Está en la página 1de 6

RGE 1141/22

https://www.clarin.com/economia/adam-tooze-problema-argentino-nivel-africano-integracion-
comercial-_0_VKWiyS6CkA.html

Adam Tooze: “El problema argentino es su


nivel africano de integración comercial”
Para el prestigioso economista inglés el país se
encuentra frente a una oportunidad histórica para poder
negociar en energía y alimentos con EE.UU. y China.
Ezequiel Burgo

Clarín

21/8/22

“El problema argentino es su nivel de integración comercial africano con sus vecinos y eso es
alarmante"

- ¿Pasar por la Argentina unos días no le hace pensar que los riesgos que usted
describe sobre el mundo como una inflación de 10%, la polarización en EE.UU. y el
riesgo climático, sean exagerados? Acá vivimos con casi 100% de inflación y más
de 40% de pobreza.

- Mi misión para los próximos tres días es encontrar la crisis argentina porque todavía no
la experimenté y ciertamente no es el lugar donde estamos sentados ahora [N.E.: la
entrevista se llevó a cabo el viernes a las 11 en el bar del hotel Park Towers, de Retiro].
Por de pronto debo decir que por lo que vi hasta el momento de Buenos Aires es que
pareciera que el 10% de su población se ajustó muy bien a una economía dolarizada y
golpes inflacionarios a lo largo de su historia. Pero esto es algo esperable de una sociedad
sofisticada como la argentina. Vivo en Estados Unidos donde el 10% de la sociedad
americana se aísla de golpes así como fue el Covid.

- ¿Cómo o qué se ve de la Argentina hoy en el mundo?

- Es interesante esto de los subsidios energéticos. Si bien hay hay una impronta peronista,
lo mismo vemos en otros sitios hoy en día. Por otro lado, estoy sorprendido de esa
narrativa global para describir que lo que ocurre en la Argentina es un problema
idiosincrático. Me refiero a que los acusan de incumplidores seriales de deudas, los
aspectos singulares de sus políticos...
"Argentina está frente a una oportunidad histórica para desarrollar poder de
negociación. Es rica en energía y alimentos".

- ¿Y no es cierto?

- Es una mezcla. Cuando se tiene en cuenta lo que ha ocurrido en los últimos 50 años, sus
ciclos económicos-financieros, la historia, la incorporación y aislamiento del mundo,
cooperaciones, etc, la explicación de por qué Argentina es uno de los lugares con más
vaivenes no obedece a factores idiosincráticos sino a algún tipo de dependencia radical de
su economía de variables globales, por ejemplo, materias primas.

- Usted habla de una economía global que enfrenta riesgos severos, ¿qué debe
tener en cuenta un país como la Argentina que es una economía pequeña pero
abierta o al menos inserta en el juego global?

- No diría que la Argentina es un economía chica, es una economía mediana. Es un país


de 44 millones de habitantes y están en el G-20. Son una economía y un país con una
idiosincracia de economía abierta pero estructuralmente no lo son por más que algunos
sectores están sujetos a los vaivenes de los ciclos de las materias primas y sean
competitivos. En cambio hay sectores que no sólo están aislados del mundo sino de la
región y viven en un esquema de economía cerrada, una suerte de burbuja subsidiada. El
problema argentino es su nivel de integración comercial africano con sus vecinos y eso es
alarmante. El nivel de comercio entre Argentina y Brasil está muy por debajo de lo que
esperaría uno.

"La inflación en la Argentina es un síntoma de algo más complicado. Han perdido


el control de hacer política económica y eso plantea si la dirigencia tiene
capacidad colectiva de cambiar la dirección"

- EE.UU. y China siguen generando tensiones y su hipótesis es que continuarán así,


¿Argentina qué debe hacer: ir con EE.UU. o China?

- Argentina está frente a una oportunidad histórica para desarrollar poder de negociación.
Es rica en energía y alimentos. La principal razón por la cual Washington puso su mirada
aquí en los años 40 fue porque EE.UU. podía ser desafiado no por el imperio británico sino
por la Alemania nazi y después la Guerra Fría. La tragedia para esta región fue que la
Guerra Fría generó conflictos domésticos y Argentina no fue la excepción. Los argentinos
deben ser capaces de cohesionar su política nacional frente a este desafío de la
globalización y es algo que no debería ser difícil porque no hace falta ser pro chinos. No
estamos más en la Guerra Fría donde había que movilizarse a favor o en contra y eso
hace la apuesta que sea de menor riesgo y más realista si uno busca por ejemplo mejorar
la infraestructura. No creo que ni China ni EE.UU. presionen a un país como Argentina
para que se decida hacer negocios con uno u otro porque significaría Argentina dejara de
ganar dólares y nadie la compensaría por ello.

- ¿Hasta qué punto se puede confiar en China si Argentina intensifica su


integración?
- Absolutamente en nada. Pero ello no significa que haya que enemistarse.

- ¿Por qué Argentina debería intensificar más su relación con China si hay señales
claras y preocupantes de una desaceleración severa de su economía? Esta semana
su Banco Central bajó las tasas en un contexto donde todos los bancos del mundo
las suben. ¿Qué pasaría si China no empuja más como hasta ahora?

- No lo sabemos y es el gran interrogante. China está reescribiendo su historia y está en la


situación más precaria desde el período de las grandes reformas. Hay tres factores que
provocan esta incertidumbre. Uno, la inestabilidad de su mercado inmobiliario. En tres
años pusieron más hormigón y acero en la tierra que Estados Unidos en un siglo para
albergar más de 300 millones de personas en las ciudades. Ninguna especie viva hizo
algo así en la Tierra jamás. Los otros elementos son la tolerancia cero al Covid y la guerra
tecnológica.

- Usted utiliza el término polycrisis para referirse a todas las amenazas que enfrenta
el mundo: polarización, Brexit, Trump, inflación, Covid, guerra, China. ¿Cómo
impacta esto en los planes de las empresas a la hora de pensar en los próximos 5 o
10 años sus cadenas de suministros y hubs? ¿Se terminó la globalización tal cual la
conocimos?

- La globalización nunca fue plana sino para sectores en específico. Si no, mire esa
estación de trenes enfrente nuestro [N.E.: señala Retiro] o el edificio del Jockey Club
donde estuve anoche. La Argentina fue beneficiaria de la primera globalización. Volviendo
a su pregunta, puede haber un cambio en el patrón de la globalización, y las empresas
deben reconocerlo. La idea de un mundo único en el que las firmas puedan producir un
sólo producto y abastecer a todos los mercados de ese modo, no existe más, es obsoleto.
Las empresas tendrán que ser infinitamente más sofisticadas, hacer pruebas de test,
planificar y tener en cuenta incluso escenarios de guerra como con Taiwán, que no creo
que sea de alta probabilidad, pero si se está a cargo de una multinacional no puede
cometer la locura de descartar un escenario semejante.

"En tres años pusieron más hormigón y acero en la tierra que Estados Unidos en un
siglo para albergar más de 300 millones de personas en las ciudades".

-¿La idea clásica de que el comercio traería prosperidad fracasó?

- Hay una desilución al respecto ¿no? La pregunta es si optamos por la paz o por la
confrontación. Desde el punto de vista de los EE.UU. el comercio lleva a un orden y
prosperidad que no es el orden y prosperidad que beneficiaba a ellos sino a los chinos.
Ahora eso se está reviendo. Estamos en una nueva tendencia histórica.

- ¿Las visiones de los economistas y tecnócratas falló?

- Contribuyó a un optimismo sobre la estabilidad general del sistema económico.


- Suena a la crítica de Karl Marx

- Sin lugar a duda. También la de Schumpeter. Cualquiera de las miradas críticas del
funcionamiento del sistema económico del siglo XIX coincide en que debe haber acuerdos,
en mi caso hablo de acuerdos políticos, para movilizar recursos que neutralicen las
inestabilidades que llevan a acumular desigualdad, desempleo y pobreza. Pero lo que
sorprende es cómo la economía asimila rápidamente las fallas reaccionando y mejorando.
El sistema financiero y bancario en 2020 es mucho más robusto de lo que era en 2000 y
2008. Hay cláusulas de acción colectiva como las que aprovechó la Argentina y los
programas del FMI no son brillantes pero no están empeorando. Hay un aprendizaje.

- La salida del Covid de la economía de EE.UU. y del mundo también fue rápida.

- Totalmente. Eso demuestra que las políticas fiscal y monetaria expansivas funcionan y
uno no tiene por qué aceptar que el desempleo registre niveles masivos.

- Usted escribió sobre la economía alemana de los años 20 y un libro sobre la


economía del nazismo. ¿Qué lecciones hay en ese período en materia de inflación?

- El nazismo fue un período con múltiples tipos de cambio, controles y todo eso creo
presiones sobre la economía y la política. Los orígenes del neoliberalismo son sobre el
análisis de la decadencia alemana en ese período en particular. Pero los orígenes de la
hiperinflación alemana no están ahí sino en la década previa, como consecuencia de la
primera guerra mundial y la política de repagos. Las consecuencias de decisiones que
comprometen gastos a gran escala es la explicación más simple y directa de por qué estos
episodios terminan acelerando la inflación.

- ¿La inflación es una decisión política?

- La inflación es el resultado de una elección entre alternativas que enfrente un político o,


en su defecto, de su incapacidad para ejercer una elección. Eso se está viendo hoy en
países desarrollados como EE.UU. o Gran Bretaña, un aumento de la tasa de inflación por
financiar la salida de la pandemia debido quizá a malos cálculos. ¿Qué ahora hay que
corregirla? Sí, claro. Pero no hay razón para entrar en pánico. La inflación bajará, no es ni
una hiperinflación ni estamos en los 70 no es algo viral es el producto de una decisión que
se tomó para salir rápidamente de una pandemia.

- ¿Y en Argentina?

- La inflación en la Argentina es un síntoma de algo más complicado. Han perdido el


control de hacer política económica y eso plantea si la dirigencia tiene capacidad colectiva
de cambiar la dirección. Lo preocupante del Gobierno actual es que está tan dividido que
no puede decidir ni comprometerse en una dirección positiva. La inflación en este país es
más bien un síntoma de esas peleas.

- Si la inflación es un producto de las decisiones de los políticas ¿qué rol les queda
a los economistas?

- Hablar de los trade off, ventajas y contras.


- Pero los líderes son los políticos

- Absolutamente. No creo en eso de que los economistas tengan la respuesta a una


solución óptima. Hay muy pocas situaciones donde una solución mejora a dos partes, casi
siempre hay que hacer concesiones y las concesiones son políticas y pasan en
democracia.

- ¿Para China no es más fácil?

-No. El confinamiento del Shanghai fue algo jamás visto, la clase alta china, gran ganadora
del siglo XXI, durante un mes tuvo hambre. ¡Shanghai¡ No hablo de Buenos Aires.
Después de eso es muy dificil para Xi dar un paso atrás y esa elección debe ser
reivindicada, no puede pedir perdón. Pero en China hay política también y los miembros
del partido que rodean a Xi entienden que la medida de cero Covid ha sido una mala
decisión.

-------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------
------------------

Experto en globalización, y Paolo Rocca en primera fila


Adam Tooze es una de las apariciones principales entre los economistas divulgadores en
los últimos años. Sus artículos pueden leerse en Financial Times, Foreign Affairs y su
newsletter en substack. Es una de las autoridades en cuestiones internacionales y
globalización. Británico, “del Norte de Londres”, Tooze se fue a vivir a Alemania cuando
tenía 6 años y permaneció allí hasta la edad de ir la universidad cuando regresó a
Inglaterra. “Soy bilingüe pero no sé español”, se disculpa al comenzar la entrevista.

Tooze tiene un libro fascinante sobre la economía nazi que, en parte, es un producto de su
tesis en London School of Economics sobre las estadísticas alemanas en aquel período.
El libro se llama Wages of Destruction y trata sobre aquel período de deflación alemana y
cómo la actividad fabril se mantuvo a tope en un contexto de múltiples tipos de cambio,
cepo e incentivos a la industria.

Más acá en el tiempo, Tooze escribió libros más de divulgación y aprendió a surfear la ola
del mercado. Publicó Crashed, una historia sobre la crisis financiera de 2008-2009 y uno
sobre el Covid. Ahora dice que planea hacer uno sobre el cambio climático. Tooze es de
esos economistas que tiene olfato para saber dónde están los temas. Hoy es el
director del Instituto Europeo de la Universidad de Columbia en Nueva York.

Tooze fue invitado esta semana a participar del XVII Seminario Internacional del Boletín
Informativo Techint sobre el tema “El nuevo contexto internacional y su impacto sobre las
cadenas globales de valor”. El Boletín Informativo Techint es una publicación realizada por
el Grupo Techint desde 1959 que refleja y analiza la situación de la actividad productiva,
con especial énfasis en la industria, de Argentina y América Latina. Los otros expositores
fueron los reconocidos Timothy Sturgeon, director del Industrial Performance Center del
MIT y Andrés López, director del IIEP, UBA. El economista Gerardo della Paolera moderó
la ronda de preguntas y respuestas.
Como todos los años, el titular del grupo Techint, Paolo Rocca, se sentó en primera fila y
siguió la presentación de Tooze que habló sobre los cambios políticos y rupturas que
se plantean en el nuevo contexto internacional. Sturgeon expuso sobre los desafíos
para las cadenas de valor a nivel global y en el caso de López trazó un panorama para la
región (remarcó que es clave ya no definir una agenda de reformas sino de ver cómo
empujarla).

“La globalización no está muerta”, dijo Tooze. “Está cambiando”.

Su próximo desafío es el cambio climático. “Brasil, Estados Unidos, Canadá o incluso en


Argentina se ve a la naturaleza como algo ilimitado, no se ve como algo escaso. Pero
es una falla de la imaginación. El Polo Norte puede desaparecer dentro de nuestras
vidas ni hablar de la vida de nuestros hijos. El problema tiene que ver con entender la
tendencia incremental que la humanidad está desestabilizando la naturaleza. Hay
concesiones y trad off que son reales. Las medidas que deben adoptarse tienen que ser
equitativas y los países pobres no pueden liderar este cambio pero sí es un momento para
encarar estos problemas".

Al toque
Un sueño Visitar China

Un proyecto Escribir un libro sobre la economía política del cambio climático

Un líder Georges Clemenceau

Un recuerdo La caída del Muro de Berlín

Una comida Sichuan

Una bebida Vino borgoña

Un libro Las novelas napolitanas de Isabel Ferrantis

Una película Blade Runner

Una serie The Sopranos y Occupied

También podría gustarte