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EL SÁBADO EN EL ANTIGUO TESTAMENTO

Raymundo Ramos Dávalos

Ex 20, 8 -11: Enfatiza el reco rdar y no menciona el guardar, habla en


presente imperativo.
Dt 5, 12 -15: Aquí se habla en futuro y se enfati za el guardar antes que
el recordar el sábado.
En Éxodo, aparece el mandamiento del sábado y es el mandamiento que
más se ha comentado por escrito de tod o el decálogo, aún más que los
judíos. El estudio más interesante sobre el tema lo hizo Kart Barth, sobre
las refl exiones de Lutero. El primer versí cu lo de la formulación del
decálogo, es un versículo de una gran concisión teológica, porque en una
sola línea aparec en 3 ideas fundamental es de toda la espiritualidad
judaica, que estructuran incluso la misma experiencia religiosa de Israel.
El tema del sikkaron o memorial, el t ema de la creación evoc ado por el
shabbat, y el tema de la santificación, 3 grandes pilares en la histori a de
la espiritualidad judaica.
Primero el tema del memorial.
Barth dice en su libro “ Evocaciones del sábado en la piedad crist iana ”,
que no existe en español:
“ El recordar o sikkaron en la teología judaica no es simplemente traer a la
memoria eventos del pasado, o elementos de la cultura, o la enseñanza
recibida de los propios padres, el recuerdo en la teología judaica , es una
acción ritual que no puede hacer el singular individuo aislado, siempre es
un recuerdo comunitario, en familia, viene en singular porque es un
mandamiento dirigido al pueblo, que solo se puede cumplir en comunidad.
Es una acción que compromete a la comunidad y que sólo ella puede
desarrollar, no es un ejercicio de la propia mente sino de una serie de
actos o palabras que se pronuncian en común para actualizar un evento
salvífico del pasado, esto es el recuerdo o memorial en la Biblia” .
El sikkaron es un término extraordinariamente importante, viene de
sakkar , e implica 3 cat egorías fundamen tales que constituyen la base de
toda la teología judaica de la pascua:
1- Es una acción comunitaria, la as amblea de Israel, que nosotros
llamamos lo s cri stianos, ekklesía, la comunidad de los convocados,
el kahal , reunida en una acción ritual que evoca una acción salví fico
del pasado, y que es por excelencia, la salida de Egipto o Pascua,
también hubo otros el emento s como: la llamada de Abraham, la
salvación de las tribus por José, etc.
2- Este evento del pasado que afectó a nuestros padres pero que
condicionó nuestra historia co mo pueblo convocado por Yahvé, lo
hacemos presente, o mejor aún, nosotro s nos hacemo s
temporalmente contemporáneo s al éxodo del pasado. Es como si las
condiciones del presente se diluyeran ab sorbidas o subsumidas por
el tiempo salvífico por excelencia que es el éxodo o liberación
pasada. El éxodo sigue proyectando sus efecto s benéficos haci a al
presente y hacia todos lo s tiempos, la acción ritual de la comunidad
hace que se diluyan las condiciones del presente, de tal manera que
la asamblea experimenta el mi smo acontecimiento del pasado, que
no se repite, no es que haya un éxodo cada vez que se reúnen los
judíos a celebrar la pascua, el éxodo es único y no se repite, pero
que continúa actualizando o concretizan do en la historia la acción
salvadora de Dios. En el presente el ritu al, a través del sikkaron,
hace que el éxodo extienda sus efecto s salvíficos a la comunidad
que todavía 1500 años después se est á reuniendo para celebrar el
mismo acont ecimiento.
3- Pero también el memo rial es evoca ción de un tiempo futuro en el
que Dios nos hará pasar de un mundo caduco a la beatitud o de la
plenitud, fue un concepto tardío, surge la idea de la vida eterna. El
memorial no s hace experimentar ya en el presente de alguna
manera, el futuro que nos espera, nos anticipa el momento. Esta es
una estructura trit emporal, que es exact amente la de la eucaristía
cristiana. El memo rial de la Cena por ejemplo, es un momento
presente que evoca un pasado y nos pro yecta a un futuro. Nuestro
éxodo no es el paso del Mar Rojo, es el paso de la muerte a la vida
de éste que nos ha asumido a todos en l a carne y nos ha llevado en
su viaje hacia el Padre pasando por el dolorosísi mo Mar Muert o que
representa el Calvario. En el presente d e la comunidad se realiza la
Cena que hace que la comunidad en el tiempo que sea, en México
abril de 2007, rompa los límites de su propio tiempo y se haga
presente a la Pascua de Jesús ; el sacri fi cio de Jesús no se repite
cada vez que haya una Cena del Señor, no lo volvemos a cruci ficar,
lo que hace la Cena cristiana es hacer presente a l a comunidad, en
el momento de la entrega de Cristo al Padre, que en la fuerza del
Espíritu entrega una nueva humanidad, la de los redimidos. Pero al
mismo tiempo, es anuncio, en cuanto proclamación profétic a de algo
que ha de venir; y anticipación del reino escatológico , en cuanto
empezamo s a experimentar en el aquí y el ahora la plenitud , el
reino de la beatitud, la felicidad plena que consiste la c ontemplación
del rostro de Dios, a esto l e llamamos reino escatológico , la
consumación de los tiempos .
Esto es lo que significa la palabra recuerda o acuerda , si no se tiene en
cuenta los 3 elementos t emporales, no se puede comprender la
importancia del sábado : presente, que hunde sus raíces en el pasado, al
cual se introduce a la co munidad de presente , a través de la acción r itual
llamada memo rial, siempre es ese pasad o salvífico el que da razón de
todo, la comunidad en el presente no podría nada si no pudiera hundirse
en la dinámica salvífica del pasado, que para nosotros es la pascua de
Cristo y para los judíos es el éxodo; pero al mismo ti empo esta comunidad
hunde sus raíces en la dimensión salvífic a del pasado para poder
vislumbrar su futuro y caminar hacia él, cuando e sa acción salvífi ca del
pasado llegará a plenitud, cuando Dios sea todo en todos como dice Pablo
en una de sus cartas más bellas .
El segundo tema es el de la Creación:
El shabbat es el día en que confluye toda la obra creadora de Dios.
Dios crea en 6 días y el séptimo día hac e shabbat, así dice el texto
hebreo, palabra que significa dejar de hacer algo, reposar . En la palabra
sábado viene la idea del descanso, pero el descanso semítico se entiende
como la suspensión de toda laboriosidad , no es el ocio, el cual para un
judío es pecado, el descanso no es tirarse y no hacer nada porque es
sábado, hacer shabbat es cesar en las actividades formales que
conforman la vida: el trabajo del campo, del comercio, de la
administración y política, etc., actividades de l a vida cotidiana, para hacer
otras actividades que tienen como única finalidad comunicarse con Dios .
No es un día de descanso , en el sentido bíblico , es un día de consagración
a Dios, es un día para trabajar el espírit u, se cesa en lo s otros t rabajos
porque hay un trabajo más importante, el del séptimo día, que es el de la
alabanza, el de la escucha de la Palabra, el de la proclamación de las
maravillas de Dios, el del anuncio profét ico del reino que esta por venir,
el sábado por tanto es un día de trabajo espiritual.
El sábado no es para el ocio, la madre d e todos los vicios, más bien, el
sábado es el espacio temporal para el encuentro : para el encuentro con
Dios, y para el encuentro con la comunidad .
En la comunidad primitiva se reunían a escuchar la Palabra, escuchaban la
enseñanza de los apóst oles o lo s pastores y maestro s de ella, luego
participaban del ágape, para finalmente reunir la colecta para los pobres
de la comunidad. El sábado representa el día en que Dios contempla
su creación , en el sexto día dijo Dios que todo estaba no bien, sino muy
bien. La palabra bien se traduce también como belleza, ambas se
corresponden mutuamente, ayuda al hombre a ser más semejante a Dios,
lo que es bello es bueno y viceversa, so n como dos dimensiones de una
misma realidad, realidad que procede de Dios, la creación es buena y es
bella, ki tob . La creación es bella y es deleitosa, es digna de ser
contemplada, el último día Dios contempla la bondad de su creación, es
un día en que el hombre es invitado a contemplar la bondad y la
belleza de Dios y de su obra, no es un solo día en que se está
obligado a no trabajar y cumplir con una serie de ritos, sino un día
en donde el hombre tiene que elevar su espíritu, o como decían los
judíos de Alejandría, levantar el corazón, lo cual significa,
distanciarse de las realidades de las que el corazón se ocupa
cotidianamente. El sábado el corazón se levanta para dejar las co sas de
abajo, para contemplar el fundamento de todo, es decir, la bondad y la
belleza de cuanto Dios ha cread o.
“ Levantemos el corazón - Lo tenemos levantado hacia el Señor ”.
Levantar el corazón es actualizar l a acci ón salvadora de Jesús, donde la
comunidad levanta el corazón para desp renderse de todo lo que forma su
vida y contemplar cuál es el fundamento de ese todo, cuál es la razón de
su libertad y de su gozo, es volver a la razón de toda la vida que es Dios .
Es hacer que el corazón se haga eucarístico, se haga reconocedor de la
obra salvadora de Dios, es agradecerle al Señor por toda su acción.
El sábado es el día en el que el hombre es invitado a levantar el co razón
de las realidades cotidianas de la vida para contemplar al C reador, y para
contemplar la belleza y la bondad de lo que el Creador ha hecho. Este
ejercicio de abstracción de la vida cotidi ana para entrar en la
contemplación de lo salvífico, para tocar las fibras más intimas de su
identidad como pueblo que es haber sido salvado, pues ahí nació el
judaísmo, con su liberación, de alianza y observancia de ley.
El shabbat es para reco rdarse pu eblo sal vado, pueblo por el cual Dios ha
hecho gestas salvíficas, pueblo que ha vuelto a la vida, que ha sido
rescat ado, por eso cada sábado se renueva la salvación, est o es lo que
significa santificar el sábado.
¿Cómo lo santificamo s nosotros? La única manera de hacerlo es, continuar
la obra creadora bella y bondadosa, y salvífica, que nos constituye como
pueblo. Santificar el sábado es hac er lo que esta de mi parte, para que la
comunidad conmigo (la esposa, sierv os, animales, todos) puedan caminar
hacia la bondad, la belleza, la libertad y hacia la vida, si no lo hago así,
no trabajo en ello, yo no hago ni cumplo el shabbat, aunque cumpla con
ir al templo y ponga cara de santidad.
El día séptimo es día de shabbat para el Señor nuestro Dios, no para el
ocio, es para el trabajo divino: de alabanza, de escucha de la Palabra y
de actualización de obra salvífic a compartiendo los bienes con los pobres.
No se hace ningún trabajo, ni mi siervo ni mi sierva, refi riéndose ta mbién
a los prisionero s de guerra, ni ellos deben trabajar. Incluso ni el ganado,
porque es una referencia pedagógica, ya que si aprendo a tratar a mi
animal con justicia, lo podré hacer con los demás seres humanos.
Un ejemplo nos lo enseña el rabí Gamali e l en el siglo I:
Si un mandamiento de Dios dice que no se debe poner el bozal al buey
que esta trillando (acción de separar el grano de la paja), para que si le
da hambre pueda comer, es un poco perdida a comparación de lo que el
buey hace por ti, después este ejemplo lo tomará Pablo para la
sustentación de los que trabajan en el ministerio. Del ágape fraterno se
tomaba en la iglesia primitiva, un poco para el ministro.
El buey esta trabajando o trillando, o pisando las espigas para el hombre,
teniendo a la vista las espigas al trabajar, deseando comer algunas, el no
permitir que se coma algunas que no significa n una gran pérdida, es no
reconocer que esta hacie ndo un gran trabajo para el hombre. Con esto
quiero decir, habituarse a razonar de esta forma , ayuda al hombre a
razonar de la mi sma manera o mejor, en la relación con los ot ros
hombres; si un obrero esta trabajando para otro hombre, este no sólo l e
debe dar la paga justa, sino que también debe dejarlo que recoja las
espigas que caen, el mandamiento so bre los animales se convierte en un
acto simbólico en este nivel.
Los seis pri mero s días hizo el universo, el séptimo Dios hizo el shabbat,
Dios no dej a de trabajar, hizo el sábado, su trabajo más importante no es
el de los 6 primero s días, sino el del sép timo día, el día que Él inventa
para encontrarse con el hombre : en la P alabra que se proclama, en la
alabanza y la bendición que Él derrama en sus hijos, y en la experiencia
de comunión que se desprende de la esc ucha de esa Palabra, cuando
todos comparten con los que más sufren. Dios se prodiga en shabbat.

El tercer t ema es el de la Liberación :


En el Deuteronomio significa liberación de la esclavitud, la salida de
Egipto. El sábado es al mismo ti empo proclamación de la nueva creación
realizada en Cristo y proclamación de la liberación hecha por el Señor en
nuestras vidas. Es co mo vivir la Pascua t odo el año, o la Cena.
La acción de Dios es el modelo de la acc ión humana, si Dios tomó respiro
el día séptimo, también el hombre debe descansar, y hacer que lo s
demás, sobre todo los pobres recobren el aliento. Una manera auténtica
de que un empresario debiera celebrar el sábado del Señor es,
garantizando que los obreros de su emp resa no tengan que trabajar en
sábado para llevar una vida libre, esto tiene un cos to económico quizá en
prestaciones, sueldos y ganancias. Que t odos puedan dedicarse a la
alabanza, la Palabra, el descanso y la diversión. A veces es el propio
trabajador el que busca más ganancias y trabaja doble o tiempo extra,
esta no es l a idea. ¿Cuál es la importanc ia de este distanciamiento del
trabajo respecto al sábado?
El gran teólogo italiano Montini dijo a los obreros en un encuentro:
“ Descansar el sábado significa ante todo, reconocer que el Creador de la
vida y el progreso no es el hombre, ni su propio trabajo, sino aquel que
ha creado el mundo en seis días. Cesar de trabajar, de producir, de
transformar la naturaleza y la historia a través del propio trabajo es
reconocer, que el único que transforma y crea es Dios. El hombre
comúnmente se siente creador del universo porque con sus manos le ha
dado otro rostro al cosmos, con sus man os ha creado cosas que no
salieron de las manos de Dios, con sus manos ha inventado y ha creado la
ciencia y la técnica, ha dominado cada vez más la materi a y la energía, ha
mejorado sus condiciones de vida, el hombre se sabe y es en verdad
artífice de su propio mundo, hacedor de su mundo. El sábado, le permite
recordar que el único hacedor es Dios, no debe trabajar para recibirlo
todo como don gratuito; no debe crear para contemplar la creación por
excelencia que es la de Dios; el sábado el único esfuerzo que es válido es
el de la alabanza y el de la práctica de la Palabra . El sábado el hombre se
reconoce no creador sino creatura, no hacedor sino hecho const antemente
por el Espíritu, no dueño de nada sino depositario de todo, terrateniente
de Dios, puesto como capataz al frente de su vid, él es responsable de
sus hermanos, él tiene que velar por la hacienda de su Señor, pero el
sábado es un día para estar con su Señor, los demás días podrá dedicarse
a las obras que garantizarán el cuidado de la vid; el sábado, deberá
dejarse trabajar por el dueño de la vid para él mismo ser la vid amada,
Dios me trabaja a mí el sábado para que yo trabaje su reino los demás
días”.
El sábado es un día en el que se actualiza la salvación de Cristo, la
salvación implica el encuentro con los h ermanos, el sábado no tiene
sentido sin ellos, el encuentro con lo s hermanos no es el encuentro con la
parentela, sino con aquel grupo de ext raños que Dios ha asociado
conmigo a través de la co mún llamada, la iglesia, tengo que acudir a ella,
esta es la única manera de hacer el memorial.
Lo que hace la liturgia sabática es garan tizar el que yo viva como iglesia,
es decir, yo me descubro a mí m ismo redimido por Cristo pero miembro
de una comunidad, asociado a una serie de hermanos que yo no escogí, y
que Dios ha puesto allí para que yo actualice la salvación, que es la
vivencia del amor, y sólo actualizo l a sal vación y la vivencia del amor
cuando soy capaz de comprometerme co n la historia de los demás, uno de
los grandes reto s de la iglesia y la evan gelización, es que la reunión
cristiana se convierta ot ra vez en ágape fraterno.
No se puede celebrar el día del Señor si n el interés por el ot ro, p or eso
uno debe de ubicarse en una sola co munidad y no en muchas, debe haber
referencia personal al o tro, ágape fraterno, apoyo a los pobres.
Justino decía que aquel cristiano que faltare 3 vec es al shabbat sería
expulsado de la comunidad. En la iglesia católica se considera un pecado
grave el faltar al culto del día del Señor, ya que representa un desprecio
a la Palabra, y sobre todo a la Palabra hecha carne que se manifiesta en
la asamblea que Cristo reúne, y que actualiza el reino en las
circunstancias d e cada uno e instaura la esperanza en los corazones.
Lutero dice en cuanto a guardar el día del Señor, que este día nos es
dado para la oración y el descanso.
Agustín dice que el descanso es en el al ma como espera del futuro, como
atención al presente, com o recuerdo del pasado, las 3 categorías se
actualizan cuando se reúne la asamblea. El cristiano una vez que entra en
la esfera espiritual de la comunidad, es invitado a repasar su pasado y el
reconocimiento de sí c omo pecador, y recordar las ac ciones salva doras de
Dios, de hecho lo único que el cristiano puede ofrendar a su Señor, allí su
ofrenda va a ser transformada en posibilidad de futuro. Ese pasado en
cuanto sustancia inamovible porque nada puedo añadir ni quitar a ella,
constituye el humus desde el c ual Cri sto en la acción presente de la
comunidad reunida para el memorial, abrirá las posibilidades inéditas de
la liberación futura. El cristiano pues ofrenda a Dios su pasado que él no
puede cambiar, sobre ese su elo Cristo actualizará la liberación en mí .
Entrar a la iglesia es entrar a la co munión y no a un edificio, es una
actitud más interior que fí sica. Pero est e ir es sólo pleno si uno va con la
firme intención de encontrarse con lo s hermanos, y es que se va al
templo a encontrarse con la co munidad, aún más que para orar , sólo en
las religiones paganas se creí a lo contrario . La comunión es la presenci a
de Dios, sin esta base no se puede proseguir adelante.
También significa querer más escuchar a los hermano s que instruirles, ir
en la disposición de sentir propio su dolor antes que manifestar el propio,
primero doy cabida a tu dolor y si me da tiempo comparto el mío, si no
me callo.

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