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EL SEGUNDO ANILLO DE PODER

Por Guillermo Marín . Del libro "Para leer a


Carlos Castaneda"

Primera edición en inglés, 1977

Primera edición en español, 1979

Título original: The Second ring of power

Editorial Pomaires, S.A., España.

raducción: Horacio Vázquez Rial.

Tras haber saltado hacia el vacío, Castaneda ha vivido solo, por primera
vez, el encuentro con el nagual y relata que su "racimo" se reagrupó 17
veces. Después de un tiempo regresa a México a buscar a los otros
aprendices para intercambiar experiencias. Sabe que ya no podrá ver a su
maestro Don Juan, ni a su benefactor Don Genaro; tendrá que cumplir con
la tarea que el poder le designó, pero primero deberá "recordar" las
enseñanzas de la "consciencia acrecentada": tendrá que trabajar con su
grupo y convertirse en nagual.

Don Juan, al ausentarse, le dejó una laboriosa y peligrosa tarea en la cual


la muerte está presente a cada momento. "Los aprendices están igual o
más confundidos que Castaneda y todos deberán cumplir con las tareas
que Don Juan les asignó antes de su partida. Estas tareas llevan como
objetivo el finiquito de una parte de proceso de aprendizaje de cada uno y,
la "organización funcional" del nuevo grupo y su nagual.

En este libro, cuya pobreza literaria es sensible, se siente la ausencia física


de Don Juan, aunque muchos de los recuerdos de los aprendices conllevan
su presencia y sus enseñanzas. Este libro y Las enseñanzas de don Juan
son quizás los más confusos, aunque la riqueza en conocimientos del
"segundo anillo de poder" es mayor.

A partir de "la explicación de los brujos" Castaneda tiene mayor claridad, y


a este libro lo titula El Segundo anillo de poder porque entiende que ahora
tiene que recuperar, a partir de "recordar", todas las enseñanzas que, de
forma paralela, Don Juan le enseñó en los estados inducidos de consciencia
acrecentada. Si, por una parte, en los estados de consciencia normal
Castaneda aprendió las técnicas para "barrer la isla de tonal" existiendo
una "continuidad" en la secuencia cronológica, no fue así en las
enseñanzas en estado de consciencia acrecentada, que tienen como
objetivo hacer que el aprendiz desarrolle "su voluntad" para poder entrar
al mundo del nagual. De estas enseñanzas no hay recuerdo y no hay
cronología en la consciencia normal o cotidiana.

Castaneda intuye que sabe, pero tiene que hacer un esfuerzo descomunal
para recordar y poder "ensamblar" toda la enseñanza. Es interesante
subrayar que en este libro empieza a manifestarse con mayor nitidez la
presencia del mundo prehispánico en las enseñanzas. La Toltequidad, a
través de este libro y los siguientes, ocupará un lugar más visible y no
quedará, como en las otras, como una vaga insinuación. Por otra parte,
Castaneda encontrará a su grupo; anteriormente apenas lo conocía. Don
Juan había sido muy cuidadoso de que no se diesen profundas relaciones
de amistad entre los demás aprendices y Castaneda; para lograrlo, siempre
los mantuvo envueltos en un hálito de misterio. Castaneda suponía que
unos eran aprendices y otros parientes. En este libro nos demostrará cómo
se enfrentó a ellos como parte de las instrucción de Don Juan y cómo logró
Convertirse en el nagual del grupo y, al ir "recordando", cómo recuperará
experiencias y enseñanzas de los guerreros del grupo de Don Juan, en las
enseñanzas del mundo de la consciencia acrecentada, Don Juan se apoyó
en sus compañeros de "camadas", quienes también fueron sus maestros,
aunque él no lo recuerde), con quien convivió en las enseñanzas de la
consciencia acrecentada. El primer desafío de Castaneda lo recibe con
Doña Soledad, una mujer vieja y gorda que le daba de comer a Don Juan y
a su grupo, a quien ahora la encuentra como una espléndida guerrera con
la que tendrá que confrontarse para morir o seguir adelante. Castaneda
reconoce, incrédulo, no sólo la transformación física de Doña Soledad sino
también la fuerza y el poder que como bruja ha adquirido. Dado que los
guerreros conciben al mundo y a los seres vivos como cargas energéticas,
y ellos ahorran energía, pueden ahora lograr increíbles transformaciones
en su cuerpo o tonal.

Sin embargo, a pesar de estos grandes cambios nunca se puede pensar en


el éxito total, ya que la batalla que se "tiene contra el "antiguo ser" será
de toda la vida.

Castaneda también enfrenta a "las hermanitas", quienes feroces obligan a


Castaneda a ser impecable con ellas. Las hermanitas son hábiles
ejercitadoras de ensoñar, en especial Josefina quien, por ser muy bonita,
aprendió a confundir a la gente para poder pasar inadvertida (la libertad
ilimitada de ser un desconocido). Las hermanitas le enseñan que, sólo
cuando nada se tiene que perder, se adquiere el coraje suficiente para ser
impecable; si tenemos algo que perder, nos aferramos a ello.

Otro de los encuentros fue con "la gorda", aprendiz de Don Juan que, de
alguna manera, fue en la que más se apoyó Castaneda; uno de los avances
de ella era que había perdido la forma humana y por lo mismo ya no tenía
sentimientos "humanos" hacia la gente. Dicho de otra manera, ya no
estaba enganchada al mundo cotidiano".

Don Juan decía que los guerreros debían perder la forma humana. Los
guerreros saben que no pueden cambiar un ápice, que no les está
permitido en principio, y esa es la ventaja que tienen sobre el hombre
común, que piensa que todo lo puede hacer. El guerrero, como sabe que no
puede cambiar, jamás se decepciona al fracasar en un intento de cambio.
En este libro es cuando, muy claramente, Don Juan le dice a los aprendices
que son "toltecas" por ser receptores y conservadores de estos misterios.
Miguel León Portilla, en el vocabulario filosófico de su Filosofía náhuatl,
dice: "Toltecayotl: toltequidad, conjunto de tradiciones y descubrimientos
debidos a los toltecas. Conviene destacar el hecho de que los nahuas del
período inmediatamente anterior a la Conquista atribuían a todo lo más
elevado de su cultura un origen tolteca. Así, mencionan al artista como un
toltécatl; del orador como un ten-toltécatl (tolteca del labio, o de la
palabra). Esto prueba por una parte lo que se ha llamado "consciencia
histórica" de los nahuas, así como su afán de superación y cultura que los
lleva a comparar a sus sabios y artistas con lo que era para ellos el símbolo
del saber. Por eso también a sus sumos sacerdotes, a los directores
supremos de los Calmécac, dieron el título de Quetzalcóatl, evocando así al
genio tolteca por excelencia."

Por otra parte, el mismo autor, en la introducción del libro Toltecayotl -


aspectos de la cultura náhuatl- dice: "Toltecayot, traducido a la letra,
significa toltequidad: esencia y conjunto de creaciones de los toltecas.
Pero cabe desentrañar mejor la riqueza de sus connotaciones. De sentido
abstracto y también colectivo este vocablo es derivado de toltécatl Los
antiguos mexicanos lo empleaban para abarcar lo que consideraban
herencia suya, semilla de inspiración y condicionante de ulteriores
logros..."

Don Juan sabía, a través de la tradición oral, que él era un tolteca y que
sus prácticas y conocimientos se llamaban Toltequidad. Uno de los
aprendices dijo que probablemente Don Juan no sabía que los toltecas
conformaban una cultura; Don Juan simplemente era fiel a la tradición y
dentro de sus enseñanzas decía que un aprendiz se convierte en tolteca
cuando aprende los misterios del acechar y del ensoñar, y que con ello el
aprendiz retendrá estos misterios en su cuerpo. Don Juan decía que el
núcleo de nuestro ser era el acto de percibir, y a partir de la percepción se
llegaba a la toma de consciencia; estos estados (la percepción y la
consciencia) funcionan como una sola unidad; esta unidad tenía dos
esferas: una era la "atención del tonal" o "el primer anillo de poder", el
mundo de la razón y de los pensamientos. Y la otra era la "atención del
nagual" o "el segundo anillo de poder", el mundo de la voluntad y de los
actos. Don Juan señala que la única libertad que tiene el guerrero en el
mundo cotidiano consiste en llevar una conducta impecable. Lo más difícil
de afrontar en el mundo cotidiano para un guerrero es dejar ser a los
otros, y si los otros "no pueden", el guerrero debe ser impecable y no decir
una sola palabra. Al final de la obra los aprendices y Castaneda realizan un
extraño ejercicio tolteca de poder: asumen una posición cuya descripción
coincide exactamente con los llamados Atlantes de Tula, figuras en piedra
que representan a guerreros toltecas y que están en Tula, Hidalgo, México.

Este libro es la transición del trabajo de autor entre las enseñanzas del
lado derecho o la isla de tonal y las enseñanzas para el lado izquierdo o el
mundo de nagual. Castaneda tendrá que "recordar", y con ello los
conocimientos adquiridos ocuparán el sitio debido. Si en este libro baja la
calidad literaria y la información sobre el conocimiento es porque el propio
autor estaba "confundido" o iniciaba su tarea de "recordar". En los
restantes esta tarea es llevada con eficiencia creciente; los lectores de
Castaneda de "alguna manera" también pudimos ."entender" o
"ensamblar" la obra completa.
 

VI. EL DON DEL ÁGUILA

Primera edición en inglés, 1981 Primera edición en español, 1982

T'itulo original: The Eagle's Gift Coedición: Provenemex, Editorial Diana,

Edivisión, Campaña Editorial. Traducción: José Agustín.

Bien podríamos decir que El segundo anillo de poder es el prólogo de El


don del Águila. Corresponde al período de adaptación y por ende de
confusión de Castaneda. Las experiencias relatadas en este libro son las
peripecias ocasionadas por el encuentro con su "grupo". Relata, además,
cómo salvó las pruebas que su maestro le dejó, pero sobre todo

marca el inicio de una nueva forma de "procesar" el conocimiento recibido.

En El don del Águila este proceso ya es más claro y productivo para el


lector. En el prólogo el autor reitera que no se trata de un trabajo
antropológico a pesar de que por años ha tratado de deducir la matriz
cultural de este "sistema de conocimiento", el cual bien podría ser un
relato biográfico del encuentro con este conocimiento. Vuelve a insistir el
autor en que sus relatos no caen dentro de la ficción; que, por el contrario,
el haber seguido las enseñanzas y llevar a cabo sus prácticas y técnicas, lo
había transformado radical- mente en su vida personal y cotidiana, pues, lo
que en un principio supuso un sistema y prácticas primitivas resultó un
intrincado, complejo y sofisticado sistema de conocimiento prehispánico
llamado Toltequidad que lo "devoró", para convertirlo en aspirante a ser
"tolteca".

Este libro consta de tres partes: El otro yo, El arte de ensoñar y El don del
Águila, y un apéndice. Comentaremos aquellos capítulos que nos han
parecido de mayor relevancia para este trabajo que, como ya dijimos, tiene
el objetivo de introducir al lector en la obra de Carlos Castaneda.

LA FIJEZA DE LA SECUNDA ATENCIÓN

En una conversación que tiene Castaneda con "la gorda", ambos tocan un
punto interesante sobre el pasado prehispánico y el conocimiento de Don
Juan. La base del tema es la "fijeza de la segunda atención". Don Juan les
habla dicho que algunas de las pirámides son inmensos NO-HACERES en
los que los guerreros practicaban el ensueño y ejercitaban su segunda
atención, por lo que, para Don Juan, estos sitios no eran lugar de
alojamiento. lo que la ciencia occidental pretende deducir al respecto, con
sus investigaciones, nada tiene que ver con el pasado de estos lugares.
Recordemos que para los toltecas aquellos tiempos tenían "otro tonal", y
los hombres también. Quien trate de parar su diálogo interno ante las
grecas de Mitla, entenderá lo que dice Don Juan.

Don Juan le recomendó a "la gorda" no pararse en las zonas arqueológicas


porque eran dañinas para el hombre moderno. Le dijo además que él sabía
todo acerca de las ruinas porque él era un descendiente cultural de los
toltecas.

Don Juan le comentó que los brujos de otros tiempos fijaban su atención
en objetos materiales, como los Atlantes de Tula, y que todo aquello en
que los hombres o los brujos fijaban su preocupación obsesiva tenía un
potencial dañino. En este sentido Don Juan recomendaba a los guerreros
no enfocar su poder en nada material, sino en el espíritu. El guerrero debe
desprenderse de estas "miserables pasiones", quitarse esas fijezas, para
poder ser liviano y fluido

VIENDO JUNTOS

"La gorda" y Castaneda empiezan a "trabajar" juntos para recordar las


enseñanzas de¡ lado izquierdo, para lo cual deben desprenderse de todo ya
que un guerrero no puede aferrarse a las cosas ni a los sentimientos ni a
los pensamientos. Mencionan al sexo como una preocupación que
interfiere en el aprendizaje.

Para calmar a Castaneda, "la gorda" le masajea las pantorrillas, práctica


que le enseñó Don Juan. Al respecto podemos leer en la página 186 de
Cuerpo humano e ideología, de Alfredo López Austin: "Es muy probable que
ambas ideas tuvieran relación, y que se creyera que al apoderarse el
hechicero de algún tipo de fuerza localizado en la pantorrilla de la víctima,
robara la energía y dañara al enemigo al privarlo de un elemento
indispensable a su condición humana. En los relatos actuales es frecuente
que se diga que si alguien destruye las pantorrillas de las magas
mometzcopinique cuando éstas se encuentran en el viaje sobrenatural, las
malas mujeres mueren."

Muchas de las prácticas que Castaneda relata en sus obras están implícitas
o explícitas en las tradiciones, usos y costumbres de muchos pueblos
indígenas y campesinos del México de hoy.

LOS CUASI RECUERDOS DEL OTRO YO

La cultura occidental basa su conocimiento y superioridad en la razón; es


un mundo de ideas y no de sentimientos. Para los toltecas el mundo y la
realidad también se perciben con el cuerpo. El cuerpo registra y guarda
conocimiento; lo que sucede es que nosotros jamás usamos esa
información conscientemente.

Las enseñanzas de Don Juan, en consecuencia, tienen que ver mucho con
el cuerpo. Una de sus preocupaciones constantes sobre Castaneda era el
mal trato que le daba a su cuerpo y el mal estado en que lo tenia. Con
pequeñas bromas, siempre dejaba ver la necesidad de tener un "buen
tonal". Generalmente la filosofía occidental libra sus batallas en la mente y
a través de la razón. La Toltequidad libra sus batallas en el cuerpo del
aprendiz. Los aprendices que siguen la senda del guerrero poco a poco ven
transformar sus cuerpos. La resistencia y la fuerza en el cuerpo son
muestras del avance en el camino del conocimiento.

"La gorda" le dice a Castaneda que deben esperar, que al cuerpo se le debe
dar una oportunidad para que encuentre una solución en la tarea de
"recordar", ya que el guerrero no recuerda con la mente sino con el
cuerpo. Hay que aguardar el momento oportuno para que el cuerpo
"descargue" todo lo que "sabe" y trae almacenado.

EL TRANSBORDE DE LOS LINDEROS DEL AFECTO

En el camino del conocimiento hay un momento en que el guerrero se debe


despedir del mundo de sentimientos y afectos que lo acompañaron durante
toda su vida. El maestro le enseña al aprendiz a ir soltando, poco a poco,
todas aquellas cosas a las que el aprendiz se aferra; sin embargo, siempre
quedan algunas cuantas que el aprendiz debe guardar, unas cuantas que le
proporcionen, en los momentos necesarios, alegría y bienestar. Pero
llegado el momento, también estas cosas se deben soltar. Al ya no vivir
"prendido" a los sentimientos de la vida cotidiana se le llama "perder la
forma humana".

Por eso, como un guerrero sabe lo que está esperando, no' quiere nada.
Mientras espera deleita a sus ojos con todo lo que contempla del mundo;
un guerrero cuando "mira" al mundo, ríe.

Una de las técnicas que Don Juan les enseñó a sus aprendices consistía en
que debían considerar al grupo como un organismo viviente. Es común en
las culturas prehispánicas ejemplificar las organizaciones humanas con
algunos animales. En la página 87 del libro de "pez Austin Cuerpo humano
e ideología leemos: "En los textos (nahuas] aparece una metáfora con la
que se designa a los Macehualtin [el pueblo]: 'la cola, el ala'; como si el
tiatocáyoti fuese una gran águila en la que los plebeyos tuviesen la función
de sustentación; pero no la 'dirección de la marcha'. Formados en cuatro
parejas constituían una víbora de cascabel, animal fundamental en la
cultura tolteca."

La maestra Laurette Séjoumé en su libro Pensamiento y religión nos dice


en la página 169: "Las otras metáforas señalan todas la misma nostalgia
de la liberación. La serpiente de fuego es el individuo ardiente en deseos
de trascender su condición terrestre."

UNA HORDA DE BRUJOS IRACUNDOS

La medicina del guerrero, ante el cúmulo de sentimientos encontrados en


los que siempre se mueve el hombre común, es el sentido de sobriedad que
le da un estilo muy propio. Su signo es que es inalterable. Si un guerrero
encuentra obstáculos en su camino trata de superarlos de manera
impecable. Si al tratar de hacerlo encuentra dolor y privaciones
insoportables, entonces llora, consciente de que todas sus lágrimas juntas
no cambiarán su situación.

PERDER LA FORMA HUMANA


Resulta interesante leer en este libro la honesta confesión de Castaneda de
que hasta después de muchos años de ser discípulo de Don Juan y seguir
sus técnicas y procedimientos logra perder la forma humana. Confiesa que
experimentó una disminución de sus nexos personales con el mundo, pero
sólo en un plano intelectual; en el mundo cotidiano seguía como siempre,
hasta que muchos años después perdió la forma humana.

Perder la forma humana no es asumir una actitud superficial de


indiferencia o negligencia ni de enajenación o soledad. Es más un
sentimiento de lejanía, una especial capacidad de vivir todo intensamente
pero sin tener pensamientos. Las acciones de las personas ya no tienen
valor porque no existen expectativas. Dice Castaneda que la fuerza que
regía su vida era una extraña paz. Había llegado al desapego que tanto le
recomendó Don Juan.

En un guerrero sin forma humana ya no hay lugar para los celos, la


tristeza, las envidias, los enojos, los amores o las pasiones humanas; éstas
nos impiden ser libres. El no tener forma humana no implica ser sabio,
pero sí poder detenerse un momento antes de actuar.

ENSOÑANDO JUNTOS

Contra lo que pueda pensarse, las enseñanzas de Don Juan pueden


ponerse en práctica en el mundo cotidiano. Eso sí, además de decisión y
valor, se requiere una inmensa capacidad para autodisciplinarse y hacer
las cosas sin esperar recompensa alguna. Castaneda estuvo trabajando
años enteros con ejercicios o tareas que en apariencia no tenían sentido o
un resultado práctico. Es curioso, pero quien ha tenido la oportunidad de
convivir con los indígenas y los campesinos podrá encontrar en su forma
de ser y actuar muchas semejanzas con las técnicas que Castaneda
aprendió. Los campesinos y los indígenas tienen desarrollada una "cultura
de resistencia" ante el ataque del criollo y del mestizo. La fuerza de su
resistencia tiene que ver con las prácticas que Don Juan le recomienda
aprender a Castaneda para hacerse guerrero. La diferencia es que como los
indígenas y los campesinos, según ellos mismos dicen, "no son gente de
razón", lo hacen como parte de una herencia cultural milenaria.

Para ensoñar, Don Juan le enseñó a Castaneda tres técnicas: romper las
rutinas de la vida, la marcha de poder y el no hacer, las cuales se aplicaban
directamente en la vigilia de nuestra vida cotidiana, pero sus beneficios se
sentían cuando el aprendiz enseñaba.

Don Juan dice, en repetidas ocasiones, que en el nagual no puede haber


ningún avance que no esté apoyado con un gran esfuerzo y trabajo en el
tonal.

El ensoñar, como lo veremos en los últimos libros, es uno de los pilares


fundamentales de la Toltequidad, pero se sustenta en el trabajo y el
dominio del mundo cotidiano. El ensoñar, que no es lo mismo que soñar
simplemente, implica cierto dominio o control del sueño. Es una práctica
antiquísima, no sólo de los toltecas sino de casi todos los pueblos del
mundo; por diferentes vías estos pueblos han logrado obtener
conocimiento del mundo de los sueños.
En la página 245 del citado libro de López Austin leemos: "En cuanto al
abandono del cuerpo humano durante el sueño, evidentemente se concebía
el ensueño como la percepción de la realidad en sitios distantes al ocupado
por el cuerpo dormido. En la antigüedad, como en las comunidades
indígenas actuales, se creía posible entablar conversaciones con los seres
divinos durante el sueño, y las visiones oníricas eran fuentes a las que
continuamente se recurría para conocer lo oculto; muchas cosas se hacían
o dejaban de hacer por los sueños, donde muchos 'miraban', y de los
cuales tenían libros con lo que significaban, por imágenes o por figuras",
nos dice Fray Bartolomé de las Casas. Desgraciadamente, los celosos
misioneros vieron en la interpretación de los sueños algo diabólico y los
libros de los que habla el dominico fueron destruidos por los españoles.
Apenas quedan unas cuantas noticias acerca de las interpretaciones. Entre
las fuentes subsisentes están los pobres textos sobre los sueños de los
PRIMEROS MEMORLALES y las escuetas menciones de Fray Diego Durán.
Pero al menos quedaron registradas las opiniones de los misioneros en el
sentido de que la interpretación de los sueños era una práctica constante y
una supuesta fuente de conocimiento de gran valor para los indígenas.

Y en la página 246 de¡ mismo libro leemos: "muy significativa es para este
tema la palabra cochitiehualiztli, que no aparece en Molina, pero que
registra Simeón, apoyado en Paredes. Significa 'ENSUEÑO', pero
etirnológicamente es 'el levantamiento cuando se está dormido'. Apoyo
menor de la idea del viaje del TONALLI durante el sueño es el significado
del verbo 'despertar', que según Molina es ZA(NI (NI-ZA) o hualiza (NI).
Su traducción literal es 'estar aquí en el segundo."

LA CONCIENCIA DEL LADO DERECHO Y LA DEL LADO IZQUIERDO

En la Toltequidad todas las facultades, posibilidades y éxitos del


conocimiento, partiendo del más sencillo al más complejo, se hallan en el
cuerpo humano mismo.

El cuerpo humano no es "realmente" de carne y hueso, está compuesto de


células, moléculas y átomos como la parte indivisible de "esta materia" y,
como sabemos, los átomos no son partículas sólidas sino cargas de
energía. Por lo tanto podemos considerar "científicamente" al cuerpo como
un conjunto de cargas energéticas y, por consecuencia lógica, debemos
verlo como "un ser luminoso". Lo importante no es saber que somos
energía sino que podemos crear energía. Esta energía es la espiritual.

El arte del maestro es hacer "flexible" la razón del aprendiz, sin que éste
"pierda la chaveta", para que así, logre aceptar que es un huevo luminoso
rodeado de un mundo de cargas energéticas; que ese huevo luminoso es
un perceptor y que a través de la percepción de una de sus partes (derecha
o tonal) ha "creado un mundo de objetos sólidos", resulta un desafío
temerario.

El cuerpo, a final de cuentas, es todo cuanto tenemos. Aquí se dan las tres
premisas con las que nos "igualamos" a todos los seres vivos de la tierra.
La primera es que estamos vivos; la segunda, que sentimos, y la tercera,
que nos vamos a morir.
Para las culturas mesoamericanas el cuerpo era una fuente de
conocimiento y tenía una profunda relación con la tierra y el cosmos.
Dentro de¡ cuerpo había dos grandes divisiones que se cruzaban en el
ombligo, lugar donde, según Don Juan, la "voluntad" se conecta con el "el
mundo de afuera". El concepto de ombligo tiene profundas acepciones
filosóficas en estas culturas. La primera división del hombre es la que se
hace de la parte de arriba (el cielo) y la parte de abajo (la tierra) tomando
como punto de referencia el ombligo. La segunda es la parte derecha
(tonal) y la parte izquierda (nagual) siempre tomando como referencia el
ombligo. Con estos cinco puntos se hace el quincuanse, punto fundamental
en la filosofía, arquitectura e iconografía del México antiguo.
Filosóficamente vivimos el Quinto Sol y el hombre tiene cinco puntos
cardinales en el espacio. Arquitectónicamente, en casi todas las ruinas
arqueológicas encontramos cuatro construcciones ubicadas hacia los
cuatro puntos cardinales y una quinta en el centro. inconográficamente
encontraremos en cerámica, madera, hueso o textiles, lo que se ha llamado
"la cruz de Quetzalcóatl", que se representa por cinco puntos o motivos.

Con referencia a la parte Izquierda, en la que las culturas del México


antiguo dividían al cuerpo humano, López Agustín en el libro citado, página
175, dice al respecto: "No debe extrañar que en algunos casos la fuerza
sobrenatural de los seres humanos señalados por los dioses se creyera
ubicada en el lado Izquierdo del cuerpo.

LA REGLA DEL NAGUAL

Para las prácticas de la Toltequidad, un guerrero debe mantener un estado


de sobriedad y control en donde los sentimientos humanos tengan muy
poco espacio, en donde los pensamientos de ganancia y gratificación
personal no operen.

El guerrero no debe dejarse "deslumbrar" por las percepciones de la


segunda atención. Llegar a ella no nos libera automáticamente de nuestras
torpezas humanas. Un aprendiz que llegase a la segunda atención sin
perder la forma humana, sin tener sobriedad, disciplina y control, puede
"perecer" al igual que los primeros toltecas que se perdieron en la segunda
atención y "descuidaron el mundo cotidiano".

EL DON DEL ÁGUILA

La historia oficial del México prehispánico se elabora en base a los estudios


e investigaciones "científicas" a partir, fundamentalmente, de la Cultura
Mexica, tomando como datos fidedignos lo que escribieron, producto de
sus personales interpretaciones, los conquistadores, los cronistas, los
frailes y algunos indígenas que se occidentalizaron inmediatamente
después de la Conquista. Las raíces del México antiguo se pierden en el
tiempo. Francisco Javier Clavijero, en su Historia antigua de México señala
que es casi imposible conocer los orígenes de los pueblos del Anáhuac. "La
historia de la primitiva población de Anáhuac es tan oscura y está tan
alterada con tantas fábulas (como las de los demás pueblos del mundo)
que es imposible atinar con la verdad [...) Varios de nuestros historiadores
que han querido penetrar este caos, guiados por la débil luz de las
conjeturas, de fútiles combinaciones y de pinturas sospechosas, se han
perdido entre las tinieblas de la antigüedad y se han visto precisados a
adoptar narraciones pueriles e insubsistentes." (Vol. 1, PP. 173). La
tradición oral describe a los toltecas no como cultura sino como hombres
de conocimiento, como sabios y generadores del conocimiento. Su gran
maestro fue Quetzalcóatl y el comón del México antiguo, el centro de
donde partió la Toltecáyotl, fue la ciudad de Teotihuacan.

Laurette Séjourné, en su espléndido libro Pensamiento y religión en el


México antiguo, nos dice: "Teotihuacan hunde sus raíces en el universo
fragmentado de los tiempos arcaicos, únicamente la visión de la
inmensidad del espíritu de la chispa divina que lega y armoniza- pudo
engendrar la potencia activa que presidió la fundación de la ciudad
construida a la gloria de esa serpiente emplumada que es el hombre
consciente. [... 1 Asi, lejos de implicar groseras creencias politeístas, el
término Teotihuacan evoca el concepto de la divinidad humana y señala
que la Ciudad de los Dioses no era otra que el sitio donde la serpiente
aprendía milagrosamente a velar, es decir, donde el individuo alcanzaba la
categoría de ser celeste por la elevación interior."

Don Juan se decía heredero cultural de los toltecas y supuestamente nació


en Arizona, de ascendencia Yaqui y Yuma.

Don Juan dividía la consciencia en tres partes. A la primera porción y más


pequeña la llamó "primera atención"; esta consciencia es la "común", la
que todos tenemos y en la cual enfrentamos el mundo cotidiano, y está
relacionada con la consciencia del cuerpo físico. A la siguiente porción de
la consciencia, mucho mayor en tamaño, la llamó la "segunda atención", y
es la que percibe el hombre como un capullo luminoso, al mundo como
energía, y que nos permite actuar como "seres luminosos". La segunda
atención siempre se mantiene en la "trastienda" de nuestra consciencia y
sale a través de un trabajo dirigido y disciplinado, o por medio' de un
trauma accidental que la puede poner en funcionamiento. La tercera
atención, que es la última parte y la mayor en dimensión, es una
consciencia de los cuerpos físico y luminoso. La primera atención fuerza a
percibir el mundo de energía como un mundo de ideas y objetos pero, en
realidad, somos seres capaces de volvernos conscientes de nuestra
luminosidad (segunda atención) y que a través de la Toltequidad se podía
intentar penetrar en la tercera atención. De hecho todos los hombres antes
de morir se "llenan" de su totalidad, para inmediatamente entrar en la
tercera atención para ser "devorados por el Águila".

La Toltequidad propone, a través de sus enseñanzas, llegar a la totalidad


de uno mismo y, antes de morir, pasar a "voluntad" en la tercera atención,
pero sin perder la consciencia de uno mismo (sin ser devorados por el
Águila, recibiendo el don del Águila).

Es importante señalar que Don Juan le dice a Castaneda que el origen y fin
de toda la Toltequidad o brujería radica en el cuerpo humano. Para ello, al
cuerpo lo divide en dos partes: el tonal o parte derecha, que contiene todo
lo que la razón o intelecto es capaz de crear o concebir. El lado izquierdo, o
nagual, es lo indescriptible, algo inexplicable con palabras; si acaso
"comprendido", si ello implica la capacidad que tiene todo el cuerpo para
saber.

Don Juan dice que el movimiento que realiza un aprendiz entre el lado
derecho y el izquierdo le permite comprender que el lado derecho es lento
y gasta mucha energía en la continuidad de la vida; mientras que el lado
izquierdo es inherente a la economía de energía y a la velocidad.

Precisamente a la habilidad de percibir todo en un instante y de una sola


vez Don Juan le llama INTENSIDAD.

En este libro se aclara lo que ya se venía sintiendo desde el segundo anillo


de poder: Carlos Castaneda no se acoplaba perfectamente con su camada.
Don Juan no se había percatado de que Castaneda sólo tenía tres
compartimientos en vez de los cuatro que debía tener en su cuerpo
luminoso, por lo que se convertía en un "nagual de tres puntas" para el
que la regla normal no se aplicaba, y además existían dos ensoñadoras del
norte en el grupo ("la gorda" y Rosa).

Cada grupo o ciclo que conoce la regla está compuesto de 17 personas


como número mínimo; ocho guerreras (4 acechadoras y 4 ensoñadoras),
cuatro guerreros y cuatro propios, y la mujer nagual.

El grupo de Don Juan estaba constituido por Cecilia, Della, Teresa y


Emilito; Vicente Medrano, Hermelinda, Carmela, Juan Tuna, Zuleica, Zoila,
Silvio Manuel, Mrtha, Nélida, Florinda y Genaro.

El grupo de Carlos Castaneda hasta ahora (por lo menos en los libros)


consta de: Soledad, María Elena ("la gorda"), Lidia, Rosa, Josefina, Eligio,
Benigno, Néstor, Pablito y la mujer nagual (Carol).

En este libro Castaneda describe 7 principios y 3 reglas de los acechadores,


los cuales son los siguientes:

1. Elegir el campo de batalla.

2. Eliminar todo lo innecesario.

3. El guerrero debe estar dispuesto en cualquier momento a entrar en


batalla (pero no a lo loco).

4. El guerrero debe descansar, olvidarse de sí mismo y no tener miedo.

S. El guerrero no puede dejarse ir con la corriente; cuando no pueda


avanzar, el guerrero debe retirarse momentáneamente y ocuparse en otra
cosa.

6. El guerrero debe saber comprimir el tiempo (no puede desperdiciar un


instante).

7. El guerrero nunca deja ver su juego y no se pone al frente de nada.

Las tres reglas que nos describe Don Juan son:

1.Todo lo que nos rodea es un misterio insondable.

2.Debemos tratar de descifrar el misterio sin tener la menor esperanza de


lograrlo.
3. Consciente del insondable misterio que lo rodea, el guerrero toma un
legítimo lugar como un misterio más; por consiguiente, el misterio de ser
no tiene límite.

Don Juan dice que de la aplicación de los 7 principios y de las 3 reglas del
acecho, resulta lo siguiente en el guerrero:

1. Nunca se toma en serio, se ríe de sí mismo y como puede hacer el papel


de tonto, puede hacer tonto a cualquiera.

2. 2. Nunca tiene prisa, nunca se irrita y tiene una paciencia sin fin.

1. Aprende a tener una capacidad infinita para improvisar.

2. La REGLA dice:

3. Que al poder que gobierna el destino de todos los seres vivos


del mundo se le conoce por el "Águila" (Pero no es un águila)

El "Águila se alimenta de las consciencias de todos los seres vivos que


después de morir se elevan como luciérnagas para ser "devorados por el
Águila".

El "Águila", para perpetuar la consciencia de los seres vivos, les ha


concedido, si así lo desean, la oportunidad de buscar, a través de ella, una
apertura que lleve a las consciencias a la libertad; a esto se le llama el
"don del Águila". El Águila para tal efecto creó a la mujer y al hombre
nagual, seres vivos que en vez de tener dos compartimentos de energía
(nagual y tonal) tienen cuatro (dos y dos) y los puso en el mundo para que
"vieran", dotándolos de un grupo mínimo para realizar su tarea,
compuesto éste de cuatro guerreras acechadoras, tres guerreros y un
propio. Este grupo tenía que ser capacitado y desarrollado para cumplir
con el objetivo. La primera orden del Águila es que el nagual debe
encontrar a cuatro guerreras ensoñadoras. Después se le ordenó encontrar
a otros tres propios.

El Águila, para evitar que el "equipo perdiera el camino, se llevó a la mujer


nagual al otro mundo", es decir, allá donde debe de cruzar el grupo. La
mujer nagual servía al grupo cono guía o faro para la travesía. Finalmente,
el nagual y su grupo reciben la orden de "Olvidar" para iniciar una nueva
tarea: la de recordarse a sí mismos y al Águila. Se supone que si logran
recordarse a sí mismos nuevamente, pueden llegar a la totalidad.

Su última tarea corno grupo en la Tierra, después de recobrar la totalidad


de sí mismo, es conseguir un par de seres "dobles" para iniciar otro nuevo
ciclo con una mujer nagual y un hombre nagual, proporcionándoles el
grupo mínimo para que ellos inicien el nuevo ciclo.

El Águila les ordenó llevarse a la mujer nagual consigo, de este otro nuevo
grupo, para que les sirva de guía a sus compañeros de camada.

 
 

RELACION Y CARACTERISTICAS DE LOS

GUERREROS DEL GRUPO DEL NAGUAL

JUAN MATUS

NOMBRE TIPO DIRECCION ATRIBUTOS

1° 1. VICENTE MEDRANO GUERRERO ERUDITO ESTE EL ORDEN

2. CARMELA ACECHADORA ESTE EL CORAZON

3. HERMELINDA ENSOÑADORA ESTE OPTIMISMO SUAVE

4. JUANA TUNA PROPIO ESTE BRISA CONSTANTE

2° 5. GENARO FLORES GUERRERO DE ACCION NORTE LA FUERZA

6. FLORIDA ACECHADORA NORTE BRUSQUEDAD

7. NELIDA ENSOÑADORA NORTE DIRECTA TENAZ

3° 8. SILVIO MANUEL GUERRERO ORGANIZADOR OESTE SENTIMIENTO

9. ZOILA ACECHADORA OESTE INTROSPECTIVA

10. ZULEICA ENSOÑADORA OESTE REMORDIMIENTOS

11. MARTHA AYUDANTE OESTE ASTUTA TAIMADA


4° 12. JUAN MATUS NAGUAL SUR CRECIMIENTO

13. CECILIA ENSOÑADORA SUR NUTRE

BULLANGUERA

14. DELIA ACECHADORA SUR TIMIDA

15. EMILITO PROPIO SUR ANIMADO

16. TERESA AYUDANTE SUR EL VIENTO CALIENTE

17. LA MUERTE NAGUAL.

LA SERPIENTE EMPLUMADA

Al último capítulo de este libro Castaneda lo titula "La serpiente emplumada" y no


creemos que lo haya puesto como elemento decorativo; suponemos que en futuros
libros se hablará con mayor precisión de la relación de la Toltequidad y las llamadas
"Enseñanzas de Don Juan". Como hemos dicho, al profundizar en la obra del autor
sorprende encontrar el paralelismo que hay con la "tradición oral" del llamado "México
profundo" y también de alguna manera con la Academia; como prueba de ello nos
permitimos citar, otra vez, a la maestra Séjourné en su libro Pensamiento y religión. Pág.
95: " ... como consciencia de un orden Superior, su efigie no puede ser otra que el
símbolo de esta verdad y las plumas de la serpiente que lo representan deben hablamos
del espíritu que permite al hombre - hombre cuyo cuerpo, como el del reptil, se arrastra
en el polvo-- conocer la alegría sobrehumana de la creación, constituyendo así un canto
a la soberana libertad interior. Esta hipótesis se ve confirmada, además, por el
simbolismo náhuatl, en el cual la serpiente representa la materia - su asociación con las
divinidades terrestres es constante- y el pájaro, el cielo. El Quetzalcóatl es entonces el
signo que contiene la revelación del origen celeste del ser humano."

   

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