de la justicia original , con.los que iu ¿ dotado y enriquecido
por Dios sobre-toda virtud de -su .naturaleza ■; sino que obscureció también
aquel primer amor de -la -virtud inserto en su alma. Tvd&s , dice ■ el Profeta,
ír lordérom , todos ¿ una se he ¡erom rmdks : No hay quien obre bien no hay
damas. ®no{p}. Porque los sentidos j pasamientos del corazón del hombre están
indinadas s i mal desde su mocedad (c¿. Para que de aquí .pueda entenderse
con -facilidad „ que ninguno puede .gustar saludablemente de las cosas -hue-
■ Eas; siso-qise'todos están inclinados oí mal ,-y que son innumerables Jas sfi-
-clones y apetitos -estragados ce los hombres : pues están prontos -y cc-n ar
diente ímpetu se dexart arrebatar de la ira del-odio.- de k soberbia.- .de
4- ^ -$2 ambición, y de casi todo género- de males.
man h adsque¿CGQtrot3amenEe .nos Jiaílamos-metidos ■ CBtre tantos’males., con
Jlínoderai- eso muchísimos --de cHos en. manera ninguna sos nacecen males : que
serias so es -la. mayor miseria que podemos tener. Esto prueba una m uy grande ea—
C5SM5CS ¡SU í-_
«staáok tázítb, 7 . iy) -Esslai, 13,. {c) Gec.es. ¿S,
PA R T E 'IV . CAPÍTULO X II. 309
lamidad en los hombres.: que obcecados con sus antojos y .apetitos, no
echan de ver .que las cosas .que .juzgan saludables., son muchas veces .pestí
feras : antes se arrojan precipitados á esos mismos males .perniciosos , como
si fueran bienes muy apetecibles , y miran con horror y.como contrarias las
cosas que verdaderamente son .honestas , y buenas. Esta .opinión , y juicio cor
rompido reprueba Dios por estas palabrasj \Áy de los que decís lo bueno malo.yy
lo malo bueno , poniendo las tinieblas por luz , y la luz por tinieblas , poniendo la
amargo por dulce ^ y lo dulce por amargo (a)J
Para ponemos pues las Letras divinas estas miserias delante de los ojos, ^ .
nos comparan i los que perdieron el verdadero sentido .de gustar (¿) , por
3b qual miran .con grande hastío los manjares saludables.^ y apetecen los da- gradas nos
sosos. También nos asemejan í Jos enfermos (r).Porque .así como estos , -míen- ponen £ &
zeas no mejoran , no pueden cumplir los oficios y .cargos de los que jestán sa- V1f ta .estas
nós y buenos; así no podemos £xercitar nosotros las obras-que son agradables nuseíias°
a Dios sin .el auxilio de la divina gracia.
Y -si estando así indispuestos hacemos algunas cosas buenas., son leyísí- jj ^
mas y de poco ó ningún momento para conseguir la eterna salud. Pero S a q u e a
jamás podremos si no somos fortalecidos con e! socorro de la divina-gracia que pade-
amar y adorar á Dios , como es debido. Porque esto es cosa mayor y mas cemos.para
alta^ de lo que .nosotros caídos en tierra 5 .podemos alcanzar por fuerzas him obrar.
humanas.
Aunque naca significar la miserable condición del finase humano, también ^ 7-
~ i , s - j t -- j ? Paralas-eo-
es muy propia la comparación , ae que somos como ios mnos , los que de- ías ¿iT¡nas-
xados á su .libertad se mueven á todo sin consideración. Es así que somos estamos ea
niños é imprudentes., dados á parlerías y.acciones vanas sí nos desampara el to d o com©
socorro de Dios. Porque así nos reprehende la Sabiduría : i Hasta .quando5 ios niños.
niños , amareis la infancia yy apetecerán .los necios las cosas .que les son perjudi
ciales (d) ? Y el Apóstol exhorta de -este m o d o : Mo seáis niños en vuestros
sentimientos (e). Y aun en, mayor vanidad y error andamos, que aquella .edad
pueril. ..Porque á ésta solo Alta .la .prudencia humana , Ja que con d tiem
po puede alcanzar por s í : pero á la prudencia divina que es necesaria para
la salvación , en manera ninguna podemos aspirar sin eí favor y ayuda de
Dios. Porque si su Mr gestad s© .nos socorre ..pronto con su gracia , desecha
mos los verdaderos bienes, y voluntariamente «sos precipitamos en ja per
dición.
.Pero si alguno habiendo anyentado .coa la divina luz la -obscuridad del Oré rema-
alma. , Mega 3 ver estas miserias de los hombres^ y übre de aquella lasen- dio- -.para;
sasez experimenta la I t y de Ja carne , y reconoce los apetitos sensuales que tantos mar*
repugnas al espánte., y .cosddera asimismo toda la in d in ad os de nuestra n a - les ^ 1105
tsndeza Á lo m alo; ¿.corno .podra meaos de buscar -con ardientes deseos da^ ^rie£ta
remedio oporenoo .pora una enfermedad xas grave , com o la .que nos afiige ?et2£I°
p orJo viciado de la naturaleza , y de.pedir con instancia la«regla saludable,
con ¿2 qual debe ajustarse., y-medirse Ja, vida de n s hombre Carisuaao-?
Pues este es lo que pedimos ¿¡pando rogarnos así á D io s : Hágase tu
*ÜQ~*
0 Iá íA s4 .E se ch , *8. ^ P s,A -a A e t rsA gárProv, 1. (*) j.jC o tir ó u i* .
CATECISMO ROMANO
voluntad. Porque como caímos en estas miserias por haber negado la obe
diencia á Dios y menospreciado su voj.untau. , el remedio único que para
tantos males nos dexó su providencia divina es , que últimamente vivamos
según ía voluntad de Dios , la que habíamos despreciado pecando , y que
midamos por esta res!a todos nuestros pensamientos y acciones. Y para
que lo podamos conseguir , pedimos rendidamente a Dios : Hágase tu vg~
¿untad.
9■ , Con igual encarecimiento tienen que hacer esta petición aquellos en cu
También yas almas *reyna ya Dios , y que ilustrados ya con ios rayos de ía divina
deben pe luz cumplen por beneficio de la gracia ía voluntad de Dios. Porque aun
dí r'esto los
Jusros que que se hallen en tan buen estado , con todo eso les hacen mucha guerra las
obedecen á propias pasiones por la inclinación al mal , entrañada en los sentidos de los
Dios. hombres. Y así aunque seamos justos , tenemos en esta parte mucho por
que temer de nosotros mismos ; no sea que atraídos , y acariciados de las
concupiscencias que guerrean en nuestros miembros (a) volvamos á saiirnos del ca
mino de la salud. De este peligro nos avisó Christo Señor nuestro por estas pa
labras : Velad y orad ; porque no entréis en tentación. EL espíritu está pronto , mas
la carne flaca (b).
Porque no esta en mano del hombre , aunque sea en la de aquel que está
Un ios Jos- justificado por la gracia de Dios 5 tener tan domados les movimientos de ía
ios v’í'í'e la
conospi s—
carne , que jamás vuelvan á recalcitrar. Porque la gracia de Dios sana el alma de
cencía, ase los que están justificados; mas no sana la carne. Acerca de esto díxo el Apóstol:
ñ i n g a n o Sé ciertamente, que no mora en mi , esto- es , en mi carne el bien (Y). Porque una
pneds ape vez que perdió el primer hombre la justicia original , con la qual se regían
gar cei to
las pasiones como con un treno 5 no pudo después la razón en manera nin
do.
guna traerlas tan á raya , que no apetezcan aun aquellas cosas que repugnan á
la razón misma. Y así dice el Apóstol s que mora en aquella parte del hombre
el pecado , esto es , el /omite dei pecado (d), para que tengamos-entendido, que
so está aposentado es nosotros por algunos dias como un huésped ; sino que
mientras vivimos , está siempre de asiento en nuestros miembros como mo
rador de nuestro cuerpo. Estando pues de continuo combatidos de enemigos
caseros é interiores , dicho se está s que hemos de recurrir al auxilio de Dios,
y pedirle que se baga su voluntad en nosotros. Pero ya. es razón hacer saber á
los fieles quál sea d sentido de esta petición:.
ii, Y omitiendo sobre este punto ¡muchas cosas que útil y copiosamente se
'Q y é ep disputar! por los Doctores Escolásticos acerca de ía voluntad de Dios , de-
SdeS ®mGS : EEe e:ffi csre se por aquella voluntad que suelen Mamar
par i s . vicJ : Esto “ss * por aquello que Dios nos manda . o nos aconseja que
SpEíad ae hagamos , ó que dexemes de hacer. Y" así están aquí compre hendidas por
Dias. el nombre de m H s e s s i z í á todas aquellas- cosas , eme se nos nrononeo . cara con-'
seguir ta Dicaavcntnranza ceaestiaí , sesm pertenecientes a la fe ó á las costum
bres : en suma ■ todo aquello que Christo Señor nuestro por sí ó por su Iglesia
nos ha mandado ó prohibido hacer. D e esta, voluntad escribe así el Apóstola
JV b s m x s im p ¡n :é m ¿ e $ s u m e r d m d c á & r e s é c q im il- s e a ¿ a v & k m & a d d e D i o s ( t ) .
Quan-
Jaeoev £. a i p. ¡pjí Blata, s<5. (c) Rem. y. Jb-sdets. {/t Hjbhes. e
PARTE IV. CAPÍTULO XII. 311
Quando pedirnos pues: Hágase tu voluntad, primeramente pedimos, que Qn¿ 2s'eael
el Padre celestial nos dé fuerzas para guardar sus divinos mandamientos , y sentido de
para servirle en santidad y justicia por toda nuestra vida : que hagamos to- esta pen
das las cosas según su ley y voluntad : que cumplamos todos aquellos ofi- C10n*
cios de que somos amonestados en las Sagradas Escrituras: que siendo nues-
rra y nuestro Autor , obremos como corresponde a los que son naci
dos , no de la voluntad de la carne , sino de D io s , siguiendo el exemplo
de Christo Señor nuestro, quien se hizo obediente hasta la muerte y muerte de
Cruz (a) , y que estemos prontos para pasar antes por todos los tormentos, que
apartarnos un ápice de su voluntad. -
Pero ninguno hace esta petición con mas ardor , ni con: mayores veras, 23.
que aquel í quien ha sido concedido entender la suma dignidad de los que Q^éaesse-
obedecen á Dios. Porque éste es el que sabe, con quánta verdad se dice: tehaceneí
Serví?- á Dios , y obedecerle es reynar. Qualquitra, dice el Señor , que hiciere la ta peEic|0n.
voluntad de mi Padre que está en los Cíelos 3 ese es mi hermano , mi hermana,
y mi Madre (Jd). Esto es , estoy con él muy estrechado con todos los la
zos de amor y benevolencia. Apenas habrá uno de los Santos que no .pi
diese con grande ahinco á Dios el don particular de esta petición. Y to
dos se valieron de esta Oración á la verdad excelente , aunque muchas ve
ces variada. Pero entre todos vemos marabilloso y suavísimo á David , quien
pide esto con grande variedad. Porque ahora dice : j Ojalá se dirijan mis cami
nes , para guardar tus justificaciones (c)! Ahora : Elévame por la senda de tus
'mandamientos (d). Y a : Endereza mis pasos según, tu palabra , porque no reynt
m mi maldad ninguna (e). Y á esto pertenecen también aquellas expresiones:
Dame entendimiento , para que aprenda tus manéarazailos , y enséñame tus ju i
cios. Dame entendimiento , para que sepa tus tcsísmamos ( f ). Muchas veces tam
bién trata y maneja la misma sentencia con otras palabras : Y estos lugares
se bao de notar con cuidado y explicarse á los deles : para que entiendan
todos , quinta abundancia y riqueza de saludables bienes hay - encerrada en
la pernera parte de esta petición.
En segundo lugar cuando pedimos : Hágase M voluntad. : abominamos Qaé'^s lo
las obras de la carne: de tas Guales escribe d A p ó sto l: Manifiestas, son las <3^ á mas
o&r-a de la carne z que sssn f&rnscacmn , mmuzádicia , impureza 5 ¿uxoria y ’b e. (g), de esta pe-
Y : Si vsvdicdts sgnn la carme , niuri/t¿s ( i) . Y pedimos que 00 -permita ^“ aosaqeí.
que ha giraos las cosas que nos persuaden nuestros sentidos, antojos y
fliqusezas , sino que en todo se gobierne nuestra ve-¡botad por la suya.-M uy
lejos esun de esta voluntad los hombres entregados í -d ekytes, que están
sismeígTsira- en ios cuidados y pensamientos de í :s cosas terrenas. Porque se
ckxan dever arrebatados de sus apetitos „ á gozar de lo que se Ies antoja , y
ponen E ÉekcídUd en logro de sos desordenados deseos: cíe manera que
aun llameo Acuosos & los que consiguen quarcto- apetecen. Mas nosotros por
e! cor.irado p¿dur.ius 3 Dios , como dice el Apóstol , que no hagamos caso de
kis miteys. s áe la cwñe ízj 5 sm-o que se baga la voluntad de Dios,
Aun-
H -- (H MattA re- (r) Fsslm. ?e) llAiem. (T í Tbidem. (g) Gala:. <.
l í -* ÜMirtm. £*) ¿tan. S. ¡i} liria, 13,
312 CATECISMO ROMANO
s¿. Aunque no nos vencemos fácilmente á pedir á Dios ; que no satisfaga
S e ,ha á nuestros apetitos. Porque este vencimiento del ánimo trae consigo la dl-
ga^líT que fícultad , de que pidiendo esto parece que ei> alguna manera, nos aborrece-
quiereBios, mos á nosotros mismos : y esto ^también lo tienen por locura^ los que es-
no lo qae d n ¿ e¡ todo pegados al cuidado de su carne. Pero nosotros pasemos de bue-
deseamos pa CTana ^ ^ nota ¿ c locos por amor de Christo , cuya es aquella sentón-
nosotros. ^ ^ a i^ u n g q U i¿ re v e m r e n p o s de- m i , n ie g ú e s e á s í m is m o ( a ) . Mayormen
te sabiendo , que es mucho mejor desear lo que es recto y justo , que conse
guir lo que es ageno de razón , de virtud y de las leyes de Dios. Y á la ver
dad en peor estado se halla el que alcanzó lo que deseaba temerariamente y £
impulsos de su apetito ? que el que dexó de lograr lo aue deseaba muy
con certadamente.
^ Y no solo pedimos á Dios que no nos- conceda , lo que nosotros rais-
jtfo se'faaQ mos apetecemos por propia inclinación s quando nuestro deseo es claramen-
de pedir á re malo ; sino también que no nos dé lo que á veces pedímos- como bue-
B ío sia sco - no ¿r persuasión ó impluso del demonio disfrazado en Angel de luz (¿ ), M uy
sas que no y ¿ e piedad parecía el deseo d el Príncipe de los- Apóstoles,
bnes¿Ce guando intentaba retraer al Señor del propósito de ir á padecer muerte ( ¿ ) .
Sin embargo le reprehendió agriamente su Magestad: porque se gobernaba,
no por razón divina , sino por afectos humanos. ¿Qué cosa al parecer de ma
yor amor hada Christo se pudo haber pedido , que lo que ios discípulos
Santi
hospedar
que consumiese aquellos dures é inhumanos ? Mas fueron reprehendidos por
Christo Señor nuestro con estas palabras: A h sabéis 1 de que espíritu sois hijos.
A h vino el Hijo ¿d hombre á perder íes almas 5 sino á salvarlas (d),
Varo no solo se ha de pedir á Dios que se haga su voluntad , cuando
lo es mafer 5 lo que deseamos, ó ¿ene apariencia de mal ; sino también quan-
ss ns
uerla. coa- ^ w „
díc3B; S i trdsmo Señor, de quien hemos recibido la salud y la doctrina de la salud,
Dio: quien siendo conmovido del temor natural de los tormentos v atrocísima
Ts‘ muerte, con todo eso en medio del horror del mayor de los dolores re-
g signó su voluntad en la de su eterno Padre , diciendo : A h se haga -mi vcéws-
M ¡ egs tad > la 00-
tassbiea el Pero está ei Ismge de los hombres tsn extrañamente corrompido v da-
socorro de fj-do s que aun después de haber hecho tuerza á sus acericos , y" sujetado su
pasessin él vo*“B:ad a & ¿ ’í3í5a? todavía oo pueden evitar los pecados sin ei auxilio de
io pode- K c s 5 co® ci qcal somos- defendidos del mal y encaminados al bien. D e -
Eses evitar hemos pues recurrir á esta petición , y suplicar á su Magostad , que perfr-
Sys peca- done k obra comenzada , que refrene los movimientos desconectados de
dos.
h concupiscencia ; que haga los apsátos obedientes í k razón 5 y en fin que
nos
(*) Mattk, 16. {£■ } a. Coriatk se. (c) Miíth. %6. (a) Luc. p. (e) Xbidem as.
PARTE IV. CAPÍTULO XH. 3x5
nos conforme en todo con su voluntad. Pedimos también , qfíe toda la re
dondez de la tierra reciba el conocimiento de la voluntad de Dios : para
que aquel misterio escondido desde los siglos y generaciones se haga noto
rio y manifestó á todos.
C A P I T U L O XIII..
DE L A Q U A R T A PETICION
Pero á fin de que vean los fieles quán necesaria sea esta, petidon 7 les S f a a d e s
ôïenes de
harán presente los Párrocos lo m uy precisas <uue son estas cosas exteriores DK „ . . .
pera mantener 5 y conservar la vida. Esto se entenderá mejor haciendo co— hambre
de las que hnbo menester para vivir d primer Padre de nuestro linage ea e£ esta-
y sucesivamente los demás hombres. Cierto es que en el fdldsím o estado dodeiaio-
E£3r acceacla.
ía} Eosl S. 0 } ¿Víiitx. n©. ije) Hia, z, de Sentí. Sosn. ín Moni. c. id. i.Cor, io.
3 l5 CATECISMO ROMANO
de la innocencia , de donde cayó Adan , y por su culpa toaa su descen
dencia s habría necesitado tomar aumento para reparar las fuerzas : pero toda
vía hay diferencia grande entre las necesidades de aquella vjda y la nuestra.
Porque entonces no necesitaba , ni de vestido para cubrirse , ni de casa para
■ albergarse , ni de armas para defenderse , ni de medicinas para curarse , ni de
otras muchas cosas, cuyos socorros necesitamos añora para sustentar la flaqueza
y fragilidad de la naturaleza. Hubiera le bastado entonces para la vida inmortal
el fruto que le habría producido el felicísimo árbol de la vida , sin ningún tra
bado suyo ó de sus hijos. Mas no por eso se hubiera estado ocioso entre tantas
delicias del paraíso: pues le puso Dios en aquel jardín de placeres , para que
le cultivase. Pero ninguna obra le sería molesta , ningún trabajo desabrido.
Habría cogido perpetuamente suavísimos frutos del cultivo de aquellos delicio
sos vergeles, sin fallarle jamas, ni la labor , ni la esperanza.
Ij. Pero su descendencia , no solo fue privada del fruto de] árbol de h vi-
Be los da , sino condenada también con aquella horrible sentencia : Maldita será
g ra n a e s ¡a í:iíra ai í]¿ frühaj 0 t con fatigas comerás de ella iodos los a¿as de tu viáaz
se” Cipinas }' abrojos te producirá , y cernerás ía hierba de la tierra* Con el sudor de
ron a? pe- tl¿ rostro comerás de íu. pan y testa que ¿t vuelvas á la tierra , de que jinslc for~
-caá O de rnscio : porque polvo eres s y en polvo It has de volver y ) . Tod o pues nos su-
^ an. cedió al revés de lo que habría acaecido á Adan y á sus hijos , si el hubie
ra sido obediente al mandamiento de Dios. Y así se trocaron todas las ca
sas , y se mudaron a la peor parte. Pero lo mas lastimoso es , que muchí
simas veces despees de muy grandes gastos , y de mírenos trabajos y sudo
res mngun fruto se logra : quando ó se vician los sembrados, ó se sofocan
con ia aipereza de las malezas que la tierra produce , ó se pierden las míe
se? maltratadas , y destruidas de tempestades , vientes , piedra , langosta , ó
piiigon , ce manera , que todo el trabajo de un año se pierde en una cora
Por afgana desgracia del Cielo o ¿e la tierra. Y esto acaece por lo enorme de
-nuestros pecados : que indignado ñor ellos el Señor , no echa su bendición
50Dre nuestras obras : sino que permanece la sentencia horrible que prenuncio
& ai principio contra nosotros.
S í A b a tra- Pondría p es ios Pastores particular cu:tu..do en mutar esie punto pa
one sepa el pueblo bel qua caveree: Ics hombres por su culpa en estas
;u »Aí — í I ^ "-^ e c o s - J miserias : v para cue entienda que ciertamente se e n e traoa-
pe y sudar j por adquirir lo necesario Dira la vida ; pero que si el Señor
no oendmere nuestros trabajos , sera ensañase toda esperanza v vana toda
m : ih' rqve ai il a:¿e A c d que riega . rum D io s que da c
Y : 5: el Seder oc n c u im rese zane traodaci ics qus
A-
En este supuesto ensenaran los Fírrcco; , que son. casi innumerables las
cosas que si nos tupan , ó perdemos la vida , o la pasamos con ¿-sabrimien-
tc. Porque en conociendo el pueblo Christiane esta necesidad de cantas ce
sas y .;z ceometad ce la naturaleza,, se vera precisado a ù r è e al Paure ce*
a pm lrk rendidamente „ as: lo« bienes de la tierra , como los bel
CA
PÍ Genes. i. Can Fsalea. zzd.
P A R T E IV . C A P Í T U L O , ;XI1L 317,
Cíelo im iará á aquel hijo P ró d igo , que habiendo empezado á padecer
necesidad en un país rem oto, sin haber quien le diese, ni aun bellotas
quando pereda de hambre , por fin volviendo sobre sí , entendió que de
parte ninguna tenía que buscar el remedio de los males que. de apremia-'
ban sino5 de su Padre (/O- Con esto también, llegará el .pueblo fiel á - la
oración mas confiadamente : si considerando la benignidad, de Dios , ^ acor
dare de que les oídos del .Padre siempre están abiertos para los., clamores
de los hijos. Porque exhortándonos á que le pidamos pan , promete dar en
abundancia estas cosas , á los que se las pidan como deben. En el mismo
enseñarnos cómo hemos de pedir , -nos exhorta , exhortando nos impele, im -
doliendo nos promete,, y prometiendo nos da una esperan^ muy cierta de al
canzar lo que pedimos* ; r . 7 - t ' -u S.
Despertados ya y enardecidos los ánimos del pueblo f ie ls íg u e s e de Qué se en
clarar lo que se pide en esta petición: y primero qué,pan sea éste que pe tiende pOE
dímos. Para esto es de saber , que por el nombre de p a n se significan mu el nombre
de pan y
chas cosas en las Sagradas Letras, pero señaladamente dos. La primera , to quál-es el
do lo que tomamos de sustento y de las (demás cosas para conservar el cuer sentido de
po y la vida. .La segunda , todo lo que se nos ha dado pop la gracia .de Dios .esta ; peti
para la. vida y salud*"del espíritu y .del alma. Pero aquí pedimos Jos socorros ción,'
de .esta vida que hacemos en la tierra según la autoridad de los Santos Padres
que lo sienten asi.
Por esto en manera ninguna deben ser oidos los que dicen , que no Declárase Sfe
es licito a] Chrístiano pedir í Dios bienes terrenos de esta vida. Porque que se pue
además del - sentir concorde d e jo s Padres están contra ese. error muchísi den pedir 2
mos exe rapios ^ ssy dd Testamento viejo , como del nuevo.’ Porque Jacob Dios 'bie
nes tenípo—
haciendo voto oró así : S i e l S e ñ o r m e a s i s t i e r e y m e g u a r d a r e e n e l . c a m i n o rales.
p o r d o n d e v o y , r m e d ie r e p a n q u e c e rn e r , y v e s tid o c o n q u e c u b r ir m e ^ y v o lv ie -
r e co n fe lic id a d á la c a s a d e m i P a d r e , t e n d r é a l S e ñ o r p o r m i D i e s , y e s i/ z
p ie d r a q u e le v a n té p o r s e ñ a l , se lla m a r á c a s a d e D io s : y d e ¿o d as la s co sas
q u e m e d i e r e s y Señar, t e c f s e c a s l o s d i e z m o s (¿). Salomón pedia también determi
(a) Lna. xg. #) Gen. aS. (r) F fot. 30. (d) Matds. s * (e} Jacob. 5. {/} Hernán. i¿ ;
3 I‘S
•CATECISMO ROMANO
IO . ■ Pediiscs a mas de esto el hm cb : esto es , lo necesario para
Por al 2on> v iv ir; eBSeadieado por ei sentóte de pan s lo que es suficiente así de vestí-
óve se P sn
sì eadeade
¿0 pára cubrirnos , coiné de alimento para sustentarnos , sea pan , carne.
xeni iodo Pescado 6 lo que fuere- Porque de esta manera ’remos que se explicó Elí
io precìso seo ; enanco amonestó al R ey que diese pan í los Soldados de Siria (a) i
pera Jsp vi— edenes se dio oca g r a n d e abundancia de manjares. Y ■ sabemos también lo
■ tifi que esta escrito de Consto Señor nuestro r £sír¿ m casa de un Principe de
los Fariseos tm SámdD d comer pan w) por coya roe vemos se significa lo
pue pertenece así í la comida como á la bebida. Mas para la cabal sígni-
fcacion de esta pendón se da de advertir í mas de esto- , que por este nom
bre dg-pm se debe entender > no una abundante y exquisita cantidad de
viandas y ropas í sino 1¿ necesaria y común : según escribió el A p ó sto l; En
iszkn&o aiómentos y am ¡jsc c&brirnos > estemos contentos (c), Y Salomón , co
mo dlxlmos , solo pidió lo necesario para el sustento.
li.. De esta moderación y templanza somos reconvenidos también por la pa
Por qoén o labra que mego- se sigue. Porque diciendo- ¡ F u t u r o , pedimos ese pan para
p eársas el
peo en c o nuestra necesidad , no para -demasías. Y no le llamamos n u e s t r o y porque po
n ica y sise damos nosotros adquirirle con nuestro trabajo- sin Dios y sino porque es ne
& píCOCSS' cesario } y sos le na dado Dios Padre de todos quien con su providencia
tra mantiene á todo viviente : pues dice David : T o d a s l a s c o s a s , Señor 5 e s p e r a n d e
b 3 q u e l a d e s d e c o m e r á s u t ie m p o . D á n d o s e le t ú , le r e c ib e n , y a b r ie n d o tú ¿ u m n *
::o 9 t o d a s s e r á n henchidas d e bondad (a), Y e s otro lugar ' L o s o j o s d o t o d o s «~
p e r a n a s ti , S e ñ o r , j ¿ a le s d a s y a m c r p s r e n t ie m p o o p o r t u n o (r).
También se' llama rnestro este par : porque se ira de adquirir justamen
£ peamos te oor nosotros , y no procurarle con injuria -engaño ó hurto, Porque las
eirsáfififies- cosas que manyómes par molos medios no son nuestras , sino asesas : y las
tro - debe-
desganar- mas veces es desastrado ó su logro ó su posesión ó á lo menos su pérdida
leeonne-es- v su Su, Pero ai contrario- en las ganancias líenos que los hombres justos
ITCS~£¿QC, meen con su trabajo ? hay según el Proteta serenidad y felicidad grande;
Por caz cernerás. , ¿ ic e . As iredejos de rus manes, serás dichosa y te estaré bim (/),
porque á les que buscan su mantenimiento por su justo trabajo , promete
Dios el ¿ruto de su benignidad querido dice ; Echará e l Señor su Bendición
sacre tus. ciñeres y sobre ledas tas seras de tus manos y sobre tí i-miden (g)t
Y no solo pedimos i Dic-s que podamos-usar de lo que ayudados de su
benignidad hemos ganado con nuestro sudor y fuerzas , pues esto es lo que
con verdad se dice n u e s t r o ; sino -que también pedimos que nos sé juicio" y
cordura, para poder usar con rectitud y prudencia de las cosas que hemos ad
quirido'con equidad.
pò- á.Hsa. & <d) h-c, 14. {e) Ibidem 14 4 . \jF) lin d e n t i p .
y , I. T is . A (¿} ñszán. 10 3. (¿) Deerer. zT
Da
PARTE ÍV. CAPÍTULO XXII. 3 ’9
. De cada día,
ambien esta palabra vuelve á recomendarnos la moderación y tempanza p or se
que poco ha díximos. Porque no pedimos varios y exquisitos manjares ; si- anade la
no lo que baste á la necesidad de la naturaleza- Para que con eso se aver- d$
güencen , los que fastidiados de la comida y bebida regular , buscan con ca a m'
ansia comidas delicadas y vinos generosos. Y no .menos se reprueban por
esta voz de cada día aquellos á quienes intima Isaías aquellas espantosas ame
nazas i] Ay de las que juntáis casa con casa, y allegáis heredad á heredad has
ta el cabo del término! g Por ventura habitareis solos vosotros .en medio de la,
tierra %a) ? E s ciertamente insaciable la codicia de estos bombr.es. Por ellos
dixo Salomón-: El avariento no se llenará de dinero (b). .y £ ellos se endereza
también aquel dicho del Apóstol : Los que desean ser ricos , caen en tentación
y in el lavo del diablo (c)t Llamamos otro si este pan de cada dia , porque le
temamos para-.reparar los humores vitales que cada dia segasta-n con ,1a fuerza
del calor natural. Y en fin se dice de cada día : porque se debe pedir conti
nuamente.: para que así nos mantengamos en esta costumbre de amar -y servir
á Dios , y que .estemos del todo persuadidos-, -como en verdad es a s í, á q u e
nuestra vida y -salud está pendiente de Dios*
es e l d in e r o q u e tie n e s e n te rr a d o .
Hoy.
Quási-gní- élAtsta voz nos representa al vivo la miseria de todos. Porque ¿qué hom-
íica U pa- Bre hay , que ya que desconfie poder con su trabajo proveerse para largo tiern-
labra H o y . p0 ¿|e gastos necesarios á la vida , no espere que í lo menos para un dia
podrá agenciar el sustento preciso ? Pues ni esta seguridad nos permite el
Señor, quando nos manda que le pidamos el sustento cada bdia de por sí.
Y la razón precisa de esto es , que pues todos habernos menester el pan de
cada dia , cada día también debemos hacer esta oración. Y baste esto en
quanto al pan usual , que mantiene y sustenta el cuerpo , y . que es común
á fieles é infieles , buenos y m alos, y que se reparte á todos por inefable
bondad de Dios , que hace salir su Sol sobre buenos y malos , y llueve
sobre justos é injustos ( c ) .
jg, Resta el pan espiritual que también pedimos en este lugar. For él se
Qué se en- significan todas las cosas que necesitamos en esta vida para la salud y robus-
tiende por £ez ¿ c i espíritu, y del alma. Porque así como es de muchas maneras el’ áli-'
rknaJ165 ne me3ío clue mantiene y sustenta el cuerpo t así también es de varías el man-
también se W que conserva la vida del espíritu y del alma. Porque primeramente es
pide aqvi alimento del almaTa palabra de D io s: pues dice la Sabiduría : V e n i d y c o
m e d m i p a n - , y b eb ed e l v in o q u e os h e m e z c la d o ( d ) , Y quando Dios quita á
los hombres- la proporción de oir esta palabra (que suele -hacerlo quando es
tá mas ofendido de ellos ) se dice que castiga con hambre al linage huma
no : pues dice así por el Profeta Amós : E n v i a r é s o b r e l a t i e r r a : n o h a m
b re d e p a n n i s e d .d e a g u a , . s in o d e o ir ia p a la b r a d e D io s (e ). Y así como es
indicio de muerte cercana , no poder e! hombre tomar alimento , ó no. abra
zar el estómago el que tomó ; así es prueba grande de una. salvación desan
clada , ó no buscar la palabra de Dios , ó no querer oiría quando se pro
pone : profiriendo contra Dios aquella voz de impiedad : A p á r t a t e d e n o s o
tro s , q u e n o q u e re m o s s a b e r tu s m m im s ( / ) M En este furor de ánimo y ce
guedad de alma están aquellos , que menospreciados los Obispos y Sacerdo
tes Católicos , que son- sus Prelados legítimos, y, apartándose de la Santa Igle
sia Romana , se estregaron á h enseñanza de los hereges 3 que corrompen
Iz palabra de Dios.
ip. ^ -Pero el verdadero pan ■ y manjar del alma es Christo ■ Señor nuestro. Por-
S él verás.— qUe é l mismo dice de sí : Y o s o y p a n v i v a , q u e d e s c e n d í d e l C i e l o (g). Es
sob resea increíble de quanto regalo y alegría llena este pan las almas de los Justos
y
(a) HcmíL ¡5_Y re. arg. (¿i Sena. Si. (e) Amos -8. (jF)- Job 21.
(0 Manía. {d} Prov. 9. (g) Joana. 6.
PARTE IV. CAPITULO XIII. 321
v señaladamente quando son afligidos de molestias y trabajos terrenos. Exem- tanda-í qns
pío de esto nos da aquel, sagrado coro de los Apóstoles , de quienes se es- es Christo
cribe litan muy gozosos de delante del Concilio (a). Llenos de estos exemplos están Ssn^rnues-
los libros de Vidas de los Santos : Y de estos gozos interiores de los buenos di- ír0‘
ce así el Señor : Al. que venciere daré un maná escondido (£)_
Pero principalmente nuestro pan es Chrlsto Señor nuestro , que sustan-
ci al mente se contiene en el Sacramento de la . Eucaristía. Esta prenda inex- se contiene
plicable de caridad nos dio , quando estaba para volverse al Padre : de la verdadera-
qual nos dixo : El que come mi carne , y bebe raí Sangre , está en mi y yo en mente en la
el (c). Tomad , y comed , esta es nú cuerpo (d). Lo demás que conduzca par Eucaristía,
ra utilidad de los beles tomarán los Párrocos dei lugar , donde se trató
separadamente de la virtud y esencia de este Sacramento. Y con toda, ver- ¿¡ente pan
dad se dice este pan nuestro : porque es únicamente de los fieles : esto ess nuestro*
de aquellos que juntando la Caridad con la fe , lavan las manchas de los
pecados por el Sacramento de la Penitencia , y teniendo presente que son
hijos de Dios , reciben el divino Sacramento , y le adoran con la mayor san-
tidad y veneración que pueden.
Llámase este divino pan de cada día por dos razones que son claras: p or Í2
Una porque cada día se ofrece á Dios en los sagrados misterios d e la Igie- E ucaristía
sia Christiana y y se da á los que le piden piadosa y santamente. Otra : por- se llam a e!
que cada dia se ha de recibir . ó á lo menos se ha de vivir de manera , que ^nues~
cada dia, en quanto sea posible apodamos recibirle dignamente.. Oigan los que ¿a día
siente» h> contrario : que no conviene al alma comer de estas viandas saluda
bles , sino de mucho á mucho tiempo , lo que dice San Ambrosio ; S i es pan
¿c cada dia \por qué tú le recibes de año á año (e) %
Pero lo que señaladamente debe persuadirse á los fieles, en esta petición, 22.
es que en habiendo puestobuenamente su trabajo é industria , por adquí- ^ébe-
rir las cosas necesarias parala vida . desen lo demás ñor cuenta de Dios, °?os f acec
- j ordenen sus oeseos a su voluntad : que no dorara para siempre jíucluar al zanjtíS lue-
JusiQ (/ ). Porque ó concederá su M agestad las cosas que le piden , y en go ío qse
tal caso consiguen- sus intentos; ó sino ío concede , es prueba manifiesta.de pedimos,
que. ni es conveniente ni útil , lo que niega á los Justos : pues tiene mas cui
dado de su salud que ellos mismos. Lugar que pueden ilustrar los Párrocos,
explicando las razones que doctísímamente recopiló San Agustín en la
Carta á Proba (g).
L o ultimo que se debe advertir sobre esta petición : es que se acuerden
los poderosos de que han recibido de Dios sus caudales y haciendas , y que
tengan entendido que han sido colmados de esos bienes , para que los re- en 5-
parían- con los pobres. Para este punto son m uy apropósito las doctrinas, tLioa. ?
que da el Apóstol en la primer Epístola á Tim oteo (Jé) 5 de donde podrán sa
car los Párrocos una gran muchedumbre de documentos divinos para exornar
este logar úái y saludablemente.
ss CA-
(a? A ctor, sj, {p) A poca.Iy p. c. c e S a c ra m e n t, c ap . 4 , (/* ) jPsaEm. ¿4.
(e) Joaso. 6. (d) Matt, - 5. (■ ?} Lia. (g) EpistoL r a í. [&) ~1. Tím. 6.
.<,«
o
CATECISMO ROMANO
C A P Í T U L O X IV .
DE LA QUINTA PETICION.
3>e la * Pa~ S ie n d o tantas las cosas que nos imanifiestan el poder infinito de Dios jun-
sion de to con igual sabiduría y bondad , que á qualquíer parte que volvamos los
Christo s3- ojos y la consideración encontramos señales -.certísimas de su omnipotencia
hó el per- liberalidad, con todo eso .nada hay que declare mas lo sumo .de su amor
dos tiiies” y *° sdmirable de su caridad con nosotros , que el misterio inefable de la
tros peca- pasión de Jesu-Christo , de donde brotó aquella perenal fuente , para lavar
dos. - las manchas .de .los pecados, y en la qoal deseamos ser lavados y purificados,
quando haciéndonos la guia , el que nos hace la gracia., nos enseña á pedir:
Perdónanos nuestras deudas.
- Contiene pues esta petición una suma .de todos los bienes con que el li-
^ f nage -humano filé enriquecido por Jesu-Christo. Esto es lo que enseñó Isaías,
C<-srs, cuando dixo : Perdonarse ha -la maldad á .la casa de jf.aeob : T este será todo
petición, el fruto : quitarse de en medio .su pecado (a). L o mismo mostró D avid , pre
dicando por bienaventurados , á los que pudieron percibir tan saludable fruto
por estas palabras : i Dichosos amelles 5 cuyas maldades fueron perdonadas (b)\
Y por esto deben los Párrocos advertir con cuidado y explicar con diligen
cia a los fieles el 'sentido de esta petición, que tan provechosa entendemos
que es , para .conseguir .la .bienaventuranza.
3. Mas -entramos con un nuevo modo de pedir. Porque hasta ahora ha-
Cóso pe- bemos suplicado al Señor , no solo .por ios bienes espirituales y eternos , si-
DO ‘ amblen por los temporales y pertenecientes á esta vida. Pero ahora rc-
¿Iys-so de g£mcs por el remedio de los males así del alma como del cuerpo , tanto
las m-zs de esta -.vida .como de ía eterna.
p-Dcioa-as. -Pero -como -para alcanzar lo que deseamos - se requiere pedir según se
- t/*’ debe , se ha de tratar de la disposición con que deben llegar Ies que cuie-
A C rl ^ ven pedir esto ai Señor. Amonestaran pues los Párrocos al pueblo fiel , que
¿ qss ce- -todas .cosas es necesario -que e! .que desea hacer esta petición , co
sca nicas- ronca él mismo su pecado , luego que .le sienta y se duela de él , y en fin
ff que del .todo se -persuada , á que Dios tiene voluntad de perdonar a los
^ 5 He p£C£rco 5 di íe hallan con los afectos y preparaciones que habernos di-
eno. N o sea acaso que á la amarga memoria y reconocimiento ce ios de-
htos se siga aquella desesperación de! perdón , que en orto tiempo se apo
dero asi animo de Caín, (c) y de judas (a) jos que muraron á Dios , solo
com o Venga cor y Juez ; no- como menso y misericordioso. Y así debemos
ha-
(s) Isas,, a*?, (o) F ss Ieí . 3 1. (c) Genes. 4 . (d) Mztih. 27.
PARTE ÍV. CAPÍTULO XIV . 3 25
hacer esta petición con tales afectos, que reconociendo con dolor nuestros
pecados recurramos á Dios no como a Jue2 sino como a Padre, y le pidamos
nos trate no según su justicia sino según su misericordia.
Fácilmente podremos reducirnos i conocer nuestros pecados , sí oyere-
mos sobre esto al mismo Dios , quien sobre esta razón nos avisa en las di-
vinas Letras: Porque en David nos dice : Todos prevaricaron ; y se hicieron ^ conocer
inútiles á una , no hay quien obre bien , no hay siquiera uno (a). Conforme a ^ ios peca-
lo mismo dice Salomón r A1o- h a y h o m b r e j u s t o e n l a t i e r r a , q u e h a g a b i e n y dos.
n o p e q u e (_ h ). A esto alude también aquel dicho : ¿ Q u i é n p o d r á d e c i r : l i m p i o
e stá m i c o ra z ó n : l i b r e e s t o y d e p e c a d o [ Q ? Lo mismo escribió San Juan para
abatir el orgullo de los hombres : S i d i j é r e m o s q u e n o t e n e m o s p e c a d o s , n o s
e n g a it a m o s , y n a h a y v e r d a d e n n o s o t r o s (d). Y Geremías escribe también: H i -
x is íe y s in p e c a d o é in n o c e n te so y y o : y p o r ta n to a p á rte s e tu f u r o r d e m í : H e
a q u í y o e n tr a r é c o n t ig o e n ju ic io : p o r q u a n t o d i x i s t e 3 n o h e p e c a d o y o (Y). E l mis
mo Chrísto Señor nuestro que por boca de sus Profetas había pronunciado
antes rodas estas sentencias ? las confirma quando ordena esta petición , eis
la qual nos manda confesar nuestros pecados, Y entender de otro modo es
tas palabras : está prohibido por la autoridad del Concilio Milevítano en es
tos términos : Q u a l q u i e r a q u e d i x e r e q u e l o s S a n i o s - p r o n u n c i a n p o r h u m i l d a d ^
p e r o n o co n v e r d a d a q u e lla s p a la b r a s d e la o r a c ió n d e l S e ñ o r d o n d e d e c im o s : p e r d ó
b ia (c ). Y así á los que son oprimidos de la tiranía del demonio , viene ajus
tada aquella voz de Isaías: S e ñ o r D i o s n u e s t r o , o t r o s S e ñ o r e s f u e r a d e t i s e h a n
a p o d e ra d o d e n o s o t r o s (d).
:8. Y ya que no nos mueva -haber rompido estos lazos de la Caridad, mué-'
De 305mu* vannos siquiera las miserias y desventuras , en que incurrimos por el pecado,
chos males por s£ pierd.e la santidad del alma , que sabemos estaba desposada
rea e^pe- con Cbn'sto. Se profana el mismo Templo del Señor, contra cuyos proíansdo-
cado á las res dice el A póstol: S i a l g u n o p r o f a n á r e e l T e m p l o d e D i o s , D i o s - le d e s t r u i -
almas. r á ( e ) . Son innumerable los males que acarrea el pecado al hombre : cuya pes
C A P Í T U L O XV.
DE L A S E X T A P E T I C I O N .
m ie n t o q u e \ íe s f u é d a d o (a ).„ ...
8. Por esto ordenó Christo Señor nuestro-esta petición : para que cada día
Christo Se mos -encomendemos a su Magestad , é imploremos su paternal cuidado y. de*
ñor nues densa, estando muy ciertos de que si somos; desamparados .de su protección
tro quiso -di-vina, luego caeremos en los lasos del astutísimo enemigo, Y no fue solo
fortalecer
nos con es en esta regla de orar donde mandó pedir á Dios "que no nos dexe caer en
ta petición tentación i sino también en aquellas apalabras ’que cercano á su .muerte dixo
contra las álos.Apóstoles , quando después .de haberles .dichoque'.estaban limpios., les
astucias jdel record© esta-obligación avisándoles de este modo.: t ü r a d ^ p o r q u e n o c a j g a i s e n
enemigo.
t e n t a c i ó n ( h ) . .Esta amonestación hecha segunda vez por. Christo Señor nues
tro, obliga ,á los Párrocos á .poner gran diligencia :sobre -despertar á los fie
les al .Recuente u s o de esta petición.: para -que- entre tantosdazos :como á to
das horas arma á los hombres su enemigo el demonio , pidan de continuo á
Dios , quien solo puede librarlos.: JVb n o s . d e x e s . c a e r e n ' t e n t a c i ó n .
3- Eo muy necesitado que está el pueblo .fiel de esta.ayuda divina, luego lo
Medios pa entenderá si -hiciere memoria de su flaqueza -x ignorancia , si- se acordare de
ra conocer aquella sentencia de Christo - Señor nuestro.: E l e s p i r i t a e s t á p r o n t o , y n a s l a
la gran ne
cesidad de
c a rn e f la c a (c) ; y se le viniere al pensamiento quao:.desastradas , y cuan fu
esta peti nestas son las-caídas .de .los hombres á impulsos del-demonio, sino,son sos
ción. tenidos con .el auxilio de .la divina mano. ¿Qué. exempio mas patente pue
de haber de la miseria humana., que el sagrado Coro de ios Apóstoles ? Que
estando poco ánt¿s con tan grande .ánimo , al primer encuentro, desampsra-
con Chnsto Señor nuestro , y habiendo dicho poco antes muy satifecho de
sí:
{¿0 2. Petr. 2. (Ò) Bfattk. 26, (c) Ibidem, (d) Ibidem,
PARTE IV. CAPÍTULO XV. 3 -r
${: Aunque sea menester m o r i r contigo , no te negare ('a) ; poca después aterrado
á la voz de una mozueh afirmó- con juramento que ni siquiera conocía al
Señor. Y es que no correspondían sus fuerzas á la valentía- de espíritu que
mostraba. Pues si cayeron desgraciadamente varones santísimos : por la fragi
lidad de la naturaleza humana-, en la que confiaban , ¿ qué no tendrán por que
temer los que están muy lejos de esa santidad ?
Por esto1 proponga el Párroco a-i pueblo fiel las batallas y peligros en que 4*
continuamente andamos mientras vivimos en este cuerpo mortal , donde por De los
todas partes- nos asaltan la carne , el mundo y ei demonio. El poderío gran m achos y
g ra n d e s pe
de que en nosotros tienen la- Ira y la codicia y ¿quién hay que- m uy á cos ligros á que
ta suya no se vea obligado á padecerlo ? ¿ Quién no se ve acosado de estas estam os ex
punzadas ? ¿ Quién no siente estos aguijones ? ¿ Quién no se ve abrasado de puestos.
las ardientes llamas de sus apetitos ? Y á la' verdad tantos son los golpes ? y
tan diversas las acometidas , que es muy dificultoso no recibir alguna herida
dé muerte. Y además de estos enemigos que habitan y viven dentro de no
sotros , hay aquellos atrocísimos , de quienes está escrita: JVo- es nuestra, lucha
contra la carne y sangre , sino contra los principes y potestades , contra los gober
nadores del mundo de estas tinieblas, contra las espirituales malicias en tas cosas
celestiales (£).
Juncanse á las guerras interiores los exteriores ímpetus é. Impresiones de
los demonios 5 que ya nos embisten al descubierto , ya minan de secreto D e la fuer-’
te guerra
nuestras almas , de modo que apenas nos podemos defender de ellos.'Y Tos qoe el de
llama el Apóstol Principes por la excelencia de su naturaleza r porque en ella m o n io nos
aventajan á ios hombres ? y á todas las -demás cosas sensibles. Dícelos Potes îraee según
tades 5 porque no solamente sobrepujan en la perfección de la naturaleza, si estas pa
labras d e l
no también en el poder. Y los nombra Gobernadores del mundo- de estas ti
Apóstol.
nieblas : porque do gobiernan al mundo ilustrado y lucido 5 esto es , á ios bue-
íes son ios malos deseos , y los apetitos depravados , que pertenecen á la par
re suoeríor del alma : ios cuales son tanto peores que los otros, quantc el
entendimiento y la razón es mas alta y mas noble que la carne* Y como es
ta malicia de Satanás tira derechamente á privamos de la herencia celestial^
por eso dixo el Apóstol : fia fes cosas celestiales, De donde se dexa entenderj
que las fuerzas de los enemigos son grandes- 3 su ánimo invencible , su ojeri
za contra nosotros desmesurada ¿ infinita, y que nos hacen una guerra tan
continuada 5 que no es posible tener con elles paz y ni dan treguas nin
gunas. $
Quan atrevidos sean los demonios consta de aquella voz de Satanás en Q a ars g ra n
e l Profeta : M Cielo subiré (c ). Acometió á !os primeros Padres en el Parai- d e se a la
T T Z so
(a) Msttá. 26, 0 } Epbes. $. (c) Isa!. 14,
33* .CATECISM O ROMANO
audacia y so (a)*'Embistió a jo s Profetas (¿). Anciuvo muy solicito por acribará los
malicia dei Apestóles como trigo » según dice el Señor per el Evangelista (y). so—
diablo pa- kre todo no respetó ni aun al rostro del mismo Jesu-Chnsto (d)„ Y así ex-
ratediar. pres¿ San Pedro su insaciable sed y diligencia-inmensa por .perdernos 9 quando
dixo ^iVuestro enemigo el diablo., como lean que brama , anda enderredor hincan
do á quien tragarse (e). Y no tienta á los hombres un demonio solo» A
trqpas acometen á veces á cada uno. Así lo confesó aquel diablo , que pre
guntado .por Christo Señor nuestro quál era su nombre, respondió : Mi nm-
bre es legión (/). Esto es 3 multitud de demonios , que nabían atormentado á
aquel miserable. Y de otro está escritor Toma consigo oíros siete espíritus peo
res que él, y entrando, moran alli (g).
XjOs' únalos Muchos hay que por no sentir en sí en manera ninguna los impulsos é
no SOS tan ímpetus de ios demonios , piensan que todo esto es falso. Pero no es de ex
per seguí- trañar que no íes haga guerra el diablo , quando ellos mismos de su volun—
dosdeldia- ta¿ se estregaron a él, N o .hay es los tales piedad , no hay caridad , ni vk-
blo como
tod digna de un Chrísdano. De aquí e s , que como están enteramente en
lo s buenos.
poder del -diablo, no necesita de tentaciones para derribarlos : pues está apo
sentado en sus almas con mucho gusto de ellos misinos. Pero los quede! to
do se dedican á Dios , haciendo en la tierra vida celestial , estos señaladamen
te son el blanco de todos los tiros de Satanás , contra estos son sus rabias,
y á estos arma asechanzas á cada momento. Llena .está Ja historia de las Letras
divinas de ex espiares de -varones Santos., á quienes pervirtió , ó á fuerza ó
¿ traydon , aun estando ellos muy alerta. Adan ( ¿ ) D a v i d (*)-, Salomón CB
y otros que sería largo de co n tar, experimentaron los furiosos ímpetus de
los demonios , y su astucia sagaz , á la qual no se puede resistir por consejo
ni fuerzas humanas. ¿Quién pues Lado en sí se .tendrá por seguro? Y así de
bemos .pedir á Dios piadosa y castamente, que no permita seamos tentados
sobre lo que podemos, sino que .junto con la „tentación .nos .dé fuerzas para
que podamos sufrirla (¿).
8. Pero aquí deben ser confortados los beles por si acaso algunos , ó por
tieo-falta de Ejerzas, ó por ignorancia del caso , se espantan del poder de ios de-
ía a ios dia-
b’ee como, momos , para que al verse combatidos de las olas de ks tentaciones.. se acó-
^
eí quando i2D ^ puerto de esta petición. Porque Satanás con todo -su poder y perti-
ysierea. nada , y odio capital contra muestro linage , ni nos puede - t e n t a r n i .mo
lestar qaant© , ni-por el tiempo^ que quiere ; sino que todo-su peder es gober
nado .por la voluntad y permiso ..de Dios. Muy sabido es_el exemplo de Job.
Ni habría Satanás tocado ett sus bienes-sino le hubiera -dicho el Señor : He
nki ¿edm quanim cosas tiene, estás m m mano (i®). Y al contrarío,, -si Dios no
hubiera .añadido: Empero no>extiendas ist mano contra él : al primer eoloe.dei
mamo nabna caído con-todos sus hijos y haciendas. De tal manera está atada
la fuerza de los demonios , que á no.permitirlo D io s , ai hubieran pedido tam
poco entrar es aquellos cerdos , de quienes hacen memo-ría los .Evangelistas (re),
Mas
(ü) Chncs. 3. (5) z . F aralip . 2 1 . J o b y . (¿) G enes. 3. (2) z. Heg. n . (k'i 3. R eg.
\€) Lee. z z . {á} M stíh. 4. (e) 1. Peer. 5. u. >.1) 1. C on uro. 10. (*a) Job 1.
{ f i Me. S, (g ) Muttk is, ' (») Marta. 6. Marc. 5. Lac. 8.
PARTS IV. CAPÍTU LO XV. 333
i i - > / tí j-í^p cos@
íjuc significa acjui el xioxnbtnc ¿e tcjildcio^iy cjuc es c &c t t?i €Íl&+ 1 entar no ^ tentar^
es otra cosa que probar i aquel i quien se tienta para averiguar Ja verdad* y cóm« so
sacando de éi aquello que deseamos. Este modo de -tentar no se puede lia- m°s tea-
llar en Dios: porque ? qué cosa ignora su Magestad ? Todas las -cosas 3 dice, °SS ;?or
están desnudas y descubiertas ante sus ojos [a). Hay otro modo de tentar , y es,
quando prosiguiendo mas adelante , se. suele preguntar' alguna cosa , ó por
bien ó .par mal. Por bien , como quando^se. prueba Ja virtud de uno , para
que siendo descubierta y conocida , él sea premiado y engrandecido r y su
virtud propuesta por modelo para que la imiten los de mas ; y en En , para
que por esto se exciten todos í alabar á Dios. Solo este modo de tentar es
el que puede hallarse en Dios. Y de esta tentación tenemos exemplo en el
De uteronomío s donde se dice : Tiéntaos vuestro Dios y S e ñ o r p a r a qm se
descubra si le amais, -ó no (¿). De esta suerte se .dice también que tienta el
Señor a sus siervos , quando los apremia con pobreza , enfermedades y otros
géneros de aflicciones : lo q u e, hace , así para acrisolar <su paciencia , domo
para que sean para otros documento y enorína de vida Christiana. Asi lee
mos que tentó á Adraban , para que le sacrificase su hijo (c) y .por cuya ac
ción fué hecho e-xemplar de -obediencia y paciencia rara 5 para eterna me
moria entre los hombres. Y del mismo modo se dixo de Tobías ; Por le
mismo que eras agradable á Dios,., fué necesaria-que la tentación te probase (d).
Por mal son tentados Jos hombres quando -soa:' inducidos al pecado © Compile
perdición. Este es oficio propio del diablo,. Porque tienta“ á los fiambres & ta° ^ £t^ ^
fin. de pervertirlos y precipitarlos. Por es© -en las .Sagradas Escrituras es Jla- nio á íes
msdo el tentador (¿). jEn estas tentaciones unas veces nos .pone estímulos, iu- hombres,
teríores , valiéndose como de ministros de los mismos afectos y apetitos del
sima- Otras acosándonos .por defuera nos poae los ¿tropiezos A de las cosas
prosperas para engreírnos , o-de Jas adversas para desmayarnos- Tieñe tam
bién sus espías y correos, que son los hombres perdidos , y sobre todos los
fiereges * que sentados en la cátedra .de pestilencia , esparcen las semillas mor
tales de doctrinas perversas: para -derribar ¿ aquellos que no hacen- elección
ó-dííerencia entre virtud y vicio , y que siendo hombres por .sí inclinados al
mal - andan vacilando y amenazando ruina* /
Dícese que .caemos en la tentación * -quando nos damos-per vencidos de . IJ*
día. Pero esto puede -ser .de dos modos, tifio , quando removidos de núes-
tro estado caemos en aquel mal , á que alguno nos .-empujó tentándonos. En caer en
este sentido Bsngur»© es inducido a Ja tentación -por Dios : porque el- Señor *a- tenía—
no puede ser causa .del pecado ; antes aborrece á todos los que obran mal (/ }. «don.
Y Santiago dice : Ninguno , quando es laucado , diga que es tentado por Dios:
porque Días no es tentador de males (gj. Demás -de esto- se dice que -nos de
xa -caer en tentación aquel s que aunque-.no nos dente, ni haga.cosa alguna
para que seamos tentados , -sin embargo se dice que tienta , .porque padien.-
do prtsmbsr , o que dos venga o- que nos venza la-tentación , d o -lo impide.
De
(ají Hrbr,.-e- j¿) ©esser. ag. (d) Too-, 2. (?) -Masjb. a.
(cj G roes., i i. íf) P a lm . 5. .,{g) JacohAr»
334 CATECISM O ROMANO
D e este modo'es cierto que permite Dios sean tentados los buenos y justes;
mas no los desampara-, sino .que los sostiene con* str grada. Aunque tam
bién es cierto que. algunas veces, por justos y . ocultos' juicios de D ios, y pi,
diéndoio así nuestros pecados, caemos dexados á nuestras propias fuerzas.
12. Dícese también, que Dios nos de xa caer en tentación , quando abusamos
Los beye- pgra nuestra ruina de los beneficios que nos concedió para nuestra salud , y
fiaos di vi- Gomo, <4 plE-j0 pródiga (y) , desperdiciamos la hacienda del- Padre-viviendo per
nea ^ ve- dida-raente , y satisfaciendo i nuestros antojos. Por lo que podemos decir lo
cesen ten- que el- Apóstol dixo de la ley i S e h a l l o q u e s i m a n d a m i i n í o , q u e j u é - d a d o p c ~
ración. va í a vida , f u e s e p a r a , l a m u e r t e ( b ) . Exempío m uy-del casa para eí pumo
nos da Ezequiel en la Ciudad de : Gerusalen , a la que Dios habla enrique
cido con toda suerte de atavíos y adornos 5 tanto que dixo por boca de es
te Profeta : P e r f e c t a e r a s e n m i h e r m o s u r a , l a q u e p u s e s o b r e ¿ i f e ) . C on iodo
eso esta Ciudad colmada de tantas riquezas divinas tan lejos estuvo de dar
gracias í Dios , que tanto bien la había hecho y hacía , y de aprovecharse
de ios beneficios para conseguir la bienaventuranza , por cuya causa los había
recibido ; que ingratísima á su Padre Dios , desechada la esperanza y conside
ración de ios frutos del C íe lo , toda se cebaba viciosa y estragadamente en
la abundancia de la tierra í como muy por extenso ío declaró el Profeta en
W- el mismo capítulo! Y en Iá misma nota d e ingratos á Dios , caen aquellos
que permitiéndolo é l , hacen materia de vicios k abundancia de bienes que
."Y-tí
su Magostad les concedió para ejercicio de virtudes/'-
'M
Pero acerca de esto es menester observar con cuidado el modo de ha-
Qaaado hlar de la Escritura divina , k que í veces explica la permisión de Dios con
¡as Escrita- tales palabras-. * que sí se toman rigurosamente , dan i entender com o acción
ras «riba- positiva en su Magestad : porque en el E xodo se dice así -. E n d u r e c e r é d c o ~
'í m z i ^d°S r a z m d e F a ra ó n (d). Y en Isaías : C i e g a e l c o r a z ó n d e e s t e p u e b lo ( ¿ ) , Y el Após-
be enreu- esCr^ e a íos Romanos : 'E n t r e g ó l a s D i o s á l a s p a s i o n e s d e i g n o m i n i a , y d
derse que s e n t i d o r é p r o h o (/)« Pero en estos y otros semejantes lugares debemos enten-
3o permite, d er, no que Dios hizo esto en manera ninguna , sino que lo permitió.
_ Supuestas estas cosas , es facii entender qué es lo que pedimos en esta
2ío psdi- ora¿ oni >tc p i e j o s pues que de ningún modo seamos tentados. Porque la
m os aqua* -, , , . r , * _ , a
que no ten- m¿a délos nombres es una tentación sobre la tierra (g), Esto es cosa Util y pro-
gzmos ren- Vechoss al línage:humano. Porque en las tentaciones nos conocemos í soso-'
tadooesjsí- .tros mismos , esto es nuestras fuerzas., Así también nos humillamos baxo' la
no que no mino poderosa de Dios , y peleando varonilmente esperamos la meorruptí-
pare s a D'£ corona de k giona ( n y P o r q u e d q u e p e l e a e n l a t u c & a , n o s e r a c o r o n a d o ,
ellas eí Se- szxo p e l e a r e l e g í t i m a m e n t e -(i). Y como dice Santiago : B i e n a v e n t u r a d o a q u e l q u e
ácr. s u fre la - im ta á m t p o rq u e q u a n d o fu e r e p ro b a d o r e c ib i r á 'l a c a ro n a d e la vz ~
(a) Lue. r-¿. (p) 'Som. q. (c) Ezeck i 5. (f) Som. i S(g) Job 7. (b) i.Petr. 5.
(d) E m à , 4. (e) Issi. 6. {i} i. Tiia, 2. (&) Jacob, t. (/) Hebr. 4*
PARTE -IV. CAPÍTULO .XV. S35
pedimos aquí;? Que no seamos en las tentaciones desamparados -del socorro
<le Dios no sea que ó .engañados consintamos en ellas. ,■ ó fatigados nos de
mos por vencidos.: que .nos .acuda pronto con su „divina gracia , y que nos
recree y conforte en ios .males, quando desfallecieren-,nuestras fuerzas»
Por esto debemos .implorar generalmente el .socorro de; Dios p.ara todas
Q ue en
jas ten tacion esy asimismo, acudir i la oración ,■ quando:emparticular nos ve n u e s t r a s
mos molestados de cada una de ellas. Así- leemos, que-, lo ..hacía. David en ca~ t e n t a c i o
sí todo■genero .de;tentaciones. Porque contra, la mentira ,oraba .así .: j \ r o q u i nes debe
te s d e m i f a c a en n in g ú n . t ie m p o la p a la b r a d é l a v e rd a d , (a).. Contra Ja avari-, mos implo
cja pedia de este modo : i n c l i n a m i c o r a z ó n d t u s . d i v i n a s b e y e s y . n o . á l a a v a rar
corro
el so
de
r ic ia Cb'). .Contra Jas vanidades de esta vida , y .alhagos de los apetitos, .hacía D io s.
esta oración: A p a r t a m is o jo s , p a r a q u e n o , v e a n j a v a n i d a d (cp, ■ Pedimos pues
que no condescendamos; con nuestros .antojos : ni nos .cansemos en- sufrir las
tentaciones^ ni pos „extraviemos del camino del .Señor .: de-modo que .nos man
tengamos con ánimo igual y constante , así en .las cosas prósperas,5.-como. -en
las adversas : y que no dexe Dios parte: en nosotros .desamparada de su pro
tección. Pedimos -.en fin , que postre á SatanásrAebaxo^demuesíros: .-pies... . ;;.s
Resta .ahora que el Párrocó: exhcrte,raf ^ueb^o-ifiei ¡-.sobre raquelias adosas Iy.
que señaladamente .debe ..considerar y^meditar den .estatí petfoiqn., .En .eliael me-; C óm o ^ y
Opa qué fa
jor medio -es.,que.centempiando.qüan..gránde^es ;la •fiaquezat.de los.hombres^, vor; saldré—
desconfiemos de nuestras» j>ropías duei2asJ_,.:.y: colocando ::toq^. lá. esperañzarde ElOS .VÍCtp-
nuestra -salud en la .benignidad ,de D io s» fiados <en este auxíiio , ten gamos gran-» riosos de
de„alknto. -.aun -1en,4osym^pres^p.dígr„QS :::,^ayqEmo|^e 4 qm^rando,.ia;q-uanT¿ Jas ten ta-
cionesi
tos.fortalecidos;-; con-.esta: esperan^: ánÍffiOaSacG:!d,.Senqr:jde ias’-mismas.gar-;
d o p r e c ip it a d a e l a c u s a d o r d e n u e s tro s h e rm a n o s , y e llo s le v e n c ie r o n p o r la - s a ip -
de vencer.
•20* " ;Declaradas estas cosas*, propondrán -los-Párrocos ai pueblo-Eel las coro-
«3?reEEÍGS
de5osv¿n- nas:<F c ^ os tiene •guardadas 5 y la grandeza de ios premios eternos señak-
e2 dos para ios vencedores. Para- esto -tomarán ¿os testimonies del mismo diviso'
las bata-. ApocaBpsbd venciere ydieeg:® recibirá -dam de ¡a muerte-segunda-fljy
33as:espixi- Y en otro' lugar:- Eí-jpie-vcnáero, será asi vestido -con vestiduras blancas , f no
.ijjaSesc.,^ í-.. l¡QT?Qzg,^MomMDdzh ’■ Abro ~áe-ia -vida v y -confesaré su-nombre. delante de mi -Ps-
” y :'ddan^de- «í¿hAkgdes Q u f Y fo co después el mismo Dios y Señor
. - nuesso-Eabla-fde este modo é San. Juan : A l que venciere , haré caluña en el
. ..-J Templo■ de -mi.. Diés 7y siun-ca mas saldré fuera- (n). Demás de esto dice ; Al
. ; o i r : . ... i; ..y q il C
{¡2} j s f o s m 2» fp) Matth. «5. (c) Ja (g) ib id e m 1 43. (p) 1. C o rin tb . i g .
co b ^ ‘{dj JPsaimcíf. - (ef c.-Eeg s. l¿) A p o c ài. l a . 1- (Sry Ib id e m - r 7 . {/) Ib i
....... :' , dem (ut) Ib id e m 3. (») Ib id em .
PARTE IV . C A P Í T U L O X V I. ™i
óo
que. venciere daré asiento conmigo en mi trono s asi como yo vencí y me sentí con
mi Padre ai el trono suyo (a). Uiums meare habiendo manifestado la gloria de
los Santos , y aquel colmo eterno de bienes de que gozarán en el Ciclo,
añadió ; El aae venciere poseerá estas cosas (b'j.
CAPÍTULO XVI
DE LA SEPTIMA PETICIOX
CAPITULO xvn.
D E L A U L T IM A P A L A B R A DE LA O R A C IO N DEL PA D R E N U ESTR O,
Que es Amen.
£» T*
ijbdlo de la oración ¿el Señor Hamo á esta palabra San Gerónimo en los Con-
mentarlos sobre Sao Mateo (/?); y realmente lo es, Por esto así como antes des de esta
pre- palabra.
(y; r . T:m .3. ib) Act. 14. (c) Loe. 24, (jr ) r. M achsb. 2. (g) Psalm . j j§ .
(o; ¿erm. 5. d= Güín. SS. {e) 2. Reg. ir. (¿) In cap, 0. Match.'
CATECISMO ROMANO
previnimos a los fieles sobre la preparación con que se deben disponer para
comenzar esta divina oración ; así ahora juzgamos- conveniente hacer que co
nozcan la causa y modo del remate , y del hn de la misma oración. Pues no
importa menos empezar con diligencia , que acabar con devoción las oraciones
sagradas.. Tenga pues entendido el pueblo fiel , que son muchos y copiosos
los frutos- que percibimos del fin de la oración del Señor : pero el mas abun
dante y mas gustoso de todos es el conseguir io que habernos pedido : acerca
de lo qual ya se dixo arriba lo bastante. Mas no solo alcanzamos por esta
última parte de la oración , que sean oídas nuestras peticiones , sino también
otras cosas tan grandes y excelentes , que no hay palabras con que poder de
clararlo,
i. Como los hombres quanáo oran están hablando con Dios , de aquí es,
*°e !os dice San Cipriano- (aj , que por un modo inefable está mas cerca de ellos la
bienes dque Magestad divina , que de los demás, y b s enriquece con singulares dones : de
produce la suerte que los que devotamente oran á D io s , vienen á ser como los que se
oracioD. arriman al fuego , que si están fríos , se calientan , y si calurosos , se abrasan:
pues así los que se llegan á Dios por la cracíon , salen mas fervorosos ,-^egua
la medida de su devoción y fe. Porque se enardece su alma, para la gloria de
Dios , se ilustra su entendimiento por un modo admirable , y son cumplida
mente colmados de divinos dones : pues escrito está en las Sagradas Letras :Le
previniste con bendiciones de dulzura (b). Esemplo.es para todos aquel gran
Moysés , cuyo rostro brillaba con un resplandor divino , quando salla del trato
y coloquio con Dios, en tal manera 7 que no podían ios Israelitas poner en él
los ojos (c). En suma ios que hacen oración con fervoroso afecto , gozan por
un término maracá!loso de la benignidad y Magestad de Dios, Por la mañana,
dice el Profeta , me representaré á tz , y veré que tú no eres Dios , que quiere la
maldad (d), Quanto mejor entienden estas cosas los hombres , tanto veneran á
Dios con culto y devoción mas encendida , y experimentan con mayor regalo
qmn suave es á Señor , y qmn verdaderamente son bienaventurados los que esperan
¿n él (e). Luego ilustrados con aquella clarísima luz, contemplan qusata sea su
bazeza, y quinta sea la Magestad de Dios , según aquella regía de San Agus
tín : Conózcate, Seriar 5 a / q / conózcame á mí (/). De aquí se sigue que descon
fiando de sus fuerzas , se entregan de todo á todo í la benignidad de Dios , no
dudando en manera ninguna , que abrazándolos coa aquella su paternal y ma-
rabíllosa caridad , les ha de proveer con toda abundancia de quanto necesiten,
así para la vida temporal , como para la eterna. De aquí se vuelven i dar á
Dios todas aquellas gradas que pueden concebir , y aciertan á explicar: como
leemos lo hizo el gran David , quien habiendo empezado- su oración de esta
forma: Hazme salvo , Señor , de iodos ¡&$ que me persiguen ; acabó de este
modoy Daré gradas al Señor conforme su justicia 3 y cantaré Salmos al nombre
¿ d Áilisma (g).
_
_ q=é Estas oraciones de los Santos son innumerables. Su principio está lleno de
&s orado- temor; pero el £q de esperanza y alegría grande. Pero merece toda admira
ción
(fi Orst. Bomán. (5) Psaíis, sa. íe) Ibidem 33. e f) la Solil, l£b. i.caa.i.
w EsofL 34. ( d ) Ps&Ije. 5, (¿-J Psaim. 7.
PARTE IV. CAPITULO XVII. 343
clon lo que en esta materia sobresalen las oraciones del mismo David. Porque nes de los
justos em
habiendo empezado , perturbado de miedo , á orar de este modo : Muchos se piezan co a
levantan contra mí : muchos dicen d mi alma, no hay salud para ella en su Dios (a). temor , y
De allí á poco, .cobrando alientos , y rebosando gozos , añadió.: JVo temeré acaban coa
millares del pueblo que me cerca. Y en el Salmo siguiente , habiéndose lamen .alegría.
tado de su miseria , i lo último, confiado en Dios , se alegra increíblemente
con la esperanza de la eterna felicidad , diciendo : En paz y m uno .dormiré y
reposaré ¿Y qué diremos de aquella: Smor , no me arguyas en tu fu ror, ni
me castigues en tu saña (c)? ¿Con quanto temblor y palidez se habrá de creer
que díxo .esto el Profeta ? Pero ai contrario ¿con quama confianza y alegría
lo que luego se sigue ? Apartaos de mí todos los obradores de maldad ; porque ha
oido el Señor la voz de mi llanto. Quando temía también la ira y furor de Sauls
¿ con qué humildad y rendimiento no imploraba el socorro de Dios \ Señor5
sálvame en tu nombre, y júzgame en tu virtud (d), Pero después confiado y ale
gre dice en el mismo Salmo: He aquí Dios es el que me.ayuda , y el Señor quien
se encarga de mi alma. Y así el que se acose á la oración , llegue á su Padre
Dios armado de fe y esperanza , ’de suerte que en manera ninguna desconfie
poder lograr quanto necesitare.
Muchas, como semillas de las razones y consideraciones que hemos pro 4-
E a qué sen-
puesto, están encerradas en la última palabra de esta oración divina Amen. Esta tido se to
voz hebrea fue muy repetida por nuestro Salvador ; y el Espíritu Santo quiso ma aquí es
que se retuviese en la Iglesia de Dios. Ella en suma viene á decir: Den entendido ta palabra
que kan sido oídas tu oraciones. Porque es como una respuesta de D ios, que Hmen - y
por qué en
despide con agrado al que ya con sus oraciones ha conseguido lo .que preten la Alisa se
día. Este sentido está comprobado por la perpetua costumbre de la Iglesia de reserva pa
Dios : ia qual ro quiso que quando se pronuncia el Paier nosler en el Sacrificio ra ei Sacer.
de la Alisa, dixesen la voz Amen los Ministros que responden Sed ¿ibera nos á dote*
malo; sino que la reservó como propia para el mismo Sacerdote : quien como
medianero entre Dios y los hombres, responde al pueblo 5 qgat ha alcanzado lo
que pedia á su Aisgestad..
No es este reo común de todas las oraciones , sino propio de la Oración 5-,
P o r qué so
del Señor. Porqur en las demás oraciones es acción de los Ministros responder lo en iaMi-
Amen : por quanto en esas solo significa esa voz el consentimiento y deseo sa respona.
nuestro. Pero en esta es respuesta de Dios , quien se ha dignado conceder lo uSmen e
^que se pedia. ^Sacerdote.
<?.
De varios mocos han Interpretado suchos la palabra Amen. Eos setenta V arias ex-
Intérpretes entendieren Hágase. Otros lo mismo que -verdaderamente. Aquila p o sicío n e
di so oyiofulmente. Ero poco importa que se esplique de uno ó de otro modo, de la vo:
con tal que entendimos que encierra la virtud que ya di zimos , de ser respues ¿Amen.
ta dd Sacerdote , epe afirma haberse conseguido lo que se pedia.En este senti
do h entiende el Apóstol, cuando dice en la Epístola i les .de Corinto: Por
que ¿úd.is ¿as b.’ úmcííñáe Dias se han verpuado eu Ckrñtc^ T así por d mismo deci~
mus amen á Dios pfus gloria smesira (y). Es también esta vo2 acomodada para
nosotros : por ser cemo confirmación de las peticiones que acabamos de hacer
íj¿¡ Vszím. 3. (B) Ibidem 4. (c) Ibidem 6 . {<S} 53. (e) 2. C o rich i, 1.
CATECISMO ROMANO
54:4:
„ ™ J-nerar la atención <le los que oran. Porque muchas veces sucede que
k o a i S o s hombres en !a oración , se divierten c o n vanos pensamientos en
diversas ; mas con esta voz pedimos con gran fervor , que se haga todo:
esto ef que se conceda quanto hemos ped.00 s o mas b.en entendiendo que ya
esto es»-H . sintiendo presente k virtud del auxilio de Dios , aeci-
° hc?I° el p^eta: H e aquí D i o s me a y u d a , y d S e ñ o r q u ien se encarga
T w X « . y no tenemos por que dudar de que se mueva Dios,así por el
Lmbre de su divino Hijo, como por la palabra, que con tanta frecuencia rep
S doue como dice el Apóstol: S ie m p r e f u i o íd o p o r s u r e m r e n u a (b ).
q¿e’n S n o r y gl«*» » los siglos de los siglos. Amen.
'Deolm
I NDI CE
DE L O S E V A N G E L I O S '
QUE SE CANTAN E N LOS^ D O M IN G O S Y F IE S T A S
principales del año con remisiones á este Catecismo, ordenado de
modo que en tales dias puedan los Párrocos y Predicadores hallar
de pronto doctrinas con que instruir á los fieles en la Religión,
despertándolos á aborrecer el vicio y amar la virtud: como el
mismo Catecismo lo previene en su P rólogo, y lo pretende
por éí nuestra Madre la Iglesia.
D O M IN IC A I. D E A D V IE N T O .
voluntad que las derramase en beneficio gracia, virtudes y dones del Espíritu
de ellos. Por eso discurre glorioso, co Santo, con estas divinas alas bien se pue
mo pasible. de volar : pues todo lo vence ese amor
Ergo docete omnes gentes. En la Pasión nos tan fuerte, como suave. Y el que se ha
d ió lo s e x e m p lo s mas heroicos de toda lle sin ellas, pídalas: que para ese fin
virtud, y sobre todos el de perdonar in seguramente se le darán, 10 7, n, 42 y
jurias. Id pues por todo el mundo , / enseñad sig. Capítulo 1 y 2 de la 3 Parte , y c,
á los hombres que aprendan de m í á Vencer y 2 de la 4 , y lo que voy á decir.
enemigos, y á vengar injurias, si han de Et ecce v o b i s c u m s u m , ^ c . H e aquí una ra
ser perdonados, 247, n. 16 hasta el z $ } zón e f i c a c í s i m a , para hacer quanto man
y toda la f Petición. de nuestro Redentor , por penoso que
Dótete o m n e s gentes. Enseñad á todos los su sea. E l amor obliga mucho. Tanto nos-
periores de la Iglesia, y del siglo, cómo amó , como se ve no solo desde Be lea
deben usar de la potestad que tienen de hasta la Cruz ; sino que por t e n e r s u s d e
D ios: que no es para provechos y utili lic ia s con l o s h i j o s de l o s h o m b r e s , se que
dades propias, sino para bien de sus súb dó con nosotros hasta el fin del mundo:
ditos, /, n. 11, Véase lo dicho sobre B o y desde el Cíelo está lloviendo gracias
n n * Pastor , Dominica 2 post F a s c h a . sobre todos , y dándonos su espíritu.
Omnes gentes. Enseñad á -los ricos , que los Esto nos da fuerzas para guardar la ley,
bienes que Dios les ha ¿ado , es para nos mueve con su exemplo, y nos acusa
que cumplidas sus necesidades, repartan con sumo rigor , si despreciamos tanto
lo que sobra entre pobres. Véase luego b i e n por el vil interés y gusto del peca
Baptizantes. Necesidad del Bautismo, quin eos ofenden. Solo Dios puede ser el ofen
ao fue instituido y empezó á obligar, dido. T ú no lo puedes ser , sino por lo
29 , ®. 20 y 21 , p. ro; , 3. ; r. que tienes de Dios. Pues dexa por su
In r s o m J x e P a i r e s , Í5Y. Aquí puede expli cuenta la venganza, y alía se las avenga
carse í z unidad de la naturaleza Divina, con el que te injurió: mas tú perdónale
y que repugnan muchos Dioses, 1 r , n. 7 de buena gracia. Sino, 00 serás perdona
y slg. p. 12 , n. 3 y ? y p. >X, r.. z y sig. do , ryr , n. $ 9 , p. 32^ , n. 23. Véase
p. 77 , n. r ;. lo notado Dominica de Pasión , y en el
Puede añadirse que quando se pinta Evangelio Inmediato Docentes.
alguna de las divinas Personas i no se D a t e e t ¿ a b i t a r v o b i s . Otro medio para ser
expresa la esencia , sino alguna propie como Dios : hacer limosas. Dad , dice , y
d ad , 2.16 , n. 2 r y sig. dárseos ha. ¿Qué damos ? Un pedazo de
Docentes eos servare órnenla. Aquí pueden ex pan. ¿Y qué se sos da ? Un bien sin fin.
plicarse las-obligaciones en que nospone Bien podemos temer se nos niegue uno,
■ el Bautismo de guardar todo lo que man si negamos otro, ?o, n. ro, p .66, n.27,.
da Dios. Porque como en.él se nos da la p. 176, n.74, p-247, n .17, p . t - f P p n.i<£
Z Z z %
364 I N D I C E
y S*g* P* z $ 7y n ’ z > P* z ^n* ^ s P* 51-s>*
l y
Puede también predicarse, que por lo
n. 1 6 , p. 325», n. 23. , estragado de la naturaleza se apetece lo
Hypocrita , e/áre primum trabera. No veras ha que daña, y se rechaza lo que aprovecha;
cía fuera , sí miras hacía dentro tus mi llegando la miseria á tal extremo , que
serias y pecados, 305, n. 4 , $ y p- siendo bestiales los convites terrenos, se
307,n . 17 , P* 308 5 n. 3 y sig. p. j i j , desean con hambre; y con hastío fatal se
n. 4 ? P* 337 5 n* 2* miran los divinos. Véase lo citado en la
Dominica antecedente Hypocrita.
D IA D E L SS. CU ER PO D E CHRXSTO. Villam emi. Y a empiezan las escusas por las
que renunciaron la gloria de Dios. Com-
C a ro m e a v e re est c i b u i . Joann. á . Se expli pré una villa (alegó el primero) , y voy d
cará este admirable misterio. verla. Ruégate me des por escusado. Un Se
ñor de vasallos ¿cómo había de entrar en
D O M IN IC A SEGU N D A DESPUES un convite franco para todo pobre ? Esta
DE PEN TECO STES. es la soberbia y principio de todo pecado, tan
formidable para condenar, que á la pri
H o m o q u íd a m f e c it c o tn a m mer descarga derribó del Cíelo á lo pro
m a g n a m . Luc. 14.
Siendo ia cena la comida última , puede fundo del infierno innumerables Angeles,
por esta gran cena entenderse la gloria, y á la segunda perdió á todos los hom
y explicarse el último Artículo. bres , y perdidos quedáramos, sino nos
Cosnam magnam. También se llama Cena la reparara el Pormador. ¿Pero sabrá abatir
sagrada Eucaristía. Y así como la cena á los altivos el que siendo Dios de Ma
se tosía, no con luz natural, sino artifi gostad inmensa, supo humillarse á sí mis
cial ; así hemos de percibir can gran mis mo hasta la muerte de Cruz? ¿A qué v i
terio con ia candela de la fe , que ¡ n a e n no sino á quebrar esas cervices ? ¿Quién
J t í g a r o b s c u r o ^ como dice S. Pedro; porque sino los pobres son sus escogidos y ama
es suma impiedad quererse gobernar por dos? Uno es el Dios de todos, una la fe,
los sentidos, 12.8,0. 15 , p. 13 1, n. 23 una la Iglesia. Todos somos hermanos,
y 2> , p. 1345 n- P* 45* é igualmente decimos Padre nuestro ,2 8 ,
j f y í i s i t senum steum. Este anduvo bien , que n* r 1 , p. 4 4 í n. , p. j p , h. 11 , p.64,
ílié enviado , no l o s entrometidos, 2, u. 11. 2; y sig. p. z S > f y n. 14 y sig. p .;o2,
- y f , p- 9 ; n. 3, p- i S í , n. 3 y 4>P. e . 1 , p. 3 1 9 , n. 10. Véase dia de R a m o s ' .
2. P.1, s. 24. Sedens super asinssn.
J t Z i s i í servzim sv.z’.m. Muchos envió , envía y J-csga bsmm emí quinqué. Compré cinco yuntas
enviará el Señor. Pero se dice uno- por la d e bateyes , y ¡os voy ¿ probar , divo el se
unidad d e la fe y de ia Iglesia, 2, n. 2 y gundo. ¿Cómo habla de mirar al Cie
3, p. 3 , ¡a. S, p. 8, n. 2 y 3, p. )P, a . n lo , si con todos sus cinco sentidos esta
y síg. p. i 86> n. 7 y stg. ba engolfado en la tierra? Para el que se
D k s r e h s v i f a t i s . Todos son llamados á este deshace por basar , es muy penoso su
celestial convite. A nadie se cierran las bir. BI que quiere Cielo,no quiere tier
puertas re ia Iguesia , 7 S , n. 8 , p. 52■ ra, ni el que tierra Cielo : como ni ha
3. l & y P- Í73 2.54 p. IOOj n. 21 p. 20.4, cer la voluntad de Dios el que desea ha
n. 37. cer la suya. Por estos boyeros se significan
Er csfpereKí íWí&ier s i m a d e x , c a s a r e . Aquí en los avarientos y codiciosos, 2 7 0 4 n. 7 Y
tran las escasas de las que David pedia P* —73 y ^* 1 j 3 p* 518, n» IQ y sig.
á D io s, no le ¿exase caer en ellas, 324, Tp’- í ¡ I . H*
e . ey. Nadie los excluyó. Ellos las alega Uxsrem áttxt, M e c a s é dixo el tercero , por
ron, por seguir sus astofos , y no respon e s o n o p u e d o ir. Por escos se significan los
ellos gran poder el demonio, y los em paga Dios á sus siervos , Artículo n y
bauca de manera, que no les dexa uso de 12 , p. 105, n. 47 y sig* p. 213 , n. 10,
razón, 1 7 Í , n. 74, p- 1 ?9,n. 153 p. 27 r, p. 220, n. 36, p. 336 , n. 20.
¡1. 7 y síg. y en especial el 9 . M c r tu u s e s t e t d i v e s , z y c . Así castiga Dios
•íí g d io , le b u s c a r á n e n s u lu g a r *
to, para establecer la unidad de su Igle pasage. Uno preparando para la sagrada
sia , y enseñar que solo Pedro y sus Su Eucaristía, 144, n. y 7 , y dos para per
cesores son la Cabeza visible de ella, 2o, donar injurias , y deponer' odios y ene
m 7 , p. ¿ .i, n . .y, p. >5-, a. 1; , y sig, mistades, 247, n, z á , p. 3 2 7,11.17.
p. i 9 ¡ , n. z S .
In verbo autem tus , £5Y» Extiende las redes D O M I N I C A S E X T A D E S P U E S
de la oración en nombre de Ch risco , y D E PEN TECO STES.
alcanzarás cuanto pidieres, 3 <>o, n. 7,
p* i n. 1 4 , p, % z d , n, 1 5 , p. 34?, M h s r e o r s u p e r t u r h a m . Marc. S. Además de
a. 4, lo notado Dominica quartadeQuaresma,
se puede declarar la paternal providen
D O M IN IC A Q U IN T A DESPUES cia de Dios para con los hombres, y lo
DE PENTECOSTES, obligados que son á corresponde ríe, 23,
n. x a ,p . 3 1 , a. 7 , p. $ 6 , n. 16 , p.148,
Ar/í a k r / z J a v e r i t y S T c , Matrh.y. Justos eran n. 6 9 , p. 28)3 a. y , y el Capítulo 9 de
los Fariseos, pero pintados \ tenían muy la IV . Parte.
dañado el corazón. Enseñaban que ía le y S s d i m i s e r o e o s j e j u n o s , & c . L o muy desfa
"vedaba el homicidio, adulterio y hurtó; llecidos que nos dexó el pecado , y lo
snasjno aborrecer ai enemigo, 247, n . n ^ muy necesitados y pendientes que esta
e-adiciar la ssuger, zy 1 2 a,¿ 3 y fas ca mos de Dios. Véase io notado Domi-
ní-
DE LOS BV-r iN G E IJ O S q67
nica y post Fas e h a , y i per/ Fenfecostem: miidad pidiendo, y otros la caridad y
FI/pocrìtam , y todas las Peticiones. misericordia dando, tí y , n. 2y y ; 7 3p,
176 , n. 7 4 y 74 , p. 2yp , n. i í y sig.
D O M IN IC A SEPTIM A DESPUES p. 323 3 12» 7 3 p. 304 , n. iy , 16 y 17,
DE PEN TECO STES. p. 3i ? > n. 23.
H ic A ijfa m a t u s e s t. Contra los inhumanos
Attendile à faìsìs Propostis. Matth. 7. Aquí llegan ios clamores al C ielo, 2y 7 , n. 1 o.
se nos manda guardamos de los Hereges. £ ¡ ¿ u a s i d i s i p a s s e t b o n o , i p s i u s . TÚ con quanto
rias artes de que se valen para pervertir al R e d d e r a t io n e m . Todos toman cuentas á sus
pueblo Chrístiano, z , n. 2 y ; , p. i i ; 3 mayordomos s se las forman según los
n. 3<ff , p. 209 } n. 8 , p. 325- , n. 10. recibos 3 y no les abonarán lo que hayan
A falsis Frophetis. También nos hemos de gastado contra sus órdenes, con ofensa
guardar de los que no dan doctrina sa de sus dueños, y sonsacados por su
na 3pues sola esta puede curar las almas, enemigo. Este es el juicio de D ios, que
lA i , n q o v sig- p. zo6 , n. 2. se tiene por riguroso, no cabiendo mas jus
G>ut 'ueniunt ad vos. Ellos se vienen y se in tificado. Por eso celebrará el juicio uni
troducen , á diferencia de los enviados, versal. Véase el Artículo 7 , p. 188 3 n.
. que son los legítimos, 2 , n. 2 y ) 3 p. 14, p. 22S , n. 30 , p. 2Í7 3 n. 14.
s . ? j p. 100 , n . 2 3 , p. 120 , n. j ; , p. £¿21id, j a c t a r a ? attia F o r / i m u s m e u s , £7 4 . Te—
28; , n. 3 , 4 y 7. mieodo el alcance este infiel administra
Jn 'vestimentis ovittm. Muchas veces se cu dor , entró á cuentas consigo» Buen me
bren los vicios con capa de virtud , y se dio me : p u e s s i n o s j u a g a m o s , n o s e r e m o s
transfigura Satanás en Angel de luz, 2.96, j u a g a d o s 3 1 33 3 n. 2 8 3 p. 142, n. y 5 , p.
m i , p. 312 , n. 1 6 . *7> 3 n* I o-
Intrinsscus avstsm sani lupi rapaces. Estos Son g u i d f a c l a r a ?Para dar buenas cuentas asirse
los hipócritas muy aborrecidos de Dios, de las del Rosario , de los méritos de
como toda mentira, n. 13 y sig. p. ChristOj como David, sin I g s quales na
2S0 , n. >. da valen todos nuestros trabajos , 5y , h.
Orarás arhor , í5 *r. Para dar frutos de vida 24 7 i f 3 p. *48 3 n. y sig. p.:i 72,n.
eterna fuiste plantad© en el paraíso de la áz y 63 , p. 177 , a. 71 Y sig. p. 288,
Iglesia. SI no los produces, serás cortado n. y , y la y Petición.
y arrojado al fuego , 2 3 , 1 ! . 1 2 , p. 41, £ ¿ v id f a a a ? n ? Penitencia : que e s ja segun
b . 13 y 14 , p. 22 , n. P 3 20 y 11 , p. da tabla , i p 3 a. ¡ y .sig. y la y Pe
n o , n . ^ , yo y y 1 , p* 218, n. z 9 . tición.
Jion ùrnnes qui , sS'c. sed qui facit •volsmta- ¿ > u i d f a d a t a ? Otra buena respuesta da hoy
AAA se
370 I N D I C E
se d e í Ministro de cada Sacramento. tan encontrados como la luz y las tinie
V a d e e t t u f a e s m U i t e r . Debemos obrar co blas, la vida y la muerte, la gracia y el
mo Christo : porque sino le seguimos, pecado , 3j , n. 14 , p. 77 , n. 3 , p. 10 5.
no le conseguimos, 4, n. 10, p.23, ii. 40 , p. 12 2 , n. 20 , p. 17*-* ? o. 74 ,
p. 32, n. 10 y sig. p. 1075 n- 43í P*io8> p. 2 15», n. 34, p. 255 , n. 1 7 , y la 3 y
n. 47 y sig. p. 1 1 8 5 n. 8 y 9 , p. 18 j 5 6 Petición*
n , ) , p . 211 5 n. y y 6 , p- a 33s n- 1í • Non potestis Deo serviré et mammonae. De es
to se dice lo mismo. No pueden servir
D O M I N I C A T E R C I A D E C 1M A las riquezas, sino para socorro de las ne
DESPUES BE PENTECOSTES* cesidades. Lodo espeso son. ¿Cómo ser
virá á D io s, el que se abate al cieno ^
J E S U 5p r e c e p t o r , m is e r e r e n o s t r l . Luc. 17, Véanse esos lugares, y el 7 ,9 y xo Man
A q u í se puede exp lica r e l nom bre de damiento, p. 3x 6 } n. 3 , p. 3i ? , n. 13*
J esu -C h risto . P odían m uy bien p ed irle N e s o l i c i t i s l t i s , ere. ¡ Miseria de los hom
3¿¿3iss poten dssaíass ISesszhñs servire. Líatth.». E c c e Cata ahí el difunto. Es
d e fu n c ta s .
Por estos dos Señores p u e d e n mtrv bien pejo grande. No pecarás , si te acuer
e n ten d erse Dios y e l osiahio . la c a rn e y das de tus Postrimerías , 4? , n. S y
«1 espmcn , el amor de Dios y d propió. síg- p* J a. X4 5 y 1 5 p* 77 ?■ a - 1
V
DE LOS EVANGELIOS.
y , p. 1S2 , c.
i , p. 249 3 n. ay. sane tu alma, a. 573 p. x 6$ , a. y í,
Ejftrebatur. El alma en pecado es lleva p. 20Í , n. 2.
da al sepulcro del Infierno , como pri Cv.m in v it a s v s fv e r is , & c . Aquí se enco
misericordia. Mueven mucho á los Pa para no caer, como peligroso el 21:0,14,
dres las de los "hijos, 3ay , n. 10 y 1 1 . n, 1; , p. 2 8 , n. 11 , p. y 1 j n. 1 , p.
Noli flsre. La fe de la resurrección es de i y í , n . 1 7 , p. i 8 í , n, 1 y 2.
consuelo grande en la muerte propia y R e tu m b e in mvissimo loco. Mucho tenemos
agena, 7 6 , a . 14. por que humillarnos , y escoger el últi
Noli flsre. Llora al alma que perdió á mo lugar. Véanse esas mismas citas , y
Dios ; no al cuerpo que perdió al alma, nuestras miserias en la 2 , 3 y 4 Peti
r í o ,n . z S . ción.
jídolescetis tibí d k o . Liadla el Señor con él Recumbe i n novissimo loco. Huye de la codi
en particular. Imitarle deben el Confe cia y ambición , 157 3 n. ib y sig. p,
sor y Predicador , y , n. 11 , p. 1 693 27Í , n. 23,
n. j 6 y sig. p. i o í 3 n. z. O m n is q u i se e x a lt a t . ’C U c . Si nos humilla
Et rssedit , ETC. La palabra de Dios que to mos 3 nos ensalza Dios. Si nos ensalza
do lo sacó de la nada , saca de la muer mos 3 nos aba.e D ’os. Lo que va de uno
te de la culpa á la vida de la gracia; r ó, é otro se ve en la diferencia de los An
n. 1 y , p. 1 S , n. 2; , p. 13 S , n. 41 , p. geles y hombres soberbias y humildes,
i) 4 3 n. 10 3 y el Artículo 10. ensalzados unos, y confundidos o.ros por
rs s s d it. Como Se dice Cñrísto P r i m o g é n i su Magestad , i<s, n. ry , p. 4; , u. 6
t o de los muertos , habiendo éste resu y sig. p. 45>, n._S y sig. p. 7; , n. 13,
citado ante* 3 y 9 y 9* p. So , n. 1 o y sig. p. : n , n. 1 o , la 2
E t roseáis, Puede explicarse el Artícu Petición, y lo notado sobre esto D o
lo n . minica 10.
D O M IN IC A S S X T A D E C IM A D O M IN IC A D E C IM A S E P T IM A
DESPUSS D S PENTECOSTES. DESPUES DE PENTECOSTES.
dado el Señor a comer en un día festi g o Match. 2 2. Entra con buenas pala
'
vo 3 fu¿ allá. Qué cosas es licito hacer bras 3 pero malignas por muy Escoge-
en rales días , 2 yc , n. ó y síg. res , iá á , n. 11 y i2.
E s Spis obser-vEbíSzt eum . Aunque ál Señor PrErnásctum mz-zr.vm. E ste es el gran M an
veía sus corazones dañados . no lo des damiento , que á todos los encierra , y
cubre. No puede descubrirse el pecada rodos los g . arda , el que le c. mple , 4 ,
oaiiko, 2Í5- 5 o. 9- o- 10 3 p. zoS ) n. 6 } p. 212, es. 7 y sig .
í j b i e r v s z b s z x ? . Mala observancia : y por pe- p. , n . i j sig.
caminos?, la mas eunesta al día festivo,J Dcm inuti i , ó?'r. Esta es toda la car
D zH ges
i.
_ -54 , n, 22. ga 3 el tributo y el pecho que el Señor
e í stts bwtm y srir. Esto debes hacer , po nos Impone : que es imposible cosa mas
nerte delante del Señor, exponer tos suave , aligerada y dulce. Véase el Ca
miserias, y pedir su misericordia 3 Ca pítulo- 1 , 2 y 1 o de la III. Parte.
pítulo 2 3 5 y 24 de la IV Parte. jgWd t5«Í‘íj vid¿tur de Cfex r? ? Como Christo
Si í k s t S s z b & x ¡ s > c s r z f s . De la sasriScacíon es en quanto hombre Hijo de David , y
de las deseas 3225*30. r y síg. como no lo es en qoaoto D ios, 12 , n.
Saxmrsiz mm. Busca ue irises Médico qae to 3 p. 2: , n. 3 3 9 y :0 , p. 2 í , ü- 7.
A AA 2
372 I N D I C E .
Q u e m a d o D a v id v o c a t eu m D o m in u m ? Es
peraban los Judíos un Mesías hombre DOMINICA D E C IM A N O N A
puro con gran poderío y fausto Lempo- DESPUES DE PENTECOSTES.
ral, y no sabían que el Rey no de Chris-
to no era de este mundo, 44 , n , y y Qui fectt n u p c i a s filio suo. Matth. 22. Pue
sig^ la 2. Petición y lo dicho- día- de de explicarse el Sacramento del Matri
Ramos. monio«.
Et nemo poterat ei respondiere verbum. E ran Causas que pueden mover á elegir es
so b erb ios , y- no alcanzaban los m is se estado, 1 99 3 n. 13 y 14..
terio s que se descubren á lo s h u m il Quáles son sus principales' bienes,
des. V é a se en Q ninquagesim a- : E-t ip si 20? , n. 23 , 2 4 y zy.
m b a .. Que se abstengan á tiempos los casa
dos del uso conyugal , mayormente en.
D O M IN IC A D E C IM Á O C T A V A Quaresma y días ántes de recibir la sa
DESPUES DE PENTECOSTES.. grada Comunión , 144 , n. y 8 , p; zo4.
11. 34-
Ascenderá J E S U S in navicutam , UTc. M a tth . M is it serve s s u o s \ Véase Dominica- 2 p o s t
5 .. T o d o - e l itin era rio de C h ris to está P e n te c o s t.
€a-
DE LOS EVAN G ELIO S,
373
Capá am.zurrí. Se interpreta Campo d e grosura. p a g a r , 17 2 , n. 61 y s íg . y toda la ;
Los excesos son muy dañosos para cuer P e tic ió n .
pos y almas , x +3 > n. >4 , p* a j 3, n, 1 o-, Reside j quod debes. Para p agar lo que debes,
p. 1 f 4 ; a* 13 j p‘ 5 i 4 í '*■ 12» acude a l F ia d o r , que tien e infinitas ri
e u m . A Dios has de ir con todas quezas , y todas para t í , pues para sí no
tus cuitas. Seguramente te dará lo que las ha m enester. V éa n se esos lu g ares , y
pides 3 ó' lo que debes pedir , z z z r Venh trbi D o m in ica d:e R a m o s.
n . 6 , p. 281 y si'g. p; ? j i , n. 4 y Redde , quod debes.. E s necesario restitu ir al
$ig. p ró xim o quanto le h ayas quitado de fa
R o a a b a t y u í descen dera t. Pidió con poca, ma , honra , ó- bienes, de fortuna , 143,.
fe. Sí no la aviva , no será o ido , 145 n. pz , p . xáz nv 7-8 , p-, x$6. , n.. 8 , p .
tí. x 3 , p. 207, n. 5 y sig. p-. 33y j n - l á . 2 4 8 5 II, 2 0 v
F IN D E L I N D I C E
I NDI CE
DE LAS COSAS N O TA B LE S DE ESTE CATECISM O .
E l p r im e r núm ero y el segu id o á la p. señ a la la pagin a, i
y e l segu id o á la a. el m a r g in a l.
Consejos E vangélicos: es pecado muy gra E l pecado de costumbre es mas grave que
ve jurar no guardarlos, 22-7 , n. 24. los otros. Ahí,
Continencia. Véase Castidad. Credo, Creer : Por qué los Apóstoles for
Contrición : Es parte de la Penitencia, 1 f 7, maron el Credo , 8, n. 2.
13. 21. Porqué le llamaron Símbolo. Ah í, n . 3.
Por qué es parte de este Sacramento. Ahí, Quan necesario es , y en qué partes se di
n. 22. vide. Ahí, n. 4.
Se difíne , y se explica , 1 y 8 , n. 23. Qué significa la palabra Creo , 8 , n. 2.
Por qué se llama Dolor. Ahí , d . 24. Qué debe creer el Chrlsdano. 3 , n. 2 y 4.
Por qué se llama Contrición. Ahí , n. 2,'. No ha de escudriñar sus misterios , n , a .
D e otros nombres que se le dan, i; ? ,» . 2<S, 7 s p. 13.
Debe ser dolor sumo sobre todos. A h í , n. Debe confesar la Pe á cara descubierta, 9 ,
27. n* 4/
Puede ser verdadera , aunque no sea per Creación , Criador , Criar : Dios por sola
fecta , l í o , n. 28. su voluntad crió de la nada todas las
Ha de formarse de cada pecado en particu cosas , id , n. 15.
lar. A h í , n. 29 . Creación de los Cielos y los Astros. Ahí,
En caso urgente basta en general , 1 6 1, n. n. id.
30. D e los Angeles y sus dones. Ahí , n. 17.
Por la perfecta se perdonan luego todos De la tierra , plantas y animales , 17,
los pecados* Ahí. n. r§.
Quites son sus requisitos. Ahí , n. 31. D el hombre y de sus gracias. A h í, n. 1 9 .
Requiere dolor de los pecados pasados , y Por nombre de C i e l o y Tierra se entien
propósitode la enmienda. Ahí, n. 32. de todo lo visible é invisible, 17,
Requiere también perdonar las injurias, cu 20.
l í a , n. 33. La creación es común í todas tres Perso
Excelencia y utilidad de"ella. Ah í, n. 34. nas Divinas. A h í , n. 23 , p. 27 , n,
Meditaciones para excitarla. Ahí, n. 37, Dios con la misma virtud que lo hizo,con
p. 3 ? i , n. é , 7 y ? . Véase Confesión y serva. quinto crió. A h í , n. 21.
Penitencia. Sla Dios no puede subsistir cosa criada. Ahí.
Corazón : Muchas veces se toma en la Es Ninguna tampoco puede obrar , ni hacer
critura por lo mismo que í ' - ñ z z n : a d , 17 i?, co sa, sí Dios no la premueve. Ahí
T i. z 6 . n. 22.
Con él se cree para la Justicia , n. a,p. Criatura nueva en Cfírfsto es el que guar •
§¡S, n. r s z . da sus Mandamientos , z o 9 , n. S.
D e todo corazón debemos amar á D ios, y Crea ; Por qué Chrísto escogió muerte de
aborrecer el pecado , 17 9 s n . z 6 y 27. Orna , 3 0 , 0 . 4 .
De é l salen los pensamientos malos, homi Qué significan las que se hacen en el Bau
cidios, adulterios , & e. , n. 6. tismo , r 14 , n. <17.
Se ha de desmenuzar y sajar con la lanceta Por el precio- de la Cruz se perdonan nues
de la Contrición, 179 , a. 27 y 27. tras deudas, 37 , n. 14 y i, , p. 172,
Los que no sienten dolor de sus pecados,le s. á; , p. :2á , n, r i .
tienes de piedra y de diamante , 33 5 , n. Culto : E l externo que debemos á Dios, se
9 . manda es el 3 precepto s z z 9 , n. r.
Costumbre: En la de jurar hay muchas caí Quándo- se quitó el del Sábado , 230,0.7.
das 3 : : í ; S* Por qué se trasladó al Domingo , 231,
Las buenas se corrompen por las pláticas n. 7.
malas ,273 , a . : r . Por qué se Instituyó el de las fiestas,
E l que la tiene de hurtar , la tendrá de pe- , n. ó.
mar 5 sino se enmienda , z 6z , u. 2 j .
CGC D¿-.
INDICE DE LAS COSAS NOTABLES
los malos , 330 , n. 1. p. 332, n. 7.
Quan formidables son sus embestidas. Ahí,
D P* 33¿ 3 n. 18.
No puede tentar quanto , y como quiere.
; Es padre de Christo según la
carne , , n. 7. Diversos medios de que se vale , $ , n. 7,
Encerró en sus Sainaos todos los misterios, p. 333;«-
30 j n. 7. Es autor de todos los males que nos hacen
Es marabilloso en sus modos de orar, 311, los próximos , 340 , n. 10.
n. 13 > ?* 33í s n- *rí j f* 3i 8 a n- 3i p. A veces se transfigura en Ángel de lúa , y
342 , n. 3. Dinra el mal como bien , 3x2, ¡1. r <r.
Propónese por exemplar de penitentes, Por qué Se llam an Gobernadores y Príncipes d e
1 6 0 , a, j S j p. 173 3 n- ¿ í , P* 3M í las tinieblas y malicias espirituales , 37 , n.
n. 8 y 5. 1 4 3 p* 33i 5 n- í-
También de perdonar injurias , 148 , n. 21. Reynaen los malos, pues se entregan á él,
Decálogo : Es la suma de todas las leyes, 11 7 , n. 71 , p. ; o í , n. 13 , p. 2 3o , n,
2oá, n. 1. 7 >p; 33M n* 7*
En él deben meditar áia y noche los Pas Quan tiranamente reyna en ellos, 277 , n.
tores , 6 , n. i z , p. 20-S , n. 2. 22 , p. 304 , n, 4 , p. 323 , n. 7 , p.
Quién es su Autor , y cómo nos obliga, 340, n, 9 .
207 , n. 3. Cómo es vencido: y nadie presuma que pue
Haberle dado Dios , mueve mucho á su de por s í , 33^, ti. 18.
observancia , 207 , r¡. 4, Dios nos da fuerzas para vencerle , 3 3<f,
Habérnosle dado , es gran beneficio suyo,. n. 19.
208 , a , 7 , p, 243 , n. 1. p. 3 c. a, Premios para los vencedores , n o , n. 49,
p. 271 , n. 4. p- 3 3¿ 5 n. 20. - ^
Magesmcso aparato eos cué se intimó, Derramar ante Dios la oración, que signi
20” , B. 57 fica , 281 , n. 4.
Q nan f á c il es su o b serva n cia . A h í , n. 7 . Desear, D eseo: E l que desea la aiager age-
O b lig a á todo- h o m b re, z o p , n. 3, p . z t o , na, es adúltero, 2 7 s , n. 7, p. 274, n. 1$ .
n. í . Oye Dios los deseos buenos ,282 , n. 7.
T o d o se encierra en la C a rid a d , 4 , s . 1 0 , Me es lícito desear lo que no es lícito po
2 o s , a . 1. p. 2 37 , ¡a. 3 . Y ¿ase l a y y seer , 273 , a. 1 1.
Jík ®¿úííeí>í;'íe. Dos deseos desordenados atormentan mu-
Demonio : Llámase el t & s s & d e r y por ser ese cho, 271, n, 4, p. 277 , n. 22.Véase A p e -
su oficio, 303, a. 4, pw i 31 3 3 í a y 33Sa tit o s ^ A m a r t e l a , C o n c u p is c e n c ia y C e d i d a ,
A
BE ESTE CATECISMO. 3 S7
Senálanse los modos de detraer, z 6 $, n. 9. Aunque se atribuye-sí Padre, conviene ¿
Son detractores los que oyen con gusto al todas las Divinas Personas, 1; , n. I4
que detrae , aíy , a. 10. p. 27 , n. 3.
También los autores de libelos famosos, Cómo y por qué crió Cielos y tierra. Véa
z 6 6 , n. 13. se Criador.
Quál es la detracción mas perniciosa, z á $ , Cómo conocieron á Dios los Filósofos, 9 ,
n. 9. n. 6, p. 7<í, n. 14, p. 77, n. 3,
Deudas : Qué se entiende por ellas en el Mucho mas altamenze se conoce por la luz
Padre nuestro, 32;, n. i a. de la fe. Ahí.
Estas son las mas pesadas, z 6 z , n. 2;. Cómo se entiende que á Dios le pesa , i f z ,
No podemos pagarlas por nosotros, 1 9, n. 2.
n . j , p . J3,n. n y sig. p. 172, n. y* Soío Dios puede por sí perdonar pecados,
sig. p. 32; , n. 12, 13 y 14^ , n. 8 y sig. p. 50, n. 23, p. 154,
No hay mas remedio que acudir al Fiador. r¡. 10, y sig. y la ; Petición.
Véanse esos mismos lugares. A s g Io Bros se ofrece Sacrificio, 145,
De diverso modo decimos, nuestras deudas, n. 73.
que el pan nuestro, 32 6 , n. 1 ;. Dios es Autor del Decálogo, 207 , n. 3.
.También son deudas- los pecados leves. Por qué se llama fuerte , z i 9 , n. 31.
Ahí, n. 14. Por qué se llama a d o s o , z i 9 , n . 3
Eos que niegan la deuda , cometen rapi Es último ñn de todo, 7, n. 10 , p. 237,
ña , 2 >8 , n. 12. n- >> 4 Y > 3 P- z 99 , n. r , p. 3r; , n. 1m,
Dia : E l del Juicio se llama Di a del Señor, el Artículo 1 2 y la 2 Petición.
47 5 n. 2. Nadz se le paede añadir, ni quitar, n ,
Debe haber días festivos, 230, n. 6 . n. 7 , p. 29 9 , n. z .
E l del Sábado se trasladó al Domingo, Por qué en la oración se llama Padre n u e s ~
233, n. 1 §. tro, z 9 t , n, 1, p. 2 9; , 11. 14 y sig.
E l día de Domingo se llama también Día Está muy pronto para perdonar, 32 ;,n .io.
del Señor y por qué , 2 31, n. 3, P. 233, Quán benigno es para los hombres. Ahí,
n. 18. Ah í, n. 14 y sig. o. : n
Además del Sábado tenían los Judíos otros No es agotadle su amor por nuestros pe
días festivos. Ah í, n. 17. cados , 294, n. 5. y sig.
Lo mismo observa la Iglesia, 2 ; 3 , n. i9. Nos corrige como á hijos, 110 castiga co
D e qué debemos abstenernos , y en qué mo ¿ enemigos , 24S , n. 21 , p. 29f ,
emplear esos días. Allí , a. 20 y sig. n . 15.
la naqueza humana, ; 30, n, 3, p. 332,0.7. Sin obras está muerta, 114 , ¿1. 69.
Exito: Debe dexarse á Dios el de todos Alteza de la fe Christiana , 9,n. 7 y <f.
nuestros deseos y peticiones, hecho lo Que nos manda creer , 8 , n. 2 , ; y 4.
que es de nuestra parte , 314 , n. 24-, Por qué los Apóstoles la encerraron en el
p. 321 , a. _2i , p- 34-1 , a. 11 j y toda Credo. A h í , n. 2 y 3.
la 3 y 4 ' P e z i c l o n . Debe confesarse á las claras, 9 , n, 4.
Exorcismo : Por qué se hace al que ha de E s muy necesaria y muy ú til la fe en D io s
ser bautizado , 1 1 4 . . n. í y T o d o -P o d e ro s o , 14 , n. 13.
ExÓrcísra : Su potestad , materia , y forma L a de ía R e d e n ció n siem pre fué y es ne-,
¿e su orden , iSs , n. 17. cesaría , 19 , n. 4 .
Extrema-Unción : Debe explicarse con fre Es Í 2 . basa de nuestra Religión, ;o , n. y.
cuencia , 178 3 n. 1. La misma que anunciaron los Profetas, pre
Por qué se llama asi. Ahí , n. 2. dicaron los Apóstoles, 1 s>, n. 4, p. 30,0.3 -
Es verdadero Sacramento. A h í , n. 3. Precede á la Penitencia , :33 , n. 3.
Es solo uno , ajunque las unciones muchas. Se requiere para la justificación,4 1 , n. te,
p. i j ; . n. f .
Se explica su materia. Ahí , a. 7. Es i m r a f necesaria para la oración, 14 , n»
Se exótica su forma. A h í , n. s. *3 jp . 33> > n. x6 y z7.
Por qué es deprecatoria, 2 So, 21. 7. Por la o ra ció n se aumenta , 279, «. c.
Su Autor es Christo Señor nuestro , 1 So, La fe animosa no titubea , 2 1 9 , n. 31.
b . g. Qord sea la fe , que es mío de los bienes
A quiénes debe darse. Ahí , üx ?. del matrimonio , 203 , s. 24.
Qué partes del cuerpo deberá ungirse, 1 S i , Felicidad : lío es dable en esta vida , 7,
na. 1 0 . b 7eO j P * 77> 5-
Puede reiterarse y ovando , 182 , ru 11. La de los Bienaventurados es tan grande,
Con qué disposición se debe recibir. A h í, que solo ellos lo pueden entender , 7 8 ,
n. i2. s„ 4.
■ Quién es su Ministro. Ahí , ss. 13. Es necesario sea eterna. A h í , n. 3. Véase
Deben explicarse sus grandes frutos. A hí, Miena-zssfttse^jMza y Vidaperdurable.
n. 14. Fieles: Todos se llaman S a n t o s , y por qué
Da fuerzas conrea el demonio que ha i-;.
ce entonces la mayor guerra 3 i S ; 3 Ocales deben ser sus exerc icios, 23, n. :o,
B. 1 5 * p .33.., 22. 10 , p. t 6 5 o. 1 6 z p. 4 1 , n. 13-
14
sgs ÍN D ICE DE LAS COSAS NOTABLES
14 y 1 í >p* i07 > 4r ? P* 18> »n* í , Fornicación. Véase Adulterio 3 Concupiscen
p, m j n. 6 3 p. 5 n* 1S s P* 2 34* cia y Lux a r ia .
n. 2 y. Véase C h r is tia m s . Fortaleza : Es uno de los dones del Espí
F iesta s, F e s tiv id a d e s : P o r qué se in s titu y e ritu Santo 5 j f , íj. 8 .
Con grande debemos confesar la fe , 9,
ron, 2 2 9 ,0 . r , p . 2 3t>j n. tf,?* 23 > , n. 2 4-
n. 4.
Im po rta m ucho g u a rd a rla s , 2 2 9 , n. 2.
Para esto deben coadyubar los Magistra Se nos infunde por la Confirmación. Véa
dos seglares, 2 3o , n. 3. se todo ese Sacramento , y en especial,
Dedicar algunos dias al culto de D io s, es 122 , n. 22.
de ley natural, 229 , n. 1 , p. 230, Dala también grande la sagrada Eucaris
n. (Se tía , 142 , n. 5"4. -
S eñ alar tales días es de le y de la Ig le s ia , En Dios se ha de buscar , y de él ha de
230 , n. 4. venir, 3 , p, 33; , n.- itf , p.
Como deben santificarse, 231 , n. ro.y sig. 336 . n. 19.
Bn ellos se ha de dar cuenca á Dios- de lo Frugalidad : Debe vivirse con ella , para
hecho en toda la semana, 231 }n. 8. no ser gravcsos , 260 , n. 19.
Ningún trabajo de entresemana se ha de Fruto : E l del árbol de la vida la conser
dexar para esos dias , 2 33 , n, 20. vaba perpetua , 31 j- , n. 4.
Q u e obras se vedan en tales dias. A h í , n . z i . Los de la tierra son beneficios de Dios,
Q u á íe s no se p roh íben . A h í , n. 2 2 y 23. ir , p. 304, n. 7.^
Por qué se veda , que trabajen las bestias, Muchas veces los quita por nuestros peca
234, n. 24. dos , 3 1 6 , n. y .
Bienes de que gozan los que los guardan, Los grandes que se pueden coger de cada
233 , n. 27. artículo , y cada Sacramento , se halla
Males que se acarrea el que los quebran rán al fin de él.
ta. A h í, n. 28. Véase D í a F e s t i v o y Sá D e los que da de sí Í2 guarda de la divina
bado. le y , 209 , n. 9 y 10 , p. 270 , n. 2.
Figuras : Las de la Concepción y Naci
miento de Christo , 27 , n. 10.
Las de su Pasión y Muerte, 30 , n. ;- G
Las de la Iglesia , í j ,0 . 19.
Las de las aguas del Bautismo, 9<f, n. 9 .
Las ¿e la sagrada Eucaristía, 145- , n. 60-
G Anancía : Las injustas son muy daño
sas , las justas muy provechosas , 3 1 8 ,
p. 14S , n. 70. a. i2.
Las de la Confesión sacramental , 1 6 $ , n. Gemido: Con inexplicables nos hace pedir
40 y 41. el Espíritu Santo , 2 S 8 , n. y .
F o rm a : T o d o s lo s Sacram entos constan d e Sen propios de los penitentes , ry; , n. 8,
e lla , S S , n . 1 $. ^P- U 8 > a. 13 Y « g :
Bu esto aventajan mucho los-nuestros álos N o los hay en la gloría , 79 , n. j .
antiguos , 88 , n. -7. Gerusaien: Significaba la Iglesia, porque en
Por qué es necesaria. A hí , n. rA sola ella se hacían sacrificios ,¿"3,0. 19.
La del Bautismo , 97 . n. 13 y sig. Fue castigada por su ingratitud y abuso de
La de la 'Confirmación, 1 r £ , n. 2, p. 129, los bienes de D Í gs , 3 3 4 , 0 . 12.
n . 11 y 12. Por la nueva se entiende la gloria, 78, n. 4.
La de la Consagración del pan , 130 , a. Gloria : Es indecible la de los Santos , 8r,
1 9 j 20. n. 32 , p. 307 , n. i¿ .
Xa ¿el vino. A h í , a 2: f sig. Cómo en ei Padre nuestro la pedimos para
La ñe la Penitencia , if> , n. 14. D ios , 2,99 , n. 1 y 2 .
L a de i 2 E x trem a-U n ció n , 17 9 , n. d y 7 . La hemos de desear para nosotros, porque
La del Orden , 1 g 9 , n. 17 y sig. así lo quiere D io s , 313 , n. 20.
D e í orma diversa rogamos á Dios que á Qué es la gloria > 79 , n. 7 y sig. p. 30;,
los Santos , , n. 5 y 4. t: ££.
Es
Í)E ESTE CATECISMO, 393
Es gracia c a n s u m a d a . -Ahí. VéaseEntre Dios y los pecadores hay guerra vi
B ie n a v e n -
y V id a p e r d u r a b le .
tu ra n s L - z v a , 324,2. 8.
Gracia : Es gloria e m p e z . a á ¿¡3 30; , n. n .
Qoe cosa es gracia , n o , n.-fo , p. j e ; 3
n. 11. ... H :
Es el don grande del Espíritu Santo , ;
n, 85 p. i>r , n. 27 y sig. f J ^ A b ía r : Eí que mucho había , mucho
Senos da por los Sacramentos) vr s n. 27. yerra : Debe huirse del- mucho hablar,-
Véase en cada uno. -2<íS , n. 20 , p, 5x4 , r. 4.
Es la que nos hace justos, é hijos deDioS) Hallar ; E l que halla una cosa , debe res
110 ) n. 70. tituirla , y si no se halla el dueño, dar
Trae consigo todas las virtudes. Ahí, n. $■r. la 2 pobres , 290 , n. 9.
Sin ella es imposible merecer, ni hacer co Hebreos : Muy favorecidos de D ios, 21 o2
sa que agrade á Dios , y 2, n. , , p. 17), n. r.
- n. 72. Los sacó de Egipto, y les dio la ley. Ahí.
Nos viene por Christo , 3y , n, u y i f , Por qué los escogió y ios amó tanto, 21 r,
p. n i , n. , 2 3 p. 141 , n. 49, p. 17/3 n. 2.
n. 72. Por qué los dexó peregrinar y ser atribu
Precede, acompaña y sigue á todas las lados largos tiempos, 211 ,n , 2 y 3.
obras buenas , 17) ,n . 72. Por qué Ies dio la ley en aquel tiempo y
Tas hace meritorias y satisfactorias. Ahí. lugar , 2 i i , n. 4.
Juntarse con el pecado es tan imposible Hereges: Quiénes lo son, $6 , n. 1.
que ni fingirse se puede, 122 , n. 20. Artes de que se valen para sembrar sus
Varias veces se pierde, 151 , n. 1 ,p . jof» errores , 3 , n. 3 y 6.
. E. I I . Han perdido muchas almas. Ahí.
Se recobra por la Penitencia. Artículo 10: Se fingen Católicos , , 6 , n. 1.
este Sacramento , y la $ Petición. Son espías y ministros del diablo, 333,
Debe preceder á la gloria , 5 0 ;, n. i 1. n. 20.
A Christo se c i ó sin medida , á nosotros Hacen por arruinar todos los defensivos
con ella : para que todos recibamos de de la iglesia ,163 , n. jtf.
su plenitud , 25- , n. 4. Están muy ciegos los que los siguen , 5to,
Se da mayor ó menor por los Sacramen ii. iS.
tos según la d i s p o s i c i ó n del que los Hijo de Dios Eterno. Véase Christo.
recibe , n : , a 5 8* Hijos adoptivos de Dios. Véase Grada.
Las gracias g r a t i s - d a t a s son comunes a to Hijos deben honrar á sus Padres. Véase
da la Iglesia, 66 ^ n. 27. H s a r a r .
para subir á la virtud de la Pe Hijos del diablo : Lo son los hipócritas
nitencia, I) ; , S. 8. y mentirosos , 245 , a. 24 , p. 2íS,
Para subir 2 la oración , 2 8r , u. 5 y 4- a. 1 9 .
E l que por las primeras no sube á la últi Hipocresía : Vicio abominable, propio de
ma , trastorna el orden de Christo ,338, Fariseo* , ~66 , n. 13.
. »- 3* Oras pGr vanidad , 290, a. 7.
Xa primera para la felicidad es poner to De ella y de edlos debemos huir. Ahí.
da su esperanza en el auxilio de Dios, Hombre i Formóle Dios á su imagen , y
le dotó de muchas gracias, 17,0. 19.
Grados: Hay en la Iglesia diversidad de Le crió para que le sirviese en eria vida,
ellos , i ? í , s, i í . y aspirase á la eterna, 1 , a. 1 y 2,
Los del Sacramento del Orden. Véase en el. p. i § 7 , n . f .
Guerra: Es muy fuerte la de la carne Perdió por el pecado todos los d mes de
costra el espíritu , ¿7 , n. 5 , p, 1 o?, gracia, y quedó muy mal herido en ios
n. 4$ .y 4? , p. 303 , n. 4 y sig. p. 35 G de naturaleza, 19 , ií. 3 y 4 , p. 33 ,n .
E. 4. 1 1 y síg. p. 308 , d.
DDD Sen-
594
ÍN D ICE DE LAS COSAS NOTABLES
Sentencia horrible , con que fue condena Ha de mirar á los que le injurian 9 como
do, z 9 i , n. 8 ,■ p. 5 1 6 , n. á ministros, ¿e Dios , 248 , n. z i .
E l orden de las peticiones es, qual debe ser Sin ella no hay perdón , 1J7 , n, 20.
el orden de nuestros deseos, z 99, n. i. Sus partes Contrición , Confesión y Satisfac
Después de lo que mira a. gloría ue Dios» ción 3 i y 7 , n. i i y 22. Véase cada
se sigue lo que toca a provecho nues qual en sus lugares.
tro , 3 1í , n* 1 * Perdón , Perdonar ; Es necesaria la fe del
Por eso se ponen las q u atro restantes, z 99, perdón de los pecados , 6 6 , n. 1.
n. i , p. 3i í j n. i . , Hay en la Iglesia poder para perdonarlos,
Como explica la Iglesia la ultima ,3 3 9, 66 , n. 2.
n. 7. Véase sobre cada una en su lugar, Por el Bautismo se perdonan á toda culpa
como Nombre , Reym , Voluntad , fVc. y á toda pena. Ahí , n. 3 , p. 108 , n. 43,
San Pedro: Cabeza visible de toda la Igle No es así por la Penitencia, 273 , n. 6 $
sia , 41?, n. 9 3 p. j 9 , n. n , 12 y 13, y 66.
p. i P j , n. 28. Además del Bautismo era necesario este po
Sus Sucesores tienen la misma potestad. der en la Iglesia, ¿7, n. 4, p. 1 y 1, n. 1.
Ahí. A todo pecado y á todo tiempo se extien
Peligros : En muy grandes vivimos , 3 3 1 , de , 6 ~¡y n. j , p. 1J 4 , n. 10 y 11 j p,
n. 4 y sig. i í 3 , n. 37.
Pena : Quán acerbas las de Consto , 33a Solo le tienen Obispos y Sacerdotes, 67,
a n y síg. S. 6.
Quál sea la de daña en los reprobos , 5-0, Alteza de esta gracia. A h í , n. 7 , p. i j ó ,
n. 9. n. 1 6 .
Quál la de sentido , jo , n. 10. Perdonar pecados es obra de solo Dios.
Perdonada la culpa , queda muchas veces Ahí, D. 8 , s . 3 í j J D, I I .
la pena temporal , 1 7 3 , n. í j . Y mayor que criar Cielos y tierra,<>8 , n. 7,
Por que sucede así en la Penitencia , 1743 Chrisro fué el primer hombre , á quien se
n. 66. díó tal poder , <sS, n. 9.
Penitencia : Es muy necesario explicarla, Por Christo se dio á la Iglesia. A h í, 325-,
¡ ) I , 3 . I. E. 10.
Varias significaciones
D de esta voz Fmiten- E l modo y medio de hacernos esta gracia,
cia 5 1 5^ ^ 2. es inapreciable, 3- , a. 1 0 ,p. 3j,n. i j ,
.Quál es la saludable 5 :■ ,2 , n. 3. p. 58 , n. 10.
La hay interna y externa. A h í , n. 4. Debe encarecerse, que no se abuse de ella
La interna es verdadera virtud. Ahí,n.-t y 6. 6 9 , n. 12.
Sin la Penitencia -virtud de poquísimo sirve Por la sangre de Christo se pide, y se con
la exterior. A sí. cede este perdón, 35-, 3 . 1 4 7 i j , p . i j <
í,
Precédela la Fe , no es parte de ella. A hí. s¡. rS , p- 172 , n. é ; , p. 322 , n. 1, p.
a* í * , n. 12 y r j.
Su efecto es borrar la culpa , satisfacer á Es gran consuelo para los pecadores , 69,
D ios, y recobrar su gracia, r j 3, n. 7. B. II , p. I f I , 15. I.
Por cinco gradas se sube á. esta virtud. Se ha de pedir con toda confianza , 3 25,
A h í , ¡3. g„ n. io y n .
Alteza de esta virtud. A h í , n. 9. Pero reconociendo la gravedad de los pe
Christo la elevó 3 ser de Sacramento. A hí, cados , 322 , el. 4 y síg.
s . 10 y j ; . Demás de esto llorándolos de todo cora
Puede reiterarse , 1 $1 , rt. r , p„ 2j j , n„ 12. zón , 322 , n. 6 y sig.
Quál es su materia. 2j j , n. 73. D e todo pecado grave y leve se pide per
Quál su forma. A h í , n. 14. dón , 3z 6 , n. 14.
Por qué se añaden preces , 2%6 , n. 1 j . Lor qué se llaman deudas , y como lo son,
Es gran merced de Dios ea la ley nueva. ?i f j 3a* i f .
Ahí , n. 16. Por qué decimos: Peráimanos: 326", n. 1 6.
¿oros que se observan. A hí , n. 17. Corno se entiende; Así corno nosotros perdona
brutos que produce. A h í , n. i3. mos , ere. 3 2 7 ,1 1 . 1 7 .
Aun
DE ESTE CATECISMO. 41 1
Aun los que no quieren perdonar, deben En Christo hay naturaleza, mis no perso
hacer esta oración^ 287, n. 2 , p. 328. na humana , 25 , n. 2.
¡1. i t . Nacer en tiempo, padecer, morir, &c. se
No perdona Dios al que no perdona, 162, atribuye á Dios por razón de la persona,
n. í í , p* 2.47 > n* Y síg*P* 3* 73n. 17 32, n. ?.
Y S1'g* Aceptar personas no se puede en juicio,
Cómo se hará con fruto esta petición, 328, 2 6 7 , n. 14.
n. 22. Piedad : Para todo es útil, 24 r , n. r7.
Para alcanzar perdón, Oración, Limosna- y Plagio : Qué es , 2 f í , n , y.
Ayuno* A h í , n. 2 3. Plantar: N i el que planta es cosa, ai el que
Sobre todo es perdonar injurias, 325, 0.2 3. riega , sino Dios que da el crecimiento,
Perjurar , Perjuro s Perjurio ; Es pecado 3i s , n. 4.
gravísimo , u í , n. 20. Pobreza , Pobres : Son ios escogidos de
Es perjuro el que jura ser yerdad lo que Dios , 44, n. y.
tiene por falso. A h í , n. 21. De los pobres de espíritu es el Reyno de
E l que jura sin consideración. Ahí, n. 22. los Cíelos, 302, n. 1.
E l que jura prometiendo sin ánimo de cum E l que tapa sus oídos al clamor del pobre,
plir. Ahí ,11. 23. clamará , y no será oído, 287 , n, 2.
El que falta á la justicia del juramento. Deben estrecharse , para no ser molestos,
Ah í, n. 24. 260. n. i 9.
E l que jura movido de leves conjeturas, Exemplos asombrosos de pobreza, que nos
227, n. 2,'. dio Jesu-Christo ai nacer, 28 , n. n .
E l que jura por los Dioses falsos. Ahí, Amenazas' contra los que los atropellan,
n. 2 6. i í r , o. 20. Vease Limosna.
Con este vicio se corrompen muchos, 228, Pontífice: E l único y solo es Jesu-Christo,
n. 30. Cabeza invisible de la Iglesia, 21, p.y9,
Amenazas y castigos de Dios contra ellos. n. 1 1 , p- 288 , n. 4.
A hí. Véase Juramento. E l Romano es la Cabeza visible , Vicario
Permisiones de Dios ; Deben distinguirse de Christo , y Sucesor de S. Pedro, y9,
de sus acciones, 224, n. 13. n. r r , 12 y 13.
Permite , mas no quiere el pecado , 333, Es Padre y Gobernador Supremo de la'Igíe-
JI4 XX* sia, r93, n. 28.
Permite sean tentados los Justos, mas no Postrimerías: Su memoria es muy útil para
los desampara. A hí. no pecar, y 9 , n. 10 y 1 r , p. 76, n. 14,
A veces oor ocultos juicios los dexa caer. p. S i , n. 12 y 1 3, p. x7 8, a. r , p. 182,
A hí. n. 14 , p. 249 , n. 2 y.
Perseverancia: Es muy necesaria en la ora Para desterrar odios y venganzas , y per
ción, 288, n. 4 y 6. donar injurias , 249 , u. 2 y. Véase Mo~
Persona: Propiedades por las que se dis rlr.
tinguen las divinas , 1 2, n .r o. Potestad: De absolver y perdonar pecados»
Por qué la primera se llama Padre , la se Véase Absolver , Confesión , Pecado y
gunda Hijo , y la tercera Espíritu Santo, Perdón.
y2 , o. 3. ^ La Eclesiástica , una es de Orden , y otra
A todas tres son comunes todas las accio de Jurisdicción, 186 , n. 6.
nes de Dios fuera áe sí , 18 , n. 23, Una ordinaria, y otra delegada „ 1 69, n. y4.
p. 25- , n. 3. A qué se extiende la de Orden, 186, n, 7
E l proceder una de otra no puede ser co y **
mún. A hí. Precepto. Véase Mandamiento.
La distinción entre ellas debe creerse, no Predicar Véase Palabra de Dios.
escudriñarse , 1 3 . Preparación para comulgar ; Es muy nece
No se puede fingir entre ellas cosa desigual, saria , 143 , y£.
primera, ó postrera, 13 , p. 22, n. 8. Consideraciones para este fin, 144, n. y7.
ffP 2 Pre-
4L2 ÍNDICE DE LAS COSAS NOTABLES
Preparación departe del cuerpo, 144.511. 7 8. Los que no pagan diezmes y tributos. Ahí.
Tamoicn para la oración, 2 S í, ti. i y sig. Los "Usureros, A h í , n. 11.
Principes. Véase Reyes. ^ Los Jueces y Ministros que venden la jus
Profetas falsos : Ya salieron al mundo Jos ticia , 2;8 , n. 12.
que predixo el Señor , 2 , n. 7. Los poderosos que oprimen á los desvali
Estragos que hicieron ,n.f. dos. A h í , n. 13.
Profetas de Dios : Predixéron lo que pre Los que esconden el trigo en tiempo de
dicaron los Apóstoles, 1 9. carestía. A h í , n. 14. Véase Hurto.
SUS oficios 3 2 0 jD , 7. Razón natural: No puede alcanzar por sí
Aun mas claro que de Christo hablaron de lo necesario para la salvación , 1 , n. 1
Ja Iglesia los Profetas, y 6, n. 1. y 2-
Profecía y figuras. Véase Figuras. Ni puede imaginar lo que Dios encierra
Providencia de Dios: Está en todas las co en s í, 12, n. 10 , p. H j n* n .
sas, conservándolas en el ser que las dio, Debe sujetarse á la fe, y no escudriñar sus
é impeliéndolas con íntima virtud á sus misterios, 9 ¡ n. 3 j p* n , p . i8. ,n. 1.
movimientos y acciones, 17, n. u . y 22, Sobre todos en. el de la Cruz , y sagrada
p. 304, n, 7. Eucaristía , 30, n. 7 , p. 131 a n. 23,
Especial que tiene de los hombres , 29z, p* XJ¿ J Ili Z^k
o. 3 y sig. p. 302 , n. 2. Redención, Véase Christo, y Jesu-Christo.
Marabillosa con que desde el Cielo cuida Reyes: Son los ungidos del Señor, 20, n . 7.
Christo de su Iglesia, 21 , p. 46 , n. 9. Quáles son sus cargos y oficios. A h í , y
Singular con que rige y gobierna las almas p. 302 , n. 2.
de los Justos, 304, n. 8 y y,p. 53í , n. 17. Hacen en la tierra las veces de Dios , zo,
Próximo: Qué se entiende por él, 264,0.4. p, z 37 , n-4 s P- > n- D -
No se puede perjurar, ni mentir por hacer Deben ser mhy venerados. A hí.
le bien , 264 , n. 7. Sranlo de los Padres antiguos, 214 ,0 .1; .
Por qué se menciona en el nono precepto, Aunque fueran malos los debemos honrar
274, n. 17. y obedecer, 241 , n. 16.
Prudencia : La de la carne es muerte, 265, Son los Padres de la República, 238, n. 8,
n. 2r. Aun persiguiendo de muerte Saúl á David,
Sin gracia de Dios no podemos tener la ne le servia este con gran fidelidad, 241,
cesaria para salvarnos, ;o 5>, n. 7. n. 16.
Requiérese para confesar , 16?, n. y 6. Debemos hacer por ellos oración á Dios,
También para jurar , 224 3 n . 13 . 24- ; n. 1$ , p. 284, n, 2.
Para confesarse , 188, n. 71. Interesa mucho el bies común en tener
Debemos ser prudentes sobre entender qual buenos Reyes. Ahí.
sea la voluntad de Dios , 310 , n. 1 r. Rey no de Dios ; Es el principio y fin de
Purgatorio : Consta de las Escrituras y la predicación Evangélica , 302, n. 1.
Tradición que le hay, 37,0. 3. Se ha de buscar ante todo , z 69 , n. 23,
D ebe ahora encarecerse este dogma. A hí. p. 302, n. 2 , p. 3 38 , n. 3.
'Siempre basaron á él las almas que tenían Y no solo con palabras, sino con obras,
que purgar , 33 , s. 6. 303 , n. 3, p. 307 , n. p8._
Obligan á buscarle las miserias de esta vi
da > 303 , n. 4 , 7 y 6 , p. 306 , n, iy
y 26.
Varias significaciones de este Reyno, 304,
Jjp% A íz de redoma! e-s la codicie,270,0.x. í?* 7*
Rapiña , Rapiñador : Se extiende mucho Primera, el Señorío absoluto de Dios sobre
este pecado, 257, n. 10. todo. Ahí.
Es mas grave que el hurto , 2 7 6 , 0 . 4 . Segunda, el Reyno de la Gracia. Ahí, n. S
Cométanle los que no pagan á los jornale y *
ros , 2 77 , £. so. Tercera , el de Í2 Gloria, 307 , n. 10. .
Por
B E E S TE C A TEC IS M O . 4 *3
Por el de la gracia se va al de la gloria* La fe de este artículo es propia d e 1-os
3 >f1' 11 * . Chrísríanos. Ahí,
Qué pedimos diciendo : Venga á nos el tu Utilidades de la Resurrección, 4 1 , n. 13.
Rejno, 30; >n. n , i ; y i | . Exeinplos que en ella se nos dan. Ahí, n. r4.
Bebe perderse todo , por ganarle. Ahí* n. Cómo barruntaríamos , si hemos resucita
17 y ié . do con Chrísto , 42 , n. 17.
Con humildad profunda se ha de pedir* Resurrección de la carne : Es muy necesa
307,11.17. ria la fé de este artículo , 40 , n. u ,
Este ha de ser nuestro cuidado. Ahí,n. 18. p. 70 , n. 1.
Para esto nos da Dios muchos socorros. Por qué se llamó de la Carne, 70 , n. 2.
Ahí. Rxemplcs para ilustrar esta verdad, 70, n. 3.
Pedimos aquí otras muchas cosas, 307,11.1?, Símiles para confirmarla, 71 ,n. 4.
No se puede conseguir, sino haciendo ia Razones para-probaría. Ahí , n. 7.
voluntad de Dios. A h í , 11. 1. Todos han de morir , y resucitar , 72,
Reliquias : Adorarlas cede en mayor glor n. 6 .
ría de Dios , 2 14 , n. 17. Con los mismos cuerpos resucitarán : y
Quan grande sea su virtud,217 , n. 19. por qué han de ser estos mismos , 73,
Remedios contra apetitos desordenados, 3 3, n- 7 y 8.
n. u , p. fo , n. r o y 1 1 , p. 37 , n.14^ Todos resucitarán cabales y enteros. Ahí,
p. 277 , n. 22. n. 9. ■ .
Contra lascivia. A h í, p. 271 , n. 7 y sig. Los Mártires muy hermosos, 74 , n. 10.
Contra las tentaciones. A h í , p. 170, n. 7 8. Esta entereza será para dicha de los bue
Contra deseos de venganza. A h í , p., 24?, nos , y desdicha de los malos, 74,
n. 24 y 27. a. 11.
Contra todo pecado , 1 3 , 1 1 . 12 , p. 33, Todos resucitarán inmortales. Ahí , n, 12,
n. 11 , p. 70 , s. 9 , 10 y 11. Esta resurrección se debe á la victoria de
Los del alma Penitencia y Eucaristía, 9 3. Chrísto , 7 4 , n. 12,
n. 32, n. 234, p. 27 , p . ; 2 ? , n. 23. Quatro dotes de los cuerpos gloriosos y
Los deí cuerpo como aprovechan , 74 , n. primero Impasibilidad. A h í , n. 13.
11 , p. 338 , n. 4. N i de este , ni de otro gozarán los malos
Poco fía en ellos el Christiano. Ahí. pues resucitarán para ser tizones eter
Abomínalos que no son de Dios, 3 3.2,0. 7. nos , 70 5 n. 9 , 10 y 11 , p. 74 , n. 11
Renuncia : Qual es la que se hace en el y s%-
Bautismo , 2 3 , 0 . 1 2 , p. * 1 4 , n. 69. E 1 segunde, Claridad ,7 7 , n. 13.
Reo:Preguntado legítimamente debe con Tercero y quarto Agilidad y Sutileza , 77,
fesar la verdad, 267 , n. 17. a. 13.
Cede esto en gloria de Dios. A h í, Erutos "de la fe de este artículo. Ahí, 0.14.
R estitu ciónR estituir es necesario para Ricos : N© amen las riquezas, 277 , n. 21,
salvarse , i í i , n. 3: , p . , n, 8. p. z g ; , e . 4*
Cómo se habrá el Confesor con el que de -Los que quieren serlo, caen en el lazo del
be restituir, 177 , n. 78. diablo, 277 , n. 10 , p. 3 i p , n. 13.
Quiénes deben restituir , 275 , n. 17 . Véa Deben pedir el pan de cada ¿ia , 3 i 93
se Bario 3 Satisfacer. n. 1$.
Resucitar : Cómo resucitó el Señor , 38, Les ca Dios bienes' para que socorran 3
pobres, 2 7 n. i í y 1 7 , p. 3r5>, n. i£,
s - 7-
Resucitó ñor su proma virtud. A h í , n. 8. p. >2£ , d. 23- .
rué el primero de los resucitados , 3?, Los que no lo hacen , no tienen Candad,
n. -7 s a- z 7 * ' u 1
Por qué resucitó, 4 1 , 3 . 12, Riquezas: N o se pegue a ellas el corazón,
Por qué al tercero dia3 40 , n. 10. 248j , B. 4 5 p* 5IÍ? > i3* 1 ?*
Por qué se añadió según las ¿escrituras. Ahí, Cómo deber, emplearse , 275 5 a* n > P*
a. j i , zi% , n. 12.
Qua-
IND ICE DE LAS COSAS NOTABLES
Qu2Íes son las verdaderas } } n. $ , p. Es el grado sumo de todas las órdenes,
306 , n. i / . 1 9 1 , n. 22.
Ritos. Véase Ceremonias. Sus principales oñclos son ofrecer sacrifi
cios y absolver de pecados, ipz, n. zy.
S Sacerdotes:Los hubo en toda ley, 1 86, n. 8.
Los de la escrita excedían en dignidad í
los de la natural. Ahí.
Ó
Abado : Por qué instituyó Dios su ce Pero era muy inferior á la de la ley de
lebridad , , n. i y p. i j i > n‘ * 3; gracia. Ahí.
En quanto al tiempo es ley ceremonial, Solos estos pueden consagrar la Eucaris
a 30 , n. 4. tía , 147 , n. 67 , p. 1 9z , n. 27.
Como tal se abrogó en la muerte de Q u is Aunque sean malos , no se disminuye su
to. Ahí, n.y. potestad , 9o , n. zf , p. 147 , n. 6 8. .
En quanto á la sustancia es moral. A hí, Obran en Persona de Chrisco. A hí.
Tí. 6. Solo los de la ley de gracia pueden absol
Por qué la mudaron los Apóstoles ai D o ver de pecados , 1 y6 , n. 16.
mingo , 2.31 , a. 7 , p. £í 3 , n. r 8. Por qué se dicen Presbíteros y¡ Sacerdotes,
Qué significa : Acuérdate de santificar el dia i 9 i , n. 22.
del Sábado , 2- 31. n. 8. ,,.Son Intérpretes y Embaxadores de Dios,
Qué significa Sábado y sabatiz.ar. Ahí, n. 5 * 184, n. 2, p. i9z, n. zy,p. 206, a. 2.
Qué es santificar el Sábado, 231 , n. 10. Son Medianeros entre Dios y los hombres.
Quái es el Sábado delicioso. Ahí. Ahí.
Quál el espiritual, 1 33 3 n- * í * Se llaman Ángeles y Dioses. Ahí.
Quái el celestial. A h í , n. 16. Quando los instituyó Christo, 14 9, n. 74,,
Por qué señaló Dios este dia, 232, n. 13. Potestad, carácter y grada , que se con
Por qué á este dia le llamó Dios señal. fiere al Sacerdote , 187 , n. 10, p. 191*
Ahí. n. 23.
D e qué cosas es señal el Sábado , 232 , n. Aunque el Sacerdocio es uno, tiene varios
14. Véase Di as Festivos y Fiestas. grados de dignidad y potestad , 192,
Sabios del mundo ciegos , 7 ó , n. 14. n. 26.
Pusieron la felicidad ea cosas caducas, 77, Hay Sacerdotes, Obispos, Arzobispos,Pa
n. 3- triarcas y Sumo Pontífice. A h í , n. 26,
Cayéron en grandísimas miserias. Ahí. 27 y z 8.
Los verdaderos Sabios son los que temen Con grande acuerdo se debe imponer tal
á Dios , 209 , n. 9. carga, i ? 4 , n. 30.
Sacerdocio el de la ley de gracia aventaja Quanto deben sobresalir entre los demás
sin medida al de la natural y escrita, fieles , 18? , n. 7 , p. 206 , n. 2.
1 86 , n. 8. P:áe gran perfección ei estado. Ah í, n. 31.
Su alteza es Indecible , 184, n. 2. Ciencia que le debe adornar, i 9 4 , n. 32,
Como se debe admitir. A h í , ,n. 3. p. 206, n. 2.
Quién entra bien, y quién mal en él. A hí, Sas oficios celebrar Misas , rogar por eí
n. 4. pueblo y enseñarle la ley , 20 , n. 7 .
Altos fines que debe proponerse el que le p. i Sy , n. y, p. 206,n. z.Véase Orden.
abraza. Ahí. Sacramento : Ciencia y diligencia pide sa
Su potestad una es de orden , y otra de ju explicación , 82 , n. 1.
risdicción , 186, n. 6. Qué significa esta voz. Ahí , n. 2.
Viene de Cbrlsto. A h í , n, 7 y 8. Es una señal sagrada , sensible, 8; s a. 3.
Á qué se extiende la de orden. A h í , n. 7. Dinnese en Común. Ahí , n. 4.
Hay Sacerdocio interno y externo , i 9 i> División de las cosas sensibles , y que se
n. 23. entiende por Señal. A h í , n. y.
É l interno conviene á todos los fieles. Ahí. Todos ios Sacramentos son señales insti
E l externo á solos los ordenados, 192 , n. 4. tuidas por Dios , 8 3 , n. í , 7 y f .
Es
DE E S T E C, i T E C I S M O . 415
Es muy úcil^Io entendían así los fieles.A h í. Fué instituido en la ultima cena , 14?,
Las imágenes y cruces son.señales, mas no n. 72.
Sacramentos , 8 ?, n» n . Encierra las perfecciones de todos los Sa
q u¿ se entiende por cosasagrada. Ahí, n .io . crificios , 148 , n. 69 , p. 14Í) , n. 7,'.
Otra explicación del Sacramento. A h i,n .i i. Profecías y figuras de él. Ahí.
Señalan cosa presente , pasada y venidera, Es el mismo que el de la Cruz, 2 ?o, n. 74.
8; , n. i* . Y él mismo es también el Sacerdote prin
Y a veces muchas cosas presentes. A h í, n .i 5. cipal , que es Chrísto. Ahí , n. 77,
P or qué convino Instituirlos. A h í,n . 14. Es meritorio , satisfactorio , laudatorio y
Constan de m ateria'y forma , 8 8 , n. i j . propiciatorio , 148 , n. 71 , p. i>-o,
Por qué á la materia se añadieron las pa n. 78.
labras, 88* , n. 16. Aprovecha á vivos y á difuntos , ijo,
Ventajas de los presentes á los antiguos, n. -¡9.
88 , n. 17 , p. 5>z , n. 29. Importancia y fin de sus ceremonias. Ahí,
U tilidades de sus ceremonias , 8 8 , n. 18. n. 81. Véase Misa.
Quántos son , y quánto importa saberlo. Sal: Qué significa la del Bautismo, 114,
A h í , n. 1 9 . n. 66.
Pruébase que son siete s 85 , n. 21. Saliva : Por qué en él se usa de ella. Ahí,
Por que no son mas ni menos. A h í , n. 2o. n. ¿8.
No todos son necesarios , ni iguales en Santos , deben ser adorados , é invocados,
dignidad. A h í , n. 22. 214, n. i f , p. 285- , n. 2. ^
Sobrepuja mucho á todos la sagrada Euca Esto redunda en mayor gloria de Dios,
ristía, 8í> , n. 22 , p. 140, n. 47. 214 , n. ry.
Dios es su Autor , y el que interiormente N o nace de falta de £e,zx$ , n. 17.
los dispensa , 50 , n. 2 3. N i se opone á la mediación de Chrísto.
No á los Angeles , sino á los hombres hi A hí , n. 18.
zo Ministros suyos. A h í , n. 24. Confirmase por los milagros que obran.
N o se Impide su virtud por la maldad del A h í , n. 19.
Ministro. A h í , n . 25. E s muy útil adorar sus imágenes , 217,
Con gran pureza deben administrarle, n, aé.
s . z6 . En ellas se adora á ellos. Ahí.
Sus principales efectos son la gracia , y el Debemos rogar y acudir á los Santos,2 Sy,
Carácter , 9 i , n, 27 , p. 9 5 , n. 30. B. 2.
justos efectos á los principios se manifes D e diverso modo los rogamos que á D io s.
taban con milagros , 9z , a. 2S. A h í , n. 2.
Los de la ley antigua no causaban gracia, A D ios oetíimos , se apiade de nosotros 3 á
$Z , 32. 2 9 . los Santos que intercedan y medien , z-Z6Z
Solos tres imprimen Carácter. A h í, 3. 30. e„ 3 y 4.
Estos no se pueden reiterar. A h í n. 31. Satanás. Véase Demonio..
En qué se distingue el Sacramento' del Sa Satisfacción : Qué e s , 17 2 , n. 6z.
crificio , 148 , n. 71. D e quintas maneras es. Ahí , n. 6 3.
Deben ser muy venerados, 9 %, n. 32. Q uál es la suma y suprema ¿e todas. A h í,
Sí con estos divinos manjares no se conser- m. 6 i.
- va la vida , muy de temer es la muer Qaál es la Sacramental, 173, n. 64.
te. A h í. D e cada uno véase en sus lu E s parte del Sacramento , y por qué,-if 7,
gares. e . 21 y 22.
Sacrificio: En qué consiste, 148 3 c. 71. Aíra perdonada la culpa , la demanda la
Por oué instituyó Chrísto el de la sagrada Justicia de Dios , 173, n. áf y ¿ó'.
Eucaristía. A h í , n. 70. También la demanda su clemencia, 174,
Es la mayor muestra de su amor. Ahí. n.
En qué se diferencia de sí como Sacramen A l mismo pecador vale mucho para curar
to. A h í , n. 71. ías llagas de su alma. A h í , n. 66 y sig.
ÍNDICE DE LAS COSAS NOTABLES
Alo
También para que se enmiende , y no rein Señales tres que precederá a¡ Juicio Uni
cida con facilidad. Ahí, versal , 4 5>, o. 7.
Y para que dé satisfacción á la Iglesia, Señales de la verdadera Iglesia, 6 1, n. 14
174 , n. 66 y 67, y sig. _
En ellas se juntan justicia y Misericordia, Sentarse; Cómo se enAende estar Cbristt
sentado á la diestra del Padre, 44 , n. J.
17? i n* 69* Sentencia. Véase Juicio.
Por ellas nos asemejamos á Christo. A hí,
Sepulcro, Sepultar : Christo Señor nuestro
n, 6 $ rué sepultado , 3r , n. <í.
Y nos libramos de los castigos de Dios, Por qué en el Credo se propone esto, 32. n. 8.
n. 70 Cómo creemos queDíosfuésepultado.Ahí.
Deben cumplirse en gracia de D ios, y ser
mortificantes y penosas , 17 6 , n. 7 3. E l cuerpo del Señor en el sepulcro no pa
Todo su valor dimana de la Pasión de deció cosa de corrupción , 32 , n. $>.
Christo. A llí , 11. 7 r , p. 3z 6 , n. r 3. Pasión , muerte y sepultura , convienen á
N o se desdora, antes se realza por las Christo en quanto hombre ,23 , n. 11,
nuestras , i? f 3 n. 72. p. 32 , n. 9.
Toda satisfacción se reduce í Oración, Lr- Atribuyese esto á Dios por razón de k
raosna y Ayuno, 176 , n. 74. Persona. Ahí.
Las penitencias públicas , aunque están Por el Bautismo somos sepultados cotí
muy desusadas , son muy provechosas, Christo, 84, n. 7, p, 108, n. 43 y 47.
Por eso se llama Sepultura, 9f , n. 4,
174 , n. 67.
A veces se imponían aun por pecados ocul Sermón. Véase Palabra de Dios.
Servir á Dios es reynar , 311 , n. 13.
tos. Ahí.
SÍ son necesarias, se debe instar,sobre que No hay cosa mas esclarecida , 314, 0. 2.3.
las reciba el penitente , 177 , n, y9. Distancia entre servir al R ey del Ciel o,ó
Son saludables para él y-para todos. A hí. al de la tierra , 211 , n. ;.
A que debe mirarse en Imponer las peni Siervo: no puede codiciarse el ageno,274?
tencias. Ahí. n. 16.
Todas las penalidades de la vida sufridas Ni que ios criados dexen á sus amos. A hí.
por Dios , valen mucho .para satisfacer, Siervo del demonio se hace el que pecas
176 , n. 7,-. ^ 32? , n. 7.
Puede uno satisfacer por otro.;mas no do Símbolo. Véase Credo.
lerse , ó confesarse. Ahí , n. 76. Soberbia : Es raíz de todos los pecadcsa
N í ser comunes todos ios frutes de la sa xy6 , a. 17.
tisfacción , 177 „ n. 7 7 * Véase Confesión ©íende mucho á Dios , 287 , n. 2.
y Penitencia. Se abate por los Sacramentos, 86, n. 14.
Sello : Lo es el Carácter que se imprime Y mas por la Contrición , i ¡9 , a. 2/1
en el alma , s>$ , a. 30. Debe reprimirse la de los penitentes , 1 7 1 ,
La palabra Amen es sello de la oración del n. >9,
Señor , 541 , n. 1. Sobre todos los hijos de la soberbia es R ey
Señal: Qué cosa es , $ ; , n. 7. el demonio , 323 , n. 7.
Hav diferencias varías de señales, 84.,n. S. Nada la reprime , como la humildad de
Unas Instituidas por D io s, y otras por los jesu-Chrlsto , z 8 , n. n .
hombres. A h í , a. S y p. Subdiácono: Su voto,ordenación y ofictOj
Todo Sacramento es señal de cosa sagrada, 1 9o , n. 1 9.
8; , n . 1 0 , n y 12. Subida de Christo. Véase Ascensión*
N o toda señal dé cosa sagrada es Sacra
mento. A hí. véase Sacramento.
Señal cierta para discernir la Iglesia ver
dadera de las falsas , 6z , n. 16.
Para distinguir entre k buena y mala Pe Emor : es don del Espíritu Santo, jYs
tición , 317 3 n, $. o. 8.
El
DE ESTE CATECISMO,
SI tensor servil dispone para' el filial^ i j 3, Qué es tentar. A h í , n. 9,
n. 8. Varios modos hay de tentaciones, A h í , ti,
"Este filial nace de la caridad , y es propio 9 y 10.
de los hijos legítimos. Ahí, Cómo tienta Dios , 3>3 , a. 9 , 1 r y i-z. 4
A solo Dios se ha de temer, 14, n. 15 , p. No puede tentar para mal, sino permitien
- 2 19 , u. 5 x, p. z %f , n, 1 $. do. Ahí , n, s i y 12.
Considerar que Dios es fuerte y nelvio , le Qué es caer en tentación. A h í , a, n .
infunde grande , zx -9 , -n. ? r y sig. Cómo tienta el diablo.' Ah í, n. so.
Los -malos temen donde no hay por que, Se llama el Tentador. Ahí.
2 28, 0. 28. Por qué tienta menos á los malos, ; 32, n.y.
SÍ guardan la ley , mas es por temor de la No pedimos no- ser tentados, sino gracia
pena , que por amor de ia virtud, 228, para vencer , 334 , n. 14.
n. jo, Las tentaciones son muy útiles, roí», «. 48
Templanza ; Espíritu de ella nos ha dado y 4 ?>p- 1 n »a- 5 >?• í J4 s n* -4 5v-
Dios , 1 8 7 , 0, 10, 3J4 , H. 20.
En qué exercícios brilla mas esta virtud, En todas -y en cada una clamar 4 Dios,
2j-4 , n. 13. ;;cn . q.
Sobresale en todos los Apóstoles, y mas en E l que presuma de sí,caerá luego, 3 31,0.3-
'San Pablo , 2 4o , n, 19, E a solo Dios se ha de fiar , 33?, n.. i4.
Vale mucho para guardar castidad , 27 3, Dios da fuerzas para vencer, 334, 0. 19.'
n. ío . Chrisco en esas batallas es nuestro Cap ican,
También para la oración , z 9 i , n, y. que «os enseña y fortalece para vencer,
Se encomienda varias veces en la. qaarta 2V0 , n. 4 , p. 33í , n. 17.
Petición , 318 , n. 10 y-sig. Con qué armas debemos pelear , 2So, c. 9#
Es arma poderosa contra Satanás 334, p. 334,21. iS.
- ti, 18. De nuestra parte no hay sino finque sa,
Templo : Las almas lo son de Dios, 2 , a. 33 « z y 3.
3 , p. 244 3 n. i a , p . 2 ; 1 , g . 7 . Toda la virtud ha-de venir de Dios , 2 8o,-
Dios destruiráaíqueleprofanare, 324, n.8. a. 2 , p. 334, n. 19.
Acudir ai Templo, y estar en él con reve Coa ella triunfaron , y triunfan muchos,
a-encía , se debe en días festivos , 229t >>f , m i f , i 4 y 17.
n. -2 , p, 23y , ti. 2^. Premios de los que vencen , 33 4 , n. 20.
No se veda en tales dias adornarle, 234, Véase Demonio,
-n . 22. Quién tleutaá Dios en la oración, 2-84,0.r.
Tentación, Tentar-.Tienta mucho el diablo Testigo: Sn juicio- debe confesar la verdad,
i í o s que se dedicasáD ios, 330, g. r. 247 , n. i 4.
Estos son el blanca de todos sus tiros, 3 32, Ai-jurado no puede recusare! Jaez , 243,.
n. 7*
N o permite Dios seamos tentados sobre lo Ninguno debe fiar mucho de su memoria,
que podemos , 2>4., o. 12 7 p. 3; 2. , n. sino examinar bien lo que dice, 227, n.
7 y
22 , p. z á j , h. 1 4 .
Para no caer , acudir á D ios, 32o, s. 9>p. NI ¿exarse llevar'de odio , amor , á otro
330 , n. 2. afecto >sino de ia verdad , 224 , n. 1,3
Toda ia vida es tentaci-on perpetua , 331, p. 247 , u.- 14. _
n. 4 , p, ; 34 5 24 * Testimonio : Es muy necesario 'en las co
A h í se descubre nuestra flaqueza, 3 ; i , n . 3. sas humanas. Ahí.
-Las del demonio son formidables. Ahí, n.4, E l del reo redunda en gloria de Dios,
5y 2<$7 , n. IJ.
Es muy atrevido. A h í , n. 4. Todo el que dañare al próximo , está pro
N i á Jesu-Chrísco respetó. A hí. hibido , 24 ) , n. 7.
Solo puede lo que Dios le permite , 332, E l falso hecho en juicio es el que pnuci-
n. 8. palmente oíohibe la ley , 24 3, n, 3. —
GGG Es-
41S ÍNDICE DE LAS COSAS NOTABLES
Este dentro y fuera de juicio } y de todos Algunas de las palabras de su consagra
modos está vedado , z 4 ; , n. i y 2. ción , 130 , n. 21.
Ni por hacer bien, 154,11. y. Que el pan sea de trigo , 1 28, n. 13»
N i contra sí mismo. Ah í, n. 4. Transustancíacion: Está confirmada por los
Ni en favor de la Aeügion. Ahí , n. $. ^ C oncilios, i J 7 , n . 38.
N i en alabanza de Christo es licito decir Con gran propiedad usa de esta voz la
testimonio falso. Ahí. Iglesia , 13S, n. 42.
Produce muchos males, z 5 ; , n. i , p . 264$ No se escudriñe con curiosidad. Ahí,n.4.3*
n. 6 , p. 268 , n. 1 í> y 20. En cosa ninguna tiene semejante. A hí.
Tierra : fué criada y puesta por Dios en Tribulación ; Ha de llevarse aun con. ale
medio del mundo, 17 , n, iS. gría , 341 , n. 12.
La adornó y pobló luego de innumerables Trae consigo muchos provechos , 3 3 4 , n„
árboles , yerbas y dores. Ahí. 14 , p. 341 , n. 12, Véase Trabajos ¡Tm-
Pué maldita por el primer pecado , 2.93 * tacion*
n. S , p. 3 1 4 , n. y. Trinidad: Explícase este inefable misterio,
Tonsura primera qué es , 188, n. 13. iz,n. 10, p. 22, n. 8, p. >2, n. 3 y sig.
Quién la instituyó , y por qué. Ahí, n. 14« Creído debe ser , no escudriñado , 1 3 .
Trabajar, Trabajos: Aun en el Paraíso ha Es maldad horrenda pensar en las tres Per
bría trabajado el hombre, 31 3 , n.4. sonas Divinas cosa desemejante s ó des
Aquel trabajo fío le sería engañoso , ni igual , 12 , n. 9 , p. 22 , n. 8.
molesto. Ahí. E l proceder una de otra no puede, ser co
Los nuestros son innumerables. Ah í, n„ y. mún , 25, n, 3.
Y todos perdidos , si Dios no levanta la Pero todas las cosas que salen de Dios fue
sentencia, y les echa su bendición. Ahí, ra de sí , son comunes á todas tres Per-
Es obra muy Chrístiana trabajar por hacer ñas, iS , n. 23. , p. 2 4 , n., 5..
limosna , y no estar ociosos, 177,11.78., Toda la Trinidad se declaró presente en el
p. 240 , n. 18. Bautismo de Christo , 99 3 n. 20.
Debemos abrazar quantos Dios nos envíe,
3 n. 7 ísp* 5*4-3
22 , p. 341 , n. 12.
24 s P* 5ai , n»
V
Son una mina rica para satisfacer y merecer,
i 7<
í , n. 77, p. 30S,n..g,p. \39, n. 4 . V . Anidad : En mayor andamos que la
Los que los llevan mal, lo pierden todo, edad .pueril, 309 , n. 7.
sin mas fruto que padecer los azotes áe Pedir á Dios aparre de ella nuestros ojos,
Dios. Ahí. 3 3í 5 n. 1 y.
Los que en ellos no llaman a D io s, le nie E l vano sonido de las palabras de nada sir
gan la honra,228,n.28,p.28o,n. 2. ve en la oración , 27S , n. 4.
Tradición : La palabra de Dios se divide Vasos sagrados : No los deben tocar las
en Escritora y Tradición^ 4 , c . 12. que no. están ordenados , 1 47 , n. <57.
Es Intérprete y tesorera de las verdades Venganza : Amadle es lícita 3 z69 3n.zx„
Católicas , 1 3 0 , 0 . 21. Ninguno puede1vengarse por sí, 242,11. 24.
Por ella consta la verdad de Purgatorio, Verbo dxvmo. Véase Christo , Encarnación}
^ 3 7 * 3. í* jésii-Cbrisio.
E l numero de los Sacramentos, %9yn. 19. Verdad : Lícito es callarla , mas no den
La forma de la Extrema-Unción, 17?, n. 3. tro de juicio, 247, n. i 4 .
E l Bautismo de los niños , 104, n. 32. En él se debe confesar. Ahí, ■
La Consagra clon del Obispo por tres Obis En todo debemos tratarla, 24.3 5 a. i ¡ p.
pos, ríri , n. z 9.^ 244 , n. 13,
Ser el Obísp o el Ministro del Orden. Ahí». Vergüenza fatua de algunos en ía Confe
La Corona Clerical, i SS, n. 14. sión , 171 , n. 4 o y 41.
Mezclar co n agua el vino para el Sacrifi V icio : Se cubr# muchas veces con capa de
cio , 1 z 9 , n, 14. virtud , 196 , n. z.
El
DE E S T E C A T E C I S M O .
Tgl de la lengua está muy cundido , y hace Iglesia. A h í, n. 2Y,
muchos dañes , z 6 $, n. i. Pedimos por su gracia, para hacer en todo
Victoria : Cómo se consigue del, diablo, su voluntad , imitar a Chnsto , y morir
3;<í, n. 18. antes que ofenderle. A h í , n. 12.
Dios da fuerzas para ella. Ahí, n. ií>y 10. Esta es la mayor dicha que podemos tener.
Vida perdurable : Con este artículo acaba ? n , n. 13.
el Credo, 77 , n, i. Por eso los mas Santos la piden Con mas
Qué sígniñcaVidaperdurable.Ahí^n. z y síg. ahinco. Ahí.
Porqué se.expresó allí con este nombre, Por esta petición abominamos, las. obras de
77 , n. 3. Véase Bienaventuranza. la carne. Ahí , n. 14.
Vida : La del hombre es continua guerra, Ratificamos ía profesión del Bautismo,* 3„
334 , n, 14. ; n.-: 12 , p . I 14 , n. 69.
Vigilias:Una de las armas con que se ven - Pedimos hacer , r¿o lo que queremos , sino
ce al diablo , ; 36 , n. 18. lo que quiere Dios , 3 1 2, 3. 1 j-.
Velar y orar , para no caer en tentación, Pedimos no hacer io malo que nos parece
310 , n. 9 , p, 3%6 , n. x 8. bueno , 312 , n. 16.
Virginidad 3 Aventaja mucho 2I matrimo Pedimos se haga en todo su voluntad , no
nio , i 9$ , n. i z , la nuestra. A h í , n. 17.
Es muy apreciable , i í s , a, 1. En todo-debemos resignarnos en ella, 341,
La de María Santísima muy celebaada, 27, n. 11.
n. 8. Pedimos proceder , como hijos de Dios,,
Une ron.Véase Confirmación y Extrema-Tinción* 2S>7 , n. 1 8 , p. 301 , n. 9.
Vocación : Persevere cada uno en la suya, Aun después de habernos sujetado entera
314, n, 24. mente á Dios, necesitamos de continuar
Voluntad: La de Dios es la Regla de nues con esta petición , 312 , n. 18.
tras acciones , soy , n. S , p. ; 12 , n. Pedimos que todo el orbe conozca la vo
igysig. luntad de Dios, para.que se-haga notorio
Debemos gobernarnos en todo por ella, ’ el misterio de lá Redención, -3i z , n. iS.
311 , n. 1; y sig. Pedimos’también; el modo de hacerla aña
En qué está la voluntad de Dios, 307, n. 21.. diendo : Así en la tierra , Como en el Cielo.
Debe cumplirla el que se ha de salvar,308, A hí , ri. i 9.
H. .1. Pedímos servirle como los. Bienaventura
Muy lejos está de hacerla el engolfado en dos. A h í. . ■
deleytes terrenos , 3 1 1 , 0 . 14. ■ Que quasto pedimos para nosotros, sea to
La corrupción de la naturaleza nos impide do por amor suyo. Ahí, n. 20 y 21.
cumplirla , 308 , n. 3. Que la hagan los malos, como los buenos.
La mayor es juzgar lo malo bueno , y lo bue A hí , a. 21.
no mah* A hí , n. 4. Que carne y espíritu obedezcan perfecta
Estamos para hacerla muy estragados y en mente á Dios. A hí.
fermos. A h í , n. j . Esta Petición contiene acción de gracias.
Somos at\o peores que niños para hacer la. Ahí n. 22.
nuestra , 30? , n. 7. Todas las cosas sirven á Dios , sino el
Sin la gracia de Dios no podemos hacer su hombre infeliz , 314 , n. 23.
voluntad como debemos , 30? , n. 6 . La voluntad de Dios es la razón suprema
E l remedio es clamar y asirnos de esta Pe de todo. Ahí.
tición , 3CP , n. 8. Sin ella ningún trabajo puede sobrevenir
Aun los Justos deben pedir esto con ins nos, 248 , n. 20 y 21 , p- 314, n. 23.
tancia. Ahí , n. 9. Por eso debemos conformarnos en todo con
Todos padecen la guerra de la carne, 310, ella. Ahí.
a. ic . Voto : Peca el que no le cumple , como
Por hacer la voluntad de Dhs , se entiende el que perjura , 2*7 , n- 23.
cumplir lo eme manda por si , ó por su Usura : Qué es , 2 í 8 , o.. 11.
Aun
420 ÍNDICE DE LAS COSAS'-NOTABLES DE ESTE CATECISMO.
Zeloso : Considerar que D ios es
’A na los gentiles la abominaban. Ahí.
t/sureros; Rapiñadores cruelísimos. Ahí. prime mucho á los hombres. -Ahí, n. A
.Usurpar : Nadie debe usurpar la jurisdic- ■ Y 5 3 *
Por ser fuerte y celosa s no dexará sin casri-
clon agena , z<£~¡3 n.. 14.
!go las maldades , Ahí *-u. 34 .
Mas que amantes > debemos andar ¿ c ío -
Z sos del servicio de: Dios. Ahí 3 a„
3 3- ? ; ‘
Z eío : El de Dios es sú sosegadísima E l zelo de su casa nos debe comer como 3
Chrisco. A hí.
Justicia i ti. ÍS.
F I N.
C O R R E C C IO N E S *