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UNIVERSIDAD ABIERTA PARA ADULTOS

(UAPA)

ESCUELA
Escuela de Ciencias Jurídicas y Políticas

CARRERA
Derecho

ASIGNATURA
Derecho Penal General
(DER - 206)
FACILITADOR
Aldo de Jesús Peralta Lendof

PARTICIPANTE
Josel Espinal Grullón
(Privado de Libertad)

MATRICULA - ID
2021-01604 - ID 100042490

TEMA
Las consecuencias jurídicas del delito. La pena

FECHA
Dajabón, RD. Viernes 25 de febrero, 2022.

Introduccion
En esta novena tarea, de la asignatura en curso, nuestro excelentísimo facilitador
nos ha indicado que realicemos un ensayo analítico sobre los temarios de la
unidad que estamos trabajando, como son, las distintas teorías existentes sobre la
pena, la pena, la pena privativa de libertad y sus elementos, las clases de penas
en materia criminal y correccional, las penas principales, complementarias,
accesorias, pecuniarias, aflictivas e infamantes, y, por último, la escala de las
penas. El estudio sobre las consecuencias jurídicas del delito conduce
necesariamente al análisis sobre los fundamentos del poder punitivo del Estado, el
nivel de racionalidad en el ejercicio de ese poder, la coherencia entre los distintos
estratos que intervienen en los procesos de realización del derecho penal y, por
consiguiente, de determinación de la pena y la medida de seguridad; el
significado, la naturaleza y los fines de la pena en un Estado de derecho, así como
la utilidad que ésta tiene como mecanismo de solución de la conflictividad social.

Distinguido participante:
Consulte la bibliografía básica de la unidad y demás fuentes
complementarias del curso; luego realice la actividad que se describe a
continuación:

1. Redacte un ensayo analítico sobre los siguientes temarios: las


distintas teorías existentes sobre la pena, la pena, la pena privativa de
libertad y sus elementos, las clases de penas en materia criminal y
correccional, las penas principales, complementarias, accesorias,
pecuniarias, aflictivas e infamantes, y la escala de las penas.

Distintas teorías existentes sobre la pena.

Lo primero que debemos de agregar es que las teorías que parten de puntos de
vista retributivos o preventivos, puros o mixtos que se encargan de fundamentar
de diverso modo y de explicar los presupuestos que condicionan el ejercicio del
“ius puniendi” y la finalidad perseguida por el Estado con la incriminación penal.
Las teorías de la pena, cumple la función de explicar el porqué de la pena y la
finalidad que busca el estado en castigar al individuo, la determinación de la
función ayuda al sistema penal, ya que influyen en la manera que deben ser
aplicadas las penas. El fundamento de la pena, ha sido un tema tratado no sólo
por juristas, sino también por filósofos, psicólogos, sociólogos, etc. Los diferentes
puntos de vista se han agrupado y actualmente conforma lo que son las teorías de
la pena, dentro de estas se encuentran, teoría absoluta de la pena, teoría relativa
de la pena y la teoría de la Prevención General.

Teoría Absoluta de la pena

Este conjunto de teorías, sostienen que la pena encuentra su justificación en sí


misma, sin que pueda ser considerada como un medio para fines ulteriores. Es
llamada absoluta, porque en esta teoría no se persigue la finalidad social en
cuanto a su totalidad, sino más bien, la culpabilidad del autor, siendo el eje
fundamental de estas teorías la justa retribución desarrollada por los filósofos Kant
y Hegel.
Según Vidaurri Aréchiga (2008), los partidarios de esta teoría, con la aplicación de
la pena se consigue la realización de la justicia, “la cual exige, frente al mal
causado por un individuo, un castigo que compense tal mal y retribuya al mismo
tiempo a su autor”.

Teoría relativa de la pena

Las teorías preventivas renuncian a ofrecer fundamentos éticos a la pena, ella


será entendida como un medio para la obtención de ulteriores objetivos, como un
instrumento de motivación, un remedio para impedir el delito. Para explicar su
utilidad, en relación a la prevención de la criminalidad, se busca apoyo científico.
Este conjunto de teorías, son aquellas que entienden que la pena debe cumplir
necesariamente una función social, además, es considerada como una modalidad
de prevenir delitos futuros. Se divide en dos sub-teorías:

- Teoría de la Prevención Especial: Desarrollada por diversas corrientes de


pensamiento penal, como la escuela alemana de Liszt, el positivismo criminológico
italiano, el correccionalismo y la escuela de la defensa social. Aunque cada una de
ellas presente matices, resulta factible enunciar sus principales formulaciones.

Esta concepción, influenciada por el determinismo, no admite la libertad de


voluntad, niega que la culpabilidad pueda ser fundamento y medida de la pena.
Von Liszt se dedicó a clasificar delincuentes considerando que la eficacia de la
incriminación exige que ella se adapte a cada sujeto, procurando corregir, intimidar
o inocuizar, según la personalidad de cada individuo sobre el que la pena deba
cumplir su función preventiva, de modo que para dicho autor la prevención
especial actúa de tres maneras:

a. Corrigiendo al corregible: resocialización

b. Intimidando al intimidadle

c. Haciendo inofensivos a quienes no son corregibles ni intimidadles.

Teoría de la Prevención General


Tiene origen científico en Feuerbach, concibe a la pena como una amenaza que
por medio de las leyes se dirige a toda la colectividad con el fin de limitar al peligro
derivado de la delincuencia latente en su seno.

- Teoría de la prevención general positiva: La prevención general puede ser


entendida de un modo diverso al precedentemente expuesto. Por una parte,
puede manifestarse por la vía de la intimidación a los posibles delincuentes
(prevención general negativa), y, por la otra, como prevalecimiento o afirmación
del derecho a los ojos de la colectividad.

Teoría mixta o de la unión

Esta teoría nace por medio de la pugna de las escuelas, que sostenían sus teorías
relativas o sus teorías preventivas, viniendo esta teoría a hacer o por lo menos
tratar de llevar una unificación entre todas, pero a la vez tratar de superarlas. Esta
unión busca recoger los efectos más positivos de cada una de las teorías
anteriores. La retribución mira al pasado, desde el punto de vista del delito
cometido, y la prevención al futuro, tratando de evitar que el individuo vuelva a
delinquir.

La Pena Privativa de Libertad

La forma de enfrentar los delitos a través de la historia, ha presentado distintas


visiones, de esta manera, muchas generaciones vieron irse el tiempo, no sin antes
haber consentido una escala de penas y castigos que hoy nos parecen absurdos y
hasta consideramos que merecen el más rotundo rechazo del mundo civilizado, a
lo que Mir Puig (1982, p.34) se refiere cuando expresa que: “Cada uno de los
modelos de Estado que rápidamente se han examinado, han supuesto una
peculiar fundamentación del Derecho penal y, como consecuencia, determinadas
posibilidades de concebir la función de la pena”.

En un estado democrático, la privación de libertad es una forma de castigo o de


retribución, que es impuesta por una autoridad legítima sobre una persona en
respuesta a una conducta cometida por esta, considerada como ilegal. En los
países que ya no se aplica la pena de muerte y del castigo corporal, el
encarcelamiento constituye el castigo más severo.

Durante el siglo XX hubo un consenso en muchos países, en relación a que la


pena de prisión debía estar reservada sólo para los culpables de crímenes graves;
sin embargo, este principio ha sido rechazado en muchos países. La realidad es
que, se tiende a encarcelar delincuentes que antes habían recibido condenas no
privativas de libertad. Así como también, ha aumentado el número de personas
privadas de libertad sin sentencias definitivas.

Finalmente, existe un factor importante, con gran incidencia en la privación de


libertad: en la mayoría de los países se asume la solución a través de la vía penal,
como postura necesaria para responder al problema del aumento de la
criminalidad. En ese sentido, la respuesta dada a las personas relacionadas con el
crimen, es el incremento de su encarcelamiento; pero cada día es mayor el
número de personas que cometen delitos contra la propiedad y, mucho mayor los
que reinciden en los mismos.

Esta realidad se hace presente en la actualidad, la mayor expresión de


perseguidos penalmente en República Dominicana, si se toma como muestra el
reporte de la ENAP (Escuela Nacional Penitenciaria) a octubre de 2011, se podría
indicar que la mayor población de internos en Centros de Corrección y
Rehabilitación están allí cumpliendo encarcelamiento, no una pena.

Los elementos de la pena privativa

La ejecución de la pena, es una de las fases del proceso penal, es la última, en su


función se diseñan todas las otras etapas que la preceden, desde la investigación
inicial del hecho punible hasta las sentencias cuando estas han alcanzado su
carácter de irrevocabilidad.

Prevención

En la justicia penal, en orden de establecer las reglas relativas a la forma en que


se controlará y se aplicará la pena, se observan desde la óptica del fin de la pena,
dos formas de disuasión o prevención, estas son: la especial y la general. Al
efecto, Mata Amaya (2011), señala que éstas, como parte de las teorías relativas,
atienden al fin que se persigue con la pena, que es la misión de prevenir delitos
como medio de protección de bienes jurídicos. No se penaliza porque se ha
delinquido (quia pecatum est) y como mera respuesta retributiva frente al delito
cometido, sino para que no se delinca (sed ne peccetur), como instrumento
dirigido a prevenir delitos futuros. En ese orden, se desarrollan dos visiones de la
prevención, una de carácter prevención especial y la otra prevención general.

Reforma individual

No hay evidencias de que la prisión haya sido eficaz como un elemento disuasivo;
sin embargo, los políticos de la mayoría de los países dan respuestas a las
inquietudes sobre el tema de la delincuencia, introduciendo legislaciones penales
más punitivas y haciendo llamados de penas más severas. Este factor ha
aumentado la población penal.

La idea de utilizar la prisión como un lugar destinado a la reforma, podría ser


atractiva si fuera para vincularse con los esfuerzos de la reducción de la
delincuencia. Pero es un tanto difícil hacer una conexión directa con este
pensamiento ya que el uso del encarcelamiento está siendo utilizado con el
objetivo de reducir la reincidencia. Se ha analizado que, la delincuencia es
considerada como una serie de actos cometidos por un grupo relativamente
pequeño, los cuales son diferentes a la mayoría de las personas que son capaces
de respetar la ley, en ese sentido, el objetivo de cambiar el comportamiento de ese
pequeño grupo, debería dar al traste una disminución en el número de delitos que
estos cometan una vez los mismos sean puestos en libertad.

La realidad indica que la prisión, es un mundo separado de la normalidad. Aunque


se reconoce que en muchas ocasiones hay algunos funcionarios que ejercen su
trabajo de una forma excelente, trabajando para que a los prisioneros se les brinde
la oportunidad de cambiar su comportamiento, ciertamente se reconoce que, en su
minoría, algunos prisioneros logran cambiar para mejorar su vida, por la
experiencia vivida en la cárcel.
Protección de la sociedad

El propósito de la privación de la libertad es proteger a la sociedad contra aquellas


personas que cometen crímenes, de forma especial, contra aquellos que lo hacen
de una forma reiterativa. También, existe una cuestión de protección pública,
respecto a aquellas personas que muestran un comportamiento amenazante para
la seguridad de la sociedad.

Algunos de ellos pueden estar en prisión, incluso condenados por delitos graves,
acusados de cometer violencia en contra de otras personas, y a pesar de haber
estado en prisión, aún se mantienen en ellos los indicios de que, si llegaran a ser
liberados, continuarían presentado una amenaza para la sociedad, sin importar el
tiempo que se extienda la pena. Sin embargo, en cualquier país, el número de
personas que se enmarcan en esta categoría es pequeño.

Clases de penas.

Penas Criminales, Correccionales y de simple policía. Esta es la división esencial


y corresponde a la distinción de las infracciones en crímenes delitos y
contravenciones. Esta clasificación se encuentra consagrada en el artículo 1 de
nuestro Código Penal, que reza: “La infracción que las leyes castigan con penas
de policía, es una contravención. La infracción que las leyes castigan con penas
correccionales, es un delito. La infracción que las leyes castigan con una pena
aflictiva o infamante, es un crimen”.

El Código Penal en sus artículos 6 al 11, enumera las penas en materia criminal y
correccional, señalando:

Art. 6.- Las penas en materia criminal son aflictivas o infamantes, o infamantes
solamente.

Art. 7.- Las penas aflictivas e infamantes son:

a) La reclusión mayor
b) La detención;

c) La reclusión menor.

Art. 8.- Es pena infamante la degradación cívica.

Art. 9.- Las penas en materia correccional son:

El destierro, el confinamiento, la prisión temporal, la interdicción por determinado


tiempo de ciertos derechos cívicos, civiles o de familia y la multa.

Art. 11.- Son penas comunes a las materias criminales y correccionales:

a) La sujeción del condenado a la vigilancia de la alta policía,

b) La multa,

c) La confiscación especial del cuerpo del delito, cuando sea propiedad del
condenado, la de las cosas producidas por el delito, y, por último, la de aquellas
que sirvieron para su comisión o que se destinaron a ese fin.

Las penas de simple policía están consignadas en el artículo 464 del Código
Penal, y son:

a) El arresto,

b) La multa,

c) El comiso de ciertos objetos embargados.

Penas principales, accesorias y complementarias.

Las penas principales: Son las que el legislador ha dictado como instrumento
directo de la penalidad; las que van encaminadas directamente a sancionar el
hecho y a obtener una disminución de la criminalidad por medio de los fines que
con ellas se persiguen. Se pueden aplicar solas, se aplican directamente al delito.

Las penas complementarias: Son el complemento de otras y nunca figuran


solas, de ellas podemos citar: la interdicción de ciertos derechos cívicos, civiles y
de familia; la multa criminal y la confiscación especial del cuerpo del delito, salvo
excepciones.

Las penas accesorias: Estos no necesitan para ser sufridas, que el Juez las
pronuncie de una manera expresa en su sentencia, se sufren de pleno derecho,
ejemplo: la interdicción legal, la degradación física, y la supervigilancia de la alta
policía. Se añade a la pena principal automáticamente, es la consecuencia forzada
de la condenación formal y tiene generalmente por meta, asegurar la eficacia.

Las penas pecuniarias: Son aquellas cuya consecuencia directa e inmediata es


producir una disminución del patrimonio de una persona a título de castigo a causa
de un delito. Las penas pecuniarias pueden ser de dos clases: unas las que hacen
al Estado propietario de objeto en naturaleza, y las otras, que le hacen acreedor
de una suma de dinero. La segunda, son las multas y las primeras la confiscación
o comiso especial de ciertos objetos llamados “el cuerpo del delito” y finalmente, la
confiscación general en los casos especiales en que se imponga por una ley
especial. Penas aflictivas e infamantes. Todo condenado a pena criminal sufre una
pena infamante.

Las penas aflictivas e infamantes: Son aquellas que hace padecer al condenado
un sufrimiento y una desconsideración a la vez. Las penas simplemente
infamantes conllevan solamente la desconsideración de aquel condenado.

Escala de penas

En nuestro país tenemos la siguiente escala de penas:

 Reclusión mayor de 30 años y de 20 años


 Reclusión mayor de 3 a 20 años, de 5 a 20 años y de 3 a 10 años
(modificación del Art. 386 del Código Penal Dominicano, Modificado por las
Leyes 461 del 17 de mayo de 1941 G.O. 5595; 224 del 26 de junio del 1984
y 46-99 del 20 de mayo del 1999)
 Reclusión menor de 2 a 5 años,
 Prisión correccional de 6 meses a 2 años
 Prisión de simple policía de 1 a 5 días.

El Código Penal Dominicano, reconoce tanto la teoría retributiva, como la teoría


absoluta de las penas cuando en el artículo 295 señala: “el que voluntariamente
mata a otro se hace reo de homicidio” y el 296 dispone “que el homicidio cometido
con premeditación o asechanza se califica asesinato”.

Ambos artículos invocan la teoría retributiva de la pena; en virtud de que una de


las exigencias de la teoría de la retribución es que la medida de la pena depende
de la gravedad del hecho realizado y el grado de culpabilidad de autor,
estableciéndose un criterio de proporcionalidad entre el delito y la pena. Otra de
las exigencias de esta teoría es que se le exige al individuo la realización de una
conducta, de un comportamiento contrario a la norma, más la existencia de
culpabilidad en el autor del mismo y que dicha conducta se fundamenta en el libre
albedrío.

Otro artículo que contempla esta teoría es el 379 del Código Penal Dominicano
que reza así: “el que con fraude sustrae una cosa que no le pertenece se hace reo
de robo”. Este artículo también tiene sus circunstancias que hacen merecedor al
autor en casos de agravantes. Características propias de las teorías retributivas.

Sin embargo, el artículo 40, numeral 16 de la Constitución Dominicana, hace


hincapié en que; “Las penas privativas de libertad y las medidas de seguridad
estarán orientadas hacia la reeducación y reinserción social de la persona
condenada y no podrán consistir en trabajos forzados”.
Conclusión

En esta novena tarea, de la asignatura, trabajamos con las orientaciones de la


unidad VIII, el cual tiene el tópico de ¨las consecuencias jurídicas del delito y la
pena¨, es por esto que debemos de concluir de la manera siguiente, con carácter
general se puede decir que la pena privativa de libertad consiste en la reclusión
del condenado en un lugar determinado en el que permanece privado, en mayor o
menor medida, de su libertad y sometido a un específico régimen de vida. El
principal medio de que dispone el Estado como reacción frente al delito es la pena
en el sentido de “restricción de derechos del responsable”. El orden jurídico prevé
además las denominadas “medidas de seguridad” destinadas a paliar situaciones
respecto de las cuales el uso de las penas no resulta plausible.

De manera que el sistema de reacciones penales se integra con dos clases de


instrumentos; penas y medidas de seguridad. Desde la antigüedad se discuten
acerca del fin de la pena fundamentalmente tres concepciones que en sus más
variadas combinaciones continúan hoy caracterizando la discusión, así, para
explicar estos remedios incluidos en la legislación penal se ofrecen estas diversas
teorías que parten de puntos de vista retributivos o preventivos, puros o mixtos
que se encargan de fundamentar de diverso modo y de explicar los presupuestos
que condicionan el ejercicio del “ius puniendi” y la finalidad perseguida por el
Estado con la incriminación penal.
Bibliografía

http://trimestral.uapa.edu.do/pluginfile.php/664947/mod_resource/content/8/
Manual%20derecho%20penal%20general%20cap.7.pdf

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