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En Estados Unidos, la disopiramida sólo está disponible para uso oral. La dosis oral típica de
disopiramida es de 150 mg tres veces al día, pero se ha utilizado hasta 1 g/día. En pacientes con
insuficiencia renal, la dosis debe reducirse. Debido al peligro de precipitar una insuficiencia
cardiaca, no se recomiendan las dosis de carga.
El sotalol se absorbe bien por vía oral con una biodisponibilidad de casi 100%. No se metaboliza en
el hígado y no está unido a proteínas plasmáticas. La excreción es predominantemente por los
riñones en la forma inalterada con una semivida de aproximadamente 12 horas. Debido a su
farmacocinética relativamente simple, el sotalol exhibe pocas interacciones directas con otros
medicamentos. Su efecto cardiaco adverso más significativo es una extensión de su acción
farmacológica: una incidencia, relacionada con la dosis, de torsade des pointes que se acerca un
6% a la dosis diaria más alta recomendada. Los pacientes con insuficiencia cardiaca manifiesta
pueden experimentar depresión adicional de la función del ventrículo izquierdo durante el
tratamiento con sotalol.
Los efectos cardiotóxicos del verapamilo están relacionados con la dosis y generalmente
son evitables. Un error común ha sido administrar verapamilo intravenoso a un paciente
con taquicardia ventricular mal diagnosticada como taquicardia supraventricular. En este
contexto, puede producirse hipotensión y fibrilación ventricular. Los efectos inotrópicos
negativos del verapamilo pueden limitar su utilidad clínica en corazones enfermos (véase
capítulo 12). El verapamilo puede inducir bloqueo AV cuando se usa en grandes dosis o
en pacientes con enfermedad del nodo AV. Este bloqueo puede tratarse con atropina y
estimulantes de receptores beta. Los efectos extracardiacos adversos incluyen
estreñimiento, lasitud, nerviosismo y edema periférico.
1. Diuréticos, que reducen la presión arterial al disminuir el sodio corporal y reducir el volumen
de sangre.
2. Agentes simpaticolíticos, que reducen la presión sanguínea al reducir la resistencia vascular
periférica, inhiben la función cardiaca y aumentan la acumulación venosa en los vasos de
capacitancia. (Los dos últimos efectos reducen el gasto cardiaco.) Estos agentes se subdividen
a su vez de acuerdo con sus sitios de acción putativos en el arco reflejo simpático.
3. Vasodilatadores directos, que reducen la presión al relajar el músculo liso vascular, lo que
dilata los vasos de resistencia en diversos grados también aumentan la capacitancia.
4. Agentes que bloquean la producción o la acción de la angiotensina y, por tanto, reducen
la resistencia vascular periférica y (potencialmente) el volumen de sangre
La restricción dietética de sodio se conoce desde hace muchos años para disminuir la presión
arterial en pacientes hipertensos. Con el advenimiento de los diuréticos, se pensó que la restricción
de sodio era menos importante. Sin embargo, ahora existe un acuerdo general de que el control
dietético de la presión arterial es una medida terapéutica relativamente no tóxica e incluso puede
ser preventiva.
Los diuréticos reducen la presión arterial sobre todo agotando las reservas de sodio en el cuerpo.
Inicialmente, los diuréticos reducen la presión arterial al disminuir el volumen sanguíneo y el gasto
cardiaco; la resistencia vascular periférica puede aumentar. Después de 6-8 semanas, el gasto
cardiaco vuelve a ser normal mientras disminuye la resistencia vascular periférica. Se cree que el
sodio contribuye a la resistencia vascular aumentando la rigidez del vaso y la reactividad neuronal,
posiblemente relacionada con el intercambio alterado de sodio-calcio con un aumento resultante
del calcio intracelular.
Estos efectos son revertidos por los diuréticos o la restricción dietética de sodio. Los diuréticos son
efectivos para reducir la presión arterial en 10-15 mm Hg en la mayoría de los pacientes, y los
diuréticos solos a menudo proporcionan el tratamiento adecuado para la hipertensión esencial leve
o moderada.
Uso de diuréticos
Los diuréticos tiazídicos son apropiados para la mayoría de los pacientes con hipertensión leve o
moderada, y función renal y cardiaca normal. Si bien todas las tiazidas reducen la presión arterial,
el uso de la clortalidona en lugar de otros está respaldado por la evidencia de un mejor control de
la presión arterial durante 24 horas y la reducción de los eventos cardiovasculares en grandes
ensayos clínicos. La clortalidona es probable que sea más efectiva que la hidroclorotiazida porque
tiene una mayor duración de acción. Los diuréticos más potentes (p. ej., aquellos que actúan sobre
el asa de Henle) como la furosemida son necesarios en la hipertensión grave, cuando se usan
múltiples fármacos con propiedades de retención de sodio; en insuficiencia renal, cuando la tasa de
filtración glomerular es menor a 30-40 mL/ min, y en insuficiencia cardiaca o cirrosis, en la que es
marcada la retención de sodio. Los diuréticos ahorradores de potasio son útiles tanto para evitar la
depleción excesiva de potasio como para potenciar los efectos natriuréticos de otros diuréticos.
En el tratamiento de la hipertensión, el efecto adverso más común de los diuréticos (excepto los
diuréticos ahorradores de potasio) es la depleción de potasio. Aunque muchos pacientes toleran
bien los grados leves de hipopotasemia, ésta puede ser peligrosa en personas que toman
digitálicos, aquellos que tienen arritmias crónicas o aquellos con infarto agudo de miocardio o
disfunción del ventrículo izquierdo. La pérdida de potasio se combina con la reabsorción de sodio, y
la restricción de la ingesta de sodio en la dieta minimiza la pérdida de potasio. Los diuréticos
también pueden causar depleción de magnesio, alterar la tolerancia a la glucosa y aumentar las
concentraciones séricas de lípidos. Los diuréticos aumentan las concentraciones de ácido úrico y
pueden precipitar la gota. El uso de dosis bajas minimiza estos efectos metabólicos adversos sin
afectar la acción antihipertensiva
Los fármacos simpaticopléjicos de acción central alguna vez fueron ampliamente utilizados en el
tratamiento de la hipertensión. Con la excepción de la clonidina, estos medicamentos rara vez se
usan hoy en día.
Estos agentes reducen el flujo simpático de los centros vasomotores en el tronco encefálico, pero
permiten que estos centros retengan o incluso aumenten su sensibilidad al control barorreceptor.
En consecuencia, las acciones antihipertensivas y tóxicas de estos fármacos son por lo general
menos dependientes de la postura que los efectos de los fármacos que actúan de forma directa
sobre las neuronas simpáticas periféricas.
METILDOPA La metildopa fue ampliamente utilizada en el pasado, pero ahora se usa de forma
esencial para la hipertensión durante el embarazo. Disminuye la presión arterial, principalmente al
reducir la resistencia vascular periférica, con una reducción variable en la frecuencia y el gasto
cardiaco
Farmacocinética y dosificación
Toxicidad
CLONIDINA
Farmacocinética y dosificación
Toxicidad
La boca seca y la sedación son comunes. Ambos efectos son mediados centralmente y
dependientes de la dosis, y coinciden de forma temporal con el efecto antihipertensivo del fármaco.
La clonidina no debe administrarse a pacientes con riesgo de depresión mental y debe
suspenderse si se produce depresión durante el tratamiento. El tratamiento concomitante con
antidepresivos tricíclicos puede bloquear el efecto antihipertensivo de la clonidina. Se cree que la
interacción se debe a las acciones de bloqueo de los receptores adrenérgicos α de los tricíclicos
La guanetidina ya no está disponible en Estados Unidos, pero puede usarse en cualquier otro
lugar. En dosis suficientemente altas, la guanetidina puede producir una simpaticoplejía profunda.
La guanetidina puede producir todas las toxicidades esperadas de la “simpatectomía
farmacológica”, que incluyen hipotensión postural marcada, diarrea y eyaculación alterada. Debido
a estos efectos adversos, la guanetidina ahora se usa rara vez.
Farmacocinética y dosificación
Toxicidad
Reserpina
La reserpina, un alcaloide extraído de las raíces de una planta india, Rauwolfia serpentina, fue uno
de los primeros fármacos eficaces utilizados a gran escala en el tratamiento de la hipertensión. En
la actualidad, rara vez se utiliza debido a sus efectos adversos.
Toxicidad
En las dosis bajas por lo general administradas, la reserpina produce poca hipotensión postural. La
mayoría de los efectos no deseados de la reserpina son el resultado de acciones en el cerebro o el
tracto gastrointestinal. Las altas dosis de reserpina producen características de sedación, lasitud,
pesadillas y depresión mental grave; ocasionalmente, éstos ocurren incluso en pacientes que
reciben dosis bajas (0.25 mg/d). Mucho menos frecuentemente, las dosis bajas ordinarias de la
reserpina producen efectos extrapiramidales similares a la enfermedad de Parkinson,
probablemente como resultado del agotamiento de la dopamina en el cuerpo estriado. Aunque
estos efectos centrales son poco comunes, se debe destacar que pueden ocurrir en cualquier
momento, incluso después de meses de tratamiento sin incidentes. Los pacientes con
antecedentes de depresión mental no deben recibir la reserpina, y el medicamento debe
suspenderse si aparece depresión.
Propanolol
En la hipertensión severa, los bloqueadores β son en especial útiles para prevenir la taquicardia
refleja que a menudo resulta del tratamiento con vasodilatadores directos. Se ha demostrado que
los bloqueadores beta reducen la mortalidad después de un infarto de miocardio y algunos también
reducen la mortalidad en pacientes con insuficiencia cardiaca; son en particular ventajosos para
tratar la hipertensión en pacientes con estas afecciones.
Farmacocinética y dosificación
Toxicidad
VASODILATADORES
Esta clase de medicamentos incluye los vasodilatadores orales, la hidralazina y el minoxidil, que
se usan para la terapia ambulatoria a largo-plazo de la hipertensión; los vasodilatadores
parenterales, el nitroprusiato y el fenoldopam, que se usan para tratar emergencias hipertensivas;
los bloqueadores del canal de calcio, que se usan en ambas circunstancias, y los nitratos, que se
usan principalmente en la cardiopatía isquémica, pero a veces también en emergencias
hipertensivas.
Los vasodilatadores funcionan mejor en combinación con otros fármacos antihipertensivos que se
oponen a las respuestas cardiovasculares compensatoria.
HIDRALAZINA
Un derivado de la hidrazina dilata las arteriolas pero no las venas. Ha estado disponible durante
muchos años, aunque inicialmente se pensó que no era en particular eficaz porque la taquifilaxia
de sus efectos antihipertensivos se desarrolló rápidamente. Ahora se reco- nocen los beneficios de
la terapia de combinación, y la hidralazina se puede usar de manera más efectiva, en particular en
la hipertensión severa. La combinación de la hidralazina con nitratos es eficaz en la insuficiencia
cardiaca y debe considerarse en pacientes con hipertensión e insuficiencia cardiaca, en especial
los pacientes afroamericanos.
MINOXIDIL
El minoxidil es un vasodilatador oralmente activo muy eficaz. El CN– efecto resulta de la apertura
de los canales de potasio en las mem-
branas del músculo liso por el sulfato del minoxidil, el metabolito
activo. El aumento de la permeabilidad del potasio estabiliza la
NITROPRUSIATO DE SODIO
El nitroprusiato de sodio es un potente vasodilatador administrado por vía parenteral que se utiliza
en el tratamiento de emergencias hipertensivas, así como en la insuficiencia cardiaca grave. El
nitro- prusiato dilata los vasos arteriales y venosos, lo que reduce la resis- tencia vascular periférica
y el retorno venoso. La acción ocurre co- mo resultado de la activación de la guanilil ciclasa, ya sea
por liberación de óxido nítrico o por estimulación directa de la enzima. El resultado es un aumento
del cGMP intracelular, que relaja el músculo liso vascular (consulte la figura 12-2).
membrana en su potencial de reposo y hace que la contracción sea menos probable. Al igual que
la hidralazina, el minoxidil dilata las arteriolas pero no las venas. Debido a su mayor efecto
antihiperten- sivo potencial, el minoxidil debe reemplazar a la hidralazina cuan- do las dosis
máximas de estas últimas no son efectivas o en pacien- tes con insuficiencia renal e hipertensión
severa, que no responden bien a la hidralazina
DIAZÓXIDO
FENOLDOPAM
Al igual que con otros vasodilatadores directos, las principales toxicidades son la taquicardia
refleja, el dolor de cabeza y el enrojecimiento. El fenoldopam también aumenta la presión
intraocular y debe evitarse en pacientes con glaucoma.
Agentes simpaticoplejicos.
Estos agentes reducen el flujo simpático de los centros vasomotores en el tronco
encefálico, pero permiten que estos centros retengan o incluso aumenten su
sensibilidad al control barorreceptor. En consecuencia, las acciones
antihipertensivas y tóxicas de estos fármacos son por lo general menos
dependientes de la postura que los efectos de los fármacos que actúan de forma
directa sobre las neuronas simpáticas periféricas.
Metildopa (L-α-metil-3,4-dihidroxifenilalanina) es un análogo de L-dopa y se
convierte en α-metildopamina y α-metilnoradrenalina; esta vía es paralela a la
síntesis de noradrenalina de dopa. La alfametilnoradrenalina se almacena en
vesículas nerviosas adrenérgicas, donde estequiométricamente reemplaza a la
noradrenalina, y se libera mediante estimulación nerviosa para interactuar con los
receptores adrenérgicos postsinápticos. Sin embargo, este reemplazo de la
noradrenalina por un transmisor falso en las neuronas periféricas no es
responsable del efecto antihipertensivo de la metildopa, porque la α-
metilnoradrenalina liberada es un agonista eficaz en los receptores adrenérgicos α
que median la constricción simpática periférica de arteriolas y vénulas. De hecho,
la acción antihipertensiva de la metildopa parece deberse a la estimulación de los
receptores α adrenérgicos centrales por la α-metilnoradrenalina o la α-
metildopamina.
La acción antihipertensiva de la clonidina, un derivado de la 2-imidazolina, se
descubrió en el curso de la prueba del fármaco para su uso como
descongestionante nasal. Después de la inyección intravenosa, la clonidina
produce un aumento breve de la presión arterial seguido de una hipotensión más
prolongada. La respuesta presora se debe a la estimulación directa de los
receptores adrenérgicos α en las arteriolas. El fármaco se clasifica como un
agonista parcial en los receptores α porque también inhibe los efectos presores de
otros agonistas α.
Vasodilatadores.
Esta clase de medicamentos incluye los vasodilatadores orales, la hidralazina y el
minoxidil, que se usan para la terapia ambulatoria a largo-plazo de la hipertensión;
los vasodilatadores parenterales, el nitroprusiato y el fenoldopam, que se usan
para tratar emergencias hipertensivas; los bloqueadores del canal de calcio, que
se usan en ambas circunstancias, y los nitratos, que se usan principalmente en la
cardiopatía isquémica, pero a veces también en emergencias hipertensivas.
Todos los vasodilatadores que son útiles en la hipertensión relajan el músculo liso
de las arteriolas, disminuyendo así la resistencia vascular sistémica. El
nitroprusiato de sodio y los nitratos también relajan las venas. La disminución de la
resistencia arterial y la reducción de la presión arterial media provocan respuestas
compensatorias, mediadas por los barorreceptores y el sistema nervioso
simpático, así como por la renina, la angiotensina y la aldosterona. Debido a que
los reflejos simpáticos están intactos, la terapia con vasodilatadores no causa
hipotensión ortostática ni disfunción sexual.
Los vasodilatadores funcionan mejor en combinación con otros fármacos
antihipertensivos que se oponen a las respuestas cardiovasculares
compensatorias.
Inhibidores de angiotensina.
La liberación de renina desde la corteza renal se estimula mediante la reducción
de la presión arterial renal, la estimulación neuronal simpática y el suministro
reducido de sodio o el aumento de la concentración de sodio en el túbulo renal
distal. La renina actúa sobre el angiotensinógeno para producir el decapéptido
precursor inactivo de angiotensina I. La angiotensina I luego se convierte,
principalmente por ACE (Enzima convertidora de angiotensina) endotelial, en el
vasoconstrictor arterial octapéptido angiotensina II, que a su vez se convierte en la
glándula suprarrenal en angiotensina III.
Simpaticoplejicos
METILDOPA
Toxicidad El efecto indeseable más común de la metildopa es la sedación, en particular al
inicio del tratamiento. Con la terapia a largo plazo, los pacientes pueden quejarse de
lasitud mental persistente y la concentración mental alterada. Pueden aparecer pesadillas,
depresión mental, vértigo y signos extrapiramidales, pero son relativamente infrecuentes.
La galactorrea, asociada a una mayor secreción de prolactina, puede ocurrir tanto en
hombres como en mujeres tratadas con la metildopa. Esta toxicidad probablemente esté
mediada por la inhibición de los mecanismos dopaminérgicos en el hipotálamo.
CLONIDINA
Toxicidad La boca seca y la sedación son comunes. Ambos efectos son mediados
centralmente y dependientes de la dosis, y coinciden de forma temporal con el efecto
antihipertensivo del fármaco. La clonidina no debe administrarse a pacientes con riesgo
de depresión mental y debe suspenderse si se produce depresión durante el tratamiento.
El tratamiento concomitante con antidepresivos tricíclicos puede bloquear el efecto
antihipertensivo de la clonidina. Se cree que la interacción se debe a las acciones de
bloqueo de los receptores adrenérgicos α de los tricíclicos. La suspensión de la clonidina
después del uso prolongado, en particular con dosis altas (más de 1 mg/d), puede
ocasionar una crisis hipertensiva potencialmente mortal mediada por un aumento de la
actividad nerviosa simpática. Los pacientes muestran nerviosismo, taquicardia, dolor de
cabeza y sudoración después de omitir una o dos dosis del medicamento.
Vasodilatadores
HIDRALAZINA
Toxicidad Los efectos adversos más comunes de la hidralazina son dolor de cabeza,
náuseas, anorexia, palpitaciones, sudoración y enrojecimiento. En pacientes con
cardiopatía isquémica, la taquicardia refleja y la estimulación simpática pueden provocar
angina o arritmias isquémicas.
MINOXIDIL
Toxicidad Se observa taquicardia, palpitaciones, angina y edema cuando las dosis de la
administración conjunta de un bloqueador β y un diurético son inadecuadas. Dolor de
cabeza, sudoración e hipertricosis (este último en particular molesto en las mujeres) son
relativamente comunes. El minoxidil ilustra cómo la toxicidad de una persona puede
convertirse en la terapia de otra persona.
BLOQUEADORES α
Aparte del fenómeno de la primera dosis, las toxicidades informadas de los bloqueadores α1 son
relativamente infrecuentes y leves. Éstos incluyen mareos, palpitaciones, dolor de cabeza y lasitud.
Los bloqueadores Los bloqueadores α1 no afectan adversamente e incluso pueden dañar de forma
beneficiosa los perfiles de lípidos en plasma.
BLOQUEADORES β
Cuando los bloqueadores β se suspenden después del uso prolongado y regular, algunos pacientes
experimentan un síndrome de abstinencia, que se manifiesta por nerviosismo, taquicardia,
aumento de la intensidad de la angina de pecho e incremento de la presión arterial. El infarto de
miocardio ha sido reportado en algunos pacientes.
VASODILATADORES
HIDRALAZINA: Los efectos adversos más comunes de la hidralazina son dolor de cabeza, náuseas,
anorexia, palpitaciones, sudoración y enrojecimiento. Con dosis de 400 mg/d o más, hay una
incidencia de 10-20%, principalmente en personas que acetilan lentamente el fármaco, de un
síndrome caracterizado por artralgia, mialgia, erupciones cutáneas y fiebre que se asemeja al
lupus eritematoso. La neuropatía periférica y la fiebre medicamentosa son otros efectos adversos
graves pero poco comunes.
MINOXIDIL: Dolor de cabeza, sudoración e hipertricosis (este último en particular molesto en las
mujeres) son relativamente comunes.
NITROPRUSIATO DE SODIO: Aparte de la disminución excesiva de la presión arterial, la toxicidad
más grave está relacionada con la acumulación de cianuro; acidosis metabólica, arritmias,
hipotensión excesiva y muerte como resultado. También se ha reportado la metahemoglobinemia
durante la infusión del nitroprusiato.
AGENTES PARENTERALES
FENOLDOPAM: (también vasodilatador) las principales toxicidades son la taquicardia refleja, el
dolor de cabeza y el enrojecimiento. El fenoldopam también aumenta la presión intraocular y debe
evitarse en pacientes con glaucoma.
DIAZÓXIDO: la toxicidad más significativa del diazóxido parenteral ha sido la hipotensión excesiva.
Tal hipotensión ha resultado en apoplejía e infarto de miocardio. La respuesta simpática refleja
puede provocar angina, evidencia electrocardiográfica de isquemia e insuficiencia cardiaca en
pacientes con cardiopatía isquémica. También causa retención renal de agua y sal, sin embargo
esta rara vez es un problema por el breve uso que se le da.
INHIBIDORES DE LA ENZIMA CONVERTIDORA DE ANGIOTENSINA (ACE)
Puede producirse hipotensión grave después de las dosis iniciales de cualquier inhibidor de la ACE
en pacientes que son hipovolémicos como resultado de los diuréticos, restricción de sal o pérdida
de líquido gastrointestinal. Otros efectos adversos comunes a todos los inhibidores de la ACE
incluyen insuficiencia renal aguda, hipercalcemia, tos seca a veces acompañada de sibilancias y
angioedema. La hipercalcemia es más probable que ocurra en pacientes con insuficiencia renal o
diabetes.
El captopril, en particular cuando se administra en altas dosis a pacientes con insuficiencia renal,
puede causar neutropenia o proteinuria. Los efectos tóxicos menores que se observan más
típicamente incluyen un sentido del gusto alterado, erupciones alérgicas en la piel y fiebre
medicamentosa.
INHIBIDOR DE RENINA
Hipercalcemia, insuficiencia renal y teratógeno potencial.
Filtración glomerular
En los capilares glomerulares, una porción de agua plasmática es forzada a través de un
filtro que tiene tres componentes básicos: las células endoteliales capilares fenestradas,
una membrana basal que se encuentra justo debajo de las células endoteliales y los
diafragmas cortados por filtración formados por células epiteliales que cubren la
membrana basal en su lado del espacio urinario.
Los solutos de pequeño tamaño fluyen con agua filtrada (arrastre del solvente) en el
espacio de Bowman, mientras que los elementos formados y las macromoléculas son
retenidos por la barrera de filtración. Generalidades sobre la función de la nefrona.
El riñón filtra grandes cantidades de plasma, reabsorbe sustancias que el cuerpo debe
conservar y deja o secreta sustancias que deben ser eliminadas. La arquitectura
cambiante y la diferenciación celular a lo largo de una nefrona son cruciales para estas
funciones
● La TAL pasa entre las arteriolas aferentes y eferentes y establece contacto con la
arteriola aferente mediante un grupo de células epiteliales columnares
especializadas conocidas como mácula densa. La mácula densa está ubicada
estratégicamente para detectar las concentraciones de NaCl que salen del asa de
Henle. Si la concentración de NaCl es demasiado alta, la mácula densa envía una
señal química (tal vez adenosina o ATP) a la arteriola aferente de la misma nefrona,
causando su constricción, lo que reduce la GFR. Este mecanismo homeostático,
conocido como TGF, protege al organismo de la pérdida de sal y volumen. La
mácula densa también regula la liberación de renina de las células
yuxtaglomerulares adyacentes en la pared de la arteriola aferente.
MANITOL
Mecanismo de accion :
Efectos:
Aplicaciones clínicas
Los diuréticos de esta categoría tienen efectos directos en las corrientes sanguíneas de diversos
lechos vasculares.
- Tiazidas
Las tiazidas inhiben la resorsion de cloruro de sodio desde el lado luminal de las células epiteliales
en el tubulo contorneado distal, al bloquear el transportador de sodio/cloro. A diferencia de la
situación que priva en el TAL, en el cual los diuréticos con acción en el asa de Henle inhiben la
resorsión de calcio, las tiazidas intensifican en realidad la resorsión de dicho mineral, tal
intensificación es consecuencia de efectos en los tubulos contorneados proximal y distal. En el
tubulo proximal, la disminución volumétrica inducida por tiazidas causa incremento del sodio y
resorsion pasiva del calcio. En el tubulo distal intensifica el intercambio de Na+/Ca+2 en la
membrana basolateral e incrementa la resorsión global del calcio.
vez de ello, interfieren de modo directo en la penetración de sodio a través de los conductos
epiteliales de dicho ion de la membrana apical del túbulo colector. La secreción de potasio está
acoplada a la penetración de sodio en ese segmento, razón por la cual los compuestos de esta
categoría también son diuréticos eficaces ahorradores de potasio. Las acciones de los antagonistas
de aldosterona dependen de la ducción de prostaglandina por los riñones. Las acciones de los
diuréticos ahorradores de potasio pueden inhibirse por los antiinflamatorios no esteroideos, en
algunas situaciones y enfermedades.
DIURÉTICOS DE ASA
TIAZIDAS
A. Hipercalemia
A diferencia de la mayoría de los otros diuréticos, los diuréticos ahorradores de K+
reducen la excreción urinaria de K+ y pueden causar hipercalemia leve, moderada e
incluso potencialmente mortal. El riesgo de esta complicación aumenta en gran medida
con la enfermedad renal (en la cual la excreción máxima de K+ puede reducirse) o
mediante el uso de otros medicamentos, que reducen o inhiben la renina (los
bloqueadores beta, los NSAID, el aliskiren) o la actividad de la angiotensina II (inhibidores
de la enzima convertidora de la angiotensina [ACE, angiotensin-converting enzyme],
inhibidores del receptor de la angiotensina). Dado que la mayoría de los otros agentes
diuréticos conducen a las pérdidas de K+ , la hipercalemia es más común cuando se usan
diuréticos ahorradores de K+ como el único agente diurético, sobre todo en pacientes con
insuficiencia renal.
Con combinaciones de dosis fijas de diuréticos ahorradores de K+ y tiazídicos, la
hipocalcemia inducida por las tiazidas y la alcalosis metabólica mejoran. Sin embargo,
debido a las variaciones en la biodisponibilidad de los componentes de las formas de
dosificación fija, a menudo predominan los efectos adversos asociados a la tiazida. Por
tanto, es preferible ajustar las dosis de los dos medicamentos por separado.
B. Acidosis metabólica hiperclorémica
Al inhibir la secreción de H+ en paralelo con la secreción de K+ , los diuréticos
ahorradores de K+ pueden causar acidosis similar a la observada con la acidosis tubular
renal tipo IV.
C. Ginecomastia
Los esteroides sintéticos pueden causar anormalidades endocrinas por acciones en otros
receptores de esteroides. La ginecomastia, la impotencia e hiperplasia prostática benigna
(muy raro) se ha reportado con la espironolactona. Tales efectos no han sido notificados
con la eplerenona, presumiblemente porque es mucho más selectivo que la
espironolactona para el receptor mineralocorticoide y casi inactivo en los receptores de
andrógenos o progesterona.
D. Insuficiencia renal aguda
Se ha reportado que la combinación del triamtereno con la indometacina causa
insuficiencia renal aguda. Esto no se ha informado con otros diuréticos ahorradores de
K+.
E. Cálculos renales
El triamtereno es sólo ligeramente soluble y puede precipitarse en la orina, causando
cálculos renales.
Contraindicaciones
Los agentes ahorradores de potasio pueden causar hipercalemia severa, incluso fatal en
pacientes susceptibles. Los pacientes con insuficiencia renal crónica son especialmente
vulnerables y rara vez deben tratarse con estos diuréticos. La administración oral del K+
debe suspenderse, si se administran diuréticos ahorradores de K+.
El uso concomitante de otros agentes que bloquean el sistema renina-angiotensina
(betabloqueadores, inhibidores de la ACE, bloqueadores del receptor de la angiotensina)
aumenta la probabilidad de hipercalemia. Los pacientes con enfermedad hepática pueden
tener un metabolismo alterado del triamtereno y de la espironolactona, por lo que la
dosificación debe ajustarse con cuidado. Los inhibidores potentes del CYP3A4 (p. ej., la
eritromicina, el fluconazol, el diltiazem y el jugo de toronja) pueden aumentar
marcadamente los niveles de la eplerenona en sangre, pero no la espironolactona.
TIAZIDAS
DIURÉTICOS AHORRADORES
DE POTASIO
DIURÉTICOS OSMÓTICOS
Reducción de la presión intracraneal e intraocular
Los diuréticos osmóticos alteran las fuerzas de Starling para que el
agua salga de las células y reduzca el volumen intracelular. Este
efecto se usa para reducir la presión intracraneal en estados
neurológicos,
y para reducir la presión intraocular antes de los procedimientos
oftalmológicos. Una dosis de 1-2 g/kg de manitol se administra
por vía intravenosa. La presión intracraneal, la cual debe
controlarse, puede caer en 60-90 minutos. A veces, el descenso
rápido
de la osmolalidad sérica al inicio de la diálisis (por eliminación
de toxinas urémicas) produce síntomas.