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UNIVERSIDAD ABIERTA PARA ADULTOS

                           

ESCUELA: Ciencias Jurídicas y Políticas.

CARRERA: Licenciatura en Derecho.

FACILITADOR: Carmen Rosa Martínez.

PARTICIPANTE: Gunther Diamond Reyes.

ID: 100030607

ASIGNATURA: Seminario de Actualizaciones Jurídicas II.

TEMA: Tarea No. 1

FECHA DE ENTREGA: 19-10-2022

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Introducción.
El trabajo que presentamos pretende analizar la Sentencia TC-0286-21, que
declara la inconstitucionalidad de la Resolución número 007-2020, que declara el
Protocolo para el Manejo de las Audiencias Virtuales.

Sin embargo, es preciso resaltar que el proyecto que introducimos con este escrito,
hace alusión a las distintas condiciones, circunstancias y recurso a los que se
recurrieron para el surgimiento de la resolución de la que hacemos mención.

En su desarrollo, puede notarse el señalamiento de las diversas razones jurídicas que


motivaron al Tribunal Constitucional para declarar la inconstitucionalidad de la
resolución que abrió el camino al conocimiento de procesos legales de manera remota.

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Objetivos específicos.
o Conocer el Protocolo para el Manejo de la Audiencias Virtuales.
o Descubrir los fundamentos en los que se basó el TC para sacar de circulación
la Resolución número 007-2020.

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1.- Realice un ensayo argumentativo en el cual destaque cuáles fueron los
motivos en los que se fundamentó el Tribunal Constitucional para declarar la
inconstitucionalidad del Protocolo para el Manejo de las Audiencias Virtuales,
Resolución 007-2020.

Conforme nuestro particular punto de vista, en aras de elaborar un análisis que


nos permita brindarles una fácil y más amplia comprensión de su contenido, es
necesario comentar acerca del panorama que abarca las razones que dieron lugar a
la Resolución 007-2020, que declara el Protocolo para el Manejo de las Audiencias
Virtuales. Así como los motivos en los que se fundamentó el Tribunal Constitucional
para declarar la inconstitucionalidad de la misma.

Por consiguiente debemos recordar que la República Dominicana se inició como país
miembro de la Organización Panamericana de la Salud en el año 1947, desde
entonces la Organización coopera de forma técnica con el país con el objetivo de
promover el acceso y cobertura a los servicios de salud para todos y todas, en todas
partes, sin dejar a nadie atrás.

Por otro lado, la Organización Mundial de la Salud (OMS), preocupada por los niveles
alarmantes de contagio y severidad de la enfermedad denominada Coronavirus
COVID-19, declaró oficialmente en fecha 11 de marzo de 2020, al Coronavirus COVID-
19, como una pandemia; exhortando a los líderes a nivel mundial a tomar medidas de
prevención que ayuden a reducir el contagio y propagación del virus.

En tal virtud el Estado dominicano, busca incesantemente una medida preventiva a la


propagación del Coronavirus COVID-19 en el país, por lo que el presidente de turno,
haciendo uso de sus facultades constitucionales y legales, al cabo de tres días de
esto, remitió al Congreso Nacional, a través del Senado de la República, un oficio
solicitando la autorización para declarar en todo el territorio nacional el estado de
emergencia previstos en el artículo 265 de la Carta Magna y en el artículo 10 de la
Ley número 21-18, declaratoria que procura que el gobierno central y sus instituciones
puedan contar con facultades extraordinarias, para combatir el COVID-19.

De estas facultades extraordinarias con las que cuenta el gobierno central y sus
instituciones, surge la Resolución número 62-20, acerca de la declaración de un

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estado de emergencia. Por lo que el acceso a la justicia en todo el territorio nacional
quedaría restringido, y el funcionamiento del aparato judicial se tornaría deficiente en
toda la jurisdicción nacional. Sin embargo, como respuesta a esta inminente
adversidad, surge la Resolución número 007-2020, que declara el Protocolo para el
Manejo de las Audiencias Virtuales.

Sin embargo, el Tribunal Constitucional como órgano supremo, encargado de la


interpretación y control de la constitucionalidad, declaró la inconstitucional de la recién
mencionada resolución, al establecer que la sentencia TC/0221/16 del 14 de junio de
2016 entre muchas otras, son una modalidad de sentencia interpretativa, la cual
puede ser dictada por dicho tribunal constitucional, en virtud de lo previsto en el
artículo 47 de la Ley número 137-11.

Conocida la Resolución 007-2020, que declara el Protocolo para el Manejo de las


Audiencias Virtuales”, pasamos a conocer los motivos en los que se fundamentó el
(TCRD) para declarar la inconstitucional de la alternativa que ofrece un
desenvolvimiento diligente de los diferentes procesos judiciales, de manera remota y
apegado irrestrictamente a las disposiciones consagrada en sí misma.

Luego de que el TC conociera la revisión de siete expedientes de acción directa


de inconstitucionalidad, entienden que no pueden mostrarse apáticos y dar la espalda
a una gran realidad que les azota con relación a la puesta en marcha de esa facultad
o potestad reglamentaria conferidas al Consejo del Poder Judicial.

El Tribunal Constitucional hace referencia a las reiteradas ocasiones, en las que ha


tenido que resolver procesos sobre el control directo de la constitucionalidad de actas
y resoluciones dictadas por el Consejo del Poder Judicial, en un uso desmedido de los
poderes que la Constitución y la ley le confieren; excesos que, habitualmente, se
deben a que este órgano de gobierno del Poder Judicial se ha inmiscuido en asuntos
netamente jurisdiccionales o los que no le corresponde regular.

Por lo cual dicho Tribunal Constitucional comparte el criterio de la parte accionante en


el sentido de que el Consejo del Poder Judicial excede el ejercicio de sus
competencias. Además, enumera distintos ejemplos de un número exorbitante de

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sentencias dictadas en ocasión de acciones directas de inconstitucionalidad
presentadas contra distintas resoluciones dictadas por el Consejo del Poder Judicial.
Con lo cual incurre en una violación reincidente al principio de legalidad, al principio
de la interdependencia y al principio de actuación establecidos en los artículos 40.15,
151 y 170 de la Constitución, al extralimitarse en sus atribuciones, al reglamentar las
actuaciones del Ministerio Público, en lo relativo a la ejecución de sus decisiones.
En tal sentido como bien estableció en su Sentencia TC/0110/13 la cual establece que,
la ejecución de las sentencias no puede ser regulada mediante una resolución, sino
que es competencia exclusiva del legislador ordinario crear mediante una ley, cómo
serán ejecutadas las sentencias, y no como en el presente caso mediante una
resolución del Consejo del Poder Judicial.

Así mismo, la parte capital del artículo 154 de la Constitución dominicana introduce
las atribuciones de la Suprema Corte de Justicia indicando: “corresponde
exclusivamente a la Suprema Corte de Justicia, sin perjuicio de las demás
atribuciones que le confiere la ley; es decir, que su sílabo de atribuciones puede ser
ampliado por el legislador.

Por otra parte, el artículo 14 de la ley número 25-91, Orgánica de la Suprema Corte de
Justicia, establece que: “corresponde, asimismo, a la Suprema Corte de Justicia en
pleno el conocimiento de: Trazar el Procedimiento a seguir en todos los casos en que
la Ley no establezca el procedimiento a seguir”.

Una lectura sistemática de tales disposiciones constitucionales y legales permite inferir


que el Pleno de la Suprema Corte de Justicia tiene facultad reglamentaria para diseñar
y disponer los procedimientos o cuestiones de índole jurisdiccional cuando la ley nada
dice al respecto.

Ahora bien, de tales normativas no es posible deducir que es sobre el Pleno de la


Suprema Corte de Justicia que recae la atribución de regular cuestiones
administrativas para hacer operativa la función jurisdiccional; pues no se trata, en esta
coyuntura, de que la ley omita referirse a determinados aspectos que resultan
indispensables o inciden en el normal desarrollo de la administración de justicia,

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como ocurre con las resoluciones emitidas por el Consejo del Poder Judicial
impugnadas en inconstitucionalidad.

En tal sentido, consideramos preciso dejar constancia de que la facultad reglamentaria


para la regulación de cuestiones administrativas referidas al funcionamiento del
servicio de administración judicial, no implica que el órgano competente tenga el
poder de alterar la esencia, sustrato o núcleo de los procesos y procedimientos
jurisdiccionales, mutando cuestiones que puedan afectar derechos o intereses de los
justiciables; sino, que dicha facultad solo alcanza para buscar y desarrollar
alternativas que hagan viable y accesible la administración de justicia, máxime en
situaciones de excepción, absolutamente nuevas y retadoras para todos, como la
experimentada en ocasión de la pandemia por el COVID-19.

Cabe destacar que en el proceso de revisión de las diversas acciones de


inconstitucionalidad, hubo un voto salvado correspondiente al Magistrado Domingo Gil,
quien se pronunció al respecto con un argumento lleno de Patriotismo.

De igual modo, dicha sentencia contempla un voto disidente de la magistrada María


del Carmen Santana de Cabrera, quien haciendo uso de una notable diplomacia se
pronuncia diciendo; Con el debido respeto hacia el criterio mayoritario desarrollado en
la sentencia y conforme a la opinión mantenida en la deliberación, ejerzo la facultad
prevista en los artículos 186 de la Constitución y 30 de la Ley núm. 137-11, Orgánica
del Tribunal Constitucional y de los Procedimientos Constitucionales.

Al referirse a los antecedentes, se destaca que las acciones directas de


inconstitucionalidad en análisis, están dirigidas contra siete resoluciones del Consejo
del Poder Judicial (CPJ), relativas a la digitalización de los procesos administrativos y
laborales en el seno del Poder Judicial, así como a la reapertura paulatina de los
tribunales de la República en ocasión de la pandemia del COVID-19.

El Tribunal Constitucional concluye declarando la admisibilidad de la acción directa de


inconstitucionalidad con respecto de la Resolución número 007-2020 que establece el
Protocolo para Manejo de Audiencias Virtuales. Esto se debe, por un lado, a que las
inadmisibilidades derivan del hecho de que algunas normas ya se encuentran

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ejecutadas o sustituidas, mientras que otras solo tienen efectos a lo interno del Poder
Judicial; y, por otro lado, a que el Consejo del Poder Judicial cuenta con el poder
reglamentario a los fines de regular las áreas abarcadas por estas resoluciones.

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Conclusión.
En el inicio de este proyecto, destacamos que no nos limitaremos a cumplir
únicamente con la elaboración de la asignación correspondiente a la primera semana
del curso de Seminario de Actualizaciones Jurídicas, la cual instruye en el sentido de
puntualizar los fundamentos en los que se basó el Tribunal Constitucional para
declarar admisible la acción directa de inconstitucionalidad en contra de la Resolución
007-2020. Sino, que abordaremos temas, como la membresía de nuestro país en la
Organización Panamericana de la Salud, el cual desde entonces coopera de forma
técnica con el país con el objetivo de promover el acceso a los servicios de salud, en
todas partes, sin dejar a nadie atrás.

De igual modo, vimos la preocupación de La Organización Mundial de la Salud, a


razón por los niveles alarmantes de contagio y severidad de la enfermedad
denominada Coronavirus, exhortando a los líderes a nivel mundial a tomar medidas de
prevención que ayuden a reducir el contagio y propagación del virus.

Todo esto, y los señalamientos acerca de la base en la que se sustentó el TC para


declarar la inconstitucionalidad de la Resolución número 077-2020 que declara el
Protocolo Para el Manejo de las Audiencias Virtuales, entre muchas otras
consideraciones y opinión personal, son la esencia del fruto de nuestra interés en
realizar un trabajo del cual se logre la emisión de un criterio positivo.

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Bibliografía.
o Constitución de la República, proclamada el trece (13) de junio de 2015.
(Revisada por la Gaceta Oficial 10805 del diez (10) de Julio de2015)
o Decreto 148-20, de marzo de 2020, autorizó al presidente de la República
a declarar el estado de emergencia en todo el territorio nacional.
o Resolución número 007-2020, el Consejo del Poder Judicial que decalra el
Protocolo para las Audiencias Virtuales.
o Resolución pre-077-2020
o Sentencia TC-0286-21

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