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El Sociólogo como Intelectual critico

El sociólogo debe ser un especialista en su dominio, pero esta función especialista le impulsa a
denunciar situaciones de dominación, No suplanta a los interesados, pero les da argumentos. La
tarea del sociólogo consiste en buena medida en desfatalizar (lo que se cree que es indomable) y
en desnaturalizar (lo que se cree que es natural) el mundo social. En otras palabras, en destruir los
mitos que los poderes construyeron para perpetuar su dominación.

Este tipo cree que los sociólogos son siempre los más listos; Los grandes desmitificadores.
A Bordieu se le critica el excesivo énfasis que pone en el papel del sociólogo.

A los ojos de Bourdieu, el trabajo sociológico es desnaturalizar y desfatalizar el mundo social, esto
es, destruir los mitos que ocultan el ejercicio del poder y la perpetuación de la dominación. De
este modo, la sociología de Bourdieu también puede leerse como una política en el sentido que él
da al término, un intento por transformar los principios de la visión, mediante los cuales se
construye la sociología, la sociedad y en última instancia, a nosotros mismos.

Capdevielle Julieta María, (2013) Revista Ciencias Sociales.


https://revistacienciassociales.ucr.ac.cr/images/revistas/RCS140/07CAPDEVIELE.pdf.
Wikipedia, enciclopedia libre.
https://es.wikipedia.org/wiki/Pierre_Bourdieu
Nahum Montagud Rubio Psicologia y Mente
https://psicologiaymente.com/biografias/pierre-bourdieu

El Sociólogo como Intelectual critico

Pierre Bourdieu manifiesta que el sociólogo debe ser un especialista en su dominio, pero esta
función especialista le impulsa a denunciar situaciones de dominación, a ojos de Pierre Bourdieu el
trabajo sociológico es Desnaturalizar y Desfatalizar el mundo social, esto nos quiere decir que
debemos destruir los mitos que oculta el ejercicio del poder y la perpetuación de la dominación.

Esto es lo que nos pasa en todos los países donde nos hacen ver que los terratenientes, o políticos
de trayectoria son los únicos que pueden dirigir nuestro país, que no hay otra persona capacitada
para orientar y dirigir nuestra nación, por ejemplo, Colombia son los mismos desde hace muchos
años.

El regreso del Intelectual Critico/Comprometido

En los 90 Pierre Bardieu participo en actos sindicales, defendió las grandes huelgas de 1995, ayudo
a los inmigrantes rechazados. Y fue uno de los más feroces impugnadores del neoliberalismo.

El regreso del Intelectual Critico/Comprometido

Francia ha tenido una larga tradición de intelectuales críticos; Emile Zola, Albert Camus, Jean Paul
Sartre, Michael Foucault, entre otros intelectuales que desde una inserción reconocida en algún
campo especifico (Literario, Filosófico, etc.)
proyectan su voz cuestionadora al resto de la sociedad, en los años 90, cuando esta tradición
parecía haber entregado en un cono de sombra, Pierre Bardieu salió a rescatarla y continuarla,
multiplico sus intervenciones públicas, fundo colecciones de divulgación militantes participo en
actos sindicales, defendió las grandes huelgas de 1995, se encolumno detrás de los inmigrantes
rechazados y devino uno de los más feroces impugnadores del neoliberalismo.
Movimiento social

Resumen. Las movilizaciones de noviembre-diciembre de 1995 en Francia contra el Plan


Juppé fueron la primera gran revuelta en un país europeo contra el neoliberalismo. Con los
trabajadores del sector público como eje de la protesta el movimiento se desplegó en base a
la articulación combinada de huelgas y manifestaciones. Las reivindicaciones sectoriales se
articularon en un discurso más general de defensa del servicio público y el interés general.
Noviembre-diciembre de 1995 marcó el inicio de un ciclo de movilizaciones contra el
neoliberalismo en Francia que testimonió su creciente pérdida de legitimidad.

Su papel como intelectual cobró plena vigencia a partir de la segunda mitad de los 90 en
Francia, siendo sus declaraciones objeto de viva polémica, por mantener posiciones muy
críticas tanto con respecto a los medios de comunicación (véase "Sobre la televisión") como
con respecto a la política en general. Propuso y fue fundador del parlamento de los escritores,
una asociación pensada para dar a los intelectuales mayor autonomía sobre su trabajo, y de
esta forma poder criticar y controlar al poder al margen de sus medios de difusión de la
cultura.

No fueron dos millones, como temía Alain Juppé en sus pesadillas, pero sí muchos miles.
Unos 40.000 manifestantes en París y Marsella, más de 20.000 en Toulouse, Burdeos y
Rennes y entre 15.000 y 5.000 en las demás capitales de provincia salieron a la calle para
oponerse a la reforma de la Seguridad Social y de las pensiones de los funcionarios. Francia
quedó casi paralizada por una huelga general del sector público que reflejó el difuso pero
profundo malestar del país. Salvo rarísimas excepciones, no hubo aviones, ni trenes, ni metro,
ni autobuses, ni periódicos, ni universidades, ni servicios administrativos. En algunos sectores,
como los ferrocarriles, la huelga podría prolongarse durante varios días.

Este es el telón de fondo en el que Francia se convertiría a mitad de la década de los noventa
en el primer país europeo donde acontecía una primera gran revuelta social de masas contra
el neoliberalismo, las huelgas de noviembre y diciembre de 1995, contra la reforma de la
seguridad social. Éstas representaron un punto de inflexión en la trayectoria política y social
de este país e inauguraron un largo ciclo en el que Francia se convertiría en el país europeo
puntero en la confrontación con las políticas neoliberales.

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