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ETICA DE BIENES

Semana 5

DOCENTE: LUIS FELIPE LOAYZA LEÓN


NOCION
ETICA NICOMAQUEA
EUDEMONÍA
ARITSTÓTELES
HEDONISMO
FORMAS MIXTAS
ETICA CRISTIANA
LA RACIONALIDAD
PRÁCTICA
Semana 6

DOCENTE: LUIS FELIPE LOAYZA LEÓN


RAZÓN
PRÁCTICA
TRADICIÓN ARISTOTÉLICA (LA
DELIBERACIÓN)
En la Ética Nicomáquea, Aristóteles ofrece su teoría de la acción
que tiene como punto de partida la pregunta ¿Cómo actuar?
Pero además, Aristóteles hace un especial énfasis sobre la
finalidad de dicha acción, a saber: “el principio de la acción es,
pues, la elección —como fuente de movimiento y no como
finalidad—, y el de la elección es el deseo y la razón por causa
de algo”.
¿Con qué finalidad actuamos? Antes que nada, para Aristóteles,
‘acción’ es lo que alguien hace produciendo cambios en el
mundo; de este modo, los hombres actúan con la finalidad de
conseguir el mayor bien posible en cada una de sus acciones.
Al respecto, en la Ética Eudemia, Aristóteles advierte que:
“El fin es el principio del pensamiento, pero la conclusión del
pensamiento es el principio de la acción. Ahora bien, si la razón
o la virtud son la causa de toda rectitud, si no es la razón,
entonces el fin, aunque no los medios que conducen al fin, será
recto gracias a la virtud”.
Para Aristóteles tal fin debe ser conocido como el ‘bien’ o, más
exactamente, como el ‘supremo bien’:
[…] Si en el ámbito de nuestras acciones existe un fin que
deseamos por él mismo —y los otros por causa de este— y no
es el caso que elegimos todas las cosas por causa de otra (pues
así habrá un progreso al infinito, de manera que nuestra
tendencia sería sin objeto y vana), es evidente que ese fin sería
el bien e, incluso, el supremo bien”.
En la actualidad, el bien de la felicidad se
relaciona con la búsqueda de placeres o bienes,
pero, antes, el término felicidad (εὐδαιμονία en
los caracteres del alfabeto griego original) no se
limitaba a la persecución del placer sino a “un
cierto «vivir bien» y «bien estar»”.
TRADICIÓN KANTIANA
Por medio del pleno uso de la razón se propicia
la autonomía, a saber, hace libre la acción. La
razón práctica o pensamiento práctico es la
razón aplicada a la facticidad de la existencia, de
ahí que la razón práctica esté relacionada con la
ética.
Es decir, la razón práctica consiste –de acuerdo
con lo expuesto por Kant– en saber cómo debe
ser el actuar o la conducta humana, el interés
versa sobre los principios que hacen posible que
la conducta sea racional y por ello, moral.
“[…] si se miran sus caprichos y
cavilaciones uno tropieza por doquier con
ese yo, que siempre descuella, sobre el
cual se apoya su propósito, y no sobre ese
severo mandato del deber que muchas
veces exigiría abnegación”
TRADICIÓN UTILITARISTA
En esta tradición los principios de utilidad y el
principio de la mayor felicidad, son las fuentes
para entender la naturaleza y el alcance de las
acciones del hombre, que serán más o menos
correctas según el grado de felicidad o el menor
sufrimiento y dolor para los individuos.
El utilitarismo se propone, enfáticamente,
orientar la acción de manera racional y
ponderada, con miras a alcanzar un deseo
genérico, a saber: “una existencia exenta de
dolor y abundante en goces, en el mayor grado
posible, tanto cuantitativa, como
cualitativamente”.
Características de la racionalidad práctica
1. Demanda de buenas acciones.
Para corregir esto se requiere establecer algunos criterios o
condiciones que determinan aquello que se debe (o debería)
hacer:
a) que sea lógicamente coherente;
b) que tome en cuenta los hechos pertinentes;
c) que la decisión considere las razones a favor y en contra; y,
d) que se evalúen alternativas, previendo consecuencias.
2. La toma de decisiones.
3. La capacidad de diálogo.
4. La racionalidad hace referencia a la elección.
CONCLUSIÓN

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