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Los criollos y la gente cercana a ellos estaban cansado de la marginación y desprecio de que eran
objeto por parte de los españoles penisulares.
Los criollos tuvieron conocimiento de las nuevas ideas que circulaban en Europa respecto a la no
divinidad del poder de los reyes, y a los ideales de libertad, igualdad y fraternidad. Conocedores
también del, los criollos se lanzaron a la aventura de alcanzar la libertad. malestar de la mayoría
mestizada
En los primeros años del siglo XIX, se empezaron a gestar movimientos insurreccionales en
Centroamérica y el resto del continente.
En Centroamérica, el 5 de noviembre de 1811 se inició una revuelta guiada por el padre Matías
Delgado, que llamó a la insurrección tocando las campanas de la iglesia La Merced. El movimiento
fue sofocado por las autoridades, pero ese mismo año estallaron rebeliones en León, Granada y
Rivas (Nicaragua)
En San Salvador se dio otro levantamiento, en enero de 1814. Finalmente, se firmó en Guatemala
el Acta de Independencia el 15 de septiembre de 1821.
Pero antes de que se firmara la Acta de Independencia surgieron muchas causas los cuales dieron
origen a la independencia de Centroamérica, causas que pudieron ser internas o externas las
cuales se estudiaran poco a poco en este reporte.
Para que se diera la independencia, incidieron varias causas, que los historiadores clasifican en
externas e internas.
Las nuevas leyes del rey de España, Las nuevas ideas científicas divulgadas por libertad de
prensa, la independencia de los Estados Unidos de Norteamérica y la revolución Francesa
causaron gran revuelo en las colonias españolas.
El comercio mejoró pero dividió más a las clases sociales. Los criollos o españoles nacidos en
América reclamaban iguales derechos, y los indios hacían lo mismo, resentidos por los fuertes
impuestos que pagaban.
La iglesia ya no debía ligarse al gobierno, los estados debían gobernarse por una Constitución y
por tres poderes: Legislativo, ejecutivo y judicial. Todos reclamaban el principio de que los seres
humanos tienen el mismo derecho a la libertad e igualdad.
Al triunfar la Revolución Francesa, el rey de francia fué ejecutado, siendo pariente del rey de
España, no obstante Francia era un país mucho más poderoso que España y ambos tenían un
rival en común: Inglaterra. A pesar de las profundas diferencias ideológicas entre la España
Monárquica y la Francia Revolucionaria, el Rey Carlos IV de España se sintió obligado a buscar la
paz con el país vecino y a partir de 1795 firmó una serie de tratados con el gobierno revolucionario
francés. Estos tratados llevaron a España a declararle la guerra a Inglaterra en 1796. La guerra
interrumpió el comercio internacional. Entre 1798 y 1802 la cosecha de añil en El Salvador quedó
embodegada, por lo cual durante cuatro años no existió ningún tipo de pago de esas
exportaciones. Inglaterra para dañar económicamente al Imperio Español, patrocinó ataques de
corsarios a la península ibérica y sus colonias. El Rey Carlos IV buscó apoyo económico en las
colonias para financiar las guerras en Europa, por lo cual implementó dos medidas: las
"contribuciones patrióticas" y la consolidación de deudas de la Iglesia Católica. Las "contribuciones
patrióticas" eran colectas de dinero entre todos los que tenían algo que aportar, es decir, se las
pidieron a todos, hasta personas con salarios modestos como los profesores de la Universidad de
San Carlos de Guatemala. En cuanto a la consolidación de deudas con la Iglesia Católica, ésta a
través de sus dependencias (cofradías, capellanías, conventos, monasterios y escuelas),
prestaban mucho dinero a los productores de añil. Y estos tuvieron que pagarlo inmediatamente,
viéndose forzados a pedir prestado o rematar sus cosechas a fin de saldar las deudas. Mas de
medio millón de pesos salió de la Intendencia de San Salvador de esta forma. Por otra parte una
plaga de chapulín destruyó las cosechas de 1802 y 1803, el añil de la India y Venezuela comenzó
a competir con el añil salvadoreño, por lo cual en esta crisis muchos productores perdieron sus
propiedades que pasaron a manos de sus acreedores en Guatemala. De esta forma la poderosa
familia guatemalteca de los Aycinena terminó siendo propietaria de grandes haciendas en territorio
de la Intendencia de San Salvador. Para aliviar el problema de los exportadores las autoridades
coloniales autorizaron el comercio con países que eran neutrales con respecto a los conflictos
europeos, principalmente los Estados Unidos de América. Finalmente las alianzas cambiaron
cuando en 1808 las tropas de Napoleón Bonaparte, emperador de Francia, invadieron España y
entonces se permitió el comercio con Inglaterra a partir de ese año.
Crisis política.
En la reforma española del siglo dieciocho, el Consejo de Indias tuvo muy en cuenta al Reino o
Capitanía General de Guatemala, pues había una larga frontera que proteger y en algunos casos
recuperar, como eran los enclaves de Belice, las Islas de Roatán y la Mosquitia. Incluso existió un
intento fallido de convertir la Capitanía en un Virreinato, que solicitaba el propio Capitán General
Alonso Fernández de Heredia en 1761, quien indicaba que "…a mi corto entender tiene más
fundamento en este Reino de Guatemala para serlo que el de Santa Fe: porque éste (de
Guatemala) se compone de diez y siete provincias y en ellas hay abundancia copiosa de ganado
mayor, ingenios de azúcar, posesiones de cacao, añil, bálsamos, resinas apreciables y minerales
de hierro (además de los de oro y plata) que en los otros Reinos no creo que los haya" y resaltaba
su desarrollo urbano: "…abundante gentío, lucido vecindario en muchas ciudades y villas de que
se compone y especialmente esta capital (hoy Antigua Guatemala) que excede en templos, calles,
fuentes, jardines, multitud de coches, mucha pompa en galas, perlas y joyas, que denotan la
sustancia y riqueza que en sí encierra".
Esta situación y las reformas administrativas y políticas de finales del siglo XVIII y principios del
XIX, influyeron en la posterior dispersión, que a muchos historiadores sorprende, cuando se
compara con otras regiones como México y Colombia. Las nuevas Intendencias sentaron las
bases de los futuros estados de Centroámerica, a lo que contribuyó especialmente la creación en
la Constitución de Cádiz de las diputaciones provinciales. El territorio se dividió así: la Provincia de
Guatemala, donde estaba la capital; las intendencias de Chiapas, El Salvador, Honduras y
Nicaragua; y el gobierno de Costa Rica que dependía de la intendencia de Nicaragua. Y la
Constitución de Cádiz estableció dos diputaciones provinciales, una en la capital y otra en León de
Nicaragua.
Alejada la región centroamericana de las guerras de independencia del Sur y de México, participó
con entusiasmo en la constituyente española de Cádiz. Una excelente delegación tiene un papel
importante en esta asamblea y los centroamericanos fueron presidentes de las Cortes, Antonio
Larrazábal de Guatemala y Florencio del Castillo de Costa Rica; y Antonio López de la Plata,
nicaragüense, Vicepresidente. Pretendieron mantener la unidad de las colonias con la metrópoli, a
través de un nuevo arreglo, pero al no ver satisfechas sus pretensiones, regresaron, frustrados y
radicalizados, y se abrió paso la opinión en favor de la independencia.
A principios del siglo XIX, se producen los brotes preliminares que desembocaron en los
acontecimientos del 15 de septiembre de 1821; la insurrección de San Salvador, en 1811; las dos
insurrecciones de Nicaragua en León y Granada del mismo año: la conspiración de Belén en
Guatemala en 1813; y el nuevo movimiento de San Salvador en 1814.
El conocimiento en la capital de la proclamación del Plan de Iguala en México, que contenía las
llamadas tres garantías: independencia de Nueva España con el establecimiento de una
monarquía moderada; conservación de la religión católica como única; y unión de americanos y
europeos, precipitó los acontecimientos.
Fue una retirada condicional del grupo dominante, un antídoto contra proclamaciones radicales,
que dejaba abierta la posibilidad de todas las soluciones. El congreso constituyente se reunió
finalmente y en 1824, promulgó la Constitución Federal de Centroamérica, que creó la Federación
que existió hasta 1839, cuando se inicia la dispersión, fracasando el intento unionista que
pretendió mantener la integridad de la estructura colonial en una nueva organización republicana, y
se inició la constitución de las pequeñas provincias en estados independientes.
Reiterados intentos de integración han fracasado hasta el presente, más de veinticinco. Después
de la Guerra Nacional Centroamericana, hubo un esfuerzo serio para la reconstrucción de la
República. El Presidente Gerardo Barrios de El Salvador, después de la derrota de Walker, decía
que era el momento de compactarnos para conservar la integridad de nuestro territorio y la paz
interior; de otra manera -decía- éramos "parodias de nación y sus gobiernos parodias"; y en el
mismo sentido, Sarmiento desde Argentina, señalaba drásticamente que los centroamericanos
habíamos hecho de cada aldea un estado soberano. Y en esa dramática coyuntura el presidente
de Costa Rica José María Montealegre hizo un serio intento regional de unificación, que también
fracasó.
El mismo José del Valle, redactor del Acta de Independencia, sin conocer los esfuerzos de Bolívar,
propone en su periódico El Amigo de la Patria, en 1822, un proyecto para lograr la reunión de las
nuevas naciones americanas. Formado en el espíritu reformista de la España dieciochesca, se
enfrenta, como otros de su generación, al cambio que produce la independencia, con un espíritu
supranacional, y realizan esfuerzos por constituir, al romperse la unidad hispánica, una comunidad
de naciones hispanoamericanas. Proponía, que en Costa Rica o Nicaragua, se formara un
Congreso General para fijar las bases de ayuda y desarrollo y formar lo que llamaba un "Tratado
General de Comercio de todos los Estados". En lo cual, coincidía con el ex presidente de Costa
Rica Juan Mora, el que afirmó en los avatares de la guerra nacional, que Centroamérica era una
comunidad de origen, de intereses y de riesgos.