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Universidad Nacional de Piura

Curso: Sociología Clase Asincrónica


Profesor: Nicolás Cueva Palacios
Estudiante: Stefany Lisbeth Farfán Camisan

El gamonalismo en las haciendas piuranas.


1 Observa la siguiente fotografía y escribe un breve comentario.

Se puede observar en la fotografía, la condición de los campesinos hasta


antes del año 1969, día proclamado como el “día del campesino o del
indio” por el Expresidente Juan Velasco Alvarado, quien promulgó
también la Ley de la reforma agraria.
Según se refleja en la imagen, más de un sujeto (los hacendados) son
trasladados desde su vehículo marítimo hasta la orilla de la playa, por los
indios de su propiedad.
Debido al sistema semi feudal de aquel tiempo, los indios le debían
obediencia y servicio al hacendado, quienes sufrían abusos y maltratos,
considerados objetos y no sujetos; tal como se puede visualizar de la
fotografía.
Algunas notas acerca del gamonalismo

2 Lee e interpreta la siguiente cita de José Carlos Mariátegui:

“El término “gamonalismo” no designa


solo una categoría social y económica:
la de los latifundistas o grandes
propietarios agrarios. Designa todo un
fenómeno. El gamonalismo no está
representado sólo por los gamonales
propiamente dichos. Comprende una
larga jerarquía de funcionarios,
intermediarios, agentes, parásitos, etc.
El indio alfabeto se transforma en un
explotador de su propia raza porque se
pone al servicio del gamonalismo. El
factor central del fenómeno es la
hegemonía de la gran propiedad
semifeudal en la política y el mecanismo
del Estado. Por consiguiente, es sobre el
que se debe actuar si se quiere atacar
en su raíz un mal del cual algunos se
empeñan en no contemplar sino las
expresiones episódicas o subsidiarias.”
7 ensayos de interpretación de la
realidad peruana. pág. 37,

Para el autor, es indispensable -antes de tratar las consecuencia del


problema- se trate la raíz del mal. Y esto es, que se busque erradicar
el sistema semifeudal no solo de la política, sino de todas las
actividades desarrolladas en el Estado.

Pues dicho sistema cancerígeno transforma inclusive al propio indio


(pero que tuvo estudios) en un sujeto parasitario que busca solo
absorber a otros con la finalidad de apropiarse de sus propiedades,
sin importar si los violenta, abusa o maltrata; dado que, se gamonal
y grande propietario agrario, lo es todo.
3 Explica esta cita de Alberto Flores Galindo

“Desde el punto de vista


económico, el gamonalismo es
sinónimo de escaso desarrollo
de las fuerzas productivas,
improductividad, trabajo servil y
mentalidad rentista: en
resumen, de feudalidad”.

Apogeo y Crisis de la República


Aristocrática. Pág. 106

Al parecer, el autor señalaba que, desde el punto de vista


económico, el gamonalismo es sinónimo de retraso, dado que, el
gamonal gozaba de muchos privilegios, entre ellos, el usar todas las
regalías producto de la explotación de los recursos naturales, no
estar sometido a las leyes y, por ende, gozar de exoneraciones
tributarias; lo cual, obviamente produce un contra desarrollo de la
nación.

“El gamonalismo aspira a


desaparecer la comunidad de
indios, para hacerse nuevas
haciendas o agrandar las que
ya posee. El gamonalismo
aspira a esclavizar los indios
en el pastoreo de las punas y
colonaje de sus fundos.
Anhela desaparecer la
pequeña propiedad
territorial para ensanchar
sus dominios”.

El yanaconaje en las
haciendas piuranas. Pág. 35
Hildebrando Castro Pozo
“La tierra en manos del gamonal y latifundista costeño es y
continuará siendo no solo instrumento de riqueza, sino
esencialmente de opresión y explotación del indio y proletariado
costeño y predominio político del gamonalismo garra tierras
durante muchos siglos”

El yanaconaje en las haciendas piuranas. Pág.8

Por otro lado, el gamonalismo también es un problema social,


fundado en el maltrato, lesión, racismo y discriminación por parte
de los hacendados para con los indios, que consecuentemente
erradicará su cultura, sus costumbres, principios y prácticas.

“Existe una alianza ofensiva y defensiva, un cambio de servicios


entre los dominadores de la capital y los de provincia: si el
gamonal de la sierra sirve de agente político al señorón de Lima,
el señorón de Lima defiende al gamonal de la sierra cuando
abusa bárbaramente del indio”
Manuel Gonzáles Prada. Horas de Lucha pág. 68

Con tus palabras escribe una definición de gamonalismo.


4

El gamonalismo es un sistema de poder (político, económico, social,


territorial) en manos de hacendados, que se fundamenta en el
abuso del más fuerte sobre el más débil: el campesino o, llamado
también, indio. Donde el primero acrecienta sus recursos,
expropiando y lesionando al segundo. Estos gamonales eran
personas que en su mayoría no habían heredado las tierras. Sino en
muchos de los casos valiéndose de artimañas y en otras de la
violencia, se apropian de las tierras de las comunidades campesinas.

5 Lee con detenimiento el siguiente artículo


El gamonalismo en Piura después de la Independencia.1

1
Nicolás Cueva Palacios. Suplemento Semana Diario El Tiempo. Piura 04/01/2015
El gamonalismo es un fenómeno económico, social y político que reviste
las diversas formas de dominación y opresión a las cuales fue sometido el
campesinado. El gamonalismo es el poder local despótico sustentado en el
latifundio que surge después de la independencia.
Los factores que originaron el gamonalismo fueron: la inestabilidad
política, la fragmentación del Poder central y la tenencia de la gran
propiedad de la tierra en manos de los latifundistas.
Los principales rasgos del gamonalismo son: 1) Utilización del trabajo
servil de los colonos de la hacienda. 2) Apropiación de tierras de las
comunidades campesinas, Municipales y de particulares, aprovechándose
de los cargos de autoridad que desempeñan los hacendados; y 3)
Invalidación de la ley que protege a los indígenas. El hacendado es un
señor feudal.
Inmediatamente después de la independencia el gamonalismo en Piura se
evidenció a través de los siguientes hechos:
En diciembre de 1823, Isidro Palomino, líder de los colonos de las
haciendas de Morropón y Yapatera solicitaba a través de un oficio dirigido
al Prefecto del Departamento de Trujillo, “… que se corte el abuso de una
exacción arbitraria que se hace a los colonos con el título de faínas a más
de los estipulados arrendatarios con otras pensiones y servicios
personales.” 2 En esa oportunidad los colonos de estos latifundios se
enfrentaban a los hacendados Francisco Javier Fernández de Paredes,
Diputado por Trujillo, y a Francisco Escudero, Gobernador Político de
Piura.
En 1826, el Marqués de Salinas compraba de manera ilícita las tierras Los
Corrales en Tumbes. Siete años más tarde, José Francia a nombre de los
indígenas de esta comunidad litigaba contra este hacendado sobre la
ilegalidad de esta adquisición. 3
En 1831, José Matías denunciaba a Fernández de Paredes por el despojo
de una chacra y la quema de su vivienda 4
Con frecuencia los campesinos eran víctimas de abusos y extorsiones por
parte de los hacendados. Era una costumbre los desalojos- lanzamientos,
2
ESPIÑOZA CLAUDIO, César. Un Movimiento Agrarista en la Independencia de Piura: Los colonos siervos
de Morropón-Yapatera: 1820-1825. Pág. 12
3
Archivo Regional de Piura. Juzgado de Primera Instancia. Causas civiles 1827-1835.
4
Idem. Juzgado de Primera Instancia. Legajo 0014, Exp. 0264. Año 1831
acompañados con la destrucción y quema de casas. Al respecto Palomino
escribía: ”Están asimismo al cumplirse los arriendos que antes se tenían
estipulados por ser este el tiempo en que se acostumbra exigir, y es muy
regular que al nuevamente resista, se tome la acostumbrada providencia
de incendiarle la habitación y meterle ganado en sus cementeras para
despedirlos. Así se ha hecho ya con dos individuos de los resistentes en la
hacienda nombrada SOLSOL … .” 5
Francisco Javier Fernández de Paredes y Noriega era el típico hacendado
despótico de esos tiempos. Un testimonio de militares piuranos daba
cuenta del procedimiento tiránico del Marqués de Salinas en contra de
sus arrendatarios colonos, llegando al extremo de quemarles sus casas y
despojarles de sus chacras, obligándoles a abandonar su trabajo y perder
sus cosechas.
Esta afirmación es corroborada por la denuncia presentada por José
Matías Arriola, colono de la hacienda de Morropón de propiedad del
Marqués de Salinas. Arriola dice: “ … sobre la satisfacción que de orden
del Tribunal Superior de Justicia me debe hacer Don Francisco Javier
Fernández de Paredes de todos los daños, y perjuicios indebidamente
ocasionados en el despojo e incendió que me infirió de mi chacra y casa
de habitación …” 6 En este despojo violento este terrateniente utilizó
cinco esclavos de su hacienda de Morropón.
De manera prepotente, este hacendado utilizando bandas armadas solía
amedrentar a los colonos, quemaba las casas y destruía cercos para
apoderarse del ganado.
Similar acusación es formulada el 29 de abril de 1831 por el Gobernador y
las autoridades de la Municipalidad de Amotape. Estas autoridades
denunciaban a Domingo Romero, de nacionalidad chilena, Administrador
de la hacienda de Tangarará, de propiedad de Francisco Javier Fernández
de Paredes por:” el derribó y quema de casas y corrales, saqueo de
ganado de los pobladores de ese distrito” 7 Asimismo, los denunciantes
manifestaban que estas acciones delictivas eran realizadas con el apoyo

5
ESPINOZA CLAUDIO, César. Op. Cit. Pág. 29. El subrayado es nuestro.
6
Archivo Regional de Piura. Juzgado de Primera Instancia. Causas criminales. 1827-1835. Legajo 14.
Exp.264. Año 1831
7
Idem. Causas criminales. Legajo 202. Exp. 4431. Año 1831.
de bandas armadas. Según el historiador César Espinoza Amotape fue
incendiado por este hacendado en compañía de bandas armadas. 8
Los terratenientes piuranos impusieron con el látigo y el cepo todo un
sistema de trabajo basado en el régimen de servidumbre. En la hacienda
Monte de los Padres de propiedad de Miguel Gerónimo Seminario y
Jaime, se encarcelaba y torturaba a los presuntos vagos de los pueblos
colindantes con esta hacienda. Thomás Pedemonte poblador del caserío
de Vicús, denunciaba haber sido detenido y puesto en el cepo por varios
días en la prisión privada de este latifundio por orden del hacendado. 9

6 Mediante un ordenador visual explica:


a. El gamonalismo .b. Factores que lo originan, c. Rasgos.

GAMONALISMO

Es un fenómeno económico, social y político


que reviste las diversas formas de dominación
y opresión a las cuales fue sometido el
campesinado

Factores que lo originan Rasgos

Utilización del trabajo


La inestabilidad política servil de los colonos de la
hacienda

La fragmentación del
Apropiación de tierras
Poder central

La tenencia de la gran
Invalidación de la ley que
propiedad por los
protege a los indígenas
latifundistas

8
Idem. Causas criminales. Legajo 202. Exp. 4431. Año 1831.
9
Archivo Regional de Piura. Juzgado Primera Instancia. Causas criminales. Legajo205. Exp. 4481. Año
1834.
Escribe un comentario acerca del artículo: El gamonalismo en
Piura
7
después de la Independencia.

El sistema gamonal estuvo tan enraizado en el Perú, que ni aún después


de independizados los peruanos, dejaban de practicar los abusos y
extorsiones, desalojando de sus tierras a los piuranos campesinos.
Aproximadamente, hasta el año 1969, empezó perder fuerza este sistema
con el despojo de sus tierras de los hacendados, por parte del presidente
de la república.

“La tierra en manos del gamonal y latifundista costeño


es y continuará siendo no solo instrumento de riqueza,
sino esencialmente de opresión y explotación del indio y
proletariado costeño y predominio político del
gamonalismo garra tierras durante muchos siglos”
Hildebrando Castro Pozo.
El yanaconaje en las haciendas piuranas. Pág.8

El Cepo 10
El cepo vestigio feudal, heredado por los hacendados, fue un
instrumento de tortura que muchos campesinos aún recuerdan con
cierta amargura. Este tenebroso emblema de la herencia colonial
fue la expresión más nefasta del gamonalismo.

Este medio de castigo está presente en las páginas de algunos


cuentos y novelas de la literatura piurana, también se le menciona

10
Nicolás Cueva Palacios. Piura apuntes para su historia 1883- 1940 Págs. 148-150.
en los memoriales que presentaron los campesinos yanaconas a las
autoridades del Ministerio de Trabajo y Justicia y a la Prefectura y,
hasta se hace alusión de él en la letra de la marinera El que rompe
paga.

En ciertas ocasiones se utilizaba el cepo para castigar la rebeldía de


los campesinos yanaconas; en otras, para humillar la dignidad de los
hombres del campo. Ese autoritarismo y prepotencia de los
terratenientes aún perdura en la memoria de los campesinos
“mayores”. Uno de ellos nos dice: “ en esos tiempos en la hacienda
no había ley, en la hacienda el patrón hacía lo que quería.”

Un campesino de la ex hacienda de Tejedores describe el cepo


como: “dos tablones de algarrobo, unidos por uno de sus extremos
por dos gruesos ganchos de fierro y por el otro, por una argolla del
mismo material donde le colocaban un candado” Y agrega: “ el
hacendado mandó a construir el cepo para castigar a quienes
cometían faltas en perjuicio de la hacienda. También servía para
corregir a los peones que no cumplían puntualmente con acudir a
realizar los trabajos que les imponía el patrón.” 11

No hay duda, que la utilización del cepo estigmatizó al


campesinado. Para evocar estos momentos de indignación
recurrimos al testimonio que nos brinda don Leonidas Viera Calle:
“En esos tiempos de la hacienda las obligaciones de los peones eran
bien estrictas. En esos tiempos no habían autoridades, alguna falta
que cometían los campesinos eran los mismos patrones quienes
arreglaban la situación. En esos tiempos existía el cepo. El cepo
eran dos tablones de hualtaco, bien pesados, con huecos. Había
cepo de la nuca, cepo de la mano y el cepo del pie. El cepo servía
para castigar a los campesinos, ahí se le golpeaba, porque los
hacendados eran malos y abusivos. Y si en alguna cosa que
ordenaban se quedaba mal, ahí estaba la sanción” 12

11
Testimonio de Leonidas Viera Calle ex yanacona de la hacienda Tejedores, vecino del caserío Puerta
Pulache. Las Lomas.
12
Idem.
Por su parte, don Leonor García Valle manifiesta: “El hacendado
don “Manongo” era muy malo, nos castigaba y nos ponía en el
cepo. El patrón era muy grosero, sino uno no lo saludaba, sacándose
el sombrero, ahí mismo lo mandaban al cepo, que era el castigo y
aquí a cualquiera le daban palo y veta. En los tiempos de la
hacienda, la ley del patrón era la ley del cepo. El cepo eran dos
maderas de hualtaco, con huecos, aquí se castigaba al que se
portaba mal con el hacendado. Ahí se metía a los que no cumplían
con las obligaciones, también a los que robaban algunas yuquitas
de las tierras del patrón.” 13

Muchos mayordomos de las haciendas piuranas no dudaron en


emplear el cepo, los azotes, la barra, el revólver y la quema de
chozas de los campesinos yanaconas, cuando éstos se resistían a las
distintas formas de servidumbre impuestas por el gamonal. Al
respecto don Isabel Toledo Zapata nos narra: “ En la época de las
haciendas la vida del campesino era muy triste. Se trabaja de sol a
sol, había que cumplir con las obligaciones impuestas por el patrón,
y quienes se rebelaban eran condenados al cepo, los metían al cepo
y les daban veta, había gente especializada en vetear. También
existía la barra. La barra era un fierro largo, más o menos de siete a
ocho metros con algunas argollas en las se ponía el pescuezo. Esta
barra también la utilizó el hacendado para castigar a los
campesinos. Mira, yo te cuento, el peón tenía que servirle al patrón,
pues si no obedecías, venía el mayordomo con la policía y te
despojaba de tus bienes, tus cositas te las ponían en el campo y te
obligaban a que te vayas de la hacienda y te quemaban tu casita. En
esos tiempos la policía y las autoridades estaban al servicio del
hacendado.” 14

13
Testimonio de Leonor García Valle, ex yanacona de la hacienda de Tejedores. Caserío Puerta Pulache.
Las Lomas .
14
Testimonio de Isabel Toledo Zapata, ex yanacona de la hacienda de Las Lomas.
Sin el cepo no existía la casa hacienda
El gamonalismo invalidaba las leyes que protegía al campesinado.
Las relaciones semifeudales imposibilitó la formación de la
ciudadanía en este sector social.

Hoy como ayer la historia se repite. Como dice la canción de los


Kjarkas: “La historia de nuestros abuelos parece no tener fin” . Así
es. Si bien es cierto, que hoy en día ya no existe el cepo, los
mayordomos, ni esas formas semifeudales de sometimiento; sin
embargo, en la actualidad encontramos nuevas formas y estrategias
de dominación impuestas por la modernización capitalista.

Asimismo, aún persisten patrones autoritarios de funcionamiento


de la sociedad que hacen inviable la formación y el desarrollo de la
ciudadanía en un amplio sector de nuestra sociedad, especialmente
en el campesinado. Vivimos en un país en el que predominan las
imposiciones, en la que el consenso cumple un papel relativamente
secundario y en la que los mecanismos de dominación de carácter
coercitivos son muy fuertes. Un ejemplo: el conflicto generado por
la empresa minera Río Blanco (ex minera Majaz) en las
comunidades campesinas de las provincias de Ayabaca y
Huancabamba corrobora lo que estamos afirmando.

8
¿Qué reflexión te sugiere la utilización del cepo en las
haciendas piuranas?
Sin duda alguna, los gamonales no tenían ningún tipo de respeto
por el campesino o indio, siendo entendido este como un objeto o
una bestia de explotación, tan igual que un asno.
El gamonal era una especie de sádico que se satisfacía con el
sufrimiento de su campesino, y tal parece, que el instrumento
favorito para causarles dolor e inhibir su resistencia a la violencia
física, utilizaban el cepo, tan igual como en la Santa Inquisición.
En definitiva, el sistema del gamonalismo en Piura, materializado a
través de sus prácticas, se constituye en una violación a los
derechos fundamentales, que en ese entonces no eran reconocidos
para con los indios.
El gamonalismo es fundamentalmente adverso a la educación del
indio: su subsistencia tiene en el mantenimiento de la ignorancia del
indio el mismo interés que en el cultivo de su alcoholismo”
José Carlos Mariátegui. 7 ensayos de interpretación de la realidad peruana

”Que en el mes de setiembre del año pasado se presento el Teniente


Jorge Venites en compañía de otros y prohibieron que funcionara
una escuela que nosotros habíamos construido y contratado los
servicios de una preceptor para que enseñará a nuestros hijos.
Echando al suelo una ramada que servía para la sombra de los
niños”. Archivo Regional de Piura. Legajo 3 Año 1935. Hacienda
Pabur.

9
Escribe tu comentario acerca de la oposición de los
hacendados piuranos a que funcione la escuela para los hijos de los
campesinos.

Está claro que, el sistema de los gamonales era totalmente contrario a lo


que hoy se conoce por derechos fundamentales, en ese caso, de los
campesinos. Nada justifica aquel sistema.
Sin embargo, uno de los puntos críticos a la Ley de reforma agraria era
que, no sirvió de nada el devolverles las tierras a los campesinos, dado
que estos eran personajes sin estudios y dados al alcohol.
Obviamente, tal situación se vino arrastrando como consecuencia del
impedimentos que estos indios tenían para acceder a los estudios, dado
que, mientras más ignorantes eran, más fáciles de manipular y doblegar
serían. Los gamonales eran conscientes de que darles educación era,
darles un arma para que estos pudieren cambiar su mundo. Y no estaban
dispuestos a correr ese riesgo.

Recreación literaria del gamonalismo

Si su taita y el taita de su taita hubieran tenido geniecito…


“-Si taita y el taita de su taita hubieran tenido geniecito …
_ Verdad, Encarna, verdad, pero horita es tarde pa¨
remediarlo. Los Ustaquios de hoy son piores que los de
antes. ¿No es cierto? ¿Cuántos años hemos vividos
tranquilos en nuestra chacra? ¿Cuántos años de años
vivieron así mis aguelos? Pero ahora, con la maldita ideya
de sembrar algodón y más algodón, le quieren a uno robar
la última maijita de tierra”
Francisco Vegas Seminario. Taita Yoveraqué. Pág. 6

Cansado de las constantes denuncias contra el


administrador de la hacienda, y suponiendo que los campesinos
presentes eran portadores de una más, el comandante del puesto
se adelantó y abriendo los brazos les dijo en voz alta:
- A ver, a ver qué pasa, qué hay, seguramente el blanquito
Pelayos cometió otro abuso, carajo, ya estoy cansado de esto, que
Don Pelayos les mata las vacas, los chanchos y la ovejas a punta de
bala, que Pelayos mete el ganado al sembrío, que Don Pelayos les
desarma la casa y las mete fuego. ! Carajo! esto es una jodienda y
debe terminar de una vez, qué cojudez, mucho abuso también de
ese español gramputa, que vaya a joder a su país, ¡descendiente de
Pizarro tenía que ser!
- Así es, mi Cabo- agregó el guardia que lo acompañaba-, yo he
sabido que uno de sus capataces de confianza es el que lo mete en
esos líos, aunque el español tampoco es buena peseta que digamos;
en fin, cada oveja con su pareja.
Los campesinos movían afirmativamente la cabeza en asentimiento.
Luego de registrar la denuncia, el Comandante tomó una arriesgada
decisión: mandar a notificar al administrador.
- tarde que el Cabo Díaz se largó apoyo lo último a ese
desalmado.
Al día siguiente el notificado estaba en el Puesto de Frías, a donde
ingresó vestido de vaquero a los texano como siempre
acostumbraba, con botas adornadas de cantarinas espuelas de
plata, armado con dos revólveres Colt 45, los que llevaba
enfundados casi a media pierna, tal igual que los pistoleros del
oeste americano, sin saludar a la autoridad le dijo casi enojado:
_ A ver, hombre, qué quiere policía con administrador de la
hacienda, que apuro habido de llamarme.
_ Vea, señor administrador_ dijo indignado el custodio del orden_,
son muchos de cometer una serie de atropellos en contra de los
campesinos arrendatarios; ayer nomás hemos tenido un grupo de
gentes acompañados de mujeres e hijos, a quienes se les ha
destruido todos sus sembríos, pues manifiestan que usted
personalmente como siempre lo hace, les ha arriado el ganado en
momentos en que se encontraban en la fiesta del pueblo
cumpliendo con su promesa y …
_ Ya, ya, basta, hombre,_ interrumpió indignado Pelayos_ ¿No
conoces tú que esas son tierras de la hacienda? ¿ah?, tu bien lo
sabe, policía, y esas son tierras de la hacienda? ¿ah? Tu bien lo sabe,
policía, y eso indio no quiere desocupar cuando se les pide por la
buena.
¬_ Pero, usted, debe comprender que esa gente, de esas tierras
vive. Y además manifiestan que cumplen con el compromiso de
pagar con cada cosecha, con sus arrobas de maíz, trigo, café para la
hacienda, con el mejor toro, con el mejor ovejo y trabajan gratis
cuando se les solicita para levantar puentes, cercos y…
_ Bueno, bueno_ respondió el español golpeando con el puño la
mesa_ qué pasa, pue, qué va a hacer tu, hombre, quiere meterte
con el dueño de la hacienda, ah, ¬¿Qué va hacer?
_ Que usted se queda aquí arrestado veinticuatro horas_ acotó
furioso el policía y sacando la vara golpeó también la mesa haciendo
saltar los tinteros, a la vez que ordenaba: guardia, que le entregue
las armas, el señor queda detenido.
Al ver la firme y resuelta actitud del encolerizado Comandante de
Puesto, Pelayos entregó los revólveres y tomando asiento dijo:
_ Mira, Policía, lo que está haciendo, esto no va gustar al hacendado
hombre, no haga problemas, luego levantando la voz para llamar al
capaz, que estaba afuera escuchándolo todo; Leonardo, Leonardo.
_ Sí, patrón, mande usté.
_ Anda a la Casa Hacienda Talandracas y que por favó comunique a
Piura que estoy detenido en el puesto de Frías, y encolerizado,
comenzó a pasearse por la oficina, mientras el comandante salía del
local echando chispas también.
A las cinco de la tarde del mismo día, un propio entregaba un sobre
al cabo donde se le ordenaba dejar en libertad al administrador, y
asimismo apersonarse al término de la distancia a la Comandancia
de Piura, lugar de donde regreso solo a entregar el cargo, pues fue
cambiado a un puesto fronterizo de la jurisdicción de Ayabaca.

Carlos Espinoza León. El cacique blanco Págs. 28-30.

Bibliografía

1. CASTRO POZO, Hildebrando. El yanaconaje en las haciendas


piuranas.
2. CUEVA PALACIOS, Nicolás. Piura apuntes para su historia.
1883-1940. Derrama Magisterial. Servicios Gráficos. Lima
2011.
3. MARIÁTEGUI LA CHIRA, José Carlos. 7 ensayos de
interpretación de la realidad peruana. Biblioteca Amauta.
1989. Lima. Quincuagesima edición

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