FUENTES DE FINANCIAMIENTO

Las fuentes de financiación son los medios que utiliza una empresa para obtener los
fondos que necesita para llevar a cabo su negocio.
Las fuentes de financiamiento comercial incluyen capital, deuda, utilidades retenidas,
préstamos a plazo, préstamos de capital de trabajo, cartas de crédito, factoraje y
financiamiento de riesgo. Estas fuentes de financiación se utilizan en una variedad de
situaciones. Se clasifican por periodo de tiempo, propiedad y gestión, y su origen. Lo
ideal es evaluar cada fuente de financiamiento antes de elegir.
Basado en el periodo de tiempo
Las fuentes de financiamiento de una empresa se clasifican en largo, mediano y corto
plazo, según el tiempo que la empresa necesite el financiamiento.
Largo Plazo: Se refiere a la necesidad de capital en un período de 5 años o más a 10,
15, 20 años o más dependiendo de otros factores. Las inversiones en activos tangibles
de la empresa, tales como maquinaria y equipo, terrenos y edificios, se financian con
fuentes de financiamiento a largo plazo. Las acciones, bonos o bonos corporativos,
préstamos a largo plazo de instituciones financieras, gobiernos o bancos comerciales
son ejemplos de fuentes de financiación a largo plazo.
Mediano Plazo: Se refiere a la financiación por un período de 3 a 5 años y se utiliza
comúnmente por dos razones. Primero, si actualmente no hay capital a largo plazo
disponible, y segundo, si hay costos de ingresos diferidos, como publicidad, que deben
amortizarse en un período de tres a cinco años. Arrendamientos financieros, préstamos
de capital preferencial o a plazo de bancos o instituciones financieras con fuentes de
capital de mediano plazo.
Corto Plazo: Financiamiento significa un período de menos de un año. Surge la
necesidad de financiamiento a corto plazo con el fin de financiar el capital de trabajo de
la empresa, tales como: inventarios de materias primas y productos terminados, cuentas
por cobrar, liquidez mínima, saldos bancarios, etc. El crédito comercial, los préstamos a
corto plazo, los pagos iniciales de los clientes o el factoraje son algunas de las opciones
de financiación a corto plazo.
En función de la propiedad o control
Las fuentes de financiación se clasifican en función de la propiedad y el control de la
empresa. Estos dos parámetros son factores importantes a tener en cuenta al elegir la
fuente de financiación de una empresa. Siempre que proporcionamos capital, hay dos
tipos de costos. Uno es el interés sobre el préstamo y el otro es la participación en la
propiedad y control del capital o negocio.
Capital propio: Puede obtenerse de los socios inversores de la empresa o del público
mediante la emisión de nuevas acciones. Cabe señalar que se trata de financiación a
largo plazo. En otras palabras, quédate con la empresa para siempre. Ya no tendrá que
pagar intereses ni comisiones sobre el capital prestado. Por lo tanto, el riesgo de quiebra
también se reduce. Por esta razón, las nuevas empresas prefieren el capital social.
Deuda o capital prestado: es un financiamiento de fuentes externas. En esta variante
no hay dilución de capital, sino que se suele pagar un interés constante sobre el capital
prestado.
Por origen de la capital

El tipo de fuente de financiación también puede basarse en la fuente del capital. Las
empresas tienen fuentes de financiación tanto internas como externas.
Internas: Las fuentes de financiación internas son aquellas que se generan
internamente dentro de la empresa. Esto puede deberse a retención de utilidades,
reducción de capital de trabajo, venta de activos, etc.
Externo: Las fuentes de financiación externas son capitales generados fuera de la
empresa. Todas las fuentes de financiación son externas, excepto las fuentes de
financiación internas

CONLUSIÓN
Existen diferentes de fuentes de financiamiento, y elegir la fuente de financiamiento y la
combinación de financiamiento adecuadas es un desafío clave para los directivos de la
empresa. El proceso de elección de la fuente de financiación adecuada implica un
análisis exhaustivo de cada canal de financiación. Asimismo, si se gestiona
adecuadamente, aumentará la producción y la facturación, incrementando los ingresos
que contribuyen al crecimiento y desarrollo de la empresa.