Está en la página 1de 3

La oposición entre una inmediatez autosuficiente del contenido y del

saber, [por un lado], y una mediación igualmente autosuficiente que no


sea asociable con la inmediatez [por otro], hay que apartarla, en primer
término, porque es una mera presuposición y una aseveración arbitraria.
Igualmente todas las otras presuposiciones y prejuicios han de ser aban­
donados cuando se ingresa en la ciencia, sean ellos tomados de la repre­
sentación o del pensamiento, pues dentro de la ciencia es donde deben ser
precisamente investigadas todas las determinaciones de esta clase y donde
se debe conocer qué es lo que hay en ellas y en sus contraposiciones.

El escepticism o , en cuanto ciencia negativa llevada a término a través de todas


las formas del conocer, podría ofrecerse como introducción [a la lógica], en la cual
introducción se pondría en evidencia la nulidad de tales presuposiciones. Pero éste
sería no sólo un camino insatisfactorio, sino también y por lo mismo, un camino
superfiuo, ya que lo dialéctico mismo es un momento esencial de la ciencia afir­
mativa, como en seguida se indicará244. Por lo demás, [este camino] debería tam­
bién hallar las formas finitas como algo dado de manera empírica y acientífica. La
exigencia de un tal escepticismo consumado es la misma que pide que la ciencia
parta de la duda universal , esto es, de una carencia total de presuposiciones. Esta
exigencia se lleva a cabo propiamente en la decisión de querer pensar con toda
pureza , decisión que lleva a cabo la libertad 245, la cual abstrae de todo y com­
prende su propia y pura abstracción, es decir, la simplicidad del pensar.

CONCEPTO MÁS PRÓXIMO Y DIVISIÓN DE LA LÓGICA

§79

Lo lógico, según la forma, tiene tres lados: a) e l abstracto o propio del


en ten d im ien to; fi) e l dialéctico o racional-negativo; y) e l especulativo o
racional-positivo.

244 § 78 N. En el § siguiente (BL).


245 § 78 N. Se ratifica aquí el resultado de la introducción (§ 17): El comienzo subjetivo
de la filosofía es el acto libre de quien se decide a pensar sin presupuestos ni prejuicios. La
raigambre kantiana («¡atrévete a pensar!») y, sobre todo, fichteana de la postura de Hegel la
subraya Werder, Karl, Logik. Commentar und Ergänzung zu Hegels Wissenschaft der Logik,
cap. I. Berlin, 1841. Reimpreso en Hildesheim, 1977 (VA).
Estos tres lados no constituyen tres partes de la lógica, sino que son tres
m om en tos de tod o lo lógico-rea l , es decir, de todo concepto o de todo lo verda­
dero en general. Pueden ponerse en conjunto bajo el primer momento, es decir,
bajo el en ten d im ien to , y así mantenedos separados, pero de este modo no son
tratados con [arreglo a] su verdad propia 246.— La indicación que aquí se hace
sobre las determinaciones de lo lógico, como también sobre su división, debe
tomarse en cualquier caso como una indicación de carácter histórico y como
anticipo.

§80

a ) El pensamiento en cuanto entendim ien to se queda parado en la


determinidad fija y en la distintividad de ella frente a otra; un tal abstrac­
to [así] delimitado vale para el entendimiento como siendo de suyo y
como subsistente.

§81

El momento dialéctico es el propio superar de tales determinaciones


finitas y su pasar a sus opuestas.

1) Lo dialéctico, tomado por el entendimiento como algo separado de por sí,


especialmente cuando se hace patente en los conceptos científicos, constituye el
escepticism o ; éste contiene la mera negación como resultado de lo dialéctico. 2) La
dialéctica se considera habitualmente como una habilidad extrínseca que puede
producir arbitrariamente una confusión en determinados conceptos y una mera
apariencia de contradicción en ellos, de modo que [según este modo de ver] lo nulo
no serían aquellas determinaciones, sino la apariencia [de contradicción], y lo
que el entendimiento capta, por el contrario, sería más bien lo verdadero.
Frecuentemente la dialéctica se considera como algo que no va más allá de un sis­
tema subjetivo para columpiar raciocinios que van de acá para allá y de allá para
acá. En ellos falta la riqueza de contenido, y su vaciedad se recubre con ese inge­
nio que aquel modo de raciocinar engendra.—Pero en su determinidad propia, la
dialéctica es más bien la propia y verdadera naturaleza de las determinaciones del
entendimiento, de las cosas y de lo finito en general. La reflexión es en primer tér­

246 § 79 N. En el original de E NC C se lee «no son tratados en verdad», Preferimos, con


NP, «en su verdad», tal como se lee en ENC A y ENC B (VA).
mino un rebasar la determinidad aislada y un referirla de tal modo que, puesta en
relación, se mantiene por lo demás en su valor separado. La dialéctica, por el con­
trario, es este rebasar inmanente en el cual se expone la unilateralidad y limitación
de las determinaciones del entendimiento tal como es, a saber, como su propia
negación. Todo lo finito es este superarse a sí mismo. Por ello, lo dialéctico cons­
tituye el alma móvil del proceder científico hacia adelante y es el único principio
que confiere conexión inm anente y necesidad al contenido de la ciencia, deí mismo
modo que en él reside en general la verdadera y no extrínseca elevación sobre lo
finito.

§82

y) Lo especulativo o racional-positivo aprehende la unidad de las deter­


minaciones en su oposición, lo afirmativo que se contiene en la disolución
de ellas y en su pasar.

1) La dialéctica tiene un resultado positivo porque tiene un contenido d eter­


minado o [lo que es lo mismo], porque su resultado no es verdaderamente la
nada abstracta y vacía , sino la negación de determ inaciones [sabidas como] ciertas ,
las cuales se conservan en el resultado, precisamente porque éste no es una nada
inmediata, sino un resultado. 2) Este [resultado] racional, por consiguiente, aun­
que sea algo pensado e incluso abstracto, es a la vez algo concreto porque no es una
unidad sim ple , form a l , sino unidad de determ inaciones distintas . Con meras abs­
tracciones o pensamientos formales la filosofía nada tiene que ver en absoluto, sino
solamente con pensamientos concretos. 3) En la lógica especulativa se contiene la
mera lógica del entendim iento y ésta se puede construir igualmente desde aquélla;
para ello no se requiere otra cosa que omitir lo dialéctico y racional; de esta
manera [la lógica especulativa] se convierte en la lógica usual, una historia [o
enumeración] de varias determinaciones del pensamiento colocadas juntas y que
en su finitud valen como algo infinito.

§83

La lógica se divide en tres partes:

L La doctrina del ser.


II. La doctrina de la esencia.
III. La doctrina d el con cepto y d e la idea.

También podría gustarte