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Don Juan le dice a Castaneda que en realidad no hay nada que enseñar de
brujería. La enseñanza de la Toltequidad lleva al aprendiz, a través de
ardides, a que se dé cuenta que el mundo es mucho más de lo que nosotros
percibimos; que está conformado por un inconmensurable número de
campos energéticos y que el hombre, además de ser una carga energética,
es un productor de energía rodeado de energía. El guerrero aprende, en
este camino, que existe un poder desconocido en su interior y que si lo
desarrolla lo puede alcanzar.
Esta historia nos habla de la impecabilidad del nagual Elías que, atento a
una manifestación del espíritu, logra, a partir de una historia grotesca,
enganchar - de manera impecable - a dos aprendices: Talía y Julián. A ella
la libera del enorme flujo de energía superflua, y a él lo rescata de la
muerte. Les enseña que en la vida no hay una segunda oportunidad cuando
se presenta "El pájaro de la libertad", y que este pájaro o se lleva consigo
a la gente o la deja atrás para siempre.
Los naguales antiguos se inclinaban más por las acciones que por los
razonamientos. En cambio los modernos, y en especial Castaneda, se
pierden en los extravíos de la razón, aunque unos y otros busquen la
libertad.
Don Juan dice que hace mucho tiempo la humanidad vivía en lo abstracto y
que esto era su fuerza sustentadora. Por algo el hombre se alejó de lo
abstracto y ahora le es muy difícil volver a él. Sin embargo, éste es uno de
los desafíos del guerrero.
El volverse sensible, perceptivo, capaz de sentir al espíritu y moverse en lo
abstracto, es darle un giro de 180 grados a lo que hemos aprendido,
obsesiva y compulsivamente, durante toda nuestra vida. La Toltequidad y
el camino del guerrero son una de las muchas posibilidades que la
humanidad ha creado a partir de la sabiduría.
Aquí hay algo interesante para los lectores y seguidores de Castaneda. Don
Juan dice que en la Toltequidad no se reciben voluntarios porque, entre
otras cosas, al traer propósitos propios, es muy difícil que renuncien a su
individualidad. Si no encuentran las cosas como ellos piensan que deben
ser, se enfadan y se van. Don Juan dice que lo importante es tener decisión
y fuerza para el cambio, toneladas de humildad, disciplina para intentar
"barrer la isla del tonal". dejar de ser, pensar, sentir y actuar en la vida
cotidiana, como siempre lo hemos hecho. Si alguien se atreve a intentar
tan sólo lo anterior, y dejar a un lado por el momento el mundo del nagual,
el conocimiento del lado izquierdo, la consciencia acrecentada, las
emanaciones del Águila, etc., no necesitará de maestros ni benefactores.
Cuando logren ahorrar energía y mover Su punto de encaje, seguramente
el poder los pondrá, en el camino.
Volviendo al libro, Don Juan dice que nuestro vínculo con el espíritu es lo
que le produce al hombre, de manera ancestral, la preocupación por un
destino.
Don Juan dice que las historias de los centros abstractos (que se
desbordan en toda la obra de Castaneda) tienen la misma estructura y que
lo que varía son los personajes. Cada historia contiene: una tragicomedia
abstracta, un actor abstracto (que es el intento),, dos actores humanos (el
nagual o maestro y su aprendiz) y el guión, que es el centro abstracto de
esas historias.
El eje central y fundamental en las enseñanzas de Don Juan es, sin lugar a
dudas, el arte del acecho, que indica ser despiadado, astuto, paciente y
simpático. Estos cuatro fundamentos básicos el aprendiz los debe poner en
práctica en todo y con todos. El principal principio del acecho es que el
aprendiz debe acecharse a sí mismo, poniéndose primero a seleccionar
actitudes menores en su comportamiento para después analizarlas y
posteriormente acecharlas, para que, como presas de caza, vayan cayendo
una detrás de la otra, hasta que pueda acechar "presas mayores" en su
comportamiento.
Hace milenios los antiguos toltecas a través del "ver", descubrieron que la
Tierra es un ser vivo y consciente cuya consciencia, de alguna manera,
puede afectar a los hombres modernos por vivir en el reflejo de sí mismos.
El hombre ha perdido la capacidad de "conectarse" con el todo que le
rodea. La vorágine de la vida cotidiana -angustia, preocupaciones, el tener,
las frustraciones, los miedos, etc. -ocupa toda nuestra atención y no nos
permite damos cuenta que estamos unidos con todo lo demás.
Probablemente una de las técnicas con las que Don Juan le transmitió
parte del conocimiento a Castaneda fue al mover los dos juntos el punto de
encaje; a esto Don Juan llama "ensoñando" juntos, y probablemente
también, mediante esa forma, Castaneda haya escrito parte de su obra: a
través del movimiento del punto de encaje.
Don Juan dice que lo único que hizo con Castaneda fue que éste destruyera
su imagen de sí mismo; esa es la única ayuda real que Castaneda recibió
de Don Juan; si acaso, enseñarle que el mundo es algo más que lo que está
ahí enfrente, y que el hombre posee inconmensurables poderes que no
desarrolla. La brujería no es cuestión de palabras e ideas, es cuestión de
actos y percepciones de energía.
Una de esas ideas claves es que somos un bloque sólido, que somos
inmutables. La mente puede aceptar que nuestra conducta pueda cambiar,
que nuestra forma de pensar y actuar también cambien; pero la idea de
que podamos cambiar nuestro aspecto físico hasta llegar a parecer otra
persona, no forma parte del orden básico de nuestra propia imagen.
Cuando el guerrero tolteca altera o interrumpe este orden básico, el mundo
de la razón se desploma.
EL TERCER PUNTO
Las etapas que pasa un guerrero por la senda del conocimiento son cuatro,
y éstas están en referencia a su vínculo con el espíritu. La primera es
cuando tiene un vínculo herrumbroso y, por consiguiente, desconfiable. La
segunda cuando se logra limpiar el vínculo. La tercera cuando se aprende a
manejarlo. La cuarta cuando se aprende a aceptar los designios de lo
abstracto.
INTENTAR APARIENCIAS
El problema del hombre común y del guerrero es él mismo; el problema se reduce al uso
y ahorro de la energía. Don Juan dice que el hombre moderno intuye sus recursos
internos, pero no se atreve a usarlos; su mal viene del contrapunto entre su estupidez y
su ignorancia. Don Juan dice que ahora, más que nunca, el hombre necesita aprender
nuevas ideas que tengan que ver con su mundo interior, ideas relativas al hombre frente
a lo desconocido, frente a su muerte personal. Don Juan dice que, como nunca, el
hombre ahora necesita conocer lo que es la impecabilidad y los secretos del punto de
encaje.
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