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El latín se convirtió en la base fundamental del castellano. Sin embargo, no todos los
términos latinos han evolucionado de la misma forma:
a) Palabras patrimoniales: son las que han sufrido una gran evolución respecto de la
palabra latina de la que proceden. Por ejemplo: del latín filium procede hijo.
b) Cultismos: vocablos que, por distintas razones (por ejemplo, que la palabra haya
llegado al castellano en época tardía) conservan una forma más próxima a la que
tenían en el latín. Por ejemplo, de filium deriva el término filial. Cuando una misma
palabra latina da lugar a un cultismo y a una palabra patrimonial, hablamos de doblete:
de integrum derivan íntegro y entero.
c) Semicultismos: hay también palabras que no han completado del todo su evolución
fonética, como miraculum, que debería haber dado * mirajo en lugar de milagro.
Podemos añadir los latinismos, palabras o expresiones latinas que mantienen la misma
forma que en el latín sin experimentar ningún cambio y se emplean hoy en el habla
culta. Algunos ejemplos son motu proprio (por propia iniciativa), ipso facto
(inmediatamente), o grosso modo (sin detalle). Son también frecuentes los préstamos
del griego o helenismos, que hoy día se siguen incorporando, especialmente en las
ciencias (antielectrón).
Sobre esa base latina, se han ido incorporando préstamos léxicos, es decir, palabras
tomadas de otras lenguas. Los principales son:
a) Germanismos: Llegan con la invasión de los bárbaros, en concreto los visigodos. Son
antropónimos (Carlos, Elvira, Gonzalo, Rodrigo, etc.) y términos relacionados con la
guerra como guerra, espada, guardián.
e) También van llegand al español palabras procedentes de los países que son
importantes culturalmente en cada momento de la historia: los italianismos del
Renacimiento (novela, diseño, soneto, etc.), los galicismos que entran por el Camino de
Santiago y también con la entronización de los Borbones en 1700 (linaje, paje, hotel,
etc.) y los anglicismos procedentes de Estados Unidos que nos invaden en las últimas
décadas (váter, test, cómic, etc.).
Los préstamos de otras lenguas suelen pasar por distintas fases. Al principio, cuando
las palabras mantienen la forma del idioma de procedencia, hablamos de
extranjerismos o xenismos como pizza, graffiti, jacuzzi (italiano); baguette, chaise
longue, gourmet (francés); ligth, casting, best-seller, pendrive, lifting (inglés). La
mayoría de préstamos se van adaptando fonética y gráficamente a nuestra lengua,
como fútbol, pirsin, güisqui o voleibol. Otras veces se da el calco semántico, cuando
una palabra ya existente “traduce” el significado de un término extranjero, como
sucede en perrito caliente o balompié.
Las lenguas van evolucionando según las necesidades de sus hablantes. Por eso hay
palabras que quedan en desuso (arcaísmos) y aparecen palabras nuevas (neologismos).